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Analisis Copp 2021
Analisis Copp 2021
RROF . FRANCISCO
EFORMAR FERREIRA DE ABREU. REFORMAR PARA NO CAMBIAR. 107-145.
PARA NO CAMBIAR 107
REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO. ISSN: 0798-9202
Resumen
Con este trabajo se persigue una aproximación al ideal político
criminal del legislador penal venezolano en la última reforma
del Código Orgánico Procesal Penal. En tal sentido, las
modificaciones realizadas a algunos sus artículos se han
presentado como un avance en cuanto a las garantías
procesales. Sin embargo, una lectura detenida de los mismos
parece ir en otro camino.
Palabras claves: proceso penal, política criminal, poder
punitivo.
Abstract
This article seeks to explore legislators' ideal model of crime
policy underlying the most recent reform of the Venezuelan
Organic Criminal Procedure Code. On the one hand, the
changes introduced to some of its articles have been portrayed
as an advance in processual guarantees. However, a careful
reading of these articles appears to suggest the opposite.
Key words: criminal procedure, crime policy, punitive power.
110 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
Résumé
L'objectif de cet article est d'aborder l'idéal de politique pénale
du législateur pénal vénézuélien dans la dernière réforme du code
organique de procédure pénale. En ce sens, les modifications
apportées à certains de ses articles ont été présentées comme
une avancée en termes de garanties procédurales. Cependant,
une lecture attentive de ces articles semble aller dans une direction
différente.
Mots clés: procédure pénale, politique pénale, pouvoir de sanction.
Resumo
Este trabalho busca uma aproximação ao ideal político penal
do legislador penal venezuelano na última reforma do Código
Orgânico de Processo Penal. Nesse sentido, as modificações
introduzidas em alguns de seus artigos têm sido apresentadas
como avanços em termos de garantias processuais. Contudo,
uma leitura atenta deles parece ir em outra direção.
Palavras chave: processo penal, política criminal, poder
punitivo.
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 111
1.- Introducción
El título de esta pequeña valoración sobre la última reforma del Código
Orgánico Procesal Penal (COPP), se ha concebido parafraseando al
profesor de la Universidad Nacional de Colombia Mauricio Martínez, en el
trabajo de su autoría “El régimen punitivo en la reforma penal en curso.
Cambiar algo para que todo siga igual” (1999: 89 y ss.), en el cual se
refirió a la reforma penal colombiana, en concreto, a los proyectos de código
presentados por la Fiscalía General de la República de Colombia en 1998,
de los cuales ha destacado la preeminencia de las penas privativas de libertad,
el mantenimiento de penas altas y las restricciones en cuanto a la suspensión
condicional de la ejecución de la pena y la libertad condicional, favoreciéndose
el cumplimiento intramuros de la pena por razones de necesidad en su
ejecución (1999: 91-120).
Salvando las distancias, algo parecido ha tenido lugar en las dos últimas
reformas del COPP, la de 2012 y la de 2021. Estas se han presentado
como propuestas de mejora del sistema de justicia penal venezolano, mas
sin embargo, ambas se han concretado para no cambiar y ni siquiera para
que todo siga igual, sino para empeorar el estados de cosas. El retardo
procesal que pretendía conjugarse con la reforma de 2012, como se indicó
en la exposición de motivos de la misma, pudiera decirse apenas se ha
mitigado con el incremento de las condenas por el procedimiento por admisión
de los hechos (Ferreira: 2021, 2020).
A este respecto, refiriéndose a la reforma procesal penal en América Latina,
Alberto Binder ha puesto de relieve que cambiar un sistema de justicia penal
conlleva algo más que sustituir un código por otro (2012: 25). Esta
advertencia por quien es amplio conocedor de las razones que motivaron la
implementación de la reforma procesal en la región, es más que oportuna
para dar cuenta de lo ocurrido con relación al proceso penal delineado
COPP y, en particular, con la reforma de 2021.
