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Capítulo 55
José María Cuyás Lazarich, Jose Ramón Vasallo Morillas, Mª Luisa Zaballos
González
1.- INTRODUCCIÓN:
Definición:
a) Como un cuadro que cursa con inflamación de las fosas nasales y de los senos paranasales
caracterizada por la presencia de dos o más síntomas de los siguientes síntomas:
• El bloqueo/obstrucción/congestión nasal o bien secreción nasal (rinorrea anterior/posterior). Este es
imprescindible.
• Dolor/sensación de presión facial.
• Perdida total o parcial del sentido del olfato.
b) En la exploración endoscópica debe objetivarse algunos de los siguientes hallazgos:
• Pólipos nasales y/o
• Secreción mucopurulenta principalmente en el meato medio y/o edema/obstrucción mucosa
principalmente en el meato medio.
• Crónica:
Clínica de más de 12 semanas de evolución.
Sin resolución completa de los síntomas.
• Pueden existir exacerbaciones.
La rinosinusitis vírica aguda (resfriado común) es muy frecuente. Los adultos sufren de 2 a 5 al año. Los
niños en edad escolar entre 7 y 10. De ellas se sobreinfectan con bacterias 0,5%-2%.
En la sinusitis bacteriana existe un empeoramiento de la clínica a los cinco días o una afectación
persistente. Su incidencia real es desconocida, se calcula que en Estados Unidos presenta sinusitis 1 de
cada 7 adultos, siendo la quinta causa de prescripción de antibióticos.
Su incidencia en Europa central es de 10-15%.
La rinosinusitis es un problema de salud importante que representa una elevada carga económica a la
sociedad.
Fisiopatología.
Los factores claves son la disfunción ciliar y la obstrucción del ostium sinusal. Esto genera una presión
negativa, con la consiguiente reducción de la presión parcial de oxigeno, lo que hace que el seno sea un
entorno favorable para el crecimiento de las bacterias.
También la presión negativa genera un aumento de glándulas caliciformes, lo cual genera más mucosidad
y por tanto más taponamiento del ostium dando lugar a la cronificación de la sinusitis.
- Agentes patógenos
La mayoría son de origen vírico. Las bacterias que se aíslan con mayor frecuencia son Streptococcus.
pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrahalis.
- Alteraciones ciliares
- Alergia
No hay una relación clara demostrada por estudios prospectivos que establezca relación entre la alergia y
la frecuencia de sinusitis.
Aunque la atopia, con los edemas de la mucosa, sobre todo, en el complejo osteomeatal parecen que
pueden favorecer la obstrucción y retención de secreciones.
No hay evidencia clara que el Helicobacter pilori y/o el reflujo gastroesofágico sean responsables
directos de la aparición de sinusitis.
Lo que sí está claro que tanto el Helicobacter pilori como el reflujo pueden provocar alteraciones
mucociliares.
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-Estados de inmunosupresión
En las inmunodeficiencias congénitas aparece sinusitis crónica desde las primeras etapas de la vida.
En las inmunodeficiencias del adulto como en el caso de infección por el VIH existe una mayor
prevalencia de sinusitis crónica.
Ocurre lo mismo en la agammaglobulinemia, inmunodeficiencia combinada variable, inmunodeficiencia
con déficit de inmunoglobulina G y de inmunoglobulina A.
-Embarazo
Durante el primer trimestre del embarazo, debido a los cambios hormonales es frecuente que exista
congestión nasal. Pero no se observa aumento en la frecuencia de sinusitis.
- Alteraciones anatómicas.
Las desviaciones septales, (Fig. 1) concha bullosa, desplazamiento de la apófisis uncinada y el cornete
medio paradójico puede aumentar el riesgo de padecer sinusitis.
También el bloqueo del meato medio por tumores, pólipos o cuerpo extraños.
- Hongos
La colonización por hongos se ha relacionado con la sinusitis crónica. Estos pacientes presentan un
infiltrado eosinofílico.
-Otras
Abscesos dentarios o procedimientos que establezcan una comunicación entre la cavidad oral y el seno
maxilar, traumatismo facial…
Esta rinosinusitis suele ir precedida de una coriza aguda. Los síntomas son significativos.
La cefalea se manifiesta como dolor punzante y gravitatorio en la periorbita, sobre todo a nivel del canto
interno del ojo, de la escotadura supraorbitaria y/o de la escotadura infraorbitaria (V1, V2), y en el maxilar
superior; aumenta al agachar la cabeza y al palpar y presionar estas zonas, y se alivia al sonarse. Cuando se
cronifica el cuadro se habla de “pesadez facial”.
La rinorrea es inicialmente acuosa (hidrorrea) si la causa es viral o inflamatoria, y mucopurulenta cuando es
bacteriana y se localiza en el lado afecto.
La obstrucción nasal, frecuentemente asociada a la rinorrea, es de localización anterior.
En la rinoscopia anterior y endoscopia nasal observamos cornetes congestivos, edema de bulla etmoidal,
mucosidad purulenta sobre los cornetes y cávum, procedente del meato medio que cae a la pared posterior de la
faringe. Con la endoscopia podemos visualizar factores anatómicos que influyen en la aparición de la sinusitis
(dismorfias septales, concha bullosa, ostium cicatricial, hipertrofia de cornete).
La radiología simple (proyección de Waters) no es imprescindible para el diagnostico definitivo si se hace la
endoscopia. Sin embargo, si la sinusitis es recurrente o recidivante, es importante la búsqueda radiológica de
factores locales o de vecindad.
La diafanoscopia (sistema de transiluminación), en la actualidad está en desuso.
La punción y aspiración del seno, con cultivo de las secreciones, constituye la prueba diagnóstica más fiable
para el diagnóstico de sinusitis; pero se encuentra en desuso por su carácter invasivo.
El etmoides juega un papel importante en la patología sinusal por su ubicación y estrecha relación con el
complejo ostiomeatal. Esta sinusitis suele asociarse a sinusitis maxilar y /o frontal en el adulto, rara vez se
presenta de forma aislada (Fig.2).
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Suele aparecer en el curso de una rinitis aguda o coriza.
Los síntomas son los propios de la rinitis, con tensión y palpación dolorosa en la región interciliar, con
rinorrea mucopurulenta en meato medio (etmoides anterior) y meato superior (etmoides posterior),
obstrucción nasal e hiposmia o anosmia.
En la rinoscopia anterior y la endoscopia nasal observamos lesiones similares a las encontradas en la
rinosinusitis maxilar.
La sinusitis frontal aguda es una patología poco frecuente. Aparece a menudo en el transcurso de una
rinitis aguda y suele ir acompañada de una sinusitis maxilar o de una pansinusitis. Afecta en especial a
adolescentes y adultos jóvenes; diversos autores hablan de una preponderancia de los hombres afectos
frente a las mujeres (3 hombres/ 1 mujer).
