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antecedentes del atrio

mexicano del siglo XVI


carlos chanfón olmos

Los atrios en los conventos construidos por las Ordenes rece en la página 107 del documento, y que es la única
Mendicantesdurante el siglo XVI, han sido tradicional- representación gráfica del atrio, procedente del siglo XVI
mente un tema de gran interés para la historia de la ar- y de la cual existen dos versiones diferentes)
quitectura novohispana. El primer problema que hay que enfrentar es el del tér-
Con distintos enfoques, todos los autores dedicados al mino mismo. La denominación de atrio para el elemento
estudio del primer siglo de nuestra etapa virreinal, se han estudiado de los conventos mexicanos, es tardía. Según
referido a este elemento caracteristico, antepuesto a las John McAndrew, los primeros en usar la palabra fueron
construccionesmonaca1es.El interés está plenamentejus- los cronistas dominicos de los inicios del siglo XVII, Fer-
tificado, pues los atrios, en su simplicidad formal, son nando Ojea (1604) y Antonio de Remesal (1613-1619).
testimonio notable de las complejas actividades de- Ambos la utilizan en una sola ocasión, siendo patio la
sarrolladas dentro de la naciente sociedad mexicana a forma habitual que aparece en sus escritos. Y en efecto,
partir de la caída de la capital azteca y de la llegada de los los cronistas del siglo precedente le llaman comunmente
primeros grupos de frailes evangelizadores. pat!o, aunque tam6ién aparecen los términos corral, es-
George Kubler y John McAndrew son los autores que pacio cercado, cuadrilátero, recinto sagrado.
más ampliamente se han ocupado de este fenómeno ar- El atrio, sin embargo, es de muy antigua tradición en el
quitectónico,en sus respectivoslibros sobre la arquitectu- mundo cristiano, con amplios antecedentes en la ar-
ra mexicana del siglo XVI. Pero al analizar sus antece- quitectura romana precristiana, donde pueden escudri-
dentes, han buscádo las raices en que pudo inspirarse su ñarse sus orígenes. ¿Cuál puede ser entonces la causa pa-
creación, dejando de lado las etapas evolutivas, previas a ra que los cronistas del siglo XVI, emplearan otras deno-
la integración de los atrios en el conjunto tipico arquitec- minaciones?
tónico monástico. I Nos parece que la razón está en que, para los predica-
Este breve artículo está dedicado a examinar las pistas dores de la gran campafla inicial de evangelización, la
que existen sobre esas etapas previas en la evolución del forma y funciones del elemento arquitectónico que nos
atrio, con base en un documento hasta ahora poco estu- ocupa, no podían asociarse con las de los atrios tradi-
diado con esta orientación. Nos referimos a la obra escri- cionales europeos. . .

ta por fray Diego de Valadés, titulada Rhetoricq Chris- Sobre el significado de la palabra atrio en los siglos
liana, editada por primera vez en Perusa, el aflo de 1579. XVI y XVII, el Diccionario de Autoridades dice:
Los datos reveladores se encuentran en el capítulo XXIII,
que describe los inicios de la predicación a partir de la to-
ma de Tenochtitlan por las fuerzas hispano-tlaxcaltecas Y ATRIO: Propiamente era en lo antiguo un género de edificio
. que estaba antes de la casa: lo que aun hoy se conserva en
el arrivo de los primeros misioneros franciscanos. Este
algunas casas grandes antiguas, élmanera de corral cerca-
capítulo lleva por título: De die et anno quo Mexica occu-
do con muralla. En lo moderno se toma por el zaguán, Ó
pala est et de adventu religiosorum.2 el portal que sirve de entrada él la misma casa. Viene del
Tuvimos ocasión, hace algún tiempo, de detectar estas. Latino Alrium, que significa esto mismo. Valverde, Vid.
pistas, al preparar un artículo sobre el grabado que apa- de Christ. lib. 6 cap. 25, A este tiempo que eran las tres de
4

,---
la madrugada, baxaron a Jesús del salón del Consistorio Valadés ha estado describiendo en los párrafos ante-
al átrio donde estaba Pedro... Y entregaron él Jesus él la riores, los distintos tipos de templos que se han cons-
esquadra de soldados que le havían trahido preso, para truido; a eso se refiere al decir, con referencia a los recin-
que en el átrio le tuviessen en segura custodia.4 tos sagrados ab aliis separatae (separados de los demás
templos); de modo que explícitamente los describe como
La cita ofrecida como ejemplo, está tomada de la Vida desligados, sin tener construcciones adosadas y fuera de
de Cristo (1657), escrita por fray Fernando de Valverde, las poblaciones, que se encuentran en los alrededores a
que puede considerarse contemporáneo de Ojea y Reme- manera de islas. Los recintos sagrados, entonces, se
sal. Según este diccionario, lo característico del atrio, es debían localizar en lugares estratégicamente selecciona-
el ser un espacio abierto y delimitado, antepuesto a un dos, con la clara intención de reunir en ellos a los habi-
edificio, del que forma parte y al cual sirve de vestíbulo o tantes de las varias poblaciones circunvecinas.
entrada. El escaso número de misioneros ante el inmenso terri-
Si los cronistas del siglo XVI no utilizaron el término
torio, da plena justificación a las dimensiones y a la loca-
atrio, es porque el espacio arquitectónico aludido -en su lización de estos recintos. Así pues, en el grabado de la
forma inicial- no estaba antepuesto a un edificio del Rhetorica, el único elemento simbólico es la representa-
cual formara parte. Así aparece en el grabado de la Rhe- ción de la Sancta Ecc/esia, llevada en hombros por doce
torica, sin estar ligado a un monasterio o templo, y así es- primeros franciscanos encabezados por el propio San
tá descrito en el capítulo XXIII: Francisco, y con fray Martín de Valencia cerrando la pe-
queña pero importante procesión.
Quo circa moris est illis praedicari in areis, quae sunt spa-
tiosissimae, non solum in civitatibus ubi nostram communem Por otro lado, la denominación misma de aedes sacrae,
habemus habitationem, sed etiam in ombinus alEs ad quae recintos sagrados, parece reforzar la hipótesis ya plante-
praedicationis causa accedimus. Nam vbicumque sumus sem- ada por McAndrew, de que los atrios, con sus complejas
per operi animarum sumus intenti.5 funciones cívico-religiosas, pueden muy bien haberse ins-
De ahí que la costumbre sea predicarles en espacios abier- pirado en los recintos ceremoniales de las culturas prehis-
tos que son espaciosísímos, no sólo en las ciudades donde pánicas, y no en sus homónimo s paleocristianos, me-
tenemos nuestros conventos, sino en todos los lugares a dievales y renacentistas, ni en las musallas islá,micas.
los que llegamos que son espaciosísimos, no sólo en las
ciudades donde tenemos nuestros conventos, síno en to-
En todo caso, inspirados o no en antecedentes
dos los lugares a los que llegamos para predicar. Pues indígenas, es evidente que estos recintos experimentaron
dondequiera que estamos, siempre estamos dedicados al etapas previas, antes de quedar integrados definitivamen-
trabajo de las almas. te a los conjuntos monásticos. Ningún autor ha reparado
en ello quizá porque la Rhetorica Christiana, redactada
Es evidente que, siendo demasiado pocos los frailes, en latín, ha sido poco analizada, y quienes la han estu-
con relación a las áreas territoriales que cubrieron con su diado -como Esteban J. Palomera S.J.- han perse-
predicación, los lugares a los que llegaban para evangeli- guido objetivos distintos al,análisis arquitectónico.7
zar eran mucho más numerosos que aquellos en los que Por su parte, Valadés, .tampoco está preocupado por
tenían un convento. Así, la inmensa mayoría de estos lo- revelar en su escrito los detalles precisos en la evolución
cales para la predicación no estaban antepuestos a un de las construcciones monacales. Para él, lo importante
convento, pero ni siquiera en la inmediata proximidad de es dar a conocer la labor misional de su Orden, y sólo se
alguno de ellos. refiere al fenómeno arquitectónico como marco de refe-
Ya fray Diego de Valadés, algunos renglones antes, en rencia necesario, contemplado como un hecho global, en
la misma página donde está tomada .la cita anterior, el que las referencias carecen de una perspectiva cronoló-
había descrito esas áreas espaciosas, llamándolas aedes gicamente ordenada. Debemos pues, entresacar de las
sacrae -recintos sagrados- revelando características ge- frases de su narración, las menciones que nos interesan, e
nerales que coinciden con el grabado, pero que los auto- inferir los datos sobre la evolución de 'los recintos sagra-
res contemporáneos no han relacionado hasta ahora con dos, para poder identificarlos, en su etapa final, como los
los atrios, considerando la ilustración como algo pura- atrios que conocemos. ,

