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de Venezuela
Siglo XIX
Gerardo Lucas
Grafología Histórica
Venezolanos del siglo XIX
Gerardo Lucas, doctor en Historia (ucaB),
M aster en Historia (usM), M aster en Finanzas
(university oF iLLinois), adMinistrador coMerciaL
(ucaB), econoMista (ucv). eMpresario, de diLatada
LaBor, Fue presidente de conindustria, d irector
principaL de Fedecamaras.
GraFóLoGo en ejercicio para La FirMa
soLutionM akers, c.a. autor de L a industriaLización
pionera en venezueLa 1820-1936, caracas, ucaB,
1998, i ndustriaLización conteMporánea en venezueLa:
poLítica industriaL deL estado venezoLano 1936-2000,
caracas, ucaB, 2006, coautor de venezueLa: repúBLica
deMocrática, editoriaL arte, 2011.
Grafología Histórica
Venezolanos del siglo XIX
Gerardo Lucas
Editor: Gerardo Lucas
Coordinación Editorial e Investigación Iconográfica: Sheila Salazar
Diseño Gráfico: Didier Barrios
Fotografía: Yuri Lizcano
Francisco
de Miranda
P so RECUR R DE LA
INDEpENDencIA Am ERICA nA
(1750-1816)
Francisco de Miranda es uno de los personajes venezolanos más destaca-
dos de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Es reconocido como el pre-
cursor de la independencia americana, incansable viajero, combatiente en
la independencia de los Estados Unidos, general de la revolución francesa
y uno de los fundadores de la Sociedad Patriótica en Venezuela. Llevó una
vida intensa llena de éxitos y también de fatalidades, concluyendo su vida en
la cárcel de La Carraca, en Cádiz.
Desde el punto de vista grafológico, creemos que es uno de personajes ve-
nezolanos más complejos y difíciles de escrutar de su época por su carácter
hermético y una vida signada por la conspiración y la aventura.
Pero veamos lo que al respecto nos dice el análisis de su letra. Partamos
de su firma. Lo primero que resalta es la primera letra de su nombre F que, al
compararla con las restantes, veremos que es visiblemente más grande, lo
cual nos habla de una persona que tenía una gran confianza en sí mismo.
Esta característica de su personalidad llamó la atención del Premio Nóbel de
Literatura V.S. Naipaul, para quien:
13
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 14
Aunque nos resulte paradójico, otro aspecto que podemos inferir es que
Miranda no buscaba la fama. El subrayado en la firma es comÚn tanto en
los políticos, como en los artistas y hombres que buscan notoriedad. Nuestro
personaje no subrayaba la suya. De acuerdo con esto, podemos afirmar
que tal vez, no pusiera empeño en ser el centro de la atención, aunque pu-
diera pensarse lo contrario. Nos atrevemos a especular que otros elementos
inherentes a su personalidad hacían que se destacara; su ambición, pasión,
cultura, presencia y su elegancia.
Por Último, su firma también nos indica que era muy independiente. La zona
alta de la F en su nombre, presenta rasgos sencillos, lo cual indica falta de
apego hacía su madre, el rasgo circular en la zona baja significa que tenía
algo de afecto por su padre.
De acuerdo con su grafía, observamos que las p y q terminan en un triángu-
lo en la parte baja, segÚn la grafóloga Dorothy Sara estamos en presencia
de: “una persona de mente critica, que quiere hacer su propia voluntad, y
que persiste hasta obtener sus fines. Y que además, carece de ingenuidad”2.
Por otra parte, los márgenes, izquierdos y derechos, que deja en sus cartas
son pequeños y excepcionalmente parejos, lo cual demuestra que era un
excelente administrador de sus recursos económicos y del resto de sus activi-
dades. En estas materias era organizado y en lo económico se respaldaba
con administradores profesionales. A esta característica se unía otra circuns-
tancia; Miranda no tenía recursos constantes sino intermitentes. Cuando lee-
mos sobre su vida no deja de llamarnos la atención, la frecuencia con la que
recurría a los préstamos. Por ejemplo, cuando llega a Londres en 1785 entra
en contacto con el comerciante John Turnbull, con quien había hecho amistad
desde Cádiz, de él obtiene un préstamo para cubrir sus gastos de instalación
en esa ciudad. En 1790 recurre nuevamente a Turnbull quien le envía “cin-
cuenta libras y un pagaré de doscientas libras que ya le había adelantado”3.
Otra característica resaltante, era el extremado cuidado y esmero que po-
nía en su trazo, así como una gran atención al detalle. Esto Último, se ob-
1
Quintero, Inés. Francisco de Miranda. Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2006, p. 66
2
Sara, Dorothy. A guide to Handwriting Analysis, New York, Ch. Publischers, 1969, p. 172.
3
Inés Quintero, ob cit., p. 38
14
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 15
serva en una puntuación muy precisa. Estos rasgos ejercen una influencia
determinante en varios aspectos de su vida. El cuidado y atención al detalle
se ponen de manifiesto en su gusto por vestirse muy bien. Cuando llega a
Cádiz en 1771, proveniente de Caracas, lo primero que hace es comprar
un vestuario de primera calidad: “Compra cinco varas y media de paño de
primera, color moldoré, para hacerse un traje, dos pares de charreteras con
trencillas de oro, cuatro varas de paño azul para un cabriolé, medias de
seda, medias de algodón, dos sombreros negros, un quitasol de seda, una
bolsa para el pelo y cuatro pares de zapatos”4.
Los aspectos de su personalidad antes descritos, claridad en las pala-
bras, puntuación rigurosa, explican también, su facilidad para el estudio y el
aprendizaje de las lenguas. En efecto, dominaba los idiomas inglés, francés,
italiano y latín5. Era un amante del aprendizaje: “Desde que llegó a España,
Miranda se había convertido en un voraz consumidor de libros, dando ini-
cio a la creación de una inmensa y diversa biblioteca.”6 Otra prueba de su
temperamento detallista, son sus diarios de viaje, donde es posible encontrar
una “semblanza precisa y minuciosa”7 de la Europa pre revolucionaria.
Su capacidad de concentración y atención al detalle unido a su insaciable
afán por adquirir conocimientos, lo hacía capaz de profundizar en los temas
de su interés, al punto de impresionar a sus contemporáneos:
Del Precursor también se puede inferir que era muy sociable. Las termina-
ciones curvas de su letra nos hablan de una persona amigable. Si unimos
estas condiciones a su carácter reservado -aspecto que tocaremos más ade-
lante-, y a su interés intelectual, podemos entender su cercanía con conno-
tadas personalidades en Norteamérica, donde viaja en 1783, conoce a
George Washington, Alexander Hamilton, Thomas Paine, Benjamín Franklin,
Samuel Adams, Tomas Jefferson, entre otros, que constituyen la elite dirigente
del país. Igual circunstancia sucedió después en Gran Bretaña, Francia y
Rusia, donde se codeo con lo más granado de la sociedad. Sin duda, se
4
Ibidem, p. 15.
5
Ibídem, p. 16.
6
Ibídem, p. 23.
7
Ibidem, p. 32.
8
Ibidem, p. 27.
15
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Era también muy reservado, siempre cerraba las a y las o. Esta peculiari-
dad de su carácter se compadece con su actuación, Miranda pasó gran
parte de su vida conspirando. Por otro lado, su reserva podía inspirar des-
confianza en las personas con las cuales se relacionaba, y sospechamos,
que pudo ser la causa de sus continuas desavenencias con algunos de ellos,
además de sus rasgos autoritarios. Un ejemplo de su extremada reserva,
podemos verlo en el infausto destino que corrieron sus compañeros de la
expedición de los Cayos: “Alrespecto guardó el más absoluto silencio”11.
En efecto, Miranda era conflictivo. Creemos que este comportamiento se
debía, a varios elementos de su personalidad que conjugados daban por
resultado comportamientos contradictorios o incomprensibles. Su letra “Pal-
mer” indica que era un hombre muy formal, condición que, a nuestro juicio,
promueve la distancia. Su tendencia a ser reservado, que podía dar lugar a
9
Vels, Augusto. Grafología de la A a la Z. Editorial Herder. Madrid. 2000, Pág.327
10
Ibidem, p. 27. (subrayado nuestro).
11
Ibidem, p. 63.
16
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17
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15
Ibidem, p. 45. (Subrayado nuestro)
16
Ibidem, p. 19.
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Juan Germán
Roscio
A DALID DE LA DECLARACIón
DE LA INDEpENDencIA
(1763-1821)
Cuando se habla de la independencia venezolana, lo primero que se nos
viene a la mente es la gesta protagonizada por nuestros reconocidos próce-
res. Sin embargo con frecuencia se pasa por alto que un prócer, no solo fue
aquel que combatió a caballo, sino civiles como Juan Germán Roscio, des-
tacado jurista y político, cuyo aporte fue igualmente importante para el logro
de la causa emancipadora, especialmente en su inicio.
Nació en San José de Tiznados de padre de origen italiano y madre pro-
veniente de la Villa de La Victoria. En 1774 a la edad de 11 años reside en
Caracas. En la capital encontró la posibilidad de adquirir una formación cón-
sona con sus inquietudes intelectuales. Siguió estudios en la Universidad de
Caracas, donde se doctoró en Derecho Canónigo y luego en Derecho Civil.
En el análisis grafológico resaltan sus cualidades de hombre estudioso e
intelectual. Su letra era particularmente pequeña, lo que reafirma que poseía
la primera de las cualidades que acabamos de apuntar, esta característica,
distingue a las personas con alto nivel de concentración.
Juan Germán Roscio vive en carne propia la discriminación que padecían
los llamados pardos. Una vez graduado en 1794 como doctor en Derecho
Canónico, lleva a cabo las gestiones para ingresar al Colegio de Aboga-
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rica de España y que tuvo amplia divulgación e impacto sobre las nuevas
generaciones.
Otro aspecto de su grafía, y que para nosotros es el más importante, es
la unión de todas las letras de sus palabras, esto lo define como un hombre
de una extremada lógica y de un pensamiento secuencial y ordenado. Esta
característica se pone de manifiesto tanto en su lenguaje oral como en el
escrito. Carlos Pernalete, autor de una biografía sobre nuestro personaje, al
comentar la citada obra El triUnfo de la libertad sobre el despotismo refiere su
estilo en los siguientes términos:
22
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al individuo que promueve y divulga sus ideas, pero sin imponerlaslo que no
significa, que deja de lado la defensa de las normas y los valores en los
cuales creía.
En cuanto a su firma, podemos decir que nuestro personaje tenía una gran
confianza en sí mismo, característica que se observa por el lóbulo superior
pronunciado de la primera letra: la J. También es de resaltar, el diseño compli-
cado y final de su rÚbrica, que muestra mÚltiples curvas en la zona baja. Esta
fórmula era comÚn en las firmas del siglo XVIII, y con el paso de los años se
fueron perdiendo. Estos rasgos son difíciles de analizar19, pero podemos afir-
mar que nos encontramos ante personas que no pasaban desapercibidas, y
eran originales en su pensamiento y actuación.