El síntoma más llamativo es la cefalea pulsátil de localización supraorbitaria, que aumenta con la
anteflexión y se irradia a la región temporal u occipital. En ocasiones se trata de una simple sensibilidad
local, de una sensación de presión. Este dolor puede acompañarse de obnubilación y fotofobia así como de
edema del párpado superior.
La obstrucción nasal, la rinorrea y la fiebre son inconstantes.
Con frecuencia pueden presentar dolor a la presión en los senos frontales, pero no es un signo específico
de esta patología.
La rinoscopia anterior simple no ayuda a establecer el diagnóstico. La endoscopia nasal suele mostrar
afectación similar a las sinusitis agudas maxilar y etmoidal, con secreciones purulentas, edema e incluso
pólipos en el meato medio. Esta exploración puede ser normal en caso de sinusitis frontal bloqueada.
Una forma particular es la sinusitis frontal barotraumática, por variaciones bruscas de la presión
ambiental, ejemplo en pilotos y buceadores, con cefalea intensa de aparición brusca que se irradia a la
frente y la cara.
Otra forma particular es la producida por el bloqueo completo del conducto nasofrontal, que origina el
cuadro denominado por Sluder “vacuum sinus “, cefalea frontal por vació. Es una cefalea que cede
aplicando un vasoconstrictor en el meato medio.
La radiografía simple de la parte superior de la cara puede ser suficiente para confirmar el diagnóstico
cuando no haya signos de otras complicaciones. En todos los demás casos está indicado realizar un TC.
La íntima relación anatómica entre el seno frontal, las estructuras meningo-encefálicas y la cavidad
orbitaria constituyen el mayor riesgo potencial de la rinosinusitis frontal.
La sinusitis esfenoidal aguda es la forma menos frecuente de todas las sinusitis. Adquiere significación
patológica a partir de la adolescencia. Se presenta en formas clínicas aisladas y asociadas
(etmoidoesfenoidales y pansinusitis).
La clínica es poco característica. Puede haber cefalea referida en profundidad hacia el occipucio o vértex,
que puede irradiarse a región temporal y lateral del cuello y a la nuca. En ocasiones se puede irradiar a las
regiones frontales y retrorbitaria.
La obstrucción nasal es irrelevante. La rinorrea es posterior.
En la endoscopia nasal podemos ver pus en la fisura olfatoria (entre el tabique y el cornete medio).
El diagnóstico es fundamentalmente radiológico mediante TAC.
Su situación anatómica en contacto con la base del cráneo y la proximidad de elementos vitales (carótida
interna y nervio óptico), constituyen el mayor riesgo potencial de esta sinusitis.
RINOSINUSITIS CRÓNICA.
La rinosinusitis crónica es una enfermedad multifactorial en la que pueden estar implicados trastornos
mucociliares, procesos infecciosos (bacterianos), cuadros alérgicos, estados inflamatorios de la mucosa de
otras etiologías, o, en raras ocasiones, obstrucciones físicas debidas a variaciones morfológicas o
anatómicas de la cavidad nasal o de los senos paranasales.
Al igual que la RS aguda la RS crónica cursa con la presencia de dos o más de los siguientes síntomas:
Capítulo 55 Patología inflamatoria de los senos paranasales. Sinusitis agudas y crónicas: sinusitis
maxilar. Sinusitis etmoidal. Sinusitis frontal. Sinusitis esfenoidal.
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• Obstrucción/congestión nasal.
• Rinorrea anterior/posterior.
• Dolor/sensación de presión facial.
• Alteraciones en el sentido del olfato.
No existe fiebre. Otros síntomas secundarios son: halitosis, fatiga, dolor de dientes, tos, otalgia presión o
sensación de plenitud en el oído.
Se observan, además, los siguientes signos endoscópicos:
• Existencia de pólipos.
• Secreción mucopurulenta en meato medio y/o edema/obstrucción mucosa.
El seno maxilar es el más afectado en las distintas series. Los síntomas suelen ser pobres y atípicos.
Debemos sospechar su ocupación cuando hay afecciones respiratorias ( rinitis alérgica o no alérgica, asma
atópica, bronquitis recidivantes, etc.) o de causas odontógenas.
Los síntomas predominantes de esta sinusitis son cefaleas e insuficiencia respiratoria nasal. La cefalea
localizada en la raíz nasal y el ángulo interno de la orbita, suele ser de predominio diurno, que se
intensifica con el calor, la comida, el alcohol, la menstruación, etc... y que puede durar años, lo que afecta
al estado de ánimo y al esfuerzo intelectual.
Puede presentarse de forma unilateral o bilateral, o bien como parte de una pansinusitis.
Los síntomas son variables, similares a los de la sinusitis aguda, pero atenuados, con rinorrea unilateral.
La rinoscopia/endoscopia es similar a la de las otras sinusitis crónicas.
-Rinosinusitis Esfenoidal Crónica.
Es la más infrecuente. Los síntomas son anodinos y poco acentuados, muy similares a las formas agudas.
La rinosinusitis es una entidad relativamente fácil de diagnosticar. Para ello hay que considerar los
antecedentes del paciente, tener en cuenta la sintomatología clínica y realizar una correcta exploración.
Las pruebas de imagen se realizaran sólo cuando sean necesarias.
CLÍNICA
Generalmente la sinusitis que cursa con síntomas es la bacteriana. La sintomatología que presenta el
paciente es muy característica y suele estar precedida de un cuadro catarral de vías altas. Los síntomas más
frecuentes son:
• Cefalea
• Congestión nasal
• Rinorrea anterior o posterior
• Febrícula
EXPLORACIÓN
• Rinoscopia anterior: mucosa nasal inflamada, cornetes inferiores hipertróficos, rinorrea espesa
• Orofaringe: Rinorrea posterior purulenta en muchos casos
• Endoscopia nasal: Se puede observar salida de material purulento por el ostium de los senos
maxilares, además de los hallazgos descritos en la rinoscopia anterior. Con endoscopia también se
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diagnostica la sinusitis crónica, mediante la observación directa de los cambios anatómicos y tisulares
característicos, tales como edema, poliposis e hipertrofia de la mucosa nasal
DIAGNÓSTICO RADIOLÓGICO
RADIOLOGÍA CONVENCIONAL
Se ha utilizado como aproximación inicial para el estudio de la patología nasosinusal. Se utilizan dos
tipos de proyecciones: la de Waters o nasomentoplaca (Fig. 3) y la de Cadwell o posteroanterior (Fig. 4).
La primera es la más indicada para valorar los senos maxilares y la segunda los etmoidales y frontales.
