Está en la página 1de 22

Amígdala y emoción: su lado positivo

La amígdala:

- Estructura bilateral del lóbulo temporal medial


- Relacionada con la emoción, sobre todo en el procesamiento de información aversiva
- Sin embargo, la activación de la amígdala también está implicada en el procesamiento de
información agradable, como se observa, por ejemplo, en estudios que utilizan el
reaprendizaje (por ejemplo, Adolphs, 2010; Janak y Tye, 2015), la codificación de la
memoria episódica, la percepción de escenas o caras agradables (por ejemplo, Sabatinelli
et al., 2011) o las imágenes mentales de experiencias agradables (por ejemplo, Costa et
al., 2010).
- Estructura clave que activa el circuito de supervivencia del organismo, organizado en
distintos sistemas motivacionales, el sistema de motivación apetitivo y el defensivo (Lang
y Bradley, 2010).

Estos sistemas activan procesos que facilitan la asignación de la atención y el procesamiento


perceptivo, asociados con el almacenamiento prioritario de la memoria (McGaugh, 2015), e
inician cambios metabólicos (excitación) con el fin de movilizar al organismo para acciones de
afrontamiento apropiadas, como el acercamiento o la evitación (por ejemplo, Lang y Bradley,
2013).

Basándose en modelos animales (véase, a modo de resumen, Davis y Whalen, 2001; Davis y Lang,
2003), estas funciones primarias son atendidas por haces de núcleos dentro de la amígdala, que
reciben información de diversas fuentes, como el córtex y el tálamo (sensorial) o el hipocampo y,
a su vez, se proyectan a regiones que median en diversas funciones cognitivas (por ejemplo,
vigilancia, atención, memoria), así como en otros procesos (por ejemplo, autonómicos y
somáticos) y, en conjunto, facilitan dichas acciones de supervivencia.

La activación de ambos sistemas de motivación por acontecimientos externos e internos


agradables o desagradables también puede variar en intensidad (arousal), que se describe como
la fuerza de la movilización motivacional (Russell, 2003; Lang y Bradley, 2013). Sin embargo, la
mayoría de los estudios neurocientíficos en humanos han descubierto que la amígdala se activa
ante estímulos emocionalmente excitantes, independientemente de si son agradables o
desagradables, lo que sugiere que el papel predominante de la amígdala puede ser la detección
de señales emocionalmente excitantes y la posterior activación de los circuitos motivacionales
del organismo.

Un nuevo estudio de Bonnet et al. (2015) aporta pruebas adicionales de esta visión de la
"excitación". En este estudio de IRMf, se midió la actividad BOLD mientras los participantes veían
escenas visuales agradables que variaban en excitación emocional. Este enfoque sencillo, pero
elegante, garantizó que el resultado no se confundiera con las diferencias de valencia. Además de
la activación neuronal, se evaluó simultáneamente la reactividad del sistema nervioso autónomo
(respuesta de conductancia de la piel) en el entorno del escáner y se obtuvieron valoraciones
subjetivas 1 mes después de la codificación de la escena. Los autores descubrieron que cuando las
imágenes recibían una valoración alta de excitación, se observaba una mayor activación de la
amígdala y el hipotálamo, así como un aumento de la reactividad autonómica, en comparación
con las imágenes que recibían valoraciones bajas de excitación. Estos resultados encajan
perfectamente con datos anteriores que muestran covariaciones entre las respuestas de
conductancia simpática de la piel y los niveles de excitación de las escenas afectivas,
independientemente de su valencia (por ejemplo, Lang et al., 1993; Bradley et al., 2001). Los
hallazgos de Bonnet y sus colegas también están en consonancia con los datos obtenidos en
animales (resumidos, por ejemplo, en Davis y Whalen, 2001; Lang y Davis, 2006) que muestran
que las proyecciones desde la amígdala (núcleo central) al hipotálamo lateral provocan una
fuerte activación simpática, en términos de taquicardia, elevación de la presión arterial,
dilatación de la pupila y, asimismo, aumento de la conductancia cutánea.

Aunque la amígdala es sensible a los estímulos excitantes, la "detección de intensidad", como


sugieren Bonnet y sus colegas, no parece ser la única función de esta estructura (por ejemplo,
Adolphs, 2010). En estudios anteriores se descubrió que la amígdala también responde a la
novedad y al error de predicción. Estos hallazgos sugieren más bien que la amígdala, desde un
punto de vista más amplio, es importante para etiquetar señales destacadas en nuestro entorno
o para asignar valores a señales importantes. El significado funcional podría ser interrumpir la
actividad mental en curso y dirigir automáticamente la atención hacia esta señal externa, e
iniciar otros procesos para promover acciones motivacionales apropiadas. Aunque los datos de
Bonnet et al. (2015) parecen sugerir que existe un sistema cerebral común que representa tanto el
afecto desagradable como el agradable, esto sigue siendo objeto de debate. Se ha descubierto que
algunas poblaciones celulares de la amígdala responden a estímulos relacionados tanto con el
miedo como con la recompensa en ratas (Shabel y Janak, 2009), que también estaban
relacionados con la activación del sistema nervioso autónomo (por ejemplo, la presión arterial),
lo que corrobora la opinión de que la amígdala codifica la saliencia y desencadena la activación
del sistema nervioso simpático. Sin embargo, otros conjuntos celulares de la amígdala codifican
valores desagradables y agradables de forma distinta (por ejemplo, Paton et al., 2006; Namburi et
al., 2015). En especial, se ha demostrado que las señales placenteras (por ejemplo, Sabatinelli et
al., 2007; Costa et al., 2010; Janak y Tye, 2015) activan un circuito neuronal, que incluye la
amígdala, el córtex prefrontal medial y el núcleo accumbens, que contribuye más al
comportamiento de búsqueda de recompensa (por ejemplo, Russo y Nestler, 2013), lo que
sugiere que algunas reacciones en los circuitos neuronales son provocadas selectivamente por
señales apetitivas. La investigación futura debe abordar cómo interactúa la amígdala con estas
redes microfuncionales y funcionales paralelas y compartidas en el cerebro que apoyan la saliencia
y la valencia para afectar al comportamiento motivado específico (Janak y Tye, 2015; Lindquist et
al., 2016). Esto también podría ayudar a explicar mejor la adicción a las drogas (Kauer y Malenka,
2007), los trastornos del estado de ánimo (Russo y Nestler, 2013) y los trastornos obsesivo-
compulsivos (Wood y Ahmari, 2015), que pueden no solo estar relacionados con anomalías en la
función adaptativa del sistema de recompensa, como se supone
¿Cómo se siente ahora? La ínsula y la conciencia humana
doi:10.1038/nrn2555

En un artículo de Perspectiva de 2002 hablé de la vía espinotalamocortical de la lámina I de los


primates, nueva desde el punto de vista filogenético, que proporciona una representación
interoceptiva primaria del estado fisiológico del cuerpo en el córtex insular posterior 1. Las
pruebas de entonces indicaban que el córtex insular anterior (AIC) (FIG. 1) contiene
representaciones re interoceptivas que sustancializan (es decir, proporcionan la base para) todas
las sensaciones subjetivas del cuerpo y quizás la conciencia emocional, en consonancia con la
esencia de la teoría James-Lange de la emoción y la hipótesis del "marcador somático" de
Damasio. Estudios realizados en diversos campos ofrecen ahora una gran cantidad de datos
convergentes que apoyan y amplían estas propuestas. En esta Perspectiva, analizo informes
recientes de imagen funcional que describen la activación del AIC y destaco los que parecen más
importantes para comprender su papel. Los datos disponibles sugieren claramente que el AIC
desempeña un papel fundamental en la conciencia humana. Tras analizar este concepto, describo
un modelo que podría explicar cómo el AIC podría desempeñar este papel

Hallazgos recientes sobre la activación del AIC

En la mayoría de estos estudios, aunque no en todos, el AIC y el córtex cingulado anterior (ACC) se
activan conjuntamente, lo que concuerda con la idea de que sirven como regiones sensoriales y
motoras límbicas complementarias que trabajan juntas, de forma similar a los córtex
somatosensorial y motor (CUADRO 1). Se señalan explícitamente los estudios que informaron de la
activación del AIC pero no del ACC. Además, la activación en el AIC a menudo se extiende al
opérculo frontal y a la circunvolución frontal inferior (IFG) vecina, y se superpone a la distribución
de las neuronas de von Economo (VEN) en esta unión "frontoinsular". (RECUADRO 2).

Interocepción.