De Angostura se traslada a CÚCUta para ejercer el cargo de Vicepresiden-
te, y en 1821 fallece en la Villa del Rosario.
Fue pues, Juan Germán Roscio uno de las personalidades más destacadas
de nuestra independencia su aporte no debe buscarse en los campos de
batalla, sino en su labor como hombre de ideas y acción que puso todo su
conocimiento al servicio de la causa republicana. Autor, junto con Isnardi,
del documento inaugural de nuestra independencia y coautor también, de la
primera Constitución de Venezuela.
En nuestro análisis grafológico, hemos encontrado a un intelectual, un hom-
bre apasionado, entregado a la defensa de sus ideales, al mismo tiempo un
negociador, que con su tenacidad y valentía jugó uno de los papeles más
importantes en los albores de la independencia. Consideramos que a Roscio
no se le ha reconocido el sitial que se merece en el proceso emancipador,
donde se ha privilegiado al elemento militar sobre el civil, que realmente no
estaba presente al inicio del movimiento.
19
Sara, Dorothy, A Guide to Handwriting Analysis, p.186.
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simón
rodríguez
EL IconocLAstA, MAESTRo
DEL LIBERtADoR
(1769-1854)
Simón Rodríguez reconocido intelectual y maestro, dedicó gran parte de
su larga vida a la docencia y al estudio, fundamentalmente, de manera au-
todidacta, ya que nunca contó con recursos económicos que facilitarán su
educación formal.
Imbuido del pensamiento ilustrado, como todos los estudiosos de su épo-
ca, aprovechó su largo exilio para conocer y aprender directamente de otras
culturas y otros países. Sus métodos de enseñanza pocos ortodoxos, le ga-
naron la desconfianza e incomprensión de sus contemporáneos, aun así, su
aporte a la RepÚblica radica justamente, en su obra escrita donde recoge la
concepción muy particular que manejaba sobre la práctica educativa.
En su análisis grafológico, resaltan las letras maYÚsculas grandes lo cual
caracteriza a las personas que tienen gran confianza en sí mismas, tal fue su
caso. El doctor Manuel Uribe Ángel, quien en 1850, conoce a Rodríguez ya
anciano, le manifiesta su admiración por estar ante el maestro del Libertador,
éste le contesta: “fuera de ese, tengo algunos títulos para pasar con honra a
la posteridad”.20 Respuesta además de irónica, reveladora de su autoestima.
Los rasgos superiores e inferiores en la letra mayÚscula de su nombre son
20
Fernández Heres, Rafael, Simón Rodríguez, Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2005, p. 59.
25
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26
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 27
24
Ibidem, p. 23.
25
Rumazo González, Alfonso. Ideario de Simón, Caracas, ediciones Centauro, 1980, p. 8.
26
Fernández Heres, Óp. Cit, p. 63.
27
Íbidem, p. 95.
27
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“Lo mismo que inglés, alemán, italiano, o portugués, aunque hablo es-
tas lenguas tan correctamente como la vuestra, sin contar los dialectos
que de ellas dependen me son igualmente familiares”28.
Su primer escrito Reflexiones sobre los defectos qUe vician la escUela de pri-
meras letras de Caracas y medio de lograr sU reforma por Un nUevo estable-
cimiento data de 1794 y fue objeto de estudio y discusión, en su momento.
Posteriormente publica otros trabajos sobre el tema, Sociedades Americanas
en 1828, LUces y VirtUDes Sociales, publicada en 1834 y Consejos de ami-
go, dados al Colegio de LatacUnga, editada en 1851.
Escribe, como dijimos, con una letra cuidadosa, la llamada letra Palmer,
esto sugiere que era meticuloso. En 1806 fue calificado por la policía fran-
cesa que lo seguía, como “hombre muy honesto y formal”29, lo cual confirma
su temperamento discreto y cauteloso. La forma calígrafa de su letra, comÚn
en los maestros de escuela, también nos dice que era muy rígido en su forma
de ser: formal, inflexible, inalterable. Igualmente, era lento y muy cuidadoso
en lo que hacía. Siendo muy joven se pone a cargo de la educación de
Bolívar. Don Carlos Palacios decía de él: “es sujeto de probidad y habilidad
notoria”30.
El general O’Leary manifestaba que don Simón “tenía pocos amigos”31. Sin
embargo, esto no quiere decir que carecía de dotes sociales. Era amistoso
en el trato, lo podemos observar en las terminaciones en algunas de sus pa-
labras, las hace en forma curva y ascendente. Igualmente, el tamaño de su
firma es más grande que el tamaño del texto, esto significa que era percibido
por los demás como un hombre extrovertido, aun cuando no lo fuera.
Las d de rasgo sencillo en la parte superior, lo denota como alguien ge-
nuino que no aparenta ser quien no es. La letra e no tiene rasgos excesivos e
innecesarios, esto también lo define como un hombre sincero, sin construccio-
nes artificiales o excedentes.
Sus m son medianamente redondeadas, terminan como agudas en algu-
nos casos, esta característica define a un hombre que se comunica con ama-
bilidad y, que algunas veces, impone su opinión a partir de la argumenta-
ción. Pensaba antes de actuar. Se nota en el comienzo de las letras, cuando
hace un punto inicial y un trazo antes de escribir la primera letra. Es decir, que
no actuaba en forma espontánea.
28
Ibidem, p. 64.
29
Ibidem, p. 62.
30
Mijares, Augusto, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 31
31
Ibidem, p. 86.
28
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Era terco, así lo muestra el cruce de la letra t; las hace bajas y muy hacia
la base y con un bucle, prácticamente a la altura de la letra precedente del
texto. Esta característica la encontramos en personas con bajos objetivos
de vida, depresivas, si este rasgo se mantiene en el tiempo, es decir durante
toda su vida, en esa misma medida, persiste esa condición. También es
com Ún en personas que tienden a encerrarse en sus propias ideas y no
aceptar las de otros32. Aquellos que han tenido una niñez muy sufrida, son
particularmente propensos a padecer este mal. Lasheras concluye que Si-
món Rodríguez:
29
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Orrego Luco en sus Relatos (1917) que: “Entre las originalidades de la escue-
la nos recordaba el mismo señor Lastarria de haber oído hablar de la manera
como Don Simón enseñaba anatomía. Un testigo presencial vio colocados a sus
discípulos a ambos lados de la sala, y a don Simón pasearse delante de ellos
completamente desnudo para que se acostumbraran a ver el cuerpo humano”35.
Estaba consciente de la forma en que era percibido por sus contemporá-
neos. En 1829 publica sus ideas en Bogotá y dice:
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hay rentas para pagar tal magnitud de empleados de cada colegio segÚn
su plan…. Ahora vea Ud. si es de sorprenderse que un hombre tan bueno,
de tanto talento, y tanta instrucción como don Samuel, haga tantos dispara-
tes….”39
Simón Rodríguez vivió toda su vida en un estado de pobreza crónica. Do-
minaba mÚltiples idiomas, era un erudito y un hombre muy culto, de acuerdo
con el análisis grafológico era una persona clara, sistemática y organizada.
Entonces nos preguntamos: ¿por qué fue pobre, cuando tenía condiciones
personales que le habrían permitido, sin duda, arbitrarse los recursos, para
llevar una vida por lo menos, de clase media? La explicación, a nuestro
juicio, la encontramos en su personalidad y valores. Era como hemos dicho
anteriormente, extremadamente independiente y manifestaba nunca haber
sido empleado, salvo como maestro, valoraba esta independencia sobre
el bienestar, no pensaba en el dinero y era sumamente terco. Bolívar en su
periplo por Italia, lo describía como un “hombre caprichoso, sin ideas en
sus propios negocios…hallándose muchas veces reducido a carecer de
las cosas más necesarias”40. Luís Antonio Vendel-Heyl quien lo conoció en
1840 refiere que:
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43
Mijares, Augusto, ob. cit, p.34.
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Andrés Bello
R EfOR m ADOR DE LA
EDUCACIón y LA s LE y Es
(1781-1865)
En un ambiente dominado por la guerra y la anarquía, Andrés Bello se des-
tacó como hombre de letras cuyo conocimiento trascendió las fronteras de
su Venezuela natal. Si bien no fue prócer de la independencia pronto puso
al servicio de esa causa su formación y dotes intelectuales. Dejó legados en
el campo administrativo y de las leyes, en la diplomacia y fundamentalmente
en la gramática.
Al comenzar su análisis grafológico nos llama la atención, las grandes
dotes espirituales que poseía. Esto es perceptible en los trazos de sus letras
(como la l) que se alarga de manera exagerada hacía arriba, también en las
terminaciones de sus palabras que adquieren la forma de un gran semicírcu-
lo que gira hacia lo alto y hacia atrás.
Efectivamente, Andrés Bello creció en un ambiente donde la religión ocu-
paba un espacio importante, su familia era muy católica. Desde joven fue
acogido como Hermano de la Orden Mercedaria de la Cofradía de la
Señora de la Merced.
Escribe con una letra pequeña, característico de los intelectuales. Es indu-
dable, que nuestro personaje fue un intelectual por encima de cualquier otra
cosa. Se destacó como un estudiante aventajado desde las primeras letras.
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simón
B
E L
olívar
t o
L IBER AD R
(1783-1830)
Simón Bolívar fue uno de los personajes más importantes de la indepen-
dencia hispanoamericana. No en balde, cinco naciones del continente le
adjudican el título de “padre de la patria”. Mostró con su personalidad, plu-
ma y obras, un don de liderazgo excepcional. No pretendemos avalar esta
realidad basándonos en una historiografía bolivarianista, sino centrarnos en
el análisis grafológico a través del cual se descubren una serie de rasgos
extraordinarios que dibujan su temperamento.
Cuando iniciamos el análisis de su escritura, uno de los primeros rasgos
que nos salta a la vista, es la inclinación extremadamente pronunciada de
sus palabras (de 150º) hacia la derecha, quienes escriben así suelen ser
individuos extremadamente apasionados y “emocionales”46, volcados hacía
lo externo por lo tanto, necesitan de los demás en su caso, para llevar a cabo
sus altas metas.
En el análisis de su firma confirmamos su temperamento apasionado. La
forma de zigzag que muchas veces adquiere la B de Bolívar revela: “entu-
siasmo y ardor. Genio pronto y vivo.”47
Este es otro de los rasgos más resaltantes y atípico en la grafología del Li-
bertador que nos permite entender muchos aspectos de su comportamiento.
46
Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 75.
47
Xandro, Mauricio, Grafología Elemental, Barcelona, Editorial Herder, 2006, p. 74
39
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En estas personas, sus actos están dominados por el corazón más que por
la razón. Suelen ser percibidas por lo demás como agresivas48. Igualmente,
en momentos críticos, su extremada vehemencia las impulsa a proceder de
manera irracional. De acuerdo con Xandro Mauricio, quien posee esos ras-
gos grafológicos “Acusa un temperamento muy apasionado e irreflexivo de
impulsos incontenibles”49.
Por otra parte este mismo temperamento, los proyecta ante sus congéneres
como un líder, porque son dueños de una gran convicción y determinación.
