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CUIDADOS

PALIATIVOS
EN NIÑOS
Marcos Gómez Sancho

CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS
Marcos
Gómez Sancho
Dirección Científica
Marcos Gómez Sancho

Coordinación Editorial
Carlos Vázquez Huarte-Mendicoa

Maquetación y PDF:
Lerko Print, S.A.

Diseño de portada:
Criterio de Comunicación y Marketing

Fotomecánica e Impresión:
Lerko Print, S.A.

I.S.B.N.
978-84-611-9279-3

Déposito Legal:
M.-40.854-2007

Edita:
© Gabinete de Asesoramiento y Formación Sociosanitaria S.L.
( GAFOS )
C/ Francisco González Díaz, 5
35005 Las Palmas de Gran Canaria, España
Teléfono: +34 928 233 786
Fax: +34 928 230 665
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CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS

Marcos Gómez Sancho


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Prólogo
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Cuidados paliativos: revivir la esperanza

A vivir se aprende toda la vida,


y toda la vida se ha de aprender a morir.

(Lucio Anneo Séneca)

En los albores del siglo XXI, a pesar del avance de la Esto es lo que estamos haciendo con la “Estrategia so-
ciencia y de la tecnología, hay muchas enfermedades para bre Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud”.
las que no disponemos de un tratamiento eficaz. El envejeci- Con esta estrategia, que se suma a las recientemente apro-
miento de la población en sociedades desarrolladas como la badas sobre cáncer, cardiopatía isquémica, diabetes y salud
nuestra hace que determinados trastornos —como los tu- mental, fortalecemos los principios de equidad y cohesión
mores malignos y las enfermedades crónicas y degenerati- que sustentan nuestro sistema sanitario público. Su objetivo
vas, precisamente aquellas que por su propia naturaleza son específico es mejorar la calidad de la atención prestada a los
más difíciles de curar— sean cada vez más frecuentes. Así, pacientes en situación de enfermedad avanzada o terminal,
según datos del Instituto Nacional de Estadística del año promoviendo la respuesta integral y coordinada de todo el
2005, de las 387.355 personas que fallecieron en España en sistema a sus necesidades y respetando su autonomía y sus
el año de referencia, entre el 50% y el 65% murieron tras valores. Además, al igual que las restantes estrategias apro-
una etapa avanzada y terminal de su enfermedad, un 25% badas, la de cuidados paliativos ofrece a los profesionales las
de ellos por procesos oncológicos. herramientas necesarias para llevar a cabo esta compleja y
delicada labor con el grado de excelencia que precisa.
Pero convendrán conmigo en que lo importante no es
vivir más años, sino que los años de más que consigamos Sirvan estas breves líneas para expresar mi apoyo a
vivir se disfruten con una buena calidad de vida hasta el iniciativas como este completo “Programa Formativo sobre VII

último momento. Y que, llegados al punto de afrontar el Cuidados Paliativos en Niños”. No cabe duda de que todo lo
dicho anteriormente con carácter general adquiere una di-
proceso de morir —y no sólo el momento de la muerte—,
mensión muy especial cuando es un niño el que se ve inmer-
podamos hacerlo con dignidad, libres de dolores evitables
so en un trance en el que, a la dureza propia de la situación,
y con la seguridad de estar atendidos por profesionales
se añade un profundo sentimiento de injusticia en los padres
con empatía por el sufrimiento ajeno. Unos profesionales
y el resto de la familia.
que dominen el conjunto de técnicas necesarias para rea-
lizar su labor y que dispongan de una dotación de medios En este curso se actualizan conocimientos, se ponen en
adecuada. En suma, con la esperanza de que los medica- común experiencias y se analizan cuestiones no sólo en el
mentos aliviarán el dolor, controlarán los demás síntomas plano médico-científico, sino también desde la vertiente le-
y mitigarán la angustia; de que el sueño será tranquilo y gal, ética y social. Y se le concede una especial atención al
de que, en el nuevo día, escucharemos una palabra de desarrollo de la capacidad de comunicación, herramienta
ánimo y sentiremos entre nuestras manos las de otro ser indispensable en este tipo de atención sanitaria.
humano.
El contar con unos profesionales bien capacitados para
Garantizar el derecho a una buena muerte debe ser prestar ayuda a quienes recorren el último tramo del cami-
una prioridad para quienes tenemos el deber de procurar no supone una valiosa contribución a la tarea común de
una vida saludable. Muchas voces autorizadas señalan que ofrecer a los ciudadanos un sistema de cuidados paliativos
es preciso situar este objetivo en el mismo grado de priori- que garantice el derecho a una buena muerte. Y que alimen-
dad que la prevención y el tratamiento de las enfermedades. te la esperanza de que la vida sea en verdad humana hasta
Para ello, las Administraciones debemos coordinar nuestros el último instante.
esfuerzos, movilizar recursos y emprender iniciativas que
permitan ofrecer a todos los ciudadanos, con independencia Excma. Sra. Dª Elena Salgado
del lugar donde residan, unos cuidados paliativos integrales Ministra de Sanidad y Consumo
y de calidad. Gobierno de España

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PLAN DE LA OBRA
Y
PROGRAMA DEL CURSO
PLAN DE LA OBRA Y PROGRAMA DEL CURSO

Módulo I. Cuidados paliativos en niños y adolescentes


con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

1 Cuidados paliativos pediátricos: de curar a cuidar.......................................................................   3


Lisbeth Quesada Tristán, Daniel Masis Quesada

2 Cuidados paliativos en oncología pediátrica.................................................................................  17


Carlota Calvo Escribano, Ana Carboné Bañeres, A. Muñoz Mellado

3 Cuidados paliativos en oncohematología. ....................................................................................  43


Natalie Rodríguez Zamora, Violeta Cádiz Dueñas, Chery Palma Torres

4 Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica..................................................  69


Rosa Germ

5 Los cuidados a niños con VIH/Sida avanzado y a sus familias.......................................................  81


Javier Barbero, Isabel de José

6 Aplicación de los cuidados paliativos en la unidad de cuidados intensivos pediátricos........................  97


Lidia Casanueva Mateos

7 Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos.............................................................119


Marta Trías Jover, Joaquín Gascón Romero

8 Trabajo social en una unidad de cuidados paliativos pediátricos.....................................................133


M.ª Ángels Claramonte

9 El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y a sus familiares. ......................................143


José Carlos Bermejo Higuero, Consuelo Santamaría

10 Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida y a sus familiares.
Habilidades de autorregulación................................................................................................167
XI
Cristina Coca Pereira, Pilar Arranaz Carrillo de Albornoz, Hortensia Díez-Asper

11 “Una escuela en el hospital”. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado..................191


Gregorio Jiménez Torres, Francisca Rodríguez Jiménez

12 Ética y cuidados paliativos en pediatría. .....................................................................................211


Luis Sierra Sesúmaga, Isabel Martín

Módulo II. Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal


y soporte a sus familiares

13 Evaluación y control de síntomas.............................................................................................227


José María Martín Rodrigo

14 Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer.......................................................235


M.ª del Rosario Rodríguez Rodríguez

15 Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles................................................................249


M.ª del Rosario Rodríguez Rodríguez

16 Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer..............291
Teresa Méndez, Gabriela Medín

17 La atención en la agonía. ........................................................................................................311


Rosa Germ

18 Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños.....................................319


Tiberio Álvarez Echeverri

19 Comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal.......................................337


Lisbeth Quesada Tristán, Daniel Masis Quesada

20 El duelo en el niño. ...............................................................................................................349


Marcos Gómez Sancho, Manuel Ojeda Martín

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PLAN DE LA OBRA Y PROGRAMA DEL CURSO

21 Duelo por la muerte de un niño I. Clínica..................................................................................367


Carlos Cobo Medina

22 Duelo por la muerte de un niño II. Casuística.............................................................................435


Carlos Cobo Medina

23 Duelo por la muerte de un niño III: Consolatoria........................................................................495


Carlos Cobo Medina

XII

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ÍNDICE DE AUTORES
Y
PROFESORADO DEL CURSO
ÍNDICE DE AUTORES

Álvarez Echeverri, Tiberio Cobo Medina, Carlos


Médico Psiquiatra infantil
Profesor de la Universidad de Antioquia y de la Universidad Bolivariana Madrid
Unidad de Soporte Oncológico del Instituto de Cancerología de Medellín España
Medellín
Colombia Coca Pereira, Cristina
Doctora en Psicología
Arranz Carrillo de Albornoz, Pilar
Psicóloga investigadora del Servicio de Hematología Hospital
Doctora en Psicología
Universitario La Paz
Especialista Psicología Clínica Colaboradora del Instituto antae
Directora técnica Instituto de psicología y counselling antae Madrid
Madrid España
España
De José, Isabel
Barbero, Javier
Médico
Psicólogo Clínico Adjunto
Unidad de Enfermedades Infecciosas
Departamento de Hematología
Servicio de Pediatría
Hospital Universitario La Paz
Hospital Universitario La Paz
Madrid
Madrid
España
España
Barmejo Higuera, José Carlos
Díez Asper, Hortensia
Director del Centro de Humanización de la Salud
Psicóloga
Religiosos Camilos
Tres Cantos Asociación Infantil Oncológica de la Comunidad de Madrid (ASION)
Madrid Madrid
España España

Cádiz Dueñas, Violeta Gascón Romero, Joaquín XV


Psicóloga Clínica Diplomado en Enfermería
Unidad de Hemato-Oncología Unidad de Cuidados Paliativos pediátricos
Hospital de Niños Roberto del Río Hospital San Juan de Dios
Santiago Barcelona
Chile España

Calvo Escribano, Carlota Germ, Rosa


Médico Coordinadora Unidad de Cuidados Paliativos
Unidad de Oncohematología pediátrica Hospital de Pediatría “Dr. Juan P. Garrahan”
Hospital Universitario Miguel Servet Buenos Aires
Zaragoza Argentina
España
Gómez Sancho, Marcos
Carboné Bañeres, Ana
Médico
Médico
Unidad de Medicina Paliativa
Unidad de Oncohematología pediátrica
Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín
Hospital Universitario Miguel Servet
Profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Zaragoza
Las Palmas de Gran Canaria
España
España
Claramonte Fuster, Mª Ángeles
Jiménez Torres, Gregorio
Diplomada en Trabajo Social
Maestro
Unidad de Cuidados Paliativos pediátricos
Hospital San Juan de Dios Hospital Universitario Materno Infantil
Barcelona Las Palmas de Gran Canaria
España España

Casanueva Mateos, Lidia Martín Rodrigo, José María


Médico Médico
Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos Unidad de Cuidados Paliativos pediátricos
Hospital 12 de Octubre Hospital San Juan de Dios
Madrid Barcelona
España España

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ÍNDICE DE AUTORES

Martín, Isabel Quesada Tristán, Lisbeth


Dirección de Atención Primaria Médico
Servicio Navarro de Salud Jefe, Clínica de Cuidados Paliativos, Hospital Universitario de Niños
Navarra Actual Defensora de Los Habitantes de la República de Costa Rica
España San José
Costa Rica

Masís Quesada, D. Rodríguez Rodríguez, María del Rosario


Médico Médico
Clínica de Cuidados Paliativos Pediátricos Unidad de Cuidados Paliativos Infantiles
Hospital Nacional de Niños Hospital Universitario Materno Infantil
San José Las Palmas de Gran Canaria
Costa Rica España

Medin, Gabriela Rodríguez Jiménez, Francisca


Psicóloga clínica Maestra
Especialista en oncohematología pediátrica Hospital Universitario Materno Infantil
Consultora Fundación Natalí Dafne Flexer. Argentina Las Palmas de Gran Canaria
Investigadora Hospital General Universitario Gregorio Marañón España
Madrid
España Rodríguez Zamora Natalie
Médico
Unidad de Hemato-Oncología
Méndez, Teresa
Instructor. Departamento de Pediatría. Campus Norte
Psicóloga clínica Facultad de Medicina. Universidad de Chile
Responsable del Área Psicosocial de la Fundación Natalí Dafne Flexer Hospital de Niños Roberto del Río
Equipo de Cuidados Paliativos Hospital Municipal Materno Infantil San Santiago
Isidro Chile
Buenos Aires
XVI
Argentina Santamaría Repiso, Consuelo
Doctora en Ciencias de la Educación
Muñoz Mellado, Ana Master en Counselling
Médico Centro de Humanización de la Salud
Religiosos Camilos
Unidad de Oncohematología pediátrica Tres Cantos
Hospital Universitario Miguel Servet Madrid
Zaragoza España
España
Sierrasesúmaga, Luis
Ojeda Martín, Manuel Médico
Médico Profesor Ordinario de Pediatría
Unidad de Medicina Paliativa Clínica Universitaria de Navarra
Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín Facultad de Medicina
Las Palmas de Gran Canaria Universidad de Navarra
España Navarra
España

Palma Torres, Chery Trías Jover, Marta


Enfermera Especialista en Oncología pediátrica Diplomado en Enfermería
Unidad de Hemato-Oncología Unidad de Cuidados Paliativos pediátricos
Hospital de Niños Roberto del Río Hospital San Juan de Dios
Santiago Barcelona
Chile España

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS

I
“Cuidados Paliativos en niños y
adolescentes con enfermedad terminal.
El equipo interdisciplinario”

II
“Control de síntomas en el niño
con enfermedad terminal
y soporte a sus familiares”
I

“Cuidados Paliativos en niños


y adolescentes con
enfermedad terminal.
El equipo interdisciplinario”

1
Cuidados paliativos pediátricos: de curar a cuidar

2
Cuidados paliativos en oncología pediátrica

3
Cuidados paliativos en oncohematología

4
Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica

5
Los cuidados a niños con vih/sida avanzado y a sus familias

6
Aplicación de los cuidados paliativos en la unidad
de cuidados intensivos pediátricos

7
Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos

8
Trabajo social en una unidad de cuidados paliativos pediátricos

9
El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave
y a sus familiares

10
Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida
y a sus familiares. Habilidades de autorregulación

11
Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional
del niño hospitalizado

12
Ética y cuidados paliativos en pediatría
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Cuidados paliativos pediátricos:


de curar a cuidar

Lisbeth Quesada Tristán, Daniel Masís Quesada

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ A continuación presentamos una lista taxativa de


diferencias entre ambos grupos, anotadas por Paul R.
u Aprender a diferenciar los cuidados paliativos en Brenner, del Children’s Hospice International, de Virginia,
adultos y en niños por lo que respecta al paciente, a USA, que pretendemos analizar a la luz de la experien-
la familia y a los cuidadores. cia y los años de servicio en equipos de cuidados palia-
u Comprender las ventajas que supone remitir de for- tivos pediátricos (ECPP).
ma temprana el enfermo a las unidades de cuidados
paliativos.
u Reflexionar sobre los inconvenientes que lleva consi- Diferencias del paciente
go transferir tardíamente el paciente a las unidades
específicas de cuidados paliativos, tanto para el niño
o adolescente como para la familia, para el equipo 1. El paciente pediátrico se
de cuidados paliativos y para el propio equipo que encuentra en un proceso de
inicia y lleva a cabo el tratamiento. crecimiento y desarrollo que
afecta definitivamente a su
comprensión de la enfermedad, 

la vida y la muerte

Diferencias entre el cuidado


Más aún, su visión sobre la enfermedad, la vida y la
paliativo de niños y el de
muerte, es cambiante de acuerdo con su edad. Más ade-
adultos
lante veremos cómo cambia su visión de acuerdo con su
desarrollo cognitivo. Desarrollo cognitivo que debe ser
El desarrollo de los cuidados paliativos pediátricos conocido y manejado por los que pretenden hacer CPP;
(CPP) es un reto mucho más complejo que simplemen- de lo contrario, hacer el bien será tan arriesgado como
te: “Háganlo”. Se debe contar con políticas de salud hacer el mal. Nuestra primera alianza como profesiona-
claras y con norte definido, sabiendo qué se pretende y les de la salud debe ser siempre con el paciente, en este
cómo se va a conseguir. Se deben conocer los patrones caso el niño, la niña o el adolescente, no con la familia.
de morbimortalidad infantil y las áreas geográficas de La familia es un aliado importante que hay que ganarse.
mayor riesgo, y definir por dónde empezar. Se debe Sin embargo, el paciente es menor de edad, y, precisa-
contar con una red de apoyo cercana, a las familias y al mente por ello, como profesionales, siempre debemos
paciente, que pueda ofrecer todos los niveles de aten- tener presente que trabajamos en el interés superior del
ción de acuerdo con la complejidad y la demanda. niño y en la defensa de sus derechos humanos, en todo
Si ya hemos cometido errores y aprendido de ellos el sentido integral y holístico de estas palabras.
en el desarrollo de los cuidados paliativos (CP) de adul-
tos, es preciso, al desarrollar los cuidados paliativos
pediátricos, incorporar las experiencias pasadas con los 2. El paciente no ha
adultos y mejorar. desarrollado su vida
Por ejemplo, es vital conocer las diferencias y simi- completamente
litudes entre los programas de CP de niños y adolescen-
tes en relación con los de los adultos. Si bien es cierto El paciente pediátrico, el niño o el adolescente, son
que nacen de un tronco común, como son los cuidados para cada familia una esperanza, una promesa del hoy y
paliativos, los niños y adolescentes hacen que, en su del futuro. Su vida no sólo no se ha desarrollado, sino
desarrollo continuo y de crecimiento, las diferencias que está en constante proceso de descubrimiento y
sean considerables y, al mismo tiempo, tengan muchos asombro del mundo que les rodea, y los padres, igual-
aspectos en común. mente, con las maravillas que su hijo descubre. ¿Cómo

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

podrá perderse una vida que casi no ha empezado aún? cio o que se baje el tono de voz? Es evidente que el desa-
¿Cómo desprenderse de un hijo que todavía es pequeño rrollo del lenguaje afecta radicalmente a la calidad de vi-
e indefenso y que no logra comprender por qué le due- da de los niños pequeños que todavía no saben expresar-
le donde le duele o por qué ya no puede caminar o ir a se. Y ello también repercute en nosotros, profesionales de
la escuela? El hecho de que esta personita aún no se la salud, los que trabajamos en cuidados paliativos, pues
haya desarrollado plenamente es una pérdida, es una necesitamos saber y conocer lo que afecta a nuestros pa-
ausencia, algo que falta, que no se puede llenar con cientes para poder aportarles alivio o ponerles cómodos.
nada. Simplemente, no llegará a ser… Simplemente, no
te dará nietos, o triunfos en la escuela o en la universi-
dad. Son enormes el sentimiento y la resistencia de los 5. Los pacientes se encuentran
padres a desprenderse de ellos o a dejarlos ir. rodeados de gran tecnología
médica

3. Los niños protegen a sus Precisamente porque somos responsables de nues-


padres y a sus allegados tros hijos, es muy difícil que un padre o una madre no
incluso con un coste personal hagan hasta lo imposible por ofrecer todas las posibili-
dades de cura a su hijo. Para los mismos pediatras espe-
Cuando un niño no logra comprender qué le está cialistas es muy difícil no sólo remitir a sus pacientes a
pasando, o está angustiado y tiene miedo, y se atreve a cuidados paliativos, pues esto es interiorizado como
formular esa pregunta lapidaria a sus padres (recorde- que se han dado por vencidos, sino además decidir el
mos: son las personas que les resultan más cercanas y momento en que se deja de ofrecer tratamiento curativo
que constituyen su fuente de amor, seguridad y confian- para no caer en el encarnizamiento terapéutico. Y es
za), éstos, en un principio, no sólo no saben qué contes- que, al estar rodeados de tanta tecnología médica, existe
tar, sino que piensan que si dicen la verdad aumentarán la tentación de seguir ofreciendo posibilidades heroicas
el sufrimiento del niño, y que en realidad esto no tiene de cura, debido a la fuerte presión que ejercen los pa-
sentido y que el niño probablemente no comprende la dres y también debido al mismo modelo biomédico en
magnitud de lo que está sucediendo o va a suceder. que nos entrenan, donde se nos enseña a ser salvadores
Cuando los niños preguntan, esperan una respuesta. y no perdedores con nuestros pacientes.
Cuando esa respuesta irrita, enoja o hace llorar a sus
 padres, cuando la respuesta es evasiva, engañosa o men-
tirosa, o se inicia una discusión entre los padres, o hay 6. El desarrollo del lenguaje
violencia verbal o física entre ellos o hacia el paciente, el afecta a la expresión del dolor
niño no volverá a preguntar. Sabe que algo pasa, proba-
blemente se llene de fantasías equivocadas, pero, con ¿Cómo describir un dolor mixto o dolor neuropáti-
toda seguridad, no volverá a preguntar. Ahí está el coste co, con alodinia o con toques eléctricos, o con un recorri-
personal que debe pagar por no preguntar para no cau- do por la pierna en la parte posterior, cuando no se sabe
sar problemas. Está condenado a tragarse esas dudas y a qué es la electricidad y nunca le ha pegado un tirón, y
vivir con ellas, y con sus angustias y miedos, sin poder- además no se tienen las palabras para describirlo? ¿Cómo
los compartir. Está siendo condenado a enfrentarse con describe un dolor incidental un niño de 3 o 4 años de
el proceso de la enfermedad y la muerte en gran soledad edad o menos? Esto nos lleva al problema de evaluar y
y aislamiento, pues no puede preguntar. Aquí es donde medir la intensidad del dolor en niños pequeños, y cómo
protege a sus padres de sus propias preguntas y de sí el desarrollo cognitivo de cada niño varía de acuerdo con
mismos. El coste emocional que paga el niño o el ado- la edad; por ello, es indispensable que el profesional de la
lescente es alto, muy alto: está condenado a enfrentarse salud conozca el desarrollo cognitivo de su paciente y
en soledad a su propio proceso de muerte. además que pueda utilizar diversas escalas para medir
dolor, y que ponga el suficiente empeño y tenga la diligen-
cia necesaria para evaluar el dolor con su paciente durante
4. El desarrollo del lenguaje el tiempo que sea preciso, y hacer lo que se requiera para
afecta a la expresión de las observarlo en diferentes circunstancias o situaciones.
necesidades y de los
sentimientos

Es evidente que el lenguaje nos permite una comu- Diferencias de la familia


nicación directa y certera. ¿Pero qué pasa cuando aún no
se conoce bien el lenguaje materno? ¿Cuando lo que se
siente no se puede expresar, pues todavía no hay una 1. Necesidad de hacer “todo”
palabra que lo represente? ¿Cómo describir el cansancio para salvar al niño
crónico que da el cáncer, o la falta de apetito hacia el final
de la vida de esta cruel enfermedad, y con la madre insis- En múltiples ocasiones los padres sienten que han
tiendo en que el bebé o el niño coma? ¿Cómo pedir silen- fallado en la protección de sus hijos. Es muy sencillo

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


1. Cuidados paliativos pedriátricos: de curar a cuidar

intentar buscar culpables de lo que pasa y auto-sentar- necesidad de proteger al niño de la información dolo-
se en el banquillo de los acusados. Por esto, cuando el rosa responde, en la gran mayoría de los casos, a la
médico que dirige el tratamiento dice de alguna mane- necesidad propia de los padres de protegerse a ellos
ra que ya no le es posible hacer más para sanar al pa- mismos de de su propio dolor y no tener que tocar un
ciente, las familias pueden recurrir a las curas mágicas, tema tan doloroso para ellos como es la enfermedad y
ya sea en sus aspectos religiosos o espirituales, o bus- la muerte de un hijo o de un ser querido. Por lo gene-
cando a personas que se hacen llamar “médicos” y que ral, más temprano que tarde, guiados por un buen
ofrecen curas rápidas y mágicas por medio de hierbas, equipo de cuidados paliativos pediátricos, los padres
compresas de barro o cualquier otro “remedio”. Debo toman conciencia de que, efectivamente, sus hijos sí
excluir de esta categoría de charlatanes a los médicos conocen su presente condición.
graduados en las facultades de medicina tradicionales
en Occidente, que luego, por investigación, convenci-
miento, lectura y práctica, deciden abrazar lo que hoy 3. Problemas con los hermanos
conocemos como medicina holística o alternativa, ho-
meopatía, u otras disciplinas como la medicina ayurve- En las familias donde hay más de un hijo, se tien-
da o la medicina tradicional china. Es importante, sin de a dar mucho más al que está enfermo que a los que
embargo, permitir a la familia que haga uso de todos están sanos. Me refiero a la atención, al cariño, a los
sus recursos o posibilidades para tratar de curar al hijo. mimos, y también a los juguetes y a los esfuerzos para
Es una satisfacción que luego ayudará en la elabora- complacerlo. El resto de los hijos deben conformarse
ción del proceso del duelo, siempre y cuando estas ac- con lo que los atribulados padres puedan darles, y más
ciones no vayan en contra de la voluntad expresa del bien se espera de ellos que cooperen, en la medida de
niño o el adolescente o violen sus derechos.“Se hizo sus posibilidades, en la atención del hermano enfermo.
todo lo que estuvo al alcance de la familia para salvarle Por esto, muchas familias dejan de prestar atención a
la vida” (Figura 1). los hijos sanos, y cuando éstos caen enfermos —tienen
derecho a enfermar como cualquier persona—, no se
les reconoce, y más bien se les suele regañar porque
molestan y no se les cree que estén enfermos. Así, mu-
chos niños se han escapado de la muerte por milíme-
tros, pues a un dolor abdominal no se le dio la impor-
tancia adecuada hasta que se había convertido en peri- 
tonitis, o una tos persistente, en neumonía, o una dia-
rrea, en deshidratación grave, o cuando el hermano
pierde el curso lectivo porque no entendía las matemá-
ticas y tampoco había nadie que le ayudara. Cuando
un equipo de cuidados paliativos pediátricos aborda a
un paciente y a su familia, está abordando, desde lue-
go, a los hermanos sanos del paciente, y debe educar y
hacer una llamada de atención sobre estos temas, que
pueden darse con mucha frecuencia. Aun en una situa-
ción tan dolorosa como el proceso de enfermedad y
muerte de un hijo, los otros niños de la familia siguen
Figura 1. La comunicación honrada con los padres es crucial para la adecuada teniendo sus propias necesidades y no pierden sus de-
atención a los niños enfermos rechos a una atención digna, respetuosa y amorosa de
sus progenitores.

2. Necesidad de proteger al niño


de la información 4. Problemas en las finanzas

La creencia de que los niños no se dan cuenta de Definitivamente, la enfermedad de un hijo con-
nada y no comprenden nada, y se contentan con un lleva gran cantidad de gastos, incluso en sistemas so-
silencio o con un cambio de tema para no contestar lo cializados de la medicina, como los de Inglaterra,
que preguntan, es tan cierto como que el fin del mun- Costa Rica o México. Muchos medicamentos no exis-
do ocurrió ayer. Por el contrario, los niños siempre ten dentro de la seguridad social y han de ser compra-
manejan información. Lo que los adultos muchas veces dos fuera del sistema de salud por los padres, o por
desconocen es cuánta información tienen, y la veraci- las fundaciones o asociaciones de cuidados paliativos
dad y la calidad de esa información. Los padres, en su que apoyan a estas familias. En los sistemas de medi-
afán de proteger al niño de una información dolorosa, cina privada son muchos los aspectos que no quedan
a menudo juegan el juego de la “conspiración del silen- cubiertos por los seguros, especialmente en lo que se
cio”, con mentiras y engaños de muy alto coste emo- refiere a la medicina paliativa y a la atención en el
cional para toda la familia, incluyendo al paciente. La domicilio.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

5. Creencia de que el cuidado del dualmente, que demanda cuidados continuos y que al-
hospital es mejor que el tera la dinámica familiar, pues depende de ella en un
cuidado en el domicilio cien por cien para sobrevivir, en total incapacidad de
velar por sí mismo. Es una historia de nunca acabar,
El paradigma en que los abuelos fueron criados pues parece que no tiene fin. Por ejemplo, una madre
(que es mejor la casa que el hospital) ha cambiado, que atiende y cuida las veinticuatro horas a un hijo en
sobre todo por los avances de la tecnología y de la me- esas condiciones, que hoy tiene siete años y que se es-
dicina moderna. El cambio de valores, así como la tele- pera que viva quizá unos diez o doce años más, está en
visión y, en general, los medios de comunicación masi- altísimo riesgo de “claudicación familiar”. Probable-
vos como el cine y la prensa, han hecho que se valore mente, más que en otros casos, esta familia y esta madre
aún más la medicina de los hospitales. Esto es proba- necesitarán mucha más atención y diferentes estrategias
blemente cierto para las enfermedades curables, no así por parte del ECPP, para prevenir decididamente la
cuando se afronta la etapa terminal de una enferme- claudicación familiar; de lo contrario, ¿quién se hará
dad. No hay nada como la propia cama, la propia al- cargo de este niño?
mohada y la comida de casa. Y qué decir de la privaci-
dad y la comodidad propias y de la familia que ofrece
el hogar. Jamás tocará y mimará una enfermera como
mima y toca la madre a su hijo enfermo. La diferencia Diferencias de los cuidadores
se llama simplemente amor, toneladas de amor y de
sacrificio.
1. Necesidad de proteger a los
niños, padres y hermanos
6. Los abuelos se sienten
impotentes ante el Es imposible no desarrollar empatía con mu-
sufrimiento de sus hijos y chas de las familias atendidas. Es imposible no sen-
nietos tirse, de tanto en cuanto, más atraído y empático
con algunos de los pacientes especialmente. Es im-
En las familias extensas, cuando uno de sus miem- posible no sentirse seducido por un niño pequeño
bros se enfrenta a una enfermedad terminal, la angustia, de sonrisa hermosa, medio pícaro, y con un discurso
 el sufrimiento y la preocupación alcanzan a diferentes de adulto que asusta, o que mantiene una relación
núcleos familiares. Éste es el caso de los abuelos, que con Dios en un grado de espiritualidad que sorpren-
sufren por la desgracia que ellos mismos viven como de. A esto lo llama el Sr. Freud “transferencia” y
abuelos y por la tragedia de ver a su hijo enfrentándose “contra-transferencia”. Es frecuente, es normal. Ése
a la muerte de su propio hijo. Cuando los abuelos están no es el problema. El problema es no poder recono-
cercanos, en el plano afectivo, a sus hijos y a sus nietos, cerlo. El problema es no poder controlarlo. El pro-
y alguno de ellos está viviendo la fase terminal de una blema es dar trato preferencial a esas familias y a
enfermedad, deben ser incluidos dentro del grupo fa- otras no. El problema es crear en nuestra mente una
miliar que recibe apoyo del equipo de cuidados paliati- confusión entre las relaciones que establecemos con
vos pediátricos. esa familia a la que atendemos y nuestras propias
relaciones familiares. Se termina por llevarse a casa
los problemas de los pacientes, involucrando a la
7. La familia necesita descanso propia familia, y teniendo necesidad de cuidarlos y
protegerlos como si fueran nuestros hijos, sobrinos
Todas las familias necesitan descanso cuando están o hermanos. Esto no sólo no es éticamente correcto,
atendiendo a un ser querido en la fase terminal de una sino que va en detrimento de la atención que ofrece-
enfermedad. Sobre esto no cabe la menor duda. Sin mos y de nuestra propia salud mental. Por ello,
embargo, en cuidados paliativos pediátricos, las fami- cuando se esté sufriendo por los pacientes como si
lias no sólo atienden a sus hijos con enfermedades en fueran propios, o cuando el grado de implicación no
fase terminal, sino también a niños y adolescentes en nos permita percibir el riesgo personal o del equipo
condiciones de vida limitada. Entendemos el concepto a causa de estas conductas, es que ha aumentado
de “condiciones de vida limitada” cuando el paciente se significativamente el riesgo de sufrir el síndrome de
enfrenta a una enfermedad crónica, progresiva, limitan- burn-out, o desgaste emocional, que se estudia en
te, que requiere la atención permanente por parte de los otro capítulo de este curso.
adultos y que degrada progresivamente la calidad de
vida del paciente pediátrico.
La fase terminal de cualquier enfermedad podría 2. Sensación de fracaso si no se
durar seis meses o menos. Esto, por sí solo, ya es muy salva el niño
difícil de encarar. Ahora bien, visualicemos a una madre
y a su familia, que deben aprender a vivir con ese niño A pesar de que se trate de un profesional con mu-
enfermo hasta el final; un niño que se deteriora gra- cha experiencia en determinado campo, ello no consti-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


1. Cuidados paliativos pedriátricos: de curar a cuidar

tuye una vacuna contra el pensamiento mágico. El de los progenitores, deciden no remitir al paciente a
pensamiento mágico no es exclusivo de los niños. Los cuidados paliativos. Nada más erróneo y poco ético.
adultos de todas las edades, nacionalidades y credos Los niños ni siquiera pertenecen, como objetos, a sus
religiosos, lo experimentan con relativa frecuencia en la padres. Al igual que los adultos, sólo se pertenecen a
vida. Lo que varía entre una persona adulta y otra es la sí mismos. En último caso, al Creador. Jamás a sus
frecuencia e intensidad del mismo, y el uso del pensa- padres, o a la sociedad o a los médicos. Son sujetos
miento mágico como un recurso para resolver angus- de derecho, como cualquier otro ser humano, por la
tias, problemas o miedos. simple condición de nacer como seres humanos.
Los profesionales de la salud que se dedican a Aprendamos a respetar y a conocer sus derechos,
cuidados paliativos saben que sus pacientes no sólo entre los cuales está el disfrutar de la mejor atención
no se van a curar de la enfermedad que padecen, sino médica posible; por ello, la atención en cuidados pa-
que muy probablemente morirán en un plazo deter- liativos será una muy buena opción durante la fase
minado de tiempo. Saben que no llegan a la vida de terminal de su enfermedad o si están viviendo en
un paciente y de su familia para esperar o prometer condiciones limitadas.
una cura. Sin embargo, con todo ese conocimiento y
preparación, no es nada infrecuente desear, fantasear
y a veces esperar una cura milagrosa o una remisión 5. Desconocimiento del dolor de
espontánea de la enfermedad como las que aparecen los niños
en algunos textos de medicina. En definitiva, se ex-
perimenta una sensación de fracaso cuando íntima- Ya es menos frecuente, al menos en mi medio, oír a
mente se advierte y se acepta que el niño no se va a los médicos decir que “a los niños no les duele” este o
curar. aquel procedimiento porque su sistema nervioso es aún
inmaduro, sobre todo en los recién nacidos. Hoy sabe-
mos a ciencia cierta que tal afirmación está totalmente
3. Desconocimiento del equivocada. Sin embargo, no basta con esto. No sólo
desarrollo cognitivo deben tener conocimiento sobre el dolor, sino saber
de los niños además cómo evaluarlo correctamente y cómo tratarlo
de acuerdo con la patología, evolución y edad. En los
Una buena parte de los profesionales de la salud niños se aplican, al igual que en los adultos, los princi-
desconocen el desarrollo cognitivo de los niños de pios de la escalera analgésica propuestos por la OMS, y 
acuerdo con su edad. Y se suele encontrar también, se administran prácticamente los mismos medicamen-
aunque en menor proporción, equipos de CPP que no tos para controlar el dolor y el resto de los síntomas,
dominan el desarrollo cognitivo de los niños, a pesar aunque muchos de ellos no vienen en presentaciones
de trabajar a diario con ellos. Algunos actúan con los pediátricas. Aplicamos el mismo concepto de “dolor
niños como si fueran adultos muy pequeños. Es de vi- total” desarrollado por Dame Cicely Saunders, y, desde
tal importancia poseer esta información, pues del co- luego, practicamos el secreto profesional con los niños,
nocimiento y de la destreza en el manejo de estas eta- por más simples que parezcan sus confesiones, pregun-
pas depende la posibilidad de una buena comunica- tas o comentarios.
ción, en todos los sentidos, con los niños y niñas y los
adolescentes.
6. Desconocimiento del
desarrollo de la
4. Desarrollo de un sentimiento enfermedad
de que “los niños nos
pertenecen”, aun a expensas Precisamente las patologías que se tratan en CPP
de los padres son muy restringidas a la infancia y se repiten con mu-
cha frecuencia, lo cual permite adquirir una vasta expe-
El proceso de sobre-identificación y de transfe- riencia en su tratamiento. Muchas de las patologías son
rencia puede ser tan fuerte con los menores —amén enfermedades crónicas, progresivas, limitantes, que lle-
de la necesidad de controlar y mantener el poder varán al paciente a la muerte pero no en un lapso de
dentro y fuera de los hospitales, clínicas o servicios tiempo de seis meses o menos. El conocer cómo y hacia
hospitalarios rivales o competitivos entre ellos—, dónde suele evolucionar frecuentemente una enferme-
que se desarrolla un sentimiento de que el niño, por dad, permite al profesional de la salud y al ECCP ade-
ejemplo, “pertenece” a tal o cual servicio, y por esa lantarse y prestar una mejor atención. Esto se hace más
razón los profesionales de cuidados paliativos no evidente cuando los pacientes y sus familias viven muy
pueden hacerle visitas o aliviarle el dolor, pues “per- lejos del centro hospitalario que los atienden en cuida-
tenece” a un médico específico o a un servicio especí- dos paliativos pediátricos, o del centro de salud u hos-
fico, que puede que no crean en la filosofía de cuida- pital más cercano, y la atención inmediata se puede re-
dos paliativos y no transfieren ese paciente a CPP. He trasar por un asunto geográfico o por no disponer de
conocido colegas que, a pesar de la petición expresa un adecuado transporte al centro.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

7. Sensación de “algo no Cuándo remitir a un paciente


terminado” en el cuidador del pediátrico con cáncer al
niño equipo de cuidados paliativos
pediátricos
En un buen número de casos, el equipo de CPP no
tiene la sensación de un trabajo bien hecho, redondo, con Mucho se habla en los libros del momento adecua-
la familia y con el paciente. Para los miembros del equipo do para remitir a un paciente con cáncer, que se enfren-
de CPP siempre existirá algún grado de pesar o sufrimien- ta a la etapa terminal de su enfermedad, al equipo de
to al acompañar a un niño y a su familia en el proceso de cuidados paliativos. Las descripciones se ajustan a otras
muerte. No somos insensibles ni a la muerte de los demás realidades que no son precisamente las nuestras en
ni a la propia. Es parte de la empatía y del acercamiento América Latina. Nuestra realidad latinoamericana está
que se produce cada vez que nos aproximamos a una fa- plagada de mitos sobre la morfina, de países que ni si-
milia para ayudarla. Luego vendrá la separación, después quiera tienen acceso a esta sustancia de forma regular,
de habernos hecho compañía unos a otros y haber sopor- de situaciones en las que él médico que la prescribe es
tado momentos muy dolorosos, muy sensibles, en los que señalado por sus colegas como sospechoso, o donde las
se vive mucho sufrimiento y estrés. Se comparten real- cuotas de poder de las diferentes jefaturas de los servi-
mente momentos muy desventurados en las vidas de las cios o departamentos rivalizan literalmente con las es-
personas, y eso, se quiera o no, une a las personas y las tructuras económicas conocidas durante la colonia: el
hace partícipes también de lo más sagrado, quizá, que minifundio o el latifundio. Lo más frecuente suele ser:
podemos compartir con otros: nuestra condición huma-
na, con sus grandes virtudes y sus grandes defectos. - Los médicos se comportan con los pacientes como
Esto sucede sobre todo en los casos realmente muy si fueran de su pertenencia, y, por tanto los enfer-
difíciles, ya sea porque no fue sencillo controlar el dolor mos son remitidos —o no son remitidos— a las uni-
y mejorar la calidad de vida del paciente, ya sea porque la dades de cuidados paliativos pediátricos (cuando
referencia al equipo de CPP llegó muy tarde y en realidad las hay) basándose en criterios antojadizos, o con
no se pudo hacer mucho por el paciente y su familia — un retraso tal que dichas unidades ya no pueden
cuando se llega casi como el bombero que va a apagar el hacer un buen diagnóstico de la situación ni elabo-
fuego y ya se ha consumido prácticamente todo—, ya sea rar un adecuado plan de acción.
porque la familia no aceptó lo que iba a pasar —cuando - Se remiten pacientes, pero con condiciones tales
 se hace negación del proceso, no se acepta la muerte y se como: “Si pregunta, está prohibido decirle la ver-
mira al equipo de CPP como los portadores de la muerte dad sobre la situación de su enfermedad”.
y del sufrimiento, y se niega a aceptar visitas frecuentes o - Se remite al paciente, pero con la prohibición de
a seguir las indicaciones—, ya sea por las razones que utilizar morfina.
sean. En esos casos, los cuidadores primarios —los pa- - Se remite el paciente al ECPP, pero sigue “pertene-
dres— y los cuidadores secundarios —el equipo de ciendo” al servicio que lo transfirió, y por tanto los
CPP— sienten que se pudo hacer más, mucho más. componentes de ese servicio se sienten con la au-
Es muy duro pensar y rebobinar en la mente todo toridad para cambiar o suspender, si no están de
lo que se pudo ofrecer a un paciente y a su familia y no acuerdo, las dosis de medicamentos recetadas por
fue posible dárselo por las circunstancias que fueran. el ECPP.
Queda, sobre todo en el equipo de CPP, un sabor amar-
go de que no se hizo lo suficiente. Se cae en la trampa Cuando se dan estas circunstancias, el ECPP es
de sentarse uno mismo en el banquillo de los acusados solamente un apagafuegos. El paciente y su familia pier-
y repasar y repasar qué más se pudo aportar u ofrecer y den la oportunidad de la intervención bio-psico-social-
no se realizó. La verdad es que casi siempre se hizo lo espiritual que pudiera realizar un equipo interdiscipli-
que se tenía que hacer. No se hizo más porque no se nar, y también perdemos nosotros, como profesionales
pudo. Se pierde la perspectiva de que es la familia y el de la salud, pues, en un intento de hacer algo válido
paciente los que abren la puerta y nos dicen hasta dón- para el paciente, agotamos energías y nos frustramos, y
de se nos permite llegar. Como equipo, no podemos el paciente y su familia no reciben todo lo que realmen-
forzar nuestra participación. Mucho de esa sensación te se merecen o a lo que tendrían derecho. Aumenta el
de algo no terminado viene de estos casos difíciles. riesgo del síndrome de burn-out en los profesionales, y,
Por lo anteriormente descrito, es importante que por lo general, el enfermo muere con dolor o en unas
un equipo de CPP supervise o se reúna para comentar o condiciones que pudieron ser diferentes si hubiésemos
para analizar la situación —o como se quiera llamar- tenido más tiempo, o si hubiera habido más respeto
lo— con un profesional en salud mental, ajeno al equi- hacia el campo de acción de los ECPP por parte de los
po (me refiero a que no forme parte del equipo de profesionales que remitieron al paciente.
CPP). Esto permite al equipo retro-alimentarse, asumir Existen tres momentos diferentes en los que se
una posición crítica ante la actuación que se ha realiza- puede remitir a los pacientes al ECPP:
do con el paciente y su familia, como grupo y en lo in-
dividual, y además volver los ojos un poco hacia aden- 1) Al inicio de la enfermedad, cuando se hace el diag-
tro y sentirse y verse actuando. nóstico, de la misma manera que se introduce al

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1. Cuidados paliativos pedriátricos: de curar a cuidar

equipo oncológico o al equipo hematológico, se existe posibilidad de éxito. Se produce una divi-
introduce al ECPP como un equipo que trabaja sión tajante entre un equipo que cura y otro que se
apoyando a la familia y al paciente y controlando enfrenta a la muerte o que “palía” el dolor. Desgra-
el dolor en las diferentes etapas del tratamiento de ciadamente, esta última opción es la más frecuen-
la enfermedad, y como el equipo que hace visitas te. Se ve al ECPP como “los ángeles de muerte”, los
domiciliarias cuando se necesita. Si el paciente no anunciadores de lo peor, y, en una gran mayoría de
se logra curar, el ECPP será el que asuma todo el los casos, las familias no comprenden por qué son
tratamiento en la fase final de la enfermedad. La remitidas a este nuevo grupo de personas que no
familia no sentirá que el equipo oncológico se está conocen a su hijo, que no han pasado junto a ellos
“deshaciendo del paciente porque no existe posibi- todas las vicisitudes de los tratamientos y que ade-
lidad de cura”; el tránsito de una fase curativa a más son los que van a insistir en que hay que pre-
una fase paliativa se lleva a cabo prácticamente sin pararse para lo peor. Con esta introducción tan
trauma. ingrata, no es infrecuente encontrar familias que,
2) Durante el tratamiento oncológico, en muchas cuando se les indica que sus hijos pasarán al servi-
ocasiones, el médico conoce que la respuesta tera- cio o unidad de CPP, reaccionan como si estuvie-
péutica no es la más adecuada o que simplemente ran en presencia del diablo mismo.
el paciente no está respondiendo como era de es- 4) Una cuarta opción que no es aceptable, y que tam-
perar, pasa a una segunda o tercera fase de trata- bién se constituye en una de las conductas más
miento. Si bien no se puede hablar aún de que se habituales en los servicios de pediatría y sus espe-
tiene total certeza de que el paciente no se va a cialidades, es no decir la verdad completamente y
curar, las posibilidades reales y estadísticas se han dejar una puerta abierta que, por lo general, con-
reducido de manera muy considerable. Por lo ge- lleva la connotación de “milagro”. Existen cientos
neral, en este momento una buena cantidad de de frases que los médicos aplican aquí para dejar
oncólogos pediatras sienten que, si tiran la toalla, esa puerta entreabierta, aunque ellos manejan una
están condenando “ellos” al paciente a una muerte información clara de que el paciente ya no se va a
segura, y es cuando se proponen medidas tera- curar y, por ende, va a morir. A continuación men-
péuticas mucho más arriesgadas o que son discu- ciono algunas: “No sabemos, debemos esperar”,
tibles porque involucran toda una serie de aspec- “un milagro siempre puede ocurrir”, “esperemos
tos bioéticos, y que llevan ya la connotación de en Dios para que suceda lo mejor”, “nosotros no
medidas heroicas. Sería conveniente y sabio hacer tenemos la última palabra”, “continuaremos con la 
un alto en el discurso curativo y esperanzador y quimioterapia hasta el final, a ver si responde”,
hablar en forma más realista con los padres del “señora, pida por su hijo, que Dios la escuchará”,
paciente, y con el paciente mismo, si su edad y su “no vamos a darnos por vencidos nunca”. Todas
desarrollo cognitivo lo permiten. Éste es el mo- estas frases, que son dichas —no lo dudamos—
mento adecuado para que el ECPP se incorpore, con la mejor intención de no quitar la esperanza,
ya que la familia y el paciente necesitarán una se convierten en la tabla salvavidas de las familias.
cuota de apoyo emocional extra para continuar Asimismo, se convierten en el empedrado del ca-
con el tratamiento y las diferentes opciones que se mino al infierno, pues las familias seguirán insis-
puedan ofrecer (cirugía radical, por ejemplo). Es tiendo en tratamientos o en curas mágicas, y los
evidente que el discurso de este ECPP no sería de médicos ya no sabrán cómo “quitarse” a las fami-
muerte inminente o de resignación, pero sí de lias de encima. Es cuando surgen las quejas de los
apoyo emocional, de control del dolor y de los colegas: “Es una vieja necia (la madre del pacien-
síntomas, de diagnóstico de la situación familiar y te), no entiende que ya no puedo hacer nada más”,
de trazarse un plan de acción orientado a todas las “quiere mantenerlo internado todo el tiempo y
posibilidades, incluyendo la imposibilidad de cu- necesito la cama para alguien que sí se puede cu-
ración. Es en estos delicados momentos cuando se rar”, “pretende que le ponga más quimioterapia,
agudizan las contradicciones de las familias y se que tú y yo sabemos que no lo va curar, que es ca-
pueden tomar decisiones duras para las cuales rísima, y no se quiere dar cuenta de que el niño
nadie está preparado. También podría ser el mo- está agonizando”. O terminan escondiéndose de
mento de incorporar a un padre ausente, por di- los padres, o no responden a las llamadas de los
versas razones, del tratamiento y de la enfermedad familiares. ¡Bueno, un momento! ¿Cómo se pre-
de su hijo. tende que reaccione la familia, cuando en el encua-
3) Cuando el equipo que realiza el tratamiento de dre terapéutico inicial se ofreció cura, o se inflaron
base decide que ya no hay nada más que ofrecer en las expectativas terapéuticas de un procedimiento,
términos de curación y decide incorporar al ECPP de una cirugía o de un transplante de médula u
en esta fase final, después de hablar y comunicar a órgano, o de un nuevo tratamiento que aparece o
la familia esta triste noticia. Consideramos que éste que está en estudio, o no se dijo la verdad sobre el
es el momento menos apropiado, el peor momento estado del niño a la hora del diagnóstico, o no se
para introducir un nuevo equipo. Las familias habló con la verdad por delante sobre el pronósti-
sienten que están siendo abandonadas, pues ya no co real, o se dejó la puerta entreabierta al posible

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

milagro, o del “no sabemos qué va a pasar”, o se una situación de enorme confusión, estrés, sobrecarga
continuúa realizando una y otra vez lo que llama- de trabajo y burn-out. A esto hay que sumar la gravísi-
mos “encarnizamiento terapéutico”?. ¿Cómo pue- ma recarga de trabajo de los servicios de oncología y
de aceptarlo la familia? ¿Y los derechos del pacien- hematología, que, lejos de desaparecer, tiende a au-
te? ¿Y el derecho del paciente a una muerte digna y mentar, además de la frustración por el repetido fraca-
sin dolor? ¿Y el trabajo orientado en el interés su- so terapéutico y por el retraso con que se hizo el diag-
perior del niño o adolescente? nóstico en muchas ocasiones. Casi como norma gene-
Dolorosamente, ésta es la historia más frecuente en ral, no se cuenta con los recursos necesarios para efec-
nuestros hospitales, y no sólo en Latinoamérica. tuar el seguimiento en el hogar, y muchos pacientes
Conozco a varios médicos residentes de pediatría que pudieron curarse, se malogran. Por esta razón,
que han regresado recientemente a mi país, Costa considero que deben ser dos equipos separados los que
Rica, con especialidades realizadas en varios países trabajen juntos por el bienestar del paciente, pero no
desarrollados de Europa (2005), donde se com- revueltos. No estamos de acuerdo con las opiniones
portan con sus pacientes pediátricos exactamente que propugnan que sean los mismos profesionales,
como aquí hemos descrito. No es en absoluto un desde los servicios de oncología y hematología, los que
problema de dinero o de educación o de recursos; lleven sobre sus espaldas el trabajo del cuidado paliati-
es también un problema de cultura, de tradición, vo. Si mantenerse al día en la propia especialidad ya
de cómo se concibe a los niños y adolescentes. constituye un gran esfuerzo ético, económico e intelec-
¿Son sujetos de derechos estas personas menores tual, imagínense lo que sería ponerse al día en una es-
de edad, y con derechos que todos debemos respe- pecialidad que no es la propia. No se justifica que el
tar? ¿O son vistos como propiedad de sus padres o mismo médico que un día alentó la esperanza, sea
de los médicos y no como seres individuales? quien después ayude en el proceso de aceptación de la
muerte. Es evidente que se pierde la credibilidad y la
Cuando en un hospital o una clínica se tiene un confianza, factores que son vitales en todo proceso te-
buen equipo de cuidados paliativos pediátricos, ¿cómo rapéutico. O son curativos o son paliativos. Este doble
se le pide al equipo que actúe sobre esta situación, así discurso, que se otorga indistintamente, en apariencia
planteada, con un doble discurso, utilizado por los sin ningún problema, resulta insostenible e indefendi-
profesionales que realizaron el tratamiento? ¿Piensan ble en la práctica diaria. No se puede servir a dos amos al
ustedes, lectores, que no se dará ninguna contradic- mismo tiempo.
10 ción, enfrentamiento o situación dialéctica entre ambos
equipos?
Es también un problema de cambio de paradigma. Transferencia tardía del
Antes los niños no eran considerados como sujetos de paciente al equipo de cuidados
derecho. Hoy, la gran mayoría de los países han firmado paliativos pediátricos. La
la Declaración de los Derechos de los Niños y Niñas y conspiración del silencio
Adolescentes y han actualizado las legislaciones nacio-
nales con Códigos sobre la Niñez y Adolescencia, que Una de las grandes diferencias entre el cuidado
protegen los derechos de aquéllos y señalan a los Esta- paliativo de adultos y el de niños y/o adolescentes es la
dos firmantes cuáles son sus obligaciones en la protec- frecuencia con que se producen las transferencias, y si
ción de esos derechos. éstas se hacen con suficiente tiempo o resultan tardías.
Sabemos que enviar a un paciente adulto, que se en-
frenta a la fase terminal de su enfermedad, al equipo de
Recomendación general cuidados paliativos, no es aún una norma generalizada
y aceptada en la mayoría de los países de América Lati-
Que no se pretenda manejar siempre todo, duran- na. Las razones simples que explican esta conducta son
te todo el tiempo, siempre bien las veinticuatro horas la ignorancia, el miedo y el hecho de que no en todos
del día, por parte del equipo que inició el tratamiento, los países se cuenta con unidades de cuidados paliati-
ya sea oncológico o hematológico. La medicina paliati- vos, o en número suficiente y con una distribución
va surge como especialidad, en la medida en que va adecuada como para cubrir a la gran mayoría de la po-
creciendo la complejidad en la atención de los pacien- blación. Si éste es el caso de los adultos, podemos ima-
tes —niños y adultos— que se enfrentan a la fase final ginarnos lo que sucede con los niños o adolescentes.
de la enfermedad. No tiene por qué existir competen- Simplemente, no existen unidades de cuidados paliati-
cia entre los dos equipos. Ninguno debe suplantar al vos pediátricos en la gran mayoría de los países de
otro. Por el contrario, deben verse como apoyo uno del América Latina. La conspiración del silencio consiste en
otro. Manejar al mismo tiempo un discurso de espe- esa actitud o conducta que adoptan los padres, los fa-
ranza y posteriormente un discurso paliativo, o de miliares y los profesionales de la medicina: “Aquí no
muerte próxima, en el que se afronta la muerte con la está pasando nada”. No se dice la verdad a los niños o
mayor dignidad posible, y no sintiendo que se ha fraca- adolescentes, a pesar de las múltiples preguntas que
sado en el intento, es, en el diario vivir, una de las co- éstos hagan, de acuerdo con su edad y su desarrollo
sas más difíciles de lograr. Por lo general, se produce cognitivo. “Conspirar”, dice el diccionario Larousse, es

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1. Cuidados paliativos pedriátricos: de curar a cuidar

“unirse contra un particular para hacerle daño”. Real- del hijo, no se estrechan los lazos afectivos ni se tiende
mente se conspira para intentar tapar el sol con un de- a mejorar la comunicación. Hacerlo casi sería como
do. Ese sol es la enfermedad que no hemos podido cu- aceptar que algo muy grave sí está pasando. Domina
rar, y todo lo que esto significa para el paciente y su fa- esta escena el pensamiento mágico: si no hablamos de
milia. Es ese silencio que es gritado a voz en cuello, que esto, tal vez desaparezca. Hablarlo equivale a desearlo,
todos saben y escuchan, hasta el paciente lo escucha, y y eso es “desear la muerte del niño”, lo cual, desde lue-
sin embargo no se ha pronunciado una sola palabra. Es go, resulta inadmisible en el corazón y en la mente de
un silencio a voces. Sinónimos que lo describen más cualquier padre o madre.
claramente: confabular, tramar, maquinar. Explorare- Los padres sienten que han fallado en su papel de
mos en este texto la conspiración del silencio, la impor- protectores y proveedores. Que los médicos también les
tancia de una transferencia temprana y las consecuen- han fallado, pues no se les dijo la verdad desde un prin-
cias que se derivan cuando, pudiendo hacerlo, no se cipio, y que, de haber conocido el poco margen de cu-
hace, por mitos, por miedo, por ignorancia o en defen- ración en algunos casos, no habrían sometido a sus hi-
sa de una situación de poder. jos a estos “tratamientos tan terribles”. Se culpan del
En los países donde se cuenta con servicio de cui- sufrimiento y del dolor que ha soportado el paciente, y
dados paliativos pediátricos es frecuente la transferen- de la privación a la que han sometido en muchos casos
cia tardía del paciente, ya que en muchas ocasiones él al resto de la familia (hermanos), al volcarse sobre el
médico no quiere darse por vencido y desea probar niño enfermo.
nuevos protocolos o fármacos, aunque sabe de antema-
no que ya no puede curar al enfermo y no descarta la
inminencia de la muerte. La familia, a su vez, también Consecuencias para el niño o adolescente
genera grandes expectativas en estas circunstancias y enfermo
ejerce presión sobre el niño y sobre los médicos para
que sigan luchando hasta el final, con un coste físico, Pretender que el paciente luche hasta el final, im-
emocional y económico altísimo. Si no se lucha, o se pone al enfermo un gran desgaste físico y emocional. Lo
decide suspender el tratamiento por evidente fallo tera- aísla de sus seres queridos, al no poder comunicar su
péutico, esto se interpreta como negligencia, desamor, angustia, miedo y sufrimiento, ya que, por lo general,
desinterés y claudicación, y es socialmente juzgado y se le ha ocultado su verdadera condición, frecuente-
censurado. mente por recomendación médica. En ocasiones en que
Cuando se producen transferencias o interconsul- el niño o adolescente pregunta, se cambia de tema, o 11
tas tardías, es poco lo que puede hacer un equipo de simplemente no se le contesta, o la reacción es de irrita-
cuidados paliativos pediátricos. Por lo general, se con- ción. Como consecuencia de ello, se produce una cons-
vierten en “apagafuegos”, con el consecuente coste piración de silencio donde casi siempre ambas partes
emocional para el equipo, que es conciente de todo lo saben la verdad, pues, aunque los niños no pregunten,
que se pudo ofrecer y hacer y que ya no es posible, pues ellos tienen su manera de comprender que algo sucede,
la muerte está a horas de suceder. Queda claro que y se sienten aterrados por esa verdad que intuyen o co-
siempre se puede controlar o intentar controlar el dolor, nocen por su experiencia en el hospital, de meses o in-
pero sabemos que cuidados paliativos va mucho más clusive años. Se protegen entre sí los padres y el hijo
allá del simple control del dolor. Que el abordaje co- fingiendo que no pasa nada. En la primera oportunidad
rrecto es bio-psico-social-espiritual, tanto del paciente que tiene el paciente, pregunta sobre su condición a
como de la familia. Es frecuente o rutinario, en estas cualquier miembro del personal de salud que le atien-
circunstancias, encontrarnos con un paciente con mu- de, o afirma que sabe lo que le sucede o simplemente
cho dolor, cuya calidad de vida ha sido infrahumana dice que se va a morir. En ocasiones esta comunicación
desde hace mucho tiempo, muy deteriorado, irritado, es simbólica, ya que los niños hablan de lo que no pue-
angustiado, en franco terror por lo que le está pasando den hablar libremente, en forma simbólica. Esta conspi-
y que desconfía de los profesionales de la salud de bata ración del silencioso no le permite al paciente elaborar
blanca. La familia, por su lado, se encuentra destrozada, su propio proceso de muerte en las mejores condicio-
sin energías para luchar, angustiada y sin ninguna dis- nes y le aísla de sus seres más queridos, pues debe callar
posición para trabajar en el enfrentamiento con la y protegerlos.
muerte.

Consecuencias para el equipo


Consecuencias para la familia
Existe gran ambivalencia entre los profesionales:
La familia, por lo general, se niega a contemplar la “¿Se sigue hablando de curación o no?”, “¿se dice la
posibilidad de la muerte del niño, y esto interfiere en la verdad, o una mentira piadosa?”, “¿estaremos claudi-
elaboración del duelo anticipado, que tanto ayuda en la cando muy temprano?”, “¿se refiere a cuidados paliati-
aceptación del proceso de muerte y que permite desa- vos o no?”, “¿continuamos tratando hasta el final?”. Es
rrollar una actitud positiva en el sentido de vivir el aquí frecuente que el médico que realiza el tratamiento no
y el ahora con el niño. Y como no se acepta la muerte transfiera a su paciente a cuidados paliativos porque

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

hacerlo —en su mente— equivale a abandonarlo. No morfina, que “matan”, o aceleran la muerte del pacien-
logra ver al ECPP como colaboradores, sino como susti- te, ya que cuando llegamos al niño, éste se encuentra
tutos de él mismo, y es posible que sienta que los puede “bastante bien”, y cuando empezamos a usar morfina
juzgar o cuestionar. Aceptar una sustitución, sobre todo empieza a deteriorarse rápidamente. No hay suficiente
al final, cuando no se ha podido curar o devolver la sa- tiempo para informar y convencer a la familia de las
lud, como se prometió, o según las expectativas que se bondades del tratamiento contra el dolor intenso. Algu-
dieron y que no se pudieron cumplir, es un duro golpe nas de ellas están piensan que sus hijos no tienen dolor
para su ego. “Ya no hay nada que hacer” es una frase o de que el cáncer no duele, como en una oportunidad
frecuente que se le dice a la familia. Por el contrario, el oí contar, en una sesión de hospital, a una pediatra
discurso en ECPP es totalmente contrario: “Sí hay mu- mexicana. Las familias creen que lo que no se expresa,
cho que hacer y ofrecer”. Hay calidad de vida, alivio del no sucede y no existe. Por tanto, ofrecer un espacio pa-
dolor y control de los diferentes síntomas; hay apoyo a ra que el niño hable, pregunte y se aclare, significa que
la familia y sobre todo al paciente; hay espacio para ha- le hacemos sufrir más. Al hablar, removemos el dolor y
blar de todo lo que se “quiera hablar”; hay sueños en los lo aumentamos. Sólo conseguimos hacerle llorar y pro-
que se puede ayudar para que se realicen; hay posibili- longar su agonía.
dad de estar en casa hasta el final, de tener muy cerca a El ECPP debe lidiar día tras día con las necesidades
los hermanos, a los seres queridos, amigos, juguetes y defensivas de los profesionales de la salud, tanto como
mascotas. con las de los padres y amigos. Parece ser que el papel
Esta dicotomía en los discursos de ambos equipos que “los otros implementan” sobre el equipo de cuida-
agudiza las contradicciones señaladas. Hace que uno se dos paliativos es el de ser “los malos de la historia”, ya
vea como “el malo” y el otro como “el bueno”. Uno que, por más adecuada y oportuna que sea la informa-
prometió y no pudo cumplir, el otro no promete nada ción, ésta no logra modificar las defensas y actitudes
y da mucho. El equipo que realizó el tratamiento siente sociales. En muchas ocasiones se solicita la actuación
que falló, que fracasó en su intento de devolver la sa- del ECPP, pero que sólo intervengan los profesionales
lud, de curar. Sienten que al ECPP le toca la parte más en psicología, ya que “aún es muy temprano para ha-
fácil, pues ya no hay grandes luchas que dar, es el final. blar de muerte”. Esta disociación del equipo interdisci-
En general, cuando se da un diagnóstico inicial de cán- plinario o transdisciplinario, en especialidades y por
cer, el equipo mantiene un perfil muy positivo y espe- separado, hace que se pierda el objetivo más importan-
ranzador. Se apoya en porcentajes de curación, estadís- te de los cuidados paliativos, cual es la atención integral
12 ticas y experiencia acumulada. Cuando los pacientes se del paciente y su familia, dentro del marco bio-psico-
logran curar, es maravilloso, pero cuando se fracasa, la social-espiritual. Esta actitud externa genera en el inte-
frustración es enorme y se toman medidas de protec- rior del ECPP una gran frustración, impotencia y senti-
ción para con ellos mismos, pues resulta muy doloroso mientos de rabia, y también de culpa, por pensar que
lidiar con la verdad: no lo curamos y se va a morir. Esta no se hizo todo lo necesario por el niño y su familia. El
verdad se le esconde al niño o adolescente y en muchas equipo llega a cuestionarse si realmente se hace un
ocasiones se oculta a la familia, en un mecanismo in- buen trabajo profesional. Cuando esto se produce de
consciente para no afrontar la realidad del sufrimiento. forma cíclica y repetida, la desmotivación, la falta de
Se protege a la familia manteniendo el secreto y no se entusiasmo y la ausencia de energía para trabajar hacen
admite la discusión ni el análisis por parte de ella, y la su entrada en el equipo. El riesgo más alto es que se
familia también desea, a su vez, protegerse a sí misma produzca el síndrome de burn-out (o desgaste emocio-
de semejante dolor. Médicos y familia se unen en la nal) y que se pierdan profesionales valiosos, o que se
negación y se refuerzan unos a otros, manteniendo al desintegre el ECPP (Figura 2).
paciente aislado y detrás del muro de la incomunica-
ción, con un coste emocional y psicológico altísimo
para todos.

Consecuencias para el equipo de cuidados


paliativos pediátricos

Se le pasa factura por ser portador de las malas


noticias, por ser el “destructor de la esperanza”, y se le
acusa de infligir más dolor a la familia y al paciente y de
acelerar su muerte si éste llega a enterarse de la verdad.
Al hacer énfasis en que el paciente permanezca hasta el
final en su hogar, chocamos con la concepción tradicio-
nal de que el mejor lugar para un niño enfermo es el
hospital y que de alguna manera queremos que éste
“muera” y “no se cure”. Debemos cargar con el estigma Figura 2. Clínica de Cuidados Paliativos Pediátricos. Equipo interdisciplinario.
de que utilizamos medicamentos peligrosos como la Hospital Nacional de Niños de San José.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


1. Cuidados paliativos pedriátricos: de curar a cuidar

La transferencia temprana ◆ ◆ Caso práctico  ◆ ◆

Por el contrario, la transferencia temprana del en- J.A.P., de 3 años, con fecha de ingreso en el progra-
fermo permite: ma el 24-10-2006, vecina de Alajuela, Grecia, con diag-
nóstico de leucemia linfocítica aguda de células T en
• Que la madre o el padre aprendan a cuidar al niño abril del 2005, con una primera recaída hematológica y
o adolescente en el hogar. Se desarrollan destrezas del sistema nervioso central. Después del tercer ciclo de
en el manejo de sondas, cuidado de catéter, vías, quimioterapia presenta un cuadro febril prolongado,
medicación y efectos secundarios de ésta, además por lo que se realiza una punción de médula ósea el 16
del uso correcto del tanque o concentrador del de octubre de 2006, cuando se encuentra una segunda
oxígeno y de los cambios de postura. Ello permite recaída hematológica, con leucocitos en 445.000, he-
a la familia, como unidad, apropiarse de su nuevo moglobina 7,7 g/dl y plaquetas en 68.000. Religión:
rol y sentir que hizo todo lo posible por cuidar a su ninguna.
ser querido. Se realiza una visita domiciliaria de ingreso el día
• El niño o adolescente recobra en su hogar parte del 25 de octubre, encontrándose una niña álgica, con vó-
control de su vida y de su autonomía, y se vuelve mitos persistentes, hiporéxica, ligeramente deshidrata-
más cooperador en su tratamiento. Está rodeado da, con dificultad respiratoria (+), con deposiciones con
de sus amigos, juguetes, mascotas. No es necesario moco y edemas bipodálicos. Hígado de 6 cm y bazo 4
mantener un comportamiento específico como en cm del reborde costal (se anotan los hallazgos positivos
el hospital. Puede ser más él mismo. del examen físico). No tiene indicado ningún trata-
• Si el niño es asumido en el hogar con anticipación miento.
suficiente, la madre o el padre no necesitan aban- En esta primera intervención se inicia tratamiento
donar su casa y el cuidado de los otros hermanos. analgésico y tratamiento antiemético y se le coloca un
Se acaban las largas y agitadas noches de hospital, concentrador de oxígeno a 1 l/min. Se dan recomenda-
en una silla o de pie, o con la luz encendida, sin ciones de manejo no farmacológico, y se le indican fár-
poder descansar lo suficiente para iniciar la rutina macos para el control de los síntomas.
al día siguiente. Se realiza la actuación con la familia, que está com-
• El mejor control del dolor, si éste se inicia anticipa- puesta por madre y abuela; no hay apoyo paterno. Cabe
damente, y el de los síntomas. Con ello se mejora destacar que la madre, de 19 años, tiene ideación suici-
la calidad de vida del paciente. da, con historia de vida difícil, de violencia doméstica, 13
• Que los hermanos mayores y menores participen en medio de mucha pobreza.
del cuidado y la atención de su hermano enfermo. Se realiza una segunda visita domiciliaria el día 27
Con ello hay menos cabida para el pensamiento de octubre, en la que se encuentra a la niña más dete-
mágico con respecto a la muerte y el proceso de riorada, con mayor hiporexia y dificultad respiratoria,
morir, y de culpabilizarse a sí mismos. Pueden febril, y persiste en las deposiciones descritas; no ofrece
ejercitar la solidaridad y tienen la oportunidad de la impresión de encontrarse con dolor.
aprender a ver el proceso de muerte como nor- Fallece en su hogar el día 28 de octubre de 2006.
mal.
• Facilita el vínculo entre el ECPP y la familia, lo
cual redunda en una atención más eficiente y pro- Preguntas
fesional.
• Se propician los espacios para analizar, conversar y 1. Haga una lista de problemas detectados y esta-
discutir con el ECPP, sobre temas relevantes para la blezca una estrategia de intervención.
familia, y se pueden resolver los problemas día a
día, conforme se presentan. - Referencia tardía.
• Se puede complacer al paciente con comidas espe- - Sintomatología dolorosa.
ciales y con visitas, o hacer realidad algunos de sus - Mal control de síntomas.
sueños. Complacerle en su último sueño o deseo - Familia en crisis.
se convierte en una tarea más sencilla. Aquí el - Madre con ideación suicida.
ECPP puede jugar un papel relevante, ya que la
mayoría de los niños pertenecen a familias de esca- En cuanto a la transferencia tardía, las medidas a
sos recursos económicos. tomar van dirigidas a un mayor conocimiento de los
• La familia se ahorra —sobre todo cuando es de cuidados paliativos por parte de los equipos médicos.
muy lejos o de zona rural— el transporte del cuer- Entre ellas se pueden destacar los criterios de admisión
po desde el hospital a la ciudad o al pueblo donde a un programa de cuidados paliativos y el conocimiento
se va a enterrar al niño.
• La familia cuenta con el apoyo y la solidaridad de
los familiares cercanos y de los vecinos, que no   Elaborado por la doctora Martha Meza Cruz, Jefe de Clínica

podrían estar en el hospital en el momento de la de Cuidados Paliativos, Hospital Nacional de Niños. San José, Costa
muerte. Rica

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

de los beneficios que pueden obtener, tanto los pacien- - Se invitó a la madre a hablar.
tes como sus familias, en cuanto al control de síntomas, - Se escucharon los hechos y los sentimientos.
y el apoyo y la atención que pueden recibir. Cuando se - Se sintetizaron y reflejaron hechos y sentimientos.
da un diagnóstico a la familia, hay que ir introduciendo - Se efectuaron declaraciones empáticas.
al equipo de cuidados paliativos para que el niño y su - Se identificaron fortalezas y debilidades.
familia reciban apoyo emocional, además de tener un - Se evaluó el nivel de mortalidad.
contexto de control de síntomas. Si cuando el médico - Se estableció un convenio para volver a contactar.
conoce que la respuesta al tratamiento curativo no es la
adecuada, hay que remitir al paciente al programa de En cuanto a la madre, se valoró la mortalidad, sien-
cuidados paliativos para poder iniciar el trabajo con el do cuidadosos y estando atentos a las claves verbales y
tiempo adecuado. no verbales, y se utilizaron las propias palabras del pa-
La sintomatología dolorosa debe tratarse de inme- ciente. Se fue directo con la pregunta: “¿Has pensado o
diato. En este caso se trataba de un dolor intenso que piensas en hacerte daño o suicidarte?”. Debido a que la
debe ser tratado con opioides del tercer escalón, entre mortalidad fue baja, se tomaron las siguientes medidas:
los que se incluyen morfina, fentanilo y metadona. Sólo
se debe emplear un opioide a la vez, debido a la variabi- - Actitud facilitadora.
lidad en la respuesta de cada paciente y a la superposi- - Proposición de una mayor ayuda externa.
ción de los efectos secundarios. Cabe destacar que se - Establecimiento de un acuerdo de contacto poste-
debe realizar una evaluación del dolor, mediante los rior si la situación empeoraba.
instrumentos adecuados, según la edad. - Establecimiento de alternativas para un contacto
Debido a que la niña presentaba infiltración del posterior.
sistema nervioso central, el medicamento de elección es
la metadona, que es un analgésico opioide sintético 2. Enumere las consecuencias de una transferen-
fuerte, se metaboliza en el hígado y es excretada princi- cia tardía al programa de cuidados paliativos.
palmente por la orina y la bilis. Su vida media en plas-
ma es de 15 horas al principio, pero aumenta hasta 2-3 - Negación social de los derechos del niño y la niña.
días con el uso continuo. La dosis para niños se calcula “In-fante”.
en 0,7 mg/kg/día (máximo, 10 mg), cada 4-6 horas, por - Afecta negativamente la manera en que la familia y
vía oral, subcutánea o intravenosa. Se contraindica en el paciente afrontan el proceso de enfermedad y
14 enfermos muy debilitados y en pacientes con confu- muerte.
sión, así como en los que padecen un daño significativo - Cambio drástico del equipo que venía tratando al
renal o hepático. niño y a su familia.
El control de síntomas es la base sobre la que se - Riesgo muy alto de conspiración del silencio.
sustentan los demás principios de los cuidados paliati- - Inadecuado control de los síntomas y el dolor desde
vos. Debido a la alta prevalencia de la náusea y vómitos una perspectiva total, lo que produce sufrimiento.
en el paciente en fase terminal, éstos deben ser tratados - Riesgo de encarnizamiento terapéutico.
en forma agresiva. En este caso se brindaron medidas - Dificultades para la atención al paciente en el hogar,
no farmacológicas (como adecuar la dieta, posición en por las complicaciones que se pueden presentar.
decúbito lateral, valoración del contenido del vómito
para su posterior abordaje, evaluación de la corrección 3. ¿Qué medidas urgentes tomaría usted ante la
de causas reversibles —gastritis, fármacos irritantes, ideación suicida de la madre, cuidadora princi-
hipercalcemia—) y se instauró el tratamiento farmaco- pal de la niña?
lógico que según la causa de este caso:
Cuando un paciente esté cursando por la ideación
- Estasis gástrica, irritación gástrica: Metoclopra- suicida o tiene conductas suicidas, cabe la prevención
mida 0,4-1 mg/kg/día, cada 6 horas, o 15 minutos del suicidio:
antes de cada comida.
1. Siempre hay que tomar muy seriamente cualquier
La disnea es un síntoma, no un signo. Es la dificul- amenaza de suicidio.
tad para respirar o la sensación de falta de aire. Debe 2. Debemos fijarnos en las claves que da el suicida;
indicarse, además del oxígeno con nasocánula, aire una persona con sentimientos suicidas puede co-
fresco en la cara y una posición confortable (véase el menzar a preparar su muerte.
capítulo correspondiente). 3. Responder a los gritos que piden ayuda: ofrecer
Una crisis es un estado temporal de desorganiza- apoyo, comprensión y ser empático.
ción, caracterizado principalmente por la incapacidad 4. Enfrentarse a los problemas, no evadirlos; ser di-
del individuo para controlar una situación particular. rectos, saber escuchar.
En este caso, la medida que se adoptó fue realizar una 5. Tomar a las personas bajo nuestro cuidado y ase-
intervención en crisis de primera instancia, donde la gurales que no están solas.
meta fue restablecer el equilibrio y el hacer frente de 6. Remitir al profesional adecuado para que brinde su
inmediato a dicha crisis. ayuda.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


1. Cuidados paliativos pedriátricos: de curar a cuidar

7. Ofrecer alternativas; dar oportunidades para que la Bibliografía


persona escoja dónde y quién pueda ayudarle.
8. Recurrir al recurso de la abuela para ayudar en el 1. American Cancer Society (s.f.). The Adolescent with Cancer,
Professional Education Publication, American Cancer Society.
cuidado de la niña. 2. Doka Kenneth I. Children Mourning, Mourning Children. Hos-
pice Foundation of America U.S.A., 1995.
4. Realice recomendaciones sobre la forma inte- 3. Foley K, Hanningan W. Care of the Child Dying of Cancer. Ame-
gral de actuación en este caso. rican Cancer Society, 1991.
4. Gómez Sancho M. Medicina Paliativa en la Cultura Latina. Ma-
drid: Arán, 1999.
- Hacer preguntas abiertas. 5. González Barón, Metal (eds.). Medicina Paliativa y tratamiento de
- No mentir nunca. soporte en el enfermo con cáncer. Madrid: Panamericana, 1995.
- Brindar explicaciones según la edad y el desarrollo 6. International Association for the Study of Pain, Integrating Scien-
cognitivo del niño o la niña. ce and Care, Third Internation Symposium on Pediatric Pain.
- Negociar. Philadelphia, Pennsylvania, June 6-9, 1994.
7. Milch, Freeman & Clark. Palliative Pain and Symptom Manage-
- Respetar los deseos del niño o la niña. ment for Children and Adolescents, Children’s Hospice Interna-
- Contestar sus preguntas en forma clara. tional, Nueva York, 1985.
- Creerle siempre que diga que sufre dolor, y contro- 8. Morton, Techniques of Child Therapy: The Guilford Press, 1989.
larlo desde la perspectiva de dolor total; tener en 9. Pediatric Service Coordination Program (s.f.). When a Child is
cuenta el dolor en neonatos y su forma de tratarlo. Dying: a resource manual, Cleveland, Ohio.
10. Twycross R. Symptom Management in Advance Caner (2d. ed).
- Tener en cuenta sus deseos en la toma de decisiones. Oxford: Radcliffe Medical Press, 1997.
- Pedir su autorización para realizar procedimientos. 11. Unidad de Cuidados Paliativos de Pediatría S.A.M.I.C. Cuidados
- Controlar todos los síntomas que le produzcan in- Paliativos: Acompañando a un niño hasta su muerte: ¿Qué nos
comodidad. queda por hacer? Hospital de Pediatría. Prof. Dr. Juan P. Garra-
- Limitarse a aliviar los dolores físicos y morales del han, Argentina, 1997.
paciente, manteniendo en todo lo posible la cali-
dad de una vida que se agota y evitando empren-
der o continuar acciones terapéuticas sin esperan-
za, inútiles u obstinadas.
- Asistir al niño o la niña y a su familia hasta el final, con
el respeto que merece la dignidad del ser humano.
- Contactar con la madre después del fallecimiento 15
de la niña para llevar a cabo la intervención en la
crisis y hacer una reevaluación de la mortalidad.
- Continuar el apoyo a la madre de la niña a través
de los grupos de apoyo a padres que han perdido a
un hijo.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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CUIDADOS PALIATIVOS EN ONCOLOGÍA


PEDIÁTRICA

Carlota Calvo Escribano, Ana Carboné Bañeres, A. Muñoz Mellado

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ núan con independencia de si el niño recibe o no un


tratamiento dirigido a su enfermedad de base. El objeti-
Principal vo de los cuidados paliativos es conseguir la mayor cali-
Ofrecer educación en cuidados paliativos y del final dad de vida para los pacientes y para sus familias, con el
de la vida a los pediatras oncólogos, pediatras de fin de añadir vida a los años del niño y no simplemente
atención primaria y médicos generales que en dife- años a la vida del niño.
rentes momentos deben cuidar de los niños y ado- Los cuidados paliativos y terminales desafían a los
lescentes afectados de cáncer. médicos en general y al pediatra oncólogo en particular,
porque ni en los estudios de la carrera ni durante la ex-
Secundarios periencia clínica rutinaria se adquiere la adecuada pre-
paración para saber pasar de una actitud curativa a otra
u Definir el espectro de los cuidados paliativos en los de cuidados, con otros objetivos distintos. Los médicos
niños y adolescentes afectados de cáncer, no sólo recibimos formación para curar, escasa formación para
como cuidados al fin de la vida sino como un conti- cuidar y ninguna formación para comunicar, en espe-
nuum desde el diagnóstico.
cial las malas noticias.
u Informar de la dimensión médica, social y comuni- A los problemas globales de los cuidados paliativos
y terminales se añaden los específicos de la edad pediá- 17
taria del cáncer en la infancia y la adolescencia.
trica, como son el sufrimiento que acompaña a una
u Constatar las diferencias del cáncer del adulto con el
muerte prematura, la dificultad para definir el papel del
del niño y el adolescente.
niño y/o adolescente y de los padres en el proceso de
u Sensibilizar a los profesionales sanitarios y a la Ad- toma de decisiones y el arduo problema de hablar a un
ministración de la necesidad de implementar equi- niño o adolescente sobre su muerte inminente.
pos multidisciplinarios que aborden los cuidados
paliativos de los niños y adolescentes afectados de
cáncer.
LA ONCOLOGÍA PEDIÁTRICA

Las neoplasias infantiles han ido adquiriendo a lo


largo de las últimas décadas una importancia progresiva
INTRODUCCIÓN dentro de la pediatría. La disminución de la mortalidad
por otras patologías en los países desarrollados ha ido
El cáncer en la infancia y en la adolescencia es una otorgando a los tumores un papel cualitativamente más
enfermedad rara; su aparición durante estas etapas de la importante en la patología infantil atendida, especial-
vida representa aproximadamente el 3% del total de la mente en el ámbito hospitalario. Hoy día todos los
incidencia de cáncer. Sin embargo, en este grupo de hospitales infantiles del país tienen una unidad o sec-
edad es la segunda causa de muerte, tras los accidentes, ción dedicada exclusivamente al diagnóstico, trata-
lo que le da una especial relevancia. miento y seguimiento de estos pacientes, con personal
Hoy en día, a pesar de los grandes avances en el médico y de enfermería formado y con experiencia para
tratamiento, un tercio de los niños y adolescentes afec- desarrollar su cometido.
tados de enfermedades malignas no pueden curarse; Cuantitativamente, la proporción de cánceres que
por tanto, van a requerir cuidados paliativos y afrontar aparecen en la considerada edad pediátrica (0-15 años)
la muerte. es muy pequeña en relación con la incidencia global de
Los cuidados paliativos constituyen la asistencia cáncer en humanos —alrededor de un 2%—. Existen
activa y total del cuerpo, la mente y el espíritu del niño, sustanciales diferencias entre las neoplasias infantiles y
e incluyen también la atención a la familia. Comienzan las del adulto. Los tipos histológicos predominantes en
cuando se produce el diagnóstico de cáncer y conti- la infancia son los tumores embrionarios y los sarco-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

mas, frente a los carcinomas del adulto. Las leucemias poblacional en la mayoría de las Comunidades Autóno-
representan más de la tercera parte de las neoplasias en mas. A los datos suministrados por este registro nos re-
el niño y menos del 5% en los adultos. Por lo general, feriremos en este y en los subsiguientes epígrafes de la
los cánceres infantiles tienen localizaciones anatómicas epidemiología del cáncer infantil. Las tasas de inciden-
profundas, no afectan a los epitelios y no suelen provo- cia por 1.000.000, ajustadas a la edad, son de 141,7 en
car hemorragias ni exfoliación de células tumorales. el segmento de 0 a 14 años. Dada la población españo-
Todo ello hace muy difícil poner en práctica las técnicas la, ello supone aproximadamente entre 900 y 1.000
de detección precoz, tan útiles en algunos cánceres del casos nuevos al año. La Tabla I muestra los casos regis-
adulto (las técnicas de screening del neuroblastoma en el trados hasta la actualidad y su distribución por sexos y
recién nacido son una excepción). En la mayoría de los edades. La incidencia es mayor en niños que en niñas
casos, el diagnóstico de cáncer infantil se hace de forma (57,4% y 42,6%, respectivamente)1.
accidental, y con frecuencia en fases avanzadas e inclu-
so metastásicas de la enfermedad.
En la patología tumoral infantil deben tenerse en Tabla I. RNTI-SEOP. Casos registrados por edad y
sexo. Periodo 1980-mayo 2006. (Excluyendo
cuenta dos factores para definir la posible curación de mayores 14 años y tumores no clasificables)
un paciente determinado. El primero sería la desapari-
Sexo
ción de toda evidencia de enfermedad. En segundo lu- Grupo de edad Total
gar, el conocimiento empírico de que el tiempo transcu- Niños Niñas
rrido desde la finalización del tratamiento en situación 0 años 918 729 1.647
de ausencia de enfermedad garantiza razonablemente 1-4 años 3.055 2.328 5.383
que esta situación va a mantenerse indefinidamente. En
5-9 años 2.582 1.720 4.302
este sentido, se puede señalar que en los sarcomas in-
fantiles —que constituyen un alto porcentaje de la pa- 10-14 años 2.068 1.614 3.682
tología neoplásica a esa edad—, dos años en situación Total 8.623 6.391 15.014
de remisión completa de la enfermedad suponen una % por sexo 57,4% 42,6% 100%
garantía superior al 80% de mantenimiento indefinido
en esa situación. Desgraciadamente, en los tumores del
sistema nervioso central —los más frecuentes en la
edad pediátrica— no son raras las recaídas de la enfer- En EE.UU. existe un registro de calidad, United Sta-
medad en periodos mucho más tardíos. Por otra parte, tus SEER (Surveillance, Epidemiology and End Results). En
18
el concepto tan manejado en los tumores de los adultos su última publicación2, y con datos referidos al año 2000,
de “supervivencia a cinco años” como criterio de efecti- las tasas poblacionales de incidencia por 1.000.000, ajus-
vidad terapéutica y gratificación vital, carece de sentido tadas a la edad, son: 0-14 años, 147,8; 1-19 años, 163,2.
en la población infantil, cuyas expectativas normales de Por grupos de edad: <1 año, 230,8; 1-4 años, 205,1; 5-9
vida son, lógicamente, mucho mayores que las de la años, 111,9; 10-14 años, 124,2; 15-19 años, 209,1.
población adulta con cáncer. Más recientemente, en Europa se ha creado un pro-
yecto, The Automated Childhood Cancer information Sys-
tem (ACCIS), con el objetivo de recoger, analizar, inter-
pretar y divulgar los datos de la incidencia y la supervi-
EPIDEMIOLOGÍA DEL CÁNCER vencia del cáncer en los niños y adolescentes europeos3.
INFANTIL Hasta la fecha, la base de datos de ACCIS tiene informa-
ción de 80 registros poblacionales, que cubren aproxi-
madamente el 50% de la población de 0 a 14 años y el
Incidencia 25% de la población de 15 a 19 años que vive en los 35
países participantes. Existen grandes diferencias geográ-
Conocer la incidencia de una patología significa te- ficas y temporales a lo largo y ancho de Europa. Las tasas
ner información sobre su frecuencia en la población, poblacionales de incidencia por 1.000.000 y ajustadas a
dado que el cáncer no es una enfermedad de declaración la edad son: 0-14 años, 134,6; 15-19 años, 179,9.
obligatoria; esto se consigue con la existencia de regis-
tros poblacionales. Los registros de cáncer son de los
más antiguos, pero en pocas ocasiones incluyen la carac- Morfología
terística poblacional; habitualmente han sido hospitala-
rios o provinciales, y recogían información de todos los Las neoplasias del niño y del adolescente difieren
casos diagnosticados de cáncer durante un año de refe- considerablemente de las del adulto en su naturaleza
rencia en los residentes en su área de demarcación. histológica, por lo que para su descripción se utiliza su
En nuestro país, la Sociedad Española de Oncolo- propia clasificación, basada más en la histología que en
gía Pediátrica (SEOP) inició el registro de los casos in- la localización exclusivamente. La Internacional Classifi-
fantiles de cáncer en el año 1980, con carácter volunta- cation of Childhood Cancer (ICCC) distingue 12 grupos
rio, y poco a poco se ha constituido en un registro: Re- diagnósticos, cada uno de ellos con subgrupos (Tabla
gistro Nacional de Tumores Infantiles (RNTI), que es II); actualmente se sigue la tercera edición4.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

Tabla II. Clasificación Internacional del Cáncer Tabla III. RNTI-SEOP. Casos registrados por grupo
Infantil (ICCC) diagnóstico y verificación microscópica.
Periodo 1980 - mayo 2006
Grupo diagnóstico
Nº de %
I. LEUCEMIA Grupo diagnóstico %
(a) Leucemia linfoblástica casos V.M.
(b) Leucemia aguda no linfoblástica Leucemias 3.848 23,3 96,6
(c) Leucemia mieloide crónica
(d) Otras leucemias específicas S.N.C. 3.021 18,3 80,8
(e) Leucemias inespecíficas
Linfomas 2.201 13,3 97,0
II. LINFOMAS Y NEOPLASIAS RETICULOENDOTELIALES
S.N.S. 1.666 10,1 88,2
(a) Enfermedad de Hodgkin
(b) Linfoma no Hodgkin T. Malignos óseos 1.251 7,6 97,5
(c) Linfoma de Burkitt
(d) Neoplasia linforreticular miscelánea Sarcoma de tejidos blandos 1.182 7,2 97,1
(e) Linfomas inespecíficos
Tumores renales 936 5,7 90,5
III. NEOPLASIAS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL E
Otros y no clasificables 918 5,6 88,5
INTRACRANEALES
(a) Ependimoma Cel. Germ. Trofo. Gona. 499 3,0 93,6
(b) Astrocitoma
(c) Tumor neuroectodérmico primitivo Retinoblastomas 448 2,7 56,7
(d) Otros gliomas
N. Epiteliales 351 2,1 96,0
(e) Otras neoplasias intracraneales e intraespinales
específicas T. Hepáticos 200 1,2 83,0
(f) Neoplasias intracraneales e intraespinales
inespecíficas Total 16.521 100,0 90,9

IV. TUMORES DEL SISTEMA NERVIOSO SIMPÁTICO


(a) Neuroblastoma y ganglioneuroblastoma
(b) Otros tumores del sistema nervioso simpático
La distribución de los casos registrados en nuestro
V. RETINOBLASTOMA país se expone a continuación (Tabla III). Las leucemias
VI. TUMORES RENALES son el tipo de cáncer más frecuente en la infancia. En
(a) Tumor de Wilms, rabdoide y sarcoma de células claras cuanto a los tumores sólidos, la frecuencia en orden
(b) Carcinoma renal
(c) Tumores renales malignos inespecíficos decreciente es: sistema nervioso central (SNC), 18,3%;
VII. TUMORES HEPÁTICOS
linfomas, 13%; sistema nervioso simpático (SNS),
(a) Hepatoblastoma 10,1%; tumores óseos, 7,6%; sarcomas de partes blan- 19
(b) Carcinoma hepático das, 7,2%; tumores renales, 5,7%; tumores germinales,
(c) Tumores hepáticos malignos inespecíficos
3,0%; retinoblastoma, 2,7%; neoplasias epiteliales,
VIII. TUMORES MALIGNOS ÓSEOS 2,1%, y tumores hepáticos, 1,2%. Expresado en forma
(a) Osteosarcoma
(b) Condrosarcoma
gráfica, podemos verlo en las Figuras 1 y 2.
(c) Sarcoma de Ewing
(d) Otros tumores óseos malignos específicos
(e) Otros tumores óseos malignos inespecíficos
Supervivencia
IX. SARCOMAS DE PARTES BLANDAS
(a) Rabdomiosarcoma y sarcoma embrionario
(b) Fibrosarcoma, neurofibrosarcoma y otras La supervivencia del cáncer del niño y del adoles-
neoplasias fibromatosas cente ha mejorado notablemente en las últimas déca-
(c) Sarcoma de Kaposi das. Las razones para ello son múltiples, incluyendo las
(d) Otros sarcomas de partes blandas específicos
(e) Otros sarcomas de partes blandas inespecíficos
X. NEOPLASIAS DE CÉLULAS GERMINALES,
TROFOBLÁSTICÁS Y OTRAS NEOPLASIAS
GONADALES Leucemias 3848

(a) Tumores de células germinales intracraneales e S.N.C. 3021


intraespinales Linfomas 2201
(b) Inespecíficos y otros tumores de células germinales
no gonadales S.N.S. 1666

(c) Tumor de células germinales gonadales T. Mál. Oseos 1251


(d) Carcinomas gonadales Sarc. Tej. Blandos 1182
(e) Inespecíficos y otros tumores malignos gonadales
T. Renales 936

XI. C
 ARCINOMAS Y OTRAS NEOPLASIAS MALIGNAS Otros y No Clasifica 918
Grupo diagnóstico

EPITELIALES Cél. Germ. Trofo. Go 499


(a) Carcinoma adrenocortical
Retinoblastomas 448
(b) Carcinoma tiroideo
(c) Carcinoma nasofaríngeo N. Epiteliales

(d) Melanoma maligno T. Hepáticos


(e) Carcinoma de piel
0 1000 2000 3000 4000 5000
(f) Otros y carcinomas inespecíficos
XII. OTROS Y NEOPLASIAS MALIGNAS NO ESPECÍFICAS N casos
(a) Otros tumores malignos específicos
Figura 1. RNTI-SEOP. Casos registrados por grupo diagnóstico.
(b) Otros tumores malignos inespecíficos
Periodo 1980 - mayo 2006

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Leucemias que han propiciado los desarrollos tecnológicos y la


mejora en el acceso a los sistemas de salud, pero de en-
S.N.C.
tre todas habría que destacar una, y es la cooperación
1% Linfomas entre los oncólogos infantiles, esencial para progresar,
2%

3% 3% S.N.S.
dada la rareza del cáncer en la infancia. Producto de
6% 23%
6% esta colaboración es el establecimiento de tratamientos
7% T. Mal. Oseos estándar, de aceptación y uso internacional, para la ma-
Sarc. Tej. Blandos yoría de los procesos, así como el desarrollo de ensayos
8%
10%
18% clínicos, con participación nacional e internacional,
13% T. Renales
para el estudio de nuevas terapéuticas y de las caracte-
Otros y No rísticas biológicas de las neoplasias.
Clasificables
Las tasas de supervivencia de los distintos grupos
Cél. Germ. Trofo.
Gona. —nacional (SEOP), europeo (ACCIS) y americano
Retinoblastomas (SEER)— son similares, y podemos asumir que aproxi-
Figura 2. RNTI-SEOP. Porcentajes de casos registrados por grupo diagnóstico. madamente la tasa de curación es del 70%, lo que, por
Periodo 1980 - mayo 2006
otro lado, nos deja un 30% de niños que todavía mue-
1,0
ren de cáncer en los países desarrollados.
97 - 99 --> 74 %
En la Figura 3 podemos ver la tasa de superviven-
,9 cia a 5 años, durante el periodo 1980-1999, por co-
,8 94 - 96 --> 72 %
hortes de años de diagnóstico de los casos registrados
en el RNTI1 de la SEOP. Como puede comprobarse, la
,7 supervivencia se ha incrementado notablemente, del
,6
91 - 93 --> 69 % 54% al 74%, en las dos últimas décadas. Como exami-
naremos más adelante en el desarrollo de este capitu-
,5
lo, este progreso no es igual para todos los grupos
88 - 90 --> 66 %
,4 diagnósticos, quedando todavía mucho margen para
la mejora.
,3
84 - 87 --> 59 % En la Tabla IV podemos observar la tasa de super-
,2 vivencia a 5 años del cáncer infantil en Europa, por
Supervivencia

20
sexo y grupo diagnóstico de la ICCC para el rango de
,1 80 - 83 --> 54 %
edad de 0 a 14 años, en pacientes diagnosticados entre
0,0 1988 y 1997, según los datos obtenidos por el proyec-
0 365 730 1095 1460 1825
to ACCIS3. La tasa para el conjunto de diagnósticos es
Tiempo de supervivencia en días del 72% para niños y del 73% para niñas, muy similar
Figura 3. RNTI-SEOP. Supervivencia a cinco años por cohortes de diagnóstico.
a la encontrada en los datos nacionales, como puede
Periodo 1980 - mayo 2006 observarse.

Tabla IV. Supervivencia observada (SO %) a 5 años de los pacientes pediátricos con cáncer en Europa,
por sexo y grupo ICCC (rango de edad 0-14 años, pacientes diagnosticados entre 1988-1997) (Fuente:
ACCIS)
Niños Niñas
Grupo ICCC
n SG 95% IC n SG 96% IC
I. Leucemia 9.075 72 71-73 7.091 75 74-76
II. Linfomas 3.947 84 83-85 1.877 82 80-84
III. Tumores SNC 5.745 63 62-65 4.787 64 63-66
IV. Tumores SNS 1.972 57 55-59 1.697 62 60-64
V. Retinoblastoma 614 93 90-95 587 93 90-95
VI. Tumores renales 1.431 84 82-86 1.535 83 81-85
VII. Tumores hepáticos 249 56 49-62 162 59 50-66
VIII. Tumores óseos malignos 1.200 62 59-65 1.122 60 57-63
IX: Sarcomas de partes blandas 1.869 66 63-68 1.473 63 60-66
X. Tumores germinales 790 85 82-88 897 83 80-85
XI. Carcinomas, etc. 738 87 84-89 977 91 89-93
XII. Otros y no especificados 87 72 62-80 115 76 66-83
Todos los grupos 27.479 72 71-72 22.172 73 72-73
N= número de pacientes; 95% IC= intervalo de confianza; SNC= sistema nervioso central; SNS= sistema nervioso simpático

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

Tabla V. Tasas de supervivencia relativa a 5 años en pacientes diagnosticados entre 1996 y 2002,
seguidos hasta 2003 por grupos ICCC, sexo y edad (Fuente: SEER)
Edad 0-19 por sexo Ambos sexos por edad
Grupo ICCC
Total Varones Mujeres <1 1-4 5-9 10-14 15-19 0-14
Todos los grupos ICCC 77,9 76,3 79,7 73,1 80,0 76,3 77,8 78,2 77,7
I. Leucemia 75,2 73,8 76,9 51,5 86,3 80,2 70,9 50,5 79,5
II. Linfomas 86,9 86,0 88,3 49,7 82,9 88,7 88,0 87,6 86,3
III. Tumores SNC 71,7 70,5 73,2 51,0 71,6 68,4 78,7 74,1 71,2
IV. Tumores SNS 68,9 68,3 69,5 90,6 59,3 53,1 68,7 71,4 68,8
V. Retinoblastoma 97,0 97,3 96,8 99,4 94,2 - - - 97,0
VI. Tumores renales 87,1 87,7 86,3 89,2 90,1 86,7 48,9 76,9 87,5
VII. Tumores hepáticos 47,1 46,5 47,4 68,6 61,6 12,3 18,2 18,3 52,8
VIII: Tumores óseos malignos 65,1 64,6 66,2 - 49,2 73,4 65,3 62,8 66,9
IX. Sarcomas de partes blandas 69,2 68,5 70,1 54,3 71,3 71,1 71,9 68,0 69,7
X. Tumores germinales 89,7 89,1 90,7 81,8 87,3 88,7 93,5 90,3 88,7
XI. Carcinomas y tumores epiteliales 89,2 83,8 91,8 - 92,9 82,2 89,9 89,4 88,6

En la Tabla V podemos comprobar la tasa de su- LA ASISTENCIA AL NIÑO


pervivencia relativa a 5 años, por sexo, edad y grupo ONCOLÓGICO
diagnóstico, en pacientes diagnosticados entre 1996-
2002, según los datos del SEER norteamericano2. La La correcta asistencia al niño con cáncer se realiza
tasa para el conjunto de diagnósticos es del 76,3% para mediante equipos multidisciplinares capaces de aportar
niños y del 79,7% para niñas; adviértase que dicha tasa todos los datos necesarios para el correcto diagnóstico,
es muy parecida, aunque un poco mayor, a la que apa- clasificación clínica y orientación terapéutica en cada
rece en los datos nacionales. Esta superioridad, que no paciente. La complejidad y el elevado coste de la asis-
es significativa, puede explicarse por la diferencia tem- tencia hacen que ésta se efectúe casi exclusivamente en 21
poral de la serie, que refleja sólo los casos de una cohor- el ámbito hospitalario, dentro de las denominadas Uni-
te de tiempo más reciente a la analizada en nuestro país, dades de Oncología Pediátrica (UOP).
y por la falta de seguimiento de parte de la cohorte. Las recomendaciones que sobre las características
de dichas unidades hacen tanto la Academia Americana
de Pediatría5 como la Sociedad Internacional de Onco-
Etiología logía Pediátrica son las siguientes:

El cáncer es un proceso genético que engloba a un 1. Todos los niños con cáncer deben ser
conjunto de enfermedades con el único denominador diagnosticados, tratados y controlados en una
común de la proliferación incontrolada de un clon celu- unidad específicamente creada para ellos. Deberían
lar en un determinado tejido. incluirse en la misma los adolescentes y los adultos
La etiología del cáncer sigue siendo en gran parte jóvenes hasta los 20 años.
desconocida. Los conocimientos actuales apoyan un 2. Una UOP debe funcionar sobre la base de un
origen multifactorial. Los elementos ambientales y ge- equipo multidisciplinar. Puede ser una unidad
néticos juegan, probablemente, un papel diferente en especial integrada en un hospital infantil o en un
cada tumor. Como hipótesis general, tiende a conside- centro oncológico general. Debe incluir atención
rarse el cáncer como una enfermedad genética de las pediátrica especializada y, además, servicios
células, basándose en las siguientes observaciones: psicosociales y educacionales.
3. Una UOP debe formar parte de una organización
• La presentación familiar de determinados cánce- oncológica multidisciplinar nacional y/o interna-
res, como la poliposis colónica y el síndrome de cional, para facilitar la comunicación y la coordina-
Li-Fraumeni. ción de los nuevos métodos de tratamiento e inves-
• Alteraciones cromosómicas en la línea germinal, tigación. Debe disponer de personal y equipamien-
tales como las desapariciones de los cromosomas to suficiente para la participación en ensayos clíni-
11 y 13 en el tumor de Wilms y en el retinoblasto- cos y aportar datos a los registros de cáncer.
ma, respectivamente; predisposición a la aparición 4. Una UOP debe dar tratamiento primario centralizado
de cánceres, especialmente leucemias, en los lla- a un número suficiente de pacientes con el fin de
mados síndromes de inestabilidad cromosómica garantizar estructuras específicas para oncología
(síndrome de Bloom, anemia de Fanconi). pediátrica en cirugía, radioterapia, anatomía
• Deficiencias en el DNA, inducidas por mutágenos. patológica, cuidados intensivos, cuidados de soporte

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

y rehabilitación. Todas estas infraestructuras deben conlleva una mutilación o una alteración funcional im-
estar en la misma unidad o en otra cercana. Puede portante y no hay otras modalidades aplicables.
ser necesario centralizar todavía más el tratamiento La radioterapia también constituye un pilar impor-
primario de algunas patologías que requieran tante en el tratamiento del cáncer del niño, pero, debi-
tratamiento altamente especializado. do a sus importantes secuelas en un organismo en cre-
5. Una UOP debe estar integrada por especialistas cimiento y desarrollo, se trata de evitarla salvo compro-
adecuadamente preparados (pediatra oncólogo, miso vital, en general, en niños menores de tres o cinco
pediatra hematólogo, cirujano pediátrico con años, o totalmente —incluso poniendo en riesgo la vi-
interés en la oncología, enfermera pediátrica da—, si los efectos deletéreos son tan importantes que
oncológica, psicólogos, trabajadores sociales y comprometen la capacidad futura del niño (radiotera-
profesores) para asegurar: pia holocraneal en niños menores de tres años con tu-
mores agresivos del SNC).
•  Atención continuada las 24 horas. La quimioterapia es el pilar fundamental de trata-
•  Selección de personal nuevo para la UOP. miento, y casi el exclusivo en muchas de las neoplasias
•  Dar formación adecuada en oncología pediátrica. infantiles; en general, se trata de poliquimioterapia ad-
ministrada en el contexto de un ensayo clínico.
6. Una UOP debe comprender las siguientes infraes- En oncología pediátrica, los ensayos clínicos o pro-
tructuras: tocolos diagnóstico- terapéuticos de carácter multicen-
trico tienen especial importancia, dada la baja inciden-
• Una unidad de hospitalización suficientemente cia de las neoplasias infantiles. Las diversas sociedades
equipada (incluyendo medidas de aislamiento de oncología pediátrica nacionales (SEOP) o internacio-
inverso) y con personal adiestrado para ejecutar nales (SIOP) tutelan protocolos diagnóstico-terapéuti-
órdenes médicas complejas, establecer vías cen- cos para la mayoría de las neoplasias infantiles, con el
trales, monitorizar infusiones de larga duración, objeto de obtener información válida para el estableci-
cuidar y asistir a niños críticamente enfermos, miento de los estándares de tratamiento y mejora de la
mielo e inmunosuprimidos o moribundos, y a supervivencia al menor coste posible.
sus padres, y preparar y administrar citostáticos.
Se debe proveer acomodo para los padres en la
misma unidad o cerca de ésta. El impacto individual, familiar y
22 • Un hospital de día para investigaciones, infusiones social del cáncer infantil
de corta duración y vigilancia de corta estancia.
• Una consulta cercana al laboratorio y al servicio El cáncer incide en el niño y en su entorno familiar
de radiología para control ambulatorio. y social de forma devastadora. Probablemente ninguna
• Una organización y coordinación para el segui- experiencia vital tiene tal capacidad para alterar la vida
miento y la evaluación de los supervivientes de del núcleo familiar que la sufre. Algunos autores desig-
cáncer durante largo tiempo. nan los problemas psicosociales que genera el cáncer
como las “6D”: muerte (death), dependencia (del médico,
Las funciones de las UOP son: de la familia), desfiguración (cambios en la imagen cor-
poral), incapacidad (dishability) para el ejercicio de las
1. Atención a los pacientes en su vertiente médica, de actividades habituales, disrupción de las relaciones inter-
enfermería y de cuidados psicosociales. personales, disconfort y dolor en los estadios tardíos de
2. Investigación clínica y básica. la enfermedad y como consecuencia del tratamiento.
3. Formación de pregraduados (conocimiento de on- Actualmente nos encontramos en la necesidad de
cología infantil dentro de la pediatría) y postgra- adecuar las eficaces terapias disponibles no sólo a la
duados (como parte de la formación básica en pe- curación de los enfermos, sino a que ésta se obtenga
diatría o de la formación de especialistas en onco- con los menores efectos secundarios físicos y psíquicos
logía pediátrica). posibles.
Todas las fases —diagnóstico, tratamiento, cese de
El arsenal terapéutico para el tratamiento del cán- la terapéutica, vuelta a la normalidad, seguimiento a
cer infantil está constituido fundamentalmente por la largo plazo y, por desgracia, el fracaso terapéutico con
cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, y comple- la muerte— tienen un impacto tanto en el niño o ado-
mentado por otras técnicas que cada día alcanzan ma- lescente como en la familia y en la sociedad, y es labor
yor relevancia, como son el trasplante de médula ósea, del oncólogo pediatra, que a veces está demasiado in-
la terapia con modificadores biológicos y la inmunote- volucrado en las cuestiones médicas, el comunicar,
rapia, y probablemente, en un futuro no muy lejano, la adelantar y resolver las consecuencias de cada momen-
terapia génica. to mediante la información y el apoyo. Parte importan-
La cirugía sigue siendo un arma fundamental, pero te de la actividad de la unidad de oncología pediátrica
su uso se ha ido refinando conforme se han desarrolla- es proporcionar a niños y padres apoyo psicológico
do las otras modalidades de tratamiento, de forma que individualizado y grupal y asistencia psiquiátrica en
actualmente se realiza una cirugía radical sólo si ésta no caso preciso.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

LOS CUIDADOS PALIATIVOS • El apoyo psicológico y el seguimiento del duelo


PEDIÁTRICOS EN ESPAÑA deberían llevarse a cabo durante tanto tiempo co-
mo sea necesario para todas aquellas personas
Recientemente se han promulgado los principios afectadas por la muerte del niño. Este apoyo ten-
universales de los cuidados paliativos pediátricos6, que dría que proporcionarlo un equipo profesional
son los siguientes: formado en cuidados paliativos pediátricos.
• Los cuidados paliativos pediátricos son un trabajo
• El criterio de admisión en un programa de cuidados difícil. Los cuidados directos deberían recibir apoyo
paliativos pediátricos será que no exista la posibili- y supervisión psicosocial, formal e informalmente.
dad de que el niño vaya a llegar a ser adulto. No re-
quiere un pronóstico de supervivencia a corto plazo, A los problemas globales de los cuidados paliativos
porque esto interfiere con que se proporcionen los y terminales se añaden los específicos de la edad pediá-
servicios desde el momento del diagnóstico. trica, como son: el sufrimiento que acompaña a una
• La unidad objeto de atención es el niño y su fami- muerte prematura (es antinatural que el hijo muera an-
lia. Se define la familia como la persona o personas tes que los padres e incluso los abuelos), la dificultad
que se ocupan de los aspectos físicos, psicológicos, para definir el papel del niño y/o adolescente y de los
espirituales y sociales del niño, independiente- padres en el proceso de toma de decisiones y el comple-
mente de su relación biológica. jo problema de hablar a un niño o adolescente sobre su
• Los servicios de cuidados paliativos deben estar muerte inminente (culturalmente, nuestra sociedad no
disponibles para los niños y sus familias en el lugar acepta la comunicación de esta realidad debido a un
que prefieran o que sea apropiado para sus necesi- pacto de silencio).
dades. Puede ser el hospital, el domicilio, etc. Estos aspectos provocan fuertes tensiones emocio-
• Los cuidados paliativos no tienen como objeto nales y profesionales, asi como respuestas y reacciones
acortar la vida, sino controlar los síntomas de ma- psicológicas y espirituales que pueden emerger y afectar
nera aceptable para el niño y su familia. negativamente a la habilidad del médico para aconsejar
• Los cuidados paliativos se centran en el alivio del y consolar. El médico puede tener distintas posturas
dolor físico, social, psicologico y existencial del ante la muerte: negación, cuya consecuencia para el pa-
niño y de su familia, independientemente de su ciente será el encarnizamiento terapéutico; rechazo,
elección de continuar con tratamientos que pro- provocando en cierta medida el abandono del paciente;
longuen la vida del niño. temor, acelerando el proceso en lo posible, y aceptación, 23
• Los niños con enfermedades crónicas y sus fami- suministrando al paciente y a su familia los cuidados
lias deben tener acceso a un grupo de cuidadores, integrales necesarios.
o al menos a un coordinador. Cuando definimos y aceptamos el paso de un pa-
• Los cuidados paliativos buscan aumentar la cali- ciente de un tratamiento curativo a un tratamiento palia-
dad de vida del niño y de su familia; se incluye a tivo tenemos que considerar dos puntos importantes:
los niños y a su familia en la decisión de priorida-
des y en la utilización de una información comple- - La duración y la calidad de la vida restante.
ta sobre la enfermedad y sobre las opciones de - El derecho del niño a un tratamiento compasivo.
tratamiento de ésta.
• El equipo sanitario reconoce la individualidad de El niño no debe morir sólo sin dolor físico, sino
cada niño y familia y acepta sus valores, deseos y que tampoco debe tener miedo o ansiedad innecesa-
creencias, a no ser que puedan provocar un daño rios. Por tanto, es esencial que reciba la ayuda adecua-
significativo. da, médica, espiritual y psicológica, y que no sienta
• Los cuidados paliativos pediátricos se desarrollan en nunca abandono por parte de su familia o de su equipo
el marco de un equipo multidisciplinar. La implica- médico.
ción desde el momento del diagnóstico debe conlle- La familia del paciente terminal o en cuidados pa-
var un contacto respetuoso con los profesionales liativos tiene que ser considerada desde dos puntos de
que intentan curar o prolongar la vida del niño. vista:
• El equipo de cuidados paliativos debe estar dispo-
nible durante 24 horas al día, 365 días al año. - Dadora de cuidados: formando parte del equipo
• La provisión de descanso, sean horas o días en un que atiende al niño, porque así se consigue una
momento dado, es un servicio esencial para las fa- mejor resolución del duelo, aunque también se
milias. corre el riesgo de agotamiento.
• Las familias deberían poder demandar ellas mis- - Receptora de cuidados: debido al gran impacto
mas cuidados paliativos. emocional que la situación le supone, para evitar
• Los servicios multidisciplinarios de cuidados pa- los temores y los miedos a las nuevas situaciones y
liativos pediátricos deberían ser reconocidos como para realizar una prevención y un tratamiento del
servicios médicos legítimos y valiosos y también duelo patológico. Los cuidados no deben terminar
deberían ser financiados adecuadamente, para per- con la muerte, y también hay que prestar una gran
mitir su viabilidad y disponibilidad. atención a los hermanos.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Tabla VI. RNTI-SEOP. Tumores SNC. Casos Los cuidados hay que suministrarlos en el lugar
registrados por grupo de edad y sexo. Periodo que desee el paciente o la familia (en el hospital o en el
1980 - mayo 2006
domicilio). Las demandas más frecuentes de los pacien-
Sexo tes y de sus familiares son:
Grupo de edad Total
Niños Niñas
0 años 90 69 159 - Control de los síntomas.
- Respeto.
1-4 años 514 403 917
- Honestidad.
5-9 años 634 470 1.104 - Apoyo.
10-14 años 429 319 748 - Comprensión.
Total 1.667 1.261 2.928 - Delicadeza.
- Disponibilidad.
% por sexo 56,9% 43,1% 100%

Cuando se ha producido la muerte, el duelo es una


reacción adaptativa natural ante la pérdida de un ser que-
Tabla VII. Neoplasias del SNC. Incidencia ajustada rido, que conlleva un largo y costoso proceso de elabora-
a edad por sexo. Datos SEER (2000-2003) ción y ajuste que puede tener muy diversas manifestacio-
Incidencia SEER nes, tanto físicas como conductuales, cognitivo-intelectua-
Total Varones Mujeres
Tasas edad específicas les, afectivo-emocionales, socio-familiares y espirituales.
<1 3,7 3,4 4,0 Siempre hay que facilitar, sin forzarlo, el contacto
1-4 4,1 4,3 3,9
posterior con la familia tras la pérdida del niño, para
hablar y revisar todo aquello que la familia quiera.
5-9 3,2 3,3 3,1
Actualmente no existe en nuestro país una infraes-
10-14 2,6 2,8 2,4 tructura eficiente y bien desarrollada de cuidados paliati-
15-19 2,0 2,3 1,7 vos pediátricos en general y oncológicos pediátricos en
particular. Existen experiencias en este campo, algunas
bien consolidadas y con una excelente trayectoria, realiza-
das desde algunas unidades de oncohematología pediátri-
Tabla VIII. Neoplasias del SNC. Tasas de ca hospitalaria. Las mejor establecidas son las del Hospital
mortalidad en US ajustada a edad por sexo.
24 Datos: SEER (2000-2003)
Sant Joan de Deu, de Barcelona, y ADINO, del Hospital
Infantil La Fe, de Valencia, y en ellas tanto el médico co-
Mortalidad US
Total Varones Mujeres mo la enfermera, además de la asistencia hospitalaria,
Tasas edad específicas
realizan asistencia domiciliaria y apoyo telefónico perma-
<1 0,4 0,4 0,4 nente a las familias. En el resto de las UOP, el personal de
1-4 0,7 0,7 0,6 la unidad lleva a cabo la asistencia paliativa en el hospital,
5-9 0,9 0,9 0,9 apoyándose en otros servicios, e incluso a veces, en el ca-
10-14 0,7 0,7 0,6
so de adolescentes, en las unidades de paliativos de adul-
tos que ya hay establecidas, pero no se realiza asistencia
15-19 0,5 0,6 0,4
domiciliaria ni apoyo telefónico fuera de las horas de tra-
bajo. En realidad, sólo en las grandes unidades o en las
grandes ciudades podría montarse un dispositivo de cui-
Tabla IX. RNTI-SEOP. Tumores SNC. Casos dados paliativos pediátricos oncológicos, puesto que el
registrados por subgrupo diagnóstico. Periodo número de pacientes en esta situación, por fortuna, no es
1980 - mayo 2006 grande. Probablemente, englobando todos los cuidados
Subgrupo diagnóstico Nº % paliativos pediátricos, incluyendo los cuidados de pacien-
%
CIE.0.2 casos acumulado tes crónicos de otras patologías, sí debería montarse una
III. (a) Ependimoma 296 10,1 10,1 estructura similar a la que existe para adultos.
III. (b) Astrocitoma 1.100 37,6 47,7
III. (c) PNET 729 24,9 72,6
III. (d) Otros gliomas 272 9,3 81,9 DESCRIPCIÓN DE LOS TUMORES
III. (e) Otras neoplasias PEDIÁTRICOS QUE MÁS
intraespinales e FRECUENTEMENTE REQUIEREN
intracraneales CUIDADOS PALIATIVOS
especificadas 265 9,1 90,9
III. (f) O
 tras neoplasias
intraespinales e Tumores celebrales
intracraneales no
especificadas 266 9,1 100,0
Los tumores del sistema nervioso central represen-
Total 2.928 100,0
tan aproximadamente el 20% de los tumores infantiles

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

(niños de 0 a 14 años). Son el segundo grupo más fre- 1.0 97 - 99 --> 63%
cuente de las neoplasias infantiles (tras las leucemias) y
.9
el mayor grupo de tumores sólidos en niños en los paí-
.8 94 - 96 --> 61%
ses desarrollados. La tasa de incidencia, según el RNTI-
SEOP1 (Tabla VI), es del 16,3% de los casos registrados. .7
91 - 93 --> 66%
Los tumores del SNC son un poquito más frecuentes en .6

los niños que en las niñas, siendo esta diferencia más .5

marcada en los PNET, con una relación niños/niñas de .4


88 - 90 --> 61%

1,6/1. La edad de presentación más frecuente es entre 1


.3
y 9 años. Los norteamericanos, en sus estadísticas del 84 - 87 --> 56%

Supervivencia
.2
año 2003, también muestran unas altas tasas de inciden-
cia2 (Tabla VII). Los tumores del SNC son la segunda .1 80 - 83 --> 52%

causa de muerte por cáncer en Europa y en Estados Uni- 0.0


0 365 730 1095 1460 1825
dos7. En la Figura 4 podemos ver la supervivencia global
de los tumores del SNC según datos del RNTI-SEOP, y Tiempo de supervivencia en días

en la Tabla VIII, las tasas de mortalidad del registro nor- Figura 4. RNTI-SEOP. Tumores SNC. Supervivencia a 5 años de diagnóstico por
cohortes. Periodo 1980-1999
teamericano SEER2 para los distintos grupos de edad.
Los tumores del SNC son un grupo heterogéneo de neo-
Otros SNC inespecif.
plasias de diferente histología, comportamiento y pro- 9.1%
Ependimoma

10.1%
nóstico. Los grupos diagnósticos más importantes son: Otros SNC especif.
astrocitoma (38%-50%), ependimoma (8%-14%), tu- 9.1%
mores neuroectodérmicos primitivos (PNET), incluyen-
do el meduloblastoma (16%-25%) y otros gliomas (4%- Otros gliomas

16%). La Tabla IX y la Figura 5 muestran la frecuencia y 9.3%

la incidencia de los distintos subtipos de tumores del Astrocitoma

SNC en los casos registrados en el ámbito nacional RN- 37.6%

TI-SEOP1, y la Tabla X muestra asimismo la incidencia


en el registro norteamericano SEER2. PNET

En los niños predominan los tumores de localiza- 24.9%

ción infratentorial, excepto en el primer año de vida. 25


Existen dos factores que se asocian a una mayor inci- Figura 5. RNTI-SEOP. Tumores SNC. Casos registrados por subgrupo
dencia de tumores cerebrales en los niños: 1) Los gené- diagnóstico. Periodo 1980 – mayo 2006.
ticos, en los que hay destacar que el 4% de los tumores
cerebrales se asocia a síndromes hereditarios o a enfer-
medades genéticas multifactoriales, neurofibromatosis puterizada, a la radiocirugía, a las técnicas de fracciona-
1 y 2, síndrome de Li-Fraumeni, carcinoma de células miento de radioterapia que utilizan aceleradores de
basales nevoides, xeroderma pigmentosum, síndrome electrones, a los nuevos quimioterápicos (sobre todo,
de Turcot y síndrome de Gorlin. 2) La exposición previa los derivados del platino y el etoposido) y a los modula-
a radiaciones ionizantes (la exposición a campos electro- dores de respuesta terapéutica, que permiten una mejor
magnéticos no se ha demostrado que se asocie a un aplicación de los mismos. Pero todos estos logros no
mayor riesgo de desarrollo de un tumor cerebral). serían posibles sin la creación de grupos de trabajo que
En los últimos años hemos experimentado avances actúan en colaboración y sin protocolos multicéntricos
en el diagnóstico de estos tumores gracias a las técnicas de estudio de estos tumores en el ámbito nacional e in-
de neuroimagen, de inmunohistoquimia y de citogené- ternacional.
tica, y también debido al tratamiento con la nueva ciru- La presentación clínica de un tumor cerebral va a
gía por esteroataxia dirigida por tomografía axial com- depender de la edad del niño, de la localización del tu-

Tabla X. Incidencia ajustada a edad y edad específica de neoplasias del SNC, según subgrupo ICCC y
edades. (Fuente: SEER)
0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
III. Tumores SNC 31,9 28,9 32,3 40,7 31,9 25,0 19,9
III. (a) Ependimomas 3,0 2,6 4,4 5,2 2,2 1,7 1,4
III. (b) Astrocitomas 15,6 14,3 12,5 19,1 15,5 13,6 10,4
III. (c) Tumores embrionarios PNET 7,5 6,6 11,3 10,4 7,5 4,6 3,8
III. (d) Otros gliomas 5,1 4,7 - 4,7 6,3 4,5 3,7
III. (e) Otros tumores específicos 0,5 0,4 - - - - -
III. (f) Otros tumores inespecíficos 0,3 0,3 - - - - -

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

mor y del grado de extensión del mismo. Los tumores efectos de la radioterapia sean menos perjudiciales para
intracraneales producen su sintomatología por el efecto su calidad de vida futura.
masa del tumor, el aumento secundario de la presión Para la mayoría de los tumores del SNC, la cirugía
intracraneal y el edema peritumoral, y por infiltración y es, en general, el primer paso en el tratamiento, con un
destrucción del tejido cerebral sano; también ha de te- doble propósito: establecer el diagnóstico microscópico
nerse en cuenta la hipertensión intracraneal debida a la y, si es posible, resecar el tumor con un intento curati-
obstrucción del líquido cefalorraquídeo, por compre- vo. La cirugía radical está limitada en algunos casos por
sión o infiltración del propio tumor. Todo ello se acom- las características de pequeño tamaño, localización o
paña de la triada clásica de cefalea matutina, vómitos y crecimiento infiltrativo del tumor, y por la incapacidad
somnolencia de forma aguda, en los tumores de fosa de resecar éste sin producir una morbilidad inaceptable
posterior, y de forma insidiosa, con fallo escolar, fatiga, en áreas extensas del cerebro. Cuando se logra la extir-
cefaleas intermitentes y cambios de personalidad de pación tumoral completa, estamos ante un factor que,
forma subaguda, en niños mayores. El cuadro puede no de forma aislada, implica un gran significado de pro-
ser diagnosticado en cuatro o seis meses. En el lactante, nóstico para una buena supervivencia. Los tumores que
debido a la persistencia y a la posibilidad de expansión están muy profundamente asentados en el cerebro, o
de las suturas y fontanelas craneales, los síntomas son incluso los que se localizan en la superficie pero en re-
inespecíficos: rechazo de tomas, irritabilidad, retraso en giones con funcionalidad importante, son los que plan-
el desarrollo psicomotor y macrocefalia. tean mayor riesgo cuando se realiza la cirugía.
Los tumores infratentoriales y del tronco, debido a La radioterapia es la segunda modalidad de trata-
su localización, cursan con ataxia, trastornos de la mar- miento de los tumores cerebrales, y también ha sufrido
cha y déficit de pares craneales. modificaciones desde sus comienzos. Los niños hoy son
Los tumores supratentoriales hemisféricos suelen inmovilizados y sedados más adecuadamente. Las téc-
producir convulsiones, más frecuentes en los gliomas nicas, los aparatos, la protección del tejido sano, el vo-
de bajo grado. Los tumores localizados en las vías ópti- lumen radiado y las fracciones administradas también
cas presentan trastornos de la visión. Los tumores pi- han mejorado, y se están empezando a considerar las
neales con el síndrome de Parinaud y los tumores dien- sustancias que incrementan la radiosensibilidad tumo-
cefálicos a veces muestran síntomas de anorexia, adel- ral. En la mayoría de los tumores cerebrales se utilizan
gazamiento e irritabilidad (síndrome diencefálico). dosis de 55 Gy sobre el tumor primitivo, con un mar-
El método diagnóstico de elección es la resonancia gen de 1-2 cm. La dosis sobre médula espinal no suele
26 magnética (RM) con gadolinio. También existen otras sobrepasar los 35 Gy. La tendencia es posponer la ra-
técnicas de neuroimagen e isotópicas que pueden com- dioterapia lo más posible. Entre las complicaciones de
plementar dicho diagnóstico, como la gammagrafía con la radioterapia están la alopecia temporal y la radioder-
talio 201 o la PET (tomografía por emisión de positro- mitis, como procesos agudos; hacia las seis semanas se
nes) con 18F- fluordesoxiglucosa, que mide la glicólisis produce el “síndrome de somnolencia”, que dura unas
anaerobia que existe en los tumores malignos. Hay po- dos semanas y consiste en letargo, anorexia y cefalea
cos marcadores tumorales para el SNC, excepto la alfa- moderada. A partir de los seis meses pueden aparecer
fetoproteína y la gonadotropina coriónica de los tumo- procesos de desmielinización, radionecrosis y aparición
res germinales. Debe estudiarse siempre la citología del de segundas neoplasias.
líquido cefalorraquídeo (LCR) y la médula espinal me- En cuanto a la quimioterapia, se desconoce el papel
diante RM, para valorar la extensión. específico de su uso en los tumores cerebrales, pero sí se
Existen grandes variaciones entre estos grupos de conoce que es eficaz en algunos tumores. Varios son los
tumores, en términos de pronóstico y de respuesta a las fármacos utilizados por su eficacia, fundamentalmente
terapéuticas, incluso en las distintas categorías diagnós- los derivados del platino, los agentes alquilantes, las ni-
ticas. Los astrocitomas incluyen una variedad de tumo- trosureas y la vincristina, además de otro que ha sido
res, desde el astrocitoma pilocítico de lento crecimien- introducido más recientemente, la temozolamida. Son
to, con excelente pronóstico, al extremadamente malig- más eficaces en los tumores embrionarios, meduloblas-
no glioblastoma multiforme, cuya supervivencia a tres toma, PNET y germinales, que en los de estirpe glial. En
años no alcanza el 5%. los niños pequeños se utiliza la poliquimioterapia para
La supervivencia de los tumores del SNC ha mejora- evitar o retrasar la administración de radioterapia.
do en las dos últimas décadas en todos los subgrupos de Otros procedimientos que están en un desarrollo
diagnósticos. Los lactantes son el grupo con menor mejo- prometedor son la inmunoterapia, la terapia génica, la
ra. La edad al tiempo del diagnóstico, la histología, la lo- terapia de captura de neutrones, el manejo de la angio-
calización anatómica, la extensión tumoral y el tipo de génesis y el mejor conocimiento de los factores de creci-
tratamiento son factores pronósticos bien reconocidos8. miento tumoral.
Las bases del tratamiento son fundamentalmente La curación del cáncer conlleva un precio —gene-
la cirugía y la radioterapia. En un segundo plano tene- ralmente, en la calidad de vida— de suma importancia
mos la quimioterapia, que juega un papel fundamental en los niños, por el potencial futuro de vida que les
en los niños menores de 3-5 años, con la pretensión de queda. Las secuelas más frecuentes a largo plazo son los
consolidar o mantener el efecto de la cirugía y conse- déficit hormonales (hormona de crecimiento, hormona
guir que el paciente alcance una edad en la que los tiroidea, etc.) y las secuelas neuropsicológicas, con difi-

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2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

cultad o imposibilidad de aprendizaje por alteraciones a dosis altas y durante tiempo prolongado, lo que en
de la memoria y disminución del coeficiente intelectual, ocasiones acarrea, a su vez, nuevos síntomas. El cuida-
además de las posibles discapacidades motoras o senso- do de estos niños es complejo y genera mucha deman-
riales (alteraciones visuales, hipoacusia, etc.). da asistencial y mucha angustia familiar, y probable-
De todas formas, en la tasa global de superviven- mente es el grupo de niños que más tiempo permane-
cia, y como ya hemos visto, el grupo de niños con tu- cen hospitalizados y que más frecuentemente fallecen
mores cerebrales inmaduros es uno de los que presen- en el hospital.
tan peores cifras, por lo que tendremos muchos niños
que van a necesitar tratamiento paliativo, y además du-
rante un tiempo no despreciable (de meses, en la mayo- Sarcomas óseos
ría de las ocasiones). Los niños que sucumben a un tu-
mor cerebral pueden presentar, en la evolución de su Los tumores óseos malignos representan del 3% al
enfermedad hasta su muerte, multitud de síntomas; los 5% de los cánceres diagnosticados en menores de 15
más frecuentes son: dolor (cefalea o dolores musculares años y el 7%-8% de los adolescentes entre 15 y 19 años
y de espalda), convulsiones, síndrome confusional, dis- en las poblaciones occidentales. Los tumores óseos ma-
minución del nivel de conciencia, náuseas, vómitos, lignos engloban más de 20 formas diferentes. Las más
fiebre de origen central, síndrome de compresión me- frecuentes en menores de 20 años son el osteosarcoma
dular y alteraciones de la deglución. Por la presencia y el sarcoma de Ewing. En las Tablas XI y XII podemos
—en bastantes casos— de hipertensión endocraneal, la ver las tasas de incidencia ajustadas a edad y específicas
mayoría de estos niños reciben tratamiento corticoideo de los tumores óseos malignos, por subgrupo ICCC y

Tabla XI. Tasas de incidencia ajustadas a edad y edad específicas, 2000-2003 (SEER). Tumores óseos
malignos por subgrupo y edad
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
VIII. Tumores óseos malignos 6,3 8,5 - 1,4 5,0 12,4 15,1
VIII. (a) Osteosarcoma 3,9 5,2 - - 3,1 8,0 9,0
VIII. (b) Condrosarcoma - 0,3 - - - - 1,0
VIII. (c) Sarcoma de Ewing 2,0 2,5 - 1,0 1,5 3,5 4,0 27

VIII. (d) Otros tumores óseos específicos 0,3 0,4 - - - - 0,7


VIII. (e) Otros tumores óseos inespecíficos - - - - - - -

Tabla XII. Tasas de incidencia por millón de tumores óseos malignos en Europa, 1988-1997 (ACCIS)
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-4 5-9 10-14 0-14 (ASR) 15-19
VIII. Tumores óseos malignos 1,3 4,9 11,9 5,5 15,1
VIII. (a) Osteosarcoma 0,2 2,4 6,8 2,8 8,4
VIII. (b) Condrosarcoma 0,0 0,1 0,4 0,1 1,3
VIII. (c) Sarcoma de Ewing 0,9 2,2 4,3 2,3 4,2
VIII. (d) otros tumores óseos específicos 0,1 0,1 0,3 0,2 0,7
VIII. (e) otros tumores óseos inespecíficos 0,1 0,1 0,2 0,1 0,6
ASR= tasa estandarizada –edad

Tabla XIII. Supervivencia a cinco años (95% IC) de niños y adolescentes con tumores óseos malignos
diagnosticados entre 1988 y 1997 en Europa (ACCIS)
Edad 0 -14 Edad 15-19
Nº Supervivencia % Nº Supervivencia %
VIII. Tumores óseos malignos 2.322 61 (59-63) 483 47 (43-52)
VIII. (a) Osteosarcoma 1.215 59 (56-62) 270 51 (44-57)
VIII. (b) Condrosarcoma 57 64 (49-75) 35 85 (67-93)
VIII. (c). Sarcoma de Ewing 938 62 (58-65) 144 30 (22-38)
VIII. (d). otros tumores óseos específicos 62 79 (66-88) 16 -
VIII. (e). otros tumores óseos inespecíficos 50 71 (55-82) 18 -
IC= intervalo de confianza.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

edad, según el SEER2, para el periodo de tiempo 2000- tán limitados a las radiaciones ionizantes, puesto que el
2003 (Tabla XI), y según ACCIS9, para el periodo de osteosarcoma es el tumor secundario más frecuente en
tiempo 1988-1997 (Tabla XII). La mayoría de los tumo- los supervivientes de un cáncer infantil sometidos a ra-
res óseos malignos, incluidos ambos tipos, son sarco- dioterapia y a algunas condiciones genéticas, incluyen-
mas de alto grado que en el momento del diagnóstico do el retinoblastoma familiar, el síndrome de Li-Frau-
pueden estar extendidos a distancia, especialmente en meni y el síndrome de Rothmund-Thomson. Los pa-
los pulmones. La supervivencia de los sarcomas óseos cientes afectados por retinoblastoma presentan una alta
se encuentra alrededor del 65% a cinco años. En las incidencia de osteosarcoma, tanto en campo radiado
Tablas XIII y XIV se muestra la supervivencia a cinco como fuera de campo, en relación con las alteraciones
años de niños y adolescentes con tumores óseos malig- del gen RB.
nos diagnosticados entre 1988 y 1997 en Europa — Las localizaciones más frecuentes son las extremi-
ACCIS— (Tabla XIII) y en EE.UU. —SEER— (Tabla dades inferiores, alrededor de la articulación de la rodi-
XIV). La Figura 6 presenta los datos de supervivencia a lla, el fémur distal y la tibia proximal (60% de los ca-
cinco años por cohortes de diagnóstico en el periodo sos), pero este tumor puede aparecer en cualquier hue-
so. Generalmente, los síntomas de su comienzo consis-
1980-1999 en RNTI1 (España).
ten en dolor y tumefacción, y a menudo un traumatis-
mo sobre la región origina el descubrimiento de la
Tabla XIV. Supervivencia a cinco años de niños y lesión. La extensión metastásica más frecuente es el pul-
adolescentes con tumores óseos malignos món, y, con menor frecuencia, otros huesos. La radiolo-
(SEER) gía simple objetiva la lesión, pero es imprescindible la
Total Varones Mujeres realización de una resonancia, que proporciona mejor
VIII. Tumores óseos malignos 65,1% 64,6% 66,2% información sobre la afectación extraósea, sobre todo, y
VIII. (a) Osteosarcoma 65,9% 64,6% 69,1%
además es necesaria para el planteamiento quirúrgico.
El tratamiento del osteosarcoma es multimodal.
VIII. (c) Sarcoma de Ewing 59,0% 59,8% 57,9%
Aunque es radiosensible, necesita dosis muy altas de
radioterapia, por lo que ésta no se considera inicial-
mente en el tratamiento, salvo para las metástasis pul-
1,0 97 - 99 --> 68 % monares que no pueden ser resecadas tras quimiotera-
,9
pia. El tratamiento del osteosarcoma tiene, pues, dos
28 pilares básicos: la quimioterapia y la cirugía.
94 - 96 --> 57 %
,8 La quimioterapia es combinada. Los fármacos más
,7 efectivos en el osteosarcoma son cisplatino, adriamici-
91 - 93 --> 75 % na, metotrexate e ifosfamida. Existen varios ensayos
,6
clínicos10 basados en estos cuatro agentes, variando las
,5 dosis, la intensidad de dosis y la cronología. Durante su
88 - 90 --> 60 %
,4 administración, la quimioterapia produce efectos se-
cundarios agudos que alteran significativamente la vida
,3
84 - 87 --> 61 % de los niños y adolescentes.
La cirugía es básica, y, si es posible, debe ser radi-
Supervivencia

,2

,1
cal. En la última década se ha ido acopiando una gran
80 - 83 --> 39 %
experiencia en cirugía de conservación de extremidades
0,0
0 365 730 1095 1460 1825
mediante técnicas de endoprótesis, frente a la amputa-
ción, técnica predominante en los años 70 y 80. Las le-
Tiempo de supervivencia en días siones en los huesos prescindibles, como peroné, es-
Figura 6. RNTI-SEOP. Tumores óseos. Supervivencia a 5 años por cohortes de cápula o costillas, permiten una cirugía sin injertos o
años de diagnóstico. Periodo 1980-1999
endoprótesis. Los autoinjertos y los aloinjertos, solos o
acompañados, de material protésico metálico o de otros
materiales, constituyen la base de la cirugía actual. La
Osteosarcoma valoración de la superioridad de una técnica frente a la
otra todavía no está clara si se tienen en consideración
El osteosarcoma es uno de los dos tumores óseos todas las variables a largo plazo, es decir, incluyendo la
malignos más comunes en el niño y el adolescente. El calidad de vida que conservará el paciente.
pico de incidencia es entre los 10 y los 20 años. La inci- La supervivencia del osteosarcoma ha mejorado en
dencia anual es de 1,6-2,8 por millón de niños menores las últimas décadas. En la Figura 7 podemos ver la tasa
de 15 años. Es más frecuente en varones (razón niños/ de supervivencia a 5 años por cohortes de año diagnós-
niñas: 1,6/1). tico en el periodo de tiempo 1980-1999, según datos
La etiología es desconocida, pero hay evidencia de del RNTI en España1.
que la edad, el sexo y la localización anatómica del os- Así pues, a pesar de todas las mejoras, aproxima-
teosarcoma se relacionan con los periodos de creci- damente un 30% de los enfermos, generalmente ado-
miento rápido. Los factores de riesgo identificados es- lescentes, sucumben a su enfermedad, a veces tras va-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

rios años de recorrido por recidivas locales y después 1,0 97 - 99 --> 62 %


de una progresión inicial al pulmón y, finalmente, a
,9
otros huesos y al cerebro. Estos adolescentes son cons-
94 - 96 --> 66 %
cientes de su evolución fatal, que se suele prolongar en ,8

el tiempo, siendo sus síntomas predominantes, por lo ,7

general, la insuficiencia respiratoria, el dolor y la ca- ,6


91 - 93 --> 60 %

quexia. Teniendo en cuenta que la mayoría de ellos han


,5
pasado por experiencias quirúrgicas duras, grandes ci- 88 - 90 --> 43 %
rugías con aloinjertos y/o endoprótesis que alteraron su ,4

calidad de vida y sus perspectivas, en aras de una su- ,3


84 - 87 --> 51 %
pervivencia que al final no consiguen, la aceptación del
,2

Supervivencia
final es más difícil para ellos y para su familia.
,1 80 - 83 --> 39 %

0,0
0 365 730 1095 1460 1825
Sarcoma de Ewing
Tiempo de supervivencia en días

Representa entre el 10% y el 15% de los tumores Figura 7. RNTI-SEOP. Osteosarcoma. Supervivencia a 5 años por cohortes de
óseos malignos. Rara vez se presenta en menores de 4 años de diagnóstico. Periodo 1980-1999

años y por encima de los 30. Su pico de incidencia está


entre 10 y 15 años. Es más frecuente en varones, con 1,0 97 - 99 --> 71 %

una relación 1,5:1, más acusada a mayor edad. Es me- ,9

nos frecuente en las razas negra y china. ,8 94 - 96 --> 69 %

El concepto de tumor de Ewing como una entidad ,7


diagnóstica e histogenéticamente distinta se debe a la 91 - 93 --> 65 %
,6
presencia de una alteración cromosómica especifica, t
(11; 22), resultante de la formación de un gen quiméri- ,5
88 - 90 --> 66 %
co por la fusión del gen EWS y el gen FLI1; esta traslo- ,4

cación está presente en el 90% de los tumores. Se han ,3


84 - 87 --> 51 %
descrito tres variantes de la misma familia de genes: la t
,2
Supervivencia

(21; 22), con los genes EWS-ERG, la t (7; 22) y la t (17; 29


22). Actualmente no se admite el diagnóstico de esta ,1 80 - 83 --> 58 %

tumoración si no se detecta antes la presencia de alguno 0,0


0 365 730 1095 1460 1825
de los transcritos en el tejido tumoral, mediante técni-
cas de biología molecular (FISH, PCR, etc.)11. Tiempo de supervivencia en días

Las localizaciones anatómicas más frecuentes son Figura 8. RNTI-SEOP. Sarcoma de Ewing. Supervivencia a 5 años por cohortes
de años de diagnóstico. Periodo 1980-1999
los huesos largos y la pelvis. Dentro de los huesos lar-
gos, aparece con mayor frecuencia, y por este orden, en
el fémur (metáfisis distal y diáfisis), la tibia y el húmero.
Otros huesos planos en los que puede presentarse son El tratamiento quirúrgico debe ser individualiza-
las costillas, la escápula, las vértebras, los huesos del pie do. Se debe intentar obtener la escisión en bloque del
y los huesos craneales. tumor, tanto en las localizaciones distales como en las
El síntoma de comienzo más frecuente es el dolor, centrales (pélvica, etc.), puesto que la cirugía radical o
generalmente acompañado de tumefacción. El 20% de amplia, con o sin radioterapia, se ha mostrado más efi-
los pacientes presentan fiebre en la fase inicial. caz que la radioterapia sola en el control local de la en-
Los factores pronósticos de mayor importancia fermedad; el método quirúrgico debe llevarse a cabo
son: la localización anatómica, el volumen tumoral, la siempre tras la quimioterapia inicial.
presencia de metástasis a diagnóstico, la respuesta al La radioterapia se utiliza en el control local tras la
tratamiento quimioterápico y el grado de respuesta his- cirugía, o sustituyendo a ésta en los casos considerados
tológica a la quimioterapia. Una necrosis tumoral supe- inoperables debido a su localización.
rior al 90% en la pieza de resección quirúrgica compor- La megaterapia con rescate hematopoyético se uti-
ta un excelente pronóstico. liza como estrategia de tratamiento en los casos de alto
El tratamiento del sarcoma de Ewing incluye la riesgo inicial y en las recaídas, con resultados esperan-
erradicación de la lesión primaria con radioterapia y/o zadores en comparación con los tratamientos conven-
cirugía, junto con quimioterapia multidroga para con- cionales.
trolar la enfermedad metastásica microscópica. La inte- Los pacientes metastáticos a diagnóstico y los que
gración y el esquema de administración de las tres mo- recidivan tras el tratamiento inicial tienen muy mal pro-
dalidades de tratamiento se realizan actualmente inclu- nóstico, con supervivencias inferiores al 10%.
yendo a los pacientes en ensayos clínicos, con una in- La mejora de la supervivencia en el sarcoma de
tensidad de tratamiento adaptada a la localización, ex- Ewing es todavía un reto para los oncólogos infantiles
tensión, respuesta y riesgo de cada grupo de pacientes. (Figura 8).

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

A pesar de todos los esfuerzos, un 40% de los ni- El pronóstico del RMS depende de la edad, la loca-
ños y adolescentes afectados por el sarcoma de Ewing o lización, la histología y la extensión de la enfermedad,
por tumores de la familia Ewing sucumben a su enfer- siendo peor en los lactantes menores de 1 año y en los
medad y requieren tratamiento paliativo. La forma de adolescentes, en comparación con el grupo de edad de
progresión más frecuente que lleva hasta la muerte es la 1 a 9 años13. En las Tablas XVII y XVIII se observan las
diseminación metastásica al pulmón y a otros huesos, tasas de supervivencia a 5 años, nuevamente según los
por lo que el final de estos niños y adolescentes tiene grupos europeo (ACCIS) y americano (SEER); en am-
como síntomas más destacados la insuficiencia respira- bos casos se encuentran entre el 65% y el 70%, aunque
toria y el dolor óseo, a veces de difícil alivio; son pa- por subgrupos se observan claras diferencias. En las
cientes con mala situación basal porque generalmente Figuras 9 y 10 podemos comprobar la supervivencia a 5
han estado sometidos a tratamientos con altas dosis de años de los casos de SPB y rabdomiosarcoma por co-
quimioterapia y radioterapia. La progresión suele ser hortes diagnósticas en nuestro registro nacional (RNTI-
rápida, de varias semanas. SEOP)1, supervivencia que, como vemos, también se
halla en el mismo rango, en torno al 65% y el 70%.
En los últimos 40 años, el pronóstico ha mejorado,
Sarcomas de partes blandas desde el 25% en los años 70 hasta el 70% en los años
90, debido al uso de terapia multimodal y al desarrollo
Los sarcomas de partes blandas (SPB) son un grupo de fármacos citotóxicos efectivos. La mejora en las es-
heterogéneo de neoplasias que se desarrollan a partir de trategias de tratamiento del rabdomiosarcoma ilustra el
las células mesenquimales en cualquier parte del cuer- valor de los grupos cooperativos multiinstitucionales
po. Representan aproximadamente el 8% de todos los para el estudio de grandes series de tumores raros in-
cánceres pediátricos. Casi la mitad de los pacientes con fantiles con heterogeneidad clínica y biológica.
SPB son menores de 5 años cuando son diagnosticados. Hasta hace poco, la importancia clínica de la clasi-
Estas neoplasias se pueden dividir en dos grandes gru- ficación histológica de los SPBNR era limitada. La ma-
pos: rabdomiosarcoma (RMS) y sarcoma de partes blan- yor parte del conocimiento clínico y de la experiencia
das no rabdomiosarcoma (SPBNR). El RMS es el SPB conseguida en el manejo del rabdomiosarcoma se ha
más frecuente, representando entre el 50% y el 60% de aplicado también en el tratamiento de los niños y ado-
los casos. El fibrosarcoma es el más común de los SPB- lescentes con SPBNR, aunque éstos sean diferentes enti-
NR y supone entre el 10% y el 20% de los SPB. En las dades biológicas y con variable quimiosensibilidad.
30 Tablas XV y XVI podemos ver las tasas de incidencia es- El rabdomiosarcoma está entre los tumores sólidos
tandarizadas por edad para los distintos subgrupos de extracraneales más frecuentes en la infancia. Tiene su
SPB, según los dos grandes grupos, el europeo (AC- origen en las células mesenquimales primitivas involu-
CIS)12 y el americano (SEER)2. La localización primaria cradas en el desarrollo del músculo estriado. Puede lo-
depende de la edad y del subtipo histológico. calizarse en cualquier parte del organismo, incluso en

Tabla XV. Número de casos y tasas de incidencia de los sarcomas de partes blandas por grupos
diagnósticos en niños diagnosticados en Europa entre 1988 y 1997 (ACCIS)
Tasas incidencia por millón
Nº Específico por edad ASR M/F
<1 1-4 5-9 10-14 0-14
IX. Sarcoma de partes blandas 3.571 14,5 11,0 7,1 8,0 9,1 1.2
IX. (a) Rabdomiosarcoma 2.071 6,6 8,5 4,4 3,0 5,4 1.4
IX. (b) Fibrosarcoma 459 3,0 0,6 0,8 1,6 1,1 1.0
IX. (d) Otros SPB específicos 812 3,6 1,5 1,3 2,8 2,0 1.0
IX. (e) Otros SPB inespecíficos 223 1,4 0,5 0,4 0,6 0,6 1.2
Nº = número; ASR = tasa estandarizada edad; M/F = relación niños/niñas.

Tabla XVI. Tasas de incidencia ajustadas a edad y edad específicas, 2000-2003 (SEER). Sarcoma de
partes blandas por subgrupo y edad
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
IX. Sarcoma de partes blandas 10,7 12,1 17,5 10,7 7,9 12,2 16,3
IX. (a) Rabdomiosarcoma 5,3 4,9 5,1 8,3 4,4 3,8 3,8
IX. (b) Fibrosarcoma 1,2 1,4 6,0 - - 1,5 1,9
IX. (d) Otros SPB específicos 3,5 4,9 4,8 1,8 2,3 5,7 9,0
IX. (e) Otros SPB inespecíficos 0,8 0,9 - - - 1,3 1,4

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2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

Tabla XVII. Número de casos y supervivencia a 5 aquellos lugares en los cuales el músculo estriado no se
años de los sarcomas de partes blandas por encuentra habitualmente. Las localizaciones primarias
grupo diagnóstico en niños (0-14 años)
diagnosticados en Europa entre 1988 y 1997
más frecuentes son: genitourinarias (24%), paramenín-
(ACCIS) geas (16%), extremidades (19%), órbita (9%), cabeza y
cuello no parameníngeas (10%), y otras localizaciones
Nº S 5 años % 95% IC
(22%). La etiología es desconocida, pero hay factores
IX. S
 arcoma de partes genéticos que pueden jugar un papel importante en el
blandas 3.342 65 63-66
origen del RMS. El RMS es una neoplasia de células
IX. (a) Rabdomiosarcoma 1.962 63 60-65 pequeñas, redondas y azules, que presenta el diagnósti-
IX. (b) Fibrosarcoma 421 82 73-88 co diferencial con el neuroblastoma, los tumores de la
IX. (d) Otros SPB familia Swing y el linfoma. Los subtipos embrionarios y
específicos 761 61 58-65 alveolares de RMS presentan, cada uno de ellos, anoma-
IX. (e) Otros SPB lías genéticas bien diferenciadas. El RMSa se caracteriza
inespecíficos 194 59 51-65 por la pérdida de heterocigosidad en el brazo corto del
Nº = número; IC = intervalo de confianza.
cromosoma 11 (11p15.5), lo cual sugiere la inactiva-
ción de un gen supresor del tumor. La mayoría de los
Tabla XVIII. Supervivencia a cinco años de niños y RMSa presentan traslocaciones cromosómicas recípro-
adolescentes con sarcomas de partes blandas cas t (2; 13) (q35; q14) o t (1;13) (p36; q14); la conse-
por sexo (SEER) cuencia molecular de estas traslocaciones es la genera-
Total Varones Mujeres ción de nuevos genes de fusión PAX3-FKHR y PAX7-
IX. S
 arcomas de partes FKHR, respectivamente.
69,2% 69,5% 70,1%
blandas Este potencial diferente de transformación está
IX (a) Rabdomiosarcoma 61,0% 63,6% 57,3% correlacionado con el comportamiento clínico. La ex-
presión de PAX3-FKHR en RMSa se relaciona con un
tipo de tumor especialmente agresivo.
1,0 97 - 99 --> 71 % Los signos y los síntomas están en relación con la
,9 localización del tumor, con su volumen, con las estruc-
,8 94 - 96 --> 69 % turas vecinas del mismo y con la localización de las
,7
metástasis. Los tumores de extremidades habitualmente
91 - 93 --> 65 %
se presentan como masas sintomáticas. 31
,6
El diagnóstico debe basarse en el estudio histoló-
,5 gico, idealmente mediante una biopsia abierta, con
88 - 90 --> 66 %
,4 material suficiente para realizar estudios genéticos y
,3
moleculares.
84 - 87 --> 51 %
Debe hacerse un diagnóstico completo del tumor
,2
Supervivencia

primario, de su relación con estructuras vecinas, su vo-


,1 80 - 83 --> 58 % lumen y su extensión por contigüidad, y, además, un
0,0 estudio de extensión o estadificación, en busca de afec-
0 365 730 1095 1460 1825
tación ganglionar regional o a distancia y de metástasis.
Tiempo de supervivencia en días
La estadificacion del RMS puede hacerse según el cono-
Figura 9. RNTI-SEOP. Tumores de tejidos blandos. Supervivencia a cinco años cido TNM (tumor, ganglios, metástasis) o —preferible-
por cohortes de años de diagnóstico. Periodo 1980-1999.
mente en los niños— según las categorías del IRS (In-
tergroup Rabdomiosarcoma Study), que distingue:
1,0 97 - 99 --> 66 %

,9 • Grupo I: enfermedad localizada completamente


,8 94 - 96 --> 69 % resecada.
• Grupo II: enfermedad resecada microscópicamen-
,7

91 - 93 --> 64 %
te, con afectación ganglionar resecada o bien con
,6
restos microscópicos tras la resección.
,5 • Grupo III: resección incompleta o afectación gan-
88 - 90 --> 66 %
,4 glionar no resecada.
• Grupo IV: metástasis a distancia.
,3
84 - 87 --> 47 %

El RMS requiere un tratamiento multimodal basa-


Supervivencia

,2

,1 80 - 83 --> 53 % do en cirugía, radioterapia y quimioterapia. El momen-


0,0 to adecuado y la intensidad de cada una de estas moda-
0 365 730 1095 1460 1825
lidades dependerán de los factores pronósticos conoci-
Tiempo de supervivencia en días dos y de los posibles efectos tardíos del tratamiento. El
Figura 10. RNTI-SEOP. Rabdomiosarcoma. Supervivencia a cinco años por
control local es fundamental y puede hacerse con ciru-
cohortes de años de diagnóstico. Periodo 1980-1999. gía y/o radioterapia. Siempre se recomienda una aproxi-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

mación inicial conservadora, basada en la respuesta en el final de su vida. Dependiendo de la localización


inicial a la quimioterapia. Las combinaciones de dife- del tumor primario y del tipo de progresión de éste, en
rentes fármacos han demostrado ser efectivas. Los regí- ocasiones la fase final de estos niños y adolescentes es
menes más utilizados son: prolongada y precisan mucha ayuda, no sólo para los
problemas físicos sino también para los psicológicos,
• VAC: vincristina (VCR), actinomicina (ACTD), ci- espirituales y sociales.
clofosfamida (CFM).
• VACA: VAC más adriamicina (ADR).
• IVA: similar a VAC, pero cambiando ciclofosfami- Neuroblastoma
da por ifosfamida (IFO).
• VAIA: IVA con ADR. El neuroblastoma, típico ejemplo de tumor em-
• EVAIA: VAIA más etopósido (VP-16). brionario de la infancia, sigue siendo en los países desa-
rrollados el tumor sólido maligno más frecuente en ni-
La aproximación multimodal, de acuerdo con dis- ños menores de un año.
tintas estrategias y diferentes regímenes de quimiotera- El neuroblastoma y los cánceres relacionados con
pia, ha sido probada en diversos ensayos clínicos lleva- él, como el ganglioneuroblastoma y el ganglioneuroma,
dos a cabo por grupos que actuaban en cooperación. son tumores embrionarios procedentes del sistema ner-
Los grupos cooperativos más importantes son los estu- vioso simpático (ganglios simpáticos y médula adrenal),
dios SIOP-MMT (Sociedad Internacional de Oncología derivados de la primitiva cresta neural.
Pediátrica, Malignant Mesenchimal Tumors), CWS (gru- Es el tumor sólido de la infancia que presenta
po alemán para el estudio del sarcoma de partes blan- mayor diversidad de comportamientos clínicos; algu-
das) e IRS. En la actualidad, los grupos SIOP y CWS se nos tumores pueden regresar espontáneamente y otros
han unido y se ha puesto en marcha el nuevo grupo son curables con quimioterapia, mientras que hay
EPSSG (European Pediatric Soft Tissue Sarcoma Study otros que son resistentes a la quimioterapia, se com-
Group). Tanto los europeos como los norteamericanos portan muy agresivamente y de forma rápida y pueden
estratifican a los pacientes de la misma manera, agru- diseminarse.
pándolos para el tratamiento según criterios de riesgo Se conoce bastante acerca de la patología y de la
que incluyen el tamaño tumoral, la localización, el esta- genética molecular de este tumor, lo que hace que el
dio, la histología y la edad. pronóstico del neuroblastoma se relacione con distintos
32 La población de mayor riesgo son aquellos pa- factores, no sólo con su extensión cuando es diagnosti-
cientes que en el diagnóstico presentan su enfermedad cado, sino con hallazgos biológicos tales como la histo-
en estado de metástasis. La supervivencia global de los patología, ploidia, amplificación del gen N-Myc, etc.,
pacientes metástasicos no supera el 25%, a pesar de que ayudan a estratificar a los pacientes en distintos
ser tratados con terapias agresivas, habiéndose ensaya- grupos de riesgo para que puedan recibir distintas mo-
do la quimioterapia a altas dosis con rescate hemato- dalidades e intensidades de tratamiento.
poyético.
Los sarcomas de partes blandas no rabdomiosarco-
ma son un grupo heterogéneo de enfermedades malig- Epidemiología e incidencia
nas extraesqueléticas, no epiteliales, que se clasifican
sobre la base de la semejanza que su histología tiene La incidencia del neuroblastoma por año es 10,5
con el tejido adulto al que recuerdan. casos por millón de niños menores de 15 años. No hay
Las bases de estadificación del diagnóstico y del una variación geográfica significativa. Predominan lige-
tratamiento son similares a las del RMS, si bien en los ramente en varones, y el pico de incidencia por edad
SPBNR el tratamiento local es esencial, dado que en mu- está entre 0 y 4 años, con una media de 23 meses. El
chos de ls pacientes la quimiosensibilidad es incierta. 40% de los neuroblastomas se diagnostican por debajo
Los SPBNR presentan mejores resultados en los de 1 año y su incidencia disminuye con la edad, y sólo
niños que en los adultos, sobre todo en algunos tipos el 5% son diagnosticados por encima de los 10 años
histológicos. La quimioterapia todavía no tiene un pa- (Tablas XIX2 y XX14).
pel completamente definido, excepto en algunas histo- Además, los lactantes menores de 1 año de edad
logías concretas. La cirugía y la radioterapia son funda- suelen tener la enfermedad localizada, buen pronóstico
mentales en el control local, y los factores más impor- y factores moleculares favorables, en contraste con los
tantes para el pronóstico son el tamaño del tumor y el tumores que se diagnostican en niños mayores de 1
grado de resección quirúrgica. año, habitualmente metastáticos y con factores biológi-
La quimioterapia de mayor uso es la asociación de cos desfavorables.
ifosfamida y antraciclina. Los japoneses fueron pioneros en el screening de
Un grupo importante de pacientes de diversas este tumor, en lactantes de 3 semanas a 6 meses de
edades afectados de RMS, y en menor medida de SP- edad, por la determinación de metabolitos de las cate-
BRM, no sobreviven a su enfermedad, a pesar de la colaminas en orina (Yamamoto, 1995), pero los hallaz-
aplicación de la mejor terapia conocida hasta el mo- gos iniciales indican un aumento de la incidencia de
mento, y, por tanto, necesitan tratamientos paliativos neuroblastomas localizados y de buen pronóstico en

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2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

lactantes, sin disminuir la incidencia de la enfermedad sentan por encima de 1 año de edad. La correlación
metastásica, de mal pronóstico, que se presenta en ni- entre estadios avanzados y diversos factores biológicos
ños mayores, por lo que este screening no contribuyó a proporciona claves para el mecanismo del comporta-
mejorar la supervivencia del neuroblastoma. miento. La amplificación del oncogén N-MYC, la des-
La etiología del neuroblastoma es desconocida, trucción del cromosoma 1 y el contenido diploide DNA
pero parece probable que se trate al menos de dos enti- condicionan un mal pronóstico.
dades biológicamente distintas, que van desde el esta- Los datos de supervivencia global están representa-
dio 4 S, que puede regresar espontáneamente, hasta las dos en las Tablas XXI y XXII (datos procedentes de SEER2
formas altamente agresivas y metastásicas, que se pre- y del ACCIS14) y en la Figura 11 (datos del RTNI1).

Tabla XIX. Tasas de incidencia ajustadas a edad y edad específicas, 2000-2003. Neuroblastoma y otros
tumores del sistema nervioso periférico por subgrupo y edad (SEER)
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
IV. N
 euroblastoma y otros tumores del sistema
nervioso periférico 9,9 7,6 50,5 19,2 3,4 1,7 -
IV. (a) Neuroblastoma y ganglioneuroblastoma 9,8 7,4 50,3 19,1 3,4 1,6 -

Tabla XX. Tasas de incidencia de neuroblastoma [ICCC IV (a)] por millón en 1988-1997, por grupos de
edades y periodos de 5 años y regiones (Fuente: ACCIS)
Incidencia en todas las
Periodos de Incidencia por grupos de edad
Regiones edades
tiempo
0 1-4 5-9 10-14 Casos Tasa estandarizada
Europa 1988-1992 50,9 18,4 1,0 1,0 1.640 10,9
1993-1997 57,8 19,4 2,6 1,0 1.481 11,6
Islas Británicas 1988-1992 33,6 19,1 3,5 0,8 482 9,8
1993-1997 34,8 15,4 2,4 0,5 261 8,4
33
Este 1988-1992 53,4 19,7 3,9 2,1 190 12,1
1993-1997 64,4 21,4 2,7 1,6 177 12,9
Norte 1988-1992 48,9 15,7 3,2 1,5 123 10,1
1993-1997 33,7 17,8 1,3 1,6 116 9,0
Sur 1988-1992 56,4 16,9 2,4 0,3 71 10,4
1993-1997 82,4 17,7 3,2 0,7 80 13,1
Oeste 1988-1992 65,4 18,5 2,5 1,0 725 11,9
1993-1997 70,6 21,4 2,9 0,9 847 13,3

Tabla XXI. Tasas de supervivencia relativa a cinco años de niños con neuroblastoma y tumores del
sistema nervioso periférico (1996-2002) por sexos y edad (Fuente: SEER)
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO <1 1-4 5-9 10-14 15-19 0-14
IV. Neuroblastoma y otros tumores del sistema nervioso periférico 90,6 59,3 53,1 68,7 71,4 68,8
IV. (a) Neuroblastoma y ganglioneuroblastoma 0,2 2,4 6,8 2,8 8,4 68,8

Tabla XXII. Supervivencia a 5 años de neuroblastoma [ICCC IV (a)] en 1988-1997 por grupos de edades y
regiones. Porcentaje de supervivencia (95% de intervalo de confianza) (Fuente: ACCIS)
Supervivencia para todas las
Región Supervivencia a 5 años por grupos de edad
edades
0 1-4 5-9 10-14 Casos 0-14
Europa 84 47 42 38 3.668 59
Islas Británicas 80 37 34 26 770 49
Este 78 37 31 29 468 47
Norte 81 48 32 36 239 57
Sur 85 46 55 38 354 62
Oeste 87 54 50 51 1.837 67

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

1,0
Clínica
97 - 99 --> 76 %

,9
Varía dependiendo de la localización del tumor
,8 94 - 96 --> 65 %
primario y de si hay metástasis o fenómenos para-
,7 neoplásicos. Se han descrito como presentaciones clási-
,6
91 - 93 --> 64 % cas un niño de entre 3 y 4 años, con irritabilidad, cojera
y equimosis periorbitarias, o el lactante con una enor-
,5
88 - 90 --> 60 % me hepatomegalia que incluso conlleva dificultad respi-
,4 ratoria y nódulos subcutáneos.
,3 Los tumores primarios pueden localizarse donde
84 - 87 --> 51 %
haya estructuras del sistema nervioso simpático. Aproxi-
Supervivencia

,2
madamente, el 25% se localizan en el cuello y el tórax,
,1 80 - 83 --> 47 %
el 70% en el abdomen y el 5% en la pelvis. Es frecuente
0,0
0 365 730 1095 1460 1825
que se presenten como una masa dura que ocasiona
dolor abdominal, e hipertensión si hay compresión de
Tiempo de supervivencia en días
vasos renales; los tumores pélvicos pueden causar estre-
Figura 11. RNTI-SEOP. Neuroblastoma. Supervivencia a cinco años por cohortes ñimiento y trastornos miccionales, y otras veces conlle-
de años de diagnóstico. Periodo 1980-1999.
van una tumoración cervical que puede acompañarse
del síndrome de Horner.
Los tumores torácicos a veces son asintomáticos y
La supervivencia del neuroblastoma está muy en se descubren casualmente en una radiografía. Tanto los
relación con el factor edad y sobre todo con la presencia torácicos como los abdominales y los pélvicos pueden
o no de amplificación del oncogén N-Myc. extenderse hacia el canal medular, comprimiendo las
Según un análisis univariante de 306 pacientes con raíces nerviosas y la médula, con síntomas como radi-
neuroblastoma, incluidos en el protocolo español (N-II-92), culalgia y paraplejia, además de otros intestinales y
en un periodo de seguimiento de 110-120 meses, la super- vesicales.
vivencia global de casos diagnosticados en lactantes meno- Los lugares donde más frecuentemente aparecen
res de un año de edad alcanzó el 87%, frente a la de niños las metástasis son los huesos, los ganglios linfáticos y la
diagnosticados por encima del año, que fue del 55%. médula ósea.
En análisis univariante de la supervivencia global a Las metástasis óseas son dolorosas y producen irri-
34
60 meses, según el estado del oncogén N-myc, es del tabilidad, y la cojera es una manifestación frecuente. La
75% en tumores sin amplificación y del 35% en tumo- infiltración de médula ósea se manifiesta con anemia y
res con amplificación del oncogén N-Myc. posterior trombopenia. Las metástasis retroorbitarias
producen proptosis y equimosis periorbitarias.
Aparecen manifestaciones paraneoplásicas, opso-
Anatomía patológica clonus y ataxia cerebelosa (suele asociarse a tumores de
buen pronóstico). Otras veces, diarrea secretora, asocia-
Los neuroblastomas son muy heterogéneos y están da a la liberación de péptido intestinal vasoactivo
formados principalmente por dos tipos de células: los (VIP).
neuroblastos, que son células embrionarias que pueden
madurar hacia células ganglionares, y las células de
Schwann, que forman el estroma del tumor. Es frecuen- Diagnóstico
te la agrupación de neuroblastos en pseudorrosetas
(pseudorrosetas de Homer Wrigth). Para el diagnóstico de extensión se utilizaba el sis-
Se utiliza actualmente la clasificación anatomopa- tema internacional INSS (Brodeur, 1993) y actualmente
tológica Internacional Neuroblastoma Pathology Classifi- el INRGSS (Internacional Neuroblastoma Risk Group Sta-
cation (INPC), diseñada por patólogos15 de EE.UU. y de ging System), recientemente presentado —38.º Congre-
Europa, y que se basa en: so de SIOP, 2006, Geneva— (Tablas XXIII y XXIV).
Tanto la TAC como la RNM pueden valorar la ex-
1) El grado de diferenciación de los neuroblastos. tensión del tumor primario, la afectación ganglionar y
2) La presencia o ausencia de células de Schwann o también algunas metástasis. La ecografía abdominal, en
de estroma. manos expertas, ofrece muchos datos, fundamental-
3) La presencia o ausencia de nódulos neuroblásticos. mente sobre el retroperitoneo. La RMN es una técnica
4) Un índice de agresividad del tumor indicado por el óptima para descartar la extensión intrarraquídea del
índice mitosis cariorexis (MKI). tumor a través de los agujeros de conjunción.
Gammagrafía con MIBG. Es captado por las células
Partiendo de estos hallazgos, se definen los si- del sistema simpático productoras de catecolaminas.
guientes tumores: neuroblastoma (indiferenciado, po- Tiene una especificidad de >98% y sensibilidad >90%.
bremente diferenciado o diferenciado), ganglioneuro- Entre un 5% y un 10% de neuroblastomas, no capta
blastoma (mixto o nodular) y ganglioneuroma. MIBG, y en éstos se recomienda hacer Tc99.

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2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

Tabla XXIII. The International Neuroblastoma Risk tico. El estudio biológico del tumor es básico para esta-
Group Staging System (INRGSS) blecer el protocolo adecuado de tratamiento.
Estadio L1: T
 umor loco-regional que no afecta a Los estadios 1 y 2 deberían extirparse sin secuelas
estructuras vitales como se definen en la y no llevan después ni quimio ni radioterapia, aun en el
lista de Factores de Riesgo Definidos por
caso de enfermedad residual. El LNESG (Grupo Euro-
Imagen.
peo para el Estudio del Neuroblastoma Localizado) re-
Estadio L2: T
 umor loco-regional con presencia de uno o
comienda una nueva resección quirúrgica en caso de
más Factores de Riesgo Definidos por
Imagen. recaída del tumor localizado. Los neuroblastomas en el
estadio 3 se clasifican ahora según tengan o no amplifi-
Estadio M: Enfermedad metastásica a distancia
(excepto Estadio Ms).
cado el N-Myc, y sólo aquellos en los que se observa
amplificación del N-Myc y/o delección del 1p serán
Estadio Ms: E
 nfermedad metastásica limitada a piel y/o
tratados con quimioterapia intensiva, al igual que los
hígado y/o médula ósea.
pertenecientes al estadio 4.
Los tumores del estadio 4, en niños mayores de 1
año, se tratan con quimioterapia inicial agresiva, segui-
Catecolaminas en orina. Entre el 90% y el 95% de da de resección quirúrgica y consolidación con quimio-
pacientes con neuroblastoma hay una elevación de las terapia mieloablativa (MAT) y soporte hematológico
catecolaminas en la orina y también de sus metabolitos, con progenitores de periférica. Posteriormente, y para
sobre todo de los ácidos homovanílico y vanilmandéli- la enfermedad mínima residual, se utilizan inmunomo-
co. Enolasa (NSE), ferritina y LDH pueden ser útiles. duladores o terapia de diferenciación (ácido 13 cis reti-
Examen de médula ósea. La invasión de médula noico o antiGD2).
ósea es un factor de mal pronóstico y para descartarla es A pesar de que el neuroblastoma es probablemente el
necesario obtener muestras mediante biopsia de crestas tumor pediátrico mejor estudiado desde el punto de vista
iliacas o al menos con dos aspirados en diferentes sitios. molecular y genético, continúa siendo un enorme reto
para los oncólogos pediátricos, y los diagnósticos realiza-
dos en niños mayores de un año, que en su gran mayoría
Bases del tratamiento constituyen pacientes de alto riesgo, obligan a iniciar pau-
tas de poliquimioterapia secuenciada en la inducción, de
En los protocolos actuales, la intensidad y la dura- forma paralela a un soporte hematológico y de profilaxis
ción de tratamiento se establecen sobre la base de los infecciosa, que en muchos casos de mala evolución pasa- 35
grupos de riesgo en que se cataloga a los pacientes, no rán, casi sin transición, a tratamiento paliativo.
sólo por la extensión de su tumor y por la edad de pre- Cuando estos tumores progresan, la invasión por
sentación, sino también por la presencia o la ausencia contigüidad de órganos vecinos y la diseminación con
de factores genéticos y moleculares (amplificación del metástasis óseas, que son frecuentes, producen mucho
N-Myc y delección del 1p), que presentan mal pronós- dolor e irritabilidad.

Tabla XXIV. Factores de Riesgo Definidos por Imagen-IDRF (INRGSS)


Factores de riesgo relacionados con la localización.
Cuello: T
 umor que envuelve la carótida y/o arteria vertebral y/o yugular interna.
Tumor que se extiende a la base del cráneo.
Unión Cervico-torácica: T
 umor que envuelve las raíces del plexo braquial.
Tumor que envuelve la subclavia y/o vertebral y/o carótida.
Tumor que comprime la tráquea.
Tórax: Tumor limitado a aorta y/o ramas principales.
Tumor que comprime la tráquea y/o bronquio principal.
Tumor mediastínico bajo, que infiltra la unión costo-vertebral entre T9 y T12.
Derrame pleural con o sin presencia de células malignas.
Torazo-abdominal: Tumor que envuelve la aorta y/o la cava.
Abdomen/pelvis: Tumor que infiltra la porta.
Tumor que infiltra ramas de la mesentérica superior en la raíz.
Tumor que envuelve el origen del tronco celiaco y/o mesentérica superior.
Tumor que invade uno o ambos pedículos renales.
Tumor que envuelve la aorta y/o la cava.
Tumor que envuelve los vasos iliacos.
Tumor pélvico que cruza la muesca ciática.
Ascitis con o sin presencia de células malignas.
Tumores en palillo de tambor con síntomas de compresión medular: Cualquier localización.
Invasión / infiltración de órganos o estructuras adyacentes: P
 ericardio, diafragma, riñón, hígado, duodeno, páncreas,
mesentérica y otras.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

TERAPÉUTICAS ONCOLÓGICAS CON ner a la aparición de segundas neoplasias en un futuro,


INTENCIÓN PALIATIVA sí está indicada su utilización como tratamiento paliati-
vo o en pacientes con mal pronóstico.

Quimioterapia paliativa Temozolomida. Los compuestos de la imidotetra-


zina (TZC) son agentes alquilantes con actividad antitu-
moral y potencial antimetastásico. El primero fue la
Qué se entiende por quimioterapia dacarbazina, utilizada hoy en el tratamiento de melano-
paliativa e indicaciones mas, sarcomas y linfomas. La temozolomida es un com-
puesto de segunda generación que pertenece al grupo
Se puede definir como aquel tratamiento que se de alquilantes derivados de imidazotetrazina, y es un
indica a pacientes en situación de enfermedad estable o agente metilador del DNA.
progresión de su enfermedad que no responden a qui- A diferencia de la dacarbazina, no requiere activa-
mioterapia de primera línea, y que se administra con ción metabólica, es menos mielosupresor y atraviesa la
intención de mantener una buena calidad de vida el barrera hematoencefálica.
mayor tiempo posible, sabiendo que este tratamiento La temozolomida se administra en pauta de dosis
no curará la enfermedad aunque probablemente retrase oral única diaria, durante 5 días consecutivos y con in-
su evolución. (Hay otra indicación especial, y es que, tervalos de 21-28 días, hasta la recuperación hematoló-
aunque sepamos que poco podremos hacer contra la gica. La dosis diaria es de 215 mg/m2 en pacientes que
irremediable progresión, es muy importante que el pa- no han llevado radioterapia y de 180 mg/m2 en pacien-
ciente no se sienta abandonado a su evolución y perciba tes irradiados o recidivados después de trasplante.
que estamos haciendo algo por él.) Se han demostrado sus efectos positivos en el tra-
tamiento de tumores del SNC, en gliomas de alto y de
bajo grado, en meduloblastomas y en PNET. En un es-
Hasta cuándo puede estar indicada tudio realizado en 52 pacientes pediátricos, todos ellos
con tumores recidivados o refractarios a la quimiotera-
Es difícil de establecer, y se mantendrá dependien- pia, con diagnósticos diversos (neuroblastoma, astroci-
do de la situación y de la evolución de cada paciente. toma anaplásico, PNET, meduloblastoma, sarcoma de
Nunca se llegará al encarnizamiento terapéutico; es de- Ewing, gliomas de tronco, etc.), la temozolamida mos-
36 cir, si se inicia una situación de enfermedad claramente tró su utilidad como quimioterapia de mantenimiento,
progresiva, con falta de control de síntomas o con la y asimismo en el meduloblastoma metastático, en glio-
aparición de otros nuevos, no tiene sentido continuar. mas de tronco, en el astrocitoma y en el neuroblastoma
de alto riesgo17.

Fármacos comúnmente utilizados y


pautas de administración Otros fármacos y tratamientos
combinados
Etopósido o VP-16. Es un inhibidor de la topoiso-
merasa II que forma parte de muchos protocolos de Ciclofosfamida + topotecán. En la actualidad
tratamiento de tumores pediátricos. Ha demostrado también se están ensayando terapias combinadas (ensa-
también que, administrado a dosis bajas y de forma yos en fase I y II) de ciclofosfamida a dosis de 50 mg/
crónica, se muestra activo en algunos tumores recu- m2/día, con topotecán a 0,8 mg/m2/día, administrado
rrentes. La actividad del etopósido es dependiente de la 12 horas después en pautas de 14 días consecutivos, en
pauta de administración, pero la forma óptima de ad- pacientes ya tratados que padecen tumores sólidos re-
ministración no ha sido determinada. currentes, siendo una pauta bien tolerada y que conlle-
Se utiliza como quimioterapia paliativa por vía va una toxicidad hematológica aceptable18.
oral, a dosis de 50 mg/m2 por día, bien en ciclos de 21
días en dosis única diaria., con intervalos libres de 7 Vinorelbina y vinorelbina + ciclofosfamida. La
días, o bien durante 10 días consecutivos, con descan- vinorelbina (navelbina) es un alcaloide de la vinca que
sos de una semana. también se absorbe por vía oral, con actividad antitu-
Como quimioterapia paliativa en pediatría, puede moral, y además es menos neurotóxica que los otros
ser eficaz principalmente en sarcomas (sarcoma de alcaloides. Puede administrarse por vía endovenosa u
Ewing, osteosarcoma, rabdomiosarcoma, etc.) y en tu- oral. Por vía endovenosa se administra semanalmente a
mores del SNC (PNET, meduloblastoma, ependimo- dosis entre 25 y 30 mg/m2.
ma), consiguiendo la estabilización de la enfermedad En un estudio realizado en Milán en niños con
incluso durante meses16. sarcomas avanzados y previamente tratados, se admi-
Su administración por vía oral resulta cómoda, es nistró ev los días 1 y 8 en ciclos de 21 días, observándo-
bien tolerada y no necesita hospitalización, no tiene se respuestas parciales, con una duración media de
toxicidad aguda y presenta una toxicidad hematológica unos 10 meses en la mitad de los pacientes afectos de
aceptable. Aunque es conocido su riesgo de predispo- rabdomiosarcoma.

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2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

Posteriormente, estos autores desarrollaron un es- completa en el 42% y parcial en el 37%; en el c), mejo-
tudio combinando vinorelbina (a dosis de 25 mg/m2 los raron neurológicamente 4 de los 5 niños, y en el d), 2
días 1, 8 y 15, con ciclofosfamida oral a bajas dosis, 25 niños mejoraron y 1 progresó.
mg/m2/día, durante 28 días, con toxicidad hematológi-
ca de neutropenia grado = 0 > 3), sin toxicidades agu-
das importantes, alcanzando respuestas favorables (de Isótopos
18 pacientes, 1 remisión completa y 6 parciales). Con-
cluyen que la vinorelbina, en combinación con la ciclo- En situaciones muy concretas puede utilizarse la
fosfamida, posee actividad en sarcomas recurrentes19. MIBG con I123 ó I131, de forma paliativa, para dismi-
nuir el dolor de las metástasis óseas del neuroblastoma.
También se ha utilizado el samario para las metás-
Radioterapia paliativa tasis óseas del osteosarcoma.

La radioterapia paliativa logra el efecto terapéutico


al disminuir la masa tumoral en el espacio anatómico
seleccionado para la irradiación. Son programas de irra- NECESIDADES DEL NIÑO Y DE SU
diación cortos, en zonas sintomáticas y generalmente FAMILIA ANTE LA SITUACIÓN
poco extensas. El cáncer terminal asocia desestructura- TERMINAL
ción tisular importante con dolor, ulceración, hemorra-
gias, deformidades y destrucción anatómica. La radiote- La muerte de un niño tiene un significado profun-
rapia de la enfermedad local progresiva puede controlar do en todas las culturas a través de los tiempos. Sea la
estos síntomas. Algunas situaciones de urgencia, como imagen de Abrahám contemplando la perspectiva de la
el síndrome de cava superior o la compresión medular, muerte de Isaac o la foto en un periódico de una madre
pueden beneficiarse del tratamiento radioterápico. Por meciendo en sus brazos a su hijo muerto tras cualquier
último, las metástasis óseas pueden beneficiarse asimis- catástrofe. El hecho que permanece es que la muerte de
mo de dicho tratamiento. La principal limitación la un niño es una aberración de la naturaleza; rescatar a
constituye la toxicidad medular. un niño de la muerte es un triunfo. En muchas culturas,
Puede resultar útil en el tratamiento de las metás- los niños representan la esperanza de futuro, la posibili-
tasis óseas de tumores recidivados y con metástasis, y dad de cambio, crecimiento, renovación, vida mejor,
también en este caso su principal limitación es la toxici- etc. La muerte de un niño se percibe como una pérdida 37
dad medular. no sólo para una familia individual sino también para la
Escasos son los estudios que hablan de la radiote- sociedad, como una promesa nunca cumplida, una es-
rapia utilizada para paliar los síntomas en el sarcoma de peranza negada. En realidad, cuando un niño muere,
Ewing20 metastático. Y puesto que los pacientes que no sólo lo lloramos a él, también lamentamos un trozo
sufren ese tumor sobreviven en una media de un año de nuestra propia inmortalidad que él llevaba.
tras el diagnóstico de las metástasis, la mejora de sus Es muy importante que este hecho, posiblemente
síntomas, sin un tratamiento prolongado, puede ser el más importante en la historia de una familia, sea tra-
una buena opción. tado humanamente, sensiblemente, con la mayor consi-
Algún estudio valora la radioterapia externa como deración para el bienestar físico y psicológico del niño
medio para paliar los efectos de la enfermedad metastá- que muere y para la resolución de las necesidades de los
sica del neuroblastoma21; así se comprobó en la muestra padres, hermanos, el resto de familiares, la comunidad
realizada por el Departamento de Radiología de la Uni- y los sanitarios que lo atienden.
versidad de Iowa, con 29 niños con metástasis de neuro- El concepto adulto o maduro de la muerte la reco-
blastoma en 53 localizaciones, divididos en 4 grupos: noce como algo universal, que ocurre a todo el mundo;
irreversible, imposible de cambiar, y permanente, para
a) Metástasis en partes blandas. siempre. Para alcanzar este entendimiento de la muer-
b) Metástasis óseas. te, el niño debe comprender temas conceptuales como
c) Metástasis cerebrales. el tiempo (hoy, ayer, mañana), cómo funciona el cuer-
d) Metástasis hepáticas. po y cómo la muerte afecta al cuerpo. Los niños alcan-
zan un concepto maduro de la muerte a través de un
Administrando dosis medias de radioterapia 2000, proceso más dependiente del desarrollo que de la edad
2000, 2400 y 450, respectivamente, analizaron la res- cronológica.
puesta, valorando criterios como la disminución de En general, hasta los 5 años, los niños ven la muer-
masa o el alivio del dolor, y obtuvieron resultados favo- te como separación y falta de movilidad, algo temporal,
rables parciales en todos los grupos, concluyendo que reversible, que ocurre sólo a los demás, provocada por
la radioterapia es un tratamiento efectivo para el alivio causas externas y posiblemente como respuesta a accio-
de los síntomas del neuroblastoma metastático. En el nes o pensamientos previos. Es frecuente oír a herma-
grupo a) hubo una respuesta parcial en el 73% de los nos de un niño fallecido que esto ha ocurrido por algo
casos, con una duración de la misma en el 90% de los que ellos hicieron o desearon. De los 5 a los 9 años se
pacientes hasta la muerte; en el grupo b), respuesta entienden las limitaciones físicas de la muerte y se la ve

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

como irreversible y permanente, pero selectiva; sólo los cialistas no hay tiempo dedicado específicamente al
mayores mueren. A partir de los 9 o 10 años se alcanza adiestramiento para la comunicación de malas noticias.
el concepto maduro de la muerte, pero se actúa desde la Se considera a los profesionales de la oncología como
premisa de que la muerte propia es poco probable. algunos de los más idóneos para hablar de los cuidados
Saber el concepto de muerte que tiene un niño re- del fin de la vida y de la muerte, debido a la frecuencia
quiere hacer una valoración individual, ya que una va- con que se enfrentan a ésta. Sin embargo, en el año
riedad de elementos tales como la cultura, el deseo pa- 1998 se llevó a cabo en EE.UU. una investigación22 so-
terno de hablar de la muerte y las experiencias persona- bre la formación de los oncólogos infantiles, no sólo
les pueden facilitar o impedir que este concepto se de- desde el punto de vista científico sino también en habi-
sarrolle. Comparado con tiempos pasados, parece que lidades de comunicación y cuidados. La mayoría de es-
los niños de esta sociedad moderna están relativamente tos profesionales respondieron que el método utilizado
aislados de las experiencias directas de muerte, porque para aprender sobre los cuidados del fin de la vida ha-
la esperanza de vida se ha alargado, cuando fallecen los bía sido el de “ensayo-error”, y sólo el 10% había reali-
abuelos ya no hay niños en la familia, las familias están zado un curso formal sobre cuidados finales. El apren-
geográficamente dispersas, el contacto familiar es me- dizaje desestructurado y no guiado a través de la expe-
nor y el cuidado de los mayores se realiza fuera del ho- riencia pone a los niños y a sus familias en riesgo de
gar. Para muchos niños, su contacto con la muerte se sufrimiento prevenible.
realiza a través de los medios de comunicación, pelícu- Hablar directamente con el niño moribundo es
las y videojuegos. Las mascotas u otros animales pue- extremadamente difícil para los padres, ya que muchos
den ser una fuente común de experiencias de muerte, de ellos están demasiado afectados, o este papel les so-
pero también en este caso muchos padres les ocultan brepasa o tienen otras prioridades. Debe ser tarea de los
esa muerte con mentiras (les dicen que se lo han lleva- profesionales el guiarles en esta tema, facilitar el qué,
do, etc.). cómo, cuándo y dónde. Sin embargo, las familias que
En el terreno de las experiencias personales, los han sido capaces de hablar abiertamente con su hijo
niños afectados por una enfermedad con compromiso aprecian esta experiencia como pocas. La comunicación
de muerte pueden adquirir un concepto más maduro no verbal es muy importante; las palabras, siendo im-
de la muerte mucho antes que sus coetáneos sanos, co- portantes, nunca lo son tanto como los sentimientos
mo resultado de la experiencia de su enfermedad y sus mostrados al niño.
tratamientos. En ocasiones, también estas experiencias La comunicación, a través de las diferentes edades,
38 pueden tener el efecto contrario, sobre todo en adoles- niveles de desarrollo y capacidades de toma de decisio-
centes, por falta de responsabilidades (sobreprotección nes, es una habilidad compleja que debe adquirirse y
paterna), por los efectos del rechazo social (baja autoes- mantenerse con esfuerzo. Los niños tienen derecho a
tima debida a la falta de aceptación de sus compañeros) ser tratados como personas en desarrollo; como perso-
o por aislamiento social (dificultades para la participa- nas con capacidad para la racionalidad, la autonomía y
ción en actividades sociales, deportivas e intelectuales). la participación en la toma de decisiones sobre sus cui-
Actualmente no se habla de la muerte en las fami- dados de salud. A cualquier edad, sin embargo, puede
lias, es un tema que se evita, por dos motivos: en pri- que no posean ninguna capacidad para ello, o que ten-
mer lugar porque provoca ansiedad en los adultos gan alguna, o quizá ya hayan adquirido todas las capa-
mantener esta conversación con los niños y en segundo cidades necesarias para participar en sus cuidados. Así
lugar porque se asume que los niños son desconocedo- pues, los niños y los adolescentes deben tener la opor-
res de la muerte, no están interesados en ella y, sobre tunidad de:
todo, no están expuestos a ella, fundamentalmente de-
bido a las mejoras en el tratamiento de las enfermeda- • Conocer su condición médica.
des y al avance de las técnicas médicas. • Saber lo que les depara el futuro.
Para hablar de la muerte con un niño de una mane- • Conversar con claridad acerca de sus sentimientos
ra confortable, los adultos deben ser conocedores de sus y preocupaciones.
propias creencias y motivaciones, pues es esencial con- • Conocer las posibles elecciones que puedan hacer.
frontar los sentimientos que afloran cuando estás con el • Contribuir a decidir acerca de sus cuidados en la
que va a morir. ¿Qué significado tiene la muerte? Es un medida que puedan.
fracaso o es la aceptación de las limitaciones médicas.
Los sanitarios manifiestan ansiedad ante la conver- Excluir a los niños —en particular, a los adoles-
sación que han de mantener con los niños y sus padres centes— de las conversaciones acerca del diagnóstico,
sobre una muerte inminente. La ansiedad y el temor el pronóstico y las estrategias de tratamiento, puede
pueden interferir con una valoración profunda del esta- aislar a estos pacientes emocionalmente e impedir a los
do emocional y espiritual del niño, así como de la eva- padres y a los clínicos apreciar los valores objetivos y la
luación de las circunstancias del niño y de su familia. experiencia de su enfermedad y de su tratamiento.
Una evaluación incorrecta puede comprometer, a su Cuando está claro que un niño va a fallecer, la ma-
vez, los esfuerzos oportunos para identificar y aliviar el yoría de los adultos se preguntan cómo responder a la
dolor físico y emocional. En las facultades de Medicina cuestión: “¿Me voy a morir?”. En realidad, los niños y
y Enfermería, durante los años de formación de espe- los adolescentes preguntan esto muy raramente.

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2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

Para responder, el profesional debe valorar el con- lias, se encontró que 6 (19%) hablaron entre ellos con
texto en el cual se ha formulado la pregunta. Un niño claridad sobre la proximidad de la muerte; 7 niños
puede preguntar si se va a morir porque tiene un dolor (23%) lo sabían, pero prefirieron no hablar de ello; 2
no controlado o porque observa un cambio en la acti- familias (6%) impidieron la conversación con el niño; 9
tud de sus padres o del personal que lo atiende; en ge- niños (29%) murieron desconociendo la cercanía de su
neral, cuando se conoce que a un niño le queda poca muerte, y 7 familias (23%) desconocían lo que los ni-
vida se tiende a tener un trato más compasivo con él, ños pensaban. Entre los clínicos, 22 abogaron por una
circunstancia que no le pasa inadvertida. Las palabras y abierta aproximación a los niños, pero sólo el 45% re-
las formas de un profesional pueden no servir a otro; el conocieron haberlo hecho.
niño, generalmente, se dirige a uno en concreto porque Personalmente creo que los niños, cuando su esta-
le gusta más su forma de expresarse. Al responder, es do físico se deteriora y, por la experiencia de su enfer-
esencial evitar respuestas triviales o inoportunas —por medad y de los tratamientos recibidos, ve cómo éstos
ejemplo, la respuesta “todos nos moriremos algún día” cambian desde una actitud centrada en la curación de
no contesta a la ansiedad del que hace la pregunta— y, su mal a una actitud orientada a paliar sus efectos, en-
sobre todo, hay que realzar el plan de cuidados que se tonces son conscientes de su posible muerte, si bien
va a tener con él y con su familia. pocas veces lo verbalizan, manifestándose tristes, aisla-
El error más frecuentemente cometido por los dos y silenciosos, en general protegiendo a sus padres
adultos es responder a las preguntas de una forma di- de su conciencia de la muerte. En estos momentos hay
recta e inmediata, sin asegurarse de qué está preguntan- que buscar la manera de conseguir que el niño nos diga
do en realidad, y dar más información de la que el niño por qué ha cambiado su actitud y nos manifieste su
desee. Una vez que se inicia la conversación, hay que miedo. Los niños, como los adultos, de la muerte te-
escuchar cuidadosamente para asegurarse de las pre- men, sobre todo, el sufrimiento y la soledad. Poder de-
ocupaciones del niño. Es importante no negar la verdad cirles que les cuidaremos, les acompañaremos y alivia-
de los sentimientos del niño tal como él los percibe. Y remos su sufrimiento, les tranquiliza y disminuye la
también hay que entender, después de haber hablado ansiedad.
de la realidad de la situación, la posibilidad de que el En un terreno menos científico siempre hay anéc-
niño hable de planes próximos, como un viaje, una dotas, incluso de niños pequeños, que claramente pre-
fiesta, etc. vén su muerte cercana mediante sueños o dibujos.
Valorar cómo contestar a un niño requiere destreza Existe un libro escrito por Bluebond-Langner23, titula-
y juicio. La observación del comportamiento del niño do Los mundos privados de los niños moribundos, en el que 39
da claves claras. Si está ansioso, encerrado en sí mismo describen varias de estas manifestaciones. Un niño de
o sobreactuando, puede estar pidiendo una comunica- cinco años, acostado incómodo sobre su espalda, es
ción más clara. Algunos se comunican claramente, pero preguntado si quiere que le den la vuelta y contesta:
de manera indirecta (dibujos, comentarios sobre perso- “No, estoy practicando para mi ataúd”. Otro niño, pre-
najes, escritura, muñecos, juguetes, etc.). guntado sobre qué iba a ser cuando fuese mayor, con-
La mayor preocupación de los padres y del que va testa: “Un fantasma”. En ambos casos está claro que los
a morir es la posibilidad de dolor u otros síntomas de niños sienten su muerte próxima.
sufrimiento. El objetivo del tratamiento paliativo es evi- Como mensaje final, querría decir que cuando se
tar al paciente el mayor grado posible de malestar, y produce la muerte de un niño/adolescente debemos
mantenerle y lo más alerta posible, ya que sólo en un procurar:
estado libre de dolor el niño puede desarrollarse social
y mentalmente y disfrutar del tiempo que le quede, por • Que el niño no muera solo.
corto que sea, con su familia y sus amigos. • Dar tiempo a que la familia esté sola con el cuerpo
Con estas pinceladas sobre lo que debe de ser la del fallecido.
comunicación con el niño y la familia quiero transmitir • Asegurar a la familia que el niño ha aportado algo
el consenso actual entre los pediatras, psicólogos, eticis- al equipo, recordar anécdotas, etc.
tas y legisladores de que los niños y los adolescentes • Evitar comentarios insensibles, recordar que siem-
entienden la muerte, la sienten y deben ser partícipes pre se ha hecho lo mejor.
de la suya propia si así les sobreviene. Sin embargo, en • Recordar las necesidades de los hermanos.
los ambientes hospitalarios en que nosotros nos move-
mos, ni los padres ni los profesionales hacen suya toda-
vía esta doctrina, por lo que, volviendo al inicio de mi
exposición, si al niño no se le hace partícipe de la posi- u u CASOS PRÁCTICOS u u

bilidad de su próxima muerte, éste no pregunta por


ella.
En un estudio llevado a cabo en el departamento Caso número 1
de Hematología y Oncología Pediátrica de un hospital
pediátrico londinense, se investigó si las familias y los Paciente de 16 años que viene a consulta por un
niños que iban a morir conversaron francamente sobre dolor en la rodilla derecha de 3 meses de evolución.
ello. De entre 31 niños mayores de 3 años, y sus fami- Inicialmente mejora con tratamiento antiinflamatorio,

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

pero en las últimas semanas el dolor es más intenso. Se al enfermo de la progresión tumoral a pesar de los repe-
realiza un estudio radiológico, objetivándose una tumo- tidos intentos de tratamiento de rescate.
ración que afecta a epífisis, metáfisis y diáfisis proximal El paciente nos expresa su deseo de no acudir al
de la tibia derecha, por lo que es remitido a la Unidad hospital y se programa tratamiento paliativo con asisten-
de Oncopediatría. En la exploración se observan ya sig- cia domiciliaria, en colaboración con la Unidad de Cui-
nos de inflamación de partes blandas en la zona de la dados Paliativos de adultos. Se mantuvo el contacto tele-
rodilla, sin derrame articular y con claudicación en la fónico con el personal del hospital. La analgesia inicial se
deambulación, siendo normal el resto del examen físico realizó con parches de fentanilo y morfina oral, y en una
por aparatos. Se realiza una biopsia de la lesión, que ocasión de administró una transfusión de concentrado
confirma el diagnóstico de osteosarcoma osteogénico, y de hematíes en el hospital comarcal. Posteriormente esto
un estudio de extensión, que resulta normal. Se inicia el fue insuficiente, por lo que se le administró sedoanalge-
tratamiento quimioterápico preoperatorio según proto- sia con perfusión continua subcutánea, con midazolam y
colo SEOP-95, siendo intervenido quirúrgicamente con morfina en dosis suficientes para garantizar su bienestar.
resección tumoral y reconstrucción con prótesis sobre El paciente es consciente de su situación y es capaz de
aloinjertos. Tras la recuperación de la cirugía se reinicia expresar sus inquietudes y deseos a sus familiares y al
la quimioterapia, finalizando el tratamiento 10 meses personal que lo atiende. Fallece en su domicilio tres me-
después del diagnóstico. Durante este tiempo requiere ses después, acompañado por sus familiares. La familia
múltiples ingresos para la administración de quimiote- comunica la muerte a la unidad y se mantiene contacto
rapia y por presentar complicaciones como mucositis telefónico con ella en las semanas siguientes.
por metotrexate. La evaluación del fin de tratamiento
resulta normal. Presenta complicaciones locales, preci-
sando un recambio protésico y una reintervención por Caso número 2
pseudoartrosis de tibia.
Permanece en remisión completa durante 22 me- Paciente de 2 años, diagnosticado de síndrome de
ses, con buena calidad de vida, realizando actividades Gorlin, que ingresa en la Unidad de Oncopediatría por
que corresponden a un adolescente de su edad. tumoración intracraneal de fosa posterior.
Dos años y medio después del diagnóstico inicial, Como antecedentes, la madre del niño fue diag-
en un control radiológico rutinario se detecta metástasis nosticada de síndrome de Gorlin a los 13 años por pre-
pulmonar aislada, que se interviene quirúrgicamente, sentar el cuadro clínico característico y, al igual que la
40 con resección completa y bordes quirúrgicos libres. Se abuela materna y la tía materna, es portadora de una
administra el tratamiento quimioterápico durante 5 inversión periférica en el cromosoma 9.
meses. El síndrome de Gorlin es una enfermedad autosó-
Cuatro meses después presenta segunda recidiva, mica dominante que se caracteriza clínicamente por
con la aparición de linfadenopatías inguinales infiltra- presentar facies típica, fisura labiopalatina, anomalías
das por osteosarcoma, que se resecan quirúgicamen- esqueléticas, macrocefalia, pits palmoplantares, múlti-
te, con biopsias musculares y óseas en la zona de la ples carcinomas basocelulares y queratoquistes mandi-
rodilla que resultan normales. Posteriormente ingresa bulares. Además, comporta una predisposición a desa-
durante varias semanas por infección del material rrollar una gran variedad de neoplasias malignas, entre
protésico. En este momento ya se informa a la familia ellas el meduloblastoma.
del mal pronóstico del caso y el paciente decide no El caso que nos ocupa ingresó tras el nacimiento
recibir más quimioterapia, dada la resistencia del tu- en el servicio de Neonatología por presentar los antece-
mor a la misma y la aceptable calidad de vida que dentes familiares indicados anteriormente, con fisura
tiene. A los 6 meses reaparecen metástasis gangliona- palatina, pie equino varo izquierdo, macrocefalia, frente
res en la zona inguinal, con masa intraabdominal, y se amplia y estrabismo convergente alternante. En la TAC
plantea a la familia y al paciente la posibilidad de una se observan hallazgos compatibles con hemimegaence-
cirugía más agresiva, practicándose la desarticulación falia. En el cariotipo se detectó inversión pericéntrica
de la extremidad inferior derecha y la resección de la del cromosoma 9.
masa intraabdominal; no se realiza terapia comple- Confirmado el diagnóstico de síndrome de Gorlin,
mentaria alguna. fue intervenido de la fisura labiopalatina y del pie. Pre-
Vuelve a presentar recidiva 8 meses más tarde, con senta un retraso motor leve.
aparición de masa inguinal, con extensión intrapélvica, A los dos años de vida inicia episodios de cefalea,
por lo que es reintervenido. La indicación quirúrgica en vómitos e inestabilidad en la marcha. Se realiza un fon-
este momento puede ser discutida, ya que la posibili- do de ojo, observándose un edema de papila bilateral.
dad de realizar una resección radical es poco probable y En RMN cerebroespinal se evidencia hidrocefalia tri-
no se tienen otras posibilidades terapéuticas comple- ventricular y gran tumoración localizada en hemisferio
mentarias. Se realiza la intervención con una intención cerebeloso izquierdo, con nódulos tumorales en la re-
paliativa del dolor y para evitar un cuadro obstructivo. gión temporal derecha y diseminación leptomeníngea.
Tras la recuperación quirúrgica, presenta un agudo do- Estos hallazgos y la enfermedad genética de base sugie-
lor abdominal y anemia, objetivándose una masa en la ren con alta probabilidad el diagnóstico de meduloblas-
zona epigástrica y pancreática. Se informa a la familia y toma —PNET— diseminado.

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2. Cuidados paliativos en oncología pediátrica

Es intervenido de urgencia para la colocación de 2. Ries LAG, Harkins D, Krapcho M, Mariotto A, Millar BA, Feuer
válvula y drenaje ventrículo-peritoneal, con el fin de EJ, Clegg L, Eisner MP, et al. SEER Cancer Statistics Review,
1975-2003, National Cancer Institute. Bethesda. http://seer.can-
controlar el cuadro de hipertensión endocraneal cau- cer.gov/csr/1975_2003/.
sante de los síntomas que presentaba el niño. 3. Steliarova-Foucher E, Kaatsch P, Lacour B, Pompe-Kirn V, Eser S,
Ante la imposibilidad de tratamiento quirúrgico, Miranda A, et al. Quality, comparability and methods of analysis
dada la diseminación del tumor, se plantea a la familia of data on childhood cancer in Europe (1978-1997): Report from
la quimioterapia según protocolo ANZCCG Baby brain. the Automated Childhood Information System Project. Eur J
Cancer 2006; 42: 1915-1951.
El planteamiento quimioterápico se realiza con la in- 4. Steliarova-Foucher E, Stiller C, Lacour B, Kaatsch P. International
tención de prolongar la vida, dadas las escasas posibili- Classification of Childhood Cancer. Third Edition. Cancer 2005;
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nado en un lactante, sin utilizar radioterapia. La qui- 5. Corrigan J, Feig S. On behalf of the Section on Hematology/On-
mioterapia es bien tolerada pero no efectiva, y el niño cology, 2003-2004 of the American Academy of Pediatrics. Gui-
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bilidad y somnolencia, que inicialmente se controlan zález Pérez-Yarza E, Amayra Caro I. Los cuidados paliativos: un
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oral, por lo que se le pauta la alimentación mediante vous system tumours incident and survival in Europe (1978-
sonda nasogástrica, que inicialmente tolera bien. Dos 1997): Report from the Automated Childhood Information Sys-
meses después del inicio de la quimioterapia ingresa tem Project. Eur J Cancer 2006; 42: 2064-2080.
por un cuadro de coma de instauración brusca, asocia- 8. Strother D, Pollack IF, Fisher PG, et al. Tumors of the central
nervous system. In Pizzo PA, Poplack DG, editors. Principles and
do a una dificultad respiratoria importante. Se le admi- practice of pediatric oncology. Philadelphia: Lippincott; 2002, p.
nistra un tratamiento antiedema, con mejoría del nivel 751-824.
de conciencia y del trabajo respiratorio, aunque con 9. Stiller CA, Bielack SS, Jundt G, Steliarova-Foucher E. Bone tu-
claro empeoramiento respecto a su situación previa. Se mours in European children and adolescents, 1978-1997. Report
realiza TAC craneal, en el que se objetiva un aumento from the Automated Childhood Information System Project. Eur
J Cancer 2006; 42: 2124-2135.
del tamaño tumoral respecto a las imágenes previas, a 10. Bielack SS, Kempf- Bielack B, Delling G, et al. Prognostic factors
pesar del tratamiento quimioterápico que ha llevado en in high grade osteosarcoma of the extremities and trunk. An
los últimos dos meses. analysis of the 1702 patients treated on the neoadyuvant Coope- 41
Se plantea la situación a la familia y se decide sus- rative Osteosarcoma Study group protocols. J Clin Oncol 2002;
pender la quimioterapia y pasar a un tratamiento palia- 20: 776-790.
11. Dagher R, Pham TA, Sorbara I, et al. Molecular confirmation of
tivo. Se programa su ingreso en el hospital comarcal Ewing sarcoma. J Pediatr Hematol Oncol 2001; 23: 221-4.
más cercano a su domicilio, por tener allí mejor apoyo 12. Pastore G, Peris Bonet R, Carli M, Martínez García C, Sánchez de
familiar. Se mantienen las medidas terapéuticas de sos- Toledo J, Steliarova-Foucher E. Childhood soft tissue sarcomas
tén, con analgesia, fluidoterapia y oxigenoterapia para incidence and survival in european children (1978-1997): Re-
control de los síntomas. Se mantuvo contacto telefónico port from the Automated Childhood Information System Project.
Eur J Cancer 2006; 42: 2136-2149.
con la familia y con el equipo médico de dicho hospital. 13. Joshi D, Anderson JR, Paidas C, et al. Age is an independent
Presenta empeoramiento progresivo y fallece 13 días prognostic factor in rabdomiosarcoma: A report from the soft
después. tissue sarcoma committee of the children´s oncology group. Ped
En este caso se planteó a la familia la posibilidad Blood Cancer 2004; 42: 64-73.
de no llevar a cabo una terapia activa desde el principio 14. Spix C, Pastore G, Sankila R, Stiller C, Steliarova-Foucher E.
Neuroblastoma incidence and survival in european children
y establecer sólo un protocolo de cuidados que incluían (1978-1997): Report from the Automated Childhood Informa-
la colocación de una derivación ventrículo-peritoneal tion System Project. Eur J Cancer 2006; 42: 2081-2091.
para evitar la hipertensión endocraneal y sus síntomas 15. Shimada H, Ambros I, Dehner LP, et al. The International Neuro-
(cefalea y vómitos). La familia decidió iniciar la quimio- blastoma Pathology Classification (The Shimada System). Cancer
terapia de prueba durante dos meses, por si esto le daba 1999; 86: 364-72.
16. Kebudi R, Gorgun O, Ayan I. Oral etoposide for recurrent/pro-
más tiempo y con una buena calidad de vida. En todo gressive sarcomas of childhood. Pediatr Blood Cancer 2004 Apr;
momento hubo buena comunicación y aceptación de 42 (4): 320-4.
las decisiones tomadas tanto por parte de la familia co- 17. Barone G, Maurizi P, Tamburini G, Riccardi R. Role of temozolo-
mo por la del equipo de atención. mide in pediatric brain tumors. Childs Nerv Syst. 2006 Jul; 22
(7): 652-61.
18. Bowers DC, Aquino VM, Leavey PJ, et al. Phase I study of oral
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rrent or refractory solid tumors. Pediatr.Blood Cancer 2004; 42
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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

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42

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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3
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Cuidados paliativos en oncohematología

Natalie Rodríguez Zamora, Violeta Cádiz Dueñas, Chery Palma Torres

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ De todas las enfermedades que pueden limitar la


vida de un niño o niña (ver Tabla I), el cáncer repre-
El estudiante, al final de la lectura de este capítulo, senta una de las patologías más importantes, tanto
podrá: por su frecuencia como por el enorme impacto fami-
u Reconocer las diferencias bio-psicosociales entre la liar y social que su diagnóstico genera. Los avances
patología oncológica del niño y del adulto y sus im- observados en los últimos veinte años en su trata-
plicaciones en la etapa de cuidado paliativo (CP). miento hacen posible afirmar que actualmente el
diagnóstico de cáncer en un niño no sea sinónimo de
u Conocer los síntomas y los signos de las patologías muerte. La tasa de supervivencia global del cáncer
oncológicas más frecuentes que requieren CP y su infantil, considerando todos los tipos de cáncer, es
tratamiento. del 70%-75% a cinco años del diagnóstico, lo que
u Conocer las diferentes modalidades de atención y el genera enormes expectativas en la familia y en el
funcionamiento de los equipos interdisciplinares en equipo médico en relación a la posibilidad de cura-
el CP del niño oncológico. ción de estos pacientes.
u Conocer el papel, las funciones y la utilización de la
enfermería en el paciente oncológico pediátrico en CP. Tabla I. Enfermedades limitantes de la vida en
43
niños (Goldman A., BMJ vol 316; January, 1998)
u Conocer las vías de administración más utilizadas en Grupo Ejemplos
el niño oncológico en CP.
Enfermedades en las que el Cáncer
u Conocer el tratamiento psicosocial del paciente on- tratamiento curativo puede ser
cológico pediátrico y de su familia en CP. posible pero puede fallar
Enfermedades en las que la Fibrosis quística
u Conocer cómo acompañar al niño y a su familia en muerte es prematura pero Infección por VIH
la fase de agonía y de duelo. tratamientos intensivos la
pueden prolongar con buena
calidad de vida
Enfermedades progresivas en Mucopolisacaridosis
las que el tratamiento es Enfermedades
exclusivamente paliativo y neurológicas
Generalidades sobre
puede extenderse durante degenerativas
oncología pediátrica y el varios años Cardiopatías
desarrollo de los cuidados
Condiciones no progresivas Parálisis cerebral
paliativos pero con potenciales grave
complicaciones que pueden Síndrome de Down
En todas las sociedades se espera que los niños llevar a una muerte precoz
sobrevivan a sus padres. Sin embargo, en la mayoría de
los países, incluso en los países desarrollados, a pesar
de los importantes avances de la pediatría, la tasa de Este aumento en el número de niños con cáncer
mortalidad infantil varía entre el 5 y el 8 por 1.000 de que pueden curarse se debe a un conjunto de facto-
los nacidos vivos, y cada año fallecen niños entre 1 y 15 res, entre los que cabe destacar: el conocimiento más
años por traumatismos o violencias, por cáncer y por profundo de la biología y la genética de estas enfer-
otras enfermedades crónicas progresivas. medades, el desarrollo de nuevos esquemas de qui-
Los niños tienen características propias del perío- mioterapia, el uso de protocolos más intensos, el tra-
do evolutivo que están viviendo y las causas de muerte tamiento de las complicaciones infecciosas de forma
son muy diferentes a las de los adultos; por tanto, la más precoz y agresiva, el apoyo de las unidades de
aproximación a los cuidados paliativos en niños tam- cuidados intensivos y el uso de transfusiones de deri-
bién debe ser diferente1, 2. vados sanguíneos más seguros, así como la introduc-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

ción de terapias más complejas, como el trasplante de Un modelo de atención de


progenitores hematopoyéticos en algunas enfermeda- cuidados paliativos en
des oncológicas. oncología pediátrica
Las tasas de supervivencia también dependen de
las condiciones sanitarias y de las políticas de salud pú- El modelo de atención del paciente oncológico
blica que adoptan los distintos países del mundo. La pediátrico en CP puede ser diferente según los distintos
pobreza y el subdesarrollo en que viven ciertas pobla- países. En algunos casos, los equipos de CP son inde-
ciones de niños son factores que juegan en contra de pendientes de los equipos de oncología y atienden a
estos éxitos y que pueden aumentar el número de pa- niños con diversas enfermedades avanzadas, no sólo a
cientes que requieran CP. pacientes oncológicos7, 8, 9.
De todos modos, incluso en aquellos países don- Los equipos de CP oncológico pueden estar a car-
de se dan las condiciones adecuadas antes descritas, go de un oncólogo pediatra, un anestesista o un médico
un porcentaje cercano al 25%-30% de niños con cán- especialista en CP. Lo recomendable es que, cualquiera
cer van a fallecer en algún momento de la evolución que sea su especialidad, se trate de alguien que pueda
de su enfermedad. Aproximadamente un tercio de dirigir las acciones dentro de la unidad de oncología.
ellos fallecen por complicaciones agudas, como infec- También deben participar una enfermera especializada
ciones o toxicidad secundaria al tratamiento oncológi- en oncología pediátrica y CP, un equipo de salud men-
co, y dos tercios evolucionan con una enfermedad tal (psiquiatra, psicólogo y terapeuta ocupacional) y un
progresiva que no responde a los tratamientos habi- químico farmacéutico.
tuales de cirugía, quimioterapia y radioterapia, inclui- En algunos países, el modelo de atención del pa-
dos en los protocolos actuales. En este grupo de pa- ciente pediátrico oncológico consiste en una atención
cientes se concentra la actividad de los equipos de CP continua por parte de un equipo multidisciplinar que
oncológico. participa en el cuidado del niño y de su familia desde el
A diferencia de otras enfermedades pediátricas que diagnóstico y durante el tratamiento activo de la enfer-
también pueden evolucionar de forma progresiva y re- medad, que en muchos casos puede durar varios años,
presentar riesgo vital para el niño, el cáncer, desde el así como también durante su seguimiento, al finalizar el
momento del diagnóstico, enfrenta al paciente, a su fa- tratamiento, y, en caso de enfermedad avanzada, hasta
milia y al equipo médico ante la posibilidad de la muer- su fallecimiento. Esta continuidad permite establecer
te, y ello es debido a los antecedentes que la población una relación más estrecha entre el paciente, su familia y
44 en general mantiene en relación con esta enfermedad y el equipo médico, lo que facilita la atención en situacio-
a la experiencia vivida con algún familiar adulto. La nes de crisis, como es la etapa de CP (Figura 1)3, 8.
posibilidad de que el niño o niña fallezca siempre está
latente, y en la práctica clínica habitualmente se habla
del pronóstico de cada paciente de forma más abierta y
directa que en otras especialidades pediátricas. Esto ha
hecho posible que la organización de equipos de CP en
el seno de las Unidades de Oncología se haya planteado
de forma más temprana y con mayor fuerza que en
otras áreas de la pediatría.
El cuidado paliativo pediátrico oncológico es el cuida-
do total e integral de pacientes cuyas edades pueden
fluctuar entre 0 y 20 años (dependiendo de cuándo se
diagnosticó su patología oncológica de base o de las
Diagnóstico Recaída/Progresión Fallecimiento
políticas sanitarias de cada país), que se enfrentan a una
enfermedad oncológica progresiva y en fase avanzada que Figura 1. Concepto de continuidad del cuidado paliativo en oncología.
no responde al tratamiento curativo. El énfasis de la aten-
ción se pone en el alivio del sufrimiento, en el control
del dolor, en los síntomas asociados y en la promoción En Chile, como en otros países en desarrollo, el
de la mejor calidad de vida para el paciente y para su cáncer es la segunda causa de muerte en niños entre 5 y
familia3. 15 años. Se estiman anualmente 520 casos nuevos de
Frente a estos pacientes en una etapa avanzada de cáncer, y, de éstos, el 85% se tratan en el sistema públi-
su enfermedad, sin posibilidad de curación, el equipo co de salud3.
médico debe asegurar al niño y a su familia que sólo se En 1988, y dependiente del Programa Nacional de
realizará alguna intervención terapéutica si el benefi- Cáncer (PNCA), del Ministerio de Salud de Chile (MIN-
cio que va a producir es mayor que los efectos secun- SAL), se desarrolló el Programa de Cáncer Infantil
darios indeseados. Además, esta atención debe orien- (PINDA); dicho programa cuenta con 13 centros, repar-
tarse hacia el domicilio del paciente, que, de acuerdo tidos a lo largo de todo el país, y funciona en red. Las
con los estudios publicados y según la propia decisión estrategias de diagnóstico, tratamiento y seguimiento
de los niños, es el mejor lugar para lograr los objetivos oportuno, incluidas en los 33 protocolos nacionales del
deseados3, 4, 5, 6. grupo oncológico colaborador del PINDA, han permiti-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


3. Cuidados paliativos en oncohematología

do que los niños con cáncer alcancen una supervivencia El equipo de CP de cada centro coordinó la aten-
global del 75%. Un porcentaje cercano al 30% van a ción de los niños provenientes de otras regiones del
fallecer en algún momento de la evolución de su enfer- país, trató el dolor y otros síntomas de los pacientes en
medad. Este grupo de niños y sus familias eran atendi- el domicilio, en el policlínico de oncología y/o en el hos-
dos por el mismo equipo de oncólogos, pero su aten- pital, y se encargó de la educación para el auto-cuidado
ción no estaba organizada3. y del acompañamiento a la familia durante el duelo.
Desde 1994, y también dependiente del PNCA,
surge el Programa de Alivio del Dolor por Cáncer y Cui-
dados Paliativos (PADyCP) para el paciente adulto con
cáncer. A partir del año 2003, en Chile hemos desarro- Patologías más frecuentes en
llado un programa de atención para los pacientes pediá- el niño oncológico en
tricos con patología oncológica que requieren CP; dicho cuidados paliativos
programa lo realiza un equipo interdisciplinar que está
integrado en el equipo oncológico y actúa en conexión En pediatría, las neoplasias de origen hematológi-
con los 13 centros del PINDA. De este modo, el pacien- co representan el grupo de mayor frecuencia. Como se
te y su familia no son desviados a un equipo médico observa en la Figura 3, de todos los tumores que pue-
desconocido, sino que siguen siendo atendidos por el den afectar a niños de 5 a 15 años, la leucemia aguda
mismo grupo que los conoce desde el diagnóstico. representa el 40%; en segundo lugar aparecen los tu-
En el año 2005, el MINSAL publicó unas directri- mores del sistema nervioso central, con una frecuencia
ces, desarrolladas por especialistas de diferentes centros del 17%; en tercer lugar, los linfomas (Hodgkin y No-
pediátricos y basadas en documentos de la OMS, que Hodgkin), con el 13%, y el resto está representado por
corresponden al Protocolo de Alivio del Dolor y Cuidado tumores sólidos menos frecuentes, como el hepatoblas-
Paliativo para el Niño con Cáncer, como una guía para la toma (tumor maligno embrionario del hígado), el rab-
atención y el tratamiento del dolor y de otros síntomas domiosarcoma (tumor maligno del tejido muscular es-
en estos pacientes3, 10. triado), el retinoblastoma (tumor maligno de retina), el
Desde el año 2003 al 2006, en los 13 centros on- neuroblastoma (tumor derivado del tejido ganglionar
cológicos pediátricos de nuestro país se ha atendido a simpático o de la glándula suprarrenal), etc.
245 niños en CP, aproximadamente 80 niños al año,
con un leve predominio del sexo masculino y una me-
dia de edad de 8 años (rango: de 8 meses a 22 años). El 45
30% de los pacientes ingresaron en CP por tumores de Tumores en Pediatría
SNC (diferentes tipos histológicos); el 26%, por leuce-
mia aguda (linfoblástica o mieloide), y el 44% restante, 4% 4% 3% 2%
4%
por diferentes tumores sólidos (tumores hepáticos, sar- 6% 40%
comas de partes blandas, tumores óseos, etc.). El pro-
medio de permanencia en CP fue de 60 días (rango: 16 7%
- 135), siendo los pacientes con tumores de SNC los 13%
17%
que permanecieron mayor número de días en control.
El dolor fue el principal síntoma, evaluado por diferen-
Leucemias Tu SNC Linfomas
tes escalas según la edad del paciente. El 52% de los Tu óseos Sarcomas Tu wilms
niños presentaron un dolor de tipo mixto (asociación Retinoblastoma Tu céls germinales Neuroblastoma
de dolor somático, visceral o neuropático); el 58,6% de Misceláneos
los pacientes fueron atendidos de forma ambulatoria
Figura 3. Patologías oncológicas más frecuentes en pediatría.
(domicilio y policlínico de oncología), y la muerte se
produjo en el domicilio en el 75% de los casos en el
último período de observación (junio 2005-junio
Las principales diferencias entre el cáncer del adul-
2006), como se muestra en la Figura 2.
to y el cáncer infantil se pueden resumir de la siguiente
manera:
80
70 1. El cáncer infantil deriva de sistemas (hematopoyé-
75
60 57,8
tico o linfático) y no de órganos (los adultos pade-
52,5
cen cáncer de pulmón, de mama, de colon, etc.).
% pacientes

50 47,5
42,2
40
Domicilio
2. El cáncer infantil es de rápido crecimiento, ya que
Hospital
30 25 se origina en tejidos embrionarios o inmaduros,
20 con una alta capacidad de proliferación, y esto ha-
10 ce que los síntomas y los signos sean muy agudos y
0
N: 80 76 52
de corta evolución, y que, cuando se llega al diag-
nóstico, la enfermedad se encuentre en estadios
Figura 2. Lugar de fallecimiento de niños con patología oncológica en CP. más avanzados.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

3. El cáncer infantil presenta una mejor respuesta lleva a una desregulación en la proliferación celular,
ante la quimioterapia y la radioterapia, lo que está con expansión clonal, y, finalmente, a la leucemia de-
determinado por su capacidad de proliferación tectable clínicamente. Los factores responsables de la
acelerada, y precisamente dicha capacidad hace a inestabilidad genética en las células leucémicas no han
este tumor más sensible a ese tipo de tratamientos sido identificados. Hay factores clásicamente asociados
que los tumores del adulto. a la patogénesis de la leucemia, como la exposición a
radiación ionizante, algunos productos químicos (ben-
Cuando las enfermedades oncológicas se encuen- ceno, pesticidas, etc.) o agentes alquilantes, pero sólo
tran en una etapa avanzada y requieren CP, se compor- excepcionalmente se encuentran como antecedentes
tan del mismo modo que en el momento del diagnósti- en los niños. Del mismo modo, hay condiciones gené-
co. Los síntomas son agudos y, generalmente, se asocian ticas que tienen un mayor riesgo de presentar leuce-
varios signos y síntomas, rápidamente progresivos; por mia, como los gemelos idénticos en los primeros cinco
ello, la atención del paciente oncológico pediátrico en años de vida (si uno presenta la enfermedad, el otro
CP debe ser un tratamiento intensivo de confort. tiene el 20% de riesgo), trisomía 21 o síndrome de Do-
Los síntomas y signos clínicos, así como las indica- wn (1 cada 95), anemia de Fanconi (1 cada 12), sín-
ciones entregadas por el equipo, han de ser controlados drome de Bloom (1 cada 8), agamaglobulinemia con-
y evaluados de forma periódica, incluso varias veces al génita, enfermedad de Kostman, etc. Estos cuadros son
día, y deben realizarse modificaciones frecuentes de muy poco frecuentes, a excepción de la trisomía 21;
acuerdo a la rápida evolución de la enfermedad. Recor- debido a ello, la mayoría de los niños que presentan
demos que, en promedio, los niños permanecen en CP leucemia son sanos previamente.
aproximadamente 60-70 días, y durante este período Las leucemias en pediatría pueden clasificarse en
requieren un estrecho seguimiento. tres grupos, de acuerdo con la evolución natural de la
enfermedad: agudas, crónicas y congénitas. Las leucemias
agudas son las más frecuentes, representan el 97% de
los casos y se manifiestan clínicamente, en pocas sema-
Patologías hemato- nas, con anemia, hemorragias, infecciones, infiltración
oncológicas de órganos hematopoyéticos como el hígado, el bazo y
los ganglios linfáticos, pero en los niños pueden presen-
Revisaremos ahora brevemente los síntomas y los tar también complicaciones del sistema nervioso central
46 signos que presentan los pacientes con patologías he- (meníngeo, de pares craneanos, retina) y de los testícu-
mato-oncológicas más frecuentes que requieren CP en los. Si no se realiza un tratamiento adecuado, los niños
pediatría. fallecen en pocas semanas. Las leucemias crónicas tienen
La leucemia corresponde a una proliferación des- una frecuencia del 3% y en su mayoría son leucemias
controlada y autónoma de células inmaduras que tienen mieloides crónicas, se manifiestan con síntomas y con
su origen en la médula ósea. Estas células inmaduras, o signos menos agresivos que aparecen en algunos meses,
blastos, tienen características especiales que las diferen- y, si se dejan evolucionar de forma espontánea, sin tra-
cian de las células hematológicas normales. Son células tamiento, los niños pueden vivir durante meses o años.
con núcleo más grande, cromatina más laxa y de aspec- Las leucemias congénitas corresponden a aquellas que se
to irregular, de escaso citoplasma. Normalmente pode- diagnostican en las primeras cuatro semanas de vida del
mos encontrar hasta un 5% de dichas células en la mé- niño, en el período de recién nacido; son muy poco
dula ósea, por lo que para plantear el diagnóstico de frecuentes y su pronóstico es muy malo.
leucemia se requiere que exista un 25% o más en el Por su mayor frecuencia e importancia clínica, nos
mielograma (punción ósea que permite obtener una referiremos a las leucemias agudas. Ésta es la neoplasia
muestra de médula ósea para su estudio microscópico). más frecuente de la infancia y a ella corresponden entre
La proliferación de estas células inmaduras produce el 35% y el 40% de los cánceres en la edad pediátrica,
una disminución de las series hematológicas normales: con una incidencia anual de 3 a 4 casos por cada
glóbulos rojos, glóbulos blancos o leucocitos y plaque- 100.000 niños menores de 15 años. Se presenta en to-
tas, y, por tanto, un fallo en la función medular normal. das las edades, con una mayor incidencia de la leuce-
La proliferación se origina en la médula ósea y desde mia linfoblástica aguda entre los 4 y los 6 años. Durante
allí se disemina a la sangre periférica, el bazo, el hígado, la década de los cincuenta era considerada una enfer-
los ganglios y el resto de los tejidos. Se diferencia así de medad mortal y sus expectativas de vida no superaban
los linfomas, que se originan en los ganglios y poste- los pocos meses; sin embargo, a partir de la década de
riormente pueden invadir la médula ósea. los noventa se transformó en una enfermedad curable,
Su etiología es aún desconocida, y, a pesar de los de la que más del 75% de los pacientes se recuperan.
avances en el conocimiento de la genética y de la biolo- Esta espectacular mejoría en su pronóstico se ha con-
gía molecular, no se ha logrado dilucidar la compleja vertido en un ejemplo del desarrollo de la oncología
relación entre los factores genéticos, ambientales e in- pediátrica, lo que se debe a una serie de hechos que ya
munológicos que dan origen a la leucemia. Los hallaz- fueron comentados anteriormente.
gos moleculares recientes indican que se producen Los síntomas y signos más frecuentes pueden
cambios específicos en las células progenitoras, lo que agruparse en cuatro síndromes:

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


3. Cuidados paliativos en oncohematología

• Síndrome anémico. Síndrome tumoral


• Síndrome hemorrágico.
• Síndrome febril. Corresponde a la infiltración por blastos de los di-
• Síndrome tumoral. ferentes órganos. Para el diagnóstico son importantes
las infiltraciones de hígado, bazo, ganglios y gónadas La
magnitud de la hepatomegalia es variable. La consisten-
Síndrome anémico cia es dura, el borde es neto y, generalmente, no es sen-
sible. Los ganglios linfáticos también están afectados,
La proliferación de los blastos en la cavidad medu- aunque no son frecuentes las grandes adenopatías. Al-
lar provoca el desplazamiento del tejido normal y un gunos pacientes presentan ensanchamiento del medias-
trastorno del microambiente medular. Esto produce tino, determinado por presencia de adenopatías o por
una anemia progresiva, no regenerativa; es decir, no se infiltración del timo. En cuanto a la faringe y las amíg-
observan reticulocitos o formas jóvenes de glóbulos ro- dalas, el proceso infiltrativo puede tener caracteres hi-
jos. La palidez de la piel y de las mucosas es progresiva. perplásticos, con formaciones poliposas, o bien ser de
Aparecen posteriormente fatigabilidad, disnea o dificul- tipo necrótico, con presencia de úlceras, hemorragia e
tad respiratoria de esfuerzo, cefalea, irritabilidad o som- infección.
nolencia, taquicardia, soplos e insuficiencia cardiaca
(muy raro).
Afección de otros órganos y
sistemas
Síndrome hemorrágico
En los niños con leucemia aguda podemos encon-
Se produce por la acentuada disminución o des- trar, además, que están afectados otros sistemas y órga-
aparición de las plaquetas y por la destrucción o dismi- nos no hematopoyéticos, como:
nución en la producción de los megacariocitos, que
son las células progenitoras de estas células encargadas
de la coagulación sanguínea. En algunos tipos de leu- Afección osteoarticular
cemia, los blastos contienen productos procoagulantes
y puede desencadenarse una fibrinolisis primaria o Entre el 25% y el 30% de los niños se quejan de
coagulación intravascular. Las hemorragias pueden dolores osteoarticulares en el diagnóstico de la leuce- 47

presentarse en los sitios más diversos. Destacan las he- mia, con escasa respuesta al uso de analgésicos habitua-
morragias de la piel y de las mucosas, en forma de les. El dolor puede estar originado por infiltración leu-
púrpura petequial y equimótica, cuya intensidad varía cémica del periostio, por infarto óseo o por expansión
desde escasas petequias, irregularmente distribuidas, de la cavidad medular debida a las células leucémicas.
hasta extensas hemorragias no asociadas a traumatis- Puede haber afección ósea sin dolor. Existen diversos
mos. La epistaxis es frecuente y, debido a su abundan- tipos de lesiones osteoarticulares: infiltración y eleva-
cia y recurrencia, suele ser el primer síntoma que moti- ción periostal, neoformación de hueso subperióstico,
va la consulta. Otros manifestaciones de la hemorragia bandas transversales metafisiarias radio-lúcidas o radio-
pueden ser: retinal, cerebro-meníngea, digestiva, geni- opacas.
tourinaria y pulmonar, aunque raramente se ven al co-
mienzo de la enfermedad.
Afección del sistema nervioso central

Síndrome febril Se observa en menos del 5% de los pacientes en el


diagnóstico. Puede ser asintomático y aparecer como
La infiltración de la médula ósea produce neutro- un hallazgo en el estudio del líquido cefalorraquídeo, o
penia (disminución de los neutrófilos) periférica, con bien tener síntomas y signos secundarios a hipertensión
cifras habitualmente inferiores a 1.000 granulocitos x endocraneana con vómitos, cefalea, papiledema, o pa-
mm3. Esto condiciona una mayor susceptibilidad a in- rálisis de pares craneanos. También puede presentarse
fecciones y puede asociarse a úlceras bucales. En un como hemorragia o infartos cerebrales secundarios a
tercio de los pacientes, es un cuadro febril de algunos enlentecimiento del flujo sanguíneo en vasos cerebrales
días de evolución, generalmente asociado a otros sínto- por trombos de blastos. La trombopenia y la coagulopa-
mas (tos, odinofagia, dolor abdominal, etc.), lo que tía pueden contribuir a la hemorragia en el sistema
motiva la consulta y la solicitud de análisis. En el hemo- nervioso central. Otros síntomas menos frecuentes vie-
grama se encuentra anemia y/o trombopenia y/o neu- nen dados por la infiltración del parénquima cerebral:
tropenia, por lo que se plantea el diagnóstico de leuce- hemiparesia, ataxia, hipotonía e hiperreflexia. La afec-
mia. Un síndrome febril prolongado, con hemogramas ción de la médula espinal puede manifestarse como
repetidamente normales, es muy poco probable que dolor dorsal y en las extremidades inferiores, con difi-
resulte leucemia. cultad en la marcha.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Afección genitourinaria pericardio. La presencia de derrame pericárdico puede


llevar al tamponamiento cardiaco en los casos más
La afección del testículo se presenta entre el 10% y extremos.
el 20% de los pacientes, generalmente como aumento
de volumen uni o bilateral, no doloroso. El priapismo
en los niños es muy raro y está causado por el trastorno Afección cutánea
de las raíces nerviosas o por infiltración blástica con
obstrucción mecánica de los cuerpos cavernosos y de La infiltración leucémica de la piel se llama leuce-
las venas dorsales. La afección de ovario es muy poco mide; varía desde lesiones nodulares hasta maculopa-
habitual. La infiltración del riñón es muy frecuente, pulosas, de color rojo-violáceo, que se blanquean con la
pero generalmente asintomática, y actualmente se de- presión por estar constituidas en su mayor parte por
tecta la mayoría de las veces por medio de la ecotomo- capilares dilatados. Son asintomáticas. Las manifesta-
grafía. No todo aumento de volumen renal se debe a ciones hemorrágicas de la piel ya fueron descritas ante-
leucemia. Otros procesos que pueden observarse para riormente.
el diagnóstico en estos pacientes son hemorragia e in- El 80% de las leucemias agudas corresponden a
fección. Rara vez puede haber hipertensión arterial, in- leucemias linfoblásticas agudas (LLA) y el 20% a leucemias
suficiencia renal o hematuria. mieloides agudas (LMA). Esta clasificación fundamental
de las leucemias agudas viene dada por la morfología o
el aspecto microscópico de los blastos presentes en la
Afección gastrointestinal médula ósea, los cuales pueden ser de la serie linfática o
de la serie mieloide, respectivamente. Además de esta
La manifestación más corriente es la hemorragia, clasificación morfológica, los blastos pueden catalogar-
que varía desde mínima (hemorragia oculta) hasta he- se desde el punto de vista de los marcadores inmunoló-
morragias masivas. Los factores condicionantes son la gicos de la membrana y el citoplasma (inmunofenoti-
infiltración leucémica de la pared del tracto digestivo, po), de las alteraciones genéticas o cromosómicas pre-
lo que provoca úlceras,y la trombocitopenia. Se puede sentes y de las alteraciones que pueden detectarse a
presentar también una afección amigdaliana ya descrita, través de los métodos de la biología molecular, que
proliferación y tumefacción de las encías, enteropatía complementan el estudio genético. Dentro de las altera-
necrotizante con perforación de la pared intestinal, pe- ciones genéticas que se asocian a un peor pronóstico en
48 ritonitis y sepsis. Además, algunos niños pueden pre- cuanto a supervivencia, están las traslocaciones (4; 11)
sentar abscesos perirrectales y perianales, que se expre- y (9; 22). Cuando estas traslocaciones están presentes
san clínicamente mediante un dolor intenso y fiebre. en los blastos de los pacientes con LLA, la respuesta a la
quimioterapia es peor, se requiere intensificar los trata-
mientos y su supervivencia puede mejorar de un 10% a
Afección pulmonar un 35%-40%, si se realiza trasplante de progenitores
hematopoyéticos. Esta respuesta más pobre a los trata-
La mayoría de las veces se trata de procesos infec- mientos se explica porque dicha alteración genética ha-
ciosos condicionados por la neutropenia. También pue- ce a las células leucémicas más resistentes a los quimio-
de haber hemorragia pulmonar secundaria a la trombo- terápicos.
citopenia. Además de las masas mediastínicas ya descri- Así pues, todos estos estudios han permitido clasi-
tas, puede haber infiltrado leucémico, con diversas imá- ficar las leucemias agudas desde un punto de vista del
genes radiológicas: reticulares difusas, lineales, granula- pronóstico, en relación con la posibilidad de curación y
res. La diferenciación radiológica entre infección, de supervivencia, en riesgo bajo, intermedio y alto. Pe-
hemorragia e infiltración leucémica es muy difícil. ro, además, han permitido planificar estrategias de tra-
tamiento, cada vez más centralizadas en los distintos
grupos de riesgo, intentando intensificar las terapias en
Afección ocular aquellos niños con mayor probabilidad de recaída o
con enfermedades más agresivas y disminuir la toxici-
La hemorragia retinal es lo más común. Se debe a dad de los tratamientos en aquellos niños que pueden
la trombocitopenia y a la ruptura de vasos retinales, recuperarse con terapias menos intensas, disminuyen-
ocasionadas por la infiltración leucémica. El edema pa- do los efectos derivados de la quimioterapia y de la ra-
pilar y las parálisis oculomotoras indican afección me- dioterapia.
níngea. Puede haber exoftalmo, que se debe a infiltra- Aproximadamente el 30% de los pacientes con
ción del tejido retrorbitario. LLA recaen o presentan una enfermedad progresiva que
no responde a los protocolos actuales o al trasplante de
progenitores hematopoyéticos. En el caso de los niños
Afección cardiaca con LMA, este porcentaje puede ser mayor, entre el
40% y el 50%, ya que los resultados obtenidos con qui-
Clínicamente se detecta en menos del 5% de los mioterapia, en este tipo de leucemia, son mucho menos
pacientes, con hemorragia e infiltración leucémica del exitosos que en la LLA.

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3. Cuidados paliativos en oncohematología

Cuando estos pacientes ingresan en CP pueden neumonías, debido a la inmovilidad mantenida o a la


presentar los mismos síntomas que durante el diagnós- incapacidad de una ventilación espontánea adecuada.
tico de la leucemia. Entonces encontramos infiltración También presentan infecciones de la vía urinaria, prin-
de médula ósea por blastos o células leucémicas, lo que cipalmente aquellos pacientes que evolucionan con re-
implica disminución de las series hematológicas nor- tención urinaria o vejiga neurogénica, como una com-
males (glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas); por tan- plicación de la progresión del tumor o debido a la pre-
to, presentan síntomas de anemia, que puede llegar a sencia de tumores localizados en la médula espinal.
ser muy intensa, hemorragias de piel y de mucosas, y Cabe destacar que la hipersecreción bronquial y
mayor predisposición y frecuencia de infecciones (cutá- los ruidos respiratorios altos, debidos a la incapacidad
neas, respiratorias, urinarias, digestivas). de estos pacientes para toser, para deglutir o a una in-
Otras veces, cuando la leucemia progresa, el pa- movilidad prolongada, causan mucha angustia en el
ciente presenta altas cifras de leucocitos en la sangre, lo cuidador y son motivo frecuente de consulta.
que se conoce como hiperleucocitosis. En este caso, los
niños pueden presentar dificultad respiratoria o altera-
ciones del estado de conciencia; ello se debe al enlente- Otros tumores sólidos
cimiento de la circulación sanguínea por la hipervisco-
sidad que produce el aumento exagerado de blastos en Hay una serie de tumores sólidos cuyos síntomas y
la circulación. signos en los niños en CP dependen de su localización.
Además, y debido a la infiltración y a la prolifera- Los tumores abdominales —como hepatoblastoma,
ción de estas células leucémicas en distintos órganos, se neuroblastoma, algunos rabdomiosarcomas y tumores
observa hepatomegalia, esplenomegalia, aumento de de células germinales— generalmente producen dolor
tamaño de los ganglios en diferentes localizaciones y abdominal debido a la distensión del órgano afectado en
dolor óseo difuso. Esta infiltración se asocia al dolor de forma primaria; pueden asociarse a ascitis, obstrucción
tipo somático y visceral, de intensidad variable, y a la de la vías digestiva o urinaria. Estos tumores, además,
disfunción de órganos (fallo renal o hepática). pueden presentar metástasis pulmonar u ósea, lo que se
Habitualmente, los pacientes fallecen por infeccio- manifiesta por la dificultad respiratoria, por infecciones
nes graves y progresivas, por hemorragias graves (prin- respiratorias o por dolores óseos difusos. Algunos pue-
cipalmente, hemorragia intracraneana) y por disfunción den infiltrar la médula ósea con células tumorales, pro-
progresiva de órganos vitales (hígado, riñón). duciendo, como se comenta en las leucemias agudas,
fallo en la producción de células sanguíneas normales, 49
con anemia, disminución de plaquetas y de leucocitos, o
Tumores del sistema nervioso infiltrar ganglios en diferentes localizaciones, que, según
central su tamaño, pueden producir signos de obstrucción de
las vías digestiva, urinaria o vascular.
Dentro de este tipo de tumores, los más frecuentes En el caso de los tumores sólidos de ubicación torá-
en el niño oncológico que requiere CP son: medulo- cica, podemos observar derrame pleural, compresión de
blastoma de fosa posterior, ependimoma de alto grado la vía aérea, dolor por alteración de la pared torácica y,
de malignidad, glioblastoma multiforme y glioma de en casos extremos, “síndrome de vena cava superior”.
tronco cerebral. Otro tipo de tumores que se observan en pediatría
Los niños con este tipo de tumores presentan habi- son los tumores óseos, principalmente el osteosarcoma,
tualmente, al ingresar en CP, síntomas y signos deriva- que afecta con frecuencia a escolares mayores y adoles-
dos de la progresión de su patología de base, y, por otro centes, y habitualmente en las extremidades inferiores,
lado, debidos al efecto de los tratamientos recibidos en la zona alrededor de la rodilla. Estos pacientes, al
(cirugías complejas que generalmente dejan secuelas, ingresar en CP, pueden presentar amputación de alguno
efectos de la quimioterapia y de la radioterapia en altas de sus miembros, con dolor de difícil remedio y metás-
dosis sobre el cerebro y la médula espinal). tasis pulmonares; por tanto, a la hora de cuidarlos debe
En estos pacientes nos vemos enfrentados a: altera- considerarse el tratamiento de la insuficiencia respirato-
ción progresiva de conciencia, cefalea, signos de hiper- ria secundaria a dichas metástasis y/o la presencia de
tensión endocraneana, convulsiones, infecciones de las derrame pleural.
válvulas derivativas ventrículo-peritoneales (utilizadas
para el tratamiento de la hipertensión endocraneana en
la etapa del diagnóstico y del procedimiento activo),
trastornos de deglución (dependiendo de la ubicación Tratamiento de los síntomas y
del tumor primario, principalmente en los casos de tu- signos más frecuentes en
mores de tronco) y complicaciones de las vías aéreas cuidados paliativos en el
artificiales o traqueostomías (utilizadas en el caso de paciente oncológico pediátrico
afección de la vía respiratoria por compresión tumoral
o como secuela de la cirugía del tumor). De todos los síntomas y signos antes especificados
Además, estos niños presentan con mayor frecuen- según cada patología, el dolor es el “síntoma protago-
cia infecciones respiratorias agudas, como bronquitis o nista” en la etapa avanzada de la enfermedad oncológi-

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

100
85
Dolor
70 66
Trastornos alimentarios
Hemorragias
% Pacientes 46
35 Dificultad respiratoria
Fiebre
Convulsiones

Figura 4. Signos y síntomas más frecuentes en CP oncológico.

Estímulo doloroso
Otros síntomas
DOLOR FISICO

Pérdida de: Retraso en el


Posición DOLOR
diagnóstico
social DEPRESIÓN TOTAL RABIA Incomunicación
Rol familiar médica
Trabajo Insomnio
Imagen
corporal
50 Desesperanza ANSIEDAD

Miedo a lo
desconocido
Miedo al hospital
Miedo al dolor
Miedo a la muerte

Concepto de " dolor total " (Saunders y simplificado de Twycross, 1990).

Figura 5. Concepto de Dolor Total.

ca. Se presenta casi en el 100% de los niños, asociado a so de duelo ante la inminencia de la muerte. En el dolor
otros síntomas, y es a lo que los niños y los padres tie- que se presenta en el paciente pediátrico oncológico
nen mayor temor. Sin embargo, no debemos olvidar deben diferenciarse distintos orígenes o causas:
que, además, el paciente puede presentar un número
importante de otros síntomas y signos, que deben ser a) Dolor agudo relacionado con cáncer: causado direc-
valorados de acuerdo a lo que el paciente y/o su familia tamente por el tumor, por la terapia antineoplásica o
manifiesten como más importante o preocupante para por procedimientos diagnósticos o terapéuticos.
ellos (Figura 4). b) Dolor no relacionado con el cáncer: causado por
Por ejemplo, para algunos padres la principal pre- otras patologías.
ocupación puede ser la falta de apetito o la aparición de c) Dolor en etapas avanzadas de cáncer: por progre-
lesiones cutáneas. Por esta razón, el equipo debe eva- sión de la enfermedad oncológica de base.
luar todas las manifestaciones que presente el niño,
dando prioridad a lo que produce más angustia o pre- No toda queja dolorosa en un paciente con cáncer
ocupa más al niño y a sus cuidadores, aunque no parez- es de origen maligno, presentándose fenómenos dolo-
ca importante para el equipo. rosos de tratamiento sencillo que, por considerarse
El dolor por cáncer se podría definir como “un parte del síndrome maligno, no se corrigen, persistien-
dolor agudo de larga duración“”, puesto que existe una do dicho dolor, con sus consecuencias para la calidad
preponderante presencia de dolor de origen orgánico; de la vida del paciente. Por tanto, es importante consi-
pero, a diferencia del agudo, se caracteriza por el proce- derar otras causas no oncológicas de dolor.

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3. Cuidados paliativos en oncohematología

El dolor de origen maligno se acompaña de mu- A) Métodos no farmacológicos en el tratamiento del


chos otros elementos agravantes no orgánicos, que con- dolor y otros síntomas
figuran una conducta compleja del paciente y de su fa-
milia ante este síntoma. Este concepto se engloba en el Deberían ser la primera aproximación en el trata-
término “dolor total”, que se esquematiza en la Figura 5 miento del dolor; se basan en una relación empática
y que ha sido más desarrollado en la atención del pa- con el paciente y con sus padres y en la entrega de in-
ciente adulto, pero que también tiene implicaciones en formación clara y oportuna en cada etapa del trata-
el tratamiento del dolor en el niño con cáncer y en su miento. Se pueden clasificar en:
entorno familiar.
En la literatura describe un número importante de • Cognitivos: distracción (juegos, cuentos, cancio-
escalas que permiten evaluar la intensidad del dolor en nes), imaginería (el niño se concentra en una ima-
los niños. Estas escalas han sido desarrolladas princi- gen que le genera placer) e hipnosis (realizada por
palmente para la evaluación del dolor agudo. Sin em- personal experto).
bargo, son de utilidad en el dolor del paciente oncológi- • De comportamiento: respiración profunda, relajación.
co en CP, con el fin de adoptar las medidas terapéuticas • Físicos: tacto, caricias, aplicación de calor o frío.
más apropiadas para la situación particular de cada uno
de ellos. B) Métodos farmacológicos
En nuestros centros utilizamos diferentes escalas,
de acuerdo con la edad de cada paciente, como se espe- El tratamiento óptimo del dolor incluye el uso de fár-
cifica en las Tablas III, IV, V y VI. macos, siguiendo los cuatro conceptos claves de la OMS:
Una vez que se logra “objetivar” la intensidad del
dolor, por medio de las diferentes escalas, y de todos 1. Utilizar la escala analgésica de la OMS.
aquellos factores que lo puedan estar agravando, deben 2. Administrar los fármacos, principalmente los anal-
plantearse las medidas terapéuticas más adecuadas, las gésicos, “reloj en mano”.
cuales deben ser decididas en coordinación con la fami- 3. Favorecer la vía oral o la vía de administración de
lia. A continuación se detallan los métodos no farmaco- medicamentos que sea menos invasiva para el niño.
lógicos y farmacológicos incluidos en nuestro protoco- 4. Individualizar la terapia.
lo, basado en el Protocolo de la OMS10.

