Está en la página 1de 23

Recopilación

El papel del rendimiento académico de los estudiantes y


la actitud de sus familias ante el estudio.
¿Qué es el rendimiento académico?

Se entiende por rendimiento académico al sistema que mide la productividad del plazo que uno
dedica a estudiar y lo que aprende mientras se está formando. Dicho de otra manera, es el modo
en que evaluamos la capacidad de aprender. Según la calidad de este rendimiento, se integran de
mejor o menor forma los contenidos que se quieren asimilar.

El rendimiento es un indicador que refleja el progreso o el grado en que un estudiante demuestra


su avance en la adquisición de conceptos y conocimientos. Para quien estudia, el rendimiento
académico bien empleado puede ayudarle a beneficiarse y mejorar sus capacidades de aprendizaje,
consiguiendo resultados óptimos.

Tipos de rendimiento académico

El tipo o nivel de rendimiento de alguien en el plano académico puede ser bajo, medio o alto. Por
lo general, suele clasificarse como:

 Suficiente: Cuando se alcanzan los objetivos planteados.

 Insuficiente: Cuando no se logran cumplir las metas que se deberían.

 Satisfactorio: Es cuando se tienen las capacidades conforme al nivel que se exige.

 Insatisfactorio: En ese aspecto, se considera que el estudiante no llega al nivel mínimo o


que se espera.

Como podemos comprobar, no todas las personas rinden o aprenden igual. En el aprendizaje y en
el rendimiento académico influyen distintas variables como la inteligencia, las estrategias y
personalidad. Sin embargo, si algo se trabaja pueden mejorar los resultados. Desde la constancia, el
esfuerzo e implicación todo es posible.
La importancia del rendimiento académico:

¿Por qué es importante que los estudiantes tengan un buen rendimiento académico?

El rendimiento académico evidencia lo que el estudiante asimiló a lo largo de su proceso


pedagógico; así como también, la capacidad que tiene para responder a los estímulos educativos
(Gardey, 2021). El rendimiento académico es fundamental en todos los procesos de enseñanza y
aprendizaje, ya que permite identificar si el estudiante cumple con los estándares de aprendizaje.

El bajo rendimiento académico es una dificultad que pasan todos los estudiantes y maestros en
cualquier nivel educativo. Su efecto en la prensa y sociedad es evidente a partir de dos elementos:
cuando el bajo rendimiento académico perturba la autorrealización profesional de los estudiantes;
y, de igual manera, cuando los niveles de habilidades y conocimientos que puedan alcanzar, resultan
limitados a exigencias de su práctica profesional.

El bajo rendimiento académico se puede dar por diversas causas, tales como: desintegración
familiar, estilos de crianza, padres trabajadores, desinterés de los padres, adicciones, hijos
predilectos, hijos no deseados, etc. Estas causas pueden ser vinculadas a variables pedagógicas y
personales en cada persona.

Fomentan la actitud positiva ante el aprendizaje, trabajo en equipo y participación personal. Porque
es una inversión para el futuro de los alumnos. Hará que su curriculum sobresalga del resto y le
permita alcanzar más fácilmente sus metas profesionales. Métodos educativos más prácticos e
innovadores.

Acceso a más oportunidades

Al esforzarte por destacar en todo reto académico que se te presente, se te abrirán las puertas a
una mayor cantidad de oportunidades profesionales. Considera entonces por qué puede serte
indispensable un buen desempeño en la preparatoria.

Aun cuando no en todas las profesiones u opciones universitarias las calificaciones sean un factor
decisivo para poder ejercer o ser admitido, siempre habrá ocasiones en las que las calificaciones
resultarán relevantes.
Por ejemplo, quizás algún día desees ingresar a una universidad que supere tus estándares originales
o solicitar un trabajo en el que se revisen tus expedientes académicos. Así, es claro que te conviene
mantener abiertas tantas oportunidades como te sean posibles.

Ganarse el respeto de compañeros y maestros

Los alumnos que se preocupan por sus calificaciones a menudo se ganan el respeto de sus maestros
y sus compañeros. Sin embargo, muchos adolescentes se sienten intranquilos ante la posibilidad de
ser considerados como "nerds" en vista de obtener calificaciones altas.

Un gran número de personas exitosas se desempeñaron con excelencia académica en la


preparatoria. Bien podría decirse que las personas con calificaciones sobresalientes en la
adolescencia suelen alcanzar grandes metas a futuro.

Convivir con amigos que puedan entenderte y también se esmeran en su rendimiento


académico puede facilitarte tus objetivos en la escuela y en la vida. Esto se vuelve mucho más
complicado cuando los amigos no se interesan por este aspecto.

Mayor autoconfianza

En ocasiones, los adolescentes tienen miedo de esforzarse de más porque temen el fracaso. No
obstante, ello no debería ser impedimento para dar lo mejor de uno mismo en la escuela. De
hecho, a mayor esfuerzo, mayor autoconfianza.

El buen desempeño académico será el fruto de tu trabajo, lo cual te hará sentirte más motivado
para continuar por este camino y, además, más preparado para asumir las responsabilidades de la
edad adulta.

¿Qué beneficios puede tener para los estudiantes, sus familias y la sociedad en general?

En el papel que juega la educación como pilar básico del avance de cualquier sociedad, el
rendimiento académico se ha considerado un indicador relacionado con una mejor salud, una
trayectoria profesional y social más productiva, y como un factor que redunda en la mejora de las
familias y las comunidades (Duncan et al., 2007; Lee, 2010). Por ello no es de extrañar que, en los
marcos sociales actuales, y en cualquier sistema educativo, el hecho de que los estudiantes tengan
un buen rendimiento y finalicen con éxito la educación obligatoria generalmente asociada a la
educación secundaria- se ha convertido en un requisito casi imprescindible para medir la calidad de
la educación y el desarrollo futuro de un país.
Lo anterior se debe a que la graduación en la etapa de educación secundaria tiene impactos directos
sobre el empleo, los ingresos económicos a lo largo de la vida y la salud (Robertson y Reynolds,
2010). Algunas investigaciones han confirmado las mayores probabilidades que tienen los
estudiantes que no terminan estos estudios de sufrir problemas de salud, bajos ingresos,
criminalidad y aumento de las conductas de riesgo (Robison et al., 2017). Además, esta etapa
educativa abre el acceso a estudios superiores, lo que contribuye a mejorar las perspectivas de
trabajo en una sociedad cada vez más competitiva, incluso en el contexto actual, en el que los
estudios universitarios no garantizan la obtención un puesto de trabajo acorde con la formación
obtenida (Ciciolla et al., 2017).

