VENEZUELA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y
EDUCACIÓN
ESCUELA DE ARTES
ARTES PLÁSTICAS
para satisfacer las necesidades del culto. Estas Domus Ecclesiaes poseían tanto
mundanas casas romanas; el hogar de Dios, durante los siglos II y III d. C., en
libertad de culto en todos los territorios del Imperio, y especialmente después del
a una masiva doctrina religiosa con millones de seguidores. Fue por ese motivo
renovada fe. De los Domus Eclessiae se pasó a otra tipo de construcción, también
típicamente latina, que fue la basílica. Durante el periodo imperial romano las
adaptadas para recibir a miles de creyentes, adquiriendo así una nueva función
reconstruidas. Las dos últimas, las de San Pedro y San Pablo, fueron las más
del imperio. Una de las más relevantes a nivel arquitectónico y espiritual fue la del
Santo Sepulcro, llamada así porque fue construida justo en el lugar donde, según
planta en forma de T sino una planta distribuida en tres sectores diferentes, cada
uno de los cuales considerado lugar santo: la primera parte del complejo incluía la
entrada y la nave central; la segunda parte estaba constituida por un atrio cerrado
las roca del Calvario; y la ultima parte de la basílica presentaba una construcción
podía llegar el simbolismo cristiano. Pero esta dualidad conceptual ayudó también
a acentuar el misticismo de las basílicas ya que eran vistas por los primeros fieles,
una vez adentro, como el Paraíso en la Tierra, como la materialización del Cielo
termas, capaces de satisfacer las necesidades del cuerpo, las bibliotecas, que
vista de todo aquel que los veía. El sentido del aquí y ahora romano fue
preocupación por la existencia supra terrenal que debía ser conquistada en vida
por el hombre mismo. El reflejo más antiguo y claro de esas percepciones fueron
las catacumbas. Las inmensas necrópolis construidas por los fieles durante los
siglos I, II, III fueron fundamentales para el desarrollo y difusión del culto. Cientos
las cuales no eran solamente fríos y áridos sepulcros sino aéreas cementeriales
exigencias cada vez más grandes de la Iglesia. Y tal panorama fue el que
Fuentes: