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La Restauración Borbónica (1874-1921)

Tras la expulsión del trono de Isabel II, España atravesó el Sexenio Revolucionario (1868-1874)
hasta que, a causa del pronunciamiento de Martínez Campos en 1874, los Borbones regresaron al
trono de la mano de Alfonso XII. Así comienza el periodo llamado Restauración (de 1874 a 1921), en
el que reinaron Alfonso XII y Alfonso XIII, incluyendo la regencia de su madre.
-Sistema político-
El sistema político de la Restauración comienza con Cánovas del Castillo, un liberal conservador,
y se basa en tres instituciones: monarquía, Cortes y Constitución interna (tradiciones del país). Sus
objetivos eran establecer una monarquía moderada en España, alejar al ejército de la vida política,
consolidar las ideas políticas conservadoras, establecer un sistema de partidos estable (bipartidismo) e
instaurar un Estado único y centralizado.
Todos estos aspectos aparecen recogidos en la Constitución de 1876, bastante conservadora.
Establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, reconocía los mismos derechos que la de
1869, pero los limitaba considerablemente en la práctica y no consideraba la existencia del poder
judicial. Establecía el sufragio censitario (al no precisar nada al respecto), un Parlamento bicameral
con un Senado parcialmente electivo y finalmente, instauraba la monarquía moderada como forma de
gobierno. Cabe destacar que presentaba a España como un Estado confesional con libertad religiosa.
Cánovas pretendía dar estabilidad al país, por lo que impuso un sistema bipartidista entre partidos
dinásticos. De esta forma se el Partido Conservador y el Liberal se intercambiaban el poder
pacíficamente sin desbaratar lo realizado por el anterior. Estos eran sus principales rasgos:
El Partido Conservador (Liberal-Conservador hasta 1884) estaba formado por los alfonsinos de
Cánovas, gran parte de la antigua Unión Liberal y parte del carlismo. El origen diverso de sus
componentes dio lugar a la fragmentación. Sus bases sociales eran la aristocracia, la alta burguesía,
altos funcionarios. Su ideología se basaba en el catolicismo, el conservadurismo y el autoritarismo.
Sus principales líderes durante el XIX fueron Cánovas del Castillo y Francisco Silvela. En el siglo XX
destacaron Antonio Maura y Eduardo Dato.
El Partido Liberal (Fusionista hasta 1885) estaba formado por progresistas menos radicales, el ala
izquierda de la Unión Liberal y algunos demócratas y republicanos. Sus bases sociales eran similares a
las de los conservadores, aunque incluían a más miembros de las clases medias y urbanas.
Ideológicamente, los liberales eran muy parecidos a los conservadores, aunque con un talante más
abierto. Defendían más derechos individuales, sufragio universal (que Sagasta restableció en 1890) y
mayor autonomía para las Cortes, siendo más tolerantes con los republicanos y el movimiento obrero.
Sus principales líderes fueron Práxedes Mateo Sagasta, José Canalejas y el conde de Romanones.
-Sistema electoral-
En principio, el Rey cesaba al presidente del Gobierno (saliente) y nombraba en su lugar al líder del
otro partido dinástico, que formaba un nuevo Gobierno (entrante). Este disolvía las Cortes y
convocaba unas elecciones generales que buscaban dar legitimidad al nuevo Gobierno, que ya había
entrado. Seguidamente, el ministro de Gobernación realizaba el encasillado, repartiendo por provincias
los escaños que debían corresponder al partido del Gobierno entrante, siempre alcanzando la mayoría
absoluta.
Posteriormente, los Gobernadores Civiles y los caciques negociaban para asegurar el cumplimiento
de lo establecido en el encasillado. El día de las elecciones llegaba el pucherazo o falseamiento de las
votaciones mediante procedimientos diversos (votos de fallecidos, votos duplicados, actas
falsificadas…). A veces, la manipulación no era necesaria, ya que los caciques aseguraban el resultado
electoral mediante sus influencias en sus territorios. Esto era sencillo en las áreas rurales, donde vivía
la mayoría de la población, y más difíciles en las ciudades.
El resultado de este sistema fraudulento fue que liberales y conservadores se turnaron en el poder,
ganando las elecciones de forma alternativa siempre por mayoría absoluta. Como todos los partidos
estaban representados en el Parlamento, existía una apariencia democrática.
-La oposición-
Los antidinásticos se apartaban del sistema, rechazaban a la monarquía, a la Constitución de 1876 y
al Estado centralista. Estaban conformados por los nacionalistas, obreros y republicanos.
El nacionalismo catalán surgió a raíz de una serie de cambios económicos y sociales en esos
territorios. Su ideología se basa en la defensa de las particularidades de su territorio (lengua, cultura y
tradición histórica). Se dividen en una vertiente progresista y una más conservadora, que fue la
impulsora del primer proyecto de estatuto de autonomía para el territorio, además de crear la Lliga
Regionalista de Catalunya.
El nacionalismo vasco estaba muy vinculado al carlismo, a los fueros (abolidos por el Gobierno en
1876) y a la figura de Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1894-95.
Frente al catalanismo, el nacionalismo vasco se caracterizó al principio por su radicalismo
independentista y racista, aunque fue moderándose desde principios del siglo XX.
El movimiento obrero tuvo un crecimiento tardío, lento y limitado en España por al escaso
desarrollo industrial del país y la represión del sistema de la Restauración. Desde los años 70 del siglo
XIX se formaron organizaciones de carácter sindical, influidas por las dos grandes ideologías obreras
de la época, anarquismo y marxismo. El anarquismo fue la ideología dominante hasta bien entrado el
siglo XX y su rechazo a participar en la política convencional (partidos, elecciones) limitó el
protagonismo político de las diferentes organizaciones que fueron desarrollándose. La excepción fue
el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado por el marxista Pablo Iglesias en 1879, aunque
tardó en obtener representación en el Parlamento y la consiguió en coalición con los republicanos.
Los republicanos fueron la principal fuerza en la oposición durante esta etapa. Tenían poca
presencia por el sistema electoral fraudulento, por falta de extensión en ciertos territorios del país y
por su división interna. Los partidos más destacaos son el Partido Republicano Radical, encabezado
por Lerroux, y el Partido Reformista, dirigido por Melquiades Álvarez.
-Desastre del 98-
En 1898, tras una guerra contra EEUU, España perdió los territorios que le quedaban en América y
el Pacífico. Hubo una revuelta en Cuba tres años antes, a la que se unió otra en Filipinas. EEUU le
declaró la guerra a España tras acusarla de haber destruido un buque suyo en La Habana. La guerra fue
breve, y en el Tratado de París se reconoció la independencia de Cuba y se entregaron Puerto Rico y
Filipinas a EEUU. Al año siguiente, España vendió a Alemania sus últimas posesiones de ultramar.
Esta derrota generó la primera crisis del sistema de la Restauración, pues la población española se
hizo consciente de la situación que atravesaba su país.
Conclusiones
En conclusión, la Restauración fue un sistema que trajo consigo estabilidad política y alejó al
ejército de la vida política durante unos años. Sin embargo, hubo un fraude electoral total que
desembocó en corrupción generalizada e institucional y un gran atraso económico y cultural contra el
que no se tomaron medidas a pesar de haber estabilidad. Por último, destacamos el Desastre del 98,
que no fue sino una muestra de todos los problemas que había en el país.

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