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Colegio Integrado Madre de la Esperanza


Aeropuerto (Sede F)
Área: Sociales
Docentes:
Blanca Correa: 316 4533427
W. Cacua: 3225231690

ESTOS SON TODOS LOS TALLERES DEL PRIMER PERÍODO DEL ÁREA DE SOCIALES
DE SÉPTIMO GRAD
Taller 1
CAUSAS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO
El declive del Imperio Romano toma varias causas, pero aquellas fundamentales se detallan a continuación. No existe
un orden definido para las causas de la caída del Imperio Romano, ocurriendo muchas de ellas durante el último
período del Imperio, mientras que otras se encontraban presentes a lo largo de sus 500 años de existencia.

Antagonismo entre el Senado y el Emperador


Una de las principales causas que explican la caída del Imperio Romano, consistió en el antagonismo sostenido entre
el Senado y los Emperadores. El Emperador romano poseía el poder legal para gobernar sobre los asuntos religiosos,
civiles y militares del estado, con el Senado actuando como cuerpo consejero. El Emperador tenía el poder sobre la
vida y la muerte, eran poderosos, caprichosos y acaudalados, lo que trajo como consecuencia que se volvieran
corruptos, y muchos de ellos se abandonaran a un estilo de vida perverso, inmoral y engañoso. En no pocas ocasiones,
los Emperadores sufrieron el antagonismo del Senado, pues ocurría que los senadores no simpatizaban con el
Emperador, o este se oponía a los criterios del Senado.

Pérdida de la moral
Otra de las causas fundamentales que dieron al traste con el Imperio Romano, residía en la pérdida de la moral. Este
deterioro, especialmente en la clase alta, la nobleza y los Emperadores, trajo un impacto devastador en el pueblo
romano. Ejemplo de ello, encontramos en la inmoralidad y la promiscuidad de los actos sexuales, incluyendo el
adulterio y las orgías. Algunos Emperadores como Tiberio, mantenían grupos de jóvenes muchachos para sus placeres,
Nerón disfrutaba del incesto, e incluso poseía un esclavo castrado para tomarlo como esposa, Heliogábalo forzó a una
virgen vestal para contraer matrimonio y Cómodo, famoso por su harén de concubinas, enfurecía a la multitud romana
sentándose en el teatro o en los juegos, vestido con prendas de mujer. Esta pérdida de la moral, también afectó a la
clase baja y los esclavos. Las fiestas religiosas, conocidas como Saturnalia o los Bacanales, consistían en la realización
de sacrificios, canciones obscenas, actos lascivos y un derroche de promiscuidad sexual donde muchas veces, estos
actos bestiales y otros sucesos obscenos tomaban también lugar en la arena del Coliseo como mera forma de
entretenimiento. Los burdeles y la prostitución forzada florecieron, al igual que el consumo masivo de alcohol, y los
juegos de azar en los combates de gladiadores, donde no faltaba la crueldad sádica hacia el hombre y las bestias de la
arena.

Corrupción política y de la Guardia Pretoriana


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El poder de la Guardia Pretoriana, la élite de soldados que componían la escolta personal del Emperador, también
cayó en un abismo de corrupción política, a tal punto, que su potestad les permitía a este grupo masivo de soldados,
decidir cuándo un Emperador debía ser depuesto y cuándo debían nombrar uno nuevo. La historia de Sejano,
comandante de la Guardia Pretoriana durante el reinado de Tiberio, ilustra el poderío de los pretorianos. En cierto
punto, la Guardia Pretoriana llegó a subastar el trono del Imperio al mejor postor.

Rápida expansión del Imperio


El rápido crecimiento de las tierras conquistadas por el Imperio condujo a una necesidad de defender las fronteras y
los nuevos territorios de Roma. Los pueblos conquistados, al que muchos romanos se referían como los bárbaros,
mostraban un marcado odio hacia sus conquistadores. Los impuestos establecidos a estos pueblos eran tan altos y
abusivos, que las rebeliones se volvieron un suceso frecuente.

