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Grafología Histórica

de Venezuela
Siglo XIX

Gerardo Lucas
Grafología Histórica
Venezolanos del siglo XIX
Gerardo Lucas, doctor en Historia (ucaB),
M aster en Historia (usM), M aster en Finanzas
(university oF iLLinois), adMinistrador coMerciaL
(ucaB), econoMista (ucv). eMpresario, de diLatada
LaBor, Fue presidente de conindustria, d irector
principaL de Fedecamaras.
GraFóLoGo en ejercicio para La FirMa
soLutionM akers, c.a. autor de L a industriaLización
pionera en venezueLa 1820-1936, caracas, ucaB,
1998, i ndustriaLización conteMporánea en venezueLa:
poLítica industriaL deL estado venezoLano 1936-2000,
caracas, ucaB, 2006, coautor de venezueLa: repúBLica
deMocrática, editoriaL arte, 2011.
Grafología Histórica
Venezolanos del siglo XIX

Gerardo Lucas
Editor: Gerardo Lucas
Coordinación Editorial e Investigación Iconográfica: Sheila Salazar
Diseño Gráfico: Didier Barrios
Fotografía: Yuri Lizcano

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Índice
Introducción 09
Francisco de Miranda 13
Juan Germán Roscio 20
Simón Rodríguez 25
Andrés Bello 34
Simón Bolívar 39
José Tadeo Monagas 45
José María Vargas 50
José Rafael Revenga 56
Tomás Lander 61
Santos Michelena 65
José Antonio Páez 69
Antonio José de Sucre 75
Antonio Leocadio Guzmán 82
Fermín Toro 88
Juan Vicente González 93
Ezequiel Zamora 97
Cecilio Acosta 102
Arístides Rojas 107
Antonio Guzmán Blanco 112
Manuel Landaeta Rosales 118
Manuel Antonio Matos 122
Teresa Carreño 128
Introducción
La grafología histórica es la intersección entre dos disciplinas, la ciencia
histórica y la grafológica. La primera es reconocida universalmente como
ciencia, sin embargo, la segunda no adquiere en todos los casos, para el co-
mÚn de los mortales, esa categoría y la ubican, usualmente entre la ciencia,
el arte, la pseudo ciencia y la especulación.
Mc Millan Dictionary define a la grafología como la “ciencia que estudia
la escritura de los individuos para conocer su personalidad”. El Diccionario
de la Real Academia de la Lengua, por su parte, define a la grafología como
el “arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cuali-
dades psicológicas de quien la escribe”. La Enciclopedia Británica y la Me-
rriam-Webster, no la definen, sencillamente la describen como “la inferencia
del carácter a través de la escritura de la persona”. La popular enciclopedia
en línea, Wikipedia, es más escéptica, la califica de “pseudo ciencia que
pretende describir la personalidad de un individuo e intentar determinar ca-
racterísticas generales del carácter, acerca de su equilibrio mental (e incluso
fisiológico), la naturaleza de sus emociones, su tipo de inteligencia y aptitu-
des profesionales mediante el examen de la escritura manuscrita”.
Como hemos visto, aun cuando el término aparece por primera vez en
1872, podemos aseverar que, todavía en la actualidad no existe un criterio
universal y compartido sobre su condición científica.
Amén de lo anterior, la grafología tiene ciertamente un amplio espectro
de credibilidad, no solo por la práctica en el campo de la psicología, el
derecho penal, el reclutamiento y selección de personal, sino que se estudia
en reputadas universidades en todo el mundo. En la Universitat Autónoma de
Barcelona, Lumsa Di Roma, Universitá di Torino, UNAM (México), Universi-
dad del Mar (Chile), Emerson University College (Buenos Aires), Prescott Uni-
versity (Arizona), se dictan maestrías sobre esta disciplina. Además, existen
escuelas especializadas como la British School of Graphology, The Institute
of Graphological Science, (Dallas), International Graphoanalysis Society
Inc., (Chicago), entre muchas otras.
Podemos afirmar que aun cuando tiene un extenso nivel de aceptación
por lo menos en occidente, la grafología no es considerada universalmente
como ciencia. Dada esta circunstancia queda en manos del lector, estable-
cer el grado de confiabilidad que le otorga al análisis grafológico.
El suscrito ha practicado la grafología, en forma autodidacta, durante más
de 40 años fundamentalmente, aplicándola a la selección de personal en
empresas privadas, y actualmente con la firma consultora SolutioNMakers.
Personalmente, los resultados de los análisis han validado su confiabilidad,
en la práctica una y otra vez, en innumerables casos concretos. Por otra
parte, la historia de Venezuela ha sido un interés tardío, el cual abordamos
académicamente, estudiándola en la Universidad Santa María y luego en la
Universidad Católica Andrés Bello. La conjunción de estos dos intereses nos
impulsó a producir el presente trabajo, sabemos que son pocas las personas
que tienen ambos intereses y el tiempo para realizarlo.
El propósito principal de la investigación es conocer las motivaciones de-
trás de los actos de veintidós prohombres del siglo XIX venezolano. De ellos
conocemos sus actos, sus escritos y lo que acerca de ellos escribieron sus
contemporáneos, pero pretendemos que la grafología les de vida y poda-
mos establecer, por lo menos como hipótesis, qué los impulsaba a realizar
determinados actos. Como decía Shakyamuni Buda, “se conoce el acto,
pero no la motivación detrás del acto”.
Nuestro interés es el de contribuir, a partir de nuevas hipótesis de trabajo,
con el estudio de una materia sobre la cual no se ha incursionado, y que ello
pueda servir de punto de partida para los estudiosos que deseen abordar el
tema.
En cuanto a la metodología, en una primera etapa seleccionamos veinti-
dós personajes, que tuvieron un papel relevante en el país en los diferentes
ámbitos en los cuales actuaron. Luego, estudiamos cartas originales de es-
tos personajes, en deferentes décadas, una vez que descartamos las que
identificamos como hechas por escribanos, práctica comÚn en la época,
realizamos el análisis grafológico. Posteriormente releímos algunas biogra-
fías, para, a partir de un breve relato biográfico, exponer al lector cómo las
características de la grafía indican rasgos de la personalidad del individuo
que condicionaron su comportamiento.
En este trabajo reunimos: próceres, escritores, diplomáticos, políticos, mili-
tares y a una mÚsico. Queremos resaltar como característica comÚn en todos
ellos: la pasión. Consideramos que este sentimiento fue el motor que los im-
pulsó a actuar de determinada manera. Algunos se muestran más apasiona-
dos que otros, esto es muy visible en la grafía como el lector podrá constatar
con la lectura de este estudio.
No queremos dejar de mencionar que dos personajes en particular resulta-
ron más complicados y difíciles de entender: Francisco de Miranda y Simón
Rodríguez, curiosamente anclados en el siglo XVIII. En el caso del primero,
quizás, como consecuencia de una vida signada por la conspiración y el
sigilo y el segundo, por su personalidad iconoclasta, que muchos de sus con-
temporáneos consideraban que rayaba en la locura.
Quiero agradecer especialmente a la señora Xiomara Herrera, en el Archi-
vo de la Academia de la Historia, por su invalorable colaboración identifi-
cando los documentos y a la historiadora Sheila Salazar Rodríguez, sin cuya
inestimable labor de revisión de forma y fondo de este trabajo, la ubicación
de las cartas traspapeladas de algunos de los personajes y la investigación
iconográfica, habría sido imposible llevar a término esta obra. Para concluir,
nuestro Único deseo es que el lector disfrute del trabajo, y de repente, como
decimos los venezolanos, le encuentre otra faceta al personaje de su interés.
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 13

Francisco
de Miranda
P so RECUR R DE LA
INDEpENDencIA Am ERICA nA
(1750-1816)
Francisco de Miranda es uno de los personajes venezolanos más destaca-
dos de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Es reconocido como el pre-
cursor de la independencia americana, incansable viajero, combatiente en
la independencia de los Estados Unidos, general de la revolución francesa
y uno de los fundadores de la Sociedad Patriótica en Venezuela. Llevó una
vida intensa llena de éxitos y también de fatalidades, concluyendo su vida en
la cárcel de La Carraca, en Cádiz.
Desde el punto de vista grafológico, creemos que es uno de personajes ve-
nezolanos más complejos y difíciles de escrutar de su época por su carácter
hermético y una vida signada por la conspiración y la aventura.
Pero veamos lo que al respecto nos dice el análisis de su letra. Partamos
de su firma. Lo primero que resalta es la primera letra de su nombre F que, al
compararla con las restantes, veremos que es visiblemente más grande, lo
cual nos habla de una persona que tenía una gran confianza en sí mismo.
Esta característica de su personalidad llamó la atención del Premio Nóbel de
Literatura V.S. Naipaul, para quien:

13
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 14

“la personalidad de Miranda no tenía nada de insignificante, era un


expatriado sí, pero no un disminuido, trasuntaba fuerza. Era un tipo de
hombres que instintivamente atraen a todos aquellos que se sienten
incomprendidos” 1.

Aunque nos resulte paradójico, otro aspecto que podemos inferir es que
Miranda no buscaba la fama. El subrayado en la firma es comÚn tanto en
los políticos, como en los artistas y hombres que buscan notoriedad. Nuestro
personaje no subrayaba la suya. De acuerdo con esto, podemos afirmar
que tal vez, no pusiera empeño en ser el centro de la atención, aunque pu-
diera pensarse lo contrario. Nos atrevemos a especular que otros elementos
inherentes a su personalidad hacían que se destacara; su ambición, pasión,
cultura, presencia y su elegancia.
Por Último, su firma también nos indica que era muy independiente. La zona
alta de la F en su nombre, presenta rasgos sencillos, lo cual indica falta de
apego hacía su madre, el rasgo circular en la zona baja significa que tenía
algo de afecto por su padre.
De acuerdo con su grafía, observamos que las p y q terminan en un triángu-
lo en la parte baja, segÚn la grafóloga Dorothy Sara estamos en presencia
de: “una persona de mente critica, que quiere hacer su propia voluntad, y
que persiste hasta obtener sus fines. Y que además, carece de ingenuidad”2.
Por otra parte, los márgenes, izquierdos y derechos, que deja en sus cartas
son pequeños y excepcionalmente parejos, lo cual demuestra que era un
excelente administrador de sus recursos económicos y del resto de sus activi-
dades. En estas materias era organizado y en lo económico se respaldaba
con administradores profesionales. A esta característica se unía otra circuns-
tancia; Miranda no tenía recursos constantes sino intermitentes. Cuando lee-
mos sobre su vida no deja de llamarnos la atención, la frecuencia con la que
recurría a los préstamos. Por ejemplo, cuando llega a Londres en 1785 entra
en contacto con el comerciante John Turnbull, con quien había hecho amistad
desde Cádiz, de él obtiene un préstamo para cubrir sus gastos de instalación
en esa ciudad. En 1790 recurre nuevamente a Turnbull quien le envía “cin-
cuenta libras y un pagaré de doscientas libras que ya le había adelantado”3.
Otra característica resaltante, era el extremado cuidado y esmero que po-
nía en su trazo, así como una gran atención al detalle. Esto Último, se ob-
1
Quintero, Inés. Francisco de Miranda. Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2006, p. 66
2
Sara, Dorothy. A guide to Handwriting Analysis, New York, Ch. Publischers, 1969, p. 172.
3
Inés Quintero, ob cit., p. 38

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serva en una puntuación muy precisa. Estos rasgos ejercen una influencia
determinante en varios aspectos de su vida. El cuidado y atención al detalle
se ponen de manifiesto en su gusto por vestirse muy bien. Cuando llega a
Cádiz en 1771, proveniente de Caracas, lo primero que hace es comprar
un vestuario de primera calidad: “Compra cinco varas y media de paño de
primera, color moldoré, para hacerse un traje, dos pares de charreteras con
trencillas de oro, cuatro varas de paño azul para un cabriolé, medias de
seda, medias de algodón, dos sombreros negros, un quitasol de seda, una
bolsa para el pelo y cuatro pares de zapatos”4.
Los aspectos de su personalidad antes descritos, claridad en las pala-
bras, puntuación rigurosa, explican también, su facilidad para el estudio y el
aprendizaje de las lenguas. En efecto, dominaba los idiomas inglés, francés,
italiano y latín5. Era un amante del aprendizaje: “Desde que llegó a España,
Miranda se había convertido en un voraz consumidor de libros, dando ini-
cio a la creación de una inmensa y diversa biblioteca.”6 Otra prueba de su
temperamento detallista, son sus diarios de viaje, donde es posible encontrar
una “semblanza precisa y minuciosa”7 de la Europa pre revolucionaria.
Su capacidad de concentración y atención al detalle unido a su insaciable
afán por adquirir conocimientos, lo hacía capaz de profundizar en los temas
de su interés, al punto de impresionar a sus contemporáneos:

“segÚn palabras extravagantes de John Adams, era opinión general


en los Estados (Unidos) que Miranda sabia más de cada campaña,
sitio y escaramuza ocurrida en toda la guerra que cualquier oficial de
nuestros ejércitos o cualquier estadista de nuestros Consejos...”8.

Del Precursor también se puede inferir que era muy sociable. Las termina-
ciones curvas de su letra nos hablan de una persona amigable. Si unimos
estas condiciones a su carácter reservado -aspecto que tocaremos más ade-
lante-, y a su interés intelectual, podemos entender su cercanía con conno-
tadas personalidades en Norteamérica, donde viaja en 1783, conoce a
George Washington, Alexander Hamilton, Thomas Paine, Benjamín Franklin,
Samuel Adams, Tomas Jefferson, entre otros, que constituyen la elite dirigente
del país. Igual circunstancia sucedió después en Gran Bretaña, Francia y
Rusia, donde se codeo con lo más granado de la sociedad. Sin duda, se
4
Ibidem, p. 15.
5
Ibídem, p. 16.
6
Ibídem, p. 23.
7
Ibidem, p. 32.
8
Ibidem, p. 27.

15
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puso como objetivo relacionarse extensivamente con las altas esferas de la


sociedad para lograr ascenso personal y político y, en su momento, para
promocionar sus planes de independencia latinoamericana.
Gracias a sus reveladores archivos sabemos que tuvo incontables
romances. Al respecto, podemos afirmar que su personalidad además de
apasionada era particularmente sensual, lo revelan las zonas bajas con
terminaciones diversas. En algunos casos los trazos largos descendientes
terminan en forma curva, particularmente las g, y en otros casos terminan en
pequeños triángulos, que connotan “en él la mala disposición hacia la pare-
ja, se asocia generalmente a una actitud autoritaria, despótica y exigente9.
Era una persona apasionada, pero no en extremo, tal como lo demuestra
la inclinación positiva de su letra. Esta pasión se pone de manifiesto en oca-
siones como la descrita por el hijo del Dr. Lloyd de Nueva Inglaterra, quien
relata su encuentro con el Precursor:

“…su tema favorito era la perspectiva de hacer la revolución en las


provincias españolas de América del Sur, mientras comentaba esos
asuntos, lo hacía con la mayor vehemencia de entUSiasmo y severidad
en la denuncia, con rápida, apasionada y dominadora elocuencia,
con todo el cuerpo en movimiento recorriendo a pasos gigantescos la
estancia…”10.

Era también muy reservado, siempre cerraba las a y las o. Esta peculiari-
dad de su carácter se compadece con su actuación, Miranda pasó gran
parte de su vida conspirando. Por otro lado, su reserva podía inspirar des-
confianza en las personas con las cuales se relacionaba, y sospechamos,
que pudo ser la causa de sus continuas desavenencias con algunos de ellos,
además de sus rasgos autoritarios. Un ejemplo de su extremada reserva,
podemos verlo en el infausto destino que corrieron sus compañeros de la
expedición de los Cayos: “Alrespecto guardó el más absoluto silencio”11.
En efecto, Miranda era conflictivo. Creemos que este comportamiento se
debía, a varios elementos de su personalidad que conjugados daban por
resultado comportamientos contradictorios o incomprensibles. Su letra “Pal-
mer” indica que era un hombre muy formal, condición que, a nuestro juicio,
promueve la distancia. Su tendencia a ser reservado, que podía dar lugar a
9
Vels, Augusto. Grafología de la A a la Z. Editorial Herder. Madrid. 2000, Pág.327
10
Ibidem, p. 27. (subrayado nuestro).
11
Ibidem, p. 63.

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la desconfianza; unida a su mente crítica, que lo impulsaba a hacer su pro-


pia voluntad, y su inclinación autoritaria, podrían explicar su personalidad
conflictiva. La confrontación con los demás fue una constante en su vida.
Cuando iniciaba su carrera militar en el ejército español, protagonizó varios
incidentes:

“Miranda tenía problemas con las autoridades militares: en julio de


1777 había sido encarcelado por contravenir las ordenanzas mili-
tares relativas al uniforme; el año siguiente fue acusado y arrestado
por insubordinación y en 1799 había sido nuevamente denunciado y
acusado por su superior.” En 1782, el Jefe Militar en Haití se expresa
de él en los siguientes términos: “...este oficial no deja de sembrar la
discordia entre sus jefes, divulgando opiniones perjudiciales a todos,
por este hecho es indigno de cumplir funciones de confianza”12.

Esta conducta se repite a lo largo de su vida, durante la cual, protagoniza


MÚltiplesconfrontaciones. También James Briggs, participante en la fallida
expedición de los Cayos, emite juicios sobre el carácter petulante, violento,
egoísta y vanidoso de Miranda13. Tampoco le causó buena impresión a
Juan Germán Roscio, miembro fundamental de la Junta Suprema, dado que
Miranda, pese a haber sido recibido por los revolucionarios venezolanos
con aclamaciones y obsequios, con grado y sueldo de teniente general, y sin
embargo, del beneficiado:

“nunca salieron expresiones que en estos casos dictan la buena edu-


cación, la modestia y la decencia.” Igualmente, “a juicio de Roscio se
había convertido en un intrigante, sembrando la discordia y el chisme
y fomentando las desavenencias.”14

Miranda aunque poseía un carácter fuerte y autoritario, otros aspectos de


su personalidad, lo equilibraban, de forma que no siempre se imponía por
encima de los demás, ni era intransigente, sino que apelaba al dialogo. En
la grafología, la letra m en forma de curva sugiere sociabilidad, tal es el caso
de nuestro personaje.
Nos da la impresión de que era un hombre muy cuidadoso, detallista y
12
Ibidem, p. 20.
13
Ibidem, p. 75.
14
Ibidem., p. 84.

17
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 18

conservador. El trazo alto en la letra t indica, que era un hombre de altas


metas de vida, aunque los objetivos tácticos que se impone son conserva-
dores. Jaques Brissot, miembro de la Comisión Nacional francesa, expresa
optimismo y expectativas con respecto a los resultados que podrían obtener-
se del envío de Miranda a Santo Domingo, sin embargo, él declina porque
considera que la empresa es: “demasiado grande, demasiado noble, de-
masiado interesante para que la haga encallar por falta de previsión en el
comienzo”15.
Pensamos que Miranda en materia de política y guerra, como hemos di-
cho, era comedido. El sitio de la ciudad de Amberes, cuyo éxito le dio renom-
bre en la revolución francesa, fue una batalla de posiciones, muy adecuada
a su particular personalidad atenta al detalle; mientras que la debacle de la
Primera Republica en Valencia (Venezuela), requería otros atributos de movili-
dad, que no eran, en nuestra óptica, su fortaleza.
Mantenía un equilibrio en las tres zonas de la vida, zonas altas, medias y
bajas; la espiritual, la cotidiana y la material16. Al respecto podemos afirmar,
que siempre actuaba en varias esferas simultáneamente. No era un hombre
unidireccional. Aun cuando llevó una vida de incesante aventura, tuvo familia
y cuidaba de ella. Proponía ideas libertarias, en la esfera de lo espiritual e
intelectual, pero cuidaba de lo material a través de sus relaciones financieras
con Turnbull.
En conclusión, encontramos que Miranda fue un ser excepcional, posee-
dor de muchos atributos y talentos, entre los cuales destacan la confianza en
sí mismo, su erudición, su meticulosidad, independencia, ambición, capaci-
dad de interrelación, características que por otro lado, eran opacadas por
su carácter polémico, conspirador, conflictivo, excesivamente reservado y
formal, que lo proyectaban como una persona distante, pretenciosa, inca-
paz de inspirar confianza. En fin, sus condiciones personales de excepción
le procuraron una vida llena de éxitos y sus deficiencias, decepciones y fatali-
dades, propias de los grandes hombres de acción llenos de contrastes.

15
Ibidem, p. 45. (Subrayado nuestro)
16
Ibidem, p. 19.

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Juan Germán
Roscio
A DALID DE LA DECLARACIón
DE LA INDEpENDencIA

(1763-1821)
Cuando se habla de la independencia venezolana, lo primero que se nos
viene a la mente es la gesta protagonizada por nuestros reconocidos próce-
res. Sin embargo con frecuencia se pasa por alto que un prócer, no solo fue
aquel que combatió a caballo, sino civiles como Juan Germán Roscio, des-
tacado jurista y político, cuyo aporte fue igualmente importante para el logro
de la causa emancipadora, especialmente en su inicio.
Nació en San José de Tiznados de padre de origen italiano y madre pro-
veniente de la Villa de La Victoria. En 1774 a la edad de 11 años reside en
Caracas. En la capital encontró la posibilidad de adquirir una formación cón-
sona con sus inquietudes intelectuales. Siguió estudios en la Universidad de
Caracas, donde se doctoró en Derecho Canónigo y luego en Derecho Civil.
En el análisis grafológico resaltan sus cualidades de hombre estudioso e
intelectual. Su letra era particularmente pequeña, lo que reafirma que poseía
la primera de las cualidades que acabamos de apuntar, esta característica,
distingue a las personas con alto nivel de concentración.
Juan Germán Roscio vive en carne propia la discriminación que padecían
los llamados pardos. Una vez graduado en 1794 como doctor en Derecho
Canónico, lleva a cabo las gestiones para ingresar al Colegio de Aboga-

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 21

dos. Su aspiración se vio frustrada en un primer momento, a causa de la


documentación que presentó para el Colegio de Abogados su expediente
de limpieza de sangre omitía información considerada de importancia por
quienes evaluaron su solicitud. Seguramente, este hecho no lo encontró des-
prevenido. Roscio no ignoraba el funcionamiento de la sociedad colonial
donde nació y se educó. En efecto, era comÚn cumplir con exigencias como
estas para acceder a formar parte de un gremio tan importante. Después de
un largo proceso en el cual presentó sus alegatos y argumentaciones final-
mente, se aprobó su ingreso.
Tomó parte activa en los sucesos del 19 de abril de 1810,fue uno de los
protagonistas estelares de ese día; ingresa al Cabildo y aunque nadie lo
elige como tal, se incorpora como “Diputado del Pueblo”. Más tarde re-
dacta, junto con Francisco Isnardi el Acta de la Independencia. Fue miem-
bro del Congreso Constituyente y uno de los redactores de la Constitución
de 1811.
En 1812, derrotada por los realistas la llamada primera republicana, es
enviado al calabozo de La Carraca en España, la misma suerte correrán
José Cortéz de Madariaga, Francisco Isnardi, Juan Paz del Castillo, Manuel
Ruiz, Juan Pablo Ayala, José Mieres y Antonio Barona, a quienes Monteverde
calificó, como los ocho monstruos instigadores del 19 de abril. Después de
muchas vicisitudes, que incluyeron la intervención del príncipe Regente de
Inglaterra ante Fernando VII, es puesto en libertad.
Roscio fue un hombre que sufrió muchas privaciones económicas. Esta
afirmación podemos verificarla al revisar sus cartas. Lo primero que se ad-
vierte en ellas, es la falta de márgenes. Grafológicamente, los márgenes
connotan la disposición y forma de usar los recursos económicos, si son
márgenes amplios implican actitud generosa, si son márgenes estrechos
indican escasez y pobreza.
Sin duda fue un hombre de acción. Continuando con el análisis grafológi-
co, podemos apreciar la inclinación de su escritura hacia la derecha, esto lo
define como un individuo entregado y apasionado. En su caso, volcó todos
sus esfuerzos sobre la causa en la cual creía.
Nunca optó por una conducta pasiva frente a los acontecimientos de su
tiempo, en 1817 publica, en Estados Unidos, su obra fundamental El triUnfo
de la libertad sobre el despotismo, que justificaba la independencia de Amé-

21
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 22

rica de España y que tuvo amplia divulgación e impacto sobre las nuevas
generaciones.
Otro aspecto de su grafía, y que para nosotros es el más importante, es
la unión de todas las letras de sus palabras, esto lo define como un hombre
de una extremada lógica y de un pensamiento secuencial y ordenado. Esta
característica se pone de manifiesto tanto en su lenguaje oral como en el
escrito. Carlos Pernalete, autor de una biografía sobre nuestro personaje, al
comentar la citada obra El triUnfo de la libertad sobre el despotismo refiere su
estilo en los siguientes términos:

“SU Sólida estrUctUra teológico - política, no da lugar ni tregua a la


argumentaciones que los partidarios de la monarquía sustentaban en
aquella época.17

Roscio regresa a Angostura (luego Ciudad Bolívar) en 1818, donde es


elegido Presidente del Congreso, fue uno de los fundadores de El Correo del
Orinoco. En 1820 es nombrado vicepresidente de la repÚblica, en sustitu-
ción de Francisco Antonio Zea.
José Rafael Revenga en una comunicación a Bolívar en 1820, describe
la personalidad de Roscio en el ámbito de la administración pÚblica de la
siguiente forma:

“El Sr. Zea era el extremo de la indulgencia: el Sr. Roscio se adhiere a


la ley, y parece no tener parientes ni amigos. Disgusta por consiguien-
te a los empleados, a quien de continuo predica el cumplimiento de
su obligación; a todos los pretendientes, a quienes no importa que
su solicitud sea legal o ilegal; a todos los que comparan su conducta
personal con la de él, y hallan en la comparación el contraste y la
reprobación. ¿Sera que no conviene ser Catón (se refiere a Marco
Porcio Catón) al presente? Yo creo que si hemos de tener Republica,
son necesarios muchos catones”.18

De esta apreciación de Revenga, se desprende que Juan Germán Roscio


era un hombre de una conducta intachable, que no exigía menos de los
demás. Por otra parte, sus letras m y n en forma redondeada, caracterizan
17
Carlos Pernalete, Juan Germán Roscio,Caracas, C.A. El Nacional, 2008, p. 93
18
Ibidem, p. 101.

