Revista de la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar

Journal of the Spanish Federation of Family Therapy Associations

MOSAICO
JUNIO 2009 * Nº 42 15 €

CON LA COLABORACIÓN DE

SPTF Sociedade Portuguesa

de Terapia Familiar

* *
monográfico: EMDR Y TERAPIA FAMILIAR
 I CONGRESO IBÉRICO DE TERAPIA FAMILIAR
XXX JORNADAS ESPAÑOLAS DE TERAPIA FAMILIAR

EFTA ofrece la posibilidad de publicar en su página

web artículos de los socios.
Los interesados pueden contactar con Javier Bou o
Roberto Pereira. Los artículos pueden ser publicados
en cualquier idioma.

Solicitamos a todos los socios de la FEATF que no están

dados de alta en la web lo hagan a la mayor brevedad posible,
por cualquier información extra que necesiten dirigirse a
secretaria@featf.org
 en este
número…

5 Editorial
6 Noticias de las Asociaciones
8 Agenda de actividades
10 Desde la presidencia
12 Ayuda a la investigación de la Federación Española de
Terapia Familiar

MONOGRÁFICO
14 Introducción
15 Terapia Familiar (Fásica) y EMDR: ¿pareja perfecta, unión de
conveniencia, o enfoques rivales?
20 Adopción: un protocolo basado en EMDR, terapia familiar
narrativa y la tería del apego
28 El duelo, la familia, el trauma y el EMDR: análisis de un caso clínico

36 Entrevista con Karin Schlanger

39 Entrevista a Jaime Inclán
43 El Genograma: una herramienta de siempre para el contexto
emergente
48 La Terapia Familiar Sistémica en Canarias

Y MÁS…
62 Constelaciones familiares, dinámicas y principios
72 Abriendo la caja de pandora. Una aventura por el laberinto de la
historia familiar

83 Un viaje hacia el corazón. El proceso terapéutico del ego al sí mismo

 CORRESPONSALES
Valentín López Galán
Asociación Castellano-Manchega
E-mail: vlopez@cuenca.es
Juan Carlos Romero León
Asociación Vasco-Navarra
E-mail:smma.responsable@berritzu.com
Mark Beyebach
Asociación Castellano-Leonesa
E-mail: mark.beyebach@upsa.es
Lola Fatas García
Asociación Aragonesa
EDICIÓN E-mail: lfatas@hotmail.com
Federación Española de Asociaciones de
Patricia Moreno del Valle
Terapia Familiar (FEATF)
Asociación Madrileña
DIRECTORES ANTERIORES E-mail: patmoreval@yahoo.es
Roberto Pereira Tercero Juan Miguel De Pablo Urban
Norberto Barbagelata Churruarín Asociación Andaluza
Alfonsa Rodríguez Rodríguez E-mail: secretar@arrakis.es
Javier Ortega Allué
Dolores González Díaz
DIRECCIÓN Asociación Asturiana
Olga B. Díez Puig E-mail: dgonzalez@gijon.uned.es
COORDINACIÓN José Antonio Muñiz Torrado
Annette Kreuz Smolinski Asociación Gallega
Esperanza García Cuenca E-mail: mtorrado@mundo-r.com
Ignacio Rubio Luengo
REDACCIÓN
Asociación Extremeña
Eugenio Ardid Pérez
E-mail: nachorubio@hotmail.com
Eva Esteban Picos
Julia Hernández Reyna
COLABORADORES HABITUALES Asociación Canaria
Xavier Ortega E-mail: juliahreyna@hotmail.com
Roberto Pereira Yolanda Cardona Muntaner
Ana Paula Revas Asociación Balear
REDACCIÓN E-mail: dunas@ole.com
C/ Juan Llorens, 60-6ª Teresa Ubalde Criado del Rey
46008 Valencia Asociación Cántabra
Tlf. 606 86 00 99 E-mail: teresaubalde@wanadoo.es
e-mail: mosaico@featf.org Ricardo Ramos Gutiérrez
DISEÑO E IMPRESIÓN Asociación Catalana
Diseñarte - Goaprint E-mail: ramosgutierrez@gmail.com
C/ Virgen de Montiel, 41-B Encarna Canet Benavent
46980 Paterna, Valencia Asociación Valenciana
Telf: 963692811 E-mail: ecaneta@hotmail.com

DEPÓSITO LEGAL: B-16180-2005

ISSN: 1887-0600. MOSAICO, junio 2009. Nº42
“Mosaico no se identifica necesariamente con los juicios expresados en los trabajos firmados”
 EDITORIAL
Quisiera comenzar esta editorial haciendo una llamada, o un petición
si quieren, a todos nuestros lectores, o a la red de los mismos, para
animar, invitar e intentar incentivarles a que escriban y nos manden
sus experiencias, investigaciones y estudios que estén realizando so-
bre terapia familiar para publicar-los en Mosaico. Creo que es un
enriquecimiento absoluto poder leer y compartir lo que los terapeutas
de familia hacen. Aprendemos y valoramos que la terapia familiar
está viva y en constante cambio, y con eso, todos ganamos, los pro-
Olga Diez fesionales y los pacientes.
En este número vais a poder apreciarlo por ejemplo con un monográfico
coordinado por Mark Beyebach reflexionando sobre la integración téc-
nicas de corte más lineal con el proceder sistémico; o con un artículo
sobre los tradicionales genogramas pero aplicados a un contexto muy
novedoso: el estudio del consejo genético, tema puntero en nuestra
actualidad por las cuestiones de bioética que lleva también asociado;
desde Francia nos llega un trabajo sobre constelaciones familiares,
que además está realizado por una enfermera que trabaja en el campo
de la salud mental, por tanto es una experiencia alternativa.
En un llamado de solicitud de trabajos para publicar desde las corres-
ponsalías, para que estuvieran más presentes en Mosaico, desde las
islas afortunadas, Julia Hernández Reyna ha hecho un espectacular
trabajo de recopilación histórica de los inicios de la Terapia Familiar y
cómo ha ido creciendo por la insularidad. ¡Gracias Julia por el esfuer-
zo!, esperemos que los demás corresponsales puedan hacer algo así,
sería muy hermoso que los que no hemos estado en los inicios pudiéra-
mos aprender cómo hemos llegado a ser, por lo que otros plantaron.
Tenemos dos entrevistas muy interesantes desde profesionales de ha-
bla hispana que trabajan en EEUU, una argentina y un puertorrique-
ño, una en el M.R.I. y el otro en el Centro Roberto Clemente, ambos
trabajando principalmente con familias emigrantes. Me parecen ex-
periencias de las que deberíamos observar con mucho detenimiento
dado que nosotros ahora estamos en situación de aprender de ese
fenómeno en los que ellos nos llevan décadas de adelanto.
Y vamos a celebrar lo que iniciamos en el número anterior, que por
suerte continúa, seguimos intercambiando experiencias y entusiasmo
con nuestros queridos vecinos portugueses de la SPTF, Mosaico va a
seguir distribuyéndose en Portugal y cada vez vamos a intentar que
la parte portuguesa tenga el mismo formato que la española para que
podamos compartir también su agenda de actividades y las noticias.

Olga B. Díez Puig, DIRECTORA DE MOSAICO

Editorial
 NOTICIAS DE LAS ASOCIACIONES
Asociación Castellano-Leonesa de Terapia Familiar
Por tercer año , las Jornadas de difusión de la
Terapia Familiar que se vienen realizando en
Burgos se han desarrollado los días 13 y 14 de
Febrero bajo el título “Intervención en Crisis y
Terapia Familiar”.
María Crespo, José Navarro Góngora e Inma-
culada Ochoa de Alda fueron los expertos
que abordaron los diferentes aspectos de la
intervención en situaciones en crisis: desde la
primera atención, a la intervención sobre los
efectos a largo plazo de la crisis y el apoyo en
el proceso de duelo.
180 personas se dieron cita en la Sala Poli-
són del Teatro Principal de la ciudad. Como
en Jornadas anteriores (“Adolescentes hoy, un
enfoque desde la Terapia Familiar” ,2006 e
“Intervención en Bullying y otros conflictos
del ámbito social y escolar” ,2007) podemos
asegurar que las aportaciones de los ponentes
y el acogimiento por parte de los asistentes
fue muy positivo .
Estas Jornadas supusieron un encuentro que
para algunos abrió puertas, para otros permitió
profundizar en dinámicas ya conocidas, y para
todos y todas supuso un foro de aportaciones
entre profesionales interesados en el tema.
A la espera quedamos de conocer cual será el
tema de las IV Jornadas de Terapia Familiar
en Burgos.

Asociación de Terapia Familiar e Mediación de Galicia

IV Encontros Galegos de Terapia Familiar:
“Na busca do denominador común”.
Pazo de Congresos e Exposicións de Pontevedra. 27 de junio de 2009.
PONENTES:
Carlos Álvarez García
Valentín Escudero Carranza
Emilio Gutiérrez García
Gonzalo Martínez Sande
José Luis Rodríguez-Arias Palomo
FECHA LÍMITE DE INSCRIPCIÓN: 24 de junio
FECHA LÍMITE PARA RECEPCIÓN DE COMUNICACIONES: 10 de junio
encontrosgalegostf@gmail.com
Estáis todos y todas invitados a participar.

Asociación Madrileña de Terapia de Pareja, Familia

y Otros Sistemas Humanos
Queremos informaros que los próximos 11 y
12 de Diciembre se van a celebrar en Madrid
las Jornadas Conmemorativas del 20º Aniver-
sario de la Asociación Madrileña de Terapia
de Pareja, Familia y otros Sistemas Humanos.
Pendiente de configurar el programa definiti-
vo, esperamos crear un espacio de encuentro
para todas las escuelas, terapeutas, expertos
y quienes empiecen a interesarse por el fasci-
nante mundo de la terapia de familia.

MOSAICOnúmero 42
Mosaico 7
REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ASOCIACIONES DE TERAPIA FAMILIAR
C/ Juan Llorens,60-6ª. 46008 Valencia.
Tlf. 606 86 00 99 · E-Mail: mosaico@featf.org

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 AGENDA DE ACTIVIDADES

Actividades de la ASOCIACIÓN MADRILEÑA DE TERAPIA

DE PAREJA, FAMILIA Y OTROS SISTEMAS HUMANOS

El Tercer Martes de cada mes nuestra asocia- 20 Octubre.

ción organiza una sesión formativa de 19.30
a 21.30 horas, en la Escuela de Animación y
Educación Juvenil de la C.A.M (sita en el Pa-
seo de la Castellana, 101. 2ª Planta).
La participación en todas ellas es libre y gratuita.
Sesión formativa: Los jóvenes y sus grupos de
iguales. Compromiso ante las familias y la so-
ciedad.
Ponente: Francisco Gabriel Durán. Experto en
Intervenciones Sistémicas.

A continuación aparecen las próximas fechas, 17 Noviembre.

contenidos y ponentes:
15 Septiembre.
Sesión formativa: Mujeres que deciden ser
madres solteras y adoptan o se inseminan.
Análisis, consecuencias, responsabilidad en
el tratamiento de la fertilidad artificial.
Ponente: Melba Aragón. Terapeuta y mediado-
ra familiar.
Sesión formativa: La parentalidad actual: ¿un
panóptico en la familia?”.
Ponentes: Piedad Pozo y María Recio. Escue-
la Zurbano.
15 Diciembre.
Mesa Redonda en la que participarán diferen-
tes escuelas: Crisis estructurales y el abandono
de la terapia. Posicionamiento del profesional.

Actividades SOCIETAT CATALANA DE TERAPIA FAMILIAR

DE ROSAS Y JARDINEROS: INTERVENCIÓN FAMILIAR Y TRABAJO EN EQUIPO

DESDE DIFERENTES PARADIGMAS EN EL CONTEXTO PÚBLICO
Ponentes: Nuria Pi, Mercé Tarrés y Núria Tomàs.
Fecha: 16 de Junio de 2009.
Horario: 20.00 a 22.00 h.
Lugar: Academia de Ciencias Médicas. C/ Major de Can Caralleu 1, Barcelona.
Precio: Entrada Gratuita socios; 10 €. No socios.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “TERAPIA FAMILIAR. APRENDIZAJE Y

SUPERVISIÓN”
Ponentes: Juan Luis Linares y Javier Ortega Allué (autores).
Fecha: 24 de Noviembre de 2009.
Horario: 20.00 a 22.00 h.
Lugar: Academia de Ciencias Médicas. C/ Major de Can Caralleu, 1. Barcelona.
Precio: Entrada Gratuita socios; 10 €. No socios.

MOSAICOnúmero 42
 9

Actividades ASOCIACIÓN VALENCIANA (ATFCV)

EL TRABAJO CON FAMILIAS INMIGRANTES DESDE EL MODELO
SISTÉMICO-ECOLÓGICO

Ponentes: Dr Jaime Inclán, director del Centro Roberto Clemente de Nueva York.
Duración: 8 horas
Fecha: 5 y 6 de noviembre de 2009.
Lugar: Centre Valencià de Voluntariat C/ Foncalent nº 1 bajo Valencia.
Matrícula: Asociación de Terapeutas de Familia, Mediadores Familiares y Expertos
en Intervenciones Sistémicas de la Comunidad Valenciana. www.atfcv.com.
Información: ATFCV Teléfono 96 392 37 03
Precio: socios 75 €, profesionales en general 120 €

Asociación de Terapia Familiar e Mediación de Galicia

Condiciones exigidas para

publicar en agenda de actividades
Aportar la siguiente documentación:
Organiza Duración Matrícula
Título Fechas Información
Ponente Lugar Precio

Aplicar un descuento del 20% a los miembros de la FEATF

Agenda de actividades
DESDE LA
PRESIDENCIA

Queridos/as socios/as informaros de las actividades de la jun-

ta directiva es el leit motiv de estas páginas. Como ya compro-
basteis en la pasada edición de Mosaico, y podéis ver también
en esta, nuestra revista ha trascendido ya nuestras fronteras
y sirve también de vehículo de comunicación con nuestros
colegas portugueses. Sabéis que hemos iniciado un camino
de colaboración, el cual se formalizó con un convenio firmado
por los presidentes de ambas sociedades, doña Ana Paula
Relvas y el que suscribe, convenio que otorga carta de natu-
Javier Bou raleza a esta relación.

Dentro de este mismo contexto cabe enfatizar la importancia

de la organización del I Congreso Ibérico y XXX Jornadas Espa-
ñolas de Terapia Familiar, del que a buen seguro ya disponéis
de información y al que la junta os invita a participar activa-
mente. Queremos desde aquí felicitar a la Societat Catalana
de Terapia Familiar por el esfuerzo que, como organización
local está realizando.
Las comisiones están trabajando. Estamos elaborando un plan
de comunicación para hacer que nuestra presencia en la vida
pública española sea más efectiva. Para ello hemos estado
trabajando sobre un nuevo tríptico explicativo de la terapia
familiar y de FEATF, así como en listados de instituciones y
sociedades diana a las que dirigirnos para darnos a conocer.
La misma comisión de difusión pública ha elaborado un pro-
tocolo de presentación de actividades ante los medios de co-
municación que en breve va a ser enviado a las asociaciones.

La secretaría, además de muchísimas otros trabajos internos,

ha proporcionado a las asociaciones información y documen-
tación sobre como conseguir avales para actividades de dis-
tintos ministerios.

Por otro lado la comisión de régimen interno ya tiene ultimado

un borrador de procedimiento de consultas y reclamaciones
con el que organizar la respuesta institucional de la federa-
ción ante dichas eventualidades.

MOSAICOnúmero 42

Estamos participando en las actividades de la
EFTA, tanto en la renovación del Profile (do-
cumento sobre el estado de la terapia familiar
y su formación) en Europa, así como en varios
proyectos dirigidos a la investigación que se
están gestando.
Seguimos con las acreditaciones de progra-
mas formativos, a la vez que las asociaciones
siguen acreditando y reacreditando a aquellos
socios que cumplen los requisitos que a lo lar-
go de muchos años nos hemos ido otorgando.
Tenemos 28 centros acreditados.
Sería de gran utilidad para la federación, al
igual que para los propios socios, que os die-
rais de alta en el directorio web, dado que no
solo daría una más fiel imagen del peso que
tenemos como federación, sino también faci-
litaría que posibles clientes encontraran los
datos para contactar.
En el apartado económico la tesorera nos in-
formó de que las cuentas siguen marchando,
aunque lamentablemente todavía quedan ba-
lances por cerrar que esperamos a la mayor
brevedad se normalicen.
A treinta de abril somos (en la base de datos)
un total de 1533 socios y estamos deseando
que la ya hace tiempo constituida sociedad
murciana de terapia familiar se una a nosotros
y engrose así el número mencionado. No debe
tener dudas de que será bien recibida.
Queremos desde la junta enfatizar la impor-
tancia de la labor de los corresponsales, la ne-
cesaria e importante tarea y responsabilidad
11
que asumieron cuando aceptaron serlo. Nues-
tra revista, vehículo de comunicación ahora de
más de dos mil almas necesita imperiosamente
sus aportaciones tanto en el apartado de noti-
cias de las asociaciones, como en actividades,
como en cualquiera de las diversas maneras
que tienen de dotar de contenido esta revista
que estáis leyendo. Sin ellos las asociaciones
pierden la voz y no son oídas.
¡Corresponsales, hablad!
Por último, en estos tiempos de crisis en los
que los telediarios nos abruman con descensos
del PIB, aumentos del paro, etc. esperamos
que nuestra federación no se vea afectada por
la misma más allá de lo esperable. Me estoy re-
friendo a alguna sociedad que en estos momen-
tos tiene dificultades para seguir manteniendo
su actividad por falta de voluntarios que corran
con el esfuerzo de dirigirla. Es claro que todos
estamos muy atareados, nuestras agendas es-
tán repletas de compromisos, pero ciertamente
sería muy triste contemplar como una sociedad
que ha desempeñado una labor fundamental
de difusión del modelo, que ha organizado
eventos nacionales y que está en lo identitario
de esta federación cerrara las puertas.
Desde esta presidencia y recogiendo el sentir
del resto de asociaciones os pedimos que no
dejéis que eso ocurra, que nos pidáis la ayuda
que necesitéis pero que en estos momentos en
que la piel de toro parece encontrarse en lo
sistémico no se nos pierda una parte esencial.
Un abrazo muy fuerte y coraje.
Javier Bou, PRESIDENTE DE LA F.E.A.T.F.
Desde la presidencia
12

Ayuda a
la investigación
de la Federación Española
de Terapia Familiar
La Federación Española de Aso- Terapia Familiar en nuestro país y
ciaciones de Terapia Familiar, a contribuir al desarrollo científico
partir de ahora FEATF, tiene en- de esta disciplina y a su reconoci-
tre sus objetivos promocionar la miento social.

Premio dotado con

una beca de 3000€
Bases en:
http://www.featf.org/documentos/bases.pdf

MOSAICOnúmero 41
MO
NO
GRÁ
FICO
EMDR
Terapia Familiar
14

Introducción
La técnica del EMDR (Desensibilización y
Reprocesamiento por Movimientos Oculares)
nació a partir de una observación casual de
la psicóloga estadounidense Francine Shapi-
ro, a finales de los años 80. Con el paso de
los años y con el apoyo de una gran actividad
investigadora el EMDR se ha convertido en
una intervención de eficacia contrastada para
el tratamiento del estrés post-traumático y,
más allá de este campo inicialmente reducido
de aplicación, en un verdadero modelo para el
tratamiento de una amplia gama de problemas
y trastornos.
A primera vista, el EMDR puede parecer in-
compatible con los conceptos y las técnicas
de la terapia familiar. Pedir a una persona que
se centre en un recuerdo traumático mientras
sigue con sus ojos los movimientos de los de-
dos del terapeuta sentado frente a él, con el
objeto de reprocesar ese recuerdo a nivel neu-
ronal, remite a una concepción biologicista,
intrapersonal y lineal de los problema huma-
nos y su solución. Una concepción que pare-
cería estar en las antípodas de la apuesta por
lo relacional, por la circularidad y el contexto
que hacen los enfoques sistémicos.
¿Es esta dificultad teórica motivo suficiente
para que los terapeutas familiares deseche-
mos un procedimiento que puede ayudar a
aliviar de forma rápida y eficaz el sufrimiento
de muchos de nuestros clientes? En nuestra
opinión, no. Al contrario, entendemos que pre-
cisamente el carácter innovador y distinto del
EMDR nos permite, en el campo de la tera-
pia familiar, crear una verdadera “diferencia
que marca una diferencia”. En el nivel con-
ceptual, invitándonos a re-pensar algunas de
nuestras “verdades sistémicas” más queridas
y reabriendo desde una nueva perspectiva el
debate sobre cuestiones como el valor del pa-
sado en la terapia (“el pasado es presente”,
como diría Francine Shapiro”), el papel de los
traumas en el origen y mantenimiento de los
problemas humanos, o la importancia de los
aspectos biológicos en la intervención. En el
nivel técnico, ofreciéndonos la posibilidad de
ampliar de forma creativa nuestro abanico de
herramientas terapéuticas y suscitando nuevas
interrogantes acerca de las posibilidades y los
límites de la integración en terapia familiar.
Los tres trabajos que integran este monográfi-
co ofrecen algunas pistas acerca de las posi-
bilidades que el EMDR ofrece a los terapeutas
familiares. Annette Kreuz hace gala de su cla-
ridad habitual para presentarnos las caracte-
rísticas básicas del EMDR y proponer algunas
cuestiones teóricas de calado. Milagros Mole-
ro y Marian Pérez ilustran de forma cercana
y apasionante cómo el EMDR puede comple-
mentar el trabajo de l@s terapeutas familia-
res, en dos temas de gran interés: las compli-
caciones en el duelo y las dificultades en la
adopción. Confío en que estos tres artículos
animen a los lectores a seguir profundizando
en esta línea de integración y de aprendizaje.
Mark Beyebach
Universidad Pontificia de Salamanca

Lecturas recomendadas
LOVETT, J. (2000). La curación del trauma infantil mediando EMDR. Bar-
celona: Paidós.
SHAPIRO, F. (2008). EMDR: una terapia revolucionaria para superar la an-
siedad, el estrés y los traumas. Barcelona: Kairos.
(eds.). Handbook of EMDR and
SHAPIRO, F., KASLOW, F., Y MAXFIELD (2007)
Family Therapy Processes. New Jersey: John Wiley & Sons.

MOSAICOnúmero 42
 15

ANNETTE KREUZ SMOLINSKI

Psicóloga Clínica, Terapeuta Familiar
Directora del Centro de Terapia Familiar Fase 2, Valencia
www.ctff-fasedos.com

Terapia Familiar (Fásica) y EMDR :

¿ pareja perfecta,
unión de conveniencia,
o enfoques rivales?
El artículo pretende encuadrar la utilización de técnicas adicionales (en
este caso la estimulación bilateral, EMDR) en el marco teórico-práctico
de la Terapia Familiar Sistémica. Se explica la técnica de EMDR y su
integración en el Modelo de la Terapia Familiar Fásica.

PALABRAS CLAVE: EMDR, Terapia Familiar, Neuronas Espejo, Trauma,

Síndrome post-traumático.

Monográfico
16
Introducción
Los tiempos que corren son complicados para
todas las psicoterapias que no se ajustan de
entrada, bien por razones teóricas (como era
inicialmente el caso de la Terapia Sistémica y
Familiar) bien por razones históricas (enfoques
demasiado “jóvenes” o demasiado “antiguos”)
a los cánones de la práctica basada en resulta-
dos (Evidence based Practice en Inglés).
Muchos modelos y enfoques psicoterapéuti-
cos han visto como su prestigio inicial y el
auge de aplicación se han ido reduciendo,
hasta acabar en ser considerados como una
mera “técnica” aplicable con una indicación
específica dentro de un marco teórico mas
amplio. ( Ballesteros 2005, Crane, 2002)
Este artículo constituye un desafío práctico a
las tendencias reduccionistas en nuestro pro-
pio campo, y un llamamiento a la utilización crí-
tica y coherente del pensamiento sistémico de
base, tal y como recomienda por ejemplo Sluz-
ki (2007), quien ha promovido una integración
sistémica de los aspectos bio-psico-sociales en
su enfoque del trabajo con familias. Se presen-
ta la Técnica del EMDR (Eye Movement Desen-
sitisation and Reprocessing) integrada dentro
de un protocolo de Terapia Sistémica y Fami-
liar, el modelo Fásico, como procedimiento
preferido a la hora de trabajar con situaciones
emocionales difíciles y traumáticas.
EL EMDR como técnica
El EMDR empezó como una técnica innovadora
para la reducción de ansiedad en el manejo de
experiencias traumáticas. Su creadora, Fran-
cine Shapiro, había investigado los efectos de
una única sesión en el tratamiento de personas
que sufrían lo que se conoce como “síndrome
por estrés post-traumático”. La presentación
en sociedad y” puesta de largo “de esta técnica
en 1989 satisfizo plenamente los criterios cien-
tíficos modernos, con asignación aleatoria de
los pacientes y grupo de control. Desde las apli-
caciones iniciales, el EMDR ha experimentado
una expansión espectacular, para actualmente
empezar a ser considerado un Modelo Psicote-
rapéutico por si mismo (Shapiro, 2002).
La base teórica de este procedimiento es
el Procesamiento de Información Adaptati-
MOSAICOnúmero 42
vo, (AIP, Adaptive Information Processing),
un modelo neurobiológico funcional. Según
el AIP, cada experiencia crea redes neurona-
les nuevas a la vez que se integra en redes
neuronales pre-existentes. Las experiencias
perturbadoras, en cambio pueden crear redes
neuronales que no se procesan y que no se
integran en las pre-existentes. Estas redes
“traumáticas” son el origen de la psicopato-
logía, y del sufrimiento emocional posterior.
(Shapiro, 2007). La técnica de EMDR permite
re-estructurar e integrar las redes neuronales
asociadas al trauma inicial, a través de una
integración bilateral (en el hemisferio derecho
e izquierdo del cerebro), utilizando la estimu-
lación en el presente conjuntamente con el
material recordado del/a cliente.
Es evidente que en muchas situaciones trau-
máticas, hay aspectos del procesamiento de
la información que no son accesibles a la con-
ciencia. Esta falta de integración se modifica
a través de las sesiones de estimulación bilate-
ral. “El cerebro tiene capacidad de curarse de
recuerdos, emociones y creencias intangibles,
al igual que el cuerpo puede curarse de le-
siones físicas. Va a hacerlo espontáneamente,
cuando los obstáculos para la curación sean
removidos” (Grant, 2006).
Todo movimiento bilateral alternante (el ocu-
lar, el auditivo, el táctil) afecta al cerebro, en
algunos casos estimulando, en otros relaján-
dolo. En el procedimiento del EMDR, el/a te-
rapeuta invita al cliente que siga al dedo
que mueve delante de sus ojos de derecha a
izquierda de manera regular (como si fuera un
parabrisas, pero en línea recta). El/a cliente
tiene que seguir este movimiento sin mover la
cabeza, solo con los ojos. Muchos terapeutas
utilizan la estimulación bilateral auditiva (a
través de auriculares que emiten tonos alter-
nando derecha e izquierda) o táctil (tocando
las manos de sus clientes) Los resultados de
la estimulación son independientes de la mo-
dalidad, y se prefiere aplicar aquella forma
que prefiere el/a cliente específico/a.
Mientras se aplica esta estimulación en el pre-
sente, siguiendo un protocolo elaborado a tal
fin, el/a cliente tiene la consigna de recordar
e imaginar los acontecimientos dolorosos y
traumáticos del pasado. Puede hablar tanto o
tan poco como desea durante la estimulación.

El/a terapeuta se limita a acompañarle en el
proceso de la elaboración del recuerdo, ape-
nas habla, y solo lo hace en las pausas entre
las estimulaciones, no interpreta o redefine,
simplemente estimula y anima a “ver lo que
ocurre”. El proceso se considera “interno” al
paciente, relativamente independiente del/a
terapeuta. Los primeros efectos espectacu-
lares del EMDR a gran escala se dieron con
tratamientos de veteranos de guerra con sín-
dromes de estrés postraumático severo. Más
recientemente, sobre todo después de los su-
cesos del 11 de Septiembre de 2001 y otros
ataques terroristas, el EMDR ha sido recomen-
dada como tratamiento de elección por la APA
(American Psychological Association) para el
estrés postraumático.
Se ayuda al/a cliente en 3 grandes
áreas:
1º Averiguar y modificar los estímu-
los que desencadenan el malestar en
la actualidad. 2º Descubrir qué ex-
periencias iniciales están en la base
del sufrimiento actual y 3º cómo
construir las experiencias positivas
que se necesitan para dar los pasos
necesarios hacia el cambio vital que
se desea.
El procedimiento de 8 pasos del
EMDR
La estimulación bilateral es una técnica indivi-
dual: en la interacción participa el/a terapeuta
y el/a cliente. Aunque se aplica dentro de un
proceso de terapia familiar, la estimulación se
llevará a cabo preferentemente de forma dual,
aunque en algunos casos se pueden realizar
en presencia de otros miembros de la familia.
Especialmente en Terapia de Pareja, se ha uti-
lizado la estimulación individual en presencia
del conyugue. El proceso completo de la ela-
boración de los contenidos emocionales cons-
ta de 8 pasos (Shapiro, 2001):
1 Historia del paciente, evaluación y selec-
ción de los temas a procesar. Es eviden-
te que en un tratamiento integrado en un
proceso de terapia familiar, parte de la
historia pertenece a la memoria colectiva
17
de la familia (por ejemplo, el fallecimien-
to repentino de la abuela en presencia del
nieto). Sin embargo, en la elaboración de
un tema específico, es el/a paciente indi-
vidual quien guía la colección adicional de
situaciones difíciles (en el ejemplo men-
cionado anteriormente, el chico consultó
después de haber sido expulsado sin razón
de su equipo de futbol, de manera injusta
y arbitraria, por su entrenador). La exposi-
ción a la técnica bilateral suele tener efec-
tos positivos muy rápidos para situaciones
traumáticas leves a moderadas. Personas
severamente traumatizadas y lastimadas
necesitan tratamientos prologados e inten-
sos. (Grand, 2006)
2 Preparación del paciente y de sus familiares,
mediante psicoeducación. Se introduce al/a
cliente y a sus familiares mediante bibliote-
rapia y explicaciones teóricas en el modelo.
Además, se elabora lo que se llama “el lugar
seguro”, un recurso de estabilización y tran-
quilidad. Consiste en la evocación de una
situación de tranquilidad y alto bienestar
emocional, que se refuerza con la técnica
de estimulación bilateral y sirve como “refu-
gio” a lo largo del proceso terapéutico.
3 Medición: El/a cliente elige un tema o “dia-
na” para el trabajo. Es un aspecto preocu-
pante del pasado o presente, y suele incluir
recuerdos importantes negativos asociados a,
por ejemplo, la sensación de ser castigado
injustamente, perder el control etc. Se ela-
bora una “lista negra de situaciones diana”:
situaciones que evocan el mismo patrón de
sensaciones en el recuerdo. Después de ela-
borar la lista, se ordena de menos a más anti-
guo, y de menos a más doloroso. Se seleccio-
na una imagen mental asociada al recuerdo
más antiguo o su parte más dolorosa como
“pantalla mental”. Es aquello que aparece
a la pregunta: ¿que ves en tu mente cuando
piensas en lo peor de esta experiencia? (en
el caso del chico mencionado fue la imagen
de la evacuación de la abuela a través de una
ventana por parte de los bomberos). Una vez
identificada la imagen perturbadora (pantalla
mental) se identifica la cognición negativa
asociada a esta imagen. Esta cognición ne-
gativa, irracional y /o distorsionada, puede
contener elementos de culpa (fue por mi
Monográfico
18
culpa), de control (si hubiera hecho otra cosa
no hubiera pasado), de deficiencia (soy tonto
de no haberme dado cuenta que estaba muy
enferma). A continuación, se selecciona una
cognición positiva (un pensamiento que se
desea instalar), mas adecuada y adaptativa.
Por ejemplo: “hice lo mejor que pude”, “solo
era un niño”. Se evalúa tanto la intensidad
actual con la que el/a cliente siente las emo-
ciones negativas asociadas al recuerdo (en
una escala de perturbación ((SUD) de 0,
neutro, a 10, máxima perturbación), como la
validez de la cognición positiva (escala para
medir la creencia VOC: 1 totalmente falso – 7
totalmente verdadero). El/a terapeuta ayuda
a localizar las sensaciones corporales aso-
ciadas a la perturbación experimentada (por
ejemplo: el miedo aprieta la garganta, pesa
en el pecho, te revuelve el estómago, hace
latir el corazón etc.…).
4 Desensibilización. Se procede a la visua-
lización de la imagen pantalla y se evoca
la creencia negativa, aplicando tandas de
estimulación bilateral hasta que la pertur-
bación sentida (SUD) baja a 0.
5 Instalación de la cognición positiva. Se
procede con la estimulación hasta llegar a
una convicción personal de la veracidad de
la convicción. (VOC 7.)
6 Examen Corporal: reprocesamiento con es-
timulación bilateral de cualquier manifes-
tación somática residual del recuerdo;
7 Cierre: se verifica el estado del paciente y
se recoge el resultado del procesamiento,
identificando si se ha completado o se
necesita volver a reprocesar en una sesión
siguiente. En situaciones más traumáticas,
se necesitan varias sesiones para bajar a
los niveles deseados de SUD.
8 Reevaluación: al principio de la siguiente
sesión se vuelve a la situación, recuerdo o
evento tratado en la sesión anterior para
evaluar si quedan restos de perturbación.
Si el SUD permanece en cero y el VOC en
7, se procede elaborar el siguiente recuer-
do de la “lista negra” de situaciones o re-
cuerdos. Los pasos 3 al 8 se llevan a cabo
con cada uno de los elementos a trabajar
con reprocesamiento.
MOSAICOnúmero 42
Enfoque sistémico y Terapia
Familiar Fásica y su especial
afinidad al EMDR.
El enfoque de la Terapia Familiar Fásica es
un modelo integrativo e irreverente, creado
por Carole Gammer en los años 70 ( Kreuz
1993), en constante evolución a lo largo
de los últimos 30 años . El nombre “fásico”
viene del proceso habitual en este enfoque
sistémico, y que se caracteriza por 3 fases
interrelacionadas pero diferenciadas.
La Fase de Resolución focaliza en lo que
trae la familia o pareja como queja prin-
cipal o síntoma y se centra en disminuir
o hacer desaparecer aquellas pautas de
comportamiento que mantienen el nivel
de disfuncionalidad alto. Es en esta fase
inicial en la que habitualmente se utiliza
con mayor frecuencia la técnica adicional
de la estimulación bilateral, EMDR.
La Fase de Extensión, una vez logrado la
disminución del síntoma inicial, se ocupa
de la prevención de recaídas en la perso-
na identificada como paciente o cliente
y previene en lo posible el desarrollo de
síntomas en otros miembros de la familia.
En esta fase puede aplicarse ocasional-
mente el EMDR, cuando surge un nivel
de sufrimiento intenso en los temas de la
convivencia familiar que no estaban rela-
cionadas con los síntomas iniciales. Un
ejemplo serían por ejemplo los celos y la
rivalidad entre hermanos, que al tratarse
de forma focalizada, hacen aflorar recuer-
dos traumáticos en uno de los dos padres
de su historia familiar de origen.
La fase de Intimidad constituye un modelo
de terapia de pareja en si mismo. Si el
inicio de los contactos terapéutico ha sido
por un problema de los hijos, en esta fase
los hijos y su comportamiento dejan de ser
el foco y se trabaja con la intimidad psico-
lógica y sexual de los padres en su vertien-
te hombre y mujer. Si la demanda inicial
es ya de Terapia de pareja, el procedimien-
to de EMDR se aplica a los síntomas de
ansiedad presentes en las situaciones de
mayor conflicto conyugal.

A modo de epílogo:
Como contestar entonces a la pregunta inicial:
EMDR y Terapia Familiar (Fásica) ¿forman una
pareja perfecta, constituyen una unión de con-
veniencia, o finalmente son enfoques rivales?
El postulado sistémico considera el contexto
y las pautas de interacción y comunicación
con su interdependencia circular determinan-
te en el desarrollo y el mantenimiento de las
patologías o trastornos (comporta-) mentales.
El postulado inicial del EMDR no deja de ser
un modelo intrapsíquico, incluso cerebral, in-
dividual e lineal. Por lo tanto, esta técnica
es aparentemente contradictoria al postulado
sistémico. Sin embargo, a mi entender, se-
ría una “terrible simplificación” (Watzlawick,
1988) dejar de lado los avances de la neurop-
sicología actual. El efecto de las neuronas es-
pejo, descubierto por el italiano Giacomo Ri-
zzolati de la Universidad de Parma en 1996,
y las complejas regulaciones mutuas en las
relaciones de apego demuestran que “todo es
relacional”. Como dijo Michael White: “empe-
zamos como copias, para acabar como origi-
nales”. Hasta qué punto un terapeuta familiar
viva que la ampliación de sus conocimientos
teóricos y la práctica de esta potente herra-
mienta de intervención le hace dudar de sus
orígenes sistémicos, ya es una cuestión perso-
nal. Conozco terapeutas sistémicos que ahora
son EMDRistas casi exclusivos, pero también
conozco EMDRistas que no han “abando-
nado” su trabajo sistémico en absoluto. La
polarización entre lo individual y lo colectivo
son artefactos de una mundivisión, y parecen
tener su origen mas en nuestra (todavía) limi-
tada capacidad de integración, demostración
y comprensión de las interdependencias com-
plejas de los aspectos bio-psico-sociales, que
en la “realidad”. El relato de esta “realidad”
nunca dejará ser “inventada” por los que la
contamos, con o sin estimulación bilateral.
La fase de Intimidad
constituye un modelo de
terapia de pareja en si mismo.
19
REFERENCIAS
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Salud Mental y Atención Primaria de Salud.
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sabemos lo que creemos saber? Gedisa, Barcelona
Monográfico
20

MILAGROS MOLERO-ZAFRA. MARIÁN PÉREZ-MARÍN.

Psicóloga, Psicoterapeuta, Terapeuta de
Familia, Clínico EMDR.
Milagros.Molero@uv.es
Gabinete Síntest Psicólogos.
C) Callosa d’en sarrià nº 2A pta 4,
46007-Valencia.
Dra. Psicología, Psicoterapeuta, Terapeuta
de Familia, Clínico EMDR, Profesora univer-
sitaria.
Marian.Perez@uv.es
Departamento de Personalidad, Evaluación
y Tratamientos Psicológicos. Facultad de
Psicología. Universidad de Valencia. Avda
Blasco Ibañez nº 21, 46010-Valencia.

Adopción:
Un protocolo basado en EMDR,
terapia familiar narrativa
y la teoría del apego.
El objetivo de nuestro artículo es plantear un protocolo de abordaje
psicológico ante las dificultades que afectan a las familias con
problemas de adaptación en casos de adopción. Partiendo de la
perspectiva conceptual de la teoría del apego, intentamos promover
en estas familias una base de apego seguro, mediante el uso de
herramientas terapéuticas de la terapia familiar narrativa y el EMDR.

PALABRAS CLAVE: Adopción, apego, familia, terapia narrativa, EMDR.

Introducción permanecer en su propia familia. Para que se

La adopción es un tema actual, cuyo interés
crece progresivamente. Su vigencia social
resulta incuestionable si atendemos al incre-
mento exponencial de niños adoptados por
familias españolas, especialmente en adop-
ciones internacionales
La Ley de Adopción vigente en España con-
templa la adopción como un recurso de pro-
tección para aquellos niños/as que no puedan
cumpla este objetivo deben arbitrarse todos
los mecanismos necesarios que garanticen al
niño una familia capaz de asegurar las aten-
ciones propias de la función parental (aten-
ción, desarrollo y educación).
Los niños adoptados pueden sufrir trastornos
como cualquier otro niño, ahora bien, sus ex-
periencias de vida anteriores pueden afectar
en mayor grado su desarrollo emocional, so-
cial y familiar. Los factores de riesgo consti-
tuyen así elementos orientadores acerca de la