Los estímulos interoceptivos que han demostrado activar el AIC incluyen la sed, la disnea, el
"hambre de aire", la maniobra de Valsalva, el tacto sensual, el picor, la estimulación del pene, la
excitación sexual, el frío, el calor, el ejercicio, los latidos del corazón, la cata de vinos (en
sumilleres) y la distensión de la vejiga, el estómago, el recto o el esófago (véase la información
suplementaria S1 (tabla)). Nuestro estudio original de tomografía por emisión de positrones (PET)
demostró que las temperaturas frías objetivas están representadas linealmente en la ínsula
posterior dorsal contralateral, mientras que las valoraciones subjetivas de estos estímulos se
correlacionan con la activación de la ínsula media contralateral y luego más fuertemente con el
AIC y el córtex orbitofrontal adyacente en el lado derecho2, lo que sugiere un patrón de
integración de la información interoceptiva de posterior a medio a anterior. Aquí destaco tres
informes que corroboran y amplían estos hallazgos
Critchley et al. informaron de datos morfométricos y de resonancia magnética funcional (IRMf) que
indicaban un papel específico del AIC derecho en la conciencia del latido cardiaco3, una medida
interoceptiva que se correlaciona con la conciencia emocional subjetiva individual4. Un estudio
PET de distensión gástrica no dolorosa informó de que la sensación subjetiva de plenitud se
asociaba con picos de activación en la ínsula posterior dorsal bilateral, la ínsula media izquierda,
el AIC izquierdo y el ACC5; estos resultados se ajustan al patrón de integración de posterior a
medio y anterior mencionado anteriormente, pero la asimetría del lado izquierdo parece
correlacionarse con el hecho de que este estímulo activa principalmente aferentes vagales
(parasimpáticos) (RECUADRO3). Por último, se observó activación en el AIC bilateral (lado
derecho [R] > lado izquierdo [L]) durante la distensión esofágica no dolorosa o la visualización de
rostros temerosos, y dicha activación aumentó de forma sinérgica cuando estos estímulos se
administraron simultáneamente 6, lo que sugiere que los estados emocionales se integran con
los estados interoceptivos en la representación de las sensaciones subjetivas del momento. El
dolor es una sensación interoceptiva importante, y aquí cabe destacar cuatro estudios recientes
sobre el dolor.

Un estudio informó de que la estimulación térmica nociva de la mano izquierda o derecha


activaba la ínsula posterior dorsal contralateral, la ínsula media bilateral (R>L) y, cuando el sujeto
atendía al estímulo, el AIC derecho (R>>L)7. Otro estudio informó de que la intensidad objetiva de
un estímulo de dolor térmico se correlacionaba con la activación en la ínsula posterior, mientras
que la evaluación subjetiva del dolor térmico se correlacionaba con la activación en el AIC
bilateral (R>L). Otro estudio halló que los sentimientos de empatía hacia un ser querido que
recibía una simulación dolorosa se asociaban con la activación del AIC bilateral, pero no de la
ínsula posterior. Por último, los investigadores inyectaron a voluntarios solución salina
hipertónica en el brazo y la pierna para producir una estimulación dolorosa del músculo o la piel
suprayacente, y observaron sitios de activación distintos y vecinos en el AIC que estaban
dispuestos somatotópicamente.

Conciencia del movimiento corporal.

Dos informes11,12 mostraron que la sensación de agencia o conciencia del control corporal
durante los movimientos de la mano se asocia con la activación en la ínsula media bilateral. Otro
estudio informó de la activación de la ínsula media derecha durante la ilusión de la mano de
goma, en la que el sujeto no se movía realmente, sino que tenía la sensación de que la mano en
movimiento era la suya. Los autores sugirieron que la activación de la ínsula media durante el
movimiento podría representar un sentido de propiedad del cuerpo más que de agencia. En estos
estudios no se observó activación en el ACC. Por último, un estudio reciente señala que el simple
hecho de escuchar las notas de piano que un sujeto acaba de aprender a tocar activa la misma
región de la ínsula media. Basándose en un metaanálisis de estudios anteriores, los autores
proponen que la ínsula contiene un mapa sensoriomotor que representa los movimientos. Mi
interpretación de estos estudios es que el córtex insular contiene una representación
somatotópica de las sensaciones subjetivas de los movimientos actuales como parte de una
representación de todas las sensaciones del cuerpo.

Autorreconocimiento.
Los estudios de imagen citados en la información suplementaria S1 (tabla) informaron de que el
acto de ver la propia imagen producía activación en el AIC. El estudio más reciente 15 contrastó la
activación cerebral en sujetos que veían fotos de su propia cara o cuerpo con la activación
cuando estos sujetos veían fotos de un colega cercano o imágenes mezcladas. Durante ambos
tipos de reconocimiento visual del yo, los autores hallaron una activación selectiva del AIC y del
IFG y ACC adyacentes, todos en el lado derecho. Sugirieron que el AIC y el ACC derechos "podrían
dar lugar a una representación abstracta de uno mismo que posiblemente participaría en el
mantenimiento del sentido del yo".

Vocalización y música.

Existen opiniones divergentes sobre la implicación de la ínsula en el habla (algunos autores


incluyen la ínsula en el área de Broca), como se resume en las revisiones citadas en la Información
suplementaria S1 (tabla), pero hay pruebas consistentes de la implicación del AIC en la música.
Cabe destacar que un estudio PET reveló hallazgos que diferenciaban las regiones cerebrales
asociadas con la familiaridad, el tono, el ritmo y el timbre en la escucha musical; los autores
informaron de una fuerte activación específicamente en el AIC izquierdo (no en el ACC) durante la
tarea rítmica (en la que notas ocasionales n melodías bien conocidas se sincronizaban mal). Un
estudio reciente de RMf comparó la activación inducida por la escucha de música agradable y
desagradable que los sujetos seleccionaban individualmente y descubrió que la música
subjetivamente agradable inducía una activación del AIC mayor en el lado izquierdo que en el
derecho. Una revisión presentó pruebas de que el AIC se activa bilateralmente durante el habla y
el canto manifiestos y, sorprendentemente, de que la activación del AIC es asimétrica durante el
canto encubierto: La actividad en el AIC derecho era mayor durante los tempos lentos (<3 Hz); la
actividad en el AIC izquierdo era mayor durante los tempos rápidos (>3 Hz).

Conciencia emocional.

Casi todos los estudios recientes de imagen de la emoción informan de la activación conjunta del
AIC y el ACC en sujetos que experimentan sentimientos emocionales, incluidos el amor maternal
y romántico, la ira, el miedo, la tristeza, la felicidad, la excitación sexual, el asco, la aversión, la
injusticia, la desigualdad, la indignación, la incertidumbre, la incredulidad, la exclusión social, la
confianza, la empatía, la belleza escultural, un "estado de unión con Dios" y un estado
alucinógeno (inducido por la ayahuasca). Así, el AIC se activa no sólo en asociación con
sentimientos subjetivos del cuerpo, sino aparentemente con todos los sentimientos subjetivos. Un
estudio digno de mención examinó la conectividad funcional en estado de reposo y halló dos
redes: una red de "control ejecutivo" que incluía el córtex prefrontal dorsolateral (DLPFC) y áreas
parietales, y una red de "saliencia" emocional que incluía el AIC bilateral, el ACC, la amígdala y el
hipotálamo19. Resulta significativo que en ambas redes se incluyeran pequeñas regiones del AIC
izquierdo y del córtex prefrontal medial (MPFC) cerca del ACC, lo que sugiere una base tanto para
la conciencia emocional de las funciones cognitivas como para la influencia de la emoción en la
cognición.

Significativamente, pequeñas regiones en el AIC izquierdo y el córtex prefrontal medial (MPFC)


cerca del ACC estaban incluidas en ambas redes, sugiriendo una base tanto para la conciencia
emocional de las funciones cognitivas como para la influencia de la emoción en la cognición.
Además, varios estudios (por ejemplo, ReFs 20,21) encontraron activación selectiva en regiones
superpuestas en el AIC durante un sentimiento empático y un sentimiento subjetivo comparable
(por ejemplo, ver el asco expresado en la cara de otro y oler un olor repugnante, respectivamente),
con el primero localizado anterior al segundo (consistente con el gradiente de posterior a anterior
hacia una mayor complejidad conductual en la corteza frontal Notablemente, en todos los
estudios, localizaciones similares en el AIC pueden estar activas durante emociones y
comportamientos muy diferentes; un determinante principal de la localización en el AIC parece ser
la región de asociación somática, con representaciones faciales localizadas más anteriormente y
representaciones de manos y pies localizadas más posteriormente.

