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Ilustración de una de las 10 plagas de Egipto 

Testigos de Jehová

CIENCIA CIENCIA Y RELIGIÓN

Las 10 plagas de Moisés,


explicadas por la ciencia
Desde el agua convertida en sangre hasta las lluvias de fuego, nada de lo que la
Biblia dice que ocurrió en Egipto carece de fundamento científico. 
Cada primavera los cristianos celebran la Pascua, una fiesta que también
comparten los judíos. Ésta se narra en el libro del Éxodo -Antiguo Testamento de
la Biblia-, donde se puede leer acerca de hasta 10 plagas que azotaron a los
egipcios previamente a que Moisés y los judíos pudiesen escapar del Faraón y
emprender su viaje de 40 años hasta Israel a través del desierto.
Ahora, viendo las cosas desde otra perspectiva menos bíblica y más terrenal y
científica, es posible que podamos atribuir a cada "plaga" un fenómeno natural
real en el cual se habrían basado los antiguos escritos.

El agua que se convierte en sangre


Según se puede leer en el Éxodo, capítulo 7 versículo 21, Moisés golpeó el río
Nilo con su bastón y sus aguas se convirtieron en sangre, dando lugar a la
primera plaga de Egipto. Al mismo tiempo, su hermano Aaron lleva a cabo un
fenómeno similar en los canales, estanques y piscinas de todo el país.
Todos los peces del río murieron, y el agua del río Nilo era inbebible para los
egipcios, según los antiguos escritos.

Analizándolo bajo la lupa científica, es probable que lo que sucediese en aquella