Guerras constantes y alto gasto militar


Las frecuentes sagas bélicas llevadas a cabo por el Imperio, requerían de un presupuesto militar excesivamente grande.
El ejército romano se volvió cada vez más numeroso, y la demanda de soldados era imparable. Los bárbaros, una vez
conquistados, eran autorizados a unirse al Imperio Romano en calidad de mercenarios extranjeros.

Economía decadente y alta inflación


El Gobierno Romano se encontraba constantemente amenazado por la bancarrota, en parte debido al alto costo que
demandaba el Imperio, y en parte también a su economía estancada, los elevados impuestos y una inflación que condujo
al final inevitable del Imperio Romano. La mayoría de los habitantes de Roma apenas pudieron disfrutar de la increíble
prosperidad de esta nación. Por ejemplo, la cantidad de oro enviada al oriente en pago por bienes de lujo, llevó a una
escasez de este mineral para producir las monedas romanas. Como resultado, la moneda romana se devaluó tanto, que
el sistema de trueque hubo de ser implantado en una de las mayores civilizaciones conocidas por el mundo.

Desempleo de la clase trabajadora


La mano de obra esclava y barata fue otra de las grandes causas que provocaron la caída del Imperio Romano. Los
plebeyos de Roma, al no poder competir contra los esclavos, quedaron desempleados y pasaron a depender de las
dádivas del Estado. Además de lo anterior, los romanos pusieron en práctica una política de comercio sin restricciones
que empeoró aún más la situación de los plebeyos, pues se vieron imposibilitados de competir con el comercio
extranjero. Ante ello, el Gobierno se vio obligado a subsidiar la clase trabajadora de Roma para equilibrar las diferencias
de los precios. El resultado final, fue que muchos de los plebeyos decidieron vivir de los subsidios del estado,
sacrificando su nivel de vida por la facilidad de una vida ociosa. La evidente diferencia entre los romanos ricos y pobres
aumentó aún más.

El costo de los juegos de gladiadores


Si los miles de ciudadanos romanos desempleados se hartaron de sus vidas, esto llevó a numerosos disturbios civiles y
motines callejeros. El populacho necesitaba encontrar un modo de entretenerse, y los espectaculares juegos de
gladiadores comenzaron a llenar el vacío de sus vidas. El costo de estos juegos corría a cargo de los Emperadores, y
por ende del Estado, por lo que muchos corruptos políticos patrocinaron los juegos para ganarse el favor y el apoyo
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del pueblo. El costo de los juegos de gladiadores, eventualmente llegó a representar un tercio de los ingresos totales
del Imperio Romano.

La esclavitud
El número de esclavos se incrementó dramáticamente durante las dos primeras centurias del Imperio Romano. La
dependencia del pueblo romano a los esclavos fue tal, que no solo disminuyó la moral, los valores y la ética, sino que
propició el estancamiento de cualquier nueva tecnología que pudiera producir bienes de manera más eficiente. Los
romanos dependían de la mano de obra esclava para casi todas sus necesidades, y esta dependencia inhibió cualquier
cambio o crecimiento tecnológico.
Por otra parte, el trato despiadado a los esclavos condujo a numerosas rebeliones y Guerras Serviles, siendo la más
reconocida de ellas, la encabezada por el famoso gladiador Espartaco. En los últimos siglos del Imperio, y con el
advenimiento del cristianismo, la actitud hacia el esclavo cambió. Con la manumisión (acto de liberar a los esclavos),
el número de la servidumbre disminuyó considerablemente, junto a la dependencia de Roma por esta fuerza de trabajo.

Desastres naturales
Durante el período del Imperio Romano, no solo existieron guerras externas, enfrentamientos civiles, peleas callejeras,
incendios y rebeliones, sino también desastres naturales como las plagas, la hambruna y los terremotos. Como en todos
los períodos y sociedades, las personas buscaban a quien culpar, incluyendo algunas religiones.