Precedida de otras seis (2000, 2001, 2006, 2008, 2009 y 2012), la de
2021, es más que demostrativa, bien de lo advertido en cuanto a que la
derogatoria del Código de Enjuiciamiento Criminal por el COPP, por sí sola
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-como era de esperarse- era, y aún lo es, insuficiente para alcanzar el ideal
liberal trazado con la puesta en vigencia e implementación del COPP, bien en
cuanto a que los cambios introducidos con la reforma en comento en modo
alguno mejoraría la situación actual del sistema de justicia penal venezolano.
Fundamentalmente, ha de insistirse, porque estamos ante una reforma realizada
para no cambiar. Pensada y sancionada por los mismos actores políticos de las
señaladas reformas y la legislación especial dictada del 2000 hasta el presente,
cuyo punitivismo ha encontrado expresión pública y simbólica en el lamentable
activismo punitivo que en redes sociales despliega el Ministerio Público.1
No es casual que a poco más de dos décadas de la puesta en vigencia del
COPP, en el seno de la doctrina penal venezolana se plantee la interrogante en
cuanto a si se está ante una evolución o involución del derecho procesal penal
venezolano (Vásquez, 2021), así como tampoco lo es que en atención a la
reforma de 2012, quien fuera el presidente de la Comisión Legislativa del
extinto Congreso de la República, a la cual se le encargó la transformación de
la justicia penal venezolana con la redacción e implementación del Código
Orgánico Procesal Penal, el parlamentario Luis Enrique Oberto, se haya
referido a la misma como parte de su “desmantelamiento”, destacando la
ausencia de desarrollo de sus instituciones.2
La lectura de un texto de capital interés para comprender lo que ha ocurrido con
las siete reformas realizadas al COPP, “Justicia y gobernabilidad. La reforma
procesal penal venezolana. “La justicia de la gente”, calificado por el profesor
Sergio Brown Cellino como un texto de historia de la legislación y del Derecho
procesal penal venezolano (Oberto, 1999: 11), resulta clarificador para saber
de dónde venimos y a dónde vamos, como de igual forma lo es el trabajo de
ascenso de la recordada profesora de la Universidad Central de Venezuela
Myrla Linares Alemán “El sistema penitenciario venezolano” (1981).
El primero de los textos mencionados, especialmente esclarecedor para
quienes no vivieron la vigencia del sistema procesal del Código de
1
Véase en las cuentas de X e Instagram del Ministerio Público: @MinpublicoVEN y @mpublicove
2
Ver en: Oberto, L. El desmantelamiento del COPP. El Universal, 27/06/2012: http://
www.eluniversal.com/opinion/120627/el-desmantelamiento-del-copp-imp
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 113
3
Véase en Gössel (2013: 1342).
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El que estemos una legislación pensada para que todo siga igual o empeore,
esto es, en una suerte de reconversión del sistema de justicia penal, lo
demuestra no sólo el hecho de que sean los mismos actores políticos quienes,
reforma tras reforma, desmeritándose a sí mismos, se dan cuenta que luego
de las modificaciones concretadas en el COPP del 2000 al 2009, trece
años después, había que ajustar tal instrumento normativo a la Constitución
y nueve años más tarde debía adecuarse el sistema de justicia penal a los
derechos humanos,4 en el marco de la denominada revolución judicial.5 En
4
Véase en la siguiente nota de prensa del 16 de septiembre de 2021, en el portal oficial de la Asamblea
Nacional: “AN sancionó la reforma de cinco leyes del sistema judicial”, en la que se puede leer: “…
La Asamblea Nacional (AN) sancionó la reforma de cinco leyes del sistema judicial venezolano. Estas
son la Ley Orgánica de Reforma del Código Orgánico Procesal Penal (COPP), Ley Orgánica de
Reforma del Código Orgánico Penitenciario (COP), Ley de reforma de la Ley de Protección de
Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales, la Ley Orgánica de Reforma del Código de Justicia
Militar y la Reforma Parcial de la Ley del Estatuto de la Función de la Policía de Investigación. El
presidente de la Comisión Mixta encargada de revisar exhaustivamente el bloque de leyes propuesto
por la Comisión Presidencial para la Revolución Judicial, diputado Pedro Carreño, expresó que las
leyes adecuarán la arquitectura jurídica del país y colocarán a Venezuela en la vanguardia en Derechos
Humanos…” (https://www.asambleanacional.gob.ve/noticias/an-sanciono-la-reforma-de-cinco-leyes-
del-sistema-judicial). También se informó que la reforma del COPP reduciría los lapsos y se agilizaría
con ello la realización de las audiencias, además de suprimirse las apelaciones con efectos suspensivos
interpuestas por los fiscales del Ministerio Público y modificar lo relacionado con el acto de imputación.
