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CURSO DE NIVELACIÓN PARA

INGRESANTES 2023
ASIGNATURA:

INTRODUCCIÓN A LA VETERINARIA

CARRERA:

VETERINARIA
Rector
Dr. Alejandro Quiroga

Vicerrectora
Cra. María del Carmen Corzo

Decana
Lic. Stella Maris Quintero
Secretario Académico
Dr. Lic. Aníbal Mendoza
Secretario Administrativo
Tec. Collante Bustos Jonathan A.

Secretaria Estudiantil
Vet. Larisa de los Ángeles González
Subsecretaria de Ciencia, técnica y Extensión
Dra. Marta Riselli
Subsecretario Graduados
Lic. Juan Rafael Montoya
¿Qué es ser Veterinario?

Veterinaria

La Veterinaria (del latín veterinae:bestia o animal de carga) es la ciencia y arte de prevenir y curar
las enfermedades de los animales. En la actualidad se ocupa también de la inspección y el control
sanitario de los alimentos, la prevención de zoonosis, así como el estudio de la manera de obtener el
máximo rendimiento en las explotaciones pecuarias y del manejo de los animales domésticos
(Zootecnia).

Origen de la palabra

Esta palabra tiene varios orígenes posibles:

El origen latino, "Veterinarius", según el escritor Catón, era el conocedor y practicante del arte de
curar las veterinae o veterina, es decir, las bestias de carga.
El nombre de estos animales parece proceder de vetus (viejo /vetusto), porque se trataría de animales
envejecidos, y por lo tanto no aptos para las carreras ni para los carros de guerra y sólo útiles para el
transporte.
Otras fuentes afirman que veterina pudo nacer del verbo veho, vehere, de donde se derivaría vehículo,
que significa precisamente transportar. Un sinónimo de veterinarío es la palabra albéitar de origen
árabe (ésta es la que más me gusto y dió nombre a mi blogg). Uno de sus significados es el que hace
referencia a la persona encargada de curar las patologías de los caballos, animales tan importantes
para la cultura árabe.
Se puede afirmar que en España ha habido tres denominaciones para el médico de animales:
veterinario, mariscal o menescal y albéitar. Nadie pone en tela de juicio el origen latino de la voz
veterinaria, que aparece en la obra del gaditano Columella (s. I) como veterinarius, referida al experto
en el tratamiento del ganado. Sin embargo, desde el árabe, entró a formar parte de las lenguas de la
península Ibérica la voz albéitar (o albéytar) para designar, durante muchos siglos, al veterinario.
Todavía hoy, en el árabe actual, «al-baitar» es el veterinario y «baitara» la actividad veterinaria. Y
este término se expresó en castellano y portugués, aunque también pasó al euskera y al catalán. No
obstante, en la Corona de Aragón, y muy especialmente en Cataluña, la incorporación del término
albéitar se realizó mucho más tarde. En la Corona de Aragón se hablaba de menescales y mariscales
principalmente, aunque en el Reino de Valencia también se utilizaba albéitar con profusión.
A diferencia de veterinario y albéitar, mariscal o menescal procede del mundo germánico. La voz
mariscal es de origen alemán antiguo: «marhskalk», formada por «marh» (caballo) y «skalk»
(sirviente). En la Edad Media, el término se latinizó como «marescallus» o «marescalcus» y aparece
en el occitano antiguo, como «marescal». En Francia se llamaba «maréchal-ferrant» al herrador y
«maréchal-traitant» al sanador. En la Corona de Castilla, el término mariscal no tuvo la significación
de albéitar; no se asimiló a veterinario hasta la época de Felipe V, cuando a los albéitares del Arma
de Caballería se les empezó a llamar «albéitares-mariscales» o simplemente «mariscales».
El veterinario o albéitar o mariscal (inclidas sus "deformaciones" de menescal o marescal) es la
persona que se halla legalmente autorizada para profesar y ejercer la Veterinaria. El Médico
Veterinario ya no se restringe al área de la salud animal, su campo es más amplio que el estudio,
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los animales; ha pasado a desempeñar un notable
papel en los sectores agroindustrial y ganadero. El Veterinario recibe una adecuada formación en
materia de producción y control sanitario de los alimentos de origen animal, destinados a consumo
humano, incluida la conservación de los mismos y toda la legislación referente. Se presta especial
atención a programas de saneamiento ganadero (programas de control de Aftosa, Tuberculosis,
Brucelosis, etc), control de animales salvajes y de compañía y prevención y control de enfermedades
de animales, especialmente de aquellas transmisibles al hombre (Zoonosis). El Veterinario colabora
con la medicina humana en la preparación de sueros y vacunas, nutriéndose mutuamente ambas
profesiones. Es importante también la participación en el control del medio ambiente a fin de
garantizar los equilibrios biológicos de la naturaleza y defendiendo la salud del hombre. Entre las
funciones que pueden realizar estos profesionales se pueden destacar las de observación,
interpretación y diagnóstico de la patología de los animales, mejorar el rendimiento animal y la
ganadería productiva, vigilar la fabricación y puesta en circulación de los productos alimenticios de
origen animal destinados al consumo humano, analizar el comportamiento de los animales, la
investigación y la docencia. En general se podría decir que la profesión veterinaria se ocupa del
cuidado y estudio de la producción, explotación, medicina preventiva y curativa de los animales útiles
al hombre, de sus relaciones higiénico-sanitarias y de la obtención, industrialización y tipificación de
los productos de origen animal.

Historia de la Medicina Veterinaria

ORIGENES UNIVERSALES DE LA MEDICINA VETERINARIA

Al remontarnos a los inicios de la historia de la medicina veterinaria, no podemos omitir el nombre


de Aristóteles, que en su extensa obra sobre historia natural dejó plasmados importantes conceptos
sobre patologías inherentes a los animales.
Estos conocimientos, consultados y ampliados por varios autores, dieron origen a los primeros
tratados sobre la medicina y la zootecnia de los animales. En el caso de los escritores latinos sobresale
“Catón el viejo” (234 – 149 a.C.) en su escrito De re rustica y Varrón (116 – 27 a.C.) autor de tres
libros de agricultura Rerum rusticarum libri III.
A finales del siglo primero, Lucio Julio Columela, en su obra Los doce libros de agricultura, utilizó
por primera vez el término veterinario para definir al pastor que cura las enfermedades de los animales
(Egaña, 1941).
Si bien los pastores ancestrales se dedicaron al tratamiento de enfermedades de los ganados, y en
especial de los ovinos y bovinos, arte reconocido como buiátrica o buiatría, el mayor avance se logró
con los estudios realizados para curar enfermedades de los caballos, por razón de la importancia
fundamental de estos animales como medio de transporte y por su fortaleza y su valor en los ejércitos
que los destinaban a las guerras y a las conquistas, conformando con ellos las divisiones de caballería.
Fue así como surgió La hipoátrica, campo donde, hasta hace unos años, se investigó y se enseñó con
mayor intensidad la veterinaria.
Llama la atención, que mientras el caballo desaparece de América - su lugar de origen, según lo
confirman estudios de fósiles de ejemplares que vivieron en este continente hace más de 60 millones
de años -, persiste al servicio del hombre en Europa, desde donde regresó nuevamente a tierras
americanas con los conquistadores españoles.
El acervo de los griegos y los romanos sobre La hipiátrica fue trasladado a los pueblos bizantinos, al
declinar la civilización latina. De Bizancio, la ciencia hipiátrica pasó al Asia Menor y al Norte de
África hasta llegar a los pueblos musulmanes que hicieron notables aportes a la ciencia veterinaria.

