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Departamento de Cs.

Antropológicas Facultad de Filosofía y Letras

Metodología y Técnicas de la Investigación de Campo

Espacio GT’s/Talleres

2do. cuatrimestre 2021

Trabajo Práctico N° 4: Registro de entrevista antropológica virtual/presencial

Registro Nº:2

Realizado por: Horacio Frank

Lugar, día, hora, duración: Encuentro virtual mediante plataforma Zoom. Jueves 21 de
octubre de 2021. A las 20:00 hs. Duración aproximada: 30 minutos.

Situación/es registradas (contenido principal): Encuentro virtual con AP, docente de


psicología social en un colegio secundario y tallerista de teatro, al interior de una unidad
penitenciaria del conurbano bonaerense. La charla tiene como eje la educación en contexto
de encierro, sus particularidades y el sentido que le dan a la educación intramuros los
alumnxs y docentes.

Convenciones:

“…” para la textualidad de los discursos de los sujetos

‘’ recuerdo aproximado de las palabras utilizadas

… cuando se perdió lo dicho (no escuchamos, no recordamos)

// para descripción de contexto

[ ] para incorporar impresiones, interpretaciones

Sugerencias para la transcripción del discurso oral:


Características fonéticas en la emisión de la lengua (sociolectos-clase, cronolectos-edad,
idiolectos individuales, dialectos-región de origen): cursiva
Turnos de habla: iniciales
Entonación: signos gramaticales de exclamación e interrogación

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Intensidad o volumen: parámetros de ALTO (mayúsculas) y bajo º precediendo la palabra o
la frase.
Duración: extensión de sonidos ::
Pausas: ( )
Superposiciones: (( ))

El tema problema que me propongo abordar en mi trabajo de investigación, referido a las


particularidades del proceso de enseñanza aprendizaje en contexto de encierro punitivo y de
cuál es el sentido que lxs docentes y los estudiantes le atribuyen hoy a la educación de las
personas privadas de su libertad, se enmarca en un complejo campo de tensiones entre
dos instituciones con paradigmas y lógicas de funcionamiento divergentes y que se imbrican
una dentro de la otra: la escuela y cárcel. En una primera aproximación a este contexto me
plantee algunos interrogantes:

¿Cuál es el sentido, para lxs docentxs de la educación en contexto de encierro?

¿Cuál es el sentido para los estudiantes?

¿Cuál es la lógica de funcionamiento de la escuela secundaria?

¿Con que lógica funciona el taller de teatro?

¿Cuál es el sentido que alumnos y docentes le otorgan a la educación en contexto de


encierro?

¿Qué motiva o impulsa a alumnos y docentes a participar de la experiencia de educación en


cárceles?

En respuesta a estos interrogantes, y a otros que incorporo a la instancia de diálogo que es


la entrevista con AP, mi interlocutora, docente de la escuela secundaria que funciona en una
unidad penitenciaria del oeste del conurbano y qué, además dicta en la misma institución,
desde el año 2010.

En términos de Rocwell, mi referente empírico, es decir, la localidad en donde se desarrolla


el trabajo de campo (Rockwell, 2008) es la Unidad Penitenciaria N° 39, oficialmente un
Centro de Admisión de Detenidos de régimen semiabierto, ubicado en el oeste del
conurbano bonaerense. Fue inaugurada el 27 de agosto de 2004 y alberga a
aproximadamente 740 detenidos (417 condenados y 323 procesados) Dentro del penal
funcionan una escuela primaria, una escuela secundaria y se dictan cursos de panadería,
mantenimiento edilicio general, artesanías varias, macetas moldeadas, herrería,

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parquización, carpintería, un proyecto para la fabricación de alpargatas y talleres de guitarra,
dibujo y pintura y teatro, estos últimos tres a cargo de la municipalidad a través de su
Dirección de Cultura. Las estadísticas del año 2019 referidas a la participación de los
detenidos en alguno de los programas educativos, arrojan los siguientes datos: educación
primaria 18 %, educación secundaria 17%, educación no formal (cursos y talleres) 10%.

