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TEMA # 26

Texto: Deuteronomio 28:1-68


Serie: *Llamados para ser Bendecidos*
Tema: “El Origen de la Bendición y la Maldición”

Introducción: Con frecuencia encontramos personas que aceptan únicamente las Bendiciones,
altamente entusiasmados con sus alcances. Es más, lo que buscan al congregarse en una iglesia,
es el ser bendecidos. "Yo he visto que Juan prosperó desde que entró en la religión", dijo una
persona a la que atendí en mi oficina. Era su forma de explicarme cuál era la principal
motivación para hacerse cristiana. Estaba detrás de la prosperidad. Quienes solo persiguen las
Bendiciones están en un tremendo error si desestiman las Maldiciones. Son tan reales como las
primeras, aunque la diferencia es que sus causas son funestas.

I. Si alguien está bajo Maldición


a) Es probable que no lo sepa y tampoco el hecho de que puede ser libre. Las Bendiciones
provienen de Dios; mientras que las Maldiciones proceden como resultado de que alguien
sea rebelde o incrédulo,
b) También es por prácticas muy difundidas en nuestro mundo, y que son promovidas por
Satanás. Entre ellas podemos mencionar el ocultismo, la Nueva Era y ritos religiosos en los
que se adoran dioses muy diferentes a Jehová.

II. Toda Maldición tiene su origen. Deu 28:15


a) En la Biblia leemos que "Como el gorrión en su vagar y como la golondrina en su vuelo,
así la maldición nunca vendrá sin causa" (Proverbios 26:2) El texto nos sirve de base para
aprender un principio importante: toda Maldición tiene una causa: No viene por si sola. La
Biblia nos revela cuál es el origen de las Bendiciones y Maldiciones.
b) Uno de los textos más importantes se halla en el libro del Deuteronomio, capítulo 28,
versículos del 1 al 68. Allá descubrimos el origen y evolución de un estado bendecido o
maldecido. La descripción de las Bendiciones se halla desde los versículos 3 al 13 y las
Maldiciones, desde el 16 al 68.
c) Los versículos 1 y 2 nos muestran que las Bendiciones vienen como consecuencia de:
- Oír la voz de Dios.
- Guardar y practicar los mandamientos. (Deuteronomio 28:2.).
d) Las Maldiciones tienen origen en la maldad del hombre. (Deuteronomio 28:15) dice que son
el fruto de:
- No oír la voz de Jehová.
- No cumplir los mandamientos. Las maldiciones alcanzarán a quien obra así, pero no solo
a él sino a su familia y a sus generaciones, como también a sus posesiones.

Conclusión: Reviste mucha importancia caminar en Bendición. ¿Cómo hacerlo? Moviéndonos


en la voluntad del Señor para nuestras vidas, la cual podemos descubrir en los tiempos de
intimidad que pasamos con Dios, así como en la lectura de Su Palabra: la Biblia.

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