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RESEÑA

BÍ BLI CA
EL PROFET I SM O
EN EL ORI ENT E BÍ BLI CO
Al f onso Vi ves Cuest a (coor d.)

Nº 93
verbo divino 2017 / I
EL PROFETI SM O
EN EL ORI ENTE BÍ BLI CO
Coor di nador : Al f onso Vi ves Cuest a

verbo divino

Nº 93 • 2017 / I

Editorial ......................................................... pp. 2 Sección abierta


La l egi t i m aci ón pr of ét i ca del r ey ........ pp. 49
‹êÝÝĆĭģġĬģĬþʼnÂƌÝÁ
Jesús García Recio
« Escr i be a t u Señor » :
l os t ext os pr of ét i cos de M ar i ...................... pp. 5
José Andrés Sánchez Abarrio Sección didáctica
Del pr of et i sm o de M ar i Las bi bl i ot ecas de l a Bi bl i a:
al pr of et i sm o i deal bíbl i co ......................... pp. 15 el Est ado I sl ám i co y l a ar queol ogía
José Luis Barriocanal Góm ez del pr óxi m o Or i ent e Ant i guo..................... pp. 59
La pr of ecía neoasi r i a Jaim e Vázquez Allegue
en el ent or no bíbl i co:
panor ám i ca de conjunt o .......................... pp. 23
José Antonio Castro Lodeiro Sección informativa
ġđáʼnÿĚ ÒýÒđýġõĽ»ŻÔġˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑˑ......... pp. 70
La pr of ecía egi pci a
y sus ecos apocal ípt i cos........................... pp. 33 Not i ci as .......................................................... pp. 70
Alfonso Vives Cuesta Pr esent aci ón de l i br os............................. pp. 71
como es la Biblia se hallen planteamientos afines
al pensamiento religioso de tradiciones nacidas

Editorial en esa misma parcela de humanidad y que, en


cierto modo, anticipen la ulterior profecía bíbli-
ca. Este procedimiento de análisis que hilvana
en una misma urdimbre el devenir natural de
un fenómeno religioso, pone de relieve la secular
cohesión cultural de ambas tradiciones, meso-
potámica y egipcia, sedimentadas en el depósito
textual bíblico.
A grandes rasgos, el perfil del profeta delinea-

E
s un hecho mil veces constatado que, ob-
do en los textos proféticos orientales define a
servadas con la perspectiva que privilegia la
un teólogo vinculado a la realeza especializado
mirada histórica, las manifestaciones profé-
en la recepción, interpretación y transmisión de
ticas de la Biblia se comprenden de forma más
la revelación divina. Mediante mecanismos adi-
objetiva si se integran en el marco cultural ex-
vinatorios diversos, el profeta busca verificar el
tenso de los textos de tema profético que, desde
auténtico designio divino, reafirmando, de paso,
su redescubrimiento moderno, se han ido exhu- la legitimidad de su interlocutor principal, el mo-
mando en las principales geografías del Oriente narca. El extrañamiento inherente al lenguaje
Bíblico (Mesopotamia y Egipto). Esta retrospec- profético, que desentraña el misterioso plan divi-
tiva integradora de ambas tradiciones libera al no, se formaliza en una caracterización simbólica
mensaje profético canonizado en el Antiguo de su código lingüístico. El proceso comunicativo
Testamento de los riesgos de una lectura excesi- del mensaje profético se canaliza por varios me-
vamente autorreferencial y, sin menoscabo de la dios, que van desde la propia visión adivinatoria
innegable originalidad doctrinal del profetismo hasta la composición escrita que ofrece la posi-
de Israel, refrenda la coherencia de su mensaje bilidad de una relectura, en virtud del cual un
teológico, contribuyendo adicionalmente a la mensaje particular se puede actualizar en otros
maduración de sus expresiones constitutivas. No contextos independientes. En especial, los textos
es extraño que en un libro radicalmente oriental orientales inciden directamente en el desarrollo

2
de la institución monárquica. Originadas, mu- al encontrar en ellas el contrapunto al modelo
chas de estas profecías, con un fin legitimador de de un profetismo ideal basado en el encuentro
la persona del rey, sancionan con criterio divino directo con la Palabra de Dios revelada que se
la erección de la casa dinástica a cuyo frente se consuma en la narración de Balaán (Nm 22–24),
situará el monarca escogido con la autoridad y paradigma del rechazo a toda práctica adivina-
responsabilidad propias que le confiere su condi- toria espuria. Por su parte, José Antonio Castro
ción de hijo de Dios. A su vez, cuando el desorden Lodeiro ofrece una visión panorámica del cor-
institucional exige elevar la voz, la comunicación pus textual de la profecía del período neoasirio,
no estará exenta de la crítica constructiva de la resaltando las particularidades de uso, función
sagrada labor del que ocupa el trono. Indudable- y contenido que se detectan en esta fase evolu-
mente, el ideal de justicia garante del orden his- tiva del hecho profético mesopotámico. Alfonso
tórico aflora en todas estas manifestaciones. Vives Cuesta, cambiando de ámbito a Egipto, su-
Asumidas estas contigüidades de sentido en- braya la dimensión apocalíptica de algunos tex-
tre ambas tradiciones, para el presente número tos identificados como proféticos en la literatura
de Reseña Bíblica hemos seleccionado algunos ptolemaica, poniendo de relieve, concretamente,
hitos de la literatura profética del Oriente Bíbli- la ascendencia egipcia del oráculo contra las
co. En razón a su carácter arquetípico, al volu- naciones contenido en Is 19. Finalmente, en un
men de testimonios y a su variedad formal, el ejercicio de aplicación práctica recogido en la
rico corpus textual de la ciudad de Mari principia Sección abierta, Jesús García Recio apunta con de-
nuestro itinerario con dos contribuciones. En la talle las múltiples conexiones entre la voluntad
primera, que funge de pórtico y esquema a todo divina y la autoridad monárquica extraídas del
el volumen, José Andrés Sánchez Abarrio realiza comentario global de una antiquísima profecía
una descripción detallada de los elementos nu- de legitimación regia procedente de Uruk.
cleares que configuran la actividad profética y el
tipo de mensaje que está en el trasfondo de estas
manifestaciones literarias. En el artículo subsi-
guiente, José Luis Barriocanal desgrana las po-
sibilidades comparativas que estas tradiciones
antiguas pueden ofrecer al estudioso de la Biblia, Alfonso Vives Cuesta

3
ESCRIBE A TU SEÑOR
Los textos proféticos de Mari

José Andrés Sánchez Abarrio

Medio centenar largo de tablillas cuneiformes encontradas en los archivos reales


de Mari contienen el testimonio más antiguo del fenómeno profético (siglo XVIII a. C.)
y las primeras palabras en estilo directo de las divinidades a los hombres. El estudio
de estos textos nos permite asomarnos al estadio más primitivo conocido
de la comunicación entre la divinidad y los hombres, que encontró
un desarrollo posterior en la profecía veterotestamentaria.