época fue una plaga de algas rojas, las cuales aparecen en ciertas condiciones,
produciendo un color rojo sangriento en las aguas. En los océanos, este fenómeno
se conoce como "marea roja", pero también puede suceder en agua dulce -como
en el río Nilo-. Tendría bastante sentido teniendo en cuenta que este tipo de algas
microscópicas contienen toxinas y pueden acumularse en los mariscos y
envenenar a los animales que los consumen. Además pueden producir vapores
que, si se dispersan en el aire, causan problemas respiratorios.
Lluvia de ranas
La segunda plaga que lanzó Moisés sobre Egipto fue una "lluvia de ranas".
Según los antiguos escritos, de repente aparecieron grandes cantidades de estos
anfibios en el interior de todos los hogares egipcios.
Casualmente, el fenómeno de "lluvia de ranas" se ha descrito en más de una
ocasión durante la historia reciente, y en diversos lugares del mundo. El 12 de
julio de 1873, Scientific American publicó un informe que describía "una lluvia de
ranas que oscurecía el cielo y la tierra" tras una tormenta.
Posteriormente, Charles Fort describió también la "lluvia de ranas" en su Libro de
los Condenados (1919); asimismo, en el año 2010, la CBS habló de una gran
cantidad de ranas que salieron de golpe de un lago, probablemente buscando
alimento.
Piojos
La tercera plaga que lanzó Moisés fueron piojos o pulgas, dependiendo de cómo
se interprete la palabra hebrea Keenim. Si se tiene en cuenta que previamente se
había producido una plaga de algas rojas tóxicas y un aumento desmedido de
ranas en el lugar, no es de extrañar que posteriormente aumentase sobremanera
la concentración de determinados insectos.
En este caso la explicación científica es sencilla: las ranas normalmente buscan
insectos para alimentarse, como las moscas, y son precisamente los piojos y las
pulgas entre otros insectos los que controlan que la población de moscas
no sea excesiva; así lo afirmó Stephan Pflugmacher, climatólogo del Instituto
Leibniz de Berlín en un especial emitido en National Geographic en 2010.
Por otro lado, probablemente la elevada concentración de piojos y pulgas puso
las bases para las siguientes plagas. Estos insectos son portadores de la
bacteria Yersinia pestis, causante de la peste bubónica, según un estudio
publicado en Emerging Infectious Diseases; la plaga de forúnculos y la muerte
del ganado de Egipto posteriores perfectamente podrían haber sido dos plagas
causadas a su vez por el exceso de estos insectos -y por ser portadores de la peste
bubónica-, según una revisión publicada en 2008 en el Yale Journal of Biology &
Medicine.
Bestias salvajes
Arov es otra palabra hebrea ambigua que puede traducirse como una "mezcla",
pero que poco a poco ha ido interpretándose para referirse a cualquier animal
salvaje, desde mosquitos a lobos salvajes.
Según el Éxodo, los animales salvajes como serpientes o escorpiones
venenosos fueron la cuarta plaga, donde se incluyen otros animales como leones
u osos.
Sin embargo, un estudio publicado en Caduceus en 1996 llevado a cabo por JS
Marr y CD Malloy afirma que lo que sucedió realmente fue un problema
epidemiológico causado por una alteración del clima, y que lo que representa la
cuarta plaga no es más que grandes enjambres de moscas, como la mosca de
los establos -Stomoxys calcitrans-, un tipo de insecto cuya mordedura puede
llegar a producir tumores.
Ganado enfermo
La quinta plaga lanzada por Moisés fue una misteriosa y contagiosa
enfermedad que afectó a todo el ganado egipcio, matando
rápidamente a todos los animales. Su descripción concuerda con una
enfermedad llamada peste bovina, la cual se produce a causa de un virus y es
extremadamente letal. De hecho, durante los siglos XVIII y XIX, esta enfermedad
arrasó las poblaciones de ganado vacuno de África y Europa.
Según publicó el New York Times en el año 2010, el origen de la peste
bovina estaría en Asia y habría viajado hasta Egipto hace 5.000 años mediante
las prehistóricas rutas comerciales, llegando a matar al 80% del ganado afectado:
200 millones de bovinos murieron en el siglo XVIII en Europa, según un estudio
publicado en Medical History en 1997; posteriormente, 5,2 millones de bovinos
murieron en el siglo XIX en África, según publicó Science en el año 2008. El el
año 2010 se dio esta enfermedad por erradicada.
Forúnculos
Tras la muerte del ganado egipcio, la sexta plaga desatada por Moisés fueron una
gran cantidad de forúnculos cubriendo la piel de los nativos del lugar. Se
trata de protuberancias muy dolorosas, generalmente rodeadas de un halo rojizo,
y cuyo causante es la bacteria Staphylococcus aureus -una bacteria que suele vivir
en la piel humana, pero puede llegar a provocar infecciones-.
En este caso lo que sucedió fue un brote de la erradicada viruela, la cual
también causa ampollas y podría haber afectado a muchas personas al mismo
tiempo, ya que es una enfermedad muy contagiosa. De hecho, existen evidencias
de que la viruela ya afectó a Egipto hace 3.000 años, pues se han encontrado
cicatrices de viruela en varias momias de aquel período, incluyendo al faraón
Ramsés V, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de
EE.UU.
Lluvia de fuego
Tras la muerte del ganado y el gran brote de viruela, los escritos aseguran que
Moisés provocó como séptima plaga una lluvia de granizo de fuego, llegando a
herir a personas, animales y árboles; curiosamente la región de Goshen, donde
vivían los israelitas, no fue afectad, según el libro "Tanakh, A New Translation of
The Holy Scriptures"
Por aquella épica, hace 3.500 años, se produjo una erupción volcánica
en Santorini, una isla situada al norte de Creta en el Mar Egeo, la cual podría
explicar la "plaga". Probablemente la ceniza volcánica se mezcló con las tormentas
eléctricas que azotaron Egipto en aquel momento, dando lugar a una "tormenta de
granizo de fuego", según sugirió la climatóloga Nadine von Blohm, del Instituto de
Física Atmosférica de Alemania a The Telegraph.
Langostas
Tras todas las plagas, el faraón seguía negándose a dejar ir al pueblo judío, por lo
que Moisés desató una octava plaga: lluvia de langostas.
"Se cubrirá la faz de la tierra, de modo que nadie será capaz de ver
la tierra"
Las langostas tenían la misión de devorar las plantas que no habían sido
destruidas por la lluvia de fuego, según dijo Moisés, de acuerdo a los escritos del
libro Tanakh