Cristianismo
La vida parecía desesperanzadora para los millones de personas regidas bajo Roma, y la idea de una muerte temprana
era algo inevitable. El cristianismo en cambio, promovía la creencia de la vida después de la muerte, lo que dio un
nuevo aliento de esperanza y coraje al desesperado pueblo romano. Con el paso del tiempo, el Emperador Romano
Constantino el Grande, se proclamó devoto de la fe cristiana y emitió un edicto en favor de los cristianos otorgándole
su protección. Poco a poco, el Imperio Romano pasaría de una actitud antagonista a un estilo de vida “pacífico”.

Invasión bárbara
Durante su reinado, Roma acumuló el odio de sus enemigos más cercanos. Dentro de ese rango, los ejércitos bárbaros
se encontraban compuestos por tribus como los visigodos, los hunos y los vándalos. El golpe final que llevó a la caída
del Imperio Romano, fue infligido por estas tribus bárbaras. La ciudad de Roma fue saqueada por los visigodos en el
410 d. C., y por los vándalos en el 455 d. C., evidenciando la desintegración de la autoridad romana y su inevitable
declive.

PARA OBTENER LA NOTA DEL TALLER 1


Debe realizar un audio, donde la o el estudiante, después de haberse presentado (con su respectivo nombre,
apellido y grado), hablará o explicará minuciosamente sobre las causas de la caída del imperio romano.

Por favor, cuando vaya a realizar el audio, evite leer en la grabación. La lectura se hace antes de la grabación,
en el audio solo nos comentará sobre dicho tema.
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Taller 2
IMPERIO ROMANO DE ORIENTE

El Imperio Romano de Oriente o también llamado Imperio Bizantino, se originó en el año 395 d.C. cuando el emperador Teodosio
dividió el Imperio Romano en dos: Oriente y Occidente.

A diferencia del Imperio Romano de Occidente, que fue destruido por los germanos en el año 476 d.C., el Imperio Bizantino logró
sobrevivir a la amenaza germánica. Por eso perduró por casi diez siglos, hasta el año 1453 en el que los turcos otomanos ocuparon
su capital, Constantinopla.
A lo largo de diez siglos, los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograron fusionar la cultura de los griegos
y romanos, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las costumbres occidentales y orientales. De esta manera conservaron
los aportes culturales de la antigüedad y los re-elaboraron bajo nuevas formas.

Aunque hablaban griegos, los bizantinos se llamaban así mismos romanos, pues consideraban herederos de este antiguo imperio.
Por eso a Constantinopla se le conocía también como la nueva Roma

1. CONSTANTINOPLA

Actualmente esta ciudad no existe con este nombre, hoy en día esta antigua ciudad se llama Estambul.

Fue construida por el emperador Constantino en el año 330, se construyó sobre la antigua ciudad griega de Bizancio. En sólo seis
años edificó una ciudad cuyo tamaño y arquitectura eran equiparables a los de Roma y la llamó Constantinopla.

Constantinopla se ubicó entre el Mar Negro y el Mar de Mármara. Estaba rodeada de mar y era el paso obligado de todos los
comerciantes que viajaban por mar o por tierra entre Asia y Europa. Hasta el siglo XIII fue una de las ciudades más pobladas del
mundo: sólo Bagdad, la gran ciudad del Islam, la igualó.
Para proteger Constantinopla de los germanos, el emperador Teodosio II, construyó en el siglo V una muralla triple de unos 12
metros de altura que rodeó la ciudad. Esta muralla recorre unos 19 km y tiene 96 torres, desde las cuales los soldados bizantinos
divisaban al enemigo.

2. LA HISTORIA DE UN GRAN IMPERIO


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Desde la caída del Imperio Romano de Occidente, los gobernantes bizantinos añoraban los tiempos en que este imperio dominaba
todo el Mediterráneo. Uno de ellos fue el emperador Justiniano, intentó restaurar la grandeza del viejo imperio.

