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La sombra de Tsunami y el desarrollo de la Mente Relacional REDUCIENDO EL TSUNAMEI> Quiero empezar con algo personal — la historia favorita de mi madre sobre mi — un episodio que tuvo lugar cuando yo tenia cuatro afios. Incluso entonces yo me entregaba a estados de ensofiacion y estaba sentado junto a ella, silenciosamente perdido en mis pensamientos. De repente “me desperté" y pregunté, "Mamé, cuando yo naci, ¢cémo supiste que mi nombre era Philip?" Todavia estoy tratando de adivinarlo. Con cuatro afios, el concepto de inexistencia habia comenzado a interesarme pero yo era todavia lo suficientemente joven como para no preocuparme por ello. Sabia simplemente que yo existia antes de nacer y que estaba tratando de conocer los detalles. No habia tal cosa como el “no-ser” ni mucho menos la sombra de un abismo o esa cosa que los adultos lamaban “la muerte”. Era impensable porque el “no- ser” no tenia ningiin sentido personal para mi. ) otras significa un tiempo muy largo o incluso permanente, Para la / gente de este tiltimo grupo, la disociacién no es solo un proceso | mental para hacer frente al estrés rutinario de un momento dado, | sino una estructura que organiza la vida misma, reduciendo la, Sama en la que puede ser vivida. La mente/cerebro organiza sus ( estados de sef como un sistema de proteccién anticipatorio que | ‘ntenta, proactivamente, cetrar el acceso experiencial a aquellos / Philip M. Bromberg estados de se/f que sean disyuntivos con el rango disociat limitado de los estados que esta siendo experimentado ae te en un momento dado. Este secuestro rigido de estados de ap medio de estructuras mentales disociativas resulta tan ee Por personalidad de alganas personas que moldea Virtualmente ¢y! funcionamiento mental, mientras que para otros su alcance ¢s » pio, Pero independientemente del grado o rango, su fins dita es asegurar la supervivencia de Ia continuidad dy) Iratando la funeidn reflexiva a un papel menor, o a ninguny absoluto. La mente/cerebro, al limitar severamente la participacig; Jel juico cognitivo teflexiv, deja al sistema limbico ms o mens libre para usarse a sf mismo como una “linea dedicada” qu fonciona como lo que Van der Kolk (1995) llama un “detector humo”. Esta disefiado para “detectar” eventos potencialmen iimprevistos que podrian dlesencadenar una desregulacién afectva 7 Debido a que es una solucién proactiva, la capacida dis isminuida para la auto-reflexién cognitiva en nombre de | seguridad tiene un precio. Requiere que la persona, en el mejor | los casos, “contrabandee” una vida secundaria a un proceso de constante vigilancia — una vigilancia que, irénicamente, produc: por regla general lo que la teoria de la informacién denomin “falsos positivos”. Puede parecer que, si tal es el caso, la perso" podria, tarde o temprano, descubrir que hay una conexi6n entre algo que va mal en su vida y el hecho de que pasa la mayor Ps del tiempo esperando que suceda algo malo. La razon por la que una petsona tiende a no realizar esta conexion es que la prop! estructura esta disefiada para operar fuera de la cons’ ten ( cognitiva. Cada estado sostiene una “verdad” afectiva relativamen'* innegociable apoyada por su rango auto-seleccionado ‘!* ) “evidencias”disefadas para seforzar su propia vsin aislada de! potencial para una ae la de esta manera?”, sé eee ee | entre versiones incon, ion afectiva internamente desestal Fi ane formule wanes, incompatibles de la. realidad personal, Incl \ tién supone una amenaza a la integridad Y~ La sombra de Tsunami y el desarrollo de la Mente Relacional estructura mental disociativa que, para la mente/cerebro, es la orca salvaguardia fiable contra cl caos afectivo, Sin embargo, la voquata se formula al menos indirectamente, a menudo a partir de pref’sesperacion. En ocasiones, lleva a la persona a buscar un texapeuta, aunque con ciertas partes del se/demunciando la idea tan ferepmente que cuando llega a tu despacho puede no sea capaz. de contarte el porqué esta abi. Una vez en tratamiento, el hecho de que él o ella tenga “més de ‘una opinién” acerca de el hecho de estar alli nos lleva a la apaticién de otra cuestin — y la lucha continuada para permitir que sea puesta en palabras podria decirse que forma todo el curso de la terapia. Implicitamente, esta segunda pregunta podria ser vista com qué punto merece la pena el precio que ha pagado por la proteccién contra