El rendimiento académico ha sido un tema recurrente en la investigación; los argumentos acerca de


la importancia de la educación justifican su importancia y explican el interés de seguir indagando
sobre los factores que producen las diferencias de rendimiento. Esto adquiere mayor importancia
en la etapa de la educación secundaria, considerada como crítica porque en ella los estudiantes
suelen disminuir su rendimiento (Benner y Graham, 2009), en especial aquéllos que viven en
situación de riesgo por sus circunstancias sociofamiliares (Serbin et al., 2013).

La investigación ha confirmado que el rendimiento académico no es independiente de otros


contextos de aprendizaje y de desarrollo de los estudiantes. Se ha demostrado que en contextos
sociales y familiares favorables (progenitores con estudios universitarios, de estratos ocupacionales
medios y privilegiados, cuyas relaciones familiares se caracterizan por el apoyo afectivo) las
probabilidades de éxito académico se incrementan; y, consecuentemente, disminuyen cuando los
estudiantes viven en contextos desfavorecidos o con menos oportunidades (pobreza, marginalidad,
disfuncionalidad familiar, baja educación de la madre, familia monoparental y hacinamiento en el
hogar) (Bullón et al., 2017; Enríquez et al., 2013; Roksa y Kinsley, 2018).

Si bien el bajo o alto rendimiento es un índice escolar, la interconexión que existe entre el contexto
escolar y el familiar hace que determinados factores sociofamiliares contribuyan a incrementar el
riesgo de que algunos estudiantes sean más vulnerables a presentar bajo rendimiento.

El binomio entre contexto familiar y rendimiento académico nos condujo a centrar la finalidad de
este estudio en elaborar una revisión exhaustiva sobre los factores sociofamiliares, considerados de
riesgo, que pueden determinar la dirección negativa del rendimiento, y sobre las variables
personales que pueden moderar su influencia. El estudio se enfocó en estudiantes de secundaria,
por encontrarse en una etapa decisiva para su futuro personal, académico y social. Para ello se
realizó una revisión bibliográfica en las bases de datos Web of Science y SCOPUS, incluyendo en la
búsqueda términos en español y su equivalente en inglés que representaban conceptos de factores
sociofamiliares, nivel socioeconómico, rendimiento académico, riesgo, variables familiares,
variables personales y variables psicológicas. Las búsquedas no se limitaron por la fecha de
publicación.

FACTORES DE RIESGO Y RENDIMIENTO ACADÉMICO

Tradicionalmente la investigación educativa se ha centrado, principalmente, en indagar las variables


personales y las del proceso de enseñanza-aprendizaje que afectan al rendimiento académico
(Hattie y Anderman, 2013; Lee, 2014), y se presta menor atención a los factores sociales o familiares
que podrían obstaculizar el éxito académico; sin embargo, en los últimos años los factores
contextuales en los que se producen el desarrollo y el aprendizaje han ocupado un lugar importante
cuando se intentan comprender las diferencias en el rendimiento. En la actualidad, cuando se hace
referencia a factores de riesgo asociados al rendimiento académico, algunos autores consideran
necesario diferenciar las causas que están detrás de dichos factores: McKee y Caldarella (2016), por
ejemplo, sostienen la importancia de diferenciar, con vistas a la puesta en marcha de una
intervención, dos tipos de factores de riesgo asociados al rendimiento: por una parte estarían los
factores propiamente académicos, referidos a las dificultades escolares que impiden a los alumnos
alcanzar un rendimiento óptimo, y que pueden provocar que quede atrapado en un ciclo de fracaso
continuo; y, por otra, los factores sociales, asociados a variables contextuales o demográficas (por
ejemplo, ingresos familiares, la educación de los padres, la estructura familiar, etc.) que han
demostrado tener un impacto negativo en el rendimiento académico y que, en consecuencia,
favorecen la probabilidad de fracaso escolar.

Actualmente se sabe que existe un cúmulo de variables sociales y familiares (pobreza, problemas
de salud mental de los padres, privación cultural, negligencia familiar, maltrato, movimientos
migratorios, delincuencia…) que pueden constituir factores de riesgo en el rendimiento académico
de los estudiantes, especialmente en los que cursan una etapa educativa de cambios personales,
como la educación secundaria (Martínez y Álvarez, 2005; Rogero, 2012).

La perspectiva de considerar las diferencias del rendimiento académico desde un enfoque ecológico
(Bronfenbrenner, 1979), en el que también se tengan en cuenta variables exógenas al estudiante,
ha cobrado mayor peso en las investigaciones sobre rendimiento de los últimos años. Estudios como
el realizado por Whipple et al. (2010) sostienen la importancia de considerar los contextos familiares
y sociales a la hora de interpretar las diferencias en el rendimiento; estos autores concluyen que
aproximadamente un tercio de la varianza en el rendimiento académico se predice por la exposición
a un conjunto de factores sociofamiliares de riesgo que están fuera del control del profesorado y las
administraciones educativas, de manera que la exposición combinada a estos factores es lo que
supera la incidencia negativa en el rendimiento.

La teoría de la acumulación de factores de riesgo (Rutter, 1979; 1987) postula que estudiar de forma
aislada cada factor puede distorsionar la comprensión de los efectos de las situaciones de riesgo.
Según Rutter (1979), un factor de riesgo puede no ser siempre, por sí mismo, un predictor
significativo de desajuste académico; sin embargo, dos o más indicadores de adversidad o riesgo,
por ejemplo, del contexto familiar, producen un aumento de hasta cuatro veces más problemas de
comportamiento, y cuatro factores de riesgo producen un aumento de hasta diez veces más estos
problemas. Desde este enfoque se sostiene que los factores de riesgo tienden a covariar, y que la
exposición a múltiples factores es mucho más probable que la exposición a uno solo (Roy y Raver,
2014). Esta perspectiva pone énfasis en que el éxito o fracaso académico no depende
necesariamente de qué predictores negativos afectan al estudiante, sino del número o la cantidad
de predictores negativos que estén presentes (Ragnarsdottir et al., 2017).