De nuevo, esta plaga podría basarse en las anteriores: la erupción del volcán de
Santorini habría creado unas condiciones climáticas favorables para que se
produjese un exceso de langostas, según el biólogo molecular Siro Trevisanato,
autor del libro "The Plagues of Egypt: Archaeology, History and Science Look at
the Bible". Las cenizas habrían alterado el clima, produciendo un exceso de lluvia
y mayor humedad, un caldo de cultivo ideal para las langostas.
Oscuridad
La novena plaga fue la oscuridad, la cual podría explicarse de dos formas
diferentes: a causa del exceso de cenizas producidas por el volcán de Santorini, o
a causa de un eclipse solar. Según los antiguos escritos se produjo una oscuridad
tan espesa que "las personas no podían ver entre sí" durante tres días. Sin
embargo, "los israelitas disfrutaron de luz en sus habitaciones"
Precisamente el 5 de marzo del año 1223 a.C. se produjo un eclipse de estas
características, según un estudio llevado a cabo por el arqueoastrónomo Iurii
Mosenkis. El hecho de que los israelitas tuviesen luz en sus casas no tiene sentido
científico, pues no hay explicación para que unos tuviesen luz y los otros no.
La otra hipótesis es la ceniza volcánica de Santorini hace 3.500 años; sin
embargo dicha erupción volcánica sucedió a 800 km de Egipto y antes de que se
produjese el éxodo relatado por la Biblia. 
La matanza de los primogénitos
La décima y última plaga lanzada por Moisés sobre Egipto fue la conocida
como matanza de los primogénitos, donde el hijo mayor de cada casa egipcia
habría perecido tras un aviso previo de Moisés al faraón.
Según un estudio publicado en el año 2003 en la revista Clinical Microbiology
Reviews, el exceso de algas rojas liberó toxinas potencialmente letales -
micotoxinas-, las cuales habrían contaminado el grano de trigo, volviéndolo
mortal.
Según afirmó el epidemiólogo John Marr, jefe de epidemiología del Departamento
de Salud de Nueva York, al portal Slate, tendría sentido; los primogénitos eran
los primeros en recoger el grano, por lo que eran los más expuestos a la
"plaga", ya que estas toxinas también podían esparcirse por el aire

Diez plagas de Egipto


Moisés ante el Faraón

Las diez plagas de Egipto (en hebréo ‫מכות מצרים‬ Makot Mitzrayim), conocidas simplemente


como las diez plagas o las plagas de Egipto, es un relato religioso, que según el Antiguo
Testamento y la Torá, cuenta como el Dios hebreo infligió a los ciudadanos del reino de Egipto
una serie de calamidades, con el fin de que el gobernante dejara libres a los esclavos hebreos y
les permitiera salir de la nación.1
La historia se encuentra en el libro del Éxodo. Este libro describe cómo dos caudillos
hebreos, Moisés y su hermano Aarón, en distintas audiencias concedidas por el faraón, le
informan que Dios les castigaría de manera sucesiva con diez grandes males que caerían sobre
Egipto, si este no accedía a las pretensiones de la deidad.
De acuerdo al relato, Egipto enfrentó los diez males presagiados, siendo el último el que permitió a
los hebreos abandonar la nación.
Antecedentes[editar]
De acuerdo con la tradición judeocristiana, los hebreos (pueblo descendiente de Abrahám) llegaron a Egipto
cuando una terrible escasez de siete años obligó a los pueblos del planeta a dirigirse a ese país para
abastecerse de víveres, ya que gracias al gobernador del país, Egipto tenía abundancia de víveres.
La tradición indica que ese gobernador era José, uno de los hijos del caudillo Jacob. José había llegado a tierras
egipcias como esclavo,vendido por sus hermanos,(Génesis 37) y luego de varios años de vivir en casas de
hombres prominentes dentro del gobierno, llegó a ser nombrado gobernador de Egipto por el regente de la
época.
Dentro de sus planes de gobierno, José implementó reservas de víveres para la escasez que se aproximaba,
llegando a ser, según los últimos capítulos del libro del Génesis un país próspero, ya que todos los demás
países, que no se habían preparado adecuadamente llegaron allí para abastecerse. Entre esos pueblos se
encontraban los hebreos, a los que pertenecía José.
Fue así como, según la tradición, José y su pueblo habitaron dentro de Egipto, con el beneplácito del faraón,
hasta convertirse en un pueblo próspero y numeroso dentro de Egipto.
El libro del Éxodo, el segundo del Pentateuco, la Torá y la Biblia, afirma que fue la expansión de los hebreos la
que propició que las autoridades egipcias los sometieran como esclavos, e implementara el genocidio de los
hebreos.2

Moisés[editar]
La tradición afirma que uno de esos esclavos tuvo un hijo varón. Cuando el niño nació, la partera, incapaz de
entregárselo a las autoridades se lo dio a la familia e informó erróneamente a las autoridades sobre la muerte
del menor.
Su familia, sin embargo, cuando el niño empezó a crecer, lo abandonó en una canasta en el río Nilo, que
posteriormente llegó a manos de la princesa egipcia, quien adoptó al niño 34 y lo nombró Moisés.
Moisés se crio como egipcio, y un día, cuando paseaba por las calles vio como uno de los esclavos hebreos era
maltratado por un inspector. Enojado Moisés lo confrontó, y luego de una discusión acalorada lo asesinó. Sin
embargo, a pesar de haber huido, uno de los esclavos lo reconoció, y se corrió la voz por el país de que el
príncipe había asesinado a un inspector egipcio. Para evitar ser encarcelado, Moisés huyó hacia las montañas,
donde años después se convertiría en pastor de ganados y líder religioso en su comunidad.

