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CARRERA: Ingeniería agronómica con mención en agroindustria

DOCENTE: Lic. Ivania Rueda

ESTUDIANTE: Alan Silva

ASIGNATURA: Tecnología de plantas agroindustriales

FECHA: 05/08/22
Producción de tabaco

Requerimentos Edafoclimáticos

-Clima: influye en la duración del ciclo vegetativo de las plantas, en la calidad del producto
y en el rendimiento de la cosecha.
Debido a que el tabaco es originario de regiones tropicales, la planta vegeta mejor y la
cosecha es más temprana.
-Temperatura: el periodo libre de heladas en combinación con las temperaturas medias,
máximas y mínimas son los principales datos a tener en cuenta. La temperatura óptima
del cultivo varía entre 18-28ºC. Durante su fase de crecimiento en semillero, requieren
temperaturas superiores a los 16ºC, y desde el transplante hasta la recolección se precisa
un periodo libre de heladas de 90-100 días.
-Humedad: el tabaco es muy sensible a la falta o exceso de humedad. Una humedad
elevada en el terreno produce un desarrollo pobre y, en general, es preferible un déficit a
una exceso de agua.
En regiones secas la planta produce hojas poco elásticas y más ricas en nicotina que en las
regiones húmedas.
-Suelo: en general el tabaco prefiere las tierras francas tirando a sueltas, profundas, que
no se encharquen y que sean fértiles. El pH más apropiado es de neutro a ligeramente
ácido, para los tabacos de hoja clara, y neutro o ligeramente alcalino para tabacos de tipo
oscuro..
Particularidades del Cultivo
Siembra en semillero.
El proceso de producción de tabaco comienza en el semillero. La siembra comienza la
segunda semana de septiembre y termina en la tercera semana de noviembre. A las seis
semanas la planta alcanza 15 cm. de altura y 5 mm. de espesor estando lista para ser
trasplantada.
Preparación del terreno.
En otoño es conveniente dar una labor profunda con la que se airea y ablanda la tierra en
la que se va a trasplantar el tabaco en la primavera siguiente
En primavera se recomienda dar una labor de grada poco profunda, seguida de 2 o 3
pases cruzados superficiales con rotovator, aprovechando para mezclar los abonos con la
capa superficial de la tierra.
En general las labores de cultivo tienen tres objetivos: control de malas hierbas, hacer
caballones (para disminuir encharcamientos, lixiviación y disminuir daños en raíces) y por
último para lograr un mullimiento que favorezca la penetración del agua y aire. En muchos
casos es necesario formar un caballón alto y ancho, sobre el cual se realizará el trasplante,
favoreciendo asimismo la recolección mecánica.
. Abonado.
-Nitrógeno: la base fundamental para obtener una buena cosecha es una buena
aportación de nitrógeno, pues este repercute directamente sobre el metabolismo del
tabaco, manifestándose por un incremento en nicotina, nitratos y amoníaco en las hojas.
-Fósforo: es el encargado de acelerar el proceso de maduración de las hojas. Su exceso
produce hojas quebradizas y acartonadas y su deficiencia hace que las hojas se vuelvan
verde azuladas, pues aumenta la proporción de clorofila
-Potasio: es un elemento muy importante para la calidad de los tabacos. Las sales
potásicas que se encuentran en las hojas confieren al producto industrial una magnífica
capacidad de combustión. La deficiencia en potasio se manifiesta en las hojas, pues estas
presentan clorosis con los bordes encorvados hacia dentro, tienen menos consistencia,
son más cortas y menos elásticas.
-Calcio: cuando se encuentra en exceso, da lugar a una ceniza compacta que dificulta el
paso del aire al interior de los cigarros, dando lugar a una combustión incompleta.
Magnesio: un exceso de magnesio da lugar a una ceniza porosa, suelta y de color claro
que mejora la combustión. Por tanto la relación Ca/Mg en las hojas secas y fermentadas
es de gran importancia.
El tabaco como planta de gran desarrollo vegetativo y corto ciclo de crecimiento es
exigente tanto en agua como en elementos nutritivos.
La planta de tabaco en estado vegetativo viene a contener un 90% de su peso en agua.
Una deficiencia en el suministro del agua necesaria para la plantación ocasiona una baja
en el rendimiento y un producto poco combustible y basto, y por tanto de escaso valor
para la industria.
Un exceso de agua perturba igualmente el crecimiento normal de las plantas, cuyas hojas
presentan un desarrollo excesivo de sus nerviaciones y su fino tejido no resiste bien la
fermentación

. Despunte y desbrote.

Cuando las plantas están próximas a alcanzar su máximo desarrollo en altura se inicia la
formación de la inflorescencia en el extremo superior del tallo, esta función reproductora
tiene lugar a expensas de la calidad y del rendimiento de sus hojas. Por tanto se debe
eliminar la inflorescencia mucho antes de la recolección.
Con el despunte se suprimen varias hojas que salen justo debajo de la inflorescencia. De la
altura a que se despunta depende el rendimiento en peso y la calidad de la cosecha.
Después del despuntado la planta reacciona produciendo yemas o brotes laterales.
Para evitar que el desarrollo de los brotes florales laterales perjudique el rendimiento de
la cosecha, después de despuntar, se procederá a la eliminación cuando se inicia su
crecimiento o inhibir su desarrollo.
Recolección
Cuando las hojas alcanzan su madurez, su color cambia del verde al amarillo pálido con
cierto brillo, la hoja se vuelve quebradiza y comienza una madurez progresiva que va de
las hojas más bajas a las más altas.
Cuando se realiza la recolección y el curado manualmente, se dedica más trabajo que en
cualquier otra fase de producción
Para la recolección mecanizada suele emplearse una cosechadora autopropulsada de dos
hileras. Esta realiza el repelado mediante unas paletas de goma, que trabajan en sentido
vertical de abajo a arriba, consiguiendo una buena separación del producto.
PARTES DEL PURO Y TIPOS DE HOJA DE TABACO.

