Morera, Bigatti, Badi, Marechal, Forner y Butler.1929
“El Grupo de París constituye un núcleo de gran interés, ellos
despliegan un entramado de relaciones humanas y decisiones estéticas para comprender la dimensión y el impacto de los aportes de estos jóvenes artistas en el ambiente de los años 20”.
los modos en que esos artistas se vincularon entre ellos y con el
ambiente cultural europeo para poner en relieve los aportes que sumaron en su retorno a Buenos Aires. El “viaje estético” como uno de los aspectos más observados en las nuevas perspectivas de los actuales estudios culturales. Paisaje. Raquel Forner.1929
Es difícil imaginar cómo, sin internet, ni Facebook, ni teléfonos,
estos artistas que conjugaron el viaje iniciático con el aprendizaje, bajo la premisa del “artista viajero”, fueron a buscar una ineludible herencia; al tiempo que se reunían, dialogaban y hasta discutían con fervor vía epistolar, con sus colegas, para darse a conocer en Europa y abrirse camino después en Argentina.
Si lo pensamos hay muchas cosas que no han cambiado, como
la legitimación en otros centros neurálgicos del arte para obtener el reconocimiento en la patria.
Sin embargo en tiempos de posguerra cuando “Paris era una
fiesta” y la ebullición de sus espacios diluían las fronteras entre el museo y la ciudad misma. Allí, en cafés y galerías, nuestros artistas encontraron un lugar donde integrarse al circuito local y pensar una posibilidad para borrar simbólicamente el océano que separaba las dos orillas.
Las innumerables academias de arte, de libre ingreso donde
acudían los pintores antes de la gran guerra en Montparnasse, fueron eclipsadas por las que, en forma individual, abren Lhote, en 1925 y Léger, en 1931. Es sin duda André Lhote quien más incidencia tuvo en la conformación de un pensamiento estético guiado por el deseo de sintetizar el arte clásico, en términos de armonía, orden y equilibrio, y la incorporación de un lenguaje moderno acorde con los nuevos tiempos.
Según Lhote, el cubismo de Braque y de Picasso suponía el
redescubrimiento del orden y la asunción de los vínculos con la tradición olvidada. Desde sus primeras teorías, se hace presente esta oposición entre la naturaleza formal de la pintura y su función representativa, lo que constituye uno de los ejes rectores en las búsquedas del arte moderno.
Paiaje de Worpswede. H Butler. 1922
En esos tiempos de rupturas se pueden ver las influencias que
los conceptos de esa “vuelta al orden”, que no hablaba de la representación como facsímil de la realidad, sino de encontrar el lenguaje propio y secreto dentro de la estructura de la pintura misma. Premisas que estos artistas hicieron propias primero contaminándose con el ambiente y los artistas del viejo mundo, para después abrirse camino y descubrirse en la luz y el paisaje del Rio de la Plata.
Alfredo Bigatti, Pedro Domínguez Neira, Antonio Berni, Lino E. Spilimbergo, Víctor Pissarro, Juan Del Prete y Alberto Morera fueron los jóvenes protagonistas de una aventura donde el espíritu de lo nuevo convivió con la tradición para articular la conciliación entre el pasado y el presente.
la novela Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal, obra en la
que su autor despliega la idea misma del viaje como actividad que permite el encuentro con la identidad, ya sea en París, Sanary o Buenos Aires. Morera en su taller de Paris.1929
De esta forma, desde los testimonios de las propias obras, en
correlato con las fotografías de la época y los textos registrados, verificamos que el llamado “Grupo de París” se abrió al encuentro e intercambio con artistas, críticos y espacios expositivos que posibilitaron su inserción de un modo más pleno en el contexto europeo.
dar a conocer de modo integral la obra de aquellos importantes
referentes del arte argentino que brillaron en el siglo pasado, su formación y diálogo con las corrientes artísticas de la modernidad en Europa, así como la incorporación del cubismo y nuevas formas pictóricas que fueron el punto de partida para un constructivismo rioplatense y las posteriores investigaciones de lenguajes y desarrollos personales. Retrato del poeta J. Fijman. Bigatti 1926 A partir de estas obras y experiencias se puede pensar al Grupo de Paris como conjunto de artistas vinculados principalmente por lazos de amistad y visiones compartidas sobre la idea del arte moderno. Que unidos por el anhelo de una renovación en el lenguaje y en los modos de circulación y promoción de la actividad artística, supieron crear a partir de su acción colectiva en París y Buenos Aires, una inteligente estrategia de “posicionamiento” y “visibilidad” en ambas orillas.
En 1930 Del Prete, Pissarro, Butler y Forner junto a los
mexicanos José C. Orozco y Diego Rivera y los uruguayos Carlos Castellanos, Pedro Figari y Joaquín Torres García exhiben sus obras en la “1ª Exposición del Grupo Latinoamericano de París” en la galería Zak.
Y en el 32 Juan Del Prete se integra al 1º grupo Abstraction-
Création Art non Figuratif, junto a importantes referentes como Mondrian, Arp o Calder, “asumiendo una actitud abiertamente más radical que la del resto de sus compañeros en términos de avance hacia un lenguaje más rupturista”.
la gestación de nuevos movimientos y lenguajes que motivaron
los cambios y nuevas tendencias en el arte latinoamericano y más precisamente en el Río de la Plata.
“Es en los museos donde descubren a los grandes maestros, la
tradición clásica y los conceptos constructivos que se proponen renovar. El Museo, entonces, abre la posibilidad de repetir ese gesto de enlazar a los maestros con las nuevas generaciones de artistas que han perdido el rastro de la historia y la tradición, no para generar veneraciones vacuas, sino apropiaciones atravesadas de presente”. Retrato de A. Badi. Hector Basaldúa