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CAUSAS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO DE

OCCIDENTE:

1. Rápida expansión del Imperio


El rápido crecimiento de las tierras conquistadas por el Imperio condujo a una necesidad
de defender las fronteras y los nuevos territorios de Roma. Los pueblos conquistados,
al que muchos romanos se referían como los bárbaros, mostraban un marcado odio
hacia sus conquistadores. Los impuestos establecidos a estos pueblos eran tan altos y
abusivos, que las rebeliones se volvieron un suceso frecuente.

2. Invasión bárbara
Durante su reinado, Roma acumuló el odio de sus enemigos más cercanos.
Dentro de ese rango, los ejércitos bárbaros se encontraban compuestos por
tribus como los visigodos, los hunos y los vándalos. El golpe final que llevó a la
caída del Imperio Romano, fue infligido por estas tribus bárbaras. La ciudad de
Roma fue saqueada por los visigodos en el 410 d. C., y por los vándalos en el
455 d. C., evidenciando la desintegración de la autoridad romana y su inevitable
declive.

3. Pérdida de la moral
Este deterioro se dio principalmente en la clase alta, la nobleza y los Emperadores,
trajo un impacto devastador en el pueblo romano. Ejemplo de ello, encontramos en la
inmoralidad y la promiscuidad de los actos sexuales, incluyendo el adulterio y las orgías.
Algunos Emperadores como Tiberio, mantenían grupos de jóvenes muchachos para sus
placeres, Nerón disfrutaba del incesto, e incluso poseía un esclavo castrado para
tomarlo como esposa, Heliogábalo forzó a una virgen vestal para contraer matrimonio y
Cómodo, famoso por su harén de concubinas, enfurecía a la multitud romana
sentándose en el teatro o en los juegos, vestido con prendas de mujer.
Esta pérdida de la moral, también afectó a la clase baja y los esclavos. Las fiestas
religiosas, conocidas como Saturnalia o los Bacanales, consistían en la realización de
sacrificios, canciones obscenas, actos lascivos y un derroche de promiscuidad sexual
donde muchas veces, estos actos bestiales y otros sucesos obscenos tomaban también
lugar en la arena del Coliseo como mera forma de entretenimiento. Los burdeles y la
prostitución forzada florecieron, al igual que el consumo masivo de alcohol, y los juegos
de azar en los combates de gladiadores, donde no faltaba la crueldad sádica hacia el
hombre y las bestias de la arena.
4. Antagonismo entre el Senado y el Emperador

Una de las principales causas que explican la caída del Imperio Romano, consistió en el antagonismo
sostenido entre el Senado y los Emperadores. El Emperador romano poseía el poder legal para gobernar
sobre los asuntos religiosos, civiles y militares del estado, con el Senado actuando como cuerpo consejero.
El Emperador tenía el poder sobre la vida y la muerte, eran poderosos, caprichosos y acaudalados, lo que
trajo como consecuencia que se volvieran corruptos, y muchos de ellos se abandonaran a un estilo de vida
perversa, inmoral y engañosa. En no pocas ocasiones, los Emperadores sufrieron el antagonismo del
Senado, pues ocurría que los senadores no simpatizaban con el Emperador, o este se oponía a los criterios
del Senado.

5. Cristianismo
La vida parecía desesperanzadora para los millones de personas regidas bajo Roma, y la idea de
una muerte temprana era algo inevitable. El cristianismo en cambio, promovía la creencia de la vida
después de la muerte, lo que dio un nuevo aliento de esperanza y coraje al desesperado pueblo
romano. Con el paso del tiempo, el Emperador Romano Constantino el Grande, se proclamó devoto
de la fe cristiana y emitió un edicto en favor de los cristianos otorgándole su protección. Poco a
poco, el Imperio Romano pasaría de una actitud antagonista a un estilo de vida pacífico.

6. La esclavitud
El número de esclavos se incrementó drásticamente durante las dos primeras
centurias del Imperio Romano. La dependencia del pueblo romano a los esclavos fue
tal, que no solo disminuyó la moral, los valores y la ética, sino que propició el
estancamiento de cualquier nueva tecnología que pudiera producir bienes de manera
más eficiente. Los romanos dependían de la mano de obra esclava para casi todas
sus necesidades, y esta dependencia inhibió cualquier cambio o crecimiento
tecnológico.
Sin embargo, el trato despiadado a los esclavos condujo a numerosas rebeliones y
Guerras Serviles, siendo la más reconocida de ellas, la encabezada por el famoso
gladiador Espartaco. En los últimos siglos del Imperio, y con el advenimiento del
cristianismo, la actitud hacia el esclavo cambió. Con la manumisión (acto de liberar a
los esclavos), el número de la servidumbre disminuyó considerablemente, junto a la
dependencia de Roma por esta fuerza de trabajo.

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