2.1 JUSTINIANO

Justiniano, sobrino del emperador Justino, llego al trono en el año 527. Justiniano era como su tío, hijo de un simple campesino.
Sin embargo desde joven, recibió una excelente formación militar. Al momento de su ascensión al trono, el Imperio Bizantino
incluía la Península Balcánica, Asia Menor, Siria, Palestina y Egipto. Sin embargo, Justiniano pensaba que el mundo cristiano debía
tener una única autoridad política: el emperador bizantino.

Con estas ideas y con la ayuda de los generales Belisario y Narsés, Justiniano se apoderó de los territorios vándalos del norte de
África, Córcega, Cerdeña y de las Islas Baleares; conquistó Italia y Sicilia, dominadas por los ostrogodos, y por último ocupó el
suroeste de la España visigoda.

Luego Justiniano emprendió la reforma del estado bizantino para renovar las bases sobre las que se asentaba el imperio. Reorganizó
la administración central, residente en Constantinopla, que supervisaba a los funcionarios de provincias.

Además, decidió clasificar y editar las leyes romanas. Para ello, encargo al jurista Triboniano la redacción del código Justiniano,
que incluyó todas las constituciones dictaminadas desde la época del emperador Adriano. Por otra parte, mejoró la situación de la
hacienda pública y de la recaudación de impuestos, para sostener una organización civil y militar más eficiente.

Justiniano murió en el año 565, año en que concluyó uno de los periodos más brillantes de la larga historia bizantina.

2.2 EL IMPERIO DE LOS SUCESORES DE JUSTINIANO

Poco tiempo después de la muerte de Justiniano, los bizantinos perdieron posesiones conquistadas en Europa Occidental y
debieron afrontar el avance de los ávaros, eslavos y búlgaros que presionaban para internarse en la Península de los Balcanes.

Los persas por su parte se adentraron cada vez más en las provincias orientales del Imperio Bizantino. Sin embargo, el peligro
persa fue sustituido por el árabe, que se convirtió en el adversario más temible, ya que en el siglo VII ocupó Siria, Palestina y el
norte de África. Entonces, el imperio se redujo a Grecia, Asia Menor y el sur de Italia.

En el siglo XI la situación empeoró, cuando los turcos, en especial la tribu de los seldjúcidas se apoderaron del Asia Menor. Estos
acontecimientos marcaron el inicio de la decadencia de Bizancio, que concluyó en 1453, cuando otra tribu de turcos, los otomanos,
ocupó Constantinopla.

3. ORGANIZACIÓN POLÍTICA

En contraste con las monarquías germanas, el Imperio Bizantino contó con una sólida organización política.

El imperio constituía una monarquía teocrática en la que el emperador o basileus era considerado el delegado de Dios en la Tierra
y por lo tanto un personaje sagrado. Por eso fue el jefe de la Iglesia y como tal podía nombrar a los patriarcas. Al emperador se lo
representó como a los santos con la cabeza rodeada por un halo de luz.

Con un poder absoluto, el emperador fue también el jefe supremo de la administración y del ejército bizantino. Para su acción de
gobierno contaba con tres instrumentos:

La burocracia civil, conformada por funcionarios que eran verdaderos profesionales de la administración pública.

El ejército, muy numeroso, integrado por soldados de las más diversas nacionalidades. En las zonas de frontera la defensa se
completó con los estratiotas, que eran soldados campesinos a quienes se les pagaba mediante la entrega de tierras.

La iglesia bizantina que a diferencia de lo que ocurría en Occidente, se encontraba subordinada al emperador. Esta característica
se le conoce como césaro-papismo.
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4. LA RELIGIÓN

La sociedad bizantina era profundamente religiosa: todas las actividades cotidianas estaban estrechamente ligadas a la región. Por
ello los pleitos o querellas envolvían a todo el pueblo y creaba serios problemas políticos.

Esto ocurrió por ejemplo con el monofisismo, una corriente religiosa que sostenía que Cristo poseía una sola naturaleza, la divina,
y que contrariaba a la posición cristiana que invocaba la doble naturaleza de Cristo: humana y divina.

