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Marxismo

Este artículo trata sobre la explicación de la sociedad por Marx. Para el modelo político previo
al comunismo según Marx y Engels, véase socialismo científico.
Padres del marxismo

Ka
rl Marx.

Fri
edrich Engels.

El marxismo es una perspectiva teórica y un método de análisis y síntesis socioeconómico de


la realidad y la historia, que considera las relaciones de clase y el conflicto social utilizando
una interpretación materialista del desarrollo histórico y adopta una visión dialéctica de la
transformación social y análisis crítico del capitalismo, compuesto principalmente por el
pensamiento desarrollado en la obra
del filósofo, sociólogo, economista y periodista revolucionario alemán de origen judío,1 Karl
Marx, quien contribuyó en la sociología, la economía, el derecho y la historia.2

Este grupo de doctrinas filosóficas, sociales, económicas, políticas, etc. adquirió una forma
más definida tras su muerte por una serie de pensadores que complementan y/o reinterpretan
este modelo que van desde Friedrich Engels, compañero y coeditor de Marx, hasta otros
pensadores como Gueorgui Plejánov, Vladimir Lenin, León Trotski, Rosa Luxemburgo, Antonio
Gramsci, Georg Lukács o Mao Zedong.2

Es correcto hablar de marxismo como una corriente del pensamiento humano. El marxismo se
asocia principalmente al conjunto de movimientos políticos y sociales que surgieron durante el
siglo XX, entre los que destacaron la Revolución rusa, la Revolución china y la Revolución
cubana.

El marxismo ha pretendido desarrollar una ciencia social unificada (historia, teoría


sociológica, teoría económica, ciencia política y epistemología) para la comprensión de las
sociedades divididas en clases y la fundamentación de una visión revolucionaria del cambio
social que ha inspirado innumerables movimientos sociales y políticos en el mundo a través de
la historia moderna. Presenta tres dimensiones identificables: una dimensión económico-
sociológica, una dimensión política y una dimensión crítico-filosófica expresada la filosofía
anterior en el idealismo de Hegel y en el materialismo de Feuerbach.3 El análisis marxista,
denominado materialismo histórico, enfatiza en el carácter determinante de las condiciones
materiales - relaciones sociales y lugares en la producción- en la vida de las personas y en la
conciencia que tienen sobre sí mismas y sobre el mundo. Dicha base material es considerada,
en esta perspectiva, determinante en última instancia de otros fenómenos sociales, tales como
las relaciones sociales y políticas, el derecho, la ideología o la moral.

Se ha desarrollado en muchas ramas y escuelas de pensamiento diferentes, con el resultado


de que ahora no existe una única teoría marxista definitiva.4 Diferentes escuelas marxistas
ponen un mayor énfasis en ciertos aspectos del marxismo clásico mientras rechazan o
modifican otros aspectos. Muchas escuelas de pensamiento han tratado de combinar
conceptos marxistas y conceptos no marxistas, lo que ha llevado a conclusiones
contradictorias.5

El materialismo histórico y el materialismo dialéctico sigue siendo el aspecto fundamental de


todas las escuelas de pensamiento marxistas. Esta opinión no es aceptada por
algunos postmarxistas como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, quienes afirman que la historia
no solo está determinada por modos de producción sino también por conciencia y voluntad.6
Varias corrientes también se han desarrollado en el marxismo académico, a menudo bajo la
influencia de otros puntos de vista: marxismo estructuralista, marxismo histórico, marxismo
fenomenológico, marxismo analítico, marxismo humanista, marxismo occidental y marxismo
hegeliano. El legado de Marx se ha disputado entre numerosas tendencias, las cuales
incluyen el leninismo, el marxismo-leninismo, el trotskismo, el maoísmo, el luxemburguismo y
el marxismo libertario.

El marxismo ha tenido un profundo impacto en la academia global y ha influido en muchos


campos como la arqueología, la antropología,78 estudios de ciencias,9 ciencias políticas, teatro,
historia, sociología, historia y teoría del arte, estudios culturales, educación, economía, ética,
criminología, geografía, crítica literaria, estética, teoría del cine, psicología crítica y filosofía.

