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An Introduction to Fundíonal Grammar (M A fC Haílíday)


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Paradigmas funcionales: mitad superior de la línea de tiempo. Paradigmas formales: mitad inferior

3. LOS PRECEDENTES ESTRUCTURALISTAS.


SU HERENCIA ACTUAL
La Lingüística moderna empieza, probablemente, en Ginebra, con las cla­
ses magistrales que Ferdinand de Saussure (cf. cap. 2 § 1) nunca llegó a tras­
ladar al papel impreso, pero que han llegado a nosotros a partir de una edición
postuma, obra de dos de sus alumnos, tres años des­
pués de su muerte, bajo el título de Cours de linguis-
tique genérale.
Hasta entonces, los estudios lingüísticos estaban
dominados por la búsqueda de las raíces comunes de
las lenguas indoeuropeas, en la cual se habían espe­
cializado los neogramáticos, especialistas en la evo­
lución fonológica desde reglas inmutables e indepen­
dientes entre sí (“atomista”, en calificativo de los
seguidores de la corriente estructural).
Las brillantes propuestas de Saussure fueron desa­
rrolladas por el denominado Círculo Lingüístico de Ferdinand de Saussure

CAPÍTULO 8. TEORÍA UNGÜÍSTICAS 277


Praga, y por su versión danesa, el Círculo Lingüístico de Copenhague, algunos
de cuyos epígonos llegan casi hasta nosotros. Trubetzkoy y Jakobson, en Fono­
logía, Martinet en Gramática, Coseriu o Pottier en Semántica, así como la Glo-
semática de Hjemslev, dejaron su impronta en lingüistas españoles como Emi­
lio Alarcos, Antonio Quilis, Guillermo Rojo, Ramón Trujillo, Francisco
Rodríguez Adrados, entre otros muchos, cuyas obras constituyen material bási­
co de estudio en nuestras universidades.
A continuación veremos algunas de las ideas centrales en tomo a las que ha
girado esta comente, cuya pérdida de vigencia fuera de nuestras fronteras no
disminuye un ápice la importancia que ha tenido en el desarrollo de la Lin­
güística actual.

a. La lengua com o sistema


La concepción de la lengua como un sistema, como una estructura de ele­
mentos interrelacionados, es una de las principales aportaciones de Ferdinand
de Saussure, en las clases que dieron lugar al Curso de Lingüística General,
publicado en 1916. Sus seguidores, especialmente los integrantes del Círculo
de Praga, insistieron en la necesidad de estudiar las características de ese sis­
tema y la disposición interna de sus unidades. Actualmente, la concepción de
la lengua como una estructura ha sido adoptada por las más importantes teorías
lingüísticas.
En palabras de Hjemslev, la lengua es “una entidad autónoma de depen­
dencias internas”:
• No se trata de un conglomerado de hechos heterogéneos;
• Aunque también sea un fenómeno biológico, sociológico o psicológico,
puede estudiarse en y desde sí misma.
• Sus partes o elementos se condicionan recíprocamente, cada uno está en
función de los demás, no se pueden estudiar aisladamente; de hecho, son
las dependencias el objeto de nuestro estudio.
¿Cuáles son las características de la lengua que nos permiten considerarla
una estructura?
1. Sus unidades son delimitables, se pueden segmentar, aislar, para luego
combinarse en distintos enunciados, conservando idéntica su forma y su
significado.
2. Existen oposiciones que se establecen mediante rasgos distintivos entre
sus elementos.
3. La unidad lingüística, por tanto, es un valor, y este valor surge de su
posición relativa en el sistema.

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Terminamos aquí esta presentación “a vista de pájaro” de las propuestas
generativistas sobre adquisición gramatical. Continuaremos en el próximo apar­
tado con las alternativas dentro de la lingüística: los modelos funcionalistas.

5. EL MARCO FUNCIONALISTA
^ ^ El primer criterio para considerar funcional una teoría del lenguaje es [...]
si atiende o no al fin primordial del lenguaje articulado humano, la interac­
ción social por medio de la comunicación. 9 9
(Martín Arista, 1999: 14).

Esa orientación comunicativa conlleva unir indisociablemente los aspectos


semánticos y pragmáticos a los puramente gramaticales. También comporta
una especial atención a los usos sociales, y al entorno cultural. Y una inquietud
manifiesta por conseguir una adecuación psicológica de sus propuestas, que se
traduce en un mayor acercamiento a otros dominios cognitivos, especialmente
a los provenientes de la Psicología.
El funcionalismo es un marco, y no una teoría, porque en su interior caben
numerosas propuestas que difieren entre sí lo suficiente como para recibir deno­
minaciones diversas: desde el entorno europeo, la Gramática Funcional, desa­
rrollada por Simón Dik y sus colaboradores, la Gramática Sistémico Funcional
propuesta por Halliday. Procedentes de Norteamérica, la Gramática Funcional
Tipológica obra de Givón, y la Gramática del Papel y la Referencia, de Foley
y Van Valin13.
Todas estas corrientes coinciden en atender primordialmente a la comuni­
cación, puesto que el funcionamiento real del lenguaje determina decisivamente
su forma, que no puede ser entendida en una abstracción ajena al uso social,
como preconizaba el generativismo.

