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PSICOLOGA CLÍNICA
REG. SENECYT: 1016-2017-1915340
REG. M.S.P: 1166775523
Sobregeneralización
Es la tendencia a pensar que cuando pasa una misma situación, la consecuencia será la
misma experiencia desagradable, pero eso sin una razón objetiva y relevante.
Por ejemplo, un estudiante que ha suspendido un examen, sobregeneraliza: «esta es otra
asignatura que no consigo aprobar»
Este pensamiento suele ir acompañada por palabras como “nadie”, “nunca”, “siempre”,
“todos”, etc.
Alternativas racionales son: ‘es posible’, ‘a veces’ o ‘a menudo’, o tener pensamientos
más racionales como ¿Cuántas veces ha ocurrido eso realmente?, ¿Qué pruebas tengo
para sacar esa conclusión? ¿Existen las excepciones?
Visión catastrófica
Es cuando una persona siempre piensa en lo peor sin tener motivos concretos.
Los pensamientos catastróficos suelen empezar con las palabras «y sí». Esta distorsión
es una fuente de ansiedad, preocupación y miedo a vivir.
Por ejemplo, un pensamiento catastrófico puede ser, “Y si va en coche, puede tener un
accidente”.
Y si añadimos el adjetivo “terrible”, parece como va a ocurrir de verdad, sin evaluar el
riesgo real de manera objetiva.
Alternativas racionales son: Dejar de anticipar, ser realista y centrarse en el presente.
La negación
Es la tendencia a negar nuestros problemas, debilidades o errores. Es la actitud opuesta de las exigencias
o del catastrofismo.
Frases claves: «no me importa», “me da igual”, “paso”, “no me ocurre nada”.
Alternativa: Revisar los sentimientos, comprender si de verdad las cosas te importan y afectan y aceptar o
superar los problemas que antes negabas.
Personalización
Es sentirse como el centro del Universo, tanto para bien como para mal.
Consiste en el hábito de pensar, sin base suficiente, que todo lo que pasa en nuestro entorno o lo que
piensan, dicen o hacen los demás está relacionado con uno mismo y que las demás personas están
continuamente pendientes de lo que haces o dejas de hacer.
Se interpreta como información para juzgarse y compararse constantemente con los demás.
Pero la realidad es que cada uno está con sus asuntos y no continuamente pendiente de los asuntos de
otros. Al tomar todo de forma personal sentimos ansiedad, culpabilidad, timidez, etc.
Un ejemplo simple: un vecino pasa sin saludar, y pensamos: algo le habré hecho y estará enfadado
conmigo por algún motivo.
Pensamiento más racional: No debo sacar conclusiones, a no ser que tengamos evidencias claras y
pruebas razonables.
Falacias de control
Consiste en como la persona interpreta, de manera extrema, el control que tiene o no
tiene, sobre los acontecimientos de su vida.
1. Falacias de control “externos”: En este error, la persona piensa que su vida
está regida por factores externos que no son controlables. Se ve siendo
Falacia de la justicia
Consiste en la costumbre de justificar las propias carencias, valorar como injusto todo
aquello que no coincide con nuestros deseos o pensar que los demás no hacen las cosas
en función de mis valoraciones personales, y esto hace que la persona esté
constantemente resentida.
Por ejemplo: Al suspender un examen: «Es injusto que me hayan suspendido, era
demasiado difícil».
Expresiones claves son: «No hay derecho a…», «Es injusto que…», «Si de verdad tal,
entonces… cuál».
Respuestas alternativas: Dejar de confundir lo que se desea con lo justo. Escuchar los
deseos de otros. Otra persona tiene el derecho a una opinión distinta a la mía.
Razonamiento emocional
Consiste en creer que lo que la persona siente es verdad por el mero hecho de que lo
siente.
Así las cosas negativas que se sienten sobre uno mismo y sobre los demás deben ser
ciertas por el mero hecho de sentirlo así, pero los sentimientos son derivados de la
interpretación personal de los hechos.
Esta distorsión cognitiva es muy común, deberás estar alerta para que los sentimientos
no te engañen. Si te sientes mal, reflexiona si estás haciendo un razonamiento
emocional erróneo.
Expresiones clave: «Si me siento así es porque soy/ o ha ocurrido…»
Ejemplo: Si me siento un perdedor, es que soy un perdedor.
Alternativas cognitivas: Descubrir el pensamiento automático que acompaña a la
emoción y verifícalo que sientes. ¿Qué pensé para sentirme así? ¿Tengo pruebas para
creer que eso es así?
Consiste en creer que el bienestar de uno mismo depende de los actos de otras personas,
y para sentirse feliz son los demás quienes han de cambiar su conducta para adaptarse a
nosotros y, nosotros, no detenemos que cambiar nuestras conductas.
Creer que nuestra felicidad depende solo de otros, nos impulsa a manipular a los demás
exigiéndoles, culpándolos, chantajeándoles, etc.
Frase clave: «Si tal cambiara tal cosa, entonces yo podría tal cosa».
Ejemplo: «Mi matrimonio mejorará si pudiéramos irnos más de viaje».
Pensamiento racional: Cada uno es libre de hacer lo que quiera y mi felicidad no
depende de eso. Aunque eso no cambiase, ¿podría hacer yo algo?
Etiquetas globales
Consiste en poner una sola etiqueta negativa de forma generalizada a todos los aspectos
de una persona, de algo o de nosotros mismos.