La radiografía convencional debe ser evitada en niños. Actualmente cada vez son más los autores que
evitan el uso de la radiografía para el diagnóstico de la sinustis aguda debido a lo limitada que es para el
estudio anatómico de los senos paranasales y al hecho de que para el diagnóstico es suficiente con la
clínica del paciente. Por tanto la radiografía de senos paranasales cada vez se usa menos y debería evitarse
completamente para el diagnóstico de la sinusitis aguda. Si necesitamos un estudio de la anatomía de los
senos paranasales con el objeto de diagnosticar convenientemente una sinusitis crónica lo que se debe de
utilizar es la:
Es una prueba radiológica en la que sólo se irradia la zona a estudiar y en ocasiones la cantidad de
radiación necesaria es menor que en la radiografía convencional. (Fig. 5, Fig. 6)
SISNUSITIS AGUDA
ANTIBIOTERAPIA
La sinusitis aguda es una patología frecuente en la que están implicados desde el punto de vista
etiológico, los virus respiratorios y las bacterias, siendo éstas últimas las responsables de la sintomatología
típica de la sinusitis. Por tanto a la hora de considerar el tratamiento de la sinusitis, se debe tener en cuenta
el uso de antibióticos. El tipo a utilizar depende del agente etiológico implicado.
La etiología bacteriana más frecuente de la rinosinusitis aguda es el Streptococcus pneumonie y el
Haemophilus Influenzae. En niños se pueden encontrar casos de infección por Moraxella Catarrhalis y
Streptococcus pyogenes. Cuando el origen es dentario, la flora suele polimicrobiana en la que está
implicada la flora aerobia y anaerobia de la orofaringe.
Hay que tener en cuenta que la concentración de cualquier antibiótico en los senos paranasales es
sensiblemente inferior a la obtenida en un tejido bien vascularizado. La relación entre la superficie
vascularizada y el volumen total de la cavidad de los senos paranasales es un valor mucho más bajo que en
otros tejidos del organismo. Además la penetración es muy lenta y la reabsorción del fármaco es mayor que
en otros tejidos, lo que permite la administración de dosis altas a intervalos más prolongados.
La elección del tratamiento empírico inicial debe tener en cuenta los siguientes hechos:
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TRATAMIENTO COADYUVANTE
VASOCONSTRICTORES NASALES:
Su uso está indicado y justificado por la necesidad de restablecer las condiciones normales de ventilación
e integridad anatómica de las fosas nasales, siendo esto fundamental para la curación de la sinusitis aguda.
El vasoconstrictor nasal disminuye el edema y la inflamación, restableciendo el drenaje de los senos
paranasales y contribuyendo, por tanto en gran medida a la resolución de la sinusitis.
• Oximetazolina tópica nasal. Solución a 0,05%, 3 gotas en cada fosa nasal cada 12 horas, 4 días como
máximo
• Fenilefrina tópica nasal, solución de 0,50%; 3 gotas cada 4 horas en cada f. nasal, 4 días.
CORTICOIDES SISTÉMICOS:
MUCOLÍTICOS:
SINUSITIS CRÓNICA
En la sinusitis crónica subyace una alteración de la anatomía nasosinusal que da lugar a una alteración
anatomopatológica de la mucosa nasal. En ésta predomina el edema y una reacción inflamatoria mixta que
contiene una importante infiltración y activación de células precursoras de la inflamación como los
mastocitos, eosinófilos y linfocitos T. Por tanto el enfoque terapéutico de la rinosinusitis crónica irá
encaminado sobre todo a resolver las alteraciones anatómicas y funcionales que predisponen a su aparición.
En otras palabras el tratamiento debe ser quirúrgico mediante la Cirugía Endoscópica Nasal.
ANTIBIOTERAPIA
La antibioterapia debe utilizarse para resolver las continuas sobre infecciones. En este sentido el papel de
los macrólidos en el tratamiento de la rinosinusitis crónica en los últimos años ha cobrado especial
importancia, ya que a aparte de su función antibacteriana tienen un papel antiinflamatorio sobre la mucosa
nasal inflamada mediante la reducción de la expresión celular de moléculas inflamatorias como el TGF-B
o el NF-kB. También disminuyen la activación de linfocitos T.
Primera elección:
• Amoxicilina y ácido clauvulánico 875/125 mg/8 h 10 días
• Ciprofloxacino 750 mg/12 h, 10 días
• Cefuroxima axetilo, 500 mg/12 h, 7 días
Capítulo 55 Patología inflamatoria de los senos paranasales. Sinusitis agudas y crónicas: sinusitis
maxilar. Sinusitis etmoidal. Sinusitis frontal. Sinusitis esfenoidal.
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Segunda elección:
• Levofloxacino 500 mg/12 h, 7 días
• Moxifloxacino 500 mg/ 24 h, 7 días
• Telitromicina, 800 mg/ 24 h, 5 días
Está indicado debido a las alteraciones de la mucosa nasal que siempre están presentes en la sinusitis
crónica.
Los utilizados son los siguientes:
• Fluticasona: 100 mcg (dos nebulizaciones) cada 24 horas en cada fosa nasal Budesonida: 100 mcg
cada 12 horas.
• Triamcinolona: 110 mcg cada 24 horas
• Beclometasona: 100 mcg cada 12 horas
• Mometasona: 400 mcg cada 24 horas
CORTICOIDES SISTÉMICOS
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II. NARIZ Y SENOS PARANASALES
Capítulo 56
SINUSITIS INFANTILES
1.- INTRODUCCIÓN
En la actualidad, las infecciones de las vías aéreas respiratorias superiores (VARS) son muy
frecuentes en niños y adolescentes. Dentro de este grupo de afecciones se engloban las sinusitis.
La palabra sinusitis, procedente del latín “sinus” (“bahía”), que significa: “inflamación de los
senos del cráneo”, parte integral de la vía aérea respiratoria superior.
Las distintas inflamaciones de los distintos senos paranasales son muy similares en cuanto a
etiología, fisiopatología, patogenia y clínica, y con frecuencia constituyen una extensión de la
patología de las fosas nasales.
En la edad infantil, las celdas etmoidales son las más afectadas; sin embargo en el adulto el seno
maxilar es el que se afecta más a menudo, siguiéndole a continuación los senos frontal y
esfenoidal. Esto es debido al proceso de neumatización progresiva de los senos paranasales que
veremos más adelante.