Inicios
(Éxodo 5:1-5:9, 7:8-7:13)
Luego de varios años, y guiado por las órdenes de la deidad Yavhé, Moisés y su hermano sanguíneo Aarón se
acercaron al faraón y le informaron de la misión encomendada por Dios, quien exigía la liberación inmediata de
los esclavos hebreos.
Tras una primera negativa del faraón, Dios envió a Moisés y a Aarón nuevamente. En esta segunda audiencia el
cayado de Aarón se convirtió en una serpiente. Los hechiceros egipcios emularon el signo, pero la serpiente de
Aarón devoró a las demás.

Las plagas
I - Conversión del agua en sangre
(Éxodo 7,14-24)
Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y su corte, quienes estaban saliendo del río luego del baño del
regente.5 Siguiendo las instrucciones de la deidad hebrea, Aarón extendió su vara (la misma que se había
convertido en serpiente), y tocó el agua, no sin antes haberle solicitado al regente la libertad de los esclavos
hebreos.
El agua se tornó roja y comenzó a expeler hedor, ya que se había convertido, al parecer, en sangre, por lo que
no era posible beber de su cauce, y causó la muerte de las especies que vivían allí. La plaga afectó a todas las
fuentes hídricas de país, incluyendo los depósitos donde los egipcios almacenaban agua. 6
Sin embargo cuando los hechiceros de la corte replicaron el hecho, el Faraón se negó a acceder a las
demandas de los hebreos y regresó a su palacio. 5 Los ciudadanos, sin embargo tuvieron que cavar pozos para
extraer agua subterránea.
Este desastre ecológico duró una semana.7

II - Invasión de ranas. - La plaga de las ranas


(Éxodo 8,1-15)
Pasados los siete días de la plaga, y en algún momento indeterminado, Moisés y Aarón regresaron ante el
faraón, y ante la negativa a sus demandas, Aarón se dirigió al río, extendió su cayado, y luego de pedir al Dios
hebreo su intercesión, empezaron a salir del agua ranas, que eran animales comunes en esas zonas. 2
Según el relato, Moisés amenazó al faraón de la siguiente maneraː El río expulsaría ranas, y los anfibios
invadirían las casas, los aposentos del palacio, y cundirían en todo el país, sin distinción de ricos ni pobres. Los
hechiceros replicaron también este signo.
Una vez que las ranas cubrieron el país, el faraón le imploró a Moisés y Aarón que intercedieran por él y sus
ciudadanos ante Yavhé, y ellos, luego de recibir instrucciones del regente, al día siguiente oraron para que se
acabara la plaga. Cuando se consumó la oración, Yavhé mató a las ranas que no estaban en el río, ya que el
relato deja en claro que las ranas dentro del río quedarían indemnes. Muertos los anfibios, los egipcios los
acumularon y eso produjo que se desatara una pestilencia. 8 Sin embargo, cuando terminó la invasión, el faraón
reconsideró sus intenciones y se negó a conceder las demandas.

III – Piojos (Éxodo 8,16-19)


Al haber traicionado el faraón su promesa, Moisés y Aarón volvieron a realizar prodigios. Aarón golpeó el polvo
del suelo, y de él emergieron piojos. Según la tradición todo el polvo de la región se convirtió en piojos, y estos
insectos atacaron a todo el país, a animales y personas por igual. A pesar de haber tenido éxito en las anteriores
plagas, los hechiceros reales no pudieron repetir la señal, y afirmaron que era obra de un verdadero dios (o un
dios con poder). Sin embargo el faraón se negó a dejar libres a los hebreos una vez más. 9

IV - Moscas[editar]
(Éxodo 8,20-32)
De acuerdo al relato, Moisés fue avisado por Dios para que en la mañana visitara la corte egipcia cuando se
acercaban al Nilo. Una vez allí, Moisés le exigió al faraón la liberación del pueblo hebreo para hacer sacrificios a
Dios, a lo cual el regente se negó. Seguido de esto, Moisés levantó su vara, y una nube de moscas invadió el
país, pero, por previa advertencia de Dios, los insectos no tocaron la región de Gosén, donde vivían los hebreos.
La amenaza hecha por Moisés dejaba en claro que esa sería la señal para diferenciar al pueblo hebreo del
egipcio.
Una vez invadieron el país, el faraón respondió afirmativamente a la solicitud de Moisés, pero exigió que los
sacrificios se realizaran en tierra egipcia.
La Torá enfatiza que los Arob (‫עָ רֹוב‬, que significa "mezcla" o "enjambre") sólo fueron en contra de los egipcios, y
que no afectó la Tierra de Gosén (donde vivían los Israelitas). El faraón le pidió a Moisés eliminar esta plaga y
prometió permitir la libertad de los Israelitas. Sin embargo, después de que la plaga se fue, el Señor «endureció
el corazón del faraón», y rehusó mantener su promesa.