En el año 2019 se produjo la muerte de tres internos, todos ellos alumnos de escuela
secundaria que funciona en el penal. Si bien la muerte de estas tres personas no se le
puede atribuir al personal penitenciario, tampoco se puede soslayar la responsabilidad del
SPB qué, como institución del Estado, tiene bajo su custodia a las personas privadas de su
libertad.

A.P., mi interlocutora, es docente de la escuela secundaria que funciona en esa unidad


penitenciaria del oeste del conurbano y, además, dicta en la misma institución, desde el año
2010 un taller de teatro espontáneo que depende de la Dirección de Cultura municipal. Me
pareció interesante ponderar positivamente la trayectoria docente de AP. Me refiero
concretamente a la especial circunstancia de su trabajo: como profesora de psicología en la
educación formal, institucionalizada (la escuela secundaria del penal) y como docente del
taller de teatro, enmarcado dentro de lo se denomina educación no formal. De allí, inferí que
mi interlocutora podría activar una apertura al conocimiento del proceso
enseñanza/aprendizaje en contexto de encierro desde dos claves: la de la educación formal
(la de la escuela) y la de la educación no formal (el taller de teatro) Entiendo que su mirada
desde estos dos puntos de vista, podría aportar información relevante para el tema
problema que me propongo abordar.

Mi planteo de la entrevista se estructura sobre tres bloques o ejes temáticos a los que
considero, en este caso, los “ámbitos vivenciales más comunes” (Devillard et al, 2012) en el
contexto de encierro punitivo, me refiero concretamente a: Escuela, cárcel, familia. De la
lectura de bibliografía y fuentes secundarias se desprende que el contacto con sus
familiares tiene para el detenido, una importancia superlativa desde lo afectivo y, además,
porque es casi el único contacto con el afuera, con la calle. De allí que, puestos en orden de
importancia, el bloque familia sería, a mi criterio, el más relevante. La visita influye en el
estado de animo de las personas detenidas, lo que tiene implicancias en las relaciones
sociales intramuros, tanto al interior del pabellón, como en el espacio de la escuela. El
abordaje de la entrevista a partir de estos tres bloques, suscita una serie de interrogantes
que son explicitados en el apartado descriptivo.

En virtud del contacto previo (situación que abordaré luego más in extenso) que tengo con
mi interlocutora, para la presentación, en esta ocasión, al comenzar la entrevista haré

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explicito mi agradecimiento por colaborar conmigo en este TP en particular y en la cursada
en particular.

Apartado descriptivo

Gadamer (1988) propone que para conocer el contenido de las cosas hay que preguntar y
una conversación que tenga como objetivo comprender una cosa debe comenzar por
romper esa cosa a través de la pregunta. Pero todo preguntar y todo querer saber implica un
saber que no se sabe y el primer obstáculo para saber qué es lo que no sabe es la opinión,
porque la opinión, que siempre tiene tendencia expansionista, pretende ser siempre opinión
general. La experiencia se deriva del impulso que representa todo aquello que no quiere
integrarse a la opinión. Y es en ese sentido, el de querer saber salvando el obstáculo de la
opinión, que planteo algunos interrogantes respecto a la educación en contexto de encierro
punitivo. La conversación que sigue, en forma de entrevista, debe entenderse como un
marco social dialógico en el que se procura elaborar discursos entre el investigador y el
interlocutor, susceptibles a nuevos desarrollos temáticos (Devillard et al, 2013)

YO: “Bueno ale, en primer lugar agradecerte tu buena onda y luego disculpas por las
molestias. Voy a la primera de las preguntas de las que te hablé”

AP: “Dale, dale, y sabes que no tenés nada que agradecerme y por supuesto que cero
molestia. Decime”

YO: “Bueno, empiezo por preguntarte ¿Qué estrategias despliega cada institución (escuela y
cárcel) para facilitar u obstaculizar la práctica educativa?”