Introducción y resumen[editar]
Los componentes centrales del modelo teórico explicativo marxista se pueden dividir en cuatro
elementos esenciales:

En primer lugar, el concepto de «lucha de clases», que es formulado por primera vez en
el Manifiesto comunista y que progresivamente se va transformando en el método de análisis
materialista de la historia humana resultado de condiciones económicas materiales, en torno a
los conceptos de «clase social», «contradicción» y «división social del trabajo» (materialismo
histórico). A su vez el marxismo sigue la corriente filosófica en donde la materia es el sustrato
de toda realidad, sea concreta o abstracta (materialismo dialéctico). Este método está a la vez
basado en la lógica hegeliana comúnmente llamada «dialéctica» (aunque en términos
estrictamente hegelianos se trata de una «lógica ontológica», modelo que a la vez sobrepasa
al concepto hegeliano de dialéctica). Curiosamente, Marx no especificó en ninguna obra en
particular cuáles eran los límites globales de este método, ni cuál era el concepto que él tenía
de dialéctica, sin embargo se cita el prólogo de la Crítica de la economía política, de 1859,
como su formulación más precisa.

El segundo punto central del modelo teórico marxista es la crítica a la economía del capital, el
cual es desarrollado extensamente en su obra El capital, compuesta por tres tomos oficiales y
un cuarto tomo editado de manera póstuma bajo el nombre de Teorías sobre la plusvalía. En
esta obra, partiendo de una crítica a las teorías de los representantes de la economía clásica,
Marx desarrolla su teoría laboral del valor, un modelo alternativo para calcular el concepto de
«valor» de la economía capitalista, basado en la transformación de la «fuerza de trabajo» en
una «mercancía» y que el valor de toda mercancía es el «tiempo de trabajo socialmente
necesario», distinguiendo entre «valor de uso» y «valor de cambio», y la reformula en su
teoría con la cual trata de describe la explotación del proletariado por el «capital».10 Esta
investigación tiene directas consecuencias políticas, pues la hipótesis marxista probaría que
en realidad la sociedad capitalista se funda en torno al robo del trabajo humano a través del
concepto de «plustrabajo» y «plusvalor», legitimado en el estado de derecho a través de la
propiedad privada sobre los medios de producción y el libre usufructo de esas ganancias. 111213
14

El tercer punto central es el concepto de «ideología», que es desarrollado por Marx en sus
primeros libros como La ideología alemana (en coautoría con Engels) y que intenta explicar
las formas de dominación mental de la sociedad capitalista y su relación con la composición
económica de esta. Este concepto es abandonado durante algunos años por Marx para
centrarse en el análisis político. Sin embargo, vuelve a aparecer con fuerza en su libro El
capital, bajo el concepto de «fetichismo de la mercancía», que sería una forma de explicar la
incapacidad psicológica de una persona de percibir el «valor de uso» de una mercancía. 1015
Este concepto es extremadamente importante, porque describe todas las consecuencias de
las formas de producción de la vida dentro del capitalismo: la teoría del valor añadido, la idea
de que el capitalismo gana dinero pagando a trabajadores menos de lo que merece y se
quedan con el resto como beneficio

El cuarto punto central del modelo teórico marxista es el concepto de «comunismo», un modo
de producción generado a partir del modo de producción capitalista, que puede sobrepasar los
límites de la sociedad capitalista fundada en la explotación humana, en la extracción de valor.
Marx utilizó muchas veces la palabra, pero jamás explicó cuales eran sus alcances y
características (salvo algunas referencias relativamente cortas pero lúcidas, como por ejemplo
las que pueden encontrarse en su Crítica del programa de Gotha de 1875). Un análisis crítico
de la obra de Marx demostraría que él no habría estado dispuesto a describir algo que todavía
no existe; por lo tanto, el significado de «comunismo» se encuentra en una síntesis, tanto
como de los problemas económicos fundamentales encontrados de manera explícita en El
capital como un análisis de la crítica política-jurídica hecha por Marx a las instituciones
capitalistas.

Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el marxismo de las


corrientes socialistas anteriores englobadas por él bajo el término socialismo utópico. También
se emplea el término socialismo marxista para referirse a las ideas y propuestas específicas
del marxismo dentro del marco del socialismo.