Tabla V. Escala facial del dolor


51
(Wong y Baker, 1988, modif.)
Tabla III. Evaluación del dolor según la edad
0-3 años Comportamiento Escala FLACC
3-5 años Autoevaluación Escala FLACC
5-13 años Autoevaluación Escala Facial
Escala Visual
> 13 años Autoevaluación
Análoga (EVA) Homologación
Escala facial Interpretación
EVA
0 0 Muy feliz, sin dolor
Tabla IV. Escala FLACC (Hospital St. Jude) 1 1-2 Duele sólo un poco
CATEGORIA O 1 2 2 3-4 Duele un poco más
FACE-CARA (F) Normal Muecas Afligida 3 5-6 Duele aún más
LEGS-PIERNAS (L) Relajadas Móviles Flexión 4 7-8 Duele bastante
ACTIVITY-ACTIVIDAD Movimiento Duele tanto como
Normal Quieto 5 9-10
(A) permanente puede imaginar
CRY-LLANTO (C) Sin llanto Gemidos Llanto
CONSOLABILITY No No
Distraíble
CONSOLABILIDAD (C) requiere consolable Tabla VI. Escala visual analógica (EVA)
0_________________________________________________10
Homologación
Interpretación
Escala EVA Escala EVA Interpretación
0 Muy feliz, sin dolor 0 Muy feliz, sin dolor
1-2 Duele sólo un poco 1-2 Duele sólo un poco
3-4 Duele un poco más 3-4 Duele un poco más
5-6 Duele aún más 5-6 Duele aún más
7-8 Duele bastante 7-8 Duele bastante
9-10 Duele tanto como puede imaginar 9-10 Duele tanto como puede imaginar

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Tabla VII. Analgésicos no opioides


FARMACO DOSIS PRECAUCIONES
PARACETAMOL 10-15 mg/kg/dosis vía oral Analgésico. Los recién nacidos y lactantes pequeños pueden
cada 4-6-8 h. Dosis máxima presentar complicaciones con su uso; se recomienda utilizarlo
de 4 gr al día en niños mayores de 6 meses.
No debe ser utilizado en pacientes con insuficiencia hepática o
renal; deficiencia congénita de 6-fosfato-deshidrogenasa o
anemia preexistente.
Junto a ketoprofeno aumenta el daño renal.
IBUPROFENO 10 mg/kg/dosis vía oral cada Es una alternativa adecuada al paracetamol, pero durante
8 h. periodos prolongados puede ocasionar efectos colaterales
hematológicos, gastrointestinales graves, epigastralgias,
pirosis, diarreas, vómitos, cólicos abdominales y aumento
transitorio de transaminasas.
Con ketoprofeno, mayor riesgo de sangrado.
Si el paciente usa digoxina, aumenta el riesgo de intoxicación.
NAPROXENO SÓDICO 5mg/kg/dosis vía oral cada Consideraciones hematológicas similares a las de todos los
8-12 h. AINE; trombocitopenia,  leucopenia, eosinofilia.
En pacientes con historial asmático puede desencadenarse
crisis.
Con ketoprofeno mayor riesgo de sangrado.
KETOPROFENO 1-2 mg/kg/dosis vía oral o Útil en dolor moderado.
endovenosa cada 6-8-12 h en
Contraindicaciones: al igual que otros AINE, ibuprofeno y
niños mayores 50-100 mg/
naproxeno, puede elevar los niveles plasmáticos de
dosis (máximo: 4mg/kg o
metotrexato, con resultados graves.
200 mg/día)

52 De acuerdo con los principios enunciados ante- Estos fármacos producen efectos colaterales, y es-
riormente, los fármacos básicos que deben utilizarse tos efectos no deseados deben ser investigados periódi-
serán los siguientes: camente, ya que el paciente pediátrico puede no referir-
los espontáneamente. Por tanto, el equipo deberá anti-
ciparse ante la aparición de ellos, y, una vez detectados,
Analgésicos no opioides deben controlarse de forma adecuada para que pueda
mantenerse el tratamiento (ver Tabla IX). Si los efectos
Tienen mecanismo de acción periférico. Pueden ser colaterales persisten después de haber tomado las me-
eficaces para aliviar el dolor causado por distensión del didas para su control, debe intentarse el uso de otro
periostio, compresión mecánica de tendones, músculos o medicamento de similar eficacia.
tejido subcutáneo. En general, se utilizan en dolor leve a Cuando un opioide es sustituido por otro, el nue-
moderado. Pueden administrarse solos, o asociados a vo fármaco será aplicado al inicio en el 50% de la dosis
opioides en dolores más intensos. Con estos medicamen- analgésica equivalente. Siempre debe programarse el
tos no se obtiene una analgesia suplementaria utilizando uso de “dosis de rescate” frente a crisis de dolor intercu-
dosis superiores a las recomendadas (ver Tabla VII). rrentes, de acuerdo con el siguiente esquema:

1. Indicar las dosis de rescate equivalentes al 5% -


Analgésicos opioides 10% del total de la dosis calculada para el día.
2. Se pueden administrar cada 1-2 horas, según la
Es ampliamente conocido que los opioides son de intensidad del dolor del paciente (EVA > 3).
gran utilidad en el dolor moderado a intenso por cáncer 3. Si se requieren más de 6 dosis extras en 24 horas,
avanzado. En el caso de los pacientes oncológicos pe- el 50% de la suma de estas dosis se agrega al cálcu-
diátricos en CP, se puede llegar a requerir altas dosis de lo de la dosis total del día siguiente, y así se va
opioides para el tratamiento adecuado del dolor. Los progresando en las dosis siguientes o hasta estabi-
equipos de CP oncológico deben tranquilizar a los pa- lizar el control del dolor.
dres y al resto de los miembros del equipo de salud en
relación con esta situación, para disminuir la angustia
que esto genera debido a los mitos relacionados con el Terapia coadyuvante
uso de estos fármacos. No se debe tener temor a au-
mentar las dosis de estos medicamentos si ello es nece- Los fármacos incluidos en esta categoría pueden
sario (ver Tabla VIII). ayudar a un tratamiento mejor del dolor del paciente

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3. Cuidados paliativos en oncohematología

Tabla VIII. Analgésicos opioies


FÁRMACO DOSIS PRECAUCIONES
CODEÍNA Niños mayores de 6 meses: dosis de Atención en caso de enfermedad hepática y renal grave. 
inicio recomendada:
Es el opioide de El uso prolongado puede inducir los efectos adversos de
elección en caso de 0.5-1.0 mg/kg oral cada 3-4 h. los opioides: náuseas, vómitos, estreñimiento, prurito,
dolor leve o depresión respiratoria, confusión y/o alucinaciones,
Lactantes menores de esta edad:
moderado por mioclonías y somnolencia.
dosis inicial:  1/4 a 1/3  de la
cáncer, que no sea
indicada para niños mayores.
posible controlar con
analgésicos no Pacientes mayores (> 50 kg de peso):
opioides. dosis indicada 30 mg cada 3-4 h. vía
oral.
MORFINA Dosis recomendadas: 0,05-0,1 mg/ A pesar de que su empleo se asocia a la aparición de
kg/dosis cada 2-4 h por vía dependencia física y de tolerancia, el dolor es un síntoma
Opioide potente que
subcutánea o endovenosa. tan importante en el paciente oncológico que su uso no
se reserva para el
debe postergarse.
manejo del dolor En caso de infusión continua:
moderado a intenso 0,03mg/kg/hr y por vía oral 0,15- Su dosificación debe individualizarse en cada paciente, la
por cáncer. 0,3 mg/kg/dosis cada 4 h. dosis apropiada es la que alivia el dolor;  en pacientes
pediátricos esta dosis puede ser varias veces la dosis
Niños mayores (>50 kg): la morfina
máxima permitida. La necesidad de incrementar la dosis
por vía endovenosa o subcutánea es
de morfina puede producir efectos colaterales no
de 5-10 mg cada 3-4 h. en infusión
deseados que deben ser reconocidos y manejados por el
continua 1 mg/h y por vía oral 5-10
equipo médico.
mg. cada 4 h.
El uso de morfina durante más de 7 días puede causar
Dosis en los niños menores de 6
dependencia; la suspensión debe ser gradual (50% de
meses: 1/4 a 1/3 de las indicadas.
reducción de la dosis durante 2 días, seguido del 25% de
reducción cada 2 días hasta que la dosis sea equivalente
a una dosis de 0,6 mg/kg por día en un niño de < 50 kg
o de 30 mg/día en un niño de > 50 kg, sólo entonces
podrá suspenderse).
Los efectos secundarios asociados al uso de morfina (en
menor frecuencia e intensidad con codeína) son: nauseas,
vómitos, estreñimiento, prurito, depresión respiratoria, 53
confusión y/o alucinaciones, mioclonías y somnolencia.
FENTANILO La dosis recomendada para infusión Su uso debe ser monitorizado por la posibilidad de inducir
continua es de 0,5-2 microgramos/ depresión respiratoria, apnea, rigidez muscular.
Es un opioide
kg/hr en el niño < 50 kg y de 25-75
sintético de acción Durante su utilización es conveniente disponer de
microgramos/h en pacientes de >
más corta que la naloxona como  antagonista en caso de ser necesaria
50 kg.
morfina cuando se
Se debe tener presente si el paciente ha recibido
administra en bolo.
barbitúricos, BZD, y cualquier depresor no selectivo del
Puede ser utilizada
SNC: debe disminuirse la dosificación de fentanilo.
en dolor intenso
debido a un
procedimiento o en
infusión continua en
caso de dolor más
permanente.

elevando su ánimo, reduciendo su ansiedad, minimi- a) Radioterapia: hay algunas situaciones en las que el
zando los efectos colaterales de los analgésicos utiliza- equipo de CP debe, de acuerdo con el médico ra-
dos o por efecto analgésico directo. dioterapeuta, plantear el uso de radioterapia con
Estos fármacos pueden no ser indicados en forma fines paliativos. Es el caso de metástasis óseas en la
rutinaria, y su papel en el tratamiento del dolor por columna vertebral u otros huesos, de algunos tu-
cáncer debe basarse en las necesidades de cada niño. El mores sólidos intraabdominales (hígado) o de me-
mantenimiento en el tiempo de este tipo de terapias tástasis ganglionares en zona pélvica.
debe ser evaluado en cada caso (ver Tabla X). b) Procedimientos anestésicos: los bloqueos epidurales,
los bloqueos de plexo, etc., deben ser planteados
según la ubicación del tumor y la intensidad de los
Otras medidas síntomas, considerando siempre el equilibrio entre
los beneficios y los efectos secundarios. Son menos
Existen otras medidas, que se utilizan en los pacien- utilizados que en los pacientes adultos.
tes oncológicos pediátricos en CP, que deben ser conside- c) Transfusiones: en general, la indicación de transfu-
radas en cada caso en particular. Estas terapias son: sión de concentrados de glóbulos rojos (10 cc/kg)

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Tabla IX. Tratamiento de los efectos colaterales al uso de opiodes


Estreñimiento - Dieta rica en fibra
- Domperidona 0,3 mg/kg/dosis cada 8 h vía oral o endovenosa
- Lactulosa 0,5 ml/kg/dosis cada 8-12 hrs. vía oral
Náuseas y/o vómitos - Domperidona 0,3 mg/kg/dosis cada 8 h vía oral o endovenosa
- Ondansetrón 0,15 mg/kg/dosis cada 8 hrs. via oral o endovenosa
- Granisetrón 40 microgramos/kg/dosis cada 24 h vía endovenosa
Prurito - Clorfenamina 0,2-0,4 mg/kg/ día cada 6-8 h via oral o endovenosa
- Cambio de morfina a fentanilo (produce menor liberación de histamina)
Depresión respiratoria Cuando esta complicación se presenta, su manejo debe basarse en el estado de la
enfermedad en ese momento y de las metas del tratamiento en ese paciente en
particular. En caso de depresión leve, medidas simples como estimulación del niño,
suspensión de la siguiente dosis y reducción de las dosis de continuación en un 50%
son suficientes.
Si la depresión es grave, se debe:
•  Mantener vía aérea y venosa permeables.
•  Administrar oxígeno.
• Naloxona 0,1 mg/kg/dosis endovenosa; se puede repetir dosis hasta un máximo
de 2 mg. Debe continuar la monitorización, ya que el efecto del opioide puede
prolongarse y requerir nuevas dosis de naloxona, que tiene una vida media mucho
más corta que la mayoría de los opioides.
Confusión y/o alucinaciones Si la evaluación clínica del paciente determina que estos síntomas son debidos al uso
de opioides, éste debe ser sustituido por otro opioide y se utilizará haloperidol 0,01-
0,1 mg/kg vía oral o endovenosa, con una dosis máxima de 30 mg/día (evaluar la
aparición de síntomas extrapiramidales). No olvidar que el haloperidol interacciona con
el fentanilo y otros depresores del SNC, sinergizando los efectos de la depresión.
Mioclonías - Cambio de opioide.

54
- Clonazepam 0,01 mg/kg/dosis cada 12 h vía oral (máximo: 0,5 mg/dosis).

o de plaquetas (1 unidad cada 10 kg) se relaciona miento tumoral. Pueden utilizarse fármacos como
con el grado de actividad del niño y con la intensi- mercaptopurina, tioguanina, metotrexato, corti-
dad de la anemia o de la trombopenia que padece. coides o etopósido.
No existen indicaciones absolutas de transfusio- En algunos centros oncológicos en que se reali-
nes. Generalmente, en nuestras unidades se acon- zan protocolos de estudio o de investigación en
sejan si el paciente se mantiene en controles ambu- oncología pediátrica, puede darse la situación de
latorios, realizando actividades propias de su edad que, en esta etapa, los padres del paciente o él
(juega, sale con sus padres de paseo, se junta con mismo, si es adolescente, soliciten acceder a tra-
sus amigos o quiere realizar algún viaje), según el tamientos incluidos en estudios farmacológicos
índice de Lansky (Tabla XI). Cuando el estado ge- de fase I o II. Frente a esta alternativa, el oncólo-
neral del niño es peor y ya se encuentra postrado go debe informar con claridad sobre los objetivos
en su domicilio, no indicamos transfusiones, de de dichos estudios y no generar falsas expectati-
acuerdo con los padres, ya que esto incomoda al vas de curación.
niño. Además, añadimos al tratamiento medica-
mentos como el ácido tranexámico (antifibrinolíti-
co) en dosis de 30-50 mg/kg/día, cada 8 horas, por
vía oral, endovenosa o local (taponamiento nasal o El papel del médico en los
directamente en mucosa bucal), así como algunas cuidados paliativos
medidas locales para disminuir las hemorragias del paciente pediátrico
(uso de soluciones frías o compresión). En algunos oncológico
casos, intentamos hacer menos notoria la hemorra-
gia, con el fin de no alarmar al niño, mediante el Como oncóloga pediatra, mi formación estuvo
uso de compresas oscuras. centrada en la curación de mis pacientes y en el conoci-
d) Quimioterapia: en algunos casos se indica el uso de miento de los distintos tratamientos orientados a mejo-
quimioterápicos por vía oral o a través de catéteres rar a la mayor cantidad de niños. Cuando en el año
venosos centrales, en dosis bajas, para lograr la 2003 comenzamos a organizar las unidades de CP,
disminución de los síntomas derivados del creci- siempre me pregunté si no era contradictorio que un

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3. Cuidados paliativos en oncohematología

Tabla X. Terapia coadyuvante


ANTIDEPRESIVOS Son útiles por su efecto antidepresivo y por su acción específica y analgésica en el
dolor neuropático.
Amitriptilina:
0,2-0,5 mg/kg/dosis cada 8 h por vía oral, dosis máxima inicial 25 mg. Se puede
aumentar la dosis en un 25% cada 2-3 días. El efecto máximo se obtiene a las 2
semanas de su uso. Mejora el sueño y el efecto de los opioides. Evaluar la función
cardiaca.
Imipramina:
0,5-1,5 mg/kg/dosis cada 8 h vía oral.
ANTICONVULSIVANTES Son de utilidad en el dolor neuropático, especialmente:
- Carbamazepina: 2 mg/kg cada 12 h vía oral.
- Fenitoína: 2,5-5 mg/kg cada 12 h vía oral.
Si se está usando metotrexato, se potencia la toxicidad de éste y reduce efecto del
clonazepam
- Clonazepam: 0,01 mg/kg/dosis cada 12 h vía oral.
ANSIOLÍTICOS Se preferirá el uso de CLONAZEPAM: 0,01 mg/kg/dosis cada 12 h vía oral.
Baja sedación, buen ansiolítico y sin efectos adversos al suspender.
CORTICOIDES Son útiles por su efecto antiinflamatorio, disminuyen el dolor causado por compresión
nerviosa o medular y disminuyen la presión intracraneana.
- Prednisona: 60 mg/m2/día cada 8 h vía oral.
- Dexametasona: 0,1-0,25 mg/kg/dosis cada 6-8 h vía oral o endovenosa.

Tabla XI. Escala de Lansky


(Grado de autonomía del niño en relación a las actividades cotidianas)
% Descripción
55
100 Plenamente activo.
90 Limitación mínima en actividades físicas extenuantes.
80 Activo, pero se cansa más rápidamente en juegos extenuantes.
70 Juega menos o dedica menos tiempo a juegos activos.
60 Encamado hasta el 50% del día; muy pocos juegos activos con asistencia y supervisión.
50 Precisa considerable asistencia para cualquier juego activo; es capaz de participar en juegos reposados.
40 Pasa la mayor parte del día en la cama; capaz de iniciar actividades reposadas.
30 Frecuentemente dormido; precisa notable ayuda para realizar actividades reposadas.
20 No juega; no se levanta de la cama; participación pasiva (ver T.V., etc.)
10 No responde a estímulos.
0 Exitus.

médico que trabajaba diariamente en la curación de ahí cuando nos necesitan, para escucharles, para brin-
pacientes con enfermedades oncológicas, compartiera darles una mano y para aliviar en lo que podamos el
su ocupación con el CP. El tiempo me ha demostrado dolor y otros síntomas.
que no hay ninguna contradicción. Creo que podemos Recuerdo la primera vez que realicé un control,
hacer mejor nuestro trabajo de oncólogos y pediatras si con nuestro equipo, en el domicilio del paciente. Yo te-
lo hacemos desde la perspectiva del CP. Al involucrar- nía mucha angustia de no cumplir con las expectativas
nos en el CP, estamos utilizando herramientas muy an- de los padres y también mucho temor a enfrentarme a
tiguas, que provienen de los orígenes de la medicina, una situación que no pudiera controlar. La paciente era
como son la mano y la palabra. Estos dos elementos tan una niña de 9 años que tenía un tumor cerebral y que
primitivos, tan simples y tan femeninos (que tiene que permanecía postrada en su cama. Al llegar al domicilio
ver con el sentido más amplio de lo femenino y que no pensé que todos los años de estudio, primero para ser
excluye a lo masculino), son inherentes al trabajo que médico, luego pediatra y luego oncóloga, no lograban
debemos realizar en CP. Los niños y sus familias no es- disminuir la preocupación de no saber qué hacer al en-
peran frases o soluciones mágicas, esperan que estemos trar al dormitorio de esa niña… Mi intuición, lo que

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

había estudiado hasta ese momento, además de la con- 4. Adelantar, poco a poco, las situaciones que pueden
versación con el resto del equipo, me hicieron plantear producirse en el futuro más cercano, sin generar
esa visita médica como cualquier pediatra general ante angustias de más, pero preparando a los cuidadores
la consulta de un niño sano. La examiné de forma com- para lo que va a venir. Esta conversación general-
pleta, sistema por sistema; me senté al lado de su cama; mente la hacemos en otra habitación de la casa o en
enseñamos a sus padres a observar algunas complica- otra oficina del hospital. Además, dependiendo de
ciones de la enfermedad, como la dificultad respirato- la edad del niño, también hablamos a solas con él o
ria, la retención de deposiciones, la retención urinaria, ella, para conocer sus necesidades más íntimas.
etc. 5. Resolver, junto con todo el equipo, aquellas situa-
Los padres hasta ahora están agradecidos y perma- ciones que pueden complicar el cuidado del niño
necen en contacto con nosotros. Lo que ellos necesita- en su casa. Por ejemplo, tramitar permisos para
ban, y su hija también, era que se la tratase como una que el padre pueda ausentarse de su trabajo y per-
niña más, aunque fuera a morir pronto; que nos detu- manecer en el hogar apoyando el cuidado de su
viéramos en los detalles que parecen menos importan- hijo, coordinar la red de voluntariado para ayudar
tes…, qué podía comer, si podía salir al patio o no, si a los padres en el cuidado de los otros hijos, entre-
podía o no estar con sus mascotas… gar informes para los colegios de los hermanos so-
Ese día, y cada vez que cuidamos a nuestros pa- licitando ciertas flexibilidades, etc.
cientes, aprendemos que la atención en CP está llena de 6. Antes de despedirse, reforzar lo bien que están
situaciones que pueden ser complejas, como el trata- trabajando en el cuidado de su hijo y dejar absolu-
miento del dolor y otros síntomas, pero a la vez llena de tamente abierta la próxima visita o control. Esto es
sencillez, de cosas cotidianas, de tocarse, y algunas ve- muy importante como parte de cierre del control.
ces, la mayoría de las veces, no hablar, sino escuchar,
escuchar, escuchar…
A continuación se detallan algunas sugerencias
generales de la atención médica del niño oncológico en La enfermera como miembro
CP, independientemente de la modalidad de atención del equipo de cuidados
(hospitalizada, en domicilio o ambulatoria): paliativos

1. Comenzar preguntando de forma abierta cómo se Desde hace doce años trabajo en oncología infan-
56 ha sentido el niño y el resto de la familia. Esta eva- til, cargando con muchas experiencias de dolor y de
luación debe hacerse no sólo en relación a la situa- sufrimiento, y he acompañado a morir a varios niños.
ción de la enfermedad (síntomas y signos), sino Sin embargo, en mi formación de pre-grado, no recuer-
también considerando la situación de la relación do haber oído hablar sobre el tema de la muerte más
del grupo, el estado de angustia, preocupación, allá de una charla de dos horas. En ella, la profesora,
cansancio. También hay que preguntar sobre las una destacada enfermera especialista en salud mental,
cosas buenas que han ocurrido desde el último dijo: “Cuando tengas un paciente que no puedas curar,
control. debes brindarle apoyo bio-psicosocial…”. Yo quedé con
2. Examinar al paciente de forma completa, sin olvi- una gran sensación de insatisfacción… ¿Y qué es eso?,
dar ningún detalle, pero considerando siempre su ¿qué hago yo en ese momento? No quisiera pasar por
condición general, sus ganas de cooperar y las mo- eso. Luego vino el tiempo de realizar mis prácticas en
lestias que haya referido en la conversación ante- hospitales, acompañé a morir a algunos ancianos aban-
rior. No hay que olvidar que la instancia del exa- donados en las salas de internamiento, pero nunca me
men físico nos permite también educar a los cuida- había enfrentado a la muerte de un niño. Qué temor,
dores sobre algunos hechos que deben conocer qué sensación de pánico fue afrontar el diagnóstico de
para poder atender al niño. Por ejemplo, enseñar a cáncer en un niño y luego asumir que algunos de mis
reconocer la presencia de retención urinaria, reten- pacientes más queridos iban a morir.
ción de deposiciones, hemorragias de mucosa bu- Por la experiencia acumulada en estos años, puedo
cal, aparición de escaras, signos indirectos de dolor decir que cada niño que fallece es una experiencia úni-
como taquicardia o sudoración, etc. ca, una experiencia de aprendizaje en el cuidado del
3. Conversar con el paciente (dependiendo de su niño enfermo y en el aprendizaje de la vida.
edad), con los cuidadores y con el resto del equi- La enfermera puede desarrollar todo su potencial
po, sobre el tratamiento de los síntomas que más en este área. Dentro del equipo de CP se pueden reali-
les preocupan, tratando de utilizar la menor canti- zar labores propias de la enfermería; pero, además de
dad posible de fármacos e insistiendo además en asistente social, psicóloga, terapeuta ocupacional, tele-
los detalles de la vida cotidiana (alimentación, fonista o coordinadora entre el equipo y las redes de
aseo, paseos, posibles actividades, visitas, etc.). apoyo, se pueden desarrollar habilidades comunicacio-
Estas indicaciones deben quedar registradas en nales, escuchar con los oídos, con los ojos, con el alma.
una libreta o documento, con los horarios que Además, como toda persona con sentimientos y emo-
sean más cómodos para el funcionamiento de la ciones, la enfermera que trabaja en CP debe ser capaz
familia. Despejar las dudas que planteen. de demostrar sus sentimientos. Con esto me refiero a

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3. Cuidados paliativos en oncohematología

que si el dolor, la rabia y la impotencia me superan y ciales. En este tiempo también se debe educar a los
siento deseos de llorar, lo hago. No se trata de llorar cuidadores en las técnicas necesarias para la atención
todos los días y a cada rato, pero no anulo mis emocio- del niño en el hogar, y, si es necesario, coordinar una
nes. Los niños saben perfectamente cuándo estoy triste, red de apoyo desde el servicio de salud más cercano al
enojada o contenta, y me preguntan abiertamente qué domicilio.
me pasa. Ellos saben brindar una sonrisa o una caricia y Una vez que la familia y el niño han tomado una
eso nos permite continuar trabajando. decisión, se les da la oportunidad de asistir libremente a
En pediatría, los padres sólo piden que sus hijos control, de acuerdo con el estado de salud del niño. Se
no sufran dolor, que puedan viajar a sus ciudades de les brinda una atención flexible, se atienden sus dudas
origen, que puedan divertirse con sus perros y gatos, y se programan las visitas a domicilio o la atención por
jugar con tierra y comer lo que siempre les fue prohibi- vía telefónica. La atención directa del niño y de su fami-
do mientras estuvieron en tratamiento activo. También lia puede realizarse en el hospital, en consulta ambula-
desean sentirse seguros de contar con una persona que toria o en su domicilio. Estas modalidades de atención
les escuche, acoja y oriente, aunque sea desde la distan- pueden ir variando según las necesidades del niño y de
cia, a través de una línea telefónica. Los padres necesi- la familia y según la evolución de la enfermedad5, 6, 7.
tan una persona que los llame frecuentemente y que les Hospital. Su objetivo es solucionar aquellos sínto-
pregunte cómo están y si necesitan algo, manteniendo mas que no pueden ser tratados en el domicilio, como
el equilibrio, sin acosarlos. Si ellos no llaman, probable- dolor intenso, anemia, hemorragia grave, etc. Debe fa-
mente es que no necesitan ayuda, o tal vez todavía sien- vorecerse la intimidad y la compañía libre y flexible de
ten rabia por el pronóstico de su hijo y no quieren saber la familia. Las normas hospitalarias se acomodan a la
nada de las personas o situaciones que les recuerden el necesidad de cada paciente. Por ejemplo, los tiempos
entorno hospitalario. Entonces se debe evaluar y deci- de aseo, los controles de signos vitales, los horarios o
dir si hay que llamar o darles un tiempo de reflexión e los tipos de alimentos se flexibilizan para interferir lo
intimidad. menos posible en la rutina del niño y de su familia en el
No hay que temer acercarse al enfermo en estado interior del hospital (Figura 6).
avanzado, y menos al niño en esa situación. Ellos son
muy inteligentes y hábiles, necesitan personas que les
brinden acercamiento táctil afectivo, es decir, personas
que les entreguen una caricia, un abrazo, un beso, que
les tomen la mano y que se acerquen, ya sea para salu- 57
darles, para conversar, para jugar o para acompañarles.
Eso también es cuidar.(11)
Todo lo demás son técnicas de enfermería, las que
aprendimos en nuestra formación: instalar sondas, ha-
cer curas de heridas, administrar un medicamento por
vía oral o subcutánea. Todas son técnicas que cualquier
enfermera sabe realizar, pero llevarlas a cabo con una
sonrisa, transmitiendo cariño, y finalizarlas con un beso
en la frente o con un apretón de manos, eso hace la di-
ferencia.

Figura 6.  Equipo de Cuidados Paliativos del Hospital de Niños “Roberto del Río”
Santiago, Chile.
Modalidades de atención en
cuidados paliativos
oncológicos Durante la hospitalización, se intenta reorganizar y
orientar a la familia y ayudar al auto-cuidado de cada
Cuando un niño ingresa en el programa de CP, la uno de sus miembros. La hospitalización también resul-
primera reacción de los padres, en algunos casos, es ta útil para apoyarles en los momentos de “claudicación
solicitar rápidamente la salida del niño del hospital, no familiar”12.
querer asistir más a controles e irse a su ciudad de ori- Ambulatorio. En esta modalidad de atención se cita
gen y a su casa lo más pronto posible. En nuestro mo- al niño y a sus padres a control en el centro hospitala-
delo de atención, en el que el equipo de CP trabaja in- rio, dándoles facilidades para que asistan en el día y el
cluido en el equipo oncológico, recomendamos que, horario elegidos por ellos. El médico, la enfermera y el
una vez que la familia ha sido informada del pronóstico psicólogo organizan sus otras tareas de forma que pue-
del niño, se dé un breve tiempo (24 horas o un poco dan disponer del tiempo necesario para dar completa
más) para que el equipo de CP se presente a los familia- atención a las necesidades del niño y de su familia. Si es
res como el grupo que está a cargo del paciente, y, junto necesaria la intervención de otros especialistas, se coor-
con ellos, organicen la atención, los planes de acción y dina previamente con ellos para que asistan a la unidad
las posibles soluciones a los problemas reales y/o poten- de oncología a atender al niño ese mismo día. Este tipo

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Tabla XII. Vías de administración de fármacos en el niño oncológico en CP


VÍA DE
VENTAJAS DESVENTAJAS OBSERVACIONES
ADMINISTRACIÓN
ORAL Simple. No se puede usar en caso Es la vía de elección en el paciente
Cómoda. de: en CP.
Práctica. Intolerancia gástrica.
Efectiva. Imposibilidad para la
No dolorosa. deglución.
Permite autonomía Náuseas y vómitos no
controlados.
Mala absorción.
Debilidad extrema.
Alteración de conciencia.
Agonía.
SUBCUTÁNEA Cómoda. Requiere entrenamiento. Se puede utilizar como vía
Poco dolorosa. Puede desarrollarse infección intermitente (bolos) o para
Fácil manejo. de la zona de punción, pero infusión continua.
Pocos efectos secundarios y es muy poco frecuente. Cá Utilizar una cánula de teflón o
complicaciones. Reacción adversa al material mariposa de pequeño calibre.
Fácil uso en domicilio. (local). Instalar en cualquier parte del
Mejora autonomía y calidad No utilizable en caso de: cuerpo (zonas de elección son:
de vida del paciente. Edema generalizado subclavicular, deltoides, abdomen,
Permite un buen control (anasarca). extremidades inferiores).
sintomático. Hipoperfusión periférica. Usar medicamentos hidrosolubles
Permite administrar Coagulopatías. como:
diferentes fármacos (solos Infección repetida en el sitio Morfina, Midazolam
o asociados). de punción. Metoclopramida
Permite hidratar. Dexametasona
N-Butil bromuro de hiocina,
Haloperidol
No utilizar:
diazepam,.clorpromazina
Se pueden administrar entre
1.000 y 1.500 ml de suero
58
fisiológico y/o glucosalino.
Si no existen complicaciones
locales: cambiar el sitio de
punción cada 7 a 14 días.
ENDOVENOSA Disponible casi siempre en el Requiere aprender una Los CVC en oncología son muy
niño oncológico (catéter técnica de enfermería muy conocidos por el niño y su madre.
venoso central, CVC). específica. Estos catéteres son de 2 tipos:
Permite infusión de grandes Requiere personal CVC externo tipo Broviac y CVC con
volúmenes y diferentes tipos adiestrado. reservorio; sólo es manejado por
de soluciones. Dificulta autonomía las enfermeras de las unidades
Mayor riesgo de infección. oncológicas. Debe educarse a las
Restricción de la movilidad. madres en el uso de este tipo de
Poca aceptación del niño y su catéter desde el inicio del
familia si no dispone de tratamiento tal como ocurre en el
CVC. caso del catéter externo, ya que
son una vía siempre disponible,
hasta el momento de fallecer.
ENTERAL Permite hidratar, alimentar y Incómoda Se puede utilizar una sonda
administrar medicamentos Dolorosa nasogástrica o nasoyeyunal.
Fácil instalación por personal Deteriora autoestima
de enfermería o familiar
adiestrado.
GASTROSTOMÍA Permite un acceso directo al Adiestramiento del cuidador Muy útil en pacientes con Tu de
estomago para la Infección local SNC.
administración de Hemorragia local Puede complicarse con roturas y
alimentos, líquidos y Irritación de la piel alrededor filtraciones por fatiga del material
medicamentos en pacientes del tubo de la gastrostomía
que tienen transtornos de la Diarrea
deglución Altera la autoimgen y por
ende la autoestima.
Puede desplazarse
TRANSDÉRMICA Cómoda Paciente con dolor estable y Dosificación difícil en niños
No dolorosa evolución crónica. pequeños
Permite autonomía

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3. Cuidados paliativos en oncohematología

de control se plantea sólo si las condiciones de salud del Diferencias psicosociales


niño lo permiten; de lo contrario, quien asiste al control entre la patología oncológica
es uno de los padres o cuidadores, para retirar medica- del niño y del adulto.
mentos o recibir indicaciones del equipo. Esta modali- Implicaciones en la etapa de
dad es útil para realizar algunos procedimientos o para cuidados paliativos
administrar transfusiones sanguíneas.
Domicilio. Ésta es la modalidad que debe ser priori- El término psicosocial es utilizado generalmente
taria en esta etapa de la enfermedad oncológica. Cada para referirse a los aspectos cognitivos, afectivo-emo-
equipo debe organizarse según la realidad local. Para cionales, espirituales, educacionales, laborales, familia-
nuestro equipo, sólo es posible realizar atención en do- res y sociales que rodean a un individuo. En el caso de
micilio a los niños que viven dentro del área de depen- los niños con patología oncológica, su estudio lo desa-
dencia de nuestro hospital. Si la familia decide volver a rrolla la psico-oncología pediátrica. En la literatura
su ciudad de origen y ésta queda lejos de nuestro centro existen escasos antecedentes sobre los aspectos psicoso-
hospitalario, es necesario coordinar la atención, en cada ciales de la oncología pediátrica. Los textos en su mayo-
caso particular, con médicos, enfermeras y técnicos de ría se refieren a los adultos, incluyendo a los niños en
los consultorios o ambulatorios rurales que estén más un pequeño apartado al final, haciendo una extrapola-
cercanos al domicilio del paciente. Son ellos quienes ción desde los adultos, como si fuesen adultos en mi-
realizan la visita en el hogar y nos informan sobre el niatura, sin hacer mayor diferenciación de las edades.
estado de salud del niño; nuestro equipo, a través del Sin embargo, la práctica nos ha enseñado que los niños
teléfono, dirige el tratamiento, la atención y las acciones son muy diferentes a los adultos.
que hay que seguir. En este caso, los insumos y los me- Con fines didácticos, y basados en la experiencia
dicamentos que esté usando el niño son despachados clínica, planteamos las siguientes diferencias, que de-
en su mayoría desde el hospital base y son enviados a la ben ser consideradas en el momento de plantear cual-
familia a través de las instituciones de apoyo al niño quier intervención psicosocial:
oncológico o mediante el voluntariado.
Atención telefónica. En el momento de ingresar a un 1. El niño es un ser que no ha completado el ciclo vital,
niño en CP, se toma nota completa de su domicilio y de por lo que se hace más difícil aceptar su enferme-
sus números telefónicos. A la vez, se le entregan los dad avanzada y su muerte. El apoyo psicológico
números telefónicos del médico, de la enfermera y del generalmente se orienta hacia los padres, que son
psicólogo, insistiendo en que sientan la confianza de los que viven con mayor intensidad el sufrimiento 59
llamar en cualquier horario. Si pasan más de cinco días y los que deben afrontar la pérdida.
sin recibir llamada alguna, un miembro del equipo se 2. La enfermedad oncológica invade el desarrollo de la
comunica con los padres, facilitando así el contacto te- personalidad, dejando secuelas a su paso, como in-
lefónico. En la ficha de cada paciente se debe registrar fantilización, inseguridad, baja autoestima, etc.
este tipo de atención, así como cualquier modificación 3. El niño es un ser en evolución que no ha completado su
que se realice de las indicaciones prescritas. desarrollo cognitivo; por tanto, la conciencia de enfer-
medad, la percepción del sufrimiento, de la vida y de
la muerte, difieren de la del adulto y tienen relación
con su edad y con su grado de desarrollo. De forma
Vías de administración de general, en los niños preescolares predomina el pen-
medicamentos samiento mágico; en los menores de diez años, el
pensamiento pre-lógico, y desde esa edad en adelan-
De acuerdo con las publicaciones de la OMS, el te se organiza el pensamiento lógico o conceptual. El
enfermo de cáncer presenta un promedio de diez sínto- adulto, a diferencia del niño, desde un punto de vis-
mas simultáneos, cambiantes, multifactoriales, los cua- ta teórico al menos, cuenta con la madurez completa
les requieren una evaluación continua y el tratamiento del desarrollo cognitivo, lo que le permite dimensio-
farmacológico adecuado. Entonces, ¿qué debemos te- nar plenamente el concepto de enfermedad y muerte.
ner en cuenta a la hora de elegir la vía de administra- 4. El niño no ha completado su desarrollo afectivo-emo-
ción de los fármacos? cional. La forma de vivir las emociones y los afec-
tos, y de expresarlos, va en relación con su etapa
• Que permita autonomía al niño y a sus cuidadores. evolutiva, y, por tanto, es diferente a la del adulto.
• Que sea de fácil utilización. En la práctica, observamos que las emociones de
• Que sea lo menos agresiva posible. los niños se caracterizan por ser más directas en su
• Que tenga pocos efectos secundarios. relación causa-efecto, más transparentes. Además,
• Que facilite la mejor bio-disponibilidad del fármaco. muestran una gran facilidad para pasar de un esta-
do a otro. La ingenuidad y la facilidad para ser
Existen diferentes formas de administración de me- convencidos, especialmente por la madre, son
dicamentos; sin embargo, no todas son adecuadas para otras de sus características. A medida que el niño
los niños en cuidados paliativos. Las más utilizadas, se- crece, se va acercando cada vez más al modo de
gún nuestra experiencia, figuran en la Tabla XII13, 14, 15. percibir y sentir del adulto.

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El adulto en cambio, cuenta con un desarrollo accidente inesperado y fatal o en el contexto de una
afectivo-emocional completo, lo que le permite y a enfermedad de evolución más aguda, sino que son la
la vez le expone a una vivencia plena y angustiosa fase final de un largo proceso que puede durar meses o
del sufrimiento de tipo existencial. años y que conlleva una carga emocional muy intensa.
5. El niño es un ser dependiente que requiere la protección Desde el punto de vista psicosocial, se puede decir
y el cuidado de los adultos. Dicho cuidado es com- que la enfermedad oncológica y su tratamiento es un
partido por los padres, que son las personas que proceso que cursa por etapas y que cada una tiene sus
más los aman y a la vez son sus representantes lega- propios tiempos, características y necesidades que aten-
les, y el equipo de salud, que debe proporcionar los der. Estas etapas están relacionadas entre sí, de modo
CP. El niño no tiene la libertad de elegir y esa deci- que lo que ocurra en una de ellas va a repercutir en las
sión ha sido delegada en sus padres. En el caso del otras. Así, las dificultades o complicaciones que se ha-
cáncer, el niño debe realizar el tratamiento aun en yan presentado en la etapa del tratamiento, como se-
contra de su voluntad. En otras palabras, la enfer- cuelas importantes (ceguera, amputaciones de miem-
medad oncológica está en un cuerpo enfermo, que bros, etc.) o repetidas situaciones críticas con riesgo de
es el cuerpo del niño, pero éste es cuidado por otro muerte, pueden tal vez dar mayor conformidad a los pa-
cuerpo sano, que es el de la madre y/o padre. dres en la fase de CP.
En el adulto, es el mismo cuerpo enfermo el que a Necesitamos tener una visión panorámica que, por
la vez puede o debe tomar decisiones, y éstas esta- un lado, considere una mirada longitudinal en relación
rán influenciadas por su estado de ánimo, por la con el tiempo y, por otro, una mirada circular, sistémi-
situación económica, etc., pudiendo producirse ca, comprendiendo que el niño, la familia y el equipo
con mayor frecuencia una deserción o irregulari- médico son una unidad indivisible y que cualquier
dad en el tratamiento. cambio que se produzca en uno de sus componentes va
6. Las relaciones interpersonales entre el adulto y el niño a generar cambios en los demás. Así, por ejemplo, una
son asimétricas. Desde el punto de vista del poder y actitud positiva y de compromiso del oncólogo y del
de la jerarquía, son los adultos quienes toman las equipo hacia su paciente va a influir en la conducta pa-
decisiones y llevan a cabo los tratamientos, y el ni- rental de aceptación y participación en los cuidados
ño es quien obedece. La información sobre su en- paliativos de su hijo, quien a la vez va a reaccionar de
fermedad es conocida y utilizada por adultos —sus forma confiada en esta etapa. La sensación de paz trans-
padres y el equipo médico— y luego es entregada mitida por el niño va a incidir en el estado emocional
60 al niño de forma diferida, suavizada y en un lengua- de sus padres, facilitando las intervenciones del equipo
je comprensible para su edad. A medida que el ni- médico y el proceso de duelo.
ño va creciendo, esta asimetría también va dismi- La etapa de CP se caracteriza por ser muy breve y
nuyendo. Los niños mayores y los adolescentes son de gran intensidad emocional, ya que es preciso ir afron-
capaces de participar de modo más realista y activo tando los diferentes avatares que va provocando el curso
en las decisiones, pudiendo plantear su punto de tórpido de la enfermedad, que culmina con la muerte.
vista a sus padres y al equipo. Esta forma de rela- El ingreso en CP se inicia con la notificación a los
cionarse adulto-niño viene también determinada padres, por parte del oncólogo, de la condición del pa-
por patrones culturales y juega un papel importan- ciente. A diferencia del paciente adulto, el diagnóstico
te en el CP y en cómo entregar las malas noticias. es entregado primero a los padres y posteriormente al
7. En el ámbito oncológico pediátrico observamos una niño de forma especial. Es un momento de gran sufri-
actitud de mayor optimismo. Los resultados de los miento, y los padres pueden volver a presentar una re-
tratamientos y los porcentajes de supervivencia acción emocional denominada reacción de shock al diag-
de las diferentes patologías oncológicas son me- nóstico, ya experimentada en la etapa inicial de la enfer-
jores que en los adultos. De esta forma, en los medad. Se trata de un trastorno de gran intensidad
niños el énfasis se pone en la etapa de tratamien- emocional y de tipo transitorio, que puede durar horas
to, en la etapa de supervivencia y sus secuelas, y o días, para luego ir disminuyendo y continuar con un
menos en lo paliativo, por el escaso número de trastorno emocional adaptativo. Esta reacción de shock
pacientes, comparado con la situación de los se caracteriza por trastornos cognitivos, como bloqueo
adultos y con el corto tiempo que dura esta etapa mental o mente en blanco, amnesia selectiva, sensación
en los niños. de pérdida del control, llanto intenso y duradero, ansie-
dad, intenso temor a la muerte y síntomas de tipo an-
gustioso; se agrega una obsesión de los ¿por qué?, tratando
de encontrar una repuesta a la naturaleza de la informa-
Tratamiento psicosocial del ción. Pueden aparecer sentimientos de culpa y diálogos
paciente oncológico de tipo existencial y con Dios, replanteándose la vida.
pediátrico y su familia en La reacción emocional de los niños no tiene las
cuidados paliativos características de la reacción de shock que presentan los
adultos, ya que no perciben tan claramente la dimen-
Los cuidados paliativos oncológicos no surgen re- sión del significado de estar fuera del alcance terapéuti-
pentinamente, como puede ocurrir en el caso de un co. Su reacción es más bien inmediata, concreta, rela-

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cionada con el hecho de sentirse enfermo, quedar hos- equipo, el niño y su familia, lo que es un factor impor-
pitalizado y separarse de su familia, predominando los tante en los momentos de crisis que esta etapa conlleva.
sentimientos de miedo, pena, rabia y angustia por la En nuestro país hemos desarrollado un modelo de
separación. Cuando éstos se hacen más intensos y dura- atención en CP del niño oncológico cuyos principios en
deros, se van estructurando como trastornos emociona- el área psicosocial son16:
les de tipo adaptativo. Los adolescentes mayores se van
acercando a las vivencias del adulto, comprendiendo lo 1. Propiciar el trabajo de un equipo interdisciplinar.
que realmente significa la palabra paliativo. Grupo de trabajo donde existe una verdadera co-
Con el transcurso de los días, los padres van acep- municación e interacción dinámica entre los
tando mejor la situación y la familia se va organizando miembros de las diferentes disciplinas, lo cual ase-
en torno a los cuidados del niño. El estado emocional gura su eficaz intervención.
vuelve a hacerse más crítico en la fase de la agonía y de 2. Incorporar a su quehacer los principios de la OMS
la muerte. acerca de los derechos de los niños en el alivio del
La condición emocional del paciente va a depen- dolor y CP (ver Anexo n.° 1)10.
der de muchas variables, especialmente de la edad, del 3. Considerar los CP como la parte final de un largo
grado de conciencia de su estado —fuera del alcance proceso que cursa por etapas. En nuestra práctica
terapéutico—, de las molestias y del dolor que va pro- clínica, el área psicosocial está incorporada antes
vocando el avance de la enfermedad, y, fundamental- del CP, en el Protocolo de Seguimiento Bio-psicosocial,
mente, de la relación con sus padres, hermanos y entor- destinado a manejar las secuelas en la etapa de su-
no familiar. Cuando el niño está hospitalizado, su único pervivencia.
anhelo es regresar a su casa y estar rodeado por su fami- 4. Establecer una relación de compromiso y confian-
lia y amigos. za, garantizada por el largo tiempo de duración del
Las inquietudes de los niños respecto a la muerte tratamiento. El equipo que cura es el mismo equi-
están relacionadas frecuentemente con el hecho de no po que alivia el dolor y proporciona los cuidados
ver más a sus padres, con la preocupación por el sufri- paliativos.
miento de éstos y de sus hermanos, con sentimientos de 5. Considerar al niño, a la familia y al equipo médico
culpa por abandonar a sus seres queridos, el miedo a la como una unidad.
soledad y al abandono y el temor a morir solos. En los 6. “Acompañamiento psicosocial permanente” (M.
niños preescolares predomina el pensamiento mágico Kusch), lo que requiere una estancia permanente
(como en los dibujos animados de Walt Disney). Pue- del psicólogo en la Unidad de Oncología a lo largo 61
den creer que la muerte es un hecho reversible, una del tiempo y como miembro del equipo médico que
forma reducida de vida; el pensamiento se transforma trata al niño. Esto marca una gran diferencia con el
en realidad. En el juego, por ejemplo, los niños dispa- modelo de “interconsulta psiquiátrica”, en la que se
ran y matan a sus personajes y luego los reviven. recibe la atención de un profesional externo17.
En los niños menores de diez años predomina el 7. Promover un “enfoque terapéutico rogeriano”, es
pensamiento pre-lógico. Pueden pensar que la muerte decir, establecer una relación interpersonal basada
es algo final e irreversible; la personifican, creen que en los principios de la aceptación incondicional,
puede aparecer vestida con una capa negra. Pero, por empatía y autenticidad.
otro lado, todavía pueden pensar que es evitable. 8. Promover el auto-cuidado y la psico-educación
En los niños mayores de diez años predomina el especialmente en los padres, habilitándoles para
pensamiento lógico. Piensan en la muerte como un que ellos sean los propios terapeutas de su hijo en
concepto; es un fenómeno universal, final, irreversible e los cuidados paliativos.
inevitable; es invisible porque es abstracta.
Los adolescentes se van acercando a la percepción La evaluación y el tratamiento del paciente deben
adulta de la muerte. Pueden construir su propio sistema realizarse de acuerdo con su edad, el grado de deterioro
de creencias o predominar en ellos sentimientos de om- de su salud y el avance de la enfermedad. Se debe plani-
nipotencia en el enfrentamiento con la muerte. Las ficar en conjunto con el resto del equipo paliativo y en
fantasías y los miedos hacia la muerte están presentes coordinación con los padres, de acuerdo con el motivo
en una gran parte de la población adulta, con presencia de la consulta y el tipo de sintomatología, y con asesoría
de temores infantiles no resueltos y como parte del in- psiquiátrica si es posible.
consciente colectivo. Se recomienda que la evaluación se efectúe de for-
En este contexto, se define el apoyo psicosocial en ma muy cuidadosa y prudente, con el objeto de no le-
CP como el conjunto de acciones tendentes a contener sionar emocionalmente al paciente o despertar inquie-
el impacto que produce en el paciente, en su familia y en tudes o resistencias respecto a su condición de paliativo
el equipo médico el proceso de la enfermedad oncológi- y a la cercanía de la muerte, y ello con la finalidad de no
ca en su fase avanzada. El apoyo psicosocial paliativo es entrar en conflicto con el paciente y/o con sus padres.
la parte final de un largo proceso que se inició en el mo- Por otro lado, algunos padres pueden sentir temor y
mento del diagnóstico y prosigue durante la etapa del mostrarse desconfiados, pidiendo de forma anticipada
tratamiento; este modelo de atención continua tiene la que no se les diga a sus hijos que van a morir, situación
ventaja de favorecer relaciones de confianza entre el que debe ser respetada y conversada.

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¿Cómo acercarse al paciente los pacientes piensan acerca de su dolor, pudiendo te-
para evaluarlo? ner un impacto positivo sobre su sensibilidad, emocio-
nes y reacciones frente al dolor18.
a) La evaluación puede consistir simplemente en ob- Considerando la definición del dolor por cáncer
servar a cierta distancia al paciente mientras está como un dolor total, que incluye el sufrimiento y el pro-
solo o siendo evaluado por otro profesional, o ceso de duelo ante la inminencia de la muerte, la inter-
mientras interactúa con sus familiares o amigos. vención terapéutica puede ir dirigida a:
b) En una conversación común y corriente, no dirigida.
c) En una entrevista clínica semi-estructurada, desti- 1. Manejo del dolor relacionado con procedimientos o
nada a la exploración del estado emocional y a tratamientos. Puede atenuarse, disminuyendo la
observar la presencia de sintomatología ansioso- sensación de miedo o ansiedad. Para ello, antes del
depresiva. procedimiento es preciso explorar la sensación de
d) En una intervención mixta de evaluación y terapia miedo o ansiedad y enseñar y practicar técnicas de
simultánea, consistente en realizar intervenciones control con el niño y el profesional que ejecuta el
terapéuticas en la medida que vayan apareciendo procedimiento. Las técnicas cognitivas conductua-
contenidos de connotación afectivo-emocional les más conocidas son: ejercicios de respiración, de
importante, que requieran una intervención en distracción, de relajación simple, o con visualiza-
crisis. Esta situación es la más frecuente. ción. Otras técnicas que deben ser realizadas por
un profesional de salud mental son las de relaja-
Independientemente de la forma de acercamiento, ción con imaginería, relajación con imaginería con
la evaluación debe consignar los siguientes aspectos: música, hipnosis eriksoniana y/o hipnosis clásica.
2. Manejo del dolor en su dimensión del sufrimiento. El
1. Estado psíquico: estado de conciencia y grado de tipo de intervención psicológica para enfrentarse al
alerta al medio, orientación y grado de conserva- sufrimiento en sus aspectos cognitivos, emociona-
ción de las funciones cognitivas, noción o concien- les, pragmáticos y culturales va a depender del
cia de enfermedad. motivo de la consulta o contenido del problema,
2. Conducta: grado de autonomía e interés para desa- de la posibilidad concreta de proporcionar la ayu-
rrollar actividades. da y del grado de intensidad de la emoción que
3. Estado afectivo-emocional: estado de ánimo, presen- acompañe al discurso.
62 cia de sentimientos de culpa, soledad afectiva, El estado emocional puede ir de mayor a menor
miedo a la muerte, mecanismos de defensa frente a intensidad, requiriendo una intervención terapéu-
la angustia. tica específica. En estados de gran intensidad, co-
4. Presencia de sintomatología de tipo ansioso-depresiva mo es la reacción de shock en los padres, el tipo de
reactiva u otros trastornos psiquiátricos. A este efecto, acción es la intervención en crisis o de auxilio. En
y en ausencia de instrumentos específicos de me- estados de mediana intensidad, como la presencia
dición emocional, se pueden utilizar las escalas de de sintomatología ansioso-depresiva de tipo adap-
medición del dolor de enfermería, haciendo hinca- tativo, la intervención es la psicoterapia dirigida al
pié al paciente de que se trata de su dolor emocio- centro del problema; y en los de menor intensidad,
nal o sufrimiento. como problemas de relación o conflictos, con téc-
5. Relaciones interpersonales y dinámica familiar. nicas de comunicación eficaz y psicoeducación.
6. Creencias religiosas e inquietudes espirituales, redes de 3. Apoyo en el proceso de duelo. El duelo, que se define
apoyo. como el “conjunto de representaciones mentales y
conductas vinculadas con una pérdida afectiva”,
en el caso del cáncer se inicia de forma anticipada.
¿Cuáles son las intervenciones Este punto será revisado en otro capítulo19.
terapéuticas?

Las intervenciones psicosociales son una parte im- ¿Cómo apoyar a los padres?
portante del acercamiento multimodal en el tratamiento
del dolor y pueden ser utilizadas simultáneamente con Los padres juegan un papel preponderante, sobre
los medicamentos y con otras medidas para el dicho todo a medida que el paciente va empeorando en su
tratamiento. Estas intervenciones pueden ser realizadas salud, por lo que es relevante darles información en re-
por el equipo de profesionales y en algunos casos por el lación con las inquietudes y fantasías de los niños acer-
paciente o sus familiares; no están dirigidas a reempla- ca de la muerte, sobre los inconvenientes de la conspira-
zar la terapia farmacológica, sino a ser utilizadas con- ción del silencio, y enseñarles cómo contactar con el ni-
juntamente. La elección dependerá del tipo de proble- ño, la importancia de la expresión de sus propias emo-
ma que haya de resolverse en particular. ciones, la despedida en los últimos días y la forma de
El sentido de estas técnicas es ayudar al paciente a preparar esta despedida con los hermanos y otros fami-
ganar “sentido de control” sobre el dolor. El fundamen- liares. Por último, hay que enseñarles técnicas de co-
to de estas intervenciones es cambiar la forma en que municación efectiva y de conversación con “reflejo del

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sentimiento”, o sea, como si se estuviera frente a un es- Reflexiones sobre el papel del
pejo, devolviendo la inquietud o la pregunta del pa- psicólogo clínico en cuidados
ciente, para que sea él o ella quien logre expresar real- paliativos del paciente
mente qué le preocupa o a qué teme. De este modo, hay oncológico pediátrico
que responder al niño/a específicamente sobre lo que él
o ella manifiesten, como su temor o su preocupación, Llevo diez años trabajando como psicóloga en una
sin entregar información no solicitada que pueda com- unidad de oncología. Al comienzo fue muy difícil. Los
plicar más las cosas. primeros meses sentí una angustia tremenda, era como si
La atención domiciliaria tiene por objeto dar apo- una mano apretara mi garganta y mi pecho; me daban
yo emocional, psicológico y espiritual al paciente y a su ganas de salir corriendo, deseaba que fuera fin de semana
familia en el hogar, cuando el avance de la enfermedad o tener algún inconveniente para no ir a la unidad… Pe-
no permite al niño movilizarse hasta el hospital, previ- ro continué… y lo logré. A través de todos estos años he
niendo la claudicación familiar y ayudando terapéutica- visto morir a tantos niños, he visto llorar a tantos padres,
mente en la elaboración del duelo. he asistido con diferentes oncólogos a domicilios, he he-
cho tantas intervenciones en crisis, conteniendo el sufri-
miento, que a veces siento que no me cabe tanto dolor en
¿Cómo acompañar al niño y a su mi corazón y me gustaría que éste fuera más grande. Pero
familia en la fase de agonía y de también tengo que decir que me encontré con un equipo
duelo? de trabajo maravilloso, de una calidad humana que no
había visto en otras especialidades y con una forma tan
En la fase de agonía, el trabajo terapéutico se cen- suave de tratar a los pacientes como nunca había visto
tra fundamentalmente en los padres, preparándoles pa- antes. Entonces, cada vez que regreso de oncología, doy
ra que sean ellos los propios terapeutas de sus hijos, lo las gracias por esta oportunidad que me ha dado la vida.
que a la vez les va ayudar en el proceso del duelo. He aprendido lo que realmente es hacerse cargo de un
¿Cuándo hablar de la muerte con los niños? Cuan- paciente, cómo acompañar al equipo al domicilio del
do el niño desee hablar de ella. ¿Qué responder acerca paciente y su seguimiento permanente hasta después de
de la proximidad de la muerte? Depende del contexto la muerte. También aprendí que lo mejor para la pena es
en que se den las preguntas, es decir, de la edad, del el llanto, la humildad y el valor del silencio; como decía
desarrollo cognitivo, del grado de conciencia de enfer- mi abuela, “la palabra es plata pero el silencio es oro”.
medad, del avance de dicha enfermedad, del estado 63
emocional y de la actitud de los padres con respecto al
tema de la muerte y al grado de cercanía con el equipo,
y también de los aspectos culturales. ANEXO N.° 1
Es relevante tener en cuenta la prudencia y el sen-
tido común, y recordar el principio de la bioética: “No a
la mentira piadosa, sí a la verdad amorosa”. La forma PRINCIPIOS EN EL TRATAMIENTO
que nosotros recomendamos es el uso de la técnica no INTEGRAL DEL DOLOR SEGÚN LA OMS
directiva, del reflejo del sentimiento; decir, por ejem-
plo: “Parece que tú estás preocupado por…”. Los pa- • En el niño, el dolor por cáncer es complejo y re-
dres tienen temor a responder las preguntas de sus hijos quiere un tratamiento multidisciplinar. Múltiples
y esta situación puede constituir un problema, por lo factores, como el entorno físico, las actitudes de la
que es recomendable integrarlos y capacitarles para que familia, del cuidador y del equipo interdisciplina-
sean ellos mismos los que respondan. Las preguntas rio, pueden incrementar o disminuir el dolor.
más frecuentes que hacen los niños son: si la muerte • El tratamiento integral del dolor se centra en la
duele, si van a estar acompañados, si los padres van a condición holística del niño, con necesidades va-
sufrir y a dónde van las personas después de morir. riables, según su edad, el tipo de tumor maligno, la
A los padres es necesario mostrarles la importancia etapa de la enfermedad y la biografía dolorosa.
de escuchar a los niños cuando hablen del tema de la • Armoniza la relación de medicamentos que alivian
muerte y la conveniencia de dejarles hablar, y cómo el dolor y otras que controlan los síntomas moles-
manejar estas situaciones dolorosas. Desde el punto de tos; también asocia las intervenciones psicosocia-
vista psicológico, el trabajo terapéutico está centrado en les, sea en su conjunto o bien separadas por prácti-
el plano emocional, en el sufrimiento, más que en el cas cognitivas, de la conducta, alternativas físicas o
plano cognitivo. bien de soporte y apoyo; éstas pueden ser realiza-
Se brinda apoyo emocional a la familia en el proce- das por miembros de la familia.
so del duelo y de la muerte. Después, los padres gene- • El tratamiento del dolor es un proceso continuo;
ralmente regresan al hospital en señal de agradecimien- comienza con el diagnóstico y continúa durante
to y como un ritual de cierre del proceso. El apoyo todo el curso de la enfermedad.
otorgado por nuestro equipo puede continuar en los • Al mismo tiempo que se provee alivio, la causa que
meses posteriores al fallecimiento, con visitas o a través lo origina deberá ser determinada y tratada cuando
del teléfono. sea posible.

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• En los niños, los procedimientos diagnósticos y Se le diagnostica tumor cerebral supratentorial, de


terapéuticos son causa del mayor porcentaje de hemisferio derecho (glioblastoma multiforme o astroci-
dolor; éste debe ser reconocido y tratado de forma toma de alto grado de malignidad). Se realiza resección
preventiva. total del tumor y luego recibe radioterapia y quimiote-
• La escala analgésica de la OMS deberá ser utilizada rapia, según el protocolo nacional, con buena adheren-
para seleccionar los fármacos analgésicos. La in- cia al tratamiento por parte del niño y de su madre.
tensidad del dolor del niño determina el tipo y la Durante este período evoluciona con deterioro de su
dosis del analgésico. estado nutricional y depresión, requiriendo apoyo nu-
• Las dosis analgésicas correctas deberán ser admi- tricional intensivo e intervenciones frecuentes del equi-
nistradas a intervalos regulares, “por reloj” y no po de salud mental.
“por demanda”. A los 10 meses del diagnóstico, consulta por cefa-
• Se deberá usar la vía oral para administrar los anal- lea, vómitos y rechazo alimentario. Se realiza tomogra-
gésicos siempre que ello sea posible. fía axial computerizada cerebral, que confirma la recidi-
• La dosis apropiada de un opioide es la dosis que va tumoral. Es evaluado por el equipo de oncología y
alivia el dolor. Algunos niños pueden necesitar neurocirugía y se decide su ingreso en CP debido a la
dosis de opioides consideradas altas para lograr el evolución agresiva del tumor a menos de 1 año del
alivio. diagnóstico, habiendo recibido ya dosis máximas de
• Se considera que alrededor del 85% de los niños radioterapia y quimioterapia. La madre presenta impor-
logra aliviar el dolor por cáncer con medidas far- tante reacción de shock ante el diagnóstico de recidiva y
macológicas de bajo coste y fácil implementación. el ingreso en tratamiento paliativo.
• El miedo a la adicción por opioides es una de las En CP inicia dexametasona vía oral, para dismi-
principales razones que evitan el suministro de nuir edema peritumoral y signos de hipertensión endo-
una analgesia adecuada a los niños con dolor in- craneana, analgesia con codeína y paracetamol cada 4
tenso. Ese miedo exagerado debe ser eliminado y horas, por vía oral, asociando además el uso de dompe-
corregido. ridona, lactulosa, antidepresivos y ansiolíticos (fluoxeti-
• Los efectos colaterales de los opioides deben ser na y clonazepam). Se mantiene en controles ambulato-
anticipados, tratados y evaluados. rios, presentando durante el primer mes de CP un epi-
• Tanto la reducción como la suspensión de la dosis sodio de infección respiratoria, que se trata con antibió-
un opioide deben realizarse de forma gradual para ticos orales de forma ambulatoria. Durante el 2.º mes
64 evitar una crisis de dolor intenso o un síndrome de de CP presenta un aumento de la intensidad del dolor,
abstinencia. con escasa tolerancia oral a codeína, vómitos a repeti-
• Aun cuando la comprensión acerca de la muerte ción y cefalea progresiva, por lo que se indica la hospi-
en un niño varía en las diversas etapas de su desa- talización para la hidratación, adecuación de analgesia
rrollo, a menudo saben cuándo están muriendo. (uso de morfina endovenosa a través de catéter venoso
Las principales preocupaciones de los niños de to- central) y capacitación de la madre para atención en su
das las edades con una enfermedad avanzada son domicilio.
el miedo al abandono y el miedo al sufrimiento. Se realiza la primera visita domiciliaria por el equi-
Los profesionales de la salud, por consiguiente, po de CP y se constata que la madre administraba la
deberán priorizar los cuidados a estos niños, cui- morfina cada 8 horas por temor a la depresión respira-
dando su calidad de vida y facilitando la perma- toria y que el niño se encontraba en malas condiciones
nencia junto a ellos de las personas que aman. de aseo. Se orienta a la madre en relación con la evolu-
• Los cuidados paliativos deben ser completos y ción de la enfermedad, el manejo del dolor “reloj en
abordar las necesidades físicas, psicológicas, cultu- mano” y cuidados generales, y la psicóloga realiza un
rales y espirituales. Estos cuidados pueden ser tratamiento terapéutico en relación con la conducta de
proporcionados en el hogar, si así se desea y si se la hermana (agresiva por envidia hacia el paciente), que
dispone de la organización sanitaria suficiente. dificulta los cuidados del paciente en el domicilio. Des-
pués de esta visita, se le controla telefónicamente cada
día; el niño se encuentra sin dolor e incluso ha podido
recibir visitas y jugar; su hermana, más colaboradora.
u u Casos prácticos u u Durante el tercer mes de CP se realizan 2 controles
en el domicilio y requiere ser hospitalizado en una oca-
sión por dolor intenso, que no responde a la morfina,
Caso número 1 según la madre, y por la aparición de convulsión tóni-
co-clónica generalizada que cede espontáneamente al
Varón de 11 años, escolarizado; es el hijo mayor de llegar a la unidad de oncología, no asociada a fiebre. Se
una familia monoparental constituida por la madre y su indica fenobarbital y se inicia la administración de mor-
hermana menor, de 6 años; no tienen relación con su fina en infusión continua. Una vez estabilizado, es dado
padre biológico ni reciben ayuda económica de éste. de alta a su domicilio, donde se mantienen las mismas
Viven con escasos recursos, con la ayuda de familiares y indicaciones. Se realiza control domiciliario al día si-
vecinos. guiente del alta y el niño se encuentra somnoliento, con

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leve temblor de la extremidad superior izquierda. La - La hermana menor fue la más afectada por la en-
madre, muy angustiada, refiere que no está durmiendo fermedad del paciente, presentando problemas
bien y se traslada al dormitorio del niño para supervisar conductuales y siendo castigada físicamente. La
su atención. menor presentaba sentimientos de postergación y
En los siguientes días el paciente evoluciona con envidia frente a su hermano, quien obtuvo una
mayor lucidez de conciencia y con ausencia de convul- habitación equipada con ordenador; ella manifestó
siones, pero presenta un cuadro de fiebre y tos produc- deseos de morir en lugar del paciente.
tiva, por lo que se decide su hospitalización para el ini- - La atención psicológica en el domicilio se centró
cio de terapia antibiótica y por situación de “claudica- especialmente en dar soporte emocional a la madre
ción materna”. Permanece 2 días hospitalizado hasta y a la hermana. El estado de trastorno de concien-
que muere, después de 120 días de atención en CP, en cia del paciente no permitió una atención psicoló-
el hospital. Después del fallecimiento, la madre se tras- gica y de apoyo en la fase final.
lada al pueblo con su hija. - Presencia de factores protectores: la capacidad de
la madre para pedir y recibir ayuda, y buenas rela-
ciones con el equipo y con los vecinos.
Problemas

a) Desde el punto de vista médico Caso número 2

- El trastorno de conciencia progresivo y lossignos Varón de 8 años, proveniente de un pueblo; es el


de hipertensión endocraneana por crecimiento tu- hijo menor de una familia de padres separados; en el
moral dificultan el uso de la vía oral durante un momento del diagnóstico vivía con su madre y su her-
tiempo más prolongado y plantean el paso más mana de 16 años y recibía las visitas regulares de su
precoz de opioides orales a parenterales. padre. Se traslada al centro oncológico, alejado de su
- Aparición de convulsiones en el domicilio, lo que domicilio, sólo con su madre.
constituye una situación estresante para la familia. Se diagnostica una leucemia linfoblástica aguda
Deberían haberse utilizado anticonvulsivantes en (LLA), con presencia de traslocación (9; 22). Al inicio
forma preventiva desde su ingreso en CP. Existe la de la enfermedad presenta anemia, trombopenia e hi-
alternativa del uso de diazepam por vía rectal en perleucocitosis (cifra total de leucocitos: 450.000 x
caso de emergencia convulsiva en el domicilio. mm3), por lo que debe ser ingresado en estado grave en 65
- Cuadros respiratorios infecciosos de repetición por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para tratar las
la escasa movilidad del paciente, que pueden ser la complicaciones (hiperuricemia, fallo renal, trastornos
causa desencadenante de la muerte, más que la de coagulación). Se le cataloga como un paciente porta-
progresión del tumor cerebral. dor de una LLA de alto riesgo, por la presencia de la
alteración genética descrita. Se le instala catéter venoso
b) Desde el punto de vista de la enfermería central con reservorio y comienza una quimioterapia
intensiva, según el protocolo nacional.
- Por no incomodar al niño, se omiten cuidados bá- Se logra la remisión completa y se inicia, de forma
sicos (aseo, alimentación, cambios de posición), lo paralela al protocolo de quimioterapia, la búsqueda de
que trae complicaciones en la evolución de la en- un donante para realizar un trasplante de progenitores
fermedad que hacen más difícil la atención en el hematopoyéticos (TPH) y mejorar las posibilidades de
domicilio. Siempre hay que capacitar a la madre o curación. Se realiza el estudio de compatibilidad con su
al asistente en los cuidados básicos, aunque nos única hermana, quien resulta no compatible; sin em-
parezcan obvios. bargo, se obtiene en el banco de sangre de cordón un
- Presencia de temores y mitos respecto a la morfina. donante compatible no emparentado. Mientras recibe
Educar siempre sobre el uso de la morfina y sobre la su tratamiento, presenta múltiples complicaciones in-
importancia de su administración “reloj en mano”. fecciosas de origen intestinal, que requieren largas hos-
- El trastorno de conciencia dificulta la evaluación pitalizaciones en la unidad de oncología y en la UCI,
adecuada del dolor en el paciente pediátrico. En por afección hemodinámica y toxicidad cardiaca, esta
estos casos deben considerarse también los signos última derivada del uso de antraciclinas en su esquema
indirectos de dolor, como la frecuencia cardiaca, la de tratamiento.
posición del niño, la presión arterial, la frecuencia A los 7 meses del diagnóstico, cuando iba a ingre-
respiratoria, etc. sar en la unidad de TPH, se le realiza un mielograma
que demuestra una recaída medular de LLA, con persis-
c) Desde el punto de vista psicosocial tencia de la traslocación (9; 22). Se convoca una re-
unión multidisciplinaria y se decide intentar un nuevo
- Presencia de factores de riesgo: graves problemas ciclo de quimioterapia, más intenso que el que había
económicos; la madre debió enfrentarse sola a la recibido hasta ese momento, asociado a uso de imatinib
enfermedad, lo que favoreció la aparición de la (quimioterápico que actúa sobre la alteración genética
“claudicación familiar”. presente), para lograr una 2.ª remisión, considerando

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que la única alternativa terapéutica curativa era el TPH (quimioterapia y TPH), lo que complica la admi-
y que contaba con un donante compatible. Se plantea la nistración de analgésicos.
situación a los padres y al niño, quienes están de acuer- • Hiperleucocitosis que se asocia a complicaciones
do en continuar el tratamiento. neurológicas (trastorno de conciencia, convulsio-
Después de 6 meses del nuevo tratamiento, se rea- nes, pérdida de visión), respiratorias (insuficiencia
liza TPH con sangre de cordón, a los 13 meses del diag- respiratoria), metabólicas (alteraciones electrolíticas,
nóstico. Posteriormente a este procedimiento presenta fallo renal) y hematológicas (trastornos de coagula-
una complicación infecciosa grave que requiere trata- ción), de difícil tratamiento en su domicilio.
miento en UCI. Se logra un buen implante de la médula
ósea, sin complicaciones graves derivadas del TPH; es b) Desde el punto de vista de la enfermería
dado de alta después de 45 días de hospitalización.
A los 6 meses del TPH (19 meses del diagnóstico) • Reacción de los padres al ingreso en CP. Ambos
presenta una 2.ª recaída post-trasplante e ingresa en CP. padres y el niño quieren viajar de forma inmediata
Los padres solicitan su traslado inmediato a la ciudad a su ciudad de origen y dejar nuestro hospital. Se
de origen (a 400 km del hospital donde se le está tra- realiza educación sólo durante una mañana para
tando), por lo que se organiza y coordina su atención que la madre se capacite en el manejo del catéter.
con el hospital regional. Al ingreso en CP está sin ane- • Suspensión de terapia y analgesia por parte de la
mia, con cifra de leucocitos normales y plaquetas leve- madre para poder realizar terapias alternativas, en
mente disminuidas, con dolor óseo de extremidades las que insistía el padre.
inferiores (EVA 3) y actividad normal. Se mantiene con- • Niño poco cooperador. Algunas veces se niega a
tacto telefónico permanente con la madre y con el equi- tomar los medicamentos o no deja que la madre se
po local. El padre inicia terapias alternativas y la madre los administre a través del catéter venoso.
suspende el uso de los analgésicos indicados, por lo que • Mala evaluación de la intensidad del dolor por
se insiste en que asocie las medidas farmacológicas con parte de la madre, minimizándolo en algunas si-
las terapias naturales. Evoluciona con una cifra de leu- tuaciones.
cocitos en ascenso, hasta 400.000 x mm3, anemia grave
y trombopenia. Presenta en una ocasión cefalea, pérdi- d) Desde el punto de vista psicosocial
da de visión unilateral transitoria y episodio convulsivo,
secundarios a hiperleucocitosis, por lo que se le interna • Presencia de factores de riesgo: ser de otra ciudad,
66 en el hospital regional y se asocia al tratamiento con mala relación de pareja, paciente triangulado por
codeína y paracetamol, prednisona para disminuir la los conflictos de los padres, infantilizado por la
cifra de leucocitos y fenobarbital por vía oral. Vuelve a madre, con trastornos conductuales y hostilidad
su domicilio, recibiendo transfusión de glóbulos rojos y hacia el personal en la etapa del tratamiento, lo
plaquetas cada 15 días, ya que se mantiene activo, du- que dificultó el tratamiento de CP.
rante los primeros 2 meses de CP. • La lejanía física entre el equipo de CP y la familia
Al tercer mes en CP padece un mayor trastorno del (a pesar de la coordinación con el equipo de pro-
estado general, permanece postrado en cama y presenta vincias) hizo que los padres tuvieran poca adhe-
2 episodios de fiebre, con sintomatología respiratoria, sión a las indicaciones del equipo local, poniéndo-
por lo que recibe tratamiento ambulatorio con antibió- las en duda.
ticos de amplio espectro por vía oral. Refiere dolor óseo
más intenso, y, por su escasa tolerancia oral, se decide el
inicio de morfina por vía endovenosa cada 4 horas, por
catéter central, en dosis adecuadas a su función renal, y Bibliografía
se indican todos los medicamentos por esa vía: dexame-
tasona (en reemplazo de prednisona), anticonvulsivante 1. Goldman A. ABC of palliative care. Special problems of children.
y ácido tranexámico. Disminuye la frecuencia de las Brit. Med. Journal. Enero 1998, vol. 316: 49-52.
2. American Academy of Pediatrics. Palliative care for children. Pe-
transfusiones, recibiendo sólo una a causa de una he- diatrics 2000, vol. 106, n.º 2: 351-357.
morragia nasal importante. Fallece en su domicilio, 3. Protocolo de alivio del dolor y cuidados paliativos para el niño
después de 96 días de permanencia en CP, por una pro- con cáncer. Ministerio de Salud de Chile, 2005.
bable hemorragia intracraneana e insuficiencia respira- 4. Raimondo G, Hartmann O. Comment et quand décider de l’arrêt
toria secundaria a hiperleucocitosis, sin dolor y con se- d’un projet thérapeutique curatif? L’expérience en oncologie pé-
diatrique. Arch Pédiatr 2001, vol. 8: 1178-1180.
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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


3. Cuidados paliativos en oncohematología

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67

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Cuidados paliativos en niños con


enfermedad respiratoria crónica

Rosa Germ

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ ajuste a cada paciente y a cada familia, tolerancia y fle-


xibilidad.
Generales La Association for Children with Life-threatening or
u Evaluación y alivio de síntomas en pacientes no on- Terminal Conditions and their Families (ACT) y el Royal
cológicos. College of Pediatrics and Child Health describen, en Guide
to the Development of Children’s Palliative Care Services,
u Acompañamiento del niño y el adolescente y de sus cuatro modelos de intervención de los Cuidados Paliati-
familias. vos Pediátricos (CPP). Cada uno de ellos representa
diferentes grupos de enfermedades que requieren dis-
Específicos tintas modalidades de abordaje, tanto por los síntomas
u Alivio de síntomas respiratorios. que presentan como por las necesidades psicosociales2.
La enfermedad respiratoria crónica (de diferentes
u Estrategias de acompañamiento a familias con enfer- etiologías) corresponde al Grupo II de estos modelos.
medades crónicas. La característica que comparte con otras enferme-
dades del grupo es su evolución crónica, con periodos
de estabilidad clínica y estadios de reagudización, que
cursan cíclicamente pero que empeoran progresiva- 69

mente. Muchos de estos pacientes llegarán a la etapa


Introducción
terminal de su enfermedad en la adolescencia. Los sín-
tomas que deben ser controlados suelen ser tos, disnea,
La asistencia de pacientes con enfermedad que
alteraciones del sueño, diarrea y dolor.
amenaza o limita la vida es en sí una tarea compleja:
El acompañamiento del niño y su familia en este
• Por el impacto emocional que produce la presencia grupo requiere tomar en consideración la evolución
de la enfermedad y la posibilidad de muerte en el progresiva y cíclica que viven el niño y su familia, con
paciente, en la familia y en el equipo que los trata. momentos de gran impacto en la dinámica familiar y
• Por la dificultad en las decisiones terapéuticas, otros de mayor estabilidad donde se “convive” con la
producto de la necesidad de poner el foco en la enfermedad.3.
calidad de vida. Esta introducción contesta a dos preguntas frecuen-
• Porque los síntomas físicos y psíquicos sobre los tes en la práctica clínica: qué son los cuidados paliativos
que se actúa son numerosos, cambiantes y de cau- y a quiénes están destinados. El interrogante siguiente es
sas múltiples. cuándo es el momento oportuno para consultar a un
• Porque implica un desafío al paradigma con el que servicio de cuidados paliativos (CP) y qué puede hacer
estamos acostumbrados a manejarnos. La medicina con relación a los síntomas y al acompañamiento de fa-
curativa y el modelo médico hegemónico probable- milias que llevan años de vínculo con su especialista.
mente resulten herramientas poco útiles para calmar Hay escasa bibliografía sobre la aplicación de cui-
el sufrimiento de un paciente y/o de un familiar. dados paliativos en este grupo de pacientes en edad
pediátrica. Debemos acordar criterios de consulta extra-
Es una tarea que exige un abordaje interdisciplina- polándolos de la bibliografía existente para enfermos
rio con sólidas bases científicas y técnicas. Abordaje adultos4.
que, además, considere a la muerte como el final natu- Se reconocen seis criterios para consulta a cuida-
ral de la vida y no como un “fracaso de la ciencia”. dos paliativos:
Los principios son aplicables a cualquier etapa
evolutiva de una enfermedad. El control de los sínto- I. Enfermedad pulmonar grave demostrada por:
mas y las estrategias de acompañamiento del niño en-
fermo y de su familia debe realizarse independiente- A. Disnea de reposo, con escasa o nula respuesta a
mente del pronóstico de la misma. Requiere plasticidad, broncodilatadores, que produce disminución

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

de la capacidad funcional y/o exacerbada por ño”. El dolor es siempre subjetivo. Cada individuo
otros síntomas como la tos y la fatiga. aprende a aplicar este término a través de experiencias
traumáticas desde los primeros años de vida. Induda-
  FEV1 < 30% postbroncodilatador, es evidencia blemente, se trata de una sensación en una o más partes
de gravedad. del cuerpo, pero también es siempre desagradable y,
por tanto, supone una experiencia emocional1.
B. Progresión de la enfermedad:

   • Aumento de hospitalizaciones o consultas a Abordaje del niño con dolor


salas de emergencia por exacerbaciones agu-
das de su condición respiratoria. Los niños comprenden el concepto básico de dolor
   • Disminución progresiva del FEV1 > 40 ml desde muy temprana edad y pueden expresar sus com-
por año. ponentes.
Ante un niño con dolor se debe:
II. Presencia de corazón pulmonar (en ausencia de
enfermedad cardiaca) documentada por: • Reconocer las causas posibles y probables.
• Interpretar el/los mecanismos involucrados.
   •  Ecocardiograma. • Evaluar la intensidad.
   •  Electrocardiograma. • Proponer esquema terapéutico.
   •  Radiografía de tórax.
   • Signos y síntomas de insuficiencia cardiaca Esta forma de abordaje es efectiva para el trata-
derecha. miento de otros síntomas y debe tenerse presente para
un apropiado tratamiento de los mismos.
III. Hipoxemia en reposo:

   •  PO2 £ 55 mm Hg. Causas


   •  Saturación de oxígeno £ 88 %.
Ante el diagnóstico de dolor es útil pensar si el
IV. Hipercapnia: PCO2 ≥ 50 mm Hg. mismo es producido:
70
V. Pérdida progresiva de peso > 10% en los últimos
• Por la enfermedad.
seis meses.
• Por el tratamiento y los procedimientos.
• Por causas relacionadas con la enfermedad.
VI. Taquicardia de reposo (valorar de acuerdo a tablas
• Por causas concurrentes.
en niños).
El dolor producido por los tratamientos y los pro-
Ante la presencia de uno o más criterios es necesa-
cedimientos es el que mayor impacto provoca durante
ria la consulta especializada, con el objeto de sumar
el proceso de la enfermedad. Por eso debemos tratar
otro abordaje dirigido al control de los síntomas, mien-
tras se mantiene la terapéutica de base que necesita el este dolor preventivamente.
niño con fibrosis quística (FQ). Pensar en conjunto es- Causas más frecuentes en FQ 5, 6
trategias de abordaje de la familia que comienza a tran-
sitar una etapa difícil: la aceptación de la condición de • Dolor torácico.
incurable y la muerte probable de su hijo. Costocondritis, contractura de músculos intercos-
tales, uso excesivo de músculos, fracturas o fisuras
costales secundarias a osteoporosis o crisis de tos
persistentes, neumotórax espontáneo. El dolor
Control de síntomas producido por fracturas costales múltiples puede
desencadenar insuficiencia respiratoria en pacien-
Los síntomas más frecuentes en esta enfermedad tes con reserva funcional limitada.
son: dolor, tos, disnea, secreciones bronquiales, episo- • Dolor abdominal.
dios de pánico respiratorio y crisis asfícticas. Pancreatitis crónica o recurrente, prolapso rectal,
constipación o diarrea, esofagitis.
• Cefalea.
Dolor Secundaria a sinusitis, hipercapnia, tensión mus-
cular.
Es un síntoma frecuente en la FQ. • Dolor posquirúrgico.
“El dolor es una desagradable experiencia sensorial Secundario a lobectomías, colecistectomía, shunt
y emocional que se asocia a un daño real o potencial de espleno-renal, apendicectomía y drenaje pleural,
los tejidos o que se describe en términos de dicho da- entre otros.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


4. Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica

• Dolor de cintura escapular y columna lumbosacra. • Mediciones fisiológicas. Las variables fisiológicas
Especialmente en estadios avanzados de la enfer- son útiles para experiencias dolorosas relacionadas
medad, secundaria a osteoporosis y debilidad7. En con procedimientos médicos a corto plazo. No hay
pacientes adolescentes y adultos jóvenes es impor- reacciones fisiológicas que sean reflejo directo de
tante descartar el aplastamiento vertebral. la percepción de dolor por parte del niño.
• Mediciones conductuales. Se fundamenta en la ob-
servación de las modificaciones de la conducta del
Mecanismos niño en situación de dolor.
• Autoinforme. La mayoría de los niños de tres años
Identificada la causa, es necesario considerar el me- de edad o mayores tienen capacidad para com-
canismo fisiopatólogico involucrado. Existen dos meca- prender el concepto de dolor, percibir su intensi-
nismos fundamentales: el nociceptivo y el neuropático. dad e informar de ello.
El mecanismo nociceptivo es aquel transmitido
por las vías ascendentes espinotalámicas a partir de la En niños en etapa preverbal o con alteraciones
estimulación de receptores nociceptivos, los cuales se cognitivas se deberá evaluar el impacto del dolor a tra-
encuentran en todos los tejidos excepto en el sistema vés de los cambios en su comportamiento. Por esto de-
nervioso central. bemos escuchar siempre la opinión de los padres.
El mecanismo neuropático resulta de la disfunción La elección del método de valoración deberá ade-
o lesión de estructuras del sistema nervioso central o cuarse a la edad y al desarrollo cognitivo del paciente.
periférico. Generalmente es retrasado respecto del co-
mienzo de la lesión y puede permanecer presente aun
en ausencia del desencadenante primario del dolor. En Escalas para medir la intensidad
esta enfermedad puede relacionarse con la presencia de
diabetes mellitus. Para menores de 6 años:
El dolor neuropático tiene características disestési-
cas o lancinantes, con distribución dermatomérica.
Presenta signos como disminución de la sensibilidad, Adaptación de la Escala del Inst. Gustave-Roussy
cambios vasomotores locales, hiperalgesia y cambios Signos 1. Protección antálgica en reposo
distróficos de la piel y faneras. El dolor puede desenca- directos 2. Protección espontánea de zonas
denarse por estímulos habitualmente no dolorosos. dolorosas 71
El dolor producido por un mecanismo nociceptivo 3. Actitud antálgica en el movimiento
responde a analgésicos primarios (antiinflamatorios no 4. Reacción a la movilización pasiva
5. Reacción al examen de zonas
esteroides y opioides), mientras que el dolor neuropáti- dolorosas
co reacciona sólo de forma parcial a analgésicos prima-
Expresión 6. Quejas somáticas
rios y sí responde plenamente a fármacos adyuvantes
voluntaria 7. Localización de zonas dolorosas
(antidepresivos, anticonvulsivantes, antiarrítmicos,
benzodiacepinas y corticoides). Atonía 8. Falta de expresividad
psicomotriz 9. Desinterés por el mundo exterior
10. Lentitud y escasez de movimientos

Valoración del dolor

Para identificar la presencia de dolor contamos con Es preciso recordar que en neonatos el hipo o los
tres herramientas esenciales: la entrevista, la observa- estornudos pueden ser signos de dolor.
ción y el examen físico7.
Uno de los principales problemas que plantea el Para mayores de 6 años:
tratamiento del dolor en niños suele ser la dificultad
para cuantificar la intensidad de sus experiencias dolo- • Escalas numéricas: preguntar de 0 a 10 cuánto es
rosas. El objetivo de la valoración del dolor es obtener el dolor (si se responde 0 es que no duele nada, y
datos precisos que permitan emprender acciones tera- 10 es el máximo dolor imaginable) También pode-
péuticas y evaluar la eficacia de esas acciones. La valora- mos invertir la escala en niños en etapa escolar —
ción debe ser continua, dado que el proceso patológico porque el 10 se vincula a lo excelente y a lo ópti-
y los factores que influyen en el dolor cambian con el mo— para permitir su mejor comprensión.
transcurso del tiempo. • Escala visual-análoga (variante de la anterior): so-
La responsabilidad de evaluar la intensidad del bre una línea de 10 cm, explicar lo mismo y per-
dolor debe ser compartida por el personal médico, por mitir que el paciente señale cuál es su dolor. Esta
el de enfermería y por la familia del niño. Siempre es escala es más sensible, pero de difícil comprensión
posible valorar el dolor de algún modo, incluso en el para niños menores de 8 a 9 años.
niño en estado crítico o con discapacidad cognitiva. • Escala de las caras modificada: muestra seis caras,
Los métodos de medición utilizados en pediatría donde el niño reconoce cuál de las caras represen-
son de tres tipos. ta mejor su dolor.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Interpretación de los resultados de las 3 escalas: • Las terapias cognitivas influyen en el pensamiento y
en la imaginación del niño. Con frecuencia los pa-
0: No hay dolor. dres son muy hábiles en el empleo de estos méto-
1-3: Dolor leve. dos porque conocen los gustos de su hijo; activida-
4-6: Dolor moderado. des como contar un cuento pueden ser una medi-
7-9: Dolor intenso. da de distracción.
10: Dolor intolerable. • Las terapias conductuales modifican el comporta-
miento del paciente a través de ejercicios como la
respiración profunda o la relajación.
“La ausencia de instrumentos de valoración válidos y • Las terapias físicas actúan sobre los sistemas senso-
fidedignos para los niños muy pequeños no es quizás tan riales. Por ejemplo, el tacto, que es importante pa-
importante como la disposición para creer que ellos ra todos los niños y especialmente útil en niños
también sienten dolor.”
pre-verbales.
(McCaffery, Beede, 1991) El masaje y la presión local actúan por contraesti-
mulación.
La estimulación neuroeléctrica transcutánea
Tratamiento del dolor
(TENS) estimula a las fibras nerviosas de gran diá-
metro amortiguando la transmisión del dolor a ni-
Una vez establecidas las causas, los mecanismos y
vel raquídeo.
la intensidad del dolor, debemos proceder a su trata-
miento. Para obtener un alivio efectivo es necesario
plantear una estrategia de abordaje que incluya:
Tratamiento farmacológico
1. Explicación.
Los fármacos más comúnmente utilizados figuran
2. Modificación del proceso patológico.
en la Tabla II.
3. Elevación del umbral del dolor.
4. Modificación del estilo de vida.
5. Interrupción de las vías del dolor. Tabla II. Fármacos y técnicas para el tratamiento
6. Inmovilización. del dolor

72
Analgésicos primarios:
El equipo de salud puede ayudar al alivio del sín-   Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y paracetamol
toma no sólo mediante la indicación de analgésicos, si-    Aspirina, ibuprofeno, naproxeno
no brindando una información adecuada y enseñando   Opioides
medidas sencillas para el control del dolor.    Para dolor moderado: codeína
  Para dolor intenso: morfina, metadona,
hidromorfona, fentanilo, oxicodona

Tratamiento no farmacológico Analgésicos secundarios (adyuvantes o coanalgésicos):


  Anticonvulsivantes
Las terapias no farmacológicas deben formar parte   Antidepresivos
  Corticosteroides
integral del tratamiento del dolor. Éstas son fáciles de   Relajantes musculares
aplicar y pueden modificar muchos de los factores que   Benzodiacepinas
tienden a incrementar el dolor.
Técnicas anestésicas
Se clasifican en terapias de apoyo, cognitivas, con-
ductuales y físicas (Tabla I).

Analgésicos primarios
Tabla I. Terapias no farmacológicas en el
tratamiento del dolor
AINE y paracetamol
De apoyo Cognitivas Conductuales Físicas
Asistencia Los AINE se emplean para aliviar el dolor leve, o
familiar Distracción Respiración Tacto combinados con opioides para aliviar el dolor modera-
Información Música Relajación Calor y frío do o intenso. Todos poseen efectos analgésicos, antipi-
Empatía Visualización Ejercicio Masajes réticos y antiinflamatorios, excepto el paracetamol, que
carece de efectos antiinflamatorios.
Participación Hipnosis Arte TENS
El paracetamol es el fármaco de elección en niños,
Juego Psicoterapia Acupuntura
dado que no tiene efectos secundarios gastrointestinales
y hematológicos.
Los AINE son útiles para el dolor producido por
• Las medidas de apoyo sostienen y capacitan al niño procesos inflamatorios o metástasis óseas. La Organiza-
y a su familia. ción Mundial de la Salud (OMS) recomienda el ibupro-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


4. Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica

feno dentro de este grupo. Dado que pueden producir Si se está utilizando un opioide débil por vía oral y
gastritis, deben administrarse con las comidas. se quiere pasar a un opioide fuerte por vía parenteral
Estos analgésicos tienen “efecto techo”, es decir, no (por ejemplo, dolor postquirúrgico), debe cambiarse a
se obtiene mayor analgesia al incrementar la dosis pero un agonista completo como la morfina (no deben usar-
sí aumentan los efectos adversos. se agonistas parciales o agonistas-antagonistas porque
antagonizan el efecto analgésico y provocan dolor).
Opioides
Cálculo de la dosis de morfina
La codeína es el opioide de elección para el dolor
moderado; si no logra el alivio adecuado con la dosis y Al pasar de morfina oral a morfina parenteral, hay
el intervalo correcto, se deberá suspender la codeína y que dividir la dosis en mg por 2. Para cambiar de mor-
pasar a otro opioide más potente. fina de liberación inmediata a morfina de liberación
Para aliviar el dolor intenso se requieren opioides controlada, se debe calcular la dosis diaria total y divi-
potentes. Se pueden indicar solos o asociados con para- dir por 2. Para pasar de codeína oral a morfina oral se
cetamol, AINE y/o adyuvantes. tiene que dividir la dosis de codeína en mg por 12.
Los opioides fuertes no tienen dosis máxima por- No deben administrarse simultáneamente dos
que no tienen “efecto techo”. La dosis correcta es la que opioides, ya que pueden antagonizarse entre sí y provo-
alivia el dolor. car un mayor dolor.
El opioide fuerte recomendado por la OMS es la mor- La indicación de morfina se basa en la intensidad
fina. Sus alternativas son la hidromorfona, la metadona y del dolor y no en el pronóstico de vida del paciente.
el fentanilo. No se recomienda el uso de la meperidina por Los efectos secundarios más frecuentes son: estre-
la acumulación de su metabolito, que es neurotóxico. ñimiento, prurito, somnolencia, retención urinaria,
La morfina es el fármaco patrón de este grupo y náuseas y vómitos e hipotensión.
con la que se comparan las propiedades equianalgésicas La depresión respiratoria es de presentación muy
de otros fármacos. Se reconocen muchos beneficios con poco frecuente a dosis correctas. Se debe advertir a los
relación a otros fármacos del mismo grupo. Es más eco- padres sobre los efectos adversos y ofrecer tratamiento
nómica, existen preparaciones magistrales, de gran ac- efectivo para los mismos.
cesibilidad, y se administra por diferentes vías (oral, Los efectos secundarios desaparecen durante los
endovenosa, subcutánea, rectal, epidural, intratecal). primeros días de administración de los opioides, excep-
Su farmacocinética y farmacodinamia son conocidas, y to el estreñimiento, el cual debe prevenirse. 73
esto la convierte en un fármaco seguro, aun para su uso
en neonatos8. Mitos y creencias sobre el uso de opioides

Cómo se administran los opioides El tratamiento con opioides mas allá de siete días
crea dependencia fisiológica.
Al comenzar un régimen terapéutico que incluya La dependencia física es una respuesta fisiológica
opioides se deben tomar en cuenta algunas considera- normal a la terapia crónica con opioides. Por esto se
ciones: debe suspender su uso mediante la disminución gra-
La dosis correcta es aquella que calma el dolor. Las dual de la dosis, para evitar síntomas de abstinencia.
dosis iniciales son: La tolerancia se produce después de una adminis-
tración repetida. Hay una adaptación gradual a cierta
• Neonatos: 5-7 mcg/kg en bolo, que se irá repitien- dosis del fármaco, y se hacen necesarias dosis progresiva-
do cada 10-15 minutos hasta obtener confort. mente mayores para conseguir el mismo grado de alivio.
• Lactantes y niños: 10-30 mcg/kg en bolo, que se irá En el tratamiento de dolor por cáncer, la necesidad
repitiendo cada 10-15 minutos hasta que llegue el de aumentar la dosis se relaciona con la progresión de
alivio. la enfermedad y no con tolerancia farmacológica9.
La existencia de mitos sobre la adicción genera la
Si el dolor no cede o aparece antes de las 4 horas, infrautilización de los opioides, llamada por algunos
se debe aumentar la dosis del opioide entre un 30% y autores opiofobia.
un 50% de la dosis previa, administrándolo en el mo- Esta entidad es compartida por miembros del
mento en que aparece el dolor y reiniciando desde en- equipo de salud, por el paciente y por su familia. Algu-
tonces el esquema cada 4 horas. Si comenzamos con un nas expresiones relacionadas con la opiofobia son:
opioide débil, se pueden realizar aumentos hasta las
dosis máximas (2 aumentos en adultos). Si el dolor per- • Equipo de salud. La morfina sólo debe utilizarse
siste, se debe valorar el cambio a morfina u otro opioide cuando el paciente está agónico, pues adelanta la
fuerte. muerte, causa depresión respiratoria y produce
Cuando se administran opioides cada 4 horas se dependencia y adicción.
puede dar una doble dosis nocturna con el objeto de • Paciente y familia. Si me dan morfina significa que
evitar interrupciones del sueño y permitir un descanso pronto me voy a morir, no habrá nada para cuando
adecuado. empeore el dolor y me volveré adicto.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Analgésicos secundarios o coanalgésicos Dolor intenso


Dolor moderado OPIOIDE FUERTE
Son fármacos que habitualmente se utilizan con Dolor leve OPIOIDE DÉBIL +/–AINE
otros fines terapéuticos pero que contribuyen al alivio AINE* +/–AINE +/–Adyuvantes
del dolor, asociados a los analgésicos primarios. Tienen +/–Adyuvantes
importancia en el tratamiento del dolor que responde
parcialmente a los opioides, en particular en el dolor
neuropático. Los principales grupos son: antidepresivos Técnicas anestésicas
tricíclicos, anticonvulsivantes, benzodiacepinas y corti-
costeroides. Las intervenciones anestésicas para el alivio del
dolor en niños con FQ ocupan un lugar destacado, no
– Antidepresivos tricíclicos. Su acción se relaciona con sólo en la analgesia y sedación para procedimientos a
el bloqueo de recaptación de serotonina y noradre- los que estos niños se ven expuestos con frecuencia, si-
nalina en la brecha presináptica. Mejoran el estado no en el tratamiento de síndromes dolorosos crónicos.
de ánimo, sinergian la analgesia opioide y poseen El uso de bloqueos nerviosos periféricos y troncu-
efectos analgésicos directos. Están indicados para el lares puede ser necesario ante la presencia de dolor
dolor neuropático de tipo constante y disestésico. óseo y/o músculo-esquelético secundario a fracturas
Ejemplo: amitriptilina en el dolor de miembro fan- costales y vertebrales, permitiendo un rápido alivio del
tasma, dolor crónico después de una toracotomía. dolor agudo.
– Anticonvulsivantes. Ejercen su acción suprimiendo La analgesia epidural torácica se utiliza en cuadros
las descargas neuronales espontáneas y la hiperex- con dolor crónico por inestabilidad torácica secundaria a
citabilidad neuronal que se producen después de fracturas costales múltiples y/o aplastamiento vertebral.
una lesión nerviosa. Son útiles en el dolor de tipo Puede usarse en forma transitoria (3 a 10 días), o bien con
punzante y lancinante. Ejemplo: carbamacepina catéter implantable cuando, por la intensidad del cuadro,
en la neuralgia del trigémino. se reconoce que la terapéutica será prolongada (osteopo-
– Benzodiazepinas. Tienen acción miorrelajante. rosis grave). Se infunde una agrupación de anestésicos
Ejemplo: diazepan en presencia de contractura locales (bupivacaína), asociada o no a opioides (fentani-
muscular. lo). Esta técnica proporciona una analgesia excelente, con
– Corticosteroides. Inhiben la producción de prosta- una mejoría de la habilidad de toser y expectorar, indis-
74
glandinas, con disminución de la inflamación y del pensable para mantener despejada la vía aérea6,7,10.
edema asociado a la metástasis. Se utilizan para el Los estudios realizados sobre dolor en FQ son re-
alivio del dolor asociado a la compresión de las trospectivos. Los cuadros de dolor crónico y de dolor
vías nerviosas, a las metástasis óseas y a la cefalea agudo reiterado son informados en pacientes con enfer-
por hipertensión endocraneana. medad avanzada. El desafío de cara al futuro es incor-
porar sistemáticamente el interrogatorio sobre el sínto-
Sugerencias de la OMS ma desde el comienzo de la enfermedad 6, 7.
Hay instrumentos para su diagnóstico preciso:
El correcto uso de los medicamentos analgésicos, causas, mecanismos y escalas de evaluación en las dis-
capaz de aliviar el dolor en la mayoría de los niños, se tintas etapas evolutivas. Existen las herramientas para
asienta en cuatro conceptos claves: su adecuado tratamiento: el uso de medidas no farma-
cológicas y farmacológicas para su alivio. La utilización
• Por reloj. Los analgésicos se deben administrar en de opioides no deteriora su función respiratoria, sino
forma regular y no “según el dolor”. Bajo un régi- que, por el contrario, mejora la adherencia a la kinesio-
men, y según la necesidad, el niño debe experi- terapia respiratoria y al entrenamiento de toser para
mentar dolor para recibir su medicación. El objeti- aliviar la vía respiratoria de sus secreciones.
vo es prevenir la aparición del dolor.
• Por la vía adecuada. Los medicamentos deben admi-
nistrarse por la vía más sencilla, más efectiva y me- Disnea
nos dolorosa. Siempre que sea posible, la vía de
elección es la oral, aunque también pueden estar Percepción no placentera de la respiración
indicadas las vías endovenosa, subcutánea o trans-
dérmica. La vía intramuscular no se recomienda por La disnea puede ser percibida por el paciente co-
lo dolorosa que resulta y por su absorción errática. mo uno de los síntomas más angustiante y muchas ve-
• Para cada niño. Toda medicación se debe dosificar ces como un signo de muerte inminente por ahogo o
según la necesidad de cada niño. La analgesia es sofocación11. Es percibida por la familia como una gra-
individual y personalizada para cada paciente y ve dificultad para respirar.
para cada momento de la enfermedad.
• Por escalera. Por su intensidad, el dolor se clasifica
en leve, moderado o intenso, y las opciones anal- 
  Por cuestiones prácticas, se resume en AINE a los antiinfla-
gésicas se deben ajustar en consonancia. matorios y al paracetamol.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


4. Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica

Como el dolor, se trata de una experiencia subjeti- • Origen cardiovascular


va, acompañada de variables objetivas (taquipnea, uso   Insuficiencia cardiaca
de músculos accesorios) que no siempre guardan rela-   Derrame pericárdico, pericarditis constrictiva
ción con la percepción del síntoma ni con los tests de   Hemorragia, shock
función pulmonar12,13. La frecuencia respiratoria, la • Anemia
pO2 y los gases en sangre no se correlacionan con la • Ansiedad
sensación de disnea.
Existen varios factores que modulan la calidad y la Otra manera de establecer las causas clínicas de
intensidad de su percepción, y debe ser interpretada disnea17 se observa en el siguiente cuadro, que conside-
como un fenómeno multidimensional14. Su adecuado ra no sólo las de origen orgánico.
control se obtiene con menos frecuencia que con otros
síntomas.
La prevalencia de la disnea15,16 en los pacientes Mecanismos
con cáncer avanzado es del 20% al 70%.
La prevalencia de disnea en pacientes con enfer- Si bien el mecanismo íntimo donde se origina la
medad pulmonar crónica se acerca al 90% en la pobla- sensación de falta de aire es incierto aún, existen tres
ción adulta. No hay estudios en edad pediátrica. No condiciones clínicas que se pueden asociar a este sínto-
existen escalas de evaluación en niños menores de 6 ma14,15.
años17.
Como en otros síntomas, debemos considerar cau- 1. Aumento del esfuerzo respiratorio para superar
sas, mecanismos, evaluación y tratamiento. una sobrecarga (ejemplos: derrame pleural, obs-
trucción de la vía aérea).
2. Debilidad o disminución de la fuerza muscular
Causas respiratoria por fatiga, parálisis o caquexia.
3. Aumento de los requerimientos ventilatorios
• Obstrucción de la vía aérea (ejemplos: hipoxemia, hipercapnia, anemia).
  Tráquea
  Bronquio
• Disminución de parénquima pulmonar Valoración de la disnea
  Fibrosis 75
  Tumor El único “patrón oro” que se ha de considerar es el
  Derrame pleural reporte del síntoma por el propio paciente14.
  Infección Hay descritas en la literatura no menos de veinte
  Hemorragia escalas para evaluar la disnea. Algunas la relacionan con
  Embolismo pulmonar la actividad diaria, otras con el ejercicio y otras, final-
  Enfisema mente, con medidas de calidad de vida (escalas genera-
  Resección quirúrgica les y específicas de enfermedad pulmonar)17.
• Alteración de la mecánica ventilatoria Las escalas más utilizadas para su valoración son:
  Trastornos motores, debilidad la escala visual análoga (EVA), la numérica y la categóri-
  Dolor torácico ca verbal12.
 Elevación diafragmática: ascitis, hepatomegalia, Uno de los principales problemas asociados a la
lesión del nervio frénico valoración de la disnea es la intensidad variable con re-

Fisiológicas Patológicas Neurológicas Psicógenas


Ejercicio Agudas Tumor cerebral Hiperventilación
Infección Trauma cerebral Disnea secundaria a:
Hipoxemia provacada Inflamación de vía aérea Accidente cerebro-vascular Tensión
por: Obstrucción Infección meníngea Pánico
Trauma torácico Encefalitis Debilidad
• Altura Enfermedad pleural Ansiedad
• Descenso fracción oxígeno Edema pulmonar Miedo
inspirado Embolia pulmonar Enojo
Insuficiencia cardiaca
Disnea
Crónicas relacionada con
Enfermedad pulmonar dolor
obstructiva crónica
Enfermedad intersticial
Anemia
Enfermedad restrictiva pulmonar
Enfermedad vascular pulmonar

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

lación al nivel de actividad o independientemente de Ocasionalmente puede ser necesaria la utilización


ella durante distintos momentos del día, lo que dificulta de midazolam subcutáneo o intravenoso para la seda-
la evaluación de las intervenciones farmacológicas y no ción ante síntomas refractarios y de intensidad insopor-
farmacológicas sobre el síntoma. En niños mayores de 6 table (sensación de asfixia, hemoptisis masiva).
años pueden utilizarse estas escalas si son entrenados Se han utilizado otros fármacos, como fenotiazinas
previamente. (prometazina) y antidepresivos, en enfermedad pulmo-
nar obstructiva crónica, pero los resultados de los estu-
dios no son definitivos19.
Tratamiento de la disnea
Oxigenoterapia
Aspectos generales
Frente a un paciente hipoxémico se puede alcan-
• Tratar causas potencialmente reversibles. zar una saturación mayor del 90%. En caso de pacien-
• Evaluar el tratamiento específico adecuado a la tes no hipóxémicos hay que evaluar el beneficio de
etapa evolutiva de la enfermedad. oxígeno versus aire. Algunos pacientes refieren un alivio
• Discutir los tratamientos posibles con el paciente y del síntoma sólo con sentir aire en la cara o con el uso
con su familia, desde la implementación de distin- de ventilador.
tas medidas hasta la no intervención en algunos
casos, respetando y promoviendo la autonomía del Medidas no farmacológicas
paciente.
• Ofrecer apoyo psicoterapéutico y/o tratamiento • Crear un ambiente confortable con medidas
psicofarmacológico cuando sea necesario. simples:
• Reconocer los limites y dar esperanzas del grado
de alivio posible. -  Ventanas abiertas.
-  Pocas personas en la habitación.
Medidas generales farmacológicas -  Eliminar irritantes ambientales.
-  Mantener la temperatura de la habitación.
Opioides -  Introducir humidificación.

76 Los opioides sistémicos mejoran la sensación • Brindar información y soporte a la familia.


subjetiva de disnea sin alterar el ritmo respiratorio o • Enseñar ejercicios respiratorios y de relajación. Los
la saturación de oxígeno, siendo los principales me- métodos no farmacológicos para el alivio del dolor
canismos de acción propuestos los siguientes: la dis- son aplicables al control de la disnea.
minución de la sensibilidad a la hipercapnia y la hi-
poxia, vasodilatación y disminución de la precarga,
la disminución del consumo de oxígeno y la dismi- Tos
nución de la percepción central de la disnea12,18,19. Se
reconoce además su acción periférica sobre los re- Es normalmente un mecanismo que protege de
ceptores pulmonares. daños a la vía aérea. En estos pacientes puede transfor-
marse en un síntoma devastador cuando la tos es muy
Dosificación recomendada intensa o produce sensación de asfixia. Puede exacerbar
otros síntomas: disnea, dolor o hemoptisis. El enfoque
1. Paciente virgen de opioides: morfina: 30% a 50% terapéutico general es similar al de la disnea.
de dosis inicial para el dolor, por vía oral. Si es
necesario iniciar por vía subcutánea: 30% de la
dosis inicial. Tratamiento farmacológico
2. Paciente con opioides: se comienza utilizando do-
sis de rescate como para el dolor ≠ 25%-50% de El fármaco de primera línea es la codeína. También
dosis previa. puede indicarse dextrometorfano.
Dosis inicial de codeína: 30% de dosis indicada
Importante: Proveer un alivio anticipatorio con para el dolor.
dosis de rescate de opioides (10% de la dosis diaria) Dextrometorfano: 0,1-0,15 cc/kg/dosis cada 4 ó 6
ante circunstancias predecibles de generar disnea. horas.
Puede utilizarse morfina si hay otro síntoma acom-
Benzodiazepinas pañante, como dolor y disnea.
Otros síntomas, como la asfixia, la disnea refrac-
Utilizar en casos de ansiedad mayor, asociada o no taria y la crisis de pánico, suelen presentarse en el
con crisis de pánico. periodo cercano a la muerte. Muchas veces tienen in-
El uso específico para el alivio de la sensación de dicación de sedación, y por ello se discute en forma
falta de aire sin estos síntomas no ha sido demostrado. separada.

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4. Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica

La comunicación con el 1. Conocimientos previos que es importante repasar:


paciente y sus familiares
• Actitudes y reacciones previas del paciente y de
Los aspectos relacionados con el proceso de mo- su familia.
rir, el duelo, el cuidado de los supervivientes, y algu- • Estadio de la enfermedad: pronóstico, trata-
nas cuestiones sobre la comunicación con el paciente miento, opciones.
y su familia, serán discutidos en el capítulo que trata • Revise sus sentimientos, actitudes, prejuicios,
de los “Cuidados durante los últimos días o semanas aflicciones.
de vida”, porque nadie sabe cuánto dura realmente la • Seleccione un lugar privado, sin ruidos, sin inte-
“agonía”. rrupciones.
La comunicación con el paciente y con su familia • Conozca quiénes estarán presentes.
sobre la atención en el final de la vida es uno de los as-
pectos más importantes en la implementación de las 2. Entrevista
estrategias de cuidado. Sin embargo, muchas veces nos
resistimos a abordar estos temas. • Introduzca a todos los presentes.
Existen numerosos artículos y libros de técnicas de • Utilice preguntas abiertas.
comunicación sobre la forma de dar malas noticias23. • Indague qué entienden el paciente y su familia.
Los profesionales de la salud tenemos la necesidad de • Examine cuánto quieren saber.
aprender cómo se deciden y coordinan los cuidados en • Considere que hay pacientes y familias que no
el final de la vida con los pacientes y sus familias24. An- desean hablar sobre este tema.
te los enfermos pediátricos, hemos de considerar su • Discuta el pronóstico con franqueza, utilizando
edad, su entorno significativo, las creencias de sus pa- un lenguaje sencillo.
dres y todos los aspectos culturales, religiosos y espiri- • No utilice un lenguaje técnico, dando informa-
tuales. Pero no debemos olvidar que los niños de cual- ción médica acotada.
quier edad pueden percibir su muerte próxima. La in- • Sostenga la esperanza.
formación que le brinda su propio mundo interno (los • Garantice que la limitación del tratamiento no es
cambios físicos, la debilidad, el deterioro) y el mundo un abandono del cuidado.
externo (los cambios de actitud en los padres, en la fa- • Repregunte para examinar lo que dicen el pa-
milia y en el equipo médico) es la que aproxima al niño ciente y su familia.
a la idea de su muerte. Que pueda comunicarnos sus • Estimule que el paciente y la familia hablen de 77
sentimientos, temores o preguntas, depende de la acti- sus sentimientos.
tud de los adultos. • Tolere el silencio; es un recurso en la comunica-
Es importante tener en cuenta que si bien el niño ción.
es una persona que está en crecimiento en todos los as-
pectos —y en este sentido los adultos debemos prote- 3. Cierre de la entrevista
gerlos de algunas crudas verdades de la vida—, los ni-
ños gravemente enfermos se ven enfrentados temprana- • Legitime qué información comparten acerca de
mente a situaciones difíciles que hacen que sea indis- la enfermedad y del tratamiento.
pensable reflexionar acerca de qué es necesario infor- • Sugiera el tratamiento a seguir.
marles en cada momento. • Estimule la realización de otras preguntas.
Hay acuerdo en toda la bibliografía acerca de • Organice el seguimiento y asegure su presencia
los beneficios de informar a los niños, de manera para nuevas preguntas.
que es importante enfatizar con los padres la impor-
tancia de ser honrados con relación a lo que están
sintiendo, no mentir ante las preguntas precisas,
mantener una actitud expectante ante las mismas e Cuidados en el final de la vida
informar en la medida en que el niño pueda recibir
esta información. “El cómo muere la gente
Además, debemos tener en cuenta que los niños permanece en la mente
tienen distintas capacidades afectivas y cognitivas. No de los que seguimos viviendo.”
son las mismas preguntas las que hace un niño de 4 Dame Cecily Saunders 36, 37
años que las que hace uno de 9 ó de 13. Tampoco pue-
den ser las mismas respuestas. Los niños nos van guian- Se denomina agonía al estadio final de una enfer-
do. Toda discusión acerca de la enfermedad y/o la medad avanzada, en el cual la muerte es evidente en
muerte con los niños debe ser apropiada a su nivel de cuestión de días u horas. Este proceso se evidencia a
desarrollo. Tanto el concepto de enfermedad como el través de cambios físicos y psicológicos y se analiza con
de muerte se modifican a lo largo del desarrollo del ni- profundidad en otro capítulo de este libro.
ño y según cada niño en particular3,25,26,27. Es reconocida como la más profunda y difícil ex-
Conceptos que deben ser meditados antes de ha- periencia que un ser humano debe afrontar, provocan-
blar sobre los cuidados en la etapa terminal23,24: do un conjunto de situaciones emocionales y psicológi-

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

cas de gran complejidad. Nuestra tarea puede ayudar a Durante dos años únicamente se le administró
la familia a comprender que los cambios que ellos ob- morfina porque sus crisis de tos asfixiante se perpetua-
servan en el ser querido pueden ser muy diferentes a la ban. De tanto insistir nuestra unidad, se hizo una TAC
propia experiencia del paciente. de tórax que mostró una compresión del bronquio
La soledad, el aislamiento y el mal control de los fuente derecho. Se realiza una biopsia y ésta sólo mues-
síntomas en esta etapa pueden llevar a las familias a tra “reacción linfo-proliferativa”, por lo que se inicia un
sentimientos de frustración, temor, ira o fantasías de tratamiento con dexametassona a 0,6 mg/kg/día.
que algo hicieron mal. Todas estas emociones son facto- Si bien los síntomas mejoran parcialmente, C.M.
res negativos para la evolución de un duelo normal. nunca pudo dejar los opioides.
Es el momento en que el cuidado paliativo debe
ser tanto o más intenso que el mismo cuidado intensi- 5.  ¿Qué opina usted acerca del uso de opioides en
vo3,20,21,22,29,30,31. la enfermedad respiratoria crónica?
C.M. logró volver a su casa, a su escuela, sin oxígeno.
Posteriormente ingresó en el hospital con sepsis a
estreptococo de la comunidad. Muere en la UTI a las 36
u u Casos Prácticos u u
horas.

6.  ¿Qué les diría a sus padres cuando vienen a verlo?


Caso número 1: C.M.

Paciente de 10 años de edad, con diagnóstico de Caso número 2: D.R.


fibrosis quística desde los 6 meses de vida.
Acude a la UCP porque sufre crisis de tos y sensa- D.R. es un niño de 8 años de edad con una EFC
ción de asfixia de 6 meses de evolución. Está internado secundaria a una infección respiratoria baja por adeno-
por estos episodios desde hace 4 días, y nos consultan virus.
los pediatras. Cuando lo vimos por primera vez nos di- Su madre murió hace 3 años y su padre no se ha
jo: “Siento que me muero cada vez que tengo esta tos”. hecho cargo de su cuidado.
Indicamos codeína a 0,05 mg/kg/peso cada 4 ho- D.R. está a cargo de una institución de niños sin
ras, pero el síntoma no se alivió mucho. hogar, al cuidado de dos personas mayores que asumen
78 el papel de abuelos.
1.  ¿Qué haría usted? ¿Usaría otro opioide? ¿Por qué?
Nos consulta el Servicio de Neumología durante
Tres meses después, C.M. se vuelve a ser internado
un ingreso de D.R. en ese departamento a causa de una
por intenso dolor torácico. Indicamos morfina IV, pero
dificultad respiratoria intensa; nos dicen que han habla-
después de cuatro aumentos cada 15 minutos, sospe-
do con “los abuelos” y éstos no desean el ingreso a UTI
chamos que padece inestabilidad torácica por fracturas
y ARM. Iniciamos el control de la disnea con morfina
costales.
oral. Siendo un paciente virgen de tratamiento, ¿con
qué dosis empezaría?
2.  ¿Por qué pensamos en esta posibilidad?
Los niños con FQ tienen problemas con la absorción Se dialoga acerca de qué podemos hacer ante el
del calcio y de su metabolismo, por lo que deben recibir u “no hay más que hacer”.
suplemento de vitamina D y de calcio. Revisamos su his- Su tía materna toma el control del cuidado de D.R.
toria clínica y vimos que no recibía este suplemento. y a ella le explicamos nuestro papel.
Si acepta nuestra presunción diagnóstica, ¿a qué
servicios pediría ayuda inmediatamente? 1.  ¿Cuál es?
C.M. ingresó en el quirófano para la colocación de
un catéter de infusión epidural de analgesia y con ello el 2.  D.R. aún vive. ¿Qué supones que hemos reali-
dolor quedó controlado, lo que evitó su ingreso en la zado en este tiempo en relación con los abuelos y con
Unidad de Terapia Intensiva (UTI) para Asistencia Res- las demás personas que viven en el hogar?
piratoria Mecánica (ARM). Medidas de cuidados del proceso de duelo.

3.  ¿Por qué piensa usted que esto fue útil, y qué 3.  ¿Qué sientes al leer sobre el cuidado de niños
haría de ahora en adelante? con enfermedades potencialmente mortales?

4.  C.M. recibió tratamiento para su osteoporosis


con calcitonina y calcio, y se le pudo retirar el catéter
semi-implantable de infusión epidural de analgésicos a Bibliografía
los 9 meses de su colocación.
1. Organización Mundial de la Salud, Informe técnico, serie 840.
C.M. dejó de usar la bomba semi-implantable de Ginebra 1990.
analgesia (colaboración de los servicios de Anestesia, 2. A guide to the development of Children’s Palliative Care Services,
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4. Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica

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79

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Los cuidados a niños con VIH/sida


avanzado y a sus familias

Javier Barbero, Isabel de José

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ na Noestlinger explica en una carta que incluso en Eu-


ropa sólo el 35% de los niños con VIH positivo son in-
u Conocer las dificultades específicas de los niños en- formados de su enfermedad. Los padres, que temen el
fermos de sida debidas a su entorno social. estigma y el impacto emocional en sus niños, necesitan
u Conocer los aspectos culturales que dificultan la apoyo profesional sobre cómo manejar la revelación de
adaptación del niño enfermo a su entorno. la información y no siempre lo tienen.
En un curso sobre cuidados paliativos en niños,
u Conocer las dificultades de los familiares del niño aparecen ya tratados muchos elementos comunes a la
enfermo y aprender estrategias para su ayuda. infancia y al final de la vida. Por eso, en nuestro capítu-
u Conocer los distintos síntomas físicos que pueden lo, hemos querido subrayar lo más diferencial —lo que
presentar los niños con VIH/sida y sus posibilidades afecta a la infección por VIH/sida—, con el fin de apor-
de tratamiento. tar un apoyo en lo que esos procesos tienen de particu-
lar. La reflexión pretende incorporar tanto aspectos mé-
u Conocer los argumentos a favor y en contra de la in- dico-sanitarios como los de índole ética y psicosocial.
formación al niño sobre su diagnóstico y pronóstico.
u Adquirir habilidades para ayudar al niño enfermo a
81
conocer su realidad.
SIDA: SÍNDROME CLÍNICO,
u Adquirir habilidades para acompañar al enfermo al
ENFERMEDAD SOCIAL
final de su vida.
De todos es sabido que la palabra SIDA designa al
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Un término
claramente clínico que, de forma descriptiva, refleja el
aspecto complejo y multidimensional (sindrómico), la
INTRODUCCIÓN
afectación del sistema de defensas del organismo y el
origen externo —que no genético— de la infección. Sin
Hace escasamente unos meses, la prestigiosa revis-
ta Lancet nos recordaba los devastadores efectos del embargo, la palabra sida evoca una realidad mucho más
VIH/sida en los niños1. Los niños han sido incluidos tan compleja. Se ha convertido, en palabras de Susan Son-
sólo recientemente en las estadísticas del VIH y los da- tag2, en una enfermedad con significado, en un descali-
tos que se obtienen de las mismas son desalentadores: ficador social, y, como consecuencia, la propia reputa-
cada minuto muere un niño de una enfermedad relacio- ción de la enfermedad aumenta el sufrimiento de quien
nada con el sida; entre 2 y 3 millones de niños viven la padece. Llevar en tu organismo la infección por el
con sida en el mundo, y más de 15 millones de peque- Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) o su de-
ños se han quedado huérfanos a cusa del mismo (de sarrollo a sida significa, por desgracia, tener que vivir
ellos, 12 millones sólo en el África subsahariana). Mu- con un estigma. Goffman3, en su clásica definición, des-
chos niños viven con parientes con VIH y los cuidan, cribe el estigma como un atributo que desacredita so-
aunque ellos no estén infectados, lo que les supone pro- cialmente a quien lo soporta, sometido a reacciones
fundos y prolongados traumas psicológicos. Menos del adversas de hostilidad y de rechazo, que favorecen la
10% de los niños huérfanos del sida reciben recursos y soledad y el aislamiento social. Hoy por hoy, a 25 años
apoyo público. Muchos viven en pobreza severa y son del comienzo de la epidemia de sida, desafortunada-
vulnerables al abuso. Los niños, especialmente en Áfri- mente aún tenemos que reconocer que vivir con VIH
ca subsahariana, están afectados indirectamente por la supone padecer un estigma, aunque en la actualidad las
pérdida de sus maestros, que o bien han fallecido o ne- formas de discriminación sean más sutiles4 y más “polí-
cesitan cuidar a sus parientes enfermos. Y las dificulta- ticamente correctas”. Una simple reflexión al amable
des no sólo existen en los países en vías de desarrollo. lector: si su hijo tuviera el VIH y hubiera estado ingre-
En el mismo número de la revista mencionada, Cristia- sado unos días en el hospital para la curación de una

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

infección oportunista, ¿lo comentaría natural y tranqui- dejada al único criterio de la buena voluntad. Pero tanto
lamente con los padres de sus compañeros de colegio, la técnica como la ciencia no son asépticas: están preña-
ante las muestras de interés de éstos por el estado de das de valores o de contravalores. No hay hechos sin
salud del pequeño, a la vuelta a las aulas? Y el problema valores. Como afirman algunos autores6, la física perdió
no está sólo en las reacciones sociales, sino también en la inocencia en Hiroshima, la medicina lo hizo en Aus-
que el estigma —siguiendo a Goffman— produce cul- chwitz y creemos que la intervención con personas que
pabilidad, baja autoestima y desajustes emocionales. padecen enfermedades estigmatizadas también la ha
La parte de “déficit-deficiencia” afecta a todo el perdido en el camino. Puede ser en la complicidad del
ámbito que abarca el sida y, por ello, se vincula a límite, pensamiento débil y acrítico o en no analizar a fondo los
a pobreza, a pérdida. No en vano, asociados al sida —y prejuicios que barnizan nuestra acción. O quizás en la
no sólo refiriéndonos al ámbito pediátrico—, aparecen omisión y en la simple indiferencia a la que suele llevar
conceptos y realidades como inmunodeficiencia bioló- una pretendida y más que sospechosa neutralidad. Un
gica (disminución de CD4, células del sistema inmuni- afectado no puede ser neutral. El sida social, por ejem-
tario), vulnerabilidad social (dificultades en el acceso a plo, también es una “patología transmisible”. Los medios
la vivienda, precariedad laboral, desafiliación en los de comunicación —para nada neutros— de hecho han
vínculos naturales, etc.), indefensión emocional (viven- tenido una enorme responsabilidad a la hora de crear y
cia clandestina de la propia enfermedad, estado de áni- potenciar estereotipos y prejuicios generando un tipo de
mo deprimido, etc.), fragilidad existencial (sinsentido “enfermedades-discriminaciones de transmisión social”.
frente a la existencia y su devenir, experiencia de culpa, No podemos olvidar, de cara a la intervención, los
etc.), impotencia científica (ante la complejidad de la patrones culturales del medio en el que vamos a interve-
estructura del virus), etc. En el fondo, el sida nos con- nir. No se previene, ama, lucha, piensa, espera desde los
fronta con nuestra propia condición humana, de por sí mismos esquemas. De ahí que la intervención no se pue-
débil, limitada, contingente. Pero a lo bestia, pues, por da planificar y programar desde la falsa asepsia de los
un lado, todas esas condiciones (indefensión emocio- despachos de salón, sino escuchando a las personas acer-
nal, fragilidad existencial, etc.) son realidades que se ca de sus valores, necesidades, expectativas, estilos de
relacionan entre sí, no suelen venir aisladas, y, por otro, vida, preferencias, etc. Por ejemplo, llama significativa-
todas ellas son variables amplificadoras del daño. En mente la atención que muchas de las iniciativas de inter-
resumen, el sida nos habla de multidimensionalidad, vención no han tenido en cuenta algo tan básico como la
pero —en principio— a la baja. perspectiva de los niños o la perspectiva de género.
82 Esta realidad, tan poco deseable y, por tanto, tan La intervención con los pequeños que padecen si-
aversiva, suele generar respuestas sociales muy dispa- da, en su desarrollo final, ha de estar siempre perfilada
res, pero mayoritariamente de rechazo. De hecho, casi desde el eje del vínculo, del encuentro, de la comunica-
todo lo que tiene que ver con cuestiones tan ambivalen- ción. Tendremos mucho o poco que ofrecerles desde el
tes como la salud y la enfermedad, la interacción social punto de vista clínico-médico, pero va a ser precisa-
con los distintos, la vida y la muerte, los valores, los mente nuestra persona el recurso por antonomasia que
derechos y deberes de los ciudadanos, puede hacer bro- hay que compartir y emplear. En una relación de ayuda
tar la visceralidad, los miedos, los prejuicios y la irracio- al final de la vida hay veces que ya no tienes objeto aña-
nalidad. Por ello, desde un enfoque de racionalidad, la dido que ofrecer (léase medicación, prestación social,
primera premisa que necesitamos para abordar la inter- etc.), pues todo eso está ya hecho. Allí es donde se en-
vención con estos niños de un modo coherente es inte- cuentran e interaccionan las personas sin otra media-
grar y reivindicar el estatus de afectados5 y en clave de ción. Frente a frente. En función de la calidad y la cali-
postura ideológica y de relación. Soy un afectado por- dez personal que se invierta, lo que inicialmente es una
que soy un ciudadano; a mí me afecta que exista el VIH, amenaza (el encuentro con la perspectiva de muerte)
sus repercusiones biológicas, psicológicas y sociales, su también puede recrearse como una oportunidad de re-
manera de convivir con él, etc. Y desde ahí, tengo res- construcción personal y de integración social.
ponsabilidades. Aunque sabemos que las estrategias de El VIH/sida nunca debería haber salido del espacio
prevención instrumental habrán de referirse a compor- estrictamente clínico, pero, como luego veremos, su
tamientos o prácticas de riesgo que suelen ser más habi- carácter transmisible, la altísima mortalidad inicial, la
tuales en subpoblaciones más expuestas (no se pretende juventud de muchos de los implicados y la afectación a
hacer invisible la realidad de estos grupos, mal llamados determinados grupos poblacionales han hecho prácti-
“grupos de riesgo”), para la prevención del sida social sí camente imposible ese deseo.
que es necesaria la reivindicación de “afectados”, no
sólo de los que intervenimos en el medio, sino de todos
los ciudadanos. El sida es un problema de todos.
Nuestra reflexión y nuestra intervención en el ám- SIDA COMO ENFERMEDAD MORAL Y
bito del sida pediátrico —y más aún en el contexto del COMO PREDISPONENTE DE LA
final de la vida— van a estar, querámoslo o no, impreg- EXCLUSIÓN
nadas de ideología, aunque no tengamos conciencia de
ella o capacidad para explicitarla. La intervención, cier- En torno al sida se han generado distintas teorías
tamente, ha de ser técnicamente correcta, no puede ser explicativas, algunas de ellas vinculadas a posibles hi-

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5. Los cuidados a niños con VIH/sida avanzado y a sus familias

pótesis acerca del origen del virus y de la infección. Se las muchas personas infectadas por VIH que conoce-
ha especulado sobre si fue un virus creado in vitro por mos, no sabemos de ninguna que “se lo haya buscado”.
científicos estadounidenses para castigar a grupos so- Lo más que han perseguido ha sido quitarse un síndro-
cialmente residuales (homosexuales, drogodependien- me de abstinencia o una noche de difícil soledad.
tes, etc.), se han escuchado opiniones tan peregrinas El enfoque de “enfermedad conductual-moral” es
como atribuir la infección a un castigo de Dios. En fin, válido para entender las reacciones sociales que ha ge-
vinculadas al sida han surgido distintas representacio- nerado la infección por VIH. Sin embargo, puede ser
nes sociales gestadas unas veces desde el imaginario útil un planteamiento más generalista, en principio,
social y otras desde la realidad. Quizá la más conocida pero también aplicable al mundo del sida. Nos referi-
—y la más real, aunque formulada de muy diversos mos a aquellas reflexiones acerca de la exclusión o, más
modos— sea la que considera el sida como enfermedad concretamente, acerca de los procesos y escenarios de
conductual y, por tanto, moral. Veámosla con un poco marginalidad. Algunos autores9 plantean la hipótesis de
de detalle. la exclusión social como resultado de tres procesos so-
Frente a las enfermedades naturales (aquellas en ciales, tres vectores con sus respectivas lógicas:
las que no interviene la conducta humana para que se
generen —por ejemplo, una apendicitis—), clásica- • Insuficiencia de recursos. Persistencia de la des-
mente se han distinguido las enfermedades morales igualdad, centrada en el desempleo, en especial de
(mos - moris: hábito, costumbre), es decir, aquellas cuya larga duración, y en las nuevas formas de pobreza
causa está determinada por una conducta o una manera económica, algunas de las cuales afectan de lleno a
de comportarse. Toda enfermedad moral, como pueden la subsistencia. Incluye las deficiencias formativas
ser las enfermedades de transmisión sexual o el alcoho- que dificultan el acceso al trabajo. La dimensión
lismo, acaba siendo considerada como social, pasa des- estructural y económica de la marginalidad.
pués a ser vergonzante y se termina generando una • Vulnerabilidad de los tejidos relacionales. La cre-
búsqueda de chivos expiatorios, cayendo en la típica ciente desagregación de las formas convivenciales,
dinámica de “caza de brujas”, que persigue más buscar la disociación de los vínculos sociales, la emergen-
culpables que encontrar soluciones. El planteamiento cia de la sociedad de riesgo y la fragilización de los
es muy simple y muy perverso: existe información en servicios de proximidad. La dimensión contextual y
torno a las vías de transmisión del virus. Una persona social de la marginalidad.
informada que mantenga conductas de riesgo es una • Precariedad de los dinamismos vitales (confianza,
persona culpable de su infección, y, por tanto, ella se lo identidad, reciprocidad...). La impotencia personal, 83
ha buscado; de ahí que la obligación de prestarle ayuda que cristaliza en las ideologías de lo inevitable, el debi-
sea más bien una cuestión supererogatoria, una cues- litamiento de la cultura popular de los barrios y, so-
tión de beneficencia, no una obligación de justicia7. bre todo, los nuevos procesos de socialización. La
Podría parecer que estas cuestiones en nada afec- dimensión subjetiva y personal de la marginalidad.
tan al sida infantil, porque los niños no han tenido res-
ponsabilidades en la adquisición del virus. Esto último Cualquiera de estos tres vectores puede ser la vía
es estrictamente cierto; de hecho —creemos que des- de acceso a una situación de exclusión, pero, además,
afortunadamente—, hasta se ha llegado a diferenciar estos tres factores habitualmente se yuxtaponen, se re-
entre víctimas culpables (drogodependientes, prostitu- troalimentan. El itinerario que va de la integración a la
tas, homosexuales, etc.) y víctimas inocentes, entre los exclusión laboral es el mismo que va de la exclusión
que se encuentran —aunque no sólo— los niños. Se laboral al aislamiento relacional y de éste a la ausencia
podría decir que los niños, por tanto, salen indemnes de motivaciones y sentidos para vivir. Laberinto tan
en la calificación social, pero no es tan cierto, como perverso que se reproduce a la inversa: la debilidad de
luego analizaremos. los dinamismos vitales fragiliza las vinculaciones socia-
Mantener este tipo de valoraciones es, cuanto me- les y éstas alimentan de nuevo la exclusión laboral. Co-
nos, desconocer el funcionamiento básico8 de la con- mo se puede ver, estas tres variables se potencian de
ducta humana. Es sabido que la sola información no manera sinérgica; también lo harán en sentido positivo,
cambia las conductas, y mucho menos las conductas compensándose (unas relaciones fuertes, por ejemplo,
íntimas o de interacción próxima. Para el cambio de pueden amortiguar un trabajo precario). Estos factores,
conductas existen dos variables fundamentales: la in- en función de su intensidad, frecuencia y dirección,
mediatez y la probabilidad de la consecuencia. Veamos han de ser tenidos en cuenta para el análisis, preven-
un simple ejemplo. Ante la disyuntiva de dos adoles- ción e intervención frente a la exclusión, y la exclusión
centes de mantener o no una relación sexual de riesgo, de los padres se convierte en el primer factor de riesgo
al no tener disponible un preservativo, la consecuencia de la exclusión de los niños.
positiva (el placer) es segura e inmediata, mientras que Pues bien, nuestra hipótesis es que la exclusión (y
la consecuencia negativa (infección por VIH) es sólo cualquiera de los tres vectores enunciados, por sí solos
probable y, en sus efectos y síntomas, en todo caso a o entrelazados), se acaba convirtiendo, en muchos ca-
largo plazo. En ese tipo de situaciones es muy fácil que sos, en una puerta de entrada diáfana al sida, y, a la in-
se disparen los pensamientos irracionales (“total, por versa, el hecho de padecer la infección por VIH/sida
una vez...”) y que se produzca la conducta de riesgo. De puede abrir el itinerario hacia la exclusión; sida y exclu-

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sión10, por tanto, mantienen una estructura relacional El tiempo es una variable importante en la vida de
de tipo bidireccional. La falta de recursos económicos las personas. Para los ancianos, el tiempo pasado suele
y/o la satanización del preservativo entre la población ser fuente de recuerdos que, por memoria selectiva,
gitana, por ejemplo, pueden llevar a que su uso sea tienden a ser gratos. En el caso del niño, el tiempo futu-
prácticamente insignificante de cara a la prevención del ro suele ser fuente de esperanza. Pero cuando esta espe-
VIH; padecer esta infección, por otro lado, puede difi- ranza cronológica es más que dudosa, es precisamente
cultar enormemente el acceso al mundo laboral de los cuando necesitamos reforzar el criterio de potenciar el
padres infectados (miedos irracionales de los compañe- tiempo presente y la consideración de los derechos del
ros, petición de permisos para acceder a los controles niño como sujeto que los posee aquí y ahora, en fun-
sanitarios, etc.) o el restablecimiento de una relación de ción simple y llanamente de lo que es: un niño que
pareja. existe.
Por otra parte, los padres y la sociedad valoran más
al niño como objeto de protección que como sujeto de
derechos. Se puede decir que la protección es un dere-
NIÑOS CON SIDA: EL SÍNDROME DE cho del muchacho, cierto, pero no puede considerarse
LA VULNERABILIDAD ADQUIRIDA como un fin en sí misma. El niño tiene obligaciones
acordes con su edad, pero también tiene una palabra
Hablar de sida11,12 o hablar de niños13 ya de por sí que decir, y muy importante, a la hora de ejercer sus
plantea un buen número de problemas, tanto clínicos derechos.
como éticos. Hablar de sida e infancia, conjuntamen- Persona autónoma, en sentido etimológico, es
te14, amplía la problemática y hace más compleja y sutil aquella que tiene capacidad para “legislarse a sí misma”,
la toma de decisiones, tanto desde el punto de vista clí- para darse normas y criterios que le guíen para condu-
nico como desde el social. Desde el comienzo han apa- cirse en la vida. El niño, a su nivel, tiene una cierta au-
recido problemas15 en las adopciones, en las decisiones tonomía18 y debería poder elegir algunos aspectos im-
sustitutorias, en la información y el manejo de la confi- portantes de su biografía. Esto conlleva la responsabili-
dencialidad, en la integración social formalizada, en el dad de los adultos de favorecer las condiciones que
consentimiento informado ante pruebas invasivas, pro- posibiliten al niño la toma de decisiones autónomas.
blemas de responsabilidad paterna, de educación sexual Ésta es una obligación moral. Es decir, proteger entra
y prevención en adolescentes, de encarnizamiento tera- dentro de las obligaciones de no-maleficencia; si tú no
84 péutico, de discriminación en los bebés16, de hospitalis- proteges a un niño —en las condiciones de vulnerabili-
mo... y un largo etcétera cuyo lugar para ser abordado dad habituales del menor—, estás permitiendo, por
no es éste. omisión, que el medio sea nocivo para él. Pero si no
Decíamos que lo que tiene que ver con sida y ni- potenciamos su capacidad para ejercer derechos y to-
ños necesita un enfoque profundamente racional17, mar decisiones, le estamos condenando a ser un eterno
precisamente para que nuestro análisis y nuestra con- incapaz y nos convertimos en permanentes decisores de
ducta sean guiados por la racionalidad y no por el sen- su vida; es decir, ejercemos sobre él un poder que le
timentalismo —tan profundamente arraigado en el inhabilita para mantener uno de los factores indicado-
mundo de los niños— o por los miedos irracionales — res de la expresión de la dignidad humana: la capacidad
tan profundamente asentados en el contexto del sida—. de elegir. Como es lógico, su autonomía estará limitada
Ni qué decir sobre la complejidad resultante, si a estas por la edad, el desarrollo cognitivo, etc., pero en princi-
dos variables añadimos la de la probable proximidad de pio, aunque con autonomía disminuida, tiene derecho
la muerte. a tomar decisiones19 autónomas. Estas cuestiones nos
Ya hemos hablado de las implicaciones que rodean parecen de enorme trascendencia, porque en el niño
al mundo del sida, pero ahora interesaría también reto- con sida cercano a la muerte confluyen cuatro factores
mar los significados que acompañan a la persona del particularmente amenazantes:
niño y su influencia en el contexto clínico. El niño suele
ser considerado como un proyecto de adulto, valorado a) Padece una enfermedad a cuyos afectados se les
en función de lo que potencialmente llegará a ser algún suele considerar como “disminuidos morales”,
día. De hecho, los dispositivos educativos se conforman precisamente por padecer lo que hemos denomi-
con el fin de prepararles para el futuro. Esta perspecti- nado previamente como enfermedad moral, aun-
va, de por sí positiva, entra en crisis cuando no se com- que se coloque en sus progenitores la causalidad
plementa con una visión del niño como persona actual instrumental de la infección.
—y no sólo potencial—, como un sujeto que tiene va- b) Por su corta edad y por la tendencia a la sobrepro-
lor en sí mismo y, por tanto, derechos a ejercer. ¿Qué tección al niño, se le suele apartar del proceso de
decir, si no, de aquellos niños que, en función de una toma de decisiones con respecto a aspectos esen-
enfermedad que conduce necesariamente a la muerte ciales de su corto pero significativo proyecto vital.
biológica —léase leucemia aguda no tratable— o en c) La fragilidad inherente a la situación de terminali-
función de una situación que conduzca a la muerte so- dad aumenta la tendencia a la sobreprotección y
cial —léase exclusión en un suburbio de una gran ciu- puede inhabilitar aún más la posibilidad de que
dad—, carecen de futuro? ejerza como sujeto.

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d) Cuanto más trascendental es una decisión, como Con lo cual, la dinámica adolescente habitual de acusa-
puede ser la de limitación del esfuerzo terapéutico, ción/culpa se puede llevar a unos extremos insospecha-
se exige una mayor autonomía moral; ahora bien, dos. Sobre todo, a partir de ahora, que muchos niños
las decisiones de representación, en este caso, pue- con VIH son ya adolescentes y son hijos de su edad y de
den padecer el sesgo de que el representante pueda su sociedad.
estar muy mediatizado por la experiencia de culpa
de haber traído al mundo un niño infectado. c)  Estructura y funcionamiento familiar. Las re-
des informales de apoyo, en las situaciones de enferme-
El mundo de los niños y el mundo del sida interac- dad, son tan importantes como las formales. En el caso
cionan de manera particular. Nos detendremos breve- de los niños con sida —ciñéndonos concretamente a
mente en describir algunas situaciones paradigmáticas los que son hijos de padres en situación de exclusión
que interrelacionan estos dos mundos, a la vez que los social— solemos encontrarnos familias desestructura-
hacen entrar en conflicto. das, de bajo nivel socioeconómico, a veces monoparen-
tales, que, en los casos más patéticos, se componen ex-
a)  La asociación de ideas y sus consecuencias. Los clusivamente de madre e hijo, ambos infectados por el
niños con sida, como el resto de la población, reciben VIH.
ideas encadenadas que son asociadas como correlativas. En muchas ocasiones aparece la figura de los abue-
Hablar de sida evoca droga, deterioro, enfermedad, mar- los, normalmente la abuela, que tiene que reconvertir el
ginación, incluso muerte. Para el niño con sida, la carga papel lógico que le tocaría por edad, empezar a ser cui-
que supone convivir con estos mensajes, si nadie le ayu- dada, por el de cuidadora, haciéndose cargo de su nieto
da a hacer una reestructuración cognitiva en condicio- no por previa elección, sino por necesidad, con la con-
nes, puede ser tan pesada como la de convivir con el vi- tinua expresión de mensajes ambivalentes de este tipo o
rus y sus ataques al organismo. Como una madre expre- similares: “Mire lo que me ha caído encima”, como una
saba una vez, “es tan duro caminar con un pronóstico abuela llegó a expresar, delante del crío, en la consulta
fatal —sin esperanza— como con una enfermedad mal- del pediatra. Un punto importante del funcionamiento
dita —que te lleva a vivir a la desesperada—”. familiar es el relativo a la comunicación/información
compartida dentro del núcleo. A él nos referimos en el
b)  Dinámica culpable-inocente. Decíamos previa- siguiente punto.
mente que con el sida ha vuelto a aparecer, como en
todas las epidemias, la tendencia a encontrar culpables d)  Conspiración del silencio. Esta expresión, to- 85
antes que a buscar soluciones. También señalábamos mada del mundo de los cuidados paliativos, viene a in-
que, incluso, se ha llegado a distinguir entre víctimas dicar, técnicamente, la situación comunicativa que se
inocentes (niños, hemofílicos, transfundidos) y vícti- produce ante un mal evento o mala noticia por enfer-
mas culpables (heroinómanos, homosexuales, prostitu- medad grave, que es silenciado por las partes con el
tas), cuando el virus —que se sepa— no hace ningún objetivo de no hacer sufrir al otro. Veamos brevemente
tipo de diferenciación moral. Algunos podrían decir tres situaciones que nos encontramos en las consultas:
que, en el caso de los niños, hasta podrían salir benefi-
ciados de esta distinción, lo que parece un claro error. 1) Entre padres-niño. Un niño puede ser muy cons-
Si el niño es inocente, alguien es culpable de esa infec- ciente, por ejemplo, del hecho de que está murien-
ción, es decir, su madre y, posiblemente, su padre. Es do, pero ha elegido no hablar de ello con sus pa-
decir, se está diciendo a los pequeños que sus progeni- dres porque ha aprendido de ellos que de lo dolo-
tores (a excepción de los niños infectados por transfu- roso no se habla en el ámbito familiar. Los niños
sión de hemoderivados) son los culpables de la trans- protegen a los adultos, especialmente a sus padres,
misión de una infección que les ha marcado su vida. de la verdad, tal y como sus padres quieren habi-
Independientemente del análisis de las responsabilida- tualmente proteger a sus hijos; es decir, los niños
des individuales y colectivas, que cada cual valorará en han aprendido a ocultar. En ocasiones existe un
la parte que le corresponde, lo que es seguro es que la compromiso silencioso de cuidado mutuo, solida-
promoción de esa dinámica dicotómica poco va a bene- rio, pero no verbalizado —en su sufrimiento—, ni
ficiar la estabilidad emocional y, en definitiva, la salud entre ellos ni con los demás. Cuidado silencioso,
de los niños infectados y de sus familias, ya que va a porque no se quiere explicitar la realidad por no
condicionar de manera muy significativa el tipo de vín- hacerla más descarnada. Este compromiso silen-
culo intrafamiliar, bien sea en forma de acusación, de cioso es muy eficaz en el soporte mutuo, pero tiene
vergüenza o de culpa. los inconvenientes de dejar ciertas asignaturas
El adolescente, casi por definición, está contra el pendientes cuando una de las dos partes —con
mundo. Su vida suele ser la queja y la reivindicación, VIH— desaparece y de dejar al niño solo en sus
dirigida fundamentalmente hacia los padres. Los niños propios pensamientos, a veces tan angustiosos.
que están en el contexto del sida tienen además el trági-
co argumento de que una de las cosas que les han rega- 2) Entre familia no biológica-niño. Entre las fami-
lado sus padres es, ni más ni menos, una infección/en- lias adoptivas o de acogida existe un temor a co-
fermedad que, como ven en la televisión, no tiene cura. nectar con el pasado del crío, de por sí probable-

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mente muy duro, y también el temor a conectar da, pero también algunos elementos diferenciadores
con el futuro, no sólo incierto sino también presu- cuya relevancia puede ser muy significativa22. Veámos-
miblemente doloroso. Conclusión: lo que no men- lo brevemente:
tamos, parece que no existe; es un mecanismo de
negación que en ocasiones puede ser adaptativo y a) El patrón cambiante de la enfermedad y las modi-
en ocasiones no. El conflicto aparece porque esta ficaciones bruscas en la situación del paciente difi-
posición puede ser adaptativa para la familia no cultan la identificación de la fase avanzada-termi-
biológica y desadaptativa para el niño. nal, lo que, unido a la continua aparición de nove-
dades terapéuticas, complica el proceso de toma
3) Entre madre-contexto sociofamiliar. El sida, co- de decisiones, sobre todo a la hora de plantear la
mo todas las enfermedades morales y sociales, aca- limitación del esfuerzo terapéutico.
ba siendo vivido como vergonzante por muchos de b) En el sida, el tratamiento curativo y el paliativo se
los afectados y como motivo de exclusión para una solapan de manera muy significativa desde el prin-
gran parte de la sociedad, lo que suele llevar a vivir cipio de la enfermedad. Muchos síntomas provie-
todo el proceso de modo secreto, clandestino, y, nen de complicaciones con etiología tratable.
por tanto, a carecer de soportes tanto sociales co- c) Eficacia de la profilaxis de infecciones oportunistas
mo emocionales, tan necesarios en situaciones de que pueden proveer un excelente control de sínto-
crisis. mas al evitar la aparición de complicaciones rele-
vantes.
En todas estas situaciones, creemos poder afirmar d) Enfermedad multisistémica, con múltiples compli-
que si la comunicación es dolorosa, la incomunicación caciones diferentes: ceguera, demencia y otros
lo es mucho más20. trastornos psiquiátricos, problemas neurológicos
graves, trastornos cutáneos, etc.
e)  Dificultad en el acceso a los recursos. Los re- e) Polifarmacia por múltiples diagnósticos coexistentes,
cursos normalizados, sobre todo los educativos (escue- junto con la necesidad de mantenimiento de profi-
las, guarderías, etc.), tienen dificultad para acoger a los laxis de determinadas infecciones oportunistas.
niños seropositivos al VIH o con sida. La discrimina- f) Enfermedades transmisibles (no sólo el VIH, sino
ción a veces es muy explícita —cada vez menos, pues también la posibilidad de diferentes hepatitis, tu-
no es políticamente correcta— y en la mayor parte de las berculosis, etc.), lo que, por un lado, supone un
86 ocasiones se produce de un modo tan subrepticio y su- factor de riesgo para la discriminación y, por otro,
bliminal como real21. A veces por ser niños, a veces por exige cuidar las medidas de precaución universal.
estar infectado por el virus. Aún siguen apareciendo g) Lento proceso de muerte, que puede generar una ma-
casos de niños con VIH excluidos en las aulas por pre- yor “dependencia” en y con el equipo terapéutico.
sión de los padres de otros alumnos. Hay recursos de h) Alta participación y conocimiento de la familia en
internamiento de protección de menores que no acep- lo relativo a la enfermedad y el tratamiento.
tan niños seropositivos al VIH; hay recursos de acogida i) En determinados contextos, concurrencia de casos
a enfermos de sida en los que no se considera, por las en el entorno próximo.
razones que sean, la aceptación de estos niños. Por des- j) En algunos países, frecuente adicción a drogas
gracia —y para ellos, ante la carencia de alternativas —pasada o presente— de los padres.
reales, también por suerte—, se han tenido que crear k) Marginalidad.
recursos especializados donde sólo acceden niños con l) Hogar no siempre adecuado o existente, que pue-
VIH, como pueden ser las casas de acogida sólo desti- da garantizar los cuidados mínimos.
nadas a niños con esta infección. La inmunodeficiencia m) Mayor frecuencia de mortandad en los progenitores;
biológica, la vulnerabilidad social y la fragilidad inhe- dificultad en la presencia de cuidadores familiares.
rente a los críos acaban aliándose para ser un cruel am-
plificador del impacto del virus, de la pobreza y de la
corta edad.
ABORDAJE CLÍNICO

A pesar del drástico cambio, respecto al pronóstico


CÁNCER Y SIDA AL FINAL DE LA vital, de la infección por el VIH tras el tratamiento anti-
VIDA: MUCHO MÁS LO QUE LES UNE rretroviral, de gran actividad en los niños infectados
QUE LO QUE LES SEPARA por el VIH, todavía siguen muriendo muchos niños a
causa de esta infección. Estas muertes se producen bien
En este curso se analizan las múltiples variables por no poder acceder al tratamiento adecuado, como
que inciden en los niños enfermos que se sitúan al final ocurre en los países en vías de desarrollo, o por falta de
de la vida y en sus familiares. La mayor parte de los respuesta al tratamiento y por presentar un deterioro
estudios se circunscriben al niño con enfermedad on- inmunológico irreversible.
cológica. La realidad de este pequeño va a tener mu- Los cuidados paliativos tienen como objetivo23
chos puntos en común con la del niño que padece si- conseguir la mejor calidad de vida de los niños y sus

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5. Los cuidados a niños con VIH/sida avanzado y a sus familias

familias, y por ello su ámbito de aplicación se extiende tantes en los niños es no sólo detectar si hay o no dolor:
desde el momento del diagnóstico hasta el último tra- también es importante valorar su intensidad y variacio-
mo de la vida del niño afectado, proporcionado alivio nes, así como sus características, y, si es posible, averi-
del dolor, tratamiento de los síntomas acompañantes, guar su causa para poner un tratamiento específico.
apoyo psicológico y espiritual, y cobertura social del Los lactantes y los niños pequeños no tienen capa-
niño, de la familia y de los cuidadores. cidad de expresar verbalmente su sufrimiento y nos re-
Para cualquier profesional de la medicina, quizá sulta difícil reconocerlo. Ellos lo manifiestan con llanto,
más para los pediatras, es muy difícil decidir cuándo el posturas, gestos, y a veces simplemente con falta de
paciente se encuentra en situación terminal y es preciso respuesta o decaimiento. Probablemente lo más impor-
intensificar los cuidados paliativos frente al tratamiento tante es la sensibilización de todos los cuidadores, fami-
curativo, evitando así alargar el proceso de morir y pre- liares y personal sanitario, para detectar cualquier ma-
viniendo sufrimientos innecesarios al niño y a la fami- nifestación del niño que pueda significar dolor. La valo-
lia. Llega un momento en el que hay que optar por la ración del dolor en los lactantes se basa en medidas fisio-
limitación del esfuerzo terapéutico24. lógicas, como la tensión arterial, frecuencia cardiaca y
Uno de los muchos problemas que plantea la com- respiratoria, o medidas observacionales, como la expre-
pleja situación del niño con sida es la definición de si- sión facial, movimientos corporales, estado general, etc.
tuación terminal. En general se define situación termi- En niños mayores se pueden utilizar escalas con capaci-
nal como una situación inmediata de muerte inevitable y dad de expresión verbal, como la escala de Oucher, que
sin respuesta al tratamiento específico. Esta situación irre- muestra caras con diferentes expresiones.
versible hay que diferenciarla de la de los pacientes en Las recomendaciones actuales indican25 que el do-
una situación aguda grave, con riesgo de muerte, en el lor debe evaluarse y registrar sus variaciones de forma
contexto de una enfermedad tratable. Esta definición, sistemática y a intervalos regulares, teniendo cada cen-
por tanto, implica una expectativa de vida corta, en la tro sanitario sus protocolos adaptados de tratamiento
evolución de una enfermedad avanzada, progresiva e del dolor, intentado siempre evitarlo en lo posible e
incurable y sin tratamiento. implicando activamente a la familia en su evaluación y
Es imprescindible no olvidar, ante esta situación, tratamiento. Se debe intentar mantener al niño sin do-
que el cuidado paliativo integral es multidisciplinar y va lor administrando los analgésicos de forma prefijada
dirigido a evitar el sufrimiento del niño, es decir, la pér- adaptada a las necesidades, asegurando el sueño y el
dida del bienestar, por lo que se sustenta no sólo en descanso adecuados. Al retirarse el tratamiento con
controlar y tratar los síntomas físicos, sino también en opioides hay que hacerlo de forma paulatina, para evi- 87
tratar la angustia, facilitar la comunicación, permitir la tar el síndrome de abstinencia.
expresión del sufrimiento, proporcionar satisfacciones A menudo se dispone de datos muy limitados res-
y respetar las decisiones del niño y de la familia. pecto a medicamentos y las dosis analgésicas para niños
pequeños, en los que la inmadurez hepática y renal y el
aclaramiento metabólico pueden modificar considera-
blemente la vida media y la actividad de estos fármacos.
TRATAMIENTO DEL DOLOR El sulfato de morfina y el fentanilo son los opioides de
elección en este grupo de edad, por la mayor disponibi-
Con demasiada frecuencia, el tratamiento del do- lidad de datos de eficacia.
lor no es considerado de forma adecuada por parte de Los fármacos recomendados para el dolor deben
los pediatras, sin que exista justificación científica para ser utilizados de forma escalonada; para el dolor leve,
ello. El abordaje del dolor en el niño con sida requiere analgésicos no opioides, con o sin medicamentos
no sólo tratamiento farmacológico, sino también apoyo coadyuvantes. En caso de dolor moderado, analgési-
psicológico y tratamiento de todos los síntomas acom- cos opioides suaves (codeína < 9 con, o sin antiinfla-
pañantes, siempre que sea necesario. La aparición del matorios no esteroideos —AINE—) y coadyuvantes.
dolor debe cuidarse desde el momento del diagnóstico En dolor intenso, opioides fuertes. Es preciso saber
del niño, es decir, desde el diagnóstico hasta la situa- que el dolor neuropático no responde a opioides y que
ción terminal, en todos los episodios intercurrentes que en caso de hipertensión intracraneal están indicados
lo puedan provocar, y considerarlo en la realización de los esteroides, y las benzodiazepinas en los espasmos
todas las pruebas complementarias indicadas para el musculares.
diagnóstico y tratamiento del paciente. En la Tabla I figuran algunas recomendaciones para la
El dolor es una experiencia desagradable, sensorial analgesia regional para el tratamiento del dolor en el niño.
y emocional, originada por el daño potencial o real de En los capítulos 14 y 15 se profundiza en el estudio
los tejidos. Por tanto, el dolor es siempre algo subjetivo, y tratamiento del dolor en los niños, así como los fárma-
y su intensidad depende de la alteración neurofisiológi- cos, dosis y vías de administración recomendables.
ca y del componente emocional; por tanto, es difícil de Los efectos secundarios más frecuentes derivados
cuantificar. del tratamiento con opioides y que deben tratarse desde
Está ampliamente demostrado que los niños con el comienzo son:
enfermedades terminales tienen la conciencia y el con- Estreñimiento, que se tratará con dieta rica en fi-
cepto de muerte, pero uno de los problemas más impor- bra y laxantes.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Tabla I. Analgesia regional para el tratamiento del dolor en el niño


Técnica Dosis Riesgos Efectos secundarios
Epidural 0,2-0,4 ml/kg/h Infección, hematoma, retención urinaria Ø Frecuencia respiratoria
Morfina 20 µg/ml Sedación, prurito
Hydromorfona 10 µg/ml Sedación, prurito
Fentanilo 1-2 µg/ml Absorción sistémica Sedación, prurito
Clonidina 0,1 µg/ml Ø Tensión arterial Sedación
Bupivacaína 0,1% Tóxico > 0,4 ml/kg/h Tinitus, desinhibición
Ropivacaína 0.1% Arritmias
Bloqueo nervioso
Bupivacaína 0,5 ml/kg (0,25%) Una dosis
Lidocaína 0,5 ml/kg (0,1%) Una dosis
Ropivacaína catéter 0,1-0,3 ml/kg/h (0,2%) Infusión por catéter Infección, signos de toxicidad
Levobupivacaína 0,1 ml/kg/h (0,25%) Infusión por catéter Infección, signos de toxicidad
Neurolisis Alcohol o fenol Ablación del nervio Ø Nervio
Tópica Penetración
EMLA ® Lidocaína/prilocaína (2,5%) Después de 90’ Metahemoglobinemia
ELA-max® Lidocaína liposomal 4% Después de 30’
Lidoderm® parches Analgesia cutánea Neuralgia posherpética

Prurito, tratamiento con antihistamínicos, difen- - Barbitúricos. Deprimen el SNC, produciendo se-
hidramina 1 mg/kg/dosis IV o hidroxicina 0,6 mg/kg/ dación y sueño, pero es muy importante tener en
dosis oral cada 6 horas. cuenta que no tienen efecto analgésico y, por el
88
Retención urinaria, en caso necesario se sondará contrario, pueden aumentar el dolor. Son útiles
al paciente. para sedaciones que no precisan analgesia, como
Náuseas y vómitos, tratamiento con ondasetron 5 para una RNM en un lactante.
mg/m2. - Benzodiazepinas.Producen sedación, disminu-
Otros medicamentos empleados en el control del ción de la ansiedad y relajación muscular, pero no
dolor son: producen analgesia. Sus efectos secundarios son
Antidepresivos tricíclicos (amitriptilina) para el ataxia, confusión, depresión respiratoria, hipoten-
control de la ansiedad o el insomnio, a dosis de 0,1 sión y bradicardia.
mg/kg, antes de acostarse; puede aumentarse progresi- - Hidrato de cloral. Posee una acción similar a los
vamente hasta 2 mg/kg. Se debe monitorizar la conduc- barbitúricos, pero tiene un sabor desagradable y
ción cardiaca con ECG. produce irritación gástrica, por lo que se adminis-
Anticonvulsivantes. En caso de dolor neuropáti- tra por vía rectal.
co, la carbamacepina es muy eficaz, con una dosis de - Ketamina. Produce sedación, amnesia y analgesia,
inicio de 10 mg/kg día, aumentando 5 mg/kg cada 3 con pocos efectos sobre la mecánica respiratoria.
días, hasta alcanzar dosis de mantenimiento. Aumenta la frecuencia cardiaca y la tensión arterial
Corticoides. Están indicados en caso de dolor por por liberación de catecolaminas endógenas. Por
hipertensión intracraneal, metástasis óseas, compresión aumentar la resistencia vascular pulmonar está
nerviosa y síndromes de ocupación. contraindicado en niños con cardiopatía, y produ-
ce alucinaciones.
- Propofol. Es un hipnótico sedante en forma de
emulsión lipídica.
SEDACIÓN EN EL PACIENTE
TERMINAL En la Tabla II se resumen los fármacos que se pue-
den utilizar en la sedación en niños.
La sedación ayuda en el paciente terminal a con-
trolar síntomas refractarios como la disnea o la angus-
tia; su indicación debe realizarse de acuerdo con los
padres y tras meticulosas y continuas evaluaciones OTROS CUIDADOS
del paciente para detectar síntomas persistentes o re-
acciones paradójicas. Se deben iniciar a dosis bajas y Otro aspecto que es preciso tener en cuenta en el pa-
escalonadas. ciente terminal, para evitar sufrimiento, es el cuidado de la

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5. Los cuidados a niños con VIH/sida avanzado y a sus familias

Tabla II. Fármacos sedantes


Fármaco Vía Dosis inicial Frecuencia
Benzodiazepinas
Lorazepan IV 0,02-0,05 mg/kg 6-8 h
Diazepan IV 0,1 mg/kg 6-8 h
Midazolan IV 0,03 mg/kg
Midazolan En perfusión 0,1 mg/kg/h Aumentar dosis 0,05mg/kg/h cada 30’
Midazolan Intranasal 0,2 mg/kg Cada 10-15 minutos
Neurolépticos
Metotrimeprazina IV 0,1 mg/kg 8h
Clorpromacina IV 0,5 mg/kg 8h
Haloperidol IV 0,01 mg/kg 8h
Barbitúricos
Pentobarbital IV 4 mg/kg Perfusión
Anestésicos generales
Propofol IV 0,5 mg/kg Perfusión

boca, evitando la sequedad y la aparición de aftas, que son edades en las que sí es necesario (a partir de los 14); en
muy dolorosas. Se mantendrá una higiene meticulosa de la este caso porque, en función de la posibilidad de man-
boca, con enjuagues con clorhexidrina al 0,2% y cepillado tener relaciones sexuales, ya puede empezar a suponer
de lengua y dientes, y se administrará de forma frecuente un riesgo para terceros el desconocimiento de la sero-
zumos de fruta con hielo y manzanilla con limón, por su positividad. Como sugiere Lipson26, estamos ante una
acción anestésica y estimulante de la saliva. década de oscuridad ética (4-14 años), en la que, cola-
Respecto a la nutrición, hay consenso en que la teralmente, surgen un sin fin de preguntas: ¿cuándo es
retirada de ésta no provoca sufrimiento en el paciente adecuado decirle a un niño que tiene una enfermedad 89
terminal. En cuanto a la hidratación, no existe acuerdo, que amenaza su vida, en particular el sida, con su alta
pero algunos autores postulan que la deshidratación, al mortalidad y estigma?, ¿cuáles son las bases éticas que
disminuir las secreciones digestivas y respiratorias, re- sustentan el desvelar esa mala noticia o el no hacerlo?,
duce las náuseas y la tos, por lo que es beneficiosa para ¿qué significa respetar la autonomía de un menor?,
el paciente. ¿quién ha de decidir que el niño está preparado para
La retirada de la ventilación mecánica es otra deci- recibir el diagnóstico? Y si hay discrepancias entre los
sión difícil de asumir y que debe ser acordada entre el profesionales y la familia, ¿qué prevalece?, ¿se le ha de
médico y la familia. Se acepta que la supresión de la informar sólo de que está enfermo (diagnóstico global),
ventilación mecánica en los pacientes sin funciones cor- o también de que tiene VIH/sida (diagnóstico específi-
ticales superiores no les provoca sufrimiento. La retira- co) y del pronóstico?
da de la ventilación mecánica debe realizarse de forma En muchas ocasiones nos encontramos ante un
rápida, previa aspiración de secreciones, administrando serio conflicto entre los padres, cuya tendencia es a ne-
posteriormente aire u oxígeno, y se deben quitar a con- gar el desvelamiento de la información, y los profesio-
tinuación todos los monitores. nales, partidarios normalmente de acelerar el proceso27.
Pasaremos ahora a analizar algunos de los argumentos
que se dan para sustentar una u otra posición.

¿SE DEBE INFORMAR A UN NIÑO


CON VIH DE SU SITUACIÓN? Argumentos en contra de
desvelar al niño la noticia y
En este curso ya se ha abordado la singular cues- hasta, en ocasiones, de tratar
tión de informar a los niños de su diagnóstico y de su la cuestión
pronóstico; no obstante, la particularidad del VIH me-
rece una reflexión complementaria que debe ser obser-
vada, ya que los padres y los profesionales pueden en- Desde la situación de los padres
contrarse, en la fase final de la vida del pequeño, ante
una cuestión aún no suficientemente resuelta. • Experiencia de sufrimiento que tuvieron ante el
Suele haber bastante acuerdo a la hora de conside- impacto de la noticia de la seropositividad, tanto
rar que hay edades (0-4 años) en las que no es pertinen- propia como del hijo, y ante el hecho de tener que
te informar a los niños de su seropositividad al VIH, y decírselo a otros.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

• Desgraciadamente, nos encontramos con un gran • Formación especializada.


número de familias con pobres recursos comuni- • Debate interno ante esta cuestión, normalmente
cativos, con dificultad y poca experiencia para razonado y repetido.
verbalizar de manera asertiva realidades tan duras. • Habitualmente son profesionales muy motivados.
• Temor a las preguntas que puedan formular los • Hablan constantemente, por razones de su trabajo,
hijos con respecto al origen de la infección y la de sida, de su tratamiento, etc.
culpabilidad consiguiente que acarrea. • Han visto vivir y morir a muchos niños con sida.
• Temor a que el niño lo cuente a otras personas
(niños o adultos) y esto pueda generar situaciones
de exclusión. Desde la situación de los niños
• Dificultad en hacer entender mensajes ambivalen-
tes: “Tener VIH no es una maldición, pero no se lo • Según los expertos, los niños mayores de cuatro
cuentes a nadie porque te pueden hacer daño”. años comprenden los fenómenos de la enfermedad
• Hablar de VIH supone una amenaza al sistema y la muerte, en consonancia con su estado y su
adaptativo familiar de evitación. desarrollo emocional y cognitivo.
• Hablar de VIH es traer a la conciencia al virus y la • El niño ha de poder participar en las decisiones
posible muerte prematura, lo que choca radical- que afecten a su cuidado28, según su edad y com-
mente con la imagen del mundo de los niños: futu- prensión, y para ello necesita información.
ro y esperanza. • No tiene sentido ocultar el hecho de la enfermedad
• Para padres infectados, plantear la cuestión supone y el sida, cuando el propio deterioro va mandando
volver a tomar conciencia de su propia infección, mensajes claros constantemente. La realidad se
su culpa, su enfermedad y su posible muerte. impone a la verdad.
• Evitación del duelo anticipatorio. • Los niños muestran curiosidad con respecto a sus
• Si dar la noticia y convivir con su explicitación va a tratamientos, a las conversaciones de los profesio-
causar malestar y ansiedad a los padres, esta ansie- nales, etc., y además podrían enterarse —sobre to-
dad y este malestar van a acabar repercutiendo en do en los ingresos hospitalarios— muy fácilmente.
el propio niño. • Los niños tienen capacidad de negar o evitar el
diagnóstico revelado, si es que incorporarlo les
hace daño.
90 Desde la situación de los niños • Revelar estas cuestiones supone un signo de con-
fianza en el niño, en sus capacidades y en sus posi-
• Puede aumentar la ansiedad y la depresión en el bilidades de respuesta. Engañarle puede suponer, a
niño y disminuir sus ganas de vivir, y todo esto es la larga, una importante pérdida de credibilidad29.
un factor inmunodepresor importante. • Sabemos que los niños no comprenden el sida y la
• Temor a que se sienta marcado, señalado, excluido. muerte como lo haría un adulto, pero también po-
• Temor a que el niño no pueda soportarlo. demos preguntarnos que quién de nosotros puede
• El niño, hijo de esta sociedad, puede asociar inme- pretender una comprensión completa de estos
diatamente sida a muerte. acontecimientos.
• Para algunos padres, el niño no es capaz de com- • Además de reconocer la autonomía del niño, se le
prender la enfermedad (etiología, curso, trata- pueden aportar beneficios en intimidad, en una
miento, etc.) ni la misma muerte; para otros, el mayor cercanía y en la posibilidad de un mejor
argumento es exactamente el contrario: el niño ajuste psicológico a medio plazo.
entenderá la etiología y el pronóstico, lo que pue-
de ser, según algunos, enormemente contrapro-
ducente. Valoración ética

Algunos autores30 sostienen que el sufrimiento es


Argumentos a favor de desvelar un balance negativo a la hora de compensar la amenaza
al niño la noticia y, por tanto, de y la percepción de amenaza con la disponibilidad de
tratar la cuestión a fondo con recursos para afrontarla. En la otra cara de la moneda,
la familia el bienestar sería un balance positivo de esas circuns-
tancias; es decir, tendremos bienestar cuando nos adap-
temos positivamente a la realidad, por dura que ésta
Desde la situación de los profesionales sea. Normalmente, para adaptarse a la realidad es nece-
sario conocerla, y, por tanto, sería un derecho conocerla
Es un tema que sigue planteando debate y desaso- para vivir realmente y no en medio del engaño. Esto
siego entre los profesionales, si bien solemos encontrar- ocurre también con los niños, aunque su realidad tenga
nos una baja resistencia de éstos a hablar acerca de la que ver con el hecho de estar enfermo.
enfermedad y la muerte con los niños y sus padres; fun- El concepto de verdad, hablando en este contexto,
damentalmente por las siguientes razones: también puede traicionarnos. Transmitir la verdad31 no

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5. Los cuidados a niños con VIH/sida avanzado y a sus familias

sólo es una cuestión de hacer luz sobre lo que está os- • Valorar34 por parte del equipo terapéutico factores
curo. En nuestra tradición, verdad también tiene que específicos de la enfermedad (historia natural, facto-
ver con confianza, fidelidad y cumplimiento. De ahí res relativos a la provisión y auto-provisión de cui-
surgen tanto expresiones evangélicas como “la verdad dados, consideraciones de salud pública en el caso
os hará libres”32 como expresiones cotidianas del tipo de los adolescentes), factores del paciente (desarro-
“María es una amiga de verdad”. Por tanto, ser fieles a la llo y maduración, rasgos de personalidad, síntomas
realidad del niño con sida no es sólo una cuestión de y factores de riesgo psiquiátricos) y factores familia-
transmisión de información, sino también, y sobre to- res (consideraciones culturales, dinámica familiar y
do, de potenciar su confianza, su relación de soporte mecanismos de soporte, disfunciones familiares).
afectivo, efectivo, veraz y duradero ante las dificultades • Invitar a los padres (biológicos o adoptivos) a ex-
que la propia realidad le trae. Esto es también ser fieles presar sus miedos, sus fantasías y sus dificultades
a su verdad. de cara a explicitar la situación al niño.
Decíamos que, desde el punto de vista ético, el niño • Ayudarles a contemplar sus propias posibilidades y
tiene derecho a la información y, en principio, no debe- recursos y los del niño, y los potenciales beneficios
mos negársela. La misma Convención de los Derechos de que pudiera encontrar éste abordando abiertamen-
la Infancia, adoptada por las Naciones Unidas en 1990, te —y con cautela— la situación.
habla en su artículo 17 del derecho del niño al acceso a la • Entrar en dinámica de escucha y no de juicio. Los
información. Pero un buen análisis ético valora no sólo miedos de los padres tienen su lógica interna.
los principios, sino también las consecuencias. Dicho de • Clave: la personalización. No se puede protocoli-
otro modo, toda norma tiene excepciones, pero quien zar el informar necesariamente a todos los niños o
quiera ejercerlas debe cargar con la prueba. Habrá oca- no informar a ninguno. La atención personalizada
siones en que transmitirle la información de su VIH, por también es un derecho del niño.
ejemplo, puede ser pernicioso, bien porque el niño tenga • Dotarnos de instrumentos sencillos, rápidos de
unas condiciones emocionales de una fragilidad extrema, administrar y fáciles de comprender35 para detec-
bien porque sirve básicamente a otros intereses y no a los tar las preocupaciones y el bienestar percibido del
del niño. Este último es el caso de aquella abuela que propio niño en sucesivos momentos.
quería informar al niño para estimular la culpa en su hija • Enfoque: centrarnos más en la comunicación tera-
sobre el consumo de drogas y sobre la infección del niño. péutica que en la provisión de información. Esta
En este sentido, podemos decir que, en principio —y última será una condición probablemente necesa-
mientras no se demuestre lo contrario—, es una obliga- ria, pero no suficiente, de todo el proceso terapéu- 91
ción informar al niño de su realidad, pues es un derecho tico de acompañamiento.
que le pertenece. Las decisiones de no informar habrán • Combinar correlativamente dos ejes:
de ser excepcionales y claramente justificadas. En último
término, al niño habrá que decirle todo lo que quiera sa- a. La comunicación y la información son un proce-
ber y sólo lo que quiera saber, y eso sólo lo conoceremos so, no un momento puntual, único y definitivo.
explorando adecuadamente, con estrategias comunicati- b. El niño tiene unos dispositivos cognitivos y
vas finas y respetuosas. emocionales evolutivos que nos permiten hablar
Por otra parte, el planteamiento ético se corres- de autonomía, sí, pero en desarrollo. El desarro-
ponde —y se apoya también— con numerosos estudios llo del niño, en este sentido, es más una cues-
que plantean que, para el niño, normalmente es benefi- tión biográfica que cronológica o biológica.
cioso conocer su situación, aunque, eso sí, cuidando el
proceso comunicativo y ayudándole a descubrir y po- • De todo ello se desprende que la comprensión y la
tenciar todos los mecanismos adaptativos que pueda elaboración de su situación constituirán un proce-
desarrollar. so con oscilaciones, que sólo podrá ser terapéutico
En este sentido, lo que acaba teniendo una enorme si le acompañamos con estrategias, compartidas
trascendencia ya no es el “sí” o el “cuándo”, sino el “có- entre familia y profesionales, de lo que técnica-
mo” hablar con los niños de cualquier enfermedad. mente se llama relación de ayuda36.
Queremos dejar claro, no obstante, que normalmente,
si ayudamos al niño a conocer la realidad de su enfer- Se trata, en resumen, de cambiar el chip y pasar del
medad y adaptarse a ella, y a su deterioro y muerte, esquema de revelación puntual de la información al
suele ser menos relevante el conocimiento de su sero- diálogo terapéutico y a la deliberación, aunque este diá-
positividad al VIH. De hecho, si se encuentra en los úl- logo pueda y deba, normalmente, conllevar el hecho de
timos días o semanas de su vida, realmente es irrelevan- la información.
te. Sus preocupaciones, con gran probabilidad, irán
más en la línea de cómo convivir tanto con su dificultad
para hacer una vida normalizada de sano como con la
soledad, el dolor o la proximidad de la muerte. EL RETO DE LA NORMALIZACIÓN
Proponemos ahora algunas pautas33 que pueden
ser útiles para una correcta aproximación del mucha- Un niño, por el hecho de ser niño, es una persona
cho a su realidad: frágil. Si además padece VIH/sida, tendrá normalmente

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una inmunodepresión que le hace más vulnerable ante con sida sin intervenir sobre su núcleo familiar puede ser
distintos factores patógenos. Ninguno de estos factores inoperante. La familia será un co-factor de deterioro o de
justifica su exclusión de los recursos normalizados. Por bienestar, pero siempre influirá notablemente. Desde ahí
un lado, para el propio niño es beneficioso insertarse en el niño con sida necesita una respuesta individual y con-
ellos. La larga experiencia de presencia de niños con textual, desde y sobre su entorno, y una atención no sólo
distintas dificultades o discapacidades físicas en las au- biológica, sino también psicosocial y global. Ante la com-
las —por citar un ejemplo— ratifica este planteamien- plejidad de la demanda, esta respuesta será mucho más
to. Las medidas de integración no acomplejan, sino que completa si se aporta desde equipos que funcionen real-
normalizan, mientras que el aislamiento social o la in- mente de un modo coordinado e interdisciplinar41.
mersión en recursos hiperespecializados (y por tanto, Ya nos dirán, si no es así, qué hará un niño con
anormalizadores) a veces tienen más repercusiones so- todo el arsenal terapéutico necesario a su disposición, si
bre la salud del niño que la propia infección37. su madre no puede garantizar la adherencia al trata-
Por otra parte, si el niño con VIH tiene dificultades miento durante el tiempo de clase porque teme que si
para adaptarse, en función de su deterioro físico, psí- comenta la enfermedad será expulsado el crío del único
quico o social, es el recurso el que tendría que adaptar- colegio subvencionado del barrio. Puede ser que el te-
se al niño y a sus necesidades, y no a la inversa38. mor de la madre sea infundado, y entonces precisará un
Desde la otra vertiente, la de los compañeros de los soporte de counselling42 adecuado, pero también puede
niños, el argumento también es contundente. Para estos ser que no lo sea y que se necesite una intervención ac-
niños que utilizan los recursos normalizados, el convi- tiva de las autoridades implicadas.
vir y compartir con niños con dificultades les va a pre- Los niños con VIH/sida al final de su vida y sus fa-
parar para vivir en una sociedad en la que las diferen- miliares tienen todo el derecho a ser atendidos por uni-
cias y las deficiencias también están presentes y les va a dades de cuidados paliativos. Estas unidades no pueden
ayudar a integrar las suyas propias. Paradójicamente, la excluir a pacientes ni por la edad ni por la patología de
dinámica del avestruz va a hacer mucho más vulnera- base. El que el origen de los cuidados paliativos proven-
bles a esos niños. La escuela y el resto de los recursos ga de la atención a adultos oncológicos no justifica nin-
—también los asistenciales— no pueden acabar siendo guna medida discriminatoria. La baja frecuencia de ni-
burbujas asépticas, sino un fiel reflejo de lo que la so- ños con sida avanzado en su intervención no puede ser
ciedad es. Además, como algunos autores han argu- un argumento creíble. La decisión de no atenderlos sólo
mentado39, la solidaridad nos protege a todos. puede justificarse porque la derivación prevista garanti-
92 De todos es conocido que no hay casos demostrados ce una atención más adecuada, sistematizada y persona-
de infección por convivencia social, lo que tira por tierra lizada. El “no saber” nos obliga a aprender, no a excluir.
cualquier planteamiento de exclusión de los recursos de
estos niños, a fin de no perjudicar a terceros, sus compa-
ñeros. Son suficientes las medidas de protección univer-
sal, cuando haya que manejar fluidos que puedan trans- ACOMPAÑAMIENTO AL NIÑO
mitir el virus. Por todo ello, los responsables de la Admi- ENFERMO DE SIDA AL FINAL DE LA
nistración y de los recursos tienen una obligación moral VIDA
de justicia de promover activamente la normalización y el
respeto de los derechos de los niños con VIH. Como nos Veamos ahora algunas orientaciones43 básicas, a
recuerda la Declaración Consensual sobre el sida en la modo de ejemplo, para intervenir adecuadamente a es-
Escuela40: “Hay que permitirles que participen plenamen- tos pequeños:
te en las tareas escolares, sin temor a que otros les discri-
minen o molesten. Al ponerles en condiciones de aportar • Se trata de acompañar a, de trabajar con el paciente,
su capacidad creadora y su productividad en un medio fomentando el sentido de controlabilidad y dismi-
escolar favorable, se favorece a la vez su bienestar y el nuyendo el sentimiento de indefensión. Él es el
buen funcionamiento de la escuela. A todos los maestros único protagonista auténtico de su historia.
y alumnos infectados por el VIH se les debe garantizar y • Aceptar y respetar a los niños tal y como son, con
respetar la confidencialidad y el derecho a la intimidad”. sus opciones de vida concretas y con su realidad y
Desde el principio de justicia, que exige tratar a las su mundo de deseos. Atentos a no proyectar nues-
personas con igual consideración y respeto en el orden tro mundo de valores en aquella persona tan frágil
social, consagrando así el respeto a la igualdad de opor- y vulnerable que tenemos delante.
tunidades, no se puede dejar al libre albedrío de los • Asegurar que la confidencialidad se mantiene.
educadores o de las instituciones el respeto y la promo- • Informarle en relación a las opciones disponibles,
ción de la normalización en la asistencia educativa, so- con la imprescindible ayuda de la familia para ello.
cial y sanitaria. • Afrontar las pérdidas percibidas y anticipadas,
Hay otro aspecto que nos parece también importante ayudándole a valorarlas con realismo y buscando
reflejar, tanto desde el punto de vista técnico como ético. alternativas de compensación.
El niño es tremendamente vulnerable al medio, no sólo • Afrontar sus preocupaciones o miedos en el ámbito
biológico sino también psicosocial, y dentro de éste, más físico-funcional (el dolor físico, la pérdida de auto-
en concreto, al medio familiar. Intervenir sobre el niño nomía funcional, volverse loco, la desfiguración),

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5. Los cuidados a niños con VIH/sida avanzado y a sus familias

en el ámbito relacional (ser una carga, la separación liar que existan, y éstas, a su vez, dependerán enorme-
de los seres queridos, el rechazo, abandono y aisla- mente del contexto en el que se encuentren (países en
miento, no poder comunicarse) o en el existencial vías de desarrollo, cuarto mundo, zona rural, etc.). Algu-
(lo desconocido, ser juzgado, la soledad no queri- nos autores44, cuando reflexionan acerca de las diferen-
da, dejar de ser, perder el control, etc.). ¿Cómo? cias entre los niños que padecen enfermedades oncológi-
Anticipando la normalidad de sus miedos y pre- cas y los que viven con el sida, hacen referencia al ámbito
ocupaciones, identificándolos, ayudándole a distin- familiar, afirmando que el niño con sida tiene que convi-
guir si son reales o imaginarios, racionales o irracio- vir, al menos en el primer mundo, con aislamiento social,
nales, detectando estrategias previas de afronta- impacto multigeneracional e interacción con problemas
miento en situaciones análogas y facilitando estra- previos familiares, como drogodependencia y pérdidas
tegias como información objetiva y realista, ventila- múltiples. El mismo organismo de la Organización Mun-
ción emocional, reforzamiento de las respuestas dial de la Salud para el Sida (ONUSIDA)45 afirma que
adaptativas, detención de pensamiento, reestructu- estos niños pueden vivir situaciones familiares comple-
ración cognitiva, auto-instrucciones positivas, etc. jas, como la infección de los dos miembros de la pareja o
• Mantener siempre una esperanza realista, en clave la inversión de los papeles en las familias, con los niños
de ensanchar la esperanza —afortunada expresión pequeños cuidando a sus padres.
de la psicóloga Pilar Barreto—, por la que cabe la La intervención con los padres puede ir orientada
expectativa de logro en el aquí y en el ahora. Siem- a no culpabilizar, a promover la vivencia del presente
pre hay algo que se puede hacer... del niño —el tiempo se nos escapa—, a apoyarles para
• Garantía de soporte: necesitan saber que quienes que sigan ejerciendo de padres y a promover estrategias
les cuidan no les abandonarán, no serán desleales educativas que huyan de la evitación y de la superpro-
con ellos. Incluye también la oferta de comunica- tección.
ción ante lo que le pueda generar angustia. Le También va a ser muy importante entrenar a los
ayudará a superar los sentimientos de aislamiento. otros familiares para que puedan modelar el derecho al
• Manejar las preguntas difíciles y dolorosas, siem- encuentro y a la no discriminación, desde el puro y du-
pre en línea de proceso, diciéndole todo lo que ro contacto físico.
quiere saber y sólo lo que quiere saber, desde el apa-
sionante arte de explorar, de manera personaliza-
da, sistemática y respetuosa, cuáles son sus pre-
ocupaciones y no dando nunca nada por supuesto. EL DUELO EN LAS FAMILIAS 93
Así, y trabajando desde la congruencia informati-
va, se podrá ir quebrando la tan conocida y men- El duelo por la pérdida de un niño con sida puede
cionada como perjudicial conspiración del silencio. tener indicadores de riesgo. Podemos estar ante un due-
• Facilitar la reestructuración de relaciones en el en- lo silenciado46, por lo vergonzante que puede suponer
torno familiar, apoyando la comunicación asertiva, para la familia explicitar la enfermedad de la que ha
el reencuentro acogedor mutuo, la expresión de muerto el pequeño. Si la enfermedad no era “social-
afectos, etc. No olvidar que la familia es tanto pro- mente autorizada”, cabe que la familia se repliegue en la
veedora como subsidiaria de cuidados. expresión de su vivencia y se tenga que vivir un “duelo
• Atender las necesidades espirituales (religiosas o no no autorizado”.
religiosas). El largo y tedioso tiempo de enfermedad Las madres seropositivas que han perdido a un hi-
favorece la aparición de preguntas radicales acerca jo con sida pueden desarrollar una intensa culpa47, que
del significado y del propósito de la vida, aunque sea habrá de ser acompañada, buscando formas vicarias y
con un simbolismo y un lenguaje no estándar; ello simbólicas de reparar. Caso especial es el de las “abuelas
puede ser un proceso doloroso que le haga penetrar del sida”, que han tenido que llorar la muerte de sus
en áreas de culpabilidad y de conflicto, o al contem- hijos y que ahora tienen que hacerse cargo de sus nie-
plar sus valores y su sistema de creencias. Se trata de tos, estén infectados o no. Estas abuelas, que están en
facilitar la reconciliación (con su biografía, con los una edad en la que empiezan a necesitar ser y estar cui-
demás y, en su caso, con Dios), de aportar sentido dadas, tienen que volver a su papel cuidador, con el
desde la mera presencia empática y respetuosa (una desgaste que esto supone.
manera de transmitir al otro que es alguien valioso) y
de promover su crecimiento espiritual.

A MODO DE CONCLUSIÓN

EL PAPEL DE LOS PADRES Y DE 1) Hablar de sida e infancia y de final de la vida es


OTROS FAMILIARES. ESTRATEGIAS hablar de vulnerabilidad y sufrimiento. Desde una
DE APOYO ética de la fragilidad, se impone el paso a una ética
de la responsabilidad, tanto en los familiares y pro-
El papel de los padres y de otros familiares va a estar fesionales como en la sociedad en su conjunto, a
muy condicionado por la estructura y la dinámica fami- fin de minimizar el impacto de la enfermedad y sus

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correlaciones en la biografía del niño y en sus 10) En último término, creemos que ante el riesgo de
acompañantes. una posible “deficiencia moral adquirida”51, la pre-
2) Aparte de la consideración técnica de que la conspi- sencia o ausencia de solidaridad con los niños, y
ración del silencio y el engaño son normalmente más en concreto, con los niños con sida en el pro-
perjudiciales para el niño, desde el punto de vista ceso final de su vida, es un magnífico termómetro
moral el niño tiene, en principio, derecho a infor- para medir en qué grado estamos viviendo en una
mación acerca de su realidad. Este derecho le per- sociedad sana o en una sociedad enferma.
tenece de suyo, y así está reconocido por distintos
organismos internacionales. Por todo ello, el dere- Nkosi Jonson, un niño de 12 años, cuyas
cho a la información tiene correlativamente tanta críticas al gobierno sudafricano sobre la política
fuerza como la obligación de los adultos de esta- en torno al sida avergonzó al presidente Thabo
blecer un proceso comunicativo asertivo y terapéu- Mbeki, murió el 1 de junio de 2001. Se convirtió
tico para el pequeño que considere los aspectos en un icono de la lucha contra el sida y en un ac-
evolutivos del mismo. tivista en la campaña para prevenir y tratar la
3) El no informar supone una excepción que ha de enfermedad. Su recuerdo nos fortalece y, además,
justificarse y siempre en función de consecuencias nos invita a no perder de vista las consecuencias
graves, probables y negativas esperadas. Ante la preventivas y efectivas de la solidaridad, tanto
poca tradición del medio familiar y profesional en con el tercero52 como con el cuarto53 mundo. In
dar “malas noticias”, es conveniente prestar aten- memoriam.
ción para no convertir la excepción en norma.
4) La comunicación asertiva y terapéutica se aprende.
Los profesionales sanitarios deberíamos ser entre-
nados para manejar estas cuestiones, pues el hecho u u CASO PRÁCTICO u u

de tener un título universitario no garantiza la cali-


dad y calidez de nuestra comunicación. Contamos Pedro es un niño de 8 años nacido en un suburbio
con estrategias suficientemente conocidas para de la capital. Nació infectado por el VIH. Es hijo único.
realizarlo48. De padre desconocido, su madre, María, de 31 años, es
5) El niño tiene derecho a acceder normalizadamente a también VIH+ y ejerce la prostitución desde los 17.
todos los recursos previstos para niños y para niños La madre ha sido siempre muy responsable con la
94 enfermos de su edad. Privarle de este derecho, a no salud de su pequeño. Le ha llevado a los controles sanita-
ser que suponga un importante perjuicio para él rios pertinentes, a uno de los hospitales de la ciudad, al
(caso de estar muy inmunodeprimido y existir una Servicio de Pediatría. Por medio de distintas ayudas, tan-
epidemia en el colegio, por ejemplo), supone una to gubernamentales como no gubernamentales, y de su
transgresión muy grave del principio de justicia. propio trabajo, ha conseguido siempre la medicación
6) En determinados contextos, los niños con sida al prescrita para Pedro, aunque ello le haya supuesto tener
final de la vida suelen ser tratados por los mismos que privarse de bienes muy primarios. Es una mujer muy
equipos hospitalarios que les han tratado durante luchadora, con altibajos emocionales muy importantes.
todo el proceso de su infección. Parece imprescin- Pedro, habitualmente, reside en casa de una vecina
dible que estos equipos y dispositivos incorporen amiga de María. Ésta le pasa dinero cada mes y, eso sí,
la filosofía y las herramientas de los cuidados pa- sube todos los días a ver a su hijo un rato. A María no le
liativos49, para no caer en una innecesaria obstina- gustaría que su hijo se enterase del tipo de vida y de
ción terapéutica. trabajo que ella lleva.
7) La familia del niño con sida, y en especial sus cui- Pedro en estos momentos se encuentra en fase
dadores, precisan de un apoyo especial, en función avanzada-terminal de su sida ya desarrollado. Está in-
del sufrimiento y las dificultades añadidas a la si- gresado en el hospital. El pediatra le ha contado a su
tuación. Corresponde a los agentes sociales y sani- madre que ya no tiene sentido intentar nada por sacarle
tarios favorecer este apoyo significativamente, lo adelante, pues eso sólo iba a causar más sufrimiento al
que redundará en beneficio del niño. pequeño. Estima que el pronóstico de Pedro puede es-
8) Especial atención merecen las “abuelas del sida”, tar entre tres y cuatro meses. María está desolada. Se
que tienen que cuidar a sus nietos infectados y siente culpable por vivir ella y tener que soportar la
que, si éstos fallecen, viven o reviven un duelo50 muerte de su hijo.
que tiene suficientes indicadores de riesgo de due- María nunca ha hablado abiertamente con Pedro
lo complicado. de la enfermedad de base. Le decía que ambos tenían
9) La inmunodeficiencia que genera el VIH, la fragili- una enfermedad que tenía que cuidarse, que el “ejército
dad que acompaña a la infancia, la indefensión que defensivo” de su cuerpo tenía que luchar contra distin-
puede suponer acercarse al final de la vida y la tas infecciones, pero que cuidándose iban a poder con
vulnerabilidad psicosocial que provoca la exclu- ellas. Siempre ha tenido miedo de que su hijo se entera-
sión, son hechos que acaban convirtiéndose en ra del VIH-sida.
desafíos técnicos y, por tanto, éticos para todos los ¿Qué hacer? ¿Qué decir a Pedro? ¿Cómo afrontar
profesionales. la situación con Pedro? ¿Y con María?

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


5. Los cuidados a niños con VIH/sida avanzado y a sus familias

El equipo de profesionales de Pediatría, junto con 6. Gracia D. Fundamentos de Bioética. Madrid: Eudema Universi-
una ONG que se dedica específicamente a las personas dad. 1989
7. Barbero J. Sida y Eutanasia: más allá de la responsabilidad indivi-
con VIH-sida, plantean las siguientes actitudes y ac- dual. En: Urraca S. Eutanasia Hoy. Un Debate Abierto. Madrid:
tuaciones: Nóesis 1996; 93-114.
8. Bayés R. Psicología y sida: análisis funcional de los comporta-
• Trabajar en la línea de apoyar y no sustituir a Ma- mientos de riesgo y prevención. Papeles del Psicólogo 1990;
ría. Sigue siendo el referente clave para Pedro. 46/47: 30-36.
9. García Roca J. Contra la exclusión: responsabilidad política e
• Desde esa perspectiva, la ONG quiere conseguir iniciativa social. Santander: Sal Terrae. Aquí y Ahora 28, 1995.
dinero de distintas fuentes para garantizar la sub- 10. Barbero J. Sida, exclusión e intervención psicosocial. Perspectiva
sistencia de María los tres próximos meses, inicial- teórica. En: Rubio MJ, Montero S (coord.). La exclusión social.
mente, para que ésta se pueda dedicar enteramente Teoría y práctica de la intervención. Madrid: CCS 2002; 129-
149.
a cuidar a su hijo y no tenga que seguir ejerciendo,
11. Barbero J. Bioética, comportamiento y sida. Rev. de Psicol. Gral. y
al menos por ahora, la prostitución. Aplic. 1994; 47, 2: 231-239.
• Ayudar a María a reconocerse en el papel de ma- 12. Simón P, Barrio IM. Bioética, información e infección por el VIH.
dre-cuidadora, reforzando sus actuaciones y ha- FMC 1994; 1, 5 (may): 299-309.
ciéndole ver lo primordial de su apoyo en estos 13. Comitato Nazionale per la Bioetica. Bioetica con l’infanzia. Roma,
1994.
momentos. Frente a la experiencia de culpa, vali-
14. Barbero J, Pérez MT. Niños con sida: el síndrome de la vulnerabi-
dar la importancia de la responsabilidad en estos lidad adquirida. Rev Esp Pediatr 1997; 53 (2): 126-33.
momentos tan especiales. 15. Honigsbaum N. HIV/AIDS and Children. A cause for concern.
• Consensuar con la vecina y amiga de María los London: National Children’s Bureau 1991.
posibles apoyos complementarios en el hospital. 16. Redacción. Centenares de neonatólogos en EE.UU. son reacios a
salvar la vida de un bebé con sida. La Vanguardia, 1995 noviem-
• Mediar con María en el vínculo con su hijo, traba-
bre 14: 39.
jando el ejercicio de la transparencia comunicativa, 17. Lindqvist M. Ethical considerations of the issues. En: Schinazi RF,
lo que no tiene por qué pasar necesariamente por Nahmias AJ. AIDS in children, adolescents and heterosexual
la información del VIH al pequeño. Dicho de otro adults. An interdisciplinary approach to prevention. Elsevier
modo, se trata de que María, con el entrenamiento Science Publ. Co. 1988; 299.
18. Simón P, Rodríguez JJ, Martínez Maroto A, López Pisa RM, Júdez
del psicólogo de la ONG, vaya explorando qué
J. La capacidad de los pacientes para tomar decisiones. Med Clin
quiere saber su hijo, guiándose por el principio de (Barc) 2001; 117 (11): 419-426.
que a Pedro habrá que decirle “todo lo que quiere 19. Gracia D, Jarabo Y, Martín N, Ríos J. Toma de decisiones con el
saber y sólo lo que quiere saber”. paciente menor. Med Clin (Barc) 2001; 117 (5): 179-190. 95
• Ofrecernos como facilitadores del proceso comu- 20. Arranz P, Barbero J, Barreto P, Bayés R. Intervención emocional en
Cuidados Paliativos. Modelo y protocolos. Barcelona: Ariel,
nicativo, a sabiendas de la conspiración del silen- 20052.
cio previa. 21. Informe FIPSE. Discriminación y VIH/SIDA 2005. Estudio FIPSE
• Si el proceso se alargara y no estuviera indicado sobre discriminación arbitraria de las personas que viven con
que Pedro siguiera en un hospital de agudos, se VIH o SIDA. Madrid: Fundación para la Investigación y la Pre-
trataría de buscar alternativas asistenciales, siem- vención del sida en España, 2005.
22. Plan Nacional sobre el sida. Cuidados del Paciente con sida en
pre y cuando éstas permitan la presencia continua- Situación Terminal. Recomendaciones del Consejo Asesor Clíni-
da de María. Se huirá de toda alternativa que su- co, n.º 4. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Plan Nacio-
ponga la institucionalización de Pedro y la separa- nal sobre el sida, abril 1996.
ción de su madre. 23. Ruiz Contreras J. Cuidados paliativos del niño con infección por
• Trabajar preventivamente con María estrategias de VIH. En: Manual práctico de la infección por VIH en el niño,
Proas Science: Barcelona 2000; 483- 514.
prevención de duelo complicado, al ser conscientes 24. Barbero J, Romeo C, Gijón P, Júdez J. Limitación del Esfuerzo
de los indicadores de riesgo presentes. A partir del Terapéutico. Med Clin (Barc) 2001; 117: 586-94.
fallecimiento de Pedro, mantener la iniciativa de se- 25. American Academy of Pediatrics. Palliative Care for Children
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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

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96

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Aplicación de los cuidados paliativos en


la Unidad de Cuidados Intensivos
Pediátricos

Lidia Casanueva Mateos

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ ca diaria de determinadas unidades, como son las de


cuidados intensivos. El objetivo central de esta nueva
u Aproximación a la práctica diaria de las Unidades de modalidad asistencial fue la mejora de los recursos hu-
Cuidados Intensivos (UCI) con el fin de comprender manos y tecnológicos para conseguir un mejor resulta-
su filosofía asistencial y las dificultades potenciales a do en el tratamiento del paciente grave y crítico, con
la hora de asistir a un paciente en la fase final de la amenaza de muerte real o potencial.
enfermedad y en su muerte. Este extremo de la atención médica trajo numero-
u Análisis de las particularidades añadidas de las Uni- sos conocimientos de la enfermedad grave e importan-
dades de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) y tes avances en nuevos tratamientos y estrategias de
de las dificultades que experimentan los padres tras abordaje terapéutico. Sin embargo, hay que señalar que
el ingreso de un niño por una enfermedad grave. frente a estos avances no se prestó igual atención al as-
pecto humano de la relación médico-paciente.
u Aproximación al counselling como técnica de comu- El ámbito tradicional donde se lleva a cabo la me-
nicación en la UCIP y orientación sobre cómo abor- dicina intensiva es un medio hostil, en el que es impo-
dar la comunicación difícil con las familias. sible mantener la privacidad, donde se mantiene una
u Introducción y aplicación de los cuidados paliativos luz artificial permanente que dificulta la captación del
ciclo día-noche y donde se cambian el silencio y la cal- 97
en la práctica diaria de la UCIP para el alivio del do-
lor y de otros síntomas molestos. ma por alarmas y el rumor de los respiradores.
El paciente en estado crítico se vuelve dependiente
u Orientación acerca de la actuación ante pacientes
de máquinas de alta tecnificación y queda desprovisto
con enfermedad irreversible en los que se decide re-
de su identidad propia y distanciado de los otros por el
tirar el soporte vital.
uso de sondas, catéteres y tubos que generan un marco
u Definición del encarnizamiento terapéutico y de los referencial absolutamente ajeno a las emociones tanto
dilemas éticos más comunes en la UCIP. para el paciente y su familia como para los profesiona-
u Aplicación de un método para la toma de decisiones les sanitarios.
éticamente difíciles que establezca un marco adecua- Este escenario, en el que el paciente queda converti-
do para la discusión y formulación de un plan tera- do en una enfermedad y sus consecuencias en lugar de
péutico junto con la familia. un ser humano con identidad propia, no puede ser justi-
ficado de ninguna manera en nuestro tiempo, y por este
u Definición de estrategias de ayuda para los profesio- motivo se está empezando a imponer en muchos hospi-
nales de la UCIP ante los padres de los niños que tales la necesidad de humanizar las UCI, prestando espe-
experimentan una muerte repentina y aquellos en cial atención a la unidad familia/paciente, a la importan-
los que la muerte es esperada. cia en la comunicación y al cuidado al final de la vida.
u Análisis de las actitudes y necesidades del médico
intensivista ante la muerte de sus pacientes, así co-
mo de las características del síndrome de desgaste
profesional y de los problemas que surgen en el tra- LAS UNIDADES DE CUIDADOS
bajo en equipo en la UCIP. INTENSIVOS

La aparición de las UCI se produce de una forma


gradual a partir de los años sesenta, a consecuencia de
una serie de eventos como fueron el nuevo concepto de
INTRODUCCIÓN resucitación cardiopulmonar, el desarrollo de los méto-
dos de asistencia respiratoria debido a la epidemia
La muerte es una parte inherente a la vida y, des- mundial de poliomielitis, la monitorización de las arrit-
afortunadamente, un final bastante común en la prácti- mias y la cardioversión eléctrica.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Por otro lado, se produjo un avance en el conoci- dolor existió en el 49,9% y fue extremadamente intenso
miento de la fisiopatología de algunas enfermedades y en el 14,9% del total de los pacientes.
tuvo lugar un gran desarrollo de la cirugía cardiovascu- El informe SUPPORT fue un punto de partida re-
lar y de la cirugía de trasplantes, que fueron constitu- velador para replantear el sufrimiento del paciente, aun
yendo los peldaños de esta nueva modalidad de aten- cuando éste no fuera portador de una enfermedad en
ción médica. estadio terminal.
Progresivamente, y en el transcurso de este proce- Por tanto, no debería hacerse una diferenciación
so, se fueron añadiendo nuevos procedimientos médi- entre el paciente terminal y el paciente crítico, en cuan-
cos y quirúrgicos y a la vez se fueron perfeccionando las to al cuidado y alivio del dolor de los últimos días, sólo
técnicas de monitorización, lo cual generó la aparición por el hecho de tener este último mayores probabilida-
de un nuevo tipo de pacientes en estado crítico que se des de sobrevivir.
hacían tributarios de estas medidas terapéuticas. En las Unidades de Cuidados Intensivos es posible
Las UCI se caracterizan por la concentración en un clasificar a los pacientes que fallecen en tres categorías
área del hospital de los pacientes de gravedad extrema bien diferenciadas: los pacientes que mueren a pesar de
debido a la disponibilidad de medios para la monitori- la utilización de un soporte vital máximo, los que falle-
zación y sustitución de las funciones vitales. Tienen cen debido a la retirada de dicho soporte y, por último,
como objetivo el tratamiento del paciente crítico, de- aquellos en los que no se instauran las medidas de re-
volviéndole, en la medida de lo posible, a su situación animación tras la parada cardiorrespiratoria. Todo ello
basal previa. muestra que mientras en los casos de muerte no espera-
Las UCIP surgen como una rama autónoma de la da no se dispone de tiempo para una planificación de
especialidad de Pediatría, ante la necesidad de encon- los cuidados orientados a las fases finales de la vida, en
trar nuevos tratamientos para abordar las patologías los otros dos supuestos sí puede llevarse a cabo.
graves de la infancia. En la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales
El ingreso de un niño en estado crítico en la UCIP de un hospital terciario de California, San Francisco3, se
supone para los padres la interrupción de la relación llevó a cabo un estudio que constató que el 73% de las
paterno-filial, la incertidumbre del curso de la enferme- muertes fueron el resultado de la decisión de retirada
dad y la entrada en un ambiente estresante y ajeno, así del soporte vital por parte de los médicos. Dicha retira-
como el enfrentamiento a una serie de circunstancias da se planteaba cuando el tratamiento agresivo instau-
que les colocan en una situación de grave desequilibrio rado carecía de una respuesta eficaz en el paciente. Por
98 físico y emocional. tanto, en más de dos tercios de todos los niños se dis-
El estado crítico1 se define como la alteración de la puso de tiempo para planificar una adecuada atención
función en uno o varios órganos o sistemas que puede al final de la vida.
comprometer la supervivencia del paciente en algún Los tratamientos curativos y paliativos no deben
momento de la evolución y en el que la muerte resulta contemplarse como excluyentes, sino como comple-
siempre una alternativa posible. Puede expresar la for- mentarios. En diversas UCI de adultos se está empezan-
ma inicial de una enfermedad aguda de rápida evolu- do a hacer una toma de conciencia de que los principios
ción o bien presentarse en el contexto de una enferme- del cuidado paliativo deben estar presentes en todos los
dad crónica. niveles de atención médica del enfermo grave, indepen-
En el concepto de estado crítico van implícitas dos dientemente del pronóstico vital.
condiciones esenciales: reversibilidad, si se aplican cier- Éste es, sin duda, uno de los puntos paradigmáti-
tas acciones terapéuticas efectivas, y transitoriedad. cos en la medicina intensiva y en el que hay que poner
El diagnóstico de una enfermedad grave en su fase la máxima atención para que nuestros cuidados no se
aguda concentra todos los esfuerzos médicos en la cu- transformen en desproporcionados y la muerte no se
ración del paciente. Cuando no se consigue, debido a la convierta en un proceso que tiene lugar en medio de la
gravedad de la enfermedad o a la mala evolución de la soledad del paciente y la aparente indiferencia de los
misma, y ésta se convierte en crónica, debe cobrar ma- profesionales sanitarios.
yor importancia un objetivo esencial, que es el de cui-
dar al paciente y aliviar sus síntomas. Y cuando final-
mente la enfermedad entra en una etapa de clara irre-
versibilidad hacia la muerte, hay que extremar los es- LA MUERTE EN LAS UNIDADES DE
fuerzos para que el paciente muera sin sufrimiento y CUIDADOS INTENSIVOS
con el mayor confort posible. PEDIÁTRICOS
En este contexto, a partir del informe SUPPORT
(Study to Understand Prognoses and Preferences for Outco- El ingreso de un niño en la UCIP genera en la
mes and Risks of Treatments), publicado en 1996 en la familia un importante estado de alarma por las impli-
revista JAMA, se reveló la pobre calidad de vida de los caciones de gravedad que conlleva. El padre o la ma-
últimos días de 3.624 pacientes gravemente enfermos2. dre ya no son capaces de asumir los cuidados de su
Las preguntas centrales de la encuesta realizada a los hijo, sino que tienen que delegar su papel de cuida-
pacientes se refirieron a la existencia de dolor (su dura- dores en manos de los especialistas y perder el control
ción e intensidad) y a la respuesta al tratamiento. El de la situación.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

99
Figura 1. Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos.

Una vez que el niño ha ingresado, y sobre todo si La información se convierte en un proceso difícil
su estado es grave y hay que tomar una serie de medi- cuando la enfermedad es compleja. En ocasiones, los
das urgentes para su estabilización, el encuentro con la padres reciben opiniones divergentes de diferentes mé-
familia no tiene lugar hasta un tiempo después, y esta dicos, residentes, enfermeras, especialistas, etc. Estos
espera produce una sensación de desconcierto y des- últimos suelen dar, además, una información parcial, en
protección añadida. función de un órgano, en lugar de una visión integrada
Cuando los padres acceden a la unidad se encuen- del paciente. Todo ello produce una discordancia entre
tran en medio de un lugar tecnificado, con su hijo co- la visión de los médicos y de la familia en cuanto al cur-
nectado a cables y aparatos, en ocasiones sedado o con so de la enfermedad.
respiración asistida. La información inicial que reciben La comunicación se complica aún más cuando hay
es difícil de manejar por el estado emocional en que se que hablar de la posibilidad de que el niño no logre
encuentran, y se ven bruscamente dependientes de superar el proceso y muera.
otras personas desconocidas que asumen temporal- Los avances tecnológicos empleados en el cuidado
mente el control de sus vidas. intensivo han despertado importantes expectativas de
La UCIP (Figura 1) es un lugar complejo en el que curación de los pacientes en estado crítico, y, en ocasio-
conviven numerosos especialistas, médicos, residentes, nes, esperanzas de recuperación heroica y milagrosa
enfermeras, auxiliares de enfermería, técnicos, etc. Se poco acordes con la realidad. Cuando la familia tiene
trabaja en turnos rotativos y existe mucho recambio de que afrontar la realidad de la muerte de su ser querido,
personal. El ritmo de trabajo es rápido y la rutina se ve percibe esta situación como un fracaso de los médicos o
interrumpida frecuentemente por ingresos o complica- de la ciencia, en lugar de observarlo como el inevitable
ciones agudas de algún paciente. Los padres se ven in- desenlace de una enfermedad devastadora.
mersos en este ambiente y pronto se dan cuenta de que Los profesionales que atienden a este tipo de en-
su caso es uno más y de que deben aprender a sobrevi- fermos tienen que afrontar dos tareas complejas si-
vir en ese «pequeño caos». multáneamente. En primer lugar, proporcionar toda
La información diaria sobre la evolución del niño y el la terapéutica a su alcance con el objetivo de restaurar
tiempo de visita se convierten en su único alivio. El resto la salud del paciente tras la enfermedad o lesión, y
de sus vidas se paraliza en espera de dichos momentos. paralelamente, tienen que ayudar a los pacientes y a

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

sus familiares a enfrentarse con la posibilidad de la Tabla I. MODELO PARA EL CUIDADO AL FINAL DE LA
muerte. VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS:
En el caso de los pacientes ingresados en la UCIP Principios
existe la dificultad añadida de que sufren procesos con El objetivo de los cuidados debe guiar la aplicación de la
diversas fisiopatologías y están sujetos a diferentes com- tecnología.
plicaciones que alteran el curso de la enfermedad ini- La toma de decisión debe estar centrada en el paciente
cial. Esto genera una mayor incertidumbre a la hora de como conjunto.
predecir cuál será el desenlace final. Conocimientos
Por tanto, el estado crítico lleva inherente la posi-
Sistemas de medida de la gravedad y pronóstico al
bilidad de sufrir cambios rápidos en la condición del ingreso del paciente, con el fin de conocer las
paciente, con la consiguiente modificación del pronós- limitaciones de los cuidados.
tico y de la recuperación del mismo. La incertidumbre
Principios éticos y guías de retirada de soporte vital.
es algo difícil de manejar por los familiares, ya que les
impide establecer expectativas claras de curación a cor- Monitorización, para identificar y tratar los síntomas de
distrés, malestar, ansiedad y dolor en pacientes con
to plazo en medio de la espera. alteración del nivel de conciencia.
Uso de analgésicos y sedantes para conseguir un
tratamiento apropiado del dolor y de otros síntomas
molestos.
MODELO DE CUIDADOS AL FINAL DE
Counselling como instrumento relacional personalizado.
LA VIDA EN LA UCI
Actitudes
En el Consejo Nacional para la Educación Médica Toma de decisiones compartidas con la unidad familia/
para el Cuidado al Final de la Vida4 llevado a cabo por paciente.
las Universidades de Harvard, Arizona y Pensilvania, se Respeto a las diferencias étnicas y religiosas.
llegó a un consenso sobre el modelo ideal de cuidados Profundización en los propios valores acerca de la
al final de la vida en la UCI (Tabla I). muerte y el sufrimiento.
El principio más importante es que el objetivo de
Empatía/aceptación incondicional.
los cuidados debe dirigir el uso de la tecnología y no al
contrario, siendo muy importante que los profesionales Respeto a las preferencias individuales del paciente y su
familia.
100 hablen con las familias con el fin de entender sus prefe-
rencias y consensuar un plan de cuidados ajustados a Congruencia/veracidad.
ellas. Para ello, hay que aceptar que dichas preferencias Habilidades
no tienen que coincidir con las preferencias o creencias Escucha activa y comunicación efectiva y empática.
de los médicos y que la toma de decisiones debe estar
Establecimiento de relaciones con la familia, basadas en
centrada en el paciente. la confianza.
Una vez que los profesionales han acordado la ne-
Explicación de los detalles de la enfermedad, estrategia
cesidad de limitar el esfuerzo terapéutico, se impone la de tratamiento y objetivos del cuidado de una forma
aplicación de una serie de medidas que garanticen una simple y asequible.
muerte digna y libre de síntomas. Dichas medidas co-
Ayuda a la familia para realizar un balance entre los
mienzan con un plan de acogida y una comunicación beneficios y los daños de los tratamientos.
eficaz y humana.
Ayuda para afrontar el pronóstico incierto de la
enfermedad.
Trabajo eficaz con equipos multidisciplinares.

PLAN DE ACOGIDA EN LA UCIP Apoyo emocional y acompañamiento ante el sufrimiento.


Autocontrol y cuidados para el cuidador.
Las reacciones emocionales más comunes de la fa-
milia ante el ingreso de su hijo por una enfermedad
grave en la UCIP son de choque emocional con aturdi- • Son pacientes que sufren multitud de procesos con
miento y bloqueo, dolor, ira, culpa, negación, duelo diversas fisiopatologías, y, además, la mayoría de
anticipado, temor, esperanza, soledad, etc. las veces con un pronóstico incierto.
Sin embargo, existen diferencias dentro de una • El estado crítico lleva inherente la posibilidad de
misma familia y entre las familias en función de la per- sufrir cambios rápidos en la condición del pacien-
sonalidad, historia previa, nivel sociocultural, apoyo te, con la consiguiente modificación del pronóstico
social, etc., pero hay una serie de necesidades comunes y de la evolución. Esto produce en los familiares
a todos los familiares. un grado considerable de incertidumbre, difícil de
Como se ha comentado previamente, la UCIP tiene manejar, y una imposibilidad de establecer unas
una idiosincrasia propia debido a las características de expectativas claras de curación a corto plazo.
los pacientes ingresados, y que podemos resumir en lo • El ingreso de un paciente grave en la UCIP obliga a
siguiente: tomar una serie de medidas urgentes dirigidas a su

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6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

estabilización vital, y la mayoría de las veces no dosificando la información, especialmente si la vida del
tiene lugar el encuentro inicial con la familia, lo niño está comprometida y existe la posibilidad de que
cual genera una intensa sensación de desconcierto muera de forma inminente.
y desprotección. Una vez que la situación lo permita, es convenien-
• Una vez que los padres acceden a la unidad, se en- te explicar a los padres el aspecto del niño y los proce-
cuentran con información divergente y opiniones dimientos que se le han utilizado (sondas, catéteres
de diferentes médicos, residentes, especialistas, en- vías, intubación endotraqueal, etc.), así como el aspecto
fermeras, etc., acerca del estado del niño. Todo ello de la unidad (luces, aparatos, alarmas, etc.), y entregar-
produce una discordancia entre la visión del médico les por escrito las recomendaciones básicas sobre el
y de la familia en cuanto al curso de la enfermedad. funcionamiento de la unidad (Figura 2).
• En las UCI conviven diferentes especialistas que
establecen el pronóstico del paciente no como un
todo, sino de una forma parcial.
• Los avances tecnológicos empleados en el cuidado
intensivo han despertado grandes expectativas de
curación de los pacientes en estado crítico, y esto
muchas veces genera en los familiares una esperanza
de recuperación milagrosa y poco acorde con la rea-
lidad de una enfermedad en ocasiones devastadora.
• Los padres se sienten intimidados en el ámbito de
la UCIP por las características de la unidad, con
multitud de aparatos, alarmas, luces, etc., y se
sienten totalmente excluidos de su papel de padres
durante el ingreso de su hijo.

Por todos estos motivos, el ingreso de un niño en


la UCIP por una enfermedad grave conlleva siempre
una situación de crisis para el niño y para su familia,
con sentimientos de angustia ante la separación, pérdi-
da de control, sufrimiento y dolor. 101
La existencia de un plan de acogida proporcionará
a los padres un apoyo excepcional para irse adaptando
de un modo adecuado. Dicha acogida debe empezar Figura 2. Tríptico de acogida. UCIP

desde la primera toma de contacto con la unidad.

3. En la evolución: integración


1. Primer contacto con la unidad en el plan de cuidados

El momento del ingreso en la unidad reviste una Los padres se encuentran en un ambiente de vacío
enorme confusión y ansiedad para los padres, por lo cultural, confundidos, desamparados e incapaces de
que el primer contacto con ellos debe tener lugar en el hacer algo para mejorar la situación de su hijo. El mie-
plazo de tiempo más corto posible. do a desconectar algún aparato les lleva en numerosas
Por ello, es aconsejable acompañarles a una sala ocasiones a no acercarse al niño.
fuera de la unidad y ofrecer unas explicaciones básicas Los esfuerzos del personal sanitario en esta fase
sobre lo que está pasando con su hijo y el tiempo deben ir dirigidos a enseñar a los padres, a familiarizar-
aproximado de espera, con el fin de aplacar la angustia les con el entorno y a hacerles partícipes del plan de
e incertidumbre de esos primeros momentos. cuidados. Se les debe remarcar la importancia de su pre-
sencia junto al niño para ayudar a su recuperación. Es
clave darles información acerca de los aparatos que ayu-
2. Contacto posterior dan a su hijo y de las conexiones a los mismos, y expli-
carles que no hay motivo de preocupación si el acerca-
El principal objetivo debe ir dirigido a anticipar a miento se hace con conocimiento y cuidado suficientes.
la familia lo que van a encontrarse al acceder a la uni- Es importante que los padres perciban cierto grado
dad. Para ello, debe producirse un encuentro entre el de control sobre la situación (Figura 3) y que manten-
médico y/o enfermera responsable y los padres, donde gan su papel de cuidadores dentro del ambiente de la
se ofrecerá la primera información sobre la enfermedad UCIP. Así, en los casos más favorables, se puede planifi-
y el estado del niño. En ocasiones, debido a la extrema car con ellos su participación a la hora del aseo del niño
gravedad del paciente y al tiempo que se invierte en su (cambio de pañales, baño, etc.) o de alimentarle, y en
estabilización, este encuentro se retrasa y pasa a un se- los casos en los que el estado del paciente sea crítico, se
gundo plano. Sin embargo, es de crucial importancia ir les puede animar a que hablen y acaricien a su hijo.

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Por otra parte, el entorno adquiere una importan- El ingreso de un hijo en la UCIP implica frecuente-
cia crucial a la hora de minimizar el impacto del entor- mente, tal y como se reseñó en el apartado anterior, la
no hostil de la UCIP. aceptación de una enfermedad o accidente que pone en
Para ello, se puede animar a cada familia a ir trans- peligro la vida del niño y donde el curso de los aconte-
formando su espacio en el box con objetos, juguetes, cimientos es impredecible y pueden producirse cam-
dibujos del entorno del niño, etc. (Figura 4). bios desfavorables a corto plazo. Esto obliga a los pa-
dres y/o familiares a poner en marcha una serie de me-
canismos adaptativos para hacer frente a esta situación
dolorosa y comprometida, siendo los más frecuentes la
negación de la realidad y el bloqueo de las emociones
en un periodo inicial.
Es en este difícil marco donde los sanitarios de la
UCIP tienen que aprender a comunicarse. Comunicar
implica en primer lugar la capacidad de empatía, es de-
cir, no sólo de respetar y comprender lo que la otra per-
sona siente, sino de conseguir que se sienta comprendi-
do. Para alcanzar esa empatía hay que tener una disposi-
ción de acogida hacia el sufrimiento del otro y adquirir
habilidades de comunicación para hablar desde un nivel
emocional. La mayoría de las veces se teme la sobreim-
plicación con el paciente y con su familia, pero es im-
Figura 3. Integración de la familia en la UCIP. prescindible establecer un cierto grado de implicación en
el vínculo con los pacientes y sus familiares para poder
ayudarles y acompañarles en esos momentos difíciles.
En segundo lugar, es necesario que exista coheren-
cia en la información ofrecida, y para ello se debe pro-
curar que haya una comunicación fluida entre las per-
sonas responsables del cuidado del niño (médico, en-
fermera y auxiliar), con la transmisión de los objetivos y
102 acciones terapéuticas previstas; por ello es importante
hacer una planificación conjunta del trabajo diario.
La comunicación es, por tanto, uno de los ingre-
dientes de mayor importancia en el cuidado óptimo al
final de la vida5,6, y en el caso de la UCIP está centrado
fundamentalmente en la familia. Según M. Levy y col.6,
la comunicación significa en primer lugar tener tiempo
para sentarse con el paciente y la familia, crear un am-
biente adecuado y comunicar de una manera compasi-
Figura 4. Humanización del entorno de la UCIP. va y abierta una información difícil y comprometida.
Esto, que a priori resulta obvio, contrasta con el
ritmo frenético de intensa actividad que se vive diaria-
mente en las UCI y al que muchas veces se alude para
COMUNICACIÓN EN LA UCIP disculpar la ausencia de una comunicación adecuada.
Sin embargo, si se planteara la necesidad de utilizar un
La dificultad en la comunicación con la familia es tiempo extra a la hora de comprobar una medicación
una de las más frecuentemente reseñadas por padres y importante, ningún clínico dudaría en hacerlo.
profesionales, detectándose, en casos de mal pronósti- Por tanto, el punto de partida para analizar el pro-
co, un considerable desajuste en lo que los médicos blema se encuentra en la dificultad que supone para los
quieren transmitir y lo que los padres entienden. médicos iniciar una conversación acerca de la muerte
La transmisión de la información de una enferme- con sus pacientes o sus familiares cuando la enferme-
dad grave con riesgo potencial de muerte en el ámbito dad entra en una fase de irreversibilidad.
de la UCIP es un proceso delicado y difícil. El objetivo Las habilidades de comunicación se adquieren, del
de los profesionales sanitarios es proporcionar el máxi- mismo modo que cualquier otro procedimiento técnico
mo bienestar posible, incorporando la comunicación realizado en la UCIP, y requieren un entrenamiento has-
bien utilizada como un elemento terapéutico más. Para ta lograr su perfeccionamiento. La comunicación es una
ello hay que tener en cuenta que la comunicación es un poderosa herramienta terapéutica y no se debe menos-
proceso bidireccional, en el que las personas que reci- preciar ese gran valor.
ben la mala noticia presentan una vulnerabilidad muy Pilar Arranz y col.6 han desarrollado una técnica
grande y necesitan realizar una adaptación para poder de comunicación llamada counselling, que se funda-
entender la situación que están viviendo. menta en la bioética personalista que considera a la

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6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

persona no como fin sino como medio, defendiendo y • Recompensar, buscar la información positiva.
justificando el respeto de la vida humana de un modo • Ayudar a pensar por medio de preguntas.
integral. • Utilizar el mismo código.
El counselling, como técnica relacional, es el arte
de hacer reflexionar a una persona por medio de pre- La comunicación es un proceso que comienza desde
guntas, de modo que pueda llegar a tomar las decisio- la primera toma contacto con el personal de la unidad.
nes que considere adecuadas para él y para su salud.
Utiliza la comunicación asertiva, desde la dinámica de
la elección en lugar de la imposición, enfatizando en las
habilidades de escucha activa y del arte de hacer pre-
guntas. De esta forma, la comunicación deja de ser la
transmisión paternalista de la información médica,
donde el ritmo lo impone el médico que informa, tal y
como se ha enseñado tradicionalmente, y se incorpora
el principio de autonomía, contrastando la opinión de
la persona a la que se informa en función de sus necesi-
dades y valores (Tabla II).

Tabla II. Comunicación con la familia en la UCIP a Figura 5. Mensaje «yo», clave de la comunicación asertiva.
través del counselling
Presentación del médico y de la enfermera de referencia
Comunicar de forma sencilla la aproximación diagnóstica Posteriormente, el médico y la enfermera respon-
que se tenga hasta ese momento y el plan terapéutico sables del paciente pueden dar un paso más en la co-
iniciado municación y valorar las necesidades de los padres. Di-
Hacer preguntas abiertas y escuchar activamente para chas necesidades son las siguientes:
identificar aquello que no hayan entendido o que quieran
saber
• Necesidades de información: ¿Qué les gustaría
Anticipar, antes de que pasen a ver al niño a la unidad, saber acerca de la enfermedad de su hijo y su situa-
su apariencia física, los aparatos que precisa y para qué ción actual?
sirven 103
• Necesidades emocionales: ¿Qué es lo que más les
Establecer una relación de confianza, basada en la preocupa en el momento actual?
empatía y en la accesibilidad en cualquier momento,
para poder abordar nuevas preocupaciones y cambios
• Actitud ante la situación: ¿Qué hacen para afron-
tar esta situación?
Comunicar los cambios en el estado clínico del paciente
• Identificar los recursos que poseen: ¿Cómo
y en el plan terapéutico, y la respuesta al mismo
afrontaron otras situaciones difíciles en el pasado?
• Identificar si tiene apoyo familiar y/o social:
¿Creen que les apoya su familia y/o las instituciones?
Implica un conjunto de habilidades relacionales • Definir en qué situación emocional se encuen-
que incluyen: tran: ¿Tienen la sensación de que controlan esta
situación?
1) La comunicación asertiva. • Identificar caminos de actuación: ¿Cómo creen
2) El apoyo emocional. que podríamos ayudarles más?
3) La autorregulación.
4) Solución de problemas.

Las claves de la comunicación asertiva han sido COMUNICACIÓN DIFÍCIL


descritas por Costa y López y pueden ser sintetizadas
en los siguientes aspectos: Con relativa frecuencia, los niños ingresados en la
UCIP por una enfermedad grave no evolucionan de
• Escuchar activamente. forma favorable a pesar del tratamiento establecido. En
• Pedir opinión. ausencia de recursos alternativos, el profesional sanita-
• Elegir el momento y el lugar. rio se ve obligado a confrontar con la familia esta situa-
• Considerar el estado emocional. ción y se coloca ante el reto de la comunicación difícil.
• Hacer preguntas abiertas y/o específicas. Es posible que los padres expresen su sufrimiento
• “Mensaje yo” (Figura 5): declaración de deseos, a través de preguntas difíciles e incriminatorias, que
opiniones y sentimientos sin juzgar la conducta de habitualmente esconden sentimientos de culpa, y el
los demás, facilitando la expresión de diferencias y profesional debe estar atento para identificar las pre-
desacuerdos. ocupaciones e ir abordándolas una a una. Para ello, es
• Buscar la empatía, confrontar y confortar importante hacer hincapié en sus habilidades para

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afrontar los problemas, potenciando su percepción de El «encarnizamiento terapéutico»8 aparece así co-
control en la medida que la situación lo permita, y mo un producto emergente de múltiples factores que se
siempre ayudar a mantener la esperanza. derivan del sistema de valores, creencias y hábitos que
integran la cultura actual, en la que la muerte no es
R. Bayés, en su libro Psicología del sufrimiento y aceptada.
la muerte7, pone de manifiesto las dos formas que el La situación de «terminalidad» en la UCI es, en
médico tiene para ayudar a la familia a mantener la es- muchas ocasiones, una condición de extrema dificul-
peranza en situaciones de mal pronóstico: tad, ya que ello implica establecer con relativa seguri-
dad que un paciente es irrecuperable.
1) Reconducir la esperanza no hacia la curación, sino En el caso de la UCIP, esta cuestión es mucho más
a mejorar el cuidado en los últimos días para que difícil, ya que los niños tienen una gran capacidad de
su ser querido tenga una muerte lo más digna y recuperación y muchas veces la evolución de las enfer-
confortable posible. medades infantiles es sorprendente tanto en el pronósti-
2) Dar tiempo a que vayan haciendo la transición a su co vital como en las potenciales secuelas. Habitualmen-
ritmo. te, los tratamientos agresivos no se abandonan hasta que
la muerte es inminente, ya que existe un miedo real a
etiquetar a un paciente potencialmente curable como
terminal. Esto lleva inherente el riesgo de prolongar el
ENCARNIZAMIENTO TERAPÉUTICO tratamiento más allá de toda esperanza razonable.
Por otra parte, un estudio norteamericano ha de-
La concepción sobre «muerte digna» surgió de la mostrado que los médicos se ven presionados a sobre-
visión horrorizada de la sociedad frente a la generación tratar a los niños debido a regulaciones federales, al te-
de formas de morir que se asocian a la utilización de mor de acciones legales y a la disponibilidad de nuevas
los variados procedimientos tecnológicos que el pro- y avanzadas tecnologías9.
greso de la medicina ha incorporado a su arsenal diag- De forma reciente, algunos profesionales estado-
nóstico y terapéutico habitual en el paciente grave. La unidenses denuncian el hecho de que paralelamente a
aplicación continua y reiterada de estos medios condu- que los adultos cada vez tienen más derecho a morir de
ce únicamente a la prolongación de la agonía, retrasan- forma digna, los padres son privados de estos derechos
do excesivamente la llegada inevitable de la muerte en lo referente a sus hijos cuando están ingresados en
104
(Figura 6). las UCI.

Figura 6. Paciente oncológico en fase avanzada de su enfermedad.

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6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

En EE.UU., la American Academy of Pediatrics


(AAP) no apoya la idea de mantener el tratamiento
cuando ello no suponga los mejores intereses para el
niño. Sin embargo, desde el caso Baby Doe10 y otros
posteriores de supuesto abuso, las decisiones de “no
tratamiento” en los niños se reducen a cuatro circuns-
tancias poco concretas:

1. Cuando sólo se trate de mantener y prolongar un


cuadro vegetativo permanente e irreversible.
2. Cuando el sufrimiento sea inevitable y despropor-
cionado al beneficio médico obtenido y esperado.
3. Cuando estemos ante un cuadro clínico irreversi-
ble con sucesiva claudicación de órganos vitales,
que nos lleve a estimar que la muerte es inminente
y predecible en un corto plazo de tiempo.
4. Cuando los tratamientos aplicados no han sido
eficaces, sino que han contribuido a empeorar la
calidad de vida del paciente por la yatrogenia.

En cualquier otro caso, la supresión del tratamien-


to se considera como una negligencia médica con reper-
cusiones legales y profesionales. Esto ha llevado a que
los médicos adopten una postura de «esperar hasta que
exista certeza absoluta», lo cual supone prolongar el Figura 7. Dilemas éticos.
tratamiento al máximo en todos los niños hasta que se
alcanza una situación de muerte o coma irreversible.
Una ética común del final de la vida, afirma C. decisiones que incluyan a todos los afectados y que, a
Gherardi y col.11, implica admitir en la práctica que el su vez, sean ponderadas, prudentes y evaluadas en sus
límite de la atención médica resulta inherente a la con- consecuencias. El médico tiene que dar soluciones a los 105
dición de médico y que la calidad de la vida exige un problemas (Figura 7) planteados por los hallazgos bio-
cuidado del paciente específico en la fase final de la lógicos de la historia clínica, el examen físico, las deter-
enfermedad. Una muerte digna es la que ocurre sin ais- minaciones analíticas y las técnicas de imagen. Sin em-
lamiento, sin desfiguración y sin sufrimiento, y el fraca- bargo, las actuaciones médicas no son sólo técnicas y
so va a consistir, por tanto, no en la llegada de la muer- científicas, sino que exigen tomar continuamente deci-
te, sino en que el paciente se muera sufriendo. siones morales13.
Si partimos de la base de que un niño enfermo no
es un conjunto de síntomas, signos, funciones alteradas
y órganos dañados, sino que se trata de un ser humano
LIMITACIÓN DEL ESFUERZO asentado en una familia o entorno social, angustiado,
TERAPÉUTICO temeroso y con valores propios en el caso del niño ma-
yor, estamos obligados a dar respuesta a los problemas
La limitación del esfuerzo terapéutico (LET) es, morales o éticos de cada paciente.
por tanto, una decisión que puede plantearse en la El médico no es sólo un experto que repara los
UCIP ante determinados casos de pacientes en situa- daños causados por la enfermedad o alivia los síntomas
ción crítica y sin posibilidades de recuperación o con producidos por ella, sino que debe ser también un ex-
secuelas graves12. Con relativa frecuencia surgen en la perto en humanidad y respetar la integridad personal
UCIP una serie de dilemas éticos que se fundamentan del ser humano.
en la incertidumbre del curso y del pronóstico de una La ética, como las humanidades en general, ha te-
enfermedad y cuya resolución debe integrar los intere- nido tradicionalmente su asiento en las facultades de
ses de los niños, los derechos de los padres y las res- Filosofía, no en las de Medicina, y ello explica el motivo
ponsabilidades de los médicos. de que los profesionales sanitarios estemos tan despro-
vistos de conocimientos y recursos en esta materia. Sin
embargo, las decisiones morales no son más fáciles de
tomar que las puramente diagnósticas o terapéuticas.
DILEMAS ÉTICOS EN LA UCIP Hablar de ética es tratar de saber cómo se debe
actuar, es hablar de valores que tienen que ser defendi-
La práctica de la medicina está inmersa en la incer- dos y respetados, planteándose en ocasiones dilemas
tidumbre sobre el curso de la enfermedad de un pacien- que exigen respuestas responsables. Hablar de ética es
te concreto, y por ello es necesario aprender a tomar respetar siempre la dignidad de la persona y considerar

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al ser humano como un fin en sí mismo y no como un Tabla III. Dilemas éticos ante la limitación del
medio; es arbitrar criterios y procedimientos de toma esfuerzo terapéutico.
de decisiones fundados en el diálogo abierto y en la ar- El control del dolor, que se debate entre los siguientes
gumentación racional. aspectos
A FAVOR EN CONTRA
Objetivo prioritario para el Efectos secundarios de los
Método de ética clínica confort opioides
Mejoría de la calidad de Disminución del nivel de
Al igual que existe un método para resolver pro- vida conciencia
blemas de índole médica, los profesionales sanitarios Muerte libre de dolor Miedo a la adicción
deben aprender a establecer y describir los componen-
La necesidad de nutrición e hidratación
tes esenciales que les permitan tomar una decisión mo-
ralmente acertada. A FAVOR EN CONTRA
Para ello es necesario llegar a una decisión consen- Creencia de que el niño Posibilidad de vómitos
suada entre los componentes del equipo y la familia a tiene hambre y sed
través del diálogo abierto. Papel parental de Sobrecarga de líquidos e
Las decisiones de LET se basan en los siguientes alimentar al niño ICC
aspectos13: Órdenes de no reanimación
A FAVOR EN CONTRA
• Indicaciones médicas. Incluye un análisis desde un
punto de vista científico de las condiciones de la Permitir que la naturaleza La familia no quiere
siga su curso abandonar
enfermedad y del tratamiento instaurado, así como
los riesgos y de los beneficios obtenidos. La familia se siente Negación de que el niño
responsable de prolongar se está muriendo
La medicina intensiva cuenta con todo un arsenal
la agonía del niño
terapéutico para conseguir estos objetivos, y sin
embargo en ocasiones no es posible por varias cir- La familia no quiere Conflictos con las
intervenciones agresivas creencias religiosas o
cunstancias, como la falta de claridad de objetivos, culturales
la incertidumbre en la naturaleza del problema o la
Solicitud de autopsia y órganos
dificultad de conseguir un objetivo sin dañar otro.
Cuando los objetivos de intervención no están cla- A FAVOR EN CONTRA
106
ros es preciso analizar las condiciones de la enfer- Consejo genético Creencias culturales o
medad y del tratamiento instaurado, así como los religiosas
riesgos y los beneficios obtenidos. Investigación que sirve a Miedo a añadir más daño
La enfermedad puede ser aguda o crónica; crítica, otros pacientes
con amenaza inmediata de la vida, o lentamente En caso de conflicto entre el equipo médico y la familia,
progresiva, y, por último, reversible o irreversible. siempre deben prevalecer los intereses del paciente. El
El tratamiento puede ser definitivo o curativo, que Comité de Ética Asistencial puede jugar un papel importante
elimina totalmente la enfermedad; paliativo, que como mediador en este conflicto. Ninguna de las decisiones
tomadas es definitiva o irrevocable y pueden ser revisadas
intenta dar confort, y, finalmente, puede ser exce-
en cualquier momento de la evolución del paciente.
sivo e inútil, constituyendo una carga para el pa-
ciente sin cubrir ninguno de los otros objetivos.
El problema surge cuando es preciso diferenciar los físicos o mentales pero es capaz de mantener
que se pueden considerar medios ordinarios o pro- una vida autónoma.
porcionados de los tratamientos desproporcionados. 2. Mínima calidad de vida: describe una situación
• Preferencias del paciente. Con excepción de las si- en la cual el observador (médico o familiar) ve al
tuaciones de urgencia, en las que el médico tiene el paciente en unas condiciones físicas deteriora-
denominado “privilegio terapéutico” de proceder das, sin posibilidad de recuperación, con dolor
sin consentimiento, el resto de los actos médicos e incapacidad para comunicarse con los demás.
requieren respetar la autonomía del paciente, para 3. Calidad de vida bajo mínimos: describe una situa-
lo cual es imprescindible que éste tenga capacidad ción en la que el paciente sufre extremo debili-
de entender y decidir. En el caso de los niños, son tamiento físico así como completa e irreversible
los padres los que establecen dichas preferencias. pérdida de la conciencia y actividad intelectual;
• Calidad de vida. El término calidad de vida expresa en ella se incluyen los pacientes en estado vege-
un juicio de valor: la experiencia de vivir como un tativo permanente.
todo. Como criterios objetivos para definir la cali-
dad de vida, hay un amplio consenso de acuerdo • Contexto y circunstancias que rodean al caso. Inclu-
en los siguientes (13): yen intereses de la familia, coste de los cuidados
médicos, distribución de los recursos disponibles,
1. Calidad de vida restringida: describe una situa- legislación vigente, investigación médica, seguri-
ción en la cual una persona sufre varios déficit dad y bienestar social.

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6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

Dilemas éticos más comunes en zada para proporcionar confort y aliviar el dolor
el cuidado al final de la vida de puede ser usada incluso cuando las dosis requeri-
un niño das puedan acelerar la muerte.
4) La no aplicación de soporte vital es moral y legal-
Existen una serie de cuestiones difíciles que se mente igual que la retirada del mismo.
plantean en la UCIP con relativa frecuencia cuando nos 5) Cuando se decide la retirada del soporte vital es
encontramos ante un paciente en el que se ha decidido necesario cambiar los objetivos del cuidado ha-
la limitación del esfuerzo terapéutico. cia el confort y el bienestar del paciente y de su
Las más importantes figuran en la Tabla III. familia.
6) Cualquier tratamiento puede ser retirado, inclu-
yendo la nutrición, la hidratación, los antibióticos
y la sangre.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE RETIRADA O 7) Valorar el dolor y el malestar de un paciente intu-
NO APLICACIÓN DE TRATAMIENTOS bado, críticamente enfermo, puede ser difícil. Por
DE SOPORTE VITAL14 ello, hay que analizar y documentar de forma con-
tinuada los siguientes síntomas según vamos au-
1) La muerte ocurre como resultado de la enferme- mentando la sedación: taquipnea, taquicardia, su-
dad subyacente. El objetivo de los cuidados de doración, uso de musculatura accesoria, aleteo na-
confort que se instauran es el de aliviar el sufri- sal, muecas, etc.
miento del paciente y no el de acelerar la muerte. 8) Los pacientes en muerte cerebral no necesitan se-
2) La retirada del soporte vital es un procedimiento dación durante la retirada del soporte vital.
que requiere el mismo grado de participación 9) No se debe retirar el soporte vital de los pacientes
médica y de calidad que cualquier otro procedi- que están con bloqueantes neuromusculares, ya
miento. que enmascaran los signos de malestar. Tras la sus-
3) Únicamente actos que producen la muerte (altas pensión de dicha medicación, hay que constatar
dosis de potasio o bloqueantes neuromusculares) que el paciente tiene suficiente actividad motora
son inaceptables moralmente. La medicación utili- como para poder demostrar sufrimiento.

107

PROTOCOLO DE TOMA DE DECISIONES DE RETIRADA O ABANDONO DE


SOPORTE VITAL

Nombre del paciente: Preparado por:


Fecha: Presentado por:
Duración del ingreso:
Indicaciones médicas Preferencias del paciente/familia
Documentar diagnóstico y síntomas: Se incluye:
  •  Opciones de tratamiento •  Estar bien informados
  •  Riesgos/beneficios •  Participar de las decisiones
  •  Probabilidades de curación •  Participar de los cuidados
  •  Probabilidades de recurrencia
  •  Complicaciones
Diferenciar si se está ante un tratamiento curativo, paliativo o desproporcionado
Calidad de vida Contexto
•  Recuperación satisfactoria •  Historia familiar
• Secuelas moderadas: con algún defecto físico o intelectual pero con capacidad •  Recursos de la familia
de llevar una vida autónoma •  Soporte social e institucional
•  Necesidades culturales y espirituales. •  Cuestiones legales
• Secuelas graves: pacientes conscientes pero dependientes de otras personas
para las actividades normales de la vida
•  Estado vegetativo permanente
•  Muerte cerebral
Discusión
•  Opciones del cuidado médico
•  Objetivos del cuidado
•  Relación y priorización de los diferentes aspectos estudiados
Plan

El plan de cuidados es dinámico y puede ser alterado ante cualquier petición de la familia, las indicaciones médicas y las
nuevas valoraciones del equipo. La familia recibirá copia.

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CONFORT Y ALIVIO DEL DOLOR EN estímulos externos (luces, ruidos, alarmas, etc.) y pro-
LA UCIP mover el máximo grado de privacidad posible.

Como norma general, el paciente en fase terminal,


sea cual sea el origen de la enfermedad, nunca deberá ser
ingresado en la UCIP cuando la muerte sea inminente,
sino que deberá permanecer ingresado en la planta don-
de se tienen que haber establecido los cuidados paliati-
vos necesarios para el control de los síntomas o el males-
tar. Es muy importante que todas las decisiones se hayan
planteado previamente en el equipo a cargo del niño y
que existan órdenes por escrito en un lugar visible de la
historia clínica del paciente, para evitar ingresos innece-
sarios en la UCIP e intentos de reanimación cardiopul-
monar si se produce una parada cardiorrespiratoria.
En el caso de un paciente con un proceso crónico
que sufra una reagudización pero que su plan terapéu-
tico siga siendo curativo, el intensivista pondrá en mar-
cha todas las medidas a su alcance para conseguir que
dicho paciente supere la crisis.
Si la evolución es desfavorable y no hay respuesta a
los tratamientos instaurados, es necesario reunirse con el Figura 8. Transición a cuidados de confort.

equipo médico que trataba previamente al paciente para


tomar decisiones conjuntas y plantear la transición a los
cuidados de confort. Dicha transición deberá ser consen- Tratamiento del dolor/agitación/síntomas
suada y progresiva, haciendo partícipe de ello a la familia
en todo momento para que no experimenten sensación Para realizar un tratamiento adecuado del dolor es
de abandono por parte de ninguno de los equipos. necesario valorarlo correctamente, aplicando escalas
Siempre que la situación lo permita, el niño debe adecuadas a la edad, y ajustar el tratamiento según el
ser trasladado de nuevo a la planta, donde podrá recibir resultado obtenido. Las escalas analógicas visuales y
108
de una forma más apropiada los cuidados que le garan- afectivas faciales, los cambios en el comportamiento y
ticen una muerte digna al lado de sus seres queridos. los parámetros fisiológicos ante diferentes procedimien-
Sin embargo, existe la posibilidad de que el niño, tos realizados, son las técnicas de evaluación más fre-
por la gravedad del proceso, no pueda ser trasladado, o cuentemente utilizadas.
incluso que la familia exprese directamente su deseo de La elección del fármaco debe ser la adecuada se-
permanecer en la UCIP. gún las características e intensidad del dolor.
En dichas situaciones, hay que establecer la esen- El método del escalonamiento progresivo analgési-
cia del buen cuidado paliativo, que busca controlar de co de la OMS, según la progresión del dolor, debe ser
forma eficaz el dolor y otros síntomas molestos, así co- aplicado en todos los casos15.
mo dar ayuda emocional y espiritual al paciente y a su En pacientes en los que la muerte sea inminente o
familia en la fase final de la enfermedad. se vaya a hacer la retirada del soporte es necesario ase-
gurar un buen control del dolor y de la agitación. Los
fármacos más frecuentemente utilizados son opioides
Transición a cuidados de confort (morfina, fentanilo, etc.) y benzodiazepinas (midazo-
lam) en infusión continua, variando la dosis si el pa-
Una vez que la decisión de retirar el soporte vital ciente presenta algún signo de sufrimiento. Los relajan-
haya sido acordada, debe producirse una transición gra- tes musculares deberán suspenderse en todos los casos
dual de los tratamientos curativos a los cuidados de con- con el fin de valorar adecuadamente estos síntomas.
fort6. El alivio del dolor y el sufrimiento en todas sus di- El concepto de sedación terminal8 describe la práctica
mensiones se convierte en la prioridad mayor (Figura 8). de sedar profundamente a los pacientes como último re-
Las pruebas diagnósticas (radiografías, analíticas, curso para aliviar el sufrimiento cuando los otros métodos
etc.), los procedimientos dolorosos (venopunción, son- han fallado. Típicamente se utilizan benzodiazepinas o
dajes, vías, etc.) y la monitorización del paciente debe- barbitúricos con este propósito. Sin embargo, esto rara
rán minimizarse. Asimismo, las medidas destinadas a vez es necesario en el entorno de la UCIP, ya que la mayo-
restaurar la salud del paciente, entre las que se incluyen ría de los pacientes graves en los que se plantea la retirada
fármacos vasoactivos, hemofiltración o diálisis perito- del soporte vital son dependientes de ventilación mecáni-
neal, antibióticos, alimentación enteral o parenteral, ca y están profundamente sedados en dicho estadio.
deben suspenderse. Asimismo, pueden presentarse otros síntomas en
El entorno cobra especial importancia a la hora de el enfermo crítico terminal que requieren un tratamien-
proporcionar bienestar, siendo relevante minimizar los to adecuado.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

La disnea es uno de los síntomas más relevantes 2. Establecer escalas apropiadas para la
que generan considerable sufrimiento. La mayoría de las valoración del dolor y del malestar del
ocasiones se debe a la progresión de la enfermedad sub- paciente
yacente, pero es necesario descartar otras causas poten-
cialmente tratables, como broncoespasmo, neumotórax, • Escalas de dolor
infecciones, insuficiencia cardiaca, ansiedad, etc. El tra- • Escala de agitación
tamiento de la disnea incluye tratamientos farmacológi-
cos como opioides, broncodilatadores y diuréticos, que
alivian la congestión vascular pulmonar, así como la ad- 3. Retirada de la asistencia respiratoria
ministración de oxígeno y medidas posturales.
Otro síntomas relativamente comunes son náuseas • Parámetros iniciales: IMV, V tidal, PIP, FiO2 PEEP.
y vómitos, que suelen controlarse de forma satisfactoria • Reducir las alarmas del respirador al mínimo.
con medicación antiemética, requiriéndose en algunas • Reducir la FiO2 a 0,21 y la PEEP a 0 a lo largo de
situaciones la colocación de una sonda nasogástrica. 5 minutos y titular la sedación como se ha indica-
La sensación de hambre o la sed suele ser temas do en el apartado anterior hasta lograr el confort
frecuentemente planteados cuando se habla de cuida- del paciente.
dos al final de la vida. Existen opiniones divergentes a • Una vez que se haya conseguido, disminuir la
este respecto. Algunos profesionales mantienen la pos- IMV a 5 a lo largo de 5 a 20 minutos y volver a
tura de continuar con la nutrición enteral a través de titular la sedoanalgesia del paciente según los sig-
una sonda nasogástrica, por el simbolismo que lleva nos de malestar.
asociado, mientras que otros sostienen que esta medida • Cuando el paciente esté confortable con esa asis-
prolongaría el proceso sin proporcionar alivio. La deci- tencia, extubar.
sión quedaría, por tanto, en manos de las preferencias
del equipo médico y de la familia.
Las úlceras cutáneas por presión o infecciones son 4. Tratamiento del dolor y del malestar
otra complicación frecuente de estos pacientes y que
obliga a extremar el cuidado de la piel. • ANALGESIA
La fiebre y las infecciones deben tratarse activa-
mente con antipiréticos y antibióticos siempre y cuando 1. Perfusión de morfina a dosis inicial de 100 mi-
sean fuente de dolor, como otitis media, infecciones crogr/kg y posteriormente 10 microgr/kg/h 109
herpéticas, candidiasis oral, etc. (asumiendo que el paciente está confortable a
esta dosis). Si presenta algún signo de malestar,
aumentar cada 15 minutos un 25% y dar una
CUIDADOS DE CONFORT AL FINAL dosis de morfina adicional equivalente a 10
DE LA VIDA EN EL PACIENTE CON microgr/kg.
ENFERMEDAD IRREVESIBLE Y 2. Perfusión de fentanilo a dosis inicial de 2 mi-
MUERTE INMINENTE Y EN LOS QUE crogr/kg/h (asumiendo que el paciente está
SE DECIDE LIMITAR EL ESFUERZO confortable a esta dosis). Si presenta malestar,
TERAPÉUTICO aumentar cada 15 minutos la dosis un 25%
administrando un bolo previo de 2 microgr/kg.

