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El Camino del Estoico

Cómo Aplicar el Estoicismo para Cultivar la


Resiliencia, Sabiduría y Disciplina para Superar
la Adversidad en un Mundo Desafiante
Ollie Snider
© Copyright Ollie Snider 2023 - Todos los derechos reservados.

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Contenido

¡Un Regalo Especial para Ti!


ANTES DE COMENZAR

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1: FUNDACIONES
1.1 ¿Qué es el estoicismo y por qué debería
importarte?

1.2 Viaje rápido por el estoicismo y sus


principales filósofos

1.3 Los tres pilares del estoicismo: el control


interno, la aceptación y la virtud

1.4 Cómo el estoicismo puede transformar tu


vida a una mejor versión

Practica 1: Pausa y respuesta


CAPÍTULO 2: EL PODER DEL AQUÍ Y AHORA
2.1 Vive en el presente: aprende a disfrutar
el momento

2.2 Cómo liberarte de la preocupación por el


pasado y el futuro
2.3 Practicando la atención plena estoica en
tu día a día

Practica 2: Atención plena

Practica 3: Renuncia al control

CAPÍTULO 3: ACEPTAR LO INEVITABLE


3.1 Aprende a aceptar lo que no puedes
controlar
3.2 El arte de dejar ir: cómo lidiar con el
cambio y la adversidad

3.3 Cómo encontrar paz en medio de la


incertidumbre

Practica 4: Contemplación de la adversidad

Practica 5: La emoción elegida

CAPÍTULO 4: EL VALOR DE LA RESILIENCIA


4.1 Cómo desarrollar una mentalidad
resistente frente a los desafíos

4.2 Utiliza la adversidad como una


oportunidad para crecer
4.3 La importancia de la autodisciplina y la
fuerza interior

Practica 6: Privación temporal


Practica 7: Gratitud por las dificultades

CAPÍTULO 5: VIVIR UNA VIDA DE VIRTUD


5.1 Descubre y cultiva tus valores
fundamentales

5.2 Cómo tomar decisiones éticas en


situaciones difíciles

5.3 La importancia de la bondad, la justicia y


la honestidad
Practica 8: La contemplación de los vicios y
las virtudes

Practica 9: Examen de los propios valores

CAPÍTULO 6: AMOR Y RELACIONES


6.1 Cómo cultivar relaciones saludables
basadas en el estoicismo

6.2 Aprende a amar y dejar ir: el equilibrio en


el amor y la pérdida
6.3 Cómo el estoicismo puede mejorar tus
interacciones diarias

Practica 10: Meditación de la bondad


amorosa
Practica 11: Reflexión sobre la
impermanencia

CAPÍTULO 7: LA FELICIDAD INTERIOR


7.1 La clave para encontrar la verdadera
felicidad dentro de ti

7.2 Desapego y gratitud: encontrar


satisfacción en lo que tienes

7.3 Cultivando la serenidad y la paz mental

Practica 12: Meditación de la mañana y de la


noche

Practica 13: Contemplación de lo cotidiano

CAPÍTULO 8: LA PRÁCTICA DIARIA DEL ESTOICISMO


8.1 Rutinas y ejercicios prácticos para
incorporar el estoicismo en tu vida

8.2 La importancia de la autorreflexión y el


examen de conciencia

8.3 Manteniendo la consistencia en tu


camino estoico

Practica 14: La austeridad voluntaria

Practica 15: Meditación sobre vicios y


virtudes

CONCLUSIONES

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AGRADECIMIENTOS
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nosotros en este emocionante viaje hacia el estoicismo.
¡Espero que lo disfrutes y te ayude en tu viaje hacia el
estoicismo!
ANTES DE COMENZAR

Querido lector,
En este momento, quiero dirigirme a ti personalmente para
expresar mi más profundo agradecimiento por
acompañarme en este emocionante viaje. Me siento
verdaderamente honrado y agradecido de que hayas
decidido sumergirte en las páginas de mi libro y explorar el
fascinante mundo del estoicismo junto a mí.
Desde el momento en que comencé a escribir este libro,
tenía en mente a lectores como tú: personas valientes y
comprometidas que buscan enfrentar los desafíos de
nuestra sociedad actual con una mentalidad estoica. Ahora
que veo que has respondido de manera tan positiva, mi
corazón se llena de gratitud y alegría.
El estoicismo es una filosofía que ha resistido el paso del
tiempo y continúa siendo relevante en nuestras vidas
cotidianas. A través de las páginas de este libro, he
intentado transmitirte las enseñanzas y prácticas estoicas
para ayudarte a cultivar la resiliencia, la sabiduría y la
disciplina necesarias para superar la adversidad en un
mundo desafiante.
Sé que todos enfrentamos momentos difíciles en nuestras
vidas, momentos en los que nos encontramos cara a cara
con situaciones estresantes y desalentadoras. Sin embargo,
también estoy convencido de que dentro de ti hay una
fuerza interior y un potencial inmenso para afrontar estos
desafíos con coraje y determinación.
Al escribir este libro, he querido brindarte un mapa para
navegar por los caminos de la adversidad, para que puedas
encontrar la claridad y la fortaleza necesarias para superar
cualquier obstáculo que se te presente. En cada capítulo, he
compartido información de vital importancia, ejercicios
prácticos y reflexiones profundas, todo con el objetivo de
ayudarte a aplicar los principios estoicos en tu vida diaria.
Pero más allá de las palabras y las ideas, lo que realmente
me emociona es la idea de que este libro pueda haberte
brindado un sentido de compañía y apoyo en momentos
difíciles. Espero que hayas encontrado consuelo en sus
páginas y que hayas descubierto nuevas formas de
enfrentar los desafíos con una perspectiva estoica.
No puedo expresar con palabras lo agradecido que estoy
por tu dedicación y compromiso al leer este libro. Entiendo
que tu tiempo es un recurso valioso y el hecho de que hayas
decidido invertirlo en estas páginas es algo que valoro
profundamente.
Es mi más sincero deseo que este libro te haya
proporcionado herramientas prácticas y perspectivas
transformadoras para enfrentar los desafíos de la vida.
Deseo que hayas encontrado inspiración para cultivar la
resiliencia, la sabiduría y la disciplina necesarias para
superar cualquier adversidad que se cruce en tu camino.
Una vez más, te agradezco de todo corazón por tu apoyo y
por permitirme ser parte de tu viaje hacia una vida más
estoica y significativa. Tu respuesta positiva y tu
compromiso son el combustible que impulsa mi pasión por
compartir el estoicismo contigo.
Con gratitud infinita,
Ollie Snider
INTRODUCCIÓN

El estoicismo es como un faro que ilumina el camino hacia


la serenidad en medio de las tormentas de la vida. Es una
filosofía que nació hace mucho tiempo y que nos enseña a
aceptar las cosas que no podemos cambiar y a abrazarlas
con valentía. Nos motiva a enfocarnos en lo que sí podemos
controlar: nuestros pensamientos, acciones y actitudes.
Imagina que eres una roca en el mar: aunque las olas
azoten con fuerza, tú permaneces firme y tranquilo. Así es el
estoicismo. Tiene que ver con encontrar la paz interior en
medio de las adversidades, aprender a no dejarte llevar por
impulsos emocionales negativos y a vivir en armonía con el
universo.
El estoicismo también te ayuda a ser agradecido por lo que
tienes y a entender que la verdadera riqueza está en tu
sabiduría y virtud, no en las posesiones materiales.
Promueve el amor por los semejantes y te enseña a ser
humilde, reconociendo que eres parte de algo más grande y
que tu vida está conectada con la de los demás.
Los estoicos proponen un camino de crecimiento personal y
espiritual que ayuda a encontrar la felicidad en lo simple y a
enfrentar la incertidumbre con valentía. Es una filosofía que
te invita a vivir con pasión, pero también con calma.
Conociendo a los estoicos
Uno de los filósofos estoicos más conocidos fue Epicteto. Él
era un esclavo liberado que se convirtió en un influyente
maestro de filosofía en la antigua Roma. Cuenta la historia
que un día, mientras estaba dando una conferencia, un
hombre adinerado se acercó a él y lo insultó de manera
grosera y despectiva. El hombre pensaba que, al haber sido
esclavo, Epicteto no merecía respeto ni atención.
Sin embargo, en lugar de reaccionar con ira o tristeza, el
filósofo estoico respondió con calma y serenidad.
Simplemente sonrió y dijo: “Si alguien te ofrece un regalo y
tú no lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo?”. Con esta
respuesta, Epicteto demostró su comprensión profunda de
los principios estoicos y su capacidad para mantener la
tranquilidad interior en medio de la adversidad.
La lección detrás de esta anécdota es que los insultos y las
palabras hirientes solo tienen el poder de hacernos daño si
les damos importancia y permitimos que afecten nuestra
paz interior. Epicteto nos enseña a no dejar que las
opiniones y acciones de los demás nos perturben,
recordándonos que solo podemos controlar nuestras propias
reacciones y actitudes.
El estoicismo en el mundo actual
El estoicismo tiene una importancia invaluable en la
actualidad. En medio de un mundo caótico y lleno de
incertidumbre, brinda un refugio de serenidad y claridad. En
primer lugar, nos enseña a aceptar las cosas que no
podemos cambiar y a enfocarnos en lo que sí podemos
controlar. La realidad está llena de situaciones fuera de
nuestro control; si cultivas la fortaleza interior, vas a
encontrar la paz en medio de la confusión.
La filosofía estoica nos invita a ser conscientes del momento
presente y a vivir con gratitud. A apreciar las cosas simples
de la vida y a no aferrarnos a las posesiones materiales
como fuente de felicidad. En un mundo obsesionado por el
consumismo y la búsqueda desenfrenada de tener más y
más, esta filosofía nos recuerda que la verdadera felicidad
reside en nuestra sabiduría, virtud y en las relaciones
humanas significativas.
Los principios y prácticas estoicas contribuyen a que
podamos enfrentar los desafíos con coraje y determinación.
Nos permiten ver las dificultades como oportunidades de
crecimiento y nos alientan a mantenernos firmes en
nuestros valores, incluso en tiempos difíciles. También nos
recuerda que podemos elegir cómo responder ante las
adversidades y que nuestra actitud es clave para superar
los obstáculos que encontramos en el camino.
¿Por qué conocer y practicar el estoicismo?
En este libro te invito a conocer y practicar el estoicismo
porque es como tener una brújula que va a guiarte hacia la
felicidad interior y el bienestar en medio de la agitación.
Vivimos en una época llena de estrés, presiones y
preocupaciones constantes. Esta filosofía te ofrece un
refugio de paz interior en medio de ese torbellino.
Estos son algunos de los aprendizajes que puedes obtener a
partir del estoicismo:
Te enseña que hay muchas cosas que jamás vas a
lograr o dominar, pero también que solo tú tienes
control sobre lo que sucede en tu mundo interno.

El estoicismo va a enseñarte que no eres dueño del


pasado ni del futuro, pero sí puedes definir cómo
enfrentar el presente.

Te anima a cultivar una mentalidad de gratitud y a


encontrar la belleza en las pequeñas cosas de la vida.

También te ayuda a liberarte de la búsqueda obsesiva


del éxito mundano y las posesiones materiales,
encontrando el bienestar en lo que ya tienes.

En momentos de adversidad, el estoicismo va a


brindarte la fortaleza que necesitas para enfrentar los
desafíos con valentía. Te ayudará a encontrar el
camino en medio de la dificultad y a mantenerte firme
en tus valores.
Aprenderás a ver los obstáculos como fuente de
aprendizaje y a obtener lecciones de ellos, en lugar de
dejarte vencer.
Así mismo, este aprendizaje te hará más compasivo y
humilde. Esto será un bálsamo para ti y para los demás, en
un mundo lleno de divisiones y deshumanización. Todos
formamos parte de la misma especie y compartimos un
camino común. Por eso es importante tratarnos con
amabilidad y respeto. Los estoicos nos enseñan a poner en
práctica el amor y la empatía, construyendo relaciones
significativas y fomentando la armonía en nuestra sociedad.
En última instancia, el estoicismo es una vía para vivir con
autenticidad y plenitud. Te muestra que la felicidad no
depende de circunstancias externas, sino de tu propia
sabiduría y virtud. Te alienta a buscar el equilibrio entre tus
pasiones y tus responsabilidades, permitiéndote alcanzar
una vida plena, en armonía contigo mismo y con el mundo
que te rodea.
Te invito a que hagas de esta lectura un aprendizaje. Y del
aprendizaje, una práctica diaria. De este modo, conseguirás
lo que solo pocos logran: tener una vida tranquila, feliz y
significativa.
CAPÍTULO 1: FUNDACIONES

“No pretendas que las cosas ocurran como tú


quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal
como se producen, y serás feliz”.
-Epicteto-

Explorar el estoicismo puede brindarte valiosas


herramientas para enfrentar los desafíos de la vida con
mayor serenidad y claridad. Aprenderás a cultivar el
autodominio, a superar el miedo y la ansiedad, y a
desarrollar una mentalidad resiliente.
Si deseas encontrar una guía que te ayude a encontrar la
paz interior y la fortaleza en medio de la adversidad, te
animo a seguir explorando el estoicismo. A medida que
profundices en sus principios y enseñanzas, descubrirás
cómo aplicarlos en tu vida cotidiana, desarrollarás una
mayor comprensión de ti mismo y encontrarás un camino
hacia una vida más significativa y plena.
En este capítulo vamos a hablar acerca de qué es el
estoicismo y por qué es importante para tu vida. Veremos
cuál fue el origen de esta filosofía y sus principales
representantes. También te diremos cuáles son los
principios básicos de esta doctrina y de qué manera pueden
ayudarte a sacar lo mejor de ti mismo. Al final, vamos a
sugerirte una práctica de iniciación en esta práctica
filosófica.
1.1 ¿Qué es el estoicismo y por qué debería
importarte?

El estoicismo es una forma de pensar y vivir que nos enseña


cómo ser felices y estar tranquilos. Te ayuda a gestionar
emociones y sentimientos como la ira, el miedo o la tristeza.
En pocas palabras, te ayuda a sentirte bien, incluso cuando
las cosas no salen como quieres.
Esta filosofía nació hace mucho tiempo en Grecia. Para ser
más exactos, viene desde el siglo III antes de nuestra era.
Sin embargo, y para sorpresa de todo el mundo, ha cobrado
mucha importancia en el mundo actual.
Como seguramente lo sabes, hay muchas personas que
sufren problemas como la ansiedad, la depresión y otros
similares. Pues bien, muchos se han dado cuenta de que
siguiendo los principios de la filosofía estoica pueden
sentirse mejor y llevar una vida más feliz.
La esencia del estoicismo
Los estoicos creen que las emociones no vienen de las
cosas que te suceden, sino de cómo piensas sobre esas
cosas. Por ejemplo, si alguien te dice algo malo y te enojas,
no es culpa de la otra persona, sino que tú decides enojarte
por lo que te dijeron. Pero si aprendes a pensar de manera
diferente y no dejar que las palabras te afecten, podrás
mantenerte tranquilo.
El estoicismo también señala que es importante aceptar las
cosas que no puedes cambiar. Por más que te esfuerces,
siempre habrá cosas que se te salen de las manos. Por
ejemplo, no puedes controlar el clima o las acciones de
otras personas. En lugar de preocuparte por eso, ganas más
si te adaptas y lo aceptas. Si llueve, en lugar de enojarte,
podrías usar tu paraguas mientras contemplas la maravilla
de este fenómeno.
Una parte importante de esta filosofía consiste en ser bueno
y tratar a los demás con justicia. Es muy importante ser
amable y respetuoso con todos, sin importar cómo sean o
qué tengan. También indica que no debes preocuparte
demasiado por las cosas materiales, como el dinero o las
posesiones. En lugar de insistir en tener más cosas, el
estoicismo sugiere valorar lo que ya tienes.
Otra idea interesante del estoicismo es vivir en el presente.
A veces nos preocupamos demasiado por lo que sucedió en
el pasado o por lo que ocurrirá en el futuro. Sin embargo,
solo podemos controlar lo que está pasando ahora mismo.
Así que es mejor disfrutar y prestar atención a lo que
estamos haciendo en el momento presente.
¿Por qué debería importarte?
El estoicismo es importante porque te enseña cómo ser
fuerte y feliz, sin importar lo que suceda a tu alrededor. La
vida puede ser complicada a veces. Te enfrentas a
problemas y desafíos que te llevan a sentirte triste, enojado
o asustado. El estoicismo, te enseña a manejar esas
emociones y a no dejar que te controlen. Te ayuda a ser
más valiente y afrontar las dificultades con una actitud
positiva.
El estoicismo también te permite tomar mejores decisiones
y te enseña a pensar antes de actuar. A pensar con calma y
a considerar las consecuencias antes de entrar en acción.
De este modo, evitas problemas y logras hacer elecciones
más sabias.
Imagina que tienes un examen muy difícil y estás nervioso
por ello. O que tienes una entrevista de trabajo que es
importante para ti y te preocupa lo que suceda. Con el
estoicismo, logras recordarte a ti mismo que solo puedes
hacer tu mejor esfuerzo y que no tienes manera de
controlar cómo será el examen o la entrevista.
Por eso, en lugar de preocuparte demasiado, puedes
enfocarte en estudiar o prepararte lo mejor posible. Si el
examen o la entrevista no resultan como quieres, aplicando
los principios estoicos podrás aceptar el resultado con
calma y pensar en cómo mejorar la próxima vez.
1.2 Viaje rápido por el estoicismo y sus
principales filósofos

La filosofía estoica nació 300 años antes de nuestra era en


Grecia, pero tuvo su mayor expansión en la Roma Antigua.
Surgió en un período de grandes cambios y
transformaciones. Grecia y Roma se enfrentaban a grandes
desafíos como guerras, conflictos políticos, crisis
económicas y cambios sociales.
El estoicismo fue una respuesta a estos desafíos. Buscaba
proporcionar orientación y consuelo en un mundo incierto y
cambiante. Se centraba en el desarrollo de la sabiduría, la
virtud y la tranquilidad interior como medios para alcanzar
la felicidad y la paz interior en cualquier circunstancia.
A lo largo de los siglos, el estoicismo influyó en numerosos
filósofos, líderes y pensadores en diferentes épocas y
culturas. Sus enseñanzas fueron adoptadas por muchas
personas como una guía para llevar una vida significativa y
encontrar la paz interior en medio de las dificultades.
En la actualidad, sigue siendo relevante y ha experimentado
un resurgimiento en popularidad, ya que sus principios
pueden ser aplicados a los desafíos y dilemas de la vida
moderna. Algunos de los representantes clásicos del
estoicismo son los siguientes.
Zenón, el fundador del estoicismo
Zenón fue el fundador del estoicismo. Fue el primer líder de
la escuela estoica y sentó las bases de esta filosofía con su
obra “República”. Fue conocido por enseñar en el Pórtico
Pintado (Stoa Poikile) en Atenas, de donde deriva el nombre
“estoicismo”. Se dice que enseñaba mientras caminaba
arriba y abajo, lo que simbolizaba la idea de seguir el
camino de la virtud y el autodominio. También se cuenta
que era un maestro carismático y apasionado, capaz de
atraer y convencer a sus discípulos con su sabiduría y
persuasión.
La leyenda cuenta que Zenón murió de manera tranquila y
serena. Se afirma que estaba dando una lección cuando se
dio cuenta de que se acercaba su fin. Levantó la mano para
pedir silencio y dijo: “Estoy yendo a encontrarme con mis
amigos”. Luego expiró. Esta historia resalta la idea estoica
de aceptar la muerte como parte natural de la vida y
encontrar paz en ese momento final.
Epicteto, el pensador agudo
Epicteto no dejó ninguna obra escrita, pero sus enseñanzas
fueron recopiladas por su discípulo Arriano en los
“Discursos” y el “Manual de Epicteto”. Él enfatizó la
importancia de mantener la tranquilidad y la serenidad
interior en cualquier circunstancia.
Epicteto nació como esclavo en Frigia (en la actual Turquía).
Fue propiedad de un rico ciudadano romano llamado
Epafrodito. Sin embargo, mostró un gran talento y pasión
por la filosofía, lo que llamó la atención de su amo.
Epafrodito le permitió estudiar con el filósofo estoico
Musonio Rufo, y finalmente le dio la libertad. A pesar de su
origen humilde, Epicteto se convirtió en uno de los filósofos
más respetados de su tiempo.
Se cuenta que solía llevar consigo una silla vacía durante
sus lecciones. La silla simbolizaba la presencia de Sócrates,
uno de los filósofos que Epicteto admiraba profundamente.
Al utilizar la silla vacía, Epicteto recordaba a sus discípulos
la importancia de buscar la sabiduría y la virtud, y seguir el
ejemplo de los grandes filósofos del pasado.
Séneca, el sabio
Lucio Anneo Séneca es conocido por sus escritos filosóficos,
como “Cartas a Lucilio” y “Sobre la brevedad de la vida”.
Abogaba por la virtud, la moderación y la aceptación de la
realidad, y creía en vivir de acuerdo con la naturaleza.
Séneca fue uno de los consejeros más influyentes del
emperador romano Nerón. Trató de guiar y moderar las
acciones del joven gobernante, pero no lo logró. Este
filósofo era conocido por su estilo de vida austero. A pesar
de su riqueza, vivía de manera sencilla y rechazaba los lujos
excesivos.
Murió de una manera que refleja su filosofía estoica.
Durante el reinado de Nerón, Séneca fue acusado
injustamente de participar en una conspiración y se le
ordenó cometer suicidio. Aceptando su destino, Séneca se
cortó las venas sin mostrar temor ni angustia, manteniendo
su serenidad hasta el final.
Marco Aurelio, el bien común
Marco Aurelio fue un emperador romano del siglo II después
de nuestra era y también un filósofo estoico. Sus
pensamientos y reflexiones personales fueron recopilados
en el libro “Meditaciones”. En sus escritos, habló acerca del
autocontrol, la humildad y el deber hacia el bienestar de los
demás.
A pesar de ser emperador y tener poder absoluto, Marco
Aurelio se consideraba a sí mismo como un servidor del
bienestar común. Buscaba gobernar con justicia y equidad,
siguiendo los principios estoicos de la virtud y el deber hacia
los demás. Su gobierno estuvo marcado por una
preocupación por el bienestar de sus súbditos y la
promoción de la justicia.
1.3 Los tres pilares del estoicismo: el control
interno, la aceptación y la virtud