El objetivo que se propone es que los trabajadores tengan acceso a los medios de
producción en forma institucionalizada; es decir, utilizando las instituciones públicas del
Estado para que los trabajadores obtengan medios de producción y evitar que
«la burguesía vaya concentrando cada vez más los medios de producción, la propiedad y la
población del país. Reúne a la población, centraliza los medios de producción (principalmente,
las fábricas) y concentra en pocas manos la propiedad».16

Marx propone la abolición de la apropiación privada (un concepto más amplio que el de
propiedad, que es meramente jurídico) sobre los medios de producción, esto es, «la abolición
del sistema de propiedad burguesa», tal y como lo menciona en su Manifiesto comunista: «Lo
que caracteriza al comunismo no es la abolición de la propiedad en general sino la abolición
del sistema de propiedad burgués»,17 ya que la burguesía no solamente se apropia del
producto social mediante la ley, sino que también corrompe las instituciones u otros
mecanismos legales para apropiarse de la propiedad de los trabajadores.

Con el acceso a los medios de producción por parte de los trabajadores, el marxismo concluye
que se logrará una sociedad sin clases sociales donde todos vivan con dignidad, sin que
exista la acumulación de propiedad privada sobre los medios de producción por unas cuantas
personas, porque supone que esta es el origen y la raíz de la división de la sociedad en clases
sociales. Esto implicaría una enorme competencia y eficiencia en la economía; además, el
trabajador no se podría explotar a sí mismo ni tampoco podría explotar a otro trabajador
porque ambos tendrían medios de producción. Lo que dicho panorama podría ocasionar es
que los trabajadores se organizarían para crear empresas más grandes a través de
asociaciones justas; por tal motivo Marx expresa que «el precio medio del
trabajo asalariado es el mínimo posible. Es decir, el mínimo necesario para que el obrero
permanezca vivo. Todo lo que el obrero asalariado obtiene con su trabajo es, pues, lo que
estrictamente necesita para seguir viviendo y reproduciéndose. Nosotros no aspiramos en
modo alguno a impedir los ingresos generados mediante el trabajo personal, destinados a
adquirir los bienes necesarios para la vida». Y recalca en su Manifiesto: «Solo aspiramos a
destruir el carácter ignominioso de la explotación burguesa, en la que el obrero solo vive para
multiplicar el capital». Así, entonces, el trabajador o trabajadores serán dueños de sus propios
negocios, iniciando un elevado comercio; por esa razón, en el Manifiesto especifica que «el
comunismo no priva a nadie del poder de adquirir bienes y servicios».18

Marx considera que cada país tiene sus particularidades y, por tanto, las medidas para
proveer a los trabajadores de medios de producción pueden ser diferentes, y que al principio
parecerá que no son suficientes. Marx tiene en claro la ley de la escasez y por ende la
distribución de medios de producción en forma institucionalizada y legal se dará poco a poco
en una transición lenta pero efectiva; por tal motivo concluye en su Manifiesto: «(...) por medio
de medidas que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e
insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor, y de las que
no puede prescindirse, como medio para transformar todo el régimen de producción
vigente».18
En conclusión, Marx propone el uso de las instituciones del Estado, como por ejemplo el uso
de los impuestos para financiar la compra y distribución de los medios de producción a los
trabajadores, que al paso del tiempo formará un mercado de competencia perfecta.

Etimología[editar]
El término marxismo fue acuñado dentro de la Primera Internacional por
los anarquistas antiautoritarios partidarios de Mijaíl Bakunin.19 Karl Kautsky, quien se
consideraba un marxista ortodoxo, usó el término durante la disputa entre los seguidores
ortodoxos y revisionistas de Marx.20 El rival revisionista de Kautsky, Eduard Bernstein también
adoptó más tarde el uso del término.20

