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"El Sujeto De La Política"

(*)presentado En El "colloque Dimensions De La Psychanlyse & Co." En El Marco De Convergencia, Paris, Junio De 2005.
Comentado Por Paul-laurent Assoun Y Gérard Pommier.

Isidoro Vegh

0- Convocados en una reunión de analistas a exponer sobre la violencia en la política,


subsumida y contrapuesta a los efectos del significante, surgen varias cuestiones que nos
demandan el primer paso: ¿es pertinente al campo del psicoanálisis la problemática implícita
en el título?. ¿Qué es, para nosotros, psicoanalistas, la política?
Para Lacan dos aserciones a las que introduzco, responden:
1. "El inconciente es la política"(1)
2. "que el síntoma instituya el orden por el cual se revela nuestra política (...) implica, por otra
parte que todo lo que se articula de ese orden sea pasible de interpretación." (2)
Inconciente y síntoma son dos condiciones que implican al psicoanálisis con la política. Así
como la referencia al deseo en su seminario sobre "El acto analítico" (3) cuando subraya "la
efectividad del deseo en las relaciones políticas" y la referencia al goce en "L'envers de la
psychanalyse" (4) donde proclama que la intrusión en la política requiere un "discurso del
goce, al menos cuando se espera el trabajo de la verdad" (5).
También Freud en "El malestar en la cultura"(6) expresa su acuerdo con los movimientos
políticos que reclamaban una mejor distribución de la riqueza y su pesimismo en tanto
desconocían la estructura del sujeto.

1- ¿Qué es la política, qué la define en su especificidad?


Para Carl Schmitt (7) la política se establece a partir de un paradigma exclusivo, así como la
ética se construye en la oposición bien y mal y la estética en la oposición belleza-fealdad. Este
paradigma sería el encuentro y desencuentro de amigo y enemigo. Donde enemigo no es
reductible a contrincante, pues se extrema hasta el reclamo y la realización de su muerte. Se
define en el campo de fuerzas entre Estados y pareciera que la política se realiza
preferentemente en la política exterior. Sin embargo, en tanto cuestiona la oposición absoluta
de sociedad civil y Estado, este último como único que posee e incide en y desde el poder,
también incluye la dimensión política en la interioridad del territorio compartido por un pueblo.
Su oposición tajante, que desconoce la posibilidad de otras variantes fue criticada como

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extrema y fundante de la ideología nazi. Sin embargo, tiene un mérito que Freud agradecería:
nos desprende de la inocencia y nos introduce en el mal.
Si como decía Saint Just, citado por Lacan (8), la felicidad se ha convertido en un factor de la
política, la infelicidad que destruye la ilusión de la armonía absoluta no lo será entonces,
menos.
Así recordamos la sentencia lacaniana: "el prójimo es la inminencia intolerable del goce".(9)
De un goce que el sujeto puede sufrir o infligir.

2- De aquí una definición: el mal no sería sino la exacción de goce que desencuentra al sujeto
hasta su extrema condición manipulable, o cuando el sujeto se dispone a no ser sino soporte
del goce del Otro. Como lo menciona en "El discurso sobre la servidumbre voluntaria" (10), La
Boétie, quien destacó la sorprendente y reiterada experiencia de aquellos que buscan la
servidumbre.
Entonces, de una a otra, nuestra definición de la política, que no pretende suplir otras que
desde otros campos y otras perspectivas pudieran sernos aportadas: la política es la eficacia
del discurso en la distribución del goce cuando se despliega en la lógica colectiva.
Como dijera Anatole France a comienzos del siglo veinte, citado por Freud, nada asegura que
quien disponga de un poder sin límites no haga uso de él.
El tobogán del goce, cuando se quiere todo es inherente a la estructura. El goce del Otro que
no existe, precisa del objeto que lo sostenga para su ilusión. Sin la plegaria del creyente los
dioses no subsisten. Recuerdo la soledad de la hornacina en que el supremo dios de los
egipcios extendía sus brazos desolados en el templo de Amón: no hay quien le eleve, hoy en
la Tierra, un rezo.
Tendencia del goce que se ampara a veces en un saber-todo: se llama burocracia y la
experiencia estalinista nos lo enseñó al extremo. No es casual que se acompañara de la
pretensión de la política como ciencia, entendida como la asunción apodíctica de sus
conclusiones.
Pues la política como experiencia no es reductible a un matema, precisa de la doxa allí donde
el saber encuentra su límite en el goce (11).
Tendencia al goce que indica la sustancia que nos hila: sustancia gozante, ella no se regula
por la voluntad ni por el yo. Es el buen enlace con los registros que la exceden y la limitan los
que garantizan su mejor recorrido. Así en el nudo borromeo con que Lacan escribía la
estructura, el goce, en cualquiera de sus variantes se encuentra en el campo de lo Real.
Si intersecta con lo simbólico será goce fálico. Si opera el agujero de lo simbólico contaminará
la falta a los otros registros y el objeto de goce podrá devenir su falta y será causa de deseo.
Así como el goce del Otro inexistente sin alguien que como su objeto de goce lo sostenga: no
hay líderes absolutos sin masa que los siga. El superyó en cambio, será la falla que ausenta la
falta y su demanda será de un goce inapelable.
Su remedio lo decimos de otro modo como cuando Lacan expuso en el seminario sobre "La
angustia"(12): que es por el amor sublimación que el goce condesciende al deseo. Que admite