V - Peste del ganado[editar]


(Éxodo 9,1-7)
La quinta plaga de Egipto fue una terrible peste que exterminó al ganado egipcio, ya fueran caballos, burros,
camellos, vacas, ovejas y cabras. El ganado israelita resultó, una vez más, ileso. De nuevo, el faraón no quería
liberar a los israelitas.

VI - Úlceras[editar]
(Éxodo 9,8-12)
La sexta plaga de Egipto fue una enfermedad cutánea que suele traducirse como «úlcera» o «sarpullido». Dios
les dijo a Moisés y a Aarón que cada uno tomase dos puñados de hollín de un horno, que Moisés dispersó en el
cielo en presencia del faraón. El hollín provocó úlceras en el pueblo y el ganado egipcio. Los hechiceros egipcios
resultaron afectados junto con todos los demás y murieron, sin poder sanarse, mucho menos el resto de Egipto,
pero ninguna de las plagas tocó a los hebreos.

VII - Lluvia de fuego y granizo[editar]


(Éxodo 9,13-35)
La séptima plaga de Egipto fue una destructiva tormenta. Dios le dijo a Moisés que levantase su vara hacia el
cielo, momento en el cual la tormenta comenzó. Era incluso más sobrenatural que las plagas anteriores, una
poderosa ducha de granizo mezclada con fuego. La tormenta dañó gravemente a los huertos y cultivos egipcios,
así como a las personas y al ganado. La tormenta azotó todo Egipto excepto la tierra de Gosén. El faraón le
pidió a Moisés que eliminara esta plaga y prometió permitir a los israelitas adorar a Dios en el desierto, diciendo
que «este tiempo he pecado; Dios es justo, yo y mi pueblo somos malvados». Como una demostración de
dominio de Dios sobre el mundo, la lluvia se detuvo tan pronto como Moisés comenzó a orar a Dios. Sin
embargo, después de que la tormenta cesara, el faraón de nuevo «endureció su corazón» y se negó a mantener
su promesa.
VIII - Langostas y Saltamontes[editar]
(Éxodo 10,1-20)
La octava plaga de Egipto fueron las langostas. Antes de la plaga, Moisés acudió al faraón y le advirtió de la
inminente plaga de langostas. Los funcionarios suplicaron al faraón que permitiera que los israelitas fueran
libres, ya que iban a sufrir los efectos devastadores de una plaga de langostas, pero éste aún era renuente a
ceder. El orador propuso entonces un compromiso: los hombres israelitas serían autorizados a marcharse,
mientras que las mujeres, niños y ganado se quedarían en Egipto. Moisés demandó que cada persona y animal
se fuera, pero el faraón se negó. Dios entonces le dijo a Moisés que levantase su vara sobre Egipto y recogió un
viento del este. El viento se mantuvo hasta el día siguiente, trayendo un enjambre de langostas. La nube cubrió
el cielo, arrojó sombras sobre Egipto y consumió el resto de los cultivos egipcios, acabando con todos los
árboles y las plantas. El faraón volvió a pedirle a Moisés que eliminase esta plaga y se comprometió a permitir
que todos los israelitas pudiesen adorar a Dios en el desierto. La plaga desapareció, pero de nuevo no permitió
a los israelitas salir.

IX - Tinieblas[editar]
(Éxodo 10,21-29)
En la novena plaga, Dios le dijo a Moisés que estirase sus manos al cielo, para que la oscuridad cayera sobre
Egipto. Esta oscuridad era tan pesada que un egipcio podía sentirla físicamente. Duró tres días, tiempo durante
el cual sólo hubo luz en las casas de los israelitas. El faraón entonces hizo llamar a Moisés y le dijo que dejaría
salir a todos los israelitas si las tinieblas eran retiradas de su tierra. Sin embargo, exigió que las ovejas y vacas
se quedasen; Moisés lo rechazó y dijo que en poco tiempo el faraón ofrecería muchos animales para ser
sacrificados. El faraón, indignado, amenazó con ejecutar a Moisés si volvía a aparecer ante él. Moisés contestó
que, en efecto, no visitaría al faraón nuevamente.
Esta novena plaga era especialmente significativa. Se trataba de un ataque directo al faraón, ya que Ra era el
dios egipcio del Sol. La plaga de oscuridad demostraba que el Dios de Moisés era más poderoso que el del
faraón.