13 Javier Martín Arista (1999) repasa la historia de estas corrientes funcionales desde sus orígenes
hasta la actualidad.

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a. La com petencia comunicativa
Piense en una frase como esta, recogida en una situación real de habla:

“Mami, te quierito”14

¿Le parece una frase gramatical? ¿Tiene alguna dificultad para interpretar
su significado? Además del significado, ¿puede extraer de ella algún otro
tipo de información relevante?

Efectivamente, el habla cotidiana está llena de ejemplos de oraciones agra-


maticales utilizadas deliberadamente con muchas finalidades, a menudo de tipo
expresivo (cf. cap. 2 § 2).

6 6 Cuando usamos el término competencia comunicativa en lugar de compe­


tencia gramatical en el sentido de Chomsky (1965), queremos decir que la
capacidad del usuario natural del lenguaje abarca no sólo la capacidad para
construir e interpretar expresiones lingüísticas, sino también la capacidad
para usar esas expresiones de forma apropiada y efectiva según las conven­
ciones de interacción verbal predominantes en una comunidad lingüística.
De hecho, la competencia comunicativa comprende incluso la capacidad
para usar expresiones gramaticalmente mal formadas con buenos resultados
comunicativos, un juego en el cual la mayoría de usuarios son bastante com­
petentes, como revela cualquier transcripción de habla natural. 9 9
(Dik, 1997: 6).

b. La lingüística, una cap acida d entre otras

Para los fimcionalistas, el uso del lenguaje


implica muchas más funciones cognitivas
superiores que las estrictamente lingüísticas, el
hablante es mucho más que un “animal lin­
güístico”: necesita organizar su sistema de
conocimiento (capacidad epistémica), razonar
de forma deductiva y probabilística (capacidad
lógica), utilizar los estímulos sensoriales del
entorno (capacidad perceptiva), relacionarse
adecuadamente con los demás, tanto en lo que

14 Aguirre, C., M J . Albalá y V. Matrero (2005): “Mami, te quierito. La adquisición del diminu­
tivo en español”. En Diez-Villoría, E., B. Zubiauz y M.A. Mayor (coord): Estudio sobre la adquisi­
ción del lenguaje, Salamanca, Universidad de Salamanca, págs. 120-144.

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concierne a qué se dice como al cómo se dice (capacidad social)... Todo ello ade­
más de ser capaz de producir e interpretar infinitas expresiones de gran comple­
jidad estructural en condiciones comunicativas de lo más variadas (Dik, 1997).

c. Una motivación semántico-pragmática para


las estructuras sintácticas
La estructura de la oración, para el funcionalismo, está motivada semánti­
ca y pragmáticamente, en el sentido de que cada unidad sintáctica correspon­
de a una unidad semántica subyacente y a una intención comunicativa deter­
minada: “una gramática funcional es una gramática empujada en dirección a la
semántica [...] Una lengua es un sistema para construir significados” (Halliday,
1985: 16).
La unidad básica del estudio gramatical se desplaza de la oración al texto,
y de ahí al discurso, en cuyo marco se analizan no sólo las categorías morfoló­
gicas y las funciones sintácticas, sino también las funciones comunicativas: “la
sintaxis está ahí para que la gente pueda construir expresiones complejas para
transmitir significados complejos, y esos significados están ahí para que la gente
pueda comunicarse de formas sutiles y diferentes” (Dik, 1997:8).

U na g ra m átic a fu n c io n a l..., m u y fo rm al
El modelo de Simón Dik constituye, seguramente, una rara avis en el entorno fun-
cionalista en cuanto al rigor formal que se autoimpone, y a su interés por expresar sus
propuestas en términos computables su formalizacion es tan compleja o más que la de
la gramática generativa; hasta el punto de que ha sido implementada por el propio Dik
para el inglés, el francés y el holandés en Prolog, un lenguaje de programación muy
conocido en el entorno computacional (S C Dik Functional Grammar m Prolog Berlín,
Mouton de Gruyter, 1992) , ' , -
En la descripción general de la Gramática Funcional la estructura oracional se con­
cibe en múltiples niveles de representación interrelacionados, con reglas de expresión
que enlazan las formas subyacentes con las reales, determinando laJorma'y el orden
de los constituyentes
Así, su análisis de oraciones puede tener un aspecto “cuasi-generativista”
“(34) Juan creía > [que Pedro iba a ganar]^ [lo que7, no era verdad.
Juan believed that Pedro went to win which not was true
‘Juan thought that Pedro was going to win, whích wasn’t true’

(35) creer (Juan (Xr Pedro iba a ganar, Neg verdad (A X )”


Dik, 1997, vol 2 227-228

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