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Los trastornos disociativos se encuentran entre las formas más desconcertantes de los trastornos
mentales, tanto para el observador como para quienes los sufren. Disociación significa que parte
de la personalidad de un individuo está separada, o disociada, del resto, y que por alguna razón la
persona no puede rearmar las piezas. Es común que exista pérdida de la memoria y un cambio
completo de identidad, aunque por lo regular de forma temporal. Es raro el caso en que varias
personalidades distintas estén presentes en una persona.
Muchas personas experimentan ocasionalmente problemas menores con una brecha en sus
recuerdos, percepciones, identidad y conciencia. Por ejemplo, las personas pueden conducir a
algún lugar y luego darse cuenta de que no recuerdan el viaje en coche. Es posible que no lo
recuerden porque mientras conducen están pensando en asuntos personales, oyendo un programa
de radio o conversando con un compañero de viaje, o simplemente porque dejan volar su
imaginación. Estos problemas, conocidos como disociación normal, no suelen interferir con las
actividades cotidianas. Por el contrario, las personas con trastorno disociativo pueden olvidar por
completo actividades que transcurrieron durante minutos, horas o incluso a lo largo de mucho
más tiempo. Sienten a veces como si todo un periodo de tiempo hubiera quedado en blanco.
Además, se pueden sentir desconectados (disociados) de sí mismos, es decir, de sus recuerdos,
percepciones, identidad, pensamientos, emociones, cuerpo y comportamiento. O se pueden sentir
desconectados del mundo que les rodea. Por lo tanto, su sentido de la identidad, la memoria y/o
la conciencia está fragmentado.
despersonalización/desrealización).
▪ Ser incapaz de recordar información personal importante, por lo general relacionada con
identidad disociativo).
Los trastornos disociativos suelen desencadenarse a raíz de un acontecimiento estresante o
traumático que resulta abrumador para la persona afectada. Por ejemplo, haber sido víctimas de
abusos o malos tratos durante la infancia. También pueden aparecer en personas que han sido
víctimas o testigos de eventos traumáticos, como accidentes o desastres. Asimismo se presentan
en personas con un conflicto interno tan insoportable que la mente se ve obligada a alejar del
pensamiento consciente la información y los sentimientos inconciliables o inaceptables.
Los trastornos disociativos tienen relación con los trastornos relacionados con traumas y factores
de estrés (trastorno por estrés agudo y los trastornos por estrés postraumático). Las personas que
sufren trastornos relacionados con el estrés pueden presentar síntomas disociativos, como
amnesia, flashbacks (imágenes retrospectivas), pérdida de sensibilidad (anestesia) y
despersonalización/desrealización. Algunas personas con trastorno por estrés postraumático
(TEPT) también experimentan despersonalización, desrealización o ambas, y esto último se
clasifica como trastorno de estrés postraumático de subtipo disociativo.
AMNESIA DISOCIATIVA
La pérdida de la memoria sin causa orgánica puede ser una reacción a experiencias intolerables.
La gente a menudo borra un evento o un periodo de su vida que ha sido extremadamente
estresante. Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos soldados hospitalizados no podían
recordar sus nombres, dónde vivían, dónde habían nacido o cómo habían llegado a la batalla.
Pero la guerra y sus horrores no son las únicas causas de la amnesia disociativa. El hombre que
traiciona a un amigo para cerrar un negocio o la mujer que ha sido violada también pueden
olvidar (selectivamente) lo que sucedió. En ocasiones, una víctima de amnesia deja su hogar y
asume una nueva identidad, aunque este fenómeno, conocido como fuga disociativa, es bastante
inusual.
La amnesia total, en la que la gente se olvida de todo, es bastante rara, a pesar de su popularidad
en novelas y películas.