1.  Centrar la atención en el cuidado del • SEDACIÓN


confort que se proveerá al paciente en
lugar de hacerlo en la limitación del 1. Perfusión de midazolam a dosis inicial de 0,2
esfuerzo terapéutico mg/kg/h (asumiendo que el paciente está con-
fortable a esta dosis). Si presenta algún signo de
• En la reunión que se produzca entre el equipo y la malestar, aumentar cada 15 minutos un 25% y
familia, se han de enumerar todas las intervencio- dar una dosis adicional de 0,2 mg/kg.
nes que proporcionarán alivio y confort de los 2. Otros agentes: propofol, pentotal.
síntomas del paciente:

- Procedimiento de retirada de soporte vital. 5. Cuidados de confort


- Tratamiento para el dolor y la agitación.
- Traslado, siempre que sea posible, a un lugar de • Suspender las órdenes de tratamiento previas que
la UCIP más tranquilo donde se pueda garanti- indicaban monitorización rutinaria de constantes,
zar a la familia una mayor intimidad. medicaciones, alimentación enteral, sueros, etc.
- Horario de visitas sin restricción para que pue- • Suprimir las pruebas diagnósticas y los procedi-
dan estar en todo momento con su ser querido. mientos dolorosos.
• Retirar monitores, compresores de medida de ten-
• Ofrecer los servicios religiosos del hospital. sión arterial, vías centrales, etc.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

• Disminuir al máximo los estímulos luminosos y el hacerlo, proporcionándoles un ambiente de reco-


ruido. gimiento e intimidad y procurando que el ruido y
• Centrar la atención en la apariencia e higiene del el ritmo de la unidad disminuya en la medida de lo
paciente. posible.
• Preparar al niño retirando sondas, vías, catéteres,
electrodos, etc.
6. En la historia clínica • Preguntar si desean coger al niño en brazos, vestir-
le con su ropa, animarles al contacto físico y ver-
• Reflejar mediante órdenes escritas que no se debe bal, etc.
intentar la reanimación en caso de producirse una • Preguntar si desean conservar algún objeto que
parada cardiorrespiratoria. tenga para ellos un valor afectivo (chupete, pinza
• Incluir en la historia clínica la hoja donde se recoja de cordón, sábana, huella del pie o de la mano,
la conversación con la familia sobre la retirada de etc.) o hacer alguna foto al niño (si no han tenido la
soporte vital y el cambio a los cuidados, dirigido al oportunidad de hacerlo previamente) (Figura 9).
confort del paciente y al alivio del dolor y de otros
síntomas.

MODELO DE ACTUACIÓN CON LOS


PADRES DEL NIÑO QUE MUERE EN
LA UCIP DE FORMA REPENTINA

1. Facilitar la expresión de los


sentimientos

• Dar la noticia de una forma clara, directa y compa-


siva, en un lugar que proporcione intimidad y pri-
Figura 9. Conservar recuerdos.
110 vacidad para expresar las emociones.
• No utilizar un lenguaje excesivamente técnico que
pueda originar falta de entendimiento por parte de
la familia. • Mostrar una actitud abierta y compasiva, acompa-
• Anticipar las posibles reacciones emocionales que ñándoles en estos momentos y transmitiendo sere-
puedan surgir en los padres en esta fase inicial de nidad y apoyo.
shock tras la comunicación de la mala noticia, sin • Expresar personalmente las condolencias a los fa-
juzgar ni reprimir ninguna expresión de dolor. miliares más allegados.
• Dejar un espacio abierto, si no se consigue estable-
cer dicha comunicación, para que los familiares
vayan asimilando la información, y permanecer a 3. Petición de autopsia y/o donación de
su disposición para cualquier aclaración cuando lo órganos y facilitación de trámites
deseen. funerarios
• No ofrecer tranquilizantes de forma sistemática,
salvo que lo pidan de forma explícita, porque bajo • Cuando haya pasado un tiempo prudencial y los
los efectos sedantes se postergan las emociones y el padres o familiares pregunten por el siguiente pa-
dolor, apartándoles de la oportunidad de despedir- so, el médico de la unidad podrá plantear a los
se de su ser querido y de compartir unos momen- padres la autopsia y/o la donación, si lo considera
tos muy valiosos que después podrán utilizar en la adecuado.
elaboración de un duelo adaptativo. • Posteriormente, facilitar todos los trámites funera-
• Ofrecer alguna bebida caliente y garantizarles el rios y ofrecer la posibilidad de mantener contacto
apoyo y la compañía de sus parientes allegados. con el hospital si lo desean.

2. Proporcionar intimidad en el box y


tiempo para despedirse de su hijo a los MODELO DE ACTUACIÓN CON LOS
padres y familiares próximos PADRES DEL NIÑO QUE MUERE EN
LA UCIP DE UNA FORMA ESPERADA
• Tras percibir que los padres han comprendido la
noticia, dar la oportunidad a los padres de despe- En estas situaciones ya se ha iniciado previamente
dirse de su hijo de la forma en que ellos quieran un estado de pre-duelo que anticipa cierto grado de

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6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

aceptación ante la posibilidad de la muerte del niño y es presiones verbales de cariño o las manifestaciones
más fácil la preparación cuando el paciente entra en la físicas de afecto.
fase terminal de la enfermedad.
Es muy importante la toma de decisiones centrada
en la unidad familia/paciente (Figura 10).
EL DUELO EN LA UCIP

El duelo16 es el estado de sufrimiento, aflicción y do-


lor derivado de la muerte de un ser querido y experimen-
tado por las personas que le sobreviven. Es una reacción
natural y universal que, con independencia de las caracte-
rísticas culturales y socioeconómicas de los implicados,
desencadena manifestaciones físicas como apatía, cansan-
cio, trastornos del sueño y pérdida de apetito, además de
psicológicas y sociales de intensidad y duración variables,
aunque proporcionales a la importancia y el significado
que tenía el fallecido para las personas afligidas.
La pérdida de un ser querido es muy difícil de
aceptar, ya que significa la desaparición de una relación
insustituible.
El duelo es un proceso dinámico doloroso, pero
Figura 10. Retirada de soporte, planificada con la familia.
también terapéutico si se sabe reconocer y aceptar y se
consiente su expresión sin trabas, ya que permite adap-
tarse progresivamente a la pérdida y a la nueva situa-
• Reconocer a la familia como unidad de cuidados y ción que ésta deja tras de sí.
dirigir los conflictos que puedan surgir en la toma
de decisiones de la transición del cuidado intensi-
vo al cuidado paliativo orientado al confort y al CONDICIONES QUE PUEDEN
alivio del dolor, sin que esto sea interpretado como COMPLICAR EL PROCESO DE DUELO
111
una ruptura sino como la parte integral de la aten- EN LA UCIP
ción al paciente.
• Planificar con la familia un plan de cuidados para En algunos casos el proceso de duelo tras el ingre-
la fase final de la vida de su hijo, incorporando sus so en la UCIP puede resultar complicado por las cir-
preferencias y su código de valores. cunstancias inherentes a la muerte. Algunas de estas
• Clarificar y documentar las órdenes de “no reani- circunstancias son las siguientes:
mación”.
• En el momento en que la muerte sea un aconteci- Condiciones de Muerte súbita, imprevista o no espe-
miento predecible en un tiempo relativamente la muerte rada.
corto, reconducir la esperanza, no hacia la cura- Condiciones extraordinarias y catas-
ción sino hacia los cuidados que garanticen una tróficas.
muerte digna y en paz, libre de síntomas. No tener el control sobre el cadáver
• Ayudar a exteriorizar sus emociones negativas de del ser querido.
tristeza, rabia, miedo, etc., sin reprimirlas con co- Sufrimiento y desfiguración.
mentarios de consuelo, lo que suele producir un Condiciones Dificultades o fracaso en haber llora-
sentimiento de incomprensión y aislamiento emo- del duelo do la muerte del ser querido.
cional y despertar reacciones agresivas. El dolor o la pena son demoradas.
• Asegurar a los padres que se está haciendo todo lo El dolor o la pena son demoradas de
posible por su ser querido; que no se le está dejan- manera “interminable”.
do simplemente morir, sino que se le está propor- El dolor o la pena son distorsionados
cionando todo el alivio posible. a causa de la auto-recriminación
• Garantizar la ausencia de restricción de horarios pa- extrema, la culpa o la rabia.
ra que puedan estar todo el tiempo con su ser queri- Naturaleza de Dependientes o simbióticas.
do. Se deben flexibilizar las normas en este sentido, las relaciones Ambivalentes.
dejándose al criterio de los profesionales responsa- Hijos (Figura 11).
bles (médico, enfermera y auxiliar) del enfermo.
• Hacerles partícipes del cuidado de su enfermo y Atributos del Pérdidas previas y recientes.
del contacto físico, ya que esto constituye una for- superviviente Dificultad para expresar pena o dolor.
ma de comunicación afectiva y algunas veces la Trastornos emocionales y del com-
única, sobre todo en familias que inhiben las ex- portamiento.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

tas unidades, no se reconoce ni se acepta la necesidad


de formación continuada en este sentido. Según un es-
tudio realizado en el Hospital Rhode Island (USA),
muchos profesionales sanitarios consideran que care-
cen de la formación más básica en cuestiones del cuida-
do al final de la vida y que existe una ausencia total de
esta materia en los cursos de pre y postgrado en las fa-
cultades de Medicina18,19.
Por otro lado, cabe destacar el cansancio y el des-
gaste emocional que supone para el personal sanitario
que trabaja en las UCI el hecho de afrontar situaciones
Figura 11. Niña fallecida tras su ingreso en UCIP. de emergencia y de sobrecarga en el trabajo cotidiano,
así como estar en contacto continuo con el sufrimiento
de otras personas. Todo ello, sumado a la ausencia de
desarrollo de estrategias para hacer frente a la muerte
SEGUIMIENTO EN LA UCIP DE LAS de sus pacientes, que se asumen en muchas ocasiones
FAMILIAS EN DUELO como un fracaso personal, produce un bloqueo en el
momento de detener los tratamientos curativos, en la
El cuidado de la familia no termina cuando el pa- comunicación de malas noticias y en la atención poste-
ciente muere y abandona la unidad. Transcurrido un rior a las familias (Figura 12).
tiempo, no es infrecuente que los padres tengan dudas o
preguntas acerca de algún aspecto de la enfermedad o de
los cuidados recibidos en la UCIP, y es conveniente volver
a contactar con ellos cuando estén disponibles el informe
médico y el informe de la autopsia, si fue requerida.
La muerte de un hijo supone, en la mayoría de los
casos, una desestructuración familiar muy importante,
a la que muchas parejas no sobreviven, acabando en
divorcios o cambios de residencia. Por ello, es de cru-
112 cial importancia facilitar apoyo psicológico, así como
alguna orientación sobre grupos de atención para fami-
lias en duelo17.
La intervención emocional precoz facilita el proce-
so de aceptación y disminuye las respuestas desadapta-
tivas, garantizando un seguimiento futuro y detectando
a aquellas personas que requieran una atención médica Figura 12. El intensivista ante la muerte de sus pacientes.
especializada.

Ello conlleva un sentimiento de insatisfacción y


ansiedad que conduce a un progresivo aislamiento, lo
EL MÉDICO DE LA UCIP ANTE LA que interfiere con el trabajo en equipo, tan necesario en
MUERTE DE SUS PACIENTES estas unidades, y produce un distanciamiento aún ma-
yor hacia los propios pacientes y sus familiares.
En este contexto, se asiste a la evidencia de que los Por otro lado, el enfrentarse a la muerte del otro
profesionales sanitarios que trabajan en la UCIP están obliga al personal sanitario a afrontar la realidad de la
insuficientemente preparados para afrontar la deses- propia muerte. La noción de muerte personal aparece
tructuración y el impacto psicológico que supone para entre el quinto y el noveno año de vida; para el niño, la
los padres el sufrimiento y la muerte de un hijo. muerte es siempre la muerte de otro; sin embargo, para
Según un estudio reciente publicado por Todres18, el adulto maduro, la muerte del otro siempre se refiere a
la mayoría de los padres se encuentran satisfechos con la propia, asumiendo así la finitud de la propia vida y la
los cuidados médicos recibidos por sus hijos, pero mu- de los seres queridos.
chos se quejan de problemas en la comunicación con el Por este motivo, es fácil comprender que la muerte
personal sanitario, de falta de tacto y de retrasos en la de un paciente recuerde al médico, por resonancia, la
información, así como de la rigidez, las restricciones de propia muerte, y que aparezcan sus prejuicios y creen-
horarios y la brusquedad e insensibilidad que muestran cias, así como sus propios temores ante la muerte y el
algunos sanitarios. sufrimiento20.
No es fácil para los profesionales aceptar este tipo Para hacer frente a esta realidad, los médicos han
de información. Sin embargo, a pesar de que la muerte aprendido a reprimir o a negar las emociones; o sim-
es un hecho que se repite con relativa frecuencia en es- plemente, y en general, cuando tienen que enfrentar-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

se a una situación así, la primera reacción es la de


huida.
La actitud del médico que lucha por todos los me-
dios contra la muerte en la UCIP puede polarizarse en
dos vertientes opuestas e igualmente equivocadas:

1) Intentar retrasarla más o menos obstinadamente,


cayendo en el “ensañamiento terapéutico”.
2) Resignarse y adelantarla, lo que nos conduce a la
eutanasia.

Desde las Unidades de Cuidados Intensivos de


adultos se empieza a tomar conciencia de estos aspectos
y están surgiendo algunas guías para mejorar el cuidado
y la comunicación al final de la vida. En diferentes hos- Figura 13. Acogida hacia el sufrimiento.
pitales de todo el mundo se están elaborando cuestio-
narios con el objetivo de analizar las causas del malestar
que expresan muchos familiares con seres queridos fa-
llecidos en la UCI18,21. Sin embargo, en las UCIP, donde NECESIDADES DE LOS
esto es aún más importante si cabe, se asiste todavía a CUIDADORES. ESTRÉS LABORAL
un retraso importante.
En la Universidad Brown, de EE.UU., se ha publica- Los equipos de las UCIP tienen puntos comunes
do un estudio en una revista de prestigio médico interna- con otros equipos, pero mantienen sus características
cional, Critical Care Medicine22 —que se realizó con la
propias debido a su dinámica de funcionamiento y a
colaboración de varios hospitales americanos—, en el que
sus necesidades y objetivos, convirtiéndoles en una
se pone de manifiesto esta necesidad como objetivo priori-
población de riesgo, expuesta a un alto grado de estrés
tario en la práctica diaria y se hace hincapié en las diferen-
tes barreras que obstaculizan el trato con pacientes en fase laboral.
terminal en la UCI, estableciendo una serie de estrategias Los profesionales sanitarios que trabajan en estas
para dar el enfoque inicial a este importante problema. unidades se enfrentan en su práctica diaria con mu-
113
chas situaciones de extrema dificultad, entre las que se
incluyen:

ACTITUDES DEL MÉDICO • Familias y enfermos exigentes y conflictivos.


INTENSIVISTA • Medios de trabajo insuficientes, tanto personales
como materiales.
Sin embargo, y previamente a la adquisición de • Situaciones de emergencia, con un elevado grado
estas habilidades, es fundamental que el médico inten- de estrés y sobrecarga en el trabajo cotidiano.
sivista haya realizado una seria y profunda reflexión • Ambiente hostil, con excesivo protagonismo y
personal acerca de los sentimientos en relación al fraca- competitividad.
so en la obtención de la curación y sobre los sentimien- • Dificultad para tomar decisiones especialmente
tos de omnipotencia que tanto el ámbito médico como conflictivas.
el social le otorgan, así como los propios conceptos de • Incomunicación y falta de apoyo por parte de los
enfermedad y de muerte, para poder hacer un acerca- compañeros.
miento a las personas en dicha situación. • Falta de innovaciones e incentivos laborales.
Para tener una disposición de acogida hacia el su- • Indefinición de las tareas.
frimiento del otro es necesario haber revisado la actitud
• Descoordinación o ausencia de trabajo en equipo.
propia e identificar los mecanismos defensivos que se
• Falta de reconocimiento o indiferencia por parte
utilizan para protegerse del dolor ajeno, ya que esto es
de las familias o de sus compañeros ante el trabajo
lo que hace que el paciente o el familiar no se sientan
entendidos ni aceptados (Figura 13). realizado.
Por otra parte, se ha puesto de relieve la dificultad • Disparidad de la situación laboral de los profesio-
del médico para percibir la angustia que experimentan nales implicados.
los familiares por la pérdida de control sobre la vida de • Sobreimplicación/aislamiento y evitación.
su ser querido en las fases finales de la enfermedad y
para hacer partícipe a la familia del plan de cuidados. Todo ello conduce a un cuadro conocido como
La pérdida de la relación paterno-filial, comenta J. Ran- burnout (Figura 14), en el que las personas expresan
dall23, supone para los padres un sentimiento muy in- sensación de agotamiento, conductas evitativas, falta
tenso de frustración y culpabilidad, que afectará al de motivación, irritabilidad, absentismo laboral,
proceso de duelo posterior. etc.24.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

P. Arranz y H. Cancio25 sugieren una serie de estra-


tegias para facilitar el afrontamiento a situaciones de
estrés asociadas al ámbito asistencial.

BURNOUT

Sobreimplicación

Aislamiento

Figura 14. Síndrome de burnout.

• Hacer explícitos los objetivos y que éstos sean rea-


les y realizables. Figura 15. Trabajo en equipo.
• Buscar información y formación adecuada, admi-
tiendo las deficiencias propias, especialmente en
habilidades de comunicación y en el manejo de Por otro lado, pone de relieve la necesidad de
emociones. equipos multidisciplinares —entre los que se incluyan
• Pedir apoyo a los demás cuando se necesite. psicólogos, asistentes sociales, etc.— para la asistencia
• Expresar emociones de un modo asertivo. del paciente crítico y terminal en la UCI, con el objeti-
• Mantener un adecuado diálogo interno, permitién- vo de diversificar el cuidado y plantear el abordaje del
dose emocionarse. enfermo no sólo hacia la curación, según un pronósti-
• Entrenarse en alguna técnica capaz de disminuir la co médico, sino hacia el máximo bienestar y confort
ansiedad. posibles.
114
• Liberar tensión con actividades gratificantes fuera Cuanto más unido y satisfecho esté el grupo, me-
del entorno laboral. jor funciona, y, por tanto, se obtienen mejores resulta-
• Facilitar, con la actitud y el comportamiento, una dos. N. Gorch y J. Roca han descrito las ventajas y difi-
cultura de equipo. cultades que presenta el trabajo en equipo (Tabla IV).
• Convertirse en agente facilitador de un clima posi-
tivo en el trabajo, reforzando y fomentando el
Tabla IV. Ventajas y dificultades para el trabajo
apoyo. en equipo.
• Compartir la toma de decisiones, especialmente las
VENTAJAS DIFICULTADES
delicadas.
Éxito en la atención global Problemas de
comunicación entre los
individuos

TRABAJO EN EQUIPO EN LA UCIP Formación Competitividad


Reconocimiento Distintas condiciones de
Un equipo se define como un grupo de personas trabajo
orientadas al logro de objetivos comunes en el que pre- Compartir profesionalidad Proyectos individuales que
valece la cooperación y la coordinación frente a la com- y experiencias dejan de lado el objetivo
común
petencia (Figura 15).
El trabajo en equipo supone, por tanto, interde- Compartir decisiones Confusión y conflicto de
pendencia, y representa una estrategia muy valiosa para difíciles funciones
aliviar el impacto emocional de los responsables del Revisiones formales para Lentitud en la toma de
cuidado de la salud de los niños que sufren y mueren. la mejora en el futuro decisiones
Según Hernández-Navarro26, dirigir un trabajo en
equipo implica liderar y facilitar este proceso, y para
ello es importante escuchar activamente, empatizar,
hacer y recibir críticas, identificar y afrontar los conflic- CONCLUSIONES
tos, conocer las necesidades, objetivos e intereses del
equipo, reconocer y reforzar la competencia de los Con el desarrollo de la Medicina Paliativa se ha
miembros y potenciar la identidad positiva del otro abierto paso a una mayor sensibilización en el cuidado
grupo profesional. del paciente terminal, así como a la mejora de todos los

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

aspectos del final de la vida, para proporcionar una descartándose alguna causa cardiológica de su descom-
muerte lo más digna posible. pensación. Se inicia un tratamiento antibiótico empíri-
En la fase aguda de la enfermedad grave, todas las co y oxigenoterapia. En las sucesivas 24-72 horas apa-
medidas deben ir encaminadas a conseguir la curación rece una mucositis grave (grado IV), con importante
del paciente. Sin embargo, si la evolución no es favora- dolor y diarrea acuosa mucosanguinolenta. Los médi-
ble o sólo se logra cierta estabilización, debe cobrar cos inician un tratamiento con morfina con bomba de
mayor importancia el objetivo de cuidar al niño y ali- PCA (infusión más bolos), asociado a otros analgésicos
viar sus síntomas. En el caso de que la enfermedad intravenosos. En la analítica, el niño muestra neutrope-
evolucione hacia un estadio terminal o se decida la reti- nia y trombopenia grave, y a ello se asocia sangrado en
rada del soporte vital, hay que centrar los esfuerzos en sábana en mucosas y puntos de punción.
que el paciente muera sin sufrimiento, rodeado de sus El grado de control del dolor es parcial, por lo que
seres queridos y con el mayor confort posible. se inicia una escalada progresiva en las dosis de morfi-
En este contexto, se hace necesario el desarrollo na, apareciendo algunos efectos secundarios, como vó-
de técnicas y recursos para padres y profesionales que mitos y retención urinaria, que obligan a la colocación
proporcionen una mejor respuesta a estas situaciones una sonda nasogástrica y vesical.
particularmente difíciles. Entre ellas se incluyen el re- Los médicos, después de diferentes pruebas, des-
fuerzo y el soporte psicológico de los profesionales y la cartan diversas etiologías, y finalmente se atribuye co-
creación de equipos de trabajo que promuevan la for- mo causa más probable de los síntomas una respuesta
mación y el conocimiento sobre las cuestiones del final adversa al tratamiento quimioterápico.
de la vida, así como aumentar la sensibilización del El niño permanece consciente en todo momento,
personal sanitario y mejorar sus recursos individuales y aunque la dificultad respiratoria no empeora, man-
y de grupo. tiene una disnea basal, con quejido continuo e impor-
Sin duda, la comunicación, entendida como un tante sufrimiento, que no mejora tras la colocación de
proceso que comienza con el ingreso del paciente, es el ventilación no invasiva. Sin embargo, dada la situación
primer paso para facilitar el acercamiento al niño y a su más o menos estable y la gran probabilidad de que el
familia. Por otro lado, el adecuado manejo del dolor y cuadro pulmonar empeore de forma grave con la venti-
del malestar, así como el aumento en el grado de parti- lación mecánica —y con ello, el pronóstico vital del
cipación en los cuidados por parte de la familia, van a paciente—, los médicos deciden no intubar al niño y
suponer una mejora en la transición y en la aceptación manejarle de forma más conservadora. La familia asu-
de la muerte como desenlace, así como un incremento mió las decisiones médicas sin participar en ninguna 115
en el nivel de satisfacción para ambas partes. de ellas.
La profundización en los propios valores acerca de Tras 23 días de ingreso en la UCIP, adquiere una
la muerte y el sufrimiento implica la necesidad por par- infección fúngica grave, con repercusión sistémica im-
te del personal sanitario de tomar conciencia de que la portante, y el niño fallece en 24 horas.
base del problema radica en que la sociedad actual re- Ante este caso se plantean las siguientes cuestiones:
chaza la muerte como parte esencial de la vida.
Finalmente, el trabajo en equipo es la clave para la 1. ¿Cree que está indicado el ingreso de este paciente
puesta en marcha de todas estas medidas. en la UCIP?
2. Ante el importante grado de sufrimiento y dolor
no bien controlado, ¿cree que hubiera estado indi-
cado sedar y aplicar ventilación mecánica, asu-
u u CASOS PRÁCTICOS u u miendo el riesgo de que el cuadro empeorara con
la ventilación mecánica?
3. ¿En qué punto habría estado indicado parar los
Caso número 1 tratamientos agresivos y hacer la transición a los
cuidados de confort?
Paciente de 9 años, trasladado de su hospital de
referencia en Badajoz, con diagnóstico de linfoma de
Burkitt, a la planta de Oncología de un hospital tercia- COMENTARIO
rio en Madrid. Tras la aplicación del tratamiento qui-
mioterápico, entra en remisión completa, presentando 1. La respuesta a la primera cuestión planteada es
escasas complicaciones. Durante el régimen de consoli- que sí. Este niño padece una enfermedad oncológi-
dación recibe un nuevo ciclo de quimioterapia con fár- ca con altas probabilidades de curación y ya ha
macos diferentes a los administrados previamente, pre- entrado en primera remisión completa cuando su
sentando malestar y progresiva disnea en menos de 48 evolución se complica. Está perfectamente indica-
horas. El médico de guardia de la UCIP es avisado para do su ingreso en UCIP y que se empleen todos los
valorar al niño, y, dado el estado clínico de éste, se deci- medios disponibles para sacarle de esta recaída.
de su ingreso en la unidad. Se realiza una radiografía de 2. La respuesta a la siguiente cuestión es difícil. Valo-
tórax en la que se encuentra una imagen de infiltrados rando las opciones de tratamiento, sus riesgos y
pulmonares bilaterales y se decide una ecocardiografía, beneficios, así como las probabilidades de cura-

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

ción y las posibles complicaciones, se optó por no COMENTARIO


sedar ni ventilar al niño, pero a costa de un sufri-
miento excesivo. El equipo médico decidió lo que 1. Para contestar a esta cuestión hay que analizar el
consideró el mejor interés para el paciente; sin problema atendiendo a los diferentes supuestos
embargo, debió consultar acerca de las preferen- que ayudan en la toma de decisiones éticamente
cias del niño y de su familia, ya que dicho trata- difíciles. Según las indicaciones médicas, el niño
miento podría estar produciendo más carga que necesitaba una intervención quirúrgica, ya que, si
beneficio, en cuyo caso debería haberse cuestiona- no, las posibilidades de morir en un corto plazo
do, y no se debería haber tomado la decisión uni- eran altas. Se trataba de una cirugía cardiaca de
lateralmente. considerable complejidad, pero con un grado de
3. En el momento en que cualquier persona del equi- riesgo/beneficio asumible en cuanto a la experien-
po o de la familia lo hubiera planteado, aludiendo cia previa con otros pacientes portadores de una
al sufrimiento desproporcionado del paciente, hu- cardiopatía similar. La calidad de vida del niño has-
biera estado indicado plantearse la suspensión del ta el momento, valorada por sus padres, era buena,
tratamiento agresivo y optar por la transición a los a pesar de las limitaciones inherentes al síndrome.
cuidados de confort. Asimismo, las posibilidades de mejorarla tras la in-
tervención también eran aceptables, por lo que en
principio, si ambas partes estaban de acuerdo, la
Caso número 2 operación estaba perfectamente indicada.
2. La siguiente pregunta es algo más compleja, en el
Lactante de 3 meses de vida, portador de una car- sentido de que se plantea la utilización de un me-
diopatía congénita de considerable gravedad (tetralogía dio, disponible en la UCIP pero muy caro, en un
de Fallot), asociada a un síndrome de Di George que paciente con unas características particulares. La
implica inmunodeficiencia celular, hipocalcemia y re- indicación es la existencia de una arritmia maligna,
traso mental de diverso grado. Es el primer hijo de una complicación de muy difícil arreglo y refractaria a
pareja que tuvo que recurrir a técnicas de fertilización todos los tratamientos instaurados, y en la que, a
artificial (fecundación in vitro) en varias ocasiones, lo priori, las posibilidades de éxito son muy escasas.
que indica que este niño era muy deseado. Permaneció
asintomático en casa, con buena calidad de vida, hasta
116 que empezó a manifestar los primeros síntomas de des-
compensación de su cardiopatía con crisis de cianosis BIBLIOGRAFÍA
grave, por lo que se le indicó cirugía urgente.
Ingresa en UCIP tras la intervención, conectado a 1. Eve A, Smith AM. Survey of Hospice and Palliative Care in pa-
ventilación mecánica, con sedación y fármacos inotró- tients units in the UK and Ireland. Palliat Med 1996 Jan; 10 (1):
13-21.
picos a dosis moderadas. Sin embargo, el paciente pre-
2. Bayés R. Las Unidades de Cuidados Intensivos. En: Psicología del
senta una arritmia grave de difícil control, que obliga a sufrimiento y de la muerte. Ed MR, 2001; 143-155.
escalar el tratamiento de forma considerable. En las si- 3. A controlled trial to improve care for seriously ill hospitalized
guientes 24 horas, la condición del niño se deteriora, patients. The study to understand prognoses and preferences for
presentando un importante edema generalizado y sín- outcomes and risks of treatments (editorial). JAMA. 1995 Nov
tomas de taponamiento cardiaco tisular, por lo que los 22-29; 274 (20): 1591-8.
4. Meyer E, Ritholz MD, Burns JP. Truog RD. Improving the quality
cirujanos deciden reabrir el tórax con el fin de aliviar la of end-of-life care in the pediatric intensive care unit: parents’
compresión y conseguir cierta mejoría hasta alcanzar el priorities and recommendations. Pediatrics. 2006 Mar; 117 (3):
control de la arritmia. 649-57.
Sin embargo, la situación clínica del niño sólo 5. Fins J, Solomon M. Communication intensive care settings: The
mejora temporalmente, siendo la única alternativa po- challenge of futility disputes. Crit Care Med 2001 Feb; 29 (2):
10-15.
sible el establecimiento de un soporte cardiocirculato-
6. Arranz P, Cancio H. Counselling: Habilidades de información y
rio artificial (oxigenación de membrana extracorpórea, comunicación con el paciente oncológico. En: Manual de Psico-
ECMO). Esta medida extrema genera una considerable oncología. Ed. F. Gil 2000; 39-56.
discrepancia entre los profesionales debido a la grave 7. Bayés R. Evaluación del sufrimiento y de la aceptación de la
situación del paciente y a todas las anomalías asocia- muerte. En: Psicología del sufrimiento y de la muerte. 2001 Ed
das, al ser portador de un síndrome. Finalmente, se MR. 95-104.
8. Wall SN, Partridge JC. Death in the intensive care nursery: Physi-
decide colocar al paciente en ECMO durante 72 horas, cian practice of withdrawing and witholding life support. Pedia-
pero la arritmia tampoco responde a esta medida. El trics. 1997 Jan; 99 (1): 64-70.
niño fallece de forma inmediata tras la retirada del so- 9. Gaul AL. The Ethics of Clinical Judgment in Critical Care. Crit
porte vital. Care Nurse. 1990 Jan; 10 (1): 24-8.
Ante este caso se plantean las siguientes cuestiones: 10. Drinan RF. The Supreme Court and Baby Jane Doe. America
(NY). 1986 Mar 6; 154 (9): 180-2.
11. Gherardi C, Chaves M, Capdevilla A, Tavella M, Sarquis S, Irrazá-
1. ¿Cree que está indicado intervenir a este paciente? bal C. La muerte en un servicio de terapia intensiva. Influencia
2. ¿Cree que está indicada una medida de reanima- de la abstención y retiro del soporte vital. Medicina Buenos Aires,
ción extraordinaria como la ECMO en este niño? 2006; 66 (3): 237-424.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


6. Aplicación de los cuidados paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos

12. Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Neonatología sobre 20. Gómez M. Los profesionales de la salud y la muerte. En: Cuida-
Limitación de esfuerzo terapéutico en recién nacidos críticos: es- dos Paliativos: Atención integral a enfermos terminales. Ed.
tudio multicéntrico. An Esp Pediatr 2002; 57 (6): 547-53. ICEPSS. 1998, vol. I: 77-90.
13. Gómez M. Medicina paliativa: la respuesta a una necesidad. En: 21. Heyland DK, Rocker GM, Dodek PM, Kutsogiannis E, Cook DJ,
Medicina Paliativa en la Cultura Latina. Arán 1999; 391-425. Peter S. Family satisfaction surveys to improve the fit between
14. Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Neonatología sobre the intensive care unit and its concept. Crit Care Med 2002 Jul;
Limitación de esfuerzo terapéutico en recién nacidos críticos: es- 30 (7): 1650-1.
tudio multicéntrico. An Esp Pediatr 2002; 57 (6): 547-53. 22. Clarke E, Randall J, Luce J, Levy M, Danis M, Solomon M. Quali-
15. Wolfe J, Grief H, Kral N, Levin S. Symptoms and suffering at end ty indicators for end-of life care in the intensive care unit. Crit
of life in children with cancer. N Eng J Med 2000: 342 (5): 326- Care Med 2003; 31 (9): 2255-2260.
33. 23. Randall J, Patrick D, Shannon S, Treece P, Engelberg R, Rubenfeld
16. Astudillo W, Mendinueta C, Muñoz A. La asistencia del proceso G. The family conference as a focus to improve communication
del duelo. En: Cuidados del enfermo en fase terminal y atención about end- of-life care in the intensive care unit: Opportunities for
a su familia. Ed. EUNSA. 2002; 387-395. improvement. Crit Care Med 2001; Feb Suppl; 29 (5): N26-N33.
17. Carnevalle FA. A description of stressors and coping strategies 24. Fields A, Cuerdon T, Brasseux C, Getson P, Thompson A, Orlo-
among parents of critically ill children: a preliminary study. In- wski J. Physician burnout in pediatric critical care medicine. Crit
tensive Care Nurs 1990 Mar; 6 (1): 4-11. Care Med; 1995, vol. 23 (8): 1425-1429.
18. Heyland DK, Rocker GM, Konopad E, Cook DJ, Peters S, Tran- 25. Arranz P, Ulla SM, Ramos JL, Del Rincón C, López-Fando T. Eva-
mer J, et al. Family satisfaction with care in the intensive care luation of a counseling training program for nursing staff. Patient
unit: results on a multiple center study. Crit Care Med 2002; 30 Educ Couns. 2005 Feb; 56 (2): 233-9.
(7): 1650-1. 26. Ojeda M, Guerra A. El trabajo en equipo. Interdisciplinariedad. Co-
19. Nelson J, Danis M. End-of-life care in the intensive care unit. ordinación. En: Gómez M. Cuidados Paliativos e intervención psico-
Where are we now? Crit Care Med 2001 Feb; 29 (2 Suppl) N2- social en enfermos terminales. Las Palmas: Instituto Canario de Es-
N9. tudios y Promoción Social y Sanitaria (ICEPPS), 1998; 785-796.

117

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Atención de enfermería en cuidados


paliativos pediátricos

Marta Trias Jover, Joaquín Gascón Romero

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ Introducción

Que enfermería sepa distinguir con claridad los cri-


u
La infancia y la adolescencia son épocas de ale-
terios de una enfermedad terminal. grías, regocijo y felicidad, tanto de los niños como de
Que enfermería aprenda a cuidarse para poder cui-
u los adultos que los rodean: padres, tíos, abuelos, her-
dar a los demás. manos, etc.
Sin embargo, los niños, están expuestos a múlti-
Que enfermería conozca los síntomas que un enfer-
u
ples riesgos para la salud, incluso desde antes de su
mo tiene en la fase terminal de su enfermedad. nacimiento: abortos espontáneos o provocados, infec-
Que enfermería tenga los conocimientos para valo-
u ciones e intoxicaciones transmitidas por la madre, difi-
rar el estado del paciente y cubra sus necesidades cultades en el parto, problemas derivados de prematu-
dependiendo del momento de la enfermedad. ridad y de la adaptación a la vida extrauterina, infeccio-
nes repetitivas por una disminución de la inmunidad,
Que enfermería sepa que una vez controlados los
u
frecuentes accidentes, en los primeros años por la pro-
síntomas físicos, puede trabajar el aspecto emocio- pia inexperiencia y por falta de habilidad y más tarde
nal del niño enfermo. por los hábitos de riesgo de los adolescentes y los jóve-
nes. Por todo ello, las enfermedades en la infancia son 119
Que enfermería sepa acompañar al enfermo en esta-
u

do de agonía. frecuentes, aunque triviales, por lo general.


Igualmente —y, como es lógico, en menor frecuen-
Que enfermería conozca la importancia de trabajar
u
cia que en la edad adulta—, los pequeños sufren enfer-
en equipo para poder cubrir la necesidades del pa- medades de larga duración, curables muchas veces, pe-
ciente y de su familia. ro que en ocasiones llega un momento en que los trata-
Que enfermería conozca la importancia de respetar
u mientos específicos se muestran ineficaces y ya no hay
al paciente en todo momento, tenga la edad que ten- esperanzas de curación. El niño aún vivirá un tiempo,
ga, hasta el final de su vida. presumiblemente corto, con síntomas molestos y con la
familia angustiada por la enfermedad y por la presencia
Que enfermería sepa tratar con la familia temas con
u
de una muerte cercana.
anterioridad a la muerte, sabiendo que esto les ayu- Las patologías que conducen a los niños a estas si-
dará en un futuro. tuaciones son: cáncer, con una incidencia menor que en
Que enfermería conozca la importancia de acompa-
u el adulto y con tipos distintos de tumores; aparecen ca-
ñar a los hermanos del niño enfermo con objeto de da año 13 casos nuevos por cada 100.000 menores de
que no se sientan solos y puedan compartir sus sen- 15 años. Los principales diagnósticos son: leucemia
timientos. (30%), tumores del SNC (18%) y linfomas (14%). La
supervivencia actual es aproximadamente del 70%; así
Que enfermería sepa valorar el lugar en donde debe
u
pues, la mortalidad está en torno al 30%. El sida, por
estar el paciente en sus últimos días (hospital o do- sus propias características, resulta mortal en el niño. No
micilio).
obstante, la disminución en su transmisión vertical, así
Que enfermería conozca las vías de administración
u como las nuevas terapias aplicadas, hacen desechar esta
de fármacos y sepa utilizarlas en cada momento. enfermedad como terminal. Alteraciones orgánicas, que,
debido al actual sistema de trasplantes, también han
Que enfermería adquiera los conocimientos necesa-
u
disminuido muy considerablemente su mortalidad. Al-
rios para practicar las medidas no farmacológicas.
teraciones cromosómicas, con síndromes incompatibles
Que enfermería conozca la importancia de continuar
u con la vida. Otros procesos, como mucoviscidosis y al-
con la familia una vez que haya fallecido el enfermo, teraciones neurológicas, tratándose de enfermedades
ayudándoles a superar la pérdida. crónicas, en alguna etapa de su evolución también pa-
san a ser mortales.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Los nuevos y constantes avances de la medicina, Enfermería en cuidados


acentuados en los medios diagnósticos y en los proto- paliativos pediátricos
colos terapéuticos, han incidido positivamente en el
aumento de curación de una serie de enfermedades, Para trabajar en una unidad de cuidados paliati-
que aún ahora tienen un alto índice, y están situadas a vos, la enfermera antes ha tenido que reflexionar, ya
la cabeza de las causas de mortalidad. que es una unidad donde el sufrimiento es continuo,
Pero aun así, estas enfermedades siguen minando donde la tensión ambiental es fuerte, donde constante-
la salud y la vida de los niños, hasta llegar a un punto mente te preguntas el por qué de tanto dolor, donde se
en que los métodos curativos son totalmente ineficaces. te pide equilibrio emocional para poder resolver las si-
Éste es suficiente motivo para que se creen unas unida- tuaciones que se presentan, tanto profesionales como
des especialmente formadas para la atención de estos humanas, y es aquí donde una tiene que responder con
pequeños enfermos. Pero hay otros motivos, como son profesionalidad y honradez. Estando en esta unidad,
la falta de preparación personal y profesional ante la una tiene que vigilar no volverse dura porque, si no, no
muerte —y más aún cuando el moribundo es un niño o va a dar la ayuda que necesitan de ella. Nos puede más
adolescente—, la falta de una infraestructura apropiada la prisa y el no pararnos que el acercarnos a quien nos
en todos los niveles, etc. lo pide. Una se siente más llena cuando ha podido escu-
Para iniciar el tema, lo primero que hay que saber char, aliviar, aclarar y acompañar.
es qué son los cuidados paliativos pediátricos. Los profesionales que trabajamos en esta unidad y
con estos enfermos aprendemos:

- Lecciones de dignidad cada día.


Los cuidados paliativos - A valorar más positivamente cada instante de
nuestras vidas.
Pretenden recuperar desde una perspectiva huma- - Nos enseña a discernir:
nista el acercamiento a una muerte tranquila, sin abu-
sos terapéuticos innecesarios, dentro de un ambiente de •  Lo que es importante de lo que es insignificante.
intimidad donde la familia tiene un papel principal al •  Lo que es esencial y lo que es accesorio.
lado del paciente, consiguiendo de esta manera un apo-
- Nos ayuda a minimizar los problemas de la vida.
yo mutuo (Cicely Saunders).
120 - Y quizá nos va preparando para nuestra propia
Si se habla de pediatría hay que añadir el papel tan
muerte.
importante de la familia, ya que de ella dependen mu-
chos de los cuidados que el paciente necesita y sólo los
Los niños nos enseñan a morir. Ellos no han sido
quiere de sus padres, hermanos, etc., en definitiva, de
acobardados por la vida, y con la cercanía de la muerte
su familia, que son las personas que le dan más seguri-
adquieren una sabiduría que, paradójicamente, nace de
dad, entrega, amor y confianza. la inocencia, que los llena de una firmeza que los adul-
En una unidad de cuidados paliativos pediátri- tos no tendremos jamás.
cos, dichos cuidados están dirigidos a niños o adoles- Aprendemos a cuidar y no a curar.
centes —desde el nacimiento hasta los dieciocho
años— que padecen una enfermedad que se encuen-
tra en fase terminal (no importa el diagnóstico). Y por
el gran impacto que se crea a su alrededor, entre el Principios básicos de
enfermo, la familia, los profesionales y la sociedad, los actuación en enfermería
cuidados tendrán que ampliarse para ayudar a ese en-
torno, que tan necesario resulta para el enfermo en El proceso de atención de enfermería, con el fin de
esas circunstancias. ofrecer la asistencia adecuada tanto al paciente como al
cuidador principal y al resto del núcleo familiar, tiene
que estar esmeradamente estructurado. Para ello se ten-
drá que seguir el desarrollo siguiente:
Enfermedad terminal
a) Valoración inicial general
Se trata de una enfermedad avanzada, progresiva e
incurable, sin posibilidades razonables de respuesta al Dicha valoración incidirá en primer lugar en iden-
tratamiento curativo y con múltiples síntomas (inten- tificar al cuidador principal, que en pediatría general-
sos, multifactoriales y cambiantes), con un gran impac- mente es la madre, ya que será la protagonista de la
to emocional y con un pronóstico de vida no superior a asistencia a su hijo. Deberemos asegurarnos de que su
los seis meses. predisposición (casi siempre, fuera de duda) y su esta-
Una vez conocidos los conceptos de cuidados pa- do físico y psíquico, así como su adiestramiento, son los
liativos y enfermedad terminal, entraremos propiamen- adecuados para llevar a cabo la tarea que le va a ser en-
te en el tema de este capítulo. comendada.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


7. Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos

Asimismo, se analizará al resto de los componentes 1.  Paciente.


del núcleo familiar, con especial interés en los herma- 2.  Padres.
nos del paciente, a los que se les intentará incluir en el 3.  Hermanos.
plan de cuidados con pequeñas responsabilidades, a fin 4.  Equipo asistencial.
de que se sientan útiles e importantes en el proceso. 5.  Equipo de cuidados paliativos.
No hay que olvidar el entorno físico (situación
geográfica, población, vivienda, etc.), procurando que
las condiciones sean las óptimas para el bienestar de
nuestro paciente. El paciente
Estudiaremos la presencia de los recursos sanita-
rios y su disponibilidad para una actuación inmediata La enfermera debe guiar y orientar el manejo de la
en caso de necesidad. situación global del enfermo, es decir, trabajará el nivel
físico, emocional, social y espiritual del paciente.
b) Detección de necesidades y problemas Será una atención integral, individualizada, conti-
nua e intensa.
Se debe investigar y tomar nota de todas y cada Controlar los síntomas es el primer objetivo, y de
una de las necesidades y problemas que puedan afectar ello dependerá el que se pueda actuar en otros niveles.
al paciente, al cuidador principal y/o al resto del núcleo Los síntomas que el enfermo tiene pueden ser:
familiar. múltiples, intensos, multifactoriales, cambiantes, con
Es importante llevar un registro de problemas y carácter total multidimensional, etc., y se tendrán que
necesidades (Tabla I), identificando cada uno de ellos, tratar a medida que se vayan descubriendo.
el plan adoptado para su solución y los resultados obte- En la figura 1 pueden comprobarse los síntomas
nidos. que padece el enfermo y se puede advertir los que se
encuentran más acentuados.
c) Planificación de los cuidados Debilidad, pérdida de peso, anorexia, dolor, boca
seca, somnolencia, estreñimiento, insomnio, náuseas,
Los cuidados se organizarán por separado, pudién- tos, disnea, alteraciones de la piel, diarrea, etc.
dolos revisar a menudo y cambiar el plan de los mismos En la figura 2 se observan los cambios que se pro-
siempre que sea necesario. ducen en el paciente en el estado inicial de la enferme-
Dichos cuidados irán dirigidos a: dad terminal y cuando éste se encuentra en el estado fi- 121

P resencia de los Principales Síntom as


100 92 89
90 83 86
80 73
70
59
60
50 42
40
26
30
20 12
10
0
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A

Figura 1. Síntomas en el niño con enfermedad terminal.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Principales Síntomas:

Alt_Respir.

Vómitos

Alt_Boca

Alt_Piel

Dolor

Estreñimiento

Anorexia

Debilidad

0 20 40 60 80 100
122 Figura 2. Variaciones de los distintos síntomas al inicio y al final de la enfermedad.

nal de la enfermedad. Se observa que hay síntomas que de silencio impuesta por los padres y a veces tam-
no pueden controlarse debido al estado del paciente. bién por los profesionales, hacen que con tan es-
El trabajo de enfermería, en todo momento, es el casa comunicación no se pueda obtener el fin
de cuidar al paciente. Ello ha de hacerse siguiendo las más deseable de ésta: concienciación de un final
necesidades de éste, y no será lo mismo cuando el en- próximo, asuntos pendientes, despedidas cons-
fermo todavía puede comer, hablar, andar, oír, pensar, cientes, etc.
decidir, conversar y escuchar, que cuando éste se en- • El dibujo es una fuente de expresión e información
cuentra en sus últimos días. que hemos tener presente, por lo que debemos es-
Hay distintas etapas de la enfermedad, y en cada timular su realización y su posterior estudio.
momento se van valorando los cuidados. • Es importante tener una buena empatía con el
Cuando el paciente está en condiciones de poder niño.
colaborar: • Conocer la etapa del desarrollo psíquico del niño
nos permitirá poder hablar de la manera más ade-
• Es importante tener un buen acercamiento, armo- cuada con él.
nioso y progresivo. • El concepto de muerte tiene cuatro dimensiones:
• Esto se consigue mediante una toma de contacto lo irreversibilidad, finitud, universalidad y causalidad
más precoz posible. (tiene una razón de ser). Éste es asumido en su to-
• Una manera de establecer un buen contacto con el talidad a partir de los nueve años.
niño es mediante el juego. • La información será clara (que no confunda), sua-
• Conociéndolo más, nos ayudará a valorar los as- ve y coherente, y se debe repetir las veces que sean
pectos que han de tratarse, como son un buen necesarias.
control de síntomas o los posibles desequilibrios • Hay que dar permiso al paciente para que pregun-
emocionales, que habrá que ir conociendo para te las veces que lo necesite y nosotros debemos re-
atenderlos lo antes posible y lo mejor posible. petir la información. Todas las preguntas que ha-
• La comunicación se hace difícil en pediatría. gan los niños han de ser contestadas con respues-
• La corta edad de los niños, así como el grado de tas sinceras y adecuadas.
información del que disponen, unas veces condi- • Conocer sus sentimientos ayuda acercarse a él.
cionados por la edad y otras por la conspiración Durante el acompañamiento —y esto quiere decir

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


7. Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos

que hemos de estar con él un rato cada día— es Síntomas y signos que caracterizan la
cuando se va descubriendo lo que de verdad siente situación de agonía
y quiere; por ejemplo:
- Postración y aumento de la debilidad, debido a
1.  No siempre quiere comunicarse. que el enfermo permanece habitualmente en cama
2.  Quiere intimidad. las veinticuatro horas del día.
3.  Quiere tener alguien en quien confiar. - Deterioro evidente y progresivo del estado físico,
4.  Se siente solo. con disminución del nivel de conciencia, desorien-
5.  Tiene miedo. tación y trastornos de la comunicación, pudiendo
6.  Tiene una baja estima de sí mismo. llegar al estado de coma.
7.  Tiene envidia de sus hermanos. - Dificultad o incapacidad para tomar alimentos,
8.  Está enfadado. provocadas por la disminución del estado de con-
9.  Tiene miedo a tener dolor. ciencia y por la debilidad.
- Incontinencia, retención de orina, oliguria, taqui-
• No mentirles es importante; hay una frase que di- cardia, hipotensión, etc.
ce: “La mentira y el ocultamiento matan cualquier - Aparición de nuevos síntomas físicos y agravación
posibilidad de establecer un vínculo duradero”. de otros que ya tenía, como pueden ser el dolor,
• Interesa que el paciente tenga confianza en el pro- vómitos, etc.
fesional, ya que después nos va a necesitar para - Retención fecal.
acompañarle, posiblemente, en sus últimos días. - Hemorragias.
- Deterioro multiorgánico.
- Sequedad de piel y mucosas.
- Los síntomas físicos prevalentes en los últimos días
PROTOCOLO AL FINAL DE LA VIDA son: dolor, astenia, anorexia, boca seca, síndrome
DE UN PACIENTE confusional, respiración estertorosa, estreñimiento
y disnea.
El inicio de la actuación en el final de la vida de un - Síntomas psico-emocionales: angustia, agitación,
paciente dependerá de los antecedentes de la relación miedo y, a veces, crisis de pánico.
que se haya tenido con él.
Cuanto más conocimiento tenga “él” de la unidad, 123
y la unidad de “él”, más fácil será el trabajo en equipo, Objetivos
que es importante para poder acompañarle hasta el fi-
nal de su vida. - Conseguir el máximo bienestar para el paciente y
En la etapa final, la demanda de atención será fre- su familia.
cuente, dada la presencia de síntomas intensos, unos - Control de síntomas, aplicando las medidas ade-
cambiantes en el tiempo y otros de aparición rápida, cuadas a cada circunstancia.
asociados con un componente de angustia por parte del - Acompañamiento emocional al niño enfermo has-
enfermo, de la familia y, en alguna ocasión, también por ta el momento de la muerte.
parte de los profesionales. - Ayuda emocional a la familia durante todo el pro-
Hay que afrontar una situación única e irrepetible ceso: la enfermedad, la muerte del hijo, la prepara-
para cada paciente, para cada familia y para los profe- ción del duelo inmediato y la fase posterior.
sionales. Por tanto, se tendrán que extremar los cuida- - Trabajar en equipo, enfermo-familia-profesionales,
dos para que las demandas sean cubiertas. En estos procurando que exista una buena comunicación.
momentos hay que evitar que a las familias les queden
aún más recuerdos dolorosos o sufrimientos innecesa-
rios, pues ello no ayudaría a elaborar el duelo inmedia- Control de síntomas
to y el futuro con más tranquilidad.
El cuidado de los profesionales es fundamental - No se retirarán los analgésicos que ya se le estaban
para que ellos mismos se sientan en condiciones de se- suministrando.
guir ayudando a otros pacientes que van a necesitar su - Se prescindirá de los medicamentos que no tengan
colaboración. utilidad inmediata.
- Se usará la vía más cómoda para el paciente: oral,
rectal, subcutánea, etc.
Agonía
•  Disnea
Se entiende por agonía al periodo de transición   - Medidas farmacológicas: morfina y diazepam.
que precede a la muerte, al final de la enfermedad y   - Medidas no farmacológicas: oxígeno, aire fres-
de forma más o menos gradual, creando un gran im- co, ambiente tranquilo, con la compañía de
pacto en el paciente, en su familia y en el equipo que las personas que el niño más quiere y la aten-
le cuida. ción próxima de los profesionales.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

•  Respiración estertorosa • Informar siempre al paciente de los cuidados que


  - Medidas farmacológicas: hioscina, escopola- se le administran, ya que ello facilita su participa-
mina. ción y le tranquiliza.
  - Medidas no farmacológicas: posición que faci- • La comunicación puede ser dificultosa debido a su
lite el drenaje de las secreciones (decúbito la- estado y a su nivel de comprensión, por lo que deben
teral). tenerse en cuenta las formas de comunicación: verbal
y no verbal. En el caso de que pueda hablar, se le dará
•  Estado confusional la posibilidad de que exprese sus necesidades.
  - Medidas farmacológicas: neurolépticos, mida- • El sentido del oído no se pierde hasta el momento
zolam. de la muerte; es bueno, por ello, que se mantenga
  - Medidas no farmacológicas: entorno adecua- el contacto verbal.
do (muchos de los pacientes quieren un pun- • Evitar comentarios inapropiados.
to de luz en la habitación y sentirse acompa- • En el momento de la muerte se debe avisar al mé-
ñados por la familia; ésta debe estar lo más dico de guardia, o al médico responsable del pa-
tranquila posible). ciente, para que certifique la muerte. Éste cumpli-
mentará los certificados de defunción y hará las
•  Nauseas y vómitos anotaciones pertinentes en la historia del enfermo.
  - Medidas farmacológicas: primperan, halope- • Seguidamente se arregla al paciente y se pregunta a
ridol. los padres si quieren participar en la acción de ves-
tir al niño.
• Después se deja a los padres un tiempo a solas con
Actuación de los profesionales con el su hijo, y cuando ellos decidan, los demás familia-
paciente res podrán acompañarles.
• Si el paciente ha fallecido en el hospital, tras un
• Se debe valorar en todo momento la existencia de tiempo prudencial se le traslada a un lugar habili-
dolor u otros síntomas, aplicando la medicación tado en el mismo hospital, donde permanecerá
apropiada. En los enfermos pediátricos no es fácil hasta ser recogido por los servicios funerarios que
esta valoración, ya que a veces no saben expresarse la familia haya concertado previamente.
con claridad. • Si el paciente fallece en su domicilio, la familia
124 • En las medidas de confort se debe actuar de la si- realizará los trámites con la funeraria y ésta se en-
guiente manera: cargará de retirar el cuerpo.
  - Planificar cambios posturales para evitar ulce-
ras de decúbito y proporcionar más confort al
paciente. Evitar movilizaciones inútiles. Actuación de los profesionales con la
  - Procurar que el paciente esté hidratado. familia
  - Para el cuidado de la boca —y más ante la di-
ficultad de deglución— hay que humedecer • El apoyo emocional es muy importante. Hay que
ésta con una gasa impregnada con vaselina lí- ofrecerles, además, espacios adecuados para hablar
quida e intentar la lubricación de los labios y comentar todo lo que va pasando y lo que pueda
con crema de cacao o vaselina. pasar más adelante.
  - Mantener la piel limpia, seca e hidratada. La • La información a los hermanos del enfermo tam-
higiene diaria es necesaria para evitar rozadu- bién es importante; éstos han de saber la verdad
ras y se realizará de la mejor manera para para que puedan decidir si quieren hablar con el
molestar lo menos posible. paciente o decirle alguna cosa.
  - Los ojos se limpian con suero fisiológico y/o • Es bueno informarles del inicio de la agonía para
lágrimas artificiales para evitar que se sequen que puedan irse preparando.
y puedan molestar. • Hay que enseñarles a hacer compañía al niño, por-
que, aunque parezca que éste no se da cuenta, hay
• Ofrecerle intimidad; si no quiere visitas, se procu- muchas maneras de acompañar.
rará evitarlas. • Atender las necesidades religiosas si lo desean.
• Observar si hay signos importantes de disnea; si es • Informar de las atenciones post mortem que hay
así, se debe colocar al paciente en una posición en el hospital, para que ellos puedan decidir y ten-
semi-incorporada, y si es oportuno se le adminis- gan la posibilidad de comentarlo con quien lo
trará oxígeno. crean oportuno.
• Mantener la estancia con una luz tenue e indirecta, • Los trámites del entierro sí se pueden comentar
evitando la oscuridad. antes de que fallezca el paciente, pues ello ayuda a
• Facilitar que se encuentre acompañado por las tomar las decisiones con mayor reflexión.
personas que él quiere. • Cuando suceda la muerte, la familia ha de estar
• Evitar al paciente incomodidades tales como la to- presente; de esta manera se evitan fantasías que no
ma de temperatura, tensión arterial, etc. ayudan a preparar el duelo posterior.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


7. Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos

• Es bueno que un profesional, a ser posible, acuda Tomamos nota de ello, y a partir de entonces se les
al entierro para acompañar a la familia hasta el úl- hace partícipes de lo que va pasando y pueden colabo-
timo momento, pues para ellos, y también para el rar de una manera u otra, según su edad, y siempre sa-
equipo, es fundamental. ben que tanto sus padres como los profesionales cuen-
• Es bueno conectar con los padres al cabo de unos tan con ellos.
días de la muerte del niño, para saludarlos y prestar-
les la ayuda necesaria para elaborar mejor el duelo.

EQUIPO ASISTENCIAL

PADRES - El paciente es atendido por el equipo de su espe-


cialidad y por los equipos que precise, según su
No se está preparado para ver morir a un hijo, y enfermedad.
por esa razón hay que prestar mucha atención a estos - Dicho equipo debe estar siempre en conexión y de
padres que han de acompañar a su hijo a vivir la etapa acuerdo en todas las decisiones que se van llevan-
última de su vida. do a término con el paciente y su familia.
De ellos también depende la continuidad de los - A la familia se le debe dar la seguridad de que están
cuidados que se están llevando a término con el niño trabajando todos juntos con el mismo objetivo.
enfermo.
Dentro de dicho equipo se encuentran:
• Se les atenderá en el aspecto emocional y social,
con una buena colaboración por parte de todos. • Los equipos de hospitalización.
• Se les ofrecerán los recursos sanitarios necesarios. • El hospital de día.
• Se les enseñará, con un buen adiestramiento, có- • El equipo médico asistencial.
mo cuidar al paciente. • La asistencia primaria en áreas básicas de salud.
• Se les hará partícipes de toda la información y de
los posibles cambios que el paciente va a ir experi-
mentando.
• Se les vigilará de cerca por si llega el agotamiento; EQUIPO DE PALIATIVOS
no olvidemos que la enfermedad les va minando 125
poco a poco y han de estar fuertes y preparados Para poder prestar los oportunos cuidados al niño
para asumir el día a día. o adolescente enfermo en fase terminal, es necesario un
• Se les integrará totalmente en los cuidados y en la equipo interdisciplinario, formado por profesionales con
toma de decisiones respecto a su hijo; esto les pre- distintas especialidades y roles, como son: médico, en-
parará para una buena elaboración del duelo. fermera/as, trabajadora social, psicólogo, pastoral y vo-
• Después del fallecimiento, en el proceso de duelo, luntarios, y todos ellos tendrán como objetivo principal
se prestará ayuda a los miembros de la familia que la asistencia integral al paciente y a su entorno familiar,
la necesiten. ofreciendo apoyo a los equipos asistenciales (hospitali-
zación, hospital de día, equipo médico asistencial y
asistencia primaria en áreas básicas de salud), y con la
formación y el mantenimiento del propio equipo de
HERMANOS cuidados paliativos.
Hay que coordinar bien los grupos que tratan al
Se les hará particípes de los cuidados de su herma- paciente para evitar posibles contradicciones que no
no enfermo. Dependiendo de su edad, sus hermanos ayudan ni al paciente ni a su familia.
podrán hacer unas cosas u otras, pero siempre han de El equipo tiene unos requisitos:
saber la verdad de lo que está ocurriendo y podrán sen-
tirse útiles colaborando junto con sus padres. 1. Está formado por profesionales diferentes.
En un estudio realizado por la enfermería de la 2. Con su opinión y criterio propio.
Unidad de Cuidados Paliativos, en el que se investigó lo 3. Con un líder capaz de llevar a término los objetivos.
que les pasaba a estos hermanos en el proceso de enfer- 4. Con un lenguaje común.
medad de su hermano enfermo, nos encontramos que 5. Con conocimientos comunes.
vivían muchos sentimientos en solitario: impotencia, 6. Con un gran apoyo entre todos.
rabia, añoranza, inseguridad, falta de confianza, deses- 7. Con un crecimiento armónico.
pero, soledad, incomprensión, culpa.
A estos niños o adolescentes que estaban viviendo • A su vez, se reunirá las veces necesarias para llevar
la muerte de su hermano no se les tuvo en cuenta, y las a cabo su trabajo.
consecuencias de ello fueron importantes, pues, cuan- • Revisará los casos, una vez que el paciente haya
do ya había pasado todo, era tarde para prestarles la muerto, para ver el seguimiento que se ha hecho y
ayuda que necesitaban. procurar aprender para otras veces.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

• Valorar el duelo posterior de las familias nos ayuda - Por tener mucha angustia toda la familia, al no sa-
a evaluar nuestro trabajo. Son las propias familias ber qué hacer cuando llegue la etapa final.
las que nos aportan su experiencia y nos dan ele- - Si el domicilio no está en condiciones para atender
mentos para tener en cuenta en nuestras interven- a un enfermo en este estado.
ciones próximas. - Si está programada la donación de órganos.
- Porque no quedan recuerdos de los últimos días
Gracias a las unidades de cuidados paliativos, la del enfermo en su casa, y esto hay familias que lo
sociedad está cambiando. prefieren.

• Dedicamos tiempo a las familias para que vayan


conociendo y aceptando la situación de su niño. Inconvenientes
• Los profesionales hablamos de la muerte, de la
muerte de este niño, de nuestra muerte. - El enfermo tiene que adaptarse a las normas esta-
• Expresamos nuestros miedos, igual que estos pa- blecidas.
dres temen por sus hijos. - No siempre se respeta la voluntad del enfermo.
• Nos atrevemos a comentar con ellos si un trata- - La familia está en segundo lugar.
miento debe aplicarse o no. - Si el enfermo está ingresado en el hospital, posi-
• Podemos ofrecer a la familia la posibilidad de deci- blemente los profesionales de éste podrían actuar
dir sobre cuidados que inciden en la situación y en de forma unilateral, y esto puede ir mal para el
la vida del niño, prestándoles a la vez nuestro apo- enfermo.
yo y la profesionalidad que se requiere.
• Se valora la posibilidad de atender al paciente en
su casa, si es esto lo que desea.
• A veces la reacción de los profesionales es la de no ATENCIÓN DOMICILIARIA
rendirse ante un niño que se acaba; necesitamos ayu-
da también para saber decir “hasta aquí llegamos”.
• Se sigue el duelo de las familias una vez que el ni- Ventajas
ño ha fallecido.
• Los profesionales podemos valorar también las - La proximidad con la familia es beneficiosa.
126 pérdidas de nuestros pacientes. - El enfermo recibe más afectividad.
- El enfermo puede tener sus propias normas y cos-
tumbres.
- Tiene más intimidad.
ATENCIÓN HOSPITALARIA - La familia es más responsable del paciente.
- El enfermo puede opinar y se siente más protago-
La atención en el hospital tiene ventajas e inconve- nista.
nientes tanto para el paciente como para la propia fami- - Al estar cerca del enfermo en todo momento, la
lia y para los profesionales. familia se va preparando para poder despedirse
con más serenidad.
- La familia se ahorra viajes innecesarios.
Ventajas - La comida es más apetitosa y el enfermo lo agra-
dece.
- Los profesionales cuentan con el soporte de la ins-
titución.
- Se puede obtener ayuda de otros profesionales. Inconvenientes
- El equipo no está en contacto directo con la familia.
- Se puede tratar separadamente al enfermo y a su - La institución no aparece.
familia. - El profesional se encuentra solo ante las nuevas si-
- Se puede planificar mejor el trabajo con el enfermo tuaciones.
porque éste siempre está allí. - No siempre es posible la individualización.
- El enfermo recibe atención continuada. - Se tienen que hacer varias visitas para poder cono-
- El enfermo se siente acompañado técnicamente. cer las distintas circunstancias por las que atraviesa
- El enfermo no carga con la economía (alimenta- el enfermo.
ción, medicamentos, etc.); sólo los traslados fami- - Es difícil atender al paciente todas las horas y to-
liares. dos los días.
- Si es la voluntad del enfermo, éste puede sentirse - Todo el coste es privado.
más seguro estando en el centro hospitalario. - El cuidador principal se agota.
- Si el cuidador está cansado, es bueno poder in- - Pueden aparecer situaciones desconocidas y muy
gresar al paciente en el hospital para recuperar difíciles de coordinar.
fuerzas. - Posibles claudicaciones familiares.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


7. Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos

- Posibles intervenciones de personas que no ayu- Preparación del paciente


den en la tarea que se está llevando a cabo.
- La familia ha de estar muy bien informada de lo • Informar al paciente y/o a su familia de la finalidad
que puede ir pasando. terapéutica del dispositivo y de las precauciones que
- La disponibilidad de los profesionales no es total. deben guardarse, y también de que no tiene por qué
interferir en las actividades de la vida cotidiana.
• Explicar qué haremos, cómo y por qué, y de qué
manera pueden colaborar.
VÍAS DE ADMINISTRACIÓN DE
FÁRMACOS
Prevención de riesgos
• Vía oral.
• Vía subcutánea. • Comprobar las posibles alergias del paciente.
• Vía rectal. • Evitar el contacto directo con la sangre del pacien-
• Vía intramuscular. te (ponerse guantes).
• Vía sublingual. • Evitar auto-punciones accidentales en la manipu-
• Vía espinal. lación de agujas.
• Vía transdérmica. • No desconectar las agujas de las jeringas. Hacerlo
• Vía parenteral. con el dispositivo específico que hay en los conte-
nedores de retirada de agujas.
- La vía oral es la menos traumática de todas, siem- • Si se produce un pinchazo accidental, ponerse en
pre y cuando el estado del paciente permita utili- contacto con el Servicio de Salud Laboral.
zarla. • No dejar al alcance del niño elementos que pueda
- La vía subcutánea es utilizada en algunas ocasio- coger y/o tragar: tapones, agujas, etc.
nes, pero en pediatría no es fácil, ya que al niño le • Comprobar la revisión periódica de las bombas de
molesta un poco y se inquieta. infusión (por medio del servicio de electromedici-
- Las vías rectal, intramuscular, sublingual y espinal na) y su funcionamiento actual.
se usan en momentos muy concretos, pero no es lo • Comprobar la perfusión, la medicación y las dosis
habitual entre nosotros. prescritas en las indicaciones médicas, así como la
- La vía transdérmica se utiliza para controlar el do- identificación del paciente. 127
lor, pero no es fácil saber hasta dónde es efectiva • Ergonomía: adecuar la altura de la cama para evitar
en los niños. posturas forzadas y prevenir lesiones de espalda.
- La vía parenteral, gracias al Port-a-Cath, es la más
empleada, y con éxito. Esta vía se utiliza para ad-
ministrar fármacos de todo tipo y en cualquier Procedimiento
momento de la enfermedad. La PCA se usa para la
atención domiciliaria. •  Personal:

- Enfermera,con la colaboración de una auxiliar o


Acceso venoso central: de la familia.
Port-a-Cath
•  Material:

Descripción - Jabón antiséptico y toallas de papel en la habita-


ción del paciente.
• Es un sistema de implantación quirúrgica subcutá- - Povidona yodada al 10%, monodosis para la
nea en el que el catéter queda introducido de for- piel.
ma permanente en un vaso central; este sistema - Frekaderm® para las conexiones.
está especialmente diseñado para permitir un acce- - Sterillium® para el lavado de manos.
so repetido, fácil y seguro. - Talla estéril.
- Mascarilla.
- Gasas estériles.
Criterios de indicación - Guantes estériles.
- Apósito transparente perforado.
• Mejorar la calidad terapéutica de los pacientes. - Jeringa de 10 ml.
• Inyección de Bolus y/o infusión continua de medi- - Suero fisiológico.
camentos, productos sanguíneos, nutrientes y - Aguja de Port-a-Cath.
otros fluidos. - Heparina sódica al 1%.
• Extracción de muestras sanguíneas. - Conexiones herméticas.
• Preservación de la periferia vascular. - Equipo para el suero.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

•  Desarrollo: - Manipulación del Port-a-Cath (siempre a través de


conexiones herméticas):
Punción
u  * Lavado de manos antiséptico y/o aplicación
de Sterillium®.
- Seleccione las agujas específicas (calibre 19G,  * Abrir las conexiones sobre campo estéril.
20G, 21G).  * Desinfectar las conexiones herméticas con
- Lavado de manos antiséptico. Frekaderm® y esperar 20 segundos.
- Limpiar la piel con solución antiséptica povido-  * Conectar los equipos.
na yodada al 10% (monodosis), alrededor del  * No tocar directamente las conexiones con los
reservorio, tres veces, de dentro a fuera. dedos ni dejarlas en contacto con superficies
- Mascarilla. no estériles.
- Lavado de manos con Sterillium®.
- Preparar el campo estéril. - Cambio de líneas/equipos, conexiones, apósitos (se
- Guantes estériles. consideran parte de la vía central):
- Conectar la jeringa de 10 ml con solución salina  * Cada 72 horas:
al circuito que se va a utilizar (aguja, línea, co-    - Líneas, conexiones, válvulas, equipos y do-
nexión de tres pasos) y luego purgar. Clampar xifix (excepto en inotrópicos vasoactivos
para mantener hermético el circuito. que finalicen antes de 72 horas).
- Localizar la membrana del Port-a-Cath por pal-  * Siempre que se observen residuos sanguíneos.
pación.  * Cada 7 días, cambio de aguja y apósito (o
- Fijarla convenientemente para evitar desplaza- antes, si está mojado o se cree necesario).
mientos.  * Cada mes, limpiar y heparinizar el Port-a-Ca-
- Insertar la aguja perpendicularmente a la piel, a th si no se ha utilizado.
través de la membrana, hasta el fondo.  * Retirar y desechar la línea cuando finalice el
- Abrir el clamp y aspirar con una jeringa de 10 ml citostático.
para verificar la permeabilidad de la vía median-
- Administración de medicación:
te el reflujo, y retirar el producto residual de la
 * Con dosifix:
heparinización (2,5 ml).
   - Pulverizar la goma con una gasa impregna-
- Limpiar el sistema con 10 ml de solución salina.
128 da con Frekaderm® y administrar la medi-
Clampar el circuito.
cación.
- Conectar en todos los puntos necesarios una co-
 * Con bomba de infusión continua (BIC):
nexión hermética, incluso en la conexión línea-
   - Retirar la jeringa de la bomba y, sobre gasas
jeringa, que formarán parte del circuito. estériles, pulverizar la conexión con Freka-
- Conectar el equipo de sueroterapia y/o la línea derm® y esperar 20 segundos.
desde la jeringa. Abrir el clamp. Regular el ritmo    - Higiene de las manos con Sterillium® y re-
de la perfusión. Activar la bomba de infusión tirar el Frekaderm® arrastrando hacia fuera
continua, una vez comprobados los parámetros con gasa estéril.
de infusión. Comprobar que los fluidos pasan    - Conectar la medicación.
sin dificultad.
- Extracción de muestras sanguíneas:
Fijación
u
 * Acceder a la vía según las normas descritas de
acceso al Port-a-Cath.
- Retirar los restos de povidona yodada de la piel  * Utilizar guantes estériles.
con suero fisiológico.  * Si el funcionamiento es correcto, extraer 5 ml
- Poner una gasa bajo las alas de la aguja para pro- de sangre y desecharla. En otra jeringa, ex-
teger la piel y/o rellenar el espacio que pueda traer el volumen de sangre suficiente para el
existir entre ellas. laboratorio. Limpiar el circuito con suero fi-
- Cubrir la aguja con gasas estériles. siológico y sellar (si no se va a utilizar) o co-
- Fijar con un apósito transparente. nectar el suero y/o la medicación.

Mantenimiento
u
- Heparinización y retirada de la aguja del Port-a-
Cath:
- Valorar diariamente:  * Acceder a la vía según las normas descritas de
 * Permeabilidad del sistema. acceso al Port-a-Cath.
 * Limpieza del apósito (cambiarlo siempre que  * Lavado de manos antiséptico y/o aplicación
esté sucio). de Sterilium®.
 * Signos de enrojecimiento en el punto de in-  * Con una jeringa de 10 ml, preparar una solu-
serción. ción con 4,5 ml de suero fisiológico y 0,5 ml
 * Aparición de dolor o de fiebre en la zona. de heparina sódica al 1%.

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7. Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos

 * Cerrar la perfusión. • Acupuntura.


 * Retirar el apósito. • Musicoterapia.
 * Infundir 2,5 ml de la solución de heparina • Cromoterapia.
preparada al sistema del Port-a-Cath y clam- • Fitoterapia.
par el sistema para evitar el reflujo. • Otros.
 * Retirar la aguja sujetando el reservorio con
gasas estériles. Necesidades básicas
 * Desinfectar la zona del reservorio con povi-
dona yodada al 10% (monodosis). • Respiración.
 * Limpiar y retirar la povidona limpiando la • Alimentación.
zona con suero fisiológico. • Eliminación.
 * Colocar un apósito transparente. • Actividad, movilidad, reposo, sueño.
• Higiene.
- Cuidado del material y residuos: • Comunicación - relación.
 * Gasas y material de un solo uso en bolsa ne-
gra, residuos grupo II. Actitudes positivas hacia el paciente y su familia
 * Agujas en contenedor rígido amarillo, residuos
grupo III. • Comunicación verbal - no verbal.
 * Residuos citostáticos en contenedores rígidos • Empatía.
de color azul, residuos grupo IV. • Disponibilidad.
• Predisposición.
• Cordialidad.
• Honestidad.
MEDIDAS NO FARMACOLÓGICAS • Veracidad.
• Sinceridad.
Objetivo de estas medidas • Respeto.
• Escucha activa.
• Aumentar el umbral de la tolerancia al dolor. • Saber “estar”.
• Reforzar la autoestima y la autonomía. • Estimulación hacia otras actividades.
• Disminuir la intensidad del dolor. • Ofrecer consejo espiritual. 129
• Participación activa de la familia. • Adiestramiento de la familia.
• Estar atentos para evitar las claudicaciones familiares.
Medidas organizativas • Apoyo.
• Progresar hacia la asunción del desenlace final.
• Cambios de estructura. • Ayudar a que descubran el valor que tienen, que
• Adaptación de horarios. son insustituibles para su hijo.
• Acomodación del espacio físico.
• Adaptación de las dietas.
• Adaptación de las actividades.
DUELO
Medidas ambientales
Aquí la enfermera tiene un papel muy importan-
• Ambiente tranquilo. te. Conoce a las familias con anterioridad a la muerte
• Atmósfera relajada. de sus hijos, y a su vez éstos ya la conocen y tienen
• Ambiente propicio para la expresión de sentimien- confianza en ella; esto le permite poder entrar en sus
tos. sentimientos, que van surgiendo poco a poco de su
• Posibilidad de cuidar la acogida del enfermo y su interior.
familia. En un trabajo realizado por la enfermería de la
• Estar más atentos a los factores que aumentan el Unidad de Cuidados Paliativos se ha visto la gran nece-
umbral del dolor. sidad de atender a los miembros de la familia durante el
proceso de enfermedad de su niño, con la libertad de
Medidas físicas tratar cualquier tema con ellos, para evitar que después,
una vez se haya producido el fallecimiento, los proble-
• Técnicas de respiración. mas no tengan solución.
• Técnicas de relajación. Durante el proceso de la enfermedad, los profesio-
• Técnicas de distracción. nales, en muchos momentos de nuestra actuación, po-
• Masajes. demos observarnos, preguntarnos y caer en la cuenta
• Movilización de las extremidades. de unos posibles errores que no ayudan a los pacientes
• Estimulación cutánea. y tampoco a sus familias.
• Vibraciones. Las preguntas son éstas:

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

• ¿Hemos dado la atención justa en aquel momento Siempre ha sido un niño sano. Nació con 4 kilos y
que se requería? el embarazo discurrió sin dificultades. Fue vacunado
• ¿Vamos con demasiada prisa en nuestro trabajo? sin problemas y tuvo los constipados normales según la
• ¿Nos da miedo hablar de algunos temas? edad.
• ¿Nos ponemos en el lugar del otro? De repente empiezan los vómitos y cefaleas. El ca-
• ¿Estarían igual las familias de nuestros pacientes si rácter le está cambiando, nos dice su madre.
hubiéramos actuado de otra manera o hubiéramos Ingresa en el hospital y se le hacen pruebas.
hablado sin miedo de asuntos concretos? En la radiografía del cráneo se detectan anomalías
• ¿Serían los mismos los temas que se trabajan en las y se le practica un TAC.
reuniones de duelo? Se llega al diagnóstico de tumor cerebral en fosa
posterior.
Es bueno reflexionar, ya que de esta manera apren- Éste podría ser benigno, pero se encuentra muy
demos y nos enriquecemos todos. cerca de los núcleos vitales y hay que estar muy alerta.
Es conveniente tener en cuenta el seguimiento del Se le interviene quirúrgicamente y se le extirpa un
duelo de los padres de los niños fallecidos, siempre que gran tumor, y de Anatomía Patológica informan que
ellos quieran. Una manera de hacer ese seguimiento es nos encontramos con un “ependimoma”.
contactar con ellos por teléfono o por carta al mes del No se le administra ningún medicamento especial
fallecimiento y ofrecerles nuestra ayuda. Ellos han de y se le va controlando durante un año con RNM.
decidir lo que quieren hacer. Todos estamos convencidos de que todo irá bien.
Hay familias que no querrán volver a vernos, otras Pero se presenta una recaída al finalizar el año.
querrán venir, otras no responderán a nada. Todo es Marcos tiene tres años y medio. Se le hacen las pruebas,
respetable. Con las familias que lo pidan, es beneficioso incluidos TAC y RNM, y se ve que el tumor ha crecido
tener entrevistas a solas para descubrir sus posibles ne- de nuevo.
cesidades y atenderlas con rapidez con el fin de evitar Se le interviene otra vez y se extirpa el tumor par-
duelos patológicos. cialmente. Anatomía Patológica nos informa que es un
Las “reuniones de duelo”, en las que los padres “ependimoblastoma“.
comparten sus sentimientos con otros padres, son muy Se inicia radioterapia y quimioterapia durante casi
aconsejables. En ellas encuentran un espacio para ex- dos años.
presar sin miedo lo que sienten desde su profundo do- Tolera bien todos los tratamientos, superando to-
130 lor, y sabiendo que todos les comprenden porque han das las complicaciones normales que hay durante el
pasado por la misma pérdida, la muerte de un hijo. proceso.
En estas sesiones no hay juicios ni consejos fáciles Pero llega un día en que Marcos tiene una nueva
de decir, porque éstos pueden llevar a enfadarse más, si recaída, el tumor ha crecido y clínicamente vemos que
cabe, con la sociedad, con la familia, con Dios. va empeorando.
Casi no puede andar, ve doble, está nervioso, quie-
re dormir mucho, tiene problemas al deglutir.
Se hace difícil el poder controlar los síntomas.
u u Casos prácticos u u Viendo que la enfermedad progresa, en una re-
unión con los padres de Marcos y los profesionales se
decide parar el tratamiento y entre todos poder dar a
Caso número 1 Marcos el confort que necesita en cada momento.
Marcos quiere estar en su casa con los suyos, con
sus cosas y en su ambiente.
Historia de Marcos Allí, a su casa, lo llevamos, y poco a poco nos va-
mos acercando a él y nos tiene casi como unos más de
Su familia está constituida por: abuelo materno la familia.
(Adolfo), padre (Andrés), madre (Ana) y 4 hermanos. Es un niño callado, observador, ríe disimulada-
Total, 8 miembros de una familia que viven todos mente, no quiere que lo notemos,
juntos. Le encantan los coches pequeños, tiene muchos,
El padre es albañil y se gana bien la vida. pero según él tiene “pocos y son sólo suyos”, y los es-
La madre es un ama de casa que se dedica a cuidar conde dentro de su cama porque tiene miedo a que se
a todos los hombres de la familia. Ella es la única mujer los cojamos. Los contamos y tiene 30 coches.
de la casa. En este momento Marcos ya tiene 5 años y nuestra
Hay un hermano de 16 años, Juan. relación con él es muy buena, aunque en algún mo-
Un hermano de 14 años, Luis. mento nos dice que nos vayamos de su casa ya que so-
Un hermano de 12 años, Carlos. mos malos porque no le curamos.
Marcos, que tiene 5 años. Él nos explica que no se encuentra bien, que quie-
Un hermano de 3 años, Pedro. re estar como sus hermanos que van al colegio, juegan
La historia empieza cuando Marcos tiene dos años en la calle, se ponen la música muy fuerte y la cabeza no
y medio. les duele.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


7. Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos

Le explicamos que él está enfermo y por eso no se Llega el día final... Al hijo pequeño se lo llevaron a
encuentra bien, que debe tomarse las medicinas para casa de unos vecinos; los otros se quedaron en casa ayu-
estar un poco mejor. dando en todo lo que podían....
Pero Marcos está un poco cansado de tantas pasti- Decidieron enterrarlo cerca de los antepasados de
llas y jarabes. Su abuelo le cuenta cuentos y va consi- la madre. Hicieron una ceremonia muy vivida y sentida
guiendo que al final del día Marcos se haya tomado to- por todos...
do lo necesario para poder estar tranquilo, por lo menos El hermano mayor, Juan, no expresaba la tristeza
sin dolor, y que pueda descansar por la noche. que sentía..., estaba callado y con cara de disgusto...
Quiere mucho a sus hermanos, sobre todo a dos Hoy en día estudia Medicina. Ya han pasado tres años...
de ellos. y no quiere hablar con ninguno de nosotros del tema.
Juega con ellos cuando vuelven del colegio, se le Afirma que está muy bien y que no necesita que nadie
acercan a la cama y le dicen al oído: “¿Vamos a jugar le ayude...
con los coches?”. Luis, el segundo, todavía lo añora. Nos dice que
Entonces abre un ojo y dice: “Bueno, pero sólo con con Marcos jugaba mucho. Aunque tiene otros herma-
uno, que los demás no tienen gasolina”. nos, con nadie como con Marcos había congeniado
Enseguida se cansa y los manda callar pero no tanto... Está orgulloso cuando nos dice que él era el
quiere que se vayan, y están un rato en silencio muy hermano preferido por Marcos. “En casa no hablamos
cerca de él. nunca de Marcos”, nos dice, “y yo no sé con quién ha-
Le acompañan en su enfermedad todos menos el blar de él... A veces lo hago con mi madre, pero ense-
más pequeño. Saben lo que está pasando y, aunque no guida ella llora y a mí me da mucha pena...”.
lo entienden, sufren en silencio el malhumor, los capri- Carlos, el tercero, nos dice: “Todo ha pasado
chos a deshora, la tristeza que todos tienen. ya...”. Él no piensa en Marcos. Sabe que está en un lu-
Los fines de semana van todos juntos a comer pes- gar muy “divertido” y seguro, que se lo está pasando
cado en un restaurante cercano a casa. Marcos va en su muy bien... Juega con Pedro, es bastante buen estu-
silla de ruedas y en la marisquería ya lo esperan. Saben diante, nos parece un tanto precipitado e inconsciente,
que viene “el niño más guapo del mundo”, le dicen. pero se le ve feliz...
Lo vemos feliz. Se va tomando sus pastillas (MST y Pedro, que era muy pequeño cuando pasó la histo-
corticoides) y mejora del dolor, que a veces es dolor de ria de Marcos, nos da la sensación de que no se acuerda
cabeza, de barriga o en las piernas... de nada...
Llora pocas veces. Y si lo hace él dice que es por- Los padres siguen juntos, siguen compartiendo lo 131
que su hermano pequeño le quiere coger las cosas... No que les sucede día a día. La mamá, que ha venido a las
entiende por qué pasa esto. “reuniones de duelo” durante mucho tiempo, ayuda a
La mamá dice que Marcos (“su Marcos”) siempre su marido a llevar la situación.
ha sido el más guapo y el más “especial” de todos los Los años van pasando y todos van viviendo su
hijos. Con ella tenemos conversaciones muy largas y duelo tal como cada uno puede, y nosotros, desde
muy a menudo. Le comentamos que este hijo es el que nuestro trabajo, esperamos sus noticias.
ha “madurado” más rápidamente, pero que toda la fa-
milia también lo está haciendo a gran velocidad. No
podemos marginar a ningún miembro de la familia... Caso número 2
La vida sigue su curso. La vida sigue en esta casa. A
la hora de comer, al mediodía, hay un poco más de cal-
ma y soledad en la habitación de Marcos. En estos mo- El caso de Juan
mentos es cuando el abuelo se acerca silencioso y le
hace compañía. Los padres deben comer con los otros Joven de 18 años, diagnosticado de sarcoma sino-
hijos, ya que cada uno tiene sus obligaciones... vial en noviembre de 1991. En diciembre del mismo
Pero al atardecer, cuando todos regresan, Marcos se año se le amputa EID a nivel de 1/3 medio tibial.
reaviva. La música suena a gran volumen, se oyen risas y En junio de 1992 se detecta metástasis en el pul-
gritos de juegos, la TV se pone en momentos de más món derecho, y aunque se le administran muchos citos-
tranquilidad y cansancio... Intentan pasárselo bien. táticos, en varios ciclos, se le han de practicar cinco in-
Cuando los padres, en cambio, explican a los hijos tervenciones quirúrgicas durante los seis años de la
que las cosas no van bien... que Marcos no responde al evolución de la enfermedad.
tratamiento... que cada día está un poco peor..., aparece Muere por metástasis pulmonar bilateral en mayo
un gran silencio. Todos callan. Todos saben lo que pue- de 1997.
de pasar. Pero nadie pregunta nada.
La mamá se emociona. Un hijo le dice: “No llores, Antecedentes familiares
mamá..., todo irá bien...”.
El papá, el hombre fuerte de la casa, también llora Familia compuesta por padre, madre y un herma-
a veces, aunque le cuesta más hacerlo... Todos van des- no dos años mayor que el paciente. Todos trabajan ex-
filando a sus habitaciones. El matrimonio se queda so- cepto la madre, que es la que cuida al hijo enfermo. La
lo. Les dejan solos para que se consuelen mutuamente. relación madre-hijo no es muy satisfactoria, y las discu-

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

siones y las reacciones agresivas son muy frecuentes, a El día 30 se agrava su situación. Estamos siempre
veces con insultos. con él..., y los padres también.
El rechazo hacia su madre es evidente. Los motivos Juan desea hablar... Lo hace con un miembro del
no son claros... El equipo de Paliativos interviene a menu- Servicio de Pastoral... Le dice que tiene miedo a la
do para calmar los ánimos, sobre todo durante las largas muerte. Pregunta si cree que hay vida después de la
hospitalizaciones a las que se ve sometido el paciente. muerte... El profesional no quiere darle ninguna res-
Al final hemos de aceptar que no hay manera de puesta teológica, más bien quiere entrar en sintonía con
cambiar la actitud del hijo hacía su madre. él y con su estado de ánimo. Quiere tranquilizarle ante
Juan es un joven alegre, amable, siempre con mu- la angustia y la inseguridad del paso a la muerte. Llega
chos amigos, y sabe ganarse las simpatías de los profe- un momento en que los dos rezan... Destacan la espe-
sionales sanitarios (es lo contrario de la relación con su ranza en la vida futura y hablan de los que ya han dado
madre). Quiere vivir la vida al límite, consciente de que este paso antes que él.
se le está escapando... Entra en coma. El hermano mayor está trabajando.
Ha visto morir a demasiados compañeros del hos- No sabe cómo va la situación... Les comentamos a sus
pital, conoce la evolución de la enfermedad y nota que padres la necesidad de que esté el hermano mayor, de
se va quedando sin fuerzas. que su presencia es importante, de que tiene el derecho
de estar al lado de Juan y poder despedirse de él.
Evolución de la historia Los padres se oponen, no quieren decirnos la ma-
nera de poder contactar con él y podérselo decir...
Se informa a los padres del aumento de la metásta- Nos cuesta mucho que se convenzan. Al final apa-
sis pulmonar y de la ineficacia de aplicar nuevos trata- rece el hermano mayor. Está muy afectado por no ha-
mientos quirúrgicos y más sesiones de citostáticos. berse enterado de que la cosa estaba tan mal... Se lo di-
Valoramos la psicología de la constelación familiar ce a sus padres. Les dice que le duele que no le hayan
y nos parece conveniente que mantengan una entrevista comentado que su hermano estaba en la fase final de la
con el psiquiatra de la unidad, a fin de que se les pueda enfermedad...
orientar y que reciban ayuda psicológica. Les dejamos solos para que puedan despedirse de
También valoramos la posibilidad de que pueda Juan.
ser él, el psiquiatra, el que le comunique a Juan el pro- Volvemos pronto. Juan muere al poco tiempo...
ceso irreversible de la enfermedad... En la entrevista en Preparamos al difunto para conducirlo a la morgue del
132 la que planteamos esto, la madre reacciona de manera hospital, donde estará junto a su familia hasta que lo
muy violenta... trasladen al cementerio al día siguiente.
Durante el último año, el Servicio de Pastoral ya No vienen al grupo de duelo, no quieren saber
les había hablado a los padres del desarrollo de la enfer- nada más de nosotros.
medad. El padre, desde el inicio, fue consciente de la Más adelante nos enteramos de que van mejoran-
gravedad de la enfermedad de su hijo Juan y de que era do su relación, que había quedado muy distanciada
posible que la muerte apareciera pronto. La madre, en entre ellos.
cambio, lo niega todo. No puede aceptar la realidad. Se
refugia en una religiosidad mágica, está convencida de
que su hijo sanará...
A lo largo de toda la enfermedad, el hermano ma- Bibliografía
yor ha estado alejado de la “realidad”, que le ha sido
ocultada y no le han dicho nunca la gravedad de la en- 1. Gómez Sancho M. Cuidados paliativos, control de síntomas. Las
fermedad de su hermano. Palmas de Gran Canaria. Noviembre de 2003.
2. Quaderns de la bona praxi. Guia d’actuació d’agonia del malalt
A finales de mayo ya es imprescindible la hospita- terminal. Col.legi Oficial de Metges.
lización. El estado del paciente se agrava rápidamente. 3. Cuidados Paliativos. Recomendaciones de la Sociedad Española
Su estado físico ha decaído mucho: tiene fiebre y graves de Cuidados Paliativos (SECPAL).
dificultades respiratorias... 4. Manual de procediments. Divisió d’Infermeria. Hospital Sant
Juan empeora en pocos días. Aún tiene un buen Joan de Deu. Esplugues de Llobregat. 1998.
5. Registro Nacional de Tumores.
estado de ánimo... Dos días antes de morir es capaz
6. Ministerio de Sanidad y Consumo. Cuidados Paliativos. Reco-
de mantener una conversación tranquila sobre su mendaciones de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos
muerte con un miembro del Servicio de Pastoral al (SECPAL). Madrid. 1993.
que considera amigo suyo... Apreciamos una actitud 7. Gómez C. La enfermería en cuidados paliativos. En: López E.
serena. Enfermería en cuidados paliativos. Ed. Panamericana. Madrid.
1998. 31-34.
Dice que se “siente cansado” de luchar para nada,
8. Enfermería. McGraw-Hill Interamericana. Madrid. 1995.
de intentar vivir la vida “a tope” hasta el cansancio..., 9. Martín JM.ª, Trias M. Gascón J. Cuidados Paliativos en Pediatría.
con la clara consciencia de que se “va poco a poco”. En: Cuidados Paliativos en Oncología. Ed. Jims. Barcelona. 1996.
Desea descansar del todo... 263-270.

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Trabajo social en una unidad


de cuidados paliativos pediátricos

M.ª Àngels Claramonte Fuster

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ Consideraciones previas

u Conocer el impacto que la enfermedad terminal pro- Antes de describir la función del trabajador social
voca en el niño y adquirir las habilidades necesarias en una unidad de cuidados paliativos pediátricos, me
para atenuarlo. parece importante introducir dos cuestiones previas:
u Conocer el impacto que la enfermedad terminal pro-
voca en los familiares del niño enfermo y adquirir las • Describir el trabajo social como disciplina y el mo-
habilidades necesarias para atenuarlo. delo teórico, aunque no el único, que es adecuado
aplicar en la atención a la familia que sufre la expe-
u Aprender a hacer un correcto diagnóstico social del riencia de atender a un hijo/a con enfermedad
entorno del niño enfermo y adquirir las habilidades grave y/o terminal.
necesarias para resolver los problemas existentes. • Definir el núcleo de nuestra intervención: el niño/
adolescente enfermo y su familia. Describir el im-
pacto que produce la enfermedad grave en el niño
y acercarnos a entender las vivencias que experi-
menta la familia, —padres y hermanos— ante un
suceso vital tan importante. 133
Introducción

En los avances de la medicina actual, además de


los estrictamente científicos, se van introduciendo
Trabajo Social. Disciplina y
otros de carácter más asistencial pero no por ello
funciones
menos importantes. La consideración de tratar al
paciente y a su familia en todas sus dimensiones y
En primer lugar hemos de atender a la pregunta:
no tratarla exclusivamente desde un punto de vista
¿qué es el trabajo social? Esta cuestión es fundamental
biológico va avanzando, si bien es cierto que en al-
gunas especialidades médicas se hace más patente para entender cuál es el papel actual de esta profesión
que en otras. en una sociedad cada vez más tecnificada, que debería
En el tema que nos ocupa, el final de la vida y la contribuir al incremento del bienestar social y donde se
atención que los cuidados paliativos pueden ofrecer, da la paradoja de que los problemas sociales se multi-
la aportación de la disciplina del trabajo social for- plican y los hombres se sienten desprotegidos y sus de-
ma parte de la propia esencia de la filosofía de di- rechos amenazados.
chos cuidados. Ello viene determinado, entre otros Así pues, según M.ª José Escartín, entendemos por
criterios, porque no podemos pensar en atender a trabajo social “el proceso de ayuda por el cual el profe-
un paciente que está viviendo el final de su vida sin sional-trabajador social, a través de técnicas y procedi-
enmarcarlo en su contexto más íntimo, su historia mientos propios, promueve los recursos de la comuni-
familiar, su entorno más inmediato, la cultura a la dad y del individuo para ayudar a éste a superar con-
que pertenece y, en definitiva, la sociedad de la cual flictos derivados de su interrelación con el medio y con
procede. otros individuos”.
Hay que tener en cuenta que la disciplina del De esta forma, y llevando la definición al campo
Trabajo Social como profesión es muy reciente, com- que nos ocupa, el trabajo social en una unidad de cui-
parada con la historia de la medicina, pero la evolu- dados paliativos pediátricos deberá tener como objeti-
ción del contacto con otras disciplinas y su propio vos generales:
cuerpo teórico favorecen que se vaya avanzando en
incorporar nuevas técnicas y en la adaptación a las 1. Lograr que los padres y hermanos del niño/adoles-
nuevas dinámicas y necesidades sociales que van cente terminal puedan acompañarle en la etapa fi-
surgiendo. nal de su vida con el máximo confort posible.

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2. Potenciar las propias capacidades del núcleo fami- - La incapacidad individual para resolver ese males-
liar, de su entorno más inmediato, y promover los tar mediante formas usuales de conducta.
recursos de la comunidad necesarios para lograr
dicho objetivo. Así pues, es del todo evidente que estas dos condi-
3. Promover la participación activa en los cuidados ciones descritas se dan sin excepción en todas las situacio-
de la etapa final del paciente por parte de sus pa- nes que atendemos, por lo que el apoyo y la intervención
dres y hermanos, pues ello ayudará en la elabora- de un equipo interdisciplinar se convierten en una necesi-
ción del duelo posterior. dad imprescindible para hacer frente a la situación.

Modelo de crisis El niño o adolescente enfermo


terminal y su familia
En Trabajo Social existen distintos modelos teóricos
que enmarcan la intervención del profesional-trabajador Es conocido que las unidades de cuidados paliati-
social. De entre los existentes, el que aplicamos a la prác- vos existentes en nuestro país han sido diseñadas y
tica de intervención en trabajo social en una unidad de pensadas para atender a pacientes terminales jóvenes y
cuidados paliativos pediátricos quedaría enmarcado en el adultos. La especificidad que conllevan la infancia y la
modelo de crisis, el cual desarrollaremos a continuación. adolescencia nos obliga a tener en cuenta las diferentes
Este modelo está basado en los estudios de Caplan etapas del desarrollo del niño y sus necesidades psico-
y Otto Rank. Estos autores definen la crisis cómo: “Per- sociales específicas. Debemos añadir, además, otros as-
turbación de una situación estable, que se caracteriza pectos que se han de tener en cuenta en la atención a
porque sobreviene de forma inesperada y repentina, los niños y a sus familias, y son tres los factores relevan-
provocada por una situación estresante, afectando a tes que en las últimas décadas se han ido produciendo y
una persona o grupo que hasta entonces tenía un ade- que tienen una influencia directa en el hecho de cuidar
cuado nivel de funcionamiento, de manera que se le a niños y adolescentes enfermos.
provoca un desequilibrio”.
Es evidente que el acontecimiento de la pérdida de - En primer lugar, la incorporación de la mujer al tra-
un hijo y el proceso vivido hasta llegar a dicho suceso bajo hace que la figura por excelencia que asumía el
134 sumergen a la unidad familiar en una crisis, y probable- papel de cuidador principal en la familia deba com-
mente a uno de los sucesos vitales más difíciles de partir esta tarea con su vida laboral propia, y que en
afrontar y superar. el caso de niños con enfermedades graves —y espe-
Las crisis son parte de la experiencia vital de las cialmente, terminales— se haga del todo inviable el
personas. En sí mismas, las crisis no tienen por qué ser hecho de conciliar la vida familiar y laboral.
negativas, ya que pueden suponer una ocasión de creci- - Por otro lado, están apareciendo nuevas formas de
miento personal y madurez si se superan, ya que ense- estructura familiar (reconstituidas, monoparentales,
ñan a la persona nuevas formas para resolver problemas etc.) que en algunos casos son más vulnerables y no
y cómo usar los propios recursos personales para en- pueden hacer frente a una situación crítica como la
frentarse a esa situación de desequilibrio. que nos ocupa, y suponen para el equipo interdisci-
El acontecimiento de la crisis crea un problema en plinar un reto de adaptación y conocimiento de es-
la vida cotidiana de la persona, y éste puede ser viven- tos nuevos funcionamientos familiares.
ciado como una amenaza, una pérdida o un desafío. El - La llegada de familias inmigrantes procedentes de
tipo de reacción va a depender de cómo sea vivido ese otras culturas (Marruecos, Pakistán, Centro y
problema. Si supone una amenaza para la integridad, la Sudamérica, China y países del Este). Estas fami-
reacción es de angustia y temor; cuando se experimenta lias son especialmente vulnerables, pues han de
como pérdida, la respuesta es la depresión, y cuando se hacer frente no sólo a su propia realidad de inmi-
percibe como desafío, la persona moviliza energías y grantes, sino a la realidad añadida de afrontar un
acciones dirigidas a la resolución del problema. diagnóstico grave.
Los factores que provocan las crisis pueden ser de
distinta índole situacional, de desarrollo, cultural o psíqui- Aparte de tener en cuenta los cambios sociológicos
ca. Entre ellos podemos enumerar: enfermedad, muerte, descritos anteriormente y los diversos modelos familia-
accidentes, divorcios, embarazos no deseados, jubilacio- res que se dan en la actualidad, la familia, sea cual sea
nes no deseadas, inmigración, pérdida de trabajo, etc. su estructura, sigue constituyendo el marco natural de
Un acontecimiento estresante, como la amenaza de soporte emocional, económico y material, que es esen-
la pérdida de un hijo, es el factor precipitante que gene- cial para el crecimiento y el desarrollo de sus miembros,
ra en las familias una crisis. Pero existen otras dos con- en especial los niños, las personas mayores, los discapa-
diciones para que se produzca el estado de crisis: citados y los enfermos.
Una de las tareas más importantes de la familia es
- La percepción individual de que el acontecimiento la capacidad para cumplir sus funciones parentales y,
estresante conducirá a una situación de malestar. por tanto, dar respuesta a las necesidades básicas de sus

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hijos. Esas funciones parentales en la familia tradicional El niño percibe muchas veces señales del entorno
nuclear venían resueltas por la figura del padre y la ma- que le indican la gravedad de su enfermedad, mediante
dre. Con las nuevas estructuras familiares que van apa- gestos, por la preocupación en la cara de sus padres,
reciendo en las últimas décadas, lo importante es que por los silencios, etc.
dichas funciones parentales queden cubiertas con los Puesto que la intensidad del impacto emocional se
miembros de dichas familias, y sobre todo que puedan encuentra condicionada por la presencia explícita o
atenderse las necesidades de los niños. Estas necesida- “implícita” de la “muerte”, es fundamental para el equi-
des son de carácter emocional, social y material. po asistencial conocer el significado de este concepto
Desde el punto de vista emocional, el niño necesi- para el paciente pediátrico, ya que es notablemente dis-
ta, desde su nacimiento, sentirse querido y protegido, y tinto al del adulto.
ello le proporcionará las bases para adquirir seguridad El concepto de muerte, tal y como lo plantea
interna y autoestima. Schonfeld, incluye parámetros de:
Desde el punto de vista social y material, el niño
precisa una estimulación acorde con su etapa de desa- • Irreversibilidad (final irrevocable y permanente).
rrollo, un marco educativo apropiado, unas condicio- • Finitud (cese de las funciones vitales).
nes socioeconómicas suficientes y estables, una aten- • Universalidad (atañe a todas las personas como un
ción de salud adecuada y un marco de relaciones que le fenómeno natural e inevitable) y causalidad (cono-
permita su socialización. cimiento real de la etiología de la muerte).

Estos parámetros se van incorporando en la concep-


tualización del niño a través de su desarrollo evolutivo.
Impacto de la enfermedad Según diversos autores, en el periodo pre-opera-
terminal en el niño cional (2 a 7 años) los niños perciben la muerte como
una separación. No son conscientes del concepto de
A partir del diagnóstico de una enfermedad que interrupción permanente de la vida como fenómeno
revista cierta gravedad y/o cronicidad, el niño y/o ado- universal, y para ellos estar muerto es una especie de
lescente deberá afrontar nuevas situaciones y adaptarse continuación de la vida, una merma temporal de la vi-
a ellas. Ello le supondrá más o menos dificultades, en talidad que puede ser interrumpida al igual que el
función de diversos factores como pueden ser la edad, sueño.
su propia personalidad y la capacidad de la familia para En el periodo de operaciones concretas (de 7 a 11- 135
hacer frente a la nueva realidad. 12 años), los niños reconocen la muerte como algo de-
El niño afectado de una enfermedad grave deberá finitivo e irreversible, pero para ellos ésta es caprichosa,
enfrentarse: voluble y fantasiosa. A esa edad, los niños gravemente
enfermos pueden conceptuar su propia muerte y se dan
• A un entorno que no le es familiar. cuenta de la gravedad de su estado, aunque no sean
• A ingresos en el hospital, a visitas periódicas a con- muy capaces de hablar de ello.
sultas externas y, según la patología, a un segui- En el periodo de operaciones formales (a partir de
miento médico durante años. los 12 años y adultos), el adolescente comparte con el
• A conocer a un buen número de personas que rea- adulto la idea de que la muerte es un fenómeno irrever-
lizan el trabajo sanitario (y además, si van cam- sible y universal, y por tanto personal, aunque distante.
biando, tendrá que conocer a otras nuevas). Un aspecto que debe considerarse, y que se obser-
• A prácticas terapéuticas que comporten malestar e va en la experiencia clínica, es que la concepción del
incomodidad (por ejemplo, pinchazos, punción niño sobre la vida y la muerte evoluciona con el tiempo
lumbar, etc.). y con la edad; pero la confrontación brutal con la enfer-
• A sufrir los efectos secundarios de los tratamien- medad grave, con el dolor y el deterioro físico, produce
tos. En oncología, por ejemplo, náuseas, anorexia, muchas veces una maduración brusca sobre estos con-
alteraciones físicas permanentes amputaciones, ceptos, lo que les conduce a manifestaciones o reflexio-
ceguera, esterilidad, etc.). nes similares a las de un adulto.
• A un nuevo aspecto físico (alopecia, edemas, ca-
quexia).
• A sentirse “diferente”.
• A alteraciones emocionales. Impacto de la enfermedad en
• A interrumpir su actividad diaria, es decir, sus estu- la familia
dios, con lo que puede caer en un cierto aislamien-
to, al perder durante un tiempo el contacto con su El diagnóstico de una enfermedad en un miembro
entorno más inmediato: la escuela y/o instituto. de la familia produce en ésta un impacto que altera el
• A interrumpir sus proyectos y a no poder seguir el equilibrio que tenía hasta aquel momento.
ritmo y/o actividades que comparten sus iguales, El efecto desestabilizador que produzca en la fami-
lo que es especialmente importante sobre todo lia va a depender de factores internos y externos a la
durante la adolescencia. misma. Estos factores tienen que ver con:

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1. El tipo de enfermedad diagnosticada. Los padres suelen esperar que los hijos sanos asu-
2. La familia a la que atañe. man más responsabilidad de la que pueden. A veces
3. El marco social más amplio donde se desarrolla esa pasan a ser cuidados por otros familiares e incluso a ve-
familia. ces son desplazados de su lugar de residencia habitual.
Nuestra experiencia profesional y el contacto con
En relación con la enfermedad, no cabe duda de chicos/as que han sufrido la pérdida de un hermano
que el impacto que produce no será el mismo si se trata después de un periodo de larga enfermedad nos mues-
de un proceso agudo, que requiera una corta hospitali- tra que sentían impotencia, rabia, añoranza por la vida
zación y que tenga un pronóstico de curación, o un que llevaban antes de la enfermedad, pena por la deca-
proceso de enfermedad crónica que obligue a frecuen- dencia física de su hermano/a, etc. No hablaban de lo
tes ingresos y largas hospitalizaciones, y con un pronós- que sucedía y deseaban ayudar pero no les dejaban.
tico incierto e incluso con amenaza de muerte. Querían encontrar alguna persona con quien poder
En el primer supuesto, el hecho perturbador de compartir su angustia.
una enfermedad va a suponer una experiencia más de la
historia de aquella familia, pero si hablamos del segun-
do supuesto, a veces la enfermedad puede configurar la Relaciones sociales
forma de vida de esa familia.
El segundo factor que señalábamos anteriormente Se produce también con frecuencia un aislamiento
se refiere a la familia en sí misma. del núcleo familiar, dado que muchas veces se inte-
En primer lugar, el diagnóstico sumerge a la fami- rrumpen proyectos que tenían relación con amigos o
lia en una crisis, al producirse un impacto emocional familiares (viajes, salidas, actividades deportivas com-
repentino e inesperado. La enfermedad aparece como partidas, etc.). Asimismo, y según qué tipo de enferme-
una amenaza al equilibrio conseguido por aquella fami- dad, ello conlleva además un estigma que puede produ-
lia. Aparecen una serie de reacciones emocionales —an- cir, según el entorno social que envuelve a la persona,
gustia, miedo, ansiedad, rabia, negación— que forman conductas de distanciamiento. Muchas veces ocurre
parte del proceso de adaptación y que pueden actuar que los amigos no saben cómo ayudar y tienen miedo
como mecanismos de defensa ante este sufrimiento. Es de acercarse a una situación de tanto sufrimiento.
muy común que se produzca una reducción de las ca-
pacidades de procesamiento de la información y, por
136 tanto, de asimilación y comprensión. Entorno laboral
La familia en sí misma —y, por tanto, sus miem-
bros— se ve afectada desde diversas vertientes que se El hecho de que sea un niño o adolescente el que
describen a continuación. ha caído enfermo conlleva implícitamente que sea un
adulto el que le acompañe de continuo, las 24 horas,
durante su ingreso hospitalario, y este adulto se con-
Relaciones intra-familiares vierte en un referente claro para los tratamientos y los
controles posteriores, lo mismo en las consultas exter-
Se ven alteradas las relaciones intra-familiares nas que en el hospital.
tanto en el ámbito de la propia pareja como con el Por ello, no es difícil imaginar el papel clave de estas
resto de los hijos. Con relación a la pareja, las frecuen- personas adultas cuando el enfermo es un niño de tem-
tes y/o largas hospitalizaciones obligan a que el enfer- prana edad, y en este caso son su padre o su madre, pues
mo permanezca siempre acompañado de uno de sus ellos son los referentes únicos para el niño y los que le
progenitores. Ello puede provocar un distanciamiento pueden transmitir mayor seguridad, confianza y afecto.
entre los miembros de la pareja, dado que suele incre- Ello conlleva que se vea alterada la vida laboral del
mentarse la relación madre-hijo, pues ésta suele asu- progenitor que en mayor medida lleve la responsabili-
mir el papel de cuidadora principal y muchas veces dad de cuidarle y acompañarle, y se hace evidente que
exclusiva, quedando debilitada también la relación ello es totalmente incompatible con un horario laboral
padre-hijo. normal. La falta de protección legal y de previsión por
En cuanto a los hermanos, normalmente se les parte de la normativa actual obliga a las familias a bus-
mantiene alejados del tratamiento del paciente, y la car alternativas que pasan algunas veces por permisos
atención de los padres se desplaza hacia el hermano laborales sin sueldo —con las consecuencias corres-
enfermo. Aparecen sentimientos de culpa, por si ellos pondientes en el orden económico—, por el abandono
han provocado la enfermedad; rabia, por sentirse aban- del trabajo o por bajas laborales.
donados o desplazados, e incluso puede producirse
envidia porque el hermano enfermo concentra la aten-
ción de los padres. Pueden mostrarse irritables, celosos, Situación económica
bajar el rendimiento escolar, sufrir enuresis, etc. Todo
ello está provocado por la ruptura de la interacción con La situación económica se ve siempre afectada.
los padres y por la sensación de soledad, al no sentirse Cualquier hospitalización genera unos gastos extraordi-
apoyados en el núcleo familiar. narios para la economía familiar, y a ello se le debe

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8. Trabajo social en una unidad de cuidados paliativos pediátricos

añadir habitualmente un descenso en los ingresos. En- - La estructura familiar.


tre los gastos más comunes podemos citar, entre otros: - La dinámica familiar.
dietas para el acompañante, dietas de alojamiento en - La estabilidad de la pareja.
hotel, necesidades sanitarias añadidas como ayudas téc- - El momento del ciclo vital en que se encuentre la
nicas, gastos nuevos que se generan en el domicilio fa- familia.
miliar como consecuencia de las adaptaciones que de- - La capacidad para manejar situaciones de estrés
ben realizarse ante la nueva situación, etc. emocional.
- La existencia y calidad de la red de apoyo familiar
y social.
- La existencia de cargas familiares y/o de otras per-
Objetivos de la unidad sonas dependientes en el núcleo familiar.
- El entorno comunitario donde vive (zona rural,
Los objetivos generales de la unidad no difieren del urbana, si dispone de servicios socio-sanitarios
resto de unidades de cuidados paliativos de adultos. cercanos, etc.).
El primer objetivo será el control de síntomas. - La capacidad de pedir ayuda, y qué experiencias de
Es evidente que si hay dolor, la angustia crece en el crisis previas han tenido y cómo las han resuelto.
paciente y en sus padres, y difícilmente podremos - Las expectativas previas en relación a paternidad-
atender otras cuestiones. En los padres aparece el mie- maternidad.
do al sufrimiento de su hijo. En la unidad nunca se
asegura a priori que podrán controlarse los síntomas; Para ello, el trabajador social establecerá una serie
se habla de que se intentará y de que se consigue en de entrevistas de estudio socio-familiar con el objetivo
muchas ocasiones, y también de que se dispone de di- de conocer el funcionamiento y la estructura familiar.
ferentes alternativas. Si bien es cierto que la aparición de una enferme-
El segundo objetivo es el tratamiento psicoso- dad es un hecho imprevisible en la evolución de las
cial. Orientamos y abordamos las dificultades psico- personas, lo es todavía más cuando aparece en un niño
sociales que surgen en la familia y que más adelante o adolescente. Lo inesperado del hecho obliga a la fami-
detallaremos. lia a adaptarse de forma instantánea, sin un marco pre-
El tercer objetivo lo constituye la atención al due- vio de referencia. La tendencia general de las familias es
lo posterior. la de unirse y buscar recursos para centrar su atención
El trabajador social desempeña una función básica en la resolución de los problemas que la enfermedad 137
en el tratamiento psicosocial. pueda generar. Se produce una brusca alteración del
ritmo de vida familiar, pues cada miembro adopta una
actitud particular con respecto a la situación, y entre
todos deben buscar un nuevo equilibrio, ajustando las
Tratamiento psicosocial funciones de sus miembros y redistribuyendo roles y
tareas. Ello implica adicionalmente un cambio de valo-
El tratamiento psicosocial incluye: res, objetivos y expectativas de futuro.
Ya hemos descrito que el grado de importancia de
• Diagnóstico social. una crisis nunca es el mismo para todas las familias. Una
• Intervención social. familia bien estructurada puede hacer frente a las presio-
• Evaluación. nes internas y externas que se le presentan y ajustarse a
cada situación. Las familias pobremente estructuradas se
Cualquier intervención profesional requiere cono- ven afectadas en su funcionamiento con más facilidad
cer previamente la situación socio-familiar, con el obje- en las situaciones de crisis. Las familias que resisten las
tivo de detectar qué indicadores de protección y vulne- crisis, en principio, es porque tienen un buen nivel de
rabilidad posee cada familia para hacer frente a la nueva adaptación e integración entre sus miembros.
circunstancia planteada. Ello nos permitirá marcar ob- En nuestra práctica profesional observamos que
jetivos realistas y adaptados a cada situación concreta. estas adaptaciones que, en mayor o menor grado, las
Estos objetivos serán revisables de forma conti- familias se ven obligadas a realizar, unas lo hacen por sí
nuada. solas pero otras precisarán ayuda externa. Estas últimas
no pueden hacer frente solas a esta situación a causa de
una serie de factores que las hacen especialmente más
Diagnóstico social vulnerables. Estos factores pueden ser, entre otros:

El impacto que produce la enfermedad, en especial • Existencia de problemas familiares previos a la enfer-
si se trata de pronósticos de evolución incierta, genera medad (pareja inestable, enfermedad de algún pro-
en la familia la imposibilidad de garantizar las funcio- genitor, cuidado de algún otro familiar enfermo).
nes parentales básicas. • Ausencia de recursos personales para conducir el
Para poder acompañar y atender a la familia debe- estrés y las reacciones emocionales descritas ante-
remos conocer: riormente.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

• Experiencias negativas previas en otra situación de • Protección: incluye dar orientaciones y consejos,
enfermedad pueden provocar una situación de fijar objetivos y ayudar a estructurar situaciones
agotamiento y de fragilidad emocional para hacer complejas.
frente a nuevos acontecimientos, con el consi- • Aceptación: conseguir que la familia perciba que el
guiente riesgo de claudicación familiar. profesional está con ellos en sus problemas.
• Pronóstico desfavorable. • Validación: consiste en demostrar a la familia una
• Situación económica precaria. cercanía y una actitud adecuadas, con el fin de que
• Ausencia de apoyo familiar y social. se les perciba como personas efectivas y competen-
• Familias desplazadas cuya residencia quede muy tes; supone establecer empatía, dar confianza, es-
alejada del hospital. peranza, elogios y aprobación; reforzar los meca-
• Familias monoparentales. nismos de conducta positivos de la familia.
• Familias inmigrantes.
Entre las necesidades prácticas que el trabajador
social suele detectar, las más recurrentes son:
Objetivos de la intervención
• Ayudas económicas: para cubrir gastos derivados de
Una vez analizados los indicadores enumerados en la hospitalización, desplazamientos, dietas, plazas
el apartado anterior, se describen los objetivos más im- de guardería del hermano del paciente, etc. Para
portantes en la atención a la familia, y que el trabajador ellos contamos con las asociaciones de padres y las
social comparte con el resto del equipo asistencial. fundaciones de niños en tratamiento oncológico.
Nuestro hospital dispone además de un recurso
1. Promover la adaptación emocional individual y de propio, la Obra Social de los Hermanos de San
la familia a la situación. Juan de Dios.
2. Capacitar para el cuidado del enfermo y para el • Ayuda de una tercera persona que cuide del resto de
cuidado de la propia familia. los hermanos en el hogar en ausencia de otros fa-
3. Promover la comunicación entre padres y niño. miliares.
4. Ayudar en la exteriorización de sentimientos. • Facilitar: material sanitario, prótesis, medicacio-
5. Detectar las necesidades en relación a los otros nes, etc.
hermanos. • Gestiones a consulados para intentar reagrupamien-
138 6. Preparar para la pérdida. tos familiares destinados a facilitar la venida de al-
7. Ofrecer a los padres un espacio de acompañamien- gún pariente que pueda ocuparse del cuidado de
to psico-social. los demás miembros de la familia.
8. Intentar prevenir, disminuir y/o paliar los efectos • Ayudas para el pago de entierros.
psico-sociales que se derivan de las hospitaliza-
ciones, de los tratamientos y de la propia enfer-
medad.
9. Anticiparnos a la familia, siempre respetando su Recursos
ritmo, en aquellos hechos que van a suceder, y
que, según se resuelvan, podrán favorecer una • Personales.
buena elaboración del duelo posterior. • Institucionales:
10. Introducir ayudas prácticas y movilizar los recur-
sos de la comunidad que sean precisos en cada - Servicios Sociales de Atención Primaria.
momento (ayudas económicas, material sanitario, - Áreas Básicas de Salud.
etc.). - Prestaciones oficiales de Seguridad Social y Bien-
11. Valorar las condiciones del domicilio del paciente estar Social.
y comprobar si reúne los requisitos mínimos para - Asociaciones y fundaciones.
poder atender al paciente en su propio hogar. - Obra Social de los Hermanos de San Juan de
Dios.
Para el logro de estos objetivos, el trabajador social
utiliza la entrevista como una técnica para atender a la El trabajador social, junto con el equipo, deberá fijar-
familia. El asesoramiento y el apoyo son los tratamien- se unos objetivos realistas y adaptados a cada situación.
tos aconsejados en situaciones de crisis como la que nos Es distinto, por ejemplo, si nos encontramos ante
ocupa. una madre sola, con hijos, con escaso apoyo de su red
M.ª José Escartín, en su Manual de Trabajo Social, familiar y de los amigos, que ante una familia nuclear
desarrolla el modelo de práctica social que nosotros con un entorno familiar cercano. No es lo mismo si se
aplicamos. trata de una familia inmigrante que todavía tiene poco
Por su parte, Judith Nelson define el apoyo como arraigo en nuestro país, y con una estabilidad laboral
“el intento para ayudar a los clientes a que se sientan precaria que no le permite acompañar a su hijo todo lo
mejor, más fuertes o más confortables de inmediato”. que quisiera, que si nos hallamos ante una familia au-
Define también distintas clases de apoyo: tóctona con derecho a una baja laboral.

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8. Trabajo social en una unidad de cuidados paliativos pediátricos

También es importante valorar la capacidad de caso de no querer volver al hospital, se les facilita, si
pedir ayuda por parte de la familia y qué experiencias ellos quieren, la asistencia a otros grupos de duelo que
de crisis previas han tenido y cómo las han resuelto, funcionan desvinculados del hospital, y se les ofrece
dado que sabemos que puede suponer un momento de consulta individual para los hermanos, si éstos lo preci-
crecimiento y madurez para todo el grupo familiar. san y lo desean.
Mi trabajo desde la unidad se centra fundamental- Como conclusión, debemos insistir en la idea de
mente en los padres, y, por tanto, de forma indirecta en que son las familias las que nos enseñan y muestran
el niño y adolescente. Es importante ofrecer un espacio sus experiencias, que luego podemos incorporar en
a los padres donde puedan exteriorizar sus sentimien- intervenciones posteriores. Las familias sienten que si
tos, y que los identifiquen, sabiendo que éstos no son han logrado formar parte activa en el cuidado de su
buenos ni malos, sino lo que sienten en aquel momen- hijo hasta el final y han podido despedirse de él a su
to. Es importante, asimismo, reforzar a los padres en su manera, ello les sirve de consuelo y bienestar en el
papel para que puedan facilitar la comunicación con el duelo. Saben que el vacío posterior nadie lo va evitar,
niño, de modo que, si éste lo desea, pueda preguntarles y por ello la unidad les ofrecerá continuar con el apo-
lo que quiera y ellos estén preparados para responder, yo y la compañía durante el tiempo que cada familia
o, en otros casos, para poder simplemente escuchar las necesite.
preguntas o las afirmaciones de su hijo. Sabemos que
los niños, hasta la etapa de adolescencia, viven a través
de la seguridad que les transmiten sus padres; si éstos
logran estar serenos y tranquilos, mostrarán a su hijo u u Caso práctico u u

un clima de confianza que le permitirá seguir adelante.


Para ello será necesario que los padres dispongan de un
espacio donde puedan expresar su rabia, su miedo y Situación sanitaria
desesperanza. Sabemos también que la situación de
enfermedad de su hijo puede ser un periodo de riesgo En verano de 2004 ingresa en nuestro centro hos-
para la estabilidad de la pareja, y por ello les indicamos pitalario, a través del servicio de urgencias, una niña de
que entre ellos deben compartir al máximo sus temores, 2 años, procedente de Marruecos, para el estudio de la
vivencias y sentimientos, según el estilo de relación de masa abdominal. No hay antecedentes de enfermedad
cada familia. neoplásica en la familia.
Nos aseguramos de que los padres no tengan du- En su país fue diagnosticada de un neuroblastoma, 139
das de que no hay viabilidad de más tratamientos. y desde el hospital se confirma el diagnóstico, resultan-
Cuando se acercan las últimas semanas o días, pedimos do un neuroblastoma metastático. En Marruecos, y de
que ambos progenitores estén al lado de su hijo, que los forma privada, se inició un tratamiento con citostáticos.
hermanos tengan la oportunidad de despedirse y pue- La familia decide que su hija sea tratada en Europa y
dan estar más o menos presentes en los últimos mo- viajan hasta nuestro país.
mentos del enfermo, en función de su edad y de acuer- La niña es tratada con citostáticos, con tratamiento
do también con el criterio de los padres. quirúrgico y radioterapia durante unos 6 meses, falle-
Los padres preguntan como será su muerte, si su- ciendo después de fracasar las medidas terapéuticas
frirá, si quedara dormido, si una vez que esté sedado aplicadas. La niña permaneció ingresada durante la ma-
podrá volver a despertar... Les avisamos de que puede yor parte de tratamiento, aunque fue alternando altas
ocurrir que el niño fallezca durante los minutos en que hospitalarias para permanecer con su familia siempre
ellos vayan a tomar un café o a atender una llamada te- que su estado general se lo permitía.
lefónica. Ello crea un sentimiento de profunda tristeza a
los padres que han vivido esta situación y dificulta mu-
cho su duelo posterior. Igualmente podemos advertirles Situación social
de que también sentirán deseos de que todo termine,
pues llevan mucho tiempo de lucha y han ido convi- Familia magrebí formada por el matrimonio y cua-
viendo con el deterioro progresivo de su hijo. tro hijos. Dos hijos varones de 14 y 12 años y dos niñas,
Les informamos de las cuestiones prácticas del una de 7 años y la paciente de 2. La familia decide tras-
post-mortem. Si querrán vestirle. De la importancia de ladarse toda junta a España ya que consideran que son
que puedan decidir previamente si quieren entierro o una familia muy unida y nunca han dejado a sus hijos
incineración. De que intenten no trasladar las cenizas a con terceras personas, aunque sean familiares cercanos.
casa o al menos que marquen una fecha para llevarlas a Cuando llegan, se instalan en un pueblo a unos 100 km
algún lugar, porque después no se encuentra nunca el del centro hospitalario, dado que allí conocen a un pai-
momento de hacerlo. sano suyo, nacido en la misma población, que se ofrece
Se informa también a los padres de que no estarán a acogerlos y cubrirles los gastos derivados del aloja-
solos después del fallecimiento y recibirán una carta al miento en nuestro país. La familia que los acoge es
cabo de un mes donde se les invita de a asistir, forma usuaria, a su vez, de los servicios sociales del municipio
libre y gratuita, a un grupo de duelo de padres coordi- y sólo trabaja el padre, el cual está casado y tiene dos
nados por el psiquiatra de la unidad y la enfermera. En hijas.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Plan de trabajo curación. Expresan también la rabia por el tratamiento


inadecuado que se le aplicó en su país de origen, ade-
Desde el servicio de oncología, y según el protoco- más de la desconfianza ante el sistema sanitario de Ma-
lo de trabajo pactado entre dicho servicio y el servicio rruecos.
de trabajo social, se realiza una interconsulta por diag-
nóstico de enfermedad oncológica.
El trabajador social acude a la planta de hospitali- Valoración social
zación donde está ingresada la paciente y se presenta a
los padres, que están acompañando a su hija en la habi- En las dos primeras entrevistas se detecta una si-
tación. Les explica el motivo de la intervención y acuer- tuación de vulnerabilidad ante los siguientes factores de
da con ellos una entrevista en su servicio, dado que ello riesgo:
va a permitir un espacio de más libertad para poder
hablar de su situación y expresar sus sentimientos, pues • Familia desplazada de su medio habitual.
la niña en este caso no estaría presente. • Hijos sin escolarizar, en espera de que se trate de
una situación transitoria.
• Familia con unos recursos económicos limitados,
Primera entrevista dado que aquí no cuentan con ingresos económi-
cos estables que les permitan asumir durante un
Se realiza una primera entrevista con la trabajadora tiempo prolongado los gastos que supone una hos-
social y con la enfermera, que pertenece a la unidad de pitalización larga.
apoyo y de cuidados paliativos. • Lugar de residencia actual muy desplazada del
La presencia de la enfermera de la unidad de palia- centro hospitalario.
tivos desde el inicio del diagnóstico podía suponer un • Visado con expectativas de caducidad, pues, por
impacto importante para las familias, porque ello po- los cálculos del equipo que trata a la niña, se prevé
dría hacer pensar que el pronóstico del tratamiento que deberán permanecer más de tres meses (tiem-
realmente sería nefasto. Por ello se decidió denominarle po máximo de permanencia legal en nuestro país).
equipo de apoyo, para que se permitiera que, en caso • Desconocimiento de la lengua.
de que el tratamiento no cumpliera sus objetivos de • Mal pronóstico, puesto que se diagnostica metástasis.
curación, la entrada y la intervención del equipo de • Los familiares que los acogen no son parientes di-
140 cuidados paliativos fuera más fácil, al ser conocidos ya rectos y también pensaban que se trataba de una
desde un principio. La experiencia de unos años de esta estancia más corta.
forma de funcionamiento nos permite tener la impre-
sión de que facilita la intervención del resto de la uni- Factores protectores detectados:
dad, al no ser unos desconocidos por la familia.
- Padres con recursos personales que saben desen-
volverse con cierta facilidad.
Objetivo de la primera entrevista - Padres con fortaleza emocional y con la certeza de
que ellos podrán desarrollar sus propios recursos
- Conocer la situación socio-familiar. ante la adversidad del momento.
- Ofrecer espacio de acompañamiento psico-social. - Tienen familia en Marruecos que les ha ofrecido
ayuda económica si la necesitan.
La familia relata lo siguiente: - Confianza en el equipo asistencial.
En Marruecos su nivel socioeconómico es medio.
El padre tiene un trabajo estable que le permite tener Después de un par de meses de tratamiento, la fa-
una buena vivienda y ciertos recursos económicos, que milia acude al servicio de trabajo social y plantea una
le permitieron cubrir los gastos del primer tratamiento serie de demandas:
de su hija en la sanidad privada. Sus hijos acuden a es-
cuelas del país y la madre se ocupa del cuidado del ho- - El padre plantea que la situación económica se va
gar y de sus hijos. deteriorando, y aunque le envían dinero desde su
Llegan a España con un visado de tres meses y con país, debido al cambio de moneda y al alto nivel de
la idea, según relatan, de que en ese tiempo podrán vida, no prevén que puedan sostener la situación
tratar aquí a su hija y después volver todos a su país. mucho tiempo más.
Les acoge otra familia marroquí que vive muy - También plantea la posibilidad de prorrogar su vi-
alejada de nuestro hospital, y ello obliga a que el pa- sado y solicitar al Gobierno Civil una revisión y
dre deba quedarse al cuidado de los tres hijos y sea la ampliación del mismo.
madre quien esté acompañando a su hija durante el - La relación de sus hijos con la familia que les acoge
ingreso. no es muy buena, pues, según relata, no se sienten
Se les ofrece un espacio donde expresar sus senti- bien tratados como al principio.
mientos de incertidumbre sobre el pronóstico de la en- - Empieza el curso escolar y le gustaría que sus hijos
fermedad, aunque muestran mucha esperanza ante su comenzaran a ir a la escuela.

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8. Trabajo social en una unidad de cuidados paliativos pediátricos

- Le gustaría encontrar un trabajo aquí para mejorar Finalmente, se obtiene otra contribución económi-
su situación económica. ca para ayudar en la financiación de parte del gasto de
- La madre apenas sale del hospital porque tiene la repatriación del cuerpo, para que la niña pueda ser
un gran apego a su hija, y no permite ni siquiera enterrada en su país. Se les facilita también el imán que
la entrada de algún voluntario que le daría un les permita realizar los ritos religiosos propios de su re-
respiro y podría moverse un poco por el recinto ligión (lavado del cuerpo, etc.).
hospitalario. La niña fallece en la habitación, acompañada de
sus padres y hermanos, y durante la semana posterior a
Esta serie de peticiones de la familia se formula a su muerte los padres acuden un par de veces más al
través de las entrevistas de seguimiento con el trabaja- hospital, mientras esperan la repatriación del cuerpo.
dor social en los 3 meses siguientes, aproximadamente. Ello permite al equipo de cuidados paliativos despedir-
Síntesis de las actuaciones realizadas: se de ellos y trabajar algunos aspectos en relación con la
elaboración del duelo posterior, dado que el contacto
1. Se conecta con los servicios sociales municipales con la familia va a ser inviable más adelante, una vez
de la ciudad donde vive el padre con sus tres hijos que vuelvan a su país.
y se consigue la escolarización de éstos, y para evi- Durante las entrevistas con los padres, siempre
tar los conflictos con la familia de acogida, que se contamos con la colaboración de la mediadora intercul-
centraban fundamentalmente en el periodo del tural con la que cuenta el hospital.
mediodía, se procura que los niños acudan al co-
medor escolar.
2. Se les remite a los servicios jurídicos de Cáritas
para que planteen su situación y éstos les orientan Bibliografía
sobre la documentación necesaria que deben pre-
sentar para poder pedir la ampliación del visado 1. Escartín Caparrós M.ª J. Manual de Trabajo Social (Modelos de
práctica profesional). Alicante: Aguaclara, 1992; p. 9.
por motivos humanitarios. Presentan la solicitud 2. Golan N. Treatment in Crisis Situation. Free Press, Nueva York,
en el Gobierno Civil, en espera de respuesta. 1978, p. 8.
3. Se elabora un informe social para las fundaciones 3. Schonfeld D. Crisis intervention for bereavement support: a mo-
que colaboran en la oncología infantil, con el fin del of intervention in the children’s school. Clinical Pediatrics
de que les aporten una ayuda económica para los 1989; 28-29.
4. Nelson J. Support a Necessary Condition for Change, Social
gastos derivados de los desplazamientos del padre Work 25, September 1980. 141
y el resto de hijos al hospital los fines de semana. 5. Ackerman N. Diagnóstico y tratamiento de las relaciones familia-
4. Se potencia la relación de la madre con el resto de res. Psicodinamismos de la vida familiar. 9.ª ed. Buenos Aires:
la familia, porque los niveles de cansancio van en Paidós, 1988.
aumento. 6. Babarro A, et al. La atención a pacientes inmigrantes en cuidados
paliativos: un problema emergente. Medicina paliativa. Vol. 9 n.º
5. Se les facilita el alojamiento en un piso cedido por
4. Arán Ediciones. Madrid 2002.
una fundación cercana al hospital para que el pa- 7. Bowlby J. El vínculo afectivo. Buenos Aires: Paidós 1988.
dre y los tres hijos pernocten durante el fin de se- 8. De Robertis C. Metodología de la intervención en trabajo social.
mana. El Ateneo, S.L. 1992.
6. A la madre se le cubren las dietas, desde la Obra 9. Du Ranquet M. Los modelos en trabajo social: intervención con
personas y familias. Cap. La intervención en situaciones de crisis.
Social del hospital, para que pueda comer en dicho
Siglo 21 España editores S.A. Madrid 1996.
hospital. 10. Escartín Caparrós, M.ª J. Manual de Trabajo Social. Ed. Aguacla-
7. Se van realizando entrevistas de apoyo emocional a ra, Alicante, 1992.
la madre, dado que es quien más permanece en el 11. Hamilton G. Teoría y práctica del trabajo social de casos. 2.ª ed.
hospital. México: Prensa Mexicana, 1987.
12. David H. La teoría del vínculo afectivo para la práctica del trabajo
social. Ediciones Paidos Ibérica S.A. Barcelona 1997.
En el último mes de vida de la niña, y debido al 13. Meltzer D, Harris M. El papel educativo de la familia. Barcelona:
empeoramiento de ésta, se plantea a la familia la posibi- Sepas, 1989.
lidad de volver a su país, pero, a causa de su deterioro 14. Novellas A. Trabajo social en cuidados paliativos. Madrid: Arán
físico, esa vuelta se hace finalmente inviable. Se facilita 2000.
15. Rossell T. La entrevista en trabajo social. Colección EUGE Bi-
al padre y al resto de hermanos, ante la situación termi-
blària, SCCL Barcelona 1998.
nal de la enferma, que se alojen en el piso de la funda- 16. Torralba F. Antropología del cuidar. Institut Borja de Bioètica.
ción para que puedan estar cerca de la niña. Sus herma- 1998. Fundación Mapfre Medicina 1998.
nos acuden y pueden despedirse de ella. 17. Torres de Bea E. Entrevista y diagnóstico. Paidós, 1991.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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EL ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL Y RELIGIOSO


AL NIÑO GRAVE Y A SUS FAMILIARES

José Carlos Bermejo, Consuelo Santamaría

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ en el niño, y del impacto del sufrimiento de la enferme-


dad del niño en su familia, para poder identificar algu-
Objetivo general nas claves importantes para el acompañamiento.
u Identificar los aspectos específicos de la dimensión
espiritual del niño enfermo grave y de su familia
para poder acompañar con competencia en esta di- Aclaración terminológica
mensión del ser humano.
La creciente conciencia de que la salud es una ex-
Objetivos específicos periencia biográfica más que una simple disfunción en
algún órgano o la ausencia de traumatismos, está con-
1. Conocer el significado de la dimensión espiritual tribuyendo a repensar modelos de intervención no
del ser humano y su relación con la dimensión reli- centrados exclusivamente en la patología, sino en todas
giosa. las dimensiones de la persona: la dimensión física, la
2. Aprender a nombrar las necesidades de los niños mental, la emocional, la social y la espiritual.
enfermos graves y de sus familias. Por otra parte, el creciente interés por el tema de la
muerte y de la comunicación en las profesiones de sa-
3. Identificar algunas claves para el acompañamiento lud se da cita en los cuidados paliativos, que reconocen 143
a niños y familiares, centradas en las necesidades
en las bases de la terapéutica paliativa elementos que le
espirituales.
son íntimamente propios a la humanización, como son:
4. Presentar algunas reflexiones sobre aspectos religio- la atención integral, la consideración del enfermo y de
sos cristianos que pueden constituir recursos para la la familia como unidad a tratar, la promoción de la au-
experiencia espiritual del niño y de su familia. tonomía y dignidad del enfermo, la concepción tera-
péutica activa y la importancia de los ambientes de sa-
lud1. En este contexto se sitúa el mundo de la dimen-
sión espiritual del niño enfermo grave y de su familia.
Es necesario subrayar que la dimensión espiritual
INTRODUCCIÓN y la dimensión religiosa, íntimamente relacionadas y
posiblemente incluyentes, no son necesariamente coin-
Uno de los signos de humanización del mundo de cidentes entre sí. Mientras que la dimensión religiosa
la medicina, que encontramos especialmente en el ám- comprende la disposición y vivencia de la persona de
bito de los cuidados paliativos, es la importancia otor- sus relaciones con Dios dentro del grupo al que perte-
gada a los aspectos espirituales. nece como creyente y en sintonía con modos concretos
Fundamentados en una sana antropología y cons- de expresar la fe y las relaciones, la dimensión espiritual
cientes del límite, aceptado e integrado, que imponen la es más vasta, abarcando además el mundo de los valo-
enfermedad y la proximidad de la muerte, los cuidados res y de la pregunta por el sentido último de las cosas,
paliativos constituyen una señal relevante de que los de las experiencias2.
hombres nos preocupamos no sólo de curar a quien La dimensión espiritual, pues, abarca la dimensión
está enfermo, sino de cuidar con amor a quien no pue- religiosa, la incluye en parte, para los creyentes. En ella
de ser curado. podemos considerar como elementos fundamentales
La dimensión espiritual constituye el rasgo más todo el complejo mundo de los valores, la pregunta por
específicamente humano. Hacerse cargo de su cuidado el sentido último de las cosas, las opciones fundamen-
en el momento de la fragilidad y la enfermedad, tanto tales de la vida (la visión global de la vida).
del niño como de su familia, constituye un reto impor- Cuando la dimensión espiritual llega a cristalizar
tante en los cuidados paliativos. en la profesión de un credo religioso; cuando el mundo
Nos detendremos en la exploración del significado de los valores, de las opciones fundamentales, la pre-
tanto de la dimensión espiritual como de su desarrollo gunta por el sentido, cristalizan en una relación con

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Dios, entonces, hablamos de dimensión religiosa. Mu- nado hacia esa transformación interior. Lo interior, lo
chos elementos pertenecen, pues, a la dimensión espiri- que subyace detrás de lo aparente, es el mundo de los
tual, irrenunciable para toda persona, pero no todos los valores, del sentido. En situaciones de salud y de estabi-
individuos dan el paso de la fe: la relación con Dios, la lidad emocional, el mundo de los valores es diferente al
profesión de un credo, la adhesión a un grupo que que fluye en los momentos de zozobra y miedo, pro-
comparte y concelebra el misterio de lo que cree. pios del enfermar y de la amenaza del morir o perder a
un ser querido.
Aclarada la diferencia entre dimensión espiritual y
Qué es la dimensión espiritual dimensión religiosa, nos proponemos adentrarnos en el
mundo de las necesidades espirituales.
Angelo Brusco3 dice que “espiritualidad es el con- A este respecto, no es infrecuente encontrar difi-
junto de aspiraciones, convicciones, valores y creencias cultad para nombrarlas, cayendo, con una cierta fre-
capaces de organizar en un proyecto unitario la vida del cuencia, en las puras necesidades que otros calificarían
hombre, causando determinados comportamientos. De de psicológicas. Salvadas las necesidades específica-
esta plataforma de interrogantes existenciales, princi- mente religiosas, relacionadas con la celebración de la
pios y valores parten caminos que llevan a elevadas fe, numerosas necesidades pueden ser descritas por la
metas del espíritu. Es el caso de la espiritualidad religio- psicología y por la reflexión sobre la espiritualidad.
sa, que radica tales principios y valores en la relación Ahora bien, la identificación de algunas de ellas como
con un ser trascendente. En la religión cristiana, por específicamente espirituales nos refleja un modo de
ejemplo, este ser trascendente es el Dios que por medio considerar al hombre y un punto de partida desde el
de Jesucristo nos ha sido revelado, un Dios con el cual que queremos comprender a la persona: una visión
establece el creyente una relación de amor del cual saca holística.
la fuerza para realizar su proyecto de vida en el ámbito La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice
de todas las dimensiones del ser”. que “lo espiritual se refiere a aquellos aspectos de la
Si bien contamos con “ministros” religiosos para vida humana que tienen que ver con experiencias que
atender la dimensión espiritual y religiosa de los que se trascienden los fenómenos sensoriales”. No es lo mismo
adhieren a un grupo determinado, la dimensión estric- que “religioso”, aunque para muchas personas la di-
tamente espiritual no es tarea exclusiva de los así lla- mensión espiritual de sus vidas incluye un componen-
mados “agentes de pastoral” (sacerdotes, pastores, ca- te religioso. El aspecto espiritual de la vida humana
144 pellanes, religiosos, seglares), sino que es tarea de todo puede ser visto como un componente integrado junto
profesional sanitario estar atento a la dimensión espiri- con los componentes físicos, psicológicos y sociales. A
tual de los pacientes, de modo especial en la última fa- menudo se percibe como vinculado con el significado y
se de la vida, cuando esta dimensión cobra una espe- el propósito6.
cial relevancia. “Pertenezcamos o no a una religión, la preparación
Efectivamente4, “lentamente se está introduciendo para acompañar a las personas que finalizan su vida
en el contexto cultural norteamericano lo que ya se ha debiera tomar en consideración la dimensión espiritual
denominado el paradigma de lo espiritual. La cuestión del ser humano. No sólo no debiéramos avergonzarnos,
del espíritu está adquiriendo un peso específico en la sino que deberíamos saber que hay ahí una eficacia de
reflexión en torno al cuidar, pues se ha puesto de relie- otro orden, la eficacia del corazón”, han afirmado De
ve que el ejercicio de cuidar no puede referirse exclusi- Hennezel y Leloup7.
vamente a la exterioridad del ser humano, sino que re- Barbero8 afirma que el concepto de necesidad es
quiere también una atención a su realidad espiritual, es ambiguo. En principio, necesidad se refiere clásicamen-
decir, a lo invisible del ser humano. Inclusive en una te a un objeto cuya falta puede ser llenada por el objeto
cultura de carácter pragmático y utilitarista como la mismo. Pero ya Maslow nos invita a tomar conciencia
norteamericana, la cuestión del espíritu está adquirien- de la diversidad de necesidades, que —con todos sus
do una cierta trascendencia, lo que parece socavar sus límites— él clasifica de manera jerárquica: fisiológicas,
fundamentos antropológicos tradicionales”. de seguridad, de amor y pertenencia, de estima y reco-
Leonardo Boff5, para hacer un recorrido sobre la nocimiento y de autorrealización.
espiritualidad, comienza por considerar el pensamiento La ausencia de satisfacción de necesidades físicas
del Dalai Lama al respecto, quien entiende por espiri- suele entrañar sufrimiento, y normalmente su satisfac-
tualidad “aquello que produce en nuestro interior una ción viene dada por objetos. Sin embargo, las necesida-
transformación”. El teólogo diferencia unas transforma- des psicológicas hacen referencia a relaciones interper-
ciones superficiales, que no modifican nuestra estructu- sonales, y la satisfacción viene más por la vía de la rela-
ra fundamental, de unas transformaciones que son inte- ción. También hablamos de necesidades espirituales, y
riores, que son transformaciones alquímicas, capaces de su falta de satisfacción entraña sufrimiento igualmente.
dar un nuevo sentido a la vida o de abrir nuevos cam- Algunos autores nos pueden ayudar a dar defini-
pos de experiencia y de profundidad rumbo al propio ción o concreción a éstas, aunque se han desarrollado
corazón y al misterio de todas las cosas. más en el ámbito de los enfermos terminales, por la
Desde esta perspectiva, el acompañamiento espiri- importancia que éstos le dan a la dimensión espiritual.
tual al niño enfermo grave y a su familia debe ir encami- C. Jomain9 define las necesidades así: “Necesidades de

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

las personas, creyentes o no, a la búsqueda de un creci- 1. Valores biológicos: como el alimento y la salud,
miento del espíritu, de una verdad esencial, de una es- que están relacionados con la dimensión material
peranza, del sentido de la vida y de la muerte, o que o biológica del hombre.
están todavía deseando transmitir un mensaje en su 2. Valores intelectuales: el mundo de las ideas, del
vida”. conocimiento, el arte, la creatividad, el razona-
Cecily Saunders10 se refiere a lo espiritual como el miento, etc., que originan el mundo cultural. El
campo del pensamiento que concierne a los valores niño accede a estos valores por medio de los pa-
morales a lo largo de toda la vida, donde se dan cita re- dres y de la escuela.
cuerdos de defecciones y cargas de culpabilidad, ape- 3. Valores ecológicos: el cuidado, el respeto y el apre-
tencia de poner en primer lugar lo prioritario, de alcan- cio del medio en el que se desarrolla el niño cons-
zar lo que se considera como verdadero y valioso, ren- tituyen un valor que puede ir adquiriéndose desde
cor por lo injusto, sentimiento de vacío, etc. los primeros años de la vida.
Así también, hay quien habla de espiritualidad en 4. Valores morales: el respeto, la tolerancia, la solida-
términos operativos: la capacidad de trascender las rea- ridad, la verdad, que son necesarios para satisfacer
lidades de funcionamiento de uno (física, sensorial, ra- las necesidades de relación del ser humano y cons-
cional y filosófica), a fin de amar y ser amado dentro de tituyen la base de las relaciones afectivas con el
la propia comunidad, para dar significado a la existen- mundo y con los demás.
cia y manejarse con las exigencias de la vida11. 5. Valores espirituales: son los valores en los que con-
Citemos finalmente a Speck12, que describe la es- fluyen los anteriores y que transforman el sentido
piritualidad desde tres dimensiones: la capacidad de de la vida.
trascender lo material, la dimensión que tiene que ver 6. Valores religiosos: son propios de los creyentes, y
con los fines y valores últimos y el significado existen- su presencia o no en la educación, a estas edades,
cial que cualquier ser humano busca. corresponde a los padres.
Cada vez se es más consciente de la importancia de
la detección de las necesidades espirituales13. Se va
abriendo camino, justamente promovido por la filosofía
de los cuidados paliativos, un estilo relacional en salud
que se define como holístico, centrado en la persona, VALORES ESPIRITUALES
integral, donde se contemplan las necesidades que tie-
nen que ver con la dimensión física, la intelectual, la 145
emotiva, la social o relacional y la espiritual. VALORES
RELIGIOSOS
Si bien en muchos hospitales públicos y privados
se reconoce la figura encargada de los servicios religio-
sos, es competencia de todos los profesionales de la sa- VALORES
VALORES
lud la detección y la atención a las necesidades espiri- INTELECTUALES MORALES
tuales. Dice Gómez Sancho14: “Entender el asunto de
que las necesidades espirituales y religiosas no son si-
nónimas, tiene una gran importancia práctica. No es
asunto exclusivo del sacerdote o pastor intentar hacer
frente a este tipo de necesidades. Todos los componen-
tes del equipo pueden y deben, en uno u otro momen-
to, ayudar al enfermo en unos aspectos de su recorrido,
tan importantes como intangibles”. VALORES VALORES
No obstante, poco avanzada parece estar la cons- BIOLÓGICOS ECOLÓGICOS
trucción de herramientas para detectar las necesidades
espirituales. Parece que nos movemos en un terreno
aún poco explorado. Figura 1. Los distintos valores y su interrelación.

Los valores en las diferentes Hemos de decir que no hay un desarrollo armóni-
etapas evolutivas co del niño si no hay un desarrollo de valores. Los valo-
res se van ordenando y priorizando en nuestra mente;
Los valores tienen una estrecha relación con las de ahí el nombre de escala de valores. Los valores adqui-
necesidades. Lo que necesitamos lo deseamos, y se ridos se convierten en pautas de conducta, dando senti-
constituye así en un valor. Desde este planteamiento, do a las acciones. Éstos se forman y ordenan según el
para determinar las necesidades espirituales de los ni- momento evolutivo y madurativo de la persona. Por
ños hemos de partir de las necesidades de la persona. Si ello, hay valores que no podemos encontrar en algunos
consideramos la famosa pirámide de Maslow (con to- niños por su propio momento evolutivo. En cada etapa
dos sus límites), podemos inducir desde las necesida- evolutiva predominan unos determinados valores, los
des diferentes tipos de valores (Figura 1): cuales ayudan a interpretar la realidad.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Obviamente, no es lo mismo captar un valor que 13. Perdón: acción de perdonar. Remisión de la pena
asimilarlo e interiorizarlo. Para que esto se produzca, se merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda
requiere tiempo y un proceso de experiencias significa- u obligación pendiente. El niño aprenderá a darse,
tivas. Acompañar espiritualmente al niño enfermo gra- a él mismo y a los otros, nuevas oportunidades.
ve y a su familia significará descubrir los valores que les 14. Generosidad: inclinación o propensión del ánimo a
habitan y, desde ahí, caminar con ellos. anteponer el decoro a la utilidad y al interés. El
Para hacernos una idea más fiel del abanico de va- niño aprenderá a compartir lo que tiene sin espe-
lores que conforman la dimensión espiritual y favore- rar nada a cambio.
cen el desarrollo armónico de la personalidad del niño, 15. Lealtad: cumplimiento de lo que exigen las leyes
podemos enunciar los siguientes valores, describiéndo- de la fidelidad y las del honor y hombría de bien.
los tal y como lo hace el Diccionario de la Real Acade- El niño aprenderá a ser fiel y defender lo que cree
mia de la Lengua Española. y ama.
16. Sinceridad: sencillez, veracidad, modo de expresar-
1. Amor: sentimiento intenso del ser humano que, se libre de fingimiento. El niño aprenderá a ser fiel
partiendo de su propia insuficiencia, necesita y a la confianza.
busca el encuentro y unión con otro ser. El niño 17. Humildad: virtud que consiste en el conocimiento
aprenderá a hacer feliz al otro. de las propias limitaciones y debilidades y en obrar
2. Alegría: sentimiento grato y vivo que suele mani- de acuerdo con este conocimiento. El niño apren-
festarse con signos exteriores. El niño aprenderá a derá a considerarse en su justa medida y a valorar
vivenciar un sentimiento interior de bienestar y a los demás.
gozo. 18. Solicitud: diligencia o instancia cuidadosa. El niño
3. Gratitud: sentimiento que nos obliga a estimar el aprenderá a ser servicial.
beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido 19. Creatividad: facultad de crear. Capacidad de crea-
hacer, y a corresponder a él de alguna manera. El ción. El niño aprenderá a usar su imaginación, ra-
niño aprenderá a dar las gracias. zonamiento y capacidad para expresar sus ideas.
4. Confianza: esperanza firme que se tiene de alguien 20. Justicia: una de las cuatro virtudes cardinales, que
o algo. Seguridad que alguien tiene en sí mismo. El inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o
niño aprenderá a tener seguridad en sí mismo y en pertenece. El niño aprenderá a defender sus dere-
los demás. chos y los de los demás.
146 5. Autoestima: valoración generalmente positiva de sí
mismo. El niño aprenderá a valorarse de manera De 2 a 4 años, el niño aprende por imitación, y el
ajustada. valor más significativo es la confianza en los padres, es-
6. Respeto: veneración o acatamiento que se hace a perando la consecución de lo que quiere. De 4 a 6 años,
alguien. El niño aceptará la autoridad en todas sus el niño aprende a discriminar e identificar a la autori-
manifestaciones. dad; en ese momento se va configurando el sentido del
7. Obediencia: cumplir la voluntad de quien manda. bien y del mal y es el momento óptimo para favorecer el
El niño aprenderá a asumir lo que otros dicen por valor de compartir (aunque le cuesta mucho) y respetar
la comprensión y bondad de sus objetivos. las normas. De 6 a 10 años aprende a hacer uso de la
8. Responsabilidad: capacidad existente en todo sujeto reflexión e interrelación de conceptos y un compartir en
activo de derecho para reconocer y aceptar las con- plenitud, ya que siente satisfacción al participar, colabo-
secuencias de un hecho realizado libremente. El rar, cooperar, repartir, etc. De 11 a 14 años, el niño
niño aprenderá a hacer las cosas lo mejor que pue- aprende que hay derechos y deberes, tanto para él como
da, considerando su importancia y asumiendo los para los demás, tiene interés por conceptos abstractos
compromisos que conlleva la tarea. como libertad, justicia, solidaridad; por ello, los valores
9. Espíritu de superación: vencer obstáculos o dificul- que se adquieren son la coherencia con los demás, el
tades. El niño aprenderá a poner lo mejor de sí desarrollo del comportamiento social y una postura crí-
mismo, sabiendo que con sus intentos conseguirá tica ante los acontecimientos. De 14 a 18 años, el adoles-
o mejorará lo que se ha propuesto. cente entra en el mundo pleno de la abstracción a través
10. Paciencia: capacidad de padecer o soportar algo sin del análisis, síntesis, inferencias, extrapolaciones, etc. Es
alterarse. El niño aprenderá a tener autodominio el momento para desarrollar los valores superiores como
cuando las cosas no son como desea. la solidaridad, la lealtad y el altruismo.
11. Sensibilidad: propensión natural del hombre a de-
jarse llevar de los afectos de compasión, humani-
dad y ternura. El niño aprenderá a tener sentimien- Necesidades y valores en las
tos de ternura y compasión por otras personas. diferentes etapas evolutivas
12. Tolerancia: respeto a las ideas, creencias o prácticas
de los demás cuando son diferentes o contrarias a En el año 2000 tuvo lugar en París el Taller Inter-
las propias. El niño aprenderá a aceptar lo personal nacional de Integración de Valores en los Programas y
o lo ajeno cuando se presentan de forma diferente Servicios de la Primera Infancia, organizado conjunta-
a como desea. mente por la UNESCO y Living Values.

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

En dicho taller se trabajaron las necesidades irreduc- tos, y el retraso es generalizado en todas las áreas de
tibles de los niños pequeños y, fruto de esa actividad con- dicho desarrollo; y, de la misma forma, hay niños
junta, los doctores T. Berry Brazelton y Stanley Greens- cuya edad mental no se corresponde con su edad
pan escribieron el libro Las necesidades básicas de la in- cronológica, tanto por exceso (niños de altas capa-
fancia: lo que cada niño o niña precisa para vivir, crecer y cidades) como por defecto (niños con retraso men-
aprender. En él mantienen siete necesidades indispensa- tal). Seguimos, pues, advirtiendo la diversidad por
bles para el desarrollo de los niños pequeños. Éstas son múltiples causas, y por ello hemos de ser muy
(Figura 2)15: conscientes del nivel de desarrollo para comunicar-
nos con un niño concreto que, en nuestro caso, está
enfrentándose a una situación grave o terminal.
5. Fijar límites, estructuras y expectativas. Los niños
necesitan límites, estructuras y disciplina. Necesi-
tan desde pequeños saber a qué atenerse, hasta
PROTECCIÓN DEL FUTURO
COMUNIDAD ESTABLE Y DE APOYO
dónde pueden llegar. Necesitan una disciplina
LÍMITES, ESTRUCTURA
comprensiva y comprensible para ellos. Aunque se
rebelan ante la norma, ésta les da seguridad y por
eso la necesitan.
ADECUACIÓN 6. Comunidades y cultura estables y de apoyo. Para que
INDIVIDUA
PROTECCIÓN

LIDAD un niño pueda desarrollarse con normalidad, he-


CUIDADO
mos de prepararle el ambiente. Los niños necesitan
una cultura y una comunidad estable y fundamen-
talmente de apoyo. Esto quiere decir que requieren
una comunidad familiar, social, religiosa y cultural
que les dé seguridad y apoyo. ¿Cómo pueden sen-
Figura 2. Necesidades indispensables para el desarrollo de los niños pequeños.
tirse los niños que crecen en comunidades en gue-
rra, en situaciones de pobreza extrema?
7. Protección del futuro. No consiste en prepararles to-
1. Relaciones constantes de cuidado. Si el niño no ve do, sino en asegurar muy bien su desarrollo y su
satisfecha esta necesidad, se produce una interrup- presente para que ellos sepan ir enfrentándose a su
ción en su desarrollo a nivel global, ya que influye futuro. 147
en su desarrollo emocional, social y cognitivo. El
complejo mundo interior del niño se va confor- Una vez analizadas estas necesidades, dentro de la
mando también si esta necesidad es satisfecha. franja de edad coincidente con la edad preescolar, sabe-
2. Protección física, seguridad y reglamentación. En el mos que el niño de 0 a 6 años se mueve en el plano de
momento de nacer, el niño abandona el seno ma- lo concreto y poco a poco se va diseñando su mundo de
terno que le da protección y seguridad y desde ese valores, es decir, su dimensión espiritual. El mundo de
momento comienza un periodo de adaptación am- los valores y las necesidades de los pequeños nos dan la
biental y social difícil. El éxito de esta adaptación pista de lo que puede ser la atención espiritual al niño
está en relación directa con la seguridad que en- de 0 a 6 años. En este periodo los niños van adquirien-
cuentre el niño, tanto en el ámbito físico como en do unos valores relacionados directamente con el uni-
el psicológico, afectivo y moral. verso de sus necesidades. Tales valores son:
3. Experiencias acordes a las diferencias individuales. Pre-
tender homogeneizar el mundo infantil o la psicolo- - De la satisfacción positiva del cuidado físico nace
gía infantil es un grave error. Hoy día, la atención a el valor del respeto a sí mismo y a los demás.
la diversidad es un tema casi aceptado. La experien- - De la satisfacción efectiva de la seguridad nace el
cia educativa nos muestra la amplitud de las dife- valor de la confianza y la firmeza.
rencias. Si nos circunscribimos a una tipología espe- - De la satisfacción tangible de la respuesta expe-
cial, como pueden ser los niños con trastornos gra- riencial por su unicidad nace el valor de la toleran-
ves del desarrollo, la diversidad del espectro es in- cia ante la diferencia.
numerable, o si contemplamos la diversidad de los - Del ajuste educativo a su ritmo de desarrollo nace
llamados niños “normales”, el listado de las diferen- el valor de la aceptación personal.
cias se haría inacabable. Dentro de la generalidad, el - Desde la vivencia del límite y de la norma se va
niño, todo niño, tiene la necesidad de sentir que se configurando el ajuste de sus relaciones sociales,
le da respuesta, que se considera su individualidad. naciendo el valor de la amistad.
4. Experiencias apropiadas al nivel del desarrollo. Si- - Del apoyo familiar, social y comunitario va nacien-
guiendo la idea que exponemos en el punto 3, hay do el valor del respeto social y comunitario y el
niños que, sin tener una discapacidad específica, amor por la naturaleza.
síndrome o problema, sí presentan un cierto retraso - De la necesidad satisfecha de preparar el futuro a
madurativo que les hace ser más lentos en su desa- través del ajuste personal del momento presente va
rrollo y que les dificulta entrar en procesos abstrac- naciendo el valor de la responsabilidad.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

La dimensión espiritual en la A partir de los 10 años, hay quien habla de una


enfermedad del niño cierta madurez, y así es, porque a los 10 y 11 años el
niño alcanza un cierto equilibrio emocional. Esta franja
El apoyo emocional y espiritual a un niño en cuida- de edad 10-11-12 es una antesala de la adolescencia; el
dos paliativos en los primeros años de su vida, ha de gi- hecho de afrontarla tiene mucho que ver con el equili-
rar en torno a la satisfacción, expresión y manifestación brio (o la falta de equilibrio) alcanzado hasta entonces.
simbólica (a través del juego, cuento o dibujo, si el esta- En esta etapa, el niño tiene todas las necesidades
do del niño lo permite) de todos esos valores variables de la anterior, pero con manifestaciones distintas. Para
que configuran el momento exclusivo de cada niño. que el niño comience a desarrollar su verdadera perso-
La mejor respuesta que podemos dar a cualquier nalidad, necesita un clima de valoración positiva, y esta
niño, pero más concretamente al niño de 0 a 6 años que necesidad de seguridad se manifiesta como exigencia de
está en cuidados paliativos, es la de generar un entorno confianza. Necesita ser escuchado, puesto que su pen-
de confianza y respeto para satisfacer esa necesidad im- samiento se va configurando, y, sobre todo, necesita
perativa del niño de vivir cada momento desde un con- que se tenga en cuenta su pensamiento.
texto de seguridad. En una situación hospitalaria, esta Estas necesidades básicas de esta edad nos dan la
necesidad ha de mimarse con esmero, ya que el hospital pista de las necesidades del niño en cuidados paliativos.
en sí mismo, las batas blancas y las vivencias forzosas Hay que contar con él. Él necesita que se le valore por
por las que tiene que pasar el niño, atentan contra esa su comportamiento, por su sonrisa, por su saber estar,
necesidad. Todo esfuerzo por dar seguridad al niño en etc., y a la vez hay que escucharle. A esa edad, el niño
el centro hospitalario es una respuesta digna a esa nece- tiene mucho que decir; por ello resulta imprescindible
sidad de seguridad y confianza vital para el niño. tener habilidad, preparación y destreza para saber estar
Responder a las necesidades espirituales del niño, con niños de esta edad.
entonces, comporta: Otra característica de este período es su necesidad
de independencia y de reconocimiento social, puesto
1. Favorecer la participación en las decisiones que el que es el momento de la relación social. Por ello, nece-
niño pueda tomar. sitan la aprobación, no sólo de sus padres, sino de los
2. Darle exclusivamente la información que el niño adultos que les rodean. La autoestima positiva y ajusta-
pueda comprender. da se va formando a través de los mensajes que recibe.
3. Potenciar una comunicación fluida entre niño, fa- Todos los niños, independientemente de sus capacida-
148 milia y personal sanitario. des, se esfuerzan por hacer las cosas bien. El niño enfer-
4. Comprender el mundo de valores del niño y cono- mo también necesita que no se dañe su autoestima con
cer sus necesidades. mensajes como “eres un quejita”, “así no voy a venir a
5. Aceptar el ritmo del niño. verte”, “tienes que ser valiente como…”, “el niño de la
6. Crear espacios de expresión a través del mundo otra habitación no protesta”, etc.
simbólico. Es la etapa ideal para fomentar los juegos colabora-
7. Explorar el mundo de valores de los padres para fa- tivos, y esto no debemos olvidarlo, porque esta necesi-
cilitar el acceso al mundo de valores del pequeño. dad lleva implícitos los valores de colaboración, pacifis-
8. Facilitar la comunicación, en la medida de lo posi- mo, comunicación, etc. En esta edad, el niño es capaz
ble, con otros niños que estén en situación similar. de sentir empatía y, por ello, es necesario mostrarle em-
9. Facilitar la comunicación entre familias que estén patía. El sentido de pertenencia a un grupo es muy im-
viviendo la misma angustia. portante; de ahí la relevancia de que el niño sienta su
10. Crear un entorno seguro para los niños. pertenencia a un grupo en el hospital o en la unidad.
El niño, normalmente, es inquieto, investigador,
En la siguiente etapa, de los 7 a los 12 años, se va movido. Habla a veces como un adulto y hasta con un
configurando su pensamiento y empiezan a tener amigos, cierto ingenio. Observa a los padres, profesores y adul-
sus relaciones sociales se amplían y se diversifican. Esto tos, creándose un juicio sobre cada uno de ellos; de
hay que tenerlo muy en cuenta, porque formará parte de aquí la importancia de acercarse al niño enfermo de
las necesidades espirituales todo lo relativo a la relación forma natural y sencilla, porque todo acercamiento for-
social y a la amistad. Una característica de esta etapa es su zado será rechazado.
capacidad de adaptación a nuevos entornos sociales. El Es fácil que el niño pregunte con toda espontanei-
hospital será un nuevo entorno para el niño. En la medida dad cómo se encuentra, qué le pasa y si se va a morir.
en que sea entorno social, se le facilitará al niño la adapta- Emocionalmente podrá estar en los extremos y empeza-
bilidad. Y la característica básica es su capacidad de absor- rá a sentir cambios en función de su propio estado de
ber información. De ahí que María Monstessori compara- ánimo. Éste viene determinado por su sentimiento de
se la mente infantil a una esponja que absorbe todo. Los seguridad y por los mensajes recibidos de los adultos.
autores de la psicología evolutiva fijan el cambio físico Sin embargo, a estas edades no se alimentan de resenti-
más significativo en la adolescencia; sin embargo, da la miento. Necesitan protagonismo y hay que satisfacer
impresión de que no damos importancia a los cambios esta necesidad con mucho tacto para que sea ajustado.
físicos de esta edad, que son fuente de emociones y senti- Pueden sentir ansiedad y sentimiento de culpa, por lo
mientos, de manera especial a la edad de 7, 8 y 9 años. que habrá que explorar estos sentimientos para ayudar-

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

le a manejarlos e integrarlos. Puede manifestar rebeldía, los cuales, por su afán de protección, pueden tratar al
propia de la adolescencia, pero todo está en torno a los hijo enfermo como si fuese un niño. El que acompaña
demás. No siente la necesidad del adolescente de estar al adolescente enfermo debe percibir este riesgo y ayu-
solo. Necesita compañía. Aunque se va configurando su dar a los padres a no infantilizar la relación.
sentido crítico, el niño es leal a su familia. En muchas Otro factor importantísimo en el acompañamiento
ocasiones necesita apoyo para decir la verdad. es saber que los padres ya no son para el adolescente el
La conducta colectiva tiene mucha fuerza en él. eje de su universo, y pueden hasta ser rechazados por
Por ello, el aislamiento del internamiento es un dolor él. Este rechazo del hijo enfermo puede generar senti-
añadido en los niños de esta edad, aunque estén rodea- mientos de culpa, rabia y deseo de huida en los padres.
dos de sus familiares. Es una etapa extraordinaria para La etapa adolescente es un proceso de transforma-
fomentar deseos de saber. ción que se inicia con la pubertad y se va activando con
Las ideas abstractas han de ir acompañadas de cambios endocrinos y morfológicos, psíquicos, intelec-
imágenes o acciones. Esto es importante porque hay tuales, emocionales, relacionales y espirituales. Es decir,
que hablarles con un lenguaje correcto; si es posible, cambian todas las dimensiones de la persona y, en con-
deben utilizarse imágenes y comparaciones claras, y secuencia, se modifican las necesidades en todos los
mostrar con ejemplos lo que se le quiere decir. ámbitos de la misma.
No podemos olvidar que, a estas edades, los niños El adolescente cuestiona todo, ya que sus capaci-
ya son capaces de descifrar el lenguaje no verbal y los dades intelectuales están en su mejor momento de de-
mensajes emocionales, pudiendo llegar a sufrir mucho sarrollo. En condiciones normales, sus emociones le
por los sentimientos que muestran sus seres queridos o pueden llevar a la pérdida de control, utilizando la vio-
por emociones que ellos se imaginan por una mala in- lencia verbal o física cuando se siente invadido. Estas
terpretación de los mismos. Ver a sus padres discutir, o reacciones se pueden agudizar en los adolescentes con
tristes, nerviosos, etc., les produce un efecto negativo enfermedades terminales. El apoyo emocional y la asis-
inmediato. tencia espiritual, en estos casos, comienzan por la com-
En este periodo se concentran sueños e ilusiones prensión de su estado emocional, por hacer de canaliza-
fantásticas. El niño/a quiere ser un gran futbolista, el dor de expresión de su propia rabia. Necesitan que se
campeón del mundo de moto o la artista más famosa les considere y se les entienda.
del momento. Aunque aparentemente quiere separarse Las características psicológicas fundamentales de
de los adultos, se puede sentir muy mal si se queda solo esta etapa son la alteración de sus sentimientos vitales,
en casa y puede mirar debajo de la cama antes de dor- los cambios físicos significativos, la proyección del yo 149
mir a causa de sus miedos. Este aspecto también con- hacia el futuro y el impulso a la autoafirmación y a la
viene explorarlo, ya que los miedos le pueden generar adquisición de una personalidad. Estos cambios son
mucho sufrimiento; sin embargo, no tiene miedo al determinantes y deben ser los ejes sobre los que gire la
riesgo, ya que le cuesta ver el peligro. Puede sentir celos asistencia espiritual del adolescente, pues sus senti-
de sus hermanos más pequeños, al tiempo que los idea- mientos cambian, su cuerpo cambia, la proyección de
liza. La presencia de sus hermanos en el hospital es un su futuro se ve rota por la enfermedad y su personali-
factor importantísimo para el niño enfermo. dad se tiñe con la oscuridad de la enfermedad. La pre-
Sus mayores preocupaciones pueden ser los estu- ocupación por el aspecto físico se detiene ante la evi-
dios, sus amigos, las notas y el sentirse valorado. Si esto dencia de la propia enfermedad y un posible deterioro.
no sucede, mostrará la imagen de que no le gusta el Esto puede producir un dolor muy intenso.
colegio ni le interesa nada de lo que pasa en él.
Conocer el universo del niño, sus motivaciones y
sus necesidades no satisfechas, es la mejor manera de Acompañamiento espiritual al
acercarse al niño que sufre y comenzar un acompaña- niño
miento espiritual.
En la adolescencia, esa etapa puente entre la in- El niño, fácilmente, puede ser un desconocido pa-
fancia y la edad adulta, el adolescente entra en un mo- ra los adultos. Pensamos que el niño no se da cuenta de
mento de grandes cambios que en muchas ocasiones le las cosas que le pasan…, pero el niño, desde su interio-
provocan una crisis y un auténtico duelo. Sabe que ridad, elabora una realidad que no comprende y por
está muriendo al niño, al universo protector infantil, ello la interpreta desde su perspectiva infantil y desde
para entrar en el universo del adulto, que él descono- su propia capacidad.
ce, por lo que adolece (de ahí la palabra “adolescen- El doctor José M.ª Martín Rodrigo16 dice: “También
cia”). Sabe que adolece de estrategias y recursos para ignoramos cuáles son sus sentimientos sobre su enfer-
enfrentarse a este mundo que le asusta, aunque haga medad, sufrimiento y muerte, que cambian con la edad,
ver que quiere entrar en él. Duelo también para los formación y experiencia. Para todos es difícil hablar con
padres, ya que con la adolescencia se abre una brecha un niño de molestias, de pronóstico adverso, de muer-
que conduce al despegue. te, y, además, los padres suelen negarse sistemáticamen-
En la relación de ayuda con el adolescente enfermo te a dar a sus hijos malas noticias. Pero es imprescindi-
hay que tener mucho cuidado, porque se pueden dar ble hablar con los niños (con el permiso de los padres)
regresiones tanto en el adolescente como en los padres, para responder a sus dudas, para justificar lo que les

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

ocurre, negociar estrategias a seguir o exponer la tera- Satisfacer las necesidades espirituales implica un
péutica más conveniente; marcar metas; no mentir o acompañamiento desde el yo profundo y para ello es
decir sólo verdades; permitir esperanzas; escuchar; necesario ser consciente de lo que sentimos, de lo que
acompañar. Confortar a la familia sin pretender susti- pensamos, de lo que expresamos verbal y no verbalmen-
tuirla ni relegarla; ayudar a los padres y atender tam- te. Es necesario, en definitiva, tener la capacidad de
bién a los hermanos, que suelen estar un poco abando- captarse a sí mismo en profundidad. Sólo desde un nivel
nados por la absoluta dedicación al enfermo, por lo que hondo y profundo podemos satisfacer las necesidades
se les debe ofrecer un poco de protagonismo”. espirituales del niño. Sólo una relación madura puede
El adulto, con frecuencia, ignora que el niño hace acompañar espiritualmente a un niño en fase terminal.
uso de muchos más recursos que él, ya que la mentali- Haciendo un esfuerzo por nombrar las necesidades
dad y la racionalidad del adulto el niño las sustituye por espirituales del niño enfermo grave, podríamos indicar
fantasías, miedos, angustias, sentimientos de culpa, cuanto sigue.
huidas, modificación de su carácter, conductas inopor- El niño tiene que tener la oportunidad de ser y es-
tunas y cambios radicales, con el agravante de que la tar en profundidad. El dolor puede ser intenso y le
duda y la falta de información le generan una crisis, y puede impedir vivir el momento de presencia con el ser
esa crisis puede derivar en otra y en otra, sin saber hasta querido. El niño vive la presencia con intensidad, vive
dónde puede llegar. conscientemente todo lo que hace, sufre, piensa o goza.
Acompañar a un niño que sufre es avivar en él las Pensemos que un niño es capaz de pasar del llanto más
dimensiones que el mismo niño, por el hecho de serlo, profundo y sentido a la risa más contagiosa; puede pa-
desconoce. El niño no sabe de necesidades espirituales, sar de la pena más intensa al gozo más incomprensible,
pero están latentes en él. Acompañarle para que pueda y esto no es ni más ni menos que por su capacidad de
saltar por encima de sus propios miedos entrando en un vivir el momento, cosa que en el mundo adulto es mu-
camino de autenticidad, que le ayude a vivir en plenitud cho más difícil.
los momentos más profundos de su ser, es darle la opor- El niño puede vivir el momento del encuentro con
tunidad de satisfacer sus necesidades escondidas. sus padres, el momento de estar con sus hermanos, con
Acompañar al niño y a la familia para vivir el mo- exclusividad. El padre y la madre no dejan ni un mo-
mento con serenidad y paz, descubriendo una relación mento de pensar en la gravedad de su hijo. Enseñar a
más profunda con Dios —para los creyentes— y con los padres a que aprendan de sus hijos es darles la opor-
los demás, como impulso para transformar el dolor y la tunidad de aprender a vivir el momento desde la tras-
150 desesperación en aceptación, como fuente de paz y de cendencia más penetrante e intensa. Hay un tiempo
armonía, es acompañarle por el camino de la transfor- para cada cosa y la ansiedad es uno de los mayores im-
mación interior. pedimentos para vivir el momento en profundidad.
La mayor aspiración del ser humano tendría que ser Ayudar a vivir el momento es iniciar un camino
la toma de conciencia de la realidad que vive en cada que llena de plenitud, porque es estar todo yo con el
momento. Esa conciencia es algo lejana para el adulto y, niño que sufre, sin ausencias, con los cinco sentidos,
sin embargo, es mucho más cercana para el niño. El saboreando el instante en que se está juntos.
adulto inmerso en su agenda, en sus múltiples activida- Es importante ayudar a descubrir la riqueza de la
des, es capaz de atender el teléfono, hacer un cálculo, oír afectividad para dar seguridad. Es decir, ayudar a libe-
una música, observar al compañero de despacho y plani- rar los sentimientos, las emociones, los estados de áni-
ficar su agenda. El niño, en cambio, vive con intensidad mo negativos.
una sola cosa. En este sentido, el niño es mucho más La necesidad de vivir y sobrevivir es muy intensa
consciente de la realidad de su momento que el adulto, en los niños, y sobre todo la de vivir felices. Para ellos,
ya que éste tiene múltiples elementos de distracción. vivir felices es vivir queridos. Aun en los momentos
La atención espiritual del niño en cuidados paliati- más difíciles, el niño siente la felicidad a través del
vos ha de dar respuesta a las capacidades del propio mundo afectivo. Todo lo que recibe el niño en esos mo-
niño y ha de adaptarse a la propia evolución madurati- mentos de mayor vulnerabilidad repercute vitalmente
va del mismo, para ayudarle a vivir con intensidad su en su yo interno, pudiendo experimentar ilusión, gozo
momento personal. Vivir de manera más profunda im- y alegría. En el adulto hay un bloqueo, ya que el dolor
plica tomar conciencia del momento desde lo más pro- por ver al hijo sufriendo es un muro de contención
fundo de nuestro ser, y ello trae consigo, y sobre todo donde no caben el gozo y la alegría. Sólo desde la libe-
dada la situación del niño enfermo, la necesidad de en- ración interior se puede recuperar la serenidad interior.
trar en su interioridad desde su propia realidad. Satisfacer las necesidades espirituales es acompa-
En el acompañamiento es importante la transpa- ñar en la búsqueda de sentido, encontrando un lugar
rencia del corazón, de manera que se transmita, desde que trascienda el dolor, que esté más allá de él, donde,
el silencio amoroso y desde la palabra adecuada, la ar- a pesar del crudo sufrimiento, el que sufre pueda en-
monía y la paz de la que seamos capaces, la serenidad y contrar un remanso de paz mediante la meditación, la
la seguridad que el niño necesita en esos momentos. Es oración, la relajación u otras formas.
la necesidad del espíritu, del interior, de lo que no se Una necesidad espiritual es vivir el silencio. El si-
ve. Y se transmite especialmente con la mirada y con el lencio no es la ausencia de ruido, de miedo o de angus-
corazón. tia. Cuando una persona coge la mano de un niño y

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

guarda silencio, salta por encima de sus miedos, entra Acompañar comporta “hacerse cargo” de la expe-
en comunión con él, transmite energía interior. Ese si- riencia ajena, dar hospedaje en uno mismo al sufri-
lencio es puro, sano, renovador, libre de miedos y an- miento del prójimo, así como disponerse a recorrer el
gustias. El niño y la familia reciben esa fuerza interior incierto camino espiritual de cada persona, con la con-
con altas dosis de seguridad. Se trata de una comunica- fianza de que la compañía sana (que significa también
ción espiritual, sin palabras, sin formalismo ni reglas. “saber no estar”) ayude a superar la soledad, genere co-
Es la comunicación de corazón a corazón, la comunión munión y salud en el sentido holístico, global, integral.
fraterna. Quien sabe acompañar, en efecto, genera salud.
Ante un niño en cuidados paliativos nos cuestiona- Consigue, con su discreta presencia, un mayor confort
mos qué decir, cómo decir, hasta dónde decir. La auten- físico, una mayor estabilidad emocional, una compañía
ticidad ante el niño, la sinceridad, no consiste en la para compartir las preguntas por el sentido, las inquie-
cruda verdad desnuda y descarnada, sino en hacer sim- tudes y malos momentos que conlleva la enfermedad
ple, sencilla y coherente la respuesta. La sabiduría del de un hijo o un hermano. Quien sabe acompañar mata
corazón no es teórica, sino práctica; no tiene reglas la soledad con su delicada presencia, se mete en los za-
frías, sino experiencias entrañables; no se alimenta de patos de su prójimo, se acomoda a su perspectiva y se
palabras técnicas, sino de respuestas amorosamente sienta a su mesa personal con todos los sentidos en cla-
delicadas. El niño no precisa simplemente sinceridad ve de servicio.
diagnóstica, sino clara autenticidad personal. El que acompaña no dirige, sino que camina al la-
La importancia del acompañamiento espiritual do; no impone, sino que insinúa; no aconseja, sino que
viene dada porque el dolor crea una aflicción espiritual, discierne en común.
y cuando hay aflicción debe haber acompañamiento. Desde el plano espiritual, el fin del acompaña-
Una enfermedad grave de un niño es un desafío a la miento es intentar eliminar el sufrimiento innecesario,
propia vida y es un momento en que todas las creen- luchar contra el sufrimiento injusto y evitable, mitigar
cias, valores y estilos de afrontar la adversidad se pue- en lo posible el sufrimiento inevitable, asumir el sufri-
den venir abajo. Como dice Delisle-Lapierre17, refirién- miento que no se puede superar en actitud sana18. Es
dose a la incompatibilidad entre la infancia, que es una decir, se trata de acompañar a vivir el sufrimiento de
esperanza de vida, y la realidad de la muerte: “Existe manera apropiada —no expropiada por el ayudante—,
esta incompatibilidad según el sentido que queramos es decir, en clave de relación sana consigo mismo, con
dar a la pérdida de un niño en edad prematura. El niño los demás, con el mundo y —para el creyente— con
que va a morir representa un objeto destructor para sus Dios, manteniendo en todo lo posible el protagonismo. 151
padres, para los médicos y para todos los que le atien- Algunas claves importantes para el acompaña-
den. Son niños agresores; nos amenazan. ¡Un niño no miento a las familias del niño enfermo grave son las que
puede morir! ¿No nos sentimos desarmados ante un siguen:
niño en grave estado?”.

Procurar soporte emocional y espiritual


Acompañamiento espiritual a la
familia del niño Efectivamente, una de las funciones importantes
del acompañamiento o relación de ayuda es la función
Acompañar viene del latín cum-panis. Su significa- catártica. Por medio de ella el individuo tiene la capaci-
do tiene relación simbólica con lo que podríamos ex- dad de liberarse de una serie de tensiones emotivas que
presar así: “comer pan juntos”, sentarse a la mesa emo- le han sido generadas por su situación de malestar19.
cional y espiritual de la familia e intercambiar cuanto Ofrecer la oportunidad de drenar las emociones,
hay en ella: sentimientos, deseos, preocupaciones, es- compartir los miedos, hablar espontáneamente de lo
peranzas… Acompañar en los sentimientos y esperan- que hace sufrir, de la muerte, cuando el niño o la fami-
zas del otro pasa entonces por hacer un camino con el lia lo desea, y dar nombre a los sentimientos, acompa-
que sufre, yendo a su ritmo, acompasando las notas ñar a utilizar la energía de los mismos y hacer la paz con
musicales del mundo interior. que éstos han de colorear la experiencia de sucesivas
Acompañar significa, pues, disponerse a entrar en pérdidas, constituye uno de los retos más importantes
tierra sagrada “descalzos”, libres de algunas tendencias del ejercicio del papel de facilitador y de intermediario
más o menos arraigadas como las de moralizar sobre lo propio del profesional.
que la persona dice, siente, ha hecho, etc.; la de respon- En este sentido, es importante constatar que la re-
der con frases hechas y consuelos baratos (tópicos: “otros lación de ayuda puede disminuir el riesgo de duelo pa-
están peor”, “hay que animarse”, “con el tiempo todo se tológico entre familiares y amigos. Sabemos que una de
cura”, etc.); la tendencia a investigar o a llenar la visita de las causas más frecuentes de que los familiares tengan
preguntas; la tendencia a decir al otro lo que tiene que problemas en la elaboración del duelo son los senti-
hacer, lo que tiene que sentir o pensar (“no te preocu- mientos de culpa ante la idea de no haber hecho todo lo
pes”, “no estés triste”, “no te desanimes”, “tienes que…”, posible por su ser querido20.
etc.). Sobre todo, evitar la tendencia a decir aquello que Susana Tamaro21, en su novela Donde el corazón te
uno mismo no se cree (“todo irá bien”, etc.). lleve, ha escrito: “Por haber vivido tanto tiempo y haber

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dejado a mis espaldas tantas personas, a estas alturas sé Promover el diálogo en la verdad y la
que los muertos pesan, no tanto por la ausencia como por autenticidad
todo aquello que entre ellos y nosotros no ha sido dicho”.
El soporte emocional comporta también acompa- No es fácil cifrar el diálogo con la familia del niño
ñamiento a elaborar el dolor por las pérdidas. Un inte- en la verdad. Paradigmática de esta dificultad puede ser
resante planteamiento ha sido hecho por Sandro Spin- la relación con el enfermo terminal en general. A veces,
santi22, que plantea una cuestión de radical importan- cuanto más próxima afectivamente es la persona que va
cia: “La tarea principal de un profesional de relación de a morir, más difícil se hace el diálogo en la verdad (que
ayuda, ¿consiste en acallar, con los medios a su disposi- es distinto de la comunicación del diagnóstico o de las
ción, el dolor de la separación para hacerlo tolerable? Y malas noticias).
si queremos dar a la cuestión la forma de un dilema: Argumentamos, a veces, el miedo a hacer daño con
¿debe tenderse a eliminar el dolor de la separación o a la verdad. Sin embargo, más frecuentemente suele ser el
elaborarlo en sentido psicológico/espiritual? Las separa- miedo a encontrarnos con nosotros mismos en la verdad
ciones son sinónimos de sufrimiento. Separarse de al- del paciente y en la nuestra, lo que nos lleva a evitar el
guien o de algo hace sufrir. (...) La tentación del acerca- diálogo en la verdad. Quizá la imagen que queremos ofre-
miento humanista consiste en dulcificar las separacio- cer a los otros y por la que tanto trabajamos, al encontrar-
nes, especialmente la más angustiosa de todas, la se con los ojos del niño o del familiar —que vive la hora
muerte, con una especie de nueva religión, la del acer- de la verdad por excelencia—, se encuentra con la imagen
camiento psicológico, filosófico, que niega la angustia real, devuelta por sus ojos como con un espejo, y nos
existencial”. El autor aclara que en el antagonismo entre desmonta nuestros esquemas, provocándonos miedo.
esperanza de vida y angustia de muerte, implícito en Quizás argumentamos que la verdad es cruel. Sin
todo proceso de separación, el acercamiento humanista embargo, creo que vale la pena pensar que “la verdad es
se apoya en la concepción filosófica que sabe ver en la antídoto del miedo. Lo terrible y conocido es mucho
muerte no el escándalo o el fracaso, sino la realización mejor que lo terrible y desconocido”24.
del destino humano en sentido trascendente. La separa- No estar dispuesto a entablar un diálogo en la ver-
ción pierde así su aspecto más dramático y hasta puede dad puede suponer dejar a la familia en la soledad emo-
ser integrada en un proceso de crecimiento y de auto- tiva y afectiva, que puede ser leída también, en algunos
rrealización. Pero ¿no corremos así el riesgo de vernos casos como una verdadera “muerte social”25; es el caso,
sumergidos en un consuelo barato que quita al dolor de a veces, de la situación en la que la familia se instala en
152 la separación su aguijón? Este dolor, que puede tener la la “conspiración del silencio”.
capacidad de producir beneficios (sin caer en el doloris- “Los pequeños dolores son locuaces; los grandes
mo), no los producirá si se le ahuyenta demasiado solí- callan, estupefactos” (Séneca). De ahí la importancia
citamente mediante una práctica consolatoria desarro- también de compartir el silencio, que muchas veces es
llada por los profesionales de las relaciones de ayuda. más elocuente que muchas palabras.
En último término, si es necesario acompañar con No podemos olvidar a los hermanos de los niños
soporte emocional, es necesario también desarrollar la que están en situación crítica. Gómez Sancho26 dice
capacidad de dejar al otro solo. Quien es capaz de en- que muchos hermanos y hermanas desean que su her-
contrarse sabrá también separarse, del mismo modo mano enfermo muera para poder reanudar la vida “nor-
que la separación es el requisito de todo encuentro. mal” que llevaban antes. Al morir el hermano enfermo,
El objetivo, pues, de la relación de ayuda a la fami- lógicamente, la culpa y el miedo los acompañan de día
lia no es evitar las separaciones o el dolor que produ- y los acosan de noche, impidiéndoles dormir. Todo esto
cen, ni esconderlo como la basura bajo la alfombra, si- hace pensar que es muy importante tener en cuenta a
no acompañar a elaborar el dolor: enseñar mediante la los hermanos del niño enfermo, y en la necesidad de
misma relación de ayuda (el modo de relacionarse ha hablar en la verdad de lo que viven con ellos.
de ser modelo para vivir el encuentro y la separación) el
arte de separarse y el arte de encontrarse.
Spinetta diferencia tres tipos de familias: las que
expresan abiertamente sus preocupaciones y sentimien-
tos, sus emociones y miedos, y atienden a las necesida-
des de su familia; las que discuten la enfermedad pero
no permiten a nadie, ni al hijo enfermo ni al resto de la
familia, la manifestación de sus sentimientos, y las fa-
milias no comunicativas, en las que la palabra enferme-
dad terminal, cáncer o muerte no se menciona. No van
a permitir que nadie hable de la muerte o cualquier otro
tipo de crisis entre los miembros de la familia23. Evi-
dentemente, esta diferenciación es determinante para
tomar conciencia de que el acompañamiento espiritual
y religioso no puede ser igual cuando nos encontramos
ante una tipología de familia u otra. Figura 3. La presencia de la enfermedad nos interpela27.

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

Acompañamiento en el manejo de la de las mismas para quien las plantea. Supone no esca-
angustia y de las preguntas difíciles parse con racionalizaciones o abstracciones, sino cen-
(Figura 3) trarse en la persona que nos comunica sus sufrimientos;
centrarse en el significado único que para ella tiene
La presencia de la enfermedad nos interpela28. Los cuanto le acontece. Esta actitud se despliega en la des-
niños también interpelan a sus familiares. Es necesario treza de personalizar.
considerar que los pensamientos y los sentimientos no “Personalizar en la comunicación significa ocuparse
expresados de los niños pueden canalizarse a través de del significado único que lo que se oye tiene para quien
historias o sueños que cuenten. Es muy importante, por lo pronuncia. Significa acoger los sentimientos únicos
eso, el lenguaje simbólico. con los que el sujeto vive de modo intransferible el im-
El profesional se encuentra con numerosas situa- pacto de lo que acontece a su alrededor o dentro de sí.
ciones en las que se siente interpelado a acompañar a Personalizar supone despojarse de muchos principios y
manejar la angustia. Alonso-Fernández habla de tres ti- convicciones y revestirse de un vacío acogedor.
pos de angustia: la “metafísico-religiosa”, sentida como El que personaliza, el que escucha realmente, el
culpa o posible condenación y que ha sido estudiada que inspira confianza para abrir el baúl, es aquel que no
especialmente por Kierkegaard y Jaspers. Otro tipo de se escandaliza ante lo que oye, sino que admira con
angustia sería la existencial, como amenaza de la afir- sorpresa el maravilloso mundo que no está en el esca-
mación del ser ante la muerte, estudiada particularmen- parate, sino en la trastienda de cada uno, que no está en
te por Heidegger. Y por último, la angustia espiritual, la superficie, sino en lo profundo, allí donde todos so-
como amenaza de lo absurdo de la existencia, estudiada mos tan sencillos como niños, allí donde somos frági-
especialmente por Tillich29. les, donde la fantasía nos hace ricos y pobres a la vez y
Acompañar a manejar la angustia significa sobre donde la imaginación produce para nuestro beneficio y
todo dar espacio a la formulación del impacto cognitivo para nuestra complejidad.
y emotivo que la muerte de un niño produce en la fami- Para el que escucha con interés, una cosa no es
lia. Se trata de estar abierto al diálogo y facilitar el dre- importante en sí misma, sino que pasa a serlo, por in-
naje emocional. significante que parezca, en el momento en que alguien
Pero ante las preguntas difíciles, ante las preguntas lo cuenta de sí.”32
sobre el sentido, se requiere una particular disposición Acompañar a vivir las preguntas que no tienen
del ayudante que comprenda la naturaleza de las mis- respuestas, a compartirlas, quizás sea el modo más sa-
mas. Ángel González Núñez ha escrito: bio de elaborarlas. Quizás aquí serviría también aquella 153
“Hay preguntas que no se plantean para ser con- máxima33: “Nunca hables a menos que pienses que
testadas, sino para que ellas interroguen a la persona puedes mejorar al silencio”.
que las plantea. Le alertarán sobre incertidumbres, in- Lejos del profesional de la salud el deseo de aneste-
cógnitas y misterios que —acompañantes inseparables siar la pregunta, incluso cuando ésta incomoda a los que
y huéspedes familiares de la vida de cada día— alberga la comparten. El reto permanente será también el de
oficiosamente en su casa. Versan sobre realidades nor- evitar todo tipo de frases que tenemos listas para ser di-
males y sabidas, como la salud y la enfermedad, el bien- chas sin que estén centradas en la experiencia única de
estar y el sufrimiento, la satisfacción y la decepción, la quien comparte la pregunta por el sentido. Kaye34 dice:
esperanza y la desesperanza, el bien y el mal, la vida y la “Déme 10 minutos de escucha interesada, no interrum-
muerte. El hombre va zigzagueando por la vida entre pida, y le diré a usted todo lo que necesita saber para
esas polaridades, intentando encontrar el equilibrio so- ayudarme”. Quizá sea también ésta la pista para com-
bre la ‘y’ en que ambas se dan la mano. (...) Las pregun- prender qué hay detrás de cada persona que plantea las
tas existenciales, vitales y trascendentes no son para ser preguntas que nos parecen difíciles de responder.
contestadas, sino para ser vividas. Una respuesta objeti-
va, universal, definitiva, nadie puede esperarla: sería
pretenciosa y vulgar, vana y deshumanizadora. La duda La pregunta por el sentido y la valoración
y la pregunta, la incógnita y el misterio, el temor y la personal del sufrir y del morir
esperanza son ingredientes irrenunciables de la vida
humana. (...) Nos interesa su arte de plantearlas, su ta- Otro aspecto importante de la experiencia espiritual
lante para asumirlas, su sabiduría para vivirlas con te- de la familia es el acompañamiento en la identificación o
mor y respeto. Es quizá el modo mejor de humanizarlas en la vivencia de los nuevos valores descubiertos con oca-
y de que ellas nos humanicen.”30 sión de la situación por la que pasa. Es un dato de la expe-
El poeta Rocki escribía: “Sé paciente con todo lo riencia el hecho de que muchas personas descubren el
que queda sin resolver en tu corazón. Trata de amar tus encanto (el valor) de realidades a las que anteriormente
mismas preguntas. No busques las respuestas que no se no se lo atribuían, quizá por la prisa con la que vivían.
pueden dar, porque no serás capaz de vivirlas. Vive tus Entre los valores, tal vez lo más apreciado es el
preguntas porque tal vez, sin notarlo, estás elaborando mundo de las relaciones afectivas, es decir, el sentido de
gradualmente las respuestas”31. comunión, la experiencia de no estar solo en medio de
Acompañar a manejar las preguntas difíciles supo- la soledad existencial que caracteriza la condición hu-
ne aceptar incondicionalmente el significado concreto mana y que puede hacer experimentar un amargo sabor

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en la estación de la enfermedad y de la pérdida. “Si el mirada hacia atrás, que permite tomar conciencia del
hombre tiene bastante vivo el sentimiento de estar en propio pasado. Se dice que el modo de vivir el duelo
comunión con los demás, de ser parte de un todo, de depende en no poca medida del modo de vivir en gene-
ser miembro de un grupo, está integrado en un ‘Noso- ral: una vida llena y sensata o vacía y sin sentido39. En
tros’ que le supera y le da una más amplia dimensión”35. relación a la muerte, Vimort40 dice que “para afrontar la
De aquí la especial importancia que toma el mundo de muerte en mejores condiciones es necesario tener una
las relaciones, la calidad de las mismas, su grado de idea suficientemente positiva de la propia existencia.
autenticidad y profundidad, el lenguaje de los gestos y (...) Si escucho las quejas, las penas que se refieren al
de los símbolos, el mundo de las pequeñas cosas que se pasado, con la evocación lacerante de las desgracias,
convierten en grandes. contrariedades o lutos, me digo a mí mismo que el en-
Vicktor Frankl, padre de la logoterapia, ha dado fermo (o su entorno, el problema es el mismo) intenta
una especial importancia al mundo de los valores en hacer el balance de su vida. Es quizá rumiar todas sus
medio del sufrimiento. Según él, la vida en medio de un penas de forma estéril y deprimente; pero puede ser
sufrimiento sin sentido, puede tener sentido a partir de también un intento de volver sobre ello de otro modo,
los valores que la persona sea capaz de vivir. El autor para llegar a asumir y a dominar ahora todo lo que,
distingue diferentes tipos de valores: hasta el momento, le había herido profundamente. Es el
momento de curar las llagas”. Es el momento de recon-
- Los valores de acción o de creación, es decir, el ciliarse consigo mismo, con la propia vida, manejando
ejercicio de las propias potencialidades humanas, la culpa y la memoria.
personales. Y parece como si en muchos momentos de la en-
- Los valores de asimilación, es decir, la integración fermedad del niño, el familiar pasara por delante de la
de cuanto de positivo tiene la cultura y cuanto nos pantalla de la persona la “película de la propia vida”41 y
circunda, haciéndolos propios e interiorizándolos. en ella se hace con frecuencia la experiencia del senti-
- Y los valores de actitud, o también llamados de so- miento de culpa, que desencadena una de las formas
portación. Serían estos últimos los que serían capa- que adquiere la angustia. El familiar se convierte así en
ces de cambiar de signo el sufrimiento. En este juez y acusado de su propio pasado.
sentido, el comportamiento ante el dolor podría “Es el sentimiento de angustia o autocondena que
dar significado a una vida incluso en medio de un a veces nos atenaza y nos hace sentir un nudo en el es-
atroz sufrimien­to, aun en las circunstancias extre- tómago. Por ejemplo, la angustia por haber transgredi-
154 mas, porque con tal actitud el hombre sentiría la do una prohibición y el consiguiente miedo al castigo.
propia responsabilidad para con los valores y haría O bien la autoacusación por no haber sido digno de las
emerger la dimensión específica del ser humano, es expectativas del otro y el consiguiente miedo de perder
decir, la propia conciencia y responsabilidad. Se- su amor. O bien la humillación de aparecer a nuestros
gún Frankl36, entonces ya no importa la interpela- ojos con la imagen rota de nosotros mismos.”42
ción que proviene del sufrimiento y que se refiere a Parece como si, encontrándose con la verdad de la
la búsqueda de las causas (¿por qué?), ni única- vida, se nos anulara la tendencia que tenemos a olvidar
mente el mirar hacia adelante esperando la libera- sin haber sanado, porque el recuerdo pudiera hacerse
ción (¿hasta cuándo?), sino el cómo sufrir. El dolor, muy pesado en nuestra mochila43. Emerge entonces el
soportado auténticamente, conduciría a un enri- sufrimiento que pide ser sanado mediante el recuerdo
quecimiento de la persona. La persona sería libre sereno de quien quiere enfrentar su condición de heri-
incluso cuando a los ojos se presenta esclava de las do. Por eso dice Nouwen que la primera tarea de quien
ataduras de la enfermedad y de la posible muerte quiere ayudar al que sufre desde el punto de vista espi-
próxima del niño: libre de comportarse de una ma- ritual es ofrecer un espacio en el que los recuerdos hi-
nera o de otra, y por lo mismo, responsable. rientes del pasado puedan aflorar, ser traídos a la luz sin
miedo44.
Creemos, pues, que es posible vivir sanamente el Argullol45 ha escrito: “Cercana la hora, deberíamos
sufrimiento37. A ello somos llamados cuando no se pue- aún tener dos días, el primero para reunirnos con quie-
de superar o hacerlo desaparecer. Se trata de un proceso nes hemos odiado y el segundo para hacerlo con quie-
de integración del sufrimiento, se trata de un cambio de nes hemos amado. Y a unos les pediríamos perdón por
planteamiento, de traducir la pregunta “¿por qué?” en nuestro odio y a los otros por nuestro amor, de modo
“¿cómo?”38. Es la propuesta que nos viene de la logote- que, aliviados de ambos pesos, pudiéramos dirigirnos,
rapia, la terapia mediante los valores, formulada por V. ligeros, a la frontera”.
Frankl. Es un proceso de pacificación personal necesario
para serenarse consigo mismo, con los demás y con
Dios. No se consigue única y necesariamente mediante
Acompañar a leer la propia historia y el sacramento de la reconciliación, que tanto bien pue-
recapitular de acarrear al enfermo ayudándole a descubrir, detrás
del sentimiento de culpa, una Presencia amorosa que le
Una de las experiencias más comunes en la enfer- transciende46. Es necesario un tiempo para poner en
medad de un ser querido, también cuando es niño, es la orden las propias experiencias acumuladas en la vida y

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

poder perdonar interiormente a quien te ha herido y cimiento que en vivirlo. Para contar, es necesario esco-
pedir perdón abierta o simbólicamente a quien se ha ger lo que se quiere resaltar y lo que se quiere poner
ofendido47. entre paréntesis. El relato crea una inteligibilidad, da
Difícilmente se puede alcanzar este objetivo si el sentido a lo que se hace. Narrar es poner orden en el
profesional de la salud no “se aproxima al misterio y a la desorden. Contar su vida es un acontecimiento de la
vulnerabilidad de estas historias, ofreciendo a los prota- vida, es la vida misma, que se cuenta para comprender-
gonistas lo que ellos invocan: la sencillez del respeto y se”. Narrar no es fabular. Contar los acontecimientos
del calor humano”48. que se han sucedido en la vida permite unificar la dis-
Difícilmente se puede acompañar al familiar del persión de nuestros encuentros, la multiplicidad dispa-
niño gravemente enfermo en este proceso de autoper- ratada de los acontecimientos que hemos vivido. Mal-
dón y de autocuración si antes no se hace un camino de herbe56 no duda en decir que “relatar la vida, le da un
integración de la propia dimensión negativa, recono- sentido”.
ciéndose “curador herido”. Sólo aceptando los propios La culpabilidad no es malsana si es el anverso de
límites y con el peso de dolor inherente a la propia con- una adhesión a valores que mantenemos a pesar de que
dición humana, se puede ser capaz de permanecer al nos juzguen (o nos juzguemos nosotros mismos). “En
lado de la persona que sufre, dejándose afectar por su el momento mismo en que nuestra culpabilidad nos
tragedia, manteniendo con ella un contacto cargado de descalifica, la adhesión a valores nos revaloriza al mis-
ternura y comprensión y ayudándole a descubrir las mo tiempo que nos juzga”57. El soporte emocional y el
fuerzas curativas que le permitan pasar de la desespera- acompañamiento espiritual han de dar la importancia
ción y la culpa a la serenidad y a la esperanza49. Este que merece a este hacer la paz con la propia historia,
reconocimiento de la propia negatividad hace al profe- convencidos de que valemos más de lo que hacemos,
sional más tolerante y comprensivo, y ello no tiene por de que nuestras faltas no nos dejan sin valor ni hacen
qué ir acompañado, como sucede normalmente, por un mentirosa e hipócrita nuestra adhesión al ideal.
sentimiento de tristeza y de amargura, sino de joviali-
dad y de profunda alegría50.
El agente de salud que quiera acompañar a vivir de Creer y experimentar la continuidad de la
una manera digna, se encuentra con quien está perdien- historia humana
do la vida de un ser tan querido, las cosas que ya no
podrá hacer y las cosas que le disgusta haber hecho y Si bien el ver que un niño está gravemente enfer-
que ya no puede cambiar51. Es la experiencia del duelo mo y ver a su familia producen el sentimiento de triste- 155
anticipatorio por la que pasa el familiar, equivalente a la za, por las rupturas que produce la enfermedad, espe-
que experimentamos cuando nos sentimos ante una cialmente en el terreno afectivo, es posible encontrar
amenaza y elaboramos la frustración consiguiente, la también una vía de satisfacción cuando se experimenta
experiencia de las posibles pérdidas cercanas52. Esta- que mirando hacia atrás se encuentra algo significativo,
mos acostumbrados a pensar en el duelo atribuyendo el algo que continúa, que prolonga, de alguna manera, la
proceso sólo a quienes han perdido a un ser querido; propia existencia.
sin embargo es una experiencia que se hace ante toda En el fondo, el que sufre convive también con las
pérdida real o previsible. preguntas: los esfuerzos hechos a lo largo de la vida,
El duelo anticipatorio ayuda a los enfermos y a los ¿van a ser recogidos por otros? La propia experiencia
familiares “a tomar conciencia de cuanto está sucedien- ¿dejará huellas vivas en alguien? En otros tiempos, esta
do, a liberar los propios estados de ánimo, a programar experiencia era más común, dada la continuidad profe-
el tiempo”53. La escucha, el diálogo abierto con el fami- sional de muchas personas en el trabajo en el campo o
liar, sin evitar ni condenar cualquier tipo de sentimien- en pequeñas empresas artesanales. Hoy es más difícil. El
tos con actitud empática, le ayudará a comprender las acompañamiento espiritual podrá consistir entonces en
pérdidas. estar al lado del que vive la enfermedad y descubrir con
La mirada reconciliadora hacia el pasado permite él (a veces, reconocer, indicándoselo desde afuera) los
además encontrar en él el maestro personal que ha ido elementos importantes de su vida que permanecen en
enseñando en la vida a ir muriendo las pequeñas muer- otros, sean personas, instituciones o valores. El mismo
tes que se han vivido ante la necesidad de elaborar cada ayudante puede convertirse en depositario de la riqueza
una de las pérdidas personales54. humana que descubra en la persona acompañada58.
Entendemos que acompañar con la escucha tiene Por otra parte, como apunta Vimort, para que esta
un valor nunca suficientemente subrayado. Acompañar continuidad sea posible y experimentada es necesaria
a quien narra su vida está cargado de contenido simbó- una condición más, que consiste en la aceptación del
lico, porque narrar la propia vida supone un verdadero morir en un contexto que muestra cambios; es decir,
esfuerzo55: “Es poner en perspectiva acontecimientos renunciar al dominio, ceder, ponerse en manos de los
que parecen accidentales. Es distinguir, en el propio demás con confianza, aceptando que actúen de forma
pasado, lo esencial de lo accesorio, los puntos firmes. diferente, y estar en comunión con ellos en un nivel
Contar su vida permite subrayar momentos más impor- espiritual más hondo: apostar por una fidelidad de los
tantes, e, igualmente, minimizar otros. Se puede, en demás de una manera profunda, sin continuidad en
efecto, gastar más o menos tiempo en contar un aconte- opiniones, en modos de hacer, etc.

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Infundir esperanza59 amor, es sacramento de la esperanza. Porque “no habrá


motivo de esperarse mucho del futuro si los signos de la
Se plantea también el tema de la esperanza humana esperanza no se hacen visibles en el presente”68. Así, la
y de la esperanza para el creyente. De la esperanza se relación de ayuda en el plano espiritual es empeño por
dice que el esfuerzo por infundirla es el factor humano- vencer la muerte y todo lo que ella significa mediante la
terapéutico más importante60. La esperanza es ese “cons- vida de comunión y de fraternidad en medio de los su-
titutivum de la existencia humana”61 que trasciende el frimientos. Se realiza así “el milagro de la fe: la esperan-
mero optimismo en situaciones como la del enfermo. za contra toda esperanza”. La esperanza va más allá de
Los profesionales de la salud se sienten llamados a la muerte, “surge de experiencias positivas, de expe-
ser personas de esperanza en una encrucijada de sufri- riencias de sentido, que se hacen en esta vida”69.
miento y oscuridad, una esperanza que permite mirar La esperanza que dinamiza el momento presente y
más allá de la satisfacción de los deseos inmediatos, e fundamenta el encuentro y el diálogo, se debe concretar
incluso más allá del dolor y de la muerte, cuando su en el enfermo en un conjunto de actitudes. Así, la espe-
visión antropológica no se quede en el final definitivo ranza “no se adapta”70, no se queda satisfecha hasta el
con la muerte y cuando el familiar manifieste una visión cumplimiento de la promesa71, porque no se reduce al
trascendente. mero deseo ni al mero optimismo superficial del “todo
Para el creyente se trata de un acto de fe en el que se arreglará”. La esperanza no está reñida con la insegu-
el mal no tendrá la última palabra. Una esperanza en ridad (la “seguridad insegura”, dice Laín Entralgo); más
cosas futuras, por importantes que sean, no tendrá aún, “la seguridad no pertenece a la esperanza”, dice
nunca el valor de la esperanza en Dios, es decir, de las Santo Tomás72. En realidad, este carácter de inseguri-
esperanzas de hombres que se confían a Él sabiendo dad tiene sus beneficios, contrariamente al pensar co-
que “el futuro no se llama reino de los hombres sino mún:
reino de Dios, donde Dios será todo en todas las co- “Cuando miramos al futuro que se abre ante noso-
sas”62. La fe cristiana no espera en tal o en cual cosa que tros, oscuro e indeterminado, es la esperanza la que nos
haya de suceder en un futuro más o menos lejano, sino da coraje, pero sólo el miedo o la angustia nos hacen
que confía en una persona y en una definitiva comu- cir­cunspectos y cautos. Así pues, ¿puede la esperanza
nión con ella. De modo sintético, dice Greshake63: ser prevenida y prudente sin el miedo? El coraje sin
“Quien espera, no espera en el paraíso como en un cautela es estúpido. Pero la cautela sin coraje hace a las
mundo feliz, sino que espera en Dios, el cual, en cuanto personas escrupulosas e indecisas. En este aspecto, “el
156
que se le conquista y se alcanza, es ya el paraíso, es de- concepto de la ‘angustia’ y el ‘principio de esperanza’ no
cir, la realización de todas las aspiraciones del hombre a son opuestos, después de todo, sino que son comple-
la comunicación personal, al amor y a la perfección”. mentarios y mutuamente dependientes.”73
Ahora bien, esta realización total del deseo de co- La esperanza conlleva el coraje, que no se reduce a
munión y liberación plena, ¿es una fuga en el futuro, la mera vitalidad, al simple instinto por sobrevivir, sino
ante la dura situación presente y ante el evidente fraca- que supone “el coraje paciente y perseverante que no
so por la enfermedad, o se encarna como un dinamis- cede al desánimo en las tribulaciones”74. El coraje, en
mo actual? La necesidad de mantener relaciones basa- muchas situaciones, se traduce en paciencia, en “ente-
das en el amor en el presente, ¿puede mantenerse sin reza” o “constancia” (en griego, “hypomoné”) (Figura 4).
futuro? Si, por un lado, la idea de una vida que va hacia “La paciencia, que tan esencialmente pertenece a la
la muerte es más aceptable mediante la fe en la resu- esperanza, expresaría en forma de conducta esa co-
rrección64, la espera de la resurrección, por otro lado, nexión entre el futuro y el presente”. “La esperanza se
da a la vida el futuro que necesita para poder amar65. realiza, cuando es genuina, en la paciencia. La esperan-
Por su propia naturaleza, la esperanza dinamiza el pre- za es el supuesto de la paciencia. Esperanza y paciencia
sente, lanza a vivir el amor en las circunstancias concre- se hallan en continua relación”75.
tas de la vida, hace que las relaciones del ahora sean La esperanza, pues, es fuente de paciencia, y quien
vividas como la anticipación de la comunión profunda se ejercita en la paciencia en medio de las dificultades y
con Dios. a las puertas de la muerte, acabará sintiendo que su vi-
Más allá de las esperanzas particulares de nuestra da se abre hacia una meta consoladora y esperada. Y la
vida en el tiempo, el creyente experimenta una esperan- paciencia supone confianza.
za que va más allá del tiempo, no para evadirse de la La paciencia, no obstante, no implica la falta de
historia, sino para introducir en el corazón del mundo “intranquilidad”, en cierto sentido, de “impaciencia”.
una anticipación del “mundo futuro”, del que el creyen- Incluso la desesperación puede formar parte de la
te desea ser, de alguna forma, presencia sacramental66. dinámica de la esperanza. El desesperado aún espera,
La relación con el sufriente puede ser anticipación siente que puede esperar, aunque no sepa el objeto de
de la deseada relación con Dios para el creyente, reali- su esperanza. “El gran riesgo de la desesperación es
zación de la misma, porque “el cielo ya ha comenzado que termine en la desesperanza. En este estado, el suje-
en el interior de este mundo. Vamos gozando de ante- to no solamente no tiene un proyecto, sino que, ade-
mano y en pequeñas dosis las fuerzas del mundo futu- más, está seguro de que nunca lo tendrá. Su vida no
ro”67. Cada encuentro, cada relación significativa, cada solamente no tiene ningún sentido, sino que está segu-
diálogo que el agente de salud logra establecer en el ro de que no lo hay, y no puede haber nada capaz de

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

dar a su propia existencia (...) un sentido verdadera- La relación con Dios en el


mente satisfactorio”76. creyente
En último término, para el creyente, la esperanza se
traduce en abandono en Dios, en quien se deposita el Nos hemos permitido, ya más arriba, introducir-
máximo de confianza. Abandonarse en Dios en total con- nos también en la dimensión religiosa, centrados en el
fianza no significa una actitud pasiva de resignación77. ámbito cristiano. Queda justificado por el entorno en el
Más bien tiene lugar una dialéctica entre lucha y acepta- que nos movemos, impregnado por la cultura latina y
ción. Es una lucha que acepta que Dios diga la última por las creencias predominantes propias del cristianis-
palabra, una lucha como expresión de la esperanza y vi- mo. Por eso, presentaremos ahora también algunas re-
vida desde la aceptación, en la que la persona es sujeto. flexiones que pueden ser útiles para el acompañamien-
En conclusión, el hacer del profesional, con las to espiritual en el sufrimiento producido por la enfer-
personas creyentes, debe estar embebido de la verdade- medad grave de un niño. Los recursos religiosos salen
ra esperanza, la que supera la simple búsqueda de la al paso de verdaderas necesidades espirituales. Si son
satisfacción de los deseos y tiene sus raíces en una Per- vividos sanamente, son fuente de humanización y de
sona. De esta forma podrá dar testimonio de la propia ayuda.
esperanza en una relación que nutrirá la verdadera es-
peranza, “el arte de esperar” del otro, y dará calidad y
salud a la vida en medio del sufrimiento; una relación La oración en medio del sufrimiento
basada, pues, en la esperanza en Dios.
Ahora bien, ¿cómo infundir esperanza en el acom- Ayudar a la familia desde el punto de vista espiri-
pañamiento a la familia? “El símbolo de la esperanza es tual supone para el creyente —además de promover
el ancla. Infundir esperanza no es otra cosa que ofrecer una sana relación consigo mismo y con los demás, en
a quien se encuentra movido por el temporal del sufri- la línea de cuanto venimos diciendo— una relación
miento, un lugar donde apoyarse, un agarradero, ser sana con Dios81. No siempre la relación está purificada
para ella ancla que mantiene firme, y no a la deriva, la suficientemente. Con una cierta frecuencia, se espera
barca de la vida. Ofrecerse para agarrarse, ser alguien el milagro o se “comercia” con Dios. Se trata, en el
con quien compartir los propios temores y las propias fondo, de la oración de petición. Desde el punto de
ilusiones, eso es infundir esperanza”78. vista cristiano, hay que hacer algunas aclaraciones al
Acompañar a vivir en clave de esperanza no signi- respecto.
fica promover una sensación de seguridad que anule la La oración de petición tiene sus raíces históricas y 157

incertidumbre y la inseguridad. La seguridad no perte- sus referencias bíblicas. No obstante, hay que tener en
nece a la esperanza, dice Santo Tomás79. La esperanza cuenta que detrás del modo de orar, de pedir, está una
es hermana del coraje paciente y perseverante, de la imagen de Dios y un modo de relacionarse con Él. Así,
constancia, de la impaciencia (paradójicamente), del quien ve a Dios como Alguien que nos está regalando
abandono, en último término, en Aquél en quien se algo, la salvación, que se da a sí mismo, no le verá como
confía ilimitadamente: Dios para el creyente. alguien a quien se le suplica, sino a quien se le expresan
Cada encuentro, cada relación de ayuda significati- los sentimientos correspondientes a lo que de Él se reci-
va con el enfermo, cada diálogo que el profesional logra be82. En definitiva, pues, para que la oración esté en
establecer en el amor, es sacramento de la esperanza. sintonía con un Dios que es y quiere ser para nosotros,
no hay que imponer sin más los esquemas de nuestras
Porque “no habrá motivo de esperarse mucho del futu-
relaciones humanas, que, incluso en el donante más
ro si los signos de la esperanza no se hacen visibles en el
generoso, están siempre teñidas por la necesidad y ame-
presente”80.
nazadas por la voluntad de dominio.
En el esquema tradicional y espontáneo de oración
suele subyacer no un Dios en nosotros, que nos susten-
ta y nos apoya y dinamiza con su amor, sino nosotros
acá y Dios allá, que nos observa, nos instruye, nos man-
da, nos juzga, y que nos ayuda, enviándonos, de vez en
cuando, algún auxilio... Entonces, naturalmente, hay
que dirigirse a él, llamarle para que venga, pedirle que
intervenga haciendo esto o lo otro; si es posible, con-
vencerle, acaso ofreciéndole algún don o haciendo al-
gún sacrificio...
Es cierto que en la oración de petición de la salud,
del bien, hay muchos elementos positivos también.
Con frecuencia, detrás de un lenguaje con el que pare-
cería que el hombre quiere sustituir a Dios diciéndole lo
que debe o no debe hacer y lo que es bueno o no, sub-
Figura 4. El coraje, en muchas situaciones, se traduce en paciencia, en entereza
sisten elementos positivos: hay mucha vida asociada a
o constancia. fórmulas muy tradicionales, hay confesión de la indi-

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gencia propia y del confiado acudir a Dios, hay volun- natural del ser viviente del nacer al morir; es la realiza-
tad de relación con Dios en medio de las dificultades, ción moral de la persona, que cumple o no con lo que
etc. La cuestión es cómo conservar lo que de positivo el ideal humano espera de ella; es el destino y la suerte
subyace en la oración de petición y traducirlo en un eterna, de salvación o de condenación. Esos planos se
lenguaje adecuado y en una relación sana. En este sen- relacionan de diversas maneras en los textos: se diferen-
tido, el sugerente trabajo de Andrés Torres Queiruga cian o se confunden, colisionan o se armonizan. A no-
habla de “expresar en lugar de pedir”. Así, dice: “Si que- sotros nos es imprescindible desdoblar los niveles, des-
remos expresar nuestra indigencia, expresémosla. Si lindar los sentidos, si realmente queremos saber en
queremos manifestar nuestra compasión y nuestra pre- dónde estamos y qué valor tiene en cada caso el lengua-
ocupación por los que tienen hambre, manifestémosla. je. Establecer un poco de orden en el maremágnum de
Si queremos reconocer nuestra necesidad de Dios y de los textos es, pues, la operación metódica primera, con-
su amparo, reconozcámosla. Si necesitamos quejarnos tando con que en muchos casos los sentidos se imbri-
de la dureza de la vida, quejémonos. Llamemos a las can de modo inseparable, y sin la pretensión de apren-
cosas y a los sentimientos por su nombre. Alguien lo der todas las ramificaciones de un texto”84. Hay que
dijo magníficamente en un grupo de reflexión sobre distinguir, pues, entre vida y muerte natural, moral y
esto: ante Dios estamos acostumbrados a quejarnos pi- escatológica. La importancia de esta distinción puede
diendo, tenemos que aprender a quejarnos quejándo- verse, por ejemplo, aludiendo al texto del Génesis: “El
nos”83. Exacto. Obsérvese que en todo lo anterior no día en que comas de él morirás”, no se refiere a la muer-
interviene el verbo “pedir”. te natural, sino a la muerte moral; es decir, el día en que
Este tipo de oración es el fruto de la acción de Dios no estés en sintonía con Dios, estarás muerto en sentido
en nosotros, que nos lleva a reconocerle cercano, a co- moral, distanciado de Dios. Esta distinción, que llevaría
municarnos auténticamente con Él, a no declinar nues- muy lejos, parece fundamental tenerla clara para el
tra responsabilidad y nuestra esperanza. Jesús mismo acompañamiento a la familia.
nos ha invitado a pedir, pero lo importante en los textos Son muchas, por otra parte, las frases que la cultu-
en que lo encontramos no está en la petición, sino en la ra y la religiosidad han ido acuñando en torno a la
confianza que esta petición manifiesta en Dios. muerte y al sufrimiento. Aludamos brevemente a algu-
nas que necesitan claramente una purificación:

Necesidad de purificar el lenguaje sobre - “Es la voluntad de Dios”. Está claro que la voluntad
158 el sufrimiento de Dios es el proyecto de salvación. Dios no es un
cacique que se divierta manipulando a placer suyo.
En la relación con la familia del niño enfermo gra- - “Dios nos manda sólo lo que podemos soportar”. Dios
ve experimentamos la necesidad de purificar el lenguaje no usa un dolorímetro ni es el agente directo de los
sobre el sufrimiento, tanto en el nivel laico como en el sufrimientos. Respeta la creación y la libertad.
religioso. - “Dios pone a prueba a quienes más ama”. Dios no
En términos religiosos, conviene hacer algunas envía pruebas para corregir nuestras desviaciones
distinciones de entrada. El sufrimiento y la muerte no ni para comprobar nuestra fidelidad. No es sádico.
son tratados siempre del mismo modo en la Escritura. - “No cae una hoja sin que Dios lo quiera. Dios se lo ha
Por eso hay espacio para grandes equívocos en la com- llevado”. Dios no se dedica a robar o raptar a los
prensión de los mismos. Desde el punto de vista de la seres queridos. Que todo esté bajo su gobierno no
fe, hay que distinguir entre el sufrimiento producido significa que lo controle caprichosamente.
por la naturaleza, por nuestra condición de finitud, de - “Mientras hay vida hay esperanza”. En situaciones
criaturas; el sufrimiento que es consecuencia de nues- objetivamente graves, esta expresión no dice nada.
tra libertad mal empleada, es decir, el que nos procura- Puede llevar incluso a justificar el encarnizamiento
mos unos a otros mediante acciones agresivas, inhu- terapéutico.
manas, mediante omisiones o caminos no adecuados - “Sé fuerte”. Invita a no llorar, a no enfadarse en me-
(¡cuánto mal se podría evitar con comportamientos dio del sufrimiento, a no deprimirse... Así nos so-
sanos en el plano personal, interpersonal, comunitario, breponemos al estado de ánimo del que sufre. Lo
político...!); y el sufrimiento ministerial, es decir, el re- terapéutico es reconocer como legítimas las dife-
sultado de quien, por una opción libre, apuesta por rentes expresiones de estado de ánimo.
trabajar para construir el Reino, y ello le acarrea, como - “Ofrece los sufrimientos al Señor”. Dios no es alguien
consecuencia, esfuerzo, contrariedades, oposiciones, que insaciablemente espere nuestros sufrimientos
etc. Algunos conocidos textos de la Escritura se refie- como oferta (a nadie querido se le ofrece algo malo
ren a este último, y, mal leídos, pueden llevar a un do- como el sufrimiento en sí). Aparecería entonces
lorismo absurdo o incluso cruel en la relación con el como sádico. A la pasión de Cristo no le falta nada
que sufre. para que se realice la Salvación en cuanto a seguir
Algo semejante conviene hacer con la muerte. La añadiendo sufrimientos (cf. Col 1, 24), sino que es
palabra muerte es entendida en diferentes sentidos en la el amor realizado en el ministerio —y que com-
Escritura. En ella, “vida y muerte aparecen enfocados porta sufrimiento— el que completa lo que falta a
en diversos sentidos o en niveles diversos. Es la suerte la construcción del Reino85.

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

Una presencia simbólico-celebrativa identificación con Cristo precisamente en el momento


en que se experimenta la muerte cercana, ante el paso a
La presencia simbólico-celebrativa es de particular la Vida eterna.
importancia al final de la vida. La tradición ha sido sa- El verdadero sentido de la celebración del misterio
bia a la hora de ritualizar el acompañamiento a los en- de la vida y de la muerte cuando se está envuelto en el
fermos y a los que viven el duelo, si bien hoy es fre- sufrimiento producido por la enfermedad grave tiene su
cuente la pérdida de los ritos sin sustituirlos por otros culmen en el sacramento de la Unción de Enfermos. El
elementos cargados de contenido válido para acompa- encuentro de amor misericor­dioso con Dios, núcleo
ñar a vivir sanamente en medio de las dificultades. central del significado del sacramento de la Unción,
Cuando se habla de celebración tendemos a imagi- hace que la celebración del mismo tenga como objeto
nar fiestas alegres, movidas, en las que olvidamos por vivir cristianamente la enfermedad89, es decir, recono-
un momento las dificultades de la vida metiéndonos en cer y acoger en comunidad el don de la gracia de Dios
una atmósfera de música, baile, bebidas y conversacio- en medio de la dificultad impuesta por la enfermedad, y
nes agradables. Sin embargo, en el sentido cristiano de presentar a Dios el profundo deseo de una curación to-
la palabra, celebrar es mucho más que esto. La celebra- tal —cuyo núcleo es precisamente la relación con Dios
ción, como nota Nouwen86, es posible sólo donde amor que ya tiene lugar en el sacramento (de ahí su efecto
y temor, alegría y dolor, sonrisas y lágrimas, puedan sobre la salud)—.
coexistir. Celebración es aceptación de la vida en la Éste es el núcleo del sacramento de la Unción:
conciencia cada vez más clara de su preciosidad, y la “Un sacramento que, como los demás, actualiza el mis-
vida es preciosa, valiosa, no sólo porque se puede ver, terio único y central de la Pascua, pero que en la situa-
tocar y gustar, sino también porque un día ya no la ten- ción de enfermedad vivida por los hermanos, les per-
dremos. mite, no tanto sufrir el dolor con paciencia y resigna-
Celebrar la muerte significa aceptarla como un ción, sino luchar contra él y vencerlo con actitud pas-
misterio que hay que vivir en comunión. Es, pues, con- cual. Pero un sacramento también que expresa y testi-
celebrar el misterio de la vida que llega a su fin y que monia una comunidad que, con signos y palabras,
está invadida del amor. hace presente el misterio de curación recibido de su
En la celebración confluyen de modo armónico las Señor”90. El sacramento de la Unción se inscribe en el
tres dimensiones del tiempo: el pasado que se recapitu- contexto de la comunidad cristiana que lucha contra la
la, que se recuerda, que se hace vivo en el presente, y el enfermedad mediante todos los medios posibles. Por
futuro al que se proyecta y que se espera. Esta estructu- eso hay que decir que “el sacramento es el punto cul- 159
ra consciente de la historicidad supone vivir sanamente minante de nuestra preocupación cotidiana por los
enfermedad y la muerte, y, por tanto, invita a acompa- enfermos; es la epifanía de las dimensiones y de las
ñar espiritualmente a quien se encuentra envuelto por motivaciones de esa preocupación”91. Es la condensa-
tales misterios87. ción de la “sacramentalidad difusa”92 presente en la
Así, el conocido poeta Rilke88, no intentando sus- actividad sanitaria. El ritual litúrgico dice: “La Santa
traerse a la amenaza de lo terrible, sino afirmándolo y Unción no es, de ningún modo, el anuncio de la muer-
traduciéndolo, escribe: te cuando la medicina no tiene ya nada que hacer. Más
aún, la Unción no es ajena al personal sanitario y asis-
“Di, oh poeta, ¿qué haces tú? —Yo celebro. tencial, pues es expresión del sentido cristiano del es-
Pero lo mortífero y lo prodigioso, fuerzo técnico”93.
¿cómo lo resistes, cómo lo soportas? —Yo celebro.
Pero lo sin nombre, lo anónimo,
¿cómo lo llamas, oh poeta, no obstante? —Yo cele- Actitudes para el
bro... acompañamiento y la relación de
¿Y por qué la quietud y la impetuosidad ayuda
como la estrella y la tormenta te conocen? —Por-
que yo celebro.” ¿Qué actitudes nos pueden favorecer el acerca-
miento al sufriente, al niño gravemente enfermo, para
Un modo que los cristianos tienen de celebrar la que éste sea terapéutico, para que resulte de ayuda efi-
propia fe, celebrar la presencia de Dios en los momen- caz al que vive interpelado por la experiencia del sufri-
tos importantes de la vida, son los sacramentos. En este miento? ¿Qué es lo que espera, en el fondo, el que vive
sentido, en la enfermedad tienen especial relevancia la enfermedad, del que se acerca a él a establecer una
tres sacramentos: la celebración de la misericordia de relación de ayuda?
Dios, manifestada en el perdón y en la reconciliación; la Quizá la base de una buena relación de ayuda sea
celebración de la gracia de Dios en medio de la enfer- un sustrato de gran realismo y humildad ante el Miste-
medad grave —la Unción de Enfermos—, y el Viático o rio del sufrimiento. Se traduce en respeto a la sacralidad
la Eucaristía, en los momentos críticos del final. de la situación que vive cada persona. Un ayudador
La importancia del sacramento de la reconciliación competente ante el que sufre no es el que tiene muchos
ha sido ya señalada al hablar de hacer la paz con el pro- conocimientos, el que sabe mucho; ni siquiera el que
pio pasado. Por su parte, el Viático quiere significar la posee muchas técnicas o habilidades para poner en

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

práctica, sino el que sabe ser, es decir, el que ha interio- La aceptación incondicional
rizado las actitudes propias de una relación auténtica.
Un acompañante del niño que sufre puede conocer en Es de suma importancia renunciar a nuestro deseo
profundidad las modernas teorías evolutivas, pero esto de imponer nuestro punto de vista sobre el dolor ajeno
es insuficiente si no tiene una buena dosis de magia o e intentar compartir la situación aceptando incondicio­
malabarismo existencial para saber pasar con el niño nal­mente a la persona que vive en tal situación.
del llanto más sentido a la risa más contagiosa, del gozo En cuántas circunstancias, junto al niño enfermo y
más estimulante al miedo más punzante. Job, a sus ami- a su familia, les decimos lo que tienen que hacer, cómo
gos, buenos teóricos, les llega a decir: tienen que comportarse, y nos saltamos esta actitud de
la aceptación incondicional, valorando sus sentimientos
“He oído muchas cosas como éstas. y no dejándoles ser protagonistas, de modo que hagan
¡Consoladores molestos sois vosotros! uso de sus propios recursos.
¿No acabarán esas palabras vanas? Efectivamente, podemos comprobar cómo resul-
¿Qué es lo que te duele para que así respondas? ta difícil acoger incondicional­mente la realidad del
También yo podría hablar como vosotros otro cuando se nos presenta con toda su crudeza.
si me encontrara en vuestro lugar: Tendemos rápidamente a decir qué es lo que tiene
sabría fascinaros con discursos, que hacer, en lugar de acoger incondicional­mente su
meneando contra vosotros mi cabeza. mundo interior: “Tienes que hacer un esfuerzo, tienes
Podría confrontaros con mi boca, que ver lo positivo, no seas tan susceptible, no te tie-
no ahorraría el consuelo de mis labios.” ne que costar pedir las cosas, a Dios no le estará gus-
 (Job 16, 1-6) tando oírte esto, ni a mí tampoco...”, son todo frases
que reflejan un modo de hacer, un modo de relacio-
narse con el enfermo que, movido por muy buenas
intenciones, no personaliza, no acepta incondicional-
mente la experiencia única e irrepetible que vive el
sufriente.
Quizá sean demasiadas las veces que decimos a los
enfermos, y mucho más a los niños, cómo deben com-
portarse y qué es lo que deben hacer o cambiar para
160
que todo vaya bien y superar las dificultades.