un trauma potencial? Inicialmente se desarrolla en la forma de una disputa interna entre la panoplia de estados de se/f del paciente; algunos defendiendo la seguridad afectiva, otros apoyando la mejoria de la vida, aunque ello implique un riesgo. Esta guerra de estados de seff arrastra consigo a la relacién terapeuta-paciente, dindoles por tanto una oportunidad a participar en forma de enactment en una externalizacién en el aqui-y-ahora de la relacién tensa del paciente con sus propios objetos internos. Reduciendo el Tsunami iento disociativo compartido. Se trata de un proceso de comunicacion inconsciente que se dirige a Aquellas areas de la experiencia del se/fdel paciente donde el trauma Sea evolutivo o al inicio de la edad adulta) ha afectado, en un Biido w otro, la capacidad de regulacién afectiva en un contexto acional y, por tanto, al desarrollo del se/f al nivel de Coy Philip M. Bromberg procesamiento simbdlico mediante pensamiento y lengyai-s fanto, una dimensién central de la utilizacién tenn, enactment consiste en aumentar la competencia en la fi “nee del tetados afectivos, Io cual requiere que la relacién anuj” Convierta en un lugat que es capaz de sostener el siewt © seguridad al mismo tiempo — una relacidn que permite cr doloroso del trauma temprano, sin que sea solo una ca repetici6n del pasado. Bs, en el mejor de los casos una relaciiny he descrito como “segura, pero no demasiado segura” Bromber, 2006a, pags. 153-202), refiriéndome a que el analisia es: comunicando tanto su constante preocupacién por la seguridad afectiva del paciente y su compromiso con el valor del inevitablemente doloroso proceso de revivir. Es una bella frase, pero yo no soy el paciente, Para un superviviente del trauma, “segura, pero no demasiado seguta” 1 tiene ningtin significado porque la seguridad relativa como un experiencia no tiene significado como realidad subjetiva. Para superviviente de un trauma, la sombra del tsunami se acerca Cuando digo “segura, pero no demasiado segura”, de una parte de mi que mantiene un sentir ticito muy diferente al que senti cuando se me ocurrié el itl “Reduciendo el Tsunami”. Estoy convencido de que si hubier: vivido de cerca un tsunami real, no habria sido capaz de utilizar palabra metaféricamente. Me habria afectado eon demasial: cercania. Para un superviviente del trauma, el lenguaje tiene ° Io ", soy consciente de disculpa 1 “ Prefierolimitar el tétmino enactment a la relacién paciente/analista aunque «ste al de comunicacién disociativa es, de hecho, un aspecto fundamental y ommipress oi de todo discurso humano, Quiero referir el lector interesado a una a oe astuta e ilustrativa de Tony Bass (2003) sobre este dilema, en el que forma temporal de diferenciar los usos respectivos del término Publicados identficando su utlzacién aniza cuando se escribe con Ia panes ae en maytiscula, como [EJnactment. Esta sugerencia, similar al esfuerz0 por alsin ‘wauma masivo” de “trauma del desarrollo” escribiendo el primero como “Grit T” (‘Big T”) [T]rauma, hace referencia a una necesidad pragmatica aunque; como ambos reconocemos, deja abiertas otras cuestiones mas profundas. urgumentac propone unt articulos 76 a sombra de Tsunami y el desarrollo de la Mente Relacional vencial de desencadenar un revivir afectivo de experiencias Povmndticas disociadas; pero yo fui libre para “jugar” con la palabra rina al igual que con Ia palabra reduar. En terapia, la creciente Capacidad para jugar de forma segura con algo que hasta ahora ha ciPrido solo como una sombra disociada de un trauma pasado es Jo que yo entiendo por “reducir el tsunami” y de eso trata principalmente el resto del libro. 4 Voy a describir como se incrementa, a través de interacciones e constituyen “sorpresas seguras” (Bromberg, 2003b), la habilidad del paciente para distinguir la espontaneidad no traumatica de los traumas potenciales (la sombra de la inundacién). Voy a abordar aqui la transformacién, dentro del tratamiento analitico, de estados del seif “no-yo” impensables en acontecimientos aqui-y-ahora actuados, en la forma de sorpresas seguras, con los que se puede jugar de forma interpersonal, comparindolos con la experiencia subjetiva del mismo acontecimiento por parte del analista, para que pasen a formar parte de la configuracin global del “yo” del paciente. Oftezco la perspectiva de que el proceso transformativo de “reducir el tsunami” no solo conduce a una mayor capacidad para la tegulacion