5
Cfr., lo señalado en las notas de prensa del 25 de junio de 2021, relacionadas con la revolución judicial:
“AN instala Comisión Especial para la Revolución Judicial presidida por Diosdado Cabello” “…
Este viernes la Asamblea Nacional (AN) instaló la Comisión Especial para la Revolución Judicial, que
estará presidida por el diputado Diosdado Cabello, quien anunció que fueron designados equipos de
trabajo en centros de detención preventiva de 6 regiones de Venezuela. “Hemos instalado la Comisión
a nivel nacional y hemos designado equipos de trabajo organizados en 6 regiones de Venezuela. El
Consejo de Estado ha dado 60 días para que estén desocupados los centros de detención preventiva.
Esperamos cumplir esa tarea en mucho menos tiempo”, expresó. (…) “Estamos obligados a visitar
todos los centros temporales preventivos que hay en Venezuela y vamos a entrevistar a cada una de
las personas que estén privadas de libertad. El equipo multidisciplinario comenzará a tomar decisiones
inmediatas, en el caso que lo amerite la Ley”, afirmó...” (http://www.correodelorinoco.gob.ve/an-
instala-comision-especial-revolucion-judicial-presidida-diosdado-cabello/); “Asamblea Nacional
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Por mandato constitucional, un abogado en ejercicio, con el currículo adecuado puede concursar
para ser juez de la República, esto se había perdido”. (...) En este contexto, el parlamentario llamó
al pueblo “a tener confianza en las instituciones judiciales del Estado”, destacando que, dentro de la
agenda legislativa, “trabajan en la modificación de leyes fundamentales para dinamizar y agilizar las
actividades y atención”, es decir, para el óptimo funcionamiento del sistema de justicia. Finalmente,
Hidrobo señaló que las personas deben denunciar cuando exista retardo procesal, para que los
reclusos tengan acceso a los beneficios que les corresponden por mandato judicial…” (https://
ciudadccs.info/publicacion/4652-0).
7
Véase lo dicho por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en la sentencia 875 del
26 de junio de 2012, dictada a los días de la reforma del COPP de 2012: “… De manera que, precisa
la Sala distinguir entre los beneficios que pueden ser dictados dentro de las tres primeras fase del
proceso penal –investigativa, preliminar y de juicio- llamados procesales, y aquellos que pueden ser
dictados en la fase de ejecución, llamados postprocesales, entendiéndose por los primeros todos
aquellos que, aun cuando son restrictivos a la libertad, se consideran como menos gravosos a la
privación de libertad, y que al otorgarse mejoran, considerablemente, la condición actual del
procesado objeto de esta medida, encontrándose dentro de éstos las medidas cautelares que sustituyen
a las de privación de libertad, y por los segundos, aquéllos que se dictan en la fase de ejecución, una
vez que, sometido el encartado a un juicio previo, ha emanado del mismo una sentencia condenatoria
definitivamente firme, encontrándose dentro de aquéllos la suspensión condicional de la suspensión
de la pena, las fórmulas alternativas de cumplimiento de pena, entre otras, entendiéndose que
operan como beneficio, toda vez, que mejoran la situación del penado. Ello así las restricciones que
establece el constituyente para optar a los beneficios, tanto procesales como postprocesales, con
respecto a ciertos delitos, responden a un interés legítimo de salvaguarda del interés social,
contraponiéndolo al interés particular del contraventor, por lo que debe entenderse, no atentan
contra el principio de progresividad de los derechos humanos, sino que intentan mantener el
equilibrio entre los derechos individuales y los derechos colectivos. Así pues, cuando el constituyente
estableció la limitación para optar a los beneficios que puedan conllevar a la impunidad, en los casos
