El reconocimiento de las emociones es un proceso complejo que posee el ser
humano el cual nos proporciona funciones adaptativas y sociales las cuales se forman desde los primeros meses de vida.
A lo largo de la historia ha habido distintas teorías que tratan de explicar este
proceso, unas de las mas antiguas es la propuesta por James Lange en 1884 y Cannon y Bard a comienzos del año 1900 ambas consideradas correctas, la primera expone a la interpretación de las emociones como algo innato, independiente de las culturas, contextos y cogniciones, sugiriendo que este proceso surgirá de una u otra manera , posterior a esta premisa Cannon y Bard (1900) con su teoría acerca de las emociones, plantean que las emociones se producen desde una base fisiológica retratando el hecho de que estimulo y emoción se presentan de manera simultánea.
Otra de las investigaciones que resaltan es la de Arcaya Ajuria (2003) la cual
contempla el aspecto de la comunicación como factor determinante en la función de interpretar emociones y a ello se le sumaria Russel Etal (2003) el cual propondría que el reconocimiento de emociones y expresiones faciales tienen un factor social y contextual reconociendo el valor adaptativo de reconocer emociones en las personas. Por otra parte, (Yartz & Hawk, 2002) realizaron un estudio en el que se determinó el factor fisiológico en la interpretación de emociones, en donde resaltan procesos como: alteraciones en la respuesta muscular de la cara y reflejos oculares defensivos como es el parpadeo.
Desde otra perspectiva, se le da énfasis a los procesos neurológicos y su función en
la interpretación de las emociones, por ejemplo, la amígdala es una estructura cerebral que según varias estudios tiene la función de manejar la conducta emocional siendo esta, la percepción y tensión emocional (Phelps & LeDoux, 2005) a ello Damasio (2003) involucra la participación de la corteza orbito frontal, además de “corteza occipitoparietal y dorso-frontal, en tanto que la corteza frontal-medial y los lóbulos temporales anteriores-inferiores permitirían ligar la percepción de estímulos estáticos al reconocimiento de emociones” ( Fernández, AM., Dufey, M., & Mourgues, C, 2007), también las aportaciones de Adolphs (2000) retoma las cortezas somatosensoriales estructuras importantes para que la persona interprete la información interna al simular la emoción que está percibiendo.
Es importante resaltar el valor de las distintas perspectivas frente al
reconocimiento de emociones ya que estas aportan a la complejidad de este proceso el cual no solo producto de un factor sino se convierte en un proceso multifactorial, retomando aspectos biológicos, fisiológicos, contextuales, culturales, sociales, y psicológicos, un ejemplo de ello es la investigación realizada por Adolphs en donde enumera este proceso a partir de unos “subprocesos” que dan cuenta de manera rápida el como funciona la interpretación de las emociones, inicialmente la percepción es de vital importancia, el como percibimos las expresiones faciales allí la corteza visual conecta el estimulo con la memoria detectando características como sexo y género, después, prosigue el paso del reconocimiento, el cual también a partir de la memoria y las experiencias vividas damos significado a la emoción por medio de las expresiones faciales ( movimiento de ojos, boca, frente, etc.) siendo aquí útil las áreas corticales, por último, “representamos” las emociones que percibimos, activamos la corteza motora y simulamos la postura y expresión para evaluar dicha emoción. (Cavieres y Valdebenito, 2007)