X - Muerte de los primogénitos de Egipto[editar]


(Éxodo 11,1-10; 12,29-50)
La décima y última plaga fue la muerte de todos los primogénitos de Egipto y Dios ordenó a los hebreos marcar
sus puertas con la sangre de un cordero, ya que de esta forma no entraría el ángel de la muerte en sus casas
para matar a sus primogénitos. Primero, el ángel de la muerte fue al pueblo de Gosén para comenzar su misión,
pero no actuó gracias a la sangre del cordero puesta en los umbrales de las puertas. Continuó su avance por
Egipto y como no había ninguna puerta marcada con la sangre de cordero, mató a los primogénitos egipcios,
incluyendo al hijo del faraón. Este fue el golpe más duro a Egipto y la plaga que finalmente convenció al faraón
de que debía liberar a los hebreos. Después se arrepintió y fue en su busca, pero fue atajado por los muros de
agua marina que volvieron a su estado natural por orden de Moisés, y el gobernante, -junto con su ejército-,
mueren en el Mar Rojo.

Análisis teológico
Para algunos teólogos y estudiosos de la Biblia, así como egiptólogos que han analizado el relato, las plagas
representan la supremacía del Dios hebreo Yavhé sobre las deidades egipcias, ya que cada plaga representaría
una función de un Dios específico, además de que ninguno de los hebreos sufrió las mismas contingencias. Así,
las plagas descritas atacan a las siguientes figuras sagradas 2ː
I- Plaga del agua en sangre

 Hapi, responsable de las crecidas del Nilo, que se consideraba su espíritu encarnado.
 Hatmehyt, protectora de los peces y especies acuáticas.
 Jnum, guardián del Nilo en la región de Elefantina.
 Osiris, cuyo sistema circulatorio sería el Nilo, cuya crecida tenía relación con la resurrección continua de la
deidad.10
 Satet, responsable de las inundaciones.
 Sopdet o Sotis, representación de la estrella Sirio.
Esta plaga pues, vendría a ser la venganza de Yavhé sobre las muertes de los varones hebreos arrojados al
Nilo. Los estudiosos judíos también afirman que la plaga buscaba humillar al faraón mismo, ya que según esta
interpretación, se decía ser divino y hacía sus necesidades en el río para evitar ser visto como humano por sus
súbitos, lo cual explicaría su presencia ese día en el río. 11
La visión judía de la plaga, que conocen como Dam o sangre116es también un símbolo de liberación. La
«sangre» simboliza calor, emoción y alegría, mientras que el «agua» simboliza lo contrario. Vendría a ser el
cambio de la apatía y la amargura a la alegría y la exaltación. Se configuraba entonces el primer paso para
liberar el alma de las barreras o Metzarim, el nombre hebreo de Egipto que significa, precisamente, limitantes o
barreras.12
Otros estudiosos bíblicos como Coy Roper afirman que para los no creyentes, la plaga no significaba
necesariamente que el agua se volviera sangre, sino que por su color, olor, sabor y apariencia, podía asociarse
con sangre, puesto que el agua nunca dejó de serlo. 6
II - Plaga de las ranas

 Heh, representado con cabeza de rana, era el símbolo de la eternidad.


 Heqet, señora de las ranas, esposa del creador del mundo y guardiana de los nacimientos.
 Kek o Kuk, dios anfibio, personificación de las tinieblas y la oscuridad.
 Nun, la representación de la esencia primaria del universo, representado como hombre rana.
Con esta plaga, el dios hebreo puso a los egipcios en un dilema moral, ya que las ranas eran sagradas para los
egipcios, y matar a una de ellas, aunque fuera por accidente acarreaba una sentencia de muerte para ellos. Es
de esa manera que los egipcios estaban imposibilitados, de acuerdo con esta visión, de moverse o agredir a los
anfibios.2
Para los estudiosos judíos, la plaga se denomina Tzfardea o ranas.13 Esta visión indica que las ranas invadieron
primero al Palacio del Faraón, y luego a las casas y campos de los egipcios. Esto como respuesta al poco
interés que el regente prestó a la primera plaga, ya que a él no le afectó. Se supone que la plaga era la
venganza de Yavhé por los siglos de violencia ejercida hacia los hebreos, y el hecho de que hallan tenido que
recoger las ranas muertas, era una reminiscencia de cuando los esclavos tenían que recoger animales
inmundos en las casas y campos egipcios. Finalmente, el hecho de que sólo invadieron zonas con presencia
egipcia sirvió para delimitar los territorios que estaban en disputa con otros pueblos. 13
Un análisis no judío indica que las ranas eran la muestra de que ninguna criatura merecía culto, y que por su
diminutez, era la victoria de lo insignificante sobre el orgullo y la maldad. 14
III - Plaga de los piojos

 Geb, dios de la tierra y responsable de la abundancia.