MOSAICOnúmero 42

posible aparición de problemas en el futuro,
siendo los más significativos (Varios autores,
2007 y 2008):
Factores biológicos (exposición prenatal a
drogas, transmisión de sida u otras enfer-
medades, bajo peso al nacer, falta de cui-
dados y de asistencia de la madre durante
el embarazo y parto y déficits nutriciona-
les y sanitarios del bebé). Sólo entre el
20-25% de los adoptados internacionales
manifiestan algún tipo de patología físico-
médica, la mayoría solucionables con un
buen seguimiento médico y sobre todo con
un adecuado apoyo de la familia en la que
hayan sido acogidos.
Factores psicológicos y sociales (caracterís-
ticas del menor como temperamento, edad
en la adopción, acogimientos previos e his-
toria anterior, especialmente antecedentes
de maltrato y contexto familiar de origen;
las expectativas de los padres adoptivos,
sus motivos y pautas de comunicación,
afecto y educación). El abandono afectivo
que en muchos casos han sufrido estos ni-
ños, puede causar problemas emocionales
o de relación y falta de estímulo para su
desarrollo psicomotor.
La vivencia de una relación afectiva sólida en
la infancia está asociada a una alta probabi-
lidad de crear relaciones saludables con los
demás en la edad adulta, en cambio, un apego
pobre con la madre o el padre (biológicos y/o
adoptivos) se relaciona con numerosos proble-
mas emocionales y conductuales a medio y
largo plazo (Punset, 2008).
21
La Familia como fuente de
seguridad
Cuando una persona está integrada en un gru-
po no quiere decir que comparta sus actitudes,
valores, ni que esté identificada con él. El gru-
po de integración es al que el sujeto está inscri-
to o al que pertenece como miembro. El grupo
de referencia es aquel con cuyos objetivos nos
identificamos (seamos o no miembros de él).
Siguiendo a Neuburger (2003) “la relación
de pertenencia puede ser definida como un
“compartir” con otros unos valores, creencias,
objetivos, unos intereses que crean una co-
munidad real y/o psicológica. El efecto de la
pertenencia es, entre otros, el de crear solida-
ridad, lealtad entre los miembros del grupo.
Es el mundo de la identidad.”
Nuestro artículo pretende aportar herramien-
tas terapéuticas para ayudar, a las familias
que adoptan, en el proceso que acompaña la
configuración de la identidad familiar desde
un marco legal de grupos de integración ha-
cia una identidad intrapsíquica de grupo de
referencia-pertenencia.
Las experiencias vinculares durante la infan-
cia, influyen significativamente en la capa-
cidad para formar relaciones íntimas y emo-
cionalmente saludables. Asimismo, para la
formación y cambio de actitudes a lo largo de
nuestra vida, van a ser fundamentales nues-
tros grupo de referencia, siendo la familia uno
de los más importantes (López et al., 1999).
La empatía, el afecto, el deseo de compartir,
el inhibirse de agredir, la capacidad de amar
Monográfico
22
y ser amado y un sinnúmero de características
de una persona asertiva, operativa y feliz, es-
tán asociadas a las capacidades medulares de
apego formadas en la infancia y niñez tempra-
na (Punset, 2008).
Las teorías del apego de Bowlby (1969, 1973,
1980) y Ainsworth (1978) señalan como los
trastornos surgen porque la persona ha sufrido
adversidades serias en su vida de relación.
El cómo la persona cuenta o narra su histo-
ria refleja los mecanismos de defensa que
usa para manejar las ansiedades ligadas a su
historia personal y el grado de resolución de
los duelos. Estas narrativas están relacionadas
con nuestro rol en la familia de origen (biológi-
ca y/o adoptiva) y el legado que la misma nos
deja a nivel afectivo y relacional y que confi-
gura nuestra identidad.
Con nuestra propuesta de protocolo terapéu-
tico, combinando EMDR y la terapia familiar
narrativa, pretendemos ayudar a las familias
que han adoptado a un hijo a crear entornos
de seguridad adquirida.
Las personas con “seguridad adquirida” son
aquellas que han crecido en un grupo familiar
de apego estable, continente, o los que han
tenido experiencias difíciles en la niñez pero
muestran resiliencia y madurez afectiva. Tuvie-
ron una base sólida antes de las dificultades
o bien contaron con figuras de apego secun-
darias sustitutivas que les ofrecieron modelos
seguros de vinculación afectiva. Tienen una
buena autoestima, ven a los demás como bien
intencionados y son abiertos a vincularse emo-
cionalmente. Tienen facilidad para recordar su
pasado y son capaces de integrar recuerdos
autobiográficos con una perspectiva positiva
de su vida, aunque también puede darse que
hablen de experiencias adversas pero con un
pensamiento reflexivo sin mecanismos defen-
sivos (Lopez et al., 1999; López, 2003)
Su narrativa relacional es: “Me es relativa-
mente fácil mantener una relación de intimi-
dad emocional. Me siento bien vinculándome
con los demás y teniendo a otras personas que
se vinculan a mí. Yo no estoy preocupado por
la posibilidad de quedarme solo o porque los
demás me acepten” (Bartholomew y Perlman,
1994; Hazan y Shaver, 1987).
MOSAICOnúmero 42
Cuando existe abandono o negligencia emocio-
nal severa en esta primera infancia, las con-
secuencias para el niño pueden llegar a ser
devastadoras. Los niños que no han ido emocio-
nalmente estimulados y nutridos pueden perder
su capacidad de formar relaciones significativas
para el resto de sus vidas (Punset, 2008). En
este sentido, son particularmente importantes
las actuaciones preventivas en las familias que
adoptan, como un elemento de protección al de-
sarrollo posterior de posibles patologías.
Familia y Adopción
“La adopción de padres e hijos es mutua. Al
igual que la adopción del niño por los padres
está supeditada a la posibilidad de que estos
le otorguen un lugar en el deseo que antes
ocupó un hijo imaginario, así la adopción de
los padres por el niño está supeditada a su ca-
pacidad de otorgarles el lugar de padres que
los padres biológicos han dejado señalado,
marcado. En ambos casos, debe elaborarse y
producirse antes una renuncia, una aceptación
de una pérdida, una despedida de unos padres
que fueron pero que no son y de un hijo que
pudo ser pero que no fue. Esto nos lleva a ver
cómo aceptan los padres la diferencia entre lo
que esperaban que el niño les diera y lo que les
da. La capacidad del niño para adoptar a sus
padres está determinada por la superación del
problema de abandono. El abandono es una
forma de maltrato que puede incluir: el aban-
dono físico, el afectivo, el maltrato físico y psi-
cológico y la agresión sexual” (Varios fragmen-
tos de “Hijos del corazón-Guía útil para padres
adoptivos” Reguilón y Angulo, 2006)
La mayoría de los niños no entienden el sig-
nificado de lo que implica ser adoptado hasta
los 5 ó 7 años, e incluso a esta edad su en-
tendimiento es bastante limitado (Brodzinsky,
Singer & Braff, 1984)
Parece que la edad en que los niños adopta-
dos comienzan a entender de un modo más
completo el significado de la adopción es a los
8 años (Singer et al. 1982). A partir de esta
edad, muchos experimentan un sentimiento
de ambivalencia sobre el hecho de ser adop-
tados. Al mismo tiempo, numerosos profesio-
nales de la salud mental comentan en sus es-
tudios (Brinich, 1980; Brodzinsky, 1987) que

a partir de esta edad se incrementan en estos
niños la ira, la agresión, la conducta de oposi-
ción, la falta de comunicación, la depresión y
los problemas de identidad.
Brodzinsky (1987) sugirió que desde los ocho
años, muchos niños adoptados entran en un
proceso de pérdida adaptativa en respuesta al
reconocimiento de que han perdido algo im-
portante. Conforme el niño entra en la adoles-
cencia, este sentimiento de pérdida puede ser
más profundo, asociándose a los problemas
propios de la adolescencia, especialmente el
de la emergencia de la propia identidad.
Los hijos adoptivos se tienen que enfrentar
a tareas psicológicas diferentes de los niños
que crecen con sus padres biológicos. En
primer lugar se enfrentan a la construcción
de un nuevo vínculo afectivo con sus nuevos
padres, y por otra parte deben además tomar
conciencia de su origen de adoptado, lo que
lleva consigo llegar a comprender que tienen
dos clases de padres diferentes y enfrentarse
con el sentimiento de abandono de los padres
biológicos, así como a los elementos de re-
chazo y abandono que ello comporta. También
se enfrentan a la formación de su identidad
(Infanzón et al., 2009).
Estas tareas nos conducen a áreas en las que
los niños adoptados y sus familias pueden ser
vulnerables, y ante las que tenemos que estar
particularmente atentos como profesionales.
Estas áreas son (Infanzón et a., 2009): a)
La regulación de las emociones; b) El desa-
rrollo del vínculo afectivo; c) El desarrollo de
la identidad; d) La calidad de las relaciones
personales; e) La adaptación a los nuevos
23
La mayoría de los
niños no entienden el
significado de lo que
implica ser adoptado
hasta los 5 ó 7 años,
e incluso a esta edad
su entendimiento es
bastante limitado
sistemas de referencia (p.e: familia adoptiva,
iguales, escuela…).
La pérdida que sufren estos niños les gene-
ra estrés e incrementa su vulnerabilidad ha-
cia problemas emocionales y conductuales
(Bloom-Feshbach & Bloom-Feshbach, 1987).
La investigación demuestra que cuando los
niños empiezan a entender su condición de
adoptados, dedican una gran cantidad de
tiempo a fantasear sobre sus padres naturales
y las circunstancias de su abandono (Brodzin-
sky 1998). Se formulan un montón de pre-
guntas sobre su origen, historia e identidad.
En nuestro protocolo, mediante el EMDR y las
técnicas de terapia narrativa, trabajamos con
estas preguntas mediante el reprocesamiento
de las experiencias traumáticas, de las pérdi-
das asociadas, la configuración de identidades
de pertenencia, la vinculación desde el apego
estable y la seguridad adquirida.
A+E+F: Un buen combinado
terapéutico
El EMDR (Eyes Movement Desensitization and
Reprocessing) es una psicoterapia integrada re-
conocida por la APA desde 1998 como método
eficaz para el tratamiento del trauma. Permite
acceder a los sucesos vitales perturbadores, los
disparadores actuales y las experiencias futu-
ras proyectadas y reprocesarlas con una reso-
lución adaptativa (Shapiro, 2001). Trabaja con
todos los aspectos de la experiencia traumáti-
ca, incluyendo imaginación, creencias, afecto y
sensaciones corporales, empleando también la
estimulación dual de la atención.
Monográfico
24
El reprocesamiento conseguido con los even-
tos diana, se traduce en cambios positivos en
el afecto, creencias, sensaciones corporales y
otros indicadores de la memoria. Se aprende
la utilidad de la experiencia temprana que
emerge, se almacena la emoción apropiada y
se encamina de forma adecuada al paciente
en el futuro. El protocolo del tratamiento com-
pleto involucra dianas de eventos pasados,
presentes y futuros.
El EMDR puede utilizarse perfectamente in-
tegrado en el proceso de una terapia familiar
(Kaslow et al., 2007), empleándolo para que
el individuo o los individuos que han sufrido
directamente situaciones traumáticas puedan
resolver los síntomas que están provocando un
estrés y sufrimiento adicional al proceso nor-
mal de adaptación a la adopción que afecta a
toda la familia.
La familia en las situaciones de adopción debe
responder a cambios internos y externos para
poder encarar nuevas circunstancias sin perder
la identidad. El sentimiento de la identidad de
cada familiar se encuentra influido por su sen-
sación de pertenencia a una familia específica.
Las vivencias perturbadoras por parte de al-
gún miembro de la familia, además de generar
malestar en la persona que la padece directa-
mente, también genera altos niveles de sufri-
miento en el resto de la familia, generando el
sistema movimientos más o menos funciona-
les para ayudar a la persona y superar como
sistema lo ocurrido (Shapiro et al., 2007).
Basándonos en los protocolos de EMDR grupal
de Jarero y Artigas (Artigas et al., 2000, Jarero
et al., 1999) durante las sesiones individua-
les con niños muy pequeños y en las sesiones
grupales de familia, emplearemos “el abrazo
de la mariposa” como método de estimula-
ción bilateral en cada uno de los miembros
(en el “abrazo de la mariposa” el niño cruza
los brazos y se da golpecitos alternantes en
los hombros). Usaremos además dibujos, es-
cudos, historias y lemas familiares ligados a la
expresión de las dianas perturbadoras, como
herramientas de externalización de la viven-
cia traumática y como medida de control del
reprocesamiento adaptativo de la experiencia
tras los sets de estimulación. Las sesiones de
terapia familiar permiten a los padres llegar a
comprender los sentimientos de los hijos y ser
capaces de calmarlos y guiarlos. Cuando los
MOSAICOnúmero 42
padres ofrecen empatía a sus hijos y les ayu-
dan a enfrentarse a las emociones negativas
(ira, tristeza, miedo) se crean lazos de lealtad
y de afecto entre padres e hijos. La obediencia
y la responsabilidad fluyen entonces con mayor
naturalidad desde el sentido de conexión que
se crea entre los miembros de la familia. Para
los hijos la inteligencia emocional se traduce
por la habilidad de controlar los impulsos y la
ansiedad, tolerar la frustración, motivarse a sí
mismos, comprender las señales emocionales
de los demás y mantener el equilibrio durante
las épocas de cambios (Punset, 2008)
El modelo de la Terapia familiar fásica -TFF-
(Gammer y Kreuz, 1993; Kreuz, 1989) con el
que nosotros trabajamos pertenece a los enfo-
ques multidimensionales dentro de las escuelas
sistémicas. El terapeuta fásico parte de la inte-
racción de los miembros de la familia en el pre-
sente, pero no trabaja sólo con esta fuente de
información para iniciar el cambio terapéutico.
El modelo consta de tres fases que se repre-
sentan como círculos concéntricos: resolu-
ción, extensión e intimidad.
Fase de resolución. La integración de las
técnicas de EMDR en el modelo de trabajo
de la TFF con las familias adoptivas la si-
tuaríamos, en primer lugar, dentro de esta
fase de resolución del síntoma. El objetivo
fundamental es reducir en el menor tiempo
posible la sintomatología que presenta el
paciente identificado y como ésta afecta a
la vida cotidiana familiar.
Dado que en esta fase inicial se exploran
las estructuras y relaciones de la familia
(combinando sesiones individuales y fami-
liares), los eventos traumáticos a procesar
con EMDR surgirán a lo largo de este traba-
jo. Del mismo modo, el análisis de la crisis
que presenta la familia adoptiva nos apor-
tará el material base para establecer pos-
teriormente si será únicamente el paciente
identificado el que se pueda beneficiar de
la técnica de reprocesamiento, o bien al-
gún otro miembro de la familia puede ser
incluido también en los protocolos indivi-
duales de EMDR en fases sucesivas.
En esta fase, las metas terapéuticas a tra-
bajar con los niños adoptados serán: Re-
ducción de los síntomas, procesar los sen-

timientos de abandono y de integración en
su nueva familia, reconciliación con su his-
toria y sus orígenes, elaborar su identidad
(de dónde vengo, quién soy, dónde estoy,
hacia dónde voy).
Para ello realizaremos sesiones individua-
les de EMDR con los niños y aplicaremos
el protocolo de trabajo de apego de Carol
Crow (2008) basándonos en el cuento
“érase una vez”:
Erase una vez un niño llamado … que na-
ció en … hace … años. Lo que le pasó fue
que …..(acontecimiento perturbadora).
Ahora cuando piensa en esto lo que re-
cuerda/ ve es … (imagen perturbadora) y
esto le hace pensar que él es … (cognición
negativa). Hubiera sido tan maravilloso si
él hubiera sabido que … (cognición positi-
va) y esto ahora se lo cree … (un poquito,
apenas, mucho-validación de la cognición
positiva). Lo que le pasó ahora le hace sen-
tir ….(emoción), y siente que esto es… (lo
peor que le ha pasado, algo un poco malo,
algo intermedio, algo un poco bueno-Medi-
da del SUD) y esto lo siente en su cuerpo
en … (exploración corporal).
Tras el reprocesamiento con EMDR partien-
do del cuento “érase una vez” volvemos a
construir un cuento con los niños para ayu-
dar a consolidar su vida familiar e identi-
dad actual, como instalación de recursos.
Tras crearla la instalamos con varios sets
de estimulación bilateral. Así, la nueva his-
toria tendría como consignas:
Hola …. (madre o padre biológico o am-
bos). Ahora vivo en …. Yo tengo …. (ele-
mentos de su vida actual, amigos, perro,
etc) Me gusta mucho …. Tengo una mama
y un papa. No te recuerdo/Nunca te conocí
pero quiero darte las gracias por …..().
En esta fase de resolución llevaremos a
cabo también sesiones familiares con el
subsistema de padres en las que traba-
jaremos las siguientes dimensiones tera-
péuticas: cohesión familiar (autonomía,
dependencia, límites, compromiso), co-
municación familiar y adaptabilidad fami-
liar (flexibilidad, recursos y estrategias de
afrontamiento, dinámicas de poder, reglas
de interacción, funciones y responsabilida-
des familiares).
En estas sesiones familiares se analizarán y
25
fomentarán aspectos como: las pautas de
reforzamiento-extinción de los padres ante
los síntomas de sus hijos, la prevención o
disminución de comportamientos disfun-
cionales en los miembros de la familia, la
comunicación de emociones y peticiones de
cambio, el establecimiento-mantenimiento
de reglas y límites familiares saludables.
Fase de extensión. En la segunda fase de
tratamiento, la fase de extensión, emplea-
remos activamente técnicas de terapia na-
rrativa junto con el EMDR.
La meta será trabajar con los niños y sus
padres sobre su adaptación al proceso de
adopción. Nuestro objetivo será prevenir la
reaparición de síntomas y la aparición de
nuevos síntomas, trabajar los vínculos de
apego seguro y mejorar la narrativa familiar
acerca de la historia de adopción y de crea-
ción de la nueva identidad familiar. En las
sesiones, ahora con todos los miembros de
la familia, ahondaremos en las dimensio-
nes de cohesión, comunicación y adapta-
bilidad familiar.
Utilizaremos tanto las técnicas narrativas
de terapia familiar (Payne, 2001) (escudo
familiar, lema familiar, elaboración de una
historia familiar conjunta) como el EMDR
a nivel grupal para instalar recursos en los
miembros de la familia y crear un sentido
de identidad y de vinculación emocional
estable y compartida como sistema.
Así, en sesiones familiares, construiremos
la historia familiar y el escudo familiar con
su lema, con la participación de todos los
miembros de la familia. Usando estas cons-
trucciones como base emplearemos sets de
estimulación bilateral mediante el abrazo
de la mariposa. El objetivo será instalar la
identidad familiar como un lugar seguro.
La historia familiar contendrá los siguien-
tes elementos: Niño: De dónde vengo. Pa-
dres: De dónde venimos. Familia: Cuándo y
cómo nos conocimos. Familia: Qué pensa-
mos sobre nosotros ahora. Familia: Hacia
dónde vamos todos juntos.
En el escudo familiar, cada miembro de la
familia pensará cual es el mejor elemento
que los representa a ellos mismos y a la
familia. Todos colaborarán dibujando, colo-
reando, cortando y pegando los elementos
Monográfico
26
del collage. Durante el reprocesamiento
con el escudo cada miembro de la familia
elegirá un lema que represente el escudo
familiar, este se usará como anclaje de la
familia como un lugar seguro.
Tras la elaboración de estos elementos na-
rrativos y usándolos de base, toda la fami-
lia realizará sets de estimulación mediante
el abrazo de la mariposa.
Fase de intimidad. Esta fase tiene relación
con el papel central que se le da a la pareja
de padres de la familia en este modelo te-
rapéutico. Su relación imprime el estilo re-
lacional de toda la familia y consigue darle
al conjunto familiar un clima determinado.
Así, una vez finalizada la fase anterior, se
despide a los hijos y se inicia un trabajo
orientado en la vida de pareja.
Evidentemente, uno de los retos del presen-
te protocolo, será conseguir una adecuada
integración del EMDR dentro del sistema
familiar y del sistema terapéutico y enlazar
sus resultados con la propia dinámica sis-
témica de la terapia de familia.
Conclusiones
Cuando se transforma la estructura de la fa-
milia, como sucede en las situaciones de
adopción, se modifican consecuentemente las
posiciones y experiencias de los miembros en
ese grupo. La Terapia Familiar trata de modi-
ficar el equilibrio de la relación problemática
entre los miembros de la familia, a fin de faci-
litar nuevas formas de relación.
Ante procesos como los implicados en los ca-
sos de adopción, suele ser primordial que estas
familias implanten algún tipo de vinculación
emocional que sea confortable y funcional, y
que les permita crear unos lazos y una iden-
tidad familiar que les proporcione un marco
seguro desde el que afrontar las dificultades
que puedan surgir en la dinámica familiar.
Empleando el EMDR y las técnicas narrativas
podemos dinamizar, movilizar y asentar cam-
bios en las familias. Sacar a la luz y trabajar
en sesión, de una forma activa, elementos de
cohesión y adaptación familiar que están con-
figurando la realidad familiar actual, trabajar
con el pasado, el presente y la expectativa de
futuro familiar, identificar, modelar e imple-
MOSAICOnúmero 42
mentar cambios necesarios en la forma, la co-
municación y la estructura familiar.
En psicoterapia, las técnicas narrativas y de ex-
ternalización, entre las cuales se encuentra el
escudo y lema familiar y la historia de apego,
tienen a la base la idea de usar un elemento
simbólico como un vehículo que permite a los
individuos (tanto a nivel particular como inmer-
sos en su sistema de origen), transformar la
definición que hacen de ellos mismos y de sus
circunstancias vitales (Beyebach y Rodríguez,
1994). Implican un proceso para “sacar fuera”
de la persona un elemento o cualidad, que de
esta manera se transforma tomando una nueva
entidad (White y Epston, 1993; White, 2002).
En este sentido, el cuento de apego, la his-
toria, el lema y escudo familiar permiten con-
vertir las dificultades en una entidad indepen-
diente, externa a los miembros de la familia.
Desde ahí pueden trabajar/analizar desde una
nueva perspectiva como ésta les afecta a ellos
como personas y a su familia como sistema,
construyendo entre todos un sentido de identi-
dad familiar. Esta transformación permite a las
personas metacomunicar sobre las dificultades
que están afrontando, luchar contra ellas, ver-
las desde una nueva perspectiva que les per-
mita movilizar más y mejor sus recursos.
En psicoterapia, las
técnicas narrativas y de
externalización, entre las
cuales se encuentra el escudo
y lema familiar y la historia
de apego, tienen a la base
la idea de usar un elemento
simbólico como un vehículo
que permite a los individuos
Los protocolos de intervención familiar como el
presentado por nosotros permiten trabajar las
siguientes áreas, haciendo mayor hincapié en
unas u otras en función de las necesidades de
cada familiar y de la familia en su conjunto:
Crear un significado de la experiencia que
se está viviendo.
Fortalecer valores, conceptos, tradiciones
familiares y legitimar la nueva identidad
familiar como un lugar seguro.
 27

Contribuir al desarrollo adecuado de cada Potenciar el manejo de las pérdidas asocia-

miembro de la familia.
Manejo y expresión de sentimientos y emo-
ciones.
Establecer canales de comunicación ade-
cuados.
Movilización de recursos y habilidades de
afrontamiento: entrenamiento y participación
en las tareas y decisiones terapéuticas res-
pecto del paciente identificado y la familia.
das a la situación estresante para prevenir
procesos de duelo patológicos.
Tratar las posibles patologías que desarro-
lle alguno de los miembros de la familia.
Negociar la compatibilidad entre planes vi-
tales de todos los miembros de la familia y
los cambios originados por el suceso.
Vincular a la familia con redes de apoyo.

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Monográfico
28

MILAGROS MOLERO-ZAFRA. MARIÁN PÉREZ-MARÍN.

Psicóloga, Psicoterapeuta, Terapeuta de Dra. Psicología, Psicoterapeuta, Terapeuta
Familia, Clínico EMDR. de Familia, Clínico EMDR, Profesora univer-
Milagros.Molero@uv.es sitaria.
Gabinete Síntest Psicólogos. Marian.Perez@uv.es
C) Callosa d’en sarrià nº 2A pta 4, Departamento de Personalidad, Evaluación
46007-Valencia. y Tratamientos Psicológicos. Facultad de
Psicología. Universidad de Valencia. Avda
Blasco Ibañez nº 21, 46010-Valencia.

El duelo, la familia,
el trauma y el EMDR:
Análisis de un caso clínico
El objetivo de este artículo es mostrar como el acercamiento
terapéutico del EMDR puede integrarse en la terapia familiar y
narrativa, favoreciendo y potenciando su poder para restablecer el
proceso de duelo. Para ello, presentamos el análisis de un caso de
duelo complicado, tratado con un protocolo de EMDR e incluido en un
proceso terapéutico de terapia familiar y narrativa.

PALABRAS CLAVE: Duelo, trauma, familia, terapia narrativa, EMDR.

Introducción dad de vida, mientras otras tienen capacidad

En terapia familiar trabajamos con familias
que sufren por sucesos vitales más o menos
estresantes y, en algunos casos, vividos como
perturbadores que pueden suponer para la per-
sona o la familia un trauma mayor o bien ser un
trauma relativamente menor pero que también
genera sufrimiento en el sistema familiar.
La enfermedad, la discapacidad y la muerte
son experiencias universales que ponen a las
familias frente a uno de los mayores desafíos
de la vida. El efecto de una pérdida se hace
sentir en todo el sistema familiar: todos los
miembros de la familia se ven afectados. Al-
gunas familias sufren un deterioro en su cali-
de adaptación y superan la crisis.
La pérdida de un ser querido es un evento de
gran impacto emocional que afectando a todo
el sistema familiar, puede ser muy diferente
en el modo en que cada uno de sus miembros
perciba, interprete, afronte y se adapte a la
nueva situación tras la pérdida y las deman-
das por ella creadas. El fallecimiento de la
persona querida enfrenta a la familia con un
proceso emocional de duelo que afecta tanto
a la estructura familiar como a sus miembros
a nivel individual.
Los recursos familiares e individuales para
este proceso de transición psicosocial, así
como otras variables relacionadas con las con-

MOSAICOnúmero 42

diciones en las que se ha dado la muerte, el
rol del fallecido y la relación afectiva que se
tenia con él, van a determinar que el proceso
de duelo sea o no adaptativo.
Es frecuente que una pérdida no elaborada de
forma adecuada dé paso a problemas emocio-
nales e incluso trastornos psicopatológicos al
cabo de meses o incluso años; sin embargo,
un duelo adecuadamente elaborado mejora las
capacidades futuras para enfrentarse a las si-
tuaciones de pérdida, frustración o sufrimien-
to. La expresión tanto a nivel social como fa-
miliar y personal de emociones acompañando
a los sentimientos de pérdida, y la realización
de rituales que ayuden a elaborar el proceso
de adaptación a la pérdida, pueden evitar el
desarrollo de duelos patológicos y facilitar el
proceso de duelo.
Bowlby (1983) define el proceso de duelo
como el proceso psicológico que se pone en
marcha debido a la pérdida de una persona
amada, y que se muestra como una activación
de la conducta de apego. En su modelo este
autor identifica tres grupos de variables esen-
ciales en el duelo patológico: (1) Caracterís-
ticas personales de la persona que sufrió la
perdida, (2) Experiencias infantiles de la per-
sona que sufrió la pérdida y (3) Procesamiento
cognitivo de la pérdida (“Elaboración del due-
lo”). Con respecto a las características perso-
nales, Bowlby destaca que hay tres grupos de
personas vulnerables a desarrollar duelos pa-
tológicos: Aquellas que establecen relaciones
afectivas cargadas de ansiedad y ambivalencia
(apego ansioso); aquellas que establecen sus
relaciones afectivas a través de cuidar com-
pulsivamente a otros; y aquellas que afirman
de modo compulsivo su autosuficiencia e in-
dependencia respecto a los vínculos afectivos.
Estos tres grupos de personas, ante la pérdida
del ser querido, reaccionan con culpa y au-
tocríticas por el suceso, reacción prolongada
que produciría el duelo patológico.
Otro elemento fundamental a tener presente
en el proceso de duelo es el que introduce
Parkes (1972) que describe el duelo como un
proceso de transición psicosocial que lleva a
la persona a revisar y modificar su mundo in-
terno de presunciones y expectativas. Desde
este punto de vista, en los acontecimientos vi-
tales tanto esperados (relacionados con el ci-
clo vital) como inesperados (relacionados con
29
cambios vitales bruscos), hay un componente
de pérdida y ganancia. Así, los sucesos más
peligrosos para las personas son aquellos que
son duraderos en sus efectos, que requieren
que las personas revisen profundamente sus
creencias y formas de captar el mundo y, final-
mente, aquellos que sobrevienen sin tiempo
para la preparación. El duelo será más largo
y doloroso cuantas más y más importantes re-
glas se deban modificar. Es por ello que una
buena elaboración de los periodos que provo-
can las pérdidas a lo largo de la vida puede ser
vivida como un proceso de crecimiento perso-
nal enriquecedor.
Desde el modelo constructivista del trau-
ma (Sewell et al., 1996) se considera que
las personas otorgamos significado a los
acontecimientos y situaciones en función
de nuestras experiencias previas, gene-
rando nuevos constructos a medida que
se van viviendo nuevas experiencias, de
manera que se vincula la nueva situación
con las vividas previamente. Una expe-
riencia traumática como una pérdida sig-
nificativa, puede bloquear este proceso y
provocar que la situación traumática que-
de aislada y sin procesar en el entramado
de información adaptativa. La narrativa
organiza los acontecimientos y experien-
cias de la vida en forma de una historia y
proporciona coherencia mediante su en-
tramado, de modo que cuando la persona
experimenta el dolor, siente como si su
historia personal se interrumpiera, vivien-
do el suceso traumático y la vida después
del mismo como fragmentada y desorgani-
zada (Neimeyer y Stewart, 1996; Neime-
yer et al., 1997). Esta ruptura traumática
de la coherencia temporal de la narrativa
personal, provoca cambios significativos
en la visión acerca de uno mismo y del
mundo, que con frecuencia tienen con-
secuencias negativas en la validación de
estos (Worden, 1997).
Esta experiencia de ruptura o bloqueo la ex-
plica Ramón Bayes (2007) aludiendo a San
Agustín que señalaba que “son tres los tiem-
pos: un presente de las cosas pasadas, un
presente de las cosas presentes y un presente
de las cosas futuras… El presente de las cosas
Monográfico
30
idas es la memoria. El de las cosas presentes
es la percepción o la visión. Y el presente de
las cosas futuras, la espera”. En la vivencia
de la pérdida de un ser querido todo es pasa-
do, no importa el presente y nada se espera,
de manera que la persona vive en el pasado,
presentando preocupación obsesiva sobre el
fallecido que a menudo incluyen estrategias
para recuperar a la persona perdida, que suele
tomar la forma de pensamientos intrusivos o
imágenes del fallecido sufriendo o muriendo.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos del
proceso de duelo, el EMDR puede ser utiliza-
do dentro de un marco comprensivo para el
tratamiento de este proceso. Mediante él se
abordan los obstáculos que complican la ex-
presión de la aflicción y el proceso de duelo,
favoreciendo la recuperación de una narrati-
va funcional en la experiencia de la pérdida.
El EMDR facilita la emergencia de recuerdos
positivos del fallecido frente a los negativos,
favoreciendo la formación de una representa-
ción interna adaptativa de la perdida (Solo-
mon y Rando, 2007).
La premisa fundamental del modelo de proce-
samiento adaptativo de información (PAI) en la
que se basa la terapéutica de EMDR sería: la
perturbación que la persona sufre en la actuali-
dad es el resultado de un almacenamiento dis-
funcional de la información (Shapiro, 2001). El
procesamiento implica el forjar nuevas asocia-
ciones con información adaptativa proveniente
de otras redes de memoria disponibles para
vincularse en la red de memoria restaurando la
información disfuncional almacenada. Desde
este modelo, el duelo complicado se desarrolla
cuando los componentes individuales son tan
dolorosos, que se desarrolla una alta sensibi-
lidad cada vez que se reactiva un fragmento
del recuerdo y no se logra la integración. Los
fragmentos activados pueden competir por la
atención en la mente, haciendo que ésta vaya
de atrás para adelante entre dos o más aspec-
tos de la muerte. Esta falta de foco impide el
procesamiento de los fragmentos individuales,
como cuando el procesamiento de la pérdida
en si misma se desvía por el recuerdo de los
detalles de cómo la persona murió.
El procesamiento de los detalles de la muer-
te, en cambio, puede ser desviado por pensa-
mientos sobre como va a ser la vida sin esa
persona (Lazrove, 1996).
MOSAICOnúmero 42
El trauma produce un cambio en nuestro senti-
do del yo, en nuestro sentido del significado del
mundo, de su seguridad, de su racionalidad. Una
de las grandes fortalezas del EMDR es que es-
pecíficamente reconoce la necesidad de la rees-
tructuración cognitiva y sirve como vehículo para
reformular las cogniciones negativas en cognicio-
nes positivas. El proceso de duelo se ve facilitado
al resolver temas relacionados con la responsabi-
lidad, la seguridad presente y el control.
Es importante destacar que el EMDR no acorta
el proceso de duelo, que va a seguir su curso
normal, sino que ayuda a la persona a superar
los obstáculos y facilita su evolución y la reso-
lución eficaz del mismo.
El EMDR es un método que puede utilizarse
integrado en el proceso de una terapia familiar,
en la que el individuo o los individuos que han
sufrido directamente el evento estresante pue-
den resolver los síntomas que están provocando
un estrés y sufrimiento adicional al suceso para
toda la familia (Shapiro et al., 2007).
El objetivo de este artículo es mostrar cómo
el acercamiento terapéutico del EMDR puede
integrarse en la terapia familiar y la narrati-
va, favoreciendo y potenciando su poder para
restablecer el proceso de duelo en un curso
normal. Para ello, presentamos el análisis de
un caso de duelo complicado, tratado con un
protocolo de EMDR e incluido en un proceso
terapéutico de terapia familiar y narrativa.
Intervención en el proceso
de duelo: La terapia familiar
narrativa y el EMDR
Rando (1993) hace una diferenciación entre
los términos grief y mourning. El primero hace
referencia al proceso por el que se experimen-
tan las reacciones consecuentes a la propia per-
cepción de la pérdida, mientras que el segundo
incluye además un afrontamiento de la pérdida
a través de la reorientación del si mismo para
adaptarse al mundo sin el fallecido. Es desde
esta segunda concepción desde donde se plan-
tean los objetivos de nuestra intervención:
Desarrollar vínculos que conecten a la per-
sona con el fallecido en una nueva forma
de relación actual dada su ausencia. Aquí
se pone el foco sobre el ser querido que se
ha perdido.

Adaptación personal a la perdida. Aquí el
foco está sobre el doliente, implicando la
revisión de la visión del mundo y la propia
identidad que ha sido impactada por la vi-
vencia de la pérdida.
Aprender a vivir de forma adaptativa en el
nuevo mundo sin el fallecido. El foco se
pone en el mundo exterior y en cómo el
doliente existe en él.
Nuestro protocolo de trabajo con EMDR y te-
rapia familiar narrativa integra los objetivos te-
rapeutico del proceso de duelo -conseguir las
seis “R”- propuestos por Rando (1993):
1 Reconocer la perdida: tomando conciencia
de la muerte y alcanzando su comprensión.
2 Reaccionar a la separación: experimen-
tando el dolor; sentir, identificar, aceptar
y encontrar formas de expresión para las
reacciones psicológicas ante la pérdida.
3 Recordar y reexperimentar al difunto y la
relación que se tenía con él: revisando y
recordando a la persona de forma realista y
no con idealización; reviviendo y reexperi-
mentando los sentimientos.
4 Renunciar a los viejos vínculos con el falle-
cido y a la anterior visión del mundo.
5 Reajustarse al nuevo mundo de forma
adaptativa sin olvidar el anterior: revisar
la visión del mundo; desarrollar una nue-
va relación con el ausente; adoptar nuevas
formas de estar en el mundo; formar una
nueva identidad.
6 Reinvertir la energía en el presente y mirar
hacia el futuro.
Para la consecución de estos objetivos tera-
péuticos, utilizamos en el marco de la terapia
familiar las técnicas narrativas, la externali-
zación, la elaboración de rituales familiares y
el EMDR, que puede ser utilizado de forma
grupal con varios miembros de la familia o de
forma individual en alguno de los miembros
que presente síntomas de duelo complicado.
La estructura básica en ocho fases del EMDR
(véase el artículo anterior) se adapta a los obje-
tivos en el tratamiento del duelo propuestos por
Rando (1993) y presentes en nuestro protocolo
combinado de terapia familiar narrativa y EMDR:
1) Procesar los recuerdos pasados que se re-
lacionan con las circunstancias dolorosas ac-
tuales: aquí se incluyen elementos como el
momento de la muerte, hospitalizaciones, re-
cuerdos del funeral, o recuerdos dolorosos que
31
implican al fallecido; también pueden haber
recuerdos almacenados de forma disfuncional
que subyacen a las respuestas actuales hacia
la perdida (perdidas anteriores no resueltas,
traumas o elementos relacionados con el ape-
go y relaciones ambivalentes con el ausente).
2) Procesar los precipitantes presentes que
continúan estimulando el dolor y el afronta-
miento no adaptativo: situaciones actuales
donde se presentan o intensifican los sínto-
mas o momentos particularmente dolorosos
para la persona. 3) Desarrollar esquemas cog-
nitivos de futuro: esto implica la facilitación
del afrontamiento adaptativo en el presente y
la anticipación de futuras situaciones que la
persona vive como estresantes.
Presentación del Caso
Maria es una mujer de 33 años, soltera y que
combina su trabajo habitual en una empresa
de servicios con la finalización de sus estu-
dios de enfermería. Acude a terapia con su
hermana mayor que está casada y tiene dos
niñas de 9 y 12 años. Maria vive con su madre
de 57 años que está divorciada desde hace
20 años. El divorcio se produjo cuando las ni-
ñas eran adolescentes y la madre tiene una
relación muy ambivalente con su ex marido
que se casó de nuevo poco tiempo después
de la ruptura, con una mujer más joven. Du-
rante los primeros años tras el divorcio, las
hijas no tuvieron una buena relación con su
padre, pero ya de adultas hicieron el esfuerzo
de normalizar una relación con él y perdonar
el abandono familiar que sintieron. Hace un
año el padre presentó unos síntomas renales y
fue ingresado en el hospital para una interven-
ción quirúrgica. En el proceso de recuperación
postoperatoria se presentaron complicaciones
y estuvo en la UCI unos pocos días, fallecien-
do de forma no esperada por la familia y sin
que los médicos pudieran dar una causa clara
para la muerte.
La paciente presenta estado de ánimo depresi-
vo, con intensas ganas de llorar cada vez que
recuerda a su padre fallecido, evitando también
los sitios que le recuerdan a él y las cosas que
le gustaban. Desde hace un mes aqueja dolor
de pecho y taquicardias frecuentes. También
presenta problemas para dormir, con frecuen-
Monográfico
32
tes pesadillas y despertares frecuentes a lo lar-
go de la noche. Lleva muy mal el viajar (cosa
que antes disfrutaba mucho) y ha pasado de ser
una persona optimista y positiva a ser negativa
y de carácter irascible. La hermana refiere que
en casa no pueden mencionar al padre delante
de ella porque llora desconsoladamente y evita
ir a su casa porque ella tiene fotos del difunto
a la vista y esto le perturba mucho.
La paciente presenta un duelo complicado
que ha ido evolucionando de modo disfun-
cional con el paso del tiempo. A partir de un
hecho actual se ha intensificado la sintoma-
tología ansiosa, expresada como un estado de
estrés postraumático con evitación de estímu-
los internos y externos que puedan recordar
la pérdida. Presenta un esquema cognitivo
propio del duelo patológico, ligado a la rele-
vancia de la persona perdida y errores cog-
nitivos (maximización de recuerdos negativos
y minimización de recuerdos positivos; visión
catastrofista sobre lo mal que se pasa al recor-
dar al difunto, y culpa por haber realizado o
haber dejado de realizar ciertas tareas hacia el
difunto; e incluso culpa por haber experimen-
tado en vida sentimientos negativos hacia el
difunto, como enfado y rechazo).
Los factores que influyeron en el desarrollo del
duelo patológico son las circunstancias poco
claras alrededor de la muerte, la relación am-
bivalente de la paciente con el difunto por el
recuerdo del abandono en la separación y una
situación actual sin resolver en relación con el
testamento en el que el difunto deja a las dos
hijas el piso en el que vivieron hasta el divorcio,
pero que la actual esposa del difunto está re-
clamando mediante un proceso judicial.
Durante el primer año tras el fallecimiento,
Maria no presentó las reacciones normales de
un proceso de duelo, evitando totalmente pen-
sar en su padre y hablar de él y no teniendo re-
acciones emocionales ante la pérdida una vez
realizado el funeral. Pero un disparador actual
ha provocado la aparición de los síntomas
hace 3 meses, es el hecho de que Maria esta
cursando estudios de enfermería y el comien-
zo de las prácticas le ha puesto en contacto
con una parte de la historia de la enfermedad
de su padre y de su fallecimiento. Al manejar
MOSAICOnúmero 42
más información clínica, ha vuelto a contactar
con el hecho de que el fallecimiento de su
padre no tuvo una causa clara y una explica-
ción satisfactoria para la familia por parte del
equipo medico que le asistió. Ella tiene toda
la documentación guardada porque en su mo-
mento la familia pensó en reclamar el esclare-
cimiento de las causas de la muerte, pero es
algo que nunca llegaron a hacer, habiéndose
quedado como un asunto pendiente.
Maria no presentó las reac-
ciones normales de un pro-
ceso de duelo, evitando to-
talmente pensar en su padre
y hablar de él y no teniendo
reacciones emocionales ante
la pérdida una vez realizado
el funeral.
PROTOCOLO DE TRATAMIENTO
Las primeras sesiones se dedicaron a la eva-
luación y planificación terapéutica, decidien-
do focalizar el tratamiento a nivel individual
para posteriormente trabajar a nivel familiar
con la hermana y las sobrinas.
El tratamiento se inicia con una tarea basa-
da en las técnicas narrativas (White y Epston,
1993) para tomar contacto con las emociones
bloqueadas relacionadas con la pérdida (carta
continua a su padre fallecido y arquetipo de
padre ideal). Esta tarea realizada por la pa-
ciente entre sesiones le ha ayudado a aliviar
emociones y a tomar contacto con la realidad
de la pérdida y a tomar conciencia de que no
la tenía asumida. Trabajamos con ventilación
emocional y con el arquetipo del padre ideal
para ayudarla a ver las cosas que su padre ha
dejado en su vida. Se le recomienda que siga
trabajando con la carta continua, esta vez to-
mando como hilo conductor las característi-
cas del padre ideal que su padre cumplía y
recuperando recuerdos que ejemplificaran las
mismas. A medida que este trabajo terapéuti-
co, que se lleva a cabo a lo largo de 5 sesiones
individuales, le ayuda a ir desbloqueando el
proceso de duelo, comienza a poder hablar de
su padre sin llorar de forma desconsolada y a

sentirse mejor. Habla mas con su madre y su
hermana de cómo se siente. Se sigue traba-
jando con técnicas narrativas y gestálticas y se
le recomienda iniciar un álbum de recuerdos
y una tarea ritualizada para las fechas navide-
ñas que se acercan.
Llegados a este punto, la paciente ya esta pre-
parada para iniciar el trabajo con EMDR, pues
es importante no comenzar a usarlo de forma
precipitada, sino cuando la persona este prepa-
rada para enfrentarse con el procesamiento. Las
sesiones de EMDR se plantearon como sigue:
Fase 1: Procesamiento de los recuerdos pasa-
dos que se relacionan con las circunstancias
dolorosas actuales: en esta etapa el objetivo
es darse cuenta que no importa realmente
cómo la persona murió, sino que se ha ido y
así progresar hacia la aceptación.
Se llevaron a cabo sesiones de reprocesa-
miento de las ideas irracionales de culpa y
la ilusión de control entorno a las condicio-
nes alrededor de la muerte del padre me-
diante EMDR. Las imágenes seleccionadas
por la paciente fueron las de las primeras
visitas al médico y la estancia en la UCI y
el momento de la muerte en la que ella es-
tuvo presente aunque el padre estaba seda-
do. La cognición negativa asociada a estas
imágenes era: “soy culpable de no haber
hecho algo más”, “debí haber considerado
otros médicos y otro hospital”, “se fue sin
saber que le quería”. La cognición positiva
que la paciente quería instalar en su lugar
es “le cuidé y él sabia que le quería”, pero
la validez que le daba a esta creencia era
muy baja (VOC: 2). La culpa y el auto re-
proche eran muy intensas, identificando el
nivel de perturbación con un SUD de 10
que se manifestaba en sensaciones cor-
porales como taquicardia y ahogo. Tras el
reprocesamiento mediante la estimulación
bilateral fueron emergiendo recuerdos en
los que ella había cuidado a su padre, el
detalle de haber conseguido que los médi-
cos le dejaran llevarle la radio que él solía
escuchar con auriculares en la UCI, todos
los gestos que ella había tenido a lo largo
de su vida en los que le transmitió el amor
que sentía hacia él y el beso de despedida
que le dio cuando dejó de respirar.
33
En esta fase se reprocesaron otros recuer-
dos relacionados con el divorcio y el sen-
timiento de enfado hacia el padre por el
abandono, que generaban creencias nega-
tivas del tipo “soy culpable por sentir en-
fado”, “hice algo malo para que se fuera”,
etc.; imágenes del funeral relacionadas con
la presencia de la segunda esposa, etc. que
bloqueaban el proceso de duelo con senti-
mientos ambivalentes. Una vez que se re-
procesaron estas dianas y se comprobó la
resolución adaptativa de las mismas, la pa-
ciente comenzó a entrar en temas de acep-
tación y se pudo pasar a la siguiente fase.
Fase 2: Aceptación de la muerte. Se proce-
san los precipitantes presentes que conti-
núan estimulando el dolor y el afrontamien-
to no adaptativo.
En esta fase, es frecuente el bloqueo en
la aceptación de la pérdida porque la per-
sona no quiere que se desvanezca toda la
emoción. Teme que si se deshace del dolor
pierda también los buenos recuerdos del
difunto. Cuando hay un bloqueo o resis-
tencia de este tipo, Lazrove (1996) sugi-
riere incluir en el procesamiento el dialogo
socrático mediante la pregunta “¿qué es lo
que deseas dejar ir y qué es lo que quieres
conservar?”. Esto ayuda al paciente a ganar
confianza de que los buenos recuerdos no
se van a perder y se pueden procesar mejor
los recuerdos dolorosos.
En esta fase se seleccionaron las situacio-
nes actuales en las que el dolor y las re-
acciones emocionales desbordaban a la pa-
ciente: las prácticas en el hospital, cuando
su familia habla del fallecido, cuando al-
guien habla de su propio padre en una con-
versación habitual, la relación actual con la
segunda esposa de su padre y el tema legal
sin resolver del testamento. Estas situacio-
nes le activaban creencias negativas como
“no tengo control”, “me voy a volver loca”,
“nunca lo superaré”, que fueron neutrali-
zándose con las cogniciones positivas “es
normal sentirme triste”, “esto es un proce-
so, el dolor pasara”, “tengo un gran legado
de mi padre”, “mis sobrinas han sido muy
felices con él”, etc. Tras comprobar la reso-
Monográfico
34
lución adaptativa del reprocesamiento y ver
que se favoreció la aceptación y adaptación
a la pérdida, se pasa a la siguiente fase.
Fase 3: Integrar la ausencia en la visión de
futuro. Se desarrollan esquemas cognitivos de
futuro, facilitando el afrontamiento eficaz en
el presente y la anticipación de futuras situa-
ciones que la persona vive como estresantes.
Se comprueba en esta fase si todavía hay al-
guna cosa pendiente, formulado preguntas
desafiantes o confrontadoras que fuercen
a la paciente a volver a la experiencia de
la pérdida (“si tuvieras que decir algo que
todavía te perturbe de lo que pasó, ¿qué
sería?”, “¿qué le dirías a tu padre hoy si te
pudiera escuchar?”, etc.). El objetivo aquí
es afianzar la adaptación a la pérdida y la
instalación de recursos para elaborar el sen-
tido de la misma y encontrar un nuevo lugar
simbólico adaptativo para el fallecido.
En este sentido se retoman los recursos
terapéuticos desarrollados en las primeras
sesiones y también entre las sesiones de
procesamiento: el legado que su padre le
ha dejado y que le ha expresado en la carta
continua, el álbum de recuerdos, etc.
En el reprocesamiento de las dianas selec-
cionadas relacionadas con vivir actualmen-
te sin el fallecido y mirar hacia el futuro, la
paciente conecta con el sentido particular
que le da a estas tareas. Por ejemplo, deci-
de poner el álbum en un sitio visible de su
estantería para que cuando lo vea su padre
le recuerde que es importante reír y cuáles
son las cosas importantes de la vida.
También se utilizó el reprocesamiento para
preparar estrategias de afrontamiento para
los futuros encuentros relacionados con el
juicio y la segunda esposa de su padre.
Tras 7 sesiones de EMDR, una vez conso-
lidados los cambios y restablecido el cur-
so natural del proceso de duelo, se llevó a
cabo un ritual de despedida y de una nueva
bienvenida para la figura paterna ausente.
Se dedicaron dos sesiones familiares con la
hermana y las sobrinas para preparar un ri-
tual familiar para la conmemoración del cum-
pleaños de su padre junto a su hermana y sus
sobrinas. La paciente les propuso construir
una “olla de semillas”, un recipiente donde
MOSAICOnúmero 42
guardar todas las semillas que su padre dejo
sembradas en vida y que ahora que no está
son ellas las encargadas de hacerlas crecer.
Entre todas eligieron un recipiente, una caja
de madera tallada, en la que guardaron un
montón de papeles de colores doblados en los
que habían escrito lo que el fallecido les ense-
ñó: “abrazos de oso”, “reírse de uno mismo”,
“disfrutar de la vida”, “la tarta de chocolate”,
“las caras feas que hacían reír”, etc. El acuer-
do al que llegaron es que en el cumpleaños
del fallecido o en fechas importantes sacarían
la caja y extraerían un papel cada una para
llevarlo a cabo y hacerle tributo.
Tras el seguimiento se fue comprobando que
el proceso seguía su curso normal y la pacien-
te iba avanzando de forma positiva.
CONCLUSIONES
Mediante las técnicas narrativas, el uso de
rituales y símbolos para trabajar a nivel emo-
cional y la técnica de EMDR para terminar de
procesar los bloqueos emocionales, se puede
lograr, como en el caso expuesto, la expresión
plena de pensamientos y sentimientos relacio-
nados con la pérdida, facilitando una resolu-
ción adaptativa del proceso de duelo.
Se ha logrado que la paciente siga avan-
zando en su proceso de duelo de una forma
funcional a partir de los siguientes objetivos
logrados, que se corresponden con las ta-
reas del duelo que estaban bloqueadas:
Aceptación de la realidad de la pérdida.
Trabajar las emociones del dolor por la
pérdida y resolver asuntos pendientes.
Adaptarse al medio en el que el fallecido
ya no está.
Recolocar emocionalmente la figura del
fallecido de forma que le permita seguir
viviendo de modo funcional.
Con ello, los síntomas perturbadores remitie-
ron, restableciéndose un estado emocional
normal para su proceso de duelo.
El EMDR puede ser una herramienta muy útil
para trabajar con el proceso de duelo. Median-
te el reprocesamiento de recuerdos negativos
 35

relacionados con la pérdida y los disparadores
actuales del malestar, se hace posible recu-
perar los recuerdos positivos y focalizar en el
amor hacia la persona querida.
Por tanto, el EMDR se muestra como un fa-
cilitador para que emerja una representación
interna y externa de la vivencia de la pérdida,
lo que es esencial en el duelo saludable. Enri-
quecer el procesamiento con otras estrategias
habituales en el acompañamiento y tratamien-
to del duelo ofrece a las personas con dificul-
tades un buen marco de trabajo terapéutico
para completar su proceso emocional con una
vivencia de crecimiento interior muy valiosa.

Referencias Bibliográficas

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Monográfico
36

Entrevista con
Karin Schlanger
por Ricardo Ramos

Karin vino del mítico Palo Alto para recordarnos y actualizarnos algunas ideas de
algunos de los padres fundadores de nuestra disciplina. Pero vino provocando; o
al menos eso se deduciría del título del Seminario que dictó en la Escola de Terapia
Familiar del Hospital de Sant Pau. He aquí el título: “Cuando la Novena Sinfonía de
Beethoven mantiene el problema. La Terapia Breve del M.R.I. de Palo Alto”.
Así que no había más remedio que empezar por él.

