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UNIVERSIDAD DE

GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS
MÉDICAS
ESCUELA DE MEDICINA

CATEDRA:
PEDIATRÍA II
Dr. Martínez
ALUMNA:

MICHELLE FERNÁNDEZ AVILA


RESFRIADO COMUN
Infección vírica aguda del tracto respiratorio superior que cursa con rinorrea y
obstrucción nasal como síntomas principales, no suele presentar síntomas sistémicos. El
resfriado común con frecuencia se denomina rinitis infecciosa, pero como también
puede producir afectación autolimitada de la mucosa de los senos sería más correcto
hablar de rinosinusitis.

Etiología
Los rinovirus se asocian a más del 50% de los resfriados en adultos y niños. En niños
pequeños, otras causas víricas del resfriado común incluyen virus respiratorio sincitial,
metaneumovirus humano, virus paragripales y adenovirus. Los síntomas del resfriado
común también pueden estar producidos por virus gripales, enterovirus distintos al
virus de la poliomielitis, y coronavirus humanos. Muchos virus que producen rinitis
también están asociados con otros síntomas y signos como tos, sibilancias y fiebre.

Epidemiologia
Aunque los resfriados comunes son estacionales, con más casos en invierno, no hay
pruebas científicas de que una exposición corta al frío incremente la susceptibilidad a la
infección, lo cual puede significar que la variación por estaciones viene dada por un
cambio en el comportamiento, como por ejemplo, el hecho de pasar mayor tiempo en
espacios cerrados, en contacto cercano con los demás.
Los niños pequeños presentan un promedio de 6-8 resfriados cada año, pero el 10-15%
tiene al menos 12 infecciones al año. La incidencia de esta enfermedad disminuye con
la edad, de modo que los adultos solo sufren 2-3 resfriados por año. La incidencia de la
infección depende principalmente de la exposición al virus. Los niños que acuden a
guarderías fuera de su hogar durante el primer año de vida tienen unos 50% más
resfriados que los niños atendidos solo en su casa. Cuando empiezan la escuela primaria,
los niños que han asistido a guarderías tienen resfriados con menos frecuencia que
aquellos que no han acudido. La deficiencia de lectina de unión a manosa con deterioro
de la inmunidad innata se puede asociar a aumento de la incidencia de resfriados en
niños.

Patogenia
Los virus responsables del resfriado común se diseminan por tres mecanismos:
 Contacto directo con las manos (auto inoculación de la propia mucosa nasal o de
las conjuntivas después de tocar a una persona o un objeto contaminado).
 Inhalación de aerosoles de partículas pequeñas transportadas por el aire y
debidas a la tos.
 Depósito de aerosoles de partículas grandes que se expulsan durante un
estornudo y aterrizan sobre la mucosa nasal o conjuntival.
Los estudios sobre rinovirus y VRS indican que el contacto directo es un método eficiente
de transmisión, aunque también se pueden transmitir por aerosoles de partículas
grandes y el método más eficaz de transmisión de los virus gripales y los coronavirus son
los aerosoles de partículas pequeñas.
Las infecciones por rinovirus y adenovirus hacen que se desarrolle una inmunidad
protectora específica de serotipo. Se pueden producir infecciones repetidas por estos
patógenos porque existe un gran número de serotipos distintos de cada virus. Los virus
gripales pueden modificar los antígenos que presentan en su superficie, comportándose
igual que si existieran múltiples serotipos del virus.
La diversidad antigénica, muchos de estos virus pueden reinfectar las vías respiratorias
superiores porque la inmunoglobulina A mucosa inducida por la infección previa tiene
una duración corta, y el breve periodo de incubación de estos virus permite el
establecimiento de una nueva infección antes de que se produzcan las respuestas
inmunitarias de memoria. Aunque la respuesta adaptativa del anfitrión frente a estos
virus no evita completamente la reinfección, la gravedad de la enfermedad se ve
moderada por la inmunidad preexistente.
La eliminación de la mayoría de los virus respiratorios alcanza su máximo 3-5 días
después de la inoculación, lo que a menudo coincide con el inicio de los síntomas;
pueden persistir niveles bajos de eliminación de virus durante hasta 2 semanas en una
persona por lo demás sana.

