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La responsabilidad civil derivada de delito cometido por un menor mayor de 14 años:
Ley Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores. 2.- La responsabilidad
civil en el procedimiento de menores. 3.- La responsabilidad civil del menor y de otros
sujetos.
Dicho lo anterior, resulta que cometido un delito se genera un agravio contra el interés
público que habilita al Estado para perseguir y sancionar al delincuente penalmente,
articulándose en este proceso penal, salvo que la parte interesada se reserve las
acciones, un sistema para saldar dentro de dicho proceso, también y al mismo tiempo, la
responsabilidad civil, esto es, para reparar el daño causado a la víctima del ilícito penal.
Es por ello que la regulación de la responsabilidad civil contenida en los artículos 109 a
122 del Código Penal responde al principio general de evitar que la víctima de cualquier
daño tenga que soportar sus consecuencias dañosas. Es decir, el fundamento de la
responsabilidad “ex delicto” es simplemente que quien perjudica a otro debe reparar el
daño causado y por tanto, coincide con el fundamento de la responsabilidad derivada de
los ilícitos civiles, regulada en los artículos 1902 y siguientes el Código Civil. Ahora
bien, para que sea declarada la responsabilidad civil por hecho delictivo se requiere que
haya existido una condena penal, porque las otras formas de extinción del
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procedimiento penal, como el sobreseimiento, la prescripción, la declaración de
inimputabilidad del autor, etc, no dan lugar a pronunciamiento de responsabilidad civil
en el proceso penal pero tampoco producen la extinción de la responsabilidad civil, que
puede ser reclamada ante la jurisdicción civil por quien haya sufrido daños por la
conducta que no se sanciona penalmente, (artículo 116 de la Ley Enjuiciamiento
Criminal). En este sentido la STS de 9 de febrero de 1998 declara que “si ejercitada la
acción penal la causa termina sin condena y no se declaran inexistentes los hechos,
queda expedita la acción civil”.
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responsabilidad civil por daños causados por el delito habrá de entablarse juntamente
con la acción penal por el Ministerio Fiscal, haya o no en el proceso acusador particular
(artículos 108 y 112 LECrim). Así pues, la regla general será que la acción civil
acompañe a la acción penal. Por ese motivo, la mencionada ley prevé que ejercitada
sólo la acción penal, se entenderá utilizada también la civil, por lo que cuando el
Ministerio Fiscal reclama la indemnización, no es necesario que lo haga el perjudicado,
(STS de 3 de mayo de 2006).
A) En estos supuestos de ilícitos penales cometidos por menores de edad entre los 14 y
18 años, la responsabilidad será solidaria y directa con los padres, tutores, acogedores y
guardadores legales o de hecho, por este orden. En este sentido la LORPM en su
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Exposición de Motivos declara que "en este ámbito de atención a los intereses y
necesidades de las víctimas la Ley introduce el principio, en cierto modo revolucionario,
de la responsabilidad solidaria, con el menor responsable de los hechos, de sus padres,
tutores, acogedores o guardadores", lo que ha llevado a calificar esta responsabilidad de
cuasi-objetiva, (SAP de Alicante, Sección 2ª, núm. 90/2003, de 11 de marzo), de lo que
se sigue que los padres (y demás personas señaladas en el artículo) responden
solidariamente con los menores haya o no haya dolo o negligencia, de forma objetiva.
En caso de inexistencia de dolo o negligencia grave se podrá moderar la responsabilidad
civil, pero ésta seguirá existiendo. Debiéndose destacar que a la hora de valorar la
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responsabilidad solidaria, y la posible moderación, por la jurisprudencia se está
valorando el correcto cumplimiento del deber de educación más que la tradicional culpa
"in vigilando". Esta mayor importancia de los criterios "in educando" sobre los "in
vigilando" debe ser clave a la hora de distribuir responsabilidades entre los inicialmente
llamados a ella por el art 61.3 LORPM. El criterio rector no debe ser tanto quién debía
vigilar al menor, (en ocasiones la edad y las circunstancias del menor imposibilitan la
vigilancia), como quién con su defectuosa gestión del proceso educativo del menor ha
posibilitado que el mismo no respete los bienes jurídicos ajenos básicos para la
convivencia" (De la Rosa Cortina, José Miguel: "Responsabilidad Civil por Delitos
Cometidos por Menores: Última Jurisprudencia; Seminario de especialización en
menores: Responsabilidad penal y protección. Novedades Legislativas, Centro de
Estudios Jurídicos, marzo 2017).