Es muy irracional sacar juicios de una persona por un solo rasgo, y no tener en cuenta el
resto, lo que produce una visión estereotipada e inflexible.
Las palabras claves; casi siempre se usa el verbo «Ser». «Soy un», «Es un», «Son
unos».
Ejemplos: “Es un tacaño”, “Es mala gente”, “es un aburrido”, “es un triunfador”, “soy
tímido”, etc.
Respuesta racional: Aprender a ser específico en las cualidades para no generalizar al
conjunto: ‘a veces es aburrido en el trato’, etc. Y busca casos que escapen a la etiqueta
¿Yo soy así 100 %, o hay otros aspectos de mí que escapen a esa etiqueta? Hacer lo
mismo cuando calificamos a otras personas.
Culpabilidad
Consiste en atribuir la responsabilidad y encontrar un culpable en uno mismo o en otros,
sin tener en cuenta otros factores que contribuyen a los hechos. Si no puedo afrontar una
situación, automáticamente busco un responsable. Siempre uno encuentra
equivocaciones para reprochar a alguien.
Palabra clave: «Mi culpa», «Su culpa», «Culpa de…».
Por ejemplo: No he pasado el examen porque el profesor no me considera un buen
estudiante. Estoy engordando porque mi pareja pone comida grasienta.
Respuesta racional: no tengo que buscar culpables, cada uno es responsable de sus
cosas. Culparme, ¿Qué cambia?
rígidas y exigentes sobre cómo tienen que suceder las cosas o cómo deberían actuar
tanto ella como los demás.
Estas reglas no son flexibles e indiscutibles, y se considera intolerable desviarlas hacia
valores de otras personas, porque conllevaría una alteración emocional por pensar que
no son correctas. Optar por un camino rígido, nos puede alejar de conseguir nuestros
objetivos. La perfección convierte los errores en pecados en vez de en avisos que es lo
que son y que sirven para rectificar de forma objetiva.
Las exigencias hacia los demás favorecen la ira, la rabia y la agresividad.
Las palabras claves son: «tengo que…», o «debería de…», “no debería de…”, “tiene
que…”, “no tiene que…” o debería, habría de o tendría.
Ejemplo: “Debería ser competente y no debería cometer errores”. “Debería ser el
estudiante perfecto”.
Si eres exigente con los demás te puede irritar ver a gente que no actúa de acuerdo con
tus creencias, pero los valores personales son justamente “personales” (no universales).
Los que vale para ti, no vale para otros, y no eres quien para imponer tus creencias a los
demás. Cuando eres exigente contigo mismo, posiblemente es porque crees que solo de
esta manera rígida se puede conseguir algo.
Respuesta racional: Para combatir las exigencias; normas flexibles, valores flexibles y
comprobar su efecto. Es mejor decir “preferiría” o “me gustaría”.
Si no nos permitimos hacer algo incorrecto, nunca seremos libres para hacer o decir lo
que deseemos. El deseo o la exigencia de la perfección asfixia.
Tener razón
La persona está siempre a la defensiva, pues tiene que probar que sus opiniones y
acciones son las acertadas, o hará cualquier cosa para demostrar que tiene razón, no
importa los argumentos de otros, simplemente se ignoran y no se escuchan, solo le
interesa defender su posición.
Las palabras claves que denotan esta distorsión son: «Yo llevo razón», «Sé que estoy en
lo cierto él/ella está equivocado».
Ejemplo: Una pareja discute imponiendo su razón sin escuchar al otro, y no llegaban a
ningún acuerdo tan solo quieren sobresalir cada uno con su razón particular.
Alternativas racionales: dejar de centrarse solo en uno mismo, escuchar activamente,
empatía, intentar ponerse en el papel del otro, comprender que hay muchas formas de
ver el mundo. ¿Puedo aprender algo de su punto de vista?
Maximización-minimización de errores
Enfocamos la atención en los fallos o por lo contrario quitamos cualquier importancia a
estos errores o problemas.
Ejemplo: Mi casa tiene solo defectos y no tiene nada bueno. No somos capaces de poner
nuestra atención en las cosas buenas, solo detectamos los fallos de esta casa.
Respuesta racional: No hacer una montaña de un grano de arena, porque no resuelve
nada.
Negativismo
Se agrandan las cosas negativas y se desvalorizan o no se perciben las positivas en uno
o en los demás.
Una forma característica del negativismo es la realización de presagios y predicciones
negativas: “seguro que no aprobaré”, “cuando tenga que acudir a la cita, seguro que
caigo mal”.
Respuesta racional: Repasa o haz una lista con los aspectos positivos de ti, de los
demás, o de tu vida.
Haz un cálculo de las probabilidades o porcentajes reales tanto de los aspectos, rasgos o
hechos negativos como de los positivos (la probabilidad de que el examen me salga bien
es de un 30 %, y mal, un 70 %).
El sesgo confirmatorio
Se perciben y se recuerdan las cosas sesgadamente para que “encajen” con las ideas
preconcebidas.
Así, si pienso que alguien es torpe, tenderé a acordarme de aquellos hechos que me
confirman mi juicio sobre esta persona, como también del contrario, es decir, hechos
que demuestren habilidad, inteligencia y aptitud.
Respuesta racional: Mide en porcentajes los rasgos o hechos enjuiciados.