La empatía

Si aceptamos incondicionalmente que lo que nos


confía el doliente le pertenece en realidad, si le permiti-
Figura 5. Una buena relación implica el respeto a la sacralidad de la situación
mos comunicarse, abrir su baúl, si intentamos entrar en
que vive cada persona. su mundo para comprenderlo y transmitir compren-
sión, entonces estamos siendo empáticos.
La empatía es esa disposición interior que poseen
Y en otro momento les manda callar, les pide que las personas que quieren realmente comprender al otro.
dejen de acribillarle con las palabras que pretenden ser Para ello renuncian a su punto de vista con el fin de ver
de consuelo, pero que no son otra cosa que intentos de las cosas tal y como las ve el enfermo, el que sufre. Por
explicación racional que no entran en el mundo interior eso la empatía supone ponerse entre paréntesis a uno
de la experiencia de Job: mismo, despojarse de los propios puntos de vista para
adoptar el marco de referencia del ayudado.
“¿Hasta cuándo atormentaréis el alma mía La empatía es mucho más que la simpatía, actitud
y con palabras me acribillaréis?” espontánea que hace agradable una conversación por
 (Job 19, 2) atracción, confianza o identificación emocional. La
empatía es otra cosa. Supone hacer el esfuerzo por
Con gran humildad, pues, como “de puntillas”, identificarse con la persona del que sufre haciéndose
podemos acercarnos al niño enfermo y a su familia no el esquema mental: “También yo, en una situación
para darles buenas razones o consejos de cómo deben como ésta, sentiría lo que estoy percibiendo que sien-
interpretar o vivir su propia experiencia, sino para te”, y por eso lo intento comprender, aun a sabiendas
comprender e intentar transmitir comprensión de su de que esto me afecta a mí, repercute en mí, hace que
mundo interior, del impacto que la realidad está te- también yo tiemble y pueda perder mis falsos senti-
niendo sobre ellos, aceptándola incondicionalmente. mientos o defensas detrás de las máscaras de la seguri-
Empatía, autenticidad y aceptación incondicional se- dad. Porque la empatía nos hace entrar en contacto
rían, pues, las disposiciones interiores para una sana con la propia vulnerabilidad y por eso es importante
relación. saber retirarse debidamente de esta necesaria implica-

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9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

ción emotiva para no quedarnos en la superficie ni La actitud de la autenticidad


ahogarnos con quien se encuentra en el fondo de su
pozo, de su sufrimiento, de su oscuridad. La actitud Ser auténtico en la conversación con el niño enfer-
empática ante el niño que sufre requiere ser niño, es mo y con su familia supone despojarse del juego de las
decir, sacar el niño que llevamos dentro para entender, mentiras, desterrar las numerosas frases que tenemos
aprehender y ser capaces de despejar los espacios cu- acuñadas por la cultura, por la dificultad a encontrar-
biertos de miedos para adentrarnos en el fascinante nos cara a cara con lo que nos hace temblar, con lo que
mundo infantil, sumergiéndonos en sus luces y sus nos presenta tal y como somos nosotros mismos: impo-
sombras. tentes, inseguros, sin soluciones mágicas o consuelos
Nada ayuda más a practicar esta actitud que la es- inmediatos.
cucha. La escucha es, sin duda, una de las formas más Ser auténtico, congruente, supone estar bien co-
eficaces de comunicar respeto. Es la oferta sencilla y municado consigo mismo y bien comunicado con los
humilde de un lugar donde habitar fuera de la propia demás, de modo que lo que exteriormente manifesta-
angustia. El que sufre, encuentra en el que escucha real- mos, interiormente lo experimentamos, lo sentimos, lo
mente, una posada, un templo, alguien en el que vivir, creemos, lo vivimos y somos conscientes de ello.
en el que descansar. Son significativas y elocuentes las De este modo, y por la vía negativa, de los míni-
palabras de una persona necesitada de escucha, que se mos, la autenticidad nos llevaría a no decir nunca aque-
expresa en estos términos94: llo que ni siquiera nosotros nos creemos. ¡Cuántas ve-
ces habremos intentado consolar siendo inauténticos,
«Cuando te pido que me escuches y tú em- diciendo “ya verás cómo mañana estás mejor”97, cuan-
piezas a darme consejos, no has hecho lo que te he do por dentro sentíamos el temor o el deseo de que al
pedido. Cuando te pido que me escuches y tú em- día siguiente la persona ya no estuviera o hubiera em-
piezas a decirme por qué no tendría que sentirme peorado! ¿Qué pasa si aceptamos la realidad, en su
así, no respetas mis sentimientos. Cuando te pido crudeza y en su relatividad, tal y como es vivida por el
que me escuches y tú sientes el deber de hacer algo niño enfermo y por su familia? ¿Qué pasa si renuncia-
para resolver mi problema, no respondes a mis mos a minimizar cuanto el sufriente nos comunica y le
necesidades. ¡Escúchame! Todo lo que te pido es damos el valor que él, con frecuencia y una vez creado
que me escuches, no que hables o que hagas. Sólo un clima de confianza, nos transmite? Sucede quizás
que me escuches. Aconsejar es fácil. Pero yo no soy que nos encontramos con el niño frágil que nos habita,
un incapaz. Quizá esté desanimado o en dificultad, con el silencio insoportable, difícil de sostener. Pero 161
pero no soy un inútil. Cuando tú haces por mí lo “ninguna escuela enseña tanto al hombre, nada le hace
que yo mismo podría hacer y no necesito, no haces tan humano como el captar las expresiones de la vida
más que contribuir a mi inseguridad. Pero cuando del otro sin intermediarios, despojándose incluso de las
aceptas, simplemente, que lo que siento me perte- buenas intenciones de consolar con palabras. Los docu-
nece, aunque sea irracional, entonces no tengo que mentos humanos revelan su secreto sólo a quienes se
intentar hacértelo entender, sino empezar a descu- ponen delante de ellos en silencio y con modestia”.
brir lo que hay dentro de mí.»
«Muchas veces resulta difícil transmitir ver-
«Limitarse a compartir el dolor del otro, puede ser balmente mensajes de cercanía emotiva. Por eso es
el despliegue de lo que etimológicamente significa útil renunciar a las palabras y utilizar el contacto
“simpatía” (padecer con)95, una disposición que llevaría corporal. Pero, ¿es posible vivir más libremente el
a confirmar o agravar el sentimiento de impotencia vivi- contacto y el silencio? Si una dosis de sufrimiento
do por ambos. Sentir dolor cada vez que el enfermo pasa por el hilo tendido en las manos que se estre-
siente dolor, experimentar angustia cada vez que el en- chan en medio del dolor, bienvenido sea el alivio.
fermo experimenta angustia, sería una locura. Limitar- Pero esto nos lo hace pasar mal. Parece como si
se, por otra parte, a ofrecer soluciones desde afuera, de fuera necesario liberar al contacto y al silencio del
una manera racional, sin considerar el impacto emotivo exceso de tensión que lleva a bloquear. Y en esto,
que el ayudante vive, sin hacerse eco de su propia vul- quizá seamos nosotros los que tenemos que dejar-
nerabilidad y sensibilidad, sería ejercer una actitud pa- nos ayudar por los enfermos. (...) Sospecho que
ternalista poco favorable para comunicar comprensión necesitamos adiestramiento en la convivencia con
al que sufre y acompañarle a superar las propias dificul- los sentimientos negativos, con el miedo, con la
tades con los propios recursos. Además, ¿para qué en- impotencia, con la tristeza, con la ansiedad, sin
gañarnos?, esta segunda posibilidad sólo es posible ha- caer necesariamente en la depresión o en la neuro-
ciendo uso de fuertes mecanismos de defensa por parte sis. Dejar que nos habiten con la soltura con que
de los agentes sanitarios. El secreto está en el equilibrio, dejamos que nos habita la alegría, el sentirnos úti-
en saber entrar y saber salir, saber entrar en la habita- les o seguros. El silencio nos remite a esos senti-
ción del enfermo con toda la persona y con toda la ca- mientos que hemos cargado de una connotación
pacidad de vibrar realmente ante él, ante su mundo, y moral negativa y queremos huir de ellos a toda
saber salir, saber cerrar la puerta por fuera con delica- costa, como si fuesen indignos de nosotros. Nece-
deza y profesionalidad.»96 sitamos encontrar de nuevo la riqueza y elocuencia

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del silencio, que habla con sus mil voces, en la so- a pasar estas Navidades. (Las lágrimas le recorren
ledad o en la comunicación. También para esto se las mejillas.) El tratamiento que le están poniendo
requiere adiestramiento.»98 es para que pase lo mejor posible estos últimos
momentos.
La autenticidad en la relación de ayuda con el que E.2 Comprendo. Debe ser duro. (Poniendo la mano en
sufre nos llevará, por tanto, a no decir nunca lo que a su hombro.)
todos, “ya verás cómo todo va bien”; no nos llevará A.3 ¡Dios mío! (Se lleva las manos a la cara.) ¡Qué voy
necesariamente a comunicar todo aquello que senti- a hacer sin él! ¡Sin mi niño, sin mi Toni! Si se mue-
mos junto al que sufre, pero sí a mantener una rela- re, yo también me quiero morir... No podré supe-
ción que no generalice, que no racionalice, que no rarlo. No podré seguir viviendo sin él.
pretenda sustituir con paternalismo, sino que, con E.3 Ana, ¿y Andrea? ¿Qué va a ser de ella? Ella también
humildad, sea capaz de reconocer y confesar, cuando es pequeña y te necesita.
sea necesario, que “tampoco yo entiendo el misterio A.4 Lo sé. (Pausa.) Pero Toni es tan pequeño, tan inde-
del sufrimiento”. fenso. No quiero que se lo lleven. ¿Cómo puede
La autenticidad comporta el coraje de hablar en hacerme esto Dios?, ¿cómo puede llevarse a un ni-
verdad. Cuando Iván Ilich está muriendo, Leon Tolstoi ño tan pequeño?
presenta este interesante diálogo entre el doctor e Ilich: E.4 Debe ser difícil afrontar una situación así, pero us-
ted es fuerte y podrá superarlo. Piense en su hija,
«—Y bien, ¿qué tal? en su marido. También ellos lo deben estar pasan-
Iván Ilich comprende que el doctor quiere do mal. Quizá juntos puedan sobrellevar mejor
preguntar: “¿Qué tal las cosas?”, pero que se da esta situación.
cuenta de que no es posible hablar así y por eso A.5 ¡Tú qué sabes! Mi marido ahora sólo piensa en
dice: “¿Cómo ha pasado la noche?”. beber, no se preocupa por otra cosa, y mi hija está
Iván Ilich mira al doctor con expresión inte- con mi madre; es todavía muy pequeña para darse
rrogativa: “¿Es que nunca te va a dar vergüenza cuenta de lo que está pasando; sólo sabe que su
mentir así? ”. Pero el doctor no quiere comprender hermano Toni está malito en el hospital.
la pregunta. E Iván Ilich dice: (Entra mi compañera y continúan hablando ellas.
—Como siempre; algo espantoso. El dolor no Yo me limito a escuchar.)
cesa, no cede. ¡Si me diera algo!
162 —Sí, los enfermos siempre son lo mismo.»99 En este estilo relacional, pueden vislumbrarse al-
gunas respuestas empáticas, como E.1 y E.2, pero po-
Y de este modo, los niños enfermos y sus familias demos también constatar cómo en E.4, el imperativo
pueden ser condenados, a veces, a vivir en la soledad que invita a pensar en su hija y en su marido, no repre-
emotiva, víctimas de la marginación relacional, pade- senta una opción empática, como tampoco lo es siem-
ciendo la que bien puede llamarse eutanasia social. pre decir: “Usted es fuerte”, puesto que tenemos tam-
bién derecho a sentirnos débiles.

u u CASOS PRÁCTICOS u u Caso número 2

Caso número 1 Entrevista en la habitación de la planta


de un hospital infantil

“Mi hijo está muy mal” Son las once de la mañana. La habitación está va-
cía. Al pequeño Luis, de 8 años de edad, le han trasla-
Mi compañera y yo nos encontramos con Ana, una dado para hacerle las pruebas habituales. La madre,
joven madre de 32 años, por el pasillo del hospital. Tie- Eva, espera pacientemente en la habitación. El silencio
ne dos hijos, de 4 y 6 años. Uno de ellos, Toni, tiene sobrecoge.
leucemia. Después de unos minutos de conversación a Eva es boliviana, lleva cuatro años en España. Dejó
tres, mi compañera se retira porque la llama un paciente su país, su familia y su vida por venir a España para que
y nos quedamos solos. La conversación tiene lugar así: tratasen médicamente a su hijo. Con tres añitos le ope-
raron en Bolivia de apendicitis, pero las dolencias se-
A.1 Es triste tener un hijo y ver que se te va sin que guían. El sueño de la recuperación se vio frustrado y
puedas hacer nada por evitarlo. deciden venir a España con la esperanza de que su pe-
E.1 Sí, es cierto. Se debe sentir una gran impotencia. queño Luis recupere la salud.
A.2 No lo sabes bien... Es tan pequeño... (Los ojos le Luis se somete en su corta vida a todo tipo de tra-
brillan.) Tiene tanta vitalidad por dentro. (Silen- tamientos y operaciones. Sus grandes ojos se abren a la
cio.) Y lo peor es que no tiene solución; los médi- vida y a la esperanza, mientras que los ojos de su madre
cos han dicho que es muy probable que no llegue parecen cerrarse por el sufrimiento.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

Entro para controlar las gráficas que se hacen dia- C.— Hola, campeón, ¿cómo está mi chico favorito?
riamente a Luis y me encuentro a Eva. L.— (Luis me sonríe con esfuerzo.). Estoy bien.
C.— ¿Estás bien?
C.— Buenos días, Eva, ¿cómo estás? L.— Bueno, estoy un poco cansado. Tengo ganas de irme a
E.— Aquí estoy, ansiosa como siempre, esperando a mi hijo. mi casa.
C.— ¡Qué niño tan precioso tienes, qué bueno es! C.— Claro, es normal que tengas ganas de irte, pero tú
E.— Sí, es mi niño, es... (Eva se pone a llorar) sabes que han entrado en combate algunas partes
C.— (Me acerco más a Eva, agarro su mano mientras llo- de tu cuerpo y... te están dejando K.O.
ra.) Eva, veo que estás muy triste, ¿cómo te sientes? L.— Sí, me están dejando como al Pirata Garrapata. (Es
E.— Me siento muy mal, estoy desesperada. El médico me una historia que yo conté a Luis y que le encanta.)
ha dicho hoy que a mi niño le tienen que trasplantar el C.— (Nos reímos.) ¿Te acuerdas del consejo que le dio
hígado, el páncreas, el duodeno y el intestinoy si no el viejo y sabio cuervo a Trapito?
consiguen los órganos mi niño puede morir. L.— Sí.
C.— (Guardo silencio y aprieto con más fuerza su mano.) C.— Dímelo, Luis, cuéntamelo.
E.— No puede ser, se habrán confundido, ni hijito no puede L.— (Luis, con esfuerzo pero con la viveza de sus ojos,
morir. Tiene que llegar el trasplante, tiene que llegar. me mira, sonríe y dice:) El sabio cuervo le dice a
C.— Sabes, Eva, que es muy serio lo que le pasa a tu Trapito que aunque estemos muy mal tenemos que te-
hijo, ¿verdad? ¿Realmente crees que el médico se ner ilusión.
puede haber confundido? C.— Eso es, campeón (y le canto): Cada día que co-
E.— No, no se ha confundido, pero mi hijo no puede morir- mienza, comienza una ilusión, sapirín, sarapón,
se, es muy pequeño, tiene que vivir, tiene que jugar, sarapiripiripiripón.
tiene que estudiar, tiene que... (Rompe a llorar con L.— (Luis se ríe.)
más desconsuelo.) C.— ¿Quieres que hagamos un trato, campeón?
C.— Claro, Eva, tiene que vivir el momento, cada mo- L.— Vale.
mento; tiene que jugar cuando pueda hacerlo, y no C.— Mira, todo los días vamos a tener una ilusión.
te preocupes por el estudio. ¿No crees que lo más ¿Cuál quieres tener hoy?
importante es ayudarle a vivir cada momento con L.— Que mi mamá esté contenta.
intensidad, recibiendo todo el cariño que tú eres C.— Genial. ¿Y qué vas a hacer hoy para que mamá esté
capaz de dar? contenta?
E.— ¿Verdad que llegará el trasplante? L.— Le voy a contar el cuento de Trapito. 163
C.— Yo no lo sé. C.— ¡Uff! Le va a encantar. Y yo le voy a invitar a tomar
E.— Tiene que llegar, tiene que llegar... un café, ¿te parece?
C.— Eva, ¿has pensado que para que llegue el trasplante L.— ¿Quieres hablar con mi mamá?
tiene que morir un niño? C.— Claro, me gusta hablar con tu mamá.
E.— (Me mira con ojos de sorpresa.) No, no lo había
L.— Pero no le digas que me voy a morir.
pensado, bueno sí, creo que sí.
C.— (Siento un escalofrío intenso. Abrazo a Luis des-
C.— Te digo esto no para agobiarte más, sino para que
plegando toda la ternura que alberga mi alma.) Te
aceptes la realidad. Es muy duro, ¿verdad? Pero tal
quiero mucho, Luis. ¿Por qué piensas que te vas a
vez esto te ayude a aceptar la realidad. Espera, y si
morir?
llega, será bueno agradecerlo, y si no llega, eso
L.— Porque prefiero morirme yo a que se muera otro niño.
quiere decir que algún niño, donante en potencia,
C.— Luis, llevo toda mi vida con niños. ¿Sabes que nun-
sigue viviendo.
ca he conocido a un niño tan maravilloso como tú?
(Eva deja de llorar, se tranquiliza, me mira con una
L.— Quiero dormir. ¿Vienes luego?
intensidad profunda y me dice:)
C.— Sí, campeón, vengo luego y luego y luego y luego...
E.— Tal vez estoy siendo egoísta. Sí, creo que sí, estoy sien-
(Luis se ríe y cierra los ojos mientras vuelvo a abra-
do egoísta, sólo pienso en mi hijito.
zarle.)
C.— Eva, realmente yo no creo que seas egoísta, creo
que eres muy generosa. Espera a tu hijo con una C.— Hasta luego, campeón.
sonrisa, disfrútale cada minuto. (Le doy un abrazo
y continúo con mi tarea.) Apréciese el arte en la comunicación con esta ma-
E.— Gracias, C. dre y con este niño a lo largo de todo el diálogo, la pre-
C.— Gracias a ti por tu confianza. Te veré más tarde. sencia de las actitudes propias del acompañamiento
humano y más genuinamente espiritual.
Al día siguiente vuelvo a la habitación. Luis no es-
tá. Le han trasladado a la Unidad de Cuidados Paliati-
vos. En las pruebas han visto que ya no hay nada que
BIBLIOGRAFÍA
posibilite su curación. Eva está destrozada. Superando
mis miedos, me acerco a ver a Luis. Allí está con sus 1. Cfr. Cuidados Paliativos. Recomendaciones de la Sociedad Espa-
ojos grandes muy abiertos, como queriendo descubrir ñola de Cuidados Paliativos (SECPAL). Madrid, Ministerio de
la realidad. Sanidad y Consumo. 1993, p. 11.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

2. Dice Brusco: “El acompañamiento espiritual comprende en pri- 27. Algunas de las reflexiones expuestas en este punto han sido desa-
mer lugar las actitudes internas como el respeto, la compren- rolladas también en Bermejo JC. Impacto de la enfermedad en la
sión, una equilibrada participación afectiva, formas de amor sin vida de la persona. En: AAVV. El Dios cristiano y el misterio de la
las cuales no es posible ayudar a una persona que sufre. Tales enfermedad. Salamanca. Secretariado Trinitario 1996, pp. 13-42.
disposiciones permiten al agente de pastoral favorecer en los 28. Algunas de las reflexiones expuestas en este punto han sido desa-
enfermos, para los cuales la dimensión espiritual se exprese reli- rolladas también en Bermejo JC. Impacto de la enfermedad en la
giosamente, la utilización apropiada de los recursos religiosos, vida de la persona. En: AAVV. El Dios cristiano y el misterio de la
como la oración, la Biblia, los sacramentos”. Cfr. Brusco A. enfermedad. Salamanca. Secretariado Trinitario 1996, pp. 13-42.
L’operatore pastorale. En: Di Mola G (ed.). Cure palliative. 29. Cfr. Alonso-Fernández F. Psicología médica y social. Barcelona.
Approccio multidisciplinare alle malattie inguaribili. Milán. Salvat 1989 (5), pp. 33 y 668.
Masson. 1988, p. 186. 30. González Núñez A. Antes que el cántaro se rompa. Sobre la sa-
3. Brusco A. Madurez humana y espiritual, San Pablo. Madrid lud, la enfermedad, la muerte y la vida. Madrid. San Pablo 1993,
2002, p. 37. pp. 9-11.
4. Torralba F. Lo ineludiblemente humano. Hacia una fundamenta- 31. Citado por Pangrazzi A. La pérdida de un ser querido. Madrid.
ción de la ética del cuidar. En: Labor Hospitalaria. 1999 (3), n. Paulinas 1993, p. 107.
253, p. 267. 32. Bermejo, JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor, o.c., p.
5. Boff L. Espiritualidad. Un camino de transformación. Sal Terrae. 13.
Santander 2001, p. 20. 33. Stoter D. Spiritual Care. En: Person J, Fischer D. Palliative care
6. WHO. Cancer Pain Reliev and Palliative Care. Report of a WHO for people with cancer. London. Edward Arnold 1991, p. 196.
Expert Committee. Technical Report Series 804. Geneva. WHO 34. Kaye P. Symptom Control in Hospice and Paliative Care. Hospice
1990. Educ. Inst. Essex. Connecticut. USA 1990, 74-77, citado en
7. De Hennezel M, Leloup JY. El arte de morir. Tradiciones religio- Atención al enfermo en fase terminal. Sociedad Vasca de Cuida-
sas y espiritualidad humanista frente a la muerte. Barcelona. He- dos Paliativos 1994, p. 22.
lios 1998, p. 38. 35. Vimort J., Solidarios ante la muerte. Madrid. PPC 1990, p. 107.
8. Cfr. Barbero J. El apoyo espiritual en cuidados paliativos. Labor 36. Cfr.Bernard Ch.A. Sofferenza, malatia, morte e vita cristiana. Mi-
Hospitalaria 263 (2002), pp. 6-7. lano. Paoline 1990, p. 55. Es lo que Frankl ha llamado “una lec-
9. Jomain C. Morir en la ternura, San Pablo. Madrid 1987. tura metaclínica del significado”: el sufrimiento como realización
10. Saunders C. Spiritual Pain. Journal of Palliative Care 4 (1988), de los valores, la adquisición de la capacidad de sufrir, el dolor
p. 3. como prestación, el dolor como crecimiento, como maduración,
11. Hay M. Principles in building spiritual assessment tools. Ameri- el dolor que enriquece, que es afrontado, del cual no se huye y en
can Journal of Hospice Care. 1989, pp. 25-31. el cual se es capaz de introducir la dinámica del amor que tras-
12. Seck PW. Spiritual issues in palliative care. En: Doyle D, Hanks ciende el sufrimiento no en un masoquismo o aceptación pasiva,
GWC. Oxford Textbook of Palliative Medicine. Oxford Universi- sino en un dotar al dolor de significado. Cfr. Frankl V. Homo
ty Press. Oxford 1993. patiens. Varese. Salcom 1979, pp. 96-109.
13. Cfr. Larru JM.ª Las necesidades espirituales y la ética en las Uni- 37. Expresión bíblica tomada de Tito 2, 2.
164 dades de Cuidados Paliativos. En: AAVV, La medicina paliativa, 38. De Hennezel M, o.c. p. 170.
una necesidad socio-sanitaria. Bilbao. Hospital de San Juan de 39. Cr. Elias N. La solitudine del morente. Milano. Il Mulino 1985,
Dios. 1999, pp. 299-322. pp. 77-78. Dice Nigg: “Hay personas que justo poco antes de
14. Gómez Sancho M. Cuidados paliativos: Atención Integral a En- morir ven pasar por delante de sus ojos, una vez más, toda la vi-
fermos Terminales. Vol. II. Canarias, ICEPSS 1988, p. 800. da, como si estuviese escrita en un texto desconocido, y advier-
15. Cfr. Brazelton TB, Greenspan, SI. Las necesidades básicas de la ten que de repente, dentro de ellos, la dureza que les ha inunda-
infancia: lo que cada niño o niña precisa para vivir, crecer y do hasta entonces, deja espacio a la dulzura y al perdón”. Nigg W.
aprender. Graó. Barcelona 2005. La morte dei giusti. Dalla paura alla speranza. Roma. Città Nuova
16. Martín Rodrigo JM.ª. Cuidados paliativos en el niño. En: Medici- 1990, p. 87.
na Paliativa. Bases para una mejor terminalidad. Sociedad Vasca 40. Vimort J, o.c., pp. 98-99.
de Cuidados Paliativos. Bilbao 1997, p. 234. 41. Cfr. Fernández A. Atención espiritual. En: Álvarez JA (ed.). El
17. Delisle-Lapierre I. Vivir el morir. De la relación asistencial a los cáncer, proceso oncológico integral. León 1988, p. 589.
cuidados paliativos. Paulinas. Madrid 1984, pp. 145-146. 42. Cencini A. Vivere riconciliati. Aspetti psicologici. Bologna. Deho-
18. Cfr. Pagola JA. Acción pastoral para una nueva evangelización. niane 1986, p. 27.
Santander. Sal Terrae 1991, pp. 155-158. 43. Cfr. Tillich P. L’eterno presente. Roma. Astrolabio, citado en Linn
19. Ojeda Martín M, Gómez Sancho M. La comunicación en la rela- D e M. Come guarire le ferite della vita. Milano. Paoline 1992, p.
ción de ayuda. En: Gómez Sancho M. Cuidados paliativos e in- 141.
tervención psicosocial en enfermos terminales, o.c., p. 271. 44. Nouwen, HJM. La memoria viva de Jesucristo. Buenos Aires.
20. García Rodríguez ED. Asistencia domiciliaria. La muerte en casa. Guadalupe 1987, p. 21. “Lo que es olvidado no puede ser sanado
Coordinación entre los distintos niveles asistenciales. En: Gómez y lo que no puede ser curado puede convertirse fácilmente en
Sancho M. Cuidados paliativos e intervención psicosocial en en- causa de un mal mayor”. Cfr. Ibidem, p. 15.
fermos terminales, o.c., p. 233. Sobre la ayuda en el duelo, ver 45. Argullol R. El cazador de instantes. Barcelona. Destino 1996, p.
también Bermejo JC. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. 44.
Bilbao. Desclée de Brouwer 1999, pp. 59 ss. 46. Cfr. Grelot P. Nelle angoscie la speranza. Milano. Vita e Pensiero
21. Tamaro S. Donde el corazón te lleve. Barcelona. Seix Barral 1996, 1986, p. 289.
p. 17. 47. Cfr. Nigg W, o.c., p. 134.
22. Spinsanti S. Le relazioni di aiuto nelle situazioni di separazione. 48. Ibidem, pp. 86 y 87.
En: AAVV. Le separazioni nella vita. Assisi. Cittadella 1985, p. 9. 49. Cfr. Brusco A. El counselling pastoral. En: Pangrazzi A. (ed.). El
23. Cfr. Spinetta J. La cara, reflejo del alma: curso práctico de mor- mosaico de la misericordia. Santander. Sal Terrae 1990, p. 170.
fopsicología evolutiva. Iberia. Barcelona 1991. “Si el ayudante comprometido en actividades paramédicas, médi-
24. Gómez Sancho M. Las malas noticias. En: Gómez Sancho M. cas o pastorales se da cuenta de sus propias ‘sombras’, ve en to-
Cuidados paliativos e intervención psicosocial en enfermos ter- das sus relaciones personales y profesionales que puede ser tam-
minales, o.c., p. 287. bién él un ‘herido’ y que también él necesita de aquél a quien
25. Cfr. Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor, pp. debe y quiere servir”. Cfr. Häring B. Proclamare la salvezza e
107-110. guarire i malati. Bari. Acquaviva delle Fonti 1984, p. 80.
26. Cfr. Gómez Sancho M. Cómo dar malas noticias en medicina. 50. Cfr. Boff L. San Francisco de Asís. Ternura y vigor. Santander. Sal
Arán. Madrid 2000, p. 183. Terrae 1982, p. 196.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


9. El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y sus familiares

51. Cfr. Smith CR. Vicino alla morte. Guida al lavoro sociale con i 77. Cfr. Moltmann J. Teologia della speranza, o.c., p. 228.
morenti e i familiari in lutto. Trento. Erickson 1990, p. 86. 78. Bermejo JC. Humanizar el encuentro con el sufrimiento, o.c., p.
52. Cfr. Buckman R. Cosa dire? Dialogo con il malato grave. Torino. 96.
Camilliane 1990, p. 148. 79. Cfr. Laín Entralgo P., o.c., p. 174.
53. Pangrazzi A, o.c., p. 66. 80. Nouwen HJM. Ministero creativo, o.c., p. 26.
54. Así se podrá evitar que suceda que “quien no muere antes de 81. Cfr. Hinojal LC. Necesidades de los enfermos terminales. En:
morir, se corrompe cuando muere”. Cfr. Nigg W., o.c., p. 116. Batiz J, Astudillo W. (ed.). Medicina Paliativa. Bases para una
55. Gómez Sancho M. El sacerdote: necesidades espirituales. En: mejor terminalidad. San Sebastián. Sociedad Vasca de Cuidados
Gómez Sancho M. Cuidados paliativos: Atención integral a enfer- Paliativos 1997, p. 65.
mos terminales, o.c., p.801. 82. Cfr. Torres Queiruga A. Más allá de la oración de petición. En:
56. Malherbe JF. Hacia una ética de la Medicina. Santafé de Bogotá. Iglesia Viva 1991 (152), p. 164.
San Pablo 1993, p. 73. 83. Ibidem, p. 176.
57. Ibidem, p. 105. 84. González Núñez A., o.c., pp. 215-216.
58. Cfr. Vimort J, o.c., p. 111. 85. Cfr. Casera D. L’assistente religioso nel mondo della salute. Tori-
59. Algunas ideas las hemos presentado ya en Bermejo JC. Compren- no. Camilliane 1991, pp. 67-78.
der y ayudar al enfermo de Sida. Santiago de Chile. Cáritas 1995, 86. Cfr. Nouwen HJM, o.c., pp. 100-101.
p. 122 s. 87. Cfr. Mongillo D. La malattia: esperienza da vivere e mistero da
60. Cfr. AAVV. Por un hospital más humano. Madrid. Paulinas 1986, celebrare. En: Camillianum 1990 (2), pp. 339-341.
p. 111. 88. Citado por Arregui JV. El horror de morir. Barcelona. Tibidabo
61. Cfr. Laín Entralgo P. La espera y la esperanza. Madrid. Alianza 1992, p. 154.
1984., p. 238. 89. Cfr. Bressanin E. Los sacramentos y la liturgia. En: Pangrazzi A.
62. Boff L. Hablemos de la otra vida. Santander. Sal Terrae 1979, p. (ed.). El mosaico de la misericordia. Santander. Sal Terrae 1990,
140. p. 148.
63. Greshake G. Más fuertes que la muerte. Santander. Sal Terrae 90. Álvarez C. El sentido teológico de la Unción de los Enfermos.
1981, p. 28. Bogotá. Pontificia Universidad Javierana 1983, p. 424.
64. Cfr. Alfaro J. Speranza cristiana e liberazione dell’uomo. Brescia. 91. Alberto NM. Un sacramento per i malati. Bologna. Dehoniane
Queriniana 1973, p. 53. 1982, p. 86.
65. Cfr. Moltmann J. Teologia della speranza. Brescia. Queriniana 92. Cfr. Bressanin E. Annunciare e vivere il vangelo nel mondo della
1979, p. 367. salute oggi. Verona. Quaderni del Centro Camilliano di Pastorale.
66. Cfr. Grelot P. Nelle angoscie la speranza. Milano. Vita e Pensiero N.º 2. 1986, p. 49.
1986, p. 343. 93. Cfr. Orientaciones doctrinales y pastorales del episcopado espa-
67. Boff L. Hablemos de la otra vida, o.c., p. 76. ñol. Ritual de la Unción. N.º 67.
68. Nouwen HJM. Ministero creativo. Brescia. Queriniana 1981, p. 26. 94. Citado en Bermejo JC. Relación pastoral de ayuda al enfermo,
69. Vorgrimler H. El cristiano ante la muerte. Barcelona. Herder o.c., p. 99. Job manifiesta su deseo de ser escuchado diciendo
1981, p. 43. abierta y sencillamente: “¡Oh, si tuviese yo quien me escuchara!”
70. En el acto de esperar hay una radical inconformidad, frente a la (Job 31, 35). 165
situación de cautividad y privación en que se encuentra el espe- 95. Cfr. Stein E. L’empatia. Milano. Franco Angeli 1985, p. 68.
ranzado”. Laín Entralgo P. La espera y la esperanza. Madrid. 96. Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor, o.c., p.
Alianza 1984, p. 306. 56.
71. Cfr. Moltmann J., o.c., p. 371. 97. Bermejo JC. La escucha que sana. En: Humanizar 7 (1993), p.
72. Cfr. Laín Entralgo P., o.c., p. 174. 33.
73. Moltmann J. Experiencias de Dios, p. 64. 98. Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor, o.c., p.
74. Alfaro J. Speranza cristiana e liberazione dell’uomo. Brescia. Que- 21.
riniana 1973, p. 38. 99. Tolstoi L. La muerte de Iván Ilich. Salvat-Alianza. Estella 1969, p.
75. Laín Entralgo P., o.c., p. 350. 67.
76. Cfr. Rocamora A. El orientador y el hombre en crisis. En: AAVV.
Hombre en crisis y relación de ayuda. ASETES. Madrid 1986, p.
559.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Burnout en el personal sanitario que


atiende a los niños al final de su vida y a
sus familiares. Habilidades de
autorregulación

Cristina Coca Pereira, Pilar Arranaz Carrillo de Albornoz, Hortensia Díez-Asper

Introducción Para ello nos planteamos los siguientes objetivos


específicos:
Los profesionales sanitarios que se enfrentan coti-
dianamente a situaciones de riesgo de muerte de los a) Poder identificar y diferenciar este síndrome de
pacientes desarrollan su labor en un contexto física y estados similares como el estrés y la ansiedad.
emocionalmente agotador. En este contexto son múlti- b) Poder identificar los factores de riesgo de desarro-
ples las situaciones difíciles, potencialmente ansiógenas llar el síndrome a los que están expuestos los pro-
y estresantes, si no se cuenta con los recursos necesarios fesionales sanitarios de CPP.
para hacerlas frente. Esta temática cuenta con mayor c) Poder reconocer los factores de protección que
actualidad y relevancia debido a la afectación en los permiten no caer en el burnout y continuar encon-
trabajadores y del equipo sanitario, al tratamiento y la trando satisfacción con el desempeño laboral.
calidad asistencial prestada a los pacientes y sus familia- d) Poder desarrollar estrategias preventivas ante el
res y a la influencia última que ejerce en el funciona- burnout en los equipos asistenciales.
miento de los servicios sanitarios. e) Poder intervenir en la regulación necesaria para
En el ámbito de la asistencia sanitaria en general, contrarrestar este síndrome. 167
de los cuidados paliativos en particular y, más específi-
camente, en el área de los cuidados paliativos pediátri- Nuestra elección laboral tiene que ver con unos
cos (CPP), esta situación se agudiza por diversos moti- valores que reflejan una cierta sensibilidad, vocación e
vos: negación de la muerte —aún más cuando ésta se inclinación de cuidados a personas que afrontan situa-
produce en la cultura occidental, con un amplio rango ciones que entrañan un enorme sufrimiento; el máximo
de medios tecnológicos disponibles, donde la muerte sufrimiento concebible es la muerte de uno de nuestros
de un niño se suele considerar el máximo fracaso, casi niños. En definitiva, el planteamiento general que sub-
inconcebible—, la falta de formación en habilidades de yace es sencillo pero ambicioso: recobrar el control so-
comunicación y apoyo emocional a los niños y a sus bre las elecciones personales importantes —como es
familiares, las dificultades en el trabajo en equipo, las nuestra profesión— que permitan desempeñar la tarea
diferencias de criterios a la hora de tomar decisiones, y elegida de la manera más eficaz y con el menor coste
un largo etcétera. emocional posible1,2.
Nuestro objetivo se centra en atender a la diferen-
ciación de la aparición del síndrome de burnout (síndro-
me de quemado en el trabajo) en los profesionales sani-
tarios de CPP y, sobre todo, en las medidas preventivas ¿Cómo lograr una buena
y de intervención (factores de protección) del burnout, praxis sin quemarse en el
con la intención de potenciar la labor que están desa- intento?
rrollando actualmente estos profesionales y la que mu-
chos otros desarrollarán —creemos— en un futuro El profesor Ramón Bayés3 suele citar el trabajo de
próximo. Enric Cassell4, precursor del Informe Hastings5, en el
que un grupo de expertos replantea los fines de la me-
dicina, centrados en la curación de la enfermedad y en
el alargamiento de la vida durante el siglo XX. Según
Objetivos ellos, las metas de la medicina para este siglo deben
considerar: prevenir las enfermedades, paliar el dolor y
El objetivo general de este trabajo consiste en des- el sufrimiento, situar al mismo nivel el curar y el cuidar
cribir estrategias útiles que pueden ayudar a prevenir la y prestar especial atención para no prolongar la vida
aparición del síndrome del burnout en los profesionales indebidamente. Daniel Callahan6 sintetiza este nuevo
sanitarios que trabajan en el ámbito de los CPP. planteamiento en el siguiente axioma: “Los objetivos de

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la medicina en el siglo XXI son dos, y ambos de la mis- tar psicológico del personal implicado, afecta a la cali-
ma importancia: prevenir y curar enfermedades y paliar dad de los cuidados y del tratamiento que reciben los
el sufrimiento para conseguir una muerte en paz”. pacientes, tiene una fuerte influencia en las funciones
La realidad dista mucho de lograr estos objetivos. administrativas y es necesario prevenirlo en el marco
Los profesionales sanitarios continúan siendo formados comunitario en programas de servicios.
en adelantos tecnológicos, centrados en objetivos cura- El término burnout puede definirse como la sensa-
tivos, que resultan de escasa ayuda en la práctica clínica ción de malestar producido por un sobre-esfuerzo rela-
para lograr proporcionar los mejores cuidados del en- cionado con el trabajo, que se manifiesta a través de
fermo, adecuados a su biografía, a sus peculiaridades, a una falta de motivación importante y una disminución
sus necesidades concretas. El hecho de haber pasado en la cantidad y calidad de la eficiencia1.
por una Facultad de Medicina o de Psicología o por una Es una respuesta a una tensión emocional de índo-
Escuela de Enfermería no garantiza una adecuada co- le crónica, específica de un colectivo asistencial. Se
municación, el apoyo emocional ni la capacidad de considera un estado de agotamiento físico, emocional y
manejo relacional de situaciones tan complejas. mental producto de la sobre-implicación crónica en si-
El fracaso, la impotencia y la frustración se intensi- tuaciones emocionalmente demandantes. Maslach, en
fican cuando se trata de la muerte de un niño. Va “con- 1981, lo definió como un síndrome caracterizado por el
tra natura” en la sociedad actual, y los depositarios di- “cansancio emocional que lleva a una pérdida de moti-
rectos de ello son los profesionales sanitarios que le vación que suele progresar a sentimientos de inadecua-
atienden. Los integrantes de la triada terapéutica clave ción y fracaso”7.
en los CPP, “niño-familia-personal sanitario”, se en- De acuerdo con este enfoque, el burnout o estrés
cuentran sometidos a situaciones estresantes que po- laboral asistencial se articula alrededor de estos tres
tencialmente conducen a un peligro de desbordamiento ejes:
y agotamiento de sus recursos, lo que repercute no sólo
en la salud sino también en el estado de ánimo y en la a) Cansancio y agotamiento emocional, que impide
modificación de los umbrales de percepción de sufri- poder ofrecer soporte y contención emocional a
miento del niño enfermo y de su familia, con los que se otros seres humanos con dificultades; es la sensa-
encuentran en constante interacción. Por ello es impo- ción de no poder dar más de sí mismo a los de-
sible lograr una asistencia de calidad en esta difícil si- más, manifestándose en cansancio y fatiga física
tuación sin potenciar los cuidados de los sanitarios que y/o psíquica.
168 intervienen en este escenario. b) Despersonalización en el trato, que lleva a mantener
relaciones distantes, frías, desde una cierta indife-
rencia, desarrollando actitudes, sentimientos y
Ansiedad, estrés y burnout: respuestas negativas hacia las personas del ámbito
reconociendo y diferenciando el laboral, especialmente hacia los beneficiarios asis-
burnout de los sanitarios que tenciales. Suele asociarse con una actitud cínica e
trabajan con niños al final de la impersonal, con el aislamiento de los demás, con
vida el etiquetado peyorativo de los otros y con intentos
de culpabilizarles de la frustración y de la falta de
En las últimas décadas se ha producido una gene- compromiso laboral.
ralización del término “estrés” en distintas áreas cotidia- c) Sentimientos de fracaso por falta de realización per-
nas en general y en diversos ámbitos laborales en parti- sonal y/o profesional, que se caracteriza por la frus-
cular. Se puede escuchar en las conversaciones de pasi- tración, la baja autoestima y una desilusión hacia
llo entre sanitarios lo “estresados” que están. Esta fami- los logros profesionales, que no alcanzan a dar sen-
liaridad generada con el término nos lleva a confundir tido a la propia vida. Generalmente afecta al rendi-
conceptos o a conceptos erróneos que proponemos co- miento laboral, y esto se compensa en ocasiones
mentar aquí. por un aparente interés y dedicación mayores que
los demostrados por sus compañeros, lo que con-
duce a profundizar aún más en el burnout a largo
Burnout o estrés laboral asistencial plazo.

“Burnout”, “estrés laboral asistencial”, “sobrecarga Dentro de la delimitación conceptual del burnout
emocional”, “estar quemado”, “desgaste profesional”, pueden diferenciarse dos perspectivas, que se han lla-
etc., son expresiones frecuentes que hacen referencia a mado la proyección clínica y la perspectiva psicosocial.
una problemática, concreta y específica, que provoca el Los primeros autores que abordaron el tema plan-
estilo de vida actual de la cultura occidental y que con- tearon su proyección clínica considerando el burnout
lleva un grave problema de salud. como un estado al que llega el individuo como conse-
El aumento de interés en esta problemática parece cuencia del estrés laboral asistencial. Esta perspectiva
apoyarse en el alto índice de prevalencia que implican entraña un conjunto de conductas asociadas al “estar
unos costes personales, sociales y económicos elevados. quemado” que son el efecto de unas causas como un
Se reconoce que el burnout afecta a la moral y al bienes- etiquetado estático, más que como un proceso como un

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10. Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida y a sus familiares.

Tabla I. Causas del estrés laboral asistencial


Variables del sistema
Variables personales Variables interpersonales Variables profesionales
sanitario
Características de Fracaso al comprender el Papeleo Falta de preparación,
personalidad enfoque paliativo formación y/o experiencia
(perfeccionismo,
exigencia…)
Autoestima Desacuerdo entre los Carga de trabajo Efectos secundarios de los
objetivos de la atención tratamientos
Maestría Pobre comunicación en el Falta de personal Responsabilidad profesional
equipo
Propósitos vitales Poca moral de equipo Escasez de recursos Tratamiento erróneo
Expectativas irreales Conflictos con los colegas Dilemas éticos
Sentimiento de incapacidad Pérdida de apoyo y Épocas de mayor
colaboración entre fallecimiento de pacientes
compañeros
Demandas emocionales Pobre relación paciente/
familia
Conciencia hiperdesarrollada Dinámicas dañinas Estrés organizativo (turnos,
de las propias pérdidas, paciente/familia calendarios…)
vulnerabilidad y la propia
muerte
Pérdidas acumuladas Cuestiones psicológicas del Falta de comunicación y/o
paciente y/o familia apoyo de la organización
Sobre-implicación con los Grado de aceptación de la Conflicto de rol
pacientes y/o familiares enfermedad, el tratamiento
y/o el pronóstico
Identificación con los Dificultad para el control del La muerte como fracaso
pacientes y/o familiares dolor u otros síntomas
Historia psiquiátrica previa Dificultad para predecir 169
cuándo ocurrirá el
fallecimiento
No estar presente en el
fallecimiento
Relaciones crónicas (a largo
plazo)

resultado desde un enfoque cuasi-causalista (Tabla I). entorno, el cinismo y el aumento de conductas adictivas
Así, cuatro décadas después de que Hans Selye definie- como el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
ra el estrés, Freudenbergen, en 1974, define el burnout Estos síntomas pueden agravarse y conducir a ob-
de la siguiente manera: “... Es fallar, desgastarse o sen- sesiones, fobias, ideas suicidas, conductas paranoides
tirse exhausto debido a las excesivas demandas de ener- hacia los compañeros y/o familiares, sensación de vacío,
gía, fuerza o recursos. (...) Es lo que pasa cuando un baja autoestima, nerviosismo, irritabilidad, desgana y
miembro de la organización se vuelve inoperante”. actitud hipercrítica. Suele acompañarse por un proceso
Se ha propuesto —por analogía a las fases del Sín- de negación de las emociones, de la atención selectiva
drome General de Adaptación, descrito por Selye— que de algunos pacientes, de la ironía, la racionalización y el
evoluciona en tres etapas: primero se da un desequili- desplazamiento, que conducen a la deshumanización
brio entre las demandas y los recursos, después apare- del trato con el enfermo y a su devaluación, o la de la
ce la tensión psico-física y, por último, los cambios institución, en un marco de desesperanza y nihilismo.
conductuales. Estudios posteriores consideran el burnout como
De esta manera, el burnout se define asociado a sín- un proceso que se desarrolla por la interacción de ca-
tomas como la fatiga crónica, la tensión muscular, las racterísticas del entorno laboral y de orden personal,
somatizaciones, la gastritis y la úlcera, los trastornos del con manifestaciones diferenciadas en las distintas eta-
sueño, las cefaleas, los dolores musculares, las disfun- pas. En este sentido, se trata de un tipo de respuesta
ciones sexuales y alteraciones menstruales, la dificultad específica al estrés laboral cuando fallan las estrategias
para concentrarse y los déficit de memoria, la falta de funcionales de afrontamiento, siendo una variable me-
apetito, el cansancio, la irritabilidad, la ansiedad, la de- diadora en la relación entre el estrés percibido y sus
presión, la frustración y la hostilidad, el aislamiento del consecuencias. Los trabajos más recientes se centran en

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la relación persona-entorno laboral —no en cada uno creencia de que uno es incapaz de ofrecer los cui-
por separado— y establecen una relación bipolar entre dados y el apoyo necesarios, frecuentemente
el desgaste y el compromiso laboral, base de la compe- acompañado de un gran temor a cometer errores
netración o la discordia entre el trabajador y el trabajo, en el desempeño profesional. Así se va instaurando
con seis áreas: cantidad de trabajo, comunidad, control, un sentimiento de indefensión, impotencia e inca-
justicia, remuneración y valores. pacidad profesional que le conduce a evitar al niño
En el ámbito sanitario en general, el burnout es y a su familia, para evitar el sufrimiento que acom-
frecuente en las instituciones con un sistema rígido y paña a estas situaciones dolorosas, y que se com-
con pocas oportunidades, se asocia con las demandas plementa con la percepción de inseguridad, des-
emocionales de los pacientes y puede entenderse como confianza y falta de apoyo que el niño y su familia
un síndrome que, lentamente, va progresando en los perciben.
individuos y/o en los equipos sanitarios. De hecho, se
han propuesto modelos de “fases” o pasos en el desarro- 4. Fracaso personal
llo del síndrome. Esto no quiere decir que todos los sa- El fracaso profesional mantenido en el tiempo pro-
nitarios pasen necesariamente por las mismas fases o gresa lentamente hasta una sensación de fracaso
pasos; su desarrollo es variable en función de las distin- personal. La identidad profesional (“soy enfermera
tas variables intervinientes. / médico / trabajador social / psicólogo…”) se ge-
En el contexto de los CPP se han descrito las si- neraliza a otras áreas de la persona, produciendo
guientes fases2: un rechazo de lo que uno es, de lo que llegó a con-
vertirse, lo que genera desesperación, desesperan-
1. Agotamiento emocional y físico za y aislamiento. Este rechazo de sí mismo tiene
Este estado se traduce en un sentimiento de estar efectos perjudiciales importantes en su familia, en
“emocionalmente vacío”, con poco o ningún deseo sus amigos y en todo el entorno del profesional
de relacionarse con el niño enfermo o sus familia- sanitario. En esta fase son comunes el absentismo
res, sin energía para poderles ofrecer soporte a y las bajas laborales.
ellos o a otros colegas sanitarios. El agotamiento
emocional en situaciones de constante confronta- 5. Entumecimiento o “vacío por dentro”
ción con el malestar, el dolor, el sufrimiento, el En esta fase, el profesional sanitario se describe
deterioro, la muerte y las pérdidas, hace que el como “vacío por dentro”, dormido, entumecido.
170 profesional sanitario se sienta incapaz de afrontar Las carencias individuales afectan directamente a
la muerte de otro niño y el sufrimiento de otra fa- su desempeño, y por más que el profesional sanita-
milia más, agobiándose por la necesidad de recur- rio intenta cumplir con sus responsabilidades, no
sos adicionales y por la frustración al no hallarlos. puede realizarlo con el compromiso y el entusias-
También es frecuente sentir una falta de reconoci- mo mínimos necesarios. La desmotivación le inun-
miento hacia el trabajo bien realizado y ser incapaz da. Frecuentemente se plantea dejar la profesión,
uno mismo de valorar los logros conseguidos; el con la convicción de que “esto no es lo mío” o “yo
trabajo —que era una parte importante del desa- no sirvo para esto”, y en casos extremos cae en una
rrollo personal y profesional— se vivencia desde el profunda depresión que puede llegar a contener
fracaso y se vuelve deprimente. Estos sentimientos ideación suicida.
suelen estar asociados con los síntomas físicos de
agotamiento, con problemas de sueño, cambios en Según diferentes estudios, los profesionales sanita-
el apetito, pérdida de concentración y sentimien- rios más jóvenes, las mujeres, los solteros, los sanitarios
tos de depresión. Se considera que, tras un tiempo, sin hijos, en los dos extremos de antigüedad en el pues-
se puede evolucionar a la siguiente fase. to —esto es, los que llevan poco tiempo y los que des-
empeñan el mismo puesto desde muchos años—, y los
2. Indiferencia que gozan de menos tiempo libre y/o de vacaciones,
En esta fase, los individuos pueden aparecer como serían los que tienen un mayor riesgo de sufrir burnout.
cínicos, inhumanos, desmotivados, desinteresa- En nuestra opinión, debemos recoger los resultados de
dos, y pueden demostrar una amargura y un ren- estos estudios con la suficiente cautela, que nos permita
cor crecientes. Una persona con burnout puede comprender que la relación entre las variables mencio-
manifestar agresividad, irritabilidad, falta de parti- nadas no es lineal, sino una compleja conexión multi-
cipación e incapacidad para comunicarse eficaz- factorial. Por poner un ejemplo, no sabemos si los sani-
mente. Los efectos suelen ser aún más visibles para tarios con hijos tendrían una mayor resistencia al bur-
los demás, pues el trato con los niños y sus familias nout por características como “madurez personal”, “es-
se deshumaniza y se vuelve automatizado, como si tabilidad emocional”, “mayor capacidad de resolver
se tratara casi de objetos. problemas”, “mayor apoyo familiar”, “edad” u otras va-
riables que median la relación entre el burnout y tener
3. Fracaso profesional hijos8.
En la tercera fase se va desarrollando lentamente Como puede inferirse de lo expuesto hasta aquí,
un sentimiento de fracaso profesional basado en la existe una gran variedad metodológica en la evaluación

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10. Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida y a sus familiares.

del burnout. En los comienzos se valoraba mediante valores anteriores, bien por desactivación simpáti-
observación clínica; posteriormente fue evaluado me- ca o bien por activación parasimpática. El estrés es
diante entrevistas semi-estructuradas, técnicas proyecti- un intento forzado de mantener la activación en el
vas, escalas y cuestionarios. El principal problema para tiempo hasta agotar los recursos. La respuesta de
conseguir medidas fiables y válidas ha sido la vaguedad relajación tiene un efecto de recuperación: se evi-
en la definición del concepto, que dificulta discriminar- tan las reacciones excesivas ante los estímulos,
lo de otros constructos. La medida más utilizada y co- normalizando nuestros procesos físicos, emocio-
nocida es el Maslach Burnout Inventory (MBI). Sin em- nales y mentales.
bargo, su conceptualización tridimensional presenta c) Los efectos sobre el organismo: por ello tienen dife-
dificultades, pues puede clasificar como profesionales rentes efectos sobre el organismo a corto, medio y
con burnout a quienes tengan características diferentes largo plazo. Numerosos estudios confirman los
por puntuaciones disímiles en las dimensiones; ade- efectos del estrés sobre el organismo; en concreto,
más, se pueden considerar como sinónimos algunos los resultados parecen indicar un claro deterioro
constructos diferentes entre sí, y también supone difi- en el sistema endocrino a medio plazo y en el siste-
cultades su evaluación unidimensional, ya que perdería ma inmune a largo plazo.
la consideración de síndrome según los hallazgos pre- d) El resultado psicológico: la respuesta global del es-
sentados por las distintas investigaciones. trés, mantenida en el tiempo, se traduce en males-
tar psicológico, dando al sujeto la sensación de es-
tar desbordado.
Diferencias de la ansiedad y el estrés
Es decir: cuando esta “activación-adaptativa” de la
Como se acaba de comentar, existen todavía dis- respuesta de ansiedad se generaliza y/o se cronifica en el
crepancias teóricas y empíricas en la discriminación de tiempo, se produce el estrés, denominado por Hans
estos constructos, en parte debidas a la progresión de Selye Síndrome General de Adaptación, que consta de tres
los hallazgos realizados en las sucesivas investigaciones fases: la reacción de alarma, la fase de resistencia y la de
y en parte debidas a las distintas posturas teóricas de los agotamiento.
autores dedicados a este área. Comenzaremos por dife- Desarrollos posteriores consideran que el estrés
renciar la ansiedad del estrés, siguiendo una descrip- psicológico, en cambio, es una relación particular entre
ción cronológica de las propuestas, antes de diferenciar- el individuo y el entorno, que es evaluado por aquél
lo del burnout. como amenazante o desbordante de sus recursos y que 171
Con frecuencia se utiliza el término estrés para pone en peligro su bienestar. El modo de interpretar y
nombrar ansiedad. La ansiedad es una reacción adapta- catalogar nuestras experiencias y el modo de ver el fu-
tiva ante una amenaza que cumple una función “señal” turo pueden servir tanto para relajarnos como para es-
de peligro, protectora de la supervivencia, que prepara tresarnos. Pensar sobre los problemas produce tensión
al organismo para la lucha o la huida. Al preparar al en el organismo, lo cual crea, a su vez, la sensación sub-
organismo para la acción, las pupilas se agrandan para jetiva de intranquilidad, provocando pensamientos to-
mejorar la visión y el oído se agudiza. Los músculos se davía más ansiosos y convirtiéndose en un círculo vi-
tensan para responder al desafío y la sangre es bombea- cioso negativo (Figura 1).
da hacia el cerebro para aumentar la llegada de oxígeno Si no se libera al organismo de este estado de so-
a las células y favorecer los procesos mentales, restrin- bre-activación, se entra en un estado de estrés en el que
giendo con ello la circulación en las extremidades, que el cerebro tiende a hiper-reaccionar, ocasionando des-
se perciben frías y sudorosas. Las frecuencias cardiaca y gaste físico y crisis de llanto, y, potencialmente, puede
respiratoria aumentan. ocasionar depresión y podría llegar hasta el colapso del
Aunque la ansiedad es una respuesta fisiológica individuo. Se ha encontrado relación entre el estrés y
innata, los pensamientos pueden actuar para potenciar muchos padecimientos y/o enfermedades físicas: dolor
la percepción de amenaza, amplificando la activación de cabeza, úlcera, artritis, colitis, asma, arritmias car-
del sistema nervioso autónomo y de la respuesta afecti- diacas, problemas sexuales, trastornos circulatorios,
va, o bien disminuyendo o minimizando el peligro, tensión muscular, etc., y, a largo plazo, alteraciones del
apaciguando la activación y la respuesta emocional. sistema inmune, como demuestran los numerosos estu-
Las diferencias entre ansiedad y estrés propuestas dios en el campo de la psico-neuro-inmunología.
por algunos autores se refieren a las siguientes caracte- En concreto, se postula que el estrés puede influir
rísticas: en la salud a través de tres vías: hábitos nocivos (con
sustancias nocivas como alcohol o tabaco y/o obstacu-
a) El tipo de respuesta: la ansiedad es una respuesta lizando una conducta adaptativa por falta de ejercicio
adaptativa puntual, mientras que el estrés está físico o con una nutrición adecuada), reacciones neu-
constituido por respuestas globales. ro-endocrinas a medio plazo y reacciones neuro-inmu-
b) El tipo de activación: la ansiedad responde a un pa- nes a largo plazo. En definitiva, en principio se trata
trón de “curva de activación del sistema simpático” también de una señal de alerta, global y crónica, pero
que en primer lugar activa al organismo para la además implica un balance negativo entre amenazas y
acción y posteriormente decrece, retomando los recursos.

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esas relaciones estresantes y las emociones que gene-


Cognitivo: ran. Es un proceso que abarca el conjunto de esfuer-
“Lo que PIENSO”
Valores zos cognitivos y conductuales, permanentemente
Expectativas cambiantes, desarrollados para hacer frente a las de-
Creencias
Actitudes mandas específicas externas y/o internas, evaluadas
Objetivos
Interpretaciones como abrumadoras o desbordantes de los propios
Control percibido… recursos. Con frecuencia, la vulnerabilidad se consi-
dera en términos de recursos de afrontamiento insu-
ficientes y está determinada por la amenaza implícita
Fisiológico: de la situación.
“Lo que SIENTO”
Miedo El afrontamiento no debe confundirse con los re-
SITUACIÓN
Ansiedad
ACCIÓN sultados (que pueden ser adaptativos y exitosos o no) ni
Cansancio
Desánimo con el dominio del entorno, ya que muchas fuentes de
Estrés
Frustración
estrés no pueden dominarse y en ese caso el afronta-
Falta de realización… miento más eficaz sería tolerarlo, minimizarlo, aceptar-
lo o ignorarlo.
Estos procesos frecuentemente no son conscientes
para la mayoría de las personas, ya que se trata de pro-
Motor: cesos automatizados o inconscientes, aunque esto no
“Lo que HAGO” quiere decir que no sean modificables.
Hábitos
Competencias y El modelo transaccional considera al individuo y al
habilidades entorno en una relación bi-direccional permanente y
Capacidad
Compromiso recíproca, de forma que efecto y causa coinciden en
Resistencia
distintos momentos, o sea, se unen para formar nuevos
Figura 1. Tres sistemas de respuesta humana ante el entorno.
significados por medio de la evaluación como un proce-
so cambiante. Es decir, las personas no somos meros
receptores pasivos de las demandas ambientales, sino
Las respuestas de estrés se dan cuando un estímulo que ejercemos un poder de influencia eligiendo nuestra
es valorado como amenazante y las demandas exceden respuesta al entorno.
Como hemos mencionado, este modelo teórico de
172 las capacidades del individuo. En la relación individuo-
la respuesta de estrés fue aplicado en los primeros desa-
entorno intervienen dos procesos clave: la valoración
rrollos al síndrome de burnout. No obstante, desarrollos
cognitiva y el afrontamiento.
posteriores del burnout han identificado que éste:
La valoración cognitiva es un proceso evaluativo
que determina por qué y hasta qué punto una determi-
a) No desaparece después del descanso.
nada relación entre la persona y el entorno resultan es-
b) No se identifica con la sobrecarga laboral.
tresantes. Cuando la situación es valorada primaria-
c) Es un proceso que conduce del entusiasmo a la
mente como estresante puede tomar tres formas: de desilusión por el trabajo que se realiza y que finali-
daño/pérdida, de amenaza o de desafío. En ella intervie- za con el abandono de los intereses que fueron
nen ciertas características formales de las situaciones, importantes para las personas.
como pueden ser la novedad, la predictibilidad y la in-
certidumbre del acontecimiento, y ciertas característi- Se caracteriza porque tiene un comienzo insidioso
cas temporales, como son la inminencia, la duración y (esta circunstancia va apareciendo poco a poco) y por-
la incertidumbre temporal de dicho acontecimiento. La que el individuo tiende a negarlo (se vivencia como un
valoración secundaria se refiere a lo que puede hacerse, fracaso personal y profesional y los compañeros lo no-
que incluye el análisis de la posible eficacia de las estra- tan antes que el propio afectado), y llegan a una fase
tegias de afrontamiento, de la posibilidad de que una irreversible entre el 5% y el 10% de los casos.
determinada estrategia pueda aplicarse de forma efecti-
va y de la evaluación de las consecuencias de utilizar
una determinada estrategia en el contexto de otras in- Factores de riesgo y de
terpretaciones y demandas internas y/o externas. La re- protección que condicionan el
evaluación se refiere al cambio efectuado en una evalua- desarrollo y/o la prevención del
ción previa a partir de una nueva información recibida burnout
del propio individuo y/o del entorno. Por decirlo de
otra manera, tenemos una cierta tendencia a valorar El presente modelo está basado en el modelo de
como amenazantes las situaciones desconocidas, en las competencia de Albee, adaptado por Costa y López, así
que nos resulta difícil predecir los acontecimientos y como en el enfoque interaccionista de Lazarus y Folk-
que disminuyen nuestra percepción de control. man y en el modelo de intervención en cuidados palia-
El afrontamiento, en cambio, es el proceso a tra- tivos propuesto por Bayés, Arranz, Barbero y Barreto9
vés del cual el individuo maneja las demandas de (Figura 2).

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Percepción
Sensorial
Desagradable

Amenaza
+
Impotencia
=
Sufrimiento

Percepción
Psico-social
Desagradable Estado de Ánimo

Figura 2. Modelo para un intervención paliativa en un enfermo al final de la vida (Bayés, Arranz, Barbero y Barreto, 1996).

Este modelo se asienta en la creencia de que es más conforman el equipo sanitario al menor coste emocio-
fácil y eficaz apoyarse en las capacidades o “puntos nal posible, protegiéndoles de los factores inductores de
fuertes” que centrarse en las dificultades o “puntos dé- burnout.
biles” de los profesionales sanitarios, y se lleva a la prác- Como se ha dicho, el burnout surge como conse- 173
tica por medio de la capacidad de entrenamiento, de cuencia de un balance negativo entre las amenazas (fac-
aprendizaje y modelado, de influencia e interacción con tores de riesgo) y los recursos (factores de protección).
el entorno y, sobre todo, de la propia auto-regulación Más concretamente, entendemos por amenaza aquellos
del profesional. Así, el objetivo se centra en potenciar factores potencialmente estresantes para el profesional
los recursos de los profesionales con el objetivo de al- sanitario de CPP, y por recursos, aquellos factores o
canzar los máximos éticos y asistenciales, como la otra condiciones que fortalecen la resistencia del sanitario
cara de una gestión de calidad asistencial, incrementan- de CPP ante los riesgos de padecer burnout que implica
do los niveles de competencia individuales de los que su trabajo (Tabla II).

Tabla II. Factores de riesgo y de protección que condicionan el burnout


FACTORES DE RIESGO
Personales Organizativos/Interpersonales Institucionales
Escasa formación: Presencia de la muerte Escasez de recursos
Manejo de reacciones emocionales Intensidad emocional Sobrecarga laboral
(propias y del niño y su familia) Características síntomas Falta de formación continuada
Percepción de fracaso Conspiración del silencio Falta de reconocimiento
Sobre-implicación/evitación Déficit organizativos
Problemas familiares Trabajo autocrático
Roles no definidos
Soledad en la toma de decisiones
FACTORES DE PROTECCIÓN
Personales Organizativos/Interpersonales Institucionales
Percepción de autoeficacia Cohesión del equipo Reconocimiento y apoyo
Autorregulación: Objetivos comunes Vinculación en la gestión: corresponsabilidad
— Reestructuración cognitiva Reconocimiento personal Adecuación en la provisión de recursos
— Relajación Compartir decisiones Buenas condiciones ambientales
— Actividades gratificantes Sesiones interdisciplinares Gestión de calidad
Entrenamiento en counselling Formación continuada Formación continuada
Apoyo familiar y social Objetivos realistas y realizables

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En la medida en que los factores de riesgo y las si- bilidades para una relación terapéutica deliberativa,
tuaciones estresantes tiendan a reducirse o se manten- que implica una mínima formación en bioética, en
gan dentro de unos niveles que permitan su afronta- counselling y en trabajo en equipo, al mismo tiempo que
miento exitoso por medio de los factores de protección se demanda la calidad asistencial.
o de los recursos de los que dispone el sanitario de CPP, Este desequilibrio entre las demandas y los recur-
y mientras más se desarrollen e implementen éstos, más sos se traduce en una serie de temores y miedos: la falta
respuestas adaptativas se obtendrán y más fortalecedo- de aceptación de la muerte en general, y de la muerte
ras de estos mismos recursos. Es decir, la adaptación se de un niño en particular, conduce a sentimientos de
ve favorecida por el balance positivo de los recursos, culpa, frustración y fracaso. Desde el paradigma de la
actuando a su vez como un refuerzo importante de es- medicina curativa tradicional se agotan todos los me-
tas respuestas y generando una retroalimentación posi- dios técnicos disponibles para luchar contra la muerte.
tiva entre resistencia, factores de protección, afronta- La obstinación terapéutica es probablemente mayor en
miento, adaptación y resistencia. los niños, y también es más difícil el ajuste terapéutico
El cuidado de niños al final de su vida y de sus fa- a un objetivo paliativo. De ello se deriva el temor a no
milias puede convertirse en el entorno idóneo para de- estar actuando correctamente, por exceso o por defecto,
sarrollar el síndrome de burnout por motivos múltiples. generando incertidumbre y estrés añadido a una situa-
Los ejemplos incluyen el trato diario con las limitacio- ción de por sí compleja.
nes, el deterioro, el sufrimiento y la muerte, viendo a Las decisiones impuestas, no deliberadas dentro
muchos niños y jóvenes atravesar por trayectorias difí- del equipo y compartidas con los padres y/u otros fami-
ciles, teniendo que asumir el apoyo emocional de ellos liares, tienden a aumentar el cuestionamiento de ciertas
y de sus familias, viviendo dentro de una cultura profe- actuaciones. La situación puede complicarse aún más
sional que silencia las emociones y exige calidad dentro cuando existe desacuerdo dentro del equipo asistencial
de un marco de presión asistencial. o entre los familiares del niño y cuando a éste se le apar-
Tener conciencia de los factores de riesgo de de- ta —por sobreprotección, angustia y temor— de la si-
sarrollo del síndrome del burnout en el ámbito de CPP tuación dolorosa que está viviendo. La falta de asertivi-
puede ayudar a detectar y poner en marcha las medi- dad y de trabajo en equipo no permiten el buen desem-
das y actuaciones necesarias para prevenirlo. La pre- peño del profesional sanitario. El temor a no saber có-
vención se orienta a reducir la tensión emocional la- mo informar y comunicar con el niño y con los familia-
boral en relación con la situación del niño y de sus res, el temor a sobre-implicarse en un caso clínico, el
174 familiares y con el equipo interdisciplinar. Por ello temor a abordar las reacciones emocionales intensas, el
vamos a detenernos a definir los factores de riesgo temor a sentirse rechazado por el niño o por la familia,
(amenazas) a los que el profesional sanitario de CPP provocan dificultades importantes que impiden el esta-
tiene que hacer frente y a identificar los factores de blecimiento de una necesaria relación de confianza y
protección (recursos) que le permitirán afrontar o respeto que es la base de la relación de ayuda.
compensar el efecto de éstos. Como en otra ocasión1, Al mismo tiempo que pueden darse estos senti-
se han agrupado en tres tipos: a) factores personales; mientos de culpa, frustración y fracaso, se agravan por
b) factores relacionados con el trabajo, y c) factores una autoexigencia elevada del profesional sanitario que
institucionales. puede llevarle a presentar dificultades para reconducir
demandas inadecuadas, negativas a colaborar o conduc-
tas perturbadoras, quejas o presiones, difuminando los
Factores personales límites profesionales, lo que da la sensación de “saco
depositario” de todas las demandas del niño, de su fami-
Además de las variables definidas por la situación, lia y del resto del equipo asistencial. La falta de objetivos
existen otras variables de tipo personal que explican las realistas y realizables y la ausencia de una planificación
reacciones emocionales. Esas variables relacionales vie- preventiva a corto y medio plazo, a través de actuaciones
nen determinadas por el pasado de las personas y tie- dirigidas a potenciar lo que sí se puede hacer más que a
nen que ver con la historia de aprendizaje individual, rumiar lo que ya no se puede lograr, pueden contribuir
con las experiencias que ha tenido la persona antes de al desarrollo del síndrome de burnout.
enfrentarse a la situación (biografía). El burnout, asimismo, puede producirse con más
probabilidad cuando uno tiene problemas serios simul-
Factores de riesgo táneamente en el trabajo y en la vida privada o cuando
a uno le falta un equilibrio saludable entre el trabajo y
En general, los profesionales sanitarios se enfren- la vida fuera del mismo, lo que acaba convirtiéndose en
tan a este trabajo con una formación insuficiente para un círculo vicioso negativo. También concurre con una
actuaciones de intervención en CPP, que incluyan acti- serie de obstáculos como la dificultad para pedir ayuda,
tudes, habilidades y conocimientos específicos. La ma- para tomarse tiempo, para pedir asesoramiento cuando
yoría de los programas formativos incluyen un amplio se necesita, para poder compartir los pensamientos y
bagaje de técnicas sofisticadas, pero profundizan poco sentimientos con el grupo de pares, para conseguir des-
en la compleja relación de ayuda necesaria en este con- cansar lo suficiente cuando se está cansado, para decir
texto. Existen carencias básicas en la formación de ha- “no” a las demandas de las familias o de los compañeros

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10. Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida y a sus familiares.

sanitarios, y para cambiar de trabajo, sintiéndose atra- atmósfera de trabajo es tensa, bien porque el marco de
pado financieramente y llegando a ser incapaz de valo- relación es excesivamente autoritario o con poca posibi-
rar otros aspectos que anteriormente habían sido rele- lidad de participación en los procesos de toma de deci-
vantes para esa persona. siones, bien porque se da una atmósfera de hostilidad y
tensión entre los compañeros.
Factores de protección En la organización sanitaria es difícil trabajar en
equipo (es más, generalmente ni siquiera se tiene la
La percepción de autoeficacia, autoconfianza y au- opción de formar equipos). La falta de “cultura de equi-
toestima serán los pilares de un afrontamiento eficaz de po interdisciplinar” es una variable constante en el ám-
las situaciones estresantes. El sentimiento de competen- bito institucional, organizativo y, en algunos casos,
cia actúa como fuente de motivación importante para el personal. Es decir, se padece a todos los niveles: macro,
trabajo. “Tanto si crees que puedes como si crees que no meso y micro-organizacional. Es habitual que los profe-
puedes, estarás en lo cierto”, dice un proverbio chino. sionales sanitarios se distribuyan sin contar con un de-
El entrenamiento en técnicas de counselling ha terminado perfil adecuado a la tarea que han de realizar,
mostrado su eficacia en situaciones clínicas altamente por no profundizar en la denunciable falta de equidad
estresantes abordadas desde los principios bioéticos en la gestión de este y de otros recursos.
actuales. Se fundamenta en dos modelos teóricos com- Al trabajar en un ambiente con demasiadas de-
plementarios: el modelo de potenciación (brevemente se mandas y sin tiempo suficiente, con reducción de per-
podría exponer en la premisa de que las personas tene- sonal y con problemas de comunicación para expresar
mos más recursos de los que creemos para afrontar si- las necesidades a los responsables de gestión, todo el
tuaciones complejas) y el modelo de sufrimiento (ex- equipo “se quema”.
puesto como modelo de intervención mencionado an- Cuando hay baja moral de equipo, surgen las difi-
teriormente). Se configura en un conjunto de actitudes cultades, los desacuerdos y la competencia entre sus
como la aceptación incondicional y el respeto del mun- miembros. La indefinición de tareas, la ambigüedad, los
do de valores de los otros, la congruencia, la veracidad conflictos de roles y la falta de participación y de com-
y la confidencialidad terapéutica. Se podría definir co- promiso en las decisiones, implican tanto la falta de as-
mo un conjunto de técnicas relacionales que maximi- pectos recompensantes como la falta de apoyo para
zan la eficiencia de la comunicación validando la ex- compartir dificultades y solucionar los problemas surgi-
presión de emociones y potenciando la reflexión desde dos en el desempeño laboral.
el respeto a la libertad del otro. Se apoya en la mayéu- Cuando el equipo está “quemado” en su conjunto, 175
tica socrática, utilizando las preguntas como medio de suele haber frecuentes rotaciones de personal, más ab-
reflexión en el proceso de toma de decisiones comple- sentismo y mayor índice de bajas laborales, por lo que
jas, base de la relación deliberativa. Incluye las habili- desciende la productividad, y ello repercute, obviamen-
dades básicas de autorregulación, que, por medio de te, en unos cuidados poco satisfactorios del paciente y
una comunicación asertiva, permitan ofrecer el apoyo de su familia.
emocional necesario para la resolución de problemas
complejos. Casi la totalidad de los profesionales sanita- Factores de protección
rios insisten en la necesidad de formación en este área.
Es necesario contar con las habilidades suficientes para Existen distintas estrategias organizativas que han
desempeñar la tarea con una mínima confianza de efi- demostrado su eficiencia para aumentar la satisfacción
cacia y regular las actuaciones desde una autocrítica laboral y la de los usuarios, así como para reducir las
comprensiva y constructiva que posibilite afianzar la bajas laborales y el burnout en los profesionales sanita-
autoestima profesional. rios. En general, se basan en el fomento de la cohesión
y el apoyo grupal, enmarcando la relación en la con-
fianza mutua y en la cooperación, en la búsqueda del
Factores interpersonales y organizativos logro con un objetivo común. El supuesto fundamental
es facilitar la comunicación fluida entre los componen-
Factores de riesgo tes del equipo, en el que se debe producir:

La presencia de la muerte de un niño —siempre a) Un intercambio permanente de información com-


inexplicable y dolorosa—, las características de los sín- partida por todos los miembros.
tomas, el peso de las decisiones comprometidas toma- b) Una definición de las funciones específicas de cada
das en solitario, la difícil tarea de comunicar a los fami- uno, de tal modo que cada integrante tenga claro
liares las malas noticias de un pronóstico incierto po- lo que se espera de él y de su interacción con los
tenciando la participación del niño enfermo, la incerti- demás miembros del equipo.
dumbre y la incontrolabilidad de numerosas situacio- c) Unos canales abiertos de crítica y autocrítica, que
nes, son circunstancias cotidianas que deben afrontar permitan la identificación de conflictos, necesida-
los profesionales sanitarios de CPP. des e intereses personales y del equipo.
Además de las características intrínsecas de estas d) Donde se reconozcan y expresen los logros de las
situaciones, es más fácil desarrollar burnout cuando la actuaciones individuales y del equipo.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

En palabras del profesor Diego Gracia, en el ámbi- de recursos, la presión asistencial, la sobrecarga laboral
to de las actuaciones sanitarias “los mínimos se castigan y las pocas posibilidades de formación y menos aún de
pero los máximos se promueven”. Es decir, que si pro- promoción. La falta de reconocimiento de la necesidad
mulgamos una asistencia de calidad necesitamos co- de equipos interdisciplinares empuja a una situación
menzar a acostumbrarnos cuanto antes a promover la paradójica de exigencia mayor con menos recursos dis-
excelencia profesional, ya que lo que verdaderamente ponibles. Somos concientes de la escasez de los recur-
cambia los hábitos y las conductas no deseadas es el sos —empezando por la gestión del tiempo del propio
refuerzo de las conductas deseadas, desde la actuación sanitario—, pero la priorización desajustada a los obje-
guiada por la aspiración a estos máximos y no desde el tivos de calidad, centrada únicamente en la cuantifica-
mero e insuficiente castigo del incumplimiento de los ción utilitarista de servicios, puede conducir a una si-
mínimos. tuación contraria a la deseada. En este sentido, partimos
Resulta de utilidad realizar reuniones interdiscipli- una lanza por los profesionales sensibles, humanos y
nares, periódicas y productivas, en las que se establez- humildes, que dedican su labor a continuar poniendo
can los objetivos comunes, se elaboren y planifiquen las en evidencia lo casi-obvio para la casi-mayoría, que
actuaciones terapéuticas integrales y complementarias, permanece aún muy oscuro para ciertos estamentos
poniéndolas en común, y se facilite la oportunidad de superiores.
compartir experiencias, necesidades y dificultades. Los
equipos también necesitan poder procesar y despedirse Factores de protección
de los niños, facilitando el duelo de sus familiares.
Igualmente es importante prestar especial atención a los Entre las medidas institucionales que deben acti-
logros obtenidos por el trabajo del equipo, desde los varse, consideramos urgente la consolidación y el reco-
objetivos inicialmente planteados, teniendo en cuenta nocimiento de los equipos interdisciplinares como uni-
las limitaciones profesionales. dad terapéutica indispensable en este campo. Además
De la misma manera, resulta primordial la planifi- de valorar el número de horas de trabajo y el tipo de
cación adecuada de las condiciones de trabajo, asegu- contrato de que disponen los profesionales sanitarios,
rando la estabilidad de las actividades programadas y se tiene que considerar una adecuada provisión de re-
esperadas, así como el diseño y la distribución de las cursos (ratios de personal suficiente y bien formado en
tareas para los momentos de urgencias. la especialidad, estructuras formales e informales apro-
Otra estrategia complementaria consiste en moni- piadas, formación continuada, integración y coordina-
176 torizar al equipo de forma continuada, con el fin de te- ción con otros servicios, etc.) que protejan a los profe-
ner siempre identificada su situación y su grado de sa- sionales ante este síndrome y que aseguren la asistencia
tisfacción, contribuir a la comunicación entre los miem- deseada.
bros que lo componen y generar un ambiente con buen
humor y que favorezca las actividades gratificantes fue-
ra del trabajo. Prevención e intervención del
burnout en cuidados paliativos
pediátricos
Factores institucionales
La resolución del estrés laboral asistencial den-
Factores de riesgo tro de los equipos de CPP debe considerarse como
un proceso dinámico que implica tener presente su
A pesar de la eficiencia demostrada por los progra- prevención en el desarrollo de actuaciones diseñadas
mas de cuidados paliativos, y del reciente Plan Nacional del modo más adecuado posible. De otra manera, las
de Cuidados Paliativos presentado en Madrid en di- unidades de CPP, centradas en proporcionar una
ciembre de 2005, del que se excluyen los CPP alegando atención digna y humana para dotar del máximo
connotaciones especiales, sólo conocemos abordajes confort posible al niño y a su familia, paliando el su-
pioneros de CPP en Cataluña y en Las Palmas de Gran frimiento, corren un gran riesgo de desarrollar bur-
Canaria. nout. Este síndrome no aparece después de uno o dos
Los datos aportados en la II Reunión Nacional de episodios de sobrecarga o de especial dificultad, sino
la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátri- que se genera a lo largo de un proceso que puede re-
cos, en 2005, evidencian los requerimientos de una sultarle desconocido al propio profesional, y en su
mayor formación en CPP por casi la totalidad de los desarrollo intervienen los factores personales, orga-
profesionales sanitarios, y que casi la mitad de los pro- nizacionales e institucionales antes mencionados y la
fesionales médicos experimentan la muerte de los niños inexistencia de mecanismos psicológicos que los
como una experiencia de fracaso personal o profesional puedan contrarrestar.
que interfiere en el proceso de toma de decisiones, en Esta situación puede llegar a desencadenar una
su relación con la familia y con los otros profesionales serie de graves consecuencias de salud (tanto física co-
sanitarios y en la vulnerabilidad al burnout11. mo psicológica), como resultado de un afrontamiento
Continúan siendo demasiados los profesionales basado en el control y en la evitación de los pensa-
sanitarios que se encuentran día tras día con la escasez mientos y sentimientos negativos. Una de las conse-

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10. Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida y a sus familiares.

cuencias inmediatas de ello es la aparición de conduc- entendiendo por auto-cuidados las conductas que las
tas que van en contra de su labor asistencial, tales co- personas realizan para promover su salud y bienestar e
mo una menor implicación en el trabajo, pérdida de identificando los mecanismos de afrontamiento que re-
interés y empatía por los niños y sus familiares, falta de sulten más efectivos.
disponibilidad ante las necesidades que presentan, re- Efectivamente, hemos mencionado entre los fac-
ducción del contacto físico, niveles mínimos de proxi- tores de riesgo algunos —o bastantes— que no están
midad y atención al niño y a sus familiares, aislándose en nuestras manos poder cambiar o modificar (el reco-
e imposibilitando una buena relación con los mismos y nocimiento institucional, la burocracia, la carga de
distanciándose a la vez del trato con sus compañeros, trabajo, el estilo de dirección del “jefe”; que los niños
que a su vez agravan el sentimiento de no desempeñar enfermen y no podamos curarlos a todos, etc.), pero el
bien su trabajo, por falta de gratificaciones y de realiza- impacto emocional dependerá de cómo afrontemos y
ción personal a través del mismo, y, en último término, aceptemos lo inmodificable. Sin embargo, hay otros
absentismo y baja laboral. El análisis de las repercusio- factores que sí dependen de nosotros y de lo que haga-
nes del burnout para el profesional sanitario y para la mos. Ser capaces de aceptar y asumir con realismo que
calidad de los cuidados que ofrece, y de las consecuen- las cosas son como son y que no somos, ni se nos pue-
cias para el equipo y para las instituciones, explica el de exigir, ser omnipotentes, facilitará tener la energía y
alto coste que puede llegar a tener. En general, los pro- voluntad necesarias para modificar lo que está en
gramas de prevención e intervención se desarrollan en nuestra mano cambiar. No sólo influye en nosotros lo que
el ámbito individual —considerando estrategias de nos pasa, sino cómo afrontamos lo que nos pasa. Como
afrontamiento—, en el interpersonal —potenciando la dijo Joan Manuel Serrat, “uno no elige lo que le trae la
formación— y en el institucional —disminuyendo los vida, pero sí elige la forma de afrontarlo”. Se puede
estresores organizacionales y fomentando el trabajo en aprender a reaccionar de acuerdo con el objetivo de
equipo—. acoger, compartir y soportar el sufrimiento ajeno. Ésa
es nuestra libertad y nuestra responsabilidad: yo elijo
cómo quiero reaccionar ante lo que sucede; no elijo lo que
Prevención sucede.
Una de las primeras estrategias de afrontamiento
Los principios generales para la prevención de que se deben desarrollar es la capacidad de adaptar los
burnout deben considerar las circunstancias específicas pensamientos y sentimientos sobre la muerte de los ni-
de los individuos y de la escena institucional en que ños. Los profesionales sanitarios tienen que ser cons- 177
desarrollan su labor. Antes de comenzar a formar parte cientes de que su trabajo se centra en proporcionar
de un equipo de CPP se tiene que considerar tanto su confort a estos niños y en tener unas actitudes que per-
formación como su conveniencia, además de la capaci- mitan el acercamiento hacia ellos y a sus familiares. Por
dad para trabajar con estos niños y con sus familias. ello es fundamental, en el contexto de los CPP, estable-
Nadie debe verse obligado a trabajar con esta pobla- cer claramente los límites profesionales, tanto con el
ción particular. niño como con sus familiares, que permitan establecer
El burnout se puede prevenir desarrollando y po- relaciones terapéuticas dentro de un abordaje de equipo
tenciando capacidades y recursos en el propio profesio- asistencial12.
nal y en el equipo. El principio que subyace a esta for- Como decíamos, hay cosas que no podemos cam-
ma de prevenir el burnout es que la capacidad o la biar, que no están en nuestras manos. Cosas que son
competencia para desarrollar con eficiencia la actividad, como son. Cosas que nos gustaría que fueran de otra
y cumplir con sus propios objetivos personales, influye manera, que nos parece injusto que sucedan, que no
de un modo notable en su satisfacción y actúa como deberían ser. Pero son así, sin más. Para poder cuidarse
factor de protección contra el “quemarse”. El sentimien- resulta conveniente distinguir entre: lo que se puede,
to de competencia o capacidad hacia una actividad es de lo que no se puede hacer, y lo que es, de lo que de-
una suma de conocimientos (saber), actitudes (saber bería ser. Ello nos protegerá de la impotencia, de la
ser) y habilidades (saber hacer). En los siguientes apar- frustración, de la culpa y de la ira.
tados incidiremos en las estrategias individuales que Por ello es importante aceptar que:
pueden proteger al profesional sanitario de CPP ante el
burnout, a la espera de las medidas institucionales que • Estamos inmersos en una cultura sanitaria cam-
consideramos necesarias. biante, con un código de autoridad que resulta di-
fícil de aceptar y con escasa cooperación. La impo-
sición y la falta de empatía son, probablemente, los
Auto-cuidados y afrontamiento del principales promotores de una mala relación con
burnout los niños y sus familiares.
• Somos responsables de lo que hacemos (no “culpa-
Reconocer las reacciones al estrés laboral asisten- bles”). Yo elijo cómo reaccionar ante lo que sucede.
cial es el primer paso que permitirá utilizar y desarrollar • Tenemos límites y necesitamos, para estar bien,
las estrategias de afrontamiento y de auto-cuidados ne- cuidar las relaciones con uno mismo y con los
cesarias para prevenir y superar los efectos del burnout; demás.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

• El dolor y el sufrimiento nos afectan: somos perso- Intervención psicológica: procedimientos


nas. Esto nos servirá para descubrir cómo nos de autorregulación
afectan.
• Las emociones tienen sus propias reglas y no siem- “Un ayudante le preguntó al hombre sabio con el que
pre se someten al dominio de lo racional. Ni las aprendía las artes de curar y de ayudar a los demás:
propias ni las de los demás. —Maestro, ¿cómo consigue usted estar de tan buen
• Los niños también mueren, y es la peor situación humor y siempre sonriente y tranquilo cuando nos pa-
que puede atravesar una familia. samos el día entre gente que sufre enfermedades y pe-
nas? ¿Qué es lo que hace si vivimos todo el día entre
¿Qué actitud quiero adoptar ante ello? tristezas y dolores?
—Mira, yo soy como una vara hueca: permito que las
La aceptación es un gran recurso psicológico. Libe- cosas entren en mí pero también permito que se va-
ra la tensión y permite tener motivación y voluntad pa- yan. Las siento y las suelto. Entran y se van.”
ra modificar lo que se puede modificar. Poder dirigir
nuestra energía de forma constructiva nos permite: Denominamos autorregulación al conjunto de pro-
cedimientos que permiten controlar la propia conducta
1. Hacer explícitos los objetivos personales y que és- (emocional, cognitiva y motora) para lograr un afronta-
tos sean reales y realizables, y guiar nuestras actua- miento óptimo y adaptativo de la situación. Como se
ciones hacia ellos. puede observar, las conductas de regulación implican
2. Buscar información y formación adecuada: admitir relaciones recíprocas entre los tres tipos de respuesta
las deficiencias propias, especialmente en habilida- mencionados, que a continuación consideraremos por
des de comunicación y manejo de emociones. separado, sólo a efectos didácticos.
3. Poder reconocer lo que siento. Los investigadores hallaron que las técnicas de au-
4. Pedir apoyo a los demás cuando se necesite: resul- torregulación tienen efectos modestos en la interven-
ta liberador contar con personas con las que des- ción del burnout cuando se utilizan aisladas, pero cons-
ahogarse emocionalmente. tituyen un importante componente dentro de los abor-
5. Expresar emociones de un modo asertivo. dajes multimodales, que contienen procedimientos de
6. Darse permiso para emocionarse. cambios de conductas y contingencias de reforzamien-
7. Mantener un amable y adecuado diálogo interno. to. Los afrontamientos activos, centrados en la solución
178 8. Entrenarse en alguna técnica capaz de disminuir la de problemas, han demostrado en distintos estudios ser
ansiedad: relajación, auto-hipnosis, yoga, medita- los más efectivos en la prevención e intervención del
ción, etc. Dedicarse unos minutos al día a uno burnout.
mismo puede servir para aumentar la resistencia En general, estas técnicas se utilizan dentro del si-
personal al estrés. guiente esquema:
9. Liberar tensión con actividades gratificantes fuera
del entorno laboral. 1. Auto-observación, auto-evaluación y auto-registro.
10. Facilitar, con la actitud y el comportamiento, una 2. Introducir un criterio de “emparejamiento”: por
cultura de equipo. ejemplo, que las auto-evaluaciones sean compara-
11. Admitir los límites personales y profesionales: no bles a las evaluaciones de otras personas significa-
nos exijamos ser omnipotentes. tivas o compañeros de trabajo.
12. Utilizar el acuerdo y la negociación, en contraposi- 3. Reforzar la conducta deseada y auto-reforzarse y/o
ción a la imposición, como forma de resolver con- auto-instruirse para guiar la propia conducta.
flictos. 4. Potenciar el control del reforzamiento retirando las
13. Convertirse en agente facilitador, dentro del equi- contingencias artificiales gradualmente.
po, de un clima positivo en el trabajo: ser reforzan-
te y fomentar el apoyo. Autorregulación emocional
14. Compartir la toma de decisiones, especialmente las
delicadas. Tradicionalmente se ha enfocado la vida emocional
como contrapuesta a la vida racional (“la emoción tiene
Por último, queremos resaltar que los profesionales razones que la razón no entiende”, etc.). Cierto es que
sanitarios tenemos que poder equilibrar nuestras vidas se puede empeorar el razonamiento cuando el procesa-
profesionales y privadas. Los esfuerzos dedicados a la miento se bloquea en este ámbito —diríamos que nos
familia y a los intereses propios fuera del trabajo ayuda- dejamos desbordar pasivamente por las emociones—,
rán a mantener un equilibrio saludable. Algunos autores pero se puede integrar estos dos sistemas básicos de pro-
inciden en la importancia de que los sanitarios sean cesamiento de la información (el emocional, vivencial,
conscientes de la tendencia hacia el exceso de trabajo y más arcaico onto-genéticamente hablando, y el racio-
aprendan a poner sus propios límites personales, evitan- nal, más moderno, basado en lo conceptual).
do la sobre-implicación, manteniendo la comunicación Las emociones son respuestas que surgen cuando
abierta con los colegas e informando a los pares de nece- se evalúan las situaciones como relevantes para nues-
sidades particulares si fuera necesario (Tabla III)10. tros intereses y ofrecen información sobre nuestra rela-

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Tabla III. Estrategias de afrontamiento y auto-cuidados


Salud física Salud emocional Salud mental Salud institucional Estrategias de
afrontamiento
Dieta equilibrada Meditación y reflexión Priorizar Formación continuada No ver la muerte
como un fracaso
Ejercicio y deporte Música relajante Saber decir “no” Negociar conflictos Ser conciente de la
elección profesional
(CPP)
Actividades de Contagiar optimismo Auto-conciencia Jornada intensiva/ Límites profesionales
descanso (masajes, partida si es posible
baños, siesta)
Técnicas de relajación Aprender a disfrutar Abierto a nuevas Rol bien definido Asertividad
ideas
Acupuntura Sentido del humor Creencias personales Trabajo en equipo Autorregulación
emocional
Tener un momento Intereses y/o hobbies Comité de Ética Partícipe de
diario para uno mismo organizaciones
profesionales
Hablar con colegas y/ Tener un lugar Ser consciente de las
o amigos especial para metas personales y
recogerse profesionales
Incrementar Promover la armonía Expresar
actividades interior cotidianamente sus
gratificantes sentimientos
humanitarios por los
pacientes
Apoyo social Gestión del tiempo Evitar distanciarse de
los niños y de sus
familiares
Confianza, capacidad Portafolio de casos
y control 179

Conexiones mente- Apoyo de compañeros


cuerpo-espíritu
Prácticas religiosas o Buscar
espirituales asesoramiento
profesional

ción con el entorno o de nuestra experiencia con-noso- de “señal” que contienen. Cuando se escuchan y viven-
tros-mismos13. Emergen a la conciencia cuando se cian, se aprovecha esta función de “señal” o de “semá-
atiende a la sensación, al “sentimiento” corporal, sim- foro” regulativo de nuestras vivencias y de nuestra for-
bolizándolo en un posible “darnos cuenta”. Es decir, ma de actuar.
cuando interpretamos las señales fisiológicas cognitiva- Es decir, necesitamos de la emoción como una se-
mente y actuamos congruentemente. Por ello se hallan ñal de respuesta ante lo que nos afecta y nos importa
íntimamente relacionadas las respuestas fisiológicas (lo —valores—, para establecer metas —realización de va-
corporal), cognitivas (los pensamientos) y emocionales lores—, y necesitamos de la razón para planificar la
(lo afectivo) con nuestras acciones. La integración y mejor manera de lograr esas metas, y de la cognición
coherencia personal permiten la armonía entre lo que para dar sentido a nuestras experiencias.
sentimos, pensamos, hacemos y percibimos del mundo El análisis racional que sigue a la valoración afecti-
sin intentar “bloquear” nuestros sentimientos. Las va reduce rápidamente las opciones, aumentando la
emociones son adaptativas: no son ni “buenas” ni “ma- precisión y eficacia en la toma de decisiones. Dicho en
las”, ni “positivas” ni “negativas”. Podemos decir de otras palabras, en la vida personal nos dotan de un bar-
ellas que son placenteras o no placenteras. Así, las co con su timón y sus detectores de alerta. Pero necesi-
emociones placenteras se vivencian positivamente y tamos un mapa, una guía para planificar el viaje y cier-
motivan a la conducta proactiva eficaz, promoviendo el tos faros que guíen el camino.
propio crecimiento. En cambio, las emociones no pla- La verdadera inteligencia emocional consiste en
centeras evolucionan para prepararnos ante las situa- dirigir —no en controlar— nuestros impulsos, ser ca-
ciones potencialmente dañinas. Resulta tan desadapta- paces de auto-motivarnos, de aplazar respuestas y re-
tivo estar siempre contento como sentirse siempre flexionar, de reconocer las emociones en los demás y de
triste, pues la cronicidad hace que se pierda la función manejar con éxito estas relaciones.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Dificultades en la regulación emocional fluye en la amplificación o en la disminución de la


reacción emocional.
La intensidad, labilidad, rapidez, duración, tiempo d) Canalización de nuestras emociones en función de
de reacción y persistencia de nuestras emociones pue- nuestros objetivos. Una vez que hemos reconocido y
den ser fuentes de desadaptación. Cuando la emoción entendido lo que sentimos, tomamos la decisión
no logra su meta adaptativa de cambiar las relaciones de actuar de acuerdo con nuestras metas y no de
con el entorno y con nosotros mismos, y los estímulos un modo reactivo.
que la provocan no desaparecen y uno se siente inca-
paz, no puede escapar ni definir sus propios límites, el Autorregulación cognitiva
cuerpo se sobrecarga y puede llegar a bloquearse. Otra
dificultad frecuente para la regulación emocional con- “La perturbación emocional no es creada por las situa-
siste en alejarse o bloquear los propios sentimientos, sin ciones, sino por la interpretación de esas situaciones.”
permitir su integración. Así, estas señales internas están (Epicteto, siglo I d.C.)
mezcladas, confusas y colapsadas.
La mayoría de los procesos de regulación no se dan Como hemos mencionado, las respuestas cogniti-
en la conciencia inmediata, de modo que en las res- vas son resultado de un procesamiento emocional táci-
puestas emocionales están implicados dos procesos au- to, pero no hay duda de que la reflexión sobre las cir-
tomáticos: la activación de una tendencia a la acción y cunstancias personales, el cambio de una decisión o la
su regulación. alteración de un modo de pensar pueden cambiar clara-
Los procesos de regulación pueden ser disfuncio- mente los sentimientos.
nales tanto por déficit de control como por exceso de Englobamos bajo respuestas cognitivas el pensa-
control de la emoción. Implica regular la intensidad miento en sentido amplio —no sólo el pensamiento ra-
emocional para no llegar a sentirse desbordado. Ade- cional—. Incluyen también los pensamientos automáti-
más, para regular la expresión de la emoción, el desa- cos o inconscientes, las auto-instrucciones, los compro-
rrollo de la experiencia de seguridad básica en-sí-mis- misos y las creencias. Consideramos los pensamientos
mo es fundamental, manteniendo una sensación de co- inconscientes como automatismos breves, fugaces e in-
herencia, competencia y autoestima positiva. Las reac- controlados, generalmente visuales o auditivos, asocia-
ciones emocionales automáticas también pueden regu- dos a significados; las auto-instrucciones como un len-
larse mediante valoraciones secundarias sobre las guaje interior que guía, planifica y ordena el propio
180 habilidades de afrontamiento y mediante la planifica- comportamiento, y los compromisos como expresión
ción acerca de cómo afrontar dicha experiencia, re-diri- de aquello que es importante para el individuo y deter-
giendo la atención y cuidando la re-atribución selectiva. mina sus decisiones. Cuanto mayor es el compromiso
La tendencia a la acción puede ser contrastada, supri- contraído con los propios valores, mayor es la probabi-
miendo o conteniendo el impulso. lidad de amenaza o desafío. Las creencias también de-
En resumen: las emociones guían y ayudan a me- terminan la forma en que una persona evalúa su entor-
jorar la toma de decisiones y la resolución de proble- no, especialmente las creencias existenciales y las que se
mas. Establecen las metas sobre las que luego actuará lo refieren al control personal. Las creencias existenciales
racional —nuestro pensamiento: lo que llamamos cog- nos permiten encontrar significado y mantener la espe-
nitivo—, estableciendo el conjunto de problemas que ranza en las situaciones difíciles. Las creencias de con-
se tendrán que resolver. Son el resultado de un proceso trol no se limitan a las expectativas sobre el entorno,
de construcción complejo que sintetiza distintos niveles sino que también pueden referirse a las expectativas de
de procesamiento de la información. control de las propias respuestas. Según el grado en que
Resulta muy complicado abordar las emociones las evaluaciones de control de la situación se basen en
del otro sin controlar adecuadamente las propias. Con información incompleta y/o estén influidas por factores
el fin de manejar adecuadamente las emociones del personales, tendrán mayor o menor probabilidad de ser
profesional, es decir, sin dañarse ni dañar la relación exactas. En general, se asume que evaluar una situación
con el niño y sus familiares, se sugiere lo siguiente: como controlable reduce el estrés. No obstante, tam-
bién puede aumentar la percepción de amenaza si ejer-
a) Estar despierto a las propias emociones y mantener cer el control sobre la situación se opone al estilo habi-
el canal de escucha interno siempre conectado. tual del sujeto o representa entrar en conflicto con otros
Aprender a poner nombre a lo que me pasa para compromisos u objetivos. Dicho de otra manera, nos
conocer lo que significa. referimos a la forma que tiene una persona de interpre-
b) Auto-aceptación. Es normal que los niños y sus fa- tar, entender y valorar una situación, a lo que se piensa
miliares nos provoquen emociones: ternura, irrita- y se cree acerca de ella. Estas creencias incluyen a qué
ción, pena, ansiedad, etc. Darse permiso para sen- se cree que es debida, qué tipo de consecuencias se cree
tir lo que se siente alivia de inmediato la tensión y que pueden tener, si se cree capaz de afrontarla y, en
nos permite elegir qué conducta vamos a emitir. general, si se piensa que es algo pernicioso, neutro o
Sentirla, identificarla y luego soltarla. agradable.
c) ¡Atención a cómo se habla a sí mismo! El tipo de Para tratar de disminuir el malestar que una perso-
diálogo, lo que se denomina auto-instrucciones, in- na siente ante determinadas situaciones, se comienza

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por identificar cómo está interpretando y valorando la el imperativo “debería”, que consiste en convertir los
situación, y, si existen formas distorsionadas de verla, deseos en principios u obligaciones morales, basadas en
modificarlas para que sean más ajustadas a la situación nuestro particular código de justicia, que tenemos que
y generen menos malestar. Este procedimiento tiene cumplir. Las consecuencias resultantes de la actuación
como eje principal la forma de pensar del sujeto, la ma- bajo este imperativo suelen ser obstaculizar la puesta en
nera en que se interpreta el ambiente y sus circunstan- marcha de actuaciones concretas y generar culpabilidad
cias, y las creencias que ha desarrollado sobre sí mismo, cuando no cumplimos “los deberes” auto-impuestos.
sobre otras personas y sobre el mundo en general. Si Si se conceptualiza a través del mandato de exigen-
estas interpretaciones o creencias son ilógicas, poco cias absolutistas, como “debo de…” y “tengo que...”, di-
empíricas y dificultan la obtención de las metas estable- chas exigencias resultan dogmáticas sobre uno mismo,
cidas por el sujeto, reciben el nombre de creencias irra- sobre los demás o sobre la vida en general, al contrario
cionales (Tabla IV). de las concepciones probabilísticas o de preferencias,
en las que las expectativas de las personas no son dile-
máticas y absolutistas. Una forma más adecuada consis-
Tabla IV. Ideas irracionales te en enfocar las distintas situaciones como lo que “me
Trece creencias irracionales que conducen a malestar gustaría” o “desearía”. Los “debo de…” y “tengo que…”
emocional o conductas devaluadoras sólo sirven para sabotear los propios propósitos y obje-
1. ¡DEBO hacerlo bien o muy bien! tivos básicos, establecidos desde la elección personal,
basada en los valores propios, y general emociones y
2. Cuando actúo de forma estúpida es porque soy una
PERSONA MALA O SIN VALÍA conductas que bloquean o dificultan la obtención de los
mismos. De este pensamiento rígido e irracional se de-
3. ¡DEBO ser aceptado por la gente a la que considero
importante! rivan tres inferencias secundarias:
4. ¡NECESITO que me quiera alguien que se preocupe
mucho por mí!
a) La tendencia a resaltar en exceso lo negativo de un
acontecimiento, que conduce a conclusiones exa-
5. Si me rechazan, quiere decir que soy una PERSONA
geradas y mágicas, y que proviene de la creencia
MALA, INDESEABLE
“esto no debería ser tan malo como es”, “sólo hay
6. ¡La gente DEBE tratarme correctamente y darme lo sufrimiento en este trabajo”.
que NECESITO!
b) La tendencia a exagerar lo insoportable de una si-
7. ¡La gente DEBE vivir con arreglo a mis expectativas, tuación (“¡no lo puedo soportar!”), ya que se consi- 181
de lo contrario será TERRIBLE!
dera que no experimenta ninguna felicidad, bajo
8. ¡La gente que actúa de forma inmoral es GENTE ninguna circunstancia, si esa situación se presenta
INDIGNA, CORROMPIDA!
o amenaza con presentarse en su vida. “Este traba-
9. ¡NO PUEDO SOPORTAR las cosas malas o la gente jo no hay quien lo soporte”.
difícil! c) La tendencia a condenar a las personas o a la vida en
10. Mi vida DEBE tener pocas dificultades o problemas general, ya que el individuo se evalúa a sí mismo o
importantes a los demás comprometiendo su valor como perso-
11. ¡Es HORRIBLE cuando las cosas importantes no nas a consecuencia de su comportamiento, o sea,
marchan como yo quiero! de hacer algo que no “deben” hacer o de no hacer
12. ¡NO PUEDO SOPORTAR que la vida sea tan injusta! algo que “deben” hacer. También se aplica al mun-
13. ¡NECESITO mucha gratificación inmediata y TENGO
do o a la vida en general, cuando no se obtiene lo
que sentirme desgraciado cuando no lo consigo! que esa persona cree merecer de manera incuestio-
nable. “Es injusto todo lo que está pasando esa fa-
milia”, “un niño tan bueno no debería sufrir“”.
Los efectos principales de las distorsiones cogniti- El método principal para reemplazar una creencia
vas serían aumentar la percepción de que la situación irracional por una creencia racional se llama “refutación
que se está viviendo es amenazante, desagradable o da- o debate”, y es una aplicación del método científico a la
ñina, y disminuir la percepción de que se tienen recur- vida cotidiana, cuestionando las hipótesis y teorías para
sos para poder hacerla frente (es decir, aumentan las poder determinar su validez.
probabilidades de que se experimente una situación de La refutación de las ideas irracionales comprenden
estrés). Esto no significa que la persona no razone, sino tres pasos: primero, descubrir las creencias irracionales
que su razonamiento se basa en premisas erróneas, que que subyacen a sus conductas y emociones auto-deva-
le conducen a conclusiones erróneas y generan malestar, luadoras; segundo, debatir sobre la verdad o falsedad
falta de coherencia interna y pérdida de sentido vital. de esas creencias irracionales, y tercero, utilizar el méto-
El elemento principal del malestar psicológico se do socrático para ese debate, es decir, utilizar preguntas
encuentra en la evaluación irracional, poco funcional, como forma de ayuda a detectar, generar, cambiar y
que se hace de la situación concreta que se afronta y de aceptar las creencias racionales apropiadas.
la realidad de su medio en general. Uno de los presu- Aprovechar la sabiduría de las palabras de Epicteto
puestos irracionales más frecuentes lo encontramos en implica:

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1. Darse cuenta de que las personas tenemos una Tabla V. Técnicas de desactivación fisiológica
gran influencia en nuestras perturbaciones y que, Técnicas de desactivación fisiológica
aunque las condiciones ambientales pueden con- Ejercicio físico
tribuir a los problemas, en general tienen una con-
Deporte
sideración secundaria.
2. Reconocer claramente que poseemos la capacidad Respiración:
de modificar de una manera significativa esta ma- — Sistemas naturales
— Respiración diafragmática o abdominal
nera de afrontar lo que sucede. — Respiración alterna
3. Comprender que las perturbaciones emocionales y
Relajación
conductuales provienen en gran medida de creen- — Relajación muscular progresiva
cias irracionales, dogmáticas, dilemáticas, totalita- — Relajación muscular breve
ristas y absolutistas. — Relajación mental con visualización
4. Descubrir las propias ideas irracionales y discrimi- — Ejercicios de distensión
nar entre ellas y sus alternativas racionales. Visualización
5. Cuestionar estas creencias irracionales utilizando Programación neuro-lingüística (VAKO)
los métodos socráticos y lógico-empíricos.
Sugestión hipnótica
6. Trabajar en el intento de internalizar sus nuevas
creencias racionales, empleando métodos cogniti- Auto-hipnosis
vos, emocionales y conductuales de cambio y cre-
cimiento.
7. Continuar este proceso de refutación de ideas yoga, etc. El ejercicio es una de las formas más seguras,
irracionales y utilizar métodos multimodales de sencillas y efectivas de reducir el estrés, facilita la sensa-
cambio. ción de bienestar por medio de la segregación de endor-
finas y forma parte de los hábitos saludables que contri-
Autorregulación fisiológica buyen a la prevención de enfermedades cardiacas, os-
teoarticulares, obesidad, ansiedad y depresión, entre
Al referirnos a los procesos de autorregulación fi- otras. Algunos mitos habituales en contra de la realiza-
siológica hacemos mención a la regulación de las res- ción regular de ejercicio físico son:
puestas automáticas del organismo ante una situación
182 amenazante (nerviosismo, palpitaciones, respiración a) “No tengo tiempo”. Si hacer ejercicio se considera
agitada, tensión muscular, etc.). Cuando nos enfrenta- algo realmente importante, se busca el tiempo, re-
mos a una amenaza, de forma automática se desencade- distribuyendo nuestros hábitos. Sin ejercicio nos
nan una serie de respuestas fisiológicas, produciéndose iremos sintiendo cada vez más tensos, con menos
una serie de cambios que tienen como función preparar energía y menos en forma.
al organismo para la lucha o bien para la huida. El pro- b) “El ejercicio es para los jóvenes”. Unirse a un gru-
blema aparece cuando la activación es excesiva; si esto po o juntarse con algún amigo que practique ejer-
ocurre, lo podemos controlar a través de distintas técni- cicio de forma regular puede ayudar a darnos
cas de desactivación (Tabla V). cuenta que no hay edad ni forma física que impida
Las habilidades de regulación fisiológica se basan su realización.
principalmente en desarrollar el auto-conocimiento. La c) Miedo a sufrir un paro cardiaco o alguna lesión fí-
mayoría de las personas presentan una atención hacia sica. Se puede realizar con control médico, bajo
lo exterior que puede dificultar el aprendizaje de la pro- supervisión de entrenadores, sin forzarse y gra-
pia lectura corporal. Existen diferentes técnicas para dualmente.
aprenderlo; la mayoría de ellas se basan en poder re-
dirigir la atención al propio cuerpo y descifrar su signi- Otra forma clásica de regular la respuesta fisiológi-
ficado. En general, se trata de poder tomar conciencia ca es a través de la respiración. Unos hábitos correctos
de las áreas de tensión corporal (dirigiendo y centrando de respiración son esenciales para una buena salud físi-
la atención de lo exterior a lo interior), explorando el ca y psíquica. Han demostrado su utilidad en la reduc-
propio estado corporal y permitiendo un mayor bienes- ción de la ansiedad y el estrés, la irritabilidad, la ten-
tar corporal. Profundizar en el autoconocimiento re- sión, la fatiga, etc.
quiere re-conocer los lugares corporales preferidos para Existen ciertos “sistemas naturales de regulación
expresar tensión: estómago, músculos, vasoconstriccio- respiratoria”, como por ejemplo el suspiro y el bostezo;
nes… Acorde al reconocimiento se puede encontrar la son intentos naturales de remediar la situación de hi-
forma de liberar esa tensión, experimentando una sen- poxia —falta de oxígeno— que ayudan a liberar tensión
sación de mayor bienestar. y pueden utilizarse como medio inmediato de relaja-
Existen múltiples formas de relajación corporal. La ción, repitiéndolo hasta experimentar la sensación de
más antigua utilizada por nuestros antepasados es la relajación. Otro ejemplo natural lo hallamos en la respi-
descarga de activación mediante actividad física. En la ración natural de los niños, que al inspirar llenan las
sociedad sedentaria actual se intenta complementar la partes más bajas de los pulmones. Se pueden aplicar
falta de actividad con actividades deportivas, gimnasio, estas observaciones mediante el entrenamiento en respi-

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ración diafragmática o abdominal. Las personas que se Tabla VI. Grupos musculares a tensar/relajar
sienten nerviosas tienden a realizar respiraciones super- Grupo 1. Mano derecha, antebrazo y bíceps: se
ficiales y cortas que sólo alcanzan la parte alta del tórax. sostiene el brazo en un ángulo de 45º y se hace un
La respiración profunda se observa cuando el abdomen puño como al hacer músculo (Popeye)
se eleva en cada inspiración y desciende en cada espira- Grupo 2. Ídem en la mano izquierda, antebrazo y bíceps
ción. La respiración profunda puede realizarse en cual- Grupo 3. Músculos faciales: levantar lass cejas, mirada
quier posición y su realización diaria durante cinco mi- bizca, arrugar la nariz, morder hacia abajo y jalar las
nutos ayuda a aprender a regular la activación fisiológi- comisuras de los labios
ca, concentrándose en el abdomen, el aire que entra y Grupo 4. Cuello y garganta: bajar la cabeza hasta que el
sale de los pulmones y la sensación de relajación que mentón casi toque el pecho
proporciona. Este tipo de respiración puede combinar- Grupo 5. Pecho, hombros, espalda superior y abdomen:
se con distintos tipos de espiración como “soplar paja”, realizar una respiración profunda, sosteniéndola, y
“inflar globos”, golpes suaves sobre el tórax acompa- empujar hacia atrás los hombros mientras se presiona
ñando la expulsión de aire, con los brazos acercando las el estómago hacia afuera o hacia adentro (como al
ponernos un pantalón ajustado)
manos a los hombros o girándolos hacia atrás, descri-
biendo un círculo como si fuera un molino de viento o Grupo 6. Muslo derecho, pantorrilla y pie: levantar el
pie del piso, flexionar el pie ligeramente y flexionar los
flexionando el cuerpo hacia atrás, adelante hacia la de-
dedos hacia delante
recha y hacia la izquierda. También se suele acompañar
de autosugestiones o visualizaciones positivas, imagi- Grupo 7. Igual con el muslo izquierdo, la pantorrilla y el
pie
nando que con cada inspiración de aire fresco entra la
energía que se dirige al plexo solar y con cada espira- Se trata de alternar la tensión (5-8 segundos) con la
relajación (20 segundos) de cada grupo muscular,
ción “se limpia” el organismo.
finalizando después de unos instantes de reconocimiento
Para las personas que padecen de dolores de cabe- de relajación muscular total
za tensionales o con sinusitis crónica se prefiere la respi-
ración alterna. Se trata de apoyar los dedos índice y
medio de la mano derecha sobre la frente y cerrar la
ventana nasal con el dedo pulgar, inspirando lenta y si-
lenciosamente por la fosa nasal izquierda para cerrar la no también para explorar y generar respuestas alternati-
ventana izquierda con el dedo anular y abrir simultá- vas que se mantengan en el tiempo e impliquen la mo-
neamente la ventana derecha quitando de ella el dedo tivación y la elección de alternativas que conduzcan al 183
pulgar. Espirar lenta, profunda y silenciosamente por la verdadero cambio.
fosa derecha. Inspirar y cerrar la ventana derecha con el El procedimiento de sugestión hipnótica consiste
pulgar y alternar a la fosa izquierda espirando. en un encadenamiento de sugestiones. Estas sugestio-
Otra técnica de relajación muy divulgada es la rela- nes suelen ser de dos tipos: sugestiones ideo-motoras y
jación muscular progresiva. Consiste en aprender a reco- sugestiones ideo-sensoriales. Las sugestiones ideo-mo-
nocer la tensión de los músculos separándolos en siete toras se refieren a sugestiones que implican efectos
grupos musculares, prestando atención a la sensación motores, como caída del brazo, levitación de la mano,
de tensión o relajación (Tabla VI). rigidez o elasticidad de alguna parte específica del cuer-
Se trata de tensar cada grupo muscular dos o tres po. Las sugestiones ideo-sensoriales se refieren a suges-
veces y después relajarlos. También se puede tensar/re- tiones sobre efectos perceptivos y/o cognitivos, como
lajar sólo un grupo muscular (relajación muscular breve) pesadez, anestesias, amnesias o distorsión temporal.
o combinar con imágenes o recuerdos agradables (rela- Uno de los procedimientos más utilizados para la in-
jación mental con visualización). Una variación de esta ducción hipnótica, cuando se busca lograr efectos de
técnica son los ejercicios de distensión, cuyo objetivo es desactivación o relajación, es el empleo de sugestiones
conseguir que el nivel medio de tensión se mantenga en ideo-sensoriales que buscan la relajación desde la pro-
un límite aceptable, de manera que la tensión acumula- pia inducción, aunque generalmente se combinan am-
da al final del día no sea excesiva. bos tipos de sugestiones. Otros procedimientos utiliza-
La hipnosis es otra técnica que proporciona una dos son el método de Erickson modificado por Braid y el de
gran capacidad para alterar los parámetros fisiológicos Betty Erickson (Tabla VII).
implicados en las respuestas de estrés. Ésta se produce
por sugestión directa del sistema nervioso somático y Autorregulación de nuestras acciones
por sugestiones indirectas y emocionales del sistema
nervioso autónomo. El objetivo principal es reducir los La realización de una acción incluye tanto las deci-
componentes alterados ante la respuesta de estrés y siones que se toman acerca de cómo actuar como la
mantenidos durante el estrés laboral asistencial, cuando misma actuación y la reevaluación posterior. Los progra-
se ha perdido su capacidad adaptativa y se ha converti- mas de formación en general se dirigen a facilitar el
do en una respuesta des-adaptativa que involucra la sa- aprendizaje de un repertorio de conductas necesarias
lud total de la persona. Facilita una intervención rápida para hacer frente a situaciones específicas. Pero suele
y eficaz pero, como cualquier otra intervención, no de- suceder que, a pesar de contar con un repertorio de con-
be dirigirse únicamente a la reducción de síntomas, si- ductas adecuadas, éstas no se pongan en práctica. En

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Tabla VII. Métodos de auto-hipnosis ocasiones no se ponen en marcha en el momento ade-


Método de Erickson cuado porque existe cierta dificultad para identificar los
Utiliza una sugestión ideo-motora sobre “levitación de la
estímulos discriminativos, que deberían señalar cuándo
mano”. Después de colocarnos en una posición cómoda, llevar a cabo cierto tipo de conductas y cuándo no, o
tranquila y relajada, se colocan las manos sobre los bien porque las respuestas emocionales asociadas pue-
muslos con las palmas hacia abajo. Se trata de centrar den inhibir y/o bloquear su realización. En otras ocasio-
toda la atención visual y kinestésica en las manos, nes se puede deber a dificultades en la contingencia del
aumentando las percepciones de textura, calor,
hormigueo, observación de movimiento, etc.,
refuerzo y castigo de ciertas conductas, es decir, cuando
potenciando las percepciones mediante la sugestión y con anterioridad se premiaron conductas inadecuadas
relacionándola con el estado de relajación natural. que continúan realizándose o cuando no se premiaron
Método de Braid —o incluso se castigaron— conductas adecuadas. Ello
conduce a que se eviten ciertas situaciones en lugar de
Se trata de que cuando estemos cómodos y relajados,
se centre toda la atención en un punto pequeño que se
realizar actuaciones que permitirían superarlas poten-
encuentre situado por encima de su cabeza, mirándolo ciando la percepción de control y auto-eficacia.
fijamente, evitando parpadear o perderlo, mientras se Ante situaciones difíciles y acontecimientos estre-
alterna la percepción de pesadez de los párpados. santes diarios, ayuda el poder tener la creatividad para
Método de Betty Erickson desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento y crear
1. Mientras estás sentado en una posición cómoda y
un modo de funcionmiento ante las dificultades que
con tus manos apoyadas en las piernas sin cruzarlas, permita disminuir el malestar psicológico. En este sen-
respiras lentamente para centrarte más cada vez. tido, las técnicas de solución de problemas y el entrena-
2. Y al mismo tiempo que sientes tu respiración, puedes miento en comunicación asertiva son considerados co-
determinar la duración que permanecerás en estado mo los más efectivos en el tratamiento del burnout.
hipnótico, así como tus objetivos. Puedes decirte a ti El modelo de resolución de problemas interperso-
mismo: nales permite desarrollar la habilidad de generar ciertos
“Voy a estar en estado hipnótico durante [20] minutos... procesos de pensamiento que faciliten la consideración
para permitir que mi mente subconsciente haga los de una variedad de factores y seleccionar la mejor ac-
ajustes necesarios para [aumentar mi capacidad de
aprendizaje]... y cuando termine me encontraré
tuación ante una situación problemática, identificando
[despierto, alerta y fresco, o relajado y preparado para los factores desencadenantes y las consecuencias a cor-
dormir, o motivado para estudiar y lleno de energía]”. to, medio y largo plazo. Como se aborda el tema de la
184 3. Y entonces, lentamente, identificas y nombras 3 comunicación en otro capítulo, nos centraremos en el
cosas que puedas ver (una cosa cada vez). Por ejemplo, modelo de solución de problemas, contando que la
“veo el pomo de la puerta” o “veo aquella cosa” (si no asertividad es un pre-requisito para la solución de múl-
sabes cómo llamarla). Vete despacio, parando un poco tiples problemas interpersonales.
en cada cosa.
Los problemas se definen como situaciones especí-
Ahora presta atención a tu canal auditivo, identificando ficas de la vida (presentes o anticipadas) que exigen ac-
3 sonidos diferentes (uno cada vez). Como antes, vete
tuaciones coherentes con los valores personales, pero
despacio.
que no reciben respuestas de afrontamiento eficaces
Después, identifica 3 sensaciones, como la presión
debido a la presencia de distintos obstáculos. Estos obs-
sobre los pies o sobre la espalda, y nómbralos. De
nuevo, uno cada vez. táculos pueden incluir la ambigüedad, la incertidum-
bre, las exigencias contrapuestas, la falta de recursos y/o
Continúa el proceso usando 2 imágenes, 2 sonidos y 2
sensaciones, y nómbralos. la novedad. Básicamente, los problemas representan a
menudo una discrepancia entre la realidad de una si-
Lentamente.
tuación y los objetivos deseados.
De la misma manera, continúa con 1 imagen, 1 sonido Un problema no es una característica del ambiente
y 1 sensación.
o de la persona por sí sola. Por el contrario, un problema
Cierra los ojos. es un tipo particular de relación persona-ambiente que
Ahora trae a tu mente, recordando o imaginando, 1 refleja un desequilibrio o una discrepancia percibida
imagen y nómbrala. Haz que el proceso sea suave, sin entre las demandas y la disponibilidad de una respuesta
prisas.
adaptativa. Por ello, una solución es cualquier respuesta
Después, recuerda 1 sonido o identifica un sonido del de afrontamiento destinada a cambiar la naturaleza de la
exterior y nómbralo.
situación problemática, las propias reacciones emocio-
A continuación, recuerda 1 sensación y nómbrala (por nales negativas, o ambas. Soluciones eficaces son aque-
ejemplo, recuerda la sensación del agua en la ducha). Si llas respuestas de afrontamiento que no sólo logran estos
esto es difícil, utiliza una sensación presente.
objetivos, sino que, al mismo tiempo, maximizan otras
Repite el proceso con 2 imágenes, 2 sonidos y 2 consecuencias positivas (beneficios) y minimizan otras
sensaciones.
negativas (costes). Los costes y beneficios asociados in-
Por último, repite el proceso con 3 imágenes, 3 sonidos cluyen las implicaciones a corto, medio y largo plazo de
y 3 sensaciones.
la solución, así como las consecuencias personales para
¡Ya está! Permite trabajar a tu mente subconsciente el individuo y el impacto que la solución tiene para otras
hasta que regreses al nivel exterior consciente.
personas significativas. La eficacia de cualquier solución

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potencial varía de una persona a otra, ya que depende Tabla VIII. Proceso de solución de problemas
también de los propios objetivos y valores y de las otras 1. ORIENTACIÓN HACIA EL PROBLEMA
personas significativas. • Percepción del problema (reconocimiento y
La puesta en práctica de una solución depende no clasificación)
sólo de la capacidad para la solución de problemas, si- • Atribuciones del problema (atribución causal)
no de otros factores, incluyendo las deficiencias en las • Valoración del problema (significación para el
habilidades de ejecución, las inhibiciones emocionales bienestar)
• Control personal (controlable, con solución, resoluble
y los déficit en motivación o reforzamiento. por medio de su esfuerzo)
En general, estos modelos se basan en dos supues- • Compromiso de tiempo y esfuerzo (disposición
tos generales: necesaria)
2. DEFINICIÓN Y FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
1. Los seres humanos somos grandes solucionadores
• Recogida de información (sobre la tarea y sobre las
de problemas. características personales e interpersonales)
2. El ajuste psicológico se relaciona con la destreza en • Comprensión del problema
la solución de problemas de carácter inter e in- • Establecimiento de objetivos (específicos, realistas y
trapersonal. realizables)
• Re-evaluación del problema (precisión para considerar
los beneficios de solución)
La capacidad de solución de problemas compren-
de una serie de habilidades específicas. Requiere cinco 3. GENERACIÓN DE ALTERNATIVAS
procesos inter-actuantes, cada uno de los cuales aporta • Principio de cantidad
una determinada contribución a la solución eficaz del • Principio de aplazamiento del juicio
• Principio de variedad
problema. Estos procesos son: 1) orientación hacia el
problema; 2) definición y formulación del problema; 4. TOMA DE DECISIONES
3) generación de alternativas; 4) toma de decisiones, y • Anticipación de los resultados
5) puesta en práctica de la solución y verificación (Ta- • Evaluación (comparación y valoración) de los
bla VIII). resultados de cada solución
• Preparación de una solución (o combinación de
El primer componente de orientación hacia el pro-
soluciones)
blema es un proceso motivacional que puede describir-
5. PUESTA EN PRÁCTICA DE LA SOLUCIÓN Y
se como un conjunto de respuestas de orientación que
VERIFICACIÓN
representan las reacciones cognitivo-afectivo-conduc- 185
tuales inmediatas de una persona cuando se enfrenta a • Llevar a cabo la solución elegida
• Auto-evaluación (solución del problema, bienestar
una situación problemática. Estas respuestas de orienta- emocional, tiempo y esfuerzo empleado, coste/
ción incluyen una clase particular de aspectos de aten- beneficio)
ción, creencias, suposiciones, valoraciones y expectati- • Auto-refuerzo (para instaurar cambio)
vas generales sobre los problemas de la vida y la propia • Recapitular y reciclar (correcciones para hallar la
capacidad de solucionarlos. Dependiendo de la natura- solución más eficaz)
leza específica, estas variables pueden producir un afec-
to positivo y una motivación para el afrontamiento que
probablemente facilitarán la puesta en práctica de la específica del problema de la forma más clara y concre-
solución, o, por el contrario, pueden producir un afecto ta posible, que permita valorar el problema del modo
negativo y una motivación para la evitación que posi- más preciso. El propósito consiste en evaluar la natura-
blemente inhibirán su puesta en práctica. leza de la situación problemática e identificar un con-
Una orientación positiva hacia el problema conlle- junto de objetivos realistas y realizables. El entrena-
va una aceptación personal de la creencia de que los miento de este componente se centra en cinco tareas:
problemas forman parte de la vida y que se pueden
afrontar de forma eficaz (reconociendo y reconducien- a) Buscar toda la información disponible sobre el
do las emociones, sin distorsiones cognitivas, creencias problema.
irracionales o atribuciones negativas, y aumentando la b) Describir estos hechos en términos claros, concisos
auto-eficacia percibida). El clasificar y delimitar un y sin ambigüedades.
problema sirve para inhibir la tendencia a actuar de c) Diferenciar la información relevante de la irrele-
forma reactiva, impulsiva o automática ante una situa- vante y los hechos objetivos de las inferencias, in-
ción. También facilita la motivación para encararlo, en terpretaciones y/o suposiciones no comprobadas.
contraste con la conducta de evitación, para afrontarlo d) Identificar los factores y las circunstancias que ha-
eficazmente. cen que la situación sea un problema.
Los cuatro componentes restantes son habilidades e) Establecer una serie de objetivos realistas en la so-
específicas, tareas dirigidas hacia un objetivo que ofrece lución de problemas.
una contribución particular para el descubrimiento de
una solución adaptativa o respuesta de afrontamiento. Al definir y formular un determinado problema, el
El objetivo de la definición y formulación del pro- énfasis se coloca en la precisión y en el alcance de la si-
blema consiste en clarificar y comprender la naturaleza tuación problemática. En inglés se utiliza la regla mne-

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motécnica de las 5 W: Who?: ¿quién está implicado o es implicados). Dicho de otra manera, implica la identifi-
el responsable del problema?, What?: ¿qué está suce- cación de un amplio rango de consecuencias potencia-
diendo que hace que me sienta así (por ejemplo, tan les que podrían ocurrir si una alternativa en particular
triste)?, Where?: ¿dónde ocurre la situación problemáti- se pone en práctica. Ello conlleva el generar una lista
ca?, When?: ¿cuándo solucionaré este problema?, y de resultados específicos a corto, medio y largo plazo,
Why?: ¿por qué ocurrió y cómo lo solucionaré? Estas así como las consecuencias personales, interpersonales
preguntas ayudan a minimizar la confusión y la distor- y sociales.
sión de información. Además, se plantean los objetivos Se definen como soluciones eficaces aquellas que
específicos a alcanzar —relacionados con el afronta- se caracterizan por una cantidad máxima de consecuen-
miento—, que en general suelen ser de dos tipos: obje- cias positivas y una cantidad mínima de consecuencias
tivos centrados en el problema y objetivos centrados en negativas. Las consecuencias personales que se utilizan
la emoción. Los objetivos centrados en el problema como criterios implican los efectos sobre el propio
conllevan objetivos que se relacionan con cambios rea- bienestar emocional, la cantidad de tiempo y trabajo
les del problema mismo. Éstos son especialmente rele- invertido, los efectos sobre el bienestar físico y los efec-
vantes para las situaciones que se pueden cambiar. Los tos sobre las consecuencias asociadas con el bienestar
objetivos centrados en la emoción se relacionan con de otros individuos y sus relaciones interpersonales.
tratar de reducir o minimizar el impacto del malestar Ello se logra estimando, por un lado, la probabilidad de
asociado al problema. Son objetivos que se relacionan que una alternativa determinada sea realmente eficaz
con situaciones inmodificables. para alcanzar el objetivo, y, por otro, la probabilidad de
También en este paso se identifican los obstáculos que la persona sea realmente capaz de llevar a cabo la
que existen en un problema y que impiden que se al- solución de forma óptima. La puesta en práctica de la
cancen los objetivos. Los factores que pueden convertir solución o ejecución de afrontamiento y la verificación
en problemática a una situación pueden implicar la no- abarcan la auto-observación y la valoración del resulta-
vedad, la incertidumbre, las demandas conflictivas del do de la solución, con la posibilidad de reforzar e ins-
estímulo, la falta de recursos o las limitaciones persona- taurar la solución dentro del repertorio de conductas o
les, interpersonales o ambientales. La generación de al- modificar la solución si se cree conveniente.
ternativas de solución es hacer que estén disponibles las
máximas alternativas de solución como sea posible, de Resumen del esquema de autorregulación
tal manera que aumente la probabilidad de identificar,
186 en último término, las más eficaces. Se suelen utilizar La describimos en una serie de pasos (Figura 3)15:
tres reglas generales para la lluvia de ideas: el principio
de la cantidad, el principio de la variedad y el principio de
aplazamiento del juicio. Sistema de autorregulación
Según el principio de la cantidad, cuantas más ideas
alternativas se produzcan, más elevada será la probabi- Darse cuenta
lidad de que se generen opciones eficaces o de gran ca-
lidad; el principio de la variedad ayuda a pensar en un Parar
amplio abanico de soluciones posibles mediante una
variedad de estrategias o tipos de enfoque, en vez de Definir la situación ¿Qué me está ocurriendo?
centrarse en una o dos soluciones limitadas y convertir
Definir el objetivo ¿Qué quiero?
la situación en dilemática. Se trata de cambiar la ten-
dencia de un enfoque causalista o dicotómico a proble- Nuevas opciones: ¿Qué puedo hacer?
mático, sin enjuiciar las distintas alternativas, fomen-
tando la creatividad. Por último, el principio de aplaza- ACCION
miento del juicio sugiere que la regla de cantidad puede Re-evaluación
aplicarse mejor si se elimina el juicio sobre la calidad o
eficacia de cualquier idea hasta que se pase al siguiente Figura 3: Sistema de autorregulación.
momento. El único criterio que ha de emplearse es el
de relevancia para solucionar el problema. Por lo de-
más, las valoraciones de cualquier opción se reservan 1. Darse cuenta y ¡parar!
para la fase de toma de decisiones. Identificar las emociones y sentimientos utilizando
El proceso de toma de decisiones consiste en com- su función “señal”: si el semáforo está en rojo, me-
parar las opciones disponibles y seleccionar la mejor. jor parar cuanto antes. Preguntas que pueden faci-
Al valorar las alternativas tenemos en cuenta funda- litar esta tarea son: ¿cómo me siento ante esta si-
mentalmente dos criterios: el criterio de coherencia (es tuación?, ¿por qué me siento ansioso?, ¿qué pien-
decir, la alternativa elegida tendrá que ver con lo que so?, ¿qué es lo que me pasa por la mente?
se piensa, con lo que se opina, con lo que se cree; está
íntimamente relacionada con el mundo de valores per- 2. Definir la situación: ¿qué me está ocurriendo?
sonales) y el criterio de inteligencia (esto es, elegir las Describir la situación que genera malestar: es nece-
alternativas que otorguen el mayor beneficio para los sario relatar, lo más objetivamente posible, los he-

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chos que generan malestar, y diferenciarlos de la u u Casos prácticos u u

interpretación o valoración subjetiva (nivel cogni-


tivo) que se hace de esos hechos. Éste es quizá el
paso más complicado, porque consiste en separar Caso número 1
lo que son los hechos de las valoraciones cogniti-
vas del mismo. Es importante centrarse en una La doctora Juana H. es residente en la UCIP. Es lu-
única situación y no en un conjunto de ellas. En nes y comienza la semana cansada. Durante su trayecto
este sentido, los problemas son como las varas: to- hacia el trabajo va pensando: “Ojalá que no me toque
das juntas son muy difíciles de romper, y aunque hoy llevar a María. Esos padres son agobiantes, quieren
en apariencia se tarde más o cueste mayor esfuer- que haga milagros. Estoy cansada de que los padres me
zo, es mejor romperlas de una en una. pidan imposibles. No sé por qué no pueden entender la
explicación clara que les doy. Siempre me tocan los difí-
3. Definir el objetivo: ¿qué quiero? ciles a mí”. La doctora llega y se encuentra que tiene
Detectar las posibles distorsiones: hacer un repaso que llevar a María. En la reunión de equipo antes de
de las posibles distorsiones y ver si estamos come- comenzar la visita, intenta que le cambien la paciente,
tiendo alguna. pero no ha sido posible. Está irritada.
Cuando entran a la habitación de María, que, con
4. Definir opciones: ¿qué puedo hacer? tres años, se está muriendo, ve a sus padres que están a su
Volver a pensar: reestructurar los pensamientos lado, llorando. Cuando la madre de María la ve, le dice:
distorsionados, cuestionando su validez, así como —¡Doctora! ¡Dijo la enfermera que le bajó un po-
la probabilidad de ocurrencia, tratando de cam- quito la fiebre! ¿Quiere decir eso que hay posibilidades
biarlos por otros más adaptados a la situación. de que se ponga mejor? ¡Ay, Dios mío! ¡Dígame que sí!
¿Cómo puedo valorar esa situación de una forma Juana intenta decirle de distintas formas que es
menos distorsionada, más objetiva y realista? Es muy difícil que eso ocurra, pero no quiere decírselo de
muy importante que los pensamientos alternati- manera cruel. La madre insiste en que si la fiebre ha
vos sean creíbles para la persona. No se trata de bajado, aunque sea un poco, puede ser buena señal.
buscar pensamientos “hiper-positivos” ni “excesi- Finalmente, Juana, sintiéndose acorralada por el dolor
vamente positivos”, sino de identificar formas más de los padres, cansada de explicar de distintas maneras
objetivas, más realistas y más adecuadas de ver las el estado grave de la niña, les dice que puede ser una
cosas. buena señal. La madre le da las gracias y le pide que 187
“haga lo que sea por salvar a mi niña”.
5. Acción y re-evaluación Juana se va muy acongojada y pensando que tal
Motivarse y pasar a la acción dejando un plazo vez no le haya mentido y que puede ser que sea una
para la re-evaluación: si el resultado es adaptativo, buena señal. La niña tiene la misma edad que su sobri-
auto-reforzaremos el cambio; si no lo hemos logra- na y piensa que tal vez se puedan hacer más cosas para
do, nos permitirá poner en práctica otra estrategia, salvar a la niña. Se cuestiona las órdenes de tratamiento
revisando nuevamente el proceso. de su adjunto. Los niños tienen más capacidad de recu-
peración y plasticidad que los adultos… y ella estudió
Por último, se ha tratado de compartir algunas medicina para salvar vidas, no para “tirar la toalla”. En
estrategias de afrontamiento protectoras ante el bur- su guardia no se le va a morir, ¡eso seguro! Así que se
nout, centradas en el reconocimiento precoz de los plantea modificar el tratamiento pautado.
factores de riesgo o vulnerabilidad a nivel personal,
que permitan compensar, eliminar o atenuar dichos Reflexión:
factores; pero ello no exime a la organización institu-
cional de su responsabilidad ante la atención que se Sabiendo que el pronóstico de María es nefasto,
merecen los niños al final de la vida y sus familiares. Es identificamos los siguientes problemas:
necesario reconocer los derechos del niño y de su fami-
lia a recibir una atención integral y personalizada, de 1- La doctora Juana no acepta como un fin de la me-
forma que se considere el ámbito biográfico familiar dicina los cuidados paliativos: los identifica con no
más allá de la mera atención biológica de la enferme- hacer nada, con “tirar la toalla”, y se centra en las
dad. Cada vez hay mayor acuerdo en la integración de opciones curativas.
los CPP con tratamientos curativos que puedan benefi- 2- Los mecanismos de proyección le llevan a identifi-
ciar tanto a los niños que fallecen como a los que so- car a María con su sobrina y se sobre-implica emo-
breviven, en ciertos servicios con mayores índices de cionalmente.
fallecimientos como las UCIP y UCIN. En este sentido, 3- La falta de habilidades para una comunicación di-
el reconocimiento del valor de la provisión de CPP de fícil le impiden aclarar un comentario fortuito de
calidad, promoviendo la excelencia de los profesiona- la enfermera (“le ha bajado un poquito la fiebre”),
les sanitarios y maximizando su nivel de competencia al que los padres se agarran como a un clavo ar-
al menor coste emocional posible, continúa siendo una diendo desde su mecanismo de negación de la si-
tarea pendiente16. tuación. Esto suele ocurrir ante cualquier síntoma

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

de leve mejoría, aunque no modifique la evolución profesional sanitario. Tiene que ver con sentimientos
de la enfermedad de base. de decepción, de falta de realización personal y
4- No abordar la negación de los padres puede aca- profesional y de fracaso y pérdida de sentido. Es
rrear distintas consecuencias negativas para la niña muy importante revisar el propio diálogo interno
(no ajustar el tratamiento a su verdadera condi- —que refleja las actitudes vitales—: si desde la no-
ción, rozando la obstinación terapéutica), para los che anterior mi diálogo interno es: “Tengo que irme
padres (fomentar una negación desadaptativa), a dormir ya, porque mañana debo ir a trabajar, y
para el equipo asistencial (falta de criterios unifor- tengo que ducharme, así que tengo que levantarme
mes en el tratamiento, actuaciones no justificadas) antes, porque debo plancharme la ropa, etc…”. O
y para la doctora Juana, que probablemente viva si somos capaces de revisar nuestro diálogo interno
como un fracaso profesional y personal el falleci- en busca de la coherencia personal, responsabili-
miento de la niña. zándonos de nuestras elecciones: “Mañana quiero
5- Esta situación, que a corto plazo reduce la ansie- llegar temprano para estar en el pase. Voy a irme a
dad de la doctora Juana, trae consecuencias graves dormir temprano para que me dé tiempo a darme
a medio y largo plazo para todos los implicados. una ducha y planchar antes de irme…”.

3. ¿Qué contestará la enfermera?


Caso número 2 Si se “deja llevar”, la enfermera probablemente da-
rá una contestación “reactiva” a la presión, interna
Una enfermera va con mucha prisa por el ambula- y externa, en distinto grado: desde “tenemos mu-
torio. Hoy va un poco retrasada y tiene la sensación de cho trabajo e iremos cuando podamos” hasta “si
que no llega a todo lo que tiene que hacer. cree que es un desastre váyase a otro sitio”. Pero
Éste es su diálogo interno: “... Dios mío, es que nos ese profesional también puede optar por una con-
quieren destrozar, no hay derecho a que trabajemos testación acogedora de los temores que general-
tanto. Encima la supervisora no hace más que meterme mente se hallan detrás de las reacciones deman-
presión y cuando le pido algo no me lo da, como lo del dantes y/o agresivas de muchos familiares.
cambio de turno del mes pasado. Y con lo nerviosa que
estoy, tener que aguantar a los familiares, que cada día 4. ¿Cuáles serán las consecuencias para ella y para el
están más exigentes… ¡Se creen que son los únicos...! Y niño y sus familiares?
188 yo sin tiempo. Nadie sabe lo que es aguantar esto. Esto El problema de “dejarse llevar” es que repercutirá
es horrible, estoy harta de que nadie se preocupe por directamente en su relación con los familiares y el
nosotras...”. niño, e indirectamente en sus compañeros y en su
En ese momento un familiar le dice: sentimiento de competencia profesional. Si es ca-
—¡Eh, oiga… ¡Que llevamos 15 minutos esperan- paz de enfocar la situación desde otro punto de
do y aquí no viene nadie! ¿Es que nadie va a atender- vista, podrá mantener una mejor relación terapéu-
nos? ¡Esto es un desastre…! tica con el niño y sus familiares y con sus compa-
ñeros, y sentirá que realiza mejor su trabajo, re-
Reflexión:
conduciendo sus emociones y regulando su len-
guaje interno, que a su vez la llevará a actuar con-
1. ¿Cómo se siente la enfermera?
gruentemente con sus valores y objetivos.
Es fácil adivinar que esta enfermera se pueda sentir
aún más agobiada, poco entendida y sobre-exigi-
5. ¿Cómo lo afrontamos? ¿Coincide con cómo lo que-
da. Un profesional sanitario cansado de las deman-
remos afrontar?
das de pacientes, familias y compañeros, suele
En muchas ocasiones sí y en otras no tanto. ¡No es
cambiar su actitud hacia éstos volviéndose más
fácil! Es cuestión de entrenar el afrontamiento de
impositivo y distante, razón por la que los pacien-
situaciones estresantes sin llegar a desarrollar bur-
tes y sus familias se muestran más exigentes y a la
nout (“… ¡Qué apretada voy hoy de tiempo! Pero
“defensiva” con él, lo que, a su vez, vuelve a re-
bueno, angustiándome no avanzo nada, así que, a
compensar las actitudes negativas, y así sucesiva-
mente. Por ello es importante no “perder la co- ver: tranquila, que al final todo sale. Ya sabes que
nexión” con nuestros sentimientos, poner nombre los familiares de Juanjo tienen mucho miedos…
a lo que sentimos, para lograr reconducir nuestros Venga, respira profundamente y organízate: lo más
sentimientos de acuerdo con los objetivos a corto, importante ahora es…”.
medio y largo plazo.

2. ¿Por qué?
Bibliografía
En numerosas ocasiones, a la presión asistencial y a
la sobrecarga laboral (estrés) se une la desmotivación 1. Arranz P, Torres J, Cancio H, Hernández Navarro F. Factores de
emocional y cognitiva que sigue al abandono de intere- riesgo y de protección en los equipos de tratamiento de los pa-
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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Una escuela en el hospital.


Escolarización y terapia ocupacional del
niño hospitalizado

Paqui Rodríguez Jiménez, Gregorio Jiménez Torres

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ Introducción

Tener una concepción de pedagogía hospitalaria


u
Reciben el nombre de “aulas hospitalarias” las uni-
dentro de una estructura unificada y diversa, inte- dades escolares surgidas dentro del hospital, cuyo obje-
grando en ella el estudio de la atención a la diver- tivo principal es la atención escolar de los niños hospi-
sidad. talizados, atendiendo con ello a uno de los principales
Definir el aula hospitalaria, explicitando los elemen-
u derechos recogidos en la Ley 13/1982, sobre la integra-
tos esenciales que la componen, como una forma de ción social de los minusválidos, en cuyo artículo 29 se
atender a la diversidad y como fenómeno social hu- recoge que en todos los hospitales en los que se cuente
mano. con servicios pediátricos se dispondrá de “una sección
pedagógica para prevenir y evitar la marginación del
Conocer, aceptar y valorar la diversidad de alumnos
u
proceso educativo de los alumnos en edad escolar inter-
(hospitalizados) en relación con las situaciones edu- nados en dichos hospitales”. Esta Ley fue más tarde
cativas, para propiciar respuestas educativas adapta- ampliada a través de varios Reales Decretos en los que
das, de acuerdo con el principio de normalización, se han ido definiendo con mayor claridad las funciones
integración e inclusión. que deben desarrollarse en estas aulas, dotándolas de
un mayor contenido. 191
Desarrollar la concepción de la educación como res-
u

ponsabilidad social e institucional ante los alumnos En estas aulas son atendidos niños que durante un
hospitalizados. periodo de tiempo más o menos largo padecen diversos
trastornos físicos, enfermedades, fracturas, operaciones,
Aprender las mejores estrategias y los distintos ins-
u
etc., por lo que deben ser ingresados en un hospital. De
trumentos que nos pueden servir para valorar las esta forma pueden continuar con el proceso educativo
necesidades de los niños hospitalizados. con total normalidad, dentro de la anormalidad que
Comprender las mejores opciones metodológicas y
u supone para el niño estar fuera de su ambiente familiar,
de intervención para los niños hospitalizados. escolar y social.
Las aulas hospitalarias poseen unas determinadas
Conocer técnicas, estrategias didácticas y psicopeda-
u
características que hacen que la actividad que se desa-
gógicas para la atención directa de los alumnos hos- rrolla en ellas sea, en cierto modo, diferente: se encuen-
pitalizados y para la orientación y formación de los tran ubicadas dentro de un centro hospitalario y dirigi-
maestros y del personal sanitario. das a niños que sufren diversos tipos de patologías. Es-
Apreciar el valor educativo de una acción en colabo-
u tas dos premisas hacen que la actuación escolar que el
ración y cooperación entre todos los profesionales, profesor debe realizar requiera unos comportamientos
de cara a la mayor eficacia en la respuesta a estos diferentes a los que se llevarían a cabo en un aula nor-
alumnos. mal. Por esta razón, el aula debe ser un espacio abierto
y flexible, atento únicamente a las necesidades del niño
Tener presente a la familia, personal sanitario, maes-
u
hospitalizado, donde éste pueda acudir libremente, con
tro u otros profesionales entre los agentes relevantes la posibilidad de ausentarse siempre que lo requiera su
ante el niño enfermo, desarrollando actitudes para asistencia médica y sanitaria, para más tarde volver a
atraer su colaboración y participación en el centro incorporarse a sus tareas escolares.
hospitalario.
La actuación, por otra parte, de los maestros y
Asumir que la formación en pedagogía hospitalaria
u maestras que trabajan en estas aulas debe tener en
es una tarea que no se acaba nunca y que requiere, cuenta todas las circunstancias que rodean al niño hos-
por tanto, una continuidad en la adquisición de co- pitalizado: angustia, ansiedad, desmotivación, aburri-
nocimiento, actualización y desarrollo de ideas y miento, etc.; de ahí la importancia de emplear una serie
prácticas creativas. de técnicas encaminadas a fomentar en estos niños la
creatividad, el perfeccionamiento de sus destrezas, ha-

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

bilidades y capacidades manipulativas, así como la uti- desplace hasta ella. La finalidad, en ambos casos, es
lización de las nuevas tecnologías (Figura 1). siempre la misma: evitar o reducir en lo posible las con-
Otro de los aspectos de gran interés en estas aulas secuencias negativas que su estancia en el hospital les
es la creación de un clima propicio para el intercambio puede causar, tanto en el campo educativo como en el
de experiencias entre los diferentes alumnos hospitali- personal, especialmente en los casos de los niños que
zados, no ya sólo dentro del aula sino también durante están más tiempo hospitalizados por padecer una enfer-
el tiempo que pasan en el resto de dependencias com- medad crónica (leucemia, etc.).
partidas del hospital: los pasillos, la sala de juegos o sus En estas actuaciones se tienen siempre muy pre-
propias habitaciones, procurando que sientan lo menos sentes otros dos componentes fundamentales en todo
posible la lejanía de su ambiente familiar y social. Asi- este proceso educativo y sin los cuales difícilmente la
mismo, y gracias a las nuevas tecnologías, se intenta actuación del maestro del aula podría desempeñar su
relegar a un segundo plano la soledad y el aislamiento labor plenamente: los padres y el personal sanitario
que sufre el niño hospitalizado comunicándose a través (médicos, enfermeras, auxiliares, etc.).
de Internet con otros niños de otros hospitales con pro- La relación con los padres ha de ser diaria y per-
blemas iguales o parecidos a los suyos, y con sus com- manente, ya que son ellos, junto con sus hijos, los pri-
pañeros del aula de referencia, con sus amigos, su fami- meros en orientar al maestro sobre el nivel educativo de
lia, etc. (Figura 2). éstos, al mismo tiempo que sirven de nexo de unión
entre el colegio y sus tutores con el aula hospitalaria.
En cuanto al trato con el personal sanitario, ha de
ser también diario, siendo considerada su labor como
imprescindible ya que estimulan y apoyan en todo mo-
mento la asistencia de estos niños al aula. Por otra par-
te, ellos se convierten en el primer transmisor de la in-
formación referente a cada niño que ingresa en el hospi-
tal o sobre los cambios que se produzcan en el ánimo o
en la salud de aquel otro que ya lleve tiempo ingresado.
Ellos serán, en definitiva, quienes determinen si deben
acudir o no al aula, o si conviene, por el contrario, que
se les atienda en su habitación.
192 La situación actual de la Pedagogía Hospitalaria y,
por consiguiente, la actuación de los maestros en los
hospitales en España, se puede decir que se encuentra
en un momento ciertamente importante, ya que son
Figura 1. La importancia de emplear una serie de técnicas encaminadas a pocos los hospitales que hoy en día no cuentan entre
fomentar en estos niños su creatividad, el perfeccionamiento de sus destrezas,
habilidades y capacidades manipulativas.
sus instalaciones con un aula hospitalaria y que no de-
diquen parte de sus instalaciones y medios económicos
a la atención y mejora de estos centros. Sin embargo, el
proceso para llegar a esta situación ha sido largo y
complejo.
En un principio las aulas surgieron en ciertos hos-
pitales de una manera espontánea, ante la preocupación
de algunos por la atención escolar de los niños que pa-
saban largas estancias hospitalizados, lejos de su am-
biente familiar y con la posibilidad de perder el curso
escolar.
Las primeras escuelas dentro de un hospital surgen
allá por los años cincuenta en centros vinculados con la
orden hospitalaria de San Juan de Dios, como ocurriera
en el Sanatorio Marítimo de Gijón, que era llevado por
estos religiosos; labor que fue continuada en otro de sus
Figura 2. El internet puede ayudar a muchos niños hospitalizados a relacionarse hospitales, en esta ocasión de Madrid, en el Asilo de
y disminuir su sensación de aislamiento. San Rafael. Unos años más tarde, en torno a 1965, ante
la epidemia de poliomielitis que sufría la población in-
fantil española, se plantea la necesidad de ayudar a es-
La actividad educativa se lleva a cabo de varias tos niños no sólo desde el punto de vista médico, sino
maneras, siendo dos las más comunes: la asistencia al también desde el escolar y educativo. Esta iniciativa dio
aula por parte del alumno, siempre que se encuentre en lugar a que se abriesen una serie de aulas en diversos
condiciones físicas para desplazarse hasta ella, o bien la hospitales de la geografía española, en concreto en el
actuación educativa en su propia habitación, cuando su Hospital de Oviedo, en La Fe de Valencia, en Manresa
estado de salud aconseja que sea el profesor el que se (Barcelona) también bajo la dirección de los hermanos

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11. Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado

de San Juan de Dios, y en los madrileños: Niño Jesús, res, aquellos que estudian el Bachillerato. Asimismo,
Clínico, Gregorio Marañón y Hospital del Rey; eran hoy en día se está abriendo camino otra nueva modali-
unas aulas dependientes del Insalud, conocido por en- dad, dentro de la atención educativa hospitalaria: la re-
tonces como el Ministerio de Trabajo y Seguridad So- cibida en el Hospital de Día Psiquiátrico de algunos
cial, que iban abriendo camino en este mundo de la hospitales, como el de la Pradera de San Isidro de Ma-
atención escolar hospitalaria. Por ejemplo, en 1966, en drid, donde se atiende a niños y adolescentes que re-
el Hospital Niño Jesús, de Madrid, se creaban un total quieren un tratamiento psiquiátrico con carácter conti-
de diez unidades de Educación Especial, de las que sólo nuado y controlado.
quedaban cuatro en 1997. En resumen, en el aula hospitalaria se atiende,
Hay que incidir en un hecho primordial, y es que tanto escolar como educativamente, a todos los niños
en un principio estas aulas fueron creadas con la idea que por causa de alguna enfermedad se ven obligados
de atender la demanda que había por parte de la socie- a estar hospitalizados durante un tiempo más o menos
dad por atender a niños con determinadas enfermeda- prolongado (Figura 3). El aula es un espacio abierto y
des, como la poliomielitis, parálisis cerebral, el síndro- flexible, pendiente únicamente de las necesidades del
me tóxico, etc. Se pretendía, en esos momentos inicia- niño hospitalizado para paliar una serie de característi-
les, más entretener a los niños que llevar con ellos un cas propias de estos niños: angustia, ansiedad, desmo-
seguimiento escolar, según el programa de su colegio de tivación, aburrimiento, agresividad, tristeza, aislamien-
origen. Esta iniciativa tuvo su continuación en 1974, a to, etc.; para lograr este objetivo se emplean unas estra-
raíz de la apertura del Hospital Nacional de Parapléji- tegias encaminadas a fomentar en los niños la creativi-
cos, en Toledo. En ese momento se puso en marcha una dad, el desarrollo de sus capacidades y habilidades
Sección Pedagógica, compuesta de cinco aulas, biblio- manipulativas, la utilización de la prensa, la radio, las
teca, secretaría y una sala de profesores, con cuatro nuevas tecnologías y el uso del tiempo libre. Todo ello,
maestros, de los que hoy en día sólo quedan tres. La a través de la creación de un clima que propicia el in-
misión de esta sección era atender las necesidades edu- tercambio de experiencias entre los niños hospitaliza-
cativas de los niños y adultos ingresados, cubriendo así dos; donde la finalidad del aula hospitalaria es ofrecer
una demanda cada vez más extendida en la sociedad al niño un espacio en el que pueda continuar el normal
española. desarrollo de sus actividades escolares sin que experi-
Esta iniciativa, sin embargo, no llegó a cuajar en el mente ningún retroceso en su nivel académico, así co-
resto de hospitales ni en la administración educativa, mo el desarrollo afectivo y emocional adecuado a sus
que se limitaba a tomar decisiones puntuales para resol- características personales. 193
ver problemas como el famoso caso del “aceite de col-
za”. Hubo que esperar hasta el 7 de abril de 1982, fecha
en la que se publicó la Ley de Integración Social de los
Minusválidos, para que este derecho se recogiese fiel-
mente en su articulado. A partir de ese momento se
inicia una amplia labor legislativa, tanto desde el punto
de vista del Ministerio de Educación y Cultura como
desde las diferentes Consejerías de Educación y Sani-
dad de las respectivas Comunidades Autónomas, una
vez que éstas asumieron las competencias en materia
educativa y sanitaria, tendente a atender este derecho
que todo niño tiene a la educación, incluidos los niños
enfermos y hospitalizados, y que fue recogido en la
Carta Europea de los Derechos del Niño Hospitalizado,
aprobada por el Parlamento Europeo en 1986.
El resultado final fue que el 18 de mayo de 1998 se
firmó un convenio entre el Ministerio de Educación y Figura 3. Aula hospitalaria del Hospital Universitario Materno-Infantil de Las
Cultura, el Ministerio de Sanidad y Consumo y el Insti- Palmas de Gran Canaria.
tuto Nacional de la Salud, en el que se sentaron las ba-
ses y la política compensatoria destinada a resolver la
escolarización de los niños convalecientes o ingresados Un programa terapéutico integral incluye la inter-
en centros hospitalarios. vención educativa, dirigida por un profesional prepara-
En la actualidad, la mayor parte de los centros hos- do y con experiencia en el ámbito educativo (el maestro
pitalarios de España cuentan entre sus dependencias de la escuela hospitalaria), que se integrará en el equipo
más preciadas con una o varias aulas donde son atendi- médico. El maestro sirve de puente entre la familia, el
dos los niños y niñas que se ven obligados a pasar un hospital y la comunidad educativa, y debe tener un pro-
tiempo en el hospital, lejos de sus centros escolares de fundo conocimiento del currículo, del sistema educati-
origen. Los años comprendidos en esta atención son los vo y de los apoyos que el niño necesita; asimismo, el
que van de los 3 a los 16 años, aunque en ocasiones maestro del aula hospitalaria trabajará con el maestro
puntuales son atendidos niños de otras edades superio- del centro de referencia del niño en el desarrollo del

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currículo y en la elaboración de las adaptaciones curri- los muy recientes en relación a la pérdida del cuerpo
culares pertinentes, y con el niño, en el aula hospitala- del niño, objeto de tantos cuidados y atenciones.
ria o en su servicio de referencia. Para los padres, la hospitalización de un niño so-
Los médicos ofrecen a los maestros una informa- máticamente grave constituye un considerable trauma
ción específica, relacionada con la situación de cada psicológico, donde el desconcierto y el miedo pueden
niño, dándoles la seguridad de que éste dejará de asis- inhibir sus capacidades de pensar y organizarse. Esta-
tir a la escuela si consideran que no está en condicio- mos en una situación en la que la familia puede perder
nes para ello; asimismo, han de valorar cómo afectarán su función de continente; todos los esfuerzos que vayan
los tratamientos a la asistencia a la escuela, y planificar dirigidos a contener a la familia pueden facilitar que
adecuadamente las ausencias del niño. La información ésta recupere su función. Pero intentar facilitar la con-
que los médicos darán a los maestros debe incluir los tención de ansiedades por parte de la familia es una ta-
siguientes apartados: características de la enfermedad y rea muy difícil de asumir. Una larga enfermedad grave y
tratamientos; factores que afectan a la atención del pa- con riesgos de muerte hace que “desaparezcan” todos
ciente, a su interacción social, a la enseñanza y al cui- los demás problemas y conflictos de la familia. A veces
dado médico; secuelas neurológicas y efectos educati- se produce una unión muy profunda entre la madre y el
vos de algunas enfermedades y su tratamiento, y facto- niño enfermo. Pero la madre puede encontrarse muy
res de riesgo. sola, al mismo tiempo que acepta su soledad como una
manera de poner a su marido al abrigo de todos los
sentimientos de tristeza y de culpa que puedan surgir.
Cuando aparecen situaciones como éstas, puede
La hospitalización infantil y la ser útil concretar una reunión con ambos progenitores.
muerte El padre frecuentemente queda, por lo dicho, excluido
de estos cuidados, lo que hace que el papel de la madre
Es importante que los profesionales conozcamos aparezca mucho más intenso y recortado en su relación
qué sentimientos aparecen en el niño en relación con la de cuidadora del niño.
enfermedad grave que presenta y qué representaciones No menos importancia tienen los hermanos del
está elaborando al respecto. Para ello es imprescindible niño grave, ya que pueden quedar al margen de esta si-
que conozcamos los distintos momentos en la vida del tuación. Esto impide, por un lado, que ocurra en ellos
niño en los que va desarrollando el concepto de muerte el proceso de la pena anticipada y, por otro, que esta
194 y cómo lo hace, y consideremos asimismo qué repercu- situación pueda estimular en ellos fantasías relaciona-
siones está teniendo la posibilidad de un fatal desenlace das con responsabilidades en la enfermedad del herma-
en el entorno familiar. no, junto con preocupaciones por su propia salud.
Los sentimientos profundos pueden manifestarse a
veces como problemas somáticos, lo que vuelve a los
Hacer frente al desenlace de la padres muy protectores con los hermanos, pudiendo
enfermedad somática grave producirse entonces en éstos conductas que retrasan
sus posibilidades de maduración.
La enfermedad somática trastorna y desorganiza la Otro problema tiene que ver con la información o
vida psicológica de niños enfermos, de sus familias y de con las preguntas del niño en relación con lo que a él le
los profesionales. ocurre, puesto que no se trata de informar excesiva-
En periodos terminales de las enfermedades somá- mente al niño, como si se tratara de un adulto, ni tam-
ticas graves, algunos niños intuyen a su manera lo que poco de ser cómplices de una conspiración de silencios
va a pasar. Niños que hasta entonces habían colaborado que eluda cualquier pregunta que el niño haga; se trata
mucho en los tratamientos, rechazan ser cuidados, se de crear un lugar donde el niño pueda hablar libremen-
aíslan y desconectan, para no sentir. te y pueda ser escuchado (Figura 4).
En estas circunstancias no ayuda nada al niño el
que los adultos actuemos como sí todo fuera bien, ya
que esto puede arrinconar al niño en una soledad que
percibe como un abandono de aquellos que ya no “sa-
ben” o no “pueden” cuidarlo.
También resulta complicado en el caso de niños
que necesitan una intervención quirúrgica, porque el
hecho de tener que colocar la integridad del cuerpo del
niño, del que siempre se ha ocupado la madre, en ma-
nos de otra persona para algo que está lleno de riesgos,
crea muchas ansiedades.
En los adolescentes, la situación es aún más difícil,
ya que, por un lado, parecen mostrar menos posibilida-
des de contención y, por otra, está el hecho de los cam-
bios biológicos de la pubertad, que han motivado due- Figura 4. Fiesta de payasos.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


11. Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado

Objetivos pedagógicos, Las necesidades educativas especiales de éstos di-


psicológicos y sociales fieren de las de los niños con otros déficit. La enferme-
dad les provoca una disminución de su energía y con-
Las necesidades educativas derivadas de las enfer- centración e influye negativamente en su desarrollo
medades crónicas y de larga duración son fundamen- cognitivo, afectivo y social. Asimismo, las enfermeda-
talmente de tres tipos: a) las relacionadas con la asis- des crónicas difieren en intensidad. Unas veces, las ne-
tencia sanitaria, a fin de favorecer el autocontrol del cesidades educativas pueden atenderse en el aula ordi-
niño sobre la enfermedad e informar a los padres de los naria con ayuda educativa, en el hospital o en casa;
cuidados que precisa; b) las relacionadas con la adap- otras, necesitarán programas específicos de educación
tación emocional del niño y de la familia a la enferme- especial.
dad, y c) las adaptaciones curriculares de acceso para El curso de la enfermedad, los tratamientos y
evitar el retraso o fracaso escolar, así como las significa- los efectos secundarios son muy variados y hacen
tivas para niños con secuelas permanentes derivadas que los niños estén sujetos a altibajos, estancamien-
de su enfermedad (Figura 5). tos y retrocesos; por tanto, sus necesidades educati-
vas son más impredecibles que las de otras deficien-
cias. La respuesta educativa a estas necesidades debe
ser rápida y flexible, requiere de una coordinación
entre la educación especial y la ordinaria, y el reco-
nocimiento de que los niños con problemas de salud
son responsabilidad de toda la escuela y de todos los
servicios.
Todas las actuaciones educativas desarrolladas tie-
nen un carácter educativo-formativo y humano donde
cada una de las actuaciones van encaminadas a la con-
secución de cada uno de los siguientes objetivos:

- Pedagógicos: La hospitalización de estos niños trae


consigo un retraso académico tanto mayor cuanto
más dure el tiempo de internado, por lo cual es
195
conveniente que el niño siga el ritmo académico en
el hospital con el fin de no quedar descolgado de
su escolaridad, con las consiguientes consecuen-
cias académicas y personales que esto conllevaría.
Se pretende, por tanto, posibilitar su incorpora-
ción a la vida escolar mediante programas indivi-
dualizados, partiendo del nivel competencial que
cada niño posee y teniendo en cuenta sus iniciati-
vas e intereses; con ello se mantiene vivo su interés
por aprender y se fomenta el hábito de trabajo, y
además se potencia el trabajo cooperativo por me-
dio de actividades que contribuyen a su desarrollo
Figura 5. El aula hospitalaria debe, entre otras cosas, evitar el retraso o fracaso
escolar.
integral y al establecimiento de las relaciones con
los demás (Figura 6).

Para satisfacer estas necesidades (sanitarias, emo-


cionales y curriculares) se necesita la colaboración de
equipos multidisciplinares que, coordinadamente, las
atiendan en el hospital con el objeto de conseguir: la
plena adaptación del niño y de la familia a las exigen-
cias de la enfermedad, un desarrollo social, académico y
emocional lo más normalizado posible, y la integración
en la escuela.
Algunos niños tendrán grandes limitaciones en su
actividad y funcionamiento intelectual; otros no. Cier-
tas discapacidades serán permanentes; otras, transito-
rias. Y en un periodo largo de tiempo, la gravedad de la
discapacidad puede aumentar, disminuir o permanecer
estacionaria. Figura 6. Una actividad en la Escuela de nuestro hospital.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

- Psicológicos: La vida emotiva y social es la que condi- B. DE LOS ALUMNOS


ciona el comportamiento y la actividad del niño, la
que tensa su carácter e inteligencia y, en definitiva, la 1. Continuar con los objetivos escolares ordinarios
que debe permitir paralizar su adaptación a la vida programados.
colectiva, que cada vez es más exigente. Por ello, el 2. Garantizar, en todos los casos posibles, la evalua-
internamiento en el hospital puede ocasionar en el ción continua y el reconocimiento académico del
niño/a el síndrome de hospitalización, provocando una trabajo realizado.
vulnerabilidad en su vida emotiva, afectiva y social, y 3. Atender las áreas de desarrollo emotivo, afectivo y
produciendo un desajuste de su perso­nalidad. Por social que inciden de una forma singular en los
tanto, hay que incidir en un clima emocional positi- alumnos y alumnas, disminuyendo las vivencias
vo, que además de tener valor en sí, sea el medio negativas (ansiedad, estrés, angustia, depresión
para conseguir objetivos de naturaleza cognitiva. El por la hospitalización, etc.).
logro de ese clima es el objetivo de la orientación 4. Mantener los hábitos de trabajo y la inquietud de
personal, parámetro fundamental de una plena aprender.
educa­ción de la persona. Por ello, se pretende conse- 5. Ocupar su tiempo libre con actividades (Figura 8).
guir una mejor adaptación a su nuevo entorno, así
como que llegue a comprender qué es lo que le está
sucediendo y por qué. Para ello se contribuirá a dis-
minuir las vivencias negativas de ansiedad, angustia,
tristeza, agresividad, etc., que el niño experimenta
en su proceso de hospitalización (Figura 7).

Figura 8. Fiesta de payasos.


196

6. Motivarles para que establezcan relaciones adecua-


das con el hospital.
7. Establecer las medidas necesarias para que el
Figura 7. Visita de Miss España al hospital previa petición del niño. alumno no pierda el contacto con sus compañeros
y profesores.

- Sociales: Pretenden crear un ambiente lo más cer-


cano a su vida diaria, propiciando con ello que se C. DE LOS PROFESORES DEL AULA
relacione con los demás. Para ello se creará un am-
biente basado en relaciones de confianza y seguri- 1. Profundizar en el conocimiento de todo lo relativo
dad y se fomentará la comunicación interpersonal a la pedagogía hospitalaria.
entre los niños hospitalizados. 2. Mejorar la formación en aspectos didácticos-infor-
máticos.
Los objetivos generales que deben desarrollarse 3. Establecer una buena comunicación entre la familia,
son los siguientes: el centro y el aula hospitalaria, provocando situacio-
nes de relación tanto en el aula hospitalaria como en
su planta y en los distintos servicios hospitalarios.
A. DE ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DEL
AULA
D. DE RELACIONES EN EL HOSPITAL
1. Actualizar materiales curriculares del aula.
2. Optimizar los recursos cedidos al aula hospitalaria. 1. Mejorar la coordinación entre el aula y los servi-
3. Mentalizar al personal sanitario, familiares y alum- cios (horarios y traslados).
nos de las actividades que son propias del aula 2. Seguir manteniendo reuniones con las diversas
hospitalaria con respecto al ciber-aula. direcciones del hospital para conseguir unificar
4. Divulgar información y pautas de orientación para criterios.
el profesorado sobre la adaptación del niño enfer- 3. Crear un ambiente más humanizado que fomente
mo al entorno escolar. las relaciones de confianza y seguridad.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


11. Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado

Áreas de actuación

Refuerzo y desarrollo de las técnicas


instrumentales básicas

- Desarrollo del lenguaje, utilizándolo de forma


comprensiva y razonada.
- Leer correctamente de forma mecánica y compren-
siva.
- Expresarse verbalmente de forma correcta y fluida.
- Escribir correctamente y utilizar la escritura como
medio de comunicación.
- Reforzar y desarrollar los conceptos básicos de nú-
mero y cantidad. Figura 9. Jornadas del “Día del enfermo”. Taller de radio escolar.
- Realizar operaciones aritméticas y resolver proble-
mas del nivel.
cuentra el niño hospitalizado: alejado de su ambiente
familiar, pero con las mismas inquietudes y el mismo
Atención y desarrollo de su situación proceso educativo que cualquier otro niño escolariza-
emotiva do, y sin olvidar que la base de este trabajo será la pro-
pia programación del aula de origen de cada niño. De
- Controlar los impulsos emocionales. ahí que los criterios metodológicos que han de seguirse
- Superar los miedos ante situaciones normales de la sean los siguientes:
vida.
- Superar las reacciones de irritabilidad ante situa-
ciones de frustración normal. Globalizadores
- Confirmación de su autoestima y de la seguridad
en sí mismo. Las distintas actividades programadas deben partir
- Aceptación positiva de sus circunstancias físicas. de un criterio globalizador, en el que los contenidos se 197
- Mejorar la calidad de vida de los niños al mejorar estructuren en torno a unos ejes muy concretos, que par-
la situación emotivo-afectiva de sus padres. tan del propio medio sanitario en el que los niños se mue-
- Desarrollar actitudes críticas y constructivas, gene- ven. El aula se debe convertir, de esa manera, en un lugar
rando expectativas y proyectos de futuro. en el que confluyan los recursos que aporta el niño de su
centro de origen, con los propios del aula hospitalaria.

Compensación de su aislamiento afectivo-


social Personalizados

- Facilitar la relación con el personal de atención hos- La atención que reciba cada niño ha de ser perso-
pitalaria. Participar activamente en las actividades nalizada, adecuada a la edad y a su nivel escolar, así
que se desarrollan (actividades complementarias). como a sus condiciones afectivas y de salud. El aula
- Relacionarse con los compañeros del centro esco- hospitalaria se adaptará a la programación establecida
lar y del barrio a través de cartas, casetes, visitas al en el centro de origen de cada uno de los niños hospita-
centro, etc. lizados, limitándose ésta, en todo caso, a adaptar aque-
- Mantener contacto directo con la comunidad so- llas tareas curriculares que considere oportunas. Se uti-
cial a través de los medios de comuni­cación (nue- liza una metodología personalizada e individualizada,
vas tecnologías, prensa y radio escolar) y de perso- apoyada en la educación grupal, buscando la concor-
najes invitados al hospital (Figura 9). dancia en vez del cumplimiento, ofreciendo apoyo para
- Mantener los lazos con la familia. vencer dificultades e interviniendo sobre el medio para
- Mejorar los lazos de comunicación entre los niños, hacerlo favorable.
los padres y los profesionales que intervienen.

Participativos

Principios metodológicos En todo este proceso será de vital importancia, co-


mo ya quedó reflejado en otro apartado, la relación que
Llegado el momento de adoptar unos determina- se debe tener con otros agentes dentro de este proceso
dos criterios metodológicos, se tendrá en cuenta, como educativo en el que se va a ver inmerso el niño en el hos-
punto de partida, la especial situación en la que se en- pital y su participación en aras de alcanzar los objetivos

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

establecidos. En primer lugar, las familias, que se conver- Socializadores


tirán en el primer nexo de unión con el centro de origen
del niño, con el objeto de informar acerca de la evolución Del mismo modo, se debe atender la necesidad de
escolar de su hijo, de cómo se enfrenta al trabajo diario, socialización que todo niño tiene, incluso en los mo-
etc., pues son las primeras personas que ofrecen infor- mentos en los que está apartado de su medio social más
mación directa de cuál es su estado de ánimo. En segun- próximo: su familia, sus amigos, etc. Es en esos mo-
do lugar, el personal sanitario, que son los encargados de mentos cuando más se debe prestar atención a las acti-
ofrecer información técnica relacionada con la salud del vidades en grupo, cuyo fin no es otro que lograr la co-
niño y acerca de si es oportuna su asistencia a clase o, por municación y la amistad entre los niños ingresados.
el contrario, se le aconseja que se quede en su habitación
y reciba la atención escolar en ella. Por último, los profe-
sores del centro de referencia del niño, en especial su tu- Flexibles
tor, ya que de ellos se obtendrá la primera información
acerca del rendimiento escolar del niño y cómo debemos Por último, y dada la situación tan especial en la
proceder durante su estancia en el hospital. que se encuentran los niños en estas aulas, enfermos y
lejos de su ambiente, así como la diversidad de cursos
y edades a los que va dirigida esta actuación, los crite-
Significativos rios metodológicos utilizados deben ser flexibles, ajus-
tando las actividades al ritmo de trabajo de cada uno
El profesor del aula hospitalaria tendrá muy en de ellos.
cuenta, a la hora de comenzar el trabajo con los nuevos
alumnos, la construcción de aprendizajes significativos,
donde se tenga ponga especial atención tanto a los cono-
Desarrollo de actividades
cimientos aportados por el niño al llegar al hospital como
los nuevos conceptos recibidos en el aula hospitalaria.
El desarrollo de las actividades en un aula hospita-
En este proceso son muy importantes las interrela-
laria partirá siempre de una premisa fundamental: el
ciones que se puedan dar entre el alumno y el profesor;
seguimiento del currículo establecido con carácter ge-
de ahí la necesidad de que la comunicación entre am-
neral en el nivel de referencia de cada niño hospitaliza-
bos sea fluida y de que exista en el aula un ambiente do, limitándose el profesor a realizar las oportunas
198
distendido, en el que el alumno se encuentre feliz y re- adaptaciones curriculares. El programa de trabajo debe
lajado, sin tensiones ni angustias, y donde se sienta va- ser el marcado por el propio colegio de origen del niño,
lorado y querido no por su enfermedad, sino por ser de tal manera que pueda seguir el ritmo de una clase
una persona. normal, si su salud se lo permite. Ahora bien, eso no
debe suponer un obstáculo para que en las aulas hospi-
talarias se apoyen aquellos procesos educativos tenden-
Motivadores tes a potenciar la creatividad de esos alumnos; dichos
procesos están muy relacionados con la intensificación
Con el fin de que las actividades propuestas sean de las actividades complementarias, considerando que
más interesantes y más fáciles de alcanzar para el alum- todo tipo de actividad complementaria va acompañada
no, el maestro del aula debe poner a disposición de éste de una serie de disposiciones por parte del alumno:
todos los medios precisos, tanto los recursos plásticos concentración y aumento de la autoestima, relajación
como los intuitivos. De esta manera el niño se encontra- para mantener el equilibrio emocional, y el fomento de
rá más motivado y con ganas de asistir al aula para con- la creatividad.
tinuar con normalidad sus tareas escolares (Figura 10). Las actuaciones son diversificadas según los niños,
y estarán condicionadas por las necesidades individua-
les y por una serie de características propias de la hospi-
talización:

- Tiempo de hospitalización: El factor del tiempo con-


diciona la naturaleza, profundidad y estilo de la
hospitalización. No obstante, las actividades van
desde las puramente curriculares hasta las de ca-
rácter social y psicológico.
- Circunstancias particulares de salud: Para los niños
que se encuentran en un estado general que les
impide seguir una enseñanza normalizada, se di-
señan actividades manipulativas, lúdicas, relajan-
tes, de juego, que requieren poco esfuerzo y con-
Figura 10. Taller de artes plásticas. centración. En el caso de que el estado de salud

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


11. Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado

no sea un obstáculo para continuar con el desa- pales (cuyo objetivo es fomentar las habilidades
rrollo normal del proceso enseñanza-aprendizaje de comunicación y la capacidad de relación inter-
siguiendo las orientaciones del profesor-tutor del personal) (Figura 11).
centro donde pertenece el niño, se desarrollará el
currículo ordinario, partiendo siempre de su nivel
competencial.
- Atención personalizada e individualizada: Tenemos
que tener presente, a la hora de realizar una activi-
dad, su propia patología y evolución, tanto en el
plano físico como en el psicológico y social, así
como su nivel de competencia curricular y la capa-
cidad del alumno. Por tanto, teniendo en cuenta
su situación y su convalecencia, se pueden em-
plear distintos tipos de actividades, tanto en el
contenido como en el grado de dificultad.
- Diversidad de edades: Nuestra población escolar
proviene de los distintos niveles educativos: edu-
cación infantil, primaria y secundaria. La coordi-
nación educativa con los centros de origen nos
sirve de pauta a seguir en el proceso educativo del
niño.
- Actividades educativas desarrolladas en el aula o en
las plantas: En cuanto al aula hospitalaria, las fun-
ciones de ésta consistirían en compensar el posi-
ble retraso académico; ocupar el tiempo libre;
promover la independencia y confianza del niño
en el medio hospitalario; compartir las preocupa-
ciones y los problemas de los niños, animándoles
para que tengan una actitud positiva hacia la en-
fermedad; mejorar su estabilidad psíquica ante si- 199
tuaciones delicadas, referidas a la ansiedad y al
Figura 11. Dibujo de Andrés Rosales, de 7 años, ganador del concurso de
miedo ante determinadas pruebas por las que tie- tarjetas de Navidad 2006-2007 y cuyo premio fue el editarlo como felicitación
nen que pasar, a la inquietud por conocer si se van del personal del complejo hospitalario materno-insular de Las Palmas.
a curar pronto, al desconocimiento del tiempo de
ingreso y a la preocupación sobre todo por estar
solos y que sus padres no estén con ellos, y, final-
mente, prestar un importante apoyo emocional a Recursos
los niños y a los padres. Surgen distintas situacio-
nes, vivencias personales y experiencias diarias, - Materiales: el aula, los diversos servicios y espacios
originadas por los propios compañeros, que mu- libres, materiales curriculares, biblioteca de aula,
chas veces son el punto de partida de una activi- juegos didácticos, material inventariable, etc.
dad concreta. Ello ofrece la posibilidad de realizar - Informáticos: ciber-aula, ordenadores personales,
actividades de carácter social (trabajo en grupo, programas educativos y de entretenimiento.
charlas, coloquios, prensa, radio y nuevas tecno- - Personales: los maestros, personal sanitario, otros.
logías). Según el momento de aplicación, las acti-
vidades son: de iniciación (de carácter lúdico y
toma de contacto con el recién ingresado), de de-
sarrollo (busca la consecución de los objetivos Horarios
propuestos en el diseño curricular) y actividades
de evaluación (se valora el grado de consecución El horario destaca por su flexibilidad y está sujeto a
de los objetivos, el grado de integración, su adap- los estados de salud del niño, a la evolución de la enfer-
tación y su nivel de relaciones interpersonales). medad y a las actuaciones concretas del personal sanita-
Según el contenido de las actividades, éstas pue- rio que vela por su recuperación. Los tiempos estableci-
den ser: curriculares (dirigidas a la continuidad dos para cada actuación dependen del nivel de estancia
del proceso de enseñanza-aprendizaje), formativas hospitalaria, de las características de la patología de los
(dirigidas a mejorar la situación personal, psico- niños y de los tratamientos y operaciones, factores que
afectiva y social del niño) y complementarias (di- de un día para otro pueden variar en su duración. Los
rigidas al apoyo y ampliación de la tarea escolar). momentos abarcarán el suficiente periodo de tiempo co-
Según la forma de realización. pueden ser: indivi- mo para garantizar la adecuada atención educativa que
duales (con las orientaciones del maestro) y gru- los niños necesitan según su edad y nivel educativo.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Evaluación para distraerse o aprender, sino que su labor va mucho


más allá, utilizando la pedagogía como medio para
Se evalúan las características peculiares de cada brindar una atención integral y para lograr la concu-
niño, su nivel de competencia curricular, los objetivos rrencia de las necesidades educativas del niño, además
propuestos, el grado de adecuación de las actividades y de proporcionarle la forma adecuada para expresar sus
la metodología. También se valoran nuestras actuacio- sentimientos y temores (Figura 12).
nes concretas, las formas de ponerlas en juego y la natu- El curso de la enfermedad, los tratamientos y los
raleza y grado de coordinación entre los distintos colec- efectos secundarios son muy variados y hacen que los
tivos que, de una forma más o menos directa, influyen niños estén sujetos a altibajos, estancamientos y retro-
en la educación y en la vida de los niños mientras per- cesos; por tanto, sus necesidades educativas son más
manecen convalecientes en el centro sanitario. impredecibles que las de otras deficiencias. La respues-
ta educativa a estas necesidades debe ser rápida y flexi-
ble, requiere una coordinación entre la educación espe-
cial y la ordinaria, y el reconocimiento de que los niños
Papel que desempeña la con problemas de salud son responsabilidad de toda la
escuela en la hospitalización escuela y de todos los servicios.
de estos niños En este marco de intervención, lo escolarización
representa uno de los puntos clave del desarrollo inte-
Planteamos el tema desde la nueva concepción de gral de todo niño enfermo, porque: facilita la adapta-
la educación especial, que va más allá de la deficiencia, ción y normalización del niño y su familia; evita el ais-
para intentar dar respuesta a cualquiera de las situacio- lamiento y favorece la integración social; disminuye la
nes de riesgo que se vivan, ya sea de forma transitoria o ansiedad asociada al tratamiento, al constituir un ele-
permanente, y que de alguna manera impidan el desa- mento de distracción cognitiva; favorece el desarrollo
rrollo, el equilibrio emocional o la adaptación social de evolutivo del niño, al asegurar la continuidad del pro-
la persona afectada. A tal efecto, podría valorarse la im- ceso educativo; previene posteriores dificultades de
portancia de una atención educativa como una alterna- aprendizaje, y fomenta la esperanza de futuro.
tiva compensatoria para cubrir las necesidades de La atención educativa ha de ser parte integral del
aprendizaje que tiene el niño hospitalizado, y de este programa de tratamiento médico y constituir una labor
modo favorecer la educación de los pacientes pediátri- compartida de los padres, profesores y personal sanita-
200 cos en edad escolar, lo que que exigirá, en todo caso, rio, ya que la continuidad escolar del niño con escuela,
una actuación multiprofesional. la familia y el hospital transmite un mensaje de espe-
El niño enfermo y/u hospitalizado tiene, del mis- ranza en el futuro; asimismo, una atención educativa
mo modo que el niño sano, unas necesidades básicas integral permite al niño desarrollar sus habilidades so-
que desarrollar, y, por ello, tiene derecho a la educa- ciales y cognitivas.
ción: a la disponibilidad de educadores y medios que La relación con los padres será diaria, y en ella se
guíen su proceso de aprendizaje y colaboren al desarro- tendrá muy en cuenta la información recíproca; es de-
llo armónico de su personalidad. Es evidente que la cir, los padres nos informarán de cómo se encuentra
mayor parte de los niños enfermos, y en concreto los esa mañana, si está animado o no, etc., y el profesor,
niños hospitalizados, requieren una atención educativa por su parte, les irá contando cómo evoluciona desde
especial y especializada, independientemente del trata- el punto de vista escolar y qué tipo de actuaciones se
miento médico que estén recibiendo. están llevando a cabo con él. Finalmente, es preciso
La escuela no debe ser un ente aparte del proceso resaltar que, para llevar a cabo una acción global sobre
hospitalario. Los niños no acuden únicamente a ella el niño hospitalizado y su familia, el maestro hospitala-
rio debe poseer una sólida formación de su personali-
dad, un dominio de las técnicas específicas de inter-
vención y un conocimiento de la tecnología educativa,
así como una formación en actitudes, habilidades y
destrezas para esta tarea de rango interdisciplinar y
multiprofesional. Es difícil concretar en unos rasgos
característicos qué cualidades deber tener la persona
encargada de este tipo de enseñanza. Sin embargo,
consideramos que, dadas las características concretas
de este puesto de trabajo, ubicado en un hospital, y los
niños a los que se va a atender (enfermos y convale-
cientes), es aconsejable que los profesores cumplan un
mínimo de exigencias, como:

- Ser abiertos, de trato afable y dialogantes.


- Tener una amplia formación académica y profe-
Figura 12. Fiesta de Navidad. sional.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


11. Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado

- Conocer muy bien la psicología tanto del niño co-


mo de las personas mayores. Esta exigencia se de-
be a que gran parte de la actividad del maestro de
estas aulas va encaminada a tratar con unos padres
que tienen a su hijo enfermo y que no compren-
den el porqué de esa situación, así como a trabajar
con niños bajo los efectos de una grave enferme-
dad o, al menos, que se encuentran separados de
su ambiente cotidiano y en un ámbito ahora com-
pletamente distinto.
- Controlar muy bien las emociones, pues ello ayuda-
rá a mantener en los demás un espíritu confiado.
- Saber escuchar, ya que, en gran medida, el maestro
se convierte en psicólogo de niños y mayores.

Anexos

ANEXO 1: EJEMPLIFICACIÓN DE UNA


POSIBLE INTERVENCIÓN DE UN
PROYECTO SOCIO-EDUCATIVO PARA
NIÑOS CON CUIDADOS PALIATIVOS

Figura 13. Hospital Universitario Materno-Infantil de Las Palmas de Gran


1. DATOS DE IDENTIFICACIÓN DEL PROYECTO Canaria.

a)  Título del proyecto


g)  Plataforma (o institución) desde la que se interviene 201
- Apoyo integral a la situación emotiva-afectiva-so-
cial de los niños en cuidados paliativos ingresados - Hospital Materno-Infantil de Las Palmas de Gran
en un hospital. Canaria (Figura 13).
- Características del centro: tiene una planta de hos-
b)  Ámbito de actuación pitalización que está destinada a los niños y niñas
enfermos de cáncer, con habitaciones, despachos
- Ámbito socio-afectivo en un entorno hospitalario. médicos, cuartos de curas, comedor y sala recreati-
- Formativo. va. Además, posee una sala de hospital de día don-
de los enfermos reciben tratamiento ambulante.
c)  Componentes del grupo de intervención

- Médicos oncólogos. 2. JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO


- Personal de enfermería.
- Maestros de pedagogía hospitalaria. a) Técnicas o instrumentos utilizados para el estudio de la
- Psicóloga. realidad
- Trabajadora social.
- Ficha social: registro de necesidades y demandas.
d)  Participantes-destinatarios del proyecto - Entrevistas individuales.
- Cuestionarios.
Niños en cuidados paliativos. - Sesiones grupales.
- Historia familiar.
e)  Ubicación del proyecto - Historias clínicas.
- La observación estructurada.
Complejo hospitalario materno-infantil. - Los analizadores sociales.
- Inventariar y analizar.
f)  Duración del proyecto
b)  Descripción de la realidad
- Fase de diseño (diagnóstico y planificación): 3
meses. - El hospital es un contexto social donde confluyen
- Fase de ejecución: 3 años. un conjunto de factores que muy fácilmente estre-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

san a los padres y a los niños enfermos; constituye, - Los apoyos que llevan a cabo en la institución se
pues, un entorno extraño y poco familiar, sobre el realizarán con la suficiente participación, de forma
que reciben poca información y al que no com- directiva y coordinada, con el fin de no agravar la
prenden ni controlan. Esta situación, en ocasiones, situación que los padres y los niños puedan expe-
significa para los niños y sus padres la separación rimentar ante una sensible pérdida de control del
de sus familiares y amigos, lo que les obliga a man- sufrimiento por posibles tratamientos agresivos y
tener relaciones sociales, normalmente de depen- dolorosos y por la incertidumbre sobre su futuro.
dencia, con médicos, personal de enfermería y
otros padres de niños enfermos. d) Previsión de la evolución de la realidad en caso de que no
- En el estudio llevado a cabo se reflejan las condi- se intervenga
ciones en las que se da el diagnóstico a los padres
de niños enfermos y las consecuencias posteriores Si a los padres y los niños no se les facilita esta
que provoca tal situación en los padres (y, de for- ayuda que precisan, aumentará el dolor que sufren y, a
ma indirecta, en los niños enfermos), en los médi- su vez, no se les evitará la incertidumbre sobre otras
cos, personal de enfermería, psicóloga, trabajadora preocupaciones que surgen después: la ayuda con la
social y maestros. Los sujetos participantes son un que pueden contar, los recursos que están a su disposi-
total de 40 personas, de los diferentes sectores an- ción, las personas que pueden apoyarles en ese proceso
teriormente señalados, que evaluaron la situación que se inicia, la ansiedad, la depresión y el deterioro fí-
que se vive en esos momentos críticos y posterio- sico y emocional-afectivo.
res al diagnóstico. Las conclusiones y los resulta-
dos derivados del estudio deben servir como he- e)  Evaluación diagnóstica de los problemas
rramienta de reflexión y debate, así como fuente
de información para nutrir un proceso de forma- - Algunas de las principales alteraciones psicopato-
ción de un equipo de apoyo en las situaciones al lógicas que se han venido atribuyendo a estos ni-
principio descritas. De esta manera, se intenta dar ños y, en consecuencia, a sus padres son:
respuesta a las demandas y preocupaciones de es-
tas personas sobre la necesidad de un equipo hu- • Alteraciones comportamentales: agresividad,
mano multiprofesional. Los resultados obtenidos conducta de oposición, trastornos del sueño y
ofrecen unanimidad, en todas las partes implica- del apetito, respuestas de evitación, mutismo,
202 das en este proceso, sobre la necesidad, por un la- dependencia afectiva.
do, de poder aliviar la situación crítica que se está • Déficit de atención y dificultad para concen-
viviendo, mediante los apoyos humanos necesa- trarse.
rios, y, por otro, de mejorar, en consecuencia, la • Ansiedad, miedos y temores.
situación afectivo-emotiva de los padres y de los • Depresión y falta de interés por las cosas.
niños, que repercutirá directamente en una mejora • Es frecuente que se vuelvan demasiado protec-
afectivo-emotiva de sus relaciones. tores y en algunos casos indulgentes.
• Es probable que sientan aprensión por la vuelta
c) Concreción de los problemas que se quieren abordar de su hijo al colegio.
• También experimentan preocupación por la re-
- La experiencia individual de cada uno de los que acción de los otros niños hacia su hijo.
trabajamos en ese entorno nos ha llevado a plan-
tear la necesidad de colaborar en la información y - Entre las alteraciones emocionales relacionadas con
en el apoyo a los padres y a los niños sobre los el hecho mismo de la hospitalización, la ansiedad y
cuidados paliativos que se ofrecen a los niños. la depresión se postulan en la actualidad como los
- El trauma emocional, la desorientación, la necesi- efectos más frecuentes de la hospitalización.
dad de ayuda, el miedo a la enfermedad, la relación - Como hipótesis diagnóstica, podría afirmarse que
con la muerte, etc., que esos padres y niños ponen la falta de apoyo integral a los niños y, en conse-
de manifiesto en esos momentos, y posteriormente, cuencia, a sus padres en el centro hospitalario
ante los profesionales que se encargan de poner en perjudica la asimilación de la situación hospitalaria
conocimiento de esos padres y niños esa realidad, a la vez que aumenta el estado de ansiedad y estrés
evidencian la necesidad de que al lado de los pa- en ellos.
dres y los niños esté siempre todo un equipo que
pueda responderles en las múltiples necesidades
que conllevan esas circunstancias: explicaciones 3. FORMULACIÓN DE UNA TEORÍA PRÁCTICA
médicas, superación del impacto emocional, posi-
bles preguntas sobre cómo se lo dirán al niño/a, Las acciones que favorecen el apoyo integral y la
apoyo a los planteamientos escolares y sociales; en orientación a los niños y padres contribuyen a mejorar
definitiva, darles el calor humano que en esos mo- su situación afectivo-emocional, el contexto familiar y
mentos de tanta frialdad se necesita, y que luego su influencia positiva en la adaptación del niño a la hos-
llevará a los niños a soportar mejor la enfermedad. pitalización y a su enfermedad.

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4. OBJETIVOS DEL PROYECTO • Coordinación del equipo que va a participar en el


proyecto.
a)  Áreas de intervención • Elaboración del proyecto.
- Socio-afectiva. • Asignación de tareas a cada miembro del equipo.
- Psicoterapia. • Presentación y divulgación.
- Formativa-educativa. • Creación de una comisión mixta.
- Recreativa. • Selección y organización de recursos.
• Establecimiento de prioridades.
b)  Metas o finalidades últimas (objetivos generales) • Reunión con los niños y los padres para comentar
- Contribuir a integrar y desarrollar plenamente este las actividades que se van a desarrollar.
proyecto en la vida del centro hospitalario. • Inicio de las actividades.
- Generar un espacio de cooperación y trabajo co- • Evaluación y seguimiento durante el desarrollo del
mún entre todos los padres y familiares junto con proyecto.
sus hijos, abriendo las puertas del centro a la cola-
boración, la participación y el disfrute de los me- b) Técnicas e instrumentos utilizados para el seguimiento
dios y recursos de los que dispone. de las actividades
- Favorecer la formación permanente que contribu-
ya al bienestar físico, mental y social de los niños y - Técnicas de motivación.
padres. - Técnicas de control de emociones.
- Observación participativa.
c)  Objetivos más concretos y próximos (objetivos específicos) - Registros y escalas y recopilación general de datos.
- Técnicas grupales de dinámica de grupos.
- Informar y formar a los niños y padres de los
instrumentos necesarios para una participación c)  Relación de las actividades que se van a llevar a cabo
eficaz.
- Identificar en el procedimiento que se lleva a cabo - Formativas-educativas, orientadas a favorecer la ad-
los elementos que contribuyen a aumentar el trau- quisición de conocimientos y el desarrollo del uso
ma emocional que afecta a los niños y padres, crítico e ilustrado de la razón: reuniones, cursos,
cuando se les informa del tratamiento paliativo. seminarios, talleres, jornadas, lectura de libros.
- Determinar medidas que contribuirían a reducir y - Artísticas, para favorecer la expresión, el desarrollo 203
paliar ese trauma emocional. de los lenguajes creativos y la capacidad de inno-
- Mejorar la calidad de vida de los niños al mejorar vación, con el fin de reducir la intensidad de las
la situación emotivo-afectiva de sus padres. tensiones, la angustia y el estrés: pintura, teatro,
- Desarrollar actitudes críticas y constructivas, gene- música, bricolaje, revista, fotografía.
rando expectativas y proyectos de futuro. - Lúdicas, para favorecer el desarrollo corporal e
- Mejorar los lazos de comunicación entre los niños, igualmente disminuir las tensiones y aumentar la
los padres y los profesionales que intervienen. motivación y el estado emocional: excursiones,
juegos, paseos, marchas, deportes, yoga, tai-chi.
- Sociales, para favorecer la vida asociativa y la solu-
5. METODOLOGÍA Y ACTIVIDADES QUE SE HAN ción de problemas colectivos: organización de re-
DE DESARROLLAR uniones y encuentros, fiestas.

a)  Metodología general d)  Productos finales de las actividades

La metodología no es independiente de los objeti- Relajación, mejora social, crecimiento personal,


vos que se desean alcanzar; por eso, a la hora de aplicar toma de decisiones, participación, autoconocimiento,
una metodología adecuada para conseguir dichos obje- colaboración, responsabilidad, formación, comunica-
tivos, ésta será colaborativa, participativa, activa, didác- ción, autoafirmación, motivación y mejora del bienestar
tica, flexible, orientada al grupo, a sus intereses y a la físico y mental.
mejora de su realidad.
Teniendo en cuenta tanto las características con-
cretas individuales de cada niño y padre-madre y respe- 6. AGENDA PARA EL DESARROLLO DE UNA
tando su ritmo de asimilación e interiorización, se pro- ACTIVIDAD
grama la siguiente secuencia general:
a)  Nombre de la actividad que se ha de desarrollar
• Diagnóstico y evaluación del problema.
• Investigación de demandas, necesidades y proyec- Actividad de teatro: interpretación de una obra
tos en contextos afines. creada por los propios niños en colaboración con los
• Búsqueda de colaboración y ayuda de distintos padres. Género: comedia de humor costumbrista-
profesionales. popular.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

b)  Producto final ANEXO 2: Ejemplificación de un


proyecto de animación socio-
Participación colectiva, toma de decisiones, forma- cultural para la creación de
ción, motivación, responsabilidad y mejora del bienes- una ludoteca hospitalaria
tar mental.

c)  Participantes/destinatarios 1) DATOS DE IDENTIFICACIÓN DEL PROYECTO

Los niños en cuidados paliativos, junto con la cola- a)  Título del proyecto
boración de sus padres.
Proyecto de animación sociocultural, creación de
d)  Concreción espacio-temporal una ludoteca hospitalaria (proyecto socioeducativo).

El salón de actos del centro hospitalario. Tres ho- b)  Ámbito de actuación
ras semanales, durante 2 meses aproximadamente, pa-
ra la preparación de la obra. La obra durará una hora y Animación sociocultural.
media.
c)  Componentes del grupo de intervención
e)  Tareas que exige el desarrollo de la actividad
Los recursos humanos con los que cuenta la ludo-
teca son los siguientes: asistente social, educador social,
La participación y coordinación de los padres y sus
ludotecarios. Personal con dominio de una pedagogía
hijos, la preparación del material y demás recursos, la específica basada en los principios de la expresión ludo-
dinámica de grupos, la exposición y la manipulación. creativa, de manera que puedan animar las actividades
de expresión y orientar el proceso socioeducativo que
f)  Técnicas empleadas se desarrolla en la ludoteca.

- Técnicas de motivación. d)  Participantes-destinatarios del proyecto


- Técnicas de control de emociones.
204
- Observación participativa. Niños, jóvenes y adultos de diversas edades.
- Técnicas grupales de dinámica de grupos.
e)  Ubicación del proyecto
g)  Recursos
La ludoteca es hospitalaria y se ubica en el recinto
Los recursos humanos: especificados en el aparta- hospitalario.
do 1.c.
Los recursos materiales: material fungible, vesti- f)  Duración del proyecto
menta típica, utensilios de bricolaje, equipo de megafo-
nía y mobiliario adecuado. Fases de diseño (diagnóstico y planificación): 4 meses.
Fase de ejecución: 8 meses.
h)  Seguimiento y evaluación. Resultados
g)  Plataforma (o institución) desde la que se interviene
- Seguimiento mensual del proyecto, desde la comi-
sión mixta. - Servicios Sociales del Ayuntamiento.
- Evaluación trimestral, con la introducción de - Plaza pública, salón de fiestas y sala de ludoteca.
mejoras. - La ludoteca ocupa una planta baja y dispone de
una sala grande y dos más reducidas.
- Nivel de participación en las actividades.
- Nivel de satisfacción de los participantes.
- Nivel de evolución en el número y en los perfiles
2) JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO
de los participantes.
- Continuidad en las actividades. a) Técnicas e instrumentos utilizados para el estudio de la
- Calidad de las actividades desarrolladas. realidad
- Nivel de consecución de los objetivos.
- Nivel de mejora del clima grupal. - Estudio de documento técnico.
- Nivel de interés manifestado en la propuesta de - Entrevistas individualizadas.
nuevas actividades. - Reunión de información.
- Nivel de autonomía conseguido en las actividades. - Visita al Ayuntamiento, centros educativos y cen-
- Producciones desde los distintos talleres. tros recreativos de la zona.
- Mejora en el nivel de expectativas en la comunidad. - Observación no participativa.

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- Sesiones grupales. - Deterioro en el desarrollo de las capacidades cog-


- Ficha social: registro de necesidades y demandas. noscitivas y creativas del niño.
- Cuestionarios sobre satisfacción y preferencias. - Debilitamiento de los sentimientos de pertenencia.
- Brain-storming. - Problemas afectivos y de relación intergeneracional
- Técnica de riesgo. entre la familia.
- Proyecto de visión de futuro. - Falta de alternativas de ocupación del tiempo libre.
- Estudio de casos.
- Comisión. d) Previsión de la evolución de la realidad en caso de que no
se intervenga
b)  Descripción de la realidad
En caso de que no se intervenga, esta realidad po-
La evolución de nuestra sociedad moderna con- dría evolucionar en el siguiente sentido: aumentar los
lleva ciertas características de la organización del dia- problemas ya existentes; en suma, deterioro de la cali-
rio convivir que ha disminuido el espacio de juegos dad de vida de los niños.
espontáneos tan vitales para el crecimiento de la ni-
ñez, además de crear dificultades para el manteni- e)  Evaluación diagnóstica de los problemas (hipótesis)
miento del núcleo familiar constitutivo, tan necesario
para regular la comprensión intergeneracional. De ma- - Algunas de las principales alteraciones psicopato-
nera que se hacen cada día más necesarias nuevas ini- lógicas que se han venido atribuyendo a estos ni-
ciativas que se han de implementar en el ámbito socio- ños y, en consecuencia a sus padres, son:
cultural para asegurar un desarrollo psicológico propi-
cio a todo niño y a la perspectiva intergeneracional de • Alteraciones comportamentales: agresividad,
la comunidad. conducta de oposición, trastornos del sueño y
Se trata de crear un espacio social de expresión del apetito, respuestas de evitación, mutismo,
ludo-creativa, recibiendo una heterogeneidad de niños dependencia afectiva.
para desarrollar un programa de coeducación y con • Déficit de atención y dificultad para concentrarse.
posibilidades de participación de varias generaciones • Ansiedad, miedos y temores.
(padres, abuelos, etc.). Corresponde a necesidades de • Depresión y falta de interés por las cosas.
integración social, de creación cultural y de coordina- • Es frecuente que se vuelvan demasiado protec-
ción psicomotora del ser humano en permanente creci- tores y en algunos casos indulgentes. 205
miento. • Es probable que sientan aprensión por la vuelta
El hospital es un contexto social donde confluyen de su hijo al colegio.
un conjunto de factores que muy fácilmente estresan a • También experimentan preocupación por la re-
los padres y a los niños enfermos. Es un entorno extra- acción de los otros niños hacia su hijo.
ño y poco familiar, sobre el que reciben poca informa-
ción y al que no comprenden ni controlan. Esta situa- - Entre las alteraciones emocionales relacionadas con
ción, en ocasiones, significa para los niños y sus padres el hecho mismo de la hospitalización, la ansiedad y
la separación de sus familiares y amigos y les obliga a la depresión se postulan en la actualidad como los
mantener relaciones sociales, normalmente de depen- efectos más frecuentes de la hospitalización.
dencia, con médicos, personal de enfermería y otros - Como hipótesis diagnóstica, podría afirmarse que
padres de niños enfermos. la falta de apoyo integral a los niños y, en conse-
cuencia, a sus padres en el centro hospitalario,
c)  Concreción de los problemas que se quiere abordar perjudica la asimilación de la situación hospitalaria
a la vez que aumenta el estado de ansiedad y estrés
La vida emotiva y social es la que condiciona el en ellos.
comportamiento y la actividad del niño, la que tensa
su carácter e inteligencia y, en definitiva, la que debe
permitir paralizar su adaptación a la vida colectiva, 3) FORMULACIÓN DE UNA TEORÍA PRÁCTICA
que cada vez es más exigente. Por ello, el interna-
miento en el hospital puede ocasionar en el niño/a el El juego ayuda al niño a desarrollar su pensamiento
síndrome de hospitalización, provocando una vulnera- crítico y creativo, lo que le permite adaptarse a la diversi-
bilidad en su vida emotiva, afectiva y social y produ- dad, a la incertidumbre y a la velocidad de los cambios.
ciendo un desajuste de su perso­nalidad. Por tanto, La ludoteca hospitalaria responde:
hay que incidir en un clima emocional positivo, que
además de tener valor en sí, sea el medio para conse- - Al desarrollo de la cultura: en la medida que ofrece
guir objetivos de naturaleza cognitiva. El logro de ese un espacio para la socialización, el aprendizaje y el
clima es el objetivo de la orientación personal, pará- intercambio cultural.
metro fundamental de una plena educa­ción de la - Al cambio social: en la medida en que el juego sir-
persona. ve como medio de transformación a las distintas
Se detectan los siguientes problemas: problemáticas planteadas.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

4) OBJETIVOS DEL PROYECTO - Se utilizarán técnicas de globalización e interdiscipli-


nariedad, de modo que el alumno adquiera una
a)  Áreas de intervención visión conjunta de la realidad.
- Heurísticos: La información será sometida a con-
Se establecen tres áreas de intervención: trol, utilizando así el aprendizaje comprensivo y
descubridor.
- Área sociocultural. - La flexibilidad será una nota destacada a lo largo de
- Área formativo-educativa. todo el proceso, permitiendo la adaptación a las
- Área recreativa. situaciones que se produzcan en todo momento.
- Trabajo en equipo: Tanto del grupo de educadores
b)  Metas o finalidades últimas (objetivos generales) como de alumnos.

- Desarrollar las capacidades cognoscitivas y creati- b) Técnicas e instrumentos utilizados para el seguimiento
vas mediante la estructuración de estrategias de de las actividades
pensamiento desde la infancia (pedagógicos).
- Insertar al individuo en su entorno sociocultural, - Registro y recopilación de datos que van surgiendo
estimulando los procesos de cooperación, solidari- durante la ejecución.
dad y participación (social). - Diagnóstico de una situación.
- Estimular los procesos afectivos y de relación in- - Foto-problema real.
tergeneracional dentro de la familia, como célula - Entrevista pública.
básica de la sociedad (comunicación familiar). - Debate público o discusión guiada.
- Crear alternativas de ocupación del tiempo libre - Técnicas grupales: dinámica de grupos.
de forma sana y provechosa, para todos los grupos - Técnicas de motivación.
(animación recreativa). - Observación participativa.

c)  Objetivos más concretos y próximos (objetivos específicos) c)  Relación de actividades que se han de realizar

- Estudiar la situación, necesidades y demandas del - Actividades socioculturales. Temas a tratar: “El
niño hospitalizado. primer día en la ludoteca”, “Hacer amigos en el
206
- Crear una ludoteca hospitalaria. hospital”, “Compartir mis juegos”.
- Favorecer la integración y la socialización (acepta- - Actividades formativo-educativas: Lectura de
ción del otro). cuentos y libros, conferencias (convivencia, juego,
- Estimular la libertad y ofrecer seguridad para la acción. familia, hábitos saludables, construir juguetes), ta-
- Permitir la expresión de la creatividad. ller de experimentos.
- Generar igualdad de oportunidades lúdicas. - Actividades de difusión: Visitas culturales (centro
- Transmitir valores humanos. de salud, feria del juguete, ludoteca, feria del libro,
- Propiciar un espacio placentero, alegre, sorpresivo, zonas recreativas de la ciudad).
curioso y vivo. - Actividades artísticas: Música, pintura, teatro, ces-
- Estimular en los participantes las posibilidades de tería, telares, construir juguetes, restaurar juguetes.
cambio y de mejora para lograr la transformación - Actividades lúdicas: Fiestas y juegos.
de su vida y de su entorno. - Actividades corporales: Psicomotricidad.
- Actividades que abren al resto de la comunidad:
Celebrar jornadas culturales abiertas al hospital,
5) METODOLOGÍA Y ACTIVIDADES QUE SE HAN programación del día del niño, de la solidaridad,
DE DESARROLLAR de la convivencia, del juego y de los abuelos.,
construir juguetes, restaurar juguetes.
a)  Metodología general
Sectores de la ludoteca para el desarrollo de las
La metodología en este proyecto se define como actividades:
participativa, colaborativa, activa, didáctica, flexible y
orientada a la mejora de la realidad. 1. Sector de Psicomotricidad: En este espacio se fo-
Se desarrollará los siguientes principios: mentará el trabajo psicomotriz de la utilización
de diversos materiales, tales como pelotas, basto-
- Psicológicos: Teniendo en cuenta tanto las caracte- nes, aros, cubos, túneles de gomaespuma y col-
rísticas concretas del grupo como las individuales chonetas.
de cada componente y respetando el ritmo indivi- 2. Sector de Bebés: Se atenderá al desarrollo temprano,
dual de desarrollo. a través de material sensorio.
- Activos: Los alumnos serán los protagonistas de su 3. Sector de Juegos: Habrá estantes con juegos y jugue-
propio aprendizaje, utilizando la exploración, la tes, con libre acceso, para ser explorados libremen-
investigación y l reflexión. te o coordinados por el ludo-educador.

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11. Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado

4. Sector Arte: Se ofrecerá diverso material estructura- etc., frente al uso de los juguetes que frecuentemente
do y no estructurado para fomentar la creatividad encuentran terminados en el mercado. El muñeco es
a través de la expresión plástica. Los trabajos van a utilizado para la realización de una obra de teatro, que
estar expuestos en estructuras móviles (colgados se representará el “Día del abuelo”.
del techo con maderas). También se pretende que el niño, con la obra reali-
5. Sector de Experimentos: Se fomentará la exploración zada, juegue con sus iguales y con la familia.
de los fenómenos físicos mediante el uso de guías Fomentar la relación con los abuelos y la impor-
con experimentos sencillos. tancia de ellos.
6. Mesa de Actividades: En torno a ella se pueden re-
unir para realizar todo tipo de juegos de mesa en c)  Participantes-destinatarios
forma grupal e individual.
7. Sector Dramático: Constará de títeres, un baúl para Los niños hospitalizados.
disfraces, maquillajes, accesorios y un retablo mó-
vil, para que los participantes puedan crear histo- d)  Responsables de su ejecución
rias y manejar títeres.
8. Botiquín de Juguetes: Con materiales necesarios para Los ludotecarios (3) y los abuelos (5).
la restauración de juegos y juguetes dañados.
9. Cosoteca: Variedad de material reciclable para la e)  Concreción espacio-temporal
construcción de juguetes.
10. Botiquín de Auxilios: Con elementos de primeros La actividad se realizará en la ludoteca, en el sector
auxilios. Material bibliográfico de consulta para Arte. La actividad se desarrollará los lunes, martes y
profesionales. viernes de 4 a 6.
11. Administración: Caja con ficheros de juegos y ju-
guetes. Carpeta de actividades lúdicas realizadas. f)  Tareas que exige el desarrollo de la actividad
Fichero de préstamo.
12. Cuadro de Comunicaciones: Allí puedan ser coloca- En todas las sesiones, cada niño elabora el títere
dos los recados o mensajes de un participante para diseñado para ese día a partir de un esquema muy ele-
otro, noticias sobre las actividades de la ludoteca o, mental, para luego completarlo y adornarlo de forma
simplemente, avisos de rutina. Reglamento. totalmente personal.
13. Biblioteca: Espacio que incluye todo tipo de cuen- Trabajamos el desarrollo de la creatividad, la ima- 207
tos y libros para todas las edades. ginación y la fantasía a la hora de elegir personajes,
vestidos o decorados. También trabajamos el afianza-
d)  Productos finales de las actividades, si los hubiera miento de destrezas manuales y técnicas muy relaciona-
das con la construcción de muñecos: recortar, pintar,
- Actividades socioculturales: participación, interac- rellenar, decorar, etc.
ción y pensamiento crítico. Posibilitamos la animación del títere o muñeco. Le
- Actividades formativo-educativas: adquisición de ponemos nombre; le hacemos hablar, enfadarse, reírse,
conocimientos. etc. Creamos obras, historietas, fantasías, escenas tea-
- Actividades de difusión: disfrute de la cultura. trales y diálogos.
- Actividades artísticas: desarrollo de la expresión
artística. Sesiones
- Actividades lúdicas: organización de juegos, fiestas
y eventos. Primera sesión
- Actividades corporales: mejora del bienestar físico Confección de un títere fijo: de máscara o soporte
y mental. (usado como máscara, puede servir para obras de teatro
- Actividades que se abren al resto de la comunidad: o de soporte para obras de guiñol).
mejora de la convivencia en el centro hospitalario.
Segunda sesión
Títere de guante (normalmente, a partir del calce-
6) AGENDA PARA EL DESARROLLO DE UNA tín, al que se le va dando formas de personajes, anima-
ACTIVIDAD les, etc.).

a)  Nombre de la actividad que se ha de desarrollar Tercera sesión


Invención de un personaje a partir del calcetín re-
Taller de construcción de títeres. lleno: personaje humano o cualquier animal.

b)  Producto final, si lo hubiere Cuarta sesión


Títere a partir de una bola de corcho blanco y un
Pretendemos que el niño construya su muñeco, soporte (confección y decoración de la cabeza y del
que descubra la riqueza de la fabricación, la confección, vestido).

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Quinta sesión la integración con sus iguales y con sus abuelos, la par-
Confección de una escenografía a partir de una ticipación, las relaciones del grupo y las dificultades.
historia o un cuento creado por el grupo, y donde cual- Al final de cada sesión, de una manera más o me-
quiera de los títeres elaborados anteriormente van a ser nos informal, los monitores comentan aquellas cosas
los personajes. sobre las que debían insistir o modificar.
Se pondrá énfasis en la importancia de dejar el es-
Dinámica pacio usado en buenas condiciones y recoger bien el
material en los lugares asignados a cada taller.
El taller funciona como un solo grupo de trabajo, El coordinador del taller se encarga de promover
donde cada alumno elige el personaje o muñeco que va las reuniones de los monitores, para hacer una evalua-
a realizar dentro de la técnica señalada para ese día. ción general y solucionar imprevistos.
Elaborados los muñecos, se intenta, en grupos más Mediante este seguimiento, constatamos la evolu-
reducidos, inventar alguna historieta u obra de guiñol ción de las relaciones de cada uno de los grupos: cómo
con la finalidad de representarla posteriormente el “Día se amplía el marco de la relación de los niños más allá
del abuelo”. del taller y de sus monitores; la seguridad y las relacio-
En otras sesiones se cambia el orden: elegido el te- nes de comunicación, colaboración e integración en el
ma u obra, se confeccionan los personajes adecuados. A grupo; la gratificación que produce en cada uno la rea-
veces partimos de un cuento común conocido por to- lización de la actividad y el descubrimiento de habilida-
dos; ese cuento sólo va a servir de esquema o trama ge- des y aficiones que tienen una proyección fuera del
neral en la obra, mientras que la representación de cada ámbito de la ludoteca; la destreza y habilidad manual
personaje va a ser totalmente propia y original del niño en todas aquellas acciones que implican la manipula-
que lo realiza. ción de un material; el nivel de satisfacción; el grado de
Terminada la sesión, cada niño sale con su propio participación: el interés que muestran por aprender co-
títere; enseña a los demás su obra y es libre para llevár- sas nuevas, y la integración activa de los abuelos.
selo a su casa o añadirlo al resto de los muñecos que se
utilizan para hacer guiñol una vez por semana.
En alguna ocasión se completa la cabeza del muñeco
con su propio vestido. Otras veces el vestido queda como Bibliografía
actividad secundaria para ser completado en su casa.
1. Amigó I, Fernández C, Pérez M. Manual de psicología de la sa-
208
lud, Madrid, Pirámide, 1998.
g)  Técnicas empleadas
2. Barrera G. Psicopediatría. Barcelona; Editorial Salvat, 1989.
3. Barrio del C, La comprensión infantil de la enfermedad, Barcelo-
- Registro y recopilación de datos que van surgiendo na, Anthropos, 1990.
durante el desarrollo del taller. 4. Barrio del C, Maestre V. Evaluación psicológica en niños hospita-
- Técnicas grupales: dinámica de grupos. lizados, en Revista de Psicología de la Salud, Volumen 1, n.º 2,
UNED, 1998.
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5. Barrueco A, et al. La acción educativa en la asistencia al niño
- Observación participativa. hospitalizado, en Revista de Educación Especial.
6. Bayo P, et al. Aprendizaje y escuela en el hospital, en Cuadernos
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Recursos humanos: Eudema, 1990.
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Tres ludotecarios y cinco abuelos. 9. Casas Oliver P. Regreso a la escuela. Primeras Jornadas Interna-
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Recursos materiales: cia: Aspanion, 1993.
10. Castaño A, et al. La pedagogía como apoyo terapéutico al niño
con cáncer. Primeras Jornadas Internacionales de Atención Mul-
Cartulinas, lanas, ceras y témperas, retales de telas tidisciplinar al Niño con Cáncer. Valencia: Aspanion, 1993.
de distintos colores, tijeras, papel charol, pegamento, 11. Correa ML, Correa AC. El vínculo niño - equipo terapéutico. Su
bolas de corcho, papel continuo, material de desecho papel protector en enfermedades crónicas.
aportado por los propios niños (cartón, periódicos, cal- 12. Costa M. El juego y el juguete en la hospitalización infantil, Va-
cetines viejos, rollos de cartón del papel higiénico, bo- lencia, Nau Llibres, 2000.
13. Gentile I. Puericultura. Montevideo, Delta, 1980.
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14. García A, Raga F, Alojos MA. Mi cole es un hospital. Primeras
Jornadas Internacionales de Atención Multidisciplinar al Niño
i)  Seguimiento y evaluación. Resultados con Cáncer. Valencia: Aspanion, 1993.
15. González-Simancas JL, Polaino A. La pedagogía hospitalaria en la
Una vez que el taller se pone en marcha, la reali- actualidad. Actividad educativa en ambientes clínicos, Madrid,
Narcea, 1991.
dad va introduciendo sorpresas y variantes que enri-
16. González-Simancas JL. Educación: libertad y compromiso, Pam-
quecen y matizan lo planificado. plona, Eunsa, 1992.
Se observa la dinámica de cada una de las sesiones, 17. Grau Rubio C. Atención educativa al alumnado con enfermeda-
el grado de interés de los niños en aquello que realizan, des crónicas o de larga duración. Ed Aljibe. Málaga, 2004.

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11. Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado

18. Grau Rubio C, Ortiz C. La Pedagogía Hospitalaria en el marco de 41. Pedagogía de la Pedagogía Hospitalaria, en C. Grau y M.C. Ortiz:
una educación inclusiva, Málaga, Ediciones Aljibe, 2001. La Pedagogía Hospitalaria en el marco de la escuela inclusiva,
19. Grau Rubio C. Educación: vida escolar y familiar del niño onco- Málaga, 2000.
lógico. III Jornadas de Pedagogía Hospitalaria, Barcelona, 1990. 42. Pades A, Tomás AM. Unidades de cuidados diagnósticos. Manual
20. Guijarro M, Torres R. La escuela hospitalaria, complemento a la de planes de cuidados. Hospital Son Dureta.
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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Ética y cuidados paliativos en pediatría

Luis Sierrasesúmaga, Isabel Martín

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ padres, hermanos y seres queridos vean sus vidas afec-


tadas de forma notable y permanente.
u Conocer las implicaciones éticas del consentimiento Los cuidados paliativos pediátricos son un reto
informado en los niños enfermos. ante el que se encuentran niños, familias, profesionales
u Conocer los aspectos éticos de la información del sanitarios y la sociedad en general. El personal sanitario
diagnóstico a los niños. desempeña un papel muy importante en las vidas de los
niños que fallecen y en las de sus familias. En el mejor
u Aprender a actuar en los casos de rechazo del trata- de los casos, los profesionales sanitarios pueden ayudar
miento propuesto. a todas las personas a las que afecta la muerte del niño
u Conocer la estructura, funcionamiento y tareas del a tomar conciencia de que han hecho todo lo que han
Comité Ético Institucional. podido para ayudar, se ha prevenido un sufrimiento
evitable mediante el adecuado tratamiento de síntomas
u Conocer los aspectos éticos de la investigación en
y con las decisiones tomadas, y que los padres han sido
humanos, específicamente con niños.
unos buenos padres, facilitando la elaboración del due-
u Conocer los aspectos éticos de algunas situaciones al lo. En caso contrario, las familias se encontrarán con un
final de la vida: soporte vital, cuidados terminales sistema sanitario que deja a las familias con el recuerdo
211
fútiles, recién nacidos incapacitados, mantenimiento doloroso de un sufrimiento innecesario, con la memo-
o retirada del tratamiento de sostén y la sedación, y ria de actitudes y palabras insensibles y dolorosas, y con
analgesia en el cuidado del moribundo. dudas durante toda la vida sobre las decisiones que tu-
vieron que tomar en un momento determinado.

Tabla I. Fallecimientos por 100.000 habitantes


(según grupo de edad)
INTRODUCCIÓN
Grupo de edad 1980 2003
Podemos afirmar que la evolución de los resulta- < 1 año (infantil) 1009 447
dos terapéuticos obtenidos en el tratamiento y control 1-4 años (preescolar) 64 28
de las enfermedades propias del niño y del adolescente 5-14 años (escolar) 30.6 17
es paradigmática dentro de la Patología Humana. Los
15-19 años (adolescentes) 98 66.4
datos recogidos a lo largo de los últimos 25 años por
diferentes registros de población muestran una reduc-
ción muy importante en las cifras globales de mortali-
dad en todos los grupos etarios analizados, en los que La noción de la existencia de un dilema ético es
habitualmente se subdividen las edades pediátricas (Ta- familiar para los profesionales implicados en programas
bla I). En menores de 1 año, la patología perinatal y las de cuidados paliativos con niños. En realidad, pocos
malformaciones congénitas son la causa principal de campos de la medicina son tan ricos en problemas éti-
mortalidad. En los países desarrollados, el cáncer es la cos como el área de los cuidados paliativos infantiles.
segunda causa de muerte en menores de 15 años y ma- Nosotros, como profesionales, vamos a desear la máxi-
yores de 1 año de edad, y esta cifra tan sólo es superada ma sinceridad con el paciente y a la vez mantener el
por los accidentes. En el grupo de edad de 1 a 19 años, máximo respeto por las creencias en las que fundamen-
las cinco principales causas fueron los accidentes, los tan su vida los familiares responsables. Tendremos que
homicidios, el cáncer, el suicidio y las malformaciones respetar esas creencias, asegurando un trato adecuado
congénitas, deformaciones o cromosomopatías1-3. Esta del paciente. Tendremos que ser cuidadosos con posi-
mortalidad implica que en nuestro medio, es decir, en bles intervenciones innecesarias al final de la vida, man-
un país como España, fallecen 7.500 cada año, lo que teniendo abierta, a la vez, la posibilidad a un tratamien-
ocasiona que, además de ellos mismos, más de 40.000 to que aporte beneficio o incluso curación.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

La toma de decisiones de los padres en relación Al menos dos factores complican la discusión del
con la salud de los niños está enfocada a conseguir el consentimiento informado en el ámbito de la pediatría.
mayor beneficio de los mismos e intentar progresiva- En primer lugar, el hecho de que muchas de las conver-
mente que el niño mayor y los jóvenes consigan la auto- saciones y decisiones tienen lugar entre el médico y los
nomía suficiente que les permita tomar sus propias de- padres, siendo la participación del niño acorde con su
cisiones. El pediatra, como profesional, ha de actuar de grado de desarrollo. En segundo lugar, la elevada pro-
forma independiente, tratando de lograr el mayor bene- porción de casos en los que además de solicitar un
ficio para el niño, aun a sabiendas de que puede gene- consentimiento para tratamiento, también se solicita
rar un conflicto entre el paciente, sus padres y el propio consentimiento para participar en un estudio clínico de
hospital. Los aspectos éticos en la práctica pediátrica investigación, lo cual requiere una información adicio-
deben respetar tanto la responsabilidad de los padres en nal importante que cubra dicho aspecto específico.
relación con la vida y la salud del niño como la autono- Es muy importante señalar que el consentimiento
mía y la capacidad de desarrollo del mismo. Otros mo- informado no es una simple firma en un documento
tivos de complicación son las diferentes visiones de la que expresa un “yo consiento...”, sino que representa
familia desde el punto de vista cultural, social o religio- una forma de trabajar muy determinada y que está
so, así como la autoridad de los padres, los métodos marcada por un intercambio continuado de informa-
adecuados de educación del niño, la edad en la que se ción, seguido de acciones consentidas conscientemente
alcanza la mayoría responsable y los procedimientos por el paciente. Paciente que, a su vez, se siente seguro
alternativos del cuidado de la salud 4. en nuestras manos porque sabe que en ningún mo-
mento se van a realizar acciones en contra de su expre-
sa voluntad.

CONSENTIMIENTO INFORMADO
Consentimiento informado en el
Históricamente, la opinión del doctor decidía de paciente competente
forma completa la conducta médica a seguir. El Códi-
go Hipocrático ordena al médico “seguir la conducta Para que un consentimiento informado sea válido
de acción que, de acuerdo con su habilidad y juicio, debe cumplir los siguientes criterios: 1) ser voluntario;
considere del mayor beneficio para el paciente”5. La 2) capacidad del paciente; 3) transmisión de la informa-
212 ética médica tradicional no ha contemplado al pacien- ción completa; 4) comprensión de la misma por el pa-
te como el agente capaz de tomar decisiones últimas ciente, y 5) capacidad de decisión9.
sobre sus cuidados de salud. Hoy en día los abordajes
paternalistas han perdido predicamento, de forma que
el poder sobre estas decisiones últimas se ha inclinado Competencia y capacidad
hacia el paciente o sus responsables directos. No obs-
tante, aunque hay que reconocer que la autonomía del Competencia es un término legal que especifica
paciente ha adquirido un gran valor, muchos de ellos quién tiene autoridad legal para controlar asuntos pro-
reclaman un cierto o importante grado de tutela y pios o ajenos relacionados con un aspecto de la vida.
consejo científico a la hora de plantear sus cuidados Capacidad denota la habilidad comunicativa, cognitiva
médicos6. o de percepción para realizar un hecho particular. Hace
El concepto de consentimiento informado ha ido más referencia a una actividad clínica que legal y por
evolucionando con el tiempo. Hay información sobre ello cae dentro del dominio de lo médico. Así, por ejem-
casos aislados de problemas legales relacionados con el plo, y de acuerdo con la legislación española, un mucha-
consentimiento a partir del año 1700, estableciéndose cho de 16 años puede tener la capacidad de tomar una
el problema a partir de 1900. En 1914 se dio el caso mayoría de decisiones médicas, si bien, por el contrario,
Schloendorff versus Society of New York Hospitals, en y salvo circunstancias excepcionales, resulta legalmente
el que le fue extraído un tumor abdominal a un pacien- incompetente en una mayoría de jurisdicciones.
te que sólo había consentido en los procedimientos La capacidad de toma de decisiones se ha relacio-
diagnósticos. La justicia dictaminó que todo ser huma- nado con cuatro parámetros10:
no adulto y con mente sana tiene derecho a determinar
lo que puede hacerse con su propio cuerpo7. Desde los 1. Capacidad de elegir una opción.
años cincuenta, se han desarrollado múltiples casos le- 2. Capacidad de comprender información relevante.
gales relacionados con el consentimiento informado, 3. Capacidad de valorar las consecuencias de una
secundarios a una insuficiente explicación de hechos determinada decisión.
relevantes al paciente por parte del médico responsa- 4. Capacidad de manejar información racionalmente.
ble8, si bien no se establece por ley la necesidad del
consentimiento informado en Estados Unidos hasta Los pacientes que demuestren una capacidad de
1957. El sistema legal inicialmente clasificó la falta de toma de decisiones deben ser incluidos en el proceso de
información más como una falta de negligencia que consentimiento informado, con independencia de su
como una agresión7. competencia legal. De acuerdo con la Ley española “re-

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12. Ética y cuidados paliativos en pediatría

guladora de la autonomía del paciente y de derechos y preocuparnos la comprensión de dicha información. En


obligaciones en materia de información y documenta- el proceso de tomar decisiones terapéuticas comparti-
ción clínica” (Ley 41/2002, de 14 de noviembre), cuan- das, el médico debe asegurarse el nivel de comprensión
do se trate de menores no incapaces ni incapacitados, del paciente respecto al diagnóstico realizado y a las
pero emancipados o con 16 años cumplidos, no cabe diferentes alternativas terapéuticas. Esto es particular-
prestar el consentimiento por representación. mente importante frente a situaciones que impliquen
riesgo.
Es muy importante valorar como médicos la forma
Transmisión de la información en que presentamos las probabilidades de éxito o fraca-
so de un determinado tratamiento (botella medio llena
Hace referencia a la importancia de aportar la in- o medio vacía); debemos ser muy leales a la verdad pu-
formación necesaria al paciente para que éste pueda blicada y realistas con nuestras propias posibilidades de
firmar, con conocimiento completo de la situación, el reproducir dichos resultados12.
consentimiento. Esta información debe incluir:

a. La naturaleza y el propósito del tratamiento pro- Voluntariedad


puesto.
b. Riesgos y molestias previsibles. Para ser válido, el consentimiento debe estar basa-
c. Potencial beneficio. do en la información veraz y ser firmado con libertad.
d. Posibles alternativas. Ahora bien, un consentimiento puede ser válido a pesar
de que el médico, conociendo la repercusión e implica-
Como norma general, debe ser explicado cualquier ción de determinadas maniobras terapéuticas, ejerza un
tipo de complicación, con independencia de su severi- cierto grado de persuasión y de coerción. La utilización
dad, y cualquier riesgo severo o irreversible debe ser de la persuasión, por ejemplo, es muy frecuente a la
comentado, con independencia de su frecuencia11. La hora de convencer a los pacientes de la importancia de
presentación de la información al paciente debe reali- utilizar quimioterapia en el tratamiento de las enferme-
zarse cubriendo tres diferentes puntos de vista: la infor- dades malignas, frente a la importancia de sus efectos
mación debe abarcar todos los aspectos médicos que secundarios. La coerción sólo debe utilizarse como últi-
razonablemente guarden relación con el caso; deben ser mo recuso y en situaciones en las que la negativa al
expresados de forma que un buen “consejero amigo” tratamiento carezca de sentido; esta actitud coercitiva 213
pudiera, de una forma externa al propio paciente, dar debe basarse en la posibilidad de obligar por ley, o me-
un consejo adecuado, y, finalmente, debe ser una infor- diante la intervención de la justicia, a la utilización de
mación adaptada a las especiales circunstancias de cada un recurso terapéutico (por ejemplo, transfusión de
paciente de forma individualizada (por ejemplo, la re- sangre, cirugía resolutiva o tratamiento del dolor)13.
percusión de una pérdida visual parcial en un paciente
que en el futuro desea ser piloto de avión).
Los fallos en la transmisión de la información, tan- Consentimiento informado en el
to intencionados como no, socavan la validez del con- menor de edad
sentimiento informado. La distorsión u omisión de he-
chos clave hurtan al paciente la información necesaria Las decisiones médicas realizadas con los niños
para tomar las decisiones que considera correctas para entran dentro del modelo del paciente no competente.
el mismo. Ocasionalmente puede darse el caso de que No obstante, hay que diferenciar el mundo del niño del
“no toda” la información disponible sea revelada al pa- mundo del adulto no competente. Así como en una
ciente en un primer momento, si se considera que ésta mayoría de casos de adultos no competentes no es es-
pueda atemorizarle y alterar su capacidad de decisión, perable una recuperación de la capacidad de decisión,
perjudicándole; en dichos casos debemos optar por en los niños nos encontramos con un ser en crecimien-
contar “toda la verdad que consideremos que ayuda al to y desarrollo. Mientras que en el adulto incompetente
paciente” en la toma de decisiones. No obstante, hay tratamos de respetar una autonomía pasada, en el niño
que tener en cuenta que este tipo de actitud abre la trataremos de proteger una futura autonomía.
puerta hacia una conducta paternalista que puede ser Hasta fechas relativamente recientes, los niños han
muy peligrosa si no se realiza adecuadamente7. sido considerados como propiedad de sus padres o, en
su caso, de sus tutores legales. Éstos tenían la autoridad
para tomar las decisiones pertinentes en su nombre.
Comprensión Aunque este concepto de propiedad del niño ha sido
abandonado en una mayoría de países desarrollados, la
Es más fácil determinar los contenidos de la infor- tendencia hacia una aceptación de las decisiones pater-
mación que se aporta al paciente que valorar con realis- nas viene avalada por diferentes razones:
mo lo que éste ha entendido o asimilado correctamente.
Bajo un punto de vista legal suele valorarse más la in- a. En principio, es máximo el interés de los padres
formación dada, pero bajo un punto de vista ético debe por tomar la mejor decisión sobre sus hijos.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

b. Los niños crecen compartiendo valores y opinio- cendencia del proceso patológico que le afecta y de sus
nes de los padres, de manera que se supone que las consecuencias en términos de salud. Está claro que di-
decisiones paternas serán compartidas por los ni- cha información debe de ser adecuada, modulada a las
ños cuando sean competentes para tomarlas. circunstancias de cada caso22. En el estudio realizado
c. Los padres tienen que vivir con las consecuencias por Slavin y cols.23 se sugiere que los pacientes conoce-
de las decisiones tomadas sobre sus hijos. dores desde el inicio de la naturaleza de su enfermedad
d. Los padres toman la mayoría de las decisiones no presentan un mejor ajuste psicológico al proceso que
médicas relacionadas con sus hijos, luego parece aquellos que se enteran de forma tardía.
lógico que también participen de dicho ámbito de Volvemos a insistir en que si bien siempre hay que
decisión. A la hora de tomar decisiones difíciles es decir la verdad, no siempre es necesario decir toda la
de gran ayuda contar con una buena información verdad, sino aquella parte de la verdad que ayude al
sobre lo que consideramos la mejor decisión en paciente en ese momento concreto. Es un reto para
relación con el tratamiento (aquella que consigue quien informa, y para saber hacerlo de forma sensible e
el mejor resultado). individualizada se necesita una experiencia previa y una
gran madurez profesional. Debemos tener el consenti-
Existen dos categorías, denominadas “menor miento de los padres, en casos de menor incompetente,
emancipado” y “menor maduro”, que requieren espe- para responder con la verdad a las preguntas del niño
cial atención. Se considera emancipado al menor con enfermo. Ahora bien, con permiso o sin él, jamás debe-
un estatus independiente de sus padres. Son menores mos mentir al paciente; la pérdida de confianza del pa-
cuyos padres, por razones diversas, han perdido su au- ciente en su médico hace imposible mantener una rela-
toridad sobre ellos. Estos menores generalmente suelen ción profesional adecuada.
estar capacitados para tomar decisiones sobre su salud,
si son mayores de 12 años. Los menores de 12 años
quedan bajo la tutela de un responsable (asistente so- ¿Cómo actuar ante un rechazo
cial). La emancipación incluye derechos sobre el acceso del tratamiento propuesto?
a su historia clínica.
El menor maduro, en principio, no está emancipa- La negativa a firmar el consentimiento informado
do, si bien una vez reconocido como tal puede reclamar —y en consecuencia, rechazar el tratamiento de soporte
el poder de decisión sobre dar o no dar su consenti- propuesto— puede partir del propio paciente, si es
214 miento ante un determinado tratamiento14-19. competente, o de los padres, en el caso del menor in-
La ley española prevé el consentimiento informado competente, y es una situación que se produce con
por representación cuando el paciente, menor de edad, cierta frecuencia.
no sea capaz, intelectual y emocionalmente, de com- El rechazo por parte del propio paciente es más
prender el alcance de la intervención. En este caso, el frecuente en adolescentes. Héroes frente a situaciones
consentimiento lo dará el representante legal del me- adversas de corta duración, reaccionan muy mal frente
nor, después de haber escuchado su opinión. a procesos de media o larga duración, especialmente si
interrumpen su modo de vida social. El rechazo del
tratamiento por parte de un adolescente, si es firme, no
¿Podemos ocultar al paciente el tiene una fácil solución, ya que la imposición del mis-
verdadero diagnóstico o la mo por parte de los padres no suele dar resultado y, por
trascendencia de su el contrario, crea grandes problemas de dinámica fami-
enfermedad? liar. Como primera medida, debemos explorar la capa-
cidad real de ese paciente para tomar decisiones tras-
Hasta hace unos años, la tendencia más frecuente cendentes, analizar con él las razones del rechazo y es-
de una mayoría de familiares era la de ocultar el diag- cuchar con seriedad sus valores profundos, su vivencia
nóstico a los pacientes afectos de enfermedades morta- personal sobre creencias religiosas, evaluando con él
les20 —y esto era apoyado por los profesionales de la todo aquello que entra dentro de un espectro razona-
sanidad—. Incluso, en la literatura médica de los años ble, y escuchar también el punto de vista de los padres.
sesenta y setenta nos encontramos con autores de gran Es razonable, si lo consideramos terapéuticamente
prestigio (por ejemplo, Audrie Evans)21 que considera- oportuno, la utilización de un cierto grado de presión
ban poco ético el comunicar al niño un diagnóstico de persuasiva. Es más dudoso en este caso el valor de la
leucemia (por entonces esta enfermedad equivalía prác- coerción. En el caso de un adolescente maduro, si las
ticamente a la muerte en un corto plazo de tiempo), razones del rechazo son racionales y el beneficio del
dado que esto le desprotegía psicológicamente y añadía tratamiento no es muy evidente, y además hay un asen-
dolor a lo prácticamente inevitable. Tanto los cambios timiento paterno, su negativa debe ser respetada. En el
culturales como la mejora en el pronóstico de muchas caso contrario, debemos buscar apoyo en otros ámbitos
enfermedades —consideradas clásicamente como mor- (religioso, legal, psicológico) y realizar una consulta al
tales, pero que en la actualidad tienen curación— han comité ético del propio hospital.
modificado este punto de vista; hoy en día considera- Con cierta frecuencia —que va en aumento— ob-
mos ético el informar al paciente de la gravedad y tras- servamos que el rechazo de los tratamientos procede

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12. Ética y cuidados paliativos en pediatría

de los familiares. Nuestro medio social está sufriendo 1. Revisión y, en su caso, modificación de la política
una inmersión rápida en una mezcla de diferentes cul- institucional en cuestiones como las órdenes de no
turas que implican nuevos puntos de vista frente a si- reanimación y el mantenimiento de las medidas de
tuaciones de enfermedad grave o terminal, y como sostén.
consecuencia de ello algunos padres rechazan trata- 2. Educación de las familias, los pacientes y los médi-
mientos en función de creencias culturales, religiosas o cos en los aspectos éticos del cuidado sanitario.
por otros motivos24,25,26. Debemos plantearnos hasta 3. Consulta y asesoramiento sobre casos problemáticos.
qué punto las diferencias culturales pueden primar so-
bre otras razones a la hora de aceptar el rechazo de un Aunque el proceso de la consulta de los casos es
tratamiento. Un buen principio para la aplicación de la variable, lo idóneo sería que el comité ético institucio-
ética es valorar el caso enmarcándolo en otras situacio- nal considerara toda la información relevante disponi-
nes similares, es decir, actuar frente a esta situación ble y sometiera el caso a una consulta interdisciplinar,
como lo haríamos si el paciente fuese hijo de una fami- teniendo en cuenta los sentimientos e intereses de los
lia tradicional de nuestro entorno. En todo caso, y afectados, para llegar así a una recomendación basada
siempre que sea posible, es importante mantener sinto- en un análisis ético consistente31,32.
nía y cordialidad con la familia, ya que, con indepen- La Joint Commissión on Accreditation of Hospitals re-
dencia de una posible discrepancia frente a un hecho quiere ahora estos comités o una alternativa equivalen-
concreto, es innegable que el paciente va a seguir nece- te, y, por lo general, dichos comités desempeñan un
sitando del apoyo de su entorno familiar mientras dure papel importante cuando los padres o los profesionales
su proceso patológico. médicos no se ponen de acuerdo ante una determinada
Ante un rechazo del tratamiento por parte de los actuación. En países desarrollados, han adquirido una
padres o responsables del paciente, debemos distinguir influencia considerable y se han ido reconociendo co-
entre diferentes situaciones: mo válidos por los tribunales en el momento de tomar
decisiones.
a. Los responsables carecen claramente de capacidad Las últimas recomendaciones de la Academia Ame-
para tomar la decisión. ricana de Pediatría sobre la composición y funciona-
b. Son responsables capacitados, pero actúan de for- miento de los comités de ética institucionales indican32:
ma irresponsable.
c. Los responsables actúan racionalmente, basándose 1. Los componentes del comité deben tener proceden-
en unas creencias personales muy profundas. cia diversa y reflejar las diferentes perspectivas exis- 215
tentes tanto en el hospital como en la comunidad.
En los dos primeros casos resulta más fácil tomar 2. El comité, dentro de la institución, debe ser res-
una actitud coercitiva y reclamar el apoyo de la justicia ponsable de las consultas clínicas éticas, de la revi-
o de otras instancias, como el comité ético; en la tercera sión de las políticas y de la educación de profesio-
opción, la situación resulta compleja y siempre debe- nales y administrativos, y actuar como soporte de
mos solicitar una consulta al comité ético de nuestro los aspectos relacionados con la ética, indepen-
hospital y actuar en consecuencia27. dientemente de que dichas funciones hayan sido
encomendadas a otros subcomités o programas.
3. El comité debe actuar con justicia, equidad y con-
fidencialidad.
COMITÉ ÉTICO INSTITUCIONAL 4. Debe velar para que la formación continuada de
sus miembros los cualifique para poder cumplir
Los comités institucionales de ética fueron inicial- con su misión.
mente propuestos para revisar los límites o la suspen- 5. Los comités de ética independientes están bajo la
sión de medidas de soporte vital en pacientes adultos responsabilidad del comité institucional y deben
moribundos o afectados por un daño neurológico seve- acatar sus decisiones.
ro28,29. La controversia de mantener el tratamiento de 6. El comité institucional, en un hospital general,
sostén en los neonatos con discapacidades conllevó la debe asegurar, mediante un adecuado soporte
creación de los “comités bioéticos de los lactantes”, que multidisciplinar, que está en condiciones de velar
son comités éticos institucionales que están vigentes en por la ética de los aspectos pediátricos.
la actualidad en relación con la pediatría30. Un comité
ético institucional es un órgano al que se consulta en
caso de conflicto y facilita su resolución. Más que un
mecanismo simple de interpretación de regulaciones INVESTIGACIÓN EN HUMANOS
legales sobre el tratamiento de pacientes con proble-
mas, el comité ayuda a resolver conflictos sobre decisio- La investigación con humanos se basa en el estu-
nes de tratamiento mediante la consulta de casos, pro- dio y en una experimentación sistemática destinada a
vee de un foro para la discusión de políticas éticas insti- desarrollar y/o contribuir al conocimiento generalizado.
tucionales y educa en este sentido. Por tanto, este comi- El compromiso del investigador para con los pacientes
té tiene, como mínimo, tres funciones: futuros o los intereses de la sociedad, además de su res-

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

ponsabilidad hacia el paciente que es el sujeto humano siendo estrictamente necesarias para un paciente con-
de la investigación, es la diferencia ética esencial entre creto, sí lo son para las conclusiones finales de la inves-
la investigación y la práctica clínica habitual. Cuando se tigación (por ejemplo, extracción de médula ósea el día
realiza cualquier investigación, los riesgos a los que se 14 del protocolo, TAC cerebral el día 45, etc.)40.
exponga al paciente han de ser mínimos y razonables Una serie de códigos éticos que se inician con el
en relación con los beneficios esperados y la importan- Código de Nuremberg, en 1947, han ido ofreciendo
cia de los beneficios que se obtengan33. Las restriccio- guías para una conducta apropiada en la investigación
nes que existen en cuanto a la exposición de los niños con seres humanos. Recientemente, Emmanuel y cols.49
durante la investigación son más severas que en los han concretado en 7 principios, derivados de códigos
adultos, ya que generalmente los niños no pueden dar previos, las características que debe cumplir cualquier
su consentimiento informado para su participación vo- investigación con humanos: valor social, validez cientí-
luntaria en dicha investigación. Estas restricciones indi- fica, selección de sujetos adecuados, tasa riesgo-benefi-
can las condiciones que los padres han de respetar para cio favorable, revisión independiente, consentimiento
mantener la autoridad moral y legal que les permita dar informado y respeto por los pacientes incluidos.
la autorización34.
Las nociones de investigación no terapéutica y te-
rapéutica han sido motivo de extensos debates. Las Requerimientos especiales para
cinco primeras versiones de la Declaración de Helsinki investigar con niños
de la World Medical Association (WMA) remarcaron de
forma relevante este hecho: “Debe establecerse una dis- Además de lo expuesto en el “Belmont Report”,
tinción fundamental entre la investigación médica en la existen informes separados sobre recomendaciones es-
cual la idea es esencialmente diagnóstica o terapéutica peciales a la hora de investigar con niños50. Primero, la
para el paciente, y la investigación médica que tiene Comisión definió los conceptos de asentimiento (defi-
como objeto el conocimiento científico…”35. En la últi- nido como acuerdo afirmativo) y permiso. Se enfatizó
ma revisión de la Declaración, la WMA ha abandonado en la necesidad de que el niño estuviese de acuerdo con
esta idea. la participación en el estudio, a menos que:
El “Belmont Report”, publicado en 1979 por la
National Commission for the Protection of Human Subjects • El niño fuese incapaz de asentir con el tratamiento
of Biomedical and Behavioral Research, ofrece una mejor por edad, por falta de madurez o por su estado
216 estructura para la investigación clínica36. Aunque el in- clínico o psicológico.
forme es más conocido por sus tres principios de respe- • La investigación ofrezca una perspectiva de mejora
to por la persona, beneficencia y justicia, articula los lí- clínica no alcanzable fuera de dicho estudio.
mites entre la práctica clínica (tratamiento) y la investi-
gación, determinando su igualdad en términos históri- En principio, los niños deben tener la oportunidad
cos. Dicho informe define la práctica como “interven- de disentir y no participar en el estudio propuesto. De-
ciones (...) diseñadas exclusivamente para mejorar el ben ser informados de que el estudio no forma parte de
bienestar del individuo y que se realizan con una razo- un tratamiento convencional y debe explicarse cuida-
nable esperanza de mejorar”. Contrasta con la investi- dosamente la naturaleza del mismo.
gación, que es “una actividad diseñada para testar una
hipótesis, permitir que se extraigan conclusiones y, por
tanto, desarrollar o contribuir al conocimiento generali- Estudios Fase I en el contexto de
zable”. Así pues, el citado informe considera investiga- los cuidados paliativos
ción y tratamiento como dos esfuerzos diferentes, con
independencia de que ambos puedan coincidir en un Los padres y los pacientes deben entender clara-
estudio. mente el concepto de la investigación. Esto incluye las
Cuando un paciente es incluido en un estudio clí- posibles limitaciones o inconvenientes que la realiza-
nico, de alguna forma la relación médico-paciente cam- ción del protocolo pueda conllevar, así como ser cons-
bia37,38. El medio ahora es también investigador y el cientes de que, en una mayoría de casos, con esa inves-
paciente es sujeto de investigación. El investigador ad- tigación se está contribuyendo a mejorar los tratamien-
quiere obligaciones con la “ciencia” (cumplimiento del tos en el futuro.
protocolo de sus objetivos) que son diferentes de sus La falta de participación de niños en los estudios
obligaciones con el paciente. Hay quien ha argumenta- denominados Fase I dificulta de forma dramática la
do que al participar en estudios de tipo randomizado, de investigación en el desarrollo de nuevos tratamientos
algún modo se puede renunciar al cuidado personal del que mejoren los cuidados médicos de los niños afecta-
paciente, y esto pude conllevar problemas éticos39. Pro- dos de procesos mortales. Hay que tener en cuenta que
bablemente no sea adecuado sobredimensionar este los estudios clínicos pueden ser el único camino para
debate, pero sí el reconocer que, efectivamente, este ti- determinar los tipos apropiados de tratamiento para
po de estudios generan un cierto grado de tensión entre estos pacientes41. Los objetivos científicos de los estu-
las partes, e insistir en la necesidad de actuar de una dios Fase I son determinar la seguridad y tolerabilidad
forma muy rigurosa con pruebas o maniobras que, no de la droga e identificar la máxima dosis tolerable, así

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12. Ética y cuidados paliativos en pediatría

como caracterizar su farmacocinética42,43. Secundaria- que las familias consideran este tipo de estudios como
mente se analiza su acción frente a un proceso patoló- la última opción de tratamiento, esto les puede condi-
gico determinado. cionar a ellos e incluso a los propios médicos, pues,
La introducción de pacientes pediátricos en este buscando la curación, puede que no seamos completa-
tipo de estudios conlleva una serie de problemas éticos. mente conscientes del sufrimiento del paciente48.
Aunque los investigadores piensan en un beneficio que
puede ayudar a los participantes del estudio, el objetivo
del mismo no contempla siempre y de forma directa la
obtención de una mejora o curación de su proceso pa- PROBLEMAS ÉTICOS AL FINAL DE LA
tológico. No obstante, la ausencia de un tratamiento VIDA
eficaz lleva a desarrollar un sentimiento de esperanza
en la curación. La realidad es que las tasas de respuesta La muerte llega a los niños de muchas maneras,
obtenidas en estos estudios está entre un 5% y un 8%44. aunque ciertos patrones sean más comunes que otros.
Por otro lado, no hay que olvidar que el paciente va a Para muchos recién nacidos prematuros o con enferme-
sufrir los efectos secundarios característicos de este tipo dades letales, la muerte tiene lugar al poco tiempo del
de tratamientos. Ahora bien, también hay que dejar nacimiento. Para muchos otros niños, ésta aparece re-
claro que el ser introducido en un estudio Fase I no pentinamente, avisando o sin avisar, tras daños repenti-
excluye al paciente del conjunto de cuidados paliativos nos intencionados o no intencionados (accidentes, homi-
a que viene sometido y que indudablemente va a gozar cidios y suicidios). Incluso para los niños con enferme-
del beneficio de una posible respuesta positiva frente a dades fatales y progresivas que experimentan y sobrevi-
su enfermedad45. ven a varios episodios graves que amenazan la vida, la
Los cuidados paliativos no chocan con la investiga- muerte en una crisis final sorprende a los padres y se
ción médica. La combinación de estudios Fase I con considera no esperada. Algunos niños mueren por enfer-
cuidados paliativos no sólo ofrece a los pacientes pediá- medades graves potencialmente curables (como el cán-
tricos y a las familias que eligen dicha opción una cierta cer) tras un largo periodo de aparente recuperación. La
esperanza, junto con los mejores cuidados terminales, trayectoria del fallecimiento del niño influye en las de-
sino que además se les invita a investigar sobre nuevos mandas de la situación, y el personal sanitario se encuen-
tratamientos que pueden beneficiar al propio niño o, en tra ante la necesidad de responder a estas demandas51.
último término, a otros niños en el futuro46. Las causas e implicaciones de la muerte de un ni-
Habitualmente, los niños que se incluyen en este ño son bastante diferentes de las de los adultos, por lo 217
tipo de estudios son niños afectados de una enfermedad que las guías de cuidados paliativos que resultan apro-
que se ha mostrado refractaria a otros tratamientos. piadas para adultos a menudo no lo son para la pobla-
Nunca debe plantearse el tratamiento como una alter- ción pediátrica.
nativa a los cuidados paliativos. Sin embargo, los padres Los niños con enfermedades graves y sus familias
pueden llegar a no percibir los cuidados paliativos co- pueden sufrir porque52-55:
mo una medida de ayuda frente a la evolución terminal
del niño. Es importante que el investigador centre estos 1. La muerte en niños es un fenómeno extraño, por lo
aspectos e indique claramente la finalidad real del estu- cual no es probable que médicos, enfermeras, psi-
dio Fase I y sus posibles efectos no deseados. cólogos, trabajadores sociales, pedagogos, religio-
En un estudio reciente, un 62% de los padres no sos, etc., tengan experiencia en cuidados paliativos
consideraron la participación de sus hijos en estudios pediátricos. Asimismo, los profesionales de cuida-
Fase I como una decisión, ya que afirmaron que no dos paliativos de adultos no tienen una formación
existía ninguna alternativa válida47. Sus expectativas se adecuada para tratar física, emocional y psicológi-
basaban en la posibilidad de ganar tiempo hasta encon- camente a los niños enfermos y a sus familias.
trar un tratamiento potencialmente eficaz, y de alguna 2. Los niños no son pequeños adultos. Las enferme-
forma también se contemplaba la posibilidad de ayudar dades que padecen los niños son muy diferentes
a otros niños con la investigación. Los familiares perci- que las de los adultos, y las expectativas de cura-
ben como buenos los efectos de eficacia, aunque sean ción son mayores. Estas expectativas llevan a que
leves, como son las regresiones parciales del proceso los padres y el personal sanitario rechacen una
previamente refractario a otros tratamientos, pese a que transición formal hacia intervenciones que no ten-
de ello no se siga la curación. Los beneficios a veces son gan como objetivo la curación.
más difíciles de valorar en términos científicos, como es 3. La muerte de los niños altera el orden natural de las
la ganancia de un tiempo no prolongado para seguir cosas, por lo que es más probable que el personal
con su familia o disfrutarlo con sus amigos. Las fases en sanitario tenga una sensación de fracaso cuando el
las que se obtiene la estabilización de la enfermedad o niño muere. El que el niño reciba cuidados paliati-
una evidente regresión de la enfermedad sí se valoran vos puede percibirse como un abandono de la espe-
como respuestas positivas con beneficio para el pacien- ranza de curación, y en esto se debe intervenir con
te, y en muchas ocasiones, incluso en el paciente con una buena comunicación y con cuidados médicos.
enfermedad avanzada, se produce una evidente mejoría 4. Los niños resisten episodios graves que llevarían a
en su calidad de vida. Sin embargo, en la medida en los adultos a la muerte.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

5. Es difícil predecir la muerte del niño, sobre todo si Tomando decisiones sobre
es consecuencia de una enfermedad crónica diag- tratamientos de soporte vital
nosticada años antes.
6. La comunicación en las diferentes etapas cronoló- A pesar de los indudables avances obtenidos en la
gicas, el nivel evolutivo y la capacidad de tomar curación de procesos patológicos previamente incura-
decisiones son habilidades complejas que hay que bles, se ha ido incrementando en paralelo la preocupa-
adquirir. Los niños tienen el derecho a ser tratados ción por resolver de forma adecuada el dilema del
como personas en desarrollo, como personas con mantenimiento o la suspensión de tratamientos de so-
capacidades de razón, autonomía y participación porte vital en pacientes con pronóstico fatal. La realidad
en la toma de decisiones sobre su salud. Depen- es que en todas las series analizadas de “casos proble-
diendo de su edad y de su nivel evolutivo, el pa- ma”, los pacientes han acabado falleciendo, con inde-
ciente pediátrico puede que tenga alguna, ninguna pendencia de la decisión de mantener o suspender di-
o todas las capacidades necesarias para participar chos tratamientos de soporte59-61. Las recomendaciones
en su propia salud y cuidados. sobre la toma de decisiones éticas respecto a las limita-
7. El diálogo y las decisiones sobre el final de la vida ciones de las medidas de soporte vital, así como el cui-
no han tenido como protagonistas al niño y a su dado apropiado de los pacientes una vez tomada la de-
familia. cisión, fueron inicialmente propuestas en 1983 por la
8. La muerte de un niño es una de las situaciones más President’s Commission for the Study of Ethical Problems in
estresantes a la que una persona se puede enfrentar. Medicine and Biomedical and Behavioral Research62. Pos-
teriormente, diferentes sociedades, como la Academia
Americana de Pediatría y algunas otras, han elaborado
documentos en este sentido57,63-65. A pesar de estos múl-
AFRONTANDO EL PROBLEMA DE LA tiples consensos, de los que se derivan líneas de actua-
MUERTE ción y recomendaciones, es fácil constatar la existencia
de una amplia diversidad en las actuaciones médicas a
Desafortunadamente, en algún punto del trata- la hora de tomar decisiones sobre medidas de soporte
miento de niños afectados por enfermedades no cura- vital66. Aunque los padres de los niños moribundos si-
bles, los médicos, los familiares y a veces los propios túan las más altas prioridades en la calidad de vida, la
pacientes tenemos que enfrentarnos a la realidad de que probabilidad de mejora y la percepción del dolor, los
218 la curación no es posible y que por tanto los objetivos estudios demuestran que las decisiones en relación con
del tratamiento deben modificarse, buscando la mejor medidas de soporte vital se toman sobre la base de va-
calidad de vida posible hasta que de forma natural lle- riables independientes de las anteriormente citadas y en
gue la muerte. Wolf y cols.56, estudiando una cohorte las que influyen mucho las actitudes del médico y su
de 103 niños que fallecieron de cáncer, encontraron especialidad67,68.
que, como media, los padres percibieron, tres meses
antes del fallecimiento, el hecho de la muerte como in-
evitable; en general, se dieron cuenta al observar los Recién nacidos incapacitados
cambios de actitud del equipo médico. El reconoci- (The Baby Doe Regulations)
miento temprano se siguió de una introducción más
temprana y eficaz de cuidados paliativos y, en conse- En 1982 se dejó morir, a petición de sus padres69,
cuencia, de una mejor atención de cuidados relaciona- a un recién nacido con síndrome de Down y atresia de
dos con el final de la vida. La interrupción de terapias esófago, a los 6 días de vida. Este caso se parecía a otros
curativas y su sustitución por terapias paliativas ade- muchos que se habían producido en la década anterior,
cuadas disminuyó la sensación de sufrimiento en la relacionados sobre todo con los cuidados mínimos apli-
mayoría de los padres. cados a los recién nacidos con síndrome de Down y es-
Es muy importante mantener una comunicación pina bífida. Muchos de estos niños parecían tener exce-
fluida y realista con los padres en situaciones de enfer- lentes perspectivas de vivir largos y felices años, lo que
medad grave, para poder realizar una transición ade- hace pensar que la decisión no se tomó en su beneficio.
cuada desde una perspectiva de cuidados curativos ha- A su vez, se publicaron grandes encuestas en las que
cia unos cuidados paliativos que aseguren un óptimo una mayoría de pediatras opinaban que la responsabili-
final de la vida57. Durante ese periodo de transición, dad de la decisión debería recaer sobre los padres, si
con frecuencia conviven medidas terapéuticas que bus- bien algunos señalaron que consideraban su deber res-
can la curación con medidas de carácter paliativo. Éste petar los intereses de los padres antes que los del pa-
es un fenómeno muy frecuente en niños afectos de cán- ciente. El problema se complicó más, ya que muchas
cer en fases avanzadas: a la vez que administramos un decisiones estaban basadas en conceptos médicos equi-
tratamiento sintomático que reduzca el sufrimiento, se- vocados, incluyendo pronósticos demasiado pesimis-
guimos administrando medicaciones antitumorales que tas70,71. La gran controversia generada propició en Esta-
prolongan la vida. Es una situación que se resume en la dos Unidos la promulgación de normas amparadas por
conocida frase: “Esperando lo mejor, nos preparamos la Ley de Protección al Menor, en las que se prohíbe
para lo peor”58. retirar un tratamiento médico que pueda ser beneficio-

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12. Ética y cuidados paliativos en pediatría

so para un niño capaz de sobrevivir con una discapaci- democrático; no debe desfavorecer al discapacitado, al
dad. Contempla determinadas excepciones, como la pobre o al carente de un seguro médico, y debe, ade-
inconsciencia permanente, el tratamiento infructuoso y más, reconocer la diversidad de valores y objetivos de
el tratamiento virtualmente infructuoso que suponga cada persona. Las políticas de recomendación sobre
una excesiva carga para el niño. Esta última norma pa- tratamientos no aconsejables han de tener las siguientes
recía contradecir una de las reglas que justificaba el características:
mantenimiento de las medidas de sostén en los niños:
básicamente, la posibilidad de que mantener vivo a un a. Ser discutidas en ambientes públicos.
niño no redundase en su beneficio, ya que su incapaci- b. Respetar los valores morales aceptados por la co-
dad, unida a la carga del tratamiento, fuese superior al munidad.
beneficio. Una consecuencia espontánea de esta medida c. No basarse exclusivamente en sistemas de puntua-
ha sido una aparente modificación de la actitud médica ción (score) con valor pronóstico.
desde los cuidados mínimos a un sobretratamiento, d. Articular mecanismos de apelación.
definido como la prolongación de la vida, y que, en e. En determinadas circunstancias, tener un soporte
opinión de algunos médicos, tampoco redunda en un legal76.
beneficio para el paciente72.
A la hora de tomar decisiones sobre la oportunidad
de unos cuidados de soporte vital en un paciente con-
Cuidados terminales fútiles creto, la President’s Commission for the Study of Ethical
Problems in Medicine and Biomedical and Behavioral Re-
Otra controversia común en cuidados terminales search ha propuesto tener en cuenta cinco consideracio-
es la futilidad de las medidas tomadas. Es frecuente el nes, basadas en el mejor interés para el paciente:
conflicto de opinión entre médicos y padres sobre la
iniciación o continuación de cuidados terminales en un 1. Cantidad de sufrimiento y capacidad potencial de
paciente moribundo. Habitualmente, este tipo de con- aliviarlo.
flicto se resuelve con el dialogo y el razonamiento médi- 2. Severidad de la disfunción y capacidad potencial
co, y generalmente la causa del mismo reside en la reac- de restaurar la función.
ción de pena y aflicción que provoca la proximidad de 3. Expectativa de posible duración de la vida.
la pérdida del ser querido. En estos casos, el conflicto 4. Potencial existente de satisfacción personal y dis-
creado no requiere confrontación, sino compasión, frute de la vida. 219
comprensión y seguimiento estrecho del proceso. 5. Posibilidad de desarrollar una capacidad de vida
Ahora bien, no todas las situaciones se resuelven auto-determinada.
mediante el dialogo entre padres y médicos, y en este
sentido fue muy demostrativo el caso de “Baby K”73; en La Comisión indica que, aplicando dichas conside-
consecuencia, debemos intentar definir adecuadamente raciones a una situación determinada, el tratamiento
el concepto de tratamiento fútil. cuestionado debe ser clasificado como claramente be-
De acuerdo con la literatura médica, se considera neficioso, ambiguo/incierto o fútil. La Comisión señala
un tratamiento como fútil, o carente de utilidad, cuan- además que frente a un tratamiento ambiguo/incierto o
do, tras haber sido ensayado en 100 pacientes, no se fútil y unos padres que prefieren abandonar el trata-
observa ninguna eficacia. También es considerado co- miento, los médicos deben suspender las medidas de
mo fútil un tratamiento que meramente mantenga una soporte vital62,76.
situación de inconsciencia o no sea capaz de finalizar El objetivo del tratamiento de los niños afectos de
con una dependencia de cuidados intensivos74. No obs- una enfermedad potencialmente mortal es la curación
tante, hay que reconocer que en terapéutica no existe completa o la supervivencia con el menor número de
una definición tan cuantificada de lo que resulta fútil o lesiones residuales posible. Cuando un médico es cons-
no. Es frecuente tender a individualizar los problemas y ciente de que la continuación de un tratamiento es in-
plantearlos frente a un enfermo concreto, no como un útil, no evita la muerte o incluso es dañino para el pa-
porcentaje de respuesta; y ante determinada respuesta ciente, debe informar a la familia de forma veraz y
terapéutica, unos interpretan que lo importante es la compasiva. Es muy importante informar, cuando así es,
preservación de la vida por encima de todo, mientras que cuidados adicionales no evitarán la muerte. Las
que otros defienden una supuesta calidad de vida como decisiones sobre tal inutilidad deben basarse en un en-
un control de eficacia y/o futilidad del tratamiento75. tendimiento mutuo sobre el pronóstico y la calidad de
En un intento de dar luz al problema, la Society of vida y la dignidad humana. La práctica en una UCI pe-
Critical Care Medicine ha establecido que “los tratamien- diátrica con pacientes y familias que se enfrentan a estas
tos en los que la probabilidad de eficacia es extremada- trágicas circunstancias debe ser coherente y reflejar los
mente baja, son extremadamente costosos o bien son de conocimientos más actualizados sobre la enfermedad,
beneficio incierto, deben considerarse como inapropia- su tratamiento y su pronóstico. Si, finalmente, el pa-
dos y, por tanto, no aconsejables, si bien no deben ser ciente cumple los criterios de muerte cerebral, los cui-
catalogados como fútiles”76. Se recomienda realizar un dados médicos compasivos deben continuar mientras
uso racional de la terapia que sea explícito, equitativo y se retiran al paciente los cuidados de soporte vital.