1. LA CIUDAD Y SU DESCUBRIMIENTO y Pascal But t er l i n . En l as m ás de cuar en t a cam pa-


ñ as ar queol ógi cas se h a desen t er r ado un a de l as
La ciudad de M ar i (Tel Har ir i), sit uada en el cur so gr an des capi t al es del Pr óxi m o Or i en t e an t i guo que
m edio del Éuf r at es – hoy t er r it or io de Sir ia, m uy
se m an t uvo vi va casi dos m i l añ os, desde su f un -
cer ca de la f r ont er a con I r ak– , f ue descubier t a en
daci ón , en el si gl o XXX a. C., h ast a su aban don o, a
1933. Las excavaciones, llevadas a cabo por una m i-
ŻĚºđáŁÚáđXI I a. C.
sión f r ancesa, com ienzan en 1936 y hast a 1978 son
dir igidas por Andr é Par r ot y post er ior m ent e cont i- En su hist or ia, l a ciudad había conocido dos gr an-
nuadas bajo la dir ección de Jean- Claude M ar guer on des per íodos de espl endor . El pr im er o de el l os de l a

5
m ano de l a dinast ía de l os šakkanakku (gober nado- pr ont o l l am ar on l a at enci ón de l os bi bl i st as (t ext os
r es), que r igier on l a ciudad dur ant e l os sigl os XXI I I di sponi bl es en w w w .ar chi bab.f r ).
al XX a. C. e hicier on de el l a l a capit al del nor oes- Las l l am adas « car t as pr of ét i cas» cont i enen
t e de M esopot am ia. El segundo gr an per íodo m ensajes de l a di vi ni dad concedi dos a per so-
f ue el de l os r eyes am or r eos: l a dinas- nas par a que l os hi ci er an l l egar a un t er -
t ía de Yaggid- Lim y sus suceso- cer o, f undam ent al m ent e el r ey. Est as
r es, Yahdún- Lim y Sum u- Yam án per sonas, que r eci ben di f er ent es
(1810- 1792 a. C.), en un pr im er Las llamadas nom br es, com uni caban ese m en-
m om en t o, y m ás t ar de bajo « cartas proféticas» saje, l a m ayor par t e de l as ve-
Sam si- Addu (1792- 1775 a. C.), ces, a l os f unci onar i os r eal es
contienen mensajes
que l a i nt egr a en el r ei no de l a o gober nador es, que est aban
Al t a M esopot am i a, dej an do de la divinidad concedidos di sem i nados por t odo el r ei no.
Ek al l at um a su h i j o m ayor , a personas para que los hicieran Er an m ensajes cor t os, m uy r e-
I šm e- Dagán , y M ar i a su l aci onados con l as vi ci si t udes
llegar a un tercero, hi st ór i cas del m om ent o (am e-
h i j o m en or , Yasm ah - Addu.
Después de su m uer t e, el im - fundam entalm ente nazas, al i anzas con ot r os r ei -
per io se desi n t egr a y el t r o- el rey. nos…), que el f unci onar i o m an-
n o de M ar i r ecae en Zi m r i - Li m daba poner por escr i t o en t abl i l l as
( 1775- 176 1 a. C.) , su úl t im o gober - de ar ci l l a y hacer l l egar al r ey. Ade-
nant e. Los am or r eos hicier on de M ar i m ás de est as car t as, el cor pus de M ar i
un gr an r eino que ent r ó en pugna con l os i ncl uye ot r os docum ent os, l a m ayor par t e
deseos expansionist as del r ey H am m ur abi de Babi - adm i ni st r at i vos, que m enci onan el em ent os r el a-
͢
l oni a, que acabó conqui st ándol o y dest r uyendo l a ci onados con l a act i vi dad pr of ét i ca y adi vi nat or i a.
ci udad en el año 176 1 a. C. La i m por t anci a de l os t ext os pr of ét i cos de M ar i
r adi ca no sol am ent e en que son l os m ás ant i guos
que at est i guan una act i vi dad pr of ét i ca, si no t am -
2. LOS TEXTOS PROFÉTICOS bi én l os que nos of r ecen su t r anscr i pci ón. El « val or
DEL ARCHIVO DE MARI t eol ógi co» , si podem os h abl ar así, est á en qu e
son l as pr i m er as pal abr as en est i l o di r ect o de l as
)ĚʼnĽáđºŁĽŏýĚºŁÚáđºÔýŏÚºÚˋĹĽġĚʼnġŁáýÚáĚʼnýŻÔºáđ di vi ni dades a l os hom br es. Est o nos hace si t uar l os
pal aci o del r ey Zi m r i - Li m y su ar chi vo r eal . Ent r e en el am pl i o f enóm eno de l a com uni caci ón ent r e
l as m ás de 20.000 t abl i l l as de ar ci l l a que sal en a Dios y el hom bre, que adquiere form a de adivinación,
l a l uz del ar chi vo y que const i t uyen un t esor o pa- sueño o pr of ecía, y cuyos pr i m er os t est i m on i os
r a r econst r ui r l os acont eci m i ent os de l os úl t i m os encont r am os en M esopot am i a.
años del r ei no de M ar i se han encont r ado unas 59 , El l ect or de l a Bi bl i a, cuando oye habl ar de « t ex-
conoci das com o « car t as pr of ét i cas» , que m uy t os pr of ét i cos» , podr ía pensar que se t r at a de l ar -