Daniel Florencio O’ Leary describía a Bolívar como un hombre que:
“Tenía el don de la persuasión, y sabía inspirar la confianza de los demás.
A esas cualidades se deben, en gran parte, los asombrosos triunfos que ob-
tuvo en circunstancias difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su temple
de alma se habría desalentado”50.
Pero estas mismas personas, que suelen ser muy entusiastas, acostumbran
a mostrarse igualmente propensos a la depresión cuando las circunstancias
le son adversas. En esos momentos de crisis todo lo ven oscuro. En 1824 en
carta a su maestro de infancia Simón Rodríguez, el Libertador da rienda suel-
ta a su desánimo:
“Me hallo cansado, estoy viejo y ya no tengo nada que esperar de la suer-
te…todos son temores e inquietudes; me parece que de un momento a otro
pierdo mi reputación que es la recompensa y la fortuna que he sacado de
tan inmenso sacrificio”.51
Retengamos esta Última frase de la cita que por sí sola, puede ilustrar otra
de las afirmaciones que hacíamos en líneas precedentes; por lo general,
quienes muestran una inclinación positiva de la letra (hacia la derecha) son
personas volcadas a lo externo, en su caso, a los intereses de la repÚblica en
la cual creía.
Y en 1829 embargado por el desconsuelo y la decepción escribía:
“Yo no puedo vivir…bajo el peso de la ignominia que me agobia, ni Co-
lombia puede ser bien servida por un desesperado, a quien le han roto todos
los estímulos del espíritu y arrebatado parasiempre las esperanzas”52.
Continuando con el análisis de esta primera letra de su firma notamos que
es de gran tamaño, lo que señala que poseía gran confianza en sí mismo.
La relevancia que le da a su apellido nos habla de un individuo que valoriza
sus orígenes familiares, uno de sus escritos puede tomarse como ejemplo de
48
Tesouro de Grosso, Susana, Grafología, Buenos Aires, Editorial Kier, 2007, p. 19
49
Xandro, Mauricio, Ob. cit., p. 55.
50
Daniel Florencio O`Leary en Mijares, Augusto, El Libertador, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 116
51
Carta de Simón Bolívar a Simón Rodríguez (1824), en Mijares, Augusto, Ob. cit, p.33.
52
Ibidem, p.3
40
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42
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63
Ibidem, p.87
64
Ibídem, p. 116.
65
Daniel Florencio O’Leary en Ídem.
66
Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 173. 67
Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 77.
68
Ibídem, p. 91.
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José Tadeo
P óc
R
Monagas
p enc
ER DE LA INDE END IA
y c AUDILLo REvOLUCIonARIo
(1785-1868)
José Tadeo Monagas fue sin lugar a dudas, uno de los personajes rele-
vantes de nuestro proceso de independencia cuyo incuestionable liderazgo
en la región oriental de la repÚblica, le deparó varios triunfos a la causa
republicana. Su protagonismo no se circunscribió a ese período histórico su
actuación logró trascender hasta convertirse en dos ocasiones, en presidente
de la repÚblica y pretender, ya anciano, regresar a presidir los destinos de la
nación.
Nació en Maturín en 1785 en el seno de una familia dedicada a las activi-
dades agropecuarias. Su educación formal fue exigua y y durante su juven-
tud se dedica a las labores del campo. Para 1813, a la edad de 28 años,
inicia su experiencia militar en el combate de las Bocas del Pao en el ejército
patriota que comandaba Santiago Mariño. A partir de allí desplegará una
larga y azarosa carrera militar participando en innumerables batallas, entre
las que se encuentran: Maturín y Cachipo. En 1814 participa en el sitio de la
Puerta, Bocachica, Arao, primera de Carabobo, donde asciende a Coro-
nel; Aragua de Barcelona, Maturín y Urica. En 1815 en Cabrutica, el Palmar,
Aragua de Barcelona y Angostura. En 1816 en Alacrán y el Juncal. Calabo-
45
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 46
“Su frente es alta y ancha, sus ojos negros y sin expresión; pero cuando
está animado, se tornan vivos y penetrantes…. Prefiere estar solo; y
habla muy poco cuando está en compañía, porque siente sensible-
mente lo mucho que fue descuidada su educación durante su niñez, y
prefiere mantenerse en silencio que opinar”71
46
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72
Ibídem, p. 21 (destacado nuestro).
73
Ricardo Becerra, José Tadeo Monagas, Caracas, Ediciones Centauro, 1979, p. 9.
47
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José María
Vargas
M EDICo y nUESTRo pRImER
pRESIDEntE CI v IL
(1786-1854)
José María Vargas nació en La Guaira, en 1786en el seno de una familia
que disfrutaba de una posición económica relativamente holgada. Logró
convertirse en una figura de gran relevancia en Venezuela, en un siglo en el
cual, imperaban los caudillos forjados en la guerra. El prestigio que alcanzó
fue tal que incluso ocupó la primera magistratura, una verdadera hazaña en
esa época dada su condición de civil.
Una de las características más importantes que observamos al iniciar su
análisis grafológico, es su condición de intelectual. El tamaño extremada-
mente pequeño de las letras minÚsculas, así lo revela. Esta particularidad defi-
ne a individuos que disfrutan el trabajo de investigación y estudio sobre todas
las demás cosas. Su vida es un ejemplo claro de esto. A los 12 años ingresó
al Seminario Real Tridentino de Caracas. Luego en 1803 se gradÚa en la
Universidad Real y Pontificia de Santa Rosa de Lima de Caracas como bachi-
ller en Filosofía. Cinco años después, en la misma casa de estudios, obtuvo
el grado de Doctor en Medicina. A fin de seguir estudios de anatomía, quí-
mica, cirugía y botánica, se establece en Edimburgo en1814 y permanece
allí hasta 1818. Ese mismo año se incorporó al Real Colegio de Cirujanos de
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83
Ibídem, p. 34.
84
Ibídem, p. 25.
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José rafael
D
Revenga
n s v
EDICACIÓ AL ER ICIO
DE LA pAtRIA .
(1786-1852)
José Rafael Revenga es una de las personalidades cuya actuación en el
proceso de la independencia suele pasarse por alto. Fue el Ministro de Ha-
cienda de la naciente repÚblica de Colombia (hasta 1821) y de Relaciones
Exteriores. A él le correspondió la tarea de negociar la paz con España y
gestionar el reconocimiento de la repÚblica gran colombina ante Inglaterra.
Nació en 1786 en la población de El Consejo, en los Valles de Aragua,
hijo de Joseph del Rosario Revenga mayordomo de la Hacienda del Conde
perteneciente a Don Martín Tovar Blanco, Conde de Tovar
Formó parte de un grupo privilegiado de individuos; los universitarios. De-
bemos resaltar que en la época en la cual le tocó vivir era difícil el ingreso a
la Universidad, sobretodo, para aquellos que pertenecían al estrato de los
pardos, como era su caso.
A la edad de 13 años solicita la admisión al grado de Bachiller en Artes (Fi-
losofía) de la Universidad Real y Pontificia de Caracas que culminó en 1808
y donde cursó las materias de: Lógica, SÚmula, Física, Ánima y Metafísica.
Durante ese periodo la enseñanza universitaria ya contemplaba estudios
de la física newtoniana, el sistema de Copérnico, las teorías químicas de
56
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Los márgenes que deja en sus escritos son amplios y totalmente alineados.
Esta característica, permite aseverar que era generoso con el uso de sus pro-
pios recursos, y al mismo tiempo, disciplinado.
Su inteligencia, su formación profesional, valores espirituales, generosi-
dad, buen uso de los recursos, son factores que explican su comportamiento
desprendido. En efecto, José Rafael Revenga fue uno de los pocos que renun-
ció a los haberes pÚblicos que le correspondían por los servicios prestados a
la Republica; que no participó en el reparto de bienes nacionales que fueron
adjudicados a los servidores de la Patria93.
93
Ibídem, p. 49.
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Tomás Lander
POLítICo y pERIODIstA LIBERAL
(1787-1845)
Tomás Lander fue empresario agrícola, político, periodista y uno de los
principales impulsores del pensamiento liberal en la primera mitad del siglo
XIX. A temprana edad se identifica con la causa independentista, y pese a su
cercanía con el Libertador, fue su Secretario en 1813, no tuvo participación
alguna en ella. En 1814 parte al exilio para regresar en 1820.
Su contribución fundamental a la Republica fue su labor periodística, des-
de esta tribuna defendió el movimiento separatista de La Cosiata, promovió
los derechos ciudadanos y las libertades económicas.
Fundó y contribuyó a crear numerosos periódicos, a saber: El Venezolano
(1822-1824), El Cometa (1826), El Fanal (1829-1831), VenezUela y El Con-
greso (1831), El Elector Parlero (1832), El AgricULtor (1838), El Relámpago
(1843) y El Relámpago de Marzo (1834)94. Sus artículos eran leídos y si bien,
su lenguaje podría catalogarse de agresivo, también era claro en la expre-
sión, como lo demuestra la legibilidad de la letra de sus misivas.
Tuvo una vida signada por la polémica y la confrontación pÚblica tanto en
la prensa como en los tribunales. A su retorno al país trae como equipaje “un
grupo de libros portando ideas sediciosas” los cuales le son decomisados
94
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 644- 645.
61
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por las autoridades del puerto de La Guaira. Este hecho generó entre él y el
Vicario de La Guaira, una de sus más sonadas polémicas. Finalmente, las au-
toridades favorecieron la posición de Lander y le fueron devueltas las obras
incautadas.
A través de la prensa presentó sus alegatos y argumentaciones, en ellos
defendía con vehemencia la libertad de imprenta, abogó en contra de la
expulsión general de los peninsulares, rechazó la política de confiscaciones,
expuso los inconvenientes de la centralización y promovió el federalismo,
entre otras cosas. En su lenguaje no deja lugar para las sutilezas: “Nuestros
ministros, pueriles en lo grande y grandes en lo pueril, oprimen cuando de-
bían elevar…”95
En 1832 en un litigio de tierras entre un prelado y varios hacendados, ata-
ca con ímpetu al religioso “El heredípeta Díaz es ya sacerdote acaudalado,
de los que ostentan moderación y mansedumbre…”96
En otra ocasión un informe suyo presentado a la Asamblea Provincial
(1833), que contenía un exhorto al Congreso fue rechazado “por su lengua-
je inmoderado”; y se nombró una Comisión para su revisión97.
Cabe preguntarse las razones de su temperamento polémico, la grafolo-
gía nos da varias claves que nos ayudan a entenderlo. En primer lugar, en
Lander la pasión jugaba un rol muy importante, las personas que lo conocían
podían percatarse de su temperamento apasionado, esta condición se des-
cubre en la inclinación positiva de su firma; sin embargo en los textos de sus
cartas su letra es vertical lo cual demuestra que era muy equilibrado, en su
caso la razón dominaba sobre la pasión. En segundo lugar, era consecuente
con las posiciones que asumía, aunque no trataba de imponerlas de manera
arbitraria, esto es perceptible en la forma redondeada que adquieren sus m
y n. En tercer lugar, era un hombre en extremo perseverante, lo que se nota
en los trazos largos en las terminaciones de las palabras, este rasgo también
podía proyectarlo como una persona terca. Por Último, era extremadamente
analítico, enlazaba todas las palabras, esto también nos habla de un hom-
bre dominado por la lógica y en ese sentido, radical en las posturas que
asumía.
