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Existen sin duda un montón de textos, ya sea literarios o periodísticos, que desde su

publicación y, a lo largo del tiempo se han vuelto memorables. De todos ellos se han hecho
incontables análisis, papers y hasta documentales. A continuación, presento una breve
revisión de un cuento de Hernan Casciari sobre uno de los goles más importante y más
bellos en la historia del futbol. Este trabajo pretende una fugaz, pero no por ello descuidada,
aproximación a su importancia y de por qué considero éste un texto memorable de un
hecho mundial.
Para comenzar, sería bueno empezar diciendo que es un texto que en cuanto a su estructura
narrativa habita entre un ensayo y un cuento. No es para nada un cuento fantástico y aunque
da cuenta de un hecho real, tampoco es una noticia, ni una crónica. Si hubiera que
catalogarlo, estoy seguro que este sería más un ensayo de no ficción. Ya que en él se deja
ver la opinión del autor, pero al mismo tiempo la narración tiene una pretensión de verdad,
es decir, es un y texto que presenta una opinión subjetiva de hechos verdaderos.
De la forma, se puede decir que este obedece a las reglas de los textos literarios. De
entrada, parece tener un inicio in extemis, es decir, se nos presenta como algo que no está
iniciando o bien, que está ya en su clímax. La genialidad del autor, es hacer de un suceso
del que ya todos conocemos el final, algo nuevo, y que además nos mantiene atentos y
termina por sorprendernos. Ya que, por decirlo así, deconstruye los diez, punto seis
segundos que le tomó a Maradona llegar desde la media cancha a la portería de Peter
Shilton.
Sobre el tono del texto, este esta presentado en un lenguaje formal, muy parecido al de un
texto noticioso. Digamos que haciendo honor a aquella figura que Alfonso Reyes le dio al
ensayo, me refiero a la del centauro, una criatura que habita entre la fantasía y la realidad;
mitad bestia, mitad hombre. Así el ensayo, así este texto no ficcional. De igual forma su
tono, aunque siempre es formal, al estarlo leyendo, no le despierta a uno esa seriedad de los
textos formales, sino que, por el contrario, al estar leyendo hechos de la vida cotidiana, uno
se siente muy cómodo, como si estuviera charlando con el autor. Entonces, si bien es un
texto de tono formal, también oscila entre el tono personal e intimo.
Sobre el mensaje, me parece que, en este caso, es más una interpretación que en mi caso
pasa por advertir que necesitamos pensar al futbol de otra manera. No sólo como un
deporte, ni como un simple juego sino como un ejercicio social que está habitado por un
montón de elementos sociales y políticos. Y que, a partir de eso se puede manipular y
lograr cosas que muchas veces no son tan agradables. Por todos los elementos recién
expuestos considero que “10.6” de Hernán Casciari, es un texto memorable.

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