de delitos de lesa humanidad, así como en los de violaciones de derechos humanos y crímenes de
guerra, no distinguió entre las dos categorías mencionadas anteriormente, entendiéndose, entonces
que esta excepción opera en ambos casos, tanto en el otorgamiento de beneficios procesales como
en el de los beneficios postprocesales. Ello es así, porque una de las fases en el cumplimiento de la
pena es de carácter retributivo, entendiéndose por tal, la “finalidad de la pena, que trata de
corresponder con el mal señalado en la ley al causado por el delincuente” (Manuel Osorio:
Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales, Editorial Heliasta, 1999, p. 881). En ese mismo sentido
se ha orientado la jurisprudencia pacífica de este Alto Tribunal, la cual se ha mantenido en el tiempo,
como puede observarse en las sentencias números 1.485/2002, 1.654/2005, 2.507/2005, 3.421/
2005, 147/2006, 1.114/ 2006, 2.175/2007, entre otras, las cuales fueron ratificadas en sentencias
recientes, como las números 1.874/2008, 128/ 2009 y 90/2012, dirigidas a ratificar la imposibilidad
de conceder beneficio alguno a los delitos que atentan contra la salud física y moral del colectivo,
como es el delito de tráfico de sustancias estupefacientes, en todas sus modalidades, por lo que se
precisa, que a estos tipos penales no le es aplicable ninguna fórmula alternativa de cumplimiento de
pena, ni algún otro beneficio de los establecidos en el Capítulo Tres del Libro Quinto, referido a la
ejecución de la pena, del Código Orgánico Procesal Penal, ni a la suspensión condicional de la pena
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9
A esta norma cuya redacción original contenida en el COPP de 2012 era esta: “… Artículo
175.- Serán consideradas nulidades absolutas aquellas concernientes a la intervención, asistencia
y representación del imputado o imputada, en los casos y formas que este Código establezca, o las
que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías fundamentales previstos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, este Código, las leyes y los tratados,
convenios o acuerdos internacionales suscritos y ratificados por la República Bolivariana de
Venezuela…”, después de nueve años, se le agregó el siguiente aparte: “… En los casos de
detenciones que se realicen en contravención a lo dispuesto en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, este Código, las leyes y los tratados, convenios o acuerdos
internacionales suscritos y ratificados por la República Bolivariana de Venezuela, serán
consideradas nulidades absolutas, y en consecuencia el Juez o la Jueza deberá ordenar la
libertad sin restricciones, y la remisión inmediata al Ministerio Público a los fines del inicio de
la correspondiente investigación por la detención anulada…”.
10
Cfr. en http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/abril/526-090401-00-2294.HTM
120 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
11
“… En criterio de la Sala, la acción de amparo propuesta resulta inadmisible toda vez que la
inconstitucionalidad de la presunta detención practicada por los organismos policiales sin orden
judicial alguna, no puede ser imputada a la Corte de Apelaciones accionada, ni tampoco al Juzgado
de Control que dictó el auto de privación judicial preventiva de libertad el 2 de junio del 2000, ya
que la presunta violación a los derechos constitucionales derivada de los actos realizados por
los organismos policiales tienen límite en la detención judicial ordenada por el Juzgado de
Control, de modo tal que la presunta violación de los derechos constitucionales cesó con esa
orden, y no se transfiere a los organismos judiciales a los que corresponde determinar la
procedencia de la detención provisional del procesado mientras dure el juicio…” (Subrayado en
cursivas fuera del texto).