E.: Karin, lo primero que quería preguntar-
te es ¿cómo se te ocurrió el titulo del Semina-
rio? ¿Qué te ha hecho a ti Beethoven?
K.: Beethoven me gusta mucho; la música me
gusta mucho. También pensé en otra pieza
que se llama La Campanella; y mi hijo añadió
Guillermo Tell. Todas son piezas musicales en
las cuales la repetición es importante. Para la
música la repetición funciona muy bien, pero
para nosotros, en nuestras “Soluciones Inten-
tadas”, las repeticiones por parte de la gente
de lo que han intentado hacer para mejorar
el problema que los trae, no funcionan. En-
tonces quería básicamente centrarme en lo de
las repeticiones que no funcionan, y estaba
usando al pobre Beethoven como excusa. Pero
como está muerto no protestó mucho.
E.: De acuerdo, de acuerdo. Otra cosa que
quería preguntarte, porque tú comentabas que
tú has nacido en Argentina, que te gusta mu-
cho el trabajo que estás haciendo, pero que la
tradición de la psicología argentina es funda-
mentalmente psicoanalítica. Y ello a pesar de
que en nuestro Olimpo sistémico hay un mon-
tón de argentinos, como Minuchin, Montalvo,
Sluzki, Maldonado, Pakman. Pero lo que que-
ría preguntarte es ¿qué hace una chica como
tú en un sitio como este?
K.: Es bastante americana esa frase. Yo me
fui de la Argentina en el 83, en gran medida
porque acababa de terminar mi carrera en la
Universidad de Buenos Aires y estábamos en
la mitad de la guerra sucia militar. Y yo fui al
Nacional Buenos Aires, que es una escuela se-
cundaria pero que depende de la Universidad,
muy militarizada. Y entonces viví, durante la
época de los militares eh… Diariamente llega-
ban los militares a sacarnos de las aulas, nos
cacheaban cuando entrábamos, nos formaban
a lo largo de las paredes apuntándonos con
sus ametralladoras…y todo eso porque sí. Y
muchos de mis amigos desaparecieron.
Como sabrás los psicólogos éramos uno de sus
blancos, porque a los militares no les gusta
que uno piense. Básicamente se me dio la
oportunidad de un amigo que estaba estu-
diando en USA, en una Universidad al lado
de Palo Alto, y que volvió para el casamiento
de un hermano y me dijo: “Mirá, yo estoy ahí,
¿porque no te venís?”. Y yo creo que estaba
bastante desesperada por salir de la Argentina
y además conocía de la escuela de Palo Alto,
porque habíamos leído libros, la “Teoría de la
Comunicación Humana” y me dije: “Bueno,
voy a ver”. Di mi última materia en Buenos
Aires el 29 de Diciembre del 82 y ya tenía
pasaje para salir el 9 de Enero. Y me picó el
bicho de la Terapia Breve de Resolución de
Problemas y me quedé.
E.: Ya.
K.:Y llegué a Palo Alto y era como…Estar en
presencia de Paul Watzlawick, John Weekland
y todos estos popes, al principio me tenía muy
impresionada. Y bueno, al final, después de tra-

MOSAICOnúmero 42

bajar 25 años con ellos terminaron siendo seres
humanos. Pero ha sido una experiencia y una
historia de vida bastante única y fascinante.
E.: Esto me permite enlazar con otra pre-
gunta que quería hacerte en esa dirección.
Hablar del M.R.I. es hablar de la historia viva
de la Terapia Familiar.
K.: Totalmente.
E.: En ese sentido, después del tiempo que
llevas allí, ¿Cuáles dirías tú que son los concep-
tos originales de los “padres fundadores” que
se mantienen? ¿Qué puntos están en debate?
K.: Mira, es muy interesante, porque…yo no
se si conoces a Wendel Ray. Es una persona
que se ha formado allí y es profesor de la Uni-
versidad de Luisiana. El es un adicto a Don
Jackson. Yo no conocí a Don, porque murió
antes de que yo llegara pero debía ser una
persona de una complejidad increíble. Y que
sabía manejar esa complejidad, mantenerla
viva. Y de alguna manera en lo que él hizo, en
lo que él escribió en sus pocos años de vida,
porque murió a los 40 años, están las semillas
de todos los modelos de Terapia Familiar que
se te puedan ocurrir.
Y lo que hemos hecho los distintos modelos,
el de Milán…todos los modelos de interaccio-
nes familiares, todos han tomado como peda-
citos de aquello de lo que habló Don Jackson
y han hecho una teoría en base a eso. Desde
mi punto de vista, por ejemplo, en la Terapia
Narrativa el centro de lo que hacen ellos es
una redefinición de un problema.
E.: Ajá.
K.: Entonces construyen una teoría para ex-
plicar, de alguna manera, como ven ellos la
realidad. A mi me parece que el modelo de Te-
rapia Breve de Resolución de Problemas, que
es el que hacemos nosotros, es el modelo que,
de alguna manera, más elementos tomó y si-
gue usando de todo aquello que dijo Jackson.
Toda esta cuestión de la one-down position,
de que el cliente es el que sabe mejor que na-
die como es su vida, donde yo como terapeuta
realmente tengo que ser humilde, porque yo
no sé más de la vida que la gente que viene a
verme. Eso es algo a lo que también te ayuda
la edad ¿no es cierto?
37
E.: Pues me temo que si.
K.: Acabo de ver a Minuchin, hace unos 6 me-
ses. Minuchin ha hecho una vuelta en su vida
y en su terapia que él mismo admite. Cuando
era joven tenía que decirle a todo el mundo
como vivir la vida y que es lo que estaba bien
y que estaba mal. Y ahora lo que les aconseja
a los terapeutas más jóvenes es: “Escuchen
lo que les están diciendo, porque Vds. en el
fondo son sabios. No se crean todo lo que les
cuentan en la Universidad y escúchense a sí
mismos y al cliente. Porque el cliente es ex-
perto en su vida”. Entonces es menos traba-
jo, menos presión si realmente se cree que la
persona con la que se está interactuando tiene
algunas respuestas adentro de si mismo.
E.: Justamente eso me hacía recordar una de
las marcas de contexto de las Terapias Posmoder-
nas, la posición de Not Knowing, que en el fondo
es prácticamente lo que tú estás diciendo.
K.: Exactamente. Yo tengo una idea, diga-
mos mi preconcepto, porque siempre hay
pre:conceptos en cualquier cosa que uno hace
en la vida, y es que la gente llega con algo que
les molesta y que les duele, y que potencial-
mente yo tengo la respuesta que les haría irse
con menos sufrimiento. Eso era algo que enfa-
tizaba Paul Watzlawick, que es nuestro deber
hacer que la gente sufra menos, y si podemos
hacer eso de manera más rápida y más efi-
ciente y efectiva es casi no ético no hacerlo.
Entonces, desde nuestra construcción la gen-
te llega con un problema, han estado hacien-
do algo para resolverlo y ese algo es lo que no
funciona. Al cambiar ese algo o esa percepción
de ese algo, lo que estamos haciendo es abrir
puertas para que la gente pueda implementar
aquello que tiene adentro de sí mismo, pero
que a veces suena un poco ilógico y no lo han
intentado. Y yo creo que eso es en el fondo la
pregunta básica de lo que hacemos nosotros
en términos de resolución de problemas.
E.: Una de las críticas que se hace, que tú
la has mencionado, es la dimensión estratégi-
ca, el tratar de dirigir las sesiones. Pero, por
lo que tú decías, yo entiendo que se trata de
dirigir desde el respeto.
K.: Totalmente. Y además es un dirigir bastan-
te hecho como desde atrás. El cliente va an-
dando en su vida y uno le dice: “Mirá que ahí
Entrevista con Karin Schlanger.
38
hay un pozo. Si tenés gana de pisar el pozo,
písalo, pero yo te estoy avisando que está”.
Casi, casi yo sospecho que es un poco como
debían hacer los sabios en la edad antigua, o
los budistas. La cuestión de: “Mirá, elegí tu
camino. Hay formas de hacerlo más fáciles
y hay otras más difíciles. Yo, si querés pue-
do charlar de cómo hacértelo más fácil”. Es
cuestión de que al cliente le interese o no le
interese la oferta. La razón por la que me gus-
ta tanto es que es un modelo muy respetuoso.
Para mi eso es fundamental.
E.: Uno de los elementos que tu has añadi-
do, que para mí es interesante y que me gus-
taría que explicaras un poco para los lectores,
es la idea del Tema Dominante de las Solucio-
nes y el Tema Terapéutico como opuestos.
K.: Claro. Es simplemente una manera un poco
más taquigráfica de organizar el pensamiento
para poder enseñarlo de alguna manera. Por-
que yo creo que gente como Virginia Satir, que
era una terapeuta fenomenal, no tiene escuela
porque lo que hacía ella era de Virginia Satir.
Lo que queremos nosotros es que la escuela
siga viva y hay formas de transmitir ese cono-
cimiento. Después, que la gente elija no ha-
cerlo es asunto de ellos.
Entonces, como decía antes, lo de las Solucio-
nes Intentadas es echarle gasolina al fuego; y
la gente llega, en general, pensando que han
intentado de todo. Pero lo han intentado dentro
del marco de “Tenéis que hacer tal”. Si hacéis
tal bien te doy un premio, si lo hacéis mal te
castigo. Pero siempre el mensaje es “Tenéis
que hacer tal”. Cuando el terapeuta puede, de
alguna manera, destilar cual es el mensaje, en
cinco palabras o menos, que, para tomar pres-
tados términos de otros modelos, está oyendo el
paciente identificado (eso para demostrar que
se hablar de otros modelos también) cual es el
mensaje que oye y que no está funcionando. El
Tema Central de la Soluciones Intentadas es el
destilado de todo lo que la gente ha intentado
hacer que no funciona. La forma más fácil de
cambiar eso es ir a lo que llamamos el Tema
Terapéutico que es una negación del Tema de
las Soluciones. Después, a partir de ahí hay
que implementar eso en una tarea concreta.
Es, sobre todo, algo que pasa en la cabeza del
terapeuta y es la forma de teorizarlo.
MOSAICOnúmero 42
E.: Otra pregunta. ¿Cómo se maneja la
cuestión de las emociones y de los sentimien-
tos en el modelo de la Terapia Breve?
K.: No son el centro de las preguntas. Por su-
puesto, el ser humano es una mezcla de emo-
ciones y racionalidad. El modelo de Terapia
Breve del M.R.I. es un modelo eminentemente
lógico; casi, casi como un juego de ajedrez. Y
yo como terapeuta estoy pensando en cual va
a ser mi próxima movida para lograr el objetivo
que yo tengo. Dentro de eso, obviamente, si la
gente quiere hablar de las emociones se lo va-
mos a permitir, pero no es el centro de lo que
hacemos. Y por lo tanto nos damos cuenta que
cuando nosotros no lo hacemos el centro, la
gente en general tampoco los trae mucho. La
gente llora poco, pero tenemos kleenex.
E.: Tendréis pocos, entonces.
K.: Pocos, si. El énfasis no está en las emocio-
nes, aunque las emociones forman parte de los
seres humanos. El lema de Von Foerster era: “Si
quieres ver de manera diferente, actúa de mane-
ra diferente”; el énfasis está en las acciones.
E.: ¿Algo más que quieras añadir?
K.: Todo esto hay que tomarlo con cautela por-
que yo estoy muy enamorada de lo que hago.
E.: De acuerdo.
K.: Estoy muy interesada y contenta con que
en el M.R.I. estemos haciendo tanto trabajo
con el Centro Latino, con clientes latinos, por-
que es una forma en la que el modelo puede
seguir vivo, pero de una manera en la que yo
puedo aportar algo en particular, por conocer
la cultura. Por poder hablar, en particular den-
tro de USA de cómo se da la discriminación.
Por poder usar el lenguaje para que la gente
que viene que se siente mal. A veces se sien-
ten mal porque el sistema les trata muy mal;
no es que estén locos. Entonces, poder darle
a eso un nombre y apellidos; poner mi grani-
to de arena a la montaña que han construido
Fish, Weekland y Watzlawick en el pasado.
Con tu manera de explicárnoslo en el semina-
rio, más que una montaña, ha sido una colina
muy agradable de subir contigo.
Muchas gracias.
 39

ALICIA MORENO FERNÁNDEZ

Directora del Master/ Especialista en Terapia Familiar y
de Pareja de la Universidad P. Comillas de Madrid.
amoreno@ip.upcomillas.es
www.upcomillas.es/centros/postgrado/MTFP.aspx

Entrevista a
Jaime Inclán
El profesor Jaime Inclán visitó en noviembre de 2008 el Instituto de
Postgrado de la Universidad P. Comillas de Madrid, invitado por el
Master en Terapia Familiar y de Pareja, para impartir un taller sobre
la terapia con familias inmigrantes.

Jaime Inclán es Doctor en Psicología Clínica
por la New York University y Profesor Asociado
de Psiquiatría Clínica en la Facultad de Me-
dicina de esa Universidad. Es además el fun-
dador y director del Centro Roberto Clemente
en Nueva York, una clínica especializada en el
trabajo con familias inmigrantes. Su trabajo
en el Centro Roberto Clemente ha sido reco-
nocido en Estados Unidos como un programa
modelo, y por ello la Academia de Terapia Fa-
miliar Americana le otorgó el premio de contri-
bución innovadora en la terapia familiar.
El taller que impartió en la universidad se
centró en el modelo sistémico-ecológico de
intervención con familias inmigrantes, y se
basó sobre todo en la revisión de fragmentos
de sesiones grabadas en video, a través de las
cuales Jaime Inclán expuso con transparencia
y honestidad su estilo particular de trabajo. Lo
que más valoramos quienes asistimos al taller
fue su estilo cercano y pausado, poniendo al
servicio de la relación terapéutica sus espe-
ciales habilidades de empatía, comprensión,
escucha activa, exploración y curiosidad. Una
postura de acercamiento desde el respeto y la
calidez, y también desde su propia vivencia
como inmigrante puertorriqueño a Estados
Unidos. También quedó patente su apues-
ta por convertir las debilidades en áreas de
oportunidad, y su interés en trabajar desde el
sistema de valores de la familia. Tal como él
mismo describe de su estilo terapéutico: “a
veces utilizo la regadera para darle agua a la
planta, y otras utilizo el pico y la pala para
limpiar la tierra”. Utiliza con frecuencia me-
táforas, como la de “la pantalla del televisor
dividida en dos mitades”: en una transcurre
la acción en el país de origen, y en la otra,
simultáneamente, en el país de acogida. Así,
cuando trabajamos con una parte del sistema
en el país de acogida o reconstruimos la his-
toria de esa familia (por ejemplo, una madre
que emigró y dejó a sus hijos en el país de
origen hasta que años más tarde pudo traerlos
junto a ella), tenemos en cuenta que paralela-
mente ha seguido transcurriendo otra historia
en el país de origen. Nos quedamos también
con su metáfora de la familia inmigrante como
una planta transplantada, ya que “cuando se
cambia una maceta las raíces deben volver a
ubicarse en una tierra distinta, y eso lleva un
tiempo. Además, lo esperable es que se cai-
gan las hojas, pero también que vuelvan a cre-
cer unas nuevas”. También resultó valiosa su
visión de la persona inmigrante como la que

Entrevista a Jaime Inclán

40
el sistema familiar elige como la más fuerte
o con más valor para adentrarse en un nue-
vo horizonte y abrir un camino al que puedan
sumarse más adelante los otros miembros de
la familia.
Después de su taller me reuní con Jaime In-
clán para seguir profundizando en algunos de
los temas que abordó y recoger también varias
preguntas que han aportado a esta entrevista
algunos asistentes al taller.
Jaime, ¿cómo manejas en terapia el pro-
blema de la xenofobia? ¿Qué haces cuando los
pacientes están siendo víctimas de esa discri-
minación y rechazo?
Estas personas suelen estar en la primera
etapa del proceso de ajuste inmigratorio y
se pueden beneficiar de relacionarse, ya sea
personalmente o en red, con otras personas
que están dentro de su grupo de procedencia
o que pertenecen a grupos de culturas simila-
res. Esto es lo que les va a permitir un sentido
de seguridad de lo ya conocido: su idioma,
sus costumbres, sus noticias, sus identifica-
ciones, sus actividades de ocio, sus dinámicas
y debates sociales y políticos, tales como ellos
los conocen. También es importante ayudarlos
en terapia haciendo un meta-comentario so-
bre su situación, como una situación que se
puede normalizar, que es parte del ajuste de
los grupos migratorios. Yo suelo conversar con
los pacientes sobre el concepto de “cabeza de
playa” (el barrio, la zona geográfica, y red so-
cial que constituye el perímetro de seguridad
inicial para las “operaciones y funcionamiento
en un territorio nuevo, desconocido o inclusive
“enemigo” y desde el cual facilita las incursio-
nes y exploración- fuera del perímetro de se-
guridad- del nuevo territorio y medioambien-
te), y también de los choques que hay en las
fronteras, que no son solamente geográficas
sino también fronteras virtuales: de valores,
de creencias, de costumbres. El racismo es
precisamente parte de eso, el sentirse recha-
zado. Y si el paciente lo está sufriendo, hay
que validarlo. Además, si viene de una socie-
dad más homogénea, sobre todo en términos
de raza, va a sentir más ese choque, porque va
a estar expuesto a situaciones que en su grupo
de procedencia no se dan tanto.
MOSAICOnúmero 42
¿Cómo se manejan los casos de parejas in-
terculturales: uno del país de origen y otro del
país de acogida?, ¿Hay alguna consideración
especial que tú tienes en cuenta?
En estos casos es de esperar que haya un efec-
to catalítico en cuanto a los choques cultura-
les. Esto tiende a suceder al pasar el tiempo.
Toda pareja empieza con unos compromisos
personales y sueños lanzados al futuro. Al ir
pasando el tiempo, la fuerza de lo internali-
zado, del pasado, las diferencias culturales,
de valores, se van sintiendo cada vez más. Se
agudizan entonces las diferencias entre la si-
lueta de lo proyectado y la emergente de lo
internalizado. Las parejas empiezan a reaccio-
nar consciente o inconscientemente a que hay
cosas que no se hacen de igual manera o no
se dicen o no sienten iguales. Pero ¿iguales
a qué?, iguales a algo que no está escrito ni
descrito, pero que está en esa silueta cultural
y de valores y creencias de cada parte de la
pareja. Surge el choque de las dos culturas
y los retos a superarlos. Las diferencias y va-
riabilidad también permiten la posibilidad de
desligarse en alguna medida de las propias
creencias, pueden facilitar el crecimiento. En
cualquier caso, lo que sí podemos predecir es
que los choques entre las siluetas de la his-
toria y cultura de cada parte de la pareja se
van a ir presentando, ya sea a nivel cultural
en su sentido más amplio, en la situación de
diferencias de clase social, o simplemente, a
nivel microsistémico, entre la cultura y valores
propios de cada familia de origen.
En terapia familiar se tiene cada vez más
en cuenta la importancia de las cuestiones de
género, cultura y clase social. Pero tengo la
impresión de que ni en el trabajo clínico ni en
el docente nos solemos plantear estas cuestio-
nes a no ser que estemos trabajando con una
familia de una cultura diferente a la nuestra.
¿Cómo crees que se deben incluir estos facto-
res en la formación del terapeuta para hacer vi-
sibles las ideas o estereotipos que manejamos,
a veces sin ser del todo conscientes de ello?
Yo creo que es muy importante empezar por
tener un marco teórico, y todavía mejor, acos-
tumbrarse a pensar en las dimensiones que
yo denomino el mesosistema (amigos, trabajo,
escuela), exosistema (instituciones tales como
los sistemas de salud mental, las agencias de

gobierno), y macrosistema (el marco de valo-
res, la clase social, etc). Al hacer este ecoma-
pa, tenemos una especie de genograma de la
familia a nivel ecológico. Yo sugiero que siem-
pre que se analice un caso se incluyan estos
factores, dibujándolos en papel, como hace-
mos con los genogramas; así forzamos la vista
incluso a los espacios que puedan quedar por
rellenar, es decir, que quedan de momento sin
pensar y que habrá que ir analizando. Así que
lo primero es tener un marco que te permita e
incluso te fuerce a pensar en esta dimensión.
El hecho, tal como tú comentabas, es que es-
tas dimensiones se dan en todas las familias,
que tienen una determinada cultura familiar
hecha de una amalgama de experiencias,
prácticas, orientaciones religiosas, clase so-
cial, etc. Pero es cierto que se perciben más
claramente en las familias inmigrantes. Por
eso me parece que el trabajo con esta pobla-
ción es muy bueno para la formación de tera-
peutas, porque es como poner una lente de
aumento en circunstancias y situaciones que
son ciertas para todos… pero uno se hace más
consciente de ellas cuando nota la diferencia.
Trabajando en NY tenemos también mucha ex-
periencia tratando personas de diferentes cul-
turas y religiones, que implican determinadas
posturas y prácticas sociales y políticas, e in-
cluso valores y psicologías de grupo. Y todo eso
conlleva una determinada actitud ante el mun-
do y una serie de reacciones a estímulos que
generalmente son inconscientes. Como puerto-
rriqueño, por ejemplo, yo te digo que el factor
más importante para entender a los puertorri-
queños es el colonialismo, mientras que para
entender a los judíos sería la persecución.
Trabajando en NY tenemos
también mucha experiencia
tratando personas de dife-
rentes culturas y religiones,
En tu trabajo clínico está muy presente el
análisis de las cuestiones de género. ¿Cómo
crees que influye el proceso de inmigración en
los casos de maltrato conyugal?
El problema del maltrato entra por el lado cul-
tural y también por el de la inmigración. La
41
inmigración implica grandes retos y ajustes
en las relaciones de roles de género y como
sabemos, ocurre con cierta frecuencia que
personas que estén sintiendo una pérdida de
su poder o estatus en la familia, o que sientan
que están siendo ofendidos o maltratados, tra-
ten de defenderse y de seguir haciéndolo in-
cluso entrando en un proceso de escalada. En
la inmigración se dan cambios, por ejemplo,
en el trabajo asalariado y todo lo que supone
la incorporación de la mujer al mundo laboral
y el disponer de su propia fuente de ingresos.
Hay cambios en los roles, en la relación con
los hijos, aunque a veces los padres piensen
que los hijos deben respetarles y obedecerles
como ellos entienden que debe ser, o como
ellos mismos lo hicieron antes con sus padres.
Todo esto desata reacciones que, en el caso de
hombres contra mujeres, se elevan en ocasio-
nes a la violencia, a veces hacia los hijos y a
veces en contra de la mujer. Y esto tiene que
ver con los cambios generados por la inmigra-
ción, que actúa como un catalizador.
También influye el aspecto cultural o de la his-
toria. La desafortunada realidad es que histó-
ricamente hasta hace pocos años a la mujer se
la veía como propiedad del hombre y a los ni-
ños ni siquiera se les consideraba personas. La
idea del niño como una persona, es algo que,
históricamente, es relativamente moderno. No
todas las personas que vienen de otros entor-
nos y culturas han internalizado al mismo nivel
los valores que nosotros damos por sentado y
que damos ya por establecidos y válidos para
todos, como si siempre hubiesen sido así. Por
tanto, mucha de la terapia con padres o fami-
lias en esta situación requiere una labor edu-
cativa, que comienza con un reconocimiento
(no necesariamente una validación) de unas
determinadas prácticas, de las razones por las
que esto ocurría en unas determinadas épocas,
tiempos y lugares. Se trata fundamentalmente
de hacer un análisis social constructivista, de
porqué estas cosas son así en determinados
contextos, ya que esto nos permitirá ir creando
la idea de que algo que es elaborado y cons-
truido se puede rehacer y reconstruir.
Desde esta perspectiva, uno de los “enemigos”
a combatir es el pensamiento de tipo “esen-
cialista”, puesto que de ahí a la “guerra santa”
hay un trecho corto que se estimula o recorre
Entrevista a Jaime Inclán
42
muy fácilmente. Por tanto, por esas aguas hay
que tratar de navegar con información y con
educación, y hacerlo no de una manera mora-
lista, sino a través del constructivismo social
de estas creencias y de estos valores.
También hay que tener cuidado con el po-
sible fundamentalismo de los terapeutas, que
pueden estar convencidos de que su ideología
es la correcta y desde ahí intentan “convertir”
a los pacientes. Incluso cabe el riesgo de que
algunos programas de intervención en violen-
cia de género tengan tanta carga política o
ideológica, que eso mismo acabe limitando las
posibilidades de intervención o el margen de
maniobra que el terapeuta tiene en la terapia.
Yo creo que eso es así y a mí, personalmente,
me preocupa. Lo veo bastante en terapeutas
en diferentes lugares, o incluso en la clínica
propia donde yo trabajo; termina siendo la dic-
tadura de lo “políticamente correcto”. El te-
rapeuta interviene exclusivamente llevado por
esa ideología, más que por el análisis actual
de las interacciones observadas y/o descritas,
obviando las características y necesidades
particulares de los pacientes, y puede llegar
a creer que hizo una intervención exitosa…
que desafortunadamente puede ser similar al
chiste del cirujano: “la operación fue un éxito,
pero el paciente murió”.
En cambio, tú sí enfatizas mucho qué es lo que
realmente va a servir en este caso concreto…
Yo me suelo plantear: si esto que está ocu-
rriendo ahora, la dinámica familiar actual, es
la “solución”, entonces, ¿cuál es el “proble-
ma”?... Como terapeutas, esto nos ayuda a
dirigirnos al problema fundamental. Esta es
una especie de notita escondida detrás de la
manga que yo llevo, y que genera un diálogo
con los pacientes que en general da buen en-
ganche, ya que es un meta-discurso. Yo veo
a los pacientes como completamente ligados
a problemas específicos que ellos traen a te-
rapia, pero no exclusivamente. Y ellos suelen
responder bien al hecho de hablar este tipo de
meta- lenguaje y trabajar sobre los temas que
ellos traen, pero a un nivel más amplio. De
esta manera, pasamos de hablar de la situa-
ción actual que traen, al problema que está
por detrás; y así adelantamos más y con me-
nos resistencias.
MOSAICOnúmero 42
Desde el mapa de trabajo que tú planteas,
se incluye también a las personas ausentes,
las que murieron, las que se dejaron atrás en
el país de origen y hacia las que se siente una
deuda o ligadura. ¿Cómo incluyes en la terapia
a esas personas que no están físicamente pre-
sentes pero que definitivamente están influ-
yendo en lo que ocurre en la situación actual?
En mi experiencia es muy importante empezar
por reconocer la necesidad de los inmigrantes
de recobrar su historia y sus raíces. A veces
ocurre que, por la necesidad de ajustes, de
pertenencia, por las humillaciones que vive la
gente para poder trasladarse de un lugar a otro,
por el dolor que se sufre, se toman actitudes o
posturas casi de discontinuidad entre una si-
tuación y la otra. Esto nos parece a nosotros
que es un error. Ya lo han sufrido otros gru-
pos, donde generaciones de ellos han muerto,
como en el holocausto, y otras situaciones que
han sido “holocaustos menores”. El crecer sin
poder identificar y ser parte de una historia y
conocerla tiene unas consecuencias de iden-
tidad, y organizativas y de sentido de realidad
y de proyección al futuro. Así que nos parece
esencial poder facilitar y validar que existen
esas relaciones y esos conflictos. Lo que hace
falta entonces es negociar la evolución de una
persona o de una serie de personas en una
realidad que va cambiando, y cómo ellos sien-
ten o viven, consciente o inconscientemente,
su relación a las familias y a las personas que
dejaron atrás. Seguro que esas personas allá
lo sufren y lo lloran bastante. En este dilema,
entre cortar con el pasado y seguir “engancha-
do” a él, sin acabar de integrarse en el país de
acogida, no hay una solución fácil, así que la
mejor alternativa es precisamente hablar sobre
el dilema; en sí mismo, eso ya sirve de ayuda.
Agradezco la generosidad y disponibilidad
de Jaime Inclán para realizar esta entrevista,
así como las aportaciones de las alumnas del
programa Sonia Cuenca y Vanessa Maillefert,
becaria del MAEC-AECID, y la colaboración y
aportaciones de Lilian Campos, coordinadora
del programa
Madrid, 19 de enero de 2009
 43

MARTA BELENCHON LOZANO

martabelenchon15@hotmail.com
AMELIA DE SOLA DOMINGUEZ
amelia.sola@uv.es
LUISA LUNA AGUILAR
luisalunaaguilar@yahoo.es
Psicologas clinicas
Hospital Universitario la Fe. Valencia. España

El Genograma:
una herramienta de siempre
para un contexto emergente

El cáncer hereditario engloba entre el 5-10% de todas las neoplasias

que se diagnostican anualmente. El consejo genético se define como el
proceso por el cual se informa a los pacientes , y familiares del mismo,
de la posibilidad de padecer un cáncer, de transmitirlo a las siguientes
generaciones, de las medidas terapéuticas que se pueden realizar así
como de la posibilidad de realizar un test genético. El genograma se
convierte en el “vehículo” que permite conducir la comunicación entre
las familias y los profesionales; no menos importante es la utilización
del genograma para la co-construcción de una narrativa que favorezca
la adherencia a las medidas preventivas.

PALABRAS CLAVE:cáncer hereditario, consejo genético, genograma,

narrativa familiar.
El Genograma
44
INTRODUCCIÓN
El cáncer hereditario engloba entre el 5-10%
de todas las neoplasias que se diagnostican
anualmente. La importancia de este pequeño
numero de tumores radica no en su incidencia
o en su forma de tratamiento, sino en que son
la clave que nos puede ayudar a detectar o
localizar personas sanas que presentan predis-
posiciones hereditarias a padecer determina-
dos tipos de canceres por el hecho de haber
nacido en una familia concreta.
El gran reto consistirá en transformar esa in-
formación biológica en resultados tangibles y
siempre beneficiosos para nuestra salud. El
paradigma actual de la medicina, basado en
el diagnostico y tratamiento, será entonces
sustituido por la prevención y la predicción de
la enfermedad.
Sin embargo, este gran avance plantea inte-
rrogantes y diversidad de opiniones en torno al
uso de las pruebas genéticas, al manejo de la
confidencialidad de la información y al impac-
to emocional y comportamental que este tipo
de información puede causar en el individuo y
su familia. De ahí que el papel del psicólogo
este tomando cada vez mas relevancia dentro
del campo de la genética, y tal como afirma
Goodheart: “los temas que envuelven a las
pruebas genéticas son realmente psicológicos,
porque una persona no esta enferma cuando
recibe este tipo de información y puede no es-
tarlo por un periodo largo de tiempo, si es que
llega a desarrollar tal enfermedad, además no
hay nada que produzca un impacto psicológi-
Figura 1
MOSAICOnúmero 42
co tan grande como decirle a una persona que
su vida esta en riesgo”
En familias propensas al cáncer, la incidencia
de la enfermedad suele verse incrementada ;
tal propensión es reconocida por tres típicos
signos clínicos:
Una historia familiar con múltiples parien-
tes cercanos afectados.
Una temprana edad de comienzo compa-
rado con casos esporádicos de la misma
enfermedad.
Múltiples tumores primarios.
EL CONSEJO GENÉTICO ES UN
PROCESO
El consejo genético tiene muchas definicio-
nes, sin embargo una de las mas aceptadas
es la siguiente: “ proceso por el cual se infor-
ma a los pacientes , y familiares del mismo,
de la posibilidad de padecer un cáncer, de
transmitirlo a las siguientes generaciones, de
las medidas terapéuticas que se pueden rea-
lizar así como de la posibilidad de realizar un
test genético”.
La función de la consulta de consejo genético
es la valoración del riesgo que existe en una
determinada familia con criterios de cáncer
hereditario de que cada individuo de la misma
pueda padecer un determinado tipo de cáncer.
Esta consulta debe tener una interrelación con
el resto de los profesionales sanitarios cómo
muestra la figura 1.

REPERCUSIONES
PSICOLOGICAS DEL PROCESO
DE CONSEJO GENÉTICO
Dentro de la red sanitaria, el psicólogo clínico
forma parte de la unidad de consejo genético;
esta integrado dentro de un equipo multidis-
ciplinar formado por un oncólogo/genetista y
una enfermera especializada en genética.
Como veremos en el siguiente apartado todos
estos profesionales utilizan el genograma para
desarrollar su rol distintivo, aunque debido a
la disciplina “con una mirada diferente pero
complementaria”.
De acuerdo con Lerman, 1997, la información
del consejo genético se diferencia de otras de
carácter medico en cuatro aspectos psicológi-
cos, estos son:
1 La inseguridad de un diagnostico definitivo,
ya que la información genética es probabi-
lística e incierta, es predictiva pero no pro-
fética (incluso un resultado positivo de mu-
tación no garantiza un diagnostico seguro).
2 Un control limitado de las medidas de re-
ducción de riesgo y/o también la existencia
de medidas invasivas (cirugía profiláctica).
3 Resultados que potencian posibles eventos
estresantes futuros (comunicación a otros
familiares en riesgo, tener descendencia…)
4 La transmisión de la susceptibilidad gené-
tica de generación en generación, lo que
puede originar sentimientos de culpa, así
como problemas de comunicación entre los
miembros de una misma familia.
Como vemos, de acuerdo con la literatura,
especialmente los puntos 3 y 4 señalan y ex-
plicitan directamente aspectos genuinamen-
te familiares (comunicación , descendencia,
transmisión generacional…)
En un primer momento, el psicólogo realizara
una evaluación pre-estudio genético, que ten-
drá en cuenta las variables mas relevantes en
este tema, de acuerdo con la bibliografía exis-
tente (Watson, lerman,Botkin,Gil).
Percepción de riesgo
Presencia de sintomatología ansiosa o
45
depresiva así como cualquier alteración
psicopatológica .
Antecedentes psiquiátricos, personales y
familiares.
Presencia de pensamientos intrusivos y/o
recurrentes en relación al riesgo de desa-
rrollar la enfermedad.
Rasgos hipocondríacos y cancerofobia.
Sentimientos de culpa en relación a la
transmisión de la mutación genética.
Estilos de afrontamiento, que pueden ser
determinantes en la adaptación al proceso:
diferencias en las necesidades de informa-
ción, tolerancia a la incertidumbre, percep-
ción de control.
Capacidad cognitiva para la toma de
decisiones.
Expectativas respecto al estudio genético
(exploración de creencias erróneas o mitos).
Nivel de comprensión de la información
recibida.
Percepción de autoeficacia respecto al
afrontamiento del resultado.
Exploración del modo mas adecuado de
proporcionar la información.
Familias con perfil de riesgo psicológico:
joven, con hijos pequeños, parejas que
contemplan la posibilidad de tener hijos,
muertes recientes de familiares por cáncer,
duelos no resueltos…
Relaciones familiares: variables de cohesión,
adaptabilidad y comunicación familiar.
Recursos de apoyo social.
Explorar adherencia a medidas de segui-
miento/profilácticas.
Dicha evaluación se lleva a cabo a través de
una entrevista clínica semiestructurada, com-
plementada con los cuestionarios oportunos.
Queremos no obstante resaltar la utilización
del genograma tanto en la evaluación de las
familias que acuden a nuestra unidad ( desde
la publicación del libro de McGoldrick ,M y
Gerson,R (1987) de “Genogramas en la Eva-
luacion Familiar”, la realización del mismo se
identifica como seña de identidad de la epis-
temología familiar), como en la consideración
del mismo como “la herramienta insustitui-
ble” y “el vehículo comunicativo” tanto entre
los profesionales de la unidad de consejo ge-
nético, como entre ellos y las familias.
El Genograma
46
UTILIZACION DEL GENOGRAMA
EN LAS UNIDADES DE CONSEJO
GENÉTICO
Al consejo genético se le exige algo mas que
la simple comunicación de la información me-
dica a las familias (¿es alguna vez la comu-
nicación simple?). Uno de los mayores retos
del consejo genético es ayudar a las familias a
hacer frente a las consecuencias emocionales,
psicológicas, medicas, sociales y económicas
de una información genética.
El consejo genético para una per-
sona con cáncer o alto riesgo de
desarrollarlo implica varios pasos
consecutivos, de acuerdo a la idea
de proceso que señalábamos en la
introducción: recogida de informes
médicos, interpretación de la histo-
ria familiar (personal, médica y fa-
miliar extendida), identificación de
síntomas precancerosos, estimación
y valoración del riesgo, así como re-
comendaciones de seguimiento.
De acuerdo con estos pasos, uno de los instru-
mentos fundamentales y que inician el contacto
entre paciente/familiar en nuestras unidades es
la realización de un árbol familiar /genograma
que abarque tres generaciones familiares.
En esta primera visita, la co-creación de la
historia familiar se centra en la recogida de la
información medica (diagnósticos de cáncer,
edad a los dx, edad al fallecimiento, personas
enfermas y sanas de la familia…); habitual-
mente esta labor es realizada por el personal
de enfermería, con un manejo de acuerdo a
los principios del counselling. La creación del
genograma se convierte en una “herramienta
psicológica de primer orden” pues permite
que el usuario exprese no solo una “informa-
ción medica objetiva”, sino también su ex-
periencia con la enfermedad, el significado
construido de la misma, expectativas frente
al estudio, narrativas acerca de que miembros
están mas en riesgo que otros , preocupacio-
nes al respecto de ellos mismos como de otros
MOSAICOnúmero 42
miembros de la familia; como vemos estamos
hablando de la NARRATIVA que los familiares
traen a nuestra unidad.
Así pues, de acuerdo con Werner-Lin(2007),
en el caso de enfermedades hereditarias, la
presencia de una historia con la enfermedad,
conlleva la idea de que la enfermedad existe
antes del individuo y se pueden esperar futu-
ros problemas de salud, por lo que un resul-
tado positivo en un test genético, vendría a
confirmar “lo narrado” en la vida familiar a lo
largo del ciclo vital.
Por otra parte, de acuerdo a los sistemas fami-
liares de Bowen, los modelos de conducta , los
significados, son transmitidos implícitamente
de una generación a otra, afectando al signi-
ficado, la conducta y la toma de decisiones
(Bowen, 1977).
La existencia de dichos legados, transmiti-
dos de generación en generación y la explo-
ración de los mismos permite contextualizar
“la agenda narrativa del consultante”, lo cual
conllevara implicaciones posteriores en la ad-
hesión a las medidas de seguimiento y en la
toma de decisiones posterior a la comunica-
ción de resultados.
De acuerdo al estudio de Babb y cols (2002),
mujeres con historia personal o familiar signifi-
cativa de cáncer de mama y ovario hereditario,
elegían con mayor probabilidad medidas pre-
ventivas invasivas (quirúrgicas) que aquellas
sin dicha experiencia; las participantes del ci-
tado estudio citaban las experiencias familiares
con cáncer como el factor más importante im-
plicado en su propia percepción de riesgo.
Es por ello, que la narrativa de esta experien-
cia familiar, recogida a través del genograma,
es un objetivo fundamental de las unidades
familiares de riesgo oncológico.
Una vez que los participantes (cumplidos los
criterios de familia de alto riesgo), aceptan la
realización del estudio genético, el proceso
continua con la realización de una valoración
psicológica en la que junto a las variables más
relevantes señaladas anteriormente, el psicó-
logo clínico, volverá al genograma para explo-
rar aspectos sistémico-familiares:
Narrativa mantenida respecto a la enferme-
dad; significados construidos
Legados familiares, mitos familiares

Acontecimientos vitales significativos, es-
pecialmente en el último año
Momento del ciclo vital de la familia
Exploración duelos familiares no resueltos
Recursos de afrontamiento individual y familiar
Resiliencia familiar, también vulnerabilidades
Adaptabilidad, cohesión y comunicación familiar
También queremos resaltar que es en este ulti-
mo aspecto donde se pueden plasmar futuros
problemas éticos al respecto de los principios
de confidencialidad y autonomía. Algunas fa-
milias presentan rupturas anteriores a la con-
sulta en la unidad y “no comunicaran el riesgo
a otros familiares” ¿Cómo debemos actuar?
¿Principio de autonomía vs beneficencia?.
Observamos por otro lado, como en otras fa-
milias se producen “presiones de un miembro
sobre otros para la realización del estudio” o
incluso “presión para comunicar el resultado
del estudio”. Como ejemplo, el caso de una
paciente afecta de cáncer de ovario que se
realiza el estudio “por estar preocupada por el
riesgo de su hija de 32 años”; una vez obte-
nido el resultado del test (BRCA2 positivo) su
hija le comunica no estar interesada en la rea-
lización del mismo, lo que supuso un aumento
del distres en la dinámica familiar, polarizada
entre miembros a favor o en contra de la reali-
zación del estudio.
El abordaje de este caso supuso la co-crea-
ción de un espacio terapéutico definido como
“conversación constructiva”, que permitiera
respetar las necesidades de ambas mujeres,
junto con la disminución de la preocupación y
el riesgo estimado.
Consideramos de acuerdo con McDaniel,
2005, la necesidad de que el personal que
trabaje en las unidades de consejo genético
este formado en sistemas familiares para po-
der evaluar la experiencia holistica que supo-
ne una enfermedad hereditaria.
CONCLUSIONES
El diagnostico genético del cáncer no ha
hecho mas que comenzar; el consejo gené-
tico en oncologia solo ha sido reconocido
recientemente como una parte necesaria
de una adecuada calidad de vida de los pa-
cientes y sus familiares.
Dentro del concepto de calidad, esta in-
47
merso el uso de los genogramas mas allá
de cumplimentar el pedigrí.
El genograma se convierte en el “vehículo”
que permite conducir la comunicación en-
tre las familias y los profesionales; ayuda a
plasmar como se cambia la historia fami-
liar de acuerdo a la información medica,
los procesos de toma de decisiones, así
como el “recorrido” de las familias por la
enfermedad a través del ciclo vital.
Para finalizar, el genograma es también la
“herramienta” que permite crear un espa-
cio co-narrativo entre la familia y el pro-
fesional que favorezca la adhesión a los
seguimientos establecidos y aumente la re-
siliencia familiar frente al status genético
y sus implicaciones, solo de esta manera
podremos contribuir a la calidad de vida de
los pacientes y sus familias.
Referencias
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WATSON, M., LLOYD, S.M., EELES, R., PONDER, B., EAS-
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testing (by linkage) for the BRCA1 breast cancer gene: An
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cho-Oncology, 5(3), 233-239.
WERNER-LIN, A.V(2007). Danger Zones: Risk perceptions
of young women from familias with hereditary breast and
ovarian cancer. Family Process, 46,335-349.
El Genograma
48
Experta en Intervención Familiar Sistémica
La Terapia Familiar
Sistémica en Canarias
A Jorge de Vega y Jose Pereira con agradecimiento
En Canarias, la realidad de nuestra peculiari-
dad y retiro isleño, no ha significado handicap
alguno para disfrutar de la suerte de poder
contar con varios espacios de formación en el
campo de la Terapia Familiar Sistémica.
De la mano de Jorge de Vega y de Jose Pereira
–un salmantino y un portugués-, nació hace
ya más de veinte años, en Las Palmas de Gran
Canaria, una Escuela que hoy es ya un “lugar
de culto” para los profesionales del campo de
la intervención terapéutica. Sólo el nombrar
a la Escuela Rayuela, es entrar en la compli-
cidad de los que comparten algo más que el
conocimiento de un método concreto.
Para todos aquellos que hemos tenido la suer-
te de ser recibidos en “La Academia”, hemos
aprendido que ese conocimiento ha significa-
do un cambio de conciencia intelectual y casi,
de sistema de valores. Supimos que la visión
circular implica algo más que una mirada de
360º. Integrar en nosotros y comprender que
la relación causa y efecto es la forma más sim-
ple y excluyente de interpretar la realidad, nos
costó horas de reflexión y discusión.
De aquella iniciativa de Jorge y Jose han surgi-
do brillantes experiencias profesionales y per-
sonales que merecen la pena ser contadas por
sus protagonistas. Somos muchas las personas
que hemos aportado a nuestros campos profe-
sionales, tanto privados como públicos, -cam-
po de la salud mental, educación, servicios
sociales, etc.-, la visión sistémica relacional
como un modo propio de organización y de es-
MOSAICOnúmero 42
Julia Hernández Reyna
CORRESPONSALÍA MOSAICO
tructuración de los servicios de apoyo familiar.
Pero no sólo hemos contado con Jorge y Jose;
a la iniciativa de formación se han sumado
Rafael Alonso y Enriqueta Delgado que, des-
de Tenerife y por diferentes vías, abrieron las
puertas de lo sistémico a muchos profesiona-
les que actualmente gozan de alto reconoci-
miento y experiencia. Enriqueta, en su fusión
con la Escuela Rayuela, y Rafael, con la Es-
cuela Vasca, Gallega e Italiana.
Después de contactar con cada uno de ellos,
y conocer su compromiso personal, profesio-
nal y social, sé que puedo afirmar, sin temor a
equivocarme, que el concepto sistémico es no
sólo un punto de partida obligatorio y necesa-
rio en la realidad profesional canaria, sino que
en las experiencias que se vierten a continua-
ción se puede observar fácilmente los cambios
que hemos aportado –entre todos- a un nuevo
modo de estar y ser profesional en el campo
de la intervención psicosocial.
Para poder mostrar toda la información derra-
mada en la arena de todas estas playas sisté-
micas, el artículo está creado en dos partes:
la primera, una entrevista a los responsables
de la formación desde la Escuela de Terapia
Familiar Rayuela, Jorge de Vega, Jose Pereira
y Enriqueta Delgado. Acompaña a la entrevista
la experiencia de Rafael Alonso.
La segunda, son breves relatos plenos de ex-
periencia de profesionales en los campos de la
formación y, de la intervención terapéutica.
 49

Entrevista
¿Cuándo y cómo surge la creación de Rayuela? Cuéntanos un cuento…
Jorge dice: Para cuento el de Cortazar...
Hay que diferenciar dos cosas: la creación del centro Rayuela y la puesta en
marcha de la Escuela Rayuela de Terapia Familiar propiamente dicha.
El Centro Rayuela fue abierto allá por el año 86, por iniciativa de tres mu-
jeres muy carismáticas: Rosi, Soraya y Teresa que eran, respectivamente,
pedagoga, logopeda y musicoterapeuta. Las tres crearon un centro con la
intención de atender problemas de desarrollo, lenguaje y aprendizaje infan-
til. Lo llamaron “Rayuela” porque querían ponerle al centro el nombre de
Jorge de Vega un juego infantil. La Rayuela, un juego universal y clásico se llama de muy
diferentes formas en muchos países ¿por qué eligieron la forma sudameri-
cana? Tal vez por influencia de Martín, argentino y pareja de Soraya.
Mientras el Centro Rayuela empezaba a funcionar yo aterrizaba en Las
Palmas después de haber trabajado tres años en Logroño en un consulto-
rio de Psicología y Terapia Familiar que habíamos puesto en marcha mi
compañera Teresa Purón y yo.
Podría alargarme un poco contando que la razón por la que vine a Las
Palmas fue porque, un día, me apeteció comprar una determinada marca
de cerveza (me gusta recordarlo para tener siempre presente lo azaroso
del destino) pero resumiremos diciendo que vine a la isla porque mi mujer
Jose Pereira recibió una buena oferta de trabajo. Al primer psicólogo que conocí fue a
José Pereira –casualidades también de la vida- pero no en Rayuela, sino
en el Centro de Orientación Familiar de Las Palmas ¿Por qué casuali-
dades? Pues porque José había estudiado Psicología en la Universidad
Pontificia de Salamanca un curso después que yo y Orientación Familiar
en la misma universidad un curso antes que yo. No nos conocimos en
Salamanca y vinimos a conocernos en Las Palmas.
José y yo trabajamos varios años en el Centro de Orientación Familiar,
organizando seminarios de Terapia familiar y ambos, José primero y yo
después, fuimos invitados por las compañeras de Rayuela a trabajar con
Enriqueta Delgado ellas como terapeutas familiares.
El primer intento de hacer una escuela de Terapia Familiar fue dentro del
Centro de Orientación Familiar. Se lo propusimos al director, pero él –a
veces sucede con los jefes...- no estaba dispuesto a permitir un proyecto
que no hubiera sido idea suya y nos negó la posibilidad. Para nosotros fue,
cosas de la vida, una bendición porque nos decidió a organizar la escuela
por nuestra cuenta y en nuestro centro privado.