afectiva, sino que también es fundamental para el niicleo del proceso de crecimiento en psicoterapia, que pata mi nunca ha sido mejor descrito que con la frase de Ronald Laing (1967): “un intento obstinado de dos personas de recuperar la integridad de ser ‘umano a través de su relacin entre ellos” (pag, 53). Ta base de este proceso de crecimiento es una situacién analitica que permite que los enfrentamientos entre subjetividades 2" negociados. La negociacién tiene lugar mediante la creaci6n impli estado mental compartido - un canal de comunicacion _ ‘temas je apoya lo que Buck (1994) llama una comersacin ane nada me ites (Citado en Schore, 2003a, pig, 276) — suponien o Perteneeno® ue la co-creacién de un inconsciente relacional qe lacign, «2 2Mbas personas, pero a ninguna de forma aislada. 1a Paciente/analista se convierte en un ambiente terapeutico Philip M. Bromberg propio, en la medida en que la frontera entre se/f y otto se | cada vez mas permeable”. x / Alhablar de la actuacién del pasado traumatico del pacieny / concepto de juego, como lo uso aqui, es similar a Io que Ph. | Ringstrom (2001, 2007a) llama improvisacién. Es una forma de jucy, | en el que, en palabras de Ringstrom, se juega con ; | reconocimiento mutuo de la subjetividad de cada uno de fori, \\ més implicita de lo que se enuncia explicitamente. Su vision s, \ solapa con mi concepto de enfrentamiento y negociaci’n | Bromberg, 2006, pags. 85-150) y con el concepto de “compartir estados” de Schore (2003a, pags. 94-97), aunque Ringstrom (2007b) subraya algo adicional que vale la pena repetir: “| | improvisacién a menudo implica jugar con el otro como un oh | [porque] cuando las dos partes pueden jugar entre si como objetos, \ revelan intrinsecamente algo acerca de si mismos como sven’. Esto es especialmente importante porque la parte de! enfrentamiento (de lo que yo llamo el proceso de enfrentamiento y negociaci6n) trata, de hecho, sobre el desarrollo de la capacidad « paciente y analista para pasar de experimentar al otro como un objeto al que controlar o por el que uno es controlado, a poder jugar entre ellos (si.bien al principio, como objetos). Creo que este es el significado ‘de “juego”, el que posibilita la_negociacion qv< conduce a la intersubjetividad, experimentando_el_uno al ot como sujeto. Por ejemplo: me comprometo con el valor de que el analist® comparta su experiencia subjetiva de la relacién con su paciente incluyendo los detalles de sus estados mentales y su consciencia los cambios en Ja experiencia mente/cuerpo que tienen lve: durante una sesién. En mi obra he sefialado la importancia 7 Mi perspectiva aqui (véase también Bromberg, 2007) resuena poderosamen'® con la formulacién de la “terceridad” de Jessica Benjamin (1988, 1995, 1° 2007), que ella describe como el proceso compartido que permite coexistencia de opuestos”. ta sombra de Tsunami y el desarrollo de a Mente Reaciona al paciente la preocupacién personal sobre los efectos en él lo que uno esti haciendo, incluyendo el propio compartir, de modo que tu paciente sepa que estis Jo sobre su Seguridad afectiva mientras “estas haciendo tu ens” Me acuerdo siempre de hacer esto? No. Me entero de tral pei no lo hago? jFrecuentemente! ¢Me gusta enterarme de a No mucho. Pero cuanto mas puedo aceprar el “don” de mi Hof mte de verme a mi mismo a través de sus ojos (especialmente Piellos aspectos de mi que he estado disociando), mis ficil resulta para mi paciente negociar la transicién de experimentarme mo un objeto que controlar o por el que ser controlado, a experimentarme como una persona que se compromete a feronocer su subjetividad incluso cuando lo esté haciendo mal en ‘un momento dado. comunicar Alicia Déjenme que les cuente acerca de una sesién en la cual tal momento transicional fue particularmente vivido. La paciente, Alicia, era una mujer que habia logrado fama, éxito financiero y clogios de la critica como novelista, pero vivia como wna ermitafa. En el momento en que se convirtié en mi paciente, yo habia sido un seguidor de sus obras durante muchos afios y también estaba familiarizado con su bien conocida reputacién de aislamiento social. Lo que atin me quedaba por conocer, sin embargo, eta que su reclusién escondia una sorprendente incapacidad para participar en una conversacién auténtica con otro ser humano — una Sconcertante incapacidad pata la comunicacién interpersonal {uténtica, Como autora, Alicia describia las