Anatomía de la ínsula. Fotografía de la corteza insular izquierda de un paciente humano. Para una
comparación con las ínsulas de otros pacientes, véase ReF. 114. La corteza insular humana es un
lóbulo cerebral distinto pero oculto. Su tamaño es desproporcionado (~30%) en el ser humano en
comparación con el macaco109. Tiene 5-7 giros oblicuos, pero su morfología es muy variable,
incluso entre los dos lados114-118. Se carece de una descripción hodológica exhaustiva en el
macaco, y se han realizado pocos análisis de conectividad de la ínsula en humanos. Las
representaciones interoceptivas primarias se localizan en la ínsula dorsal posterior y se vuelven a
representar en una zona integradora polimodal en la ínsula media y de nuevo en el córtex insular
anterior (CIA)2,7,119,120 . Las representaciones interoceptivas, gustativas y vagales primarias se
extienden hasta el límite anterior de la ínsula en macacos, pero sólo hasta la parte media de la
ínsula en humanos98, lo que sugiere que el AIC de los humanos no tiene equivalente en el mono.
La porción más anterior y ventral (inferior) de la ínsula humana que linda con el opérculo frontal es
probablemente la de evolución más reciente, ya que esta parte (al igual que la corteza cingulada
anterior; RECUADRO 1) contiene neuronas de von Economo (RECUADRO 2). as: circunvolución
insular anterior corta; al: circunvolución insular anterior larga; ac: circunvolución accesoria; AP:
surco periinsular anterior; H: circunvolución de Heschl; IP: surco periinsular inferior; ms:
circunvolución insular media corta; ps: circunvolución insular posterior corta; pl: circunvolución
insular posterior larga; sPs: surco periinsular superior.
Activación del Aic. Resumen de los resultados de las imágenes que muestran la activación del
córtex insular anterior (AIC) durante determinadas tareas y emociones resaltadas en el texto. Las
dos columnas de la derecha contienen imágenes de diferentes estudios que encontraron una
activación predominantemente unilateral; las imágenes de las dos columnas de la izquierda
muestran una activación mayoritariamente bilateral. Los estímulos que activan el AIC derecho son
generalmente excitantes para el cuerpo (por ejemplo, el dolor). El AIC izquierdo se activa
principalmente por sentimientos emocionales positivos y afiliativos (RECUADRO 3). Por ejemplo, se
observó una activación del AIC izquierdo en madres que veían fotos de su propio hijo; se asoció
una mayor activación del AIC izquierdo que del derecho tanto con el amor materno como con el
romántico; se observó una activación del AIC izquierdo mientras los sujetos veían o hacían una
sonrisa; la activación del AIC izquierdo se observó cuando los sujetos escuchaban voces
alegres127; la activación del AIC izquierdo se asoció a la audición de música agradable17; la
activación selectiva del AIC izquierdo se observó cuando los sujetos experimentaban alegría128; y
la activación selectiva del AIC izquierdo en mujeres se correlacionó con las puntuaciones de
orgasmo autodeclaradas. ACC, córtex cingulado anterior.

La coactivación de la AIC y la ACC

Es comprensiblemente desconcertante que una región del córtex prefrontal ventrolateral (el córtex
insular anterior (AIC)) y una región del córtex prefrontal medial (el córtex cingulado anterior (ACC))
sean coactivas en tantos comportamientos, porque regiones tan separadas del córtex suelen tener
funciones distintas. El córtex insular se consideró durante mucho tiempo simplemente como una
región sensorial visceral, basándose en los hallazgos de Penfield, Mesulam y Saper84-86, mientras
que el córtex prefrontal medial se ha asociado con respuestas conflictivas, comportamiento
impulsivo y actividad autonómica. En un artículo anterior sugerí que la ínsula y el CAC se
considerasen como cortezas límbicas sensoriales y motoras que engendran respectivamente el
sentimiento y la motivación (agencia) que constituyen cualquier emoción1 . Esta sugerencia se
basaba en la doble proyección espinotalamocortical de la lámina I tanto a la ínsula como al CAC, la
coactivación de estas áreas en prácticamente todos los estudios sobre la emoción, sus respectivas
proyecciones descendentes a regiones sensoriales (núcleo parabraquial) y motoras (gris
periacueductal) del tronco cerebral, la organización anatómica general del córtex frontal en redes
sensoriales y motoras, y el papel límbico evolutivamente antiguo del córtex cingulado en el control
integrado del comportamiento. Yo consideraba el AIC como el lugar probable de la consciencia
sobre la base de su representación aferente de las "sensaciones" del cuerpo, y el ACC como el lugar
probable de la iniciación de los comportamientos. Una revisión reciente87 ofrece apoyo a este
punto de vista y una explicación de la separación anatómica de la ínsula y el CAC. La ACC
evolucionó primero como una región de control motor alineada con la integración sensorial, en el
hipocampo y la amígdala, del comportamiento grupal guiado por el olfato en los mamíferos. La
ínsula evolucionó más tarde para el procesamiento cortical de la actividad sensorial homeostática
en el animal individual. Las dos regiones se vincularon de forma natural para el control autonómico
integrador, y en la evolución de los mamíferos la ínsula creció a medida que la actividad conductual
límbica se alineaba más con la actividad autonómica que con la olfativa. Esta perspectiva
anatómica87 se ilustra en la vista ventral del cerebro de la figura, que revela la relación común de
estas estructuras con el epitelio olfativo.

Riesgo, incertidumbre y anticipación.

De los artículos enumerados en la información suplementaria S1 (tabla), observo en particular un


informe que indica que el "valor emocional" en el presente inmediato, tal como se especifica en
un modelo de aprendizaje de diferencia temporal de segundo orden, se correlacionó
selectivamente con la actividad en el AIC derecho otro estudio (en el que este modelo de
aprendizaje se adaptó para estudios neuroeconómicos) informó de que tanto las señales de
predicción de riesgo como las señales de error de predicción de riesgo especificadas en el
modelo estaban presentes sólo en el AIC bilateral25. En este estudio no se observó activación en
el ACC. La activación en el AIC también está correlacionada con sentimientos de valor anticipado
durante las decisiones de compra y venta.

Conciencia visual y auditiva del momento.

Es preciso señalar aquí explícitamente varios informes que asocian la activación en el AIC con la
conciencia de percepciones sensoriales biestables27-29, pero destaco tres estudios adicionales. El
primero es un estudio PET que descubrió que el AIC derecho y el ACC son sensibles a la
sincronización temporal sensorial entre modalidades y muestran una respuesta graduada a un
desajuste temporal entre estímulos auditivos y visuales que normalmente deberían ser
sincrónicos (por ejemplo, una boca que habla). El segundo es un estudio de IRMf que examinó el
1). Los autores informaron de que el rendimiento de los sujetos en la detección de la asimetría
disminuía progresivamente desde el 100% hasta niveles de azar para tiempos de presentación
inferiores a 150 ms, aunque la activación en el AIC y el ACC aumentaba selectiva y progresivamente
con tiempos de presentación más cortos. Los autores dedujeron de estos datos un "proceso
relacionado con el esfuerzo" que guía la atención dirigida a un objetivo, que relacionaron con la
inteligencia psicométrica; sin embargo, esta observación también puede interpretarse como una
prueba del papel del AIC y el ACC en la mayor conciencia del momento inmediato. El tercer estudio
32 utilizó el paradigma del parpadeo atencional, en el que un segundo objetivo no puede
percibirse si aparece demasiado pronto después de un objetivo primario en una serie rápida de
estímulos visuales. Los autores informaron de la activación conjunta del AIC/IFG y el ACC (además
de la activación del DLPFC y las regiones parietales) cuando el segundo objetivo se detectaba
correctamente en los intervalos más cortos (100-200 ms), pero no cuando no se percibía.
Sugirieron que el AIC/IFG y el ACC podrían contener una "memoria intermedia conceptual a corto
plazo propensa a decaer y a ser sustituida por otros estímulos" que recibe información procesada
de una red parietal parietal y requiere un periodo de tiempo transferir la información a la memoria
de trabajo (en la DLPFC)

Percepción del tiempo.