Cómo ves que es percibida la Escuela Rayuela entre los profesionales

de las Islas?
Jose dice…: Esta pregunta debería ser hecha a todos los profesionales
que de alguna forma han recibido algún tipo de formación en Rayuela en
estos 21 años. Ellos son los que deberían opinar que ha significado para
ellos. Para mí, Rayuela ya sido y sigue siendo una experiencia bonita que
ha permitido conocer muchos profesionales de muchas tendencias y es-
cuelas, conocer muchos alumnos con ganas de aprender y conocer miles
de familias que han depositado su confianza en ti.

La Terapia Familiar Sistémica en Canarias

50
¿En el devenir de la Escuela, tienes con-
ciencia de la importancia de la misma en su
influencia en la cultura canaria de la interven-
ción psicosocial?
Jorge dice: Bueno, ya tengo 49 años y la escue-
la lleva funcionando unos veinte... Creo que en
algo hemos influido respecto de cambiar el pa-
norama de la asistencia, muchos de nuestros
alumnos son destacados profesionales que tra-
bajan en instituciones públicas y centros pri-
vados. Cuando empecé, no obstante, era como
muchos otros, un profesional combativo con
ideas revolucionarias y tenía la fantasía de que
podríamos hacer un ejército de profesionales
sistémicos convencidos que darían un vuelco
a todo lo que se venía haciendo en psicotera-
pia y en intervención social. El primer baño
de realidad fue ir comprobando que un alto
porcentaje de los que hacían formación con
nosotros nunca se iban a plantear trabajar con
familias “es difícil”, “es un poco rollo tratar de
conseguir que venga la familia...” Ahora soy
más cauto, no me entusiasmo con tanta faci-
lidad, pero me gusta comprobar que muchos
de nuestros alumnos están haciendo trabajos
excelentes dentro de la línea sistémica en muy
diversos contextos: clínicos, servicios sociales,
grupos e instituciones, centros docentes...
Jose dice: Creo que Rayuela, dentro de la
terapia familiar, ha ejercido una influencia
importante en la formación de profesionales.
Durante muchos años, casi toda la formación
en terapia familiar ha pasado por Rayuela. Ra-
yuela ha facilitado que muchos terapeutas fa-
miliares nacionales y extranjeros hayan venido
a las Islas. Por otro lado, he visto cómo esas
enseñanzas han sido aplicadas en distintos
contextos terapéuticos, por profesionales que
de alguna forma han estado relacionados con
Rayuela y con la terapia familiar.
Enriqueta dice: Tengo conciencia clara de la
importante repecursión de la Escuela porque
tenemos alumnos de distintos ámbitos socia-
les. Alumnos trabajadores sociales, psicólogos
y psiquiatras que se forman como residentes o
trabajan en el ámbito sanitario. Un grupo nu-
meroso de profesionales que vienen de distintas
islas que trabajan en los Equipos de Menores y
Familia de distintos Ayuntamientos. Profesio-
nales del Cabildo que desempeñan funciones
para la Unidad de Infancia y Familia.
MOSAICOnúmero 42
La Escuela se ha convertido en un punto de
referencia donde supervisar casos que presen-
tan especial dificultad y esta dinámica está
enriqueciendo enormemente tanto a los pro-
fesionales como a la comunidad, además de
facilitarles el trabajo en red.
¿Recuerdas alguna anécdota representati-
va con la idiosincracia canaria durante estos
años de formación?
Jose dice: No creo mucho en las idiosincra-
sias, fundamentalmente cuando son usadas
cómo limitadoras para el crecimiento. Todos
estos años me los he pasado muy bien sean
con los alumnos canarios sean en el trabajo
con las familias canarias y les estoy tremenda-
mente agradecido.
Enriqueta dice: El hecho de que algunos de
ellos tengan que coger un barco o un avion para
venir a formarse es admirable y más de una vez
han venido “mareados” cuando hay mal tiem-
po. Por otro lado han comenzado a desarrollar
iniciativas similares y muy interesantes en las
islas de la Palma y de la Gomera.
Jorge dice: Hay muchas, tanto por parte de
pacientes como de familias. Recuerdo en con-
creto que a una de mis primeras entrevistas
familiares en Las Palmas acudieron un niño y
su padre procedentes de un pequeño pueblo
del sur de la isla. Fue algo tremendo porque,
durante una hora, no entendí absolutamente
nada de lo que me dijeron, como si me ha-
blaran en chino, yo ponía “cara de póquer” y
asentía de vez en cuando. No sé si llegaron a
darse cuenta, gracias a Dios no volvieron a la
siguiente consulta.
También tuve que acostumbrarme a la peculiar
forma de manejar la etapa de “nido vacío” en
la isla, lo que llamo las “familias verticales”
donde los hijos que se “independizan” viven
encima de los padres: “fabricamos arriba”,
explicaban. Incluso llegué a hacer una clasi-
ficación de familias de acuerdo con su nivel
de “diferenciación de self”, que hubiera hecho
las delicias de Murray Bowen. Tenía en cuenta,
por ejemplo si la casa de los hijos disponía de
entrada independiente o si se accedía a ella
por la casa de los padres o por una escalera
común, también anotaba si la nueva casa tenía
cocina propia o si la nueva familia comía por
separado o junto con los padres y hermanos.

Más cosas características: las peculiaridades
del matriarcado canario, una de cuyas expre-
siones es el “almuerzo dominical obligatorio en
casa de la madre –preferentemente de él-” las
elevadas tasas de alcoholismo en la población
general y la normalidad con la que histórica-
mente se ha vivido la embriaguez... Chocante
también puede ser lo de los ahijados que, en
pueblos y barrios populares canarios son hijos
de familiares o vecinos que se crían en casa
como si fuera un hijo más o otro tipo de adop-
ción: el novio o novia del hijo/a que entra a vi-
vir en casa, con quince o dieciséis años porque
“en casa de él/ella tiene problemas...”
Una anécdota concreta de la formación, pues,
por ejemplo una que tuvo que ver contigo, Ju-
lia. ¿Recuerdas aquél día que, en pleno semi-
nario, entraron dos personas que iban casa por
casa pidiendo dinero porque –decían- tenían
un problema de tipo social que implicaba a un
menor y en los Servicios Sociales les negaban
la ayuda? No olvidaré su cara cuando les pre-
guntaste ¿dónde fueron? ¿con quién hablaron?
¿en qué consiste el problema? Y terminaste
diciendo ¡vayan mañana a este sitio y a ésta
hora y pregunten por Julia! ¿fueron?
Recuerdo que hicimos apuestas, pero no
te voy a decir quién ganó…. A propósito, ¿Co-
noces experiencias innovadoras de profesiona-
les que han sido alumnos de la Escuela?
Jorge dice: Varias: puesta en marcha de equi-
pos de intervención familiar en los servicios
sociales, iniciativas en el ámbito escolar, tra-
bajo psicoeducativo con familias en diferentes
asociaciones de familiares de afectados... etc.
Enriqueta dice: En concreto un psicólogo está
realizando en La Palma un trabajo de creci-
miento personal con un grupo de hombres en-
focado a desarrollar conciencia de los nuevos
modelos de “masculinidad” y sus implicacio-
nes en la familia. Un grupo está introduciendo
un nuevo enfoque sistémico-relacional desde
los Equipos de Riesgo, Absentismo y Familias
Monoparentales. Otra alumna ha puesto en
marcha en un pueblo de la Gomera un grupo
de padres y madres.
Jose dice: Si, conozco muchas experiencias
innovadoras de muchos profesionales que han
pasado por la Escuela. Una de las últimas ex-
periencias innovadoras que he escuchado es
51
la de un alumno que acaba de terminar su for-
mación de tres años y más ó menos “reza” así,
“ayer me asustaba tener que ver a una familia,
hoy empiezo a disfrutar y pienso que a lo me-
jor les puedo ayudar”. Hay otras experiencias
algunas de ellas publicadas, las menos y no
publicados, pero yo me quedo con la primera.
¿Cómo surge la ampliación de Rayuela de
Gran Canaria a Tenerife?
Jorge dice: Los que no sean isleños tal vez
no caigan en la cuenta de que Tenerife no es
“la provincia de al lado”, es “el mundo de al
lado”. Durante años, varios grupos de profe-
sionales de Tenerife se fueron formando en
Terapia Familiar con compañeros italianos,
vascos, gallegos... Nosotros tratamos, desde
el primer momento, de ofrecer una forma-
ción en Tenerife pero necesitábamos un lugar
donde hacerla. No conseguimos animar a un
compañero, docente de nuestra escuela y que
tenía despacho en Tenerife, pero si atendimos
propuestas de formación de grupos de profe-
sionales de una institución como por ejemplo
“Aldeas Infantiles” y formamos a varias pro-
mociones. Últimamente una compañera de
la Asociación Canaria: Enriqueta Delgado se
planteó revitalizar la Asociación en Tenerife y,
al tiempo, hacer cursos de la escuela, de for-
ma estable, en la isla. Estamos terminando el
tercer año de la primera promoción y tal vez
empecemos el próximo año con otra.
Tenerife no es “la provincia de al
lado”, es “el mundo de al lado”
Enriqueta dice: La iniciativa surge en enero
de 2006 después de detectar en distintas re-
uniones en el Colegio de Psicólogos que estos
profesionales, tanto psicólogos como trabaja-
dores sociales que trabajaban con familias en
los Equipos de los distintos Ayuntamientos de
la isla no tenían las herramientas básicas que
una formación adecuada en Terapia Familiar
Sistémica podía ofrecerles. Me animé enton-
ces a poner en marcha la Escuela en Tenerife
con Jorge de Vega y Jose Pereira que ya la
tenían funcionando en Gran Canaria, después
de haber vivido años atrás mi propia formación
con la Escuela Vasca de Terapia Familiar y de
haber sido miembro activo de la organización.
La Terapia Familiar Sistémica en Canarias
52
¿Puedes dar el número de alumnos que han
cumplido el proceso completo de formación?.
Enriqueta dice: En este ciclo de formación han
pasado por la Escuela más de treinta y cinco
alumnos porque también se les ha invitado a
reciclarse asistiendo a seminarios de interés, o
a convalidar la formación que años atrás tenían
iniciada. Que hayan completado el ciclo com-
pleto hay un grupo de unos veinte alumnos.
Jorge dice: Solo números aproximados, no
quiero meterme en los archivos que no son la
parte más organizada de la escuela. Hemos
tenido en todo este tiempo unos doscientos
cincuenta alumnos aunque, lógicamente, mu-
chos de ellos no han terminado la formación.
De hecho este aspecto es algo idiosincrático
de los profesionales de la zona: casi el 100%
de ellos son profesionales que trabajan cuan-
do empiezan la formación, es decir, no son
estudiantes que prolongan su carrera hacien-
do este estudio. Muchos completan el tercer
año pero la dificultad más seria para la gran
mayoría es hacer la práctica supervisada, no
tienen tiempo, no pueden organizarse para
venir en otros momentos y a otras horas, lo
cual hace que probablemente solo un 20%
del grupo termine la formación reglamentaria
y solicite el título. Al resto no parece importar-
les el diploma, nos explican que lo que ellos
(últimamente sería más correcto decir “ellas”)
querían era aprender a trabajar con familias,
no coleccionar títulos.
¿Cómo es actualmente la Escuela? ¿Cuántos
profesionales forman la plantilla de la Escuela?.
Jorge dice: José Pereira y yo nos vamos ha-
ciendo mayores así que no queremos demasia-
do trajín, además tenemos cada vez más res-
ponsabilidades docentes y organizativas con
los residentes, El Servicio Canario de Salud,
la Universidad... Ya no aceptamos tener, como
a veces, cuatro grupos simultáneos de forma-
ción con tres niveles diferentes, de un tiempo
a esta parte, a lo más que nos compromete-
mos es a llevar dos grupos paralelos del mismo
nivel (dos primeros, dos segundos...) uno en
Las Palmas y otro en Tenerife y eso a pesar
de que cada vez colaboran más con nosotros
otros profesores. Por término medio, a lo largo
de los tres años, imparten formación en nues-
tro centro quince profesores (quitando José
MOSAICOnúmero 42
y yo) muchos de estos profesores –y eso me
llena de orgullo- son antiguos alumnos nues-
tros y forman parte estable ya de la escuela,
otros son compañeros de la Asociación y, por
último, profesores invitados. En cuanto a la
plantilla, los datos más aproximados son: dos
directores (José y yo) ocho profesores estables
(docentes por la FEATF), dos colaboradores
docentes y un grupo de unos diez profesores
invitados habituales.
Enriqueta dice: En Tenerife soy yo quien la
coordina y lleva los asuntos organizativos de
la Escuela. Jorge de Vega la dirige, con él se
diseñan los programas y calendarios de forma-
ción, además de estar al tanto de cualquier
incidencia, de las certificaciones, titulaciones,
etc. Jose Pereira colabora y los miembros de la
Junta Directiva y socios de la A.C.T.F. apoyan
en la difusión.
¿Qué ha significado para ti – profe-
sionalmente y personalmente- esta expe-
riencia de formación en Canarias?
Jose dice: Para mi Rayuela a nivel pro-
fesional lo ha significado todo, me he
desarrollado profesionalmente desde
Rayuela. Todo lo que sé, sueños e ilusio-
nes tienen que ver con Rayuela. Perso-
nalmente, hemos crecido conjuntamente
y espero que Rayuela se mantenga por
todos los alumnos que han pasado por
ella, lo que significaría que el espíritu
por aprender, curiosidad, enamoramien-
to, compartir ideas, seguiría vivo. Este
proyecto sólo fue posible porque muchos
profesionales nacionales y extranjeros lo
han apoyado y muchas veces desintere-
sadamente. A todos ellos Rayuela, yo,
les debemos algo.
Rayuela… ¿Para muchos años?
Jorge dice: Eso depende siempre de la deman-
da de los alumnos, me gustaría pensar que sí,
me anima mucho en mi trabajo percibir el an-
sia de saber y el interés de los que se acercan
a la formación, pero, eso sí, tranquilito.

Un poco de historia…
Rafael Alonso Cristóbal
Psicoterapeuta
Me llamo Rafael Alonso Cristóbal, aunque
nací en Madrid, llevo en la isla de Tenerife
27 años (1982). Soy Psicólogo (por la Univer-
sidad Complutense de Madrid, promoción de
1981) y Terapeuta Familiar acreditado por la
Asociación Canaria (1993-1996).
Llegué a Tenerife en el año 1983 y empecé a
trabajar como director del centro de Reforma
en régimen semiabierto “Hierbabuena”. Este
centro estaba gestionado por la Asociación
ACAFAM, una ONG que tenía diversos conve-
nios de colaboración con la Dirección General
de Protección al Menor y la Familia (DGPMF)
de la Consejería de Asuntos Sociales del Go-
bierno de Canarias.
Desde 1983 hasta 1999, estuve trabajando
en este Centro. Y es aquí donde inicio mi for-
mación y mis primeros contactos con la Tera-
pia Familiar Sistémica, ya que al trabajar con
menores entendíamos que también teníamos
que abordar a sus familias para producir cam-
bios significativos en los síntomas que presen-
taban estos menores.
Mi primer curso formativo lo realizamos con un
terapeuta familiar mexicano: Pablo Herrera, el
53
cual estuvo una semana dándonos formación al
personal de la Asociación, esto fue en 1989.
En 1993 y hasta 1996, la Asociación ACA-
FAM, contacta con el Grupo Naven de Bilbao
para que una serie de profesionales nos forme-
mos como terapeutas familiares. Los docentes
del Grupo Naven eran: Fernando Carrasco,
Juan Antonio Abeijón, Iñaki Aranberri, Sebas-
tián Girón y José Manuel López.
Entre 1996 y 1999 contactamos con la Es-
cuela de Terapia Familiar “Rayuela” de Las
Palmas de Gran Canaria para completar la
formación, los responsables de Rayuela eran
Jorge de Vega y José Pereira.
Pero es a partir de 1999 cuando se produce
un cambio significativo aquí en Tenerife, ya
que las competencias de menores y familias
pasan al Cabildo de Tenerife (antes las tenía el
Gobierno de Canarias) y por ley se hace nece-
sario tener equipos especializados de interven-
ción con las familias de los menores que están
ingresados en Centros /hogares de protección.
Se encomienda a la Asociación Acafam desde
la Unidad de Infancia, Familia y Mujer del Ca-
La Terapia Familiar Sistémica en Canarias
54

bildo de Tenerife un proyecto para abordar el
trabajo con las familias. Así en este 1999 pre-
sento el Proyecto de los Equipos de Interven-
ción y Seguimiento Familiar (EISF) es aprobado
y hoy en día sigue aún funcionando (2009).
Por tanto en 1999 me convierto en Coordi-
nador de los EISF, puesto que ocupo hasta el
año 2007.
Es este proyecto de los EISF el verdadero ca-
talizador para que la Terapia Familiar Sisté-
mica se implante en Tenerife , ya que hasta
esa fecha, el modelo de trabajo en Servicios
Sociales con las familias era el cognitivo con-
ductual, totalmente individual y con una pers-
pectiva lineal y meramente asistencialista.
Los EISF eran y son un servicio especializado
de atención a las familias que tenían aplica-
da una medida administrativa de desamparo
y cuyos hijos estaban en centros/hogares de
protección a la infancia. El objetivo último
de estos equipos era trabajar con las fami-
lias para intentar la reunificación familiar si
es posible y si esto no era posible buscar la
mejor alternativa a los menores (acogimiento
familiar, adopción, etc.).
Desde este reto profesional como responsable
del Proyecto tengo la necesidad de formar a
los profesionales que van a realizar este traba-
jo y también a los técnicos de la Unidad de
Infancia, Familia y Mujer del Cabildo de Tene-
rife, ya que ninguno de los profesionales que
iban a estar en este contexto tenía formación
en terapia familia sistémica (y desde mi pun-
to de vista la terapia era la herramienta clave
para obtener resultados óptimos). Los profe-
sionales que componían estos equipos y los
técnicos de la Unidad de Infancia, eran psicó-
logos, educadores y trabajadores sociales.
En colaboración con el Cabildo de Tenerife or-
ganizo un plan de formación en Terapia Familiar
Sistémica y empiezo a traer a formadores y do-
centes a Tenerife. ( si es posible me gustaría que
mencionases a dos personas que desde el Cabil-
do apostaron por esta formación a nivel político y
económico: Begoña Martínez Castro, Directora
de la Unidad de Infancia, Familia y Mujer ; y a
Juan José Martínez Díaz, Gerente del Instituto
de Atención SocioSanitaria de Tenerife ).
Por tanto en el año 1999 empiezo a
traer a los siguientes formadores y te-
rapeutas familiares para dotar a los
profesionales de los EISF de una for-
mación de calidad:
De 1999 y hasta 2009 colabora con
nosotros como docente y supervisor de
casos del proyecto, Iñaki Aramberri
En 2000, 2001 y 2006 Jorge Barudy.
En 2002 Valentín Escudero.
En 2002 y 2004 Stefano Cirillo.
En 2002 y 2008 Jorge de Vega
En 2002 José Pereira
En 2003 Maurizio Coletti y Alfredo
Canevaro
En 2005 a Matteo Selvini y a Anna-
Maria Sorrentino
En el 2007 dejo de ser coordinador de los
EISF y trabajo para otra entidad (Asociación
Irisada que también lleva a los EISF).
Ahora estoy en un Equipo de I+D+i en esta
nueva entidad, realizando acciones de forma-
ción para toda la red de educadores de cen-
tros/hogares de protección de la isla de Teneri-
fe (también en colaboración con el Cabildo de
Tenerife) y también asesorando en casos a los
profesionales de los ayuntamientos de la isla
(equipos de riesgo). También estoy haciendo
un proyecto de investigación sobre las fami-
lias catalogadas de apoyo para la Unidad de
infancia y familia.
En el 2006 junto a otros compañeros de Tene-
rife, retomamos la colaboración con la ACTF y
con la Escuela Rayuela, donde estamos cola-
borando para ser acreditados como docentes y
supervisores docentes.
En el 2008 soy parte de la junta directiva de
la ACTF en Tenerife.

Los profesionales que componían estos equipos y los

técnicos de la Unidad de Infancia, eran psicólogos,
educadores y trabajadores sociales.
MOSAICOnúmero 42

Validez de la Terapia Familiar
Sistémica en el trabajo
desarrollado
Como ideas con respecto a este punto podría-
mos exponer las siguientes:
Si partimos de la premisa de que la familia
es un sistema entre otros sistemas, es funda-
mental la exploración de las relaciones inter-
personales y las normas que regulan la vida
de los grupos en los que el individuo está más
arraigado, y será un elemento indispensable
para la comprensión de los comportamientos
y la posterior intervención en situaciones de
emergencia.
Partiendo de estos tres principios básicos del
enfoque Sistémico, los EISF han consegui-
do tratar a las familias de un modo especial,
como si fueran “clientes” y no meros usuarios;
y este cambio de concepto y de óptica es muy
importante porque así las familias se sitúan en
un plano distinto al habitual en los Servicios
Sociales. Las familias se convierten en sujetos
con derechos y obligaciones y no sólo en suje-
tos pasivos que reciben de forma “graciable”
un determinado Servicio.
Desde esta perspectiva la familia
participa y colabora activamente
durante todo el proceso, siendo
protagonistas del cambio.
55
Otra idea importante en estos años de funcio-
namiento de los EISF son los resultados obte-
nidos. En esta década (1999-2009) más de
300 niños han vuelto de nuevo con sus padres.
En este tiempo las tasas de fracaso (vuelta de
los niños al sistema de protección) han sido
muy bajas, no siendo más de 20 los casos de
menores que han vuelto a los hogares de pro-
tección. Con lo cual podemos afirmar que la
terapia familiar es un instrumento muy valido y
eficaz para intervenir con familias en situación
de desamparo (familias multiproblemáticas).
Otra idea es que estos usuarios de servicios
sociales han tenido acceso a una intervención
terapéutica de calidad, ya que por los perfiles
socioeconómicos de estas familias, no pueden
acceder a contextos de terapia privados.
Por último decir que es muy importante que
los profesionales y técnicos de los servicios so-
ciales hayan tenido acceso a la metodología,
técnicas, procedimientos e instrumentos de la
terapia familiar sistémica.
El formar a los profesionales en terapia fami-
liar sistémica ha producido que tengan una
conciencia de que es necesaria la formación
continua en este campo y acepten la super-
visión y el asesoramiento de casos como una
herramienta fundamental para su trabajo.
Este largo viaje de la terapia
y orientación sistémica
relacional en Tenerife no se
entendería sin la participación
de otros compañeros que se
han formado y participado en
muchas batallas; y que aún
hoy seguimos en muchas de
ellas. Estos compañeros son:
Enriqueta Delgado (Kety), Jorge
Gil Tadeo, Susa Saavedra, Layo
González Abreu, Angel Baute,
Pilar Ramos, Elisa Sagaseta.
La Terapia Familiar Sistémica en Canarias
56

El discreto encanto de la
Terapia Familiar
Relatos breves de larga vida

Una experiencia particular, por Julia Hernández Reyna,

Experta en Intervención Familiar Sistémica

Cuando Cristino y Esther Lidia, compañero@s mirada lineal obviaba y cerraba en banda.
de trabajo, comenzaron a hablarme de un cur-
Decidí a su vez, realizar un estudio cuantitativo,
so que iniciaron sobre una tal Terapia Familiar,
que pudiera ayudarme a constatar en la prácti-
allá en el año 1990, lo primero que me llamó la
ca aquello que se iba gestando en mi mente.
atención fue el entusiasmo con el que comen-
taban sus descubrimientos ante los casos que Tomando como referencia los resultados del año
se les presentaban en su cotidianidad laboral. anterior, comencé una intervención desde esa
diferente perspectiva, permitiéndome incluso
Ante tal despliegue, la curiosidad quiso ser
realizar aquellas actuaciones que entendí como
satisfecha y, al año siguiente, inicié la forma-
necesarias para el adecuado apoyo a las perso-
ción en una Escuela con nombre de persona-
nas desde su propia competencia familiar.
je de Cortazar.
Los resultados fueron espectaculares y me sir-
No fue sencillo dejar atrás el pensamiento li-
vieron, no sólo para darme cuenta que ese mé-
neal. La verdad, era mucho más sencillo andar
todo ofrecía un contenido muy apropiado para
en él por su dualidad. No olvidemos que transi-
mi realidad profesional, sino que me hicieron
tar por él resulta mucho menos comprometido.
tres regalos:
Trabajaba en el campo de menores y familia,
en el ámbito de la protección. En ese enton-
1 Presentar dicho trabajo en un taller en las
XV Jornadas de Terapia Familiar celebradas
ces una de mis labores principales consistía
en Vitoria en el año 1994 (la primera y no
en recibir a padres con solicitudes de interna-
la última),
miento en centros de acogida para sus hijos.
Los menos, realizaban su demanda por razo-
2 Recibir el apoyo de Jorge de Vega, Mark
Beyebach y Esther Claver, que tras el Ta-
nes más vinculadas a temas económicos, pero
ller, me animaron en la idea de comenzar a
sobre todo, la mayor parte de las peticiones
dar cursos sobre aquello que había desarro-
eran un intento de solucionar dificultades re-
llado: la aplicación del concepto sistémico
lacionales y de control hacia sus hijos, -ado-
en la intervención en los Servicios Socia-
lescentes sobre todo- externalizando así de su
les. Fui obediente, siendo ésta mi primera
sistema el supuesto problema.
experiencia de formación en solitario. (Pre-
Decidí que era un buen momento de ser sisté- ciosa y agotadora)
mica y relegué el tradicional modo de tratar y re- 3 Proponer a dos compañeros y a los jefes
solver las peticiones, sustituyéndolo por un tipo un proyecto de Equipo de trabajo de marco
de entrevista fuera del cuestionario prototipo. En sistémico. Este contaba con tres perfiles
ese nuevo modelo incorporé a todos los miembros profesionales: Trabajo Social, Psicólogo y
del sistema y descubrí –cómo no- que el relato Educación Familiar. “Programa de Fami-
cambiaba y que permitía unas soluciones que la lia”, se llamó.

MOSAICOnúmero 42

Esta primera experiencia profesional fue
precisamente con los compañeros nombrados
al comienzo.
Fue la primera iniciativa de corte sistémico
en la Administración Pública de los Servicios
Sociales en Las Palmas de Gran Canaria, allá
por el año 1994. La Terapia Familiar deambu-
laba por los pasillos de la sede de la Dirección
General de Protección del Menor y Familia
con absoluta naturalidad. Hoy día, después
de tantos años, es una experiencia recorda-
da, no sólo por nosotros, sino por bastantes
compañeros de los ayuntamientos de la isla
de Gran Canaria que acompañaron a muchas
de las familias en su proceso terapéutico en
ese contexto.
Más adelante y ante la petición de esos com-
pañeros municipales, iniciamos un proceso de
formación y supervisión en el campo de lo psi-
cosocial, que abarcó a la red de protección de
la infancia en la Atención Primaria y Secun-
daria de los Servicios Sociales, de dos años
de duración.
Fuimos espectadores de cómo, a raíz de esos
espacios de formación, en cada Ayuntamiento
se fueron incorporando proyectos con conteni-
do de corte sistémico. Observar y apoyar tales
iniciativas que dieron lugar, entre otras cosas,
Mi experiencia con la terapia familiar sistémica,
por Cristino Gómez Naranjo, Psicoterapeuta.
Tal aproximación ocurrió en los años ochenta
(1986-1987) en seminarios de fines de semana
celebrados en un colegio religioso de la periferia
de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Di-
chos seminarios los solía impartir José Navarro
Góngora. Creo que José Navarro venía con cierta
frecuencia debido a que Jorge de Vega y José
57
a un mismo lenguaje y acción profesional, fue
una de las experiencias más gratificantes que
he vivido en mi vida laboral.
Ha pasado el tiempo, he
conocido otros contextos y he ido
incorporando e integrando más
información a mi vida personal
y profesional: Constelaciones
Familiares Sistémicas, Terapia Zen,
Terapia Transpersonal y prácticas
meditativas, como usos de
acercamiento y de contemplación
de mi propia realidad personal y
familiar así como de la realidad
social a la que pertenezco.
Ellas me han aportado el desarrollo de una la-
bor de apoyo profesional sin intencionalidad
predeterminada y sin esas agendas previas
obligatorias al cliente.
Me han enseñado a desplegar una visión un
poco más ecuánime y un acercamiento más
respetuoso al otro desde el reconocimiento a
su alteridad.
Y todas ellas espacios vinculados íntimamente
a la Mirada Sistémica.
Pereira habían estudiado con él en Salamanca.
Tras ese breve escarceo con la terapia fami-
liar, los compañeros Jorge y José, a principios
de los años noventa, inician la formación en
terapia familiar sistémica (escuela Rayuela).
Cursos a los que no dudé en inscribirme.
La Terapia Familiar Sistémica en Canarias
58
Durante aquel período no solo llegué a cono-
cer la terapia familiar, sino que a su vez, tanto
en mi vida personal-familiar como laboral se
produjeron cambios, así por ejemplo fui tras-
ladado de un centro de protección de menores
a la unidad administrativa que coordinaba los
centros de protección a la infancia, a su vez
cambié el rol profesional, pasando de educa-
dor a psicólogo. Otro cambio sustancioso en
mi ámbito familiar resultó ser el paso o tránsi-
to de cónyuge a padre.
Así que mi época de treintañero, se caracteri-
zó por la fluctuación y las necesidades trans-
formatorias más que las homeostáticas. Ahora
que lo recuerdo, dicha década se caracterizó,
al menos a nivel personal y laboral por la im-
permanencia en las ideas o mejor dicho por
la búsqueda de algo distinto a lo visto has-
ta aquel momento. Muchos compañeros de
trabajo (Dirección General del Menor), nos
reuníamos en el centro de trabajo fuera del
horario laboral para hablar de terapia familiar.
Otros tantos iniciamos la formación en tera-
pia familiar con Jorge y José en Rayuela. Me
movilizaba desde la quietud de la desinquie-
tud, puesto que intuíamos que la intervención
publica realizada con menores y familia hasta
aquel momento, ya había cumplido con su ci-
clo (asistencialista).
Con los que más me relacioné durante aquella
época, convergíamos en dos espacios: Rayuela
y la Dirección General del Menor y la Familia.
Hablamos, comentábamos, trabajábamos con
dicho modelo o con lo que entendíamos como
nuestra aproximación al modelo. Entiendo que
resultó ser una experiencia maravillosa, traba-
jar desde lo público con una epistemología dis-
tinta. La relación con los compañeros y equipos
que se formaron, así como la colaboración con
los compañeros de los ayuntamientos desde
el “Programa de Familia” al menos para mí
marcó un hito, resulto ser un modo de hacer
diferente, que de algún modo embargó también
a las familias con las que interveníamos, esen-
cialmente porque aquel modo de acercarse a
ellas resultaba bastante novedoso.
Además de Rayuela y el Programa de Familia
(Dirección General), posteriormente imparti-
mos los cursos de formación a los compañeros
MOSAICOnúmero 41
42
de los ayuntamientos de la isla y del Cabildo
de Gran Canaria. Experiencia que me enrique-
ció debido al estrecho contacto con la realidad
municipal y sobre todo con los compañeros.
Todo ello en cierta manera humanizó mi forma
y manera de concebir el trabajo.
Terminado este periodo de mi vida sistémico-
laboral (1998), comenzamos a trabajar con
las ideas de sistema, en la Asociación Canaria
contra el Maltrato Infantil. Si bien la época
de treintañero se caracterizó por la experimen-
tación, la nueva información y la novedad, el
periodo con la Asociación de Maltrato, se ca-
racterizó por la madurez y la perspectiva del
tiempo y por qué no decirlo de la experiencia.
En ambos contextos y periodos, he dejado mu-
chos amigos y recuerdos que nos fuimos hacien-
do y construyendo con la novedad de la nueva
epistemología. Vínculos que me llevaron de
la profesión a lo personal y de lo personal a la
colectividad de convivir y sobre todo compartir
con los compañeros de viaje, tanto profesionales
como usuarios, un nuevo modo y manera de ha-
cer, quizás más cercano, intimo y humano.
Con la perspectiva que el tiempo nos da,
me queda un gran recuerdo sobre todo de
los compañeros de viajes, principalmente
de aquellos que ya no se encuentran entre
nosotros (Daniel, Esther Lidia), tanto ellos
como los demás, no solo ocupan un lugar
en mi corazón, sino que no me cabe duda
alguna de que me ayudaron en mi auto-
rrealización personal-profesional.
Ellos y la terapia sistémica iluminaron mi ca-
mino. Lo grato de todo, no es tanto el viaje y
el camino que se tiene que realizar, sino más
bien los viajeros y compañeros que nos encon-
tramos durante el trayecto. Y mi voz interior,
me dice que he tenido suerte en conocerlos y
ser acompañados por todos ellos.

Jorge Gil Tadeo, Psicoterapeuta.
Si algo aprendimos, gracias a la Terapia Fami-
liar (T.F.), es que en nuestra profesión el árbol
(el/la paciente) no nos dejaba ver el bosque (el
propio sistema familiar al que pertenece). Algo
tan obvio como que a quien intentamos ayudar
proviene de una familia y ésta es parte consus-
tancial de su historia y patología, no lo había-
mos tenido en cuenta hasta ese momento.
Con este breve articulo quiero compartir par-
te del camino profesional que desde hace
ya algunos años vengo desarrollando con el
abordaje de la Familia de Origen. El trabajo
que en este ámbito hago es gracias al hecho
de haber bebido de fuentes como la Gestalt
o la Bioenergética posibilitándome comple-
tar la propuesta que como terapeuta familiar
realizo; no sólo desde un abordaje racional/
analítico de los hechos sino desde un trabajo
mucho más integrador al introducir elementos
de trabajo corporal y emocional. Este taller se
imbrica en la idea que Hoffman propuso de
acometer una revisión sustancial de los condi-
cionamientos generados por nuestras propias
familias de origen y la praxis clínica con mis
pacientes de dicha necesidad. Son muchos/as
los que al exponer su demanda en la primera
consulta ya indican de manera explícita que
parte de su sufrimiento hinca sus raíces en
su propia historia familiar, en las relaciones
que mantuvieron con sus figuras parentales,
en sentimientos anclados y enterrados en ese
pasado los cuales aún hoy día no se han po-
dido liberar.
Este trabajo lo vengo realizando en un formato
grupal que pretendo mostrar brevemente des-
de estas líneas, y que desde mi punto de vista
da un carácter socializador del sufrimiento y
con ello lo mitiga por un lado y por otro hace
59
que los/as pacientes puedan salir de esas po-
siciones tan egocéntricas de su propio dolor
que a veces adoptan. El descubrir que el suyo
no es un dolor único en el mundo es de por
si sanador y ayuda a la persona a resituarlo y
redimensionarlo.
La propuesta en sí es un taller de 4 días en
régimen interno en el que inicialmente vamos
revisando los mandatos y órdenes parentales
tanto explícitos como implícitos y descubrien-
do las consecuencias emocionales, conduc-
tuales e intelectuales que estos han provoca-
do. Poco a poco, y según va avanzando dicha
conciencia, la propuesta terapéutica consiste
en poder liberar a través de ejercicios Lowe-
nianos y gestálticos ese sufrimiento, internali-
zado al que ya hemos hecho referencia.
De esta manera capa a capa vamos primero
tomando conciencia del daño recibido y poste-
riormente vamos liberando la emoción encapsu-
lada en cada realidad que vamos abordando.
La libre expresión del dolor,
de la rabia, del enfado, del
daño permite alcanzar un
estado más cercano a la
compresión profunda de
lo vivido y liberarse de ese
sufrimiento neurótico al que
tantas veces nos aferramos
y cuya consecuencia no es
otra que la patologización
de nuestras vidas.
La Terapia Familiar Sistémica en Canarias
60

El objetivo es ir avanzando a través del Enten- Como psicoterapeutas y formadores de futuros

dimiento, la Comprensión para poder llegar al
Perdón, sin forzar en ningún caso los procesos
personales y respetando los avances logrados
en el taller ya que éstos los enmarcamos den-
tro de un proceso psicoterapéutico más am-
plio. Desde el primer momento queda meridia-
namente claro que no pretendemos objetivos
finalistas sino que en el propio proceso está
el resultado curativo. Cada uno/a llegará hasta
donde pueda y tenga que llegar sin más exi-
gencia que la fidelidad a si mismo/a.
Si me parece importante reseñar que esta pro-
puesta clínica sólo es ofrecida a personas en
proceso psicoterapéutico aunque, sí es verdad
que este aspecto me lleva a otra preocupación
que convive conmigo desde hace algún tiempo
y que podría ser objeto de otro articulo de re-
flexión pero no quiero desaprovechar la opor-
tunidad que me brinda Mosaico para compar-
tirla con ustedes muy suscintamente.
terapeutas familiares, ¿no debemos proponer e
incidir en la importancia de un trabajo de base
en la familia de origen del terapeuta? Creo
fundamental que aquellos que nos dedicamos
a la terapia y en particular a la terapia fami-
liar, hayamos realizado una buena “revisión”
de nuestras familias de origen para no conta-
minar con nuestros puntos negros personales y
ángulos muertos de visión a aquellas familias
con la que trabajamos. Más allá de cualquier
otro debate suscitado en otros tiempos y otras
escuelas de psicoterapia, estoy convencido
que se lo debemos a nuestros alumnos/as y
sobre todo a todas aquellas personas con las
que trabajamos, tanto desde el ámbito clínico
como el educativo o social.
Jorge Gil Tadeo
Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta Familiar
jorgegiltadeo@hotmail.com

Aquí acaba por hoy esta breve pincelada sobre el panorama sistémico en nuestra
tierra. Pero aún quedan en espera muchas más palabras, muchos más relatos que
verán la luz en próximos números.

Recuerdo que en las XV Jornadas Nacionales celebradas en Vitoria, Roberto Pereira

-ante el cartel que presentamos sobre las I Jornadas Canarias de Terapia Familiar-
al ver su colorido, nos dijo: “como se nota que venís del sol”. Cierto, Roberto.
Venimos del sol y colaremos rayitos en Mosaico…

Si deseas publicar una reseña de libro

o revista, contacta con la redacción:
mosaico@featf.org
Normas para la publicación: 500 palabras máximo
Formato Word (PC)

MOSAICOnúmero 42
Y
MÁS...
Constelaciones Familiares
Dinámicas y principios
Abriendo la Caja de Pandora.
Una aventura por el laberinto de
la historia familiar
62

Constelaciones
Familiares
Dinámicas y Principios
AUTOR:
Idris Lahore
(Psicoterapeuta) Antropólogo
Creador del instituto francés de Constelaciones Familiares y
Sistémicas
Autor de varios tratados en Psicología
Colaborador de la revista Francesa “Science de la Conscience”
http://revue.science-conscience.com/
info@constellations-lahore.com

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN Y TRADUCCIÓN DEL FRANCÉS POR:

Amalia Fernández García
(Diplomada en Enfermería) área de salud mental.
56 avenue du Parc d’Espagne : 33600 Pessac (Burdeos) Francia
pazcamino@gmail.com

Las C.F. o Percepciones nacimiento, se recibe de sus padres y sus

Representativas
Las Constelaciones Familiares y Sistémicas
se basan en una conciencia de los espacios,
de las estructuras e interrelaciones existiendo
entre las personas vivas o difuntas, los aconte-
cimientos pasados, actuales, o futuros.
Esta conciencia es una percepción que inclu-
ye personas, cosas, acontecimientos, relacio-
nes y estructuras: todo ello forma, según los
derviches, un Makam es decir un sistema, un
conjunto, un campo mórfico.
Todo sistema, es decir, nuestra familia, nues-
tro medio profesional, nuestro medio social,
los organismos a los cuales pertenecemos…
son campos de fuerza, dentro de los cuales
vivimos y evolucionamos.
Por lo que se refiere al sistema familiar: al
antepasados no sólo un patrimonio genéti-
co hereditario, sino también un conjunto de
creencias, de esquemas de pensamiento y es-
quemas de comportamiento.
La relación dinámica que se genera entre los
individuos de un sistema es lo que denomina-
mos “una constelación”. Ella pone en eviden-
cia la memoria, dolorosa, un problema, una
enfermedad, que el sistema conserva. A partir
del momento en el que la representación co-
mienza, aportamos algo nuevo por el simple
hecho de estar presentes y por el hecho de
que nos interesemos a lo que esta sucediendo
en la constelación, aportamos algo nuevo al
sistema. Existe un postulado en física quán-
tica que dice:
“El observador tiene una influencia sobre lo
que observa”.

