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INTRODUCCIÓN

- Tras la derogación de la Ley Sálica mediante la Pragmática Sanción y el nacimiento de


Isabel de Borbón en 1830, Carlos Maria Isidro se subleva reclamando sus derechos
dinásticos; dando comienzo a una guerra civil entre isabelinos y carlistas.

- Isabelinos: propietarios acomodados, terratenientes, intelectuales,


funcionarios, y altas jerarquías.
- Carlistas: oligarquía rural, bajo clero, y campesinos influenciados por párrocos.

El carlismo es un movimiento heterogéneo por sus diferencias doctrinales y sociales,


con influencia en Euskadi, Navarra, norte del Ebro y Maestrazgo, con el lema “Dios,
patria y Rey”, y caracterizado por:

- Oposición al liberalismo.
- Monarquia absoluta paternalista.
- Defensa de la Iglesia, y los fueros vasco-navarros.

*Fuero: conjunto de privilegios fiscales, políticos y militares, que representan la defensa


de la descentralización y el Antiguo Régimen.

En el escenario internacional, Francia, Gran Bretaña, y Portugal el liberalismo. Mientras


que Austria, Nápoles, Cerdeña, Prusia, y Rusia, apoyan el carlismo. Los cuales no
reconocen a Isabel II como monarca, y obliga a M. Cristina a firmar un pacto de ayuda
militar con las potencias liberales.

En Euskadi el conflicto se da en un momento de crisis política y social, alentado por el


clero, el cual lo plantea como una cruzada.

ETAPAS DEL CONFLICTO CARLISTA


- El 31 de septiembre de 1833 y por el Manifiesto de Abrantes, Carlos M. Isidro se
autoproclama Rey, dando comienzo a la guerra.

1º Guerra Carlista

1º fase: octubre - diciembre 1833


- El 2 de octubre los carlistas se alzan en Talavera de la Reina, dando comienzo a
levantamientos desorganizados de partidas aisladas. El 3 de octubre, la Guardia
de Honor de Vizcaya toma el control de Bilbao, creando el Estado Mayor
General del Ejército de Vizcaya. El 7 de octubre, toman Vitoria, y Guipúzcoa y
Navarra quedan libres por la presencia de la Armada leal a la Reina, haciendo
que se desvíen hacia Tolosa, la cual toman gracias al clero y que sirve de punto
estratégico.

Las expediciones a Burgos y Cantabria resultan en fracaso, además, pierden


Bilbao. Por lo que, Tomás Zumalakarregi es elegido Jefe Mayor, cambiando la
dinámica de guerra.
2º fase: diciembre 1833 - muerte de Zumalakarregi 1835
- En 1834, algunos jefes militares incorporan sus ejércitos a la causa carlista,
creando un ejército en condiciones. Y Zumalakarregi apuesta por una guerra de
guerrillas. La intención del gobierno es llegar a un acuerdo de paz, a lo que
Zumalakarregi responde: “O Don Carlos o morir”. Así se inicia una ofensiva
carlista en Amezkoa, consiguiendo el dominio casi total del territorio vasco.

Como respuesta, el general liberal Castañon, suspende los fueros. Ese mismo
año se promulga el Estatuto Real, el cual no hace mención alguna sobre los
fueros

Con el control de Euskadi, Zumalakarregi propone la conquista de Madrid, lo


cual Carlos M. Isidro rechaza, ya que desea tomar Bilbao antes. Los carlistas
vencen en 1835 a Espartero, y sitian Bilbao, sitio en el cual muere
Zumalakarregi.

3º fase: etapa de expediciones, junio 1835 - 1837


- Tras las derrotas en Bilbao, Mendigorría y Lutxana, se decide comenzar un
sistema de expediciones dirigido por Miguel Gómez, recorriendo Asturias,
Galicia, León, Castilla, y el Levante; donde encuentran el apoyo de Ramón
Cabrera (Tigre del Maestrazgo). Y es Albacete donde sufren una derrota que les
impide conquistar Madrid.

Tras el fracaso de la anterior expedición; en 1837 Carlos M. Isidro dirige la


expedición real, llegando hasta Madrid donde intentan un trato con los
moderados, que lo rechazan. Por lo que sumado a la falta de apoyos y recursos,
desisten en la toma de Madrid con opciones casi nulas de ganar la guerra.
4º fase: proceso de diálogo, junio 1837 - agosto 1839
- Ambos bandos están agotados militar y económicamente, por lo que la única vía
restante es el pacto. Es así como en 1838, Muñagorri presenta la propuesta Paz
y fueros, con la intención de dividir a los carlistas, con el argumento que la
mayoría vasco no era carlista, sino que defendía los fueros. Y es cuando
Muñagorri se pronuncia en Berastegi con el objetivo de debilitar a los carlistas.
A su vez, los carlistas proponesn el matrimonio de Carlos M. Isidro con Isabel II,
mantener los fueros, y la integración carlista en el ejército. Lo cual los liberales
aceptan las dos últimas propuestas; dándose así el 31 de agosto de 1839 el
abrazo de Bergara entre Espartero y Maroto.