El estoicismo se basa en tres pilares básicos: el control


interno, la aceptación y la virtud. Los estoicos creen que
muchas de las angustias y sufrimientos provienen de
nuestra respuesta emocional y nuestra reacción impulsiva
ante los eventos. Para esta filosofía, el autocontrol es
esencial para alcanzar la tranquilidad y la sabiduría en la
vida.
Así mismo, la filosofía estoica nos enseña a aceptar las
cosas tal como son y a encontrar la paz interior en medio de
las adversidades. Nos recuerda que el cambio es una parte
natural de la vida y que resistirse a él solo nos causará
sufrimiento.
Señalan que la virtud es el aspecto más importante de la
vida. Este se refiere a la excelencia moral y al cultivo de
cualidades positivas en nuestra forma de ser y actuar. La
virtud no se trata solo de hacer cosas buenas
externamente, sino de desarrollar un carácter sólido y una
forma de vida basada en principios éticos. Veamos todo esto
con mayor detalle.
El control interno
El control interno, según el estoicismo, es como un
“superpoder” especial que nos ayuda a ser dueños de
nuestras emociones y acciones. Imagina que tienes una
comida deliciosa, pero poco nutritiva, frente a ti. ¡Es muy
tentadora! Pero el autocontrol te ayuda a pensar antes de
tomarla. Puedes preguntarte: “¿Realmente necesito comer
esto ahora? ¿Sería mejor esperar o tal vez evitarla?” El
autocontrol te permite tomar una decisión sabia y no
dejarte llevar por tus impulsos.
Además, el control interno también te ayuda a sortear
situaciones difíciles. Supongamos que has tenido una
discusión con tu pareja y te sientes enojado. El autocontrol
te permite detenerte y pensar antes de actuar. Puedes
preguntarte: “¿Reaccionar con más enojo ayudará a resolver
el problema? ¿Qué puedo hacer para calmar la situación y
buscar una solución pacífica?”.
Esto no significa que nunca puedas sentir emociones, como
el enojo o la tristeza. Es normal tener esos sentimientos.
Pero el autocontrol te ayuda a no dejar que te invadan. Te
da la habilidad para manejar esas emociones de una
manera positiva y a tomar decisiones basadas en lo que es
correcto y bueno.
La aceptación
La aceptación, según los estoicos, es como aprender a decir
“sí” a las cosas que no podemos cambiar en la vida. Como
cuando votas para elegir algún candidato a la presidencia.
Por un lado, debes seguir las reglas de la votación, aunque
esto implique tener que hacer una fila, o esperar tu turno.
Por otro lado, tienes que aceptar los resultados, incluso si tu
candidato no triunfa.
La aceptación también significa no pelear contra lo que no
puedes controlar. Por ejemplo, si está lloviendo un día en el
que querías ir a dar un paseo, en lugar de estar molesto y
frustrado por el clima, podrías decir: “No es posible
controlar el clima, pero sí encontrar otra cosa para hacer en
casa o buscar actividades bajo techo”.
Cuando practicas la aceptación, vas a sentirte más tranquilo
y a encontrar más fácilmente las soluciones a los
problemas. A veces, las cosas no salen como quieres, pero
aprender a aceptarlas te ayuda a adaptarte y seguir
adelante. En lugar de gastar tu energía en preocuparte por
cosas que no puedes cambiar, lo mejor es enfocarte en las
cosas que sí puedes hacer y disfrutar el momento presente.
La virtud
La virtud, según los estoicos, debe llevarte a ser un ejemplo
de bondad y de buen comportamiento. Convertirte en la
persona increíble que puedes ser. Tus grandes armas
deberían ser la sabiduría, la justicia, el coraje y la
moderación.
La sabiduría significa que siempre tomas decisiones sabias y
piensas antes de actuar. La justicia supone que tratas a
todos con amabilidad y buscas ser justo en todo lo que
haces. El coraje te da la fuerza para enfrentar los miedos y
los desafíos sin rendirte. Y la moderación te ayuda a
encontrar el equilibrio en todo lo que haces, sin exagerar ni
quedarte corto.
La virtud también tiene que ver con ser auténtico y fiel a ti
mismo. No quieres ser como los demás, sino que buscas
convertirte en la mejor versión de ti mismo. No te preocupas
demasiado por lo que piensan los otros, sino que sigues tus
propios valores y creencias.
Nadie es perfecto y todos cometemos errores, pero la virtud
te ayuda a aprender de tus desaciertos y a seguir creciendo.
Siempre puedes esforzarte por ser una persona mejor y
cultivar las virtudes en tu vida. Vivir de acuerdo con la
virtud te lleva a una mayor autenticidad, felicidad y armonía
con la naturaleza.
1.4 Cómo el estoicismo puede transformar tu
vida a una mejor versión

El estoicismo puede aplicarse de muchas formas para


mejorar la vida de una persona. Nos anima a conocernos a
nosotros mismos, a comprender nuestras emociones,
fortalezas y debilidades. Esto nos permite tomar decisiones
más conscientes y alineadas con nuestros valores.
Así mismo, nos motiva a enfrentar los desafíos y
adversidades con coraje y resiliencia. Nos recuerda que el
sufrimiento es parte de la vida, pero que podemos elegir
cómo responder ante él y encontrar fortaleza en medio de
las dificultades.
El estoicismo es una filosofía práctica, por lo que es
importante aplicar estos principios en tu vida cotidiana y
adaptarlos a tus propias circunstancias. Enseguida veremos
algunas de las situaciones prácticas en las que puedes
aplicar los principios estoicos, para ser mejor.
Situaciones prácticas y estoicismo
Hay infinidad de situaciones cotidianas en las que el
estoicismo puede ayudarte a actuar con más sabiduría, para
convertirte en una mejor versión de ti mismo. Enseguida
hablaremos sobre algunas de ellas.
Enfrentar un problema con calma
Si te encuentras en una situación estresante o desafiante,
puedes aplicar el estoicismo recordando que no es posible
controlar todas las circunstancias externas. En lugar de
preocuparte en exceso, el estoicismo te invita a centrarte en
lo que está bajo tu control, como tu actitud y tus acciones.
Respira profundamente, mantén la calma y busca
soluciones prácticas en lugar de enfocarte en el problema
en sí.
Vivir la gratitud
Cada día, tómate un momento para reflexionar sobre las
cosas positivas en tu vida. Agradece por las personas que te
rodean, las oportunidades que tienes y las experiencias que
te han enseñado lecciones valiosas. Incluso en medio de los
problemas, busca algo por lo que estar agradecido. Esto te
ayudará a desarrollar una actitud más positiva y a apreciar
lo que tienes.
Desarrollar la aceptación
La vida está llena de cambios, y muchas veces no podemos
evitarlos. En lugar de resistirte o lamentarte, practica la
aceptación. Por ejemplo, si te mudas a una nueva ciudad o
pierdes tu trabajo, en lugar de sentirte nervioso o triste,
enfócate en las oportunidades que eso puede brindarte.
Adopta una mentalidad de aventura y crecimiento, y busca
las cosas positivas que pueden surgir de esa situación.
Cultivar el autocontrol
Los estoicos enfatizan el autocontrol como una habilidad
importante. Puedes practicar el autocontrol al tomar
decisiones conscientes, resistir las tentaciones y regular tus
emociones. Por ejemplo, si te sientes asustado, antes de
reaccionar impulsivamente, tómate un momento para
respirar profundamente y pensar en cómo podrías
responder de una manera más calmada y constructiva.
Practicar la moderación
Los estoicos enfatizan la importancia de encontrar el
equilibrio en todas las cosas. Puedes aplicar esto en tu vida
al practicar la moderación en tu alimentación, en el uso del
tiempo frente a las pantallas, en tus compras y en tus
emociones. Evita los extremos y busca un enfoque
equilibrado en todas las áreas de tu vida.
Asumir responsabilidad por tus acciones
Los estoicos nos recuerdan que somos responsables de
nuestras propias acciones y decisiones. Si cometes un error
o haces algo incorrecto, en lugar de culpar a otros, asume la
responsabilidad y busca maneras de corregirlo para
aprender de la experiencia. Aceptar la responsabilidad te
ayuda a crecer y a mejorar como persona.
Practicar la autodisciplina
La autodisciplina es una habilidad importante en el
estoicismo. Puedes ejercitarla estableciendo metas y
trabajando para alcanzarlas, incluso cuando te enfrentes a
obstáculos o distracciones. Por ejemplo, si tienes que
realizar tareas domésticas, puedes establecer un horario de
para estas y mantenerte fiel a él, evitando las distracciones
y manteniendo el enfoque en tu objetivo.
Desapegarte de los resultados
En lugar de obsesionarte con los resultados finales, los
estoicos te invitan a enfocarte en el proceso y en hacer lo
mejor posible en cada situación. Puedes aplicar esto en tu
trabajo, tus relaciones personales o el logro de cualquiera
de tus objetivos. En lugar de preocuparte demasiado por
ganar o destacar, concéntrate en hacerlo lo mejor que
puedas y disfrutar del proceso de aprendizaje y crecimiento.
Practicar la empatía y la compasión
El estoicismo invita a ser compasivos y empáticos con los
demás. Puedes practicar esto al tratar a los otros con
amabilidad y respeto, escuchando activamente a las
personas que te rodean y tratando de comprender sus
perspectivas y emociones. Mostrar empatía y compasión te
ayuda a construir relaciones más fuertes y a contribuir en el
bienestar de los demás.
Practica 1: Pausa y respuesta

Una buena manera de comenzar a practicar el estoicismo es


haciendo el ejercicio de pausa y respuesta. Te ayuda a
desarrollar el autodominio y a controlar tus reacciones
impulsivas y emocionales. Te permite responder de manera
más consciente y deliberada, en lugar de dejarte llevar por
la ira, el miedo u otras emociones intensas.
Sigue estos pasos:
1. Identifica una situación desencadenante. El primer
paso es identificar una situación en la que
normalmente reaccionas de manera impulsiva o
emocional. Puede ser algo que te molesta, te frustra o
te desencadena una respuesta negativa. Por ejemplo,
una discusión, crítica, un contratiempo, etc. Precisa
claramente cuál es esa situación para poder trabajar
en ella.

2. Tómate una pausa consciente. Una vez que te


encuentres en esa situación desencadenante, tómate
un momento para hacer una pausa consciente. Esto
implica detenerte por un instante y no reaccionar de
manera inmediata. Toma una respiración profunda y
cuenta mentalmente hasta diez. Esto te permite
ralentizar tu respuesta automática y ganar cierta
distancia emocional.
3. Observa tus pensamientos y emociones. Durante esa
pausa, observa tus pensamientos y emociones sin
dejarte llevar por ellos. Reconoce tus reacciones
automáticas y los patrones emocionales que surgen
en esa situación. Piensa en lo que sientes: enojo,
frustración, miedo o cualquier otra emoción intensa.
Simplemente obsérvate, sin juzgarte ni actuar.
4. Elige conscientemente tu respuesta. Después de la
pausa y de haber observado tus pensamientos y
emociones, elige conscientemente cómo quieres
responder a la situación. En lugar de reaccionar
impulsivamente, intenta elegir una respuesta que sea
más sabia, tranquila y alineada con tus valores
estoicos. Esto implica actuar de manera consciente,
en lugar de dejarte llevar por las emociones del
momento.

5. Recuerda los principios estoicos. Si es necesario,


recuerda algún principio estoico que pueda ayudarte a
guiar tu respuesta. Por ejemplo, el principio de
aceptación de lo que no puedes controlar; esto te
ayudará a soltar la resistencia y centrarte en lo que sí
puedes cambiar. También puedes recordar el principio
de actuar con virtud y compasión hacia los demás, lo
que te permitirá responder desde un lugar de bondad
y respeto.
6. Practica regularmente. Este ejercicio requiere práctica
constante para desarrollar el autodominio. Aplica la
pausa consciente y la elección de respuesta en
diferentes situaciones a lo largo del día. Comienza con
situaciones simples y luego, poco a poco, aumenta el
nivel de dificultad. Con el tiempo, te sentirás más
capacitado para controlar tus reacciones automáticas
y elegir respuestas más sabias y serenas.
El objetivo de este ejercicio es entrenarte para responder de
manera consciente en lugar de reaccionar impulsivamente.
A través de la pausa y la elección consciente de respuesta,
desarrollarás el autodominio y la capacidad de actuar de
acuerdo con tus valores estoicos. Con la práctica, verás
cómo tus respuestas se vuelven más serenas y alineadas
con el estoicismo.

Conclusiones
En este capítulo nos adentramos en el maravilloso mundo
de la filosofía estoica. Vimos qué es, cuáles son sus
principios básicos y sus representantes, y de qué manera
puedes integrarla en tu vida para ser mejor y más feliz. Las
conclusiones que podemos extraer de todo esto son las
siguientes:
El estoicismo es una filosofía que promueve la
tranquilidad mental, la virtud y la sabiduría en
nuestras vidas. Se basa en la idea de que no podemos
controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero
sí nuestras respuestas y actitudes frente a las
circunstancias.

Vivir en línea con el estoicismo te ayuda a ser más


fuerte y feliz, sin importar las circunstancias en las
que estés o las adversidades que debas enfrentar.

El estoicismo nació en Grecia y Roma, tres siglos


antes de nuestra era. Sus principales representantes
fueron Zenón, Epicteto, Séneca y Marco Aurelio.

Los tres pilares del estoicismo son el control interno,


la aceptación y la virtud. El autocontrol te permite ser
dueño de tus emociones y acciones. La aceptación te
ayuda a adaptarte, sin resistencia, a la realidad. La
virtud es la excelencia moral que te lleva a ser un
ejemplo para todos.

Algunas de las formas en las que el estoicismo puede


ayudarte a ser una mejor versión de ti mismo son la
capacidad para enfrentar los problemas con calma,
tener más gratitud, desarrollar la aceptación, cultivar
el autocontrol y practicar la moderación, entre otras.

La práctica de “Pausa y respuesta” es una buena


manera de comenzar a practicar el autocontrol, base
esencial del estoicismo.
En el capítulo 2 vamos a tratar un tema muy interesante y
enriquecedor: el poder del presente. Te conectas con la vida
solo cuando aprendes a valorar el aquí y el ahora. Es la
única realidad que tienes. ¿Cómo ubicarte en el presente?
De eso hablaremos en el siguiente capítulo. ¡No te lo
pierdas!
CAPÍTULO 2: EL PODER DEL AQUÍ Y AHORA

“Cuando te haces amigo del momento presente


te sientes como en casa dondequiera que estés.
Si no te sientes cómodo en el ahora, te sentirás
incómodo dondequiera que vayas”.
-Eckhart Tolle-

Se dice que en cierta ocasión el sabio Confucio le pidió a


uno de sus discípulos que lo acompañara a caminar por el
bosque. Mientras el maestro paseaba muy alegre, silbando
y extasiándose con los árboles y los pájaros que encontraba
por el camino, su acompañante se mostraba ansioso e
inquieto. Le preocupaba no saber hacia dónde se dirigían o
cuánto tiempo duraría el paseo.
Nervioso por la situación, después de un tiempo el discípulo
rompió su silencio y le preguntó al maestro: “¿Podrías
decirme a dónde vamos?”. Confucio, con una agradable
sonrisa en el rostro, le respondió: “A donde ya estamos”.
En este capítulo hablaremos acerca de la importancia de
vivir en el presente. Comprenderemos la relevancia de
practicar la atención plena, de aceptar la realidad tal y
como es y de disfrutar los procesos, antes que de los
resultados.
2.1 Vive en el presente: aprende a disfrutar el
momento

Los estoicos insisten en que es necesario cultivar la virtud


en el presente, aceptar las circunstancias actuales y
encontrar la serenidad a través de una atención plena en el
aquí y ahora. Al vivir de acuerdo con estos principios,
alcanzas una vida más plena y en armonía con la
naturaleza. Veamos las claves de este asunto.
Primera clave: conéctate con el aquí y el ahora
Los estoicos piensan que lo más saludable es vivir de
acuerdo con la naturaleza y encontrar la sabiduría y la
virtud en el aquí y ahora. Enfatizaban la importancia de vivir
en el presente, en lugar de preocuparte por el pasado o el
futuro.
Al fin y al cabo, el único momento real es el presente, pues
el pasado ya no existe y el futuro aún no ha llegado. La
primera clave para alcanzar la felicidad y la tranquilidad
radica en algo muy sencillo: centrarte en el momento
presente y aceptar las circunstancias tal como son.
Imagina que estás en un parque, jugando y divirtiéndote.
Los estoicos creen que es muy importante disfrutar y
prestar atención a lo que estás haciendo en ese momento.
No te preocupes por cosas que ya pasaron, como si hubieras
perdido un juego ayer; o por cosas que van a pasar, como si
ganarás un juego en el futuro. Lo que realmente importa es
el momento en el que estás ahora mismo.
Segunda clave: acepta el destino
Los estoicos también promueven la idea de que es
necesario aceptar el destino. Esto implica comprender que
hay eventos externos y circunstancias que escapan a tu
control. Por lo tanto, lo más inteligente es aceptar las
situaciones presentes y adaptarte a ellas de la mejor
manera posible. Resistirte o aferrarte a deseos o
expectativas irreales solo te causará sufrimiento.
En resumen, los estoicos piensan que debemos aceptar las
cosas que no podemos cambiar. Por ejemplo, si está
lloviendo y esto altera tus planes, en lugar de enojarte o
sentirte triste, trata de adaptarte a la situación. Acepta la
lluvia y modifica lo que tenías planeado, sacando el mejor
partido de este cambio.
Tercera clave: la atención plena
La mejor manera de vivir en el presente y aceptar el destino
es desarrollando tu capacidad de atención plena. Esto solo
significa prestar mucha atención a lo que está sucediendo
aquí y ahora.
Por ejemplo, cuando comes algo que te gusta mucho, lo
más indicado es disfrutarlo a plenitud. Fíjate muy bien en el
sabor, la textura y lo delicioso que es, en lugar de estar
pensando en lo que hiciste ayer o lo que vas a hacer en
cinco minutos. Así, no solo vas a disfrutar totalmente de ese
grato momento, sino que mantendrás limpia tu mente.
También es muy provechoso buscar momentos para volcar
la atención plena sobre ti mismo. Fíjate en las acciones,
pensamientos y emociones que experimentas en el
presente. Esto te ayudará a cultivar una mayor conciencia
de ti mismo y de tu entorno. También vas a discernir mejor
lo que está bajo tu control y lo que no, de modo que puedas
actuar en consecuencia, de manera virtuosa.
2.2 Cómo liberarte de la preocupación por el
pasado y el futuro

Estamos demasiado acostumbrados a pensar más en el


pasado y el futuro, que en el presente. Por eso no es tan
sencillo ubicarnos en el aquí y el ahora y vivirlo a plenitud.
Sin embargo, superar este obstáculo tampoco es tan difícil
como algunos lo suponen.
¿Cómo cambiar este esquema mental? Los siguientes son
algunas acciones que van a ayudarte a lograrlo.
Concéntrate en el ahora
Los estoicos creen que lo más importante es lo que está
sucediendo en este momento. No puedes cambiar el pasado
y no es posible controlar todo lo que sucederá en el futuro.
Así que es mejor concentrarte siempre en lo que estás
haciendo ahora mismo. Por ejemplo, si estás leyendo este
libro, concéntrate en saborear cada palabra y en dar lo
mejor de ti en este momento.
¿Por qué es tan importante hacer esto? Bien, si no te
conectas con el momento actual, lo primero que sucede es
que te distancias de tu realidad y pierdes la posibilidad de
descubrir lo que te ofrece, o quedas más expuesto a los
riesgos que te acechan.
Como cuando alguien te sonríe, pero no lo notas y pasas de
largo porque estás pensando en llegar a la oficina. O cuando
cruzas la calle pensando en el problema que ocurrió ayer y
no ves el coche que se aproxima.
Acepta lo que no puedes cambiar
Siempre hay cosas que están fuera de tu control, como las
decisiones que toman otras personas y que te involucran, o
los eventos inesperados. La pandemia del coronavirus es un
ejemplo perfecto de esto. De un día para otro, todos
quedamos expuestos a una enfermedad para la que no
había cura y a las decisiones de las autoridades para
impedir que la catástrofe fuera mayor.
Independientemente de lo que pienses acerca de la
pandemia y de las decisiones que se tomaron al respecto, lo
cierto es que esta situación hizo que cambiara la rutina de
todo el mundo. Los que viven siguiendo la filosofía estoica
no tuvieron problema. Aceptaron lo que estaba sucediendo
y se adaptaron lo mejor posible a esto.
Los que no lograron adaptarse, desarrollaron problemas de
ansiedad y, a veces, de depresión. Querían que todo
acabara pronto, pero esto no dependía de ellos. Así que las
etapas de confinamiento y restricciones fueron brutales
para ellos. Otros también tuvieron problemas para salir de
sus casas cuando todo volvió a la normalidad. ¿Te das
cuenta por qué es tan importante aprender a aceptar los
cambios que no dependen de ti?
No te preocupes demasiado por los resultados
Los estoicos dicen que no debemos estar demasiado
preocupados por los resultados o por lo que esperamos que
pase. En lugar de enfocarte solo en ganar un juego o de
obtener un buen resultado en tu trabajo, trata de
concentrarte en hacer lo mejor que puedas y en disfrutar
del proceso. Si te esfuerzas y haces lo correcto, los
resultados vendrán por sí solos.
Un buen resultado puede ser engañoso. A veces no es fruto
de un excelente proceso, sino de la fatiga y el agobio, o de
las mismas circunstancias. Como cuando consigues una
venta, después de insistir mucho, pero tu cliente estaba
poco informado. Con el tiempo, ese cliente ya no va a
confiar en ti y va a ser mucho más arduo conseguir otra
persona a quien venderle. En ese contexto, pierdes más de
lo que ganas.
De igual modo, un mal resultado a veces tiene diamantes
escondidos entre el enjambre de problemas. Si lo has
disfrutado, valió la pena. Y si examinas la situación a fondo,
vas a llevarte lecciones valiosas de todo lo ocurrido. Por lo
tanto, ganas de todos modos.
Recuerda que las cosas cambian
Los estoicos nos recuerdan que todo cambia y que lo que
pasó ya no importa tanto. También nos dicen que las cosas
malas que podrían pasar en el futuro no durarán para
siempre. Es importante recordar que las cosas cambian y
que podemos aprender de nuestros errores y seguir
adelante.
Reflexiona sobre esto y recuerda siempre que tanto las
cosas buenas como las malas eventualmente pasarán. Esto
te ayudará a liberarte del apego al pasado y evitará que te
preocupes demasiado por el futuro. Vas a darte cuenta de
que todo es temporal y que debes aprovechar y vivir
plenamente el momento presente.
2.3 Practicando la atención plena estoica en tu
día a día

La atención plena es un concepto de la tradición budista y


de otras corrientes filosóficas y religiosas. Los estoicos no se
refieren específicamente a la práctica de la atención plena,
pero sí tienen principios y técnicas similares.
La atención plena es como un superpoder que nos ayuda a
estar más presentes en el momento y disfrutarlo al máximo.
La forma habitual en la que se practica dentro del
estoicismo incluye acciones como las siguientes:
Observa cómo te sientes. Los estoicos nos dicen que
es importante prestar atención a cómo nos sentimos
en cada momento. Puedes hacerlo tomando un
momento para reflexionar sobre cómo son tus
emociones. ¿Estás feliz, triste, enojado o emocionado?
Al reconocer tus emociones, puedes entenderlas
mejor y saber cómo manejarlas.

Mira lo que está sucediendo a tu alrededor. Los


estoicos nos animan a observar lo que nos rodea en el
presente. Mira a tu alrededor y nota los colores, las
formas y los sonidos que están presentes. Al hacerlo,
te estás enfocando en el momento actual y
disfrutando de tu realidad más auténtica.
Acepta las cosas tal como son. Los estoicos también
nos dicen que es importante aceptar las cosas como
son, sin tratar de cambiarlas o resistirlas. Puedes
practicar esto cuando las cosas no salen como
esperabas. En lugar de frustrarte o enojarte, trata de
admitir que las cosas son así y que puedes adaptarte
a ellas. Esto te ayudará a ser más feliz y estar más
tranquilo.
Enfócate en lo que puedes controlar. Los estoicos nos
recuerdan que hay cosas que no podemos controlar,
como el clima o lo que otras personas deciden hacer.
Pero sí estás en capacidad de ejercer control sobre tus
propias acciones y actitudes. Piensa en cómo hacer lo
mejor posible en cada situación, enfocándote en lo
que puedes hacer y no en lo que no puedes controlar.

Examina tus pasiones y deseos. Las pasiones y los


deseos desordenados son obstáculos para la
tranquilidad y la virtud. La atención plena se practica
examinando y cuestionanado tus propios deseos y
emociones. Lo indicado es preguntarte si esos deseos
están en línea con la virtud y si contribuyen a tu
bienestar y al de los demás. Al cultivar una mayor
conciencia de tus propias pasiones, puedes trabajar
en redirigirlas hacia objetivos más virtuosos y
racionales.
Recuerda, la atención plena es como un músculo que
puedes practicar y desarrollar con el tiempo. A medida que
lo haces, te ayudará a disfrutar más del momento presente
y a manejar mejor tus emociones.
Practica 2: Atención plena

Si bien la atención plena no es una práctica específica


desarrollada por los estoicos, muchos de sus principios y
enseñanzas se alinean con los conceptos de atención plena.
Aquí tienes un ejercicio detallado para practicar la atención
plena, con algunas adaptaciones en línea con los principios
estoicos:
1. Establece un objetivo. El objetivo de la atención plena
es estar presente en el momento actual y observar
tus pensamientos, emociones y sensaciones sin
juzgarlos. También puedes proponerte un objetivo
adicional en línea con los principios estoicos, como
cultivar la aceptación, el desapego emocional o la
virtud.