La activación conjunta del AIC y el ACC o áreas cercanas se ha descrito en muchos estudios de
"cronometraje mental" y estimación de intervalos en el rango de segundos a sub-segundos, pero
se ha dado poca explicación a esta actividad (por ejemplo, ver ReF. 33). En un informe reciente, se
manipuló la dificultad de la tarea para aislar la estimación del tiempo de otras demandas cognitivas
relacionadas con la tarea. Los autores encontraron tres pequeñas regiones que parecen ser
cruciales para la percepción del tiempo: una en el putamen dorsal (bilateralmente), otra en el
córtex parietal inferior izquierdo y otra en la unión del AIC y el IFG bilateralmente (sin activación
del ACC). Sugirieron que el foco AIC/IFG debe ser "de importancia importancia" en la percepción
del tiempo.

Atención.

La mayoría de los estudios sobre la atención dirigida a un objetivo informan de la activación del
AIC (y el ACC), pero estos estudios a menudo carecen de comentarios sobre el papel de esta
activación. Un modelo influyente para los correlatos neurales del control ejecutivo de la atención
no incluye la ínsula (por ejemplo, véase ReF. 35), y algunos han argumentado que la atención y la
conciencia deben ser procesos diferentes.

No obstante, en dos estudios recientes sobre la atención se ha descrito la activación en el


AIC/IFG37,38 Los autores de un estudio informaron de una disminución de la activación en el IFG
derecho, el ACC y la circunvolución frontal media (DLPFC) justo antes de los lapsos de atención
durante una tarea de atención selectiva monótona (en la que los lapsos de atención se
caracterizaban por un aumento de los tiempos de reacción), y observaron un aumento de la
activación después de dichos lapsos en aproximadamente las mismas regiones (AIC bilateral, ACC,
DLPFC, regiones visuales occipitales y parietales), lo que posiblemente corresponda a una
reanudación de la atención. Sugirieron que el AIC/IFG está implicado en la reorientación de la
atención desencadenada por el estímulo y que el ACC está implicado en la detección y/o
resolución de conflictos de procesamiento; sin embargo, si el AIC/IFG y el ACC se consideran
regiones sensoriales y motoras límbicas complementarias, respectivamente (RECUADRO 1),
entonces este perfil de respuesta también sería coherente con la interpretación de que la
conciencia del objetivo se genera en el AIC/IFG y el control del esfuerzo dirigido se genera en el
ACC. En otro estudio, se utilizó una tarea conductual bien practicada para fomentar la evasión
mental ("pensamiento independiente del estímulo"), y los autores hallaron activación asociada con
periodos de evasión mental autodeclarados en varias regiones, en particular la ínsula (media y
posterior) y el CAC38 .

Toma de decisiones perceptivas.

Destaco tres informes fundamentales en esta categoría. En primer lugar, Ploran et al.39 realizaron
un seguimiento de la activación cerebral en sujetos que observaban una pantalla en la que se
mostraba lentamente una imagen. Observaron un aumento gradual de la activación en regiones
cerebrales implicadas en la identificación de objetos, pero un repentino estallido de actividad en el
AIC y el ACC en el momento del reconocimiento (es decir, coincidiendo con la conciencia del propio
concepto). En segundo lugar, Thielscher y Pessoa40 examinaron una tarea perceptiva de dos
elecciones utilizando una serie graduada de rostros emocionales transformados (un concepto
biestatal generado experimentalmente). Encontraron una correlación en forma de U invertida
entre la elección perceptiva y tanto el tiempo de reacción (que representaba el proceso de toma
de decisiones) como la activación bilateral AIC/IFG (R>L) y ACC. Concluyeron que el AIC "puede
haber sido importante en la generación real de la elección perceptiva". Por último, Kikyo et al.41
examinaron la "sensación de conocimiento", que es la sensación subjetiva de conocer una
palabra antes de recordarla.

(La "sensación de conocimiento" se ha interpretado como una sensación subjetiva que representa
la capacidad de recuperación, la accesibilidad o la familiaridad de la palabra objetivo concreta,
que se correlaciona con la posterior facilidad de recuerdo41,42 .) Utilizando un conjunto bien
probado de preguntas de conocimiento general sin exposición o cebado previos, descubrieron una
activación pronunciada en el AIC/IFG bilateral y el ACC que se correlacionaba paramétricamente
con la fuerza de la "sensación de conocimiento". El AIC/IFG bilateral no se activó durante el
proceso de recuerdo con éxito, lo que para los autores implicaba un "papel particular en el
procesamiento de la metamemoria" para esta área.

BOX 2 VEns y concienciación

Una característica morfológica extraordinaria de la corteza insular anterior (AIC) y la corteza


cingulada anterior (ACC) en los primates hominoideos es la concentración única de grupos de
neuronas grandes en forma de huso entre las neuronas piramidales de la capa 5, llamadas
neuronas de von Economo (VEN) en honor a un antiguo neuroanatomista. Se desconocen sus
conexiones, pero he propuesto que las VEN son el sustrato de las interconexiones rápidas entre
las cortezas sensoriales límbicas avanzadas (el AIC) y motoras (el ACC), separadas físicamente. De
forma análoga a las estrechas interconexiones entre las cortezas somatosensoriales y motoras
contiguas (las llamadas fibras en U) necesarias para la destreza manual (por ejemplo, para tocar un
instrumento musical), las VEN podrían permitir representaciones rápidas y altamente integradas
de momentos y comportamientos emocionales. Es posible que subyazcan a la actividad conjunta
en el AIC y el ACC descrita en la mayoría de los estudios. La pérdida de conciencia emocional y de
comportamientos autoconscientes en pacientes con demencia frontotemporal que se
correlaciona con la degeneración de las VEN apoya directamente esta noción. Hof, Allman y sus
colegas informaron de que muchas VEN están presentes en humanos de edad avanzada, pero
progresivamente se encuentran menos en bebés, gorilas, bonobos y chimpancés, y no están
presentes en absoluto en monos macacos. Esta clara progresión filogenética es paralela a los
resultados de la prueba del espejo para la autoconciencia. Recientemente se han descrito VEN en
elefantes92 y ballenas93. La posibilidad de que esto implique sintiencia en estos animales
recibió apoyo recientemente cuando se informó de que los elefantes superaban la prueba del
espejo94 . Curiosamente, hay informes de que los elefantes cantan o hacen música en
comunidad (como se ve en una película de la página web de National Geographic), lo que sería
coherente con el modelo actual de consciencia, en el que la música (vista como una progresión
temporal rítmica de momentos cargados de emoción) es una propiedad emergente de la
consciencia. Por el contrario, aunque la mayoría de la gente cree que determinados perros y gatos
tienen cierto sentido de la conciencia, el córtex de estos animales recibe una vía homeostática
integrada en el tronco encefálico y sólo un homólogo primordial de la vía de la lámina I ascendente
que subyace a la emergencia de las re-representaciones interoceptivas en el AIC de los primates
humanoides1 . No se ha resuelto si esta es una base suficiente para la sintiencia: los gatos y los
perros no superan la prueba del espejo, y una lesión de la presunta vía homóloga en los gatos no
produce los mismos efectos devastadores en la interocepción que en los humanos1 . Al parecer, las
ratas y los lagartos no tienen ningún sustrato anatómico homólogo1.

Control cognitivo y supervisión del rendimiento.

Varios informes en este importante campo de estudio describen una fuerte activación en el AIC. En
uno de ellos se describen análisis de conectividad funcional realizados sobre la activación cerebral
durante una tarea combinada de memoria de trabajo y cambio de objetivo; se identificó una
"red de control cognitivo" que incluye el AIC bilateral y el ACC43 . En otro informe, se analizó la
activación cerebral durante varias tareas de control cognitivo y los autores concluyeron que el AIC
bilateral y el ACC forman un sistema "central" altamente interconectado para el control
dependiente de la tarea de la conducta dirigida a un objetivo y el procesamiento sensorial 44 . En
un estudio en el que se utilizó un paradigma de señal de parada en el que los sujetos iniciaban
voluntariamente un movimiento de la mano, pero en ensayos con señal inhibían el movimiento en
el último instante subjetivo posible, se descubrió que el AIC bilateral (L>R) y una pequeña región
del MPFC cercana a la región ACC estaban específicamente implicados en la inhibición activa y
voluntaria de un acto motor (que los autores denominaron "free won't", en contraposición a libre
albedrío)45 .