22
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al individuo que promueve y divulga sus ideas, pero sin imponerlaslo que no
significa, que deja de lado la defensa de las normas y los valores en los
cuales creía.
En cuanto a su firma, podemos decir que nuestro personaje tenía una gran
confianza en sí mismo, característica que se observa por el lóbulo superior
pronunciado de la primera letra: la J. También es de resaltar, el diseño compli-
cado y final de su rÚbrica, que muestra mÚltiples curvas en la zona baja. Esta
fórmula era comÚn en las firmas del siglo XVIII, y con el paso de los años se
fueron perdiendo. Estos rasgos son difíciles de analizar19, pero podemos afir-
mar que nos encontramos ante personas que no pasaban desapercibidas, y
eran originales en su pensamiento y actuación.
De Angostura se traslada a CÚCUta para ejercer el cargo de Vicepresiden-
te, y en 1821 fallece en la Villa del Rosario.
Fue pues, Juan Germán Roscio uno de las personalidades más destacadas
de nuestra independencia su aporte no debe buscarse en los campos de
batalla, sino en su labor como hombre de ideas y acción que puso todo su
conocimiento al servicio de la causa republicana. Autor, junto con Isnardi,
del documento inaugural de nuestra independencia y coautor también, de la
primera Constitución de Venezuela.
En nuestro análisis grafológico, hemos encontrado a un intelectual, un hom-
bre apasionado, entregado a la defensa de sus ideales, al mismo tiempo un
negociador, que con su tenacidad y valentía jugó uno de los papeles más
importantes en los albores de la independencia. Consideramos que a Roscio
no se le ha reconocido el sitial que se merece en el proceso emancipador,
donde se ha privilegiado al elemento militar sobre el civil, que realmente no
estaba presente al inicio del movimiento.

19
Sara, Dorothy, A Guide to Handwriting Analysis, p.186.

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 24

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simón
rodríguez
EL IconocLAstA, MAESTRo
DEL LIBERtADoR

(1769-1854)
Simón Rodríguez reconocido intelectual y maestro, dedicó gran parte de
su larga vida a la docencia y al estudio, fundamentalmente, de manera au-
todidacta, ya que nunca contó con recursos económicos que facilitarán su
educación formal.
Imbuido del pensamiento ilustrado, como todos los estudiosos de su épo-
ca, aprovechó su largo exilio para conocer y aprender directamente de otras
culturas y otros países. Sus métodos de enseñanza pocos ortodoxos, le ga-
naron la desconfianza e incomprensión de sus contemporáneos, aun así, su
aporte a la RepÚblica radica justamente, en su obra escrita donde recoge la
concepción muy particular que manejaba sobre la práctica educativa.
En su análisis grafológico, resaltan las letras maYÚsculas grandes lo cual
caracteriza a las personas que tienen gran confianza en sí mismas, tal fue su
caso. El doctor Manuel Uribe Ángel, quien en 1850, conoce a Rodríguez ya
anciano, le manifiesta su admiración por estar ante el maestro del Libertador,
éste le contesta: “fuera de ese, tengo algunos títulos para pasar con honra a
la posteridad”.20 Respuesta además de irónica, reveladora de su autoestima.
Los rasgos superiores e inferiores en la letra mayÚscula de su nombre son
20
Fernández Heres, Rafael, Simón Rodríguez, Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2005, p. 59.

25
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 26

simples, lo cual es comÚn entre quienes no sienten afecto por la madre o el


padre. En efecto, en su caso es explicable por su condición de niño expósito,
término que ha caído en desuso y que se aplicaba a los huérfanos. Simón Ro-
dríguez fue adoptado por doña Rosalía Rodríguez, quien le dio su apellido.
Probablemente esta condición marcó su vida solitaria, desarraigada y de
falta de apego por la familia y su entorno. En una sociedad provincial como
la Venezuela del siglo XVIII, revestía importancia el lugar que cada cual ocu-
paba dentro de ella, la condición de huérfano tenía unas implicaciones muy
diferentes a las que tiene hoy, en esa época podría representar una mácula.
Lo cierto es, que tenía suficientes razones para abrigar sentimientos de desa-
pego y su testimonio acerca de esta circunstancia es contundente:

“Ya estoy cansado de verme despreciar por mis paisanos…mi pa-


tria es el mundo y todos los hombres mis compañeros de infortunio.
No soy vaca para tener querencia, ni nativo para tener compatriotas,
nada me importa el rincón donde me parió mi madre, ni me acuerdo
de los muchachos con que jugué trompo”21.

Dentro de la misma línea de pensamiento, Bolívar, quien lo conocía muy


bien, decía de él:

“…es el mejor hombre del mundo; pero como es un filósofo cosmopoli-


ta, no tiene ni patria, ni hogares, ni familia, ni nada”22.

Los conceptos de la libertad e independencia personal fueron capitales


para él. Uno de sus biógrafos el profesor JesÚs Andrés Lasheras lo describe
como poseedor de una personalidad:

“… recia, independiente, siempre clara en sus objetivos… sin medir


consecuencias. Este fue Simón Rodríguez hasta que murió”23.

Su extremada independencia, la podemos visualizar en el trazo de la letra


z al final de su firma, donde hace una línea muy larga bajando hacia la iz-
quierda. Para él seran inestimables su independencia y autonomía. En 1845
escribía:
21
Ibídem, p. 13.
22
Ibídem, p 9.
23
Ibídem, p. 58.

26
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 27

“Por máxima de buen vivir, nunca he sido empleado; excepto en la


enseñanza; porque el que aspire al magisterio que yo ejerza, no pue-
de impedir a los que aprendan, la elección del maestro que les guste,
aunque enseñe menos o enseñe mal; es lo mismo que la niña que quie-
re un feo, a pesar de muchos buen mozos”24.

En sus Sociedades Americanas en 1828, se descubre segÚn Rumazo Gon-


zález, su pensamiento definitivo:

“Por lo mismo, ni titubea ni duda; solo da el aserto categórico, engar-


zado con el platino de una lógica severa, que a veces, solo a veces
apela a la historia. Todo viene como afirmación suya, descubrimiento
o anticipación suyos”25.

Rodríguez era un hombre sencillo e introvertido, dedicado al estudio, la


contemplación y la investigación. Además, era una persona reservada, lo
cual se nota en el cierre de las a y las o. Era por naturaleza un investigador, tal
como lo demuestra el tamaño de su letra que está entre mediana y pequeña,
lo cual indica que tenía gran concentración y capacidad de estudio, esto
se complementa con su puntuación muy precisa: pone todos los acentos,
propio de las personas detallistas, rasgo que reafirma su temperamento de
hombre erudito, poco dado a las actividades gregarias. Por otro lado, la
legibilidad de sus caracteres nos dice que tenía facilidad de expresión
condición esencial para la docencia. Desde que se inicia en su profesión
muestra interés por el conocimiento del tema educativo, el cual sistematiza en
varias obras.
Se educó en la casa del Presbítero Carreño. Su contemporáneo el colom-
biano Manuel Uribe Ángel quedó impresionado con su intelecto: “la erudi-
ción del señor Rodríguez era incomparable, su sabiduría pasmosa”26. Bolívar
en carta a Santander califica a Rodríguez como “un genio, un portento de
gracia y de talento para el que lo sabe descubrir y apreciar”27.
Se aplicó al estudio de los idiomas, dominaba varias lenguas, al punto de
que lo confundían con un francés, segÚn su propio testimonio:

24
Ibidem, p. 23.
25
Rumazo González, Alfonso. Ideario de Simón, Caracas, ediciones Centauro, 1980, p. 8.
26
Fernández Heres, Óp. Cit, p. 63.
27
Íbidem, p. 95.

27
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 28

“Lo mismo que inglés, alemán, italiano, o portugués, aunque hablo es-
tas lenguas tan correctamente como la vuestra, sin contar los dialectos
que de ellas dependen me son igualmente familiares”28.

Su primer escrito Reflexiones sobre los defectos qUe vician la escUela de pri-
meras letras de Caracas y medio de lograr sU reforma por Un nUevo estable-
cimiento data de 1794 y fue objeto de estudio y discusión, en su momento.
Posteriormente publica otros trabajos sobre el tema, Sociedades Americanas
en 1828, LUces y VirtUDes Sociales, publicada en 1834 y Consejos de ami-
go, dados al Colegio de LatacUnga, editada en 1851.
Escribe, como dijimos, con una letra cuidadosa, la llamada letra Palmer,
esto sugiere que era meticuloso. En 1806 fue calificado por la policía fran-
cesa que lo seguía, como “hombre muy honesto y formal”29, lo cual confirma
su temperamento discreto y cauteloso. La forma calígrafa de su letra, comÚn
en los maestros de escuela, también nos dice que era muy rígido en su forma
de ser: formal, inflexible, inalterable. Igualmente, era lento y muy cuidadoso
en lo que hacía. Siendo muy joven se pone a cargo de la educación de
Bolívar. Don Carlos Palacios decía de él: “es sujeto de probidad y habilidad
notoria”30.
El general O’Leary manifestaba que don Simón “tenía pocos amigos”31. Sin
embargo, esto no quiere decir que carecía de dotes sociales. Era amistoso
en el trato, lo podemos observar en las terminaciones en algunas de sus pa-
labras, las hace en forma curva y ascendente. Igualmente, el tamaño de su
firma es más grande que el tamaño del texto, esto significa que era percibido
por los demás como un hombre extrovertido, aun cuando no lo fuera.
Las d de rasgo sencillo en la parte superior, lo denota como alguien ge-
nuino que no aparenta ser quien no es. La letra e no tiene rasgos excesivos e
innecesarios, esto también lo define como un hombre sincero, sin construccio-
nes artificiales o excedentes.
Sus m son medianamente redondeadas, terminan como agudas en algu-
nos casos, esta característica define a un hombre que se comunica con ama-
bilidad y, que algunas veces, impone su opinión a partir de la argumenta-
ción. Pensaba antes de actuar. Se nota en el comienzo de las letras, cuando
hace un punto inicial y un trazo antes de escribir la primera letra. Es decir, que
no actuaba en forma espontánea.
28
Ibidem, p. 64.
29
Ibidem, p. 62.
30
Mijares, Augusto, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 31
31
Ibidem, p. 86.

28
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 29

Era terco, así lo muestra el cruce de la letra t; las hace bajas y muy hacia
la base y con un bucle, prácticamente a la altura de la letra precedente del
texto. Esta característica la encontramos en personas con bajos objetivos
de vida, depresivas, si este rasgo se mantiene en el tiempo, es decir durante
toda su vida, en esa misma medida, persiste esa condición. También es
com Ún en personas que tienden a encerrarse en sus propias ideas y no
aceptar las de otros32. Aquellos que han tenido una niñez muy sufrida, son
particularmente propensos a padecer este mal. Lasheras concluye que Si-
món Rodríguez:

” Con el tiempo y los desengaños, la conciencia de su valía y orgullo


que defendía como propio de los hombres de valer fueron desarrollan-
do en él un estilo irónico de vida que lo sumía a veces en una amargu-
ra infinita”33.

Tiene espacios amplios en la zona baja de las letras, lo cual tipifica la


voluptuosidad, por ejemplo, la letra g la hace con una zona baja amplia y
cerrada. Su rÚbrica la complementa con rasgos curvos al final, característico
de sensualidad.
Una de las cualidades más destacadas de Simón Rodríguez era su origi-
nalidad. Su alta imaginación se muestra por la forma como rompe la unión
entre las letras en su apellido sin embargo, después de casi treinta años en
Europa, ésta cambia; une las letras de las sílabas en las palabras, típico de
una mente analítica y ordenada. Su originalidad unida a su carácter excep-
cionalmente independiente y a su terquedad, podía conducirlo a extremos
en los cuales no medía las consecuencias de sus actos a la hora de hacer lo
que consideraba apropiado.
La importancia dada a la creatividad la deja sentada en su Sociedades
Americanas en 1828 donde acuña la frase:

“La América Española es original= ORIJINALES han de ser sus institu-


ciones i su gobierno= I ORIJINALES sus medios de fundar uno i otro. O
Inventamos o Erramos”34.

En 1839 cuando mantenía su escuela en Valparaíso, nos comenta Augusto


32
Sara, Dorothy. ob., cit., p. 144
33
Fernández Heres, Rafael, Ob. cit., 54.
34
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 447.

29
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 30

Orrego Luco en sus Relatos (1917) que: “Entre las originalidades de la escue-
la nos recordaba el mismo señor Lastarria de haber oído hablar de la manera
como Don Simón enseñaba anatomía. Un testigo presencial vio colocados a sus
discípulos a ambos lados de la sala, y a don Simón pasearse delante de ellos
completamente desnudo para que se acostumbraran a ver el cuerpo humano”35.
Estaba consciente de la forma en que era percibido por sus contemporá-
neos. En 1829 publica sus ideas en Bogotá y dice:

“hace 24 años que estoy hablando, y escribiendo pÚblica y privada-


mente, sobre el sistema republicano, y, por todo fruto de mis buenos
oficios, he conseguido que me traten de LOCO”36.

A partir de estas afirmaciones podemos suponer que Rodríguez compren-


día plenamente, el efecto que causaban sus excentricidades por lo tanto, no
tenía nada de loco. Creemos que su comportamiento era un recurso para
llamar la atención sobre sus ideas originales, sin medir los efectos negativos
de sus actos, que como apuntábamos en líneas más arriba, eran los de una
personalidad terca e independiente que por lo demás, no buscada con ello
la notoriedad, porque era de un carácter sencillo y sin complicaciones.
La motivación de Rodríguez para volver a América era poner en práctica
sus ideas, aspiraba “emprender una educación popular, para dar ser a la
Republica imaginaria que rueda en los libros, y en los Congresos”37. Esto nos
habla de su pasión y altos valores ciudadanos. La inclinación de su letra (de
135º) a la derecha de muestra que así era Rodríguez tuvo dos oportunidades
para materializar sus anhelos, una en Bogotá con una escuela taller, y otra,
en Chuquisaca (Bolivia) donde fue nombrado Director General de Enseñan-
za PÚblica. Ambas experiencias concluyeron en fracasos. Él mismo refería
que: “Dos ensayos llevo hechos en América, y nadie ha traslucido el espíritu
de mi plan. En Bogotá hice algo y apenas me entendieron: en Chuquisaca
hice más y me entendieron menos”38.
De los escritos de Antonio José de Sucre se desprenden algunas de las
posibles causas. Una, un sentido de la independencia, que es válido en el
plano personal, pero no dentro de la administración pÚblica. El Mariscal de
Ayacucho en 1826, informaba a Bolívar sobre la gestión de Simón Rodrí-
guez en Chuquisaca: “estoy descontento con el sistema de don Samuel; no
35
Rodríguez, Simón, Inventamos o Erramos, p. 12.
36
Rodríguez, Simón, Ob. cit., p. 189.
37
Ibídem, p. 79.
38
Ibídem, p. 100.

30
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 31

hay rentas para pagar tal magnitud de empleados de cada colegio segÚn
su plan…. Ahora vea Ud. si es de sorprenderse que un hombre tan bueno,
de tanto talento, y tanta instrucción como don Samuel, haga tantos dispara-
tes….”39
Simón Rodríguez vivió toda su vida en un estado de pobreza crónica. Do-
minaba mÚltiples idiomas, era un erudito y un hombre muy culto, de acuerdo
con el análisis grafológico era una persona clara, sistemática y organizada.
Entonces nos preguntamos: ¿por qué fue pobre, cuando tenía condiciones
personales que le habrían permitido, sin duda, arbitrarse los recursos, para
llevar una vida por lo menos, de clase media? La explicación, a nuestro
juicio, la encontramos en su personalidad y valores. Era como hemos dicho
anteriormente, extremadamente independiente y manifestaba nunca haber
sido empleado, salvo como maestro, valoraba esta independencia sobre
el bienestar, no pensaba en el dinero y era sumamente terco. Bolívar en su
periplo por Italia, lo describía como un “hombre caprichoso, sin ideas en
sus propios negocios…hallándose muchas veces reducido a carecer de
las cosas más necesarias”40. Luís Antonio Vendel-Heyl quien lo conoció en
1840 refiere que:

“Don Simón quedó reducido a la mayor escasez. Después de tantos


viajes y estudios que habían consumido su fortuna, el pobre hombre se
hallaba condenado a no salir de su casa, porque no tenía más que la
chaqueta, el pantalón de tela grosera y el viejo sombrero que llevaba
cuando lo vi.”41

Sobre la raíz de su pobreza, el francés Vendel-Hey quien tuvo la oportuni-


dad de conocerlo en Valparaíso, reproduce sus palabras:

“yo, deseando hacer de la tierra un paraíso para todos, lo convierto


en un infierno para mí. Pero ¿qué quiere usted? La libertad me es más
querida que el bienestar”42.

Catorce años después, su situación no varió y es así, que muere en Amota-


pe (PerÚ) en extrema soledad y pobreza.
Augusto Mijares se refiere a la fama de excéntrico que rodeó en los Últi-
39
Ibídem, p. 102.
40
Ibidem, p. 66.
41
Ibidem, p. 117
42
Rodríguez, Simón. Ob., Cit., p. 12

31
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 32

mos años a Rodríguez: “debemos admitir que ya anciano y exacerbada su


natural altivez por diferentes causas, se habituó a desafiar al mundo usando
sarcasmos que parecían cínicos; y también su travieso ingenio se complacía
en escandalizar aun a las personas más respetables como sucedió con
Andrés Bello”.43
Finalmente Simón Rodríguez fue un hombre de innegables talentos intelec-
tuales y los puso al servicio de la docencia. Sus ideas novedosas sobre la
enseñanza, las dejó plasmadas en varios de sus escritos. Se consideraba
incomprendido por sus contemporáneos, para algunos, sus métodos de en-
señanza se adelantaban a su tiempo. Ciertamente, estaba dotado de una
personalidad compleja y polémica en la cual se conjugaban el exacerbado
sentido de la independencia, el desarraigo, la originalidad, la erudición, la
reserva y las excentricidades.

43
Mijares, Augusto, ob. cit, p.34.

32
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 33

33
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 34

Andrés Bello
R EfOR m ADOR DE LA
EDUCACIón y LA s LE y Es

(1781-1865)
En un ambiente dominado por la guerra y la anarquía, Andrés Bello se des-
tacó como hombre de letras cuyo conocimiento trascendió las fronteras de
su Venezuela natal. Si bien no fue prócer de la independencia pronto puso
al servicio de esa causa su formación y dotes intelectuales. Dejó legados en
el campo administrativo y de las leyes, en la diplomacia y fundamentalmente
en la gramática.
Al comenzar su análisis grafológico nos llama la atención, las grandes
dotes espirituales que poseía. Esto es perceptible en los trazos de sus letras
(como la l) que se alarga de manera exagerada hacía arriba, también en las
terminaciones de sus palabras que adquieren la forma de un gran semicírcu-
lo que gira hacia lo alto y hacia atrás.
Efectivamente, Andrés Bello creció en un ambiente donde la religión ocu-
paba un espacio importante, su familia era muy católica. Desde joven fue
acogido como Hermano de la Orden Mercedaria de la Cofradía de la
Señora de la Merced.
Escribe con una letra pequeña, característico de los intelectuales. Es indu-
dable, que nuestro personaje fue un intelectual por encima de cualquier otra
cosa. Se destacó como un estudiante aventajado desde las primeras letras.

34
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 35

En el Convento de la Merced bajo la tutela del fraile Cristóbal de Quesada


maestro de latín y castellano, se inició en el estudio de los clásicos; Horacio,
Virgilio, los dramaturgos castellanos; como Calderón y Lope de la Vega. Lue-
go pasó a la Real y Pontificia Universidad de Caracas donde obtuvo el título
de bachiller en Artes.
La inclinación positiva de su letra hacia la derecha lo define como una
persona apasionada, en su caso creemos que esta pasión lo impulsó a per-
severar y profundizar en sus estudios que dieron como fruto tan magna obra.
Su primera publicación data de 1810, se trata de su ResUmen de la Historia
de VenezUela. En 1823 junto a Juan García del Río publica La Biblioteca
Americana. De manera autodidacta aprende el francés y el inglés, es así que
en 1824 traduce El Arte de escribir del Abate de Condillac primera obra de
filología publicada en el país. Sus Silvas Americanas fue unos de sus mayo-
res legados a la literatura republicana en América, entre ellas destacan su
Silva Al AnaUco, A la VacUna, A la AgricUltUra de la Zona Tórrida y Oración
por Todos.
En 1847 escribe Gramática de la LengUa Castellana considerada, hasta
hoy, como uno de sus aportes más importantes al conocimiento del lenguaje
y ha sido y sigue siendo tema de estudio para muchos investigadores. Pero
no se contenta con llegar al especialista, sino que en 1851 sale a la luz su
Compendio de Gramática Castellana para el USO de las escUelas primarias,
en su afán de inculcar en estudiantes de los primeros niveles del aprendizaje
la importancia del conocimiento del idioma.
Tal ha sido la trascendencia de su Gramática que Menéndez y Pelayo
afirmaba que: “sin duda, la que ha obtenido en nuestro siglo más reimpre-
siones y ha servido para el estudio de mayor nÚmero de gentes y ha logrado
comentarios y apologistas más ilustres”44.
Desde el punto de vista grafológico su dedicación a un trabajo tan erudito
se explica, además de por su intelecto, asunto que ya referimos líneas más
arriba, también por su extremada atención a los detalles característica que
es perceptible en una escritura donde están presentes todo los puntos, co-
mas, y acentos.
En sus cartas es evidente el escaso margen que deja en ellas tanto en el
lado izquierdo como en el derecho, de acuerdo con nuestro análisis po-
demos decir que estamos en presencia de una persona que ha pasado
44
Rafael Caldera, Andrés Bello, p. 149

35
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 36

por penurias económicas y, que debido a ello, administra sus recursos de


manera muy juiciosa. Ciertamente, Andrés Bello incorporado desde 1810 a
la causa independentista, debió abandonar su patria para cumplir misiones
diplomáticas que inesperadamente, lo alejaron para siempre de ella. Le tocó
formar parte junto a Luis López Méndez y Simón Bolívar, de la legación que
viajó a Londres en busca de auxilios y reconocimiento al naciente movimiento
de independencia venezolano. En ese país permanece durante casi veinte
años. Además de dedicarse a las labores diplomáticas cargo que lo dejaba
en manos de los vaivenes de la guerra, ya que era muy difícil por este medio
costearse la vida, continÚa en su empeño en seguir consolidando su forma-
ción académica. Pero los haberes le son escasos y tiene que enfrentar momen-
tos muy difíciles . Se desempeña como preceptor de los hijos del subsecretario
británico de Estado William Richard Hamilton En 1822 ocupa interinamente
la secretaría de la Legación Chilena en Londres.
La diversidad de temas que lo ocupan como la egiptología, estudio de la
poesía clásica, las leyes, etc., encuentran su explicación grafológica en los
trazos de sus palabras, estos no son continuos sino que a menudo los rompe,
lo cual es característico de personas con una mente muy creativa y hasta
imaginativa, con disposición para encontrar salidas a los problemas sin que
estos lo abrumen.
En cuanto a su firma, vemos que aparecen en ella tanto su nombre como
apellido escritos de manera sencilla, sin mayores aditamentos Cuando era
más joven solía incluirle tres pequeñas curvas cóncavas, esto indica que bus-
caba llamar la atención sobre su persona, pero con modestia. En su edad
madura las tres curvas se reducen a dos más largas, una bajo el nombre y la
otra bajo el apellido, lo que nos dice que disfrutaba ser el centro de atención,
característica muy comÚn en los hombres pÚblicos.
Poco antes de morir y ya enfermo, lo asalta el temor de la soledad segÚn
afirma Pedro Cunill Grau: “desde mediados de la década de los cincuenta
se va cerniendo sobre Bello el temor de una vejez solitaria y creciente deses-
peranza, cuando dice… ‘pesa sobre mí una maldición que me condena a
una vejez solitaria’”45. No deja de llamar la atención que tratándose de un
hombre pÚblico, que logró gozar durante su vida del reconocimiento de sus
contemporáneos, y pese a las relaciones que pudo establecer con el círculo
de intelectuales y hombres influyentes tanto de Chile como otros países, afir-
45
Pedro Cunill Grau, Andrés Bello, p. 119

36
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 37

mara sentirse solo. Nos atrevemos a explicar esta circunstancia a través de su


grafía donde son notables los espacios que deja, entre las palabras caracte-
rística comÚn en personas que prefieren guardar la distancia, que mantienen
al otro sutilmente a raya.
Aun cuando pareciera contradictorio, con respecto a lo que afirmamos
anteriormente, el hecho de que no cierre sus letras a y o hablan más bien de
un temperamento abierto capaz de comunicar sus pensamientos, esto se
constata al leer sus poemas, cartas y otros escritos donde nos revela sus más
íntimos sentimientos.
Para Don Andrés Bello el conocimiento en sus diversas facetas era el pilar
fundamental sobre el cual debían sustentarse los pueblos fruto de la revo-
lución de independencia, dedicó su vida a divulgar el saber y nos legó su
inestimable obra. Sin duda fue un hombre excepcional, tal como lo mostró
su análisis grafológico, dotado de un gran intelecto, capacidad de trabajo,
espiritualidad y organización.