2. Encuentra un lugar tranquilo. Busca un lugar apacible


en donde puedas sentarte o recostarte cómodamente,
sin distracciones. Puede ser en tu habitación, en un
parque o en cualquier otro lugar donde te sientas a
gusto y tranquilo.
3. Ajusta tu postura. Adopta una postura cómoda y
relajada. Puedes sentarte en una silla con los pies
apoyados en el suelo, cruzar las piernas en el suelo o
recostarte si te sientes más relajado de esa manera.
Mantén la columna recta, pero sin tensión.
4. Observa tu respiración. Comienza a prestar atención a
tu respiración. Observa cómo el aire entra y sale de tu
cuerpo. No intentes controlar la respiración, solo sé
consciente de ella y deja que fluya de forma natural.

5. Acepta tus pensamientos y emociones. A medida que


practicas la atención plena, es normal que surjan
pensamientos y emociones en tu mente. En lugar de
resistirte o juzgarlos, acéptalos sin aferrarte a ellos.
Observa tus pensamientos y emociones como si
fueran nubes que pasan por el cielo.

6. Regresa al momento presente. Si tu mente se distrae


con pensamientos o te lleva al pasado o al futuro,
suavemente dirige tu atención de regreso al momento
presente y a tu respiración. No te juzgues por las
distracciones, simplemente regresa a la observación
de tu respiración.

7. Cultiva la gratitud y la apreciación. Enfócate en


encontrar algo por lo que estés agradecido en el
momento presente. Puedes dirigir tu atención hacia
cosas simples como el sol brillante, la brisa suave o
las personas que te rodean. Aprecia la belleza de lo
que te rodea y agradece por ello.

8. Practica la aceptación y el desapego. Si surgen


pensamientos o o emociones molestas, practica la
aceptación y trata de verlo como si fuera una
intrusión de algo que no te pertenece. Reconoce que
hay cosas que están fuera de tu control y elige
aceptarlas en lugar de resistirte. Observa tus
pensamientos y emociones sin aferrarte a ellos.

9. Termina la práctica gradualmente. Después de unos


minutos de atención plena, poco a poco regresa a tus
actividades diarias. Permítete llevar contigo la
sensación de calma y presencia que has cultivado.
Recuerda que la atención plena es una práctica continua.
Puedes llevarla a cabo en situaciones concretas de tu vida
diaria, como durante una caminata, al comer, al interactuar
con otras personas o al realizar tareas cotidianas. El objetivo
es estar plenamente presente y consciente en cada
momento, cultivando la aceptación, la gratitud y el
desapego emocional.
Practica 3: Renuncia al control

El ejercicio de “renuncia al control” es fundamental en el


estoicismo. Se basa en reconocer y aceptar que muchas
cosas en la vida están fuera de tu control. Aquí tienes una
explicación detallada de cómo llevar a cabo este ejercicio.
1. Identifica lo que está dentro y fuera de tu control
Realiza las siguientes acciones:
Haz una lista de las situaciones, eventos o
circunstancias relevantes en tu vida.

Sepáralas en dos categorías: lo que está dentro de tu


control y lo que está fuera de tu control.
Aquello que está dentro de tu control son tus pensamientos,
acciones, decisiones y actitudes. Aquello que está fuera de
tu control son las acciones de otras personas, eventos
naturales, el pasado, el futuro, etc.
Por ejemplo, dentro de tu control está decidir estudiar para
un examen y esforzarte por obtener buenas calificaciones.
Fuera de tu control está si el profesor te dará una
calificación alta o baja.
2. Enfócate en lo que puedes controlar
Una vez que identifiques lo que está dentro de tu control,
dirige tu atención y energía hacia esas áreas. Piensa en lo
siguiente:
¿Hacia dónde debo enfocar mis esfuerzos para
desarrollar habilidades que potencien todo aquello
que está bajo mi control?

¿Qué actitudes debo fortalecer para sacar mayor


provecho de aquello que está bajo mi control?
Veamoslo con un ejemplo: en lugar de preocuparte por el
clima, enfócate en cómo prepararte adecuadamente para
enfrentar cualquier clima, como llevando un paraguas o
vistiéndote apropiadamente.
3. Acepta lo que no puedes controlar
Elige los tres elementos de tu lista inicial que más te
provocan desconcierto o malestar. Piensa en las razones por
las cuales son asuntos que están fuera de tu control. Señala
tres razones por las que es adecuado aceptar esas
situaciones para proteger tu bienestar.
Finalmente, pregúntate de qué manera puedes adaptarte a
esas realidades, convirtiéndolas en algo que ayude a tu
crecimiento. Por ejemplo, si lo que te atormenta es
encontrarte frecuentemente con atascos de tráfico, en lugar
de enojarte o frustrarte, acepta que no puedes controlar la
situación y piensa en formas de aprovechar el tiempo, como
escuchar música o audiolibros.
4. Práctica la serenidad interior
Piensa en las formas en que puedes cultivar la calma y la
serenidad interior al encontrarte con situaciones que debes
aceptar porque no puedes controlar. A través de la práctica
de la atención plena y la tranquilidad mental, desarrolla la
capacidad de mantener la paz interior incluso en situaciones
desafiantes.
Recuerda que este ejercicio requiere práctica constante. A
medida que te familiarices con él, te encontrarás más en
paz y menos estresado por cosas que están fuera de tu
control. Aprenderás a enfocarte en lo que puedes cambiar y
a aceptar con serenidad lo que se sale de tus manos.

Conclusiones
En este capítulo hemos hablado sobre la relevancia de vivir
en el presente, aceptando la realidad tal y como es.
Comprendimos la importancia de renunciar a todo aquello
que no podemos controlar y de trabajar en lo que sí está
bajo nuestro control. También vimos cómo el estoicismo
tiene prácticas de atención plena, similares a las del
budismo.
Después de transitar por estos temas, podríamos extraer las
siguientes conclusiones:
Hay tres claves para poder vivir el presente: la
primera es conectarte con el aquí y el ahora. La
segunda, aceptar el destino; y la tercera, desarrollar la
atención plena.

Las acciones que te ayudan a liberarte del pasado y


del futuro son, entre otras: enfocarte en el ahora,
aceptar lo que no puedes cambiar, no preocuparte en
exceso por los resultados y aceptar que todo está en
continuo cambio.

Para practicar la atención plena, según el estoicismo,


lo indicado es tomar en cuenta estas pautas: observar
cómo te sientes; mirar lo que sucede a tu alrededor;
aceptar las cosas tal y como son; enfocarte en lo que
puedes controlar; y examinar tus pasiones y deseos.

Las prácticas de la atención plena y de renuncia al


control son ejercicios existenciales que van a ayudarte
en el propósito de vivir y disfrutar mucho más de tu
existencia.
En el siguiente capítulo vamos a profundizar en el tema de
la aceptación. Concretamente nos enfocaremos en la
manera de aceptar lo inevitable, un proceso fantástico y
lleno de enseñanzas que va a aportarte mucho para vivir
mejor. ¡Contamos contigo para explorar ese maravilloso
tema!
CAPÍTULO 3: ACEPTAR LO INEVITABLE

“Sentir dolor es inevitable. Sufrir es opcional”.


-Buda-

A los seres humanos nos encanta pensar y buscar lo


imposible. Eso está muy bien, cuando es el comienzo de un
arduo camino, con acciones concretas, para hacerlo posible.
Si no fuéramos así, jamás habríamos conseguido volar,
llegar a la luna o comunicarnos en tiempo real con personas
que están al otro extremo del planeta.
Sin embargo, esta maravillosa capacidad también tiene una
faceta oscura. Aparece cuando simplemente añoramos lo
imposible, sin realizar acciones específicas para volverlo
una realidad. Así mismo, cuando ese imposible que
soñamos nace de pasiones básicas. Como cuando queremos
ser el centro de atención de todo el mundo, solo por
satisfacer nuestro ego.
Lo cierto es que también hay muchas cosas en la vida que
no se pueden lograr. Así mismo, existen situaciones
dolorosas por las que inevitablemente todos pasamos
alguna vez. Nadie logra satisfacer todos sus deseos y
aspiraciones. Algunos, aprenden a aceptar esta realidad.
Otros no lo hacen y esto puede llevarlos incluso a dejar de
luchar por lo que sí pueden lograr.
En este capítulo hablaremos acerca de una de las grandes
realidades de la vida: aceptar lo inevitable. Veremos que es
posible aceptar lo que no podemos controlar, que se puede
sortear exitosamente los cambios y que estamos en
capacidad de lidiar con la incertidumbre.
3.1 Aprende a aceptar lo que no puedes
controlar

Imagina que tienes una bolsa llena de caramelos. Tienes


muchos dulces deliciosos y quieres comer todos a la vez
porque te encantan. Pero aquí está el truco: solo puedes
comer unos pocos cada día. Si intentas engullirlos todos a la
vez, te sentirás enfermo y no disfrutarás realmente de su
sabor.
Los estoicos nos enseñan algo similar con nuestros deseos y
expectativas. A veces, queremos muchas cosas a la vez,
como obtener un trabajo excelente, ser el mejor en una
competencia o tener todo lo que queremos cuando lo
queremos. Pero el estoicismo nos dice que si deseamos
demasiadas cosas o nos apegamos demasiado a ellas, nos
sentiremos frustrados y tristes. En cambio, debemos
aprender a querer las cosas de manera moderada y aceptar
que no siempre conseguiremos todo lo que deseamos.
¿Cuál es el camino para aprender a aceptar lo que no
puedes controlar? Hay tres pautas básicas: saber distinguir
entre lo que puedes y no puedes controlar; ajustar tus
deseos y expectativas; y aceptar la realidad tal y como es.
Veamos.
Saber distinguir lo que puedes y no puedes controlar
Según los estoicos, es posible reconocer la diferencia entre
lo que está bajo tu control directo y lo que no lo está, a
través del concepto de “esfera de control”. Para identificar
esta esfera, toma en cuenta lo siguiente:
Acciones internas versus externas. Lo que está bajo tu
control directo son tus acciones internas; esto incluye
tus pensamientos, emociones, deseos y actitudes.
Puedes elegir cómo responder ante las circunstancias
y cómo te relacionas con ellas. En cambio, lo que está
fuera de tu control son las acciones externas, como
las decisiones de otras personas, los eventos
naturales o el pasado.
Enfoque en lo interno. Los estoicos nos animan a
centrar nuestra atención y energía en aquello que
podemos controlar directamente, es decir, en
nuestras propias acciones y actitudes. Ellos
argumentan que preocuparse por cosas externas
sobre las cuales no tenemos control solo nos lleva a la
angustia y al sufrimiento innecesario.

Prueba del deseo y aversión. Es posible evaluar si algo


está bajo tu control o no, a través de la prueba del
deseo y la aversión. Si algo depende de ti y puedes
influir en ello directamente, entonces es posible
desearlo o rchazarlo, según tu elección. Por otro lado,
si algo está fuera de tu control, debes aceptarlo con
indiferencia y sin dejarte afectar emocionalmente.

Aceptación de la naturaleza. Los estoicos también


señalan que debemos reconocer y aceptar la
naturaleza y el orden del universo. Entender que hay
ciertas cosas que están más allá de nuestro control y
que forman parte de la naturaleza inherente de las
cosas nos ayuda a encontrar la serenidad y a
liberarnos de la preocupación por lo incontrolable.
Al practicar el discernimiento y la aceptación de lo que está
dentro y fuera de nuestro control, podemos enfocarnos en
aquello que podemos cambiar: nuestras actitudes, nuestras
acciones y nuestra respuesta ante las circunstancias. Esto
nos ayuda a encontrar la paz interior y vivir en armonía con
el mundo que nos rodea, según la perspectiva estoica.
Alinear los deseos con la realidad
Los estoicos creen que gran parte del sufrimiento proviene
de los deseos desordenados y de esperar que las cosas
sean de una cierta manera. Por eso, animan a alinear los
deseos y expectativas con la realidad tal como es.
Esto no significa que debas renunciar a tus metas y
aspiraciones, sino que tienes que ser realista y flexible en tu
enfoque. Acepta que las cosas pueden salir de manera
diferente a como esperabas y busca adaptarte a las
circunstancias.
Reflexiona sobre tus expectativas y pregúntate si son
realistas y racionales. A menudo, tales expectativas pueden
estar influenciadas por ideales inalcanzables o por la
comparación con otros. Evalúa si tus expectativas son
razonables y si se basan en lo que está dentro de tu control.
Así mismo, en lugar de enfocarte en lo que falta o en lo que
no tienes, practica la gratitud por lo que ya tienes en tu
vida. Aprecia las cosas simples y cotidianas, reconociendo
las bendiciones y los aspectos positivos de tu existencia.
Aceptar la realidad
Ya hemos hablado acerca de la importancia de aceptar la
realidad, pero nunca sobra insistir en el tema. Aprender a
aceptar cosas que no puedes controlar es como aprender a
dejar ir lo que no está en tus manos.
En muchas ocasiones, las cosas no salen como queremos.
En lugar de sentirte mal por eso, los estoicos dicen que es
mejor adaptarse y encontrar una manera de lidiar con la
situación. Aceptar significa entender que a veces las cosas
son diferentes a lo que esperábamos y que lo más
razonable es encontrar una forma de seguir adelante sin
enfadarte demasiado.
Recuerda: no puedes controlar todo lo que sucede, pero
puedes controlar cómo reaccionas. Aceptar significa dejar ir
lo que no puedes cambiar y concentrarte en encontrar la
felicidad dentro de ti. Así puedes sentirte más tranquilo y
feliz en la vida.
3.2 El arte de dejar ir: cómo lidiar con el cambio
y la adversidad

Lidiar con el cambio y la adversidad puede ser difícil, pero


los estoicos nos recuerdan que las cosas siempre están
cambiando. Nada se mantiene igual para siempre. Aprender
a aceptar esto significa entender que el cambio es normal y
que no debemos temerle.
Por naturaleza, la mayoría de nosotros quiere tener una vida
estable, confortable y sin sobresaltos. Por fortuna, la vida es
mucho más que encontrar una zona de confort e instalarte
en ella para siempre. Hay muchas vicisitudes en el camino y
de ti depende que estas se conviertan en un obstáculo o en
un incentivo.
¿Cómo lidiar con el cambio y la adversidad? Los estoicos
nos dan dos técnicas fabulosas para conseguirlo.
Practica la contemplación de la adversidad
Imagina que tienes una caja de herramientas para enfrentar
los momentos difíciles. La contemplación de la adversidad
es una de esas herramientas. Básicamente significa
quedarte quieto, no actuar y observar calmadamente la
situación. Funciona de la siguiente manera:
Acepta lo que sucede. A veces, las cosas no salen
como queremos y eso está bien. La primera cosa que
debes hacer es aceptar que la adversidad, como los
problemas o los momentos tristes, es algo normal en
la vida.

Piensa en perspectiva. Imagina que tienes unas gafas


mágicas que te permiten ver la situación desde
diferentes ángulos. Trata de ver la adversidad desde
una perspectiva más amplia y pregúntate: “¿Qué
puedo aprender de esto?”. Los momentos difíciles
suelen enseñarnos cosas importantes sobre nosotros
mismos y nos ayudan a crecer.

Busca lo bueno. Aunque estés pasando por momentos


difíciles, siempre hay algo bueno en tu vida. Trata de
enfocarte en esas cosas positivas y agradecer por
ellas. Esto te ayudará a sentirte mejor y a encontrar
fuerzas para seguir adelante.

Se fuerte y valiente. La adversidad puede ser como un


monstruo que nos asusta. Pero recuerda que tú eres
fuerte y valiente. Puedes enfrentar los desafíos con
coraje y determinación. No dejes que el miedo te
detenga. Tú tienes el poder para superar cualquier
cosa.

Aprende a pedir ayuda. Es importante saber que


puedes pedir ayuda a personas de confianza. Ellos
pueden apoyarte y ofrecerte su amor y comprensión
cuando lo necesites.
Practica el desapego emocional
El desapego emocional es la capacidad para liberarte de la
dependencia excesiva de las cosas externas, para encontrar
la felicidad y la paz interior. Implica no dejarte llevar por las
emociones negativas o aferrarte demasiado a las cosas que
están fuera de tu control.
Los estoicos creen que nuestras emociones negativas, como
el miedo, la tristeza o la ira, surgen cuando nos apegamos
excesivamente a cosas externas y ponemos nuestra
felicidad en manos de ellas. Estas cosas externas pueden
incluir el éxito material, la aprobación de los demás, las
posesiones materiales o incluso las circunstancias de la
vida.
Para los estoicos, el camino hacia la tranquilidad y la
felicidad radica en reconocer que lo externo es incierto y no
está bajo nuestro control directo. En lugar de buscar la
felicidad fuera de ti mismo, lo más indicado es enfocarte en
desarrollar virtudes internas como la sabiduría, la
autodisciplina, la moderación y la justicia.
El desapego emocional implica aceptar que no podemos
controlar todo lo que sucede en nuestra vida, pero sí
podemos controlar nuestra respuesta a los eventos.
Aprendemos a no dejar que las circunstancias externas
dicten nuestro estado de ánimo o nuestra felicidad. En
cambio, nos centramos en cultivar una actitud serena y
equilibrada frente a las adversidades y en encontrar
satisfacción en nuestra propia virtud y sabiduría interior.
3.3 Cómo encontrar paz en medio de la
incertidumbre

La incertidumbre es ese estado en el cual te haces


consciente de que no sabes qué pasará en el futuro o cómo
serán las cosas más adelante. Es como si tuvieras que
caminar en la oscuridad sin saber qué hay al frente tuyo. A
veces, eso puede asustarnos o preocuparnos.
Los estoicos nos enseñan a no tener miedo de lo incierto.
Nos invitan a abrazarlo y encontrar la tranquilidad y la
fortaleza en medio de este. Ven la incertidumbre como una
oportunidad para practicar la virtud y desarrollar una actitud
de aceptación y adaptabilidad.
¿Cómo lograrlo? Toma en cuenta las siguientes pautas:
Acepta la naturaleza incierta de la vida. Los estoicos
señalan que la vida está llena de incertidumbre. No
puedes predecir o controlar todo lo que sucede.
Aceptar esta realidad es el primer paso para encontrar
la paz. En lugar de preocuparte por lo desconocido,
trata de aceptar que lo incierto forma parte de la vida
y enfócate en cómo puedes responder a esto de
manera sabia.

Vive en el momento presente. En lugar de


preocuparte por el futuro o lamentarte por el pasado,
concéntrate en el momento actual. Disfruta de las
cosas simples y encuentra gratitud por lo que tienes
en el aquí y ahora. Al centrarte en el presente, puedes
encontrar calma y paz interior.

Cultiva la virtud y la sabiduría. Los estoicos piensan


que la virtud y la sabiduría son fundamentales para
encontrar la paz interior. Cultivar cualidades como la
honestidad, la amabilidad, la justicia y la moderación
nos ayuda a vivir en armonía con nosotros mismos y
con los demás. Busca ser una persona virtuosa y toma
decisiones basadas en la sabiduría y la moralidad.

Practica la contemplación y la meditación. Tómate un


tiempo para reflexionar sobre tus pensamientos y
emociones. Observa cómo te afectan las situaciones
inciertas y trata de encontrar una perspectiva más
amplia. La meditación también puede ayudarte a
encontrar paz interior y a calmar tu mente en medio
de la incertidumbre.
Recuerda, la paz en medio de la incertidumbre no significa
que no haya preocupaciones o desafíos, sino que
aprendemos a encontrar calma y equilibrio dentro de
nosotros mismos. Practicar la aceptación, vivir en el
presente, enfocarnos en lo que podemos controlar y cultivar
la virtud nos ayuda a encontrar esa paz interior.
¿Cómo cultivar la virtud y el autodominio en la vida
diaria?
La atención plena y la práctica del desapego son
fundamentales para cultivar la virtud y el autodominio en la
vida diaria. La primera, te conecta contigo mismo y con tu
realidad. La segunda, te ayuda a sortear el movimiento
cambiante e incierto de la vida.
Además de esos ejes, lleva a cabo las siguientes prácticas
con frecuencia:
Ser consciente de tus acciones. Es importante prestar
atención a cómo te comportas y cómo tratas a los
demás. Pregúntate a ti mismo si estás siendo amable,
respetuoso y justo. Si haces algo malo, reconoce tus
errores y trata de corregirlos.

Controlar tus emociones. A veces, puedes sentirte


enojado, triste o frustrado, y está bien tener esas
emociones. Sin embargo, es importante aprender a
controlarlas para no lastimar a los demás o a nosotros
mismos. Respira profundamente, cuenta hasta diez y
piensa antes de actuar.

Ser honesto contigo mismo. Ser honesto significa


decir la verdad y ser sincero contigo mismo y con los
demás. No engañes ni te engañes a ti mismo. Si
cometes un error, admítelo y trabaja para mejorarlo.

Tratar a los demás con amabilidad. La amabilidad


significa ser amigable y tratar a los demás con
respeto y consideración. Ayuda a los demás cuando
puedas y trata de entender cómo se sienten.
Recuerda que todos somos diferentes y únicos.

Estudio y lectura. Los estoicos creen en la importancia


del estudio y la lectura para cultivar la virtud. Lee
obras filosóficas y reflexiona sobre los principios éticos
y morales que te inspiran. Estudia las enseñanzas de
filósofos estoicos como Epicteto, Séneca y Marco
Aurelio para profundizar tu comprensión y encontrar
orientación práctica para vivir virtuosamente.
Recuerda que ser virtuoso y tener autodominio es un
proceso de aprendizaje. No te preocupes si cometes errores:
todos los hacemos. Lo importante es esforzarte por ser una
buena persona y aprender de tus experiencias. Tú tienes el
poder de ser una persona increíblemente especial y
bondadosa.
Practica 4: Contemplación de la adversidad

La práctica de la contemplación de la adversidad, según los


estoicos, implica reflexionar sobre los posibles desafíos y
dificultades que podrían surgir en la vida y prepararte
mentalmente para enfrentarlos de manera sabia y serena.
El siguiente es un ejercicio para practicarla. Lleva a cabo los
siguientes pasos:
1. Identifica posibles adversidades. Tómate un momento
para pensar en tres situaciones adversas que podrían
ocurrir en tu vida. Estas pueden incluir eventos como
la pérdida de un ser querido, dificultades económicas,
problemas de salud, fracasos o conflictos
interpersonales. Identificar estas adversidades te
ayuda a prepararte mentalmente para enfrentarlas.

2. Visualiza cómo enfrentarías cada adversidad. Imagina


cómo enfrentar cada situación adversa de manera
sabia y serena. Considera las acciones que podrías
emprender, las actitudes que podrías adoptar y los
recursos que podrías utilizar. Por ejemplo, si estás
imaginando una pérdida familiar, visualízate
apoyándote en tus seres queridos, buscando ayuda
profesional o practicando actividades que te ayuden a
procesar tus emociones.
3. Cultiva la virtud de la fortaleza. Los estoicos valoran la
virtud de la fortaleza, que implica mantener la calma
y la compostura en medio de la adversidad. Durante
la contemplación, reflexiona sobre cómo podrías
cultivar la fortaleza en diferentes escenarios adversos.
Esto puede implicar practicar la paciencia, la
resiliencia y la autodisciplina.
4. Utiliza la razón y la perspectiva. Durante la
contemplación, recuerda la importancia de utilizar la
razón y obtener una perspectiva más amplia.
Pregúntate a ti mismo: ¿Cuáles son los aspectos que
puedo controlar en esta situación? ¿Cuáles son las
lecciones que puedo aprender? ¿Cómo puedo
encontrar significado o crecimiento personal en medio
de la adversidad?