ESPAÑA, PUNTO DE PARTIDA PARA EL CONTINENTE AMERICANO

Con la invasión de los moros a la Península Ibérica, llegaron valiosos conocimientos sobre la
medicina de los equinos, y, con ellos, el término albeitería para definir el arte de curar los animales.
A su turno, se denominó albéitar al profesional dedicado a la práctica veterinaria, denominación
que aún subsiste y que fue consignada en la obra Las Partidas del Rey Alfonso X “El Sabio” (Siglo
XIII).
La importancia de los caballos se hizo más evidente en el medioevo debido especialmente a los nobles
que al recibir el rango de caballeros, debían tener un acervo de conocimientos especiales, para cuidar
los animales y curarles las heridas y otros males, según se relata en la obra mencionada.
Una vez expulsados los moros de España, los Reyes Católicos en sus nuevos dominios reglamentaron
e instauraron el Protoalbeiterato, tribunal conformado por maestros de la herrería quienes adiestraban
a los aspirantes hasta lograr impartirles los conocimientos que le permitieran optar al título de
Albéitar y obtener la autorización para ejercer en forma independiente.
La albeitería se entendió como un arte y, por lo tanto, no tuvo acceso a las universidades que
solo se ocupaban de profesiones como el derecho, la medicina y las humanidades.
Por tal razón, la albeitería se orientó básicamente al herraje y al cuidado de los aplomos de los
equinos, con menoscabo de los conocimientos científicos acumulados por los griegos y por lo
romanos durante siglos sobre la disciplina hipiátrica.
El tribunal de Protoalbeiterato funcionó durante tres siglos hasta la creación de la primera escuela
veterinaria en España en 1793, época en la que se introdujo la palabra veterinario y donde finalizó la
práctica de la abeitaría, después de sortear serias dificultades con dicho gremio.
En un hecho que con los conquistadores españoles llegaron al Continente Americano los equinos y
otras especies domésticas, y con ellos los conocimientos de los albéitares.
Los animales, con excepción de los equinos, eran embarcados y mantenidos vivos con el objetivo de
alimentar la tripulación durante el viaje.
Los que permanecían vivos al final de la travesía eran desembarcados en los territorios recién
descubiertos.
Detrás de los conquistadores y de los aventureros de todas las calañas, llegaron también gentes
laboriosas que colonizaron y poblaron el territorio, implantaron las técnicas hispánicas y trajeron
herramientas y animales domésticos.
El arribo de los equinos y los bovinos al Continente Americano, representó un cambio radical en el
sistema productivo colonial, especialmente en el transporte y como fuente de alimentos, no así en las
labores agrícolas.

PRIMERAS ESCUELAS EUROPEAS

El 1761 se fundó y se puso en funcionamiento la Escuela Real de Veterinaria de Lyon, la primera


institución educativa en esta especialidad en el mundo. Este hecho cristalizó la iniciativa de Claude
Bourgelat presentada a Jean Baptista - encargado por el Gobierno del Rey para los asuntos de la
agricultura-. Luego se fundaron otras escuelas como la Real de Alfort (1776), la de Tolousse (1825)
y la de Nantes.
La hegemonía de las enseñanza de la medicina veterinaria en Francia, se sustentaba en la
investigación avanzada para la época, por parte de los sabios y estudiosos en campos como las causas
de enfermedades, fenómenos biológicos, al tiempo que se nutría con el avance las ciencias médicas
humanas dado el gran número de experimentos que se realizaban con las especies animales, situación
que originó escuelas dedicadas al estudio de la morfofisiología y de la patología comparada.
Posterior a la creación de las escuelas francesas de veterinaria siguieron las demás en el resto de
Europa, destacándose las de Turín (1769), Copenhague (1773), Viena (1775), Dresde (1776),
Hannover (1778), Budapest (1787), Berlín y Munich (1790), Londres (1792) y Madrid (1793).

PRIMERAS ESCUELAS AMERICANAS

Una de las primeras escuelas de Veterinaria fundadas en territorio americano fue la de Nueva York
(1846), seguida por la de Boston (1883).
Entre las primeras de Latinoamérica se encuentra la Escuela Nacional de Veterinaria (1884) de
Bogotá, que actualmente es la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de
Colombia. Posteriormente en 1907, se fundó la Escuela Libre de Medicina Veterinaria de la Habana,
actualmente Facultad de Medicina Veterinaria.
Así, con base en el conocimiento y el arte acumulado por siglos en diferentes culturas y regiones,
surgió la Ciencia Veterinaria que integró la experiencia y sabiduría ancestrales de pastores,
curanderos, guerreros, cazadores y chamanes, con los saberes en medicina veterinaria de los griegos,
romanos, bizantinos y musulmanes, a quienes surgieron los albéitares, los maestros, herreros y
mariscales.
Este esfuerzo se consolidó y se sigue expandiendo con el aporte paciente y productivo de los
investigadores.

