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D)
El trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controvertido descrito en el DSM
IV como la existencia de una o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su
propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Al menos dos de estas personalidades deben
tomar control del comportamiento del individuo de forma rutinaria, y están asociadas también con
un grado de pérdida de memoria más allá de la falta de memoria normal. A esta perdida de
memoria se le conoce con frecuencia como tiempo perdido o amnésico. Para ser diagnosticado, los
síntomas deben ocurrir independientemente del abuso de substancias o una condición médica
general (inducción).
Estudios entre profesionales de la salud demuestran un amplio escepticismo contra la idea
de que este diagnóstico representa en sí un desorden mental en vez de un delirio con base cultural
o iatrogénica.
El trastorno de identidad disociativo fue llamado en un comienzo trastorno de
personalidad múltiple, como referencia a esto, el nombre se mantiene en la Clasificación
Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud. Aunque el
trastorno lleva por nombre trastorno de identidad disociativo, este no esta relacionado de ninguna
manera con la esquizofrenia. Aunque el término de "personalidad dividida", es un término
ampliamente asociado con la esquizofrenia, este no es un término aceptado por profesionales en
relación con la identidad disociativa.
Causas
El trastorno de identidad disociativo parece estar causado por la interacción de varios factores:
El desarrollo humano requiere que los niños sean capaces de integrar complicados y
diferentes tipos de información y experiencias. A medida que los niños aprenden a forjarse una
identidad cohesionada y compleja, pasan por fases en las cuales se mantienen separadas diferentes
percepciones y emociones. Pueden usar estas diferentes percepciones para generar diferentes yo,
pero no todos los niños que sufren abusos, pérdidas o traumas importantes, resultan desarrollando
múltiples personalidades. Los que sí tienen esta capacidad también tienen formas normales de
resolver sus problemas, y, en general, estos niños vulnerables están lo suficientemente protegidos y
tranquilizados por los adultos como para que no se desarrolle un trastorno de identidad disociativo.
Síntomas
Diagnóstico
Para realizar el diagnóstico de trastorno de identidad disociativo, el médico debe proceder a
realizar una entrevista médica y psiquiátrica, incidiendo especialmente acerca de experiencias
disociativas. Se han ideado entrevistas especiales para ayudar al médico a identificar el trastorno. El
médico también puede entrevistar al paciente durante períodos largos, pedirle que lo visite
regularmente y utilizar la hipnosis o entrevistas con facilitación farmacológica para tener acceso a
sus personalidades. Estas medidas aumentan la posibilidad de que la persona cambie de una
personalidad a otra durante la evaluación. De forma creciente, los médicos consiguen hacer
manifestarse las diferentes personalidades pidiendo que hable la parte de la mente que estuvo
implicada en un comportamiento concreto. Puede que el paciente no recuerde este comportamiento
o que lo haya experimentado más como un observador que como un sujeto activo (como si la
experiencia fuera como un sueño o irreal).Pueden hacer cosas y no reconocerlas, porque ellos no
eran los que lo hacían o simplemente no saben porque lo hacen.
Tratamiento y pronóstico
El trastorno de identidad disociativo requiere psicoterapia, con frecuencia facilitada por la
hipnosis. Los síntomas pueden ir y venir de modo espontáneo, pero el trastorno no desaparece por
sí mismo. El tratamiento puede aliviar algunos síntomas específicos pero no tiene efectos sobre el
trastorno en sí mismo.
El tratamiento es a menudo arduo y emocionalmente doloroso. La persona puede
experimentar muchas crisis emocionales debido a acciones de las personalidades y por la
desesperación que pueden acarrear los recuerdos traumáticos durante la terapia. A menudo son
necesarios varios períodos de hospitalización psiquiátrica para ayudar a la persona en períodos
difíciles y para operar de un modo directo sobre los recuerdos dolorosos. Frecuentemente el médico
utiliza la hipnosis para que se manifiesten (para tener acceso a) las personalidades, facilitar la
comunicación entre ellas, estabilizarlas e integrarlas. La hipnosis también se usa para reducir el
impacto doloroso de los recuerdos traumáticos.
Generalmente, son necesarias una o dos sesiones de psicoterapia a la semana durante al
menos 3 a 6 años. Las sesiones tienen como objetivo integrar las personalidades en una
personalidad única o alcanzar una interacción armoniosa entre ellas que permita una vida normal sin
síntomas. La integración de las personalidades es lo ideal pero no siempre se consigue. Las visitas
al terapeuta son reducidas gradualmente pero es raro que se terminen. Los pacientes pueden
confiarse al terapeuta para que les ayude, de vez en cuando, a afrontar los problemas psicológicos,
del mismo modo que pueden hacerlo periódicamente con su propio médico.
El pronóstico de las personas con un trastorno de identidad disociativo depende de los
síntomas y de las características del trastorno. Algunas tienen principalmente síntomas disociativos
y características postraumáticas; esto significa que, además de sus problemas de memoria e
identidad, experimentan ansiedad acerca de acontecimientos traumáticos y el hecho de revivirlos y
recordarlos.
Generalmente, se recuperan por completo con el tratamiento.
Otras personas tienen adicionalmente trastornos psiquiátricos graves, como trastornos de la
personalidad, afectivos, alimentarios y de abuso de drogas. Sus problemas mejoran más despacio y
el tratamiento puede tener menos éxito o bien debe ser más largo y pueden aparecer más crisis. Por
último, algunas personas no solamente tienen otros problemas psicológicos graves sino que también
están gravemente comprometidas con otras personas que las acusan de haber abusado de ellas.
El tratamiento a menudo es largo y caótico y trata de reducir y de aliviar los síntomas más
que de conseguir la integración. A veces, incluso un paciente con un mal pronóstico mejora lo
suficiente con la terapia para sobrellevar el trastorno y comenzar a dar pasos rápidos hacia la
recuperación.
Esta patología ha sido conocida a través de los años bajo la denominación de
“Personalidad Múltiple”, ya que, este trastorno se caracteriza por la existencia de 2 o más
identidades, que controlan el comportamiento del individuo de modo recurrente, en donde, además
existe una incapacidad para recordar información personal importante, que es demasiado amplia
para ser explicada a partir del olvido ordinario. Corresponde al espectro de los Trastornos
disociativos, los cuales se caracterizan por una ser una “alteración de las funciones integradoras de
la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno. Esta alteración puede ser
repentina o gradual, transitoria o crónica” (DSM-IV).
El trastorno de identidad disociativo es el resultado de una falla en la integración de varios
aspectos de la identidad, la memoria y la conciencia, en donde, cada personalidad que posee el
individuo se vive con un nombre, imagen, historia personal e identidad distintos. Hay una
personalidad primaria que corresponde a la identidad verdadera del sujeto, la que se caracteriza por
ser pasiva, dependiente, culpable y depresiva, en cambio, las demás personalidades en general
poseen nombres y rasgos que contrastan con la personalidad real del individuo.
La etiología de este trastorno no es lo suficientemente específica aún, y quizás nunca logre
serlo, pero está asociada principalmente a traumas infantiles, en especial, del tipo de las agresiones
sexuales, así como también diversos estudios sugieren que este trastorno es más frecuente en los
parientes de primer grado de los individuos que lo padecen que en la población en general. Esta
patología se diagnostica 3 a 9 veces más frecuentemente en las mujeres que en los hombres, y son
estas quienes tienden a presentar más identidades en comparación al género masculino.