Al igual que en los estudios iniciales de Rutter (1997), los resultados de investigaciones más
recientes (Lanza et al., 2014; Lucio et al., 2012) confirman que la acumulación de al menos dos
factores de riesgo, como el desajuste emocional de los padres, la pobreza económica familiar, bajos
niveles educativos de los padres y alta conflictividad en las relaciones familiares, aumentan la
probabilidad de fracaso escolar, en comparación a los efectos que puede provocar la presencia
aislada de uno de ellos (Buehler y Gerard, 2013). Cuando se produce esta adición de factores de
riesgo, y no son considerados y suprimidos tempranamente, generan efectos que se mantienen en
el tiempo e incrementan la probabilidad de fracaso en las diferentes etapas educativas (Sameroff et
al., 1998).

Específicamente en la etapa de secundaria, estudios recientes como el de Chaparro et al.


(2016) confirman que los estudiantes con bajo rendimiento no se caracterizan por estar expuestos
a un único factor de riesgo, sino por presentar un perfil definido por la acumulación de estos
factores: proceden de familias de bajo nivel socioeconómico (NSE) donde ambos padres tienen bajo
nivel educativo y escasos ingresos económicos, viven en casas en condiciones de hacinamiento e
insuficiente acceso a servicios básicos. Dentro de estos factores los que más se han investigado por
su incidencia significativa en el bajo rendimiento académico han sido el NSE y las características de
la familia (Dietrichson et al., 2017; Xing et al., 2017), los cuales se abordan en los siguientes
apartados, dada su repercusión en el rendimiento.

Los factores que influyen en el rendimiento académico:

¿Qué factores influyen en el rendimiento académico de los estudiantes?

Se determinó una relación estadísticamente significativa entre el nivel de rendimiento y apoyo


familiar, esto indica que aquellos padres que acompañan, retroalimentan y están pendientes de la
vida escolar, sus hijos muestran mejores niveles de desempeño escolar.

Existen múltiples factores que afectan el rendimiento académico (RA), algunos provienen del
interior del estudiante y otros, de causas externas al mismo, que se van interrelacionando entre sí
durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, conformando una red compleja e importante de
analizar, que amerita tenerse en cuenta durante estudios relacionados con el RA, porque son la base
para la reflexión sobre la eficacia y la eficiencia de los sistemas educativos, que abren las puertas a
la fundamentación de reformas educativas. Conocer y comprender aspectos diferentes sobre cada
uno de los factores que afectan el RA, genera información valiosa para las instituciones de
educación, porque les permite disponer de bases sólidas en la etapa de planeación y durante el
abordaje de planes de mejoramiento en las áreas académica, pedagógica y de bienestar
institucional; facilitando que dichas áreas lideren de forma asertiva programas, charlas, actividades
con temáticas que contribuyan al incremento del nivel académico del estudiante, disminución de
las repeticiones de cursos y reducción de la deserción.

Factores socioculturales

Aspecto laboral, nivel educativo de los padres, formación y rendimiento académico previo, nivel
motivacional al ingresar a la institución educativa, motivo de la elección del programa, capacidad de
comunicación y socialización.

Factores demográficos

Género, edad, estado civil, fuente financiación de estudios y estrato social.

Factores biológicos Estado de salud física (General)


Factores pedagógicos Aptitudes y actitudes del docente, formación y experiencia del profesor,
proceso didáctico, tamaño del grupo, capacidad de manejo del grupo por parte del docente, clima
académico en clase, nivel motivacional durante la permanencia del estudiante en la institución y
método de estudio.

Factores cognoscitivos

Tipo de inteligencia, rendimiento académico previo, aspectos en aptitud y actitud, capacidades y


habilidades y proceso de pensamiento.

Factores sicológicos

Estado de salud mental y sicológica, seguridad en la elección del programa, aspectos de aptitud y
actitudinales, nivel motivacional al ingresar a la institución y durante su permanencia,
autoconcepto, Concentración, Responsabilidad hacia el aprendizaje, ansiedad y estrés, emociones,
insomnio e Inseguridad.

La inteligencia

Inteligencia (del latín Intelligentía). La Real Academia de la Lengua Española la define como “la
capacidad de entender o comprender, así como la capacidad para solucionar problemas”. La
inteligencia está asociada con el proceso de pensamiento, el cual se lleva a cabo en el cerebro,
aprender nuevas cosas no hace a la persona más inteligente, sino más conocedor del tema, pero el
proceso de pensamiento sólo es posible si se posee algún nivel de inteligencia. Sólo quien es
Inteligente tiene capacidad de aprender, tener la capacidad facilita la adquisición de la habilidad.
(Johnson, 2000)

Tipos de inteligencia De acuerdo a Gardner (2005), se pueden identificar múltiples inteligencias,


para él la Inteligencia no es únicamente el aspecto intelectual, sino que es una combinación de
diferentes inteligencias, cada persona posee todas las inteligencias, manifestándose alguna(s) en
mayor grado o representatividad.

Inteligencia lingüística Capacidad para expresarse a través del lenguaje verbal y escrito. Utiliza
ambos hemisferios del cerebro, no obstante, se ha identificado que el “área Broca” del cerebro es
la responsable del desarrollo y existencia de esta inteligencia. Inteligencia lógico-matemática Utiliza
en mayor grado el hemisferio izquierdo del cerebro. Capacidad para comprender y resolver
problemas que impliquen un manejo analítico, lógico y matemático. Inteligencia visual-espacial
Modelo mental en tres dimensiones. Capacidad para imaginar mentalmente formas, figuras,
volúmenes y proyectarlos en el mundo real para poder ser visualizados de una forma detallada y
codificada. Inteligencia musical Conocida comúnmente como “buen oído”, es una habilidad innata
y pese a ello se recomienda ser estimulada para desarrollarse a plenitud y alcanzar su máximo
potencial. Inteligencia corporal-quinésica (cinestésica) Habilidades con movimientos físicos del
cuerpo, esta aptitud se manifiesta generalmente desde los primeros años de vida. Inteligencia
interpersonal Capacidad para relacionarse con otras personas, alto grado de empatía. Inteligencia
intrapersonal Capacidad para autoevaluarse y/o autoanalizarse facilitando el conocimiento de sí
mismo, puede ser utilizada en cualquier área de desempeño a lo largo de la vida. Inteligencia
naturalista Capacidad de observar, estudiar y valorar la naturaleza. Inteligencia emocional
Capacidad para resolver problemas con el buen manejo de las emociones. Influye en la toma de
decisiones.