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Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

Mantener o retirar el de abandono del paciente por parte de sus cuidadores.


tratamiento de sostén Cualquier persona muere si no se le administra nutri-
ción e hidratación. Hay autores que sostienen que los
Los cuidados paliativos son las medidas terapéuti- métodos artificiales de nutrición e hidratación pueden
cas aplicadas a un niño que padece una enfermedad ser suspendidos de igual manera que el resto de las me-
terminal o que se encuentra en peligro de muerte, con didas de soporte vital. Algunas administraciones requie-
el objetivo de mejorar su calidad de vida. A la hora de ren, como requisito legal para la suspensión, la eviden-
tomar decisiones frente a un paciente moribundo, algu- cia clara y convincente del deseo previo de uno de los
nos autores establecen diferencias entre medios ordina- padres para la retirada del sostén cuando los pacientes
rios o medios extraordinarios, o entre mantener o sus- están incapacitados o se encuentran en una situación
pender determinadas acciones médicas. Se pretende vegetativa permanente. La realidad es que esta proble-
establecer que los tratamientos ordinarios deben ser mática es muy infrecuente en el mundo pediátrico80.
mantenidos mientras que los extraordinarios pueden
ser suspendidos. En la actualidad, una mayoría de auto-
res considera que este tipo de clasificación de medios es Sedación y analgesia en el
confusa y, por tanto, complica más que soluciona el cuidado del moribundo
problema de la toma de decisiones77.
Lo que se entiende como ordinario es el conjunto A pesar de los esfuerzos educativos realizados en la
de medidas consideradas como más habituales, y lo comunidad médica, el control del dolor sigue siendo
extraordinario, las que se utilizan sólo en ocasiones; una asignatura pendiente. El estudio SUPPORT revela
pero esto no tiene necesariamente una implicación so- que aproximadamente un 50% de pacientes refieren
bre si lo que hacemos de modo habitual es lo que ética- dolor entre severo y moderado durante los últimos 3
mente debemos hacer. Por otro lado, es indudable que días de su vida81. En series pediátricas se describe una
nos preocupa más el resultado que sigue a la suspen- alta tasa de dolor no controlado en el paciente mori-
sión de un determinado tratamiento ya instaurado que bundo. Según datos recogidos de los padres, tan sólo se
el mantenimiento de un tratamiento, a pesar de que obtuvo un buen control del dolor en un 27% de los
dudemos de su eficacia. No obstante, bajo un punto de casos y en el 16% de afectados de disnea82. El trata-
vista ético ambas situaciones pueden ser similares, sin miento del dolor y del sufrimiento en el paciente termi-
que exista una predilección moral sobre una de ellas. nal no está sujeto a una limitación ética. El principio
220 Debemos ser muy cuidadosos a la hora de sentar ético relevante en esta cuestión es la “doctrina del doble
determinadas indicaciones, como es el caso de la venti- efecto”83. Esta doctrina postula que cuando una acción
lación asistida con intubación endotraqueal, en pacien- tiene dos efectos (quitar el dolor y, supuestamente, ace-
tes con procesos claramente irreversibles. Podemos dar lerar la muerte), uno de los cuales es inherentemente
lugar a expectativas pronósticas erróneas o bien estar bueno y el otro inherentemente malo, la acción puede
tratando de auto-justificarnos sobre decisiones médicas estar justificada si cumple los siguientes criterios:
previas que no fueron acertadas y que de alguna forma
tratamos de enmendar. 1. La acción en sí misma debe de ser buena o al me-
La verdadera ética de la cuestión probablemente nos moralmente indiferente.
radica en la decisión previa inicial, especialmente cuan- 2. El clínico debe buscar sólo el efecto bueno. El efecto
do existen dudas sobre el posible beneficio de instaurar malo, aunque previsible, ni es buscado ni es deseado.
un determinado tratamiento o sobre la repercusión de 3. El efecto malo no puede ser el medio para la ob-
la opción posterior de suspenderlo en el caso de que no tención del efecto bueno.
cumpla sus objetivos78,79. 4. Debe existir un claro beneficio a favor del efecto
Generalmente, la discusión sobre un determinado bueno sobre el malo.
caso se inicia cuando se plantea no intentar una reani-
mación cardiopulmonar. Si la decisión es consecuencia La administración de una analgesia y sedación ade-
de una petición de los padres, esta medida puede tener cuadas para aliviar rápidamente los síntomas progresi-
una repercusión negativa sobre otro tipo de medidas de vos, como la disnea y el dolor, no se ha de interpretar
soporte que sí pueden beneficiar al niño. La decisión de como una aceleración de la muerte del niño. Respecto a
“no reanimación” no debería afectar al mantenimiento o la cuestión sobre cuánta analgesia o sedación es necesa-
retirada de otros tratamientos médicos, como oxigenote- ria en un paciente terminal, más que un problema ético
rapia, analgesia, aspiración de secreciones, etc. Además, es un problema de práctica de cuidados paliativos, que
ha de dejarse claro que esta medida no tiene un carácter se verá resuelto en el capítulo correspondiente al trata-
irrevocable. La orden de “no reanimación” se ha de com- miento del dolor. La denominada “sedación terminal”
prender como una parte del plan global del tratamiento, puede ser considerada como éticamente aceptable, bajo
que se ha de revisar de forma periódica y que se tiene la doctrina del doble efecto, si el médico que la aplica lo
que respetar en todos los aspectos del cuidado del niño. hace buscando exclusivamente solucionar un problema
Uno de los aspectos más complejos del tratamiento de dolor irresoluble por otros medios y manteniendo
de sostén es mantener o retirar la hidratación y la nutri- además el conjunto de medidas de soporte establecidas
ción artificiales. Inevitablemente, suscita el sentimiento en el paciente84.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


12. Ética y cuidados paliativos en pediatría

Provocar la muerte asistido en adolescentes91,92. La AAP no respalda la


práctica del suicidio asistido por un médico ni la euta-
La decisión de suspender los tratamientos de so- nasia en niños.
porte médico de la vida no necesariamente implica un
intento u opción de provocar la muerte85. Aunque la
vida de un niño puede verse acortada como consecuen-
cia de la delimitación de determinadas intervenciones RECOMENDACIONES DE LA AAP
médicas o por la administración de una sedación ade- SOBRE CUIDADOS PALIATIVOS
cuada a una determinada intensidad de dolor, la finali-
dad de los cuidados paliativos es la de mejorar la cali- 1 Es necesario el desarrollo de unidades de cuidados
dad de vida del paciente y no la de acortar su vida. En paliativos que permitan el tratamiento de síntomas
ocasiones, el control de síntomas graves y progresivos y promuevan el bienestar de niños afectados por
de dolor y/o disnea puede requerir una escalada rápida enfermedades con pronóstico vital grave o en si-
de analgésicos y sedantes. Si el niño reacciona con una tuaciones de terminalidad.
disminución del nivel de conciencia y una baja reactivi- 2 Estos cuidados deben ser ofertados durante el diag-
dad, tanto los padres como el equipo asistente pueden nóstico de la enfermedad, manteniéndose a lo largo
sentirse culpables por la administración de dicha medi- de la misma, con independencia de su evolución.
cación, más que entender que estamos ante el proceso 3 Los pediatras, los médicos de familia y los especia-
natural del tratamiento adecuado de la enfermedad; es- listas en dolor y en cirugía pediátrica deben estar
te tipo de malentendidos se ve reforzado por la mala familiarizados con los cuidados paliativos pediátri-
utilización de términos como “sedación terminal”86-88. cos. Sus programas de formación deben incluir co-
El deterioro progresivo del niño es consecuencia de su nocimientos sobre medicina paliativa, comunica-
enfermedad, así como la muerte, y no debe ser malin- ción y manejo del duelo y del pronóstico incierto, y
terpretado como un efecto de la medicación en el con- capacitar para la toma de decisiones en el área del
texto de una muerte inevitable89. Excepcionalmente, el soporte vital, en la dimensión espiritual de la vida y
alivio de síntomas progresivos requiere una sedación la enfermedad y sobre medicinas alternativas.
profunda. La muerte sin dolor, sin angustia y sin dis- 4 La AAP no recomienda la práctica del suicidio asis-
nea, con dignidad, es un objetivo que se debe cumplir. tido o la eutanasia en niños.
¿Dónde se establece la diferencia real entre la doc-
trina del doble efecto y la eutanasia? En nuestra opi- 221
nión, son dos conceptos totalmente diferentes y opues-
tos, con tremendas implicaciones sobre la forma de Bibliografía
ejercer la medicina y en especial los cuidados paliativos,
si bien en una situación extrema la diferencia clave des- 1 Hoyert DL, Freedman MA, Strobino DM, Guyer B. Annual sum-
cansa sobre la intención del médico que trata al pacien- mary of vital statistics: 2000. Pediatrics 2001; 108: 1241-55.
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aliviar el dolor y el sufrimiento, la administración de Institute. Bethesda (MD): National Cancer Institute; 2002.
analgésicos y sedantes está permitida por la doctrina del 3 Estadísticas Vitales. INE. Madrid. 2004.
doble efecto. Si la intención del médico es la de matar al 4 Caplan AL, Blank RH, Merrit JC, eds. Compelled Compassion
paciente, entonces habremos cruzado la línea entre la Government Intervention in the treatment of Critically iII New-
borns. Totowa, NJ, Humana Press, 1992.
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Si un niño o un adolescente solicitan la eutanasia, medical oaths. BMJ 1997; 315: 1671-1674.
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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo I: Cuidados paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal. El equipo interdisciplinario

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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


12. Ética y cuidados paliativos en pediatría

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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


II

Control de síntomas en el
niño con enfermedad
terminal y soporte a sus
familiares

13
Evaluación y control de síntomas

14
Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer

15
Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

16
Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas
en el niño con cáncer

17
La atención en la agonía

18
Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

19
Comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal

20
El duelo en el niño

21
Duelo por la muerte de un niño I. Clínica

22
Duelo por la muerte de un niño II. Casuística

23
Duelo por la muerte de un niño III. Consolatoria
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13
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Evaluación y control de síntomas

José María Martín Rodrigo

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ que sobreviven meses e incluso años después del diag-


nóstico de incurabilidad y del abandono del tratamien-
u Conocer los principios generales para el control ade- to pretendidamente curativo. La ayuda profesional es
cuado de los síntomas en los niños afectados por cán- escasa aunque exista el compromiso de la atención do-
cer y otras enfermedades incurables en fase avanzada. miciliaria. La respuesta ante nuevas situaciones será,
u Adquirir conocimientos para diagnosticar, evaluar y lógicamente, más tardía, y se acentuarán la soledad y la
tratar de forma eficaz todos aquellos síntomas, con lejanía del hospital, así como los comentarios poco
excepción del dolor, que presenten los niños enfer- apropiados de otras personas, y también puede que la
mos de cáncer u otras patologías incurables en fase casa no reúna las condiciones de habitabilidad necesa-
avanzada. rias. Todos ellos son factores que condicionan el segui-
miento en el domicilio.
Los niños con enfermedad terminal suelen estar
hospitalizados, aunque la incurabilidad y la progresión
del proceso hayan sido comentadas con los padres y
Introducción (más o menos) asumidas por ellos. Los padres prefieren
que su hijo esté ingresado ante cualquier situación de
amenaza o ante los cambios que se producen a lo largo 227
Durante la enfermedad terminal, el dolor es el sín-
toma que aparece con mayor frecuencia y el que afecta del proceso terminal. El trastorno emocional es más in-
más a la calidad de vida (molestias, alteración del sue- tenso ante el sufrimiento y la muerte de un niño.
ño, capacidad de relación, ocio, alimentación, etc.), Los hospitales son necesarios en este periodo como
pero además, a lo largo del tiempo de vida restante, se recurso cuando el niño o los padres lo reclaman o cuan-
suelen presentar otras alteraciones que añadirán más do la asistencia no se puede llevar acabo adecuadamente
incomodidad al niño y mayor angustia e inquietud a en el domicilio. Pero la organización hospitalaria, es-
sus familiares y a los cuidadores. tructurada para tratar enfermedades, no suele responder
No todos los síntomas están únicamente produci- adecuadamente a las necesidades del enfermo. Las habi-
dos por la enfermedad inicial, sino que algunos estarán taciones compartidas tienen un espacio escaso, con falta
inducidos por otros procesos intercurrentes (infecciones, absoluta de intimidad y con horarios intempestivos (to-
inmovilización). Se debe pensar en esas posibilidades. ma de constantes, visitas médicas), y las comidas son
El ambiente en que vive el paciente (ubicación, fa- menos agradables y se producen a horas fijas, y además
miliares y amigos, comunicación) también influye en el hay estricción de visitas y se produce una menor movili-
desencadenamiento de síntomas molestos o en la ob- dad. Conviene adecuar estas condiciones para que los
tención de mayor bienestar. hospitales, sin interferir en el funcionamiento de la acti-
Los medicamentos pueden proporcionar benefi- vidad, sean un sitio con menos incomodidades, en estas
cios, pero todos tienen efectos secundarios que suma- y en todas las situaciones de ingreso.
rán nuevos problemas. Los cuidados paliativos pueden prestarse tanto en
Seguramente el domicilio es el lugar más cómodo el domicilio como en los hospitales, siempre que la me-
para vivir y el menos malo para morir. Es el terreno ta fundamental siga siendo el bienestar y la calidad de
propio; allí se dispone de mayor libertad e intimidad y vida. Estos objetivos han de ser la referencia para reali-
de más comodidades, y allí están los juguetes y las de- zar cualquier intervención que afecte al niño y a su fa-
más propiedades del niño. Las comidas serán más del milia. El enfoque se basa en la pregunta: ¿qué se puede
agrado del paciente y los familiares y amigos pueden hacer para mejorar la calidad de vida de este niño?, y
acudir cuando lo deseen. para dar respuesta a ello hay que elegir el equipo sanita-
Pero, a veces, los síntomas no están del todo con- rio acorde con este planteamiento, buscar el lugar don-
trolados o aparecen otros nuevos a lo largo del tiempo, de puede haber mayor comodidad y planificar los cui-
o bien la situación se va prolongando y la angustia e dados que eliminen las molestias o, al menos, no aña-
incertidumbre de los familiares se acentúan. Hay niños dan otras nuevas.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Principios generales Si está previsto que el proceso se puede prolongar,


ha de intentarse la colocación de una sonda nasogástri-
• Prevención. Pensar en los síntomas que pueden ca para introducir cantidades moderadas de líquidos y
aparecer en cada momento de la enfermedad. To- alimentos fácilmente digeribles que no provoquen sen-
dos los medicamentos pueden aportar efectos se- sación de plenitud, de incomodidad, de náuseas y vó-
cundarios molestos. Adelantarse a ello. mitos. La hidratación forzada desencadena con frecuen-
• Valoración inicial. Posibles causas y factores acom- cia un incremento de las secreciones, edemas, edema
pañantes. Intensidad, consecuencias físicas y emo- pulmonar y aumento de la disnea. Se pueden ofrecer
cionales para el niño. Repercusión en los familiares comidas que hayan sido del agrado del niño, en peque-
y en los cuidadores. ñas cantidades y sin forzar nunca. Si se han podido co-
• Plan terapéutico. Sin demoras. Atención global y de rregir otros síntomas molestos (fiebre, intranquilidad,
cada uno de los síntomas. Se deben simplificar, en dolor, problemas bucales), probablemente será más fá-
lo posible, los tratamientos, utilizando medica- cil conseguir que el niño tome alimentos.
mentos no compuestos que permitan aumentar o No hay ninguna medicación que se haya mostrado
disminuir cada uno de los componentes, por la vía efectiva para combatir la anorexia (vitaminas, meges-
de administración menos molesta y aplicando trol, corticoides).
unos horarios cómodos. Emplear medicamentos y
también otras acciones no farmacológicas, prestan-
do atención a cualquier detalle que siempre será
importante en la atención correcta hacia el niño. Convulsiones
Evidentemente, ha de eliminarse lo que ya no es
necesario ni efectivo, tanto en lo referente a la me- Son más frecuentes cuanto menor es la edad del
dicación como a pruebas complementarias que no niño, por una serie de circunstancias que concurren en
vayan a modificar el tratamiento ni contribuyan a este tiempo: inmadurez del sistema nervioso tanto en
conseguir el mayor bienestar. Todo plan debe ser su anatomía (mielinización insuficiente, migración neu-
individualizado para cada paciente, aunque par- ronal incompleta) como de los neurotransmisores (dis-
tiendo de protocolos al inicio. Indicar minuciosa- minución de GABA, inhibidor de la transmisión de las
mente lo que se ha de administrar al enfermo, así descargas neuronales a la manera de un antiepiléptico)
como la dosis, intervalos, vías, dosis de rescate, y del sistema bioeléctrico (ondas lentas y de elevado
228 etc. Conviene establecer plazos para volver a valo- voltaje), y también por la gran labilidad neurovegetativa
rar y hacer las correcciones de manera inmediata. y metabólica frente a la fiebre y frente a los cambios hi-
• Explicación al niño (según su capacidad), a los padres droelectrolíticos: agua, calcio, sodio y glucosa.
y al equipo, de las posibles causas y de las medidas Las crisis convulsivas son perniciosas para el niño
que se pueden emplear para corregir las molestias, y, por su aparatosidad, tremendamente impactantes
implicando a la familia en los cuidados y en la vigi- para los cuidadores.
lancia, siempre de acuerdo con sus posibilidades.
• Monitorización de cada síntoma y evaluación de la
efectividad del tratamiento y de la aparición de Formas clínicas
efectos secundarios.
• Registro en la historia. Servirá para comprobar la Muy variadas. Desde pequeñas mioclonías poco
evolución sin fiarlo a la memoria y para que otros aparentes hasta movimientos generalizados y muy vio-
cuidadores tengan constancia de ella. lentos. Igualmente, la duración de las crisis varía entre
pocos segundos hasta horas o días.

- Crisis mínimas: automatismos motores breves, mo-


Anorexia vimientos clónicos palpebrales o de los músculos
labiales. A veces, episodios de palidez o de cianosis.
En el curso de cualquier enfermedad de los niños, la - Crisis tónicas: generalizadas, con extensión de las
anorexia es común, y más en la fase final, cuando, ade- cuatro extremidades o con flexión de las superio-
más, puede haber dificultades para la administración e res y extensión de las inferiores.
ingestión de líquidos y de alimentos. A veces se plantean - Crisis clónicas: las más características. Movimien-
cuestiones éticas, como el uso de sonda nasogástrica y de tos repetidos generalizados o bien localizados en la
botón gástrico, o en la alimentación parenteral, que en cara o las extremidades.
ocasiones es fácil de imponer porque el niño ya dispone
de un reservorio venoso. Entre los padres y también entre
los cuidadores está la idea de que la alimentación y, más Causas
aún, la hidratación son necesidades que se han de cubrir
hasta el final. Parece que es un derecho fundamental y - Tumores del sistema nervioso central (es la segunda
que no hacerlo, provoca sufrimiento y acelera la muerte. forma de cáncer en la infancia). Por afectación di-
En realidad, el niño no come porque se está muriendo. recta o por hipertensión intracraneal.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


13. Evaluación y control de síntomas

- Enfermedades degenerativas del sistema nervioso. Infección del árbol traqueobronquial.


Principal motivo no oncológico de enfermedad Broncoespasmo.
terminal en los niños. Insuficiencia cardiaca.
- Alteraciones metabólicas: metabolopatías, hiperhi- Ansiedad. Molestias.
dratación, deshidratación, hipoglucemia, hipona-
tremia.
- Fiebre. Tratamiento

Medidas generales
Tratamiento
- Procurar tranquilizar al niño y a sus familiares.
- De la fiebre: medidas ambientales y antitérmicos. - Aire fresco.
- Corrección de las alteraciones hidroelectrolíticas y - Reposo para disminuir las necesidades de oxígeno.
metabólicas. - Alimentación fraccionada en pequeñas cantidades
- De la hipertensión intracraneal: corticoides a 2 y que sea fácil de ingerir.
mg/kg/día.
- Sintomático: Etiológico

• Diazepam rectal. Los padres deben conocer la - Antibióticos.


administración de los pequeños enemas de dia- - Broncodilatadores.
zepam, que se han de poner inmediatamente y - Diuréticos. Furosemida 5 mg/kg, 7 dosis.
que suelen ser efectivos. - Corticoides.
• Diazepam oral (o intravenoso): 0,5 mg/kg. - Fisioterapia. Con prudencia, para evitar más inco-
modidad que el beneficio que se pretende.
• Valproato: 20 mg/kg en 5 minutos.
- Posición en decúbito lateral. A veces es útil porque
• Clonazepam: 0,2 mg/kg/día. Se puede aumentar
facilita la expulsión de las secreciones.
hasta 0,5 mg/kg/día (riesgo de apnea).
- ¿Aspiración de mucosidades? No es muy efectiva y,
• Fenitoína: 10-20 mg/kg en una hora.
sin embargo, puede aumentar las molestias.

Sintomático 229

Disnea
- Morfina. Disminuye la frecuencia respiratoria.
- Sedantes. Benzodiazepinas, neurolépticos (clor-
Sensación desagradable de falta de aire. Es un sín-
promacina 0,5 mg/kg/dosis).
toma subjetivo que se acompaña, casi siempre, de ta-
- Oxígeno.
quipnea, que sí se puede objetivar. Suele indicar mal
pronóstico. Los estertores pre-mortem son unos ruidos que se
Ocasiona una disminución de la oxigenación y de producen en la fase agónica de la enfermedad por el
la ventilación. Aumenta el trabajo respiratorio, con ma- paso del aire a través de las mucosidades acumuladas
yor consumo de oxígeno, y provoca una mayor fatigabi- en laringe, tráquea y bronquios. Provoca gran inquietud
lidad. En la familia provoca mayor ansiedad. en los padres y en quienes atienden al niño por la sen-
sación de que sufre y se está ahogando. Conviene expli-
car que los estertores no dan otras molestias al paciente,
Causas aunque sí que es muy desagradable para los que los
observan, y difícil de entender.
Debidas a la enfermedad La utilización de escopolamina (hioscina) a 5 mg/
kg/8 h (IV, IM o SC) puede ser un recurso para dismi-
- Metástasis pulmonares. nuir la cantidad de las secreciones.
- Derrame pleural.
- Obstrucción de las vías respiratorias.
- Patología neuromuscular: Distrofia muscular de
Duchenne, atrofia espinal infantil, miopatías, me- Estreñimiento
tabolopatías, fibrosis quística.
Disminución del ritmo y dificultad para la emisión
Por debilidad de las heces, con aumento de la consistencia. El ritmo
defecatorio normal es muy variable de unas personas a
- Anemia. otras. Por lo común, los niños pequeños suelen defecar
- Atelectasias por movimientos respiratorios poco más frecuentemente que en otras edades. Por otra par-
enérgicos y por acúmulo y espesamiento de las se- te, la dieta pobre en residuos, el periodo de aprendizaje
creciones. para evacuar y la retención voluntaria por no abando-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

nar los juegos, influyen en el retardo del momento de ir calcemia e hipernatremia, con peores consecuen-
al aseo. cias para el paciente).
Las consecuencias son varias: molestias, dolor, obs- - Extracción digital de fecalomas.
trucción intestinal, náuseas y vómitos, diarrea líquida
—generalmente, por rebosamiento tras la impactación
de un fecaloma— y disnea por distensión abdominal.
Conviene palpar el abdomen para comprobar si Insomnio
hay distensión abdominal, acúmulo de gases o bien
masas fecales. Igualmente se debe explorar el periné Incapacidad del paciente para dormir normalmente
por si existen fisuras anales o enrojecimiento del ano o durante la noche. Se debe tener en cuenta que los niños
de las zonas próximas. pequeños han de dormir también en otras horas además
de las nocturnas. En el mismo sentido, ha de procurarse
también que el niño esté tranquilo durante el día para que
Causas tenga un mayor descanso. En los periodos de enfermedad
y, más aún, de hospitalización, los enfermos suelen estar
Con frecuencia intervienen varios factores. Entre agobiados e inquietos. Si se consigue el descanso noctur-
ellos: no, el día siguiente seguramente será algo más placentero;
por el contrario, una noche sin dormir aumentará la inco-
- Ingesta escasa de alimentos. modidad. Como otros síntomas, también el insomnio
- Inactividad. afecta de manera muy importante a los padres.
- Debilidad.
- Alteraciones electrolíticas (hipopotasemia), que
modifican el tránsito intestinal. Causas
- Fisuras anales.
- Falta de intimidad para el acto de la defecación. - Trastornos neurológicos.
- Efecto secundario de los fármacos: opioides (cuan- - Síntomas no controlados: dolor, disnea, vómitos.
do se prescribe morfina, a la vez se ha de aconsejar - Ambiente: ruidos, calor, exceso de luz, exploracio-
un laxante) y sedantes. nes poco pertinentes, familiares en número excesi-
- Tumores abdominales. vo, miedo a quedarse solo.
230 - Miopatías y neuropatías.
- Hipotiroidismo.
- Parálisis cerebral infantil. Tratamiento
- Encefalopatía hepática.
- Medidas generales: ambiente relajado; evitar rui-
dos y luz intensa (o de colores “raros”); intentar
Tratamiento que el niño no duerma durante el día. Música sua-
ve (si es de su agrado), compañía (la que el niño
- Alimentación algo más abundante (si es posible) y más apetezca), caricias, diálogo sin imposiciones.
rica en residuos (habitualmente, mal tolerada por Corregir los síntomas.
los niños). - Medicación: Benzodiazepinas (midazolam o diaze-
- Aumentar, si se puede, la actividad física. pam a 0-1 mg/kg. Neurolépticos/clorpromacina,
- Inducir al niño a que no demore la defecación 0,5 mg/kg. En muchas ocasiones, los niños con
cuando sienta el estímulo. El colon absorbe agua enfermedad terminal ya tienen pautados sedantes
con rapidez y las heces retenidas se endurecen y durante largo tiempo. Se ha de tener en cuenta la
taponan la progresión intestinal. posible tolerancia, por si se tiene que aumentar la
- Proporcionar intimidad, con aseos que sean accesi- dosis. En estos casos es bueno administrar menor
bles y cómodos. cantidad de medicación por el día y aumentarla al
- Revisar los tratamientos que puedan provocar es- llegar la noche para intentar conseguir el sueño.
treñimiento (casi todos serán imprescindibles).
- Laxantes. Generalmente no recomendados en la
práctica pediátrica habitual. Osmóticos: Lactulosa
1-3 ml/kg/día (retiene agua en la luz intestinal). Náuseas y vómitos
Lubricantes: Parafina 1-3 ml/kg/día. Estimulantes
del peristaltismo: senósidos 5-10 mg/kg/día. Muy frecuentes en cualquier paciente con enfer-
- Supositorios de glicerina. No muy efectivos, ex- medad avanzada, y sobre todo en los niños, que, ade-
cepto en niños pequeños. más, tienen gran facilidad para vomitar. Se producen
- Enemas. Son molestos, por lo que han de emplear- por: inmadurez del centro regulador, peristaltismo in-
se de manera restringida. Los que contienen fosfa- eficaz y poco controlado, menor capacidad gástrica,
tos pueden ser tóxicos por provocar alteraciones aerofagia “fisiológica” y repercusión digestiva de cual-
electrolíticas (hiperfosfatemia, hipercaliemia, hipo- quier trastorno extradigestivo.

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13. Evaluación y control de síntomas

El centro del vómito coordina la secuencia de náu- - Evitar olores intensos o desagradables: preparación
seas - vómitos, así como la producción de síntomas de las comidas, habitación mal ventilada, perfu-
acompañantes: sialorrea, sudoración, palidez, taquicar- mes, etc.
dia y taquipnea. En alguna ocasión (hipertensión intra-
craneal) el vómito no va precedido de náuseas, mientras Medicación
en otros casos pueden aparecer náuseas (sensación de
distensión gástrica, malestar y deseos de vomitar) sin - Neurolépticos: Clorpromacina 0,5 mg/kg. Halope-
que se expulse el contenido del estómago. ridol, cuando los vómitos pueden estar provoca-
Los vómitos provocan múltiples consecuencias, y dos por el uso de opioides o por la tos.
sobre todo incomodidad. - Procinéticos: Metoclopramida 1-2 mg/kg, 7 dosis
Rechazo ante la alimentación. No tolerancia ali- (cada 4 horas), si hay retraso en la evacuación gás-
menticia. Dificultad para la administración de medica- trica o paresia intestinal.
mentos por la vía oral, que es la más cómoda. Deshidra- - Corticoides. Dexametasona 0,25 mg/kg, 76 h, si se
tación y alteraciones electrolíticas, teniendo en cuenta sospecha hipertensión intracraneal.
que los niños tienen menor capacidad de compensa- - Laxantes. Para combatir el estreñimiento.
ción metabólica. - Ondansetron 1-4 mg/8 h. Actúa sobre el centro del
vómito. La indicación primera es para la preven-
ción de los vómitos provocados por la quimiotera-
Causas pia, pero cada vez se generaliza más su uso.

- Por la enfermedad

• Hipertensión intracraneal. Los tumores intracra- Prurito


neales están entre los más frecuentes en la infancia.
• Obstrucción intestinal. Sensación de picor que produce incomodidad y
• Estreñimiento. provoca lesiones por rascado.
• Tos.
• Dolor, situación de malestar.
• Fiebre. Causas
231
- Por los tratamientos - Alteraciones de la piel.
- Uso de jabones, lociones, etc.
• Quimioterapia. - Secundario a la morfina.
• Radioterapia. - Ictericia.
• Medicamentos: opiáceos, AINE, corticoides (en - Ansiedad y aburrimiento.
realidad, cualquier fármaco produce rechazo en
la mayoría de los niños).
Tratamiento
- Motivos ambientales
- Compañía, diálogo, distracción.
• Olores (más cuanto más intensos, aunque pue- - Antihistamínicos: Hidroxicina 0,5 mg/kg/6 h. Tie-
dan parecer agradables, como los perfumes). ne acción sedante, es el más rápido. Clorfeniramina
• Comidas. Olores en su preparación. Insistencia 0,005 mg/kg/6 h. Cetiricina 5 mg/kg/día; es de ac-
en que coman. ción más prolongada y tiene escasa acción sedante.
• Por reclamar atención. - Sedantes: Clorpromacina 0,5 mg/kg/6 h.
• Ansiedad, incrementada por la angustia familiar - Corticoides: Dexametasona, prednisona.
no contenida. - Lociones calmantes que contengan antihistamínicos
en las lesiones localizadas; si son más amplias, se
- Traslados. En coche o en ambulancia, e incluso puede emplear calamina con mentol y lidocaína.
dentro del hospital.

Tratamiento Tos

Medidas generales Es otro de los síntomas frecuentes que, en circuns-


tancias normales, es un reflejo fisiológico para expulsar
- Ambiente tranquilo, que no transmita ansiedad. sustancias extrañas del árbol respiratorio, pero que en
- Alimentos preparados con arreglo a los gustos del ocasiones se hace repetitiva y molesta, agravando el su-
paciente, ofrecidos con mayor frecuencia y sin in- frimiento del niño porque llega a producir vómitos, ce-
sistir cuando el niño se muestra inapetente. falea, insomnio, agotamiento e incremento del dolor.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Causas que pudiera se debida a: meningoencefalitis, proceso


expansivo encefálico o meningitis tuberculosa.
- Acúmulo de secreciones por infección o irritación Precisó tratamiento médico, sedoanalgesia, venti-
de la mucosa respiratoria, insuficiencia cardiaca o lación artificial y, finalmente, una craniectomía descom-
debilidad muscular que dificulta la expulsión. presiva durante la cual se realizó una biopsia que mos-
- Compresión de las vías respiratorias. tró un meduloblastoma.
- Inhalación de sustancias irritantes (humo, lejía, El tumor fue extirpado parcialmente (estaba cer-
aire u oxígeno caliente o frío, amoníaco, contenido cano a los núcleos vitales) y se hizo una primera tan-
gástrico). da de quimioterapia. Como consecuencia, sufrió una
- Afectación cancerosa de cualquiera de las zonas aplasia medular y sepsis, que fue resuelta. Quedaron
del tracto respiratorio. graves secuelas neurológicas (alteración del nivel de
conciencia, severa hipertonía y convulsiones, contro-
lados con antiepilépticos), insuficiencia respiratoria
Tratamiento que obligó a mantener la ventilación artificial (y pos-
teriormente, traqueotomía) e imposibilidad de ali-
Medidas generales mentación por la boca (alimentación parenteral, por
sonda nasogástrica, por botón gástrico). Por métodos
- Ventilación correcta de la habitación. neuro-radiológicos se comprobó el crecimiento del
- Aire fresco. tumor, que, por su localización, era razonable no re-
- No fumar donde está el niño (ni en ningún otro intervenir. Se intentó una nueva dosis de quimiotera-
sitio). pia, sin resultado positivo y con la consecuencia de
- Evitar olores irritantes, de la cocina, del cuarto de aplasia e infección.
baño, perfumes, productos de limpieza o ambien- Se decide, por parte de todos los equipos implica-
tadores. dos, no realizar más tratamientos y procurar los mejo-
- Humidificación ambiental. res cuidados para la niña. Los padres comprenden la
- Hidratación suficiente, no excesiva, y con la difi- decisión (por ahora, dicen), pero mantienen la firme
cultad de conseguirla por la falta de ingesta. esperanza de que su hija se curará y de que las secuelas
- Facilitar la salida de las secreciones. Cambiar de irán remitiendo, pues “la niña es muy fuerte”.
posición, movilización, claping que no sea molesto. Durante el periodo de hospitalización posterior
232 (prolongado, porque los padres tenían mucho miedo a
- Aspiración de secreciones. De dudosa efectividad,
porque sólo se consigue extraer las mucosidades la soledad en casa y los abundantes cuidados en el hos-
cercanas a la boca. Es muy molesto para el pacien- pital les permitían mantener esperanzas de curación),
te y casi sólo sirve como un intento de tranquilizar la familia fue entrenada en los cuidados de la niña: de
momentáneamente a los padres. la alimentación, de la traqueotomía, aspiración de se-
creciones, prevención de las úlceras, fisioterapia, higie-
De las causas ne, medicación, etc. El diálogo con ellos fue constante,
sin avasallar, conjuntamente y por separado, por parte
- Antibióticos. de las unidades de cuidados paliativos, neurología,
- Broncodilatadores. neurocirugía, oncología, rehabilitación, etc. Después
- Diuréticos. de tres meses, los padres aceptan que sea atendida en
- Corticoides. su domicilio durante cortos periodos de tiempo, previo
contacto con los equipos de atención domiciliaria y la
adecuación de la casa a las necesidades de la niña. Dos
meses más tarde se da de alta hospitalaria y es contro-
u u Casos prácticos u u lada por el equipo de su zona y por nuestra unidad de
paliativos. La niña permanece estable, no aparecen
nuevos síntomas y las convulsiones están controladas.
Caso número 1 Las secuelas neurológicas siguen invariables. Respira
espontáneamente a través de cánula de traqueotomía y
es alimentada por sonda gástrica. Los padres van asu-
Anna miendo paulatinamente la incurabilidad del proceso y
que la muerte está cercana porque piensan que el tu-
Niña de 7 años. Sin antecedentes patológicos de mor va creciendo.
interés. Padres jóvenes y una hermana de 3 años. Viven Al cabo de 2 meses, nuestra paciente presenta una
en un pueblo cercano al hospital. gran dificultad respiratoria (posible afectación bulbar) y
Acude a consulta por cefaleas desde una semana solicitan el ingreso. En la misma habitación en donde
antes, con progresiva disminución de la conciencia y habían estado anteriormente, se atiende a la niña con
convulsiones generalizadas. Por la clínica y el TAC sus padres. Por acuerdo de todos, no se realizan manio-
practicado se evidencia una hipertensión intracraneal bras de reanimación.

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13. Evaluación y control de síntomas

Caso número 2 Tras insistir en el diálogo con los familiares para


que dejaran expresarse al joven, se pudo hacer una in-
terpretación más correcta del dolor: nos indicó que
Sergio cuando recibía más cantidad de morfina se encontraba
mejor (eran momentos en los que no estaba su herma-
Es un varón de 16 años diagnosticado de rabdo- na) y que quería dormir por la noche y descansar algo
miosarcoma y tratado durante dos años en otro centro. más durante el día. Se incrementó adecuadamente el
Viene a nuestro hospital para una segunda opinión, ya opiáceo, sustituyendo clorpromacina por midazolam.
que tras los tratamientos no se ha resuelto el tumor ini- Desde entonces no tuvo dolor y logró periodos de sue-
cial y han aparecido metástasis pulmonares. Todavía se ño y de cierta comodidad. Después de quince días fue
intenta una nueva tanda de medicación, que resulta in- aumentando la disnea, por lo que se añadió escopola-
eficaz. mina y se dieron más dosis de sedoanalgesia. Falleció al
El tumor sigue mostrándose en su lugar inicial, cabo de dos días, acompañado por sus familiares.
con numerosas metástasis pulmonares y derrame pleu- Los padres agradecieron a todos los cuidados que
ral izquierdo abundante, por lo cual el joven tiene dis- su hijo había recibido y la comunicación y el apoyo
nea —moderada, en principio—, dolor generalizado y continuos hacia ellos
de mayor intensidad en tórax, mala tolerancia digestiva,
gástrica y hepática —probablemente por la medica-
ción—, hematuria y alteración en la micción —también
debidas al tratamiento—, escasa actividad (dolor, dis- Bibliografía
nea, sondas, anemia, tumor). Apenas descansa y no
1. AAS. Paliative Care for Children. Pediatrica. 2000; 106: 351-
duerme por las noches. No es razonable continuar el
377.
tratamiento 2. Armstrong-Dailey A, Zarbock S. (ed.). Hospice Care for Chil-
Los padres han ido comprendiendo la incurabilidad dren. New York; Oxford University Press: 2001.
de la enfermedad. Una hermana mayor de Sergio quiere 3. Cruz Hernández M. (ed.). Tratado de Pediatría (9.ª ed.) Madrid;
mantener la esperanza y transmite esa idea a los demás Ergon: 2006.
4. Cuidados Paliativos. Sociedad Española de Medicina de Familia y
sin animarles nunca, siempre con espíritu rebelde, rei-
Comunitaria. Barcelona; EDIDE: 1998.
vindicativo y triste. Se erige en traductora de los síntomas 5. Cuidados Paliativos Domiciliarios. Atención integral al paciente y
del hermano y no tolera que se hayan de aumentar las su familia. Sevilla. Consejería de Salud: 2003.
dosis de sedantes y analgésicos (“no le duele tanto como 6. Cuidados Paliativos. Recomendaciones de la SECPAL. Madrid. 233
dice”, “no es bueno que esté dormido mucho rato”). To- Ministerio de Sanidad y Consumo: 1993.
7. Gómez Sancho M. (ed.). Avances en Cuidados Paliativos. Las
dos desean permanecer en el hospital, pues viven lejos, la
Palmas de Gran Canaria: Gabinete de Asesoramiento y Forma-
casa no reúne condiciones y el chico lleva muchas son- ción Social y Sanitaria (GAFOS), 2004.
das. Los síntomas no están controlados. 8. Gómez Sancho M, Ojeda Martín M. (ed.). Cuidados Paliativos.
Sergio está bien acompañado, recibe visitas de Control de síntomas. Madrid. Laboratorios Viatris: 2002.
otros familiares y de amigos. Va tolerando la comida; 9. Lassaunière JM. Guía Práctica de Cuidados Paliativos. Barcelona;
J&C Ediciones Médicas: 2003
lleva un drenaje torácico y sonda ureteral y vesical. Re-
10. Liben S. Cuidados Paliativos en Pediatría. En: Behrman, Klieg-
cibe pequeñas dosis de morfina (su hermana insiste en man y Jonson (ed.) Nelson Tratado de Pediatría. (19.ª ed.). Ma-
que no precisa más), otros analgésicos (que no le sir- drid; Elsevier: 2004, 143-148.
ven), dosis escasa de neurolépticos, etc. 11. MEDIMECUM. EINSA 2006.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Historia clínica y evaluación del dolor en


el niño con cáncer

M.ª del Rosario Rodríguez Rodríguez

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ La OMS, en 1998, en su publicación Cancer Pain


Relief and Palliative Care in Children, considera que “el
Objetivos generales control del dolor, de otros síntomas y de problemas psi-
u Comprender la finalidad de los cuidados paliativos cológicos y sociales, es primordial. La meta de los cuida-
infantiles. dos paliativos es el logro de la máxima calidad de vida
para los pacientes y sus familias. Muchos aspectos de los
u Comprender las causas por las cuales el dolor en los cuidados paliativos también se pueden aplicar durante el
niños es minusvalorado.
curso de la enfermedad junto con el tratamiento curativo.
u Comprender los aspectos específicos a tener en El tratamiento paliativo es el tratamiento activo y total del
cuenta a la hora de elaborar la historia clínica. cuerpo, la mente y el espíritu del niño, e implica también
u Adquirir conocimientos y habilidades para evaluar prestar apoyo a su familia. Comienza cuando se diagnos-
el dolor en el niño. tica el cáncer, y prosigue con independencia de que el
niño reciba o no tratamiento dirigido a la enfermedad.
Objetivos específicos Los profesionales de la sanidad deben evaluar y aliviar el
sufrimiento físico, psíquico y social del niño. Para ser
u Informar sobre los mitos y tabúes por los cuales el eficaz, el tratamiento paliativo requiere un planteamiento
dolor en los niños es infravalorado. multidisciplinario y amplio, que incluya a la familia y 235

u Conocer, a la hora de elaborar la historia clínica, los haga uso de los recursos disponibles en la comunidad”.
aspectos específicos a tener en cuenta en el niño. En nuestro trabajo diario, es frecuente asociar el
u Brindar las herramientas necesarias para poder ava- término paliativo sólo a paciente terminal; por ello de-
luar el dolor en la infancia. bo recordar que el concepto paliativo incluye la posibi-
lidad de continuar tratamientos de apoyo, como qui-
mioterapia, radioterapia, etc.
Los objetivos básicos en los cuidados paliativos
infantiles, aparte del control de los síntomas y su trata-
Introducción miento, y del apoyo emocional, social y espiritual del
niño y su familia, con la finalidad de obtener calidad de
Los cuidados paliativos infantiles son un reto para vida, tienden, tal como defiende la American Academy of
los profesionales sanitarios, los padres, el niño y la so- Pediatrics (AAP), a un modelo de cuidados paliativos
ciedad en general, debido a que no esperan que los ni- infantiles integrado, en el que éstos se ofrecen en el
ños mueran; las familias creen que la medicina puede diagnóstico y continúan a lo largo del curso de la enfer-
curar casi todas las enfermedades. medad, sea el resultado la cura o la muerte del niño.
Si hacemos una revisión histórica, podremos com- En los últimos años, el tratamiento del dolor en la
probar cómo, hasta no hace muchos años, no existen refe- infancia, especialmente en el neonato, ha cambiado
rencias al niño y el dolor, y es más, se afirmaba con rotun- significativamente, y a pesar de que se han potenciado
didad que “el umbral del dolor en niños es muy bajo o mucho las unidades, aún se sigue minusvalorando el
apenas existe”, siendo llamativo cómo en tratados de Pe- dolor en numerosas ocasiones, sobre todo en los niños,
diatría y Neonatología apenas se hace referencia al tema. en los discapacitados cognitivos y en los ancianos.
A partir de 1980 ha surgido un creciente interés
por el tratamiento del dolor y los cuidados paliativos,
creándose numerosas unidades de adultos, pero en el
ámbito infantil la progresión ha sido más lenta. Prueba Principios universales de los
de ello es que, en 1993, la Organización Mundial de la cuidados paliativos infantiles
Salud (OMS) se reunió en Italia para establecer las pau-
tas para el tratamiento del dolor oncológico infantil, Los cuidados paliativos infantiles, como ya hemos
terminándose este protocolo en 1996. comentado, están mucho menos desarrollados que los del

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

adulto; prueba de ello es que en el último directorio de 14. El apoyo psicológico y el seguimiento del duelo
Cuidados Paliativos 2004, editado por la SECPAL de Espa- deberían llevarse a cabo durante tanto tiempo co-
ña en el año referido, figuran inscritas un total de 261 mo sea necesario para todas las personas afectadas
unidades, de las cuales sólo 2 son puramente pediátricas. por la muerte del niño. Este apoyo debería propor-
Se han promulgado unos principios universales de cionarlo un equipo profesional formado en Cuida-
los cuidados paliativos infantiles, que son los siguientes: dos Paliativos Infantiles.
15. Los cuidados paliativos infantiles son un trabajo di-
1. El criterio de admisión en un programa de cuida- fícil. Los cuidados directos deberían recibir apoyo y
dos paliativos infantiles se realizará teniendo en supervisión psicosocial, formal e informalmente.
cuenta que no es probable que el niño llegue a ser
adulto. No se requiere un pronóstico de supervi- En la práctica diaria, cada día son más las familias
vencia a corto plazo, porque esto interfiere con que desean que la muerte del niño se produzca en el hos-
que se proporcionen los servicios desde el momen- pital, aunque en nuestra experiencia, gracias al apoyo de
to del diagnóstico. la Unidad de Asistencia Domiciliaria de Adultos del Hos-
2. La unidad objeto de atención es el niño y su fami- pital Universitario Doctor Negrín, de Las Palmas de Gran
lia. Se define a la familia como la persona o perso- Canaria, estamos logrando que el porcentaje de falleci-
nas que se ocupan de los aspectos físicos, psicoló-
mientos en el domicilio vaya aumentando lentamente.
gicos, espirituales y sociales del niño, indepen-
dientemente de la relación biológica.
3. Los servicios de cuidados paliativos infantiles deben
estar disponibles para los niños y sus familias en el
Causas por las cuales el
lugar que prefieran o sea apropiado para sus necesi-
dolor en los niños es
dades. Puede ser en un hospital, en el hogar, etc.
minusvalorado en ocasiones
4. Los cuidados paliativos infantiles no tienen como
objeto acortar la vida, sino controlar los síntomas
Hay diversos motivos por los cuales el dolor en los
de manera aceptable para el niño y su familia.
niños no es suficientemente valorado (Tablas I y II).
5. Los cuidados paliativos infantiles se centran en el
alivio del dolor físico, social, psicológico y existen-
cial o espiritual del niño y de su familia, indepen- Tabla I. Causas por las cuales el dolor en
236 dientemente de su elección de continuar con trata- los niños es minusvalorado en ocasiones.
mientos que prolonguen la vida del niño.
6. Los niños con enfermedades crónicas y sus fami- •  Suposiciones incorrectas.
lias deben tener acceso a un grupo de cuidadores, •  Tabúes.
o por lo menos a un coordinador.
• Dificultad en la transmisión de la información.
7. Los cuidados paliativos infantiles buscan aumentar la
calidad de vida del niño y de su familia; se incluye a •  Complejidad en la evaluación del dolor.
los niños y a la familia en la decisión de prioridades, • Información y sensibilización del personal
utilizando una información completa con respecto a sanitario y de los padres o tutores. Actitudes
la enfermedad y a sus opciones de tratamiento. personales.
8. El equipo sanitario reconoce la individualidad de
•  Escasa información.
cada niño y cada familia, y acepta sus valores, de-
seos y creencias, a no ser que puedan provocar un •  Escasa investigación.
daño significativo.
9. Los cuidados paliativos infantiles se desarrollan en Tabla II. Suposiciones incorrectas en el dolor
el marco de un equipo multidisciplinar. La impli- agudo (curas y exploraciones dolorosas).
cación desde el momento del diagnóstico abarca
un contacto respetuoso con los profesionales que • El dolor es una consecuencia inevitable de todo
intentan curar o prolongar la vida del niño. acto en sí.
10. El equipo de Cuidados Paliativos Infantiles debe • Es desagradable, inocuo y de duración limitada.
estar disponible durante 24 horas al día, 365 días
• Es raro que sea insoportable.
al año.
11. La provisión de descanso, sean horas o días en un mo- • Si lo tolera un paciente, lo pueden tolerar los
mento dado, es un servicio esencial para las familias. demás.
12. Las familias deberían poder demandar ellas mis- • Con el tratamiento del dolor pueden surgir
mas los cuidados paliativos. complicaciones y efectos secundarios que
13. Los servicios multidisciplinarios de cuidados pa- ponen en peligro al paciente.
liativos infantiles deberían ser reconocidos como
• Con el tratamiento analgésico aplicado no se
servicios médicos legítimos y valiosos, y deberían pueden evaluar bien las posibles
financiarse adecuadamente, para permitir su viabi- complicaciones.
lidad y disponibilidad.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


14. Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer

Suposiciones incorrectas Complejidad en la evaluación del


dolor
Durante mucho tiempo se supuso que los neona-
tos no sentían dolor por la inmadurez de su sistema En lo que están de acuerdo todos los autores es en
nervioso central. Sin embargo, se ha demostrado que a las dificultades que existen a la hora de la evaluación
las 7 semanas el embrión inicia las conexiones entre del dolor, ya que ésta es básica para poder instaurar el
neuronas sensoriales y células del asta dorsal de la mé- tratamiento adecuado.
dula espinal. En la semana 10 ya existe sustancia P y a
las 20 semanas ya se encuentran receptores por toda la
superficie de la piel y en las mucosas y se ha desarrolla- Información y sensibilización del
do el número final de neuronas. En la semana 22 se personal sanitario y de los
detectan endorfinas, y antes de la semana 28 están ya padres o tutores. Actitudes
presentes todos los componentes neurofisiológicos ne- personales
cesarios para la percepción del dolor. En la semana 30
nos encontramos la mielinización definitiva de las vías No quejarse no significa no tener dolor. Aún en
dolorosas al tronco encefálico y tálamo, así como una nuestro trabajo diario nos encontramos con personal
madurez total de la corteza. sanitario y tutores que creen: “Como no se queja, no
El recién nacido tiene unos receptores nocicepti- necesita analgesia”.
vos bien desarrollados, capaces de funcionar y con una Muchas veces se prefiere ignorar el dolor de un
densidad similar a la del adulto. Los sistemas y meca- niño, siendo la propia sociedad la que se olvida de que
nismos endógenos protectores del dolor (endorfinas y el niño está indefenso frente al dolor, aceptándose afir-
haces nerviosos descendentes) están incompletos du- maciones como éstas: “No llores, eres un campeón”,
rante el primer año de vida, con lo cual el adecuado “Este niño es duro”, etc.
tratamiento del dolor evitaría complicaciones que po- Creo que los profesionales que trabajamos en Cuida-
drían aumentar la morbimortalidad. dos Paliativos Infantiles debemos adquirir el compromiso
Son de gran interés algunos trabajos que demues- de realizar campañas de información y sensibilización a la
tran que las respuestas en ratas recién nacidas, someti- sociedad, personal sanitario y no sanitario, ya que así
das a agresiones titulares de larga duración, pueden nuestros pequeños pacientes se verán beneficiados.
provocar una reorganización estructural y funcional del En nuestro quehacer del día a día, podemos apor-
sistema nervioso de forma permanente que puede tener tar nuestro granito de arena haciendo comprender a los 237
implicaciones importantes en el desarrollo de hiperal- que colaboran en nuestro equipo de trabajo frente al
gesia y de los síndromes dolorosos crónicos. niño (incluidos los padres) el por qué, para qué y cómo
Se creía que los niños no recuerdan el dolor. Se será nuestra labor conjunta.
desconoce cuándo se inicia el recuerdo del dolor, pero
sí es cierto que los lactantes con dolor no controlado
tienen memoria de éste, lo que contribuye a conductas Escasa formación
de anticipación y respuestas paradójicas a la hora de
enfrentarse al dolor en el futuro. A pesar de que los modelos sanitarios actuales ya
han comenzado a reformarse y en algunas facultades se
imparten temas sobre Dolor y Cuidados Paliativos, és-
Tabúes tos son referidos al adulto. No olvidemos que, aunque
sea muy doloroso e impactante, también existen pa-
No debemos olvidar que, básicamente, se deben a cientes paliativos infantiles.
una falta de actualización en la farmacocinética y en la
farmacodinamia de los fármacos. Así, tenemos la depre-
sión respiratoria de los opioides, dependencia, droga- Escasa experiencia
dicción en el futuro, metabolización diferente, etc.
Existe poca experiencia en el uso de algunos medi-
camentos en la infancia, sobre todo de los opiáceos, lo
Dificultad en la transmisión de que ha facilitado los temores a la hora de su uso. Está
la información demostrado que tienen una efectividad semejante a la
que se puede ver en los adultos, aunque las dosificacio-
Está claro que los niños en la etapa pre-verbal pre- nes, claro está, deben ser más ajustadas según peso,
sentan serias dificultades para poder transmitir infor- edad y capacidad metabólica del niño.
mación. Lo mismo ocurre en niños grandes con defi-
ciencias psíquicas importantes o bien en pacientes muy
sedados o intubados. Escasa investigación
En la etapa verbal, a pesar de que los niños tengan
riqueza de vocabulario, también presentan dificultades Los pacientes pediátricos merecen tener el mismo
para poder expresar la sensación dolorosa. acceso que los adultos a fármacos eficaces para sus en-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

fermedades. Existen trabajos de farmacocinética y far- explicar claramente al niño que actuaremos para tratar
macodinamia en la infancia, pero quedan muchos sus síntomas, haciendo hincapié en que no le haremos
campos por investigar, sobre todo en los neonatos y daño, ya que de lo contrario tendrá tendencia a ocultar
prematuros. información por miedo.
En cuanto a los pacientes oncológicos infantiles, A partir de la etapa verbal, debemos considerar al
recordemos que es imposible extrapolar a los niños los niño protagonista, ya que él es el paciente y el que nos
datos obtenidos en la investigación de adultos, ya que dará la mejor información sobre sus síntomas, aunque
hay una serie de aspectos biológicos, farmacológicos y luego complementemos esa información con los padres
toxicológicos diferentes. y cuidadores (cuidador principal, enfermería, etc.). No
La investigación en pediatría se ve obstaculizada es infrecuente que la información que obtenemos del
por problemas éticos y legales, que han movido a ex- niño no coincida con la de los padres, y que éstos que-
cluir a los pacientes pediátricos de los ensayos clínicos den sorprendidos por ello.
con la finalidad de protegerlos de los riesgos de la expe- Si el niño tiene dificultades para la comunicación
rimentación, tanto a corto como largo plazo. La Interna- por estar en la etapa pre-verbal, por tener discapacidad
tional Pharmaceutical Federation (FIP) establece una se- cognitiva o por estar intubado, recabaremos la informa-
rie de recomendaciones al respecto, pero en muchos ción a través de los padres y cuidadores.
aspectos existen vacíos legales. El niño será tratado con respeto, en presencia de
los padres (si así lo desea), con diálogo cariñoso y ame-
no, teniendo en cuenta las claves básicas para poder
lograr una buena comunicación (Tabla III). Si es nece-
Historia clínica sario, hay que dar tiempo de descanso.
Realizaremos nuestra propia historia revisando:
Básicamente, la historia clínica se elaborará de for-
ma similar a la del adulto, si bien debemos considerar Historial clínico
algunos aspectos específicos para los niños.
En la primera entrevista es fundamental dejar muy Se revisará todo el historial clínico del paciente,
claro a los padres y a los niños (si tienen edad para ello) tomando nota del diagnóstico, exploraciones, trata-
quiénes somos, para qué nos han llamado y cuál va a mientos recibidos, tratamiento actual y evolución de la
ser nuestro objetivo, ya que esto nos va a facilitar mu- enfermedad.
238
cho la comunicación en el futuro. La anamnesis se realizará como en el adulto, te-
Los niños que acuden por primera vez a nuestra niendo en cuenta los siguientes puntos:
consulta, con frecuencia se muestran poco colaborado-
res, recelosos, y estableciendo claras barreras en la co- • Tiempo de inicio: tras biopsia, cirugía, radiotera-
municación. Probablemente influyan en este comporta- pia, inicio progresivo, brusco, etc.
miento las experiencias previas dolorosas (punciones, • Localización y distribución del dolor.
aspirados, biopsias, cirugía, etc.). Por ello es primordial • Tipo de dolor: somático, visceral, neuropático,
mixto.
• Su curso en el tiempo: constante o episódico.
Tabla III. Claves de la comunicación. • Características clínicas del dolor: diurno, noctur-
no, quemazón, pulsátil, urente, descarga eléctrica,
• Elegir el momento y lugar apropiados y sin etc.
prisas. • Su intensidad basal: leve, moderado o intenso.
• Considerar el estado emocional del niño y de la • Su intensidad en las crisis: leve, moderado o intenso.
persona que realiza la entrevista. • Su irradiación.
• Factores desencadenantes: cambio postural, tos,
• Escuchar activamente tanto la información
etc.
verbal como la no verbal: contacto visual,
postura corporal confortable y relajada; cerca, • Repercusión en la familia.
pero sin invadir el espacio del niño. • Respuestas a los tratamientos con fines analgésicos
que se han instaurado previamente.
•  Empatizar con el niño y con la familia.
•  Utilizar lenguaje adecuado a la edad del niño. La anamnesis, si el niño es grande, intentaremos
•  Preguntar y no imponer.
realizarla a través del mismo, confrontando posterior-
mente la información con los padres. Si el niño no pue-
•  Hacer preguntas abiertas. de darnos esta información por tener dificultades para
•  Dar información útil. la comunicación, se realizará sólo con los padres. Las
notas de enfermería registradas en la historia clínica
•  Ayudar a pensar.
pueden aportar datos muy valiosos.
•  Pedir opinión. En algunas ocasiones nos podemos encontrar fren-
•  Ser recompensante. te a situaciones en las que las necesidades y los deseos
de los padres pueden ser opuestos a los del paciente

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14. Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer

(generalmente adolescente), e incluso alguno de ellos Evaluación del dolor (lo veremos más adelante).
con los del facultativo.
Percepción del dolor, enfermedad, evolución y pronóstico
Exploración física completa tanto por el niño como por su familia

Cardiorrespiratoria, digestiva, neurológica, etc., Es muy importante, evaluar de forma sistemática la


buscando además posibles puntos dolorosos. respuesta afectiva del niño a la enfermedad y al diag-
nóstico, con la finalidad de poder detectar respuestas
Causa o etiología de cada uno de los síntomas emocionales anómalas que serían abordadas conve-
nientemente por el psicólogo, pudiendo así minimizar
En la mayoría de los casos, el dolor es el síntoma los fenómenos de ira y resentimiento con el equipo de
principal, siendo consecuencia de la evolución de la trabajo.
propia enfermedad y pudiendo producir afectación El niño debe ser reevaluado periódicamente de
ósea, de los tejidos blandos, de las vísceras y del sistema forma regular.
nervioso central o periférico. No olvidemos que tam-
bién puede ser secundario al tratamiento; por ello es
conveniente conocer el protocolo quirúrgico, quimiote-
rapia, radioterapia, procedimientos especiales (biopsias, Evaluación del dolor en los
aspirados medulares, etc.) (Tabla IV). niños

Tabla IV. Principales causas de dolor en los Definición, clasificación y tipos


pacientes paliativos infantiles. de dolor

Causado por la evolución de la propia


enfermedad
Según la International Association for the Study of
Pain (IASP), el dolor es una “experiencia sensorial y
  •  Por afectación ósea primaria o metastásicas. emocional de carácter desagradable que se asocia a una
  • Por afectación de las vísceras por tumor lesión real o potencial de algún tejido, o descrita en ta-
primario o metástasis. les términos”.
  • Por afectación de los tejidos blandos por Esta definición, para algunos autores, no sería váli- 239
tumor primario o metástasis. da en el neonato, ya que la definición lleva implícita la
expresión de la experiencia dolorosa.
  • Por afectación del sistema nervioso central o
El dolor, según su intensidad, se clasifica en:
periférico.
  • Por espasticidad en el curso de • Leve.
enfermedades congénitas. • Moderado.
  •  Por VIH/SIDA. • Intenso.
  • Por malformaciones cardiacas con
hipertensión pulmonar severa. En función de la duración del dolor en el tiempo,
éste puede ser:
  •  Por enfermedades y síndromes congénitos.
• Agudo: se debe a una enfermedad o daño tisular
Causado por el tratamiento en sí
que, dependiendo del tipo de lesión, duración y
  •  Cirugía: dolor postoperatorio. recuperación, desaparece al recuperarse totalmen-
  •  Radioterapia: dermatitis, mucositis. te la lesión causal.
• Crónico: no desaparece al recuperarse totalmente la
  •  Quimioterapia: neuropatía, mucositis.
lesión causal. Se puede presentar en enfermedades
  •  Neuropatía: miembro fantasma. de buen y de mal pronóstico.
  •  Infección.
Recordemos que el dolor crónico no tratado co-
  •  Corticoides: alteraciones óseas.
rrectamente está claramente relacionado con la apari-
  •  Cefalea post punción lumbar. ción de sintomatología depresiva y de ansiedad, además
de poder modelar rasgos de la conducta y de la perso-
Causado por algunos procedimientos nalidad, que están en proceso de maduración.
  •  Aspirado de médula ósea. Una vez vistos estos conceptos, vamos a recordar
brevemente los tipos de dolor:
  •  Biopsias.
  •  Punciones: dedo, venosa, drenajes. • Dolor nociceptivo.
  •  Punción lumbar. • Dolor neuropático.
• Dolor mixto.

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Dolor nociceptivo El dolor mixto resulta de la combinación de los des-


critos anteriormente.
El dolor somático es un dolor que se produce por Ejemplo: dolor post-laminectomía, que puede te-
una lesión o enfermedad que activa los receptores noci- ner un componente somático y neuropático.
ceptivos cutáneos y de los tejidos profundos: piel, mús- Es conveniente tener conocimiento de una serie de
culos, articulaciones, ligamentos y hueso. Lo caracterís- términos que se utilizan a la hora de hablar de dolor
tico de este dolor es que está bien localizado y definido, (Tabla V).
de carácter lancinante: desgarrador, puñalada, no irra-
diado, con una relación con el tiempo constante, y que
puede presentar náuseas como síntomas asociados. Métodos de evaluación del
Ejemplo: dolor postraumático. dolor en el niño
El dolor visceral es un dolor producido por una le-
sión o enfermedad (infiltración, compresión o disten- La evaluación del dolor en el niño requiere tiempo,
sión de una víscera) que afecta a órganos inervados por paciencia, tacto, adaptación a su edad y desarrollo emo-
el sistema simpático. Es un dolor difuso o mal localiza- cional, siendo su finalidad identificar y cuantificar el do-
do y mal definido, de carácter sordo y constrictivo, con lor para facilitar el diagnóstico y el correcto tratamiento.
localización distante de la zona enferma o lesionada, y Se han desarrollado numerosas técnicas, tests y
su relación con el tiempo es periódica, pudiendo ir cuestionarios específicos para niños, pero no existe nin-
acompañado de náuseas, vómitos y sudoración. guno que sea lo suficientemente específico y sensible
Ejemplo: dolor por colelitiasis. para poder realizar una adecuada evaluación.
El dolor neuropático es definido por la IASP como Todos los estudios realizados hasta ahora tienen en
“dolor iniciado o producido por una lesión primaria o común que la evaluación del dolor en los niños es difí-
una disfunción en el sistema nervioso periférico o cen- cil y que esta dificultad va aumentando cuanto más pe-
tral”. Es un dolor que afecta a la zona inervada por la raíz queño es el niño, siendo la mayor dificultad en el perio-
nerviosa y tiene un predominio distal, quemante, lanci- do neonatal y en pacientes con afectaciones psíquicas
nante y de hormigueos. Su relación con el tiempo es importantes, pacientes intubados, etc.
continua, y persiste en el tiempo después de desaparecer
el estímulo que lo originó. Como síntomas asociados
presenta alteraciones de la sensibilidad, temperatura, Clasificación de los métodos de
240 disfunción vasomotora y alteraciones tróficas de la piel. evaluación del dolor en el niño
Su tratamiento es más complejo, precisando anti-
convulsivantes, antidepresivos, etc. El dolor, como sabemos, es una experiencia senso-
Ejemplo: neuralgia post-herpética. rial y, como tal, tiene tres componentes:

Tabla V. Términos relacionados con el dolor.

• Alodinia: dolor que aparece ante un estímulo que normalmente no produce dolor.
• Causalgia: Dolor crónico y muy persistente de la piel, debido a un traumatismo o a una intervención
quirúrgica que ha afectado a un nervio sensitivo. Puede acompañarse de cambios tróficos vegetativos del
miembro doloroso. síndrome doloroso con dolor urente, con hiperpatía y alodinia tras una lesión
traumática de un nervio. Frecuentemente se acompaña de alteraciones vasomotoras, cambios tróficos y
sudor.
• Disestesia: sensación anormal desagradable, provocada o espontánea. Puede asociarse o no a dolor.
• Dolor irruptivo: exacerbación transitoria del dolor que aparece sobre la base de un dolor persistente
estable.
• Dolor irruptivo incidental: dolor irruptivo que aparece al realizar alguna actividad: tos, andar, defecar, etc.
• Dolor irruptivo idiopático o espontáneo: dolor irruptivo en el que no se evidencia ningún factor
desencadenante.
• Dolor irruptivo por fallo de final de dosis: es debido a un tratamiento insuficiente.
• Hiperalgesia: respuesta aumentada a un estímulo doloroso.
• Hiperestesia: aumento de la sensibilidad ante la estimulación térmica y táctil.
• Hipoestesia: disminución de la sensibilidad ante la estimulación térmica y táctil.
• Neuralgia: dolor producido por la inflamación un nervio.
• Neuritis: inflamación de un nervio.
• Parestesia: sensación anormal de hormigueo en un territorio cutáneo, espontánea o provocada.

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14. Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer

- Subjetivo. • Verbales libres.


- Conductual. • Entrevistas estructuradas.
- Fisiológico. • Cuestionarios específicos, en los que se contem-
pla no sólo al paciente sino también a los pa-
Con base en estos tres componentes, se clasifican dres/tutores o cuidadores y enfermeras.
los métodos de evaluación del dolor (Tabla VI).
Existen numerosos cuestionarios con adaptación a
diversas culturas e idiomas.
Tabla VI. Clasificación de los métodos de Para obtener con los autoinformes unos resultados
evaluación del dolor en los niños. fiables es necesario tener en cuenta las claves de la co-
1. Métodos subjetivos municación descritas en la Tabla III.
Los niños a partir de los 7-10 años ya comienzan a
Directos: Autoinformes: poder describir aspectos afectivos de dolor.
- Verbales libres.
- Entrevistas estructuradas. - Escalas de autoevaluación
- Cuestionarios específicos.
Escalas de autoevaluación: Solamente miden la intensidad del dolor.
La escala analógica visual (EVA) es la de uso más
- Escala analógica visual (EVA).
común en los adultos; también se utiliza en niños gran-
- Escala analógica cromática continua.
des, por ser algo más compleja.
- Escala afectiva facial (EAF).
- Termómetros graduados. Consiste en una regla de 10 cm de longitud, con
un cursor deslizante, que va desde ausencia de dolor a
Indirectos: Selección de colores dolor insoportable. Por el otro lado está graduada y nos
Procedimientos gráficos de auto-representación: permite hacer una lectura numérica de la intensidad del
dolor (Figura 1).
- Dibujos de colores.
- Mapas de color.
Los valores EVA igual a 0 corresponden a ausen-
- Interpretación de dibujos libres. cia de dolor; 1-3, dolor leve; 4-6, moderado, y 7-10,
intenso.
2. Métodos conductuales Escala analógica cromática continua (ECCA). Esta
- Llanto y vocalizaciones. escala ha sido modificada para niños más pequeños, y 241
- Expresión de la cara. en lugar de una línea aparece una banda, con una gama
- Cambios en las posturas y movimientos corporales. de colores que van desde el naranja, que indica ausen-
- Cambios en las actividades diarias. cia de dolor, hasta el rojo oscuro para la máxima inten-
3. Métodos fisiológicos sidad de dolor. Se utilizan estos tonos porque el niño
asocia con mucha frecuencia el color rojo con el dolor
(Figura 2).
Escalas afectivas faciales (EAF). Son las más utili-
Métodos subjetivos zadas en la evaluación de la intensidad del dolor en
los niños, por ser sencillas y fácilmente comprensi-
Son los más desarrollados, y es el niño el que nos bles. Resultan atractivas, por lo que se facilita la cola-
da la información, de forma verbal o no verbal, respecto boración del paciente; basta con que el niño señale la
a preguntas o actividades que se le solicitan, referidas al expresión facial que considere más apropiada. Existen
dolor. una serie de escalas que emplean caras que van desde
Estos métodos están limitados por la edad del ni- expresión alegre a triste, para medir el dolor en los
ño, su capacidad para comunicarse, el nivel de concien- niños pequeños, eligiendo la cara que más se aproxi-
cia, el ambiente, etc. me a él.
Los métodos subjetivos, a su vez, pueden ser: Hay varias modalidades, con 4, 6 y 9 caras dibuja-
das, fotografías, etc., de niños con diferentes expresio-
a)  Métodos directos nes progresivas de dolor, desde la cara relajada hasta la
cara desencajada, gritando y en actitud retraída.
Son muy utilizados y tratan de obtener una infor- Estas escalas son muy útiles a partir de los 3 años, y
mación objetiva y completa de la experiencia subjetiva en pacientes con discapacidad cognitiva leve-moderada.
del niño respecto a la intensidad, tipo, localización y Las caritas dibujadas son mejor aceptadas por los
cualidad del dolor, siendo la forma más sencilla de niños que las fotografías, ya que en alguna ocasión pro-
“preguntar” por el dolor. vocaron ansiedad en ellos (Figura 3).
Los termómetros graduados. Los niños están familia-
- Autoinformes rizados con los termómetros y reconocen con facilidad
cómo el aumento de la intensidad del dolor se puede
Se utilizan en niños mayores de 4-6 años, pudien- correlacionar con el aumento de la temperatura. La es-
do ser: cala por un lado representa un termómetro y por el otro

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Figura 1. Escala de autoevaluación analógica visual (EVA).

Figura 2. Escala de autoevaluación analógica cromática continua (ECCA).

242

Figura 3. Escala de autoevaluación afectiva facial (EAF).

una escala numérica de 0 a 10 ó de 0 a 100. Es útil a


partir de los 3-4 años (Figura 4).

b)  Métodos indirectos

Se trata de información no verbal que aporta el


paciente con actividades que se le solicitan y que nos
informan de la localización e intensidad del dolor. En
los niños están limitados por la edad, la capacidad de
comunicación, el nivel de conciencia, el ambiente, etc.
Se deben utilizar siempre que se pueda y son útiles a
partir de los 3-4 años. Figura 4. Escala de autoevaluación: termómetro graduado.

- Selección de colores. Son escalas cromáticas de 8 co-


lores, a elegir entre el blanco, que representa la au-
sencia de dolor, y colores desde el amarillo al rojo,
que se corresponden con intensidades de dolor que
van desde el leve al intenso. Se utiliza esta gama de
colores porque los niños suelen asociar estas tonali-
dades con el dolor. En niños más pequeños se pue-
den utilizar escalas cromáticas de 4 colores, ya que
tienen tendencia a irse a los extremos. Es útil en Figura 5. Selección de colores. Escala cromática de cuatro colores: blanco,
niños mayores de 3-4 años (Figura 5). amarillo, naranja y rojo.

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14. Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer

- Procedimientos gráficos de autorrepresentación

• Dibujos de colores. Se pide al paciente que se di-


buje indicando dónde siente dolor, y, con colo-
res, cuánto le duele. Los colores que se le ofre-
cen son tonalidades de amarillo-rojo, como en
la selección de colores. En niños menores de 5
años se ofrecen 2-3 colores para mayor facili-
dad. Es muy útil en niños a partir de 4-5 años
(Figura 6).

Figura 8. Paciente de 13 años que nos mostró en este dibujo libre cómo ve su
enfermedad.

Figura 6. Procedimiento gráfico de autorrepresentación realizado por un paciente


Métodos conductuales 243
de 5 años tratado en nuestra unidad.
No requieren la colaboración del paciente y es-
tudian las modificaciones del comportamiento en si-
• Mapas de color. El paciente rellena en una silueta tuaciones de dolor. Son métodos útiles a cualquier
impresa la zona que le duele y con colores indi- edad y especialmente en neonatos, lactantes y niños
ca las diferentes intensidades de dolor. con dificultades de comunicación y con discapacidad
  Niños mayores de 3-4 años (Figura 7). cognitiva.
En la etapa pre-verbal es difícil diferenciar las con-
ductas, ya que pueden producirse por otras circunstan-
cias como frío, hambre, miedo, etc.; además, se pueden
modificar por medio de las influencias culturales, por
las conductas de los que le rodean y por la propia expe-
riencia del niño. No olvidemos que en ocasiones el niño
puede magnificar el dolor y su frecuencia para asegu-
rarse de que se le administra el tratamiento o para lla-
mar la atención.
Se evalúa cómo el dolor altera las actividades nor-
males del niño: actividad escolar, tiempo de juego, rela-
ción con la familia y amigos, ansiedad, miedo, etc.
El niño con dolor crónico no tratado “se encierra”
en sí mismo, “se adapta” y expresa el dolor de forma
diferente, pudiendo llegar a una actitud de silencio con
Figura 7. Paciente de 9 años que nos muestra en el mapa de color las zonas e
los ojos cerrados, que nos puede hacer pensar que está
intensidades de su dolor. dormido. En otras ocasiones se puede manifestar con
agresividad verbal, física o autolesión. Esta última ma-
nifestación es más frecuente en niños con discapacidad
• Interpretación de dibujos libres. Pedimos dibujos cognitiva.
libres que comentamos conjuntamente con el Dentro de los métodos conductuales podemos
equipo de Psicología Clínica (Figura 8). evaluar (Tabla VII):

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Tabla VII. Métodos conductuales: se muestran algunas características en neonatos, lactantes y


niños grandes con discapacidades cognitivas.
MÉTODOS CONDUCTUALES
Neonatos y lactantes Niños grandes con discapacidad cognitiva
•  Boca angular. •  Boca cerrada, labio superior montado, morderse los labios.
•  No sonríe. •  No sonríe y es irritable.
•  Llanto, vocalizaciones, gemidos. •  Gemidos, gritos.
•  Hipo. •  Ceño fruncido, omega frontal.
•  Postura rígida, arquearse. •  Negativa a la movilización total o parcial.
•  Llanto al movimiento. •  Puños cerrados y difíciles de abrir.
•  Puños apretados. •  Movimientos incoordinados.
•  Brazos extendidos. •  Golpes en la zona de dolor.
•  Agitación. •  Postura fetal.
•  Movimientos laterales de la cabeza. •  Roces cutáneos repetitivos.
•  Agarrarse. •  Movimientos laterales de la cabeza e incluso golpes.
•  Ojos fuertemente cerrados o muy abiertos. •  Agarrarse.
•  Rechazo del alimento. •  Ojos cerrados o muy abiertos.
•  No buen descanso nocturno. •  Rechazo del alimento.
•  No buen descanso nocturno

• El llanto y vocalizaciones. El llanto es la primera des y preescolares se produce el grito inicial, segui-
expresión vocal de dolor o tensión en el recién na- do de llanto continuado y persistente.
cido. Se han realizado estudios espectrográficos • La expresión de la cara. El niño no sonríe, tiene
del llanto, comprobándose cómo el llanto por do- las cejas bajas y fruncidas, la frente prominente
lor es de frecuencia mucho más alta que otros tipos con arrugas verticales entre las cejas, ensancha-
de vocalizaciones por hambre o frío. En neonatos y miento del puente nasal, ojos fuertemente cerra-
lactantes, el comienzo del dolor agudo se manifies- dos o muy abiertos, boca angular y barbilla tem-
ta como un grito inicial seguido de un llanto más blorosa. No es útil en el dolor crónico y en el do-
contenido, llegando incluso al silencio y volviendo lor agudo que llevan tiempo sin ser tratados (Fi-
periódicamente al grito. También son frecuentes gura 9).
244 otras manifestaciones, como hipo, gruñido, gemi- • Cambios en las posturas y movimientos corpora-
do e incluso apneas cortas. En los lactantes gran- les. En los neonatos y lactantes pequeños, ante una

Figura 9. Lactante de tres meses, afecto de osteopetrosis. En la imagen de la izquierda se aprecia la expresión de dolor y sufrimiento antes de comenzar el tratamiento
analgésico. Se había colocado sonda nasogástrica, ya que no quería comer y estaba nauseoso. La imagen de la derecha muestra el gran cambio a las 48 horas del
tratamiento analgésico. La sonda nasogástrica se retiró por tolerancia adecuada.

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14. Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer

situación de dolor agudo apreciamos manos exten- Tabla VIII. Algunas de las escalas utilizadas en
didas, puños apretados, postura rígida, protección neonatos.
de una parte del cuerpo, agitación, movimientos Escalas que contemplan
Escalas que contemplan
laterales de la cabeza, arquearse, mover los brazos, métodos conductuales y
métodos conductuales
fisiológicos
aferrarse a sus padres, gemidos, etc.). No resulta
útil en dolor crónico. NFCS
PIPP
• Cambios en las actividades diarias. Trastornos del NIPS
CRIES
LIDS
sueño, agresividad, disminución del apetito, des- CHEOPS
PAT
interés por el entorno, disminución de la capaci- SUN
IBCS
COMFORT SCORE
dad de concentración y del tiempo de juego, de la PAIN
relación familiar y con los amigos, etc. En los niños
grandes, depresión, disminución de las actividades
sociales, alteraciones del sueño, dificultades en la
La Escala PIPP ha sido creada para la evaluación
deambulación, etc.
del dolor en neonatos y tiene en cuenta la edad gesta-
cional, motivo por el cual es una de las más utilizadas.
Realiza la evaluación utilizando siete parámetros,
Métodos fisiológicos (constantes
indicadores conductuales y fisiológicos, que son valo-
biológicas)
rados de 0 a 3. Para todas las edades gestacionales, una
Valoran parámetros de respuesta al estrés, que ais- puntuación menor o igual a 6 indica la ausencia de do-
lados tienen poca utilidad práctica, pero que, valorados lor o dolor leve; superior a 6, dolor moderado, y supe-
conjuntamente con otros métodos, nos pueden aportar riores a 12, dolor intenso (Tabla IX).
información que no debemos despreciar.
Al comienzo del dolor agudo se producen una
serie de signos, como son: alteración de la frecuencia Factores que modulan la
cardiaca y respiratoria, respiración entrecortada, po- percepción dolorosa en el niño
lipnea e incluso pequeñas apneas, aumento de la ten-
sión arterial, hormonas de estrés (endorfinas, cateco- Es muy importante tener en cuenta los siguientes
laminas, cortisol), sudoración palmar, pupilas algo aspectos:
midriáticas, palidez, aumento de la temperatura, dis- Edad. Lo más importante es la diferente evaluación
245
minución de pO2 transcutánea, hipertensión craneal, del dolor y la respuesta a los fármacos entre el neonato,
etc. Pero si el dolor persiste durante horas o días o no por inmadurez de los sistemas enzimáticos y presencia
es correctamente tratado, estos cambios tienden a la de opioides endógenos, y los niños más grandes.
“normalización”. Etnia. Existen estudios realizados en grandes po-
Para la evaluación del dolor en recién nacidos a blaciones que demuestran la incidencia de metaboli-
término y pre-término, existen varias escalas de evalua- zadores lentos y rápidos en diferentes países, circuns-
ción, que contemplan métodos conductuales, fisiológi- tancia que ha de tenerse en cuenta en el manejo de
cos o una combinación de los dos. opioides.
Las más utilizadas se encuentran reflejadas en la Desarrollo emocional del paciente. Los niños en ge-
Tabla VIII. neral tienen mala tolerancia a la ausencia de sus padres,

Tabla IX. Escala PIPP para evaluación del dolor en neonatos pre-término y grandes prematuros.
Proceso Parámetros 0 1 2 3
Gráfica Edad gestacional > 36 semanas 32 a < 36 semanas 28 a 32 semanas < 28 semanas

Observar al niño 15” Comportamiento Activo/despierto, Quieto/despierto, Activo/dormido, Quieto/dormido,


ojos abiertos, ojos abiertos, no ojos cerrados, ojos cerrados, no
mov. faciales mov. faciales mov. faciales mov. faciales

FC máx.
Observar al niño 30” Sat. O2 min 0-4 lat/min 5-14 lat/min 15-24 lat/min > 25 lat/min
Entrecejo fruncido 0-2,4% 2,5-4,9% 5-7,4% > 7,5%
Ninguna 0-9% Mínimo 10-39% Moderado Máximo > 70%
40-69%
Ojos apretados tiempo tiempo tiempo tiempo

Surco nasolabia Ninguna 0-9% Mínimo 10-39% Moderado 40-69% Máximo > 70%
tiempo tiempo tiempo tiempo
No Mínimo 0-39% tiempo Moderado 40-69% Máximo > 70%
tiempo tiempo

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

sobre todo entre los 6 meses y los 4 años. Debemos te- Siempre tenemos que ser honestos y respetuosos
ner en cuenta la etapa del “no” a los 18 meses, edad en con los niños, aclarando cualquier duda y explicando lo
la que el niño es muy poco colaborador. que vamos a hacer, especialmente con el adolescente,
Experiencias previas. Son de capital importancia en ya que perderíamos su confianza y confidencialidad.
el niño, ya que pueden dar lugar a magnificar el dolor o
bien a desarrollar fenómenos de hiperalgesia. Las expe-
riencias dolorosas negativas en niños dan lugar a altera- Tipos de respuesta al dolor en
ciones de la percepción dolorosa. los niños
No se debe olvidar la atención psicológica de los
padres, familiares y personal sanitario, ya que así podrá La respuesta del niño al dolor está modulada por
facilitarse un ambiente de confort. todos los factores que acabamos de ver; de todas mane-
Grado de información sobre su enfermedad. A los ni- ras, el niño puede responder de cinco formas diferentes:
ños se les debe informar de forma adecuada y escalona-
da sobre su enfermedad, teniendo en cuenta su edad y 1. Ansiedad. Es la respuesta más común, en dolor
su desarrollo emocional, siendo el facultativo responsa- agudo o procesos dolorosos de corta duración:
ble el que dé la información y no delegándola a terceras taquicardia, palpitaciones, vómitos, diarreas, etc.,
personas. que pueden llevar a agravar la enfermedad del
A partir de los 10-12 años, el niño puede conocer niño.
su diagnóstico por otras vías (conversaciones de familia- 2. Regresión. Provoca dependencia, pérdida de esque-
res y conocidos, Internet, etc.), pudiendo tener aprecia- mas adquiridos, disminución de la capacidad de
ciones equivocadas, ocultarlo y crearse angustias innece- compartir cosas, dificultad de concentración y
sarias. Las informaciones parciales también angustian. aprendizaje.
No olvidemos la difícil etapa de la adolescencia, ya 3. Depresión. Provoca alteraciones del sueño, digesti-
no son niños pero aún no son adultos, lo que hace que vas, cambios de conducta (apatía e irritabilidad,
su manejo sea más difícil, teniendo que armarnos de que a veces obligan a actitudes impositivas por
paciencia en ocasiones para poderles comprender y ser parte del adulto), disminución del tiempo de jue-
comprendidos. go, etc. Se aprecia en procesos crónicos.

246
Niño con enfermedad
Amigos grave Hermanos
Asombro Asombro
Impotencia Impotencia

Mimo
Protección Envidia
Resentimiento
Deseo de muerte

Profundo dolor
Sentimientos de culpa
Negación Muerte
Padre Madre
Culpabilidad
Miedo

Personal Aceptar
Impotencia limitaciones
Fracaso Reducir tensiones
Desmoralización

Figura 10. La sobreprotección y el mimo exagerado van a repercutir negativamente en los hermanos, que, atónitos, oyen y observan lo que ocurre, pudiendo desarrollar
envidia, resentimiento y deseo de muerte, lo que en el futuro, cuando su hermano fallezca, puede conducir a sentimientos de culpa y miedo. La situación se complica aún
más si existe ocultamiento o engaño.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


14. Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer

4. Reacciones de conversión. Son más propias del esco- Bibliografía


lar y adolescente. Suelen ocurrir en la etapa de
convalecencia, provocando que síntomas de enfer- 1. Abu-Saad HH, Tours GJJW, Stevens B, Hamers JPH. Assesment of
pain in neonatos. Semin Perinatol 1998; 22: 402-16.
medad física se incorporen de forma inconsciente 2. Anand KJS, Craig KD. New perspectives on the definition of
a síntomas de conversión: cefaleas, disfonías, etc. pain. Pain 1996; 67: 3-6.
5. Reacciones disociativas. Como amnesia y pseudo- 3. Anand KJS, Hickey PR. Pain and its effects in the human neonato
delirios. and fetos. N Engl J Med 1987; 317: 1321-47.
4. Anand KJ. Effects of perinatal pain and stress. Prog Brain Res
2000; 122: 117-29.
5. Bellieni CV, Bagnoli F, Buonocore G. Alone no more: pain in pre-
Percepción de la familia mature children. Ethics Med 2003; 19: 5-9.
6. Dollberg S, Stolik-Dollberg O. Prevention and pain management
Cuando un niño enferma, dependiendo de la gra- in term and preterm infant. Harefuah 2004; 143: 54-9.
vedad y/u hospitalización, ocurre una situación de cri- 7. Fitzgerald M, Beggs S. The neurobiology of pain: developmental
aspects. Neuroscientist 2001; 7: 246-57.
sis familiar más o menos intensa, que se ve agravada 8. Hubler A. Plans to reduce pain in the neonatal intensive care. Z
por el “abandono” por parte de uno de los progenitores, Geburtshilfe Neonatol 2003; 207: 199-207.
normalmente la madre, del resto de la familia. 9. Krechel SW, Bildner J. CRIES: a new neonatal postoperative pain
En los padres son frecuentes los sentimientos de measurement score: initial testing of validity and reliability. Pe-
culpa y negación, acompañados de profundo dolor, lo diatr Anaesth 1995; 5: 53-61.
10. Kropp P. Psychological pain diagnosis in children. Schmerz
que indudablemente da lugar a actitudes de protección 2004; 18: 61-74.
y mimo (Figura 10). 11. Lingen RA, Simons SH, Anderson SH, Tibboel DL. The effects of
Ante toda esta situación, la familia puede tener dos analgesia in the vulnerable infant during the perinatal period.
tipos de respuesta: Clin Perinatol 2002; 29: 511-34.
12. Madero L, Muñoz Villa A. Espectos psicociales y éticos del cáncer in-
fantil. Ed. Ergón. 2.ª ed. 2005. Hematología y oncología pediátrica.
- Centrípeta: el núcleo familiar gira en torno al niño 13. Madero L, Muñoz Villa A.Tratamiento y cuidados paliativos en el
enfermo. niño con cáncer. Ed. Ergón. 2.ª ed. 2005. Hematología y oncolo-
- Centrífuga: un miembro de la familia es el que se gía pediátrica.
ocupa constantemente del niño. 14. Mathew PJ, Mathew JL. Assesment and management of pain in
infants. Review. PMJ 2003; 79: 438-43.
15. McNair C, Ballantyne M, Dionea K, et al. Postoperative pain as-
Si sumamos que el niño tenga dolor y éste no sea sessment in the neonatal intensive care units. Arch Dis Child Fe-
tratado de forma adecuada, la situación empeora, pu- tal Neonatal 2004; 89: F537-41. 247
diendo favorecer las actitudes de agresividad y crear un 16. Merskey H, Albe-Fessard DG, Bonica JJ, et al. Pain terms: a list
ambiente de malestar. with definitions and notes on usage. Recommended by the ISAP
Los padres no son insensibles al dolor de su hijo, Sub-Committee on Taxonomy. Pain 1979.
17. Mikhel’son VA, Zhirkova IV, Beliaeva ID, et al. Postoperative anal-
pero a veces sólo tienen en cuenta las señales de dolor gesia with tramal in newborn children using the method of conti-
intenso. nuous intravenous infusion. Anesteziol Reanimatol 2003; 24-8.
En algunas circunstancias se tiende a inhibir la 18. Miró J, Huguet A, Nieto R, Paredes S, Baos J. Assessment of the
queja de dolor, premiando en ocasiones al niño que faces pain scale-revised for measuring pain severity in children.
soporta o acepta mejor el dolor. Rev Soc Esp Dolor 2005; 12: 407-416.
19. Perrault T, Fraser-Askin D, Liston R. Pain in the neonate. Paedia-
En el otro extremo tenemos a los padres que reac- tr Chil Health 1997; 2: 201-9.
cionan de manera exagerada ante la más mínima mani- 20. Stevens B, Johnston C, Petryshen P, et al. Premature infant pain
festación somática, actitud ansiosa que provoca mayor profile: development and initial validation. Clin J Pain 1996; 12:
ansiedad en el niño. 13-22.
21. Taddio A. Opioid analgesia for infants in the neonato intensive
care unit. Clin Perinatol 2002; 29: 493-509.
22. Vidal MA, Calderón E, Martínez E, Gonzálvez A, Torres LM. Pain
in neonates. Rev Soc Esp Dolor 2005; 12: 98-111.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Tratamiento del dolor en cuidados


paliativos infantiles

M.ª del Rosario Rodríguez Rodríguez

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ cas, secuelas de infecciones y traumatismos fueron al-


gunos de los diagnósticos.
Objetivos generales Los tumores infantiles son la segunda causa de
u Comprender los cambios en la farmacocinética y muerte en la infancia, y dentro de ellos los que con ma-
farmacodinamia de los fármacos a lo largo de la in- yor frecuencia vemos son, en primer lugar, las leuce-
fancia. mias, seguidas de los tumores del sistema nervioso
central, en tercer lugar los linfomas y por fin los por
u Comprender la Escalera Analgésica de la OMS. sarcomas de partes blandas, tumores óseos y neuroblas-
u Comprender los aspectos específicos a tener en toma (Figura 1). En la época de la adolescencia, el 50%
cuenta a la hora de utilizar los AINE en los niños. de los cánceres son los tumores de células germinales y
los tumores cerebrales, seguidos por el osteosarcoma y
u Comprender aspectos específicos a la hora de utili- el sarcoma de Ewing.
zar los opioides en los niños.
u Adquirir conocimientos en el manejo de los coanal-
gésicos en los niños.
u Ofrecer una guía práctica para dosificar algunos fár- 249
macos analgésicos y coanalgésicos en los niños.

Objetivos específicos
u Informar sobre los factores relacionados con la edad
que influyen en la farmacocinética de los fármacos.
u Conocer los principios generales para la administra-
ción de los analgésicos en los niños.
u Conocer los aspectos específicos de la farmacocinéti-
ca y la utilización de los AINE en los niños.
u Brindar información para la correcta utilización de Figura 1. Paciente de 12 años de edad con leucemia mieloblástica aguda en fase
los opioides en los niños. terminal.

u Conocer algunos coanalgésicos.


Recordemos que los tratamientos oncológicos, en
los niños, suelen ser complejos y agresivos, pero con los
conocimientos actuales de fisiología y farmacología, no
existe ninguna razón que justifique no administrar una
Introducción
analgesia adecuada a cualquier niño que lo necesite,
cuando, además, ésta es una atención que forma parte
Dentro de los cuidados paliativos infantiles no de- de los derechos del enfermo.
bemos olvidar que quedarán incluidos no sólo los pa- El dolor será el síntoma principal en más del 70%
cientes oncológicos, sino que existen pacientes no on- de los pacientes oncológicos y en más del 90% de los
cológicos que necesitarán nuestra asistencia y que su no oncológicos que llegan a nuestra unidad.
número no es nada desdeñable. Concretamente, en En la mayoría de las ocasiones, en el caso de los
nuestra unidad, durante el año 2005, el 36% de las pri- pacientes oncológicos, el dolor es secundario a la evolu-
meras visitas fueron de pacientes no oncológicos, con ción de la propia enfermedad, al tratamiento (cirugía,
edades comprendidas entre 2 meses y 5 años. Enferme- quimioterapia, radioterapia), procedimientos (intrate-
dades degenerativas y metabólicas, alteraciones genéti- cales, aspirados de médula, drenajes, etc.), mucositis,

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

caquexia y deterioro extremo. En cambio, en los pa- una serie de factores físico-químicos (propios de las
cientes no oncológicos, la espasticidad, la hipertensión moléculas del fármaco), además de los fisiológicos (de-
pulmonar grave, etc., suelen ser secundarias a la evolu- pendientes del paciente), que estudiaremos a continua-
ción de la propia enfermedad ción y que nos ayudarán a obtener un mejor rendimien-
to del tratamiento analgésico.
Las posibles vías de administración de los analgési-
cos son: oral, intravenosa, subcutánea, intramuscular,
Farmacocinética y intranasal, sublingual, transmucosa oral, inhalatoria,
farmacodinamia a lo largo de rectal, transdérmica, epidural, intradural, intraventricu-
la infancia lar, interpleural, etc.

Al instaurar un tratamiento analgésico, el objetivo Vía oral


principal es lograr el efecto deseado tras la elección del
fármaco adecuado a dosis correctas. Es la vía de elección siempre que el paciente lo to-
Desde el punto de vista farmacológico, los niños lere, cómoda, no invasiva y la preferida por los niños.
no pueden considerarse como “adultos pequeños”, ya La mayoría de los fármacos administrados por
que desde el nacimiento hasta la edad adulta se produ- esta vía se absorben en el tubo digestivo por difusión
cen una serie de modificaciones anatómicas, bioquími- pasiva.
cas y fisiológicas que afectan a la farmacocinética (ab- A continuación analizaremos los principales facto-
sorción, distribución, metabolismo y excreción) y far- res que pueden alterar la absorción de los fármacos
macodinamia (efectos y mecanismo de acción) de los (Tabla II).
fármacos, siendo máximas en el periodo neonatal. El pH gástrico. Tras el parto, el recién nacido pre-
Estas variaciones han sido motivo de numerosas senta un pH gástrico casi neutro, descendiendo en las
investigaciones, a pesar de las limitaciones éticas, pero primeras horas de vida a pH = 1,5-3 y volviendo a ser
aún, en el manejo de algunos fármacos, en algunas oca- neutro a las 24-48 horas.
siones el patrón es el adulto, y existen pocos estudios A los 10-30 días vuelve a valores p = 3,5-5 debido
en otras edades. a la secreción de ClH, pepsina y factor intrínseco. Al-
La FDA (Food and Drug Administration), conside- canza los valores definitivos del adulto aproximada-
rando estos cambios, ha dividido a la población pediá- mente a los 3 años de edad.
250 trica en varios grupos: El recién nacido prematuro tiene una aclorhidria
relativa, debido a la inmadurez de los mecanismos se-
1. Periodo intrauterino: desde la concepción hasta el cretores, que podría favorecer la biodisponibilidad
nacimiento. (cantidad de fármaco inalterado que accede a la circula-
2. Prematuro extremo: de 24 a 30 semanas. ción sistémica) de los fármacos degradados a pH ácido.
3. Prematuro moderado: de 31 a 35 semanas.
4. Prematuro: menos de 37 semanas. Vaciamiento gástrico. La velocidad de vaciamiento
5. Neonato: desde el nacimiento hasta los 30 días de gástrico influye en el grado y cantidad de la absorción
vida. de los fármacos administrados por esta vía, ya que la
6. Lactante: desde 1 mes hasta los 2 años. mayoría de ellos se absorben en el intestino delgado
7. Preescolar: desde 3,5 años hasta los 6 años. (Tabla III).
8. Niño: desde 2 años hasta el comienzo de la puber- En los neonatos y lactantes pequeños el vaciamien-
tad (2-12 años). to gástrico está prolongado, no alcanzando los niveles
9. Adolescente: desde el comienzo de la pubertad del adulto hasta los 6-8 meses, lo que retrasa la absor-
hasta la vida adulta (13-18 años). ción de los fármacos en la primera porción del intesti-
no, como, por ejemplo, el paracetamol.
El vaciamiento gástrico de líquidos es más rápido
Farmacocinética que el de los sólidos, por ello la forma ideal de adminis-
tración oral, en estas edades, es en solución.
A efectos prácticos, veremos los principales facto- La actividad peristáltica intestinal en el periodo
res que deben tenerse en cuenta, según la edad, patolo- neonatal, y sobre todo en los prematuros, es irregular y
gía subyacente y fármaco a elegir, para obtener una un tanto impredecible.
buena analgesia (Tabla I).
La presencia o ausencia de alimentos puede alterar la
absorción de algunos fármacos. No existen estudios
Absorción concluyentes sobre la interacción entre fármacos y ali-
mentos en el periodo neonatal.
Vías de administración
Actividad de las enzimas biliares y pancreáticas. Algu-
Para la elección de una u otra vía, así como para la nos aspectos de la actividad enzimática también están
técnica de administración, deberán tenerse en cuenta alterados. El recién nacido tiene una inmadurez del sis-

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Tabla I. Factores relacionados con la edad que alteran la farmacocinética de los


fármacos.

Absorción
Gastrointestinal: pH gástrico, tiempo de vaciamiento gástrico, tránsito intestinal, microflora intestinal,
superficie de absorción, tipo de alimentación y actividad enzimática.
Intramuscular: flujo sanguíneo local, masa y contracciones musculares.
Intravenosa: vía directa.
Rectal: contacto con la mucosa rectal, colocación del fármaco, heces.
Transdérmica: estructura de la capa córnea, hidratación cutánea.
Subcutánea: perfusión sanguínea.
Intranasal: perfusión local.
Otras: epidural, intradural, intraarticular, etc.

Distribución
Flujo sanguíneo de los órganos y tejidos, unión a las proteínas plasmáticas, volumen y composición de los
compartimentos hídricos, afinidad tisular.

Metabolismo
Flujo sanguíneo hepático, sistemas enzimáticos hepáticos.

Eliminación
Flujo sanguíneo renal, filtración glomerular, secreción tubular, reabsorción tubular, pH urinario.

Tabla II. Factores que pueden alterar la absorción de fármacos por vía oral.

Factores físico-químicos Factores fisiológicos

- Liberación del fármaco a partir de la presentación - Superficie del área de absorción. 251
farmacéutica. - Presencia o no de enzimas necesarias para la
- Peso molecular. biotransformación.
- pH pKa. - Vaciamiento gástrico y tránsito gastrointestinal.
- Grado de ionización. - Flujo sanguíneo intestinal.
- Coeficiente de partición lípido-agua. - Peristaltismo.
- Permeabilidad de la membrana en el lugar de - Flora bacteriana.
absorción. - Afinidad por las proteínas plasmáticas.
- Tamaño de las partículas. - Patologías asociadas.

tema microsomial hepático y una disminución de la se- En los recién nacidos y lactantes, hasta los 4-6 me-
creción de ácidos biliares, lo cual puede alterar la absor- ses, debido a que presentan una deficiencia de alfa-ami-
ción de los fármacos liposolubles, como ocurre con la lasa intestinal, se puede producir una absorción irregu-
metadona, cuya biodisponibilidad es del 80% al 90%; lar e incompleta de profármacos.
en cambio, para la morfina, que es hidrosoluble, es del
25% al 30%. Colonización bacteriana del tubo digestivo. La micro-
flora intestinal colabora en la metabolización por hidró-
lisis y reducción de algunos fármacos, influyendo, por
Tabla III. Factores que alteran la velocidad tanto, en su biodisponibilidad. En el periodo fetal, el
de vaciamiento gástrico. tracto gastrointestinal es estéril, y tras el nacimiento, a
Neonatos: enlentecimiento. Los valores del adulto las 4-8 horas, comienza la colonización bacteriana, de
se adquieren a los 6-8 meses. forma que, tras la eliminación del meconio, las prime-
ras deposiciones tienen estafilococos, enterococos, es-
Presencia de alimentos: retrasan el vaciamiento treptococos y otras especies coniformes.
gástrico.
En los niños sanos, la actividad metabólica total de
Fármacos que retrasan el vaciamiento gástrico: la flora bacteriana alcanza los valores del adulto aproxi-
anticolinérgicos y opioides. madamente a los 4 años.
Fármacos que aceleran el vaciamiento gástrico:
Presentaciones y sabores. A la hora de prescribir un
metoclopramida.
fármaco por vía oral a un niño, uno de los factores que

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Tabla IV. Factores que pueden alterar la absorción de fármacos por vía intramuscular.

Factores físico-químicos Factores fisiológicos

- Peso molecular. - Superficie del área de absorción.


- pH pKa. - Volumen del líquido en el sitio de administración.
- Grado de ionización. - Flujo sanguíneo local.
- Coeficiente de partición lípido-agua. - Masa muscular.
- Permeabilidad de la membrana en el lugar de - Actividad muscular.
absorción. - Patologías asociadas.
- Tipo de solución: acuosa, oleosa.

han de tenerse en cuenta es el sabor de la presentación el paciente no puede deglutir el fármaco y cuando el
elegida (amarga, muy dulce, etc.), ya que puede ser mo- acceso a la vía intravenosa es dificultoso. No tiene bue-
tivo de rechazo y no cumplimiento del tratamiento. Tam- na aceptación infantil.
bién debemos considerar si el niño es capaz de deglutir la La superficie de absorción es pequeña y muy vas-
presentación elegida (cápsulas, comprimidos, etc.). cularizada, pero la absorción es algo lenta, irregular e
Con cierta frecuencia nos veremos en la necesidad incompleta por los siguientes motivos:
de usar fórmulas magistrales y es fundamental la estre-
cha colaboración del farmacéutico para la administra- - La retención y la mezcla con las heces impiden el
ción de las dosis correctas, por no existir en el mercado adecuado contacto con la mucosa rectal.
una presentación y dosificación adecuadas. - La absorción es diferente según la posición del su-
positorio en el recto. Así, si se coloca en la parte alta
Vía intramuscular (Tabla IV). del recto, las venas hemorroidales superiores dre-
nan hacia el sistema porta, con lo que el fármaco
Esta vía de administración tiene mala aceptación pasa directamente al hígado, sufriendo el primer
infantil por ser dolorosa; además, no ofrece ventajas paso hepático. En cambio, si se coloca en la parte
farmacocinéticas a la vía oral, a la intravenosa o a la más distal, las venas hemorroidales inferior y media
252 subcutánea. drenan a la circulación sistémica por medio de la
Una vez inyectado el fármaco, la perfusión vascu- cava inferior, evitando el primer paso metabólico
lar del área inyectada permite su paso a la circulación hepático. Es importante tener en cuenta estos aspec-
sistémica. Algunos factores, como la hipo-perfusión lo- tos en aquellos fármacos que sufren metabolismo de
cal, la acidosis y la vasoconstricción local modifican la primer paso hepático, como ocurre con los AINE.
velocidad y la cantidad de fármaco absorbido. - El reflejo de defecación puede expulsar el fármaco.
En los primeros 15 días de vida, a nivel muscular
se producen una serie de cambios adaptativos del flujo No está recomendado el uso de la vía rectal en pa-
sanguíneo local, lo que, sumado a una reducida masa y cientes con neutropenia, trombocitopenia, diarrea y
a la contracción muscular, hacen que la absorción de enfermedad ano-rectal (abscesos y fístulas).
los fármacos por esta vía esté disminuida. En los niños, los estudios farmacocinéticos de esta
La administración intramuscular de sustancias hi- vía son escasos.
drosolubles en solución acuosa (morfina, meperidina)
alcanzan de forma más rápida las concentraciones san- Vía intranasal
guíneas que las sustancias liposolubles.
Permite la absorción rápida de algunos fármacos,
Vía intravenosa evitando el efecto de las enzimas digestivas y el metabo-
lismo hepático de primer paso. La absorción por esta
Es una vía directa, que no está alterada, alcanzán- vía es muy compleja, ya que puede estar influenciada
dose rápidamente las concentraciones plasmáticas, ya por las características individuales de la vascularización
que se eliminan los factores involucrados en los proce- de la mucosa nasal, por patologías intranasales (póli-
sos de absorción como primer paso metabólico hepáti- pos, rinitis, etc.) y por otras causas.
co, enzimas digestivas y pH gástrico. Muy útil para lo- El fármaco se deposita en la mucosa nasal median-
grar un rápido control del dolor intenso y para la admi- te espray, gotas, nebulizador o hisopo empapado, pa-
nistración de fármacos en perfusión continua con sando una parte a la circulación sistémica mediante las
PCA-NCA, que veremos más adelante. venas capilares submucosas, otra parte puede llegar al
tracto respiratorio superior, otra es deglutida y otra se
Vía rectal queda depositada en la capa de moco.
Actualmente en los cuidados paliativos se usan por
Existen circunstancias en las que esta vía nos pue- esta vía algunos opioides (fentanilo, sufentanilo) y mi-
de ser útil, como son situaciones de urgencia en las que dazolam.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Vía subcutánea Actualmente, por esta vía es útil el uso de fentanilo


en el dolor irruptivo, siendo una vía no invasiva, cómo-
Es una vía de administración cómoda, bien tolera- da y con inicio de acción rápido (unos 5 min.).
da, eficaz y útil para el tratamiento en el domicilio, así El fármaco, en contacto con la mucosa oral, se di-
como una buena alternativa a la vía intravenosa, sobre suelve por acción de la saliva y, por medio de las venas
todo para la administración de morfina, midazolam y sublinguales y por la rica vascularización de la mucosa
otros fármacos, en niños en situación terminal que no oral, pasa a las venas yugulares y de aquí a la circulación
pueden deglutir y que tienen mal acceso venoso. Al sistémica, evitando así el primer paso metabólico hepáti-
igual que la vía intravenosa, es útil para la administra- co y la acción de las enzimas digestivas y del pH gástrico.
ción de fármacos en perfusión continua con PCA-NCA, Los fármacos liposolubles y con peso molecular
como veremos más adelante. bajo son bien absorbidos por esta vía.
La absorción se produce desde el tejido celular Por ejemplo, en el caso del fentanilo transmucosa
subcutáneo hacia los vasos sanguíneos y de aquí a la oral, una vez administrado, aproximadamente el 25%
circulación sistémica, continuando la farmacocinética pasa directamente a la circulación sistémica y el 75% es
de igual forma que para la vía de administración intra- deglutido, absorbiéndose lentamente en el tubo digesti-
venosa. Disminuye su absorción con la vasoconstric- vo. Sólo la tercera parte del fármaco deglutido pasará a
ción y la hipotensión y aumenta con la vasodilatación. la circulación sistémica, ya que el resto será degradado
Los volúmenes a utilizar en niños deben ser de 1- por la acción del pH gástrico, enzimas digestivas y pri-
1,5 ml/h. mer paso metabólico hepático.
No está recomendado su uso en pacientes con Si esta presentación no es utilizada de forma co-
trombocitopenia y problemas de coagulación, así co- rrecta (se mastica y deglute), en vez de ser absorbido
mo en los prematuros, ya que tienen poca grasa sub- por la mucosa oral pasa al tubo digestivo, con lo que su
cutánea. biodisponibilidad puede verse muy reducida.
No he encontrado bibliografía de la farmacocinética
de esta vía a lo largo de las primeras etapas de la vida. Vía sublingual

Vía transdérmica Es una vía no invasiva, cómoda y con acción rápida.


El medicamento se coloca debajo de la lengua para
Es una vía de administración cómoda, no invasi- ser absorbido por la mucosa, pasando de las venas su-
va y útil para la administración de opioides en pacien- blinguales y maxilar interna a la circulación sistémica, 253
tes que tienen una estabilidad en sus necesidades evitando así las enzimas digestivas y el efecto del primer
analgésicas. paso metabólico hepático. La absorción puede alterarse
La piel es un amplio e importante órgano para la en pacientes que han recibido radioterapia o cirugía o
absorción de fármacos, siendo ésta, en general, muy que tienen tumores en la zona.
lenta. Carece de efecto de primer paso metabólico he- Los cuidados paliativos infantiles utilizan por esta
pático, con tiempo de acción prolongado por depósito vía benzodiazepinas, concretamente alprazolam y mi-
en la dermis, pero, una vez que el fármaco pasa a la dazolam.
circulación sistémica, la distribución, el metabolismo y
la eliminación son iguales que en la administración in-
travenosa. Distribución
En esta vía, la absorción es directamente propor-
cional al grado de hidratación y al área de la superficie Sabemos que los fármacos, para su distribución, se
de administración e inversamente proporcional al gro- unen en parte a las proteínas plasmáticas (albúmina y
sor del estrato córneo. alfa-1-glicoproteína) y el resto circula en forma de frac-
En prematuros y recién nacidos, debido al escaso ción libre que al llegar al sitio de acción (receptor, bac-
desarrollo de la capa córnea y a la gran hidratación de la teria, etc.) producirá el efecto o acción farmacológica.
misma, la absorción está aumentada. Además la rela-
ción superficie cutánea / peso corporal es tres veces Unión a las proteínas plasmáticas
mayor que en el adulto, con lo que fácilmente podemos
comprender cómo la absorción por esta vía es mayor en Las concentraciones séricas de albúmina van au-
estas edades. mentando con la edad gestacional. El recién nacido a
En las patologías que cursan con alteraciones de la término las tiene bajas, con valores entre 2 y 3 veces
integridad de la piel, la absorción se ve aumentada, ló- menores que el adulto, no alcanzándose los niveles ade-
gicamente. cuados hasta los 10-12 meses de edad. Además, las
Los opioides más utilizados por esta vía son el fen- proteínas plasmáticas tienen una menor afinidad con los
tanilo y la buprenorfina. fármacos que en otras épocas de la vida, lo que hace que
haya más fármaco libre y mayor riesgo de toxicidad.
Vía bucal No debemos olvidar que sólo la fracción libre, no
unida a las proteínas, es la que tiene actividad farmaco-
Es una variante de la vía oral. lógica y es responsable de los efectos.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Hay determinadas sustancias que pueden despla- sistema microsomial hepático que no afecta por igual a
zar a los fármacos de sus lugares de unión a las proteí- todos los procesos metabólicos y que dura aproximada-
nas plasmáticas. Aunque en un principio nos parezca mente hasta los tres meses de edad.
que estos desplazamientos no tienen una mayor reper- El metabolismo hepático se produce en dos fases:
cusión clínica, sí debemos tener especial precaución
con los fármacos que tengan gran afinidad con ellas. - Fase I: procesos de oxidación-reducción, hidrólisis
Así, sustancias como la bilirrubina y los ácidos grasos e hidroxilación.
libres, en su competición por los lugares de unión de - Fase II: procesos de conjugación: glucuronoconju-
los fármacos a las proteínas, pueden producir desplaza- gación, acetilación y sulfoconjugación.
mientos que aumentan los niveles de fármaco libre, o
bien los fármacos desplazar a estas sustancias, aumen- Fase I
tando así sus niveles. Fármacos como el AAS, la indo-
metacina y otros AINE desplazan a la bilirrubina de su Oxidación reducción: fármacos como la meperidina,
unión a la albúmina, aumentando más el riesgo de hi- fentanilo, alfentanilo, sufentanilo, metadona o paraceta-
perbilirrubinemia. mol dependen para su metabolización del sistema enzi-
Esta misma situación se puede producir al adminis- mático del citocromo P-450 y de NADPH-reductasa. La
trar dos o más fármacos, ya que pueden competir entre inmadurez de los sistemas dependientes del citocromo
ellos por el mismo sitio de unión a las proteínas, aumen- P-450 en el niño se mantiene casi hasta el primer mes
tando los niveles de fármaco libre de uno de ellos e in- de vida.
crementando, en consecuencia, el riesgo de toxicidad. La mayor parte de los citocromos se encuentran en
el hígado y, en menor cuantía, en el intestino delgado, y
Volumen de distribución casi todos los tejidos poseen alguno de ellos. Además,
existen varias subfamilias, denominadas con el prefijo
Recordemos que el volumen total de agua corporal CYP con un sin fin de variaciones que vienen determi-
del adulto (65%) difiere del recién nacido a término nadas genéticamente por un gen específico.
(75%) y del prematuro (85%), con lo que hay variacio- El citocromo P-450 2D6 (CYP2D6) interviene en
nes importantes. el metabolismo oxidativo de aproximadamente el 25%
de los fármacos, como antidepresivos, analgésicos, an-
Proporción de grasa tiarrítmicos, anticonvulsivantes y antihistamínicos. Está
254 localizado en el cromosoma 22 en posición 22q13.1, es
En el recién nacido prematuro la proporción de muy polimórfico, describiéndose más de 70 alelos, que
grasa es de un 3%, a término un 12% y en el niño de 1 se correlacionan con diferentes fenotipos de acuerdo
año un 18%. con la capacidad para metabolizar a los fármacos, en
El incremento proporcional de la grasa corporal lentos, rápidos y ultrarrápidos. La repercusión clínica
hace que se facilite la acumulación de fármacos liposo- de todo esto radica en que los pacientes metabolizado-
lubles (algunas benzodiazepinas, fentanilo), con lo cual res lentos tienen sensiblemente disminuida la capaci-
el volumen de distribución varía, produciéndose meno- dad de metabolizar un número importante de fármacos,
res concentraciones plasmáticas de fármaco pero per- entre los que se encuentra la codeína, el tramadol y la
maneciendo éste más tiempo en el organismo. oxicodona, alterándose la respuesta analgésica al alar-
Por todo esto, en ocasiones se necesitan en el neo- garse la vida media de eliminación, y existiendo, por
nato unas dosis de carga más altas y de mantenimiento consiguiente un mayor riesgo de toxicidad si se mantie-
mas bajas. nen las dosis habituales.
Ejemplo: la mayor parte del efecto analgésico de la
Barrera hematoencefálica codeína se debe a su metabolito activo (morfina), por lo
que los metabolizadores lentos para el CYP2D6 son re-
Es más permeable en el neonato, aumentando más lativamente “resistentes” a los efectos analgésicos y tie-
en presencia de acidosis, hipoxia e hipotermia. nen mayor riesgo de toxicidad, comprendiendo así el
porqué de la variabilidad de respuesta a algunos opioi-
des que podemos ver en la práctica diaria.
Metabolismo Estudios realizados en grupos de diferentes pobla-
ciones han encontrado una gran variabilidad en la fre-
Los procesos metabólicos se producen principal- cuencia del fenotipo metabolizador lento para el
mente en el hígado, si bien pulmón, riñón, suprarrenal CYP2D6, que está ausente entre el 5% y el 10% de los
y pared intestinal también participan en el metabolismo caucásicos, en el 7% de los españoles y el 9% de los
de algunos fármacos. Son fundamentales, ya que trans- británicos. Por el contrario, la frecuencia de metaboliza-
forman los fármacos en metabolitos que normalmente dores ultrarrápidos descritas en la literatura correspon-
son inactivos o tienen menor actividad que el fármaco de al 29% de los etíopes y entre el 1% y el 2% de los
madre, pero en algunos casos, como en el de la morfina, norte-europeos.
se pueden producir metabolitos con mayor actividad. El citocromo P-450 3A4 (CYP3A4) interviene tam-
En los neonatos y lactantes existe una inmadurez del bién en el metabolismo de opioides como codeína, tra-

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Tabla V. Fármacos inhibidores e inductores del CYP3A4.

Inhibidores del CYP3A4 Eritromicina, metronidazol, norfloxacino, fluconazol,


ketoconazol, ritonavir, indinavir, saquinavir, verapamil,
Aumentan los efectos de los opioides.
ciclosporina, ciprofoxacino, fuoxetina, amiodarona,
cimetidina, bergamotina (componente del zumo de
pomelo).

Inductores del CYP3A4 Barbitúricos, carbamazepina, fenobarbital, fenitoína,


primidona, dexametasona, rifabutina, rifampicina.
Disminuyen los efectos de los opioides.

madol, fentanilo, metadona y oxicodona, siendo intere- Eliminación


sante conocer sus inductores e inhibidores, que se en-
cuentran descritos en la Tabla V. La maduración de la función renal es fundamental
La repercusión clínica radica en que la “inocuidad” para la eliminación de los fármacos y/o sus metabolitos,
de un fármaco puede estar gravemente reducida en los no estando completamente desarrollada en el momento
individuos que son metabolizadores lentos. del nacimiento.
El recién nacido prematuro, de menos de 34 se-
Hidrólisis, hidroxilación (anestésicos locales, feno- manas de gestación, tiene menos nefronas que el recién
barbital, fenitoina, AAS), N-demetilación y desalquilación nacido a término, ya que la nefrogénesis finaliza a las
están disminuidas en el recién nacido, normalizándose 34 semanas y la maduración glomerular a las 34-36
aproximadamente al año de vida. semanas.
Durante el periodo neonatal hay una disminución
Fase II de la filtración glomerular que llega a ser de un 30% en
las dos primeras semanas de vida, pudiéndose acumu-
• Glucuronoconjugación (morfina): está muy dismi- lar algunos metabolitos que se eliminen por esta vía,
nuida en el recién nacido, alcanzando los valores como la morfina-6-glucurónido, metabolito activo de la
del adulto a los 24-30 meses. morfina. 255
• Sulfoconjugación: en el recién nacido está dismi- La función glomerular alcanza los valores del adul-
nuida, alcanzando los niveles del adulto a los 6 to a los 5-6 meses y la secreción tubular un poco más
meses. tarde, terminando la maduración total de la función
• La sulfatación: es la única que en el momento de renal aproximadamente a los 2 años.
nacer es similar al adulto. Por todo esto, la semivida de eliminación de la ma-
• Acetilación: alcanza su madurez aproximadamente yoría de los fármacos está aumentada en el recién nacido
a los 20 días de vida. entre 1,5 y 3 veces con respecto al adulto (excepto la
carbamazepina), y aún más en los pre-términos.
De todas formas, existen vías alternativas para me-
tabolizar algunos fármacos, como la conjugación con la
glicina para el AAS. Farmacodinamia
La madurez metabólica se retrasará más cuanto
más prematuro sea el neonato, y la dificultad en elimi- Estudia cómo la molécula del fármaco o sus meta-
nar los fármacos dependerá de las vías metabólicas que bolitos interactúan con los receptores, enzimas y otros
se utilicen. Finalizada la maduración metabólica, el ni- fármacos, produciéndose el efecto farmacológico.
ño puede tener una capacidad metabólica superior al Se sabe que en el momento del nacimiento la po-
adulto. Por ejemplo: los niños de 1 año tienen un volu- blación de receptores en algunas áreas es similar al
men hepático —en proporción al peso— el doble que adulto, pero no se sabe con certeza cuál es el grado de
un niño de 14 años, con lo cual su capacidad metabóli- maduración de algunos receptores. Además, los neona-
ca es mayor. tos tienen una gran concentración de péptidos endóge-
El aclaramiento hepático es bajo en los tres prime- nos, lo que hace que aquéllos sean más sensibles a los
ros meses de vida, pero luego, a los 1-2 años, es supe- efectos de los opioides.
rior al del adulto por tener un mayor flujo hepático, Por todo lo anteriormente expuesto, podemos
con lo que no es de extrañar que se necesiten dosis/kg concluir que en los neonatos podremos usar los opioi-
de mantenimiento más altas. des siempre y cuando usemos dosis y pautas de dosifi-
Lógicamente, por todo esto, la semivida de elimi- cación adecuadas, ya que con facilidad podemos tener
nación de algunos fármacos varía en función de la edad efectos adversos.
del paciente. Por ejemplo, la morfina tiene una semivi- Es conveniente, en función de las características de
da de eliminación de 10-12 horas en los prematuros, cada paciente, individualizar y tipificar muy bien las dosis e
1-2 horas en los niños y 2-4 horas en el adulto. intervalos de dosificación.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

256

Figura 2. Escalera Analgésica de la OMS modificada.

Escalera Analgésica de la OMS En la Figura 2 vemos cómo en todos los escalones


podemos, asimismo, asociar coanalgésicos, también lla-
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mados coadyuvantes, como trataremos más adelante.
establecido un plan a seguir en el tratamiento del dolor No debemos olvidar que hay que tener en cuenta
oncológico, llamado “Escalera Analgésica de la OMS”, los factores que modulan la percepción dolorosa (vistos
que en la actualidad es muy conocido (Figura 2). en el capítulo anterior), los cuales lograremos minimi-
La Escalera Analgésica de la OMS consta de tres zar mediante una adecuada comunicación y soporte
escalones: emocional al paciente y a su familia.
Con el uso correcto de la Escalera Analgésica de la
• El primer escalón de tratamiento se emplea para OMS se logra el control del dolor de la inmensa mayoría de
aliviar el dolor de intensidad leve, y para ello dis- los pacientes, siendo necesaria en otros casos la utilización
ponemos de los AINE, o analgésicos antiinflamato- de un cuarto escalón en el que se contemplan técnicas espe-
rios no esteroideos, también denominados en la ciales, como analgesia regional y reservorios especiales.
literatura como analgésicos menores, analgésicos
no opioides o analgésicos periféricos. Una vez tra-
tado el dolor con el fármaco y a dosis adecuadas, si
éste no cede pasaremos al segundo escalón. Principios generales para la
• El segundo escalón está contemplado para su utili- administración de los
zación en dolor de intensidad moderada, indicán- analgésicos en los niños
dose los opioides débiles o menores (codeína, tra-
madol), junto con los AINE si son necesarios. Si el A la hora de comenzar un tratamiento analgésico en
dolor no cede, hemos de recurrir al tercer escalón. los niños, deben seguirse una serie de reglas generales
• En el tercer escalón se encuentran los opioides poten- que nos van a ayudar a obtener unos mejores resultados:
tes (morfina, metadona, fentanilo, etc.) indicados para
el dolor intenso o para el dolor moderado que no cede 1. Seleccionar el fármaco adecuado: se seleccionará me-
al tratamiento del segundo escalón. Podemos asociar diante la Escalera Analgésica de la OMS en función
los opioides potentes con los AINE, si es necesario. de la intensidad y el tipo de dolor. Dentro de las po-

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

sibilidades analgésicas, es recomendable elegir el fár- cas, antiinflamatorias y antitérmicas, siendo muy fre-
maco que sea más adecuado para el paciente en fun- cuente su uso en niños.
ción de su edad, capacidad metabólica y patologías Están especialmente indicados en el dolor por me-
asociadas, así como tener un amplio conocimiento tástasis óseas de intensidad leve-moderada, dolor osteoar-
de su farmacología y experiencia personal con el ticular, muscular, tendinoso, dismenorrea y cefaleas.
mismo. También hay que conocer y tener en cuenta En su farmacocinética destaca una rápida y buena
los excipientes que contiene (se irá viendo más ade- absorción oral, con una unión a las proteínas plasmáti-
lante), ya que pueden tener repercusión clínica. cas de más del 90%, pero fácilmente disociable, con
No siempre podremos disponer de presentaciones una buena distribución, llegando a casi todos los tejidos
farmacológicas adecuadas para cada caso y tendre- y fluidos del organismo.
mos que recurrir a la preparación magistral. El metabolismo es hepático, transformándose nor-
Considero importantísimo “negociar”, antes de malmente en metabolitos inactivos y raramente en me-
pautar, cuál sería la presentación mejor aceptada tabolitos activos como es el caso de la fenilbutazona y el
por el niño, ya que ello facilitará la administración sulindaco.
del fármaco. La vida media (tiempo que tarda una determinada
2. Dosificación adecuada: las dosis serán calculadas en concentración plasmática en reducirse a la mitad) de
función de la edad del niño, en pauta fija y no a los AINE es muy variable, aspecto que se refleja en la
demanda, ya que de lo contrario sólo lograremos Tabla VI.
dolor y sufrimiento innecesario.
La dosificación de algunos fármacos se hará con
dosis individualizadas para cada paciente y no de Tabla VI: Clasificación de los AINE en función de
su vida media.
forma estándar. Ejemplo: morfina, midazolam.
En los niños pequeños y neonatos dosificaremos Vida media corta Vida media larga
en diferentes unidades (miligramos, microgramos); (menos de 6 horas) (más de 6 horas)
un error en una coma de los decimales produce AAS Naproxeno
una gran variación en la dosis. También tendremos Dicofenaco Fenilbutazona
Ibuprofeno Piroxicam
que tener en cuenta los espacios muertos de los Indometacina
sistemas de infusión y los volúmenes a infundir, Ketoprofeno
así como la fototerapia, pues usamos algunos fár-
macos que son fotosensibles, como cloruro mórfi- 257
co, escopolamina, metamizol, haloperidol, meto-
clopramida, midazolam, etc. La eliminación se lleva a cabo generalmente por la
3. Siempre hay que pautar una medicación de rescate, orina, en forma de metabolitos inactivos.
es decir, un analgésico extra por si el niño, en un Las vías de administración más utilizadas son la
momento dado, a pesar del tratamiento pautado, oral, rectal, intramuscular, intravenosa y tópica.
tiene dolor. Tienen techo analgésico, es decir, a partir de cierta
4. Elegir la vía menos dolorosa, segura, eficaz y cómo- dosis no aumenta su eficacia analgésica, pero sí la inci-
da para el niño. dencia de los efectos adversos.
5. Pauta e intervalos adecuados para evitar fallos de En cuanto a su forma de actuar, sabemos que lo
analgesia. hacen por inhibición de la actividad de la enzima ci-
6. Diseñar el tratamiento de forma que sea fácil po- clooxigenasa, necesaria para la formación de ácido ara-
nerlo en práctica adecuadamente. quidónico, precursor de las prostaglandinas y trom-
7. Respetar los periodos de descanso del niño. boxanos, que son los responsables del correcto funcio-
8. Informar y aclarar siempre las dudas a los niños: en namiento de protección de la mucosa gástrica y agrega-
mi experiencia he comprobado cómo algunos ni- ción plaquetaria.
ños grandes leen los prospectos de los medicamen- Para poder comprender las acciones de los AINE
tos, lo que les ocasiona angustias. debemos saber que existen tres isoformas de la ciclooxi-
9. Informar y aclarar dudas a padres o tutores: una de genasa: la COX 1, la COX 2 y la COX 3.
las grandes inquietudes de los padres o tutores con La COX 1 es la isoforma fisiológica de la enzima,
la medicación son los opioides. Debemos comen- necesaria para la síntesis de TXA2 (vasoconstrictor y
tar y aclarar todo lo que sea posible antes de salir agregante plaquetario), que actúa en el tracto gastroin-
de nuestra consulta. testinal, plaquetas, endotelio, médula e intersticio renal.
Su inhibición se asocia a los efectos gastrointestinales,
de alteración de la función renal y de antiagregación
plaquetaria.
Analgésicos antiinflamatorios La COX 2 es necesaria para la síntesis de PGI2 (va-
no esteroideos: AINE sodilatador e inhibidor plaquetario), que actúa en úte-
ro, ovario, riñón, cerebro, médula espinal, cartílagos,
Los AINE son uno de los grupos terapéuticos más próstata y huesos. Su inhibición es responsable del
utilizados en el mundo, por sus propiedades analgési- efecto analgésico y del antiinflamatorio.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

La COX 3 es sintetizada en cerebro, corazón y mé- to vasoconstrictor que se produce por la inhibición
dula espinal, pudiendo ser inhibida principalmente por de las prostaglandinas es más acusado.
el paracetamol y otros, como ibuprofeno, indometacina 3. Síndrome nefrótico con nefritis aguda intersticial. Es
y diclofenaco. menos frecuente. Se manifiesta por proteinuria,
Dentro de las acciones de los AINE cabe destacar: edemas, disminución de la filtración glomerular y
fallo renal agudo.
• Acción analgésica. Aunque la acción analgésica no 4. Necrosis papilar. Suele aparecer cuando se produ-
es igual en todos los AINE, éstos son útiles en el cen consumos de AINE durante largo tiempo (más
dolor de intensidad leve-moderada, en el que par- de 2 años); su comienzo es insidioso, y, una vez
ticipan las prostaglandinas. Así, están indicados en instaurada, resulta irreversible.
las metástasis óseas, ya que suelen estar aumenta-
das la síntesis y la liberación de prostaglandinas. Efectos hepáticos. La afectación hepática de los AI-
• Acción antitérmica. Mediante su acción sobre el hi- NE depende de dos mecanismos:
potálamo, producen vasodilatación y diaforesis,
disminuyendo la temperatura. En ausencia de fie- 1. Algunos AINE producen, durante su metaboliza-
bre, sólo en raras ocasiones producen hipotermia. ción, metabolitos activos citotóxicos que, al acu-
• Acción antiinflamatoria. Es variable de unos com- mularse en el hepatocito, causan lesión hepática.
puestos a otros. Actúan reduciendo en mayor o me- 2. Mecanismos inmunoalérgicos debidos a la existen-
nor grado los mediadores implicados en la respuesta cia de alteraciones en las vías metabólicas.
inflamatoria y su acción inhibidora de la COX.
• Acción antiagregante. Es debida a la inhibición de la
ciclooxigenasa y varía de unos AINE a otros. Asociaciones de los AINE
La acción del AAS bloquea de forma irreversible la
COX, perdurando durante toda la vida de la pla- En la práctica diaria es frecuente ver asociados dos
queta (unos 7-10 días); en cambio, los demás AI- o más AINE, o bien AINE con otros analgésicos u otros
NE inhiben de forma reversible la ciclooxigenasa, fármacos, lo que en algunas ocasiones nos puede hacer
siendo esta acción variable de unos AINE a otros. dudar si es correcto o no.
• Acción uricosúrica. Se produce por inhibición del
transporte del ácido úrico desde la luz del túbulo
258 renal al espacio intersticial. No todos los AINE tie-
Tabla VII: Efectos adversos más frecuentes
nen esta capacidad, pero lo que sí es cierto es que
de los AINE.
todos pueden ser útiles en el ataque de gota debido
a su acción analgésica y antiinflamatoria. Efectos gastrointestinales
Pirosis.
Los efectos adversos de los AINE en los adultos se Dispepsia.
ven con relativa frecuencia, ya que en muchas ocasio- Diarrea.
nes su utilización es prolongada y no está sometida al Erosión de la pared gástrica y esofágica, pudiendo
control de un facultativo (automedicación). En cambio, llegar a la ulceración.
en los niños el uso es más racional, empleándose mayo-
Efectos renales
ritariamente como antitérmicos. Disminución del aclaramiento de creatinina.
Los efectos adversos más frecuentes quedan refle- Nefritis intersticial aguda.
jados en la Tabla VII. Retención urinaria.
Síndrome nefrótico.
Efectos gastrointestinales. Las consecuencias adver- Fallo renal crónico.
sas gastrointestinales son debidas a efectos tóxicos di-
rectos de los AINE sobre las células de la mucosa gástri- Efectos hepáticos
ca, con alteración en la secreción mucosa, de la prolife- Toxicidad hepatocelular reversible.
ración endotelial y del efecto protector de la mucosa a Fallo hepático (menos frecuente).
ser dañada.
Efectos hematológicos
Efecto antiagregante plaquetario.
Efectos renales. La mayor parte de los efectos rena- Hipoprotrombinemia, leucopenia, agranulocitosis,
les de los AINE suelen obedecer a dosis altas y prolon- anemia aplásica, trombocitopenia (infrecuente).
gadas en el tiempo, que son reversibles si se diagnosti-
can con rapidez y se suspende la medicación. Efectos sobre el sistema nervioso central
Las manifestaciones clínicas pueden ser: Cefaleas, confusión, irritabilidad, insomnio,
mareos, tinnitus, somnolencia.
1. Alteraciones hidroelectrolíticas.
Fenómenos de hipersensibilidad
2. Fallo renal agudo. Se observa en pacientes con uso
Erupciones, urticaria, angioedema, rinitis, asma
crónico de AINE a dosis altas o bien en pacientes bronquial, diarrea, anafilaxia.
en los que la volemia está recortada, ya que el efec-

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Las asociaciones más frecuentes que nos podemos Eliminación


encontrar son:
Es renal, siendo el 1% sin modificar, el 14% conjugado
1. Asociación de dos AINE. No se aconseja la asocia- y el 45%-80% metabolizado. Tiene poca excreción biliar.
ción de dos AINE que tienen el mismo efecto por
igual mecanismo de acción, ya que no se consigue Mecanismo de acción
un efecto mayor que el que podría obtenerse utili-
zando uno solo a dosis más altas, siempre y cuan- Como todos los AINE, actúa inhibiendo la COX.
do la dosis no sea tóxica.
Está demostrado que la asociación de dos o más Efectos adversos
AINE aumenta el riesgo de toxicidad renal.
2. AINE con opioides. La asociación de dos fármacos Edema, cefalea, astenia, vértigo, somnolencia, rash,
que tienen el mismo efecto por mecanismos dife- urticaria, dispepsia, náuseas, vómito, pirosis, dolor abdo-
rentes puede conseguir un efecto mayor (acción minal, úlcera péptica, sangrado gastrointestinal o perfo-
sinérgica) que el que cabría esperar de uno de ellos ración, neutropenia, anemia, agranulocitosis, hepatitis,
solo, aun aumentando la dosis. Está justificada la cambios en la visión, tinnitus y fallo renal agudo.
asociación de opioides y AINE, ya que actúan por
mecanismos diferentes y pueden llegar a potenciar Presentaciones
al opioide hasta un 30%, sin aumento sustancial
de los efectos adversos. El aumento de dosis del Oral: solución, comprimidos, comprimidos buco-
AINE y/o opioide queda a criterio del facultativo. dispersables, comprimidos de liberación prolongada
3. AINE con otros fármacos. La asociación de un AINE (800 mg), cápsulas, sobres, sobres efervescentes, sus-
con un fármaco no opioide que alivie el dolor por pensión, jarabe, gotas. Rectal: supositorios.
otros mecanismos está justificada. Siempre tenemos
que tener en cuenta los efectos adversos de cada Dosis
uno, y no olvidar que éstos se pueden potenciar.
• Analgésico. Dosis oral: 5-10 mg/kg/dosis/6-8 horas.
• Antipirético. Dosis:
AINE de uso más frecuente en los - oral: 5-10 mg/kg/dosis/6-8 horas (máximo 40
cuidados paliativos infantiles mg/kg/día). 259
- lactantes mayores de 6 meses: 5-7 mg/kg/6 horas.
- rectal: 8-10 mg/kg/6 horas.
Ibuprofeno
Hasta ahora no se recomendaba en menores de 6
Es un fármaco analgésico, antipirético y antiinfla- meses, pero en la actualidad se usa en mayores de 3
matorio moderado, usado en dolor leve o moderado, meses con fines antipiréticos.
indicado solo o en asociación en el dolor producido por Las concentraciones plasmáticas mayores a 200
lesiones en partes blandas. mcg/ml se consideran de toxicidad intensa.
En los niños fenilcetonúricos debemos tener pre-
caución, ya que algunas presentaciones contienen as-
partamo y lactosa. Ácido acetil salicílico (AAS)

Farmacocinética y farmacodinamia Sinónimos: aspirina, AAS.

La absorción oral es buena y rápida, con baja inci- Es un fármaco analgésico, antiinflamatorio, antipi-
dencia de efectos gastrointestinales. Su biodisponibili- rético y antiagregante plaquetario, útil en cuidados pa-
dad es del 80%, con o sin alimentos, y la vida media, de liativos en el control del dolor leve moderado y metás-
2-4 horas en los adultos y de 1-2 horas en los niños. tasis óseas.
La absorción rectal es lenta e irregular. A dosis bajas tiene una acción analgésica y a dosis
altas como antiinflamatorio.
Distribución En niños y adolescentes, el uso de AAS en el con-
texto de una infección vírica puede producir el síndro-
La unión a las proteínas plasmáticas es del 90%- me de Reye, que puede llegar a tener una mortalidad
99%, difundiéndose bien por todo el organismo. del 20%-40%.
A dosis altas se produce el salicilismo, que es una
Metabolismo forma de intoxicación crónica, aunque poco frecuente
en niños: el salicilato estimula el centro respiratorio,
Es hepático, transformándose por hidroxilación o produciéndose alcalosis respiratoria, seguida de depre-
carboxilación en dos metabolitos inactivos, con una vi- sión del mismo, dando un cuadro de acidosis mixta,
da media de 2 horas. metabólica y respiratoria.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Tiene una gran acción sobre la agregación plaque-  iveles terapéuticos antipiréticos-analgésicos: 20-
N
taria (ya comentada). 100 mg/l.

Farmacocinética y farmacodinamia • Antiinflamatorio.


Dosis oral: 20-40 mg/kg/día/4-6 horas.
La absorción oral es rápida y buena, produciéndo- Niveles terapéuticos antiinflamatorios: 10-30 mg/l.
se en el estómago y en la primera porción del intestino
delgado. La presencia de alimentos reduce la velocidad • Como antiagregante: 2-7 mg/kg/día.
de absorción.
La concentración máxima se alcanza en 1 hora pa- En la administración de AAS en niños menores de
ra la presentación en comprimidos y en 30 minutos 1 año hay más riesgo de acidosis metabólica que en
para los efervescentes. La biodisponibilidad es del otras edades.
80%.
Por vía rectal la absorción es lenta y errática.
Naproxeno
Distribución
Indicado en el alivio del dolor leve a moderado y
Se difunde en todos los tejidos y líquidos orgánicos. en la fiebre.

Metabolismo Farmacocinética y farmacodinamia

Mayoritariamente es hepático, produciéndose un Por vía oral su biodisponibilidad es del 99%, al-
metabolito activo, el salicilato, que es el responsable de canzándose la concentración plasmática máxima a las
muchas de las acciones del AAS. En el tubo digestivo 2-3 horas.
también se metaboliza por hidrólisis. Por vía rectal la concentración plasmática máxima
se alcanza a las 3 horas.
Eliminación
Distribución
Es renal de forma inalterada y como metabolito
260 activo (salicilato). La unión a las proteínas plasmáticas en el 99,7%.

Mecanismo de acción Metabolismo

Acetilación de la COX de forma irreversible. Hepático por desmetilación y conjugación.

Efectos adversos Eliminación

Trastornos gastrointestinales: debe valorarse el Urinaria en el 95%, como metabolitos inactivos,


pautar una protección gástrica, sobre todo en pacientes con semivida de eliminación de 13-14 horas. Menos del
con antecedentes de patología digestiva previa. 3% se elimina en heces.
Salicilismo: síndrome que cursa con cefalea, visión
borrosa, vértigo, tinnitus, hipoacusia, somnolencia, al- Acción
calosis respiratoria y acidosis metabólica.
Hepatotoxicidad. Inhibición competitiva y reversible de la ciclooxi-
Síndrome de Reye que cursa con vómitos, cefaleas, genasa.
confusión y cansancio.
Alteración de la filtración glomerular. Efectos adversos
Hipersensibilidad.
Erupciones dérmicas: rash. Dispepsia, náuseas, vómitos, hemorragia gástrica
(valorar la pauta de una protección gástrica), somno-
Presentaciones lencia, cefalea, mareo, fatiga, depresión, ototoxicidad.
Raramente, trombocitopenia y agranulocitosis.
Oral: comprimidos, comprimidos efervescentes,
sobres. Presentaciones

Dosis Comprimidos, cápsulas, sobres, supositorios.

• Analgésico y antipirético. Dosis


Dosis: oral-rectal: 10-15 mg/kg/dosis/6-8 horas.
Máximo 60-80 mg/kg/día. En niños, 5-7 mg/kg/día/12 horas.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Interacciones Distribución

Ácido acetil salicílico, antiácidos, betabloqueantes, Se une a las proteínas plasmáticas del 10%-25%,
ciclosporina, furosemida, amoxicilina, metotrexato. distribuyéndose por todos los tejidos y líquidos del
organismo.

Precauciones Metabolismo

Insuficiencia renal, insuficiencia cardiaca, insufi- El metabolismo es hepático (95%) por conjuga-
ciencia hepática, asma, alteraciones de la coagulación, ción, a través del sistema enzimático del citocromo
reacciones de fotosensibilidad. P450, concretamente del CYP2C, que en el 4% de la
No recomendado en menores de 2 años. población española tiene poca actividad y por consi-
guiente aumenta el riesgo de toxicidad.
Uno de sus metabolitos, N-acetil-para-benzoqui-
noneimida (NAPBQ), altamente citotóxico, normal-
Otros analgésicos del primer mente es inactivado y eliminado por la orina. Cuando
escalón de la OMS hay una ingesta de dosis altas de paracetamol, la inacti-
vación y la eliminación de la NAPBQ no se pueden
realizar bien, acumulándose en el hígado y producién-
Paracetamol dose necrosis hepatocelular.
Sinónimos: acetaminofen, acetamonofenol, N-ace- Eliminación
til-P-aminofenol, P-acetamidofenol, APAP.
Es un fármaco analgésico y antipirético con débil Renal, eliminándose inalterado en un 5% y el resto
actividad antiinflamatoria.
como metabolitos inactivos. Su semivida de elimina-
Está especialmente indicado solo o asociado a
ción es de 2-3 horas en niños y neonatos, 5 horas en
otros analgésicos y coadyuvantes en el tratamiento del
pre-términos mayores de 32 semanas y hasta 11 horas
dolor agudo leve y moderado, metástasis óseas con do-
en grandes prematuros.
lor de intensidad leve-moderado, osteoarticular, mus-
culotendinoso, dismenorrea y cefaleas. 261
Mecanismo de acción
Tiene poca toxicidad renal aguda, por lo que es
fármaco de elección en pacientes con nefropatía cróni-
Inhibe la síntesis de prostaglandinas en el SNC y a
ca. También es el analgésico de elección en pacientes
nivel periférico. Produce antipiresis, inhibiendo el cen-
anticoagulados o con trastornos de la coagulación, ya
que no interfiere sobre la agregación plaquetaria. tro termorregulador del hipotálamo.
El paracetamol, en comparación con los AINE, es No hay evidencia científica de que alternar parace-
bien tolerado por los pacientes asmáticos, se han des- tamol e ibuprofeno sea eficaz en el tratamiento de la
crito pocos casos de broncoespasmo en pacientes asmá- fiebre.
ticos que son tratados con paracetamol.
Efectos adversos

Farmacocinética y farmacodinamia Tiene poca incidencia de efectos adversos. Los más


destacados son: prurito, neutropenia, pancitopenia y
Por vía oral tiene una absorción rápida en el intes- leucopenia.
tino delgado, buena tolerancia gástrica y su velocidad La hepatotoxicidad normalmente es por sobredosi-
de absorción depende de la velocidad del vaciamiento ficación.
gástrico (menor en neonatos y lactantes); presencia de
alimento y algunos fármacos. Precaución en niños fenilcetonúricos
La administración de paracetamol con comida rica
en carbohidratos disminuye la absorción. Algunas presentaciones contienen aspartamo, que
Su biodisponibilidad es del 75%-95%, la concen- se metaboliza a fenil-alanina.
tración máxima se alcanza a los 30-90 minutos, su vida
media de eliminación es de 1-3 horas (3-5 horas en el Presentaciones
neonato) y la duración de acción de 3-4 horas.
Por vía rectal presenta una biodisponibilidad del Oral: solución, gotas, comprimidos, comprimi-
55%-75%, alcanzándose la concentración máxima a las dos efervescentes, comprimidos masticables, compri-
4 horas. midos bucodispersables, cápsulas, sobres, sobres
Su estado de equilibrio se alcanza tras 5 vidas me- efervescentes.
dias de eliminación, es decir, tras 5 administraciones Rectal: supositorios lactantes, infantil, adulto.
cada 6 horas. Parenteral: viales.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Dosis Eliminación

• Neonatos: oral-rectal: 10 mg/kg/dosis/6-8 horas en En un 72% es renal, en forma de metabolitos inac-


niños a término. tivos.
Pre-término ≥ 32 semanas cada 8 horas.
Pre-término < 32 semanas cada 12 horas. Mecanismo de acción
• Niños. Oral: 10-15 mg/kg/4-6 horas (máximo 5
dosis/día). Inhibición de la COX.
Rectal: 15-20 mg/kg/4-6 horas (máximo 5 dosis/
día). Efectos adversos más frecuentes
Intravenoso: 10-15 mg/kg/dosis/6 horas.
Sequedad de boca, somnolencia, reacciones cutá-
No debe usarse durante más de 10 días sin control neas tipo exantema, decaimiento, hipotensión (tras in-
médico. yección intravenosa rápida), somnolencia, agranuloci-
En tratamientos prolongados es recomendable rea- tosis, fallo renal agudo.
lizar controles analíticos, ya que con dosis terapéuticas La agranulocitosis es el efecto adverso más impor-
pueden producirse aumentos de las enzimas hepáticas tante pero poco frecuente (3-5:1.000.000) y el riesgo de
sin ictericia, que son reversibles. anemia aplásica es muy bajo si se compara con los AINE.
Dosis tóxica: 120 mg/kg/dosis (determinar niveles).
Se produce toxicidad con niveles plasmáticos ma- Presentaciones
yores de 200 mcg/ml a las 4 horas o 50 mcg/ml a las 12
horas de la ingestión. Oral: cápsulas.
Rectal: supositorios adulto, infantil.
Parenteral: ampollas de 2 g.
Metamizol
Dosis
Sinónimos: dipirona, analgina, metampirona, metil-
Dosis oral, rectal e intravenosa:
melubrina, sulpirina.
Neonato: 15-20 mg/kg/dosis/8 horas.
262 Lactante: 25 mg/kg/dosis/6-8 horas.
Es un fármaco analgésico, antipirético y antiinfla-
Niños: 30 mg/kg/dosis/6 horas.
matorio leve, especialmente indicado solo o asociado a
otros analgésicos y coadyuvantes en el tratamiento del
dolor agudo leve y moderado, siendo su efecto analgé-
sico dosis dependiente. Además, posee un efecto rela- Opioides
jante de la musculatura lisa (espasmolítico), por lo que
es útil en el dolor de tipo cólico, solo o bien asociado a Cuando en 1973 se confirmó la existencia de re-
anticolinérgicos u otros espasmolíticos. ceptores específicos para opioides exógenos y a partir
de 1975 se fueron estudiando las diferentes familias de
Farmacocinética y farmacodinamia opioides endógenos, se dio un giro en el estudio de la
fisiopatología del dolor y su tratamiento.
Su absorción oral es buena, siendo menos gastrole- Existen varias clasificaciones de los opioides según
sivo que otros AINE. se tenga en cuenta su origen, estructura química, po-
La concentración plasmática máxima se alcanza a tencia analgésica, duración de su efecto y relación fár-
las 1-1,5 horas, la vida media es de 6-7 horas y su bio- maco-receptor. A efectos prácticos, utilizaremos la cla-
disponibilidad del 90%. sificación según su potencia analgésica y la relación
No provoca complicaciones hemorrágicas, ya que la fármaco-receptor (Tablas VIII y IX).
inhibición de la COX es por mecanismos competitivos. Dentro de la Farmacia Hospitalaria Pediátrica, los
opioides reúnen bastantes requisitos para ser considera-
Distribución dos dentro del grupo de “medicamentos huérfanos”
debido a:
Se distribuye por todo el organismo, uniéndose a
las proteínas plasmáticas 40%-60%. • La falta de presentaciones adecuadas.
• La falta de formas adecuadas.
Metabolismo • La falta de adecuado material de administración.
• Las restricciones legales.
En el tubo digestivo, el metamizol es hidrolizado a • La ausencia de datos pediátricos durante las dife-
metabolitos activos con una semivida de eliminación de rentes etapas del desarrollo.
3-6 horas, siendo posteriormente transformados a nivel • La ausencia de indicación terapéutica en algunos
hepático en metabolitos inactivos. casos.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Tabla VIII. Clasificación de los principales opioides según la relación fármaco-receptor.


Agonistas puros Antagonistas parciales Agonistas antagonistas Antagonistas puros
Codeína Buprenorfina Pentazocina Naloxona
Tramadol Nalorfina Naltrexona
Morfina Nalbufina Nalmefene
Metadona Levalorfán
Meperidina Butorfanol
Fentanilo
Sufentanilo
Alfentanilo
Remifentanilo
Oximorfona
Oxicodona
Hidromorfona

Tabla IX. Clasificación de los opioides más - Pauta e intervalos apropiados. Se establecerán en
frecuentes según su potencia analgésica. función de la edad, de las patologías asociadas y
Opioides débiles o Opioides potentes o del opioide elegido. No debe olvidarse pautar
menores mayores siempre medicación de rescate, es decir, medica-
Codeína Morfina ción extra, con el objeto de yugular el dolor si en
Dihidrocodeína Metadona algún momento lo sufre el paciente.
Tramadol Fentanilo - Si es necesario, hacer uso de coanalgésicos para el
Oxicodona
Buprenorfina
mejor control del dolor.
Hidromorfona - Uso compasivo de medicamentos. Según la legisla-
ción española (art. 23 RD 561/1993, de 16 de
abril), se debe recurrir a él “…en tratamientos a
pacientes aislados y al margen de un ensayo clínico
Aspectos a tener en cuenta en la
de productos en fase de investigación clínica, o
utilización de los opioides en los
también de especialidades farmacéuticas para indi-
niños
caciones o condiciones de uso distintas de las au- 263
torizadas, cuando el médico, bajo su exclusiva
- Selección del fármaco apropiado. Los conocimientos responsabilidad, considera indispensable su utili-
adecuados de farmacocinética y farmacodinamia en zación”. En cuidados paliativos infantiles, en oca-
las distintas edades, así como la experiencia perso- siones hay que utilizarlo cuando necesitamos fár-
nal, son básicos a la hora de la elección del fármaco. macos para indicaciones o condiciones de uso di-
En ocasiones las presentaciones para uso pediátrico ferentes a las autorizadas, o bien cuando se da la
de las que podemos disponer en el mercado no se circunstancia de “uso no recomendado por falta de
adaptan a las necesidades del niño, teniendo que estudios”. El documento debe ir firmado por los
recurrir a alternativas de fórmulas magistrales. No representantes legales del niño, debiendo firmar
olvidemos los excipientes que contienen, ya que en también los niños mayores de 12 años.
neonatos y en ciertas patologías son importantes. - Aclarar a los padres o tutores los mitos sobre los
- Tamaño e inmadurez. La edad, estado nutricional, opioides, así como cualquier duda.
patologías asociadas y el grado de madurez del - Informar a los niños, sobre todo a los adolescentes,
paciente son fundamentales para poder calcular la sobre el opioide que se va a utilizar, aclarando los
capacidad metabólica del mismo. mitos y las dudas.
- Dosificación adecuada. Un error en el cálculo de dosis
y perfusiones continuas, en las que trabajamos con
mg o mcg, suponen grandes diferencias de dosifica- La morfina
ción. Hay que tener en cuenta los espacios muertos
de los sistemas, la fototerapia (los fármacos sensibles Es el analgésico opioide usado como referencia y el
a la luz se inactivan) y los volúmenes a infundir en más utilizado para el control del dolor agudo y crónico.
recién nacidos cardiópatas, nefrópatas, etc. En cuidados paliativos se utiliza también en la disnea,
- Vía de administración adecuada. Es necesario elegir la tos persistente y la diarrea incoercible.
la vía de administración más adecuada y cómoda
para el niño en función de las características e in-
tensidad del dolor y del paciente. Mitos más frecuentes sobre la utilización
La vía oral es la de elección, siempre que el pacien- de la morfina en niños
te la tolere; pero si no la tolera o hay necesidad in-
mediata de control del dolor, usaremos la vía intra- A los padres, e incluso a los propios niños, en prin-
venosa o la subcutánea. cipio, les preocupa, y temen el uso de la morfina; los

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

primeros, generalmente, porque la asocian a la droga- ¿La tolerancia se desarrolla rápidamente y al final la
dicción y a la muerte, y los segundos, por el temor a morfina ya no será efectiva?
“estar drogados”.
Conforme vamos trabajando los cuidados paliativos La tolerancia es un fenómeno por el cual es necesa-
infantiles, iremos viendo cómo los niños preadolescentes rio el incremento de dosis para mantener el efecto anal-
y adolescentes, en mayor número de lo que nos imagina- gésico. En muchos casos, está relacionada con el au-
mos, leen los prospectos de los medicamentos pautados, mento del dolor, asociado a la evolución de la enferme-
navegan por Internet e incluso preguntan a otros niños dad, o bien por la falta de un control adecuado de los
sobre la medicación que toman. Cuando se pauta por factores que modifican la percepción dolorosa: angus-
primera vez morfina a un niño, tanto los padres como el tia, edad, etnia, desarrollo emocional, experiencias pre-
propio niño con frecuencia manifiestan el deseo de que vias, entorno físico, cultural y social. (Figura 3)
no lo sepan otras personas (familiares, amigos, colegio)
que no sea el personal sanitario que le trata.
Estas y otras cuestiones hacen que debamos infor-
mar con claridad sobre las siguientes cuestiones, con el
fin de evitar ansiedades innecesarias:

¿El niño se hará un drogadicto?

Ésta es la pregunta más frecuente, tanto por parte de


los padres como por el niño preadolescente y adolescente.
El Comité de Expertos en Drogodependencias de la
OMS garantiza que el consumo de morfina en enfermos
con cáncer no supone un problema de drogadicción.
Estudios realizados en amplias poblaciones de pacientes
adultos, que han recibido morfina y que previamente no
eran adictos a opioides, han demostrado que la inciden-
cia de dependencia es muy baja (<0,03%).
En el caso de que un adolescente que lleva 1 sema-
264 na en tratamiento con morfina, deje de necesitarla, se
puede suspender, tomando la precaución de retirarla de
forma lenta. En los niños más pequeños, los tiempos de
exposición a la morfina necesarios para tener que reti- Figura 3. La distracción eleva el umbral del dolor.
rarla lentamente, son más cortos (4-5 días). De todas
formas, creemos que lo prudente es que siempre se reti-
re de forma gradual. ¿La morfina produce euforia?

¿Está tan mal que va a morirse? El niño con dolor no tratado o insuficientemente
tratado es un niño que presenta una serie de alteracio-
Esta pregunta les atormenta a los padres, probable- nes de la conducta, como hemos visto en el capítulo
mente porque hayan tenido algún familiar en trata- anterior. Indudablemente, al pasar, por medio del trata-
miento con morfina que evolucionó hacia la muerte. miento, a un estado de confort, le veremos más alegre y
Hay que informar a la familia de que lo principal es que comunicativo, comiendo, queriendo jugar, etc.
el niño no sufra de forma innecesaria, por lo que, en
función del estado y evolución del niño, continuará o ¿Usa mucha dosis?
no en tratamiento con ella.
La morfina no tiene techo analgésico, como ya he-
¿La morfina produce depresión respiratoria? mos explicado, y las dosis deben ser individualizadas
para cada paciente.
Efectivamente, uno de los efectos adversos de la
morfina es la depresión respiratoria, pero la evitaremos ¿Produce dependencia física?
si tenemos la precaución de individualizar su dosifica-
ción en función de la edad, patología subyacente y ca- La dependencia física se observa en pacientes con
pacidad metabólica, comenzando con dosis mas bien uso prolongado de opioides a quienes de forma brusca
bajas para ir progresivamente aumentándolas, realizan- se les interrumpe el tratamiento o se les administra an-
do un adecuado seguimiento y comprobando la dosis tagonistas, produciéndose un síndrome de abstinencia
mínima eficaz (dosis mínima de morfina con la que que tiene una serie de características clínicas como son:
obtenemos el efecto deseado). En nuestra experiencia a irritabilidad, ansiedad, insomnio, diaforesis, rinorrea,
lo largo de 10 años no hemos tenido que utilizar na- lagrimeo, náuseas, vómitos, calambres abdominales,
loxona (antagonista puro). dolores musculares y diarrea.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Farmacocinética Algunas preparaciones contienen excipientes, co-


mo sulfitos y lactosa, que pueden dar lugar a alergias.
La vía oral es tradicionalmente la más empleada El Tmax (tiempo en el que se alcanza la concentra-
para la administración de morfina por su comodidad, ción plasmática máxima) y la duración del efecto osci-
aceptación y relativa buena absorción. Los alimentos lan según las presentaciones y las vías de administra-
incrementan la biodisponibilidad de las soluciones ora- ción, quedando expuestas en la Tabla XI.
les de morfina.
En la Tabla X queda reflejada la biodisponibilidad
de la morfina según la vía de administración. Tabla XI. Tmax y duración del efecto de la morfina.
MORFINA Tmax Efecto

Tabla X. Principales vías de administración de la Oral: liberación rápida 20-50 min 2-4-6 horas
morfina y su biodisponibilidad. Oral: liberación retardada 2-4 horas 8-12 horas
Vía % Características Intravenosa 15-20 min 2-4 horas
Biodisponibilidad
Subcutánea 15-20 min 2-4 horas
Oral 25-30 Vía de elección
Intramuscular 10-30-60 min Impredecible
Intramuscular 75 Dolorosa
Intranasal 20 min 2-4 horas
Intravenosa 100 Inicio rápido
Estos valores han sido establecidos tomando como patrón
Rectal 30 el adulto.
Subcutánea 75
Transdérmica 80 Absorción lenta,
no efecto de Una vez que la morfina pasa al sistema circulato-
primer paso, rio, ésta se distribuye, uniéndose en un 35% a las pro-
acción prolongada
teínas plasmáticas, fundamentalmente a la albúmina, y
Inhalatoria 5 Normalmente, se difunde con rapidez por todo el organismo: muscu-
inicio rápido
latura esquelética, riñón, pulmón, hígado e intestino.

265

Figura 4. Metabolismo de la morfina.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Recordemos que la fracción difusible de los opioi- Tabla XII. Vida media de eliminación de la morfina
des (fracción libre y no ionizada) es la que les facilita el en diferentes edades.
abandono del torrente sanguíneo y su distribución a Prematuros: 10-20 horas
través de las barreras orgánicas, produciendo los efectos Neonatos: 4,5-13 horas
farmacológicos. El grado de difusión de los fármacos
1-3 meses: 5-10 horas
depende de su liposolubilidad; por tanto, un opioide
accederá rápidamente a los receptores opioides si tiene 6 meses - 2,5 años: 3-4 horas
una fracción difusible alta y una liposolubilidad consi- Preescolares: 1-2 horas
derable. Concretamente, la morfina pasa bien la barrera 6-19 años con anemia de células falciformes,
placentaria, y con dificultad —pero de forma adecuada drepanocitosis: 1,3 horas
y en cantidad suficiente— la barrera hematoencefálica, Adultos: 2-4 horas
y, a pesar de ser relativamente poco liposoluble, se une
en elevada proporción a los receptores.
La morfina se metaboliza mayoritariamente en el
hígado, pero también se produce en la luz y pared in- En cuanto a los efectos adversos de la morfina, de-
testinal y en el sistema nervioso central. bemos saber que cuando administramos morfina por
La principal vía de metabolización es la hepática, primera vez suelen aparecer efectos que normalmente
mediante glucuronoconjugación, originándose varios son transitorios (3-5 días) y que deben ser tratados pro-
metabolitos: filácticamente para evitar no sólo el disconfort del niño,
sino el abandono del tratamiento, ya que nos llevaría
- Morfina-3-glucurónido (60%): es considerado in- irremediablemente al fracaso en el control del dolor.
activo, aunque en experimentación animal se ha Los padres deben ser advertidos de ello para evitarles
visto que tiene una cierta actividad antimorfínica una preocupación excesiva.
mediada por mecanismos no opioides. Normalmente los niños no comunican los efectos
- Morfina-6-glucurónido (menos del 5%), que es adversos, por lo que debemos interrogarles específica-
unas 40-60 veces más potente que la morfina. mente al respecto.
Los efectos adversos más frecuentes que se presen-
Por N-desmetilación se origina la normorfina (5%), tan al inicio de tratamiento son:
que tiene la misma potencia analgésica que la morfina.
En la Figura 4 se muestra la metabolización de la • Náuseas y vómitos. La incidencia de náuseas y vó-
266
morfina. mitos es menor en los niños. Serán tratados con
Tras el primer paso hepático, junto a la metaboli- antieméticos (ver dosis en el Vademécum del
zación, que se produce en la luz y en las paredes gastro- Anexo), que se irán suspendiendo posteriormente.
intestinales, su biodisponibilidad apenas supera el No se debe olvidar que el tratamiento con morfina
25%-30%, con un rango del 15%-65% por la variabili- puede provocar en los niños síndrome extrapira-
dad interindividual. midal y somnolencia.
Tras la administración de morfina por vía intrave- • Somnolencia. Suele aparecer en la primera semana
nosa, el 10% se elimina, sin metabolizar, a través de la de tratamiento. Debemos tener en cuenta que no
orina; del resto, el 55% como morfina-3-glucurónido, el sea debida a tratamientos coanalgésicos (neurolép-
10% como morfina-6-glucurónido, y como normorfina ticos, benzodiazepinas) o a sobredosificación de la
el 30% en los adultos y el 3%-15% en los neonatos. morfina. Si la somnolencia persiste, hay que des-
Los metabolitos morfina-3-glucurónido (inacti- cartar que su causa sea insuficiencia renal, hiper-
vo) y morfina-6-glucurónido (metabolito activo) son calcemia, hiperglucemia, hipertensión craneal, es-
eliminados mayoritariamente por filtración glomeru- treñimiento, etc.
lar, algo a tener en cuenta en la madurez y en la afecta- • Confusión y alucinaciones. Si vemos que guardan
ción renal. relación con el uso del opioide, añadiremos un
Entre el 5% y el 10% de la morfina administrada se neuroléptico como el haloperidol, y si no cede,
elimina por vía biliar, heces y sudor. debemos plantearnos el cambio de opioide. No
A la leche materna pasa en pequeñas cantidades, hay que olvidar que los neurolépticos pueden pro-
pero ello debe tenerse en cuenta en el periodo de lac- ducir clínica extrapiramidal.
tancia.
Los metabolitos de la morfina eliminados por la Algo más tarde se pueden presentar:
bilis pueden ser hidrolizados de nuevo en el intestino,
transformándose en morfina, que puede ser absorbida y • Estreñimiento. Éste debe ser tratado profiláctica-
pasar de nuevo a la circulación enterohepática. mente con buena hidratación, dieta rica en fibra y
La vida media de eliminación de la morfina es de líquidos, ejercicio y, si es necesario, laxantes osmó-
2-4 horas en el adulto, existiendo variaciones impor- ticos (las dosis están anotadas en el Vademécum
tantes en función de las diferentes edades (aspecto nada incluido en el Anexo).
desdeñable, pues ha de tenerse en cuenta a la hora de • Diaforesis. Suele ser nocturna y en ocasiones no es
dosificar). Ello queda reflejado en la Tabla XII. debida a la acción directa de la morfina, sino a fie-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

bre de origen neoplásico, ansiedad, metástasis, sándose el Tmax 2-3 horas y el T1/2 3-6 horas, lo
etc.; habitualmente se controla con corticoides. que permite administraciones cada 8-12 horas.
• Boca seca. Aparece con frecuencia en los pacientes  Presentaciones de comprimidos de 5, 10, 15, 30,
no sólo por el uso de morfina, sino también por 60, 100 y 200 mg.
otros fármacos (anticolinérgicos, antihistamínicos,  Los comprimidos de 5, 10, 15 y 60 mg contie-
neurolépticos, etc.). La boca seca incomoda mu- nen lactosa.
cho al niño, ya que dificulta su relación y sus acti- - Cápsulas retard 12 horas: microgránulos de libe-
vidades (comer, hablar, chupetear). ración sostenida con 10, 30, 60, 100 y 200 mg.
Las medidas que hay que tomar son sencillas: bue- - Cápsulas retard unicontinus 24 horas: liberación
na higiene bucal, infusiones de manzanilla con li- sostenida que permite administraciones cada 24
món, tomar zumos de frutas ácidas bien fríos, horas. Tabletas de 30, 60, 90, 120, 150 y 200 mg.
masticar trozos de frutas ácidas, caramelos y chi-
cles ácidos sin azúcar, mantener los labios lubrica- Precauciones
dos con crema de cacao en barra (evitar la vaseli-
na). Con zumos e infusiones se pueden hacer polos • En obstrucción uretral, asmáticos (en crisis), disci-
de hielo que son muy bien aceptados por los ni- nesia biliar, hipotiroidismo, enfermedad inflama-
ños. toria intestinal grave, insuficiencia hepática, insufi-
• Prurito. Es más frecuente cuando se administra la ciencia renal, hipertensión craneal.
morfina por vía espinal, pero también se puede • Enfermedades pulmonares restrictivas.
presentar a dosis altas. El mecanismo funciona por • Patologías pulmonares con abundantes secrecio-
la liberación de histamina, apareciendo prurito, nes, ya que la morfina disminuye la actividad ciliar
que suele ceder con antihistamínicos. En el caso de y el reflejo de la tos y aumenta el tono bronquial.
no ser tolerado por el paciente, nos plantearíamos • Interacciones con fármacos que actúen a nivel de
el cambio a otro opioide que no libere histamina citocromo P-450 (CYP2D6), depresores del SNC,
(oxicodona, fentanilo). alcohol, fenotiacinas, antidepresivos tricíclicos,
• Otros efectos adversos menos frecuentes: hipoten- propranolol.
sión arterial, hipertensión craneal, hipotermia, • Proteger de la luz, ya que es fotosensible.
depresión respiratoria y reacciones de hipersensi- • Alérgicos a los sulfitos, pues algunas presentacio-
bilidad. nes los tienen.
• Algunos comprimidos retard contienen lactosa. 267
Contraindicaciones • Los opioides agonistas/antagonistas (buprenorfina,
nalbufina, pentazocina) administrados conjunta-
- Alérgicos a opioides agonistas: codeína, hidroco- mente con la morfina (u otro opioide agonista) re-
dona, oxicodona, hidromorfona, levorfanol y oxi- ducen el efecto de ésta por bloqueo competitivo de
morfina. los receptores, pudiendo llegar a producirse un
- Enfermedad pulmonar obstructiva grave. síndrome de abstinencia.

Presentaciones Interacciones

Vía oral: sulfato de morfina. Todos los opioides tienen interacciones con el alco-
hol, hipnóticos, neurolépticos, antidepresivos tricíclicos,
• Morfinas de liberación inmediata: sulfato de IMAO, loratadina, clonidina, benzodiazepinas y cimeti-
morfina. dina, aumentando el riesgo de depresión del SNC.
- Morfina oral líquida:
- Solución: 2 mg/ml x envase de 100 ml.
- Solución concentrada: 20 mg/ml, envase de 20 Consideraciones de las presentaciones
ml con gotero. orales de la morfina en pediatría
- Solución oral en envase unidosis de 10, 30 y 100
mg. Las dosis orales deben ser ajustadas para cada pa-
- Los viales de cloruro mórfico al 1%-2% para vía ciente con el objetivo de que no tenga dolor y de que
parenteral pueden administrarse por sonda (sa- éste no reaparezca. Para ello disponemos de una serie
bor amargo). de presentaciones, como son:
- Comprimidos de liberación inmediata: sulfato
de morfina de 10 y 20 mg, ranurables y frag- • Comprimidos retard 12 horas: de 5, 10, 15, 30, 60,
mentables. 100 y 200 mg. A la hora de dosificar las presenta-
ciones en comprimido retard es preciso que la dosis
• Morfinas de liberación retardada o sostenida: sul- que necesita el niño se corresponda exactamente
fato de morfina. con la dosis de la presentación comercial elegida.
- Comprimidos retard: tipo de liberación sosteni- También es imprescindible una adecuada colabora-
da (sin picos) en el tracto gastrointestinal retra- ción del niño a la hora de deglutir los comprimi-

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dos, ya que los tiene que tragar enteros, pues frag-


mentarlos, masticarlos o triturarlos provocaría un
riesgo de absorción masiva y sobredosificación.
• Cápsulas retad 12 horas: de 10, 30, 60, 100 y 200
mg. Administración cada 12 horas. Contienen
microgránulos de liberación sostenida de 0,6 mm
de diámetro, permitiendo la administración de
éstos por sondas de 2,5 mm de diámetro o gas-
trostomías.
Si el niño no sabe tragar las cápsulas, éstas pueden
abrirse y podría tragar los microgránulos sin masti-
car; para evitarlo, es aconsejable incorporarlas a
cucharaditas de yogurt, compotas o puré a menos
50º C. No deben masticarse las presentaciones en
microgránulos para evitar una absorción masiva.
Las presentaciones en microgránulos las podemos
adaptar a las necesidades analgésicas de forma bas-
tante exacta con la colaboración de la farmacia,
asegurando la correcta administración con un en- Figura 5. El adecuado control del dolor permitirá al niño una vida de relación
trenamiento adecuado. completamente normal.
En nuestra experiencia, hemos podido dosificar
morfina retardada en presentación de microgránu-
los a pacientes colaboradores de 3-4 años y a me- - Límite a cuatro horas. Es la dosis máxima (sumando
nores con gastrostomías. perfusión continua y PCA) que permitimos al pa-
ciente administrarse en el transcurso de cuatro
horas.
Concepto de perfusión continua, PCA y - La modalidad de perfusión continua más PCA-NCA
NCA es el modo más efectivo de control, tanto si se ad-
ministra por vía intravenosa como subcutánea. El
268 Debemos repasar algunos conceptos básicos para objetivo es alcanzar la concentración óptima del
poder comprender el manejo de la morfina u otros fármaco (dosis de carga o impregnación) y que ésta
opioides en perfusión continua por vía intravenosa y se mantenga estable durante todo el tiempo que
subcutánea. sea necesario. Además, si el paciente con la perfu-
sión continua presenta dolor en un momento da-
- Llamamos impregnación o dosis de carga a la canti- do, puede hacer uso de la PCA o NCA, es decir,
dad de opioide —en este caso, morfina— necesa- administrarse mediante un pulsador dosis adicio-
ria para controlar el dolor, con lo que lograremos nales, con dosis e intervalos de tiempo de adminis-
unos niveles plasmáticos óptimos. tración preestablecidos. Ésta es la forma más ade-
- La perfusión continua consiste en la administración cuada para la administración de morfina en pa-
de una dosis de impregnación o carga, seguida de cientes que no tienen operativa la vía oral.
una perfusión continua del analgésico elegido, ob-
teniendo así una buena analgesia al lograr una es- Para la dosificación de morfina por vía subcutánea
tabilidad de los niveles plasmáticos del fármaco. o intravenosa disponemos de:
- PCA (patient controlled analgesia) pura. Es la dosis
de analgésico que el paciente se autoadministra a • Perfusores elastoméricos desechables, con ritmos
demanda, al activar un dispositivo o pulsador. Las de infusión fijos y diversos flujos, según el modelo.
dosis e intervalos de tiempo son previamente pro- Para la perfusión de morfina en niños, son intere-
gramados e individualizados. Se utiliza en adultos santes los flujos 0,5, 1 y 2 ml/h.
y en niños mayores de 7 años. En los niños meno- • Perfusores elastoméricos desechables, con flujos
res de 7 años o con dificultades en la comunica- variables que permiten una gama de diferentes
ción se utiliza la modalidad NCA (nurse controlled flujos a elegir.
analgesia), en la que el dispositivo es activado por • Perfusores elastoméricos desechables, con flujos
la enfermera cuando el niño tiene dolor. continuos y pulsador de PCA, y con tiempo de
- Tiempo o intervalo de cierre. Es el intervalo de tiem- cierre entre 15 y 30 minutos.
po mínimo que se establece entre dos administra- • Bombas electrónicas que permiten varias modali-
ciones de PCA-NCA. El paciente no puede admi- dades, como:
nistrarse dosis suplementarias de PCA durante
este tiempo, que es variable en función del fárma- - Sólo perfusión continua: programable de 0,1 a
co elegido y de las características individuales del 999 ml/h.
paciente. - Perfusión continua más PCA-NCA.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

- Sólo PCA-NCA. 3. No tiene techo analgésico, es decir, no existe una


- Tiempos de cierre desde 1 a 999 min. dosis máxima a partir de la cual la morfina ya no es
- Límites de dosis en 4 horas. efectiva.
4. Durante los primeros días de tratamiento con mor-
Las bombas electrónicas se recomiendan sólo pa- fina pueden aparecer efectos adversos que normal-
ra uso hospitalario, por ser más complejas y tener mente son transitorios, debiendo ser advertidos los
alarmas. padres y el niño. Se realizará tratamiento profilácti-
En los niños que tienen canalizada una vía o tienen co de los más frecuentes.
colocado algún catéter central externo o con reservorio 5. La morfina da lugar a metabolitos activos, algunos
implantado subcutáneo, los aprovecharemos para la ti- de ellos más potentes que la propia morfina (mor-
tulación y administración intravenosa de opioides. fina 6-glucurónido). Por ello debemos esperar el
Si el paciente no tiene vía venosa canalizada ni tiempo suficiente para que estos metabolitos pro-
otros dispositivos, usaremos la vía subcutánea siempre duzcan su acción (10-15 minutos), antes de admi-
que sea posible. Tener en cuenta que los niños, en lí- nistrar una nueva dosis. Si tenemos en cuenta este
neas generales, toleran muy mal “el que le pinchen”, y aspecto, evitaremos salirnos de la ventana terapéu-
esto puede ser motivo de que nieguen tener dolor. tica y, por tanto, los efectos adversos graves.
En los pacientes con atención en su domicilio siem- 6. Aunque la vida media de la morfina en el adulto es
pre usaremos la vía subcutánea o los catéteres centrales. de 2-4 horas, algunos pacientes pueden metaboli-
zarla en tiempos muy cortos, incluso inferiores a 2
horas, o en periodos de tiempo más largos (Tabla
Dosificación de la morfina
XII). En los pacientes con flujo hepático alto o con
fiebre, la vida media de la morfina también es más
Se han descrito pautas de dosificación de morfina,
corta (inferior a 2-3 horas).
pero sólo son una guía debido a la gran variabilidad in-
7. Al comienzo de la administración, se considera
terindividual a la hora de dosificar.
que los niveles plasmáticos son estables cuando
Los neonatos, lactantes y niños pequeños deben
hayan transcurrido 4-6 semividas.
ser titulados a nivel hospitalario y, si es necesario, moni-
8. No suprimir nunca la morfina de forma brusca.
torizados.
9. Para realizar cambios de un opioide a otro es nece-
Para vía intravenosa:
sario hallar la dosis equianalgésica (Tabla XIII).
269
• Neonatos: 5-7 mcg/kg en bolo, que se irá repitien-
do cada 10-15 minutos hasta obtener confort.
Orientación terapéutica
• Lactantes y niños: 10-30 mcg/kg en bolo, que se irá
repitiendo cada 10-15 minutos hasta que se llegue
al confort. Uso de morfina en niños con dolor intenso que no
tomaban previamente opioides.
Si se desea continuar en perfusión continua, se se-
guirán los pasos expuestos anteriormente, no olvidando ¿Cómo controlar y qué dosis?
la capacidad metabólica del niño en función de su edad
y de la patología subyacente. Comenzar impregnando con dosis intravenosa de
Suele asociarse a AINE o a coadyuvantes siempre 10-20 mcg/kg de cloruro mórfico, repitiendo cada 10-
que sea posible, con la finalidad de potenciar el efecto del 15 minutos hasta lograr el confort del paciente.
opioide, disminuyendo así la incidencia de efectos adver- Según las características del dolor, podemos po-
sos. Esta potenciación puede llegar a ser de un 30%. tenciar con AINE, y si es necesario añadiremos también
En neonatos a término y prematuros, el opioide coadyuvantes.
más utilizado es el fentanilo. Una vez obtenido el confort del paciente, la admi-
nistración de morfina debe ser:

Aspectos que se han de considerar en la 1. A intervalos regulares y no a demanda “si hay do-
utilización de morfina en los niños lor”, ya que permitir que aparezca el dolor antes de
administrar la nueva dosis provoca un sufrimiento
En la utilización de la morfina debemos tener en innecesario y dificulta el tratamiento posterior del
cuenta que (Figura 5): dolor, precisándose dosis más elevadas.
2. En perfusión continua más PCA-NCA, hasta que
1. Las dosis deben de ser siempre individualizadas en las necesidades del paciente sean estables y poda-
función de la respuesta analgésica y de la aparición mos pasar a la vía oral. Ésta será la forma de conse-
de efectos adversos. guir un mejor control.
2. No existe la dosificación por peso. Debemos utili-
zar la dosis necesaria para producir analgesia en Tener en cuenta las patologías subyacentes (insufi-
cada paciente. ciencia renal, hepática, estado nutricional, etc.) y su

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Tabla XIII. Tabla de equianalgesia.


Morfina oral = 1
Morfina oral / Metadona oral 4-5:1 30 mg = 6 mg
Morfina oral / Codeína oral 1:12 30 mg = 360 mg
Morfina oral / Dihidrocodeína oral 1:10 30 mg = 300 mg
Morfina oral / Tramadol oral 1:10 30 mg = 300 mg
Morfina oral / Petidina oral 1:8 30 mg = 240 mg
Morfina oral / Oxicodona oral 1,5-2:1 15 mg = 10 mg
Morfina oral / Buprenorfina sl 1:0,02 30 mg = 0,6 mg
Morfina iv / Fentanilo iv 1:0,01 10 mg = 0,1 mg
Morfina iv = 1
Morfina iv - Metadona iv 1:0,5-1 30 mg = 15 - 30 mg
Morfina perf. cont. iv - Tramadol oral 15 mcg/kg/h = 1 mg/kg oral
sl: sublingual; iv: intravenoso; perf. cont.: perfusión continua.

Tabla XIV. Equianalgesia para cambios de vía de administración.


Morfina oral = 1
- Morfina retardada / rápida 1:1 (30 mg/12 h = 5 mg/4 h)
- Morfina oral / rectal 1:1 (10 mg = 10 mg)
- Morfina oral / subcutánea 2:1-1,5 (30 mg = 15 mg)
- Morfina oral / intravenosa 2:1 (20 mg/24 h = 10 mg/24 h)
- Morfina oral / epidural 10:1 (30 mg = 3 mg)

270
tratamiento previo con benzodiazepinas, anticonvulsi- ¿Límite a 4 horas?
vantes, etc.
Se establecerá en función del consumo estimado,
¿Cómo calcular una perfusión continua? teniendo en cuenta los cálculos anteriores, purgas de
sistema, aumento de las necesidades analgésicas, etc.
Si deseamos continuar la administración por vía
intravenosa o subcutánea, el mejor control lo lograre- ¿Cómo incrementar las dosis?
mos con una perfusión continua más PCA o NCA.
Para calcular el ritmo de infusión nos basaremos Si la administración de morfina es en perfusión
en las necesidades de impregnación (dosis que ha con- continua más PCA, se calculará el consumo total (conti-
seguido el alivio del dolor), calculando la dosis/hora en nua más PCA) en 24 horas y se corregirá en función de
función de la estimación de metabolización y elimina- estas necesidades.
ción del paciente (recordar la Tabla XII). Si la administración es por vía oral se harán incre-
mentos del 30% de la dosis cada 24-48 horas.
¿Cómo calcular la PCA?
¿Cómo hacer la retirada?
Según mi experiencia, hay que calcularla de forma
que la dosis/hora de la perfusión continua más la dosis Para la retirada es recomendable que se lleve a ca-
PCA no superen los valores de la impregnación. bo a un ritmo de descenso del 10% cada 24-48 horas.

¿Qué tiempo de cierre? Cambio de vía de administración de la morfina en


un paciente que la toma previamente en modalidad
Debe establecerse teniendo en cuenta los trata- retard.
mientos previos, capacidad metabólica, eliminación y
patología subyacente del niño. Si no tiene dolor y queremos cambiar de vía de
Recordemos que con una capacidad metabólica administración, lo haremos basándonos en la Tabla XIV
como el adulto sano, en 10-12 minutos tendremos ya la para calcular la dosis que corresponde con el cambio de
morfina-6-glucurónido, que es un metabolito más po- vía.
tente que la morfina, y por tanto, los tiempos de cierre Dejaremos al paciente en modalidad sólo PCA, por
no deben ser inferiores a 10 minutos. si tiene dolor, hasta haber transcurrido 8-10 horas de la

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

última toma de morfina retard, momento en el que ya Recetas y requisitos especiales de


podremos conectar la perfusión continua que ya calcu- prescripción
lamos previamente.
En España, la prescripción se realizará en las rece-
Paciente que en tratamiento con morfina retard y tas oficiales de estupefacientes, como en el adulto:
presenta dolor intenso nombre del niño y año de nacimiento del mismo, y si
no tiene DNI deberá figurar el de su madre, el del padre
• Si lo tolera y la situación lo permite, intentar resca- o el del tutor.
te con morfina de liberación inmediata en compri-
midos o solución oral. Valorar luego el reajuste de
dosis. Conclusión
• Si tiene dolor intenso que precisa control inmedia-
to, impregnaremos hasta que el paciente esté sin - En el neonato, debido a la inmadurez de su sistema
dolor. Si queremos continuar con perfusión conti- microsomial hepático, las modificaciones en la unión
nua debemos ajustar la dosis basándonos en el a las proteínas plasmáticas y las variaciones en el
cálculo de la morfina basal (que tomaba antes) y flujo sanguíneo hepático hacen que a la hora de ad-
haciendo los ajustes oportunos de cambio de vía ministrar opioides debamos individualizar más aún
de administración, más el 30%-50% de las necesi- las dosis y los intervalos de administración.
dades analgésicas estimadas en la situación actual. - Las enfermedades hepáticas pueden afectar más
Siempre hay que dejar PCA. aún el metabolismo.
- Las afectaciones renales retrasan la eliminación de
Cambio de opioide los metabolitos activos (normorfina, morfina-6-glu-
curónido), existiendo mayor riesgo de toxicidad.
Cuando el enfermo toma un opioide y queremos - Si se tiene que cambiar de vía de administración de
cambiar a otro, hallaremos la equianalgesia basándonos la morfina, se deben utilizar dosis equianalgésicas
en la Tabla XIII. para evitar sobredosificaciones, que presentan
Se considera que el paciente ha alcanzado el equi- efectos adversos que pueden llegar a ser graves, o
librio y la estabilidad en el consumo cuando hayan infradosificaciones, que ocasionarían dolor y, si
transcurrido 24-48 horas sin dolor. Entonces estará en esta infradosificación es importante, síndrome de
condiciones de pasar a la administración por vía oral si abstinencia. 271

se desea. - La morfina no tiene techo analgésico.


Debemos hacer un seguimiento adecuado con la
finalidad de ajustar la dosis y comprobar la dosis míni-
Codeína
ma eficaz.
Sinónimo: metilmorfina, morfina metil éter.
Causas por las que puede no haber una
respuesta adecuada al tratamiento
Es un opioide débil agonista puro, con una poten-
cia analgésica unas doce veces menor que la morfina y
En ocasiones no obtenemos una buena respuesta al un uso clínico como analgésico y antitusígeno. Tiene
una buena potenciación con AINE, y menor dependen-
tratamiento instaurado, situación ante la cual debemos
cia comparada con la morfina.
tener presente el esquema presentado en la Tabla XV.
Farmacocinética y farmacodinamia
Tabla XV Causas por las que puede haber
una respuesta inadecuada al Tras la administración oral, es absorbida en 30-60
tratamiento. minutos, alcanzando el pico de máxima concentración
plasmática en 60-90 minutos. Su biodisponibilidad oral
-  Infradosificación o sobredosificación. es del 40%-70% y su vida media de 2,5-3,5 horas.
-  Incumplimientos de horarios.
-  Alteraciones en la absorción. Distribución
- Elección de fármacos no adecuados: dolor
neuropático. La unión a las proteínas es del 7%.
- Complicaciones en la evolución de la
Metabolismo
enfermedad.
-  Interacciones medicamentosas. Es hepático por glucurónido-conjugación median-
-  Metabolizador lento o rápido. te el CYP2D6 (hidroxilación y O-demetilación) y
-  Factores psicológicos o sociales. CYP3A3/4 (desmetilación), cuyos metabolitos activos
son: morfina normorfina y morfina 6-glucurónido.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Eliminación Se potencia muy bien con AINE y tiene buena acti-


vidad antitusígena.
Renal, siendo, en un 3%-16%, sin metabolizar, y el
resto en forma de norcodeína, morfina y morfina 6-glu- Farmacocinética y farmacodinamia
curónido
La biodisponibilidad oral es del 70%, y del 100%
Efectos adversos por vía intravenosa y rectal. La concentración plasmáti-
ca máxima se alcanza a las 1,9 horas de la administra-
Los más frecuentes son: estreñimiento (asociar ción oral y a las 5-7 horas de la administración de las
laxante), náuseas, vómitos, vértigo, confusión y som- formas retard.
nolencia. La presencia de alimentos no modifica la absor-
Los niños pequeñitos son más sensibles a los efec- ción.
tos adversos de la codeína, pudiendo aparecer excita-
ción paradójica. Distribución

Presentaciones Se une a las proteínas plasmáticas en un 20%.

Jarabe, solución oral, comprimidos y comprimidos Metabolismo


retard.
Asociación codeína-paracetamol: comprimidos, En el primer paso hepático sufre metabolismo en
cápsulas, comprimidos efervescentes, sobres, suposito- un 20%-30%, siendo metabolizado el resto por O-des-
rios lactante, infantil y adulto metilación (CY2D6 y CYP3A4), produciéndose el 0-
La asociación codeína-paracetamol debe dosificar- desmetil-tramadol, que es un metabolito activo con una
se teniendo en cuenta las cantidades de cada uno de vida media mayor que el tramadol.
ellos.
Eliminación
Dosis
El 90% se excreta en la orina y el resto en las heces.
Niños:
272 - Analgésico: 0,5-1 mg/kg/dosis/4-6 horas, oral. Efectos adversos
- Antitusígeno: 0,25-0,5 mg/kg/dosis/4-6 horas, oral.
Los más frecuentes son: náuseas, vómitos (que pa-
Precauciones recen estar en relación con la dosis y la velocidad de
administración), vértigos, mareo, sequedad de boca,
Insuficiencia respiratoria grave, discinesia biliar, sudoración profusa, somnolencia y trastornos de la fre-
insuficiencia renal, cardiaca o hepática. cuencia cardiaca.
Metabolizadores lentos. En niños pequeños puede darse excitación para-
En lactantes menores de 1 año, las dosis deben ser dójica.
de forma inicial la tercera parte de la de los niños, y si En comparación con la morfina, produce menos
no se logra la analgesia, suspenderemos su administra- depresión respiratoria y estreñimiento.
ción y pasaremos a otro opioide.
Algunas preparaciones contienen sulfitos y sacaro- Presentaciones
sa, que pueden causar reacciones alérgicas.
Solución oral, cápsulas: 50 mg
Interacciones Comprimido retard: 50, 75, 100, 150, 200, 300 y
400 mg.
Antidepresivos tricíclicos, fenotiazinas, anticoli- Solución oral: 12,5 mg/dispensación.
nérgicos, quinidina, rifampicina (véase la relación de Gotas: 2,5 mg/gota.
inductores e inhibidores de CYP3A4 en la Tabla V). Ampollas: 100 mg.
Supositorios: 100 mg.
Asociación tramadol-paracetamol: comprimidos.
Tramadol
Dosis
Es un opioide agonista puro de características algo
peculiares, ya que tiene una afinidad moderada-baja Tiene techo analgésico, lo que implica menor ries-
por los receptores opioides y se ha demostrado que go de depresión respiratoria.
también actúa por mecanismos no opioides. Su poten-
cia analgésica es 5-10 veces menor que la morfina. En - Oral - rectal: 1 - 1,5 mg/kg/6-8 horas.
tratamientos crónicos puede producir tolerancia, pero - Intravenoso - subcutáneo: 0,7 - 1 - 1,5 mg/kg/do-
con menor velocidad que la morfina. sis/6-8 horas, lento.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

- En perfusión continua + PCA: dosis de carga o - Dosis orientativa en niños: oral, subcutánea, intra-
impregnación: 0,7 - 1 - 1,5 mg/kg/dosis/6-8 horas, venosa, 0,05-0,1 mg/kg/dosis/4 horas durante 2-3
lento (20-30 minutos). dosis, para pasar a intervalos de 6-12 horas según
la respuesta. A partir de la tercera dosis se suele
Perfusión continua, 0,2 mg/kg/h, con bolos de 0,2 dar un 30% menos por dosis y sólo cada 12 horas,
mg/kg, debido a la acumulación.
Tiempo de cierre, 15 minutos, y máximo en 4 ho- - Dosis máxima: 10 mg/dosis.
ras de 1 mg/kg.
Todo niño tratado con metadona debe ser contro-
Interacciones lado durante varios días al comienzo del tratamiento y
cada vez que se aumenten las dosis.
IMAO, antidepresivos tricíclicos, ketoconazol, eri-
tromicina (véase Tabla V). Interacciones

Ver inductores e inhibidores de la CYP3A4 en la


Metadona Tabla V.

Opioide sintético que puede ser el sustituto de la Fentanilo


morfina en caso de alergia, ya que no está relacionada
químicamente. Opioide agonista puro, muy liposoluble, con gran
Su potencia analgésica es similar a la morfina. potencia analgésica: unas 75-100 veces más potente
que la morfina.
Farmacocinética y farmacodinamia Produce poca liberación de histamina.
De elección en neonatos y en hiperreactividad
Tiene una elevada liposolubilidad. La biodisponi- bronquial.
bilidad oral es del 80%-90%, produciéndose su acción Altera poco la estabilidad hemodinámica.
por vía oral en 30-60 minutos y por vía parenteral en Los efectos depresores sobre la respiración pueden
10-20 minutos. Pico plasmático tras administración durar más que el efecto analgésico.
parenteral en 1-2 horas.
Se debe administrar con agua o zumos de frutas. Farmacocinética y farmacodinamia 273
La vida media de eliminación en niños es variable,
entre 15 y 24 horas, e incluso más, dependiendo de la Inicio de su acción tras la administración intra-
capacidad metabólica y de los factores inductores o in- muscular en 7-15 minutos; por vía intravenosa, casi en
hibidores del CYP3A4. 2-3 minutos.
Duración del efecto: vía intramuscular, 1-2 horas,
Distribución e intravenosa, 30-60 minutos.

Su unión a las proteínas plasmáticas es del 60%-90%. Distribución

Metabolismo Al ser lipofílico, se distribuye con rapidez en el


cerebro, el pulmón, el riñón y el bazo, y más lentamen-
Es hepático por N-demetilación, transformándose te en los músculos y en el tejido graso. Unión a las
en metabolitos inactivos. En el hígado la metadona inal- proteínas plasmáticas en un 80%-85%.
terada puede acumularse y ser liberada posteriormente. Resulta algo irritante por vía subcutánea.
Inhibe moderadamente el CYP3A4.
Metabolismo
Eliminación
El 90% es hepático, por medio del citocromo P-
Renal, siendo sin metabolizar menos del 10%. La 450 CYP3A4: N-dealquilación y hidroxilación, dando
excreción renal varía con el pH urinario. metabolitos inactivos.

Presentaciones Eliminación

Comprimidos de 5, 30 y 40 mg. El 7% se excreta inalterado por la orina; el resto se


Ampolla de 10 mg. elimina como metabolitos inactivos. Sólo un 10% es
eliminado en las heces.
Dosis La semivida de eliminación es más larga en recién
nacidos y lactantes. En tratamientos largos dura 4-7
Como su acción es muy prolongada, hay que ajus- horas, debido a que, al ser muy lipofílico, se acumula
tar bien las dosis para no producir acumulación. en el tejido graso.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Efectos adversos Farmacocinética y farmacodinamia

Son similares al resto de los opioides. Produce liberación sistémica continua de fentanilo
durante 72 horas, siendo la biodisponibilidad superior
Presentaciones al 90%. Una vez que el fentanilo pasa a la circulación
sistémica, la farmacocinética y la farmacodinamia son
Ampollas las mismas que para la administración intravenosa.
Tras la aplicación del parche por primera vez, el
Dosis efecto máximo se obtiene a las 12-24 horas, siendo es-
tables los niveles plasmáticos a partir de las 24 horas de
- 1-5 mcg/kg/dosis/1-2 horas en niños y cada 2-4 su aplicación. Renovando el parche cada 72 horas se
horas en neonatos. La administración debe ser len- consigue mantener estables los niveles plasmáticos.
ta para evitar la rigidez torácica. Una vez retirado el parche transdérmico, las con-
- Para perfusión continua: impregnación con 1-5 mcg/kg. centraciones van disminuyendo gradualmente, de for-
Perfusión: 1-5 mcg/kg/h. ma que a las 13-22 horas se reducen a la mitad.

Las perfusiones superiores a 3 mcg/kg/h pueden Presentaciones


producir rigidez de la pared torácica y problemas de
ventilación. Parche transdérmico de 12,5, 25, 50 y 100 micro-
gramos/h.
Precauciones

Realizar monitorización cardiorrespiratoria y de Fentanilo transmucosa oral (citrato de


los efectos adversos. fentanilo) (OTFC)
La interrupción brusca de perfusiones continuas
de fentanilo a 1,5 mcg/kg durante 5 días, en niños con Es una forma de administración cómoda y fácil
edades comprendidas entre 0 y 22 meses, puede desa- para el paciente. No es invasivo.
El comprimido de citrato de fentanilo tiene que
rrollar abstinencia en un 50%, y con dosis de 2-3 mcg/
chuparse; dispone de un aplicador bucofaríngeo (radio
kg durante 9 días la incidencia es del 100%.
274 opaco) integrado y tiene un sabor agradable.
Los opioides agonistas/antagonistas (buprenorfina,
Resulta indicado en el control del dolor agudo y en
nalbufina, pentazocina, etc.), administrados conjunta-
las crisis de dolor irruptivo (prevalencia en adultos,
mente con el fentanilo, reducen el efecto de éstas por el
entre el 41% y el 67%) de pacientes que llevan trata-
bloqueo competitivo de los receptores, pudiendo llegar
miento de base con opioides.
a producirse un síndrome de abstinencia. No recomendado en menores de 12 años.
Proteger de la luz.
Farmacocinética y farmacodinamia
Contraindicaciones
La mucosa oral posee una gran superficie, con
- Hipersensibilidad conocida al fentanilo. temperatura uniforme, gran permeabilidad y buena
- Depresión respiratoria grave o enfermedad pulmo- vascularización, lo que permite que el fentanilo, que es
nar obstructiva grave. muy lipofílico, sea rápidamente absorbido transcelular-
- Inhibidores de la monoamino-oxidasa (MAO). mente y distribuido.
- Presentación: ampollas de 50 mcg. El 25% del OTFC administrado es absorbido rápi-
- De elección en neonatos y en hiperreactividad damente a través de la mucosa oral; el 75% restante es
bronquial. deglutido con la saliva y absorbido lentamente en el
- Altera poco la estabilidad hemodinámica. tracto gastrointestinal, quedando disponible sistémica-
mente un 25%. El resto se pierde por falta de absorción
Interacciones o por metabolización.
El inicio de su acción se produce en 5-15 minu-
Véase, en la Tabla V, inductores e inhibidores de la tos y la concentración plasmática máxima en 20-30
CYP3A4. minutos.
La biodisponibilidad por esta vía es del 50%.
Una vez que llega a la circulación sistémica, la far-
Fentanilo transdérmico macocinética y farmacodinamia son iguales que para la
administración intravenosa.
La cantidad de fentanilo liberada es proporcional
al área de la superficie del parche. Dosificación
Desde su aplicación hasta el inicio de la acción son
necesarias 4-8 horas. Individualizar hasta obtener la dosis mínima eficaz.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Debe mantenerse al paciente con el dolor de base Debido su lipofilia y a su bajo peso molecular, pe-
controlado mediante opioides y sin que tenga más de 4 netra con facilidad en el espacio intersticial e intracelu-
episodios de dolor irruptivo al día; si no es así, deberán lar, lo que hace que tenga una vida media prolongada;
regularse las dosis del tratamiento de base. si otro medicamento la desplaza de su lugar de unión a
La dosis inicial debe ser de 200 mcg (la presenta- las proteínas, ésta penetrará con rapidez en los tejidos,
ción más pequeña disponible), colocando el comprimi- prolongándose aún más la vida media.
do contra la mejilla y desplazándolo por la boca con la Los comprimidos de oxicodona con liberación
ayuda del aplicador para aumentar al máximo la zona controlada presentan una liberación bifásica e indepen-
de mucosa expuesta al medicamento. Debe chuparse diente del pH. Inicialmente es rápida, absorbiéndose el
—tragando lo mínimo posible— y no masticarse, con- 38% de la dosis y produciendo una rápida analgesia.
sumiendo la unidad en unos 15 minutos. Posteriormente llega otra fase más controlada que com-
Debemos asegurarnos de que la mucosa oral está pleta las 12 horas de acción.
húmeda; si es necesario, debe humedecerse previamen- La vida media de eliminación es de 4,5 horas y el
te con agua. equilibrio plasmático se obtiene a las 24 horas.

Consideraciones Metabolización

- Si no se logra la analgesia adecuada a los 15-20 Es hepática, obteniéndose metabolitos activos: ma-
minutos del consumo completo del comprimido, yoritariamente por N-desmetilación pasa a noroxicodo-
se podrá consumir una segunda unidad de la mis- na y, en menor cuantía, por 0-desmetilación a oximor-
ma concentración. fona (activo), que se cataliza por el citocromo P-450
- Si para tratar episodios consecutivos se necesita CYP2D6, sufriendo una posterior glucuronización. Am-
más de una unidad, se valorará el aumento de do- bos metabolitos tienen menor potencia analgésica que
sis hasta la siguiente concentración disponible. la molécula madre.
- Si el dolor cede durante la utilización del compri-
mido, ésta se debe suspender.
Eliminación
- Si se precisan más de 4 dosis al día, hay que regu-
lar de nuevo el tratamiento de base.
Se produce sobre todo a través del riñón, del 8% al
- Administración: en niños que tengan la madurez ne-
14% de forma inalterada y el resto como noroxicodona
cesaria para colaborar en la correcta administración. 275
y oximorfona.
La vida media de eliminación en adultos es de 3,7
Presentaciones
horas, y en niños de 2 a 10 años, de 1,8 horas.
- Fentanilo transmucosa oral (citrato de fentanilo):
Efectos adversos
200, 400, 600, 800, 1.200 y 1.600 mcg.
Somnolencia, estreñimiento (más intenso que con
Oxicodona
la morfina), náuseas (menos que la morfina), mareo,
prurito, vómito, cefalea, xerostomía, astenia, sudora-
Opioide semisintético, agonista puro, muy lipofíli- ción (menos intensos que con otros opioides); la seda-
co, con potencia analgésica dos veces superior a la mor- ción es similar a otros opioides.
fina, de elección en el dolor neuropático y oncológico. Rescates con morfina de liberación inmediata,
Es una buena opción en la rotación de opioides o si se dando la equivalencia del 10% al 15% de la dosis diaria
produce intolerancia a la morfina. de oxicodona en 24 horas.
Tiene efecto analgésico, ansiolítico y sedante.
No libera histamina. Presentaciones
Relación equianalgésica: morfina oral - oxicodona
oral, 2:1. Oral. Clorhidrato de oxicodona:
No tiene dosis techo.  Oxicodona de liberación controlada: 10, 20, 40
y 80 mg.
Farmacocinética y farmacodinamia  Oxicodona de liberación inmediata: comprimi-
dos de 5, 10 y 20 mg.
La absorción es buena y su biodisponibilidad por   Solución oral.
vía oral es del 60%-87%. Parenteral: intravenosa-subcutánea: clorhidrato de
Las comidas muy ricas en grasas pueden aumentar oxicodona:
el pico de absorción incluso un 25%.   Ampollas de 5 y 10 mg/ml.
Rectal: pectinato de oxicodona.
Distribución   Supositorio.
Nasal: clorhidrato de oxicodona.
Se une a las proteínas plasmáticas en un 45%.   Espray nasal.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Dosis Eliminación

La FDA sólo contempla el uso de oxicodona de li- Principalmente urinaria, como metabolitos inactivos.
beración controlada en niños mayores de 12 años. Exis-
ten trabajos en los que se presenta la experiencia en ni- Efectos adversos
ños mayores de 5 años en dosis oral de 0,05-0,15 mg/
kg/dosis/4 horas. Náuseas, vómitos, somnolencia, estreñimiento, es-
pasmo del tracto biliar, retención urinaria, prurito, au-
Equianalgesia mento de la presión intracraneal, hipotensión arterial,
bradicardia, vasodilatación periférica, miosis, vértigo,
- Fentanilo transdérmico - oxicodona: a las 18 horas sedación, depresión respiratoria.
de la retirada del parche se puede iniciar el trata- El uso prolongado produce dependencia física y
miento con oxicodona de LC. Por cada parche de psíquica.
25 mcg/h se darán 10 mg de oxicodona liberación
controlada / 12 horas. Presentaciones
- Morfina oral - oxicodona oral: 2:1 (15 mg morfina
oral = 10 mg oxicodona oral). Comprimido de liberación prolongada, comprimi-
do de liberación inmediata, solución oral y supositorio.
Precauciones Oral: comprimidos de 2,4 y 8 mg. Solución oral.
Rectal: supositorios de 3 mg.
En pacientes con insuficiencia renal y hepática. Parenteral: ampollas.

Contraindicaciones Dosis

Antitusígeno: oral.
Hipersensibilidad, y en cualquier situación en la
- Niños de 6-12 años: 0,5 mg/3-4 horas.
que estén contraindicados los opioides: insuficiencia
- Niños > 12 años y adultos: 1 mg/3-4 horas.
respiratoria importante, asma bronquial, íleo.
Analgésico: se deben individualizar las dosis y te-
Interacciones
276 ner en cuenta las equianalgesias en función de la vía de
administración.
- Medicamentos que actúen sobre el CYP2D6: anti-
- Niños pequeños, oral: 0,03-0,08 mg/kg/dosis/4-6
depresivos, quinidina, fluoxetina, ketoconazol, ri-
horas, o según necesidades. Dosis máxima: 5 mg/
fampicina, ritonavir, ritonavir, fenotiazinas. dosis.
- Relajantes musculares. - Niños pequeños, intravenosa: 0,015 mg/kg/do-
sis/4-6 horas, o según necesidades.
- Niños grandes y adultos, oral, intramuscular, intrave-
Hidromorfona
nosa y subcutánea: 1-4 mg/dosis/4-6 horas, o según
la necesidad. La dosis media en adultos es de 2 mg.
Sinónimo: dihidromorfinona. - Niños o adultos < 50 kg con dolor moderado-in-
tenso, dosis inicial:
Es un opioide agonista puro, unas 6-8 veces más   Oral: 0,06 mg/kg/3-4 horas.
potente que la morfina, utilizado en el tratamiento del   Intravenosa: 0,015 mg/kg/3-4 horas.
dolor moderado e intenso y como antitusígeno. - Niños y adultos > 50 kg con dolor moderado-in-
Libera histamina. tenso:
  Oral: 6 mg/3-4 horas.
Farmacocinética y farmacodinamia  Intramuscular, intravenosa y subcutánea: 1,5
mg/3-4 horas.
Es similar a la de la morfina.
Puede ser utilizada en perfusión continua subcutá-
Biodisponibilidad oral nea e intravenosa.

Es del 62%, con una vida media de 1-3 horas, - Equianalgesia: 10 mg de morfina intramuscular =
efecto en 20-30 minutos y pico plasmático en 30-90 1,5 mg de hidromorfona intramuscular.
minutos; duración del efecto: 4-5 horas.
Precauciones
Metabolismo
Usar con precaución en pacientes que hayan teni-
Principalmente hepático, no utilizando la vía del do reacciones de hipersensibilidad a la morfina, hidro-
citocromo P-450. codona, levorfanol, oxicodona, oximorfona y codeína.

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15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Insuficiencia renal e insuficiencia respiratoria grave. Presentaciones


Debe ser tomada con alimentos o leche para evitar
molestias gástricas. Cápsulas de 100, 300 y 400 mg; comprimidos de
Proteger de la luz. 600 y 800 mg.

Interacciones Dosis oral

Las fenotiazinas, los antidepresivos tricíclicos y el De 3-12 años, inicio: 5-15 mg/kg/día/8-12 horas, y
alcohol pueden potenciar sus efectos. mantenimiento de 25-50 mg /kg/día.
> 12 años, inicio: 300 mg/8horas, y mantenimien-
to de 600-1.800 mg/día.
Máximo: 60 mg/kg/día.
Coanalgésicos
El ajuste de dosis en el dolor neuropático está en
Los coanalgésicos están formados por un grupo función de la respuesta.
heterogéneo de fármacos cuya indicación primaria no Para interrumpir el tratamiento se recomienda ha-
es la analgesia, pero que en ciertas circunstancias, aso- cerlo de forma gradual.
ciados a los analgésicos, son útiles para tratar ciertos ti-
pos de dolor, como el dolor neuropático, o mejorar al- Interacciones
gunos síntomas asociados a él.
Dentro del amplio grupo de coanalgésicos, tene- Antiácidos, felbamato, fenitoína.
mos: antidepresivos, neurolépticos, anticonvulsivantes,
ansiolíticos, corticoides, antieméticos, antiespásticos,
Ácido valproico
anestésicos locales. Las dosis de los más utilizados se
encuentran recogidas en el Vademécum del Anexo.
Sinónimo: ácido dipropilacético.

Es utilizado como antiepiléptico en pacientes ter-


Anticonvulsivantes
minales con convulsiones o con riesgo de tenerlas.
Su mecanismo de acción se produce por inhibi- 277
ción de los enzimas encargados del catabolismo del
Gabapentina
GABA.
Es un fármaco usado como antiepiléptico y en el
Farmacocinética y farmacodinamia
dolor neuropático.
Por vía oral es absorbido rápidamente, uniéndose
Farmacocinética y farmacodinamia a las proteínas plasmáticas en un 80%-95% y alcanzan-
do los niveles plasmáticos máximos en 1-4 horas. Los
Su biodisponibilidad oral es del 55%-65%, al- alimentos retrasan la absorción pero no la reducen.
canzando la concentración plasmática máxima en 2
horas y no alterándose la absorción por la presencia Metabolización
de alimentos.
No se une a las proteínas plasmáticas. Es mayoritariamente hepática.

Eliminación Eliminación

Es mayoritariamente renal en forma inalterada, Es renal en un elevado porcentaje, como metaboli-


siendo la semivida de eliminación de 5-7 horas, pu- tos inactivos, y en pequeña proporción por las heces y
diéndose prolongar a más de 40 horas en la insuficien- en el aire expirado. La semivida de eliminación es varia-
cia renal. ble: 5-20 horas.

Efectos adversos Efectos adversos

Los más frecuentes son somnolencia, mareo, Los más frecuentes al comienzo del tratamiento
ataxia, astenia, nistagmo, temblor, náuseas, sequedad son: náuseas, vómitos, diarreas, calambres abdomina-
de boca, cefalea. les, estreñimiento. Menos frecuentes: temblor, ataxia,
somnolencia, cefalea.
Precauciones En menores de 2 años y durante los 6 primeros
meses de tratamiento se produce aumento de las transa-
En pacientes con insuficiencia renal. minasas e insuficiencia hepática.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

coide (antiinflamatorio, antiedema e inhibidor de las


prostaglandinas), mejora el apetito, la astenia y el esta-
do general, produciendo una “sensación de bienestar”
en el paciente.
Muy útil en dolor óseo y hepatomegalia dolorosa
por metástasis óseas, hipertensión craneal provocada
por procesos expansivos intracraneales, compresión e
infiltración nerviosa, fiebre tumoral, diaforesis, linfede-
ma, síndrome de compresión medular y de la vena cava
superior.
En el momento de pautar corticoides como coanal-
gésico debemos tener presente que su uso prolongado
puede producir supresión suprarrenal y que su retirada
debe ser lenta y escalonada.
Figura 6. Un encantador besito de un niño que toma corticoides.
Efectos adversos

Precauciones Edema, dispepsia, hemorragia gastrointestinal, hi-


pertensión arterial, miopatía proximal, agitación, in-
En la insuficiencia renal, lupus eritematoso sisté- somnio, hiperglucemia, psicosis e infecciones oportu-
mico, porfiria. nistas (Figura 6).

Presentaciones
Dosis
Dosis
Antiinflamatorio: dosis, intravenosa: 0,03-0,3 mg/
- Lactantes y niños: 10-15 mg/kg/día/12-24 horas. kg/día/6-12 horas, IV.
  -  oral: 0,08-0,3 mg/kg/día/6-12 horas.
Ante convulsión Antiemético, dosis de carga intravenosa: 4-10 mg/
278 m2 y luego 2-5 mg/m2/6 horas.
- Si no lo toma antes, impregnar con 15 mg/kg in- Laringitis y edema de la vía aérea: 0,5-2 mg/kg/
travenoso, pasándolo lentamente en 30 minutos y día/6 horas.
seguido de una perfusión continua a 1 mg/kg/h. En general, las dosis para los cuidados paliativos
son: primera dosis a 0,3 mg/kg, seguida de 0,1 mg/
- Si ya lo tomaba, pasar directamente a la perfusión
kg/8-12 horas.
continua a 1 mg/kg/h.
La retirada se hará de forma gradual.
- En estado epiléptico: dosis de carga de 15 mg/kg
intravenosa, a pasar en 3-5 minutos, seguida de
Incompatibilidades
una perfusión de 1-1,5 mg/kg/h.
Ciprofloxacino, glicopirrolato, midazolam y van-
Niveles terapéuticos: 50-100 mcg/ml. comicina.
Las modificaciones de dosis oral se harán cada 4-7
días y la retirada se llevará a cabo de forma gradual. Ansiolíticos

Interacciones A pesar de que los ansiolíticos no tengan por sí


mismos acciones analgésicas directas, la reducción de la
Antagonistas del calcio, antidepresivos tricíclicos ansiedad y la angustia, el control del sueño y su acción
(amitriptilina, clomipramina, nortriptilina), carbamaze- anticonvulsivante y miorrelajante contribuyen de ma-
pina, fenobarbital, antivirales, antineoplásicos (cisplati- nera muy positiva —al ser administrados conjuntamen-
no, metotrexato), fenitoína, ácido astil salicílico. te con los analgésicos— a lograr el adecuado confort
del paciente.
Actualmente los ansiolíticos más utilizados son las
Corticoides benzodiazepinas, las cuales, en función de la vida me-
dia y la duración, se dividen en: acción corta, media y
larga (Tabla XVI).
Dexametasona Actualmente el número de benzodiazepinas es
enorme y en su uso crónico suelen producir tolerancia y
Es muy utilizada en los cuidados paliativos, ya dependencia, aspecto muy importante a tener en cuenta
que, aparte de sus acciones farmacológicas como corti- a la hora de su retirada, que debe ser escalonada.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Tabla XVI. Clasificación de las Distribución


benzodiazepinas.
Su unión a las proteínas plasmáticas es del 94%-
Acción corta
97%.
   Midazolam
   Brotizolam Metabolismo
   Triazolam
El metabolismo es hepático, vía citocromo P-450
Acción intermedia CYP3A4, obteniéndose un metabolito que es poco
   Alprazolam activo.
   Flunitrazepan
   Lorazepam Eliminación

Acción larga Es mayoritariamente por orina, en forma de meta-


   Diazepam
bolitos inactivos, y sólo el 0,02% en forma activa. Entre
   Flurazepam el 2% y el 5% de la administración oral se elimina por
   Clorazepato las heces.
   Clordiazepóxido
Efectos adversos

Son similares a los de las benzodiazepinas ansiolí-


Otro aspecto importante es que algunas, sobre ticas. Los más frecuentes son: hipo, náuseas, vómitos,
todo las de acción larga, en su metabolización produ- eritema, cefaleas, somnolencia.
cen metabolitos con vida media más larga que la ben- En los niños pueden aparecer efectos paradójicos,
zodiazepina madre, con lo cual la acción total será la como euforia.
suma de las acciones de la benzodiazepina y de su
metabolito. Presentaciones
La respuesta a las benzodiazepinas en el niño es
muy individual y variable, pudiendo en ocasiones Comprimidos de 7,5 mg.
aparecer respuestas paradójicas, con nerviosismo y Ampollas de 5, 15, 25 y 50 mg. 279
agitación.
Ocasionan amnesia anterógrada, es decir, el pa- Dosis
ciente no recuerda lo ocurrido durante la fase de mayor
actividad del fármaco. Siempre hay que individualizar. Estas dosis son
Estudiaremos con más detalle el midazolam, ya sólo orientativas.
que es básico en el control del paciente en los momen- Dosis para pre-medicación frente a algún proceso:
tos finales.
- Oral: 0,2 - 0,3 - 0,5 - 0,7 mg/kg (20-30 minutos
antes); pico plasmático en 3-15 minutos.
Midazolam - Sublingual: 0,01 - 0,2 - 0,7 mg/kg; pico plasmático
en menos de10 minutos.
Es muy utilizado en los cuidados paliativos por su - Intranasal: 0,2 - 0,5 - 0,7 mg/kg (es algo irritante);
corta y rápida acción, por su capacidad de producir pico plasmático en 3-15 minutos.
amnesia anterógrada y por carecer de metabolitos acti- - Rectal: 0,2 - 0,3 - 0,7 mg/kg; llevar a volumen de 5
vos con vida media larga, lo que hace posible su admi- ml con suero fisiológico y aplicar con sonda lubri-
nistración en perfusión continua. Además, al ser posible ficada (30 minutos antes).
su administración por vía subcutánea, facilita mucho el - Intramuscular: 0,1 - 0,2 mg/kg.
control de síntomas en los estadios terminales de los - Intravenosa: 0,02 - 0,08 mg/kg (lento), repitiendo
pacientes paliativos. la dosis cada 2-5 minutos hasta obtener el nivel de
También es utilizado como pre-medicación, seda- sedación deseado.
ción y tratamiento del insomnio. - En perfusión continua: dosis de carga a 1-18 mcg/
kg, repitiendo, si es necesario, cada 2-5 minutos,
Farmacocinética y farmacodinamia hasta obtener el nivel de confort deseado.

Por vía oral la absorción es rápida y casi completa El cálculo de la perfusión continua está en función
y la biodisponibilidad del 40%-50%, sufriendo efecto del tratamiento previo y de la capacidad metabólica del
de primer paso. La vida media es de 3-4 horas. niño. Lo ideal es en la modalidad de perfusión continua
En los niños, por vía intravenosa, se obtiene el con PCA - NCA.
efecto sedante —que es dosis dependiente— a los 3-5 En neonatos lactantes se debe monitorizar la fun-
minutos. ción cardiorrespiratoria.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Precauciones Precaución

En insuficiencia renal, insuficiencia respiratoria Hipertiroidismo, insuficiencia hepática, cardiaca o


grave, porfiria y reacciones de fotosensibilidad. renal.
Existen metabolizadores lentos para el midazolam, Los lactantes y niños pequeños son muy sensibles
en los que la vida media se puede prolongar a más de 7 a los anticolinérgicos, apareciendo los efectos adversos
horas. con mayor incidencia. Debemos prestar especial aten-
La vida media en prematuros y pacientes con insu- ción en los niños con parálisis cerebral o con lesiones
ficiencia hepática grave puede llegar a ser de 22 horas. cerebrales.
La administración en perfusión continua en pre-
maturos puede provocar mioclonías con una incidencia Presentación
del 8%.
Tras un tratamiento prolongado, puede desarro- Ampollas de 0,5 mg de uso hospitalario.
llarse dependencia física y psíquica, por lo que la retira-
da en estos casos debe ser lenta y escalonada. Dosis

Contraindicaciones Intravenosa - subcutánea: 6 mcg/kg/4-6-8 horas.


Dosis máxima: 0,3 mg/dosis.
Alergia a las benzodiazepinas, miastenia gravis, glau- En perfusión continua intravenosa-subcutánea:
coma en ángulo estrecho, insuficiencia hepática grave. 1,5 mcg/kg/h. Estable 5 días.
Niños paliativos grandes: 0,5 mg/dosis/4-6-8 horas.
Interacciones
Interacciones
Antagonistas del calcio, antifúngicos azólicos, anti-
bióticos macrólidos, aminofilina, carbamazepina, halo-
Antidepresivos tricíclicos, antihistamínicos, feno-
tano, rifampicina, cimetidina, ácido valproico y zumo
tiazinas, por potenciar su efecto.
de pomelo.
Contraindicaciones

280 Anticolinérgicos
Obstrucción intestinal, porfiria, glaucoma.

Escopolamina

Sinónimos: epoxitropina, tropato, escobina, tropato


u u CASOS PRÁCTICOS u u

de epoxitropina, tropato de escobina, hioscina.


Caso número 1
Es un antiespasmódico anticolinérgico de gran
utilidad en los cuidados paliativos y se utiliza por su
acción antisecretora, antiespasmódica y antiemética. Niña de 11 años y 7 meses de edad a la que cono-
Farmacocinética y farmacodinamia cemos mediante interconsulta realizada a las 48 horas
Se distribuye ampliamente por el organismo a tra- de su ingreso, siendo la irritabilidad el motivo de la
vés de la vía subcutánea, sus efectos aparecen a los 20- consulta.
30 minutos y su vida media de eliminación es de 15-40 Peso: 12 kg. No tiene alergias conocidas.
horas.

Metabolismo Motivo del ingreso

Hepático. Náuseas y vómitos en poso de café. Dificultad res-


piratoria.
Eliminación

Renal. Antecedentes personales

Efectos adversos Es producto de embarazo controlado en una ma-


dre de 15 años de edad, siendo diagnosticada intraútero
Sequedad de boca, somnolencia, midriasis, fotofo- de holoprosencefalia. Parto podálico no instrumentado,
bia, taquicardia, retención urinaria, estreñimiento, au- a las 39 semanas de gestación, con líquido amniótico
mento de la temperatura corporal. A dosis altas puede claro y test de Apgar 7/9, precisando reanimación con
provocar hiperexcitabilidad. máscara de oxígeno. Peso: 2.640 g.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Controlada desde el nacimiento por el servicio de Pruebas complementarias


Neurología Pediátrica, presenta retraso mental severo y
síndrome de West secundario a trastorno estructural Hemograma, coagulación, bioquímica, enzimas
del sistema nervioso central: holoprosencefalia, agene- hepáticos, gasometría, sistemático de orina y sedimento
sia del cuerpo calloso. normales. Radiografía de tórax y abdomen sin hallazgos
La holoprosencefalia es un trastorno caracterizado de significado patológico. Eco abdominal en la vesícula,
por la ausencia de desarrollo del prosencéfalo (el lóbulo que está distendida, con contenido espeso, sin traduc-
frontal del cerebro del embrión). ción patológica y sin hallazgos significativos.
La enfermería informa de su gran irritabilidad, tan-
to en reposo como en la movilización, así como de al-
Antecedentes quirúrgicos guna pausa de apnea corta. Mal descanso nocturno.
Continúa en dieta absoluta.
Piloroplastia por estenosis hipertrófica de píloro al
mes de vida, reflujo gastroesofágico y tenotomía de ab-
ductores a los tres años. Tratamiento actual
Numerosos ingresos por bronquitis espástica a lo
largo de su vida. Sueroterapia.
Asma bronquial. Ranitidina: 15 mg/6h, intravenosa.
Ácido valproico: 13 mg/hora, en perfusión continua.
Metilprednisolona: 12 mg/6 horas, intravenosa.
Historia actual Cefatoxima: 400 mg/8 horas, intravenosa.
Bromuro de ipratropio: 250 mg/6 horas, por inha-
La madre, ansiosa, informa de que desde hace una lación.
semana presenta rechazo de alimentos, siente náuseas, Ante esta clínica, y despues de la evaluación de la
no tiene descanso nocturno adecuado, despertándose paciente, se decide comenzar la impregnación con mor-
con llanto 2-3 veces en la noche, con irritabilidad y fina y midazolam.
llanto a la movilización. Rechaza sus caricias, que antes
toleraba. No sonríe desde hace días. Ha abandonado el
Tratamiento instaurado
tratamiento anticonvulsivante hace 2 meses, no tenien-
do crisis generalizadas, pero sí espasmos en flexión de 281
Primer día
carácter bilateral o unilateral izquierdo, que no ha co-
municado a su pediatra. Recibe fisioterapia y estimula-
Tras la administración de 200 mcg de morfina y 30
ción en un colegio de educación especial.
mcg de midazolam intravenoso, la paciente logra el
Situación familiar desestructurada. No tiene her-
bienestar, estando despierta, permitiendo la moviliza-
manos. Su madre, que está separada y en paro, es la ción y con la cara relajada.
única cuidadora. Pueden llamar la atención las dosis tan bajas que se
Se ofrece a la madre apoyo psicológico, que es necesitaron para el control de la paciente, pero debo re-
aceptado. cordar que los pacientes con lesiones cerebrales pueden
ser muy sensibles a los opioides y las benzodiazepinas.
Exploración actual Pauta
Mal estado general; da la impresión de gravedad. - Perfusión continua de morfina a 7 mcg/kg/hora, con
Palidez de piel, no de mucosas. Distrófica, polipneica NCA de 100 mcg y tiempo de cierre 10 minutos.
con tiraje sub e intercostal, roncus diseminados, hipo- - Midazolam en bomba con sólo NCA de 20 mcg,
ventilación. Marcada escoliosis. Abdomen blando, sin intravenoso, si tiene irritabilidad.
masas ni megalias. Exploración neurológica correspon- - Metamizol 350 mg/6 horas, intravenoso, si hay
diente a su encefalopatía: retraso mental severo, no dolor.
presenta sedestación, sostén cefálico (iniciado a los 2 - Ondansetrón 2 mg/8 horas, intravenoso, si tiene
años), no fija la mirada ni realiza seguimiento visual. vómitos.
Tetraparesia espástica severa, hiperrreflexia con retrac- - Hidratar piel y labios.
ción de músculos isquiotibiales y aquíleos, tendencia a - Seguir el tratamiento anterior.
la flexión de las extremidades superiores. Llanto en la - Reanudar fisioterapia respiratoria.
manipulación o simplemente al tocarla. La expresión de - Intentar tolerancia por sonda nasogástrica.
la cara da la sensación de gran malestar, con los ojos
muy abiertos, ceño fruncido, puños cerrados y difíciles Segundo día
de abrir. Última deposición normal: hace 48 horas. En
dieta absoluta y portadora de sonda nasogástrica desde Mucho mejor aspecto general y desde el punto de
el ingreso. Afebril. vista respiratorio. La paciente está tranquila y serena, ha

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

descansado toda la noche y tiene buena tolerancia oral Exploración


a los líquidos. Se retira la sonda nasogástrica. Ha nece-
sitado en dos ocasiones la administración de NCA de Muy mal estado general, con gran angustia. Febril.
morfina y una vez la de midazolam. No ha precisado Secuelas de atrofia espinal congénita, con gran dismi-
metamizol. Defecación normal. nución de masas musculares, escoliosis dorso lumbar y
Su madre está más animada y tranquila. caja torácica típicas de su enfermedad. Da la impresión
de padecer una enfermedad respiratoria, con agota-
Tercer día miento respiratorio, pálido, polipneico, cianótico, tiraje
inspiratorio y espiratorio. Hipoventilación completa de
Muy buena tolerancia oral, descanso nocturno todo el pulmón izquierdo.
adecuado, serena, realizando la fisioterapia respiratoria Durante nuestro diálogo con el niño, éste expresa
sin problemas. Ha necesitado una NCA de morfina y delante de sus padres su deseo de dormir y dice que
una de midazolam. está cansado de tantos ingresos por su enfermedad.
Se retira la bomba de morfina, pasando a: Peso: 15 kg. No tiene alergias conocidas.
Tramadol 8 mg/6-8 horas, oral, junto con parace-
tamol 100 mg/6-8 horas.
Exploraciones complementarias
Cuarto día
Radiografía de tórax: atelectasia pulmonar izquierda.
Sigue mejorando, estando tranquila, con buena Hemograma: llama la atención el dato de leucoci-
tolerancia oral y descanso adecuado. No precisa mida- tos: 18.300.
zolam. Defecación normal. Se instaura un tratamiento con antibioterapia in-
Se indica continuar con el mismo tratamiento. travenosa, oxigenoterapia y fluidoterapia, realizándose
una interconsulta en nuestra unidad, dada su situación
Al sexto día se procede al alta hospitalaria debido a
clínica.
la buena evolución y tolerancia, realizándose el control
telefónico por la Unidad de Cuidados Paliativos.
Al mes del alta la paciente se encuentra controlada
Pauta
con tramadol 10 mg/8 h, oral.

282
El pediatra responsable del niño, junto con el
equipo de Cuidados Paliativos Infantiles, dejamos bien
Caso número 2
clara la situación crítica del niño y cuál será nuestra ac-
tuación paliativa. La comunicación es fluida y están de
Varón de 7 años y 4 meses, afecto de amiotrofia acuerdo en la actitud a seguir.
espinal congénita, con dificultad respiratoria. Comenzamos con impregnación muy lenta de
morfina intravenosa, hasta un total de 60 mcg, y 15
mcg de midazolam, quedando el niño aparentemente
Antecedentes personales
sin angustia y mejorando la saturación de O2, que se
mantiene ahora en 90%, con Fi O2 de 0,5.
Ingresos repetidos por neumonías y atelectasias de Se deja perfusión continua de morfina a 30 mcg/h,
diversas localizaciones. Atelectasia persistente del lóbu- con PCA, y midazolam a 10 mcg/h, también con PCA.
lo inferior izquierdo, con bronquiectasias cilíndricas en Durante el tiempo que estuvo con la bomba de
la misma localización. En el domicilio necesita ventila- perfusión no usó la PCA.
ción mecánica no invasiva con CPAP, durante un míni- Llamarán la atención las dosis tan bajas, pero ex-
mo de 8 horas diarias, desde hace 14 meses. pongo el caso para que no olvidemos el individualizar
en función de las necesidades, y en este caso fue sufi-
ciente, ya que a los tres días de su ingreso empieza la
Historia actual mejoría progresiva, estando afebril y reiniciándose en
periodos cortos la CPAP.
Padres ansiosos y preocupados por la situación Se fue retirando escalonadamente la morfina y el
clínica del niño, pero conscientes de la realidad de la midazolam, quedando únicamente con la PCA, que es
evolución de la enfermedad de su único hijo. retirada a las 48 horas de no precisarla.
En esta ocasión ha acudido al hospital tras un cua- Actualmente está de alta en nuestra unidad.
dro de 11 días de evolución, con tos y fiebre, que en un
principio desapareció a los tres días de tratamiento an-
tibiótico en casa pero que ha reaparecido en las últimas Caso número 3
48 horas, acompañado de una dificultad respiratoria
progresiva. Niña de 8 años y 5 meses, conocida mediante in-
El niño intenta ser colaborador; está muy angustia- terconsulta por presentar dolor en la ingle izquierda
do, cansado y febril. que no cede con AINE.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

Antecedentes personales carácter continuo, que le impide caminar bien y que se


le quita —y a veces sólo se alivia— con el medicamento
Síndrome de Goldenhar, con hipoplasia mandibu- que le da su madre. La intensidad en estos momentos es
lar izquierda y agenesia de pabellón auricular y con moderada, según la evaluación con EAF y con el mapa
oclusión del canal auditivo del mismo lado. corporal de color.
Sarcoma de Ewing en la pelvis (rama ilio e isquio- Nuestra paciente sabe que tiene una enfermedad
pubiana) izquierda, diagnosticado hace 18 meses, sin que le afecta al hueso de la cadera y que se está tratando
evidencias de extensión de la enfermedad (sin metásta- con quimioterapia.
sis ni infiltración medular), actualmente en tratamiento Desde hace dos días el dolor la despierta por la
con quimioterapia (QTP) (Figura 7). noche.
Autotrasplaste de Stem Cells periférica hace 8 meses. Algunas molestias en el epigastrio.
La madre nos confirma que toma ibuprofeno 250
mg/8 horas, vía oral.

Exploración

Peso: 24 kg. No tiene alergias conocidas.


Niña muy colaboradora, algo asustada y nerviosa,
situación que a lo largo de la entrevista manifiesta abier-
tamente.
Dolor a la palpación en la ingle izquierda, que se
irradia a la cara interna del muslo y aumenta con la ex-
ploración.

Evolución

Se decide pautar:
283
Tramadol: 25 mg/6-8 horas, oral.
Ibuprofeno: 250 mg/8 horas, oral.
Omeprazol: 20 mg/24 horas, oral.

A las 24 y 72 horas se realiza el contacto telefóni-


co, comprobando que tiene un buen control analgésico,
y se advierte a la madre que contacte con la Unidad si
presenta dolor.
Se le cita en consulta externa a los 15 días.
La RMN informa de recidiva tumoral.
Figura 7. Paciente de 14 años con sarcoma de Ewing en tibia izquierda, a los Acude a consulta externa totalmente asintomática
tres meses de amputado. y en tratamiento con QTP y RTP. Se decide comprobar
la dosis mínima eficaz de tramadol, iniciando un des-
censo escalonado lento. A los 20 días se le ha retirado
Historia actual totalmente sin fallo de analgesia, procediéndose al alta.
A los 14 meses la vemos de nuevo, ingresada en
Dolor en la ingle izquierda, con impotencia fun- Oncología, con QTP de segunda línea y presentando
cional. Vista por Traumatología y Oncología, se solicita dolor en la cadera, la ingle y la cara interna del muslo
RMN de la pelvis y de las caderas. izquierdo. Peso: 25 kg.
Portadora de catéter venoso central, con reservorio Ecografía pélvica: masa en la región pélvica, en
subcutáneo. contacto con la rama isquiopubiana.
Último estudio radiológico: no hay cambios evolu- Gammagrafía ósea compatible con recidiva tumoral.
tivos ni metástasis respecto a estudios anteriores. La niña nos refiere un dolor muy intenso, que no
Hace 72 horas terminó un ciclo de quimioterapia. cede con tramadol 25 mg + paracetamol 250 mg/6 ho-
ras, oral (última toma de tramadol-paracetamol, hace
2,5 horas).
Anamnesis Gran ansiedad.
Se le administra una dosis de impregnación con
La niña nos informa de que tiene dolor de una se- morfina 2,5 mg + midazolam 0,7 mg para lograr el con-
mana de evolución en la zona inguinal izquierda, de fort, dejando la bomba de perfusión continua de morfi-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

na a 25 mcg/kg/h + PCA de 0,5 mg y tiempo de cierre Vista a los 10 días: dolor controlado, empeoramien-
10 minutos, junto con la bomba de midazolam, sólo en to de las metástasis en región orbitaria izquierda. Necesi-
PCA de 0,3 mg. dades de morfina, subiendo. Mal aspecto general.
A las 24 horas nos encontramos una niña con me- Sigue estando en casa y saliendo a la calle. Dolor con-
jor aspecto y con dolor controlado, que ha necesitado trolado a expensas de la escalada ascendente de morfina.
usar en cuatro ocasiones la PCA de morfina y en dos la A las 48 horas es vista en el hospital de día y se le
de midazolam. transfunden plaquetas. Se aprecia un rápido empeora-
A las 48 horas, dada la estabilidad de las necesida- miento de su estado general, con la cara tumefacta y
des analgésicas, pasamos la morfina a vía oral en moda- edematosa y con un gran edema en el ojo, iniciando
lidad retard: quemosis. Edema en EEII izquierdo. Gran palidez. Áni-
MST: 15 mg/12 horas, oral. mo aceptable; sigue saliendo a la calle.
Clorazepato dipotásico: 5 mg/12 horas, si tiene Los padres desean que esté en casa. Les ponemos
ansiedad. en contacto con Cuidados Paliativos a Domicilio.
Lactulosa: 5 ml/12 horas, oral. A los 4 días nos informan telefónicamente de que
Si sufre dolor, morfina de liberación inmediata, 5 tiene dolor en EEII (gran edema), a pesar de los corti-
mg. coides y los diuréticos. Continúa empeorando, con do-
A los 3 días se procede al alta, por terminar el tra- lor en la región lumbar. Numerosas metástasis cranea-
tamiento de QTP y por el buen control analgésico. les. No puede caminar. Dolor controlado desde hace 48
Con esta pauta se mantiene estable durante casi 1 horas a base de morfina de liberación inmediata. No
mes, comenzando de nuevo con dolor en el muslo iz- quiere comer. Está triste. Es vista por la Asistencia a
quierdo, de intensidad moderada, teniendo un consu- Domicilio, que controla la situación.
mo medio de 20-25 mg de morfina de liberación inme- A los 6 días ingresa con muy mal estado general,
diata en 24 horas para lograr su control. Se sube escalo- dolor generalizado de intensidad leve-moderada, fiebre
nadamente el MST a 30 mg/12 horas, oral, añadiendo tumoral (38º C). Caquexia, a pesar del edema generali-
ibuprofeno, y se alcanza dicho control. zado. No come desde ayer por la noche, pero sí tomó la
Permanece estable 2 meses, apareciendo de nuevo medicación.
Se palpan masas en hemiabdomen derecho. Ede-
el dolor en la ingle, el muslo, la cadera y el pliegue
ma importante en MI derecho. MI izquierdo y genitales,
glúteo izquierdo y derecho, así como pérdida de fuerza
también edematosos. Bultomas en la ingle izquierda.
bilateral. Control de esfínteres. Con el mapa corporal
284 Metástasis de calota y órbitas en aumento. Protusión de
de color se detectan parestesias en la cara posterior del
ambos globos oculares, más acentuado en el izquierdo,
muslo derecho y en el periné.
con estrabismo divergente y quemosis. Oliguria. Aus-
Se pide TAC y RMN, descartando compresión me-
cultación pulmonar con algún roncus.
dular, pero se aprecian lesiones metastásicas desde el
cuerpo de C7 a lo largo de todo el raquis dorsal, inclu-
Pauta:
yendo en algunos de ellos metástasis en las apófisis es-
pinosas. En la región dorso-lumbar, imágenes apolilla- Se controla el dolor y la ansiedad con la bomba de
das en todos los cuerpos vertebrales. No hay imágenes midazolam y con morfina en perfusión continua, más
de compresión radicular. En la pelvis, gran tumoración PCA; este tratamiento se va modificando en función de
de la pelvis izquierda, con gran masa de partes blandas las necesidades.
que ocupa la pelvis inferior. Destrucción del acetábulo, Escopolamina.
así como de la rama iliopubiana e isquiopubiana del Cuidados generales de piel, boca y ojos.
lado izquierdo, con extensión a la musculatura de los El fallecimiento se produjo a los 4 días.
abductores del muslo proximal y afectación de la mus-
culatura pélvica (obturadores).
Se controla en planta con bomba de morfina a
50 mcg/kg/h + PCA de 1,5 mg; tiempo de cierre: 10 Anexo
minutos.
Gabapentina: 200 mg/12 horas, oral.
Dexametasona: 4 mg/día. Vademécum.
Omeprazol: 20 mg/24 horas, oral. Medicamentos y dosis utilizadas
Lactulosa: 5 ml/12 horas, oral. en Cuidados Paliativos
Hidratación de la piel. Pediátricos
Se logra un buen control y se procede el alta a los 4
días, con:
MST: 40 mg/12 horas, oral. ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS (AINE)
Gabapentina: 200 mg/8 horas, oral.
A los dos meses, con el dolor controlado, comien- ÁCIDO ACETIL SALICÍLICO
za una deformación de la hemicara izquierda, con tu-
mefacción en el temporal izquierdo y en el occipital. • Analgésico y antipirético:

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

-  Dosis oral-rectal: 10-15 mg/kg/dosis/6-8 horas. OPIOIDES


   Máximo: 60-80 mg/kg/día.
  Niveles terapéuticos antipiréticos-analgésicos: TRAMADOL
20-100mg/l.
Dosis:
• Antiinflamatorio:
- Oral: 1-2 mg/kg/6-8 horas.
-  Dosis oral: 60-90 mg/kg/día/4-6 horas. - Intravenosa: 0,7- 1-1.5 mg/kg/dosis/6-8 horas,
   Niveles terapéuticos antiinflamatorios: 10-30mg/l. lento.
- En perfusión continua + PCA: dosis de 0,2-1 mg/
• Como antiagregante: 2-7 mg/kg/día. kg/h, con bolos de 0,2 mg/kg.

PARACETAMOL Tiempo de cierre, 15 minutos, y máximo en 4 ho-


ras de 1-1,5 mg/kg.
• Neonatos. Dosis:
CODEÍNA
- Oral-rectal: 10 mg/kg/dosis/6-8 horas en niños a
término. Dosis:
- Pre-término ≥ 32 semanas cada 8 horas.
- Pre-término < 32 semanas cada 12 horas. - Analgésica. Oral-rectal: 0,5-1 mg/kg/dosis/4-6 ho-
ras. Máximo: 60 mg/día.
• Niños: - Antitusígeno: 0,25-0,5 mg/kg/dosis/4-6 horas.
Máximo: 60 mg/día.
- Oral: 10-15 mg/kg/4-6 horas (máximo 5 dosis/
día). No recomendado en menores de 2 años.
- Rectal: 15-20 mg/kg/4-6 horas (máximo 5 dosis/
día). MORFINA
- Intravenosa: 10-15 mg/kg/dosis/6 horas.
Individualizar siempre. Estas dosis son sólo orien-
Dosis tóxica: 120 mg/kg/dosis (determinar niveles).
tativas. 285

IBUPROFENO
• Dosis niños:
• Analgésico. Dosis:
- Oral (rápida): 0,1-0,5 mg/kg/dosis/4 horas; re-
petir hasta confort.
-  Oral: 4-10 mg/kg/dosis/6-8 horas.
- Oral (retardada): 0,2-0,6 mg/kg/12 horas (retar-
dada). No fragmentar; si el niño no sabe deglutir
• Antipirético. Dosis:
comprimidos, dar la dosis en presentación de
- Oral: 5-10 mg/kg/dosis/6-8 horas (máximo: 40 microgránulos.
mg/kg/día). - Intravenosa-subcutánea: 0,01-0,030 mg/kg/do-
   Lactantes > 6 meses: 5-7 mg/kg/6 horas. sis/2-4 horas.
-  Rectal: 8-10 mg/kg/6 horas.
   No en < 6 meses. • Dosis neonatos:

NAPROXENO - Intravenosa en respiración espontánea: 0,005-


0,01 mg/kg (cada 10-15 minutos, hasta obtener
Analgésico. Oral: niños > 2 años: 5-7 mg/kg/do- confort).
sis/8-12 horas.
Antiinflamarorio. Oral: niños > 2 años 10-15 mg/ • Dosis lactantes y niños: intravenoso en respiración
kg/día/12 horas. espontánea 10-30 mcg/kg/ cada 10-15 minutos
Rango de dosis: 7-20 mg/kg/día. hasta obtener confort.
Dosis máxima: 100 mg/día.
En perfusión continua + PCA: 0,01-0,03 o más
METAMIZOL mg/kg/hora (10-30 mcg/kg/hora), con bolos de 0,01
mg/kg o más (10 mcg/kg); tiempo de cierre de 10 mi-
• Dosis oral, rectal e intravenosa: nutos y dosis máxima en 4 horas de 0,15 mg/kg. Repe-
Neonatos: 20 mg/kg/dosis/8 horas. tir los bolos hasta el control del dolor.
Lactantes: 25 mg/kg/dosis/6-8 horas.
Niños: 30 mg/kg/dosis/6 horas. En general, es útil la asociación con AINE.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

METADONA - Niños o adultos < de 50 kg con dolor modera-


do–intenso, dosis inicial:
Individualizar siempre. Estas dosis son sólo orien-
tativas.    -  Oral: 0,06 mg/kg/3-4 horas.
   -  Intravenosa: 0,015 mg/kg/3-4 horas.
• Analgesia: oral, subcutánea, intravenosa: 0,05-0,1
mg/kg/4 horas, durante 2-3 dosis, para adquirir - Niños y adultos > 50 kg con dolor moderado-
niveles, espaciando a cada 6-12 horas, según la intenso:
respuesta. Máximo: 10 mg/dosis.
   Oral: 6 mg/3-4 horas.
FENTANILO   Intramuscular, intravenosa y subcutánea: 1,5
mg/3-4 horas.
Individualizar siempre. Estas dosis son sólo orien-
tativas.
FÁRMACOS ÚTILES EN SINTOMATOLOGÍA
• Intravenosa: dosis de carga: 1-2 mcg/kg/dosis DIGESTIVA

Perfusión continua en niños paliativos en respira- RANITIDINA


ción espontánea: 0,5-1-3-4 mcg/kg/hora; con bolo: 0,5-
3 mcg/kg/30-60 minutos. Dosis:
- Oral. Niños: 2-3 mg/kg/12 horas.
• FentaniloTTS:    Lactantes: 0,5-1 mg/kg/dosis.
- Intravenosa: 1-1,5-2 mg/kg/dosis/6-8 horas.
Dosis: consumos de 25-30 mg MST/12 horas/vo; Máximo: 50 mg/dosis.
son iquianalgésicos a parches que liberan 25 mcg/hora
de fentanilo. OMEPRAZOL

• Fentanilo transmucosa: tratamiento de dolor Dosis oral-intravenosa: 0,5-2 mg/kg/día/12-24 ho-


irruptivo. Comenzar con las presentaciones de 200 ras. Máximo: 60 mg/día.
286 mcg. < 3 años, máximo 10 mg/dosis.
> 3 años, máximo 20 mg/dosis.
OXICODONA En pediatría, no darlo durante más de 8 semanas.

No recomendado su uso en menores de 12 años. HIDRÓXIDO DE ALUMINIO


Estas dosis son sólo orientativas.
Profilaxis de hemorragia digestiva:
• Oral: 0,05-0,15 mg/kg/dosis/4 horas.
- Neonatos: 0,5-1 ml/kg/1-2 horas.
HIDROMORFONA - Lactantes: 2-5 ml/1-2 horas.
- Niños: 5-12 ml/1-2 horas.
Individualizar siempre. Estas dosis son sólo orien-
tativas. Hiperfosfatemia: 50-150 mg/kg/día/4-6 horas.