5. Agradece las lecciones y el crecimiento. Finalmente, al


terminar la contemplación, reflexiona sobre las
lecciones y el crecimiento que podrías obtener de
cada situación adversa. Agradece la oportunidad de
enfrentar los desafíos y aprender de ellos. Esto te
ayudará a desarrollar una actitud de gratitud y a
encontrar valor incluso en los momentos difíciles.
Recuerda que la contemplación de la adversidad es una
práctica que puede realizarse regularmente, incluso en
momentos en los que no estés enfrentando dificultades
reales. Al reflexionar y prepararte mentalmente para la
adversidad, desarrollas una mayor resiliencia y sabiduría
para enfrentar los desafíos que puedan surgir en tu vida.
Practica 5: La emoción elegida

El ejercicio de la emoción elegida, también conocido como


“premeditatio malorum” en el estoicismo, implica practicar
la anticipación de emociones negativas para prepararte
mentalmente y fortalecer tu capacidad de respuesta.
Enseguida te explicamos en detalle cómo llevar a cabo esta
práctica:
1. Elige una emoción negativa. Escoge una emoción
negativa específica que te gustaría practicar. Puede
ser el miedo, la tristeza, la ira o cualquier otra que te
resulte desafiante.
2. Visualiza la situación. Cierra los ojos e imagina una
situación en la que normalmente experimentarías esa
emoción negativa. Visualízala como si estuviera
sucediendo en tiempo real. Presta atención a los
detalles y a las circunstancias que desencadenan la
emoción.
3. Siente la emoción. A medida que te imaginas la
situación, permite que la emoción negativa surja
dentro de ti. Si estás practicando el miedo, por
ejemplo, imagina una situación aterradora y permite
que el miedo se apodere de ti. No te preocupes, es
solo una práctica y estarás a salvo.
4. Mantén la calma y la objetividad. A pesar de sentir la
emoción negativa, practica mantener la calma y ser
objetivo. Recuerda que esta es solo una práctica y que
tienes el poder de controlar tus respuestas y
actitudes. Observa la emoción sin dejarte arrastrar
completamente por ella.
5. Razona sobre la emoción. Una vez que hayas sentido
la emoción, reflexiona sobre ella. Pregúntate por qué
surge y qué la desencadena. Examina tus
pensamientos y creencias subyacentes, y cuestiona si
son racionales o útiles.

6. Cambia tu perspectiva. Después de reflexionar sobre


la emoción, intenta cambiar tu perspectiva. Considera
diferentes formas de interpretar la situación y busca
pensamientos más constructivos y realistas. Por
ejemplo, si estás practicando el miedo, puedes
recordarte a ti mismo que estás seguro y que tienes
recursos para enfrentar los desafíos.

7. Practica la aceptación. Reconoce que las emociones


son parte de la experiencia humana y que es natural
sentirlas. Acepta que la emoción negativa puede
surgir en diferentes situaciones, pero también
comprende que puedes elegir cómo responder a ella.
Cultiva la virtud de la aceptación y trabaja en
encontrar un equilibrio emocional saludable.
8. Reflexiona y aprende. Después de completar el
ejercicio, tómate un momento para reflexionar sobre
la experiencia. Considera lo que aprendiste sobre la
emoción y cómo pudiste practicar la calma y la
objetividad. Utiliza esta reflexión como una
oportunidad para crecer y mejorar tu respuesta
emocional en situaciones reales.
Recuerda que el ejercicio de la emoción elegida es una
práctica mental y emocional que te ayuda a fortalecer tu
capacidad de manejar y responder a las emociones
negativas. Puedes repetir este ejercicio con diferentes
emociones para desarrollar una mayor resiliencia emocional
y un mayor control sobre tus reacciones.

Conclusiones
En este capítulo hemos explorado el terreno de lo inevitable,
una realidad que está presente en la vida de todas las
personas. Sin embargo, comprobamos que los estoicos
tienen varias pautas y técnicas que nos permiten sortear
exitosamente las adversidades, las incertidumbres y
aquellas situaciones que no deseamos, pero nos son
impuestas desde lo externo.
A partir de lo anterior, estas serían las conclusiones del
tema:
El estoicismo señala que es necesario aceptar el
hecho de que no siempre vamos a lograr lo que
deseamos.
Las pautas básicas para aprender a aceptar lo que no
podemos controlar son las siguientes: aprender a
distinguir entre lo controlable y lo no controlable;
alinear los deseos con la realidad; y aceptar la
realidad.

Los estoicos nos recuerdan que todo está en continuo


cambio y que no se le debe temer a esa dinámica, ni
siquiera cuando implica la presencia de adversidades.

Dos caminos eficaces para lidiar con el cambio y las


situaciones difíciles son la práctica de la
contemplación de la adversidad y la práctica del
desapego emocional.

La vida es incierta y esto puede ocasionar inquietud,


pero los estoicos invitan a aceptar que la
incertidumbre es una parte fundamental de la
existencia.
Hay varias maneras de encontrar la paz en medio de
la incertidumbre. Entre ellas, aceptar la naturaleza
incierta de la vida, vivir el presente, cultivar la
sabiduría y la virtud, y practicar meditación.

Es importante cultivar la virtud y el autodominio en la


vida diaria. Para ello, nada mejor que la
autoconciencia, el control de las emociones, la
honestidad con uno mismo, la amabilidad en el trato,
el estudio y la lectura.
Las prácticas de la contemplación de la adversidad y
de la emoción elegida son muy útiles para avanzar en
un estilo de vida estoico.
En el siguiente capítulo vamos a abordar uno de los temas
más valiosos para tu proceso de crecimiento personal,
desde la perspectiva de los estoicos: la resiliencia. Esta es
una de esas virtudes que puede transformar tu vida de una
forma muy positiva. ¡Acompáñanos a explorar este
emocionante tema!
CAPÍTULO 4: EL VALOR DE LA RESILIENCIA

“El carácter no puede ser desarrollado en


tranquilidad y quietud. Sólo a través de pruebas
y sufrimiento se puede fortalecer el alma,
despejar la visión, inspirar ambición y lograr el
éxito”.
-Helen Keller-

Un metal como el hierro es sólido, firme y fuerte. Sostiene


grandes pesos y le da estabilidad a cualquier aparato o
edificio que se construya con él. Sin embargo, si el hierro es
sometido a grandes temperaturas, cambia su estado. Pierde
su firmeza y se hace maleable. Eso es lo que permite
transformarlo y convertirlo en un objeto útil o, quizás, en
una obra de arte.
La resiliencia opera de una forma similar. Se define como la
capacidad para enfrentar las adversidades, superándolas y
aprendiendo de ellas. Una persona resiliente es firme como
el hierro, pero ante circunstancias adversas o difíciles, se
adapta y no se resiste a la transformación. El fruto de ese
proceso es un cambio positivo.
En este capítulo hablaremos acerca de la resiliencia.
Exploraremos cuáles son las claves para desarrollar una
mentalidad resistente frente a los desafíos. También
hablaremos acerca de la forma en que puedes convertir una
adversidad en una oportunidad de crecimiento. Así mismo,
hablaremos sobre la importancia de cultivar la
autodisciplina y la fuerza interior. Al final, te enseñaremos
un par de prácticas que serán de mucha utilidad para ti.
4.1 Cómo desarrollar una mentalidad resistente
frente a los desafíos

Según los estoicos, una mente resistente es aquella capaz


de mantener la calma, la serenidad y la fortaleza interna
frente a los desafíos y las adversidades de la vida. Tiene que
ver con una actitud mental y emocional que permite
afrontar las dificultades con determinación y sabiduría.
Una mente resistente se caracteriza por la capacidad para
aceptar la realidad tal y como es. Reconoce que hay cosas
que están más allá de su control y en lugar de resistirse a
ellas, acepta lo que sucede y busca adaptarse.
Así mismo, no permite que le invadan las emociones
intensas o negativas. En lugar de dejarse llevar por la ira, el
miedo o la tristeza, una mente resistente mantiene la calma
y la estabilidad emocional. Esto no significa reprimir las
emociones, sino cultivar una actitud de ecuanimidad y
control sobre ellas.
De igual manera, una persona con mente resistente está
atenta a sus propios patrones de pensamiento y creencias
limitantes. Cuestiona y desafía aquellas ideas o creencias
que generan angustia y sufrimiento innecesario,
reemplazándolas por perspectivas más realistas y
constructivas. También enfrenta los obstáculos y las
dificultades con determinación y una actitud de crecimiento.
¿Cómo desarrollar la mentalidad resistente?
Los estoicos consideraban que la resiliencia y la
perseverancia son virtudes decisivas para tener una
mentalidad resistente. Las claves para cultivarlas son las
siguientes:
Practicar el desapego emocional. Es importante que
no te aferres demasiado a los resultados y a las cosas
materiales. La felicidad y la tranquilidad no dependen
de tener o lograr cosas externas, sino de tu actitud
interna. Al cultivar el desapego emocional, logras
desarrollar una mayor resiliencia y adaptabilidad
frente a los cambios y las adversidades.

Practicar el autocontrol. Muchas veces nuestros


impulsos y emociones nos llevan por caminos poco
útiles. Al practicar el autocontrol, podemos tomar
decisiones más racionales y basadas en nuestros
valores a largo plazo, en lugar de dejarnos llevar por
reacciones impulsivas.

Cultivar la paciencia. Los estoicos hacen mucho


énfasis en la importancia de la paciencia. Señalan que
la vida está llena de altibajos y que las cosas no
siempre suceden según nuestros deseos y plazos. Al
cultivar la paciencia, podemos mantenernos firmes y
perseverar a pesar de las dificultades, sabiendo que
las cosas toman tiempo y que los resultados no
siempre son inmediatos.
Mantener una actitud positiva. Mantener una actitud
positiva y optimista, incluso en medio de las
adversidades, es fundamental. Los pensamientos y
creencias influyen en nuestras emociones y acciones.
Al cultivar una mentalidad positiva, podemos
enfrentar los desafíos con mayor resiliencia y
perseverancia.
La resiliencia y la perseverancia son cualidades que se
desarrollan a lo largo del tiempo y con la práctica constante.
Los estoicos nos animan a vivir de acuerdo con nuestros
principios y a mantenernos firmes en nuestra búsqueda de
la virtud y el automejoramiento. Con el tiempo, esto se
traduce en una mentalidad más resistente.
4.2 Utiliza la adversidad como una oportunidad
para crecer

La adversidad comprende las dificultades, los desafíos y los


obstáculos que encontramos en la vida. En otras palabras,
las situaciones que causan dolor, sufrimiento, frustración o
tristeza. Se manifiesta de diferentes formas, como la
pérdida de seres queridos, problemas económicos,
enfermedades, rupturas de relaciones, entre otros.
Los estoicos señalan que la adversidad es una parte
inevitable de la vida. Así mismo, que constituye una
oportunidad para crecer y fortalecerte. Indican que, a través
de la sabiduría y el autodominio, puedes afrontar y superar
la adversidad de manera resiliente.
La clave no está en evitar la adversidad, sino en desarrollar
la capacidad para manejarla de manera virtuosa. Los
momentos difíciles son una oportunidad de oro para
practicar la aceptación, la fortaleza emocional y el enfoque
en lo que está dentro de tu control.
Hay dos factores que son determinantes para abordar la
adversidad como una oportunidad para crecer. El primero,
cambiar de perspectiva. El segundo, comprender que la
adversidad puede ser una ocasión para desarrollar
habilidades y descubrir fortalezas ocultas en nosotros
mismos. Veamos.
El cambio de perspectiva
Cambiar de perspectiva frente a las adversidades implica
modificar la forma en que ves e interpretas los eventos
difíciles. No son obstáculos que detienen tu crecimiento,
sino todo lo contrario: oportunidades para crecer. ¿Cómo
realizar ese cambio? Toma nota de las siguientes pautas:
Reconoce tus pensamientos. Comienza por ser
consciente de los pensamientos y emociones que
aparecen en tu mente cuando enfrentas una
adversidad. ¿Te sientes frustrado, enojado o triste?
Observa cómo esos pensamientos y emociones
inciden en tu forma de abordar la situación.

Cuestiona tus creencias. Pregúntate si tus


pensamientos y creencias sobre la adversidad son
realistas o si estás exagerando la situación. A
menudo, tendemos a amplificar los aspectos
negativos y subestimar nuestros recursos para
enfrentarlos.

Busca el lado positivo. Intenta encontrar algo positivo


en medio de la adversidad. Puede ser difícil al
principio, pero busca lecciones que puedas aprender
de la experiencia o aspectos positivos que puedan
surgir de ella. Tal vez descubras una nueva fortaleza
personal o una oportunidad de crecimiento.

Enfócate en lo que puedes controlar. En lugar de


preocuparte por lo que está fuera de tu control,
enfócate en las acciones que puedes realizar y las
decisiones que puedes tomar para enfrentar la
adversidad. Reconoce que tienes el poder de elegir
cómo responder y qué actitudes adoptar.

Practica la aceptación. Acepta que algunas cosas


están más allá de tu control y que no puedes cambiar
el pasado. En lugar de resistirte y luchar contra lo
inevitable, trata de aceptar la realidad tal como es.
Enfoca tus energías en lo que sí puedes cambiar.

Cultiva la gratitud. Agradece las cosas buenas en tu


vida, incluso en medio de las adversidades. Centrarte
en lo positivo te ayuda a mantener una perspectiva
equilibrada y a encontrar fortaleza y esperanza.
Cambiar de perspectiva frente a la adversidad no es algo
que suceda de la noche a la mañana. Se trata de un proceso
gradual que requiere práctica y conciencia. Pero al cambiar
tu forma de ver las adversidades, puedes encontrar más
paz, resiliencia y crecimiento en tu vida.
Desarrollar habilidades y descubrir fortalezas ocultas
Los estoicos piensan que la adversidad es una oportunidad
para crecer porque las situaciones más exigentes suelen
hacer que las personas realicen acciones poco habituales.
Esto lleva a que se hagan visibles habilidades y fortalezas
que permanecen dormidas mientras estás en tu zona de
confort.
Ahora bien, ¿cómo aprovechar las adversidades para que en
verdad emerjan esas habilidades y fortalezas? Lo indicado
es abordar las dificultades aplicando acciones como las
siguientes:
Identifica tus desafíos. Precisa cuáles son las
dificultades a las que te enfrentas. Entre más
exactitud tengas al definirlas, más fácil será visualizar
las posibles soluciones o caminos a seguir.

Busca soluciones creativas. Enfócate en ensayar


nuevas soluciones a tus problemas. Piensa en
diferentes formas de abordar la situación y busca
nuevas perspectivas. Esto te ayudará a desarrollar tu
habilidad para resolver problemas y encontrar
soluciones innovadoras.

Aprende de tus errores. La adversidad a menudo


viene acompañada de errores o fracasos. En lugar de
desanimarte, tómalos como oportunidades de
aprendizaje. Reflexiona sobre lo que salió mal y cómo
puedes hacerlo mejor la próxima vez. Esto te ayudará
a desarrollar la habilidad de aprender de tus errores y
mejorar constantemente.
Reconocer tus fortalezas. Presta atención a la forma
como te enfrentas a los desafíos y qué habilidades y
cualidades utilizas para superarlos. Puede ser tu
determinación, paciencia, creatividad o capacidad
para adaptarte. Reconoce y celebra esas fortalezas.
Busca apoyo y aprende de los demás. No tengas
reparo en pedir ayuda o buscar consejos en
momentos difíciles. Observa cómo otras personas han
enfrentado situaciones similares y aprende de su
experiencia. Esto te ayudará a desarrollar nuevas
habilidades y a ampliar tu perspectiva sobre la
adversidad.
Cada desafío que enfrentas es una oportunidad para crecer
y descubrir nuevas fortalezas. No temas a la adversidad,
sino abrázala como un camino para desarrollarte y
convertirte en una persona más fuerte y resiliente.
4.3 La importancia de la autodisciplina y la
fuerza interior

Los estoicos señalan que la autodisciplina es una virtud


asociada a la habilidad de mantener control sobre nuestros
pensamientos, emociones y acciones. Se puede definir
como la capacidad de dirigir nuestra voluntad hacia lo que
consideramos correcto y actuar de acuerdo con nuestros
principios y valores, incluso cuando nos enfrentamos a
tentaciones, distracciones o dificultades.
Por su parte, la fuerza interior hace referencia a la
resistencia mental y emocional que nos permite enfrentar
los desafíos de la vida con serenidad y sabiduría. Es una
especie de poder interno que nos ayuda a mantenernos
firmes frente a las dificultades, a superar obstáculos y a
vivir en armonía con nuestros principios y valores.
La autodisciplina y la fuerza interior son elementos
esenciales para desarrollar resiliencia. Nos brindan la
capacidad de perseverar, manejar nuestras emociones,
adaptarnos a los cambios y encontrar el crecimiento en
medio de la adversidad. Con estas cualidades, podemos
enfrentar los desafíos de la vida con valentía y superarlos
con fortaleza.
La autodisciplina
Los estoicos creen que la autodisciplina es esencial para
llevar una vida virtuosa y en armonía con la naturaleza.
Consideran que, al dominar nuestras pasiones y deseos
desenfrenados, podemos alcanzar la serenidad y la paz
interior.
La autodisciplina implica tener el poder de tomar decisiones
conscientes y mantener el enfoque en nuestras metas a
largo plazo. Nos ayuda a resistir la gratificación instantánea
y tomar acciones que nos acerquen a nuestras aspiraciones
y propósitos más elevados.
¿Cómo cultivarla? Es un trabajo arduo, pero básicamente
debes comenzar por lo siguiente:
Control de tus impulsos. A veces, puedes tener ganas
de hacer algo que sabes que no es bueno para ti,
como comer o beber demasiado o dejar una tarea
importante para más tarde. La autodisciplina te ayuda
a decir “no” a esas tentaciones y tomar decisiones
saludables.

Persistencia. A veces, las cosas se vuelven difíciles y


puedes sentir ganas de rendirte. Sin embargo, la
autodisciplina te da la fuerza para seguir intentándolo,
incluso cuando parezca que no lo vas a lograr.
Recuerda que cada vez que te caes, puedes
levantarte y seguir adelante.

Cumplir tus promesas. La autodisciplina significa ser


responsable y hacer lo que dices que harás. Es muy
importante que haya sintonía y coherencia entre tus
palabras y tus actos. Esto hace que seas confiable y te
hace sentir bien contigo mismo.

Enfocarte en lo que puedes controlar. La


autodisciplina te enseña a enfocarte en lo que puedes
controlar, como tus propias acciones y cómo
respondes a las situaciones.
La autodisciplina no significa ser perfecto o no cometer
errores. Todos cometemos errores, pero la autodisciplina nos
ayuda a aprender de ellos y a seguir adelante. Una vez que
la adquieres, te ayuda a tener un control más positivo sobre
tu vida.
La fuerza interior
La fuerza interior se asocia con una mentalidad resiliente y
con el control sobre las propias acciones y reacciones. Los
estoicos piensan que la verdadera fortaleza reside en tu
capacidad para aceptar y adaptarte a las circunstancias, y
no en la resistencia obstinada o la lucha contra lo que no se
puede cambiar.
Además de practicar la aceptación y la capacidad para
reconocer lo que está fuera de tu control, hay algunos
medios para cultivar la fuerza interior:
Medita sobre la adversidad. Solo se trata de
reflexionar sobre los desafíos y dificultades que
enfrentas en la vida. Examina cómo puedes
afrontarlos de manera sabia y virtuosa, buscando
lecciones y oportunidades de crecimiento en medio de
la adversidad.

Práctica de la gratitud. Los estoicos recomiendan


cultivar la gratitud por lo que tienes, en lugar de
enfocarte en lo que te falta. Esto te ayuda a mantener
una perspectiva positiva y a valorar lo que posees,
incluso en tiempos de dificultad.

Automonitoreo de las emociones. Consiste en


observar y examinar tus emociones de manera
objetiva. Te ayuda a identificar pensamientos
negativos y a reemplazarlos por pensamientos más
racionales y positivos.

Practicar la privación temporal. A veces, resulta muy


provechoso practicar la privación voluntaria de ciertos
placeres o comodidades durante un tiempo
determinado. Esto te ayuda a desarrollar la fortaleza
mental y a no depender en exceso de las
circunstancias externas para tu felicidad.
Estas son solo algunas de las técnicas que los estoicos
recomiendan para incrementar la fuerza interior. La clave
está en practicarlas de manera constante y consciente,
integrándolas en tu vida diaria. Recuerda que la fuerza
interior se cultiva a través de la perseverancia y el
compromiso, con un estilo de vida basado en la sabiduría y
la virtud.
Autodisciplina, fuerza interior y resiliencia
Según los estoicos, la autodisciplina y la fuerza interior son
componentes fundamentales de la resiliencia. La resiliencia,
a su vez, tiene que ver con la capacidad para enfrentar los
desafíos y recuperarnos exitosamente de las dificultades de
la vida.
La autodisciplina es como un músculo que te ayuda a seguir
adelante, incluso cuando las cosas se pongan difíciles. La
fuerza interior es como un escudo emocional que te ayuda a
mantenerte fuerte y valiente frente a los desafíos.
La autodisciplina y la fuerza interior te ayudan a ser mucho
más adaptable ante los cambios o las dificultades. También
contribuyen a encontrar el lado positivo en las situaciones
complejas. Te enseñan a ser más fuerte, a no rendirte
fácilmente y a buscar nuevas formas de resolver los
problemas.
Practica 6: Privación temporal

La privación temporal es una práctica que los estoicos


utilizan para incrementar su fuerza interior y aprender a
apreciar más lo que tienen. Para practicarla solo tienes que
seguir algunos pasos sencillos:
1. Elige un objeto o una actividad. Para comenzar,
selecciona algo que disfrutes o uses con frecuencia,
como tu teléfono móvil, tu videojuego preferido o
incluso la comida o bebida que más te gusta.
2. Establece un período de privación. Decide cuánto
tiempo vas a privarte de ese objeto o actividad. Puede
ser unas horas, un día o incluso más, dependiendo de
tu capacidad y deseo de desafío personal.
3. Prepárate mentalmente. Antes de comenzar la
privación temporal, prepárate mentalmente para
resistir la tentación. Recuerda que es una práctica que
te ayudará a incrementar tu fuerza de voluntad y a
apreciar más lo que tienes.

4. Retira el objeto o evita la actividad. Durante el período


de privación, retira el objeto o evita la actividad por
completo. Puedes guardarlo en un lugar donde no lo
veas o pedirle a alguien que te ayude a mantenerlo
fuera de tu alcance.
5. Observa tus pensamientos y emociones. Durante la
privación, es normal que surjan pensamientos y
emociones que te hagan querer tener nuevamente el
objeto o realizar la actividad. Observa cómo te sientes
y qué pasa por tu mente, pero recuerda tu propósito y
mantén tu determinación.
6. Reflexiona sobre la experiencia. Después de que
termine el período de privación, reflexiona sobre tu
experiencia. Piensa en cómo te sentiste durante esa
etapa y qué aprendiste de ella. Observa si valoras
más el objeto o la actividad ahora que has pasado un
tiempo sin ellos.
Recuerda que la privación temporal es una práctica
voluntaria y debes elegir algo que no sea esencial o que
pueda causarte malestar extremo. Es importante realizar
este ejercicio de manera equilibrada y no caer en la
privación excesiva o la negación constante de las cosas que
te brindan alegría.
Practica 7: Gratitud por las dificultades

El ejercicio de “La gratitud por las dificultades” es una


práctica estoica que te ayuda a cambiar tu perspectiva y
encontrar valor en las dificultades que enfrentas. Aquí
tienes los pasos detallados para realizar este ejercicio:
1. Reconoce la dificultad. Identifica una dificultad o
desafío que estés enfrentando en el momento actual.
Puede ser algo pequeño o grande, como una tarea
difícil en el trabajo, un problema con tu pareja o
alguna situación estresante en casa o en tus labores
diarias.
2. Reflexiona sobre los beneficios potenciales. Piensa en
la forma como esa dificultad puede tener beneficios o
enseñanzas para ti. Pregúntate qué lecciones puedes
aprender de esa situación y cómo te puede ayudarte a
crecer y desarrollarte como persona.
3. Agradece la oportunidad de crecimiento. Expresa tu
gratitud por la dificultad que estás enfrentando.
Aunque pueda parecer extraño al principio, agradece
por la oportunidad que te brinda de aprender,
fortalecerte y superar obstáculos. Reconoce que es a
través de los desafíos como crecemos y nos
convertimos en personas más fuertes.
4. Encuentra aspectos positivos. Busca aspectos
positivos o cosas por las que estés agradecido, incluso
en medio de la dificultad. Puede ser el apoyo de tus
seres queridos, la oportunidad de demostrar tu
perseverancia o la posibilidad de desarrollar nuevas
habilidades.
5. Mantén una actitud de aceptación. Acepta la dificultad
y evita resistirte a ella. Reconoce que las dificultades
son parte natural de la vida y que puedes aprender a
manejarlas con calma y determinación. Enfócate en lo
que puedes controlar y acepta lo que no puedes
cambiar.
6. Reflexiona sobre tu crecimiento. Después de superar
la dificultad o cuando hayas avanzado en el proceso,
tómate un momento para reflexionar sobre cómo has
crecido a través de esa experiencia. Observa cómo te
sientes ahora y cómo te has fortalecido como
resultado de enfrentar y superar el desafío.
Recuerda que este ejercicio no busca minimizar tus
dificultades o invalidar tus sentimientos. Más bien, se trata
de encontrar una perspectiva diferente y desarrollar una
mentalidad resiliente frente a las adversidades.