interacciones sociale oa _Penetrante ingenio, sofisticacisn y un don para lo tliciosamente inesperado. Los personajes de sus novelas fueron ‘mente elaborados por una mente que entendia la complejidad de ; las relaciones humanas, pero, como pude descubrir de ella y con Philip M. Bromberg ella, en las escasas interacciones sociales que no podia evity , supuesto, evitaba las giras de presentacién de libros), era wn a voces que las mismas cualidades que convertian la lectury 1 libros en una delicia existian en los encuentros cats exclusivamente en sus formas opuestas. Por et 2 de sus a car La primera fase de nuestro trabajo no fue facil para mi. sentia confuso y frustrado y, ya que yo habia espera, impacientemente estar con la persona estimulante que conoci; , través de su escritura, también lo vivi con una experienc parcialmente disociada de decepcin ~ casi como si otra persons hubiese escrito las novelas de Alicia y que yo munca tendria |; oportunidad de conocerla, En nuestra relacién, su personalidad s caractetizaba por una concrecién carente de imaginacién que enmarcaba todo lo que decfa, aunque no me dio la impresién di carecer de inteligencia ni su literalidad parecia derivarse de una depresion. La cualidad unidimensional de su pensamiento y su modo de relacionarse era, como ella misma dijo, “simplemente | manera en la que estoy con la gente.” No fue demasiado cific! reconocer que su estado del se/f como escritora fue drasticamente disociado de su estado del se/f de “estar con gente”, aunque en ua principio no habia ninguna ruta clara para abordar ¢st discrepancia sin hacerla al mismo tiempo autoconsciente ' aumentando su concrecién. Es decir, no habia una ruta clara ps"? liberarnos de lo que estaba siendo puesto en accién (enacted). Con el tiempo, el procesamiento de los enactments comen7© ocupar un papel cada vez mas importante en nuestro trabajo ' poco a poco, la brecha disociativa entre sus estados del * separados disminuyé. Se hizo mis ficil reconocer la presencia “la escritora” en el modo en que Alicia hablaba sobre si mis “! las sesiones, atin cuando las cualidades de ingenio y juego que &™! tan evidentes en sus obras seguian siendo minimas en nuestt interacciones directas. Sin embargo, descubri que el cambio estaba teniendo lugar era tan alentador que me dije a mi mis" que el aumento en coherencia entre sus estados del seif eft ™" estable de lo que era en realidad y me entré la pereza. 80 a sombra de Tsunami y el desartollo de la Mente Relacional gga la sesidn que describo aqui ~ un “momento de transicién” | Alida y yo estibamos siendo participes una vez mis de nuestro “partment, Como he hecho a menudo en el pasado, comparti con Sha mi experiencia de que algo parecia estar afectivamente “taro” — digo parecia discrepar con lo que habia sido puesto en palabras, Pero, a diferencia de otros momentos similares en los que tuve cuidado de indagar acerca del impacto de compartir mi estado mental, en esta ocasion no intenté averiguar a partir de cada uno de los estados de sede Alicia qué efecto habia tenido mi acto de auto-revelacion en cada uno de ellos. Incluso en ese momento, era ligeramente consciente de que parte de la razén de mi “peteza” era que habia estado anhelando la oportunidad de tener una estimulante conversaci6n con uno de mis autores favoritos y esperaba crear la ocasién decidiendo unilateralmente que ella ya no necesitarfa que yo la tratase como si ella fuese “simplemente” una paciente. Una vez que terminé mi auto-revelacién y me preparé para el esperado placer de una negociacién creativa de nuestras respectivas experiencias, ella me respondié con una sola frase — un comentario ingenioso que fue mas de lo que yo podia haber esperado, Alice me miré con un centelleo en un ojo y un fulgor en clotro y me dijo, “creo que usted esta empezando a tener delirios de bonestidad (candor)”. Yo rompi a reir y ella también, Ahi estaba — espontaneidad, ingenio y picardia atrevida — emergiendo de una manera que no pertenecia a ninguno de nosotros por separado. Pertenecfa a la creacién conjunta de un inconsciente relacional que llegé a tener su propia vida — una creacién conjunta que permitid a MI concepto de “permanecer en los espacios” encarnarse como “ tina realidad fisica (véase Ogden et al., 2006) e interpersonal; una ae que nos invité a jugar juntos con lo que habia en sus ojos, Je centelleante y su ojo fulgurante. ‘tment fot duda, esta transicién desde, 0 mas bien a través del enact creatvidad or cambio en la capacidad de mi paciente para la cteo €spontanea en un contexto relacional — un logro que promis oftece apoyo para el modelo de tratamiento que estoy romovi : el viendo. Pero ‘si este es, en efecto, un gran modelo de 81 Philip M. Bromberg, tratamiento, gpor qué tarda tanto en aparecer el cambio? ;), te tan dificil de alcanzar el equilibrio entre seguridad y rie.y 1" trabajar con enactments? 