mente simbólico. La descripción de Valadés dice: Sobre las complejas funciones de los recintos sagrados,
Valadés hace una detallada descripción, explicando el
Sunt autem aedes sacra e ab aliis separatae in modum insula- grabado de la pá~ina 107. De sus palabras, se deduce la
rum vicos vndique habemes, et altos parietes saxeos et calce
gran popularidad de que gozaron entre la población
interlitos, nullis connexae aedificiis cohaerentibus.6 indigena:
Hay los recintos sagrados, separados de los demás y cerca-
dos con altos muros de mamposterá unida con cal, sin
adosarse a ninguna construcción y teniendo hacia todos Areae nunquam conf1uenti popula vacuae sunt, quod ad
conversionem et directionem illorum ad veritatem instar
lados las poblaciones a manera de islas.
5

~
magni est momenti: nulla enim dies praeterit quae nos suas H. Haec est forma loci in qua ius redditur. Nos enim Reli-
Religiosisadferat ocupationes.8 giosi, praeter auctoritatem elsede Apostolica nobis indultam,
Los espacios nunca están vacíos de gente que viene por- omnes Indorum controversias rerum spiritualium audimus:
que consideran de gran importancia lo que se refiere a la et pro eorum in nos beneuolentia, absque strepitu indicii, fí-
conversión y los conduce a la verdad: en efecto, no pasa nimus. Nam quod nos existimauimus (oraculi instar) amplec-
día que no llene a los religios~s con estas ocupaciones. tuntur: animo enim paterno quod aequum est iudicamus,
nam illis bené volumus, vtpoté elnobis in Christo productis,
En esta ocasión el escritos llama áreas los recintos, atque ideo nulla ipsi exceptione vel appellatione vtuntur, sed
quidquid ordinauerit Religiosus non secus, quam si a'Deo
permitiéndonos inferir que, en lengua castellana, no profectum sit accipiunt, vti revera fit.ll
tenían un nombre específico. Quizá una investigación en H. Esta es la forma del lugar en que se imparte justicia.
documentos de la época, escritos en náhuatl, permita en- Pues nosotros, los religiosos, además de la autoridad que
contrar alguna denominación especial en esa lengua, que nos ha sido concedida por la Sede Apostólica, escucha-
a la vez diera pie a fundamentar una relación con los re- mos todas las controversias de los indios en cosas espiri-
cintos ceremoniales prehispánicos. tuales, y a causa de la buena voluntad que nos tienen, po-
nemos fin a ellas sin hacer escándalo. Ellos aceptan (a ma-
En la descripción de funciones, Valadés hace hincapié
nera de oráculo) lo que nosotros decidimos, pues con áni-
en la instrucción religiosa; por ejemplo, explicando el
mo paternal juzgamos lo que es equitativo, ya que cierta-
grabado dice: mente deseamos el bien de ellos, como hijos nuestros en
Cristo; por lo cual, nunca buscan excepciones ni usan ape-
A. Est verbi Dei buccinator, qui in proprio Idiomate ad sen- laciones, y lo que hubiere ordenado el religioso, lo acep-
sum aptat coelestiu dona. B. Quoniam vt literis carentes ne- tan cual si viniera de Dios, como lo es en realidad.
cesse fuit demonstratione aliqua ipsos docere: Ideo virga illis
nostrae redemptionis mysteria ostendit. Vt postmodum illa
Sabemos por otras fuentes que los religiosos no sólo se
discurrentes melius memoriae haereant. 9
ocupaban de conflictos en asuntos espirituales, sino en
A. Aquí está el predicador de la palabra de Dios, que en su
todo tipo de disputas que podrían surgir entre la pobla-
propia lengua les explica los dones celestiales. B. Fue ne-
cesario enseñarles con alguna ilustración, porque no ción indígena, y guardaban el orden castigando a los
sabian leer: por eso el predicador les muestra los misterios ínfractores de la ley. Eso explica la presencia del juez
de nuestra redención con una varita. De este modo, refle- indígena. .

xionando ellos después los memoricen mejor. Es' este cúmulo de actividades civico-religiosas de las
etapas iniciales, que permite pensar en una inspiración en
Sin embargo, la instrucción religiosa no era la única en- los usos prehispánicos, puesto que en España y en Euro-
señanza impartida en los recintos. Con una obligada ala- pa no existía una institución o establecimiento, que tu-
banza a su mentor, Pedro de Gante, Valadés se refiere a viera funciones semejantes de instrucción religioso-
otras variadas actividades: profana, de culto y de policía al mismo tiempo.
Pero creemos encontrar también, en la misma narra-
ción de Valadés, evidencia de pasos intermedios entre la
Discunt etiam pingere, rerum imagines coloribus delineare,
et acute pingere. Initio maximae pietatis vir Petrus Ganden-
forma inicial del recinto sagrado y su integración final en
sis, de qua alibi opportunius dicetur, omnes artes mechanicas el conjunto monástico. Este monje franciscano, nacido
quae apud nos in vsu habentur illos docebat, quas illi propter en 1533, no pudo ser testigo de la predicación al inicio de
assiduitatem et feruorem qua ipse proponebat facile etbreui las actividages misionales de su Orden en la década ini-
percipiebant. Iam alter alterum sine spe lucri vel quaestus cial, en que los recintos sagrados debieron existir exclusi-
easdem docet. 10 vamente en su forma aislada. Valadés pudo darse cuenta
Aprenden también a pintar, a dibujar a colores las imáge- cabal de la situación hasta 1548, cuando a los quince años
nes de las cosas, y lo hacen con precisión. Al principio, ingresó ala Orden de los Hermanos Menores. Para en-
Pedro de Gante, varón de máxima piedad, del cual en tonces, la campaña de evangelización ya contaba en su
otro lado oportunamente se hablará, les enseñaba todas haber muchos logros y los recintos sagrados iniciales
las artes mecánicas que se tienen en uso entre nosotros;
principiaban su proceso de integración a los monasterios.
que ellos dominaban con facilidad y en breve tiempo, gra-
Por eso dice en su libro que existen no sólo en las ciuda-
cias a la asiduidad y fervor con que él mismo se las
des donde tenemos nuestros conventos, sino en todos los
proponiá. Ya después unos a otros se las enseñan, sin es-
peranza de lucro ni ambición. lugares a donde llegamos para predicar.

