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En virtud de los argumentos expuestos en el presente trabajo, resulta innegable

inconvencionalidad de la ley bajo análisis, promulgada en el año 1980 durante el período de la


dictadura militar, la que no logró su completa adecuación a la vida democrática y con ella su
compatibilidad con las reglas que surgen de los textos de los tratados internacionales y los
estándares establecidos por la CIDH, constitucionalizados con la reforma de la constitución
de 1994, todo ello, inclusive, con la aceptación de nuestro más alto tribunal.

En efecto y como conclusiones preliminares de nuestro análisis del mencionado régimen


jurídico podemos expresar:

A. Las diferentes figuras contravencionales contempladas en la Ley 5140, modificatorias


y complementarias, no cumplen con los estándares propios del principio de legalidad y
su derivado esencial, cuál es el principio de reserva legal o de tipicidad, todos ellos
derivados de los tratados de derechos humanos y particularmente de la Convención
Americana de Derechos Humanos.

B. La vulneración del principio de reserva legal (tipicidad) generada por la ambigüedad en


la descripción de las conductas punibles,utilizando con demasiada generalidad
conceptos jurídicos indeterminados sujetos a la determinación de un órgano
administrativo no habilitado para llenar los vacíos legislativos, provocan la inmediata y
manifiesta vulneración de elementales derechos y garantías convencionales y
constitucionales (por ejemplo, derecho de defensa, debido proceso, etc.), prueba de lo
cual constituye lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia en la causa “N”.

C. En ese marco, nos propusimos analizar el control de convencionalidad por parte de la


administración en el ejercicio de su diferentes actividades jurigenas (administrativas,
materialmente legislativas y jurisdiccionales), es decir, particularmente por el Jefe de
Policia. Derivado de ello se puede afirmar:

A. resulta generalmente aceptado el ejercicio del control de convencionalidad


constructivo en el ejercicio de actividades materialmente legislativas y
administrativa, logrando, con la subsistencia de la norma o bien en la emisión
del reglamento, su compatibilidad con los estándares internacionales surgidos
de la Convención y de la interpretación que de ella hizo la CIDH

B. Mucho más restrictivo es la tolerancia respecto del control de convencionalidad


destructivo exteriorizado a través de la inaplicabilidad o declaración de
inconstitucionalidad de la norma habilitante, sobre todo teniendo en cuenta los
parámetros establecidos por la CIDH en “GELMAN” en cuanto requiere que el
control se realice en el ámbito de la competencia del órgano y conforme a las
reglas procedimentales establecidas. Tolerado el control de convencionalidad
respecto del primero (ver las actuaciones de la Corte en este sentido), mientras
que en relación al segundo, se observan muchas observaciones desde la
doctrina y de la propia Corte suprema, muchas de ellas atendibles.

C. A pesa del carácter restrictivo, teniendo en cuenta aquellas actividades de


carácter jurisdiccional a cargo del órgano administrativo, en situaciones de
abierta y manifiesta contradicción entre los derechos y garantías que surgen
del derecho internacional de los derechos humanos y la letra de la normativa
provincial debe estarse a favor de los primeros.

En tal sentido, es destacable el proyecto de reforma presentado por ANDHES, titulado "Código
de Convivencia Social", del que emerge, como una propuesta viable y bien elaborada,un
abordaje integral de los desafíos y defectos inherentes a la ley cuestionada. Su estructura y
contenido demuestran un enfoque meticuloso y la consideración de los principios
fundamentales de los derechos humanos y las normativas internacionales.

La necesidad imperante de educar a los agentes policiales en el control de convencionalidad,


conforme a los estándares propuestos en nuestro trabajo, destaca la importancia de un enfoque
interdisciplinario en la formación policial en Tucumán. La formación exclusivamente
proveniente de agentes de policía podría perpetuar prácticas obsoletas y limitar la comprensión
integral de los derechos fundamentales y las obligaciones del Estado en materia de derechos
humanos.
Es crucial reconocer la influencia de la coyuntura histórica en la creación de la ley analizada. Su
gestación durante la dictadura militar revela la fragilidad de sus fundamentos y la posible
influencia de agendas políticas autoritarias en su redacción. La imprecisión y las disposiciones
ambiguas propician la discrecionalidad policial, permitiendo la arbitrariedad y socavando la
garantía de un Estado de Derecho.

En última instancia, la conclusión ineludible es la necesidad imperativa de revisar y reformar la


legislación en cuestión, sustituyéndola por un marco normativo que refleje los principios
constitucionales, respete los derechos fundamentales y se ajuste a los estándares
internacionales. Este proceso de transformación no solo fortalecerá el Estado de Derecho en
nuestra sociedad, sino que también contribuirá al pleno respeto y protección de los derechos
humanos de todos los ciudadanos.

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