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gos m ensajes o el abor adas com posi ci ones, al m odo pr of ét i co» ) o a t r avés de act os de com uni caci ón
de l as que l eem os en el Ant i guo Test am ent o. Los no ver bal (« act os si m ból i cos» ) a un t er cer o, que
t ext os pr of ét i cos de M ar i o, m ejor di cho, « l os t ex- const i t uye el ver dader o dest i nat ar i o del m ensaje.
t os de cont eni do pr of ét i co» , a pr i m er a vi st a poco La cor r espondenci a de M ar i ha dejado t est i m oni o
se par ecen a aquel l os. Posi bl em ent e, en al gún m o- de l a exi st enci a de t al es per sonas, unas que po-
m ent o Jer em ías, I saías o Am ós r eci bi r ían el m en- dr íam os l l am ar « pr of esi onal es» y ot r as anóni -
saje di vi no (en m uchas o en pocas pal abr as), per o, m as, « no pr of esi onal es» , per o que han r eci bi do
ci er t am ent e, no com o l o encont r am os hoy en l a un m ensaje pr of ét i co.
Bi bl i a. Los t ext os pr of ét i cos bíbl i cos han suf r i do un En l os t ext os pr of ét i cos de M ar i no exi st e un t ér -
l ar go pr oceso de escr i t ur a, r edacci ón y r eescr i t u- m i no genér i co par a « pr of et a» . Los dos apel at i vos
r a, han si do r ecogi dos en un canon y han ser vi do m ás com unes que r eci ben son muhhûm/ muhhūŖŜġ
de base a ot r os t ext os sagr ados par a t ejer l a ex- (f em .), der i vado de l a r aíz mahûm, ͓ ͓ ļŏá ŁýõĚýŻÔº
͓͓
per i enci a r el i gi osa del judaísm o y del cr i st i ani sm o. ͓
« est ar l oco» , « enl oquecer » o « del i r ar » , y que
No podem os deci r l o m i sm o de l os t ext os pr of é- pone el acen t o en l a m an er a com o esa per son a
t i cos de M ar i . Aun f or m ando par t e de l a cor r i ent e adqui er e el m ensaje di vi no, f r ecuent em ent e t r a-
del Or i ent e bíbl i co, en un m om ent o det er m i nado se duci do com o « ext át i co» ; y ÔŅĆĚŜġ/ ÔŅĆĚŖŜġ(f em .),
ĹáĽÚýáĽġĚˋĚġŁýĚºĚʼnáŁúºÒáĽÔġĚʼnĽýÒŏýÚġºÔġĚŻ- der i vado de l a r aíz ÁŅÔĚŜġ˄ļŏáŁýõĚýŻÔº˥ĽáŁĹġĚ-
gur ar el f enóm eno de l a com uni caci ón con l a di vi - der » ; par a m uchos, har ía al usi ón a l a act i vi dad de
ni dad que l l am am os pr of et i sm o. « r espondedor » en nom br e de l a di vi ni dad a una
Pr esent am os a cont i nuaci ón al gunos de l os el e- consul t a r eal i zada, aunque no si em pr e se pr esu-
m ent os m ás car act er íst i cos de l os t ext os pr of ét i cos ponga est a consul t a pr evi a. Ent r e l os « no pr of e-
de M ar i, que ser vir án com o un pr im er acer cam ient o si onal es» apar ecen ot r os nom br es com o por t a-
a est e cor pus. dor es de m ensajes pr of ét i cos: l a qammatum, qui zá
una especi e de sacer dot i sa; un assinnum, que en l as
pr i m er as edi ci ones de l os t ext os f ue t r aduci do por
3. LA PERSONA DEL PROFETA « eunuco» y que f or m ar ía par t e del per sonal del
t em pl o com o un caso de invertito passivo; o l a al u-
€ŏýű» đº ÚáŻĚýÔýĢĚ Úá ĹĽġóáʼnº ļŏá Ę»Ł ÔġĚŁáĚ- si ón a un gr upo de nabû, que se ha puest o en r el a-
sos ha l ogr ado sea l a f or m ul ada por M . Wei pper t ci ón con el ģÔÛĆ˥ del Ant i guo Test am ent o; u ot r as
en el Neues Bibel- Lexikon (19 9 7): una per sona que, per sonas denom i nadas de m odo genér i co: « una
m edi ant e una exper i enci a cogni t i va (vi si ón, expe- m ujer , esposa de un hom br e l i br e» , que se di ce
r i enci a audi t i va, apar i ci ón audi ovi sual , un sueño o áĚŢýºÚº ĹġĽ $ºõ»Ěˑ )Ě ŢºĽýºŁ ġÔºŁýġĚᣠŁá ĽáŻáĽá
si m i l ar ), se convi er t e en el sujet o de l a r evel aci ón el nom br e pr opi o del sujet o, acom pañado del ape-
de una di vi ni dad, o de var i os di oses, y adem ás es l at i vo. Así conocem os, ent r e ot r os, a dos muhhūde
consci ent e de ser envi ada por l a di vi ni dad o l as di - nom br e H adnu- El e I ddi n- Kubi , a una muh͓h͓ūŖŜġ
vi ni dades en cuest i ón par a t r ansm i t i r l a r evel aci ón l l am ada H ͓͓
͢ ubat um , a un ÔŅĆĚŜġđđºĘºÚġEŁ͏ ýˣºúŏġº
en f or m a ver bal (com o « pr of ecía» o « di scur so ͢
‡ðđáÒŏĘˋŏĚassinnum que apar ece en var i as car t as.