En el grabado, la impartición de justicia es una activi-


1. El grabado que aparece en la página 107 de la Rherorica Christiana.
dad destacada como.importante, y aunque no se explique representando un recinto sagrado. El local principal en el pórtico fron-
en la narración, la representación incluye a un juez. tal, está dedicado a la impartición de justicia y no a la celebración de la
indígena aliado del monje que preside la acción: Misa.

6
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El autor afirma, en forma general, que esos espacios apud nostrates reperiuntur. Ad ea autem exercitia certae diei
horae matutinae et vespertinae constitutae sunt conuocantur
estaban separados de cualquier otra construcción, pero
veró et dimittuntur ad pulsum campanularum. Quando
no aclara si el caso era distinto en las ciudades con con- adeundum est ad rem sacram ordine ducuntur et in templis
ventos. De hecho Valadés emplea normalmente el térmi-
magna cum elegantia versantur.13
no monasterium, pero en este caso específico de la página A la izquierda de los templos están los cuadriláteros para
110 de su texto, dice: ubi nostram communem habemus la actividad literaria que frecuentan más o menos un
habitationem que hemos tráducido por donde tenemos millar de jovencitos -de acuerdo con el número de luga-
nuetros conventos, pero que, a la letra significa donde te- res circunvecinos- a los cuales se les enseña el correcto
nemos nuestra habitación común. Y en efecto, la habita- uso del lenguaje y de la escritura: además se les enseña a
ción de los monjes se llama convento, no importa que sea cantar y a tocar la lira y otros instrumentos de cuerda,
una choza de adobe y paja de dimensiones muy reduci- pues tienen más instrumentos musicales de los que se co-
das. En cambio, dificilmente podría denominarse monas- nocen entre nosotros. Para estos ejercicios, tienen defini-
terio a esa choza. das horas de la mañana y de la tarde, en las que se les con-
voca y se les despide con el sonido de campanitas. Cuando
¿Querrá esto decir que Valadés hizo una diferencia en
tienen que asistir a las ceremonias sagradas, acuden en or-
cuanto al alojamiento de los monjes? No podria asegu-
den y en los templos se portan con gran elegancia.
rarse con certeza. Sin embargo, para el final de la década
de los cuarentas, no existía ninguno de los conjuntos mo- En este caso Valadés llama al recinto cuadrilátero, yen
násticos que hoy admiramos -por lo menos en forma sus palabras se revela una organización bien establecida,
completa- y muy pocos de ellos habían iniciado su cons- que no se capta en otras descripciones. Nos parece evi-
trucción. Así pues, es muy posíble, que en este período, dente que esta estructuración de actividades corresponde
en el que fray Diego ingresa a la Orden, la gran mayoría a una etapa avanzada de la campaña evangelizadora, en
-casi la totalidad- de los recintos sagrados, aún en las que ya se había logrado una sistematización de las activi-
poblaciones, estuvieran aislados de las otras construc- dades de enseñanza.
ciones. Ese es, en todo caso, el sentido estricto de sus pa- Sobre la versatilidad de estos recintos, hay un detalle
labras. en la descripción general, que no aparece representado en
Ya dijimos, sin embargo, que no se capta en el docu-
- el grabado y que puede ser interpretado como indicio de
mento, ninguna intención del autor, por dar una secuen- una etapa avanzada en la evolución de los recintos descri-
cia cronológica ordenada de los aspectos arquitectónicos, tos:
y así, habla de templos con grandes espacios adosados,
donde se llevan a cabo actividades semejantes a las descri- In areis scaturiunt amoenissimi fontes in quibus pueri sor des
tas en el grabado y en su explicación: corporis abluunt quia in primis illis praescribuntur leges
munditiei.. .14
Supplent autem templa nostra scholarum etiam locum nec re- En las áreas manan amenísimas fuentes donde los nifios
ditibus aut pensionibus annuis dotantur sed gratis et Chris- lavan las impurezas del cuerpo, porque antes que nada se
tianae charitatis erga trium praedictorum ordinum fratres les ensefian las normas de la pulcritud.
omnia officia Ecclesiastica et politica edocent. 12
Nuestros templos se completan con el lugar destinado a Nuevamente, aquí, el autor emplea el término áreas pa-
las escuelas que no están dotadas de réditos o pensiones ra referirse a los recintos y menciona un elemento que no
anuales, sino que en ellas, los hermanos de las tres Orde- parece haberse integrado al atrio en la etapa final, las
nes, en forma gratuita y por caridad cristiana ensefian to- fuentes. Por otro lado, creemos descrubir en este pasaje,
dos los oficios eclesiásticos y civiles. la inclusión de elementos culturales indígenas en la educa-
ción de la niñez, al avanzar la predicación; en efecto, eran
Coinciden pues las actividades civico-religiosas de los
los pueblos prehispánicos más avanzados en las normas
recintos sagrados con las de estos lugares junto a las igle-
de aseo personal, que los europeos. Asi lo reconoce el his-
sias, y son los misioneros de las tres Ordenes Mendicantes toriador suizo Urs Bitterli en su reciente obra sobre el en-
los que dirigen estas actividades. .
cuentro cultural de Europa y América:
Hay todavía otra mención a áreas destinadas a ense-