Según Waterford.org, una organización que busca ayudar a los niños a alcanzar el éxito a través del
acceso a la educación, la participación de los padres en el proceso educativo se refiere a que tanto
maestros como padres de familia compartan la responsabilidad de enseñar a los alumnos y trabajen
en conjunto para alcanzar los objetivos educativos. Para lograrlo, la organización sugiere que los
docentes inviten a los padres a reuniones y eventos escolares de manera regular y que los padres,
voluntariamente, se comprometan a priorizar estas metas.

Lamentablemente la participación de los padres en el proceso educativo ha ido en declive desde


2016, de acuerdo con datos de Blackboard. El reporte indica que muchos padres creen que la
comunicación entre ellos y los docentes es inefectiva ya que prefieren métodos de comunicación en
línea (como mensajes de texto, email y redes sociales) que asistir a conferencias o reuniones
informativas. Aunque involucrarse más ayudaría a mejorar la comunicación, esta baja asistencia
refleja poco apoyo y disponibilidad de tiempo de los padres para asistir a estos eventos.

Según un meta análisis de más de cincuenta estudios sobre participación de los padres en la escuela
secundaria, existe una directa conexión entre el rendimiento académico de los estudiantes con la
participación de los padres en la educación de sus hijos; además el estudio señala que entre a más
temprana edad se establece una conexión entre los padres y el proceso educativo de sus hijos, se
crea una base más sólida para el éxito del estudiante.
El campo de la educación es una de las cuestiones esenciales y de mayor preocupación para muchas
personas. Y es que, gracias a la enseñanza, la sociedad puede desarrollarse en distintos ámbitos. Por
ello, la importancia del rendimiento académico es un concepto clave en el aprovechamiento
formativo. Ser productivo a la hora de estudiar, aumenta la eficacia y permite asimilar más
conocimientos.

Ventajas de la participación de los padres

El involucramiento de los padres es clave para el desarrollo de los alumnos y ofrece muchos
beneficios. Existen muchos estudios, incluidos los antes mencionados, que hablan sobre cómo
puede mejorar y ayudar esta participación en la vida estudiantil y también a los docentes. Algunas
de las ventajas son:

Cuando hay una buena comunicación entre los padres y los maestros, disminuye el absentismo.
Según un reporte de Johns Hopkins University (JHU), ayuda a reducir en un 24 % las faltas del
alumno.

El rendimiento académico aumenta. Según JHU, aspectos como la comprensión y la fluidez lectora
mejoran cuando hay participación de los padres, aún más si los papás dedican tiempo para leer con
sus hijos, ya que los alumnos saben que sus papás están al pendiente, tratan de mejorar por ellos,
se sienten más motivados a aprender y mejorar sus calificaciones.

También ayuda a mejorar el comportamiento del alumno en el aula. Que los padres y docentes
tengan más comunicación ayuda al alumno a sentirse más motivado en clase, mejorando su
autoestima y actitud en el aula.

El beneficio se extiende a todas las edades. Aunque normalmente se habla del beneficio en alumnos
de preescolar o primaria, hay otros estudios enfocados en alumnos de bachillerato. La participación
de los padres marca una diferencia en todos los niveles, aunque, claramente, va disminuyendo
conforme el alumno avanza. Aun así, en la preparatoria, por ejemplo, el tener a los padres
involucrados puede afectar la decisión si el alumno quiere seguir estudiando o no.

La participación de los padres mejora el desempeño de los docentes. Cuando los padres tienen
mejor comunicación con los maestros, ellos aprenden a valorar más su trabajo y los desafíos que
ellos enfrentan, lo que hace que el docente se sienta valorado. También los ayuda a conocer más al
alumno, lo que permite enseñarle de manera más personalizada y efectiva.
Ayuda a que los padres de familia se sientan más involucrados y felices con la educación de sus hijos.
Al existir una buena conexión entre las escuelas, los padres comprenden mejor el plan de estudios
y el avance que tienen sus hijos. Además, ayuda a que se sientan más cómodos y felices con la
calidad de la educación. Incluso puede motivar a aquellos que no terminaron su propia educación,
a continuarla.

Desventajas de la participación de los padres

Aunque el involucramiento de los padres en la educación de sus hijos sí conlleva beneficios, también
puede tener connotaciones negativas. Existen varios casos donde el involucramiento de los padres
es excesivo, cuando los padres llaman o buscan constantemente a los maestros para estar
monitoreando la evolución de sus hijos, lo que quita mucho tiempo a los docentes además de que
puede dañar la autoestima tanto del docente como del alumno.

A los docentes también les preocupa hasta qué punto deben involucrarse los padres. En casos como
la contratación de profesorado, la elección de libros o el desarrollo del plan de estudios, entre otros,
son temas en los que los docentes opinan que los padres no deberían estar involucrados. Para
evitarlo, las escuelas deberían de realizar políticas de participación de los padres en conjunto para
crear límites y que los padres conozcan hasta dónde pueden participar.

Desafíos de la participación de los padres

Uno de los más grandes desafíos en este tema es que los padres encuentren el tiempo para asistir
a los eventos escolares de sus hijos, especialmente en el caso de las familias de bajos recursos,
quienes muchas veces tienen largas jornadas laborales o incluso dos o tres diferentes trabajos. Esto
es un gran reto para el docente ya que los padres esperan que sus hijos tengan buen desempeño
académico pero los alumnos no reciben ningún tipo de apoyo en casa.

También es difícil establecer un vínculo seguro entre las escuelas y los hogares de manera que exista
un ambiente seguro para todos los padres, sin importar su nivel socioeconómico. Cuando se
presentan casos donde los padres no saben leer ni escribir o cuando su lengua materna no es la que
predomina en la institución, es difícil que el familiar se sienta cómodo al asistir a pláticas o eventos
escolares, ya que puede sentirse intimidado. Es por eso que las instituciones educativas deben
esforzarse aún más para hacerlos sentir bienvenidos y aceptados.
El involucramiento de los padres se asocia con diversos beneficios para los estudiantes de todas las
edades. Incluso no es necesario un nivel de involucramiento tan alto, tan sólo preguntar al niño
cómo le fue en la escuela y asistir a las reuniones escolares, los padres pueden influenciar
positivamente en el futuro del alumno. Según expertos en el tema, el mejor indicador del éxito de
un estudiante es la medida en la que las familias están involucradas en su educación. Al sentir el
apoyo de sus padres, los alumnos se sienten más motivados y desarrollan un amor por el
aprendizaje.

