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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria Ciencia y tecnología


Universidad Politécnica Territorial de los Altos Mirandinos “Cecilio Acosta”

Las ciencias administrativas

Profesor: Alumnas:

Miguel Ángel García


Paola Guanipa
C.I.: 30.667.256

Estefani Mendoza
C.I.: 30.051.011

Metsli Quintero
C.I.: 30.723.694

Isabella Avendaño
C.I.: 31.176.537

Franklin Urbina
C.I.: 28.073.740
Introducción
Las Ciencias Administrativas, también conocidas como Ciencias de las
Organizaciones, se presentan como un campo de estudio fascinante y dinámico,
intrínsecamente entrelazado con la compleja trama de la vida social. En este viaje
exploratorio, nos sumergiremos en diversas dimensiones que delinean la
naturaleza, la especificidad y la evolución de estas disciplinas que abordan al ser
humano en su papel destacado como creador, comerciante y consumidor de
bienes y servicios. Desde su arraigado enlace con las ciencias sociales hasta su
capacidad para adaptarse a los límites espacio-temporales y su íntima relación
con el surgimiento del capitalismo, las Ciencias Administrativas revelan su
versatilidad y su profundo impacto en la comprensión y configuración de la
sociedad. En este análisis, exploraremos los fundamentos epistemológicos, las
conexiones históricas y las perspectivas evolutivas que perfilan a estas disciplinas
como agentes esenciales en la construcción y transformación del entramado
social.
LA ESPECIFICIDAD DEL CONOCIMIENTO
ADMINISTRATIVO COMO FENÓMENO NATURAL Y
SOCIAL

La especificidad del conocimiento administrativo como fenómeno natural y social


radica en la interacción constante entre la sociedad y la naturaleza. Aunque existe
una unidad objetiva y metodológica en el conocimiento de la naturaleza y la
sociedad, la Administración rechaza la contraposición, separación o identificación
indebida de los aspectos científicos naturales e histórico-sociales.
En la Administración, se considera ilegítimo limitar el conocimiento al ámbito
exclusivo de las ciencias naturales o sociales. La sociedad organizada, siendo
más compleja que los objetos de estudio de las ciencias naturales, requiere un
análisis que comprenda sus premisas naturales y su constante interacción con la
naturaleza.
El conocimiento de la sociedad organizada es inherentemente relativo, ya que se
centra en comprender la concatenación y las consecuencias de formas específicas
de sociedad y Estado en épocas y pueblos particulares. La teoría administrativa,
como una ciencia independiente, debe desarrollarse para unificar el cuerpo
teórico, y esto está ligado al cambio en la comprensión de su esencia y al
desarrollo del objeto de estudio.
Aunque se rechaza el relativismo absoluto en la Administración, se reconoce la
necesidad de desarrollar teorías que consideren la historicidad fundamental de las
ciencias sociales, que investigan las condiciones de vida, relaciones sociales,
formas jurídicas y estatales a lo largo de la historia y en el presente.

LA ADMINISTRACIÓN EN SU CONTEXTO ESPACIO-


TEMPORAL
La Administración, en su contexto espacio-temporal, se ve influida por los límites
del conocimiento de los fenómenos organizacionales, determinados
históricamente por el desarrollo de las condiciones materiales de vida. La
Administración está estrechamente vinculada a los intereses de clase, ya que
puede respaldar o rechazar un régimen social específico, y esta relación influye en
la actitud de las clases dominantes hacia ella.
En sociedades con contradicciones antagónicas de clase, como los países
sometidos a la globalización capitalista, las Ciencias Administrativas no pueden
ser imparciales. Las relaciones y posiciones de clase de los pensadores de cada
época influyen considerablemente en el desarrollo del conocimiento
organizacional. Se destaca la importancia de distinguir entre la posición honesta y
la adopción de teorías que defienden abiertamente el régimen existente.
Los cambios significativos en el pensamiento humano ocurren en épocas
revolucionarias, cuando se consolida la crisis de las relaciones existentes y
emergen las nuevas relaciones sociales. El conocimiento de los fenómenos
socioeconómicos tiene una especificidad única, ya que el resultado de la evolución
histórica se percibe como fenómenos naturales y formas únicas de vida social.
La madurez del objeto de investigación es crucial para el conocimiento científico
verdadero de la sociedad. Las teorías sociales deben basarse en la realidad
desarrollada para evitar ideales sin vida, sistemas ideológicos falsos y
elaboraciones utópicas. A pesar de la especificidad del conocimiento de los
fenómenos sociales, se subraya que la metodología científica, tanto para las
ciencias naturales como sociales, se fundamenta en el materialismo histórico.
El desarrollo de la sociedad se considera un proceso histórico-natural que debe
examinarse con la misma precisión que los métodos de las ciencias naturales. A lo
largo de la historia, los conocimientos iniciales sobre la sociedad eran parte de la
filosofía de la Antigüedad, basados en la observación directa. Con la ampliación de
la experiencia histórica, surgieron teorías sociales con valoraciones sobre la
conducta humana y prescripciones para organizar la vida social según los
intereses de los grupos sociales. Los administradores de la antigüedad
desarrollaron un sistema complejo de relaciones entre productores, distribuidores
y consumidores. Las ideas antiguas fueron reemplazadas por concepciones
religiosas que, aunque rechazaban interpretaciones científicas, consagraban el
régimen social existente.