37
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 38

38
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 39

simón
B
E L
olívar
t o
L IBER AD R

(1783-1830)
Simón Bolívar fue uno de los personajes más importantes de la indepen-
dencia hispanoamericana. No en balde, cinco naciones del continente le
adjudican el título de “padre de la patria”. Mostró con su personalidad, plu-
ma y obras, un don de liderazgo excepcional. No pretendemos avalar esta
realidad basándonos en una historiografía bolivarianista, sino centrarnos en
el análisis grafológico a través del cual se descubren una serie de rasgos
extraordinarios que dibujan su temperamento.
Cuando iniciamos el análisis de su escritura, uno de los primeros rasgos
que nos salta a la vista, es la inclinación extremadamente pronunciada de
sus palabras (de 150º) hacia la derecha, quienes escriben así suelen ser
individuos extremadamente apasionados y “emocionales”46, volcados hacía
lo externo por lo tanto, necesitan de los demás en su caso, para llevar a cabo
sus altas metas.
En el análisis de su firma confirmamos su temperamento apasionado. La
forma de zigzag que muchas veces adquiere la B de Bolívar revela: “entu-
siasmo y ardor. Genio pronto y vivo.”47
Este es otro de los rasgos más resaltantes y atípico en la grafología del Li-
bertador que nos permite entender muchos aspectos de su comportamiento.
46
Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 75.
47
Xandro, Mauricio, Grafología Elemental, Barcelona, Editorial Herder, 2006, p. 74

39
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 40

En estas personas, sus actos están dominados por el corazón más que por
la razón. Suelen ser percibidas por lo demás como agresivas48. Igualmente,
en momentos críticos, su extremada vehemencia las impulsa a proceder de
manera irracional. De acuerdo con Xandro Mauricio, quien posee esos ras-
gos grafológicos “Acusa un temperamento muy apasionado e irreflexivo de
impulsos incontenibles”49.
Por otra parte este mismo temperamento, los proyecta ante sus congéneres
como un líder, porque son dueños de una gran convicción y determinación.
Daniel Florencio O’ Leary describía a Bolívar como un hombre que:
“Tenía el don de la persuasión, y sabía inspirar la confianza de los demás.
A esas cualidades se deben, en gran parte, los asombrosos triunfos que ob-
tuvo en circunstancias difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su temple
de alma se habría desalentado”50.
Pero estas mismas personas, que suelen ser muy entusiastas, acostumbran
a mostrarse igualmente propensos a la depresión cuando las circunstancias
le son adversas. En esos momentos de crisis todo lo ven oscuro. En 1824 en
carta a su maestro de infancia Simón Rodríguez, el Libertador da rienda suel-
ta a su desánimo:
“Me hallo cansado, estoy viejo y ya no tengo nada que esperar de la suer-
te…todos son temores e inquietudes; me parece que de un momento a otro
pierdo mi reputación que es la recompensa y la fortuna que he sacado de
tan inmenso sacrificio”.51
Retengamos esta Última frase de la cita que por sí sola, puede ilustrar otra
de las afirmaciones que hacíamos en líneas precedentes; por lo general,
quienes muestran una inclinación positiva de la letra (hacia la derecha) son
personas volcadas a lo externo, en su caso, a los intereses de la repÚblica en
la cual creía.
Y en 1829 embargado por el desconsuelo y la decepción escribía:
“Yo no puedo vivir…bajo el peso de la ignominia que me agobia, ni Co-
lombia puede ser bien servida por un desesperado, a quien le han roto todos
los estímulos del espíritu y arrebatado parasiempre las esperanzas”52.
Continuando con el análisis de esta primera letra de su firma notamos que
es de gran tamaño, lo que señala que poseía gran confianza en sí mismo.
La relevancia que le da a su apellido nos habla de un individuo que valoriza
sus orígenes familiares, uno de sus escritos puede tomarse como ejemplo de
48
Tesouro de Grosso, Susana, Grafología, Buenos Aires, Editorial Kier, 2007, p. 19
49
Xandro, Mauricio, Ob. cit., p. 55.
50
Daniel Florencio O`Leary en Mijares, Augusto, El Libertador, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 116
51
Carta de Simón Bolívar a Simón Rodríguez (1824), en Mijares, Augusto, Ob. cit, p.33.
52
Ibidem, p.3

40
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 41

esto “… mi derecha estará en las bocas del Orinoco y mi izquierda llegará


hasta las márgenes del río de la Plata, mil leguas alcanzaran mis brazos,
pero mi corazón se hallará siempre en Caracas”53. Es indudable que sentía
apego por sus orígenes y que le concedía importancia al hecho de saberse
miembro de una de las familias más prominentes de Caracas, tenía claro que
descendía de Simón de Bolívar, uno de los primeros conquistadores y pobla-
dores de la Provincia.
Deteniéndonos en el análisis de los detalles de sus letras podemos visua-
lizar, otros tantos aspectos de su personalidad. La forma de las palabras,
específicamente del apellido, es triangular (el tamaño de la letra va de ma-
yor a menor). Esta característica denota inteligencia estratégica quienes la
poseen, son capaces de tener una visión de conjunto del problema y lograr
separar de él lo particular.
Otros elementos importantes de la personalidad los podemos extraer al
analizar independientemente, algunas de sus letras.
En el caso de la t, vemos que la subraya consistentemente en la zona más
alta. Esto nos indica, que se establecía altos objetivos y lograba alcanzarlos,
gracias a sus virtudes innatas o a su preparación.
La letra p minÚscula comienza con un trazo inicial, lo cual revela a una perso-
na que “piensa y trabaja con cautela que prefiere darle consideración antici-
pada a todos los detalles de un nuevo plan antes de ponerlo en ejecución”54.
El tamaño relativamente grande de sus caracteres, indica que era una per-
sona más inclinada a la interacción social que a la actividad exclusivamen-
te intelectual, acorde con un carácter introspectivo. Sin embargo, en otras
tantas de las correspondencias del Libertador que hemos revisado, muestra
cambios en esta variable, lo cual nos dice que tenía capacidad de introspec-
ción cuando las circunstancias lo requerían.
Los que tuvieron cercanía con él, testimoniaron acerca de su carácter ex-
pansivo “no le gusta la rutina y prefiere expresarse en una forma extroverti-
da”55. Su Edecán O’Leary recordaba que Bolívar: “Hablaba mucho y bien;
poseía el raro don de la conversación y gustaba de referir anécdotas de su
vida pasada”56.
El Libertador muestra mÚltiples formas en las terminaciones de las palabras.
Esto indica que poseía también, mÚltiples maneras de relacionarse con las
personas, dependiendo de los individuos y las circunstancias. Las termina-
53
Íídem.
54
Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 153.
55
Ibídem, p. 75.
56
Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 116.

41
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 42

ciones curvas, denotan relación de amistad; las terminaciones ascendentes,


relaciones impacientes; las terminaciones cortas relaciones abruptas, entre
otras. Sobre el particular, O’Leary lo definía como un “Gran conocedor de
los hombres y del corazón humano, comprendía a primera vista para qué
podía servir cada cual; muy rara vez se equivocó”57.
Sus m tienen las partes superiores entre curvas y agudas, esto sugiere que
estamos en presencia de un individuo de carácter fuerte que pese a ello,
intenta convencer a través de la razón no de la imposición.
En ocasiones cierra las o y a rasgo característico de una persona reser-
vada, este no es un rasgo persistente en otras ocasiones no lo hace, lo cual
nos dice que era capaz de desvelarle sus intimidades a quien se ganara su
confianza.
Su escritura clara y legible, indica que logra transmitir sus ideas con claridad
a los demás. Nuevamente acudimos a O’Leary quien consideraba que:
“Su estilo era florido y correcto; sus discursos y escritos están llenos de
imágenes atrevidas y originales. Sus proclamas son modelos de elocuencia
militar. En sus despachos lucen, a la par de la galanura de estilo, la claridad
y la precisión”58.
La letra d muestra el ápice inclinado a la izquierda y a veces retornado a la
derecha en un círculo, cuando el rasgo es sencillo, denota su cualidad inte-
lectual59. También se refiere a la actividad espiritual y psíquica60. Además, es
característico en personas muy fantasiosas o con gran capacidad para crear
ideas y usarlas en forma práctica61.
Es un hecho incuestionable su preocupación por el saber:
“Hablaba y escribía francés correctamente, e italiano con bastante perfec-
ción; de inglés sabía poco, aunque lo suficiente para entender lo que leía.
Conocía a fondo los clásicos griegos y latinos, que había estudiado, y los
leía siempre con gusto en las buenas traducciones francesas”62.
Entrecortaba las silabas en las palabras, lo cual indica una alta imagina-
ción. Ejemplo de ello fue la Carta de Jamaica, donde además de admitir las
causas del fracaso de los primeros intentos independentistas, visualiza el
escenario que hiciera posible el proyecto emancipador.
Le prestaba mucha atención al detalle, ya que pone todas las puntuacio-
nes requeridas, puntos y acentos. En 1803 desde Cádiz, le escribe al en-
cargado de sus fondos cafetaleros de Seuce y Yare que le cuente: “hasta las
57
Ídem.
58
Ibidem, p. 116.
59
Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 117.
60
Tesouro de Grosso, Susana, Ob. cit., p. 60.
61
Xandro, Mauricio, Ob. cit., p.86.
62
Daniel Florencio O’0Leary en Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 116.

42
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 43

más pequeñas cosas que acontezcan en esas haciendas”63.


Eso en los negocios, pero en el aspecto militar se mostraba igualmente
atento:
“En sus órdenes que comunicaba a sus tenientes, no olvidaba los detalles
más triviales, todo lo calculaba, lo preveía”64.
El margen izquierdo de sus cartas es casi inexistente, lo cual es caracte-
rístico en las personas que maneja los recursos con sentido de escasez. El
margen derecho es pequeño y constante, esto nos indica que como adminis-
trador se mostraba muy organizado.
Esta capacidad no pasó desapercibida para aquellos que le eran muy
cercanos: “Geniocreador por excelencia, sacaba recursos de la nada”65.
La q en la zona baja se abre hacia la izquierda, esto revela su altruismo y
un entendimiento objetivo de las necesidades de las otras personas66.
Su letra es relativamente pronunciada, en las zonas altas y bajas en com-
paración, con su zona media. Esta característica denota que los aspectos
espirituales, materiales y sensuales de la vida, estaban por encima de los
aspectos cotidianos.
La rÚbrica ornamentada en la zona final y baja, pone en evidencia su
sensualidad. Algunas veces, hace un círculo cerrado en las zonas bajas de
la letra característico de una persona sensual. SegÚn Augusto Mijares: “el
subteniente don Simón de Bolívar se enamoró. Parece haber sido una pasión
mUy violenta…”.67 En su Diario relata posteriormente: “volví de Europa para
Caracas en el año 1801 con mi esposa y les aseguro que entonces mi ca-
beza solo estaba llena de los vapores del más violento amor, y no con ideas
políticas...”68.
Finalmente nos resta decir que sobre el Libertador se han escrito innume-
rables estudios, tanto aquí como fuera de estas fronteras. En ellos abunda
el culto a su figura sin aportar prácticamente nada a la historia. Deslindán-
donos de esas motivaciones podemos concluir, a partir de su análisis grafo-
lógico, que Bolívar fue un individuo de sentimientos, pasiones y cualidades
extremas, de gran inteligencia, sentido estratégico, confianza en si mismo,
liderazgo, voluntad, características todas, que hicieron posible que llevara
a cabo su empresa emancipadora y que con sobrada razón sus acciones lo
convirtieron en un personaje histórico de la mayor importancia.

63
Ibidem, p.87
64
Ibídem, p. 116.
65
Daniel Florencio O’Leary en Ídem.
66
Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 173. 67
Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 77.
68
Ibídem, p. 91.

43
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 44

44
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 45

José Tadeo
P óc
R
Monagas
p enc
ER DE LA INDE END IA
y c AUDILLo REvOLUCIonARIo
(1785-1868)
José Tadeo Monagas fue sin lugar a dudas, uno de los personajes rele-
vantes de nuestro proceso de independencia cuyo incuestionable liderazgo
en la región oriental de la repÚblica, le deparó varios triunfos a la causa
republicana. Su protagonismo no se circunscribió a ese período histórico su
actuación logró trascender hasta convertirse en dos ocasiones, en presidente
de la repÚblica y pretender, ya anciano, regresar a presidir los destinos de la
nación.
Nació en Maturín en 1785 en el seno de una familia dedicada a las activi-
dades agropecuarias. Su educación formal fue exigua y y durante su juven-
tud se dedica a las labores del campo. Para 1813, a la edad de 28 años,
inicia su experiencia militar en el combate de las Bocas del Pao en el ejército
patriota que comandaba Santiago Mariño. A partir de allí desplegará una
larga y azarosa carrera militar participando en innumerables batallas, entre
las que se encuentran: Maturín y Cachipo. En 1814 participa en el sitio de la
Puerta, Bocachica, Arao, primera de Carabobo, donde asciende a Coro-
nel; Aragua de Barcelona, Maturín y Urica. En 1815 en Cabrutica, el Palmar,
Aragua de Barcelona y Angostura. En 1816 en Alacrán y el Juncal. Calabo-

45
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 46

zo en 1818, Semén y Ortiz; Cantaura y Santa Clara en 1819; Trincheras y


Chicual en 1820 y en 1821el Libertador lo asciende a General de División,
obteniendo, al año siguiente, el cargo de Gobernador Civil y Militar de Bar-
celona y Comandante del Departamento del Orinoco.69
La grafología de Monagas nos coloca frente a una persona con un alto
nivel de autoestima, cualidad que se manifiesta por lo alto de la primera letra
de su nombre.Era cuidadoso y expresaba claramente sus ideas, tal como
escribe. También solía ser detallista, lo vemos en su cuidadosa puntuación.
La inclinación de su letra hacia la derecha, revela su temperamento apasio-
nado. Le interesaba destacarse como político y figura pública, si fijamos la
atención en su firma veremos que la subraya, lo cual es signo inequívoco de
lo que acabamos de afirmar.
Amén de lo anterior, tiene dos rasgos particularmente resaltantes: en primer
lugar, el círculo concéntrico al final de la firma muestra una persona que
actÚa con máximo sigilo, que no suele revelar sus verdaderos sentimientos e
intenciones. En segundo lugar, las larguísimas líneas en la terminación de sus
letras, lanzadas hacia la parte inferior, revelan un hombre con independen-
cia de criterio y acción. En otras palabras, actuaba sin consultar a nadie.
Cuando estudiamos su vida encontramos que estos rasgos condicionaron
y se reflejaron en sus acciones.
Monagas alcanzó el grado 32 en la Masonería, afiliarse a esta secta era
muy comÚn en esa época, pero también cónsona con su personalidad reser-
vada.70 J.H. Robinson en su JOUrnal publicado en Londres en 1822, hace una
semblanza de Monagas donde esta característica no pasa desapercibida:

“Su frente es alta y ancha, sus ojos negros y sin expresión; pero cuando
está animado, se tornan vivos y penetrantes…. Prefiere estar solo; y
habla muy poco cuando está en compañía, porque siente sensible-
mente lo mucho que fue descuidada su educación durante su niñez, y
prefiere mantenerse en silencio que opinar”71

El segundo de sus rasgos resaltantes, como dijimos fue su extremada inde-


pendencia de criterio. Uno de los hechos más cuestionados de su gobierno,
nos es Útil para entender este aspecto de su personalidad. El 24 de enero de
1848 se produce el asalto al Congreso Nacional, que debatía por esos días
69
Fundación Polar, Ob. cit., p.984
70
Ibidem, p.990
71
Castillo Blomquist, Rafael, José Tadeo Monagas, Caracas, Monte Ávila, 1984, p. 22

46
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 47

la revocación del mandato a Monagas. Este episodio concluyó con un saldo


de muertos y heridos, entre ellos Santos Michelena. SegÚn algunos analistas,
este evento pudo ser evitado si José Tadeo hubiera intervenido oportunamen-
te. Dicha versión sostiene que:

“Barbosa declaró que Monagas había querido ir a parar el tumulto


tan pronto oyó los primeros disparos, pero qUe fUe convencido de no
hacerlo por sUS asesores quienes temían por su vida”72.

Sabemos por sus rasgos grafológicos, que Monagas no seguía consejos


de asesores, especialmente, en situaciones vitales. Probablemente, sabía
que los eventos podían favorecerle, tal como explica Castillo Blumquist:

“Ciertamente pudo haber evitado cualquier enfrentamiento violento


entre la Cámara y la turba…..Parece que decidió permitir que se de-
sarrollase la situación y dejar que se intensificara al ir reaccionando
un bando contra el otro. Una vez ocurrido el rompimiento, y haber
logrado Monagas su objetivo de disolver la Cámara, intervino para
restablecer la paz y evitar mayores males”.

Su independencia de criterio y acción, alcanzaba límites extremos. Ya muy


enfermo, pocos días antes de su muerte, se conduce típicamente, tal como lo
relata Antonio Arellano Moreno, en el prólogo del libro de Ricardo Becerra:

“Como está acostumbrado a obedecer a su mente y a realizar su


propia voluntad, un día sin consultar médicos ni obtener permiso de
nadie, toma leche, se afeita, sale una mañana a pasear en coche sin
darse cuenta que el cielo estaba tan nublado como su organismo y lo
más alarmante: toma la decisión como las que siempre había tomado:
¡se manda a extraer tres piezas dentales en un día! Las consecuencias
de tan temerarias decisiones se presentan de inmediato: violentos es-
calofríos, dolor de costado, congestión pulmonar, resfrío , expectora-
ción sanguinolenta y otros síntomas que obligaron reunir de nuevo a la
junta médica”.73

72
Ibídem, p. 21 (destacado nuestro).
73
Ricardo Becerra, José Tadeo Monagas, Caracas, Ediciones Centauro, 1979, p. 9.

47
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 48

Fallece unos días después, el 18 de noviembre de 1868, en el pueblo del


Valle, vecino a Caracas, a los 84 años.
José Tadeo Monagas fue uno de los próceres de la independencia que
logró destacarse como político, ocupando, como hemos dicho, por dos ve-
ces la presidencia de la repÚblica. No fue consecuente con los dos partidos
fundamentales del siglo XIX, obtuvo el apoyo conservador para llegar a la
presidenciauna vez en el poder los abandona para aliarse con los liberales
y después, en su segundo gobierno, su actuación lo aleja también de ellos, y
lleva a cabo un gobierno personalista y nepótico. En el análisis grafológico
resalta, su autoestima, su independencia de criterio, su creatividad, al lado
de otros aspectos, como su afán por ocultar sus verdaderas intenciones, cir-
cunstancia, que desde nuestro punto de vista, puede aclarar muchas de sus
actuaciones.

48
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 49

49
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 50

José María
Vargas
M EDICo y nUESTRo pRImER
pRESIDEntE CI v IL
(1786-1854)
José María Vargas nació en La Guaira, en 1786en el seno de una familia
que disfrutaba de una posición económica relativamente holgada. Logró
convertirse en una figura de gran relevancia en Venezuela, en un siglo en el
cual, imperaban los caudillos forjados en la guerra. El prestigio que alcanzó
fue tal que incluso ocupó la primera magistratura, una verdadera hazaña en
esa época dada su condición de civil.
Una de las características más importantes que observamos al iniciar su
análisis grafológico, es su condición de intelectual. El tamaño extremada-
mente pequeño de las letras minÚsculas, así lo revela. Esta particularidad defi-
ne a individuos que disfrutan el trabajo de investigación y estudio sobre todas
las demás cosas. Su vida es un ejemplo claro de esto. A los 12 años ingresó
al Seminario Real Tridentino de Caracas. Luego en 1803 se gradÚa en la
Universidad Real y Pontificia de Santa Rosa de Lima de Caracas como bachi-
ller en Filosofía. Cinco años después, en la misma casa de estudios, obtuvo
el grado de Doctor en Medicina. A fin de seguir estudios de anatomía, quí-
mica, cirugía y botánica, se establece en Edimburgo en1814 y permanece
allí hasta 1818. Ese mismo año se incorporó al Real Colegio de Cirujanos de

50
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 51

Londres74. En 1819 fija residencia en Puerto Rico donde se dedicó al estudio


de la botánica y a descubrir nuevas plantas, algunas de las cuales llevan su
apellido en latín.
La nitidez de su escritura nos habla de un hombre de un verbo claro y fluido,
esta característica le daba condiciones para la enseñanza. La combinación
de ambos atributos: su intelectualidad y sus dotes pedagógicas, explican
que en 1832 creara la cátedra de Cirugía en la Universidad Central de Vene-
zuela, manteniendo su dirección ininterrumpidamente hasta 1847. Posterior-
mente es electo Rector de esta casa de estudios.
Confluían en su personalidad tres particularidades que lo impulsaban a la
vida pÚblica. En primer lugar, su temperamento apasionado, que se observa
en la pronunciada inclinación de su letra hacia la derecha, esto significa que
el corazón domina sobre el intelecto. La segunda, da cuenta de la valoración
que le concedía a la amistad, evidenciado, en las terminaciones curvas en
algunas vocales. La tercera, es que le gustaba contar con el reconocimiento pÚ-
blico, esto se revela en el fuerte trazo con que subraya su nombre cuando firma.
Ese interés por lograr el reconocimiento pÚblico, explica su temprana fi-
guración en los inicios del movimiento de independencia. El 30 de abril
de 1810, se hallaba en Cumaná cuando -a raíz de los hechos ocurridos en
Caracas- se produce el arresto del Gobernador. Posteriormente, se nombra
una Junta de Gobierno integrada por el Ayuntamiento y ocho diputados del
pueblo, entre los cuales se encontraba José María Vargas.
Desde nuestro punto de vista, esta característica -su afán de reconocimien-
to pÚblico- justifica la aceptación de la candidatura a la Presidencia de la
repÚblica en octubre de 1834. Al respecto Robert Kerr Porter, cónsul británi-
co en Venezuela anotaba en su Diario: “Los amigos del doctor Vargas están
haciendo grandes esfuerzos en halagos y papelitos: nadie digno como él
para ocupar la silla, pues posee todos los requisitos….”75
Tal como hemos visto, en su personalidad confluían aspectos contradicto-
rios, pese a su tendencia a la introspectivo como todo intelectual, también
poseía un talante apasionado y un afán por lograr el reconocimiento publi-
co. Este carácter paradójico de José María Vargas, no ha pasado desaperci-
bido para aquellos investigadores que se han ocupado de estudiarlo.
Rómulo Betancourt, para quien el conocimiento de la actuación de figuras
74
Sambrano Urdaneta, Oscar, Educadores Venezolanos, Caracas, Meneven, 1981, p. 31
75
Guerrero, Carolina, José Maria Vargas, ,Caracas, C. A. Editora El Nacional, 2006, p. 73

51
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 52

de singular importancia en la historia de Venezuela tuvo gran peso, hace


referencia en sus ensayos del comportamiento equivoco como “el complejo
varguiano”76. Confiesa, amén de la admiración que el personaje le desper-
taba, que: “Lo que no termino de comprender es por qué el Doctor José
Maria Vargas, tan resuelto en la pÚblica admisión de que no se sentía con
interés ni destreza para el ejercicio de la Presidencia de la Republica, termi-
nó por acceder a que fuese elegido Jefe del Estado”77. Profundizando en
el tema Betancourt recordaba que el historiador José Gil Fortoul también
se pronunció sobre el particular: “el 20 de abril 1834 presentó la dimisión
de su cargo al Congreso, por una discrepancia de menor monta entre los
poderes ejecutivo y legislativo. El Congreso el 30 de abril, no aceptó su
renuncia.” Posteriormente, ya electo: “Presidente a su pesar, Vargas gobierna
con fastidio, no bien transcurren tres meses cuando ya quiere aprovechar la
primera ocasión que se le presenta de abandonar el Poder”78. Años antes en
1829 tuvo lugar otro incidente que puso de manifiesto su desinterés por el
ejercicio del poder. Cuando José Antonio Páez lo nombra Prefecto interino
del Departamento de Venezuela, él rehÚsa, alegando que nada entendía de
administración de rentas ni de gobierno; que ignoraba incluso cuales eran
las atribuciones de Prefecto79.
Carolina Guerrero, en relación con este tema concluye que: “Vargas en
el terreno político podría ser tildado de renunciante perpetuo a todo cargo,
magistratura o potestad...”80. A partir de las opiniones de los especialistas
consideramos que pese a sentirse atraído por el reconocimiento pÚblico que
suponía el ejercicio del poder, su carácter e interés hacia lo introspectivo
chocaba con la realidad, del ejercicio del cargo, y lo hacia cambiar de di-
rección para asombro de sus contemporáneos. De acuerdo a la grafología,
las o y las a bien cerradas nos dicen que estamos en presencia de un hombre
reservado, por lo cual en sus escritos seguramente, encontraremos pocas
pistas de sus desvelos y motivaciones.
Este aspecto de su personalidad fue aprovechado por algunos para des-
prestigiarlo y tildarlo de cobarde, pusilánime, etc. El análisis grafológico con-
traría tales apreciaciones. Vargas tenia una gran autoestima y confianza en
si mismo, que se observa por lo alta de la primera letra de su firma. Además,
era una persona de un fuerte carácter que no mudaba de opinión, esto se
76
Betancourt, Rómulo. Hombres y Villanos, ,Caracas, Grijalbo, 1987, p. 67
77
Ibídem, p. 63.
78
Ibídem, p. 66.
79
Guerrero, Carolina, ob. cit., p.64.
80
Ibidem, p. 105.