Capítulo 56 Sinusitis infantiles
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Las sinusitis infantiles generalmente son enfermedades autolimitadas. Algunos sostienen
incluso que la sinusitis tiene una resolución espontánea tan habitual que rara vez requiere
antibióticos y casi nunca, cirugía. Por otro lado, hay quienes proponen tratamientos
antinfecciosos agresivos y cirugía cuando fracasan éstos. La conducta más correcta seguramente
se encuentra entre estos dos extremos y, como siempre, la clave está en la realización de un
diagnóstico preciso. Es en este punto es donde se encuentra la mayor dificultad (2)
Como hemos dicho anteriormente la rinosinusitis es una enfermedad muy frecuente. En Estados
Unidos la incidencia de esta enfermedad es aproximadamente de 20 millones de casos anuales,
con un gasto atribuible en 1996 de 3390 millones de dólares. Supone además el 7-12% de las
prescripciones de antibióticos.(3)
En España no existen estadísticas acerca de la incidencia de sinusitis bacteriana aguda, pero se
estima que ocurren un millón de casos al año.
3.- EMBRIOLOGÍA
La nariz y fosas nasales son órganos de origen ectodérmico, que comienzan su formación en la
3ª semana del desarrollo embrionario.
A partir de las paredes laterales de la fosa nasal, lisas al principio, se inicia durante la 7ª semana
la formación de unos pliegues que darán lugar a la formación de los cornetes nasales, apófisis
unciforme y bulla etmoidal.
Se crean además unas invaginaciones, en forma de pequeños divertículos epiteliales, a partir de
las cuales se desarrollarán de los senos.
Los senos maxilares son los primeros en comenzar su desarrollo, hacia el día 65 de gestación.
Puede ser visto en placas en el 4º-5º mes. Son pequeños al nacer, creciendo con lentitud y
desarrollándose por completo al inicio de la vida adulta. Su desarrollo se relaciona con la
erupción dentaria
Durante el desarrollo de los distintos senos aparecen con mucha frecuencia variaciones
anatómicas, como aplasias, asimetrías, senos rudimentarios, hiperneumatizaciones (concha
bullosa), septum tabicante…etc.
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El conocimiento de la secuencia de neumatización de los senos paranasales es importante en el
estudio de la sinusitis en la edad infantil. Así, en los lactantes, las sinusitis afectan a las celdas
etmoidales y a los rudimentarios senos maxilares.
4.- RECUERDO ANATÓMICO
Los senos paranasales son espacios aireados dentro de huesos del mazizo facial y cráneal. Están
recubiertos de una mucosa respiratoria con un epitelio pseudoestratificado ciliado y de células
caliciformes. Las células caliciformes de la mucosa nasal producen un manto de moco que
recubre la superficie de las cavidades. Esa capa de moco tiene dos niveles: uno profundo (sol) y
otro superficial (gel). Este mecanismo desplaza el moco hacia los ostium, la fosa nasal y la
faringe.
La mucosa sinusal es más delgada que la nasal y tiene menos células mucígenas.
La continuidad con la cavidad nasal está dada por pequeñas aberturas (ostium) que permiten
ventilación y drenaje. Si elevamos el cornete medio nos encontraremos con una serie de
elementos anatómicos, conductos angostos y orificios, que son el lugar de drenaje de los
senos frontales, maxilares y celdillas etmoidales anteriores y medias. Esta zona conocida como
"complejo osteomeatal" consta de los siguientes elementos en sentido anteroposterior: apófisis
unciforme, hiato semilunar o canal uncibullar y bulla etmoidal.
La apófisis unciforme tiene forma de gancho y, el espacio entre ésta y la bulla etmoidal, se
conoce como hiato semilunar. Del hiato semilunar se origina un surco que recibe el nombre de
infundíbulo al que drena el seno frontal y la mayoría de las celdillas etmoidales.
La bulla etmoidal contiene las celdillas etmoidales anteriores y medias, que drenan igualmente
al infundíbulo. Solamente los senos etmoidales posteriores y esfenoidal, no drenan en este
complejo.
El complejo osteomeatal está completamente desarrollado en los recién nacidos, aunque su
tamaño no sea el definitivo.
5.- FISIOPATOLOGIA
La capa de moco que recubre la mucosa de los senos se mueve constantemente hacia el ostium
de drenaje, siguiendo unos patrones definidos. Así, el moco del seno frontal discurre por el
tabique intersinusal hacia el receso frontal; y el moco del seno maxilar circula desde el suelo, en
dirección cefálica y medial, hacia el meato medio.
2
La gran mayoría de las sinusitis se originan por este proceso fisiopatólógico, con la excepción
de las sinusitis odontogénicas. (Fig.1)
El factor que con más frecuencia altera este ciclo es la infección viral de la mucosa rinosinusal,
que lleva a congestión del complejo osteomeatal y obstrucción en mayor o menor grado de los
ostium de drenaje.
Las bacterias pueden alcanzar el interior de los senos, gracia a maniobras comunes como el
sonarse. Un mecanismo de drenaje muco-ciciliar de los senos alterado provoca que las bacterias
no sean correctamente aclaradas, permitiendo el sobrecrecimiento bacteriano dentro del seno,
alcanzando con rapidez densidades superiores a 105 UFC/ml. La infección bacteriana conlleva
la aparición de un infiltrado leucocitario y el agravamiento el déficit de aclaración mucociliar.
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6.- FORMAS CLÍNICAS
Existen muchas clasificaciones acerca de las formas clínicas de rinosinusitis bacteriana, sin
haberse llegado en la actualidad a un consenso generalizado. La mayoría suelen diferenciar
entre:
- Sinusitis crónica: Infección de los senos que dura más de 90 días. Los síntomas son de
carácter más leve, predominando la rinorrea, obstrucción nasal y tos. Considerar a los
hongos como agente etiológicos. Es infrecuente en la edad pediátrica. En el contexto de
una sinusitis crónica pueden aparecer exacerbaciones o reagudizaciones, con síntomas y
signos propios de sinusitis agudas, mejorando habitualmente con un tratamiento
correcto.
7.- ETIOLOGÍA
Los virus respiratorios desempeñan un importante papel, tanto como agentes etiológicos como
favorecedores de la infección bacteriana. Por orden de frecuencia, los más comunes son
rinovirus, influenza, parainfluenza y adenovirus.
En los pacientes con factores de riesgo como inmunodepresión grave, trastornos de transporte
mucociliar (fibrosis quística, síndrome de cilio inmóvil…etc), cuerpos extraños o portadores de
sonda nasogástrica se producen con más frecuencia que en la población general sinusitis por S.
aureus, Pseumonas, bacilos gramnegativos y hongos.
Capítulo 56 Sinusitis infantiles
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8.- MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las manifestaciones clínicas difieren según nos encontremos ante un cuadro agudo o crónico:
9.- DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la mayoría de los casos de sinusitis en la edad infantil se lleva a cabo por la
clínica. No hay que olvidar que la mayoría de sinusitis en las primeras edades de la vida
corresponden a etmoiditis. En general, los exámenes complementarios como pruebas de imagen
y cultivos quedan reservados a una segunda línea de actuación.