ñanza junto a los templos en la misma página de la Rhe- El trato con el indio contribuyó a educar al blanco en 16que a
t9rica, que puede constituir una variante del fenómeno limpieza se refiere, pues' los indigenas estaban muy por enci-
general 'ie recintos sagrados: ma del nivel ordinario europeo en cuanto a cuidados' e hi-
giene corporal; fue en. la educación de los niños "donde la
Ad sinistram templorum parte m sunt ludi literarii quadrilate- influencia india prevaleció especialmente. 1j
ri quos plerunque mille iuuenculi plus minus frecuentant pro
frecuentia locorum quibus rectae loquelae rectaeque scriptu- Aunque Bitterli se refiere específicamente al Brasil en
rae scientia traditur: praeterea, docentUr canere voce, fidi- esta cita, y en todo su libro alude poco a la campana mi-
bus, et neruis habentque plura instrumenta musica quám sional en Nueva Esp,ana, nos parece que su observación
8
puede aplicarse sin objeción a toda Iberoamérica. Hemos A reserva de realizar una investigación más completa,
discutido recientemente la pulcritud caracteristica de las nos parece claro que estos tres aspectos, a saber, las prác-
culturas prehispánicas, que abarcaba todos los órdenes, ticas de higiene de los niños, la experiencia inicial de pre-
al comentar los antecedentes del concepto de restauración dicación en el recinto prehispánico destruido y la manera
en el mundo indígena. De la admiración que este hecho de convocar a la instrucción, dan bases suficientes para
causó en los primeros europeos que llegaron al Nuevo investigar un origen inspirado en prácticas prehispánicas
Mundo, dan fe todos los cronistas del momento.16 como parte de los antecedentes del elemento que hoy lla-
Debe notarse que en todas estas menciones a los recin- mamos atrio.
tos, refiriéndose a ellos con distintos nombres, Valadés Por lo que toca a las partes integrantes de los atrios que
no los relaciona con monasterios, sino con templos, salvo hoy admiramos en los monasterios del siglo XVI, el docu-
en el caso general en que habla de su aislamiento de toda mento de Valadés también hace mención de las capillas
construcción, en que no alude tampoco a iglesi~s. De su posas y de las capillas abiertas, pero no de las cruces
relación, pues, resulta evidente que los recintos sagrados atriales.
existieron totalmente aislados, o alIado de los templos o
Sobre las capillas posas, el grabado de la Rhetorica
finalmente integrados al conjunto monacal. contiene una representación rara, que no corresponde a
Los autores coinciden en dar al Convento Grande de
las siluetas que conocemos. La única mención que de
San Francisco, en la ciudad de México, la máxima impor- ellas se hace en la narración, nos parece incompleta pues
tancia para la definición del programa arquitectónico de no da pistas sobre su origen ni explica suficientemente sus
los monasterios construidos por las tres Ordenes Mendi- funciones:
cantes en nuestro país. Y en verdad la tiene, pues es el pri-
mer caso de conjunto monástico ya existente en forma
embrionaria varios años antes de la llegada de los domini- In singulis quatuor angulis huius areae, sunt totidem sacella,
cos y de los agustinos. En efecto, ahí estuvo el primer re- quorum primum docendis puellis, alterum pueris, tertium fe-
cinto para la predicción, de grandes dimensiones y la Ca- minis, quartumque viris erudiendis deseruit.ls
pilla de San José de los Naturales. También ahí se cons- En los cuatro ángulos de estas áreas hay otras tantas ca-
pillas, de las cuales la primera sirve para enseñar a las ni-
truyó el primer convento propiamente dicho, de muy re-
ñas, otra para los niños, la tercera para las mujeres y la
ducidas dimensiones, que Zumárraga en los años cuaren-
cuarta para instruir a los varones.
tas ayudó a ampliar. Pero todo esto se inició entre 1525 y
1527. Los franciscanos llegados en 1523 y 1524 habitaron
en algún lugar en las cercanías de la primitiva Catedral, En la representación gráfica y explicación de Valadés
de manera que las primeras predicaciones tuvieron que se han definido actividades muy diversas en cada lugar
llevarse a cabo en el recinto ceremonial de Tenochtitlán, del atrio y resulta poco lógico que existan cuatro capillas
semidestruido. para hombres, mujeres, niños y niñas, en donde no se
La propiedad inicial, cercana a la Catedral, fue vendi- específica una actividad definida, sino simplemente ins-
da en cuarenta pesos por los religiosos, en 1525, al trasla- trucción, como en los demás lugares del recinto, para
darse a su nueva propiedad donde surgiría el Convento los cuales sí se ha explicado qué tipo de instrucción se im-
Grande. Así pues, para organizar éste, los misioneros de. parte.
bieron llevar ideas de su primera, aunque corta experien-
cia en el antiguo recinto ceremonial prehispánico.
Uno de los religiosos que redactaron el informe al Visi- Más parece que el cronista franciscano, muy preocupa-
tador Juan de Ovando, hacia 1569, reconoce la conti- do por destacar la labor de enseñanza, olvidó aquí seña-
nuación de prácticas indígenas en la manera de convocar lar las funciones litúrgicas o ceremoniales que deberian
a los niños para darles instrucción. Así se lee en el llama- ser mencionadas como principales, aludiendo solamente
do Códice Franciscano: a una función adicional y secundaria, que no da explica-
ción cabal de tales capillas construidas. .