El monofisismo fue popular en Siria y Egipto, por eso, estas regiones trataron constantemente de separarse del imperio. Esto
último facilitó la conquista por los árabes.

En el siglo VIII se originó otra querella promovida por los iconoclastas. Éstos sostenían que las imágenes religiosas o iconos
llevaban a prácticas supersticiosas, porque se adoraba en ellas a la imagen representada y no al Dios verdadero. Además, los
iconoclastas buscaban disminuir el poder económico y social de los monjes.

A diferencia del monofisismo, los iconoclastas fueron protegidos y estimulados por algunos emperadores bizantinos. Este hecho
provocó un distanciamiento entre estos monarcas y el Papa romano, que se oponía a esta corriente religiosa.

Este proceso culminó con el cisma de Oriente entre la cristiandad occidental y oriental, en 1054. En tanto que la primera aceptó
como jefe espiritual al Papa de Roma, el Oriente reconoció como jefe supremo al patriarca de Constantinopla. La Iglesia de Oriente
se llamó griego-ortodoxa.

5. LA ECONOMÍA

A lo largo de diez siglos de historia, Bizancio fue uno de los centros económicos más importantes del mundo medieval. La
economía bizantina fue mayoritariamente agraria.

Las grandes propiedades agrícolas estaban en manos de la Iglesia y de la aristocracia, pero también había pequeños propietarios
que con el correr de los siglos, desaparecieron, incorporándose los grandes dominios como colonos.

Por otro lado, Bizancio no descuidó las actividades artesanales ni el comercio. Este imperio desarrolló un importante comercio
internacional. Gracias a esta actividad, en los mercados de Constantinopla y de otras ciudades del imperio se podían hallar
productos de zonas tan diversas como por ejemplo, China, Persia y España. Los artesanos bizantinos fabricaban a su vez
numerosas piezas que se vendían al extranjero.

Por ello, la moneda bizantina, el besante, fue aceptada en todos los mercados de la Edad Media hasta el siglo XI. Se trató por lo
tanto de una moneda internacional.

El besante fue una antigua moneda bizantina de oro o plata que también tuvo curso entre los musulmanes y en parte de la Europa
occidental. En un principio se llamó solidus (sólido). Posteriormente, por deformación de la palabra Bizance (Bizancio), acabaría
denominándose besante. Fue creada por el emperador Constantino para intentar estabilizar la economía de Roma. Su
representación heráldica es el bezante. Su valor era el de diez millareses y un peso teórico de 13,6 gramos. El empleo del besante
prosiguió durante 600 años y fue el auténtico dólar de la Edad Media.
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6. UNA CULTURA DE SÍNTESIS

La cultura bizantina fue una admirable síntesis de elementos grecorromanos, orientales y cristianos. Las grandes obras del mundo
clásico se recopilaron en las escuelas y universidades, como las de Atenas o Constantinopla y en monasterios como los celebres
del monte Athos, en Grecia.

En la arquitectura los bizantinos sobresalieron por la belleza de sus iglesias. En sus construcciones usaron la cúpula sobre pechinas
y planta de cruz griega.

Los mejores ejemplos de esta obra los tenemos en la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla y en Italia en la basílica de San
Marcos en Venecia. Los interiores de las iglesias fueron decorados con hermosos mosaicos que recubrieron con un lujo y color
inusitado, los ábsides y las cúpulas. Por otro lado, la escultura bizantina produjo bellos relieves en placas de marfil.

Iglesia de Santa Sofía de Constantinopla

7. LA DECADENCIA DE UN IMPERIO

La invasión de los turcos seldjúcidas en el siglo XI privó a Bizancio de una de las zonas más ricas del imperio: el Asia Menor. A
partir de este momento, el Imperio de Oriente vivió una lenta y paulatina decadencia que se manifestó en una severa crisis agraria
y comercial.

Los bizantinos descuidaron su armada, y el tráfico comercial cayó paulatinamente en manos de genoveses y venecianos.

