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correctiva?
La existencia del derecho a la autodeterminación de los pueblos no coloniales
en su faz externa, es decir, expresada mediante la secesión correctiva en
casos particulares y bajo ciertas condiciones, queda reforzada a partir de la
jurisprudencia. Resulta relevante a esta teoría y a las normas anteriormente
citadas, lo dicho por la Corte Internacional de Justicia en su Opinión Consultiva
sobre Kosovo y por la Corte Suprema de Canadá en su Opinión Consultiva
sobre la secesión de Quebec.
Para responder, la Corte Suprema de Canadá (en adelante CSC), aclaró que
no existe en el derecho internacional una negación explícita del derecho a la
secesión unilateral y que sí existen circunstancias excepcionales requeridas
para que se permita la secesión en virtud del derecho de un pueblo a la
autodeterminación como, por ejemplo, el derecho a la secesión que surge en la
situación excepcional de un pueblo oprimido o colonial.
Luego, la CSC desarrolló el derecho de un pueblo a la autodeterminación y
aclaró que su existencia está ampliamente reconocida en el derecho
internacional, que ha adquirido un estatus más allá de la “convención” y que se
considera un principio general del derecho internacional.
La opinión de la CSC efectúa un recorrido a través de distintas normas en las
que se encuentra contemplado el derecho en cuestión. Comienza con los
artículos 1 y 55 de la Carta de las Naciones Unidas, menciona el art. 1 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el artículo 1 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Luego cita la
Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre los
Principios de Derecho Internacional referentes a las relaciones de amistad y a
la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones
Unidas, o sea a la Resolución 2625 previamente tratada en este trabajo.
Además, hace referencia a la Declaración y Programa de Acción de Viena de
1993 adoptada en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos[54], que
reafirmó el art. 1 de los pactos precitados, y a la Declaración de la Asamblea
General de la ONU con motivo del Cincuentenario de las Naciones Unidas, que
también hace hincapié en el derecho a la autodeterminación. En relación a esta
última, la CSC pone énfasis sobre el apartado que establece que los Estados
deberán seguir reafirmando el derecho a la autodeterminación de todos los
pueblos, teniendo en cuenta la situación particular de los pueblos sometidos a
dominación colonial u otras formas de dominación u ocupación extranjera, y
reconocerán el derecho de los pueblos a adoptar medidas legítimas de
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas para realizar su derecho
inalienable a la autodeterminación. También cita la parte en la que se
encuentra implícita la secesión correctiva, diciendo que ello no deberá
interpretarse en el sentido de que autoriza o fomenta acción alguna
encaminada a que se quebrante o menoscabe, total o parcialmente, la
integridad territorial o la unidad política de Estados soberanos e independientes
que se conduzcan de conformidad con el principio de la igualdad de derechos y
de la libre determinación de los pueblos y que, por consiguiente, cuenten con
un gobierno que represente a todo el pueblo perteneciente al territorio, sin
distinción alguna.
La opinión consultiva de la CSC resalta que, en circunstancias excepcionales,
puede surgir el derecho a la secesión en el marco de la autodeterminación de
los pueblos y explica que compartir un idioma y una cultura son características
que se considerarían para determinar si un grupo específico es un pueblo o no.
Respecto del alcance del derecho a la autodeterminación, la CSC explica que
puede cumplirse a través de la autodeterminación interna, es decir, mediante la
búsqueda del desarrollo político, económico, social y cultural de un pueblo
dentro del marco de un Estado existente; o puede ejercerse de forma externa a
través de la secesión unilateral, y que ello sólo surge en casos particulares. En
consecuencia, define a la autodeterminación externa utilizando las palabras de
la Resolución 2625: el establecimiento de un Estado soberano e independiente,
la libre asociación o integración con un Estado independiente o la adquisición
de cualquier otra condición política libremente decidida por un pueblo
constituyen formas del ejercicio del derecho de libre determinación de ese
pueblo.
Por otra parte, la CSC resalta el hecho de que un Estado cuyo gobierno
representa a la totalidad del pueblo o pueblos residentes en su territorio en su
territorio, sobre una base de igualdad y sin discriminación, y respeta el principio
de autodeterminación en el ámbito interno, tiene derecho a la protección de su
integridad territorial en virtud del derecho internacional. Pero, destaca que,
existen ciertos contextos dentro de los que el derecho a la libre determinación
de los pueblos permite que se ejerza la secesión. Entre ellos menciona que
varios doctrinarios han afirmado que la secesión puede fundarse en la
autodeterminación cuando a un pueblo se le impide el ejercicio significativo de
su derecho a la autodeterminación a nivel interno, destacando que, en
consecuencia, dicho pueblo tiene derecho, como último recurso, a ejercerlo
mediante la secesión. Sostiene al respecto que la Declaración y Programa de
Acción de Viena añade credibilidad a dicha afirmación al exigirle a los
gobiernos que representen a todo el pueblo perteneciente al territorio sin
distinción alguna. La CSC revela que esta situación es paralela a los supuestos
de dominación colonial o subyugación/opresión extranjera, ya que implica la
frustración de la capacidad de un pueblo de ejercer su derecho a la
autodeterminación internamente.
Finalmente, la Corte entiende que el caso de Quebec no aplica a este último
supuesto ya que no se acerca al umbral necesario. Para ello sostuvo que el
pueblo de Quebec no es víctima de ataques a su existencia o integridad física,
ni de una violación masiva de sus derechos fundamentales, por lo tanto, el
pueblo de Quebec no es manifiestamente oprimido. También destacó que no
se puede afirmar que la población de Quebec no tenga acceso al gobierno o no
pueda perseguir el desarrollo económico, social y cultural.