52
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 53

muestra en lo agudo de los picos de las m y n. Poseía una inteligencia ana-


lítica, por la forma triangular que adquieren algunas de sus palabras. Y era
como ya dijimos, apasionado aspecto que podemos evidenciar en la prácti-
ca, por su reacción ante el abuso o la injusticia.
Este conjunto de características hacían de él un hombre valiente. Tales con-
diciones explican la actitud que asume ante el atentado armado, que sufriera
durante la llamada RevolUCión de las Reformas liderizada por el militar Pedro
Carujo. El desarrollo literario de los acontecimientos refiere que cuando Ca-
rujo le increpa: “el mundo es de los valientes”, Vargas replica que: “el mundo
es del hombre justo y honrado”.
Al respecto, la honradez es otra de los atributos que la historiografía atri-
buye a Vargas. Sobre el particular Rómulo Betancourt lo califica como: “ciu-
dadano de obstinada probidad en lo que a la prédica y la práctica de la
moralidad administrativa se refiere”81. Esto nos plantea una inquietud: cuáles
eran los sustentos sobre los cuales se basaba su honestidad. Especulando
y revisando el análisis grafológico creemos que tiene varios fundamentos.
Primero, tenía además de una gran confianza en si mismo un gran afecto
y admiración por su padre -mercader de origen canario-, aspecto que se
muestra en el amplio circulo en la parte inferior de la mayÚscula en su firma.
Su padre pasó por muchas dificultades y las afrontó con mucha entereza,
seguramente le sirvió de ejemplo al hijo, en materia de honradez. La segun-
da razón, si la moralidad es materia de razones, tenía una profesión, que le
permitía ganarse la vida y que le daba la confianza de hacerle frente a la ad-
versidad. Tercero, era inteligente, y la valorización de la moral es, al fin y al
cabo, un problema de inteligencia. Cuarto, era extremadamente cuidadoso
y meticuloso con el uso de los recursos económicos escasos. Esta característi-
ca es presumible porque en su escrito no deja márgenes, la hoja es el recurso
con el que cuenta quien escribe. Esto probablemente, explique que pudiera
costearse su viaje de estudios a Europa en las circunstancias en las cuales lo
hizo. Su hábito ahorrativo lo adquirió, tal vez, después de presenciar la ruina
económica de su familia. Su padre confrontó una demanda civil. Un traspiés
en los negocios lo obligó a pagar 12.000 pesos y “le han embargado todos
sus bienes, arrestando su persona y formando concurso de acreedores”82.
Por este hecho no solo fue arrestado su padre, además tres de sus hermanos.
81
Betancourt, Rómulo, Ob. cit., p. 63.
82
Guerrero, Carolina, Ob. cit., p. 18.

53
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 54

Probablemente esta circunstancia explica que Vargas concurse para ganar


una beca para ingresar al Seminario Real Tridentino de Caracas.
Otra característica que se pone de manifiesto en su grafía es su perseve-
rancia. Se denota en las líneas rectas en la base de algunas de las termina-
ciones de sus letras. Esta perseverancia, explica la continuidad que demostró
en su actividad científica y educativa. Ejemplo de ello son los 13 años que
permaneció al frente de la Dirección General de Instrucción PÚblica, mante-
niendo que la instrucción primaria debía ser gratuita83.
En el ámbito de lo cotidiano, llevaba una vida balanceada entre el
trabajo, lo material y lo espiritual que se nota en el balance de la parte
alta, media y baja de la letra. Sobre el aspecto amoroso de nuestro
personaje no es mucho lo que se sabe. Cuando viajó a Cumana en 1808
aducen que “fue movido por la pasión hacia alguna fémina o quizás partió
de la capital es- capando de alguna pasión caraqueña, dadas las muestras
de control sobre tales ímpetus del corazón y de la carne que mostró el
galeno”84. Lo cierto es que José María Vargas se casó en Caracas con Doña
Encarnación Maitin, y poco tiempo después ella fallece. Posteriormente
tuvo una hija con Doña Josefa Vargas Machuca.
Como hemos visto José María Vargas era fundamentalmente un intelectual,
estudioso, naturista, científico, profesor, rector. Hombre valiente, honesto y
frugal. Para la confusión de sus contemporáneos y descendientes, tenía un
conflicto vivencial poco comÚn, su temperamento apasionado y amante del
reconocimiento pÚblico y su esencia intrínseca de hombre que amaba la
introversión, la reflexión y el estudio.

83
Ibídem, p. 34.
84
Ibídem, p. 25.

54
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 55

55
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 56

José rafael
D
Revenga
n s v
EDICACIÓ AL ER ICIO
DE LA pAtRIA .

(1786-1852)
José Rafael Revenga es una de las personalidades cuya actuación en el
proceso de la independencia suele pasarse por alto. Fue el Ministro de Ha-
cienda de la naciente repÚblica de Colombia (hasta 1821) y de Relaciones
Exteriores. A él le correspondió la tarea de negociar la paz con España y
gestionar el reconocimiento de la repÚblica gran colombina ante Inglaterra.
Nació en 1786 en la población de El Consejo, en los Valles de Aragua,
hijo de Joseph del Rosario Revenga mayordomo de la Hacienda del Conde
perteneciente a Don Martín Tovar Blanco, Conde de Tovar
Formó parte de un grupo privilegiado de individuos; los universitarios. De-
bemos resaltar que en la época en la cual le tocó vivir era difícil el ingreso a
la Universidad, sobretodo, para aquellos que pertenecían al estrato de los
pardos, como era su caso.
A la edad de 13 años solicita la admisión al grado de Bachiller en Artes (Fi-
losofía) de la Universidad Real y Pontificia de Caracas que culminó en 1808
y donde cursó las materias de: Lógica, SÚmula, Física, Ánima y Metafísica.
Durante ese periodo la enseñanza universitaria ya contemplaba estudios
de la física newtoniana, el sistema de Copérnico, las teorías químicas de

56
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 57

Lavoisier, la electricidad y el galvanismo85. Posteriormente, reside en Estados


Unidos entre 1816 y 1818 donde estudia el método Lancaster de enseñanza,
contabilidad y economía política. Su continua sed de conocimiento explica
que al final de su vida contara con una biblioteca de más de 3.000 volÚme-
nes86.
Podemos considerarlo como una de las personas más cultas de su genera-
ción. Su pasión por el estudio y el reconocimiento de su importancia lo llevó,
en 1839 a proponer “a la Sociedad de Amigos del País, la creación de una
escuela Normal Lancasteriana”87.
En su análisis grafológico, vemos que en su firma no aparecen sus nombres
completos, sino sus iniciales: J.R. Esta particularidad caracteriza a las per-
sonas que no le dedican suficiente tiempo a la satisfacción de sus propias
necesidades o placeres, que le dan prioridad a la vida laboral y la responsa-
bilidad, con la familia, pero también como fue su caso con la patria.
Si revisamos su vida, encontramos que desplegó una incansable labor
como funcionario pÚblico y como hacendado. Trabajó hasta sus Últimos
años. En efecto fue funcionario de Relaciones Exteriores en 1810, Secretario
de Bolívar en 1815, uno de los fundadores del Correo del Orinoco en 1818,
Ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores entre 1819 y 1821, Secretario
General de Bolívar en 1827. En 1830 se retira de la vida pÚblica y se dedica
a la actividad agrícola y ganadera. En 1844 lo eligen Diputado, en 1847
presidente del Banco Nacional y en 1850 fue por corto tiempo, Ministro de
Relaciones Exteriores.
Siguiendo con los rasgos de su grafía, encontramos que la parte alta de
sus letras m y n tendían a ser agudas (tipo serrucho), aunque no en extre-
mo, esto revela, que tenía propensión a imponer sus criterios a los demás.
Ciertamente era percibido como una persona rígida e inflexible. Tal fue la
impresión que dejó entre los comerciantes y financistas extranjeros a quienes
les tocó negociar con Revenga lo concerniente a la deuda pÚblica. Carlos
Hernández Delfino en su biografía sobre nuestro personaje señala: “Nos
encontramos entonces con una faceta muy propia de la personalidad de Re-
venga: la disposición a apegarse a su concepción del deber de la manera
más estrecha, aceptando las implicaciones secundarias de esta postura -en
ocasiones rígida más que firme- como una consecuencia natural e inevitable,
pues estaba convencido de que las reacciones que padecía se asentaban
85
Hernández Delfino, Carlos, José Rafael Revenga, Caracas, C.A. Editora El nacional, 2006, p. 17-20
86
Ibídem, p. 115.
87
Ibídem, p. 104.

57
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 58

en las deformaciones humanas y las debilidades éticas de muchos servi-


dores pÚblicos”88. Y más adelante agrega: “En una ocasión Bolívar calificó
de ‘estoico’ a Revenga, mientras otros lo llamaban testarudo”89. También re-
cuerda que: “El diplomático británico Robert Ker Porter en su Diario afirma
que Revenga era ‘generalmente detestado’ y cuando corría el rumor de que
el Libertador podría nombrar a Revenga Intendente de Venezuela (1827),
decía: ‘Si es cierto, es que Bolívar está decidido a perder por completo el
amor de los ciudadanos de su ciudad natal, además de completar el asco
de los extranjeros’. Fernando Peñalver le decía en abril de 1823 que para los
ingleses convenía un hombre menos mezquino y “más decente y caballero
que Revenga”90. Además “La suspensión de pagos por vales emitidos contra
las aduanas y la prohibición de emitir nuevos vales crearon mucha animad-
versión hacia Revenga por parte de los comerciantes afectados”91.
Si bien, dentro del ámbito financiero se le percibía como un hombre rígido
y poco dado a sutilezas, al mismo tiempo, otras características grafológicas
nos dicen que poseía ciertas condiciones indispensables para el buen des-
empeño de su función. Las terminaciones de las palabras en formas curvas
hacia arriba, denotan a las personas amistosas, este rasgo es muy frecuente
en su escritura y esencial para un diplomático
Poseía una inteligencia analítica. Podemos apreciarlo en el tamaño des-
cendente de sus palabras; las comienza con letras más grandes y paula-
tinamente van disminuyendo. Tenía una alta capacidad de concentración
revelada en su letra relativamente pequeña. Se expresaba de manera clara,
lo observamos en la legibilidad de sus escritos. Era creativo y de gran ima-
ginación, que se manifiesta por la ruptura entre las silabas. La inclinación
hacia la derecha indica, que era apasionado. Todas estás condiciones son
sintetizadas por Hernández Delfino de la siguiente manera: “Revenga tenia
la disposición natural a enfrentarse a problemas muy concretos y procurar so-
luciones prácticas y viables; sus contribuciones fundamentales se encuentran
en lo económico sectorial en lo hacendístico, en la organización del Estado,
en la educación y en el campo de la diplomacia92.
Otro aspecto que lo caracteriza es su personalidad equilibrada. No solo
cuidaba de su trabajo, de lo material, de su familia, también le concedía
importancia al aspecto espiritual, esto se desprende, al observar lo pronun-
ciadas que son las zonas altas y las zonas bajas de sus palabras.
88
Ibídem, p. 45.
89
Ibídem, p. 49.
90
Ibídem, p. 72.
91
Ibídem, p. 85.
92
Ibídem, p. 10.

58
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 59

Los márgenes que deja en sus escritos son amplios y totalmente alineados.
Esta característica, permite aseverar que era generoso con el uso de sus pro-
pios recursos, y al mismo tiempo, disciplinado.
Su inteligencia, su formación profesional, valores espirituales, generosi-
dad, buen uso de los recursos, son factores que explican su comportamiento
desprendido. En efecto, José Rafael Revenga fue uno de los pocos que renun-
ció a los haberes pÚblicos que le correspondían por los servicios prestados a
la Republica; que no participó en el reparto de bienes nacionales que fueron
adjudicados a los servidores de la Patria93.

93
Ibídem, p. 49.

59
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 60

60
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 61

Tomás Lander
POLítICo y pERIODIstA LIBERAL
(1787-1845)
Tomás Lander fue empresario agrícola, político, periodista y uno de los
principales impulsores del pensamiento liberal en la primera mitad del siglo
XIX. A temprana edad se identifica con la causa independentista, y pese a su
cercanía con el Libertador, fue su Secretario en 1813, no tuvo participación
alguna en ella. En 1814 parte al exilio para regresar en 1820.
Su contribución fundamental a la Republica fue su labor periodística, des-
de esta tribuna defendió el movimiento separatista de La Cosiata, promovió
los derechos ciudadanos y las libertades económicas.
Fundó y contribuyó a crear numerosos periódicos, a saber: El Venezolano
(1822-1824), El Cometa (1826), El Fanal (1829-1831), VenezUela y El Con-
greso (1831), El Elector Parlero (1832), El AgricULtor (1838), El Relámpago
(1843) y El Relámpago de Marzo (1834)94. Sus artículos eran leídos y si bien,
su lenguaje podría catalogarse de agresivo, también era claro en la expre-
sión, como lo demuestra la legibilidad de la letra de sus misivas.
Tuvo una vida signada por la polémica y la confrontación pÚblica tanto en
la prensa como en los tribunales. A su retorno al país trae como equipaje “un
grupo de libros portando ideas sediciosas” los cuales le son decomisados
94
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 644- 645.

61
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 62

por las autoridades del puerto de La Guaira. Este hecho generó entre él y el
Vicario de La Guaira, una de sus más sonadas polémicas. Finalmente, las au-
toridades favorecieron la posición de Lander y le fueron devueltas las obras
incautadas.
A través de la prensa presentó sus alegatos y argumentaciones, en ellos
defendía con vehemencia la libertad de imprenta, abogó en contra de la
expulsión general de los peninsulares, rechazó la política de confiscaciones,
expuso los inconvenientes de la centralización y promovió el federalismo,
entre otras cosas. En su lenguaje no deja lugar para las sutilezas: “Nuestros
ministros, pueriles en lo grande y grandes en lo pueril, oprimen cuando de-
bían elevar…”95
En 1832 en un litigio de tierras entre un prelado y varios hacendados, ata-
ca con ímpetu al religioso “El heredípeta Díaz es ya sacerdote acaudalado,
de los que ostentan moderación y mansedumbre…”96
En otra ocasión un informe suyo presentado a la Asamblea Provincial
(1833), que contenía un exhorto al Congreso fue rechazado “por su lengua-
je inmoderado”; y se nombró una Comisión para su revisión97.
Cabe preguntarse las razones de su temperamento polémico, la grafolo-
gía nos da varias claves que nos ayudan a entenderlo. En primer lugar, en
Lander la pasión jugaba un rol muy importante, las personas que lo conocían
podían percatarse de su temperamento apasionado, esta condición se des-
cubre en la inclinación positiva de su firma; sin embargo en los textos de sus
cartas su letra es vertical lo cual demuestra que era muy equilibrado, en su
caso la razón dominaba sobre la pasión. En segundo lugar, era consecuente
con las posiciones que asumía, aunque no trataba de imponerlas de manera
arbitraria, esto es perceptible en la forma redondeada que adquieren sus m
y n. En tercer lugar, era un hombre en extremo perseverante, lo que se nota
en los trazos largos en las terminaciones de las palabras, este rasgo también
podía proyectarlo como una persona terca. Por Último, era extremadamente
analítico, enlazaba todas las palabras, esto también nos habla de un hom-
bre dominado por la lógica y en ese sentido, radical en las posturas que
asumía.
Podía ser percibido como un hombre sociable por las terminaciones en
algunas de sus letras sin embargo, vemos que su firma es de un tamaño consi-
derablemente mayor que las letras de su texto, lo que significa que se esforza-
95
Lezama, Migdalia, Tomás Lander, Caracas, S.A. Editora El Nacional, 2011, p. 36 .
96
Ibídem, p. 37.
97
Ibídem, p. 41.

62
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 63

ba, consciente o inconscientemente, por ser gregario, ya que en realidad era


introvertido. Este carácter introvertido, lo inclinaba hacia el estudio y la lectu-
ra. Si bien se graduó de bachiller en filosofía en la Universidad de Caracas
y no culminó su doctorado, profundizó su formación de manera autodidacta.
Cerraba la mayoría de las a y las o, característico en las personas re-
servadas, aunque no herméticas. La forma de su escritura nos habla de una
persona formal.
Tuvo como actividad económica principal la agricultura, poseía haciendas
en los Valles del Tuy. Varios elementos dentro de su grafía nos hablan de un
buen administrador. La rectitud del margen derecho de sus cartas dice que
en este aspecto, era sistemático y consecuente además, ponía todos los pun-
tos y los acentos, esta cualidad lo reafirma como administrador y gerente.
Llevaba una vida equilibrada, tal como se infiere al observar el balance
que existe entre las partes altas, medias y bajas de su letra. Las partes altas
muestran su inclinación espiritual, que lo movían al bien ciudadano. Como
sabemos nuestro personaje nunca estuvo detrás de cargos pÚblicos, promo-
vió la creación del gremio empresarial en defensa de sus intereses y princi-
pios, que se hizo tangible en la Sociedad de Agricultores.
Tomás Lander fue uno de los intelectuales de mayor relevancia en el siglo
XIX venezolano, además de un ardiente polemista. Como propietario creyó
firmemente en los principios del liberalismo económico. Antonio Leocadio
Guzmán lo describió como: “Padre honrado de familia, laborioso agricultor,
amigo fino y constante, en todas ocasiones franco…”98
En nuestro análisis grafológico, encontramos que sobresalen sus cualida-
des de intelectual, hombre analítico, cuyas profundas convicciones defendía
con elocuencia y pasión, muchas veces con una extremada agresividad.

98
Ibidem, p. 108 (Subrayado nuestro)

63
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 64

64
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 65

santos
Michelena
Un DIpLom ÁtICo DILIGEntE
(1787-1848)
Fue un intelectual y político que se destacó por su labor en la organización
de las relaciones exteriores y de la hacienda pÚblica nacional, especialmen-
te a partir de la fundación de la República de Venezuela en 1830. Como
figura civil y universitario se destacó entre sus contemporáneos en el campo
de la política, donde imperaban más bien, los hombres de armas.
Uno de los problemas que se nos plantea a la hora de abordar el estudio
grafológico de Michelena, es la carencia de testimonios de sus contemporá-
neos que nos arrojen pistas acerca de su personalidad. Sus biógrafos resal-
tan fundamentalmente, su papel en las diferentes funciones que desempeñó
en la administración pÚblica y sus cargos políticos, pero pasan por alto ese
importante aspecto por lo cual, no podemos contrastar nuestras conclusiones
con la percepción que sobre Michelena tenían quienes lo conocieron.
Fue hijo de Santiago José Michelena de origen español y María Teresa
Rojas Natera99, natural de Valencia (actual estado Carabobo) ella sin duda,
tuvo gran influencia afectiva sobre Santos Michelena. Esta afirmación la ha-
cemos basados en el estudio grafológico. Al analizar su firma entre los ele-
mentos resaltantes que encontramos está la primera letra de su nombre, en
99
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 922.

65
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 66

ella apreciamos lóbulos grandes en la zona alta, este rasgo nos indica que
sentía un gran amor por su madre. Subraya su primer apellido lo cual denota
la importancia que le daba a su raíz paterna.
Se adhirió tempranamente a la causa de la emancipación. Era apenas
un adolescente cuando fue herido en combate y hecho prisionero por las
fuerzas realistas. Poco después abandona el país y reside en Filadelfia entre
1813 y 1819, lugar donde completa su educación en Derecho, Economía y
Comercio. De Estados Unidos se traslada a La Habana. Durante su perma-
nencia en esa ciudad se dedica a las actividades comerciales. La formación
recibida en su exilio y su dominio del idioma inglés, serán claves para la
labor que posteriormente desempeñó.
Su letra pequeña nos dice que poseía una gran capacidad de concentra-
ción propia del intelectual. Las letras d con bucle en la parte superior hacia la
derecha, delata a una persona que proyecta cultura y refinamiento.
Una vez en su patria en 1922, lo encontramos dedicado a la actividad
mercantil labor para la cual poseía condiciones. Veamos. Tenía la capaci-
dad de saber administrar los recursos económicos escasos con una actitud
consistente, como lo demuestran los márgenes en sus cartas. Ambos tanto el
izquierdo como el derecho, son estrechos y regulares.
Poco después es llamado a la actividad política. En 1824 es electo re-
presentante de la provincia de Caracas ante el Congreso grancolombino.
Posteriormente ejerció las funciones de cónsul y agente fiscal de la Gran
Colombia en Londres, cargo que ganó por concurso. El dominio del francés
e inglés100 fueron unas de las herramientas que le facilitarían un eficiente des-
empeño diplomático.
La inclinación positiva de su letra revela que tenía un carácter apasionado.
Esta característica de su personalidad podría explicar su propensión hacía la
vida política. En 1830 durante el gobierno de José Antonio Páez, ocupa la
Secretaría de Hacienda y Relaciones Exteriores. En 1833 lo designan Minis-
tro Plenipotenciario ante Colombia y Ecuador,en calidad de tal, le tocó dis-
cutir la distribución de la deuda pÚblica exterior. Gracias a sus habilidades
negociadoras, fue aprobada su propuesta de repartir la deuda en función
del nÚmero de habitantes de cada país. Al mismo tiempo logra un acuerdo
limítrofe con Colombia, que será conocido como el tratado Michelena Pom-
bo.
100
Michelena, Tomas, Reseña Biográfica de Santos Michelena, Caracas, editorial Ávila, 1951

66
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 67

Poseía una inteligencia deductiva que le permitía tener una visión de con-
junto de los problemas y al mismo tiempo, poseía la capacidad de separar
el aspecto que interesaba, esto se manifiesta grafológicamente en la forma
triangular que adquieren algunas de sus palabras.
Sus m relativamente agudas, revelan que mantenía sus posiciones, sin de-
jar de ser diplomático.
Observamos que rompe mucho las conexiones en las palabras, esto lo
define como un hombre creativo, capaz de aportar nuevas ideas o plan-
teamientos. Se expresaba con gran claridad, así lo muestra su letra clara y
uniforme. También era detallista, ya que colocaba todos los signos de pun-
tuación y los acentos a sus palabras. No dudaba a la hora de tomar las deci-
siones necesarias de acuerdo a la circunstancia, esa condición se muestra en
las terminaciones de las letras con rasgos ascendentes.
Sin duda fue un hombre honesto cualidad que desde le punto de vista de
la grafología, se deriva de su sentido de pertenencia a la familia. Poseía
mucha confianza en sí mismo, que se observa por la primera letra de la fir-
ma, es relativamente grande en comparación con las otras. Era una persona
balanceada. Las zonas altas y bajas de la letra son pronunciadas, este rasgo
muestra que sabía mantener un balance entre los aspectos materiales, afec-
tivos y espirituales. Las a y o las deja abiertas, lo cual implica que era abierto
no tenía secretos.
Concluyendo Santos Michelena era un hombre de sobradas virtudes que
dedicó su vida a la patria en altas funciones de Estado, y que sigue vigente la
preocupación de su hijo Tomás, en el sentido que no se le ha dado un reco-
nocimiento adecuado a su obra y figura.