MOSAICOnúmero 42

Cuando configuramos una constelación con
nuestra mejor intención de ayuda, introduci-
mos un nuevo elemento en el sistema, y le
permitimos evolucionar con fuerzas nuevas,
de amistad, y de amor. Es como un movimien-
to (terapéutico) de servicio a las fuerzas de
la vida.
La mayoría de nuestras dificultades actuales,
provienen de los enredos e implicaciones que
tenemos con nuestros padres .Es sumamente
importante para nuestra realización personal
que mejoremos las relaciones con ellos.
Cuando un hijo rechaza un padre, en general
es el hijo que reprocha (a veces es justificado),
a causa de ese reproche superficial, el hijo no
puede recibir la fuerza que le viene del alma
de sus antepasados. Si reflexionamos un poco,
observamos lo que pasa, se trata siempre de
un problema de separación o de muerte. Nada
perdura, y todos, tarde o temprano, morimos.
La mayor parte de las separaciones y de muer-
tes son aceptadas. Cuando un advenimiento
grave no ha sido aceptado ni integrado, nacen
las implicaciones y las actitudes dolorosas.
Es por esa razón, que cuando la fuerza está
bloqueada en un lugar del linaje, sus des-
cendientes no pueden disfrutar de la vida.
Un padre no puede transmitir lo que no ha
recibido de su padre ni de su madre. Lo que
transmitirá será un sucedáneo.
La verdadera fuerza no podrá emanar, y a un
momento u otro de la vida del hijo va a mani-
festarse el problema.
Cuando las separaciones y las
muertes han sido integradas,
la corriente de la vida fluye y
todo sigue su cauce.
Es solamente cuando la realidad no ha sido
aceptada que el desequilibrio sistémico se
crea. Cuando se rechaza al padre o a la ma-
dre, se crea un desequilibrio, no solamente
en el sistema familiar sino que también en
el sistema relacional, social, y profesional y
en nuestra salud, proyectamos sobre los otros
nuestro malestar. Es revelador, cuando las exi-
gencias de muchas personas son insatisfechas
y manifiestan su descontento enfadándose o
63
irritándose, podéis estar seguros que es al-
guien que tiene un problema no resuelto con
sus padres.
Una de las dinámicas consiste a reconectarse con
la fuerza de la madre diciendo simplemente:
“Eres verdaderamente mi madre y me has
dado la vida” “ Yo soy la pequeña y tu eres la
grande”... A veces las hijas están en conflic-
to o resentidas con la madre, porque no tie-
nen en cuenta eso, creen que merecen mu-
cho más, y piensan que son mejores que su
madre, al final acaban pareciéndose a ella,
porque interiormente, si la madre exterior ha
sido rechazada, hay un “amor” instintivo por
ella. Es a partir de ese amor incondicional
e instintivo que la hija se parece a la ma-
dre. Una de las grandes dinámicas, en este
trabajo de constelaciones familiares es el de
comprender el proceso siguiente: “cuando
reclamáis a vuestro padre o vuestra madre,
exigiendo algo que deberían haberos dado
“¿Cuál es el rango que ocupáis en relación
a ellos?. En la vida normal, a veces sucede
que cuando los resultados de una relación
no están a la altura de nuestras exigencias,
cortamos la relación con la persona, y con
la fuerza que emanaba de esa amistad, por-
que no hemos obtenido lo que esperábamos.
Cortar con la relación de los padres, signifi-
ca cortar con la fuerza de nuestros orígenes.
Eso provoca una herida que va repercutir en
las relaciones con los otros, en particular con
las personas del mismo sexo, femenino por la
madre y masculino si es que la relación con
el padre ha sido cortada. El flujo de la vida
no puede correr. El campo de fuerzas está
perturbado, desequilibrado.
EN LAS REPRESENTACIONES EUFÓNICAS O
CONSTELACIONES FAMILIARES:
Podemos equilibrar energéticamente, emocio-
nalmente, esos campos de fuerza perturbados.
La experiencia muestra que si el vínculo con
el pasado ha sido restablecido, no quiere de-
cir que estamos atados, sino que somos mas
libres. En muchos niños, la tristeza puede ma-
nifestarse bajo una depresión. La cólera a tra-
vés de la agresividad o la agitación. La hiperac-
tividad infantil es un síndrome muy a la moda
actualmente. Cuando un niño es hiperactivo,
debéis preguntaros, ¿contra quien va dirigida
Y más…
64
esa cólera? Y sobre todo ¿cual es la persona
que le falta? y ¿con quien está enredado? .
LIBRE DE LAS ATADURAS Y ACONDICIONAMIENTOS
La psicología del inconsciente y el psicoanáli-
sis nos enseña que el hombre es el resultado
de condicionamientos genéticos, de la familia,
sociedad, educación…etc
Existe un condicionamiento sistémico, que va
más allá de la familia, de los genes, que englo-
ba todo, la conciencia grupal. A pesar de todas
las restricciones y límites, el ser humano es
capaz de liberarse de esos enredos que lo man-
tienen aprisionado si toma conciencia de sus
límites, de una manera voluntaria y consciente.
Solamente así podrá hacer frente a su destino
y salirse de una trama, hereditaria, sistémica,
socioeducativa de la que no tiene ninguna cul-
pa. Las constelaciones familiares, ponen en
evidencia los enredos trans-generacionales, y
ayudan a encontrar las soluciones más apropia-
das para liberarse de la carga de un destino
que no es el suyo. El método de las C.F. no
sustituye en absoluto a las otras terapias, es
simplemente un complemento, que aporta paz
y alivio porque las culpabilidades de nuestra
educación judeo-cristiana desaparecen. No es
de ningún interés tampoco, constelarse a me-
nudo, no sirve a nada, hasta incluso puede per-
der su eficacia. Hay que dejar que el proceso
de curación se desarrolle, aceptando las cosas
como son y no como queremos que sean. La
realidad es lo que es . El principio de aceptar
la realidad de las cosas es el mas importante
junto con los otros tres grandes principios de
Vida, que merece la pena tenerlos en cuenta,
ya que no solo ayudamos a nuestros antepasa-
dos, (que de algún modo viven en nuestro psi-
quismo) evitamos de perpetuar el sufrimiento a
nuestros hijos.
Los tres grandes principios de la
Vida y del Amor
1. EL PRINCIPIO DE PERTENENCIA
(contrario a la exclusión) conteniendo dos
sub-principios
a. principio de inclusión
b. principio de igualdad y pertenencia.
MOSAICOnúmero 42
El principio de pertenencia, dice que toda per-
sona perteneciente a un sistema tiene el dere-
cho inalienable de pertenecerle; nadie tiene el
derecho de excluir. Un miembro de la familia
no puede súbitamente dejar de pertenecer a
esa familia: la sangre del linaje corre entre
las venas, es un hecho absoluto. Si excluís,
alguien de vuestra familia (hay numerosas ma-
neras de excluir) dañáis el sistema, a nivel del
principio mas importante. La exclusión afec-
ta, no solamente a los miembros del sistema
actual, sino que también a los descendientes
hasta la séptima generación.
En una empresa, cuando se despiden emplea-
dos, se excluyen, se hiere el sistema, excepto
cuando han demostrado, que no querían for-
mar parte de la empresa y no respetan las le-
yes de pertenencia. La indemnización del des-
pido, es una manera de compensar los daños
y prejuicios, debidos a la exclusión.
Otro ejemplo: sabemos que la mayor desgracia
en nuestra educación judeo-cristiana, ha sido
la exclusión del paraíso.
Segundo aspecto: todos los miembros del sis-
tema, tienen una igualdad de pertenencia. Se
pertenece a un sistema o no, pero no se perte-
nece más o menos que los otros miembros.
Preguntas útiles: ¿son admitidos todos los que
pertenecen a un sistema? ¿Se ha olvidado o
descuidado a alguien? ¿se ha bien compren-
dido la definición de pertenencia? ¿ Cual es el
miembro en un sistema del cual lo eludimos o
no hablamos?.
2. EL PRINCIPIO DE PRIORIDAD, DEL ORDEN
Ese principio demanda simplemente que la
realidad sea reconocida. El que llega prime-
ro no puede ser tratado como si llegara el se-
gundo o el último. Es una realidad que no se
puede cambiar, y si intentamos cambiarla, he-
rimos el modo de funcionamiento de nuestro
universo relativo, damos un paso en falso, y
luego se sigue en el error.
Para no herir ese principio de Orden, es nece-
sario reconocer en el otro su superioridad y de
exprimírsela. ¿Por qué es necesario de respetar
ese principio de superioridad en una familia?.
Una gran ley universal dice, que todo elemen-
to existente, ocupa un lugar. Ahora bien todo
lugar o espacio tiene sus límites. Cuando una

persona esta en su sitio y que alguien llega
después, la primera reacciona y estima que
el otro le hace sombra que ocupa toda la pla-
za. Obligatoriamente la llegada de un segundo
crea una desequilibrio que hay que equilibrar.
¿Cómo? ¿Qué es lo que se le ha usurpado al
primero? No solamente su sitio, su lugar sino
que también “la atención” de la madre, que
no está exclusivamente dedicado al mayor, es
del más pequeño que todo el mundo se ocu-
pa, pero eso es una herida fácil de compensar
cuando se conoce ese principio. Los padres
deben vigilar ese proceso prestando la debida
atención al primero, o a los primeros cuando
otros hermanos se suceden, enseñándoles a
respetar la mayoría de edad de cada uno. Si
eso no se tiene en cuenta, los problemas entre
los hermanos se perpetúan.
Otro aspecto: cuando una persona se cree
superior a sus padres o piensa que sus pa-
dres hubieran podido ser de otra manera, ésta
daña el principio de orden, de antigüedad. O
cuando los jóvenes menosprecian a los más
viejos, porque están desfasados. En cualquier
caso debemos estar agradecidos y respetar a
nuestros antecesores. Si no se hace, el siste-
ma puede sufrir una perturbación grave, y pro-
vocar la muerte del sistema. A veces con tan
solo colgar una foto de nuestros antepasados
es suficiente para restablecer el equilibrio.
Nuestros ancestros, la jerarquía profesional,
los creadores de empresa, tienen derecho al
respeto y deben ser tratados con dignidad. Los
hijos no deben ocupar la plaza de los padres.
Por esas actitudes los hijos se sitúan por en-
cima de sus padres y hieren el principio del
rango. Sin embargo, no hay que olvidar que el
sistema ha previsto acoger nuevos elementos.
3. PRINCIPIO DE EQUILIBRIO ENTRE DAR Y RECIBIR:
Es un principio de justicia e igualdad. Cada
vez que el mal está hecho, hay que compen-
sarlo, y hay mil maneras posibles; cada uno
debe encontrarlo por si mismo. Sino el mal se
compensa solo, pero en ese caso una persona
paga por otra, pues las leyes del sistema se
aplican a ciegas y a menudo el último que lle-
ga, o el más frágil, paga por todos los otros.
Sin embargo cuando no se puede dar lo que
se ha recibido(los padres dan siempre mas) es
necesario cultivar el agradecimiento.
65
Perturbaciones Simbióticas
Dinámicas esenciales:
Existe en cada ser humano desde la concep-
ción, dos dinámicas esenciales, una de ellas
esta basada en el principio de pertenencia y la
otra en el principio individual de realización.
1 El principio sistémico de pertenencia: Se
caracteriza por la dinámica relacional
afectiva, vínculos de parentesco.
2 El principio individual de realización: Se
caracteriza por una dinámica de crecimien-
to evolutivo personal hacia la autonomía y
la libertad.
Esas dos dinámicas biológicas se manifiestan
en el vientre materno, la primera por el estado
simbiótico entre el feto o embrión y su madre.
La segunda por el crecimiento continuo y la
superación de las etapas. Cuando una de esas
dos dinámicas han llegado a término de sus
potencialidades intrauterinas. El niño nace y
pasa de la etapa “anfibia” a una nueva fase
“aerobia” esas dos dinámicas generan una me-
tamorfosis: el estado simbiótico se transforma
en relacional y el crecimiento y desarrollo en
evolución autónoma. Al mismo tiempo que hay
un proceso biológico hay también un proceso
psico-biológico ( sin contar con el impacto psi-
cológico de las influencias prenatales).
Tensión entre necesidad de pertenencia y de-
seo de libertad. En ambos casos, el niño no
puede encontrar el equilibrio ni interiormente
ni exteriormente en la familia, y más tarde en
la sociedad o profesión.
LAS DOS CAUSAS SECUNDARIAS:
Primera perturbación simbiótica secundaria:
Está ligada a la desaparición de un
miembro de la familia, un hermano
muerto prematuramente, un aborto o
una interrupción voluntaria del embara-
zo. En todo caso, el niño no se autoriza
a vivir plenamente su vida.
Segunda perturbación simbiótica
Está ligada a los abusos y a la violencia,
ejercido por uno de los padres o por los
dos. El conflicto interior del niño le im-
pide enfrentarse al problema por temor a
perder la relación con el padre violento.
Y más…
66
LAS ESTRATEGIAS INCONSCIENTES
La estrategia del niño para reconciliarse con
las dos dinámicas perturbadas y las solucio-
nes sistémicas.
1 Padres posesivos o demasiado protectores
Primeramente hay que señalar que ese
trastorno paternal, es debido a un proble-
ma relacional de su padre con su propio
progenitor. De manera compensatoria esta
relación se acentúa con su hijo: Podemos
decir que se trata de una compensación
pseudo-afectiva freudiana. El niño está
parcialmente enredado o identificado con
el padre de su padre ( el abuelo).
La súper focalización del padre sobre el
hijo, conduce a éste último a exagerar el
aprendizaje-imitación: es como si observa-
ra el mundo a través de la mirada de su
padre, con el que está parcialmente enre-
dado. El niño adopta una estrategia doble
de enredo parcial.
El tratamiento sistémico de constelaciones
familiares y de representaciones eufónicas,
pondrá en evidencia esas dos identifica-
ciones o enredos parciales, y será posible
encontrar una resolución. Habitualmente
ese proceso para desenredarse del conflicto
no es suficiente. Porque debemos conside-
rar que el niño enredado con su padre, ha
perdido una parte de su autonomía, que es
como si estuviera retenida en el subcons-
ciente del padre. Es necesario recuperar
esa energía de autonomía del padre al hijo.
Es posible, que el hijo en su amor incondi-
cional hacia su padre, cargue con la culpa
del padre. Esta situación merece la pena
ser tratada, devolviendo la carga a su padre,
para que el hijo recupere su autonomía.
2 El caso del padre ausente o inaccesible
Percibiendo que su padre está focalizado en
sus ocupaciones o preocupaciones profesio-
nales (nosotros consideramos que eso es un
sucedáneo de una relación insatisfecha del
padre con su padre), el niño se identifica in-
conscientemente al objeto hacia el cual su
padre está focalizado . Va estar doblemente
enredado o identificado parcialmente, al ob-
jeto de focalización del padre.
Las técnicas sistémicas para desenredar
MOSAICOnúmero 42
ese nudo generacional, serán las mismas a
las utilizadas por el padre súper protector.
Que el niño devuelva el peso a su padre y
este al suyo, para que ambos puedan esta-
blecer una relación más armoniosa.
Aquí podemos ver como todos estamos más
o menos implicados en procesos generacio-
nales: de generación en generación el mal
se perpetúa.
LAS DOS PERTURBACIONES SIMBIÓTICAS SECUNDARIAS
1 El caso de muerte prematura de un hermano:
Se trata de resolver la identificación parcial
al hermano o hermana difuntos, “devolvién-
doles” su carga mostrando agradecimiento,
con el fin que la “ simbiosis” de identifi-
cación pueda resolverse para establecer un
nuevo vínculo armonioso .
2 El caso de padres abusivos:
Sabemos que la identificación del niño con
el padre, corre el riesgo de que el niño repi-
ta el esquema del comportamiento abusivo
o violento. El proceso de “des-identifica-
ción “o desenredo, debe ser acompañado
de expresión y gestos de desaprobación y
descontento, no hacia su padre, sino hacia
el representante de la inaceptable violencia
y abusos.
TENSIÓN ENTRE NECESIDAD DE PERTENENCIA Y DE-
SEO DE LIBERTAD
Surge una tensión entre el principio sistémico
de pertenencia y el principio individual de rea-
lización, es decir entre el deseo de relación y
de proximidad por una parte y el deseo de au-
tonomía y de libertad por otra. Cada uno vive
esa tensión de un modo más o menos con-
flictiva, de una manera armoniosa o dolorosa.
Así pues el niño para seguir perteneciendo a
su familia o medio natural, tiene que hacer
numerosas concesiones, su crecimiento y de-
sarrollo va estar condicionado y a menudo re-
primido. Pero como la necesidad de libertad
y autonomía no puede ser reprimida, este ma-
nifiesta durante la infancia, periodos rebeldes,
como las rabietas del lactante, las crisis de
la adolescencia y de la edad adulta, y en las
etapas importantes de la vida, los momentos
de reflexión y toma de conciencia. La mayor
parte de las veces, los periodos cruciales ce-
den a periodos de adaptación.

Cuando ese periodo de ajuste no se hace, o si
se realiza es de un modo doloroso, origina di-
ficultades psicológicas, relacionales, sociales
o profesionales, así como patologías físicas y
psicosomáticas.
A menudo eso es signo que nos revela un pro-
blema sistémico, a eso le llamamos “perturba-
ción simbiótica.”
LOS EFECTOS
Este trastorno sistémico, inconsciente la ma-
yor parte del tiempo, está presente en todos
los individuos, pero no necesita tratamiento
que cuando conlleva dificultades patológicas.
Es igualmente la base de las tres emociones
negativas primarias. El miedo, la ira, y la tris-
teza, de ellas derivan los comportamientos de
fuga, violencia o depresión, todas ellas dificul-
tades a la adaptación.
Es posible tratar esos trastornos, con los mé-
todos clásicos de la medicina y de la psicolo-
gía. Pero nosotros pensamos que esos medios,
aunque tengan su valor y sean eficaces, no po-
drán responder a la problemática de fondo
que es sistémica.
Nosotros utilizamos las constelaciones fami-
liares, estructurales y las representaciones
eufónicas orientadas.
LAS DOS CAUSAS MAYORES
Desde el punto de vista sistémico, nos limita-
mos en este artículo, a la descripción de las
dos causas mayores y de las dos causas se-
cundarias de la perturbación simbiótica.
1 Primera perturbación simbiótica mayor
Ligada a la protección excesiva del padre o
de la madre, que el uno o el otro interfieren
en el espacio de libertad del niño, impi-
diéndole de desarrollar su dinámica hacia
su autonomía.
2 Segunda perturbación simbiótica mayor
Ligada a la ausencia o a la inaccesibilidad
de uno de los padres. Por ejemplo un padre
o madre demasiado ocupada o preocupada
por su vida profesional: el niño no puede
encontrar el equilibrio ni interiormente ni
exteriormente en la familia, y más tarde en
la sociedad o profesión.
67
DE LA PERTURBACIÓN SIMBIÓTICA A LA
REALIZACIÓN PERSONAL
Es necesario que el individuo haya re-
suelto sus perturbaciones simbióticas,
para poder encontrar un equilibrio
psicológico interior y socio relacional
(exterior) y eventualmente interrogar-
se sobre las cuestiones básicas de la
existencia. Quizás con un poco de
suerte, puede encontrar las verdade-
ras respuestas a las preguntas exis-
tenciales de ¿quien soy? ¿A donde
voy? Y ¿cual es el sentido de la vida?
Libre de las ataduras que le aprisio-
nan, de todos los enredos y fragmen-
taciones de la personalidad, puede
comenzar la búsqueda interior para
saber quien es, según la teoría de in-
dividualización de Jung.
Eso responde al principio biológico de
crecimiento, de evolución personal y
de autonomía que culmina en la rea-
lización personal. Es la respuesta a la
pregunta ¿Quién soy? La respuesta al
“sentido de mi vida” Se encuentra en
la realización del principio sistémico
de pertenencia, ligado a la mecánica
de la relación y de la proximidad; en
efecto, mi vida no puede tener sen-
tido que si el fragmento de vida que
yo soy, encuentra una relación con
los otros, en una acción encaminada
al servicio de la sociedad y del mun-
do. La necesidad de estar vinculados
está trascendida por la percepción de
pertenencia, incluyendo todos y todo
en el campo universal del ser. Esta
percepción existencial culmina con
un sentimiento de unidad y de reali-
zación personal.
Instituto Francés de Constelaciones Familiares y
Systémicas
2 rue des Farges - 69005 LYON
Y más…
68

Bibliografia

BOSZORMENYI-NAGUI, Invisibles Royalties, Brunner/Mazel, 1984

REVISTA « Science de la conscience »
http://revue.science-conscience.com/anciens-numeros/25
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BANDLER, R UND GRINDER, Frogs into Princes, Real People Pres, 1979
BATESON, G. JACKSON, D. HALEY, J. WEAKLAND,
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SIDIQQI M. Z. “ The Unani Tibb in India”, Islamic Culture, 1968, vol.
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ERICKSON M., ROSSI E., UND ROSSI S. Hypnotic Realities, Irvington,1976
LEVINE, PETER A., Walking the Tiger: Healing the Trauma, Nort Atlantic,
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PARADOXE. Un nouveau mode thérapeutique face aux familles à transac-
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JANOV, A. Le Cri primal, Flammarion, 1978
GOSWAMI A. The Self-Avare Universe : How Conciousness Creates the
Material World, J.P. Tarcher 1993
DE SHACER, Glues Investigating Solutions in Brief Therapy, WW. Norton
& Co, 1988

MOSAICOnúmero
MOSAICOnúmero 42
41

Normativa
para publicación
en revista Mosaico
1. PRINCIPIOS Y OBJETIVOS.
1.1. La revista científica MOSAICO es un me-
dio de difusión de actividades científicas y
de promoción de la Federación Española de
Asociaciones de Terapia Familiar, así como de
artículos e investigaciones relacionadas con
el campo de la Terapia Familiar.
1.2. Los objetivos principales de la revista
MOSAICO son:
Promover los fines y servir de soporte de
la FEATF.
Publicar trabajos de carácter científico que
estén realizados con rigor metodológico y
que supongan una contribución al progre-
so en el ámbito de la Terapia Familiar.
Abrir líneas de debate respecto a la teoría
y praxis, de manera general, de la Terapia
Familiar.
Difundir acontecimientos (congresos, jor-
nadas, seminarios, cursos, encuentros,
etc.) relativos a su área de especialidad.
Ser un elemento de unión y comunicación
de actividades de las distintas Asociacio-
nes que conforman la FEATF, y de la FEA-
TF con otros organismos e Instituciones.
Fomentar y desarrollar la educación y for-
mación en Terapia Familiar.
69
2. ESTRUCTURA DE LA REVISTA
2.1. NOTICIAS DE LAS ASOCIACIONES: In-
formación de actividades, eventos, novedades
que se producen en las distintas Asociacio-
nes que conforman la Federación Española
de Asociaciones de Terapia Familiar.
2.2. AGENDA DE ACTIVIDADES: Incluimos
en esta sección la convocatoria a congresos,
jornadas, seminarios, encuentros, cursos, y
la difusión de todo evento que contribuya a
un mayor crecimiento, tanto académico como
humano, de la comunidad científica.
2.3. ENTREVISTAS: Diálogos con personali-
dades de reconocida experiencia en el ámbito
de la Terapia Familiar mundial, europea y es-
pañola, sobre temáticas que sean competen-
tes de la revista.
2.4. ARTÍCULOS que promocionen y promue-
van la Terapia Familiar.
2.5. CASOS CLÍNICOS. Descripción estruc-
turada y documentada de casos clínicos que
serán discutidos aportando una visión alterna-
tiva por alguno de los profesionales de presti-
gio que colaboran con la revista y la FEATF.
2.6. MONOGRÁFICO. Conjunto de artículos
y estudios detallados y profundos sobre un
tema particular que son coordinados desde
las distintas Asociaciones de la FEATF de
modo alternativo.
Normativa para publicación en revista Mosaico
70
2.7. OTRAS VOCES. Se incluirán aportacio-
nes a la Terapia Familiar desde otras perspec-
tivas diferentes a la sistémico relacional, en-
riqueciéndonos así con los distintos enfoques
que nos aportan las distintas epistemologías.
2.8. RESEÑA DE LIBROS. Descripción e in-
formación acerca de algún libro publicado
recientemente o de interés relevante, relacio-
nado con el ámbito de la Terapia Familiar.
3. REDACCIÓN, PRESENTACIÓN
Y PUBLICACIÓN DE LAS
PROPUESTAS
Los trabajos presentados deben ser inéditos
en cualquier otro medio hasta el momento de
su publicación en Mosaico.
3.1. EXTENSIÓN Y ESTRUCTURA DE LOS
TRABAJOS:
Características Generales: Los trabajos debe-
rán realizarse mediante procesador de texto
Word y en documentos formato .doc, indican-
do título del trabajo. La extensión depende
del tipo de trabajo: de hasta 14 páginas para
trabajos de investigación y de 8 páginas para
trabajos de difusión científica, escritas en
párrafo a espacio simple. Todo el texto debe
estar en letra tipo Arial, tamaño 14 pto. y es-
pacio entre caracteres simple.
Configuración de página: se utilizará hoja
tamaño A4 (210x297mm). Los márgenes
de todas las páginas deben ser: márgenes
izquierdo y derecho de 25 mm y superior e
inferior de 25 mm igualmente. Las páginas
deberán ir numeradas todas ellas en el mar-
gen inferior derecho.
MOSAICOnúmero 42
3.1.1. CUERPO DE LOS ARTÍCULOS (ESTRUCTURA):
Titulo: Deberá expresar en forma sintética y
completa el tema del trabajo. No debe poseer
más de 15 palabras, incluyendo el subtítulo.
Datos de los autores: A continuación del tí-
tulo, se indicarán nombre y apellido de el/los
autor/es, profesión y e-mail.
En la siguiente línea se consignarán los datos
de la institución a la que pertenecen, direc-
ción, ciudad y país.
Resumen (abstract): no debe poseer más de
70 palabras. El resumen debe concentrarse en
enunciar en lenguaje simple y directo el obje-
tivo y alcance del trabajo presentado, como así
también las conclusiones del artículo.
Palabras claves: deben ser entre 3 y 7 palabras.
Introducción: La introducción debe responder
a la pregunta de por qué se realizó el trabajo.
Debe reflejarse en no más de 300 palabras y
es conveniente que el último párrafo de la In-
troducción se utilice para resumir el objetivo
del estudio.
Referencias bibliográficas: bajo las normas
de la APA, anexionada al final de este docu-
mento, la extensión de las referencias biblio-
gráficas será como máximo de dos páginas.
3.1.2. TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN.
Su estructura formal debe contener, ade-
más de las mencionadas en el apartado
de los artículos, las siguientes secciones:
Introducción
Método: muestra, instrumento y pro-
cedimiento
Resultados
Discusión
Tablas y Anexos (opcional)
Referencias bibliográficas, con las mis-
mas condiciones que para los artículos.
 71

3.2. USO DE IMÁGENES, PRESENTACIÓN

FIGURAS Y TABLAS:
Se insertarán en el texto, con una identifica-
ción numérica que deberá ser correlativa, y
una leyenda que explique lo que representa,
centrada en el texto.
Aquellos interesados en presentar propuestas
para su evaluación y publicación deberán remitir
las mismas por medio de e-mail a: mosaico@fea-
tf@.org . En caso de no poder utilizar este medio,
se utilizará correo postal, la dirección del envío:
C/Juan Llorens, 60-6 46008 Valencia, España.

3.3. REFERENCIAS Y Mosaico guardará los artículos para posibles

BIBLIOGRAFÍA
Todo trabajo deberá incorporar las referencias
bibliográficas al final del documento. Según
el formato utilizado por la American Psycho-
logical Association (APA), se usará el título
Referencias y no Bibliografía. El orden de las
referencias debe ser estrictamente alfabético,
por apellido de los autores.
publicaciones posteriores, crearemos un ar-
chivo con los artículos que no se publiquen
en el número inmediatamente posterior a la
fecha del envío del mismo, siempre poniéndo-
nos en contacto con los autores para verificar
que siguen siendo inéditos.
Los miembros del comité de redacción valo-
rarán de modo personal e independiente cada
uno de los artículos, para posteriormente ser
puestos en común y acordar la idoneidad de
su publicación en Mosaico.

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concedan un descuento no inferior al 20% a los socios de la FEATF

LOS ESPACIOS PARA ANUNCIOS

recogen toda actividad que no cumpla los requisitos de la “Agenda de Actividades”,
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Reducción por anunciante en 3 números consecutivos: 20%

Normativa para publicación en revista Mosaico

Sección
72
ABRIENDO LA CAJA DE PANDORA

Una aventura
por el laberinto
de la historia familiar
En este trabajo os queremos
hablar de una experiencia. ¿De
qué podemos hablar, más que
de experiencias? Se trata de
una experiencia profesional
y también personal. Una
experiencia como terapeutas
de familia. ¿Qué es un
terapeuta de familia? ¿Qué
es un terapeuta? ¿Qué es una
familia? Como veis, tenemos
muchas preguntas. Y algunas
respuestas. Precisamente, uno
de los aprendizajes de esta
experiencia es que un terapeuta
tiene, sobretodo, preguntas.
No hay respuestas unívocas,
ni verdades absolutas, aunque
tampoco nos gustaría caer en el
relativismo del todo vale. Desde
el respeto por casi todas las
opiniones, no tenemos doctrina,
pero sí algunas convicciones.
Convicciones epistemológicas
que nos ayudan a ordenar
nuestro pensamiento y que
iremos desgranando a lo largo
de este trabajo.

MOSAICOnúmero 42

Una de estas convicciones es la riqueza del
trabajo en equipo. Se ha hablado mucho acer-
ca del trabajo en equipo. Quizás más de lo que
verdaderamente se ha experimentado. Porque
trabajar en equipo es doloroso, es una cura de
humildad, es aprender a escuchar, a cambiar
de opinión, a aceptar el error, a rectificar. Por
eso es una experiencia rica en aprendizajes,
además de divertida.
Nos hemos formado en el Centre de Teràpia
Familiar de Barcelona, en la calle Londres,
dirigido por el Dr. Albert Sarró Martín. Cuan-
do nos conocimos no éramos un equipo, pero
teníamos las semillas para serlo. Teníamos
sencillamente las ganas de pasar una expe-
riencia juntos, una experiencia clínica, de su-
pervisión, de trabajo en equipo y con familias
que presentaban dificultades importantes en
su proceso de crecimiento.
En cierta medida, estábamos decepcionados
del camino que había tomado la terapia fami-
liar, cada vez menos familiar, más individual,
menos relacional, más intrapsíquica, más diag-
nóstica, menos comprensiva de los procesos y
las historias. En definitiva, menos humana.
Estábamos decepcionados, pero también ilu-
sionados de empezar esta aventura –que du-
raría un año- a partir de un programa suges-
tivo propuesto por nuestra supervisora, Lolita
Albaladejo, supervisora clínica y docente del
Centre de Teràpia Familiar de Barcelona, un
referente en nuestra formación como personas
y como terapeutas de familia que había sem-
brado las semillas de nuestro encuentro ya en
el año 1996, cuando participamos en su curso
La Ruta de los Orígenes del Terapeuta de Fa-
milia, y años más tarde esta experiencia tuvo
continuidad en espacios y cursos de praxis clí-
nica y supervisión.
Dicen que “Dios los cría y ellos se juntan” y,
probablemente, este viejo dicho se ajustaría a
la constitución de nuestro equipo. ¿Qué tene-
mos en común? Una insaciable sed y ganas de
aprender, de comprender mejor a las perso-
nas y las familias que comparten con nosotros
su dolor y su experiencia. Con estos deseos,
inquietudes y necesidades, nos encontramos
en un espacio que fuimos configurando como
73
propio, íntimo, con la confianza que nos daba
la presencia de nuestra supervisora.
Corría el año 2006 cuando alrededor de nues-
tra supervisora comenzó a constituirse un gru-
po de trabajo formado por trabajadores socia-
les, psicólogos, pedagogos y psiquiatras. Diez
personas que participaron en las semillas de
esta experiencia. Las cinco que firman este
trabajo más Jordi Bautista, Gemma Pons, Isa-
bel Martínez y Miguel Martínez. Ellos también
forman parte de la historia de esta reflexión
que queremos compartir con vosotros.
Nuestro deseo era constituir un espacio re-
flexivo de investigación, incorporación y arti-
culación clínica y teórica con la implicación
personal del terapeuta, mediante el trabajo
con familias de estilos comunicacionales con-
fusos, rígidos y metafóricos.
Hacernos preguntas es condición indispensa-
ble para reflexionar e investigar, para adentrar-
nos en esos laberintos que son las historias, las
relaciones y la comunicación familiar. ¿Cómo
comprender a una familia si no conocemos su
historia? En estos tiempos de recuperación de
la memoria histórica, nosotros queremos re-
cuperar la historia y despertar la memoria de
la familia, porque estamos de acuerdo con el
pensamiento de que olvidar la historia es crear
las condiciones para repetirla.
Esta era nuestra propuesta a las familias que
atenderíamos: no queríamos curar ninguna
enfermedad, queríamos entender y recons-
truir la historia familiar de tres generaciones.
Ha quedado dicho, queríamos adentrarnos en
las historias familiares, caminos que pueden
transformarse en laberintos cuando la comuni-
cación es distorsionada, cuando se dicen unas
cosas y se hacen otras, cuando no se puede
hablar de lo que hace daño y el dolor no tiene
más remedio que expresarse de forma encrip-
tada, codificada.
olvidar la historia es crear las
condiciones para repetirla
Y más…
74
Descubrir los códigos de la comunicación fa-
miliar era clarificar los mensajes y abrir una
Caja de Pandora llena de traiciones y vengan-
zas, de instigaciones, embrollos y seducciones.
Como dice la Dra. Mara Selvini-Palazzoli en su
libro “Los juegos psicóticos en la familia”: “El
embrollo es inseparable de la connivencia. La
instigación es inseparable de la seducción. En
los juegos humanos, conductas en apariencia
opuestas entran inseparablemente en colusión
en un mismo proceso interactivo”.
Lo más difícil fue no quedar petrificados por
el síntoma, encantados por el paciente identi-
ficado, limitados por la luz cegadora del diag-
nóstico. Queríamos ir más allá, justamente a
la historia, para reencontrar a la familia, las
relaciones, la experiencia, las personas.
En este viaje nos han acompañado Bateson,
Von Foerster, Mara-Selvini, Morin, Maturana,
Minuchin... Ellos nos han aportado compleji-
dad, implicación, orden y proximidad.
En el Congreso Internacional de Roma del año
2000, dedicado a los pioneros de la terapia
familiar, el profesor Mauricio Andolfi ya señaló
que si los terapeutas de familia desmembrá-
bamos a las familias, la terapia familiar no te-
nía futuro. Nosotros echábamos en falta el es-
píritu de los pioneros, aquel espíritu que nos
había llegado a través de nuestra formación y
de las lecturas. Un espíritu que humaniza a
las familias, que entiende que toda conducta
–también la más loca- es comunicación, y no
sólo la manifestación de una enfermedad, en
el caso de la locura.
Hemos querido incorporar de los pioneros la
convicción de que todas las conductas tienen
un sentido, hace falta que el terapeuta sepa
entender el contexto, el proceso, la historia
que les confiere sentido comunicacional.
Os queremos presentar dos historias familiares.
La historia de una familia que llamaremos Cas-
tillo Mendoza y la historia de una familia que
llamaremos Foix Feliu. Naturalmente, los nom-
bres de los protagonistas han sido inventados.
MOSAICOnúmero 42
HISTORIA DE LA FAMILIA
CASTILLO MENDOZA:
UN CUERPO CON TRES CABEZAS.
Como ya hemos señalado, el objetivo que guia-
ba el trabajo con esta familia era el interés por
comprender el proceso evolutivo y relacional
que los había llevado a una historia de sufri-
miento, dificultades, amor y desamor.
La petición que nos llega por parte del padre
en la conversación telefónica previa a la pri-
mera entrevista es la de “necesitamos apoyo
para seguir sobreviviendo”. Nos dice que su
hijo “tiene un ramalazo esquizoide y a los 18
años se defenestró. Fue un milagro que no le
pasara nada ”. El chico se lanzó desde un ter-
cer piso en el momento en que el padre salía
de la habitación en la que lo vigilaba. Hace
más de 12 años que está en seguimiento por
el mismo psiquiatra.
La familia es derivada por una de las profes-
sionales del centro de inserción laboral don-
de, cuando no está de baja, trabaja su hijo,
Manuel Jorge. Realizamos nueve sesiones a lo
largo de nueve meses. Nunca faltaron a ningu-
na, siempre fueron muy puntuales y se senta-
ron siempre en la misma disposición, como si
la sillas llevaran sus nombres grabados (hijo,
padre, madre, en semicírculo).
Se trata de una familia cálida, extremadamente
educada y muy colaboradora. Manuel es el pa-
dre, tiene 64 años. Se define como un hombre
que siempre se desvivió por su trabajo. Desde
que se jubiló, hace 5 años, colabora altruista-
mente en una ONG. Ana, la madre, de 59, es
quien participa más activamente en las entre-
vistas, “defendiendo” a su hijo ante las posibles
críticas del padre. Manuel Jorge, el gran hijo de
31 años (es alto y corpulento), habla como un
adolescente de unos 14 años. Prefiere que le
llamen Jorge, aunque todos los primogénitos de
la familia paterna se llaman Manuel.
La familia paterna, oriunda del sur, se vio obli-
gada a emigrar a Barcelona tras el fracaso del
negocio familiar del que vivían. En palabras de
Manuel, esto supone la disgregación familiar.
Manuel, tras finalizar los estudios de maestría
industrial, a los 17 años, sigue a su hermana
mayor a Barcelona en busca de un futuro más

esperanzador. Poco después llegaron sus pa-
dres con los hermanos pequeños.
Años más tarde emigra junto a su padre y su
hermano a Australia. Al cabo de un par de
años, al no adaptarse a aquel lugar, el padre
vuelve a Barcelona. En el momento de la des-
pedida, y ante las lágrimas del padre, deso-
lado, por dejar tan lejos a sus dos varones,
Manuel promete a su padre que él no tardaría
en volver. Cumpliendo su palabra, dos años
después Manuel volvería a España, pudiéndo-
se colocar en la SEAT al poco de regresar. Su
hermano permaneció en Australia y allí formó
su familia.
Manuel dice que se acuerda mucho de sus
padres, “lo eran todo para mí “, señala, y se
define como muy de su padre. Ante esta afir-
mación, la terapeuta hace un comentario en
el sentido de tener la impresión de que él era
más bien muy de la madre. Ana, su mujer,
no desaprovecha la ocasión para “bromear” y
decir: “ahora que no me oye, le digo que él era
muy de su madre”.
La familia de Ana procede de Cáceres, lugar
donde vivió su niñez rodeada de la familia ma-
terna. Ana relata una infancia viajera a partir
de los 10 años debido a los distintos destinos
del padre, que era guardia civil. “En cada pue-
blo se quedaba un mueble”. Recuerda que su
padre “no soportaba las injusticias, aunque en
su casa las cometía. Era muy querido fuera de
casa, pero en casa era un infierno”.
La relación con su padre es muy ambigua, no
acaba de aclarar cuales son sus sentimientos.
Ante la pregunta de si le tenían miedo, respon-
de que a ellos nunca les pegó. Que tenían mie-
do por su madre. Ana justifica el “alcoholismo”
de su padre y sus conductas agresivas por la
infancia tan desgraciada que vivió (la palabra
entrecomillada es nuestra, ella nunca utilizó
una palabra tan clara y vehemente). La relación
con su madre se manifiesta mucho más clara:
“era una santa” (confirmado por su marido),
“con ella hemos tenido padre y madre”.
Ana cursó estudios secundarios, siendo una
alumna aventajada. A los 22 años emigra a
Barcelona junto a su familia. Al poco tiempo
a su padre le ofrecen una portería. Su madre,
toda una señora, vivió como una humillación
75
ser la portera. Era mucho más señora que
cualquiera de los inquilinos del inmueble. Ana
explica que su madre siempre iba pintada y
arreglada, incluso en casa.
Manuel y Ana se conocen en Barcelona du-
rante la verbena de San Pedro de 1967. Se
gustaron enseguida. Ella buscaba un hombre
íntegro, que la supiese defender. Él pronto
visita a su familia política, mientras que ella
necesita que pase un año para ser presentada
formalmente como novia. Ana percibe desde
el principio el rechazo de su suegra, quien
considera que ella no está a la altura de su
hijo. Incluso le escucha decir que otras mu-
chachas sí que le parecen buenos partidos.
Ana dirá de su suegra que era
una mujer muy exigente, muy
recta, muy especial. Manuel
comenta que no hubo nada
que le hiciera sospechar de la
actitud hostil de su madre para
con su novia. Ana aclara que
nunca le dijo nada a su mari-
do, porque sabía lo que él que-
ría a su madre.
Tras dos años de noviazgo –queda claro que no
exentos de rechazo por parte de su suegra- de-
ciden casarse, quedándose a vivir en la casa
de los padres de Manuel. Al cabo de un año de
convivencia, él solicitó un piso en su empre-
sa. Le cedieron uno de 50 m2. Ana ya estaba
embarazada de 3 meses. Todos contentos con
esta adjudicación, incluso los suegros, que
también contaban con trasladarse.
Para evitar la nueva compañía de sus suegros,
Ana encuentra una manera “muy elegante”,
según sus palabras, de decirles que no cabían
en ese piso tan pequeño: colocar una máquina
de coser en la habitación en la que su sue-
gra ya había colocado un armario. Al verla, la
suegra sólo musitó “entonces aquí no cabe la
cama...”. No obtuvo respuesta.
Algo nos llamó la atención en esa secuencia,
¿no sería la máquina de coser un mensaje en-
Y más…
76
criptado? Entonces, para entenderlo tendríamos
que descifrar el código, y para conocer el códi-
go necesitábamos la historia familiar. Código,
mensaje, comunicación, historia. Las conexio-
nes nos llevaron a Bateson y su artículo “Estilo,
gracia e información en el arte primitivo”, en el
que nos habla de las señales icónicas. ¿Cuál
era el significado oculto tras la inocente apa-
riencia de una máquina de coser?
La -en apariencia- insignificante máquina de
coser formaba parte de un diálogo familiar se-
creto y oculto en el que se jugaban venganzas
refinadas, ajustes de cuentas acumuladas a lo
largo de años de dolor. Y venía a decir muchas
cosas, la más suave quizás algo así como “pá-
rate esa”, siempre sin despeinarse, sin reba-
jarse, sin decir una palabra altisonante.
A continuación transcribimos la secuencia,
reconociendo que una transcripcción nunca
hará justicia a la riqueza del lenguaje analó-
gico presente en una entrevista familiar. Re-
cordamos que la terapeuta está explorando
el momento en que la pareja obtiene un piso
propio gracias a la SEAT y qué sucede ante la
posibilidad de que los padres del esposo tam-
bién se instalen en el mismo domicilio.
Ana, la esposa: verá que es curioso, usted (se
refiere a la terapeuta) es moderna, es muy jo-
ven y ahora las jóvenes tienen la virtud de ser
sinceras a la cara, y yo lo veo fantástico, pero
entonces tenías que andar.... porque él (se
refiere a su esposo) quería a sus padres, en-
tiéndame... yo tenía que ser elegante...tenía
que andar... buf, las mil y una... Entonces ella
(se refiere a su suegra) pone su armario, y mi
madre cuando me casé me regaló una máqui-
na de coser, como ya sabe... Yo soy modista,
así que una máquina de coser a mí me hacía
mucha ilusión, y entonces tenía un comedor-
cito, una habitación justita y esa habitación
que era pequeña relativamente, ahí le cogía
el armario, su cama de matrimonio, y no sé,
no sé, y digo yo, bueno, dónde pongo yo la
máquina de coser, pues la pongo al ladito del
armario, en esa habitación... Si tu pones la
máquina de coser, de las de antes, no se si tu
has visto alguna vez...
Terapeuta: sí
Ana : con sus pies, su cabeza y todo eso, que
luego yo la arreglé
MOSAICOnúmero 42
Terapeuta: de mármol
Ana: no, de mármol no, de madera, o sea era
un mueble que luego la adapté
más moderna, que aún la tengo ehhh, tengo
la plancha, cuando me casé, y la máquina de
coser, todo lo conservo, por decir que conservo
hasta la lavadora primera que tuve y va fantás-
tica, ehhh (...)
bueno, entonces yo puse allí la máquina de co-
ser, ya le digo que era una máquina de coser
que ocupaba, entonces claro, “ahora ya con
esta máquina de coser a mí no me coge la cama
!!!” (Ana cita textualmente lo que dijo su sue-
gra) y yo callada, yo no dije nada, y que se vaya
ya !! pero ella fue suficientemente inteligente
para darse cuenta de que no podía estar.
Manuel, el esposo: yo estaba al márgen de
todo esto.
Ana: claro, tú estabas al margen y no al mar-
gen, porque tú viste que allí estaba la máquina
de coser, claro, fue una manera muy elegante
por mi parte de decir no, o sea, no es que no
haga falta es que no la quiero, y ellos eran
jóvenes todavía.
Manuel se precipita en aclarar que él “estaba
ajeno a todo esto y que nunca percibió nada”.
Sólo, ante el lecho de muerte de su anciana
madre, cuando ésta le gira la cara a sus besos,
se da cuenta de su rechazo y entiende que al
casarse con Ana, según sus palabras, fue “reca-
lificado” como hijo, dejando de ser el favorito.
Volvamos al hilo de la historia: Ana pasa bien
el embarazo, aunque muy sola, Manuel viaja
cada semana. Durante los viajes, Manuel, que
tiene una llamada telefónica diaria permitida
por la empresa, elige realizarla a su madre, y
no a su mujer. A su esposa, “no le importaba”,
según la propia Ana.
El parto fue fácil y el niño grande y hermoso.
Lo llamaron Manuel Jorge, para que ambas fa-
milias estuvieran contentas. A los 40 días de
vida el pequeño casi se les muere de desnutri-
ción. Vomitaba cuanto comía. Según la abue-
la paterna, es normal que los recién nacidos
vomiten porque están llenos de leche. Según
la abuela materna, esto no es normal y hay
que llevarlo al mejor especialista en pediatría
de la época. En esta ocasión, gana la abuela
materna y corren al pediatra. El especialista
 77

les comenta que el niño sufre un problema
de píloro, que se puede solucionar con unas
sencillas recomendaciones posturales.
A pesar de que el desarrollo de Jorge a partir
de este momento es muy bueno, (anda, habla
y controla esfínteres con una edad adecuada),
siendo un bebé agradable y tranquilo, el padre
sigue pensando que quizá la desnutrición su-
frida ha sido la causa de sus males actuales.
Cuando Jorge tiene 4 años su madre da a luz
una niña que nace con espina bífida y fallece
a los pocos días. Esta experiencia resultó trá-
gica para ambos padres. Hablan de ella con
la misma intensidad afectiva con la que expli-
carían una experiencia muy reciente -como si
hubiese sido ayer- aunque han pasado ya más
de 25 años. Sorprendentemente, Jorge no re-
cuerda nada.
Ante el interrogante de por qué no tuvieron
más hijos, Manuel comenta que él hubiese
querido tener una familia numerosa, tal como
la tuvieron sus padres. Sin embargo, los es-
posos nunca lo hablaron. Dice Manuel: “he
sido muy respetuoso, yo acepté que ella no
quería”. Añade que sintió mucha rabia por no
tener más hijos, pero se sacrificó “por la feli-
cidad de su esposa ”.
Ana quedó afectada por una importante depre-
sión tras la pérdida de su hija. En ese momen-
to empezó a pensar que todos los hijos que
pudieran tener se verían afectados por alguna
malformación. En esta misma época, la abue-
la paterna empieza a señalar que Jorge tiene
comportamientos extraños y que no cuenten
con apuntarlo en el mismo colegio que sus
primos… Ana se queja de que estas críticas
nunca se mencionan con claridad. Sólo se
dejan ir, sutilmente. ¿A quien iban dirigidos
estos comentarios? La madre responde: “a mí,
para hacerme más daño”.
Con todo, siguiendo el criterio de la abuela
paterna, llevan a Jorge a un psicólogo, quien
recomienda que mediquen al niño porque es
muy movido. El niño movido, con el paso del
tiempo y la mirada de sus padres, se trans-
formó en un joven de 16 años con problemas
psicológicos. A los 18 años intentó matarse al
lanzarse al vacío desde un tercer piso, delante
de su padre, que lo vigilaba.
¿De dónde procedía la desesperación del hijo?
Buscando pistas encontramos el artículo “De
Versalles a la Cibernética”, donde Bateson nos
dice que “los pecados de los padres recaerán
sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta ge-
neración”. Este pensamiento daba sentido a
la exploración de la historia familiar trigenera-
cional. “Los padres comieron frutos amargos y
los hijos tienen dentera”.
Una generación planta la semilla del odio, de
la rivalidad y la incomprensión que darán los
frutos envenenados que recogen generacio-
nes posteriores, que desean ser amados pero
no saben por qué se les ama y odia al mismo
tiempo. Es la locura. Entonces, ¿quién es en
realidad el paciente identificado? ¿El indivi-
duo o las premisas que gobiernan la organiza-
ción familiar, según las cuales el proceso de
diferenciación es equivalente a la destrucción
de la familia?

