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con Washington D. C., forman los Estados Unidos de América. Su capital es Baton
Rouge y su ciudad más poblada, Nueva Orleans. Está ubicado en la región Sur del país,
división Centro Suroeste. Limita al norte con Arkansas, al este con los ríos Misisipi y Pearl,
que lo separan de Misisipi, al sur con el golfo de México (océano Atlántico) y al oeste
con Texas (la mayor parte de esta frontera la forma el río Sabine). Fue admitido en la
Unión el 30 de abril de 1812, como el estado número 18.
Otras ciudades importantes son Lafayette y Shreveport. Luisiana es el único estado del
país cuyas subdivisiones políticas se denominan parroquias, que son los gobiernos locales
equivalentes a los condados de los demás estados. La parroquia más poblada es
la parroquia de East Baton Rouge, y la más grande por área es la parroquia de
Plaquemines.
El actual estado de Luisiana fue una colonia francesa, después un territorio bajo dominio
español y finalmente adquirido por los Estados Unidos con la Compra de Luisiana.
Etimología[editar]
Luisiana fue nombrada así en honor de Luis XIV, rey de Francia (1643-1715).
Cuando René Robert Cavelier de La Salle reclamó este territorio regado por el río
Misisipi para Francia, la llamó La Louisiane, que significa «La tierra de Luis». Luisiana
también formó parte de la Luisiana Española la cual era una gran parte del Virreinato de
Nueva España. Ya formando parte de los Estados Unidos, el territorio de Luisiana se
extendía desde Nueva Orleans hasta la frontera actual con Canadá.
Historia[editar]
Primeros establecimientos[editar]
Luisiana estaba habitada por indoamericanos cuando los exploradores españoles llegaron
en el siglo XVI. Muchos nombres de lugares en el estado son transliteraciones de aquellos
usados en dialectos nativos. Las tribus que habitaban Luisiana incluían a los atakapa,
los boocana, los opelousa, los acolapissa, los tangipahoa y los chitimacha en el sureste del
estado; los washa, los chawasha, los yagenechito, los bayougoula y los houma (parte de
la nación choctaw), los quinipissa, los okelousa, los avoyel, los taensa (parte de la nación
natchez), los túnica y los koroa. El centro y noroeste de Luisiana era parte de la
nación caddo y la federación de los natchitoches.
Exploración y conquista[editar]
Véase también: Colonización francesa de América
Actuales azulejos en la Royal Street (esquina con Iberville
Street) de Nueva Orleans que evocan la inicial y secular presencia hispana.
Los primeros exploradores europeos que visitaron Luisiana en 1528 fueron españoles,
entre los más renombrados están: Álvar Núñez Cabeza de Vaca y Hernando de Soto. Una
expedición española, liderada por Pánfilo de Narváez, localizó las bocas del río Misisipi. En
1541, la expedición de Hernando de Soto cruzó la región.
Luisiana francesa[editar]
A finales del siglo XVII, expediciones francesas procedentes del área canadiense y
próximas al actual Canadá Occidental que entonces eran llamadas La Nueva Francia, con
intereses de soberanía, comerciales y religiosos, establecieron fuertes de avanzada en
el río Misisipi y en la costa del golfo de México. Con estos primeros
asentamientos, Francia reclamó como propia esta región y estableció un imperio comercial
desde el Canadá colonizado originalmente por Francia, a lo largo de toda la cuenca del
Misisipi hasta su desembocadura en la costa norte del golfo de México.
Los franceses reclamaron originalmente las tierras españolas situadas en ambos lados
del río Misisipi, para unir Luisiana con el Canadá. Los siguientes estados fueron parte de
Luisiana:
Luisiana, Misisipi, Arkansas, Oklahoma, Misuri, Kansas, Nebraska, Iowa, Illinois, Indiana,
Míchigan, Wisconsin, Minnesota, Dakota del Norte y Dakota del Sur.
Luisiana española[editar]
Cuando Francia vendió Luisiana a los Estados Unidos, en 1803, se aceptó que los
esclavos africanos podrían traer problemas como los que producían en el vecino Misisipi,
que incumplía la ley norteamericana. A pesar de que Luisiana era, en el inicio del siglo XIX,
un pequeño productor de azúcar con pocos esclavos, rápidamente aumentó su producción
después de que los grandes hacendados empezaran a comprar esclavos del África y
vendidos en Carolina del Sur, antes que en Luisiana, donde los latifundistas obligaban a
los cautivos a trabajar sin ninguna paga en sus plantaciones. A pesar de los esfuerzos de
miembros del gobierno de reforzar las leyes antiesclavistas en los nuevos territorios, la
esclavitud permaneció porque era una buena fuente de mano de obra, numerosa y barata.
El último gobernador español de Luisiana escribió: «Ciertamente, es imposible para la Baja
Luisiana existir sin esclavos. Y con la esclavitud, la colonia ha alcanzado prosperidad y
bienestar».