Objeto del acuerdo plenario: Establecer criterios para resolver el
conflicto entre los delitos contra el honor y el derecho a la libertad de expresión e información. Antecedentes: Las Salas Penales de la Corte Suprema acordaron realizar un pleno jurisdiccional para concordar jurisprudencia sobre el tema, tomando como referencia una ejecutoria suprema del 18 de octubre de 2005. Fundamento legal: Los artículos 130° al 132° del Código Penal tipifican los delitos de injuria, difamación y calumnia, que protegen el bien jurídico honor, reconocido por el artículo 2°, numeral 7), de la Constitución1. El honor se deriva de la dignidad de la persona y se compone de dos elementos: la reputación y la propia estimación. Límite al derecho al honor: El artículo 2°, numeral 4), de la Constitución también reconoce el derecho a la libertad de expresión e información, que es esencial en una sociedad democrática, pero que no es absoluto y debe respetar el honor de los demás. El juicio ponderativo: Es el método para resolver el conflicto entre el honor y las libertades de expresión e información, considerando las circunstancias de cada caso y la justificación de la conducta atentatoria. La causa de justificación: Es la que se basa en el ejercicio legítimo de un derecho, como las libertades de expresión e información, que pueden eximir de responsabilidad penal al autor de una injerencia en el honor ajeno1. Los criterios para el ejercicio legítimo: Son el ámbito sobre el que recaen las expresiones ofensivas, que debe ser público y no íntimo, y los requisitos de las libertades de expresión e información, que deben respetar la dignidad de la persona y la veracidad de los hechos. Las frases injuriosas: Son las que no están amparadas por las libertades de expresión e información, porque son impertinentes, innecesarias, evidencian menosprecio o animosidad, o son falsas o carentes de comprobación. Doctrina del Tribunal Constitucional Español: El deber de diligencia para contrastar la veracidad de las noticias varía según se trate de un reportaje neutral o de una información propia. En el primer caso, basta con verificar la fuente de la declaración, pero no su contenido. En el segundo caso, se exige el máximo rigor. Libertad de expresión u opinión: Las opiniones y los juicios de valor no pueden ser probados, sino que se basan en la subjetividad de cada persona. Por tanto, el criterio para evaluarlos es el principio de proporcionalidad, que considera el interés público de las frases y la ausencia de expresiones ultrajantes u ofensivas, que denoten mala fe o que sean innecesarias para el propósito de la opinión. Decisión del Pleno Jurisdiccional: Las Salas Penales Permanente y Transitorias de la Corte Suprema de Justicia de la República acordaron por unanimidad establecer como doctrina legal las reglas de ponderación precisadas en los párrafos 8 al 13 del documento, que constituyen precedentes vinculantes2. Asimismo, precisaron que el principio jurisprudencial debe ser invocado por los magistrados de todas las instancias judiciales, salvo excepción. Finalmente, ordenaron la publicación del acuerdo plenario en el Diario Oficial El Peruano EXPLICACIÓN El documento es un Acuerdo Plenario de la Corte Suprema de Justicia de la República del Perú, que trata sobre los delitos contra el honor personal y el derecho constitucional a la libertad de expresión y de información. El documento se basa en una Ejecutoria Suprema que analiza y fija criterios para solucionar la colisión que puede presentarse entre estos dos derechos fundamentales1. El documento expone los siguientes puntos:
Antecedentes: Se describe el proceso de convocatoria, selección y
deliberación de las Salas Penales Permanente y Transitorias de la Corte Suprema para emitir el Acuerdo Plenario, así como la designación de los ponentes. Fundamentos jurídicos: Se define el concepto de honor como bien jurídico protegido por el Código Penal y la Constitución, y se reconoce la importancia de las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento como derechos fundamentales en una sociedad democrática. Se señalan los criterios para establecer las restricciones y los límites a estas libertades, así como los principios que deben orientar la interpretación y aplicación de las normas penales que sancionan los delitos contra el honor. La parte 2 del documento explica cómo resolver el conflicto entre el delito contra el honor y las libertades de expresión e información, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
La necesidad de hacer un juicio ponderativo que considere las