Conclusiones
En este capítulo hemos abordado el tema de la resiliencia.
Comprendimos la importancia de desarrollar una mentalidad
resistente, cultivar la autodisciplina y adquirir mayor fuerza
interna. También descubrimos que las adversidades son una
excelente oportunidad para crecer.
Todo lo anterior nos permite llegar a las siguientes
conclusiones:
La mentalidad resistente es aquella capaz de
mantener la fortaleza interna en medio de las
adversidades, actuando con determinación y
sabiduría.

Las claves para cultivar una mentalidad resistente son


el desapego emocional, el autocontrol, la paciencia y
el mantenimiento de una actitud positiva.

La adversidad no debe evitarse. Lo indicado es


desarrollar la capacidad para enfrentarla de una
manera virtuosa.

El cambio de perspectiva es determinante para


convertir las adversidades en oportunidades de
crecimiento. Para realizar ese cambio es necesario
reconocer los pensamientos, cuestionar las creencias,
buscar lo positivo, enfocarte en lo controlable,
practicar la aceptación y cultivar la gratitud.
La adversidad permite desarrollar habilidades y
descubrir fortalezas ocultas. Para ello, se deben
identificar los desafíos, buscar soluciones creativas,
aprender de los errores, reconocer las fortalezas y
aprender de los demás.

La autodisciplina es la capacidad para dirigir la


voluntad hacia aquello que consideras correcto y
actuar de acuerdo con tus principios y valores.

Para cultivar la autodisciplina debes controlar tus


impulsos, persistir, cumplir tus promesas y enfocarte
en lo controlable.

La fuerza interior es un poder interno que te ayuda a


mantenerte firme frente a las dificultades.

Para cultivar la fuerza interior es recomendable


meditar sobre la adversidad, practicar la gratitud,
monitorear las propias emociones y practicar la
privación temporal.

Dos de las prácticas que contribuyen al desarrollo de


la resiliencia personal son la privación temporal y la
gratitud por las dificultades.
Como habrás podido notarlo, en este y los capítulos
precedentes hemos hablado varias veces acerca de la vida
virtuosa. Pero ¿qué significa esto? Ese es el tema que
vamos a tratar en el próximo capítulo. Es una de las
temáticas cruciales en la filosofía estoica. ¡Acompáñanos a
descubrir el fascinante mundo de la virtud!
CAPÍTULO 5: VIVIR UNA VIDA DE VIRTUD

“Un hombre sin virtud no puede morar mucho


tiempo en la adversidad, ni tampoco en la
felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en
la virtud, y el hombre sabio la ambiciona”.
-Confucio-

Imagina que la virtud es como una semilla especial que


tienes dentro de ti. Para hacerla crecer y ser una persona
buena y feliz, necesitas cuidarla todos los días. Dicho de
otra manera: es muy importante que diariamente reserves
algunos momentos para pensar en las cosas que haces.
Aspectos como examinar tu conducta, con objetividad y
benevolecia; pensar antes de actuar, saber controlar tus
emociones, aprender de los demás y mantener una actitud
de mejora son fundamentales para que alcances una vida
virtuosa. ¿Para qué te sirve esto? Definitivamente, para
llevar una vida más feliz y tranquila.
En este capítulo hablaremos acerca de la forma como
puedes descubrir y cultivar tus valores fundamentales.
También te indicaremos cuál es la forma correcta de tomar
decisiones éticas, especialmente en momentos difíciles. Así
mismo, señalaremos cuál es la importancia de la bondad, la
justicia y la honestidad, a la luz del pensamiento estoico. Al
final, te daremos a conocer dos prácticas para que apliques
lo aprendido.
5.1 Descubre y cultiva tus valores
fundamentales

En el estoicismo la virtud ocupa un lugar fundamental. De


hecho, es considerada el objetivo supremo de la vida. Los
estoicos piensan que es el único bien verdadero y que todo
lo demás, como la riqueza, el estatus o los placeres
materiales, son insignificantes en comparación con ella. La
virtud se considera el camino hacia una vida buena y feliz.
Se basa en la idea de vivir de acuerdo con la naturaleza y el
orden del universo. Según los estoicos, la naturaleza
humana está dotada de razón, lo que implica que somos
capaces de comprender y actuar en conformidad con el
orden cósmico. Una vida coherente con tal orden es una
vida virtuosa.
Las virtudes y valores fundamentales
La virtud estoica se conoce como “arete” en griego, palabra
que significa “excelencia moral”. Implica cultivar y practicar
una serie de cualidades en la vida diaria. Algunos de valores
clave son los siguientes:
Sabiduría (Sophia). Es la búsqueda de la verdad y la
comprensión del mundo y de uno mismo. Implica el
desarrollo de la razón y la capacidad de tomar
decisiones informadas y racionales.
Justicia (Dikaiosyne). Se refiere a tratar a los demás
con equidad y respeto. La justicia implica actuar de
manera ética, tomando en cuenta los derechos y las
necesidades de los demás.

Moderación (Sophrosyne). Es la capacidad de


mantener el equilibrio y la templanza en todas las
situaciones. Implica controlar los deseos y las
pasiones para evitar los excesos y los vicios.

Valentía (Andreia). Se refiere a la fortaleza y el coraje


en la adversidad. La valentía estoica supone enfrentar
los desafíos con determinación y resiliencia,
superando el miedo y la angustia.

Templanza (Epictia). Es el control y la moderación de


las emociones y los impulsos. Se manifiesta como
capacidad para no dejarse llevar por las pasiones y
mantener la calma en situaciones difíciles.

Amor hacia la humanidad (Storge). Los estoicos


valoran el amor y la compasión hacia todos los seres
humanos. Todos somos parte de una misma especie,
por lo cual es muy importante la ayuda mutua y el
respeto hacia los demás.
Estas virtudes no se consideran como cualidades separadas,
sino que están interconectadas y se refuerzan mutuamente.
Cultivar los valores fundamentales
Los estoicos señalan que alcanzar la virtud en su forma más
plena es un ideal al que se puede aspirar, pero que
probablemente no se logre por completo. Sin embargo, el
esfuerzo y la práctica constante de estas virtudes son
esenciales para vivir una vida ética y en consonancia con la
naturaleza humana.
La virtud es una práctica continua y consciente en la vida
diaria. Las siguientes son las principales vías para cultivarla:
Autoexamen. Es importante explorar y evaluar
constantemente las propias acciones, pensamientos y
emociones. Así se logra identificar las virtudes y
defectos, y trabajar en mejorarlos.

Reflexión ética. Significa analizar tus acciones a la luz


de los principios y valores estoicos. Esto te ayuda a
tomar decisiones más éticas y alineadas con tus
principios.

Meditación. Es una herramienta para calmar tu mente


y examinar tus pensamientos y emociones. Ayuda a
evitar las reacciones automáticas y a trabajar en el
autodominio y la serenidad interior.

Lectura y estudio. Los estoicos valoran el aprendizaje


constante. Leer obras filosóficas estoicas puede
proporcionar conocimientos e inspiración para cultivar
la virtud.
Práctica de la atención plena. Estar presente en el
momento y ser consciente de tus acciones y
reacciones te permite tomar decisiones más
conscientes y cultivar la virtud en tus interacciones y
comportamientos diarios.

Practicar la autodisciplina. Es una vía para fortalecer


la voluntad y el autodominio. Supone resistir las
tentaciones, controlar los impulsos y actuar de
acuerdo con la razón y los principios éticos.

Aplicación práctica de los principios estoicos. Los


principios éticos y morales deben ponerse en práctica
en la vida diaria. Esto incluye tomar decisiones
basadas en la virtud, tratar a los demás con respeto y
compasión, y buscar vivir en armonía con la
naturaleza.
El cultivo de la virtud es un proceso que requiere práctica
plena. Es importante que te esfuerces por vivir de acuerdo
con los principios estoicos y mejorar continuamente en el
camino hacia la virtud.
5.2 Cómo tomar decisiones éticas en
situaciones difíciles

Una decisión ética es aquella que permite mantener la


coherencia con tus principios morales, tus valores y tus
acciones. Para los estoicos, debe basarse en la búsqueda de
la virtud y el cumplimiento de los deberes morales. Por lo
tanto, es necesario que esté alineada con valores como la
justicia, la moderación, la valentía, la sabiduría, etc.
Una decisión ética también se caracteriza por tomar en
cuenta las consecuencias de las acciones a largo plazo y el
impacto que puedan tener en los demás. Los estoicos creen
que hay una interconexión en toda la humanidad. En
consecuencia, una decisión ética toma en consideración no
solo nuestros propios intereses, sino también el bienestar y
los derechos de los demás.
Así mismo, los estoicos enfatizan la importancia de actuar
de acuerdo con la razón en lugar de dejarte llevar por las
pasiones y los impulsos momentáneos. De este modo,
debes considerar cuidadosamente las opciones, evaluarlas
racionalmente y elegir la que esté más alineada con los
valores éticos y la virtud.
¿Cómo tomar una decisión ética?
Para tomar una decisión ética debes seguir algunos pasos y
tomar en cuenta algunas consideraciones. Esto incluye lo
siguiente.
Conoce tus valores y principios
Antes de tomar una decisión, es importante que tengas
claridad sobre tus propios valores y principios morales.
Reflexiona sobre lo que consideras justo, sabio y virtuoso.
Esto será tu punto de referencia para evaluar las opciones
disponibles.
Examina la situación
Analiza detenidamente la situación y toma en cuenta los
aspectos relevantes. Examina los hechos objetivos, las
posibles consecuencias y las personas afectadas por tu
decisión. Esto te ayudará a tener una comprensión
completa de la situación y a evaluar las opciones de manera
más precisa.
Consulta la razón y la sabiduría
Reflexiona sobre las opciones desde una perspectiva
objetiva y racional. Considera cómo cada opción se alinea
con tus valores y principios morales. Busca la sabiduría en
la filosofía estoica y en la experiencia de personas sabias.
Evalúa las consecuencias a largo plazo
Considera las posibles consecuencias de cada opción a largo
plazo. Evalúa cómo te afectarán a ti, a los demás y al
bienestar general. Busca maximizar el bien y minimizar el
daño a largo plazo.
Practica la autodisciplina y controla las pasiones
Evita dejarte llevar por emociones intensas o impulsos
momentáneos. Cultiva la autodisciplina y toma decisiones
cuando alcances un estado de calma y claridad. No te
precipites, ni siquiera en los momentos de urgencia
manifiesta.
Actúa con valentía y compromiso
Una vez que hayas evaluado las opciones y considerado las
consecuencias, adopta la decisión con valentía y
compromiso. No tomes ninguna decisión basándote en el
miedo o solo para evitar la inquietud que te produce la
incertidumbre. Tampoco para complacer a los demás.
Acepta lo que no puedes controlar
Si enfrentas limitaciones o situaciones que escapan a tu
control, adapta tu enfoque y elige la mejor opción dentro de
tus posibilidades. Enfócate en lo que eres capaz de hacer y
no en aquello que se escapa de tus manos.
Los beneficios de una decisión ética
Los estoicos piensan que vivir con virtud y tomar decisiones
éticas te proporciona una sensación de calma y paz interior.
Al actuar de manera justa, sabia y valiente, te sientes más
fuerte y seguro en todo tipo de situación.
Así mismo, logras liberarte de las influencias externas y de
las presiones sociales. En lugar de actuar por conveniencia
o para agradar a otros, te vuelves más autónomo y capaz
de tomar decisiones basadas en tus propios valores y
principios. A la vez, esto te ayuda a construir una imagen
positiva de ti mismo. Esto fortalece tu autoestima y te
permite desarrollar el sentido de autorrespeto.
Cuando actúas con justicia, compasión y respeto hacia los
demás, también promueves relaciones basadas en la
confianza y la reciprocidad. Las personas tienden a
responder de manera positiva a la virtud y a la generosidad.
Esto le otorga un sentido más profundo a tus acciones y una
sensación de contribución positiva al mundo.
Tomar decisiones éticas hace que te desafíes a ti mismo y te
ubiques en una posición de mejoramiento constante. Este
proceso hará que te conviertas en una versión más
evolucionada y virtuosa de ti mismo.
5.3 La importancia de la bondad, la justicia y la
honestidad

Los estoicos le dan prioridad a tres grandes valores porque


constituyen la base de una vida virtuosa. También son el
fundamento de las decisiones éticas. Dichos valores son la
bondad, la justicia y la honestidad. Veamos con mayor
detalle cada uno de ellos.
La bondad
La bondad es un valor maravilloso que promueve tanto el
crecimiento de ti mismo, como el de los demás. Significa
actuar de manera benevolente, compasiva y generosa hacia
los otros. En suma, tener una actitud positiva y tratar a las
personas con amabilidad y respeto.
La bondad, según los estoicos, se basa en la idea de que
todos los seres humanos estamos interconectados y
tenemos una naturaleza común. Por eso, de uno u otro
modo, lo bueno que hagas por otro va a redundar en un
bien para ti también.
Para practicar la bondad es necesario cultivar virtudes como
la tolerancia, la paciencia y la generosidad. Los estoicos
creen que es importante actuar de manera desinteresada y
encontrar alegría en hacer el bien a otros.
Ahora bien, ¿de qué manera puedes cultivar esta fabulosa
virtud? Toma nota de lo siguiente:
Practica la empatía.
Sé amable y respetuoso.

Practica la tolerancia y la paciencia.

Ayuda a los demás.

Actúa con justicia y equidad en tus relaciones


personales.

Sé agradecido.
Para practicar la bondad puedes empezar por pequeños
gestos diarios. Con el tiempo, estos actos se convertirán en
hábitos arraigados que te permitirán vivir una vida más
virtuosa, según los principios estoicos.
La justicia
Para los estoicos, la justicia es un principio que implica
actuar de acuerdo con la razón y el deber, tratando a los
demás con imparcialidad, equidad y respeto. No se limita a
tratar a las personas de manera justa en el sentido legal,
sino que también supone actuar de manera ética y
moralmente correcta. Todos merecemos ser tratados con
dignidad.
Consideran que la justicia no solo se aplica en las
interacciones humanas, sino que también se extiende al
trato justo y adecuado hacia los animales y la naturaleza en
general. Todos los seres vivos merecen respeto y trato ético.
Las prácticas que ayudan a cultivar la virtud de la justicia
son las siguientes:
Trata a los demás con igualdad.
Actuar con honestidad y rectitud en todas tus
acciones.

Cumplir tus promesas y compromisos.


Evitar el engaño y la manipulación.

Practicar la empatía y la compasión.

Contribuye al bienestar común.

Asume la responsabilidad de tus acciones.

Cultiva la sabiduría y la capacidad de razonar de


manera justa.
Sé un ejemplo para los demás.
Cultivar la justicia es un proceso continuo que requiere
esfuerzo y práctica. No siempre será fácil, pero al
comprometerte con estos principios y acciones, estarás
cultivando la justicia en tu vida y contribuyendo a un mundo
más amable y equitativo, según los principios estoicos.
La honestidad
La honestidad es un valor que implica actuar con sinceridad,
veracidad y transparencia en todas las relaciones e
interacciones que tengamos. Se considera esencial para
vivir de manera virtuosa y en armonía con la naturaleza.
La honestidad, según los estoicos, supone vivir en
consonancia con la verdad y la razón. Piensan que la
mentira y la falsedad van en contra de la naturaleza
racional del ser humano y pueden causar daño tanto a uno
mismo como a los demás.
Para los estoicos, la honestidad incluye varias dimensiones:
Sinceridad personal. Supone decir la verdad acerca de
tus propias creencias, valores y acciones. Reconocer
tus fortalezas y debilidades, y ser consciente de tus
motivaciones y emociones.

Veracidad en la comunicación. No engañar


deliberadamente a los demás. Evitar la mentira, la
manipulación y la exageración. Ser claro y
transparente en tus palabras y acciones.

Integridad en las acciones. Actuar de acuerdo con tus


principios y valores morales. Cumplir tus promesas y
compromisos. Evitar la duplicidad. Asegurarte de que
tus acciones son coherentes con tus palabras.
Para cultivar y practicar la honestidad se requiere de las
siguientes acciones:
Cultiva la sinceridad contigo mismo.

No justifiques comportamientos incorrectos.

Di la verdad.

Cumple tus compromisos.

Cumple tu palabra.

Asume la responsabilidad de tus acciones y


decisiones.

Reconoce tus errores y fallas, y sé honesto al


respecto.
No busques excusas ni eches la culpa a otros.

Aprende de tus errores y trabaja para corregirlos.

Sé auténtico.

Practica la autorreflexión.

Cultiva la humildad.
A medida que te comprometas con estos principios y
acciones, estarás cultivando la honestidad en tu vida y
desarrollando una mayor integridad y sinceridad en tus
interacciones y contigo mismo.
Practica 8: La contemplación de los vicios y las
virtudes

Los estoicos tienen diversas técnicas y ejercicios para


cultivar la virtud en sus vidas. Uno de los más conocidos y
practicados es el llamado “ejercicio de la contemplación de
los vicios y las virtudes”. Enseguida te explicamos cómo se
realiza:
1. Elige una virtud específica. Identifica una virtud que
desees cultivar, como la sabiduría, la valentía, la
paciencia o la generosidad.
2. Reflexiona sobre la virtud. Dedica un tiempo a pensar
en qué significa realmente esa virtud y cómo se
manifiesta en tu vida cotidiana. Considera ejemplos
concretos de cómo puedes poner en práctica esa
virtud en diversas situaciones.
3. Contempla los vicios opuestos. Después de reflexionar
sobre la virtud, piensa en los vicios o malos hábitos
opuestos a esa virtud. Por ejemplo, si estás cultivando
la paciencia, puedes pensar en la impaciencia o la
irritabilidad como vicios opuestos.

4. Imagina situaciones desafiantes. Visualiza


mentalmente situaciones en las que tendrías que
enfrentar desafíos relacionados con la virtud que
estás cultivando. Por ejemplo, si estás cultivando la
valentía, imagina escenarios en los que te enfrentas a
tus miedos y tomas decisiones valerosas.

5. Practica la virtud. Una vez que hayas reflexionado


sobre la virtud y los vicios opuestos, y hayas
visualizado las situaciones desafiantes, es momento
de practicar la virtud en tu vida diaria. Pon en práctica
los principios y comportamientos relacionados con esa
virtud. Trata de actuar de acuerdo con ella en
situaciones reales.

6. Reflexiona sobre tus acciones. Después de practicar la


virtud, reflexiona sobre tus acciones y evalúa cómo te
has comportado. Considera si has actuado de manera
virtuosa o si te has dejado llevar por los vicios
opuestos. Busca áreas de mejora y ajusta tu
comportamiento en consecuencia.
Este ejercicio te ayuda a desarrollar mayor conciencia de
tus acciones y a trabajar activamente en el cultivo de la
virtud en tu vida diaria. A través de la práctica constante,
podrás fortalecer tus virtudes y superar los vicios,
avanzando así hacia una vida más virtuosa.
Practica 9: Examen de los propios valores

Los estoicos practican un ejercicio llamado “examen de los


propios valores” o “autodiscernimiento”. Este ejercicio
consiste en examinar profundamente tus propios valores y
creencias, con el objetivo de asegurarte de que estás
viviendo de acuerdo con ellos y de que son coherentes con
la sabiduría y la virtud estoicas.
Una forma simplificada de realizar este ejercicio es la
siguiente:
1. Tiempo de reflexión. Encuentra un momento tranquilo
y dedicado para realizar este ejercicio. Puede ser útil
tener un cuaderno o una hoja de papel para escribir
tus reflexiones.

2. Cuestiona tus valores. Hazte preguntas sobre tus


valores y creencias fundamentales. Puedes
preguntarte: ¿Qué es realmente importante para mí
en la vida? ¿Cuáles son mis principales principios y
convicciones? ¿Mis acciones y decisiones reflejan mis
valores más profundos? ¿Hay algún valor que necesite
ajustar o mejorar?

3. Evalúa la coherencia. Examina si tus acciones y


decisiones están en línea con tus valores declarados.
Reflexiona sobre si hay áreas en las que tus acciones
contradicen tus valores o si hay conflictos internos en
tu forma de actuar.

4. Ajusta y redefine tus valores. Si encuentras que hay


discrepancias entre tus valores y tus acciones,
reflexiona sobre cómo puedes ajustar tu
comportamiento para vivir más en armonía con tus
valores. Puedes redefinir y clarificar tus valores según
la perspectiva estoica, enfocándote en la virtud, la
sabiduría y la serenidad interior.

5. Plan de acción. Basado en tus reflexiones, identifica


acciones concretas que puedes adelantar para
conciliar tus comportamientos con tus valores.
Establece metas y comprométete a practicar la virtud
y la sabiduría en tu vida diaria.
Recuerda que este ejercicio no es algo que se realice una
vez y ya está, sino que es un proceso continuo de reflexión
y ajuste. A medida que adquieras más conciencia de tus
valores y los examines regularmente, podrás vivir de
manera más auténtica y coherente con tus principios.

Conclusiones
En este capítulo hemos hablado acerca de la importancia de
llevar una vida virtuosa. Vimos por qué es tan relevante
descubir y cultivar los valores fundamentales de cada
persona. También abordamos el tema de las decisiones
éticas y cómo pueden tomarse en tiempos difíciles. Así
mismo, examinamos por qué los estoicos le dan una gran
importancia a valores como la bondad, la justicia y la
honestidad.
Todo lo anterior nos permite llegar a las siguientes
conclusiones:
Los estoicos le dan una gran importancia a la
excelencia moral. Hay algunos valores a los que le
dan especial relevancia, como la sabiduría, la justicia,
la moderación, la valentía, la templanza y el amor
hacia la humanidad.

El camino básico para cultivar la virtud implica


acciones como: el autoexamen, la reflexión ética, la
meditación, la lectura y el estudio, la atención plena,
la autodisciplina y la práctica de los valores estoicos.

Una decisión ética es aquella en la cual se logra


coherencia entre los principios y valores morales,
frente a la acción.

Para tomar decisiones éticas, especialmente en


tiempos difíciles, se deben considerar acciones como
conocer los valores y principios propios, examinar a
fondo la situación, consultar con la razón y la
sabiduría, evaluar las consecuencias a largo plazo,
practicar la autodisciplina, actuar con valentía y
aceptar lo que no puedes controlar.
La bondad implica actuar con nobleza, compasión y
generosidad con uno mismo y con los demás. Para
cultivarla es necesario practicar la empatía, la
amabilidad, el respeto, la tolerancia, la paciencia, el
servicio, la justicia y la gratitud.

La justicia implica tratar a los demás con


imparcialidad, equidad y respeto. Para ser justos es
necesario actuar aplicando, entre otros aspectos, el
trato igualitario, la empatía, la honestidad y la
responsabilidad.
La honestidad supone tres dimensiones: sinceridad
personal, veracidad en la comunicación e integridad
en las acciones. Se cultiva con acciones como ser
sincero con uno mismo, evitar las justificaciones de
los comportamientos incorrectos, cumplir con la
palabra, ser auténtico y humilde, entre otras.