AP: “Mirá, la verdad es que el servicio [infiero que se refiere al Servicio Penitenciario
Bonaerense (SPB)] tiene mucho poder y muchas maneras de obstaculizar, por ejemplo no
yendo a buscar a los pabellones a los internos, este es uno de los modos de obstaculizar.
No te la hacen fácil. Ahora justamente estábamos con uno de los muchachos que está
castigado, por una cuestión de pabellón, una interna de pabellón, y yo le estaba queriendo
mandar la tarea la buzón, que se llama al lugar de castigo, y no me lo permitieron y yo digo,
una persona que está castigada perfectamente puede recibir tarea porque no está castigado
su derecho su derecho a estudiar, sino por su conducta ( ) Pero bueno, nosotros siempre
estamos tratando de que las cosas salgan ( ) pero no es fácil ¿viste?” / AP es una mujer de
entre 50 y 55 años. Tiene el cabello largo, con rulos. Usa lentes, aros y colgantes. El lugar
donde se ubica es una habitación de su casa. Se ven dos cuadros en la paredes pintadas de
blanco/

YO: “¿ En qué circunstancias, en que momentos se rompe la rutina del detenido?. Digo,
además de las instancias educativas.”

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AP: “Yo te diría que cualquiera de los talleres que se dan en la cárcel, les rompe la rutina.
Por suerte hay varios. ¿Sabés? Lo poquito es mucho ahí adentro, entonces cualquier cosa
que les cambie la rutina, ellos la valorizan /AP habla y gesticula, acompaña con las manos a
casi todo lo que dice/ Muchos trabajan, trabajan en limpieza, en la cocina, siempre dentro
del penal, por supuesto y eso también les cambia la rutina y esas son las personas que te
dicen “yo trato de volver a la celda lo más tarde posible” /suspira al terminar esa frase/. Pero
en realidad en problema para ellos es que los engoman, engomar quiere decir no salir del
pabellón, a las cinco de la tarde quiere decir que desde muy temprano ellos hasta el otro
día no pueden salir. Lo que pasa, también, es que para salir de la rutina tienen que estar
bien de ánimo y a veces están muy deprimidos y prefieren quedarse todo el día en la celda y
para mí ese el punto último, es lo peor que les puede pasar” /mientras dice esto mueve la
cabeza como negando/

Atendiendo a la gestualidad de mi interlocutora, en este punto, la conversación me remite a


lo que Briggs denomina el significado indexical del lenguaje. Este significado depende del
contexto de emisión y una de sus formas de expresión es la gestualidad. De la habilidad de
codificar o decodificar el significado indexical depende la posibilidad de evitar distorsiones,
inexactitudes y malos entendidos (Briggs, 1986)

YO: “¿Cómo es el espacio en el que se desarrollan las clases de secundaria?”

AP: “El espacio de la escuela es un espacio lindo, eh. Es un espacio agradable, las paredes
están pintadas, algunas tienen murales. El espacio de la escuela es de verdad un lugar
agradable, a la entrada hay una huerta y canteros con flores, en ese sentido se parece
mucho a cualquier escuela de afuera. Acá tengo que aclarar una cosa, la escuela funciona
dentro de la cárcel pero no es que pertenece a la cárcel, eh”

El contexto en el que se desarrolla la entrevista con mi interlocutora, está dado por una
situación de crisis económica generalizada, en medio de un proceso eleccionario,
transitando todavía una crisis sanitaria provocada por el COVID 19 y con los medios
masivos de comunicación instalando permanentemente el tema de la “inseguridad”. Así las
cosas, los discursos punitivistas escalan a extremos peligrosos. De esta manera se justifica
linchamientos, se festeja la muerte, se pide más cárcel, al mismo tiempo que se dejan de
lado las causas del delito y se estigmatiza a los sectores más vulnerados, los qué, por otro
lado, son los que aportan a los sujetos que poblarán las cárceles.

YO: “¿ Cómo es el espacio donde se dan las clases de teatro?”

AP: “El taller de teatro lamentablemente no tiene espacio y a veces me cuesta encontrar un
lugar, porque en general no entramos a los pabellones a dar los talleres, lamentablemente,

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porque a mí me gustaría entrar a los pabellones. La tengo que remar mucho. Ya con la
escuela es otra cosa, porque tiene un espacio físico destinado para eso, hay más
infraestructura. A al taller de teatro, en el mejor de los casos lo doy en un aula de la escuela,
pero lo he llegado a dar un taller, ¡en un espacio que se usa para soldar rejas o arreglar
autos!, aunque vos no lo creas”

Para hacer las preguntas aprovecho cualquier pausa que hace mi interlocutora al hablar.
Para reforzar la interacción me limito a asentir con la cabeza, sonreír o pronunciar alguna
palabra (“claro”, “por supuesto”). Las preguntas que presento en este trabajo son de tipo
abiertas y generales, a partir de la cuales me propongo establecer relaciones conceptuales.