circunstancias de cada caso y determine si la conducta que afecta el honor está justificada por el ejercicio de las libertades de expresión o información. La igualdad de rango constitucional de los derechos en conflicto: honor y libertades de expresión e información, que no tienen carácter absoluto respecto del otro. El método para el juicio ponderativo, que consiste en fijar el ámbito propio de cada derecho, verificar la concurrencia de los presupuestos formales de la limitación, valorar el carácter justificado o injustificado de la injerencia bajo el principio de proporcionalidad y comprobar que se respeta el contenido esencial del derecho limitado1. La causa de justificación prevista en el Código Penal, que reconoce como exenta de responsabilidad penal a la persona que obra en el ejercicio legítimo de un derecho, como las libertades de expresión e información2. Los criterios para determinar el ejercicio legítimo de las libertades de expresión e información, que son el ámbito sobre el que recaen las expresiones ofensivas, los requisitos de veracidad y pertinencia de las mismas y la calidad de las personas afectadas (si son personajes públicos o de relevancia pública, deben soportar un mayor nivel de crítica). La parte 3 del documento habla sobre las reglas de ponderación para el ejercicio de la libertad de información y de expresión en el ámbito periodístico. Algunos puntos clave son:
Deber de diligencia: Los medios de comunicación y sus autores deben
actuar con diligencia para contrastar la veracidad de los hechos que comunican, salvo que se trate de un reportaje neutral que se limite a trasladar la información de otra fuente identificada. Opiniones y juicios de valor: Las opiniones y los juicios de valor no pueden ser sometidos a un test de veracidad, pero deben respetar el principio de proporcionalidad, evitando expresiones ultrajantes u ofensivas que sean innecesarias para el propósito de la opinión. Doctrina legal: El Acuerdo Plenario establece como doctrina legal las reglas de ponderación precisadas en los párrafos 8 al 13, que constituyen precedentes vinculantes para los magistrados de todas las instancias judiciales APELACION Recurso de apelación: El querellado Rafael Enrique León Rodríguez y la querellante Martha Elvira Rosa Meier Miró Quesada apelan la sentencia que declara la reserva del fallo condenatorio por el delito de difamación agravada y fija la reparación civil en seis mil soles. Imputación fáctica: La querellante acusa al querellado de haber usado palabras y frases insultantes y vejatorias en su columna “Dueño de Nada” publicada en la revista “Caretas”, en respuesta a un artículo crítico que ella escribió en el diario “El Comercio” sobre la gestión de la alcaldesa Susana Villarán. Argumentos del querellado: El querellado sostiene que su columna es una expresión de su libertad de opinión, que no tuvo la intención de ofender a la querellante, y que sus afirmaciones se basan en hechos verificables y contrastables. Argumentos de la querellante: La querellante alega que el querellado actuó con dolo, animadversión y mala fe, que sus expresiones son injuriosas, denigrantes y discriminatorias, y que afectan su honor, reputación y dignidad.
Querella por difamación agravada: La querellante acusa al querellado
de haber publicado un artículo en el que le atribuye hechos, cualidades y conductas que perjudican su honor y reputación como periodista y editora del diario El Comercio, utilizando expresiones ofensivas, humillantes y misóginas. Argumentos del querellado: El querellado alega que su artículo solo contiene opiniones críticas, basadas en una realidad fáctica, sobre la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que sus opiniones no son injuriosas ni vejatorias, sino que se ejercen mediante la ironía, la sátira o la parodia, que son formas legítimas de la libertad de expresión. Además, sostiene que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas relacionadas con su función pública. Tipicidad del delito de difamación agravada: El delito de difamación agravada consiste en la atribución de un hecho, una cualidad o una conducta que pueda lesionar el honor o reputación de una persona, ante varias personas, con ánimo de difamar, y por medio de un medio de comunicación social. Se requiere que la imputación sea falsa o inexacta, y que no se refiera a asuntos de interés público o relevancia social. Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado impugna la sentencia que lo condena por el delito de difamación agravada, alegando que no se ha valorado correctamente el alcance de la libertad de expresión, que solo se ha amparado las críticas neutrales, y que no se ha aplicado la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ni el Acuerdo Plenario N° 3-2006/CJ-16, que establecen criterios para diferenciar la difamación de la opinión.