12
Un adelanto de lo que años más tarde el ex Magistrado civilista y probacionista presentó bajo
la denominación de “flagrancia como estado probatorio”, una noción construida para ampliar el
poder punitivo, cuyo ideal, a modo de colofón, se expresa en el siguiente pasaje del texto “El
delito flagrante como estado probatorio”: “… La lucha contra el delito, necesita de instituciones
vigorosas, que sin desconocer derechos humanos y constitucionales, permita la investigación
del hecho punible y la captura de los delincuentes, asegurando de paso los derechos humanos
de las víctimas. La interpretación que hemos hecho, consideramos que logra ese fin y se repara
(sic) de la vetusta interpretación hasta ahora existente que limita la institución a la captura
inmediata…” (Cabrera, 2006: 104) de la misma manera como se anticipó en la sentencia que
luego se plasmó en la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
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13
Ver en: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/octubre/320239-0857-271022-2022-21-
0174.HTML
122 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
14
Véanse los Informes Anuales y Semestrales del Observatorio Venezolano de Prisiones, los cuales
pueden consultarse en: https://oveprisiones.com/informes/
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 125
15
Así lo acreditan los Informes del Observatorio Venezolano de Prisiones.
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 127
16
Tales previsiones, innecesarias, puesto que la víctima desde la denuncia siempre ha podido
solicitar diligencias de investigación y en tanto desde siempre ha podido revisar el expediente,
inclusive, antes que el investigado, pudieran explicarse como la concreción de un ejercicio de
Derecho penal simbólico para intentar mostrar que se protegen los derechos de las víctimas.
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 129
17
Véase en: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/julio/201056-537-12717-2017-17-0658.HTML
130 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
18
Con relación a la normativa procesal argentina y las definiciones sencillas de imputado, véase
en Maier (2004: 552 y ss., 2004a: 187 y ss.).
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 131
19
“… Artículo 126-A.- El acto de imputación formal es una facultad exclusiva del Ministerio
Público en los delitos de acción pública. Se llevará a cabo ante la fiscal o el fiscal del Ministerio
Público, una vez que exista la probabilidad objetiva de responsabilidad en el fundamento de la
imputación, con las excepciones previstas en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y este Código. Para la celebración del acto de imputación el Ministerio Público deberá
citar a la imputada o al imputado por escrito, indicando fecha, hora, lugar y condición con la cual
deberá comparecer, y el emplazamiento a que acuda ante el Tribunal en funciones de control de
la jurisdicción correspondiente a los fines de la designación y juramentación del defensor o
defensora, abogado o abogada que lo asistirá en el acto de imputación o en su defecto para que le
sea designado un defensor público o defensora pública. Este acto de desarrollará con las formalidades
de la declaración del imputado en fase preparatoria…”.
20
Un aspecto a considerar es que en los supuestos de la privación de libertad acordada en las
audiencias de flagrancia, con la subsiguiente obligación que ello le genera al fiscal del Ministerio
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Público, en cuanto ha de presentar el acto conclusivo dentro de los cuarenta y cinco días
siguientes a la detención, el lapso de investigación de seis meses no tendrá lugar una vez presentado
dicho acto conclusivo en el referido plazo. Lo cual, cabe añadir, por razón de que la regla es el
dictado de prisión preventiva en dichas audiencias de flagrancia, conlleva al desplazamiento del
procedimiento ordinario por una especie de procedimiento abreviado, del cual, la audiencia
preliminar no es más que un mero trámite.
21
Ver: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/diciembre/315206-0754-91221-2021-20-0428.HTML
22
Cfr., en González (2008) y Rionero (2015).
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 133
23
Tal presunción legal de peligrosidad procesal de fuga, no sólo permitía solicitar y decretar de
modo automático la privación judicial preventiva de libertad.
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 135
24
“… homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad, integridad e indemnidad
sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro, delito de corrupción, delitos que causen grave
daño al patrimonio público y la administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía,
legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con multiplicidad
de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los derechos humanos, lesa humanidad,
delitos graves contra la independencia y seguridad de la nación y crímenes de guerra, o cuando el
delito merezca pena privativa de libertad que exceda de doce años en su límite máximo…”.