HISTORIA DE LA VETERINARIA EN ARGENTINA

Sabido es que el 6 de agosto de 1883 comenzaron las clases en el Instituto Agronómico Veterinario
de Santa Catalina, ubicado en la localidad de Llavallol, provincia de Buenos Aires. Fue la primera
escuela de estudios superiores de veterinaria en el país, por lo que recién en 1887 egresaron los
primeros tres profesionales formados localmente.
Tan sólo había transcurrido una década desde aquella promoción cuando se fundó la Sociedad de
Medicina Veterinaria. El hecho es sumamente destacable pues la cantidad de veterinarios existentes
en el país estimada para 1897 era de apenas poco más de un centenar. De ellos, menos de la mitad
habían egresado de la entonces Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de La Plata,
institución que había sucedido al instituto pionero de Santa Catalina.
En la noche del 27 de marzo de 1897 un grupo de 19 veterinarios se reunió en el local del tattersall de
los Sres. Funes y Lagos en la calle San Martín 153 de Buenos Aires. La invitación la formularon Ángel
Custodio Martínez, Manuel Lecler, Ricardo Dillon, Federico Sívori, Joaquín Zabala y Enrique Pagés.
Asistieron, además de los mencionados, Leonardo Agote, Santiago Bardi, Martín Belsunce, Desiderio
Bernier, Alejandro Cadet, Luis Carigliano, Víctor Even, Calisto Ferreyra, Clodomiro Griffin, Juan
Murtagh, Victoriano Ovalle, Arsenio Ramírez y Rafael Virasoro. La entidad naciente proclamó, entre
sus múltiples fines, la defensa de los derechos profesionales y el cultivo de las relaciones personales
y de gremio.
En la Asamblea del 3 de abril se aprobó el estatuto y se consagró presidente a Ángel C. Martínez, uno
de los tres primeros veterinarios formados en el país. La primera sesión se formalizó el 9 de abril, y
en ella se encontraban presentes los doctores Ángel C. Martínez, Federico Sivori, Manuel Lecler,
Ricardo Dillón, José M. Agote y Enrique Pagés. Figuró como ausente Joaquín Zabala.
Originalmente no tuvo sede propia por lo que funcionó en diversos domicilios y hasta llegó a compartir
con los agrónomos durante algún tiempo el usufructo de un local ubicado en la calle Perú 69 de Buenos
Aires. A fines de 1903 se trasladó a Rivadavia 1110; en 1907 a Maipú 17; en 1914 alquiló una
propiedad en Alsina 890; en 1913 pasó a Florida 248; en 1917 ocupó una casa en Tucumán 694 y en
1923 se mudó al tercer piso de Lavalle 1258 que fue el último local alquilado. En 1926, bajo la
presidencia de Jorge Ortiz de Rozas, se pudo adquirir la propiedad de la calle Chile 1856 donde hasta
hoy funciona la Sociedad y cuyas instalaciones fueron totalmente remozadas primero en 1966 y luego
en 2007.
En marzo de 1909 vio la luz el primer boletín de la Sociedad con el nombre de "Publicaciones de la
Sociedad de Medicina Veterinaria"; en agosto de ese año salió el segundo número pero con el título
de "Anales de la Sociedad de Medicina Veterinaria". Todavía hubo un tercer número en marzo de
1910, pero recién a partir de agosto de 1915 comenzó a editarse la Revista de la Sociedad de Medicina
Veterinaria, que aún hoy se sigue publicando. Fue su primer director el Dr. Alberto Luzio. A partir del
número 4 de 1952 comenzó a figurar en sus tapas el cóndor que es considerado como la insignia
representativa de la Sociedad. Su director actual es el Dr. Jorge Ostrowski.
A lo largo de sus 112 años de existencia han ocupado la presidencia renombrados veterinarios de
nuestro medio cuyos apellidos prestigiaron la profesión. Recordemos por ejemplo al padre de los
veterinarios argentinos Joaquín Zabala, a Juan Nicanor Murtagh, Enrique Durrieu, Oscar M. Newton,
Antonio Pires, Constantino Brandariz, Roberto Cacchione y Martina Segura de Aramburu quien fue
la primera - y hasta ahora única - mujer en ocupar dicho sitial.
La actividad de la Sociedad de Medicina Veterinaria ha sido incansable desde su fundación, siendo
durante sus primeras décadas de existencia la única organización profesional en el país. De allí que
durante muchos años debió bregar solitariamente por el reconocimiento profesional, solicitando la
sanción de leyes que reglamentaran el ejercicio de la veterinaria, la creación de servicios de tal índole
en Zoológicos, la implantación de inspecciones veterinarias en las municipalidades, y la presencia de
diplomados de la carrera al frente de puestos que muchas veces eran ejercidos por idóneos o personas
con títulos ajenos a las ciencias veterinarias.
Le cabe el orgullo de haber solicitado ya desde 1908 la separación de las escuelas de agronomía y
veterinaria en las entonces dos facultades que impartían educación de esta índole. Recordemos que
este notable logro recién se obtuvo en 1920 para La Plata y en 1973 para Buenos Aires. También inició
las gestiones para que los veterinarios pudieran dictar cátedras en institutos de enseñanza secundaria
(1909). Constantemente ha velado por el nivel de excelencia de la enseñanza de las ciencias
veterinarias argentinas y en este sentido es de tener presente su empeño en que sólo se aceptaran como
estudiantes aquellos que tenían título de bachiller (1908) o las gestiones para incluir el estudio de la
industria lechera en la carrera (1937).
La Sociedad ha colaborado - cuando no albergado - con numerosas entidades científicas relacionadas
directa o indirectamente con la profesión. Sólo para ilustrar este aspecto digamos que actualmente
funcionan en su sede, como capítulos de la misma, ramas profesionales dedicadas a: la Parasitología
Veterinaria, los Animales de Compañía, los Animales de Laboratorio, la Historia de la Veterinaria
Argentina, la Cardiología y una agrupación de Mujeres Veterinarias para el Desarrollo.

¿QUE SIGNIFICA LA CRUZ VIOLETA?

El verdadero color que identifica a la veterinaria es el azul, no el violeta. Esto proviene de la Primera
Guerra Mundial, cuando, así como surgió la Cruz Roja para cuidar a los heridos, también apareció la
Cruz Azul, para proteger a los animales. ¿Por qué el violeta? En nuestro país fue el color que
identificaba al centro de estudiantes del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria, que había
sido fundado en 1904 y pasó a la órbita de la Universidad de Buenos Aires en 1909, ya convertido en
Facultad.
De todas maneras el violeta está ampliamente difundido y la mayoría de los veterinarios y futuros
veterinarios nos identificamos con él.

RAMAS DE LA VETERINARIA

Se pueden dividir en tres grandes ramas:

Producción
Salud Animal Salud Pública

VETERINARIA
El médico veterinario ya no se restringe al área de la salud animal; su campo es más amplio el estudio,
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los animales. Desempeña un notable papel en los
sectores agroindustrial y ganadero. El veterinario recibe una adecuada formación en materia de
producción y control sanitario de los alimentos de origen animal, frutas, verduras, hortalizas y setas
destinados a consumo humano (son los llamados Inspectores de Sanidad), incluida la conservación
de los mismos y toda la legislación referente. Se presta especial atención a programas de saneamiento
ganadero, control de animales salvajes y de compañía y prevención y control de enfermedades de
animales, especialmente de aquellas transmisibles al hombre.