LAS CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y EL


CAPITALISMO

Las ciencias administrativas y el conocimiento de los fenómenos organizacionales,


en su mayoría contribuidos por disciplinas como Ingeniería, Psicología, Sociología,
Derecho (Constitucional y Administrativo, Civil, Mercantil, Fiscal y Laboral), y
Finanzas, están estrechamente vinculados al surgimiento y desarrollo del
capitalismo.
En los siglos XVI y XVII, el avance de las ciencias naturales experimentales influyó
significativamente en las ideas sobre la sociedad. En ese tiempo, las teorías
sociales eran parte de la filosofía general de cada pensador, y predominaba la
idea de deducir las leyes sociales directamente de las leyes de la mecánica. Se
concebía la sociedad como una extensión de la naturaleza, y se creía en la
posibilidad de una ciencia universal única y rigurosamente deductiva que abarcara
todas las esferas del conocimiento.
Estas ideas influyeron en teorías sobre el derecho natural, el contrato social y,
posteriormente, en el siglo XIX, en la concepción de la sociedad como una unión
mecánica de individuos abstractos. Estas representaciones se reflejaron en las
teorías de la economía política y la administración pública, respondiendo a los
intereses de los propietarios del poder público y los medios de producción. Sin
embargo, estas teorías se basaron en concepciones idealistas y metafísicas,
considerando las relaciones sociales como naturales y eternas.
A lo largo de casi dos siglos, los estudiosos de las ciencias administrativas han
desarrollado mecanismos cada vez más pseudo-fundamentados en las
necesidades de los trabajadores y la sociedad en general. A partir de los años
treinta del siglo XX, la administración comenzó a considerar aspectos psicológicos
y sociales de los miembros de las organizaciones, no por humanismo, sino en
busca de la eficientización de la producción y comercialización de bienes y
servicios, aunque rodeado de un aparente interés humanista, ecologista y casi
altruista.
Este enfoque de "carrera empresarial" también tuvo lugar en los países socialistas
a mediados del siglo XX, donde los ideales del socialismo desembocaron en una
práctica administrativa alienante, marcada por la lucha de clases entre el Estado-
Jefe y el resto de la sociedad, en lugar de la tradicional entre propietarios de
medios de producción y proletariado.

HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS


ADMINISTRATIVAS

En la búsqueda de una epistemología para las Ciencias Administrativas, se


destaca la carencia de un cuerpo homogéneo de conocimientos, como
constructos, principios, leyes o teorías, que pueda aplicarse más allá de las
divisiones políticas o ideológicas, como el capitalismo o el socialismo. Kurt Lewin
enfatiza la importancia de una buena teoría para la practicidad, pero las Ciencias
Administrativas carecen de un conjunto coherente que pueda ser aplicado en la
resolución de problemas organizacionales y en la mejora de la producción,
comercialización y consumo de bienes y servicios necesarios para el desarrollo de
la sociedad.
El llamado es hacia un cuerpo teórico contextualizado por el entorno histórico-
geográfico, pero no predeterminado por concepciones axiológicas y teleológicas
de los grupos sociales en el poder. Se aboga por una Administración única,
desprovista de la influencia determinista de teorías capitalistas o no. Aunque estas
teorías pueden contener observaciones valiosas y plantear problemas
importantes, se sugiere liberar la Administración de marcos no científicos que
podrían restarle objetividad. La Administración debe ser contingencial, como
cualquier ciencia social, pero libre de influencias que desvíen su enfoque
científico.
Conclusión
A medida que nos sumergimos en las múltiples facetas de las Ciencias
Administrativas, se torna evidente su papel intrínseco en la comprensión y forja de
la sociedad a lo largo del tiempo. Desde su arraigo en las ciencias sociales hasta
su adaptabilidad a los contextos espacio-temporales, estas disciplinas han
demostrado ser un lente poderoso para analizar, comprender y moldear las
complejidades de la vida organizada.
La intersección de la Administración con las ciencias sociales y naturales destaca
su carácter holístico, abordando no solo los fenómenos sociales, sino también su
conexión innata con la naturaleza. Este enfoque multifacético, que reconoce la
dinámica entre la sociedad y su entorno, proporciona una base sólida para
comprender la evolución constante de las organizaciones y su impacto en la
estructura social.
El vínculo inquebrantable entre las Ciencias Administrativas y el surgimiento del
capitalismo revela una narrativa compleja de adaptación y transformación. A lo
largo de los siglos, estas disciplinas han reflejado las ideologías predominantes,
proporcionando marcos conceptuales para entender los cambios socioeconómicos
y estructurales.
En la búsqueda de una epistemología propia, las Ciencias Administrativas se
enfrentan al desafío de liberarse de determinismos ideológicos, buscando una
contingencia que no sacrifique la objetividad. La necesidad de cultivar un cuerpo
teórico independiente, capaz de adaptarse a diversas condiciones históricas y
geográficas, emerge como un llamado a la autonomía intelectual y la flexibilidad
conceptual.
En conclusión, las Ciencias Administrativas se erigen como un faro en la
exploración de la sociedad organizada. Su capacidad para abrazar la complejidad,
adaptarse a los cambios y ofrecer perspectivas críticas las sitúa como
protagonistas esenciales en la comprensión y construcción de un tejido social en
constante evolución. Este análisis integral subraya la importancia de estas
disciplinas como catalizadoras de cambio y entendimiento, destacando su papel
crucial en la confección del tapiz social a lo largo de la historia.

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