136 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
con señalar que tal forma de juzgamiento -distinta del juicio en ausencia y
menos garantista que este-, acaba prescindiendo de la presencia del imputado
a los actos del proceso o al juicio, con la peculiaridad que, al contumaz, para
que tenga lugar el juicio o el proceso, previamente se le priva de libertad. Es
decir, que el requisito por el cual se justificaría el fin procesal de la prisión
preventiva –asegurar la presencia del imputado- es obviado cuando el
“contumaz” ya se ha asegurado con su privación de libertad.25
Aún más, la pacífica jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia, según
la cual para que el imputado pueda ejercer su defensa material y/o técnica,
debe ponerse a derecho dado que no se permite el juicio en ausencia, es
más que suficiente para acreditar el sitial de la prisión preventiva en el proceso
penal venezolano, dado que tales decisiones se han dictado en supuestos en
los cuales ya se ha decretado la restricción de la libertad del imputado y este
pretende ejercer su defensa por medio de un abogado y sin estar presente,
claro está, para evitar la restricción de la libertad.26
Por lo demás, en cuanto a la consideración del peligro de fuga, la ausencia
de la presunción legal del derogado parágrafo primero, seguramente será
cubierta por las causales sustantivas de los numerales 2° y 3° del artículo
237, las cuales, en no pocos casos son tenidas en cuenta con el peligro de
reiteración delictiva establecido en el ordinal 5°, aún vigente.
En este sentido, en cuanto a la favorabilidad que supone la eliminación de la
señalada presunción de fuga con relación a las innumerables privaciones de
libertad que se decretaron con fundamento en dicha presunción, queda por
ver el comportamiento de los tribunales penales en el entendido de hacer
cesar tales decretos de privación judicial preventiva de libertad, del mismo
modo como ha de aplicarse la favorabilidad a los absueltos privados de
libertad por el ejercicio del efecto suspensivo, al haber sido derogado para
estos supuestos.
25
Señalar que el juicio en ausencia es más garantista que el juzgamiento en contumacia, es indicativo
de la posición que tiene la prisión preventiva en la política criminal del legislador penal venezolano.
26
Esta pacífica doctrina jurisprudencial se ha ratificado con una sentencia de reciente data, la 119
del 30 de septiembre de 2021, dictada por la Sala de Casación Penal, como se puede apreciar, con
posterioridad a la reforma.
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 137
Preciso es acotar acá que el parentesco del efecto suspensivo con la prisión
preventiva, no precisa de mayor argumentación. Si en cambio su
mantenimiento en el 374 y el 430. En este orden, contrario a lo que algunos
afirman, el artículo 374 sigue vigente, no sólo porque es el que ha dado
origen a la inclusión del parágrafo único de artículo 430 en la reforma de
2012, el cual, en cierta medida se mantiene, aunque ya no para los absueltos
en juicio, sino porque dicha norma, la del artículo 374, se corresponde con
un procedimiento especial, a saber, el abreviado por razón de la flagrancia.
De allí, la necesidad de tener presente el origen y la evolución del efecto
suspensivo, que a fin de cuentas trata sobre una apelación oral concebida para
impedir la libertad decretada por el juez en audiencia. No es un mero efecto
de los recursos como ha pretendido hacerse ver (Rionero, 2016: 30).
Una sosegada lectura del artículo 374 y del parágrafo único del artículo 430,
por decir lo menos, desde la primera “reiteración” del “efecto suspensivo”,
concretada en la primera reforma del COPP (2000), hasta una de las más
recientes decisiones de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, a saber, la 12 del 17 de marzo de 2021,27 ponen al descubierto que
no se trata de la repetición de un mero efecto consustancial a la interposición
de un recurso. De ser así, el legislador penal no habría tenido la necesidad de
incluirlo en la reforma de 2000, menos aún, de crear una norma específica en
la reforma de 2001.
Al reparar en su evolución legislativa, comenzando por la primera regulación
en el artículo 259 (hoy 236) -referido a la procedencia de la privación
judicial preventiva de libertad-, puede advertirse que el mismo tuvo su
razón de ser en la ausencia de un recurso de apelación contra las decisiones
judiciales que decretaran la libertad del imputado privado de libertad. De
consiguiente, la afirmación de estar ante el efecto de un recurso previamente
establecido en el COPP y, por tanto, vinculado sistemáticamente con la
norma rectora del encabezamiento del artículo 430 ejusdem,28 da por
27
Ver: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scp/marzo/311513-012-17321-2021-A19-133.HTML
28
Ese era el texto original de artículo 431 del COPP de 1998, en tanto la misma no contenía el
parágrafo único incluido en la reforma de 2012.
