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Marina Anchuelo Sanfeliu 2BG (amarillo)

BLOQUE 7

7.1 LA RESTARACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): CÁNOVAS DEL CASTILLO Y EL TURNO DE


PARTIDOS. LA CONSTITUCIÓN DE 1876.

Después de la gran inestabilidad de la I República, hay un deseo de orden y paz social,


especialmente entre la burguesía, que ve amenazadas sus propiedades. Antonio Cánovas del
Castillo, líder del partido alfonsino, logró que esos objetivos se identificasen con la vuelta de la
monarquía borbónica en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII (como puede verse en el
Manifiesto de Sandhurst). Aunque Cánovas deseaba que esa restauración no se lograse
mediante un pronunciamiento, el general Martínez Campos proclamó en Sagunto al nuevo
rey, dando inicio a “la Restauración”, que durará hasta 1923.

Para conseguir la estabilidad, el nuevo gobierno tuvo como problemas inmediatos a solucionar
la guerra carlista y la cubana. Consiguió finalizar ambas, aboliendo los Fueros vascos y
prometiendo abolir la esclavitud y conceder la autonomía a Cuba. Para lograr un sistema
político estable era además necesario, poner fin a la intervención del ejército en la política.

Para lograrlo el sistema canovista se va a inspirar en el modelo británico: una monarquía


parlamentaria con dos grandes partidos que se turnan el poder de forma pacífica. En el caso
español, esa alternancia depende de la decisión del Rey, convocando después unas elecciones
marcadas por el fraude electoral.

Los dos partidos que se turnan el poder son: el conservador y liberal. El primero creado por
Cánovas era partidario de limitar más las libertades y de la defensa del catolicismo. El segundo
liderado por Sagasta era partidario de unas libertades más amplias y laico. Sin embargo,
ambos se diferenciaban poco, ya que representaban los intereses de la misma clase social, la
burguesía.

El instrumento para facilitar el turno de partidos era el fraude electoral. El Rey encargaba al
jefe del partido de la oposición la formación del nuevo gobierno. Éste convocaba elecciones y
mediante el “encasillado” se asignaban previamente los escaños, dejando a la oposición una
representación suficiente.

Una red organizada permitía que los resultados electorales fuesen los asignados. La oligarquía
que controlaba el sistema desde Madrid, formada por los altos cargos políticos y otros
personajes influyentes (ministros, propietarios de periódicos…), transmitía sus instrucciones a
las provincias a través de los gobernadores civiles. Por último, en los pueblos estaban los
caciques locales, que podían decidir el voto de mucha gente, usando su influencia (comprando
votos, amenazando o incluso cambiando urnas mediante el “pucherazo”).

Se elabora la Constitución de 1876 por unas Cortes elegidas con sufragio universal masculino,
pero fraudulento. Su redacción es ambigua para que cada partido pueda interpretarla. La
soberanía esta compartida por el Rey y las Cortes. El monarca mantiene importantes poderes:
es el árbitro de la vida política, tiene derecho de veto y es el jefe del ejército. Se limita el
poder de las Cortes mediante el bicameralismo: aunque el Congreso se elige por sufragio
universal masculino, el Senado es elegido por el Rey y los mayores contribuyentes. Otros
rasgos son el centralismo y la oficialidad del catolicismo.
Marina Anchuelo Sanfeliu 2BG (amarillo)

En 1885, muere Alfonso XII y su viuda María Cristina asume la regencia (1885-1902).

Cánovas y Sagasta firman el Pacto del Pardo, en el que se comprometen a respetar el turno de
partidos. Tras él, el partido liberal de Sagasta fue el que gobernó más tiempo introduciendo
algunas reformas, como una nueva Ley de Asociaciones que permitió legalizar los sindicatos
obreros.

En 1897 Cánovas es asesinado y al año siguiente en el desastre del 98 de pierden las últimas
colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En 1902 Alfonso XIII llega a la mayoría de edad y es
proclamado rey.
Marina Anchuelo Sanfeliu 2BG (amarillo)

7.2 LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): LOS NACIONALISMOS CATALÁN Y VASCO Y EL


REGIONALISMO GALLEGO. EL MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO.

A pesar de la solidez del sistema canovista, a finales del XIX surgen diferentes movimientos de
oposición a este régimen. Aunque poco influyentes, tendrán importancia cuando el sistema
entre en crisis. Se divide en tres movimientos:

1 ANTIDINÁSTICOS:

Los carlistas, de carácter conservador, y los republicanos, de carácter izquierdista. Ambos


divididos internamente.

2 MOVIMIENTOS NACIONALISTAS Y REGIONALISTAS:

Surgen en esta época, reivindicando los derechos históricos de sus territorios. Unos tienen
objetivos más moderados (la autonomía para lograr más poderes dentro de España) y otros
reclaman la independencia. Tienen mayor fuerza en las regiones con diferentes lenguas y
mayor nivel de desarrollo económico, como es el caso del nacionalismo catalán y vasco.

NACIONALISMO CATALÁN: Van surgiendo diferentes grupos que reivindican su cultura y más
autonomía y posteriormente se van unificando. Las Bases de Manresa, son el primer programa
que incluye un proyecto de Estatuto de Autonomía. El primer gran partido catalanista será la
Lliga Regionalista.

EL NACIONALISMO VASCO: Surge algo más tarde. El euskera era una lengua menos difundida
limitada al ámbito rural, pero otros factores lo favorecen, como la rápida industrialización, la
inmigración que provoca y el recuerdo de los Fueros perdidos. Más radical que el nacionalismo
catalán, reivindica la independencia y un Estado propio. El principal partido es el Partido
Nacionalista Vasco (PNV), fundado por Sabino Arana, que con el tiempo evoluciona hacia
posiciones más moderadas.

EL REGIONALISMO GALLEGO: Tiene menor fuerza debido al atraso económico de esa región. Es
de un carácter más cultural que político.

3 MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO:

Los trabajadores van tomando conciencia de clase y desean mejorar su situación (largas
jornadas laborales, bajos salarios…). Surge el movimiento obrero en defensa de sus derechos.

La situación del jornalero agrícola era aún peor: carecen de tierras, sus salarios son muy bajos
y sufren paro estacional. Sus problemas son especialmente graves en zonas de latifundios
como Andalucía. A veces recurren a soluciones desesperadas, como la ocupación de tierras,
siendo reprimidos por la Guardia Civil.

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) se crea con la intención de unir los


esfuerzos de los trabajadores del mundo en la lucha contra el capitalismo. Está dividida en dos
tendencias enfrentadas. Los marxistas quieren un Estado fuerte controlado por los
trabajadores y participar en las elecciones. Los anarquistas, seguidores de Bakunin, quieren
abolir el Estado, no participar en las elecciones y utilizar la acción directa violenta.

Ambas tendencias se acaban implantando en España. Los marxistas crean el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE), liderado por Pablo Iglesias y el sindicato UGT. Los anarquistas son
mayoría gracias, a su apoyo entre los campesinos, pero sufren una mayor represión por los
métodos violentos que defienden.
Marina Anchuelo Sanfeliu 2BG (amarillo)

El crecimiento electoral del socialismo fue lento, pero fue logrando representación en las
grandes ciudades, primero de concejales y después también de diputados (tras la elección de
Pablo Iglesias).

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