Los autores están de acuerdo en relacionar la existencia


Para congregar estos niños se tiene este orden: que en cada. de las capillas posas con las procesiones de cualquier ce-
barrio 6 en cada vecindad se instituye un viejo de los más an- lebración religiosa en el medio rural. En forma extensa, el
Cianos que hay, el cual tiene cargo de llamar y recoger los de historiador John MCAndrew analiza en su libro ya cita-
aquel su barrio, y de llevarlos a la iglesia y mirar por ellos, y
do, las razones que pidieron tener los monjes para fo-
volverlós á sus casas, que es conforme a su antigua cos-
tumbre; porque a los tales viejos, como á privilegiados de las
mentar esta práctica, que todos los cronistas del siglo
obras comunes y otros trabajos en que se ocupan los que XVI y XVII comentan, a menudo con gran entusiasmo;
tienen fuerzas corporales, se les encomendaba este negocio, y pero ni este autor, ni otros, se han referido al antecedente
también porque ,los muchachos les tengan más respeto y reve- europeo nacido en pleno siglo XlII y renovado con gran
rencia, y ellos más autoridad para guardarlos y mirar por ellos. 17 solemnidad en el siglo XV.
9

.
El papa Urbano IV, profundamente conmovido por el niencia de multiplicar la celebración de este ritual, para
episodio conocido como E/ Milagro de Eo/sena, instituyó otras festividades ,religiosas, de menor categoría, explica
-por medio de su Bula Transiturus, fechada el 8 de sep- razonablemente el cambio operado de altar provísional a
tiembre de 1264- la fiesta de Corpus Christi. Esta festi~ capilla de cal y canto dentro del recinto.
vidad, famosa en los anales eclesiásticos desde su origen, En lo que respecta a capillas abiertas, el documento de
por la amistosa competencia que tuvo lugar entre el do- fray Diego de Valadés, revela pistas de una evolución in-
minico Santo Tomás de Aquino y el franciscano San dependiente de la de los atrios. Quizá el antecedente más
Buenaventura al responder al llamado papal para redac- remoto, podría confundirse con el de las capillas posas en
tar las oraciones e himnos de los oficios religiosos de esa su caracter de altar provisional cubierto con una ramada.
celebración, se caracterizó de inmediato por la procesión Durante la campaña militar y en los primeros ~ías des-
que recorría las principales calles de cada población. Al pués de la caída de la capital azteca, la Misa solamente
popularizarse la costumbre, surgió la emulación de cada pudo celebrarse en altares provisionales con alguna pro-
barrio para adornar mejor el camino que debía recorrer- tección o adorno hecho de ramas y flores, en cuya cons-
se; al ampliarse los recorridos, fue necesario programar trucción rápida, los indígenas eran expertos. Baste recor-
pausas, para lo cual se preparaban altares provisionales dar las palabras de Motolinía sobre las habilidades
que pronto tuvieron toldos o enramadas para proteger al indígenas, para imaginar lo que pudo suceder en las pri-
sacerdote que portaba la Custodia, de los rayos del sol, a meras jornadas misionales por el territorio:
la vez que permitirle un breve descanso antes de conti-
nuar el recorrido. Estos altares provisionales con enrama- 411. En cualquier parte hallan estos indios con qué cortar,
das adornadas de flores, recibieron el nombre de POSAS. con qué atar, con qué coser, con qué sacar lumbre; no es me-
La fiesta se extendió en el mundo cristiano. Barcelona nester sino decirlos "saca lumbre acá, aquí cose esto, corta
la celebró con procesión, por primera vez en 1319 y Va- aquello", porque ellos se dan tan buena mafia, que luego lo
lencia en 1335. La celebración adquirió mayor relevancia ponen en obra. Sacan lumbre de un palo con otro; a falta de
instrumento de metal, cortan con una piedra, o con los dien-
después de que Martín V, liquidador del Cisma de Occi-
tes, o con las manos; cosen con una pluma, o con una paja, o
dente, le concediera indulgencias especiales en 1419 y que
con una púa de metl; buscan cortar del gordo o delgado de
Eugenio IV hiciera lo propio en 1442. Se sabe que el rey mil raíces, yerbas o del cardón llamado metl, que casi en toda
Alfonso IV en 1424 participó en la procesión llevando la tierra los hay; si la noche los toma en el camino, luego ha-
una de las varas del patio y que Carlos V hizo lo mismo cen sus ranchos e chozas de paja, especial cuando van con es-
en 1535, ambos en la ciudad de Barcelona. 19 pañoles o con señores naturales.
No es pues de extrañar que los misioneros venidos a 412. Casi todos, hasta los muchachos, saben los nombres de
Nueva España celebraran la fiesta del Corpus con espe- todas las aves, de todos los animales, de todos los árboles, de
cial solemnidad. Fray Toribio de Benavente y fray Barto- todas las yerbas; y en el tiempo que el campo está verde, que
lomé de las Casas narran con gran entusiasmo la celebra- es la mayor parte del año, conocen mil géneros de yerbas e
ción de esta fiesta en Tlaxcala el año de 1538, dando de- raíces que comen. Todos saben labrar una piedra, hacer una
casa simple, torcer un cordel e una soga, e los otros oficios
talles de la procesión y del teatro religioso con que se so-
que no demandan sotiles instrumentos o mucha arte.21
lemnizó, en el gran patio frente a la iglesia. Las Casas,
por cierto, citando a Motolinía explica la existencia de ese
Estas habilidades tan alabadas por los cronistas, de-
patio, que no es otra cosa que el recinto sagrado -en este
bieron ser la base inicial para los primeros altares provi-
caso adosado a la iglesia- cuya creación atribuve a los
sionales, enramadas y capillitas donde se celebró la Misa
indígenas:
al iniciarse la gran campaña misionaI. Su funcionamien-
to, en vistas de su reducida dimensión, sólo pudo ser la
Todo esto hasta aquí, con lo demás que arriba en el prece- que es propia de las capillas abiertas, es decir, la de pres-
dente capitulo se ha dicho, son palabras formales de aquel
biterio cubierto exclusivamente, dejando el espacio pro-
padre qu~ arriba alegué (MQtolinía), sin quitar ni porte' alg\l-
pio de la 'nave, a cielo abierto.
na, El patio que dice aquí es una plaza grande cerrada de al-
menas, obra de un estado de suelo, poco más o menos, blan- lohn McAndrew, al inicio de su capítulo IX sobre ca-
queadas de cal, muy lindas que hacen los indios delante de la pUlas abiertas, dice lo siguiente:' '
puerta de cada iglesia, donde caben treinta y Cuarenta y cin-
cuenta mili personas, cosa mucho de ver,20

Hay entonces una clara relación entre la necesidad de


sustituir la brillantez del ceremonial religioso indígena
con la solemnidad de las -:procesiones del Corpus, de 2. Planta deducida del grabado de fray Diego de Valadés, representan-
amplios antecedentes europeos, en la inclusión de las ca- do una etapa previa a la integración del elemento que hoy llamamos
pillas posas dentro de los recintos sagrados. La con ve- atrio, dentro del conjunto caracteristico monacal del siglo XVI.
10