Engels "decidió apropiarse de los términos "marxista" y "marxismo" de sus adversarios para
transformar un nombre hostil en un nombre de honor".19 Itilizó el término "marxismo" en el
prólogo de Ludwig Feuerbach y la superación de la filosofía clásica alemana. Por otro lado,
Marx desancosejó el uso de su nombre en un movimiento político. En 1881, Marx
escribió Henry Hyndman: “los programas del partido debemos evitar todo lo que conduzca a la
apariencia de una dependencia directa de un autor o de un libro en particular”. 19 En 1882,
Engels afirmó que Marx había criticado al autoproclamado marxista Paul Lafargue al decir que
si las opiniones de Lafargue se consideraban marxistas, "una cosa es cierta y es que no soy
marxista".21

Maximilien Rubel describe el origen del término así:

La génesis del mito marxista se remonta a los conflictos dentro de la Internacional. La


necesidad de insultar al oponente y a sus partidarios hizo que los "antiautoritarios", con
Bakunin a la cabeza, fueran lo suficientemente inventivos como para crear términos como
"marxistes", "marxists" y "marxism". Gradualmente, los discípulos de Marx en Francia
desarrollaron el hábito de aceptar estas denominaciones que ellos no habían creado y que los
destinaban a distinguirse de otras facciones socialistas, de modo que finalmente estos
términos se convirtieron en etiquetas políticas e ideológicas. A partir de entonces sólo fue
necesaria la autoridad de Engels para sancionar el uso de estos términos, cuya ambigüedad
puede no haber sido evidente para quienes los utilizaron. Engels se mostró desde el principio
enérgicamente hostil a su uso; sabía mejor que nadie que se corría el riesgo de corromper el
significado profundo de una enseñanza que debería haber sido considerada la expresión
teórica de un movimiento social y de ninguna manera una doctrina inventada por un individuo
en beneficio de una élite intelectual. Su resistencia no decayó hasta que, en 1889, la
disidencia entre los "posibilistas", "blanquistas" y "broussistes", por un lado, y los
"colectivistas" y "guesdistes", por el otro, amenazó con provocar una ruptura. en el movimiento
en Francia, habiendo cada facción decidido organizar su propio Congreso Internacional de
Trabajadores. La situación de Engels es obvia; intentó evitar el peligro de confusión y de
corrupción verbal e ideológica utilizando comillas para hablar de “marxistas” y de “marxismo”,
y hablando de los “llamados marxistas”.19

Influencias intelectuales de Marx y Engels[editar]


Hegel

Feuerbach

Saint-Simon
Proudhon

Marx tuvo grandes influencias filosóficas, la de Feuerbach, que le aportó y afirmó su visión
materialista de la historia, y la de Hegel, basada en la filosofía kantiana y que inspiró los
jóvenes hegelianos, quien entre ellos, Marx usó la dialéctica en la aplicación del materialismo.
Aunque para su trabajo de disertación doctoral eligió la comparación de dos grandes filósofos
materialistas de la antigua Grecia, Demócrito y Epicuro, Marx ya había hecho suyo el método
hegeliano, su dialéctica. Ya en 1842 había elaborado su Crítica de la filosofía del derecho de
Hegel desde un punto de vista materialista. Pero a principios de la década de 1840, otra gran
influencia filosófica hizo efecto en Marx, la de Feuerbach, especialmente con su obra La
esencia del cristianismo. Tanto Marx como Engels abrazaron la crítica materialista de
Feuerbach al sistema hegeliano, aunque con algunas reservas. Según Marx, el materialismo
feuerbachiano era inconsecuente en algunos aspectos, por ello lo llama «contemplativo». Es
en las Tesis sobre Feuerbach (Marx, 1845) y La ideología alemana (Marx y Engels, 1846)
donde Marx y Engels ajustan sus cuentas con sus influencias filosóficas y establecen las
premisas para la concepción materialista de la historia.

Importante es el nuevo desarrollo de los estudios sobre el Marx filosófico que se convierte en
experto en economía política, a partir de la crítica de la filosofía del derecho público de Hegel (
cfr. Guglielmo Rinzivillo, Karl Marx dialettica e memoria, Roma, Armando, 2013, p. 41 e sg.,
ISBN 978-88-6677-357-3).