SALUD ANIMAL
En un sentido estricto, se define salud como el estado en que el organismo ejerce normalmente todas
sus funciones naturales. Así, en producción animal, el término nos refiere al bienestar fisiológico de
un animal, concepto amplio que no sólo remite a la presencia o ausencia de enfermedades infecciosas,
sino que comprende también a las enfermedades no infecciosas, al hacinamiento, al stress, el
cansancio, la nutrición, la disponibilidad de agua, temperatura, limpieza, atención y cuidado, al abrigo
y a cualquier otro factor que altere dicho bienestar fisiológico.
Un animal que goza de buena salud está contento, alerta y produce eficientemente. Así, un vacuno
saludable en una pastura, comerá tranquila e intermitentemente, estará alerta, tendrá el pelo suave y
brilloso, su mirada será vivaz, sus mucosas y conjuntivas estarán húmedas, se desplazará con
facilidad y permanecerá junto a sus congéneres en el rodeo. Un cordero saludable mamará
agresivamente, jugará, correrá y saltará con otros corderos.
Un caballo de silla sano, en fin, mantendrá la cabeza erguida, estará alerta, buscará afecto y se
desplazará al trote o al galope con soltura.
Por lo tanto, cualquier desviación en el aspecto y el comportamiento (apatía, pelo hirsuto, cabeza
gacha, ojos hundidos, lomo arqueado, movimientos lentos y torpes, separación del rodeo) nos indicará
que la salud está quebrantada.
No obstante lo detallado, existen enfermedades subclínicas (que no tienen manifestaciones externas),
como ser los bajos niveles de infestación parasitaria, que sin embargo se expresan en la práctica con
bajas ganancias diarias de peso y en consecuencia ocasionan importantes pérdidas económicas.

ENFERMEDAD, DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN

En producción animal, el término “enfermedad” puede ser definido como un deterioro de la salud o
una alteración más o menos grave en el normal funcionamiento del organismo.
Existen diferentes tipos de enfermedades. Así, las enfermedades infecciosas son causadas por agentes
patógenos específicos: virus, bacterias, hongos. Algunas de éstas, son a su vez contagiosas, o sea
que pueden ser trasmitidas a otros animales, directa o indirectamente. Las enfermedades parasitarias
son causadas por parásitos externos, internos o protozoos. Ciertas enfermedades infecciosas y
parasitarias, a su vez, pueden ser trasmisibles, esto es, comunes al hombre y a los animales,
encontrándose entre éstas las zoonosis propiamente dichas, que son las que se trasmiten de los
animales vertebrados al hombre. (brucelosis, tuberculosis, leptospirosis, hidatidosis, triquinosis).
Las enfermedades no infecciosas, por su parte, se refieren a las causadas por ciertas anomalías
genéticas (hermafroditismo, síndrome de stress porcino), deficiencias alimentarias (hipocalcemia,
hipofosfatemia, hipocuprosis), enfermedades metabólicas (toxemia de la preñez), o tóxicas, por
ingestión de determinados agentes tóxicos inorgánicos y/u orgánicos (envenenamiento por plomo,
ácido cianhídrico, etc. ).
El término “enfermedad” no está definido por todos de la misma forma. La definición anterior puede
ser considerada amplia. Algunos autores restringen el término a enfermedades que son infecciosas o
infectocontagiosas, designando al otro grupo de afecciones mencionadas, simplemente como:
infestaciones parasitarias, anomalías genéticas, deficiencias alimenticias, síndrome de stress, y así
sucesivamente.
Sin embargo, el propósito de esta unidad, es discutir el tema de la salud animal y los factores que
puedan deteriorarla, en relación con la producción animal y por ende con el bienestar y la
productividad, en su totalidad.

DEFICIENCIAS ALIMENTICIAS
Hace algunos años, cuando la mayoría de los cerdos eran rutinariamente criados bajo condiciones
semi intensivas en pasturas, y cuando las gallinas ponedoras y pollos parrilleros deambulaban en las
chacras y podían consumir pasto e insectos a voluntad, las deficiencias alimentarias no eran tan
comunes. Hoy, sin embargo, la intensificación de la producción y el mayor conocimiento científico,
han puesto en evidencia la importancia que tienen ciertas deficiencias en vitaminas, minerales o
aminoácidos individuales, en un sistema productivo.
A medida que el confinamiento de animales es más frecuente y los alimentos están disponibles
solamente a través del suministro de raciones, y debido a que la selección genética y otras técnicas
son más utilizadas para incrementar la productividad por cabeza o unidad de superficie, se observan
e identifican mayores deficiencias alimenticias.
Estas deficiencias pueden deberse a diversas causas: 1) Bajo nivel del nutriente, como por ejemplo,
un mineral esencial del suelo, dando por resultado un forraje o cereal especialmente bajo en ese
elemento; 2) Una ración preparada con niveles demasiado bajos en un elemento clave; 3) Deficiente
absorción de un elemento; 4) Metabolismo incompleto o bloqueo de un nutriente en las células del
organismo; 5) Requerimiento anormal de un elemento, debido quizá a su metabolización incompleta,
o a causa de algún factor ambiental; o 6) Falla del animal para sintetizar un elemento que normalmente
es sintetizado en su aparato digestivo o en el hígado y en consecuencia es considerado no esencial
en la dieta.
Cuando el suministro de comida es escaso, como sucede en una sequía prolongada, o cuando el
manejo del animal es inadecuado, las deficiencias de energía o proteínas pueden causar
desmejoramiento del estado general, baja productividad y prolificidad y susceptibilidad a
enfermedades infecciosas.
Las deficiencias alimenticias generalmente se evitan mediante la provisión de raciones
nutricionalmente completas, formuladas de acuerdo a los avances de investigación disponibles.
Cuando el suelo tiene deficiencias de ciertos minerales, se dispone de una mezcla de minerales traza
para mezclar con concentrados. Cuando los alimentos producidos en el establecimiento y a bajo costo
son los principales ingredientes de la ración, pero son deficientes en nutrientes, se elabora una ración
que incluya una rica fuente de ese nutriente, aún cuando ese ingrediente pueda ser más costoso. Un
ejemplo son las raciones de maíz y soja para cerdos y aves. Dicha ración es generalmente baja en
aminoácidos como lisina y metionina; en consecuencia las fuentes de alimento como la harina de
sangre, la harina de pescado, o las fuentes comerciales de lisina y metionina pueden ser incluidas en
la ración.
A menudo se agregan nutrientes elaborados u obtenidos del suelo, generalmente vitaminas y
minerales.
Es importante reconocer que puede haber dos niveles de deficiencia. Una deficiencia aguda o severa,
probablemente causará los síntomas clínicos característicos de ella (patognomónicos). Sin embargo,
dichas deficiencias son raras en los rodeos. Las deficiencias subclínicas, difíciles de ver o identificar,
son sin embargo, las de mayor gravitación e impacto, porque impiden que la salud y la producción se
expresen en su mayor potencial.
Por otra parte, tampoco deben agregarse en la ración niveles excesivos de nutrientes. Por ejemplo,
niveles extremadamente altos de vitamina A causarán problemas epiteliales y niveles excesivos de
ciertos minerales pueden interferir con la absorción o utilización de otros nutrientes (sulfatos y/o
molibdeno frente al cobre). En el caso del calcio y fósforo su relación (2:1) es tan importante como
sus niveles.
DESORDENES METABÓLICOS
A menudo es difícil separar los desórdenes metabólicos de las deficiencias alimenticias. El bloqueo
de una vía metabólica puede causar una deficiencia en el organismo, aún cuando la ración sea
adecuada. El hecho de que el aumento de nutrientes contenidos en la dieta pueda eliminar el síntoma
(compensando el bloqueo metabólico) frecuentemente se suma a la creencia de que existe una
deficiencia dietaria.