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Cuando l a r evel aci ón acont ece m edi ant e un sueño, Com o ocur r e en l os pr of et as bíbl i cos, l os h om -
l a m ayor par t e de l as veces se da el nom br e pr opi o br es y m ujer es de M ar i r eci bían ci er t a r em un er a-
del vi dent e. ci ón por su ser vi ci o. Un a sacer dot i sa qam m atum
En gener al , t odos apar ecen en r el aci ón con una sol i ci t a un vest i do y un ar o par a l a n ar i z ( ARM
di vi ni dad par t i cul ar , l o que hace suponer que per - XXVI / 1 19 9 ) ; un a vi den t e, un t eji do y un t ur ban t e
t enecían, de al guna m aner a, al t em pl o de di cha ( ARM XXVI / 1 240) . Tam poco f al t an l as quejas por
di vi ni dad, si bi en no t odos l os casos de r evel aci ón l as condi ci ones de vi da: el assinnum‡ðđáÒŏĘĹĽġ-
ocur r ían en el t em pl o. Así encont r am os a « Abi ya, t est a por l a car est ía que suf r e: « [ La di osa] m or a
ÔŅĆĚŜġde Dagán» , o ext át i cos « muhhū de Am i de en el t em pl o m i ent r as yo est oy vi vi endo ent r e m u-
H ubšal um » . ͓͓ chos excr em ent os y or i nes» (ARM XXVI / 1 19 8). Un
͢ muhhûm de Dagán se queja por l a si t uaci ón en l a
que͓ se͓ en cuen t r a el t em pl o que f r ecuen t a: « ¿H as-
En l os t ext os de M ar i encont r am os uno de l os
r asgos com unes m ás car act er íst i cos de l a pr of ecía
t a cuán do aguas pur as n o podr é beber ? Escr i be a
en el Or i ent e bíbl i co: el sent i do de ser envi ado. La
t u señ or , par a que m e dé a beber aguas pur as»
di vi ni dad se si r ve del pr of et a com o m edi ador par a
( ARM XXVI / 1 215).
hacer l l egar su pal abr a, y a él l e i m pone una mis-
sio. Así, encont r am os el m andat o del di os Dagán a
M al i k- Dagán dado en un sueño: « Ahor a ve, yo t e 4. LA COMUNICACIÓN DIVINA
envío. Tú m i sm o habl ar ás de est e m odo a Zi m r i -
Li m » (ARM XXVI / 1 233). La sem ejanza con Éx 3,10 La m ayor par t e de l os m ensajes pr of ét i cos pr oceden
es m ás que not or ia: « Ahor a, pues, ve; yo t e envío al de l as di vi ni dades que se encuent r an en l os t em -
f ar aón par a que saques a m i puebl o, l os isr ael it as, ĹđġŁÚáđºÔºĹýʼnºđˋ]ºĽý˟ĚĚŏĚĈʼnŏĘˋðđáʼnˣáĎºđđýĘ
de Egipt o» . Y conocem os bien ot r os casos de l a Bi- y Ni nhur sag), per o t am bi én de ot r as ci udades del
bl ia donde Yahvé expl icit a el envío (Jr 1,7; Ez 2,1- 4). r ei no, com o H i šam t a (H i šam i t um ), Der (Der i t um ),
La br evedad de l os t ext os no nos per m i t e conocer áĽļº ˟$ºõ»Ěˠˋ ºõõºĽÌʼnŏĘ ˟$ºõ»Ěˠˋ ŏʼnʼnŏđ ˟$º-
m uchas par t i cul ar i dades de l a vi da de l os pr of et as. gán), Nahur (Addu). I ncl uso en l os ar chi vos se han
En un buen núm er o de t ext os se r egi st r a l a ent r e- encont r ado t ext os que at est i guan act i vi dad pr of é-
ga, junt o con el m ensaje, de un m echón de cabel l o t i ca f uer a de l as f r ont er as del r ei no de M ar i , com o
˖ŏÔʼnŖŜġ˗ y l a or l a del m ant o (sissiktum) del pr of e- son el caso de Andar i g (Šam aš), Babi l oni a (M ar -
t a com o pr ueba de aut ent i ci dad, que ser án usados duk) o el r ei no de Al epo (Addu de Kal l asu y Addu
ÚŏĽºĚʼnááđĹĽġÔáŁġÚáºŏʼnáĚʼnýŻÔºÔýĢĚÚáđºĹĽġóáÔÿº de Al epo). Al r ededor de vei nt e di vi ni dades apar e-
m edi ant e l a ext i spi ci na (i nspecci ón de l as ent r a- cen m enci onadas en l os t ext os pr of ét i cos de M ar i ,
ĠºŁ Úá ŏĚ ºĚýĘºđˠˑ )Ě ÔýáĽʼnº ġÔºŁýĢĚˋ EʼnŞĽˣŁÚŞˋ si bi en l os que r egi st r an m ayor act i vi dad pr of ét i ca
gober nador de M ar i, t r ansm it e al r ey un sueño de ŁġĚ$ºõ»ĚũĚĚŏĚĈʼnŏĘˑ
M al ik- Dagán y concl uye su car t a: « Puest o que di- La r evel aci ón del m ensaje podr ía acont ecer m e-
ÔúġúġĘÒĽááŁÚáÔġĚŻºĚűºˋŁŏĘáÔúĢĚÚáÔºÒáđđġũ di ant e una exper i enci a vi sual (vi si ón), audi t i va
su or l a del m ant o no he cogido» (ARM XXVI / 1 233). (voz) o m i xt a (apar i ci ón) a t r avés de un est ado de