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331/2011, de 7 de abril). Puede decirse pues, que "han ganado posiciones las tesis que
abogan por seleccionar, junto con el menor infractor, a una o a varias de las categorías
de responsables civiles solidarios de entre las enumerados en el art. 61.3 atendiendo, no
al orden de enumeración (como dice la Ley), sino al dato de que el potencial
responsable tuviera a su cargo la vigilancia, supervisión o educación del menor en el
momento de la comisión de los hechos, o al dato de que el potencial responsable, aun no
teniendo a su cargo la vigilancia, supervisión o educación del menor en el momento de
la comisión de los hechos, hubiera quebrantado con anterioridad estos deberes, de modo
que la comisión de los hechos pudiera conectarse con esos incumplimientos", (De la
Rosa Cortina, José Miguel: "Responsabilidad Civil por Delitos Cometidos por Menores:
Última Jurisprudencia; Seminario de especialización en menores: Responsabilidad
penal y protección. Novedades Legislativas, Centro de Estudios Jurídicos, marzo 2017).
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2.- La responsabilidad civil en el procedimiento de menores.-
Será competente para conocer del expediente penal en que aparezca como presunto
responsable de la comisión de un delito un menor entre 14 y 18 años, el Juez de
Menores del lugar de comisión de ilícito penal, al que también se atribuye la obligación
de resolver sobre las responsabilidades civiles, (artículo 2 LORPM), debiéndose
precisar que la competencia para persecución de determinados delitos, (artículos 571 a
580 del CP – Delitos de Terrorismo y relacionados) se atribuye al Juzgado Central de
Menores de la Audiencia Nacional.
Een El Ministerio Fiscal, que es a quien se atribuye la iniciación del expediente, podrá tener
conocimiento de la “notitia criminis”, bien de oficio, conforme a la iniciativa de
investigación que le atribuye el artículo 773.2 de la LECrim, o bien a instancia de una
denuncia formulada por cualquier persona. En este segundo caso corresponde al
Ministerio Público admitir o no a trámite el expediente, según que los hechos sean o no
indiciariamente constitutivos de delito, debiendo notificar la resolución adoptada a la
persona que hubiere formulado la denuncia o le hubiere puesto en conocimiento de los
hechos (artículo 16 LORPM).
Ahora bien, iniciada la fase instructora, esto es, una vez admitido a trámite el proceso de
menores, se atribuye al Juez de Menores la tramitación de una pieza separada de
responsabilidad civil, (artículo 64.1ª y 2ª de la LORPM). En este sentido se impone a
dicho órgano judicial que, “tan pronto como el Juez de Menores reciba el parte de la
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incoación del expediente por el Ministerio Fiscal, ordenará abrir de forma simultánea
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con el proceso principal una pieza separada de responsabilidad civil”. Dicha pieza
separada “se tramitará de forma simultánea con el proceso principal”, siendo parte en el
mismo, 1º) quienes aparezcan como perjudicados en la causa y hayan recibido
notificación al efecto del Juez de Menores o del Ministerio Fiscal y 2º) quienes
espontáneamente se consideren perjudicados por la comisión del delito. Asimismo
podrán personarse las compañías aseguradoras que hubiesen asumido el riesgo de las
responsabilidades pecuniarias derivadas de los actos de los menores a los que se refiere
la LORPM. A tales efectos estas mercantiles serán consideradas responsables civiles
directas hasta el límite de la indemnización legalmente establecida o convencionalmente
pactada, sin perjuicio de su derecho de repetición contra quien corresponda en su caso.
Una vez personadas las personas a quienes desde la incoación se consideren por el
instructor como perjudicados, y aquellos otros que se atribuyan tal condición, el Juez de
Menores resolverá quiénes, de entre los sujetos personados, deben tener el concepto de
perjudicados en el expediente (artículo 64.4ª LORPM).