TOXINAS Y VENENOS
Las toxinas se definen como aquellos productos químicos perjudiciales elaborados por células
animales o microorganismos. Los venenos se definen como aquellos productos químicos
perjudiciales para los animales cuyo origen es una planta en crecimiento o cosechada o en los que la
materia ha sido química o biológicamente elaborada.
En la práctica los términos se utilizan de manera intercambiable; por consiguiente es razonable
discutirlos como grupo.
Las enfermedades producidas por toxinas se denominan toxemias. Las toxinas generalmente pueden
ser divididas en dos categorías:
1) Toxinas antigénicas, producidas por bacterias u otros microorganismos y
2) Toxinas metabólicas elaboradas por células animales (cuerpos cetónicos producidos en el hígado).
Las toxinas antigénicas generalmente son proteínas y promueven la formación de anticuerpos por
parte del animal. La enterotoxemia, causada por Clostridium perfringens del tipo D en ovejas, es
una enfermedad causada por una toxina antigénica.
La cetosis en la vaca o la oveja, a su vez, es causada por toxinas metabólicas. Un inadecuado
metabolismo de hidratos de carbono o su falta, conduce a un catabolismo masivo de grasas
almacenadas para proporcionar energía. Así, los productos finales de este catabolismo (cuerpos
cetónicos) se acumulan y son tóxicos para el animal.
Los niveles altos de nitratos en plantas de crecimiento rápido, o en aquellas plantas cuyo crecimiento
pueda interrumpirse por una helada temprana, o materiales vegetales cosechados durante un período
de crecimiento rápido, pueden causar envenenamiento. Los nitratos son un paso intermedio en la
elaboración de proteínas y gran cantidad de ellas estarían presentes en una planta de crecimiento
rápido en un determinado período. Las heladas o las cosechas impiden que la planta transforme los
nitratos en proteínas. La toxicidad se produce cuando los nitratos se convierten en nitritos en el rumen
antes de que los microbios puedan incorporar efectivamente los nitritos a las proteínas microbianas.
Un número importante de compuestos orgánicos e inorgánicos han sido responsabilizados por la
intoxicación o el envenenamiento del ganado. Los más importantes son:
Inorgánicos Orgánicos
• Plomo Ácido cianhídrico (prúsico)
• Mercurio Nitratos o nitritos
• Arsénico Oxalato
• Cobre Bifenol policlorado (PCB)
• Molibdeno Alcaloides
• Flúor Aceites esenciales
• Cloruro de Sodio
• Selenio
• Zinc
• Azufre
Los suelos que contienen niveles altos de selenio y las pasturas y los granos que se cultivan en ellos,
provocan malformaciones en pezuñas y cuernos en los animales y baja prolificidad..
El flúor constituye un serio problema cuando su concentración en el agua o los pastos es elevado
(fluorosis).
Los antihelmínticos (antiparasitarios) como el tetracloruro de carbono, la fenotiazina y los órgano-
fosforados, usados en determinadas circunstancias, pueden resultar tóxicos en altas dosis o cuando se
administran a animales debilitados.
Otro tanto ocurre con algunos insecticidas para plantas o animales, como los organofosforados,
organoclorados y la rotenona, así como con ciertos herbicidas y rodenticidas.

PARÁSITOS Y PROTOZOOS
El ganado mayor (vacunos, equinos) y menor (ovinos, caprinos y cerdos) y las aves de corral, están
expuestos a infestaciones por parásitos tanto internos como externos.
Los principales parásitos gastrointestinales que afectan a los animales domésticos son los gusanos
redondos y los chatos. Los gusanos redondos adultos producen huevos que salen con las heces. Si la
temperatura y la humedad son adecuadas, los huevos se transformarán en larvas. Estas después de ser
ingeridas por un huésped definitivo, (larva infestante) penetran en la mucosa intestinal, causando
inflamación y dañando la superficie de absorción. Posteriormente, emergen al lumen intestinal y
producen huevos, completando el ciclo vital. Además El Sitio de la Producción Animal del daño
causado por el parásito inmaduro, los adultos pueden expoliar linfa o sangre (hematófagos) y
encontrarse en tal cantidad que causan diferentes y serios perjuicios (anemia, emaciación).
Los gusanos chatos (tenias), que son también comunes en los vacunos, los lanares y en las aves de
corral, tienen ciclos vitales indirectos, ya que parte del mismo se realiza en uno o más huéspedes
“secundarios” específicos ( insectos, artrópodos, etc.).
Los parásitos externos (ectoparásitos) son:
• ‰ Piojos
• ‰ Ácaros
• ‰ Moscas
• ‰ Garrapatas
Los piojos pueden perjudicar al huésped mordiendo o succionando sangre. Algunos ácaros, como
los de la sarna (Psoroptes, Sarcoptes), causan verdaderos estragos. Por ejemplo, la sarna ovina en
Patagonia, es una enfermedad sumamente contagiosa, que lesiona la piel del animal y deteriora la
calidad de la lana, difícil de erradicar y de denuncia obligatoria.
Las moscas de los cuernos y las moscas comunes son insectos succionadores de sangre; algunas
desovan en las heridas produciendo miasis (bicheras), de distinta gravedad, que pueden repercutir en
la performance del o de los animales.
Otros ectoparásitos de importancia son las pulgas, la garrapata, los tábanos, y los mosquitos.
Los parásitos externos succionadores de sangre pueden ser portadores de enfermedades (los
mosquitos, por
ejemplo, transmiten el virus de encefalitis equina; las garrapatas y algunas moscas difunden la
anaplasmosis en los rumiantes). Otros que no muerden ni succionan sangre, transportan
microorganismos de un huésped a otro.
Aunque algunos productos químicos se utilizan como preventivos, los métodos de control más
efectivos incluyen un estricto tratamiento de los deshechos (efluentes), una periódica y rigurosa
limpieza de las instalaciones, buen cuidado y buena alimentación, tratamientos rápidos para heridas
y la rotación de animales en
distintos lotes. Cada uno de estos pasos, contribuye a la interrupción del ciclo vital del parásito o al
aumento de resistencia del animal a la infestación.