Podía ser percibido como un hombre sociable por las terminaciones en
algunas de sus letras sin embargo, vemos que su firma es de un tamaño consi-
derablemente mayor que las letras de su texto, lo que significa que se esforza-
95
Lezama, Migdalia, Tomás Lander, Caracas, S.A. Editora El Nacional, 2011, p. 36 .
96
Ibídem, p. 37.
97
Ibídem, p. 41.
62
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98
Ibidem, p. 108 (Subrayado nuestro)
63
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santos
Michelena
Un DIpLom ÁtICo DILIGEntE
(1787-1848)
Fue un intelectual y político que se destacó por su labor en la organización
de las relaciones exteriores y de la hacienda pÚblica nacional, especialmen-
te a partir de la fundación de la República de Venezuela en 1830. Como
figura civil y universitario se destacó entre sus contemporáneos en el campo
de la política, donde imperaban más bien, los hombres de armas.
Uno de los problemas que se nos plantea a la hora de abordar el estudio
grafológico de Michelena, es la carencia de testimonios de sus contemporá-
neos que nos arrojen pistas acerca de su personalidad. Sus biógrafos resal-
tan fundamentalmente, su papel en las diferentes funciones que desempeñó
en la administración pÚblica y sus cargos políticos, pero pasan por alto ese
importante aspecto por lo cual, no podemos contrastar nuestras conclusiones
con la percepción que sobre Michelena tenían quienes lo conocieron.
Fue hijo de Santiago José Michelena de origen español y María Teresa
Rojas Natera99, natural de Valencia (actual estado Carabobo) ella sin duda,
tuvo gran influencia afectiva sobre Santos Michelena. Esta afirmación la ha-
cemos basados en el estudio grafológico. Al analizar su firma entre los ele-
mentos resaltantes que encontramos está la primera letra de su nombre, en
99
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 922.
65
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 66
ella apreciamos lóbulos grandes en la zona alta, este rasgo nos indica que
sentía un gran amor por su madre. Subraya su primer apellido lo cual denota
la importancia que le daba a su raíz paterna.
Se adhirió tempranamente a la causa de la emancipación. Era apenas
un adolescente cuando fue herido en combate y hecho prisionero por las
fuerzas realistas. Poco después abandona el país y reside en Filadelfia entre
1813 y 1819, lugar donde completa su educación en Derecho, Economía y
Comercio. De Estados Unidos se traslada a La Habana. Durante su perma-
nencia en esa ciudad se dedica a las actividades comerciales. La formación
recibida en su exilio y su dominio del idioma inglés, serán claves para la
labor que posteriormente desempeñó.
Su letra pequeña nos dice que poseía una gran capacidad de concentra-
ción propia del intelectual. Las letras d con bucle en la parte superior hacia la
derecha, delata a una persona que proyecta cultura y refinamiento.
Una vez en su patria en 1922, lo encontramos dedicado a la actividad
mercantil labor para la cual poseía condiciones. Veamos. Tenía la capaci-
dad de saber administrar los recursos económicos escasos con una actitud
consistente, como lo demuestran los márgenes en sus cartas. Ambos tanto el
izquierdo como el derecho, son estrechos y regulares.
Poco después es llamado a la actividad política. En 1824 es electo re-
presentante de la provincia de Caracas ante el Congreso grancolombino.
Posteriormente ejerció las funciones de cónsul y agente fiscal de la Gran
Colombia en Londres, cargo que ganó por concurso. El dominio del francés
e inglés100 fueron unas de las herramientas que le facilitarían un eficiente des-
empeño diplomático.
La inclinación positiva de su letra revela que tenía un carácter apasionado.
Esta característica de su personalidad podría explicar su propensión hacía la
vida política. En 1830 durante el gobierno de José Antonio Páez, ocupa la
Secretaría de Hacienda y Relaciones Exteriores. En 1833 lo designan Minis-
tro Plenipotenciario ante Colombia y Ecuador,en calidad de tal, le tocó dis-
cutir la distribución de la deuda pÚblica exterior. Gracias a sus habilidades
negociadoras, fue aprobada su propuesta de repartir la deuda en función
del nÚmero de habitantes de cada país. Al mismo tiempo logra un acuerdo
limítrofe con Colombia, que será conocido como el tratado Michelena Pom-
bo.
100
Michelena, Tomas, Reseña Biográfica de Santos Michelena, Caracas, editorial Ávila, 1951
66
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 67
Poseía una inteligencia deductiva que le permitía tener una visión de con-
junto de los problemas y al mismo tiempo, poseía la capacidad de separar
el aspecto que interesaba, esto se manifiesta grafológicamente en la forma
triangular que adquieren algunas de sus palabras.
Sus m relativamente agudas, revelan que mantenía sus posiciones, sin de-
jar de ser diplomático.
Observamos que rompe mucho las conexiones en las palabras, esto lo
define como un hombre creativo, capaz de aportar nuevas ideas o plan-
teamientos. Se expresaba con gran claridad, así lo muestra su letra clara y
uniforme. También era detallista, ya que colocaba todos los signos de pun-
tuación y los acentos a sus palabras. No dudaba a la hora de tomar las deci-
siones necesarias de acuerdo a la circunstancia, esa condición se muestra en
las terminaciones de las letras con rasgos ascendentes.
Sin duda fue un hombre honesto cualidad que desde le punto de vista de
la grafología, se deriva de su sentido de pertenencia a la familia. Poseía
mucha confianza en sí mismo, que se observa por la primera letra de la fir-
ma, es relativamente grande en comparación con las otras. Era una persona
balanceada. Las zonas altas y bajas de la letra son pronunciadas, este rasgo
muestra que sabía mantener un balance entre los aspectos materiales, afec-
tivos y espirituales. Las a y o las deja abiertas, lo cual implica que era abierto
no tenía secretos.
Concluyendo Santos Michelena era un hombre de sobradas virtudes que
dedicó su vida a la patria en altas funciones de Estado, y que sigue vigente la
preocupación de su hijo Tomás, en el sentido que no se le ha dado un reco-
nocimiento adecuado a su obra y figura.
67
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José antonio
Páez
PRócER DE LA INDEpENDencIA
y constRUCtoR DE LA REpúBLICA
(1790-1873)
José Antonio Páez fue uno de los principales protagonistas de las luchas por
la Independencia y más tarde, de la creación del Estado liberal. Fue el primer
presidente de la Republica de Venezuela en 1830 y su influencia dentro de la
política venezolana, se prolongó durante otros treinta años más. Su compro-
miso con sus ideales unidos a su afán por alcanzar la gloria lo impulsaron a
ejercer la presidencia por tercera vez ya anciano, cuando la sensatez deman-
daba más bien, su retiro.
En el análisis grafológico de nuestro personaje queremos resaltar en primer
lugar lo que nos muestra su firma. La mayÚscula grande de su nombre, indica
que tenía una gran confianza en sí mismo. Los lóbulos en la letra J en la zona
alta y baja, nos hablan del afecto tanto por su madre, como su padre.
La inclinación positiva de su escritura hacia la derecha, revelan que era un
hombre apasionado y esta pasión podría explicar su dilatada e intensa vida
pÚblica. Primero, dedicada a la guerra entre 1813 y 1825 y luego como
Presidente de la Republica durante tres periodos, sin contar que, puesto en
circunstancias que podían hacer peligrar el proyecto republicano, utilizó su
prestigio militar y político para contribuir a consolidar el gobierno de otras
69
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 70
figuras, como la de José María Vargas. La considerable zona alta y baja que
vemos en sus letras denotan a las personas con altos intereses espirituales y
materiales, en contraste con la vida cotidiana.
Mostraba equilibrio entre la imaginación y el carácter metódico, analítico
y planificador, ya que muestra en sus escritura una combinación entre la
tendencia a entrecortar las palabras (Imaginación) y la de mantener la línea
continua entre ellas (ser analítico).
Su escritura es muy clara lo que significa que se expresaba de manera diá-
fana y llana. También era muy detallista. Esa atención al más mínimo detalle
se nota en la puntuación, coloca todos los puntos y acentos. Esta disposición
de su carácter la podemos apreciar también, en la forma tan meticulosa con
la que escribe la A de Antonio en su firma Estas características lo convierten
en un administrador excepcional, cualidad que aplicó, no solo en lo tocante
a sus bienes personales, sino en tiempos de guerra para rendir los pocos
recursos destinados a los ejércitos. Como gobernante llevó a cabo una ad-
ministración eficaz, al menos en sus dos primeros mandatos. Promulgó la
llamada “Codificación de Páez” con la cual adecuó al país una legislación
moderna a través de la promulgación del Código Civil; Código de Comer-
cio, Penal; de Enjuiciamiento Criminal y de Procedimiento Civil de 1862 y
1863101. La grafología nos revela a Páez como una persona organizada,
que trabajaba en forma cuidadosa y tenía un carácter formal, esto Último se
refleja en el esmero con que desarrolla su escritura.
Las terminaciones de las letras a y o en curvaturas es característico de indi-
viduos muy amistosos. Este aspecto de su personalidad explica que aquellos
que lo rodeaban lo vieran como un amigo, una figura benevolente, de allí el
apelativo de “el taita” con el cual solían llamarlo sus subalternos. En lo perso-
nal era muy abierto, poco dado a guardar secretos que tendía a contar sus
ideas, proyectos y actividades.
Su grafía relativamente pequeña muestra que tenía un alto poder de con-
centración. Dada la precaria situación económica en la cual creció, no pudo
acceder a una instrucción formal de hecho fue un autodidacta. SegÚn Daniel
Florencio O’Leary, José Antonio Páez: “En presencia de personas que él su-
ponía instruidas, era callado y hasta tímido, absteniéndose de tomar parte
en la conversación o hacer observaciones; pero con sus inferiores era locuaz
101
Codificación de Páez, Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1974, Tomo II, p. 9.
70
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Páez y María Violante Herrera fueron mis padres, habiéndome tocado ser
el penÚltimo de sus hijos, y el solo que sobrevive de ocho hermanos. Nuestra
fortuna era escasísima”105.
Podemos afirmar que aun cuando su personalidad era muy abierta, tal
como apuntábamos en líneas precedentes, percibimos que cubre parcial-
mente su firma con una curva atrás del apellido, lo cual revela un acto con-
siente de ocultamiento de sus intenciones o actos.
