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Juventud y delincuencia: un análisis desde

la literatura.
E. Daniel Cunjama López*

I
La transdisciplina es un enfoque epistemológico que reconoce que las fronteras del
conocimiento son simples espejismos. Nicolescu, en el Manifiesto de la transdisciplina
(1996), describe las propiedades de este enfoque con gran detalle y plantea la
necesidad, al igual que Edgar Morin, de generar un conocimiento complejo que tome
con reservas, entre otras cosas, la hiperespecialización que hace a los científicos
grandes conocedores de particularidades y, con ello, perder de vista la integralidad y
completud de lo que estudian.

Dividir el conocimiento entre científico y no científico, así como el criterio de


demarcación y la falsabilidad popperiana, abren hoy, bajo el contexto de la
transdisciplinariedad, hondos debates epistemológicos, que resaltan la necesidad de
integrar los saberes provenientes de los más variados campos. Esta idea es, por si sola,
provocadora, sin embargo, las ciencias sociales y las artes, específicamente la
literatura, tienen más puentes de comprensión de lo social de lo que
tradicionalmente se acepta. Gina Zabludovsky, en el Blog del Consejo Mexicano de
Ciencias Sociales (COMECSO) en un escrito que le tituló Literatura y ciencias sociales,
escribe:

“Cuando en una entrevista a Sigmund Freud se le preguntó si tenía predecesores,


responde de manera enfática que todo ya había sido dicho por Shakespeare y
Dostoievski” (Zabludovsky, 2014).

*Investigador titular del Instituto Nacional de Ciencias Penales


La obra literaria recoge procesos que muchas veces son difíciles de explorar dentro de
la teoría social, recrea escenarios a través de la imaginación del escritor, pero que
evocan grandes tragos de realidad. La Esquina de los ojos rojos es una de ellas, un
manjar para los estudiosos de las juventudes mexicanas y su vinculación con el
narcotráfico, en donde el sicariato, el consumo de drogas, y la disputa por el territorio
son, lamentablemente, más realidad que ficción. Es evidente que el autor conocía a la
perfección el barrio y con gran maestría plasmó su dinámica con personajes “ficticios”
en una novela considerada dentro del género negro.

II
“Las líneas en los muros dicen que, ganosos, los dos chavos saben que colgarse de una
oportunidad significa el despegue. La chanza se tiene que cazar al vuelo cuando la
competencia hierve esperando la ocasión, una sola, la que sea y como se dé; de donde
salga y a lo que tope; una solita capaz de hacerlos trepar a la fortuna; una oportunidad
parecida a ésta que después de un buen de buscarla por fin les ha llegado, porque en el
Barrio las puertas se abren o se clausuran dependiendo del primer trabajo gordo, y éste
lo es…” (Ramírez Heredia, 2014).

Éste es el primer párrafo con el cual comienza esta fascinante novela escrita por Rafael
Ramírez Heredia, periodista, narrador, cronista y dramaturgo mexicano; galardonado
con múltiples premios nacionales e internacionales por su obra literaria que consta de
más de 40 libros.
La obra de Rafael es escrita en el 2006 y desarrolla su historia a partir del asesinato de
un sicario, el Yube, y la violación tumultuaria de su novia, la Callagüita; una historia en la
que un trabajo gordo, el de asesinar al Yube, desencadena una serie de interesantes
momentos. El contexto de los hechos narrados, se concentran en uno de los lugares
más enigmáticos de la ciudad de México, el Barrio de Tepito “cuna y semillero de
campeones” como lo llama Alfonso Hernández, ex director del Centro de Estudios
Tepiteños y cronista de Tepito; pero también considerado por las autoridades
capitalinas como una “zona roja” en el cual subyacen violencias y conductas delictivas
menores, pero también de alto impacto tales como: narcotráfico, tráfico de armas,
secuestro, contrabando, etc., conductas que se han hecho notar como emblemáticas
del territorio y opacado su riqueza cultural.

En el desarrollo de su historia, Ramírez Heredia describe aquellos rincones del Barrio de


Tepito que lo distinguen, profundiza en las prácticas culturales que emanan de las
relaciones sociales de sus habitantes. De esta manera, entrelaza la historia de sus
personajes protagónicos con paisajes urbanos tales como; el altar dedicado a los
narcotraficantes caídos del barrio, ubicado en la esquina de Carpinteros y Minería, en la
cual se erige una cruz de más de cuatro metros de altura tallada con los nombres de los
homenajeados, con apenas espacio para inmortalizar a los próximos difuntos, una
capilla y un mural. Lugar que da origen al nombre de esta novela.

La trama se desenvuelve bajo un clima de violencia, narcotráfico, homicidios, operativos


policíacos; corrupción, amoríos, sistemas axiológicos desprendidos de las actividades
criminales con la identidad barrial propia de un territorio como lo es Tepito. Todo esto
bajo el culto a la Santa Muerte, la cual es nombrada por el escritor de innumerables
formas (Santa Muertita, Niña Blanca, La Señora, Santa Señora del Rubor Helado, Santa
Guapa, Señora Blanca…)
Sin olvidar la descripción y psicología de personajes con oficios extravagantes como:
un buzo de aguas negras; el Jitomate, líder de la organización criminal que, como es
de esperar, su mote describe su físico; o el escuadrón del finamiento, nombre y
apellido de los teporochos del barrio que como parafernalia, adornan el paisaje urbano
de un territorio sumergido en la precariedad narrado extraordinariamente por nuestro
autor.

III
La esquina de los ojos rojos es sin duda una novela de gran valor analítico dentro de
las ciencias penales, no solo por su maravillosa estructura narrativa, sino porque el
escritor logra sumergir al lector dentro de un mundo en el que, bajo sus propias
palabras, narra la odisea de la violencia y forma parte de un México actual, reflejo del
mundo globalizado, donde trato de llevar al lector, a través de un lenguaje lírico y casi
epopéyico, a vivir lo que todos sabemos que existe pero nadie quiere aceptarlo.

Las obras literarias constituyen un instrumento importante para acercarnos a las


realidades, especialmente conflictivas, pues muchos de los fenómenos criminales que
hoy padecen las sociedades contemporáneas parecieran desbordar las teorías
existentes. De esta forma la literatura y las artes, bajo un ejercicio transdisciplinario,
nos ayudan a entender un poco más lo que pasa a nuestro alrededor.

La esquina de los ojos rojos editada bajo el sello de Alfaguara, es sin duda una novela
que deberá de ser leída por aquellos interesados en el México profundo y conflictivo.

Bibliografía

Ramírez Heredia, Rafael, La esquina de los ojos rojos, México, Alfaguara, 2014.

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