De hecho, la madre comenta que cuando su

hijo está mal a ella le duelen las articula-
ciones. El padre exclama “vivimos para él”,
y señala que su vida con Ana “es como una
balsa de aceite, todo bienestar, si no fuera
por las discusiones que genera Jorge”. Son
como un cuerpo con tres cabezas

Y más…
78
HISTORIA DE LA FAMILIA
FOIX FELIU:
DOS CORONAS Y UNA SOLA CABEZA.
Con la familia Foix Feliu estuvimos trabajando
a lo largo de ocho sesiones, a un ritmo de una
sesión mensual. La derivante –psicóloga de un
centro de disminuidos psíquicos- nos habla de
una familia con un padre, una madre, un hijo y
una hija, una chica de 30 años con un diagnós-
tico de transtorno límite de la personalidad.
La madre, en una llamada telefónica previa
a la primera entrevista, aporta el interés de
su hijo –el hermano mayor de la chica- por
una terapia familiar. En la misma llamada
nos explica que la pareja de su hijo es médi-
co y tiene una hermana anoréxica. Nos llama
la atención que nos aporte esta información.
¿Por qué quiere que sepamos que la hermana
de la mujer de su hijo es anoréxica? ¿Por qué
la madre pone por delante el interés de su hijo
en una terapia familiar?
Empieza a despertarse en nosotros no sólo la
curiosidad por la familia, sino las conexiones
con un artículo de la Dra. Mara Selvini-Palaz-
zoli publicado en el año 1985: “El problema
del hermano como la persona que deriva”.
Aunque no era estrictamente el hermano el
derivante, sí era el impulsor de la consulta a
nuestro Centro.
La familia Foix Feliu viene de la Terra Alta, co-
marca de la provincia de Tarragona, tierra de
viñedos de donde es originaria la rama pater-
na. El padre, Pedro, tiene 59 años. Es albañil,
trabajador de una fábrica y trabajador de la
tierra. Dedica 14 horas diarias a trabajar. Sólo
decir que los domingos, que Dios inventó para
descansar, él seguía trabajando como taquille-
ro en el cine del pueblo.
La madre, María, tiene 60 años. Originaria del
Delta del Ebro, es también muy trabajadora.
Hablando de ella y de su historia nos dijo “yo
soy la desplazada”. La madre nos presenta
a su familia como diciendo, implícitamente:
“Mirad, mi marido está desmotivado, mi hija
es rarita -¿quizás también desplazada?- y mi
hijo, él sí, es extraordinario”. Eso es lo que nos
transmitía la Sra. María.
MOSAICOnúmero 42
Analógicamente, el padre transmite falta de
motivación por la consulta: toma asiento con
aire desganado y malhumorado, las piernas
estiradas y las manos habitualmente entre-
lazadas mientras los pulgares se mueven en
forma de círculo. La madre se presenta con un
tono resignado que sugiere que la esperanza
está definitivamente perdida, aunque aparen-
temente está dispuesta a cualquier cosa por
su hija. De hecho, durante una sesión senten-
cia “yo ya estoy bien como estoy”.
Pedro y María tuvieron dos hijos. El mayor es
Juan, 34 años, economista. Guapo, de buena
presencia y vestido impecablemente, es eje-
cutivo de recursos humanos de una importan-
te aseguradora multinacional. Vive en pareja y
están a punto de casarse. Tienen ya una hija
de 2 años. En la primera sesión manifestó que
le gustaría recuperar una familia de “VALO-
RES SANOS Y COHERENTES”, valores que
él atribuía a los abuelos paternos. Juan tiene,
por decirlo así, la “capacidad” de traer a su
familia a la consulta. Es indudablemente el
miembro de la familia más competente y pres-
tigioso, y que además tiene una pareja que es
profesional de la salud mental. Estas observa-
ciones nos animaron todavía más a revisar la
experiencia que la Dra. Selvini explica en el
artículo citado.
Una de las preguntas que nos hacíamos era:
¿por qué el hermano impulsa en este momen-
to la consulta familiar? Una de las posibles
respuestas consistía en que el hermano aún
disfruta de las gratificaciones de su posición
privilegiada, pero al mismo tiempo su nueva
familia le reclama y le pide implicación: con-
vive en pareja, es padre de una hija de 2 años,
está a punto de casarse y está en proyecto un
nuevo hijo. Por lo tanto, Juan podría sentir la
necesidad de romper las cadenas que lo atan
a su familia de orígen. Como dice Mara Selvi-
ni: “De hecho, el hermano ha pagado y conti-
núa pagando caro su prestigio, teniendo que
luchar con los continuos reclamos y demandas
de sus padres, teniendo que gastar gran can-
tidad de energía y tiempo, sufriendo ansiedad
y teniendo que cargar sobre sus espaldas res-
ponsabilidades irrenunciables” (opus cit.)
Cuatro años más joven que su hermano, Mar-
ga es la paciente identificada. 30 años. No

es exactamente guapa, pero cuando se arre-
gla gana en atractivo. Su padre dice de ella:
“nunca ha ganado un duro”, un pensamiento
que para un trabajador nato como él resulta
insoportable. Marga está realizando un curso
pre-laboral y, según su hermano, le falta cons-
tancia y vive como si tuviera 15 años. Asiste
a un centro de minusvalía física y psíquica,
donde trabaja la derivante. En el transcurso
de una sesión el terapeuta dijo de Marga que
le parecía una persona muy observadora, a lo
que la madre replicó rápidamente en una es-
pecie de redefinición: “no es que Marga sea
observadora, es más bien muy crítica”. Era
como si a la madre le costara aceptar que su
hija también tenía cualidades destacables.
Entre el nacimiento de Juan y de Marga hubo
un aborto espontáneo, una criatura que –en pa-
labras de la madre- “no nacía bien”. Los padres
se conocieron bailando en la fiesta mayor del
pueblo. Tenían 18 años él y 19 ella. Se hicieron
novios poco después de la muerte de la madre
del padre. El noviazgo duró 8 años (es evidente
que eran otros tiempos). El dia de la boda el
cura tuvo doble trabajo, porque se casaron en
la misma ceremonia Pedro y María y también
la hermana de Pedro. La pareja se quedó a vivir
en la casa familiar paterna, donde ya vivían el
abuelo y un tío abuelo, hombre soltero y de gran
prestigio en el pueblo. María dice que fue a una
casa a cuidar hombres que, eso sí, fueron muy
buenos con ella. Y de su marido dice: “ ¡cuesta
más conservarlo que enamorarlo! ”.
A los tres meses de casarse, María quedó em-
barazada. Aprovechando un viaje de fin de
semana a Andorra –que les había tocado en
un sorteo- informó a su marido de que serían
“uno más en la familia”. El primogénito nace-
ría 9 meses y 9 días después, por cesárea, en
un parto difícil porque el niño llegaba “senta-
do”. ¿Quizás sentado en un trono real? Y los
reyes, ya se sabe, necesitan coronas.
Lo primero que el padre le dijo a su hijo nada
más verlo, recién nacido, como aquel que dice
todavía conectado a la madre por el cordón
umbilical, fue: “ ¡Ep, chaval, que soy tu pa-
dre! “. Ya se sabe que este cordón umbilical
une madres e hijos durante muchos años, a
veces más de los que estamos dispuestos a
reconocer. En esta familia se cumplía la clási-
79
ca observación empírica de que los hijos son
de las madres y las hijas de los padres, con la
diferencia de que entre padres e hijas no hay
cordones umbilicales. ¿O quizás sí?
Volviendo a nuestra familia, lo
curioso del caso es que al nacer
la hija, cuatro años después de su
hermano, lo primero que dijo la
madre al despertar de la aneste-
sia fue: “¿y el niño? ¿dónde está
el niño?”. El niño ya era la niña
de los ojos de su madre, había
empezado la que sería una larga
historia de intimidad y particular
proximidad entre la madre y el
hijo, otra de las características
del hermano prestigioso del que
nos habla la Dra. Selvini.
El niño, Juan, recuerda una infancia feliz,
aunque con algunos episodios enuréticos y en-
copréticos tras el nacimiento de su hermanita.
Sin embargo, insiste en lo de feliz. Recuerda
perfectamente el momento y el lugar en el que
su madre le explicó que tendría un hermanito
(que luego resultó hermanita): en un campo
de fútbol. Tenía 4 años y el recuerdo de ese
momento es vivo, fresco, intenso. Esto nos
hace pensar en cómo, muchas veces, los pro-
pios terapeutas que nos adentramos en el re-
corrido de nuestra historia familiar de tres ge-
neraciones –en la Ruta de nuestros Orígenes-,
alegamos desmemoria sobre experiencias cla-
ve de nuestra infancia. Como si al profundizar
en nuestra historia personal, la conexión con
el niño o la niña que fuimos quedara adorme-
cida por un pensamiento que enfatiza la téc-
nica y la teoría –absolutamente necesarias-,
pero que da poca relevancia a la experiencia
personal del terapeuta, desaprovechando los
recursos que esta experiencia nos aporta.
Nuestro Juan era un niño de 4 años cuando lle-
gó su hermanita a casa. Un niño que pensaba:
“si ella se queda con el biberón, si ella se hace
pipí y caca y entonces se queda en casa con la
Y más…
80
mamá, yo también querré el biberón, me haré
pipí y caca y así me podré quedar con la mamá
en vez de tener que ir a la escuela”. No crean
que este hipotético pensamiento del niño es
una interpretación nuestra, así es como nos
lo contó Juan en una entrevista recordando
aquel momento de su historia. Recuerdo, por
cierto, muy celebrado por la madre como una
muestra de inteligencia del niño. Juan nos ex-
plica que “hacerse pipí y caca” era una conse-
cuencia de los celos, “lo normal en los críos”,
apostilla. Es curioso que lo que toda la familia
ve como normal en el caso de Juan, después
en el proceso evolutivo de su hermana se verá
como “raro” y “enfermizo”, especialmente
desde el punto de vista de la madre.
Y es que precisamente durante el parto de Mar-
ga la madre sufrió un ataque de riñón. Además,
los médicos tuvieron que aplicar unas ventosas
sobre la criatura para que pudiera salir del útero,
provocándole un hematoma en el lado izquier-
do de la cabeza. El padre de todo esto no se
acuerda. ¿Por qué? “Cuando no te acuerdas, no
te acuerdas. No hay ninguna explicación”, sen-
tencia el señor Pedro con total certidumbre.
Cuando Marga tiene unos 10 meses de edad,
su madre empieza a preocuparse porque la
niña “no hacía lo que tenía que hacer”, desde
el punto de vista evolutivo. Un electroencefa-
lograma descubrió una “pequeña cosa” en la
parte izquierda del cerebro que parecía que no
funcionaba como debía. Empezaba a construir-
se la niña “rarita”, “diferente”, “enferma”.
La madre estaba convencida de que “esta niña
tiene algo que no le funciona”. Ella era siem-
pre la que llevaba la niña a los médicos, sin la
colaboración del padre. A los 3 años y medio
la llevó al neurólogo, al psicólogo y al oftalmó-
logo. Le detectaron una venita de la cabeza
obstruida. Existía el 99% de posibilidades de
que fuera a causa de aquella ventosa de cuan-
do el parto. Esta venita obturada explicaba las
somnolencias epilépticas, la rareza de aquella
niña durante toda su infancia.
El padre, sin embargo, era claro al decir que él
había visto a su hija como una niña “normal”
hasta los 10 años. Fue entonces cuando empe-
zó a romperse el idilio entre el padre y la hija.
Preguntamos a Marga: ¿en qué momento tie-
MOSAICOnúmero 42
nes el sentimiento de que perdiste a tu padre?
A los 14 años, nos contesta. A los 14 empiezan
las broncas. El padre está de acuerdo, algo se
rompe cuando ella empieza a “putearlos”, en
palabras textuales y todavía cargadas de rabia.
Vale la pena remarcar que cuando Marga tiene
14 años su hermano deja la casa familiar para
instalarse y estudiar en Barcelona.
El padre empieza a “pasar” de su hija para no
“amargarse”, según sus palabras. Renuncia a
su implicación como padre, mientras que la
madre busca y encuentra en su hijo un “apoyo
psicológico a distancia”, según la expresión
del hijo. El rey –el padre- renuncia a la corona,
y es el hijo quien la recoge y se la pone, con la
ayuda de la madre.
Desde la marcha del hijo de la casa, la hija
entra en una espiral de conductas cada vez
más provocativas y vengativas: roba dinero,
gasta barbaridades en teléfono, consume
drogas, desaparece durante días, se relaciona
con chicos irresponsables. Se configura una
historia en la que el padre se desentiende y
la madre reclama el apoyo de su hijo, ni que
sea a distancia, porque ya sabemos que las
emociones no toman en consideración las
distancias geográficas. ¿No está la madre de
alguna manera diciéndole al hijo “¿cómo nos
puedes abandonar ahora, con una hermana
tan enferma?”. El hijo no puede dejar de res-
ponder al requerimiento de su madre, por-
que continúa la implicación emocional con
ella. ¿Realmente el hijo ha podido marchar
de su familia? Lo intenta desde una posición
de prestigio y de competencia para resolver
problemas, de aquí su determinación de traer
a su famila a terapia.
El hermano prestigioso actúa de buena fe,
pero vive en un error epistemológico al pensar
que él está en un nivel diferente al del resto
de la família, cuando en realidad no puede
evitar ser una parte integrante de la familia.
Mara Selvini bebe de las fuentes inspiradoras
de Bateson, que en su artículo “La cibernética
del sí-mismo: una teoría del alcoholismo”, nos
dice que “los miembros de un sistema pasan a
ser elementos de un circuito en el que ningún
elemento puede disponer del control unilate-
ral de los demás”.

Nos llamó la atención la llamada telefónica de
la madre posterior a la primera entrevista para
informarnos de que su hijo no podría venir a
la siguiente por cuestiones laborales (en este
caso nuestro equipo decidió proponer otro día
para asegurar la presencia del hermano); y
también nos hacía reflexionar que el hermano
llegase tarde a alguna de las entrevistas (en
este caso decidíamos no empezar sin él). Pa-
recía como si él pudiera quedar al margen de
la familia, situado en una posición superior, y
por lo tanto nos enviaba el mensaje de que po-
díamos trabajar sin él porque, al fin y al cabo,
la paciente identificada era su hermana.
La epistemología que propone Bateson y am-
plía Mara Selvini nos sirvió para no perder la
coherencia y no caer en el error epistemológico
de trabajar sin la presencia del hermano, error
que nos hubiera llevado a cronificar el seña-
lamiento de la paciente identificada como “el
problema” de la familia. Y, por tanto, a perder
la visión sistémica.
Recuperemos el hilo de la historia familiar.
Hace tres años Marga quedó embarazada. Lo
dijo a su madre, que se quedó “helada”. La
primera persona con quien la madre desahogó
sus sentimientos de impotencia y desespera-
ción fue…su hijo. Marga finalmente abortaría.
Acogimos esta experiencia y nos emocionamos
cuando Marga explicó que con este hijo quiso
hacer feliz a su madre. Pero Marga lo tenía muy
difícil para que su madre aceptara este emba-
razo como una muestra de amor, como una ne-
cesidad de ser también ella querida. Cuántas
dificultades para acercarse a la madre.
Todavía recordamos aquella entrevista en la
que, al entrar en la sala, Marga se sentó por
primera vez en la silla situada al lado mismo de
la de la madre, y la madre le dijo como quien
no quiere la cosa: “levántate, que éste es el
lugar de tu hermano”. ¿Qué tendría que hacer
Marga para acceder al lugar de su hermano?
¿Cómo entender a la madre y su dificultad para
acoger el acto de amor de su hija? Sólo podría-
mos entender a la madre si entrábamos en su
historia de dolor, desesperación y también de
amor. Este era nuestro deseo: reconstruir la
historia familiar de tres generaciones.
Nos acercábamos al final del proceso y tenía-
81
mos que pensar en qué le diríamos a la familia
como cierre. Una vez más la Dra. Mara Selvi-
ni nos inspiró la intervención, centrada en la
imposibilidad de con una sola cabeza llevar
dos coronas. Nosotros pensábamos que Marga
todavía estaba a tiempo de cambiar el rumbo
de su vida, pero también creíamos que ella
sola no podría hacerlo, necesitaba de toda su
familia. Por eso pensamos en un cierre que in-
volucrara a toda la familia, como no puede ser
de otra manera cuando hacemos terapia fami-
liar. La corona que originalmente pertenece al
padre ha pasado al hijo con el consentimiento
de la madre, dejando a la hija en el lugar de
enferma crónica, “huérfana” de padres que
crean en sus posibilidades y por eso enterrada
en vida. ¿Cómo resucitar el amor de los padres
por la hija? Antes la corona tendría que volver
al cabeza de familia…
¿Cómo resucitar el amor de
los padres por la hija? Antes
la corona tendría que volver al
cabeza de familia…
Transcribimos la secuencia en la que se ins-
cribe nuestra intervención de cierre. El tera-
peuta acaba de ponerle a Marga en su pierna
un grillete, que aunque es de plástico quiere
ser una metáfora de la dificultad para crecer
y del peso de la condena que representa ser la
“enferma crónica”. Marga se soltaría inmedia-
tamente el grillete, casi sin dar tiempo a que
el terapeuta le preguntara: ¿Quieres vivir con
este grillete atado a tu cuerpo o quieres em-
pezar a mostrar tus recursos? La intervención
que sigue está aparentemente centrada en el
hijo, pero en realidad es una intervención para
toda la familia.
Terapeuta: tu hermano no lleva un grillete en
la pierna, ¿dónde lo lleva…? (silencio). En la
cabeza (la madre asiente). El padre renunció y
ahora tú (al hermano) llevas el peso…
Hermano: te refieres al peso de la familia…al
peso de mi hermana…
Terapeuta: …me refiero al peso de la corona
Madre: (que sigue asintiendo ya con una franca
sonrisa) al peso de ser el cabeza de familia
Y más…
82
Terapeuta: (recogiendo el comentario de la
madre) así es en cierta manera… (y ahora diri-
giéndose al hermano) pero, ¿tú eres el cabeza
de qué familia?
Hermano: yo de la mía (con una cierta inco-
modidad)
Terapeuta: ¿cómo se puede ser cabeza de dos
familias? ¿ cómo puedes llevar dos coronas si
sólo tienes una cabeza?
El padre y el hermano reaccionan inmediata y
sintónicamente, como un solo hombre.
Hermano: a ver a ver…(reaccionando ipso fac-
to) ¡tampoco es tanto!
Padre: ¡tampoco lleva dos coronas! ¡ahora no
lo echemos todo por tierra! Pongamos las co-
sas en su sitio…
Mientras los hombres de la familia se de-
fienden alborotados, la madre sonríe, alza el
cuello y mueve el pelo de un lado al otro en
un gesto seductor. Está sentada justo entre el
padre y el hijo. Mientras tanto, la hija mira la
escena en un silencio reflexivo, en un extremo,
como desde un rincón, sola.
Es importante señalar que todo lo que utilizamos
en nuestra intervención final no era arbitrario ni
basado en ideas generales aplicables a cualquier
familia, sino basado estrictamente en la infor-
mación dada por la familia sobre su historia.
Y bien, después de presentaros las dos his-
torias familiares nos gustaría despedirnos con
una reflexión final.
Reflexión final
Ha sido una experiencia fasci-
nante. Como crecer, un proceso
apasionante, pero siempre difícil.
Es por eso que nos gustaría despe-
dirnos con semillas de esperanza.
Esa que encontramos en el fondo
de la Caja de Pandora.
MOSAICOnúmero 42
Bibliografia
BATESON, G. “Pasos hacia una ecología de
la mente”. Ed. Lohlé-Lumen. Buenos Ai-
res, 1999.
BATESON, G. “Espíritu y naturaleza”. Amo-
rrortu Editores. Buenos Aires, 1997.
MATURANA, H. “Transformación en la convi-
vencia”. Ed. Dolmen. Santiago de Chile,
1999.
MATURANA, H. “Amor y juego. Fundamentos
olvidados de lo humano”. Ed. J.C. Sáez.
Santiago de Chile, 2003.
MATURANA, H. Y PÖRKSEN, B. “Del Ser al Ha-
cer. Los orígenes de la biología del cono-
cer”. Ed. J.C. Sáez. Santiago de Chile,
2004.
MINUCHIN, S. “El arte de la terapia familiar”.
Ed. Paidós. Barcelona, 1998.
MORIN, E.“Los 7 saberes necesarios para
una educación del futuro”. Ed. Paidós.
Barcelona, 2001.
MORIN, E. “La mente bien ordenada”. Ed.
Seix Barral. Barcelona, 2000.
SELVINI- PALAZZOLI, M. “Los juegos psicóti-
cos de la familia”. Ed. Paidós. Barcelona,
1990.
“El problema del her-
SELVINI-PALAZZOLI, M.
mano como la persona que deriva” (articu-
lo publicado originalmente en Journal of
Marital and Family Therapy, 1985)
SELVINI, MATEO (COMPILADOR). “Crónica de
una investigación”. Ed. Paidós. Barcelona,
1990.
VON FOERSTER, H. “Las semillas de la ciber-
nética”. Ed. Gedisa. Barcelona, 1991.
Neus Garriga · Pilar Guillén · Núria Llauradó
· Rosa Ocón · Rafael Metlikovez
metli@arrakis.es
Espai Obert, Plaça Tetuán 3, 3º 1ª
08010 Barcelona
 83

Un viaje
hacia el corazón
EL PROCESO TERAPÉUTICO DEL EGO AL SÍ MISMO

Como si de una definición se tratara, podemos

separar el título en varios apartados y explicar cada
uno de ellos, y desde cada uno de ellos invitaros a
leer y disfrutar este libro.

UN VIAJE.
Es un libro de viaje, no de los viajes al uso, donde te cuentan la mejor forma de llegar,
con que moneda pagar, y cual es la gastronomía del lugar. No. No es de esos tipos de
libros. Tampoco lo es de aquellos que te detallan de la manera más minuciosa posible,
todas las etapas que iras pasando desde que sales de tu casa hasta que vuelves a la
misma. Pero os aseguro que sin duda es un libro de viaje.

HACIA.
Es un libro hacia ..., es decir, que no es uno de esos libros escritos “desde” cualquier
teoría o autor, o de aquellos “como” final de proyecto de investigación, o de aquellos
otros, que también existen “para” rendir tributo a alguien. No, no es de esos libros.

EL CORAZÓN.
Es un libro del corazón, aunque no de aquellos que describen los movimientos del ór-
gano en cuestión, ni la relación del mismo con el resto del cuerpo. No. Tampoco es de
aquellos que nos cuentan las bondades de ciertos hábitos para mantener en forma todas
las capacidades del mismo. No. Pero, insisto, en sin duda un libro del corazón.

Un viaje hacia el corazón

84
“Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es
invisible a los ojos”, le dice el lobo al principi-
to. De lo esencial nos habla Ascensión Belart
en este libro. Cuando iniciamos el camino de
acompañamiento con una familia, o una pareja
o cualquier persona que decide consultar por
una dolencia (de las del alma), es recomenda-
ble tener una mapa. Un mapa que nos oriente
y nos guíe, en nuestras tomas de decisiones y
nos ayude a enfocar la lupa hacia algún aspec-
to de la relación, de la persona, del discurso,
..., da igual, cada uno según su mapa. En este
libro, la autora nos propone un camino, de lo
exterior a lo interior, de las relaciones y las
historias familiares, al corazón, a uno mismo.
A lo más íntimo. Desde luego hay libros que
hablan de estos mismos temas, pero este tiene
el valor añadido de estar escrito con corazón,
y no sólo en el título. Ascensión Belart nos va
conduciendo por un camino, para ella cono-
cido, desde lo teórico pero también desde lo
vivido, y esto lo dota de un valor añadido. Lo
dota de una narrativa sencilla y clara, y sobre
todo lo llena de sentido.
“Sólo se ve bien con el
corazón, lo esencial es
invisible a los ojos”,
Pero antes de continuar conviene presentar
también a la autora, Ascensión Belart, que ya
ha publicado otro libro “El ciclo de la vida.
Una visión sistémica de la familia” (1998),
cuanta con el privilegio, o el saber hacer, de
que la consideren uno de los suyos en varia-
das escuelas y orientaciones. Es una terapeuta
sistémica, varios años de trabajo con familias
y parejas así lo acreditan, también es una te-
rapeuta humanista, su orientación fenomeno-
lógica existencial es clara. Es también experta
en acompañamiento en procesos de enferme-
MOSAICOnúmero 41
dad, pérdida, muerte y duelo. Y por si esto
fuera poco, también ha desarrollado durante
años, trabajo grupal, con personas que están
en proceso de separación. Pero sobre todo es,
como a ella le gusta denominarse, “psicóloga
del alma”.
De todos y cada uno de estos modelos hay par-
tes en el libro, Ascensión consigue integrarlos
como un todo y transmitirnos una visión de
conjunto donde ninguno desafina. A grandes
rasgos el libro podemos dividirlo en varias par-
tes. En los primeros capítulos, la autora, nos
presenta sus bases, su manera de entender a
la persona, y el hacer en psicoterapia. Pasan-
do a continuación (capítulo cinco) a hablarnos
de la familia de origen, y de la relación con los
padres, inaugurando de esta manera la parte
relacional en el libro, con la familia de origen,
pero también con uno/a mismo/a, y como as-
pecto relevante, lo masculino y lo femenino, o
los programas de masculinización y feminiza-
ción. Continúa el libro con varios capítulos so-
bre las relaciones de pareja, y en último lugar
su perspectiva sobre la muerte.
Utilizando palabras de la autora: “hemos de
tener en cuenta que somos seres biológicos,
emocionales, mentales y espirituales, y por ello
tenemos que conocer todos estos ámbitos y cui-
darnos en todos ellos. Necesitamos aprender a
cuidar nuestro cuerpo, nuestra vida emocional,
nuestras mente y nuestra alma. También somos
seres relacionales, por lo que debemos analizar
de qué manera nos relacionamos, ...”
Y de esto va el libro, pero insisto, con corazón.
Es un viaje hacia el corazón, y a la vez una in-
vitación a poner corazón en el viaje que inicies
con tus clientes.
Octavio Rivero
44
tivas que família e serviços têm e que ajudam
ou dificultam a mudança; b) o conhecimento
dos processos que têm bloqueado e promo-
vido a mudança.
A supervisão, enquanto olhar externo, respon-
sável por potenciar visões alternativas, pode
ajudar a CPCJ a colocar-se na posição meta e
pode ajudar a rede secundária a criar novas,
e mais úteis, narrativas acerca de uma inter-
venção que não é fácil mas é cada vez mais
necessária no quadro de uma sociedade que
se assume como responsável pela defesa dos
direitos das crianças e das famílias.
Fig. 1 – Eco-mapa do André e da sua família
MOSAICOnúmero 42
Bibliografia
ALARCÃO, M. (2000). (des)Equilíbrios familiares.
Coimbra: Quarteto editora.
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2.6. Nova planificação da
intervenção
Tomar o André como elemento fundamental
da solução (invertendo a habitual narrativa que
o responsabilizava pelo problema) e externa-
lizar a dificuldade, qualificando o André como
autor da sua vida e capaz de enfrentar o medo,
revelou-se fundamental no estabelecimento
de uma relação de confiança que permitiu ao
André aceitar a intervenção da CPCJ e pôr a
hipótese de ir ao médico (pedopsiquiatra). Para
reforçar a mudança que parecia estar a instalar-
se, definiu-se um plano de acompanhamento
individual semanal, centrado na externalização
dos medos do André, no reforço das suas
competências e na avaliação da possibilidade
de reconstrução da sua rede primária.
No sentido de apoiar a mãe e de diluir a
relação fusional mãe-filho, foi-lhe oferecido
um espaço pessoal, nas instalações da CPCJ,
com uma das gestoras do caso.
Com o objectivo de ajudar esta família a reor-
ganizar as suas relações com a família de
origem, foi marcada uma nova reunião com a
tia e a mãe do André, preparatória do período
de internamento da mãe.
Com o intuito de organizar a rede secun-
dária e de reforçar o contexto colaborativo
que tinha sido iniciado entre o André, a sua
família e a CPCJ, considerou-se necessário
marcar uma reunião com a médica de família
e, posteriormente, com todos os profissionais/
serviços que viessem a integrar este processo
no sentido de partilhar a compreensão sisté-
mica e definir conjuntamente a intervenção.
Conclusões
No contexto particular da CPCJ, onde as famí-
lias chegam com uma herança de intervenções
mal-sucedidas, frequentemente rotuladas
como disfuncionais e consideradas como
incapazes de mudarem, parece-nos especial-
mente importante a promoção de uma leitura
sistémica do microsistema familiar e do seu
ecosistema, bem como das comunicações
desenvolvidas entre os vários sistemas.
O desenvolvimento de um relação colaborativa
com a família, num contexto que não deixa de
ser por ela entendido como coactivo, revela-se
43
fundamental para o processo de ajuda, uma
vez que é impossível dois ou mais sistemas
cooperarem num quadro de desqualificação
e/ou desconfiança e na ausência de leituras
e objectivos mutuamente significativos e
aceites. Por esta razão, o processo avaliativo
comporta, desde o primeiro contacto, uma
dimensão interventiva na medida em que os
profissionais devem criar condições para que,
conjuntamente com a família, se busquem
novas formas de promover o desenvolvimento
e o bem-estar individual e familiar.
A elaboração e discussão da hipótese sisté-
mica surge como um instrumento funda-
mental no processo de recolha e leitura da
informação na medida em que permite e
obriga a rede secundária a compreender quem
e como se mantém a dificuldade e abre as
portas para o reenquadramento, tarefa indis-
pensável à construção da relação colaborativa
e à potenciação do processo de mudança. É
com o reenquadramento que os profissionais
partilham a hipótese sistémica com o sistema
familiar e é num processo permanente de
(re)constução da mesma que se (re)define
e planifica a intervenção e se procura trans-
formar a crise numa oportunidade de trans-
formação e crescimento.
Uma vez mais pudemos constatar que a
acumulação de intervenções não só não é
sinónimo de transformação e evolução fami-
liar como, muitas vezes, contribui para a
perpetuação das dificuldades, para a desqua-
lificação e bloqueio do sistema familiar.
A CPCJ, enquanto instituição oficial não judi-
ciária que intervém quando já não é possível
às entidades com competência em matéria
de infância e juventude actuar de forma
adequada e suficiente para remover o perigo
em que crianças e/ou jovens se encontram,
deve adoptar uma posição meta, na hora de
reflectir sobre os casos que acompanha. Para
tal, e como pensamos ter podido deixar claro,
é indispensável que proceda a uma recursiva
hipotetização/planificação da intervenção, no
sentido de ir, progressivamente, avaliando as
abordagens promotoras ou constrangedoras
da evolução familiar. Duas questões parecem
revelar-se muito úteis na condução do
processo e na construção da relação colabo-
rativa: a) a exploração das crenças e expecta-
Sección
42
2.3. Encontro com a família alargada
A sessão com a família alargada potenciou surpresas, uma vez que a tia tinha uma
visão diferente e menos saturada do que a da mãe, demonstrando mais facilidade em
destacar os pontos fortes do André e as suas capacidades escondidas. A mãe acabou
por mostrar mais esperança na intervenção, reconhecendo os importantes passos
que já tinham sido dados e mostrando disposição para colaborar na promoção da
participação do André na construção da mudança. Nesta sessão foi também evidente
a possibilidade da tia e sua família apoiarem o André e o pai durante o período em
que a mãe estivesse hospitalizada para realizar a intervenção cirúrgica que vinha
adiando há vários meses.
2.4. Sessão presencial com o PI vitória, provando como era capaz de mandar
no medo. Propusemos que a CPCJ fosse sua
O encontro ocorreu passados dois dias. Ao
aliada, neste combate ao medo.
contrário das expectativas mais pessimistas, o
próprio André surpreendeu-se com a naturali- Já na presença da mãe e do André, sinteti-
dade com que aconteceram as apresentações. zámos o que tinha sido falado com ele e agra-
Não se revelou especialmente nervoso, muito decemos à mãe tudo o que tinha feito para que
menos limitado do ponto de vista cognitivo. este passo pudesse ser dado. Qualificamos a
Passeámos. O André ficou gradualmente mais mãe como aliada do André na luta contra o
descontraído, o que se notou na forma como medo, tendo o importante papel de ajudá-lo a
começava a falar de si. Centrámo-nos nos seus conhecer os seus recursos e capacidades.
gostos e recursos. Sempre que o André se dizia
incapaz, referíamos a concretização do actual
encontro para desafiar as suas crenças auto- 2.5. Segundo contacto presencial
desqualificadoras. Introduzimos a questão com o PI
milagre (De Shazer, 2005), pedindo-lhe que No segundo encontro deparámo-nos com
descrevesse o seu acordar se, durante a noite, uma família mais leve. Mãe e filho pareciam
todos os seus problemas se resolvessem. O menos desgastados e não esconderam que
André disse que acordava curado. Pedimos- estavam à espera da visita. A mãe mostrou-se
lhe que esclarecesse o que queria dizer, mais animada e confiante, incentivando, por
tendo ele referido que queria dizer sentir-se sua iniciativa, o nosso espaço individual com
bem. Fez referência a algumas actividades o filho. O André estava descontraído e mais
que considerava importante realizar, como ir arrojado. Durante a semana havia expressado
ao dentista e ao médico, assim como voltar à mãe o desejo de ir ao médico. Na conversa
para a escola. No entanto, estava convencido desse dia mostrou-se motivado no que respeita
da sua incapacidade para as concretizar. Dizia aos passos que necessitaria percorrer para
que, apesar da consciência da imprescindibi- alcançar o maior bem-estar que pretendia.
lidade de dar aqueles passos, desejando os Ponderámos, em conjunto, pequenos passos,
resultados, por considerá-los construtivos, o tendo-se o André mostrado confiante nas suas
medo era mais forte. Talvez pelo facto de a capacidades para os executar.
conversa ter assentado nas suas áreas mais
saudáveis, a descrição que fazia das suas difi- Finalmente, de novo juntamente com a mãe,
culdades ia contrastando com uma postura de sintetizou-se o conteúdo daquele encontro,
maior confiança. Naturalmente surgiram vários realçando as pequenas conquistas que se
resultados únicos em que o André derrotava o vinham fazendo. Nesse dia, o André subs-
medo. Orientámo-nos para esses episódios e creveu o consentimento que autorizava a CPCJ
para a forma como se sentia depois de cada a intervir.
MOSAICOnúmero 42

não confiava em doutores e não queria que
mais pessoas se intrometessem na sua vida;
apercebendo-se, contudo, da ineficácia da
sua estratégia, a mãe acabou por apropriar-se
do discurso que lhe era comunicado, transmi-
tindo-o, fidedignamente, ao filho. A partir de
então o André começou a ouvir e a partir do
quarto telefonema começou a perspectivar-se
a possibilidade de um encontro presencial.
Sempre que assumia o telefonema e falava
na primeira pessoa, o André deixava de ter
uma voz tensa e entrecortada e evidenciava
alívio e algum prazer na conversa.
O tempo, contudo, tornava-se um inimigo,
uma vez que as exigências legais colocadas à
intervenção da CPCJ não se coadunavam com
o tempo de que o André parecia necessitar.
Por essa razão foi estabelecido contacto com
o Tribunal de Família e Menores tendo este
compreendido a necessidade de prolongar o
tempo inicialmente dado para a fase avaliativa.
Desta forma, pudemos, junto do rapaz, reforçar
a ideia de que não lhe imporíamos uma data
para estar com ele, esperando que nos dissesse
quando estava preparado para o fazer. Em cada
telefonema mobilizámos energias para realçar
as competências e recursos do André e procu-
rámos perturbar a narrativa familiar qualifi-
cando-o como elemento chave da solução para
a família. Conferimos-lhe autoria no que toca
à construção da mudança, tanto no espaço
familiar como individual e sugerimos-lhe que o
encontro fosse perspectivado como uma opor-
tunidade de começar a construir, colaborativa-
mente, o seu bem-estar e o da família. Arriscar
no encontro seria dar oportunidade de expressão
ao seu lado corajoso, aquele que vinha falando
mais alto, de telefonema para telefonema.
Em cada telefonema mobilizámos energias
para realçar as competências e recursos do
André e procurámos perturbar a narrativa
familiar qualificando-o como elemento chave
da solução para a família.
41
Quando a concretização do encontro começou
a tornar-se uma realidade surgiu um novo
entrave: a inclusão de um novo elemento
na rede secundária familiar, neste caso a
nova médica de família. A mãe regressa da
consulta reforçada na sua antiga narrativa,
dizendo que a médica havia apoiado as suas
preocupações e considerado que a única
solução para o seu filho muito doente seria o
internamento. Os gestores do caso, na CPCJ,
retomam, também eles, a visão que inicial-
mente tinham construído acerca da mãe como
uma pessoa manipuladora e doente, desade-
quada e prejudicial para o filho, começando
a equacionar até que ponto é que o André
estava ou não em perigo neste agregado
familiar e colocando a hipótese de estudar a
viabilidade do internamento. Curiosamente,
esta visão vai ao encontro daquela que a mãe
receia que os serviços tenham a seu respeito
e que, quando transmitida, acaba por gerar
cortes e escaladas comunicacionais. Nessa
altura foi feita nova supervisão e reflectido
o sentido (o para quê deste comportamento
materno) e as implicações desta visão no
desenrolar do processo.
No dia marcado para o primeiro encontro
presencial, a técnica acabou por atrasar-se
meia hora e, quando chegou, o André tinha
saído: de acordo com a mãe, ele ficou cheio
de pânico e a tremer e fugiu o que levou a mãe
a pensar que tudo estava a voltar para trás. A
técnica aproveitou para reenquadrar o episódio,
normalizando a reacção do André. Depois, falou
telefonicamente com o André, reenquadrando
e normalizando o seu comportamento e desa-
fiando o seu eu corajoso a ultrapassar os seus
medos e a marcar um novo encontro.
Sección
40
que a mesma repetisse o atendimento feito
aos pais nas instalações da comissão, foi
feito, em regime de supervisão, um role-play
de uma possível sessão, procurando entender
que tipo de interacção favoreceria a mudança,
que tipo de dificuldades os técnicos poderiam
sentir, e porquê, que recursos pessoais e que
estratégias poderiam activar para lhes fazer
face. Foram, ainda, ensaiados diversos reen-
quadramentos e conotações positivas para
possíveis comportamentos e interacções,
quer do jovem quer dos pais.
2.1. PRIMEIRA SESSÃO DOMICILIÁRIA
A sessão ocorreu no domicílio embora apenas
na presença da mãe. O pai tinha ido trabalhar
e o André havia fugido (para casa da tia) ao
tomar conhecimento da visita das técnicas.
A mãe, apesar de haver acordado comunicar
antecipadamente a visita ao filho, acabou por
ocultar essa informação acreditando que uma
visita inesperada seria a melhor estratégia
para evitar o seu nervosismo e a sua fuga.
O encontro serviu, então, para procurar
estabelecer uma relação forte com a
mãe, através da conotação positiva do
seu comportamento como expressão
da sua grande preocupação com o filho
traduzida numa protecção cons-
tante com ele e na desvalorização
dos seus própios problemas de
saúde; daí a ideia do internamento
para que outros mais capazes
pudessem cuidar do André e para
que a senhora pusesse realizar a
operação de que tanto necessitava.
A mãe aceitou esta leitura e descreveu todo
o historial de relação com os diferentes
serviços a que tem vindo a recorrer, de forma
a completar o ecomapa inicialmente traçado.
Aceitou ainda colaborar com a CPCJ no
sentido de que, nas semanas seguintes, não
procuraria nenhum outro serviço nem enga-
naria o filho relativamente aos contactos com
as técnicas da CPCJ. Pela primeira vez, a mãe
concordou com a ideia de que o André tinha
capacidades para tomar algumas decisões
como, por exemplo, decidir em que momento
queria falar com os elementos da comissão.
MOSAICOnúmero 42
2.2. REAVALIAÇÃO DA HIPÓTESE SISTÉMICA E PLANI-
FICAÇÃO DOS CONTACTOS SEGUINTES
Confirmada, na generalidade, a hipótese ante-
riormente formulada, considerou-se funda-
mental: a) permitir que o jovem se apropriasse
do pedido de ajuda, no sentido de reforçar
positivamente a sua necessidade de ser quali-
ficado como pessoa competente e com alguma
autonomia; b) alargar e retomar o apoio da
família alargada curto-circuitado pelo conflito
familiar ocorrido três anos antes.
No sentido de alcançar o 1º objectivo, definiu-
se que iriam ser realizados tantos contactos
telefónicos quantos os necessários até que
o André aceitasse encontrar-se presencial-
mente com a técnica da CPCJ. Optou-se pelo
contacto telefónico inicial na medida em que
é um contacto mais indirecto e ao qual o
André poderia furtar-se sem ter que agravar a
sua sintomatologia. Optou-se também por ser
uma outra técnica, com mais disponibilidade
e mais nova, a manter este contacto com o
André, ainda que em clara articulação com as
gestoras do caso que ficariam mais disponí-
veis para desenvolver o trabalho com a mãe e
a sua família de origem.
2.3. PRIMEIROS CONTACTOS (TELEFÓNICOS) COM O PI
No espaço de duas semanas e meia, foram
efectuados 7 contactos telefónicos: inicial-
mente era a mãe que atendia o telefone,
pois o André recusava-se a fazê-lo, ainda que
ficasse a ouvir a conversa. A técnica pedia à
mãe que repetisse ao André o que ela estava
a dizer (que sabia que ele estava cansado de
contar a sua história a pessoas desconhe-
cidas, que entravam na sua vida, actuavam
e saiam, alheias à sua vontade, mas que
queria fazer diferente, permitindo que fosse
ele a dizer o que fazia sentido para si; que
compreendia que ele tivesse necessidade de
mais algum tempo para atender o telefone
e para poder marcar o dia em que quisesse
falar com ela sobre aquilo que o incomodava
e que o fazia ficar em casa), ainda que nos
dois primeiros telefonemas a senhora acres-
centasse sempre mais alguma coisa da sua
lavra no sentido de forçar o filho a falar com a
técnica. Durante os primeiros telefonemas o
jovem recusou falar ao telefone, suplicando à
mãe que o deixassem em paz e afirmando que

1.3. PRIMEIRA HIPÓTESE SISTÉMICA
Habituada a contar com o apoio e enqua-
dramento da família alargada, esta família
nuclear vê-se não só deles privada (na
sequência do conflito potenciado pelo Bruno)
como se confronta com uma desorganização
crescente do seu filho André. A mãe, forte-
mente aberta à ajuda exterior e amedron-
tada pela sintomatologia crescente do filho,
procura ajuda técnica.
A crise vivida pela família, que exigiria
mudanças estruturais importantes (reforço e
articulação do sub-sistema parental; reorga-
nização das relações com a família de origem;
filiação emocional do André por parte dos seus
pais mas com promoção da sua progressiva
autonomia; abertura da família ao exterior,
com reforço das ligações sociais) é transfor-
mada em urgência (necessidade de curar os
sintomas do André) o que reforça a pontuação
sintomática e bloqueia o sistema familiar nas
transformações que deveria realizar. Cria-se
uma progressiva fusionalidade entre a mãe e
o André, assente nos sintomas, e reforça-se a
demissão do pai que passa a ter que trabalhar
ainda mais para ganhar por ele e pela mulher
uma vez que esta acaba por deixar de trabalhar
para tomar conta do filho. A filiação emocional
do André faz-se à custa de uma fusionalidade
que bloqueia o seu crescimento, que esgota
a mãe, que afasta o pai e que desorganiza a
família. As dúvidas identitárias do André foca-
lizam-se na dimensão sexual, o que agrava os
medos da mãe e aumenta a conflitualidade e
o isolamento familiar e social.
Procurando responder à urgência, os dife-
rentes serviços reforçam a focalização sinto-
mática. Face à manutenção das dificuldades
do rapaz, a mãe parte para um novo contacto,
coleccionando narrativas de desqualificação
mútua (não se sentindo apoiada, a mãe
critica os serviços que a definem como não
cooperante e responsável pelas dificuldades
do filho). O desconhecimento do histórico da
relação da família com outros serviços faz
com que cada novo encontro repita procedi-
mentos semelhantes e cristalize a narrativa
familiar centrada no problema e na patologia
do André.
O André, sentindo-se prisioneiro de uma mãe
que o apoia mas que também o sufoca, de um
39
pai amedrontado que não sabe o que fazer,
traído por tios e primos que o não aceitam,
dominado por ideias de vingança e por
pensamentos e sentimentos que o assustam
e por profissionais que não o escutam e que
o medicam mesmo sem o verem (face à
sua progressiva recusa de sair de casa, é a
mãe que vai à consulta e traz a medicação),
encerra-se cada vez mais sobre si mesmo,
centrado nas suas dúvidas e no seu compor-
tamento sintomático.
Temos, então, uma mãe com enorme desejo
de proporcionar qualidade de vida ao filho
mas que se sente desamparada. Há serviços
preocupados com o bem-estar do jovem mas
desconfiados no que respeita à forma de
proceder da mãe. E há um paciente iden-
tificado completamente triangulado entre
a família (particularmente a mãe) e a rede
secundária.
2. Da(s) hipótese(s) à
concretização da intervenção
A partir da compreensibilidade permitida
pela hipótese anteriormente referida, a CPCJ
entendeu estar perante o seguinte dilema:
ou aceitava a narrativa familiar e continuava
a centrar-se no sintoma e no PI, reforçando
o valor de urgência dado à crise, ou contra-
riava a narrativa familiar (nomeadamente
no tocante ao internamento) e entrava em
escalada simétrica com a mãe, ou procurava,
através do reenquadramento sistemático,
introduzir novas pontuações, perturbando,
no sentido prigogeniano, o equilíbrio fami-
liar (quer da família nuclear quer das suas
relações com a família de origem) e o equilí-
brio intersistémico (entre a família nuclear e
a rede institucional).
Seleccionando a última opção, considerou a
possibilidade de realizar uma sessão domi-
ciliária (uma vez que o André não saía de
casa) e uma reunião de rede secundária (para
leitura sistémica das dificuldades e trabalho
da rede e planificação da intervenção). Dada
a necessidade de responder rapidamente à
solicitação dos pais (mãe) e de começar a
desconstruir a narrativa familiar, considerou-
se prioritária a realização da sessão domici-
liária. Face ao receio dos técnicos da CPCJ de
Sección
38
Até aos seis anos, o André passava o dia com
uma tia materna (para que os pais pudessem
trabalhar), apenas regressando a casa de
noite, para dormir. Essa tia tinha três filhos,
dos quais o mais velho (Bruno) se foi progres-
sivamente insurgindo pelo facto de o primo
passar muito tempo em sua casa. Quando
o Bruno constituiu família e teve uma filha
ameaçou a mãe de que não voltaria a sua
casa caso o André continuasse entregue aos
seus cuidados. Estas tensões culminaram
num episódio que envolveu a polícia, devido
aos insultos que Bruno dirigiu a André e seus
pais. A forma como relataram o episódio
demonstrou que o impacto do conflito abalou
muito toda a família.
Desde então, o André passou a ser acom-
panhado por técnicos de diferentes espaços
institucionais que, natural (escola) ou
circunstancialmente (serviços de saúde,
sociais, policiais), frequentava (cf. figura 1),
em consequência de um conjunto de sintomas
que passou a ter (e.g., medo de tocar no
papel, lavagem recorrente e sistemática das
mãos, recusa em ter alguma parte do corpo
descoberta, recusa em estar com algumas
pessoas, bater com a cabeça nas paredes).
Concomitantemente, as suas relações de
amizade foram-se deteriorando. Segundo
a mãe, o André foi sempre o mais pequeno
e frágil, entre os colegas, relacionando-se
sobretudo com meninas. Cresceu rodeado por
senhoras e foi desenvolvendo alguns manei-
rismos e comportamentos (e.g., ter o cabelo
comprido, usar verniz nas unhas) que provo-
cavam, nos colegas, comentários que o faziam
sentir gozado e vexado. A própria família e os
vizinhos diziam à mãe que “a culpa seria dela
caso ele se tornasse homossexual”, fazendo
com que a senhora se sentisse pressionada e
tomasse atitudes contrárias à vontade do filho
(e.g., separá-lo das colegas com quem se dava
mais e inscrevê-lo numa nova escola).
As férias de Verão anteriores à actual sina-
lização são pontuadas pelos pais como um
período muito negativo para o filho. Duas
colegas suas amigas resolveram fazer um
“teste à sexualidade” do André no sentido de
esclarecer as suas dúvidas no tocante à orien-
tação sexual: para tal, procuraram seduzi-lo,
não tendo o mesmo sentido qualquer exci-
MOSAICOnúmero 42
tação o que o levou a concluir que era gay.
Posta ao corrente do que se tinha passado, a
mãe proibiu o filho de contactar com as rapa-
rigas (suas únicas amigas).
O regresso à escola, em Setembro, foi muito
conturbado. O André mostrava-se bastante
revoltado com os pais e profissionais que o
acompanhavam. Passou a maquilhar-se e
decidiu interromper a medicação (que tomava
desde os 9 anos). Foi nesta sequência que,
em Novembro, se recusou a voltar à escola.
Todos os esforços de articulação entre a
família e os diferentes serviços, no sentido de
promover a reintegração escolar e social do
André, foram gorados.
O rapaz mostra-se cada vez mais revoltado e
reage a qualquer tentativa de aproximação da
família a um novo ou antigo serviço, recusa a
medicação, recusa voltar à escola, insurge-se
contra os pais e vive em casa, isolado, levando
os pais a considerar que o melhor é o seu
internamento. A mãe diz-se esgotada. Procura
sofregamente soluções, desmultiplica-se em
pedidos de ajuda e decepciona-se ao compre-
ender que os diferentes profissionais não
acolhem a sua ideia de internamento. Sente-
se esperançada em cada novo contacto mas
desiludida e desesperada quando não obtém
a resposta pretendida, partindo para um novo
serviço. O resultado é uma teia de instituições
e técnicos desalinhados e desarticulados
(figura 1), também eles incapazes de alterar
o registo discursivo e comportamental desta
mãe e desta família.
Os pais que vieram ao encontro da CPCJ para
“desabafar” sobre o filho (a mãe entrou na sala
de atendimento benzendo-se, ao mesmo tempo
que dizia “meu Deus, espero que aqui encontre a
solução”), vieram também sinalizar a desordem
deste ecosistema, cuja falta de sintonia se vai
reflectindo no desânimo e desgaste de cada
indivíduo e entidade envolvidos.
O rapaz mostra-se cada vez mais revoltado
e reage a qualquer tentativa de aproximação
da família a um novo ou antigo serviço,
recusa a medicação, recusa voltar à escola,
insurge-se contra os pais e vive em casa,
isolado, levando os pais a considerar que o
melhor é o seu internamento.