• Antitusígeno. Oral: METOCLOPRAMIDA

-  Niños de 6-12 años: 0,5 mg/3-4 horas. Reflujo gastroesofágico: 0,1-0,2 mg/kg/6-8 horas.
-  Niños > 12 años y adultos: 1 mg/3-4 horas. Máximo: 10 mg/dosis.
Antiemético:
• Analgésico:
- Intravenosa: 0.5-2 mg/kg/día/8 horas.
- Niños pequeños, oral: 0,03-0,08 mg/kg/dosis/4- - Intramuscular-oral: 0,12 mg/kg/dosis/6 horas
6 horas o según necesidades. Dosis máxima: 5 (adulto: 10-15 mg).
mg/dosis. - Rectal: 0,2-0,4 mg/kg/dosis/8 horas (adulto: 10-20
- Niños pequeños, intravenosa: 0,015 mg/kg/do- mg).
sis/4-6 horas o según necesidades.
- Niños grandes y adultos, oral, intramuscular,   < 5 años: 0,15 mg/dosis/8 horas, intravenosa,
intravenosa y subcutánea: 1-4 mg/dosis/4-6 ho- oral.
ras o según necesidad. La dosis media en adultos   > 5 años: 2,5-5 mg/dosis/8 horas. Máximo:
es de 2 mg. 10 mg/dosis.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

ONDANSETRON - Intravenosa - intramuscular: 0,3 mg/kg en bolo y/o


0,15 mg/kg/día/6-8 horas (máximo: 5 mg/dosis).
Dosis:
LORATADINA
- Intravenosa: 5 mg/m2/dosis/8-12 horas, o 0,1-0,15
mg/kg/ dosis/8-12 horas, a pasar en 15 minutos. Dosis oral: 0,2 mg/kg/día (adulto: 10 mg).
Máximo: 8 mg/ dosis. 2-12 años y > 30 kg: 5 mg/día.
- Oral: 4-8 mg/dosis/8-12 horas. Máximo: 32 mg/día. Antihistamínico con poco efecto sedante y antico-
No recomendado en menores de 4 años. linérgico.
No utilizar en menores de 2 años.
TROPISETRON
HIDROXICINA
Dosis oral-intravenosa: < 2 años 0,1-0,2 mg/kg/24
horas. Máximo: 5 mg. Dosis oral:

GRANISETRON - Niños: 1-2 mg/kg/día/6 horas.


- Lactantes: 0,5-ml/kg/día/8 horas.
Dosis intravenosa: > 2 años: 10-40 mcg/kg/12 ho- Contiene lactosa.
ras, a pasar en 10 minutos. Máximo: 3 mg/8h.
METILPREDNISOLONA
PARAFINA
Antiinflamatorio: dosis oral, intramuscular, intra-
Dosis oral: venosa: 0,5-2 mg/kg/día/6-12 horas o 5-25 mg/m2/
día/6-12 horas.
- < 1 año: 3,35 g/día/6 horas.
- 1-5 años: 7 g/día/6 horas. DEXAMETASONA
- 6-12 años: 14 g/día/6 horas.
Antiinflamatorio. Dosis:
Adultos: 15 ml/8 horas.
Tomar 2 horas antes de las comidas; beber bastan- - intravenosa: 00,3-0,3 mg/kg/día/6-12 horas, EV. 287

te agua durante el día. - oral: 0,08-0,3 mg/kg/día/6-12 horas.


Interfiere la absorción de medicamentos hidroso-
lubles: Vit. A, D, K… Antiemético: dosis de carga intravenosa: 4-10 mg/
m2 y luego 2-5 mg/m2/6 horas.
LACTULOSA Laringitis y edema de las vías aéreas: 0,5-2 mg/kg/
día/6 horas.
Dosis en estreñimiento: 1-2 ml/kg/día/8-24 horas. En general, las dosis para los cuidados paliativos
Máximo: 45 ml/dosis. son: primera dosis a 0,3 mg/kg, seguida de 0,1 mg/
kg/8-12 horas.
• Lactantes: 1,6 g (2,5 ml)/12 horas, oral.
• Niños < 5 años: 3,3 g (5-7,5 ml)/12 horas, oral. ESTILSONA
• Niños 5-10 años: 6,6 g (10 ml)/12 horas.
Contiene galactosa. Dosis oral: lactantes y niños: 2 mg/kg/día/12 horas
(6 gotas = 1 mg).

COANALGÉSICOS NALOXONA

CETIRICINA Intravenosa: 5-10 mcg/kg/dosis; repetir, si necesa-


rio, cada 3-5 minutos (máximo: 2 mg). Dosis estándar:
Dosis oral: 0,25 mg/kg/24 horas. 1,5-3 mcg/kg.
< 20 kg: 2,5 mg/24 horas.
> 20 kg: 5 mg/24 horas o 5 mg/día /12 horas. BIPERIDENO
> 30 kg: 10 mg/24 horas o 10 mg/día/12 horas.
Dosis en síndrome extrapiramidal: 00,4-0,1 mg/
DEXCLORFENIRAMINA kg/dosis, cada 2-3 minutos intravenosa, hasta un máxi-
mo de 3 dosis (máximo: 2,5 mg). Repetir, si es necesa-
Dosis: rio, a los 30 minutos, hasta un máximo de 2 dosis. No
más de 4 dosis en 24 horas.
- Oral: 0,15-0,3 mg/kg/día/6-8 horas. Perfusión continua: 2-10 mcg/kg/hora.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

FLUMAZENILO CARBAMAZEPINA

Dosis: 10-20 mcg/kg hasta 0,3 mg, repitiendo do- Dosis oral:
sis cada 2 minutos hasta obtener respuesta, o dosis
máxima de 2 mg. Si es necesario, seguir con 5-10 mcg/ < 6 años: 10-20 mg/kg/día/8-12 horas.
kg/hora en perfusión continua, hasta despertar. > 6 años: 200 mg/día/6-12 horas.

MIDAZOLAM - Incrementos en < 6 años: 20-60 mg/día, cada se-


mana; y en > 6 años: 100 mg/día, cada semana.
Siempre se debe individualizar. Las dosis son sólo Dosis máxima: 35 mg/kg/día (1,6 g/día).
orientativas. Niveles sanguíneos terapéuticos, 6-12 mcg/ml.
Dosis para pre-medicación frente a algún proceso:
OXCARBAMAZEPINA
- Oral: 0,2-0,3-0,5-0,7 mg/kg (20-30 minutos an-
tes); pico plasmático en 3-15 minutos. Dosis oral: Lactantes a partir de 3-4 meses y niños:
- Sublingual: 0,01-0,2-0,7 mg/kg: pico plasmático 5-15 mg/kg/día/12 horas.
en menos de 10 minutos. En niños grandes, incrementos de 10 mg/kg/día
- Intranasal: 0,2-0,5-0,7 mg/kg (es algo irritante); como máximo.
pico plasmático en 3-15 minutos. Dosis máxima: 46 mg/kg/día.
- Rectal: 0,2-0,3-0,7 mg/kg, llevar a volumen de 5 Dosis de mantenimiento para 20-30 kg: 900 mg/día
ml de suero fisiológico y aplicar con sonda lubrifi- 30-40 kg: 1.200 mg/día.
cada (30 minutos antes). > 40 kg: 1.800 mg/día.
- Intramuscular: 0,1-0,2 mg/kg. Hay que vigilar los niveles de sodio durante los tres
primeros meses de tratamiento, por tendencia a hipona-
- Intravenosa: 0,02-0,08… mg/kg, repitiendo la do-
tremia. Se debe realizar el primer control a los 15 días.
sis cada 2-3 minutos hasta obtener el nivel de se-
dación deseado.
AMITRIPTILINA
DIAZEPAN
Dosis oral: 0,1-0,5 mg/kg/día (noche).
288
Dosis en sedación o relajación muscular:
ÁCIDO VALPROICO
- Intravenosa: 0,04-0,1-0,3 mg/kg/dosis/4-6-8 horas
Lactantes y niños: 10-15 mg/kg/día/12-24 horas.
(lento); inicio en < 1 minuto y pico en 1-2 minutos
Ante convulsión:
(máximo: 0,3 mg/kg/4 horas).
- Rectal: 0,05-0,1-0,3 mg/kg/dosis/6-8 horas. • Si no lo tomaba antes, impregnar con 15 mg/kg
- Oral: 0,12-0,8 mg/kg/día/6-8 horas. intravenoso (a pasar en 30 minutos) y poner segui-
damente una perfusión continua a 1 mg/kg/h.
Rectal y oral, pico en 15-45 minutos; duración: 7- • Si ya lo tomaba, pasar directamente a la perfusión
8 horas. continua a 1 mg/kg/h.
Dosis en crisis convulsiva:
En estado epiléptico: dosis de carga de 15 mg/kg
- Intravenosa: 0,2-0,5 mg/kg cada 10-15 minutos intravenoso, a pasar en 3-5 minutos, seguida de una
(máximo: 10 mg/dosis). perfusión de 1-1,5 mg/kg/h.
- Rectal: 0,3-0,5 mg/kg/dosis. Niveles terapéuticos: 50-100 mcg/ml.
Concentración máxima para vía intravenosa: 2-4
CLORAZEPATO DIPOTÁSICO mg/ml. Diluir en SF o SG 5%.

Dosis: FENOBARBITAL

- Intravenosa: 0,1-0,25-0,5 mg/kg/día/8-12 horas. Crisis convulsi va:


- Oral: 0,2-0,5 mg/kg/día/8-12 horas. Dosis máxi-
ma: 60 mg/día. - Bolo inicial: 15-20 mg/kg; repetir a los 20 minutos
si no cede.
ALPRAZOLAM Máximo: 40 mg/kg.
- Mantenimiento: RN: 2-5 mg/kg/24 horas.
Dosis oral. Niños > 7 años: 5 mcg/kg o 0,125 mg/8 Lactantes: 5-8 mg/kg/24 horas.
horas. Niños: 3-5 mg/kg/24 horas.
Se puede aumentar hasta 0,01 mg/kg/dosis (10
mg/día). Como sedante: 2-3 mg/kg/8 horas.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


15. Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles

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290

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Medidas no farmacológicas para el alivio


del dolor y otros síntomas en el niño
con cáncer

Gabriela Medin, Teresa Méndez

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ cos dolorosos, se han realizado escasos estudios para


evaluar la efectividad de estas intervenciones.
Objetivo general Durante mucho tiempo se asumía el dolor causado
u El objetivo general es el de transmitir un modo de por la enfermedad y por los procedimientos invasivos
pensar el dolor en niños no sólo en sus aspectos or- (punciones, venopunturas) como parte de lo que “había
gánicos, sino en su complejo e intrincado inter-jue- que pasar para curarse”, como si estos sufrimientos fue-
go de elementos bio-psicosociales. sen parte indefectible de lo que un niño con enferme-
dad grave debía soportar. Más recientemente comenza-
Objetivos específicos ron a desarrollarse estrategias y programas para el con-
trol del dolor por procedimientos.
u Informar acerca del dolor en niños con cáncer. El desafío, en todos los casos, es que se realice un
u Informar acerca del impacto del mismo en el niño y tratamiento adecuado del dolor y de otros síntomas, y
su familia. que el niño acceda a la mejor calidad de vida que pueda
alcanzar.
u Informar sobre los procedimientos dolorosos. Para que esto sea posible se requiere de un trabajo
u Transmitir herramientas de trabajo para intervenir en equipo interdisciplinario, donde los integrantes se
comprometan con este objetivo y en el que los padres 291
de un modo complementario con los métodos far-
macológicos de paliar el dolor. estén incluidos como parte fundamental de dicho equi-
po. Estos últimos son una pieza clave a la hora de eva-
u Proponer técnicas apropiadas para utilizar antes,
luar y caracterizar el dolor del niño y desarrollar estra-
durante y después de cada procedimiento. El propó-
tegias no farmacológicas de control del mismo.
sito de las mismas es que el niño descubra y enri-
Cada uno en este equipo tendrá una mirada parti-
quezca sus propios recursos para hacer frente a los
procedimientos del modo más confortable posible, cular y a su vez complementaria del otro. Sólo el respe-
reduciendo el malestar, dirigiendo el foco de aten- to por el sentido de lo que el niño y su familia están
ción al niño y sus inquietudes y mejorando su cali- transitando, a la vez que la evaluación de cada profesio-
dad de vida durante el tratamiento, y que los padres nal sanitario, permitirán un autentico y exitoso trabajo
sean partícipes activos en el acompañamiento del de alivio y acompañamiento.
niño. A lo largo de los años de trabajo con niños que
padecen enfermedades graves, hemos podido compro-
bar que la mayor molestia y los peores recuerdos están
referidos a “los pinchazos”; esto se extiende a los pa-
dres, que padecen junto a sus hijos con angustia y pre-
Introducción ocupación sin saber las más de las a veces cómo ayudar
a su hijo a pasar estas experiencias con la menor canti-
Se han realizado avances significativos en el estu- dad de estrés posible.
dio de la naturaleza y los mecanismos del dolor infantil En una investigación realizada en nuestro medio
y se han elaborado instrumentos de evaluación del do- hospitalario comprobamos que el 70% de los niños en-
lor que permiten acceder a la experiencia subjetiva en cuestados, cuando se les preguntaba qué era lo más feo
edades muy tempranas. Desafortunadamente, existe de venir al hospital, respondían: “Los pinchazos y las
evidencia de que, a pesar de los avances, el entrena- punciones”. Los papás también referían angustia frente
miento formal en evaluación y tratamiento del dolor es al dolor que experimentaban sus hijos, desconocían
escaso, así como la implementación de estándares insti- técnicas no farmacológicas de alivio del dolor y mani-
tucionales para su control1. También el estudio del as- festaban culpa, impotencia e incapacidad para ayudar a
pecto psicológico del dolor en niños ha sido poco desa- sus hijos.
rrollado, y si bien existen estrategias psicológicas para A partir de entonces nos propusimos desarrollar
reducir el malestar evocado por procedimientos médi- acciones, crear programas de acompañamiento y alivio

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

del dolor y otros síntomas en niños, trabajando con va, también se va modificando su modo de sentir dolor,
padres y niños para que cada niño y su familia encuen- el sentido que podrá darle, su modo de afrontarlo, de
tren las herramientas útiles para una exitosa tarea de expresarlo, de percibirlo y aliviarlo.
afrontamiento y alivio del dolor por procedimientos. En
el año 2004 desarrollamos una guía para padres sobre
este tema2. El dolor como parte del
crecimiento

Sentir dolor es normal en el proceso de crecimien-


El dolor. Generalidades to, es parte de la vida y juega un papel significativo para
el niño.
El dolor es una experiencia individual y subjetiva Hay una cantidad de situaciones dolorosas en la
que depende de las complejas interacciones entre facto- infancia, como las caídas cuando aprenden a caminar o
res físicos, psicológicos, sociales y culturales que condi- a andar en bicicleta, la vacunación o la visita al dentista.
cionan y modifican la sensación dolorosa. Soportar estos momentos de dolor forma parte del cre-
El Subcomité Internacional para el Estudio del cimiento. Por otra parte, el dolor es un indicador de
Dolor lo describe como una experiencia sensorial y alarma y tiene un papel saludable.
emocionalmente desagradable, asociada con un daño La sociedad, en general, intenta evitar el dolor,
de los tejidos, actual o potencial. porque nos vuelve impotentes y vulnerables; hacemos
El dolor, sobre todo el agudo, es señal de alarma todo lo posible por no sentirlo y a veces damos mensa-
que avisa de que hay un problema. jes confusos y complicados a la hora de comprender el
El dolor es somato-psíquico; cuerpo y psiquismo dolor y encontrar el modo de aliviarlo.
actúan conjuntamente y se retroalimentan. Pero el dolor nos da información y nos guía en el
Mucci3 plantea que, para cada sujeto, el “dolor” es uso que damos al cuerpo, nos dice cómo estamos. Y nos
una vivencia singular y afectiva que debe analizarse ayuda a sobrevivir.
desde dos perspectivas: Una situación diferente se plantea en los casos de
dolor que se hace crónico o recurrente, o los dolores
• Objetiva: funcionamiento orgánico (particularmen- debidos a enfermedades y/o tratamientos invasivos. En
te, del sistema nervioso) este caso debemos enfrentarnos a un dolor no esperado
292 • Subjetiva: que plantea los modos diversos en que se e inhabitual. También en estos casos debemos conocer-
vivencia un mismo dolor. Lo que se manifiesta en lo e identificarlo para poder aliviarlo.
el hecho de que, por ejemplo, ante estímulos simi-
lares algunos niños lloran de dolor y otros dicen
no sentir nada. Mitos y creencias acerca del
dolor

Muchos pre-conceptos acerca del dolor influyen


El dolor en niños sobre cuánto y cómo lo sentimos. Señalaremos algunos
que conspiran contra un adecuado manejo del mismo.
El dolor en niños es diferente al dolor en adultos
en cuanto que el niño es un sujeto en desarrollo, con • Hay que pelear contra el dolor
determinadas capacidades sensoriales y cognitivas se-
gún su edad y su etapa evolutiva. Además, depende en El mensaje más común que se escucha es el de
forma real de sus adultos significativos, y su experiencia “pelear contra él”. El afrontar el dolor se plantea en tér-
se ve siempre influenciada por los mismos. Esto debe minos de una lucha, y en respuesta a esto se escuchan
tomarse en consideración para poder tratar el dolor frases como éstas: “Este dolor me está matando”, “mue-
adecuadamente. ro de dolor”.
El trabajo con niños con dolor supone tener pre- En general se usa el lenguaje de guerra para referir-
sente: nos al dolor como un invasor, el enemigo. Estas afirma-
ciones complican la relación con el dolor. Cuando el
• Distintos momentos evolutivos y de desarrollo psí- dolor aparece como el peor enemigo, es lógico que sin-
quico. tamos pánico, pues lo peor ha llegado, y desde el páni-
• Distintas ubicaciones frente a sí y a los otros. co las reacciones son más agudas y las sensaciones más
• Distintas capacidades de lenguaje y de acercamien- intensas.
to a la realidad. No es raro, entonces, que los niños le tengan tanto
• Distintos grados de dependencia de los adultos miedo y tan poca tolerancia.
significativos. Algunos padres hasta usan el dolor de una inyec-
ción como amenaza para que su hijo les obedezca. Los
Así como se va modificando su comprensión del médicos escuchan a padres que les dicen a sus hijos en
mundo, su capacidad cognitiva y su capacidad expresi- el hospital: “Si no te portas bien el doctor te va a pin-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

char”, y deben aclarar que ellos no están para castigar, El dolor en oncología
sino para curar y aliviar. pediátrica

• Hay que aguantar el dolor


Epidemiología
Otro mensaje que transmite la sociedad es que uno
debe tolerar el dolor. En esta línea de pensamiento, el El subdiagnóstico y el subtratamiento del dolor en
dolor hace fuerte y da carácter: “Aguanta, que así te niños con cáncer han sido extensamente reportados,
haces un hombre”. En la cultura latina es muy frecuente considerando como causas la escasa información dispo-
esta idea de que los hombres no lloran; pero las mujeres nible para los clínicos y la persistencia de información y
no quedan fuera. Frases dichas a las niñas, como “no de creencias incorrectas respecto del dolor en niños, así
seas flojita, no llores” o “no hay ganancia sin dolor”, re- como actitudes que no favorecen un adecuado control
flejan esta concepción. del dolor, aun en países con altos recursos en salud.
Lo cierto es que en el intento de ignorar el dolor, Diferentes investigaciones se refieren a ello.
éste perdura y se establece, de forma tal que se malgasta En un estudio realizado en Suecia acerca del mane-
energía sin conseguir controlarlo. Esto es lo inverso a lo jo del dolor en pacientes oncológicos pediátricos, el
que se produce con las técnicas de juego o de distrac- 40% de los entrevistados indicaron que se observaba un
ción. Cuando el dolor se hace presente, se deben hacer dolor entre moderado e intenso en los niños, y el 72%
esfuerzos para aliviarlo. creían que este dolor podía haber sido controlado más
efectivamente. El dolor causado por tratamientos fue
• Los niños no sienten dolor indicado por el 41% de los entrevistados como el factor
más importante, y el 34% identificaron el dolor por
Durante muchos años se sostuvo la creencia de procedimientos como el mas difícil de afrontar4.
que los niños no experimentaban dolor. En general, se En otro estudio en el que se entrevistaba a los oncó-
lo subestimaba con frases del tipo “no es para tanto”, logos5, el 92% afirmaron que habían aprendido estrate-
“no puede estar doliéndote tanto”, “esto no duele”. gias para el tratamiento del dolor principalmente a través
En el siguiente cuadro podemos ver distintas de ensayo y error, y sólo el 10% habían llevado a cabo
creencias al respecto: entrenamiento formal en este área. De todos modos, el
91% se declaraban competentes en este asunto. Esta vi-
sión es discrepante con respecto a una investigación 293
MITOS EVIDENCIA CIENTÍFICA donde se recababa la opinión de los padres de niños que
murieron de cáncer: sólo el 27% pensaban que el dolor
Los recién nacidos no Desde las 26 semanas, de su niño había sido controlado adecuadamente6.
tienen el sistema nervioso un feto en el útero puede
lo suficientemente maduro sentir dolor. A la hora del
El dolor en la oncología pediátrica está asociado
para sentir dolor. nacimiento, el bebé siente con tres etiologías:
dolor.
1. Dolor a causa de procedimientos, como venopun-
Los niños no sienten tanto Los niños sienten tanto o
dolor como los adultos. más dolor que los adultos.
turas, punción lumbar, aspiración de médula y
biopsia.
Los niños hacen uso del El dolor continuo/ 2. Dolor relacionado con el tratamiento, como los
dolor, son “manejos”. persistente tiene efectos y efectos secundarios de la quimioterapia (mucosi-
causa cambios a largo
tis, etc.), de las cirugías y/o de la radiación.
plazo en el sistema
nervioso. 3. Dolor originado por la enfermedad, como la infil-
tración tumoral en órganos o en tejidos.
Los niños no pueden Si se pregunta y se
explicar su dolor. escucha al niño, éste es
De distintos estudios que evalúan la epidemiología
capaz, aun siendo muy
chico (2 años), de señalar del dolor por cáncer se deduce que el dolor relacionado
y decir dónde le duele y con el tratamiento es el declarado de forma más persis-
cuánto y qué le puede tente, seguido por el dolor por procedimientos y, por
ayudar a sentirse mejor. último, del dolor originado por la enfermedad o por el
Si el niño se distrae, La distracción por tumor.
entonces no le duele. momentos es un recurso En entrevistas realizadas a 66 niños y a sus familias
importante con los niños, para investigar cómo experimentaban el dolor a lo largo
pero no significa que no del curso del tratamiento oncológico, se encontró que
sientan dolor.
en el momento del diagnóstico, el dolor relacionado
Si dice que le duele pero El niño es la autoridad en con la enfermedad era experimentado por casi la mitad
no parece estar dolorido, cuanto a “su dolor”. Si de los niños. El dolor por procedimientos y el causado
entonces no necesita ser dice que le duele, por el tratamiento eran los que presentaban los mayores
aliviado. entonces se debe prestar
problemas. El primero decrecía gradualmente, pero el
atención al dolor.
segundo se mantenía constante a lo largo del tiempo7.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Para la mayoría de los tipos de cáncer infantil, los ciente. Por otro lado, el impacto psicológico de padecer
procedimientos invasivos forman parte integral y fun- dolor es devastador; se pierde la esperanza cuando el
damental del proceso de diagnóstico y tratamiento. dolor no es aliviado, pues aparece como el anuncio del
Entre los supervivientes de cáncer pediátrico, el progreso indefectible de la enfermedad tan temida, des-
trauma de distrés que no ha sido tratado adecuada- tructora y fatal12.
mente, y que fue originado por procedimientos, es a Es importante que todo el equipo sanitario tenga
menudo el elemento mas perturbador de toda la expe- presente la necesidad de identificar cuándo hay dolor y
riencia del tratamiento, algunas veces lo suficiente- desarrollar estrategias para tratarlo.
mente intenso como para producir síntomas de estrés Una herramienta fundamental para identificarlo
postraumático8. son las escalas de dolor para niños Otra forma de iden-
Hay acuerdo en que la mejor estrategia para mini- tificar el dolor en los niños es a través de su conducta.
mizar o evitar el distrés agudo a causa de estos procedi- En muchas instituciones, la ficha de enfermería no tiene
mientos es proveer alivio y estrategias de afrontamiento un ítem donde consignar o consultar al niño si ha teni-
desde el primer episodio, ya que tratar altos niveles de do dolor.
distrés es mucho más difícil que prevenirlos9. Además, es frecuente que las enfermeras y/o los
Las intervenciones farmacológicas combinadas con médicos entren en la habitación y le pregunten al acom-
analgesia y sedación, así como con estrategias prepara- pañante (madre) acerca de cómo estuvo, sin dirigirse al
torias, han demostrado ser útiles para reducir el dolor y niño para esta consulta, cuando sí lo hacen para jugar
la ansiedad asociados con procedimientos invasivos10. con él, hacer chistes y saludarle cordialmente. Así, fren-
Si bien no son muchos, una serie de estudios exce- te al dolor, no se jerarquiza la opinión del niño.
lentes han demostrado la efectividad de las estrategias El sufrimiento ocasionado por el dolor puede ob-
conductuales y cognitivas para aliviar el dolor por pro- servarse en lo que dicen los niños:
cedimientos; el objetivo es proveer al niño con un set
específico de respuestas y comportamientos que pue- “Cuando me duele no quiero jugar, no quiero na-
den ser usados para afrontar la situación de distrés, in- da, sólo que mi mamá me lleve a un lugar donde no me
cluyendo distracción, relajación y juego, de forma con- hagan doler” (Inés, 5 años).
cordante con sus estrategias básicas de afrontamiento11. “¡Yo no estoy enfermo, sólo cuando me duele!”
La preparación educacional ayuda a los niños a (Facundo, 4 años).
manejar la ansiedad anticipatoria, y los niños bien pre- “Estoy bien, sólo que a ratos y sin que pueda
294 parados han demostrado menor distrés e inferior nece- evitarlo me acuerdo del dolor que tuve y me da miedo
sidad de analgésicos. En esta preparación se provee al que me venga otra vez y por eso no quiero jugar…
paciente de información tanto respecto del procedi- No puedo dejar de pensar” (Lucila, 12 años; osteo-
miento (que le harán) como de lo que sentirá durante sarcoma).
las diferentes fases del procedimiento. “No quiero ir a visitar a Pedro; grita que le duele
Las intervenciones no farmacológicas tienen un y no sé qué hacer. Lloro en mi cuarto cuando nadie me
gran número de ventajas. Facilitan la sensación de con- ve. A él le duele mucho y yo no puedo ayudarle, y yo
trol con respecto a una situación estresante que luego soy más grande y se enfada conmigo” (María, 14 años,
puede ser generalizada en futuros afrontamientos; los hermana de Pedro, de 6 años, enfermo de leucemia,
padres pueden asumir papeles específicos para acom- neutropenia febril, mucositis).
pañar al niño, lo que resulta gratificante para ambos, y,
a diferencia de las intervenciones farmacológicas, no En algunos casos el sufrimiento que genera el do-
hay efectos adversos indeseados. Sin embargo, estas es- lor por la enfermedad y el tratamiento provoca una
trategias no son una panacea, dado que a algunos niños sensación de amenaza en la vida del niño, una pérdida
puede faltarles motivación o habilidades cognitivas o de la capacidad para disfrutar, para jugar, para encon-
emocionales para utilizarlas. No se no necesita plantear trar modos más efectivos de afrontamiento, a la par que
claramente una disyuntiva entre estrategias farmacoló- provoca una pérdida de esperanza en los adultos.
gicas y no farmacológicas, pues lo que resulta más ade- “Desde que mi hijo enfermó, la vida ya no tiene
cuado es una combinación de ambas a medida de las sentido, sólo para cuidarlo y evitarle lo más que pueda
necesidades del paciente. el sufrimiento… Pero ¡me siento tan impotente!”, nos
dice Mirta, la madre de Juan, de 8 años, con una leuce-
mia mieloblástica aguda.
Detección del dolor Estas frases son sumamente frecuentes entre los
padres de niños gravemente enfermos. Toda la realidad
Antes que nada debemos detectar las situaciones se modifica y las intervenciones de acompañamiento
de dolor y transmitir a los padres y al niño que pode- tienen que ser dirigidas a recuperar la esperanza, a en-
mos hacer cosas por aliviarlo. contrar modos más efectivos de afrontar la enfermedad
Debemos tener presente que el dolor no tratado y la angustia. En esta línea, acompañar en el alivio del
causa sufrimiento innecesario y además genera dismi- dolor y hacer partícipes activos tanto a los padres como
nución de la actividad y del apetito y trastornos del al niño, constituye una valiosa herramienta de alivio del
sueño, y debilita, finalmente, el estado general del pa- sufrimiento en general.

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16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

Cómo conocer más acerca del Estas preguntas le pueden ayudar a discriminar
dolor cuánto y de qué forma se siente mal, cuánto es es el mal-
humor, cuánto el dolor y cuánto las ganas de irse a casa.
Como planteábamos anteriormente, los niños ge- Es importante ayudar a los niños a diferenciar las
neralmente avisan que algo les duele a través de su sensaciones y los sentimientos del dolor físico, como el
conducta, o simplemente diciéndolo, pero algunas ve- de un pinchazo o un dolor de cabeza. Una herramienta
ces no lo hacen porque piensan que deben aguantárse- útil es hacer con él caritas con diferentes expresiones:
lo, porque tienen miedo de que les pinchen o los ingre- risa, llanto, grito, dormir, indiferencia, miedo, etc., re-
sen, o porque no quieren preocupar y/o molestar a los cortarlas y animarle a que pegue la que considera que
mayores. responde a cómo se siente en ese momento.
Para identificar que un niño siente dolor debemos: Presentamos las que utilizamos a modo de ejem-
plo1, pero puede ser cualquier dibujo que exprese sen-
- Tomar en serio sus quejas. timientos y emociones. Lo ideal es que el niño las haga,
- Prestar atención a sus cambios de conducta: por vaya identificando a qué se refiere cada gesto y las tenga
ejemplo, si están nerviosos, duermen mal, no tie- para pegarlas en la cabecera de la cama o en la puerta
nen hambre o no juegan como siempre. del cuarto. A veces dibujan una casa, en alusión a que
- Observarlo: la postura del cuerpo, los gestos y los quieren volver, o una mochila, y los niños mayores in-
movimientos se modifican cuando el paciente su- cluyen frases como “no quiero hablar”, “estoy enfada-
fre dolor (los niños con mucho dolor, por ejemplo, do”, “hoy me siento mejor”, etc. (Figura 1).
pueden estar “demasiado quietos”). Estas caras y/o frases son útiles para:

Si piensa que el niño siente dolor, pregúntele: • Diferenciar el dolor de otros sentimientos y poder
comprender su interrelación. Por ejemplo, que
• Cuánto le duele. cuando duele de manera aguda en general es du-
• Cómo lo siente, cómo es. rante un corto tiempo; pero el temor al dolor y la
• Qué cree que lo provoca. angustia disminuyen el umbral de dolor y hacen
• Qué le alivia (masajes, posición, medicación, etc.). que el niño se sienta peor.

295

Figura 1. Diferentes caras que expresan distintos sentimientos.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

• Que el niño vaya reconociendo sus sentimientos y cómo favorecer una actitud de afrontamiento activo en
encuentre formas de expresarlos. su hijo, acompañándole en la búsqueda de modos efec-
• Que el equipo de salud sepa cómo se siente, si deben tivos de manejo del dolor.
retirarse rápidamente o si tiene ganas de hablar.

Los padres como modelos identificatorios


Cómo afecta el dolor a la para sus hijos
familia. El papel de los padres
En otros órdenes de la vida, los niños observan y
Tener un hijo con dolor es una de las experiencias aprenden del modo en que sus padres afrontan el dolor,
más estresantes que puedan vivir los padres. Si bien, y no sólo por lo que les dicen sino por la actitud y el
como mencionamos anteriormente, el único que sabe comportamiento frente a una experiencia dolorosa. Sin
realmente cuánto le duele es el propio niño, los padres, percibirlo siquiera, los niños están aprendiendo conti-
que son quienes más conocen a sus hijos, resultan de nuamente de sus comentarios, sus respuestas ante el
enorme ayuda para detectar el dolor y para aliviarlo. dolor, sus creencias acerca de por qué les duele, cómo
Ofrecer a los padres —desde el diagnóstico certe- pueden curarse, cuánto les duele, si reaccionan con te-
ro, acompañado de los estudios adecuados y suficientes rror a un pinchazo, si evitan al odontólogo por miedo a
para confirmar ese diagnóstico de enfermedad grave— la anestesia, etc.
un apoyo interdisciplinario donde se les brinde un es- Los niños son grandes observadores y excelentes
pacio de contención y orientación acerca del modo más aprendices. Ellos incorporan de sus padres actitudes,
adecuado de ayudar y acompañar al hijo enfermo, es conductas, miedos y certezas. En este sentido, la creen-
una intervención preventiva y útil. Cuanto mejor pue- cia que los padres tengan acerca de lo efectivo de un
dan afrontar los padres el tratamiento, más podrán tratamiento es tan importante como el tratamiento mis-
ayudar a su hijo. mo. En lo relacionado con las técnicas no farmacológi-
Uno de los momentos más difíciles, entonces, es cas, los padres son fundamentales, pues si ellos creen
cuando el niño debe enfrentarse a los procedimientos que respirar profundo, distraerse o soplar burbujas son
necesarios para su tratamiento, pero invasivos y do- cosas sin importancia, seguramente estos métodos no
lorosos. van a resultar útiles para su hijo. Si, por el contrario, los
Proponemos un trabajo con el dolor en el que, en padres creen en su efectividad, predispondrán al niño
296 lugar de enfrentarse a él o temerlo, el niño y sus padres en forma positiva.
se transformen en expertos en él, para que puedan Los sistemas de creencias de los padres en el con-
comprender e interpretar los signos de dolor y saber trol del dolor, sus modos de afrontamiento del mismo,
qué acción será más eficaz para lograr alivio. influyen en gran medida en los patrones del niño.
La intervención debe alentar al niño a sentirse par- Los padres se sorprenden cuando, frente a un epi-
te activa ante cualquier episodio de dolor, para que, sodio de dolor intenso de su hijo, se escuchan decir las
desde su comprensión —la de sí mismo—, logre con- palabras de sus propios padres, de un modo espontá-
trolarlo, pasando de ser una víctima a tener dominio neo. Sólo después de decirlas, las reconocen como ta-
sobre el episodio, y que éste constituya un desafío de les, cuando nunca hubiesen pensado decirlas.
superación. Seguramente, las primeras experiencias de dolor
Uno de lo ejes del trabajo está dirigido a incluir a dejaron sus marcas y determinaron, en parte, el modo
los padres como cuidadores principales del niño y co- actual de afrontamiento del dolor,
mo aliados del equipo de salud. Por tanto, un aspecto importante del trabajo con
La actitud de los padres es variada: algunos quie- los padres es reflexionar sobre estas respuestas espontá-
ren participar lo más posible en el cuidado y alivio del neas y hacerlas más conscientes. Un mayor conoci-
niño, otros prefieren mantener una actitud expectante, miento de esos patrones de respuesta ayudará a que los
dejando el saber en manos de los médicos y de los en- padres puedan elegir mejor el modo de lidiar con el
fermeros. Sin embargo, a medida que ha ido cambiando dolor del niño. Un cuestionario breve al respecto puede
la relación médico-paciente y el modelo médico impe- ser útil en el trabajo con los padres y también para re-
rante, se implementan cuidados cada vez más “centra- flexionar acerca de su modo de entender y afrontar el
dos en la familia”13. En esta concepción se toma a los dolor (Anexo 1. Cuestionario a los padres).
padres como: Es importante alentar al padre y a la madre para
que los dos puedan participar, de acuerdo con la mo-
• Expertos en sus hijos. dalidad y la disponibilidad de cada uno. Esto hará que
• Aseguradores del cuidado y del manejo adecuado el trabajo de apoyar a su hijo para superar el dolor sea
de la salud del hijo. repartido. Para el niño es bueno, pues, saber que su
• Pares en las decisiones que se toman en cuanto a la padre y su madre comparten los cuidados, y no sentirá
salud de sus hijos. que sobrecarga a uno en particular. De todas formas, a
veces esto no es posible, ya sea porque se trata de una
Ahora bien, teniendo un papel tan importante, familia monoparental, porque viven lejos del centro
deberán aprender mucho sobre la dinámica del dolor y sanitario y sólo se traslada el niño con uno de los pro-

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16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

genitores, o por razones culturales que hacen que se rosos, siguen las indicaciones dadas y facilitan el uso de
tome a la madre como cuidadora fundamental en caso técnicas no farmacológicas, y no sólo las ponen en prác-
de enfermedad. tica con éxito y cumplen con las indicaciones médicas
sin generar dificultades para la adecuada ejecución de
las mismas, sino que crean nuevos modos de uso y los
Presencia de los padres durante los niños logran pasar por los procedimientos con menor
procedimientos invasivos grado de angustia. Sin embargo, cuando se trabaja con
familias a las que los médicos aún no conocen, o que no
En las instituciones se discute a veces acerca de la están en contacto con los profesionales que indican o
conveniencia de la presencia de los padres en esas cir- trabajan las técnicas de distracción, observamos que les
cunstancias. Veamos algunos estudios al respecto. resulta muy complicado ponerlas en práctica, lo hacen
Uno de los trabajos14 presenta los resultados de muy “disimuladamente”, hablan al niño pero intentan-
una encuesta que se realizó a los padres, preguntándo- do que no se note, están temerosas, y eso repercute so-
les si querían estar presentes durante los procedimien- bre la facilidad del niño para relajarse.
tos dolorosos. En dicha encuesta estaban enumerados Si los adultos dirigen a los niños con indicaciones
los procedimientos en una relación de menos a más firmes pero contenidas, acompasan la respiración y sos-
dolorosos (venopuntura, canulación intravenosa, pun- tienen la mirada (sus ojos no se van a lo que hace el
ción lumbar, de médula ósea, etc.). El estudio concluye médico o las enfermeras), los métodos serán exitosos;
que el 80% de los padres desean estar con su hijo du- pero si los adultos están nerviosos, se distraen mirando
rante una venopuntura o una canalización venosa. La y controlando lo que los médicos hacen, están angustia-
decisión de permanecer o no, estaba frecuentemente dos, palidecen, etc., a los niños les pasa lo mismo, en-
relacionada con saber qué hacer y qué se espera de ellos tran en pánico y se angustian.
y con la percepción de que los médicos les apoyan para Los padres deben ser alentados y acompañados
poder estar presentes. para desempeñar el rol de “acompañantes facilitadores”.
Otro artículo indaga la opinión de los médicos15. Como ya hemos mencionado, es complicado para ellos
Encontraron ambivalencia entre los médicos acerca de por el momento de angustia que genera ver sufrir a su
la utilidad o la necesidad de que los padres estuviesen hijo, pero esa misma angustia puede ser aprovechada
presentes durante los procedimientos de cuidado a sus para ayudar más efectivamente al niño. No olvidemos
hijos. Plantean que depende de distintas variables, co- que cuando un niño se lastima, la madre se acerca, le da
mo “la naturaleza e invasividad del procedimiento, las un beso suave en la zona dolorida y le dice: “Un beso y 297
características del niño y su enfermedad, las particulari- le decimos adiós al dolor”, y el niño se calma. Una tirita,
dades de los padres”, etc., y destacan que a pesar de o incluso solamente el famoso “sana, sana, colita de ra-
reconocer que la presencia de los padres es beneficiosa na”, son modos populares que se transmiten de genera-
para brindar contención emocional al niño y a su fami- ción en generación para calmar dolores en los niños,
lia, los médicos encuestados consideran que es intimi- con amor y ternura, garantizándole al niño que los pa-
dante y afecta adversamente a los procedimientos. Asi- dres le alivian.
mismo, la consideran nociva para los padres. Confianza, seguridad, y comprensión funcionan co-
Tomando en cuenta ambos estudios, así como mo un código implícito entre padres e hijos donde se
nuestra experiencia clínica, podríamos concluir que si asegura que un beso, una caricia y la mirada de los pa-
los médicos se sienten intimidados por los padres y és- dres alejan el dolor.
tos necesitan saber qué es lo que los médicos requieren
de ellos durante los procedimientos, lo ideal sería que,
en una reunión conjunta, se informara antes del proce- ¿Qué le ocurre al niño?
dimiento, de modo sencillo y claro, sobre lo que se va a
realizar, qué es lo que el médico requerirá para hacerlo Cuando la enfermedad irrumpe en la vida del ni-
correctamente, y acordar si los padres estarán presentes ño, éste ve repentinamente alterada su cotidianidad y
y cuál será su papel en esa situación. Así, ambas partes su rutina se transforma. Lo cotidiano pasa a ser el hos-
podrían estar tranquilas y cada uno atento a su papel pital, los pinchazos, el miedo, la angustia.
específico. El padre, con la atención puesta en sostener La mayoría de los niños presentan al inicio distin-
emocionalmente al niño y no controlando la práctica tos grados de cambio en su conducta, llevándoles más o
médica, y el médico sintiéndose aliviado y satisfecho menos tiempo lograr la estabilidad y una nueva rutina.
porque el niño estará apoyado por su padre. Entende- En la medida que la presencia de la enfermedad se
mos que esto requiere tiempo y que no se puede dar en va haciendo patente, al igual que lo agresivo del trata-
circunstancias de alto riesgo o en urgencias. Pero insis- miento, el niño puede ir retrayéndose libidinalmente.
timos en que pensar en las soluciones nos permitirá Va abandonando actividades y objetos a los que hasta
contar con el tiempo subjetivo para implementarlas ese momento prestaba atención. Deja de jugar, no quie-
cuando sea posible. re estar con sus amigos ni con sus parientes, pierde el
En nuestra práctica pudimos comprobar cómo las apetito.
familias cuyos médicos saben y promueven que los pa- Paralelamente, su cuerpo infantil está expuesto al
dres estén presentes durante los procedimientos dolo- “hacer” del equipo médico. Son inevitables estos proce-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

dimientos de los médicos, que no por eso dejan de ser bares podrían, en algunos casos, provocar dolor de ca-
vividos por el niño como intrusivos, hostiles y doloro- beza, y las de médula, dolor en la zona de punción du-
sos. Le sacan sangre, le pasan múltiples medicaciones rante un par de días.
por el catéter, le miden temperatura, excreciones, etc.; Debemos tener siempre presente que cada persona
su cuerpo es medido y estudiado por el equipo. tiene un “umbral de dolor” diferente; un niño puede
La relación entre los padres y su hijo enfermo tam- sentir dolor al ser sostenido con fuerza y a otro niño
bién se ve modificada; el niño se enfada con ellos y les esto puede no molestarle. Sugerimos tener presente este
reprocha que permitan que padezca tanto dolor. A los concepto, pues los niños no son más o menos valientes,
padres, angustiados por el impacto de la enfermedad, sino que pueden sentir un dolor más o menos intenso
les resulta difícil ayudarle adecuadamente. en situaciones concretas. Por otra parte, el umbral pue-
El niño, como sujeto, queda suspendido y se retrae de variar según el día o por múltiples circunstancias,
a fin de protegerse de esa sobrecarga excesiva para su como haber discutido con su madre o no haber recibi-
aparato psíquico. do las visitas que esperaba.
El trabajo con medidas no farmacológicas deberá También en el llanto encontramos diferencias indi-
tomar en cuenta esta situación y tendrá como objetivo viduales. Es una capacidad que sólo los humanos po-
que el niño pueda comenzar una tarea elaborativa. Pa- seemos y que permite expresar dolor, distrés, angustia.
ra esto, el juego es la herramienta por excelencia; ju- Los niños generalmente responden al dolor llorando.
gando, el niño intentará elaborar lo que le sucede, al Esto depende de la edad, el sexo y las implicaciones
repetir en forma activa lo que ha vivido pasivamente. sociales. La experiencia en el trabajo con los niños en
Esta transformación de pasividad en actividad implica hospital nos permite señalar que:
trastrocar la vivencia no placentera en placentera. De
ahí la importancia de facilitarle el juego en el hospital. • Muchas veces el llanto está visto como una moles-
El juego con materiales usados por los médicos y en- tia, algo que se debe evitar.
fermeras para los procedimientos les permite ir elabo- • Enfermeros, médicos y personal sanitario suelen
rando las fantasías y temores que los mismos les gene- decir al niño: “No llores, no es nada”, “no llores,
ran, así como poder, mediante dicho juego, aclarar que no te voy a pinchar”, “no seas flojito, si no
confusiones sobre aspectos fantaseados como terrorífi- duele...”, “los hombres no lloran”, etc., y hasta le
cos por los niños y que en la realidad no son de ese hacen regalos como premio por no llorar.
modo.
298 En general, se tolera más el grito y los insultos que
el llanto, y se prefiere a los niños que se dejan hacer
Reacciones frente al dolor por complacientes; éstos son valorados como “los mejores
procedimientos pacientes”.
Esas actitudes no propician que los niños puedan
Como ya hemos mencionado, el niño experimenta expresar sus sentimientos. Si los niños más mimados o
múltiples situaciones de dolor. más reconocidos por el equipo de salud son los más
El dolor causado por los procedimientos es general- complacientes y los menos “llorones”, esta conducta
mente corto e intenso. Esto genera en el cuerpo dos reac- aparece como la más esperable en el ámbito médico, y
ciones reflejas (es decir, automáticas e involuntarias): los niños, que quieren a sus médicos y a sus enferme-
ras, esperan ser reconocidos por ellos y para ello inten-
• Por un lado, se desencadena la reacción ante el es- tan repetir esa conducta.
trés. Ésta es una reacción que aparece cada vez que Pero si el niño debe pasar por un procedimiento
nos enfrentamos a un estrés cualquiera, grande o doloroso y esta angustiado, y sus padres están con él,
pequeño, y que se evidencia por sudoración, ta- se le puede decir: “Te van a hacer este tratamiento,
quicardia y otras reacciones en muchas regiones que puede dolerte y puede ser que quieras llorar; si es
del cuerpo que básicamente nos preparan para lo así, llora, que nadie se va a poner mal por eso”. De
que se conoce como “luchar o huir” (se dilatan las esta forma le habilitamos para que se exprese con el
pupilas —para ver mejor—, los músculos reciben llanto si lo necesita, pero a su vez le transmitimos que
más sangre —para poder correr—, etc.). puede que no lo necesite. A la vez, les debemos decir
• Por el otro, se desencadena un reflejo de retirada, a los padres que no nos preocupa que el niño llore,
como cuando nos quemamos y enseguida aparta- sino que lo importante es que se quede quieto para
mos la mano del calor. Este reflejo hace que el niño que el procedimiento se realice más rápido y con me-
tienda a apartar la parte del cuerpo que le duele, nos dolor.
involuntariamente. El niño, por ejemplo, tratará Es importante que durante el tratamiento el niño
de quitar el brazo, o enderezar la espalda en una no tenga dudas sobre algunas cosas:
punción lumbar.
• La toma de medicamentos y la realización de los
En determinadas ocasiones, los procedimientos procedimientos o pinchazos no son negociables.
provocan un dolor más largo. Las venas pueden lasti- • Que esas actuaciones se llevan a cabo para su cura-
marse y doler hasta que cicatrizan; las punciones lum- ción o para el alivio de su dolor o molestia.

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16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

El equipo de salud siempre evalúa, antes de llevar los miembros del equipo de salud, en general, nos
a la práctica un procedimiento, su absoluta necesidad, cuesta hacernos una idea clara del alto impacto que los
buscando que se realicen la menor cantidad de pincha- procedimientos invasivos tienen en el psiquismo y en
zos posible. Si se hacen es por un motivo especifico e la conducta del niño. Parecería que todos lo tomamos
impostergable. Los profesionales y no profesionales que como parte inevitable del tratamiento, del acceso a la
intervienen deben tenerlo presente, pues es fundamen- deseada curación, si ésta es posible, con el “prejuicio”
tal que el niño y sus padres comprendan que “nadie de que “nada se puede hacer” para modificar este do-
tiene la culpa de lo que sucede y que todos tratan de lor-sufrimiento
ayudar aunque duela”. Y que formamos parte de un Parece una aclaración superflua, pero en el mo-
equipo de cuidados físicos y emocionales donde todos mento de acompañar a un niño, y cuando éste sufre y
queremos lo mismo: que el niño mejore y sufra lo me- llora, puede generarse una identificación, con el niño o
nos posible. Acreditar el lugar del otro en el equipo es con los padres, que provoque comentarios relacionados
fundamental para este trabajo. Enfermería suele llevarse con el abandono de alguna prescripción ya indicada, o
la peor parte, y sin sus cuidados no podría lograrse la con que quizá es mejor dejarlo para después, o decir o
mejoría, por lo que apoyar emocionalmente no implica pensar por qué no lo hicieron con otros antes. Todos los
ponerse en el lugar de quien podría evitar el procedi- miembros del equipo debemos tener presente que el
miento si pudiera, sino en el del que sabe que eso es lo trabajo con niños despierta angustia y ésta opera de
único que le ayudará a estar mejor. Nuestro papel es el modos a veces complejos dentro del equipo. La re-
de ayudarle a que lo realice con menos dolor y angustia/ flexión conjunta acerca de lo que nos ocurre con los
sufrimiento. pacientes permitirá que mantengamos la cohesión. De
Para reforzar su papel activo, es útil que el niño este modo, una vez acordada la implementación del
participe, en la medida de lo posible, en algunas deci- programa, las medidas no farmacológicas pueden ser
siones; más adelante se profundizará en este tema. puestas en práctica por distintos miembros del equipo:
enfermería, médico, psicólogo, musicoterapeutas, vo-
luntarios entrenados y/o padres.

Psicoprofilaxis del dolor


agudo por procedimientos
Medidas no farmacológicas de
La psicoprofilaxis quirúrgica, así como la del par- control del dolor 299
to, constituyen prácticas hoy ampliamente difundidas,
que benefician a aquellos que deben someterse a una
operación y a las futuras madres. En ambos casos se Comunicación e información. La
trabaja de un modo concentrado para que las personas medida más efectiva
puedan utilizar sus propios recursos de un modo ade-
cuado, y así evitar una angustia desbordante y desor- Un elemento clave es que el niño comprenda lo
ganizadora. que le está pasando en su cuerpo y entienda por qué y
Se entiende la psicoprofilaxis como un proceso te- para qué se le aplican los diferentes procedimientos. Así
rapéutico, focalizado y preventivo, cuya finalidad es re- podrá colaborar y significar lo que le sucede. Así puede
ducir el impacto psicológico de una experiencia trau- ser sujeto de su historia y elaborar lo que le está ocu-
mática en el paciente y su familia y tratar eventuales rriendo.
complicaciones al respecto. Esto implica una actividad Debe brindarse al niño información adecuada a su
específica en un marco interdisciplinario. etapa evolutiva y a su desarrollo cognitivo y emocional.
En la psicoprofilaxis de dolor agudo por procedi- Ésta debe haber sido acordada previamente con sus
mientos se toman como fundamento teórico los mismos padres. Es importante que haya un discurso común
conceptos, pero se aplican específicamente a los dife- acerca de la enfermedad y de su tratamiento.
rentes procedimientos/estudios que el paciente debe En primer lugar, al inicio, debemos informar acer-
realizar. ca del contexto:
El objetivo del trabajo es el de reducir el impacto
psicológico de la experiencia de dolor por procedi- • Equipo de salud y otras personas involucradas:
mientos. De acuerdo con su personalidad, los pacien- quién es quién.
tes asumen diferentes conductas, y en muchos casos su • Lugares: sala de juegos, sala de radiodiagnóstico,
estado emocional influye en la modalidad de afronta- sala de procedimientos.
miento del dolor. Las diversas reacciones frente a esa • Qué se hace en cada lugar.
situación y ante sus posibles efectos traumáticos pue- • Rutinas: cambios de hora de enfermería, controles,
den ser elaboradas e inducidas en el marco de un pro- qué cosas pueden suceder y a qué horas.
grama específico.
Implementar un programa de psicoprofilaxis del Si el niño aprende a distinguir estas situaciones, no
dolor agudo por procedimientos implica necesaria- estará pensando que cada vez que entra la enfermera es
mente un trabajo en equipo interdisciplinario. A todos para un pinchazo, no confundirá a la auxiliar con la

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

enfermera ni creerá que si sale de su habitación será • Recordemos que el objetivo de nuestra intervención
siempre para algo doloroso. es que el niño desarrolle confianza en los adultos
Trabajar estos aspectos es sumamente sencillo, que le rodean, en el equipo sanitario y en sus pro-
tranquiliza muchísimo al niño y acota su angustia. En pias capacidades para afrontar el procedimiento.
nuestra experiencia, cuando los niños reconocen a las
personas por sus roles y saben cómo son las rutinas, no
entran en pánico en cualquier momento. Aun cuando Técnicas de control del dolor
se angustien y lloren cuando les toca un procedimiento por procedimientos
doloroso, logran controlar mejor la angustia generaliza-
da y el miedo anticipatorio. Describiremos técnicas que pueden ser útiles para
La información: ayudar a niños que experimentan dolor o distrés. Mu-
chas de las que señalamos son fruto de la lectura de
• Disminuye la angustia frente a lo desconocido. textos y artículos, y muchas otras, de nuestros años de
• Permite prepararse para lo que vendrá. trabajo junto a los niños y sus padres con dolor. Nos
• Generar confianza. centraremos en los procedimientos, pero la mayoría de
• Favorece la aceptación del tratamiento. ellas son efectivas para el alivio de otros síntomas.
Como mencionábamos previamente, no es necesa-
rio que sea un médico o una enfermera la que las lleve a
Información acerca de los la práctica. Nuestra idea es que el profesional especiali-
procedimientos zado pueda instruir a quien pueda realizarlas; por ejem-
plo, un psicólogo puede trabajar con los padres para
Como aspectos generales, debemos tener presente que ellos, junto con el niño, las pongan en práctica.
que: La implementación de estas técnicas debe estar ar-
ticulada con un programa de apoyo psicosocial. Las
• Los procedimientos por sorpresa, sin aviso, pue- medidas no farmacológicas no serán tan eficientes si se
den aliviar a quien debe realizarlos, pues no se co- realizan aisladamente. Los niños, en general, quieren
necta con el sufrimiento del niño, pero sin duda aliviarse, y son muy receptivos cuando saben que se les
no ayudan al niño a que desarrolle una actitud de ayuda. Según nuestra experiencia, les gusta poder hacer
afrontamiento positivo de las intervenciones que algo para sentirse mejor (tener el control de la situa-
300 deban realizarle. ción), y una vez que logran realizarlo y les da resultado,
• Decirle al niño que no le van a hacer nada o que no lo incorporan y les resulta menos angustiante cada pro-
le va a doler y que luego le duela, puede ser con- cedimiento. Sin embargo, como ya dijimos antes, no
traproducente. El dolor es un maestro poderoso y son una panacea ni son efectivas con todos los niños.
rápido. Una experiencia negativa genera un apren- La implementación de estas técnicas debe pensarse
dizaje que implicará mayor dificultad para crear en tres tiempos (Figura 2):
confianza y conseguir la aceptación de las inter- Estas tres etapas son coincidentes con los tiempos
venciones. Será un esfuerzo cada control y cada reales de la realización de los procedimientos:
tratamiento que deba realizarse, y el equipo de sa-
lud tardará más tiempo en cada procedimiento. ANTES. Información y rutina. Se trabaja con la in-
• Realizar un procedimiento cuando el niño está formación recibida, con lo que ha comprendido (dado que es
dormido genera pánico, pues no sabrá cuándo el médico quien da la información). Se elige alguna técnica,
puede repetirse y estará bajo alarma permanente- practicándose la rutina que deberá realizarse.
mente. Perderá la confianza en sus padres y en el El médico debe explicar:
resto de los adultos.
• La cama para el niño es su lugar de reposo, de dis- - Los pasos a seguir.
tensión, y si allí se le realizan procedimientos dolo- - Dónde sucederán.
rosos, luego le resultará más difícil relajarse y des- - Quiénes intervendrán.
cansar. Si los procedimientos se van a realizar en la - Qué se espera de él y por qué (ejemplo: quedarse
cama, deben ser explicitados antes. Hay que darle muy quieto).
al menos un tiempo para que se prepare (sabemos
que los tiempos en los hospitales no son tan am- Posteriormente el psicólogo repasará con el niño lo
plios como quisiéramos todos); el tiempo subjeti- explicado, qué es lo que ha entendido, qué es lo que se
vo puede generarse en 20 segundos, con sólo de- imagina al respecto.
cirle a un niño, con ternura, que deberá recibir un Se le presentan algunas actividades posibles para
“pinchazo”, y hay que sostener esta afirmación es- realizar durante el procedimiento. Se trabaja qué cree
perando que se posicione como sujeto. que le haría bien y si es posible ponerlo en práctica. Se
• Informar detalladamente acerca de cada procedi- puede sugerir alguna actividad en función de las carac-
miento permite prepararse (en los Anexos se encon- terísticas de afrontamiento que hemos evaluado previa-
trará una explicación detallada de esos procedimien- mente. Otra forma de elaborar la información es a tra-
tos). Volveremos más adelante sobre este aspecto. vés del juego del doctor, de la dramatización y del juego

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16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

Figura 2. Los tres momentos en los que hay que efectuar técnicas distractivas.

de roles. Si el niño está en la sala de juegos, podrá elegir darle la mano… Sosténgalo. Mantener cierto contacto
lo que le interese y llevarlo con él. físico generalmente le alivia; si la madre está presente,
Se trabaja con los padres para que intervengan y lo ideal es que ella lo haga de un modo suave y vaya
faciliten la actividad elegida. En una primera ocasión, el adquiriendo experiencia sobre la modalidad para ha-
psicólogo puede ofrecerse a acompañarle para reforzar cerlo la próxima vez sin el apoyo del terapeuta.
lo aprendido.
DESPUÉS. Revisión. Se repasa lo que sucedió. Qué le
DURANTE. Reforzamiento. Presencia de apoyo para resulto útil, que cambiaría, cuál es el momento de mayor
un afrontamiento menos estresante y doloroso. Se pone en tensión/angustia. Recuerdos. Sugerencias.
práctica lo trabajado en el “antes”.
• Si hay sedo-analgesia. Como hay olvido al desper-
• Si hay sedo-analgesia. Al administrar la medicación, tar, se le cuenta lo que sucedió, resaltando su mo- 301
debe acompañarse con palabras lo que va suce- do tranquilo de afrontarlo. Es frecuente que los
diendo mientras se alcanza el nivel deseado de se- niños que no pueden recordar lo que sucedió, y a
dación (sedación consciente), y se continúa la ex- los que su padres, para evitarles sufrimiento, no les
plicación de rutina. Se le acompaña con la respira- dicen que les pincharon, no quieran recibir seda-
ción y se cuenta, a fin de delimitar el tiempo. ción y se angustien si lo hacen. Creemos que la
• Si no hay analgesia. Se le ayuda a colocarse en una angustia está relacionada con el olvido a causa de
posición adecuada y se realiza la técnica elegida la medicación y con el hecho de no poder reme-
—por ejemplo, una distracción con juego de pala- morar lo sucedido. Por eso insistimos en la impor-
bras o relatos— mientras se realiza el procedi- tancia de intervenciones combinadas, donde lo
miento. A algunos niños, para los cuales el mante- farmacológico y lo psicológico actúan de un modo
nimiento del control es importante, se les relata lo complementario16.
que está sucediendo (hay que recordar que en la • Si no hay analgesia. Se repasa lo sucedido. Se re-
punción lumbar ellos no pueden ver nada y por fuerza el logro, se le preguntan sus impresiones,
eso se angustian más). Debemos decirle que se sensaciones y recuerdos. Si esta vez la técnica ele-
trata de un pinchazo y que puede comenzar con gida no funcionó bien, no se desaliente ni transmi-
una cuenta atrás desde el inicio del dolor, mientras ta al niño que no se puede; recuérdele que el dolor
mantiene la postura hasta que finalice y se le pon- va a ceder y que en la medida que utilice las técni-
ga una tirita (la tirita, sobre todo para niños peque- cas se sentirá más aliviado. Y que así como aprende
ños, es muy útil porque funciona como símbolo de en la escuela, en el hospital también, y que los
la finalización). La cuenta atrás debe ir correlacio- aprendizajes llevan tiempo y ejercicio. Sea flexible
nada con el procedimiento. en su aplicación.

En todos los casos, cuando se está realizando el


procedimiento, debemos sostener lo trabajado con voz Elección de las técnicas: tener
calma, intentando transmitir la seguridad de que todo en cuenta las diferentes etapas
está sucediendo tal como se espera, que está seguro y evolutivas
acompañado, que está sobrellevándolo según lo pensa-
do. Por más que el niño no logre permanecer quieto o Éstas son generalidades que no deben ser usadas como
se angustie, debe mantenerse la voz suave, sostenerle la reglas. Cada etapa tiene muchas variables en el modo/estilo
mirada, realizar lo planeado (respiración, cuenta, etc.), de afrontamiento.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Algunas reflexiones que podemos hacer trolar su propia ansiedad, así como sus recursos y sus
antes de elegir la técnica a utilizar sentimientos acerca de tener a su niño en tratamiento.
Se debe transmitir a los padres que es preferible
• ¿Qué es lo que el niño hace hasta ahora frente a que en lugar de apretar los dientes, sentir rabia por den-
una situación de temor o de dolor? tro o resistirse a los procedimientos, se tomen un tiempo
• ¿Cómo se conforta el niño mejor cuando se angus- para prepararse emocionalmente para lo que va a pasar.
tia? (solo, con su madre, siendo contenido, ha- El objetivo es tratar de permanecer tan calmados
blando con alguien, distrayéndose, con otra cosa). como les sea posible, manteniendo la atención en su
• ¿Cuán ansioso se pone el niño frente a una situa- hijo. Es una observación clínica que la ansiedad de los
ción de dolor? padres antes de ir al hospital es rápidamente transmiti-
• ¿Cuán sensible al dolor parece ser el niño? ¿Varía da al niño, que se pondrá inquieto.
mucho su respuesta de una situación a otra? Por
ejemplo: ¿es sensible si está en un consultorio pero
no tanto si esta jugando entretenido? Niños de 1 a 3 años
• ¿Cuán activa es su imaginación? ¿Se queda absorto
escuchando un cuento, con un juego, viendo tele- Entienden el mundo en el aquí y ahora, basándose
visión? en experiencias directas con su propio cuerpo. En niños
• ¿Cuán fácilmente se distrae? menores de dos años y medio no tiene sentido una pre-
• ¿Con qué actividades se divierte más? (TV, leyen- paración antes de que le realicen el procecimiento por
do, juguetes, coches, juegos de mesa, rompecabe- primera vez, ya que sólo pueden comprender los acon-
zas, con sus padres, etc.). tecimientos una vez que los han experimentado.
• ¿Qué importancia tiene para este niño lograr con- A los niños de más de dos años que ya han tenido
trolar su angustia, sentirse con el control de la si- experiencias hospitalarias, la preparación antes de ir al
tuación? hospital les puede brindar ciertos beneficios.
• ¿Coopera? La clave para que su estancia en el hospital sea
• ¿Es sugestionable? confortable y sin dolor es la presencia constante, atenta
y amorosa de sus padres.
Hablar sobre el tema en casa permitirá que el pe-
Algunas sugerencias útiles para todas queño pueda jugar a doctor y entrar en el desconcer-
302
las edades tante mundo del hospital.
La preparación que use debe ser corta y y realizada
• Motívelo para que desee aprender. poco tiempo antes de ir al hospital, no más de un día
• Transmítale coraje para seguir intentándolo (usar antes, y debe ser repetida el día que debe ir al hospital.
héroes nacionales, superhéroes). Los niños pequeños viven maravillados en el aquí
• Aclare que el uso de técnicas no es para retrasar la y ahora, por lo que es útil usar su muñeco favorito y
realización de las mismas. realizar el procedimiento con ese muñeco mientras se le
• La elección de una técnica sirve para pasar por el dan al niño las explicaciones pertinentes, y al finalizar,
procedimiento con menos dolor. colocarle la cinta adhesiva o la tirita en el lugar del pin-
• Distinguir entre manipulación y pánico; es com- chazo, y después, a recuperarse y volver a su casa.
plejo, pero ayuda. Este juego sencillo, repetido muchas veces (a los
• Darle un tiempo concreto para esperar a que se niños de esta edad les encanta la repetición), les da una
prepare, de 1 a 5 minutos. orientación, y sirve tanto para la preparación de sus
• Mantenga siempre la mirada en el niño. Una mira- emociones como para la información.
da en sus ojos, atenta y cariñosa. Llevar el mismo muñeco al hospital y repetirlo allí,
• Refuerce la importancia fundamental de la actitud con el mismo lenguaje y la misma acción, puede ser
y el papel de los padres. Cuanto más pequeños son muy reconfortante y tranquilizador para el niño.
los niños, más necesidad tienen del sostén externo La mejor de las preparaciones para un niño de esta
(padre, terapeuta, etc.). edad es que sus padres estén confiados y tranquilos
respecto a la necesidad de realizar el procedimiento.
Ciertamente, la presencia de los padres y su consuelo
Bebés son los mejores recursos para preparar a su hijo.

Para los más pequeños, la seguridad esta íntima-


mente ligada a su padre y a su madre, y no es necesaria Niños de 3 a 6 años
ninguna preparación especial antes de venir al hospital
ni es posible implementar técnicas de distracción. Así Son muy sugestionables. Esta capacidad debe utili-
pues, lo crucial es la preparación que hagan los padres. zarse para generar confianza y deseo de intentar imple-
Compartir con ellos con antelación la información mentar técnicas.
acerca de los aspectos técnicos (cómo se hacen, dónde, “Sería muy interesante si…”. “¿Qué te parece si…”.
quién, para qué) del procedimiento les ayudará a con- “Eres muy inteligente y por eso sé que podrás probar a

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16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

hacer…”. “Quizá te parece divertido jugar con...” (bur- da importancia al dominio de habilidades, se produce
bujas, historias, palabras, adivinanzas). un aumento de su capacidad de autocontrol, puede
Las historias de héroes, superhéroes y amigos ima- postergar la gratificación y aumenta su capacidad de
ginarios tienen un poderoso efecto para superar las difi- aprendizaje y del uso de habilidades, aunque esté in-
cultades. Pueden ser en el momento un superhéroe que tranquilo.
tiene poderes mágicos que le protegen del dolor. Aunque ya no es tan sugestionable, los halagos y el
El juego del doctor es muy útil, pero utilizando refuerzo de sus capacidades y ganas de implementar las
juguetes no favoritos. Los chicos atribuyen sentimien- técnicas resultan muy positivos, pues el reconocimiento
tos a sus juguetes favoritos, y la posibilidad de que sean de los otros siempre juega un papel fundamental en la
lastimados o pinchados puede despertar en ellos ansie- capacidad de aprendizaje de las personas.
dades y generar reacciones de protección. Cuéntele que estas actividades tienen como obje-
Preste atención al transmitir información durante el tivo relajar y distraer la atención y que se preparan o se
juego de dramatización que incluya lo que el niño escucha- ensayan previamente. Explíquele, con un lenguaje
rá, verá y sentirá en su cuerpo, y lo que se espera que haga: adaptado a su edad, que usted le acompañará durante
“Arquea tu columna como lo hace el gato al enfadarse”. el procedimiento con la actividad elegida para que
Ver dibujos y diagramas, con una explicación sim- pueda distraer su atención del pinchazo, y que así es
ple de lo que va a pasar, puede ser útil. Los niños pue- probable que el procedimiento se realice más rápido.
den luego pintar sus propios dibujos para explicar el Debe comentarle también que otros chicos lo han usa-
procedimiento a los familiares. do y les ha servido, y que confiamos en que a él le ser-
Durante el periodo de preparación, ensaye méto- virá también.
dos de afrontamiento exitoso, como contar o hacer Actividades posibles para realizar durante el proce-
burbujas, que sirve como ejercicio de respiración. Se dimiento:
puede introducir el método de la siguiente forma: “¿Has
jugado con burbujas? ¿Puedes soplar burbujas? ¡Buení- • Libro. Elegido por él; los de buscar personajes o
simo/Excelente! ¿Sabías que puedes hacer burbujas más diferencias son muy útiles.
grandes o más pequeñas según lo fuerte o suave que • Burbujas. Puede soplarlas él, o, si no, su madre las
soples? Mira lo que pasa si soplo corto y rápido (mues- hace y él observa o las rompe con otra mano o con
tra). ¿Quieres probar? ¡Mira qué grande es la burbuja los pies.
que hiciste! Es porque lo hiciste lento y suave. ¡Muy • Cantar. Él o su acompañante. Preferiblemente, una
bien! Algunos niños, cuando soplan así de suave y están canción conocida que pueda asociar a momentos 303
asustados, se calman y se relajan. Ellos juegan a meter más divertidos o placenteros.
en esas burbujas sus miedos y sus enfados para que se • Respiración. Lenta y profunda. Puede soplar el
vayan fuera y lejos. ¿Te animas? ¿Probamos juntos?”. pelo de un familiar y que éste le sople la cara, de
Esto les ayuda cuando están esperando para un forma que pueda sentir el aire. Ejemplo para
pinchazo o para una punción o biopsia, o cuando están guiarle en un ejercicio de respiración: “Respira
buscándole una vena. profundamente y cierra los ojos. Suelta el aire
Evite dar detalles del procedimiento, como el ta- lentamente y afloja tu cuerpo como si fueses un
maño de las agujas. muñeco de trapo. Comienza a bostezar (si no
Ofrézcale que el día del procedimiento lleve su ju- puedes, no es fundamental). Repítelo tantas veces
guete favorito o que le pida a su familiar favorito (abuelo/a, como sea necesario y te relaje”. Este ejercicio es
etc.) que le acompañe (si es posible) y le dé un premio. sencillo y rápido, y alivia la tensión del cuerpo
Es útil darle al niño una tirita al comienzo del pro- antes de un procedimiento o en una situación de
cedimiento para que esté seguro de que terminará y así emergencia. Sin embargo, hay que tener en cuen-
favorecer su tranquilidad y confianza. Durante el proce- ta que para algunos pacientes el hecho de centrar
dimiento, ayúdele a usar la actividad elegida y ensayada la atención en la respiración, sobre todo cuando
previamente. tienen disnea, aumenta la ansiedad, por lo que no
Los niños de esta edad son muy receptivos a los es positivo.
halagos y aprobaciones, especialmente si vienen de sus • Apretar la mano o pelotitas de goma. Son útiles las
médicos o enfermeras. Requieren un enérgico, dinámi- pelotas que se repliegan. Hay que pretar fuerte,
co y esforzado apoyo de los adultos para el uso de estas concentrándose y sin hacer movimientos. Apretar
técnicas. Pueden perder sus habilidades de afronta- y soltar.
miento si están ansiosos, y angustiarse rápidamente; • Visualización de una escena distendida: lugar de va-
por eso es importante mantener su atención y recono- caciones, juegos, etc.
cer sus esfuerzos, más que sus logros. • Adivinanzas y juegos de palabras: tren de palabras,
poemas, rimas, trabalenguas.

Escolares de 6 a 11 años Todas las técnicas son útiles en tanto que distien-
den y distraen al niño, aunque sólo sea durante unos
La escuela y los amigos juegan un papel importan- breves momentos. Esta lista puede ser tan ilimitada co-
te. Es una época de muchos logros. A esta edad el niño mo lo sea su imaginación y sus gustos y costumbres

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Adolescentes ción, acompañándolo con afirmaciones positivas y


respiraciones profundas. Si lo desea, o a medida que
En esta edad se pueden beneficiar mucho con estas lo va practicando, puede incorporar a alguna persona
técnicas, pues tienen gran capacidad para aprenderlas y querida en la escena y pueden intercambiar palabras
aumentar su autocontrol. El muchacho es menos sensi- en su imaginación; se pueden utilizar también esce-
ble y receptivo a los comentarios halagadores de padres nas del mar o sumergirse en un lago de aguas tibias y
o adultos y valora el reconocimiento de sus amigos; por transparentes donde el agua, limpia, alivia el dolor y
eso es importante que sean ellos quienes refuercen sus cura.
logros en relación al uso de técnicas.
Las técnicas de respiración, así como las visualiza-
ciones, son las más apropiadas para esta edad.
Es conveniente dirigirse al adolescente con una Anexos
explicación de este tipo: “Estamos enseñando algunas
técnicas que creemos que te pueden ayudar a afrontar
los procedimientos de forma más confortable, dado que Cuestionario a los padres
generalmente causan dolor, molestias y ansiedad. Estas
técnicas son simples, y te ofrecemos esta posibilidad
además de la medicación. El dolor que sentimos puede De sus experiencias de niño con el dolor
modificarse según lo relajados que estemos o según a
qué prestemos atención y qué nos digamos a nosotros • Cómo respondían sus padres cuando algo le dolía.
mismos. Me gustaría enseñarte cómo puedes sacar ven- • Cómo respondían sus padres cuando otra persona
taja de habilidades que el cuerpo tiene naturalmente. tenía/sentía dolor.
Una de ellas es la ‘respiración de relajación’: ayuda a • Que decían o hacían sus padres cuando usted sen-
respirar lenta y profundamente mientras concentramos tía dolor.
la atención en una situación placentera y nos convence- • Cómo se sentía con esa forma de responder de ellos.
mos a nosotros mismos de que podemos afrontar la si- • Cuáles son las historias de dolor/enfermedad de su
tuación con menos dolor y ansiedad”. familia.
Para la visualización es importante transmitirle que • ¿Cómo afectan éstas a su modo de afrontar hoy el
si imaginamos una situación de miedo, como una tor- dolor?
304
menta en medio del mar o un asalto, sentimos inmediata- • ¿Podría decir cuál era el mensaje acerca del dolor
mente temor y miedo. Por el contrario, si imaginamos en su familia?
una situación agradable y placentera, la respuesta será de
calma y relax. La imaginación guiada es una técnica su-
mamente útil para niños y jóvenes con episodios de do- De su propia experiencia de dolor
lor, y más aún si se combina con ejercicios de respiración.
Además, ayuda a redireccionar la atención en otra cosa • ¿Cómo afronta usted el dolor?
menos estresante o dolorosa. Se puede elegir entre practi- • ¿Es su estilo similar o diferente al de sus padres?
carla de un modo activo o pasivo (con apoyo de un asis- • ¿Cuál considera que es su mejor modo de lidiar
tente o pasivo que lo realiza solo). Debe ayudarle a elegir con el dolor y por qué?
una imagen que sea apropiada para él. Tenga en cuenta: • ¿Cómo afecta eso en el modo de acompañar a su
hijo?
• Las experiencias previas con imaginación. • ¿Cuál es el mensaje familiar respecto a eso?
• La habilidad para utilizar varios sentidos para crear
la imagen en su mente.
De la experiencia de su hijo con el dolor
Ejemplo:
• ¿Cómo afronta su hijo el dolor?
“Cierra los ojos y relájate profundamente. Concén- • ¿Qué es lo que su hijo hace que sea útil para
trate en tu respiración buscando que sea lenta y suave. afrontarlo?
Ahora vas a imaginar que estás en un lugar agradable y • ¿Cómo responde usted cuando su hijo tiene dolor?
a sentir que estás realmente allí. Te ves caminando a • ¿Está sola con él o comparte estos episodios con el
través de un bosque con una brisa cálida y una hierba padre u otro familiar?
suave; estas descalzo y sientes la hierba bajo tus pies y • ¿Está conforme con su modo de responder?
el aire en tu cara. Sonríes porque te sientes relajado y a
gusto. Ves el cielo azul y brillante, escuchas pájaros can-
tando. Estás muy tranquilo, sin preocupaciones; te Descripción de los
sientes seguro. Te acuestas en la hierba suave para sentir procedimientos
el sol y la brisa.”
Se va describiendo un lugar pensado y ofrecien- A continuación describiremos los procedimientos
do detalles que le ayuden a que florezca su imagina- más frecuentes:

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16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

• Venopunturas. de la enfermedad. Además —y principalmente— sirve


• Punción de médula ósea. para administrar medicación dentro del sistema nervio-
• Punción lumbar. so central. La medicación que se administra se llama
• Colocación y habilitación del catéter. “quimioterapia intratecal”.
Cada institución utiliza distintos métodos anes-
tésicos. En algunas se coloca un parche anestésico en
Venopunturas la zona que se va a pinchar, que ayuda a disminuir el
dolor; en otras se usa analgesia, y en otras, sedo-
Se realizan con gran frecuencia, ya que sirven para analgesia.
administrar medicación endovenosa, transfusiones, rea-
lizar análisis de sangre, etc. A veces es necesario utilizar Posición
las venas, aun en niños con catéter. Los pinchazos due-
len, y después de muchos pinchazos es más difícil en- La posición más frecuentemente utilizada es senta-
contrar las venas adecuadas. do sobre una camilla, con las piernas cruzadas como un
Es probable que antes de pinchar, la persona que indio, a fin de encorvar la columna y que el arquea-
lo realiza, mire ambos brazos con el lazo puesto para miento de la espalda permita la máxima separación en-
evaluar cuál es el mejor lugar. El niño puede informar al tre las vértebras.
técnico (enfermera-hemoterapia, residente) sobre su La posición del niño en la PL es fundamental para
preferencia, sabiendo que la decisión la tiene el que poder hacerla rápido y bien. La aguja debe ser colocada
lleva a cabo el procedimiento. en el espacio entre dos vértebras. Imagine que la colum-
na fuera un acordeón: cuando estamos sentados dere-
chos, todos los huesos de la columna (vértebras) están
Punción de médula ósea juntos y no hay espacios entre ellos; cuando nos encor-
vamos, los huesos se “despegan” y es más fácil para el
Se realiza para el diagnóstico y control de la evolu- médico encontrar el espacio en el que tiene que hacer la
ción de la enfermedad en el caso de leucemias, o para punción. Por eso el niño debe estar sentado sobre una
definir el estadio de la enfermedad en casos de linfoma camilla, con las piernas cruzadas y encorvando la espal-
o algunos tumores sólidos. da, a fin de que la columna quede “arqueada”.
La realización de la primera punción de médula El oncólogo se coloca detrás del niño, y delante se
ósea en un niño genera gran angustia, por lo desconoci- coloca la enfermera que lo sostendrá, a fin de que man- 305
do y por el “miedo” al resultado. tenga la posición. Es frecuente que se le mueva y se le
Habitualmente se lleva a cabo con anestesia gene- sujete para dar con la postura más adecuada. Como los
ral por lo que puede ser que el paciente deba leer y, si le niños con frecuencia se angustian con estos movimientos
parece adecuado, firmar un “consentimiento escrito” forzados y raros, es útil explicarles de antemano que los
para la autorización de la anestesia. van a agarrar fuerte y que los acomodarán para poder
Las siguientes punciones siempre generan angustia hacer la punción con rapidez y con la menor molestia
porque se está comprobando si la enfermedad está con- posible. Al saber qué se les va a hacer y por qué, dejarán
trolada (en remisión) o no. En general, después de la de moverse y podrán ser sujetados con mayor facilidad.
primera punción los padres saben que con una correcta
analgesia y sedación no habrá dolor ni memoria del El procedimiento
hecho.
Se extrae líquido cefalorraquídeo, y luego se inyec-
Cuidados posteriores ta la medicación. El procedimiento dura muy poco
comparado con el tiempo que lleva su preparación. A
Si recibió anestesia, deberá permanecer acostado y pesar de que es un tiempo realmente corto, en general
en ayunas aproximadamente 2 horas. La enfermera le se vive como muchísimo mas largo.
indicará cuándo puede empezar a beber un poco de Habitualmente la punción se realiza en la “sala de
agua y después poder comer. procedimientos”. Es el lugar donde se preparan y se
Puede sentir dolor en el lugar en que realizaron la realizan procedimientos para todos los niños, de modo
punción (está dentro de lo esperable). Si es así, consulte que es bueno explicar al niño que todo lo que está vien-
con el médico, quien le podrá indicar un analgésico. do en la sala no es para él.
Según el hospital, y sobre todo en los más grandes,
el oncólogo que realiza el procedimiento no es siempre
Punción lumbar (PL) el mismo.
Para la familia, la punción es un procedimiento te-
En las leucemias se la utiliza como parte del trata- mido y difícil y genera gran tensión; muchos padres co-
miento curativo. mentan que no pudieron dormir pensando en que “les
Permite evaluar el líquido cefalorraquídeo (LCR), tocaba la punción”, o relatan el sueño inquieto y sobre-
que rodea todo el cerebro y la médula espinal. Se exa- saltado de su hijo durante la noche previa. También ma-
mina esa zona para ver si hay células malignas propias nifiestan sus impresiones respecto de que algunos oncó-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

logos “tienen mejor mano” que otros. Sin embargo, para antibióticos). La misma aguja puede quedar varios días.
los oncólogos no es una práctica estresante y consideran Una vez terminado ese bloque de tratamiento, se retira.
que no exige una gran experiencia sino un entrenamien- Como el catéter está conectado a venas profundas,
to preciso. Es importante conocer esto para acompañar y hay que tener mucho cuidado de que no se infecte. Por
transmitir confianza y seguridad a los niños. eso la habilitación siempre debe realizarse en condicio-
nes estrictas de higiene, generalmente en la sala de
Cuidados posteriores procedimientos. Según la institución, alguno de los pa-
dres podrá acompañar a su hijo.
El niño debe permanecer acostado sin almohada Si bien el procedimiento en sí es sencillo y suele
durante una hora aproximadamente, para que la medi- doler menos que una venopuntura, el hecho de que sea
cación circule por el sistema nervioso central (a diferen- en el pecho y con normas de higiene estrictas hace que
cia de la punción de médula ósea, en que también de- los niños se angustien, sobre todo al principio.
ben descansar pero sólo hasta que pase el efecto de la
anestesia, si es que la han recibido). El procedimiento
No puede comer ni beber agua hasta 2 horas des-
pués, aproximadamente. La enfermera le irá indicando El niño debe acostarse en la camilla; la enfermera
lo que debe hacer. estará vestida con camisolín, barbijo, guantes y gorra
Podría llegar a tener dolor de cabeza o en la zona estéril.
del pinchazo; en ese caso, coménteselo al médico, que Después de limpiar la zona, ni los padres ni el niño
le indicará un analgésico si lo estima conveniente. pueden tocar el área, por lo que es recomendable que el
niño ponga la mano del lado del catéter debajo de la cola
(ayuda a controlar los movimientos impulsivos), e incli-
Colocación y habilitación del catéter ne la cabeza hacia el lado opuesto al del catéter. Luego la
enfermera apoya un papel estéril (campo), con un aguje-
El catéter es un tubo de caucho siliconado que se ro que deja expuesto únicamente el sector de piel donde
conecta a una vena gruesa profunda y permite adminis- está el catéter, y sólo en ese momento pincha.
trar medicamentos directamente a la sangre durante un El dolor del pinchazo es corto en comparación con
largo tiempo. el pinchazo de una vena, pues la zona donde se realiza
Permite tener una vía de entrada para la medica- el pinchazo es grande y éste se lleva a cabo de un solo
306 ción y para la extracción de sangre sin tener que pin- intento. Sin embargo, el tiempo que se tarda en acomo-
char las venas. Habitualmente las venas se infiltran y dar y tapar con gasas y cinta es más prolongado, y el
llegan a romperse como consecuencia de un tratamien- niño, por la postura que tiene, no puede ver el lugar
to largo e intenso. Los mismos pacientes muchas veces donde se lo hacen. Esto a veces motiva que continúe
eligen la vena que saben que les sirve, en un intento de angustiado mientras la enfermera aplica gasas, tapa y
evitar muchos pinchazos infructuosos. Otras veces, so- pone suero, y el niño suele asustarse, por lo que convie-
bre todo en niños pequeños, llega un momento en que ne calmarlo y contarle qué es lo que se está haciendo.
no hay vena sana para pinchar. El catéter es una solu- Cuando no hay tratamiento durante periodos lar-
ción a estos problemas. gos, es necesario mantener el catéter “activo” (si no se
Otra ventaja de tener un catéter es que, como se usa, se tapa). El procedimiento para el mantenimiento
coloca en el pecho, da mayor libertad de movimientos del catéter es igual a la habilitación del mismo, es decir,
(los brazos y las piernas no están “atados” a una vía). con las mismas normas de higiene, sólo que al final no se
Esto permite que los niños jueguen o realicen otras ac- deja colocada ninguna aguja; únicamente se tapa el área
tividades acordes con sus necesidades físicas y emocio- del catéter durante unas horas. Se lo llama “servicie”.
nales mientras se les administra el tratamiento. El catéter sólo podrá ser usado en la institución o
en el hospital en el que el niño recibe tratamiento, o en
Colocación el algún otro lugar siempre y cuando así lo autorice su
médico. Si la consulta se realiza en una salita o en otra
El catéter se implanta en la zona del pecho, debajo institución, es preferible que le hagan una venopuntu-
de la piel, mediante una operación sencilla que se reali- ra, pues sólo puede usar el catéter el personal que haya
za con anestesia general, en el quirófano. Un tiempo sido entrenado especialmente.
después, una vez terminado el tratamiento, el catéter se
retira, también en el quirófano.

Habilitación del catéter u u Casos prácticos u u

Se llama de esta forma al procedimiento de colocar


la aguja para administrar la medicación. Se usan unas Caso número 1
agujas especiales que se llaman agujas Huber. La habili-
tación se realiza cada vez que el niño va a recibir qui- Araceli (A.) (5 años).
mioterapia u otro tratamiento endovenoso (por ejemplo, Diagnóstico: leucemia linfoblástica aguda.

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16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

Juan (26)
Graciela (33) Pablo (38)
María (26)
Repartidor Ama de casa Policía

Araceli (5)
Pablo (15)
Ana (13)

Llega al hospital con su madre, por fiebre y decai- elija algunos libros para jugar en la sala de procedi-
miento de 15 días de evolución, que no ceden con la mientos, mientras se le explica la rutina. Una vez allí,
medicación. Queda internada después de que se le rea- se angustia y llora, pero va permitiendo realizar el
lice un hemograma que hace sospechar una leucemia. procedimiento sin que la angustia la desborde. Al fi-
La hemato-oncóloga pasa a visitarla en la habitación nalizar sonríe a su madre y le dice: “¿Viste qué bien lo
junto con una terapeuta. Después de hacerle un reco- hice?”. La terapeuta le regala un stiker de premio y la
nocimiento, se informa a la madre, a solas, de que se le médica la felicita. Después del diagnóstico se le indi-
realizará una punción de médula ósea (PMO) para po- có que había que colocarle un catéter: Se trabajó con
der llegar al diagnóstico. La madre se angustia y se enfa- A. en la habitación informándole acerca del catéter,
da mucho con el equipo, y pregunta si no hay otra for- de su función, cómo le quedaría, etc., pues no podía
ma de saber qué es lo le pasa a su hija, que sólo ha teni- ir a la sala de juegos por sugerencia del equipo. Sale
do fiebre. Se le pide que llame a algún familiar, pero se de la cirugía del catéter con la aguja colocada para 307
niega; dice que está separada y que el padre hace años iniciar su quimioterapia.
que no la ve. Una vez que se le explica nuevamente la La siguiente habilitación del catéter se realiza con
sospecha, se calma y comprende que su estado emocio- crema anestésica en la zona del pinchazo. Cuando A. ve
nal no ayudará a Araceli a transitar por el procedimien- que van a iniciar el procedimiento, grita asustada y pide
to con buena predisposición. Se conviene con ella que que paren. En ese momento se le explica la diferencia
se le explicará a la niña el procedimiento que se llevará entre el miedo a algo nuevo y el dolor. La vez anterior le
a cabo. habían habilitado el catéter mientras estaba dormida y
Vuelven a la habitación y la médica le explica a A. ahora decía que le dolería mucho que le pincharan ahí.
que para poder saber qué es lo que la tiene decaída se le Ahora se le informa sobre la rutina y se le dice que en el
va a hacer un estudio que es un pinchazo por encima momento del pinchazo ella podría apretar fuerte la ma-
de la nalga (indica el lugar), que le darán medicación no de su madre y contar hasta tres, que es el tiempo en
para que no le duela, y jugará con la terapeuta que le va que “duele”, y que luego, aunque ella no vería el lugar
a ayudar a que todo pase más rápido y duela menos. La en que la pinchan, ya no se le haría nada doloroso, y
médica se retira. que solamente se ponen gasitas para que eso esté bien
A diferencia de su madre (que permaneció en un limpito y no le cause problemas. La niña accede a que le
rincón de la habitación y, al ver que A. empezaba a ju- realicen el procedimiento.
gar y estaba tranquila, se retiró a fumar), A. escucha y A. continúa con habilitaciones, sin nuevos episo-
pregunta, sin desbordarse. dios de angustia. Las punciones lumbares fueron reali-
Se interesó por la posibilidad de jugar en la sala zadas tres veces, con asistencia terapéutica; mientras, se
de juegos. Cuenta que va al jardín de infancia, a la fue trabajando con la madre mediante entrevistas y en
salita 4, y que allí tiene a su maestra, Juana, con la sala de punción, para que pudiera sostener a su hija
quien juega, y ve en la terapeuta una maestra en en ese momento y, en forma más general, acompañarla
quien confiar. En la sala juega con la terapeuta, dra- en el tratamiento.
matizando la escena que después va a ser vidida. La
niña representa a una doctora enfadada que pincha a
los pacientes muchas veces; la terapeuta hace de ma- Caso número 2
dre que va pidiendo a la doctora explicaciones y que
protege a su hija. A. se va tranquilizando en su papel, Marcelo (M.) (16 años).
y de esa forma se van introduciendo en el juego los Diagnóstico: osteosarcoma en la pierna derecha,
pasos a seguir para la PMO; después se le dice que recaído.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

die, al contrario. Para aliviar la angustia previa al proce-


Luisa (44) Tom ás (45)
Ama de casa Agricultor
dimiento, y teniendo en cuenta sus características, se
practica con visualización y respiración. Rápidamente
identifica, como su lugar de descanso y tranquilidad,
un río cercano a su casa, y recuerda un paseo familiar
donde se sintió feliz. Se trabaja con un ejercicio de res-
piración y se combina con la rememoración de esa esce-
na. M. logra relajarse y la visualiza sin dificultad. Se le
Marcelo (16) Luis (19) Tom ás (21) indica que lo realice en el hospital, antes del tratamien-
to que se le va a hacer, y si lo logra, que durante el pro-
cedimiento (esto sería lo mejor) cierre los ojos, respire
profundamente y se imagine en ese lugar. Al regresar,
M. esta viviendo con su madre en un hotel de la relata el éxito del procedimiento con alegría, pues pudo
capital. Vinieron de Tucumán, una provincia del norte dominar la situación. Al avanzar la enfermedad y co-
del país, para el tratamiento. Allí quedaron sus dos her- menzar con mucha falta de aire, se vuelve a los ejerci-
manos mayores y su padre. El joven fue operado des- cios de visualización que le permitían relajarse y tran-
pués de un tratamiento de quimioterapia. A los 8 meses quilizarse.
se le amputó la pierna y continuó con su tratamiento,
siempre con muchas complicaciones e internamientos
prolongados. A los 6 meses de finalizar el tratamiento,
estando en su casa, presenta síntomas respiratorios; re- Bibliografía
torna a la capital, donde le diagnostican la recaída de su
enfermedad, con metástasis en un pulmón, hígado y 1. Schechter NL, Berde C, Master M. Pain in infants, children and
columna. Se le indica quimioterapia paliativa. M. es un adolescents: an overview. In Pain in infants, children and adoles-
cents (second edition, pp. 3-18). Philadelphia: Lippincott,
joven educado, de pocas palabras; le gusta leer y tiene Williams and Wilkins. 2003.
buena disposición para distraerse. Cuando se le conoce, 2. Medín G, Méndez T. Pinchazos y punciones. Qué podemos hacer
es derivado al equipo de dolor. para aliviar el dolor. Fundación Natalí Dafne Flexer. 2004, Bue-
M. relata muchas situaciones de dolor y sufrimien- nos Aires. Argentina.
to desde el inicio de su enfermedad, que pudo ir sobre- 3. Mucci M. Psicoprofilaxis quirúrgica. Una práctica en convergen-
cia interdisciplinaria. Paidós, 2004. Buenos Aires.
308 llevando, pero ahora se siente muy angustiado, con po-
4. Ljungman G, Kreuger A, Gordth T, Sorensen S, Rawal N. (1996).
cas fuerzas, pues el hecho de recibir una medicación Treatment of pain in pediatric oncology: A Swedish nationwide
sencilla, por vena, como la que recibió muchas otras survey. Pain, 68, 385-394.
veces, hoy se le ha transformado en una de “sus peores 5. Hidden J M, Emanuel EJ, Faiclough DL, et al (2001). Attitudes
pesadillas”. Tiene sus venas muy lastimadas y no tolera and practices among pediatric oncologists regarding end of life
care: Results of the 1998 American Society of Clinical Oncology
un pinchazo más. Entiende que debe hacer la quimiote-
Survey. Journal of Clinical Oncology. 19, 205-212.
rapia, pero dice que las venas se le rompen y que es un 6. Wolfe J, Grier H, Klar N, et al (2000). Symptoms and suffering at
problema encontrarlas; se angustia. Se le escucha y re- the end of life in children with cancer. New England Journal of
conoce su difícil situación. Revisamos las cosas que le Medicine, 342, 326-333.
angustian especialmente. M. fue identificando los mo- 7. Ljungman G, Gordth T, Sorensen S, Kreuger A (2000). Pain va-
mentos que le resultaban de mayor angustia, para po- riations during cancer treatment in children. A descriptive study.
Pediatric Hematology and Oncology, 17, 211-221.
der ir buscando modos de encontrar alivio. 8. Stuber M, Kazac A, Meeske K, et al (1998). Is post traumatic
stress a viable model for understanding responses to childhood
1. Cuando sabía que debía ir al hospital, la noche cancer? Child and adolescent Psychiatric Clinics of North Ameri-
previa no podía dormir y se ponía tenso. ca, 7, 169-182.
2. La enfermera le buscaba la vena sin consultarle 9. Weisman S, Bernstein, et al (1998). Consequences of inadequate
analgesia during painful procedures in children. Archives of Pe-
nada. Él quería decirle dónde, pero no se atrevía.
diatric Adolescent Medicine, 152, 147-149.
Siempre “fue un buen paciente y no podía mos- 10. Berde C, Billett AL, et al (2002). Symptom management in su-
trarse temeroso”. pportive care. In Pizzo & Poplack (eds). Principles nad practice
3. Le decía que no era nada, que era sólo un momen- of pediatric oncology (4 ed. pp. 1301-1332). Philadelphia: Lip-
to, y esto le enfadaba mucho. pincott, Williams and Wilkins.
4. Comenzaba a temblar cuando le pinchaban y la 11. Broome ME, Lillis, et al (1992). The use of distraction and imagi-
nery with children during painful procedures. Oncology Nursing
sangre no venía enseguida. Forum, 19, 499-502.
12. OMS. Alivio del dolor por cáncer. Guía Clínica Práctica N° 9 Mane-
Se fue trabajando sobre estos puntos. M. aceptó jo del Dolor por Cáncer del U.S. Department of Health and Human
que su madre le apoyara para poder decir a la enferme- Services Public Health and Human Agency for Health Care Policy
ra qué prefería, si podía pinchar en una vena y no en and Research. AHCPR Publication N° 94-0592 Marzo 1994.
13. Kuttner L, PhD. A Child in Pain. How to help, what to do. Hart-
otra. Reflexionamos acerca de lo que es ser “buen pa-
ley & Marks Publishers, U.S.A., 1996.
ciente” y sobre lo que él estaba pasando en esta nueva 14. Bauchner H, Waring C, Vinci R. Parental Presence during Proce-
etapa, y hablamos sobre el hecho de que estar angustia- dures in an Emergency Room: Results from 50 observations, Pe-
do y necesitar otras cosas no implicaba defraudar a na- diatrics Vol 87 N° 4 April 1991. Boston, U.S.A.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


16. Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer

15. Caprotta G, Araguas JL, Otero P, Pena R. Presencia de los padres 16. Kazac A, Penati B, Brophy P, Himelstein B. Pharmacologic and
y/o cuidadores de pacientes durante la realización de procedi- Psychologic Interventions for procedural pain. Pediatrics Vol 102
mientos. ¿Qué opinan los médicos que asisten niños? Archivos N 1 July 1998, 59-66.
de Pediatría, 2004; 102 (4). Bs. As. Argentina

309

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Atención en la agonía

Rosa Germ

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ • Físicos.
• Emocionales.
Objetivo general • Sociales.
u Reconocer los cambios físicos, emocionales y espiri- • Espirituales.
tuales que se producen en el niño y en el adolescente
y su entorno significativo en los últimos días u horas En este transitar también intervienen variables de-
de vida. pendientes de la progresión de la enfermedad y de los
tratamientos indicados para su alivio. El siguiente es-
Objetivos específicos quema intenta ser una ayuda para comprender este
u Explicar dos caminos posibles y las causas que favo- proceso y poder actuar más idóneamente con nuestros
recen uno u otro. pacientes (EPEC: Education for Physicians on End-of-Life-
Care, Asociación Médica Americana)2.
u Destacar la importancia del control de síntomas en
esta etapa.
u Sugerir indicaciones de sedación en el final de la vida. Rutas

u Anticipar causas de duelo prolongado. Usual o Deseable Inusual o Com pleja 311

Sueño Desasosiego

Letargo Confusión

Definición de agonía Obnubilación Agitación

Alucinaciones
Se denomina agonía al estadio final de una enfer-
medad avanzada, en el cual la muerte es evidente en Delirio

cuestión de días u horas. Este proceso se evidencia a


Mioclonías
través de cambios físicos y psicológicos.
Es reconocida como la más profunda y difícil ex- Convulsiones

periencia que un ser humano debe afrontar, provocan-


do un conjunto de situaciones emocionales y psicológi-
cas de gran complejidad. Su adecuado acompañamien- Estado comatoso

to puede favorecer un significativo crecimiento del pa-


ciente y de la familia. Nuestra tarea puede ayudar a la
familia a comprender que los cambios que ellos obser-
van en el ser amado pueden ser muy diferentes a la Muerte
propia experiencia del paciente1.
La soledad, el aislamiento y el mal control de los Figura 1. El proceso de morir.

síntomas en esta etapa pueden llevar a las familias a


sentimientos de frustración, temor, ira y fantasías de
que algo hicieron mal. Todas estas emociones son facto-
res negativos para la evolución de un duelo normal. La persona en el proceso de
Es el momento en que el cuidado paliativo debe ser morir
tanto o más intenso que el mismo cuidado intensivo.
En los últimos días de vida, el camino hacia la La Figura 1 pretende mostrar que en el proceso de
muerte puede transitar por dos rutas diferentes, una morir pueden presentarse diferentes situaciones, pero
más tranquila y otra más dificultosa. En este camino que las mismas no siempre deben darse, como lo mues-
intervienen factores: tra este algoritmo. Por ejemplo, puede haber un estado

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

confusional, pero el paciente no tener mioclonías o Consideraciones acerca del niño


convulsiones2. enfermo
Además, la presencia de síntomas neurológicos
puede ser más frecuente en niños o adolescentes con El niño que va morir tiene percepción de su enfer-
tumores de sistema nervioso central (TSNC), que es la medad y de su muerte por “percepción de su mundo
segunda causa de cáncer infantil. interno y de su mundo externo”. Esto depende de su
desarrollo madurativo; a los 3 años puede tener con-
ciencia de un cambio de estado; a los 5-6 años, de la
Consideraciones acerca del universalidad de la muerte, y a los 8-9, de la propia.
soporte a la familia Esto se ve influenciado por factores culturales y perso-
nales y por experiencias familiares. Necesita saber que
Las familias que se ven enfrentadas al impacto de no estará solo ni excluido, que sigue siendo él mismo,
una enfermedad amenazante o limitante para la vida valorado y considerado como persona.
tienen sentimientos encontrados de temor y culpa por
Que el niño comparta sus sentimientos, temores y
el hijo enfermo, y miedo y angustia ante la posibilidad
angustias dependerá de los patrones de comunicación
real de la muerte. Los padres deben brindarse protec-
en la familia, “abiertos o cerrados”, de sus propios sen-
ción mutua cuando ambos están desconcertados y dé-
timientos de ser escuchado, de las actitudes de la fami-
biles. Ante tanta confusión, es muy importante y de
gran ayuda que sientan y recuerden que el equipo que lia y del propio niño.
trata a su hijo está atento y concentrado en aquellos as- Más allá del pronóstico de la enfermedad, todo ni-
pectos que los padres sienten como importantes. Éstos ño tiene necesidades y derechos, que, como adultos, de-
son algunos principios que se deben seguir cuando tra- bemos no sólo conocer sino respetar (Figura 2)7.
bajamos con familias en esta situación:

• Escuchar lo que los padres y el niño dicen.


• Observar sus códigos de comunicación. OBJETIVOS EN ESTA ETAPA
• Estar atentos a sentimientos de enojo, miedo, ne-
gación, falta de autoestima, aflicción, duelo antici- En una mano está el deber de cuidar y proteger al
patorio. enfermo, y en la otra, atender el sufrimiento de familia-
• Ayudar a que expresen sus sentimientos. res y cuidadores. El deseo de “hacer todo lo posible”
312
• Hablar de sus miedos y temores. para prolongar la vida puede interferir con una adecua-
• Mantener la esperanza ayudando a la aceptación da estrategia de cuidado3.
de la realidad. Podemos dividir los objetivos en tres:
• Identificar sus deseos y expectativas.
• Realzar sus fortalezas. 2. Controlar los síntomas y signos asociados a la pro-
• Asegurar su acceso a la información. gresión de la enfermedad.

Tener cuidados físicos y Ser amado Poder elegir


espirituales

Tener deseos y objetivos Ser tratado con


honradez

Niño
Tener paz
Comunicarse

Ser respetado
como persona

Usar su tiempo libre Tener dignidad

Figura 2. Necesidades y derechos del niño.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


17. Atención en la agonía

3. Acompañar al paciente y su familia: compartir cando hielo molido en la boca, disminuye la sensa-
con ellos aspectos relacionados con la muerte ción subjetiva de sed.
próxima y con lo que se debe hacer cuando la Los niños con deterioro cognitivo secundario a la
misma ocurra. enfermedad, como Tumores del sistema nervioso
4. Monitorizar el duelo: compartir y discutir con la central (TSNC), o por alguna circunstancia produ-
familia el significado de la pérdida del ser querido, cida durante el tratamiento, puede ser que ya ten-
su impacto en toda la familia y en las personas gan colocada una sonda nasogástrica (SNG), que
allegadas. Conversar sobre las reacciones normales será entonces una vía adecuada para mantener la
en el duelo y de aquellas que pueden ser indicado- medicación y el aporte de líquidos.
ras de un duelo patológico en cualquiera de sus • Síntomas físicos producidos por la enfermedad (dolor,
miembros. disnea, vómitos). Utilizar la medicación impres-
cindible para controlar los síntomas.
• Trastornos de la conciencia. Son el resultado de múl-
1. Control de los síntomas y tiples factores irreversibles y concurrentes. Algu-
signos asociados a la nos de ellos están relacionados con la falta de ba-
progresión de la enfermedad4, 5 lance metabólico, acidosis, fallo multisistémico
con acumulación de toxinas, efectos adversos de
En esta etapa es posible que algunos síntomas pue- los medicamentos, disminución de la perfusión
dan empeorar y es frecuente la aparición de otros. Esta cerebral, etc.
situación puede causar alarma si no es conocida por la • Excitación psicomotriz. También llamado delirio ter-
familia y por el equipo que trata al paciente. Requiere minal.
para su abordaje conocer sus causas, fisiopatología y El delitio terminal es el trastorno cognitivo más
tratamiento específico. frecuente en cuidados paliativos. Alrededor del
80% de los pacientes adultos presentan este tras-
Signos y síntomas más frecuentes3 torno en la etapa terminal del cáncer6.
El deterioro cognitivo es global. El rasgo distintivo
• Debilidad marcada y fatiga. Extremar los cuidados es la reducción de la atención y una alteración del
del confort. estado de conciencia, a las que se asocian des-
• Dolor al movimiento. Como el anterior, puede rela- orientación, alteración de la memoria y de las per-
cionarse con la debilidad que en pediatría sólo se cepciones (alucinaciones, ilusiones), lenguaje in- 313
observa en algunos adolescentes que padecen tu- coherente, alteraciones en el ciclo vigilia-sueño y
mores sólidos de lenta evolución. El síndrome ca- en la actividad psicomotriz. Basado en esto último,
quexia-anorexia es prácticamente inexistente en la ha sido clasificado como hiperactivo, hipoactivo o
edad pediátrica. mixto7. El modo de comienzo es agudo, variando
• Trastornos de la ingesta. Explicar y ayudar a la fami- entre algunas horas o días.
lia a comprender que la pérdida del apetito y la Evaluación: el Minimental Test de Folstein (MMT)
disminución de la ingesta de líquidos en esta etapa arrojará datos de gran alteración, pero no permite
son normales. Se debe mantener las mucosas hú- hacer el diagnóstico específico. Para esto se utili-
medas; utilizando pequeños sorbos de agua o colo- zan los criterios diagnósticos de DMS IV (Tabla I),

Tabla I. Criterios diagnósticos de delirium según DSM IV8.

I. Alteración del estado de conciencia (disminución o alteración de la percepción del ambiente), con
disminución en la capacidad de concentración y de mantener o cambiar el foco de atención.
II. Alteraciones cognitivas (memoria, orientación, lenguaje) o desarrollo de alteraciones de la percepción
(alucinaciones o ilusiones), no determinadas por una demencia.
III. Trastorno desarrollado en un corto periodo de tiempo (usualmente, en horas o días) y tendencia a fluctuar
a lo largo del día.
IV. Evidencias que permiten establecer la etiología desde la historia clínica, el examen físico o exámenes de
laboratorio.

Clasificación etiológica

1. Debido a una condición médica general.


2. Debido al uso de fármacos (uso médico, abuso o abstinencia).
3. Debido a múltiples etiologías.
4. Debido a una causa no específica.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Tabla II. Fármacos para tratar el delirio.

Neurolépticos Benzodiacepinas

Haloperidol: 0,01 - 0,05 cada 12 h, VO, SC, IV. Lorazepan: 0,1 - 0,4 mg cada 4 h, VO, IV.
Clorpromazina: 0,5 mg cada 6 h, VO, IV. Midazolam: 0,05 mg/kg/dosis SC, IV;
Levomepromazina: 0,25 - 1 mg cada 8 h, VO, SC, IV. 0,5 mg/kg/dosis VO.
Risperidona: 0,5 mg cada 12 h.
Se debe usar previa consulta con psiquiatría.

la escala de Delirium o la Escala de Delirium del 3. Monitorizar el duelo


Memorial8, 9, 10. Este último es un instrumento que
permite medir además la intensidad del delirio, Compartir y discutir con la familia el significado
pudiendo servir como guía de la evolución del de la pérdida del ser querido (hijo, hermano, esposo,
cuadro clínico y de la respuesta a los tratamientos. padre) y su impacto en el grupo familiar que sobrevive.
A pesar de estas estadísticas en adultos, en niños y Se debe hablar sobre las reacciones normales en el due-
adolescentes es de extrema rareza, y, cuando se lo y sobre aquellas que pueden ser indicadoras de un
presenta, tiene siempre una causa orgánica. Ante duelo patológico en cualquiera de sus miembros. El
esta situación se requiere medicación específica duelo se estudia en profundidad en otros capítulos de
(Tabla II). este mismo texto.
• Alteración en el control de esfínteres.
• Miedo a la soledad, trastornos del sueño.
• Retracción libidinal. Los niños la utilizan a modo de
SEDACIÓN
despedida; expresa su necesidad de “cortar los la-
zos afectivos” con el entorno significativo para po-
“El cómo muere la gente
314 der morir. Esta retracción, cuando es permitida
permanece en la mente
por los padres, produce un estado de sueño tran-
de los que seguimos viviendo.”
quilo, con alta sedación. Puede suceder que inclu-
(Dame Cecily Saunders)
so no requiera medicación analgésica.
La responsabiidad de aliviar al paciente de un sín-
toma intratable es una exigencia moral, y la sedación
2. Acompañar al paciente y a su
terminal una respuesta apropiada a dicha obligación12.
familia

Compartir con ellos aspectos relacionados con la Indicaciones


muerte próxima y con lo que se debe hacer cuando la
misma ocurra. • Síntomas refractarios: dolor intratable, delirio, dis-
El acompañamiento de un paciente terminal y su nea, excitación psicomotriz.
familia es un proceso. Sin embargo, en esta etapa puede • Episodios agudos con alto grado de sufrimiento: he-
ser necesario hablar con ellos nuevamente sobre aspec- morragia masiva, convulsiones, alucinaciones,
tos vinculados a la pérdida. Las familias necesitan vol- perforación intestinal en pacientes agónicos.
ver a preguntar una y otra vez sobre el estado del pa-
ciente, y el equipo debe clarificar los objetivos del cui- La sedación puede mantenerse durante horas o
dado en esta etapa y la irreversibilidad del cuadro, cada días, a veces hasta una semana.
vez que los familiares lo requieran. Con relación a la sedación terminal se debe consi-
La conversación, afectiva pero honrada, sobre es- derar el “principio del doble efecto”. Una medida puede
tos aspectos permite a la familia tener herramientas pa- tener dos consecuencias: una intencional, que se refiere
ra afrontar el momento de la muerte y los posteriores, al alivio del síntoma refractario, y el segundo efecto, no
que son de alta desorganización emocional. En este sen- intencional, es que el paciente puede morir. Más que de
tido, es importante descubrir en la familia ampliada un efecto de la medicación, esto depende de la grave
quiénes pueden ayudar haciendo la labor de “organiza- alteración de los mecanismos adaptativos del organis-
dor externo” y cooperar en los trámites que hay que mo en esta etapa de la enfermedad.
realizar después de la muerte. No es indicación de sedación:
Debemos tener en cuenta también las creencias y
los aspectos sociales, culturales, religiosos de cada fami- • Angustia o ansiedad de la familia.
lia. Hay que facilitar la despedida. • Angustia o ansiedad del equipo que trata al paciente.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


17. Atención en la agonía

Procedimiento En su etapa final es internado por petición de los


padres, en muy mal estado general, desnutrido, con el
Se emplea una asociación de una benzodiacepina dolor controlado. Se detectan también metástasis pul-
de acción ultracorta, como el midazolam, que además monares.
provee amnesia anterógrada, y un opiode fuerte, tam- Los padres piden que no se le realicen exámenes
bién de acción corta, la morfina, con el objeto doble de de sangre y que se hagan transfusiones sólo por los sig-
lograr sedación y analgesia. Las dosis sugeridas para nos clínicos.
pacientes que no recibían previamente estos fármacos ¿Qué actitud adoptaría usted ante esta petición?
son las siguientes: ¿Con qué servicios debería ponerse de acuerdo si desea
cumplir con este deseo de los padres?
• Midazolam: 7,5 mg/dosis por vía intravenosa o Las normas de los servicios de hemoterapia exigen
subcutánea (niños: 0,05 mg/kg/dosis). un hemograma del día para transfundir.
• Morfina: 2,5 mg/dosis por vía intravenosa o subcu- En nuestro hospital “pudimos acordar con la jefa
tánea (niños: 0,05 mg/kg/dosis). de Hemoterapia los criterios de excepción a esta nor-
ma”, después de búsquedas bibliográficas y de acuerdo
Este esquema puede repetirse cada 15 minutos con el Comité de Ética.
hasta obtener la sedación. Si los síntomas se controlan, Han pasado ya cuatro días de internamiento; el ni-
puede indicarse un goteo continuo de la medicación, ño parece tranquilo, pero casi no toma nada de leche, y
calculando dosis para 12 o 24 horas. apenas la medicación. Los pediatras de la sala insisten en
Si el paciente recibía previamente opioides y/o la colocación de una SNG, pero los padres se niegan.
benzodiacepinas se debe aumentar la dosis de un 30% a ¿Qué actitud asumiría usted?
50%, hasta encontrar la dosis que produce sedación. Durante estos días los padres parecen enfadados y
Luego hay que indicar goteo continuo. no aceptan hablar casi de nada.
Otros fármacos que se deben utilizar son: ¿Usted qué haría? ¿Insistiría con el tema de la
SNG?
• Clorpromazina: 0,5 mg/kg/dosis cada 6 horas. Do- Al iniciarse la segunda semana de estancia en el
sis máxima: 150 mg/día. hospital, y como estrategia, visitamos a la familia diaria-
• Levomepromazina: 0,25 - 1 mg/kg/día, cada 6 mente y pudimos notar un cambio, y fueron ellos mis-
horas. mos los que en la conversación sacaron el tema de los
• Diazepan: 0,2 - 0,5 mg/kg/día, cada 6 horas hermanos. 315
Tratamiento inapropiado Esto nos permitió informarles sobre la evolución
del concepto de enfermedad y de muerte en los niños y
“El uso de medidas extraordinarias de trata- darles herramientas para hablar con sus hijos —dadas
miento en pacientes próximos a morir y sin expec- las grandes diferencias de edad entre ellos— y para ex-
tativas de recuperar la salud es inapropiado, y por plicarles las reacciones normales en los niños que están
tanto mala medicina. No tenemos el deber ni el viviendo un duelo.
derecho, legal o ético, de indicar una terapéutica Una noche, tres días antes de morir, los padres pi-
que prolongue la agonía.” dieron la colocación de la SNG cuando vieron que su
(Asociación Médica Americana) hijo se atragantaba al intentar tomar la medicación.
Lentamente, la actitud de los padres fue cambiando,
permitiéndose hablar y llorar. Pudieron decir que esta
agonía ya era demasiado larga para el niño y también
u u Casos prácticos u u para ellos. Entonces pudimos hablarles acerca del “per-
miso para morir” que los niños necesitan. El padre insis-
tía en que él no podía hacerlo y la madre decía que sí.
Caso número 1 La noche anterior a su muerte, los padres nos di-
cen que lo ven sufriente; no saben qué, pero algo le
I.K. es un niño de 4 años en la actualidad. duele más. Se observa un aumento marcado del tumor
Su madre es médica cardióloga de adultos y su abdominal y, ante la sospecha de sangrado intratumo-
padre es comerciante. ral, se decide la colocación de una vía endovenosa para
Ambos han constituido su segunda pareja, por lo optimizar la analgesia.
que I.K. tiene hermanos mayores de 5 y 10 años por el ¿Hubiera sugerido usted otra vía? ¿Qué datos de la
lado paterno; por parte de su madre, una hermana de 8 historia tomaría en cuenta para la decisión?
años y un niño menor de 2 años. Considere el estado de desnutrición para la elec-
Su enfermedad, un neuroblastoma, comenzó a los ción de la vía.
2 años de edad y al inicio quedó parapléjico por com- Por la mañana, I.K. presenta severa dificultad respi-
presión medular. Comenzó un tratamiento con quimio- ratoria y el padre pide que hagamos algo para aliviarlo.
terapia, con buena respuesta inicial, pero un año des- ¿Qué conducta adoptaría usted?
pués recayó con masa abdominal y una metástasis en Se observa que el niño sufre un intenso malestar,
calota que comprometió su globo ocular por invasión. por lo que se decide indicar sedación.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

¿Está usted de acuerdo con esta decisión? padre parecía ser una persona demasiado mayor. Ésta
Si no está de acuerdo, ¿qué hubiera hecho usted era su segunda mujer y de hecho M.C. tenía hermanos
ante esta situación? de 30 años.
Cuando I.K. muere, la madre no podía despren- La situación clínica fue empeorando y, ante los
derse del niño y repetía: “No te vayas”. episodios de tos y dolor, se habla con los padres sobre
Con el equipo, reflexionamos luego acerca de la indicación de sedación con morfina y midazolam.
quién no daba el permiso para morir. Los padres, después de muchas preguntas y dudas,
¿Qué otras reflexiones puede aportar usted sobre aceptan la indicación.
el caso? Explicamos a M.C. el porqué de esta decisión; ella
pedía volver a su casa, pero entendía que en esas condi-
ciones no soportaría un viaje de 900 kilómetros en am-
Caso número 2 bulancia, y la provincia no tenía avión sanitario.
Se inició la sedación subcutánea. ¿Cómo calcularía
M.C. es una niña de 9 años, portadora de una fi- usted la dosis de morfina, si la paciente recibía 30 mg
brosis quística diagnosticada a los 8 meses de vida. cada 4 horas por vía oral? ¿Elegiría usted otra vía?
Conocimos a M.C. a los 6 años de edad, por un M.C. permaneció viva son sedación durante 20
cuadro de dolor torácico severo. En aquel momento se días. Pedía de comer cuando despertaba y hablaba con
encontraba al cuidado de su madre, ya que vivían muy su madre y su padre, y les dio importantes mensajes de
lejos, en una provincia del norte del país donde se rea- despedida.
lizaba parte de su tratamiento. Durante este tiempo debimos realizar sólo dos in-
Ante la evaluación de la intensidad de dolor, M.C. crementos de sedación.
marcó la última cara en la escala de las caras modifica- Ante lo prolongado de la agonía, los médicos de la
das, y además en la escala numérica 10. La indicación sala insistían en que la niña no estaba controlada; sin
de morfina era lo correcto, pero la madre se negaba sis- embargo, los padres la veían tranquila y aliviada.
temáticamente. ¿A qué cree usted que se debe esta discrepancia?
¿Qué conducta adoptaría usted? ¿Trataría de con- ¿Cómo trabajaría la angustia del equipo que trata-
vencerla o le daría la medicación a la paciente sin infor- ba a la paciente?
marla? A medida que su estado iba empeorando, la rela-
Medicamos a M.C. con codeína, y después de va- ción con su madre especialmente fue cambiando desde
316 rios ascensos y con el dolor parcialmente controlado, le las peticiones a los mensajes: “Mamá, quiero que te
pedimos a su neumonólogo que nos ayudara, dado que quedes todo el tiempo conmigo”, “tengo miedo de mo-
es su médico de cabecera. Además, le dimos un manual rir y que no me abraces”, “mamá, te quiero”, “mamá,
para padres acerca del uso de morfina en niños. tengo hambre, diles que me traigan la comida…”, “no
Con estas estrategias, la madre accedió a la indi- quiero tomar esta medicina ahora; más tarde”.
cación de morfina oral, y además porque veía a M.C. Pide pan con mantequilla y dulce de leche, come
mucho mejor y que incluso toleraba la kinesioterapia, tres o cuatro bocados y dice:
algo muy importante para el tratamiento de su enfer- “Esto sí que es vida, es el placer de la vida...”.
medad. El padre era muy tranquilizador para la madre y
Con la mejoría de su osteoporosis, pudimos dismi- afectuoso con la niña.
nuir y luego suspender el opioide. Se preocupaba mucho por los trámites que tendría
Dos años después vuelve a control en mal estado que hacer y cómo afrontar el traslado del cuerpo a su
general, desnutrida. Presenta un franco deterioro de la provincia.
función pulmonar y tiene episodios de tos asfíctica, con ¿Qué le contestaría ante estas cuestiones prácticas?
aumento severo del dolor torácico, por lo que se es in-
ternada.
Se discute en el Servicio de Neumonología, asu-
miendo que se encuentra en la etapa terminal de su Bibliografía
enfermedad.
Informan a la madre sobre esta situación. La pri- 1. Doyle D, Hanks GW, Macdonald N. Oxford Textbook of Palliati-
mera reacción fue regresar a su provincia, pero las con- ve Medicine 1998. Oxford University Press Chapter 1.
diciones clínicas no lo permitían en ese momento. 2. EPEC Education for physicians on End of Life Care (The Robert
Wood Foundation, 1999).
¿Qué actitud tomaría usted ante la petición de vol- 3. ABC of palliative care: the last 48 hours. Adam J. BMJ Diciembre
ver a su provincia? 1997. 1600-1603.
La sensación de desarraigo y soledad es un senti- 4. Alivio de los síntomas en el enfermo terminal. Organización
miento muy intenso en los padres cuando deben des- Mundial de la Salud. 1999.
plazarse a largas distancias y permanecer durante sema- 5. ABC of palliative care. Baines M. BMJ Noviembre 1997. 1148-
1150.
nas en el hospital. Sugerimos a la madre que llamara a
6. Bruera E, Miller L, McCallion J, et al. Cognitive Failure in Pa-
su esposo. tients with Terminal Cancer: A prospective longitudinal study.
Sentimos un gran impacto cuando le conocimos. Journal of Pain and Symptom Management. 1992; 7 (4), 192-
La madre de M.C. era una mujer joven, mientras que el 195.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


17. Atención en la agonía

7. Goldman A. Care of the dying child. Ed. Oxford Medical Publi- 10. Trzepacz PT, Baker W, Greenhouse J. A symptom rating scale for
cations. 1994. Delirium. Psychiatry Research, 1988, 23, pp. 89-97.
8. Fainsinger RL, Tapper M, Bruera E. A Perspective on the Manage- 11. Breitbart W, Rosenfeld B, Roth A. The Memorial delirium assess-
ment of Delirium in Terminally Ill Patients on a Palliative Care ment scale. J pain Symptom manage. 1997; 13: 128-137.
Unit. Journal of Palliative Care, Mar. 1993, 3, pp. 4-8. 12. Germ R, Verna R, García H, Medín G, Dussel V. Cuidados Paliati-
9. American Psychiatric Association. DSM-IV, Diagnostic and Statis- vos Pediátricos. Pediatría 2ª edición, Capítulo 17.3, pp. 828-844.
tical Manual of Mental Disorders, Forth Edition. 1994. Ed. Journal, 2003.

317

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Experiencias cercanas a la muerte. El


sufrimiento existencial en los niños*

Tiberio Álvarez Echeverri

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ lugares de espera, terceros cielos, mundos intermedios,


reinos interiores y experiencias extáticas. Habrá ruidos y
u Presentar una visión panorámica de la evolución músicas celestes y también olores en su gama. Es un
histórica de las llamadas Experiencias cercanas a la viaje a través de la literatura, la filosofía, la religión, la
muerte con especial énfasis en los estudios de Aldo- tanatología y la escatología. Comprende las experiencias
us Huxley y las investigaciones sobre las terapias de quienes se acercan, en agonía, a los misterios de la
psicodélicas en los moribundos. muerte. Pues, como diría Berkeley, “para la mente, algu-
u Discutir sobre las manifestaciones de estas experien- nas de estas verdades son tan cercanas y tan obvias que
cias en niños y adultos así como las diferentes inves- un hombre sólo necesita abrir los ojos para verlas”. Acá
tigaciones que se han realizado, las teorías que se lo que está en juego es la naturaleza de la imaginación, el
han dado para su explicación, los efectos a largo pla- carácter de las imágenes y la función de los símbolos en
zo en quienes las han tenido, la manera de atender a la formulación de la realidad (Sullivan)1.
estos pacientes así como las implicaciones que tiene Desde que el hombre se dio cuenta de que era un
para las personas que trabajan en la salud. ser finito ha tenido experiencias cercanas a la muerte o
visiones espirituales que le permiten descifrar, un poco,
u Describir lo relacionado con la escatología de las
ese mysterium tremendans et fascinans. La descripción de
postrimerías, los rituales fúnebres de los niños y la 319
esas visiones cambia poco con el correr de los tiempos.
sublimación artística del trance mortal.
Diferentes relatos literarios lo atestiguan. De Sumeria
u Reflexionar sobre el tema del niño muerto como provienen los primeros informes escritos sobre el temor
objeto de culto en las diferentes culturas y su in- a la muerte, los viajes a otros mundos y la búsqueda de
fluencia en la pintura y la fotografía todo dentro el la inmortalidad, tal el caso de Gilgamesh, rey histórico
mayor respeto por las diferentes miradas culturales. de Uruk hacia 2600 a.C., cuyas hazañas están conteni-
u Dar una ayuda reflexiva a las personas que trabajan das en doce tablillas. Cuentan la búsqueda religiosa,
en el área de la salud sobre el sufrimiento constante auténtica, emprendida más allá de los límites, y el al-
de los niños que enfrentan una enfermedad incura- cance de un culto oficial. Gilgamesh tiene una expe-
ble y otean la muerte detrás de la almohada. riencia cercana a la muerte al ser arrastrado, a través de
un túnel, para entrar luego al maravilloso jardín de la
u Analizar la mejor manera de “volvernos niños que
otra vida, rodeado de una brillante luz2.
sufren” para ayudar médica y humanizadamente al
Platón en, La República, describe, de manera meta-
niño moribundo y a su contexto familiar y amical
fórica y poética, la historia de Er, un soldado que regre-
cercano.
só a la vida cuando ya estaba en la pira fúnebre, pues se
le creyó muerto. Según su relato posterior, vio muchas
cosas en el más allá pero debió regresar a la vida para
decir cómo era la muerte. Relata el viaje que lo lleva de
Experiencias cercanas a la la oscuridad a la luz, acompañado de espíritus guías;
muerte también relata el juicio de su vida pasada para alcanzar
luego una sensación de paz, acompañada de visiones de
increíble felicidad. Antes de regresar, vio almas que se
Introducción preparaban para nacer a la vida: “Viajaban todas a la
Llanura del Olvido, con un calor terrible y sofocante,
Este artículo trata, merodeando a Sullivan, de viajes pues no había árboles ni plantas, y allá acamparon jun-
breves y exóticos. Cruzará puentes, dimensiones, labe- to al Río del Olvido, cuyas aguas ningún vaso puede
rintos y ríos del más allá. Vislumbrará edenes, infiernos, contener... Er dijo que no le permitieron beber el agua y
que, sin embargo, ignoraba cómo y en qué forma regre-
*  Agradecemos a la Revista Universidad de Antioquia por su gen- só al cuerpo, pero que recuperó la vista repentinamente
tileza al permitirnos publicar alguno de los epígrafes de este capítulo. y se vio a sí mismo, al amanecer, en la pira fúnebre”3.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

En la versión cristiana, estos viajes al otro mundo Las experiencias en los primeros
se inician con la visión que narra San Pablo en Corin- siglos
tios 2; 12: 2-4: “Pues vendré a las visiones y revelacio-
nes del Señor. Sé de un hombre en Cristo, el cual hace El papa Gregorio I, El Grande (540-604), el mismo
catorce años —si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo del canto gregoriano y de la nominación de las notas
sé, Dios lo sabe— fue arrebatado hasta el tercer cielo (es musicales, escribió un texto interesante para el estudio
decir, hasta lo más alto de los cielos). Y sé que este de la Alta Edad Media, Diálogos sobre la Vida y Milagros
hombre —en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, de los Padres Italianos, donde menciona tres experiencias
Dios lo sabe— fue arrebatado al paraíso y oyó palabras de cuasi muerte, relatos que utiliza para revelar que no
inefables que el hombre no puede pronunciar”. Pablo todas la personas a las que les es revelado el más allá, en
fue uno de los extáticos más famosos. Su Apocalipsis, una visión, toman con seriedad la amenaza del infierno,
escrito primero en griego en el siglo III, fue traducido a ni se arrepienten de la mala vida pasada, con el fin de
muchos idiomas. A través de copias sobreviven, al me- mejorar su destino póstumo. En una de esas experien-
nos, dos traducciones primitivas del latín. En el Apoca- cias un soldado informó que, en el infierno, vio un
lipsis, Dios elige a Pablo como portavoz con el fin de puente sobre “un río humeante... que despedía un olor
recobrar a los humanos que viven en pecado, pues es sucio e insoportable”. El puente llevaba a unos agrada-
sabido que el sol, la luna y el mar se quejan de la iniqui- bles “prados de color verde, llenos de dulces flores” que
dad humana. Un ángel se aparece a Pablo y le revela “despedían un aroma tan delicado que el fragante per-
una visión del infierno. Luego lo conduce al primer fume otorgaba un maravilloso placer a todos los que
cielo, donde están situados unos ángeles, malvados y habitaban y caminaban en aquel lugar”.
horrorosos, responsables del mal que sobreviene a la Como en otros escasos textos, el antagonismo
humanidad. También observa las torturas del infierno. principal entre el bien y el mal, el paraíso y el infierno,
“Estaba el olvido que engaña y atrae a los corazones es marcadamente olfativo y se expresa mediante el con-
humanos hacia sí y el espíritu de la calumnia, y el espí- traste sensual entre lo oloroso y lo maloliente. El puente
ritu de la fornicación y el espíritu de la Ira, y el espíritu se ensancha para dejar pasar a los justos y se hace más
de la Insolencia, y estaba el príncipe de la Maldad.” angosto para arrojar a los malvados al río infernal. Esto
El Apocalipsis de Pablo, según Couliano4, es más del tema angosto aparece antes de 577, como se lee en
bien un Libro de los Muertos Cristianos poco sofistica- la Historia de los Francos, escrita por Gregorio de Tours.
do. Su propósito no es descubrir el carácter ilusorio del El Viaje de San Brendán, al igual que la Odisea, puede
320 “estado intermedio”, sino crear la ilusión de la existen- interpretarse como un viaje ultramundano y probable-
cia de un justo castigo póstumo a las acciones cometi- mente se basa en una estructura narrativa celta de un
das durante la vida de cada uno. Cuando el alma del viaje por mar (imrama), aunque en el siglo X, cuando se
difunto atraviesa las regiones inferiores del cielo, los originó la leyenda, también eran posibles otros medios
ángeles malvados comprueban si existe algún rastro de de navegación4, 5.
sus propios vicios. Si éste no es el caso, el alma puede Viraz es un hombre probo de Irán, que según la
pasar y es recibida por los ángeles bondadosos y con- influyente escuela alemana de historia de las religiones
ducida en presencia del Señor. El guía angélico condu- —y lo sabemos por Couliano, que además no acepta
ce a Pablo más allá, hasta el tercer cielo, a la Morada de este aserto— es la tierra natal de los viajes a otros mun-
los Justos, en donde se encuentra con Enoc y Elías, dos. Allí, los guerreros extáticos prezoroástricos practi-
luego pasa a la Nueva Jerusalén, donde ve al rey David, caban éxtasis chamánicos y viajes ultramundanos a un
tocando el arpa y cantando el aleluya. Luego visita el lugar celestial. Cantaban ritualmente bajo el influjo de
Gran Infierno, más allá del Gran Océano que rodea el drogas, posiblemente un hongo, sustituido luego por el
mundo. Finalmente le revelan el Paraíso, donde es re- beleño y el cannabis, que los tornaban en furiosos asesi-
cibido por la Virgen María. Junto con la Ascensión de nos o los acercaban a la experiencia extática, donde se
Isaías, el Apocalipsis de Pablo es la más importante de unían visionariamente con los inmortales benéficos y
las revelaciones cristianas primitivas que incluyen via- podían vislumbrar la vida posterior mientras estuvieran
jes ultramundanos. En los primeros siglos la noción vivos. La descripción de estas visiones son frecuentes
cristiana del cielo oscilaba entre las ideas de San Ireneo hasta el siglo X, entre ellas la del sacerdote Kirdir, que al
(siglo II), obispo de Lyon, que imagina el cielo como considerarse justo, hace un viaje ultramundano por me-
una especie de mundo material glorificado, y las de dio de su doble o alma ósea, acompañado de una mujer
San Agustín de Hipona (354-430), que describe el cie- muy hermosa, ya que puede proyectarse fuera de su
lo como un reino platónico espiritualizado, “carente de cuerpo, para llegar al paraíso, donde come pan y carne y
interacción humana y de preocupación por la familia”. se encuentra con un trono de oro, un infierno lleno de
Más tarde esto se modificó, convirtiéndose en un cielo sabandijas, y un puente “más ancho que largo”.
semiespiritual en el que los santos mantienen relacio- Pero volviendo a Viraz, del siglo VI, mediante una
nes sociales y en el que incluso hay un lugar para la poción de mang, beleño y vino, se prepara para partir
admiración, no lasciva, de la belleza de los cuerpos fe- durante siete días al más allá, pero piensa que no regre-
meninos4. Las experiencias de Pablo introducen el sará, como les dice a sus siete hermanas-esposas. Hace
concepto del juicio por la mala vida pasada, el arrepen- testamento y ejecuta los ritos funerarios para sí mismo.
timiento y el justo castigo. Se perfuma, se viste con ropas nuevas, bebe tres copas

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18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

de mang y duerme sobre un canapé donde es observa- mentos de juicio y conversión, recuerda que al iniciarse
do por los sacerdotes mazdeístas y las siete hermanas- la Edad Media la confesión era relativamente rutinaria,
esposas. Al séptimo día despierta feliz y jubiloso, lleva pero a partir del siglo XII cobró el carácter de una rela-
los saludos de Ormuz, de los arcángeles y de Zaratustra, ción más personal entre dos individuos, con una mayor
y luego dicta a un escriba el informe de su viaje ultra- carga emocional, a causa de la corriente de renovación
mundano, conocido como El libro de Arda Viraz. Allí religiosa. El sacerdote dialogaba con el penitente para
relata que Srosh y Adur reciben su alma apenas ha deja- determinar, mediante preguntas y respuestas, la grave-
do el cuerpo y, juntos, suben tres escalones que corres- dad relativa de la falta, y luego, el rigor apropiado de la
ponden al humat, buenos pensamientos; huxt, buenas penitencia. El sacerdote debía mostrar compasión hacia
palabras, y huwarsht, buenas acciones. Después reco- los pecados del feligrés en el momento en que el relato
rren el purgatorio, el paraíso y el infierno. Según esta comenzara a cobrar sentido. “El acto de la confesión era
religión mazdeísta, no es bueno derramar lágrimas por melancólico, en el sentido medieval del término: exigía
los difuntos, porque contribuyen a la creación de un transparencia entre el confesor y el penitente, así como
gran río en la vida posterior, que impide que las almas introspección, cuando el que se confesaba buscaba en-
de los muertos lo atraviesen (Couliano) 4. contrar un sentido a sus pecados”. La melancolía era el
más introvertido de los cuatro temperamentos. Bajo su
influjo la persona trataba de sondear un secreto del al-
Del Medievo al mundo moderno ma que parecía oculto en su interior y no tanto sobre
los problemas del mundo exterior como lo hacía el tem-
Durante le Edad Media se recogieron numerosos peramento flemático, que era más científico. “La melan-
testimonios de experiencias cercanas a la muerte, que colía provocó la meditación sobre los males que hacían
fueron luego estudiadas, analizadas y publicadas por que la gente sufriera y sobre los secretos de la gracia de
varios autores, entre ellos Carol Zaleski, especialista en Dios”. ¿Y cuáles eran los espacios para la melancolía?
el tema de las religiones. El estudio comienza con una Los claustros, las celdas y los jardines cercados y la ha-
mirada al otro mundo, desde la tradición del cristianis- bitación del moribundo, para quien estas líneas escribe,
mo occidental, entre los siglos VI al XIII, y cuyos frutos pues es cuando se encuentra sentido a toda la existen-
—los de la Edad Media— se vieron al final de ese perio- cia, a veces con la ayuda de las experiencias cercanas a
do, cuando se presenció el auge del culto a la Virgen, la la muerte; el discurrir a través de las buenas acciones,
construcción de las catedrales góticas, la aparición de las buenas palabras y las buenas acciones, como enseña
las universidades a partir de las escuelas catedralicias, el El Arda Viraz. O a través de la introspección y la visión 321
triunfo de la filosofía aristotélica, la fundación de las panorámica de la existencia7.
nuevas órdenes religiosas, el inicio de las herejías y el
catarismo —herejía de la Edad Media cuya doctrina se
fundaba en una pureza absoluta de las costumbres y el La era moderna
repudio a los sacramentos, el culto a las imágenes y a la
jerarquía eclesiástica—, el amor en las cortes, el ciclo En el siglo XVIII el ingeniero de minas, científico,
artúrico y el nacimiento del purgatorio. A estos hechos filósofo místico y clarividente, Emanuel Swedenborg
se sumó el renovado interés por las revelaciones y los (1688-1732), coleccionó, escribió y popularizó nume-
viajes a otros mundos que culminó Dante en La Divina rosas experiencias cercanas a la muerte y la comunica-
Comedia. ción con los muertos. En uno de sus artículos, publicado
Estas experiencias del Medievo fueron testimonios años más tarde en Lancet (1866), describe el caso de una
reales de primera mano, distintos a las visiones poste- arzobispo declarado erróneamente muerto, quien luego
riores que tuvieron un toque de literaria construcción. dio cuenta de las conversaciones tejidas a su alrededor.
El análisis de Zaleski no cae en el entusiasmo de la El escalador y geólogo Albert Heim, suizo, publicó
“Nueva Era”, ni tampoco en el campo reduccionista que en 1892 las experiencias subjetivas de treinta personas
sólo tiene en cuenta las condiciones fisiológicas, psico- que sobrevivieron a caídas en los Alpes. Expresaron que
lógicas y culturales, tal como lo predica Susan Black- “no había ansiedad alguna, ni huella de desesperación,
more al decir que son “artefactos de la imaginación”. La ni tampoco dolor; más bien una calma grave, una pro-
doctora Zaleski demuestra que la estructura narrativa funda aceptación, una agilidad mental dominante y un
relacionada con la revisión de la vida y la conversión, es sentimiento de seguridad... No había confusión de nin-
básicamente la misma de las narraciones contemporá- guna clase. El tiempo se distendía enormemente. En
neas, con algunas diferencias en la manera de ver la muchos casos se seguía una revisión repentina de todo
muerte, teniendo en cuenta los procesos jerárquicos, el pasado...”8.
feudales y cosmológicos así como los elementos de un En Rusia, Negovsky reanimó a muchos soldados
juicio y conversión posterior que llevan a una rehabili- heridos en la Segunda Guerra Mundial, que estuvieron
tación moral como lo dictaba el rigor monástico, pro- cerca de la muerte debido a la miserias propias de la
pios del Medievo, y el cambio, en los tiempos recientes, guerra o a la hipotermia, y a quienes les preguntó por el
hacia un vocabulario de la civilización moderna con trance sufrido; encontró que la mayoría la percibieron
referentes a las teorías de la evolución, la relatividad y la como un profundo sueño sin sueños, aunque algunos
mecánica cuántica6. R. Sennet, en relación con los ele- describieron escenas gloriosas en la otra vida. Para el

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

ruso, estas experiencias eran debidas “a la percepción cio o perdón por los pecados. El doctor Moody, con
distorsionada de un cerebro que funciona mal”9. otros colegas como Audette, Ring, Greyson (psiquiatra)
Años más tarde, en 1976, el psiquiatra Noyes estu- y Sabom (cardiólogo), fundaron la International Associa-
dió 205 individuos que estuvieron en situaciones ame- tion of Near Death Studies (IANDS), que investiga y
nazantes de la vida pero no perdieron la conciencia. De aconseja a las personas que han tenido estas experien-
ellos entrevistó a 76, que describieron su experiencia cias. Más tarde desarrollaron una agenda política y espi-
como si el tiempo transcurriera más lento, estuvieran ritual llamada Nueva Era (“New Age”)12.
en estado de permanente calma, con pensamientos vívi- Como se dijo, el boom sobre esta temática floreció
dos y rápidos, experiencias de déja vu, sensación de se- con Moody, pero algunos autores serios se refirieron a
pararse del cuerpo, memoria panorámica y los efectos ella en la década de los cincuenta como el almirante
de la experiencia mística, caracterizados por sentimien- Francis Beaufort, el escritor Ernest Hemigway, el sacer-
tos de armonía o unidad, sensación de gran compren- dote Luis Tucker, el explorador Richard Byrd, el piloto
sión, emoción positiva intensa y sentimiento de estar Edward Rickenbacker y el psicólogo Carl Jung. Para el
controlados por una fuerza exterior. El autor explica psiquiatra Oskar Pfister, se trata de fantasías reactivas al
estos hallazgos como fenómenos de despersonalización, miedo de una muerte inminente. Para el antropólogo
que desde el punto de vista psicológico constituyen una Irving Hallowell, quien estudió estas experiencias en los
defensa contra la amenaza de la muerte. En relación indios Saulteaux, son debidas a la creencia de que el
con la experiencia mística, dice que no puede interpre- agonizante tiene la vívida sensación de estar fuera del
tarse en términos psicológicos por aquello de tener sig- cuerpo, lo que le permite reunirse con familiares muer-
nificado, existencia o realidad espiritual. Es en la con- tos y que la transición a la otra vida sea placentera13.
ciencia mística donde cabe lo transitorio, lo pasivo y Estas experiencias forman parte del proceso de
cierta cualidad noética, es decir, la sensación de verdad aprender a morir, común a todas las culturas, que busca
que acompaña a la experiencia. O como diría W. James, la iluminación espiritual y el acercamiento a las visiones
“son estados de contemplación de las profundidades de beatíficas, o al “tumulto del ser”, como decía el de Aqui-
la verdad que el intelecto discursivo no puede sondear. no. La muerte simbólica prepara al ser humano para la
Son iluminaciones, revelaciones, llenas de sentido y experiencia real. Según Grof, la práctica experimental
trascendencia”10. de la muerte, o “morir antes de morir”, libera al indivi-
La secta religiosa de los Mormones acumula nume- duo del miedo a la muerte, modifica su actitud hacia el
rosas historias sobre estas experiencias esenciales desde morir y le permite entender la vida. Además de servir
322 comienzos del siglo XIX, cuando Joseph Smith tuvo La de preparación para el final, estas prácticas espirituales
Primera Visión, en la que describe elementos comunes a conducen a la iluminación14.
las experiencias cercanas a la muerte como aquellas del En los últimos años ha aumentado el interés por
vacío u oscuridad inicial, la entrada a una luz brillante, los estados alterados de conciencia, las experiencias
el encuentro con seres luminosos, la revisión de la vida, fuera del cuerpo y las experiencias cuasi-muerte, aun-
el perdón, la respuesta a inquietudes, la visión proféti- que el psicoanálisis dijera que había desvelado sus mis-
ca, la re-entrada al cuerpo, la incapacidad de describir terios y que todo eran vergonzosos sueños infantiles y
la experiencia y el rechazo de comentarla a otros11. una imaginaria satisfacción del deseo. Quizá se debe a
la física y a las matemáticas este interés por las formas
místicas del conocimiento. Se habla de nuevas perspec-
Vida después de la vida tivas al afirmar que este universo visible es sólo una
convención basada en nuestra percepción y que los
La temática de las experiencias cercanas a la muer- mundos maravillosos e inimaginados están ocultos en
te saltaron de lleno a la plaza pública en 1975, cuando partículas minúsculas y tal vez incluso en el espacio
el psiquiatra Raymond A. Moody Jr. publicó Vida des- conocido que nos rodea. En todo este tema es necesaria
pués de la Vida, un best seller que revolucionó este cam- una mirada a la cuarta dimensión, como lo han hecho
po trayéndolo de la clandestinidad, pues pocos se atre- Hinton, Gurdieff, Ovpensky, Huxley, Borges, que ha-
vían a hablar y menos publicar estas experiencias, salvo blan del misticismo como la observación mental de una
en dudosas revistas de parapsicología, relatos folclóri- realidad de grado superior. Borges, con sus figuras lite-
cos, periódicos o en libros de poca venta y escaso reco- rarias, se acerca a ese momento del correr de las corti-
nocimiento. Como dice la cubierta, es un libro que nas, cuando se encuentra el yo trascendente y el sentido
“ofrece la experiencia de aquellos que han sido declara- existencial, a ese momento o punto donde convergen
dos clínicamente muertos..., descripciones tan simila- los demás. Así, se lee en El Aleph “que es uno de los
res, tan vívidas, tan positivas, que pueden cambiar la puntos del espacio que contiene todos los otros puntos
visión que tiene el hombre de la vida, la muerte y la y que es visible debajo de cierto escalón de las escaleras
eterna vivencia espiritual”. Fue Moody quien acuñó el del sótano de la casa de un amigo que le revela el inte-
nombre de experiencias cercanas a la muerte. En su texto rior de todas las cosas y también su exterior. Vi la circu-
habla de los elementos que componen dicha experien- lación de mi propia, oscura sangre..., vi el Aleph desde
cia, como la visión del conocimiento, las ciudades de todos los puntos y todos los ángulos, y en el Aleph vi la
luz, la esfera de los espíritus, los rescates sobrenaturales tierra y en la tierra el Aleph y en el Aleph la tierra; vi mi
por la intervención de algo o alguien espiritual y el jui- propio rostro y mis intestinos; vi tu rostro”.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

El argumento principal de las experiencias cerca- tos en diferentes culturas y religiones, como el Jardín de
nas a la muerte incluye zumbidos, ruidos de campanas, las Hespérides, los Campos Elíseos, la Isla de los Bien-
movimiento veloz a través de un túnel, el encuentro aventurados, el Jardín del Edén, donde son comunes las
con parientes y amigos muertos y una especie de juicio flores y las piedras preciosas. En las visiones se logra
impartido por un ser luminoso que revela, a los cuasi- “que la percepción sea la Revelación, la Realidad brille
muertos, una visión panorámica de sus vidas. en toda apariencia y lo Uno esté total e infinitamente
Dado todo esto, es comprensible que la primera presente en todas las particularidades” (Huxley).
dimensión desconocida, y por tanto mítica, con la que La experiencia visionaria no siempre es bienaven-
se enfrentó la humanidad, antes de la era de la aviación turada. Es a veces terrible, pues se intensifica la indivi-
y de la exploración espacial, fuera, de hecho, la tercera dualización y el cuerpo experimenta sensaciones simi-
dimensión. Las esferas celestiales y los mundos interio- lares a las descripciones clásicas de los castigos inferna-
res no sólo pertenecen a las confusas fantasías de los les de presión, constricción y encogimiento. Las emo-
pueblos precientíficos. La experiencia y la ciencia reti- ciones negativas, como el miedo, el odio, la ira o la
raron tales lugares de la tercera dimensión pero no los malicia, conducen a experiencias visionarias negativas.
suplantaron. En un cierto sentido, siempre habrá una También la llamada “teología del terror”, que predica
dimensión que lleve a lo desconocido, sea la cuarta o la castigos infernales16.
enésima. Porque el horizonte de lo desconocido se Para algunos, una prueba de la supervivencia del
mueve juntamente con el horizonte de la ciencia, y ésta alma, después de la muerte física, son las experiencias
nunca llega a hacerlo desaparecer. Todo esto da fe “de la cercanas a la muerte. En condiciones extremas, cuando
sutileza del Señor”, como diría Einstein. parece inminente la muerte, algunas personas sufren
experiencias internas que incluyen la reviviscencia de
recuerdos, o memoria panorámica, y los efectos típicos
Huxley el visionario de la conciencia mística, o realidad espiritual, como son
el sentimiento de armonía o unidad, la sensación de
En la década de los setenta se mencionó la posibi- una gran comprensión, la emoción positiva intensa y el
lidad de que el organismo del agonizante liberara sus- sentimiento de estar controlados por una fuerza exte-
tancias que aliviaran el dolor y el sufrimiento y posibili- rior. Es una especie de despersonalización que imita el
taran la muerte idealizada con visiones beatíficas, a tra- estado de la muerte17.
vés de mecanismos psico-dislépticos o magnificadores Huxley, un hombre extraño que medía casi dos
de la mente. Y que las explicaciones no fueran simple- metros, pesaba 70 kilos y utilizaba, para ver, un arsenal 323
mente religiosas o fisio-patológicas por carencia de oxí- de cristalería óptica, además de literato, sociólogo, mís-
geno, retención de anhídrido carbónico, metabolitos tico, ensayista y estudioso de la filosofía hindú, fue un
tóxicos, medicamentos, compromiso cerebral por tu- explorador de la mente humana mediante la introspec-
moración, epilepsia del lóbulo temporal o por trastor- ción, la experimentación, el análisis histórico y el uso
nos psicológicos, todo lo cual obligó a nuevos plantea- de sustancias alucinógenas, entre ellas el ácido lisérgico,
mientos y estudios sobre los procesos fisiológicos, sico- LSD, experiencias que luego volcaría en Las puertas de
lógicos y espirituales del agonizante. Uno de los autores la percepción y Cielo e Infierno (1954). Allí explica cómo
que inició las terapias psicodélicas, para comprender el se incrementan las percepciones sensoriales y la euforia
proceso de la agonía, fue Aldous Huxley. Él encontró mística con el uso de las drogas psico-dislépticas18.
que eran similares a los relatos de las experiencias cer-
canas a la muerte, los viajes post mortem, los ritos iniciá-
ticos, los misterios, los rituales de muerte y renacimien- Las terapias psicodélicas en el
to, la liminalidad, el reencuentro consigo mismo y el moribundo
atisbo a la experiencia mística. Limen significa puerta o
umbral y marca el límite de la existencia humana y la Según Grof19, la primera sugerencia de que las
entrada a otro mundo. En la liminalidad, la persona drogas psicodélicas podrían ser usadas en la terapia de
entra, en determinado momento, en comunión con lo los moribundos, para calmarles el dolor, proviene de la
trascendente, a través, según Maslow, de la Experiencia pediatra Valentina Pavlovna Wasson, una estudiosa de
y la Actualización, ese momento en el que cada persona los hongos alucinógenos sagrados de México, quien en
logra el sentido auténtico de la vida y quizá la ecuani- 1957 logró que los Laboratorios Sandoz aislaran la psi-
midad para morir15. locybe mexicana. Otro estímulo para el uso de psicodé-
Huxley habla del mundo de la Experiencia Visiona- licos en la agonía proviene del mencionado Huxley. Este
ria, mediante la acción de drogas psico-dislépticas como filósofo, interesado en los fenómenos de la agonía y la
la mezcalina, el yagé y el ácido lisérgico, o mediante la experiencia mística, inducidas por drogas psicodélicas,
hipnosis, la restricción ambiental, la meditación, la ini- asistió en 1955 a su primera esposa, que sufría la fase
ciación mistérica y la agonía, todas ellas experiencias li- terminal de un cáncer. Le administró LSD “para hacer
minales. También en los estados cercanos a la muerte y de la agonía un estado más espiritual que fisiológico”.
en las experiencias extracorpóreas. La descripción de El mismo Huxley antes de morir en 1963 tomó 100
estas experiencias visionarias, inducidas o espontáneas, microgramos de LSD para facilitar la experiencia visio-
es similar a las regiones fantásticas y los paraísos descri- naria antes de morir.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Eric Kast (1960) estudió el LSD por sus propieda- éxtasis y experimenta fenómenos telepáticos, visualiza
des analgésicas, comparando esta sustancia con la dihi- espíritus de familiares muertos que actúan como guías,
dromorfinona y la meperidina. También observó los alcanza la unión con la luz que los creyentes cristianos o
cambios emocionales, los patrones de sueño y las acti- budistas asimilan con un ser superior. Algunos visuali-
tudes hacia el sentimiento de estar enfermo o en proce- zan experiencias de la vida o la barrera que separa la vi-
so de muerte, así como la influencia de esta sustancia en da de la muerte y saben el momento de retornar a la vida
las ideas y en las experiencias filosóficas y religiosas de con alegría, amor y paz. Finalmente, la persona re-entra
las personas. Concluyó que el LSD mejoraba el proceso en su cuerpo y recupera la conciencia.
de la agonía, tornaba a la persona más responsable res- La mayoría de las experiencias son descritas como
pecto a su ambiente familiar y permitía apreciar los positivas, pues los supervivientes se tornan espirituales,
matices y las sutilezas de la vida diaria. Un colega, Sid- un aspecto difícil de definir en términos fisiológicos. Se
ney Cohen (1965), sugirió que “la muerte viene a ser interesan por los otros seres, aprecian intensamente la
una experiencia más humana al preservar la dignidad vida, disminuyen el temor a la muerte, son menos ma-
del moribundo”. terialistas y menos competitivos20. Pero, por otro lado,
Pero quizá los estudios más profundos provienen pueden presentarse efectos negativos, sobre todo cuan-
del Instituto de Investigación Psiquiátrica de Praga, di- do los familiares y amigos no creen en la experiencia
rigido por Stanislav Grof, y continuados por éste en el que han tenido ni en el cambio de la conducta que
Grove State Hospital de Baltimore, en 1967. Grof se in- muestran. Algunos están deprimidos por el retorno a la
teresó primero por los aspectos teóricos y prácticos del vida, por la limitación de las relaciones personales, des-
psicoanálisis, pero más tarde sus observaciones se dedi- pués de haber vivido la experiencia del amor incondi-
caron a los dominios explorados por las varias escuelas cional de Dios o haber estado en la Luz. Estas experien-
de la tradición mística, los templos del misterio y los cias pueden ser invertidas, cuando la persona las perci-
ritos de pasaje de las culturas antiguas y las pretecnoló- be en términos negativos y no hay, por ejemplo, felici-
gicas. Los más comunes de esos fenómenos fueron las dad, sino miedo, angustia o terror de perder el ego.
experiencias de muerte y renacimiento, seguidos de También pueden ser infernales, con demonios inclui-
sentimientos de unidad cósmica. “Este profundo en- dos, o vacías e insignificantes, cuando son objeto de
cuentro con la transitoriedad y la mortalidad son expe- burlas, o son consideradas como trastornos psicológi-
riencias muy complejas y tienen dimensiones biológi- cos o productos de alucinaciones. Para algunos esto es
cas, emocionales, intelectuales, filosóficas y metafísi- intolerable y tratarán de probar que su historia y su
324 cas”. En compañía de Sidney Wolf, atendió a una com- cambio de conducta tienen mucho significado. Hoy se
pañera de su equipo de trabajo que sufría cáncer inope- sabe, como recuerda Morse13, que estas experiencias
rable de seno. Después de aceptar la terapia psicodélica, forman parte de la psicología del moribundo y no de-
se le administró LSD en varias ocasiones. En su relato ben considerarse como alucinaciones o producto de
posterior dijo: “... Principalmente recuerdo que estaba procesos patológicos. Se presentan en personas con el
sola en un mundo sin tiempo y sin límites. (...) Lloré ego intacto y un normal funcionamiento psicológico.
por los años malgastados, la búsqueda de mi identidad Según el psiquiatra M. Schroeter, las experiencias cerca-
por lugares falsos, las oportunidades desperdiciadas, la nas a la muerte pueden distinguirse de las alucinaciones
energía emocional perdida en cosas insignificantes”. debidas a la esquizofrenia o a la disfunción orgánica
Más tarde, Walter N. Pahnke (1967) y John Halifax cerebral. En general, aquéllas son positivas, sin ideación
(1972) continuaron las experiencias hasta mitad de los paranoide ni distorsión de la realidad, sin imaginería
setenta, cuando estas investigaciones se fueron a pique negativa y sin elementos olfativos, agresivos y hostiles
por falta de fondos, la falta de autorización para los pro- como se ven en las alucinaciones inducidas por drogas
yectos presentados, la mala publicidad que se dio por el o en las psicosis. Las primeras representan un conoci-
uso clandestino de las drogas psico-dislépticas y quizá miento de la realidad. Las otras la niegan. Las primeras
por problemas bioéticos19. ocurren en personas normales que tienen fantasías pero
también ansiedades, como cualquier persona.

Descripciones
Investigaciones
Casi todas las experiencias cercanas a la muerte son
similares. Moody las describió muy bien. Primero el in- Varios investigadores médicos, de diferentes espe-
dividuo experimenta la muerte clínica, definida como la cialidades, se han acercado a esta temática, como los
falta de oxígeno en el cerebro y el compromiso de la cardiólogos Michael Sabom, F. Shoonmaker, M.
función de la corteza. Luego escucha las voces de los Rawlings, Schnaperl, Oakes y otros, que realizaron sus
médicos y los familiares, oye zumbidos o son de campa- trabajos en pacientes que sufrieron paro cardiaco. Tam-
nas y se mueve a lo largo de un túnel que tiene, al final, bién los psiquiatras Owen y Roberts, que en 1988 con-
una especie de luz brillante. Luego el individuo siente cluyeron que las experiencias cercanas a la muerte
que está fuera del cuerpo, donde observa lo que se hace constituyen un fenómeno alucinatorio complejo, que se
con su cuerpo, por ejemplo las medidas de reanimación presenta en personas que perciben una muerte inmi-
o la cirugía. A veces siente una sensación de elevación o nente y que están asociadas con la psicología del mori-

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18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

bundo21. Para Kastenbaum, un crítico de ciertas postu- no han experimentado la diferenciación del ego. Ellos
ras científicas, “los estudios de las experiencias cercanas también ven túneles y luces brillantes. “Yo entré en una
a la muerte han traicionado su promesa inicial y perma- habitación donde estaba una hermosa persona que se
necen en el nivel de las historias que se inician alrede- sentó junto a mí. Me preguntó si quería quedarme con él
dor del fuego de los campamentos... No importa que o regresar”. Estas y otras historias similares, según Ver-
vengan de los psiquiatras freudianos, los psicológos de non Neppe, director de Neuropsiquiatría de la Universi-
la Nueva Era, los cardiólogos materialistas, las enferme- dad de Washington, deben analizarse como “experien-
ras, los pediatras, los geólogos, los ingenieros de minas cias subjetivas paranormales”, denominación que per-
y aun los radiólogos, quienes reportan los casos bajo mite a los clínicos “estudiar las experiencias visionarias o
grandes titulares de prensa”22, 23. experiencias paranormales, sin tener en cuenta la postu-
Para la doctora S. Blackmore24, en el momento de ra filosófica o su objetividad real”26.
la muerte se pierde el impulso sensitivo normal y se Para otros, estas experiencias son similares a la lla-
activa el lóbulo temporal, que produce imágenes de mada despersonalización transitoria y a la psicosis de la
personas, música celestial, reunión con seres y animales unidad de cuidados intensivos. La primera consiste en
queridos, con lo que, al no tener un punto de referencia un estado disociativo pasajero que se presenta en algu-
con la realidad exterior, se reconstruye una realidad in- nos individuos antes de una muerte accidental o en
terna pero alterada. Según R. Siegel, los túneles, las lu- momentos de intensa concentración. Se manifiesta por
ces, las figuras religiosas, la música celestial y en general una inusual claridad de pensamiento, sensación de que
todo lo que constituye la experiencia cercana a la muer- el tiempo transcurre lentamente y que hay paz y calma.
te, son estados alucinatorios en un cerebro estresado, Algunos lo llaman “entrar en la zona”, cuando es tan
influido por el contexto cultural. Otros hablan de pro- intensa la concentración que, por ejemplo, los bateado-
blemas en el lóbulo temporal derecho y las estructuras res no oyen los aplausos de la multitud y tienen tiempo
relacionadas. Freud las explicó como si fueran una re- de ver la bola que rota, tan lentamente, hacia ellos, que
gresión a la infancia, donde el ser de luz representa el pueden ver hasta sus costuras. La psicosis que se pre-
amor incondicional recibido. Para algunos psiquiatras, senta en las unidades de cuidados intensivos se ve en
estas experiencias se explican por eventos neurobiológi- pacientes semi-conscientes que describen elementos e
cos en el lóbulo temporal. La cesación del impulso ex- interpretaciones de sus ilusiones y sufrimientos, pro-
terno, a medida que el cerebro muere, hace que predo- pios de una amnesia selectiva, o como la que se observa
minen las memorias internas, las emociones, los senti- en casos de intoxicación narcótica.
mientos y otras imágenes, como las de los guías espiri- Autores como D. Carr proponen que estas expe- 325
tuales, las memorias maternas y las ideas preconcebidas riencias son similares a las complejas alucinaciones
de Dios o de los ángeles, que forman parte de las expe- asociadas con la disfunción del lóbulo límbico, relacio-
riencias cercanas la muerte. Para el neurólogo Mandell, nadas posiblemente con la secreción de péptidos opioi-
el reino celestial está en el cerebro. Agrega que las con- des endógenos —endorfinas—, que podrían explicar la
vulsiones del lóbulo temporal producen estas experien- placidez y la ausencia de dolor27. Este mismo autor se
cias, así como los estados místicos que llevan a conver- queja de que los estudiosos de este tema sean vistos
siones religiosas y estados beatíficos. Lanza la hipótesis como escépticos, poco creíbles, a contracorriente de la
de que al hipocampo llegan las sensaciones del mundo ciencia, igual a como fueron considerados aquellos que
exterior y también los recuerdos y las emociones del se dedicaron a estudiar la complejidad de la resonancia
mundo interno, y que durante las convulsiones del ló- magnética, las endorfinas, la ansiedad... No obstante,
bulo temporal, que comprometen el hipocampo y la esas personas continuaron con sus investigaciones has-
sincronía de estas sensaciones, resultan en la predomi- ta que captaron la atención de sus críticos. “No estoy
nancia de lo interno. La cesación del impulso externo, a seguro de que la investigación sobre las bases biológicas
medida que el cerebro muere, hace que predomine la de las experiencias cercanas a la muerte maduren tanto
memoria interna, con las emociones, los sentimientos y como otras áreas, puesto que en este caso son fenóme-
otras imágenes como las de los guías espirituales, los nos imposibles de estudiar o bordean los límites de lo
recuerdos de los seres queridos y las ideas preconcebi- ético. Tampoco es claro qué beneficio podría lograrse
das de Dios y de los ángeles. Muchos presumen que las de conocer las bases biológicas, independientemente
experiencias cercanas a la muerte reflejan los últimos del beneficio de la sabiduría colectiva de la cultura, en-
minutos de las conciencia humana25. tre otras cosas porque también es casi imposible definir
la filogenia y la ontogenia de la misma conciencia”28.
Más recientemente, el doctor D. Carr propone que estas
Otros puntos de vista experiencias son ilusiones perceptuales, es decir, que lo
que se aprehende por sensación no corresponde con lo
Para Morse13, la incidencia de tales experiencias y que las cosas son realmente29. Vale la pena recordar la
la precisa fenomenología que las acompaña se integran anécdota contada por S. J. Gould en The Flamingo’s Smi-
en la psicología de la agonía y no deben ser consideradas le, cuando una asociación de ciegos le propuso al direc-
alucinaciones o procesos patológicos. Este mismo autor tor del museo, donde está el aeroplano original de
ha investigado muchas de estas experiencias en niños, Charles Lindbergh, que les permitiera “ver” a su manera
que apenas tienen un concepto diferente de la muerte y el aparato volador. El director aceptó la petición y pro-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

puso construirles un verdadero hangar con techo alto y el 85% de los niños que sobreviven a un paro cardiaco
una réplica del famoso avión. Así los ciegos podían su- presentan experiencias cercanas a la muerte. Se espera
birse, recorrerlo, tocarlo, olerlo e interpretarlo. Los in- que con los modernos sistemas de reanimación sean
videntes aceptaron la oferta siempre y cuando la réplica más frecuentes estas experiencias. Para el 76%, la expe-
estuviera debajo del original. ¿Ilusión perceptual? riencia inicial fue agradable, expresada como el sentir
Medicamentos como la ketamina reproducen estas un gran amor, escuchar una voz amigable, recibir la vi-
experiencias al bloquear los receptores cerebrales lla- sita de un ser querido o tener una experiencia fuera del
mados N-metil-aspartato, o NMDA, e impedir que el cuerpo, además de sentir una intensa paz en medio de
neurotransmisor glutamato se una a dicho receptor. Es una luz brillante o de un túnel. El 19% tuvieron una
un aminoácido excitatorio que desempeña su papel en experiencia celestial. En el 3% fue infernal. Para el 2%
el hipocampo y en los lóbulos temporal y frontal y jue- fue “trascendente”, lo que les permitió adquirir un co-
ga un papel importante en todos los procesos cogniti- nocimiento especial. Aunque casi siempre se aportan
vos que comprometen el córtex cerebral, incluyendo el las mismas experiencias, se ha comprobado que los ni-
pensamiento, la memoria y la percepción. En algunos ños las describen con menos detalles y tienden a ser
casos de estrés, debidos, por ejemplo, a la hipoxia, la más concretos y menos complejos, lo cual no excluye
isquemia, la hipoglicemia y la epilepsia del lóbulo tem- que tengan experiencias complejas, como las de escenas
poral, el organismo libera gran cantidad de glutamato, de otro mundo, así como una revisión de la vida pasa-
que incrementa la actividad de los receptores NMDA y da. Con frecuencia relatan visitas de animales queridos,
causa el proceso denominado neuro o excito-toxicidad, de familiares desconocidos y a veces de personas que
que puede matar las neuronas. La ketamina previene aún viven. Igual que los adultos, muchos presentan
este estado. Según K. Jansen, hay sustancias en el cere- profundos cambios, como alteración en los procesos
bro, las endopsicosinas, que se unen al mismo receptor biológicos, por ejemplo en el sueño y en la atención, o
como la ketamina. Se considera que las situaciones que se interesan por el amor al universo más que a una per-
disparan la producción de glutamato en gran cantidad sona específica; muestran cierto alejamiento de los pa-
pueden también disparar, al mismo tiempo, otras sus- dres; se estresan ante las escenas violentas de los medios
tancias neuro-protectoras que se unen a los receptores de comunicación; se interesan por servir a los demás; se
NMDA con el fin de proteger las células, llevando a un tornan más espirituales; desarrollan una sed de conoci-
estado alterado de la conciencia similar al que produce miento en general y de aspectos filosóficos, que les lleva
la ketamina. Es una droga empleada en anestesia. Es de a buscar libros de lectura que no son frecuentes en esa
326 corta acción, alucinógena, y produce la llamada aneste- edad; son más maduros, y les es difícil relacionarse con
sia disociativa, donde el paciente “está disociado” y sali- sus amiguitos; se comunican más fácilmente con espíri-
do de su cuerpo. Es, además, analgésico, pero con ac- tus, ángeles o guías; son más sensibles a las medicacio-
ción diferente. Cuando se usa como anestésico debe nes, a la luz brillante, a los ruidos intensos; quieren co-
combinarse con ansiolíticos para evitar la presentación laborar en causas caritativas. También se ha notado que
de experiencias cercanas a la muerte. El estado de con- se tornan más inteligentes, tienen una percepción dife-
ciencia alterada por la ketamina es diferente del produ- rente de las cosas, incluyendo la sinestesia, una rara
cido por el LSD y la DMT (dimetiltriptamina)30. cualidad que les permite “oler un color o ver un soni-
Para Jansen, las experiencias cercanas a la muerte do”; manifiestan ciertas cualidades psíquicas, y a veces
son un fenómeno de importancia en medicina, neuro- tienen un aprendizaje “al revés”, en el sentido de que les
ciencias, neurología, psiquiatría, filosofía y religión, y resulta más fácil aprender los conceptos abstractos que
no son evidencia de una vida posterior a la muerte por los concretos. Los cambios no son tan obvios como en
la sencilla razón lógica de que la muerte es el fin, el fin los adultos, puesto que no son capaces de verbalizar sus
irreversible, y aquellos que retornan, por definición, no creencias y valores. Según la autora, algunas personali-
murieron, aunque su cuerpo, su cerebro y su mente dades históricas tuvieron experiencias cercanas a la
hubieran experimentado un estado inusual30. muerte, como Lincoln, Mozart, Albert Einstein, la reina
Entre los eventos que pueden llevar a estas expe- Isabel I, Shakespeare, Winston Churchill, Bertrand
riencias cercanas, se mencionan: la agonía, la estimula- Russell… y muchas otras.
ción cerebral, el coma, el orgasmo, la gravedad, los Continúa diciendo la doctora Atwaters que los ni-
trastornos psiquiátricos, los accidentes, los sueños, la ños que han sufrido una experiencia cercana a la muer-
cirugía, la meditación, el estrés, las convulsiones, los te pasan por varias fases. Una es de alejamiento y ajuste
movimientos oculares, las drogas psico-dislépticas, la personal, además de los ajustes propios de la recupera-
relajación, el espejo... ción física de la enfermedad o del trauma que los llevó
a la experiencia. Otra es el rediseño de las relaciones
con los amigos y los familiares, así como la búsqueda de
Experiencias cercanas a la nuevas maneras de estar al servicio de los demás. Puede
muerte en niños ocurrir, en esta fase, que una tercera parte de los niños
utilicen alcohol o drogas por las discrepancias que su-
La doctora Atwaters ha estudiado en profundidad fren entre la realidad del mundo que les rodea y las ex-
esta temática en más de 270 niños, que le han servido periencias cercanas a la muerte. Otra fase es la de lograr
para publicar numerosos artículos y libros. Según ella, un equilibrio interno y externo, durante la cual desarro-

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18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

llan una gran confianza en sí mismos, afirman un senti- aproximación y ternura, les cohíbe de tratamientos que
miento de la espiritualidad y de los valores morales y sólo prolongan la innecesaria agonía, les humaniza —
empiezan una carrera de servicio a los demás. Hay una les ablanda el corazón— en la atención del moribundo
fase de desánimo por la disparidad con los valores cul- y les ilumina en el afrontamiento de la muerte propia.
turales, que los deprime, lo que explicaría cierta ten- Les enseña que la agonía puede ser un proceso dichoso
dencia al suicidio. Finalmente, está la fase de integra- y espiritual, que las experiencias cercanas a la muerte
ción, que los lleva a tener confianza en la vida, desde la no son alucinaciones patológicas —y, si lo fueran, se-
propia perspectiva, congruente con lo aprendido en la rían universales— ni fantasías psiquiátricas y que la
experiencia cercana a la muerte34, 35, 36. muerte no debe ser temida (Morse)13, 31.

Importancia y efectos a largo Implicaciones personales


plazo
Representan una dimensión espiritual de la agonía.
Los estudios sobre las experiencias cercanas a la Estimulan el estudio de los efectos espirituales en el
muerte dan una idea de lo que pasa en el agonizante. De proceso de morir y de la aflicción. Ayudan en el contex-
las vivencias espirituales y emocionales y de los cambios to terapéutico, sin entrar en profundos debates filosófi-
actitudinales positivos. Si, como dice Morse13, se acepta cos y técnicos que pueden llevar al encarnizamiento te-
que, a menudo, la agonía es una experiencia ecuánime, rapéutico. Es bueno que se escuchen y validen esas ex-
serena y espiritual, no se utilizaría la técnica irracional y periencias. Y que se las comparta con respeto y digni-
deshumanizante, se dejaría morir con más frecuencia y dad, sin entrar en explicaciones demasiado técnicas
en paz a los que no tienen posibilidad de continuar con tratando de controlar e interpretar las vivencias de los
la existencia, abaratando los costes del morir y de la pacientes. El simple proceso de escucharlos, calmarlos,
muerte. Estos estudios evidencian, o por lo menos se dedicarles tiempo, mirarlos, estrecharles la mano, res-
aproximan, a lo que es el proceso de morir, donde tie- ponder con sencillez a sus preguntas, decirles que son
nen cabida la visiones de la muerte, con sus premonicio- experiencias frecuentes y que no son dolorosas, produ-
nes y visitas post mortem. Según Carl Sagan, “esas visio- ce gran sensación de alivio. Esto permite que el proceso
nes y encuentros se originan en nuestra cultura psicoló- de morir sea menos impersonal, y más espiritual y hu-
gica y no son propiamente conocimientos originados en manizada la asistencia médica. De lo contrario, los ago-
otro mundo, sino que constituyen una reflexión sobre nizantes se resienten en su dignidad y autoestima y se 327
las propias y profundas fuerzas psíquicas”. A lo mejor consideran poco creíbles, inútiles y como si fueran un
para el personal de la salud estas experiencias son absur- estorbo. Si todos supieran que muchos pacientes coma-
das e irracionales, pero se olvida que, para quien las su- tosos y agonizantes son conscientes de lo que les pasa y
fre, tienen un hondo significado espiritual. de lo que ocurre en el contexto cercano, y que son ca-
Son eventos que transcurren en tiempo real —y no paces de procesar la información emocional, los médi-
son fantasías reactivas—, que llevan a cambios perma- cos, los familiares y los amigos gastarían más tiempo al
nentes, y positivos, en el modo de ser de las personas lado de la cama y habría campo para la aflicción antici-
que no mueren. Sufren menos cuadros de ansiedad y patoria y para compartir experiencias, y se le ayudaría,
depresión, menos incidencia de drogadicción, dedican al que muere, a que el proceso de ensimismamiento,
más tiempo a la meditación y el ejercicio y hay menor revisión y representación social y psicológica, comunes
número de casos de estrés postraumático. Y si la perso- al final de la vida, sea positivo en la búsqueda de signi-
na tiene esta experiencia cuando la muerte está cerca, le ficado y sentido existencial, en el diálogo consigo mis-
facilitará el proceso de la aflicción. Estas personas con- mo y en la percepción de la espiritualidad, que lo acer-
firman la dimensión espiritual, que a veces se reduce a carían a la ecuanimidad, la imperturbabilidad y la sere-
un abrazo, una mirada, una leve sonrisa o un breve co- nidad, propias de la experiencia mística. Esas experien-
mentario como “luz, más luz”. Las premoniciones, que cias y acercamientos le dicen al paciente que es y segui-
también forman parte de las experiencias cercanas a la rá siendo importante para aquellos que lo quieren y
muerte, son a menudo vagas percepciones o sentimien- aprecian —otra manera de la inmortalidad, pues, como
tos que ayudan al restablecimiento de la fe en el orden diría el poeta, “los seres queridos no mueren, quedan
del universo y dan sentido a la muerte. Las visitas post encantados”—. Y si los que agonizan son niños, cuánto
mortem a veces son diálogos con el ser que ha partido bienestar hallarán los padres al saber que los hijos escu-
que, no importando su contexto, facilitan la aflicción, charon sus palabras de despedida, que sintieron los
permiten la aceptación de la pérdida, disminuyen los llantos y los abrazos, y las oraciones y las promesas de
sentimientos de culpabilidad y resentimiento y canali- encuentros cercanos. Es que los niños también quieren
zan la energía emocional de los supervivientes. Esto da saber qué les va a pasar y cómo se sentirán sus seres
significado al proceso de la muerte debido a su rol mís- queridos. Es bueno explicarles, por tanto, que el proce-
tico dentro de la sociedad. También ayuda a prevenir o so de la agonía no es doloroso, horrible ni temible. Que
aliviar el síndrome de agotamiento —burnout— de a menudo, cuando hay dolor intenso por cualquier cau-
quienes cuidan, pues los separa un poco de su mirada sa, uno se sale del cuerpo en el momento del dolor. Que
científica, les dice que los milagros existen cuando hay uno puede escuchar y ver a los padres, familiares y ami-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

gos (y eso conforta al niño). Por eso es aconsejable ha- Internacional para el Estudio de las Experiencias Cerca-
blarles muy quedo al oído, bendecirlos, tocarlos, expli- nas a la Muerte—, y, si es necesario, envíelo a un profe-
carles y asegurarles que nunca serán olvidados. Y si no sional adecuado que comprenda este fenómeno. Re-
mueren, y se recuperan, animarlos a que expresen sus cuerde que la mayoría de estos “experienciadores” no
miedos, ansiedades y preguntas. No juzgarlos, y menos necesitan ayuda especializada.
tratarlos como si padecieran trastornos mentales. Todas
esas experiencias cercanas a la muerte tienen sentido y
significado para las personas que las experimentan13, 31. ¿Cómo puede ayudarse a estos
niños?

¿Cómo ayudar a las personas? Según la doctora Atwater, si un niño ha tenido un


paro cardiaco, es posible que haya tenido una experien-
Es importante mermar los temores del paciente cia cercana a la muerte; por ello es conveniente escu-
dándole un entorno de confianza para que los exprese y charle la descripción que hace de ella. Darle a conocer
se adapte. Estas experiencias, como explica Corcoran32, que es un tema complejo y difícil de explicar. Confíe en
pueden desencadenar estados de emergencia espiritual. él y respete su confidencialidad. Haga preguntas abier-
No saben qué les ha ocurrido. A veces es terrible cuan- tas. Ayúdele a discernir cuándo y con quiénes hablar
do no se les interpreta adecuadamente. Eso del vacío, con seguridad. Anticipe las fases y los cambios y ayúde-
espacio u oscuridad puede interpretarse como algo ne- lo a afrontarlos. Procúrele artículos y conexiones con
gativo. De ahí que el personal de la salud deba estar personas que han tenido experiencias similares. Apóye-
alerta a los signos de experiencias cercanas a la muerte lo en sus inquietudes espirituales y en sus preguntas
en los pacientes. Algunos lo comentarán directamente. sobre el sentido de la existencia. Anímelo a que descri-
Otras hablarán de “sueños extraños”. O estarán enfada- ba o dibuje la experiencia y guarde los dibujos para
dos, introvertidos, tranquilos o silenciosos al despertar. discutirlos más tarde. Esté alerta a los signos de desajus-
O manifestarán cambios en el modo de ser. Es bueno te, por ejemplo, en los estados depresivos, el consumo
abordarlos sutilmente y decirles, por ejemplo, que la de alcohol o drogas, y a las tendencias suicidas, y bus-
gente que pasa por una crisis similar a la suya tiene mu- que la ayuda profesional necesaria34, 35, 36.
chas experiencias diferentes. ¿Hay algo sobre lo que Finalmente, recuerde lo que dice Corcoran, que “el
desea hablar? Hay que explorar las propias actitudes paciente necesita que usted lo escuche, no que lo anali-
328 sobre estas experiencias. Es posible que muchas perso- ce. Su empatía y aceptación le ayudan a transformar su
nas no crean en ellas, pero, no obstante, deben apoyar experiencia cercana a la muerte en otra que enriquezca
al paciente en los aspectos emocionales y espirituales. su vida... y quizá también la de usted”32, 33.
Escúchelos sin cambiar de tema. Evite formular juicios
y céntrese en el impacto que la experiencia ha tenido
para el paciente. Permita que expresen las emociones Colofón
según su propio ritmo y no se sorprenda de lo que di-
gan. Obtenga una relación de mutua confianza. Escú- Es tan misterioso y sapiente el cerebro humano,
chelo con atención, y corrobórelo con gestos faciales y que se crea sus propios cielos e infiernos. Y aun la eter-
lenguaje corporal. Que repita lo que no ha quedado nidad en el momento de la muerte (con la que muere).
claro. No haga preguntas para que el paciente diga sí o
no, sino preguntas abiertas: ¿cómo se sintió al regresar
de la experiencia? No apremiarlo si no quiere hablar.
No le explique la situación en términos filosóficos, psi- El arte ritual de la muerte
cológicos ni técnicos, ni que todo se debió a un medica- niña
mento, a una reacción al estrés o al temor a la muerte.
No lo considere como si sufriera un trastorno mental.
No dé la impresión de abandonar al paciente. Son vul- Introducción
nerables. Quizá sientan el rechazo porque regresaron. A
veces temen narrar su experiencia. Contáctelo —¡tó- El ser humano no sobrevive el mundo conocido.
quelo!— durante y después de la inconsciencia. Orién- Cree que después de la muerte tendrá otra vida gloriosa
tele respecto al nombre, lugar y tiempo presente. Dígale o tormentosa, según los parámetros culturales. Esta
qué se hace en su cuerpo, por ejemplo si tiene un tubo creencia ha marcado su manera de vivir. El cielo se al-
en la tráquea y está conectado a un ventilador. Tóquelo canza, según la prédica, por la fe, la santidad, el ritual,
con frecuencia. Recuerde que los comatosos y los ago- el poder, el martirio, la virginidad, la valentía en la bata-
nizantes pueden escuchar y ver a través de procesos fi- lla o la muerte en la niñez. Puede vislumbrarse en visio-
siológicos no bien conocidos. Facilítele información nes, trances y éxtasis. El presente artículo se refiere a la
sobre lo conocido de las experiencias cercanas a la escatología de las postrimerías, los rituales fúnebres de
muerte. Tranquilícelo. Dígale que muchas otras perso- los niños y la sublimación artística del trance mortal.
nas han tenido la misma experiencia. Que lea algunos En la escatología cristiana, los niños que mueren bauti-
libros o que se comunique con IANDS —Asociación zados, antes del uso de razón, son considerados angeli-

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18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

tos. En ellos los rituales convierten la tristeza en alegría, La representación de la muerte, la condenación
festejan la entrada al cielo y perpetúan la memoria del eterna y el infierno, obsesionaron de tal manera a los
fallecido entre los supervivientes. El título está basado hombres de los siglos XIV al XVI que consideraron la
en un fragmento del poema Muerte sin fin, de José Go- vida vanidosa, horrorosa, espantosa y frenéticamente
rostiza: “Para durar el tiempo / de una muerte gratuita y destructiva37. Una forma de representar estos temores
prematura, pero bella (...) / cumple una edad amarga de fue la danza macabra, tema popular en la poesía, el tea-
silencios / y un reposo gentil de muerte niña, / sonrien- tro, la pintura, en las artes gráficas y en las miniaturas
te, que desflora / una más allá de pájaros en desbanda- de los llamados “libros de las horas”. La danza macabra
da”. Con el mismo título, Arte ritual de la muerte niña, la hizo pensar en la muerte a los despreocupados de la
revista Artes de México publicó una edición especial en salvación. También se publicaron tratados sobre el arte
la primavera de 1992. del bien morir, llamados Ars Bene Moriendi o Ars Mo-
riendi, con grabados sobre la agonía y la muerte, donde
se mostraba cómo las cortes celestiales e infernales se
La otra vida disputaban el alma del recién fallecido. En los mosaicos
de las iglesias se mostró, en la parte superior, a Cristo
La creencia en otra vida, después de la muerte, se triunfante en su gloria, con ángeles, patriarcas, profetas,
deduce de estudiar las costumbres funerarias. Descu- apóstoles y la Virgen María compartiendo las delicias de
brimientos arqueológicos recientes en Shanidar, Irak, la presencia de Dios. Abajo, los condenados son mos-
muestran que los muertos eran enterrados ceremonio- trados cuando reciben las torturas del infierno38.
samente desde hace sesenta mil años. En las tumbas se
han encontrado herramientas, armas, vestidos, juguetes
y evidencia de flores. Los egipcios, los chinos y otros La muerte y los niños
pueblos colocaron en las tumbas alimentos, joyas, mo-
nedas, máscaras, oraciones, guías, instrucciones, him- El niño muerto fue objeto de culto en las diferentes
nos y plegarias, pues creían que la persona continuaba culturas. Se les enterraba con sonajeros de barro, co-
su existencia después de la muerte y tendría las mismas lumpios, balancines, pelotas de trapo y armas de made-
necesidades que en vida. Además de la momificación, ra39. En Egipto se colocaba a las momias una máscara
como práctica religiosa y mágica, los egipcios escribían con su retrato. En Grecia y Roma se colocaban escultu-
peticiones y declaraciones de inocencia que el muerto ras con motivos infantiles. Desde la Edad Media, ade-
debía recitar antes de ser juzgado: “No he causado do- más de monumentos funerarios, se colocan epitafios 329
lor a los hombres y a las bestias, injuriado a los dioses, con notas biográficas y frases que expresan la pesadum-
adivinado el futuro, asesinado, engañado, interferido bre y el deseo de perpetuar la memoria del niño muer-
los diques del agua, cometido abusos sexuales...”. to: “Ve, toma tu lugar en el coro celestial. Dios te llama.
Creían que la preservación del cuerpo era indispensable Necesita otro ángel”.
para gozar las delicias placenteras de la otra vida. Fue- En la tradición cristiana, los rituales de mayor tras-
ron los primeros en establecer el juicio final en el mo- cendencia son el bautismo y la extremaunción. En el
mento de la muerte. caso de los niños, los rituales son diferentes. Por su ino-
Los cristianos han sostenido que Dios envió a su cencia y gracia, tienen derecho a entrar directamente en
Hijo al mundo para salvar a los hombres del demonio y el reino de los cielos. Por eso su muerte no debe ser mo-
de la muerte y dar eterna felicidad a sus fieles. Espera- tivo de tristeza, sino de alegría. “... En los oficios de
ron la segunda venida de Cristo, quien establecería el párvulos, es decir, en los que han muerto después de
Reino de Dios, y se preguntaron por el destino de los recibido el bautismo y antes del uso de razón, o no se
creyentes que murieran antes de su retorno glorioso. Al toquen campanas o se haga de modo festivo y no lúgu-
principio se dijo que su muerte no era eterna. Luego se bre. Además, vestido el cadáver conforme a la edad y
predicó que el tiempo de permanencia en este mundo sexo, se ponen sobre él las coronas de flores o de hierbas
era preparación para la otra vida. Se enseñó que los odoríferas”40. “El color litúrgico debe ser festivo y pas-
mártires y los santos iban directamente al cielo y los no cual”41. Las oraciones, cortas y escasas, varían si murió
creyentes y los malos al infierno. Para los que no fueran bautizado: “Te encomendamos, Señor..., para que lo lle-
buenos ni malos, se ideó el purgatorio, un lugar de ex- ves al paraíso, donde no hay llanto, ni lágrimas ni dolor,
piación. Los niños que murieran antes de ser bautiza- sino paz y alegría...”; o no bautizado: “Te pedimos, Se-
dos y no hubieran cometido pecado, salvo el “pecado ñor, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen Ma-
original”, iban al limbo, un lugar sin las torturas del in- ría, que así como acompañó a su Hijo al morir, asista
fierno y sin las delicias del cielo, adonde iban también también a los afligidos padres por la muerte de..., los
los paganos virtuosos que murieron antes de Cristo. Se consuele en la fe y les dé la esperanza del premio”.
habló de un juicio individual al momento de morir, y Si el niño muere después del bautizo, y antes de
de un juicio universal al final de los tiempos, cuando al tener uso de razón, se llama párvulo o “angelito”, pues
sonar la trompeta, según el Apocalipsis, aparecería Cris- es puro, está libre de pecado original y tiene entrada al
to en toda su majestad, entre las nubes, al tiempo que Paraíso. Esta creencia se basa, posiblemente, en las pa-
todos los fallecidos recobrarían sus cuerpos para ser labras del Evangelio: “En verdad os digo: quien no reci-
juzgados. ba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

(Marcos, 10, 13-16). Si el niño muere antes de ser bau- cintura. El retrato de Ferdinando de Austria, de Barto-
tizado, su destino final es el limbo, “el sitio de los suspi- lomé González, tiene un pájaro en la mano, amuletos y
ros y no de los lamentos”, como lo describió Dante. una campanilla. Se creyó en la acción profiláctica de los
Para los adultos estaban reservados los novísimos, o amuletos. Por ejemplo, la mano cerrada, con el pulgar
postrimerías: muerte, juicio, infierno y gloria, que de- pasando entre el índice y el dedo mayor, evita el mal de
berían ser recordados continuamente para evitar caer ojo; la uña de la gran bestia previene la erisipela; los
en el pecado. De esta manera el hombre reflexionaba dientes facilitan la dentición; las medias lunas evitan los
sobre la muerte, se preparaba para afrontarla y verla aires deletéreos; las castañas marinas preservan de envi-
con otro sentido. Los novísimos enseñaban al creyente dias y tumores; los cristales alejan las enfermedades de
lo que sucedería después de la muerte, cuando su alma la vista, y las campanillas, los malos espíritus43.
fuera juzgada. Recordar los novísimos le evitaba pecar y
ser condenado. También se enseñaba lo relacionado
con la extremaunción, un ritual capaz de proporcionar El retrato de niños muertos y el
al moribundo la suficiente confianza para el paso que culto mariano
daría, alejarle la aflicción por la muerte, liberarlo de sus
pecados y brindarle los recursos para su salvación42. No fue común el retrato de niños muertos en Es-
Los “angelitos”, por su condición de pureza, no reque- paña. Sin embargo, muchas de las pinturas de la noble-
rían la extremaunción y no estaban sometidos a los za mostraban niños enfermos, que morirían pronto.
vaivenes de las postrimerías. Ellos entraban directa- Tampoco fueron comunes en América Latina, salvo en
mente al cielo. Para ellos no se escribieron las Ars Mo- México. El arte funerario infantil está íntimamente rela-
riendi, donde estaban las guías para vencer las asechan- cionado con la iconografía establecida para la Virgen,
zas del demonio en el trance de la agonía, morir de durante su muerte o dormición y en la Asunción. Esto
buena muerte y alcanzar la gloria celestial. Las asechan- lo sintetizó Jacobo de Vorágine, obispo y escritor, expo-
zas del demonio eran cinco: las dudas de la fe, la mala nente del influjo protoevangélico en el Occidente me-
conciencia —ese “abominable animal”, según Lutero—, dieval. Su texto, la Leyenda Áurea (siglo XIII), suminis-
el apego a las riquezas, la desesperación por los sufri- tró abundante material de inspiración para decoradores
mientos y la soberbia al enorgullecerse de la virtud38. de iglesias y escritores místicos y fomentó el culto ma-
riano44. Si bien es cierto que la devoción a la Virgen
María había empezado en el siglo VII, cuando San Idel-
330 El retrato de niños fonso, obispo de Toledo, estableció el culto de la Inma-
culada Concepción, y se había tenido una tradición
Las imágenes de niños ejercen gran atracción. Su cultural en este sentido, por lo menos en España, fue
fragilidad, delicadeza, dulzura, finura de líneas, expre- tomada más tarde como bandera de religiosidad nacio-
sión inocente y tímida, impresionan sobre todo cuando nal en la Contrarreforma. En 1654 el papa Alejandro
están realzadas por el arte. Forman parte de nuestra in- VII, a petición de Felipe V, concede el patronato de la
timidad. El retrato de los niños, en el arte, empieza en Inmaculada Concepción sobre todos los reinos españo-
Italia en los siglos XV y XVI, con las Sagradas Familias y les. Este movimiento inspiró a muchos pintores en el
otros cuadros religiosos donde el Niño Jesús aparece tema de la Inmaculada. En América Latina, muchos
solo o rodeado de ángeles, los cuales, a pesar del colori- pintores fueron influidos por esta temática. Desde la
do y la pureza de formas, mantienen una actitud grave Colonia se empezaron a utilizar jaculatorias que mos-
y mística que los alejan del verdadero espíritu infantil. traban la influencia del culto mariano: “¡Ave María Purí-
En Inglaterra y Francia se retrataba a los niños de la sima sin pecado concebida!”. El movimiento eucarísti-
nobleza. En España, los artistas se dedicaron a temas co, y el mariológico, se formaron en la corriente misma
religiosos, pues consideraban el retrato como si fuera de la Contrarreforma para reparar las injurias de la Re-
un tema menor, aunque en la escultura, la silueta de la forma hacia el Santísimo Sacramento y la Virgen Ma-
infancia se representó como Niño Jesús o como elemen- ría45. La arquitectura gótica, con sus vitrales, expresó el
to decorativo en monumentos, altares o retablos. Quizá sentimiento religioso e impulsó esta devoción. Ya la
la primera imagen de la figura infantil la inicia El Greco, Virgen no tendrá la Majestad Impasible, sino que es una
cuando, en 1587, pintó a su hijo Jorge Manuel, en la madre sonriente, dulce, que contempla con amor a su
composición del “Entierro del Conde de Orgaz”. Alfon- hijo. Es común que su figura aparezca rodeada de ánge-
so Sánchez Coello pintó retratos infantiles con cierta les que cantan o tocan instrumentos como el laúd, el
rigidez, tristeza y actitud hierática, como se observa en arpa, el salterio, el órgano portátil, la flauta travesera, la
“El Príncipe Don Carlos”, pintado a la edad de doce doble trompa, la cornamusa y la viola46.
años, con figura alargada, palidez de cera, exoftalmia
izquierda y expresión melancólica, que indica un ser
enfermo. Pantoja de la Cruz y Bartolomé González, con La “Leyenda Áurea”
figuras rígidas y místicas, ornamentaron sus niños con
amuletos para prevenir enfermedades y embrujamien- Jacobo Vorágine basó su Leyenda en un evangelio
tos. En el cuadro de la Infanta Ana de Austria, Pantoja apócrifo atribuido a San Juan Evangelista. Describe que
de la Cruz le pinta alfileres, sonajeros y amuletos en la cuando la Virgen sintió viva añoranza por su Hijo y de-

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18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

seó reunirse con él, se le apareció un ángel, envuelto en expresa, en ambos casos, la creencia en la resurrección.
luminosas claridades, que le anunció la muerte: “Dios También la música tiene significado especial, porque
te salve, María..., te traigo desde el Paraíso este ramo de cuando vino el cortejo celestial por la Virgen, “empeza-
palma para que sea colocado sobre tu féretro”. La palma ron a cantar dulcísimos himnos”. Hay todo un simbo-
era una especie de ramo formado por una vara verde lismo espiritual y edificante. Así, la Virgen y los angeli-
cuyas hojas fulgurantes y esplendentes brillaban como tos se vuelven modelos espirituales e infunden senti-
el lucero de la mañana. La palma, atributo de los elegi- mientos piadosos a los creyentes cristianos que buscan
dos por Dios, entre ellos la Virgen y San José, tiene su la salvación eterna.
fundamento en la creencia del Paraíso como un oasis El temor a la muerte se aprovechó para preconizar
poblado de palmeras. Antes de morir, en presencia de el culto a María y a los angelitos como intercesores ce-
los apóstoles, que fueron transportados en nubes desde lestiales. A las niñas se las amortajaba como la Inmacu-
sus lugares de trabajo, la Virgen le pidió a Juan que la lada y a los niños como San José. Todo esto fue obra de
palma entregada por el ángel fuera llevada por alguien la Contrarreforma, que exaltó el culto a la Virgen para
delante del féretro. Juan les advirtió que ante la muerte defenderla de las ideas reformistas, que no aceptaban su
de María mostraran fortaleza, dominaran los sentimien- virginidad e Inmaculada Concepción. Los pasajes de la
tos y no lloraran, porque si los viesen entregados al na- Virgen, aunque no figuran en los textos apostólicos,
tural dolor, se extrañarían y dudarían de la resurrección eran apropiados para reflexionar sobre la muerte, la re-
prometida a los creyentes. surrección y la forma de alcanzar la vida eterna. Duran-
Agrega Vorágine que hacia la tercera hora de la te los siglos XVI al XVIII, la iglesia católica hispanoame-
noche llegó Jesús, acompañado de las diferentes órde- ricana articuló el discurso teológico sobre la muerte con
nes de ángeles, los grupos de los profetas, los ejércitos características de amonestación y exhortación, como lo
de los mártires, las legiones de los confesores y los coros constatan las obras pictóricas y literarias. En este senti-
de las vírgenes, y se situaron ordenadamente ante el do fueron muy importantes las siguientes obras: La Cá-
trono de la santa madre y empezaron a cantar dulcísi- thedra de Morir. Puntos para la lección del último instante,
mos himnos. Una vez Jesús llamó a su madre y ésta le de Diego de Torres (España, 1724). La portentosa vida de
contestó que estaba preparada, el cortejo entonó: “He la Muerte, emperatriz de los sepulcros, Vengadora de los
aquí una mujer que jamás mancilló su tálamo con de- agravios del Altísimo, y Muy Señora de la humana natura-
leites sensuales; por eso recibirá como recompensa el leza, de fray Joaquín de Bolaños (México, 1792). En
premio reservado a las almas santas”. Luego el coro can- Colombia, el pensamiento católico partió de las decisio-
ta la antífona: “Ven desde el Líbano, esposa mía; ven nes del Concilio de Trento y de los libros Partida a la 331
desde el Líbano, que vas a ser coronada”. En aquel mo- eternidad y preparación para la muerte, de Iván Eusebio
mento, el alma de la Virgen salió de su cuerpo y voló a Nieremberg (Madrid, 1645); Dulzuras en el morir, moti-
la eternidad en brazos de su Hijo. Su muerte se produjo vadas del amor de Dios y de las culpas, sacadas de los evan-
sin dolor, sin gloria y sin nada de cuanto hace penoso y gelios, prophetas y de muchos santos, de Miguel de Meca
triste morir. Cristo emprendió, con el alma de su ma- Bobadilla (Madrid, 1671); Luz a los vivos y escarmiento a
dre, el viaje hacia la Gloria, rodeado de infinidad de los muertos, de Juan de Palafox y Mendoza (Madrid,
rosas rojas, es decir, de una multitud de mártires, y de 1672), así como el Catecismo de los padres Ripalda y
una innumerable cantidad de azucenas, porque azuce- Astete (Madrid, 1800). También se publicó y recomen-
nas parecían los ejércitos de los ángeles, de los confeso- dó el novenario titulado El ejercicio cristiano para conse-
res y de las vírgenes que le daban escolta. A los tres días guir una buena muerte, por consiguiente la salvación eter-
de sepultada, la Virgen fue resucitada por Cristo, quien na, el cual deberá hacerse todos los viernes a la hora en que
le infundió nuevamente el alma para evitar la corrup- expiró el redentor del mundo (Bogotá, 1883).
ción y entrar al cielo44. Los artistas pintaron el tema de la Virgen y los
angelitos. Pero es en México donde se popularizó esta
temática. Se mencionan artistas como Juan Correa, Jo-
La pintura de angelitos sé de Ibarra, Miguel Cabrera y Miguel Gerónimo Zen-
dejas. La constante en sus pinturas es la tranquilidad
Como recuerda Gutierre Aceve, una serie de afini- con que la Virgen recibe su muerte, lo que constituye
dades, semejanzas y simetrías hacen patente la asimila- “La Dormición”. Los símbolos están presentes, como la
ción del discurso de la muerte infantil al de la Virgen. palma y la corona. Cuando pintan a los niños muertos,
La muerte es tránsito directo a la gloria, sin las penali- lo hacen como si fueran adultos empequeñecidos, con
dades de las postrimerías. La Virgen Madre es consuelo dignidad, reflejando su condición aristocrática. En
de las que pierden un hijo, pues como perdió el suyo en ocasiones los pintan vivos, de pie, con los ojos abier-
aras de la Redención, así las madres, cuando pierden a tos. Se sabe que están muertos por la leyenda de su
sus hijos, dan ángeles al cielo. Además, como María es deceso, la rosa en la mano y la mirada sin brillo. A ve-
intercesora a la hora de la muerte, los angelitos también ces no hay coherencia entre la edad real y aquella con
se convierten en mediadores. Los recursos simbólicos la que los representan. En ocasiones la imagen se redu-
son los mismos. La corona tiene el significado de alma ce a lo esencial, al rostro. Modernamente se ha seguido
justa. La palma alude al triunfo sobre la muerte y a la esta tradición cultural con artistas como Frida Kahlo,
virginidad de sus portadores. La prohibición de llorar Siqueiros, Ledesma, Olga Costa y Reyes Ferreira. En

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Colombia, artistas como Fernando Botero, quien plas- Cada año se celebran los rituales recordatorios. El
mó en la pintura y en la escultura a su hijo muerto, y día primero de noviembre es el día de los angelitos. El
Alfonso Quijano, Carlos Granada y Augusto Rendón, dos es de los difuntos.
entre otros, cuyo arte es testimonio de la muerte vio-
lenta de los niños colombianos.
La fotografía de los angelitos

Los rituales Antes de la invención de la fotografía era frecuente,


entre las clases pudientes, hacer el retrato del niño
Los rituales, que atestiguan la muerte, alivian la muerto. Después de 1839, con la llegada de la fotogra-
aflicción y permiten seguir la lucha en la vida, tienen fía, el retrato fue común y dio oportunidad a las clases
una secuencia. Cuando el niño va a morir, se llama a los pobres de tener el recuerdo tangible del niño desapare-
padrinos de bautismo para que lo amortajen, coronen y cido, que quedará en la memoria hasta el reencuentro
corran con los gastos. El pequeño difunto se viste de final en la otra vida. En Colombia, la fotografía de di-
Inmaculada Concepción si es niña, y de San José o Sa- funtos, especialmente de niños, es tradicional desde
grado Corazón si es hombre. En la mano se les coloca 1848. Se recuerdan los fotógrafos Demetrio Paredes en
una palmita de azahar o una vara de nardos y azucenas. Bogotá y Melitón Rodríguez y Benjamín de la Calle en
Con esto se refleja su pureza e inocencia. Se recuerda el Medellín, este último “un exponente inspirado y capaz
paraíso, o mejor, el edén, un lugar cerrado donde rei- de sacarle partido poético”49. Los fotógrafos puebleri-
nan la paz y el amor y que es refugio para el alma des- nos eran quienes más trabajo funerario tenían con los
pués de la muerte. El “Jardín encerrado” es uno de los niños muertos. Recuerdo a mi padre, maestro de escue-
títulos de la Virgen María, llamada también “La Rosa sin la en una pequeña población del norte de Antioquia,
espinas”, “La Rosa del amor”, la “segunda Eva”. Su jar- San Andrés de Cuerquia, Colombia, quien con su pe-
dín, el segundo edén, es un paraíso de rosas. Las blan- queña cámara de fuelle, comprada a un alemán que se
cas reflejan la pureza y las rojas la perfección38. Las lilas aventuró por esos parajes durante la Segunda Guerra
también simbolizan la Inmaculada Concepción. Mundial, se convirtió en el fotógrafo del pueblo y retra-
El niño muerto se coloca sobre una mesa cubierta tó a muchos niños muertos. Aun hubo médicos, como
con sábana o mantel de color blanco. Además, con ra- el Dr. Justiniano Turizo, quien después de luchar para
mas y flores. Luego se coloca la corona de azahares so- que el niño no muriera, lo fotografiaba una vez se con-
332 bre la cabeza del niño. Durante el velatorio las únicas vertía en ángel. Fue médico y fotógrafo rural en los
oraciones que se cantan son las alabanzas o plegarias a pueblos del oriente de Antioquia. En México son cono-
María. “Belleza: buenos días, paloma blanca / hoy te cidas las fotografías de Juan de Dios Machain, a finales
vengo a saludar, / admirando tu belleza / en tu reino del siglo XIX y comienzos del XX.
celestial...”47. La fotografía, como parte del ritual, expresa la
Se ofrece al visitante café, bebidas aromáticas y aspiración a la vida trascendente. El “angelito” se con-
comestibles. Al día siguiente, en pequeño y blanco vierte en modelo para los vivos y mediador en el cielo.
ataúd, adornado con cintas y festones, el niño es lleva- “Tengo un angelito en el cielo”, se oye decir con fre-
do al cementerio. No requiere servicios funerales en la cuencia. De mis recuerdos de amanecer, en casas de
iglesia. En algunos sitios el desfile es silencioso. En pueblo, son los insomnios causados por contemplar,
otros, en medio del jolgorio, con cantos y música. En desde la cama, las fotografías a tamaño gigante de ni-
México los mariachis cantan canciones como El sueño ños muertos colgados en la pared. Esa imagen conser-
de un ángel, Viva mi desgracia, Morir soñando. En Colom- vada, con piedad y respeto, es la constancia de la en-
bia, André describe, “con el corazón oprimido”, el en- trada de un nuevo ángel al cielo. La fotografía es catar-
tierro de un niño de Pasto, “el cual descansaba con el sis ante la pérdida del hijo. Fija la memoria en el re-
féretro abierto, guarnecido de oropel, con escarapelas cuerdo, constata el ascenso al cielo y proporciona el
de color, flores artificiales y llevado por cuatro de sus consuelo necesario para seguir en la vida. El niño
compañeros al son de una música alegre, que parecía muere pero la vida continúa. Las fotografías muestran
insultar la calma y serenidad de la muerte, con un cor- al niño con los atributos que lo distinguían, solos o
netín de pistón, un oficleide, una flauta, un bombo y acompañados de los padres o los padrinos o con la
unos timbales que componían la deplorable orquesta familia. No son fotografías artísticas, salvo excepcio-
que marchaba a la cabeza del cortejo, seguida de una nes. No tienen alardes técnicos. Sólo el aplomo y so-
cruz, luego dos muchachos disparando cohetes en se- lemnidad con que los acompañantes ven el objetivo de
ñal de alegría; tres curas revestidos de casulla y bonete, la cámara, la ternura con que miran al pequeño y el
y por último los padres de los deudos del difunto con lazo afectivo que los une. “Se establece un juego de
vistosos trajes. Tal es la costumbre: no lloran la pérdida miradas que delata el pathos de estos hombres... Esos
del hijo, celebran la entrada de un ángel al cielo”48. Du- retratos se constituyen en verdaderas imágenes escato-
rante el entierro se cantan canciones de despedida y re- lógicas, pues su motivación principal no es individua-
zan oraciones especiales o “despedimento” de angelitos. lizar a los retratados sino captarlos en un gesto que
“Dichoso de ti, Ángel Bello, / que a la gloria vas a entrar retiene la tesitura ante la muerte como un acto que
/ con tu palma y tu corona / y vestido de cristal...”. renueva la vida”47.

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18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

Colofón la gravedad de su situación a pesar del engaño y la men-


tira de sus padres, médicos y cuidadores. No es posible
Los rituales fúnebres infantiles simbolizan la pure- engañarlos para preservar su inocencia.
za libre de pecado, el tránsito a una vida inmortal, la
advocación a la Virgen Inmaculada, la conversión de
persona en ángel, la alegría por tener a alguien en el Los niños sienten su pequeñez y
cielo, la ausencia de sufrimiento físico y el no afronta- su vulnerabilidad
miento de las postrimerías y las asechanzas del demo-
nio. “El funeral tiene que entenderse en términos de El sufrimiento existencial se relaciona con el cómo
este desenlace dramático: los muertos se han apartado se mira la finitud de la existencia, la naturaleza, el pro-
para siempre de la comunidad de los vivos”50. pósito en la vida, Dios, el castigo, la suerte, el significa-
do del sufrimiento y de la muerte. Cuando la existencia
se compromete por la enfermedad terminal, aparece la
ruptura en el modo diario de vivir, en la biografía, en
El sufrimiento existencial en las conexiones. Se experimenta pérdida del control so-
los niños bre las personas y las cosas, desesperanza, impotencia,
angustia, estrés y futuro recortado. Este “dolor del al-
ma” paraliza e impide encontrar consuelo en el sentido
Introducción del valor, la esperanza y el significado. Hay miedo a lo
desconocido, a la aniquilación, lo mismo que el adulto
La mayoría de las personas consideran que el sufri- se siente vulnerable y amenazado. Temen ser aniquila-
miento es extraño a los niños, pues, según ellas, no tie- dos, aplastados. Se sienten sin esperanza, impotentes.
nen capacidad cognoscitiva ni madurez espiritual. Sin Temen el abandono, la separación y el rechazo. Temen
embargo, otros se preguntan si los niños con cáncer el castigo cuando se les enseña que la enfermedad es
avizoran que esa enfermedad les “rompe” o altera de debida a desobediencia. Temen a la oscuridad por las
alguna manera la vida. Que el cuerpo que los identifica cosas ocultas que se esconden en ella, a las cosas que se
en el mundo y con el que se relacionan con los seres y ocultan tras la muerte51.
las cosas, se interesan en las actividades y proyectos y
orientan en el espacio y el tiempo, ya no cumple esas
funciones porque está enfermo. Es con el cuerpo como Los niños sienten la angustia 333
los niños, al igual que los adultos, tienen entidad psico- espiritual
lógica, conductual, social, intelectual y espiritual. Des-
afortunadamente, la identidad se compromete cuando Los niños experimentan la vulnerabilidad. Se in-
aparece la enfermedad mortal, pues se pierde el sentido quietan por todo lo que les rodea; por el origen de las
de la invulnerabilidad y de la integridad. El sufrimiento cosas, incluyendo el sol, la luna, las estrellas, los anima-
es precisamente el conocimiento de esa pérdida, según les, el mundo y ellos mismos. De por qué las cosas son
Thomas Attig, de quien son la mayoría de las siguientes como son. Se interesan por lo que es justo y honrado y
enseñanzas, debidamente referenciadas51. se preocupan de lo injusta que es la enfermedad termi-
El niño enfermo de muerte comprende que el fu- nal con ellos. Y de ahí la pregunta que se hacen, similar
turo se trunca y el libro de su vida quedará con muchas al adulto: ¿por qué a mi?52. También preguntan y espe-
páginas por llenar. La enfermedad les cambia el sentido culan sobre la enfermedad. Tienen curiosidad de saber
de la vida y la personalidad. No se sienten bien con más sobre Dios, la divinidad, el cielo, el infierno, la
ellos mismos ni con los familiares, los amigos y la co- reencarnación y el significado de la vida, el sufrimiento
munidad. Como los adultos, se angustian espiritual- y la muerte. Sí, los niños tienen vida espiritual, que se
mente al no encontrar el sentido de lo que les pasa. hace más profunda cuando aparece la enfermedad.
Dudan de la seguridad que se les ofrece. Tienen temo- Ellos oyen, observan y preguntan.
res que no pueden ni saben expresar. Y no encuentran
quien les atienda en su pena secreta ni comprenda el
lenguaje simbólico, lo cual les crea más sensación de Los niños difieren en la
pérdida y despojo52. expresión y concienciación
Hasta la década de los setenta se consideró que los
niños menores de diez años no eran conscientes de la Algunos adolescentes articulan bien su discurso y
muerte. Desde entonces, y gracias a la publicación de los son sofisticados en su pensamiento. Otros son silencio-
trabajos pioneros de la psicóloga Bluebond-Lagner, se sos, temen el rechazo y el ridículo, esconden su privaci-
sabe que los niños comprenden la gravedad del diagnós- dad y se comunican mejor con sus compañeros. Algu-
tico, el curso de la enfermedad y las posibilidades del nos tienen el don de la expresión poética o el registro en
tratamiento. También comprenden y sufren la muerte de diarios o periódicos, en el arte o en la música. Algunos
sus compañeritos. Los niños terminales de tres o cuatro niños y preadolescentes son precozmente verbales y
años de edad conocen más de su situación que uno de cuando están seguros revelan sus inquietudes. Entre
diez años en condiciones saludables. Ellos comprenden seis y doce años no quieren preguntar porque no saben

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

elaborar la pregunta o porque temen respuestas desco- Dar a entender a los niños que nunca estarán solos.
razonadas. Los menores de seis años son a menudo Ofrecer la presencia humana y aliviadora. Atestiguar su
desinhibidos y preguntan constantemente. Los niños lucha. Cuando se expresa la angustia existencial, el niño
entre tres y doce años leen la ansiedad que experimen- empieza a buscar otras vías para que el tiempo que les
tan quienes los cuidan y no desean escucharlos, y tratan queda tenga valor, sentido y significado.
de ocultarles o protegerlos de su angustia. Los preado- Los cuidadores deben aprender a reconocer y ani-
lescentes expresan su angustia en forma no verbal con mar la expresión de la angustia existencial. A reconocer
dibujos, pinturas, imágenes o con conductas de distrés. las preguntas que aparecen en la conversación, el juego,
Hay miedo, agitación, excitación, ira, hostilidad, falta los dibujos, las conductas. Aprender a utilizar el poder
de cooperación en la toma de alimentos, letargia, ensi- de ciertas intervenciones como el trabajo con imágenes,
mismamiento, silencios prolongados. Algunos voltean sueños, arte y música. Estimularlos con la plegaria y la
su cuerpo hacia la pared. Otros adoptan la posición fe- meditación para expresar y procesar sus angustias espi-
tal. Los infantes y preescolares son pre-verbales. No son rituales. Aprender la manera de superar los miedos que
conscientes de lo que les rodea, de lo que pasa en sus manifiestan los niños. La sola presencia física calma el
cuerpos, y podría pensarse que no sufren. Sin embargo, miedo de la separación y el abandono. Apoyar e instruir
es peligroso asumir que las personas de cualquier edad a los familiares. Asegurarles que nunca les faltará la
no tienen cierta clase de experiencias. Hasta hace poco, ayuda. Tener en cuenta a los niños para las decisiones,
por ejemplo, se creyó que los niños no sentían dolor, y opciones, control de síntomas y el dónde quieren estar.
ya se sabe que aun desde el nacimiento lo experimen- Afirmar que el resto de vida que les queda es preciosa.
tan53, 54. Hay miedos familiares que se transmiten muy Animarlos a que expresen experiencias, logros, a que
temprano, así como los puentes familiares que se van no obstante la enfermedad se relacionen con los com-
formando, y aunque los niños no tienen las palabras ni pañeros, que vivan en su propia forma y encuentren
otros medios de expresión, se nota su turbación por los valor, significado y esperanza.
cambios en el medio ambiente, la separación de sus Ayudarlos en sus inquietudes espirituales. Que
padres, el rechazo, la pérdida del contacto físico, la os- siempre estarán en nuestros corazones y que no los ol-
curidad y la posibilidad de la aniquilación. El llanto, el vidaremos. Que no serán simples estadísticas. Contes-
abrazo, el aletargamiento y el alejamiento son señales tar honradamente sus preguntas. Procurar que hablen
de temor y distrés55. de lo que piensan del más allá y explicarles en forma
sencilla los conceptos de cielo, de reunión con seres
334 queridos y con sus cuidadores en un después. Disipar
Los niños difieren en la la idea de la enfermedad y la muerte como castigo. No
experiencia del tiempo hacer dictaduras espirituales ni practicar la teología del
terror.
El foco temporal de la angustia existencial difiere
en preadolescentes y adolescentes. Los adolescentes es-
tán más centrados en el futuro y a menudo sienten que
el significado de sus vidas está más adelante. Pero cuan- Bibliografía
do llega la enfermedad terminal sienten cómo todo se
trunca súbitamente, sienten un despojo profundo, re- 1 Sullivan LE. Director del Centro para el Estudio de las Religiones
sienten de la justicia, se angustian por lo que no realiza- Universales, Universidad de Harvard. Prólogo al libro de Coulia-
no JP. Más allá de este mundo. Paraísos, purgatorios e infiernos.
rán, luchan con desesperanza y temen el retorno a la
Un viaje a través de las culturas religiosas. Barcelona, Paidós
dependencia de sus padres. Orientalia. 1993.
Los más jóvenes tienden a preocuparse con las ex- 2 Crocker J. The Epic of Gilgamesh. 1998. Bajado de Internet el 11
periencias y actividades presentes. Y cuando aparece la de junio de 2004.
enfermedad se expresan por sus compromisos del aquí 3 Moody R. Ciudades luminosas. En: La muerte y el morir. Desafío
y ahora, por sus esperanzas a corto término, y luchan y Cambio. Editores Fulton R, Markusen E, Owen G, Scheiber J.
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para que no los aparten de sus compañeros, crecen más 4 Couliano, JP. Más allá de este mundo. Paraísos, purgatorios e in-
dependientes, retornan y se abrazan a sus cuidadores. fiernos. Un viaje a través de las culturas religiosas. Barcelona,
Paidós Orientalia. 1993.
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death-experiences by Carol Zaleski. Princeton Theological Semi-
Los encargados deben dar los pasos para crear un nary, New Jersey. Bajado de Internet el 16 de junio de 2004.
espacio seguro y amable donde los niños expresen su 7 Sennet R. Carne y Piedra. Madrid, Alianza Editorial. 1997.
angustia existencial y se les conforte. Los cuidadores 8 Heim A. Remarks on fatal falls, in Yearbook of the Swiss Alpine
deben sobreponerse a sus temores y angustias, que, a su Club, 1892. Citado por Noyes.
9 Negovsky VA. Reanimatology Today. Crit Care Med 1982; 10:
vez, también deben ventilar y expresar. Deben aprender
130-3.
a no usar palabras ni gestos de rechazo, a controlar los 10 Noyes R. Near death experiences: their interpretation and signifi-
síntomas, a estimularlos, a intimar con ellos y a permi- cance. In Kastenbaum R. Between life and death. New York,
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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


18. Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños

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CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Comunicación y soporte a niños y


adolescentes con enfermedad terminal

Lisbeth Quesada Tristán, Daniel Masís Quesada

◆◆ Objetivos ◆◆

u Aprender el concepto de muerte que tienen los ni-


ños dependiendo de su edad.
u Cómo comunicarse con los niños que se están mu-
riendo y con sus padres.
u Conocer las peculiaridades de los adolescentes al fi-
nal de su vida.
u Adquirir habilidades para abordar adecuadamente al
paciente adolescente.

Figura 1. Conocer las diferentes etapas del desarrollo cognitivo del niño nos
Hablar con los niños sobre la ayudará a la hora de comunicarnos con él en momentos difíciles.
muerte 337

Este tema es considerado por muchos profesiona-


les que trabajan en cuidados paliativos como uno de los El concepto de muerte en los
asuntos más difíciles de tratar con los niños y los ado- niños
lescentes. ¿Acaso será porque nos remueve los propios
miedos a la enfermedad y a la muerte? Creemos que así A partir de los seis meses de edad, cuando el niño
es. Tomar conciencia de nuestros propios sentimientos, inicia el descubrimiento de su cuerpo y puede tocarse
actitudes y conductas no es suficiente. Esta toma de con sus manos y sentir los límites de su propio cuerpo
conciencia puede perderse un minuto después, simple- (los pies y la cabeza), y ve cómo se refleja su imagen en
mente porque lo que moviliza es tan fuerte o tan dolo- un espejo, o ya puede sentarse en su sillita para comer,
roso que no sabemos cómo afrontarlo. En la medida de y los juguetes “vienen y van” —o sea, desaparecen y
lo posible, los profesionales en cuidados paliativos pe- aparecen—, es cuando empiezan a manifestarse sus te-
diátricos debemos darnos los espacios para explorar
mores. Ya no le resulta tan indiferente la presencia de su
estos miedos y estas actitudes con un terapeuta en salud
madre, que ésta entre o salga, pues comienza a percibir
mental. El día menos pensado, la rutina del trabajo nos
que él y su madre no son una sola cosa. Podríamos de-
va a enfrentar a una experiencia con un paciente en la
cir que esta experiencia, y los comportamientos de no
que perdamos la objetividad, y los comentarios o las
estar o de no ser, son lo más cercano a la “pre-idea” de
anotaciones que hagamos tengan que ver más con
nuestras necesidades que con las del paciente. la muerte. Los expertos hablan entonces de que es a
Sean los profesionales del equipo de cuidados palia- partir de esta edad cuando los niños manifiestan su te-
tivos pediátricos (ECPP) o sean los padres del niño los mor a la separación. El miedo a la separación y al aban-
que van a hablar sobre el tema de la muerte, el hecho de dono es propio, inherente al ser humano. No importa la
conocer las diferentes etapas de desarrollo cognitivo de clase de padres que tuviéramos. Lo que cambia de un
los niños nos ayudará a acertar en la forma de proceder, el ser humano a otro es la intensidad y la dirección de ese
lenguaje correcto que debemos de utilizar y qué es lo que miedo.
hemos esperar, a grandes rasgos. Sabemos que los niños Durante la temprana infancia —o sea, antes de los
no son todos iguales y que cada respuesta dependerá de 2 años—, los niños no tienen el concepto de muerte.
su experiencia de vida y de su desarrollo integral, pero Sus mentes no pueden concebir conceptos.
sobre todo sabemos que el desarrollo cognitivo y los con- Entre los 3 y 5 años de edad, la muerte no se ve
ceptos de muerte van íntimamente ligados (Figura 1). como un acontecimiento final, sino como algo tempo-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

ral. No comprenden el concepto de límites finales o de noticias, y si no saben cómo, tienen que aprender.
tiempo lineal. Conforme van creciendo, la muerte es un No es infrecuente ver a médicos comunicando a
hecho accidental, no inevitable; además, a menudo re- los padres un mal resultado terapéutico, o los diag-
ciben de la televisión un refuerzo de esta idea, pues los nósticos y pronósticos reservados, y pidiendo acto
muñequitos de las fábulas explotan, caen y desapare- seguido que transmitan ellos la información a su
cen, y en la siguiente escena están allí como si nada. El hijo. Eso no es responsabilidad de los padres. Es
niño de esta edad no sabe, no comprende, no interiori- responsabilidad médica, ineludible, propia del ac-
za que es mortal. to médico, y hay que aprender a afrontarla.
Alrededor de los 5 o 6 años, y en adelante, el niño • El niño debe estar tranquilo, relajado. No se acon-
interpreta señales relacionadas con la muerte; por ejem- seja la conversación sobre estos temas después de
plo, los accidentes, hacerse viejo, enfermar, ir al hospi- un procedimiento traumático o doloroso, o con el
tal, etc., pero no las relaciona consigo mismo. Todavía niño irritado, y tampoco en situaciones que de al-
no existe suficiente experiencia de vida como para com- guna forma sean amenazantes para el menor.
prender su propia muerte y su significado. Conforme • No mienta, no es necesario. De lo contrario, si el
aumenta en edad, la muerte se va personificando, ad- niño descubre la mentira, recobrar su confianza
quiere color y figura, y se personifica, por ejemplo, en será una labor difícil.
un hombre vestido de negro que viene y me lleva, en • No diga palabras, conceptos o cosas en las que no
una calavera envuelta en un trapo negro y con guadaña cree. En estas situaciones resulta de ayuda utilizar
en la mano, en un tipo vestido de rojo que huele mal, las creencias religiosas propias y que pueden ser
con cuernos y rabo y un tridente en las manos. La compartidas por la familia, pues forman parte del
muerte es una criatura de la noche que asusta y que acervo familiar. Si no cree en Dios o en el mas allá,
puede estar muerta en sí misma. no hable en estos términos. Lo van a descubrir
A partir de los 10 años de edad, el niño ya distin-
tarde o temprano, pues no hay relación entre lo
gue entre lo animado e inanimado, y qué es lo que vive.
que se dice y lo que se hace.
Ya sabe que la muerte es algo final e inevitable, de la
• Se pueden utilizar ejemplos de la naturaleza, cer-
que no se puede escapar, y, según Piaget, ya ha desarro-
canos al niño. La muerte de una mascota, las hojas
llado los conceptos de tiempo, espacio, cantidad y cau-
de los árboles en las distintas estaciones del año,
salidad.
héroes que se estudian en la escuela y que ya no
Después de los 12 años, su pensamiento es muy
están, o tragedias que se ven en las noticias por la
338 parecido al de los adultos. Ya tienen pensamiento abs-
televisión. Las imágenes de vida y muerte están
tracto. Comprenden que se nace, crece y muere. La vida
después de la muerte es un tema interesante para pen- por todos lados; es cuestión de observar y rescatar
sar, y van desarrollando sus propias ideas al respecto. algo que, por cierto, los niños hacen mejor que los
Los expertos hablan de que los niños deben parti- adultos (Figura 2).
cipar en los rituales fúnebres a partir de los 4 años de
edad. Otros sostienen que la mejor edad para incorpo-
rarlos es a partir de los 7 años Lo que sí es importante
es permitirles expresar sus sentimientos y emociones. Si
el adulto lo hace, ellos comprenderán que es normal
hacerlo. Estar triste es normal por la muerte de un ser
querido.

Primero: no hacer daño

• No se puede llegar donde está un niño que cono-


cemos y soltar malas noticias, como a quien se le
cae una bolsa llena de bolitas de vidrio. En primer
lugar, quien da las malas noticias (cuando se trata
de diagnóstico o cuando hay avance de la enferme-
dad o recaídas) debe ser el médico o el equipo. No
Figura 2. Se pueden usar juegos, cuentos, payasos o historias para transmitir
la enfermera ni la psicóloga; debe ser él medico. Si los conceptos correctos sobre la enfermedad y la muerte. Albergue San Gabriel,
se trata de otro tipo de malas noticias, como por San José, Costa Rica.
ejemplo la mala nueva de la muerte de los padres
en un accidente, el comunicador debe ser una per-
sona conocida para el niño; ejemplos: la abuela, la Pensamiento mágico
tía, la hermana mayor, la madrina, etc., o una per-
sona con quien se ha establecido una relación em- El pensamiento mágico está siempre presente en
pática o se tiene un lazo afectivo. El médico y el los niños. Lo que cambia en el tiempo es la capacidad
equipo que trata al niño no pueden eludir la res- para racionalizarlo y la frecuencia con que se usa, la in-
ponsabilidad que les toca de comunicarle las malas tencionalidad de dirección y los adornos en la expre-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


19. comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal

sión. El pensamiento mágico es la capacidad que tiene sis en la familia. La verdad es uno de los agentes tera-
el niño de pararse frente a una ventana en Navidad y péuticos más poderosos de que disponemos, pero to-
empezar a expresar sus deseos sin tener en cuenta el davía necesitamos desarrollar una comprensión ade-
lugar donde vive, cómo se viste, dónde trabaja su ma- cuada de su farmacología clínica y un reconocimiento
dre o la profesión de su padre, si hace una comida al día de la frecuencia y dosis óptimas para su uso. Necesita-
o tres. Él simplemente está fascinado con todo lo que mos comprender, además, sus metabolitos: esperanza
ve, desea tenerlo y siente que se pueden obtener las y negación”.
cosas con sólo desearlo. El pensamiento mágico es la Una de las solicitudes más frecuentes que recibi-
capacidad que tienen los niños de transformar un lápiz, mos los paliativistas de los padres es: “No le diga la
mientras realizan la tarea escolar, en un avión de pro- verdad a mi hijo”. Lo que corresponde aquí con carác-
pulsión a chorro, sobre las montañas (los libros) de un ter de emergencia es sentarse con los padres del pacien-
país lejano (el dormitorio). Cuando mamá amenaza con te y explorar las razones de tal petición. No lo deje para
venir a revisar la tarea, el avión rápidamente se convier- más tarde, porque hacer eso podría llegar a tener impli-
te en lápiz y se retoman las actividades como si nada caciones hasta de origen legal o penal. La respuesta más
hubiera pasado. Esa capacidad de transformación y jue- frecuente de los padres ante nuestro interrogatorio es:
go al mismo tiempo, eso es el pensamiento mágico. “No quiero que sufra”, “no queremos que se deprima
A Felipe, de 5 años, se le murió su gatito e invitó a más”, “se va a morir más rápido”, “es una crueldad so-
todos sus amigos al funeral. Hicieron un hueco en el meterle a la verdad”, “va a perder la inocencia y la ilu-
fondo del jardín, lo enterraron —porque su madre dijo sión por vivir”. Todas estas respuestas van en la direc-
que eso era lo que se debía hacer— y dejaron flores, y ción de proteger a su hijo del sufrimiento al enfrentarse
Gabriel, de 7 años, se las arregló para hacer una cruz a la muerte. Es importante recalcar la palabra “protec-
con dos pedacitos de madera y allí la colocaron. Al día ción”, pues debemos validársela a los padres como un
siguiente, Felipe preguntó por su gatito: “¿Cómo?”, di- amoroso intento de salvaguardar a sus hijos; sin embar-
jo su madre. “¡Pero si lo enterrasteis ayer en fondo del go, el camino al infierno está empedrado de buenas in-
jardín!”. “Sí, pero eso fue ayer; hoy, ¿dónde está?”, se tenciones. Procuremos que nos hablen de sus hijos y de
apresuró Felipe a contestar. Esto es pensamiento mági- las conversaciones que han tenido sobre la enfermedad,
co. Para Felipe, la muerte de su mascota no es ni per- el dolor, el sufrimiento, los miedos, las preguntas sobre
manente ni absoluta. No ha desarrollado pensamiento la posibilidad de cura, las muertes de otros niños que
abstracto para poder comprenderla. Asimismo, los ni- conocieron en el hospital y los comentarios hechos. En
ños sienten que cuando desean que algo suceda, esto fin, todo lo relacionado con la lucha contra la enferme- 339
se produce de forma automática, deseo y acción son dad, que nos permita evidenciar que sus hijos ya están
sinónimos. Ésta es la razón por la que los niños se cul- manejando información sobre su presente condición
pan a sí mismos de un divorcio, de la enfermedad o la aunque no se les haya hablado abiertamente. Verán có-
muerte de un hermano y de cualquier otra serie de mo esto surte efecto al descubrir los padres, por sus
circunstancias negativas que suceden en una familia. propias palabras, que sus hijos ya tienen mucha más
¿Quién en su infancia no deseó matar a golpes o hacer información de la que ellos creen.
desaparecer al hermano menor, que siempre te hacía Es importante aquí rescatar que ambos, ECPP y
una trastada? padres, quieren proteger a los menores de más dolor o
En los adultos el pensamiento mágico es más fre- sufrimiento, pero que juntos debemos re-direccionar
cuente de lo que nos imaginamos. Pensamiento mágico esa protección amorosa que se pretende para no aislar
es creer que todo va bien y que se van a arreglar las co- al ser querido en su propio sufrimiento y angustia. Hay
sas, por ejemplo, en un matrimonio, sin llevar a cabo que explicar, las veces que sea necesario, que cuando
acciones concretas para solucionar los problemas. Es los padres protegen a los hijos de una verdad que ellos
sentir, actuar y creer que las cosas se acomodan solas, se ya conocen parcial o totalmente y aunque nunca se lle-
resuelven solas, sin nuestra participación y responsabi- gue a hablar con franqueza, los hijos se dan inmediata-
lidad, como por arte de magia. mente cuenta de la evasión del tema y se inicia el juego
de que “aquí no pasa nada”.
Madre y padre se abstienen de hacer y decir. Al
mismo tiempo, el chico o la chica enferma hacen lo
Cómo hablar con los padres y mismo para que papá o mamá no sufran por su culpa.
con el niño que está muriendo Ambos se ponen la máscara de que “aquí no pasa nada”
y ambos se aíslan en su sufrimiento. Resultado: la inco-
municación, el doloroso distanciamiento y la soledad
Con los padres interna frente al proceso de morir, y el grandísimo coste
emocional para todos de jugar el juego de que “aquí no-
Dice Robert Twycross, en su libro Introducing Pa- pasa nada”, cuando en realidad está pasando todo. ¿Có-
lliative Care, de 1995, lo siguiente: “La comunicación, mo despedirse, si nadie sé está muriendo? ¿Por qué
como los tumores, puede ser benigna o maligna. Tam- abrazarse o decirse muchas cosas hermosas, si aquí no
bién puede ser invasiva, y los efectos de una mala co- pasa nada? ¿Para qué pedir perdón o felicitarse por lo
municación con el paciente pueden producir metásta- vivido y compartido, si se tiene toda la vida por delan-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

te? ¿Quién puede acompañar a su hijo en un proceso de Con el niño


muerte y no permitirse nunca una mirada triste, un
grito de desesperación o de ayuda, o una mirada que lo En las primeras entrevistas con el niño, ya sea en el
diga todo sin pronunciar palabra, porque nos hemos hospital o en las visitas domiciliarias, el ECPP debe ob-
prohibido llorar? ¿Es que somos supra o meta humanos servar bien al paciente. ¿Está deprimido o es un gran
y jugamos a la perfección? hablador? ¿Conoce su enfermedad y su presente condi-
Una vez superado el escollo de la negativa de los ción o no sabe lo que tiene? ¿Llora mucho, tiene dolor,
padres, se debe proceder a garantizarles que la verdad está enojado, resentido, es agresivo o tranquilo? ¿Cómo
no será dicha cruelmente, ni de golpe ni con palabras es la comunicación con la madre y con el padre? ¿Le
difíciles, y que no se mentirá ni se va a leer el diagnós- permite la madre hablar y expresarse o siempre está
tico como quien lee una lista de objetos. Quien decide contestando por él? ¿Qué actitud asume el paciente
qué se debe decir, cuándo y cuánto se debe decir, y en frente a esta conducta? Todas estas preguntas y muchas
qué momento, es el paciente mismo, cuando empiece a más orientan al ECPP a conocer y trazar un plan de
preguntar. La información será dosificada, y se respon- atención integral y, más aún, le orientan sobre lo que
derá sencillamente y a lo que se pregunta. Se respeta- debe esperar de este paciente y sobre la forma de trans-
rán las pausas y los silencios, el llanto y la angustia, y, mitir la información cuando llegue el momento de las
si es necesario, no se dará más información. En la pri- preguntas.
mera entrevista que tenga el ECPP con el niño hay que
garantizarle que puede preguntar lo que quiera y que
nunca se le va a mentir. En nuestra experiencia de 12 Recomendaciones con los niños
años, los niños te van probar hasta el límite. Y aún no
conozco a un niño con cáncer en fase terminal, remiti- - No haga preguntas cerradas, pues se arriesga a una
do a CPP, al que no se le haya mentido, engañado o repuesta muy limitada: sí o no, que no son esclare-
defraudado en algún momento de su tratamiento, an- cedoras y dificultan la comunicación. Pregúntese si
tes de que fuera transferido a la unidad de cuidados usted, como profesional, hace preguntas cerradas
paliativos. esperando ya una respuesta conocida con el fin de
Los objetivos de la comunicación son sencillos: reducir la ansiedad de interactuar cercanamente
con este paciente.
1. Reducir la angustia, la incertidumbre y el miedo - Por supuesto, no mienta nunca, ni siquiera con una
340 que producen la impotencia y la ignorancia, el te- mentira piadosa. No diga simplezas como “No va
rror a la pérdida de control y autonomía. a doler”, cuando todos sabemos que las inyeccio-
2. Mejorar las relaciones interfamiliares y que la fami- nes duelen o que las sondas incomodan y son a
lia aprenda a renovar sus propios recursos internos veces traumáticas, o “No vas a sentir nada”, cuan-
y externos. De esta manera, la familia está mejor do hay que movilizar una cadera fracturada por la
preparada para afrontar la pérdida. metástasis.
3. Brindar al paciente y a su familia una dirección - Explique todo procedimiento que vaya a realizar,
hacia la cual encaminarse, sobre una plataforma de de acuerdo con el desarrollo cognitivo del niño.
apoyo que ofrece el ECPP, bien delimitada, bien Eso le hace ganar respeto y confianza de parte de
enmarcada, dentro de lo real y lo concreto. su paciente y de la familia. Además, recuerde que
está abordando a su paciente desde los derechos
Por todas estas razones, el mensaje debe ser senci- humanos, ya que este paciente no es de su perte-
llo, positivo, simple, de aceptación, de afirmación y nencia y el hecho de que sea pequeño no significa
esperanza. Rescatar y valorar la importancia de la co- que no los tenga. Tiene derecho a saber y decidir
municación no verbal como otro medio de dar como- sobre lo que se le va a realizar. Si su paciente se
didad y apoyo al paciente. Cuando no se habla abierta- niega, negocie. Si no sabe negociar, aprenda. No le
mente o se pretende engañar al niño, la comunicación recomendamos la fuerza. Es preferible esperar, re-
no verbal sufre deterioro: a los padres y a la familia les calcar la presente condición y explicar los benefi-
cuesta el contacto visual, lo rehúyen, sienten que el cios que se pueden obtener. Por lo general, hemos
paciente podrá leer en los ojos lo que pasa. Las expre- de empezar explicándole al paciente que “yo”, tu
siones faciales se reducen, el tono de voz adquiere un médico, tengo un problema, y es que debo realizar
timbre falso de alegría y bienestar, el número de veces un procedimiento equis para poder quitarte el do-
que se toca y se acaricia puede ser menor, pues cada lor o reducir la presión que sientes al respirar, o
vez que se hace, es un doloroso recordatorio de que para que no te ahogues, y no existe otra forma de
muy pronto no se podrá hacer y de que se arriesga a ser hacerlo que no sea de la siguiente manera, que no
descubierto “en esa secreta despedida”. Olvidan los te agrada o no quieres. ¿Qué hago? ¿Podrías ayu-
padres que el tacto es una de las mejores formas de darme? Muy probablemente, el paciente va a llorar,
transmitir amor, seguridad y amparo. Y si el niño es a gritar que no quiere, y va a patear y a pedir ayu-
pequeño todavía, con muchísima más razón, ya que ha da. No importa, no haga nada, no hable. Una vez
sido la comunicación más frecuente que se ha cons- que se calme, mírelo a los ojos y dígale que usted
truido desde que nació. no ha hecho nada aún, pues él no le ha dado per-

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19. comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal

miso. De esta forma le está devolviendo el control mucho más tranquilos y con poco o ningún miedo
al niño y la confianza en usted. Los niños no son al proceso. Como reglas de abordaje a estas expe-
tontos, son niños nada más, y probablemente el riencias, nosotros, en el ECPP del Hospital Nacio-
paciente dirá para sus adentros: “No era tan malo nal de Niños en San José, Costa Rica, las validamos
ni tan monstruoso al final de cuentas, este doctor o las y estimulamos. Creemos al paciente tanto o
doctora. Me está dando la autoridad para decidir. más de lo que le creemos cuando nos dice que tie-
Vamos a ver cómo le ayudamos, pues realmente ne dolor. Realmente no nos interesa saber sobre su
me duele”, o me tensa, o cualquier otra cosa que fisiología o autenticidad. Si el paciente lo vive co-
esté pensando. Comprendemos que los niños no mo real, entonces es real y desde ahí trabajamos.
hablan o piensan literalmente como se describe - Los niños expresan que el temor más grande que
aquí, pero es la forma que utilizamos para expli- sienten es la separación de sus padres. Lo valida-
carle a usted, lector, el proceso inconsciente que se mos. Estimulamos a los padres a compartir con sus
da en el niño. Si usted ya vivió una situación como hijos los temores de separación que ellos sienten.
ésta, antes de hablar con su paciente sobre la Es el mismo temor. Igualados los temores entre
muerte, o fue ésta la forma de compartir con él la grandes y pequeños, se igualan las fuerzas, se des-
situación de su enfermedad y a la vez de ejercer su nudan los corazones y fluye la comunicación amo-
autoridad, y respetando al paciente al mismo tiem- rosa, llena de promesas y de expresiones de afecto
po, es probable que la conversación sea más fluida, y solidaridad.
pues usted ya se ganó su confianza: el paciente sa- - A menudo los niños hablan simbólicamente de sus
be que usted no miente y se apoya en su confianza. miedos o experiencias. Nosotros también lo hace-
La empatía entre el profesional y el paciente es mos usando su lenguaje y sus categorías. Nos me-
condición indispensable para tocar estos temas. temos en su mundo mágico, lo cual consolida la
Hemos visto cientos de niños hacerse los dormidos relación paciente-profesional, y desde allí trabaja-
cuando llega un profesional o un familiar, pues mos sus procesos, sus fortalezas. Cuando los niños
simplemente no desean interactuar, aunque le co- se expresan a través de los dibujos y nosotros lo-
nozcan desde hace mucho tiempo. Además, en gramos interpretarlos correctamente, es muy evi-
momentos en los que toda la estructura familiar dente que facilitamos el camino de la comunica-
parece quebrarse, los niños que han crecido con ción. Inmediatamente armamos a los padres con
pocos límites se convierten en pequeños tiranos esos recursos para que también ellos logren ese
con sus padres y hermanos. Cuanto más ceden los nivel de comunicación. 341
padres, más tiranos son los niños, más desborda- - Cuando los niños no preguntan sobre su condi-
dos están y más angustiados se ponen, pues no ción no es porque no deseen saber o porque no la
existe una estructura que los contenga. Usted, co- comprendan o no les preocupe (a menos que no
mo profesional del ECPP, será quien provea esa puedan hablar). Sus preguntas dependerán de la
estructura necesaria para elaborar el duelo antici- actitud que asuman los adultos a su alrededor. Los
pado, hablar de la muerte, elaborar el proceso e niños siempre saben más de su presente condición
irse con la paz que puedan conseguir. de lo que suponemos los adultos que estamos a su
- Haga preguntas abiertas. Refleje los sentimientos alrededor.
que percibe en su paciente: “¿Cómo té estás sin- - Siempre hay que tener claro que los profesionales
tiendo desde la última vez que nos vimos?”, “há- en CPP no somos los actores principales. Jamás
blame un poquito de cómo estás durmiendo”, “te debemos intentar suplantar o jugar el rol que co-
siento triste y callado”, “¿puedo hacer algo para rresponde al padre o la madre. Si comparamos esta
que te sientas mejor?”, “¿quieres que hablemos de situación con un equipo de teatro que monta una
lo que te preocupa?”, “prometo contestarte con la obra escénica, nosotros, los paliativitas, somos los
verdad”. tramoyistas, los utilleros, los técnicos de luces, los
La puerta está abierta: sólo el paciente sabe si desea que limpian y preparan el escenario para que los
entrar. Es su prerrogativa. Él o ella sabrán que pue- actores principales salgan a escena. Los aplausos
den hablar cuando lo deseen. Tal vez no sea en esta son para todos, pero sólo los actores salen a salu-
oportunidad. Tal vez no den un paso hacia esa dar al público. Algún día nosotros también sere-
puerta. Está bien, es su derecho y se respeta. mos actores principales y otros dejarán listo el es-
- A pesar de lo anteriormente descrito, muchos ni- cenario para nuestro debut.
ños algo mayores no hablan hasta que les hemos
preguntado, casi en forma intuitiva, por sus sue-
ños, o si han visto a un ser querido que les visita
(abuelo, abuela, primo, tío, padre o madre que Abordaje del adolescente en
murieron) o a un amigo invisible. Por lo menos la fase terminal
mitad de nuestros pacientes dan una respuesta
afirmativa a estas preguntas. Explican el sueño o la Sin duda, el avance de la medicina y del tratamien-
visita que reciben y el mensaje que les dan. Nos to actual del cáncer ofrece a los adolescentes que pade-
impresiona que, cuando así sucede, los niños están cen esta enfermedad, no sólo más tiempo y calidad de

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

vida, sino más posibilidades de curación. Esto, unido al Se sienten bastante dependientes y controlados
pensamiento mágico y omnipotente que está presente por los profesionales de la salud, y esto genera irritación
en esta etapa, facilita la falta de consideración por parte y limita la adquisición de la libertad. El enojo con los
del joven de la posibilidad de no curarse y morir. padres es vivido con mucha culpa, por ser quienes le
Durante la adolescencia, los jóvenes experimentan cuidan y le tratan con afecto.
“un tránsito” entre la niñez y la vida adulta. Esto repre-
senta un reto para todos los trabajadores de la salud. Este
tránsito conocido como adolescencia se caracteriza por Amor-odio
cambios físicos y psicológicos acelerados que repercuten
en la autoestima y en la auto-imagen de los jóvenes. Se requiere un equipo interdisciplinario preparado
Los muchachos deben re-descubrir su sexualidad, para reconocer que las necesidades de los adolescentes
ya no como niños sino como su realidad les permite, y con cáncer, y sobre todo en la etapa terminal, son úni-
de forma muy importante se destaca la necesidad y el cas y significativas.
deseo de establecer relaciones de pareja o de afinidad Ese amor-odio se vive internamente contra su pro-
por pares. Deben integrar dentro de su esquema corpo- pio cuerpo, que no les sirve, y esos mismos sentimien-
ral sus nuevas características, que van cambiando rápi- tos se extienden a los padres y amigos, lo que también
damente, más las que conserva de su etapa infantil. genera sentimiento de culpa.
El adolescente busca ser aceptado por sus caracte-
rísticas físicas y sociales, y está en constante búsqueda
de sus propias afinidades y de la definición de situacio- Pensamiento realista -
nes y gustos ajenos. pensamiento mágico
En este mismo periodo vuelve a tomar importancia
el desarrollo de los objetivos vocacionales y se perfila Es importante destacar que el pensamiento mágico
con más fuerza su esquema idealizado del proyecto de es un recurso defensivo que se utiliza durante la adoles-
vida personal. En este sentido también es muy impor- cencia, ya que permite la conducta de negación o evita-
tante la separación que vaya realizando con sus padres ción. Sin embargo, ésta se confronta contra él mismo a
y que éstos le permitan generar y asumir esas acciones través de elementos de la realidad, como sus micro-pér-
independientes. didas, etc.
Al ir progresando la enfermedad, el adolescente El temor, el llanto y el dolor son sentimientos y
342 desarrolla gran preocupación y dolor por su imagen conductas que se contraponen con la sensación y el
corporal y por su identidad sexual, y, unido a las secue- mandato social de ser maduro y responsable, y compor-
las de sus tratamientos, ello provoca una lesión impor- tarse como el casi-adulto que es, con sentido común y
tante en su seguridad personal, en su autoestima y en el tolerancia.
desarrollo de una identidad positiva. Una de las mayo- Toda esta situación se ve agudizada por la dificul-
res preocupaciones de los adolescentes en la mayoría de tad propia de su edad de sujetarse a tantas reglas y se
los casos es la apariencia física y los efectos del trata- contrapone a su necesidad de sentirse libre. Se da una
miento en la misma. progresiva pérdida de privacidad, intimidad y soledad.
Durante la lucha contra la enfermedad, el adoles- La falta de control y la sumisión a las órdenes de otros
cente desarrolla frecuentemente actitudes de auto-aisla- generan una sensación de despersonalización en el
miento como una medida preventiva al rechazo que adolescente.
supone que va a sufrir por parte de los demás. Sus deseos de salir, explorar, coquetear y disfru-
Se les dificulta postergar las sensaciones placente- tar, y el de compartir las experiencias con sus pares, se
ras y, por tanto, experimentan gran frustración con res- ven imposibilitados no sólo por el progreso de la en-
pecto a no poder sentirse bien y pronto. fermedad, sino también por la necesidad de los padres
El que las cirugías, curaciones o procedimientos de proteger a su hijo, creando una serie de dependen-
dejen marca o cicatriz es fuente de gran frustración, y a cias que son interiorizadas de forma ambivalente por
la vez les es difícil incorporar esto como parte de su los pacientes.
imagen corporal. Con respecto a la problemática de su concepción
La situación de la enfermedad produce una gran del proceso de la muerte, esta población requiere mayor
ambivalencia en ellos, lo cual genera confusión y culpa. apoyo emocional, ya que la frustración se convierte en
Por ejemplo: un sentimiento tan fuerte que difícilmente se puede
manejar sin apoyo.
Sufren un gran temor de que al morir van a ser ol-
Separación-dependencia vidados y tienen una gran necesidad de dejar huella.
Otro de sus temores es ser recordado como el triste en-
Existe una tarea y un deseo de individualizarse de fermo, lo cual choca con su ideal de ser considerado
sus padres. No obstante, esta separación se ve limitada simpático y popular.
por la situación de la enfermedad. Por ejemplo, puede Se experimentan sensaciones de culpa por haber
presentar problemas en el control de esfínteres, o bien fallado a sus padres y se sienten muy afectados por la
el temor y la necesidad de estar cerca de sus padres. interrupción de su proyecto de vida y por todos los sa-

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19. comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal

crificios que han realizado para luchar, sin éxito, contra El adolescente que sabe que está muriendo es arro-
la enfermedad. Ello genera frustración y enojo porque jado súbitamente a la incertidumbre, a la duda. Se pro-
los adolescentes se dan cuenta de la cantidad de cosas duce una devastación total de todos los ideales y metas
que ya han pasado y que ni imaginaban porque han de su vida. Es como si arrancáramos de raíz una planta
estado recluidos en el hospital o en su casa. Hay sensa- joven que aún no da fruto. La enfermedad terminal
ciones de asombro, acompañadas de dolor emocional, conlleva en el adolescente un cambio violento y doloro-
al constatar que la vida siguió fuera “mientras yo estaba so en la dirección de su vida. Este cambio trae consigo
luchando infructuosamente”. desde una mutilación de la confianza, la certeza, la in-
El enfado contra su propio cuerpo es una constan- dependencia y la imagen corporal, hasta la pérdida de
te, y se dan conductas de auto-agresión porque no han los amigos, la seguridad, la expresión de la sexualidad y
realizado su proyecto de vida. También hay mucha irri- la familia.
tación por otros que no aprovechan la oportunidad que Es muy difícil para un adolescente aceptar su pro-
tienen, y se matan, se drogan o no quieren ir al colegio. pia muerte sin la adecuada contención. Conforme la
Muchas veces se dan conductas agresivas y tira- muerte se acerca, las necesidades se incrementan. Es
nizantes en el trato con los demás. En este sentido, importante mantener su identidad. Más que nunca, él o
los equipos de salud tienen limitaciones físicas en la ella deben saber qué es lo que les está pasando. La en-
atención de los adolescentes, como ya hemos mencio- fermedad les cambia la apariencia y en muchas ocasio-
nado antes, ya que en la mayoría de los hospitales no nes los lleva hacia el aislamiento. Precisamente porque
hay pabellones para ellos. Por lo general, o se tratan son adolescentes, es importante sentirse atractivos. La
en los servicios de pediatría, con los más pequeños, o apariencia personal juega un papel sobresaliente, y más
en los hospitales para adultos, donde reciben trato si se está lejos de la familia y de los amigos por el mis-
como tales. mo aislamiento.
El equipo interdisciplinario, para trabajar con ado- En la Tabla I figuran algunas sugerencias para el
lescentes que se enfrentan a una enfermedad terminal, abordaje de los adolescentes en fase terminal.
debe estar compuesto por los siguientes profesionales: Los adolescentes vacilan a menudo entre mantener
un médico, una enfermera, un psicólogo y una trabaja- a flote sus deseos de ser rescatados de la muerte y el
dora social. En la medida de lo posible, este equipo de- conocimiento de que sólo les quedan algunos días o
be reunir algunas condiciones como las que se indican semanas. Cada necesidad puede convertirse en un obs-
a continuación: táculo en esta lucha solitaria que lleva a los pacientes a
necesitar amor, bienestar, re-aseguramiento y ayuda de 343
1) Preferiblemente, los profesionales no deben ser la familia y del personal de salud que cuida de ellos.
muy jóvenes, ya que fácilmente se identifican con Como equipo de salud que trabaja con adolescen-
los pacientes porque no hace mucho tiempo ellos tes con enfermedad terminal, debemos estar preparados
también eran adolescentes. Tampoco los profesio- para ayudarles a lidiar con la ansiedad, la negación, el
nales deberían ser muy mayores, pues la brecha miedo y la fuerte tendencia al aislamiento y al distancia-
generacional sería muy grande y la comunicación miento como medida defensiva. Si al adolescente se le
podría verse sensiblemente afectada. miente, él lo va a saber. Perderemos la confianza de
2) Es indispensable tener algún grado de experiencia nuestro paciente y posiblemente tendremos que llevar a
y de estudios sobre la adolescencia. De más está cabo una labor titánica para recobrarla. Ellos se con-
decir que les debe gustar trabajar con adolescen- vierten en buscadores de la información que les nega-
tes, y que su trabajo con ellos no debe ser impues- mos o que “erróneamente” les demos. Van a buscar esa
to simplemente por la organización del hospital. información en libros, revistas, Internet, a través de sus
3) Los profesionales del equipo deben tener talento amigos, de otros pacientes como ellos o de otros profe-
para la comunicación verbal y no verbal, ya que sionales de la salud. Nos van a desafiar y seremos el
esto les ofrece una mejor relación con el adolesten- blanco más frecuente de su cólera e irritabilidad. Es
te y un entendimiento de la naturaleza de éste. importante también recordar que lidiaremos con una
4) El equipo debe contar con una planta física ade- fuerte tendencia a la lástima por sí mismos, a la deses-
cuada para el tratamiento de los adolescentes. peranza y al dolor de ver sus vidas marchitarse mucho
5) El equipo de trabajo debe tener frente a los adoles- antes de florecer.
centes una actitud amplia, motivada, amistosa y El equipo (deseablemente, de cuidados paliativos)
con capacidad para escuchar sin escandalizarse y que trabaja con el adolescente en fase terminal debe
sin juzgar. fortalecer su identidad, la honestidad en la comunica-
ción, la independencia, la privacidad y la comodidad.
Al igual que los niños, que no dejan de comportar- Si el adolescente que está muriendo dirige su cólera
se como niños aunque se estén muriendo, los adoles- contra el equipo, éste no debe tomar su hostilidad de
centes no dejan de ser adolescentes porque se estén forma personal. El equipo debe tener capacidad para
enfrentando a su propio proceso de muerte. Los adultos reconocer por qué se da tal conducta. Hay que poner
muchas veces queremos y esperamos que el adolescente especial atención cuando el equipo que trata la enfer-
crezca y madure rápidamente por el simple hecho de medad de fondo decide que ya no puede curar y realiza
que está afrontando una enfermedad terminal. la transición al equipo de cuidados paliativos, ya que el

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Tabla I. Sugerencias con respecto al papel del ECPP en el abordaje de los adolescentes en fase terminal
  1. Hay que aprender a escuchar las quejas sobre los “otros” profesionales de la salud que han tratado al paciente,
simplemente para no cometer los mismos errores y para facilitar a éste la expresión de su irritación.
  2. Antes del internamiento en el hospital o al inicio del tratamiento, se debe discutir con los adolescentes los reglamentos
y las normas de los servicios donde se les atiende. Es muy importante que tengan claro qué pueden y qué no pueden
hacer.
  3. Los adolescentes deben ser instruidos en el uso correcto de los medicamentos y sus efectos secundarios. Cuál es la
extensión de la enfermedad y las posibilidades de tratar los síntomas
  4. Se establece con el paciente un compromiso personal y de equipo de hablar siempre con la verdad. Se le asegura que
cualquier pregunta que haga le será contestada con honradez.
  5. Hay que garantizarles que ellos, al igual que los pacientes adultos, también tienen derecho a que se les guarde el
secreto médico.
  6. El equipo debe concebir al adolescente como una persona con derechos, a quien se le respeta lo que piensa aunque
no se comparta lo que dice o piensa.
  7. Se discutirán con el adolescente —si es necesario o conveniente o si el propio paciente lo pide— temas relacionados
con su sexualidad; por ejemplo, medidas de contracepción o planificación familiar. Ya no sorprende la gran cantidad de
adolescentes que inician su vida sexual activa en este periodo.
  8. En la medida de lo posible, es importante discutir la relación que el adolescente tiene con su padre, su madre y sus
hermanos. Él debe comprender su papel dentro de la familia.
  9. El equipo interdisciplinario debe recordar siempre que la unidad primaria de apoyo del adolescente es su familia y no el
equipo. Esto deja de cumplirse sólo cuando éste no tiene familia o cuando la relación con la misma es completamente
contraproducente y no brinda apoyo o paz al proceso que se vive.
10. La relación médico-paciente es tradicionalmente una relación de poder, donde el médico es quien tiene la autoridad y el
conocimiento, y el paciente, la necesidad del servicio y de obedecer. Los adolescentes se quejan de esta relación de
poder y exigen un trato más jovial y más de igual a igual o de persona a persona, y no de imposición.
11. Ayudarle a integrar las polaridades y las ambivalencias que genera esta situación.
12. Revisar y promover la expresión de sentimientos y angustias y brindar retroalimentación sobre su nueva situación.
13. Promover el contacto del adolescente con su colegio o ámbito escolar, con los profesores y compañeros.
14. Facilitar el diseño y la realización de estrategias para prolongarse después de la muerte, es de gran ayuda
344
(testamentos, vídeos, planear el funeral, etc.).
15. Rescatar el yo interior o al menos intentarlo.
16. Contribuir en la programación y consecución de metas realistas a corto y medio plazo.
17. Ayudarle a ubicarse con respecto a vivir cada día, aprovechando que está aquí y ahora.
18. Contribuir en la conciliación de las necesidades de la familia y del paciente.

adolescente puede interpretar que sus médicos le están podemos aportar. Una adolescente que entendía muy
abandonando. Nuevamente, la tónica con que se intro- bien su gravísima condición, sin embargo, a pesar del
duce el equipo de cuidados paliativos es como un gru- amor y de la cercanía de su familia, no dejaba de pedir-
po más de profesionales que van a participar en la nos lo siguiente: “Quédense conmigo, cuídenme, no me
atención del paciente. abandonen”.
El equipo de cuidados paliativos tiene que recor-
dar que es importante mantenerse calmado y con con-
trol de los sentimientos, sobre todo ante al paciente.
Además, debe ser claro, honrado, realista y consistente uu Casos prácticos uu

en las expectativas, aunque hay que permitir que el


adolescente niegue, ya que sabemos que la negación es
una forma de tratar de restaurar el orden. Caso número 1
El equipo de cuidados paliativos debe explicar cla-
ramente todo. Ni para la familia ni para el paciente de- Nombre: T PG
ben producirse sorpresas que no puedan controlar. Es Diagnóstico: leucemia linfocítica aguda
nuestra obligación resguardar al paciente de exámenes, Sexo: femenino
procedimientos y otras actuaciones que sean innecesa- Edad: 13 años
rias y que sólo aumentan el dolor y el daño, sobre todo
en los momentos finales.
Escuchar y crear el espacio para que el adolescente   Elaborado por Ligia Obando, psicóloga, Clínica de Cuidados

pueda hablar y expresar toda clase de sentimientos es Paliativos, Hospital Nacional de Niños, San José, Costa Rica, y por la
uno de los regalos más hermosos y enriquecedores que doctora Lisbeth Quesada Tristán, médica paliativista.