Manifestaciones clínicas
Los síntomas del resfriado común varían dependiendo de la edad y del virus. En los
lactantes puede predominar la fiebre y la secreción nasal. La fiebre es infrecuente en
niños mayores y adultos. Los síntomas del resfriado común suelen empezar 1-3 días
después de la infección vírica. El primer síntoma que se percibe es con frecuencia dolor
o «picor» de garganta, al que siguen pronto rinorrea y obstrucción nasal. El dolor de
garganta habitualmente se resuelve con rapidez, de forma que el segundo y el tercer día
de la enfermedad predominan los síntomas nasales. Se produce tos en
aproximadamente dos tercios de los resfriados en niños, por lo general tras la aparición
de síntomas nasales. La tos puede persistir otras 1-2 semanas tras la resolución de los
demás síntomas. Los virus gripales, los VRS, los metaneumovirus humanos y los
adenovirus tienen más probabilidad que los coronavirus y los rinovirus de producir
fiebre y síntomas constitucionales. Otros síntomas de un resfriado pueden incluir
cefalea, ronquera, irritabilidad, dificultad para dormir y disminución del apetito. No
suele haber vómitos y diarrea. Este resfriado común dura aproximadamente una
semana, aunque el 10% puede durar dos.
Los signos físicos del resfriado común se limitan a las vías respiratorias superiores. La
rinorrea suele resultar evidente en la exploración. Durante el transcurso de la
enfermedad es frecuente que cambie el color o la consistencia de las secreciones, sin
que ello indique sinusitis ni sobreinfección bacteriana, aunque puede indicar
acumulación de leucocitos polimorfonucleares. La exploración de la cavidad nasal puede
poner de manifiesto tumefacción y aspecto eritematoso de los cornetes, aunque este
hallazgo es inespecífico y su valor diagnóstico es escaso. Es frecuente que haya una
presión anómala en el oído medio, linfadenopatia cervical anterior e inyección
conjuntival.

Diagnóstico
El diagnóstico diferencial del resfriado común incluye trastornos no infecciosos y otras
infecciones de las vías respiratorias superiores.
La presencia de eosinófilos en un frotis de la secreción nasal puede ser útil si se sospecha
rinitis alérgica. El predominio de leucocitos polimorfonucleares en la secreción nasal es
característico de los resfriados no complicados y no indica sobreinfección bacteriana. En
un resfriado no complicado son frecuentes las alteraciones radiográficas auto limitadas
de los senos paranasales.

Tratamiento
El tratamiento del resfriado común es principalmente de soporte y preventivo
Tratamiento antivírico
No se dispone de un tratamiento antivírico específico para las infecciones por rinovirus.
La ribavirina, que está aprobada para el tratamiento de la infección grave por VRS, no
sirve para el tratamiento del resfriado común. Los inhibidores de la neuraminidasa
oseltamivir y zanamivir tienen un efecto escaso sobre la duración de los síntomas
asociados a la infección por el virus gripal en niños. El oseltamivir tambien reduce la
frecuencia de otitis media secundaria a la infección por el virus gripal.
Los tratamientos antibacterianos carecen de utilidad en el resfriado común y se deben
evitar para minimizar los posibles efectos adversos y la aparición de resistencia a
antibióticos.
Tratamiento de soporte y sintomático
El mantenimiento de una hidratación oral adecuada puede ayudar a fluidificar las
secreciones y calmar la mucosa respiratoria. El remedio casero habitual de ingerir
líquidos templados puede calmar la mucosa, aumentar el flujo mucoso nasal y soltar las
secreciones respiratorias.
La solución salina nasal tópica puede eliminar transitoriamente las secreciones, y la
irrigación nasal con solución salina puede reducir los síntomas. No se ha estudiado bien
el aire frio humidificado, aunque puede soltar las secreciones nasales.
El zinc, administrado en pastillas orales en pacientes previamente sanos, reduce la
duración de los síntomas de un resfriado común, aunque no su intensidad, si se inicia en
las primeras 24 horas tras el comienzo de los síntomas y provoca disminución del gusto,
mal sabor de boca y nauseas.
 Obstrucción nasal Adrenérgicos tópicos eficaces, como xilometazolina,
oximetazolina y fenilefrina, en forma tanto de gotas como de inhalador nasal. La
absorcion sistemica de las imidazolinas (oximetazolina y xilometazolina) se ha
asociado en muy pocos casos a bradicardia, hipotensión y coma. Se debe evitar
el uso prolongado de adrenérgicos tópicos para que no se produzca la aparición
de rinitis medicamentosa. Las gotas nasales de suero salino (lavado, irrigación)
pueden mejorar los síntomas nasales y se pueden utilizar en todos los grupos de
edad.
 Rinorrea Los antihistamínicos de primera generación pueden reducir la rinorrea
en un 25-30% por su acción anticolinérgica, más que a su efecto antihistamínico,
por lo que los antihistamínicos de segunda generación o «no sedantes» carecen
de efecto sobre los síntomas del resfriado común, también se puede tratar con
bromuro de ipratropio, un anticolinérgico tópico.