67
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 68

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 69

José antonio
Páez
PRócER DE LA INDEpENDencIA
y constRUCtoR DE LA REpúBLICA
(1790-1873)
José Antonio Páez fue uno de los principales protagonistas de las luchas por
la Independencia y más tarde, de la creación del Estado liberal. Fue el primer
presidente de la Republica de Venezuela en 1830 y su influencia dentro de la
política venezolana, se prolongó durante otros treinta años más. Su compro-
miso con sus ideales unidos a su afán por alcanzar la gloria lo impulsaron a
ejercer la presidencia por tercera vez ya anciano, cuando la sensatez deman-
daba más bien, su retiro.
En el análisis grafológico de nuestro personaje queremos resaltar en primer
lugar lo que nos muestra su firma. La mayÚscula grande de su nombre, indica
que tenía una gran confianza en sí mismo. Los lóbulos en la letra J en la zona
alta y baja, nos hablan del afecto tanto por su madre, como su padre.
La inclinación positiva de su escritura hacia la derecha, revelan que era un
hombre apasionado y esta pasión podría explicar su dilatada e intensa vida
pÚblica. Primero, dedicada a la guerra entre 1813 y 1825 y luego como
Presidente de la Republica durante tres periodos, sin contar que, puesto en
circunstancias que podían hacer peligrar el proyecto republicano, utilizó su
prestigio militar y político para contribuir a consolidar el gobierno de otras

69
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 70

figuras, como la de José María Vargas. La considerable zona alta y baja que
vemos en sus letras denotan a las personas con altos intereses espirituales y
materiales, en contraste con la vida cotidiana.
Mostraba equilibrio entre la imaginación y el carácter metódico, analítico
y planificador, ya que muestra en sus escritura una combinación entre la
tendencia a entrecortar las palabras (Imaginación) y la de mantener la línea
continua entre ellas (ser analítico).
Su escritura es muy clara lo que significa que se expresaba de manera diá-
fana y llana. También era muy detallista. Esa atención al más mínimo detalle
se nota en la puntuación, coloca todos los puntos y acentos. Esta disposición
de su carácter la podemos apreciar también, en la forma tan meticulosa con
la que escribe la A de Antonio en su firma Estas características lo convierten
en un administrador excepcional, cualidad que aplicó, no solo en lo tocante
a sus bienes personales, sino en tiempos de guerra para rendir los pocos
recursos destinados a los ejércitos. Como gobernante llevó a cabo una ad-
ministración eficaz, al menos en sus dos primeros mandatos. Promulgó la
llamada “Codificación de Páez” con la cual adecuó al país una legislación
moderna a través de la promulgación del Código Civil; Código de Comer-
cio, Penal; de Enjuiciamiento Criminal y de Procedimiento Civil de 1862 y
1863101. La grafología nos revela a Páez como una persona organizada,
que trabajaba en forma cuidadosa y tenía un carácter formal, esto Último se
refleja en el esmero con que desarrolla su escritura.
Las terminaciones de las letras a y o en curvaturas es característico de indi-
viduos muy amistosos. Este aspecto de su personalidad explica que aquellos
que lo rodeaban lo vieran como un amigo, una figura benevolente, de allí el
apelativo de “el taita” con el cual solían llamarlo sus subalternos. En lo perso-
nal era muy abierto, poco dado a guardar secretos que tendía a contar sus
ideas, proyectos y actividades.
Su grafía relativamente pequeña muestra que tenía un alto poder de con-
centración. Dada la precaria situación económica en la cual creció, no pudo
acceder a una instrucción formal de hecho fue un autodidacta. SegÚn Daniel
Florencio O’Leary, José Antonio Páez: “En presencia de personas que él su-
ponía instruidas, era callado y hasta tímido, absteniéndose de tomar parte
en la conversación o hacer observaciones; pero con sus inferiores era locuaz
101
Codificación de Páez, Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1974, Tomo II, p. 9.

70
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 71

y no esquivo de los juegos de mano. Complacíale referir sus proezas en la


guerra. Enteramente iliterato”102. En cuanto tuvo oportunidad puso empeño
en refinar su formación, que incluyó el aprendizaje de la mÚsica, no solo
llegó a tocar el violín, sino que compuso varias piezas.
Tenía un fuerte carácter, no se dejaba imponer ideas. Sin embargo ese ca-
rácter lo manejaba con afabilidad, sin estridencia, ni imposición. Se observa
en lo parcialmente agudo de las m y n.
Se fijaba objetivos alcanzables. El cruce en su letra t era alto pero, no reba-
saban el tronco y bajaba en forma inclinada, lo que significa que pasaba rá-
pidamente de lo espiritual a lo material. Esta condición nos lleva a especular
que en Páez, la ambición por el poder no era la motivación principal y de allí
que le abriera el camino a Vargas mientras él se retiraba a la hacienda San
Pablo; o a Soublette, su motivación dominante, además de la material, fue
posteriormente el reconocimiento.
En ocasiones solía actuar de manera impulsiva. Esta característica se en-
cuentra en las terminaciones de las palabras con rayas rectas ascendentes,
también indican que era proclive a tomar decisiones intempestivas, dar re-
puestas sin pensar basándose en la intuición.
Páez acumuló una considerable fortuna ciertamente, amparado en el in-
menso poder que llegó a detentar lo cual no desestima sus habilidades ge-
renciales y sus destrezas como hombre de negocios. En su testamento figuran
entre otras propiedades: la hacienda de caña y café “La Trinidad” en Ara-
gua; la hacienda “Los Cocos” comprada a Mariño; la casa de la Aduana
de Puerto Cabello; la casa de habitación y solar contiguo en Maracay; casa
alquiladas en Valencia; terrenos de corta extensión heredados en Apure; el
hato San Pablo, quizás el de mayor extensión en la Republica; el arrenda-
miento de la hacienda “Chuao”103, entre otras. Como promotor de negocios
podemos decir que estableció en Aragua en 1847 la primera tenería del
país la Tenería de San Ignacio”104.
Era un hombre muy frugal, esto se observa en la inexistencia de márgenes
en la escritura. Esta condición es comÚn en las personas que han pasado
apuros económicos, como fue su caso: “El 13 de junio de 1790 nací en
una modesta casita, a las orillas del riachuelo Curpa cerca del pueblo de
Acarigua, Cantón de Apure, provincia de Barinas, Venezuela. Juan Victorio
102
Daniel Florencio O’Leary en Hermano Nectario María (HNM). Historia de Venezuela, p.166.
103
Salcedo-Bastardo, J. L., Historia Fundamental de Venezuela, Ediciones de la Biblioteca, UCV, 1976, p. 414
104
Lucas, Gerardo, Industrialización Pionera en Venezuela. , Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 1999, p.103.

71
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 72

Páez y María Violante Herrera fueron mis padres, habiéndome tocado ser
el penÚltimo de sus hijos, y el solo que sobrevive de ocho hermanos. Nuestra
fortuna era escasísima”105.
Podemos afirmar que aun cuando su personalidad era muy abierta, tal
como apuntábamos en líneas precedentes, percibimos que cubre parcial-
mente su firma con una curva atrás del apellido, lo cual revela un acto con-
siente de ocultamiento de sus intenciones o actos.
La historiografía arroja dudas sobre la probidad del caudillo. La grafología
señala que efectivamente, era muy posesivo como lo revelan los mÚltiples
ganchos en diferentes lugares de la firma, si a esto se añade su predisposi-
ción por velar u ocultar aspectos de su vida, y a su fuerte naturaleza material,
podemos afirmar que esas dudas son fundadas. Sobre este aspecto se pue-
de señalar que el Libertador en 1821: “dio carta blanca a José Antonio Páez
- uno de los autores principales de la idea del reparto - para que él hiciera la
justicia agraria en Venezuela…nueve meses después de investido de estas
amplias facultades, el general Páez prefiere cuidar y celar más bien de su
propio interés; manifiesta su deseo de que se le traspase la magnífica hacien-
da “La Trinidad”, secuestrada al marqués de Casa León”106.
Tenía una gran necesitad de conquistar el reconocimiento pÚblico, pode-
mos verlo en el énfasis que pone en el subrayado de su nombre en la firma: lo
subraya dos veces. Esto nos permite entender su disposición por conquistar
la “gloria”. Ya en época muy temprana había adquirido importancia y noto-
riedad: “es la figura de mayor relieve, caudillo popular y hombre imprescin-
dible a partir de 1821”107. Esta fuerte motivación a ser reconocido explica
en gran parte, su constante presencia en el acontecer político del país. Sus
esfuerzos por alcanzar ese reconocimiento p Úblico se ven compensados.
En 1836 por sus acciones en defensa del poder civil recibe el título de “Ciu-
dadano Esclarecido” y por haber sometido a Francisco Farfán, lo llaman “El
León de Payara”. En 1867 el gobierno le expide un diploma que lo acredita
como “Ilustre Prócer de la Independencia Iberoamericana”; y en esa época
viaja por América del Sur “recibiendo muestras de admiración y respeto”108.
Tal vez por estas mismas razones, sumada a la conciencia que tenía de su
trascendencia, escribe en edad madura su Autobiografía en dos tomos.
Indudablemente que Páez fue una de las figuras más influyente de la his-
105
Páez, José Antonio. Autobiografía. Ediciones Antártida. MCMLX Tomo I. p. 15.
106
Salcedo-Bastardo, J. L., Ob., cit., p. 410.
107
Morón, Guillermo, Los Presidentes de Venezuela, 1811-1979, Caracas, Meneven, 1979, p. 61.
108
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 12.

72
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 73

toria de la primera mitad del siglo XIX, militar brillante y destacado político.
Su grafología lo muestra como un hombre apasionado, buen administrador,
con gran confianza en sí mismo, que ambicionaba el poder y el reconoci-
miento pÚblico por sobre todas las cosas, y con certeza no tan probo.

73
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 74

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Antonio José
de sucre
EstRAtEGA mILItAR,fUnDADoR
DE LA REpú BLICA DE BoLI v IA .

(1795-1830)
Antonio José de Sucre fue un personaje estelar de la independencia ame-
ricana. Su indiscutible habilidad de estratega militar posibilitó el triunfo de la
emancipación del Ecuador y del PerÚ, Último bastión realista del continente.
Fundador de una repÚblica: Bolivia. Pese a sumar innumerables méritos en
la creación y consolidación del proyecto republicano, a menudo se le ve
como un apéndice del Libertador debido a le lealtad incondicional que le
profesaba.
Nació en Cumana en 1795 en el seno de una familia “de padres ricos y
distinguidos”109, de larga tradición militar. Apenas contaba con siete años de
edad, cuando fallece su madre Doña María Manuela de Alcalá. Pocos años
después, su familia lo envía a Caracas e ingresa a la Compañía de HÚsares
Nobles de Fernando VII110. Simultáneamente se incorpora a la Academia
de Matemáticas del Coronel Tomás Mires. Era aun un adolescente, cuando
está de regreso en Cumaná.
En consecuencia, su educación formal fue muy limitada. Más adelante
Bolívar reconocía que Sucre fue: “criado en la revolución, y sin haber podido
tener otra educación que la de la guerra”111.
109
Bolívar, Simón, Resumen sucinto de la vida del General Sucre, , Caracas, Editorial Élite, 1930, p. 13
110
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 643.
111
Simón Bolívar, Carta de presentación a Riva Agüero, 1823, en Rumazo González, Alfonso, Antonio José de Sucre, , Bogotá,
Intermedio Editores, 2005, p. 109

75
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 76

Este aspecto es importante resaltarlo porque la falta de una educación más


allá de lo estrictamente militar, nos atrevemos a afirmar, que fue un bemol
toda su vida, tal como se desprende de su análisis grafológico. Veamos.
Sucre tenía una definitiva vocación para el estudio y la investigación, tareas
que requieren de gran concentración, esta característica se desprende del
pequeñísimo tamaño de su letra. Sus d miNÚsculas presentan curvatura hacia
atrás en la parte alta, comÚn en las personas con actitudes intelectuales.
De su estilo escrito decía el profesor Rumazo González: “Sucre no era pe-
riodista; escribía un castellano defectuoso y a su pensar veiase desprovisto
de un vuelo imaginativo; utilizaba el lenguaje directo, claro, a veces enérgi-
co”112. Lo cual es comprensible en quien pasó gran parte de su vida ejercien-
do cargos de mando. En ese sentido, no necesitaba del lenguaje literario
para comunicar órdenes, ni para presentar partes de guerra, por ejemplo.
Estaba consciente de la importancia de la educación para las nacientes re-
pÚblicas. En 1825, en el Congreso Constituyente de Bolivia, manifestó: “Per-
suadido de que un pueblo no puede ser libre, si la sociedad que lo compone
no conoce sus deberes y sus derechos he consagrado un cuidado especial a
la educación pÚblica”113.
La línea previa en el inicio de la letra p lo define como un pensador cui-
dadoso que prefiere considerar todos los detalles de un nuevo plan antes
de ponerlo en ejecución 114. Sobre el particular Rumazo González apunta:
“Sucre no es nombrado en las acciones de guerra, porque su puesto está
en el Estado Mayor constantemente, es decir en el comando que organiza,
orienta, calcula y aconseja. Sus grandes dotes de mente disciplinada, pers-
picaz, previsora, vale mucho al lado de un general que quiere confiarlo todo
al impulso vehemente”115.
Cruzaba la t a una altura conservadora, segÚn la grafología estos perso-
najes no se fijan altos objetivos de vida y prefieren actuar con comedimiento,
aunque como bien sabemos en el caso de Sucre a lo largo de la suya acumu-
ló enormes logros.
SegÚn las apreciaciones de Rumazo González, Sucre en su temprana ca-
rrera militar: “Parece arrollado por los sucesos. No emerge ni se proyecta.
Pasa ignorado, como si fuera mero subalterno, cumplía con sus deberes.
Junto a los BermÚdez, Monagas, los Cedeño y los Piar, su tamaño no toma
112
Ibídem.p. 112.
113
Fundación Polar, ob. Cit., p. 646.
114
Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 113.
115
Rumazo González, Alfonso, Ob. cit., p. 41.
116
Ibídem, p. 39.

76
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 77

relieve…”116
Sus letras minÚsculas también son muy pequeñas, ese rasgo no solo carac-
teriza al intelectual, también al introvertido. Algunos de sus contemporáneos
lo juzgaron como un hombre huraño. Lino de Pombo patriota neogranadino,
lo describía como: “de modales finos, tacitUrno y modesto”117.
Sobre su personalidad Rumazo dice: “contrastados su talento excepciona-
lísimo, audacia, don de acierto, firmeza e infatigabilidad, con una sencillez
elegantemente tacitUrna y una evidente falta de ambición”118. También lo
califica como “Introvertido, observador severo, aunque elegantemente cor-
tés...”119.
Su propensión a la introversión a nuestro perecer, podría explicar el com-
portamiento dubitativo que mostró en alguna ocasión: “en dos oportunida-
des titubeo, hasta el punto de mostrar indecisión que pudo ser, la segunda
vez, de graves consecuencias”120. Cuando preparaban la expedición de
los Cayos en 1816: “Sucre no hace parte de la empresa, ni interviene en los
preparativos. Se evade y se escapa a tiempo, y va a dar a la isla de Trinidad,
donde tratará de ganarse la vida… va a abstenerse de lucha durante siete
meses. ¿Por qué esa fuga?” También recuerda Rumazo que: “¡Cuantas veces
quiso, más tarde, separarse del ejército!”121
Cuando ya se encontraba al frente del proceso de emancipación del Ecua-
dor, Simón Bolívar le reprocha no haber actuado con mayor autoridad en
Quito: “Le diré a Ud. con franqueza que Ud. debe perdonarme, que Ud.
tiene la manía de la delicadeza, y que esta manía le ha de perjudicar a Ud.
como en El Callao. Entonces quedaron todos disgustados con Ud. por deli-
cado, y ahora va a suceder lo mismo”122.
SegÚn la grafología las o y las a cerradas, denotan una personalidad muy
reservada. Podemos entonces afirmar que Sucre era un hombre que sabía
guardar secretos.
La inclinación positiva de su letra hacía la derecha (en 140º) revela un
alto grado de pasión, en su caso fue capaz de dejar a un lado sus intereses
personales y familiares por la empresa emancipadora y ese compromiso, lo
asumió hasta sus Últimas consecuencias. Esa pasión exacerbada en situa-
ciones extremas, puede desembocar en actitudes agresivas. El historiador
Rumazo González señala que: “Los compasivos fracasan en el ejército y más
117
Lino de Pombo, Ibídem, p. 45.
118
Ibidem, p. 11.
119
Ibidem, p. 13. (Destacado nuestro).
120
Ibidem, p. 229.
121
Ibidem, p. 48.
122
Bolívar, Simón, ob.cit. p. 31.

77
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 78

rápidamente en el ejército en campaña. Sucre no fue compasivo: sus genero-


sidades procedían de su espíritu justiciero. El cumanés no fue blando ni tierno
nunca. En ocasiones llega al extremo de la ira…”123
Al respecto, comentaba O´Leary en sus Memorias que: “Al día siguiente,
al darle Sucre un planazo con su espada a su asistente, que se le había inso-
lentado, se rompió la espada”124. En otra ocasión, es enviado a Venezuela
a interceder por la unión, y el Juez judicial de la Grita le hace una intimación
legal impidiéndole el paso, Sucre iracundo, la devuelve“con una expresión
indecorosa”125.
En sus t largas, podemos ver una personalidad asertiva, entusiasta ante las
nuevas ideas y las metas que quiere alcanzar, lo cual es complementario de
su pasión.
Aun cuando su temperamento apasionado, tal como hemos visto, lo podía
llevar a asumir conductas agresivas sus m agudas pero sin exceso, muestran
que no era por naturaleza una persona autoritaria, sino que prefería llegar a
arreglos a través del diálogo pero sin dejarse imponer la voluntad de los
otros. En 1818 Bolívar lo manda a interceder ante Mariño, quien estaba a
disgusto por el nombramiento de BermÚdez como Gobernador Comandan-
te General de la Provincia de Cumaná. Satisfecho con estas gestiones el
Libertador le expresa su reconocimiento:
“Usted se ha portado con la delicadeza y tino que yo esperaba. Celebro
infinito que usted haya visto y tratado al General Mariño del modo que lo ha
hecho, sin desesperarlo y con la consideración que él se merece...”126.
En otra ocasión expresó:
“La destreza del general Sucre obtuvo un armisticio del general español,
que en realidad era una victoria. Gran parte de la batalla de Pichincha (seis
meses más tarde) se debe a esta hábil negociación, porque sin ella la céle-
bre jornada no habría tenido lugar”127.
A menudo se trae a colación las condiciones morales del prócer. Desde el
punto de vista de la grafología esto es notable en la zona alta y baja pronun-
ciada de su escritura. La primera, destacan al hombre espiritual. Después de
la batalla de Boyacá, en 1820,negoció el armisticio y regularización de la
guerra con el general Morillo, tratado que fue calificado por Bolívar como
“digno del alma del general Sucre: la benignidad, la clemencia, el genio de
123
Rumazo González, Alfonso, Ob cit, p. 30.
124
Ibídem.p. 104.
125
Ibídem.p. 262.
126
Simón Bolívar, Correspondencia a Sucre en Ibídem, p. 57.
127
Bolívar, Simón. Resumen sucinto de la vida del general Sucre, p. 77.

78
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 79

la beneficencia”128.
La segunda; las zonas bajas completas en su letra g son una señal del hom-
bre sensual. Sobre esta condición abundan ejemplos en su comportamiento
de hombre mujeriego y enamoradizo. Comenta Rumazo González: “En Ve-
nezuela había dejado fama de buen enamorador. Hasta se le achacó, sin
suficiente verdad, una hija ilegitima, de nombre Lucia Zerpa, en Ana Maria
Zerpa, de Cumana. En Guayaquil, de manera fácil, graduada y continua,
tomó el desenvolvimiento del amor una graciosa curva, ya trabándose en
deleites puros con Pepita Gainza Rocafuerte, de lo más culto de la sociedad;
ya enredándose en aventura con Tomasa Bravo.”129 y agrega: “Dejo hijos
ilegítimos en el Ecuador, Venezuela, Bolivia. Tomaba la aventura sexual a lo
militar en tiempo de guerra: despreocupadamente”130.
La escritura muy clara y cuidadosa de Sucre denota la ejecución detallada
y diligente de su trabajo. En efecto, “su preocupación por los servicios, por
la eficiencia administrativa, llenó muchas de sus horas”131. Además, escribía
con un margen derecho muy pequeño, lo cual habla de su austeridad en el
manejo de los recursos. Esta característica explica que se mostrara “indoma-
ble en su actitud vigilante por la probidad. Castigaba sin vacilar, con rigor
extremo vicios y corruptelas”132. Enviado a Saint Thomas, isla del Caribe, a
adquirir armas cumple con su comisión “con actividad y eficacia y hasta le
sobra dinero.”133
Sus sílabas entrecortada nos habla de una persona poseedora de una
gran imaginación y de una rápida inventiva en situaciones críticas.
Las terminaciones hacia arriba muy frecuente en las letras a, develan a
individuos amistosos, en su caso llevó hasta el extremo su lealtad y amistad
por el Libertador quien dijo de él: “Era el azote del desorden y, sin embargo,
el amigo de todos”134.
En su Última carta al Libertador en 1830 le reitera su compromiso y amistad:
“No son palabras las que pueden fácilmente explicar los sentimientos de mi
alma respecto a Vd.: Vd. Los conoce, pues me conoce mucho tiempo y
sabe que no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno
afecto a su persona”135.
Si nos concentramos en su firma, podemos observar en primer lugar, que
es más grande que la letra del texto. Esto significa que podía ser percibido
128
Ibídem, p.15
129
Rumazo González, Alfonso, Ob. cit., p 73.
130
Ibidem, p. 128.
131
Fundación Polar, Op, cit., p. 647.
132
Ídem.
133
Rumazo González, Ob. cit., p.62
134
Bolívar, Simón, ob.cit. p. 14.
135
Ídem.

79
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 80

como una persona muy sociable, cuando su carácter tendía hacía la intro-
versión. Uno de sus biógrafos lo describe como: “Hombre fuera de grupos,
sabiase solitario, diferente”136. La A con la que inicia su nombre es grande,
pero dentro de lo normal, que nos indica que tenía confianza en sí mismo,
no lo escribe completo lo que significa que era una persona dedicada al
trabajo, capaz de renunciar a su propia vida o la felicidad, en función de
algo que considera superior, usualmente la familia pero en su caso, aparen-
temente, por los ideales republicanos la patria. Esta misma letra la comienza
con un gancho curvo que muestra su apego al terruño, el origen. Su apellido
lo subraya con un trazo grueso y pastoso esta es una indicación muy
clara de la impor- tancia que le daba a su apellido, a su raigambre familiar
y, al linaje militar proveniente de su abuelo.
Alfonso Rumazo González recogiendo observaciones de terceros, lo des-
cribe así: “No se supo feliz nunca. Introvertido, observador, severo, aunque
elegantemente cortés, reía difícilmente y nunca fue propenso a las manifes-
taciones ruidosas de alegría. Grave circunspecto, mostraba edad mayor a
la real. Producía en torno, con hidalguía altivez refinada y culta, más respeto
que simpatías, más fe que devoción…Recto metódico y hasta rígido, exigía
mucho de los demás”137.
Bolívar retrataba el carácter de Sucre como presidente de Bolivia: “Sucre
es caballero en todo; es la cabeza mejor organizada de Colombia; es metó-
dico, capaz de las más altas concepciones, es el mejor general de la repÚbli-
ca y el primer hombre de Estado”138.
Su estudio grafológico nos lo reveló como un hombre con una gran ca-
pacidad de concentración, de reflexión, introvertido, diligente, trabajador,
confiable, apasionado, leal, excelente administrador y probo.

González, Alfonso, Ob. cit., p 13.

136
Rumazo
137
Ídem.
138
Ibidem, p. 225.

80
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 81

81
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 82

antonio
leocadio
Guzmán
T nto n p o
ALE SI R BIDAD

(1801-1884)
Antonio Leocadio Guzmán fue un periodista y político de dilatada parti-
cipación en la escena pÚblica del país. Fundador del diario El Venezolano
principal órgano de difusión de las ideas liberales, líder fundamental del
Partido Liberal, padre del presidente de la repÚblica Antonio Guzmán Blan-
co. Su figura inspiró entre sus contemporáneos sentimientos encontrados, los
mismos, que sigue despertando entre quienes se han ocupado de estudiarlo,
para muchos su imagen quedó grabada en la historia venezolana como la
del arquetipo del político corrupto y oportunista.
Veamos lo que nos dice el análisis de su grafía. Lo primero que resalta en
ella, es su alta inclinación (de 145º) a la derecha, característico de un tem-
peramento muy apasionado donde con frecuencia la pasión domina sobre
la razón. Esta pasión se puso de manifiesto en sus continuos enfrentamientos
con sus opositores políticos.
Sobre este aspecto traemos a colación sus permanentes confrontaciones
con Páez. En 1842 “Guzmán ataca a Páez en toda forma, con insidía y arro-
jo”139 y en la redacción de El Venezolano, “le habla en arrogante lenguaje en
nombre de Venezuela”140. También fueron memorables “los versos difamato-
139
Armas Chitty, J. A. de, Fermín Toro y su Época, Caracas, Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes, 1996, p. 97
140
Hermano Nectario María. Historia de Venezuela, p. 493.