Sin embargo, el carlismo sigue activo en el norte, y tras varias derrotas, en 1840,
Carlos M. Isidro se exilia a Francia

2º Guerra Carlista o de los Martires (1846 - 1849)


- Surge tras el intento de matrimonio de Carlos VI con Isabel II, dando lugar a un
rebrotamiento militar en Cataluña, Aragón y el Levante. Debido al fusilamiento, falta de
ayuda e incapacidad militar, bajo el mando del general Cabrera, se dan numerosas
derrotas.
3º Guerra Carlista (1872 - 1876)
- Durante el Sexenio Democrático y la I República, tras la Gloriosa, la monarquía de
Amadeo I, se abre la posibilidad de la ascensión al trono de Carlos VII.

Esta vez Euskadi tiene gran relevancia por el apoyo de fueristas y propietarios al
carlismo. Sin embargo, se mantiene neutral para mantener los fueros.

Cuando se produce el vacío de poder, Carlos VII se subleva para acceder al trono.
Liderados por Nicolás Ollo (muere durante el sitio de Bilbao), se reconstruye un Estado
político con capital en Estella, y se ocupa territorio vasco salvo capitales.

El 29 de septiembre de 1874, tras el pronunciamiento de Sagunto, se establece el


reinado de Alfonso XII; recuperándose Estella en 1876 y terminando con la guerra.

Fin de la guerra y Ley del 21 de julio de 1876: con la cual se derogan los fueros vascos,
introduciendo el servicio militar obligatorio, la figura de gobernador civil, código penal
y civil estatal, y la sustitución de las juntas generales por diputaciones provinciales.

MODIFICACIÓN Y ABOLICIÓN DEL RÉGIMEN FORAL


- Los fueros son un conjunto de privilegios fiscales, jurídicos-políticos y militares,
respetados por el centralismo borbónico tras el decreto de Nueva Planta, que abolía los
fueros de la Corona de Aragón por no dar su apoyo durante la Guerra de Sucesión.

La constitución de 1837 transforma los territorios vascos en provincias, y es el abrazo


de Bergara el que sirve como base para futuras modificaciones.

La Ley de Confirmación de Fueros de 1839, habla sobre la recomendación a las Cortes


de mantener el sistema foral, y de conocer la decisión de dichas provincias ante la toma
de decisiones. Optando por una reestructuración foral frente a la provincial de la
constitución.

Entre 1839 - 1876, los fueros van a ser objeto de debate, habiendo dos ideas muy
amplias al respecto. Por un lado los fueristas moderados (vascos), y por otro los
liberales (navarros). Los cuales firman la Ley Paccionada (1841) en solitario,
desmantelando los fueros navarros.

En octubre de 1841, Espartero, mediante decreto, desmantela las diputaciones forales


vascas, sustituyendolas por unas provinciales.

En 1844, comienza la Década Moderada, y los liberales fueristas, dirigidos por Pedro
Egaña, declaran el Real Decreto del 4 de julio, restaurando parcialmente los fueros
(pase y aduanas no). Época en la cual el gobierno central se dedica a promulgar y hacer
cumplir leyes, lo que genera una indefinición.
Con el estallido de la Gloriosa, los diputados generales de Vizcaya reclaman la
restauración foral. Sin embargo, en 1872 durante el conflicto carlista, las diputaciones
quedan en manos liberales.

Con el ascenso al trono en 1874 de Alfonso XII y tras la derrota carlista, se abolen los
fueros. Pero para no crear una inestabilidad política, Cánovas crea un régimen
excepcional aceptando la autonomía fiscal vasca.

INFLUENCIA DE LA RESTAURACIÓN EN LOS TERRITORIOS VASCOS


- Con el fin de la guerra carlista, Cánovas abre un debate sobre los fueros, destacándose
3 posiciones: fueristas, abolicionistas, y liberales.

El 21 de julio de 1876, se promulga una ley que abole los fueros. Y Cánovas, para evitar
una sublevación llega a un término medio con fueristas y antifueristas. Estas medidas
tienen la aceptación de los transigentes, y la negación a negociar con el gobierno de los
intransigentes.

Sin embargo, en 1877, se abolen los fueros, convirtiendo las 3 diputaciones en


provinciales. Por lo que Cánovas, para evitar la inestabilidad política, crea un régimen
excepcional con un concierto económico: nuevas relaciones fiscales entre diputación y
Estado. Por lo que se establece una cantidad a pagar a Hacienda (cupo).

Estos conciertos económicos aunque se negocian para una vigencia determinada, se


prolongan hasta la ocupación franquista, la cual los suprime por el apoyo de las
diputaciones al republicanismo. Sin embargo, durante la Transición, se recupera el
concierto económico.

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