Complicaciones
La complicación más frecuente del resfriado común es la otitis media aguda, que puede
venir indicada por la nueva aparición de fiebre y dolor de oído después de los primeros
días de síntomas del resfriado. Se describe OMA en el 5-30% de los niños con un
resfriado, siendo su incidencia mayor en los que acuden a una guardería.
La sinusitis es otra complicación del resfriado común. La inflamación auto limitada de
los senos forma parte de la fisiopatología del resfriado común, pero el 0,5-2% de las
infecciones de las vías respiratorias altas de origen vírico en adultos y el 5-13% en niños
se complican con una sinusitis bacteriana aguda. Puede resultar difícil distinguir los
síntomas del propio catarro de los de la sinusitis bacteriana.
Se debe plantear este último diagnostico cuando la rinorrea o la tos diurna persistan sin
mejorar durante al menos 10-14 días, si los síntomas empeoran a lo largo del tiempo o
si aparecen signos de afectación más grave de los senos, como fiebre y dolor o
tumefacción facial.
La neumonía bacteriana es una complicación infrecuente del resfriado común.
La agudización del asma es una complicación infrecuente, aunque potencialmente
grave, del resfriado común.
INFLUENZA
Las infecciones por el virus de la gripe causan una amplia gama de enfermedades
respiratorias responsables de una morbimortalidad significativa en los niños. La gripe A
puede provocar, además, pandemias globales periódicas con una penetrancia aún
mayor de la enfermedad que las epidemias estacionales.

Etiología
Los virus de la gripe son miembros de la familia Orthomyxoviridae. Se trata de virus
grandes de ARN monocatenario en el que se integran 3 géneros (tipos): A, B y C. Los
tipos A y B son los patógenos humanos principales y provocan enfermedad epidémica.
El virus de la gripe tipo C es una causa esporádica de enfermedad de vías respiratorias
altas, sobre todo leves. Los virus de la gripe A se dividen a su vez en 2 subtipos en función
de 2 proteínas de superficie que se proyectan a modo de espículas desde la envoltura
lipídica, la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA). Las diferentes cepas se
identifican en función de sus diferencias antigénicas en sus HA y NA.

Epidemiología
La gripe se transmite normalmente a través de gotitas de las vías respiratorias, aunque
también puede transmitirse a través del contacto con las secreciones y con partículas
aerosolizadas de pequeño tamaño. El, período de incubación es breve, entre 12-72
horas. La incidencia máxima de la gripe estacional ocurre durante los meses más fríos
en los climas templados, mientras que en los países tropicales circula durante todo el
año. La transmisión dentro de una comunidad es rápida, alcanzando su incidencia
máxima a las 2-3 semanas de su introducción.
Variación antigénica
Los virus de la gripe A y B contienen un genoma que consta de 8 segmentos de ARN
monocatenario. Las mutaciones puntuales durante la replicación viral, sobre todo en el
gen HA, son responsables de los cambios menores dentro de cada subtipo, dando lugar
a cepas gripales nuevas con el mismo tipo de HA. Este fenómeno, denominado deriva
antigénica (drift), ocurre tanto en el virus de gripe A como en el B. La variación en la
composición antigénica de las proteínas de superficie del virus de la gripe ocurre casi
todos los años, lo que confiere una ventaja selectiva a una cepa nueva, condicionando
la aparición de epidemias anuales.
Los cambios mayores en el subtipo, menos frecuentes y espectaculares, pueden deberse
a una reordenación de segmentos génicos virales cuando hay una infección simultánea
por más de una cepa de gripe en un solo huésped. Este proceso se denomina cambio
antigénico (shift) y puede producirse tanto en los seres humanos como en huéspedes
animales, condicionando la aparición de subtipos nuevos. Esto ocurre en el virus de la
gripe A, el cual posee numerosos huéspedes en aves y mamíferos, que actúan como
reservorios de las diversas cepas.
Gripe estacional
La gripe afecta de un modo desproporcionado a los niños con determinadas
enfermedades crónicas, como trastornos pulmonares, cardíacos, neurológicos y
neuromusculares subyacentes. Los niños muy pequeños, y en especial los menores de 2
años, y los niños con enfermedades crónicas tienen más probabilidades de desarrollar
complicaciones graves asociadas al cuadro gripal, como neumonía viral y bacteriana,
insuficiencia respiratoria y muerte. Sin embargo, mientras los niños con enfermedades
de base tienen más riesgo de desarrollar complicaciones, muchos niños sanos son
ingresados con gripe y casi la mitad de los fallecimientos pediátricos asociados a la gripe
son niños sin una enfermedad de base conocida.
Los ingresos hospitalarios representan una proporción pequeña de la asistencia sanitaria
asociada a la gripe; la proporción de consultas ambulatorias derivadas de la gripe oscila
entre el 10-25% cada año en los niños menores de 5 años, aunque muchos de los casos
no se diagnostican.
Los niños con primoinfección gripal tienen cargas virales de la gripe mayores y propagan
el virus durante más tiempo que los adultos, de modo que representan transmisores de
la infección sumamente eficaces. Los brotes nosocomiales de gripe pueden ocasionar
una morbilidad significativa.