I
.
11

i
More than cathequizing or making processions, the celebra- Sequuntur deinde templa primaria, quae intus et extra magna
ting of Masses was the most important of the uses of the arte extructa sunt el quidem plurium tata saxea atque omnia
atrio: this was the prime reason for its existence. Proper ce- eiusdem pene figurae. Dehinc monasteria et ad alterum latus
lebration of the Mass demanded proper housing for the ce- pomaria. Ea latera ad quae sunt portae cinguntur amplis spa-
lebrant, the altar and the ritual. The open chapel could pro vi- tiosis et apricissimis porticibus in quibus religiosi confessioni-
de this satisfactorily.22 bus audiendis omnibusque sacramentis palam administran-
dis, vacant. 23
Pero la Rhetorica Christiana da evidencia en clara Siguen después los templos principales, que por dentro y
contradicción con la afirmación del historiador citado. fuera, están hechos con grande arte y ciertamente, la
Es indudable que la Misa se celebraba en los recintos mayoria de ellos están construidos totalmente en piedra y
sagrados desde su forma inicial, pero como una de tantas más o menos tienen todos la misma forma. Después están
los monasterios y del otro lado los huertos. El lado al que
actividades, que no quedaba destacada de modo especial.
dan las puertas, está limitado por amplios, espaciosos y
Tal se deduce del grabado y de la descripción de fray
muy soleados pórticos, en los cuales los religiosos se ocu-
Diego de Valadés. pan de oír confesiones y administrar todos los sacramen-
En la ilustración que nos ocupa, aparece un pórtico tos, a la vista de todos.
frontal que hace de fachada principal del recinto sagrado.
El lugar central de la arquería, está señalado por un arco Valadés describe aquí pórticos hacia afuera de los mo-
más amplio, coronado de entablamento y rematado en nasterios. Habla, en efecto, de puertas, en plural; ese la-
cornisa. El resto del pórtico -que no cuenta con los dos do es aquel hacia donde están las puertas, tanto del mo-
elementos últimos mencionados- está formado por tres nasterio, como de la iglesia conventual. Esos pórticos,
arcos más pequeños a cada lado del central. Bajo cada por otro lado, son como el que puede mirarse en el graba-
uno de ellos se desarrolla una actividad distinta. La prin- do, colocado en la parte frontal, hacia afuera y dedicado
cipal, al centro, es la impartición de justicia; los tres espa- a la administración de sacramentos a la vista de todos.
cios hacia la izquierda del observador, están dedicados a Pero en el grabado podemos observar que también se ce-
oír confesiones; los tres hacia la derecha alojan la distri- lebra la Misa; en cambio, en la descripción citada en el
bución de la comunión, la celebración de la Misa y la ad- párrafo anterior, no se menciona la Misa, pero sí los
ministración de la extremaunción. La misa pues, no se ce- sacramentos, y en forma especial la confesión, a la cual,
lebra dentro del recinto propiamente dicho, ni en un lu- en el grabado se dedica el mayor porcentaje de locales.
gar que pueda identificarse como el principal, sino Parece pues que Valadés concede mayor importancia a la
-nótese bien- con los fieles pudiendo asistir a cielo confesión que a la celebración de la Misa.
abierto, pero fuera del recinto. Hay que recordar también, como ya quedó señalado
Esta parte del grabado es enigmática, pues el pórtico anteriormente, que el cronista, al describir el pórtico del
no parece tener comunicación con el interior del recinto, grabado, pone especial cuidado en explicar la impartición
sino que está formado por un gran local, abierto solo ha- de justicia -evidentemente la más importante en la
cia el frente -el de la impartición de justicia- y tres, a ilustración- aclarando que sola~ente se tratan casos li-
manera de nichos, hacia cada lado de él. gados con problemas de conciencia y alegando que los
El problema podría ser sólo de expresión gráfica. Diga- monjes tienen concesiones especiales de la Santa Sede. La
mos que el dibujante optó por representar hacia afuera, presencia del juez indígena indica, sin embargo, que ahí
lo que en realidad miraba hacia adentro, pero que no se ventilan casos comunes y no exclusivamente ligados a
podía quedar visible en el dibujo, por quedar de espaldas los problemas de conciencia. Bien sabido es que la inge-
al observador. Pero este problema de expresión gráfica, rencia de los monjes en la Justicia, les acarreó serias difi-
hubiera quedado satisfactoriamente resuelto, si.el artista
cultades con la autoridad civil, que se sentía suplantada
hubiera seleccionado un punto de vista diametralmente en este aspecto.
opuesto, dejando el pórtico en la parte superior de la La preocupación del.escritor por tratar con prudencia
ilustración, de tal manera que, las actividades ahí de- un asunto que daba problemas con el poder laico, quizá
sarrolladas,quedaran con vista hacia el interior del recin- explique el que no haya hecho ninguna reflexión sobre los
to... si ese hubiera sido el caso.
aspectos arquitectónicos del pórtico. .
Así pues, preferimos una interpretación estrictamente La omisión de Valadés en este aspecto, es de lamentar-
realista y no simbólica del grabado. Una de las descrip- se, pues con alguna breve frase, pudo haber aclarado un
ciones de Valadés, del mismo capítulo XXIII hasta ahora punto importan tísima sobre el posible origen de las ca-
comentado, nos inclina a ello.
pillas abiertas. Al no hacerla, ha dejado el campo abierto
El autor, al referirse a los templos conventuales y a to- a las hipótesis.
do el conjunto monástico, déscribe pórticos que están ha- En todo caso, sus palabras y su grabado, contradicen
cia afuera, y que son empleados en la administración de la afirmación de McAndrew sobre la importancia primor-
sacramentos, a la vista de todos:
dial de la Misa tanto en la etapa de recinto sagrado aisla-
12
do, como en la de templo-monasterio, cuando todavía no La orientaciÓn habitual de los conventos de este
se menciona el gran patio enfrente. período es, con la fachada principal hacia el Poniente, el
Pero la descripción trae una menCión y explicación a claustro hacia el Sur y el presbíterio del templo hacia el
las capillas abiertas, en la cual se les asocia al recinto, en Oriente. En este caso la afirmación de se suelen edificar,
la etapa ya avanzada de escuela organizada. Los siguien- se justifica, porque hay excepciones; en las zonas muy cá-
tes renglones vienen inmediatamente después de la alu- lidas, los claustros pueden estar hacia el Norte, para
sión a fuentes donde los nifíos se lavan: aprovechar la sombra del templo y obtener menor asolea-
miento.
Scholis continua solent esse sacella affabre facta in quibus Así pues, la capilla abierta, parece originarse tanto en
diebus feriatis et dominicis conciones ad Indos habentur et los pórticos para sacramentos, como en los altares provi-
missae ce1ebrantur: nulli enim sunt hominum coetus quibus- sionales o ramadas iniciales. De acuerdo con el grabado y
quidem nos praesimus apud quos tam ingentia sint templa, vt las descripciones de Valadés, los pórticos o las capillas in-
omnem turbam capere possint etiamsi duplo maiori essent geniosas aisladas, podían encontrarse tanto hacia afuera
magnitudine.24 de los recintos sagrados como hacia afuera de los monas-
Junto a las escuelas suele haber capillas ingeniosamente
terios. Esto lleva a considerarios como elementos yuxta-
construidas en las que los días feriados y domingos se or-
ganizan reuniones para los indígenas y se celebran Misas; puestos, que siguieron un camino de evolución paralelo,
no hay en efecto, ninguna comunidad de personas entre pero independientemente al de los recintos y al de los mo-
las que nosotros presidímos, cuyos templos sean tan gran- nasterios como tales. En la etapa final, el recinto conver-
des que puedan contener a toda la multitud, aunque tido en atrio y el pórtico sacramental o el altar provi-
fueran el doble de grandes. cional inicial reducidos a capilla abierta, se integraron al
convento, para formar el conjunto monástico típico tal
No cabe duda que esta cita alude a las capillas abiertas, como lo conocemos.
pues no se trata de templos (templa), sino de capillas (sa- Los pórticos iniciales, al llegar a su forma final y defi-
cella). Su funcionamiento es calificado por el autor, de nitiva, integrada al conjunto monacal, dieron origen al
ingenioso (affobre). La multitud asistente es tan grande, elemento que, sin suficiente fundamento, ha sido llama-
que no cabrían en un templo, aunque fuera dos veces ma~ do portal del racionero, o también portal de peregrinos,
yor. Tampoco están dentro de los recintos, sino al lado
(continua). Además, su existencia no es afirmada con el
mismo caracter absoluto con el que se declaran otros ele-
mentos; en este caso, uno tiene la impresión de que en al-
gún caso podrían no existir, pues dice que suele haber (so-
knless~. .
En cuanto al servicio que estas capillas prestan, es claro
que no es para los nifíos; estos van a la iglesia y ahí se por-
tan con gran elegancia.
Estas instalaciones son para toda la población y fun-
cionan los domimgos y días festivos. La redacción mísma
en latín sugiere nuevamente un lugar secundario para la
Misa pues dice que se organizan reuniones para los
indígenas (canciones habentur ad Indos), y además, se di-
cen Misas (et missae celebrantur).
La localización contigua a las escuelas, a su vez coloca-
das aliado ízquierdo de los templos -es decir, del lado
contrari'o a los claustros del monasterio, confirman su
.~
existencia en una etapa avanzada de la evangelización,
pero anterior a la colocación del recinto frente a templo y
convento. No hay duda al respecto de la ubicación, pues
ésta queda confirmada con una afirmación del Códice
Franciscano que asegura:
~."
En todos los pueblos de la Nueva España donde residen Reli-
giosos (a 10 menos de esta Orden de S. Francisco) hay es- 3. Representación del conjunto monacal de San Francisco en la ciudad
cuelas, las cuales comunmente se suelen edificar dentro del de México -el llamado Convento Grande- con la representación de la
circuito que tienen los frailes, y pegadas' con la iglesia, a la capilla de San José de los Naturales, según aparece en el plano de Santa
parte del Norte.z¡ Cruz, conservado en la Universidad de Upsala. El plano data de 1555.
13

