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Un subtitulo para este trabajo puede ser ¿Por qué afirma Kant que la democracia es la
mayor de los despotismos posibles? O también ¿Cuál es la relación entre gobernante y
pueblo en un Estado republicano y qué problemas enfrenta? Kant asienta la legitimidad
y el concepto de derecho público sobre la idea de contrato originario, donde se afirma
que todo ciudadano es visto como co-legislador junto a todos los demás, lo cual deja la
expectativa que el pueblo se reúna constantemente en asamblea para decidir el rumbo
que ha de tener el Estado. Pero esto implica, según Kant la necesaria tiranía de la
mayoría y por tanto un abuso a la constitución republicana. En el presente trabajo se
abordan las razones que permiten a Kant defender su posición en contra de la
democracia, favoreciendo otros tipos de gobiernos.
Según Kant, contrario a lo que podría pensarse, al pueblo no le interesa tanto tener el
mismo la facultad de ejecutar la ley, sino que se tome en cuenta la voluntad general en
las leyes, en otras palabras, prefieren el modo de gobernar republicano y no están
necesariamente inclinados hacia quién deba gobernar. Esto es porque según la idea de
contrato originario el establecimiento del estado es un acto de la voluntad de todos y la
legitimidad nace del pueblo, pero el modo de mantenimiento de esta legitimidad no es
una cuestión del pueblo sino de la administrador del Estado.
Ahora bien, la dependencia de todos frente a la legislación que nace de la misma idea
de derecho, se vería afectada si el soberano fuera a la vez el ejecutor pues la
constitución sería inestable, cosa que propicia la democracia aunque no sea exclusiva
de ella.
El principio de igualdad de todos los súbditos afirma que todos en cuanto ciudadanos
pueden ser legisladores, es decir seres morales capaces de proponer y acatar leyes
universales y por ende no puede haber amos o esclavos, sino que todos comparten la
misma naturaleza. Sin embargo, en Teoría y Praxis la formulación de la igualdad de los
ciudadanos era la independencia jurídica de estos, su no dependencia de ningún otro,
excluyendo así a la sección de la sociedad que se supone no puede legislar, es decir
que no posee uso de la razón y por tanto no puede pesar leyes y aceptarlas
consecuentemente; es curioso que el principio excluyera a obreros y mujeres como si
sus intereses no formaran parte del funcionamiento entero de la sociedad. Con la
diferencia en las dos formulaciones, Kant parece dar con un punto de tensión en el cual
hay que observar que los intereses de un grupo ha de primar sobre el de otros por
motivos materiales, pero a la vez debe admitirse que para que haya verdadera
legitimidad todos deben ser iguales en derechos para que no existan amos y esclavos.
Desde un punto de vista ideal, la constitución republicana basada en los tres principios
hace respetar el derecho de cada uno, logrando los dos pilares básicos importantes por
los que se estableció el Estado, a saber, la seguridad y el ambiente propicio para el
desarrollo autónomo y la búsqueda de la felicidad. Además, para que sea un verdadero
republicanismo, se desarrollan mecanismos de representación pública donde el
soberano lea la voluntad general y por medio de leyes que contribuyan al bien común
conserve el Estado y lo haga fuerte.
Sin embargo, esta batalla que se libra dentro de la opinión pública no necesariamente
visibiliza los intereses de las clases menos favorecidas o excluidas del medio legislativo.
Así, con deseos de responder a principios republicanos el soberano debería tener la
obligación (moral) de promover la inclusión y encogimiento de las diferencias materiales
entre los súbditos, empero, esto no puede verse como una obligación moral impuesta a
la sociedad, sino como un medio de progreso hacia una constitución republicana. Sin
embargo Kant no dice nada al respecto de las obligaciones positivas de los
gobernantes con el pueblo, aunque podría suponerse en la puya que le hace a
Federico, afirmando que este es como un servidor para el pueblo[PP, AK VIII, 353]. El
papel de este progreso lo pone Kant en manos de la naturaleza, pues ésta se vale de
los antagonismos para generar un progreso en los talentos humanos y en la moral
dentro de la sociedad[]. No obstante, se mantiene la tensión que existe dentro de la
imposibilidad del soberano para influir en la educación moral de los ciudadanos y la
necesidad de que todos sean iguales en cuestión de derechos, en otras palabras, la
igualdad que es incondicional se ve condicionada a factores materiales.
Conclusión
La democracia es rechazada por Kant porque desde un punto de vista lógico implica
despotismo. Exige a los súbditos la sumisión a la mayoría, permite la inestabilidad de la
constitución y bajo la sociedad pluralista soporta atropellos a la libertad de las personas
discriminadas. Además de ello, la democracia necesita de la promoción de la virtud para
no caer en una tiranía, sin contar los problemas técnicos del gobierno para llevar a cabo
sus leyes. Sin embargo, Kant acepta que después de una revolución violenta, la
desigualdad social se reduce y la democracia puede llegar a funcionar más soportable
pero esto no asegura su duración tal y como lo muestran las “repúblicas antiguas”.
Bibliografía
Kant, Immanuel
- Hacia la Paz Perpetua Jacobo Muñoz, Gredos 2011 Madrid (PP)
- Teoría y Praxis Aramayo, Gredos 2011 Madrid (TP)
-Contestación a la Pregunta ¿Qué es la Ilustración? Aramayo, Gredos 2011 Madrid (QI)