YO: ¿Cómo procesas el hecho de interactuar con personas que tal vez estén detenidas por
cometer delitos socialmente reprochables e inexcusables, como el femicidio, por ejemplo?

AP: “A mí, en lo particular, se me mueven muchas cosas internas, muchas. Pero creo que
no soy yo la que tiene que castigar, creo que yo tengo que hacer una diferencia con mi labor
ahí adentro, porque ya están castigados. Están privados de su libertad, entonces no soy yo
quien los va a castigar. Yo intentos disociar, disociar de verdad, porque si no te pasaría con
todos porque los mirás y decís “¿ y este chabón porqué está acá? ¿qué habrá hecho?”.
Algunos te dicen “ yo hace diez años que estoy preso” o “yo hace quince años”, o “ yo hace
veinte años”

“Yo tengo alumnos que hace veinte años que están presos. No robó una gallina si hace
veinte años que está preso. Entonces ¿Qué me aporta a mí? ¿Qué le aporta a ellos?. Yo
desde mi materia, psicología social, trato de reflexionar temáticas con ellos, temáticas como
las de género, por ejemplo, es un trabajo muy artesanal porque es una población, con raíces
de patriarcado muy instaladas.”

En este punto el relato deviene en lo que Paloma Mateo (2009) denomina una “narrativa de
emoción” es decir en un relato en el que los acontecimientos se transforman en mensajes y
los hechos se convierten en ejemplos “afirmando no solo el estado interno de los sujetos,
sino también, las relaciones que vinculan sujetos y eventos, interpelando, de este modo, la
emotividad del lector/oyente” (Sirimarco; 2006, como se citó en Paloma Mateo, 2009).

YO: “¿Cómo se regula la convivencia entre los internos/alumnos en los espacios de escuela
y taller de teatro? O, si se quiere ¿Cómo se resuelven los conflictos?”

AP: “Cuando las policía tiene miedo de que las internas del pabellón, sobre todo del llamado
pabellón de población, que es siempre el más bravo, el más violento, se trasladen a la
escuela, directamente a esa persona no la mandan a la escuela. Por lo menos por un tiempo
hasta que se calmen las aguas. Y después hay algo que es muy interesante /AP, mientras

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habla se acomoda el pelo, acompaña la palabra con gesticulando con las manos, por
momentos apoya su mano en la mejilla, como recostada sobre ella/ ellos están tan
acostumbrados a la convivencia, imagínate que es una celda para cuatro hay ocho o diez, y
conviven con personas que no conocen y tienen que negociar todo, TODO, TODO ES
TODO, desde quien va al baño hasta quien prende o apaga la música. Solo de imaginarlo, a
uno le da una sensación de ahogo /al decir esto se lleva la mano al pecho y se inclina hacia
atrás/. Además, te digo, hay unos códigos implícitos que ellos manejan de una manera
maravillosa, maravillosa / lo enfatiza/, ellos tienen tanta gratitud por el docente que viene de
la calle, que los llama por el nombre, que los trata bien, que les trata de enseñar cosas, que
ellos quieren cuidar ese espacio, así que en eso, yo es muy poco lo que hago, porque lo
maneja ellos”.

YO: “¿Qué significa la educación para un alumno en contexto de encierro?”

AP: “Mirá, a veces te dicen directamente que están ahí por beneficio, otras te dicen vengo
para salir de la celda, otras veces te dicen vengo para terminar la escuela y otras veces te
dicen vengo para poder ayudar a mis hijos en la tarea de la escuela, directamente. Primer
por ahí no lo tienen claro y después se dan cuenta ¿no? A veces le muestran a sus hijos las
notas que le pusiste / sonríe mientras dice esto/, le sacan una foto a la nota y se mandan a
la familia. Tiene que ver mucho con lo que sienten que pueden llegarle a transmitir a sus
hijos, dado que tienen en general mucha culpa, mucha culpa por no poder estar en el
proceso de crianza. Lo que les pasa con los hijos no es distinto a lo que nos pasa a los que
estamos libres ¿viste?”