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Puesto que en la mayoría de los casos realizaremos un diagnóstico clínico se debe ser
especialmente cuidadoso en la anamnesis y exploración, recogiendo las manifestaciones clínicas
y signos propios de esta entidad (Fig. 2). Dichas manifestaciones son comunes a las infecciones
víricas de la VARS, tan frecuentes en la población pediátrica, por lo que el diagnóstico
diferencial entre las formas virales y bacterianas es complicado.
Se recomienda que para llegar al diagnóstico de sinusitis bacteriana aguda, los síntomas se
mantengan al menos 10 días sin mejoría (5), periodo en el cual, la mayoría de catarros de vías
altas se autolimitan. La presencia de fiebre elevada, un curso bifásico o la aparición de signos
inflamatorios en la piel que recubre el seno van a favor de la etiología bacteriana.
Las características (color, olor, fluidez…etc) y cantidad de la rinorrea no son de ayuda a la hora
de diferenciar sinusitis bacteriana aguda y infección respiratoria de vías altas. (6)
2
No se recomienda la obtención de estudios radiológicos rutinarios ante la sospecha de sinusitis
bacteriana aguda no complicada. El hallazgo de alteraciones radiológicas en los senos
paranasales sin evidencia clínica de sinusitis es frecuente. (7)
Además, la presencia aislada de una infección respiratoria de vías altas puede provocar
hallazgos anormales en los senos paranasales si realizamos un TC o radiografía simple.
También hay que recordar que los hallazgos radiológicos pueden persistir más de dos semanas
después de la mejoría clínica.
La TC con cortes coronales ocupa un lugar esencial en este tipo de patologías según la mayoría
de los estudios publicados. Permite un estudio completo de la anatomía de las cavidades
rinosinusales y el complejo osteomeatal y permite además definir con precisión el contenido de
la orbita. Es de especial fiabilidad en el diagnóstico de complicaciones retroseptales como el
absceso subperióstico y el infraorbitario. A veces requiere sedación en niños de corta edad. Su
utilización solo está plenamente justificada ante la sospecha de complicaciones o resistencia a
los tratamientos.
La toma de muestras para cultivo y diagnostico microbiológicos pueden llevarse a cabo por
aspiración de secreciones nasales, aspiración bajo visión endoscópica del meato medio o por
punción-aspiración sinusal.
La punción-aspiración sinusal es la prueba más fiable para realizar el diagnóstico
microbiológico. Sin embargo su uso esta limitado a casos específicos, pues es una prueba
invasora, dolorosa y no exenta de limitaciones. (Fig.3)
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10.- COMPLICACIONES
Se considera a la sinusitis como una complicación de una infección de la VARS, que ocurre en
un 5-10%.
Fig. 4 Endoscopia nasal. Drenaje purulento por el Fig. 5: Radiografía simple de senos. Se observa
meato medio. nivel hidroaéreo en seno maxilar derecho.
2
11.- TRATAMIENTO
La gran mayoría de los casos de rinosiusitis son manejados por el medico de familia en atención
primaria. Hay que recordar que es frecuente la resolución espontánea del proceso, por lo que se
han de seleccionar cuidadosamente los casos que se beneficiarían de un tratamiento antibiótico.
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Como antibióticos de segunda elección pueden usarse cefalosporinas (cefuroxima,
ceftriaxona…etc.) y macrólidos (claritromicina y azitromicina).
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO: Es realizado, la mayoría de las veces con urgencias, ante una
complicación orbitaria (absceso supberióstico u orbitario) o intracraneal (absceso epidural,
subdural o intraparenquimatoso).
Para las complicaciones orbitarias se puede optar por drenaje del los abscesos por vía externa o
endonasal, acompañado o no de etmoidectomía.
Resaltar la importancia de una exploración exhaustiva por parte del otorrinolaringólogo y/o
oftalmólogo junto con la confirmación por TC/RMN para el diagnostico lo más precoz posible
de estas complicaciones.
Tiene importancia además la cirugía en casos de sinusitis recurrentes, para corregir posibles
factores favorecedores anatómicos o reservorios de gérmenes. Las indicaciones del tratamiento
quirúrgico se recogen en la Fig. 7.
2
12.- CONCLUSIONES
La sinusitis en la edad pediátrica es una enfermedad con una alta incidencia, adquirida en la
comunidad, cuyo manejo compete al pediatra o médico de familia, en la que el
otorrinolaringólogo intervendrá solo para valorar casos rebeldes al tratamiento de elección o
ante la sospecha de complicaciones.
El verdadero reto a la hora del manejo de esta enfermedad es la diferenciación entre casos de
etiología viral y casos en los que ya se ha producido una sobreinfección bacteriana. Esto permite
indicar correctamente el tratamiento antibiótico, evitando usos innecesarios de los mismos, que
llevan a la aparición de resistencias y a un mayor gasto sanitario.
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CAPITULO 58
COMPLICACIONES DE LA SINUSITIS.
INTRODUCCIÓN:
Las complicaciones de las sinusitis son graves debido a la importancia de las estructuras
anatómicas que rodean a los senos paranasales.
En la era preantibiótica 1 de cada 5 pacientes sufría algún tipo de complicación, la cual a su
vez ocasionaba una alta morbimortalidad (17-20%) en forma de meningitis o secuelas visuales
permanentes. Afortunadamente, hoy en día, estas complicaciones son poco frecuentes, no
superando el 5%.
Son consecuencia de la extensión de la sinusitis a través del propio hueso o siguiendo una
vía vascular.
Existen una serie de factores que favorecen la aparición de estas complicaciones y que son:
- Terapia antibiótica insuficiente o inadecuada frente al agente patógeno.
- Inmunodepresión.
- Población pediátrica, todo ello favorecido por una mayor frecuencia de infecciones
respiratorias de vías aéreas superiores, suturas abiertas, huesos más porosos e inmadurez de
sistema inmune. La hipertrofia adenoidea (vegetaciones) sería otro factor de riesgo para la
sinusitis, y por tanto, para la posterior complicación de la misma.
- Retraso o falta de actuación quirúrgica cuando está indicada.
Las complicaciones pueden afectar a estructuras del propio seno (complicaciones locales),
al hueso y tejidos blandos adyacentes (osteomielitis), a las estructuras orbitarias
(complicaciones orbitarias) o afectar estructuras del interior de la cavidad craneal
(complicaciones intracraneales).
1. COMPLICACIONES LOCALES:
b. OSTEOMIELITIS:
2. COMPLICACIONES ORBITARIAS.
Desde el punto de vista bacteriológico, los gérmenes más frecuentes son: Streptococcus
pneumoniae, Streptococcus pyogenes, Haemophilus influenzae y Staphilococcus aureus.