Dos de las prácticas más adecuadas para desarrollar


una vida virtuosa son “La contemplación de los vicios
y las virtudes” y el “examen de los propios valores”.
En el capítulo 6 vamos a tratar uno de los temas que más le
interesa a la mayoría de las personas: el amor y las
relaciones saludables. El estoicismo ofrece unas claves
extraordinarias para abordar esa importante área de la vida
con mayor sabiduría. ¡Te esperamos!
CAPÍTULO 6: AMOR Y RELACIONES

“El que ama, se hace humilde. Aquellos que


aman, por decirlo de alguna manera, renuncian
a una parte de su narcisismo”.
-Sigmund Freud-

El amor y las relaciones son dos grandes inquietudes para


muchas personas, especialmente porque se ha extendido la
idea de que allí está la esencia de la felicidad. Sin embargo,
también el mundo está lleno de parejas que no logran
comprenderse o personas solitarias que no encuentran el
amor.
Los estoicos tienen una visión muy especial acerca de estos
temas. Se alejan de la concepción romántica sobre los
afectos y promueven una perspectiva en la que este
sentimiento es mucho más profundo y universal. No es en
las grandes historias de amor, sino en el trato cotidiano
lleno de afecto en donde está la esencia de la felicidad.
En este capítulo hablaremos acerca de los caminos para
cultivar relaciones saludables. También abordaremos la
importancia del desapego y cómo practicarlo. Así mismo, te
daremos las pautas para que tengas interacciones diarias
que en verdad te enriquezcan. Al final, te daremos a
conocer dos prácticas que te ayudarán a avanzar en el
camino estoico hacia la virtud.
6.1 Cómo cultivar relaciones saludables
basadas en el estoicismo

Las relaciones saludables, según los estoicos, son aquellas


en las que nos tratamos bien y nos respetamos
mutuamente. Se basan en principios de virtud, sabiduría y
aceptación mutua. Las buenas relaciones con los demás
desempeñan un papel crucial en la búsqueda de una vida
virtuosa y en armonía con la naturaleza.
En una relación saludable debes tratar a los demás con
amabilidad y justicia. Eso significa ser bueno y no hacer a
otros lo que no quieres que te hagan a ti. Es importante
evitar hacer daño a propósito o tratar a las personas de
manera injusta. Así mismo, aceptar a las personas tal como
son, con todas sus fortalezas y debilidades. No es
convenitente intentar cambiar a alguien o criticarlo por ser
diferente.
Además, de lo anterior, las premisas para tener relaciones
saludables son las siguientes:
Hablar honestamente y escuchar a los demás. La
comunicación es fundamental en cualquier tipo de
relación. Es necesario hablar con honestidad y decir lo
que realmente sientes, pero siempre de una manera
respetuosa. Así mismo, escuchar al otro y prestar
atención genuina a lo que tiene para decir.
Hacerte responsable de tus acciones. Esto se traduce
en conductas como pensar antes de actuar y elegir
hacer lo correcto. Evita culpar a otros por tus errores.
Por el contrario, ellos están ahí para que aprendas y
mejores.
No depender demasiado de los demás. Aunque es
genial tener amigos y seres queridos en tu vida, no
debes depender demasiado de ellos para ser feliz. Es
importante tener una base interna de confianza y
fortaleza personal.
A este último aspecto los estoicos le llaman “apego
virtuoso”. Significa que debes evitar a toda costa depender
emocionalmente de las circunstancias externas o de las
personas para tener bienestar. Si cultivas la virtud y la
sabiduría, logras tener relaciones saludables sin aferrarte
demasiado o depender excesivamente de ellas.
Cultivar relaciones saludables
La forma adecuada para cultivar relaciones saludables se
desprende de las premisas que vimos antes. Sobre esa
base, lo indicado es llevar a cabo las siguientes prácticas.
Cultiva la virtud en ti mismo
Recuerda que todo comienza por ti mismo. Los estoicos
señalan que es importante cultivar la virtud en tu interior,
para que puedas relacionarte bien con los demás. Esto
implica esforzarte por ser bueno, justo, valiente y sabio.
Estas virtudes te permiten interactuar de manera positiva
con los otros.
Práctica del “amor benevolente”
El amor benevolente hacia los demás implica desearles el
bien y actuar con ellos de manera amable y compasiva.
Puedes practicar esto al realizar actos de bondad y
generosidad hacia las personas que te rodean, tanto amigos
como extraños. Trata de hacer cosas agradables por los
demás sin esperar nada a cambio.
Empatía y respeto
Piensa siempre en la otra persona y trata de ver las cosas
desde su perspectiva. Esto te ayudará a entender mejor sus
motivaciones y sentimientos. Puedes hacer preguntas como:
“¿Por qué podría estar actuando de esta manera?” o
“¿Cómo me sentiría si estuviera en su situación?” Esto
fomenta la empatía y la comprensión en tus relaciones. No
trates de dirigir, ni de cambiar a nadie.
Evitar el apego excesivo
No busques tu felicidad y bienestar en las relaciones o
circunstancias externas. Tu tarea es cultivar una base
interna de virtud y fortaleza. Esto no significa que no
puedas disfrutar de las relaciones, o establecer lazos
estrechos, sino que no debes fijar las expectativas de tu
bienestar en factores externos.
Practica la comunicación abierta y honesta
La comunicación efectiva es esencial para mantener
relaciones saludables. Lo más indicado es hablar de manera
abierta y honesta, expresando tus pensamientos y
sentimientos de manera respetuosa. También es importante
escuchar activamente a los demás y estar dispuesto a
comprender y considerar diferentes perspectivas.
Aceptar la imperfección y el cambio
Las relaciones saludables requieren comprensión y
aceptación de la imperfección y el cambio. Los estoicos nos
enseñan a aceptar que todos cometemos errores y que las
personas cambian con el tiempo. Debes estar en disposición
de perdonar, aprender de los errores y adaptarte a medida
que las relaciones evolucionan.
Practicar la gratitud
La gratitud es una fuente de paz y felicidad. Es importante
apreciar y valorar a las personas que hay en tu vida,
expresando gratitud y reconocimiento. La gratitud fortalece
los lazos emocionales y fomenta un ambiente positivo en las
relaciones.
Autocontrol emocional
Practica la capacidad de reconocer tus propias emociones y
de responder de manera reflexiva en lugar de reaccionar
impulsivamente. Esto te ayudará a mantener una
comunicación clara y respetuosa, evitando conflictos
innecesarios.
6.2 Aprende a amar y dejar ir: el equilibrio en
el amor y la pérdida

Los estoicos ven el amor desde una perspectiva más amplia


y desapegada que otras corrientes filosóficas. Piensan que
el verdadero amor se basa en la virtud y la sabiduría, y no
en emociones o pasiones descontroladas. Promueven el
amor benevolente hacia todos los seres humanos.
El amor en los estoicos
El amor benevolente supone desarrollar una actitud de
bondad y compasión hacia los demás. También buscar el
beneficio y la felicidad de los otros, de manera
desinteresada. Amar a alguien significa apreciar y valorar su
carácter virtuoso y su sabiduría. No tiene que ver con
apreciar superficialmente las cualidades externas de otra
persona, sino con reconocer y valorar su integridad moral y
su búsqueda de la excelencia.
Los estoicos hacen hincapié en la importancia del desapego
en el amor. Es erróneo enfocarte en la posesión o control de
los demás. El amor estoico se basa en aceptar a las
personas tal como son, sin tratar de cambiarlas o aferrarte a
ellas.
Los sentimientos de afecto deben dirigirse hacia toda la
humanidad y la naturaleza en su conjunto. Todas las
personas están conectadas por su condición humana común
y comparten una misma chispa divina. El amor estoico se
extiende a todos los seres humanos, sin importar sus
diferencias, y busca promover la armonía y el bienestar de
toda la humanidad.
Los estoicos le dan gran importancia a la amistad y a la
afinidad moral en las relaciones de pareja. Creen que los
compañeros ideales son aquellos que comparten valores y
objetivos comunes, y que pueden apoyarse mutuamente en
el camino hacia la virtud. Valoran la comunicación abierta y
honesta, así como la capacidad de crecer juntos como
individuos.
Practicar el amor y el desapego
Cultivar y practicar el desapego en el amor significa no
depender demasiado de las personas o las cosas para ser
feliz. Imagina que tienes un objeto favorito al que siempre
estás aferrado. Si pierdes ese objeto, te sientes muy triste y
enojado. Pero si aprendes a no depender tanto del objeto
para ser feliz, te sentirías un poco triste si lo pierdes, pero
esto no arruina tu bienestar interno.
En el amor, a veces esperamos mucho de las personas y
nos sentimos abatidos o molestos si no cumplen nuestras
expectativas. Los estoicos nos enseñan a amar a las
personas sin depender demasiado de ellas para nuestra
felicidad. Significa que podemos apreciar a los otros,
disfrutar de su compañía y cuidar de ellos, pero también
somos conscientes de que las cosas pueden cambiar.
Una forma de cultivar el desapego es pensar en que todas
las cosas y las relaciones son temporales. Nada dura para
siempre, y eso está bien porque la vida es dinámica. Si no lo
fuera, todo se mantendría igual y sería imposible crecer o
evolucionar.
Para alcanzar la perspectiva de desapego es importante
desarrollar las siguientes prácticas:
Practica el deseo incondicional de bienestar. Ama a los
demás sin expectativas de reciprocidad. En lugar de
pensar en lo que puedes obtener de la relación,
enfócate en el bienestar y la felicidad de la otra
persona. Aprecia su presencia en tu vida, pero no te
aferres a ella como fuente exclusiva de tu propia
felicidad.

Acepta al otro tal como es. Acepta a las personas tal


como son, con sus virtudes y defectos. Evita tratar de
cambiar o controlar a los demás para que se ajusten a
tus expectativas. Aprende a amar y apreciar a quienes
amas por lo que son en el presente, en lugar de
buscar que cumplan ciertas expectativas o ideales.

Enfócate en tu propio crecimiento. El desapego


implica centrarte en tu propio crecimiento y desarrollo
personal. Trabaja por mejorar como individuo, cultiva
tus virtudes y persigue tus metas personales. Al
hacerlo, te vuelves menos dependiente de los demás.
El desapego en el amor no significa distanciarte
emocionalmente o ser indiferente. Más bien, se trata de
amar y apreciar a los demás de manera libre y
desinteresada, sin dependencias emocionales ni
expectativas excesivas. A medida que practicas el
desapego, desarrollas una mayor paz interior y una
capacidad más saludable para amar.
6.3 Cómo el estoicismo puede mejorar tus
interacciones diarias

Los estoicos le dan importancia a todas las interacciones


con los demás seres humanos, no solo a aquellas que
corresponden a relaciones cercanas o muy estrechas. El ser
humano es social por naturaleza, y las interacciones diarias
nos permiten establecer y mantener conexiones
significativas con los demás. Estas conexiones nos brindan
un sentido de pertenencia, nos ayudan a entendernos mejor
a nosotros mismos y a los demás, y nos brindan la
oportunidad de compartir experiencias, alegrías y
dificultades.
Al interactuar con diferentes personas, puedes obtener
nuevas perspectivas, adquirir conocimientos y habilidades,
y ampliar tu comprensión del mundo. Las interacciones
saludables te desafían, te permiten aprender de tus errores
y te ayudan a desarrollar una mayor sabiduría y
comprensión de la vida.
De otro lado, el estar rodeados de personas que te apoyan,
te comprenden y te tratan con respeto y amabilidad te
ayuda a sentirte más feliz y satisfecho con tu vida. Además,
al tener relaciones saludables, construyes un sistema de
apoyo emocional que puede ayudarte a sobrellevar los
desafíos y afrontar el estrés de manera más efectiva.
¿Cómo tener interacciones saludables en tu día a día?
El estoicismo aborda las interacciones sociales diarias desde
una perspectiva centrada en la virtud y el autocontrol.
¿Cómo hacer que sean verdaderamente saludables? Toma
nota de los siguientes consejos:
Acepta los roles sociales. Desempeña tus
responsabilidades y deberes de manera ética, ya sea
como hijos, amigos, empleados, ciudadanos, etc.
Actúa con virtud y se un buen ejemplo para los
demás.
Practica la amabilidad y la equidad. Es importante que
seas considerado, que muestres empatía y trates a los
demás como te gustaría ser tratado. Valora la justicia
y el trato equitativo, evitando el favoritismo o el trato
injusto hacia los demás.
Controla tus reacciones. Mantén la calma, la serenidad
y la moderación en tus respuestas, incluso en
situaciones conflictivas. Busca siempre una
perspectiva racional y equilibrada en tu relación con
los demás.

Practica la atención plena. Es importante que estés


presente y consciente durante tus interacciones
sociales. Escucha atentamente al otro, permanece
atento a sus necesidades y preocupaciones, y
responde de manera adecuada.
Reconoce la naturaleza efímera de las interacciones.
Las interacciones sociales son transitorias y por eso
debes apreciar y valorar el tiempo que pasas con los
demás. Vive el momento presente y nutre relaciones
significativas mientras están a tu alcance.

Practica la moderación en tus palabras. Evita hablar


de manera excesiva o inapropiada. Sé consciente de
tu lenguaje y de cómo puede afectar a los demás.
Procura ser claro, honesto y respetuoso en tu
comunicación.

Sé cortés. Cultiva la cortesía en tus interacciones


sociales. Trata a los demás con respeto, consideración
y amabilidad, independientemente de sus diferencias
o desacuerdos. Esto fomentará un ambiente positivo y
propiciará relaciones saludables.

Acepta las diferencias y los desacuerdos. Reconoce


que todos somos diferentes y que es natural tener
desacuerdos en ocasiones. Acepta estas diferencias
con respeto y aprende a comunicarte de manera
constructiva cuando surjan conflictos. Busca el
entendimiento mutuo en lugar de ceder a la
confrontación.
No te presiones demasiado y sé amable contigo mismo
mientras te esfuerzas por mejorar. Al trabajar en estas
habilidades, estarás más preparado para tener
interacciones sociales saludables y constructivas en tu día a
día.
Practica 10: Meditación de la bondad amorosa

Este ejercicio te ayuda a generar sentimientos de bondad y


amor hacia ti mismo y hacia los demás. Te permite
conectarte con tu compasión y desarrollar una actitud
amable hacia ti mismo y hacia los otros seres humanos.
Sigue estos pasos:
1. Encuentra un lugar tranquilo. Busca un lugar tranquilo
donde puedas sentarte cómodamente y sin
interrupciones. Puede ser un rincón tranquilo en tu
hogar, un espacio al aire libre o cualquier otro lugar
donde te sientas relajado.
2. Adopta una postura cómoda. Siéntate en una posición
relajada pero alerta. Puedes elegir sentarte en una
silla con los pies apoyados en el suelo o en un cojín en
el suelo. Mantén la columna recta, pero sin rigidez, y
asegúrate de que estás cómodo.
3. Relaja tu cuerpo y respira profundamente. Toma unos
momentos para relajar tu cuerpo y soltar cualquier
tensión que puedas sentir. Cierra los ojos suavemente
y lleva tu atención a tu respiración. Respira
profundamente inhalando por la nariz y exhalando
suavemente por la boca. Siente cómo tu cuerpo se
relaja con cada exhalación.
4. Genera sentimientos de bondad y amor. Ahora, dirige
tu atención hacia ti mismo y repite en tu mente o en
voz baja algunas frases de bondad y amor hacia ti
mismo. Puedes decir cosas como: “Que esté en paz y
libre de sufrimiento. Que esté seguro y protegido. Que
esté feliz y en paz”. Siente realmente estas palabras y
permite que los sentimientos de bondad y amor hacia
ti mismo se expandan en tu corazón.
5. Dirige la bondad hacia los demás. A continuación,
comienza a dirigir la bondad y el amor hacia los
demás. Puedes comenzar con las personas más
cercanas a ti, como tus seres queridos, amigos o
incluso mascotas. Visualízalos en tu mente y repite
frases similares de bondad y amor hacia ellos. Puedes
decir cosas como: “Que esté en paz y libre de
sufrimiento. Que esté seguro y protegido. Que esté
feliz y en paz”. Imagina cómo esos deseos de bondad
y amor se extienden hacia ellos y los envuelven.

6. Incluye a personas neutrales y difíciles. Después de


dirigir la bondad hacia las personas cercanas,
continúa incluyendo a personas neutrales, como
conocidos o personas que encuentras en tu vida
cotidiana. Amplía aún más tu círculo de bondad y
amor. Finalmente, desafíate a ti mismo incluyendo a
personas difíciles o aquellas con las que has tenido
conflictos. Dirige tus deseos de bondad y amor hacia
ellos, deseándoles paz y bienestar.

7. Amplía tu bondad hacia todos los seres. Finalmente,


expande tu bondad y amor hacia todos los seres
vivos. Imagina a todas las personas y seres en el
mundo y dirige tus pensamientos y deseos de bondad
y amor hacia ellos. Desea que todos los seres sean
felices, estén seguros, estén en paz y estén libres de
sufrimiento.

8. Termina la meditación gradualmente. Después, toma


un momento para volver a tu respiración y a tu
cuerpo. Siente la calma y la bondad que has cultivado
en tu interior. Abre suavemente los ojos cuando te
sientas listo.
Puedes realizar esta meditación regularmente, ajustándola a
tu propio ritmo y necesidades. Con el tiempo, notarás cómo
tu capacidad de amar y ser amable se expande,
beneficiando tus relaciones y tu bienestar general.
Practica 11: Reflexión sobre la impermanencia

La reflexión sobre la impermanencia te ayuda a liberarte del


aferramiento y el apego a las cosas materiales, a las
personas y a las situaciones. Contribuye a que reconozcas
que todo en la vida está sujeto a cambios y que aferrarse a
algo de manera excesiva puede causar sufrimiento. Aquí
tienes una explicación sobre cómo realizar este ejercicio:
1. Encuentra un momento tranquilo. Busca un lugar
tranquilo donde puedas sentarte cómodamente y
estar libre de distracciones.
2. Adopta una postura relajad.: Siéntate en una posición
cómoda, ya sea en una silla o en el suelo. Mantén la
espalda recta pero relajada. Puedes cerrar los ojos o
tener una mirada suave y relajada hacia un punto fijo.
3. Respira profundamente. Comienza tomando algunas
respiraciones profundas y conscientes. Inhala
lentamente por la nariz, sintiendo cómo el aire llena
tus pulmones, y luego exhala suavemente por la boca,
liberando cualquier tensión o preocupación.

4. Reflexiona sobre la naturaleza transitoria de las cosas.


Dirige tu atención hacia la idea de que todo en la vida
es transitorio y está sujeto a cambios. Piensa en las
relaciones que tienes, las personas que conoces, los
momentos felices y los desafíos que has enfrentado.
Reconoce que todas estas cosas son impermanentes y
están en constante flujo.

5. Observa tus pensamientos y emociones. Mientras


reflexionas sobre la impermanencia, observa los
pensamientos y emociones que surgen en tu mente.
No te apegues a ellos ni los juzgues, simplemente
obsérvalos con una actitud de curiosidad y
aceptación.

6. Cultiva la aceptación y la apreciación. A medida que


reflexionas sobre la impermanencia, cultiva una
actitud de aceptación y apreciación hacia el presente.
Reconoce que cada momento es valioso y único, y
que no puedes aferrarte a las experiencias o las
personas. Aprecia el valor de cada encuentro y
relación, reconociendo que pueden cambiar en
cualquier momento.
7. Finaliza con gratitud. Termina el ejercicio sintiendo
gratitud por las relaciones y los momentos que has
tenido en tu vida.
Puedes realizar este ejercicio durante unos minutos cada día
o según te sientas inspirado. A medida que continúes con
esta práctica, desarrollarás una mayor conciencia de la
impermanencia y cultivarás una actitud de desapego y
aprecio hacia las relaciones y experiencias de la vida.

Conclusiones
En este capítulo hemos abordado el complejo tema del
amor y las relaciones saludables. Vimos que lo más
importante es ofrecer el afecto desde la virtud y que esto
pasa por renunciar al apego y al control sobre otros.
También exploramos la manera como es posible tener
interacciones saludables en el día a día.
Las conclusiones que podemos extraer de este capítulo son
las siguientes:
Las relaciones saludables se basan en el buen trato y
el respeto. Para tenerlas es importante ser justos,
practicar la honestidad, responsabilizarse de las
acciones y evitar la dependencia.

La forma de cultivar relaciones saludables incluye:


desarrollar la virtud dentro de uno mismo, practicar el
amor benevolente, desarrollar la empatía y el respeto,
evitar el apego excesivo, tener una comunicación
abierta y honesta, aceptar la imeperfección y el
cambio, practicar la gratitud y mantener el
autocontrol emocional.

El amor en los estoicos es una actitud de bondad y


compasión hacia los demás. Nace de la virtud y debe
evitar el apego.

Para practicar el desapego es necesario reducir la


dependencia, ser consciente de la temporalidad,
mantener el deseo incondicional de bienestar, aceptar
al otro y enfocarse en el propio crecimiento.
Las interacciones diarias, si son saludables,
enriquecen porque aportan sentido de pertenencia y
contribuyen a la satisfacción y la felicidad.

Las interacciones cotidianas saludables se basan en:


aceptar los roles, practicar la equidad y la amabilidad,
controlar las reacciones, poner en práctica la atención
plena, reconocer la naturaleza efímera de las
relaciones, ser moderado y amable y aceptar las
diferencias y desacuerdos.

Dos de las prácticas que ayudan a desarrollar


relaciones saludables son la meditación de la bondad
amorosa y la reflexión sobre la impermanencia.
En el siguiente capítulo trataremos el tema de la felicidad
interior. Veremos por qué la verdadera dicha está dentro de
ti y cómo puedes alcanzarla. El contenido es genial y no
puedes perdértelo. ¡Nos vemos!
CAPÍTULO 7: LA FELICIDAD INTERIOR

“Hace falta muy poco para tener una vida feliz;


está todo dentro de ti, en tu forma de pensar”.
-Marco Aurelio-

Muchas personas suelen creer que la felicidad está en no


tener carencias y, al mismo tiempo, lograr todos los
objetivos que se propongan. Por desgracia, también son
muchas las personas que se sienten frustradas,
precisamente por pensar así. Como puedes verlo, este
concepto de felicidad se orienta por completo a lo externo,
o sea, a todo aquello sobre lo que se ejerce poco o ningún
control.
Los estoicos tienen una idea muy diferente de lo que es la
felicidad. Piensan que solo se puede cultivar dentro de ti y
que no depende de lo que te ocurra, sino de lo que hay en
tu corazón y en tu mente. Más que un estado de euforia
pasajero, lo que persiguen es una paz interna estable y
profunda.
En este capítulo hablaremos acerca del concepto de
felicidad del estoicismo. Veremos cuál es la clave para
conseguirla y de qué manera se relaciona con el desapego y
la gratitud. También abordaremos las pautas para cultivar la
serenidad y la paz mental. Al final, te daremos a conocer
dos prácticas para ayudarte a ser más feliz.
7.1 La clave para encontrar la verdadera
felicidad dentro de ti

Los estoicos señalan que la felicidad se basa en vivir en


armonía con la naturaleza y en desarrollar una actitud de
aceptación y ecuanimidad frente a las circunstancias de la
vida. Ser feliz no depende de factores externos, como la
riqueza, el estatus social o el placer de los sentidos, sino
que se logra desde el interior de cada persona.
En el marco del estoicismo, la felicidad se encuentra cuando
logras vivir de acuerdo con la razón y la virtud. La virtud es
el bien supremo y alcanzarla es el objetivo principal de la
vida. Cultivar cualidades como la sabiduría, la justicia, el
coraje y la moderación permite a las personas sentirse
satisfechas y mantener y una tranquilidad duradera,
independientemente de las circunstancias externas.
La clave de la felicidad
Para los estoicos, la clave para encontrar la felicidad dentro
de uno mismo es vivir de acuerdo con la naturaleza y
aceptar las circunstancias de la vida con serenidad. Esta
idea se encuentra estrechamente relacionada con la noción
de “la virtud como el bien supremo”.
Los estoicos consideraban que la virtud es vivir de acuerdo
con la razón y la excelencia moral. Este es el objetivo
principal de la vida y la base de la verdadera felicidad. Al
cultivar y practicar la virtud, uno alcanza el estado de
tranquilidad y paz interior, independientemente de las
circunstancias externas.
La aceptación de las circunstancias y la adhesión a la virtud
son consideradas fundamentales porque permiten que te
liberes del sufrimiento innecesario y encuentres una alegría
duradera y auténtica. A través de la virtud, se promueven
cualidades como la sabiduría, la justicia, el coraje y la
moderación. Estas son esenciales para llevar una vida plena
y en armonía con la naturaleza.
Las prácticas que conducen a la felicidad
Los estoicos insisten en que para cultivar la virtud, y con
ella la felicidad, es necesario alinearte con el orden natural
del universo y aceptar las leyes y principios que rigen el
mundo. Según esta filosofía, el universo está interconectado
y cada individuo forma parte de un todo más amplio.
De igual manera, la actitud de aceptación y ecuanimidad es
fundamental. Esta consiste en enfrentar las circunstancias
de la vida con serenidad, sin dejarte llevar por las
emociones negativas o perturbadoras. Consiste en cultivar
una mentalidad equilibrada y tranquila frente a los altibajos
y desafíos de la existencia.
¿Cómo alcanzar todo esto? La respuesta está en las
siguientes prácticas:
Aceptar el orden cósmico. Hay un orden universal
gobernado por la razón, también llamada “Logos”. Se
debe reconocer que hay aspectos de la vida que están
más allá de nuestro control y aprender a fluir con ellos
en lugar de resistirnos.