AGENTES INFECCIOSOS
Los términos “infeccioso” y “contagioso” son frecuentemente utilizados de manera indistinta. Un
agente infeccioso se define como aquel que es capaz de causar una infección en el cuerpo. Un agente
contagioso es un agente infeccioso que puede ser fácilmente transmitido de un cuerpo a otro. Por
ejemplo, los abscesos localizados en el exterior del animal, son a menudo infecciones causadas por
la bacteria Corynebacterium pyogenes. Sin embargo, esta bacteria no se contagia fácilmente de un
animal afectado a otro sano. Por el contrario, el carbunclo, causado por la bacteria Bacillus anthracis,
es tan infeccioso como altamente contagioso y se transmite fácilmente de un animal a otro.
Los agentes infecciosos varían en tamaño, desde hongos multicelulares o grandes protozoos
unicelulares hasta virus tan pequeños que pueden ser observados solamente en un microscopio
electrónico.

VIRUS
Los virus deben reproducirse necesariamente dentro de las células vivas del huésped. Carecen de
citoplasma y utilizan el sistema metabólico de la célula huésped para reproducirse. La célula huésped,
en ese caso, pierde su capacidad para dividirse, se degenera y las partículas del virus, que son
entonces liberadas, invaden otras células.
Muchos virus son específicos del huésped o pueden ser específicos del tejido. Por ejemplo, la peste
porcina, antes una de las enfermedades del cerdo más graves, ocurre en forma natural solamente en
cerdos. El virus de la aftosa, afecta a las especies de pezuña hendida ( vacunos, ovinos y caprinos y
cerdos). El virus de la encefalitis equina, patógeno tanto para humanos como para caballos y capaz
de infectar aves, afecta principalmente el tejido del sistema nervioso central del huésped.
Muchas enfermedades respiratorias como la parainfluenza en rumiantes, la encefalitis equina y la
bronquitis infecciosa en aves son causadas por virus.
Algunas enfermedades virósicas son transmitidas de huésped a huésped solamente por portadores
específicos (la encefalitis equina por los mosquitos), mientras que otras como la aftosa y la peste
porcina, pueden contagiarse El Sitio de la Producción Animal
por contacto directo entre animales o por contacto indirecto (alimentos, agua, botas, vehículos). Por
lo tanto, las medidas de control incluyen aislamiento, eliminación de portadores y programas de
vacunación.

BACTERIAS
Las bacterias son organismos unicelulares, microscópicos, que se reproducen asexualmente y que
varían ampliamente en tamaño, forma, patogenicidad y carácter específico del huésped. Las
enfermedades zoonóticas como tuberculosis, brucelosis, y salmonelosis son causadas por bacterias
que pertenecen a los géneros Mycobacterium, Brucella y Salmonella, respectivamente.
Las bacterias perjudican los tejidos de sus huéspedes principalmente por la producción de toxinas.
Algunas bacterias (por ejemplo estafilococos y estreptococos) producen y liberan sustancias tóxicas
como subproductos de su metabolismo. Estas toxinas se denominan exotoxinas. Otras bacterias, como
las salmonelas, producen endotoxinas que son componentes celulares liberados para causar daño al
huésped solamente cuando las células bacterianas se disuelven por acción de las lisinas o se
desintegran. Por consiguiente, los síntomas aparecen en el animal más tarde que aquellos causados
por exotoxinas.
Las infecciones bacterianas se controlan corrientemente con el uso de antibióticos u otros
quimioterápicos y se previenen con vacunas específicas.

PROTOZOOS
Los protozoos son animales unicelulares, de tamaño microscópico, pero más grandes que las
bacterias. Las enfermedades protozoarias más comunes de los animales domésticos son las
“coccidiosis”, causadas por parásitos protozoarios llamados “coccidios”. Los coccidios típicos
invaden las células epiteliales del aparato digestivo y
viven como parásitos intracelulares durante la mayor parte de su ciclo vital. A menudo se reproducen
asexualmente en las células epiteliales del aparato digestivo del huésped, producen su ruptura e
invaden otras células, para continuar reproduciéndose.
Después de un cierto número de generaciones asexuales, se forman los gametos masculinos y
femeninos y se forman los oocitos, que son eliminados con las heces y, en condiciones adecuadas
de temperatura y humedad, esporulan en el medio ambiente. Los oocitos esporulados generalmente
son viables (infecciosos), por varias
semanas o meses. Si son ingeridos por algún huésped durante ese período, la enfermedad podrá
propagarse.
Los coccidios son específicos del huésped. Trece especies de coccidios afectan al ganado vacuno y
lanar y once afectan a los cerdos. Ninguna de las especies del ganado vacuno y/o lanar son infecciosas
para los cerdos y viceversa. Los pollos tienen nueve especies de coccidios que pertenecen a un único
género (Eimeria), ninguno de los cuales afecta a los pavos y otros animales.
La coccidiosis causa daños importantes en las paredes del tubo digestivo, trastornos en la digestión,
diarreas y en algunos casos muerte. La enfermedad se previene incluyendo en la ración drogas
llamadas coccidostáticos.
Cuando ocurren brotes de la enfermedad, corrientemente se administran drogas coccidicidas con el
agua de bebida.

HONGOS
Los hongos son plantas unicelulares o multicelulares de un orden bajo de desarrollo.
Entre los hongos filamentosos, los más conocidos son las especies de Tricophyton, que producen
“tiña”, tanto en las mascotas (animales de compañía) como en los animales de granja. A veces,
incluso, puede ocurrir en el hombre por manipular individuos infectados.
La aspergilosis en aves es causada por otro hongo filamentoso llamado Aspergillum. Esta enfermedad
interna, resulta de la inhalación de las esporas de los hongos y de su germinación y crecimiento en el
aparato respiratorio.
La enfermedad en aves jóvenes a menudo se denomina “neumonía de incubadora” debido a los
síntomas parecidos a los de la neumonía y a que ocurre durante los primeros días de vida de los
pollitos.
La histoplasmosis es otra enfermedad fúngica sistémica de animales de granja y humanos. El
organismo es generalmente inhalado con partículas de polvo, provocando infección en los pulmones.
Las enfermedades fúngicas o micóticas son difíciles de tratar y la mejor forma de controlarlas es
impidiendo la exposición de los animales susceptibles. La alimentación con forrajes y el uso de camas
de paja enmohecidos deben ser evitados