Introdução
Este estudo de caso surge na sequência
de uma investigação realizada sobre a rede
secundária e o fenómeno da mutiassistência
em famílias sinalizadas a uma Comissão de
Protecção de Crianças e Jovens (CPCJ)1. Face
às múltiplas situações de multiassistência
e à enorme dificuldade sentida na transfor-
mação das dificuldades e narrativas fami-
liares, quisemos explorar de que forma é que,
neste contexto de protecção e promoção da
infância, os técnicos da CPCJ podem ajudar a
promover a verdadeira mudança e a potenciar
o bem-estar e o desenvolvimento familiar.
Tal como evidenciámos no anterior trabalho
(Picão & Alarcão, 2009), a rede secundária
contribui, muitas vezes, apenas para um alar-
gamento de apoios, mais pontuais do que
prolongados, mais dirigidos ao indivíduo do
que ao todo familiar, que acabam por trans-
formar o suporte institucional numa “não
ajuda”. Mantendo-se num quadro de ciber-
nética de primeira ordem, a intervenção toma
o sistema como uma entidade auto-regulada,
deficitária, que é preciso “ensinar” a mudar,
e a desarticulação institucional transforma a
rede secundária num elemento mais alienador
do que potenciador (Alarcão, 2005). As
forças da família são frequentemente negli-
genciadas, criando um ciclo vicioso no qual
a família se percebe como cada vez menos
capacitada e os serviços como mais neces-
sários (Imber-Black, 1988). Não obstante, o
objectivo é criar um nicho institucional que
potencie a transformação do sistema em difi-
culdades. Para isso é necessário considerar
a dimensão auto-organizativa do sistema e
valorizá-lo como um elemento necessaria-
mente envolvido na construção da mudança
(Alarcão, 2005), capaz de se apoiar, autono-
mamente, em instâncias externas (Linares,
1997: 42). A realização de encontros interins-
titucionais afigura-se crucial para o aumento
da eficácia das intervenções e para a redução
do número de acções divergentes ou mesmo
contraditórias. No fundo, a intervenção em
rede secundária só poderá funcionar como
1 Picão, M. & Alarcão, M. (2009). A rede secundária em
famílias multiassistidas. Estudo de um contexto de prote-
cção da infância. Mosaico, 41, 115-126.
37
agente de mudança quando cada instância se
dispuser a ouvir a família e os outros profis-
sionais, assim como a explorar, partindo de
hipóteses sistémicas, o que pode ajudar a
potenciar as capacidades da família ou, pelo
contrário, o que pode paralisá-la. Foi com
este objectivo que conduzimos o caso que
passamos a apresentar.
1. Da sinalização à elaboração da
primeira hipótese sistémica
1.1. SINALIZAÇÃO
A situação do André foi sinalizada à
CPCJ no início de Março, pelo Tribunal
de Família e Menores, após recepção
de uma informação do departamento
de pedopsiquiatria. Tratava-se de um
rapaz de 12 anos, com diagnóstico de
perturbação obssessivo-compulsiva,
em situação de absentismo escolar
desde Novembro.
Nessa mesma semana, os pais do
jovem apresentaram-se voluntaria-
mente na CPCJ, a conselho da técnica
de serviço social do referido departa-
mento, no sentido de expor a situação
e na esperança de obter resposta para
aquilo que afirmavam ser uma emer-
gência e uma necessidade de interna-
mento imediato.
1.2. BREVE HISTÓRIA DO SINTOMA E DA FAMÍLIA
A mãe, mostrando-se extremamente desgas-
tada, assumiu o relato da história. O pai,
por seu lado, admitiu a sua distância face
aos problemas, explicando que o trabalho
lhe consumia muito tempo e o mantinha, de
alguma forma, à margem da rotina familiar.
Foi dito que o filho tinha uma perturbação
obsessivo-compulsiva (POC), diagnosticada
desde os 9 anos, e que havia abandonado defi-
nitivamente a escola, em Novembro, devido
ao agravamento dos problemas. O início dos
sintomas foi reportado, três anos antes, a uma
época de fortes conflitos familiares.
Sección
36
MARIA PICÃO MADALENA ALARCÃO
Psicóloga Psicóloga; Professora Associada (Universidade de
maria_minas@hotmail.com Coimbra);
Terapeuta Familiar (SPTF)
Banco Alimentar Contra a Fome – malarcao@fpce.uc.pt
Projecto Educar para a Cidadania
Estação Alcântara Terra, Armazém 1, Faculdade de Psicologia e Ciências da Educação
Av. Ceuta, 1350-254 Lisboa Rua do Colégio Novo, 3001-802, Coimbra, Portugal
Procurando não ser apenas mais um
NA REDE SCUNDÁRIA DE
FAMÍLIAS MULTIASSITIDAS
Resumo
Através de um estudo de caso pretende evidenciar-se a forma como uma Comissão
de Protecção de Crianças e Jovens pode contribuir, enquanto elemento da rede
secundária de uma família multiassistida, para a transformação de uma narrativa
familiar e institucional muito desqualifcadora e rigidificada no sintoma do jovem.
É evidenciada, também, a importância da hipotetização sistémica na leitura da
informação e na planificação da intervenção.
PALAVRAS-CHAVE: rede secundária; famílias multiassistidas; protecção de crianças e
jovens; hipótese sistémica; reenquadramento.
Abstract
With this case study we intend to show the way by witch a Protection Youth and
Children Committe can contribute, as an element of the secondary network of a
multiassisted family, in order to transform the familiar and institutional narratives
that are, normally, very disqualifying and focused on the young’s symptom. It is also
enhanced the importance of systemic hypothesis as an instrument for reading the
information and for planning the intervention.
KEY-WORDS: formal network; multiassisted families; youth and children protection;
systemic hypothesis; refraiming.
MOSAICOnúmero 42
 35
Bibliografia
ALARCÃO, M. (2000), (des) Equilíbrios Familiares, Coimbra, Quarteto
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RELVAS (2003), Por detrás do Espelho, Coimbra, Quarteto.
Sección
34
Conclusão
A partir da análise dos discursos destas
famílias confirmámos a multidetermi-
nação e complexidade do fenómeno da
toxicodependência, uma vez que, tanto
os factores de ordem social e individual
como as dinâmicas e características
familiares foram por elas considerados
relevantes para o início e continuidade
do consumo de drogas, bem como para
a sua interrupção.
Também a importância por elas atri-
buída ao processo de Terapia Familiar
vivenciado é inequívoca, não apenas nas
famílias que tiveram sucesso no trata-
mento, como mesmo nas de insucesso
que, ainda assim, referem evoluções
positivas.
Os elementos das famílias de sucesso
valorizaram especialmente as mudanças
produzidas pelo processo terapêutico no
comportamento e interacção familiar,
realçando a implicação e a participação
do pai, que associaram ao desfecho
positivo do tratamento.
Constatou-se que nas famílias de
sucesso, o tratamento introduziu mais
transformações no funcionamento da
família e nas dinâmicas interaccionais
do que nas de insucesso, em que o seu
impacto positivo se verificou sobretudo
a nível da aquisição de conhecimentos
acerca do problema e foi facilitador
da comunicação familiar, embora as
alterações produzidas no decurso do
processo terapêutico não tenham sido
suficientemente amplas para solucionar
o problema do consumo de substâncias.
MOSAICOnúmero 42
ANEXO
Síntese do guião de entrevista
I–CARACTERIZAÇÃO PESSOAL
II–DADOS SOBRE O CONSUMO DE SUBSTÂN-
CIAS
III–PERCEPÇÃO DA RELAÇÂO ACONTECI-
MENTOS DE VIDA/CONSUMO DE DROGAS/
PROCESSO TERAPÊUTICO
IV–VALORES POLÍTICO-SOCIAIS
A – Participação eleitoral
B – Participação partidária
C – Participação em acções políticas extra eleitorais
D – Posicionamento no eixo esquerda/direita
E – Atitude face a desigualdades sociais
F – Posicionamento no eixo materialista / pós –
materialista
G – Participação em associações
V–VALORES DO TRABALHO
H – Integração na profissão
I – Representação do trabalho (dever/realização)
J – Valores do trabalho (intrínsecos / extrínsecos)
K – Valorização do mérito
VI–VALORES FAMILIARES
L – Importância atribuída à família (face outras
instâncias de socialização)
M – Representação da família
N – Permissividade no âmbito da liberdade pessoal
O – Representação da conjugalidade
P – Papeis de género
Q – Valores de socialização
R – Estilos educativos
S – Estilos de comunicação familiar

tranquilidade ou confiança, esperança de
sucesso, apoio e diminuição de recaídas.
Os aspectos considerados mais positivos pela
maioria de mães, pais e filhos de sucesso e
de insucesso foram o aumento de conheci-
mentos sobre questões inerentes ao consumo
de drogas e ao tratamento e a melhoria da
comunicação na família: “Ele saia daqui mais
satisfeito, todos falávamos mais e ele abria-se
porque a Drª puxava por ele...aprendíamos a
gerir as coisas, a falar; há coisas que às vezes
acertámos aqui. O marido é o feitio do filho,
muito calado, reservado, pode desconfiar mas
não diz, desde que veio abriu-se mais um
bocado” (Leonor m.i.); “Foram importantes
estes encontros, em casa ele não resolvia o
problema; aqui mesmo lhe disse: Não tomas
mais nada. Foi importante ser aqui...Onde se
toma uma decisão sobre religião é na igreja.
Cumpríamos tudo o que aqui se combinava,
eu não sabia como conduzir isso, era tudo
feito como aqui se combinava, saía daqui
esclarecido, desde que as coisas fossem aqui
ditas eu não tinha opção senão cumprir. A
Dr ª tinha um certo humor que nos punha à
vontade” (Júlio p.s.); “Nós tínhamo-nos sepa-
rado e aquelas sessões em conjunto foram as
primeiras vezes que nos encontrámos; isto
liga aquele processo a um relacionamento
da família de uma forma nova; tínhamo-nos
separado, falávamos vagamente e depois
participámos em conjunto naquele processo.
Se não tivesse havido este problema com o
Martim a minha relação com a Cecília era
Foram importantes estes
encontros, em casa ele
não resolvia o problema;
aqui mesmo lhe disse:
Não tomas mais nada. Foi
importante ser aqui...
33
muito mais distante. Aquilo criou um novo
tipo de relação” (Jorge p.s.).
Houve várias referências, em ambos os
grupos, a sentimentos de maior tranquili-
dade, segurança e esperança associados ao
estabelecimento da relação terapêutica “Eu
nunca tinha tido uma experiência assim,
todos em conjunto nunca tínhamos ido; foi
a demonstração progressiva da possibilidade
de resolver o problema; de início havia uma
certa descrença e foi a constatação progres-
siva de que era possível. Isto foi sentido por
todos” (Jorge p.s.).
Apenas elementos de famílias de insucesso
consideraram ter tido também, ao longo do
processo terapêutico, vivências que classifi-
caram negativas, sobretudo frustração por se
empenharem e não ter resultado, angústia
provocada pelo confronto com informações
dolorosas no decorrer das sessões e a difi-
culdade em cumprir o que se combinava:
“Nem sei que lhe diga, ele pede-me e eu
venho porque não quero falhar, não sinto
grande benefício mas quero colaborar; eu fui
daqui doente porque não sabia certas coisas
que soube aqui. Quando ele estava pior era
complicado, às vezes vinha cá ter e ele não
vinha. Vinha para cá nervosa, ia nervosa,
chegava à noite e havia discussão (Sandra
m.i.) “Aqui falava-se em conjunto mas o meu
marido vinha cá pouco, não colaborava; nisto
tivemos muita dificuldade em nos acertarmos
os dois” (Adriana m.i.).
Sección
32
viemos cá e aí começámos a trabalhar” (Telma
m.s.); “Esta (razão) é a mais importante: foi
pelos pais que teve porque agarraram-na com
unhas e dentes; nós estávamos em todo o
lado, o meu marido reformou-se para andar
atrás dela, os nossos filhos são o mais impor-
tante” (Leonilde m.s.).
Para duas mães foi também determinante a
firmeza, pressão e apoio dado por elas próprias
aos seus filhos e a melhoria da comunicação:
“Foi sempre os meus apertos, porque nunca
o deixei desmazelar, andei sempre em cima”
(Telma m.s.). Outras duas referem também
o casamento dos filhos como acontecimento
favorável. Francisca, mãe de família mono-
parental, refere o apoio da família alargada,
nomeadamente dos seus irmãos que partici-
param activamente no processo terapêutico.
Os pais reconheceram a importância do seu
próprio empenhamento, que constituiu, em
vários casos, uma mudança significativa,
referindo também a melhoria da comunicação
familiar e da relação conjugal, a definição de
limites e a oposição dos pais ao consumo de
drogas: “Eu nunca tomei posição e procurei
não saber, não sei, não estou cá, sempre fui
assim. Quando faziam uma maldade eu não
sabia, porque se soubesse tinha que agir e
eu não gosto de agir da maneira como reajo
porque sou muito rigoroso; No caso do João
evitei saber porque tinha medo de tomar uma
posição. Mas houve uma altura em que caiu
na desgraça e o irmão mais novo disse que a
coisa estava mal e que daí já não saia e eu
disse: - Vou tomar conta disto. Não foi preciso
posições rigorosas, basta que eu apareça,
basta que eu esteja, bastou eu assumir que
sabia e acabou” (Júlio p.s.).
Verifica-se que estas famílias atribuíram o
desfecho positivo do processo terapêutico,
em boa parte, a factores de ordem familiar,
referidos por todos os entrevistados, dando
particular relevo ao papel mais activo do que
o até então desempenhado pelo pai no acom-
panhamento do filho, no decurso do trata-
mento.
Referem também, como factor de sucesso,
o ajustamento de estilos educativos que
passou, nalgumas situações de maior
rigidez, pela criação de modelos de funcio-
namento mais permissivos e flexíveis ou, pelo
MOSAICOnúmero 42
contrário, sendo a maioria das situações de
permissividade excessiva, pelo estabele-
cimento de limites mais exigentes – Desde
que soubemos que andava metido na droga
fizemos-lhe sentir isso e reagimos mesmo
muito mal. Fizemos tudo o que podíamos
para o chamar à atenção, não lhe dando faci-
lidades e ele não as pedia, só quando não
tinha outro recurso, e isso humilhava-o; isso
ajudou a acelerar o processo e a entrar num
beco sem saída” (Elias p.s.).
É provável que o processo de Terapia Fami-
liar, apelando à reflexividade e construção
de narrativas e realidades alternativas, tenha
contribuído para reajustamentos relacionais e
comportamentais, determinantes no desfecho
positivo do processo terapêutico.
Factores sociais
Também foram feitas algumas referências a
factores sociais, como apoio de amigos, morte
de amigos, regresso a casa após um afasta-
mento, mudança de emprego, aceitação pela
família da namorada, não conseguir manter o
emprego, medo da polícia ou prisão.
Para as mães, o apoio de alguns amigos
e o impacto causado pela morte de outros,
provocada pelo consumo de drogas, foram os
factores de ordem social mais significativos.
O facto de os filhos não conseguirem conciliar
a vida profissional com o consumo foi o mais
apontado pelos pais, que referiram também o
apoio de amigos e o confronto com a morte de
outros toxicodependentes. Alguns filhos refe-
riram também estes mesmos factores.
c) Impacto da terapia familiar a nível cogni-
tivo, comportamental e comunicacional
Verificámos, analisando os depoimentos dos
entrevistados, que todos, com excepção de
uma filha de insucesso, Catarina, referiram
ter havido aspectos positivos no processo
terapêutico. Estes foram: aumento de conhe-
cimentos acerca do problema, melhoria da
comunicação, gostar da experiência, alte-
ração nos comportamentos, maior segurança,

b) Paragem do consumo de drogas
Os aspectos que contribuíram para a
abstinência dos filhos, nas dez famílias que
concretizaram este objectivo, foram também
categorizados em factores de ordem individual,
familiar e social. Tanto as mães, como pais
e filhos associaram a paragem do consumo
sobretudo a factores familiares e individuais,
dando menor relevo aos factores sociais.
Factores individuais
Os factores individuais referidos pelos filhos,
foram maturidade e vontade ou decisão
própria. Os factores individuais mais apon-
tados pelas mães foram a maturidade adqui-
rida com o crescimento e o facto dos filhos
começarem a pensar mais em si próprios e
na vida, o desejo de estabilidade emocional
e o cansaço provocado pelas dificuldades
inerentes ao consumo, como sentimento de
falta de controlo sobre a sua vida e falta de
dinheiro – “Foi a idade e o cansaço; quer
ter uma vida emocionalmente estável e já
percebeu que com drogas não a pode ter,
depois porque as drogas obrigam a grandes
pensamentos de como arranjar dinheiro e
confusões de que ela já deve estar farta”
(Leonilde m.s.).
Os pais apontaram a vontade própria e
determinação dos seus filhos na tomada de
decisão, o sofrimento provocado pela depen-
dência e ressaca e o facto de terem começado
a reflectir acerca deles próprios e da sua
vida: “Foi a decisão dele acabar. Fez várias
tentativas, algumas falsas mais por nós, pela
família; por vezes ele dizia que queria parar e
eu estava a ver que ele não queria. Ele dizia
que queria, só para me agradar, para me
deixar feliz, porque via que eu sofria e ele
é generoso. Dessa vez foi mais por ele que
por nós, dessa vez senti que era diferente,
afirmou-se convicto” (Jorge p.s.).
Para os filhos, os factores individuais que
determinaram o sucesso do tratamento
foram o sofrimento causado pelo sindroma
de abstinência quando não tinham possi-
bilidade de consumir, cansaço de uma
vida monótona centrada na droga, terem
começado a pensar em si próprios, na vida,
no futuro e nos seus problemas: “Aquilo
31
apodera-se do mecanismo, quando eu
consumia estava logo tudo bem, não havia
problemas, não havia stress, não havia dores
físicas; o que era mau era o ambiente em
que a gente entrava, as coisas que tinha que
fazer para conseguir. Quando faltava era a
desgraça, era mesmo o oposto, tinha tanto de
bom quando consumia como de mau quando
faltava, era mesmo o extremo” (João f.s.);
“Fiquei farto da vida que levava, não é vida
para ninguém ter que consumir todos os dias
para uma pessoa se sentir normal; ter que
arranjar dinheiro, sempre à roda da droga,
ter que consumir quando acorda. Torna-se
aborrecido” (Mário f.s.).
Factores familiares
Os factores familiares mais referidos foram
o acompanhamento dos pais e família alar-
gada, o empenhamento em especial do pai,
admiração pelo pai, os pais terem sabido lidar
com o problema, pressão, apoio ou firmeza da
mãe, a oposição dos pais ao consumo, maior
liberdade, melhoria no relacionamento entre
os pais, desejo de estabilização familiar e de
ultrapassar dificuldades na relação pai/filho,
a criação de projectos familiares, ambiente
familiar mais agradável e flexível e comuni-
cação mais facilitada. Mário considera que
o casamento foi determinante, Lourenço o
nascimento de um filho – “Foi importante
ficar junto com a minha mulher, começarmos
a construir a nossa vida, ter projectos em
conjunto, querer começar a melhorar, mudar
de carro, ter um filho, pensar...se eu desistir
que respeito e consideração é que o meu filho
vai ter por mim?” (Lourenço f.s.).
Para as mães o mais relevante foi o envolvi-
mento de ambos os pais no processo de trata-
mento; enfatizaram em especial a importância
do acompanhamento e empenhamento do pai
no processo: “Nós conseguimos unir esforços
e entendermo-nos e acho que isso o ajudou
bastante; nós passámos a ter uma atitude
e cuidados que na altura não tínhamos.
Foi importante darmos-lhe mais atenção e
estarmos mais tempo com ele e conseguirmos
concertar esse tempo” (Cecília m.s.); “O pai
acordou tarde mas quando viu a situação
tomou conta dele. Quando viu o filho mal, falou
com alguém que lhe deu o nome da doutora e
Contextos familiares e processo terapêutico
30
casa nunca fomos muito de falar, os meus
pais saiam de manhã e vinham à noite, eu
passava semanas que não via os meus pais”
(Simone f.s.). Embora mais raramente refe-
riram também atitudes excessivamente
rígidas de um dos pais:” Era raro o pai estar
em casa, jantávamos tarde e más horas...se
a chinela estava fora do sítio era um pé-de-
vento” (Januário f.s.).
Também referiram incoerência e inconsis-
tência nas atitudes parentais: “O meu marido
é mais frágil do que eu, eu digo muitas vezes
que o ponho na rua, mas dentro de mim não
tenho essa vontade. O meu marido diz: - tu
põe-lo na rua e ele fica a ser correio e eu sei
que é assim...temos tentado tudo” (Rita m.i.);
“O meu marido não lhe fazia ver as coisas,
nem nunca lhe bateu. Quando eu dei por ele,
se ele fosse um pai como deve ser, devia ter
feito alguma coisa; ele fumava charros, eu
disse-lhe e ele dizia que eu era parva, que
para mim tudo tem defeito” (Telma m.s.);
numa família de insucesso a mãe, Ermelinda,
referiu-se à sua própria violência e à ausência
do pai e a filha a “falta de estruturas”; um
pai refere ter havido excesso de controlo por
parte dos pais, interpretando o consumo da
filha como “necessidade de afastamento dos
pais” (Manuel p.s.), verbalizando também a
sua filha “O meu pai não, mas a minha mãe
era desgastante...resolvi dizer: – tinhas tanto
medo, agora é o que vou fazer” (Susana f.s).
Estes depoimentos confirmam os estudos
citados por Fleming (1995) e os resultados
da sua própria pesquisa, segundo os quais
nas famílias de toxicodependentes há incon-
sistência de disciplina, dificuldade no esta-
belecimento de regras e limites que ou são
inexistentes ou excessivamente rígidos; estas
famílias adoptam geralmente estilos educa-
tivos marcadamente autoritários ou permis-
sivos ou, ainda, os dois em simultâneo.
Várias destas referem dificuldade com o exer-
cício de autoridade e excesso de permissivi-
dade ou, nalguns casos, de rigidez.
Factores sociais
Os factores de ordem social verbalizados
foram relacionados com o ambiente ou
mudanças de escola, ambiente de consumo
MOSAICOnúmero 42
no trabalho, inserção no grupo, más compa-
nhias e ainda relacionados com excesso ou
falta de dinheiro, proibição ou desapareci-
mento pontual de drogas leves no mercado
e ainda, contestação social ou identificação
com uma cultura toxicodependente.
Destes, o mais referido foi a inserção no grupo
e as más companhias: “Tinha alguns amigos
que consumiam, tinha curiosidade e pouca
informação” (Martim f.s.); “Fui atrás de
pessoas com quem me relacionava, fumavam
haxixe e por vezes partiam a loiça toda com a
cocaína, eu não fumo porque tenho asma, por
isso fui para a cocaína...fui trabalhar à noite
e ficávamos ali entre colegas a fazer aquela
brincadeira... a noite traz muito isso” (Cata-
rina f.i.). Algumas mães de sucesso deram
especial importância à influência do ambiente
escolar e mudanças de escola: “Ia muito bem
na escola, tinha grande ligação à profes-
sora... Tirei-o da escola primária, se calhar
foi um erro, nunca se integrou muito bem no
colégio” (Odete m.s.); “Ter ido estudar para
Lisboa, em contacto com os outros, estando
aí o dia todo; estranhou o ambiente” (Fran-
cisca m.s.).
Os depoimentos destas famílias foram alvo de
uma análise qualitativa, não podendo gene-
ralizar-se; contudo, sublinham a necessidade
de compreender o consumo individual de
droga no contexto do sistema familiar e social
e podem certamente ajudar-nos a reflectir
sobre um conjunto de casos e a delinear
algumas estratégias preventivas na família.
“O meu marido não lhe fazia ver
as coisas, nem nunca lhe bateu.
Quando eu dei por ele, se ele
fosse um pai como deve ser,
devia ter feito alguma coisa; ele
fumava charros, eu disse-lhe e
ele dizia que eu era parva, que
para mim tudo tem defeito”

intolerância à frustração, gosto por arriscar,
necessidade de chamar a atenção, curiosi-
dade, rebeldia, revolta, pouca sorte, falta de
informação, sentimento de não ser amado,
dificuldades no estabelecimento de relações
em geral e com o sexo oposto, busca de
prazer, de facilidades e de energia e ainda
desejo de domínio da realidade ou de poder.
Destes, os mais relevantes para os pais foram
a intolerância à frustração – “Quando há qual-
quer coisa que não corre bem ele não aguenta,
as recaídas estão ligadas a coisas que não lhe
correm bem; lida mal com isso” (Frederico
p.i.) – curiosidade ou experiência – “Foi a
curiosidade dele, foi sempre uma criança que
gostava de experimentar tudo” (Telma m.s.) –
e, na perspectiva dos filhos, também a curio-
sidade ou experiência – “Foi curiosidade, a
malta é jovem, não pensa...e se dizem que
não se deve fazer, porque é que a gente não
há-de fazer?” (Simone f.s.) – “Foi através de
amigos; experimentei e gostei e continuei.
Não tinha assim grandes problemas pessoais,
foi mais naquela de curiosidade” (Fernando
f.s.) – o prazer obtido através do consumo –
“Continuei porque é assim, há pessoas que
gostam de fazer desporto, há pessoas que
gostam de ler, há pessoas que gostam de
tomar drogas” (Noel f.i.) – “A droga o melhor
mesmo é não experimentar... mesmo quando
a pessoa fica enjoada e vomita como acontece
nas primeiras vezes, a pessoa fica com uma
sensação que não se consegue descrever,
fica-se cheio de força, primeiro eufórico, mais
tarde tranquilo...eu acho que se não fosse os
problemas que a droga traz nunca se deixava
a droga” (Pedro f.i.).
Factores familiares
Os factores de ordem familiar referidos foram
morte de familiares, mau ambiente, discus-
sões, separação dos pais; outros, relacionados
especialmente com o pai como, desilusão,
ausência, não se impor, ter excessivas
expectativas e dificuldade de comunicação;
relacionados com a mãe, como excesso de
ocupação, relação extra-conjugal, alcoolismo,
depressão, facilitar dinheiro, relação instável,
ser excessivamente próxima ou violenta; rela-
cionados com a fratria, como comparação
29
com os irmãos ou ciúmes, ou convivência
com irmão consumidor.
Foram referidos também factores
relacionados com determinados
acontecimentos da vida dos pais e
com a relação pais/filho, particular-
mente com o pai – “O pai fez um
desfalque num banco...era uma
doidice com o pai...foi o que o pai
fez no banco... o filho ressentiu-
se da imagem dele vir por água
abaixo. Pouco apoio o pai lhe dava
em casa...via pouco o pai” (Sandra
m.i.); alguns filhos evidenciaram o
mau ambiente familiar – “Em casa
as coisas não estavam bem, o pai era
muito agressivo com a minha mãe”
(Januário f.s.).
Factores relacionados com os estilos educa-
tivos, como educação permissiva, falta de
acompanhamento, cegueira familiar, neces-
sidade de oposição e de libertação dos pais
ou super-protecção foram os mais referidos
por membros das famílias de sucesso e insu-
cesso: “Teve os pais como eu tive, tinha como
eu a liberdade que queria, a minha cabeça foi
mais forte, nunca foi para lado nenhum; ele
teve liberdade e já não foi assim” (Rui p.s.);
“(Foi)o nosso afastamento e uma grande
liberdade que lhe dávamos. Adquiriram uma
certa autonomia, fruto da nossa maneira
de pensar, achávamos que era bom para a
educação deles” (Elias p.s.); “Nós fazemos
tudo por ele, porque ele é muito bom, gosta
muito de nós e estamos sempre com espe-
rança e temos medo que vá preso, mas isto
é um grande dilema porque lhe facilitamos
demasiado a vida; isto é uma maneira de
agravar” (Rita m.i.); “Quando eu estava com
a droga ia fazer os meus biscatezinhos para
ganhar dinheiro para as próximas doses, mas
havia muitas alturas em que eu estava mal...
pedia à mãe e ela dava-me mil paus porque
quando a gente acorda tem que consumir
pelo menos um continho” (João f.s.); “Lá em
Contextos familiares e processo terapêutico
28
Quadro nº 1
Número de pessoas que referem factores individuais, familiares e sociais
Tipo de Mães Pais Filhos
factores Sucesso Insucesso Sucesso Insucesso Sucesso Insucesso
Individuais 9 7 7 6 10 9
Familiares 6 7 7 7 5 5
Sociais 5 10 8 8 8 9
Quadro nº 2
Número de referências a factores relacionados com o início e continuidade do consumo de drogas
Tipo de Mães Pais Filhos
factores Sucesso Insucesso Sucesso Insucesso Sucesso Insucesso
Individuais 12 13 9 12 24 29
Familiares 13 10 11 11 14 12
Sociais 8 12 10 13 8 14
Embora a maioria dos entrevistados referisse sentimento de culpabilidade que, conscien-
uma conjugação de factores individuais, sociais cializado, potenciaria o sofrimento provocado
e familiares, verificámos que os filhos de ambos por um problema que em algumas situações
os grupos deram maior relevo ao contributo de se arrasta há longo tempo sem solução,
factores relacionados com as suas caracterís- apesar do esforço empreendido pelo próprio
ticas individuais do que a factores familiares e e família.
sociais para o início e continuidade do consumo. Esta observação sugere também que, nos
Esta observação parece ser reveladora da actual casos bem sucedidos, conforme refere
consciência, por parte da generalidade dos Ausloos (1996), tenha sido possível, em
jovens, da sua própria responsabilidade no terapia, através de circularidade, aumentar
desencadear e na continuidade do processo de a informação e consciencialização da família
toxicodependência. acerca do seu funcionamento e dinâmica e
Observámos também que os elementos de contribuído para a efectivação de algumas
famílias de insucesso atribuem mais peso do mudanças relacionais, com impacto e conse-
que os de sucesso aos factores sociais (extra quências positivas no tratamento.
familiares), sobre os quais é menor a possi-
bilidade de intervenção por parte da família,
Factores individuais
tendo dado particular relevo à influência do
grupo de amigos no início e continuação do Foram verbalizados factores individuais
consumo de drogas. É provável que a sua como introversão, imaturidade, fragilidade,
percepção seja influenciada pelo recurso a ter complexos, falta de força de vontade, ser
mecanismos, como projecção de dificuldades influenciável,”demasiado certinho”, hipe-
no exterior da família ou denegação de um ractividade, agitação ou nervosismo, ilusão,
MOSAICOnúmero 42

mas que, pelo contrário, abram novas possibi-
lidades e estimulem a criatividade do sistema
familiar e a sua capacidade de gerir crises e
ultrapassar dificuldades.
Segundo Anderson (1997), é através da
conversação que formamos as nossas expe-
riências vitais e reflectimos acerca delas,
criamos e recriamos a nossa forma de dar
sentido e entender, construímo-nos e recons-
truímos a nossa realidade. Algumas conversa-
ções, pela forma como decorrem, aumentam
possibilidades, outras diminuem-nas. Quando
as possibilidades aumentam torna-se mais
fácil encarar as preocupações, atingir objec-
tivos e ultrapassar dificuldades. O processo
terapêutico é definido, nesta acepção, como
um “sistema de linguagem e acontecimento
linguístico que reúne as pessoas numa relação
e conversação colaborativas, numa procura
conjunta de possibilidades” (Anderson,
1997:28).
A criação de um novo sistema,
facilita o reconhecimento das
competências e recursos das
famílias para resolver as suas
crises evolutivas e arriscar a
mudança
O terapeuta familiar pontua os comporta-
mentos relatados pelos intervenientes e
utiliza uma visão circular que visa a compre-
ensão dos padrões relacionais actuais respei-
tando as versões dos participantes, excluindo
a ideia, tantas vezes paralisadora, de culpa-
bilidade, atribuindo novos significados aos
comportamentos e criando novas histórias e
narrativas que contribuam para a criação de
comportamentos, soluções e projectos alter-
nativos que ajudem a família a reenquadrar,
diluir e /ou resolver os problemas com que
se confronta. É esta criação de novos signifi-
cados e sentimentos perante o problema que
contribui para a sua desconstrução e permite
à família descobrir as suas competências e
a melhor forma de lidar com elas (Relvas,
2003).
27
Método
AMOSTRA, INSTRUMENTO E PROCEDIMENTOS
No âmbito de um estudo comparativo, em
que procurámos compreender a relação
entre o êxito do processo terapêutico em
Terapia Familiar e o sistema de valores
político-sociais, profissionais e familiares,
questionámos a partir de entrevistas semi-
estruturadas (ver síntese de guião em anexo)
vinte toxicodependentes e seus pais, acom-
panhados em Terapia Familiar no Centro de
Atendimento a Toxicodependentes do Restelo,
com e sem sucesso terapêutico, acerca dos
factores considerados mais relevantes para o
início e continuidade do consumo de drogas,
bem como acerca da sua percepção relativa-
mente ao contributo do processo de terapêu-
tico para a sua evolução; foram quantificadas
as referências feitas aos referidos factores,
categorizados em individuais, familiares e
sociais e feita análise de conteúdo e compa-
ração dos discursos produzidos pelos dois
grupos de famílias. Sendo o estudo compa-
rativo, procurou-se que os dois grupos fossem
homólogos, mas que existisse diversidade de
características familiares e socioprofissionais
em cada grupo.
Os critérios definidos para “sucesso” foram
a abstinência de drogas ou de medicação de
substituição há mais de dois anos e a inserção
profissional do jovem.
RESULTADOS E DISCUSSÃO
a) Factores relacionados com o consumo de
drogas
A partir da análise do conteúdo dos depoi-
mentos dos entrevistados, agrupámos os
factores relacionados com o início e conti-
nuidade do consumo em categorias de ordem
individual, familiar e social.
Contextos familiares e processo terapêutico
26
a posição do terapeuta face ao sistema fami-
liar, desmontando os mitos da neutralidade
e da interacção instrutiva (Jones 1999).
Ao terapeuta não cabe fazer prescrições ou
propor soluções, mas “aumentar a probabi-
lidade de os seus actos funcionarem como
uma perturbação suficiente, num contexto
de adaptação suficiente para desencadear a
reorganização dos indivíduos e do grupo fami-
liar” (Jones, 1999: 47), mobilizando as suas
capacidades e competências. Passa-se de
um modelo homeostático a um modelo evolu-
tivo, reconhecendo-se que o sistema não só
tende ao equilíbrio mas também à mudança,
podendo evoluir em direcções imprevisíveis já
que é permanentemente exposto a flutuações
que, se suficientemente ampliadas, podem
conduzir a bifurcações e evoluções imprevi-
síveis. O próprio sintoma, que na perspectiva
da cibernética de 1ª ordem reforçava uma
homeostase patológica, passa a considerar-
se um momento de instabilidade, mas ponto
de partida para as mais diversas evoluções,
sendo as situações críticas e problemáticas
valorizadas positivamente e encaradas como
uma oportunidade de evolução.
O processo terapêutico, assim perspectivado,
visa encontrar com a família alternativas
relacionais e comportamentais que ajudem
a ultrapassar o problema e permitir uma
mudança qualitativa no seu funcionamento e
dinâmica. A criação de um novo sistema, a
partir da “acoplagem” do sistema terapêutico
com o sistema familiar, facilita o reconheci-
mento das competências e recursos das famí-
lias para resolver as suas crises evolutivas
e arriscar a mudança, numa caminhada em
que a terapia seria uma espécie de “assis-
tência em viagem em que o terapeuta acom-
panha a família, na procura de soluções até
então impossíveis de encontrar” (Gameiro
em Ausloos, 1996: 10). As famílias trans-
portam um potencial de soluções para os
seus problemas, baseadas naquilo que são e
sabem, embora muitas vezes “não saibam que
sabem nem o que sabem” (Ausloos, 1996:
159), cabendo ao terapeuta ajudar a circular
a informação pertinente, ou seja “aquela que
vem do sistema e a ele retorna para o informar
do seu próprio funcionamento” (Ausloos,
1996: 159). A circularidade, introduzida na
MOSAICOnúmero 42
conversação através de técnicas específicas,
deverá facilitar a mudança, mas não apenas a
de “primeira ordem” ou de natureza quantita-
tiva que, embora afectando algumas relações
entre os elementos do sistema, promove a
manutenção das suas regras e estrutura; a
mudança esperada no decurso do processo
terapêutico, é de “segunda ordem” ou de natu-
reza qualitativa, já que implica ”alterações
inequívocas nas regras básicas e estrutura do
sistema, sendo uma mudança descontínua,
em que as flutuações do sistema, por acção
de mecanismos de feed-back positivo são
ampliadas, dando origem a uma nova estru-
tura” (Alarcão, 2000:88).
Ao apreender a intersecção entre a “função
do sintoma” e o “sintoma da função”, família
e terapeuta podem descobrir modos alterna-
tivos e positivos de responder a essa neces-
sidade, já que a função, sendo da ordem do
sistema e não individual, poderá ser desem-
penhada de diversas formas e por diversos
membros da família, podendo a família ser
ajudada pelo terapeuta a descobrir os seus
recursos, sem que o indivíduo sacrifique as
suas finalidades individuais às finalidades
grupais. Terapeuta e família “co-constroem”
ou “co-desenvolvem” novas maneiras de
descrever o sistema familiar, que pode
deixar de ser vivido como problemático, ou
actualizar e desenvolver o seu potencial de
soluções, passando-se, assim, de um modelo
de intervenção centrado no problema para um
modelo centrado na construção de soluções.
Anderson, Goolishian, Hoffman e outros
autores, na década de 90, introduzem a ideia
de terapia como um diálogo que se organiza
em volta de um problema cujo significado,
como qualquer outro significado é cons-
truído socialmente, sendo por consequência
a mudança, ou o dissolver do sistema que
se criou à roda do problema, encarada como
a “evolução de um significado novo através
do diálogo” (Jones, 1999: 48). Nesta pers-
pectiva, o terapeuta é encarado como um
gestor participante do diálogo terapêutico e
facilitador de um tipo de questionamento e
de formas de conversação que poderão levar
à dissolução do problema através da criação
de novas narrativas, não construídas à volta
do sintoma e promotoras da sua cristalização,
 25
Estudos relativos às famílias dos progeni-
tores, mostram frequentemente situações
semelhantes, em que ambos os pais sofreram
profundas perdas emocionais, encontrando-
se também nas famílias de origem lutos
adiados e filhos parentificados, o que chama
a atenção para o peso dos aspectos trans-
geracionais nesta problemática. Estudos
feitos em famílias onde não ocorreram estas
perdas são também consensuais, revelando
incidência elevada de crises e roturas fami-
liares, isolamento emocional, falta de suporte
e reconhecimento entre os seus membros e
fraca coesão familiar.
Na revisão bibliográfica de Jurich e outros
(cit. por Fleming 1995: 59) todos os estudos
sublinham, nestas famílias, pouca proximi-
dade afectiva e/ou rejeição mútua, exacerbada
pelas dificuldades dos adultos no exer-
cício das funções parentais. Reilly e Jurich
(citados por Fleming 1995: 60) evidenciam
também dificuldades de comunicação entre
os membros da família.
TERAPIA FAMILIAR, PROCESSO DE CONVER-
SAÇÃO E CONSTRUÇÃO DE NARRATIVAS
O facto de o consumo de substâncias, poder
ter paradoxalmente, uma função “pseudo
equilibrante” em determinados momentos
da vida familiar, nomeadamente quando se
levantam ao sistema dificuldades ligadas ao
processo de autonomia, separação e indivi-
duação, elege a Terapia Familiar como uma
indicação privilegiada para o seu tratamento.
Esta forma de intervenção terapêutica tem-se
desenvolvido com base nas evoluções do para-
digma sistémico. A cibernética de 2ª ordem,
centrada nos conceitos de recursividade,
reflexibilidade e determinismo estrutural dos
sistemas, chama a atenção para o papel da
estrutura do sistema como determinante no
resultado da sua interacção com o meio, já
que este tem a sua forma própria de integrar
estímulos externos ou internos. A ideia de
que nada exterior a um sistema determinado
pela estrutura pode especificar as mudanças
estruturais que este sofre em consequência
de uma interacção, altera substancialmente
Contextos familiares e processo terapêutico
24
Introdução
A conceptualização sistémica, aplicada à
compreensão e intervenção familiar, permitiu
entender melhor os fenómenos familiares e
também a toxicodependência sob um novo
prisma. As teorias sistémicas, enfatizam a
influência da família na génese e manutenção
de um sintoma, expresso por um elemento
que se assume como manifestação de outras
dificuldades do sistema.
CONTEXTO FAMILIAR E REGULARIDADES
DA FAMÍLIA DO TOXICODEPENDENTE
As famílias que vivenciam a problemática da
toxicodependência não são necessariamente
disfuncionais, ainda que sejam “sistemas
complexos que, tal como muitas outras, sofrem,
apresentam dificuldades comunicacionais
e não conseguem descobrir os seus próprios
recursos para crescer” (Relvas,2003:125).
Segundo Ausloos (1981), as drogas têm em
cada sistema familiar um valor funcional, que
permite a camuflagem de outras dificuldades
familiares e, simultaneamente, um valor comu-
nicacional que se expressa a nível semântico
(significados do consumo para cada membro
da família), sintáctico (exprime as regras
específicas do jogo familiar) e pragmático (que
permite visualizar as implicações do compor-
tamento aditivo). Mas, é no seu valor desen-
volvimental em que a “função do sintoma”
se cruza com o “sintoma da função” que se
pode compreender o “para quê” do consumo
de droga, verificando-se frequentemente que o
comportamento aditivo cristaliza em si mesmo
uma função que é vital para a família e que
só desse modo pode ser cumprida (Ausloos,
1996).
Verificamos que, frequentemente, o início do
consumo de drogas se reporta à adolescência.
Esta fase da vida familiar, que permite a tran-
sição para a vida adulta, é também tempo de
fortes tensões entre a dependência afectiva
dos pais e a conquista de autonomia pessoal;
é reforçada a importância dos laços familiares
mas também sublinhada a necessidade de
MOSAICOnúmero 42
liberdade, um paradoxo difícil de gerir, que
Parsons e outros autores relacionam com a
disrupção de certos comportamentos juvenis
(Cicchelli-Pugeault e Cicchelli, 1998). O
consumo, que monopoliza as preocupações
familiares, contribui para o evitamento, tanto
pela família como pelo jovem, do cumprimento
das tarefas desenvolvimentais desta fase do
ciclo de vida familiar, dando ao jovem uma
sensação de “pseudo-autonomia”, ao mesmo
tempo que a sua dependência em relação à
família se intensifica.
Embora sem estabelecer uma causalidade
linear para um fenómeno que é complexo e
multidimensional, encontramos na literatura
e confirmamos na nossa prática clínica e na
nossa própria investigação, dados que nos
permitem concluir por algumas regularidades
de características familiares e de personali-
dade dos toxicodependentes.
Apesar de não se poder concluir, à luz da
investigação actual, que determinado padrão
de relacionamento seja representativo das
famílias com toxicodependentes, uma vez
que se podem encontrar vários padrões, esta
reflexão pode ajudar-nos a compreender um
conjunto de casos e sublinhar a necessidade
de compreender o sintoma do consumo indivi-
dual de droga, no contexto do sistema familiar
(Martins, 2002).
Revendo e confirmando pesquisas de outros
autores, a partir da sua própria investigação,
Fleming (1995), descreveu alguns dos
padrões e tendências mais regulares em famí-
lias de toxicodependentes, que reconhecemos
também na nossa prática clínica. São conver-
gentes os resultados dos estudos a que esta
autora se refere, que encontram uma corre-
lação significativa entre toxicodependência
e ausência precoce de um dos progenitores,
por separação dos pais ou morte. O efeito
devastador provocado por uma morte que
altera profundamente a dinâmica familiar e o
sofrimento muitas vezes exacerbado por lutos
adiados, encontra alívio na droga. Também
situações de ausência de um ou ambos os
pais, podendo originar problemas de identi-
ficação e identidade, estão frequentemente,
embora não necessariamente, associadas à
toxicodependência.
 23
Contextos Familiares
e PROCESSO TERAPÊUTICO
Narrativas de Famílias de Toxicodependentes
MARIA ALICE CALDAS MATOSO
Terapeuta Familiar
Enfermeira
alice.matoso@gmail.com
Equipa de Tratamento de Loures do Instituto
da Droga e Toxicodependência e Sociedade
Portuguesa de Terapia Familiar, Portugal
Resumo
A presente investigação faz parte de um estudo mais vasto desenvolvido no âmbito
da dissertação de Mestrado da autora que, recorrendo a metodologias qualitativas,
questionou vinte famílias seguidas pela Equipa de Terapia Familiar do Centro de
Atendimento a Toxicodependentes do Restelo, acerca dos factores mais relevantes
no início, continuidade ou paragem do consumo de drogas, bem como da sua
percepção relativamente ao contributo do processo terapêutico para a resolução
do problema apresentado.
A maioria dos entrevistados refere uma conjugação de factores individuais,
familiares e sociais relevantes, quer para o início, quer para a paragem do consumo,
confirmando-se neste estudo uma perspectiva multicausal e não linear do
fenómeno.
Observaram-se, contudo, diferenças na percepção dos grupos de famílias de
sucesso e insucesso terapêutico e nas diferentes gerações, quanto à importância
dos referidos factores, bem como à ressonância e influência do processo
terapêutico nas suas vidas e dinâmicas familiares.
PALAVRAS-CHAVE: “sintoma da função”; factores individuais, familiares, sociais; terapia
familiar; narrativas.
Contextos familiares e processo terapêutico
22
Bibliografia
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Comunicação apresentada no World IFTA Congress, 4-7 de Março, 2009, na Eslovénia.
MOSAICOnúmero 42