Si en el idealismo de Hegel la historia era un devenir de continuas contradicciones que


expresaban el autodesarrollo de la Idea Absoluta, en Marx son el desarrollo de las fuerzas
productivas y de las relaciones de producción las que determinan el curso del desarrollo socio-
histórico. Para los idealistas el motor de la historia era el desarrollo de las ideas. Marx expone
la base material de esas ideas y encuentra el hilo conductor del devenir histórico.

La revisión de Marx del hegelianismo también estuvo influenciada por el libro de Engels de
1845, La condición de la clase obrera en Inglaterra, que llevó a Marx a concebir la dialéctica
histórica en términos de conflicto de clases y a ver a la clase obrera moderna como la fuerza
más progresista para la revolución. A partir de entonces, Marx y Engels trabajaron juntos por
el resto de la vida de Marx para que las obras recopiladas de Marx y Engels se publicaran
generalmente juntas, casi como si fuera el resultado de una persona.

Pero la parte más considerable de las principales ideas directrices, particularmente en el terreno
económico e histórico, y en especial su formulación nítida y definitiva, corresponden a Marx. Lo que yo
aporté —si se exceptúa, todo lo más, dos o tres ramas especiales— pudo haberlo aportado también
Marx aun sin mí. En cambio, yo no hubiera conseguido jamás lo que Marx alcanzó. Marx tenía más talla,
veía más lejos, atalayaba más y con mayor rapidez que todos nosotros juntos. Marx era un genio;
nosotros, los demás, a lo sumo, hombres de talento. Sin él la teoría no sería hoy, ni con mucho, lo que
es. Por eso ostenta legítimamente su nombre.
Friedrich Engels (1886) Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana - Parte 4 (Nota de pie
de Engels)22

Heráclito

Epicuro

No obstante, según Isaiah Berlin, fueron las obras de Engels, en lugar de las de Marx, la
fuente principal del materialismo
histórico y dialéctico de Plejánov, Kautsky, Lenin, Stalin, Mao e incluso Trotski.23

En resumen, Marx y Engels se basaron en la filosofía clásica alemana de Hegel y


de Feuerbach; la economía política británica de Adam Smith y de David Ricardo; y la teoría
revolucionaria francesa, junto con el socialismo francés de Rousseau, Saint-Simon, Charles
Fourier, Babeuf y Proudhon respectivamente, para desarrollar una crítica de la sociedad que
fuera tanto científica como revolucionaria.24 De estos, según Rudolf Rocker, fue Proudhon —
fundador del mutualismo— el socialista que más inspiraría a Marx.25 Esta crítica alcanzó su
expresión más sistemática en la obra más importante dedicada a la sociedad capitalista, El
capital: crítica de la economía política.

Fue también el análisis hegeliano en su tesis doctoral del atomismo de Epicuro de gran
influencia para "sintetizar la concepción de la alienación en la praxis, asociada a Hegel, y la
concepción materialista de la alienación del ser humano desde la naturaleza que se encuentra
en Epicuro".2627 Engels admite que es en el materialismo de Epicuro donde estaba la base del
desarrollo de una dialéctica materialista y no en el materialismo de la Ilustración francesa
como pensaba Gueorgui Plejánov.26 Marx también señaló la importancia de Aristóteles28 en
la teoría del valor-trabajo,29 diferenciando el precio del valor3031 y distinguiendo entre valor de
uso y valor de cambio.3233 En El capital concluye: “La brillantez del genio de Aristóteles se
demuestra solo con esto, que descubrió, en la expresión del valor de las mercancías, una
relación de igualdad. Las condiciones peculiares de la sociedad en la que vivía, solo le
impedían descubrir lo que, 'en verdad', estaba en el fondo de esta igualdad”. 32 Además de las
raíces mencionadas, algunos pensadores marxistas del siglo XX, como Louis
Althusser o Miguel Abensour, han señalado en la obra de Marx el desarrollo de temas
presentes en la obra de Maquiavelo34 o Spinoza.3536

Otro filósofo griego de gran influencia fue Heráclito, considerado como uno de los fundadores
de la dialéctica.37383940 El mismo Hegel se consideraba filosóficamente heredero de Heráclito,
hasta el punto de afirmar: «No hay proposición de Heráclito que yo no haya aceptado en mi
Lógica» (Hegel, Lecciones sobre la historia del la filosofía). Engels, que se asoció con
los Jóvenes Hegelianos, también le dio a Heráclito el crédito por inventar dialéctica, relevante
para su propio materialismo dialéctico.41 El mismo Vladimir Lenin reafirmó lo anterior.38

