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La Confederación Iroquesa[editar]

Artículo principal: Confederación Iroquesa

La más avanzada de las civilizaciones precolombinas en el territorio que ahora es Estados


Unidos fue la Confederación Iroquesa. La Confederación Iroquesa, o las Cinco Naciones,
fue una liga o confederación de carácter democrático, con características tanto
participativas como representativas (combinadas con algunas hereditarias). Se hallaba
constituida por tribus amerindias de lengua iroquesa, que habitaban al noreste de Estados
Unidos y al sureste de Canadá en la zona de los Grandes Lagos. La Confederación estaba
formada originalmente por cinco tribus (seneca, cayuga, oneida, onondaga y mohawk) que
se confederaron a mediados del siglo XII, y a las que se sumó tuscarora en 1720.
El régimen democrático de la Confederación estaba regulado por una constitución de 117
artículos conocida como la Gran Ley de la Paz y gobernada por un Parlamento o Consejo
de representantes de la población, considerado como el tercero más antiguo del mundo
luego del Althing de Islandia y las Cortes de León (1188).2 La Gran Ley de la Paz
establecía una especie de Estado de Derecho con estrictos límites y restricciones al poder
de los gobernantes. Establecía también una división del poder entre hombres y mujeres,
estableciendo que ningún hombre podía presidir un clan y ninguna mujer ser jefe militar o
sachem. A las jefas de los clanes correspondía elegir a los jefes militares. Así la
Confederación tuvo una influencia directa tanto en la democracia y el constitucionalismo,
como en la idea de la igualdad de mujeres y hombres en la sociedad moderna.2 En
especial Benjamín Franklin, quien tuvo trato directo con Haudenosaunee en 1753, destacó
en sus obras que el grado de autonomía individual que gozaban los habitantes de la liga
era desconocido en Europa y publicó los tratados indios, considerada como una de sus
obras más importantes. Para pensadores o historiadores de los movimientos radicales
como Howard Zinn, la Confederación de las Seis naciones constituye una muestra de la
aplicación de la democracia radical a través de las decisiones asamblearias.

Primeros contactos con europeos[editar]

Juan Ponce de León (Santervás de Campos, Valladolid, España) fue uno de los primeros europeos
en llegar al actual EE. UU. ya que fue el descubridor de Florida, a la que dio su actual nombre.

Se sabe que alrededor del año 1000, un grupo de vikingos establecidos


en Groenlandia navegaron hacia la costa oriental de América del Norte bajo el mando
de Leif Eriksson, arribando a un lugar que llamaron Vinland. En la provincia canadiense
de Terranova se han encontrado irrefutables vestigios de una colonia vikinga, en L'Anse
aux Meadows. Es probable que los vikingos también visitaran Nueva Escocia y Nueva
Inglaterra; sin embargo, no lograron fundar colonias permanentes y pronto perdieron
contacto con el nuevo continente.
Cinco siglos más tarde, la necesidad de incrementar el comercio y un error de navegación
propiciaron un nuevo encuentro con el continente americano. A finales del siglo XV había
en Europa una gran demanda de especias, sedas y tinturas de Asia. Cristóbal Colón creyó
erróneamente que podría llegar al Extremo Oriente navegando 6.400 kilómetros hacia el
oeste partiendo desde Europa. En 1492 persuadió a los reyes de España para que le
financiaran el viaje. Colón navegó hacia occidente pero no llegó a Asia, sino a la isla
de Guanahani en el Caribe. Comienza la colonización española de América, incluyendo
territorios en los actuales Estados Unidos.
Juan Ponce de León dio nombre a La Florida en 1513, cuando la tomó en nombre de la
corona de España. Hasta 1563 los españoles enviaron varias expediciones para
explorarla, pero sin llegar a levantar ninguna fortificación estable. Sin embargo, la
presencia en 1564 de un nutrido contingente de hugonotes franceses, que alzaron un
fuerte en la desembocadura del río San Juan, supuso una seria amenaza que llevó a
España a la decisión de establecer una presencia militar permanente en el área. El 28 de
agosto de 1565, Pedro Menéndez de Avilés funda la ciudad de San Agustín. Es el
asentamiento europeo más antiguo ocupado hoy en EE. UU. Solo San Juan (Puerto
Rico) la supera como ciudad más antigua de "los Estados Unidos".

La conquista del Colorado, óleo de Augusto Ferrer-Dalmau que retrata la expedición de Francisco
Vázquez de Coronado.