Es una complicación muy grave pero por fortuna poco frecuente. Se ocasiona por
un émbolo séptico o por contaminación directa en una sinusitis, generalmente
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3. COMPLICACIONES ENDOCRANEALES.
directa desde un foco de osteomielitis (generalmente en pared posterior del seno frontal, o
en techo de esfenoides o etmoides), o a través de vías anatómicas preformadas, como el
foramen óptico o la fisura orbitaria superior, por donde accederían desde un foco infeccioso
que se situase en la órbita. Por último los traumatismos penetrantes o las anomalías
congénitas que producen soluciones de continuidad en las estructuras óseas pueden ser
otra vía de entrada.
Los adolescentes del sexo masculino son el subgrupo de pacientes más frecuentemente
afectado, debido probablemente a la mayor vascularización del hueso diploico vista en este
grupo. Otro subgrupo que presenta también mayor incidencia son los pacientes
inmunodeprimidos.
Como ya hemos dicho, el empleo de técnicas de imagen como la tomografía
computerizada o la resonancia magnética permite un diagnóstico precoz y de certeza. La
TC valora muy bien la afectación de estructuras óseas, siendo además necesaria en el caso
en que se plantee cirugía del seno afectado. La RM es de gran utilidad para valorar el grado
de afectación de partes blandas y la relación con estructuras como el globo ocular, nervio
óptico, encéfalo.
Las complicaciones intracraneales secundarias a patología infecciosa sinusal pueden
ser: meningitis, absceso extradural, absceso subdural, absceso cerebral o tromboflebitis del
seno cavernoso o del seno longitudinal superior.
a. MENINGITIS.
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c. ABSCESO SUBDURAL.
Suele ser de origen frontal y/o etmoidal. Consiste en una colección de pus en el espacio
delimitado entre la duramadre y la aracnoides, siendo la tromboflebitis séptica y la
extensión directa desde un absceso epidural, las 2 vías posibles de llegada de los gérmenes.
Con la progresión del proceso, se produce inflamación local de las leptomeninges, de la
corteza cerebral adyacente, así como vasculitis y edema en parénquima cerebral
circundante. A pesar de que el absceso subdural no suele tener un gran efecto masa, esta
serie de eventos secundarios, suelen derivar en un aumento de la presión intracraneal. La
función de barrera que cumple la aracnoides, evitando el paso de bacterias hacia las
leptomeninges, hace que sea rara la progresión hacia una meningitis.
La clínica suele ser progresiva, iniciándose el cuadro con cefalea intensa, fiebre,
leucocitosis y signos de inflamación meníngea local. Con la progresión de la colección,
pueden producirse focos de isquemia o infartos corticales, apareciendo signos de focalidad
neurológica. Con el aumento de presión intracraneal puede llegarse a la disminución del
nivel de consciencia, el coma o incluso la muerte del paciente por herniación transtentorial.
El diagnóstico suele darlo la TC, que muestra un lesión hipodensa extracerebral,
acompañada de edema cerebral perilesional. También es diagnóstica la imagen obtenida en
una RM.
El tratamiento es siempre neuroquirúrgico, asociado siempre a drenaje del seno
originario, y a tratamiento antibiótico intravenoso.
d. ABSCESO CEREBRAL
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Los pacientes diabéticos mal controlados, como son los que se encuentran en coma
cetoacidótico, o los que sufren algún tipo de inmunodepresión, sobre todo las que cursan
con neutropenia, son los más propensos a padecer cualquiera de las complicaciones
descritas hasta el momento.
Pero existe una complicación que se manifiesta en ellos con una frecuencia
notablemente más elevada que en el resto de la población: la mucormicosis rinocerebral.
Ésta es causada por un hongo del género mucor, que en condiciones normales no es
patógeno, pero que en este tipo de pacientes se vuelve muy agresivo.
Existe una afectación pansinusal que cursa, además de con la clínica típica de la
sinusitis, con ptosis, oftalmoplejia, afectación de los pares III y VI y que en un corto plazo
de tiempo evoluciona hacia una afectación sistémica (pulmonar, gastrointestinal…) y hacia
la destrucción ósea e invasión intracraneal que lleva al paciente al coma y a su fallecimiento
pocas horas después.
El tratamiento consiste en la administración de anfotericina B deoxicolato intravenosa
y en el desbridamiento quirúrgico, haciendo además hincapié en el control
hidroelectrolítico. Actualmente se ha visto que el uso de anfotericina B liposomal o de
posaconazol, es más efectivo que la anfotericina B deoxicolato
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Capítulo 59
Hospital Donostia .
Introducción:
Preoperatorio:
Los pacientes que van a ser sometidos a una intervención quirúrgica para tratamiento de
patología rinusinual, deben realizarse un estudio radiológico, un TC coronal de senos
paranasales que muestre la anatomía y las posibles variaciones ocasionadas por la enfermedad,
además nos informa de la presencia de mucoceles, pólipos, contenido mucoso o afectación ósea.
El conocimiento prequirúrgico de la existencia de variantes anatómicas ayuda a evitar
complicaciones quirúrgicas, como lesiones del nervio óptico o de la arteria carótida interna. Sin
embargo, la imagen del TC puede variar desde que fue realizado hasta el momento en el que se
realiza la cirugía, y se haya evacuado el contenido mucoso.
Antes de operarse, también es conveniente recibir tratamiento médico para disminuir la
inflamación e infección y con ello el riesgo de sangrado intraoperatorio. Se suelen asociar
Capítulo 59 Tratamiento quirúrgico de las sinusitis y de sus complicaciones cirugía
de abordaje externo. Cirugía de abordaje endoscópico
2
corticoides orales y un antibiótico, se recomienda prednisolona (1mg/kg/día) y un macrólido
(azitromicina, claritromicina, roxitromicina).
El paciente será informado sobre los riesgos de la cirugía como la posibilidad de entrar
por cercanía en órbita o cavidad craneal, y si la cirugía es abierta de las cicatrices que quedarán.
Cirugía externa del seno frontal: Se utilizaba para complicaciones de la sinusitis frontal y
puede emplearse para el abordaje de tumoraciones de esa localización.
Las técnicas son las siguientes:
Se realiza una incisión a lo largo del borde inferior de la ceja, hasta los huesos propios.
Para llegar al suelo del seno frontal, se despega el periostio del unguis y la lámina papirácea
entre la pared orbitaria superior y la medial, es importante respetar el saco lagrimal y evitar la
sección del nervio supraorbitario. A continuación, se utiliza la gubia de Kerrison para extirpar el
suelo del seno frontal, eliminando toda la mucosa del seno con cucharillas. El problema de este
procedimiento es la elevada tasa de estenosis de la comunicación frontonasal de hasta un 33%.