También Karl Marx y Friedrich Engels vieron en la nueva comprensión de


la biología provocada por el El origen de las especies de Charles Darwin y la comprensión de
la evolución por selección natural como esencial para la nueva comprensión del socialismo, ya
que proporciona una base en ciencias naturales para la lucha de clases histórica.424344 Por otro
lado, Engels recurrió a Lewis H. Morgan y su teoría de la evolución social en su obra El origen
de la familia, la propiedad privada y el estado. Alexander Vucinich afirma que "Engels dio
crédito a Marx por extender la teoría de Darwin al estudio de la dinámica interna y el cambio
en la sociedad humana".45

Luego escribió una crítica mordaz de la hegelianos joven en dos libros, La Sagrada
Familia (1845) y La ideología alemana en la que criticaba a Bruno Bauer y Max Stirner. En La
miseria de la filosofía (1845), Marx también criticó a Pierre-Joseph Proudhon, que se había
hecho famoso con su grito "¡La propiedad es un robo!". Además, criticó la concepción de
Feuerbach de la naturaleza humana en su sexta tesis sobre Feuerbach como un "tipo"
abstracto que se encarnó en cada individuo singular: "Feuerbach resuelve la esencia de la
religión en la esencia del hombre. Pero la esencia del hombre no es una abstracción inherente
a cada individuo. En realidad, es el conjunto de las relaciones sociales". Entonces, en lugar de
encontrarse en el sujeto individual singular y concreto al igual que la filosofía clásica, incluido
el contractualismo (Thomas Hobbes , John Locke y Jean-Jacques Rousseau), pero también la
economía política, Marx comenzó con la totalidad de las relaciones sociales: trabajo, lenguaje
y todo lo que constituye nuestra existencia humana. Afirmó que el individualismo era una
esencia el resultado del fetichismo o la alienación de las mercancías. En El Capital, Marx
critica la teoría del valor-trabajo de Smith y Ricardo.
También diversos sociólogos y filósofos, como Raymond Aron y Michel Foucault, han
rastreado en la visión marxista del final del feudalismo como comienzo del absolutismo y la
separación del Estado y la sociedad civil, la influencia de Montesquieu y Tocqueville, en
particular en sus obras sobre el bonapartismo y la lucha de clases en Francia.

Concepción materialista de la dialéctica[editar]


Esta sección es un extracto de Materialismo dialéctico.[editar]
El materialismo dialéctico —expresión acuñada por Gueorgui Plejánov—46 es la corriente
del materialismo basada en los planteamientos originales de Friedrich Engels y Karl Marx que
posteriormente fueron enriquecidos por Lenin y sistematizados, principalmente, por miembros
de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética.47 Esta corriente filosófica define la materia
como el sustrato de toda realidad, sea concreta o abstracta (pensamientos),47 emancipa la
primacía e independencia de la materia ante la conciencia y lo espiritual, declara la
cognoscibilidad del mundo en virtud de su naturaleza material, y aplica la dialéctica —basada
en las leyes dialécticas propuestas por Georg Wilhelm Friedrich Hegel— para interpretar el
mundo, superando así al materialismo mecanicista. El materialismo dialéctico es uno de los
tres componentes —la base filosófica— del comunismo marxista-leninista.48
Denominado Diamat, el materialismo dialéctico fue también la filosofía oficial de la antigua
Unión Soviética.49

Concepción materialista de la historia[editar]


Artículo principal: Materialismo histórico

El materialismo histórico (término acuñado por el marxista ruso Gueorgui Plejánov), también
conocido como la concepción materialista de la historia, es una metodología marxista que se
enfoca en las sociedades humanas y su desarrollo a través de la historia, argumentando que
la historia es el resultado de condiciones materiales más que ideales.

