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Quitar la colcha y la manta.Si se van a volver a utilizar, las doblaremos y reservaremos para su
colaboración posterior. Encaso contrario, se aflojan y se sacan de los laterales para enrollaras
sobre sí mismas, sinairearlas (evitando así la diseminación de microrganismos en el ambiente).
Haremos lo mismo con las sabanas, y a continuación introduciremos la ropa sucia en una
bolsa.En los hospitales suelen existir unos códigos de colores para las bolsas, con el fin de
clasificar sucontenido y efectuar después un correcto tratamiento de estas.Si la funda del
colchón se encuentra sucia se cambiará por otra limpia.
Extender la sabana bajera sobre la cama. Remeter primero la cabecera, luego los pies. Doblar
lasesquinas en ingletes o en forma de mitra con un Angulo de 45°. A continuación, remeter
loslaterales.
La sabana ha de estar bien centrada con respecto al colchón y no debe presentar pliegues
niarrugas (esto es de vital importancia, puesto que afectará a la comodidad del paciente y
lepredispondrá, uno, a las ulceras por presión).
Extender la manta sobre la cama. Remeter los pies y hacer las esquinas. Para facilitar
lamovilidad del paciente se hará un pliegue a nivel de los pies, o se aflojará la sabana encimera y
lamanta.
Colocar la colcha sobre la manta, remeterlos pies y doblar las esquinas. Los laterales
quedarancolgandoEfectuar el dobladillo o embozo de la sabana encimera sobre la manta y la
colcha, procurandoque quede a una altura suficiente para cubrir los hombros del paciente.
La cama puede quedar en este punto abierta o podemos cerrarla.Si el enfermo se va a costar
inmediatamente dejar la parte del embozo doblada en forma deacordeón.Quitarse los guantes y
lavarse las manos.