YO: “¿Qué significa para vos, docente, la educación en contexto de encierro?”

AP: “Para mí es un desafío permanente, una búsqueda interesantísima. Y siento que es


posible ¿viste? siento que es posible y siento que pasan cosas, nunca me voy del aula
sintiendo que no pasó nada. Siempre algo pasa en mí, en ellos, ¡en nosotros!. Para mí es
una celebración dar clases ahí adentro, y yo agradezco tener la oportunidad de laburar ahí.
A mi me parece que te da la oportunidad de abrirte a otros mundos, a otras vidas, a otras
infancias, otras experiencias. Para mi es búsqueda y si tendría que decirte una palabra te
diría que es estar en búsqueda todo el tiempo. Para mí es muy bello.”

YO: “A partir de la inevitable interacción con el personal del servicio penitenciario, y


apelando a tu experiencia como docente intramuros ¿Qué inferís que significa la educación
en contexto de encierro para el personal del servicio penitenciario que a diario interactúa con
los detenidos?”

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AP: “Es muy difícil, muy difícil, es el juego del gato y el ratón. Es muy difícil porque mirá,
ayer justamente me decían que en la visita, dos policías habían estado caminando mientras
ellos estaban en las mesas con sus familias, “si la policía ya requisó a nuestra familia y la va
a requisar cuando se vayan”, “por qué la policía está rondando a nuestra familia”. Para ellos
es una ofensa grave, algo que no tiene que pasar. Y no digo todos, porque no hice una
encuesta, pero la gran mayoría de la policía no tiene ninguna fe en la educación en la
educación ahí adentro. No tiene ninguna expectativa, ninguna. Al menos eso es lo que se
percibe. No le ponen ninguna ficha, ninguna. Para ellos ya están perdidos, digo, lo mismo
que el imaginario social en general ¿no?”

YO: “¿Cómo funciona la escuela secundaria intramuros?”

AP: “En el caso de la escuela vos pensá que llegás al aula y los estudiantes te están
esperando, o los esperás y te los van buscar. Lo que pasa es que la escuela tiene, digo
institucionalmente, otro respaldo. Vos, si se quiere, tenés al ministerio atrás tuyo. Como te
decía antes, la escuela está adentro de la cárcel, pero no es “de” la cárcel /enfatiza el “de”/”

YO: “¿Y en el caso del taller, como es la lógica de funcionamiento?”

AP: “Con el taller de teatro es otra cosa, totalmente distinto. Yo llego y le tengo que dar al
policía una listita con los nombres de cada uno, el pabellón de cada uno y el policía tiene
que ir pabellón por pabellón llamando a cada uno. Y que vengan tiene que ver con la onda
que le pone el policía para ir a buscarlos. Y la mayoría de las veces tengo que buscar o
negociar un lugar para dar la clase. Es todo muy diferente, una lo hace porque insistiendo
en ( ) nada, en lo que cree.”

E. Rockwell, al abordar los diálogos en el campo, señala que “con algunas personas es
posible construir relaciones que conducen a una a un trabajo conjunto, constante, de
acercamiento sobre ciertas ideas o interpretaciones” (Pinxten, 1997, como se citó en
Rockwell, 2008) Tal es el caso de AP, mi interlocutora, con quien tengo contacto previo en
virtud de haber compañeros de trabajo durante 8 años. Cabe aclarar que se trata de la
misma persona con la que mantuve la charla informal que nos solicitara la cátedra en
instancias anteriores de la cursada. Con mi tema de interés explicitado previamente, solo fue
necesario aclararle que en esta ocasión, el diálogo tendría forma de entrevista. Acordamos
ponernos en contacto por WA, para acordar fecha y hora del encuentro. Así lo hicimos,
combinamos en encuentro virtual a través de la plataforma Zoom y me dio su conformidad
para grabar el encuentro.

YO: “ ¿cómo se transitó la crisis sanitaria COVID 19, en el contexto de encierro?”