Esta obra defiende lo que nosotros llamamos el «materialismo histórico» [...] esa concepción de los
derroteros de la historia universal que ve la causa final y la fuerza propulsora decisiva de todos los
acontecimientos históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad, en las
transformaciones del modo de producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en
distintas clases y en las luchas de estas clases entre sí.
Federico Engels (1880) Del socialismo utópico al socialismo científico, Prólogo a la edición inglesa de
1892.50

Marx resumió la génesis de su concepción materialista de la historia en Contribución a la


crítica de la economía política (1859):

El primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica de la
filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción apareció en 1844 en los Anales
francoalemanes, que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las
relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la
llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones
materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del
siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en
la economía política.
En Bruselas, a donde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el
señor Guizot, proseguí mis estudios de economía política comenzados en París. El resultado general al
que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la
producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e
independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de
desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y
política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la
vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia
del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su
conciencia.

Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran
en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión
jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De
formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se
abre así una época de revolución social.

Al cambiar la base económica se transforma –más o menos rápidamente– toda la inmensa


superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir
siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que
pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas,
religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren
conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un
individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por
su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de
la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de
producción.

Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que
caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que
las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por
eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando
mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se
están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar
como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción
asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués.

Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de
producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que
proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se
desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la
solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la
sociedad humana.51
K. Marx (1875) Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política

En El capital, Marx expone su famosa concepción materialista de la historia según este punto
de vista han sido los factores económicos los que han conducido la historia y determinan lo
que más llaman la superestructura cultural de las ideas religiosas, artísticas, legales,
filosóficas, éticas y políticas en cualquier sociedad. El materialismo histórico es un ejemplo
del socialismo científico de Marx y Engels, que intenta mostrar que el socialismo y el
comunismo son necesidades científicas más que ideales filosóficos.5253 En conclusión, la
historia no es el desarrollo del espíritu «absoluto» de Hegel, sino el producto material de los
hombres reales y concretos empujados por sus condiciones socioeconómicas.

Análisis de las clases sociales[editar]


Artículo principal: Teoría de las clases sociales marxista
Primera edición del Manifiesto del Partido Comunista.
El concepto de clase social no fue inventado por Karl Marx, sino por los fundadores de
la economía política (Adam Smith…), los fundadores de la tradición de la historia política
francesa (Alexis de Tocqueville), y de la historia de la revolución francesa (Guizot, Mignet,
Thierry). Para los teóricos ingleses, los criterios de identidad de una clase social, se
encuentran en el origen de los ingresos: los tipos de ingresos, la renta de la tierra,
las ganancias y los salarios. Estos tres grupos son los principales para la nación:
terratenientes, trabajadores y empresarios.

Entre los pensadores franceses, el término de “clase” es un término político. Por ejemplo para
autores como Tocqueville, existen diferencias entre clases cuando los diversos grupos
sociales compiten por el control de la sociedad. Marx señaló su contribución a la comprensión
de las clases sociales:

Ahora, para mí, que no soy yo quien merece el mérito por el descubrimiento de la existencia de las
clases en la sociedad moderna, al igual que de la lucha que se dedica a ella. Los historiadores
burgueses habían puesto delante de mí, el desarrollo histórico de esta lucha de clases y, algunos
economistas burgueses me describieron la anatomía económica. Lo que yo aporto es: la demostración
de que la existencia de las clases sociales sólo va unida a las fases históricas a través del desarrollo de
la producción, que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado y que
esta misma dictadura no representa sino una transición hacia la abolición de todas las clases y hacia
una sociedad sin clases.
Carta de Marx a J. Weydemeyer. 5 de marzo de 1852.54

Para Marx, las clases sociales son parte de la realidad social. Las luchas de estas clases
sociales, señalan el cambio social como un fenómeno duradero. Estas clases son el resultado
de un mecanismo de división del trabajo, que se desarrolló al mismo tiempo que la
privatización de los medios de producción. Las clases sociales surgen cuando la
diferenciación de las tareas y las funciones dejan de ser cosa del azar para convertirse en una
herencia. Hay una tendencia hacia la polarización entre las dos clases más antagónicas entre
sí. Este antagonismo es la base de toda transformación que afecte al funcionamiento de la
organización social y que modifique el curso de la historia. Para Marx, el proceso de
producción capitalista crea dos posiciones: la de los explotadores (empresarios) y los
explotados (trabajadores). Los comportamientos individualistas y colectivos se explican a
través de estas posiciones en la reproducción de un sistema. El conflicto de clase es un rasgo
cultural de la sociedad. Estos conflictos son el motor de los grandes cambios sociales. Marx se
interesa por los cambios endógenos, es decir, aquellos que nacen del funcionamiento de la
sociedad. La posición del individuo en las relaciones de producción (trabajador o explotador)
es, según él, el elemento que permite la definición de la clase.

Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que
toman en consideración principalmente dos:

 La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los


individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción»,55
a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad
(edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por
miembros de esta clase; también los servicios son prestados por asalariados).
Engels señala que el proletariado nació a raíz de la revolución industrial por la
segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra y se repitió luego en todos los países
civilizados del mundo.56
 La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al
proletariado. Constituyen la clase mercantil por excelencia: su riqueza proviene de
la administración intelectual de los negocios. Se apropian del excedente
económico de toda la sociedad por el mecanismo de la plusvalía, capaz de
confiscar de forma no coercitiva (mercantil, racional) el valor trabajo, pilar de todo
valor y riqueza.
Existen otras clases que integran aspectos de las dos principales, o que estando asociadas a
alguna, manifiestan nuevos rasgos propios particulares.

 El lumpenproletariado: los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar


trabajo con regularidad. Abarca desde la amplia masa de indigentes desocupados
y/o con trabajos precarios, hasta sectores en extremo marginales como las
prostitutas y los soldados del crimen organizado, etc.
 La pequeña burguesía: forma parte del pueblo trabajador, pero en menor o
mayor medida su trabajo crea capital y encuentra en él su sostén, aunque en
niveles de acumulación siempre muy inferiores al de la gran burguesía. Este
capital genera los más diversos segmentos sociales, según sea principalmente
intelectual (profesionales), o mercantil (pequeños comerciantes), o inmobiliario
(pequeños y medianos campesinos, rentistas urbanos) o financiero (pequeños
especuladores) o directamente industrial (pequeños empresarios).
Algunos autores destacan la distinción en la obra de Marx entre clase en sí y clase para sí. La
primera refiere a la existencia de una clase como tal57 y la segunda a los individuos que
conforman dicha clase en tanto consciente de su posición y situación histórica. Analizando la
situación de Gran Bretaña en los años 1840, Marx señala:

En principio, las condiciones económicas habían transformado la masa del país en trabajadores. La
dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, intereses comunes. Así, esta masa
viene a ser ya una clase frente al capital, pero todavía no para sí misma. En la lucha, de la cual hemos
señalado algunas fases, esta masa se reúne, constituyéndose en clase para sí misma. Los intereses
que defienden llegan a ser intereses de clase.
Marx, Karl; La miseria de la filosofía, pág. 257. Ed. Júcar.
Marx considera que, para que no haya una clase social, debe haber una conciencia de clase:
la conciencia de tener un lugar común en la sociedad. Marx señaló que no basta con que
muchos hombres estén del lado de un solo plan económico para que se forme el espíritu de
clase. La conciencia de clase denota la conciencia, de sí misma y del mundo social, que
posee una clase social y su capacidad para actuar racionalmente en su mejor interés, por lo
tanto, se requiere conciencia de clase antes de que pueda efectuar una revolución exitosa y,
por lo tanto, la dictadura del proletariado.

Según el análisis marxista, la clase social dominante organiza la sociedad mediante la


protección de sus mejores privilegios. Para ello, se instaura el Estado, instrumento político de
dominación: “policía y ejército responsable de mantener la seguridad y el orden público, el
orden “burgués”. Marx también habla de "la ideología dominante". En cualquier sociedad, hay
ideas, creencias y valores que dominan la vida social y cultural. Estas ideas dominantes son
producidas por la clase dominante, es decir, la burguesía. Por lo tanto, estas ideas expresan
la opinión de estas clases, es decir, la justifican y se esfuerzan en perpetuarse. Estas ideas
penetran la mente, y a menudo funcionan como una visión del mundo en contra de
sus intereses reales.

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