TRASTORNO DISOCIATIVO DE LA IDENTIDAD
Los orígenes del trastorno disociativo de la identidad han desconcertado a los investigadores y
clínicos. Una sugerencia común es que se desarrolla como respuesta a abuso infantil. El niño
aprende a afrontar el abuso mediante un proceso de disociación, asignando el abuso a “alguien
más”, es decir, a una personalidad que no es consciente la mayor parte del tiempo. El hecho de
que una o más de las personalidades múltiples sea en casi todos los casos un niño
(aun cuando el paciente sea un adulto) parece apoyar esta idea, y los clínicos informan de una
historia de abuso infantil en más de tres cuartas partes de los casos del trastorno disociativo de la
identidad.
Los trastornos disociativos, como los de conversión, parecen implicar algún tipo de procesos
inconscientes. La pérdida de memoria es real en la amnesia, fuga y también en muchos casos de
trastorno de personalidad múltiple. El paciente a menudo carece de conciencia de la pérdida de
memoria y por lo general estos deterioros no encuentran remedio a pesar del deseo y el esfuerzo
del paciente por lograrlo. Los factores biológicos también participan en algunos casos. Sabemos
que la disociación y la amnesia son resultado de algunos procesos físicos: los deterioros de la
memoria por lo común se asocian con el envejecimiento y con trastornos como la enfermedad de
Alzheimer, y las experiencias disociativas son una consecuencia común de la ingestión de
algunas drogas como el LSD. El trauma es un factor psicológico que es de evidente importancia
en el inicio de la amnesia y la fuga; también parece participar en el desarrollo del trastorno
disociativo de la identidad. No obstante, debemos admitir que todas esas observaciones son sólo
los primeros indicios en el fascinante misterio de las causas de los trastornos disociativos.
DIAGNÓSTICO
Algunas personas con trastorno disociativo experimentan una crisis con recuerdos recurrentes
traumáticos que resultan abrumadores o están vinculados con comportamientos riesgosos. Las
personas con estos síntomas deben ser atendidas en una sala de emergencias.
Si tú o un ser querido tienen síntomas menos urgentes que puedan indicar un trastorno
disociativo, ponte en contacto con tu médico.
▪ Examen físico. El médico te examina, hace preguntas profundas y revisa tus síntomas y
antecedentes personales. Ciertas pruebas pueden descartar afecciones físicas (p. ej.,
lesiones en la cabeza, ciertas enfermedades cerebrales, privación del sueño o
intoxicación) que pueden causar síntomas como la pérdida de memoria y una sensación
de irrealidad.
▪ Tratamiento
El tratamiento para los trastornos disociativos puede variar en función del tipo de trastorno que
tienes, pero, por lo general, incluye psicoterapia y medicamentos.
▪ Psicoterapia
La psicoterapia es el principal tratamiento para los trastornos disociativos. Esta forma de terapia,
también llamada «terapia de conversación», «asesoramiento psicológico» o «terapia
psicológica», consiste en hablar sobre tu trastorno y los problemas relacionados con un
profesional de salud mental. Busca un terapeuta con formación avanzada o experiencia en la
atención de personas que han tenido algún trauma.
▪ Medicamentos
Aunque no hay medicamentos que traten específicamente los trastornos disociativos, el médico
puede recetar antidepresivos, medicamentos para la ansiedad o antipsicóticos para ayudarte a
controlar los síntomas de salud mental asociados con los trastornos disociativos.
El grado de recuperación depende de los síntomas y de las características personales, así como de
la calidad y la duración del tratamiento que reciben. Por ejemplo, las personas que padecen otros
trastornos mentales graves, que no tienen un buen nivel de funcionamiento en su vida, o que
siguen profundamente apegados a sus agresores evolucionan peor. Pueden requerir un
tratamiento más prolongado y las posibilidades de éxito terapéutico son menores.
▪ Morris, Charles G., Maisto Albert. Psicología. (2009). México. Décimo Tercera Edición.
▪ Spiegel, D. (sin fecha). Introducción a los trastornos disociativos . Manual MSD versión
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/dissociative-disorders/diagnosis-
treatment/drc-20355221