.
el cual, en múltiples casos conocidos, incluye la capilla contemplar los primeros ejemplos de integración ya
abierta. lograda en los conjuntos monacales, antes de viajar a
Además, estos mismos pórticos iniciales, explican la Europa, en 1571, para no retornar jamás.
forma primitiva de la capilla abierta de San José de los Nos parece que en su escrito no hay mencioneso refe-
Naturales, la de Jilotepec o la del Colegio de San Pedro y rencias a los conjuntos finales ya integrados, porque su
San Pablo, tanto como su posterior transformación, ha- máximo objetivo era revelar las labores y resultados de la
ciendo, de paso, más dificil de fundamentar, la hipótesis gran campaña de evangelización, terminada la cual, se
de inspiración en conceptos espaciales de raíz islámica, pudieron organizar los conjuntos monásticosen su forma
sostenida por McAndrew: final. Fue entonces cuando él, al final de la década de los
sesentas, se retiró a la capital de la Nueva España para
No matter when or how it got its final form, and no matter dedicarse a la enseqanza en las escuelas franciscanas, de
how it may best be classified, there can be titde doubt that donde salió hacia Europa al inicio de los años setentas.
the seven-nave San José was patterned on a mosque and its A reserva de analizar con más detalle la Rhetorica
court.26 Christiana, y escudriñar otras crónicas y documentos
contemporáneos a ella, puede adelantarse, con base en el
En términos generales, es claro que un monasterio, tal mencionado capítulo XXIII, que debió ser hacia los años
como lo conocemos, sólo pudo ser construido en aquellos cincuenta cuando se inició la integración lenta de todos
lugares donde se había llegado a formar una comunidad los elementosque iban a constituir el conjunto monástico
cristi,anizada. De este modo, los conjuntos monacales que caracterstico, del cual aún hoy podemos admirar nume-
admiramos, no pudieron ser instrumento de la gran cam- rosos ejemplos construidos por las tres Ordenes Mendi-
pafía evangelizadora, sino que deben ser considerados co- cantes.
mo una consecuencia de ella. No fue, en efecto, dentro de También puede afirmarse que, el grabado de fray
sus límites construidos, donde se realizó la conversi6n de Diego de Valadés, representando un recinto sagrado, no
las masas de población indígena, sino más bien, una vez es tan simbólico como se había supuesto hasta ahora, y
lograda la conversión, se dieron las posibilidades para or- para constatarlo, basta leer con cuidado la explicación
ganizar la construcción de esos conjuntos. escrita por el ilustre franciscano.
Diego de Valadés, por su lado, es un testigo fidedigno De todo lo anterior podemos concluir que, el elemento
que comprendió y describió el momento histórico que vi- que hoy llamamos atrio, tuvo durante la gran campaña,
vió, en forma especialmente clara. Hijo de un conquista- una evolución, en cuyos primeros pasos no se encontraba
dor y de una noble tlaxcalteca, aprendió el.castellano y el ligado a un monasterio, ni se hallaba -en la mayoría de
náhuatl como lenguas maternas, y gracias a su inteligen- tos casos- dentro de ijna población, sino que se le
cia privilegiada y su educación, también dominó el latín, construía aislado; localizado en un lugar conveniente, en
el tarasco y el otomí. Como ayudante de Fray Pedro de medio de varias poblaciones a las cuales servía. De ahí
Gante, participó en la gran campaña evangelizadora, ha- que los cronistas del siglo XVI no le llamaran atrio. En
cia su final, de modo que fue testigo a la vez que actor, en esta etapa inicial, es quizá más conveniente denominarlo
el desarrollo de los acontecimientos del periodo histórico recintosagrado, corno ocasionalmente lo hizo fray Diego
que le tocó vivir. de Valadés.
Es evidente que Valadés presenció la iniciación y el En cuanto a las capillas abiertas, en su escrito también
progreso en la construcción de muchos conventos, y en es posible deducir datos de una evolución, en la que los
algún caso también participó. Consta que en septiembre primeros ejemplos se identifican en el pórtico para admi-
de 1567, actuó como intérprete en la campaña de promo- nistrar sacramentos, donde también se celebraba la Misa.
ción organizada en el pueblo de Huexotzingo; para termi- A ello podemos añadir el proceso paralelo del altar provi-
nar las bóvedas del templo conventual, cuya construcción sional inicial con su ramada, no mencionado en el
había estado suspendida por varios años a causa de la capítulo XXIII, pero.del cual emanaron por distinta fun-
omnipresente falta de fondos. ción, las capillas posas definitivas y las capillasingeniosas
Su test'imonio entonces, es de primera mano; refiere a contiguas a las escuelas, ambas mencionadas por Vala-
los hechos en que participó y describe el ambiente en ei dés.. '. .
. que trabajó. Su relato revela detalles que se originaron al Al integrarse el conjunto monástico, en su etapa final,
inicio de la gran campaña misional, pero que él alcanzó a las capillas abiertas adoptaron diversas formas de acuer-
contemplar aún en plena vigencia. Tal es el caso de los re- do con su distinta raíz, sea de pórtico, sea de altar provi-
cintos sagrados como el representado en el grabado. Pero sional con ramada. Para entonces tenía asignada la fun-
también observó pasos más adelantados en la construc- ción exclusiva de presbiterio cubierto y definitivamente
ción de capillas y templos; que junto con los monasterios, fijo, sirviéndoles de nave descubierta el .inicial recinto
empezaban a cubrir el amplio territorio, durante los años sagrado, ahora convertido en atrio al quedar antepuesto
de su máxima actividad misionera. Finalmente alcanzó a al monasterio. En ese momento, la administración de
sacramentos -excepto la comunión- habría encontrado
formas y ubicaciones más acordes con la milenaria tradi-
ción cristiana y con las recientes normas del Concilio de
Tr~nlo; por su parte, el altar provisional con ramada, ya
no ~ra necesario.
Al valioso testimonio documental de fray Diego de Va-
ladés, habrá que afiadir en el futuro, la comprobación
obj~tiva arqueológica necesaria, Esta disciplina, la
arqueología del período virreinal, es ya una necesidad
qu~ reclama la investigación contemporánea de nuestros
ant~edentes,
Esperemos pues que, en el futuro próximo -ojalá no
muy lejano- la historiografia mexicana y consecuente-
mente la restauración, puedan contar con conocimientos
más amplios sobre este interesante proceso, previo a la
organización final de los conjuntos monacales cons-
truidos por las Ordenes Mendicantes, notables monu-
mentos del siglo XVI, que son parte relevante de nuestro
Patrimonio Cultural. .