Por otro lado, los docentes ven cambios importantes en sus aulas cuando los padres se involucran.
Desde la motivación y desempeño del alumno, hasta mejorías en su carácter. Además, esta
colaboración puede ayudar a identificar necesidades, objetivos y discutir de qué manera los padres
pueden contribuir a la educación de sus hijos. También presenta la oportunidad de escuchar las
preocupaciones de los padres y ayudarlos a conocer más de cerca la educación de sus hijos,
ofreciendo beneficios a todas las partes involucradas, la escuela, maestros, padres y sobretodo, a
los alumnos.

¿Qué pueden hacer los estudiantes, sus familias y los educadores para mejorar el rendimiento
académico?

La educación es la base de la sociedad. Aun así, es frecuentemente confundida con adiestrar y


adoctrinar; aunado a que sufre el desinterés de la familia, lo que facilita el fracaso escolar y provoca
una creciente problemática en el rendimiento de los estudiantes desde hace años. Principalmente
conformada por el triángulo maestro-alumno-padre de familia, requiere que estos elementos se
desempeñen de manera adecuada para lograr el éxito académico. No obstante, la armonía entre las
tres partes frecuentemente está corrompida y es ahí dónde surge el problema.

Modelos o estilos de aprendizaje Cada persona establece de forma diferente relación con el mundo
que lo rodea, procesando y transformando en conocimiento la información recibida, por lo que cada
uno crea sus propias estrategias de aprendizaje; esto implica que la enseñanza ha de ser reorientada
en cuanto a metodología, velocidad del proceso, tipo de inteligencia, ambiente social, afectividad,
motivación, expectativas, personalidad, comportamientos, actitudes y aptitudes.

Aspectos que han de ser tenidos en cuenta por parte del docente, para que el estudiante logre
estructurar contenidos, formar conceptos y utilizarlos, además, interpretar, proponer y argumentar.
Esta diversidad de percepción de información y procesamiento de la misma para construir
conocimiento, ha sido motivo de investigación entre pedagogos, sicólogos, neurofisiólogos y
sociólogos, hasta lograr conformar seis agrupaciones dependiendo de las similitudes en tendencias
de estilos de aprendizaje, (Ferreyra, 2007) estas son: • Modelo de Hemisferios Cerebrales • Modelo
de Cuadrantes Cerebrales • Modelo de las Inteligencias Múltiples (mirar tipos de inteligencia) •
Modelo de Programación Neurolingüística • Modelo de Kolb • Modelo de Felder y Silverman
Modelo de los Hemisferios Cerebrales (Sperry) Divide el cerebro en dos hemisferios el izquierdo y
el derecho. Para aprender hay que utilizar todo el cerebro (Verlee Williams, 1986), ambos
hemisferios están implicados en el proceso cognoscitivo. La especialización de cada hemisferio está
relacionada con diferentes habilidades, así: • Hemisferio izquierdo: Habilidades de escritura,
lectura, redacción, ortografía, oratoria, escucha, resolución de problemas matemáticos • Hemisferio
derecho: Habilidades de canto, música, expresión artística, emociones y sentimientos. Modelo de
Cuadrantes Cerebrales (Ned Herrmann) Divide el cerebro en cuatro cuadrantes: cortical derecho e
izquierdo y límbico derecho e izquierdo (Ferreyra, 2007). • Cuadrante 1: cortical derecho (CD) Se
encuentran aquí las personas caracterizadas por procesos mentales como la conceptualización, la
capacidad de síntesis, el desarrollo de la imaginación, habilidad para utilizar la intuición y la
visualización

• Cuadrante 2: cortical izquierdo (CI) Se encuentran aquí las personas caracterizadas por procesos
mentales como la lógica, el análisis y el razonamiento. Demuestran capacidad para desarrollar
competencias en abstracción, matemática y análisis cuantitativo. • Cuadrante 3: límbico izquierdo
(LI) Se encuentran aquí las personas caracterizadas por procesos mentales como la planificación,
formalización y estructuración de procedimientos, con habilidad de aplicar un método y ceñirse a
las secuencias que éste indique. • Cuadrante 4: límbico derecho (LD) Se encuentran aquí las
personas caracterizadas por ser extrovertidas, espontáneas y muy afectivas, con capacidad de
escuchar y de interactuar con otros. Modelo de las Inteligencias Múltiples Ver: en tipos de
Inteligencia. Modelo de programación neurolingüística (Bandler y Grinder) La Programación
Neurolingüística (PNL) es una forma de comunicación donde se realiza un proceso mental
interviniendo aspectos cognitivos y emocionales. Se programa en el cerebro un modelo de
pensamiento, para esto se introduce a través de los sentidos experiencias (experiencia sensorial),
se registran en el cerebro (registros sensoriales), se procesa en el cerebro a través de la
comunicación entre neuronas (sinapsis), los resultados de esta programación salen del cerebro en
forma de pensamientos, como respuesta para ser almacenados en la memoria, posteriormente
dichos pensamientos son utilizados por la persona de manera consciente o inconsciente,
reflejándose en su comportamiento. (Stahl, 2000). Las personas perciben el mundo que les rodea a
través de tres Sistemas Representacionales, estos son: el visual, el auditivo y el kinestésico (gusto,
olfato, tacto) (O'Connor & Seymour, 1995). Existe otro sistema que permite alcanzar la
comunicación de forma natural entre las personas, el cual se conoce como Sistema Lingüístico,
constituido por la interacción entre la Lengua (signos-letras-idioma) y el Lenguaje (oral-escrito
gestual o corporal). Para aplicar adecuadamente la PNL es indispensable que el docente y el
estudiante se identifiquen con la misma lengua y el mismo lenguaje, porque esto contribuye a una
comunicación efectiva y asertiva. Es importante que el docente aprenda a leer en el estudiante su
lenguaje corporal para identificar de alguna forma los sentimientos y conductas aprendidas que el
alumno lleva en su interior y así reconocer al mismo tiempo cuál es el canal más adecuado que ha
de ser utilizado para enviarle los estímulos apropiados durante el proceso de aprendizaje del mismo
(Dilts, 1997). Modelo de Kolb Se basa en la Teoría del Aprendizaje Experimental, en la cual se
establece un ciclo de cuatro etapas consecutivas (Villanueva Alonso, 2010), a saber: • Experimentar:
experiencia concreta. • Reflexionar: observación reflexiva. • Conceptualizar: conceptualización
abstracta. • Actuar: experimentación activa. La mayoría de las personas tienden a especializarse en
una o dos de estas etapas, por lo que pueden diferenciarse cuatro tipos de alumnos: Activo,
reflexivo, teórico y pragmático. Modelo de Felder y Silverman Clasifica los estilos de aprendizaje a
través de cinco dimensiones, de acuerdo a la forma de percibir y procesar la información (Salas Silva,
2008) y son las siguientes: • Dimensión 1: sensitivos-intuitivos Los alumnos sensitivos son los que
tienen la capacidad de percibir sentimientos y emociones a través de alguno de los sentidos. •
Dimensión 2: visuales-verbales Los alumnos visuales son los que aprenden mejor a través de lo que
ven. Los alumnos verbales son los que aprenden más a través de la oratoria. • Dimensión 3:
inductivos-deductivos Los alumnos inductivos prefieren como punto de inicio los detalles
particulares para llegar luego al concepto general. Los alumnos deductivos parten de lo general a lo
particular. • Dimensión 4: secuenciales-globales Los alumnos secuenciales son los que gustan llegar
al conocimiento de algo, a través de pasos secuenciales donde el paso siguiente se encuentra
relacionado con el anterior. Los alumnos globales aprenden visualizando la totalidad de algo •
Dimensión 5: activos-reflexivos Los alumnos activos gustan de aprender con estrategias que los
mantengan alertas y en actividad continua. Los reflexivos son aquellos que prefieren aprender a
través del análisis, interiorizar las teorías, comprenderlas, reflexionar sobre ellas.
La relación entre el rendimiento académico y la actitud de las familias ante el estudio:

