Está en la página 1de 5

Con María…

Con Ella todo y sin Ella nada


Boletín 3
13/1/24
INICIO DE LA NOVENA DE LA ALTAGRACIA

Cristo llegó a nosotros por María.

Todo lo que tiene que ver con María nos refiere directamente a si Hijo. La
Iglesia Católica, Familia de Dios, está vinculada de manera indisoluble a la
Virgen, primera creyente y primera Discípula del mismo Cristo. Y ella le
engendra en cada uno de nosotros, los hombres, por ser Madre Oyente de la
Palabra que convoca e interpela a la Iglesia misma. Además de ser el Prototipo
de la Iglesia, María es figura y modelo de la Iglesia histórica, e imagen y
comienzo de la Iglesia que un día completará el número de sus hijos que
estarán con aquellos que ya están en el Cielo.

¡Te adoramos oh Cristo, Centro, Único y Absoluto Mediador, Verbo hecho


Carne de las entrañas virginales de María Santísima, tu Madre! De cierto es
que en la medida en que adoramos, estudiamos y propagamos el nombre de
Cristo, único Salvador y Absoluto Señor Nuestro, descubrimos aún más a
María. Anunciar a Cristo a todo el mundo, su esencia, el Misterio del Dios y
Hombre Verdadero en su Única e Irrepetible Persona es dar a conocer y
concomitantemente encontrarnos con su Madre y ella nos lleva a la Iglesia.
María, en todo el sentido de la palabra depende de Cristo.

San Pablo VI nos dijo: En la Virgen todo es referido a y depende de Cristo. Es


su condición, la de miembro iniciador y perfecto de la Iglesia, y esto demanda
de la Iglesia estar encaminada y emplearse a fondo, con todas sus energías y
fuerzas, en un proceso imitativo y de identificación con María siempre Virgen.
¡No nos descorazonemos, no permitamos que el desanimo o el peso del los
errores, condicionamientos y debilidades nuestras, seres humanos
contingentes y egoístas nos aplasten! ¡No permitamos que nos dañen nos
permeen las oscuridades, las falsedades y el veneno que quieren adueñarse
de los ambientes y los procederes sociales y eclesiales que en un momento
histórico muy breve y con una temporera incidencia local y permanente
pretenda adueñarse de la Morada de Dios entre los hombres, de su Sagrario
más querido! María, la Verdadera Mujer, la Creyente Silente, la Discípula de
su Hijo y el Espejo para mirarse siempre la Iglesia, la Toda Santa Fiel y Dócil. y
la Portadora de la Misión de la Iglesia misma es nuestra referencia para esas
circunstancias pasajeras.

¡Virgen y Madre es!. Imposible dividir a María. En su ser y el Misterio ocurrido


en ella, encontramos a Cristo nuestra inocencia original con la Gracia que
recibimos para el perdón de nuestros pecados en la Confesión Sacramental y
los Sacramentos de la Iglesia. Tengamos la seguridad de que aflorarán por
nuestras férreas penitencias, después de confesarnos, las virtudes, la
mansedumbre, la humildad del Corazón Inmaculado de María, porque creemos
que la Voluntad de Dios reinará por siempre.
Laberinto/Misión

Elegidos desde la concepción


En el laberinto del vivir
Cargamos con una misión
Que tenemos que descubrir.

Vamos buscando la salida


Cuando apenas hemos entrado
Por las calles del embrollo de la vida
Caminando con los ojos cerrados.

Paso a paso en la maraña,


Entre tropiezos y caídas andamos
Aunque algunos queden en la patraña
Es así como evolucionamos.

Todo conlleva muchos esfuerzos


Es la Cruz que nos hiere y fortalece
Todo depende del Creador del universo
Más la actitud de despertar y ver, qué se merece.

En búsqueda de esa Misión Personal


Venimos a ésta tierra a caminar sin medida,
Nuestro objetivo es buscar y buscar
Hasta encontrar La LUZ a la salida.

Alma Galán
La Virgen María en los Santos Padres y Doctores de la Iglesia

San Hilario de Poitiers, cuya memoria celebramos cada 13 de enero, nos


refiere a la concepción virginal de Cristo Jesus. Por ello, María es
verdaderamente “Madre de Jesús, Madre de Cristo, Madre del Hijo de Dios”,
puesto que Ella lo concibió y dio a luz, pero Ella fue fecundada por la acción
misteriosa del Espíritu Santo (La Trinidad, II, 26; X, I7, 35). Jesucristo es
verdaderamente Hijo del hombre, de la raza de Adán, descendiente de
Abraham y de David, puesto que su cuerpo no fue creado de la nada sino
formado de la substancia de una mujer; y sin embargo escapa a la mancilla del
género humano puesto que no recibe la vida por el acto generador del
hombre (La Trinidad, III, I9 --- S. Mt. XXIII, 8. Ps. 67, 28. Ps. 68, I0).
Los Papas siempre Con María

Papa Francisco: Oración a María, Madre del


silencio, de la belleza, de la ternura
Madre del silencio, que custodia el misterio de Dios,
líbranos de la idolatría del presente, a la que se condena quien olvida.
Purifica los ojos de los Pastores con el colirio de la memoria: volveremos
a la lozanía de los orígenes, por una Iglesia orante y penitente.

Madre de la belleza, que florece de la fidelidad al trabajo cotidiano,


despiértanos del torpor de la pereza, de la mezquindad y del derrotismo.
Reviste a los Pastores de esa compasión que unifica e integra:
descubriremos la alegría de una Iglesia sierva, humilde y fraterna.

Madre de la ternura, que envuelve de paciencia y de misericordia,


ayúdanos a quemar tristezas, impaciencias y rigidez de quien no conoce
pertenencia.

Intercede ante tu Hijo para que sean ágiles nuestras manos, nuestros
pies y nuestro corazón: edificaremos la Iglesia con la verdad en la
caridad.
Madre, seremos el Pueblo de Dios, peregrino hacia el Reino. Amén.

Plegaria a María al final de la profesión de fe con los obispos de la


Conferencia Episcopal Italiana, mayo 2013

También podría gustarte