D bibliografía y notas
I Kubler, 'teorge Mexican Architecture 01 the Sixteenth cultatis exemplis SilO loco insertis: quae
Century Vale University Press, New Ha- quidem ex Indorum maxime de prompta
ven, 1948,2 Yol. El actor trata el proble- sunt historijs. Unde, praeter doctrinam
ma de los atrios en el tomo 11 pp. 314 a summa quoque delectatio comparabitur.
320, 3S 1 y 430. Apud Petrumíacobun petrutium, Perv-
McAndrew, John The Open-Air Churches 01 Sixteenth- siae, 1579
Century Mexico. Harvard University El capítulo XXIll, pp. lOSa 223, se titula
Press, Cambridge, 1965. Este autor dedi- Del día y año en que la ciudad de Méxíco
ca el capítulo VI, titulado The Atrio (pp; lue ocupada y de la llegada de los reli-
202 a 2S4), a este importante tema, anali- giosos.
zando los usos, la forma, los antecedentes Hay que hacer notar que, por un error tí-
y las cruces atriales. En forma separada pográfico, en la primera edición -que tu-
trata las Posas (capítulo Vlll) y las ca- vo que sufrir muchas vicisitudes antes de
pillas abiertas, The Open Chapel (capítulo aparecer- laS páginas 20S a 212 llevan la
IX). Es interesante hacer notar que el numeración de lOS a 112; por otro lado,
libro entero está dedicado a presentar el no hay las páginas 101 a 108. Asi, en el
carácter de templo al aire libre (open-air capitulo que nos ocupa, la paginación
churches) del conjunto monacal, como correcta deberia ser 20S a 223. En conse-
concepto más amplio y completo que el de cuencia, las páginas 109, 110, 11I y 112,
capilla abierta (open chape!). Este enfo- están en dos lugares distintos de la obra.
que ha sido retornado más recientemente J Chanfón, Carlos Dos Representaciones del Atrio Mexicano
y con múltiples ejemplos por Artigas, en el siglo XVI en CHURUBUSCO 77.
Juan Benito, en su obra Capillas Abiertas Escuela Nacional de Conservación Res-
Aisladas de México, UNAM, México, tauración y Museografia C~ntro Churu-
1982. busco, México, 1978, pp. 9 a 22.
2 Yalades, Didacvs Rhetorica Christiana ad concionandi, el Me he referido con mayor amplitud al
orandi Ilsum accommodala Iltrillsque la- mismo tema en otro trabajo, titulado
15
Caracterfsticas Militares en los Mon.aste- 16 Chafón, Carlos Fundamentos Teóricos de la Restauración
rios Medievales y en los Conventos Men- Tesis para optar por el grado de Doctor en
dicantes Novohispanos del Siglo XVI - Arquitectura UNAM, División de Posgra-
Poblet y Tepeaca, este estudio, aún inédi- do de la Facultad de Arquitectura Méxi-
to, fue presentado como parte de los pri- co, 1983, p. 190.
meros cursos de Doctorado en Arquitec- 17 Varios Autores Códice Franciscano
tura, durante el verano de 1982, al profe- Ed. Salvador Cháves Hayhoe, México,
sor Dr. Rafael Cómez Ramos. 1941, pp. 56-57.
4 Varios Autores Diccionario de la Lengua Castellana di-
18 Valades, Didacvs Op. cit. p. 112 (debiera ser 212).
cho de Autoridades. Francisco del Hierro,
Madrid, 1726-1739,6 tomos. Edición fac- 19 Varios Autores Enciclopedia de la Religión Católica. DaI-
similar en 3 Tomos. Gredos, Madrid, mau y Jover, Barcelona, 1953, Tomo 11,
1969, Tomo 1, p. 479. pp. 1151-1152 Verbum - CORPUS
, Valades, Didacvs Op. cit., p. 110 (debiera ser 210) CHRISTI.
6Ibidem. 20 Casas, Bartolomé Apologética Historia Sumaria. Edición
7 Palomera, Esteban Fray Diego de Valadés O. F. M. Evangeli- comentada de Edmundo O'Gorman
zador Humanista de la Nueva España - Su UNAM, México, 1967, Tomo 1, p. 333.
Obra. Editorial Jus, México, 1962. Benavente, Toribio de Memoriales o Libros de las Cosas de la
Fray Diego de Valadés O. F. M. Evangeli- Nueva España y de los Naturales de ella
zación Humanista de la Nueva España -El Edición comentada de Edmundo O'Gor-
Hombre y su Epoca. Editorial Jus, Méxi- mano UNAM, México, 1971, pp. 482-483.
co, 1963.
21 Ibidem P. 244
Este erudito analista de la personalidad de
fray Diego de Valadés, ofrece en el prime- 22 McAndrew, John, Op. cit., . 340.
ro de sus dos libros una traducción del Más que catequizar o hacer procesiones,
capitulo XXIII. Lamentablemente perma- la celebración de Misas era el más impor-
nece inédita, una traducción completa de tante uso del atrio. Una celebración digna
la Metorica que este autor tiene prepara- de la Misa, exigia alojar convenientemen-
da desde hace varios años. te al celebrante, al altar y al ritual. La ca-
I Valades, Didacvs Op. cit. p. 112 (debiera ser 212). pilla abierta podia proveer esto satisfacto-
9Ibidem. riamente.
10 lbidem p. 110 (debiera ser 210). 23Valades, Didacvs Op. cit., p. 112 (debiera ser 212).
11 lbidem p. 219
12Ibidem p. 110 (debiera ser 210). 24Ibidem, p. 110 (debiera ser 210).
13 Ibidem. 25 Varios Autores Códice Franciscano. Ed. Salvador Cháves
14 Ibidem. Hayhoe, México, 1941, p. 57.
15 Bitterli, Urs Los "Salvajes" y los "Civi/izados" - El 26 McAndrew, John Op. cit., p. 388.
Encuentro de Europa y Ultramar. Fondo No importa cuándo o cómo llegó a su for-
de Cultura Económica, México, 1982, p ma final, y no importa de qué modo se le
199. Titulo original Die "Wi/den" und pueda clasificar mejor, no puede haber la
die "Zivilisierten" menor duda que la capilla de San José con
Ch. Beck'sche Verlagsbuchhandlung, sus siete naves fue hecha sobre el modelo
München, 1976. de la mezquita y su patio.

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