Así, la ruina del estado bizantino se hizo inevitable: debilitado en sus bases debía ceder territorios a distintas potencias. Por último,
sufrió la invasión de los turcos otomanos. Cuando en el año 1453, los turcos tomaron Constantinopla, el imperio se hallaba casi
reducido a la misma capital. Este hecho puso fin a mil años de historia.

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apellido y grado), hablará o explicará minuciosamente sobre el Imperio Romano de Oriente.

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Taller 3

EL ISLAM
"Siempre estamos empezando a vivir, pero nunca vivimos."
(El Corán)

El islam es una religión monoteísta abrahámica cuyo dogma se basa en el Corán, el cual establece como premisa fundamental para
sus creyentes que «No hay más Dios que Alá y que Mahoma es el último mensajero de Alá». La palabra árabe Alá, significa Dios
y su etimología es la misma de la palabra semítica Él, con la que se nombra a Dios en la Biblia. Los eruditos islámicos definen al
islam como: «La sumisión a Dios el Altísimo a través del monoteísmo, la obediencia y el abandono de la idolatría». Los seguidores
del islam se denominan musulmanes. Creen que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios y sello de la Profecía. El
libro sagrado del islam es el Corán, que según los musulmanes fue dictado por Alá a Mahoma a través de Yibril (el arcángel
Gabriel).

El islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin copartícipes. Es la segunda religión más grande
del mundo, tras el cristianismo.

El islam se inició con la predicación de Mahoma en el año 622 en La Meca (en la actual Arabia Saudita). Bajo el liderazgo de
Mahoma y sus sucesores, el islam se extendió rápidamente. Existe discrepancia entre los musulmanes y no musulmanes de si se
extendió por imposición religiosa o militar, o por conversión de los pueblos al islam.

CORÁN

El Corán es el libro sagrado del islam, que según los musulmanes contiene la palabra de Dios, revelada a Mahoma, quien se
considera que recibió estas revelaciones por medio del arcángel Gabriel.

Durante la vida del profeta Mahoma, las revelaciones eran transmitidas oralmente o escritas en hojas de palmeras, trozos de cuero
o huesos, etc. A la muerte del profeta, en 632, sus seguidores comenzaron a reunir estas revelaciones, que durante el Califato de
Utman ibn Affan tomaron la forma que hoy conocemos, 114 capítulos (azoras), cada uno dividido en versículos (aleyas).

El Corán menciona muchos personajes que aparecen en los libros sagrados del judaísmo y el cristianismo (Tanaj y Biblia) y en la
literatura devota (por ejemplo, los libros apócrifos), con muchas diferencias en detalle. Personajes del mundo hebreo y cristiano
muy conocidos como Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús de Nazaret y Juan Bautista aparecen mencionados como profetas
islámicos.

Los musulmanes creen que el Corán es la palabra «eterna e increada» de Dios. Por ello, su transmisión debería realizarse sin el
menor cambio en la lengua originaria, el árabe clásico. El Corán ha sido traducido a muchos idiomas, principalmente pensando en
aquellos creyentes cuyas lenguas no son el árabe. Aun así, en la liturgia se utiliza exclusivamente el árabe, ya que la traducción
únicamente tiene valor didáctico, como glosa o instrumento para ayudar a entender el texto original. De hecho, una traducción del
Corán ni siquiera se considera un Corán auténtico sino una interpretación del mismo.
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MEZQUITA

Una mezquita es un lugar de culto para los seguidores de la fe islámica. Los musulmanes generalmente se refieren a las mezquitas
por su nombre arábigo masŷid, en plural masāŷid. La palabra "mezquita" se usa en español para referirse a todo tipo de edificios
dedicados al culto islámico, pero en árabe existe una diferencia entre las mezquitas privadas, más pequeñas, y las mayores, de uso
colectivo (masŷid ŷāmiʿ; mezquita aljama, en español), que albergan a una comunidad mayor y disponen de más servicios sociales.
Estas construcciones tienen sus orígenes en la Península Arábiga, pero en la actualidad se pueden encontrar en los cinco
continentes.