Patogenia
Los virus de la gripe infectan el epitelio del aparato respiratorio, sobre todo las células
epiteliales cilíndricas ciliadas, usando la HA para unirse a los residuos de ácido siálico. A
continuación, el virus se absorbe y se replica, habitualmente en las 4-6 horas siguientes.
Posteriormente se liberan virus contagiosos que infectan a las células vecinas y permiten
que el virus se propague rápidamente. Es sumamente infrecuente detectar el virus en
focos extrapulmonares. La replicación se mantiene durante 10-14 días con la
primoinfección. El virus de la gripe ocasiona una infección lítica del epitelio respiratorio
con pérdida de la función ciliar, disminución de la producción de moco y descamación
de la capa epitelial. Estos cambios permiten la invasión bacteriana secundaria, bien
directamente a través del epitelio, o en el caso de oído medio, mediante la obstrucción
del drenaje normal por la trompa de Eustaquio.

Manifestaciones clínicas
La gripe suele iniciarse de forma brusca, con predominio de síntomas sistémicos como
fiebre, mialgias, escalofríos, cefalea, malestar general y anorexia. Al comienzo del
cuadro también suele aparecer coriza, faringitis y tos seca, pero de forma menos notoria
que los síntomas sistémicos.
Las manifestaciones respiratorias pueden consistir en trastornos de las vías respiratorias
altas, como laringotraqueítis, que pueden progresar hacia las vías bajas, como
bronquiolitis o neumonía. El virus de la gripe provoca manifestaciones sistémicas, como
fiebre alta, mialgias, malestar general y cefalea, con más frecuencia que otros virus
respiratorios.
Los niños también pueden manifestar dolor abdominal, vómitos y diarrea. La gripe es
una enfermedad menos característica en los lactantes y los niños pequeños.
Los lactantes o los niños pequeños infectados pueden tener fiebre alta y presentar un
aspecto tóxico, obligando a realizar un estudio diagnóstico completo. La duración típica
de la enfermedad febril es de 2-4 días. La tos puede perdurar más y suelen observarse
signos de disfunción de las vías respiratorias pequeñas semanas más tarde. Dada la gran
capacidad de transmisión del virus, otros miembros de la familia o contactos íntimos de
la persona infectada suelen experimentar síntomas parecidos.

Complicaciones
La otitis media y la neumonía son complicaciones frecuentes de la gripe en los niños
pequeños. Hasta en el 25% de los casos de gripe documentada desarrollan otitis media
aguda. La neumonía que acompaña a la gripe puede ser un proceso viral primario o una
infección bacteriana secundaria (normalmente Staphylococcus aureus) facilitada por el
daño del epitelio respiratorio. Entre las manifestaciones clínicas infrecuentes de la gripe
están la miositis aguda con el virus de la gripe B, caracterizada por debilidad y dolor
muscular, sobre todo de los músculos de la pantorrilla, y mioglobinuria. Tanto el virus
de la gripe A como el B causan miocarditis. El síndrome de shock tóxico puede asociarse
a la colonización por estafilococos productores de toxinas. Pueden aparecer
complicaciones del sistema nervioso central, como encefalitis, mielitis y síndrome de
Guillain-Barré, más frecuentes en los niños que en los adultos. El síndrome de Reye,
puede ser secundario al uso de salicilatos durante la infección por el virus de la gripe. La
gripe es particularmente grave en los niños con una enfermedad cardiopulmonar de
base, como valvulopatías adquiridas o congénitas, miocardiopatía, displasia
broncopulmonar, asma, fibrosis quística y enfermedades neuromusculares que afecten
a los músculos accesorios de la respiración. Las mujeres embarazadas corren un riesgo
especial para desarrollar gripe. En los niños que reciben quimioterapia antineoplásica o
los que presentan inmunodeficiencia, el virus se propaga durante períodos más
prolongados, con un mayor riesgo de complicaciones.