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vi gi l i a o de sueño, ocur r i da, l a m ayor par t e de l as An t es en t r é en Ter qa y, a m i i n gr eso, en t r é en el
veces, dent r o del sant uar i o. t em pl o de Dagán y h aci a Dagán m e pr ost er n é. Al
]ŏÔúºŁ ÔºĽʼnºŁ ĽáżáċºĚ đºŁ ÔýĽÔŏĚŁʼnºĚÔýºŁ ļŏá
pr ost er n ar m e, Dagán abr i ó su boca y m e h abl ó de
est e m odo» .
r odean a l a r evel ación. El ÔŅĆĚŜġ se al za (tebûm)
y habl a (qabûm) del ant e de l a est at ua divina y en Est e t ext o nos m uest r a, adem ás, un dat o cur i o-
su nom br e: « Un ÔŅĆĚŜġ en el t em pl o de so: l a di vi ni dad habl a desde su i m agen. El
H ýŃºĘĈʼnŏĘˋÚáĚġĘÒĽáEŁ͏ ýˣºúŏˋŁáºđűĢ pr of et a hace de por t avoz de l a di vi ni -
y͢ dijo» (ARM XXVI / 1 195), o se pone dad cuando se si t úa ant e el l a: « Un
en pie (izuzzum) y habl a: « I sh ar a La revelación
muhhûm ant e (igi) Dagán se al zó
͢
˝ˌ˞ÚáðđáʼnˣáĎºđđýĘˋŁáĹŏŁġáĚ del mensaje podría y ͓dijo
͓ así: “ ¿Hast a cuándo aguas
pi e y así di jo» (ARM XXVI / 1 pur as n o p od r é beber ? Escr i -
211). Tam bi én l os ext át i cos r e-
acontecer mediante una
be a t u señ or p ar a qu e m e d é
ci ben l a r evel aci ón en el san- experiencia visual (visión), a beber aguas pur as” » (ARM
t uar i o. De al gunos se di ce que auditiva (voz) o mixta (aparición) XXVI / 1 215).
« se al zan y habl an» , per o l o
a través de un estado de vigilia Lo que com unican recibe va-
m ás car act er íst i co del ext á-
rios nom bres, sin que se pueda
t i co es pr eci sam ent e su com - o de sueño, ocurrida, la mayor áŁʼnºÒđáÔἠŏĚ ĹºʼnĽĢĚ Żċġˑ Łÿˋ
por t am i ent o ext r año al ent r ar
parte de las veces, dentro « pal abr as» (aw atum ) es l o que
en t r ance (mahûm) y habl ar :
͓ com un i ca un ÔŅĆĚŜġ o un ext á-
˥)ĚáđʼnáĘĹđġÚáĚĚŏĚĈʼnŏĘÚáđ del santuario.
t i co muhhûm. Ot r o t ér m i n o em -
p l ead o es ͓«͓ or ácu l o» ( t er t ûm ) , qu e
i nt er i or de l a ci udad Ah at um , una
si er va de Dagán- M al i k ͢cayó en éxt a-
en con t r am os par a r ef er i r se al m en saje
si s y di jo» (ARM XXVI / 1 214), o pr of er i r
pr of ét i co de un muh hûm, de dos muhhūŖŜġ˄
de un assinnum y de l os͓nabû, ͓ pr of et as de ͓l os
͓ h a-
gr andes gr i t os: « Ah or a el ex t át i co, com o pr e-
ceden t em en t e, r om pi ó a gr i t ar con t i n uam en t e»
n eos. Ot r as veces se em pl ea el t ér m i n o m ás ge-
(ARM XXVI / 1 202). I n cl uso en sueñ os l a r evel aci ón
n ér i co « m en saje» ˖ŖùġŜģ˗˄ que en con t r am os par a
ºÔġĚʼnáÔÿºáĚáđŁºĚʼnŏºĽýġˑ)ĚŏĚºÔºĽʼnºÚáEʼnŞĽˣ
r ef er i r se a l o pr of er i do, qui zá ya en f or m a escr i -
ŁÚŞˋ õġÒáĽĚºÚġĽ Úá ]ºĽýˋ ºđ Ľáũ đá ʼnĽºĚŁĘýʼná
t a, por un ÔŅĆĚŜġ˄ un a qammatum, un assinnum y
ŏĚŁŏáĠġÚá]ºđýĎˣ$ºõ»ĚˋŏĚúġĘÒĽáÚᇺĎĎÌ
un a muhhūŖŜġ. El t ér m i n o egerrûm desi gn a un a
( ARM XXVI / 1 233):
« m an i f est͓ ͓ aci ón or acul ar » , en un caso obt en i da

El día que est a t abl i l l a adon de m i señ or en vi é, M a- por m edi o de l a bebi da. Si n em bar go, n o exi st e un
đýĎˣ$ºõ»Ěˋ ŏĚ úġĘÒĽá Úá ‡ºĎĎÌˋ Ęá ŢýĚġ ũ Ęá úº- ʼnâĽĘýĚġ áŁĹáÔÿŻÔġ ĹºĽº ĽáóáĽýĽŁá º đº ŢýŁýĢĚ áĚ áđ
bl ó de est e m odo. Así [ di jo] : « En m i sueñ o [ est aba] sueño. La expr esi ón m ás usada es « en m i sueño»
yo y un h om br e con m i go [ ven ía] desde l a pr ovi n ci a o « en su sueño» (šuttum). Ot r as veces se em pl ean
Úá ºõõºĽÌʼnŏĘˋ ˝áĚÔġĚʼnĽ»ĚÚġĘá˞ áĚ đº ĹĽġŢýĚÔýº l os t ér m i nos « ver en sueños» ˖ōÁĚÔĚŜġ˗ o « t ener
de ar r i ba, par a i r a M ar i , t en ía di spuest o m i r ost r o. una vi si ón» ˖ÁġÔʼnŜġ˗.