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varias lecturas aunque hay una que proponemos para esta ocasión: es por el amor
sublimación, cuando el Otro acepta la pérdida de un goce, que el deseo será posible para el
sujeto. Anudamiento de amor, deseo y goce, en el análisis es el buen enlace el que ordena los
vectores que mejor sitúan al sujeto.
3- El límite del análisis recuerda lo que también vale para el campo de la política: no hay
estructura sin fallas y la teoría del sinthome (13) subraya que en lo Real es preciso una
invención, como fue la escritura para Joyce; o el otro, como la mujer que puede ser sinthome;
o un dispositivo -decimos nosotros- como un conjunto de conceptos articulados en la escena
real que pueda anudar, reparar la falla de los enlaces.
En la política, la larga historia de sus reflexiones es también la de sus fracasos que muestran
la irrupción del goce en la violencia entre el sujeto y el otro. Un goce atado a la palabra y al
lenguaje, que nos diferencia de cualquier otra especie viviente: la crueldad nos pertenece.
Conjunción de lo particular y lo universal, la singularidad del sujeto se expresa en dos
consecuencias: de la neurosis de uno viven muchos, y en su análisis, la resolución de sus
impasses los conmueve, no sólo a él, también a los otros. En la política, cuando se juega en el
conjunto, la incidencia del apetito de goce de cada cual determina, según su lugar en el
tablero, el resultado.
Goces de uno que afecta a muchos, goce de muchos que dependen de uno, nos recuerda que
el análisis que practicamos, si vale, es porque logra un efecto de sentido en lo real. ¿En qué
real? En lo real del goce, sin el cual los molinos de viento del Ideal se agitan como las flatus
vocis que en la política abundan y llevan a lo peor.
Si el psicoanálisis puede aportar algo al discurso de la política lo hará en la medida que corra
los velos del ideal y acerque lo real del goce que nos habita.

4- No es entonces casual que los gobiernos propicien otras prácticas para la resolución del
síntoma. La verdad que éste porta, no sólo dice, cuando se le ofrece el dispositivo adecuado,
la respuesta del sujeto a su inmediatez, sino también a las condiciones de posibilidad que el
conjunto social determina.
La distribución de la riqueza que desde el poder intersecta con la distribución del goce, es
denunciada por el síntoma cuando su palabra se despliega.
Subversión del sujeto, no sólo dice el deseo, también el goce al que aspira y el goce que lo
impide.

NOTAS:
(1) Lacan, Jacques. La lógica del fantasma. Seminario inédito. Clase del 10 de mayo de 1967.
(2) Lacan, Jacques. De un discurso que no sería del semblante. Seminario inédito. Clase 2 de
abril de 1971.
(3) Lacan, Jacques. El acto analítico. Seminario inédito. Clase del 7 de febrero de 1968.
(4) Lacan, Jacques. El reverso del psicoanálisis. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1996. L'
envers de la psychanalyse. Éditions du Seuil, Paris, 1991.

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(5) Lacan, Jacques. El reverso del psicoanálisis. Clase 5, 11 de febrero de 1970, pág. 83.
Paidós, Buenos Aires, 1996. L' envers de la psychanalyse, 11 février 1970, pág. 90. Éditions
du Seuil, Paris, 1991.
(6) Freud, Sigmund. Obras completas, tomo XXI, pág. 139. Amorrortu Editores, Buenos Aires,
1976.
(7) Schmitt, Carl. El concepto de lo político. Alianza Editorial, Madrid, 2002.
(8) Lacan, Jacques. Seminario 7, La ética del psicoanálisis, clase del 22 de junio de 1960.
(9) Lacan, Jacques. De Otro al otro. Seminario inédito, clase del 12 de marzo de 1969.
(10) Citado por Bernard Edelman en "A quoi obéir?". Éditions Payot & Rivages, Paris, 2004..
(11) Vegh, Isidoro. La experiencia del análisis entre la doxa y el matema en "El psicoanálisis
como experiencia" (autores varios). Editorial Letra Viva, Buenos Aires, 2004.
(12) Lacan, Jacques. Le seminaire, livre X, L'angoisse, pág. 210. Éditions du Seuil, Paris,
2004.
(13) Lacan, Jacques. Le sinthome. Seminario inédito, 1975-1976.

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