Conclusão
A busca de um culpado enquadra-se na lógica
linear de causalidade que formata a maior
parte dos nossos raciocínios. Daí que seja
particularmente frequente em contexto de
terapia a atribuição de culpa a um elemento.
O problema é que a culpa comporta em si um
peso para quem a carrega, já que constitui um
antídoto à aceitação, à empatia, coadjuvante
da mudança e também diminui a possibili-
dade de mudança para quem a atribui, já que
quem atribui fica livre da responsabilidade,
torna-se inocente, sem necessidade de mudar.
Para além disso, a culpa encerra o sentido das
coisas, não permitindo aceder a novas formas
de compreensão da realidade ou a novos
padrões de acção mais úteis para a família.
Como ilustrámos através dos casos clínicos,
se o terapeuta, numa posição de neutralidade
e movido por uma curiosidade genuína, fizer
circular a informação, aumenta as possibili-
dades de reconstrução de uma nova narrativa
mais multi-determinada, ao invés de focali-
zada numa culpa singular. Neste cenário, a
informação vai circulando tal como a culpa,
que pode saltitar de elemento para elemento.
O terapeuta deverá então investir em formas
de redistribuir a responsabilidade pelos vários
elementos do sistema com vista à co-cons-
trução de uma solução. O investimento na
solução só acontece quando a narrativa do
sistema envolve a própria família no problema.
21
Assim, passa a vigorar a máxima de Ausloos
(2003, p. 31) que “se o sistema contribui
para a emergência do sintoma, ele poderá
contribuir para o seu desaparecimento”.
No entanto, para os elementos assumirem
a responsabilidade parece ser necessário
garantir que os seus comportamentos têm
uma intenção positiva para o sistema e que
haverá uma repartição equitativa das respon-
sabilidades no futuro. Desta forma, abrir-se-á
a possibilidade de os elementos se libertarem
da posição de defesa da sua inocência, para
assumirem uma posição de maior envolvimento
nas soluções. Para tal, o terapeuta poder-se-
á servir da hipotetização, em que estabelece
ligações circulares entre os vários comporta-
mentos dos vários elementos. No seguimento,
o terapeuta poderá usar a conotação positiva,
o que permite envolvê-los numa relação mais
colaborativa para a mudança.
Por último, o terapeuta poderá também fazer
uso do espelho unidireccional como instrumento
de mediação e de re-equilíbrio do sistema de
distribuição das responsabilidades no sentido
de interromper o jogo dos culpados e inocentes
e de favorecer a empatia entre os elementos.
O espelho poderá ainda ser usado como forma
de distanciar um elemento sobrecarregado de
culpa do palco da terapia, convidando simbo-
licamente o sistema a redistribuir as respon-
sabilidades, promovendo mais equidade na
complexa teia das dinâmicas familiares.
À procura de um álibi
20
Neste caso, o uso do espelho teve um valor
simbólico como forma de tornar explícito o
desejo da equipa proteger o João de uma
batalha que não era a sua, pedindo-lhe que
ficasse “à guarda” da equipa do outro lado
do espelho, garantindo-lhe, no entanto, que
os pais não ficariam sozinhos e seriam acom-
panhados por 2 terapeutas, o que ele pode
confirmar observando os pais e os terapeutas
na outra sala. O uso do espelho unidireccional
e a participação no final da sessão do João na
sala do outro lado do espelho parecia assim
retirar o peso da culpa do João de estar a
desunir os pais (logo desde que nasceu) ou da
responsabilidade de os unir. Despedimo-nos
do João. Ele tinha feito um bom trabalho, uma
vez que tinha sinalizado uma batalha impor-
tante a que nós nos propúnhamos mediar.
O USO DO ESPELHO UNIDIRECCIONAL PARA NEUTRA-
LIZAR AS ARMAS DE ARREMESSO DE UM CASAL
A presença de acusações mútuas entre um
casal em processo de escalada é uma expe-
riência muito comum na terapia conjugal.
Sem serem capazes de se ouvirem mutua-
mente ou de se colocarem no ponto de vista
do outro, os casais insistem frequentemente
na ideia que o outro tem de mudar, o que
muitas vezes leva a uma posição fechada,
inviabilizando todo o trabalho conjunto para
atingirem objectivos comuns através de
soluções mais criativas (Lin Shi, 2009).
No meio das acusações, em pleno palco da
batalha, a equipa optou por trabalhar com
este casal num novo formato, fazendo uso
do espelho unidireccional. Assim, decidimos
ouvir cada um em separado, ainda que cada
um pudesse ouvir o que o outro dissesse, pela
outra sala, através do espelho unidireccional.
Queríamos interromper a cadeia viciosa
de acusações e defesas que cada vez nos
desviavam mais das diferenças que pudessem
fazer a diferença (Bateson, 2000).
Queríamos interromper a cadeia viciosa de acusações e
defesas que cada vez nos desviavam mais das diferenças
que pudessem fazer a diferença
MOSAICOnúmero 42
Incidimos a entrevista individual em 3 tópicos
principais: 1) a história da relação 2) a história
da separação 3) a pergunta milagre (Imagine
que estava a dormir e enquanto dormia tinha
sucedido um milagre. Quando acordou o seu
sofrimento tinha desaparecido. O que notava
de diferente? (De Shazer, 1989) Apesar da
dor que cada um expressava enquanto ouvia o
outro, parecia que de facto se tinham ouvido
um ao outro, o que tinha possibilitado a
circulação de informação curiosamente nova.
Percebia-se que a Luísa se tinha apaixonado
pela força e segurança do António, algo que
totalmente se desvaneceu com esta separação
temporária, já que cada vez este se mostrava
mais inseguro e dependente dela. Percebia-se
também que o António se tinha apaixonado
pela desprotecção da Luísa, que ele gostava
tanto de proteger e de amar e que agora ela
parecia não mais precisar, já que não lhe tele-
fonava e inclusivamente insistia que ele não
lhe telefonasse com tanta frequência. Se o
milagre acontecesse, Luísa e António nota-
riam aspectos diferentes. O António imagi-
nava-se junto com a Luísa, a passearem com
os filhos. Já Luísa imaginava-se tranquila,
separada do António, mas com a segurança
que ele estava bem e forte como dantes. O
fim da relação parecia, por vezes, desenhar-
se, ainda que com avanços e recuos. O clima
de acusações ainda persistia e por isso conti-
nuamos a sessão seguinte com o mesmo
esquema de entrevistas separadas. E só a
partir desta propusemos substituir as palavras
proferidas por esculturas. Apesar de parecem
ainda não estar preparados para moldarem
a escultura do futuro, já eram capazes de
fazer um trabalho conjunto para um objectivo
comum, o de pensarem a sua relação e reflec-
tirem o que pretendiam para o futuro. Algo
que apenas viriam a conseguir definir na sexta
sessão, ainda com muita dor, um destino que
os juntou e que também os separou.

filho homem, daí que compreendemos que
seja difícil afastar-se do seu actual compan-
heiro para estar mais tempo com o Luís, já que
para si parece ser muito importante assegurar
um pai para o seu filho. Pensamos terminar
dizendo que neste momento o Artur e Joana
tinham um papel muito importante de asse-
gurar à Lurdes que continuariam presentes
e disponíveis e compreenderiam o cansaço
que esta pudesse acusar. Com esta cono-
tação positiva, foi possível não só salientar os
aspectos positivos (os recursos) do sistema,
como também conectarmos o afastamento
físico da mãe em relação ao bebé como uma
forma de zelar pelos interesses do bebé,
lutando por um pai para ele. Desta forma, foi
evidenciada a importância da mãe zelar pelo
filho, sem pôr em causa o seu actual investi-
mento. E foi possível envolver e responsabi-
lizar todos os elementos da família para uma
futura solução.
Artur aparenta ser não só um
profissional que assume com muito
empenho as suas responsabilidades
como também é capaz de assumir
as responsabilidades domésticas, é
capaz de “fazer de tudo em casa”
19
O USO DO ESPELHO E DA CONOTAÇÃO POSITIVA NO
CASO DO FILHO INDESEJADO
A frase ecoou: “o João foi um filho indese-
jado”. E, efectivamente, o João aprendeu a ser
indesejado, causando múltiplos problemas.
Contudo, o discurso tem várias nuances e a
verdade é que os pais referem que não dese-
javam nesse momento ter mais um filho porque
já havia problemas entre o casal, já pensavam
na separação. O pai chega mesmo a dizer
na sessão seguinte que só estão casados por
causa dos filhos. Assim o filho que parece ser
um motor da discórdia parece agora o elo de
ligação. Mas em qualquer uma das hipóteses
a equipa do outro lado do espelho acha que
este é um peso demasiado grande para o João
carregar, ou seja, o peso da culpa de desunir
os pais, ou o peso da responsabilidade de os
unir. Perguntamo-nos então como intervir com
esta culpa na família. Optamos por uma estra-
tégia menos ortodoxa. Não só iríamos reenqua-
drar o sintoma como iríamos criar fronteiras no
sistema servindo-nos das fronteiras do espaço
físico em que trabalhamos.
Pedimos ao João para que assistisse ao
final da sessão juntamente com os restantes
elementos da equipa do outro lado do espelho.
A equipa disse aos pais que achava que o João
tinha nascido num campo de batalha que
já existia e que gostava de saber a história
desta batalha já antiga, anterior ao seu nasci-
mento. A equipa também se apercebeu que
o João era um batalhador contínuo, ou seja,
mantinha-se sempre em batalha. Aqui na
terapia mostrou-se sereno, provavelmente
estava a descansar de ser batalhador. Desta
forma, ao não falar, mostrou-nos a existência
desta batalha. Percebemos agora melhor o
facto do Diogo não ter vindo à consulta. Talvez
não se quisesse envolver nesta batalha que
considera não ser a dele. Mas pareceu-nos
também que o João é muito fiel à família e
por isso teve de vir. A equipa propôs à família
estar apenas com os pais na sessão seguinte
para se poder falar desta batalha antiga.
O uso do espelho na equipa reflexiva surgiu
como uma novidade no campo da terapia
familiar, introduzido por Tom Anderson, como
forma de terapia não-hierárquica (1994).
À procura de um álibi
18
pai até chegar a um porto seguro. Os dois
chegam a uma teoria comum. O problema
começou quando a mãe ficou grávida do
João. E eis que sucede a revelação: Não foi
um filho desejado! E a culpa que saltitava e
circulava entre o casal parece que pára no
elo mais fraco. O João mantém-se sereno,
silencioso (talvez já tenha ouvido várias vezes
esta história contada assim) assistindo a uma
batalha que mais tarde vai poder observar de
fora e perceber que não é a sua. A equipa
precisa rapidamente de agir… Como poderá
substituir este peso da culpa por uma respon-
sabilidade partilhada? E quem envolver, de
forma a permitir que a distribuição da respon-
sabilidade seja equitativa?
CASO CLÍNICO 3: A INDIFERENÇA E A VIOLÊNCIA:
DUAS ARMAS DE ARREMESSO DE UM CASAL
O António e a Luísa estão casados há 15 anos.
Têm 4 filhos e estão a passar por uma fase de
separação. Resolvem vir à terapia. O António
foi seguido anteriormente em psiquiatria na
sequência de episódios de impulsividade e
violência. Apesar de ser descrito como “um
homem de explosões”, os sintomas parecem
ter-se agravado na sequência de um acidente
vascular cerebral que lhe deixou algumas
sequelas. Na altura em que recorrem à terapia,
já vivem separados há cerca de 5 meses.
O marido diz querer a sua mulher de volta,
a mulher diz que quer ajudá-lo mas que não
sabe se quer voltar para ele. Rapidamente a
primeira sessão transforma-se num ciclo de
acusações mútuas intermináveis: “Porque a
minha mulher é muito fria”; “ “porque ela
sabe que a pior coisa que me pode fazer
é mostrar a sua indiferença”; “Porque
ele é intempestivo e violento”, “Chegou a
bater-me durante a gravidez”. E seguem-se
defesas: “eu não consigo ter relações sexuais
com ele se estiver aborrecida, para mim não
existe fazer sexo, mas fazer amor”, “porque
eu não lhe quero fazer mal, mas ela deixa
de falar comigo, ela não me responde, sabe
o que é estar com uma mulher que está um
mês sem me dirigir palavra?”. E o jogo entre
culpados e inocentes perpetua-se, apesar
das tentativas e manobras dos terapeutas.
A equipa precisa de outra estratégia… No
MOSAICOnúmero 42
meio do campo de batalha torna-se inviável
qualquer intervenção. Haverá condições
para continuar? Como poderão sair todos
ilesos desta terapia?
Como intervir na culpa/
responsabilidade?
A NEUTRALIDADE, CIRCULARIDADE E HIPOTETIZAÇÃO
NO CASO DO BEBÉ-HOMEM
Como vimos, no caso do Luís, a curiosidade
aliada à neutralidade permitiu que emer-
gissem novas informações passíveis de pôr
em destaque os recursos desta família. A
mãe anteriormente retratada como uma mãe
distante do filho, surgiu nesta sessão como
uma mãe que desde cedo teve de lutar pela
vida e que apesar de ter ficado sozinha com
uma filha ao colo, foi perseguindo objec-
tivos profissionais. Actualmente, e apesar da
doença do filho, mantém a preocupação com
o seu futuro profissional. A filha sai desta
sessão com a imagem de uma jovem muito
responsável, ao ponto da mãe lhe confiar
os cuidados do irmão, ainda bebé. O Artur
aparenta ser não só um profissional que
assume com muito empenho as suas respon-
sabilidades como também é capaz de assumir
as responsabilidades domésticas, é capaz de
“fazer de tudo em casa”, inclusivamente já
foi capaz de tomar conta sozinho do seu filho
mais velho durante 8 meses.
Contudo, persistia o desafio de respon-
sabilizar a família pela mudança, já que,
conforme vimos, nenhum dos elementos se
viu a si próprio como envolvido no problema. A
questão mais premente era como responsabi-
lizar a família pela mudança, e como fazer tal
sem culpar a família? Assim decidimo-nos a
conotar positivamente todo o comportamento
da mãe, tornando salientes todos os esforços
que esta mãe faz para que o Luís tenha um
modelo masculino ao longo do seu desenvolvi-
mento. Consideramos também o facto do Artur
por já ter sido um “pai sozinho” dar segurança
à Lurdes de que constituirá um bom pai para
o seu filho. Reflectimos ainda sobre o facto
de apesar da Lurdes ser uma mãe experiente
que educou uma filha, hoje tão responsável, é
natural que tenha alguns receios de criar um

A meia-irmã do Luís, a Joana, tem 15 anos.
Tomou conta do Luís durante 2 meses (dos 3
aos 5 meses), antes dele ter ido para o infan-
tário, para que a mãe pudesse frequentar o
seu curso. Fala do Luís com muito amor a tal
ponto que refere que acha que a relação dela
com o bebé é mais forte do que a relação do
bebé com a mãe.
A mãe do Luís, a Lurdes, saiu de
casa aos 16 anos e teve a primeira
filha, a Joana, quando tinha 17
anos, de um companheiro que
abandonou devido a maus-tratos.
O Artur é o actual companheiro da mãe. Tem
outro filho, com 5 anos, que viveu com ele
durante 8 meses e é fruto de uma anterior
relação. Perguntamos-lhe como se deu com
essa tarefa: de cuidar sozinho do filho. Acha
que “deu bem conta do recado”. Diz aliás
que sabe fazer tudo em casa e, por isso,
nunca sentiu grandes dificuldades. É empre-
sário, sendo descrito pela Lurdes como
muito trabalhador.
Quando se pergunta há quanto tempo o Luís
começou com este problema, referem que os
sintomas se agravaram quando entrou para o
infantário, quando tinha 5 meses. A equipa
explora esta transição. Todos dizem que
acham que tudo se desenrolou com norma-
lidade. Após alguns acordos e desacordos,
revelam, no final, uma teoria unânime: o
problema do Luís “é um problema psicoló-
gico”, o Luís “apanhou este hábito de vomitar
e este hábito passou a vício”.
A culpa, que no início da sessão residia na
equipa médica, passou surpreendentemente
para o Luís. De bebé indefeso e vítima de
maus cuidados médicos rapidamente passa
a uma espécie de bebé-homem, um bebé já
com vícios. Ao que parecia já tínhamos mate-
rial para formular uma hipótese capaz de
apaziguar culpas, mas que pudesse simulta-
neamente envolver os elementos no problema
actual, de forma a poderem ser protagonistas
na mudança.
17
CASO CLÍNICO 2: O FILHO INDESEJADO NO MEIO DE
BATALHA ALHEIA
Passemos agora para o caso do João. O João
tem 13 anos, tendo sido encaminhado pela
pedopsiquiatra por alterações de comporta-
mento. Os seus comportamentos disruptivos,
especialmente na escola, têm-se agravado,
tendo culminado na sua suspensão.
Convoca-se a família e há um elemento
ausente, o irmão mais velho do João, que tem
17 anos. Perguntámos ao João porque acha
que o irmão não veio. Refere que o irmão não
veio “porque é deficiente”. A mãe explica que
não é deficiente e defende o filho mais velho,
o Diogo. Diz que apesar de terem os seus
conflitos o filho mais velho gosta do irmão.
A curiosidade aguça: porque não haveria de
gostar? Porque é “deficiente” aos olhos do
irmão mais novo? O pai explica que os filhos
zangam-se muitas vezes, mas que acha que
isso é normal entre irmãos. Segue-se outra
possível explicação. A mãe conta que uma
vez o filho mais velho, o Diogo, destruiu a
casa toda. Quando os pais chegaram a casa
só viram a sala toda de pernas para o ar: tele-
visão partida, as cortinas rasgadas, os sofás
revirados, a sala toda suja. O Diogo imedia-
tamente acusou o João do que tinha aconte-
cido e os pais castigaram o João. Mais tarde
vieram a descobrir que afinal quem tinha
destruído a sala tinha sido o Diogo. A mãe
conta que, desde aí, o João ficou muito revol-
tado com os pais.
A nossa curiosidade aguça ainda mais relati-
vamente a esta rivalidade fraterna… A infor-
mação está prestes a circular… Deixa de haver
apenas um filho problemático, para passar a
haver mais um filho que também em tempos
destruiu a casa… Porém, o pai desvia-nos
a atenção. Diz-nos que o problema do João
não tem a ver com o irmão mas com o facto
dele e a mulher não se darem bem. A Leonor,
mãe do João, confirma: “Eu e o meu marido
temos uma relação muito desequilibrada”. O
António, o marido, acrescenta: “Se não tivés-
semos filhos já estávamos separados, estamos
os dois numa ruptura total”. E as culpas
sucedem-se num autêntico campo de batalha
onde pai e mãe se acusam mutuamente. A
culpa saltita de pai para mãe, de mãe para
À procura de um álibi
16
A culpa na terapia 1
CASO CLÍNICO 1: O BEBÉ-HOMEM
O Luís tem 8 meses. Foi internado no serviço
de pediatria com 6 meses por desidratação
e descida significativa do peso, já que regur-
gita grande parte da comida que ingere.
Após despiste de causa orgânica, a hipótese
lançada pela equipa é tratar-se de um caso de
mericismo2. Os motivos que precipitaram o
encaminhamento para terapia familiar foram:
a mãe apresenta sinais de exaustão; as enfer-
meiras do serviço revelam que, apesar da
gravidade da situação do bebé, a mãe está
durante longos períodos ausente do hospital
e quando o visita, muitas vezes na companhia
do actual namorado, parece mostrar dar mais
atenção ao namorado do que ao filho (“Vem
para cá para namorar”).
Foi convocada uma sessão familiar, com a
mãe, o actual companheiro da mãe e a filha
mais velha, meia-irmã do Luís. Logo após
as apresentações, a sessão rapidamente se
transformou num campo de acusações. Todos
são unânimes em culpar a equipa médica por
1 Os dados biográficos e as informações pessoais foram
alteradas de forma a não permitir identificar a família.
2 Também conhecida por Ruminação Infantil, doença
rara, atribuída a problemas na vinculação, associado a
situações de elevado stress familiar.
MOSAICOnúmero 42
tudo o que está a acontecer. Após a catarse,
mostrámos compreensão pela fase difícil que
estão a passar e propusemos conhecê-los
melhor. Procurámos manter a neutralidade e
fomos seguindo a nossa curiosidade, explo-
rando os recursos familiares… Ficamos a
perceber que o Luís nasceu de uma relação,
talvez ocasional, entre a sua mãe e um senhor
que o Luís nunca chegou a conhecer. A mãe
do Luís, a Lurdes, saiu de casa aos 16 anos
e teve a primeira filha, a Joana, quando tinha
17 anos, de um companheiro que abandonou
devido a maus-tratos. E cedo teve que lutar
pela vida, com uma filha ainda ao colo.
Passados alguns anos teve outra filha, fruto
de outra relação, que ao que parece também
não tinha futuro. Por motivos económicos,
não pode ficar com a segunda filha, que ficou
a viver com o pai. Talvez por isso teve que se
fazer à vida e arregaçar as mangas. Durante
anos trabalhou numa multinacional. Mais
recentemente foi responsável por um centro
educativo. E actualmente, antes do Luís
estar internado, estava a frequentar um curso
de formação profissional para investir num
negócio próprio. Do retrato que anteriormente
nos tinha sido descrito desta mãe, enquanto
imatura e possivelmente negligente, parecia-
nos agora estarmos perante uma mulher luta-
dora e empreendedora.

MARIA ARAÚJO
Psicóloga e Terapeuta Familiar
Sociedade Portuguesa de Terapia Familiar, Portugal
mariaxaraujo@gmail.com
Introdução
Segundo Séneca, “a principal e mais grave
punição para quem cometeu uma culpa
está em sentir-se culpado”. Assim o mostra
Dostoievsky (2001) em Crime e Castigo cuja
personagem principal é torturada pela culpa
decorrente dos sacrifícios que os seus fami-
liares fazem para que possa estudar Medi-
cina. Neste cenário, o protagonista incorre
num crime, esse sim, do qual é verdadeiro
culpado. Assim se passa nas famílias. A
culpa vive-se, atribui-se e circula, obstaculi-
zando a mudança, já que “quando se culpa os
outros, renuncia-se à capacidade de mudar”
(Douglas Adams) E, como forma de homeós-
tase, o sistema mantém-se procurando álibis
para a culpa.
Segundo Boscolo et al. (1987) uma das
construções problemáticas da família é
a de que um dos elementos é a fonte do
problema familiar. Uma vez que um rótulo
é aceite, o elemento “bode expiatório” das
famílias “parece agir como alguém sobre o
qual todos os problemas são projectados”
(Barker, 2000, p.164). Desta forma, a escola
de Milão propôs um conjunto de estratégias
para distribuir equitativamente a responsabi-
lidade pela mudança, descentralizando-se do
problema da culpa. Uma das primeiras estra-
tégias usadas foi o diálogo circular, em que o
terapeuta irá conduzir a entrevista como um
investigador “tendo como base a retroalimen-
tação da família em resposta à informação
solicitada sobre relacionamentos e, portanto,
sobre diferenças e mudança” (Palazzoli,
Boscolo, Cecchin e Prata, 1980, p.3). Estas
15
respostas promovem uma distribuição dife-
rente dos rótulos e desafiam o status proble-
mático do paciente identificado.
Para Cecchin (1987), a circularidade é usada
com o objectivo de desenvolver hipóteses e
manter a neutralidade, oferecendo à família
novos “scripts” capazes de romper com os
círculos de culpabilidade estáveis e evitando
activamente a aceitação da posição de um
elemento como mais correcta que a de outro
(Cecchin, 1987).
Outra técnica usada pela Escola de Milão
para fazer face à culpabilização de um dos
elementos é a conotação positiva, ou seja, a
“atribuição de motivos positivos ou nobres ao
comportamento sintomático” (Baker, 2000),
que permite (a) inverter a valência moraliza-
dora; (b) aceder ao funcionamento do sistema
reforçando as suas tendências regularizadoras
e estabilizadoras; (c) colocar cada um dos
actores num papel de protagonista (Miermont
et al., 1994, p. 167). Desta forma, torna-se
possível situar todos os membros da família
em planos complementares, evitando demar-
cações, alianças ou cisões em sub-grupos
que muitas vezes alimentam a disfunção
familiar.
Em suma, todo este processo de distan-
ciamento gradual do campo das culpas e
acusações de um determinado elemento para
um modo mais responsável de resolver um
problema foi descrito pela Equipa de Milão.
Este artigo pretende ilustrar estas estratégias
bem como uma nova estratégia – o uso do
espelho direccional.
À procura de um álibi
14
À procura
de um álibi:
a
Reflectindo sobre a culp
a partir de casos clínicos
O presente artigo propõe uma reflexão
sobre as dinâmicas da culpa na terapia
familiar. Explora estratégias de intervenção
usadas em batalhas de acusações e de
culpas em que, por vezes, o palco familiar/
conjugal se transforma, a partir da
ilustração de 3 casos clínicos. Ilustra como
o diálogo circular, a conotação positiva e o
uso do espelho unidireccional podem ser
estratégias úteis para transformar o peso
da culpa numa realidade mais flexível e
multi-determinada.
PALAVRAS-CHAVE: Culpa, Responsabilidade,
Terapia familiar e conjugal.
This paper proposes a reflection about the
dynamics of the guilt in family therapy.
It explores strategies used in family and
couple battles of blaming and guilt present
in some sessions, through 3 clinical cases.
It shows how circularity, positive reframing
and the use of the unidirectional mirror
can be useful strategies to transform the
burden of the guilt into a reality more
flexible and multiple.
KEY-WORDS: Guilt, Blame, Responsibility,
Family and couple therapy.
MOSAICOnúmero 42

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A relação entre a escola e a família no
discurso dos professores
12
mudanças que, para além de poucas, foram
sobretudo dos pais e para melhor.
De uma forma geral, e apesar da consideração
de que os contactos havidos ao longo do ano
lectivo haviam sido frequentes e suficientes,
os professores revelaram uma imagem
ambígua ou até mesmo negativa dos pais
e da forma como se envolvem no processo
educativo dos seus filhos. Não obstante, os
professores manifestaram uma ideia coerente
sobre as relações entre a escola e a família,
concordando com a complementaridade de
funções e com a necessidade da escola se
abrir aos pais.
Nas discussões em grupo, as responsabili-
dades pelo estado e qualidade das relações
foram atribuídas aos professores e aos pais,
mas revelou-se igualmente uma particular
responsabilização, e até mesmo culpabili-
zação, dos pais pelas dificuldades e rupturas
na relação. No FG1 fica subjacente ainda,
uma imagem negativa dos pais, para a qual
contribui o seu estatuto sócio-económico. A
responsabilização directa do professor é atri-
buída a factores mais circunstanciais e menos
negativos, sendo inclusive uma responsa-
bilidade pela positiva. Da mesma forma, as
mudanças quando acontecem também são
atribuídas aos pais, inclusive através de uma
desresponsabilização dos professores ao lhes
ser atribuída uma pretensa atitude neutra e
de igualdade perante todos os pais. O FG2
tem uma postura mais ambígua em relação
a pais e professores, da qual não sobressai
uma imagem particularmente abonatória ou
favorecedora nem de uns nem de outros.
Discussão
Dos estudos realizados salienta-se a necessi-
dade de promover uma comunicação clara e
directa entre professores e pais, que liberte a
criança da posição de go-between.
Salienta-se ainda a necessidade de reforçar a
dimensão colectiva da relação pais – profes-
sores, e desta forma promover a emergência
dum clima de colaboração entre os adultos,
onde as diferentes perspectivas e posições
possam originar formas mais adequadas de
MOSAICOnúmero 42
compreender e agir (diferenças que fazem dife-
rença) perante os desafios educativos quoti-
dianos, em cujo epicentro se situam todas e
cada uma das crianças, filhos e alunos.
A formação de professores surge como uma
área e simultaneamente um recurso funda-
mental de promoção das relações funcio-
nais entre pais e professores. Nesta deverão
ser incluídos não apenas teorias e modelos,
estratégias e planos de intervenção, mas
também o desenvolvimento de competên-
cias pessoais e sociais assim como o suporte
pessoal necessário para enfrentar e lidar com
situações difíceis.
Paralelamente deverão ser desenvolvidos
planos locais de intervenção adaptados às
especificidades dos contextos e parceiros
envolvidos.
De forma geral, podemos afirmar que a
compreensão sistémica da relação escola-
família e a possibilidade de mudanças actuais
e futuras dependem de:
os sistemas de crenças dos professores,
que fazem com que retratem e vivam não
a realidade, mas sim uma das realidades
possíveis das relações com as famílias dos
seus alunos;
a co-evolução, enquanto processo em que
as mudanças nos indivíduos e nos subsis-
temas conduzem às mudanças nos outros
com quem se relacionam;
a comunicação, pois é na comunicação
e pela comunicação que se pode edificar
uma outra história em que os pais, os pro-
fessores e os alunos sejam perspectivados
como figuras fundamentais da mudança e
do crescimento, e não como obstáculos à
evolução;
as crises inerentes às mudanças, sendo
toda a crise uma proposição de mudança.
A propósito, Ausloos (2007) acrescenta
que não sendo possível evitar a crise, tor-
na-se útil, se não mesmo necessário, ati-
tudes como procurar a ocasião, ter tempo,
aceitar o caos, sair da crítica, desconfiar
dos sabedores providenciais e, até mesmo,
aceitar perder.

escritos, com diferentes tipos de conteúdos e
pelos mais diversos motivos, inclusive a sua
própria punição ou castigo em determinadas
situações. Embora a utilização desta modali-
dade de contacto tenha aparecido associada
a diferentes finalidades, entre estas não se
salientaram o estabelecimento de relação ou a
aproximação entre pais e professores.
Mas se a utilização da criança enquanto
veículo preferencial dos contactos é habitual e
consensual, apenas no FG1 é referido o facto
das crianças muitas vezes não entregarem a
mensagem, recorrendo a diferentes estraté-
gias, e são reconhecidas algumas desvanta-
gens desta estratégia comunicacional, com
consequências sobretudo para a criança.
AMBIVALÊNCIA QUANTO ÀS REUNIÕES DE PAIS
A quase totalidade dos professores realizou
entre 3 a 4 reuniões por ano, que constituíram
simultaneamente um momento de contacto
individual com maioria e/ou totalidade dos
pais. Este tipo de contacto embora conside-
rado útil foi referido como sendo pouco satis-
fatório, especialmente quando comparado
com os contactos individuais.
Na origem desta não preferência ou mesmo
insatisfação estiveram diferentes motivos,
entre os quais a impossibilidade de se tratar
de cada caso individualmente, as dificul-
dades na gestão do comportamento dos pais,
a insegurança e vulnerabilidade dos profes-
sores perante a presença dos pais enquanto
um todo, o que de algum modo vem desesta-
bilizar o poder dos professores.
Para além disto, esta posição ambivalente
parece evidenciar também um não reconhe-
cimento e uma não valorização da dimensão
colectiva dos contactos.
INFLUÊNCIA DO TEMPO DE SERVIÇO
A partir dos dados obtidos com o questio-
nário constatou-se que os professores com
mais de 30 anos de serviço tinham contac-
tado individualmente maior número de pais
e fizeram-no mais vezes com os pais de cada
criança, independentemente da forma utili-
11
zada. Também se percebeu que os profes-
sores que haviam contactado uma minoria de
pais o fizeram sistematicamente em todas as
modalidades e estavam no início da carreira.
Assim, a quantidade de pais abordados e a
frequência desses contactos apareceram
ligados a factores relacionados com o próprio
professor e não com as formas de contacto e
suas contingências.
Esta constatação foi confirmada nos focus
groups, e foi essencialmente explicada por
factores de carácter profissional decorrentes
da crescente experiência e maturidade profis-
sionais e da permanência na mesma escola,
e também por factores de carácter pessoal
como a idade dos professores, a sua disponi-
bilidade e o facto de terem filhos ou não.
A influência do tempo de serviço também se
fez sentir através de questões relacionadas
com a formação de professores e a prepa-
ração para este tipo de práticas, no sentido
em que uma insuficiente sensibilização e
formação teórica e prática propicia dificul-
dades acrescidas sobretudo no início da
carreira, que tendem a ser compensadas ao
longo da carreira pela experiência e maturi-
dade pessoal e profissional.
Neste sentido, no questionário a formação foi
apontada como um recurso indispensável para
uma melhoria das relações com os pais, e nas
discussões em grupo sublinhou-se a impor-
tância em especial da formação inicial como
forma de complementar a falta de experiência.
RESPONSABILIDADES DA RELAÇÃO E
MUDANÇA
A partir dos dados do questionário salientou-
se que ao longo do ano lectivo os pais rara-
mente haviam recusado contactos individuais,
tinham comparecido em grande número às
reuniões e, para além dos contactos por inicia-
tiva dos professores a que corresponderam,
uma minoria procurou ainda os professores
por sua própria iniciativa. Poucos professores
haviam sentido dificuldades ou obstáculos
nas relações com os pais, mas a existir estas
foram reportadas aos pais, assim como as
A relação entre a escola e a família no
discurso dos professores
10
das 34 instituições públicas de ensino básico
em funcionamento no Concelho do Funchal.
Num segundo momento, foram realizados
dois focus groups, com o intuito de, a partir
da discussão e reflexão dos dados do inqué-
rito, chegar à compreensão da(s) realidade(s)
construídas sobre as relações entre a escola
e a família. Um dos grupos de discussão foi
constituído por 8 professores do 1º ciclo do
ensino básico (FG1) e o outro por 6 peritos
em educação da área governativa e da área
formativa (FG2), seleccionados através
de uma amostragem não probabilística e
intencional. Desta forma pretendia-se que
a discussão dos dados obtidos fosse feita
não só pelo investigador, mas também pelos
agentes no terreno, possibilitando ao investi-
gador uma meta-análise dos dados.
Resultados
Dos dois estudos realizados retiraram-se os
seguintes resultados principais:
PREFERÊNCIA PELOS CONTACTOS INDIVIDUAIS
Ao longo da investigação, os contactos indivi-
duais foram-se salientando como os contactos
utilizados por mais professores, com maior
frequência, com maior número de pais e mais
satisfatórios. Das diferentes modalidades de
contactos individuais utilizadas salientaram-
se os contactos individuais face-a-face e
informais, nomeadamente à saída da escola
e por ocasião de uma reunião de pais, por
terem sido utilizados por todos os professores
com quase todos os pais; e o contactos indi-
MOSAICOnúmero 42
viduais indirectos através do envio de mensa-
gens pela criança cuja prática se inseriu
em duas lógicas diferentes, como estratégia
generalizada de contacto utilizada sistemati-
camente com todos os pais, ou como estra-
tégia de contacto pontual, utilizada só com
alguns pais em determinadas situações.
Os contactos individuais para além de terem
sido as mais utilizadas foram também tidos
como os mais satisfatórios, por serem consi-
derados mais produtivos em termos do conhe-
cimento da criança, promoverem uma maior
proximidade com os pais, serem mais fáceis
de realizar e gerarem menor vulnerabilidade e
insegurança nos professores.
O ENVIO DE MENSAGENS PELAS CRIANÇAS
Enquanto modalidade de contacto intencional
e previamente planeada, destacou-se no ques-
tionário o envio de mensagens pela criança,
utilizada pela maioria dos professores, quer
como forma de contacto habitual com todos
os pais quer como forma de contacto pontual
com alguns pais, inclusive nos casos em que
os pais recusaram contactos com os profes-
sores e como estratégia de marcação de
encontros formais.
Também nos focus groups o envio de mensa-
gens pela criança assumiu de forma consen-
sual uma expressão significativa na prática
dos professores. As crianças, para além de
constituírem elas próprias já uma forma de
mensagem entre pais e professores, também
transportam consigo recados quer verbais, quer
Ao longo da investigação,
os contactos individuais
foram-se salientando como
os contactos utilizados por
mais professores, com
maior frequência, com
maior número de pais e
mais satisfatórios.
 9
Metodologia dologia utilizada para recolha e análise de
dados implicou a utilização de métodos
Tendo em conta o objectivo geral já explici- mistos (Tashakkori & Teddlie, 2003) em que
tado, pretendeu-se mais especificamente: foram combinadas estratégias de investigação
quantitativa e qualitativa, o questionário e o
numa primeira fase, identificar, descrever
focus group, aplicadas em dois momentos
e analisar as formas e estratégias utilizadas
distintos (figura 1).
pelos professores para contactar os pais
dos alunos, quer individualmente quer em
Assim, num primeiro momento aplicou-se
grupo, a quantidade de pais abrangidos
um questionário traduzido e adaptado, com
e a frequência desses contactos; as suas
autorização expressa dos seus autores, a
apreciações e opiniões sobre os contactos
partir de um instrumento construído e utili-
havidos; as representações construídas so-
zado em Genebra pelo Service de Recherche
bre as relações com as famílias e o respec-
Sociologique. O questionário é composto por
tivo papel educativo;
um extenso número de itens que se podem
numa segunda fase, e para além da descrição
agrupar em três grandes secções: contactos
das práticas, apreender e compreender o sig-
individuais; contactos colectivos; represen-
nificado particular e específico que os agentes
tações sobre o papel educativo dos pais e dos
no terreno conferem às práticas comunicacio-
professores e das relações entre ambos.
nais entre professores e pais, possibilitando
uma meta-discussão e uma meta-análise dos
Este instrumento foi aplicado no final do ano
dados da 1ª fase do estudo.
lectivo a uma amostra de 132 professores
A prossecução destes objectivos foi feita colocados em 17 escolas, que foram seleccio-
através da delineação e execução de um nadas aleatoriamente a partir de uma listagem
plano de investigação descritivo, e a meto-
Figura 1: Modelo conceptual da investigação
A relação entre a escola e a família no
discurso dos professores
8
Qualquer que seja o tipo de relação (mais ou
menos aparente, explícito ou formal) entre
estas duas instituições sociais, existe sempre
comunicação. Uma comunicação que veicula
não só um conteúdo ou informação, mas que
veicula também uma determinada visão, quer
dessas relações, seus benefícios e obstáculos,
quer dos diferentes parceiros nela envolvidos,
e dos seus diferentes papéis e funções. A
comunicação que acontece, nesta sua dupla
vertente, constitui no fundo o “ingrediente”
das interacções entre a escola e a família
(Evéquoz, 1987c; Gameiro, 1994; Palazzoli
et al., 1987; Watzlawick, Beavin & Jackson,
1972; Relvas, 1996a).
Esta inevitabilidade da comunicação e, por
conseguinte, da relação, transforma o processo
das relações interpessoais num fenómeno de
grande complexidade, como o são, ao fim e ao
cabo, todos os fenómenos psicossociais deco-
rrentes da condição humana. Neste contexto,
a perspectiva sistémica surge-nos como
um instrumento conceptual especialmente
adequado ao estudo (e também à intervenção)
de processos desta natureza, pois para além
dum corpo de conceitos e construtos que
traduzem com precisão a complexidade
inerente, insere-se também num paradigma
científico que, contrariando uma visão analí-
tica e determinística, substitui a causalidade
linear pela circular e permite o estudo dos
fenómenos complexos ao tomar em conside-
ração a complexidade que os caracteriza (Le
Moigne, 1994; Morin, 1990; Rosnay, 1995;
Yatchinovsky, 2000).
O enquadramento científico da abordagem
sistémica assenta sobre um tripé concep-
tual composto pela teoria geral dos sistemas,
que define sistema e as suas propriedades,
pela cibernética, que se debruça sobre os
mecanismos de auto-regulação dos sistemas
complexos, e pela pragmática da comuni-
cação humana, que nos permite perceber o
valor comunicacional do comportamento.
Mas, para além disto, “a abordagem sisté-
mica dá-nos a teoria, a ética e as técnicas
para que a criança, para além dos projectos
e dos ideais dos profissionais da infância,
possa existir por ela própria, no reconheci-
MOSAICOnúmero 42
mento da sua pertença familiar” (Brouet &
Michard 1988, p. 7).
A opção pelo estudo desta temática a nível da
escola do 1º ciclo do ensino básico prende-se,
por um lado, com o facto deste acontecimento
constituir o marcador de uma nova etapa no
ciclo de vida familiar, com implicações a
nível do seu funcionamento e também do seu
relacionamento com os contextos envolventes
mais significativos, como é o caso da escola
(Alarcão, 2000a; Aldous, 1996; Relvas,
1996a, 2006). Por outro lado, a relação entre
a criança e o professor assume uma impor-
tância especialmente relevante nesta fase do
desenvolvimento infantil e, por conseguinte,
as relações entre a família e a escola assumem
mais do que nunca um papel determinante,
cujos benefícios para a criança se fazem
sentir mais particularmente do que em qual-
quer outro momento da vida (Chiland, 1978;
Coll, Marchesi & Palacios, 2004; Ferreira &
Santos, 1994; Pianta, Hamre & Stuhlman,
2003; Santos, 1982b, 1983).
Neste contexto, e no âmbito da relação
escola-família, o desafio consistiu em apro-
fundar o conhecimento sobre o processo
comunicacional que se estabelece entre os
professores do 1º ciclo do ensino básico e
os pais dos seus alunos, e mais especifica-
mente descrever as práticas e apreender e
compreender o significado que os professores
conferem a essas práticas, na convicção de
que “da clarificação dos modos e condições
de comunicação depende a inteligibilidade do
funcionamento e da mudança dos sistemas
escolares” (Perrenoud, 2001a, p. 30).
“da clarificação dos modos e
condições de comunicação
depende a inteligibilidade do
funcionamento e da mudança
dos sistemas escolares”
 7
Abstract
Com esta investigação procurou-se aprofundar o conhecimento sobre o processo
comunicacional que se estabelece entre a escola e a família ao nível do 1º ciclo do
ensino básico. Numa primeira fase foram inquiridos 132 professores do 1º ciclo do
ensino básico do Funchal e numa segunda fase realizaram-se dois focus groups, um
de professores e outro de peritos em educação.
Os resultados indicaram que os professores preferem os contactos individuais e
informais com os pais, de quem têm em geral uma representação negativa. O factor
essencialmente diferenciador das práticas dos professores foi o tempo de serviço
nas suas dimensões pessoais, profissionais e sociais. Neste contexto, a formação de
professores, inicial ou contínua, surge sublinhada como uma forma de promover a
comunicação entre pais e professores.
PALAVRAS-CHAVE: relação escola-família, professores do 1º ciclo, comunicação, sistémica
Introdução de pais, professores e instituições envol-
vidas, que se tem traduzido numa multipli-
Ao longo dos tempos as famílias têm desem- cação de estudos, investigações e planos de
penhado as suas funções de diferentes intervenção, mas também em mudanças de
formas, de acordo com os contextos histó- política educativa e regulamentação, assim
ricos, culturais e sociais, co-adjuvadas pela como no florescimento das associações de
comunidade, a Igreja e o Estado, funções pais, elementos que se têm conjugado para
essas que consistem basicamente na prote- a promoção e desenvolvimento das relações
cção e desenvolvimento dos seus membros e entre as escolas e as famílias (Epstein, 2001;
na integração e adaptação a uma determinada Macbeth et al., 1984; Montandon & Perre-
cultura e sua transmissão (Minuchin, 1982). noud, 1987, 2001; Perrenoud & Montandon,
A implementação da escolaridade obrigatória 1988; Silva, 1994, 2003, 2007; Stoer &
veio conferir ao Estado uma responsabilidade Silva, 2005).
cada vez maior e mais abrangente na sociali- Os estudos desenvolvidos ao longo destes
zação e educação das crianças, e as famílias anos, embora inseridos em diferentes pers-
passaram a partilhar com mais uma insti- pectivas teóricas e conduzidos com dife-
tuição algumas das tarefas que lhes estavam rentes objectivos, têm sido unânimes em
até então quase exclusivamente adstritas realçar a importância das relações escola-
(Montandon, 2001b; Montandon & Troutot, família em diferentes áreas e domínios do
1991). Esta divisão do trabalho educativo, processo educativo, assim como para os
sendo relativamente recente e tendo vindo a diversos actores envolvidos, nomeadamente
transformar-se com o tempo sob o efeito dos as crianças, os pais, a família, os professores,
mais diversos factores, foi, sobretudo nos seus a escola e a comunidade (Benavente, 1999;
primórdios, marcada por uma relação formal Caspe, Lopez & Wolos, 2007; Davies et al.,
e distante entre a escola e a família, com uma 1989; Epstein, 2001; Epstein & Sanders,
separação rígida de contextos e funções. 1998; Kreider, Caspe, Kennedy & Weiss,
Nas últimas décadas tem-se assistido a 2007; Reitz, 1990; Silva, 2003; Weiss,
uma sensibilização crescente para a impor- Caspe & Lopez, 2006; Villas-Boas, 2001).
tância da relação família-escola por parte
A relação entre a escola e a família no
discurso dos professores
6
A relação entre
a escola e a família
no discurso dos professores
MARIA JOÃO BEJA ANA PAULA RELVAS
Psicóloga e Terapeuta familiar Psicóloga e Terapeuta familiar
Departamento de Psicologia e Estudos Faculdade de Psicologia e Ciências da
Humanísticos, Universidade da Madeira, Educação, Universidade de Coimbra,
Campus da Penteada Rua do Colégio Novo, 3001-802
9000-390 Funchal, Portugal Coimbra, Portugal
mjoao@uma.pt aprelvas@fpce.uc.pt
MOSAICOnúmero 42
 5
Convites à SPTF
1) A Sociedade Portuguesa de Psiquiatria e 2) A Faculdade de Educação e Psicologia da
Saúde Mental convidou a SPTF para orga- Universidade Católica Portuguesa/Porto, no
nizar uma Mesa Redonda no seu V Congresso âmbito do Mestrado em Psicologia, convidou
Nacional a realizar de 25 a 28 de Novembro a SPTF para organizar uma sessão de apre-
de 2009, no Hotel Sheraton, no Porto. A sentação da sua oferta formativa no dia 29 de
SPTF aceitou e a Delegação do Norte ficou Maio, no Campus da Foz da UCP, enquadrada
responsável pela sua concretização. na apresentação de Sociedades/Associações
que formam psicólogos em psicoterapia. A
apresentação ficou a carga da Doutora Milice
Ribeiro dos Santos, supervisora da SPTF na
Delegação do Norte.
AGENDA DE ACTIVIDADES
SEMINÁRIO
Sistemas Humanos, Perturbações da Personalidade e
Indicações Terapêuticas,
Hospital do divino Espírito santo, Ponta Delgada, Açores, em 2 e 3 de Julho de
2009. Prelector Professor Matteo Selvini, Co-director da Escola de Psicoterapia
Mara Selvini Palazzoli de Milão.
Para mais informações e acesso à ficha de inscrição consultar www.sptf.pt.
Notícias/Agenda
4
NOTÍCIAS DA SPTF
Serões sistémicos à sexta à noite
Na Delegação do Norte da Sociedade de sua aplicação e relação com as características
Terapia Familiar, na cidade do Porto, desde o pessoais dos terapeutas e sobre a prática
mês de Abril, decorrem algumas sextas-feiras à daTerapia Familiar nos diferentes Centros.
noite os serões de convívio e debate de temas É objectivo destes serões criar um tempo e
de interesse para os sócios. Discutem-se difi- local em que modo informal e agradável se
culdades e sucessos terapêuticos, reflecte-se coloquem dúvidas, partilhem alegrias, se actu-
sobre os diferentes modelos de intervenção, alize e enriqueça o pensamento sistémico.
Consultas de terapia familiar
na Unidade de Psiquiatria do Hospital de S.João
No sentido de dar resposta às inúmeras situa- Hospital de S. João E.P.E. definiu um proto-
ções que, no Porto, as Equipas Muitidiscipli- colo de atendimento destas famílias sempre
nares de Assessoria aos Tribunais têm entre que a intervenção sistémica se revele útil.
mãos, a Unidade de Psiquiatria do Jovem Essa intervenção é conduzida por terapeutas
e da Família do Serviço de Psiquiatria do familiares da SPTF, membros da Unidade.
Discussão pública de monografias para admissão
como Membro Efectivo da SPTF
Decorreu nos dias 8, 15, 22, 29 de Maio e 5 de Junho, entre as 18 e as 20
horas, a apresentação e discussão pública das monografias dos candidatos a
Membro Efectivo (titulação de terapeuta familiar) na sede da SPTF, em Lisboa.
MOSAICOnúmero 42
 neste
número…
4 Notícias da SPTF
5 Agenda de actividades
6 A relação entre a escola e a família no discurso dos
professores
14 À procura de um álibi: reflectindo sobre a culpa a partir de
casos clínicos
23 Contextos Familiares e Processo Terapêutico. Narrativas de
Famílias de Toxicodependentes
36 Procurando não ser apenas mais um na rede scundária de
famílias multiassitidas
 Revista da Federação Espanhola de Associações de Tarapia Familiar
Journal of the Spanish Federation of Family Therapy Associations
MOSAICO
JUNHO 2009 * Nº 42 15 €
COM A COLABORAÇÃO DE
Sociedade Portuguesa
SPTF de Terapia Familiar
monografias: EMDR Y TERAPIA FAMILIAR
* *