La historiografía arroja dudas sobre la probidad del caudillo. La grafología
señala que efectivamente, era muy posesivo como lo revelan los mÚltiples
ganchos en diferentes lugares de la firma, si a esto se añade su predisposi-
ción por velar u ocultar aspectos de su vida, y a su fuerte naturaleza material,
podemos afirmar que esas dudas son fundadas. Sobre este aspecto se pue-
de señalar que el Libertador en 1821: “dio carta blanca a José Antonio Páez
- uno de los autores principales de la idea del reparto - para que él hiciera la
justicia agraria en Venezuela…nueve meses después de investido de estas
amplias facultades, el general Páez prefiere cuidar y celar más bien de su
propio interés; manifiesta su deseo de que se le traspase la magnífica hacien-
da “La Trinidad”, secuestrada al marqués de Casa León”106.
Tenía una gran necesitad de conquistar el reconocimiento pÚblico, pode-
mos verlo en el énfasis que pone en el subrayado de su nombre en la firma: lo
subraya dos veces. Esto nos permite entender su disposición por conquistar
la “gloria”. Ya en época muy temprana había adquirido importancia y noto-
riedad: “es la figura de mayor relieve, caudillo popular y hombre imprescin-
dible a partir de 1821”107. Esta fuerte motivación a ser reconocido explica
en gran parte, su constante presencia en el acontecer político del país. Sus
esfuerzos por alcanzar ese reconocimiento p Úblico se ven compensados.
En 1836 por sus acciones en defensa del poder civil recibe el título de “Ciu-
dadano Esclarecido” y por haber sometido a Francisco Farfán, lo llaman “El
León de Payara”. En 1867 el gobierno le expide un diploma que lo acredita
como “Ilustre Prócer de la Independencia Iberoamericana”; y en esa época
viaja por América del Sur “recibiendo muestras de admiración y respeto”108.
Tal vez por estas mismas razones, sumada a la conciencia que tenía de su
trascendencia, escribe en edad madura su Autobiografía en dos tomos.
Indudablemente que Páez fue una de las figuras más influyente de la his-
105
Páez, José Antonio. Autobiografía. Ediciones Antártida. MCMLX Tomo I. p. 15.
106
Salcedo-Bastardo, J. L., Ob., cit., p. 410.
107
Morón, Guillermo, Los Presidentes de Venezuela, 1811-1979, Caracas, Meneven, 1979, p. 61.
108
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 12.
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toria de la primera mitad del siglo XIX, militar brillante y destacado político.
Su grafología lo muestra como un hombre apasionado, buen administrador,
con gran confianza en sí mismo, que ambicionaba el poder y el reconoci-
miento pÚblico por sobre todas las cosas, y con certeza no tan probo.
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Antonio José
de sucre
EstRAtEGA mILItAR,fUnDADoR
DE LA REpú BLICA DE BoLI v IA .
(1795-1830)
Antonio José de Sucre fue un personaje estelar de la independencia ame-
ricana. Su indiscutible habilidad de estratega militar posibilitó el triunfo de la
emancipación del Ecuador y del PerÚ, Último bastión realista del continente.
Fundador de una repÚblica: Bolivia. Pese a sumar innumerables méritos en
la creación y consolidación del proyecto republicano, a menudo se le ve
como un apéndice del Libertador debido a le lealtad incondicional que le
profesaba.
Nació en Cumana en 1795 en el seno de una familia “de padres ricos y
distinguidos”109, de larga tradición militar. Apenas contaba con siete años de
edad, cuando fallece su madre Doña María Manuela de Alcalá. Pocos años
después, su familia lo envía a Caracas e ingresa a la Compañía de HÚsares
Nobles de Fernando VII110. Simultáneamente se incorpora a la Academia
de Matemáticas del Coronel Tomás Mires. Era aun un adolescente, cuando
está de regreso en Cumaná.
En consecuencia, su educación formal fue muy limitada. Más adelante
Bolívar reconocía que Sucre fue: “criado en la revolución, y sin haber podido
tener otra educación que la de la guerra”111.
109
Bolívar, Simón, Resumen sucinto de la vida del General Sucre, , Caracas, Editorial Élite, 1930, p. 13
110
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 643.
111
Simón Bolívar, Carta de presentación a Riva Agüero, 1823, en Rumazo González, Alfonso, Antonio José de Sucre, , Bogotá,
Intermedio Editores, 2005, p. 109
75
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relieve…”116
Sus letras minÚsculas también son muy pequeñas, ese rasgo no solo carac-
teriza al intelectual, también al introvertido. Algunos de sus contemporáneos
lo juzgaron como un hombre huraño. Lino de Pombo patriota neogranadino,
lo describía como: “de modales finos, tacitUrno y modesto”117.
Sobre su personalidad Rumazo dice: “contrastados su talento excepciona-
lísimo, audacia, don de acierto, firmeza e infatigabilidad, con una sencillez
elegantemente tacitUrna y una evidente falta de ambición”118. También lo
califica como “Introvertido, observador severo, aunque elegantemente cor-
tés...”119.
Su propensión a la introversión a nuestro perecer, podría explicar el com-
portamiento dubitativo que mostró en alguna ocasión: “en dos oportunida-
des titubeo, hasta el punto de mostrar indecisión que pudo ser, la segunda
vez, de graves consecuencias”120. Cuando preparaban la expedición de
los Cayos en 1816: “Sucre no hace parte de la empresa, ni interviene en los
preparativos. Se evade y se escapa a tiempo, y va a dar a la isla de Trinidad,
donde tratará de ganarse la vida… va a abstenerse de lucha durante siete
meses. ¿Por qué esa fuga?” También recuerda Rumazo que: “¡Cuantas veces
quiso, más tarde, separarse del ejército!”121
Cuando ya se encontraba al frente del proceso de emancipación del Ecua-
dor, Simón Bolívar le reprocha no haber actuado con mayor autoridad en
Quito: “Le diré a Ud. con franqueza que Ud. debe perdonarme, que Ud.
tiene la manía de la delicadeza, y que esta manía le ha de perjudicar a Ud.
como en El Callao. Entonces quedaron todos disgustados con Ud. por deli-
cado, y ahora va a suceder lo mismo”122.
SegÚn la grafología las o y las a cerradas, denotan una personalidad muy
reservada. Podemos entonces afirmar que Sucre era un hombre que sabía
guardar secretos.
La inclinación positiva de su letra hacía la derecha (en 140º) revela un
alto grado de pasión, en su caso fue capaz de dejar a un lado sus intereses
personales y familiares por la empresa emancipadora y ese compromiso, lo
asumió hasta sus Últimas consecuencias. Esa pasión exacerbada en situa-
ciones extremas, puede desembocar en actitudes agresivas. El historiador
Rumazo González señala que: “Los compasivos fracasan en el ejército y más
117
Lino de Pombo, Ibídem, p. 45.
118
Ibidem, p. 11.
119
Ibidem, p. 13. (Destacado nuestro).
120
Ibidem, p. 229.
121
Ibidem, p. 48.
122
Bolívar, Simón, ob.cit. p. 31.
77
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la beneficencia”128.
La segunda; las zonas bajas completas en su letra g son una señal del hom-
bre sensual. Sobre esta condición abundan ejemplos en su comportamiento
de hombre mujeriego y enamoradizo. Comenta Rumazo González: “En Ve-
nezuela había dejado fama de buen enamorador. Hasta se le achacó, sin
suficiente verdad, una hija ilegitima, de nombre Lucia Zerpa, en Ana Maria
Zerpa, de Cumana. En Guayaquil, de manera fácil, graduada y continua,
tomó el desenvolvimiento del amor una graciosa curva, ya trabándose en
deleites puros con Pepita Gainza Rocafuerte, de lo más culto de la sociedad;
ya enredándose en aventura con Tomasa Bravo.”129 y agrega: “Dejo hijos
ilegítimos en el Ecuador, Venezuela, Bolivia. Tomaba la aventura sexual a lo
militar en tiempo de guerra: despreocupadamente”130.
La escritura muy clara y cuidadosa de Sucre denota la ejecución detallada
y diligente de su trabajo. En efecto, “su preocupación por los servicios, por
la eficiencia administrativa, llenó muchas de sus horas”131. Además, escribía
con un margen derecho muy pequeño, lo cual habla de su austeridad en el
manejo de los recursos. Esta característica explica que se mostrara “indoma-
ble en su actitud vigilante por la probidad. Castigaba sin vacilar, con rigor
extremo vicios y corruptelas”132. Enviado a Saint Thomas, isla del Caribe, a
adquirir armas cumple con su comisión “con actividad y eficacia y hasta le
sobra dinero.”133
Sus sílabas entrecortada nos habla de una persona poseedora de una
gran imaginación y de una rápida inventiva en situaciones críticas.
Las terminaciones hacia arriba muy frecuente en las letras a, develan a
individuos amistosos, en su caso llevó hasta el extremo su lealtad y amistad
por el Libertador quien dijo de él: “Era el azote del desorden y, sin embargo,
el amigo de todos”134.
En su Última carta al Libertador en 1830 le reitera su compromiso y amistad:
“No son palabras las que pueden fácilmente explicar los sentimientos de mi
alma respecto a Vd.: Vd. Los conoce, pues me conoce mucho tiempo y
sabe que no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno
afecto a su persona”135.
Si nos concentramos en su firma, podemos observar en primer lugar, que
es más grande que la letra del texto. Esto significa que podía ser percibido
128
Ibídem, p.15
129
Rumazo González, Alfonso, Ob. cit., p 73.
130
Ibidem, p. 128.
131
Fundación Polar, Op, cit., p. 647.
132
Ídem.
133
Rumazo González, Ob. cit., p.62
134
Bolívar, Simón, ob.cit. p. 14.
135
Ídem.
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como una persona muy sociable, cuando su carácter tendía hacía la intro-
versión. Uno de sus biógrafos lo describe como: “Hombre fuera de grupos,
sabiase solitario, diferente”136. La A con la que inicia su nombre es grande,
pero dentro de lo normal, que nos indica que tenía confianza en sí mismo,
no lo escribe completo lo que significa que era una persona dedicada al
trabajo, capaz de renunciar a su propia vida o la felicidad, en función de
algo que considera superior, usualmente la familia pero en su caso, aparen-
temente, por los ideales republicanos la patria. Esta misma letra la comienza
con un gancho curvo que muestra su apego al terruño, el origen. Su apellido
lo subraya con un trazo grueso y pastoso esta es una indicación muy
clara de la impor- tancia que le daba a su apellido, a su raigambre familiar
y, al linaje militar proveniente de su abuelo.
Alfonso Rumazo González recogiendo observaciones de terceros, lo des-
cribe así: “No se supo feliz nunca. Introvertido, observador, severo, aunque
elegantemente cortés, reía difícilmente y nunca fue propenso a las manifes-
taciones ruidosas de alegría. Grave circunspecto, mostraba edad mayor a
la real. Producía en torno, con hidalguía altivez refinada y culta, más respeto
que simpatías, más fe que devoción…Recto metódico y hasta rígido, exigía
mucho de los demás”137.
Bolívar retrataba el carácter de Sucre como presidente de Bolivia: “Sucre
es caballero en todo; es la cabeza mejor organizada de Colombia; es metó-
dico, capaz de las más altas concepciones, es el mejor general de la repÚbli-
ca y el primer hombre de Estado”138.