Un cigarro puro esta conformado por tres tipos de hojas con características diferentes y
por tanto cumplen funciones muy particulares. Dichas hojas, de afuera hacia adentro,
reciben los siguientes nombres:

- Capa o envoltura
- Capote o capillo
- Tripa o relleno

CURACIÓN O SECADO.- En las casas del tabaco, los trabajadores deben vigilar la
humedad, la temperatura y las lluvias; según varíen estos factores, abren y cierran sus
puertas.
Una de los primeras actuaciones que deben realizar es el ensarte. Las ensartadoras, con
grandes agujas, unen por pares las hojas y las colocan en largos palos de madera de unos
4 o 5 metros de largo, llamados cujes; estos cujes se suben a unos maderos horizontales
llamados barrederas donde se apoyan sus extremos; en cada jornada, se completan unos
100 cujes, por lo general.
El Tabaco se cura o seca al aire, durante unos 50 días; este proceso, largo y natural, se
supervisa de forma constante asegurando temperatura y humedad controladas; las hojas
ensartadas se sitúan cerca del suelo y cuando se van secando se suben a la parte superior
de la casa del tabaco.
Primero las hojas se marchitan y van adquiriendo un color amarillo oscuro y luego, gracias
al proceso de oxidación y pérdida de la clorofila, toman el color dorado-rojizo que indica
que están listas para la primera fermentación del tabaco.
Tras el proceso de secado se procede al zafado o amarre del tabaco.
Existen tres métodos distintos para confeccionar los cigarros puros:
- Manual: siguen un proceso totalmente manual.
- Mecanizado: todas las fases del proceso se realizan con máquinas.
- Mixto: una máquina forma la tripa y la cubre con el capote, mientras la capa se tuerce a
mano.

Se describe a continuación las principales tareas del torcedor de Tabaco en el proceso


manual en rigurosa secuencia:

Moldeado de la tripa. Se moldean las hojas de tripa en forma cilíndrica, plisando las hojas
como si fuese un abanico para crear pasos de aire horizontales que faciliten el tiro y
asegurar que todas las caladas tengan la totalidad de los sabores del Tabaco.
Preparación del capote. Se prepara el capote, cuya misión es sujetar la tripa. El capote
tiene, por tanto, la finalidad de mantener unida la tripa sujetando firmemente las hojas
internas. La unión de la tripa y el capote es un paso fundamental, ya que tiene como
objeto lograr la consistencia y forma del cigarro.

Cierre del capote sobre la tripa. Con ambos elementos debidamente listos, el torcedor
calcula la longitud que debe tener el cigarro y envuelve el capote sobre la tripa de un
modo definitivo.
El capote con la tripa forma el tirulo, también llamado empuño o bunche, conformando
así un puro desprovisto de capa
Moldeado del cigarro. Tiene como objetivo que el cigarro quede prensado y las
hojas sujetas antes de empezar a colocar la capa; esta es la operación más delicada de
todo el proceso.
Los cigarros se colocan en unos moldes de madera, en donde permanecen un corto
periodo de tiempo para lograr un buen aspecto final.
Prensado del cigarro. Los moldes se introducen en una prensa, que aplica
la presión necesaria para que los cigarros puros adquieran forma. Durante los cuarenta y
cinco minutos que dura el prensado, los puros se giran con regularidad para crear el
contorno cilíndrico deseado.
La prensa es todo un símbolo de los torcedores. La forma de poner las cajas, el grado y
tiempo de presión pertenecen a los secretos de cada uno de los maestros.
Preparación de la hoja de la capa. Estas hojas de capa son elegidas con especial
cuidado porque deben tener un color, una textura y un brillo inmejorable; es, por tanto,
una parte fundamental del proceso al ser la imagen que al final tendrá el cigarro. La capa
debe ser alisada antes de pasar a la fase siguiente, el corte.
Corte de la hoja de la capa. Se corta la capa con una cuchilla curva, llamada chaveta, con la
que prepara el vestido final del cigarro. El tipo de corte es decisivo para lograr un buen
acabado y va en función de la vitola que se vaya a torcer. Se utiliza solo el centro de la
hoja, para que no ofrezca las venas del exterior.
Torcido de la capa sobre el tirulo. Se coloca la hoja de capa para que quede lo
más sujeta y estirada posible. La punta de la hoja debe quedar en el pie y la base de la
hoja en la cabeza, al objeto de que el puro sea más suave en las primeras caladas.
Elaboración de la perilla del cigarro. En esta parte se termina la operación de enrollado de
la capa, utilizando la chaveta y cortando la hoja a medida para la elaboración de la perilla.
Esta se fija en la cabeza con goma vegetal tragacanto. A esta operación se la
denomina vuelo.
El sobrante de la capa se desecha, no siendo utilizado para la elaboración de otros
cigarros, a pesar de ser de muy buena calidad (hay fabricantes que sí lo hacen).
Acabado y control. Se corta el cigarro con una guillotina para conseguir la longitud del
cigarro adecuada de cada vitola. Después, en un cepo de madera, se comprueba que el
habano se ajusta a las medidas exactas de su vitola. Comprobada forma y tamaño, los
cigarros se atan con una cinta suave en mazos de 50, pasando a la cámara de fumigación
al vacío, donde se inmunizan contra las plagas.

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