 Harpócrates, la forma infante del dios celeste Horus, protector contra los animales salvajes.
 Imhotep, sacerdote y médico deificado como protector de la sanidad.
De acuerdo con esta visión, los kinim eran literalmente piojos, y al haber piojos en los cuerpos de los sacerdotes,
éstos quedaban impuros para su servicio.2
En este caso, no hubo una advertencia previa al Faraón. 15 De acuerdo con interpretaciones cristianas, el hecho
de que los hechiceros hayan afirmado que la plaga era obra del "dedo de Dios", era una manera de decir que la
plaga era resultado de la fuerza omnipotente de Dios, es decir, la prevalencia del dios hebreo, ya no sobre los
dioses egipcios, sino sobre todo el universo. Expresiones similares son "la mano de Dios", "el brazo fuerte de
Dios" y "la diestra de Dios". De acuerdo con esta visión, el hecho de que no existiera aviso previo era una
demostración de la debilidad humana.15
El sustantivo hebreo  ‫ִּכִּנים‬ (kinim) podría traducirse como "mosquitos", "piojos" o "pulgas". Para la visión judía,
debió ser Aarón y no Moisés quien golpeara la tierra, ya que fue precisamente Moisés quien ocultó su crimen (el
homicidio del supervisor) en la tierra. Habría sido esa la respuesta a los siglos de esclavitud sobre los hebreos y
su mano de obra esclava, ya que no había quedado un cm de tierra para poder construir. 16

Historicidad
Una parte del consenso académico indica que Moisés nunca existió como figura histórica, y que el Éxodo es
un mito.17 Sin embargo, existen fuentes extrabíblicas que informan de la presencia de los israelitas en Egipto.
Además, los detalles de las diez plagas en general hacen referencia a fenómenos que aún hoy en día azotan a
Egipto.18
Muchos eruditos coinciden en general en que el Éxodo no es un relato histórico, y que los israelitas se originaron
en Canaán y de los cananeos.1920 El Papiro de Ipuur, escrito probablemente a finales de la XII Dinastía de Egipto
(1991–1803 aC), se ha presentado en la literatura popular como confirmación del relato bíblico, sobre todo por
su afirmación de "el río es sangre "y sus frecuentes referencias a la fuga de los sirvientes; sin embargo, estos
argumentos ignoran muchos puntos que contradice al Éxodo, como los asiáticos que llegan a Egipto en lugar de
irse y la probabilidad de que la frase "el río es sangre" sea simplemente una imagen poética para disturbio. 21 Los
intentos de encontrar explicaciones naturales para las plagas (por ejemplo, una erupción volcánica) han sido
descartados por varios eruditos bíblicos sobre la base de que su patrón, tiempo, rápida sucesión y, sobre todo,
el control de Moisés con poderes sobrenaturales. 2223
Expertos de todo el mundo ofrecen diversas explicaciones científicas, muchas veces controvertidas, que darían
cuenta de las diez plagas bíblicas y del éxodo masivo del pueblo hebreo de Egipto. 24
Otra suposición aceptada por muchos estudiosos es que un pequeño grupo de personas de origen semítico
occidental estaba inicialmente en Egipto y, al migrar a Canaán, se unieron a los grupos de pastores que se
establecieron en las tierras altas y áreas periféricas adyacentes. Dichos eruditos atribuyen a este grupo la
transferencia de la tradición de la esclavitud a Egipto y la fuga milagrosa con ayuda divina. 25