Los autores asociaron la activación del AIC con la consecuencia afectiva de cancelar una intención
motora (frustración), y otros investigadores en estudios similares asociaron dicha activación con
la excitación autonómica46 . Sin embargo, una interpretación alternativa es que la aparición de la
señal de parada provocó de forma natural un aumento inmediato de la conciencia, que sin duda
habría aumentado con la rareza de la señal de parada, como los investigadores descubrieron para
el AIC46 y la región MPFC45 . En otro estudio, se examinaron los errores de ejecución en sujetos
que realizaban una tarea repetitiva exigente, similar a la utilizada en el estudio del lapso de
atención descrito anteriormente, y luego se realizaron análisis de componentes independientes y
deconvoluciones hacia atrás para identificar los patrones de activación cerebral que precedían a los
errores47 . Los autores hallaron cuatro conjuntos de regiones cerebrales en las que los patrones de
actividad predecían la comisión de un error; el primer conjunto estaba formado por el AIC bilateral
y el ACC, que, según sugirieron, actúan como monitores del rendimiento. Otro conjunto de
regiones cerebrales que identificaron consistía en el AIC/IFG derecho y una región MPFC cercana al
ACC, que asociaron con la evaluación de los costes de la tarea y el mantenimiento del esfuerzo de
la tarea. En estas últimas regiones, la activación disminuía justo antes de que se produjera un error
y aumentaba después de que se hubiera producido, de forma similar al patrón de actividad
relacionada con la atención en el estudio de los lapsus de atención descrito anteriormente37 . Por
lo tanto, estos resultados también son coherentes con la interpretación alternativa de que la
actividad AIC representa la conciencia y que la actividad ACC representa el control del esfuerzo
dirigido. Un estudio reciente realizó varios análisis sofisticados de conectividad y correlación de las
transiciones atencionales y confirmó que el AIC y el ACC actúan como una red de control cognitivo
y, además, que el AIC derecho en particular "desempeña un papel crítico y causal en el cambio
entre la red ejecutiva central y el modo por defecto" o red autorreflexiva48 . Por último, un estudio
de Klein et al.23 puede aportar pruebas directas de que el AIC genera conciencia. Los autores
utilizaron una tarea de antisacadas con un distractor (en la que se indicaba a los sujetos que
desviasen la mirada en la dirección opuesta a un indicador que aparecía brevemente, pero que
ocasionalmente eran desviados por una señal intermedia que indicaba la otra dirección), que
producía sacadas erróneas ocasionales de las que los sujetos eran conscientes (y señalaban
pulsando un botón) o inconscientes. Los informes de conciencia de error de los sujetos fueron
corroborados por tiempos de reacción más lentos y un mejor rendimiento (para la mayoría de los
sujetos) en ensayos que seguían a errores "conscientes", pero no a errores "inconscientes". Los
datos de fMRI en los ensayos de error revelaron la activación del AIC bilateral y tres pequeñas
regiones MPFC cerca del ACC.

Al contrastar la actividad cerebral durante los errores conscientes con la de los errores
inconscientes, los autores hallaron activación sólo en el AIC inferior izquierdo (una activación
similar en el AIC derecho estaba justo por debajo del umbral). Significativamente, la activación
cerca del ACC no estaba asociada con la conciencia del error. Los autores sugirieron que la
actividad del AIC durante los errores conscientes podría explicarse por la conciencia interoceptiva
de mayores respuestas autonómicas a los errores conscientes (que se han documentado
previamente), pero también reconocieron que la actividad del AIC y la conciencia de error podrían
preceder a la respuesta autonómica23. Recomendaron el uso de registros electroencefalográficos
para resolver esta incertidumbre, ya que la resolución temporal de la fMRI es demasiado baja.

BOX 3 Asimetría de las emociones en el cerebro anterior

Hay dos lados del cerebro y, por tanto, si existen representaciones temporales separadas del yo
sensible que subsumen la conciencia en el córtex insular anterior (AIC) (una en cada lado), ¿cómo
se coordinan para generar un yo unificado? El modelo homeostático de la consciencia presentado
en este artículo y en otros anteriores1,78 sugiere que existe un proceso óptimo de eficiencia
energética basado en la oposición coordinada del sistema autónomo: la actividad en el lado
derecho del cerebro anterior está asociada con el gasto energético, la actividad simpática, la
excitación, el comportamiento de retirada (aversivo) y las emociones orientadas al individuo
(supervivencia), y la actividad en el lado izquierdo está asociada con la nutrición energética, la
actividad parasimpática, la relajación, el comportamiento de aproximación (apetitivo) y las
emociones orientadas al grupo (afiliativas). Esta propuesta se describe detalladamente en
artículos anteriores78,95 . Brevemente, el origen de esta asimetría puede relacionarse con la
inervación autonómica asimétrica del corazón, y su desarrollo evolutivo se habría visto obligado
por la necesidad de optimización energética del cerebro (que consume el 25% de la energía
corporal). Este modelo encaja con la creciente literatura psicofísica que indica que las mitades
izquierda y derecha del cerebro anterior están asociadas de forma diferencial con el afecto
positivo y negativo96 y, lo que es más importante, con la asimetría anatómica y funcional en la
entrada aferente homeostática al córtex insular5,97,98 y en el control cardiaco del cerebro
anterior99 . Puede explicar por qué en determinadas condiciones el AIC está más activo en un lado
(FIG. 2), pero también por qué en la mayoría de las condiciones los dos lados muestran una
actividad conjunta, que refleja el control simpático y parasimpático coordinado del corazón. El
modelo ofrece explicaciones de por qué las emociones positivas pueden reducir o bloquear las
emociones negativas (y viceversa), por qué el lado izquierdo (afiliativo, vagal) controla el
señalamiento deíctico y la comunicación verbal, y cómo el aumento de la actividad parasimpática
(por ejemplo, la activación de aferentes vagales por distensión gástrica, respiración lenta o
estimulación eléctrica) puede reducir las emociones negativas (por ejemplo, el dolor). Dadas las
numerosas asimetrías en las activaciones del AIC observadas en este artículo, las investigaciones
que abordan este modelo en pacientes con cerebro dividido podrían ser esclarecedoras, sobre
todo si se realizan con aquellos pacientes poco frecuentes en los que tanto el cuerpo calloso como
la comisura anterior están seccionados.

El papel de la AIC

Esta breve revisión revela que un número asombroso de estudios recientes de una amplia gama de
campos informaron de la activación del AIC. Estos estudios asocian el AIC no sólo con todas las
sensaciones subjetivas, sino también con la atención, las elecciones e intenciones cognitivas, la
música, la percepción del tiempo y, de forma inequívoca, la conciencia de las sensaciones y los
movimientos2,3,11-14 , de las percepciones visuales y auditivas27 29,31,32 , de la imagen visual
del yo 15 , de la fiabilidad de las imágenes sensoriales30 y de las expectativas subjetivas24,25 ,
así como de la fiabilidad de otros individuos (véase el ReF. 1 para más detalles). En varios
experimentos clave, el AIC se activó sin activación aparente en el ACC11-14,16,23-25,34 . Ninguna
otra región del cerebro se activa en todas estas tareas, y la única característica común a todas ellas
es que implican la conciencia de los sujetos. Así pues, en mi opinión, las pruebas acumuladas
obliga a la hipótesis de que el AIC engendra la conciencia humana.

¿Qué es la conciencia? Hasta que no sepamos más sobre el funcionamiento del cerebro, sólo
podremos dar una definición aproximada. Considero que la conciencia es saber que uno existe (la
sensación de que "yo soy"); un organismo debe ser capaz de experimentar su propia existencia
como ser sensible antes de poder experimentar la existencia y prominencia de cualquier otra
cosa en el entorno. Una propuesta sostiene que la conciencia de cualquier objeto requiere, en
primer lugar, una representación mental de uno mismo como entidad sintiente; en segundo
lugar, una representación mental de ese objeto; y, en tercer lugar, una representación mental de
la interrelación destacada entre uno mismo y ese objeto en el momento inmediato
("ahora")49,50 . Al igual que en el "yo neural" de Damasio (ReF. 51), esta formulación crea
inherentemente una perspectiva subjetiva ("personal") que diferencia los reinos interior y exterior,
porque los sentimientos internos que subyacen a la representación de uno mismo como ser
sensible sólo son accesibles desde el propio cerebro51,52. Desde este punto de vista, uno puede
perder la capacidad de percibir una porción del espacio extrapersonal (por ejemplo, tras un daño
en el córtex parietal derecho), una deficiencia en el movimiento de sus extremidades (anosognosia
por hemiplejía tras un daño en la ínsula media) o toda su historia autobiográfica y, sin embargo,
mantener la conciencia fenoménica de los sentimientos y la existencia (por ejemplo, el paciente al
que sólo le quedan sentimientos viscerales y una ínsula anterior intacta51, o el paciente R.B., que
vive en una ventana móvil de 40 segundos de tiempo presente51,52). Otra propuesta es que para
la evolución de la señalización social deliberada (interacción emocional intencionada entre
individuos)49,53 se requería una conciencia reflexiva de uno mismo a lo largo del tiempo que
pudiera comparar los efectos de las propias acciones ahora, en el pasado y en el futuro. Algunos
investigadores consideran esta capacidad como un nivel de conciencia de orden superior que
podría proporcionar la sensación introspectiva de subjetividad 51,53 (véase el RECUADRO 4 y el
análisis más adelante). La prueba del espejo para el reconocimiento de uno mismo se ha utilizado
como prueba operativa para la conciencia de uno mismo, y aunque se han planteado objeciones a
esta prueba, estoy de acuerdo con la opinión de que tiene validez como criterio suficiente pero no
necesario54-57; es decir, un sentimiento de propiedad e identificación con los movimientos y
gestos emocionales reflejados en un espejo sólo es posible con una representación mental de un
yo sensible. Recientemente, también se ha propuesto que la conciencia en los seres humanos
podría medirse con apuestas posteriores a la decisión

Las implicaciones de los datos de imagen.