Su estudio grafológico nos lo reveló como un hombre con una gran ca-
pacidad de concentración, de reflexión, introvertido, diligente, trabajador,
confiable, apasionado, leal, excelente administrador y probo.
136
Rumazo
137
Ídem.
138
Ibidem, p. 225.
80
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antonio
leocadio
Guzmán
T nto n p o
ALE SI R BIDAD
(1801-1884)
Antonio Leocadio Guzmán fue un periodista y político de dilatada parti-
cipación en la escena pÚblica del país. Fundador del diario El Venezolano
principal órgano de difusión de las ideas liberales, líder fundamental del
Partido Liberal, padre del presidente de la repÚblica Antonio Guzmán Blan-
co. Su figura inspiró entre sus contemporáneos sentimientos encontrados, los
mismos, que sigue despertando entre quienes se han ocupado de estudiarlo,
para muchos su imagen quedó grabada en la historia venezolana como la
del arquetipo del político corrupto y oportunista.
Veamos lo que nos dice el análisis de su grafía. Lo primero que resalta en
ella, es su alta inclinación (de 145º) a la derecha, característico de un tem-
peramento muy apasionado donde con frecuencia la pasión domina sobre
la razón. Esta pasión se puso de manifiesto en sus continuos enfrentamientos
con sus opositores políticos.
Sobre este aspecto traemos a colación sus permanentes confrontaciones
con Páez. En 1842 “Guzmán ataca a Páez en toda forma, con insidía y arro-
jo”139 y en la redacción de El Venezolano, “le habla en arrogante lenguaje en
nombre de Venezuela”140. También fueron memorables “los versos difamato-
139
Armas Chitty, J. A. de, Fermín Toro y su Época, Caracas, Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes, 1996, p. 97
140
Hermano Nectario María. Historia de Venezuela, p. 493.
82
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rios”141 publicados contra Juan Pérez, director del Banco Nacional de Vene-
zuela, quien lo llevó a juicio. Luego de su distanciamiento con Juan Vicente
González, se convierte en su “más acérrimo enemigo”142, fueron célebres sus
polémicas en la prensa.
Tenía una personalidad analítica. Esto se nota en el predominio de la ila-
ción de sus palabras
Administraba sus recursos con sentido de escasez, ya que el margen dere-
cho era casi inexistente.
La perseverancia era otra de sus características, podemos notarlo en las
terminaciones alargadas de las palabras y de su firma. Ramón Díaz Sánchez
en su obra Elipse de Una Ambición de Poder, revisa de manera exhaustiva
la vida de Antonio Leocadio, en ella es posible constatar una ininterrumpida
actividad desde 1825 cuando funda el Argos hasta 1870 cuando su hijo An-
tonio Guzmán Blanco llega a la presidencia y con él, todo el dinero y poder
que tanto ambicionó.
Las m y n agudas nos muestran que no se dejaba imponer la opinión o cri-
terio de otros. AUn cuando en ciertas ocasiones, sus enemigos lo calificaron
de cobarde, este aspecto de su personalidad no se desprende en el análisis
de su escritura. Recordamos que “cuentan que Juan Vicente González en-
contró a Guzmán vilmente defendido entre las topias de una cocina, lo que
ridiculizara González en vibrante epigrama calificándolo como Héroe del
Fogón”143.
Para Federico Brito Figueroa “Antonio Leocadio no era el hombre para la
gesta de realizar, carecía de las cualidades humanas para ser el conductor
de multitudes en la lucha armada contra los godos. La vacilación, el temor a
herir, la tendencia al compromiso, constituían acusadas características de su
personalidad”144. Creemos que la vacilación y la tendencia al compromiso
que se le endilgan podría ser más bien, la de un personaje calculador, lo
cual se muestra por el circulo que rodea a la firma que indica además sigilo,
e intenciones de querer sacar provecho en un momento de incertidumbre Si
bien se mostró reticente al combate físico, su temor a herir no se extendió al
ámbito de la confrontación verbal pues hirió, atacó y denigró de mÚltiples
personas.
Centrándonos en el análisis de su firma, encontramos importantes rasgos
141
Fundación Polar, Diccionario de Historia, p. 403.
142
Ibídem, p. 404.
143
Brito Figueroa, Federico, Ezequiel Zamora, Caracas, Editorial Ávila Gráfica S.A., 1951 p. 61.
144
Ibídem, p.60.
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153
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 404.
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Fermín Toro
IntELECtUAL COnsERvADOR
(1806-1865)
Fermín Toro es uno de los personajes del siglo XIX cuya importancia suele
pasar desapercibida. Fue un destacado parlamentario y diplomático, gra-
cias a sus gestiones Venezuela logra el reconocimiento de España. Incursio-
nó en la literatura y mostró dotes de economista, sociólogo y educador. Con
una formación autodidacta logró desarrollar estas mÚltiples facetas.
Nace en el Valle, cerca de Caracas, desde temprana edad pone de ma-
nifiesto sus dotes excepcionales; siendo un niño dejaba impresionados a sus
mayores con su habilidad en la ejecución del violín. Inicia su actividad pÚbli-
ca como Oficial de Tesorería de la Aduana de la Guaira en 1827. Tuvo la
oportunidad de conocer y compartir con personalidades como José María
Vargas, Juan Manuel Cagigal y José Luis Ramos, con quienes tenía en comÚn,
la preocupación por promover el desarrollo del conocimiento y la educación
en la naciente repÚblica.
En 1828 se casa con su prima María de la Merced Tovar y Toro154, quien
le dará siete hijos. Dos años más tarde, es electo diputado al Congreso en
representación de Margarita.
En el análisis grafológico, lo primero que advertimos es la inclinación muy
154
Armas Chitty, J. A. de, Fermín Toro y su Época, p. 24.
88
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89
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su pensamiento deductivo.
Su perfecta puntuación lo descubre como un individuo detallista, lo que a
nuestro juicio explica, su inclinación por el estudio y clasificación de las plan-
tas y minerales, disciplina de interés comÚn con José María Vargas.
Generalmente cerraba las o, en pocas ocasiones las deja levemente abier-
tas, lo que nos muestra que pese a ser un hombre reservado, tendía a confiar
sus aspiraciones o secretos a las personas de su confianza.
Era poseedor de una gran sensibilidad social, como lo atestiguan las zo-
nas altas prolongadas de la letra. Cuando lee el ResUmen de la Historia de
VenezUela de Rafael María Baralt reflexiona diciendo: “no puede leerse la
conquista de Venezuela sin quedarse uno petrificado de horror; y cuidado
que las víctimas no tuvieron historiador ni sus dolores intérpretes...”
Además, escribió su novela “Los Mártires”, donde describe la situación de
los trabajadores irlandeses en 1842 al comienzo de lo que se llamó la gran
hambruna. Por otra parte, las zonas bajas de las letras g y p con apertura
hacia la derecha lo definen como un hombre altruista158.
En cuanto a las palabras, se advierte que las sílabas no están todas entre-
lazadas, sino que a menudo, las corta, lo que nos habla de un individuo ima-
ginativo, un creador. Este Último aspecto explica que tuviera durante su vida
tantos intereses diferentes. Mientras que las terminaciones que adquieren
éstas son casi siempre, diferentes. Como diferentes son las interpretaciones
que tienen cada una de ellas; las curvas lo definen como amistoso, las largas
como perseverante. Estas características de la escritura, son propias de las
personas que manejan muy bien las relaciones interpersonales, porque pue-
den adecuarse a cada uno de sus interlocutores. Sabemos de su excelente
desempeño en la diplomática. En Madrid en 1860, le tocó negociar el Trata-
do de Paz y Reconocimiento entre España y Venezuela, donde “disponía de
sus relaciones para abordar con éxito, tan espinoso asunto, pues conocía el
ambiente, tenia nexos familiares, etc.”159.
Fue un hombre honrado y de principios, en su grafología no aparecen sím-
bolos de deshonestidad, sus intereses fueron los de la comunidad y la ciencia.
Las zonas bajas de la letra son largas, pero no redondeadas. Esta circuns-
tancia muestra que sus acciones no estaban dominadas por lo material, lo
sensual, los instintos o el dinero. Cuando se produce el asalto al Congreso
el 24 de enero de 1848 por parte de las fuerzas del gobierno, Fermín Toro
158
Sara, Dorothy, Ob. cit., p.173.
159
Armas Chitty, J. A. de, Ob. Cit., p. 191.
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160
Fundación Polar, Historia de Venezuela, p. 708.
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Juan vicente
Int
González
t y po m stELEC UAL LE I A
(1810-1866)
Pocos personajes de su generación superaron en estatura intelectual a Juan
Vicente González, periodista, escritor y educador. Sus grandes dotes de po-
lemista le granjearon la admiración de muchos, pero igualmente, despertó
en otros tantos, el odio y la enemistad.
Se desconoce la identidad de sus padres, fue abandonado a las puer-
tas de la casa de Francisco González Delgado -afecto a la causa realista-,
quien lo adopta. Cursó estudios en el convento de los padres neristas y obtie-
ne el grado de bachiller en 1828, se gradÚa de licenciado en Filosofía en la
Universidad de Caracas en 1830.
Iniciamos el análisis grafológico con su firma, uno de los aspectos que re-
saltan en ella es la letra con la cual la inicia J, podemos apreciar que no tiene
lóbulos ni en la parte superior ni inferior, signo de la falta de apego por sus
padres. Por otro lado, el tamaño que adquiere es notablemente más grande,
si la comparamos con las otras letras, esta característica nos permite inferir
que poseía una alta autoestima.
Juan Vicente González tuvo un papel destacado en su desempeño pro-
fesional. Como educador, no se contentó con el ejercicio de la docencia
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Ezequiel
Zamora
C oF
AUDILL EDERAL
(1817-1860)
Ezequiel Zamora fue un destacado caudillo de la Guerra Federal, cuyas
dotes de estratega militar resultaron decisivas para el logro de importantes
triunfos para la causa liberal. Su figura sigue despertando controversias entre
aquellos que se han ocupado de estudiarlo. Están, quienes redimensionan su
actuación hasta convertirlo en un héroe revolucionario al mejor estilo mexica-
no, mientras que otros, toman prudente distancia a fin de entender las circuns-
tancias y el contexto dentro del cual le tocó vivir.
Lamentablemente, recibió “la rudimentaria instrucción que podía brindarle
una zona rural (CÚa) todavía convulsionada por las luchas de la emancipa-
ción”161, decimos que es lamentable, porque desde la óptica grafológica su
letra de tamaño pequeño, define a personas con gran capacidad de con-
centración y con actitudes para el trabajo intelectual.
Probablemente, su ingreso a la masonería (1855), respondiera a una in-
quietud de bÚsqueda de conocimiento y prestigio, ya que en ese tiempo,
formar parte de esta logia brindaba la ocasión de establecer relaciones con
la elite económica e intelectual que pertenecía a ella.
161
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 948
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cecilio
Un IntELECtUAL E
an costa
mo
A oRAD
DEL LEnGUAJE.