9
Vi st a en el cont ext o de l a com uni caci ón ent r e l a t ext os que nos han l l egado per t enecen al ar chi vo
di vi ni dad y l os hom br es, l a pr of ecía t i ene t am bi én r eal .
el sent i do i nver so: el m ensaje del hom br e a l a di - Com o r epr esent ant e y gar ant e de l a suer t e de su
vi ni dad. Es l o que conocem os t am bi én en l a Bi bl i a puebl o, l os acont eci m i ent os que af ect an al r ey l o
com o l a « consul t a» ˖ŏÁ˥ÔĚŜġ˗ a Di os o « pr of ecía hacen de al gun a m an er a t am bi én al puebl o. Así
pr ovocada» . Poseem os dos car t as de Ši bt u, esposa l o m uest r a el or ácul o de un a m uh h ūŖŜġ˃ « Un
vi en t o con t r a el país se va a l evan͓t ar ͓ . Per o sus
del r ey Zi m r i - Li m e hi ja de Yar i m - Li m , r ey de Al e-
po, en l as que l e hace saber el r esul t ado de sendas
al as y sus dos [ ] los pondr é a pr ueba, par a que Zi-
consul t as a l os di oses. En una de el l as, l a consul t a
m r i- Lim y l os ben si m al i t as h agan l a cosech a. De
t r at a acer ca de una cam paña que el r ey qui er e em -
t u m an o, Zi m r i - Li m , n o dejes sal i r al país, t odo
pr ender . Desconocem os en qué consi st ía l a t écni ca,
él » (ARM XXVI / 1 200). E i gual m en t e cuan do se
per o posi bl em ent e se t r at a de l a i ngest a de bebi das
t r at a de un m en saje de consuel o ant e l a am enaza
dada a un hom br e y a una m ujer . De t al consul t a se
de H am m ur abi : « M e ha envi ado Dagán. Escr i be a
der i van l os si gnos ˖ĆŖŖÔŖŜġ˗˄ que en est e caso son ͢ or par a que n o se i n qui et e y el país n o se
t u señ
f avor abl es: « Respect o al pl an de cam paña que m i
i n qui et e» (ARM XXVI / 1 210).
señor qui er e em pr ender , acer ca de l os si gnos a un
hom br e y a una m ujer [ a l os que] acabo de consul - Las pr of ecías pueden est ar di r i gi das al r ey en se-
t ar , haci endo[ l es] beber , y el augur i o par a m i señor gunda o en t er cer a per sona. Per o al gunas cont i enen
es m uy bueno» . La pr áct i ca de l a adi vi naci ón por una condena a r ei nos ext r anjer os y una pr om esa
l a i ngest a de bebi da no es m uy f r ecuent e en M ar i . de pr osper i dad par a el r ey de M ar i : « Babi l oni a,
Ši bt u acude a est a pr áct i ca or i gi nar i a del r ei no de ¿qué m aqui nas cont i nuam ent e? Con r ed y daga t e
Al epo y, a juzgar por sus pal abr as (« es de esper ar at r apar é. Con l as casas de l os si et e al i ados y su pa-
que m i señor no habl e así [ di ci en do] l o si gui en - t r i m oni o l as m anos de Zi m r i - Li m qui er o l l enar »
t e: “ Ast ut am en t e l es h i zo h abl ar ” ) , n o m uy bi en (ARM XXVI / 1 209 ).
vi st a en M ar i . La pr áct i ca t am bi én apar ece en l a Tam bi én t enem os const anci a de al gunas pr o-
Bi blia, donde es cr it icada abier t am ent e (cf . M iq 2,11; f ecías di r i gi das a ot r as per sonas di st i nt as del r ey.
I s 28,7) . Es el caso del gober nador de Ter qa, Ki br i - Dagán,
qui en escr i be al r ey i nf or m ándol e de l a pr of ecía que
l e hi zo l l egar un muhhûm que en r ei t er adas ocasi o-
5. LOS DESTINATARIOS DEL MENSAJE nes l e exhor t a a r epar ͓ ͓ ar un por t ón, posi bl em en-

El dest i nat ar i o pr i nci pal de l a pr of ecía en M ar i es t e de l a ci udad (ARM XXVI / 1 221 bi s), o de l a car t a
el r ey. Est o no qui er e deci r , com o en ci er t as oca- de Ti m l û, esposa de I ar i p- Abba, a l a r ei na m adr e,
ŁýġĚᣣáúººŻĽĘºÚġˋļŏáĹġÚºĘġŁáŁʼnºÒđáÔáĽŏĚº ÚÚŞˣÚŏĽĈˋĽáŻĽýâĚÚġđáŏĚŁŏáĠġáĚáđļŏáđºÚýġŁº
di f er enci a en est e punt o ent r e l a pr of ecía m ar i ot a ðđáʼnˣáĎºđđýĘ đá ÔġĘŏĚýÔº ŏĚ ĘáĚŁºċáˋ áđ Ôŏºđ Ěġ
(di r i gi da al r ey) y l a bíbl i ca (di r i gi da al puebl o). No podem os l l egar a com pr ender debi do al m al est ado
podem os ol vi dar l a nat ur al eza de l as f uent es: l os de l a t abl i l l a (ARM XXVI / 1 240).

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6. LA CONSIGNA DE LA PROFECÍA Desde aquel día, nada escu[ché en el templo del
dios.].
Una vez que la revelación se había producido y el
destinatario identiicado, el mensaje debía llegar a En una carta, el funcionario Nūr-Sīn justiica su
deber de transmitir la palabra del apīlum, pues, de
(ša’ālum) su destino. No podemos saber con seguridad si el
profeta transmite el oráculo al rey directa- no hacerlo, podría ser hallado culpable en
ūtum: caso de tragedia: «Si tarde o temprano
˘˘ mente o a través de intermediarios. El
testimonio de las fuentes atestigua se produjera una catástrofe, ¿no me
A menudo diría mi señor: “El mensaje que te
esto último, pero muchos creen
es el funcionario real comunicó el profeta y tu territo-
que precisamente la puesta por
rio que reclama, ¿por qué a mí
escrito se debió a la imposibi- o gobernador el que escucha
XXVI/1 200). E igualmente cuando se trata de un no me escribiste?” Por consi-
lidad de hacerlo directamen-
la profecía y debe hacerla llegar guiente, a mi señor he escrito.
˘ te, pues el rey se hallaba en
al rey. Parece ser que era una Sepa esto mi señor» (A 1121 +
(ittātum), campaña militar fuera de la
A 2731).
ciudad. Cuando el rey se en- de las labores del funcionario,
(ARM XXVI/1 210). contraba fuera de su palacio, Otras veces es el sacerdo-
la puesta por escrito del orá- especialmente en período te del templo el que informa
culo resultaba la mejor manera de mayor necesidad al gobernador de la manifes-
de hacerle llegar el mensaje. Esto tación oracular ocurrida en el
podría explicar que un gran núme- templo: «Así [dice] Ahum, sacer-
dote de [Annunītum], ˘ siervo. La
tu
ro de textos que se conservan relejen
un ambiente bélico. muhhūtum Hubatum así transmitió un
oráculo,˘ [diciendo]»
˘ ˘ (ARM XXVI/1 200). Un
A menudo es el funcionario real o gobernador el
caso interesante es el de la sacerdotisa Inib-šina
(ARM XXVI/1 209). que escucha la profecía y debe hacerla llegar al rey.
(ARM XXVI/1 197), que hace llegar al rey el testi-
Parece ser que era una de las labores del funciona- monio oracular de dos tipos de personal del tem-
rio, especialmente en período de mayor necesidad, plo:
como muestra claramente el siguiente testimonio
(ARM XXVI/1 196): Así [dice] Inib-šina:
Anteriormente, el assinnum Šēlebum
˘˘ A mi señor di: me había comunicado un oráculo y te lo escribí.
así [dice] Šamaš-nah˘ir, tu siervo. Ahora, una qammatum
te de la ciudad (ARM XXVI/1 221 bis), o de la carta Cuando mi señor a la campaña dispuso su rostro, de Dagán de Terqa
me ordenó lo siguiente: me vino y
siones se ha airmado, que podamos establecer una Addū-durī, reiriéndole un sueño en el que la diosa Vives en la ciudad del dios. me habló de esta manera.
Bēlet-ekallim le comunica un mensaje, el cual no [Cualquier] manifestación oracular que en el tem-
plo del dios En la Biblia encontramos el testimonio de Ama-
de la tablilla (ARM XXVI/1 240). sucediera y escuchares, escríbeme. sías, sacerdote de Betel, que informa al rey de las