Los resultados destacados en las categorías "Interocepción", "Conciencia del movimiento corporal"
y "Conciencia emocional" indican que el AIC proporciona un sustrato neural único que instancian
todas las sensaciones subjetivas del cuerpo y los sentimientos de emoción en el presente
inmediato (ahora). La progresión anatómica posterior, media y anterior de la integración desde las
representaciones interoceptivas primarias hasta la zona de integración media y la representación
última de todas las sensaciones propias (es decir, el yo sensible) está ahora bien documentada y
respalda la propuesta de que la conciencia subjetiva se construye sobre la homeostasis1,4,51,61.
Los estudios señalados sobre la percepción de perceptos biestables27-29, la sincronización
temporal30, el tiempo de inspección31, el parpadeo atencional32 y la toma de decisiones
perceptivas 39,40 implican directamente que el AIC apoya la conciencia del momento inmediato
con una representación coherente de "mis sentimientos" sobre "esa cosa". La demostración de
que el AIC se activa durante el reconocimiento del yo satisface el criterio de instanciación de la
conciencia del yo, equivalente a la prueba del espejo 15, porque revela una sensación subjetiva de
mayor prominencia emocional en la representación del yo sensible durante la identificación del yo.

Además, la demostración de que la activación del AIC está correlacionada con la "sensación de
saber" (ReF. 41) sugiere que el AIC también engendra la conciencia de sentimientos que están
asociados a construcciones y operaciones mentales59,60. Los hallazgos destacados en las
categorías "Riesgo, incertidumbre y anticipación", "Percepción del tiempo" y "Control cognitivo y
supervisión del rendimiento" son coherentes con la noción de que el AIC contiene una
representación del yo sensible no sólo en el momento inmediato, sino en cada momento a lo largo
de un periodo de tiempo finito. El AIC es un componente central de un sustrato neural que
representa el paso del tiempo, es sensible a la sincronización temporal30 y está implicado de
forma única en las comparaciones automáticas de los sentimientos en el momento presente con
los del pasado y el futuro25. Estos hallazgos también indican que el AIC incorpora un
"amortiguador", o comparador, que se utiliza para dichas comparaciones. Estas observaciones
sugieren que el AIC cumple un requisito de la función evaluadora y predictiva de la conciencia
propuesta49,53 en la evolución de la comunicación emocional, y que ofrece un mecanismo
integral para la toma de decisiones. (Curiosamente, un comparador estable podría percibirse
introspectivamente como un observador efímero, o un teatro cartesiano, que sin embargo no
puede "verse" a sí mismo, como se describe61 para la "conciencia"). De forma significativa, la
evidencia de que el AIC también se asocia con las predicciones de sentimientos futuros puede
explicar su implicación en las predicciones interoceptivas distorsionadas que se asocian con la
ansiedad y los trastornos somáticos funcionales62,63. Los hallazgos que destaqué sobre la toma de
decisiones perceptivas ("elección")40 y el control cognitivo ("libre albedrío" (ReF. 45), preparación
para la comisión de errores47 y transiciones atencionales48) implican que el AIC desempeña un
papel en la orientación subjetiva de la conducta mental y física. Esta inferencia es coherente con la
sensación introspectiva de que "yo" no soy simplemente un observador pasivo (sea esto una
ilusión o no; véase ReF. 64). Esta implicación no contradice la idea de que el CAC está al servicio de
la agencia volitiva (RECUADRO 1), idea que se ve respaldada por la activación conjunta (con el AIC)
del CAC en casi todos estos estudios y por su asociación con la acción y el sistema motor límbico
descendente1,65. Por último, los hallazgos destacados sobre la activación del AIC durante el
disfrute musical y la "conciencia aumentada" apuntan a características específicas del AIC que
deben ser explicadas por cualquier modelo de su papel en la conciencia

BOX 4 Perspectivas alternativas

Existen muchos puntos de vista alternativos sobre los sustratos neuronales que intervienen en la
conciencia humana. Dos puntos de vista particulares sugieren que la corteza cingulada anterior
(ACC) tiene un papel singular en la representación del yo y la conciencia emocional de los procesos
internos102,103, pero ninguno de ellos ha incorporado la perspectiva anatómica de que la corteza
insular anterior (AIC) y la ACC son regiones límbicas complementarias ni las pruebas aquí revisadas.
Algunos investigadores sugieren que el córtex posteromedial (incluidos el cíngulo y el precuneus)
proporciona la base para la autoconciencia (por ejemplo, véase la ReF. 104). Sin embargo, esta área
forma parte de la denominada red por defecto, que parece estar implicada en la recuperación de la
memoria episódica autorreflexiva, y la actividad en esta área está inversamente correlacionada en
estudios de imagen funcional con la activación en el AIC que se asocia con la conciencia y la
atención relacionada con la tarea44,90. La red por defecto también parece estar presente en el
macaco105. Existen numerosas propuestas sobre la base neural de las diversas formas del
síndrome clínico de anosognosia (falta de conciencia de una deficiencia funcional), pero son
complicadas debido a los múltiples niveles de integración que se requieren para cada capacidad
perceptiva y a problemas de confusión en la documentación clínica 67,106 . Correlaciones clínicas
y anatómicas recientes en pacientes con anosognosia por hemiplejía y hemianestesia se han
centrado en la ínsula 66,67. Estudios previos implicaban a la corteza parietal inferior derecha y al
giro angular, pero autores recientes coinciden en la idea de que esta región procesa una
representación del espacio extrapersonal que incorpora movimientos autogenerados, y que este
módulo precede a la integración de la información sobre el yo en el AIC 66,67,106 , aunque esta
idea está aún por probar. Varios autores sugieren la existencia de distintos niveles de
conciencia51,70,107 . Aunque este punto de vista no es incompatible con la presente hipótesis,
porque en el AIC podría instanciarse más de un nivel conceptual de conciencia (incluido un
comparador que podría sentirse como un "observador"), otros investigadores podrían considerarlo
improbable, porque prefieren la noción de que la conciencia depende de la actividad recurrente en
una red distribuida por todo el cerebro (por ejemplo, véase ReF. 77). Por ejemplo, un autor sugirió
que el córtex orbitofrontal forma parte de un espacio de trabajo global que subyace a la
consciencia108, aunque su papel en la valoración hedónica (especialmente para el
comportamiento alimentario) está bien desarrollado en todos los mamíferos y no está
desproporcionadamente agrandado en los humanos109.