82
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 83

rios”141 publicados contra Juan Pérez, director del Banco Nacional de Vene-
zuela, quien lo llevó a juicio. Luego de su distanciamiento con Juan Vicente
González, se convierte en su “más acérrimo enemigo”142, fueron célebres sus
polémicas en la prensa.
Tenía una personalidad analítica. Esto se nota en el predominio de la ila-
ción de sus palabras
Administraba sus recursos con sentido de escasez, ya que el margen dere-
cho era casi inexistente.
La perseverancia era otra de sus características, podemos notarlo en las
terminaciones alargadas de las palabras y de su firma. Ramón Díaz Sánchez
en su obra Elipse de Una Ambición de Poder, revisa de manera exhaustiva
la vida de Antonio Leocadio, en ella es posible constatar una ininterrumpida
actividad desde 1825 cuando funda el Argos hasta 1870 cuando su hijo An-
tonio Guzmán Blanco llega a la presidencia y con él, todo el dinero y poder
que tanto ambicionó.
Las m y n agudas nos muestran que no se dejaba imponer la opinión o cri-
terio de otros. AUn cuando en ciertas ocasiones, sus enemigos lo calificaron
de cobarde, este aspecto de su personalidad no se desprende en el análisis
de su escritura. Recordamos que “cuentan que Juan Vicente González en-
contró a Guzmán vilmente defendido entre las topias de una cocina, lo que
ridiculizara González en vibrante epigrama calificándolo como Héroe del
Fogón”143.
Para Federico Brito Figueroa “Antonio Leocadio no era el hombre para la
gesta de realizar, carecía de las cualidades humanas para ser el conductor
de multitudes en la lucha armada contra los godos. La vacilación, el temor a
herir, la tendencia al compromiso, constituían acusadas características de su
personalidad”144. Creemos que la vacilación y la tendencia al compromiso
que se le endilgan podría ser más bien, la de un personaje calculador, lo
cual se muestra por el circulo que rodea a la firma que indica además sigilo,
e intenciones de querer sacar provecho en un momento de incertidumbre Si
bien se mostró reticente al combate físico, su temor a herir no se extendió al
ámbito de la confrontación verbal pues hirió, atacó y denigró de mÚltiples
personas.
Centrándonos en el análisis de su firma, encontramos importantes rasgos
141
Fundación Polar, Diccionario de Historia, p. 403.
142
Ibídem, p. 404.
143
Brito Figueroa, Federico, Ezequiel Zamora, Caracas, Editorial Ávila Gráfica S.A., 1951 p. 61.
144
Ibídem, p.60.

83
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 84

de su personalidad. Antonio Leocadio estaba muy dedicado a su trabajo,


tenía muy poco tiempo para el disfrute personal, sólo pone la letra inicial de
su primer nombre, no lo escribe completopero resalta en tamaño si la com-
paramos con las letras de su texto, habla de un individuo con gran confianza
en sí mismo. Una de las características que más se destaca en este estudio,
es su inteligencia analítica. Esto se desprende al observar que su apellido ad-
quiere una forma triangular igualmente, este rasgo está presente en algunas
partes de las palabras del texto. El historiador Salcedo Bastardo destaca
este atributo cuando dice: “El sueño obsesivo del listo demagogo Antonio L
Guzmán - conquistar el poder absoluto y la riqueza - lo realiza sobradamente
su hijo, quien lo hace Ministro del Interior y Justicia, en su primer gabinete, e In-
dividuo de NÚmero en la Academia por el fundada; le confiere en vida y en
muerte todos los honores, a los cuales son ambos particularmente adictos”145.
La condición moral usualmente se adquiere en la familia y a temprana
edad. Guzmán fue hijo natural, luego reconocido, de Antonio de Mata Guz-
mán sargento de batallón acuartelado en Caracas, apodado “santero espa-
ñol”146 y su madre, Josefa Águeda conocida con el remoquete de “La Tiñosa,
mujer comÚn pero con gracia”147. Se crió con su madre y en 1812, su padre lo
manda a España, alejándolo del teatro de la guerra.
El historiador Guillermo Morón, en su semblanza sobre los presidentes de
Venezuela apunta que: “Antonio Leocadio Guzmán olvidará el nombre de su
madre y le pondrá adornos de vanidad al apellido de su padre”148. El círculo
cerrado que contiene su firma, habla de una persona que desea ocultar sus
intensiones, propósitos o acciones. Esto unido con el gancho que registra
la primera letra de su nombre en la parte inferior, muestran tendencia a ser
posesivo y apropiarse de lo ajeno, ambos elementos indican deshonestidad.
Quienes han estudiado a este personaje no ponen en duda que fue un
corrupto. El político Germán Borregales cuando habla de Antonio Guzmán
Blanco, la emprende contra el padre: “Digno hijo de aquel viejo, cínico, la-
drón e inmoral, que para escalar en la alta sociedad caraqueña, engaña a
una doncella educada y formada por María Antonia Bolívar, logrando en la
emergencia que se la den por esposa, a la cual luego martiriza; falsificador
de documento, que estafaría a la Ilustre Municipalidad de Caracas, hombre
que en las postrimerías de su vida, comete el horrendo sacrilegio de recibir el
145
Salcedo-Bastardo J. L, Ob. cit., p.451.
146
Urdaneta. Ramón, Antonio Guzmán Blanco, 1829-1899, Caracas, Editorial Panapo, 1997, p.7.
147
Ídem.
148
Morón, Guillermo, Los Presidentes de Venezuela 1811-1979, p.148

84
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 85

sacramento sin previa confesión y arrepentimiento, lo que causó la locura al


párroco de la Catedral de Caracas”149. Y sobre sus gestiones como enviado
extraordinario del gobierno venezolano en el PerÚ Opina que “En los anales
de la vergÜenza hay que anotar el bochorno de los reclamos al PerÚ: Antonio
Leocadio Guzmán fue el personaje en la hazaña indecorosa del cobro, a
aquella nación hermana, del millón de pesos ofrecidos al Libertador y que
este, con razones a la altura de su gloria, había rechazado”150. Su cinismo se
pone en evidencia en esta célebre frase: “Si los contrarios señores hubieran
dicho Federación, nosotros hubiéramos dicho Centralismo, confiesa cínica-
mente Antonio Leocadio Guzmán”151. El historiador Federico Brito Figueroa,
al hablar de Guzmán, lo llama “el alma de la demagogia social” y “el viejo
y cínico demagogo hasta allí solo deseaba pelear, temía la acción de frente
contra la oligarquía”152.
En innumerables ocasiones actuó de manera oportunista y deshonesta.
Mostró une enorme falta de fidelidad con quienes alguna vez fueron sus
amigos o compañeros de lucha. Su actitud ambigua lo distancia de José
María Vargas. Después de haber formado parte del Gabinete de José Anto-
nio Páez lo confronta. Juan Vicente González cofundador junto con él de la
Sociedad Liberal, se convierte al poco tiempo en su más acérrimo enemigo.
Acusado de conspirador en 1847 e indultado por José Tadeo Monagas,
apoyó años más tarde su derrocamiento. En fin, no fue justamente un adalid
de la lealtad.
El orden y la claridad de su escritura, revelan que tenía cualidades de buen
orador. El verbo fue su arma. Adquiere popularidad como articulista primero,
en El Argos fundado en 1825 y luego, en El Venezolano periódico que cir-
cula entre agosto de 1840 y mayo de 1845, desde estas tribunas, con una
prosa ágil e hiriente dirige sus ataques contra los godos.
Una biografía de Guzmán sostiene que “durante los siguientes 14 años
(1870-1884) Antonio Leocadio Guzmán vivirá opacado por la figura de
Antonio, su hijo”153. Si bien esto es cierto, tenemos que señalar que Antonio
Leocadio no buscaba reconocimiento ya que no subrayaba su nombre, eran
otras sus motivaciones: el poder y dinero, y esto lo consiguió ampliamente a
través de su hijo.
En nuestro análisis grafológico lo vemos como un hombre excepcional-
149
Borregales, Germán. ¿Cuáles fueron los frutos de la Federación? Caracas, 21 de marzo de 1959.
150
Ibidem, p. 498.
151
Ibidem, p. 464.
152
Brito Figueroa, Federico, Ob. cit., p.57 y 58.

85
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 86

mente inteligente, trabajador incansable, perseverante, apasionado, que se


expresaba con claridad, organizado, planificador, buen administrador, que
tenía carácter y confianza en sí mismo, que no buscaba la gloria y que efec-
tivamente, era un hombre calculador, deshonesto y que actuaba con sigilo.
Con una gran avidez por el poder y el dinero. Este Último, no para su disfrute
hedonista, sino como fuente de seguridad personal.

153
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 404.

86
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 87

87
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 88

Fermín Toro
IntELECtUAL COnsERvADOR
(1806-1865)
Fermín Toro es uno de los personajes del siglo XIX cuya importancia suele
pasar desapercibida. Fue un destacado parlamentario y diplomático, gra-
cias a sus gestiones Venezuela logra el reconocimiento de España. Incursio-
nó en la literatura y mostró dotes de economista, sociólogo y educador. Con
una formación autodidacta logró desarrollar estas mÚltiples facetas.
Nace en el Valle, cerca de Caracas, desde temprana edad pone de ma-
nifiesto sus dotes excepcionales; siendo un niño dejaba impresionados a sus
mayores con su habilidad en la ejecución del violín. Inicia su actividad pÚbli-
ca como Oficial de Tesorería de la Aduana de la Guaira en 1827. Tuvo la
oportunidad de conocer y compartir con personalidades como José María
Vargas, Juan Manuel Cagigal y José Luis Ramos, con quienes tenía en comÚn,
la preocupación por promover el desarrollo del conocimiento y la educación
en la naciente repÚblica.
En 1828 se casa con su prima María de la Merced Tovar y Toro154, quien
le dará siete hijos. Dos años más tarde, es electo diputado al Congreso en
representación de Margarita.
En el análisis grafológico, lo primero que advertimos es la inclinación muy
154
Armas Chitty, J. A. de, Fermín Toro y su Época, p. 24.

88
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 89

pronunciada de su letra (de 145º) hacia la derecha, lo que caracteriza a


individuos extremadamente apasionados. Esto explica su temprana incorpo-
ración a la vida pÚblica y a la política.
La zona alta de la letra muy extendida, lo define como un hombre de altos
valores espirituales.
Iniciaba su actividad como congresante en1832, cuando desde su curul,
abogó por la repatriación de los restos de Bolívar, propuesta que fue re-
chazada. Llama la atención que la hiciera en momentos en los cuales, aun
estaba muy fresca en la memoria de sus contemporáneos, el desencuentro
y la ruptura con el Libertador, que supuso la separación de Venezuela del
proyecto colombiano. Su aspiración de hacer justicia regresando los restos
de Bolívar a su patria, se ve coronada diez años después, en ese momento le
tocó presidir la comisión que preparó las honras fÚnebres del prócer.
En 1839 el entonces presidente de la repÚblica, general Carlos Soublette,
lo designa Secretario de la Legación en Londres. Una vez en esa ciudad,
aprovechó la oportunidad para adquirir otros conocimientos. Lo cual no es
de extrañar. Desde el punto de vista de la grafología la letra muy pequeña,
nos habla de personas con una inclinación natural para el estudio y con
gran capacidad de concentración. Durante el tiempo que permaneció como
funcionario en la Legación, asistió a las sesiones de la Real Institución de
Ciencias y la Biblioteca Real, para seguir sus estudios de química, botánica y
geología155. Igualmente, logró dominar el latín y el griego.
Otro aspecto que queremos resaltar, es su letra calígrafa muy cuidadosa.
Lo que nos pone en contacto, con un personaje con grandes dotes de orador
y escritor. Esta característica explica su facilidad para la escritura, particu-
larmente de la poesía. En 1830, a los 24 años, redacta la consigna de la
revuelta en la Asunción, sobre el particular, comenta uno de sus biógrafos Ar-
mas Chitty, que en este documento: “está presente el giro literario, el tono ora-
torio, el acento romántico, extendido, elegante del futuro parlamentario”156.
El escritor Juan Vicente González, a propósito de su intervención en la
Convención de 1858, decía que encontraba: “en sus discursos, brillo literario
más que fuego oratorio, gran propensión a palabras armoniosas, y bellas,
lujo prodigioso de metáforas, especie de elocuencia del que piensa”157.
Continuando con lo que nos muestra su grafía, si ponemos atención a sus
letras m notamos, que van de mayor a menor en tamaño, esto nos habla de
155
Ibídem, p, 45.
156
Ibídem, p, 28.
157
Ibídem, p, 151.

89
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 90

su pensamiento deductivo.
Su perfecta puntuación lo descubre como un individuo detallista, lo que a
nuestro juicio explica, su inclinación por el estudio y clasificación de las plan-
tas y minerales, disciplina de interés comÚn con José María Vargas.
Generalmente cerraba las o, en pocas ocasiones las deja levemente abier-
tas, lo que nos muestra que pese a ser un hombre reservado, tendía a confiar
sus aspiraciones o secretos a las personas de su confianza.
Era poseedor de una gran sensibilidad social, como lo atestiguan las zo-
nas altas prolongadas de la letra. Cuando lee el ResUmen de la Historia de
VenezUela de Rafael María Baralt reflexiona diciendo: “no puede leerse la
conquista de Venezuela sin quedarse uno petrificado de horror; y cuidado
que las víctimas no tuvieron historiador ni sus dolores intérpretes...”
Además, escribió su novela “Los Mártires”, donde describe la situación de
los trabajadores irlandeses en 1842 al comienzo de lo que se llamó la gran
hambruna. Por otra parte, las zonas bajas de las letras g y p con apertura
hacia la derecha lo definen como un hombre altruista158.
En cuanto a las palabras, se advierte que las sílabas no están todas entre-
lazadas, sino que a menudo, las corta, lo que nos habla de un individuo ima-
ginativo, un creador. Este Último aspecto explica que tuviera durante su vida
tantos intereses diferentes. Mientras que las terminaciones que adquieren
éstas son casi siempre, diferentes. Como diferentes son las interpretaciones
que tienen cada una de ellas; las curvas lo definen como amistoso, las largas
como perseverante. Estas características de la escritura, son propias de las
personas que manejan muy bien las relaciones interpersonales, porque pue-
den adecuarse a cada uno de sus interlocutores. Sabemos de su excelente
desempeño en la diplomática. En Madrid en 1860, le tocó negociar el Trata-
do de Paz y Reconocimiento entre España y Venezuela, donde “disponía de
sus relaciones para abordar con éxito, tan espinoso asunto, pues conocía el
ambiente, tenia nexos familiares, etc.”159.
Fue un hombre honrado y de principios, en su grafología no aparecen sím-
bolos de deshonestidad, sus intereses fueron los de la comunidad y la ciencia.
Las zonas bajas de la letra son largas, pero no redondeadas. Esta circuns-
tancia muestra que sus acciones no estaban dominadas por lo material, lo
sensual, los instintos o el dinero. Cuando se produce el asalto al Congreso
el 24 de enero de 1848 por parte de las fuerzas del gobierno, Fermín Toro
158
Sara, Dorothy, Ob. cit., p.173.
159
Armas Chitty, J. A. de, Ob. Cit., p. 191.

90
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 91

decide abandonar su cargo legislativo. A través de terceros, el presidente


José Tadeo Monagas intentó convencerlo de regresar al Congreso, su res-
puesta a los emisarios de Monagas se hizo célebre: “...Díganle ustedes al
general Monagas que mi cadáver lo llevarán, pero que Fermín Toro no se
prostituye”160.
Pasemos ahora a ver lo que nos dice su firma. En ella, la letra inicial de su
nombre es relativamente grande lo que evidencia que tenía una gran con-
fianza en si mismo. En esta misma primera letra (F), el lóbulo inferior pronun-
ciado, señala que tenía una fuerte relación afectiva con su padre. El lóbulo
superior grande, pero menor al inferior, revela afecto hacía su madre, pero
en menor medida que aquel que sentía por su padre. Acerca de su progeni-
tor, sabemos que Antonio Rodríguez de Toro, fue subteniente de las milicias
de blancos de Caracas y simpatizaba con la causa realistas. No se cono-
cen en detalle los acontecimientos, pero, para 1827 el Libertador le coloca
en un cargo importante; Administrador Principal de la Aduana de la Guaira,
lo cual nos indica, no solo su posterior adhesión a la repÚblica, también se le
consideró un hombre valioso.
Continuando con el análisis de su firma, observamos que en ella, las letras
son de mayor tamaño que las del texto, esto, nos permite concluir que pese, a
que su desempeño pÚblico hace suponer que nos hallamos frente a un hom-
bre extrovertido, Toro era más bien introvertido. Tampoco escribía su nombre
y su apellido completo, esto es característico de individuos que ponen el
trabajo y el estudio por encima de sus intereses personales
Fermín Toro fue uno de los personajes relevantes de un importante período
de nuestra historia: la conformación de la repÚblica. Durante su desempeño
como funcionario pÚblico vivió del sueldo que tales oficios le devengaban.
Posteriormente y ya retirado, tuvo una vida muy modesta en la hacienda
Togo en Guacara, Estado Aragua.
El análisis grafológico nos reveló a una persona apasionada, con grandes
dotes para la diplomacia y negociación, detallista, espiritual, entregado al
trabajo y al deber contraído con la patria.

160
Fundación Polar, Historia de Venezuela, p. 708.

91
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 92

92
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 93

Juan vicente
Int
González
t y po m stELEC UAL LE I A

(1810-1866)
Pocos personajes de su generación superaron en estatura intelectual a Juan
Vicente González, periodista, escritor y educador. Sus grandes dotes de po-
lemista le granjearon la admiración de muchos, pero igualmente, despertó
en otros tantos, el odio y la enemistad.
Se desconoce la identidad de sus padres, fue abandonado a las puer-
tas de la casa de Francisco González Delgado -afecto a la causa realista-,
quien lo adopta. Cursó estudios en el convento de los padres neristas y obtie-
ne el grado de bachiller en 1828, se gradÚa de licenciado en Filosofía en la
Universidad de Caracas en 1830.
Iniciamos el análisis grafológico con su firma, uno de los aspectos que re-
saltan en ella es la letra con la cual la inicia J, podemos apreciar que no tiene
lóbulos ni en la parte superior ni inferior, signo de la falta de apego por sus
padres. Por otro lado, el tamaño que adquiere es notablemente más grande,
si la comparamos con las otras letras, esta característica nos permite inferir
que poseía una alta autoestima.
Juan Vicente González tuvo un papel destacado en su desempeño pro-
fesional. Como educador, no se contentó con el ejercicio de la docencia

93
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 94

en varios colegios de Caracas, (impartía las materias de historia, literatura,


gramática, latín, y griego), también fundó uno propio, el Colegio Salvador
del MUNdo en 1848.
Se convirtió en una referencia como periodista y polemista. A partir de
1842 escribe en El Liberal, El Venezolano, Diario de la Tarde y La Prensa. Des-
de estas tribunas sostiene una agria polémica con Antonio Leocadio Guz-
mán. Además, fue fundador de un diario que después se convirtió en uno de
los órganos de comunicación más importantes del país: El Heraldo.
Los movimientos ondulantes en su firma revelan que era un luchador obsti-
nado. Ciertamente, confrontó indistintamente a todos los gobiernos, cuando
le pareció que se alejaban de los preceptos de justicia y equidad que siem-
pre defendió con ímpetu.
La terminación ascendente de su nombre, nos habla de un hombre que es
capaz de tomar decisiones al momento, sin necesidad de mucha reflexión, o
hacer afirmaciones contundentes, como aquella que hizo a propósito de la
muerte de Ezequiel Zamora, en ese momento, habló de “una bala afortuna-
da, bendita sea mil veces la mano que la dirigió”.
Era algo presumido, no exageradamente, evidenciable por el lóbulo en la
parte superior y final de su firma. Además lo elaborado de su rÚbrica en la
parte inferior, lo definen como un personaje que no quería pasar desaperci-
bido.
Desde el punto de vista de la grafología podemos afirmar que era un ora-
dor de verbo fluido, así nos lo demuestran la claridad de su letra y el cuidado
que pone en ella. Estas circunstancias explican su éxito como comunicador.
Sin duda fue un escritor prolífico. Publicó una primera obra dedicada al
Libertador en 1831 titulada Mis exeqUias a Bolívar, posteriormente, publica
El compendio de gramática castellana según, Salvá y otros AUtores (1841),
ManUal de Historia Universal, Historia de VenezUela y Colombia o vida de
sUS hombres ilUStres y varias biografías como las de José Félix Rivas, José Ceci-
lio Ávila, José María Alegría, Martín Tovar Ponte.
Editó La Revista literaria, pero se hizo particularmente célebre por las Me-
senianas, poemas en prosas donde exaltaba a personalidades como por
ejemplo, Fermín Toro, Andrés Bello, y otros, como una forma de contribuir a
fortalecer los valores patrios.

94
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 95

Paralelamente a su labor de escritor, incursionó en la política. Junto con


Antonio Leocadio Guzmán y otros, fundó el partido liberal. Fue diputado al
Congreso y como tal, le tocó vivir el bochornoso suceso de 1848, momento
en el cual grupos armados afectos al entonces presidente José Tadeo Mo-
nagas, toman por asalto este cuerpo legislativo, con saldo de varios heridos
entre ellos Santos Michelena.
Mientras fue jefe político de Caracas, hizo encarcelar en 1846 a su anti-
guo amigo, Antonio Leocadio Guzmán. Paradójicamente, varios años des-
pués, él también sufrió cárcel. Sus posturas políticas lo pusieron, entre 1861
y 1862 tras las rejas. Un año después, en 1863 es puesto en libertad por el
recién inaugurado gobierno de Juan Crisóstomo Falcón.
Otro aspecto importante de su grafía está en la inclinación positiva de su
letra hacia la derecha, que revela su temperamento apasionado. Esta con-
dición lo llevaba a asumir posiciones radicales. Defendía con vehemencia
aquello en lo cual creía, en ese sentido era frontal y no huía de la polémica.
También su letra nos dice que poseía una visión estratégica de las cosas y
era capaz de discernir lo importante de aquello prescindible.
Defendía y mantenía su posición y podía tornarse intransigente. Sus m las
traza de forma curva al inicio y después adquieren un trazo en forma de pico,
esto indica que comienza los argumentos en forma cordial y termina en forma
impositiva.
Su creatividad e imaginación se ponen de manifiesto en la falta de ilación
en su grafía.
Cierra todas las o y las a, esto es característico de personas extremada-
mente reservadas, a veces adorna las terminaciones de estas letras con un
bucle, esto Último probablemente, lo hacía de manera consciente.
Juan Vicente González fue una figura pÚblica notable, un connotado po-
lemista. Su físico y su personalidad no pasaban desapercibidos. Su grafía
nos mostró entre otras cosas, que era un hombre de una alta autoestima,
apasionado, un luchador incansable, con condiciones de excelente orador
y escritor.

95
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 96

96
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 97

Ezequiel
Zamora
C oF
AUDILL EDERAL

(1817-1860)
Ezequiel Zamora fue un destacado caudillo de la Guerra Federal, cuyas
dotes de estratega militar resultaron decisivas para el logro de importantes
triunfos para la causa liberal. Su figura sigue despertando controversias entre
aquellos que se han ocupado de estudiarlo. Están, quienes redimensionan su
actuación hasta convertirlo en un héroe revolucionario al mejor estilo mexica-
no, mientras que otros, toman prudente distancia a fin de entender las circuns-
tancias y el contexto dentro del cual le tocó vivir.
Lamentablemente, recibió “la rudimentaria instrucción que podía brindarle
una zona rural (CÚa) todavía convulsionada por las luchas de la emancipa-
ción”161, decimos que es lamentable, porque desde la óptica grafológica su
letra de tamaño pequeño, define a personas con gran capacidad de con-
centración y con actitudes para el trabajo intelectual.
Probablemente, su ingreso a la masonería (1855), respondiera a una in-
quietud de bÚsqueda de conocimiento y prestigio, ya que en ese tiempo,
formar parte de esta logia brindaba la ocasión de establecer relaciones con
la elite económica e intelectual que pertenecía a ella.
161
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 948

97
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 98

La inclinación positiva de su letra, nos habla de un temperamento apasio-


nado. Por lo general, este rasgo esta presente en los hombres de acción. En
la medida en que crecía su fama de caudillo, comenzaron a calificarlo con
los epítetos de bravo, valiente, intrépido y atrevido162.
Cruza la t en lo alto, indicativo de personas que se fijan altos objetivos en
la vida, en su caso, creemos que esta cualidad lo ayudó a destacarse como
dirigente por encima de otros liderazgos.
Los márgenes que deja en sus cartas son estrechos, indicativo de quien
cuenta con pocos recursos económicos. El margen izquierdo es reducido
mientras que el margen derecho es casi inexistente, lo que reafirma su condi-
ción de hombre austero.
Efectivamente, ya estaba en su vida madura, cuando se inicia como pe-
queño comerciante. En un principio, hace viajes al Guárico para negociar
con ganado. Luego, se establece en Villa de Cura, donde regenta una tien-
da de víveres163. A partir de allí, amplía sus actividades comerciales, es pro-
bable que estas experiencias le enseñaran sobre el valor del dinero y cómo
administrarlo.
SegÚn Manuel Donis, Zamora: “Vivirá sus mejores días como organizador
y conductor de tropas. Asombrará como estratega”164. Dado que en el ámbi-
to dentro del cual se destacó fue la guerra, podemos afirmar que de su análi-
sis grafológico se desprenden ciertas cualidades que evidencian que poseía
destrezas esenciales que lo hacían apto para esta empresa.
En primer lugar, era poseedor de una inteligencia estratégica, tal como lo in-
dica la forma de triángulo rectángulo que adquieren algunas de sus palabras,
incluyendo el nombre y apellido en su firma. En segundo lugar, su letra p está
antecedida de un trazo, este rasgo es propio de los individuos cautelosos. En
tercer lugar, su puntuación impecable, nos dice que estamos en presencia de
alguien muy detallista. En cuarto lugar, era muy reservado; cierra completa-
mente las letras o y a. Y en quinto lugar, es de una inteligencia calculadora,
característica evidenciada en una grafía donde todas las letras están unidas.
Otro aspecto que sobresale dentro de su análisis grafológico, es su tenden-
cia a la agresividad, lo vemos en sus letras m. Las hace en forma de serrucho,
rasgo que definen a aquellos que procuran imponer su criterio a los demás,
que son incapaces de llegar a acuerdos con sus adversarios en resumen,
162
Manuel Donis Ríos, Ezequiel Zamora, Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2007, p. 86
163
Ibídem, p. 74.
164
Ibídem, p. 83.

