Un compromiso de la voluntad individual con la voluntad de todos, que
Rousseau denominó “voluntad general”: Esto se refiere a que en vez que de prevalezca la voluntad individual de cada persona, es decir, sus deseos e intereses personales que pueden ser egoístas, que prevalezca la voluntad general, la cual es la voluntad de la sociedad en conjunto que es representada a través del bien común que beneficia a toda la comunidad. Esta voluntad general para Rousseau es importante en la toma de decisiones políticas y de hecho él pensaba que esta misma se descubre a través de la deliberación democrática, con la activa participación de los ciudadanos, de tal forma que este prefirió tomar en sus ideas una democracia directa en la que se delibere lo mejor para la comunidad en asambleas y debates públicos y no se imponga la voluntad de aquellos con fines deplorables e ideas de abuso de poder. En otras palabras, Rousseau pensaba que, para crear una sociedad justa y democrática, es importante que las personas se comprometieran a renunciar a cierta parte de sus deseos personales y someterse a la voluntad general bajo el contrato social, de tal forma que esta voluntad logre promover la justicia y el bien común para que las necesidades de todos los miembros de la sociedad sean atendidas, en vez de favorecer a una élite.
Una armonización de los intereses individuales en el interés general: Se
refiere a una sociedad justa y equitativa en la cual los intereses y deseos de los ciudadanos deben alinearse o vincularse para que contribuyan al bien común o interés general, para lograr un equilibrio entre las aspiraciones y necesidades de las personas para que no entren en conflicto y la sociedad se desarrolle colectivamente a través de leyes que promuevan el bienestar común sin que la dignidad humana se vea afectada.
Una fórmula que garantiza la igualdad de todos los individuos ante el
poder político: En otras palabras, es la “igualdad ante la ley”. Lo que significa que todas las personas deben ser tratadas de igual manera por las leyes e instituciones políticas, sin distinción de origen, raza, género y otras características, por lo que esto bajo el contrato social radica en que todos los ciudadanos aceptan someterse a un conjunto de reglas y leyes que se aplican equitativamente a toda la sociedad, para que sea una sociedad democrática y todos tengan los mismos derechos, de tal forma que la igualdad sea más que solo palabras bonitas.
Un nuevo planteamiento de la libertad civil, ya que no es una
concepción del soberano a los súbditos, sino el ejercicio de la condición misma del ciudadano: Esto explica el nuevo concepto que se tiene de libertad civil, ya que ahora las libertades civiles son los derechos inherentes de los ciudadanos que existen cuando el gobierno no se encuentra interviniendo arbitrariamente. Ya la libertad no es un privilegio otorgado por el gobierno o un soberano, ahora es un derecho que el gobierno le debe garantizar a los ciudadanos. Esto es lo que plantea este punto de vista para las libertades civiles.
Una legitimación racional de la libertad y el poder. Ambas tienen una
explicación que parte de la propia naturaleza racional del ser humano y no de explicaciones sobrenaturales: La legitimación racional de la libertad se puede observar desde diferentes puntos de vista de pensadores como Rousseau y Locke que aportaron al contrato social. Bajo estas perspectivas, los individuos deciden limitar algunas libertades o deseos para que el gobierno que sea establecido garantice y proteja sus derechos y busque promover el bien común. Por lo que naturalmente los seres humanos deciden dejar que ciertas cosas se limiten para su propio bien y el de todos. De igual forma, la legitimación racional del poder radica en el consentimiento de los gobernados, por ejemplo, Locke pensaba que el poder político debía derivarse de los ciudadanos y el gobierno establecido debía estar establecido bajo el consentimiento de estos mismos ciudadanos, ya que, si por el contrario hay un gobierno absolutista, el gobierno no sería legítimo. En resumen, la legitimación racional de la libertad y del poder radican en la aceptación de las leyes que tienen los ciudadanos para promover el bien para todos, ir en búsqueda de una sociedad más justa con un orden social más beneficioso y de un gobierno que actúe a favor o en beneficio de su comunidad. Buscando a través de una voluntad general y no individual, el desarrollo de su sociedad.