Aceptar la impermanencia. Todo en la vida es


transitorio. Nada dura para siempre. Es importante no
aferrarte a cosas o situaciones que inevitablemente
cambiarán.

Adaptarte a las circunstancias. Aceptar y acoger los


cambios de la vida permite vivir de manera más
armoniosa con la naturaleza y encontrar serenidad.

Seguir la ley de la razón. Es necesario tomar


decisiones racionales y éticas, y evitar dejarse llevar
por emociones o deseos irracionales.

Mantener una perspectiva objetiva. Significa observar


los eventos con imparcialidad y evitar reacciones
excesivas basadas en juicios subjetivos.

Practica del autodominio. En particular, aprender a


controlar los impulsos negativos y las conductas
irracionales.
La introspección. Los estoicos valoran la auto-reflexión
y la autoevaluación. Recomiendan dedicar tiempo
regularmente para examinar tus pensamientos,
acciones y valores, buscando mejorar y ajustar tu
comportamiento a la virtud.
Cultiva la amistad y la comunidad. Es necesario
cultivar amistades basadas en la virtud y la
reciprocidad, y buscar la compañía de personas que
compartan los mismos valores y principios.

Acepta la la muerte. Los estoicos recomiendan


reflexionar sobre la fugacidad de la vida y apreciar
cada momento, ya que esto ayuda a poner las cosas
en perspectiva y valorar lo que realmente importa.
En síntesis, la clave fundamental de la felicidad radica en
vivir de acuerdo con la virtud y aceptar las circunstancias de
la vida con serenidad y gratitud. La práctica continua de la
aceptación y del desapego contribuyen de manera decisiva
a una vida feliz.
7.2 Desapego y gratitud: encontrar satisfacción
en lo que tienes

El desapego y la gratitud son la base de la dicha cotidiana,


según los estoicos. Aferrarte a las personas, a las cosas o a
las circunstancias solo te quita libertad. Así mismo, si no
eres capaz de valorar todo aquello que tienes aquí y ahora,
lo más probable es que tampoco consigas sentirte
satisfecho con más.
El desapego
El desapego es la actitud de no aferrarte en forma excesiva
a las cosas materiales, las circunstancias externas y las
expectativas. Implica liberarte de la dependencia emocional
y de los resultados específicos. Al mismo tiempo, supone un
reconocimiento de que todo en la vida es transitorio y que
apegarte demasiado a algo puede generar sufrimiento
innecesario.
Los estoicos piensan que es necesario practicar el desapego
continuamente. Esto implica dos capacidades básicas:
Aceptar la impermanencia. Al aceptar la
impermanencia, aprendes a soltar y adaptarte a los
cambios inevitables. Así evitas el sufrimiento causado
por aferrarte a algo que está destinado a cambiar.

Centrarte en lo que puedes controlar. Supone


enfocarte en tus propias actitudes y acciones, en
lugar de preocuparste demasiado por lo externo.
Ahora bien, el estoicismo también llama a desarrollar una
actitud de indiferencia selectiva. Esta no significa que debas
ser impermeable a todo, sino que resulta más razonable que
seas selectivo y no dejes que las cosas externas dicten tu
felicidad. En otras palabras, significa que puedes tener
preferencias, pero no dependencias.
La actitud de indiferencia selectiva supone discernir en tus
preferencias y no dejar que las cosas externas determinen
tu bienestar. Según esta filosofía, hay tres formas de
evaluar las cosas externas:
Preferibles. Son cosas que consideras beneficiosas o
deseables, como la salud, el amor, el éxito o la
riqueza. Los estoicos reconocen que esto puede tener
valor, pero no las ven como fundamentales para la
verdadera felicidad.

Indiferentes. Son cosas que no tienen un valor


intrínseco en sí mismas, ni son necesariamente
buenas o malas. Incluyen aspectos como la fama, el
estatus social, la belleza física o la riqueza material.
Los estoicos piensan que no deben ser objeto de
apego excesivo o de dependencia emocional, ya que
no son esenciales para la virtud y la felicidad.

Reprochables. Son cosas que se consideran negativas


o perjudiciales, como el engaño, la maldad o el
comportamiento inmoral. Los estoicos indican que
estas cosas deben evitarse y no pueden ser toleradas.
La actitud de indiferencia selectiva implica valorar
adecuadamente estas categorías y no permitir que ninguna
de ellas defina tu felicidad, en particular las cosas que
deben serte indiferentes o son reprochables. La virtud y la
actitud hacia las circunstancias son más importantes que
las posesiones materiales o los resultados externos.
La gratitud
La gratitud es una actitud de reconocimiento y aprecio hacia
las cosas buenas que tienes en la vida, independientemente
de su magnitud o duración. Los estoicos indican que es
necesario cultivar una disposición interna de
agradecimiento por las bendiciones, experiencias y
relaciones que nos rodean, reconociendo que nada está
garantizado y que todo es digno de apreciarse.
¿Cómo lograrlo? Toma nota de lo siguiente.
Acepta lo que se te presenta
La gratitud estoica consiste en aceptar y apreciar las
circunstancias en las que te encuentres, incluso si no son
ideales. En especial, es muy importante enfocarte en lo que
tienes y no en lo que te falta. La gratitud permite valorar y
disfrutar plenamente lo que tienes en el aquí y el ahora, en
lugar de dejar que los deseos insatisfechos te distraigan o te
hagan sentir insatisfecho.
Aceptar lo que se te presenta te ayuda a estar en paz con
las circunstancias y eventos que ocurren en tu vida, ya sean
favorables o desfavorables. Tiene que ver con adoptar una
actitud de conformidad hacia aquello que sucede,
reconociendo que resistirte o luchar contra ello solo genera
sufrimiento innecesario.
Elimina la resistencia y la lucha interna
Cuando te encuentras en una situación desfavorable o te
enfrentas a algo que no deseas, deja de resistirte y luchar
contra ello. En lugar de aferrarte a la idea de cómo deberían
ser las cosas, aprende a fluir con la realidad tal como se
presenta, permitiendo que se desarrolle sin resistencia ni
conflicto interno.
Enfócate en el presente y la acción constructiva
La aceptación no significa pasividad o resignación. Los
estoicos consideran que, una vez que has aceptado las
circunstancias, debes centrarte en el presente y tomar
acciones constructivas dentro de tu ámbito de control. La
aceptación te libera de la preocupación excesiva por el
pasado o el futuro, enfocándote en cómo responder de la
mejor manera en el momento presente.
Reconoce que todo es parte del orden natural
Los estoicos dicen que el universo está gobernado por un
orden natural y que todo lo que ocurre, incluso los eventos
desfavorables, hace parte de ese orden. Al aceptar lo que se
te presenta, reconoces que formas parte de una cadena de
causas y efectos más amplia y que puedes encontrar
significado y lecciones, incluso en las experiencias difíciles.
Conecta con los demás y con el universo
Hay una interdependencia con los demás seres humanos y
con el orden natural del mundo. Por eso, es importante
valorar tus relaciones con los demás, así como actuar con
compasión y respeto, y vivir en armonía con las leyes que
rigen el universo. Al cultivar esta conexión, encuentras un
sentido de pertenencia y propósito en el mundo. También
logras vivir de una manera más ética y significativa.
7.3 Cultivando la serenidad y la paz mental

La falta de serenidad suele llevar a un estado de sufrimiento


emocional. Si te dejas invadir por emociones
descontroladas, como la ira, el miedo o la tristeza, te
vuelves más propenso a experimentar angustia y malestar
en tu vida diaria. Dejarte arrastrar por las fluctuaciones
emocionales obstaculiza el objetivo de encontrar paz
interior.
Las reacciones impulsivas e irreflexivas ante las
circunstancias a menudo conducen a decisiones
apresuradas, conflictos o arrepentimientos posteriores.
Cuando no estás en paz contigo mismo, es más probable
que proyectes tus frustraciones y emociones negativas en
los demás. Esto provoca tensiones y dificultades para
mantener relaciones saludables y armoniosas. Como ves,
todo es una cadena.
De igual manera, la falta de serenidad aumenta el nivel de
estrés y ansiedad. Si te preocupas en exceso por cosas que
están fuera de tu control o te aferras a resultados
específicos, tú mismo te sometes a una presión innecesaria
y te generas un estado constante de inquietud.
Sin serenidad, es más difícil mantener la perspectiva y
enfocarte en lo que realmente importa en la vida. Te vuelves
más susceptible a caer en preocupaciones triviales y a dejar
que los contratiempos te desvíen de tus objetivos
esenciales.
La serenidad
La serenidad es un estado mental y emocional en el cual te
encuentras en armonía contigo mismo y con el mundo que
te rodea. Es una sensación de calma y equilibrio que se
logra al aceptar las circunstancias de la vida y vivir de
acuerdo con los principios éticos.
Según los estoicos, la serenidad se cultiva a través de la
práctica de diversas técnicas y actitudes mentales. Aquí hay
algunas formas en las que puedes cultivar la serenidad:
Aceptación.

Distinguir entre lo que está bajo tu control y lo que no.


Vivir en el presente.

Práctica del desapego.


Autodisciplina y autorreflexión.

Practicar el autocontrol emocional.

Vivir de acuerdo con la virtud.


Los estoicos empleaban la meditación y la contemplación
como herramientas para cultivar la serenidad. A través de la
meditación logras calmar la mente, desarrollar la atención
plena y cultivar una mayor claridad mental. La
contemplación de principios estoicos, como la
impermanencia o la naturaleza transitoria de las cosas,
también te ayuda a desarrollar una perspectiva más amplia
y a encontrar serenidad en medio de los cambios y desafíos
de la vida.
La paz mental
En el contexto del estoicismo, la serenidad y la paz mental
son conceptos estrechamente relacionados. La serenidad,
como ya lo indicamos, es un estado de calma y equilibrio
interior, donde uno está en armonía consigo mismo y con el
mundo que le rodea.
La paz mental, por su parte, se refiere más específicamente
a la ausencia de perturbaciones y conflictos internos. Es un
estado en el cual la mente se encuentra en reposo y libre de
agitación. La paz mental implica liberarse de los
pensamientos y emociones que generan turbulencia interna
y encontrar un estado de quietud y estabilidad en la mente.
Si bien estos conceptos pueden parecer similares, la
diferencia radica en el enfoque de la serenidad hacia la
aceptación y la armonía, mientras que la paz mental se
centra en la ausencia de perturbaciones internas. La
serenidad abarca una actitud más amplia y una perspectiva
holística, mientras que la paz mental se refiere más
específicamente al estado tranquilo de la mente.
Practica 12: Meditación de la mañana y de la
noche

La meditación de la mañana y de la noche sirve para


desarrollar la atención plena, establecer intenciones,
cultivar la autodisciplina, fomentar la tranquilidad mental y
conectar con tus valores. Estos beneficios se extienden a tu
vida diaria, ayudándote a vivir de manera más consciente y
satisfactoria.
Enseguida te indicamos cómo debes realizar esta práctica:
1. Meditación de la mañana:
Encuentra un lugar tranquilo en donde puedas
sentarte en silencio durante unos minutos.
Adopta una posición cómoda, ya sea sentado en
una silla con los pies en el suelo o en una
postura de meditación en el suelo.

Cierra los ojos y comienza a enfocarte en tu


respiración. Observa cómo el aire entra y sale
de tu cuerpo, centrándote completamente en
este proceso.

Después de unos minutos, dirige tu atención


hacia tus valores y virtudes. Piensa en las
cualidades que deseas cultivar durante el día,
como la paciencia, la compasión, la sabiduría, la
resiliencia, etc.
Visualízate a ti mismo actuando de acuerdo con
estos valores y virtudes a lo largo del día.
Imagina situaciones específicas en las que
puedas aplicar estos principios en tus
interacciones y decisiones.
Mantén esta visualización durante unos minutos
y permítete absorber los sentimientos positivos
que se asocian con vivir de acuerdo con tus
valores.

Finalmente, abre los ojos y lleva contigo esa


intención de vivir en armonía con tus valores
durante el día.

2. Meditación de la noche:
Antes de irte a dormir, encuentra un momento
tranquilo y repite el proceso de encontrar una
posición cómoda y cerrar los ojos.

Comienza centrándote en tu respiración,


tomando conciencia de cada inhalación y
exhalación.

Luego, reflexiona sobre el transcurso del día.


Evalúa tus acciones, pensamientos y
emociones, y pregúntate si has vivido de
acuerdo con tus valores y virtudes.

Reconoce los momentos en los que has actuado


de manera virtuosa y siéntete satisfecho y
agradecido por ello. Celebra tus logros y toma
conciencia de tu capacidad para vivir en
coherencia con tus principios.

Si identificas momentos en los que no hayas


estado a la altura de tus propósitos, sé
compasivo contigo mismo y reconoce que todos
cometemos errores. Reflexiona sobre cómo
puedes aprender y mejorar a partir de esas
experiencias.

Finalmente, establece una intención para el día


siguiente. Piensa en las virtudes que deseas
cultivar y los aspectos en los que te gustaría
mejorar. Visualízate a ti mismo actuando de
acuerdo con esas intenciones en diferentes
situaciones.

Abre los ojos y lleva contigo esa reflexión y


determinación para el próximo día.

Cada persona puede adaptar esta práctica, según sus


necesidades. Estos pasos te brindan una estructura básica,
pero siéntete libre de ajustarla de acuerdo con tu estilo y
preferencias individuales.
Practica 13: Contemplación de lo cotidiano

El ejercicio de contemplación de lo cotidiano sirve para


cultivar la atención plena, apreciar las cosas simples,
fomentar la gratitud, reducir el estrés, conectar con la
belleza y mejorar tu perspectiva y calidad de vida. Solo
debes seguir estos pasos:
1. Encuentra un momento tranquilo. Busca un momento
del día en el que puedas dedicar unos minutos a esta
práctica. Puede ser por la mañana, durante una pausa
en el trabajo o antes de acostarte. Elige un lugar
apacible, en donde te sientas cómodo y sin
distracciones.

2. Ajusta tu enfoque. Comienza por relajarte y dejar de


lado las preocupaciones o distracciones de la mente.
Puedes cerrar los ojos o mantenerlos abiertos, según
tu preferencia. Lleva tu atención al momento presente
y prepárate para observar y apreciar las cosas
cotidianas que te rodean.
3. Observa los detalles. Una vez que hayas establecido
un estado de calma y atención, comienza a observar
los detalles de tu entorno inmediato. Presta atención a
las cosas que a menudo pasan desapercibidas en la
rutina diaria, como los colores, las texturas, los
sonidos y los olores.
4. Encuentra belleza y valor. A medida que te sumerges
en la contemplación, busca la belleza y el valor en las
cosas cotidianas. Pueden ser objetos comunes, como
una taza de café, una planta en tu escritorio o incluso
un utensilio de cocina. Observa cómo la luz se refleja
en ellos, cómo interactúan con su entorno y cómo
cumplen su función.
5. Cultiva la gratitud. Mientras observas los detalles y
encuentras belleza en lo cotidiano, siente una
profunda gratitud por la oportunidad de experimentar
estas cosas simples. Reconoce que muchas veces
pasamos por alto estos aspectos y agradece por tener
la capacidad de percibirlos ahora.
6. Amplía tu contemplación. A medida que practicas la
contemplación de lo cotidiano, también puedes
expandir tu enfoque hacia las acciones y los gestos de
las personas que te rodean. Observa los pequeños
actos de amabilidad, las sonrisas, las palabras de
aliento o cualquier otra forma de interacción positiva.
Agradece por la presencia de estas personas y la
contribución que hacen a tu vida.

7. Finaliza con calma. Una vez que hayas dedicado el


tiempo suficiente a la contemplación, tómate un
momento para reflexionar sobre la experiencia. Piensa
en cómo te sientes. Disfruta de la sensación de
tranquilidad y aprecio que has cultivado.
Este ejercicio de contemplación de lo cotidiano te ayuda a
desarrollar la atención plena y la gratitud hacia las cosas
simples y comunes de la vida. Puedes realizarlo con
regularidad para nutrir una actitud de aprecio y disfrute en
tu día a día.

Conclusiones
En este capítulo hemos tratado el tema de la felicidad, tal y
como la conciben los estoicos. Vimos por qué nace del
interior y no de las circunstancias externas. Comprendimos
que está fuertemente relacionada con conceptos como
desapego, gratitud, serenidad y paz interior. A partir de
esto, podemos concluir lo siguiente:
La felicidad es un estado de armonía con todo lo
existente y de equilibrio frente a las circunstancias
cambiantes de la vida.

Para los estoicos, la felicidad se alcanza cuando eres


capaz de vivir en coherencia con la razón y la virtud.
La aceptación es la clave en ese proceso.

Algunas de las prácticas que contribuyen a tu felicidad


son la aceptación del orden cósmico y de la
impermanencia, la adapación, seguir la ley de la
razón, mantener la objetividad, practicar el
autodominio y la introspección, cultivar la amistad y
aceptar la muerte.
El desapego se caracteriza por la autonomía y libertad
frente a todo lo externo. Se basa en aceptar la
impermanencia, centrarse solo en lo controlable y
adoptar una actitud de indiferencia selectiva.

La gratitud es un sentimiento de reconocimiento y


aprecio por todas las cosas positivas que hay en la
vida.

La gratitud se cultiva con prácticas como aceptar lo


que se presenta, eliminar la resistencia, enfocarse en
el presente, reconocer que todo forma parte del orden
natural y conectar con los demás y con el universo.

La serenidad es un estado de armonía con uno mismo


y con todo lo que nos rodea. La meditación y la
contemplación son dos grandes harramientas para
cultivarla.

La paz mental hace referencia a la ausencia de


perturbaciones y conflictos internos. Es un resultado
de la serenidad.

Dos prácticas adecuadas para cultivar la felicidad son


la meditación de la mañana y de la noche, y la
contemplación de lo cotidiano.
En el capítulo 8 vamos a hablar acerca de la forma como
puedes poner en práctica todos los principios de la filosofía
estoica en la vida cotidiana. Descubrirás que es posible
llevar una vida virtuosa y feliz, sin demasiados esfuerzos. Es
un tema decisivo para tu formación. ¡Acompáñanos!
CAPÍTULO 8: LA PRÁCTICA DIARIA DEL
ESTOICISMO

“Si no conviene, no lo hagas; si no es verdad, no


lo digas. Sé dueño de tus inclinaciones”.
-Zenón-

El estoicismo no es tanto una filosofía, como una forma de


vida. Lo que caracteriza a un estoico es su particular forma
de vivir y enfrentar las circunstancias. En esta perspectiva,
se parte de la idea de que el objetivo es ser feliz, pero esto
solo se logra a través de la virtud.
Si empiezas a practicar una vida basada en los principios
estoicos podrías sentirte un poco extraño al comienzo.
Quizás experimentes la idea de que te estás imponiendo
restricciones. Sin embargo, con el tiempo vas a descubrir
que esas pautas autoimpuestas no eran limitantes, sino
puntos de partida para tu propia liberación.
En este capítulo hablaremos acerca de la forma en que
puedes llevar los principios estoicos a la práctica diaria.
Abordaremos la importancia de la autorreflexión y del
examen de conciencia, y te daremos las pautas necesarias
para que puedas ser consistente. Al final, te daremos a
conocer dos prácticas fundamentales para que logres
adoptar un estilo de vida estoico.
8.1 Rutinas y ejercicios prácticos para
incorporar el estoicismo en tu vida

Existen varias rutinas que puedes realizar para incorporar el


estoicismo en tu vida diaria. Esta filosofía se centra en el
desarrollo del carácter, la virtud y la tranquilidad mental a
través del control de tus reacciones emocionales frente a los
eventos externos.
Aquí tienes algunos ejercicios prácticos rutinarios que son
especialmente beneficiosos para llevar una vida estoica.
Aceptación del presente
Todos los días, tómate un momento para identificar y
aceptar las cosas que están fuera de tu control. Esto puede
incluir eventos, circunstancias y acciones de otras personas.
Concéntrate en tu respuesta y actitud hacia estas
situaciones en lugar de tratar de cambiarlas.
Visualización de adversidades
De forma periódica, visualiza y contempla situaciones
adversas o desafiantes que podrías enfrentar en tu vida.
Imagina cómo aplicarías los principios estoicos para
mantener la calma, la virtud y la claridad mental en medio
de esas dificultades. Este ejercicio te ayudará a estar
preparado y a desarrollar una mentalidad resiliente.
Autodisciplina y moderación
Practica la autodisciplina en tu vida diaria. Establece metas
claras y realistas, y trabaja de manera constante para
lograrlas. Cultiva la moderación en tus acciones y deseos,
renunciando a los excesos y placeres momentáneos que
puedan interferir con tu búsqueda de la virtud.
Meditación o reflexión tranquila
Dedica tiempo diariamente a la meditación o a la reflexión
tranquila. Esto te ayudará a cultivar la atención plena y a
desarrollar una mayor claridad mental. Puedes enfocarte en
la respiración, repetir mantras estoicos o simplemente
observar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos.
Práctica de gratitud
Cada día, toma un momento para reflexionar sobre las
cosas por las que estás agradecido. Focalízate en aspectos
simples de la vida que a menudo se pasan por alto, como la
belleza de la naturaleza, las relaciones significativas o las
comodidades básicas.
La gratitud te ayuda a cultivar una perspectiva positiva y a
apreciar lo que tienes en lugar de enfocarte en lo que te
falta. Es muy conveniente que lleves un diario donde
puedas escribir diariamente las cosas por las que estás
agradecido.
Exposición al sufrimiento
De vez en cuando, sométete a situaciones que puedan
resultar incómodas o desafiantes, pero que no sean
perjudiciales. Esto te ayudará a desarrollar resiliencia y a
aprender a lidiar con la adversidad de manera tranquila y
serena.
Práctica del examen de la mañana y de la noche
Por la mañana, tómate un momento para reflexionar sobre
cómo te gustaría enfrentar el día. Piensa en las virtudes
estoicas que deseas cultivar, los desafíos que podrías
encontrar y cómo puedes mantener una actitud serena y
virtuosa ante ellos. Por la noche, reflexiona sobre cómo fue
tu día, qué aprendiste y en qué áreas puedes mejorar.
Control del lenguaje interno
Observa tus pensamientos y palabras internas. Identifica
cualquier patrón de pensamiento negativo, queja o
autocrítica excesiva. A medida que te vuelves consciente de
estos patrones, intenta redirigir tus pensamientos hacia
perspectivas más positivas y racionales. Cultiva un diálogo
interno estoico basado en la aceptación, la sabiduría y la
virtud.
Reflexiona sobre la impermanencia
Recuerda que todo en la vida es transitorio y está sujeto al
cambio. Reflexiona sobre la naturaleza efímera de las cosas
y cómo eso te ayuda a apreciar más el presente. Reconoce
que tus posesiones, estatus y circunstancias externas no
definen tu valía o felicidad duradera.
Lectura estoica
Dedica tiempo a leer los escritos de los filósofos estoicos
como Epicteto, Séneca y Marco Aurelio. Sumergirte en su
sabiduría te permitirá comprender mejor los principios
estoicos y saber cómo aplicarlos en tu vida cotidiana.
8.2 La importancia de la autorreflexión y el
examen de conciencia

La autorreflexión es un proceso de examen interno y


autoevaluación que tiene como objetivo desarrollar la virtud
y mejorar como individuo. Es una práctica fundamental en
el estoicismo para el crecimiento personal y el
automejoramiento.
El “examen de conciencia”, por su parte, es una práctica
clave que implica realizar una evaluación regular y
minuciosa de tus acciones, pensamientos y emociones.
También se conoce como “autoescrutinio” o “autorreflexión
ética”.
Aunque ambos conceptos son similares, también presentan
algunos matices de diferencia. Veamos cada uno con mayor
detalle.
La autorreflexión
La autorreflexión estoica implica examinar tus acciones,
pensamientos y emociones, de manera objetiva y honesta.
Consiste en observar cómo te comportas y cómo reaccionas
ante diversas situaciones de la vida. Esta introspección te
permite identificar y corregir cualquier desviación de los
principios estoicos y de la virtud.
La práctica de la autorreflexión te ayuda a comprender tu
propio carácter y tus tendencias emocionales. En particular,
la forma como estas afectan tu capacidad para mantener la
tranquilidad y vivir de acuerdo con los principios éticos.
De igual manera, incluye examinar tus juicios, prejuicios y
creencias para asegurarte de que sean coherentes con la
razón. Ahora bien, ¿de qué manera puedes practicar la
autorreflexión? Los siguientes son algunos de los caminos
para hacerlo:
Diario de autorreflexión. Lleva un diario donde puedas
registrar tus pensamientos, acciones y emociones. Al
final de cada día, tómate unos minutos para
reflexionar sobre las experiencias de la jornadada y
anotar tus observaciones. Examina cómo te alineaste
con los principios estoicos, en qué áreas podrías haber
mejorado y qué lecciones aprendiste.