RICKETSIAS Y MICOPLASMAS
Las ricketsias son organismos que tienen propiedades similares a las de los virus pero son de mayor
tamaño y raramente afectan al ganado y a las aves de corral.
Los micoplasmas son más pequeños que las ricketsias pero más grandes que los virus, y se ha
demostrado que causan un tipo de mastitis grave, como así también problemas respiratorios en el
ganado mayor y en las aves de corral.
INMUNIDAD Y VACUNACIÓN
La inmunidad es un estado de resistencia del animal frente a un agente productor de enfermedad.
Puede clasificarse en pasiva o activa, según la forma en que se adquirió.
Aunque durante décadas se ha observado que algunas especies animales no son perturbadas por
ciertas enfermedades infecciosas, estudios realizados recientemente sobre la resistencia heredada a
ciertas enfermedades del ganado mayor y las aves de corral, han aportado interesantes conclusiones.
Existen evidencias, por ejemplo, de que la resistencia a la mastitis o al cáncer de ojos en los vacunos
es heredada.
En avicultura, muchos programas de cría, están basados sobre líneas genéticas resistentes a ciertas
enfermedades, como la de Marek.
Otras especies pueden tener grandes posibilidades, pero debido a una prolificidad más baja y a un
intervalo generacional más largo, los adelantos son más lentos.
Los animales recién nacidos de algunas especies están protegidos naturalmente contra algunas
enfermedades, a través del pasaje de anticuerpos por la placenta materna o la leche, durante los
primeros días de vida. Todos tienen en la sangre un nivel relativamente alto de inmunoglobulinas.
Los anticuerpos preformados atraviesan la placenta de la madre al feto en los humanos, los perros,
los gatos y los conejillos de Indias, pero no en los cerdos, el ganado vacuno, lanar, caprino y caballar.
En estos últimos mamíferos, el calostro que es la leche producida los primeros días después del
nacimiento de las crías, es particularmente rico en inmunoglobulinas, otras proteínas (utilizadas en la
producción de otros anticuerpos
específicos) y grasa. En consecuencia, los ejemplares jóvenes de estas especies, adquieren inmunidad
pasiva a los agentes infecciosos específicos, a partir de ese elemento. Por lo tanto es muy importante
que estos animales recién nacidos mamen de sus madres a las pocas horas del nacimiento, ya que la
capacidad del intestino para absorber las grandes inmunoglobulinas que confieren la inmunidad
pasiva, disminuye rápidamente.
El pollo y los pavos recién nacidos, adquieren las inmunoglobulinas a partir de la ingestión de la
yema.
El desarrollo de la inmunidad por exposición del animal a una enfermedad existente explica varios
fenómenos de la producción animal. Los animales recién nacidos o salidos del huevo y mantenidos
durante las primeras semanas en condiciones extremadamente higiénicas o en instalaciones
totalmente nuevas, pueden enfermar cuando son trasladados a instalaciones previamente utilizadas y
no desinfectadas donde hay una población normal de agentes patógenos.
Esta circunstancia a menudo también ocurre cuando el ganado es trasladado de un país a otro, o de
una latitud a otra donde se encuentra una población de microorganismos notablemente nueva y
diferente, frente a la cual no está protegido (enfermedades exóticas).

PRODUCCIÓN ANIMAL

Podemos definir al manejo sanitario como “el conjunto de medidas cuya finalidad es la de
proporcionar al animal condiciones ideales de salud para que éste pueda desarrollar su máxima
productividad, de la cual es potencialmente capaz, en función de su aptitud y de las instalaciones
disponibles”.
En este conjunto de medidas están incluidas tanto aquellas que buscan impedir la introducción de
enfermedades en un rodeo, así como las que evitan la propagación de enfermedades infecciosas dentro
de una determinada región. Por medio de los procedimientos que componen el manejo sanitario, se
trata de evitar, eliminar o reducir al máximo la incidencia de enfermedades en el rodeo para obtener
así un mayor provecho del mejoramiento genético.
Para alcanzar un nivel sanitario capaz de mantener un buen desempeño zootécnico del rodeo y
consecuentemente un lucro aceptable, es fundamental que las medidas sanitarias sean aplicadas en
los animales adultos y en los jóvenes durante todo el año y no solamente en el momento en que los
precios son compensatorios.
La función del técnico responsable de la explotación, es la de buscar la combinación más adecuada
de medidas sanitarias para que en función del sistema de producción adoptado y de la finalidad de la
explotación, el esquema pueda brindar eficiencia y economía.
El objetivo principal en un programa de sanidad del rodeo, es entonces, el de mantener la producción
y la sanidad del animal al nivel más eficiente posible, que permita a su propietario los máximos
beneficios económicos. La meta siempre presente es la de controlar y manejar la sanidad y producción
a un nivel de eficiencia elevado y al mismo tiempo buscar e introducir nuevas técnicas para continuar
mejorando la eficiencia.
Algunos objetivos secundarios, tan importantes como el anterior, incluyen la provisión de un
alojamiento confortable, la minimización de la polución ambiental por los desechos de éstos y la
prevención de enfermedades que son transmisibles de los animales al hombre.
Se debe tener presente que los problemas sanitarios nunca son hechos aislados, sino que por el
contrario, están en relación con: el animal, el rodeo, el sistema de explotación, el establecimiento, el
área, la zona y la región. Por lo tanto, no existe una receta universal, al no ser la biología una ciencia
exacta. El productor debe asignar importancia relativa a distintos elementos de juicio y decidir sobre
su caso en particular y tener siempre presente que algunas enfermedades no se solucionan con
esfuerzos aislados, sino que requieren una acción concertada con vecinos (lucha contra la aftosa, la
brucelosis, la sarna, etc.).
Entonces podemos afirmar que la producción está basada en 4 pilares:

PRODUCCIÓN

Manejo Genética Sanidad Alimentación

METAS DE PERFORMANCE
Los objetivos de la sanidad del rodeo, se logran por la aplicación del concepto de meta de
performance. Una meta de performance es el nivel de sanidad y producción animal que se considera
óptimo y que producirá los mejores beneficios económicos sobre la inversión. Estas metas se
determinan a partir de la performance encontrada en una muestra de establecimientos que se
consideran representativos de la población del establecimiento comercial económicamente viable.
En un programa de sanidad del rodeo, se determina la performance actual de sanidad y producción
animal y se compara con las metas de performance. La diferencia entre ambas es la distancia a
recorrer. Entonces se identifican las razones por las cuales se falla en lograr las metas de performance,
se realizan las recomendaciones para su mejoramiento y se controla continuamente la performance
para evaluar la efectividad de la acción elegida.
El productor debe, a su vez, conocer la magnitud del impacto económico de un erróneo manejo
sanitario sobre la eficiencia productiva del establecimiento, por la presencia de la enfermedad en sí,
en forma evidente o solapada, y por el aumento de costos (insumos y mano de obra) que supone su
control.