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19. comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal

Fecha de ingreso en la clínica de cuidados paliati- 8. Durante las intervenciones, la madre es la que ha-
vos pediátricos: 7-6-2006 bla más y el pade se mantiene callado.
Fecha de fallecimiento: 22-6-2006 9. El padre responde cuando se le pregunta por sus
Madre de 34 años sentimientos; sin embargo, su actitud siempre va
Ocupación: empresaria orientada en el sentido esperanzador.
Padre de 42 años 10. La paciente expresa en su casa sentimientos de
Ocupación: tipógrafo culpa y temor hacia la enfermedad.
Hermanas: 11 y 5 años 11. Además, los padres declaran que se sienten muy
cansados con todo esto.

Motivo de referencia
Intervención de la Clínica de Cuidados
Después de ser discutido el caso en el equipo de sa- Paliativos del Hospital Nacional de Niños
lud del servicio de hematología, se procedió a hablar con
sus padres para explicarles que la paciente no contaba A la vista de los antecedentes conocidos por el
con opciones curativas en este centro hospitalario. Se les equipo de cuidados paliativos sobre esta familia, se des-
explicó la utilidad de contactar con la clínica de cuidados cubren problemas de comunicación y expresión de
paliativos pediátricos para prestar apoyo a la paciente. sentimientos.

1. Se planea la reunión con el equipo de hematológia


Historia y el equipo de cuidados paliativos el día 8-6-2006,
pues a la menor no se le había explicado el estado
La paciente ingresó en el servicio de hematología actual de su enfermedad. Tanto la paciente como la
en al año 2002 y recibió diagnóstico de leucemia el 5-2- familia entran en shock.
2002. Familia conformada por 5 miembros: padre, 2. Se les explica el papel de cuidados paliativos pe-
madre, paciente (que es la hija mayor), una hermana de diátricos y se programa una visita domiciliaria a los
11 años y otra de 4. El padre trabaja en una institución tres días.
estatal y la madre con su negocio propio. A esta familia 3. Desde el día 8-6-2006 hasta el 22-6-2006 se reci-
se le han brindado ampliamente los servicios ofrecidos bieron 11 llamadas al localizador de radio, y a tra-
por la Asociación de Lucha contra el Cáncer Infantil vés de ellas se aporta entereza y contención a la 345
(tanto los padres como la paciente y su hermana han padres y se les describen los síntomas que la enfer-
recibido atención por parte del equipo psicosocial). medad irá produciendo escalonadamente, desde
Ambos progenitores han participado juntos en el proce- fiebre, sangrado de encías, dolor abdominal, etc., y
so de tratamiento de su hija (leucemia T). se les dan las indicaciones para atender a la pacien-
te, como el aumento de la dosis de morfina, etc.
4. Se realizan tres visitas domiciliarias, donde encon-
Expresan tramos a la familia muy conmocionada y con difi-
cultades para trabajar en equipo.
1. Que ambos progenitores se encuentran en una di- 5. El deterioro diario y rápido de la paciente no da
námica donde cada uno sufre solo. tiempo a la familia para asumir lo que estaba pa-
2. El padre siente que debe dar esperanza a su familia sando, sobre todo porque interpretaba que el equi-
y la madre sigue el juego del padre. po de hematología siempre iba a tener algún trata-
3. Sin embargo, en la intervención realizada el día 1- miento nuevo que ofrecer.
06-06, la madre manifestó su descontento y su 6. Realmente los padres no esperaban que todo ello
deseo de romper este juego y poder expresar sus iba a producirse de forma tan rápida, y, en definiti-
sentimientos. va, el equipo no pudo actuar con la familia en la
4. Con las diferentes intervenciones, se ha logrado preparación del duelo anticipatorio.
que busquen espacios para comunicarse sus senti- 7. El equipo de cuidados paliativos, en esas condicio-
mientos y temores; sin embrago, éstos han sido nes, actuó sobre los síntomas físicos que se presen-
muy escasos. taron, pero fue poco lo que la familia permitía tra-
5. Desde el principio del tratamiento, los integrantes bajar sobre la aceptación de la muerte inminente
del equipo de hematologia han sido claros con es- de la niña.
tos padres al explicarles que la leucemia de tipo T 8. Con la paciente apenas se pudo trabajar sobre ese
es de difícil curación, e incluso se consultó el caso tema, pues en menos de tres días perdió la comu-
al Hospital St. Jude, de Estados Unidos, con nicación con el medio.
anuencia de los padres. 9. A los doce días murió la paciente, y su familia du-
6. Nos explican que la paciente es una joven muy re- rante este tiempo se mantuvo en estado de shock y
servada, y tal como actúan sus padres así actúa medianamente funcional.
ella. 10. Con la niña casi no se actuar en la preparación
7. Expresa poco lo que siente. mental y emocional de su proceso de muerte.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

11. La familia se incorpora la Grupo de Duelo de pa- tienen que trabajar con la familia son: las formas idó-
dres que han perdido un hijo. El grupo de apoyo neas de comunicación, diálogo sobre la muerte, validar
pertenece al equipo de cuidados paliativos. Asistie- los espacios de desahogo y llanto de todos los miem-
ron durante nueve meses a las reuniones de este bros, dar tratamiento al “dolor total” del paciente. Tene-
grupo y su evolución fue muy lenta. mos que tener en cuenta que las familias se enteran que
12. En los primeros meses se agudizaron los proble- la muerte inminente de uno de sus miembros, todo el
mas de la pareja con la familia extensa, que tam- resto de la familia se siente morir con el paciente. Si
bién acudieron en varias ocasiones al Grupo de bien su morir no es irreversible, ni permanente desde el
Duelo (abuela y tías paternas). punto de vista físico, si constituye la muerte permanen-
13. Algunas de las quejas que se hacen en la familia te e irreversible de aspectos psicosociales suyos, de su
indican que no esperaban que las cosas se dieran vida, su familia, su mundo. Para poder abordar esto por
tan rápido. Para el equipo de cuidados paliativos lo menos se tiene que tener como mínimo un mes.
también faltó tiempo para tratar con la familia y
con la paciente sobre los diversos aspectos emocio- Si usted tuviera que elaborar un plan ideal de
nales que es preciso abordar ante la llegada de la abordaje para esta paciente y su familia, ¿cual sería su
muerte. propuesta?
14. Se les brindó todo el equipamiento médico que se
precisaba para atender a la paciente en casa, así Se debe tener en cuenta desde que el paciente co-
como la medicación necesaria, pero, en definitiva, mienza a no tener los resultados más óptimos en sus
faltó tiempo para trabajar estos aspectos con la fa- tratamientos hacer la referencia a Paliativos para co-
milia y con la paciente. menzar a conocer a los pacientes y sus familias. Que
nos vean como un servicio más de ayuda, no los pan-
Es muy importante que los diferentes servicios del teoneros. Con los pacientes de vida limitada no se tiene
hospital transfieran a los pacientes y a sus familias al tanto problema, pues las familias nos ven como su so-
equipo de cuidados paliativos por lo menos seis meses porte y ayuda en las diferentes crisis, por lo tanto en el
antes del posible descenlace, con el objeto de que sea caso de los pacientes de Hematología y Oncológicos, el
posible llevar a cabo todas las actuaciones y acometer ir conociendo a estos pacientes con mayor tiempo, por
todos los factores que es necesario abordar ante el pro- lo menos 6 meses en el programa se logra tener una fa-
ceso de la fase terminal, la muerte y el duelo. milia con mejores herramientas para enfrentar la enfer-
346 medad, el deterioro, complicaciones y la muerte de su
miembro.
Preguntas
¿Qué críticas se le pueden hacer al equipo de
¿Por qué considera usted que este caso es o no es hematología en el manejo emocional de esta pacien-
un caso de referencia tardía? te y su familia?

En este caso la paciente fue referida con escasos 15 No se trabajaron los problemas de comunicación
días para trabajar con ella y su familia lo que es el pro- que existían en la familia. Además no se le dio el sopor-
ceso de muerte y pre–duelo. Tenemos que tener en te necesario a la madre que estaba muy recargada, ya
cuenta que todo ser humano tiene sus propios ciclos de con síntomas de claudicación, se le olvidaban las tomas
adaptación y aceptación de lo que le esté sucediendo. de medicamentos y tenía problemas para dormir. En la
En este caso se les comunica que ya no hay más trata- dinámica el padre de la niña no quería estar pendiente
miento curativo para la paciente, tanto la familia como de medicamentos y demás asuntos médicos. Se les ali-
la menor, estaban en plena etapa de shock, por lo que mentó mucho la idea de que se encontraría algún trata-
era prácticamente imposible, llevar un proceso de pre- miento que le salvara la vida.
duelo adelante. El equipo de paliativos era desconocido
para la familia y la paciente. El vínculo de confianza no ¿Qué críticas se le pueden hacer al equipo de cui-
se puede desarrollar en dos semanas y mucho menos dados paliativos pediátricos en el manejo de esta pa-
para poder dialogar sobre la muerte inminente. En este ciente y su familia?
caso ya la familia trae un patrón de comunicación un
poco deficiente en su interior, se observaba claramente Se limitó a trabajar los síntomas físicos y no se le
dificultades en la pareja de padres y el control de la fa- dio mayor espacio de catarsis a la madre, que ya estaba
milia paterna. Todos estos elementos se deben trabajar muy agotada con la dinámica familiar.
por lo menos 6 meses antes de que la paciente en fase
terminal, para que el paciente sufra menos y la familia ¿Cuál considera usted que debe ser el rol o papel
pueda sentir que su trabajo fue más asertivo en los últi- que debe jugar un equipo de autoayuda como el Grupo
mos momentos. Con el servicio de Hematología hemos de Duelo de Padres que han perdido un hijo?
venido teniendo este problema pues, piensan que el
Cuidado Paliativo implica solo el soporte domiciliar En este caso concreto el Grupo de Duelo ha venido
para la etapa de agonía. Tres elementos básicos que se a clarificar los sentimientos vividos durante todo el pro-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


19. comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal

ceso de enfermedad, a entender cual era su dinámica Preguntas


familiar que no facilitaba la sana comunicación. A po-
ner en evidencia que la relación de pareja estaba estáti- 1. Identifique la situación que se presenta con res-
ca desde hace muchos años. A validar el sentimiento de pecto a la madre.
frustración con todos los intentos de salvarla. Enseñar-
les diferentes formas de sacar el enojo acumulado du- La situación que presentaba la madre es una cons-
rante todo el tiempo de la enfermedad y brindar un es- piración del silencio que se produce por una ruptura en
pacio de catarsis a cada uno de los miembros. También la comunicación entre el paciente y su familia y/o entre
a evidenciar cómo la familia paterna tenía mucha in- el paciente y el personal médico.
fluencia negativa en la toma de decisiones que le corres- Ante la conspiración del silencio, las personas
pondía tomar al grupo nuclear. que son excluidas no tienen la oportunidad de com-
prender lo que está sucediendo, lo que tiene conse-
cuencias como:
Caso número 2**
• Sufrimiento.
• Aislamiento.
Caso clínico • Dolor.
• Miedo.
N.S.C., de 6 años, vecina de San José, Curridabath, • Soledad.
de religión judía. Fecha de ingreso en el programa: 6-2-
2006. Diagnóstico: sarcoma de células claras del riñón, La conspiración del silencio puede presentarse por:
con metástasis pulmonares y óseas (rama mandibular
derecha, costillas y región lumbar). • Protección al enfermo.
Se realiza una visita domiciliaria para el ingreso de • Autoprotección ante el sufrimiento y la impotencia.
la paciente en el programa. En ese momento es la ma-
dre quien nos recibe y a quien le brindamos la informa- 2. De acuerdo con la evolución por edad, ¿cuál es
ción sobre las características de nuestro servicio y nues- el concepto de muerte de la niña?
tros números de teléfono.
Durante dicha entrevista se observan algunos as- El concepto de muerte de la niña es que ve la
pectos importantes que conviene tener presente. muerte como algo reversible y por ello la muerte no está 347
La madre dice que no desea que la niña conozca su personalizada. Presencia de pensamiento mágico.
situación, por temor a que ello le cause daño en el pla- Ejemplo: Puede jugar con animales de peluche, al-
no emocional. Además, la madre comenta que ella ha ternando repetidamente el acostarlos “muertos” y de
atendido a la niña en su enfermedad como “algo que no pie “vivos”. Los niños no creen que la muerte les pueda
es bueno”, pero sin ahondar más al respecto, a pesar de tocar a ellos. Pueden relacionar la muerte con dormir.
las preguntas de la niña. También piensan que pueden provocar la muerte con
La niña está muy enfadada, no sonríe, no duerme sus pensamientos, sólo con desear que una persona
mucho y manifiesta una importante afectación emo- muera.
cional por la caída del cabello, a causa de la quimiote- Implicaciones prácticas: Estipulan información con-
rapia. Dice que ella sabe que existe un Jardín de Dios, creta sobre el estado de estar muerto; por ejemplo:
que ella antes de nacer estuvo en ese jardín y que Dios “Una persona muerta ya no respira ni come”. Necesita
la envió a la Tierra para que estuviera con su familia. disipar el concepto de ser responsable y siente culpa
Nos explica que ella se lo contó a su padre, pero que por sus pensamientos.
éste cambió de tema y ella no pudo seguir hablando
de ello. 3. ¿Cuál sería el abordaje de la imagen corporal de
Nos comenta abierta y libremente su dificultad la paciente para facilitar el proceso de adapta-
para mantenerse en pie y caminar, así como la insensi- ción a los cambios que vive?
bilidad en algunas partes de sus piernas. Se le pregunta
a la niña si conoce la causa de esta sintomatología y dice En el subsistema filial existe una importante valo-
que no, y dice además que no quiere hacer preguntas ración del aspecto físico, por lo que el hecho de la caída
sobre ello. Es importante hacer notar que, pese a que la del cabello cobra una mayor relevancia.
niña no comunica verbalmente una importante afecta- Por ello se debe sugerir a los padres la utilización
ción emocional por sus síntomas, sin embargo durante de algunas herramientas para ayudar en el abordaje de
su relato golpea moderadamente ambas piernas con sus esta circunstancia, mediante la terapia de juego.
manos. Además, debe aprovecharse como un símbolo
tranquilizador la metáfora del Jardín de Dios que la ni-
ña plantea, teniendo en cuenta el aspecto espiritual y
**  Elaborado por la doctora Martha Meza Cruz, jefe de respetando las creencias de la niña y de la familia.
la Clínica de Cuidados Paliativos, Hospital Nacional de Niños, Es conveniente sugerir a los padres el uso de sím-
San José, Costa Rica. bolos y metáforas para hablar con la niña sobre su pro-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

ceso de enfermedad y muerte, respetando a la vez el Podría interpretarse como un intento de compro-
tiempo y la forma en que la niña expresaba las emocio- bar la realidad de su sintomatología, correspondiendo
nes que experimentaba en ese momento. en ese caso a sentimientos de negación, y también pue-
de constituir este hecho una reacción angustiosa, de
4. ¿Cómo abriría usted canales de comunicación incredubilidad, de “no es cierto”, y entonces sería un
con la niña? mecanismo inconsciente de defensa, que es útil mien-
tras no perdure. Indica una reacción emocional, aun-
Es importante continuar abriendo canales de co- que racionalmente la persona diga que comprende la
municación con la niña sin presionarla, adaptándose a situación.
su propio ritmo y utilizando símbolos a fin de colaborar
con la niña en la elaboración de su proceso de duelo y
muerte.
Bibliografía
5. ¿Qué significado podría tener, en el proceso de
1. Bearison D, Malhern R. Psychological Perspectives on Children
duelo anticipatorio, el hecho de que la niña se
with Cancer. New York: Oxford University Press, 1994.
golpease las piernas? 2. Finkebeiner A. After the Death of a Child, New York: The Free
Press, 1996.
En el contexto de un duelo anticipatorio hay dife- 3. Kübler-Ross E. Los Niños y la Muerte. Barcelona: Luciérnaga,
rentes etapas por las que pasan tanto el paciente como 1992.
4. Organización Panamericana de la Salud. Cuidados Paliativos:
su familia.
Guías para el manejo clínico. Washington: Organización Pana-
La niña golpea moderadamente sus piernas con mericana de la Salud, 1998.
ambas manos, lo que podría relacionarse con senti- 5. Petrillo M. Cuidado emocional del niño hospitalizado. México
mientos de irritación (etapa de ira), y con ello puede D.F.: Editorial Fournieri, 1982.
estar indicando sentimientos como: impotencia, rabia, 6. Pereira J, Bruera E. The Edmonton Aid to Palliative Care. Ed-
monton, Canada: Division of Palliative Care, University of Alber-
envidia, resentimiento y agresividad contra todo y con-
ta, 1997.
tra todos (incluidos sus seres queridos): “¿Por qué a 7. Shiphiro E. Grief as a Family Process. A Developmental Appro-
mí?”, “¿por qué ahora?”. Esos sentimientos pueden ser ach to Clinical Practice. New York: Guilford Press, 1994.
multidireccionales: hacia el médico, la enfermera, el
psicólogo, hacia Dios y hacia el “mundo entero”.
348

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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El duelo en el niño

Marcos Gómez Sancho, Manuel Ojeda Martín

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ niño una figura sustitutoria (tías, abuelas, vecinas etc.)


que rota en la vida del niño. Esta multiplicidad genera
u Aprender las normas básicas para comunicarse con en él dificultades para establecer conexiones afectivas
los niños. estables.
u Adquirir habilidades para dar a los niños de forma
adecuada las malas noticias relacionadas con la
muerte de una persona querida.
u Conocer las reacciones más habituales de los niños
ante la pérdida de un ser querido.
u Conocer las características del duelo en los niños.
u Adquirir habilidades para ayudar a los niños en la
elaboración de su duelo.
u Conocer los derechos de los niños que atraviesan un
duelo.
349

Figura 1. Los niños estarán especialmente afectados por la enfermedad y la


muerte de un progenitor.

Introducción

“Muy sentida es la muerte También el equipo de cuidados paliativos, más


cuando el padre queda vivo.” atento a los adultos, puede olvidar a los niños. La mayor
(Lucio Anneo Séneca) parte de los niños muestran sentimientos de abandono,
de pérdida, de cólera y de resentimiento hacia sus pa-
“Es la propia naturaleza dres que, movilizados por la enfermedad, no ofrecen ya
la que nos impulsa a amar la misma disponibilidad. Un estudio realizado sobre 40
a los que nos han dado la vida.” familias muestra que el 33% de los niños presentan alte-
(Cicerón) raciones del comportamiento cuando uno de sus proge-
nitores es afectado por el cáncer: enuresis o encopresis,
Cuando muere una persona en casa, los niños tam- pesadillas o terrores nocturnos, disminución del rendi-
bién estarán especialmente perturbados (Figura 1). miento escolar, aislamiento de amigos y compañeros y
Además, sus problemas con mucha frecuencia no son excesiva dependencia de la madre1. Parece, asimismo,
descubiertos por los padres, que están ellos mismos que las dificultades de adaptación de los niños están en
enfrentados a sus propias emociones y actividades. relación con el nivel de adaptación de los padres: cuan-
Al perder a uno de los padres, el mundo del niño, do los padres tienen dificultades de adaptación, también
hasta entonces seguro, se estremece y se desploma. El los hijos las tienen. Las hijas de enfermas con cáncer de
niño necesita una disponibilidad del progenitor que mama presentan más dificultades en su sexualidad. Es-
éste no siempre le puede ofrecer, ya que él ha perdido a tas hijas, sobre todo si eran adolescentes en el momento
alguien muy importante en su vida, está haciendo su del diagnóstico de cáncer y si la madre murió en un pla-
propio duelo y necesita protegerse. No es raro, además, zo breve, resultan especialmente afectadas en el plano
que si quien muere es el padre, la madre se vea obligada emocional y sexual en su vida adulta2.
a trabajar más para sacar adelante a la familia, y con ello La experiencia de la enfermedad, las necesidades,
disminuye el tiempo que puede dedicar al niño. Si, por las preocupaciones, las percepciones, las reacciones
el contrario, quien muere es la madre, se le buscará al emocionales, cognitivas o comportamentales varían se-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

gún la evolución cognitiva y afectiva tanto del enfermo


como de sus familiares. Así, los niños menores de dos
años, que tienen una gran dependencia de sus padres,
buscarán persistentemente por todas partes al progeni-
tor desaparecido y al no encontrarlo pueden caer en un
estado depresivo, que es preciso descubrir para evitar
que el niño se recluya y se aísle de los demás. Entre los
dos y los cinco años, el niño va madurando su concepto
de muerte a través de alguna mascota muerta, etc. Sin
embargo, todavía no puede comprender el carácter defi-
nitivo y permanente de la muerte y durante mucho
tiempo aún espera el regreso de la persona fallecida.
Posteriormente, entre los cinco y los siete años suelen apa-
recer signos de negación más patentes que en edades
anteriores. Esta negación se puede manifestar por la des-
preocupación, los juegos y las risas. El niño, al contem-
plar a los adultos que le rodean, empieza a aprender que
es necesario ocultar los sentimientos y las emociones. En
esta edad es fácil que los niños se comporten como el
progenitor del mismo sexo fallecido, y ello en muchas
ocasiones es potenciado por el entorno (“hijo, tienes que
ser fuerte y ayudar a tu mamá”, etc.). Esto sucede, en
parte, por el deseo de identificación que el niño tiene
con respecto a su madre o padre desaparecido, y, por
tanto, es normal. Sin embargo, habrá que estar muy
atento porque si esta identificación con un rol que no le
corresponde es excesiva, puede llegar a ser contraprodu- Figura 2. La pequeña enfermera del abuelo (James Hayllar).
cente: es al adulto al que corresponde cuidar al niño.
En los niños entre siete y doce años, las actitudes de “Los niños sin madre lo pasan muy mal,
350 negación, “como si no hubiera pasado nada”, presentes cuando tu madre está muerta, Señor.
de alguna manera en fases anteriores, pueden darse al No tienen dónde ir y vagan de puerta en puerta,
comienzo del duelo, pero enseguida aparecen los senti- nadie puede tratarte como una madre,
mientos de tristeza, de inquietud y de soledad, seme- cuando tu madre está muerta, Señor.
jantes a los del adulto. Un padre hará lo mejor que pueda,
Los adolescentes están marcados por deseos ambi- cuando tu madre está muerta, Señor.
valentes conflictivos: estar cerca del progenitor enfermo Hay tantas cosas que un padre no puede comprender,
y al mismo tiempo poder dedicarse a sus actividades nadie te trata como una madre.
independientes. La experiencia de la adolescencia pla-
Cuando tu madre está muerta, Señor.
gada de sentimientos de envidia, celos y rivalidad con
Una hermana hará lo mejor que pueda
respecto al progenitor del mismo sexo puede, como
cuando tu madre está muerta, Señor…
acabamos de decir, ser muy difícil de gestionar para las
Pero hay tantas cosas
hijas adolescentes cuando su madre es afectada por un
que una hermana no puede comprender,
cáncer de mama. La culpabilidad, unida a estos senti-
mientos, puede hacerse insoportable y provocar en ellas cuando tu madre está muerta, Señor.”
alteraciones neuróticas. Por otra parte, la expresión del
distrés emocional puede ser muy diferente según la No hay problemas o sufrimientos pequeños, ni
edad: en los niños más pequeños puede ser reprimida manera de medirlos; no podemos juzgar lo profundo
porque lo viven como violento, mientras en edades del dolor que sufre una persona fijándonos solamente
preadolescentes y adolescentes predomina el deseo de en su edad. Por supuesto que estos sentimientos depen-
compartirlo con las personas elegidas, generalmente los derán mucho de varios factores, como la edad del pe-
amigos. Los niños sufren, sufren de verdad, y necesitan queño, el grado de parentesco, la cercanía afectiva, lo
un confidente, alguien que los escuche, una persona largo o doloroso de la enfermedad, el ambiente familiar,
que les haga caso y que los tome en cuenta. Debemos la soledad o la compañía, su concepto de la muerte, etc.
recordar que todo ser humano, grande o chico, necesita Y por supuesto, influirá mucho el modo en que se haga
desahogarse con alguien (Figura 2). el trabajo de duelo familiar.
El niño sufre, como toda persona, por la enferme- Para superar el dolor de la muerte y el de su proce-
dad y la muerte de un ser amado. Especialmente impor- so, es preciso encararlo, no evitarlo. Enfrentarse al do-
tante será la muerte de uno de los progenitores. Esto lor es sufrirlo, ciertamente, pero sólo así podremos do-
dice la letra de la canción de E. Clapton3 Los niños sin minarlo y derrotarlo. Quienes tratan de huir ante los
madre: problemas de la vida no se capacitan para vivir. Y esto

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


20. El duelo en el niño

es válido para los niños, ya que ellos son simplemente ¿Cómo puedo comunicar a los
personas y nada más. No podemos ni debemos ahorrar- niños la muerte acaecida?
les, y, menos aún, bloquearles el dolor de la muerte.
A veces el amor y la ternura naturales que despier- A la hora de comunicar la muerte de un ser queri-
tan los niños en los adultos nos llevan a cometer erro- do a los niños, es importante tener en cuenta las carac-
res. Callar y ocultar la muerte a los niños es hoy uno de terísticas que debe reunir cualquier tipo de comunica-
los errores más graves y frecuentes. Con el fin de no ción relacionada con la muerte:
mortificarles mostrándoles la parte más dolorosa de la
vida, se aleja a los niños del hogar cuando una persona • Hacerlo con serenidad, dulzura y afecto.
cercana va a morir (Figura 3). A pesar de los esfuerzos • Usar palabras sencillas.
para sustraerlo a la realidad de la muerte, el niño lo sa- • Dedicar todo el tiempo que el niño requiera para
brá. comprenderá a su manera, y con los medios de que esta comunicación y para asimilar sus consecuen-
dispone, que acaba de producirse un acontecimiento de cias según sus directrices.
importancia capital. • Estar dispuesto a repetir muchas veces lo mismo.
• No añadir comentarios o responder a preguntas
que no se han hecho.

Siéntese con ellos en un lugar tranquilo, abrácelos


(si se lo permiten) y explíqueles, en pocas palabras, có-
mo ha muerto el ser querido. Recuerde que los múlti-
ples “muy” ayudan a los niños a distinguir la muerte del
ser querido de otro tipo de situaciones. Los eufemismos
—palabras que suavizan la realidad— del tipo “pérdi-
da”, “se fue”, “se lo han llevado”, “ha desaparecido”, “ha
emprendido un largo viaje”, “ha pasado a mejor vida”,
“está con el Señor”, etc., es mejor evitarlos, pues esti-
mulan los miedos que tienen los niños a ser abandona-
dos y crean ansiedad y más confusión.
Figura 3. No es buena costumbre aislar a los niños de sus padres enfermos.

351
¿Cómo se les puede explicar qué
es la muerte?
Comunicación de las malas
noticias a los niños Ante la pregunta “¿qué significa o qué quiere decir
muerto?”, explíqueles de nuevo, con palabras sencillas
Cuando muere un ser querido, ni los padres ni y sinceras, y recordando que los niños piensan de forma
otros familiares o amigos saben, por lo general, qué de- muy concreta y tienden a interpretar las cosas literal-
cir o hacer para que los niños comprendan lo que ha mente, que “muerto” significa que “el cuerpo se ha de-
ocurrido. No obstante, de todos se obtienen sugeren- tenido del todo”, “el cuerpo ha dejado de funcionar”,
cias, muchas de ellas incongruentes o contradictorias “el cuerpo ya no puede hacer nada de lo que antes ha-
unas con otras, que le dejan a uno más confundido, sin cía”, “el cuerpo ya no puede sentir dolor, caminar, res-
saber qué hacer o decir, las más de las veces optando pirar, comer, dormir, hablar, oír o sentir frío o calor”, “el
por la que mejor nos parece en ese momento o por la cuerpo ya no sentirá nada nunca más”.
sugerida por aquella persona en la que más confiamos. De igual forma, al explicar la muerte a los niños es
Nuestro colega colombiano J. Montoya Carrasqui- importante que esta explicación se dé en términos sen-
lla4 ha estudiado a fondo este asunto y expone cinco cillos y reales, sin mentiras o invenciones. No dude en
preguntas que tienen una relación directa con la comu- usar las palabras “muerto” y “muerte”; así, por ejemplo,
nicación de las malas noticias y que deben ser maneja- siéntese con el niño, abrácelo y dígale: “Cariño, ha ocu-
das para una comunicación apropiada de la muerte y las rrido algo muy triste. Tu papá ha muerto en un acciden-
malas noticias a los niños. Son las siguientes (Tabla I): te; un coche lo golpeó y su cuerpo dejó de funcionar.
Nadie tiene la culpa de que haya muerto. Lo vamos a
Tabla I. La comunicación de las malas noticias a extrañar mucho porque lo queríamos y él nos quería a
los niños.
nosotros”.
¿Cómo puedo comunicar a los niños la muerte
acaecida?
¿Cómo se les puede explicar qué es la muerte? ¿Qué puedo decir cuando
¿Qué puedo decir cuando pregunten por qué? pregunten por qué?
¿Se debe ocultar la pena a los niños?
Ante esta pregunta, es bueno admitir que usted
¿Hay algo que no se les deba decir?
también se ha preguntado lo mismo. Si no sabe la res-

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

puesta, dígaselo. Dígale que, según sus creencias perso- el ser querido se ha ido sin siquiera decirle adiós (esto
nales, todos los seres de la tierra han de morir algún estimula su pensamiento mágico respecto a cierta res-
día, que la muerte le ocurre a todo el mundo, que hay ponsabilidad suya por el suceso que condujo a “haberse
cosas que podemos controlar y otras que no, y que la ido”), o que el ser querido está durmiendo, pues si
muerte es una de las que no podemos controlar. Es muy equipara el sueño con la muerte pudiera desarrollar
importante hacer énfasis en que nada de lo que ellos cierto miedo o terror a dormir. Como hemos visto, la
hayan dicho, hecho o pensado ha causado la muerte del comunicación sincera, apropiada y ajustada al nivel de
ser querido. compresión y edad del niño es y siempre será buena.

¿Se debe ocultar la pena a los


niños? Consejos generales respecto
a la comunicación
Llorar delante de los niños es apropiado, normal y
saludable, pues les estás enseñando que es bueno llorar Por más que deseemos proteger a los niños de cono-
y compartir el llanto, que con el llanto uno transmite su cer la muerte, es nuestro deber, como adultos, prestarles
situación de dolor y la necesidad de ayuda y apoyo y la ayuda necesaria para que comprendan esta realidad
que llorar es la válvula natural para descargar el dolor y básica de todos los días, especialmente cuando no tene-
la angustia. Si no lloramos delante de los niños, si fingi- mos tiempo de ayudarles a entender lo que están viendo
mos no inmutarnos y negar nuestros sentimientos (“yo en sus vídeo-juegos y dibujos animados, en donde la
no lloro delante de mis hijos para no angustiarlos...”), muerte parece tan extraña e irreal, casi un juego. Necesi-
les estaríamos enseñando que se deben ocultar para tamos ayudarles a afirmar y reconocer sus emociones y a
llorar, que deben arreglárselas solos, que deben hacer/ resolver y entender sus miedos de una forma más adecua-
aprender otras cosas para transmitir su dolor y angustia da para su desarrollo futuro como adultos saludables.
y que llorar es signo de debilidad. Es importante tener en cuenta una serie de consi-
Si como adultos exteriorizamos nuestro dolor de- deraciones generales que figuran en la Tabla II.
lante de los niños, los niños verán que es normal afligir-
se y, en ocasiones, esto les dará la oportunidad de ex-
Tabla II. Algunas consideraciones sobre la
presarse ellos mismos. comunicación con el niño.
352 Resulta casi imposible ocultar por completo los
Aproveche los momentos pedagógicos para hablar de la
sentimientos a los niños, pues son muy perspicaces y muerte.
observadores, y, si algo va mal, normalmente lo perci-
Escuche y reconozca los sentimientos de los niños como
ben; pero la comunicación no verbal (todo lo que válidos y adecuados.
acompaña a las palabras, lo que las excede o lo que im-
Sea paciente y prepárese a repetir muchas veces la
plica un mensaje), integrada por gestos, actitudes, si- misma conversación.
lencios, acciones, presencias, ausencias, cambios en el
Sea claro y objetivo.
tono de la voz, rechazos, negativas a una explicación
Recuerde que el duelo es un asunto de familia.
coherente, incoherencias entre lo explicado y lo aconse-
jado, etc., encuentra al niño más indefenso y receptivo,
y por ello empeora su estado de ánimo y estimula sus
fantasías, sin olvidar que, a veces, las fantasías suelen Aproveche los momentos
ser más terribles que la cruda realidad. pedagógicos para hablar de la
En general, y especialmente desde los adultos, muerte
los mensajes no verbales son más creíbles por su es-
pontaneidad, ya que carecen de connotaciones mani- La muerte de una mascota, de un animal común,
pulativas. de un personaje público, o un acontecimiento trágico,
Así, ocultar los hechos y las consecuencias de una son buenos momentos pedagógicos para presentar a los
muerte en el seno de la familia no protege realmente a niños el tema de la muerte. Pueden utilizarse frases co-
los niños del dolor, sólo hace que se sientan más confu- mo: “Rufo ha dejado de vivir del todo y ya no volverá.
sos, asustados, ansiosos y solitarios. Cuando alguien se muere, está bien, y es normal estar
tristes durante un tiempo”. De esta forma él entenderá
que los sentimientos de tristeza son normales y natura-
¿Hay algo que no les deba decir? les y que la tristeza acabará por desaparecer.
En las conversaciones inmediatas a la muerte, es
Teniendo presente que uno de los más terribles muy importante resaltarle al niño que es mucho mejor
temores del niño es el de ser abandonado por su/s cui- hablar de la tristeza, y sentirla —pues la tristeza es ne-
dador/es, sobre todo cuando ha muerto su padre o su cesaria para curar la herida—, que guardársela dentro
madre, no es bueno decirles que el ser querido muerto (reprimirla) y fingir que no está ahí o que no se siente;
“está realizando un largo viaje”, pues esto pudiera refor- esto hará más daño que beneficio, y la herida tardará
zar su sentimiento de desamparo y llevarle a pensar que más tiempo en curarse. Al acompañar a los niños en

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


20. El duelo en el niño

este proceso de aprendizaje de la muerte les estamos Las pérdidas del niño
dando elementos esenciales (estrategias y herramientas)
para afrontar las inevitables pérdidas futuras. “Es muy dulce ver llegar la muerte
mecido por las plegarias de un hijo.”
(Friedrich von Schiller)
Escuche y reconozca los
sentimientos de los niños como Así como se hacen programas de educación sexual
válidos y adecuados para preparar a los niños a vivir en el futuro una sexua-
lidad plena, asimismo debe abrirse campo a la educa-
Escuche lo que los niños dicen y sienten mientras ción para la muerte. Los niños desde muy pequeños
hablan con usted o con sus amigos, o cuando hablan o sufren, están expuestos al dolor, a las separaciones y
cantan solos; de esta forma tendrá alguna idea de lo que pérdidas. La vida es una colección de olvidos y de pér-
los niños están pensando y sintiendo. Observe su forma didas; desde que nace, el hombre es un perdedor; y ca-
de expresarse y su nivel de actividad física. No es nece- da pérdida causa ansiedad. Pero la pérdida definitiva, la
sario que les hable a diario de la muerte o de otros te- muerte, crea la mayor ansiedad para el hombre pensan-
mas relacionados; aproveche los momentos que parez- te; esta ansiedad tiene diferentes connotaciones: por el
can más naturales y agradables. Procure no proyectar sufrimiento antes de morir, por lo que pase en el mo-
sus miedos y ansiedades en ellos y sea consciente de sus mento mismo de la muerte o por lo que pase después
estados de ánimo y de sus preocupaciones (recuerde la de la muerte, en el más allá.
comunicación no verbal). Existen pérdidas que son como la muerte. Cuando
el niño nace, pierde la seguridad que le brindó la matriz
y sale a luchar en un mundo hostil, sin muchas defen-
Sea paciente y prepárese para sas y al arbitrio de los mayores. Después pierde (con el
repetir muchas veces la misma destete) el placer y el sentido de seguridad y bienestar
conversación que le daba el chupar la leche del pecho de su madre, y
debe aprender a controlar sus esfínteres y perder el que
El concepto de la muerte es algo muy complejo, y le “hicieran todo”; la pérdida del primer diente; la pér-
puede que los niños pequeños no lo entiendan. De dida que implica la separación de la familia al tener que
igual forma, y aunque los adolescentes están aceptando ir a la escuela; la pérdida de la imagen corporal que ha
su propia mortalidad, puede también resultarles difícil tenido desde niño; la pérdida de objetos, amigos, fami- 353
captar la realidad de la muerte. Es probable que necesi- liares, trabajos, oportunidades; todas las pérdidas que
te repetir la misma conversación muchas veces; por le llevan a la soledad y finalmente a la muerte. Lo que
ello, intente permanecer tranquilo, serio y compasivo diferencia precisamente a la muerte al resto de las pér-
para ayudarles a comprenderla. didas es su radicalidad, su irreversibilidad, su universa-
lidad, su implacabilidad.
Isa Fonnegra5 expone una serie de “Normas de
Sea claro y objetivo oro” que hay que tener presente con los niños cuando
muere un ser querido para ellos, y que exponemos a
Cuando hable con los niños de la muerte, intente continuación. Algunas de sus indicaciones coinciden
emplear siempre un lenguaje sencillo y directo, pues con las expresadas por otros autores:
con ello evitará crear miedos y falsas ideas. Responda a
sus preguntas con hechos concretos y con veracidad. • No mentir es esencial; conteste las preguntas con
Pídales que le repitan lo que se les ha dicho, pues de sinceridad, y si no tiene una respuesta, no tema
esta forma se asegurará de que entienden lo que se les confesarlo.
está diciendo. • Nunca diga algo de lo cual tenga que retractarse
más tarde. El niño después le preguntará por qué
le contó que una persona muerta se convertía en
Recuerde que el duelo es un mariposa, ángel o arcángel.
asunto de familia • No lo diga todo de una vez; explique la muerte con
verdades parciales, de acuerdo con la edad crono-
Debido a que el duelo es un asunto de familia, y lógica, intelectual y emocional del niño, midiendo
que ésta constituye el primer y más valioso grupo de lo que él puede asimilar y necesita saber.
apoyo que compartirá información, preocupaciones e • Hable de la muerte antes de que el niño se vea
ideas relacionadas con la muerte, la aflicción y el duelo, emocionalmente involucrado en una situación de
todos los miembros de la familia deben tener la misma duelo. Aproveche las oportunidades: pasar frente a
oportunidad para expresarse y recibir atención y apoyo. un cementerio, el canario o el pájaro que se muere,
Aprender sobre la muerte como una familia fortalece la flor que se marchita.
los lazos de unión, y así se desmitifican ciertas supersti- • No delegue la explicación en un familiar o en el
ciones, como la que asegura que hablar de la muerte vecino. Los padres, mejor que nadie, conocen a
hace que las personas se mueran. sus hijos y saben calibrar el impacto.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

• No ligue la muerte con el sueño, ya que de ello pue- La misma autora lo resume en otro de sus libros7
den derivarse trastornos para dormir, o con un viaje, con un párrafo impecable: “Ante esta realidad [la de la
que encierra una sensación de abandono. El niño, muerte], el niño no necesita que le expliquen en incom-
además, debe aprender a distinguir entre una dolen- prensibles peroratas de adulto el concepto de muerte,
cia leve y pasajera y aquella que sí lleva a la muerte. sino que le oigan sus inquietudes, que le escuchen sus
• No ligue una contrariedad con la muerte (“Tu in- temores y fantasías y, si se trata de la muerte de alguien
disciplina me va a matar”). El niño tiende a ver la cercano, que se le asegure que no será abandonado, que
muerte de un ser querido como un castigo. será cuidado y protegido, que él no tuvo ninguna culpa,
• Si usted ha sido víctima de la misma pérdida, no que no necesariamente todos los seres significativos in-
esconda su dolor ni se encierre en el baño para dispensables para su supervivencia van a morir pronto,
llorar. Exprese su sentimiento y muéstrele que us- que alguien consistente —preferiblemente el padre o la
ted también es vulnerable y que es legítimo com- madre sobreviviente—, cercano y sensato estará afecti-
partir la tristeza. vamente disponible para responder a sus preguntas,
• Los niños necesitan aprender a expresar el dolor, y para abrazarlo fuerte cuando tenga miedo, para acurru-
la mejor forma de hacerlo es aprenderlo de los carlo cuando se sienta desamparado y para consolarlo
adultos que se ocupan de ellos. Cuando lloras, es- cuando esté triste”.
tás enseñando a tus hijos que está bien llorar. Cuando el enfermo es uno de los hermanitos, los
Cuando tienes una expresión triste, les estás dando otros niños deben ser informados y se les debe involu-
permiso para mostrar sus emociones. Si los adultos crar en la atención y cuidado del paciente. Esto significa
fingen no inmutarse y niegan sus sentimientos, que se les debe dar tareas; algunas serán muy sencillas,
naturalmente eso será lo que los hijos aprenderán como acompañarle y jugar los ratos que sea posible;
a hacer, lo cual no es una respuesta sana ante un otras serán de más responsabilidad, como poner aten-
profundo dolor. No temas mostrar tus emociones ción a que no falte el suero o colocarle la mascarilla de
delante de tus hijos. oxígeno. Por supuesto que el tipo de ayuda que puedan
• Déle al niño la oportunidad de hablar de la perso- dar los hermanos dependerá tanto de su edad como de
na que se murió y recíbale la tristeza. su carácter. Esto, el que se sientan útiles, es mucho más
• Si usted es creyente, transmítale al niño la tranqui- importante que pedirles que permanezcan en silencio y
lidad que ofrece el más allá, el paso hacia la vida sin jugar. Si los niños sienten y saben que sí ayudaron a
eterna, la reunión con Dios. su hermano, cuando éste muera lo llorarán, sí, pero
354 • Use la palabra muerte y elimine eufemismos (“se podrán realizar su cometido en el duelo mucho más
nos fue”, “emprendió el viaje final”, “descansó”, rápido y sin culpas. Es lo sano.
etc.). La muerte debe ser un fin natural y no una La muerte de un hermano no es un hecho aislado
fuente de temores y angustias. Frases de este tipo que los niños olvidan en poco tiempo, sino que es un
alimentan los miedos que tienen los niños a ser acontecimiento que deja secuelas en su desarrollo pos-
abandonados y crean ansiedad y confusión. Nunca terior. Adultos que vivieron la muerte de un hermano
se debe decir al niño que el ser amado “se ha ido a en la infancia refieren que los efectos de la pérdida han
dormir” porque esto podría hacer que tuvieran sido más o menos permanentes a lo largo de su vida
miedo al ir a acostarse por la noche. adulta. Este impacto que tiene la muerte de un niño en
• Refuerce la irreversibilidad de la muerte y no dé pie sus hermanos está muy relacionado con las característi-
a falsas expectativas de retorno. Kroen6 da mucha cas de la relación. Cuanto más fuerte y cercana sea ésta,
importancia a definir la muerte como el hecho de mayores serán los efectos.
que el cuerpo se detiene del todo. Explíqueles —di- Isa Fonnegra8 afirma que los hermanos pequeños
ce— que una persona o un animal que ha muerto sufren, durante los tres años siguientes a la pérdida,
no puede caminar, respirar o sentir nunca más. Ex- importantes variaciones en su conducta, achacables a
póngales con claridad y de un modo concreto que el dicha pérdida por los propios niños, sus familiares, pro-
estado de la muerte no es una especie de sueño y fesores y amigos. La propia autora nos remite a investi-
que el cuerpo no volverá ya a despertarse. Haga gaciones que han demostrado cómo tres años después
hincapié en la palabra “del todo” para eliminar cual- de la pérdida, el 60% de los niños estudiados presenta-
quier idea falsa que albergaran sobre el estado de la ban nerviosismo, preferencia por la soledad y ánimo
muerte, lo cual ayudará también a los niños que triste con tendencia a la depresión, además de múltiples
pudieran estar confundidos sobre la muerte a causa alteraciones psicosomáticas (dolores de cabeza, cólicos,
de alguna escena que hayan visto (en la vida real, en insomnio, pesadillas, etc.). Además, un 25% presenta-
la televisión o en el cine) de personas paralizadas, ban ansiedad y disminución en el rendimiento escolar.
en estado comatoso o gravemente discapacitadas, o Entre siete y nueve años más tarde, los jóvenes declara-
de personajes de dibujos animados que siempre so- ban la persistencia de una cierta sensación de soledad
breviven a pesar de lo que les ocurra. asociada a la falta del hermano muerto.
• Si su niño está en el colegio, avíse a la psicóloga o Si el enfermo es un amiguito, los niños deberían
a la profesora. Esto dará oportunidad a sus compa- tener permiso para ir a visitarle y jugar con él de la ma-
ñeros de brindarle consuelo en vez de “tratar de nera que el amigo pueda, o simplemente para estar
distraerlo”. junto a su cama contándole cosas relacionadas con la

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20. El duelo en el niño

en el departamento de pediatría del hospital, cuidado y


vigilado todo el tiempo por el personal hospitalario;
pero él vivirá un continuo sufrimiento porque no está
en su casa, con sus padres y hermanos; estará seguro,
pero no se sentirá a salvo; en su hogar, él se siente a
salvo, no importa que no esté seguro. Los hijos confían
y necesitan a sus padres. A los dos. Si uno de ellos sufre
una enfermedad grave, el niño sentirá que nunca más
podrá estar a salvo. Y reaccionará consecuentemente
con sus emociones.
Rojas Marcos9 explica los problemas que pueden
surgir, sobre todo para las niñas cuando muere la madre
y para los niños cuando muere el padre. Resulta estre-
mecedor el poema titulado “In memoriam”, escrito por
Francisco Villaespesa10 y dedicado a su hija Elisa, de
muy corta edad cuando murió su madre (la esposa del
poeta), también llamada Elisa:

«En el nombre de aquella que apenas conociste,


y desde cuya muerte desesperado vivo,
eternamente solo y eternamente triste,
para tus ojos estos versos, llorando escribo...

¿En qué brazos amantes, en qué afecto sincero


podrás hallar refugio, cuando el dolor te hiera?
Alegra nuestras horas un amor verdadero,
y ese, con Ella, bajo la tierra gris te espera.

Figura 4. El hombre enfermo (Wolfgang Heimbach, 1669). ¡Huérfana!... Esa palabra dolorosa que encierra
todas las infinitas tristezas de la Tierra, 355
frase que no se puede decir si no llorando,
escuela o con la intensa vida infantil. Hasta podrían
ayudar en la atención del enfermo. Ellos podrían enten- entristece tu infancia con su crespón oscuro...
der mejor las necesidades del amigo y harán que sus ¡Para ti este libro, que improvisé pensando
padres lo comprendan. en mi dolor presente y en tu dolor futuro!»
Con mucha frecuencia, es necesario discutir en el
seno de la familia cosas importantes relativas a los cui- Las jóvenes que perdieron a su madre tenían un
dados del enfermo, los problemas técnicos o económi- falso sentido de seguridad. En su corazón albergaban la
cos que conllevan dichos cuidados, aspectos del futuro creencia de que las madres son inmortales, que una
familiar, etc. Los niños quedan fuera de tales conversa- madre nunca abandona a sus hijos pequeños. Esta im-
ciones. Entonces, en muchos casos, se sienten frustra- pensable pérdida se convierte luego en la experiencia
dos, inútiles, se sienten una carga en vez de una ayuda, más profunda e impactante de sus vidas, en el aconteci-
y esto es malo. Será bueno que los niños participen en miento cumbre que determina su futura identidad.
esas juntas familiares y —dependiendo de la edad, por Muestran, además, un impulso casi incontrolable de
supuesto— se les dé tareas que puedan cumplir. Los contarlo, como si este trágico suceso representase el
niños se sienten importantes porque se vuelven útiles. centro de gravedad de su persona, el punto de referen-
Estas responsabilidades pueden ser —y, repito, depen- cia de su paso por el mundo.
diendo de la edad y madurez del niño— desde quedar- Cada día más niños y niñas viven sin la presencia
se acompañando al enfermo hasta darle a tiempo las de una figura paterna. El número de madres solteras y
medicinas o contestar las llamadas telefónicas tomando sin compromiso está aumentando a una velocidad pre-
el recado; cosas así. Los niños son parte integral de la ocupante. En Estados Unidos, por ejemplo, la tasa ha
familia y exigen que se les considere como tales. ascendido del 18% de todos los nacimientos en 1980 al
Si el enfermo en fase terminal es su padre o su ma- 31% en la actualidad. Un tercio de estas madres son
dre, entonces el niño sufrirá muchísimo (Figura 4). menores de 20 años11.
Además de la pérdida irreversible que intuye y que pue- En el caso del varón, la imagen del padre es espe-
de valorar si la edad se lo permite, sufrirá otro tipo de cialmente importante a la hora de aprender a modular
carencia ya presente: aunque esté seguro en su casa, los impulsos agresivos, de formar el concepto de autori-
con su familia y junto al progenitor sano, no se sentirá a dad, de configurar la identidad masculina y de forjar el
salvo. Y esto es sumamente importante. Un ejemplo: un talante de padre futuro. La carencia de figura paterna,
niño seriamente enfermo está más seguro y protegido tangible o simbólica, es precisamente el denominador

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

común de muchos de los males que hoy afligen a tantos el dolor que causa la muerte de un ser querido.
jóvenes: la desmoralización, la desesperanza hacia el Pueden controlar a los niños para asegurarse de
futuro, la apatía y las tendencias antisociales12. que la pena y el dolor no interfieran en el aprendi-
El niño que pierde a un ser querido (muy especial- zaje y en el desarrollo de éstos. Los orientadores
mente, a la madre) se aflige, se entristece, tiene senti- son una buena fuente de información y de conse-
mientos de pérdida, de ira; se deprime; se siente traicio- jos para los padres.
nado. Si los padres lo amaban tanto, ¿por qué entonces 4. Haga una lista de lo que necesita en casa, qué pro-
lo abandonan ahora? Además de la aflicción presenta blemas tiene, cuáles son las prioridades y con qué
temor, dificultad para dormir, pérdida de apetito, terro- recursos cuenta.
res nocturnos, falta de atención, incumplimiento con 5. Conserve bien definidos los roles de cada uno. Es
las tareas escolares, cambios de conducta, nicturia, frecuente que después de una pérdida, el niño tra-
cambios de costumbres, etc. Si no hay una adecuada te de asumir el papel de quien murió; esto puede
elaboración del duelo, el niño puede sufrir trastornos serle útil para reducir el sentimiento de pérdida,
somáticos y psicológicos13. Y una tremenda sensación pero al mismo tiempo puede comprometer el nor-
de vacío. “Orphanos” no solamente es huérfano, sino mal desarrollo del niño, especialmente durante la
vacío. En efecto, soledad y orfandad son, en último tér- adolescencia. Si esto ocurre, busque la ayuda de
mino, experiencias del vacío. un psicólogo o de un terapeuta familiar.
En estudios realizados con pacientes deprimidos,
se ha encontrado que entre un 27% y un 41% de ellos A todo esto se podrían añadir algunas otras suge-
perdieron a sus padres o a uno de ellos antes de haber rencias recomendadas por U. Markham16:
cumplido los 15 años de edad. Parece que la pérdida de
uno de los padres es un trauma psicológico para el ni- • Su hijo tiene una emotividad en todo semejante a
ño, trauma que es más devastador cuanto menos edad la de usted; en cambio, no dispone todavía de
tenga el niño14. plenos recursos para entender sus propias emo-
El niño afligido puede sentirse culpable de que ciones. Es importante hablarle de la pérdida co-
“sus malas acciones o su desobediencia” causaron la mún y del dolor que sienten todos, para que sepa
muerte del ser querido. La forma más útil de ayudar al que se le comprende. Utilice palabras y frases
niño afligido es acompañarlo y darle soporte continua- adecuadas a la edad de la criatura y a su capaci-
mente, asegurarle que no se le abandonará, que siempre dad de asimilación.
356 tendrá compañía hasta que sea mayor. Buckman acon- • Deje que el niño tome parte en las ceremonias fú-
seja lo siguiente15: nebres, del tipo que sean. Cualquiera que sea la
religión de usted, o aunque no profese ninguna,
1. Demuéstrele a su niño que no lo abandonará, que los ritos son muy útiles para los niños en momen-
siempre estará presente; dígale que usted va a salir tos así, bien se trate de la liturgia oficial de una fe
pero que regresará a determinada hora (y cumpla); institucionalizada, o de un acto sencillo, de liturgia
acompáñele; que su niño sienta que usted está en laica como si dijéramos, como poner una flor en
casa o cerca mientras él juega. Si desea, déjelo que un lugar especial para recordar a la persona falleci-
duerma con usted en su cama o al lado de la suya, da. Sea como fuere, le ayudará a asumir la pérdida
pues los terrores nocturnos son frecuentes. El niño e iniciará el necesario proceso de consuelo.
que se siente abandonado se vuelve vulnerable; • No ahorre medios para evitar que el niño llegue a
puede volverse desconfiado, receloso de entablar creer que la muerte es una especie de castigo del
relaciones; puede distanciarse de la persona a la cielo por algún mal pensamiento o mala acción, ni
que acusa de la separación, y un sufrimiento pro- que él sea responsable en modo alguno, ni que la
fundo de falta de amor. persona desaparecida le haya expresado por este
2. Disponga de tiempo suficiente para estar con su hecho su rechazo.
hijo, que sienta su presencia. No suspenda sus ac- • No aleje a la criatura, salvo si resulta totalmente
tividades normales, pero esté más tiempo con su indispensable, en cuyo caso le explicará lo que
hijo. ocurre y le prometerá que más tarde va a tener su
3. Esté pendiente de cómo va su hijo. Observe si propia “ceremonia” privada. Muchas familias creen
cambia su conducta. Informe y comuníquese con que es mejor que sus hijos se queden con otra per-
los maestros del niño para que lo observen y le sona justo antes de la muerte y en los días poste-
ayuden; para que no lo incomoden. Los maestros riores a ella. Pero los niños sabrán que el ser queri-
pueden ayudar controlando la conducta y el esta- do ha muerto. Al igual que cualquiera de nosotros,
do emocional del niño durante las semanas y los necesitan estar cerca de la familia y compartir con
meses siguientes al deceso y ofrecer orientación y ella su dolor. Los niños que son enviados a otro
comprensión a los niños que se sienten tristes, hogar pueden sentirse abandonados y confundi-
enojados o deprimidos. dos al ser excluidos. El cambio físico de ir a vivir a
Si en el colegio hay un orientador o un psicólogo, un entorno nuevo y menos familiar sólo aumenta
se le deberá comunicar también lo que ha ocurri- el estrés que ya sienten. Y a medida que se vayan
do. Suelen estar preparados para tratar el trauma y haciendo mayores, pueden sentir resentimiento

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


20. El duelo en el niño

por habérseles negado la oportunidad de estar con • Negación: “Sólo es un sueño, papá volverá. ¡Lo
la familia y de despedirse de la persona fallecida17. hará!, ¡lo hará!”.
• Nunca hay que tratar de fingir que no ha pasado • Malestar corporal: “Tengo un nudo en la garganta”.
nada, o que el fallecimiento no ha ocurrido, o que • Relaciones hostiles contra el fallecido: “¿Cómo me
su vida no va a cambiar, porque no tardará en per- ha podido hacer esto papá?”.
suadirse de lo contrario. Ocultar los hechos y las • Culpa: “Se puso enfermo porque yo era malo. Yo lo
consecuencias de una muerte en el seno de la fami- maté”.
lia no “protege” realmente a los niños pequeños, • Relaciones hostiles hacia los demás: “Es culpa del
sólo hace que se sientan más asustados y ansiosos. médico. No lo ha tratado bien... Es culpa de Dios”.
• Se debe permitir que la criatura recorra todas las • Sustitución: “Tío Ben, ¿me quieres?, ¿me quieres
fases del duelo, igual que si se tratase de un adulto. de verdad?”.
Es decir, que experimente sucesivamente la pena, • Adopción de los modales del fallecido: “¿Me parez-
el resentimiento, el miedo, la soledad, el rencor, la co a papá?”.
incomprensión, los remordimientos. Ahora ya sa- • Idealización: “¿Cómo te atreves a decir algo contra
be usted que todo eso es normal, pero la criatura papá? Él era perfecto”.
no tiene medio de saberlo, y, por tanto, puede ser • Ansiedad: “Me siento como papá cuando murió.
necesario dialogar con ella para que nos exprese lo Me duele el pecho”.
que siente y poder tranquilizarla. • Pánico: “¿Quién me cuidará ahora? ¿Te imaginas
• Hable con el niño de la muerte en general, principal- que le pasara algo a mamá?”.
mente con el fin de evitar que llegue a creer que es el
resultado inevitable de toda enfermedad o de todo Lo importante es estar atento a estos sentimientos
accidente, lo cual podría hacer de él un ser timorato y ayudar al niño a comprender la situación; animarle
ante la vida en general y, sobre todo, ante los hospi- para que continúe con sus tareas de la vida diaria;
tales, los guardias de tráfico y demás por el estilo. acompañarle en la elaboración del duelo; manifestar los
• Hable de la persona que ha muerto con la mayor propios sentimientos, compartirlos.
naturalidad posible. Que la criatura sepa que el Dice Polombo que el profesional de la salud men-
desaparecido todavía está cerca y nos quiere. Su- tal ha de ser consciente de varias cosas cuando trata con
giérale que puede hablar con él, pero no deje que niños que han perdido a sus padres19:
llegue a pensar que está siendo vigilada en todo
momento. 1. Los niños elaboran el duelo, pero las diferencias en 357
• Supuesto que tenga edad suficiente para compren- la elaboración vienen determinadas por su desa-
der lo que ocurre (por lo general, a partir de los rrollo, tanto cognitivo como emocional.
cuatro años), permita que los niños estén presentes 2. La pérdida de uno de los padres a causa de una
en cualquier ceremonia o misa que se celebre des- muerte es, obviamente, un trauma, pero, en sí mis-
pués, pero explíqueles de antemano en qué van a ma, no necesariamente lleva a una detención del
consistir estos actos y cómo deben comportarse. desarrollo.
• Puesto que no se trata de dar a entender que la 3. Los niños entre cinco y siete años son un grupo
persona fallecida no existió jamás, no se precipite a particularmente vulnerable. Se han desarrollado
retirar de su vivienda o de su conversación todos cognitivamente lo suficiente como para entender
los indicios de su existencia. Pero, una vez más, algunas de las ramificaciones permanentes de la
evite convertir la casa en un “santuario” o conser- muerte, pero tienen una capacidad muy pequeña
varla con aspecto de estar esperando en cualquier para afrontarlo; es decir, sus habilidades persona-
momento el retorno del finado, ya que esto podría les y sociales no han alcanzado un desarrollo sufi-
infundir un gran espanto al niño. ciente que les permita defenderse. El asesor debe-
• A veces el niño pide ver el escenario de la muerte; ría tener en cuenta a este grupo en particular.
si expresa tal deseo, y si es posible, debería conce- 4. También es importante reconocer que el trabajo
dérsele. del duelo puede que no acabe de la misma manera
• Muchos niños se sienten algo culpables cuando se para un niño que para un adulto. El duelo por la
sorprenden a sí mismos jugando o riendo poco pérdida del padre en la infancia se puede revivir en
después de un fallecimiento; hay que tranquilizar- muchos momentos de la vida adulta, cuando lo
los y decirles que eso no es malo, que la vida con- reactivan acontecimientos vitales importantes.
tinúa para ellos y para nosotros, pues ello no signi- Uno de los ejemplos más obvios es cuando el niño
fica que vayamos a olvidar al ausente o que no le alcanza la misma edad que tenía el padre cuando
echemos en falta. murió. Cuando se reactiva este duelo, no necesa-
riamente presagia patología, sino que simplemente
Cuando el niño pierde a un ser querido, presenta es un ejemplo de “elaboración”.
una serie de sentimientos que muchas veces no son 5. Es importante que el profesional de la salud men-
apreciados ni tenidos en cuenta por los adultos. Groll- tal desarrolle enfoques preventivos para los niños
man transcribe algunas de las respuestas típicas de ni- que han perdido a sus padres. Las mismas tareas
ños afligidos18: del duelo que se aplican a los adultos, se aplican

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

también, obviamente, a un niño, pero estas tareas No debemos olvidar que los niños recuerdan suce-
se han de entender y modificar en términos de su sos de por vida. Hay que ayudarles a crear buenos re-
desarrollo cognitivo, personal, social y emocional. cuerdos en momentos de tristeza, en vez de tratar de
hacer a un lado, descartar u olvidar lo que ha sucedido.
Hoy no cabe duda de que los niños experimentan El proceso del duelo puede durar un año o más. La
el duelo, aunque con algunas particularidades con res- mayoría de niños lo sobrellevan razonablemente bien,
pecto al duelo del adulto. Estas diferencias han sido con periodos de comportamiento normal interrumpi-
descritas por Tizón20 y figuran en la Tabla III. dos por momentos de pena. Sin embargo, a algunos les
La diferencia entre fantasía y realidad es muy in- resulta muy difícil. Habrá que estar atentos a las si-
cierta y oscilante en los niños. Es frecuente que los ni- guientes conductas21:
ños en edad preescolar puedan sentir que su hermano o
su progenitor ha muerto por su culpa, por el mal que le • Llorar en exceso durante largos periodos.
hizo o le deseó en ocasiones, fundamentalmente en su • Rabietas frecuentes y prolongadas.
pensamiento, en su fantasía. La participación en los ri- • Cambios extremos en la conducta.
tos funerarios puede ayudar a que el niño pueda dife- • Cambios patentes en el rendimiento escolar y en
renciar realidad y fantasía. las notas.
• Retraerse durante largos espacios de tiempo.
• Falta de interés por los amigos y por actividades
Tabla III. Los procesos de duelo en los niños que solían gustarle.
difieren de los de los adultos al menos por las
siguientes circunstancias (Tizón, 2004):
• Frecuentes pesadillas y problemas de sueño.
• Frecuentes dolores de cabeza, solos o acompaña-
• La fragilidad o la falta de integración de las defensas
dos de otras dolencias físicas.
de los niños.
• Pérdida de peso.
• Su necesidad de los objetos realmente presentes. • Apatía, insensibilidad y una falta general de interés
• El desarrollo cognitivo, que es menor. por la vida.
• Su inmadurez afectiva. • Pensar negativamente acerca del futuro durante
• Los modos de expresión particulares de los niños (y
mucho tiempo o no interesarse por él.
del duelo en los niños).
Cuando los niños manifiestan estas actitudes o
358 conductas será necesario recurrir a la ayuda de un pro-
fesional, porque pueden indicar la presencia de una
Los niños, además, como nos recuerda Tizón, ne- depresión o de un sentimiento de dolor sin resolver.
cesitan de los objetos realmente presentes, además de los
objetos más o menos introyectados, interiorizados, y
ello es lo que hace más grave, irreparable, profundo,
doloroso y peligroso el duelo en los niños. Participación de los niños en
La capacidad que tienen los niños de entender la los ritos fúnebres
pérdida depende de su desarrollo cognitivo y de sus ex-
periencias anteriores. Las operaciones mentales de los Si el niño quiere acompañarnos al cementerio, se le
niños, sobre todo antes de los ocho o nueve años, están debe permitir, pero se intentará convertir la visita en una
dominadas por el pensamiento concreto y por las ope- oportunidad para recordar lo bueno de la persona des-
raciones concretas, y por ello tienden a asumir las cosas aparecida, antes que un deber penoso. Si no quiere ir, no
literalmente. Así, si a un niño le dicen que alguien “se intente obligarle, ya que ello podría predisponer a pro-
durmió”, el niño esperará a que se despierte; si alguien blemas futuros. Los niños ya mayorcitos expresan a ve-
“se ha perdido”, le buscará, etc. ces el deseo de ir solos, sobre todo si la persona fallecida
Debido a su inmadurez afectiva, los niños no pue- es un progenitor, y debe respetárseles esta necesidad de
den tolerar durante mucho tiempo un dolor intenso, un rato de comunión privada con el desaparecido.
por lo cual suelen alternar los periodos de tristeza y Ésta es una decisión que cada familia debe tomar por
llanto con la risa o el juego. Luego, un suceso aparente- sí misma. Como guía general, a los niños se les debería
mente trivial puede volver a poner en marcha los re- dejar ir a partir de los seis años, si así lo desean. Asistir a
cuerdos y la tristeza. Gracias a esto, que el propio Tizón este tipo de rituales tan importantes con los miembros de
llama “guadiana del duelo”, el niño es capaz de prose- la familia y los amigos, da a los niños una oportunidad
guir la elaboración del suceso durante años. para expresar su dolor, obtener fuerza y apoyo de los de-
Los niños tienen sus modos particulares de expre- más y despedirse del ser amado. Sienten que forman par-
sión, sobre todo a través del juego, los cuentos, los di- te de un grupo que sigue con la vida a pesar de la pérdida,
bujos, etc. En la infancia se da más importancia a la y reciben consuelo y seguridad al estar incluidos en él.
comunicación no verbal que a la verbal. Es bueno que Sin embargo, es importante prepararlos con antela-
los adultos expresen sus propias emociones ante los ni- ción explicándoles lo que ocurrirá y lo que van a ver, oír y
ños, porque de esa manera ellos adquieren la “autoriza- hacer. Hay que decirles si el ataúd estará abierto o cerrado
ción” para expresar las suyas. y explicarles que, posiblemente, mucha gente llorará22.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


20. El duelo en el niño

Los niños que contemplan el entierro de un ser


querido sin recibir ninguna explicación, pueden desa-
rrollar el miedo a ser enterrados vivos, un temor bas-
tante común en los niños pequeños (y también en algu-
nos adultos).
Si el ser fallecido era un hermano o hermana, es
razón mayor para no excluir al niño; que comparta
nuestra pena, pero sabiendo que no se va a dejar de
quererle por lo que él mismo representa para nosotros.
Es necesario permanecer atentos a posibles manifesta-
ciones de trastornos psicosomáticos, y procure no decir
nunca nada susceptible de hacerle pensar que nos gus-
taría que hubiera sido él el difunto.
Sin embargo, habitualmente, a los niños se les pro-
híbe más o menos la participación en las honras fúne-
bres. No sería muy fácil contemplar hoy en nuestro
medio las escenas que describe el poeta argentino Leo-
poldo Marechalar23 en el poema Cortejo:

«Vestida y adornada como para sus bodas


la Muerta va: dos niños
la conducen, llorando.
Y es en el mismo carro de llevar las espigas
maduras en diciembre.»

Un niño tiene todo el derecho de asistir al velatorio


Figura 6. Rabindranath Tagore (1861-1941).
y al entierro si es lo que quiere; después de todo, quien
murió fue alguien querido para él, y si se trata de un
familiar, también el niño forma parte de la familia. Ade-
más, se trata de rituales y es bueno que los niños parti- Esta misma sensación la describe bellamente Ra- 359
cipen (Figura 5). El entierro es un ritual que hace que la bindranath Tagore25 en La Fugitiva (Figura 6).
separación sea gradual, ya que se puede visitar el lugar
donde quedó depositado el cuerpo. El propósito de es- «El padre volvió del funeral.
tos rituales es iniciar sanamente el proceso del duelo. El niño estaba en pie en la ventana, con los ojos muy
No hay que obligarles a asistir; si el niño se niega, tam- abiertos, y su amuleto dorado colgando de su
bién tiene derecho. Las razones que con mayor frecuen- cuello. Su frente le pesaba de pensamientos de-
cia dan los niños para no participar en estos rituales, masiado difíciles para sus siete años.
son: temor, culpa, vergüenza o resentimiento. Se cuenta El padre lo cogió en brazos y el niño le preguntó:
que cuando Eva Perón quedó huérfana al morir su pa- “¿Dónde está madre?”.
dre, se le prohibió asistir a su entierro por ser hija ilegí- “En el cielo”, contestó el padre, señalando arriba.
tima. Al parecer, este episodio marcó su vida para siem- Aquella noche, el padre se quejaba en sueños, rendido
pre de forma importante y marcó también su odio hacia por la pena.
la clase media24. Una lámpara ardía débilmente junto a la puerta de la
alcoba, y una lagartija perseguía las moscas por
la pared. El niño despertó, tocó con sus manos la
cama vacía, se levantó callado y salió a la azotea.
Levantó los ojos al cielo y lo miró y lo miró en si-
lencio. Su confuso imaginar hundía en la noche
inmensa esta pregunta:
“¿Dónde está el cielo?”.
No le respondieron. Y las estrellas parecían las lágri-
mas ardientes de la ignorante oscuridad.»

Los derechos de los niños en


duelo

Figura 5. Debe permitirse la participación de los niños en las honras fúnebres,


Los niños en duelo tienen los siguientes derechos
si así lo desean. (modificado de J. Montoya)26:

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Tengo derecho a: El sanatorio se convirtió en mi segunda casa.


Cinco niños y yo hicimos la primera comunión ahí,
1. Que se reconozca la particularidad y la especiali- vino un padre a preguntarnos sobre el catecismo y a
dad de mi situación de duelo y a que sea conside- los que respondimos bien todo, nos dijo que ya íba-
rada como un periodo especial de crisis en mi vida mos a comulgar. Ese día estaba muy contento por re-
y que sea asistida como tal. cibir al niñito Jesús, pero como no quería olvidar el
2. Que se reconozca mi dolor como real. momento, me quedé a que los papás de los otros ni-
3. No ser un segundo plano en el duelo familiar. ños nos tomaran muchas fotos y no me pusieron la
4. Que no me digan que tengo que estar bien por mis quimioterapia, porque la encargada era una señora
padres; es decir, que no me depositen la responsa- muy enojona y nos dijo que llegamos tarde y por más
bilidad del bienestar psicológico o emocional de que le rogaron los doctores, no quiso darnos la tera-
mis padres u otros seres queridos. pia. Ella a veces no entendía que estábamos enfermos,
5. Recibir apoyo e información adecuada respecto al pero ni modo; mi hermano me volvió a cargar y me
duelo. llevó de regreso a mi cama, hasta el día siguiente que
6. Que se respeten mis espacios, mi manera especial me la dieron.
de vivir el duelo y mi forma de afligirme. También conocí gente muy buena. Una vez, unas
7. Escoger a una persona de mi confianza para que señoras nos llevaron a la playa con muchos niños enfer-
me acompañe y escuche. mos. Al fin pude escuchar y sentir la brisa de las olas
8. Solicitar, si así lo deseo, una revisión médica, psi- del mar. Yo nunca había ido a la playa, pero sentí la
cológica o de enfermería. arena en mi pie y, de brinco en brinco, me ayudaron a
9. Que se me faciliten todos los medios necesarios que tocara el agua, pero no me dejaron meterme más
para estimular la expresión de mis sentimientos adentro, porque se me mojaba el parche de fentanyl
generados durante el duelo. que me habían puesto para no tener dolor.
10. Que no me comparen con el muerto (si es mi her- Había otras señoras que parecía que tenían mucho
mano). dinero, ya que según me dijo mi mamá, siempre iban
11. Que no me obliguen a asumir un papel que no me muy peinadas y arregladas. Ellas nos regalaban gelati-
corresponde (si el fallecido es mi progenitor del nas y dulces, pero la verdad es que a casi nadie se nos
mismo sexo). antojaban, porque después de las quimioterapias nos
12. Que me permitan asistir al entierro y a los ritos daban ganas de vomitar. Un doctor les dijo que para
360 funerarios si así lo solicito. que salvaran su alma, por qué no nos regalaban las me-
13. Que no me obliguen a hacerlo si, por los motivos dicinas para controlar el dolor.
que sean, no lo deseo. Yo me empecé a sentir muy mal cuando el brazo
derecho también se me hinchó como la pierna que me
cortaron. Tenía miedo porque no sabía si también me
Un cuento real: la historia de lo iban a quitar. No quería que me operaran otra vez
Darío Chable27 porque pensaba que si me cortaban el brazo, ya no me
iba a reconocer mi papá cuando viniera. Él vivía en los
«Sólo alcancé a cumplir los 12 años. Desde que yo Estados Unidos desde hacía más de cinco años y nos
me acuerdo me lo pasé en el camino de mi casa al hos- mandaba poquito dinero; decía que no podía venir
pital, de un lado para el otro en ida y vuelta. porque lo agarraba la policía del norte. y es que se fue
Los doctores pegaron un papel sobre mi cama en con los gringos a escondidas, de mojado, nadando por
el piso diez, en él pusieron mi nombre y el de la enfer- el río.
medad: Osteosarcoma. Nunca supe qué era, pero siem- Mi mamá me comentó que un grupo de personas
pre creí que era algo muy malo; me acuerdo que cuan- que ayudan a los niños enfermos, le prometieron que
do le informaron a mi mamá sobre la misma, se puso a me llevarían para allá y así poder estar con él en perso-
llorar toda la noche. Yo siempre quise consolarla y di- na. Como ya había pasado mucho tiempo desde que
ciéndola que no llorara más por mí; por eso cuando se fue, la verdad es que ya casi no me acordaba de có-
tenía dolor, trataba de no quejarme hasta que ya no mo era su cara, pero nos llamaba por teléfono algunas
aguantaba. veces.
En el hospital estábamos muchos niños enfermos; Al paso de los días, los dolores del brazo y de mi
a casi todos se nos había caído el pelo, decían que era cabeza se hicieron más fuertes, el doctor dijo que la
por la quimioterapia que nos ponían, por eso nunca enfermedad había avanzado hasta el cerebro también
nos dio vergüenza y hasta nos acostumbramos a estar y que esa era la razón por la que ya casi no veía; pero
pelones; a la gente y a los doctores les gustaba acari- sí oía muy bien, hasta tenía un radio chiquito en el
ciarnos. que siempre escuché los partidos de fútbol de las
Mi hermano Juan tenía 16 años y era el mayor de “chivas”. Alguien dijo que ahora sí irían a visitarnos
la casa y lo sigo queriendo mucho, pues desde el día unos futbolistas que querían estar con nosotros en el
que me cortaron la pierna, me cargó en sus hombros hospital y que nos iban a regalar balones autografia-
desde la casa hasta el camión y de allí al hospital y nun- dos, pero nunca llegaron. También había escuchado
ca renegó de hacerlo. por radio un anuncio en el que decían que el cáncer

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


20. El duelo en el niño

sí se curaba y que muchas personas iban a cooperar 2. ¿Se siente mal cuando piensa en recuerdos rela-
para ayudar a comprar un aparato muy caro para que cionados con (nombre del fallecido)?
ya no hubiera niños enfermos como yo, pero nunca Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
lo vi. Pocas veces (cada mes) (2)
Aquel 24 de diciembre amanecí muy débil, tanto Algunas veces (cada semana) (3)
que no podía moverme; escuché a mi doctor decirle a Muchas veces (cada día) (4)
mi madre que ya no había nada por hacer... luego sentí Siempre (varias veces al día) (5)
que los brazos de un hombre me tomaron con mucha
fuerza y después unos labios besándome; percibí que 3. ¿Se mantiene pensando que (nombre del falleci-
unas lágrimas mojaron las mejillas al caer sobre mi ros- do) atravesará la puerta de un momento a otro?
tro. Intenté, pero no pude decir ni una sola palabra. Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Entre penumbras distinguí claramente la silueta de mi Pocas veces (cada mes) (2)
padre; sí me reconoció, pero parece que sólo esperaba Algunas veces (cada semana) (3)
su llegada para irme. Muchas veces (cada día) (4)
Compraron una cajita muy sencilla para mi entie- Siempre (varias veces al día) (5)
rro y colocaron sobre ella el uniforme de las “chivas”
que tanto me gustaba. Me di cuenta que tampoco había 4. ¿Le dolió tanto perder a (nombre del fallecido)
ido ningún futbolista, ni los médicos que me atendían, que cree que no podrá soportarlo?
quizás porque era la Navidad. Mi papá ya no pudo re- Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
gresar a Estados Unidos y se quedó a vivir con mi ma- Pocas veces (cada mes) (2)
dre. Yo, desde acá, sigo esperando que el hospital pueda Algunas veces (cada semana) (3)
comprar el equipo que cure el cáncer y salve a todos los Muchas veces (cada día) (4)
niños enfermos.» Siempre (varias veces al día) (5)

5. ¿Desearía que (nombre del fallecido) estuviera


aquí para cuidarle?
Anexo I Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2)
Algunas veces (cada semana) (3)
INVENTARIO DE DUELO COMPLICADO Muchas veces (cada día) (4) 361
PARA NIÑOS Siempre (varias veces al día) (5)

The Complicated Grief Website. Prigerson HG, Shear 6. ¿Le gusta visitar lugares que solía visitar con
MK, Jacobs SC, Reynolds CF 3rd, Maciejewski PK, David- (nombre del fallecido)?
son JR, Rosenheck R, Pilkonis PA, Wortman CB, Williams Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
JB, Widiger TA, Frank E, Kupfer DJ, Zisook S.: Consensus Pocas veces (cada mes) (2)
criteria for traumatic grief. A preliminary empirical test., Algunas veces (cada semana) (3)
Br. J. Psychiatry, 174:, 67-73, Jan, 1999. Muchas veces (cada día) (4)
Siempre (varias veces al día) (5)
Con la cumplimentación del inventario, el tera-
peuta puede hacerse una idea del riesgo y de las dificul- 7. ¿Se siente culpable si pasa un buen rato?
tades que puede tener el doliente en la elaboración de Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
su duelo. Pocas veces (cada mes) (2)
Las siguientes preguntas hacen referencia a cómo Algunas veces (cada semana) (3)
se ha sentido desde que alguien cercano falleció. Más de Muchas veces (cada día) (4)
un miembro de la familia puede haber muerto. Si esto Siempre (varias veces al día) (5)
ha sucedido, piense acerca de la pérdida que le ha afec-
tado más y entonces responda las preguntas que apare- 8. ¿Siente rabia por su muerte?
cen a continuación. Por favor, marque con una “X” la Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
respuesta que mejor describe cómo se ha sentido en el Pocas veces (cada mes) (2)
último mes. Algunas veces (cada semana) (3)
Muchas veces (cada día) (4)
1. ¿Ha sido difícil hacer las cosas que normalmen- Siempre (varias veces al día) (5)
te hacía, debido a que piensa mucho en (nom-
bre del fallecido)? 9. ¿Realmente cree que (nombre del fallecido) murió?
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1) No del todo (1)
Pocas veces (cada mes) (2) Un poco (2)
Algunas veces (cada semana) (3) Algunas veces (3)
Muchas veces (cada día) (4) Bastante (4)
Siempre (varias veces al día) (5) Completamente (5)

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

10. ¿Ha sido difícil confiar en las personas desde Algunas veces (cada semana) (3)
que falleció (nombre del ser querido)? Muchas veces (cada día) (4)
No ha sido difícil (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Un leve sentido de dificultad (2)
Un moderado sentido de dificultad (3) 18. ¿Se siente solo desde que (nombre del falleci-
Un marcado sentido de dificultad (4) do) murió?
Un fuerte sentido de dificultad (5) Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2)
11. ¿Ha sido difícil sentir cerca o cuidar a otros des- Algunas veces (cada semana) (3)
de la muerte de (nombre del fallecido)? Muchas veces (cada día) (4)
No ha sido difícil (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Un leve sentido de dificultad (2)
Un moderado sentido de dificultad (3) 19. ¿Se siente tan seguro de estar a salvo como an-
Un marcado sentido de dificultad (4) tes de que (nombre del fallecido) muriera?
Un fuerte sentido de dificultad (5) Ningún cambio en mi sentido de seguridad (1)
Un ligero sentido de inseguridad (2)
12. ¿En algún momento ha tratado de evitar perso- Un moderado sentido de inseguridad (3)
nas, lugares u otras cosas que le recuerdan que Un marcado sentido de inseguridad (4)
(nombre del fallecido) está muerto? Un fuerte sentido de inseguridad (5)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2) 20. ¿Cree que su tristeza por la muerte de (nombre
Algunas veces (cada semana) (3) del fallecido) interfiere en su forma de hacer las
cosas en el colegio, con sus amigos o en casa?
Muchas veces (cada día) (4)
Ningún problema en hacer las cosas (1)
Siempre (varias veces al día) (5)
Un ligero problema en hacer las cosas (2)
Un moderado problema en hacer las cosas (3)
13. ¿En algún momento ha oído la voz de (nombre
Un marcado problema en hacer las cosas (4)
del fallecido) que le habla?
Completamente incapaz de hacer las cosas (5)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2)
21. ¿Siente que la muerte de (nombre del fallecido)
Algunas veces (cada semana) (3)
362 fue por su culpa?
Muchas veces (cada día) (4)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Siempre (varias veces al día) (5)
Pocas veces (cada mes) (2)
Algunas veces (cada semana) (3)
14. ¿En algún momento ha visto a (nombre del fa-
Muchas veces (cada día) (4)
llecido) como si lo tuviera delante? Siempre (varias veces al día) (5)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2) 22. ¿Piensa siempre en (nombre del fallecido) aun
Algunas veces (cada semana) (3) cuando quiera pensar en otras cosas?
Muchas veces (cada día) (4) Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Siempre (varias veces al día) (5) Pocas veces (cada mes) (2)
Algunas veces (cada semana) (3)
15. ¿Es difícil para usted sentir algo? Muchas veces (cada día) (4)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Pocas veces (cada mes) (2)
Algunas veces (cada semana) (3) 23. ¿Evita hablar de (nombre del fallecido) porque
Muchas veces (cada día) (4) le duele mucho?
Siempre (varias veces al día) (5) Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2)
16. ¿Cree que es injusto seguir vivo/a estando Algunas veces (cada semana) (3)
(nombre del fallecido) muerto? Muchas veces (cada día) (4)
Ningún sentido de culpa por sobrevivir (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Un ligero sentido de culpa (2)
Un moderado sentido de culpa (3) 24. ¿En quién estaba pensando cuando respondió
Un marcado sentido de culpa (4) estas preguntas?
Un fuerte sentido de culpa (5) En mi mamá (1)
En mi papá (2)
17. ¿En algún momento ha sentido envidia de la En mi hermano/hermana (3)
gente que nunca ha perdido a un ser querido? En el abuelo/abuela (4)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1) En un amigo (1)
Pocas veces (cada mes) (2) En otro (2):

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


20. El duelo en el niño

Anexo II 6. Acompañamiento familiar al duelo del niño (se-


ñale las implementadas)
- Leer sobre el duelo en los niños
UNIDAD DE DUELO PARA NIÑOS28 - Legitimizar sus sentimientos
- Animarle a expresar sus emociones y sentimientos
en compañía de un familiar
Historia clínica - Leerle cuentos o historietas
- Llevarle al médico o al psicólogo
- Hablarle sobre la muerte utilizando elementos de
Modificado de Goldman, L.: Life and Loss: A guide to
la naturaleza
help grieving children. 2nd Edition, Accelerated Develop-
- Abrazar continuamente al niño
ment, A member of a Taylor and Francis Group, 2000.
- Animarle a realizar alguna actividad física
- Animarle a que no se esconda para llorar
1. Identificación - Caminar con el niño
Nombre: - Hablar con el niño del ser querido que falleció
Edad: - Hacer juntos un álbum, una cartelera o una caja de
Curso Escolar: recuerdos
Lugar de Residencia y Dirección: - Visitar el cementerio con el niño si él lo desea
Cuidador primario: - Hablar con el niño de sus temores y angustias
Edad: - Animarle a dibujar o pintar siempre y libremente
Teléfono: lo que él siente
Colegio: - Estimularle a elaborar un homenaje personalizado
Teléfono: - Animarle a escribir una carta, un poema, una cari-
Profesor: catura o un cuento
- Animarle a escribir un diario
2. Ingreso - Terapia del Rasgado de Papel
Motivo de Consulta: - Terapia del Rayado de Papel
Persona/entidad que remite: - Jugar y estar siempre ahí, con el niño
- Terapia del Inflado y Estallido de Bombas
- Músicoterapia 363
3. Antecedentes de la Pérdid Actual
- Comprarle un cuento sobre la muerte
Relación del fallecido con el niño:
- Salir de compras
Circunstancias de la pérdida (quién, cuándo, dón-
- Salir de paseo al campo o a un parque
de y cómo):
- Terapia de Gritos
Persona que comunicó la noticia al niño:
- Matricularle en un curso de lúdica
Forma en que se le dio la noticia:
- Matricularle en un curso/escuela deportiva
Fecha de nacimiento y muerte del familiar:
- Trabajar con arcilla, plastilina o masa
- Montar una Sesión de Títeres
4. Participación en los rituales (Sí - No) - Darle un masaje
Velatorio (n.º horas de duración del ritual:) - Ir a la piscina
Elogio o sermón fúnebre: - Plantar un árbol
Cortejo: - Escribir una biografía
Visita de pésame o condolencia: - Otras (especifique):
Novena:
Otros (especificar): 7. Unidad / Entorno Familiar (seleccione la que
Comentarios: procede)
Un solo padre
5. Antecedentes de Pérdida y Duelo (seleccione la Unión libre
que procede y anote la fecha en que ocurrió) Huérfano
Divorcio o separación: Divorcio
Mudanza: Adopción
Amigos que se mudaron: Familia mezclada (propia y de origen, extendida)
Pérdida de trabajo parental: Drogadicción
Mascotas muertas: Violencia intrafamiliar
Robo: Violencia externa
Incendio: Desempleo
Pérdida de seres queridos (incluya evolución de las Abuso sexual
mismas): Enfermedad física (*)
Pérdidas escolares: Enfermedad mental (*)
Otras (especifique): Alcoholismo

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Miseria 13. Conducta Actual en Casa (*) (seleccione la/s que


Desplazado procede/n)
Mutilado Más aislado
Pérdida del apetito
(*) El niño convive con familiar que presenta en- Aumento del apetito
fermedad física o mental. Apegado a los padres
Incrementado perfeccionismo
8. Historia Escolar (bueno/a, regular, mal/a) Habla excesivamente acerca de la pérdida
Curso actual (año escolar): Juega menos
¿Se corresponde con su edad?: Peleador con padre/s y hermano/s
Interés previo por estudiar: Miedos exagerados (**)
Interés actual por estudiar: Trastorno del sueño
Rendimiento previo: Nicturia
Rendimiento actual: Pesadillas
Socialización previa: Llanto muy constante
Socialización actual: Otros (especificar)
Interés previo por las tareas en casa:
Interés actual por las tareas en casa: (*) Si esta conducta estaba presente previamente,
se anotará la observación, tanto si está peor
9. Antecedentes de Evaluación Sistemática como, muy especialmente, si está inhibida.
Test Estándar (especificar tipo de test y fecha de (**) A la oscuridad, ruidos, robo, secuestro, salir a
realización): la calle solo, quedarse solo en centro comer-
Evaluación del Dominio del Lenguaje y el Idioma: cial, etc. (especificar en cada caso).
Evaluación Educacional (nivel educativo):
Evaluación Psicológica: Observaciones:
10. Actitudes del Niño/a hacia Otros Significativos 14. Conducta Actual con los compañeros/amigos
Hacia él mismo: (*) (seleccione la/s que procede/n)
Hermanos: Más peleador
364 Padres: Menos interés en jugar
Abuelos:
No quiere que los amigos vayan a su casa
Amigos:
Muy irritable
Mascotas:
Menos comunicativo
Otros:
No quiere salir de casa
Otros (especificar)
11. Intereses
Lo que le gusta
(*) Si esta conducta estaba presente previamente,
Lo que no le gusta
se anotará la observación, tanto si está peor
como, muy especialmente, si está inhibida.
12. Conducta Escolar Actual (*) (seleccione la/s que
procede/n)
Observaciones:
Alborotador
Incapacidad para concentrarse
Peleador
Grosero
Bibliografía
Dice palabrotas
Nervioso 1. Wellich DK. Family relationship of the mastectomy patient: inte-
Se ausenta de clase ractions with the spouse and children. Israel Journal of Medical
Pierde el año Sciences 1981; 17: 993-996.
Pierde asignaciones 2. Wellisch DK, Gritz ER, Schain W, Wang H, Siau J. Psychological
characteristics of daughters of breast cancer patients. En: Ho-
Muy aislado
lland J (director). Current Concepts in Psycho-Oncology IV. Sy-
Muy cansado llabus of the Postgraduate Course. Memorial Sloan-Kettering
Quejas físicas (especificar) Cancer Center. Nueva York, 1991; 245.
Otras (especificar) 3. Citado por: Raimbault G. La muerte de un hijo. Buenos Aires:
Nueva Visión, 1997; 67.
(*) Si esta conducta estaba presente previamente, 4. Montoya Carrasquilla J. http://www.homestead.com/montedeo-
ya/cartas.html
se anotará la observación, tanto si está peor
5. Fonnegra de Jaramillo I. Los niños y el tema de la muerte. Santa-
como, muy especialmente, si está inhibida. fé de Bogotá: Fundación Omega, 1989.
6. Kroen WC. Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un
Observaciones: ser querido. Barcelona: Oniro, 2002; 31.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


20. El duelo en el niño

7. Fonnegra de Jaramillo I. De cara a la muerte. México: Editorial 18. Citado por Álvarez Echeverri T. Op. cit., 34.
Andrés Bello, 2001; 246-247. 19. Citado por: Worden JW. El tratamiento del duelo: asesoramiento
8. Ibid., 269-271. psicológico y terapia. Barcelona: Paidós, 1997; 170-171.
9. Rojas Marcos L. Antídotos de la nostalgia. Madrid: Espasa Calpe, 20. Tizón JL. Pérdida, pena, duelo. Barcelona: Paidós, 2004; 236-
1998; 58. 240.
10. Villaespesa F. Libro del Amor y de la Muerte. Barcelona: Bibliote- 21. Kroen WC. Op. cit. 94.
ca Sopena, 1920; 113. 22. Kroen WC. Ibid., 19.
11. Ibid., 61. 23. En: Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-
12. Ibid., 62-63. 1987. (Jiménez JO, ed.). Madrid: Alianza, 2000; 284. 258-260.
13. Álvarez Echeverri T. Cuando los niños se van. Medellín: Editorial 24. Corisco M. Eva Duarte sobrevive a su leyenda. Época 30/12/1996;
Por Hacer, 1990; 33. 618: 24-28.
14. Beck AT, Sethi BB, Tuthill R. Child hood and adult depression. 25. Tagore R. La Fugitiva. Madrid: Alianza Editorial, 1984; 145-146.
Arch Gen Psychiatry, 1963; 9: 129-136. 26. Montoya Carrasquilla J. Op. cit.
15. Buckman R. I do not know what to say. Toronto: Key Porter Bo- 27. Roa G. Clínica del Dolor. Relatos con pacientes terminales. Gua-
oks, 1988; 156-172. dalajara (México): Ediciones Cuéllar, 2003; 25-27.
16. Markham U. Cómo afrontar la muerte de un ser querido. Barce- 28. Montoya Carrasquilla J. Op. cit.
lona: Martínez Roca, 1997; 66-69.
17. Kroen WC. Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un
ser querido. Barcelona: Oniro, 2002; 65.

365

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Duelo por la muerte de un niño (I)


Clínica

Carlos Cobo Medina

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆

Conocer los síntomas físicos y psíquicos, así como la


u u Conocer los duelos que pueden aparecer según la
morbimortalidad de los padres que pierden a un hijo. forma en que haya muerto el hijo.
Conocer las diferencias entre duelo y depresión.
u u Conocer las circunstancias que pueden desencade-
nar mayores dificultades para la elaboración del
Conocer el entramado familiar del duelo.
u
duelo tras la muerte de un niño.

A modo de advertencia ¡HIJO!

Lector que llegas: alumno, o curioso, o quizás “ex- Ha sido frecuente, en nuestro trato coloquial, que
perto”, o simplemente paseante por estas hojas que se
avecinan: no esperes lo esperable. No son los siguientes los padres, y en especial las madres, al dirigirse a sus
capítulos lecciones al uso. Mejor dicho, no son lecciones. vástagos, añadieran habitualmente en sus frases el tér-
Lo más probable que te encuentres, si por aquí te mino “hijo”, y en ocasiones más críticas, el “hijo mío”.
internas, es algo parecido a un laberinto, como el de
aquellos jardines por donde uno se aventuraba, dejándose El poeta cubano Roberto Fernández Retamar (La
perder, en la confianza de que le sería fácil encontrar la Habana, 1930) lo revela en su poema La tarde en el patio
salida. ¡Qué necios los cortesanos que hacían laberintos (de Alabanza, en Alabanzas, conversaciones, 1951-1955).
para divertirse! ¡Qué ingenuos los peregrinos buscando
en el finis terrae la meta del camino! Todo es o elipse o la- En medio del silencio, brota la palabra-madre: hijo.
367
berinto. Recuerdo el poema de Borges:
No esperes que el rigor de tu camino
Los pasos de mi madre
que tercamente se bifurca en otro, anuncian el frescor o la tierna visita
que tercamente se bifurca en otro, del agua, cuando en el patio rozan,
tendrá fin. ido ya el mediodía, y un silencio
* blando desciende, como nube pura.
Me pediste que te explique Sus pasos, sus caricias en el suelo,
qué es el duelo por un hijo. cruzan la estancia clara,
Duelo por un hijo es traen lo dulce y lo suave a la sencilla
la madre que ves reír con otro hijo en el juego; piedra; besan las hojas,
nombrar a solas su nombre y no esperar que el silencio. suben hasta la sorpresa de mi oído.
Duelo por un hijo es
el padre que lo recuerda cada día sin quererlo; Los pasos y mi madre ya están aquí, y de súbito
y esa hora de la noche y de esa cama sin beso. cesa el silencio, y salta la palabra “hijo”.
Duelo por un hijo es
oler su ropa guardada y sentir todo su cuerpo.
Duelo de una madre es
sentir cada vez un vuelco
al parecer que lo oye de regreso del colegio.
Duelo de unos padres es
mirarse y saber que el otro no quiere olvidar un sueño.
Duelo de una madre es
sentir al hijo en su seno
como sin ir a nacer, sino a seguir vivo dentro.
Duelo de unos padres es
sentir que, cuando se abrazan, el hijo late entre ellos.
Qué es el duelo por un hijo
Carlos Cobo*

“Es tan misterioso el país de las lágrimas...”


El Pequeño Príncipe *  En éste y en los dos siguientes capítulos, los poemas sin refe-

Antoine de Saint-Exupéry rencia de autoría son originales de Carlos Cobo.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Este uso se hacía, por extensión, a otros miembros modernas de revelación de dicho inconsciente no son
próximos de la familia o de su intimidad, no siempre más que la actualización de lo que, deseado en pretérito
más jóvenes. Es quizás ésta una expresión sentida de lejano, no ha encontrado las condiciones propicias sino
tradición meridional (“Tu quoque, fili mi!”, que dijo en la actualidad.
Julio César a Bruto al descubrirlo entre los que le apu- Viene esto a cuento de que la figura del hijo, al
ñalaban). Expresión que se hace familiar y espontánea igual que otras, como la de la madre o la del padre, no
cuando los adultos abordan en ciertos momentos a un ha tenido el mismo significado a lo largo de la Historia,
niño aunque no lo conozcan. Este “hijo (mío)” surge sino que ha cambiado con los siglos, dependiendo di-
con mayor sentimiento cuando vemos que es un niño cho significado del arraigo colectivo de la función que
que sufre. Todo niño en desgracia nos evoca la imagen cumple en cada tiempo.
del hijo. Y todo niño que muere se nos muere. Antiguamente, el hijo suponía un elemento im-
Recién muerto su único hijo, con seis años, el es- prescindible de la familia, pero, al mismo tiempo, alea-
critor Francisco Umbral escribe, dirigiéndose al para torio, azaroso; un miembro de supervivencia imprede-
siempre ausente: cible, en general improbable. Prácticamente hasta el
siglo XX, la mortalidad infantil era altísima. Los niños
En los oscuros huertos del frío, un niño me mira, de las familias medievales trabajadoras estaban someti-
de pronto, eleva sus ojos lentos hacia mí, y he descu- dos a multitud de peligros desde el nacimiento, si es
bierto con estremecimiento, hijo, que me miras desde el que no morían en los primeros días o semanas de vida.
fondo de todos los niños. Se podía considerar como superviviente al niño que
El niño, los niños. Todos son mis hijos. Haber sido conseguía llegar a adulto. Por tanto, las familias eran
padre una vez es haberlo sido y seguirlo siendo por los muy procreadoras porque eran muy “enterradoras” de
siglos de los siglos. […] Todos los niños son el mismo infantes.
niño. Por otra parte, se traían vástagos al mundo para
El niño, aquel niño, este niño, mi niño, el más re- que cumplieran un papel predeterminado: en el pueblo
moto niño —todos los niños son el mismo niño, como llano, el de ser pronto una ayuda en casa, un par de
todas las rosas son la misma rosa— […] brazos más para laborar. Y en medios hidalgos, nobles o
reales, para ser heredero de coronas, apellidos y bienes,
Así que el duelo por la muerte de un niño apunta o para mantener y elevar el rango familiar. Por tanto,
primordialmente a la muerte del hijo. Y aquí, otra apos- puede concluirse que el niño no era generalmente en sí
368 tilla. Para los padres, y de nuevo en particular para la mismo un “objeto afectivo”, sino reproductivo con mi-
madre, la muerte de un hijo, sea cual fuere la edad de ras productivas.
éste, es la muerte de su niño. La alta frecuencia de la muerte infantil, en todos
Por otra parte, las madres antiguas (al menos, en los niveles de la escala social de los tiempos pasados,
mi Andalucía) solían exclamar “¡qué lástima de hijo!”, a permitió deducir que la muerte infantil no tuviera una
poco que el hecho que atañera a éste lo dejara en entre- especial relevancia dramática: era lo esperable. Ello
dicho, fuera algo lamentable o divertido. Las madres contribuiría asimismo a no hacer excesiva inversión en
antiguas sentían siempre pena por el hijo y por los ni- los pequeños (ni económica ni afectiva), puesto que no
ños en general, independientemente de su felicidad o estaba garantizada su continuidad, su rentabilidad. Pe-
su desgracia. Para ellas, antes que nada, un niño, cual- ro esto debe ser planteado con cautela y relatividad,
quier niño, era un hijo ya desvalido o propenso a serlo. porque en el ámbito privado e individual el amor al ni-
ño siempre ha existido; otra cosa podría ser en lo social,
aunque también con reservas. La epigrafía funeraria
El niño como arquetipo nos aporta pruebas documentales en este sentido.

El niño constituye, en este sentido, un arquetipo, 


  En la España del primer tercio del siglo XX, la mortalidad
un símbolo o manifestación más o menos enigmática infantil hasta los cinco años de edad era del 40%; y la mortinatalidad,
del inconsciente colectivo. Los trabajos del psicólogo del 15,4%. Aunque es imposible poseer datos suficientemente fiables
de la mortalidad infantil europea en las épocas antiguas de la Historia,
suizo Jung (creador de este concepto) han hecho su- se tiene la razonable convicción de que se mantuvo muy alta durante
poner que tal inconsciente contiene o expresa viven- siglos, y eso en todas las clases sociales, salvando ciertas diferencias, y
cias o necesidades sedimentadas y latentes en el curso no disminuyendo realmente hasta el siglo pasado. Por ejemplo, María
de milenios, que surgen en manifestaciones a menudo Luisa de Parma, esposa del rey Carlos IV, tuvo 24 embarazos entre 1771
crípticas. y 1794, de los cuales 10 terminaron en abortos espontáneos y 3 del
resto de los hijos nacidos murieron entre uno y tres años de edad.
Pero es plausible mantener la hipótesis de que di- 
  Era raro que los adultos escribieran sobre su niñez en la épo-
cho inconsciente puede manifestar impulsos o tenden- ca medieval. Esto dio lugar a considerar historiográficamente que la
cias globales de gran intensidad que emergen en focos infancia era un tiempo poco o nada valorado de la vida. Al no existir
diversos, en distintos puntos de la tierra, también en un documentos fehacientes de la vida real de aquellos niños en su propio
presente más o menos próximo, pero en general recien- tiempo, los modernos medievalistas han optado por considerar como
fuentes legítimas de conocimiento el imaginario construido sobre ellos
te. Aunque cabría la argumentación de que las formas por la Iglesia, la hagiografía, el arte, los textos literarios, los hallazgos
arqueológicos, etc. La hipótesis de base es que en la Historia opera tan-
  Mortal y rosa, Francisco Umbral, 1975. to lo real como lo imaginario. Encuentran que hay percepciones muy

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Epigrafía funeraria hispano-romana de


niños

Le epigrafía funeraria hispano-romana revela la


escasa presencia de epitafios de niños, los cuales eran,
con frecuencia, enterrados aparte y sin inscripciones
(Figura 1). De los más de dos mil epitafios con reseña
de edad hallados en Hispania, un 12% corresponde al
grupo de edad de entre los 10 y los 19 años. Pero, a
veces, sobre todo en medios de nivel alto (por ejemplo,
en algunas ciudades de la Bética, como resalta Enrique
González Cravioto), se encuentran lápidas con sentidas
expresiones de duelo, sobre todo cuando el difunto era
un hijo o una hija, y en particular si murieron con poca
edad. En muchos de ellos —y también en las demás
edades— se esmeró una poética del duelo (carmen o
carmina epigráfica, o carmina sepulcralia) que se exten-
dió en general a los epígrafes funerarios con elegías y
epigramas inspirados a menudo en los mejores poetas
latinos de la época (Virgilio, Ovidio, Lucano, Propercio,
nuestro Martial, etc.), constituyéndose probablemente
formularios o manuales literarios en este género elegía-
co ofrecido y aplicado en los talleres de los artesanos de
lápidas (“lapicidas”), por lo que no es raro hallar copias,
dobletes o versiones muy similares de dichos epitafios
poéticos en diferentes lugares. Tales carmenes poéticos
abordaban las temáticas de lamentatio, consolatio, lauda-
tio y alocución al caminante. Algunos de los dedicados

distintas e incluso opuestas del niño en la Edad Media. Muchos de esos 369
autores han refutado las tesis que Philippe Ariès mantenía en su libro
L’enfant et la vie familiale sous l’Ancien Régime (1960), y sostienen que en
esos siglos (del V al XV) existían ya no solamente verdaderos e intensos Figura 1. Estela funeraria de una niña (Musée Sainte-Croix, Poitiers, Francia)
afectos por los niños (por ejemplo, de duelo por ellos), sino, más allá de
eso, un auténtico “sentimiento de infancia” y un afán educativo por ella.
La veneración a los Santos Inocentes y la devoción al Niño Jesús, que a los niños son paradigmas de ternura, como vamos a
se inició en los siglos XI-XII, dieron lugar a una especie de redención
de la infancia, que, sin embargo, no impidió su demonización en siglos
ver a continuación.
posteriores, entre las iglesias cristianas más intransigentes, que consi- Cuando el muerto era un niño o un púber, se solía
deraban al niño como el transmisor nato del pecado original. Desde la dejar constancia con toda exactitud de los años, meses
Mitología a la Historia, de todos y cada uno de los siglos tenemos docu- y días que había vivido (tales, el “pedacito de año” de
mentos históricos y literarios que demuestran grandes duelos en padres un lactante; el año y cincuenta días de Visellia Firma;
y madres. Bien es cierto que sólo se dieron a conocer para la posteridad
aquellos que, por razón de la relevancia de sus protagonistas, poseían
los dos inviernos, seis meses y diecinueve días de Ver-
los medios para salir a la luz. duccius Ursulus; los diez años, dos meses y dos días del
  “Las edades de defunción en la Antigüedad”, Gozalbes Cra- escolar Petronius), como si se quisiera mostrar no sólo
vioto E., Aljaranda, Revista de Estudios Tarifeños, 2003, 50, 5-8. la parvedad de esa vida, ligera como un soplo, sino
  En general, al igual que en la actualidad, se seguían pautas
también la intensidad del recuerdo en cada uno de sus
convencionales para la redacción de las inscripciones fúnebres, que se
cubrían con mayor o menor enjundia y abundancia según el estatus
instantes.
social del difunto. En la era romana el formulario nuclear establecido se Entre los calificativos amorosos que se inscribían
iniciaba con una apelación a los Dioses Manes (Dis M. o D.M.) (espíritus en la lápida del hijo muerto, los más habituales eran:
protectores de los queridos ancestros) y acababa con fórmulas de depo- “Bene merens” (que significa “el que se merece el
sición (H.S.E., Hic Situs Est, “Aquí está enterrado”) e invocación piadosa bien”, “el que se lo merece todo”, el benemérito), que,
(S.T.T.L., Sit Tibi Terra Levis, “Que la tierra te sea leve”), y entremedio
se situaba el nombre y, a veces, la filiación del difunto —la lápida tenía
en el contexto romano, se aplicaba al niño servicial y
de manera primordial una obvia función identificatoria—, y la edad. En obediente que contribuía a la armonía familiar. En los
ocasiones, se añadía el nombre del deudo que dedicaba el epitafio —o más mayores, ese calificativo se sustituía por los de
asumía la construcción o mantenimiento del sepulcro— y algunas otras “piissimo” o “pientissimo”, que aludían a su devoción,
anotaciones más esporádicas. A veces se aludía a alguna cualidad per- veneración y fidelidad a los padres, y a la esperanza
sonal del difunto o se manifestaban sentidas muestras de cariño y aflic-
ción. Pero, por lo común, eran inscripciones breves. La inclusión —no
de futuro que éstos proyectaban sobre él. “Carissimo”
frecuente— de la figuración del fallecido perseguía su mejor identifica-
ción (Panel I, 10). No hay que olvidar que tales sepulcros, cenotafios y con el consiguiente rápido deterioro. Ciertamente, el enterramiento de
estelas no estaban al alcance de cualquier economía; para las débiles, un pariente en un sepulcro con inscripción se consideraba como un
debieron de existir módicas lápidas en madera y quizás en barro, pero consuelo y un respeto hacia los manes.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

quería decir un niño queridísimo, y “dulcissimo”, uno Nacida hace poco tempo y Nata breui spatio parto
muy dulce y tierno. Encontramos también estos tér- primeriza en el parto subiecta nec ante
minos, sobre todo el de “piissimo”, aplicado a queri- Ránide comprueba en su testatur busto tritia phata
dos adultos difuntos, hijos mayores y esposos. Otros tumba los tristes hados, Rhan(i)s;
adjetivos hiperbólicos, menos frecuentes, son “flo- aún no había cumplido dos namque bis octonos nondum
veces los ocho años, compleuerat annos,
rens” —con la acepción de floreciente, brillante, res- y raptada fue a la vida por el et rapta es uitae, rapta
plandeciente, pero también implicando la figura poé- puerperio. puerperio.
tica de la muerte en la flor de la vida— e “ingenium” El túmulo de una madre con P(ar)entes tumulus duo
—talento natural que hace sobresalir por encima de dos difuntos en un solo funera in corpore uno,
lo común—. cuerpo, exequias geminas, nunc cinis
exequias gemelas, ahora una unos habet
En algunos epitafios de jóvenes se alababan su sola ceniza posee
aprecio por el estudio y la cultura, con calificativos
como docte puer studiis, por ejemplo. El niño Aurelius
Aurelianus, que murió en Salona a los nueve años, fue Pero igualmente prematura consideraba Cassia
inmortalizado en un magnífico mosaico de pared en Amoena la muerte de su hijo Julio, con 23 años de edad
el que se le representa con una bella faz sonriente, (Panel I, 8).
sentado, vestido con una resplacendiente túnica y En algunos de estos epitafios es el muertito el que,
empuñando un pergamino enrollado, como símbolo en la frase o en los versos inscritos en la estela o lápida,
de poseer conocimiento y reconocimiento. Más pare- se dirige al que pasa junto a ella y se detiene un mo-
ce un maestro que un alumno; a su lado hay el busto mento a leerlos.
de una joven dama sobre un pedestal, que bien po-
dría representar una musa. La inscripción dice: D M / Aquí estoy yo, la pequeña
hic / positus. est / T. Aurelius. Au/relianus / filius / pientis- Sicilia.
Con apenas dos años la cruel
simus / uixit annis. VIIII. (Panel I, 9). Algunas lápidas muerte
Hic ego Siculina, minus bima,
fueron ofrecidas por pedagogos a alumnos a los que crudeli funere opertante
me sepultó bajo la negra tierra.
dedi matri et patri luctum
instruían privadamente en las familias de alto nivel Antes de haber aprendido a
qua bracchia circuídarem,
(Panel I, 7). abrazar
quam grata fuerim matri aut
a mis padres, les llevé la
El tópico más corriente en los epígrafes infantiles patri8.
tristeza.
era el de la temprana llegada de la muerte: la mors inma- Cuán felices podría haberles
370 tura, inuida, improba, animica, acerbae terminis, tempus hecho.
enorme [enorme = contra norma, contra lo esperado],
etc., términos acompañados de verbos como rapere, fe-
rre, etc. El siguiente epitafio se inspira en versos de Virgilio:
Por ejemplo, Annia Salomonula era una bebita
judía que murió con un año, cuatro meses y un día. Aquí estoy a mi corta edad,
aquí yazgo,
Eso es todo lo que sabemos de ella, porque estaba ins- eterno objeto de lágrimas
crito en una lápida funeraria descubierta en Adra (Al- porque un día de pronto,
mería) y hoy desaparecida. Gracias a lo cual los histo- ante los ojos mis padres,
riadores tuvieron en su momento el documento latino les causé amargo duelo.
más antiguo (finales del siglo II y principios del III)
que atestiguaba la presencia de judíos en Hispania, de Entre los hispanos, he aquí estos dos bellísimos y
alto estatus y con derecho a profesar su religión (Panel conmovedores epitafios dedicados a Erotion y a Pontu-
I, Figura 1). leno, escritos por nuestro bilbilitano Marcos Valerio
También se consideraba mors inmatura la que Marcial (40-104 d.C.) y recreados en la actualidad por
acontecía en un joven o una joven, o en una madre ado- el poeta Víctor Botas (Segunda Mano, 1982). En el de
lescente que moría con su feto o recién nacido, al dar a Erotion, eran seguramente los padres de la niña los que
luz. Así se trasluce en este epitafio tusculano (Túsculo, imploraban a sus propios padres o ancestros que cuida-
Lacio, Italia) del siglo I d.C., en memoria de Sulpicia ran de la pequeña para que no tuviera miedo:
Ránide, de 15 años, liberta de Trión, producido por su
patrón, el gobernador de Lusitania, y su esposa. Os encomiendo, padres, a la pequeña Erotion,
que hacía mis delicias, para que
  “Dobletes en la epigrafía funeraria latina: materiales para su no sufra, temerosa, ante las negras
estudio”, Isabel Velásquez, Cuadernos de Filología Clásica. Estudios lati- sombras ni me la asuste —pobrecilla—
nos, 1996/11, 77-113. la insólita mirada de Cerbero.
  Los epigrafistas estudian minuciosamente y con rigor el sig- A punto estaba
nificado y la versificación de estos epitafios poéticos, lo que a menudo de cumplir seis inviernos. Que, contenta,
es una tarea difícil, pues por lo general han de trabajar con fragmentos juegue en tan venerable compañía,
de texto en trozos de lápidas. Ellos los completan y versionan atendien- balbuciendo mi nombre, como ayer.
do a estrictos criterios métricos, filológicos e históricos. Sin alterar este
sentido, he tratado de dar algún aliento más libre y más poético a estos
 
conmovedores epitafios de niños y jóvenes. Tombeaux romains. Anthologie d’épitaphes latines, París, 1993.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Y este precioso dístico, rogando el respeto del si- En el siguiente epitafio se transmite la imagen de
lencio: la aleatoriedad de edades de la muerte y la mezcla de
cenizas de dos seres queridos en la misma tumba,
                A C. Pontuleno, pues así sucedió con la abuela María y su joven nieta
                que vivió cinco años, Eugenia.
                once meses y veintinueve días,
                de sus padres, Délfico
                y Pontulena Prepusa. Aquí unidas en estas tumbas
Hic iunctae saepulchris iacent
Debéis guardar silencio. Se ha dormido yacen María, venerable
Maria uenerabelis
tan dulcemente el Tiempo entre mis manos. por su religiosidad, y su nieta.
religione et eius Eugenia
Pero María prolongó cien
neptes.
años el largo curso de la
sed Maria longum uitae
Tenemos epitafios similares de la familia o gens Pontilie- vida,
cursum centeno consule
murió en los idus de junio.
na, vinculada a la explotación de minas, que se hallaba pre- duxit
Eugenia, con 18 años, perdió
sente en Cartago Nova desde, al menos, principios del siglo obiit d. idus Iamiarias.
la flor de su juventud por la
I. En el siguiente epitafio se produce también la quimera de Eugenia XVIII annos habens
violencia de la dura muerte,
iuuentatitis florem amisit
diálogo entre el difunto y el transeúnte que se acerca a su murió tres días antes de las
durae uiolintia morti,
tumba. Es el de esta muchacha (de la que no consta edad), calendas de junio,
obiitt d. III kalendas Iamiarias
en la primera indicción tras el
datado en la segunda mitad del siglo I, inscrito en un bloque consulado de Justino [año
XII p.c. Iustini indictione
de caliza hallado en Cartago Nova (Cartagena, Murcia), que prima.
552].
exhala, en su brevedad, densa melancolía:

Si quieres saber mi nombre Se quaeris nomen, conisite et


Constatamos que, por lo general, era la madre
detente y escúchame un poco: percibe pauca: quien se cuidaba de que se hicieran, se colocaran y se
mientras viví y pude, fui dum uixe et potue mantuvieran estas lápidas (véase Panel I, 2 y 3).
Pontilena, [P]ontilena et Pintileni liberta Ejemplo de ello es la lápida encargada por Turpilla
liberta e hija de Pontileno; et filla eadem
al morir fui y soy un pequeño moriens et fui et sum
para su hijo Pompeyo (Panel I, 2) y la siguiente placa
poema9. epistelium. sepulcral de la Bética (seguramente de Corduba), data-
Adiós. Uale. da en los finales del siglo I o principios del siglo II
(Panel I, 3).
En el siguiente epigrama funerario, de Publio Pon- 371
Flebilibus maestis mater
tilienus, no se da el reclamo del viandante, sino que se
A los tristes y afligidos solac[ia] manibu(s) addit
trata más bien de una semblanza breve y laudatoria, en manes, la madre da et nata(m) paruo condit in
la que se incide especialmente en las cualidades de la consuelo enterrando a su elogio
infancia del difunto. Se halla inscrito en una placa, ha- hija. aetas quam no(n)dum
llada también en Cartagena: No había aún cumplido los bima(m) se[r]uar(t)at in
dos años annos.
al morir, cuando se envidia occidit: en quare uita sit
Pontilienus, cumplidor de su la vida. inuidia<e>
deber, está aquí enterrado. Quem pietas coluit heic situs La suerte deparó este lugar hunc sortita locu(m)
A Publio, el hijo de Lucio, Pontilienus a sus pobres huesos. miserar<e> sunt ossa
tienes, Aqueronte, Luci progeniem Publium En la morada eterna sin puella<e>.
arrancado de los brazos de habes, Acheruns, daño descansa, niña, sed[i]bus aeternis no(n)
sus padres, ereptum e manibus maiorum Leve la tierra te sea. laes<a> quies[cas, n]ata.
sumidos en el mayor duelo. luctibus summ(is), t(ibi) t(erra) l(evis) s(it).
Pudor e ingenio adornaron su quem pudor inginium(que)
infancia, frequens decorabat in aeuo
y le hicieron resplandecer purili, florens ut doret ante En las que he podido rastrear a través de nuestra
entre los otros. alios. literatura epigráfica, en el ámbito romano, menos ve-
La poderosa naturaleza le ha hunc natura potens luctus
librado lacrumeisque leuauit, ces se encuentra la mención al padre o la intervención
de aflicción y de lágrimas, at poductores omnibus heis de éste en primera persona en el texto funerario, pero
todas las que ahora, ay, honerat. hay naturalmente casos, como el del padre de Siricia,
colman a sus padres.
herido por el duelo de su pequeña hija tras haber per-
dido también a su esposa10, el de Marcos con su hija
Otras veces es el propio niño o muchacho el que se Marcia Prócula, de tres años y medio (lápida datada en
dirige a su padre o a su madre, en especial a ésta (“Noli el siglo I-II, hallada en Fuente-Tójar, Córdoba) (Panel
dolere, mater [o mamma]”, “No sufras, madre [mamá]”) I, 4), y el del padre tusculano que fabricó la lápida él
(Panel I, 5). mismo.

  Literalmente, epistelium se traduce como pequeña carta, no- 10  Es epitafio discutido en su autenticidad, pues unas autorida-

tita, mensaje o billete. Pero me acojo a Apuleyo, que le dio algun vez des la sustentan mientras otros la niegan. En todo caso, se halla desapa-
el sentido de composición poética muy corta, que es prácticamente el recido, si bien parece ser que estuvo ”in sepulcro” en la iglesia de Santa
formato de dicho epitafio. Eulalia, en Mérida, datado en el año 549 de la era hispánica.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Siricia, luz mía, arrebatada


queda el misterio de ese chiquillo sin rostro, sin nom-
Lux mihi Siricia diuino rapta bre y de parco epitafio. Hay algo en él de indefenso, de
por el látigo divino.
flagello, abandonado —esas piernecitas—, que suscita ternura.
Como a tu madre,
te matremq(ue) tuam tempus
prematuramente te llevó el
enorme tulit. Haría pareja con C. Anula, una niña de la que no
tiempo, consta edad, también en su hornacina (hallada en Lina-
necdum ter binos crescens
sin que siquiera alcanzaras
los seis años.
attigeras annos, res, asimismo en Jaén). Acoge a un conejto en su rega-
liquisti maesto uulnera dira zo, mientras un pajarillo se recoge en su nido-nicho de
Dejas graves heridas a tu
patri. piedra, los dos animalitos que alguien quiso que le
afligido padre,
fletibus ecce tuis renouasti
el llanto por ti ha reabierto el acompañaran en su viaje al más allá.
funus opertum,
dolor cicatrizado,
quod matris tumulo iungeris
porque pronto tú misma te
ipsa cito.
unirás en la tumba a tu
aera DLXXXVII Fundar un hijo
madre.

Con los adelantos científicos y médicos del siglo


A Marcia Prócula, hija de XX y con la creciente mejora en la higiene y la calidad
M(arcia). M(arci). F(ilia).
Marcus, de vida en todos los sectores de la sociedad, la mortali-
Procvla
de la Colonia Patricia
Patriciensis. An(orvm). III dad infantil decreció espectacularmente, fue disminu-
(Córdoba), de tres
S(emis) yendo la necesidad procreadora, se protegió a la infan-
años y medio de edad. (Se lo
M(arcvs). Marcivs. Gal(eria)
dedica su padre) Marcos
Procvlvs. Patricien cia y se hizo más que conveniente su educación e ins-
Marcio Próculo, de la Tribu trucción reglada. El niño se convierte entonces en un
Sis. Domo. Svcaeloni
Galeria, con casa en
II VIR. C(olonorum). “objeto de realización personal”, individual, en-sí, es
Sucaelo. Duunviro de la
C(olonia). P(atriciae). decir, en un sujeto; y en un “objeto afectivo” para los
Colonia Patricia.
padres, que proyectan en él sus deseos más íntimos. En
conjunto, el hijo sustenta una parte muy sustancial del
Aporto como elemento comparativo la siguiente yo de sus padres. Y, en este sentido, deviene un impreg-
inscripción no hispana, realizada en una placa de már- nante arquetipo. En tal coyuntura, la pérdida de un hijo
mol tusculana (Túsculo, Lacio, Italia), que data no es ya una pérdida material, sino intensamente emo-
aproximadamente del siglo V-VI d.C. y considerada cional, afectiva. Su desaparición implica un quebranto a
cristiana. Es un texto actualmente incompleto, que ha menudo irrecuperable para sus progenitores, para su
372
sido reconstruido (versión de De Rossi). Aquí también propio yo personal.
es un padre el que expresa su duelo por la muerte de En todo caso, y en resumen, el duelo propiamente
un hijo pequeño, anhelando que esta inscripción — dicho implica siempre el dolor por la pérdida de un ser
realizada por sus propias manos— perpetúe la memo- querido11 —y en este caso, muy querido—, que es el
ria del niño.
11  La etimología de la palabra “duelo” tiene dos derivaciones,

[(...) tu mismo padre compuso] ambas del latín, que llegan a confundirse (Diccionario etimológico de Ro-
con sus propias manos (¿el epitafio?) del túmulo, oh dulcísimo que Barcia, 1880). La primera viene de “duellum”, que significa pelea,
hijo, forma de “dualis”, que quiere decir dual, entre dos. Al producirse la
[y este] precioso sepulcro cubre tus cenizas. conmutación lingüístico-fonética d-b (frecuente entre los antiguos lati-
Y aunque la pira, consagrada con lágrimas, consumió [también nos), se introdujo la ambigüedad “duellum-bellum” (“bellum” es guerra,
tus huesos], lo bélico), ampliándose, pues, de este modo, el significado de duelo
nunca tu recuerdo con esta inscripción morirá [...] a guerra. La segunda derivación de “duelo” proviene del latín “dolor”,
con la misma significación en castellano: dolor, lástima. En nuestra li-
teratura clásica, se emplea el término duelo como quebranto (“…Dios
Por último quisiera llamar la atención sobre dos borrará de la memoria los duelos pasados…”, Fray Luis de León; “Un
labrador miraba / con duelo su sembrado…”, Samaniego; “...dejando
estelas del tipo de las denominadas “de togado en hor- a la pobre España cargada de duelos y desventuras”, B. L. de Argen-
nacina”. Una es la del aventuradamente llamado “niño sola; “Escuchado he vuestras quejas / con las orejas de un palmo / y a
minero”, que fue hallada en Baños de la Encina (Jaén) y no sentir yo mis duelos / sintiera vuestros trabajos”, Góngora; “…los
que en la actualidad se halla en el Museo Arqueológico duelos con pan son menos”, Cervantes), y así abundantemente. Otra
acepción principal hasta el siglo XIX era la de duelo como combate muy
Nacional (Panel I, 8). En el breve epígrafe, unos espe-
reglamentado entre dos para, mediante las armas, dirimir un agravio
cialistas leen que su nombre es Cuartulus, y otros, que menoscababa gravemente la dignidad personal: “…hallo, según las
Quinto Artulus. Unos descifran una edad de cuatro leyes de duelo, que estáis engañados en teneros por afrentados”, Don
años y otros de nueve. Se halla toscamente esculpido y Quijote dixit. En los antiguos diccionarios, la acepción de duelo como
con el rostro borrado por completo. Viste el sagum cor- manifestación por la muerte de una persona venía con frecuencia en
un tercer lugar, y se entendía principalmente como luto, es decir, como
to típico, porta en la mano derecha el martillo minero, manifestación externa, ritual o ceremonial por la pérdida de un ser, qui-
de mango largo, y en la izquierda una bolsa, cestilla o zá más importante o representativo que querido (“…Y pues yo hago los
linterna. Unos creen que trabajaba en la mina, pues los honores / funerales, despidamos / el duelo”, Bretón de los Herreros). Es
romanos empleaban a muchos niños para su explota- muy reciente la consideración y recentísimo el estudio del duelo como
proceso psíquico desarrollado en la intimidad de los sentimientos de
ción; otros piensan que era un niño esclavo (García y quienes han perdido a un ser querido. Estamos, pues, en los inicios de
Bellido, 1967), y otros se inclinan a pensar que era el una de las vías más finas para abordar un profundo conocimiento del
hijo de un minero (Blanco y Luzón, 1966). Pero ahí ser humano a través de su dolor psíquico y moral.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

PANEL I. PIEDRAS DEL RECUERDO.

3.
2. 4.
1.
1.  Lápida de la niñita Annia Salomonula – “(An)NIA.SALO(mo) NULA.AN.(norum) I MENS(ium).IIII.DIE(rum).I IVDAEA” - Traduc-
ción: [Aquí yace] Annia Salomonula, de un año cuatro meses y un día - Judía (Lápida hallada en Adra, Almería, datada en los siglos II-III).
2.  Lápida encargada por Turpilla para su hijo Pompeyo Tisinauca, de 15 años: “D(iis) M(anibus) S(acrum) POM(peio).TISINAV-
CA.ANN(orum).XV. POM(peia).TVRPILLA.MATER. FILIO.PIISSIMO.F(aciendum).C(uravit). H(ic).S(itus).E(st). S(it) T(ibi) T(erra)
L(evis) (Traducción: “Consagrado a los Dioses Manes. Su madre, Pompeya Turpila, hizo que se lo dedicaran a Pompeyo Tisinauca, su hijo pií-
simo, de 15 años de edad. Aquí yace. Que la tierra te sea leve”). Del asentamiento romano de Melaria, Tarifa, Cádiz. (Investigación de María
Dolores López de la Orden).
3.  La madre a la hija de dos años en el epitafio: “Descansa incólume, hija, en morada eterna...” (Bética, Córdoba, siglos I-II).
4.  Lápida (siglos I-II, Fuente Tójar, Córdoba) dedicada por Marcos Marcio Próculo a su hija Marcia, de tres años y medio.

373

5.  “A los Dioses Manes. 6.  Ara con inscripción 7.  C(aio).ANNIO HISPA-
[Con] 19 años. Aquí está enterra- funeraria prácticamente idénti- NO
da. Que no te pese la tierra. ca al número 2 de este panel: N ( o n i u s ) . AV C T V S
[Conmuévete,] tú que es- “D.M.S. / L. I.U.L.I.O. AMOE- PAEDAG(ogus)...
tás ahí parado y lees una y otra NO. ANN. XXIII. H.S.E.S. T. D(edit) D(edicavit).
vez la inscripción de mi monu- T.L. CASSIA. AMOENA. FILIO. C. Annio Hispano murió
mento fúnebre, yo [apenas cum- PIISSIMO. FECIT. (Lo dedica entre los 7 y 12 años de edad.
plido] mi décimo octavo año, Cassia Amoena a su hijo Lucio, Hispano significa que era au-
[que fui gozo] de mi queridísima de 23 años, “fallecido prematu- tóctono, probablemente perte-
madre, he perdido mi vida. ramente”. (Siglo I d.C.) (Museo neciente a una familia (gens) de 8.  Curiosa escultura de
No sufras [madre], tuve Nacional de Arte Romano, Mé- élite preexistente a la domina- un niño en una hornacina ha-
que morir [así como los frutos], rida) ción romana, lo que se acredi- llada (Baños de la Encina, Jaén).
así también nuestros cuerpos: [o taría por tener un maestro, el Le llaman el “niño minero”. La
maduros] caen o aún [verdes] se paedogogus Auctus, que es quien inscripción reza escuetamente
desprenden”. le dedica la lápida Esto muestra una fórmula al uso: “Quinto Ar-
(Propuesta de traducción, la consideración que tenía por tulus [o Cuartulus], de cuatro
Rocío Carande Herrero y Con- su alumno. Instruir a hijos de [según otros, nueve] años de
cepción Fernández Martínez) las familias ilustres era un orgu- edad, que la tierra te sea leve”,
llo para esos maestros. sin ninguna mención familiar
ni de duelo.

Necrópolis descubierta en
el año 2004, en el Vaticano, de
9.a)  Curioso y magnífico los siglos I-III a.C. Pertenecien-
mosaico funerario de pared que te a clases medias y bajas, sec-
recibió el niño T. Aurelius Au- tor de población de la que ape-
relianus, de nueve años, en ho- 9.b)  La niña C. Anula en nas se tenían muestras de ar-
menaje (siglo III a.C., Museo su hornacina, acompañada del 10.  Restos de la tumba queología funeraria de Roma.
Arqueológico de Split, Cro- conejillo y el gorrión, sus dos de un niño romano con su efi-
acia). amiguitos y acompañantes. gie.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

hijo, al que se puede querer de muy distintas maneras Abrázame, mi bien, se nos ha muerto
(y, como veremos, también aborrecer, incluso no-querer,    el fruto del amor;
pero, aun así, este no-querer se confronta siempre con abrázame, el deseo está a cubierto
un tener-que-haber-querido, y no sin fuerte ambivalencia    en surco de dolor.
y culpa).
Sobre la huesa de ese bien perdido
El poema 17 de la Sexta Poesía Vertical, del poeta
argentino Roberto Juarroz (1925-1995), dice:    que se fue a todo ir,
la cuna rodará del bien nacido,
Miro un árbol.    del que está por venir.
Tú miras lejos cualquier cosa. Trueca en cantar los ayes de tu llanto,
Pero yo sé que si no mirara este árbol    la muerte dormirá;
tú lo mirarías por mí rima en endecha tu tenaz quebranto,
y tú sabes que si no miraras lo que miras    la vida tornará.
yo lo miraría por ti. […]
Ya no nos basta
mirar cada uno con el otro. Igual hace el poeta Altolaguirre, como veremos; y
Hemos logrado también Miguel Hernández teme el desvarío de su mu-
que si uno de los dos falta, jer, cuando le dice en versos del Cancionero y romancero
el otro mire de ausencias, tras la muerte de su primer hijo (con diez
lo que uno tendría que mirar. meses de edad, en octubre de 1938):
Sólo necesitamos ahora […]
fundar una mirada que mire por los dos Mujer arrinconada: mira que ya es de día.
lo que ambos deberíamos mirar (¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
cuando no estemos ya en ninguna parte. Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mía,
la noche continúa cayendo desolada.
Señala el poema que esa mirada (mirada que mira
por el otro) se hace insuficiente, y debe conjugarse, y Como comprobaremos más adelante, estos temo-
esa conjugación de las dos hacia el mundo es el hijo.
res de quiebra de la pareja no se cumplen en general, al
374 Tener un hijo es sentir que hay dos miradas que en él
menos por esta causa.
convergen, se funden y fundan una nueva mirada, mi-
rada del niño-hijo, que se busca a su vez en las de ori-
gen12. ¿No es llamativa la tensa intensidad con la que el
Los padres “huérfanos”
pequeño escruta a menudo el rostro de la madre o del
padre, como para reconocerse en ellos?
Las dos únicas denominaciones que reconoce el
lenguaje de la cultura occidental para la situación de
pérdida de un miembro de la familia son las de orfan-
La “desfructificación”
dad y viudedad, probablemente porque ambas circuns-
tancias conllevan una desprotección material de sus
Pero cuando falta el hijo o cuando muere, sienten
los padres deshecha esa mirada convergente, destruida afectados, implicando medidas de ayuda, subsidios,
o ausente, y la pareja teme por su continuidad. Se pro- pensiones, etc. No se tiene en cuenta el dolor afectivo,
duce un descalabro en la esperanza de la vida, profunda el desequilibrio emocional y relacional que suele gene-
injusticia, en esa díada desfructificada. Como la helada rar en los padres la muerte de un hijo. No hay nombre
acaba con la cosecha, deteriorándola en el mismo árbol, para revelar el estado en que quedan14. Y tampoco se ha
o como el rayo que al árbol siega y parte en dos. producido en esos casos la extrapolación o extensión de
Cuando murió Raimundín, su muy querido hijo significado que se engendra en la evolución del lengua-
deficiente físico y psíquico, a los seis años de edad je para adaptarse a la realidad social, y considerar la
(1902), Miguel de Unamuno (1864-1936) escribió un orfandad en sentido reversible, de modo que tanto sería
poema (En la muerte de un hijo13, publicado en 1907), di- huérfano el hijo que pierde a un padre como el padre
rigido a su esposa, Concha, que se hallaba embarazada, que pierde a un hijo. Podría esto ir en la línea antes se-
apremiándola (por muy dulcemente que fuera) a abando- ñalada de la escasa importancia que tenía antiguamente
nar el duelo por el muerto para cantar a la nueva vida: la muerte de un niño concreto. Pero también hay que
tener en cuenta que el reconocimiento de duelo como
12
  No es lo mismo crear que fundar. Crear es hacer, dar materia
y forma externa a la obra. Fundar es infundirle espíritu, darle un funda- 14  Sí existe en hebreo el término “shjol” para referirse a la pér-

mento y medios para su continuidad y desarrollo, es decir, esperanza. dida por muerte de los hijos. Se denomina “hore shakul” al padre que
Como tampoco es igual engendrar que crear o fabricar. Engendrar re- sufrió la muerte de un hijo, al padre “huérfano”. La palabra aparece en
quiere un proceso interno, un tiempo propio, salido naturalmente (lo la Biblia (en el libro de Jeremías), se halla en los textos hebreos medie-
que no significa fácilmente) de la entraña. vales y la utilizan algunos escritores judíos contemporáneos, como el
13
  Hay un poema con igual título, escrito en 1902 (ver página 423). gran poeta Jaim Najman Bialik (1873-1934).

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

proceso psíquico complejo, pero normal, es muy re- aunque en ambas se den reacciones de negación, depre-
ciente. Basta recordar que duelo era hasta el mismo si- sión, cólera y aceptación, nada es lo mismo cuando en
glo XX casi unívocamente el nombre de un desafío en un caso el final es la propia muerte y en el otro no.
defensa de lo que entonces se tenía por honor, sobre En todas esas clasificaciones hay la compulsión a
todo en combate armado de un agraviado y un agravia- simplificar, a escenificar la experiencia del duelo como
dor; o, más recientemente, un debate que enfrenta a un desarrollo cerrado. Tal como en una obra de teatro,
dos sujetos en posiciones contrarias (véase esta acep- se la enroca en tres partes: la primera, de exposición (el
ción como desarrollo en la nota 11). shock del momento de la pérdida, la realidad confusa y
la rotunda presencia del ausente); la segunda, o nudo
(toda la peripecia de reacciones y sentimientos desen-
cadenados), y la tercera, el desenlace. Lo que más lla-
CLÍNICA DEL DUELO ma la atención es el hecho de que el desenlace se deno-
mina invariablemente en clave de “re”, como recupera-
En el estudio de la clínica del duelo tendremos en ción, restablecimiento, reorganización, restitución, re-
cuenta, entre otros, estos puntos que suscitan críticas o ajuste; o sus sinónimos, aceptación, conclusión, etc.,
posiciones diferentes: 1) la consideración del duelo que significan en general la superación del duelo. Pero
como un proceso por etapas; 2) el habitual enfoque esta superación evoca o confirma a menudo, más o
como proceso exclusivamente afectivo; 3) el problemá- menos sutilmente, una anulación o neutralización del
tico encuadre dentro de la psiquiatría, y la ambigüedad afecto o relación con el difunto; su irrealidad actual
introducida por términos como duelo “complicado” y contamina la realidad de su pasado y origina su arrum-
duelo “patológico”, y 5) la distinción entre aflicción bamiento en algún lugar postergado del imaginario, su
por la pérdida del ser querido y la elaboración de la conversión en fantasma o en sueño, es decir, en alguien
pérdida. que parece no haber existido nunca, y que de hecho así
termina si no accede a la condición de pervivencia en
el deudo.
Las etapas del duelo Al hacer un recorrido por un cierto número de
esas clasificaciones, constatamos la coincidencia de
Fue Freud el primero en haber abordado el proce- muchas de ellas, con diferencias del número de etapas,
so psíquico propio y diferencial que interviene en el de matices, de denominaciones distintas para el mismo
duelo (Aflicción [Duelo] y Melancolía, 1917). fenómeno o de énfasis en unos elementos u otros. Pero 375
Tras el de Freud, es seguramente el de Bowlby el casi todos esos elementos se hallan contenidos explíci-
estudio psicológicamente más fundamentado y cohe- ta o implícitamente en la práctica totalidad de esas
rente sobre el duelo, porque entra de lleno en su teoría descripciones.
del apego. Según este autor, el duelo por la pérdida de En cuanto a la primera etapa, encontramos: con-
un ser querido, cualquiera que sea la edad del que lo moción, problemas somáticos e incredulidad, (Erich
sufre, le remite a la angustia de separación que experi- Lindemann, 1944, con orientación psicoanalítica)15;
menta todo niño cuando se rompe o se pone en entredi- embotamiento de la sensibilidad, aturdimiento, protes-
cho el vínculo afectivo temprano que establece con la ta (John Bowlby, 1961, 1970) 16; negación y aislamiento
figura materna. (Elisabeth Kübler-Ross, 196917), alarma, aturdimiento
La consideración del duelo como un proceso psí- (C. M Parkes, 1972, 1975)18; shock, estupor y negación,
quico es reciente, y esa entidad se ha configurado como con rechazo o evitación, es decir, con el deseo de eva-
tal a partir de su descripción en etapas hace algo más de dirse de la realidad como en el terreno simbólico (The-
sesenta años. Desde que Lindemann describió en 1944 resa A. Rando, 1984, 1988)19; lamentación y protesta,
el duelo en etapas (él refirió tres: de conmoción e incre-
dulidad, de dolor agudo y de resolución), las clasifica- 15  .Symptomatology and management of acute grief. Lindemann E.

ciones del mismo se han multiplicado en ese sentido. American Journal of Psychiatry, 1944, 101: 141-148.
16  Process of mourning. Bowlby J. International Journal of Psy-
Ha sido la célebre Elisabeth Kübler-Ross (1926-
choanalysis 42, 317-340, 1961, 5.
2004), psiquiatra suiza afincada en Estados Unidos, la Separation and loss within the family. Bowlby J. y Parkes C.M. In:
que ha conseguido divulgar el fenómeno del duelo y la The Child in his family (Anthony EJ, ed.). New York, 197-216, 1970.
conciencia de muerte, tan ausente en nuestro tiempo, y 17  On Death and Dying. Kübler-Ross E. New York: Macmillan

popularizar las cinco etapas que ella describió en aque- Pub. Co, 1969.
18  The effects of bereavement on physical and mental health: A study
llas personas que, diagnosticadas de enfermedad mor-
of case-records of widows. Parkes CM. British Medical Journal 2: 274-
tal, deben enfrentase a la angustia de su propio final 279, 1964.
anunciado. La primera de esas etapas era la negación de Recovery from bereavement. Parkes CM, Weiss RS. New York,
la muerte y el aislamiento; la segunda, la ira en general; 1983.
la tercera, el pacto con la muerte; la cuarta, la depre- Death and bereavement across cultures. Parkes CM, Laungani P,
sión, y la quinta, la aceptación. Luego se reconsideraron Young B. (eds.). London, 1997.
19  An investigation of grief and adaptation in parents whose children
esas etapas con respecto al duelo propiamente dicho, have died from cancer. Rando TA. Journal of Pediatric Psychology, 8:3-
estableciéndose similitudes entre ambas situaciones, si 20, 1983.
bien hay que ser cautos en dicha asimilación, porque, Grief, Dying and Death. Rando TA. Illinois, 1984.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

aislamiento (Mardi J. Horowitz, 1993)20; evitación paso a la progresiva imposición de la realidad, en la cual
(Neimeyer, 2002); regresión (en el enfoque psicodiná- el doliente comprende que ha de ubicar a su ser perdi-
mico que aquí proponemos), etc. Estas diferentes for- do en una realidad distinta, la interior, y ha de ir cons-
mulaciones convergen en significar una defensa del truyendo con él una relación muy diferente a la que te-
doliente contra la destrucción física o psíquica que tal nía hasta entonces, una vinculación inmaterial, que con
trauma podría originarle. A menudo, aquél experimen- gran frecuencia se siente como una fuerza interior, in-
ta la sensación de estar ausente de sí mismo, actuando traluminosa, positiva (lo que hemos denominado pervi-
de forma automática. Esos a modo de barrera, automa- vencia, y que veremos más adelante). Este descubri-
tismo o nube, que al principio le protegen totalmente miento es fundamental en el doliente. Y asimismo lo es
de la cruda realidad, van cediendo o despejándose poco interiorizar sobre la marcha que ninguna otra relación
a poco, permitiendo el acceso progresivo al reconoci- sustituirá a la amorosa que tuvo con su ser desapareci-
miento de la realidad del doloroso suceso. do, y que ninguna relación, nueva o antigua, suple es-
En una segunda etapa, y como consecuencia de la pacio sino que tiene el propio. Le tranquiliza, pues, so-
remisión de la anterior, aparecerían preocupaciones re- bremanera comprobar que guarda fidelidad al ser per-
lacionadas con la imagen del fallecido, culpa, reaccio- dido, desecha la culpa de traición y mantiene viva su
nes hostiles, pérdida de los hábitos de conducta (Linde- capacidad de seguir amando. En general, se entiende
mann); rabia, ira (Kübler-Ross); languidez, búsqueda que, si no se llega a esta última etapa, el duelo se queda
del ser perdido, ira, culpa (Parkes); añoranza y búsque- fijado, atascado en alguna de las anteriores, o permane-
da, para después caer en desorganización, desesperanza ce peligrosamente reprimido.
y depresión (Bowlby); fase de confrontación, con dolor
intenso e ira (Rando); intrusión o invasión de recuerdos
insufribles (Horowitz), etc. Los autores vienen a descri- El “etapismo”
bir, de una manera u otra, la intensidad con la que el
doliente echa de menos al ser querido, su necesidad de El “etapismo” ha calado en los profesionales y en la
recuperarlo, revivirlo, reencontrarlo. Y, al mismo tiem- población porque es un enfoque aparentemente muy
po, su confrontación con la imposibilidad de hacerlo. claro y delimitador. Pero es muy arriesgado para quien
Hay visiones y sueños con él. Son terribles los desperta- sufre el duelo porque marcar hitos con etapas podría
res de las mañanas. Se repasa la vida del difunto, lo que dar lugar a sobreentender que todo proceso que no siga
se hizo con él y lo que no se hizo, las oportunidades linealmente esa sucesión no sería normal o quedaría
376 desaprovechadas, qué se hizo bien y qué se hizo mal, el fuera de lo que trata de enmarcar, y por tanto entraría
amor y el cariño no demostrados... Se añaden las du- en la no-normalidad. Desde que los dolientes hacen oír
das: los “por qué” y los “y si hubiera...”. La emergencia colectivamente su voz se conocen sus críticas a esa li-
incontrolable en la conciencia de imágenes y recuerdos nealidad reduccionista y encorsetadora.
de la muerte del ser querido (la intrusión) tomaría la El 10 de enero de 2007, Magda escribió en un foro:
forma psicotraumática, que ha llevado a Horowitz a
considerar esta situación como una etapa del duelo (la El 28 de septiembre hará seis años. Eduardo tenía
tercera para él), pero que, de ser específica e intensa, se 19, iba a cumplir los 20 el 7 de octubre. Eduardo era
desgajaría del duelo, en mi opinión, para convertirse mi hijo mayor, con él aprendí a ser madre, con él
ella misma en un cuadro clínico específico, el de tras- aprendí que cuando eres madre ya jamás dejas de ser-
torno por estrés traumático. Encontrar alguna razón lo. Aquella lluviosa tarde de otoño, aquella resbaladiza
que explicara racionalmente la muerte del ser querido carretera se llevó a mi hijo para siempre. El duelo es
evitaría o contrarrestaría el pánico a padecer nuevas horrible, pero más horrible es que se empeñen en po-
pérdidas; si no, sería evidente hallarse a merced del nerle fases y fin. Mi duelo se supone que ha terminado.
azar. Porque sentir la vida como una sucesión de pérdi- Mi vida sigue. He vuelto a sonreír, a reír. Llevo una vi-
das pasadas e imprevisión de las venideras aumenta la da normal. Mi cabeza está bien. Perdí a mi hijo mayor
impresión de inseguridad existencial, que lleva a la au- y todo es normal... ¿Alguien que haya perdido un hijo
topercepción de gran vulnerabilidad y a la identifica- puede creerlo? Mi respuesta es no. Lloro cuando estoy
ción con el difunto. Alternan los momentos mejores y sola y me apetece llorar. Sueño con volver a ver a mi
los muy malos. Tristeza, pena, llanto. La frustración ge- hijo algún día. Imagino cómo sería su vida al ver a sus
nera alternativamente rabia y culpa... amigos. Sufro en silencio. Me he acostumbrado a vivir
La última etapa es la que antes denominaba etapa con la compañía de la pérdida de mi hijo, no sin mi
“en re”: resolución (Lindemann), reorganización (Bowl- hijo... Tal vez sea ésta la última fase del duelo.
by), restablecimiento de una nueva identidad (Rando),
completitud (Horowitz). Es considerada como el tiem- Por otra parte, las etapas implican en su misma
po de elaboración o “trabajo del duelo”. Al despejarse la concepción un carácter impuesto, como si su aparición
conciencia de la intensa sobrecarga emocional, se da y desarrollo acontecieran sobre un sujeto pasivo que no
hace sino dejar que transcurran y que se cumplan, o
20  Pathological grief: An intensive case study. Horowitz MJ, Stinson bien dicho sujeto actúa negativamente, interfiriéndolas
CH, Fridhandler B, Ewert M, Milbrath C, Redington D. Psychiatry. 56: o impidiendo su sucesión, con lo cual daría lugar a defi-
356-374, 1993. ciencias o fijaciones anormales en el desarrollo. Por ello,

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

he preferido considerar como movimientos a esas oleadas deración de la particularidad de la incidencia de los
y a la gran diversidad de reacciones —amalgamadas a factores fisiológicos, psicológicos y sociales que se dan
menudo o en ciertos momentos— que aparecen o pue- en cada doliente con su duelo (Rando, 1983).
den aparecer en un duelo, unas en forma más dominan- Desdeñando la línea psicoanalítica de Freud, cuyo
te que otras, y cuya presentación puede ser oscilante, criterio era que el duelo sigue y debe seguir su proceso
aparecer, desaparecer y reaparecer, o quedar solapadas, espontáneo de elaboración y autogestión, estas escuelas
o producirse antes las que se suponen que deberían ser que acabo de mencionar consideran que es difícil, sobre
después, etc. Lo que sí se manifiesta claramente, en ge- todo en determinadas circunstancias, que el doliente
neral, es la existencia de dos periodos: uno agudo, con supere el duele sólo por sí mismo, y que requerirá ayu-
una duración habitual de semanas o de algunos meses, da especializada.
durante el cual tienen lugar las manifestaciones más evi- Así, se ha impuesto por parte de algunos autores
dentes con respecto a la pérdida, seguido de otro perio- (James William Worden21, Theresa A. Rando, R. Neime-
do mucho más silencioso e invisible, de duración inde- yer22) la idea de que la evolución del duelo no es un
terminada, y con expresiones cuya relación con el duelo proceso pasivo, que sucede autónoma y espontánea-
no es aparente. También creo que hay diferentes tipos de mente, sino que requiere unas “tareas”, un esfuerzo
duelos, e incluso el pre-duelo, sin que ello signifique que personalizado del doliente. Critican el sistema de etapas
el doliente quede necesariamente encerrado en un tipo en la medida en que son meramente descriptivas y no
determinado, sino que, por el contrario, todos ellos pue- ofrecen ninguna salida a los dolientes. Para Worden
den movilizarse, dentro de una consideración dinámica (1982), por ejemplo, dichas tareas son: aceptar la reali-
y no taxonómica. En psicología evolutiva, los procesos dad y experimentar el dolor de la pérdida del ser queri-
no son rígidos, sino abiertos, dinámicos, creando y re- do, adaptarse al medio ya sin él, y retirar la energía
modelando estructuras en su devenir. Esto evoca la línea emocional que estaba vinculada a él e invertirla en otros
piagetiana en su investigación sobre el fundamento de la intereses o relaciones (en algún planteamiento huma-
epistemología en el desarrollo del pensamiento infantil. nista-religioso, esto ha sido definido como “transforma-
Por otra parte, experiencias vitales tan removedoras co- ción saludable de nuestra energía vital”)23. En Worden,
mo el duelo ponen en cuestión los equilibrios persona- como en otros que comparten sus puntos de vista, que-
les y obligan a recomposiciones. Ahora bien, esa recom- da de manifiesto el carácter netamente directivo y ope-
posición puede hacerse básicamente de dos formas: 1)
rativo, casi bursátil, de las tareas propuestas, mediante
luchando por volver a funcionar como antes, y quizá no
una técnica de canalización de sentimientos y reaccio-
tanto a ser como antes (porque la experiencia dolorosa 377
nes. No se trata, por tanto, de la fase final de una evolu-
es inolvidable e irrebatible, aunque se reprima, y ha de-
ción natural del duelo, como se deduce del enfoque del
rrumbado esquemas fundamentales del funcionamiento
duelo por fases, sino de una intervención activa de
de la persona afectada), y 2) cambiando la manera de
adaptación social presentada como terapéutica.
ver la vida y/o de vivir. La primera es una lucha conser-
El psicólogo norteamericano Robert A. Neimeyer,
vadora y la segunda es renovadora. Están, creo, por in-
director de Psicoterapia en el Departamento de Psico-
vestigar cómo y por qué motivaciones se emprende una
logía de la Universidad de Memphis y director de la
u otra vía ante hechos que, como la pérdida, sacuden de
revista internacional Death Studies, es uno de los auto-
raíz al ser humano.
res más representativos de entre los que aplican el en-
foque constructivista para encarar el duelo (Figura 2).
La resignificación
Muchos estudios han determinado la diferencia de
evolución entre los duelos por muertes violentas y los
Sobre todo en los últimos tiempos, otras corrientes que se derivan de largos procesos terminales. En aqué-
de pensamiento psicológico y social se han interesado llos hay gran dificultad para asumir la pérdida del ser
por incorporar el duelo en su haber. Así sucede con el querido, mientras que en éstos existe la posibilidad de
cognitivismo, el constructivismo, el gestaltismo y la teoría anticipar la pérdida y, en cierto modo, de justificarla
sistémica, que incluyen conocimientos sociológicos, an- por la enfermedad. Se llega a la conclusión de que la
tropológicos y de la etología, y cuyas posiciones en el capacidad de hallar un sentido a esta experiencia se
duelo son intervencionistas. Introduciendo conocimien- relaciona con una evolución positiva del duelo, mien-
tos antropológicos, aprovechan y utilizan —curiosamen- tras que la imposibilidad de hacerlo se asocia con los
te— en sus procedimientos “terapéuticos” prácticas ritua- duelos crónicos, intensos o los denominados “compli-
les, y yo diría que incluso mágicas, de pueblos primitivos, cados”. Neimeyer, como otros, considera que la muerte
como veremos en el capítulo sobre la Consolatoria. de un ser querido supone una pérdida de sentido en la
De modo que, a partir de los años ochenta del pa- historia personal que cada uno elabora de sí mismo; es,
sado siglo, aparece mayor interés por las tareas de ela-
21  Grief. Counselling and grief therapy: A handbook for the mental
boración del duelo que por abundar en la descripción o
profundización de las etapas, aunque, al igual que los health practitioner. Worden JW. New York, 1982.
22  Lessons of Loss. Neimeyer RA, Florida, 2000.
enfoques tradicionales, reconocen la necesidad de que 23  Los procesos de duelo ante pérdidas significativas. María Antonia

el doliente acepte la realidad de la pérdida y deje aflorar Plaxats. Ponencia presentada en las Jornadas sobre el Amor y la Muerte,
el dolor que le ocasiona. Además, introducen la consi- celebradas en Valencia del 26 al 28 de octubre de 2001.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

una nueva vida, y no dejar esta posibilidad a la ocasio-


nalidad de una decisión personal en una etapa frágil de
su vida. En realidad, la resignificación como terapia no
es sino un atajo de lo que en psicoanálisis se ha estudia-
do largamente con el nombre de sublimación, con la
particularidad de que tal atajo escamotea la inmersión
interpretativa en el inconsciente. Trataremos de esto en
el capítulo sobre la Consolatoria.

Duelo: proceso no sólo afectivo

Asimismo se ha adjudicado al duelo una naturaleza


casi exclusivamente afectiva. En otra parte he tratado de
matizar ese enfoque25, que es ya de amplia aceptación.
En primer lugar, creo que, desde el punto de vista indi-
vidual, el duelo no sólo implica un compromiso anímico
sino también intelectual; es decir, supone una conmo-
ción mental global de la persona, que también llega a
afectar físicamente al cuerpo, y, a veces, como veremos,
en forma muy determinante. Ello sin contar con los as-
pectos social y cultural, que se traducen en la manera de
exteriorizar el duelo, lo cual entraría en el capítulo del
luto o de los lutos, de gran importancia para la convi-
vencia de las personas en sus ámbitos de desarrollo.

¿Duelo “normal” versus duelo


Figura 2. Cubierta del libro Reconstrucción del significado y experiencia de “patológico”?
pérdida, editado por Neimeyer (2001).
378
La inclusión del duelo en la medicina psiquiátrica
es relativamente reciente. Pero su encuadre y clasifica-
como él dice, una quiebra en la continuidad narrativa ción es ambigua o imprecisa. Veamos.
de la vida de una persona. La muerte supone un desa- La Clasificación Americana de las Enfermedades
fío al sistema de creencias, a la concepción del mundo Mentales (DSM), cuya codificación diagnóstica se ha
y al fundamento de la propia existencia. No sólo se da impuesto internacionalmente, no incluía específica-
la ausencia material del difunto para el doliente, sino mente el duelo ni en su primera versión, de 1952
también la pérdida o resquebrajamiento de su mundo (DSM-I), ni en la segunda, de 1968 (DSM-II), y sí en la
simbólico, de su contexto relacional y de su sistema de tercera (DSM-III), de 1980, donde ya diferencia entre
significados, que son absolutamente únicos para cada el duelo “no complicado” y el episodio depresivo ma-
uno, y donde tienen un papel relevante los referentes yor. En esta versión, se sitúa el duelo, junto a otros
culturales y religiosos. Todo esto no se reconstituye cuadros, en la codificación de “factores no atribuibles a
con el mero paso del tiempo, sino con un trabajo de trastorno mental y que merecen atención o tratamien-
elaboración por parte del doliente, consistente en la to”. En tal contexto, se decía que el duelo como conse-
reconstrucción activa de significados en su vida. En cuencia de la pérdida de un ser querido era una “reac-
resumen, se puede decir que la muerte de un ser queri- ción normal”, y no un “trastorno mental, incluso
do da oportunidad para la resignificación de la vida de cuando se acompaña de un síndrome depresivo típico
sus dolientes24. En esa tarea se atribuye un papel im- o completo, con síntomas depresivos y síntomas aso-
portante al entorno, cuya influencia puede tanto favo- ciados del tipo de la pérdida de apetito, pérdida de
recerla como perjudicarla. En ocasiones, como ocurre peso e insomnio. Sin embargo, son menos frecuentes
con la muerte de un hijo, es tal el aniquilamiento de los los déficit funcionales prolongados y acusados, la mór-
valores constitutivos de las expectativas y de la identi- bida preocupación de que nada vale la pena y la inhibi-
dad de sus padres, que se hace extremadamente difícil ción psicomotora llamativa, pues todo ello sugiere que
o imposible esta reconstrucción. el duelo se ha complicado por el desarrollo de una de-
En suma, y dicho claramente, la aportación de los presión mayor”, y añade que “si el duelo es excesiva-
constructivistas del duelo se dirige a impulsar una in- mente intenso o prolongado deberá cambiarse el diag-
tervención activa que azuce al doliente a emprender nóstico por el de depresión mayor”. Consideraba que
“la reacción de la pérdida puede no ser inmediata, pero
24
  Meaning Reconstruction and the Experience of Loss. Neimeyer
25
RA (ed.). American Psychological Association, Washington DC, 2001.   El valor de vivir - Elogio y razón del duelo. Madrid, 1999.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

rara vez se da tras los primeros dos o tres meses26. La ciones anímicas de fenomenología normal en forma y
duración del duelo ‘normal’ varía considerablemente contenido, pero con una duración mayor de seis me-
entre diferentes grupos subculturales”. ses, son diagnosticadas como “reacción depresiva pro-
En la última versión de DSM-IV-TR (2000), el con- longada”. En este caso, la CIE-10 amplía, con respecto
cepto del duelo apenas difiere del planteado en la ante- al DSM-IV, la fenomenología del duelo, al adoptar no
rior edición y lo sitúa prácticamente lo mismo, en el sólo las formas sintomáticas depresivas, sino también
capítulo de los “problemas adicionales que pueden ser las comportamentales. El DSM-IV apunta, por su lado,
objeto de atención clínica” (con la clave V62.82), y lo que sería más correcto diagnosticar duelo en lugar de
sigue considerando una reacción normal. Continúa es- trastorno adaptativo cuando se da una reacción espe-
timando que la duración y las manifestaciones de un rable a la muerte de un ser querido. Y, por el contra-
duelo “normal” son muy variables según los grupos rio, sería más adecuado el diagnóstico de trastorno
culturales, y, aunque sus síntomas pueden ser los carac- adaptativo si la reacción excede o se prolonga más de
terísticos de un episodio de depresión mayor, los afecta- lo que cabría esperar.
dos los valoran como algo normal, no siendo, entonces, Salta a la vista lo abigarrado y heterogéneo de todo
procedente emitir el diagnóstico de depresión. Por el esto, lo cual no es sino el reflejo de la dificultad para
contrario, y aun en contradicción con la aleatoriedad situar el duelo en la nosología psiquiátrica, que es lo
cultural aducida inmediatamente antes, en esta versión que quiero demostrar.
se establece de forma taxativa que se hará el diagnóstico En este tiempo actual, extremoso de generalizacio-
de depresión si tales síntomas se mantienen dos meses nes (y dado, por tanto, a la simplificación), se ha puesto
después de la pérdida afectiva. Según este protocolo, de moda el diagnóstico de síndrome de estrés postraumá-
ciertas características orientarían para valorar ya algu- tico para muchos cuadros de gran ansiedad desencade-
nas reacciones del duelo como síntomas de depresión, nados por accidentes, traumas y otras desgracias de la
que estudiaremos enseguida. vida, y, entre ellos, el duelo.
Por su parte, la Clasificación Internacional de las Se tiene la impresión de que los expertos, reunidos
Enfermedades (CIE-10)27, en su apartado de enferme- periódicamente para actualizar las clasificaciones de
dades mentales, en cuanto al duelo, se refiere, por un enfermedades, no saben muy bien cómo situar el tema
lado, a “reacciones normales del mismo, apropiadas a humano del duelo en el marco de la psicopatología. Por
la cultura del individuo y que normalmente no excede ello, queda, lógicamente, muy indefinido y relativizado
los seis meses”, no anotándolo, pues, como trastorno, por criterios imprecisos de normalidad/anormalidad,
sino dentro del cajón de sastre de “procesos frecuente- intensidad, duración, cultura, etc. Pero, en fin, como es 379
mente asociados con trastornos mentales y del com- lógico, estas clasificaciones estadísticas están limitadas
portamiento”, de una de estas maneras: 1) indicando por su principal objetivo, que es el de calzar los diag-
simplemente el factor desencadenante, es decir, por nósticos. De todos modos, debemos reparar en que la
“desaparición o muerte de un miembro de la familia” clasificación americana habla de duelo “normal”, ano-
(con el código Z63.4), pero ignorando el duelo por tando el término normal entre comillas, es decir, con
otras personas significativas, aunque no pertenezcan sutileza y cautela, y en ningún momento hace mención
al ámbito familiar; 2) integrándolo en un grupo de de duelo patológico, sino de trastorno depresivo, cuan-
casos que llegan a consultar por recomendación médi- do un duelo deja de ser “normal”.
ca, para seguimiento o para ser aconsejados, y 3) co- Pero si bajamos a ras de tierra, en la práctica clíni-
mo reacción de estrés, sin más. Y, por otro lado, codi- ca se distinguen simplistamente dos tipos de duelo: el
fica como “trastorno adaptativo” (F43.2) aquellas re- normal y el patológico. En la literatura del duelo se em-
acciones de duelo que, por su forma o contenido, se plea con frecuencia el concepto de duelo complicado,
consideren anormales, en registros anímicos y emo- que, aunque podría ser una variedad del duelo (nor-
cionales diversos, como depresión, ansiedad, altera- mal), en realidad se asimila al duelo patológico.
ciones disociales o del comportamiento (por ejemplo, Creo que, de hecho, psiquiatras y psicólogos clí-
conductas agresivas de adolescentes reactivas al due- nicos experimentados tienden muchas veces a catego-
lo), u otras características más inespecíficas, como rizar patológicamente el duelo cuando la intensidad y
preocupación, tensión, ira, etc. Incluso aquellas reac- la duración van más allá de lo que personalmente28
creen que debería ser, puesto que, por otra parte, co-
26  Mi experiencia clínica no es ésa. Puede ser que, en efecto, mo hemos visto, los criterios oficiales son poco con-
en el duelo tardío no aparezca en general la primera reacción de shock vincentes. Por ejemplo, el tiempo que debe durar un
(caso que también se da), pero en no pocas ocasiones el duelo queda duelo (esos dos meses para unos y seis meses para
larvado durante años y emerge al cabo de ellos con toda su intensidad.
Otras veces el duelo queda oculto bajo una causa a la que se atribuye
otros)29. O hasta dónde puede/debe llegar su intensi-
el cuadro aflictivo o conductual, pero, al ahondar en éste, surge con
toda claridad. 28  Cuando digo “personalmente” me refiero al hecho de que
27  Ambas clasificaciones (DSM y CIE) comparten la misma fi- hay situaciones en la psiquiatría donde interviene (influye o interfiere)
losofía de consenso y son casi paralelas. El objetivo de codificación ho- especialmente la experiencia vital y emocional del profesional en el re-
mogénea internacional, tratando de sortear las diversas y beligerantes sultado de su exploración y diagnóstico.
teorías etiológicas de la psiquiatría, a cambio de hacerlas operativas, 29  Duelo, luto y el sentimiento de pérdida. Kaplan H, Sadock B. In:

empobrece los diagnósticos, y con frecuencia los radicaliza o, por el Sinopsis de Psiquiatría; Ciencias de la Conducta - Psiquiatría Clínica.
contrario, los destiñe. Ed. Médica Panamericana. 8.a edición. Madrid, 1999.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

dad. O cuándo un síntoma normal deriva a patológi- durante mucho tiempo después; pero un día, tras un
co, o si lo es desde el comienzo. Y esta situación se revés, empezó a llorar con gran congoja y “soltó todo lo
hace particularmente ardua cuando se trata del duelo de su hermano”.
por la muerte de un hijo, puesto que hay un consenso Todas estas terminologías y concepciones implican
entre los autores de que es el hecho vital más doloro- la idea de que el duelo debe conllevar una cierta asun-
so de la pareja y uno de los que más hacen sufrir a la ción de la experiencia, si bien la manera en que se haga o
persona. se “deba” hacer dista mucho de unos enfoques a otros.
¿Remite el duelo como desaparece una enferme-
dad física? Es decir, ¿se “cura” un duelo?
El devenir de una pérdida. ¿Qué Como dije antes, Freud consideraba contraindica-
es “elaborar” el duelo? do intervenir en el duelo con técnicas de terapia. Por un
lado pensaba que el duelo tendía a resolverse y por otro
Otra de las ambigüedades o incertidumbres que estimaba que actuar sobre él interfería su natural deve-
suscita el duelo es el significado de términos como reso- nir. Nunca psicoanalizó a nadie por causa de duelo,
lución, elaboración, superación o remisión. Incluso el pero sí aparecieron no pocas temáticas de pérdida y de
planteamiento de conveniencia del duelo, que la tradi- duelo en sus pacientes. Puedo asegurar que un núcleo
ción popular ha reconocido de siempre cuando ha con- fundamental de todo tratamiento psicoanalítico es el
siderado dañino para el doliente el no haber llorado al análisis de las pérdidas y duelos que siembran nuestra
muerto, el quedarse la pena dentro, el no haberse des- vida. Y digo siembran porque esas experiencias son co-
ahogado. mo las semillas de la parábola bíblica que según donde
Es interesante la posición de Freud, que, al tratar caigan dan su fruto o se agostan.
del duelo, lo tiene en cuenta sólo en la medida de lo El término “trabajo” y, sobre todo, el de “elabora-
que se entiende como “trabajo de duelo”, es decir, ción” del duelo tienen el acierto de transmitir la idea
cuando se pone en marcha y se desarrolla la elaboración del requerimiento de un esfuerzo en no negarlo ni eva-
y resolución del mismo, o sea, una vez que ha transcu- dirlo, en tenerlo en cuenta, en asimilarlo, en integrarlo
rrido el periodo de shock, que Freud no consideraba en la propia vida, como conocimiento y como interro-
gantes que trascienden el conocimiento. Pero tiene
duelo.
otro aspecto que puede confundir. Es el de suponer
Podría aceptarse que tal primer momento de con-
que se trata de un proceso lineal, de pasos sucesivos,
moción entrara dentro del proceso de duelo, siendo su
380 que se desarrolla con coherencia, con continuidad
primera expresión, y ésa es mi posición. Ahora bien, es
temporal dentro de un programa que tiene su planifi-
cierto que muchas veces parece que la reacción a la pér-
cación en sí, como podría ser, por ejemplo, el creci-
dida se limita a esa fase de aflicción, quedando reducida
miento de la talla física, con su progresión continua,
a esta expresión, y por tanto no hay duelo, o “trabajo” o
visible e invisible, con estancamientos y relanzamien-
“elaboración del duelo”30. Pero incluso, ¿es una modali-
tos, hasta abocar a un punto en el que queda fijado y
dad de duelo la ausencia externa del mismo cuando se arroja ya un dato inamovible. Por el contrario, cada vez
espera razonablemente su manifestación? Yo así lo creo. somos más los que creemos que los duelos no se aca-
¿Es negativo o patológico un duelo que aparece de forma ban nunca de elaborar en nuestras vidas, van enlazán-
tardía? Yo no lo creo. dose los unos con los otros, quizá con tiempos de si-
Hay que tener mucho cuidado con hacer conclu- lencio, seguramente más bien de latencia. Pero se en-
siones de lo visible inmediato. Todos sabemos, incluso sartan los de ayer y los de hoy para ofrecer una panorá-
por propia experiencia, de la existencia de tiempos de mica fechada de nuestra existencia. Un duelo retrotrae
latencia, tanto en lo físico como en lo psíquico. Hemos a los anteriores y prepara para los siguientes. La elabo-
oído demasiadas veces en un caso de muerte en la fami- ración del duelo o de los duelos es como, en psicoaná-
lia, el reproche de alguno de sus miembros con respecto lisis, la interpretación de los sueños: no se acaba nun-
a otro: “Parece que le ha dado igual la muerte de su ca. Porque soñar, soñamos todos, y dolernos, nos dole-
[padre, hermano, marido...]”. Hace poco me decían mos todos, lo reconozcamos o no, lo sepamos o no. Y
unos padres que el hermano adolescente del hijo pe- los sueños absurdos de ayer se ensartan, se repiten, se
queño muerto no habló ni mostró sentimientos de pena amplían, se detallan, se hacen comprensibles en los
sueños de mañana, y lo que no entendíamos de aque-
30  Recientemente, y en relación con las muertes de unos jóve-
llas noches se hace claridad en los días de tiempos
nes en las circunstancias trágicas de un atentado terrorista, he escucha- después, si no dejamos que se nos olviden. Y, en cierto
do en un medio de comunicación decir a un profesional de la psicología
(de los que ahora movilizan los organismos oficiales para atender a los
modo, igual nos sucede con las pérdidas y los duelos.
familiares dolientes en circunstancias de drama público y colectivo), En fin, el trabajo de elaboración de un duelo me evoca
que, ayudándolos con la técnica de la “ventilación” del dolor (es de- el trabajo de la interpretación de un sueño confuso,
cir, facilitando su catarsis) o enseñándoles la respiración abdominal, ya doloroso y enigmático. Si nos ponemos a ello, pode-
iban superando su duelo. Tal concepción banaliza el duelo y lo reduce mos ir poco a poco recomponiéndolo por piezas, si
a una mera táctica plañidera, de evacuación o fisioterápica, sin contem-
plar su largo alcance y su complejidad. En tales casos, a mi modo de
bien la mayoría de las veces nos faltarán —pocas o
ver, la única labor posible es la de acompañamiento, como veremos en muchas— para completar el puzle, aunque con lo que
el capítulo sobre la Consolatoria. hayamos ajustado adivinemos ya significados.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Resiliencia y duelo Georges Bonanno32 está trabajando sobre la resi-


liencia en el duelo y en un amplio campo de aconteci-
Resiliencia es un tema emergente en el estudio del mientos susceptibles de producir un trauma psíquico.
ser humano, que empieza a divulgarse. En origen, es el Sus primeras aproximaciones le muestran algunas evi-
concepto de ingeniería que da cuenta de la resistencia dencias. Por ejemplo, encuentra no sólo que un peque-
de un material sometido a una sobrecarga. El término ño subconjunto de la población tiende a presentar típi-
se ha llevado a la psicología para denominar la capaci- cas y serias dificultades emocionales tras acontecimien-
dad que poseen ciertas personas para reaccionar y salir tos adversos, sino que la mayoría reacciona extraordi-
adelante ante las mayores adversidades de la vida. Re- nariamente bien a ellos.
pasando la literatura científica y filosófica del malestar Observa que la resiliencia de los adultos expuestos
humano, vemos que prácticamente todo el énfasis se ha a pérdidas de seres queridos o a traumas diversos es
puesto y se sigue poniendo sobre los desequilibrios, las una respuesta distinta de la que suele denominarse re-
malas adaptaciones, el estrés, y en particular el estrés cuperación del duelo. En ésta el sujeto se esfuerza por
traumático, hoy en candelero. Por eso la tal resiliencia superar la desgracia sobrevenida y sólo gradualmente se
del hombre sorprende y maravilla, o bien hace sospe- va recuperando a lo largo del tiempo, mientras que, por
char que hay algo negativo que se reprime en el fondo, el contrario, el resiliente es capaz de funcionar normal o
y que en realidad tales personas ocultan su sufrimiento casi normalmente desde el momento en que sufre el
y no van tan bien como parecen. acontecimiento. Por otra parte, subraya que la resilien-
El resalte actual de la resiliencia es importante en la cia es una modalidad mucho más común de lo que se
medida en que plantea básicamente la investigación de creía, que es la habitual desarrollada ante la pérdida y el
los factores, mecanismos y sistemas protectores que in- trauma, y que, por tanto, ha de utilizar diferentes y
tervienen en la organización de la estructura humana. múltiples vías de funcionamiento según cada indivi-
Seguramente conocemos muchos de ellos por separa- duo. Añade lo que es, por lo demás, de conocimiento
do, o en diferentes asociaciones, pero aún no sabemos cotidiano: que hay personas, a las que no se considera
cómo se interrelacionan para crear esa urdimbre de la precisamente muy adaptadas a las condiciones habitua-
supervivencia personal, que va más allá de la mera re- les de vida, que revelan un alto grado de adaptación a
sistencia, para acercarse a la disponibilidad del ser hu- las circunstancias más desagradables de la vida.
mano de acceder a su armonía o bienestar. Porque, en En efecto, la denominada resiliencia tiene el valor
efecto, la resiliencia no es sólo protección contra los de poner sobre el tapete no pocas cuestiones. Por ejem-
traumas, como si tal protección se redujera a desacti- plo: 1) su relación con respecto a la desgracia sobreve- 381
varlos o neutralizarlos, sino que es también y sobre to- nida (es decir, la que ocurre súbitamente sin mala vida
do más que sobrevivir, pues es proyectarse en un bien anterior) o a la crónica (entendiendo por ésta la vida
vivir a pesar de todo. En mi experiencia personal y pro- desarrollada cada día en ambientes desgraciados, po-
fesional he conocido a muchas personas (¡y niños!) con bres o míseros, sujetos a carencias, catástrofes, maldad
voluntad de no sucumbir a los males o contratiempos. o criminalidad); 2) la diferenciación entre represión de
“Esto no me va a hundir”, he oído decir a mayores con la vivencia negativa y resiliencia; 3) la posible ausencia
serena o con rabiosa determinación. O es, paradójica- de elaboración existencial de las experiencias difíciles
mente, el “me da igual” de muchos chicos, respuesta de la vida, y 4) la posible vinculación entre resiliencia,
que suele ser considerada como actitud negativa, de resignación tranquila, estoicismo, carácter hiporreacti-
irresponsabilidad, indiferencia o frialdad, lo que mu- vo o con escasa resonancia emocional, etc.
chas veces no es el caso31. También existe ya un amplio movimiento en ex-
pansión sobre el estudio de la resiliencia y su considera-
31  El tiempo me ha permitido comprobar que ese “darme igual” ción pedagógica33.
verbalizado era muchas veces, para ciertos niños y adolescentes, una
forma resistente de no venirse abajo en circunstancias personales o fa- aquello porque aprendí a hacer frente a personas como mi actual jefe
miliares desfavorables. Con el tiempo, he tenido la oportunidad, en sin pasar de la raya”.
algunos casos, de haberlos visto llegar a ser adultos responsables y bue- Pero, en fin, una buena respuesta no hace más que dar lugar a
nas personas. Es cierto también que ese “me da igual” puede abocar a una nueva buena pregunta. Y en este caso es: de acuerdo, pero ¿por qué
destinos desfavorables; curiosamente, estos niños de evolución negativa hay esa voluntad de no sucumbir? Lo malo es cuando uno llega a un
tendían no tanto a decir “me da igual” (como una toma de postura punto en que está tentado de decir o no puede decir más que “porque
defensiva ante una situación perjudicial para ellos), sino a actuar efecti- es así”, apelando a lo endógeno o a lo genético (equivalente a lo que,
vamente dándole igual todo. en lo filosófico, sería la esencia, la idea platónica, lo inteligible pero
Cuando le recordaba a una joven mujer las desgraciadas escenas ingenerable, es decir, descriptible pero sin remisión).
que, según ella me había contado, debió soportar, cuando era niña, en 32  Loss, trauma, and human resilience - Have we underestimated

la relación de sus padres, luego separados, así como las circunstancias the human capacity to thrive after extremely aversive events? Bonanno GA.
de una escolaridad con incomprensión de su profesorado, me llamó la Journal Amer. Psychol. Jan 2004. Volume: 59. 20-28.
atención su repetida respuesta de “no fue tan malo”, “no lo recuerdo tan George A. Bonanno, profesor asociado del Departamento de Psi-
mal” o “no creas que me hizo tanto daño”. Pensé que era una represión cología de la Universidad de Columbia, ha pertenecido al equipo que
defensiva de los recuerdos traumáticos. Algunos años más tarde, me investigaba las reacciones de duelo con el profesor Mardi Horowitz, en
refería sus vicisitudes para tratar con un jefe realmente inconsistente San Francisco, colaborando en las publicaciones al respecto.
que se veía obligada a soportar por circunstancias que de momento le 33  Quiero apuntar de paso un toque de atención acerca del inte-

interesaban a ella. Me dijo: “Mi padre era un buen hombre, pero era rés de estudiar la capacidad de este tipo de resistencia en nuestros niños
un gran colérico, con el que tuve muchas arrancadas; de algo me sirvió y jóvenes. Porque quizá sea posible una pedagogía de la resiliencia, es

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Duelo y trastorno afectivo

En la experiencia clínica, avalada por algunos au-


tores (daneses, como veremos), se considera que la
mayoría de los cuadros de duelo por la muerte de un
hijo que han evolucionado hacia un trastorno psiquiá-
trico requiriendo hospitalización corresponden al diag-
nóstico de trastorno afectivo mayor, es decir, a la co-
múnmente denominada depresión. En la vida hay que
distinguir tristeza vital (o existencial) y depresión ma-
yor, considerada en general de naturaleza endógena. El
diagnóstico de trastorno afectivo o episodio depresivo
mayor desencadenado por el duelo se regiría sobre todo
por tres grupos de manifestaciones: 1) persistencia pro-
longada (si no se trata médicamente) de un estado de
ánimo muy afectado de continuo, sin fluctuaciones, to-
do el tiempo que dure la enfermedad (Figura 3); 2) in-
tenso, invariable y absolutamente convencido senti-
miento de inferioridad, de incapacidad, de desprecio de
sí mismo y de inutilidad, que se halla originado de for-
ma radical en el propio yo del sujeto, sin relación con el
ser querido muerto, y 3) culpa, que desborda y afecta a
toda la vida y a todos los ámbitos de la misma, y no li-
gada únicamente a la muerte del difunto o a autorrepro-
ches por no haberle tratado o cuidado mejor. Son tam-
bién frecuentes los pensamientos de muerte, un enlen-
tecimiento general físico y mental y una merma global
en los rendimientos.
Si tras un duelo, o a consecuencia del mismo, se
382 desencadena un trastorno del ánimo, no deberíamos
calificarlo de duelo patológico, sino de depresión34. Si,
tras su boda o tras su divorcio conyugal, alguien pre-
senta un persistente estado de angustia, no hablaríamos
de boda ni de divorcio patológico, sino de trastorno de
ansiedad. Por ello, sugiero no diagnosticar duelos pato-
lógicos, porque ese adjetivo tiende a teñir de indeseable
o temible todo duelo, y a “psiquiatrizarlo”.
Una madre me dijo: “No estoy deprimida; estoy
triste, profundamente triste. Sé que lo que me quede de Figura 3. Abatimiento. Figura en duelo I (Mónica Yoguel)
poca o mucha vida, aunque me ría, aunque me divierta,
siempre tendré la tristeza en el fondo. Por épocas, en
sus cumpleaños de nacimiento y de muerte, mi tristeza tratando de ahuyentar esas ideas de la cabeza y de en-
es terrible. Pero no quiero dejar de sentir esto. Si esto es tretener al doliente. No se pueden ni imaginar que esos
depresión, no me la quite usted, no me dé pastillas”. padres seguramente no requieren eso, sino todo lo con-
Expresiones cercanas al deseo de muerte y muy trario: hablar del que ya no está.
frecuentes en los padres de un hijo muerto son: “Tenía Es decir, si alguien, y en este caso, una madre, de-
que haber muerto yo35. ¿Por qué ha muerto él/ella y no sea dedicar una gran parte de su vida afectiva interior al
yo? No quiero vivir, no puedo [sufrir] más, estoy / me recuerdo de su hijo muerto, o lo mantiene presente
siento muerto/muerta, quiero reunirme con él/ella…”. dentro de ella, creo que toma una opción en su vida, en
El entorno teme entonces que se dé en ellos un riesgo la que, como profesional, estimo que no debo entrar. Sí
grande de suicidio y suelen intervenir de forma activa convendría seguramente que tal persona revisara los
perjuicios que ello pudiera causar sobre otras personas
decir, de afrontamiento de la adversidad.
de su entorno a las que quiere, y si asimismo tal actitud
34  El autor de este capítulo ha incurrido hasta no hace mucho la hace sufrir, la merma en sus capacidades y la empo-
en este mismo desacierto de distinguir entre duelo normal y duelo pa- brece en sus sentimientos. Si no es así, que siga su ca-
tológico. mino. Si es así, pero es consciente de ello y no desea
35  En Laberinto de Fortuna (s. XV), de Juan de Mena, se relata el
cambiar, que siga también su camino. Y, desde luego,
duelo de la madre por la muerte de su joven hijo Lorenzo Dávalos. En la
estrofa 206 siente la desventura de no haber muerto ella antes que él, y
no la tendré por enferma mental.
de que su hijo no sea la persona que le cierre sus ojos al morir, pues así Autores con experiencia en este campo aseguran
ella hubiera muerto sólo una vez, y ahora morirá muchas. que el duelo parental puede perdurar en toda su vigen-

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

cia muchos años. Se elabora viviendo. Pero elaborar no mostrando un aparente buen ánimo durante semanas o
quiere decir olvidar ni dejar atrás la pérdida del hijo. meses, que después se derrumba para dejar ver las ex-
Como dice Schwab, para unos padres “resolver su due- presiones aflictivas que sorprendió que no se produje-
lo significa acomodar la realidad de la muerte del hijo ran al principio.
en el sentido en el que ellos vivan la vida, caminando En Parerga y Paralipomena (1851), de Schopen-
hacia adelante incluso aunque ellos lloren la muerte de hauer, se incluye su Ensayo sobre las visiones de fantas-
su hijo toda la vida”. ma, donde defendía la existencia de estas visiones.
Para él, la creencia en los fantasmas es innata en el ser
humano. Expone que, durante una aparición, la con-
Duelo, alucinaciones, visiones y ciencia, aunque despierta, se halla recubierta de un
psicosis fino velo que le da una cierta totalidad onírica, suave
pero resistente, lo que, según el filósofo, hace que no
Hablar a solas en voz alta dirigiéndose a sí mismo o cause temor. Insiste en que las visiones no son aluci-
a una persona real o imaginaria es frecuente en indivi- naciones, pues representan algo real y significativo
duos completamente normales, y más en determinadas para el que las percibe. Y escribe: “El rechazo a priori
circunstancias (soledad, preocupación, aturdimiento, de la posibilidad de una aparición real de difuntos só-
etc.). Me atrevo a decir que es casi habitual que personas lo puede fundamentarse en la convicción de que la
que han perdido un ser querido, y en especial madres, muerte aniquila por completo al ser humano. Mien-
hablen con él o ella como si estuvieran vivos. Pero es tras se carezca de esta convicción no hay por qué des-
efectivamente “como si”, porque en ningún momento cartar que un ser que sigue existiendo de alguna ma-
piensan que lo estén. No es alucinación ni delirio, sino nera no pueda manifestarse de algún modo, no actuar
que se dan una ilusión, y la viven y la escenifican con la sobre otro ser aunque se encuentre en otro estado”.
viveza de una realidad. Otras muchas veces parecen oír Schopenhauer apela a Kant: “Generalmente se cree
las voces, los pasos del hijo muerto, pero enseguida se haber destruido la realidad de una aparición al probar
dan cuenta de la ilusión y experimentan la tenaza de la que era subjetiva, pero qué peso puede tener este ar-
congoja. No pocos padres mantienen durante largo gumento para el que conoce, por la doctrina de Kant,
tiempo, si se lo pueden permitir, la habitación tal como la fuerza de las condiciones subjetivas en el fenómeno
la tenía el hijo o la hija antes de morir, y las madres in- del mundo corporal”, y lo cita literalmente: “Ignora-
cluso conservan durante algún tiempo los hábitos de mos lo que las cosas pueden ser en sí, sólo conocemos
cuando el ser querido estaba vivo; acuden a darle un sus fenómenos”. 383
beso por la noche, a acariciar su ropa, como si fuera la El trabajo clínico revela que, si se pregunta por es-
piel querida. Había una madre que preparaba la merien- te hecho, muchos deudos aseguran haber experimenta-
da que le hacía a su niña cuando ésta volvía del colegio, do la presencia cercana de su difunto (por ejemplo, a
y la tomaba ella en sustitución, casi como si fuera una los pies de la cama cuando aquél descansa). Se ha refe-
comunión. No estaba loca; ella sabía que eso sólo era rido que el 30% de los deudos aseguran haber tenido
una ilusión (ojalá no lo fuera), que no contaba ni a su esta vivencia y el 20% afirman haberlo visto u oído.
marido. Este grupo de manifestaciones de duelo corres- Nuria perdió a sus dos hijos pequeños en circuns-
ponde al grupo de rememoraciones escenificadas. Cuando tancias trágicas (véase el relato del caso en Consolato-
estos duelos son más intensos puede haber alucinacio- ria). Unos cuatro meses después, en los días próximos a
nes auditivas y visuales del muerto, incluso olfativas las Navidades, tuvo la tentación de suicidarse y cuando
(como veremos enseguida), sensaciones muy nítidas de la iba a llevar a cabo dijo que “resonó en su mente” la
su presencia, aunque no se le vea. En general, éstas son voz de su hijo pidiéndole que no lo hiciera, y desistió.
pasajeras, ocurren habitualmente en los primeros tiem- Otro día, sentada en el sofá, sintió la presencia de uno
pos del duelo y se perciben como experiencias extrarrea- de los hijos fallecidos e inmediatamente las palabras del
les. Tienen como temática una percepción sensorial di- niño resonaron en ella de la misma manera. Cuenta el
rectamente ligada al muerto. Todas ellas son característi- padre que, de pronto, la habitación se impregnó de un
cas muy alejadas de las que constituyen el delirio organi- intenso olor a la colonia que usaban los niños, sin que
zado y consistente que se da en ciertas psicosis, y muy se pudiera verificar que algún frasco se hallara destapa-
en especial en las esquizofrenias, donde tales percepcio- do o se hubiera vertido.
nes invaden la realidad y la suplantan, tienden a ser Es interesante el matiz de “resonar en la mente”,
permanentes, a mostrar una consistencia rígida y a orga- porque tal definición evoca la figura de un pensamiento
nizarse con contenidos alejados del tema del muerto o “sensorializado”, como el que se produce en el momen-
que no tienen nada que ver con él. En el capítulo de to en el que pasamos de la vigilia al sueño, cuando el
Casuística (apartado 2)36 tendremos ocasión de recoger pensamiento se va diluyendo en imagen o sonido. Pre-
el testimonio directo de las alucinaciones en el duelo. cisamente esta probable transformación —entre lo psí-
Precisamente estas ilusiones u otras exteriorizacio- quico y lo fisiológico—, por su equivalencia con las
nes permiten a los dolientes vivir en una nube o incluso percepciones inmateriales, podría aportar una hipótesis
psicofísica a la génesis de tales fenómenos alucinato-
36  Cada número reenvía al orden de los casos en el capítulo de rios, apuntando como factor de facilitación a una con-
la Casuística. ciencia debilitada o influenciable (regresiva, como más

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

ca consiste en la absoluta focalización de la atención de


un sujeto sobre una tarea, con exclusión de cualquier
otra cosa que pueda perturbarla. Todas las actividades
corporales, somáticas y kinestésicas cesan entonces o
devienen automáticas para no gastar atención del foco
que absorbe todo el interés. En tal situación se produce
una disociación del proceso integrador de la identidad
y de la conciencia, de modo que un proceso cognitivo
puede funcionar separadamente de otro. Pues bien,
Irwin encontró una marcada tendencia a la actitud ab-
sorta en los dolientes que percibían visiones del difunto
o manifestaciones análogas38. Muchos otros trabajos de
diferentes autores han mostrado una alta propensión a
la fantasía en dichas personas. Pero quedaría por saber
si estas características implican que tales percepciones
son pura fantasía o si tienden a producirse cuando el
sujeto se halla inmerso en un estado de absoluta inte-
lección imaginaria.
Los miedos a tales percepciones y apariciones se
dan más con muertos adultos o con aquellos con los
que el doliente mantuvo y mantiene mayor ambivalen-
cia afectiva. Pero, en general, confortan y animan a los
deudos, que desean su repetición, en particular cuando
se trata de hijos fallecidos. Precisamente estas caracte-
rísticas inducen a pensar en una espontánea recreación
del psiquismo ante el dolor de la pérdida, produciendo
una curiosa conversión de la ausencia material del ser
querido en su presencia inmaterial, lo que introduciría
la intervención de la dimensión simbólica. Esta obser-
Figura 4. Visión fotográfica
384
1914. Él se llamaba Luis, tenía 34 años y era fotógrafo, de aquellos pioneros
vación ha conducido al montaje de recientes “terapias”
alquimistas del nuevo arte de la imagen que trajeron un poco de inmortalidad del duelo.
a la memoria humana. Como muchos otros, se hacía sus placas, combinaba
y perfeccionaba las emulsiones, preparaba decorados y montaba escenas. En
ésta, recuperada de arrumbados álbumes familiares, él se halla sentado en su
estudio, con el guardapolvo de rigor, ensoñando, en un espacio romántico con Anticipaciones, búsquedas
una admirable distribución profesional de la luz. Allí, en el rincón claroscuro,
aparece su hijita, de siete años, con una preciosa sonrisa, y él la mira
espiritistas, sueños...
dulcemente, con sosiego de padre y hombre bueno. Algo como una lenta gota de
hielo se desliza ahora por el rafe de mi espalda. Así anticipó mi abuelo paterno Hay con frecuencia premoniciones o anticipacio-
la visión etérea de su niña en el trasmundo.
nes de duelo en los padres, cuando pasan por su
mente imágenes o ideas sobre una posible muerte de
tarde veremos)37, que se da tanto en el duelo como en el sus hijos. Son breves y desgarradores fogonazos que
onirismo. tratan de barrer inmediatamente (Figura 4). Pero a
Harvey Jon Irwin (1943), psicólogo australiano e veces esos pensamientos se hallan latentes y de algún
investigador científico de los fenómenos parapsicológi- modo quedan de manifiesto cuando, vivos y coleando
cos (en particular de la OBE, Out-of-Body-Experience, o esos hijos, guardan recuerdos de ellos (un mechón de
experiencia de [verse] fuera del [propio] cuerpo), trató cabellos, dibujos, cuadernos escolares, etc.). Hemos
también la psicología de la pérdida. Consideró las pro- llamado pre-duelo a esas lacerantes antelaciones de
piedades de los fenómenos paranormales a la luz de la pérdidas39.
teoría del proceso de la información. Estudió la influen- Por otra parte, y sin significación psicopatológica
cia de la absorción psicológica y de la disociación pato- en principio, hay tendencias parapsíquicas que se origi-
lógica en determinados fenómenos paranormales, como nan con el duelo, sin que antes hubiera ninguna incli-
dichas OBE, comportamientos hipnóticos, estados mís- nación a ellas. Por ejemplo, conocemos personas de alto
ticos, visiones, apariciones, etc. La absorción psicológi- rango intelectual, incluso científico, que se han acerca-
do al mundo espiritista con la esperanza de tomar con-
37  Personality constructs and perceived presence of deceased loved
tacto con el hijo muerto, y en algunos casos aseguran
ones. Datson SL, Marwit SJ. Death Studies, 1 February 1997, Volume que lo han conseguido, y ello sin detrimento aparente
21/2, pp. 131-146. Los autores examinaron con cuestionarios y escalas
de personalidad a 20 varones y 67 mujeres que habían presentado estas
de su normalidad mental. Otros padres, madres sobre
manifestaciones. Dichos sujetos mostraron un alto grado de neuroti-
cismo y de control externalizado, llamando la atención el predominio 38  Flight of Mind: A Psychological Study of the Out-of-Body Expe-

de las tendencias extraversivas sobre las introversivas. Pero ninguno de rience. Irwin HJ, 1985.
ellos padecía patología psicótica. 39  El valor de vivir. Elogio y razón del duelo, 1999.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

todo, desean ardientemente soñar con sus hijos muer-


tos (los reviven en los sueños), aunque ello redobla su
dolor al despertarse.

Vivencias en el duelo por el hijo

El duelo por la muerte de un hijo es un tipo muy


especial de duelo, que se distingue netamente del resto.
Contiene características generales de todo duelo, pero
presenta otras que son específicas. Y aun en aquellas
propiedades que son comunes al resto de los duelos, las
del hijo contienen incluso factores de intensidad y du-
ración que también lo singularizan.
Por lo dicho anteriormente, el duelo por un hijo
debe ser abordado con mayor delicadeza y reservas
cuando se le enfoca con mirada clínica, para no penali-
Figura 5. Gesto de culpa ((lenguaje católico de sordomudos)
zarlo desde el punto de vista diagnóstico. Es un duelo
en el que predomina a menudo el tipo que hemos dado
en llamar “duelo imposible”, o, al menos, presenta ca-
racterísticas de éste, como veremos enseguida.
Hay, pues, vivencias especialmente más intensas
en los padres tras la muerte de un hijo querido que en
otros duelos, aunque también se den en éstos, y cuya
intensidad es precisamente lo que las hace singulares al
tomar entonces características inéditas en los otros due-
los. Una es la culpa (Figura 5). Otra es la pervivencia del
hijo muerto. Se puede añadir, en muchos casos, la terce-
ra: una intensa crisis existencial del sentido de la vida, no
sólo, o no tanto, como una tentación de suicidio, sino 385
como una profunda indagación en los valores y las op-
ciones de la misma, en donde amar (de nuevo) puede
conllevar un alto grado de sufrimiento y donde hace
falta mucho valor para volver a vivir con esperanza.
En este momento, cabe decir que hay más puntos
comunes que diferentes en el duelo del padre y de la ma-
dre. Es quizás en la más fina filatura psíquica donde hay
que hallar los hilos distintivos de uno y de otro, y donde
hay que tomar con precaución las categorías de más o de
menos que el otro (miembro de la pareja). En el capítulo
de Casuística (apartado 1), expondré ejemplos de pervi- Figura 6. Ira. Figura en duelo VIII (Mónica Yoguel)
vencia del hijo en dos padres varones escritores, el italia-
no Giovanni Guareschi y el mexicano Carlos Fuentes.
Aun así, creo que la culpa se manifiesta más íntima- lo y de amor permanente. A madres que habían tenido
mente en los padres varones, y la pervivencia del hijo, que atender casi a tiempo completo a algún niño en si-
en las madres. La culpa no está sólo relacionada con el tuación límite, les escuché alguna vez decir que por
hecho de cargar con la idea de que se le podía haber desgracia habían hecho un aprendizaje de cuidadoras
salvado si se hubieran tomado otras decisiones o accio- que casi les habilitaba como enfermeras. Lo decían con
nes, o de no haberle sabido proteger, sino sobre todo de cierta autoestima y cierto orgullo —aunque pesarosas—,
haberle tratado mal (aunque fuera sólo en algunas oca- que a fin de cuentas se remitía de nuevo al hijo perdido:
siones), de no haber accedido a algunos de sus deseos o “No le faltó ningún cuidado por mi parte”.
empeños, de no haberle expresado más el afecto, de no Dos principales vías de evacuación tiene la culpa:
haber aprovechado más el tiempo con él… Probable-
la ira (Figura 6), si se proyecta hacia fuera, y el par des-
mente la madre está más a salvo de esta culpa por hallar-
esperanza/desesperación40, si se interiorizan, si se “in-
se, en general, más cercana al hijo, y, en los casos de en-
troyectan” (Figuras 7 y 8).
fermedades mortales de largo curso, su habitual función
de cuidadora principal (y sacrificada) la preserva de la 40  La desesperación es el estado agónico del ánimo, el de la
culpa de falta de atención al hijo. Además, esa proximi- muerte sin morir, en el cual quien la sufre, como moribundo de la vida,
dad le ha permitido un acercamiento muy especial a él/ desea la muerte para dejar de morir. La peor desesperación no es la des-
ella, que recordará siempre como un espacio de consue- garrada en clamor, sino la que horada en silencio. Aquélla es volcánica,

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Pervivencia muerte de un ser querido41. Esta regresión mental se


manifiesta tanto en el área afectiva como intelectual, y
Es difícil describir lo que quiero decir con pervi- se da con tanta mayor intensidad cuanto más fuerte
vencia. No es exactamente “insustuibilidad”, porque fuera el vínculo que unía al fallecido con el doliente.
insustituible es toda persona muy querida que se nos Si bien la depresión conlleva síntomas que se pue-
va, pues es única. Sin embargo, otra persona puede den considerar regresivos, y, a su vez, la regresión pue-
venir, aun siendo distinta, a ocupar el lugar —o mucho de acompañarse de características de matiz depresivo,
de ese lugar— del ser que perdimos. Pero el lugar no es ambos cuadros tienen entidades propias definidas.
la persona.
La pervivencia significa el recuerdo diario constan-
te del ser perdido, en un plano u otro de nuestra memo- Antecedentes evolutivos:
ria, pero constantemente latente en ella. Incluso se llega reversibilidad/irreversibilidad
a la percepción contundente de su presencia invisible, Doblando la esquina
como una permanente compañía interna o en la cerca-
nía exterior. Esto nos lo dicen con mucha frecuencia las Desarrollaré aquí de forma breve la tesis sobre la
madres que perdieron un hijo, pero también algunos producción en el duelo de una regresión, generalmente
padres varones cuando les dejamos abrir su corazón. parcial y transitoria, en el funcionamiento mental, co-
La interiorización del hijo muerto puede llegar a mo consecuencia del profundo conflicto humano entre
grados extremos que conduzcan a la madre y eventual- los conceptos y vivencias de reversibilidad e irreversibi-
mente al padre a desear un reencuentro con él en la lidad. Este verdadero choque ancla su origen en la evo-
tumba. Desde luego, tal anhelo contiene un componen- lución psíquica normal de cada individuo humano
te mágico muy intenso, operando un imaginario muy desde sus primeras semanas de vida y desde sus prime-
primitivo. Las religiones superiores condenan el suici- ros pasos en el descubrimiento y progresiva asunción
dio y ofrecen la salida de una reunión en la vida eterna de la realidad.
con el ser querido por el camino del amor a Dios. Pero Veamos.
el deseo de muerte persiste a menudo en esas madres, Al cabo de tres-cinco meses, el bebé puede fijar la
aunque no lo ejecuten. La muerte se contempla tam- mirada y seguir un objeto con los ojos. Ha empezado a
bién como un medio para acabar con el sufrimiento contactar con el mundo exterior, a penetrar en él y ser
anímico. Indirectamente, como veremos, su sufrimien- penetrado por él, a través del estímulo del movimiento
386 to interno les acorta a menudo la vida. de su alrededor, señal inequívoca de vida y de realidad.
En aquellas primeras historias clínicas de mi juven- Pero si ese objeto o persona desaparece detrás de otro,
tud médica (años cincuenta y sesenta) recogía con cierta el bebé deja de mirar ahí y no vuelve a hacerlo sin estí-
frecuencia, en los antecedentes familiares de los enfer- mulo que le vuelva a llamar la atención. Antes, con
pocas semanas, si atrapaba algo en su mano y se le caía
mos que exploraba, el señalamiento de la existencia de
no reaccionaba emocionalmente, aunque quizá podía
una madre o mujer mayor de la familia, uno de cuyos
observarse algún pequeño pataleo (respuesta motriz
hijos o el marido había muerto en la guerra, fuese en ba-
casi refleja, que no alcanza el área de la emoción). El
talla por efecto de los bombardeos o fusilado. De ellas se
objeto se ha hundido en la nada, en la no-existencia,
decía una frase que se me quedó grabada porque venía a
sin que el pequeño tenga la más mínima conciencia de
ser casi siempre la misma: “Después de aquello ya nunca
pérdida.
estuvo bien” o “ya nunca volvió a ser la misma” o “se
Las primeros signos de una cierta conciencia de
trastornó”. Eran las vidas truncadas, de las cuales daré al-
pérdida (pre-consciencia) se asientan en la desazón
gunos ejemplos en la Casuística (apartado 4).
(pre-forma de la frustración) que muestra ya el bebé
mediante el llanto cuando pierde un objeto que le pro-
cura placer (el chupete, y más adelante cualquier pe-
queña cosa que le entretenía).
DUELO Y REGRESIÓN
En una etapa posterior el bebé tiene la expectativa
de encontrar lo que desapareció allí donde dejó de ver-
Es frecuente la constatación de una regresión en la
lo la última vez, y, si puede movilizarse autónomamen-
economía psíquica de la persona afecta del duelo por la
te, allí irá a buscarlo para recuperar lo perdido de vista.
Poco a poco interioriza la experiencia de que lo que
es estallido, crece y crece desmedida, y a tanto llega que de pronto cae
desmadejada, rendida en agotamiento hasta una nueva erupción. Pocas
desaparece reaparece. Cuando la mamá se aleja, llora si
de estas desesperaciones derivan en calladas; las más —por extenuar la ve irse porque deja un hueco significativo en su cam-
el ánimo— se alivian en la resignación. Las desesperaciones que ma- po de visión. Es el primer signo de ansiedad de abando-
tan son las inaudibles e invisibles desde su origen. Labran su sinuoso no y de conciencia de pérdida personal, aunque aún sea
camino sin retorno y, al llegar al remanso fatal, al lugar sin más curso muy rudimentario. Esta necesidad tomará forma pro-
descendente, derivan en dos vías paralelas: en el suicidio, o muerte del
presente, y en la desesperanza, o muerte del futuro. En la desesperan-
gresivamente e irá discriminando y seleccionando
za no hay más que un sentido: el sinsentido. Con frecuencia, ramales
41  He desarrollado esta hipótesis en El valor de vivir. Elogio y
de desesperación y desesperanza se hermanan en rellanos transitorios
antes del final. razón del duelo, 1999

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

cuando la desaparición de algo o alguien es significativa aquello que le procura satisfacción. Esta necesidad, que
o no lo es. es sustento de la esperanza, se transforma en sólido
En esos momentos se va instalando en el ser hu- fundamento bajo el concepto racional de reversibilidad.
mano la expectativa del reencuentro, especialmente con Pero el niño descubre muy pronto también que
generalmente lo que se rompe no se recompone ad inte-
grum, o, si se intenta, el resultado es un total fracaso o
un adefesio. Ahí surge la rabiosa vivencia y el indiscuti-
ble concepto de la irreversibilidad. Y esta experiencia
desborda el campo de los objetos materiales para afec-
tar a todo lo humano. Esta constatación entra rápida-
mente en el terreno de la obviedad. Es el ingrediente
básico del pensamiento racional (o al menos, del racio-
nalismo). Pero esto, que es obvio, no es en absoluto
baladí, porque se constituye en el oponente radical de
la anterior experiencia, la reversibilidad, que es más
antigua y quizá por ello tiene mayor fuerza de imanta-
ción regresiva.
Durante un tiempo, ambos conceptos-vivencias
(reversibilidad e irreversibilidad) coexisten ignorándo-
se, como si funcionaran en dos universos distintos. En
un momento u otro de la existencia de un ser humano,
ambos términos se confrontan violentamente, dramáti-
camente, dando paso a la sin-solución y a la insoporta-
ble vivencia del absurdo humano, del absurdo en la
conciencia.
Una alegoría que persiste a cualquier edad y que se
constituye en símbolo del adiós doloroso es la imagen
del “dar la vuelta a la esquina”, implicando desapari-
ción y cambio de dirección del ser u objeto deseado que
se (nos) va. Creo que el significado de ese juego que 387
surge espontáneamente, casi de manera innata, entre
los padres y el bebé, consistente en que el adulto se tapa
o se esconde para aparecer de pronto ante el bebé es
una representación humana de la reversibilidad. Y es
uno de los juegos que más excitan (incluso en el senti-
do de inquietar, de desencadenar la risa nerviosa) a los
bebés. Más tarde se convierte en el juego del escondite.

El juguete roto

La otra imagen alegórica que creo que puede re-


presentar el duelo es el juguete roto. Para muchos niños
éste genera irritación, ansiedad, depresión. Con fre-
cuencia reaccionan sin querer verlo, como si no existie-
ra, o con una evidente conducta de rechazo, casi como
un objeto perseguidor que les revela su agresividad y su
impotencia. El juguete roto es la pre-forma infantil del
daño irreversible y de la muerte.
Cuando el niño destripa un objeto para ver lo que
Figuras 7 y 8. Desesperación. tiene dentro demuestra un proceso de “deconstruc-
Los gestos más frecuentes de crisis de desesperación suelen expresarse
llevándose las manos a la cabeza con mayor o menor despliegue, según sea ción”, es decir, la necesidad de conocer el funciona-
estruendosa o silenciosa. Ese gesto denota el inconfundible significado de miento interior de las cosas para volverlas a construir
sostenerla o contenerla. Es la reacción instintiva del ser humano ante el
horror de una gran desgracia, como si temiera literalmente perder la cabeza.
despojadas de su magia o misterio, y quizá para de-
En el cuadro de Munch (Figura 8) se dan las dos versiones antes dichas: la mostrarse su capacidad de destruir y reconstruir, es
clamorosa, con las manos aferradas a la parte superior del cráneo (la mujer), decir, de crear. Esta actividad es radicalmente distinta a
y la de abrazar la cabeza escondiéndola entre las manos, como protegiéndola
de la realidad traumática (el hombre). El desesperado de la Figura 7 resguarda la pura y mera destrucción. Cuando un niño destroza
su frente con la mano; la expresión de su rostro revela un intenso sufrimiento, un objeto, un juguete, lo puede hacer por agresividad,
seguramente una desesperación que se desarrolla más en el terreno mental, en
tanto que en la pareja de la Figura 8 parece tratarse más bien de la reacción
por mal uso, y también lo puede hacer para saber más
explosiva, inmediata, física, irrazonada, ante una tragedia que acaba de suceder. de él. Lo que sucede generalmente en este último caso

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

es que no sabe reconstruirlo, y, aunque sea reparado tos del yo, y no de una manera total. Esa regresión viene
por el adulto, le queda una sensación de impotencia, muchas veces desencadenada por desgracias de la vida,
de imposibilidad de conocer, y un incomprensible ma- traumatismos psíquicos o enfermedades. Las personas
lestar. Accedido al misterio del interior de la cosa, el más propicias a la regresión son los niños, evidente-
niño siente su decepción y su incapacidad; sólo ve la mente, pero es también en ellos donde tales regresiones
dispersión fragmentaria en la que se ha convertido el vienen a ser una incidencia casi normal de su proceso
objeto entero. Desde el punto de vista psicoanalítico evolutivo. La separación de los padres, el trato preferen-
(kleiniano) se podría decir que un “objeto” muy enig- cial requerido por un hermanito recién nacido, una in-
mático —si no el que más— es para el niño el vientre tervención —incluso de cirugía menor— o una enfer-
cada vez más turgente de la madre embarazada. A la medad pasajera, banal para otros, provoca con frecuen-
agresividad celosa que suscita esa pomposidad mater- cia en un niño quiebras en la solidez de sus recientes
na, habría que añadir la positiva curiosidad por lo que adquisiciones: pérdida del control de esfínteres, proble-
hay en ese interior —interés del conocimiento, no sufi- mas escolares; muy comúnmente, miedos, pesadillas y
cientemente tenido en cuenta—, que al no ser posible terrores nocturnos; irritabilidad, conductas atípicas o
satisfacer con datos científicos al alcance del niño, éste ya superadas, como la succión del dedo, o un caricatu-
lo hace pasto de construcciones imaginarias. Y es en resco comportamiento de bebé, que se manifiesta espe-
este mundo imaginario donde se mezclan agresividad, cialmente en el habla. De todo ello, los niños se recupe-
misterio y curiosidad epistemológica, y miedo y culpa ran pronto y de forma espontánea si la situación se
por todo ello. aborda de manera conveniente.
Éste es el otro ingrediente mágico que creo invo- En los adultos, la regresión les lleva a una emer-
lucrado en el duelo: la frustración y la incapacidad gencia o intensificación insólita de miedos, de trastor-
ante el misterio, siendo misterio todo aquello a lo que nos angustiosos del sueño, inseguridad, distraibilidad,
no se puede acceder con la razón y que cuando se des- ensimismamiento, flotación psíquica, influenciabilidad,
menuza en las manos queda hecho pedazos sin senti- búsqueda de dependencia afectiva y de relaciones pro-
do, sin armonía, sin funcionamiento. Es como cuando, tectoras, etc. Pero sobre todo, y en particular en el due-
al desmontar algo con el fin de comprenderlo, se nos lo, y con especial presentación en el duelo por el hijo, la
destruye y ya no hay forma de reconstruirlo. Y ahí el regresión se manifiesta por la actualización o revivis-
juguete roto del niño se enlaza con la angustia de la cencia de la mentalidad mágica, coexistiendo con la
irreversibilidad. cotidianeidad racional.
388 Quizá tendríamos que enfocar la “adictividad” des-
*** de el punto de vista de la regresión mágica. Las perso-
nas en tal tesitura buscan y se adhieren a todo aquello
Pues bien, ambos fenómenos (y sus alegorías de la que les produzca una sensación de negación de la reali-
esquina y del juguete roto) se reactivan dramáticamen- dad, en cuanto que dicha realidad, aun sin ser necesa-
te, a mi modo de ver, ante la pérdida de un ser querido, riamente desagradable, e incluso siendo objetivamente
y muy en particular cuando se nos muere un niño. gratificante, les ocasiona inseguridad. Tal “adictividad”
La vida del ser humano se mueve entre la esperan- va desde la farmacodependencia o drogodependencia al
za y la desesperanza. Cuando Darwin, personaje entra- alcoholismo, desde la adhesión a creencias o grupos
ñable, está cuidando a su pequeña hija Annie, que se le taumatúrgicos a la compulsión a implicarse en situacio-
va muriendo, en pocos días, con diez años de edad, es- nes de peligro con la omnipotencia de los adolescentes.
cribe en una carta que no puede funcionar bien porque Manifestaciones menores, pero muy frecuentes e
en unos momentos es optimista y en otros está desespe- impregnantes, son las derivadas de una laxitud de la
rado, apunta con ello a esta raíz de nuestra naturaleza conciencia racional, en parte animadas por el espiritua-
que se mueve entre los polos de la creencia en la rever- lismo y la religiosidad, que llevan a una mayor apertu-
sibilidad y en la irreversibilidad, y el misterio que fluye ra, sensibilidad o sugestibilidad con respecto a los fenó-
entre los dos (el juguete roto, en el caso de Darwin, era menos sobrenaturales o paranormales. Hablar a solas
su niña destruyéndose y yéndose, doblando la esquina). con el (hijo) muerto, desear sus apariciones; creer que
nos ve y nos oye; que envía señales; que es un ángel
protector; sentir culpa, como si se le dañara por volver
Regresión en el duelo adulto a sentir felicidad; pensar que se debe vengar su muerte
como una condición para su paz en el otro mundo…
En la regresión opera una labilidad que lleva al Lo que revela como regresivamente mágico todo este
sujeto a una mayor vulnerabilidad e inconsistencia de mundo es su aparición en personas que hasta el duelo
los sistemas racionales de pensamiento y de las relacio- no se habían movido en dichos registros de fe o de
nes sociales y afectivas. Si bien se ha divulgado la regre- creencias. Regresan a aquel mundo de inocencia infantil
sión como una infantilización o vuelta al funcionamien- en el que los niños, como veremos en la casuística, vi-
to de las primeras edades de la vida, no es exactamente ven con naturalidad y sin contradicciones durante un
así, salvo en casos muy graves, de franca patología. En buen tiempo, al par y con la misma credibilidad, la rea-
general, las regresiones que aquí encaramos son parcia- lidad y la fantasía, el pensamiento mágico e intuitivo y
les y afectan sólo en ciertos momentos y a ciertos aspec- el racional u operativo.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

ches, disparidad de conductas y opiniones, reactivando


antiguos conflictos…, como suele suceder en los mo-
mentos críticos de los grupos humanos.
El error que se comete con frecuencia (incluso por
profesionales) es considerar el duelo como una cuestión
individual o de individuos aislados y no como un duelo
de grupo, de estructura, con interactuaciones cruzadas.
Consideraremos, pues, esta urdimbre del duelo
por la muerte del niño, recalando en sus protagonistas
mayores: la pareja como tal, y la madre, el padre, el
hermano o hermanos y los abuelos. Pero no debe olvi-
darse la posibilidad de que estén afectadas personas
que, aun no siendo de la familia, han convivido o teni-
do con el fallecido una relación especial.

Figura 9. Duelo familiar


El niño muerto, de Hans Heyerdahl (pintor realista noruego, 1857-1913). Duelo de la pareja

Sin duda, son los padres del niño muerto los más
afectados. De ellos depende en gran medida el curso
DUELO FAMILIAR, DUELO que tome el duelo familiar. Es natural predecir que di-
ENTRAMADO cho duelo sea más sintónico (lo que no significa sincró-
nico) cuando los padres y la familia constituyen desde
En general, las causas más frecuentes de mortali- antes una estructura sólida de entendimiento y de apo-
dad infantil y juvenil son: las patologías congénitas o yos mutuos. Cuanto menos sea así, más proclive será
perinatales, los accidentes, los cánceres y la violencia o una familia a su desestructuración, no sólo por la muer-
el suicidio. Según datos del Instituto Nacional de Esta- te de un hijo sino por cualquier otra desgracia.
dística en España (2006p-2001c), se produce una tasa El escritor, poeta y político revolucionario cubano
de mortalidad de 2,482 de menores de 20 años por José Martí (1853-1895), dolorido por el fallecimiento de
1.000 fallecidos de la población general, con un valor su adorada hermana Ana (en 1875, en plena juventud), 389
absoluto de 3.645 muertes, correspondiendo los mayo- escribe un mes después el poema Mis padres duermen,
res picos a los menores de un año (1.813) y a los ado- donde imagina cómo ellos sienten a la hija muerta:
lescentes entre 15 y 19 años (923). A partir de estos
datos se puede tener una aproximación al impacto [...]
cuantitativo del duelo por menores en las familias espa- Ellos la oyen gemir, con ese extraño
ñolas, entendiendo que la familia supone un duelo oído paternal que oye y escucha
multiplicado. más allá de las tierras del engaño
En efecto, es infrecuente que el duelo por la muer- donde el espíritu con el cuerpo lucha.
te de una persona se reduzca a un ámbito individual. ¡Ellos saben la voz que se levanta
Casi siempre afecta a varios sujetos, pertenezcan a un en los misterios de la noche breve
mismo grupo o no (Figura 9). Tal duelo se revela de y conocen el árbol en que canta
distintas maneras e intensidad y con diferentes tiempos y adivinan la rama en que se mueve!
o ritmos en cada deudo. Precisamente esta falta de sin- ¡Ellos la ven de la apartada huesa
cronía se hace más manifiesta en grupos nucleares, que alzarse blanca, embellecer la vida,
funcionan como una urdimbre afectiva, como un entra- y sienten el instante en que los besa,
mado; por ejemplo, en un grupo de amigos del falleci- y en que en su corazón está dormida!
do, pero, sobre todo, en la familia. Tal arritmia puede [...]
ser tan conflictiva en ocasiones que conduzca a la diso-
lución de la estructura relacional implicada. Pero, ateridos por su vivencia, cada uno de los pa-
No cabe pretender, pues, que cada miembro del dres, en un borde de la cama que empareja, pudiera ser
grupo viva y sienta de la misma manera la muerte del que en la mayor soledad la callen.
niño, pero es muy importante que comprenda y respete Porque el retraimiento es el riesgo más común en
la de cada uno y le ayude en lo posible. Esto es difícil no los padres dolientes. Se justifica principalmente por dos
pocas veces, y entonces se necesitaría ayuda de otras motivos: para no cargar o preocupar al otro, o para no
personas o de profesionales. sentir la incomprensión o la diferencia de actitudes del
El duelo por el hijo es un duelo entramado, más cónyuge. Esta retracción, a veces interpretada como
que ningún otro; es un duelo de familia y en familia: el frialdad, indiferencia o falta de sentimientos, es más
de la madre, el del padre, el de cada uno de los herma- frecuente en el padre varón, lo que ha llevado a otra
nos, el de cada uno de los abuelos…, entrecruzándose y conclusión errónea: la de que el duelo de dicho padre
dando lugar, a menudo, a desajustes, críticas, repro- es menos intenso o más pasajero. Hay muchos duelos

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—a veces los más intensos— que se ocultan, se apartan


o se reprimen. Por ello, no hay que olvidar ni dejar en
segundo plano a los padres varones a la hora de encarar
el duelo de una pareja por un hijo.
Una madre doliente decía: “Ahora ya ha pasado el
tiempo [de la muerte de su hijo]. Mi marido y yo vivi-
mos cada uno nuestra pena de manera diferente. Es di-
fícil estar unidos. Ante el dolor, se está solo. Él se rebela
o se hunde, rechaza el porvenir porque lo siente como
una traición”. Y este desencuentro puede producirse a
cualquier edad del hijo muerto.
Otro punto de alejamiento importante en estas
parejas es la desarmonía sexual que se produce a menu-
do tras la muerte del hijo. Todo placer lleva su cuota de
culpa (o llámese de otra manera: desgaste, hastío, insa-
tisfacción o melancolía de todo lo que tiene un acmé y
es transitorio). Pero el placer sexual, que es de por sí un
placer especialmente culpabilizado, aun en las socieda-
des más permisivas, es sentido como una indecencia
ante el dolor de la muerte. Las madres de hijos muertos
nos confiesan esto, y sienten el deseo sexual de sus ma-
ridos como un egoísmo. Ellas necesitan, en ese tiempo
cercano a la muerte del hijo, más ternura que sexo. Y
también tienen miedo a quedarse embarazadas y pasar
de nuevo por la angustia de la pérdida de otro hijo. Por
el contrario, parece que los padres varones desean un
nuevo hijo que reavive a la esposa, que se la devuelva;
que les permita neutralizar sus ansiedades y sentirse
hombres capaces de nuevo. Figura 10. La Pietà de Lothka
Ahí está la madre. En su regazo, el hijo muerto. No es el Cristo, sino un niño.
390 No es Jesús ni es Belén. No hay cruz, alaridos ni sangre. Ha muerto poco a
poco, en la miseria terrible, en el olvido y el silencio de las muertes lentas. De
Duelo de madre hambre. Con e horror mayor de una madre: no poder alimentar al hijo.
Tras el duro tiempo que siguió a la ‘primavera de Praga’, el sacerdote de la
Iglesia de Nuestra Señora Reina de la Paz, situada en el barrio Lhotka de Praga,
Hay en el duelo por el hijo vivencias íntimamente encargó al artista checo Karel Stádník que tallara un Vía Crucis en el que el
sufrimiento de Cristo se reflejara en el de los hombres. El resultado fueron
específicas del ser-madre (Figura 10). catorce piezas, realizadas entre 1973 y 1975, en resina artificial. Representan
Dice la poeta gallega santiaguesa Rosalía de Castro una a una las estaciones del dolor de la Pasión cristiana que sufren muchos
(1837-1885), en uno de los poemas de duelo que dedi- seres humanos de hoy y sin cesar a lo largo de la Historia, en espera de una
Redención (que no Revolución) aún pendiente.
ca, en 1863, a la madre muerta:

  ¡Ay! Cuando los hijos mueren, Juan José en Testimonio materno (1985)42. En pocas lí-
rosas tempranas de abril, neas es capaz de expresar todos y cada uno de los ele-
de la madre el tierno llanto mentos de un duelo y, al mismo tiempo, su condensa-
vela su eterno dormir. ción en una sola vivencia totalizadora y sin etapas, pues
  Ni van solos a la tumba, las etapas, con las que a menudo ya hemos visto que se
¡ay!, que el eterno sufrir constriñe el duelo, obedecen a una estrategia más bien
de la madre sigue al hijo didáctica. Es significativo el hecho de que, en esta obra
a las regiones sin fin. de su duelo, Elena habla casi exclusivamente de su hijo
[…]
42  Testimonio materno es un denso libro diverso, en don-

En su libro testimonial La agenda de los amigos de la escritora y madre realiza un minucioso autoanálisis de su due-
muertos (1998), dice la periodista Raquel Heredia, a lo por el hijo muerto cuando éste apenas contaba veinticinco años
propósito de la dramática vida y muerte de su hija: (1952/14‑11‑1977). En él se ve cómo trata por todos los medios de
comprender la tremenda vida de su hijo drogadicto y su extraña muer-
te, atropellado cuando deambulaba por una carretera, al parecer sin
Supe que sobrevivir a un hijo es el peor de los rumbo fijo. No se pudo determinar con evidencia que fuera accidente o
castigos y que el tiempo, en lugar de atenuarlo, lo hace suicidio, aunque ella tenía la plena seguridad: “Yo sé bien que mi hijo se
más insoportable. suicidó”, con esa convicción especialmente difícil de asumir al aceptar
el suicidio de un hijo. Hace al par un análisis de su propia vida y la
de su familia. Es un libro donde, paso a paso, Elena va vertiendo una
Apelo aquí a la lúcida y terrible descripción feno- mezcla de amargura y de lucidez, de lo que ella ya sabía y de lo que va
menológica que la escritora fuentidueñera Elena Soria- descubriendo. Es un documento único, estremecedor y de gran valor
no (1917-1996) hace del duelo por la muerte de su hijo psicológico debido a su sinceridad y crudeza.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

y ella, como si hubieran estado los dos solos en el mun- Útero-tumba


do, refiriéndose poco al padre y al resto de la familia. Es
el suyo un duelo remitido a su intimidad; en efecto, Hemos hallado, tanto en la experiencia clínica co-
como un parto al revés: mo en la indagación poética y literaria, que, en los due-
los de las madres, el hijo muerto se interioriza como si
Vengo atravesando en estos meses las fases más se diera un regreso a aquella primera relación simbióti-
diferentes, todas cruelísimas, del sufrimiento humano: ca de los dos en uno, cuyo paradigma real fue la viven-
estupor, incredulidad, rebeldía, desesperación, dolor, cia uterina.
pena, angustia por su ausencia, necesidad de su pre- Lo intuye la poeta y escritora alcalaína Susana Mar-
sencia, ansia de una señal de su existencia en algún ch (1918-1991), considerando a su hijo en Tres poemas
lugar, tentación de buscarlo en el trasmundo con mi al hijo (de El viento, 1951); de ahí estos versos en los
propia muerte... Y cuando llego al límite, mi instinto de que, incluso muerta, la madre se ve siempre como rega-
conservación protesta y me hace buscar algo que me zo o cuna del hijo:
alivie y como no lo consigo leyendo, oyendo música,
mirando la televisión, me tomo con prisa una buena […]
dosis de un narcótico [...] Me dicen que todo tiene que Irás siempre conmigo como un gozo,
ser así, que luego me vendrá una pena cada vez más como un dolor tal vez... Y cuando mueras,
suave y por fin una resignada melancolía, una confor- tu muerte yacerá sobre la mía.
midad que unos llaman cristiana y otros estoica. Pero Reposarás en mí, niño y dormido,
nadie me dice que alguna vez alcanzaré el olvido. Y sin siempre tu almohada yo, siempre tu cuna.
olvido no hay posible alivio. Comprendo, entonces, a
Más aún: es como si el hijo muerto, fuera cual fue-
los toxicómanos y a los suicidas. Y sé que jamás seré ni
se su edad, regresara al interior del cuerpo materno, al
lo uno ni lo otro. Porque más fuerte que todo, siento en
útero mismo, convertido en tumba. Y esta vez no como
mí el abominable instinto de vida.
intuición, sino como vivencia cierta, lo atestigua con
Nunca fui envidiosa de nada ni de nadie: ahora
claridad impresionante de nuevo Elena Soriano:
me estoy volviendo una gran envidiosa, en el puro sen-
tido teológico. Literalmente “siento tristeza del bien […] Soy incapaz de apartarme un minuto de mi
ajeno”, de un bien concreto: ¡tener fe en la otra vida de hijo muerto hace ya casi ocho meses, porque sé que mi
los muertos! gravidez de él ya nunca llegará a término, nunca cul- 391
Pienso que mi hijo, su ser esencial, su inteligen- minará en un feliz alumbramiento liberador, y confieso
cia, sus sentimientos, sus potencias del alma, se esfu- que, aunque quisiera matarlo, nunca podré, y su peso,
maron al morir y que hoy es menos que una hormiga la gran piedra dura que llena mi vientre, permanecerá
o un escarabajo vivos, que es exactamente igual al fó- en él mientras me quede vida.
sil de un animal muerto hace millones de años. Lo [...] Apago la luz y me acurruco sobre el costado
creo así y, al mismo tiempo, no puedo aceptarlo. Mi derecho en postura fetal y dentro de ese regazo acomo-
sufrimiento inmenso es no creer y no admitir mi des- do dulcemente la nada de mi hijo, la estrecho tierna-
creencia. Sobre mí pesan toneladas de fe ancestral en mente contra mi pecho, la beso, le susurro palabras
la vida eterna.43 confusas y me hundo poco a poco con él en su propio
no‑ser.
43
  El existencialismo traspuso las fronteras del pensamiento fi- […] Aspiro a proseguir la vida rutinariamente,
losófico impersonal y neutro para entrar en lo más candente del subje- en triste paz. Pero, con frecuencia, me toma una espe-
tivismo entendido como reflexión biográfica y autobiográfica sin tapu-
jo. Los psiquiatras (Freud a la cabeza, y los psiquiatras existencialistas
cie de vacío físico y mental, con un helor profundo y
más conspicuos —Jaspers, Binswanger, Medard Boss, entre otros–) y escalofriante, que me recorre de pies a cabeza, cuando
psicólogos (Piaget, el más significado) han sido los primeros en hacer “realizo”, o sea, hago real el “no‑ser” irreversible de mi
doctrina de entendimiento del ser humano a raíz de la profundización hijo, la aniquilación absoluta de su espíritu, la putre-
minuciosa de su comportamiento, de su evolución y de su biografía clí- facción indudable de su cuerpo.
nica. Filósofos existencialistas y preexistencialistas (Kierkegaard, Sartre,
Camus, Marcel, Unamuno, etc.) han dejado de ser los filósofos típicos y
Ahora el conocimiento, o, acaso mejor dicho, el
han desdibujado las fronteras de la filosofía, derramándola en la novela, preconocimiento, de la muerte me invade varias veces
la creación teatral, los diarios personales, los artículos de la vida cotidia- al día, sobre todo al despertar por la mañana. Es una
na en la prensa… En ellos, moral, política y filosofía van de consuno. sensación muy difícil de explicar, completamente
El debate sobre el valor filosófico de la autobiografía está abierto desde inefable. No es el tremendo dolor de una pérdida; no es
hace ya un tiempo. Diré que, por sí misma, la (auto)biografía no es
filosofía, pero sí lo es la filosofía (auto)biográfica. Porque todo lo huma-
la insoportable nostalgia de una ausencia; no es la des-
no está en un hombre (como presente o como no-presente, que no es esperación ante un hecho irreversible. Aunque partici-
ausente, sino no realizado), igual que en cada niño está todo el Hombre pe de todos esos y de otros penosos sentimientos, el
y en cada hombre está todo el Niño. La cuestión radica, a mi modo de núcleo de este saber la muerte —su muerte— es otra
ver, en no errar el método de reflexión, es decir, en saber elevarse del cosa; es una experiencia, instantánea como un rayo,
reducto partiendo de él. Como se verá, aquí utilizamos con largueza tes-
timonios biográficos y creaciones poéticas que surgen de la inteligencia
que abarca, sin embargo, la eternidad —el antes y el
del dolor, cuando éste, en lugar de abotargar u obcecar, conduce a esa después infinitos— y que me produce una especie de
lucidez que es clarividencia en la penumbra. vértigo fugacísimo pero tan profundo e intenso que, si

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durase más de unos segundos, creo que me causaría la ¡Oh madre! Si en el alma está despierta
muerte real. Mientras dura, siento que en mi cuerpo se la imagen de un amor que no perece,
produce un vacío total —la nada—, y luego una olea- no es ya verdad que el alma tengas muerta:
da de fluido helado lo invade entero de pies a cabeza. ¡El sol de este dolor nunca anochece!

Ese frío, ese helor… Lo constataremos como una Hago hincapié en lo que dije: para la madre —es-
sensación frecuente en estos casos, y en aquellos en los pecialmente—, el hijo o la hija tendrán siempre en su
que la persona se enfrenta directamente con la muerte. memoria la edad de los recuerdos. Será bebé si así lo
Una variante del útero-tumba sería la herida del se- evoca, o será escolar o adolescente, o joven adulto, se-
no, que la poeta cubana Luisa Pérez de Zambrana gún la edad del recuerdo que ella recupere. Está en ella
(1835-1922) menciona en uno de sus poemas (Casuís- con todas las edades, y en todas ya dentro de ella.
tico, apartado 4.1) sobre la inmensidad de la herida in- Dicho todo esto, en la Casuística (apartado 5) re-
visible de su seno por la muerte de sus tres hijas. cojo el caso del duelo de una mujer por una hija que no
El regreso del hijo muerto al interior de la madre era biológicamente suya. No es un guiño provocador.
es intuido también por los poetas varones. Lo descubre Es un ejemplo que revela que se dan en las madres
un joven oxomense, Dionisio Ridruejo (1912‑1975), de adoptivas muchas de las vivencias del duelo de las ma-
vuelta de la campaña militar en Rusia con la División dres biológicas por sus hijos, aunque no despejo la du-
Azul, al dar el pésame a la madre del compañero que no da de si, dado el caso, en esas madres adoptivas se pro-
regresó, en el poema Ante la madre de un camarada duce igualmente la vivencia del “útero-tumba” o del re-
muerto, con los siguientes versos: torno vivencial del hijo muerto al útero materno.

Vengo sin él [...]


Lo miro con tus ojos. Sí, lo veo; Duelo de padre
era el más puro, el solo;
era tan niño como tú lo llevas Insisto en la prudencia y delicadeza con la que hay
de nuevo en las entrañas. que abordar el establecimiento de un perfil diferencial
[...] específico entre lo que siente un padre y una madre en
el duelo por su hijo pequeño. Esto comporta el riesgo
O el malogrado poeta cántabro José Luis Hidalgo de sesgar o sectorizar la percepción del dolor en uno y
392 (1919-1947) (el del insuperable poemario Los muertos, en otro, y de ocuparse más en la ayuda o comprensión
1947), en sus versos A la madre de un amigo muerto, de del uno que del otro, en la que habitualmente se presta
los que selecciono éstos: menor atención al varón porque parece que lo necesita
o lo demanda menos.
¡Cómo bramó tu madre contra tu cuerpo muerto! Tomemos preferentemente los posibles caracteres
Se arrojó de su vida al fondo de tu fosa, diferenciales en este asunto como roles en la sistemática
[…] del funcionamiento social de la familia de nuestro tiem-
Lo mismo que tu vida así parió tu muerte po. Si en el caso de la madre doliente estamos más segu-
[…] ros de la fuerza y la frecuencia de ciertas vivencias, so-
Ella murió tu muerte. Nadie en el mundo, nadie mos menos contundentes en ellas con respecto al padre.
amó tanto tu cuerpo cuando en él ya no estabas. Como iremos viendo en este trabajo, no faltan varones
con una afectividad y un imaginario que se podrían cali-
Y hay el dolor en el alma y la muerte del alma. ¿Qué ficar de “maternales”, si bien en ellos hay mucho mayor
es la muerte del alma? ¿Cómo se siente ese dolor y esa pudor y reserva a su expresión directa que en las ma-
muerte? Los más graves enfermos de depresión no em- dres, porque social y culturalmente parece que ése es un
plean esas denominaciones para expresar lo que sien- terreno que hasta ahora les era vedado. Igual cabe decir
ten, si es que aún tienen interés anímico para hacerlo. de las madres en cuanto a los roles no atribuidos a ellas
Dicen que se sienten muertos. Pero no del alma. La ma- sino a los padres varones, si bien creo que en este aspec-
dre del poeta y revolucionario José Martí, en carta en- to ellas han ganado más terreno que ellos en el otro.
viada después de la muerte de la hermana de éste, le Por los datos que vamos recogiendo, parece que,
decía: “Y es que mi alma está muerta, hasta que le llegue con frecuencia —y en especial en ciertos casos—, lo
al cuerpo su hora”. He oído lo mismo, o en similares padres varones experimentan la terrible culpa de no ha-
términos, a otras madres44. Pero el poeta cubano le de- ber sabido proteger o salvar al hijo muerto. Esto es espe-
vuelve carta a su madre en versos: cialmente claro en accidentes de coche que ellos condu-
cen, y en los que muere algún hijo. También veremos un
44  Leo en un blog de México: “La semana pasada asesinaron a caso de este tipo en Casuística (apartado 7.1).
otra niña, y otra familia quedó con el alma mocha. ¡No basta pedir Para el padre, el hijo muerto (y más aún si el hijo
perdón a los familiares de la victimas! El perdón no se pide, se gana con es varón, aunque ya menos) parece vivirse como un
justicia”. Mocho se dice de aquello falto de la debida terminación, mu-
tilado. La escritora y poeta bogoteña Clara Bella Ventura (1952) escribió
proyecto común perdido, un negocio de vida fracasado,
una novela titulada Almamocha, para llamar también así a los padres una ruina sin remedio, una castración del nombre (del
que pierden a un hijo. nombre del padre), especialmente cuando no hay otros

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

hijos, o los que quedan no cubren las expectativas del


padre, o éste las concentró en el muerto en detrimento
de los otros (Figura 11). También hemos constatado
más veces en el padre varón la vivencia de muerte del
hijo pequeño como rotura de un vínculo con la pareja,
una isla de silencio y de muerte (espacio melancólico)
en la relación con su mujer (temiendo que sea
ya‑más‑madre o sólo‑madre), donde él, el padre, se ha
hecho extraño, un intruso, y es como un náufrago que
tendría que salvarse abandonando el barco.
A lo largo de estas páginas tenemos ocasión de re-
venir y matizar sobre este particular, con historias y co-
mentarios. Y en la Casuística aparecen salpicados casos
de padres en duelo.

Duelo por el hermanito

No pocas veces he descubierto el duelo soterrado


de unos padres por un hijo pequeño muerto cuando
han venido a verme con el pretexto de consultar por
conductas de duelo en un hermano o hermana del falle-
cido. En realidad hacían una proyección de su propio
duelo en el hijo que me traían.
En el caso de los hermanos del pequeño muerto,
comprobamos reacciones típicas y habituales que se
vinculan directamente, por un lado, con el hermano
muerto y, por otro, con el duelo de sus padres.
En el primer apartado, es decir, en el de las reac-
ciones propiamente debidas al duelo del niño por su 393
hermano difunto, hallamos casi siempre, con mayor o
menor intensidad, un cierto desasosiego, o a veces neta-
mente culpa, que tiene su origen en los sentimientos de
celos y envidia dirigidos hacia aquél estando en vida
(sobre todo si era más pequeño), que se manifestaron
en agresividades o agresiones reales y que se acompaña-
ron de pensamientos y deseos de muerte. El pensa-
miento mágico les lleva a creer que el fallecimiento del
hermano está relacionado con esas malas ideas.
Si el muerto es el hermano mayor, sentirá aflictiva-
mente su pérdida si era su protector o su compañero de
juegos, su cómplice. Si, por el contrario, era un herma-
no déspota o despectivo o aprovechado, se sentirá libe-
rado, no sin un vago sentimiento de culpa, y en ocasio-
Figura 11. Bramó en vacío...
nes con terror por miedo de que venga del más allá para Figura en duelo XV (Mónica Yoguel).
atacarle o querer llevárselo.
Heredar pertenencias del hermano desaparecido,
como su habitación, sus juguetes o incluso ropa, puede He conocido casos, en entornos sociales muy pri-
crearles ambivalencias, en el sentido de alegrarse por marios, en los que alguno de los niños, hermanos del
ello y al mismo tiempo sentir que no está bien ese con- pequeño muerto, se convertía en el médium de éste, en
tento; o también temor, como si esos objetos del falleci- una más que posible acción inductora de la familia.
do pudieran ser peligrosos y le contaminaran o llevaran Esos niños decían ver al hermanito desaparecido, ha-
en sí la muerte. blaban con él, aseguraban querer ir a su encuentro. Por
En niños más sensibles, la muerte de un hermano les lo común, para que cesaran esas visiones bastaba con
desencadena el miedo de la propia muerte, como si el poner en práctica medidas simples (aireación del am-
pensamiento latente fuera: “Ahora me toca a mí”. No es biente enrarecido del teatro del duelo, alejamiento tran-
raro que estos chicos presenten pesadillas, en las que con sitorio de su entorno, etc.), aunque a veces hemos visto
frecuencia aparecen personajes malvados que les persi- llevar a cabo una terapia calcada al exorcismo (rituales
guen y quieren secuestrarlos o matarlos, aunque sólo ex- casi chamanísticos), con el éxito que no habían conse-
cepcionalmente los identifican con el hermano muerto. guido terapias serias (Casuística, apartado 7.2).