El ejercicio de la visión retrospectiva. De vez en


cuando, dedica tiempo para examinar eventos o
situaciones pasadas. Analiza cómo respondiste en ese
momento y reflexiona sobre si tu respuesta fue
coherente con los valores estoicos. Piensa en la forma
como podrías haber manejado la situación de manera
más sabia o virtuosa y qué aprendiste de esa
experiencia.

La técnica de la “muerte contemplada”. Imagina y


reflexiona sobre la fugacidad de la vida y lo inevitable
de la muerte. Esta reflexión te ayuda a apreciar más
el tiempo que tienes y a vivir de acuerdo con tus
valores y principios. La contemplación de la muerte
contribuye a que pongas las cosas en perspectiva y te
motiva a vivir una vida más significativa y virtuosa.
La clave para integrar la autorreflexión en tu vida está en
dedicar tiempo para examinar tu carácter, acciones y
pensamientos con el objetivo de cultivar la virtud y vivir de
acuerdo con los principios estoicos.
El examen de conciencia
El examen de conciencia es una herramienta fundamental
para evaluar y mejorar tu carácter moral. Consiste en
someter tus acciones y reacciones a un escrutinio crítico
para identificar cualquier desviación de los principios éticos
estoicos.
Durante el examen de conciencia, debes preguntarte a ti
mismo si tus acciones han sido virtuosas, si te has
comportado de acuerdo con la razón y la sabiduría, y si tus
respuestas emocionales han sido adecuadas. También
observar cualquier inclinación hacia vicios como la ira, la
envidia, la codicia o la vanidad, y corregirlos.
Es importante destacar que el examen de conciencia no
debe conducirte a la autocrítica excesiva o a la culpa. Su
objetivo es fomentar el crecimiento personal, la automejora
y el cultivo de la mayor virtud. El objetivo es ser honesto
contigo mismo, reconocer tus áreas de mejora y trabajar
activamente en su desarrollo.
Hay algunas técnicas que te ayudan a realizarlo, como las
siguientes:
Pausas de reflexión. Separa momentos a lo largo del
día para hacer pausas breves y reflexionar sobre tus
acciones, pensamientos y emociones. Puedes hacerlo
cada cuatro o seis horas, o cuando pases de una
actividad a otra. Durante estas pausas, evalúa si tus
acciones fueron virtuosas, si tus pensamientos fueron
racionales y si tus emociones fueron apropiadas.

Cuestionamiento socrático. Adopta una actitud de


indagación y cuestionamiento hacia tus acciones y
pensamientos. Pregúntate a ti mismo el porqué de tus
acciones, examina tus motivaciones y analiza si están
en línea con tus principios. Cuestiona tus creencias y
prejuicios para asegurarte de que estén basados en la
razón y la realidad.

Conversación contigo mismo. Practica una


conversación interna en la que te hagas preguntas y
te des respuestas racionales y sabias. Imagina que
estás aconsejando a un amigo en una situación
similar. Utiliza los principios estoicos como guía para
analizar tus pensamientos, acciones y emociones, y
busca formas de mejorar tu enfoque ético.
Si practicas regularmente estas técnicas, pronto vas a
incorporarlas en tu vida diaria. En realidad, solo se trata de
mantenerte en una actitud de observación frente a lo que
sucede en tu mundo interno.
8.3 Manteniendo la consistencia en tu camino
estoico

La consistencia, según los estoicos, hace referencia a la


coherencia y estabilidad en el carácter y el comportamiento
de una persona. Tiene que ver con actuar de manera
estable y congruente con los principios y valores éticos que
uno ha adoptado.
Los estoicos plantean que se debe vivir de acuerdo con la
razón y la virtud, y que la consistencia es esencial para
lograrlo. Supone lograr que tus acciones y decisiones se
alineen con tus principios, independientemente de las
circunstancias externas.
Ser consistente también implica mantener la calma y la
serenidad en medio de las dificultades, resistir las
tentaciones y mantener una actitud virtuosa en todo
momento. Para ello es necesario que seas consciente de tus
acciones y te esfuerces por mejorar continuamente en
virtud y sabiduría.
La consistencia te ayuda a mantener la integridad y la
autenticidad en tu vida. Te permite ser fiel a ti mismo y
mantener una base sólida en tus acciones y decisiones.
¿Cómo adoptarla? Las siguientes son prácticas que van a
ayudarte a ser más consistente.
Establece de metas y compromisos
Fíjate metas claras y compromisos concretos para actuar de
acuerdo con tus principios y valores. Estas pueden ser
pequeñas acciones diarias o desafíos más grandes que te
ayuden a fortalecer tu consistencia en la práctica de la
virtud.
Registro y seguimiento
Lleva un registro de tus acciones, decisiones y progreso en
el camino hacia la consistencia. Puedes mantener un diario
donde anotes tus reflexiones, éxitos y desafíos. Esto te
permitirá evaluar tu crecimiento a lo largo del tiempo y te
motivará a seguir mejorando.
Practica la atención plena en el momento presente
Cultiva la atención plena en cada acción que realices. Presta
atención a tus pensamientos, palabras y acciones mientras
te involucras en tus actividades diarias. Esto te ayudará a
mantenerte consciente de tus elecciones y a actuar de
acuerdo con tus principios en cada momento.
Uso de recordatorios éticos
Coloca recordatorios éticos en lugares estratégicos, como
notas adhesivas en tu escritorio, en tu computadora o en tu
teléfono móvil. Estos recordatorios pueden contener frases
o citas inspiradoras que te ayuden a mantener el enfoque
en tus valores y a recordarte la importancia de la
consistencia en tus acciones.
Análisis de las consecuencias a largo plazo
Considera las consecuencias a largo plazo de tus acciones y
decisiones. Reflexiona sobre cómo tus elecciones afectarán
tu bienestar y el de los demás en el futuro. Este análisis te
ayudará a tomar decisiones más conscientes y a actuar en
coherencia con tus principios a largo plazo, en lugar de
ceder a los deseos o beneficios a corto plazo.
Establece rutinas y hábitos
Crea rutinas y hábitos que apoyen tus objetivos y principios
éticos. Establece prácticas diarias que te ayuden a
mantener la consistencia, como una rutina matutina que
incluya momentos de reflexión, lectura de textos estoicos o
ejercicios de autorreflexión. Estas rutinas y hábitos te
proporcionarán una estructura y te recordarán
constantemente tus compromisos éticos.
Autodisciplina en el lenguaje
Presta atención a las palabras que utilizas y cómo te
expresas. Cultiva una comunicación consciente y coherente
con tus principios éticos. Evita el lenguaje negativo, el
chisme, la crítica destructiva y la falta de respeto. Practica
el uso de un lenguaje positivo y constructivo que refleje tus
valores y promueva la armonía en tus relaciones.
Practicar la empatía y la compasión
Cultiva la empatía y la compasión hacia ti mismo y hacia los
demás. Reconoce que todos somos seres humanos
imperfectos y propensos a cometer errores. En lugar de
juzgarte duramente por tus fallas, trata de aprender de ellas
y sé amable contigo mismo en el proceso. Además, practica
la compasión hacia los demás, entendiendo que también
están en un camino de desarrollo y pueden enfrentar
desafíos similares.
Comunidad estoica
Busca conectar con una comunidad de personas interesadas
en el estoicismo. Puedes unirte a grupos de estudio o
discusión, participar en foros en línea o asistir a eventos
donde puedas compartir ideas y experiencias con otros.
Esta comunidad te brindará apoyo y te ayudará a mantener
el enfoque en la consistencia.
Persiste en la práctica
Sé persistente en tus esfuerzos por vivir de acuerdo con tus
principios y valores. No te desanimes por los obstáculos o
los errores que puedas cometer en el camino. Aprende de
tus experiencias y sigue adelante con determinación.
Estas son solo algunas técnicas y prácticas adicionales que
los estoicos recomendaban para mantener la consistencia
en las acciones. La consistencia es un proceso continuo de
automejoramiento y requiere compromiso y práctica
constante. Con el tiempo, verás cómo tu capacidad para
actuar en línea con tus principios y valores se fortalece y se
vuelve más natural.
Practica 14: La austeridad voluntaria

El ejercicio de la austeridad voluntaria sirve para desarrollar


la autodisciplina, liberarte de la dependencia de los bienes
materiales y encontrar satisfacción en lo esencial. Al
practicar la austeridad, aprendes a vivir de manera más
consciente y moderada, valorando lo que realmente importa
y renunciando a los excesos y deseos superficiales.
Realizar este ejercicio implica adoptar un enfoque frugal y
sencillo en tu vida diaria, renunciando a los excesos y las
comodidades innecesarias. Solo debes seguir estos pasos:
1. Reflexiona sobre tus necesidades y deseos. Tómate un
momento para reflexionar sobre tus necesidades
reales y tus deseos superficiales. Examina
detenidamente qué cosas son realmente esenciales
para tu bienestar y felicidad, y qué cosas son
meramente deseos o caprichos. Esto te ayudará a
discernir en qué áreas puedes practicar la austeridad.

2. Simplifica tu estilo de vida. Identifica áreas en las que


puedas simplificar tu estilo de vida. Esto incluye
aspectos como reducir tus gastos, disminuir el
consumo de bienes materiales y evitar la adquisición
de cosas que no necesitas, entre otros. Por ejemplo,
puedes optar por comprar solo lo necesario, evitar
compras impulsivas o innecesarias, y reducir gastos
superfluos como entretenimiento excesivo o
productos de lujo.

3. Establece límites y metas. Señala límites claros en tus


gastos y fíjate metas financieras realistas. Esto te
ayudará a tener un control más consciente sobre tus
finanzas y a evitar gastos innecesarios. Define un
presupuesto y comprométete a cumplirlo, asignando
prioridad a las necesidades básicas y a los objetivos a
largo plazo, en lugar de los deseos fugaces.

4. Practica la gratitud y el desapego. Cultiva la gratitud


por lo que tienes y practica el desapego de las
posesiones materiales. Aprecia las cosas simples de la
vida y enfócate en lo que realmente importa, como las
relaciones personales, la salud y el crecimiento
personal. Desarrolla una mentalidad de desapego,
reconociendo que la felicidad no se basa en la
acumulación de posesiones materiales.

5. Busca alternativas económicas. Busca formas más


económicas de satisfacer tus necesidades y deseos.
Por ejemplo, puedes elegir opciones más asequibles
en términos de vivienda, transporte, alimentación y
entretenimiento. Considera la posibilidad de reutilizar
o reparar cosas en lugar de comprar nuevas, y
aprovecha al máximo los recursos que ya tienes a tu
disposición.
6. Reevalúa tus prioridades. Regularmente, reevalúa tus
prioridades y verifica si tus gastos y elecciones están
alineados con lo que consideras valioso y significativo
en tu vida. A medida que practiques la austeridad
voluntaria, es posible que descubras que encuentras
más satisfacción en las experiencias y las relaciones
que en la acumulación de bienes materiales.
La austeridad voluntaria no se trata de privarte de todo,
sino de encontrar un equilibrio entre lo necesario y lo
superfluo, y de vivir con más conciencia y moderación.
Adaptar este ejercicio a tu situación personal te permitirá
cultivar los valores estoicos y valorar lo que realmente
importa en tu vida.
Practica 15: Meditación sobre vicios y virtudes

El ejercicio de meditación sobre vicios y virtudes sirve para


aumentar la autoconciencia, identificar y superar los vicios y
defectos personales, y cultivar las virtudes estoicas en la
vida diaria. Ayuda a desarrollar un mayor autocontrol,
mejorar el carácter y promover el crecimiento personal en
coherencia con los principios éticos estoicos.
A continuación, te decimos cómo realizar este ejercicio:
1. Encuentra un momento tranquilo. Busca un lugar
apacible y libre de distracciones donde puedas
sentarte cómodamente. Puedes realizar esta práctica
por la mañana, como parte de tu rutina matutina, o en
cualquier momento del día que elijas.

2. Reflexiona sobre tus virtudes. Comienza centrándote


en las virtudes que deseas cultivar en ti mismo. Los
estoicos piensan que virtudes como la sabiduría, la
justicia, la moderación y el coraje son fundamentales.
Reflexiona sobre cómo puedes manifestar estas
virtudes en tu vida diaria y cómo te gustaría ser en
relación con ellas.

3. Examina tus vicios y defectos. Luego, reflexiona sobre


los vicios y defectos que deseas superar en ti mismo.
Identifica los patrones de pensamiento, las actitudes o
las acciones que no son coherentes con las virtudes
que deseas cultivar. Sé honesto contigo mismo y
reconoce tus áreas de mejora.

4. Observa tus pensamientos y emociones. Conecta con


tus pensamientos y emociones presentes. Observa si
hay alguna tendencia o hábito mental que te aleje de
las virtudes que deseas cultivar. Presta atención a los
momentos en los que sientes enojo, envidia,
impaciencia, resentimiento u otras emociones
negativas que estén relacionadas con tus vicios.

5. Practica la autocrítica constructiva. Examina tus


acciones pasadas y presentes con una mirada crítica
pero constructiva. Evalúa si tus acciones estuvieron
alineadas con las virtudes que deseas cultivar o si
estuvieron influenciadas por tus vicios. Identifica
áreas en las que podrías haber actuado de manera
más virtuosa y reflexiona sobre cómo puedes mejorar
en el futuro.

6. Establece metas y compromisos. Basado en tu


reflexión, establece metas y compromisos concretos
para trabajar en la superación de tus vicios y el
desarrollo de tus virtudes. Puedes establecer
pequeñas acciones diarias que te ayuden a fortalecer
tu carácter y actuar de manera más virtuosa en
situaciones específicas. Por ejemplo, puedes
comprometerte a practicar la paciencia cuando te
enfrentes a la frustración o a actuar con justicia
cuando te encuentres en situaciones de conflicto.

7. Practica la meditación regularmente. Realiza esta


meditación sobre vicios y virtudes de forma regular,
haciéndola parte de tu rutina diaria o semanal. A
medida que continúes practicando, notarás un mayor
autoconocimiento y un crecimiento en tu desarrollo
personal. Ajusta y modifica tus metas y compromisos
a medida que avances en tu camino estoico.
A medida que te comprometas con el autoexamen y la
mejora personal, estarás en un camino constante de
crecimiento y desarrollo hacia una vida más virtuosa y
consistente con los principios estoicos.

Conclusiones
En este capítulo hemos visto cómo los principios estoicos
pueden convertirse en prácticas diarias, destinadas a que
seas más virtuoso y, en consecuencia, lleves una vida más
feliz. Hablamos acerca de la importancia de la autorreflexión
y el examen de conciencia. También te dimos pautas y
ejercicios para que practiques la consistencia.
A partir de lo anterior, podríamos concluir lo siguiente:
Los ejercicios más relevantes para incorporar el
estoicismo en tu vida diaria son la aceptación del
presente, la visualización de las adversidades, la
autodisciplina y moderación, la meditación, la práctica
de la gratitud, la exposición al sufrimiento, el examen
matutino y nocturno, el control del lenguaje interno, la
reflexión sobre la impermanencia y la lectura estoica.

La autorreflexión es un examen interno para


desarrollar la virtud. Algunas de las herramientas para
cultivarla son el diario de autorreflexión, la visión
retrospectiva y la muerte contemplada.

El examen de conciencia consiste en someter las


acciones y reacciones a un análisis crítico. Algunas de
las herramientas que ayudan a realizarlo son las
pausas de reflexión, el cuestionamiento socrático y la
conversación con uno mismo.

La consistencia es la coherencia en el carácter de una


persona y su estabilidad, sin importar las
circunstancias. Se desarrolla mediante prácticas
como: establecer metas y compromisos, registro,
atención plena, recordatorios éticos, análisis de
consecuencias a largo plazo, rutinas y hábitos,
autodisciplina en el lenguaje, empatía y compasión,
comunidad estoica y persistencia.

Dos de las prácticas más adecuadas para incorporar el


estoicismo en la vida son la austeridad voluntaria y la
meditación sobre vicios y virtudes.
Hemos llegado al final de este interesante recorrido por el
mundo del estoicismo. Creemos que esta extraordinaria
travesía puede dejar una semilla de virtud y crecimiento
dentro de ti. Más que leer, lo importante es que lleves a la
práctica aquello que te ayude a ser mejor y más feliz.
Confiamos en que así será.
CONCLUSIONES

Juntos hemos hecho una travesía maravillosa que nos


permitió adentrarnos en la filosofía y la práctica de los
estoicos. Esperamos que cada una de las palabras de este
libro haya sido acogida en tu mente y en tu corazón, y que
te sirva de aliciente y guía en los momentos de
incertidumbre, confusión o miedo. Ese es el objetivo
esencial de esta obra.
Para finalizar, vamos a hacer un recorrido por los principales
conceptos de este libro. No es solo la forma de concluir un
texto, sino también un aprendizaje de vida. ¿Cuáles son las
ideas esenciales con las que debes quedarte? Veamos.
El poder está en el aquí y el ahora
El aquí y el ahora son tu única realidad. Lo demás, son
trampas de tu mente. Esto significa que debes dirigir tu
atención y energía hacia el presente, reconociendo que el
pasado ya no está bajo tu control y el futuro aún no ha
llegado.
Es importante que seas consciente de tu realidad actual y
que encuentres la plenitud en el momento presente,
aprovechando al máximo cada experiencia y aprendiendo a
aceptarla con serenidad. Al abrazar el aquí y el ahora,
aumenta tu capacidad para cultivar la gratitud, la conexión
contigo mismo y con el mundo que te rodea, y la posibilidad
de llevar una vida más auténtica y satisfactoria.
La aceptación es la base de todo
En el estoicismo, la aceptación es un concepto fundamental.
Te invita a abrazar las circunstancias y eventos de la vida
con serenidad y resignación. Significa reconocer que hay
aspectos de la realidad que están fuera de tu control y que
la sabiduría radica en aceptar esto de manera tranquila y
sin resistencia.
La aceptación te libera de la lucha constante contra lo que
no puedes cambiar y te permite dirigir tu energía hacia lo
que sí puedes controlar: tus actitudes, tus acciones y tus
respuestas ante las situaciones. Al practicar la aceptación,
cultivas la fortaleza para enfrentar los desafíos con
serenidad y vivir en armonía con el flujo de la vida.
La resiliencia es la clave del coraje
La resiliencia hace referencia a la capacidad para adaptarte
y recuperarte de las adversidades de la vida. Tiene que ver
con encontrar fortaleza y coraje en medio de los obstáculos,
aprendiendo a transformar los problemas en oportunidades
de crecimiento y desarrollo personal.
Los estoicos entienden que la vida está llena de pruebas y
tribulaciones, pero en lugar de dejarte abrumar por ellas,
debes cultivar una mentalidad resiliente que te permita
mantener la calma y la sabiduría frente a la adversidad. La
resiliencia te permite encontrar fuerza interior y persistencia
para superar los desafíos, aprendiendo valiosas lecciones a
lo largo del camino y encontrando la paz interior en medio
de la tormenta.
Tu fuerza está en la virtud
Una vida de virtud, según el estoicismo, implica cultivar y
practicar virtudes fundamentales como la sabiduría, la
justicia, la valentía y la moderación. Significa estar en
armonía con tu naturaleza racional y ética, siguiendo
principios universales de rectitud y excelencia moral.
Para los estoicos, la virtud es el fundamento de una vida
plena y significativa, ya que te permite vivir de acuerdo con
la mejor versión de ti mismo y actuar de manera coherente
con tus valores más elevados.
Vivir una vida de virtud implica tomar decisiones éticas,
tratar a los demás con respeto y compasión, cultivar la
autodisciplina y buscar el bien común. Es un camino de
autorreflexión constante y automejora, donde tu objetivo es
convertirte en un ejemplo para todos.
El amor y las relaciones saludables: el equilibrio
entre dar y dejar ir
En el estoicismo, el amor y las relaciones saludables se
basan en el reconocimiento de tu interconexión con los
demás y en el cultivo de virtudes como la compasión, el
respeto y la amabilidad. El amor estoico no se limita al
ámbito romántico, sino que abarca todas tus relaciones,
desde amistades hasta vínculos familiares.
Es importante amar a los semejantes de manera
desinteresada, buscando su bienestar y comprendiendo que
todos somos parte de la misma comunidad humana. Las
relaciones saludables se construyen sobre una base de
sinceridad, confianza y apoyo mutuo, donde se valora la
autenticidad y se fomenta el crecimiento personal de cada
individuo.
Además, los estoicos nos recuerdan que nuestras relaciones
son externas y que no tenemos control absoluto sobre ellas.
Por lo tanto, nos invitan a disfrutar de esos vínculos sin
apegos excesivos y a aceptar los cambios y las pérdidas con
serenidad, manteniendo siempre nuestra propia integridad y
bienestar emocional.
La felicidad está dentro de ti
La felicidad es un estado en el que no dependes de las
circunstancias externas. No se basa en la búsqueda de
placeres superficiales o en la acumulación de posesiones
materiales, sino en el cultivo de la sabiduría y la virtud.
Para los estoicos, la felicidad está en el desarrollo de la
autodisciplina, el autocontrol y la aceptación de la realidad
tal como es. Implica aprender a encontrar satisfacción en el
momento presente, practicando la gratitud y el desapego de
las cosas externas.
La felicidad interior en el estoicismo se encuentra en vivir
de acuerdo con tus principios éticos y en mantener la
tranquilidad y la serenidad mental frente a los desafíos y las
adversidades de la vida. Es un estado de equilibrio y
armonía interior que se cultiva a través de la práctica
constante.
El estoicismo es una práctica diaria
Es importante integrar el estoicismo en la rutina diaria
porque te brinda una guía práctica y efectiva para enfrentar
los desafíos y encontrar la paz interior en medio de las
demandas y presiones de la vida cotidiana.
Al adoptar los principios estoicos y practicar sus
enseñanzas, puedes desarrollar una mentalidad resiliente y
una mayor claridad emocional. El estoicismo te invita a
reflexionar sobre tus acciones y actitudes, a practicar la
aceptación y a centrarte en lo que puedes controlar. Te
ayuda a cultivar la gratitud, a vivir con intencionalidad y a
mantenerte en sintonía con tus valores más profundos.
Al integrar el estoicismo en tu rutina diaria, encuentras un
sentido de propósito, una mayor capacidad para lidiar con el
estrés y más capacidad para valorar el presente. Te permite
llevar una vida más consciente, virtuosa y significativa en
cada paso del camino.
Esperamos, sinceramente, que estas valiosas enseñanzas
milenarias se conviertan en una guía para tu conducta
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desafíos de nuestra sociedad actual con mayor resiliencia,
sabiduría y disciplina.
Si has encontrado valor en las enseñanzas compartidas en
este libro, te invito amablemente a dejar un comentario en
Amazon. Tus palabras significan mucho para mí como autor
y, además, me ayudarán a llegar a más personas que
podrían beneficiarse de este mensaje inspirador. Tu opinión
y apoyo son una parte integral de mi misión de difundir el
estoicismo y ayudar a otros a encontrar la fortaleza interior
necesaria para superar cualquier adversidad.
Una vez más, quiero agradecerte sinceramente por ser
parte de este viaje. Tu dedicación y compromiso son una
fuente de motivación constante para mí. Espero que las
lecciones compartidas en este libro sigan resonando en tu
vida y que encuentres la fuerza necesaria para enfrentar los
desafíos con una mentalidad estoica.
Con gratitud y aprecio,
Ollie Snider
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