Al igual que ocurre en el proceso penal ordinario, como regla general, la acción civil la
ejercitará el Ministerio Fiscal, salvo que concurra alguna de las circunstancias
siguientes; 1ª) Que el perjudicado por el delito renuncie a la responsabilidad civil,
(indemnización), que pudiera corresponderle; 2ª) Que la vaya a ejercitar el mismo en el
plazo de un mes desde que se abra la pieza separada de responsabilidad civil en el
proceso penal de menores; y 3ª) Que se reserve el ejercicio de la acción ante el orden
jurisdiccional civil conforme a los preceptos del Código Civil y la Ley de
Enjuiciamiento Civil. En cuanto a la extensión de la indemnización por responsabilidad
civil en que pueda haber incurrido el menor al cometer el ilícito penal, la misma se
regirá por las normas del Código Civil (artículo 62 de la LORPM).
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de menores (…) Asimismo, el Ministerio Fiscal comunicará a los ofendidos o
perjudicados conocidos el desistimiento acordado”, de forma que los mismos puedan,
en su caso, ejercitar la acción civil correspondiente de manera independiente. No
obstante la facultad de desistimiento no es absoluta, porque “cuando conste que el
menor ha cometido con anterioridad otros hechos de la misma naturaleza, el Ministerio
Fiscal deberá incoar el expediente”.
En este punto, pueden producirse diversas situaciones; 1ª) Que proceda una sentencia
de conformidad porque el menor y su representación letrada este conformes con los
hechos que se le atribuyen, con las medidas propuestas y con la responsabilidad civil,
estando igualmente conformes los responsables civiles con la responsabilidad que se les
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atribuye. En este caso se dictará sentencia sin más trámites; 2ª) Que el menor y su
letrado presten su conformidad con los hechos y con las medidas propuestas, pero no
estén conformes con la responsabilidad civil que se le exige. En cuyo caso, se limitará la
Audiencia a la prueba y discusión de los puntos relativos a dicha responsabilidad; y 3ª)
Que el menor y su letrado estén conformes con los hechos, con medidas propuestas y
con la responsabilidad civil, si bien los responsables civiles no muestren su
conformidad. En este caso, la Audiencia se limitará a la discusión y prueba sobre la
responsabilidad civil solicitada (artículo 32 de la LORPM).
Especial mención merece el supuesto de dictado de una sentencia penal que condena a
la indemnización por daños y perjuicios por haberse probado la comisión de un delito
causante del daño. En estos casos, los hechos probados vinculan al tribunal civil si la X
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víctima ha hecho reserva de acciones para plantearlas después ante los tribunales
civiles. La STS de 24 octubre 1998 resume claramente cuáles son estas repercusiones y
afirma que «las sentencias firmes resultan definitivas y vinculantes para el orden
jurisdiccional civil, no sólo en cuanto a los hechos que declaren probados, sino también
respecto a las decisiones en materia de responsabilidades civiles derivadas de delito,
puesto que, como afirma la sentencia del Tribunal Constitucional 62/1984, de 21 de
mayo, «repugna a los más elementales criterios de la razón jurídica aceptar la firmeza
de distintas resoluciones jurídicas en virtud de las cuales resulte que unos mismos
hechos ocurrieron y no ocurrieron, o que una misma persona fue su autor y no lo fue».
La regla general está contenida en el art. 116.1 CP, que establece que quien es
criminalmente responsable de un delito, lo es también civilmente si del hecho derivaren
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daños o perjuicios. La misma regla aparece en el art. 118.1 CP. Se establecen a
continuación diversas reglas:
1ª Si el delito que ocasiona el daño ha sido cometido por dos o más personas, el juez
debe señalar la cuota que corresponde a cada uno (art. 116.1 CP), salvo que se
demuestre que los daños causados provienen únicamente de la conducta de uno de ellos.
2ª La responsabilidad de los autores es solidaria. También lo es la de los cómplices. Los
autores y los cómplices responden además, respectivamente, de forma subsidiaria por
las cuotas correspondientes a los demás responsables. Esta responsabilidad se hará
efectiva, primero, en los bienes de los autores, y después, en los de los cómplices
(art. 116.2. 2º CP).
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responsabilidad civil.-
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porque la regla general contenida en el art. 118.1 CP dice que dicha exención «no
comprende la de la responsabilidad civil». El propio art 118 CP establece unas reglas
sobre la forma de hacer efectiva la responsabilidad en cada caso concreto.
Pasamos a analizar los supuestos previstos con una especial mención a los
supuestos que guardan relación con la responsabilidad jurídica del menor. Dejando a un
lado los supuestos de comisión de delitos por los menores de edad a los que ya se hizo
mención más arriba, (apartado 1.3 del tema).