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 99

intransigentes. Refiere Mario Briceño Iragorry que Juan Crisóstomo Falcón


decía de él: “no estoy como están ustedes, por la desbordada violencia de
Zamora, quien ha sido víctima de los godos y quiere vengarse de injurias
personales que felizmente no hemos recibido nosotros (…) Ezequiel es impla-
cable en sus odios. Parece un volcán que camina”165.
Ildefonso Riera Aguinagalde, reconocido periodista y literato, formó parte
de las filas de los federales y tuvo la oportunidad de conocer de cerca a
Ezequiel Zamora, de él nos legó esta semblanza:
“Su talla aunque no de la más perfecta, tenía la elevación necesaria para
sobresalir y ser visto: no gozaba es verdad, de ese don de la gallardía y la
entonación que llama a la obediencia, que casi la impone; pero en cambio
disponía del secreto de ganarse a las masas hasta convertirse en su ídolo”166.
A partir del estudio de su firma, encontramos rasgos de su personalidad
contradictorios. Podemos aseverar que Zamora, pese a dar la impresión de
ser un hombre extrovertido, era más bien, introvertido. Lo muestran el tamaño
de sus letras que son notablemente más grandes que la de sus textos. Esto es
característico de personas tímidas, si bien, las terminaciones de sus palabras
en semi-curvas definen un temperamento amistoso.
Riera Aguinagalde en El Federal confirma la percepción que de su perso-
nalidad tenían sus contemporáneos:
“Se asimilaba de tal manera al elemento popular, que no solo fingía sus pa-
siones, sino que hasta con perjuicio de su propia y fina educación, imitaba su
incultura y brusquedad en sus arranques…”167.
Poseía una gran confianza en si mismo, si nos fijamos en la forma como
escribe su nombre, veremos que la primera letra, la E de Ezequiel, es visible-
mente mayor que las otras. La sencillez y claridad de su firma revelan que
estas mismas cualidades están presentes en su personalidad. Su rÚbrica168 es
muy elaborada -rasgo muy comÚn entre los políticos y hombres pÚblicos- esto
significa que le gustaba llamar la atención.
Otra descripción sobre nuestro personaje la aporta el capitán Ramón Pé-
rez quien fue compañero y su subalterno en la campaña del Zulia:
“Paternal y amigo de los soldados, él era el primero en arrostrar los peli-
gros, el iba delante de todos los trabajos mientras que era el Último en los
goces. A su voz ocurrían como atraídos por su poder magnífico”…169.
165
Ibídem, p.82
166
Ibídem, p. 44.
167
Idídem, p. 45
168
Rúbrica: rasgos o conjunto d rasgos de figura determinada que, como parte de la firma, pone cadacual después de su nombre.
169
Manuel Donis, Ob. cit., p. 57

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 100

Podemos mencionar la perseverancia como otra de sus cualidades. Se ob-


serva en la larga línea recta paralela a la base con la cual concluye su apelli-
do. Esta característica suelen definir también a individuos rencorosos, quizás
ese aspecto de su personalidad lo equilibraba con la generosidad, este
Último rasgo se desprende al observar la forma que adquieren sus y; tienen
una terminación hacia delante, usual en personas generosas e inteligentes.
Ezequiel Zamora es un personaje cuya actuación aun hoy sigue desper-
tando la imaginación de muchos. Probablemente, se seguirán exaltando sus
dotes heroicas, de conductor de masas, de paladín reivindicador de los de-
rechos de los más necesitados. Lo cierto es, que Zamora fue un hombre de su
tiempo, en un país donde la guerra era una constante, que poseía bienes, es-
clavos, que luchó por un sistema político: en el cual creía; la federación, que
no legó a la posteridad ningÚn documento escrito donde hable de igualdad,
reparto de tierras para los campesinos, etc., o alguna de aquellas frases que
se le endilgan. En nuestro caso, hemos encontrado en él, segÚn su grafolo-
gía, actitudes que lo hacían apto para el combate, que lo definen como el
estratega que fue y con una ascendencia especial sobre los individuos mar-
ginales que lucharon a sus órdenes en la gran guerra.

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 101

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 102

cecilio
Un IntELECtUAL E
an costa
mo
A oRAD
DEL LEnGUAJE.

(1818-1891)
Cecilio Acosta fue un hombre dedicado a la labor intelectual, cuyos esfuer-
zos se concentraron en promover ideales de progreso y civilización en una
Venezuela estremecida por las constantes guerras y levantamientos. Aboga-
do, dedicado a la docencia y a la labor periodística, alcanzó el honor de ser
designado como individuo de nÚmero de la Real Academia Española de la
Lengua.
Nació en San Diego de los Altos en el seno de un hogar extremadamente
humilde. A los diez años, queda huérfano de padre. De la mano del párroco
Fernández Fortique, aprende las primeras letras y las Sagradas Escrituras.
No es de extrañar, que se inclinara en un primer momento, por la carrera
sacerdotal. Efectivamente, a la edad de trece años, deja su pueblo natal e
ingresa al Seminario Tridentino de Santa Rosa de Lima en Caracas, donde
permanecerá durante nueve años. Se desconocen las razones por las cuales
desiste en abrazar el sacerdocio, lo cierto es, que luego de esta experiencia,
ingresa a la Universidad Central de Venezuela en 1840, para cursar leyes.
Ocho años después se gradÚA de abogado.

102
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 103

El estudio de su grafología nos revela que estamos en contacto con una


persona sencilla, sin complejidades, que se proyecta tal cual es. Estos ras-
gos se deducen, a partir del análisis de su firma, solo se limita a escribir su
nombre, sin decoración o rasgos innecesarios. SegÚn refiere Manuel Alfredo
Rodríguez, Cecilio Acosta: “Vestiase siempre de negro… y andaba por la
calle como ensimismado en profunda meditación”170.
Pese a su humildad y timidez, la altura de la primera letra de su nombre nos
revela su confianza en si mismo.
Sin hacer mucho alarde, en la práctica demostró que era un hombre firme
en sus convicciones, capaz de asumir la defensa de sus ideales y principios:
“La grande escuela de la libertad, la mía, es la que respeta la conciencia
como un santuario, la ley como una institución, la libertad como derecho, la
inteligencia como guía y la virtud como título de merecimiento para ser consi-
derada y un diploma que habilita para desempeñar con rectitud los puestos
del estado”171.
Era muy reservado tal como lo muestran las formas que adquieren sus letras
o y a, siempre están cerradas. Las t, las cruza en la zona baja, lo cual es ca-
racterístico de un hombre conservador, que no se fija metas que rebasen sus
posibilidades de alcanzarlas.
La característica más destacada de nuestro personaje desde el punto de
vista grafológico, estriba en la unión de todas las letras de sus palabras al
punto, de que no separa el nombre de su apellido. Esto es frecuente, en in-
dividuos extremadamente racionales, de un pensamiento muy organizado,
que logran comunicar sus ideas de manera ordenada y detallada. Esto se
evidencia también, en la escrupulosidad con la cual maneja los puntos y
acentuaciones, incluso pone punto final en su firma. Baste uno de sus escritos
para ilustrar lo que venimos afirmando:
“Mesa parca y libre de cuidados, a lo Fray de León, naturaleza y hombre
sin odios, como los pintan los poetas; diversiones tranquilas y serenas, como
en otro tiempo las de Arcadia, salvo que no tienes, como allí, el son de la
zampoña; el alma en paz y el corazón en goces, yo no sé que haya para el
deseo; y el que no justifique, tendrá que disculpar, con un juicio que casi se
acerque a la alabanza, el cuadro y las ideas de Rousseau en la Academia
de Gijón”172.
170
Manuel Alfredo Rodríguez,” Cecilio Acosta”, en Revista Universitaria de Historia, USM, septiembre-diciembre, 1982, p.110.
171
Ramón Díaz Sánchez, Cecilio Acosta, Biblioteca de Autores Mirandinos, Caracas, 1982, p.26.
172
Cecilio Acosta, Cosas sabidas y cosas por saberse, Caracas, 8 de mayo de 1856, página primera

103
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 104

Su letra se ajusta a lo que se conoce como letra Palmer, que es el estándar


de la escritura calígrafa comercial y definen a quienes se apegan a ella,
como seres respetuosos del orden, la formalidad y las normas. Tomemos
como ejemplo la descripción que nuestro personaje hace de sí mismo:
“Dos cualidades me caracterizan: el respeto que siempre he profesado a
la persona que representa al gobierno de Mi patria y la independencia que
siempre he manifestado en mis opiniones. No sé si a esto Último se le debe el
no haber figurado en política…”173.
Este tipo de letra es característico también, de las personas con facilidad
de expresión. Esta cualidad lo hacía apto para la docencia. Ciertamente, se
destacó en la labor pedagógica, dio clases en el Colegio La Paz y Caracas,
además de la cátedra que tenía en la Universidad Central de Venezuela.
Su meticulosidad en la escritura, nos hablan de su gran capacidad de trabajo
y concentración. Su esmero y estilo es descrito por Miguel Antonio Caro como:
“El excesivo pulimento le inclinaban a la sutileza en el concepto y la amanerada
simetría de la frase, pero los sentimientos generosos de su corazón, los encendi-
dos afectos, le devuelven la naturalidad y el color en el conjunto”174.
Su grafía pequeña lo define como un intelectual. Rafael Cartay, señala
que:”Contadas veces Acosta se apartó de la soledad casi monástica de su
sala de estudio y de sus obligaciones estrictamente profesionales”175.
Este rasgo de su personalidad lo vemos reflejado sobre todo, en su labor
como filólogo. Se dedicó a recoger más de mil venezolanismos. Esta obra,
le valió la incorporación, en 1869 a la edad de cincuenta años, como miem-
bro correspondiente a la Real Academia Española de la Lengua “donde
abogará porque la academia proteja a la adopción de aquellos vocablos
extranjeros que la lengua española necesita para su enriquecimiento”176.
Nuestro personaje se nos muestra como un hombre apasionado, tal como
lo refleja la inclinación positiva de su letra. A nuestro parecer, ello explicaría
sus incursiones en la vida pÚblica; primero, en la década de los cuarenta con
sus escritos en El Federal y El Centinela de la Patria, segundo, en su sonada
polémica con Ildefonso Riera Aguinagalde, sobre el papel de las revolucio-
nes en el progreso de los pueblos; y por Último en 1877 y fuera de su habitual
cordura, uno de sus más agrios artículos dirigido a Antonio Leocadio Guz-
mán a quien describe como fantasma que sobrevive a si mismo.
173
Rafael Cartay, Cecilio Acosta, Caracas, C.A. Ediciones El Nacional, 2005, p.30
174
Rafael Ángel Rivas Dugarte, “Presencia dedon Cecilio Acosta en la prensa internacional”, en Varios autores, Vigencia de Cecilio
Acosta, p.80
175
Rafael Cartay, Ob. cit., p.28
176
Ramón Díaz Sánchez, Cecilio Acosta, Biblioteca de Autores Mirandinos, Caracas, 1982, p. 64.

104
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 105

Fue pues Cecilio Acosta por encima de cualquier otra cosa, un intelectual
enamorado del lenguaje, que llevó una vida fundamentalmente privada y
sencilla, siempre en la pobreza, transparente a toda prueba, preocupado
por inculcar valores ciudadanos en un país donde imperaban las charrete-
ras, en ese sentido podemos afirmar que durante toda su vida, nadó contra
la corriente.
Su grafía lo mostró como un hombre amante del conocimiento, apasiona-
do, sincero, sencillo, introvertido y sin embargo, con una alta autoestima ya
que estaba consciente de su propia valía.

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 106

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 107

arístides
rojas
CIEntífICo y HUm A nIstA.
(1826-1894)
Podemos considerar a Arístides Rojas como uno de los personajes más ori-
ginales del siglo XIX venezolano. Pocos como él entendieron, en un momento
histórico signado por la guerra, levantamientos y revoluciones, la importan-
cia de la conservación y preservación de la memoria histórica del país. Fue
médico, naturista, periodista e historiador hoy en día es considerado el “ini-
ciador de la bibliografía venezolana, titulo que –como dice Pedro Grases- no
desmerece a los muchos que tiene como investigador, analista, costumbrista,
estudioso del folklore, y de temas de etnografía, así como ser piedra pilar de
la historiografía del país”177.
Estudió en el Colegio Independencia, donde tuvo como compañeros de
clase a los hijos de José Antonio Páez y Antonio Leocadio Guzmán y como
maestro a Fermín Toro. Se gradÚa de médico en la Universidad Central de
Venezuela a los 26 años. Durante su pasantía por Trujillo, Barquisimeto, Ma-
racaibo y Puerto Cabello: “no solo tuvo que luchar contra las enfermedades,
sino contra brujos que le hacían la competencia. Pero su espíritU conciliador,
tolerante y persUasivo, no lo convierte en un enemigo de los charlatanes y
yerberos sino en un estudioso de la ciencia callejera y pueblerina”178.
177
Pedro Grases, Bibliografía de Don Arístides Rojas, Caracas, Fundación para el Rescate del Acervo Cultural venezolano, 1977,
p. 14
178
Arístides Rojas , Crónicas y Leyendas. Prólogo de Manuel Bermúdez. p. 8.

107
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 108

Nos parece que la anterior descripción sobre su personalidad confirma


lo que podemos constatar a través de la grafología. La forma de sus m y n
agudas, pero no puntiagudas, nos dicen que estamos en presencia de un
hombre que pese a poseer un fuerte carácter, defendía su punto vista sin
perder la cordialidad.
La forma de su escritura, poco inclinada, nos habla de una persona muy
equilibrada, lo que no niega su capacidad de dedicarse con pasión a aque-
llo que le interesaba. De acuerdo con Pedro Grases “La pasión qUe le animó
en todo instante por su tierra y sus gentes es ejemplo perdurable y legitimo
que no puede preterirse”179.
La claridad y legibilidad con las que escribe sus cartas, es característico de
las personas que son diáfanas en la expresión de sus ideas, de allí el éxito
que tuvo en el campo editorial, y lo prolífico de su producción, entre las cua-
les podemos mencionar: Leyendas Históricas, EstUdios Históricos, EstUdios
Indígenas. Orígenes Venezolanos, HUmboltianas, SilUetas de la GUerra a
MUerte, LiteratUra de la Historia de VenezUela, Folklore venezolano, etc. Por
otro lado, desde la óptica de la grafología quienes escriben las palabras
rompiendo la continuidad del trazado de las sílabas, son personas de una
gran creatividad e imaginación, la gran diversidad de temas abordados por
Arístides Rojas da cuenta de ello.
Tenía una alta capacidad de concentración, mostrado en el tamaño pe-
queño de su escritura, de allí que disfrutara del oficio de investigador. Su
avidez por aprender lo impulsa a continuar sus estudios en Europa en 1857,
en el área de las Ciencias naturales y médicas. Posteriormente en Caracas,
junto con Adolfo Ernst funda la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales en
1867.
Era un hombre muy detallista, lo revela su prolija puntuación; colocaba to-
dos los acentos y comas, y esto era indispensable en su trabajo como editor,
oficio al que le dedicó una parte importante de su vida. Efectivamente, des-
de 1875 hasta 1882, dirige las ediciones anuales del famoso AlmanaQUe
para todos editado por la empresa Rojas Hermanos.
Era generoso con el uso de sus recursos, tenia márgenes amplios, lo que
puede explicar que se dedicara a tantas actividades que demandaban tiem-
po, pero que si bien satisfacían su interés intelectual y su propensión al servi-
179
Pedro Grases, Ob. cit., p.15.

108
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 109

cio, no le reeditaban rentas. Muestra de ello fue su participación junto con


Ernst en la preparación del material que llevaría al Pabellón de Venezuela
en la Exposición Universal de Chicago de 1892. Pedro Grases al respecto
nos dice: “Olvidar o hacer añicos la obra de Arístides Rojas, a título de ser
ingenua o candorosa, es despreciar el auténtico espíritu de Patria con que
abrió nuevos y seguros derroteros a la enorme tarea de conocer y descifrar a
Venezuela mediante investigaciones y acopios documentales. A ello entregó
noblemente sU Vida, por lo que habrá de merecer siempre reverencia y grati-
tud”180.
A veces cierra las letras o lo que indica, que era reservado en ocasio-
nes, aunque comunicativo con sus más cercanos. Su carácter reservado e
introvertido, nos permite entender, que luego de enviudar abandonara “…
el ejercicio de la profesión médica y se encierra a escribir, rodeado de sus
colecciones de libros, obras de arte, antigÜEdades, numismática, heráldica,
objetos indígenas orquídeas”181.
Tenia gran confianza en si mismo, lo que se denota en el tamaño que ad-
quiere la primera letra de su nombre, visiblemente mayor que las restantes.
Proyectaba lo que era. En él no había dicotomía ni dualidad, era transpa-
rente, honesto, sencillo. Escribe su nombre como firma, sin elaboración. Esta
condición de sencillez es lo que explica que en 1889, decline “el sillón que
se le ofrece en la recién fundada Academia Nacional de la Historia, para
dejarle el honor a otros”182.
Apenas subrayaba, sin presión, su primer nombre, esto nos indica que le
gustaba ser visto como una persona accesible, amiga que además, disfru-
taba de las cosas sencillas de la vida, tenía buen humor, solía tildarse como
“soltero empedernido”.
Poseía una vida equilibrada, en lo cotidiano, la casa y el trabajo, podemos
advertirlo en el balance de las zonas altas, medias y bajas de su escritura
que se conjugaban con sus intereses materiales y espirituales.
Finalmente debemos decir que nuestro personaje fue una de las figuras ci-
viles más destacadas del país en medio de un siglo donde era más cómodo
y rentable adoptar el oficio de las armas. Hoy en día, “Arístides Rojas puede
ser considerado como uno de los más destacados divulgadores científicos
que ha tenido Venezuela y como el padre de la investigación científica de la
180
Ibídem p.15.
181
Fundación Polar, Ob. cit., p. 460.
182
Ídem.

109
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 110

historia nacional”183.
Su grafología nos lo mostró como un hombre entregado a los estudios, de
un fuerte carácter pero, no intransigente, con una alta confianza en si mismo,
equilibrado, amistoso y desprendido. Sin lugar a dudas, un filántropo.

183
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 460.

110
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 111

111
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 112

antonio
Guzmán
Blanco no
E I st Am
L LU RE ERICA

(1829-1899)
Antonio Guzmán Blanco fue universitario, político, dirigente militar durante
la Guerra Federal, caudillo del Liberalismo Amarillo y Presidente de la Repu-
blica en tres ocasiones, entre 1870 y 1888. Era hijo de Antonio Leocadio
Guzmán, fundador del Partido Liberal y avezado político184. Fue el personaje
más importante del Último tercio de siglo XIX, su influencia política fue decisi-
va para el logro de una cierta unidad del país, bajo su mandato se llevaron
a cabo importantes obras. A él se le debe la modernización de Venezuela,
las grandes obras ferroviarias y pÚblicas, el ornato de Caracas, la educación
primaria pÚblica y gratuita, la red telegráfica, la unificación de la moneda,
entre otras. Sin embargo, el reconocimiento de lo anterior, no borra sus de-
litos y excesos en el ejercicio del poder. Para sus detractores una frase lo
resume: “Guzmán ladrón”, que alude a su enriquecimiento ilícito, particular-
mente, el logrado debido a la colocación de la deuda externa venezolana.
Comenzando el análisis grafológico en su firma vemos que traza un rasgo
por debajo de ella, esto significa que se trata de alguien que se promueve a
si mismo, además la subraya, lo cual es muy comÚn en los políticos. Remite a
personas que les gusta llamar la atención.
184
Nota: Su análisis grafológico está incluido en este trabajo.

112
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 113

Decía Salvador González, autor de los Desagravios de un “Héroe” EspU-


rio: Gloria y FigUra de Antonio GUZmán Blanco que: “NiNGÚN personaje de
la historia de Venezuela supera en egolatría y vanidad a Antonio Guzmán
Blanco”. Ciertamente, este aspecto de su personalidad es fácilmente cons-
tatable. Le puso su nombre a un Estado del país, a distritos, municipios, arcos
de triunfo, plazas, teatros, calles, jardines, viaductos y premios. Su retrato
fue colocado no solo en oficinas pÚblicas, también en bonos de la deuda,
medallas conmemorativas, etc. Se hizo levantar estatuas. Una ecuestre -que
rivalizaba con la de Bolívar-, que el pueblo bautizó como El SalUdante, situa-
da en un sitio preeminente de la ciudad entre la Universidad y el Capitolio.
Otra, en el Calvario, desde allí podía ser apreciada por gran parte de los
pobladores de la capital, y fue apodada El Manganzón. Cuando se pro-
duce la reacción anti guzmancista, ambas fueron derribadas. También se
complació con los títulos que le confirieron el Congreso y sus aduladores.
Como los de IlUStre Americano, el CaUdillo de Abril, Pacificador y Regenera-
dor, el Aclamado de los PUeblos, entre otros. Razones por las cuales, ha sido
calificado como: extravagante, vanidoso, amigo del boato, de la pompa y la
ostentación185.
En segundo lugar, la ausencia del nombre en su firma, nos revela otro as-
pecto de su personalidad, y no es otro, que su extremada disposición al
trabajo, la conquista de la gloria, todo esto unido a la bÚsqueda del bien-
estar de su familia. La minuciosa biografía de Tomás Polanco Alcántara, da
cuenta de la enorme capacidad de trabajo de Guzmán, y de su dedicación
a la familia. Comienza con una infancia llena de tribulaciones económicas,
producto de la vida de altos y bajos de su padre, dedicado como sabemos,
a la política. Esta circunstancia lo llevó a asumir una gran responsabilidad. En
efecto, en 1846 su familia estaba arruinada186. De esas carestías e inseguri-
dad financiera nació lo que Polanco llama “persona de morboso temor a la
pobreza”187.
Mostró un gran apego a su círculo familiar, una vez casado y constituida
su propia familia, extendió hasta su esposa e hijos esta conducta, si se quiere
obsesiva, ya que les exigía, cuando estaban ausentes, que le escribieran con
frecuencia paracontarle, de manera pormenorizada sus ocupaciones.
Poseía una inteligencia deductiva, y esto se nota, en la forma de embudo
o triangulo que adquiere su firma. Esta característica lo convertía en un buen
185
Polanco Alcántara, Tomás, Guzmán Blanco. Tragedia en seis partes y un Epilogo, EG Ediciones. Venezuela, 2002, p. 389.
186
Ibídem, p. 45.
187
Ibídem, p. 389.

113
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 114

estratega.
Podemos afirmar que Guzmán, era extremadamente detallista, este hecho
se manifiesta en la meticulosidad con la cual coloca los puntos, acentos y co-
mas, donde corresponde. Cualidad muy comÚn en los buenos abogados.
Esta disposición de su personalidad, puede evidenciarse hasta en los hechos
más cotidianos “su minuciosidad llega hasta indicar donde debía ser coloca-
da la cuna, ‘debajo de mi retrato, como convenimos’ y el mueble que había
comprado para guardar la ropa del niño”188.
Su letra era pequeña, indicativo de las personas de alta capacidad de
concentración. Mientras cursaba la carrera de abogacía se mostró estudio-
so hasta obtener calificaciones de “sobresaliente”189 en la Universidad.
Otra peculiaridad de su grafía, estriba en su claridad y legibilidad, rasgo
propio de un individuo poseedor de un verbo privilegiado, no en balde, ad-
quirió fama de orador y literato.
Los márgenes en sus cartas son absolutamente rectos, característicos de
personas disciplinadas. Las mÚltiples formas en las terminaciones de sus pa-
labras, nos hablan de un negociador y político, que trataba en forma perso-
nalizada a cada interlocutor. Además, era amistoso, tal como lo muestra la
línea circular ascendente en las terminaciones de las palabras.
La inclinación positiva de su letra hacia la derecha, lo definen como un
hombre apasionado. Este rasgo determina a las personas que tienden a
ser dominadas por el corazón, más que por el raciocinio. A nuestro juicio,
esto podría explicar que un universitario y estudioso como Guzmán, pudiera
ejercer, como de hecho lo hizo, el rol de un militar, con todo lo que ello impli-
caba. SegÚn sus propias palabras: “aunque no tenia puesto en la línea, sin
saber decir porqUé, de hecho me encontré dirigiendo la batalla”.
Luego, cuando por ese acto le confieren el grado de Comandante, refiere
que: los “centros trascendentales de la revolución iban a considerar risible mi
transformación de literato en militar de pelea”190. Por otra parte, en cuanto a
su forma de ejercer el liderazgo, tiende a imponer su opinión, lo cual se reve-
la en las letras m en forma de serrucho. Por esa razón, se le percibe también
como “prepotente” o “dominante”191 y también “gritón en el mando pero con
voz característica atiplada, a lo Rómulo Betancourt”192.
En relación con la fama de ladrón que adquirió a los ojos de sus contempo-
ráneos, y que la evidencia histórica confirma, debemos decir que desde el
188
Ibídem, p. 163.
189
Ibídem, p. 36.
190
Polanco Alcántara, Ob. cit., p. 97.
191
Ibídem, p. 389.
192
Urdaneta, Ramón, Antonio Guzmán Blanco. 1829-1899, Editorial Panapo, 1997, p.15.