No obstante, el AIC ciertamente no opera de forma autónoma y las pruebas aquí revisadas indican
que está implicado en más de una red funcional; además, probablemente existan numerosos
módulos en el AIC, cuya complejidad podría aumentar desde la parte posterior a la anterior, que
podrían dar cabida a mayores niveles de abstracción21,22,83,110. Por ejemplo, aunque se ha
informado de que el dolor asociado a la exclusión social se solapa con la región del AIC que se
activa durante el dolor físico, un examen minucioso de los datos de imagen revela que, de hecho,
la activación se sitúa considerablemente más anterior

Observaciones clínicas. Las observaciones clínicas ofrecen pruebas que corroboran la hipótesis de
que el AIC engendra conciencia humana. La información suplementaria S1 (tabla) enumera los
informes clínicos que indican la implicación del AIC y la ínsula media con afecciones que incluyen la
anosognosia, la anergia, la ansiedad, la alexitimia, la depresión, la afasia, la amusia, la ageusia, el
ansia por las drogas, los trastornos alimentarios, el trastorno de la conducta, el trastorno de
pánico, los trastornos del estado de ánimo, el trastorno de estrés postraumático, la esquizofrenia,
el síndrome de Smith-Magenis, la arritmia cardiaca, el vértigo y la demencia frontotemporal (DFT).
Muchos de estos informes tienen un enfoque bastante limitado y no describen pruebas
conductuales exhaustivas, mientras que las pruebas revisadas anteriormente sugieren que la
mayoría de los pacientes con daño insular podrían presentar varios déficits neurológicos
significativos. Varios estudios clínicos indican que el daño o la activación o el desarrollo anormales
del AIC se asocian a una alteración de la conciencia. Dos estudios señalaron que la anosognosia en
la hemiplejía se asocia específicamente con daños en la ínsula media derecha 66,67 ; se observó
que los adolescentes con trastorno de conducta presentaban una disminución significativa del
volumen de materia gris en el AIC bilateral que se correlacionaba con una falta de empatía y con
un comportamiento agresivo 68 ; los pacientes con trastorno límite de la personalidad que son
incapaces de cooperar no muestran la activación graduada del AIC que se asocia con la conciencia
de los gestos sociales en sujetos normales 69 ; las personas con autismo de alto funcionamiento
muestran un aumento de la alexitimia y una disminución de la empatía, correlacionados ambos
con una menor activación del AIC (en una tarea en la que los sujetos evaluaban sus sentimientos
ante imágenes desagradables) 70 (no obstante, véanse las ReF 71,72); la hiperactividad en el AIC
derecho se asoció selectivamente con la ansiedad 62 ; se ha descrito que los infartos del AIC
producen anergia, o apatía completa 73 ;y la malformación congénita de la ínsula bilateral
(síndrome de Smith-Magenis) produce retraso mental infantil y la alteración del comportamiento
autoguiado 74 . Lo más significativo es que los pacientes con FTD asociados a la degeneración de
las cortezas frontoinsular y cingulada muestran una pérdida selectiva de comportamientos
conscientes de sí mismos y una pérdida de conciencia emocional de sí mismos y de los demás 75 ;
de hecho, Seeley et al. comunicaron el hallazgo histórico de que la pérdida de conciencia
emocional subjetiva en pacientes con FTD está específicamente asociada a la degeneración de las
VEN 76 . Estos informes son especialmente notables a la luz de las dificultades obvias para
demostrar déficits en la conciencia emocional en humanos adultos que tienen patrones de
comportamiento bien establecidos.
Resumen. Así pues, los datos disponibles proporcionan un apoyo convincente al concepto de que
el AIC contiene el sustrato anatómico de la capacidad evolucionada de los seres humanos para ser
conscientes de sí mismos, de los demás y del entorno. En mi opinión, estos datos sugieren que el
AIC cumple de forma única los requisitos para ser el correlato neural de la consciencia. El cerebro
está bien organizado en redes que distribuyen la funcionalidad a través de múltiples sitios, y la
localización de la conciencia de los sentimientos y la existencia en un único sustrato podría parecer
improbable 67,77. No obstante, las pruebas sugieren que el AIC y el opérculo frontal adyacente
(tanto en el lado izquierdo como en el derecho) contienen una representación última del yo
sintiente en los humanos (y quizá en los primates hominoideos, los elefantes y las ballenas;
RECUADRO 2). Estos datos recomiendan un debate sobre la posibilidad de que el AIC sea un
"correlato neural de la consciencia" (ReF. 77) y sobre la cuestión de cómo el AIC podría engendrar
consciencia.

Un modelo de conciencia en el AIC

En el capítulo 78 de un libro publicado recientemente, amplié las ideas presentadas en el artículo


de la Perspectiva de 20021 esbozando un modelo teórico para la instanciación estructural de la
consciencia en el AIC. La evidencia descrita anteriormente sobre el papel del AIC en la consciencia
es coherente con este modelo, por lo que aquí elaboro el modelo e incorporo estos hallazgos
recientes. Brevemente, en este modelo la base cortical de la consciencia es un conjunto ordenado
de representaciones de todos los sentimientos en cada momento inmediato que se extiende a lo
largo de un periodo de tiempo finito. La clave de la representación cortical (es decir, mental) del yo
sensible es la integración de la importancia de todas las condiciones relevantes en cada momento.
La relevancia de cualquier factor viene determinada por su importancia para el mantenimiento y el
progreso del individuo y de la especie. En el nivel más fundamental, esto significa el
mantenimiento energéticamente eficiente de la salud del cuerpo físico (y del cerebro), en otras
palabras, la homeostasis. Desde este punto de vista, la base neural de la consciencia es la
representación neural del estado fisiológico del cuerpo, y la construcción neural homeostática de
una sensación del cuerpo es la base de la codificación de todas las sensaciones1,78.

La vía aferente homeostática filogenéticamente nueva de la lámina I y el núcleo solitario en los


primates proporciona la base para el sentido de la condición fisiológica de todo el cuerpo en la
corteza insular posterior 1; esto incluye numerosas sensaciones del cuerpo individualmente
mapeadas y distintas. Estas construcciones neuronales se vuelven a representar en la ínsula media
y de nuevo en el AIC (en el lado izquierdo o derecho o en ambos, dependiendo del origen de la
actividad; RECUADRO 3). La ínsula media integra estas re representaciones homeostáticas con la
actividad asociada a estímulos ambientales emocionalmente destacados de muchas modalidades
sensoriales, probablemente a través de la entrada de regiones sensoriales de orden superior, el
polo temporal y la amígdala. Recientes análisis de conectividad funcional indican que la ínsula
media también está modulada directamente por el estriado ventral (el núcleo accumbens)79 , que
proporciona un importante incentivo, o señal hedónica, para la integración de la saliencia.

Así pues, esta progresión de posterior a anterior -que es coherente con el gradiente general de
procesamiento de complejidad creciente en el córtex frontal 22,65 y con la enorme expansión de la
ínsula anterior en los primates hominoideos- proporciona un sustrato para la integración
secuencial de las condiciones homeostáticas con el entorno sensorial y con las condiciones
motivacionales, hedónicas y sociales representadas en otras partes del cerebro, y este sustrato se
construye sobre la base proporcionada por las sensaciones del cuerpo (FIG. 3a). Propongo que la
integración de la saliencia a través de todos estos factores culmina en una meta-representación
final unificada del "momento emocional global" cerca de la unión de la ínsula anterior y el
opérculo frontal. Esta etapa de procesamiento es clave, porque genera una imagen del "yo
material" (o el yo sensible) en un momento del tiempo: "ahora". Una repetición anatómica de esta
unidad fundamental, indexada por una base temporal endógena, es todo lo que se necesita para
generar un conjunto de meta representaciones repetidas de momentos emocionales globales que
se extienden a lo largo de un periodo de tiempo finito, y esta estructura anatómica (una "meta
memoria") proporciona la base para la continuidad de la conciencia emocional subjetiva en un
presente finito 78 (FIG. 3b). Los datos recientes ponen de relieve que los almacenadores
intermedios de momentos emocionales globales individuales deben estar presentes para permitir
la comparación de sentimientos pasados, presentes y futuros; se trata de un "observador"
reflexivo, como se ha señalado anteriormente. Los momentos emocionales globales anticipatorios
deben estar influidos por representaciones almacenadas de expectativas que se basan en modelos
internos adquiridos del comportamiento propio y ajeno. Una inferencia anatómica directa, aunque
especulativa, de este modelo es que las meta-representaciones de momentos emocionales
globales podrían ser engendradas por grupos de VENs en el AIC, y que éstos están interconectados
con grupos similares de VENs en el ACC y probablemente en el AIC y ACC en el lado opuesto
(CUADRO 1), pero las conexiones y funciones de los VENs todavía necesitan ser identificadas. Creo
que cada etapa sucesiva de integración en este modelo podría haber proporcionado una ventaja
evolutiva, en el sentido de que mejoraría la comunicación emocional entre con específicos - crucial
para los primates hominoideos80 - y que cada etapa habría sido fácilmente realizable mediante
modificaciones neuroanatómicas evolutivas
Figura 3 | Una propuesta de modelo de concienciación. Caricaturas que ilustran las características
del modelo estructural de conciencia propuesto. a | La integración propuesta de la actividad
destacada, que progresa desde la ínsula posterior (izquierda) hasta la ínsula anterior (derecha). Las
representaciones interoceptivas primarias de las sensaciones del cuerpo proporcionan una base
somatotópica que está anclada por los efectos homeostáticos asociados sobre la función
cardiorrespiratoria, como indica el foco de los colores en el pecho. La integración incluye
sucesivamente la actividad homeostática, ambiental, hedónica, motivacional, social y cognitiva
para producir un "momento emocional global", que representa el yo sensible en un momento del
tiempo. b | La viñeta superior muestra cómo una serie de momentos emocionales globales puede
producir una "imagen" cinemascópica del yo sensible a lo largo del tiempo. La viñeta inferior
muestra cómo el modelo propuesto puede producir una dilatación subjetiva del tiempo durante un
periodo de alta saliencia emocional, cuando los momentos emocionales globales se "llenan"
rápidamente. ACC, córtex cingulado anterior; DLPFC, córtex prefrontal dorsolateral; vMPFC, corteza
prefrontal ventromedial.