Imputación jurídica: El delito que se atribuye al querellado es el
de difamación agravada, que consiste en atribuir a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, ante varias personas, con dolo y por medio de un medio de comunicación social.
Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado
alega que en su artículo solo difundió opiniones sobre una base fáctica y real, relacionadas con la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas, y que sus expresiones no constituyen insulto, vejamen o agravio, sino que son ejercicios de la libertad de expresión, a través de la ironía, la sátira o la parodia. Imputación jurídica: El delito que se atribuye al querellado es el de difamación agravada, que consiste en atribuir a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, ante varias personas, con dolo y por medio de un medio de comunicación social. Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado alega que en su artículo solo difundió opiniones sobre una base fáctica y real, relacionadas con la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas, y que sus expresiones no constituyen insulto, vejamen o agravio, sino que son ejercicios de la libertad de expresión, a través de la ironía, la sátira o la parodia. Imputación jurídica: El delito que se atribuye al querellado es el de difamación agravada, que consiste en atribuir a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, ante varias personas, con dolo y por medio de un medio de comunicación social. Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado alega que en su artículo solo difundió opiniones sobre una base fáctica y real, relacionadas con la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas, y que sus expresiones no constituyen insulto, vejamen o agravio, sino que son ejercicios de la libertad de expresión, a través de la ironía, la sátira o la parodia. Imputación jurídica: El delito que se atribuye al querellado es el de difamación agravada, que consiste en atribuir a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, ante varias personas, con dolo y por medio de un medio de comunicación social. Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado alega que en su artículo solo difundió opiniones sobre una base fáctica y real, relacionadas con la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas, y que sus expresiones no constituyen insulto, vejamen o agravio, sino que son ejercicios de la libertad de expresión, a través de la ironía, la sátira o la parodia. Imputación jurídica: El delito que se atribuye al querellado es el de difamación agravada, que consiste en atribuir a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, ante varias personas, con dolo y por medio de un medio de comunicación social. Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado alega que en su artículo solo difundió opiniones sobre una base fáctica y real, relacionadas con la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas, y que sus expresiones no constituyen insulto, vejamen o agravio, sino que son ejercicios de la libertad de expresión, a través de la ironía, la sátira o la parodia. Imputación jurídica: El delito que se atribuye al querellado es el de difamación agravada, que consiste en atribuir a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, ante varias personas, con dolo y por medio de un medio de comunicación social. Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado alega que en su artículo solo difundió opiniones sobre una base fáctica y real, relacionadas con la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas, y que sus expresiones no constituyen insulto, vejamen o agravio, sino que son ejercicios de la libertad de expresión, a través de la ironía, la sátira o la parodia. Imputación jurídica: El delito que se atribuye al querellado es el de difamación agravada, que consiste en atribuir a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, ante varias personas, con dolo y por medio de un medio de comunicación social. Fundamentos del recurso de apelación del querellado: El querellado alega que en su artículo solo difundió opiniones sobre una base fáctica y real, relacionadas con la actividad periodística de la querellante, que es de interés público. Afirma que la querellante es un personaje público que debe tolerar las críticas, y que sus expresiones no constituyen insulto, vejamen o agravio, sino que son ejercicios de la libertad de expresión, a través de la ironía, la sátira o la parodia.
Castillo, L. (2005). El contenido constitucional de los derechos como objeto de protección del proceso de amparo. En J. Palomino (Ed.). El Derecho procesal constitucional Peruano: estudios en homenaje a Domingo García Belaunde (563-605). Lima: Editora Jurídica Grijley.