En el año 1540 la región sur de los actuales Estados Unidos fue explorada por la
expedición de Francisco Vázquez de Coronado llegando a visitar el Gran Cañón. El primer
europeo que contempló el Gran Cañón del Colorado fue García López de Cárdenas,3 que
al mando de un puñado de hombres partió desde la población indígena que los españoles
llamaron Quivira, pueblo habitado por los indios Zuñi y supuestamente una de las siete
ciudades de oro del reino de Cíbola, pueblo del cual actualmente se ignora su ubicación ya
que los historiadores difieren sobre ello; algunos ubican Quivira en Nuevo México, en tanto
otros piensan que estaba en Kansas. No se debe confundirla con una población ubicada
en Nuevo México que expedicionarios españoles llamaron, alrededor del año 1600, Pueblo
de las Humanas y posteriormente fue conocida como Gran Quivira.
En Quivira se encontraba parte de la expedición comandada por Vázquez de Coronado
con treinta hombres, y se comisionó a García López de Cárdenas junto con un puñado de
hombres para encontrar un río del cual los indios Hopi les habían hablado, para lo cual se
le concedieron 80 días para que fuera y regresara.
Después de 20 días de viaje exploratorio encontraron el Gran Cañón del Colorado; sin
embargo, no pudieron bajar hasta el río para abastecerse de agua, y después de varios
intentos para descender empezaron a tener problemas de agua para beber, por lo cual
decidieron regresar.
Días después sería Fernando de Alarcón (quien participaba en el viaje de exploración pero
por vía marítima) el primer europeo en tocar y navegar las aguas del río Colorado, pero a
cientos de kilómetros del Gran Cañón. Quien descubrió el río Colorado fue Francisco de
Ulloa el 28 de septiembre de 1539, tomando posesión de la desembocadura del río (la
nombró Ancón de San Andrés), en beneficio de la Corona Española, sin navegar aguas
arriba como lo hizo Fernando de Alarcón.
Colonización británica en Norteamérica[editar]
Artículo principal: Colonización de Estados Unidos

Estados Unidos surgió a partir de la colonización británica de América, protagonizada por


oleadas de inmigrantes británicos entre los siglos XVII y XVIII fundaron las Trece
Colonias en la costa atlántica del subcontinente norteamericano, al este de los Apalaches.
En 1583 la Reina Isabel I de Inglaterra otorga una autorización al pirata Walter
Raleigh para fundar una colonia al norte de La Florida, a la que llamaría Virginia y que
abarcaría más tarde las actuales Carolina del Sur, Carolina del Norte, Virginia y Virginia
Occidental. Rápidamente se vio la posibilidad de explotar la zona con cultivos de tabaco,
por lo que se creó en 1606 la Compañía de Virginia como sociedad anónima, que financió
el primer establecimiento inglés.
Un grupo de colonos ingleses fundó una pequeña aldea en Jamestown, Virginia en 1607.
Portadores de una cédula del Rey Jaime I de Inglaterra, fundaron una colonia permanente
en los primeros siete meses después de su arribo. La colonia creció con el tiempo y
prosperó con el cultivo de tabaco, cuyo primer envío a Inglaterra fue en 1614.
En Nueva Inglaterra, región nororiental del actual Estados Unidos, los puritanos ingleses
establecieron varias colonias. Llegaron a América pensando que la Iglesia de Inglaterra
había adoptado demasiadas prácticas del catolicismo. Tenían el propósito de fundar una
colonia basada en sus propios ideales religiosos. Un grupo de puritanos, conocidos como
los peregrinos, cruzaron el Atlántico en un barco llamado Mayflower y se establecieron
en Plymouth en 1620.1 Una colonia puritana mucho más grande se estableció en el área
de Boston en 1630. Para 1635 algunos colonizadores ya estaban emigrando a la
cercana Connecticut.

Colonización no británica y la Guerra franco-


india[editar]

Nueva Ámsterdam en 1664.

Con el paso del tiempo, las colonias británicas de América del Norte fueron ocupadas
también por muchos grupos de origen no británico: agricultores alemanes se establecieron
en Pensilvania; los suecos fundaron la colonia de Delaware; y los
primeros esclavos africanos llegaron a Virginia en 1619. En 1626,
colonizadores neerlandeses compraron la isla de Manhattan a los jefes indígenas de la
región y erigieron la ciudad de Nueva Ámsterdam; en 1664, esta colonia fue tomada por
los ingleses y rebautizada con el nombre de Provincia de Nueva York.4
No obstante, las dos potencias coloniales más importantes eran España y Francia. La
primera no sólo controlaba Florida y otras regiones del sur de Estados Unidos, sino que
también había procedido a la colonización de Las Californias. Al inicio la colonización fue
tarea exclusiva de la Compañía de Jesús, concentrada exclusivamente en Baja California.
La primera misión en Baja California fue la efímera Misión de San Bruno. En 1769 se
funda Los Ángeles5 y en 1776 la ciudad de San Francisco
Francia por su parte controlaba La Luisiana, que era junto a Quebec parte del virreinato de
la Nueva Francia. El territorio se extendía desde los Grandes Lagos hasta el golfo de
México y desde las montañas de los Apalaches hasta las Rocosas. No obstante, la gran
mayoría del territorio se encontraba o bien despoblado o habitado por nativos
americanos y no por colonos franceses. La Luisiana estaba dividida en dos regiones,
conocidas como Alta Luisiana, que empezaba al norte del río Arkansas, y Baja Luisiana. 6
Reino Unido y Francia, enemigos históricos, comenzaron a competir por la expansión
territorial en el nuevo continente. Esto dio como resultado el estallido de la Guerra franco-
india en 1754, parte a su vez de la Guerra de los Siete Años.7 Los franceses contaban con
el apoyo de la España borbónica y de distintas tribus indias como es el caso de
los algonquinos, los ottawas o los hurones. Reino Unido contó con el apoyo de
la Confederación Iroquesa7
La guerra de los Siete Años terminó en 1763. El 10 de febrero, el Tratado de París ponía
fin al imperio colonial francés en América del Norte y consolidaba a Reino Unido como la
potencia hegemónica. La corona británica se hace con el control de Quebec y de la Florida
española. España pasa a controlar Luisiana.

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