BOX 5 Futuras cuestiones de investigación derivadas del modelo

¿Cuáles son las conexiones anatómicas del córtex insular anterior (CIA)? Se necesitan estudios de
imagen modernos que utilicen imágenes de espectro de difusión y análisis de conectividad
funcional y efectiva que incorporen la conectividad dinámica del AIC83 . También se necesita un
análisis exhaustivo de la hodología del córtex insular del macaco mediante métodos clásicos de
trazado de tractos. ¿En qué se diferencian los dos lados del AIC y cómo interactúan? ¿Un lado
dirige48 y el otro vigila23,48 en momentos diferentes? Se necesitan comparaciones estadísticas
directas de la lateralidad en la activación. Se pueden diseñar análisis avanzados basados en las
asimetrías demostradas (FIG. 2); por ejemplo, se podrían examinar los cambios en los patrones de
activación y la conectividad efectiva durante la modulación del dolor por música agradable112.
¿Existe un mapa somatotópico que proporcione un fondo común de recursos de "momentos
emocionales globales", que represente todos los sentimientos y al que se acceda dinámicamente
en cada momento? ¿O existen numerosos módulos en el AIC que están coordinados para
representar diferentes sentimientos en cada momento emocional global? Por ejemplo, las pruebas
sugieren que los ojos y la cara están representados en el AIC ventral anterior y que la mano y el pie
están representados más posteriormente, lo que es coherente con la presencia de un mapa; sin
embargo, la somatotopía en el único estudio que incluyó la estimulación de múltiples partes del
cuerpo es inversa10. Del mismo modo, ¿existe sólo un módulo en cada AIC que represente el
tiempo, como sugieren las diminutas áreas de activación en el AIC halladas en un estudio34? ¿Y se
correlaciona la actividad de estas áreas con la dilatación subjetiva del tiempo? ¿Son estas áreas
asimétricas en los dos lados con respecto a los efectos contrastantes de la excitación y el estado de
ánimo placentero sobre la percepción del tiempo113? ¿Cómo se comparan las sensaciones en
distintos momentos del tiempo? ¿Dónde están los amortiguadores intermedios de la "meta-
memoria" y cómo están interconectados? El constructo neuropsicológico denominado
"sentimiento" es crucial. ¿Por qué es importante que este constructo tenga una base
homeostática? ¿Qué tienen en común los sentimientos corporales y los sentimientos sobre
objetos, personas o cogniciones? ¿Tienen todos los sentimientos secuelas autonómicas, es decir,
"mueven el corazón"? ¿Todo pensamiento puede considerarse un sentimiento? ¿Son los
sentimientos la moneda común de la conciencia? ¿La congruencia emocional entre individuos
refleja una resonancia homeostática? ¿Los elefantes tocan juntos música infrasónica? ¿Y las
ballenas? Los bebés no superan la prueba del espejo ni muestran comportamientos conscientes de
sí mismos hasta que tienen unos 18 meses50,53 . ¿Muestra la conectividad de su AIC y su corteza
cingulada anterior (ACC) un umbral de desarrollo similar? La activación del AIC o del ACC se ha
utilizado para el entrenamiento con biorretroalimentación. ¿Podría refinarse esta aplicación a la luz
de las consideraciones expuestas en este artículo?

Implicaciones y orientaciones futuras

Es fascinante que el modelo propuesto para la conciencia en el AIC produzca una base emergente
para la facultad exclusivamente humana de la música: vista como la progresión temporal rítmica de
momentos emocionalmente cargados, la música surge como un concomitante natural de este
modelo estructural. La activación del AIC por sentimientos emocionales, por la sensación de
movimiento y por el sentido del tiempo anima a pensar que este modelo puede explicar la
activación observada del AIC por el ritmo16 y por el disfrute musical17, así como los efectos
emocionales primarios de la creación musical comunitaria, porque la música implicaría
intrínsecamente el núcleo de la conciencia. Este modelo también sugiere un mecanismo para la
dilatación temporal subjetiva, o ralentización del tiempo, que se produce durante un periodo
intensamente emocional81. Una alta tasa de acumulación de saliencia "llenaría" rápidamente los
momentos emocionales globales, porque la capacidad de información de la instanciación neural de
un momento emocional global debe ser finita. Por lo tanto, la base temporal endógena se
aceleraría efectivamente durante dicho periodo (FIG. 3b) y, en consecuencia, el tiempo parecería
detenerse para el "observador". Los datos psicofísicos de estudios de búsqueda visual rápida
sugieren que la velocidad máxima de paso de momentos individuales es de ~8 Hz31.

Un proceso similar para el reclutamiento de momentos emocionales globales podría proporcionar


la base para la "conciencia aumentada" del momento inmediato y para la activación aumentada
del AIC que se asocia con tales momentos. En este modelo, la estrecha integración entre el AIC y el
ACC implica que la actividad en el AIC puede incorporar los impulsos del agente volitivo que está
representado en el ACC, y también que los sentimientos en el AIC pueden ser modulados por ese
agente 82, de modo que cada momento emocional global comprende tanto sentimientos como
motivaciones (CUADRO 1). De hecho, la representación en el yo sintiente del agente conductual
activo (el "yo") llena un vacío en la hipótesis del "marcador somático "51 y desafía una crítica
principal de la teoría de James-Lange 51, a saber, que la teoría no permitía sentimientos de
emoción generados internamente. En el modelo presentado en este artículo, todos los estímulos,
incentivos, intenciones y cogniciones que tienen relevancia están representados por sentimientos,
un constructo neuropsicológico crucial compuesto por conjuntos anidados de asociaciones
integradoras que se elaboran sobre una plantilla interoceptiva y están dotados de secuelas
homeostáticas características (y, por tanto, todos los sentimientos "mueven el corazón").

En este modelo, los sentimientos son la moneda común computacional de la conciencia. Por
último, este modelo incluye la posibilidad de que los comportamientos emocionales puedan
ocurrir sin conciencia (es decir, por activación del ACC sin integración en el AIC), implica que los
animales sin estas estructuras no son conscientes del mismo modo que nosotros (CUADRO 2) y
proporciona una base lista para la inclusión de un módulo que asignaría la responsabilidad de las
acciones del agente conductual al yo sintiente. Es importante señalar las limitaciones actuales de
este modelo. No explica cómo se construye un sentimiento, la naturaleza de la base temporal y su
relación con la actividad homeostática (como los latidos del corazón), el mecanismo para desplazar
los momentos a través del tiempo, la métrica neural de la saliencia, la diferenciación de las
emociones, la conectividad dinámica necesaria de los momentos emocionales globales83 o la
integración entre los dos lados del AIC (CUADRO 3). No especifica la ubicación de los recuerdos de
sentimientos pasados ni la ubicación de los modelos conductuales internos que producen
sentimientos anticipatorios. Las pruebas revisadas anteriormente sugieren que la representación
final del yo sintiente en el AIC puede consistir en un mapa somatotópico coherente que tenga
características suficientemente globales y conectividad dinámica para abarcar todos los
sentimientos posibles, pero pocos estudios han comparado diferentes emociones y diferentes
asociaciones de partes del cuerpo. Es incluso difícil predecir sistemáticamente cómo las lesiones
del AIC y del ACC deberían diferir en términos de sus efectos, teniendo en cuenta su íntima
conectividad (por ejemplo, véanse los resultados contrastados en la literatura sobre la
alexitimia70-72). Espero con especial interés la futura identificación de los distintos módulos
funcionales en el AIC y las características y el "lenguaje" de los VEN. Hay muchas otras cuestiones
que deben abordarse, algunas de las cuales se enumeran en el RECUADRO 5

También podría gustarte