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palabras que anda proiriendo Amós contra Jero- solicita un «escriba discreto», y además le impone
boán (Am 7,10-13). testigos (ARM XXVI/1 414): se mantuvo» (ARM XXVI/1 194.192). En algunas
En este último caso encontramos otra variante
Atamrum, el āpilum
posible en la transmisión: que sea el propio profe- de Šamaš, me vino y así me dijo.
ta el que se dirija al gobernador o a alguien capaz De este modo: «Un escriba discreto
de hacerle llegar al rey el mensaje. Así encontra- ūtum
envíame, para que el mensaje que Šamaš ˘˘
mos una de las cartas más extensas del funciona- me mandó para el rey [le] haga escribir».
rio Sammētar al rey Zimri-Lim, que se encontraría Esto me dijo. [Le] mandé a Utu-kam y
fuera de palacio, donde recoge los oráculos proce- redactó esa carta. Pero ese hombre responderé continuamente [por ti]» (ARM XXVI/1
dentes de un āpilum y una qammatum: «Lupahum, presentó testigos.
˘
āpilum de Dagán, me vino desde Tuttul […] Después
de eso, al otro día, una qammatum de Dagán La presencia de testigos era la prueba para la
de Terqa vino y me dijo así» (ARM XX- transmisión, no para la autenticidad del
VI/1 199). mensaje en sí. Es decir, una garantía
La presencia de que el funcionario transmitía el
En ciertas ocasiones encontra-
mensaje proveniente del profeta y
mos haciendo esta labor de re- de testigos era la prueba vinidad «dispersa a los enemigos» (ARM XXVI/1
no de su propio interés. En cier-
cepción a personas cercanas al 207), los «entrega en la mano» del rey (ARM XXVI
para la transmisión, no para tas ocasiones, el rol del testigo que la gran mayoría de las cartas relejen las su
rey. Es el caso de Addu-dūrī,
era asumido por la audiencia.
madre del rey Zimri-Lim, la autenticidad del mensaje en sí, En este sentido, es muy sig- en una red» (ARM XXVI/1 209. 197. 192), «pone la
que escribe a su hijo con un sino como una garantía de que niicativa la carta atribuida a
mensaje de Iṣ i-ahu, āpilum XXVI/1 207.212). La acción divina se muestra tam
Yaqquim-Addu, gobernador
del templo de H˘išamītum, el funcionario transmitía
de Saggarātum (ARM XXVI/1
quizá presenciando ˘ la escena el mensaje proveniente desproporción de fuerzas (ARM XXVI/1 207):
206). Un muhhûm de Dagán
(ARM XXVI/1 195), o su esposa, ˘˘
pide al gobernador un cordero,
del profeta y no
Šibtu, que recoge el testimonio que devora delante de la puerta
de un profeta que se puso a ha- de su propio interés de la ciudad, y explica su gesto a
blar en la puerta del palacio: «Así los ancianos del pueblo reunidos allí.
[dice] Šibtu, tu sierva. El palacio va El gesto viene acompañado de un juego Šamaš, Itūr-Mer y Bēlet-ekallim,
bien. Qīšti-Dīrītim, āpilum de Dīrītum, vino Ešnunna un tratado formalice» (ARM XXVI/1 199),
de palabras: el profeta «devora» (akâlum)
el día 2 a la puerta del palacio [y] así me trans- como la «epidemia» (ukultum) hará lo propio con
mitió un mensaje» (ARM XXVI/1 208, cf. también el pueblo. El funcionario hace saber al rey, en las
211.213.214.236). últimas líneas de la tablilla, que el mensaje ha si- mismo» (ARM XXVI/1 213). En algunas ocasiones se ha airmado que una di
Evidentemente, podría haber negligencia o ma- do público: «Además, su oráculo en privado no
la intención en tergiversar el mensaje. Así parece me transmitió. En la asamblea de los ancianos me
a juzgar por las reservas de Atamrum, un āpilum transmitió su oráculo». Se pone de maniiesto así
de Šamaš, quien se dirige al funcionario real y le la estrategia de comunicación del profeta. Con el
˘

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palabras que anda proiriendo Amós contra Jero gesto simbólico y las palabras, su mensaje ha lle- rrota [del enemigo] a tu lado y al lado de tu tropa
testigos (ARM XXVI/1 414): gado a todos: al rey, por medio de su gobernante, se mantuvo» (ARM XXVI/1 194.192). En algunas
y a la población. Este episodio nos recuerda otros ocasiones la presencia divina tomaba tal protago-
Atamrum, el āpilum
gestos de los profetas de la Biblia (Jr 27-28), que nismo que asumía toda la responsabilidad, apar-
para transmitir su mensaje van más allá de las pa- tando al rey de la batalla. Así, el rey de Mari recibe
labras. este mensaje por boca de una muhhūtum de parte
de la diosa Annunitum: «Zimri-Lim, ˘ ˘ no vayas en