2¥ qué hace que este equilibrio isp a inestable durante el curso de un proceso analitico? i tan puedo responder a estas cuestiones con gran confianza, a aoe eeeeed mas intensamente iluminado comprendiend, «1 primer lugar, por qué necesitaba ser sacrificada a capacidad prrespersonal de la paciente para set esponténeamente crativa : tina ver sacrificada, por qué el sactificio necesitaba ser preservacl Reto nos trae de vuelta a la sombra del tsunami y la amenaza al continuidad del se/f Michael Cunningham (1998), en su brillante novela sobre Virginia Wolf, Las ‘Horas, sefiala en dos lineas retorcidamente provocativas, que cuando la armonja natural entre multiplicidad integridad se interrumpe, la frontera segura entre creatlv idad locura debe ser protegida: “Laura Brown esta tratando de perdirs si misma. No, eso no es exacto — esta tratando de manfenerse as misma ganando la entrada a un mundo paralelo” (pag: 37, cuss afiadidas). En terapia, el horror disociado del pasado lena el presente © un significado afectivo tan poderoso que, independientemeo” de cuan “evidentemente” segura pueda ser una situacion dads ps! otras personas, la conciencia perceptual del propio paciente de que es segura supone un riesgo que es sentido como peligroso Pi" su estabilidad del seff El riesgo se debe al hecho de que cuanto © is seguro se sienta en la relacién, mas esperanza comienza 2 SCOT cuanta més esperanza comience a sentir, automaticamente confi? menos en su estructura mental disociativa para segurat hipervigilancia como una proteccién de seguridad frente @ desreplacion afectiva. Consecuentemente, las partes del edicadas a preservar la seguridad afectiva vigilarin y se opond=!? a confiar © a cualquier signo de que el paciente esta empezando sentirse seguro, pero no demasiado seguro. 82 La sombra de Tsunami y el desarrollo de la Mente Relacional tina estructura mental dsocitivaestédiseRada para impedie l eyentaciOn cognitiva de lo que puede sex demasiado pata set reo la mente, pero también tiene el efecto de permits a sopra” fon disociativamente actuaca de experiencias afectivas combmbolizadas. A través del enactment, la experiencia afectiva 20 ims es comnicada desde el interior de un capullo “no-yo" daomartido (Bromberg, 19982) hasta que es cognitiva y comfedcamente simbolizada a través de la negociacién relacional Bala fase temprana de un enactment, el capullo disociativo Br partido favorece la comunicacién implicita sin representacion com Dentro de este capullo, cuando cambia el estado del sef del paciente que esti Organizando la relacién inmediata, el estado del Pifdel terapeuta también cambia, de forma igualmente disociativa, wim estado que, con el paso del tiempo, sea capaz de recibir y responder al cambio disociado de estado del paciente. Puesto que las representaciones mentales se ven / comprometidas por el trauma, vale la pena reflexionar sobre la / famosa observacién de Laub y Auerhahn (1993); “La naturaleza primaria del trauma es eludir nuestro conocimiento debido tanto a la defensa como al déficit... el trauma también abruma y derrota nuestra capacidad para organizarlo” (pag, 288). La experiencia ttaumética puede almacenarse como memoria epis6dica, a menudo | inaccesible a la persona salvo de forma afectiva, pero también puede consistir ya sea solo de sensaciones somaticas o de imagenes visuales que pueden regresar como sintomas fisicos 0 como flashbacks sin un significado narrative. Esto quiere decir que las impresiones sensoriales de la experiencia son retenidas en la (Soot afectiva y permanecen como imAgenes y sensaciones corporales aisladas que son petcibidas como partes amputadas del Festo del self (P. Ogden, 2007). Los procesos disociativos que ™antienen inconsciente el afecto tienen una vida propia, una vida teacional que es interpersonal asi como intrapsiguic, una va que actuada entre paciertie y analista en un fendmeno disociativo dig idico que llamam6s enactment.

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