En documentales[editar]
En el documental El secreto de las diez Plagas de National Geographic26 apuntan a dar una serie de
explicaciones climatológicas sobre cómo podrían haberse dado las 10 plagas de forma natural.
Explican que la causa podría haber comenzado con la erupción del volcán de la isla de Santorini, Grecia, en
torno al año 1500 a. C. 27 que habrían provocado terremotos que causarían escapes de dióxido de carbono y
de hierro cerca del Nilo, los cuales al entrar en contacto con el oxígeno, formarían hidróxido de hierro. Éste
tornaría el agua de color rojo, desencadenando la serie de sucesos que explicarían las diez plagas. La falta
de oxígeno generada por la precipitación del hidróxido de sodio en el agua, provoca que todos los peces
mueran. Esta versión se complementa con la de la marea roja. 28
También se le atribuye a una epidemia de la alga tóxica Oscillatoria rubescens la apariencia y el olor del río, ya
que según esta teoría, altas temperaturas habrían causado que el agua se volviera fangosa y eso propició la
expansión de la especie vegetal.29 El color del río sería consecuencia de la muerte de las algas, a quienes
también se les conoce como Sangre Borgoña.30 Las toxinas de la llamada marea roja hubiesen envenenado a
los peces, causando su muerte.28
Esto da origen a la segunda plaga, las ranas, que a diferencia de los peces, pueden salir de las aguas
contaminadas. La carencia de agua limpia crea el ambiente propicio para la aparición de los piojos (tercera
plaga), las moscas (cuarta plaga) y las epidemias bacterianas entre los seres humanos y los demás animales
(quinta plaga).Paralelamente, el dióxido de carbono mezclado con el aire indujo a la gente a una especie de
coma, reduciendo la circulación sanguínea en la piel causando sarpullidos (sexta plaga).
El granizo con fuego, a lo que los científicos llaman granizo volcánico (séptima plaga), era procedente de la
erupción en Santorini. Cuando la nube de cenizas alcanzó la estratósfera, se mezcla con la humedad y forman
una piedra muy similar al granizo. Las bajas temperaturas provocan que nubes de langostas en masa se posen
en Egipto (octava plaga), la propia Biblia habla de que un viento trajo las langostas y otro se las llevó.
La nube de cenizas de 40 km de altura por 200 km de diámetro alcanza el delta del Nilo y provoca oscuridad
(novena plaga). Tras la ceremonia que Moisés había ordenado realizar a los israelitas - y que acabaría siendo
conocida como la cena de Pascua (en hebreo, Pesáj). Los egipcios dormían, entonces, la fuga de gas que había
provocado las primeras plagas al fin entró en erupción.
El dióxido de carbono se filtró a la superficie, y dado que es más pesado que el aire, mataría por asfixia a la
gente que dormía antes de disiparse en la atmósfera. Como los primogénitos de los egipcios gozaban de
privilegios por ser los herederos de las propiedades y demás bienes, dormían en camas casi pegadas al suelo,
mientras que los demás miembros de la familia dormían en los segundos pisos. Los israelitas, sin darse cuenta
de lo que pasaba, pintaron con la sangre de cordero las puertas de sus casas para evitar que sucediera lo
mismo que con los egipcios.
Referencias[editar]
1. ↑ «¿Cuáles fueron las Diez Plagas de Egipto y cómo las explica la ciencia?». culturizando.com | Alimenta tu Mente.
21 de julio de 2017. Consultado el 29 de marzo de 2020.
2. ↑ Saltar a:a b c d e Scott Ashley, Mario Seiglie (29 de abril de 2019). «Las plagas del Éxodo: Juicio sobre los dioses
de Egipto». Iglesia de Dios Unida. Consultado el 29 de marzo de 2020.
3. ↑ Torre, Raul La (12 de junio de 2019). «¿Realmente existió Moisés? Esto es lo que dice la historia y la evidencia
arqueológica». El Definido. Consultado el 29 de marzo de 2020.
4. ↑ «¿Fue Moisés una figura histórica?». historia.nationalgeographic.com.es. 20 de febrero de 2018. Consultado el 29
de marzo de 2020.
5. ↑ Saltar a:a b «Éxodo 7:14-24 NVI». Biblica. Consultado el 29 de marzo de 2020.
6. ↑ Saltar a:a b c Roper, Coy (2012). «Las plagas: El agua se convierte en sangre». LA VERDAD PARA HOY.
7. ↑ «Bible Gateway passage: Éxodo 7:14-25 - La Biblia de las Américas». Bible Gateway (en inglés). Consultado el
29 de marzo de 2020.
8. ↑ «Bible Gateway passage: Éxodo 8 - Reina-Valera 1960». Bible Gateway (en inglés). Consultado el 29 de marzo
de 2020.
9. ↑ «Bible Gateway passage: Éxodo 8:16-19 - Reina-Valera 1960». Bible Gateway (en inglés). Consultado el 1 de
abril de 2020.
10. ↑ «La historia de Isis y Osiris, dos de los dioses egipcios más importantes». okdiario.com. 22 de junio de 2017.
Consultado el 29 de marzo de 2020

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