rio Sammētar al rey Zimri-Lim, que se encontraría campaña. Permanece en Mari. Entonces yo misma
7. EL CONTENIDO DE LOS MENSAJES responderé continuamente [por ti]» (ARM XXVI/1
āpilum 237). Tal presencia divina experimentará el pue-
˘ Partiendo de que la mayor parte de las profecías
āpilum blo de Israel en medio del peligro (Ex 14,13-14; Dt
van dirigidas al rey, se comprenderá que el conte-
20,1-4).
nido sea de carácter político, militar, social y reli-
de Terqa vino y me dijo así» (ARM XX Dios está presente, pero también actúa a través
gioso.
de una serie de expresiones que tienen por obje-
Si consideramos la hipótesis de que las profecías
to mostrar su poder frente al enemigo. Así, la di-
se pusieron por escrito en ausencia del rey, que se
vinidad «dispersa a los enemigos» (ARM XXVI/1
encontraba en tareas militares, se puede explicar
207), los «entrega en la mano» del rey (ARM XXVI
que la gran mayoría de las cartas relejen las su-
rey. Es el caso de Addu-dūrī, 194.202.209.213.214.233), «reúne a los enemigos
cesivas crisis que debió afrontar Zimri-Lim en su
en una red» (ARM XXVI/1 209. 197. 192), «pone la
reinado: la rebelión de las tribus benjaminitas, la
cabeza del enemigo bajos los pies del rey» (ARM
niicativa la carta atribuida a campaña del rey de Ešnunna en territorio de Ma-
mensaje de Iṣ i-ah āpilum XXVI/1 207.212). La acción divina se muestra tam-
˘išamītum, ri, la lucha contra Išme-Dagán, rey de Ekallatum,
bién con otro motivo bien conocido en la Biblia, la
˘ de Saggarātum (ARM XXVI/1 contra Elam y contra Babilonia, sin olvidar los pro-
desproporción de fuerzas (ARM XXVI/1 207):
blemas de la subida al trono.
(ARM XXVI/1 195), o su esposa, ˘˘
A nivel político, las profecías advierten del peli- La tropa de Išme-Dagán
gro de alianzas con reinos vecinos, como es el caso es numerosa. Pero, aunque su tropa sea numerosa,
del «hombre de Ešnunna», el rey Ibapiel: «Temo sus refuerzos se desbandarán.
que el rey, sin consultar a Dios, con el hombre de Mis refuerzos son Dagán,
Šamaš, Itūr-Mer y Bēlet-ekallim,
bien. Qīšti-Dīrītim, āpilum de Dīrītum, vino Ešnunna un tratado formalice» (ARM XXVI/1 199),
así como Addu, señor de las decisiones,
o a nivel interno, del peligro de revueltas: «Zimri-
que van al lado de mi señor.
mitió un mensaje» (ARM XXVI/1 208, cf. también Lim, con una revuelta te probarán. Protégete a ti
mismo» (ARM XXVI/1 213). En algunas ocasiones se ha airmado que una di-
En este ambiente de guerra y amenaza, los orá- ferencia notable entre la profecía mariota y la bíbli-
culos divinos vienen a calmar el corazón del rey y ca estaría en la ausencia de crítica al rey, en com-
āpilum transmitió su oráculo». Se pone de maniiesto así de su pueblo. Dios permanece junto al rey en medio paración con los profetas del Antiguo Testamento.
de la batalla: «Nergal, rey de Hubšalum, en la de- Si leemos con atención, no faltan en Mari oráculos
˘

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que reprochan al rey descuido en las actividades La relación del profetismo bíblico con el de Mari
de culto; por ejemplo: «Zimri-Lim, incluso si debe ser situada en el continuum cultural y religio-
me tienes olvidada, yo a ti te acariciaré» so de lo que llamamos el Próximo Oriente
Los textos
(ARM XXVI/1 214), o que reclaman una antiguo o, desde el punto de vista del
propiedad: «Puesto que al trono de proféticos de Mari biblista, desde el Oriente bíblico.
su casa paterna le he hecho vol- permiten el estudio del La lectura de estos textos del
ver, quiero coger la propiedad de segundo milenio a. C. nos per-
fenómeno profético en su
su patrimonio. Si no me la da, mite situar el fenómeno del
el dueño del trono, de las tie-
estadio más inicial. Se trata profetismo y la adivinación en
rras y de la ciudad soy yo, y lo de textos breves que casi no han el contexto más amplio de la
comunicación con la divini-
que le he concedido se lo qui- sufrido proceso redaccional alguno
dad. Si bien pudiera parecer
taré» (A 1121 + A 2731). Tam-
y que han sido conservados entre que entre los textos de Mari
poco falta la llamada a ejercer
y los primeros textos proféti-
su responsabilidad de adminis- la documentación real, cos de la Biblia existe un hiato
trador de justicia: «Escucha esta constituyendo el primer insalvable de cerca de mil años,
única palabra mía: cuando alguien hay que recordar otros testimonios
tenga un pleito y apele a ti de este
testimonio del fenómeno
como las profecías de Ešnunna, los
modo: “He sido perjudicado”, ponte en profético textos proféticos neoasirios descubiertos
pie y juzga su causa. Respóndele rectamente. en Nínive u otros textos semíticos occidenta-
Esto es lo que te pido» (A 1968). les, como El viaje de Unamón (Wenamon), la Estela
de Zakkur, rey de Hamat (ca. 800 a. C.) o la Inscrip-
ción de Deir ‘Alla (ca. 700 a. C.), entre otros, o, ya
8. LA APORTACIÓN DE LOS TEXTOS en Palestina, los textos hallados en Laquis (siglo
vii a. C). Todos ellos, unidos a los textos bíblicos,
DE MARI AL ESTUDIO nos permiten hablar de una ausencia de ruptura del
DEL PROFETISMO BÍBLICO fenómeno profético en el Oriente bíblico.
Los textos proféticos de Mari permiten el estudio
Desde que en la década de los años cincuenta del del fenómeno profético en su estadio más inicial. semejante al título del apartado inal: «El profetis
pasado siglo se comenzaran a publicar los textos Como hemos visto, se trata de textos breves que
proféticos de Mari, un considerable número de pu- casi no han sufrido proceso redaccional alguno y
blicaciones dan testimonio de la importancia de que han sido conservados entre la documentación
estos textos para la comprensión del fenómeno real, constituyendo el primer testimonio del fenó-
profético, y en particular para la profecía bíblica. meno profético. l
en el signiicado. El titulo inal responde más iel

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