Se realiza una etmoidectomía y extirpación del cornete medio para una abertura
adecuada, colocándose un tubo de goma que comunica el seno frontal con la cavidad nasal,
manteniéndolo de 1 a 3 meses. Los riesgos de esta cirugía son diplopía, epífora, complicaciones
infecciosas endocraneales como la meningitis u osteomielitis.
Las indicaciones de esta intervención son escasas, básicamente cuando no haya acceso a
endoscopios, el cirujano no tenga experiencia, para el tratamiento de fístulas cutáneas,
rinusinusitis crónicas en un seno frontal grande con obliteraciones, tras procedimientos
endoscópicos sin resultados.
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Intervención osteoplástica anterior de Goodale y Montgomery:
Se abre la pared anterior del seno frontal a modo de bisagra. Antes de la operación se
realiza un estudio radiológico en proyección Caldwell, que sirve de plantilla. Se realiza una
incisión a lo largo del borde superior de la ceja y se despega el periostio frontal para acceder al
seno, hasta el borde supraorbitario. Se reseca toda la mucosa patológica y se fresa el hueso,
después se puede taponar con grasa, músculo, gelfoam, etc, de esta manera obliterar el seno. Se
repone la pared anterior del seno y se fija con titanio.
Las indicaciones de esta técnica son las siguientes: meningoceles, rinosinusitis crónica y
poliposis nasal refractaria a la endoscopia, osteomas grandes, receso frontal estrecho y celdas
tipo IV, tumores que necesitan extirpación completa, fístulas cerebroespinales y fracturas de las
paredes externa e interna del seno frontal, cranealización.
Se utiliza un molde radiológico que determina la extensión del seno frontal. La incisión se
realiza por el borde supraorbitario.
Intervención de Caldwell-Luc
Fue descrita a finales del siglo XIX, su indicación era eliminar la infección y la mucosa
enferma del seno maxilar. Actualmente, tiene algunas indicaciones sinusitis crónicas
odontogénicas con fístulas oroantrales, micetomas, pólipos antrocoanales, tumores, displasia
fibrosa, quistes dentígenos, mucoceles, acceso a la fosa pterigomaxilar para ligar la arteria
maxilar interna. Se realiza una incisión sublabial en el surco gingivolabial, a través de la fosa
canina y el segundo molar, a unos 5mm por debajo de la salida del nervio infraorbitario. Con un
periostotomo se despega el periostio de toda la cara anterior del hueso maxilar superior, se
realiza una comunicación a través del meato inferior, con un trocar sacabocados, esta ventana
antrocoanal tendrá un diámetro de al menos 1,5 cm, incluirá mucosa intranasal, mucosa sinusal
y pared ósea. Con el despegador de tabique se va desprendiendo la mucosa patológica.
Capítulo 59 Tratamiento quirúrgico de las sinusitis y de sus complicaciones cirugía
de abordaje externo. Cirugía de abordaje endoscópico
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Procedimiento de Denker: la incisión se realiza en el surco gingivolabial y se extiende al lado
contrario pasando el frenillo 1 ó 2 cm. Se realiza la periostización de la fosa canina.
Degloving facial
Portmann y Retruvey desarrollan esta técnica en 1927. Se expone toda la cara anterior
del maxilar superior hasta el malar y la órbita, en la unión de la rama ascendente del maxilar con
el hueso propio y en las partes inferior y posterior de la pared medial del maxilar. Con ello se
liberan las paredes anterior, medial y parte de la superior del maxilar, extrayéndolas en bloque.
La mucosa de la pared lateral de la fosa nasal junto con el cornete inferior se pedicula sobre su
parte anterosuperior y se rechaza medialmente, accediéndose a la rinofaringe a través de una
incisión en cada vestíbulo nasal que se une a otra incisión por encima de la encia, anterior a la
desembocadura del conducto de Stenon.
Las indicaciones de esta cirugía son las siguientes: angiofibromas, osteomas,
perforaciones septales grandes, tumores benignos y malignos, quistes congénitos.
Técnica de Claoué: es la apertura del seno permanente a través del meato inferior. Bajo
anestesia General o local con sedación, se embebe la zona con vasoconstrictores y se procede a
identificar el cornete inferior, el cual se luxa hacia la línea media y hacia arriba exponiendo de
ese modo el meato inferior. Se legra con una espátula de Freers la mucosa de la pared lateral
del meato inferior, formando un colgajo mucoso que se vuelca sobre el piso de la fosa nasal.
Posteriormente, se amplían los bordes de la ventana ósea, consiguiendo 3 cm. de longitud
anteroposterior (rostrocaudal) y 0.8 cm de altura. Con instrumental curvo se entra en el seno
maxilar, evacuando el contenido del mismo. Se debe dejar un par de catéteres de 6cm de largo
de un calibre de 0,5, de silicona como drenaje, durante una semana
Etmoidectomía externa
Se accede al etmoides a través del hueso lagrimal con una incisión entre el nasión y el
ligamento palpebral interno, pudiendo llegar al esfenoides. Se liga la arteria etmoidal anterior
mediante un clip o bien se cauteriza con bisturí eléctrico. El periostio se incide y se eleva con un
despegador de Freer hacia la pared orbital medial. El saco lagrimal se aparta de la fosa y el
globo ocular se eleva, exponiendo así la lámina papirácea del hueso etmoides y se extipan las
celdillas etmoidales. Hoy en día esta técnica está en desuso, ya que da lugar a cicatrices faciales
importantes, hipoestesias, epifora, etc. Se ha sustituido por la cirugía endoscópica, sin embargo
tiene algunas indicaciones como la ligadura de la arteria etmoidal por epistaxis de difícil
control, reducción de fracturas nasoetmoidales y para el tratamiento de abscesos subperiósticos
y orbitarios por una sinusitis complicada, mucoceles, tumores y cierres de fístulas de líquido
cefalorraquideo. Las complicaciones que pueden surgir son hematoma orbitario, oftalmoplejía,
ceguera, fistula de LCR y el cierre del conducto tras la operación con la formación secundaria
de un mucocele.
Punción evacuadora del seno maxilar: Se colocan lentinas impregnadas en anestésico
local y adrenalina en el meato inferior de la fosa nasal, posteriormente por detrás de la cabeza
del cornete inferior realizamos una punción con una aguja o trocar, esta técnica sirve para
aspirar las secreciones o realizar lavados con suero.