114
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 115

punto de vista grafológico, no hay ningÚn signo que indique una propensión
a delinquir. Al contrario, los delincuentes usualmente, entre otras caracterís-
ticas, son muy reservados con sus asuntos personales, él es muy abierto,
ya que no cierra sistemáticamente las a y o. Todo esto, en contraste con su
padre.
El tema tiene alguna complejidad. Guzmán Blanco inicia su fortuna con la
negociación del Empréstito de Londres de 1863. El resto de su fortuna la hizo
mediante negociaciones de las deudas, en los mercados secundarios, de
las otras participaciones en obras pÚblicas, en todo caso, todas le reporta-
ron ganancias. En el caso del empréstito, se le critica el monto de la comisión
que cobró como agente del gobierno. En carta escrita en 1879 admite, que
recibió 600.000 pesos, o sea, 92.307 libras esterlinas por su participación
en dicha operación. Para 1879 esa cantidad había crecido a 1.800.000
pesos193 y cuando fallece, su capital era de 480.000 pesos194. Es induda-
ble, que aprovechó el ejercicio del poder para participar en negocios pÚbli-
cos. En cuanto a su justificación se puede acudir a argumentaciones, como
las que adelanta Tomás Polanco Alcántara, por ejemplo, que Guzmán no
consideraba que estaba delinquiendo primero, porque los servidores de la
patria participaban habitualmente en los repartos de bienes y dinero, como
contraprestación de sus servicios; segundo, como abogado se escudaría en
el hecho de que el Congreso aprobó la “comisión” igualmente, consideraba
había hecho una buena negociación en servicio de la patria y por Último, los
cánones de comportamiento aceptado en la época no eran los mismos que
en la actualidad. Todo esto, por supuesto, lo decimos refiriéndonos a que en
su fuero íntimo, es posible que no se haya visto como sujeto de delito sino,
debidamente compensado por sus meritorios esfuerzos. Polanco Alcántara
concluye el tema diciendo:
“Al haberse creado a Guzmán la fama de malversador y percolador, y
dada su forma de vivir fuera de Venezuela,….Es lamentable que las acusa-
ciones (de Briceño) ya citada y no haber nadie, hasta el presente, para tratar
el tema haya hecho otra cosa que no sea la simple trascripción de las acusa-
ciones de Briceño.
Briceño logró su objetivo. La pregunta que cabe al leer su obra es si fue
cierto y justo lo que afirmó. La venganza nunca ha sido fructífera para la bÚs-
queda de la verdad”195.
193
Polanco Alcántara, Tomás. Ob. cit., p. 288.
194
Ibídem p.161.
195
Ibídem, p. 465.

115
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 116

Con seguridad la probidad de Guzmán Blanco continuará siendo objeto


de estudio.
Para finalizar podemos afirmar sin duda alguna, que durante su hegemo-
nía impulsó la modernización del país, al menos en las ciudades más im-
portantes, logró cierta pacificación a partir de las alianzas con los caudillos
regionales.
Desde el punto de vista de la grafología fue un hombre apasionado, traba-
jador, detallista, con gran apego a la familia y extremadamente egocéntrico.

116
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 117

117
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 118

Manuel
Landaeta
rosales
D m t
E omp o
ILI AR A C ILAD R
DOCUm EntAL

(1847-1920)
Manuel Landaeta Rosales fue un militar y funcionario pÚblico que se des-
tacó como un incansable investigador y recopilador documental, en la Ve-
nezuela de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. De origen
humilde, realizó estudios de primaria en Caracas y los Valles del Tuy, luego
ingresó en la Academia Militar de Matemáticas y a la Universidad Central,
pero no se graduó.
Desplegó una intensa carrera militar. A partir de 1868, bajo las órdenes
de Luciano Mendoza, participa en las campañas de la llamada Revolución
Azul. Al año siguiente es Edecán de José Ruperto Monagas, en la campaña
del Zulia; hasta 1872 en Portuguesa bajo las órdenes del general Tomas
Rodríguez. A partir de 1873 hasta 1879, ejerce cargos administrativos en
Guárico. Durante la Revolución Reivindicadora es ascendido a General de
Brigada y a partir de 1880 hasta 1889 bajo el gobierno de Joaquín Crespo
actÚa en funciones administrativas en los estados Guárico y Miranda196.
La inclinación positiva de su letra, nos habla de una persona muy apa-
sionada. Condición que mostró como militar primero, y como investigador,
después.
196
Fundación Polar.Ob. cit., p. 643.

118
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 119

Luego de su periplo por las milicias, se dedicó a una actividad completa-


mente ajena a ella. Incursionó en la labor investigativa logrando recopilar
una extensa documentación que hoy sigue siendo fuente inestimable para
el estudio de la historia. Seguramente, contaba con escasos recursos, hecho
muy comÚn en la Venezuela deprimida de las Últimas décadas del siglo XIX y
principios del XX, pero poseía la capacidad del escrupuloso administrador,
ya que manejaba sus recursos con extremo sentido de la escasez, esto se
evidencia en los estrechos márgenes de sus escritos: los de la derecha son
casi inexistentes.
Su intensa actividad de recopilación documental y publicación, comienza
a partir de 1889, en los campos de la geografía, economía, la política,
personajes y la historia. Su obra fundamental fue la Gran Recopilación Geo-
gráfica, Estadística e Histórica de VenezUela (1890), probablemente inspi-
rada en la obra del español Pascual Madoz de 1850. Preparó el AnUario
Estadístico (1891); la Recopilación de las Leyes de VenezUela (1902); fue
corrector de la voluminosa Historia Contemporánea de VenezUela (1911) de
González Guinán; publicó los DocUmentos de la Vida Pública del Gral. Joa-
qUín Crespo; y en total, más de diez y siete libros sobre la temática descrita.
En el desempeño de esta actividad de compilador y de investigador docu-
mental, le fue de mucha utilidad su temperamento detallista, rasgo que pode-
mos observar, en su escrupulosa puntuación y acentuación. Por otra parte,
podemos inferir que poseía facilidad de expresión, lo cual se nota en la clari-
dad y legibilidad con la cual escribe sus palabras. El trabajo de investigador
que se impuso muestra que Landaeta era un hombre original, desde el punto
de vista grafológico podemos evidenciarlo en su firma, escribía su segundo
apellido debajo del primero. Igualmente, lo extenso de su obra indica que
era un hombre perseverante, lo cual se nota en la terminación de su firma en
una línea larga paralela. Fue conocido, proverbialmente como “biblioteca y
archivo parlante y ambulante”197 por su gran erudición.
Landaeta Rosales fue un hombre sencillo, sin complicaciones, que valora-
ba su ascendencia, lo cual se observa en el subrayado en forma ondulado
de sus apellidos, quizás la importancia que le concedía a la raigambre fami-
liar y los antepasados lo condujera a valorar la historia. Era una persona muy
amistosa, lo cual se observa en las terminaciones curvas ascendentes, hacía
amigos y no guardaba secretos, lo que se nota en lo abierto de sus letras a y
197
Ïdem.

119
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 120

o, lo que garantiza la veracidad y calidad documental de su trabajo.


La relevancia de Manuel Landaeta Rosales estriba en su intensa labor investi-
gativa. El archivo que reÚne el fruto de su trabajo sigue siendo hasta hoy, mate-
ria de consulta para los historiadores. Su grafología lo reveló, como un hombre
apasionado, perseverante, intelectual, detallista, y con altos valores cívicos.

120
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 121

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Manuel
antonio
B n
Moatos
y
A QUER LÍDER
REvoLUCIOnARIO

(1847-1929)
Manuel Antonio Matos fue un destacado hombre de negocios, banquero,
concuñado de Antonio Guzmán Blanco, que incursionó en la política y la ad-
ministración pÚblica fue Ministro de Hacienda en varias oportunidades. Aun
cuando su fuerte eran los negocios y las actividades empresariales, lideró la
Última de las revoluciones de caudillos que tuvo lugar en Venezuela.
Su análisis grafológico lo revela como un hombre muy apasionado, esto
es notable por la considerable inclinación de su letra hacia la derecha. Su
biógrafa, la profesora Catalina Banko afirma que este rasgo estaba presente
en él desde muchacho: “a pesar de su juventud, se caracteriza ya por su
fuerte temperamento y la intransigencia en sus posiciones políticas y criterios
económicos”198.
La relación con su concuñado Guzmán Blanco, quien poseía un tempe-
ramento similar al suyo, fue en general tormentosa, en estos casos “la vía
epistolar resultaba más adecuada para transmitir los arrebatos temperamen-
tales tanto de Guzmán como de Matos, resentido este Último todavía por su
frustrada candidatura presidencial”199.
Llevaba una vida balanceada entre lo cotidiano, lo espiritual y lo material
198
Banko, Catalina, Manuel Antonio Matos,Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2007, p.21.
199
Ibídem, p. 36.

122
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 123

como puede verse en el equilibrio entre las zonas altas y bajas de su letra.
Desempeñó varios oficios fue comerciante, político, banquero, diplomático,
sin dejar por eso, de ser hombre de familia.
Era muy sociable, tenía la necesidad de estar en constante compañía, tal
como lo refleja el tamaño de su letra, algo grande. Su matrimonio con María
Ibarra, hermana de la esposa del presidente Antonio Guzmán Blanco200 ,
contribuyó a fortalecer su imagen no solo en la sociedad de la época, tam-
bién en el ámbito político y económico.
Las terminaciones curvas al final de las palabras hablan de un individuo
amistoso, probablemente, esta condición favoreció sus relaciones tanto in-
terpersonales como en la política. En ese contexto queremos destacar su
pertenencia a la masonería, resaltamos esta circunstancia, porque formar
parte de esa secta en el siglo XIX concedía cierto prestigio. Muchos miem-
bros de la elite de la época estaban adscritos a ella, fue prácticamente una
moda, allí Matos alcanzó los más altos niveles; fue grado 33 y nombrado
Serenísimo Maestro del Gran Oriente Nacional de los Estados Unidos de
Venezuela201.
Aun cuando era sociable como lo muestran las terminaciones ascendentes
de sus letras, el amplio espacio que deja entre las palabras lo caracteriza
como alguien que prefiere “guardar distancia”, es decir, que era amistoso
pero no intimaba mucho.En el trato con los demás, respetaba ciertas normas
y convencionalismos que no admitían la familiaridad. Estas características
personales, propias del diplomático, le fueron de mucha utilidad cuando en
1910 en calidad de Ministro de Relaciones Exteriores, le correspondió llevar
a cabo las gestiones para normalizar las relaciones tanto con las naciones
europeas acreedoras como con Estados Unidos202.
Expresaba sus ideas de manera precisa, lo decimos porque escribía en for-
ma muy clara y con una letra ordenada. Su conocimiento era amplio y domi-
naba el inglés, el alemán y el francés. Sostenía una activa correspondencia
en esos idiomas. Escribió manifiestos y proclamas donde defendía la causa
de la Libertadora, así como una memoria sobre esta revolución.
Era muy reservado con la información, requerimiento sine qUa non en los
banqueros, esto es perceptible en la forma como cierra las a y las o. Esta
característica personal le fue extremadamente Útil, en su vida profesional.
200
Fundación Polar,.Ob. cit., p. 854.
201
Catalina Banko, Ob. cit., p. 120
202
Fundación Polar, Ob. cit., p. 855.

123
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 124

Veamos. Fue accionista del Banco de Venezuela y promotor del Banco Ca-
racas. Hay que señalar también, que fue administrador de los bienes de su
concuñado, Guzmán Blanco.
Tenía un carácter muy bien definido, sus letras m, adquieren una forma
entre redondeadas y agudas, lo cual nos revela que mantenía sus opiniones,
en ocasiones se mostraba razonable con quienes las adversaran y en otras,
podía ser intransigente. Domingo A. Olavarria dice sobre la candidatura de
Matos a la presidencia y sus vínculos con Guzmán Blanco, que Matos era
“leal sin estar completamente sometido”203. Quizás esta característica de su
personalidad, no le fue Útil en circunstancias de grave conflicto, como cuan-
do “el 21 de mayo, desembarca en Güiria y sigue la marcha de la revolución
hacia el centro. Aunque es reconocido como Jefe Supremo del movimiento,
Matos no logra imponer sU VOlUntad frente a los caudillos que se han unido
a la Revolución Libertadora. Banquero en el campo de batalla carece de
conocimientos estratégicos y don de mando. Reunidas en Villa de Cura, las
fuerzas revolucionarias son derrotadas en la Victoria”204.
Aun cuando no poseía una personalidad avasallante, sino que podía ser
permeable a la razón, solía ser terco si lo presionaban. La terminación de la
letra t que baja siempre en forma abrupta, también “es señal de una persona
terca, escéptica y que no es fácilmente influenciable por los demás”205. En
mÚltiples ocasiones da muestra de esa terquedad. Cuando Cipriano Castro
extorsiona a los banqueros y los envía a la cárcel de la Rotunda, mientras los
otros salen en libertad una vez que entregan dinero al gobierno, Matos no
negocia y queda preso,para lograr su libertad sus socios del Banco de Vene-
zuela ponen el dinero, sin su conocimiento206.
Este rasgo, también lo define como un hombre materialista. En efecto, Ma-
tos logró acumular una inmensa fortuna, fundó la casa M. A. Matos y Cía en
la Guaira, se desempeñó como administrador y banquero, indudablemente
que sacó provecho de su estrecha relación con Guzmán. Durante su gestión
como Ministro de Hacienda es acusado: “de favorecer los intereses del Ban-
co de Venezuela a través de manejos y arreglos que perjudican a la nación,
lo que sería el resultado de nombrar “ministros banqueros” que no diferencian
entre el interés privado y el pÚblico”207.
En diversas oportunidades fue acusado de oportunista. Luego que los ban-
203
Catalina Banko, Ob. cit., p. 30.
204
Fundación Polar, Ob. cit., p. 855 (Subrayado nuestro)
205
Sara, Doroty, Ob. cit., p.139.
206
Catalina Banko, Ob. Cit., p. 64.
207
Ibídem, p. 54.

124
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 125

queros, incluido él, fueran enviados a la cárcel por el presidente Castro, en


un brindis, Matos ofrece un discurso donde afirma que “los hombres de paz
y los hombres de trabajo pueden contar con la protección franca y sincera
de Cipriano Castro”. Estas manifestaciones son calificadas por la prensa
de desvergÜEnza, servilismo y extinta dignidad208, nada más alejado de la
realidad, lo decimos porque desde el año de 1900, Manuel Antonio Matos
preparaba una revolución contra el presidente.
En 1904, después de haber sido derrotada la Revolución Libertadora, se
dirige al Congreso pidiendo por los presos políticos. Laureano Vallenilla Lanz
que tenia dos hermanos presos lo califica de “pobre millonario”, dado que
intuye que la motivación real no era la libertad de los encarcelados sino recu-
perar sus bienes y retornar al “goce de sus rentas”209.
Mantenía un buen balance entre lo analítico y lo creativo, podía planificar
y ejecutar, igualmente, podía improvisar si se requería. Se calificaba de libre-
pensador. Así lo muestran sus palabras, en las cuales se mantiene la ilación
entre las sílabas. Este aspecto de su personalidad lo convirtieron en un buen
administrador.
No firmaba con su nombre completo, solo con la inicial, esto nos dice que
tenía una gran dedicación al trabajo. Esta condición, unida a su capacidad
organizativa y su ambición material, lo convirtió en un empresario de excep-
ción. Fundó en 1870 la sociedad Chirinos, Matos y Cía, a los 23 años, que
luego giró bajo la razón M. A. Matos y Cía dedicada a la importación, ex-
portación y compraventa al mayor210. Era propietario del Aserradero y Venta
de Maderas localizado en Caño Amarillo211, accionista de la C.A. Venezo-
lana de Navegación212. Era dueño de varias haciendas, como La Elvira, El
Rosal, Caricuao, La Majada, así como de un buen nÚmero de casas y títulos
valores de la Nación213.
Era un hombre muy sensual, se nota en la terminación de la firma con un
círculo grande en la zona baja, que se revela en su gusto por las cosas bue-
nas. Esta característica se puede apreciar en el membrete tan elaborado que
utilizaba en sus cartas.
Durante la Libertadora: “a causa de sus ‘hábitos mantuanos’ no gozaba
de simpatías en buen nÚmero de soldados y oficiales”214. Esta característica
cambia en la edad madura y la necesidad material, se convierte en nece-
208
Ibídem, p. 66.
209
Ibídem, p. 93.
210
Ibídem, p. 27.
211
Ibídem, p. 105.
212
Ibídem, p. 111.
213
Ibídem, p. 105.
214
Ibídem, p. 81.

125
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 126

sidad de reconocimiento pÚblico, se convierte entonces en “el hombre a


consultar”.
Fue pues, Manuel Antonio Matos uno de los empresarios y banqueros más
influyentes de los Últimas décadas del siglo XIX y comienzos del veinte, que se
aventuró a liderar una revolución donde participaron connotados caudillos y
que fue finalmente derrotada. Su grafología nos mostró a un hombre en extre-
mo apasionado, en ocasiones intransigente, materialista, analítico, creativo,
amistoso y familiar, cuya ambición lo llevo, más allá del ámbito económico, a
incursionar en el mundo político y militar.

126
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 127

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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 128

Teresa
carreño
L A WALk IRIA DEL PIA no
(1853-1917)
A Teresa Carreño nadie puede escamotearle sus dotes de excelente pianis-
ta, compositora, docente y directora. Su extraordinario talento no fue motivo
de controversias, ni en los escenarios nacionales, ni internacionales donde
se presentó. Si bien como profesional no mereció sino elogios de la crítica
especializada, su actuación en lo personal, generó en su propio país, polé-
micas, resquemores y condenas.
Nace en un hogar donde la mÚsica ocupa un lugar preeminente. Tanto su
abuelo Cayetano Carreño, maestro de mÚsica de la Capilla de la Catedral,
como su padre, Manuel Antonio Carreño, desarrollaron este arte. Del Último,
recibirá siendo muy niña, sus primeras lecciones de mÚsica.
A raíz del derrocamiento del gobierno de Pedro Gual, durante el cual su
padre fue Ministro de Finanzas, la familia Carreño se va a vivir a Nueva York.
Contaba con apenas nueve años, pero esta circunstancia no fue obstáculo
para hacer su primera presentación pÚblica en el Irving Hall de Nueva York.
El éxito comenzaba a sonreírle, no así a su padre, que se halla repentina-
mente, en la bancarrota por lo cual debió dedicarse a dar clases de piano.
Pronto la niña Teresa comienza a generar ingresos que ayudan a sustentar a

128
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 129

su familia.
Probablemente, este episodio adquiriera una connotación negativa en su
vida, capaz de marcarla. Esta afirmación la hacemos partiendo del análisis
de su firma. Además de subrayarla, traza sobre ésta otra línea perpendicu-
lar, este trazo indica que la persona que lo hace valora en extremo el dinero.
Obviamente, todas las personas le conceden mucha importancia al dinero,
pero en el caso que estudiamos, el tema monetarioes preponderante.
Si revisamos su biografía vamos a constatar esta afirmación. Cuando Tere-
sa Carreño entrega a su hija en adopción después de la muerte de su primer
vástago, lo hace a una dama adinerada, con la cual acuerda que no volverá
a ver nunca más a la pequeña, hecho que lamentó por el resto de su vida215.
En el ámbito especulativo por un lado, y apoyándonos en lo que muestra la
grafología por el otro, creemos que esa extremada importancia que le daba
al dinero definió el destino de su hija, la Carreño prefirió asegurarle bienestar
económico por encima del calor maternal que ella podía brindarle.
Siguiendo con nuestro análisis, encontramos que en sus escritos el margen
izquierdo es prácticamente inexistente, esto significa que administraba sus
recursos con gran sentido de la escasez.
Tendía a la socialización, deducible por el tamaño relativamente grande
de su letra. Aun cuando era muy sociable, también podía ser reservada en
aspectos que tenían que ver con la vida privada, rasgo que se trasluce en la
forma que adquieren sus letras a y o: son completamente cerradas.
Las zonas bajas profundas, particularmente en la letra g, nos hablan de
una persona enamoradiza. Durante su vida la Carreño contrajo matrimonio
cuatro veces. Todos sus esposos estuvieron ligados a la mÚsica, su Último ma-
trimonio ocurre a sus cincuenta años, hecho que nos demuestra que -además
de la mÚsica- el amor fue uno de los pilares fundamentales sobre los cuales se
sustentaba.
La grafología nos dice que existía un equilibrio en su vida donde se combi-
naban muy bien lo profesional, la familia, lo espiritual y lo sensual, a costa de
la vida cotidiana; las zonas altas y bajas más grandes que la zona media de
su letra así lo confirman.
Una de las características que resalta a primera vista en su grafía, es la
unión de todas las letras en sus palabras, al punto de unir su nombre con
215
Rojo, Violeta. Teresa Carreño. Biblioteca El Nacional. p.76.

129
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 130

su apellido. Esto la define como una persona extremadamente lógica, de


un pensamiento concatenado, no va de una idea a otra. En resumen, no
era una persona imaginativa –aun cuando se supone que todos los artistas
deben serlo- en su caso, como pianista seguía un guión y la calidad de su
ejecución radicaba, en qué tan bien lo interpretaba o con qué grado de
emotividad. La mÚsica requiere la ejecución estricta. Esto no quiere decir que
no podía componer, sino que lo hacía con método.
Poseía un temperamento apasionado, podemos verlo en la inclinación de
su letra hacia la derecha. Otro aspecto que llama la atención en sus escritos,
es que acostumbraba a subrayar las palabras como recurso para enfatizar-
las, esto la define como una persona emotiva. Su pasión en el plano profesio-
nal la puso de manifiesto en sus interpretaciones, su ejecución era elogiada
por la crítica que llegó a calificarla de “majestuosa, arrogante, avasallante,
imponente”216. Fue tanta la admiración que despertaba en los escenarios
internacionales que en Alemania por ejemplo, la honraron bautizándola con
el apelativo de la Walkiria del piano y la BrUnhilde del teclado. Al final se
distinguió como “La Carreño”.
Era una persona detallista, esto lo decimos a partir de su puntuación. Tere-
sa ponía todos los puntos y los acentos. Esta cualidad aplicada a la mÚsica
daba como resultado una interpretación impecable, segÚn testimonios de
quienes la escucharon: “Resulta imposible acoplar mayor gracia y delicade-
za a tan estUpenda precisión, y a una interpretación tan vigorosa”217.
Como es sabido, en su carrera logró altos reconocimientos, no por ca-
sualidad, sino porque dedicó gran parte de su vida para obtenerlos. En la
grafología quienes cruzan la letra t en la zona alta, son personas que se
establecen metas altas. Además, esta misma letra en su firma adquiere un
tamaño considerablemente mayor que las otras letras de su nombre, esto nos
habla de su gran confianza en si misma.
Quienes subrayan su firma, como lo hacía ella, son personas ávidas de
atención, como los políticos y los artistas. La promoción y la autopromoción
eran parte de su vida profesional.
En conclusión, podemos decir que Teresa Carreño fue una mujer excep-
cional que debió afrontar el hecho de vivir en una época, donde era muy
difícil para las féminas destacarse en una profesión, cualquiera que esta fue-
216
Violeta Rojo, Teresa Carreño, p.12
217
Ibídem, p. 39 (Subrayado nuestro)

130
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 131

ra. Pero, logró dejar de lado los prejuicios y convencionalismos sociales,


-incluso, deshacerse de su primera hija, porque estorbaba sus aspiraciones
profesionales- en la bÚsqueda de su satisfacción como artista. Es indudable
que logró sus metas. Su grafología nos mostró que poseía, entre otras cosas,
la pasión, la perseverancia, la disciplina y la autoestima suficiente para llevar
a cabo la difícil empresa de ser un mÚsico mundialmente reconocido.

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133
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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 135

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