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AP: “Muy duro. Lo más duro es que ellos dejaron de ver a sus familias durante mucho
tiempo. Hasta que, hace unos meses, a ellos les habilitan el teléfono, les habilitan el celular.
Siempre hubo celular dentro de la cárcel, pero el celular estaba encanutado . Pero ahora,
desde la pandemia, ellos tienen permiso para tener celular, justamente para ver a la familia.
Pero el no ver a la familia es como un cautiverio dentro de un cautiverio, porque vos sabés
que la familia, el contacto con la familia es un termómetro adentro de una cárcel. Acá, en La
Quiaca y en cualquier lado”

Yo: “¿qué te referís cuando decís que es un termómetro?”

AP: “Porque les marca el estado de ánimo, porque es la conexión con el afuera. Entonces
hay muchos presos que no tienen contacto con la familia, que la familia /pausa/, como ahí
en la cárcel se dice “no me sigue” “ya la familia no me sigue más”. O la familia “no le sigue”,
o la familia vive lejos y no pueden viajar hasta ahí porque es muy costoso, y todos sabemos
que la mayoría de las personas que están privadas de su libertad tiene problemas
económicos. Lo sabemos y digo, no hay ladrones de guante blanco ahí adentro.

“Entonces la familia es el termómetro. Yo a veces los veo venir, ya sea tanto a la escuela
como al taller y te dicen: “perdón profe, pero hoy no sé si me voy a quedar, porque yo estoy
muy mal porque acabo de hablar con mi familia y en mi casa hay un problema” ( ) Como hay
otros que no tienen visita por distintos también, yo no quiero ser irrespetuosa de decir un
solo motivo, como en la vida misma, como en la calle, hay diez mil motivos, y el que no tiene
visita se hace muy ( ) /Hace un gesto con las manos como si se llevara algo hacia adentro
del pecho/ particular, porque no tiene el contacto con el afuera. Por ahí, vos y alguien más
son las únicas personas que ven de la calle. No tienen visita”

YO: Bueno A, hablando de contexto de encierro, me parece que ya es hora de liberarte. Y


de verdad muchas gracias, gracias por colaborar conmigo, de verdad.

AP: Dale, para mí es un gusto y no hay nada que agradecer. Además, te habrás dado
cuenta que es algo que me apasiona. y si no me parás sigo hablando horas /risas de
ambos/.

Novaro y Padawer definen a las categorías sociales como aquellas que aparecen
recurrentemente en el discurso o en acciones de la vida cotidiana, y permiten a los sujetos
involucrados distinguir procesos, objetos, sujetos de ese particular mundo cotidiano. El
sentido de estas categorías es dado por descontado y compartido por ese mundo social, en
tanto que se utilizan sin que media una reflexión sistemática (Novaro y Padawer, s.f.). Así,
distinguimos categorías sociales tales como visita, pabellón de población, celda. El sentido
de la categoría visita, trasciende al mero hecho de recibir a familiares o amigos, implica una

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poderosa contención afectiva y un indispensable, vital, contacto con el afuera. En el mismo
sentido, la categoría celda, extiende su significa más allá de la mera locación, en tanto que
es el lugar en que transcurre gran parte de la vida del detenido. Sitio de interacciones
forzadas y negociaciones constantes. De igual modo sucede con la categoría pabellón o
pabellón de población, en tanto que define al lugar más violento intramuros, y que al igual
que la categoría celda, define mucho más que un lugar de alojamiento ya que se trata de un
mundo social con reglas y códigos propios.

En la entrevista es posible detectar ciertos términos que forman parte de un lenguaje que
refleja un mundo, una forma de habitar el espacio, unos conflictos y vivencia del tiempo y de
la alteridad que son específicos de ese contexto, que permite nombrar experiencias e
intercambiar mensajes solo inteligibles en ese entorno particular. De este modo, buzon,
engome, me sigue, encanutar, pabellón de población. Este lenguaje carcelario no constituye
simplemente una jerga o un vocabulario propio, se trata de la codificación de una realidad
particular, una realidad distinta, que se aprende en ese nuevo proceso de socialización que
se inicia al ingresar a la cárcel. El uso del lenguaje carcelario promueve una aprehensión de
un mundo al mismo tiempo que constituye al hablante de una nueva identidad social (Bixio,
2018).

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