138 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
29
Así en el artículo 437 del COPP de 1999, cuyo nomen iuris era y es “Recurso durante las
audiencias”: “… Durante las audiencias sólo será admisible el recurso de revocación, el que
será resuelto de inmediato sin suspenderlas…”.
30
Cfr. en Silva (2006).
REFORMAR PARA NO CAMBIAR 139
31
Véase Peña (2017).
140 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
sincronizado con las reformas de los artículos 473 y 516 del COPP, hace
que estemos, precisamente, ante una impresión de lo que finalmente no es.
Las reformas de 2001 y 2012, las cuales pueden considerarse como las de
mayor impacto en cuanto a los recortes de las garantías judiciales, la libertad
durante el proceso y los denominados beneficios penitenciarios, en modo
alguno fueron tocadas por la “garantista” reforma de 2021.
Como se sabe, en 2001 y 2012, se ampliaron los supuestos para restringir
la libertad de las personas y los procesados, tipificándose, como se
argumentó, la excepción de la extrema necesidad y urgencia a los fines de
posibilitar aprehensiones por cualquier vía, sin las formalidades previas de la
orden judicial y sin tratarse de hipótesis de flagrancia; introduciéndose la
figura del recurso en sala, oral y con efecto suspensivo, a tenor del cual los
justiciables se mantienen privados de libertad a pesar de haberse ordenado
la excarcelación por parte de los jueces; favoreciendo el uso de la prisión
preventiva, creando una presunción legal de peligro de fuga por el tiempo
de pena conminada en el delito imputado y ampliando el tiempo de su
duración por más de dos años; mientras que en el caso de los condenados
se creó una norma limitativa del régimen progresivo en la ejecución de la
pena (Destacamento de Trabajo, Régimen Abierto y Libertad
Condicional), contrario a lo previsto en la Ley de Régimen Penitenciario y
al ideal resocializador contenido en las Reglas Mínimas de Naciones Unidas
para el Tratamiento del Recluso, a saber, el célebre artículo 493 del COPP,
en virtud del cual para acceder a las aludidas formas de cumplimiento de
pena por ciertos delitos (homicidio intencional, violación, actos lascivos
violentos, secuestro, desaparición forzada de personas, robo en todas
sus modalidades, hurtos calificados y agravados, además de delitos
contra el patrimonio, salvo aquellos cuya pena conminada en su límite
superior no excediera de tres años), el penado debía cumplir la mitad de
la pena impuesta. Norma esta, a la cual se sumaba la de la redención efectiva
(Artículo 509), que obligaba al trabajo y estudio dentro del centro de
reclusión a los efectos de la redención de la pena, computándolo a partir del
cumplimiento de la mitad de la pena impuesta, en palabras del legislador y
sus asesores, para evitar el “cabalgamiento” de beneficios (Ferreira: 2006).
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Así en el parágrafo segundo del artículo 488: “… Cuando el delito que haya dado lugar a la pena
impuesta, se trate de homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad,
integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro; tráfico de drogas de
mayor cuantía, legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos
con multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los derechos humanos,
lesa humanidad, delitos graves contra la independencia y seguridad de la nación y crímenes de
guerra, las fórmulas alternativas previstas en el presente Artículo solo procederán cuando se
hubiere cumplido efectivamente las tres cuartas partes de la pena impuesta…”.
142 FRANCISCO FERREIRA DE ABREU. 107-145. REVISTA CENIPEC. 34. 2022. ESPECIAL ANIVERSARIO.
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Sobre este particular puede verse lo referido en cuanto a la reforma de 2001 y en relación al
Derecho penal del enemigo en la reforma penal venezolana (Ferreira: 2003, 2006).
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Referencias bibliográficas