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Etmoidoesfenectomía y frontotomía transmaxilar de Ermiro de Lima: a través del seno
maxilar se aborda el etmoides a lo largo del ángulo superinterno del maxilar, a partir de la
celdilla etmoidal más posterior llegamos al seno esfenoidal. El acceso al seno frontal se
consigue con la cucharilla de Ermiro que está incurvada.
Cirugia endoscopica
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Preoperatorio:
30º
15º
Posición del paciente
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de la cual está la encrucijada maxiloetmoidal. Para acceder al seno maxilar palpamos con el
aspirador una zona blanda en la zona media del cornete inferior, se abre una ventana de unos 20-
35 mm de diámetro. A veces es necesaria la sección de la cabeza del cornete inferior para evitar
la sinequia entre éste y la pared lateral, o bien colocar unas mechas en el meato inferior.
Lamina papirácea
Capítulo 59 Tratamiento quirúrgico de las sinusitis y de sus complicaciones cirugía
de abordaje externo. Cirugía de abordaje endoscópico
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Etmoidectomia posterior, la lámina basal del cornete medio se reseca a partir de su
porción inferior y medial exponiendo las celdillas etmoidales posteriores. A partir de ese
momento el cirujano debe ir exponiendo el techo etmoidal, con la eliminación en sentido
retrógrado del grupo restante de celdillas etmoidales y de la mucosa que las tapiza, utilizando el
microdebrider hasta llegar a la pared anterior del esfenoides. El complejo Etmoidal posterior es
mayor en tamaño y menor en la cantidad de celdillas, que el resto del seno etmoidal, cuyo
número de celdillas es mayor y cuyo tamaño en menor. En una etmoidectomia se recomienda el
uso de endoscopios de visión angular de 25 ó 30 grados, que permiten una visión más completa.
En ocasiones, la celda de Onodi (celdillas etmoidales posteriores) puede estar muy neumatizada
y llevar a confusión al creer que se ha penetrado en el seno esfenoidal.
Esfenoidectomía, primero se comprueba mediante el TAC la localización del nervio
óptico y la carótida interna. El abordaje puede realizarse por distintas vías:
Transeptal, cuando se realiza en el mismo acto quirúrgico septoplastia, la entrada tiene
lugar en la porción más medial y declive del tabique.
Transnasal a través del receso esfenoetmoidal. Se toma como punto de referencia el
borde superior de la coana, se asciende junto al tabique unos 10 -12 mm por encima, el ostium
se amplia en sentido descendente con la pinza tipo Ferris-Smith-Kerrison de 2 mm. Wigand
propone realizar de forma sistemática resección de la cola del cornete medio y septoplastia para
facilitar el acceso al receso esfenoetmoidal.
Transetmoidal, es la más complicada porque desde el etmoides se carece de puntos de
referencia. Se realiza la apertura en la parte más declive y medial de la pared anterior del seno
esfenoidal para no traumatizar la lateral en donde se encuentra el reborde del nervio óptico y la
carótida interna.
Acceso al seno frontal en la parte superior del infundíbulo etmoidal, donde se puede
identificar el relieve que la arteria etmoidal produce en la base del cráneo, para realizar la
aperturas de las celdillas se utilizan pinzas de Blakesley-Weil de 45 ó 90º. La ampliación del
receso se realiza hacia la pared anterior, porque la posterior es frágil y puede producirse la
entrada en cavidad craneal.
Para evitar la penetración del Fosa Craneal anterior, a través de la lámina cribosa es
importante notar la depresión y elevación del surco olfatorio y evitar la disección de la inserción
medial del Cornete Medio. Keros describió diferentes configuraciones del techo del etmoides
basado en la profundidad del surco olfatorio, proponiendo una clasificación para valorar la
fragilidad del techo Etmoidal:
El tipo I corresponde a un techo del Etmoides con un del surco olfatorio de 1 a 3 mm de
profundidad, el Tipo II de 4 a 7 mm de profundidad y el Tipo III de 8 a 16 mm. de
profundidad.
El 70% de los pacientes tienen un Techo Etmoidal Tipo II, el 18% un Techo Etmoidal Tipo III y
un 12% un Techo Etmoidal Tipo I. El espesor promedio de la lámina cribosa es de 0.05 mm. y
es por consiguiente útil conocer este detalle, ya que la mayor parte de las fístulas de líquido
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cefalorraquideo se originan de la lesión de esta zona. En pacientes con un surco olfatorio poco
profundo, es menos frecuente esta complicación.
La cirugía endoscópica nasosinusal guiada por navegador ayuda a identificar mejor la
anatomía, añade al control visual del campo de trabajo las ventajas de contar con una imagen
virtual a tiempo real en el TC, lo que permite conocer la localización exacta del instrumento,
situándolo tridimensionalmente en la pantalla. Se basa en los estudios de imagen preoperatorios,
los instrumentos están equipados con diodos electrónicos al igual que la diadema colocada en la
cabeza del paciente emitiendo rayos infarrojos, que son registrados en el ordenador. Las
referencias anatómicas son muy precisas con un margen de error de 1mm. El alto coste del
sistema de navegación hace que no se pueda disponer de estos equipos en muchos centros
hospitalarios, sería de una gran utilidad ya que se reduce el porcentaje de complicaciones menos
del 2% con este sistema.
Las complicaciones son raras, las más frecuentes son en el postoperatorio inmediato, la
infección y la hemorragia. Intraoperatorias: la ruptura del techo etmoidal, entrando en la fosa
cerebral anterior y dejando como secuela una fístula de líquido cefalorraquídeo. Si se detecta
durante el acto quirúrgico se debe intentar reparar con fascia, pasta de hueso o cola de fibrina.
Existen descritos casos de pérdida visual por lesión del nervio óptico. El concepto más
importante es que el procedimiento quirúrgico se debe realizar bajo observación directa. Si la
hemorragia no permite la correcta visualización, es necesario concluir el procedimiento.
Cuando se termina la intervención se realiza taponamiento anterior bilateral con
Merocel ® o Rhino rapid®, que se retirará a las 48 horas. Se indicará un antibiótico de forma
profiláctica para evitar la infección bacteriana de secreciones retenidas. En las revisiones se
realiza limpieza de las fosas de coágulos, costras, fibrina y restos óseos desvitalizados. Se
recomienda observar al paciente a los 2, a los 6 y a los 14 días de la intervención. Se describe
una tasa de formación de sinequias del 5% a 10% en el postoperatorio, por eso es necesaria una
correcta limpieza. Al paciente se le indica realizar lavados nasales con agua de mar e
inhalaciones con spray de budesonida para disminuir la respuesta inflamatoria.
En estudios realizados en pacientes sometidos a CENS como tratamiento de patología
nasosinusal, demuestran resultados satisfactorios. La mayor parte de los pacientes tras años de
seguimientos se encuentran asintomáticos.