¿Cómo influye la actitud de las familias ante el estudio en el rendimiento académico de los

estudiantes?

Un entorno caracterizado por valores, apoyo emocional y comunicación afectiva puede tener un
impacto favorable en el rendimiento académico de las y los estudiantes.

Una de las principales preocupaciones del profesorado de las escuelas, que se hace cada vez más
frecuente, es el bajo rendimiento académico que se genera en algunos estudiantes y que interviene
de manera negativa en el desarrollo normal del proceso de enseñanza. En un estudio se concluye
que los padres de familia quienes aportan en las actividades desarrolladas en la escuela; lo hacen
de manera formal y basados en los temas tratados en clase.

Sin embargo, existe un grupo de padres de familia que no tienen disposición para realizar y cumplir
con las necesidades de los estudiantes y esto hace que el rendimiento escolar sea bajo. "Cada
persona es responsable de aportar con el apoyo familiar; sin embargo, la ayuda que les brindan los
padres a sus hijos de alto y bajo rendimiento académico, varía de acuerdo al interés que tiene cada
padre por sus hijos", acota el estudio.

La psicóloga Cristina Gallegos (2021), afirma que las terapias psicológicas adecuadas si van a mejorar
el rendimiento académico; sin embargo, son necesarios otros factores de bienestar, es decir,
trabajar conjuntamente con el núcleo familiar. Lamentablemente, las instituciones no dan la
importancia necesaria al entorno familiar, a pesar de que los dos están estrechamente ligados en
calificaciones y rendimiento.

Por su parte, la Psicóloga Educativa, Tatiana Pesántez, maniesta que el maltrato causa graves
afecciones en el desempeño académico de niños y jóvenes, pues, es un factor que impide que el
estudiante alcance altos niveles de concentración, debido a que el maltrato genera alteraciones en
el sistema nervios.

Sin embargo, le preocupa que que al momento de realizar entrevistas para detectar el porqué de la
actitud de los estudiantes, en cuanto a su bajo rendimiento, los representantes suelen ocultar todo
tipo de violencia en el hogar y, por ello, es importante realizar un diagnóstico oportuno y las
entrevistas debidas, para llegar al origen de la situación de los estudiantes en cuanto a su
rendimiento y conducta.
Los modelos educativos han de ser diseñados teniendo en cuenta el espacio sociocultural en el cual
se ha de implantar, el nivel económico, el perfil de los estudiantes, el estilo cognitivo de ellos, porque
estos factores afectan considerablemente el aprendizaje significativo, afectando los indicadores de
inasistencia, repitencia y abandono académico. Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje se
conjugan múltiples factores que inciden en el rendimiento académico del estudiante, el docente no
puede ser ajeno a la existencia de ellos, porque en el momento de presentarse alguna falla en el
proceso, es éste quien debe identificar claramente de dónde proviene la falla, para direccionar al
estudiante en búsqueda de ayuda profesional o en su defecto para que el mismo docente mejore
aspectos que puedan estar afectando al estudiante. La motivación ha de ser tenida presente como
estrategia de aprendizaje, en este sentido el docente ha de orientar la enseñanza con el fin de
promover el aprendizaje de los estudiantes, teniendo en cuenta que la motivación estimula la
voluntad de aprender. Cuando un estudiante se encuentra motivado tiene mayores posibilidades
de aprender porque su concentración será alta y no tendrá bloqueos mentales que obstaculicen su
proceso de pensamiento. El aprendizaje involucra aspectos cognoscitivos y afectivos.

El aprendizaje no solo se encuentra ligado con la capacidad de analizar, argumentar, decidir, sino
que también tiene mucho que ver con la memoria porque sólo se puede determinar si una persona
ha aprendido algo si en un futuro tiene la capacidad de recordarlo. Es conveniente que el docente
conozca el Tipo de Inteligencia que caracteriza al estudiante, con el propósito de servir de guía en
el diseño y planeación de actividades académicas encaminadas a mejorar el proceso de
enseñanzaaprendizaje. Propiciar charlas de capacitación dirigidas a docentes y estudiantes sobre el
manejo adecuado de la ansiedad y el estrés, de forma tal que los actores del proceso enseñanza-
aprendizaje puedan controlar estos aspectos logrando alcanzar un equilibrio. El docente ha de
brindar confianza a los estudiantes para que se sientan seguros de participar. Propiciar un debate
donde el análisis, la síntesis y la conclusión sean elaborados por los mismos estudiantes,
fomentando el trabajo colaborativo y al mismo tiempo un aprendizaje significativo, para esto se
requiere de un esfuerzo por parte del docente donde logre orientar la atención de los alumnos hacia
el tema tratado, siendo flexibles con las opiniones y participación de los estudiantes. Valorar más
que censurar, porque de esta forma se estimula la voluntad por aprender.