El propósito principal de la mezquita es servir de lugar donde los musulmanes puedan reunirse para orar. Si bien hoy en día no
son solo conocidas en todo el mundo por su importancia general para la comunidad musulmana, sino también como muestras de
la arquitectura islámica. Desde el punto de vista arquitectónico, las mezquitas han evolucionado significativamente desde los
espacios al aire libre, como lo fueron en su momento las de Quba y Masŷid an-Nabawī en el siglo VII. Hoy en día la mayoría de
las mezquitas tienen cúpulas elaboradas, minaretes y salas para orar. Culturalmente, las mezquitas no son solo lugares para orar,
sino también lugares para aprender sobre el Islam y conocer a otros creyentes.

LA MECA

La Meca es la principal ciudad de la región del Hiyaz, en la actual Arabia Saudita, y una de las más importantes de la península de
Arabia. Está situada al oeste de la península y cuenta con 1 675 368 habitantes (censo de 2010), localizada en un estrecho valle, a
277m sobre el nivel del mar; se ubica a 80 km del mar Rojo.

Ciudad natal de Mahoma, es la más importante de todas las ciudades santas del islam, visitada cada año por millones de peregrinos.
Antes de que Mahoma predicara el islam, ésta era ya para los paganos una ciudad santa, con varios lugares de importancia religiosa,
entre ellos el más importante de todos: la Kaaba.

Para los musulmanes, el peregrinaje a La Meca forma parte de uno de los aspectos fundamentales de su fe, los denominados pilares
del islam. Cada año, cerca de tres millones de peregrinos se dirigen a la ciudad santa para realizar el peregrinaje mayor o Hajj
durante el mes musulmán de du l-hiyya.

Muchos más hacen la peregrinación menor o Umrah, que puede realizarse durante todo el año. Un cómputo aproximado de los
musulmanes que visitan anualmente La Meca, alcanzaría los 13 millones de visitantes, sumando el peregrinaje mayor y menor. Muy
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pocos no musulmanes han podido ver los ritos y rituales del Hajj, ya que está totalmente prohibida la entrada de no creyentes en
La Meca y en Medina.

MAHOMA

Mahoma (La Meca, c. 26 de abril de 570-Medina, 8 de junio de 632) fue el fundador del islam. En la religión musulmana, se
considera a Mahoma «el último de los profetas», el último de una larga cadena de mensajeros enviados por Dios para actualizar su
mensaje, entre cuyos predecesores se contarían Abraham, Moisés y Jesús de Nazaret. A su vez, el Bahaísmo lo venera como uno
de los profetas o "Manifestación de Dios", cuyas enseñanzas habrían sido actualizadas por las de Bahá'u'lláh, fundador de esta
religión.

Profeta árabe, fundador de la religión musulmana. La biografía de Mahoma, de la que se conocen muy pocos datos seguros, nos
ha llegado envuelta en la leyenda. Su nombre primitivo fue probablemente Ahmad; nació en una familia pobre de la noble tribu
de Quraish. A los seis años quedó huérfano y fue recogido por su tío Abú Talib, al que acompañó en sus viajes de comercio.

A los veinticinco años Mahoma se casó con la rica viuda Jadicha, de quien era criado; Jadicha le dio una hija, Fátima, además de
una posición social más desahogada como un comerciante respetado en la ciudad. Conoció, si bien superficialmente, las dos
grandes religiones monoteístas de su época (el cristianismo y el judaísmo) a través de las pequeñas comunidades cristianas y judía
que habitaban en La Meca y quizá también por sus viajes de negocios. Tan escasa cultura (pues probablemente era analfabeto) no
le impediría crear una religión que había de servir de base para toda una cultura de difusión universal.