(1818-1891)
Cecilio Acosta fue un hombre dedicado a la labor intelectual, cuyos esfuer-
zos se concentraron en promover ideales de progreso y civilización en una
Venezuela estremecida por las constantes guerras y levantamientos. Aboga-
do, dedicado a la docencia y a la labor periodística, alcanzó el honor de ser
designado como individuo de nÚmero de la Real Academia Española de la
Lengua.
Nació en San Diego de los Altos en el seno de un hogar extremadamente
humilde. A los diez años, queda huérfano de padre. De la mano del párroco
Fernández Fortique, aprende las primeras letras y las Sagradas Escrituras.
No es de extrañar, que se inclinara en un primer momento, por la carrera
sacerdotal. Efectivamente, a la edad de trece años, deja su pueblo natal e
ingresa al Seminario Tridentino de Santa Rosa de Lima en Caracas, donde
permanecerá durante nueve años. Se desconocen las razones por las cuales
desiste en abrazar el sacerdocio, lo cierto es, que luego de esta experiencia,
ingresa a la Universidad Central de Venezuela en 1840, para cursar leyes.
Ocho años después se gradÚA de abogado.
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Fue pues Cecilio Acosta por encima de cualquier otra cosa, un intelectual
enamorado del lenguaje, que llevó una vida fundamentalmente privada y
sencilla, siempre en la pobreza, transparente a toda prueba, preocupado
por inculcar valores ciudadanos en un país donde imperaban las charrete-
ras, en ese sentido podemos afirmar que durante toda su vida, nadó contra
la corriente.
Su grafía lo mostró como un hombre amante del conocimiento, apasiona-
do, sincero, sencillo, introvertido y sin embargo, con una alta autoestima ya
que estaba consciente de su propia valía.
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arístides
rojas
CIEntífICo y HUm A nIstA.
(1826-1894)
Podemos considerar a Arístides Rojas como uno de los personajes más ori-
ginales del siglo XIX venezolano. Pocos como él entendieron, en un momento
histórico signado por la guerra, levantamientos y revoluciones, la importan-
cia de la conservación y preservación de la memoria histórica del país. Fue
médico, naturista, periodista e historiador hoy en día es considerado el “ini-
ciador de la bibliografía venezolana, titulo que –como dice Pedro Grases- no
desmerece a los muchos que tiene como investigador, analista, costumbrista,
estudioso del folklore, y de temas de etnografía, así como ser piedra pilar de
la historiografía del país”177.
Estudió en el Colegio Independencia, donde tuvo como compañeros de
clase a los hijos de José Antonio Páez y Antonio Leocadio Guzmán y como
maestro a Fermín Toro. Se gradÚa de médico en la Universidad Central de
Venezuela a los 26 años. Durante su pasantía por Trujillo, Barquisimeto, Ma-
racaibo y Puerto Cabello: “no solo tuvo que luchar contra las enfermedades,
sino contra brujos que le hacían la competencia. Pero su espíritU conciliador,
tolerante y persUasivo, no lo convierte en un enemigo de los charlatanes y
yerberos sino en un estudioso de la ciencia callejera y pueblerina”178.
177
Pedro Grases, Bibliografía de Don Arístides Rojas, Caracas, Fundación para el Rescate del Acervo Cultural venezolano, 1977,
p. 14
178
Arístides Rojas , Crónicas y Leyendas. Prólogo de Manuel Bermúdez. p. 8.
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historia nacional”183.
Su grafología nos lo mostró como un hombre entregado a los estudios, de
un fuerte carácter pero, no intransigente, con una alta confianza en si mismo,
equilibrado, amistoso y desprendido. Sin lugar a dudas, un filántropo.
183
Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 460.
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antonio
Guzmán
Blanco no
E I st Am
L LU RE ERICA
(1829-1899)
Antonio Guzmán Blanco fue universitario, político, dirigente militar durante
la Guerra Federal, caudillo del Liberalismo Amarillo y Presidente de la Repu-
blica en tres ocasiones, entre 1870 y 1888. Era hijo de Antonio Leocadio
Guzmán, fundador del Partido Liberal y avezado político184. Fue el personaje
más importante del Último tercio de siglo XIX, su influencia política fue decisi-
va para el logro de una cierta unidad del país, bajo su mandato se llevaron
a cabo importantes obras. A él se le debe la modernización de Venezuela,
las grandes obras ferroviarias y pÚblicas, el ornato de Caracas, la educación
primaria pÚblica y gratuita, la red telegráfica, la unificación de la moneda,
entre otras. Sin embargo, el reconocimiento de lo anterior, no borra sus de-
litos y excesos en el ejercicio del poder. Para sus detractores una frase lo
resume: “Guzmán ladrón”, que alude a su enriquecimiento ilícito, particular-
mente, el logrado debido a la colocación de la deuda externa venezolana.
Comenzando el análisis grafológico en su firma vemos que traza un rasgo
por debajo de ella, esto significa que se trata de alguien que se promueve a
si mismo, además la subraya, lo cual es muy comÚn en los políticos. Remite a
personas que les gusta llamar la atención.
184
Nota: Su análisis grafológico está incluido en este trabajo.
112
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estratega.
Podemos afirmar que Guzmán, era extremadamente detallista, este hecho
se manifiesta en la meticulosidad con la cual coloca los puntos, acentos y co-
mas, donde corresponde. Cualidad muy comÚn en los buenos abogados.
Esta disposición de su personalidad, puede evidenciarse hasta en los hechos
más cotidianos “su minuciosidad llega hasta indicar donde debía ser coloca-
da la cuna, ‘debajo de mi retrato, como convenimos’ y el mueble que había
comprado para guardar la ropa del niño”188.
Su letra era pequeña, indicativo de las personas de alta capacidad de
concentración. Mientras cursaba la carrera de abogacía se mostró estudio-
so hasta obtener calificaciones de “sobresaliente”189 en la Universidad.
Otra peculiaridad de su grafía, estriba en su claridad y legibilidad, rasgo
propio de un individuo poseedor de un verbo privilegiado, no en balde, ad-
quirió fama de orador y literato.
Los márgenes en sus cartas son absolutamente rectos, característicos de
personas disciplinadas. Las mÚltiples formas en las terminaciones de sus pa-
labras, nos hablan de un negociador y político, que trataba en forma perso-
nalizada a cada interlocutor. Además, era amistoso, tal como lo muestra la
línea circular ascendente en las terminaciones de las palabras.
La inclinación positiva de su letra hacia la derecha, lo definen como un
hombre apasionado. Este rasgo determina a las personas que tienden a
ser dominadas por el corazón, más que por el raciocinio. A nuestro juicio,
esto podría explicar que un universitario y estudioso como Guzmán, pudiera
ejercer, como de hecho lo hizo, el rol de un militar, con todo lo que ello impli-
caba. SegÚn sus propias palabras: “aunque no tenia puesto en la línea, sin
saber decir porqUé, de hecho me encontré dirigiendo la batalla”.
Luego, cuando por ese acto le confieren el grado de Comandante, refiere
que: los “centros trascendentales de la revolución iban a considerar risible mi
transformación de literato en militar de pelea”190. Por otra parte, en cuanto a
su forma de ejercer el liderazgo, tiende a imponer su opinión, lo cual se reve-
la en las letras m en forma de serrucho. Por esa razón, se le percibe también
como “prepotente” o “dominante”191 y también “gritón en el mando pero con
voz característica atiplada, a lo Rómulo Betancourt”192.
En relación con la fama de ladrón que adquirió a los ojos de sus contempo-
ráneos, y que la evidencia histórica confirma, debemos decir que desde el
188
Ibídem, p. 163.
189
Ibídem, p. 36.
190
Polanco Alcántara, Ob. cit., p. 97.
191
Ibídem, p. 389.
192
Urdaneta, Ramón, Antonio Guzmán Blanco. 1829-1899, Editorial Panapo, 1997, p.15.
114
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punto de vista grafológico, no hay ningÚn signo que indique una propensión
a delinquir. Al contrario, los delincuentes usualmente, entre otras caracterís-
ticas, son muy reservados con sus asuntos personales, él es muy abierto,
ya que no cierra sistemáticamente las a y o. Todo esto, en contraste con su
padre.
El tema tiene alguna complejidad. Guzmán Blanco inicia su fortuna con la
negociación del Empréstito de Londres de 1863. El resto de su fortuna la hizo
mediante negociaciones de las deudas, en los mercados secundarios, de
las otras participaciones en obras pÚblicas, en todo caso, todas le reporta-
ron ganancias. En el caso del empréstito, se le critica el monto de la comisión
que cobró como agente del gobierno. En carta escrita en 1879 admite, que
recibió 600.000 pesos, o sea, 92.307 libras esterlinas por su participación
en dicha operación. Para 1879 esa cantidad había crecido a 1.800.000
pesos193 y cuando fallece, su capital era de 480.000 pesos194. Es induda-
ble, que aprovechó el ejercicio del poder para participar en negocios pÚbli-
cos. En cuanto a su justificación se puede acudir a argumentaciones, como
las que adelanta Tomás Polanco Alcántara, por ejemplo, que Guzmán no
consideraba que estaba delinquiendo primero, porque los servidores de la
patria participaban habitualmente en los repartos de bienes y dinero, como
contraprestación de sus servicios; segundo, como abogado se escudaría en
el hecho de que el Congreso aprobó la “comisión” igualmente, consideraba
había hecho una buena negociación en servicio de la patria y por Último, los
cánones de comportamiento aceptado en la época no eran los mismos que
en la actualidad. Todo esto, por supuesto, lo decimos refiriéndonos a que en
su fuero íntimo, es posible que no se haya visto como sujeto de delito sino,
debidamente compensado por sus meritorios esfuerzos. Polanco Alcántara
concluye el tema diciendo:
“Al haberse creado a Guzmán la fama de malversador y percolador, y
dada su forma de vivir fuera de Venezuela,….Es lamentable que las acusa-
ciones (de Briceño) ya citada y no haber nadie, hasta el presente, para tratar
el tema haya hecho otra cosa que no sea la simple trascripción de las acusa-
ciones de Briceño.
Briceño logró su objetivo. La pregunta que cabe al leer su obra es si fue
cierto y justo lo que afirmó. La venganza nunca ha sido fructífera para la bÚs-
queda de la verdad”195.
193
Polanco Alcántara, Tomás. Ob. cit., p. 288.
194
Ibídem p.161.
195
Ibídem, p. 465.
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Manuel
Landaeta
rosales
D m t
E omp o
ILI AR A C ILAD R
DOCUm EntAL
(1847-1920)
Manuel Landaeta Rosales fue un militar y funcionario pÚblico que se des-
tacó como un incansable investigador y recopilador documental, en la Ve-
nezuela de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. De origen
humilde, realizó estudios de primaria en Caracas y los Valles del Tuy, luego
ingresó en la Academia Militar de Matemáticas y a la Universidad Central,
pero no se graduó.