Diagnóstico y diagnóstico diferencial


El diagnóstico de la gripe depende de aspectos epidemiológicos, clínicos y analíticos. En
el contexto de una epidemia, el diagnóstico clínico de la gripe en un niño pequeño con
fiebre sin un foco claro, malestar general y síntomas respiratorios puede establecerse
con cierta certidumbre; sin embargo, la presentación clínica a menudo es indistinguible
de la causada por otros virus respiratorios como el virus sincitial respiratorio, el virus
parainfluenza, el metapneumovirus humano, el adenovirus o incluso los rinovirus..
Aunque no se exige confirmar la infección del virus de la gripe mediante pruebas
diagnósticas para adoptar decisiones sobre la prescripción de medicación antiviral,
cuanto antes se sospeche o se diagnostique la gripe antes podrá instaurarse el
tratamiento antiviral con la consiguiente disminución de una prescripción inadecuada
de antibióticos. Existen varias pruebas diagnósticas para confirmar la gripe en el
laboratorio

Tratamiento
Hay dos antivirales aprobados para el tratamiento de la gripe en los niños. Los
inhibidores de la NA, oseltamivir y zanamivir, pueden usarse para el tratamiento de
niños desde las 2 semanas y los 7 años, respectivamente Estos fármacos suelen
administrarse por vía inhalatoria (zanamivir) o por vía oral (oseltamivir). La FDA aprobó
el uso de oseltamivir en lactantes desde las 2 semanas de vida
La segunda clase de fármacos, los adamantanos, abarcan a la amantadina y la
rimantadina, eficaces solamente contra los virus de la gripe A. Estos dos antivirales no
son eficaces con las cepas del virus de la gripe B y no están aprobados para su uso en
niños menores de 5 años Las mutaciones genéticas han conferido una resistencia
generalizada a los adamantanos entre los virus de la gripe A (H3N2) y A(H1N1)pdm09;
por tanto, esta clase de antivirales no está actualmente recomendada. El beneficio
clínico es máximo cuando el fármaco se administra pronto, especialmente en las
primeras 48 horas desde el inicio de la enfermedad.
Actualmente se recomienda oseltamivir por vía oral o entérica (y no zanamivir inhalado)
para los pacientes hospitalizados y aquellos con una enfermedad grave o con
complicaciones.
La posología recomendada para la gripe no complicada es de 2 dosis al día de un
inhibidor de la NA durante 5 días; sin embargo, no se ha llegado a la certeza sobre cuál
es la duración óptima ni cuál debe ser la dosis en la gripe grave o complicada y podrían
considerarse ciclos de tratamiento más prolongados.
Dos componentes importantes del tratamiento de la gripe son una ingesta hídrica
adecuada y el reposo. Las superinfecciones bacterianas son relativamente frecuentes y
deben tratarse convenientemente con antibioterapia. Deben sospecharse ante la
recrudescencia de la fiebre, una fiebre prolongada o deterioro del estado clínico. En la
gripe no complicada, los niños deberían empezar a sentirse mejor al cabo de 48-72 horas
del inicio de los síntomas.
Vacunas
Hay dos categorías principales de vacunas antigripales estacionales para los niños, la
vacuna antigripal inactivada (IIV) y la vacuna antigripal con virus vivo atenuados (LAIV).
La IIV, denominada antiguamente vacuna inactivada trivalente, se administra por vía
intramuscular, contiene componentes virales desactivados y no puede causar infección
por el virus de la gripe. La LAIV debilitaba al virus de la gripe y se administra en
pulverización intranasal.
La LAIV no se recomienda en los menores de 2 años ni en los niños con un riesgo mayor
de desarrollar complicaciones gripales.

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