¿Qué pueden hacer las familias para apoyar el aprendizaje de sus hijos?

Consejos para un adecuado aprovechamiento académico


Ser un estudiante productivo en el terreno académico es un trabajo individual en el que deberás
considerar algunos aspectos indispensables.

Gestionar el tiempo

Planificar los horarios para hacer el trabajo es de vital importancia y una responsabilidad individual.
Planificar la gestión del tiempo es un elemento crucial para poder enfrentarse a cualquier reto
académico con la mayor estructuración posible. No todo el mundo saca el mismo partido de su
tiempo, por lo que organizarse y saber manejar las horas de dedicación en el estudio es clave para
alcanzar un adecuado rendimiento académico. Recuerda: programar es importante, y hacerlo con
antelación también.

Fija un horario para tus estudios y tu descanso

Cuando eres estudiante de preparatoria o facultad tienes pautado un horario de clases definido.
Sin embargo, también tendrás fechas fijadas para la entrega de trabajos y otras asignaciones que
deberás culminar en casa. Si quieres que los tips para mejorar tu rendimiento académico te sean
de ayuda, debes tener un orden para cumplir con tus responsabilidades.

Para que no se acumulen tus asignaciones, debes establecer un horario de estudio fuera de clases
para que puedas cumplir con tus tareas. En primer lugar, debes tomar en cuenta las fechas de
entrega de las mismas para que mantengas en claro cuáles son tus prioridades.

Asimismo, no se te puede olvidar el tener tus horas destinadas para el descanso. Así, tu cerebro se
podrá relajar y absorberá de una forma más rápida la información que vayas aprendiendo. Es decir,
el estudio o trabajo académico no está peleado con los descansos, los cuales son necesarios para
lograr la máxima efectividad.

Preparar el espacio de estudio

El entorno en el que se estudia debe ser idóneo para fomentar la concentración. Por ello, lo ideal
es hacerlo en un sitio acomodado y preparado con todos los materiales que necesitarás. El propósito
es que puedas realizar correctamente la tarea y sacar el máximo provecho de las horas invertidas.

Para maximizar tu rendimiento académico, procura que el sitio donde vas a estudiar:

 Este ordenado y equipado con mobiliario ergonómico.


 Tenga buena ventilación, la temperatura correcta y una iluminación adecuada.

 Sea tranquilo, silencioso y libre de distracciones.

 Disponga de todo el material de estudio que vas a necesitar: libros, apuntes, folios,
ordenador, herramientas para escribir, etc.

Hay espacios en donde concentrarse se convierte en una tarea difícil a la hora de leer un libro o
realizar alguna asignación.

Por ejemplo, si se te ocurre la idea de estudiar mientras vas en el autobús, o en tu casa mientras
tienes visitas, probablemente no comprenderás de forma efectiva la materia que estés estudiando
por falta de atención y/o los distractores que se presentan.

Por esta razón, debes buscar un lugar que sea el ideal para sentirte inspirado al momento de
adquirir conocimientos. Asimismo, necesitas un espacio en donde puedas fomentar el proceso
creativo, indispensable a la hora de realizar un trabajo especial.

¿Dónde puedes encontrar un espacio apropiado para tus estudios?

Con algo de voluntad e interés podrás encontrar o crear el sitio apropiado para estudiar. Puede ser
tu casa, tu habitación, o el sitio en donde logres sentirte más cómodo. Sin embargo, antes de elegir
el lugar, primero deberá de tomar en cuenta que este sea un espacio silencioso y con iluminación
natural para no forzar tu vista al momento de leer.

En el espacio que crees para tus estudios no deberá haber ningún tipo de distractor, y es una buena
idea incluir una mesa de trabajo para que te sientas lo más cómodo posible durante tus horas de
estudio o trabajo académico.

Dar prioridad a las tareas

No todas las tareas tienen el mismo peso o urgencia, así que debes saber priorizarlas. Jerarquizar
las tareas te ayudará a organizarte y trabajar de forma ordenada, por lo que saldrá beneficiado tu
rendimiento académico.
Haz un listado con todos los trabajos que tienes que hacer y tendrás un visón general del volumen
de faenas a realizar y a que debes dedicarle más o menos tiempo. Otro aspecto fundamental si
quieres mantener la concentración y un buen rendimiento, evita hacer muchas cosas a la vez. Es
mejor empezar una tarea y terminarla.

Planificar y aprovechar los momentos de descanso

Reposar y destinar tiempo a desconectar también es imprescindible para que el organismo descanse
y el cerebro se relaje. El descanso te permitirá recuperar energía y fuerza. Si aprovechas las pausas,
vas a ser más productivo cuando estes estudiando y, del mismo modo, absorberás mucho mejor
toda la información que aprendas.

Así pues, se trata de encontrar el equilibrio entre los momentos de trabajo, el reposo y
entretenimiento.

Emplear técnicas de estudio

Las técnicas de estudio pueden servirte para maximizar la concentración, analizar y comprender los
elementos del texto.

Redactar uno mismo los conceptos es una buena opción. La información se absorbe mucho mejor
cuando se extraen apuntes y anotaciones de un libro de texto. Para ello, debes leer con atención,
separar conceptos y subrayar las ideas clave. Luego puedes resumirlos, esquematizar o hacer
gráficos. Aquello que escribes por ti mismo y comprendes es más fácil de recordar y, por tanto, de
aprender.

Tal y como comentábamos anteriormente, algunas observaciones científicas hablan sobre los
factores que influyen en la inteligencia de las personas. Si bien es cierto que existe una parte que
depende de la genética, también pueden emplearse estrategias útiles para mejorar el rendimiento
académico. Ahora bien, cada uno tiene que probar y encontrar aquellos métodos más eficaces para
favorecer su aprendizaje.

Nunca se te olvide tomar apuntes en clases

Para que puedas tomar apuntes importantes en el aula física o virtual, debes comenzar a desarrollar
tus habilidades multitask. Esta técnica consiste en escuchar y detectar al mismo tiempo la
información más importante para luego escribir y sintetizar los datos de la manera adecuada.
Algunos estudiantes hacen uso de abreviaciones organizadas para resaltar los conceptos más
importantes. Mientras que otros prefieren hacer uso de lápices de diferentes colores para resaltar
la información más relevante y luego leerla.