Desplegó una intensa carrera militar. A partir de 1868, bajo las órdenes
de Luciano Mendoza, participa en las campañas de la llamada Revolución
Azul. Al año siguiente es Edecán de José Ruperto Monagas, en la campaña
del Zulia; hasta 1872 en Portuguesa bajo las órdenes del general Tomas
Rodríguez. A partir de 1873 hasta 1879, ejerce cargos administrativos en
Guárico. Durante la Revolución Reivindicadora es ascendido a General de
Brigada y a partir de 1880 hasta 1889 bajo el gobierno de Joaquín Crespo
actÚa en funciones administrativas en los estados Guárico y Miranda196.
La inclinación positiva de su letra, nos habla de una persona muy apa-
sionada. Condición que mostró como militar primero, y como investigador,
después.
196
Fundación Polar.Ob. cit., p. 643.
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Manuel
antonio
B n
Moatos
y
A QUER LÍDER
REvoLUCIOnARIO
(1847-1929)
Manuel Antonio Matos fue un destacado hombre de negocios, banquero,
concuñado de Antonio Guzmán Blanco, que incursionó en la política y la ad-
ministración pÚblica fue Ministro de Hacienda en varias oportunidades. Aun
cuando su fuerte eran los negocios y las actividades empresariales, lideró la
Última de las revoluciones de caudillos que tuvo lugar en Venezuela.
Su análisis grafológico lo revela como un hombre muy apasionado, esto
es notable por la considerable inclinación de su letra hacia la derecha. Su
biógrafa, la profesora Catalina Banko afirma que este rasgo estaba presente
en él desde muchacho: “a pesar de su juventud, se caracteriza ya por su
fuerte temperamento y la intransigencia en sus posiciones políticas y criterios
económicos”198.
La relación con su concuñado Guzmán Blanco, quien poseía un tempe-
ramento similar al suyo, fue en general tormentosa, en estos casos “la vía
epistolar resultaba más adecuada para transmitir los arrebatos temperamen-
tales tanto de Guzmán como de Matos, resentido este Último todavía por su
frustrada candidatura presidencial”199.
Llevaba una vida balanceada entre lo cotidiano, lo espiritual y lo material
198
Banko, Catalina, Manuel Antonio Matos,Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2007, p.21.
199
Ibídem, p. 36.
122
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 123
como puede verse en el equilibrio entre las zonas altas y bajas de su letra.
Desempeñó varios oficios fue comerciante, político, banquero, diplomático,
sin dejar por eso, de ser hombre de familia.
Era muy sociable, tenía la necesidad de estar en constante compañía, tal
como lo refleja el tamaño de su letra, algo grande. Su matrimonio con María
Ibarra, hermana de la esposa del presidente Antonio Guzmán Blanco200 ,
contribuyó a fortalecer su imagen no solo en la sociedad de la época, tam-
bién en el ámbito político y económico.
Las terminaciones curvas al final de las palabras hablan de un individuo
amistoso, probablemente, esta condición favoreció sus relaciones tanto in-
terpersonales como en la política. En ese contexto queremos destacar su
pertenencia a la masonería, resaltamos esta circunstancia, porque formar
parte de esa secta en el siglo XIX concedía cierto prestigio. Muchos miem-
bros de la elite de la época estaban adscritos a ella, fue prácticamente una
moda, allí Matos alcanzó los más altos niveles; fue grado 33 y nombrado
Serenísimo Maestro del Gran Oriente Nacional de los Estados Unidos de
Venezuela201.
Aun cuando era sociable como lo muestran las terminaciones ascendentes
de sus letras, el amplio espacio que deja entre las palabras lo caracteriza
como alguien que prefiere “guardar distancia”, es decir, que era amistoso
pero no intimaba mucho.En el trato con los demás, respetaba ciertas normas
y convencionalismos que no admitían la familiaridad. Estas características
personales, propias del diplomático, le fueron de mucha utilidad cuando en
1910 en calidad de Ministro de Relaciones Exteriores, le correspondió llevar
a cabo las gestiones para normalizar las relaciones tanto con las naciones
europeas acreedoras como con Estados Unidos202.
Expresaba sus ideas de manera precisa, lo decimos porque escribía en for-
ma muy clara y con una letra ordenada. Su conocimiento era amplio y domi-
naba el inglés, el alemán y el francés. Sostenía una activa correspondencia
en esos idiomas. Escribió manifiestos y proclamas donde defendía la causa
de la Libertadora, así como una memoria sobre esta revolución.
Era muy reservado con la información, requerimiento sine qUa non en los
banqueros, esto es perceptible en la forma como cierra las a y las o. Esta
característica personal le fue extremadamente Útil, en su vida profesional.
200
Fundación Polar,.Ob. cit., p. 854.
201
Catalina Banko, Ob. cit., p. 120
202
Fundación Polar, Ob. cit., p. 855.
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Veamos. Fue accionista del Banco de Venezuela y promotor del Banco Ca-
racas. Hay que señalar también, que fue administrador de los bienes de su
concuñado, Guzmán Blanco.
Tenía un carácter muy bien definido, sus letras m, adquieren una forma
entre redondeadas y agudas, lo cual nos revela que mantenía sus opiniones,
en ocasiones se mostraba razonable con quienes las adversaran y en otras,
podía ser intransigente. Domingo A. Olavarria dice sobre la candidatura de
Matos a la presidencia y sus vínculos con Guzmán Blanco, que Matos era
“leal sin estar completamente sometido”203. Quizás esta característica de su
personalidad, no le fue Útil en circunstancias de grave conflicto, como cuan-
do “el 21 de mayo, desembarca en Güiria y sigue la marcha de la revolución
hacia el centro. Aunque es reconocido como Jefe Supremo del movimiento,
Matos no logra imponer sU VOlUntad frente a los caudillos que se han unido
a la Revolución Libertadora. Banquero en el campo de batalla carece de
conocimientos estratégicos y don de mando. Reunidas en Villa de Cura, las
fuerzas revolucionarias son derrotadas en la Victoria”204.
Aun cuando no poseía una personalidad avasallante, sino que podía ser
permeable a la razón, solía ser terco si lo presionaban. La terminación de la
letra t que baja siempre en forma abrupta, también “es señal de una persona
terca, escéptica y que no es fácilmente influenciable por los demás”205. En
mÚltiples ocasiones da muestra de esa terquedad. Cuando Cipriano Castro
extorsiona a los banqueros y los envía a la cárcel de la Rotunda, mientras los
otros salen en libertad una vez que entregan dinero al gobierno, Matos no
negocia y queda preso,para lograr su libertad sus socios del Banco de Vene-
zuela ponen el dinero, sin su conocimiento206.
Este rasgo, también lo define como un hombre materialista. En efecto, Ma-
tos logró acumular una inmensa fortuna, fundó la casa M. A. Matos y Cía en
la Guaira, se desempeñó como administrador y banquero, indudablemente
que sacó provecho de su estrecha relación con Guzmán. Durante su gestión
como Ministro de Hacienda es acusado: “de favorecer los intereses del Ban-
co de Venezuela a través de manejos y arreglos que perjudican a la nación,
lo que sería el resultado de nombrar “ministros banqueros” que no diferencian
entre el interés privado y el pÚblico”207.
En diversas oportunidades fue acusado de oportunista. Luego que los ban-
203
Catalina Banko, Ob. cit., p. 30.
204
Fundación Polar, Ob. cit., p. 855 (Subrayado nuestro)
205
Sara, Doroty, Ob. cit., p.139.
206
Catalina Banko, Ob. Cit., p. 64.
207
Ibídem, p. 54.
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Teresa
carreño
L A WALk IRIA DEL PIA no
(1853-1917)
A Teresa Carreño nadie puede escamotearle sus dotes de excelente pianis-
ta, compositora, docente y directora. Su extraordinario talento no fue motivo
de controversias, ni en los escenarios nacionales, ni internacionales donde
se presentó. Si bien como profesional no mereció sino elogios de la crítica
especializada, su actuación en lo personal, generó en su propio país, polé-
micas, resquemores y condenas.
Nace en un hogar donde la mÚsica ocupa un lugar preeminente. Tanto su
abuelo Cayetano Carreño, maestro de mÚsica de la Capilla de la Catedral,
como su padre, Manuel Antonio Carreño, desarrollaron este arte. Del Último,
recibirá siendo muy niña, sus primeras lecciones de mÚsica.
A raíz del derrocamiento del gobierno de Pedro Gual, durante el cual su
padre fue Ministro de Finanzas, la familia Carreño se va a vivir a Nueva York.
Contaba con apenas nueve años, pero esta circunstancia no fue obstáculo
para hacer su primera presentación pÚblica en el Irving Hall de Nueva York.
El éxito comenzaba a sonreírle, no así a su padre, que se halla repentina-
mente, en la bancarrota por lo cual debió dedicarse a dar clases de piano.
Pronto la niña Teresa comienza a generar ingresos que ayudan a sustentar a
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su familia.
Probablemente, este episodio adquiriera una connotación negativa en su
vida, capaz de marcarla. Esta afirmación la hacemos partiendo del análisis
de su firma. Además de subrayarla, traza sobre ésta otra línea perpendicu-
lar, este trazo indica que la persona que lo hace valora en extremo el dinero.
Obviamente, todas las personas le conceden mucha importancia al dinero,
pero en el caso que estudiamos, el tema monetarioes preponderante.
Si revisamos su biografía vamos a constatar esta afirmación. Cuando Tere-
sa Carreño entrega a su hija en adopción después de la muerte de su primer
vástago, lo hace a una dama adinerada, con la cual acuerda que no volverá
a ver nunca más a la pequeña, hecho que lamentó por el resto de su vida215.
En el ámbito especulativo por un lado, y apoyándonos en lo que muestra la
grafología por el otro, creemos que esa extremada importancia que le daba
al dinero definió el destino de su hija, la Carreño prefirió asegurarle bienestar
económico por encima del calor maternal que ella podía brindarle.
Siguiendo con nuestro análisis, encontramos que en sus escritos el margen
izquierdo es prácticamente inexistente, esto significa que administraba sus
recursos con gran sentido de la escasez.
Tendía a la socialización, deducible por el tamaño relativamente grande
de su letra. Aun cuando era muy sociable, también podía ser reservada en
aspectos que tenían que ver con la vida privada, rasgo que se trasluce en la
forma que adquieren sus letras a y o: son completamente cerradas.
Las zonas bajas profundas, particularmente en la letra g, nos hablan de
una persona enamoradiza. Durante su vida la Carreño contrajo matrimonio
cuatro veces. Todos sus esposos estuvieron ligados a la mÚsica, su Último ma-
trimonio ocurre a sus cincuenta años, hecho que nos demuestra que -además
de la mÚsica- el amor fue uno de los pilares fundamentales sobre los cuales se
sustentaba.
La grafología nos dice que existía un equilibrio en su vida donde se combi-
naban muy bien lo profesional, la familia, lo espiritual y lo sensual, a costa de
la vida cotidiana; las zonas altas y bajas más grandes que la zona media de
su letra así lo confirman.
Una de las características que resalta a primera vista en su grafía, es la
unión de todas las letras en sus palabras, al punto de unir su nombre con
215
Rojo, Violeta. Teresa Carreño. Biblioteca El Nacional. p.76.
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