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personalmente del mismo, y se añade la responsabilidad directa y solidaria de los
padres, tutores o guardadores cuando haya intervenido culpa o negligencia en la
evitación del daño por su parte. Además, el art. 118,1.º, 2 CP establece que en este
último caso, «los Jueces y Tribunales graduarán de forma equitativa la medida en que
deba responder con sus bienes cada uno de dichos sujetos».
Hay que tener en cuenta que, de acuerdo con el art. 119 CP, el Juez en la sentencia
absolutoria que dicte para estos casos, debe fijar al mismo tiempo las responsabilidades
civiles, a no ser que la víctima se haya reservado las acciones para ejercitarlas en la vía
civil.
Siempre que concurran los requisitos legales, (esto es, que para evitar un mal propio o
ajeno se lesione un bien jurídico de otra persona o se infrinja un deber, siempre que el
mal causado no sea mayor del que se trata de evitar, que la situación no se haya
provocado intencionadamente y el necesitado por su oficio o cargo no tenga obligación
de sacrificarse), el estado de necesidad produce la exención de responsabilidad penal, si
bien, no se excluye la responsabilidad civil, que se atribuye, como responsables
directos, "a las personas en cuyo favor se haya precavido el mal en proporción al
perjuicio que se les haya evitado". En este caso, de lo que se trata es de prevenir un
enriquecimiento injusto más que de un caso de responsabilidad, es decir, lo que se
pretende es que aquel
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que se ha visto beneficiado peche con las consecuencias indemnizatorias en la medida que
dicha acción le ha sido de utilidad.
Quien ha cometido un delito afectado por la eximente de miedo insuperable está exento
de responsabilidad penal. Obró impulsado por una conducta ajena que le impulsó a
actuar. En este caso, responden «principalmente» del daño ocasionado los que hayan
causado el miedo, y solo en su defecto, los que hayan ejecutado el hecho, aunque estén
exentos de responsabilidad penal.
La responsabilidad civil puede imponerse por el hecho de un tercero por el que se deba
responder. Ello ocurre en dos supuestos: cuando la ley atribuye a quien no haya causado
el daño una responsabilidad directa, así en los supuestos contenidos fundamentalmente,
aunque no exclusivamente, en el art. 1903 CC; y cuando se responde en defecto de
quien sea el principal responsable, autor de los daños. En este caso se dice que existe
una responsabilidad civil subsidiaria, que actúa en función de garantía de la víctima.
Cuando tenga lugar este segundo supuesto, habrá un responsable civil principal, que es
quien ha cometido el delito que ha originado el daño, y un responsable civil subsidiario,
que cubre la obligación de resarcir del responsable principal frente a la víctima del
daño, pero que no sustituye al responsable principal.
La responsabilidad civil subsidiaria se prevé en los artículo 120 y 121 del Código Penal,
que regulan distintos supuestos; 1º) Los padres y tutores, por los daños causados por los
delitos cometidos por los mayores de 18 años sujetos a su patria potestad o tutela y que
vivan en su compañía, siempre que haya por su parte culpa o negligencia; 2º) Las
personas naturales o jurídicas titulares de editoriales, periódicos, revistas, estaciones de
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radio o televisión o de cualquier otro medio de difusión, por los delitos cometidos
utilizando los medios de los que sean titulares;N3º) Las personas naturales o jurídicas, en
los casos de delitos cometidos en los establecimientos de los que sean titulares, cuando
se hayan infringido los reglamentos de policía o las disposiciones de la autoridad que
estén relacionados con el hecho punible cometido, de modo que éste no se hubiera
producido sin dicha infracción; 4º) Las personas naturales o jurídicas dedicadas a
cualquier género de industria o comercio, por los delitos que hayan cometido sus
empleados o dependientes, representantes o gestores en el desempeño de sus
obligaciones o servicios; y 5º) Las personas naturales o jurídicas titulares de vehículos
susceptibles de crear riesgos para terceros, por los delitos cometidos en la utilización de
aquellos por sus dependientes o representantes o personas autorizadas. De los cuales,
atendida el contenido de la presente asignatura, únicamente estudiaremos el primero de
los mismos.
3) Aunque los hechos cometidos por menores sean penalmente típicos quedarán en todo
caso sometidos al Código Civil cuando los infractores sean menores de 14 años.
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