BROMATOLOGÍA Y SALUD PÚBLICA

La Bromatología (del griego βρῶμα, broma, alimento y -λογos, logos, estudio) es la ciencia que
estudia los alimentos en cuanto a su producción, manipulación, conservación, elaboración y
distribución, así como su relación con la sanidad. Esta ciencia permite conocer la composición
cualitativa y cuantitativa de los alimentos, el significado higiénico y toxicológico de las alteraciones
y contaminaciones, cómo y por qué ocurren y cómo evitarlas, cuál es la tecnología más apropiada
para tratarlos y como aplicarla, cómo utilizar la legislación, seguridad alimenticia, protección de los
alimentos y del consumidor, qué métodos analíticos aplicar para determinar su composición y
determinar su calidad.
La bromatología estudia los alimentos, su composición química, su acción en el organismo, su valor
alimenticio y calórico así como sus propiedades físicas, químicas, toxicológicas y también
adulterantes, contaminantes, etc. El análisis de los alimentos es un punto clave en todas las ciencias
que estudian los alimentos, puesto que actúa en varios segmentos del control de calidad como el
procesamiento y almacenamiento de los alimentos procesados.
Esta ciencia se relaciona con todo aquello que, de alguna forma, es alimento para los seres humanos
o tiene que ver con el alimento desde la producción, recolección, transporte de la materia prima, etc.
hasta su venta como alimento natural o industrializado verificando si el alimento se encuadra en las
especificaciones legales, detectando la presencia de adulterantes, aditivos perjudiciales para la salud,
la adecuación en la esterilización, el correcto envasado y los materiales del embalaje...
En resumen, la bromatología comprende la medición de las cantidades a suministrar a los individuos
de acuerdo con los regímenes alimenticios específicos de cada ser; por esta razón la bromatología se
divide en dos grandes categorías:
▪ La antropobromatología, que corresponde al estudio de los alimentos destinados
específicamente al consumo por parte del humano.
▪ La zoobromatología, que corresponde al estudio de los alimentos destinados al consumo de
las distintas especies animales y que incluyen el estudio de los valores alimenticios y dietas
en general.
La bromatología estudia los alimentos desde varios aspectos, tales como valor nutritivo, sensorial,
higiénico sanitario, y química analítica, incluyendo la higiene, toxicidad y otras alteraciones.

¿Qué es una zoonosis?

Se considera Zoonosis toda enfermedad transmitida por insectos y animales (vectores) al ser humano.
Entre estas se cuentan, por ejemplo, el paludismo, dengue, alacranismo, oncocercosis, leishmaniosis
y ricketiosis, cuyos agentes son las moscas alacranes, escorpiones, pulgas, chiches y gusanos que se
encuentran en la tierra y que entran al sistema humano a través de la piel.
También existen enfermedades transmitidas por animales de mayor tamaño, como por ejemplo: la
rabia, la toxoplasmosis, triquinosis, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y el hanta; enfermedades cuyos
agentes vectores son: el perro, el gato, el cerdo, las vacas y el ratón de cola larga.
Así, estás enfermedades adquieren cada vez mayor importancia debido al constante aumento de la
población humana, lo que supone que aumentan las posibilidades de transmisión de enfermedades
conocidas, así como el surguimiento de otras desconocidas o aún sin tratamiento, producto de que
cada vez más la civilización conquista o comparte habitats que antes pertenecían a los animales y a
los insectos.

Zoonosis y seguridad alimentaria


En términos de salud y seguridad alimentaria, los productos pecuarios son una categoría más
susceptible a los patógenos que otros productos alimenticios ya que pueden transmitir enfermedades
de los animales a los humanos (zoonosis). La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) estima
que no menos del 60 por ciento de los patógenos humanos y del 75 por ciento de las enfermedades
de reciente aparición son enfermedades zoonóticas. Es bien sabido que toda una serie de
enfermedades humanas son de origen animal (como la influenza común o la viruela). La tuberculosis,
la brucelosis y muchas enfermedades parasitarias internas, como las causadas por la tenia, las
lombrices intestinales y muchas otras, se transmiten a través del consumo de productos animales. Las
enfermedades de aparición reciente como la influenza aviar, el virus Nipah o la variante de la
enfermedad Creutzfeldt-Jakob demuestran el potencial de la interfaz producción animal-seres
humanos para desarrollar y transmitir nuevas enfermedades."

OTRAS FUNCIONES DEL VETERINARIO


El veterinario colabora con la medicina humana en la preparación de sueros y vacunas, nutriéndose
mutuamente ambas profesiones. Es importante también la participación en el control del medio
ambiente a fin de garantizar los equilibrios biológicos de la naturaleza y defendiendo la salud del
hombre.
Entre las funciones que pueden realizar estos profesionales se pueden destacar las de observación,
interpretación y diagnóstico de la patología de los animales, mejorar el rendimiento animal y
la ganadería productiva, vigilar la fabricación y puesta en circulación de los productos alimenticios
de origen animal destinados al consumo humano, analizar el comportamiento de los animales,
la investigación y la docencia.

RADIOLOGÍA VETERINARIA
OBJETIVO GENERAL
1.Familiarizar al estudiante con los conceptos generales sobre radiología veterinaria y su capacitación
para el diagnóstico por imágenes.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1.Conceptualización sobre radiología veterinaria.
2.Evaluación de una imagen radiológica.
3.Reconocer los accidentes o relieves óseos de los huesos y tejidos blandos en una placa radiográfica.

¿Quién regula la actividad de los veterinarios?

La actividad de los veterinarios está regulada por los Colegios Médicos de Veterinarios que rigen en
cada provincia.
Cada uno de los egresados debe matricularse en la provincia que ejerza la profesión, cumpliendo las
normas y disposiciones de cada uno de ellas.
El Colegio Médico Veterinario tendrá por objeto propender al progreso de la profesión, establecer
un eficaz resguardo de las actividades de la misma, así como velar por el mejoramiento científico,
técnico, cultural, profesional, social, moral, y económico de sus miembros, asegurando el decoro o
independencia de la profesión.
Vigilará la defensa de la ética profesional, como así también el cumplimiento de la presente Ley y las
demás disposiciones atinentes al ejercicio de la profesión. Contribuirá al estudio y solución de los
problemas que en cualquier sentido afectaren al ejercicio profesional como así al mejoramiento de la
legislación sanitaria en lo referente a la medicina veterinaria.-

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