A los cuarenta años Mahoma comenzó a retirarse al desierto y a permanecer días enteros en una cueva del monte Hira, en donde
creyó recibir la revelación de Dios -Alá-, que le hablaba a través del arcángel Gabriel y le comunicaba el secreto de la verdadera fe.
Animado por su esposa Jadicha, comenzó a predicar en su ciudad natal, presentándose como continuador de los grandes profetas
monoteístas anteriores, Abraham, Moisés y Jesucristo. Por entonces Mahoma se limitaba a predicar la vuelta a la religión de
Abraham.

Mahoma consiguió sus primeros adeptos entre las masas urbanas más pobres, al tiempo que se enemistaba con los ricos. Cuando
sus seguidores se hicieron numerosos, las autoridades empezaron a verle como una amenaza contra el orden establecido; se le
acusó de impostor y comenzaron las persecuciones. Una parte de sus seguidores huyeron a Abisinia, en donde recibieron la
protección del negus cristiano. Pero las amenazas a la seguridad de Mahoma llegaron hasta tal punto que, después de la muerte de
Jadicha y de Abú Talib en el 619, decidió huir a Medina el 16 de julio del año 622. Se considera el momento de esa huida -la Hégira-
como fecha fundacional de la era islámica.

En Medina, Mahoma tomó contacto con la comunidad judía, que le rechazó por su errónea interpretación de las Escrituras.
Comprendió entonces que su predicación no conducía a la religión de Abraham, sino que constituía una nueva fe; de entonces
data el cambio de la orientación de la oración, de Jerusalén a La Meca. Combinando la persuasión con la fuerza, Mahoma se fue
rodeando de seguidores, que empezaron a practicar las razias contra caravanas y poblaciones del entorno como medio de vida.
Estas escaramuzas (Badr, Uhud), elevadas a la categoría de batallas por la historia oficial, fueron descubriendo a los musulmanes
la «guerra santa», el uso de la fuerza para someter y convertir a los infieles.

En Medina, Mahoma se convirtió en un caudillo no sólo religioso, sino también político y militar. Los enfrentamientos entre
Medina y La Meca culminaron con la conquista de esta última ciudad por los mahometanos en el 630, fruto de la presión militar,
de la negociación política y de convenientes enlaces matrimoniales (Mahoma se casó hasta con doce mujeres, nueve de ellas al
mismo tiempo). El santuario de la Kaaba, piedra negra venerada en La Meca, fue inmediatamente consagrado a Alá. Poco antes
de morir, Mahoma realizó una peregrinación de Medina a La Meca, que ha servido de modelo para este rito que todo musulmán
debe realizar una vez en su vida.
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Mahoma fue personalmente el creador de la teología islámica, que quedó reflejada en el Corán, único libro sagrado de los
musulmanes; es una colección de sentencias que se suponen inspiradas por Alá y que fueron recogidas en vida del profeta y
recopiladas hacia el 650.

En los dos últimos años de la vida de Mahoma el Islam se extendió al resto de Arabia, unificando a las diversas tribus paganas que
habitaban aquel territorio. Eran un conjunto de tribus semíticas politeístas, cuyo continuo estado de guerra entre clanes les había
impedido hasta entonces tener protagonismo alguno en la historia. A pesar de haber nacido en una región atrasada y marginal del
planeta, y de proceder él mismo de un ambiente modesto, Mahoma convirtió a las belicosas tribus árabes en un pueblo unido y
las embarcó en una expansión sin precedentes. Al morir Mahoma sin heredero varón, estallaron las disputas por la sucesión, que
recayó en el suegro del profeta, Abú Bakr, convertido así en el primer califa o sucesor.

CRECIENTE Y ESTRELLA

La creciente y estrella es un símbolo que consiste en una Luna con una estrella (en general, esta estrella no es tal, sino que se trata
del planeta Venus) junto a su lado cóncavo. En su forma moderna la estrella usualmente tiene cinco puntas. La luna creciente o
medialuna se considera como un símbolo que representa al Islam.

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apellido y grado), hablará o explicará minuciosamente sobre El Islam.

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