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Dios los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla.

Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que
se mueve sobre la tierra.»" Génesis, 1, 28

"No digas: "¡Dios me hizo pecar!" porque él no hace lo que odia. 12.No digas: "¡Me hizo
cometer un error!" porque no necesita a un pecador. 13.El Señor detesta el mal, y de igual modo
lo detestan los que temen al Señor. 14.Cuando al principio creó al hombre, lo dejó en manos de
su propia conciencia: 15.Si tú quieres, puedes observar los mandamientos; está en tus manos
el ser fiel. 16.Ante ti puso el fuego y el agua: extiende la mano a lo que prefieras. 17.Delante
de los hombres están la vida y la muerte, a cada uno se le dará lo que ha elegido." (Sirácides
(Eclesiástico), 15, 11- 17)

"Ustedes tienen por padre al diablo y quieren realizar los malos deseos de su padre. Ha sido un
asesino desde el principio, porque la verdad no está en él, y no se ha mantenido en la verdad. Lo
que le ocurre decir es mentira, porque es un mentiroso y padre de toda mentira." Evangelio según
San Juan, 8, 44

"El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y
la tengan en plenitud." Juan, 10, 10

"8.Cristo Jesús permanece hoy como ayer y por la eternidad." Hebreos, 13, 8

"Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir
lleno de esperanza -palabra de Yavé-. Jeremías, 29, 11

"Mi pueblo languidece por falta de conocimiento, y como tú has dejado que se perdiera el
conocimiento, yo también haré que pierdas mi sacerdocio. Te has olvidado de mi Ley, y también
yo me olvidaré de tus hijos." Oseas, 4, 6

"¡Nada de vida desordenada, eso sería buscar la muerte! No hagan cosas que les acarrearían la
desgracia. 13.Porque Dios no hizo la muerte, y no le gusta que se pierdan los vivos. 14.El
creó todas las cosas para que existan; las especies que aparecen en la naturaleza son
medicinales, y no traen veneno ni muerte. La tierra no está sometida a la muerte, 15.pues el
orden de la Justicia está más allá de la muerte. 16.Los impíos sin embargo llaman a la muerte con
gestos y palabras; ven en ella a una amiga y se han prendado de ella; han hecho con ella un pacto
y se hacen merecedores de caer en sus manos." Sabiduría, 1, 12-16

"La envidia del diablo introdujo la muerte en el mundo, y la experimentan los que toman su
partido." Sabiduría, 2,24

"No digas: "¡Dios me hizo pecar!" porque él no hace lo que odia. (Sirácidades 15,11)

"Y si ustedes no renuncian a sus caminos, perecerán del mismo modo.". Lucas, 13, 3

"Jesús empezó a recorrer toda la Galilea; enseñaba en las sinagogas de los judíos, proclamaba la
Buena Nueva del Reino y curaba en el pueblo todas las dolencias y enfermedades." Mateo, 4, 23
"23.También Jesús decía a toda la gente: «Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo,
que cargue con su cruz de cada día y que me siga. 24.Les digo: el que quiera salvarse a sí mismo
se perderá, y el que pierda su vida por causa mía, se salvará." San Lucas, 9, 23

El Espíritu asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Rom (8, 16)

"Poniendo un freno en la boca del caballo podemos dominarlo, y sometemos así todo su cuerpo.
4.Lo mismo ocurre con los barcos: con un pequeño timón el piloto los maneja como quiere, por
grandes que sean, aun bajo fuertes vientos. 5.Así también la lengua es algo pequeño pero puede
mucho; aquí tienen una llama que devora bosques. 6.La lengua es un fuego, y es un mundo de
maldad; rige nuestro organismo y mancha a toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella
y lo transmite a toda nuestra vida. 7.Animales salvajes y pájaros, reptiles y animales marinos de
toda clase han sido y de hecho son dominados por la raza humana. 8.Pero nadie ha sido capaz de
dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener, un derrame de veneno mortal. 9.Con
ella bendecimos a nuestro Señor y Padre y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen
de Dios. 10.De la misma boca salen la bendición y la maldición."  Santiago, 3, 3-10

"Si os enojais, no pequéis ni se ponga el sol sobre vuestra iracundia. No deis entrada al diablo"
Ef 4, 26-27

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