1.

Respeto por la individualidad: Los profesionales de la educación parvularia deben respetar

y valorar las diferencias individuales de cada niño, reconociendo sus necesidades, intereses
y habilidades únicas.

2. Seguridad y bienestar: Garantizar la seguridad y el bienestar de los niños es primordial,

incluyendo la protección contra el abuso y el acceso a un entorno saludable.

3. Excelencia en ser un buen profesional: Fomentar relaciones profesionales y éticas con los
padres, colegas y otros miembros del personal, promoviendo la colaboración y la
comunicación efectiva.

4. Promover un buen aprendizaje: Brindar un entorno enriquecedor que fomente el

desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños, respetando su ritmo de aprendizaje.

5. Confidencialidad profesional: La obligación de mantener la información personal y familiar

de los niños y sus padres en privado y no divulgarla sin permiso. Mantener la
confidencialidad de la información personal y familiar de los niños y sus padres.

6. Integridad y honestidad: Actuar con integridad y honestidad en todas las interacciones

profesionales, evitando conflictos de interés.

7. Colaboración profesional: Trabajar de manera afectiva junto con otros educadores, padres
y profesionales para garantizar un desarrollo optimo de los niños y niñas.
8. Confidencialidad y ética profesional: Respetar la privacidad y confidencialidad de la información
personal y familiar de los niños, así como actuar con integridad y profesionalismo en todas las
situaciones.