Por otro lado, también están los estudiantes que van escribiendo todo lo escuchan, y luego leen
para escoger la información más importante.

Actualmente, ante la modificación de la modalidad presencial a la virtual (en línea), hay instituciones
como la nuestra que tienen el recurso de grabar las clases como una práctica generalizada de parte
de los docentes para facilitarle al alumno los procesos de enseñanza, y tengan oportunidad de
revisar sesiones anteriores para mejorar la comprensión de temas complicados.

Sin embargo, el tomar notas siempre es importante para tener un buen desempeño al momento de
presentar un examen o realizar un informe.

Analiza toda la información que aprendas en clases

Hay ciertas habilidades que no desarrollan todos los estudiantes de la misma manera, y son
importantes para el rendimiento académico. El análisis y el cuestionamiento son habilidades que
deben ser aplicadas para comprender lo enseñado dentro del aula física o virtual.

Cuando analizas puedes tener una mayor comprensión de los elementos, y cuando cuestionas
puedes aclarar puntos que generan confusión y de ese modo ir construyendo el conocimiento. La
crítica constructiva no es una opinión grosera acerca de un tema determinado. Al contrario, un
estudiante que sabe cuestionar, lo hace de manera educada y con buenos argumentos.
El analizar y cuestionar son elementos fundamentales para alcanzar el entendimiento y debe ser
visto con responsabilidad, ya que esto será una herramienta valiosa durante la etapa de estudiante
y al convertirte en un profesional.

Comer bien

Cuando más saludable y equilibrada sea tu dieta, mejor rendirás. La alimentación, entre otros
hábitos, tiene influencia directa en la memoria y concentración. Lograr una alimentación saludable
es necesario para dotar al cuerpo de las vitaminas y minerales necesarios. Comer equilibrado va a
darte la energía que necesitas para superar el día. Así que, procura comer sano y hacerlo varias
veces al día. Destina el tiempo necesario a las comidas, come tranquilo y hazlo de forma consciente,
sin prisas.

Recuerda que, para que tus estrategias mejoren es imprescindible mantener un compromiso
firme con los propósitos de éstas. Aplica estos consejos para aumentar el rendimiento en tus horas
de aprendizaje. Te garantizamos que obtendrás resultados más que positivos.

Buscar ayuda necesaria

Existen muchos métodos que puedes llevar a cabo para mejorar tu rendimiento. No está de más
preguntarles qué herramientas utilizaron para alcanzar su objetivo durante su proceso de estudios.

Por lo general, hay métodos o hábitos de carácter práctico que son usados por un buen número de
estudiantes y que tú también puedes llevar a la práctica.

Contar con herramientas necesarias para tus estudios

Antes de comenzar a estudiar, debes tener cerca todas las herramientas necesarias para trabajar.
De esta manera no tendrás que desconcentrarte mientras buscas algún elemento esencial para tus
estudios. En el espacio que has creado para tus horas de estudios no debe faltar:

 Lápices

 Cuadernos

 Hojas
 Plumones

 Borrador

 Calculadora

 Equipo electrónico: celular, tableta, computadora, etc.

Si debes hacer uso precisamente de una computadora de escritorio o una laptop para trabajar o
estudiar, será indispensable que esté actualizada para que funcione de manera adecuada y tengas
fácil acceso a toda la información que necesites, del mismo modo requieres de una conexión a
internet estable para lograr una fluidez sin interrupciones técnicas.

Mantén lejos de ti cualquier tipo de distracción

Este paso puede ser uno de los más complicados, ya que mantener alejado las distracciones puede
ser un verdadero reto. Tanta tecnología e información puede distraer tu mente mientras buscas lo
que realmente necesitas saber.

Es por ello, que al momento de estudiar es preferible que mantengas alejado de ti el celular. Ahora,
si tienes cerca amigos o familiares que no colaboran en tu concentración puedes hacerles saber que
necesitas silencio para continuar con tus horas de estudio.

Recuerda que la cortesía nunca está de más, y debes saber cómo decir “no” a algunas personas, y
que además necesitas espacio y tiempo para poder practicar los tips para mejorar tu rendimiento
académico.

Algunos estudiantes colocan música mientras estudian porque dicen que les permite concentrarse
mejor. Sin embargo, debes saber elegir el tipo de música apropiada para sacar el máximo
aprovechamiento y que esto no se convierta en un enemigo a vencer.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Alvarez de Zayas, C. (2002). Didáctica General. La Paz. Amador Campos, J. A. (13 de 11 de 2014).
diposit.ub.edu. Obtenido de Documento de trabajo. Test de factor G y factoriales. Universidad de
Barcelona: http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/344/1/145.pdf

Artunduaga Murillo, M. (2008). Variables que influyen en el rendimiento académico en la


Universidad. universidad Complutense de Madrid. Madrid: Depto MIDE (Métodos de Investigación
y Diagnóstico en Educación).

Dereux, G. (2003). De la ansiedad al método en las ciencias de comportamiento. México: Siglo


Ventiuno.

Dilts, R. (1997). Aprendizaje dinámico con programación neurolingüística PNL. Barcelona: Urano.

Ellis, A. (2000). Como controlar la ansiedad antes de que lo controle a usted. Barcelona, España.:
Paidós.

Fernández de Molina y Cañas, A. (1991). El camino cerebral de la emoción. Madrid: Real Academia
Nacional de Medicina.

Ferreyra, H. A. (2007). Teoría y enfoques psicoeducativos del aprendizaje. Buenos Aires.:

Noveduc. Filloux, J. C. (1989). La Personalidad. México: Cruz O. S.A.

Flores, J. (2014). Aptitud o Actitud. Estados Unidos: Talleres Morula Forever and Ever. Biblioteca del
Congreso de EE.UU.

Gabucio, F., Domingo, J., & Limón, M. (2005). Psicología del Pensamiento. Barcelona: UOC.

Salas Silva, R. (2008). Estilos de aprendizaje: a la luz de la neurociencia. Bogotá: Cooperativa editorial
Magisterio: Aula abierta.

Samper, L. (2009). Neuroquímica Cerebral: Las moléculas y la conducta. Biosalud. Ciencias Básicas.

Sánchez Amestoy, A. (2014). Desarrollo del Pensamiento. Caracas, Venezuela: Universidad Simón
Bolivar

También podría gustarte