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

En ocasiones, por el contrario, los hermanos del En general, bastan unas sesiones con el niño para
muerto se sienten incómodos con el largo duelo del que éste se tranquilice. Deben ir siempre acompañadas
padre o de la madre y ajenos a él, por lo que a veces son de entrevistas paralelas con los padres, que se hallan
recriminados como faltos de sentimientos. En casos ex- demasiado centrados en su dolor como para apercibirse
tremos, el hijo muerto se convierte para la madre en el de la inquietud de sus otros hijos, o para actuar adecua-
hijo único, en el dotado de toda clase de excelencias. damente con la personalidad de cada uno de ellos, y
Una vez un niño me suplicó en la consulta que le dijé- muchas veces es suficiente con hablar de la situación
ramos a su madre que dejara de pensar todo el tiempo para que caigan en la cuenta y ellos mismos encuentren
en el hijo muerto y que se ocupara más de él y de sus la mejor forma de actuar según sus propias posibilida-
otros hermanos vivos. Otras veces, sin saberlo, un niño des. Por otra parte, en los encuentros con el niño, se le
porta el peso del duelo de un hermanito anterior, que facilita la aclaración de algunas de sus inquietantes
murió sin él conocerlo45. Tal fue el caso de Héctor. creencias y se da curso a la expresión de sus temores,
Héctor llegó al Servicio de Paidopsiquiatría del pensamientos mágicos y culpas, que están inconscien-
hospital con unos diez años. Era hijo único, porque su tes en ellos o que, si son conscientes, no se han atrevido
hermano murió con sólo cuatro días, antes de que él a manifestar.
naciera. El bebé padecía un grave síndrome de malfor- En la Casuística (apartado 7) presento varios casos,
mación, del que la madre se culpa por haber ido a tra- y dos de ellos (7.2 y 7.3) son ejemplos antitéticos de
tarse de su esterilidad a un acupuntor que le “metió” reacciones a la muerte de un hermanito: el de Mari Car-
también rayos láser, y la madre —no sé si ya de an- men, a la que traté cuando contaba seis años, y el de
tes— andaba por la vida como sonámbula, portando Adrián, cuando tenía cerca de diez. El primero de ellos
un dolor frío y terrible, destilando frases como ésta, de es un notorio ejemplo de duelo integrado y animado en
crudeza —no sé si de lucidez— apabullante: “No pue- el mundo psíquico, intelectual, emocional e imaginario
do definir lo que me ha pasado. Pienso a veces que no de la niña desde una edad muy temprana, con orques-
fue a mí a quien le pasó, quizá sea una defensa... El tación familiar. El segundo ilustra una llamativa ausen-
[otro] hijo [aun estando muerto] crecía como si fuera cia de toda reacción mental y afectiva en un niño que,
una realidad. Desde hace un par de años, Héctor ha ido casi con siete años, había sido el primero en descubrir a
ocupando ese espacio, y ahora ha sustituido al otro to- su hermanito muerto en la cuna con un año de edad.
talmente... Quizás este hijo encubre mi necesidad con En ambos, se trataba de un síndrome por muerte súbita
respecto a la falta del hijo anterior”. Esta madre veía del lactante y de reacciones absolutamente opuestas a la
394 (literalmente) moverse por la casa y crecer a su hijo muerte del hermano.
muerto, a costa de Héctor, su hijo vivo, y sólo mucho
más tarde le dejó recuperar su identidad (“espacio” lo
llama ella), que había hecho suplantar por el hijo Duelo por el nietecillo
muerto.
Muy a menudo, la aparición de síntomas en el ni- No conocemos estudios que aborden con suficiente
ño es el indicador de una reacción a la muerte del her- enjundia la reacción de duelo por la muerte de un niete-
mano, sea como expresión del duelo que opera en su cillo. Tengo la impresión de que podría ser la que se
interior o por el citado cambio de actitud de los padres. tendría por un hijo, pero con la diferencia de la mayor
Dichos síntomas no son específicos, y corresponden a edad del doliente, determinando una superior experien-
uno o varios de ese cuadro general que suele darse en cia y resignación para afrontar la desgracia, y de la au-
los niños cuando algo les va mal y no lo cuentan: tras- sencia de sentimientos de culpa por el hecho de no tener
tornos del sueño, irritabilidad, problemas de comporta- habitualmente responsabilidades directas en la educa-
miento, bajón en los rendimientos, inestabilidad del ción de los nietos. Otra situación es la de aquellos abue-
estado de ánimo, entre otros. Pero cada edad o cada los a los que los padres de los niños les confían, por ra-
sensibilidad personal, sin ser determinante, tiene pre- zones laborales, gran parte de la crianza de los peque-
disposición a la aparición de unos ciertos síntomas ños, situación que es menos frecuente en nuestra socie-
reactivos, no existentes inmediatamente antes: dolores dad española de hoy. Sí creo que la muerte de un nieto
en el ocaso de la vida de sus abuelos acentúa esa cierta
abdominales, enuresis secundaria, miedos, rabietas,
natural melancolía de la edad, con el riesgo de teñirla de
etc., en los más pequeños o más infantiles; en los de
desesperanza. Hemos comprobado a menudo, por otra
edad media, problemas escolares, cefaleas, trastornos
parte, la importante posibilidad de consolación mutua
del apetito, etc. En el adolescente predominan con mu-
entre la madre del niño muerto y su propia madre.
cho la aparición o reactivación de conductas airadas,
Una vez más tendremos que hacer hincapié en la
desafiantes, provocativas…, como una reacción de ra-
soledad o en la incomprensión en la que se mueven los
bia contra la “cabronada” de la muerte, como decía uno
varones que pierden a un ser muy querido, sobre todo
de ellos, o “esto es una mierda”, que mascullaba otro.
cuando no manifiestan su dolor, lo que es interpretado
45  Es lo que he denominado en otra parte vida de duelo, dentro
como ausencia del mismo o como fortaleza. Hemos
del cuadro de los duelos malignos, que se apoderan del sujeto condi-
visto estallar en sollozos y llorar a abuelos varones a
cionándolo absolutamente sin que él lo sepa (El valor de vivir - Elogio y poco de habernos acercado a sus sentimientos sobre la
razón del duelo, 1999). pérdida del pequeño.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

En la Casuística (apartado 3.2) aportaré el grave murió de muerte violenta o destructiva, donde intervino
duelo que sufrió el mismísimo Freud a la muerte de su de forma decisiva o única la maldad humana, agravada
nietecillo Heinele. también por la ausencia de conmiseración de parte de
aquellos que deberían haber mostrado consideración
por dicha desgracia. Nos referimos a ciertos casos de
duelo por suicidio y, en particular, al desencadenado por
DIFERENCIAL DE DUELO Y muerte criminal o violenta de seres muy queridos (por
DEPRESIÓN guerras, masacres, terrorismo, o por asesinato con tortu-
ras y violación, especialmente cuando se trata de una
En la mayoría de los duelos se producen vivencias hija), donde queda patente la sinrazón y la inhumani-
que entran en el catálogo de síntomas de la depresión dad. En el duelo imposible golpea el odio intenso contra
mayor46. Los autores psiquiátricos consideran que la los autores o las circunstancias que produjeron la muer-
diferencia no viene dada tanto por la naturaleza intrín- te del ser perdido. Hay en él una herida abierta, sangran-
seca de tales síntomas, sino por su intensidad y dura- te, continua, tan lacerante años después como el primer
ción. No hacen hincapié, sin embargo, en la manera día en el que se produjo el drama. El muerto permanece
como inciden en el funcionamiento e integración de la eternamente vivo —sin enterrar—, reclamando vengan-
persona en su vida diaria47 y en la calidad de los cam- za en el doliente. Éste se halla inmerso de manera confu-
bios que un trauma tan impregnante introduce en el yo sa en un mundo de rabia extrema y de sentimientos de
de la misma. culpa terrible, con intensos deseos de cumplir la ven-
En el capítulo de la Casuística (apartado 6) tendré ganza, a menudo irrealizable. Muchas guerras, matanzas
ocasión de confrontar “duelo” versus “depresión” en dos y asesinatos y muchos odios tienen su origen en duelos
padres varones, eminentes escritores (uno, el gran poe- imposibles (individuales y colectivos), y dan a su vez
ta argentino Baldomero Fernández Moreno, y otro, el lugar a otros imposibles duelos, como una cadena sin
escritor Francisco Umbral), cada uno de los cuales per- fin, en una diabólica historia de nunca acabar. Se ha
dió a un hijito varón. calculado que el número de muertes causadas por el ser
humano sobre sus semejantes es de unos cien millones
(entre 80 y 150) en el siglo XX (según El Libro de los
Duelo imposible Muertos del Siglo XX, 1971, de Gil Elliot).
A veces se da, paradójicamente, duelo imposible
He llamado duelo imposible48 a aquel que lleva tanta con respecto a la muerte de una persona que hizo mu- 395
carga de representación dolorosa y destructiva, y, sobre cho daño, sobre todo en la medida en que el afectado
todo, se ha producido en circunstancias tales que hacen en cuestión dependía de ella (por ejemplo, en la infan-
imposible poder elaborarlo. Queda como una catástrofe cia). Entonces el duelo no es en realidad por amor al
interior irremisible, irreversible. Permanece atascado, muerto, sino una especie de duelo por sí mismo. Es
en intensa fijación a alguna o algunas de sus expresio- decir, al desaparecer aquel que tanto dañó, se pierde
nes más dolorosas, sin posibilidad de evolución, y en (en el imaginario, en el inconsciente del damnificado)
contra de la voluntad del sujeto. “Desearía poder olvi- toda posibilidad de que tal individuo dañino hubiera
darme de todo esto pero no puedo”, decía una madre reparado, resarcido, pedido perdón por el mal hecho…,
en estas circunstancias, cuando pudo hablar de lo que o porque no se ha podido ejercer la venganza que se
sentía muy profundamente. hubiese deseado llevar a cabo, y el sujeto se ha quedado
Las casos más frecuentes de duelo imposible (o a solas con su gran odio, ya sin dirección hacia el agre-
muy dificultado) son aquellos en los que el ser amado sor. Pero es casi una ley de la gravedad psíquica (grave-
dad en el sentido físico de gravitación) que toda agresi-
46  DSM-IV-TR y CIE-10 dan los siguientes síntomas de depre- vidad que no se puede dirigir hacia fuera no es simple-
sión mayor, presentándose de pronto varios de ellos persistentemente mente que se quede dentro, es que se dirige de forma
desde al menos dos semanas antes: ánimo muy bajo, tristeza, llanto, agresiva hacia el propio adentro. De modo que la muer-
vivencia de vacío; muy acentuada falta de interés, de ilusión, de capaci- te del dañador nos está haciendo, incluso muerto, más
dad de placer; inquietud motriz o enlentecimiento físico; apatía, falta de
energía; sentimientos de inutilidad; sentimientos de culpa; dificultades
daño que antes. Esta modalidad de duelo imposible es-
de concentración; indecisión; falta o exceso de apetito y de sueño; pen- tá rayana con la patología y se produce sobre todo en
samientos repetidos de muerte, etc. ciertas personalidades, precisamente muy dañadas
47  Sólo atiende a criterios operativos, que generalizan refirién-
El duelo imposible podría encuadrarse en el duelo
dose a la condición de que tales síntomas determinen “deterioro social, crónico, pero en éste el duelo se está haciendo constan-
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo”.
48  Desconocía que en su libro de autoayuda How to survive the temente, de manera sutil, en la intimidad del sujeto, y
loss of a child: Filling the emptiness and rebuilding your life (1998), la psicó- se diría que el doliente no desea terminar su duelo, que
loga norteamericana Catherine M. Sanders se había referido de alguna en cierto modo se aferra voluntariamente a él para man-
manera en términos de “duelo imposible” (impossible grief) al proceso tener a su muerto dentro de sí, en el más vivo recuerdo;
de los padres que habían perdido a un hijo. En mi libro El valor de vivir duelo que al final transcurre casi de forma apacible,
(1999), definía el duelo imposible como una importante variedad de due-
lo que, siendo frecuente en el duelo de los padres, no lo limitaba a ese
configurándose de manera sintónica con la existencia.
ámbito exclusivamente, y que aquí desarrollo algo más, sin renunciar a Es un duelo de amor, aunque quizá contenga también
elaborar en su día el ensayo que en aquella obra anunciaba. mucho de narcisista.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Hay, sin embargo, un duelo imposible que no se como un “indicador de estrés” (estresor). Estudiando
halla determinado por una raíz de odio, sino de pena paralelamente dos series de padres, una integrada por
infinita, inconsolable. Ya hemos dicho en otras obras aquellos que habían perdido un hijo y otra que no, ha-
nuestras que así es el duelo que viven muchas madres llaron resultados en relación con la aparición de varias
por el hijo muerto. enfermedades graves, como el infarto de miocardio, la
El duelo imposible se vuelve verdaderamente ma- esclerosis múltiple y el cáncer de mama.
ligno o muy dañino en la medida en que cierra y encie- Es de común observación popular y clínica que el
rra al sujeto que lo sufre y le impide entregarse a la vida, estrés facilita la enfermedad, y en particular la cardio-
al amor de otros seres y a la libertad de nuevas expe- vascular, sobre todo el infarto de miocardio o patología
riencias. En ocasiones, este duelo se manifiesta median- coronaria. Pero quedan importantes interrogantes con
te el desencadenamiento de existencias alocadas, en respecto a cuáles son y cómo proceden tales factores de
sujetos que viven en constante peligro de muerte o de estrés, así como su actuación a corto y a largo plazo.
autodestrucción, como si echaran sobre sí mismos la Comparando ambos grupos de padres, los autores com-
revancha que no pueden alcanzar fuera de sí. probaron un incremento de riesgo de infarto de miocar-
Gracias a Dios da el poeta ovetense José García dio (ya fuese riesgo relativo, ya infarto mortal) en aque-
Nieto (1914-2001) en su poema 1936‑1939 (en Memo- llos que habían perdido un hijo, pero sólo a partir del
ria y compromisos, 1966), recordando su miedo de mu- sexto año de seguimiento, señalando que, dado que los
chacho en la guerra. Y gracias da, según nos parece, por grupos de padres eran lo suficientemente jóvenes, se
haberse salvado de lo que aquí llamamos el duelo im- podía descartar que ya hubiera en marcha un proceso
posible: ateroesclerótico avanzado o de base que invalidara los
resultados. Esta patología de aparición a largo plazo se
[…] basaría en la acción de los mecanismos de estrés sobre
Gracias, Señor, por haberme dejado sin heridas en el el corazón. La aflicción actuaría determinando efectos
alma y en el cuerpo, por haberme dado la salida fisiopatológicos sobre el sistema nervioso simpático, el
sin odio, eje hipotálamo-pituitario-adrenal y el sistema inmune,
por no tener lista de enemigos, ni lugares donde llorar por el y se pone de relieve a través de un aumento de la coles-
propio desamparo. terolemia, hipertensión arterial y ateroesclerosis con
necrosis, todo lo cual conduce al infarto de miocardio.
No fueron factores determinantes ni la edad del hijo
396 muerto (dentro de los límites de la muestra, claro está)
ENFERMAR Y MORIR DE DUELO ni el sexo de los padres, pero sí el hecho de que el hijo
muriera de muerte súbita. Estaban más expuestos a los
citados riesgos los padres solos, los de menor nivel edu-
Enfermedades físicas cativo y los que vivían en zonas apartadas.
Por el contrario, resultó inesperado el hallazgo de
Un equipo de investigadores de la Universidad una mayor incidencia de esclerosis múltiple en padres
Aarhus, de Dinamarca, liderado por Jiong Li49, ha lleva- que sufrieron la pérdida de un hijo, con riesgo de un
do a cabo un interesante seguimiento para indagar la 50% mayor (el 0,13% de la cohorte) que en la pobla-
influencia del estrés en el desarrollo de enfermedades ción que no había pasado por dicha situación (el
físicas y psíquicas, cuyos resultados vieron la luz en el 0,007%), y más del doble cuando la muerte del hijo
año 200350. Partiendo de la hipótesis de que la muerte había sido súbita o inesperada. Precisamente el hecho
de un hijo es el evento existencial más estresante en la de que dicha enfermedad desmielinizante (autoinmu-
sociedad danesa (pues la baja mortalidad infantil y ju- ne, crónica, progresiva, sin tratamiento específico), que
venil que se produce en ella hace que ese hecho sea más se da con mayor frecuencia en el adulto joven, sea rara,
inesperado), llegaron a establecer la muerte del hijo lleva a deducir a los investigadores que sólo el estrés
más extremo podría facilitarla, y tal estrés resultaría de
49
  The Danish Epidemiology Science Centre, Department of la muerte del hijo.
Epidemiology and Social Medicine, University of Aarhus (Denmark). Sin embargo, estos autores encontraron muy ligero
50
  Para ello recogieron del Registro de Estadísticas de Población incremento global de cánceres en las madres danesas
Nacional de Dinamarca todos los casos de niños y adolescentes menores que habían perdido a un hijo, atribuyéndolo más bien a
de 18 años que habían fallecido en un periodo de 16 años (entre 1980 y
1996 fueron 12.512, de los cuales pudieron tenerse en cuenta 12.072)
hábitos perjudiciales de vida inducidos por el estrés.
y de sus padres (contando cada uno de los dos por separado). Diseña- Por el contrario, no hallaron ninguna elevación en la
ron un estudio comparativo, relacionando éstos (entre 19.361 y 21.061 incidencia del cáncer de mama en ellas51. El trabajo del
sujetos) y aquellos progenitores que no habían sufrido tal trance (entre equipo de Li se enmarcaba dentro del gran interés y
293.745 y 295.540) (el abanico numérico que hacemos constar entre debate que ha suscitado en los últimos años la cuestión
paréntesis corresponden a las distintas muestras utilizadas por los mis-
mos autores en sus diferentes trabajos). Diseñada la cohorte, llevaron a
de precisar la relación entre el estrés y el cáncer.
cabo una prospección del estado de salud de ambas series de padres en
51  Cancer incidence in parents who lost a child. A nationwide study
los últimos 10 años (9,5 como media). Llegaron, como vamos a ver, a
resultados, algunos sorprendentes, en relación con enfermedades como in Denmark. Li J, Johansen C, Hansen D, Olsen J. Cancer: 95: 2237-42
la esclerosis múltiple, el infarto de miocardio o el cáncer de mama. (2002).

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Son de destacar las investigaciones realizadas por constatación admitiría la explicación de que, en los al-
equipos finlandeses52 y daneses53 con respecto al cán- tos niveles de estrés, la hormona movilizada por éste
cer de mama por la disparidad en las conclusiones, lo (cortisol) inhibiría la síntesis endógena de los estróge-
que se llama resultados “conflictuales”. El equipo lide- nos, los cuales son facilitadores del cáncer de mama, de
rado por Lillberg, mediante el estudio prospectivo de modo que el resultado final sería una disminución del
muestras de mujeres finlandesas (desde el año 1975 al riesgo de padecerlo55.
1996), hallaron dos tipos de situaciones en diferentes Existen varios estudios comparativos de meta-aná-
trabajos. Por un lado (en 2001), encontraron que un lisis de las diferentes investigaciones entre estrés y cán-
alto estrés diario, de la vida cotidiana, autopercibido cer de mama que son muy críticos con los resultados de
como tal por la población femenina escogida (valora- dichas investigaciones. Algunos56 llegan a la conclusión
ción subjetiva obtenida mediante cuestionario autoad- de que no hay una asociación global entre estrés vital y
ministrado por esas mujeres), no predecía la incidencia cáncer de mama, salvo quizá, y en escasa proporción,
de cáncer de mama en ellas. Posteriormente, en otra en alguna situación concreta (muerte del cónyuge). Ta-
prospección sobre el mismo tema (en 2003), hallaron, les debates y contradicciones impulsan, en cualquier
por el contrario, que la incidencia de eventos estresan- caso, la necesidad de llevar a cabo estudios que profun-
tes vitales, concretos, de mayor relevancia, como sepa- dicen en la naturaleza de los estresores, no sólo estadís-
ración conyugal, divorcio o pérdida por fallecimiento tica y epidemiológicamente, sino también antropológi-
de seres queridos (acaecidos durante los cinco años ca, social y psicológicamente, sin olvidar la dimensión
anteriores a la realización del cuestionario), sí se aso- cultural. Otra intuición popular que convendría inves-
ciaba a un incremento del riesgo de cáncer de mama. tigar sería la eficacia de la catarsis en los casos de estrés
Parecía, pues, que el estrés producido por un grave (que, en realidad, es lo mismo que decir ansiedad, agu-
acontecimiento de la vida, actuando por la vía negativa da o crónica), no restringida en exclusiva a la vertiente
de afectación del sistema inmunológico, facilitaba la emocional, sino a su valor preventivo contra enferme-
propensión a la aparición del cáncer de mama. Por el dades físicas y mentales, aplicable al duelo y en particu-
contrario, el estrés habitual de la vida cotidiana, aun- lar al que parece ser el más dañino de todos: el de la
que fuera alto, constituía, por la vía positiva, un factor pérdida de un hijo.
de protección contra el mismo. Como plantea el equipo danés, el estrés psíquico
En efecto, el equipo, dirigido por Nielsen, confir- tras la muerte de un hijo puede afectar a los padres por
mó claramente, en un riguroso seguimiento por niveles diferentes vías, a través de su sistema nervioso, inmu-
escalonados, que, en la medida en que previamente las nológico y neuroendocrino, generando cambios y tras- 397
mujeres habían percibido en sí mismas un mayor grado tornos fisiopatológicos que, a largo plazo, aumentarían
de estrés, disminuía el riesgo de incidencia de cáncer de la propensión a padecer enfermedades infecciosas,
mama54, y esta asociación aparecía de forma estable. Tal cánceres y patología cardiovascular. El estrés también
condiciona el estilo de vida: excesivo consumo de taba-
52  Stress of daily activities and risk of breast cancer: A prospective
co y alcohol, vida agitada o desordenada, etc. (como se
cohort study in Finland. Lillberg K, Verkasalo PK, Kaprio J, Teppo L, He-
lenius H, Koskenvuo M. Int. J. Cancer: 91, Issue 6, 888-893 (2001).
señala en la nota 55), que son los mismos factores que
Personality characteristics and the risk of breast cancer: A prospective facilitan notablemente el padecimiento de las citadas
cohort study. Lillberg K, Verkasalo PK, Kaprio J, Teppo L, Helenius H, patologías.
Koskenvuo M. Int. J. Cancer: 100, 361-366 (2002).
Stressful life events and risk of breast cancer in 10,808 women: a co-
hort study. Lillberg K, Verkasalo PK, Kaprio J, Teppo L, Helenius H,
Muerte de padres en duelo por
Koskenvuo M. Am J Epidemiol: 157: 415-23 (2003).
Sleep Duration and Breast Cancer: A Prospective Cohort Study. Ver- su hijo
kasalo PK, Lillberg K, Stevens, RG, Hublin Ch, Partinen M, Koskenvuo
M, Kaprio J., Cancer Res: 2005 Oct 15; 65 (20): 9595-600. El grupo El equipo danés de Olsen, Li y cols. abordó tam-
sigue investigando otros parámetros, como es, en este caso, el sueño. bién la posible relación entre la pérdida de un hijo y la
53  Self Reported Stress and Risk of Breast Cancer: Prospective Co-

hort Study. Nielsen NR, Zhang Z-F, Kristensen TS, et al. British Medical
subsiguiente mortalidad de los padres, estudio que no
Journal, Sept.10, 331: 548-550 (2005).
54  Se trataba de un estudio de cohorte prospectivo, basándose el de no-estrés. En cuanto a la frecuencia: en el grupo de estrés diario
en una muestra de 6.689 mujeres tomadas al azar de una población más hubo 21 casos; en el de estrés semanal, 40; en el mensual, 71, y en el de
extensa reclutada para un estudio del corazón en la ciudad de Copen- no-estrés nunca, 119 casos.
55
hague (Copenhagen City Heart Study) en 1976. En 1981-1983, las parti-   Pero hay que prevenir contra el posible argumento desafora-
cipantes elegidas cumplimentaron además un cuestionario en el que se do de usar el estrés como preventivo, ya que es insano por otros moti-
incluían ítems sobre la intensidad y frecuencia del estrés tal como éste vos (excesivo consumo de tabaco y alcohol, vida agitada o desordena-
era percibido por el sujeto. La muestra fue seguida en los siguientes 18 da, etc.). Algunos creen, sin embargo, que la intensa auto-percepción
años o hasta final de 1999, y se recogieron los casos en los que se había de alto estrés puede implicar una mayor mentalización para controlar
diagnosticado cáncer de mama en ese lapso de tiempo, es decir, en mu- efectos adversos y movilizar recursos para protegerse de éstos. Pero el
jeres que antes no lo padecían. Se compararon tales casos con los datos mismo Nielsen y cols. advierten que las consecuencias acumulativas del
de base relacionados con el estrés. En las 251 mujeres que padecían estrés serían, no obstante, perjudiciales para el normal funcionamiento
cáncer de mama primario, su relación con el estrés se distribuyó en los del conjunto del organismo.
56  The association between stressful life events and breast cancer
siguientes grupos por niveles. Con respecto a la intensidad de éste, en
el grupo que había señalado el mayor grado de estrés hubo 14 casos de risk: A meta-analysis. Duijts Saskia FA, Zeegers Maurice PA, Borne Bart
cáncer de mama; 44, en el moderado; 97, en el de grado ligero, y 96, en Vd. Int. J. Cancer: 107, 1023-1029 (2003)

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

se había hecho hasta entonces. Lo llevaron a cabo sobre Enfermedades psíquicas


la ya reseñada cohorte de población (recogida entre
1980 y 1996), comparando los 21.062 padres con un Otra derivación del duelo imposible es la produc-
hijo muerto menor de 18 años y los 293.745 que no ción de un fondo melancólico inaccesible a la terapia,
habían sufrido tal pérdida57. próximo a la locura o claramente determinante de una
Descubrieron que el fallecimiento de un hijo en enfermedad mental irreversible. Lo intuye en su dibujo
esas edades aumentaba el riesgo de mortalidad de los la niña Yayza, de once años, que representa a una mujer
padres. El tiempo transcurrido desde la pérdida resultó desmelenada, que dice cosas sin sentido, y la niña escri-
fundamental. La reacción más intensa se apreció en los be: “Está loca y nadie puede con ella porque su bebé se
meses posteriores a la muerte del hijo, con un pico de le ha muerto” (Figura 12).
mortalidad de ambos progenitores. Se desglosaron las También los poetas recogen ese trance de la locura
causas de muerte en dos bloques: las no-naturales materna. Así lo hace el mexicano Salvador Díaz Mirón
(principalmente accidentes y suicidios) y las naturales (1853-1928)59 en sus tres sonetos Cintas de sol (en Las-
(sobre todo, accidentes cardiovasculares y cánceres). La cas, 1901). En ellos, el apuntado fulgor romántico que-
desaparición de sus hijos por muertes súbitas, inespera- da velado, en implacables métrica y rima, por versos
das o no naturales (violentas, por accidente o por suici- barrocos de sentido críptico, algunos a la manera más
dio) resultó mucho más difícil de conllevar. Tanto en gongorina.
los padres como en las madres, la muerte, al poco tiem-
po del fallecimiento de su hijo, se debía sobre todo a I
causas no naturales (accidentes o suicidios). Pero las
madres aparecían claramente como más afectadas tanto La joven madre perdió a su hijo,
a corto como a largo plazo. Las que habían perdido al- se ha vuelto loca y está en su lecho.
gún hijo presentaban un 40% más de posibilidades de Eleva un brazo, descubre un pecho,
muerte en los 18 años siguientes que el resto de las mu- suma las líneas de un enredijo.
jeres, con dos características: que la muerte de esas
El dedo en alto y el ojo fijo,
mujeres al poco tiempo de morir su hijo se producía
cuenta las curvas que ornan al techo;
por causas no naturales, y, a su vez, que la muerte del
y muestra un rubro pezón, derecho
hijo por causas no naturales cuadruplicaba la posibili-
como en espasmo y ardor de rijo.
dad de que la madre falleciese al cabo de tres años,
398 mientras que, con el paso del tiempo (más de diez En la vidriera cortina rala,
años), las causas de fallecimiento eran predominante- tensa y purpúrea, cierne curiosa
mente naturales, como enfermedades cardiovasculares lumbre, que tiñe su tenue gala.
o cáncer58. Por su parte, los padres varones se vieron
mucho menos afectados, aunque también se apreció en Y roja lengua cae y se posa
ellos un pico de mortalidad inmediatamente después de y con delicia treme y resbala
la pérdida, que se estimó en casi un 60% superior al de en el erecto botón de rosa.
la población de control de padres varones que no ha- II
bían padecido esa pérdida. En ellos el riesgo de muerte
era sobre todo de causa no natural. Cerca el marido forma concierto:
En resumen, la muerte de un hijo afecta funda- ofrece al torpe fulgor del día
mentalmente a las madres a corto y a largo plazo, y desesperada melancolía;
tanto por causas no naturales como naturales. De todos y en la cicuta prueba el desierto.
modos, no debe olvidarse que estamos tratando de esta- ¡Ah! Los olivos del sacro huerto
dísticas y que desde una perspectiva inmediata, estric- guardan congoja ligera y pía.
tamente clínica, hay que contar con las peculiaridades El hombre sufre doble agonía:
individuales, es decir, las que separan a cada ser huma- la esposa insana y el niño muerto.
no y lo diferencian del perfil numérico de un colectivo.
Hay, sobre todo, dos circunstancias que ayudan a 59
  Salvador Díaz Mirón, de familia veracruzana de alta clase so-
los padres a soportar la pérdida de un hijo: la edad, cial, fue, como su padre, periodista y político, y uno de los más grandes
pues cuanto más jóvenes son esos padres, mayor capa- poetas hispanoamericanos, muy celebrado y traducido en vida. Se im-
cidad tienen de sobrevivir, y la existencia de uno o más plicó intensamente en la agitada historia de su México. En los periódi-
hijos vivos, especialmente si aún dependen de ellos, cos escribió artículos críticos, incendiarios. En la tribuna ejerció una
oratoria elocuente y mordaz. Dotado de un carácter orgulloso, pasional,
pues este hecho les obligaría a mantenerse vivos. colérico y beligerante, solía lavar su honor con sangre, con resultado de
muertes. Sumamente inteligente y dotado tanto para las ciencias como
57
  Mortality in parents after death of a child in Denmark: a natio- para las letras, optó por éstas, y especialmente por la poesía. Ejerció el
nwide follow-up study. Li J, Precht DH, Mortensen PB, Olsen J. Lancet estilo romántico, fue precursor del modernismo y desembocó en un
2003; 361 (9355): 363-367. depurado clasicismo recogido de Góngora y Quevedo. Publicó mucho
58
  Lógicamente, en la investigación sobre el aumento de morta- menos de lo que escribió. Reconoció como legítimo un solo libro de
lidad por causas naturales no se pudo constatar este dato hasta el final, poemas, Lascas, publicado en 1901, de una depurada belleza, nítida,
es decir, después de haber transcurrido un tiempo suficiente (al menos transparente, sin artificio, que bajo su limpidez de hielo esconde a me-
nueve años) desde el fallecimiento del hijo. nudo sutileza de ternura.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Permítaseme, en breves líneas, mediante el método


clínico-poético-psicoanalítico, procurar el desvelamien-
to de lo ocultado en estos versos culteranos, metáfora
de lo reprimido.
La joven madre está loca. Con su dedo dibuja jero-
glíficos, teje y desteje hilos de luz y reflejos, contornea y
cuenta curvas del techo. Está perdida en su vago imagi-
nario. ¿Espera que se revele rasgo o rastro del hijo ido en
algún haz o relieve de su bajo cielo? ¿O nada espera, y lo
que hace es pura y desmayada estereotipia? Ella ya no
mira si está medio desnuda. El lúbrico rayo, que la cor-
tina hace púrpura, es lengua erecta sobre el pezón abier-
to, roja sobre rojo. Aquí no hay sangre de niño muerto,
sino turgencia de deseos envenenados de un marido
desesperado en su desierto, doblemente agónico, por la
mujer y el hijo, más que el Señor Jesús en los Olivos. Y
el rayo de luz, que le muestra el cuerpo apetecido de la
esposa rota, le multiplica la tortura, y en cada gota de
lágrima la Iris divina le trae un mensaje de la muerte. Ay,
que el mismo poeta se denuncia y declara que no hay
poema que refiriendo el extraño dolor de la muerte, em-
belleciendo la podre y la desgracia, no haga sino envile-
cerlo, con canto insolente, jactancioso, irreverente, bus-
cando pompa y gloria del poeta profanador. Curioso
poema que en los dos primeros sonetos evoca y acopla
muerte, locura, sexo y desespero, y en el tercero se arre-
piente de contar la historia. Es decir, descubre el poeta
que es bastarda cualquier mirada que se cierna curiosa
sobre el dolor de la muerte ajena. Aviso a terapeutas.
399

Mercedes: sólo tres años de


recuerdos
Figura 12. En el dibujo de Una persona que no es normal, de Yayza, de once
años: “Está loca y nadie puede con ella porque su bebé se le ha muerto”.
Mercedes perdió, hace más de 20 años, un hijo de
tres, que padecía del corazón y murió de embolia cere-
Y no concibe suerte más dura; bral cuando se hallaba en espera de intervención qui-
y con el puño crispado azota rúrgica. Me contó lo siguiente:
la sien, y plañe su desventura.
Padecí una depresión y tomé medicamentos casi
Llora en un lampo la dicha rota;
dos años. Estuve unos meses como ida, no me enteraba
y el rayo juega con la tortura
de nada, no recuerdo nada de ese tiempo, lo que sé de
y enciende un iris en cada gota.
entonces es por referencia de otras personas. Me qui-
III sieron internar en un psiquiátrico, pero mi padre no lo
consintió. Empecé a salir adelante cuando nació mi
Así la lira. ¿Qué grave duelo
hija mayor, que ahora tiene 21 años; luego, a lo largo
rima el sollozo y enjoya el luto,
del tiempo, tuve dos recaídas. Creo que no era una
y a la insolencia paga tributo,
persona equilibrada. Si lo hubiera sido, no habría teni-
y en la jactancia procura vuelo?
do esa enfermedad; sí hubiese tenido tristeza por mi
¿Qué mano digna recama el velo hijo, pero no aquello...
y la ponzoña del triste fruto, No lo querrá usted creer, doctor. Recuerdo a mi
y al egoísmo del verso bruto hijo todos los días de mi vida. Se llamaba Jesús, y no sé
inmola el alma que mira el cielo? por qué todos le llamaban “Uti”. Hay fotografías de él
en casa... Yo he aprendido a vivir con su recuerdo, eso
La poesía canta la historia;
no es superable, pero no se lo cuento a nadie.
y pone —fértil en pompa espuria—,
En el colegio de mi hija me presentaron una vez a
a mal de infierno burla de gloria.
una madre que acababa de perder a su hijo de 21 años.
¡Es implacable como una furia, Yo le dije: “Le envidio, tiene usted más suerte que yo;
y pegadiza como una escoria, usted tiene 21 años de recuerdos de su hijo, yo sólo
e irreverente como una injuria! tengo tres”.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Estadísticas En el segundo grupo (psicosis, esquizofrenias) se


halló un aumento del 89% en las madres y del 76% en
Pero volvamos ahora a la otra cara de esta realidad los padres varones.
humana. Retomemos las investigaciones del equipo da- En cuanto al abuso de sustancias, las madres al-
nés de Jiong Li60 sobre el estrés. Trabajaron esta vez so- canzaron el 116% comparadas con las madres de la
bre una cohorte, también obtenida del Registro de Po- población de control, y los padres varones, el 43%, en
blación de Dinamarca, de 1.802.503 sujetos, nacidos comparación con dicha población de control.
entre 1952 y 1999, que tenían un hijo menor de 18 Esta situación de riesgo psiquiátrico persistía de
años de edad durante el tiempo en que se realizó el se- forma significativa especialmente para las madres, si
guimiento (1970-1999). Clasificaron como padres en bien con tendencia a la disminución, al menos durante
duelo a aquellos que perdieron un hijo a partir de la unos cinco años después de la pérdida, aunque el ma-
fecha del nacimiento de éste. Encontraron que esa pér- yor riesgo para ellas se producía en el primer año des-
dida presentaba un porcentaje de incremento del 67 pués de la muerte de su hijo. En cuanto a los padres
por ciento en el riesgo de desarrollar una patología que perdieron a más de un hijo, el riesgo se duplicaba
mental grave requiriendo hospitalización, con respecto entre los hombres y se triplicaba entre las mujeres. Las
a la población de padres no afectados por duelo. Eran edades del hijo fallecido y de los padres no influyeron
más vulnerables las madres, cuya probabilidad de in- en los resultados. Pero el riesgo de hospitalización psi-
greso psiquiátrico aumentaba en un 78% tras la muerte quiátrica de la madre disminuía con el aumento de hi-
del hijo, mientras que en el grupo de padres varones la jos vivos que quedaban en la familia.
proclividad a esta situación era del 38% con respecto a Ya conocíamos por experiencia clínica la frecuen-
la población de control (Tabla I). cia de aparición de alcoholismo o de abuso del consu-
mo de sustancias en dolientes con personalidad débil,
con inexperiencia para afrontar dificultades en la vida,
Tabla I.  Riesgo de hospitalización psiquiátrica en con escasa capacidad para cuidarse, etc., con el fin de
padres afectados por la muerte de un hijo ahogar sus estados de angustia, de desesperación y de
(porcentaje de incremento en relación con la desesperanza.
población no afectada)
Los autores reconocen que sólo se consideraron los
Todos los trastornos mentales trastornos psiquiátricos en régimen de hospitalización,
Madre 78% lo cual implica una importante limitación para conocer
400 Padre 38% el verdadero alcance de la patología psiquiátrica en este
sector de la población. Pero los resultados no dejan de
Trastornos afectivos
ser indicativos61.
Madre 91%
Padre 61%
Esquizofrenia Suicidio de padres en duelo por
su hijo
Madre 89%
Padre 76% Hay escasos datos internacionales sobre las tasas
Abuso de sustancias de suicidio en la población como consecuencia del due-
Madre 116% lo por los hijos. Y apenas se ha investigado sobre la po-
Padre 43%
sible influencia que las diferentes circunstancias de los
hijos ejercen en la determinación de suicidio de sus
padres, en relación y en el contexto de otros factores de
En cuanto al tipo de trastorno psíquico, se obtu- riesgo. Esto es lo que ha hecho también el equipo danés
vieron resultados en tres grupos: los trastornos del esta- al que nos estamos refiriendo62. El trabajo se basa en
do de ánimo (o trastornos afectivos, denominados tra- cuatro registros longitudinales de población de Dina-
dicionalmente depresiones), las esquizofrenias y el marca, que recoge 18.611 suicidios en individuos con
abuso de sustancias. edades comprendidas entre 18 y 75 años desde el 1 de
Con respecto al primer grupo, las madres presen- enero de 1981 al 31 de diciembre de 1997, y su compa-
taron un incremento del 91% de trastornos anímicos ración con una población control de 372.220 sujetos.
con relación al grupo de madres de control; los padres Se confirmó estadísticamente que la presencia de niños
varones, el 61%. El riesgo específico para los trastornos es un factor de protección contra el riesgo de suicidio
afectivos era de 1,91 y de 1,61 para las madres y los en los padres, y aún más cuando el hijo es pequeño,
padres en duelo, respectivamente.
61  Estudios anteriores ya habían demostrado que la pérdida de
60  Hospitalization for Mental Illness among Parents after the Death un padre en la niñez o de un cónyuge aumenta asimismo la probabili-
of a Child. Li J, Laursen TM, Precht DH, Olsen J, Mortensen PB. In: dad de presentación de una enfermedad psíquica.
Lancet 2003; 361: 363-367. In: N Engl J Med. 2005 Mar 24; 352 (12): 62  Li J, Precht DH, Mortensen PB, Olsen J. Parental suicide after

1190-6. La cohorte estudiada se extendía de 1970 hasta 1999, tiempo the expected death of a child at home. In: Mortality in parents after death
durante el cual se registraron 11.895 muertes de niños menores de 18 of a child in Denmark: a nationwide follow-up study. Lancet 2003; 361:
años, con sus 17.033 padres correspondientes. 363-7.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

siempre y cuando haya una buena situación socioeco- tos entre sus padres, y publicaban que, durante la en-
nómica, psíquica y de relación de pareja, siendo ésta fermedad del niño y tras su muerte, se daba el 70% de
una condición que influye mucho más fuertemente en problemas conyugales, el 17% de separaciones y el 5%
las mujeres que en los hombres. Sin embargo, los he- de divorcios (Binger et al., 1969; Spinetta et al., 1981;
chos cambian si, a pesar de tener niños, dichos padres Schuler et al., 1985). Pero éstos no eran datos unáni-
han padecido un trastorno psiquiátrico con hospitaliza- mes. Otros (Lansky et al., 1978) no encontraban una
ción o han perdido algún hijo. Asimismo, la situación tasa de divorcio mayor en los padres de niños cancero-
terminal de un hijo pequeño determina un fuerte im- sos que en la población general64.
pacto de suicidio sobre los padres, y, a su vez, el suici- Revisiones más recientes de la literatura sobre este
dio de un niño aumenta el riesgo de suicidio de los pa- particular65 han mostrado que las tasas de divorcio tras
dres más que cuando la muerte no es por dicha causa. la muerte de un hijo dependen de variables como la
El riesgo de suicidio parental es particularmente eleva- época, el lugar y la selección de muestras, y pierde toda
do durante el primer mes siguiente a la pérdida del hijo. fiabilidad al carecer de criterios comparativos con gru-
A veces, los padres cuidadores se suicidan utilizando pos de control y de parejas que hayan sufrido otras
una sobredosis de los potentes analgésicos (opiáceos) pérdidas diferentes a las de la muerte de un hijo. Y por
que quedaron como remanentes del tratamiento domi- eso las estadísticas oscilaban tan ampliamente desde el
ciliario paliativo del enfermo. Es preciso que los médi- 1,5% al 70%. En medios norteamericanos, los porcen-
cos de familia insten a los padres a depositar esos restos tajes se movían entre el 0% y el 20%. Precisamente este
de medicación en los correspondientes contenedores de ancho abanico invalida la globalización de los resulta-
fármacos desechables en las farmacias63. dos. En las estadísticas realizadas con mejores criterios
en años más recientes no hay evidencia de que la tasa
*** de divorcio entre los padres en duelo por la muerte de
un hijo sea más alta que la del resto de la población.
Por tanto, y en resumen, la muerte de un hijo pe- Schwab (1999) refiere que vio pocos casos de divorcio
queño debe considerarse como criterio de alto riesgo en sus 23 años de experiencia como asistente de un
para la salud física y mental de los padres, teniendo en grupo de apoyo de padres en duelo y con hijos grave-
cuenta los siguientes agravantes: el mayor peligro reside mente enfermos. Al llevar a cabo el seguimiento de 110
en los primeros meses para ambos padres; radica prin- parejas que se hallaban casadas en el momento de per-
cipalmente en la madre (pero cuidado con olvidar al der a un hijo, sólo el 9%, aproximadamente, se habían
padre, que —reiteramos— muchas veces no expresa su divorciado, habiendo transcurrido de 2 a 14 años desde 401
aflicción); cuando la muerte del hijo ha sido violenta el fallecimiento del hijo, y las causas de ese fallecimien-
(por ejemplo, suicidio); cuando el pequeño ha sido cui- to variaban mucho, desde la muerte al nacer hasta el
dado intensamente en casa debido a una una enferme- asesinato. Schwab realiza sus conversiones numéricas y
dad terminal. descubre que tal porcentaje daría una tasa anual de
1,1% de divorcios en padres con un hijo muerto, sensi-
blemente igual a la tasa de divorcio (1,2%) en la pobla-
Divorcio y conflictos parentales ción general del Estado de Virginia, y durante el mismo
en el duelo por el hijo
periodo de tiempo, aproximadamente.
Estas estadísticas aún distan mucho de ser riguro-
Como ya señalé, hay en los padres de un hijo falle- sas. Pero prevalece en forma más fidedigna la impresión
cido el temor de que el duelo pueda resquebrajar el clínica general de quienes se dedican directamente a
matrimonio. Esta aprensión se ha extendido hasta tal esta cuestión, de que no es sino un fantasma la alar-
punto que aparece como certeza incluso en medios pro- mante predicción de divorcio entre los padres que han
fesionales y científicos. Algunos autores lo han conside- perdido a algún hijo. Y hay que hacer otra salvedad: no
rado un mito que requiere ser disipado. Seguramente la
todos los divorcios de padres con un hijo muerto deben
muerte de un hijo es una de las desgracias que causan
ser atribuidos al duelo, sino que median otras causas.
mayor sufrimiento en el ser humano, pero lo que sí pa-
Schwab considera también que a veces pasan años
rece probado en la actualidad es que se trata de la expe-
antes de que se puedan ver los efectos definitivos de la
riencia más dura en la vida de una pareja. Ello conlleva,
muerte del hijo sobre la pareja de padres. Complican
por tanto, normalmente, tensiones, desencuentros, dis-
mucho la estabilidad matrimonial las muertes súbitas
tanciamientos y retraimientos en la misma, pero esto no
del hijo por enfermedades repentinas, accidente, cri-
significa que aboquen de forma sistemática a la separa-
men o suicidio, pues determinan tal sufrimiento en los
ción conyugal o al divorcio.
padres que les dejan sin motivación ni capacidad para
A partir de los años setenta del último siglo halla-
atender a las necesidades del otro. La convicción de un
mos estadísticas dispares a este respecto. Por entonces,
algunos autores afirmaban que, tres meses después de 64  Citado en: L’impact psychologique du cancer sur l’entourage: une
la muerte de un hijo, se habían recrudecido los conflic- revue. Mormont C. Ann. Méd-Psychol., 1992, 150, n.º 8.
65  Effects of a child’s death on the marital relationship: a review. Oli-
63  Parental suicide after the expected death of a child at home. Da- ver LE. Omega, Journal of death and dying, 1999, Vol. 39, n.º 3, pp.
vies, DE. BMJ Vol 332: pp. 647-648 (2006). 197-227.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

cónyuge de que el otro tiene (la) culpa en la muerte del dando lugar a investigaciones en muchos campos, co-
hijo aumenta notablemente el riesgo de separación pa- mo, por ejemplo, en el de la asistencia psicosocial.
rental o divorcio. Creo que si se realizan estudios rigurosos, éstos nos
Pero puede decirse que se ven más casos de parejas pueden enseñar mucho sobre importantes, descuida-
que refuerzan su relación, e incluso la mejoran, tras la dos y desconocidos fenómenos del ser humano. Segu-
muerte de un hijo, que los de aquellas que se separan. ramente estamos volviendo, tras siglos de rechazo, a
Todo ello sobre la base de un previo buen entendimien- interesarnos por la muerte, aunque con otros encua-
to del matrimonio. dres y perspectivas.
Dos vías se van delimitando en el duelo. Una es la
de la aproximación clínica-“terapéutica”, que es la que
Pérdida de hijo adulto se está generalizando, probablemente en forma descon-
trolada. Otra, aún por perfilarse, sería la clínica-investi-
Un equipo de del Departamento de Medicina So- gadora, como la que se aborda mediante entrevistas,
cial de la Organización Médica Hadassah, de Jerusalén66, seguimientos, escalas, cuestionarios, etc.
estudió la reacción de duelo en los padres de hijos adul- Como veremos, creo firmemente que el procedi-
tos que habían muerto en dos situaciones violentas: en miento de evaluación del sufrimiento del doliente es la
un conflicto bélico y en un accidente. La primera cohor- entrevista entendida como encuentro; es decir, como en
te se constituyó con los padres de 2.518 soldados, de 18 todo lo que tenga que ver con la aproximación al enten-
a 40 años de edad, que habían sucumbido durante la dimiento de la condición humana. Ya hace tiempo que
guerra de Yom Kippur en 1973. La segunda comprendía se hizo una clasificación de la entrevista en tres clases:
a los padres de 1.128 varones de 18 a 30 años que mu- estructurada, semiestructurada y no estructurada, se-
rieron en accidente entre 1973 y 1975. Ambos grupos se gún se atuviera más o menos a un guión. Pienso que en
compararon tomados de la población global judía-israe- clínica, y sobre todo en la clínica del sufrimiento, no se
lita, y fueron seguidos durante el año 1983. La mortali- puede hacer más que una forma de entrevista: la que,
dad de los padres varones cuyos hijos habían muerto en adaptándose al paciente, extraiga una información sufi-
accidente fue más alta que la de los padres varones cu- ciente para comprenderlo. Más adelante me referiré a la
yos hijos habían caído en la guerra, pero no difería signi- tan citada “escucha” (que, por cierto, se menciona tanto
ficativamente entre las madres de cada uno de los dos como poco se aplica). Pero aquí diré que toda entrevista
grupos. Por otro lado, los investigadores no encontraron que tenga por objetivo acercarse a un doliente para ex-
402 un exceso de mortalidad entre los padres de ambos gru- plorar su estado de necesidad o para ayudarle debe ser
pos comparados con la población general. Los resulta- una entrevista muy poco o nada dirigida. Pero eso sí: el
dos obtenidos evidenciaron que la muerte de un hijo que la conduzca debe tener en su mente todo el cues-
adulto no aparecía asociada a un aumento de muerte, a tionario pertinente, no para aplicarlo por orden numé-
corto o a largo plazo, de sus padres si continuaban casa- rico, sino para recordar y encajar bien las informaciones
dos, pero sí aumentaba, por el contrario, en el caso de que el doliente va ofreciendo espontáneamente sobre su
viudedad y divorcio, sobre todo en las madres. estado, y, en todo caso, para sugerir de forma breve, con
Algunos comentarios requiere esta conclusión: que escasas palabras, el camino que daría pie para abordar
es un trabajo de hace más de treinta años (no hemos las otras cuestiones importantes que no ha tocado aún.
encontrado uno más reciente con un encuadre similar) Es de pura delicadeza deducir que en el momento
y que está referido a una sociedad con peculiaridades álgido de la pérdida no se debe (ni se puede) pasar un
históricas, políticas y religiosas que la determinan como cuestionario ni un interrogatorio clínico en forma. En
grupo cuyas actitudes probablemente son más difíciles esos momentos sólo ha lugar la entrevista-acompaña-
de extrapolar. Sin embargo, el planteamiento es muy miento. Pero también es cierto que conviene determi-
interesante en la medida en que aborda el impacto afec- nar cuanto antes la existencia de vulnerabilidades para
tivo que la edad de pérdida de un hijo determina sobre detectar factores de riesgo. De las informaciones de fa-
los padres de ambos sexos. miliares menos afectados podemos obtener orientacio-
nes y datos valiosos. Una entrevista días después con
los dolientes nos permitirá asimismo recabar datos de
interés y confirmar los que se tienen por otras vías. La
EXPLORACIÓN DEL DUELO situación óptima se da cuando el trabajo de detección
de vulnerabilidades y de eventual indicación de apoyo a
los padres se ha ido ya produciendo antes de la muerte
Entrevistas y cuestionarios de su ser querido.
El eje sobre el que debe pivotar toda entrevista
Como ya señalé al principio del capítulo, el duelo son estas dos cuestiones: 1) ¿Qué significaba este hijo
es un tema emergente, con pujanza creciente, que está muerto en la vida, pasada, presente y en la expectativa
de la futura, de este padre?, y 2) ¿Cómo se incardina
66
  An epidemiologic study of mortality among bereaved parents. Le-
esta pérdida en su historia de pérdidas? No son temas
vav I, Friedlander Y, Kark JD, Peritz E. NEJM 319, 8: 457-461, August que se pueden ni se deban plantear así, con esta for-
25, 1988. mulación a bocajarro. Son escenarios internos, ínti-

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

mos, que deben ser explorados y que no son asequibles comendamos siempre interpretar los resultados de las
a primer golpe de vista ni de respuesta. Probablemen- mediciones con humildad, ciertas reservas y un sano
te, los propios padres dolientes no sepan contestar de escepticismo”.
primera intención. Ellos también necesitan indagar la
respuesta.
Existen varias escalas y cuestionarios de duelo en La vulnerabilidad
el marco internacional. El equipo de la Unidad de In-
vestigación de Atención Primaria de Vizcaya revisó la El personal sanitario de los centros de Atención
Primaria y los equipos de cuidados paliativos son los
literatura científica al respecto y eligió dos cuestionarios
más indicados para realizar una breve evaluación previa
(“dos medidores de duelo”, en el decir de dicho equipo)
de los posibles riesgos que pueda presentar una perso-
que adaptó al castellano en el año 2001: el Inventario
na en duelo, y muy especialmente en padres que han
de Experiencias en Duelo (IED), de Catherine Sanders perdido un hijo y en viudos y viudas. En el caso de ries-
(1977), y el Inventario de Texas revisado de Duelo go, es preciso ponderar un cuadro de factores de vulne-
(ITRD), de Thomas Faschingbauer (1981)67. Con muy rabilidad para indicar la necesidad, la urgencia y el tipo
buen sentido, los responsables de dicho equipo conclu- de ayuda especializada. Los estudiosos del duelo descri-
yen que, aunque proponen “la utilización de medidas ben sus diferentes listas de riesgo. En general, vienen a
objetivas de duelo para evaluar la actividad clínica, con- coincidir en que un alto índice de riesgos se produce en
sideramos al doliente como único, y en este sentido re- relación con varias pérdidas coincidentes (frecuentes
actualmente a causa de los accidentes de tráfico) o cer-
67  Inventario de Experiencias en Duelo (IED): adaptación al caste-
canas en el tiempo, o que sean muy significativas aun-
llano, fiabilidad y validez. García-García JA. Landa Petralanda V. Trigue- que hayan sucedido con mayores intervalos. Asimismo,
ros Manzano MC. Gaminde Inda I. Atención Primaria, Vol. 27, Núm.
2, 15 febrero 2001.
constituyen riesgo la soledad y el aislamiento, y no sólo
En este artículo, los autores dan cuenta de la adaptación al caste- en las muchas personas mayores viudas o separadas
llano del Inventario de Experiencias en Duelo (IED) de Catherine San- cuya familia se ha disgregado o que viven en lugares
ders et al. (1977). Consiste en un cuestionario autoadministrado, que alejados. Actualmente hay una nueva soledad no confe-
contiene 135 ítems dicotómicos, los cuales exploran las áreas somática, sada, muy íntima, en familias monoparentales, que a
emocional y relacional del doliente en 18 escalas: 3 de validez (Nega-
ción, Respuestas Atípicas y Deseabilidad Social), 9 clínicas (Desespe-
menudo no son más que una madre y un hijo, cuya
ranza, Enfado, Culpa, Aislamiento Social, Pérdida de Control, Rumia- muerte lleva a la mayor desolación de aquélla. O la de
ción, Despersonalización, Somatización y Ansiedad ante la Muerte) y 6 las parejas con un solo hijo, que muere, y en las que la 403
experimentales (Alteraciones del Sueño, Pérdida de Apetito, Pérdida de razón vincular era principalmente éste.
Energía, Síntomas Físicos, Optimismo/Desesperanza y Dependencia). Me limitaré aquí a esbozar algunas de las estrate-
El estudio de validación para España se realizó entre 1995 y 1997 con
una muestra de 135 sujetos, 125 viudos/as (con una mayoría de viudas,
gias de funcionamiento psíquico inconsciente que se
el 77,6 por ciento) y 33 de grupo control (no-duelo). Los primeros constituyen en estructuras decisivas y permanentes en
habían perdido a su cónyuge más de tres meses antes y menos de tres ciertas personalidades, haciendo de ellas individuos
años. El IED discrimina entre dolientes y no dolientes. vulnerables y particularmente frágiles en determinadas
Se confirmó el indicador general de duelo (escalas: Desesperanza, desgracias y condiciones de vida. Subrayo esto último
Enfado, Culpa, Aislamiento, Despersonalización y Somatización), co-
rrespondiente al cuadro admitido universalmente como característico
porque es posible que la fragilidad no se manifieste más
del mismo: mezcla de emociones disfóricas (miedo, culpa, agresividad, que en algunas circunstancias, como en ciertos duelos,
etc.); sensación de estar solo ante el sufrimiento y desconectado de la tal que la muerte de un hijo. Por otra parte, dichas es-
realidad, y varias quejas físicas (anorexia, pérdida de energía, etc.). Las tructuras pueden llegar a ser también potenciales trans-
viudas tienen, como era de esperar, menor control emocional y más misores de esa misma forma de funcionar en descen-
ansiedad ante la muerte que los viudos. Asimismo era esperable que
los viudos/as jóvenes sintieran más rabia ante una muerte intempestiva.
dientes, o causantes de desequilibrio en el entorno
Morir en el hospital era tajantemente más traumático, confirmándose próximo a los individuos en cuestión. Son mecanismos
una vez más que las personas prefieren morir en el hogar. Lo que qui- frecuentes cuyo grado de perturbación viene dado por
zá llama la atención es que, transcurridos dos años de la muerte del la intensidad y permanencia de su actuación, y que,
ser querido, los dolientes estaban aún enfadados y obsesionados con el cuando son patológicos, no corresponden estrictamen-
fallecido, lo que, a mi modo de ver, revela una vez más que no es muy
sensato poner fechas fijas al duelo. Un descubrimiento interesante es
te a cuadros psicopatológicos específicos.
que no se hallaron diferencias entre la muerte inesperada y la anuncia- Me refiero a la culpa compulsiva, a la ambivalencia, a
da. Como indican los autores, este cuestionario está abierto a nuevas la idealización y a la que denominaré la fortaleza débil.
investigaciones, como sería su aplicación a distintos tipos de pérdidas,
estudiando asimismo los cambios según las intervenciones de ayuda y
con la evolución a lo largo del tiempo. Se abre aquí un campo interesan-
te de exploración. Hasta ahora, en mi conocimiento, la mayoría de los
Culpa compulsiva
tests y cuestionarios de duelo se han pasado principalmente a personas
viudas, por ser probablemente las más asequibles. La autoculpabilización compulsiva consiste en la ten-
A su vez, el Inventario de Texas revisado de Duelo (ITRD) (que dencia sistemática a presentarse como protagonista o
los autores emplearon para la exploración de la experiencia de duelo y causante habitual de faltas y poseedor de defectos. Es
para comprobar la convergencia entre el IED y el ITRD) consiste en dos
escalas clínicas tipo Likert, una de ocho ítems, referida a los sentimien-
una culpa obstructiva porque no se abre a la verdadera
tos del doliente en el tiempo inmediato al fallecimiento, y la otra de 13, y razonada crítica, con indagación y esclarecimiento de
sobre lo que siente en la actualidad. motivos, y porque no facilita ningún camino al cambio

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

y a la reparación, abocando una y otra vez a repetir los ralizante o de inestabilidades extremas. Su manifesta-
comportamientos que generan y mantienen tal culpa. ción visible es la duda, y su instalación es la constante
Se da en sujetos con los que es muy difícil trabajar psi- incertidumbre. En el plano de la relación afectiva, su
cológicamente porque convierten esa estrategia en la peor expresión es la que se plasma en la terrible vincu-
coartada para no ver y tratar sus verdaderos problemas. lación amor-odio. No es infrecuente que hijos muy
Su constante “yo soy el culpable” es más una llave de problemáticos produzcan en los padres duelos más difí-
cierre que de apertura, una conclusión de entrada que ciles a través de este mecanismo.
un inicio de partida. En la historia infantil de estas per-
sonas se encuentra muchas veces el frecuente reproche
de los padres acusándoles de ser la causa de sus sufri- Idealización
mientos y de posibles enfermedades, incluso de poder
ocasionar la muerte de uno de los progenitores. Padres La idealización es una estrategia extremadamente
dolientes pertenecientes a esta categoría tendrán una frecuente, ilusoria y peligrosa. Como en todas las otras,
tendencia desmedida a ver en toda rememoración del se trata de un mecanismo normal si se está alerta a sus
hijo perdido un motivo de autocrítica, de autoinculpa- riesgos, se la controla, sopesa y neutraliza cuando co-
ción, y secundariamente una razón para castigarse o rresponde. Es preciso e inevitable funcionar en nuestra
para permanecer anclados en la pérdida como castigo, vida con un ideal del Yo y con buenas expectativas de las
al igual que han hecho antes de la desaparición de su personas significativas que nos rodean. Pero hay que
hijo y con otros pretextos. saber endosar la dosis de frustración necesaria para
Una variante conductual que emplea el mismo me- aceptar que ciertos aspectos del ideal del Yo terminen en
canismo es la del cuidador compulsivo. Dedica insatisfac- una resignación del Yo, y es normal que así suceda cuan-
toriamente su vida al cuidado de otros, como si ése fuera do uno se confronta con algunas realidades. Pero no lo
su destino implacable, para al final decir con la tristeza es si se siente como un masivo fracaso del Yo. La patolo-
del fracaso: “Perdí mi vida por los demás”. Era frecuente gía del ideal del Yo puede ser por exceso o por defecto.
en las antiguas madres, por una razón social pero muy El alto ideal del Yo puede aparecer invisible porque se
interiorizada: la de la inculcación del obligado sacrificio reviste de (falsa) humildad, al imponerse la herida narci-
de cuidar a sus hermanos, padres, hijos..., a costa de sí sista del “aún no estoy arriba del todo, que es donde
mismos si era preciso. Como hemos visto y veremos, el debo estar o donde tengo que estar”. Su imagen metafó-
cuidado exhaustivo de un hijo durante su enfermedad rica es una escalera sin fin, en la que siempre hay un
404 mortal es una de las razones más consoladoras para los peldaño más que subir hacia una gloriosa e invisible
padres tras la muerte de aquél. Pero si el padre o madre meta. El alto ideal del Yo reviste el miedo del incesante
era ya un cuidador compulsivo, este rasgo se acrecentará no llegar, el miedo de no estar a la altura y de caer.
hasta convertirse en un cuidador asfixiante, y si no lo Pero aquí nos interesa más el otro lado de la ideali-
era, existe el riesgo de que durante algún tiempo su mie- zación, el lado en el que es impuesta. Veamos esta ba-
do a una nueva desgracia se traduzca en un cuidado lle- lanza: idealización de los padres / idealización de los
no de zozobra dirigido a la familia o a los otros hijos. hijos. Hay personas que ciegan las realidades desagra-
Otra variante es la del quejoso crónico, que utiliza la dables de su infancia y/o la recuerdan magnífica o no la
queja como subterfugio, igual que los otros la culpa. recuerdan. Hay padres que, incapaces de ver el mal que
Tampoco en este caso la queja de todo, o siempre de lo hacen a su hijo, le inducen a creer que son unos buenos
mismo, les lleva a emprender vías efectivas que elimi- padres, porque incluso ellos mismos lo creen así, y el
nen esa insatisfacción. Se da mucho en madres que se pobre hijo duda en ver lo que ve, piensa que está ata-
quejan de sus hijos pero mantienen las condiciones de cándolos si cree lo que ve, teme perder el afecto de
la queja. La queja crónica —explícita o no— por la ellos, y, por fin, la creencia de que ellos son “los mejores
muerte de un hijo puede convertirse en la coartada su- padres del mundo” queda con indeleble fe en su inte-
friente de un padre o de una madre para seguir inmovi- rior. ¿Son realmente falsarios tales padres? En su mayo-
lizados en sí mismos o con respecto a los demás. Esta ría, no. Ellos poseen la convicción de ser magníficos y
actitud de los padres dolientes es muy diferente a la del sacrificados padres porque hacen algo bien con mucho
duelo imposible o a la de la presencia interior o la per- esfuerzo, y suponen que sólo por el esfuerzo que les ha
vivencia del hijo muerto, pues esto no tiene por qué costado han de ser adorados, sin considerar que tal es-
interferir en absoluto el desarrollo necesario de su pro- fuerzo es el corriente que han de hacer todos los padres
pia vida con los otros. normales. ¡Cuánto cuesta desvelar entonces la verdad,
qué duro es reconocerla! Hay niños que se dan cuenta
al principio y lo gritan, lo revelan y se rebelan a su ma-
Ambivalencia nera, pero nadie les cree y resultan finalmente enmara-
ñados. Otros lo descubren cuando son ya mayores.
La ambivalencia es un mecanismo psíquico muy “Mis padres me hicieron pagar eterno agradecimiento
anclado en la personalidad, que permite en buena lid por lo que era normal que hicieran”, admitió por fin un
analizar productivamente los pros y contras de cual- paciente adulto en el diván psicoanalítico cuando sus
quier fenómeno o circunstancia. Cuando se carga de progenitores ya no existían. Sin embargo, otras veces
ansiedad y de conflicto, se convierte en una fuerza pa- esa idealización maligna sigue su camino generacional y

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

se transfiere a los hijos de aquel hijo. Y este nuevo pa- ron como si tal cosa, como si ese genio no hiciera sino
dre puede repetir la estrategia inconsciente de la que ampliar coherentemente el círculo de sus otras caracte-
fue víctima, y revender la imagen de “el mejor padre”. rísticas. Y así lo fueron trajeando con calificativos. La
O exigir a sus hijos que respondan al ideal previamente lista definitiva fue más o menos ésta: “serio, responsa-
fijado sin tener en cuenta la realidad de ellos. O, por el ble, fuerte, con carácter, exigente, independiente, no
contrario, idealizarlos a tal punto que los dejan despro- necesita de nadie, dispuesto a escuchar un problema,
vistos de su propio ser. ¡Cuántas veces se han visto pa- eficiente...”. Quizás hubo alguno más.
dres que, contra toda evidencia, juzgan como mejor al Su padre murió en circunstancias terribles, aplasta-
hijo que es el peor, o al contrario! También queda la do y quemado por su propio vehículo, que volcó sobre
opción más difícil y más sana: desenmascarar el embe- él y se incendió. Equis tenía 23 años. La madre casi se
leco. Se les cae entonces el sombrajo entero, tienen que volvió loca de verdad, y su hermana pequeña, histérica.
reconstruir la vieja historia y levantar una morada más Con su habitual fortaleza, Equis llevó a cabo todos los
sólida, en la que viven —con la decepción— una cierta trámites de la dramática situación, afrontó los desequili-
orfandad. En toda elaboración de un duelo, y con ma- brios de las dos mujeres de la casa, que se repusieron
yor fuerza en la de un hijo, se plantea el problema de la poco a poco, y alternó estudio con trabajo para sustentar
idealización. Un doloroso enfrentamiento con ella en a la familia. La madre solía decir con admiración: “Qué
memoria del difunto le devolverá a éste la realidad de lo fuerte es tu hermano. No le he visto nunca quejarse ni
que verdaderamente fue, y rendirá al doliente ese senti- echar una lágrima”. Su mejor amigo, sin embargo, le
do de algo más de libertad interior —es decir, de libera- decía de vez en cuando: “Tú nunca cuentas nada tuyo,
ción, de alivio de carga— que se tiene cuando, aun con con eso de que eres el fuerte... A saber qué pasa por ahí
dolor, se deshace una falsedad tenida por verdad. dentro”, y le señalaba la cabeza. Y Equis se sonreía. Por
aquel tiempo aprendió a navegar y se compró un peque-
ño barco a motor. Ah, sí. A su lista se añadió también el
La fortaleza débil. epíteto de “trabajador, muy trabajador, con mano para
Una historia casi clínica los negocios”. Había montado una pequeña empresa
que fue ampliando y que le permitió económicamente
Llamémosle Equis. su afición marítima. Solía embarcarse solo, le gustaba
Equis no se permitía un respiro, ni una sola peque- adentrarse bien lejos en el mar. Se casó con una compa-
ña flaqueza. Tampoco se lo hubieran permitido. Tenía ñera de trabajo, atractiva y parlanchina. Tuvieron un hi-
que ser siempre fuerte, un puntal para los demás. Quizá jo, al que llamaremos el pequeño Zeta. Al contrario de lo 405
se había visto impelido a ser de esa manera desde niño. que la gente suele decir, la verdad es que todo el mundo
Es decir, no fue niño. No había cumplido los diez años concluía que Zetilla no se parecía en nada a su padre, y
y ya era confidente de las desgracias y frustraciones de eso saltaba a la vista. El niño era delgadín, patosillo, in-
su madre, como si fuera un íntimo amigo adulto. Y ella seguro y tímido, se azaraba enseguida. Y sensible hasta
se vanagloriaba de eso: “Es ya un hombre. Se le puede lo sentimental. La lagrimilla le escocía en sus ojitos vien-
hablar de todo. Todo lo entiende”. El padre no era mala do en los dibujos animados cómo los taimados malos
persona, pero el trabajo representaba todo para él. Un maltrataban a los indefensos buenos. El padre le obser-
ser lejano. No es que fuera un tipo frío, sino que no vaba y en la emoción del hijo encontraba la suya. Y, sin
entendía los sentimientos. Su filosofía de la vida no lle- embargo, no era un niño cobarde, sí orgulloso. ¿Por qué
gaba a diez palabras: “No hay más cera que la que arde”. Equis adoró enseguida a su pequeño Zeta? Pues no por
Llegó un momento en que el comentario era unánime: lo que decía la madre; no porque los extremos se tocan,
“Equis es un chico muy serio y muy responsable”. “Tie- sino por todo lo contrario. Equis se veía absolutamente
nes suerte”, halagaban a la madre. Con la adolescencia reflejado en él. Se propuso: “No será como yo”. Se lo
le dio por reflexionar. Llegó a la conclusión de que su llevaba a pasear en el barco. Los dos solos. Soñaban con
fuerza residía en no mostrar debilidades, en que la gen- el mundo de las gaviotas. Zetilla dijo una vez: “Parece
te creyera en su solidez. Hizo de eso el mérito por el que están siempre gruñendo”. “Es que como no paran
que todos le reconocerían y estimarían, y pensó que eso de chinchar al mar, el mar las ha metido un catarro que
significaba también que le querrían. Era siempre el que no veas, y se han quedado roncas para siempre”, y reían.
no se alteraba, el que escuchaba a cualquiera que le Y padre e hijo se empleaban a fondo en traducir los
fuese con un problema, a él, el que nunca hablaba de murmullos de las olas. “¿Qué dicen ahora?”. “Ahora di-
sus cosas ni se quejaba, el que siempre apoyaba. Es ver- cen que mañana domingo se van a quedar durmiendo y
dad que alguna vez, cuando estuvo muy agobiado, no se van a mover en todo el día”. Y reían; el padre como
quiso contarlo, pero la gente no le dejaba hablar porque un niño chico y el chico como un niño grande. Un día
no estaba acostumbrada a escucharle y porque “Equis Zetilla lloró a mares porque un pez flotaba muerto, de
no tenía nunca problemas”. Era, pues, “un chico fuerte, lado, como una hoja que brillaba con el último sol de la
equilibrado”, además de responsable. Pasó la adoles- tarde. Y el padre lo apretó contra su pecho y los dos sus-
cencia como en una balsa de aceite, pero poco después piraron juntos, y se inventaron una pequeña oración. Y
su carácter cambió. Comenzó con arranques de genio. así se pasaban las horas vivas. Y Equis y Zeta esperaban
Lo curioso es que casi siempre detonaba por nimieda- ansiosos la oportunidad del próximo viaje por esos ma-
des. “No deja pasar una. Tiene un carácter fuerte”, dije- res de Dios.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Al final de aquella primavera, pocas semanas antes Dejó de musitar. Volvió el silencio. Dijo el amigo
de cumplir sus seis años, Zeta llevaba griposo unos que, tras un rato, Equis tornó su rostro hacia él, le miró
días, y con mal carácter, lo cual era raro en él. Una no- y dijo: “No le conté nunca esta historia”68 (Figuras 13 a,
che se agitó mucho y su cuerpecito ardía. Le hospitali- b y c).
zaron urgentemente. Dijeron que era una encefalitis ra-
ra. Unas dos semanas después murió. ***
Al final de la siguiente primavera, Equis se perdió
en el mar. En la búsqueda, el barco apareció enseguida, Le he dado forma de relato —sobre base verosí-
intacto, girando sobre sí mismo. En la radio sonaba to- mil— al largo duelo de Equis por sí mismo, que tuvo
davía la música. No encontraron su cuerpo. su oportunidad de solución en el hijo, mediante el
Un amigo suyo, médico, refirió que, unas semanas proyecto de redimirse en él, y que quedó abortada
antes, habían estado juntos dando una vuelta en el barco. con el duelo efectivo por la muerte del pequeño.
Hablaron poco. Pero recordaba que Equis le comentó la Equis no es un personaje literario. Hay muchos y mu-
última historia del famoso escritor y aviador Antoine de chas equis que no sobreviven a la debilidad de su
Saint-Exupéry. Se refería a los hallazgos realizados por fortaleza. Es conveniente, por un lado, que detecte-
esa época, en el año 2004, a raíz de que un pescador, mos el riesgo de esas enterezas a toda costa, a la hora
cinco años atrás, hubiera encontrado en la costa de Mar- de explorar la vulnerabilidad de alguien ante el duelo
sella un brazalete de plata enganchado a un jirón de tela de un hijo.
de un traje de piloto. La joya llevaba grabado el nombre
de la mujer de Saint-Exupéry. Gracias a eso se descubrie-
ron los restos del avión perdido y se confirmó que allí se
había estrellado efectivamente el aparato que aquél pilo- LOS DUELOS MÁS DIFÍCILES
taba en la fecha correspondiente. Pero —le dijo Equis—
siempre quedará el misterio principal, el por qué se estre- Hay circunstancias que pueden hacer aún más do-
lló en un día sin ataque enemigo y con buena visibilidad. loroso, incluso imposible, el duelo por la muerte de un
Según el amigo: “Equis comentó que aquel hombre, hijo niño. En general se viven con la convicción de que
Saint-Exupéry, no quería seguir volando porque no po-
dría seguir volando”. Y que el problema crónico con su 68  El Pequeño Príncipe (prefiero esta literalidad francesa, grave y
mujer no era lo importante, aunque se hubiera agudiza- honrosa, que no la versión castellana de El principito, plana y ñoña) es
406 do, y ni siquiera el que lo consideraran ya viejo para la el más bello cuento que conozco sobre la amistad entre un adulto y un
aviación militar, sino la falta de sintonía entre él y De niño. Releyéndolo me doy cuenta de que es el más tierno, dulce, triste
Gaulle, y su más que probable relevo inmediato del servi- y, sin embargo, consolador cuento sobre el nacimiento de un vínculo de
amor entre un hombre y un niño y el comienzo del duelo por su pér-
cio aéreo. Callaron durante un buen rato. Absorto, au- dida. Rezuma la metáfora surrealista de la lógica infantil, la necesidad
sente, como si hablara para sí con alguien, Equis musitó imaginativa del conocimiento y la sensibilidad inteligente del amor. Y
un buen rato frases incongruentes. Parecía recitar trozos el inmenso humor de los que saben que viven sólo un poco de tiempo
de un relato o de un diálogo. Casi todos ellos los recono- en un pequeñísimo planeta, donde desde cualquier sitio se puede ver
ció el amigo mucho tiempo después, y por eso pudo re- la puesta de sol. Yo creo que fue el testamento del hombre que lo es-
cribió. Lo recomiendo a todo padre y a todo adulto, en provecho de sí
construir aquel curioso soliloquio. Más o menos, éste: mismo, para recordar su infancia y para compartirla con sus hijos. Todo
niño tiene el derecho a conocer esa historia. Queda dicho también para
“¿Por qué habría de dar miedo un sombrero?...”. maestros.
“Hubo una vez, sobre una estrella, en mi planeta, Para la crónica de fechas y de números, recojo los siguientes
un pequeño príncipe a quien consolar”. datos. El Pequeño Príncipe cumplió 60 años en el 2006. Llevaba tiem-
po gestándose en la mente de su creador, el aviador y escritor Antoine
“No llores, no temas, no correrá peligro la flor de Saint-Exupéry (1900-1944), mientras cruzaba los cielos en los
que tú amas”. vuelos nocturnos del transporte aeropostal. Lo empezó dibujando.
“No quería la flor que él la viera llorar... Era una Siempre como un muchachito de hirsuto cabello muy rubio, con una
flor tan orgullosa... (Y la ternura, celada...)”. gran capa abierta, rodeado de estrellas. Por fin lo dio a luz en 1943:
“Si me amansas... si me amansas... amaré la can- un texto con preciosos dibujos del propio autor, editado en inglés
y en francés simultáneamente por Eugène Reynal, en Estados Uni-
ción del viento en el trigo, presintiendo tus pasos que dos, muy poco antes de que Antoine, desplazado allí a causa de la
me llegan de lejos...”. invasión de Francia por los nazis, volviera a su patria para combatir
“Pero tienes proyectos que yo ignoro...”. por ella, y en donde una semana después desapareció con su avión
“No te dejaré ir... No te abandonaré... Nunca te en el Mediterráneo, el último día de julio de 1944. No llegó a ver al
irás...”. pequeño príncipe en Francia. La versión francesa editada en Nueva
York por Reynal & Hitchcock, firmada por el autor, se limitaba a
“Cuando por última vez regó su rosa, descubrió 260 ejemplares, y la inglesa constaba de 525. En 1946 se hizo una
por primera vez qué era tener ganas de llorar”. edición escolar para la enseñanza del francés en Estados Unidos. La
“Tu consuelo será haberme conocido... Porque primera edición publicada en Francia salió al principio por entregas
siempre serás mi amigo”. en la reviste Elle, y luego en la Editorial Gallimard, en 1946. Ha sido
“Mirarás las estrellas y desde ellas me reiré conti- el libro francés más vendido en el mundo (calculan 80 millones de
ejemplares, entre 400 y 500 ediciones). Se ha traducido a 160 len-
go. Si te preguntan, dirás como un loco: Me hacen guas y dialectos, así que ya lo podrían leer los niños de África, de
gracia las estrellas...”. cuyas arenas brotó esta historia del desierto, como la rosa de Antoine,
“Parecerá que he muerto, pero no será verdad...”. que se llamaba Consuelo.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Figura 13a.

Figuras 13 c.
Composición de sueños de Antoine, del Pequeño Príncipe... y quizá de Equis.

sabe cuánto la amé, con cada parte de mi cuerpo. 407


Planeé mi vida junto a la de ella, mi Fernandita, mi
princesa, mi vida, mi futuro, mi todo. Hoy ya no la
tengo. [...]. Esa MALDITA llamada telefónica por la
mañana, y la enfermera: “Venga urgente, su hija está
mal”... No sé de qué manera logré salir de casa, sólo
que tomé un crucifijo y rezaba en el taxi camino a la
clínica... Me puse el delantal como todos los días para
verla en su incubadora, pero… su incubadora estaba
tapada con una manta, y sus máquinas apagadas…
Figura 13b.
Se me eriza la piel. Aún no acepto que no esté, no
puedo ir al cementerio, porque sé que esta allí... La
ira, la culpa, el dolor se hizo parte de mi cuerpo desde
eran muertes que se podían haber evitado, y, en conse- el dos de diciembre del 2006 en que mi hija se fue de
cuencia, son muertes injustas, que conllevan un duelo mi lado.
con intensa ira y culpa.
La otra es Marya. Su mensaje es del día siguiente.
En él se deshilacha ella en puntos suspensivos de me-
¿Duelo de madre adolescente? lancolía.

Sólo sé de las siguientes dos jóvenes madres sin ...Tengo 20 años... Hace 2 meses, 4 días... que
hijos los mensajes que tengo ante mí. Los dos son con- perdí a mi hermosa bebé de tan sólo dos meses... Soy
fesiones de la madrugada. estudiante de Psicología. Fue difícil el enterarme que
Una se llama Romina. Lo ha escrito el 4 de febrero estaba embarazada... Pero me hice a la idea de criar a
de 2007. una guagüita chiquitita... Y... se me fue con su propio
sueñito... Mi hermosa bebé... ¿Qué voy a hacer sin ti?
Sólo tengo 21 años y un dolor que me falta cuer- Este vacío en mi corazón no me deja levantarme... Me
po para sostenerlo. Tuve una bebita que nació de cinco tienen acorralada en esta oscuridad... Que todos los
meses de gestación, sólo vivió 21 días, y era maravi- días me tientan a ir a tu piecita... a ver tus cositas, mi
llosa. Fue tan difícil aceptar su llegada, pronta yo a bebé... Pero sé que si voy... no podré salir más... Mi
ser abogada, con la juventud por delante, pero… Dios hermosita guagüita... ¿Por qué se me tuvo que ir? Los

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

recuerdos de esa noche me atormentan cada segundo... que tendría la excelsa poeta gallega santiaguesa Rosalía
Todavía me aferro a tu recuerdo, Mandy... Todavía de Castro69.
pienso en que íbamos a estar juntas... sólo las dos... no Es el 4 de noviembre de 187670 en la residencia
necesitábamos a nadie más... Cuando te vi por prime- de los Murguía en Santiago de Compostela. El niño
ra vez... me enamoré de ti... cuando esas manitas juega en la habitación acompañado de su choiña. La
apretaban mi dedo supe que tenía que protegerte a to- madre está en otro lugar de la casa, y el padre, en Ma-
da costa, fuese como fuese. Y no pude, mi bebé... No drid, adonde viaja con frecuencia y en donde a menu-
pude... Mami no pudo... Te amo tanto... tanto... tan- do reside por razón de su trabajo. Adriano se halla en
to... Su carita... sus labios... sus manitas... sus pieci- plena edad de la etapa jubilosa de la psicomotricidad;
tos... Te amo... Que juegue con los angelitos por siem- por tanto, gatea, corre, sube, monta, baja…, sin parar,
pre mi bebé. Yo ya no puedo vivir... y con esa rapidez de los pequeños que disfrutan con el
recién aprendizaje de la coordinación de sus movi-
mientos. Se sube a una silla; de la silla se encarama a la
Duelo por negligencia
mesa; repta por la superficie de ésta, ríe alborozado
Es frecuente la atribución explícita o implícita, con por su proeza, llega al borde, resbala, oscila y cae. Se
razón o sin ella, de la muerte de un hijo-niño a la negli- oye el grito despavorido de la criada. El niño está iner-
gencia del personal clínico o asistencial que lo trataba. te en el suelo, la cara ensangrentada. La madre acude.
Aún más inaguantable es la muerte producida en Todo es ya una agonía. Dicen que Rosalía se culpaba
un descuido de los padres, como la de los niños ahoga- sin piedad.
dos en la piscina de la propia casa. Los padres se defien- El marido regresa a Madrid, y ella queda de nuevo
den directa o indirectamente proyectando o repartiendo embarazada. Es otra niña, que nace muerta, y la bautiza
las culpas con o entre otras personas de la familia o Valentina. Como consecuencia, Rosalía padece hemo-
acusando al servicio doméstico, pero ese recurso no les rragias y dolores intensos (Figura 14). Le cuesta recupe-
apacigua interiormente. Es un duelo imposible porque
la culpa es tan vergonzante que a menudo se esconde la 69  Rosalía de Castro (24-2-1837/15-7-1885) era hija ilegítima

causa, e incluso el silencio cae como espeso tabú sobre y ocultada de la señorita Teresa de Castro Abadía, de 33 años, pertene-
ciente a la hidalguía rural venida a menos, y del sacerdote José Martínez
el recuerdo de la malograda criatura. Viojo, de 39 años. Repudiada en principio por la madre para evitar el
Un duelo también muy doloroso para los padres es escándalo familiar y social, pasó de inmediato a ser cuidada en casa
408 el determinado por el síndrome de muerte súbita del de una nodriza y luego por sus tías paternas, en una aldea cercana a
lactante. Actualmente es la primera causa de falleci- Santiago, hasta que tuvo unos ocho años. Después fue recogida por su
miento en el primer año de vida en los países desarro- madre para vivir ya juntas. Desde muy joven demostró su inteligencia
y autonomía de criterio. Su adolescencia se vio marcada por dos fuertes
llados (1-3 por 1.000 nacidos vivos). Hoy se cree que impactos emocionales: el conocimiento de su origen a los 15 años y un
un factor asociado con frecuencia al síndrome es la pos- desengaño amoroso a los 19, que ahora veremos. Empezó a publicar su
tura boca abajo del niño cuando duerme, pero justo ésa obra con veinte años. Fue la Bécquer gallega, donde la soleada floritura
era la posición recomendada en los años sesenta y se- romántica sevillana era sustituida por el radical romanticismo pesimista
tenta, desaconsejando entonces el decúbito supino y la sombra melancólica de la saudade y de la desesperanza. Innovadora
de la métrica poética (muy desvalorizada por ello entonces), fue mujer
(boca arriba) para evitar que el niño se asfixiara con se- indómita y sencilla, sin conciencia ni vanagloria de su valía; tierna, pero
creciones o con la lengua. La asociación estadística del de carácter fuerte y de emotividad variable, pasando fácilmente de la
síndrome con condiciones socioculturales de precarie- ternura y la lágrima a la cólera; de salud delicada, pero de gran energía;
dad ha dado mala imagen a los padres que han sufrido grande y desgarbada, pero femenina. Amó a un hombre que no la quiso
esta tragedia. Durante años han debido sufrir además la (su condiscípulo Aurelio Aguirre, que dicen que se suicidó ahogándose
en el mar) y se casó con un hombre intelectual galleguista, Manuel de
sospecha de ser los responsables de tales muertes por Murguía, mayor que ella y más pequeño de talla (que estuvo a menudo
falta de atención o atención inadecuada, e incluso se muy ausente de su lado), al que ella no amaba pero respetó siempre.
pensaba en actuación criminal o de maltrato. En reali- Tuvo siete hijos: En 1859 nació Alejandra, en Santiago; casi diez años
dad, todavía no se sabe la causa (apartados 7.2 y 7.3 de después, en 1868 (¿por qué tanto tiempo?), vino Áurea (¿reminiscencia
la Casuística). de Aurelio, su amor?), también en Santiago; luego, en 1871, los melli-
zos Gala y Ovidio, en Lestrove; Amara, en 1873, en La Coruña; Adriano
Muchas son las autoinculpaciones de negligencia Honorato, en 1875, en La Coruña; y en 1877, Valentina, en Santiago,
que se hacen los padres de hijitos muertos, pero aún que nació muerta o murió a los pocos días (tomado de Rosalia de Castro,
más si ésta se halla justificada. na sua vida, nos seus versos, Luis Antonio Girgado, 1986). Todos los hijos
quedaron solteros o sin descendencia. Los tres grandes libros poéticos
de Rosalía son Cantares gallegos (1863), Follas Novas (1880) y A orillas
del Sar (1884), los dos primeros en gallego y el último en castellano (ya
“Era apacible el día…” no escribiría más en su habla de origen, enfadada por el desafecto de
sus injustos compatriotas). De este último libro, el más amargo y deses-
perado, hemos espigado varios poemas, de los cuales algunos expresan
Nana de Rosalía a su niñito ciertamente su duelo poético por la muerte del hijito y otros me parecen
muerto razonablemente relacionados con dicho drama. Una característica de
la poesía de Rosalía es el total anonimato sobre las causas o autores de
sus penas.
Se llamaba Adriano. Nació el 21 de marzo de 1875 70  Rosalía de Castro. La luz de la negra sombra, Eugenia Montero,

y era el penúltimo y segundo varón de los siete hijos 1985.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

tarse a la dura realidad, y se debate. Y ya, sin dirigirse al


hijo, musita: “Es verdad, no volverá”.

Tú te fuiste por siempre; mas mi alma


te espera aún con amoroso afán,
y vendrás o iré yo, bien de mi vida,
allí donde nos hemos de encontrar.
Algo ha quedado tuyo en mis entrañas
que no morirá jamás,
y que Dios, porque es justo y porque es bueno,
a desunir ya nunca volverá.
En el cielo, en la tierra, en lo insondable
yo te hallaré y me hallarás.
No, no puede acabar lo que es eterno,
ni puede tener fin la inmensidad.
Mas... —es verdad— ha partido,
para nunca más tornar.
Nada hay eterno para el hombre, huésped
de un día en este mundo terrenal,
en donde nace, vive y al fin muere,
cual todo nace, vive y muere acá.

En versos de sucesivos poemas se vierte el dolor de


Rosalía: “¿Dónde se encuentra la alegría?”, pregunta.
Aparece el sueño con el niño vivo y muerto, y hasta tal
punto sueño, vida y muerte se imbrican, que estando
dormida soñaba estar viva abrazada a su niño, y estan-
Figura 14. Rosalía de Castro con los hijos. Le falta su Adriano. Es 1884, y ella 409
ya está enferma del cáncer de útero que la matará un año después. Y sonríe do viva creía estar muerta, pero separada de su hijo, de
rodeada modo que la muerte no los unía:

En sueños te di un beso, vida mía


rarse. “No tendré más hijos”, se propone. Pero el verda- tan entrañable y largo…
dero anticonceptivo será el cáncer que ya la anida. A ¡Ay!, pero en él de amargo
partir de entonces se entrega exclusivamente al cuidado tanto, mi bien, como de dulce había.
de sus hijos. Escribe poemas sueltos que publica en el
Tu infantil boca cada vez más fría
periódico La Nación Española.
dejó mi sangre para siempre helada,
Y compone una nana póstuma a su niñito71, al cual
y sobre tu semblante reclinada,
cuentan que creía oír:
besándote, sentí que me moría.
Era apacible el día Más tarde, y ya despierta,
y templado el ambiente, con singular empeño,
y llovía, llovía, callada y mansamente; pensando proseguí que estaba muerta
y mientras silenciosa y que en tanto a tus restos abrazada
lloraba yo y gemía, dormía para siempre el postrer sueño
mi niño, tierna rosa, soñaba tristemente que vivía
durmiendo se moría. aun de ti, por la muerte separada.
Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente!
Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía! Rosalía discierne tras la obnubilación de esta
imagen:
En el siguiente, la madre Rosalía habla con el pe-
queño de un reencuentro en algún lugar del más allá, Una luciérnaga entre el musgo brilla
porque en el acá esta madre, como tantas otras, sienten y un astro en las alturas centellea:
al hijo muerto en la entraña. Pero luego parece respon- abismo arriba, y en el fondo, abismo,
der a cierta duda suya o a alguien que le aconseja adap- ¿qué es al fin lo que acaba y lo que queda?

71  Dichos poemas se recopilarán en el trágico libro A orillas del La Ciencia no sabe responder. Desesperada, de ro-
Sar (1884), de donde tomamos los que aquí comento. dillas, interroga, impreca a Dios, sin obtener tampoco la

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

respuesta, que le devuelva la fe bienhechora que ha perdi- Lágrimas en el cielo


do. Y concluye que
El célebre guitarrista británico de blues-rock Eric
todo acabó quizá, menos mi pena, Patrick Clapton (1945)73 compuso (en colaboración
[…] con Will Jennings) la canción Tears in the heaven (Lágri-
todo menos la duda que nos lanza mas en el cielo) en memoria de su hijo Conor, de cuatro
de un abismo de horror en otro abismo. años de edad, que murió el 20 de marzo de 1991, al
caer desde una ventana sin dispositivos de seguridad
Siente: del piso 53 del apartamento de su madre, en un edificio
de Manhattan, en Nueva York, en un descuido de la
Desierto el mundo, despoblado el cielo, asistenta (Figura 16). El hecho dio lugar a muchas lucu-
enferma el alma y en el polvo hundido braciones y habladurías. Conor había nacido en agosto
[…] en mil pedazos roto de 1986, de una relación con Lory del Santo, una mo-
mi Dios cayó al abismo. delo italiana. Dicen las notas biográficas de Clapton que
ese niño, la mayor alegría de su vida, le trajo un renova-
Busca a su Dios y sólo halla el vacío. Le parece que do optimismo que se percibió entonces de forma clara
de sus altas hornacinas desciende la voz de algunos án- en su música. El pequeño vivía permanentemente con
geles que le recuerdan a la pobre alma de esta madre la madre, debido al ajetreado trabajo del padre, que, no
que al cielo nunca ha llegado el insolente grito de un obstante, procuraba verlo siempre que podía. Clapton
corazón de ídolos. había decidido descargarse de compromisos ese año
para estar más con él. Precisamente, el día anterior al
accidente mortal, los padres y el niño fueron juntos al
Canciones para los niños circo. Tras el terrible suceso, Clapton llevó a cabo una
muertos psicoterapia y asistió a un grupo de apoyo de Alcohóli-
cos Anónimos.
La situación de duelo de un hijo por muerte negli- Me permito recomponer el orden del texto de la
gente queda perfectamente reflejada en el poema del balada sin alterar su literalidad, para agrupar y resaltar
alemán Friedrich Rückert (1788‑1866) que aquí repro- los núcleos temáticos emocionales de la composición74.
duzco (en versión de Pérez de Arteaga)72, uno de los
410
más de cuatrocientos que el poeta escribió amargado en 73  Clapton fue el fruto de la relación extramatrimonial de un

memoria de sus hijos pequeños Ernst y Luise, perdidos piloto canadiense y de una muchacha inglesa de 16 años. El padre,
y muertos en la ventisca de nieve de la montaña, cuya casado, regresó a su país, y Eric se crió con sus abuelos y con su madre,
creyendo que aquéllos eran sus padres y ésta su hermana. Supo la ver-
excursión los padres les permitieron (Figura 15). Sobre dad a los nueve años por personas ajenas a su familia. Él confesaría más
dicho poema, Mahler compuso un estremecedor lied, tarde que ese choque emocional le afectó durante toda su adolescencia
que denominó Canciones para los niños muertos (Kinder- y le llevó a ser una persona insegura, que necesitaba impresionar y ser
totenlieder, 1902). Tiene el poema cinco estrofas. el mejor en ciertos aspectos. Desde la infancia se sintió apasionado por
En la primera, se queja el padre‑poeta de que la la guitarra, que aprendió a tocar solo. Apenas con veinte años empezó
a ser conocido, formando parte de los grupos musicales británicos más
vida siga igual a pesar de su enorme desgracia. Para los influyentes de las décadas 1960-1970, desarrollando a lo largo de su
demás luce el sol, pero para él es la negra noche. Trata vida una intensa obra, creativa, exitosa y galardonada, especialmente
de sobreponerse invocando la luz eterna para sus hijos en el campo del blue-rock. En 1988 se rompió su matrimonio con Patty
muertos y la alegría del mundo para sí mismo. En la Boyd, la que había sido anteriormente esposa de Harrison, uno de sus
segunda, no obstante, acecha trágicamente la evocación mejores amigos. Patty inspiró una de las más bellas canciones de amor
a una mujer, Layla. El matrimonio duró nueve años. Como muchos
del presagio de muerte que tuvo y que no supo enten- otros de aquellos jóvenes creadores de la nueva música, cayó en la dro-
der. La tercera, como en vaivén, le trae el recuerdo de gadicción y en el alcoholismo, que al parecer, en su caso, fueron oca-
los días felices del pasado, extinguido en el momento sionados por el fracaso de un álbum musical suyo y por las muertes de
en que, al oír que se abre la puerta de su estancia, sólo su abuelo-padre y de su amigo Hendrix. Pero se rehabilitó y volvió a la
ve en el umbral el hueco de una carita ausente. La cuar- guitarra. En 1998 fundó Crossroads Center, clínica para el tratamiento
de drogadictos y alcohólicos en la isla caribeña de Antigua. Clapton es
ta es una ilusión, una negación ensoñada de la muerte hoy, a sus sesenta años, una de las figuras más respetadas y reconocidas
de los niños: “Nada ha pasado, todo va bien, pronto en el campo de la instrumentación de la joven música moderna.
volverán los pequeños”. Pero… La última estrofa es de 74  La composición original es así:

rigor extremo, de culpa total, de tremendo auto-repro- Would you know my name if I saw you in heaven?
che reiterativo, de un realismo desolador. Would it be the same if I saw you in heaven?
I must be strong and carry on,
De manera brusca, los tres últimos versos dan un ‘cause I know I don’t belong here in heaven...
viraje sólo comprensible psicológicamente por la nece- Would you hold my hand if I saw you in heaven?
sidad de poner urgente remedio a la hemorragia de do- Would you help me stand if I saw you in heaven?
lor: si esta terrible tormenta no ha permitido que los I’ll find my way through night and day,
niños regresen a la casa paterna, al menos los ha condu- ‘cause I know I just can’t stay here in heaven.
Time can bring you down, time can bend your knees,
cido a la casa materna de Dios. Time can break your heart, have you begging please, begging in please...
Would you know my name if I saw you in heaven?
72  Véase el texto completo de las Canciones al final del capítulo. Would it be the same if I saw you in heaven?

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

411

¿Sabrías mi nombre si te viera en el cielo?


¿Sería lo mismo si te viera en el cielo?
¿Me darías la mano si te viera en el cielo?
¿Me ayudarías a levantarme si te viera en el cielo?
El tiempo te puede deprimir,
el tiempo puede doblar tus rodillas, Figura 15.
Friedrich y Luise Ruckert y sus niños perdidos, Ernst y Luise, que Mahler
el tiempo puede romperte el corazón. inmortalizó en su famosa canción.

I must be strong and carry on,


‘cause I know I don’t belong here in heaven... Debo ser fuerte y sobreponerme.
Would you hold my hand if I saw you in heaven?
Would you help me stand if I saw you in heaven?
Encontraré mi camino a través del día y de la noche.
Beyond the door, there’s peace, I’m sure Porque sé que no me puedo quedar aquí en el cielo.
And I know there’ll be no more tears in heaven... Porque sé que no pertenezco a este lugar, al cielo.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

El segundo es el riesgo de la quiebra personal defi-


nitiva con este duelo: la depresión, la caída y el derrum-
be. Eric se habla a sí mismo: “Si no te sobrepones se te
puede romper el corazón”, y eso sin metáfora. Él ya ha
pasado por el calvario de otras muertes y de las drogas
y del alcohol. Se exige ahora ser fuerte y encontrar el
camino.
El tercer registro es el de la autoconsolación. Le
pide a Conor en el cielo que rece, por favor, que rece,
que rece (por papá).
Y acude a la convicción de la paz que tendrá el ni-
ño en el cielo, para terminar con estas palabras enigmá-
ticas: “Y sé que ya no habrá más lágrimas en el cielo”.

Duelo por el suicidio de un niño/


hijo

Una de las muertes más difíciles de elaborar (quizá


la que más) es la producida por el suicidio de un niño
Figura 16a.
de la familia. Y es especialmente doloroso, y casi impo-
sible en la práctica, hacer el duelo de un niño‑hijo sui-
cida, por la importancia de la culpa y de la agresividad
que moviliza en sus padres sobre todo. Se corresponde
con la dificultad social de admitir una eventualidad tan
disparatada e incomprensible como la autoeliminación
voluntaria de un niño, y por ello es frase tópica en los
medios próximos afirmar que nadie se esperaba una
cosa así, lo que revela el rechazo a querer ver y saber, y
412 en particular a entender qué ha pasado ahí realmente.
El 14 de enero de 1933, el filósofo francés Gabriel
Marcel (1989-1973) supo la terrible noticia del suicidio
del pequeño N. Dejó constancia de ello en su Diario
metafísico (1927). Este dramático hecho le condujo a
Figura 16b.
“¿Sabrías mi nombre, hijo, si me vieras en el cielo?” (de Lágrimas en el cielo, de
reflexionar sobre el concepto del “disponer de nuestra
Eric Clapton) existencia”. Llega a la conclusión de que el ser absoluta-
mente disponible para los otros no se reconoce el dere-
cho de disponer libremente de sí, porque al disponer de
¿Has rezado, por favor, por favor? sí mismo en el suicidio se hace indisponible para los
Más allá de la puerta hay paz, estoy seguro. demás, o, al menos, obra como alguien a quien no le
Y sé que ya no habrá más lágrimas en el cielo. importa en absoluto el quedar indisponible para ellos.
La versión de esto en el niño o adolescente que se suici-
Lo primero que resalta es el uso indistinto del suje- da es que siente que no significa nada para los demás,
to verbal “tú”, ora para referirse a su hijo, ora a sí mis- que los que dicen que le quieren por supuesto no lo re-
mo. La larga caída del niño se invierte en remontado quieren. No es tanto que él no necesita de los demás o
vuelo de ángel hacia el cielo, donde el padre imagina que los necesita pero no le hacen caso, cuanto que los
que lo visita; ese cielo que ahora tiene un sentido de demás no parecen necesitarle, y, en este sentido, necesi-
dimensión necesaria para ubicar en algún lugar al hijo. tarle no es equivalente ni mucho menos a ser utilizado
El cielo es el sitio de su hijo. Cuatro registros toca el emocionalmente (Figura 17).
compositor en estos pocos versos. En consonancia con este planteamiento se encuen-
El primero es la nueva identidad del hijo. Sabe tra mi experiencia clínica con niños que han realizado
que al entrar en el cielo su hijo ya no es su hijo, y si una seria tentativa de suicidio y con padres que han
allí se pudieran ver ya no sería lo mismo. Dice: “Sé que sufrido el suicidio consumado de algún hijo menor.
no pertenezco a este lugar, el cielo”. Porque, en la vi- Dos son los encuadres en los que he visto situarse tales
da, el hijo de un hombre debe saber el nombre de su dramas:
padre (aunque Eric no lo supo de verdad hasta los 1)  El de sistemas familiares que hacen inimagina-
nueve años). Porque, en la vida, un hijo debe ser con- bles las diferencias de creencias o actitudes en su seno,
ducido de la mano del padre cuando es aún criatura, si no es a costa de la expulsión (material o afectiva) del
para luego dar su mano al padre cuando éste sea ya miembro disidente y de la ruptura con él. Es cierto que
débil criatura. algunas de esas rigideces son más de apariencia que de

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

sistas, muy ocupados en su propio triunfo o empresa.


Alardeando de permisividad, de dar libertad a sus hijos,
de respetar sus decisiones, tales padres no hacen sino
ocultar su dejadez y evitar conflictos en aras de su tran-
quilidad personal. La frecuente situación actual de pa-
dres separados es de riesgo de suicidio para ciertos chi-
cos, que la sufren interiormente aun pareciendo que
son insensibles a ella.
También hay que contar con aquellos que, aun te-
niendo padres suficientemente buenos, son incapaces de
protegerse y desenvolverse de manera adecuada en los
avatares íntimos de su evolución y caen en situaciones
de las que sólo ellos son finalmente responsables.
Además de las breves pinceladas que doy de algu-
nos de ellos en el presente capítulo, en la Casuística
(apartado 8) relataré casos de duelos por suicidio de
niños-hijos en tres registros diferentes: en el clínico (co-
mo el estremecedor caso del seudo-suicidio de un niño
que se ahorcó para procurarse una experiencia autoeró-
Figura 17. Niña muerta de suicidio porque su madre no la quiere (o ella así lo tica), en el biográfico (de la poeta nobel chilena Gabrie-
creía). Comparémosla con la figura 10 (también de Lhotka). En aquélla, la madre la Mistral y del psiquiatra Castilla) y en el narrativo ci-
acogía a su hijo muerto; pero en ésta sólo vemos su hueco, y, en el desnudo
fantasmal de la roca, a la niña suicida, con su trenza caída y el osito de felpa al nematográfico (los dos filmes de niños suicidas, realiza-
lado, su última compañía. Sutil simbolismo. dos por el cineasta Rossellini, atormentado por la
Así se interpreta la sexta estación del insólito Vía Crucis de la Iglesia de Nuestra
Señora de la Paz, en el barrio de Lhotka (Praga), tallado en resina artificial por el
muerte de su pequeño, aunque la muerte de éste fue
artista checo Karen Stádnik entre 1973 y 1975, tras el duro tiempo que siguió por otro motivo).
a la “Primavera de Praga”. Representa el calvario de Jesús y del hombre.

Suicidio en el internado
fondo, y también que el niño, en función de la extremo-
sidad impulsiva de su naturaleza inmadura, las inter- El 29 de julio de 1922, el político republicano al- 413
preta como insuperables y las interioriza sin salida y sin calaíno Manuel Azaña Díaz (1875-1940) publicó en el
capacidad de maniobra. Otras veces la inflexibilidad se periódico España un artículo titulado “El jovencito
enmascara bajo una apariencia de tolerancia y permisi- ahorcado en el colegio”75. Dice:
vidad, y actúa con palabras y gestos sin estridencias,
formalmente afectuosos, pero que conllevan indirecta o [...] Saliendo de misa, lo encontraron estrangula-
latentemente una opresión o exigencia afectiva, un do al pie de la cama. Tuvo que ingeniárselas para mo-
chantaje sentimental. rir; que arbitrar un suicidio difícil, expuesto al fracaso
Muchas otras veces esa inflexibilidad es absoluta y de quedarse con vida; se mató... ¡en una tabla! Se echó
explícita, sobre todo en determinados medios donde un lazo al pescuezo; como era poca la altura, necesitó
impera el sectarismo religioso o ideológico. Dentro de tensar esforzadamente la correa, tirando, y repetir las
estos sistemas inamovibles, he conocido casos donde el zambullidas en la muerte. Pasó el trago más de una
niño o adolescente llevaba una doble vida, una de buen vez. No cejó. Nada le contuvo: ni el espanto de una
chico de cara a los padres modélicos (pero no tanto, sin agonía intermitente. Le animaba contra su vida el en-
embargo, en ocasiones) y otra, en los chicos límites o cono particular de los veinte años. ¡Qué despechado
disociales, de conductas que escandalizarían gravemen- contento el suyo, un instante, al sentir ya el daño he-
te y pondrían en entredicho la moralidad y buen nom- cho, que ya era de la muerte! ¡Qué saña vengativa al
bre de su familia. Pero también esa doble vida o doble representársele cómo lo encontrarían, en las primeras
cara puede darse en otros miembros de la familia, o in- luces de la mañana, tieso en la celda donde le habían
cluso en todo el grupo familiar, de manera que la inau- puesto a reformar, incurso violentamente en la reforma
tenticidad hace irrespirable el ambiente de la conviven- definitiva! ¡Pobre! [...]
cia doméstica.
2)  Y, en el extremo opuesto, vemos sistemas fami- Según Azaña, parece ser que lo encerraron en el
liares inconsistentes, en los que el niño o adolescente se correccional de frailes para enderezar “una pasión inmo-
encuentra perdido, sin asidero, en una suerte de aban- ral que minaba el decoro de la familia”. Estaría empare-
dono intrafamiliar inadvertido por todos, incluso por el dado hasta “matar su inclinación” y que dijera: “Ya no
propio niño. Dentro de este contexto, me ha llamado la siento nada”. Parece ser que horas antes de suicidarse, el
atención la existencia, por un lado, de madres ausentes, muchacho se había confesado. El cura no había acertado
no tanto por falta de presencia física, sino por hallarse
enzarzadas angustiosamente en sus propios problemas 75  Obras Completas, Manuel Azaña, Editorial Giner, 1990. Tomo

e intereses personales, y, por otro, de padres muy narci- I, pp. 457-458.

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a darse cuenta de que confesaba a un desahuciado. reparto de consejos y de sus “bienes” para padres y her-
¿Quién sabe por qué se mataría? ¿Masturbación, homo- manos. Aunque hay tendencia a calificar estos propósi-
sexualidad? ¿Se vio anegado en sus perseguidos senti- tos como histriónicos, no dejan de ser reveladores sus
mientos, ésos que le habrían hecho madurar de haberlos contenidos, que, bajo su apariencia acongojada y amo-
podido vivir de otra manera? ¿Se mató por orgullo? ¿Por rosa, reflejan una implacable y agresiva acusación y
protesta contra un abuso de autoridad? ¿Para infligir re- puesta en evidencia de sus imputaciones, cuya traduc-
mordimiento a los que le condenaban? Los frailes más ción vendría a ser: “A pesar del mal que me habéis he-
piadosos dirían: “¡Que Dios le perdone!”. Otros le pon- cho, yo os quiero mucho; no os preocupéis por mí,
drían como ejemplo de los que van al infierno. Conde- porque en realidad no os vais a preocupar, porque no os
naba Azaña este plan de reforma juvenil, típico del siste- importo; como soy tan generoso/a y me hallo tan por
ma patriarcal burgués, con el fin de preservar la respeta- encima de vosotros, os doy consejos y os reparto mis
bilidad de la familia. Y denunciaba el método de sumi- cosas, para que veáis que no os guardo rencor”. Y allí
sión y de vejación como base de la reforma: donde pide perdón, habrá que entenderlo en una doble
acepción: pedir perdón significa en realidad lo contra-
[...] Aplican, a su arbitrio, tan riguroso plan, que rio, “os perdono”, pero también quizás un cierto reflejo
el del Estado con los criminales es leve. Vestimenta ri- de conciencia del mal que está haciendo con su conduc-
dícula; aislamiento en celda; régimen de pan y agua; ta de venganza o de revancha. Se ha dicho hasta la sacie-
trabajos corporales penosos; trabajos inútiles. Es para dad que tales comportamientos suicidas son llamadas de
quebrantarles la voluntad. Entendido. No veo qué se atención del niño ante situaciones que no puede afron-
gana en el quebranto, por puro quebranto, de la volun- tar de ninguna manera. De ser esto cierto, no invalida,
tad de nadie, ni la virtud de una reforma que muda a sino que reafirma lo que acabo de señalar sobre la agre-
los hombres en guiñapos o los obliga a fingir. [...] sividad sin cauce que deben afrontar tales niños dentro
de sí mismos. Pues bien, cuando llegan al suicidio con-
sumado esta agresividad se transfiere a sus padres, en
Lamentos de padres del niño suicida mayor o menor medida, y con expresión más o menos
explícita, y tanto más cuanto más atenta contra la ima-
Los padres de niños suicidas no encuentran nunca gen externa (o social) e interna (emocional) de éstos.
motivos que justifiquen ese acto. Sus manifestaciones Con el suicidio, un niño no perdona a sus padres y
son muy a menudo las mismas, casi al pie de la letra: los padres no perdonan a su hijo por el suicidio, salvo
414 en casos en los que lo justificaría un sufrimiento físico
“Nadie se esperaba esto…”. inaguantable. Pero no he visto un solo niño que se haya
“Era un niño bueno, alegre, sensible…”. suicidado por causa de una enfermedad física insopor-
“No tenía ninguna razón para hacer lo que table. Al contrario, he constatado la gran tolerancia y
hizo”. serenidad de los chicos ante enfermedades crónicas o
“Tenía todo lo que quería”. límites, que les infligen intensos sufrimientos.
“Sus amigos nos dicen que tampoco sabían El suicidio de un hijo pequeño levanta maledicen-
nada”. cias y sospechas en el entorno, que imagina padres
“Algo le ha debido pasar por ahí que nunca maltratadores físicos o psíquicos, represores, rechazan-
sabremos, algún mal amigo, alguna mala influen- tes o con escasa atención al niño. “Algo habrán hecho
cia…”. esos padres para que se les suicide un niño”, se piensa
“Yo no creo que mi hijo quisiera realmente aunque no se diga. Especialmente duro es este trance
suicidarse, sólo quería asustarnos o llamar nuestra para padres que tienen una categoría profesional, social
atención, y se le fue la mano…”. o de reconocida significación ética, política o religiosa,
“Nos ha destrozado la vida”. a los que la opinión pública atribuye especial respetabi-
“Por qué nos ha hecho esto”. lidad, moralidad o experiencia humanística. Por ejem-
plo, el suicidio de un hijo niño constituye un importan-
En general, muchos de dichos padres no quieren te desdoro para profesionales de la salud mental, aboca-
saber; inconscientemente, prefieren no indagar en sí dos a la vivencia de un fracaso no sólo como padres sino
mismos para hallar la verdad. En cierto modo se com- como profesionales, ante la cual han de afrontar el ries-
prende este rechazo no verbalizado, pues es práctica- go de un hundimiento de su persona. Es difícil enton-
mente imposible que ello no conlleve la movilización ces que el suicidio del hijo no sea vivido como un ata-
de una culpa y una ira que les serían inasumibles. que personal, suponiendo un terrible agravio a la ma-
nera de pensar y de ser del padre, y como una vengan-
za, sin posibilidad de reparación. Se puede llegar así a
Cartas del niño suicida a sus padres odiar irremisiblemente a ese hijo, y de ahí se llega tam-
bién a un duelo imposible.
En las cartas escritas por algunos de los niños que Quizás una vía para salir de ese impasse sea asumir
han realizado tentativas suicidas se repiten sistemática- ese odio, extrañar a ese hijo, sumergirlo en el olvido del
mente frases y temas como “no os preocupéis por mí”, silencio total o hacer un análisis profundo de los senti-
“os quiero mucho”, y demandas de perdón, así como un mientos involucrados, y si hay culpas objetivas, repa-

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

rarlas en otras situaciones o personas de similares ca- ces de superar esa tensión, en la que sólo se cruzan des-
racterísticas a las que originaron dicho duelo imposible. calificaciones mutuas y una enconada pretensión de
Pero esta última salida también puede tender trampas: convencer al otro o de quedar sobre él, lo que es particu-
hacer del duelo una catarsis exhibicionista de mea culpa larmente escandaloso. Lo contrario puede ser incluso
o vivir una vida de continua reparación por una culpa peor, es decir, la vía de un sometimiento desalentado,
sin solución. masoquista, por una de las partes o por las dos, como
modo de buscar una tregua, una falsa paz. Veamos esto.
Padres e hijos se encaran por razones que van más
Lentos suicidios allá de aparentes asuntos de autoridad, normas, discipli-
na, educación, libertad y otros temas semejantes. En
Hay suicidios lentos, que empiezan en la infancia. realidad se está dilucidando entre ellos cuestiones básicas
Son suicidios largamente anunciados. Eso pasó con el de identidad y de identificaciones. Éstas se juegan siem-
hijo y la hija, respectivamente, de la escritora Elena So- pre en el campo del conflicto entre el Yo y el no-Yo, mu-
riano y de la periodista Raquel Heredia, a los que nos cho más acuciante entre padres hijos, donde esta lucha es
hemos referido en varias ocasiones. Ambos jóvenes per- más intensa y decisiva. El proceso se inicia con el afronta-
dieron su vida tras llevar una existencia de perdición miento, que es dar la cara al problema, encararlo. Ponga-
progresiva, en los que la adicción a la droga tuvo, como mos una discusión como ejemplo. Si el afrontamiento
era de esperar, un papel predominante. Dos madres tiene lugar o es aceptado, se sigue la fase de enfrentamien-
distintas. La primera era una escritora con ideas de iz- to o de pelea con el problema, de medir fuerzas, de tirar
quierda, respetada, rigurosa, ordenada, cumplidora, cada uno para su lado, de imponerse a toda costa. Todo
con una familia unida, a la que su hijo descabaló com- puede acabar ahí, o continuar, con o sin pausa, a la fase
pletamente, y al final el muchacho murió en la ambi- de confrontación, en la que se comparan y se contrastan
güedad de no saberse si se suicidó, lo asesinaron o su- las dos partes confrontadas. Si esta etapa llega a buen
frió un accidente de carretera. Como ya dije, Elena So- puerto se consigue un acuerdo, ajuste o entendimiento,
riano escribió un voluminoso libro (Testimonio materno), hasta una nueva necesidad de afrontamiento.
denso, auténtico, escalofriante, exento de cualquier in- Esta aparente divagación no es gratuita. Sigamos.
tención sensacionalista. Por su lado, Raquel Heredia es La dimensión de la identidad de la persona se teje
una periodista, hiperactiva durante la transición políti- en una trama familiar de identificaciones y de contra-
ca española, más volcada hacia su trabajo que hacia su identificaciones (ser-igual-a y ser-lo-contrario-a). El en-
familia, con un matrimonio desastroso, como lo han si- frentamiento de padres e hijos no sólo es inevitable sino 415
do muchas de las uniones conyugales de aquel tiempo. necesario, y se produce siempre, se haga o no evidente.
Ella también escribió su libro (Agenda de los amigos Dicho enfrentamiento se sustenta sobre la base de una
muertos, 1998), donde se desnuda existencialmente oposición de imágenes proyectadas inconscientemente
hasta llegar a la impudicia y manifestando su deseo de entre ellos. Cada uno quiere que el otro sea de la manera
reparar en sus nietos lo que no supo hacer con su hija. como uno es o, más bien, como uno quisiera ser. Todo
Otro caso similar, fuera de nuestras fronteras, fue el ese juego —normal, por lo demás, dentro de unas co-
del atareado y brillante periodista y escritor francés Pa- tas— presenta simbólicamente muchas características
trick Poivre d’Arvor (1947), cuya hija Solenne, enferma de las leyes de la óptica y de los espejos (de la reflexión
de anorexia‑bulimia, se suicidó con 20 años, el 27 de y de la refracción, de los espejos cóncavos y convexos),
enero de 1995. Él escribió una breve biografía-semblan- aplicadas a las percepciones imaginarias del ser del otro.
za de la niña (Elle n’était pas d’ici, 1997), sin el menor El acceso al entendimiento es como una graduación óp-
tinte de culpa ni melancolía, donde, con un estilo neto, tica para poder verse mejor. Cada persona tiene su perfil
un tanto frío o —digamos— cordialmente distante, vie- de reacción ante un problema. Puede haber los que ni
ne a manifestar su imposibilidad de ayudar a la hija, siquiera lo afrontan, los que se quedan en el enfrenta-
simplemente porque era una persona distinta, desgra- miento o en la confrontación; los que, pasando por los
ciada en sí misma, o sea, que no era de aquí, es decir, del tramos anteriores, nunca llegan al entendimiento, o, por
mundo del padre, y, por tanto, que no había nada que el contrario, los que, bien por sabiduría o talante, o bien
hacer. Es probable que se trate de un texto escrito con por debilidad o cobardía, llegan de entrada o precipita-
una motivación inconsciente de autoexculpación ante damente a él. La pedagogía del afrontamiento concierne
su hija y ante un posible tribunal mediático popular. tanto a padres como a niños, y me parece un aprendiza-
Entre nosotros, tenemos, como apunté antes, el ca- je moral imprescindible para la vida.
so del suicidio lento de los hijos del afamado psiquiatra Pues bien, he comprobado, en la práctica totalidad
Castilla del Pino, que abordaré en la Casuística (aparta- de los serios intentos suicidas de niños y adolescentes,
do 4.2), cuando me refiera a las familias truncadas. su extrema incapacidad o desaliento para acceder a ese
proceso que empieza con el afrontamiento y prosigue
con el enfrentamiento, la confrontación y el ajuste. Es
Enfrentamiento, confrontación, suicidio en la relación familiar, y sustancialmente en la interrela-
ción entre padres e hijo, en donde se aprende a ajustar
A cualquier edad, todo hijo pone en cuestión a los el “ser como” y el “ser distinto”, a través de dichos pro-
padres. Muchas veces ni los unos ni los otros son capa- cesos de afrontamiento, a veces muy duros. Casi todos

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

los chicos que quisieron suicidarse sentían que no po- dominio de su libido sexual “maternalizada” (con lo
dían encarar sus problemas. No digo con esto que toda que trato de denominar la preponderancia de ternura
patología del afrontamiento acabe en suicidio, pero el en sus fantasías sexuales, en especial con la pareja) y el
sentido inverso sí se da, según mi experiencia. intenso despliegue de su imaginario con figuraciones
Por otra parte, el suicidio del hijo deja a los padres, que giran alrededor de la representación ideal del hijo
y en particular al padre varón, como portador de todas
las imágenes malas que su hijo proyectó sobre él (imá-
genes fijadas en el enfrentamiento), sin posibilidad ya
de confrontación, de contraste y de ajuste.
En casos de adolescentes o jóvenes adultos que
han hecho sufrir hasta la extenuación a padres y herma-
nos (por drogodependencia, conductas delincuentes,
trastorno mental, “personalidad límite”, etc.), el suici-
dio es la solución que encuentran esos muchachos para
acabar con su propio sufrimiento y el de su familia. El
desaliento ha acabado con toda capacidad de éxito en el
afrontamiento. Por su parte, la familia se siente aliviada
con tal suicidio, y esta vivencia se simultanea o se im-
brica con pena, culpa e ira hacia el hijo muerto. Una
joven madre murió consumida tras un largo historial de
drogas, abortos y conductas límite, incapaz de salir de
su propio calvario ni aun con ayuda. El día de la incine-
ración del cadáver de su madre, uno de los hijos peque-
ños le dijo a la abuela, que se hacía cargo de ellos:
“Abuela, ¿estamos muy tristes, verdad? Pero también
muy tranquilos”.
Lo que siempre me ha entristecido es el silencio de
ultratumba que se cierne a menudo sobre los niños sui-
cidas. He conocido casos en los que he tardado en saber
416 que tal persona existió una vez en una familia a la que
venía tratando hacía tiempo.

Duelo por el hijo no nacido

Integramos en este apartado varias situaciones di-


ferentes con elementos comunes: el niño no nacido a
causa de aborto (involuntario o por interrupción volun-
taria del embarazo), el niño nacido muerto, y el niño
deseado pero que no llega a concebirse o cuya gestación
no llega a arraigar a pesar de las repetidas prácticas de
las diferentes técnicas empleadas de reproducción asis-
tida (Figura 18).
No se da la suficiente importancia al proceso aní-
mico surgido en la mujer por dar a luz un feto nacido
muerto o a causa de un aborto inducido (de forma vo-
luntaria o involuntaria). Por otro lado, hasta hace poco
no se había abordado suficientemente como duelo la
pérdida de un hijo por muerte perinatal, y mucho me-
nos se está teniendo todavía en cuenta el sufrimiento de
muchas jóvenes mujeres de hoy día que desean tener
hijos y no pueden.
El vínculo entre madre e hijo se produce como
proceso no sólo durante el embarazo, sino antes de él,
desde el momento —yo diría que bastante específi-
co— en el que la mujer siente el deseo profundo de ser
madre, viviéndolo frecuentemente como la emergencia
súbita de una inclinación de ternura hacia los bebés en
general y por una envidia hacia las mujeres embaraza-
das que ve en su entorno. Tal proceso conlleva un pre- Figura 18. Escultura al no nacido (Beatrice Charen).

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

deseado, el cual empieza a aparecer también en la temá- consciente del daño de su cuerpo por el embarazo y el
tica onírica. Al par, en ese mismo escenario aparecen los pánico de no saber si serán capaces de asumir adecua-
reversos, es decir, los temores, angustias e incertidum- damente a unos hijos proyectados como ideales sin re-
bres que acompañan normalmente a la mujer embara- nunciar a su propio desarrollo profesional. Todas pien-
zada sobre el devenir del posible hijo. Pues bien, la san en la adopción como una salida-ya, pero, al mismo
quiebra, de un modo u otro, de este proceso previo a la tiempo, viven con un sentimiento de ambivalencia, de
concepción conlleva habitualmente un vacío, que, se- huida, de evitación, de no afrontamiento. En general,
gún su impacto en la mujer, deriva o no hacia un duelo sus parejas varones suelen apoyarlas, pero no sienten,
imaginario. como es obvio, lo que ellas sienten, y en realidad estas
El 5 de febrero de 2007, Celeste contaba en un fo- mujeres se encuentran muy solas en el fondo. Si la si-
ro de Internet: tuación se prolonga y se suceden las tentativas fallidas,
pueden llegar a una situación de duelo narcisista, por
Dentro de poco se va a cumplir un año de la pérdida anticipada.
muerte de mi pequeño Hilario, quien no llegó a nacer,
pero yo lo conocí a través de las ecografías. Pude ver lo
hermoso que era, sus manos, sus piecitos, su pequeña Duelo por aborto
carita. Pude sentir cada movimiento suyo, que era una
caricia para mí. ¡Qué difícil se me hizo seguir adelante, En su desgarrada autobiografía testimonial, ya
qué dolor irreparable y qué vacío profundo dejó en mi mencionada, La agenda de los amigos muertos (1997), la
vida. Guardé cada objeto que tenía para él, desarmé la periodista Raquel Heredia (con cuatro hijos y la expe-
habitación, escondí todo, y después me sentí peor, por- riencia de dos abortos) hace la siguiente reflexión al
que me di cuenta de que había escondido el dolor. Hace contar aquellos días en que fue a una clínica de Amster-
poco empecé a entender que hay cosas que no tienen dan con Ada, su hija de 13 años, embarazada, para que
explicación y sólo me queda agradecerle a Dios la la niña abortara:
oportunidad que me dio de sentirme mamá, pero
igualmente su lugar no podrá ser ocupado jamás... Los hijos que no nacen por expresa voluntad de
las madres quedan ahí, registrados en la memoria, con
Celeste nos descubre lo que no habíamos adverti- unos rasgos definidos que creeremos ver durante toda
do: que hoy una madre puede ver a su hijo aunque no nuestra vida en los semblantes de otros hijos, y conta-
nazca, gracias a la ecografía y a técnicas cada vez más remos sus cumpleaños en silencio y siempre nos arre- 417
avanzadas de visualización intrauterina. Para ella su hi- pentiremos de que no vieran la luz. Pecado o no, delito
jo existió, fue alguien, y de ello da fe un retrato (la eco- o no, nuestra memoria los registrará sin remedio y
grafía) que tiene un nombre más simbólico que nunca nunca se borrarán de ella, dejando en el subconsciente
porque es un eco del hijo que no nació, pero cuya ima- la desdibujada imagen de un crimen.
gen ella vio, guarda y ama (Figura 18).
Esta afirmación tan contundente no es generaliza-
ble. No se siente lo mismo la pérdida de un feto al mes
Duelo narcisista de jóvenes de gestación que a los tres meses. Muchas madres no
infértiles ven a sus fetos muertos, unas porque no quieren y otras
porque se les ocultan sin preguntarles nada, pensando
Cada vez veo a más mujeres jóvenes, en la treinte- que es mejor para ellas. No sé si es mejor que los vean o
na de edad, con síndrome de infertilidad sin causas or- que no. Sí sé que es mejor preguntárselo y cumplir su
gánicas detectables (lo que antes se llamaba infertilidad deseo. Algunos colegas me han contado la existencia
funcional). Se da con frecuencia en mujeres inteligen- cada vez de más madres (y de padres) que han querido
tes, muchas de ellas con un alto nivel de autoexigencia tener al feto en sus brazos, aunque fuera unos momen-
en el ámbito profesional, que tratan con dificultad de tos. Quizá permanezcan en la memoria materna impre-
compatibilizar su papel de realización profesional con sos los rasgos de la criatura no-nacida, y la madre segu-
su deseo idealizado de ser madre y educar bien a sus ramente buscará en el recuerdo su remoto parecido con
hijos. Cuando se deciden a llevar a cabo la reproduc- el de otros recién nacidos con mejor suerte. Lo más
ción asistida, no pocas veces se deben someter a varias probable es que haya un vacío de la memoria, no como
tentativas o a distintos procedimientos en los diversos la nada, sino como dicen que son los puntos negros del
niveles del protocolo de tratamiento, no exento de efec- universo, con una inmensa fuerza de imantación hacia
tos secundarios físicos y emocionales. Cada tentativa lo inimaginable. Algo semejante a lo que los psicoana-
fallida supone para ellas un fracaso personal, un “ba- listas llaman el inconsciente primario (Panel II).
jón” importante en su estado anímico y en su autoesti-
ma, y un cierto sentimiento de deuda o de fallo en la
pareja, naturalmente en la medida en que la explora- Diálogo con Oriana
ción de su pareja masculina ha sido descartada como
causante o coadyuvante en la infertilidad. A menudo Quiso ser indomable, aunque fuera mujer. O sea,
encuentro en esas jóvenes una importante angustia in- porque era mujer. Lo fue desde niña, imitando a su pa-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

dre, albañil y antifascista. Y se construyó un perfil im-


placable de periodista de todos los frentes en tiempos
donde aún eso era poco menos que imposible para la
mayoría de las mujeres. Fue inteligente, bella y fuerte.
Se llamó rabia y orgullo. Pero su nombre era Oriana
Fallaci. Murió a los 77 años, en el año 2006, de un viejo
cáncer de mama, cáncer al que ella llamaba “el Otro” y
mama que no mamó el bebé que no le llegó a nacer,
cuando ella tenía 30 años y amaba a un poeta griego,
mártir y héroe de la resistencia, que se mató en un acci-
dente políticamente oportuno, pocos años después del
aborto de ella.
Estaba embarazada. Eso la descompuso. Quería y
no quería. El médico varón le dijo que debía guardar
cama, dejar de fumar, no conducir y tener mucho-mu-
cho cuidado. El médico varón la miraba mal. La médi-
ca, tímidamente, la miraba como si la comprendiera, y
Figura 19. Composición de Oriana Fallaci y el feto que dibujó Leonardo da Vinci.
seguramente la admiraba. Por fin, el aborto. En 1975 En la foto real se recoge un momento de la espera de Oriana durante el
publicó Lettera a un bambino mai nato (Carta a un niño proceso por la causa de su amigo Pier Paolo Passolini, asesinado en extrañas
que nunca nació), una “novela” autobiográfica en la que circunstancias en 1975, precisamente en el año en el que ella publicó Carta a
un niño que no nació.
ella se enfrenta a su hijo fetal, una vez perdido, con du-
reza y ternura, en una crónica interior de diálogos en
los que las respuestas vienen de ella misma y de sus vida constantemente, en todos los tiempos. Se lo diré
personajes oníricos, y en los que no ahorra la expresión así si alguna vez protesta por haberle traído al mundo”.
de ningún sentimiento por inconveniente que fuese. Aunque la mitad de la vida se agoste antes de cre-
He aquí un breve trayecto por las semanas de feto cer, hace falta echar toda la semilla.
y duelo, que desgrano como un rosario y reescribo con Dices: “A veces, embarazada, se siente una sensa-
alguna libertad, dialogando yo, a mi vez, con Oriana. ción de triunfo. Nada te preocupa”.
No creo que le gustara esta idea. Pero haré como ella Veo caminar a las embarazadas. Van lentas, hen-
418 ante una limitación. O sea, que lo haré (Figura 19). chidas, dicen que pesadas. Pero yo no lo creo, Oriana.
Van como llenando el mundo. Van acordes con el tiem-
Empezabas así, Oriana, hablándole a tu niño en po del cuidar que calma. Parecen estar soñando. Su fe-
ciernes: licidad es como una gran indiferencia por el resto. Ten-
go una extraña sensación de que flotan con el vientre
Anoche supe que existías: una gota de vida que hinchado. Es una gravidez ingrávida. Toda su fertilidad
escapó de la nada. en sazón, colmada y ligera. (Ya sé, ya sé, que sólo en
Fue como sentir en el pecho un disparo de fusil. parte es cierta la metáfora, y que a menudo las piernas
Un miedo que me empapa. se les hinchan). La envidia masculina del embarazo fue
Mi madre no me quería tampoco hasta la noche una de las mejores intuiciones de Freud, mucho más
en que me moví dentro de su vientre. venturosa que la envidia fálica. ¿Para qué querría la mu-
Ni aun en la desdicha reniego de haber nacido. jer un falo si puede tener o ya tiene un niño?
Desearías que tu niño fuera mujer. Para enseñarle
Nada es peor que no haber sido. Nadie se imagina la desobediencia de coger la manzana.
no-siendo o no habiendo sido (Figura 20).
Pero si naces varón confío en que seas como siem-
Pero ¿hay que preferir la nada al sufrimiento? pre lo he soñado: dulce con los débiles, feroz con los
prepotentes, generoso con quien te quiere, despiadado
Me parece, Oriana, que lo “terapéutico” de seguir con quien te obliga.
esta crónica de ti misma son tus preguntas no respondi-
das, ésas que nos hacen tomar decisiones en la absoluta Ése es, Oriana, el más hermoso proyecto de peda-
incertidumbre, que luego asumimos con el nombre, y gogía que nunca haya oído.
quizá con la conciencia, de libertad. Porque dices bien
que, apenas afirmado algo, muchas veces sabe uno que Te hablo, niño, y tú no lo sabes. En la tiniebla que
podría haber mantenido la decisión o el argumento te envuelve ignoras hasta que existes. Podría deshacer-
contrarios. me de ti, y tú nunca lo sabrías, no tendrías la posibili-
Viste en un periódico un reportaje sobre el origen dad de llegar a la conclusión de si te he hecho daño o
de la vida de un niño. Allí estaba el retrato de una cosita un regalo.
de tres semanas, como la que tú llevabas dentro. Era un
proyecto, como un planito. Y dijiste: “Nacerás. Creo Si hay alguna definición de la maternidad es ésta: la
que así hago bien. Como hacen millones de seres en la necesidad de hacer que germine y crezca lo más indefen-

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Figura 21. Seis semanas.

Figura 20. Como una gota de vida...

so, cuidar de lo que parece que no tiene arreglo. Siempre


he tenido la impresión de que la mujer embarazada se
vive y se quiere muy sola por fuera para estar muy feliz- 419
mente acompañada por dentro, atareada en su interior,
germinándose. Claro es que desea y agradece que su pa- Figura 22. Siete semanas.
reja la mime, la ayude, sea tierno, pero, sobre todo, que
la descargue del exterior, quiere que la deje en paz para
sumirse en un reconocer de asombros al “otro” de su en- Seis semanas y media. Envuelto en el abrigo de
traña. Ya, ya sé, Oriana, que tú dices: “Nada amenaza piel de mi placenta. ¡Te han salido las manitas! ¡Y la-
tanto tu libertad como el misterioso impulso que una bios! ¡Y dos puntitos de ojos! Y sólo con tu centímetro y
criatura siente hacia otra”. Pero eso es exactamente lo que medio de menos de tres gramos.
tú sentías por “aquello” que empezaba en ti sin que tú lo
escribieras y que sentías sin que tú lo dominaras. Te digo, Oriana. Aunque no lo parezca, en sus dos
centímetros ya están todos sus órganos. Ahora es crecer
El amor. Debe de haber algo capaz de revelarme y crecer. Y en sus mínimos riñones ya cabe una gotita
el significado de esa maldita palabra. de orina (Figura 22).
...En el alma me escuecen agujas de inquietud y
llamaradas de alegría. Me han dicho que si quiero librarme de ti el mo-
mento empieza ahora.
Por entonces ya había álbumes con imágenes seria- La sola idea de matarte, hoy, me mata.
das y coloreadas del crecimiento intrauterino del feto, Dime: ¿cuándo empieza la vida?, ¿ha comenzado
semana a semana, y tú, Oriana, los seguías con intriga la tuya?
apasionada: No puedo comunicarme contigo, ni tú conmigo.
Dos seres extraños ligados al mismo destino y tan ex-
Seis semanas. ¡Te han brotado alas! Suspendido traños como tú y yo entre sí ahora.
en el interior de un huevo transparente, como los de
cristal donde se pone una rosa, del que sale un cordón Así que tuviste pesadillas fácilmente freudianas.
que acaba en un globo blanco, lejano, veteado... Es co- Machacabas sin cesar renacuajos multiplicados en la
mo la tierra vista chiquita de donde llega a ti el largo fuente de tu jardín; había que evitar su conversión en
hilo de la vida. ranas que te quitaran el sueño croando sin cesar. Por allí
andaba el padre del niño, al que desprecias, con un
¿Sabías, Oriana, que a las seis semanas esa pequeña poco de pena también. Y otro sueño de un embrión de
cosita ya empieza a sentir el frío y el calor? (Figura 21). canguro que buscaba la bolsa como enseñándote un

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Figura 25. Pies de un embrión de 10 semanas.

Figura 23. Ocho semanas.

420

Figura 24. Diez semanas.

camino, y tú eras feliz porque comprendías el lenguaje


que buscabas. Pero vino la pesadilla de tu madre gritan-
do “no puedo mantener más hijos”, y el cura y los poli-
cías la perseguían por ello. Y te despertaron dolores del
bajo vientre.
¿Qué pasaría ahora con tu vida, Oriana? Figura 26. Diez semanas. Imagen ultrasónica.
La reciente aplicación de la ultrasonografía en 3D y 4D (tri- y cuatridimensional)
a la obstetricia ha permitido el seguimiento continuo, sin efectos perjudiciales,
Sería terrible tener que renunciar al viaje proyec- de la vida intrauterina del ser humano, y ha revelado un asombroso desarrollo
tado... Se trata de un proyecto importante de trabajo. desconocido hasta ahora, con comportamientos cuya aparición era impensable
El doctor me ha ordenado guardar cama. Has a sus pocas semanas de concepción, como, por ejemplo, la notable movilidad.
Esto se ha convertido en el mayor alegato contra el aborto, y al feto, por su
cumplido dos meses. El paso a tres meses es delicado. propia presencia, en el mejor abogado de su vida. Tal visualización de la criatura
Entonces te llamarás feto. Aguantaré dos semanas. en movimiento y en conductas de evocación emocional (bostezando, sonriendo,
succionando sus dedos, esquivando estorbos, reaccionando a sonidos) ha
Dije al jefe que tenía bronquitis. Cuando hayas cum- originado un inesperado compromiso vinculante prenatal de sus progenitores con
plido tres se acabará esta inmovilidad torturante. él. Ya se popularizan los álbumes de fotos y películas del aún no nacido.

Del gran mapa del feto ibas extrayendo el retrato


de cada semana de la vida, de su vida. Eran como imá- tillo se abotonara para empezar a ser él, o sea, para en-
genes de sueño, con sus tonos de algodón rosa, y sus cerrarse en su cuerpecito de un dedo de largo.
velos veteados, con sus sombras chinescas sobre paisa- ¿Vendría ahora lo sencillo, Oriana?
jes de mallas encendidas. Te asombrabas. No sé si lle- Ocho, diez semanas, ni siquiera tres meses, y sus
gaste a conocer las que se hacen ahora en vivo y en di- manos amanecen. Ya comienzan a surcar por ellas las lí-
recto con los métodos ultrasónicos. Sobrecogen (Figu- neas dactilares de su historia única y para siempre. Ya va
ras 23, 24, 25 y 26). ser un “yo”, un “tú”, un “él”, Oriana, Y, claro, aparecen las
Le decías al niño: “Estás completo. Tus costillas se uñas, todavía tiernas..., y, claro, intenta hacer el puño. Se
están pegando entre sí por los extremos”, como si el fe- mueve, se mueve. Torna la cabeza porque algo le estorba.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

una mujer y un hombre que vio desde su alto piso le


hizo creer que para que una mujer coja la flor que quie-
re tiene que morirse.
La segunda era de la niña a quien le gustaba mu-
cho el chocolate pero lo aborreció cuando su familia se
hizo más pobre, el papá enfermó sin remedio y la mamá
encinta tuvo que servir a una mujer rica con una bom-
bonera repleta para ella y sus pichones.
La tercera era la historia de una niña que creía en el
mañana porque todo el mundo le decía que sería estu-
pendo, hasta que dejó de creer cuando vio el mañana
con sus propios ojos.
Pero cuanto más crecía el embrioncillo más te
asustabas.
Y qué de ti..., dos semanas inmóvil en la cama...,
era insoportable. ¿Quién te preparaba un poco de sopa,
que tú no podías, a causa del decreto médico? Te sen-
Figura 27. En su pompa amniótica. tías una larva, decías, tú, que no conocías el reposo en
tu vida. Te enfadabas con el “niño”, le gritabas exaspe-
rada. Y luego, te enternecías: “Ven aquí, apoya la cabe-
cita... En nuestra cama nunca entrará nadie...”.
¡Tres meses! Está a pleno rendimiento. Respira,
traga, digiere, orina, oye. Parece que echa los pasos. Le
aparecen los primeros pelillos (Figuras 27, 28 y 29).
Fue injusto, malo. Lo hiciste todo como él te dijo,
como una niña aplicada, como una madre a la antigua, y
aquel horrible hombre-médico te escupió: “¿Pero usted
quiere realmente tener este hijo?”. Te prescribió serenidad
y placidez, como una receta de “despáchese”. Imbécil.
Y te rebelaste, Oriana. “Estoy harta de ti, niño”. 421
Abundante whisky. Cajetillas enteras de tabaco. Co-
lillas y colillas. Y de nuevo el trabajo. Y llorabas, llora-
bas, sabiendo que le hacías daño, y no podías evitarlo.

Figura 28. Parece que pugna por andar.

No paran los brazos y las piernas. El tacto de su mano


sobre el rostro le traza una sonrisa. Un dedo al azar toca
sus labios y allí, entre ellos, buscará en adelante ser atra-
pado. Este minúsculo incordiante, de entre cuatro y seis
centímetros, está aprendiendo a ser chupón y saltimban-
qui. Este cosmonautilla de océano austral navegando en
su burbuja amniótica entre esponjas y corales...
¡Qué puñeterías poéticas!, me cortarías tú. Esa
criatura está en pura incomodidad ahí dentro, en tanta
estrechura como yo ahora.
Le contaste tres fábulas a tu niño (tú le dices niño).
Eran tristes y duras. La protagonista, siempre una niña
(seguramente tú misma, Oriana).
La primera era la de la niña de la ventana, enamo- Figura 29. ¿Se aburre el hombrecillo?
rada de la magnolia del jardín de su patio. La historia de Doce semanas.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Perdóname. ¿Cómo estás, niño? Quisiera resistir Mi amiga le escupió, se volvió al doctor y le gritó:
seis meses más, el tiempo de darte a luz, y luego morir- Usted es el culpable, la quiso matar a ella.
me. Cualquier mujer capaz de amarte será una exce- Mi jefe fingió pesar y concluyó: Culpable, por vani-
lente madre para ti. dad, por no dejarle a una rival la primicia de un trabajo.
Me agobia el vestido. Mi padre: He sufrido dos dolores: saber que ese
A tus catorce semanas, ¿cómo eres de largo? niño existía y saber que no existía. Para un padre los
hijos no son culpables nunca.
Ni siquiera era roja. Sólo rosa pálido. Pero era Mi madre. Es mi niña, y mi niña no puede hacer
sangre. el mal. Sólo un testigo podría explicar lo que ha pasa-
do, ese único testigo es el niño, y él no puede.
¿Tuya o mía? ¿Ése es tu único mensaje, una gota Pero tú también declaraste, niño. Yo temblaba.
de sangre rosa? Llevamos una semana en el hospital. “No tengas miedo, mamá. Me enseñaste a no tener
No aguanto, niño. Me has quitado todo, el vientre, la miedo de la verdad, que está hecha de trozos de verda-
sangre, el aliento. Yo soy tu víctima, niño. Nos vamos des. Me mataste sin matarme. Me atribuiste a mí la
de aquí...Tomaremos el avión. decisión de existir, mamá... Y nunca te cansabas de
demostrarme que no hay salvación. Pero yo te perdo-
El médico se puso cianótico gritándote que lo tu- no, mamá. No llores. Naceré otra vez”.
yo era delito en todas las versiones. Le escuchaste ató- Ni aunque se hagan millones de combinaciones, ni
nita. Y entonces sentiste la primera patadita en el inte- las máquinas más potentes te harán renacer, nadie po-
rior de tu vientre. Como el que tú le diste a tu madre drá crearte de nuevo como hubieras sido en tu tiempo.
que no te quería y por aquel primer puntapié tuyo qui-
so tenerte. Te quedaste rígida, fría, con la garganta ar- Lo llevaste muerto en tu seno más tiempo del pre-
diendo, y un palpitar azogando tu cuerpo, y una lágri- visible. Llegó la hora. Te quemaba la fiebre. Te llevaron
ma que brotaba dura, como una gota de sangre estalla- otra vez al hospital. Delirabas. No querías que lo arroja-
da de un fino punto de punzante herida. Pero prepa- ran al cubo de la basura (Figuras 30 y 31). Les conven-
raste la maleta. ciste para que te lo enseñaran. Y allí estaba en un frasco.
Y volviste a sentirte feliz, es hermosa la vida y estar Delirabas aún a ratos.
juntos mano a mano con la gente... Y te arrepentiste
con el niño y le quisiste de nuevo, como siempre, así tú No eres un niño, sino un huevo... Criatura de mi
422 amabas y odiabas, peleando, encarándote. El niño com- fantasía... Pececillo... Por ti me inventé un calvario y
prendería tu terror de no sentirte libre. Te apenaste de estoy a punto de morir... Debías haber resistido... Qui-
haberle hablado tanto en negro, con tus arengas sobre siera tenerte entre mis brazos, niño, pero eres tan mi-
la libertad que no existe, la maldad inevitable y la sole- núsculo... Puedo sostenerte en la palma de la mano,
dad necesaria. Y lamentabas no haber reído para él. pero me pesas tanto... No eres un pececillo... Eres un
¿Pesimismo? Pesimismo es el miedo por adelantado, niño... Un hombre de dedos fuertes y amables...
pero quizás una forma de eliminar la cobardía. La vida no te necesita ni a ti ni a mí. Tú estás
Compraste la cuna para cerciorarte de quererlo, y muerto. Tal vez yo muera también. Pero no importa.
ropitas, y el carillón. Como para compensarle. Porque Porque la vida no muere.
decidiste volver a tus viajes profesionales, que nadie te
pisara el terreno. Y, en el viaje, mientras le contabas al Oriana, te digo. En tu sueño no habló el niño. Ha-
niño el terrible cuento de la luna ensuciada, supiste que blaste tú por su voz onírica. Hiciste tu juicio por su
estaba ya dejando de existir. boca. Pusiste tus horrores en él. Me atengo a aquella
La doctora dijo: “Tenga ánimo, no hay más reme- pequeña frase que dijiste de paso: “No le he hecho reír”.
dio. Ha muerto. Se quedará dentro de usted algún tiem- Desde niña no paraste de ver cosas malas. Has abierto
po, luego se irá espontáneamente”. mucho tus ojos para que no se quemaran de lágrimas,
has aguzado tus oídos para que no te estallaran y has
Retumbaba en mi cuerpo de piedra mi voz que escrito con rabia para que no te acallaran. Sobreviviste.
decía: “Ocurrió lo que tenía que ocurrir. Por lo tanto, ¿Le mataste o no le mataste?, ésa no es la cuestión. Es
hay que ser coherentes”. Al llegar a mi habitación los evidente que no ingeriste píldoras abortivas, ni hiciste
sollozos me rompieron, y perdí el conocimiento. que te lo extrajeran raspándolo, atravesándolo con una
Soñé que me acusaban en un juicio por homicidio aguja o machacando sus huesecillos. No eres, pues, por
premeditado de un niño que había alcanzado al menos la vía vigil, culpable criminal. Tú lo sabes. El juicio de
los tres meses de existencia prenatal. tu sueño es moral, por la onírica vía de la conciencia,
El primer testigo, el médico. Su conclusión: ¡Cul- con las muchas voces con las que, dentro de ti, tratabas
pable!, por comisión de un homicidio en nombre de la de conseguir la unanimidad de una sentencia tranquili-
libertad egoísta. zadora, fueras inocente o culpable. Lo peor es no ser
La doctora dijo: No es culpable, si alguna vez sin ninguna de las dos cosas y ser las dos. Seguro que de
quererlo deseó su muerte fue en legítima defensa. haber vivido el niño, no habrías podido ser la madre ve-
Tu padre, niño, llorando me condenó: balbuceó ladora en la cabecera de su cama y le habrías seguido
“culpable”. contando fábulas terribles. Creo que temías tener un

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

hijo horrorizado o quizás un hijo con metralleta (Figura


32). Así interpreto yo aquellas dos frases tuyas: “Pasó lo
que tenía que pasar, hay que ser coherentes”. Me que-
darán dos dudas, Oriana. La del sexo del niño que nun-
ca te nació (¿fue un varón, como decías en tu delirio?),
y por qué a tu cáncer le llamabas “el Otro”. En todo ca-
so, ese “otro” sí que pudo apartarte de las trincheras,
aunque no de la rotundidad de tu ser.

Una especie de culpa

He visto madres abortantes que no presentaban


ningún signo de sentir culpa. Pero también he conocido
madres con hijos que evocan con pesar a aquel que no
llegó a ser. Y me hizo pensar lo que me dijo una de Figura 30. Basura.
ellas: “Tengo dos hijos muy hermosos, pero cuanto más
tiempo pasa y me doy más cuenta de la vida, más siento
haber abortado aquella niñita. Pienso cómo habría sido,
a veces sueño con ella, y me agrada. Casi nunca la veo
de cerca la carita, pero, aunque no la vea, me parece
muy bonita, me la imagino en el mismo sueño”.
Recuerdo en Suiza a aquella amiga española que
fue a abortar a Lausana, a la que ayudé a pasar por su
difícil trance, y poco tiempo después contrajo matrimo-
nio con el hombre de aquel embarazo abortado. Nunca
volvió a hablarme de aquello, y nunca podrá hacerlo ya
porque murió joven.
Es, decir el paso del tiempo, dando profundidad a
Figura 31. Restos fetales troceados por succión.
la vida y madurez a las experiencias, revela esa “especie 423
de culpa” que en su día no fue asumida, pero que que-
dó larvada, quizás expectante.
La culpa y la lágrima son fenómenos específica-
mente humanos. Constituyen un misterio todavía. La
culpa es el sentimiento más difícil de soportar. Por ello
nuestra psique ha inventado alambicados recursos para
acallarla, ocultarla o superarla (sublimarla). Muchas
veces la culpa se halla tenazmente encubierta y con mu-
cha frecuencia ni siquiera se sabe que está ahí, socavan-
do en el interior. Lo que, a menudo, más desconcierta
de la culpa es la falta de proporción (digámoslo así,
aunque no estamos tratando con fenómenos que per-
mitan cuantía) entre su intensidad y la causa a la que se
atribuye, cuando en realidad su causa es otra. Esto no
Figura 32. ¿Cómo será?
es sino otra treta de la culpa, que pone su origen en lo
que no lo es para hacerla inútilmente más pasable.
Pues bien, la culpa —ya lo hemos ido señalan-
do— es lo que hace más daño en un duelo. Sé que gran aquello que habiendo quizá podido ser no ha sido. Esa
parte de la sociedad occidental abomina de considerar especie de culpa por lo inexistente va más allá de lo
la culpa individual del aborto y tacha de retrógrado a reactivo transitorio, y creo que apunta a la raíz de la
quien sí lo hace. No es mi función plantear la culpa en maldad —del daño inevitable, de la injusticia origina-
su implicación y proyección moral, pero sí lo es desen- ria— que anida en nuestra existencia.
mascararla, ponerla en relación con el verdadero origen ¡De qué forma tan bella lo dice el Poema 9 de la Quin-
que la causa y determinar el daño psíquico que produce ta Poesía Vertical, de Roberto Juarroz, que parece hecho
en la persona. Incluso en el aborto voluntario más justi- evocando el duelo por el aborto, por el hijo no nacido!
ficable o comprensible (por malformación del feto, por
peligro de la madre, por violación de una menor, etc.) La densidad de lo que no es,
cabe la existencia de una especie de culpa, que tome la la fuerza de lo que no se tiene,
forma de pena, de melancolía, de desesperanza… Es la arremolina el agua de la vida
densidad de lo inexistente, inexistente en el sentido de y crea un sonido de fondo para todos los gestos.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

PANEL II.

Aborto
Obra del año 2003 de Angelo Melaranci,
tallista de árboles, escultor, pintor, bombero,
autodidacta, romano, buen católico.
Esta madre troncal desarbolada,
de retoño amputado y cegados pechos,
crucificada en su seno, enredada
en la maraña de un cordón distenso,
deshilvanada de la corriente
que cruza el cielo,
y una lápida de sangre desabrazada
424 en el regazo de su cuello...
Esta madre...
Esta madre de hijo sin serlo.

Monument to Pro-Life: The Birth of Sean Preston


(2006, Daniel Edwards)
Escandalosa obra del controvertido escultor neoyorkino Daniel Edwards,
inaugurada en abril de 2006 en la galería Capla Kesting Fine Art, de Brooklin. El
movimiento americano antiabortista, aunque no muy contento con la estatua, lo
presentó como el primer Monumento Pro-Vida, y el Comité del Derecho a la Vida,
de Manhattan, desea que simbolice el Día de la Madre. La escultura, en tamaño
humano normal, es de evidente evocación grecolatina y armoniza naturalismo y
simbolismo. Representa a una bella mujer desnuda, con el esplendor pulido de una
diosa mítica, cuya modelo (sin posar) ha sido la famosa cantante Britney Spears. La
representa dando a luz a un imaginario Sean Preston en el mismo momento del
parto, en postura arrodillada sobre una piel de oso, de desconocido simbolismo, sin
duda mitológico. La visión posterior de la escultura muestra el momento en que se
marca la cabeza del niño pujando por salir. Homero relató que Latona, esposa de
Júpiter, sintiéndose sola y apremiada por los dolores del parto, se abrazó a una
Aborto (el feto) palmera, apoyó las rodillas sobre el mullido césped y empujó. La madre tierra le
(dibujo de Chema de la Torre Maroto, 2006) sonrió y nació Apolo. Así parían también las mujeres del Egipto de los faraones y
Tachón de criatura, las mujeres araucanas.
al niño enfadado El que Britney antepusiera ser madre y cuidar de su hijo al hecho de proseguir
no le sale el dibujo, su fulgurante carrera la ha convertido en el reclamo del “sí, quiero ser madre” para
se quedó abortado. aquellas mujeres que dudan sobre si seguir adelante con el embarazo. La galería ha
Estrujó el papel, recibido protestas tanto de grupos abortistas como antiabortistas.
agitó la mano
y gritó llorando:
Malo, malo y malo.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Hasta el tejido prieto de la muerte en la impasibilidad de tu elegancia desnuda


tiene un pálido hilo soñando desde lo alto de tu frente rota.
donde la trama cede y se aligera
Príncipe cuerdo de papel secante
porque le falta muerte.
diluido en la saturación de tu embriaguez
Y hasta lo que nunca ha vivido —causa sin causa
y no morirá nunca efecto sin efecto—.
se remonta en la grieta de una ausencia Feto:
que le presta su cuerpo. ridículo fracaso de un millón de esperanzas,
triunfas en la eternidad
La piedra del no ser,
la certera condición negativa, de tu infancia inocente
la presión de la nada, sin canciones de cuna
es el último apoyo que nos queda. —quedaron puros los pañales que te aguardaban
ante el gesto de asco que hizo el hospital—
Creo que el ejemplo más sangrante de lo que aca- clown,
bo de apuntar es la situación que vive la abortante por abecedario de muecas.
embarazo derivado de violación. Imaginarse al hijo pro- Niegas el tiempo
ducto de la violencia sexual llega a ser tan traumático desde el fondo de tus pupilas
psíquicamente que podría considerarse como un anti- abiertas hacia adentro,
duelo, es decir, como un estado de rabia criminal en el Lázaro negativo,
que se aniquilaría ese producto maldito de la humilla- y era falso tu pasaporte
ción y del asco que conllevó una fecundación. Hay más. en la frontera de la vida
Me lo dijo una muchacha que pasaba por ese trance, me borracho precoz,
lo dijo con lágrimas que parecían acribillarme como todavía añoras tu circo de entrañas
esquirlas de cristal en su mirada de odio, como si fuera y desnudo
yo su violador: “¡Tengo un bicho dentro, es un intruso, todavía luces tu traje de payaso desterrado
está ocupando, está manchando, ¡¡está jodiendo!! el si- sin repertorio y sin contrata.
tio que tengo para el hijo que voy a querer… ¡Hijo de
puta!”. Hoy, pontifica tu nirvana
desde tu garita de cristal:
425
centinela al acecho de los alertas
El Poema del feto de la paradoja.
Ancianito sin canas,
El poeta y escritor Tomás Hernández Franco con la experiencia de no tener ninguna.
(1904-1952) —también periodista, diplomático y polí-
tico, y siempre aventurero, como muchos de los poetas Mañana,
de aquella Hispanoamérica— escribió el Poema del feto pontificará tu nirvana
en su época romántico-surrealista del París de los años desde tu garita de cristal.
veinte del siglo XX. Es un curioso poema, el único que
conozco dedicado al feto, abundante en metáforas pro- Y de pronto este poema, como si en el viejo diván
vocativas de un surrealismo con aliento dadaísta, exen- psicoanalítico aún yo estuviera, me ha evocado un re-
to de cualquier concesión a la lagrimilla. Dice así: cuerdo absolutamente olvidado hasta este mismo mo-
mento en el que acabo de transcribir los versos. Me
Hamlet arruinado, remite a un verano de cuando yo era muy niño, y a
príncipe cuerdo de papel secante, una casona destartalada de un pequeño pueblo donde
feto: pasé un verano con algunos familiares. Era una casa
en la isla desierta de tu arribo de piedra, oscura, con humedad antigua. Sabía que
guardaste el cristal dandy de tu frasco, allí había vivido el médico rural durante mucho tiem-
monóculo, po y eso aumentaba su misterio y mi intrigada zozo-
y en la tranquilidad de tu borrachera bra. Todo el recuerdo se halla en la penumbra, pero de
te quedaste sin opinar al margen de la vida. ella se destaca un frasco cilíndrico, sobre una estante-
ría, o quizás en una vitrina, a la vista en todo caso,
Feto,
junto a otros. Ése, sólo ése, contenía, inmerso en un
Hamlet sin dilema.
líquido claro, un minúsculo extraño ser, blanquecino,
Pescadores salvavidas gelatinoso, encogido, de menos de una cuarta. No sé
te arrojaron el cable umbilical cómo lo supe o cómo me lo dijeron. Pero comprendí
de una esperanza que era un niño que nació mucho antes de lo que de-
pero no despertó tu dormida intención bía, y que no se había desarrollado. Creo que me dije-
y te quedaste ron estas palabras: “Fue un niño que no quiso nacer”.
—Buda sin éxtasis— “¿Y por qué lo guardan ahí?”, debí de preguntar. Y de-

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bieron de contestarme: “Cosas de médicos” (Figura


33). No recuerdo los ojos del homúnculo, pero yo
sentía escalofríos como si me mirara cada vez que pa-
saba cerca. Pues bien, este recuerdo sepultado ha revi-
vido con los versos del poeta dominicano, y de golpe
entiendo todo el poema, porque, sin duda, el feto al
que él se dirige era un feto en frasco —la garita de
cristal, borracho de formol—, y, en efecto, creo que su
desapego al dirigirse a él es el que infunden todos los
que no quieren vivir. Y así descubro esa cierta agresivi-
dad tan sutil, tan escondida, debajo de la frustración y
de la pena del aborto.

Canto de dolor materno al hijo nacido


muerto

Concha Méndez (Madrid, 1898 - México, 1986),


casada con el malagueño Manuel Altolaguirre (1905-
1959), ambos poetas, escribió Niño y sombras (Madrid,
1936). Es un librito con los poemas del duelo por el
hijo en su vientre que murió al nacer, que nació a la
muerte en 1933.
En el Recuerdo, evoca la imposible madre:
Figura 33. Cosas de médicos...
Ibas a nacer, yo sola Diana Montero Rodríguez (1986, La Habana).

iba contigo a esperarte.


(La madre va siempre sola
quien quiera que la acompañe; Quedó el hijo en la sombra de su cuerpo de ma-
426 el mundo es como un desierto dre, el hijo que no vio la luz, ella lo vio —lo tuvo— en
y el hijo en él un oasis.) sueños sin verlo, lo sintió sin tocarlo con la caricia de
Caminabas en mi seno, sus manos. Y ese dolor permanece: no le vi, no le vi, no
mis ojos se hacían más grandes; le vi. Nunca podrá recordarlo con los ojos de la luz;
la tierra con mar y cielo sólo queda el fondo de los sueños y el duelo imposible
era más firme que antes. de una eterna lágrima:
Ibas a nacer, el mundo
se afianzaba en mi sangre... [...]
y es más allá del sueño
No fue, no pudo ser. Silencio: de lo que no tiene donde has resucitado
nombre. Nieve: de ese helor único de la entraña mater- para quedar ya en mí
na descobijada, de la que ya he dado cuenta. Se perdió en una eterna lágrima.
el hijo (Niño perdido), y ella le da cita de encuentro en
los sueños: Pero hay noches desesperadas, noches de “desal-
mación”. De nuevo una madre, esta vez en el dolor del
Silencio de nieve. verso, cuenta haber perdido el alma. Y dice que:
Por las avenidas
del sueño te encuentre, He vuelto a donde estaba;
¡oh niño perdido, de ti se habrá llevado un imposible,
tierna flor de sangre!... de mí se llevó el alma.
[...] Le he querido seguir y nada puedo...
Existe un más allá que nos separa.
Se quedó ella sin verlo, sin saberlo (Se desprendió
mi sangre): Lo busca la madre, ir a donde él. Morir tiene ya un
sentido ¿hacia qué cielo…?:
[...]
Y fue en la hora de verte que te perdí sin verte. ¿Hacia qué cielo, niño
¿De qué color tus ojos, tu cabello, tu sombra? pasaste por mi sombra
Mi corazón que es cuna que en secreto te guarda dejando en mis entrañas
porque sabe que fuiste y te llevó en la vida, en dolor, el recuerdo?
te seguirá meciendo hasta el fin de mis horas. No vieron luz tus ojos.

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Yo sí te vi en mi sueño Te veo en fuga de ti,


a la luz de cien auroras. huyendo disgregado
Yo sí te vi sin verte. en todas direcciones.
Tú, sangre de mi sangre, Huyes de tu unidad.
centro de mi universo, Sólo yo te concentro.
llenando con tu ausencia
mis horas desiguales. Enigma del último verso: “Sólo yo te concentro”.
Y después, tu partida Querrá decir: no eres un fantasma persistiendo una
sin caricia posible existencia, eres un disgregado sin destino, que huye de
de tu mano chiquita, la memoria: sólo yo te concentro. Sólo yo te razono. Sólo
sin conocer siquiera yo te doy razón de no ser. ¡Cuán diferente esta posición
la sonrisa del ángel. distante y logística del padre con respecto a la presencia
¡Qué vacío dejaste, onírica y entrañada del hijo no nacido en su mujer,
al partir, en mis manos! Concha! Manuel busca liberarla, e invoca la expulsión o
¡Qué silencio en mi sangre! el exorcismo: “Ya no eres de esta madre”. Sino de la
Ahora esa voz, que viene (madre) tierra.
del más allá me llama
más imperiosamente
porque estás tú, mi niño. “De algo que no he conseguido…”

Queda la herida renovada (Que no venga). La ma- En una línea similar, interpretamos la decena de
dre clama, exhausta, un “aparta de mí este cáliz”, y re- estremecedores poemas con que Miguel Hernández
clama el lenitivo del olvido, único remedio probable- deja constancia de su duelo poético por la muerte pre-
mente para luchar contra el duelo imposible: coz de su primer hijo (en octubre de 1938, cuando
tenía diez meses de edad) en Cancionero y romancero de
Que no venga, no, no venga ausencias76:
a mi recuerdo aquel día... En el primero de ellos, cuenta el poeta:
que aquel recuerdo me deja,
cuando me viene, una herida, El hijo primero,
y ya no me queda sitio primera alegría. 427
donde poder recibirla. Primer desengaño.
Primer ataúd
que estrecho en mis brazos,
Pena de padres varones por el hijo no que deja mi casa
nacido: “Ya no eres de esta madre” sangrando.
Mediante el análisis y la comparación de poemas Lo que para el padre es desengaño, para la madre
dedicados a sus hijos no nacidos de tres poetas españo- es dolor. Que viven las madres con los pequeños hijos
les varones, rastreamos las claves de posibles sentimien- la angustia constante de su muerte, pues bien saben lo
tos diferenciales con respecto a la pena materna por el frágiles que son. No viven engañadas, sino temerosas,
mismo drama. Son el malagueño Manuel Altolaguirre, en el presentimiento de la desgracia. Y la muerte de un
ya citado, marido de Concha Méndez, que acabamos de hijo no desangra su casa, sino “ensangra” su cuerpo.
ver; el oriolano Miguel Hernández (1910-1942) y el Y en el segundo poema, dos versos explican al hijo
poeta salmantino José Ledesma Criado (1926-2005). muerto: “Siento que no quiso ser / más allá de flor tu
En Mi hijo muerto (incluido en Lenta libertad, vida”. No quiso —dice—. En lugar de “no pudo”.
1936), los versos de Altolaguirre interpelan a la criatura Y en el tercero se espanta, se obsesiona con la ima-
que nunca tuvo voz, ni siquiera llanto. Y en esto va es- gen de los ojos negros, negros, negros, hechos para ser
tribando la diferencia con su mujer, la madre. Ella lleva vivos, y ahora ojos en tierra llovidos, mas “para siempre
el niño dentro, no hace falta decir nada; él, al contrario,
secos, que ya pisan hasta los perros”. Eso ve el padre
lo fuerza a salir, a objetivarse. Ella lo guarda en los sue-
pastor, que empezó sus versos entre pastos y montes.
ños de su útero; el lo concreta, lo hace realidad-materia
Eso ve: ojos del niño recién hechos para ver, que no
cuando le dice:
verán. La mirada enterrada. Mirada que no se hará (al)
mundo.
ahora que te confundes con la tierra
Y se desgranan los versos de su duelo de padre
este silencio íntimo
poeta y campesino. Constata el hoyo —una breve hon-
en otra nueva madre
[…] 76
  Durante su estancia en prisión, donde fue agonizando, escri-
no terminará nunca. bió Cancionero y romancero de ausencias (publicado en 1958), una serie
de poemas dedicados a su esposa, que vivía en muy malas condiciones
Y lo imagina “desnaciéndose”, deshaciéndose: económicas y personales.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

dura, “casi en la flor de la sombra”— en donde lo entie- duciendo, la del hijo compañero de la tierra viva. Y
rran, y el padre regresa a su casa, y en su casa también ahora tiene el padre que contentarse con la fantasía an-
se hace cada vez más hoyo, donde un cuerpo falta y dos cestral de un hijo fructificado en lluvias. ¡Pobre padre
sobran, y donde, si asoma la alegría, es una alegría tor- de primogénito muerto!
va, porque hay una madre que ya no es esposa, sino
vientre de la noche, tumba su cuerpo.
Y se queja al hijo: “Todo está lleno de ti / […] / de “Cómo llamarte hombre...”
algo que no he conseguido / y que busco entre tus hue-
sos”. Es el fracaso de su empresa con el hijo apenas na- El 18 de diciembre de 2005 murió en Alicante el
cido y muerto, empresa —desconocida, pero propia—, poeta y juglar salmantino José Ledesma Criado, con 79
una meta, un objetivo, una medida, quién sabe. “No te años de edad, fundador del grupo poético Álamo. Mu-
he conseguido, y ya sólo eres huesos”. chos, muchos años antes había escrito el entrañable
Por eso insiste en situarlo en el cementerio, en una poema Biografía del hijo que no vivió, que dice así, y se
apenas-presencia del pasado. Y seguramente trata de basta a sí solo para revelar el duelo de la nada de un
convencer a su mujer: padre por un hijo de la fosa común que vivió minutos y
él no estaba.
El cementerio está cerca
de donde tú y yo dormimos Fueron sólo minutos, eternidad, quién sabe
[…] la visita de carne que le ofreciste al cierzo,
De aquí al cementerio, todo quizá sólo ya fueras un sueño de paloma,
es azul, dorado, límpido. o acaso solamente un grito de los padres,
Cuatro pasos, y los muertos. abriéndome despacio la soledad del mundo.
Cuatro pasos, y los vivos.
Límpido, azul y dorado, Cómo decirte hijo, cómo llamarte hombre,
se hace allí remoto el hijo. cómo sembrar recuerdos en tu sonido virgen,
adivinando rasgos, leproseando cauces,
Y el pobre poeta recurre al tópico lírico y bello del intentando buscar una sonrisa blanca
hijo derramado y revenido en jugos irredentos: en tus segundos largos de vida ya cansada.
Os lo digo a vosotros, mis hermanos de vientre,
428 Uvas, granadas, dátiles que es cosa muy sencilla amanecer un día,
doradas, rojas, rojos, viajar contra la muerte, ser enterrado niño,
hierbabuena del alma, o temblar con la luz, y con la luz abrirse
azafrán de los poros. abandonando el odio, la miseria y el aire.
Uvas como tu frente,
uvas como tus ojos. Ni los ojos siquiera pude cerrarle al día,
Granadas con la herida ni elegir su sudario, ni llorar con su madre,
de tu florido asombro, ni saber dónde quedan sus raíces de tierra,
dátiles con tu esbelta ni recoger ya nunca el olor de su muerte,
ternura sin retorno, ni preguntar ahora dónde están sus cenizas.
azafrán, hierbabuena Sólo queda el recuerdo de caja de zapatos
llueves a grandes chorros —liquidación de enero— pesando como un muerto,
sobre la mesa pobre, como un muerto de carne, sin cabezada y duelo,
gastada, del otoño, como un niño‑soldado de la fosa común
muerto que te derramas, donde Dios te retiene hasta su juego eterno.
muerto frutal, caído
con octubre en los hombros.
“Tanto llanto... por lo que no pudo ser”
De otra manera que Altolaguirre, el niño muerto
de Miguel Hernández no es ya cuerpo humano, es El poeta sevillano Manuel Mantero (1930) escribe
también de la tierra, pero de una jugosa tierra en la el Entierro (en Poemas, 1967‑1971), el entierro de su
que el pequeño no se disgrega sino que se derrama
propio aborto. Insólita imagen del hijo no nacido con el
(que no es lo mismo) en infinito bodegón de vida. Su
poema no escrito. Tanto llanto para siempre por lo que
reconversión del niño en frutas y hierbas del campo
no fue…
oloroso le lleva a transportarlo a sus paisajes silencio-
sos de pastor poeta soñando en las afueras solitarias de
Esto que va en la caja es un poema
sus paisajes.
que yo pensé,
Así que era flor el niño vivo y se hace nostalgia
un poema con rostro
frutal el muerto. ¡Hubieras sido una rica huerta trabaja-
de niño. Y lo olvidé. Sí, lo maté.
da, sobre la mesa del pobre, hijo mío! Aquí está la em-
presa perdida de Miguel-padre: la del hijo mayor pro- Nunca me preguntéis por su estatura,

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

por su sexo o su piel.


Hijo mío, hecho de oro y de momento,
fresco como un clavel,
necesario como un dolor,
muerto antes de nacer.
Pasa en féretro blanco mi poema
hacia su tumba diminuta. Es
terrible tanto llanto para siempre
por lo que pudo ser.

Duelo de hijos que mueren por


bombas

Otros duelos difíciles o imposibles son los que des-


Figura 34. Madre con niño muerto I
encadenan los niños muertos por la guerra o por el te- (boceto de 28-5-1937, para el Guernica, de Picasso).
rrorismo. Es el duelo de “las madres locas, / por los ni-
ños que / mueren de bombas” (Figuras 34 y 35).
Hay venganzas soñadas, venganzas dolientes que
la mente imagina en los laberintos del insomnio. Y esas
madres bombardeadas sueñan el duelo recíproco. Una
venganza sueñan y descartan esas madres: que los hijos
de esos criminales mueran de la misma manera que el
suyo. Porque ser madre las hace madres también de los
hijos de los criminales y por eso la venganza se trueca
en lo que muy bien cuenta Carmen Conde en sus
cuentos de prosa poética: que el hijo del criminal juz-
gue a su padre en la misma escena del crimen cometi-
do (Panel III). 429

Quiero tu hijo, aviador77; quiero tu hijo para ense-


ñarle el cuerpo destrozado del mío, para que te oiga vo- Figura 35. Muerte de un niño. Bosnia en guerra (Peter Howson).
lar, con tus bombas y tus balas sobre nuestras cabezas.
Dame tu hijo, hombre que guardas en impunidad
los tuyos. Dámelo, rubio y luminoso como era el mío; Duelos de hijos muertos en el
quiero ver que sus labios suspiran junto a mi hijo, que tráfico
en sus ojos está el llanto de terror de ti. Porque soy
madre del que tú has deshecho y quiero que tú me des Muchos niños y adolescentes mueren en acciden-
el tuyo intacto. tes de tráfico. Dentro de todas las causas de mortalidad
No te lo heriré. No le diré mal. Mi voz será pura infantil y juvenil, la tasa de muerte por accidente de
y ardida para llamarlo. ¡Sólo quiero que te oiga, que tráfico (porcentaje por 100.000 habitantes de cada gru-
sepa de tu vuelo junto a la muerte de mi hijo! po de edad, en este caso el grupo de menores de 20
Dame tu hijo, aviador enemigo. Yo te lo guardaré años; INE, 2004) es de 16,902 para ambos sexos
cantándole junto a la tumba del mío, muerto por ti. (25,370 para varones y 7,978 para mujeres).
Estos accidentes constituyeron la principal causa
Un bellísimo y simbólico gesto tuvieron los jóve- de fallecimiento entre los europeos menores de 20
nes guardias civiles hacia la madre y hermanas de dos años entre 2001 y 2003 (según Eurostat, Oficina Esta-
de sus compañeros muertos, un padre y un hijo que dística de la Unión Europea), y España se sitúa por
cayeron, con ocho años de intervalo, asesinados por el
encima de la media, con 10,8 varones y 4,1 mujeres
terrorismo de ETA. Muchos de ellos pusieron a sus hi-
por 100.000 jóvenes (siendo la media europea de 9,1 y
jos recién nacidos el nombre de los dos asesinados, que
3,8, respectivamente). Ello supone el fallecimiento de
era el mismo: Ignacio. La pobre madre y viuda decía
465,5 varones y 167,6 mujeres menores de 20 años
temblando de dolor: “Ahora tengo muchos pequeños
(según el Censo de 2001). Extrapolando estos datos
Ignacios”. La ternura es creativa, encuentra siempre el
podríamos aproximarnos a una cifra de más de 600
gesto justo.
duelos de familia por muerte de un menor al año a
77  Para actualización, en lugar de “aviador”, póngase, cuan- causa de accidentes.
do proceda, “terrorista” o cualquier otro ejecutor o responsable del Son duelos éstos muy difíciles de sobrellevar por-
crimen. que a menudo el causante de la muerte no tuvo la me-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

PANEL III. DUELO POR LOS NIÑOS MUERTOS DE LA GUERRA.

Niños muertos (O. Guayasamín).

“Oh, el niño ya estaba muerto” (Roberto L. Motz)

430

Niño palestino muerto en un bombardeo.

EL DESCONSUELO
M.ª Dolores Sanz tenía 12 años cuando estalló la guerra
civil española de 1936-1939. Fue evacuada a una colonia esco-
lar en Cerbère (Francia). Allí, como en muchos otros centros de
refugio similares, los maestros estimulaban a los niños a hacer
dibujos en los que pudieran expresar sus sentimientos y reali-
dades. Se recogieron unos 600, de los cuales 60 fueron publica-
dos en 1938, en formato de bloc escolar, por The Spanish Child
Welfare Association of America, promovida por los cuáqueros
(American Friends Service Committee) para recaudar fondos a
favor de los niños refugiados y de los huérfanos de guerra en
España. Se hizo otra edición en 1939 por la Universidad de
Oxford.
En su dibujo, esta niña explicó que había representado un
bombardeo en su pueblo catalán, Port-Bou. Bajo un árbol, una
niña se cubre los ojos con las manos. Está sola y llora. Su com-
pañera de juegos ha muerto bajo las bombas y está tendida en
la calle. Hay detrás de ella otro muerto chiquito boca abajo so-
bre la acera. Otros niños van de la mano de su madre, como si
pasearan. La aviación bombardea. Una extraña quietud congela
la escena en una especie de foto. Como si todo ese horror no Preparativos para el funeral de un niño afgano en un cam-
existiera, como si se hubiera convertido en algo normal, como po de refugiados de Pakistán (Erik Refner, Premio World Press
si ya nuestros ojos no vieran, ciegos de espanto. Photo 2001)

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21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

nor intención de matar a nadie, puede ser incluso una ción, en días sucesivos, sobre la evolución de la criatu-
buena persona con un mal día, un despiste, una falta de ra, donde plasma la conmoción que le embarga78. En
reflejo, y sí, también con una o muchas copas. Un irres- ellas expresa sus aprensiones (si se quedará ciego, si
ponsable, pero… Nunca quiso matar a nadie ni lo hu- será idiota), sus remordimientos (“¿habré abusado de
biera imaginado…, pero lo hizo. En estos duelos hay mi mente?”); sus ideas más íntimas: “mejor muerto que
un callejón sin salida. Si no lo condenan a larga cárcel, idiota”, pero fantasea que hubo presuntos idiotas que
los padres de la víctima se sienten destrozados, y si lo llegaron a geniales poetas (“¿será listo?”), y a reglón se-
encerraran por años… ¿no destrozaría eso a otra fami- guido lo compara negativamente con otros niños de su
lia? Lo que hemos comprobado muchas veces es la im- edad. Consulta un médico tras otro. Un día, esperan-
posibilidad de pedir perdón de verdad por parte de zas, y al siguiente, desesperanzas. En la última anota-
esos criminales de ocasión a la familia de su víctima. ción escribe:
Podría tratarse de enfriamiento afectivo por distancia-
miento como una forma de defensa psíquica contra la El dolor templado, serenizado, intelectualizado,
culpa inaguantable por el irreparable daño cometido hecho hábito, diluido, y, en cambio, cada día de mayor
involuntariamente. alegría del niño, cada risa, cada voz de satisfacción, un
En la Casuística (apartado 7.1), presento un caso placer mayor que en otro niño, es acaso la inteligencia
de duelo en ira de un padre que sufrió un accidente de que despierta. El enfermito crónico da más molestias,
coche en el cual perdió la vida un hijo. pero proporciona más placeres, y por eso se le quiere
más, no porque proporcione más pesares. Su estado
habitual de enfermedad nos produce el mismo efecto,
Duelo de Unamuno por la muerte por el hábito, que el estado habitual de salud en los
de su hijo deficiente otros, es su normalidad, y, en cambio, cada signo de
vitalidad en éste da mayor placer que en los otros.
“¡Qué lástima de hijo!”. ¡Cuánto más si ese hijo es
enfermo crónico, discapacitado, o retrasado psíquico! Pero a finales de ese mismo año, el estado del be-
Un vínculo especialmente fuerte se crea entre la madre bé se hizo crítico, y, aunque no murió, quedó en situa-
y el hijo irreversiblemente disminuido. Esa carga le da ción irrecuperable definitiva. Todo ello y sus profundas
un perenne sentido materno de vida. Casi siempre, pe- inseguridades internas removieron a Unamuno, provo-
ro no siempre, ése es un peso demasiado fuerte para el cándole insomnio, palpitaciones y dolor en el pecho
padre. Al principio, es una catástrofe para la pareja, con irradiación al brazo. En la noche del 21 o 22 de 431
hundimiento y negación, como en los duelos. Pero lue- marzo de 1897 le sacudió un intenso ataque, que,
go, a menudo, el pobre hijo es percibido paradójicamen-
te, increíblemente, por muchos padres como un “regalo 78
  Encabeza el escrito con la palabra “hidrocefalia” escrita en
del cielo”, como un “ángel”. Ellos le ven cualidades que griego. Espigo algunas de las brevísimas anotaciones, donde probable-
no son apreciadas por los especialistas de los tests men- mente mezcla observaciones sobre el niño, sobre sí mismo y sobre los
tales, o que incluso éstos valoran como lastres para ac- que le rodean: Día 23 [seguramente de marzo de 1896]: Lo primero
ceder a la inteligencia formal y a la autonomía. Lo que [es decir, la primera manifestación de enfermedad] a los seis días [de
nacer]. Entre la vida y la muerte. […] Estrabismo. ¿Estará ciego? Expe-
no han visto en sus hijos normales, lo ven los padres en riencias. Indigestiones. Baños. Remordimientos ulteriores [¿qué ideas le
estos pequeños retrasados, en los que cada mínima pasarían al Magnífico Rector por su mente?]. La cabeza le crece. Hablo
nueva adquisición en su desarrollo, cada pequeño pasi- de hidro [hidro, escrito en griego]. Viene el médico. Temores. Yoduro de
to, se aprecia en todo su despliegue, en todo su detalle, hierro. […]. Perspectivas. La muerte antes que el idiotismo [prefiere el in-
como a cámara lenta, jugosamente, jubilosamente, al telectual padre]. Mala noche. ¿Habré abusado de mi mente? [Insomnio de
culpas: ¿tara por masturbación mental?]. Iré a ver a Larousse y escribiré
contrario que en los hijos normales, donde todo pasa a Gayarre [neuropsiquiatra]. Idiotismo. Wordsworth, el niño idiota. [Quizá
tan deprisa y tan mezclado con todo que no da tiempo se refiera a que se decía de este romántico poeta inglés que, de niño,
siquiera a advertirlo. La permanencia del pensamiento tenía que agarrarse a los árboles para salir de sus ensoñaciones diurnas,
mágico e intuitivo; la inteligencia sensible, sentiente y y de mayor le consideraban un “idiota en su gloria”; quizás Unamuno
afectiva; la primariedad de sus reacciones; la esponta- quería creer que su hijo podría ser un Wordsworth]. Bautizado, la gloria.
¡Qué mala mano, Susana! [se refiere sarcásticamente a su hermana mon-
neidad verbal y emocional del niño retrasado... dan a ja, que fue madrina en el bautizo de Raimundín]. De noche me levanto
los padres una permanente relación con él, de inmedia- a pasearle; besos más ahincados. Mis otros dos niños hacían mi orgullo; a la
tez, de transparencia, de frescura, de pureza, de simpli- desgracia de éste se une una estúpida vanidad. ¡A luchar! [Los días 24 y 25,
cidad, de alegría primitiva, de inocencia, que, en resu- Unamuno se refiere a Areilza, sin duda su amigo el doctor vasco Enri-
men, les mantiene en una ilusión de eterno niño chico, que Areilza, a quien seguramente pide parecer]. 26. Carta contestación
de Areilza. No hay esperanza. Llora C[oncha, la madre] al cogerle. “¡Moles-
de eternos padres jóvenes (por necesarios) de un hijo to!”. Abril, principios. Baños. Esperanzas. Caso de Gorostiza [refiriéndose
por el que apenas pasa el tiempo, fantasía inmortal. seguramente a un caso del doctor José María Gorostiza]. ¿Será muy listo?
Raimundo Jenaro (Raimundín), el tercer hijo de Averiguando de otros niños. La vista siempre baja. Y ¡qué atrasado! No se ríe,
los Unamuno, nació el 7 de enero de 1896, a los cinco no se fija, no conoce a los tres meses. El de doña Isabel, con diez días más,
años de matrimonio. Con pocos meses de vida, el niño conoce y se ríe. […].
Este texto encabeza la edición completa del Diario íntimo que la
sufrió un episodio de meningitis, le empezó la hidroce- Editorial Escelicer dio a conocer en su integridad en 1970, pero no se
falia y se le paralizó un brazo. En marzo y abril, el padre incluye en otras ediciones, más estrictas, ya que en realidad no pertene-
garabatea unas notas telegráficas, de difícil interpreta- cía a los cuadernillos del Diario propiamente dicho.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

diagnosticado de angina de pecho, bien pudo ser un Y cómo papá le doraba la píldora, cantándole otra
trastorno de ansiedad, un acceso de pánico, que tanto nana, la de El Coco Caballero, que es el Caballero de la
ha dado que hablar a sus biógrafos y estudiosos. Se Muerte de los niños, con un final de amargo regusto,
sintió a las puertas de la muerte. Creyó expiar un gran que, en el sueño, el niño no sentiría:
pecado de soberbia y estalló en sollozos. En ese instan-
te, su mujer, doña Concha, le acogió en sus brazos y le ¡Dime quién te ha hecho pupa, hijo mío…!
consoló como una madre a su pequeño: “¿Qué tienes, Algún alma negra…
hijo mío?”. Don Miguel echó a andar por las calles os- ¿Ésta, dices? Eh, mala, malota,
curas de Salamanca, yendo a refugiarse durante tres por mi mano mi niño te pega.
días en el convento de San Esteban, de los Padres Do- ¡Vamos, abre esa boca, querido,
minicos. Durante la Semana Santa de 1897, el 9 de tan rica y tan fresca,
abril, Viernes de Dolores, Unamuno se retiró en el Ora- no la aprietes así, que te ahogas,
torio de San Felipe Neri, en Alcalá de Henares, donde toma esto, mi prenda;
se hallaba su antiguo director espiritual, el Padre Le- tómalo, que si no te me mueres,
canda. Hizo su personal vía crucis, sus solitarios ejerci- el Coco te lleva…
cios espirituales. Plasmó en un Diario íntimo sus inten- Míralo cómo viene montado
sos sentimientos, sus urgentes reflexiones, sus angus- caballero en su jaca ligera,
tias cristianas, con una implacable introspección, en caballo con alas
donde hizo crisis su filosofía y su fe, y buscó su yo, y se
desnudó, se desmontó y se descarnó a trozos, y buscó […]
en otros, y exprimió evangelios y el Kempis, y se aferró Si tragas la perla80
al Cristo doloroso y abominó del “intelectualismo”, ya verás qué caballo te compro,
aterrado por la nada y atenazado por la culpa de su caballo que vuela,
soberbia y de su vanidad79. que te lleve volando, volando,
Y, al par, con qué ternura el catedrático de griego,
volando, mi prenda…
el Rector Magnífico, acunaba con sus versos de nana al
¿Que te amarga, me dices, mi niño?
niño preferido (Canción de cuna al niño enfermo, 1900):
Una caja de dulces te espera,
mas primero es preciso te cures
Duerme, flor de mi vida,
tragando la perla.
432 duerme tranquilo,
Oh, mi niño, mi niño, qué frío,
que es del dolor el sueño
parece de cera…!
tu único asilo.
[…]
Duerme, mi pobre niño,
goza sin duelo, Ese sueño sacude, amor mío,
lo que te da la Muerte despierta… ¡despierta!
como consuelo. ¿Dónde va de mi amor la primicia?
[…] ¡El Coco le lleva!
[…]
Pronto vendrá con ansia
de recogerte, Raimundín falleció en 1902. A la muerte de Una-
la que te quiere tanto, muno, encontraron en su cartera de bolsillo los dos di-
la dulce Muerte. bujos que hizo de su hijo (uno de frente y otro de perfil)
Dormirás en sus brazos (Figura 36) y una estrofa (la última) de un poema que
el sueño eterno, era una oración desesperada (En la muerte de un hijo,
y para ti, mi niño, 1902). Habían estado siempre allí. Dicen algunos de
no habrá ya invierno. esos versos:
[…] Aún me abruma el misterio de aquel ángel
El sueño que no acaba encarnado, enterrado en la materia,
duerme tranquilo, y preguntando, con los ojos trágicos
que es del dolor la muerte de mirar, al Señor, por la conciencia.
tu único asilo. Aún recuerdo las horas que pasaba
79  El Diario íntimo está constituido por cuatro cuadernillos, es-
de su cuna a la triste cabecera
critos del 9 de abril de 1897 al 28 de mayo del mismo año con grafía
preguntándole al Padre con mis ojos
impecable y sin ningún retoque ni tachadura. Hizo un intento (ya des- trágicos de soñar, por nuestra meta.
inflado) de reanudación en un quinto cuaderno, fechado en 1899, con
apenas unas notas, que retomó con ánimo de seguir en 1902 (año de
[…]
la muerte de Raimundín), y que se reduce a una breve recreación del
padrenuestro, de un panteísmo yoísta. 80  Arcaísmo de píldora.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


21. Duelo por la muerte de un niño (I): Clínica

Y un alba se apagó, como se apaga Pero en mí se quedó y es de mis hijos


al asomar el alba allá en la extrema el que acaso me ha dado más idea,
nebulosa del cielo aquel que nunca pues oigo en su silencio aquel silencio
podremos ver recóndito planeta. con que responde Dios a nuestra encuesta.

433
Figura 36. Raimundín, el hijo deficiente de Unamuno, dibujado por el padre.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

TEXTO DE LAS CANCIONES PARA LOS NIÑOS MUERTOS

I II

Ahora quiere el sol alzarse brillante, Ahora comprendo por qué me


como si no hubiese ocurrido ninguna desgracia lanzasteis tan oscuras llamas
durante la noche. en algunos momentos, ¡ay, ojos!,
Sólo a mí llegó la desgracia, como para concentrar
el sol brilla por doquier [el sol brilla para todos los todo vuestro poder en una mirada.
demás] Pero yo no lo sospechaba siquiera,
No dejes a la noche sumergirse dentro de ti, porque una niebla me envolvía,
debes sumirla en la luz eterna. que el relámpago enviaba a aquel lugar
Una lamparilla se fue extinguiendo en mi casa, de donde provienen todas las luces.
[pero] ¡bienaventurada la luz de alegría del mundo! Vosotras queríais decirme con vuestro brillo:
“Nos gustaría permanecer a tu lado,
pero esto no los ha negado el destino.
¡Míranos, porque pronto estaremos lejos!
Lo que en estos días son sólo ojos para ti
serán estrellas en las noches futuras”.

III IV

Cuando tu madrecita ¡A menudo pienso que sólo han ido


entra por la puerta a dar un paseo!
y vuelvo la cabeza ¡Pronto volverán de nuevo a casa!
para recibirla, ¡El día es hermoso! ¡Oh, no estés inquieto!
no es hacia su rostro Solamente dan un largo paseo.
434
donde dirijo mi primera mirada, Eso es, solamente han ido a dar un paseo
sino a aquel lugar, y ya van a regresar a casa.
cerca del umbral, ¡Oh, no estés inquieto, el día es hermoso!
donde debería estar ¡Sólo están dando un paseo por aquellas alturas!
tu querida carita, ¡Solamente han ido por delante de nosotros
si tú, siempre alegre, y ya no han de regresar a casa!
entraras con ella, ¡Los alcanzaremos en aquellas alturas,
como de costumbre, hija mía. a la luz del sol!
Cuando tu madrecita ¡El día es hermoso en aquellas alturas!
entra por la puerta
a la tenue luz de las velas,
siempre siento que vas a entrar
en la habitación, V
deslizándote tras ella,
como de costumbre. Con un tiempo así, con esta tormenta,
¡Oh tú, refugio de tu padre, nunca hubiera debido mandar fuera a los niños;
ay, resplandor de alegría se los han llevado y no he podido decir nada.
tan pronto extinguido! Con este tiempo, con este viento,
nunca hubiera debido haber dejado marchar a los niños,
temía que cayeran enfermos,
pero [éstos] no son [ya] más que pensamientos vanos.
Con este tiempo, con este horror,
nunca hubiera debido haber dejado salir a los niños,
temía que pudieran morir mañana,
pero no debo ya inquietarme.
Con este tiempo, con este viento, con esta tempestad,
descansan como si estuvieran en casa de su madre,
sin temor a las tormentas,
protegidos por la mano de Dios.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


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Duelo por la muerte de un niño (II)


Casuística

Carlos Cobo Medina

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ Un tercer personaje muy interesante, del que no nos


ocuparemos por el momento, sería Charles Darwin
u Estudiar distintos casos históricos y literarios de (1809-1882), que también coincidió con los dos ante-
duelo por la muerte de un niño y reflexionar sobre riores durante una parte de su vida pero no se relacionó
su elaboración. con ellos, si bien Freud le admiró mucho y le citó con
frecuencia en su obra, y Cajal, por su parte, escribió
que los principios darwinianos le sedujeron y que los
seguía, aunque críticamente. Los tres produjeron méto-
dos e ideas que abrieron o desbrozaron caminos ignora-
INTRODUCCIÓN dos o desechados hasta entonces. Los tres afirmaron la
unidad desde su pensamiento investigador (Darwin, la
No se comprende la densidad de una pérdida si unidad del origen de la vida y del hombre; Freud, la del
no se conoce la densidad de una vida. psiquismo humano, y Cajal, la unidad diferenciada de
Porque hay intensos sufrimientos callados. la neurona, y por tanto del cerebro y del sistema nervio-
so). Los tres trabajaron sobre la base de una trama inte-
En este capítulo trato de apoyar la clínica del duelo ractiva en evolución, inaugurando así el pensamiento
en documentos extraídos de una triple fuente: 1) casos moderno en las ciencias biológicas, mentales y nervio- 435
clínicos, 2) testimonios autobiográficos y 3) creaciones sas, con el supuesto fundamental de la evolución, de la
poéticas y literarias, y algunas cinematográficas, de las “evolutividad”. Los tres vivieron algo, quizás irrelevante
que, por la calidad de sus autores, cabe esperar una para la Humanidad, pero importante de manera indivi-
afinada expresión de sentimientos y emociones. dual para cada uno de ellos: la muerte de un querido
Quiero ilustrar en esta Casuística el duelo por la niño en su familia, y, aunque en muchos aspectos te-
muerte de un niño tomando ejemplos tanto de perso- nían rasgos comunes, cada uno de ellos reaccionó de
najes de pensamiento científico como de pensamiento muy distinto modo a este drama humano.
literario, siguiendo las confesiones que hacen al respec- A Darwin y Freud les conmocionó el duelo de tal
to en sus autobiografías. Tienen un valor similar, quizá manera que muchos estudiosos creen que influyó en
de mayor elaboración que los casos clínicos de la con- alguna línea sustancial de su obra. Menos evidente es
sulta corriente, aunque hay que precaverse de sus posi- en Cajal la traza de duelo por la muerte de una hijita,
bles sofisticaciones. pues en él parece que la investigación sin descanso y
En el comienzo, ilustro el concepto de pervivencia absorta le liberara de toda invasión de dolor humano; sí
en el duelo con los casos de los escritores Guareschi, le afectaban de forma explícita o aparente, sin embargo,
italiano, y de Carlos Fuentes, mejicano. Y acudo al sóli- las pérdidas de la Patria, como veremos.
do Testimonio materno de Elena Soriano para atestiguar Darwin, que era una persona de afectos entraña-
la existencia de visiones del hijo tras la muerte. bles pero neuróticamente muy ansiosa y con una fuerte
Luego contrasto la reacción de dos grandes hom- patología funcional crónica, vivió con gran intensidad y
bres, dos médicos, con rigor de pensamiento: Freud dolor la muerte de su pequeña Annie, cuando la niña
(1856-1939) y Cajal (1852-1934); ambos coexistieron tenía 10 años. Su patobiografía y su historia familiar de
en la época, pero no se conocieron personalmente ni duelos (que daremos a conocer en su momento) son
tuvieron ningún intercambio ni afinidad en sus ideas. ejemplos de cómo los duelos se “heredan”, se transmi-
ten generacionalmente, aunque no sea de forma genéti-

  Cajal criticaba a Freud, pero leyó su obra y quedó intrigado ca, y es un caso que ilustra la diferencia entre depresión
por la doctrina de éste, hasta el punto de que entre los papeles inéditos y duelo, pues él, que era una persona de psiquismo
del sabio español se han encontrado cuartillas sueltas con sueños ano- vulnerable, afrontó con valor, a su manera, la enferme-
tados, algunos con indicios de temática sexual, que Cajal se apresura a
explicar, como no podía ser menos, mediante un mecanismo orgánico.
dad y la muerte de su niña preferida, sin que aumentara
Es significativo que, en dos de esas cuartillas escritas de su puño y letra
a las que hemos tenido acceso, hay palabras que están intencionalmente formarlas en garabatos, por constraste con el resto, que son bastante
censuradas de una manera muy curiosa: haciéndolas ilegibles al trans- claras.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

de modo sustancial su psicopatología previa, que siguió Por su parte, Elena Soriano lleva a cabo —como ya
su desarrollo natural aparte y que disminuyó con la ve- reiteramos en el capítulo de Clínica— una labor titánica
jez, como sucede con frecuencia en los cursos espontá- de investigación personal en su intento de comprender.
neos de la patologías psíquicas o psicosomáticas cróni- Y lo hace documentalmente, sin ahorrar ninguna vía,
cas. Pero éste será motivo de otra historia. convirtiendo su escritura en su propio diván psicoanalí-
Por su parte, Freud, que puede ser considerado tico, donde relata todo con respecto a ella y su hijo y
justamente como una persona de sólido psiquismo, be- donde deja minuciosa constancia de sus contenidos
neficiándose del psicoanálisis que él mismo fundó, se oníricos, entre otras muchas cosas, en un ejercicio de
mantuvo sereno y con gran fortaleza a través del largo implacable sinceridad, al mismo tiempo austera, notán-
sufrimiento que significó para él la lucha contra el cán- dose su dolor rezumando en las páginas.
cer, el cual no impidió que siguiera su trabajo con los Y, en alternativa, dos hombres de gran envergadu-
pacientes y su producción intelectual en todo momen- ra literaria: el poeta argentino Baldomero Fernández
to. Sin embargo, lo derrumbó completamente la muerte Moreno y el escritor, creador de escritura, Francisco
de su nietecillo. Su caso sobrecoge. Un Freud cancero- Umbral. Éste —en plena, primera y última paterni-
so, al pie de la tumba, cae entonces en una profunda dad— sufrió de manera terrible la pérdida de un pe-
depresión. Ni siquiera la pérdida de su hija Sofía, poco queño y encantador hijo; rozó la depresión, pero la
tiempo antes, le había producido tal impacto, aunque evitó ateniéndose al duelo y elaborándolo en una re-
seguramente se sumara a éste. Salió de la depresión, flexión a corazón abierto —catarsis, confesión, elabora-
pero con un fondo de aumentada desesperanza, que le ción—, con esa belleza que muestra el dolor cuando
reafirmó en la existencia de una pulsión de muerte, o nos sublima, o lo sublimamos. En el caso del poeta ar-
Tanatos, en contrapunto con el instinto de vida, Eros o gentino Baldomero Fernández, por el contrario, la
Libido. Tanatos era para él ese extraño instinto que ani- muerte del hijo desencadenó, reveló o activó una de-
da en el ser humano en forma de destino dramático y presión intensa de la que no terminaría de recuperarse,
de tendencia inexorable a la anulación de tensiones, y que cortó en gran parte su producción literaria. En
que es la muerte. Fue una teoría que sus discípulos no Umbral, la creación literaria permaneció intacta, pero la
terminaron de entender o no aceptaron. muerte de su niño significó no sólo su pérdida, sino la
Por su parte, Cajal nos dice en algún momento, de pérdida de la paternidad, porque no se arriesgó a volver
paso, en su autobiografía, que él propende por natura- a pasar por otro dolor semejante.
leza a la melancolía y que ésta se acentuaba en algunos Me ha interesado plantear casos que han sufrido su-
436 momentos. Según lo cuenta, no parece que la muerte cesivas pérdidas de hijos. Tres traigo a estudio: el de la
de sus hijos le produjera un evidente desequilibrio o poeta cubana María Luisa Zambrana, el del psiquiatra es-
una visible conmoción personal. Así como cuenta con pañol Castilla y el del escritor mexicano Carlos Fuentes.
pelos y detalles la historia de su infancia y juventud, es Propongo también a análisis dos creaciones cine-
mucho más precavido con respecto a la edad adulta. Lo matográficas (Alemania: año cero y Europa 51) del ci-
que sí nos da la impresión es de que, ya jubilado, sin el neasta italiano Roberto Rossellini, que, tras el impacto
apoyo del trabajo, con la muerte de Silveria, su esposa, de duelo por la muerte de un hijo pequeño después de
y con el avance de su arterioesclerosis (que no le impi- una intervención quirúrgica, produjo casi sucesivamen-
dió escribir unas últimas y jugosas memorias literarias te dos magníficas películas. En ambas un niño se suici-
sobre este particular), la herida narcisística de la vejez le da. Con admirable sobriedad, sin ninguna concesión al
llevó a aislarse en su rincón, con sus libros y sus cosas, melodrama y con mirada llena de amarga compasión, el
en una especie de melancólico retiro final. director italiano dirige su cámara, en la primera, a la
soledad del niño ante el mal del mundo, y en la otra
*** asiste desolado al intento frustrado de una madre para
redimir, en la entrega a los demás, su culpa por la
Pasemos ahora al duelo por un niño en personajes muerte del hijo. Con esto, además de recalcar la carga
de pensamiento literario. Y aquí la gama es más variada. de dolor añadido que significa el suicidio de un hijo,
Pero me detengo especialmente en aquellos cuyo duelo pretendo llevar la atención hacia la exigencia de res-
ha quedado personificado de manera clara en su obra o puesta espiritual que reclama la muerte de un niño,
en su biografía. tanto si ésta sucede por enfermedad como por violen-
Por ejemplo, el de dos intensas mujeres de la escri- cia. Deseo remarcar dos aspectos a propósito. El prime-
tura, poesía y/o narrativa: Gabriela Mistral y Elena So- ro es la posibilidad de vehicular y elaborar un duelo a
riano, ambas destrozadas por la destrucción de un hijo través de una obra creativa, como hacen Rossellini y
(que así deberíamos llamar la muerte de esos dos mu- otros autores que he citado —y que veremos a conti-
chachos, por suicidio, por droga, por el dolor de vivir). nuación—, y el segundo es el notable ejercicio de re-
En el caso de Mistral, su vida queda jalonada por dos flexión que, con gran respeto, en Europa 51, lleva a cabo
suicidios, el del hombre que amaba en su juventud y el Rossellini (personalmente situado entre el agnosticismo
del niño que amaba en su vejez. Y la paradoja de los y el ateísmo) sobre el tratamiento de la culpa en el due-
azares es que el duelo de Mistral coincide con la conce- lo y el difícil trance que significa el intento de conver-
sión del Premio Nobel: la enaltecen cuando ella se sien- sión existencial o espiritual de una persona removida
te fracasada. por la muerte de un ser querido.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

Finalizo los casos con la historia del popular médi- En resumen, diría que no sólo en estos casos, sino en
co del Real Madrid, el doctor Del Corral, que, tras la todos, en cada persona que los padece, ningún duelo es
muerte accidental de su hijo pequeño, entró en un pro- parecido a otro, aunque se asemejen en apariencia. El due-
ceso de reconversión religiosa, como una defensa con- lo de cada uno es algo estrictamente intransferible, perso-
tra la desesperanza del absurdo, delegando en el Señor nal e incomunicable en lo más esencial. Por eso soy de la
la gestión de su vida, de sus angustias y de sus incerti- opinión de que se trata de una experiencia irreductible.
dumbres. Algo así como el sentido que conlleva el “há- El resto del capítulo queda aderezado circunstan-
gase tu voluntad” que dice la oración. cialmente por otros casos que se señalan de paso, como
Varios puntos generales quiero subrayar finalmente. breve ilustración.
Primero. Insisto en la importancia de delimitar las
relaciones entre duelo y enfermedad psíquica. Veremos
algunos casos en los que se puede diferenciar el curso
del duelo y el de la depresión, aunque a veces den la Pervivencia del hijo muerto en
impresión de coincidir, o coincidan, o donde el duelo
padres varones
tome una apariencia fuertemente depresiva.
Segundo. Hay en la mayoría de estos personajes y
personas un hecho común: que, a pesar de esas doloro-
El hijito Ci
sas pérdidas, ellos siguieron con su tarea, no se quebró
su fuerte capacidad creadora, porque seguramente de-
Una exacta ilustración de la pervivencia del hijo
bían de percibirla no (sólo) como un medio de susten-
muerto es la que Giovanni Guareschi (1908-1968) nos
to, sino como una misión, como aquello por lo que se
siente que la vida tiene un sentido, o aquello para lo   Giovannino (Juanino, le llamaban así también de mayor, e
que uno vale, y entonces se entiende como una exigen- incluso aparecía como Nino su nombre de autor en algunas novelas,
cia íntima, como una verdad, como la propia verdad, siendo él tan grandote), Giovannino Oliviero Giuseppe Guareschi nació
cuyo cumplimiento va más allá del sufrimiento. en Fontanelle di Roccabianca, un pueblecito de Parma, en mayo de
Tercero. En su mayoría, los hombres cuyas pérdi- 1908. Su padre era comerciante y su madre era la maestra del pueblo.
das de hijos aquí estudiamos demuestran que la inten- Por ruina económica familiar, hubo de dejar los estudios y buscar traba-
jo. Con poco más de veinte años inició su carrera de periodista satírico.
sidad del dolor por la muerte de un hijo no es patrimo- Fue redactor-jefe, editor y director de varios rotativos. Destacó por el
nio privativo de las madres, y que, desde hace al menos humorismo de su pluma, desde la jocosidad amable a la socarronería,
dos siglos, hay documentos biográficos que ponen de desde la ironía a la sátira implacable, en sus semanarios Bertoldo y Cán- 437
manifiesto esta evidencia del duelo en el padre (y hoy, dido, lo que le valió no pocos sinsabores, entre ellos arrestos y encarcela-
con mayor abundancia). También se demuestra —ya lo ciones, por sus acerbas críticas políticas. Se metió con Mussolini y para
evitarse lo peor se enroló en el ejército, pero al final, paradójicamente,
dijimos— que sólo ahora se está estudiando prolífica- sufrió prisión en un campo de concentración nazi (1943-1945), donde
mente el duelo en general, y sobre todo el de pérdidas escribió su Diario clandestino. Después de la guerra fue acusado de difa-
cuyos efectos quedaban antes ocultos, para intentar in- mación contra el presidente de la República (1950) y más tarde (1954)
tegrarlo en un cuadro accesible a enfoques científicos. contra el líder de la Democracia Cristiana, de modo que se pasó varios
Esperemos que ello no lo encorsete o lo frivolice. años en la cárcel, a intervalos. Esto le debilitó profundamente. Él se de-
finía como “católico, monárquico y socialista”, y era feroz anticomunis-
Cuarto. Ya dejé anotado en el capítulo de la Clínica ta. Le llamaban “anárquico sentimental”. En fin, criticó sin concesiones
que la existencia de otros hijos en la familia se conside- a derecha e izquierda. Pero ejerció también un buen humor. Escribió
ra la mejor terapia de duelo, no tanto porque cuando del “pequeño mundo”, como él lo llamaba, de las gentes próximas, de
hay muchos la pérdida de uno se echa menos en falta, sus propias cosas, de su propia familia, como un cronista de lo sencillo
sino porque los otros reclaman la continuación de la y cotidiano, y lo hacía con mucha gracia, provocando a menudo franca
risa, y generalmente con ternura (Corrierino delle famiglie, 1953; Vita in
vida a los padres dolientes. En esta Casuística, tal cosa famiglia, 1968). En los años cincuenta, Guareschi se hizo célebre por
podría confirmarse en unos casos, pero no en otros, dar vida literaria en una serie de novelas a sus dos personajes más fa-
como veremos más adelante. mosos: Don Camilo y Pepone, el cura ultra y el alcalde comunista de
una pobre aldea del norte de Italia, en la llanura padana, es decir, en la
*** cuenca del río Po. Son ambas criaturas dos fuerzas a cual más viva (o
más bruta), que chocan frontalmente desde sus posiciones totalmente
opuestas, representantes de los dos bloques de la guerra fría. Pero aquí
Otra carpeta de este capítulo está constituida por la Guareschi muestra su afecto por ambos, enemigos entrañables, que no
exposición de varios casos clínicos, dos de ellos de forma podían soportar que el otro ganara (era una lucha entre la cruz y la
prolija. Han sido intencionalmente escogidos como casos hoz), pero que se unían como una sola persona contra las desgracias
atípicos, donde el duelo no deja margen a la banalidad. ajenas y las adversidades externas. Todos los que éramos jóvenes en
los años cincuenta y sesenta disfrutamos con esos dos caracteres que
Uno es el de Mari Carmen, en el que el duelo de la niña anticipaban un cierto entendimiento en la discrepancia extrema. Los
por un hermanito se convierte en una fábula o leyenda diálogos del cura con el Cristo de su iglesia son de una gracia tan divina
familiar. Otro es el duelo por la muerte de una niña idea- como humana. Decía Guareschi: “Se trata de dos personajes auténti-
lizada (casi santificada) por una madre que no era su ma- cos, pero no son dos, son veinte o cuarenta sacerdotes concentrados
dre, sino más que si fuera su madre. El tercer caso es el de en uno solo y otros veinte o cuarenta comunistas unidos en uno solo.
Los dos personajes son un personaje único: yo mismo. Incluso, la voz
la muerte de un hijo cuyo aparente suicidio fue peor que de Jesucristo soy yo, porque, como se puede apreciar, es la voz de mi
un suicidio: la muerte incidental en una maniobra au- conciencia”. En estas y otras palabras suyas me baso para dar fe de la
toerótica inexplicable, que dejó anonadados a sus padres. implicación personal y del altavoz vivencial que es la obra para este

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

dejó en una de las páginas de su Diario clandestino Doy por hecho que el relato de Ci corresponde a
(1943‑1945, publicado en 1946), del tiempo en el que su vida real y no es una construcción literaria; el autor
estuvo confinado en un campo de concentración (Panel se persona con su propio nombre aunque lo cuente en
I). Constituido por piezas literarias diversas (cuenteci- tercera persona. Ese pequeño Ci existió de verdad, vivió
tos, pensamientos, fragmentos, canciones), él las iba en el vientre de la madre y murió naciendo, y el padre
escribiendo con el fin de leerlas a sus compañeros de lo hizo pervivir a su vera. La revelación que Giovannino
prisión en una ronda incansable de juglar, como una ofrece en su Diario clandestino es la más bella, tierna y
especie de diario hablado ambulante, para hacer la vida exacta descripción de lo que llamo la pervivencia (y no
más llevadera. Y entre esas páginas hallamos la que, supervivencia) del hijo muerto en la viva memoria de
bajo el título de Ci, dice así: sus padres, y demuestra que tales hechos no se dan sólo
en el duelo de las madres. Quizá quepa verificar si esa
30 de agosto. Giovannino [es decir, él mismo] pervivencia del querido hijo muerto se produce en el
está sentado sobre la arena desierta. Está solo pero no padre más como presencia externa que como como vi-
está solo. La vida le dio tres hijos, pero el segundo no vencia interna, simbiótica, visceral, que podría ser más
tuvo nada de la vida (ni una migaja de luz, ni un poco frecuente en la madre. Pero eso está por ver (como
de aire, ni un nombre), porque cuando nació ya se lo comprobaremos en el duelo de Umbral, también se
había apoderado el frío de la muerte. puede dar en el varón el profundo sentimiento de ha-
Pero él reavivó la boca muda con un soplo de su berse generado un útero-urna conteniendo al hijo
aliento; hizo resplandecer los ojos apagados, con un muerto en la entraña paterna). Por lo que Guareschi
poco de luz de sus ojos, y le hizo un nombre con un nos cuenta, su Ci es para él acompañamiento continuo,
trocito de su corazón: Ci. en esa forma en la que los niños pequeños nos guarecen
Y Ci —no nacido— vivió. Y estuvo siempre con su cuando todos creen que somos nosotros, los adultos,
padre, y aún ahora está aquí con él, y nadie lo sabe. sus infalibles protectores.
El tiempo pasa para sus otros hijos, y envejecen
con cada minuto que pasa; pero para Ci el tiempo no
existe, y su juventud es eterna. Suplencia versus ausencia
Tiene tres hijos: dos son el vínculo entre él y la
vida; Ci es el vínculo entre él y la muerte. Dos le hacen Para desgranar la posible parte de hipérbole narra-
dulce la vida; Ci le hace dulce la muerte. tiva o hipersensibilidad circunstancial que pudiera ha-
438 *** ber en la historia de Giovannino, recurriré a las confe-
Los hombres lo han separado de sus otros hijos, siones recientes del escritor mexicano Carlos Fuentes,
pero Ci está siempre con él; y nadie puede alejarlo de que perdió a su hijo, Carlos Rafael Fuentes Lemus, en
él, ni siquiera la Muerte. Porque el día en que arroje su 1999, a los veinticinco años (Figuras 1a y 1b). Aunque
fardo de huesos, Ci estará aún a su lado, y lo tomará no es ésta, en verdad, edad de niño, en él lo fuera, pues
de la mano, y caminarán juntos sobre las nubes som- quedó su infancia varada en la urgencia por vivir el es-
brías y los mares tempestuosos de la Eternidad. caso tiempo presentido. Niño intenso y delicado que,
Un pajarillo ha anidado en su corazón: Ci. Hace con siete años, dibujó a su padre sosteniéndolo izado
tres años que lo entibia con su amor, y la carne pálida en los brazos, pegados los alientos, cerrados los ojos
se ha vuelto rosada, y los ojos brillan como dos perlitas (Figuras 2a y 2b). Acopió el mundo, como sólo los ni-
negras, y los cabellos —bien secos— llenan la cabecita ños saben hacerlo, en multitud de imágenes de formas,
de rizos diminutos. músicas y palabras. Recluido en su cárcel protectora de
Le ha hecho una cándida camisita que lo cubre cristal (la hemofilia es como una delicada flor hemorrá-
hasta los pies, y Ci —así, pequeño y sin peso— parece gica, que se derrama al impulso voraginoso de la vida
un angelito de las tarjetas de Navidad. infantil), Carlitos se agotaba en una valiente prisa crea-
No sabe hablar, pero comprende a su padre por- tiva de quien se sabe el plazo, entre la melancolía re-
que es una parte de su corazón y vive de sus latidos. flexiva y las fantasías de sus soledades. ¡Qué penetrante
* conciencia de la muerte… y de la vida en toda su fulgu-
Giovannino, sentado en la arena desierta, en el ración! Como dijo en aquellos versos:
límite del campo, parece solo. Y sin embargo Ci está
allí con él, sentado en su hombro derecho, con la carita ¿Viviré mañana?
apoyada sobre su descarnada mejilla. Y juntos miran […]
más allá de las alambradas y más allá de la vida, y mi temor no tiene tiempo
esperan algo. de pensar su propio temor
y la belleza me embarga.
autor. Las novelas se tradujeron a todos los idiomas y se llevaron al Y en estos otros:
cine con enorme éxito, por cómicos inefables, como Fernandel y Gino Nunca más los rayos del sol anaranjado.
Cervi. Duro con los políticos y tierno con los humildes y con los niños,
la mala salud obligó a Guareschi a retirarse del periodismo activo y
Ni el rosado nácar de un rostro.
comprometido, limitándose a colaboraciones. Naturalmente, murió de Todos los colores se resbalan hacia el pasado.
infarto. Tenía 60 años. Y yo, yo habré aterrizado en el futuro.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

PANEL I. BREVE ÁLBUM FAMILIAR DE GIOVANNINO GUARESCHI.

Giovannino Guareschi, con cin- Giovannino con su madre. Guareschi con Ennia, su mujer, y los niños.
co años.

439
Contando historias a sus hijos...:
... quizá la pequeña historia de su niñi-
to Ci, que guardaba en su Diario clan-
destino, en cuya tapa papá aparece con
ropa de prisionero y banderita de Italia
en el sombrero...

...o el cuento de Navidad que escribió para ellos, como otros hicieron nanas de la cebolla, y estrenó en el campo de concentración nazi
como pieza teatral, con música de su compañero Arturo Coppola (el de la litera de arriba en la barraca), representación para la que
Giovannino hizo un magnífico cartel... Pero todo eso acabó (¿sí?) y ahora la familia Guareschi es feliz en los juegos de nieve...

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Mi tío Carlos, que también murió muy joven, a


los 21 años, dejó una obra poética considerable. De
manera que estoy entre las dos personas que tuvieron
mi nombre, uno antes y otro después, y los tengo muy
presentes cuando escribo. Yo en particular pienso que
estoy haciendo lo que ellos no pueden hacer ya, ése es
el estímulo, la espuela. Estoy en cierto modo —¿qué
pretensión, no?— supliéndolos. Sé que no los puedo
suplir pero los tengo presentes. Uno cree que supera el
dolor mediante la creación, pero es cierto sólo hasta
cierto punto, hay un momento en que no hay nada que
atenúe ese dolor. Pero, la verdad sea dicha, todo el es-
fuerzo creativo no suple la ausencia, aunque tratas de
Figura 1a. Carlos Fuentes Lemus (1998) hacerlo, intentas hacerlo porque no te rindes.
Figura 1b. Y su retrato

Creo que en estas manifestaciones Carlos Fuentes


proporciona una clave de asunción del duelo a través
de una modalidad creativa de pervivencia del hijo
muerto: la de trabajar, encarnar, hacer viable y extensi-
ble a los demás la pervivencia del hijo muerto, con el
estímulo de pensar que uno está haciendo o continuan-
do lo que ellos no pudieron llegar a hacer o a terminar.
Quizá recurran más a este consuelo los padres varones
con los hijos muertos de su propio sexo, o con aquellos
que auguran una obra creativa. Subrayo también en es-
te sentido la importancia que el escritor le da a la conti-
nuidad del nombre como mecanismo de identidad su-
cesoria, una manera de sentir la cinta transmisora, a lo
que probablemente sean también más sensibles los
440 hombres todavía.
Figura 2a y 2b. Mi padre y yo. Lo cual queda ratificado por estas consideraciones
A la izquierda, dibujo de Carlos Fuentes, hijo, realizado a los siete años de edad. de su biografía En esto creo (2002) cuando piensa en los
A la derecha, fotografía de padre e hijo también, seguramente con la misma edad
de la del dibujo (de Retratos en el tiempo, 1998) (Foto de Jerzsy Kosinski) hijos, suyos y en general:

Hay que llegar a saber que los hijos, vivos o


muertos, felices o desgraciados, activos o pasivos, tie-
Creció, pues, en el fanal de la hemofilia, y cuentan nen lo que el padre no tiene. Son más que el padre y
que, casi al final, una meningitis (cruel, o quizá compa- más que ellos mismos. Son nuestro compás de espera.
siva por irle preparando poco a poco) le arrebató visión Y nos imponen la cortesía paterna de ser invisibles
y oído. Las crónicas locales aseguraron que perdió la para nunca disminuir el honor de la criatura, la res-
vida durante una fiesta de amigos, el 5 de marzo de ponsabilidad del hijo que necesita creer en su propia
1999, en Puerto Vallarta, cuando pasaba unas vacacio- libertad, saberse la fragua de su propio destino. Nues-
nes con sus padres, y que la causa fue la transfusión de tros hijos son los fantasmas de nuestra descendencia.
sangre contaminada en el curso de un tratamiento. […] Viendo el homenaje de mis hijas a mi único hijo,
Preguntado respecto a sus vivencias por la muerte entendí que un hijo merece la gratitud del padre por un
de su hijo, el padre contestó: solo día que hubiera tenido de existencia en la tierra.

No hay nada más doloroso que la muerte de un Y qué dura —digo yo— es, por demás, la muerte
hijo. Nada se puede comparar a eso. Yo siempre lo he de un hijo cuando se ve tan claramente la riqueza ver-
dicho: el dolor perdura pero el amor crece. Después de dadera que para todos con él se malogra. No sólo, hijo,
la muerte, el dolor no se va, pero el amor no sólo se te pierdes para mí, tu padre, sino que cómo pueden ser
queda sino que sigue creciendo y creciendo y hay mu- tan ciegas las leyes de la naturaleza o de la evolución
chas maneras de traer a una persona [muerta]. Yo (esas moiras hilanderas) para hacer tal dispendio con tu
siento que mi hijo está conmigo cuando escribo, siento muerte.
que lo tengo adentro, renace dentro de mí, florece den- Dos años después, Carlos Fuentes publica su libro
tro de mí, me está ayudando de alguna manera. Lo Instinto de Inez, que dedica “A la memoria de mi adorado
tengo sumamente presente. hijo”. Es una ficción para expresar el impulso de comuni-

  “Entrevista con Carlos Fuentes”, por J.J. Armas Marcelo, Los Li-   “Entrevista con Carlos Fuentes”, María Luisa Blanco, “Babelia”,

bros, 100, TVE-2, 6-6-2001. El País, 9-9-2006.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

Figura 3. Natasha Fuentes Lemus murió seis años después de su hermano Carlos

cación de dos personas separadas por el tiempo humano,


en un amor imposible de desfases de existencia; historia
en la que el médium sería un director de orquesta, y el
vector de conducción, el poderoso “Fausto” de Berlioz.
La trama parte de la atracción que ejerce sobre Inez la
foto de un joven hombre nacido y muerto muchos años
atrás. ¿Quién no ha sentido un pálpito de intensa melan-
colía ante esa fotografía antigua, donde el sepia palidece
y se cuartea, desde la cual nos mira un rostro y una figura
joven, necesariamente desaparecidos, y además descono-
cidos, tiempo ha? ¿Qué es esa atracción enamorada que
nos imanta de una manera inmediata, absoluta, incom- Figura 4.
prensible, con una pena tremenda, insensata, atravesada El escritor Fuentes ante el cuadro de su mujer con los dos hijos pequeños. 441
por la flecha del tiempo? ¿Y cómo no quedar atrapado
por la fotografía del hijito o de la hijita perdidos, con ese
desamparado gesto incierto del dedo intentando una ca- ¿Alguna vez alguien se planteó si esa niña, nacida
ricia del rostro impreso? Pues bien, Carlos Fuentes desa- un año después que el hermano frágil —esa criatura
rrolla toda la trama mediante la instrumentación musical enaltecida, adorada en su desgracia brillante y mor-
del médium. Este recurso a los médium es, como sabe- tal—, se halló en la posición imposible de lo inalcanza-
mos, una forma imaginaria de irrealidad, espuria conso- ble, relegada a lo incomparable?
lación del duelo a veces. Su padre da una clave: “La gran ilusión de un
Y seis años después, en 2005, muere la hija del padre es que su hija sea siempre una fuente de ternura
escritor, Natasha, rondando la treintena de edad, en y entre siempre a la sala haciendo cabriolas. Pero las
circunstancias extrañas, recogida como “muerta desco- fotografías se desvanecen, las gasas se rasgan, las sedas
nocida” por el servicio público, como indigente, en un se amarillean. La Primera Comunión no es un evento
barrio pobre y marginal de México (Figura 3). Es dema- eterno”.
siado. ¿Qué está pasando en casa de los Fuentes?, se ¿Se pide siempre por un padre varón lo que tácita-
pregunta la gente con ese temor ancestral a las maldi- mente esperaba Carlos Fuentes de sus hijos: la herencia
ciones divinas, hereditarias o contagiosas. poderosa del varón y la ternura de la hija?
En su biografía, Fuentes dejó un retrato melancó- Reconoció que:
lico y ambivalente, de regusto amargo, en el perfil que
trazó de esta hija, la que hablaba del triste invierno de Rara vez le pasa a una familia perder a ambos
su juventud, la “exiliada hambrienta de su propia ca- hijos, y esto es aún más duro para mi mujer que inclu-
sa”, la que quería agradar y asombrar, la que se ampa- so para mí (Figura 4).
ró en una cultura brillante y maldita; la que no sabía Ella ha tenido toda su vida una dedicación ex-
inventarse, sino que actuaba ella misma. “Le faltaba traordinaria con ese muchacho y ha vivido en un con-
salir de la reclusión de los placeres intangibles y bru- tinuo sobresalto sobre su salud. Recuerdo perfectamen-
mosos a los espacios de la comunicación con los de- te una visita que hice a Carlos en Nueva York y me
más, escribiendo, actuando, dándole la oportunidad a impresionó su fragilidad y el desvelo de Silvia, que más
sus talentos”. que una mamá, parecía una novia o una amiga entra-
ñable ofreciendo su inquebrantable apoyo a un mucha-
  En esto creo (2002). Carlos Fuentes tuvo una hija (Cecilia) de cho lleno de inquietudes y de deseos juveniles de entrar
su primer matrimonio y los dos hijos citados del segundo. en una normalidad que nunca le fue posible.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Figura 5. Diciembre de 2003. En la Casa de América, en Paris, tiene lugar la


exposición de dibujos, pinturas y poesías, testamento poético (“Survivent les
mots” / “Sobreviven las palabras”, poemas 1986-1999) del joven poeta y pintor
Carlos Fuentes Lemus. La madre, Silvia Lemus, observa, en un ángulo de la
exposición, allá arriba, el retrato del bello rostro, dulce y traslúcido, de su niño,
muerto cuatro años antes. Figura 6. Elena Soriano.

Silvia Lemus, la madre, es una bella mujer, menuda, y como suspendido en el aire, a media altura; veía su
pequeña, delicada, frágil, triste. Hizo periodismo y, según rostro fijo en el espacio, pero “de bulto” y no estampado
refieren de ella, realizaba estupendas entrevistas. Recogió como se ve el de Cristo en el “paño de la Verónica”; y
la obra gráfica de su hijo (Figura 5). Le desbordaba, no veía el de mi hijo vivo, con sus ojos bien abiertos, que
sabía cómo seleccionarla y prepararla, y pidió ayuda. Un me miraban con indecible serenidad y su boca que me
año después de la muerte del muchacho consiguió que la sonreía un poco, con dulzura, ironía y gravedad con-
montaran en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde juntas... Aquella visión reiterada y durable era tan
comenzó un periplo itinerante por exponerla en diferen- cierta como inverosímil [...] [yo] que considero absur-
tes ámbitos internacionales. Decían que Silvia tenía una do dirigirse a los muertos y hablarles directamente,
442 dulce sonrisa y que parecía pedir socorro con sus ojos. como he visto hacer a mucha gente, también lo hice
En la celebridad de su marido, “esa pobre mujer millona- entonces. Lo hice con absoluta credulidad, por desgra-
ria era el ser más desvalido y maltrecho que nunca había cia transitoria. Hablaba a mi hijo sin parar, sin con-
visto”, dijo de ella una de las ayudantes de dicha exposi- tención posible, en silencio si había alguien conmigo,
ción. Tras la miserable muerte de Natasha, ¿qué le queda susurrando y creo que, a veces, gritando, si me encon-
a Silvia? Dijeron: “Silvia se va a romper”. traba a solas con aquella milagrosa aparición. [...]
Preguntas incesantes que hacía a aquella imagen de mi
hijo, muerto viviente, en todos los tonos imaginables.
[...] Aquella inexplicable presencia de mi hijo, a un
Apariciones del hijo muerto tiempo vivo y muerto, no respondió a ninguna de mis
preguntas, jamás pronunció una sola palabra, ni si-
He aquí las descripciones de Elena Soriano (Figura quiera movió los labios para hacerlo, se mantuvo im-
6) sobre sus propias vivencias alucinatorias: pasible, siempre en los mismos dos únicos lugares de la
casa, con igual gesto plácidamente ambiguo, fue ha-
Consumada la tragedia, en los primeros días pos- ciendo su presencia cada vez más corta y espaciada,
teriores [a la muerte de su hijo], a mí me ocurrió algo terminó por desaparecer por completo, no ha reapare-
extraño [...]: si yo apenas hablaba y me quedaba lar- cido jamás, aunque muchas veces, a lo largo de estos
gos ratos absorta, mirando fijamente a ciertos lugares años, la invoqué con desesperación.
del espacio, no era sólo por mi pasmo, sino porque en [...] Ahora me siento fuertemente atraída por el
ellos veía a mi hijo. Lo veía de verdad, no pensándolo, espiritismo [...], yo quiero ver a mi hijo en persona —¡y
imaginándolo o soñándolo, sino de una manera muy sé que es pura podredumbre!—, oír el timbre inconfundi-
realista y concreta, que recuerdo nítidamente: veía sólo ble de su voz, al menos repetir la visión de su cabeza in-
su cabeza, mejor dicho, su cara y no como estaba móvil, como la gocé en los días inmediatos a su muerte.
muerta, sino tal como era cuando se despidió de mí la
última vez. [...] Lo veía únicamente en dos lugares de Año 1980
la casa: frente a mi puesto habitual en la mesa del co-
medor y delante de mi asiento acostumbrado en el Debo estar loca, tengo alucinaciones. Hoy, en una
contiguo cuarto de estar, junto a “su sillón” implacable- conferencia en un centro de la Cruz Roja —este año
mente vacío; lo veía distanciado unos tres metros de mí me intereso por sus iniciativas para luchar contra el
consumo de drogas— he visto entrar a mi hijo en la
  Testimonio materno (1985), Elena Soriano. sala. ¡He visto a mi hijo redivivo, de cerca y de frente,

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

con mayor nitidez que en mis sueños! ¡Era él, era él, (1873). Luego fue enviado a la primera guerra de Cuba (1874), donde
sin duda alguna! Su estatura, su configuración corpo- enseguida contrajo el paludismo, regresó y se dio de baja en el Ejército
(1875). En 1878 enfermó de tuberculosis e ingresó en el balneario de
ral, su cabeza, su larga melena, su barba y su bigote Panticosa y en el monasterio de San Juan de la Peña. Se sintió presa de
negros y rizosos, su cara pálida y demacrada de los angustias de muerte, pasó por la etapa de las negras novelas románticas
últimos meses, sus ojos melancólicos y sufrientes, que y de los versos lóbregos. Pero se sobrepuso con su propia “autocura”
me han mirado con intensidad durante unos segundos. de sol, aire, paseo, silencio y arte. Se casó con la mujer que le convino.
Era Silveria, buena, inteligente, discreta y hermosa mujer que dedicó
¿Desde dónde? Para más extrañeza, este sosias increí-
abnegadamente toda su vida al marido y a los hijos. A la boda, no apro-
ble no se ha quedado a escuchar la conferencia. Ha bada por la familia, sólo asistió su hermano Pedro, que sería también
mirado durante un minuto a toda la concurrencia, co- profesor médico. Como Santiago no quería ejercer la medicina, preparó
mo si buscara a alguien, y luego ha desaparecido. Se oposiciones a la cátedra de Anatomía de Valencia, que obtuvo. Estimu-
lado por su amigo el neuropsiquiatra Luis Simarro, trató gratuitamente
me ha escapado, no volveré a verlo en mi vida, puede
a histéricas y neurasténicos, experimentando con la sugestión y la hip-
ser que sólo haya sido una figuración de mi mente nosis (que recomendó para el embarazo, y publicó un artículo sobre
trastornada. Debiera haberme atrevido, en aquel mis- ello), obteniendo curaciones “prodigiosas”. Pudo hacerse de oro, pero
mo instante, a levantarme y correr tras él o, al menos, sólo quiso satisfacer su curiosidad. Sintió la desilusión de comprobar
preguntar a la gente que estaba allí si lo habían visto que el cerebro, esa “obra maestra”, fuera tan débil y sugestible También
puso a prueba el espiritismo, donde constató la enorme ingenuidad de
como yo. No logro olvidar esta visión, no podré dormir los seres humanos, pues cuando él iba a una sesión no ocurría nada.
esta noche sin mi somnífero. (31‑1‑1980) Y así llevó a cabo, en cierto modo, el camino inverso a Freud (que
había transitado de la neurología a la psicología “morbosa”). Cajal leyó
las obras del psicoanalista, cuyas teorías consideraba “mentiras”, pero
debieron de intrigarle porque durante muchos años anotó cientos de
sueños propios —cuentan que era lo primero que hacía al levantarse—,
CAJAL Y FREUD en los que encontraba siempre, por supuesto, una interpretación orga-
REACCIONES OPUESTAS A LA nicista y bien banal, incluso en aquellos sueños de contenido sexual que
PÉRDIDA DE UN NIÑO EN LA FAMILIA hemos podido ver. Cajal siguió un notable itinerario de oposiciones y
cátedras: Valencia, Barcelona, Madrid. En 1901 tuvo por fin su Labo-
ratorio de Investigaciones Biológicas, cuya creación aprobó el Consejo
de Ministros. Si el laboratorio era su pasión, la docencia en el aula era
El caso Cajal su carga resignada, que llevó a cabo meticulosamente, siendo un profe-
sor extremadamente tolerante y benévolo en las calificaciones. No sólo
escribió sin descanso los artículos y monografías con sus descubrimien-
tos, como sus fascículos en cinco entregas de Textura del sistema nervioso
“Una luz se apagó, otra se encendió”
del hombre y de los vertebrados (1897-1904), su importante Degeneración 443
y regeneración del sistema nervioso (1914), Neuronismo o reticularismo
Cuando un ser humano siente íntimamente la con- (1933), sus trabajos sobre neurotropismo, además de otros muchos,
vicción de aquello para lo cual está destinado, nada y sus constantes reediciones revisadas y aumentadas de su Manual de
puede cambiar su rumbo, nada ni nadie podrán inter- Histología Normal y de Técnica micrográfica (cuya primera edición está
datada en Valencia en 1889), sino que publicó un magnífico tratado
ponerse entre él y su meta. Porque lo vive como una pionero de fotografía de los colores. Y también escribió artículos (utili-
zó el seudónimo Doctor Bacteria en sus colaboraciones en la revista La
  Santiago Ramón y Cajal nació el primero de mayo de 1852 en Clínica, de Zaragoza, en 1883), ensayos o pensamientos, como Reglas
Petilla de Aragón, Navarra, en un valle de los Pirineos. Su padre, don y consejos sobre investigación biológica (1899) —luego también denomi-
Justo, fue un estimado cirujano-barbero, hombre afanoso y de genio, nado Los tónicos de la voluntad. La psicología de los artistas (1902)—,
que trató por todos los medios de domeñar el carácter inquieto del Chácharas de café (1920) —luego Charlas de café— y El mundo visto a los
primogénito de sus cuatro hijos, y que, con carácter dominante, influyó ochenta años - Impresiones de un arterioesclerótico (1934), los dos tomos
en Santiaguico hasta bien entrado éste en la edad adulta. Al referirse de su autobiografía, y cuentos (Cuentos de vacaciones, recopilación en
a su infancia, el propio Cajal se describía, en efecto, como un chico 1905). En 1885, al declararse una epidemia de cólera en Valencia, la
difícil, travieso, indómito, pero también lleno de curiosidad, amante de Diputación de Zaragoza le encargó un estudio, en el que Cajal sentó las
la naturaleza y manualmente hábil. A esas edades no se sabe si dichas bases de la vacunación contra el cólera, prioridad de descubrimiento
características son señales de perdición o de salvación. Parecía más bien que reivindicó frente a Ferrán. El 5 de marzo de 1894 fue nombrado
lo primero. Una vez, siendo niño, fabricó un cañón, con su pólvora y doctor honoris causa por la Universidad de Cambridge y tres días des-
todo, y lo disparó, echando abajo la tapia de la casa del alcalde, lo que le pués era invitado a pronunciar una conferencia en la Royal Society de
costó dos dias de escarmiento en la cárcel, a petición del propio padre. Londres, y en 1899 fue asimismo investido como doctor honoris causa
Éste lo castigaba sin cesar. Lo llevó interno a los escolapios de Jaca con por varias universidades de Estados Unidos, y en 1924, por la de La
10 años. Ya entonces empezó a entregarse obsesivamente a la gimnasia Sorbona. En 1900 recibió el Premio Moscú, en el Congreso Internacio-
atlética, para destacar entre sus compañeros y defenderse, ejercicio en nal de Medicina de París; en 1905, la Academia Imperial de Ciencias de
el que persistió durante bastantes años. Pero el chico detestaba estu- Berlín le concedió la Medalla de Oro de Helmholtz, e ingresó en la Real
diar. Tuvo un expediente académico poco brillante, que no hacía pre- Academia Española. En 1906 le otorgaron el Pemio Nobel, que hubo
ver ninguna gloria. Para hacerle reaccionar, el padre le puso a trabajar de compartir con Camilo Golgi, en un curioso emparejamiento, pues
como aprendiz de zapatero, y Santiaguico llegó pronto a confeccionar cada uno de ellos defendía la posición contraria, lo que le llevó a decir
mejores zapatos que el maestro. Le apasionaba el dibujo desde tierna a Cajal que eran hermanos siameses unidos por la espalda, y también
edad, lo que enfurecía a don Justo, y le atraía la fotografía. Trasladada porque Golgi reaccionó con enemistad y envidia ante el creciente pres-
la familia a Zaragoza, empezó allí la carrera de Medicina en la facultad tigio de Cajal y protagonizó una escena muy poco honorable al atacar
correspondiente, donde el padre daba clases, y ambos, padre e hijo, frontalmente la tesis cajaliana en la misma sesión de entrega del premio.
pasaron muchas horas juntos, estudiando huesos y disecando cuerpos En 1922 recibió de manos del rey Alfonso XIII la Medalla Echegaray de
humanos. Esto le sirvió a Santiago para, una vez conocida la anatomía la Real Academia de Ciencias. Don Santiago fue largo tiempo director
macroscópica, querer ir más allá y alcanzar la microscópica. Para apren- de la Junta para la Ampliación de Estudios, una institución con triple
der Anatomía dibujó un magnífico atlas de gran tamaño. Obtuvo plaza objetivo: la concesión de becas al extranjero para estudiosos, la creación
en la Sanidad Militar. Estuvo en la campaña catalana contra los carlistas de laboratorios para otras ciencias (Física, Química) y la promoción

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

misión. Ni el amor humano, ni la tentación de la vani-


dad o de la riqueza material. Ni el dolor por la muerte
del ser más querido. Ni siquiera los esfuerzos, sacrifi-
cios o sufrimientos que conlleve cumplir con su tarea le
harán desistir de ella, por la cual muchas veces no será
reconocido en vida.
Tal le debió suceder a don Santiago Ramón y Cajal,
aunque él sí recibió, antes de recorrer la mitad de su
vida, amplio reconocimiento internacional y los mejo-
res premios y honores (el Premio Nobel en 1906). Sien-
do un padre y marido suficientemente bueno, no puso a

y apoyo de empresas culturales. Viajó por invitación científica a Pa-


rís, Londres, Lisboa, Cuba, EE.UU. e Italia, siempre petrechado con
su equipo fotográfico. En su obra literaria, y en especial en las Charlas, Figura 7. La escala de la vida. Doña Silveria con sus hijos.
revela su visión irónica y pesimista de los hombres, pero sin zaherir a
ninguno en particular, bien al contrario, mostrándose benevolente en
lo individual. En esas chácharas, como él las llamaba, revela su alto su familia por encima de su misión científica. Lo dice
patriotismo y honradez. No aceptaba recomendaciones para sí mismo claramente en Charlas de café (1920):
(por ejemplo, cuando fue destinado militarmente a Cuba), rehusó ser
ministro de Instrucción Pública, rechazó el Ducado de Cajal con Gran- Emplea tu vida de manera que tus hijos te llamen
deza de España y se rebajó su salario oficial porque le parecía excesivo,
aduciendo que no podía admitirlo considerando la pobreza en la que tonto, y tus conciudadanos, benemérito.
vivía mucha gente en España, sobre todo en las zonas rurales. Para un espíritu de nobles ambiciones preferible
Su ideología era bipolar; por un lado, tradicional y conservadora será siempre la gratitud de la Patria a la de la familia:
en lo moral, por ejemplo en su apreciación del papel de la mujer o en la prole perece y olvida y la Patria perdura y recuerda.
su abierta oposición a cualquier vanguardia en arte; pero era liberal y
progresista en lo social y en lo científico, y laicista en lo religioso, si bien
Nada más radicalmente injusto que el padre de
respetó siempre profundamente las creencias religiosas de los demás. familia. Todo lo atropella con tal de favorecer a sus
Al parecer, en su juventud, con veintipocos años, se inscribió como hijos.
aprendiz en la francmasonería española, sin que en los años siguientes Nunca los hijos de la carne ahogaron a los hijos
figurara en las listas y documentos de la logia, siendo más tarde crítico del espíritu [refiriéndose a sí mismo].
444 con esa orden. Sintió mucho la muerte de su madre (doña Antonia
Cajal), en 1898, a quien, al parecer, su marido no le había sido muy
fiel. Tras una relación largamente difícil, Cajal rompió finalmente con Su mujer, Silveria Fañanás García, le admiraba,
su padre cuando éste decidió volver a casarse, pasándole quizá viejas creía en él, y, convencida de su valía, hizo todo por que
facturas a don Justo, que murió no mucho después, en 1903. Tal vez pudiera dedicarse por entero a la ciencia, aislándole del
tenga algo que ver con esa relación paternofilial el que don Santiago
ajetreo doméstico y de los niños, ahorrándole presiones
tendiera, en su nombre y firma, a omitir o reducir a una “R” el apellido
que le correspondía de su padre y primara el Cajal de su madre. económicas, para que pudiera concentrarse durante
La biografía de Ramón y Cajal es un claro ejemplo de cómo, para- horas y horas sin descanso en su laboratorio casero,
dójicamente, aquellas aptitudes y querencias, denostadas como super- absorto en el infinitesimal mundo del microscopio, que
fluas, son, a veces, nudos (en el caso de nuestro sabio habría que decir para él constituía el mayor placer. Se llegó a decir: “La
“neuronas”) de creatividad en la realización de una persona. Su talento
por el dibujo le permitió producir las más finas láminas de la estructura
mitad de Cajal es su esposa”. Más de la mitad de él era
cerebral. Además, los tratamientos químicos de fotografía, que aprendió ella, para que él lo pudiera ser enteramente (Panel II).
en la adolescencia viendo realizar emulsiones para las placas a fotógra- A partir de 1880-1881, esa mujer guapa e inteli-
fos ambulantes, le permitió aplicar sus saberes del laboratorio fotográ- gente dio a luz durante diez años un hijo tras otro, al
fico al laboratorio histológico (y viceversa), lo que le abrió el camino
principio casi a uno por año: Fe (Zaragoza, 1881), San-
para idear nuevos reactivos y tinciones de sus preparaciones y cortes
anatómicos (pero además le sirvió también para aumentar sus modestos tiago (Zaragoza, 1882), Paula (Valencia, 1884), Jorge
ingresos económicos vendiendo placas fotográficas que él fabricaba). (Valencia, 1885), Enriqueta (Valencia, 1887), Pilar (Bar-
Sin estos bagajes, Cajal seguramente no sería hoy el incuestionable des- celona, 1890), Luis (1891) (Figura 7). Así como en la
cubridor de la entidad, unidad y función básica (la polarización) de la primera parte de la autobiografía (Recuerdos de mi vida,
neurona. Hasta el francés que don Justo se empeñó en enseñarle de
niño, aislándose ambos en el interior de una cueva natural en las afueras
I: Mi infancia y juventud, 1901) Cajal cuenta su vida per-
del pueblo para no distraerse, le serviría para dar a conocer sus prime- sonal, confesando y analizando incluso partes de su in-
ros descubrimientos a los colegas en esa lengua internacional. timidad, la segunda (Recuerdos de mi vida, II: Historia de
Creo que en él se dio esa vivencia concreta, puntual, de la toma mi labor científica, 1917) es, como su título indica, un
de conciencia de su destino, que se situaría en los años 1878-1879,
relato casi exclusivo de su andadura profesional, con
cuando intuyó las amplias posibilidades de ciertas tinciones para ob-
jetivar microscópicamente con mayor nitidez el tejido nervioso. Debió apenas alusiones a su vida privada y a sus hijos, salvo
de sentir esa “iluminación” en la que la persona percibe que su vida algunas referencias desgraciadas en las que se detiene
toma sentido al concentrarse en una misma dirección todas aquellas sólo un poco. Resulta evidente que la dimensión estric-
características, cualidades o capacidades que se sienten como consti- tamente personal ha sido desplazada en su totalidad
tutivas propias. Esta interpretación explicaría ese “no sentir el tiempo”,
esa especie de arrobamiento que don Santiago aseguraba experimentar
por la ocupacional, es decir, por su actividad investiga-
cuando pasaba horas y horas seguidas inclinado sobre el objetivo de su dora. Quizás a esto se deba el hecho de que historiado-
microscopio, la “luz del microscopio”, como él decía. res y biógrafos pasen en general sin interés por la des-

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

cendencia de Cajal, y algunos de ellos, incluso signifi- Especialmente difusa es la identidad de Enriqueta,
cados, equivoquen nombres y años y lugar de naci- la hija que murió con pocos años, y de la que unos dan
miento de los hijos del gran hombre. como fecha de nacimiento el año 1886 y otros el 1887,
y hay algún despistado por ahí que le da incluso la de
  A nuestro parecer, una de las mejores y más documentadas 1884. No hemos conseguido encontrar el retrato feha-
biografías de Santiago Ramón y Cajal es la de García Durán Muñoz y ciente de la pequeña Enriqueta en ninguna galería foto-
Francisco Alonso Burón, en dos tomos (tomo I: Cajal - Vida y obra, y gráfica publicada de la familia de Cajal. Estamos segu-
tomo II: Escritos inéditos; 1983). Las vicisitudes negativas del “legado ros de que debió de haberlo (o debe de haberlo), dada
Cajal” revelan la desidia y la ignorancia del pueblo español con su patri-
monio y sus prohombres. Durante la guerra civil española se perdieron
la gran afición del padre a recoger fotográficamente la
muchos bienes científicos y pertenencias personales de nuestro sabio. crónica de su mundo cercano, prueba de lo cual son las
Los intentos de consolidar un Museo Cajal han sido infructuosos. Du- variadas fotos que hizo a su mujer y sus niños. Pero
rán y Alonso hicieron un inventario de objetos y pusieron en orden sus falta Enriqueta. ¿Por qué? ¿Es resultado de un acto pre-
papeles, dejando establecido el Archivo Cajal en 69 sobres, pero ha meditado? Al comienzo del retrato fotográfico tanto se
desaparecido. Sólo recientemente se está trabajando en la catalogación
y restauración de ese legado, que es todavía francamente desconocido
daba inmortalizar con la cámara al niño muerto cuanto
por los españoles en su verdadera dimensión. destruir todas las fotos que se hubieran hecho de él a fin
En la Vida y Obra de Cajal de los citados autores aparece noticia de aliviar en los deudos el dolor de su visión.
del devenir y currículo de sus hijos y parte de los de sus nietos. Salvo Pero todo hace pensar que Enriqueta murió en
los dos hijos que murieron —Santiago y Enriqueta—, todos los otros 1889, con dos años de edad.
sobrevivieron y se casaron. Fe, la hija mayor, enviudó de don José Pérez
y vivió luego con su padre; le quedaron dos hijos (José y María Rosa).
El año anterior, 1888, fue, en expresión del propio
La tercera, Paula, contrajo matrimonio con don Ángel Cañadas y tuvo Cajal, su año cumbre, su año de fortuna. Trabajaba “no ya
cuatro hijos, dos varones y dos mujeres; el mayor, Ángel, hizo Medici- con ahínco, sino con furia”. Estaba a punto de encon-
na. El cuarto, Jorge, del que se dice que era “el más rebelde y agudo de trar la nueva verdad: que la estructura básica funcional
todos”, sentó la cabeza, hizo brillantemente la carrera de Medicina, y del cerebro era la neurona, como unidad interactiva de
al terminar trabajó en instituciones que dirigía su padre (Instituto de
Higiene Alfonso XIII e Instituto de Investigaciones), y más tarde fundó
conducción de los impulsos nerviosos; que éstos se
el Instituto THIRF, que fusionó con IBYS, de Bacteriología y Suerote- transmitían de neurona a neurona a través de las den-
rapia; casó con doña María Conejero, de la que enviudó, quedándole dritas (con sus magníficas arborizaciones libres, puerta
tres hijos, de los cuales el varón, que se llamaba Santiago, murió, sien- de entrada al soma) y del axón (puerta de salida) de
do estudiante de Medicina, en 1936, en la guerra civil española, en el cada una de ellas; que lo hacían por vías propias y por
frente de Bilbao. De las dos hijas, recayó en María, la mayor, el título
de marquesa de Ramón y Cajal, creado en memoria de don Santiago en
contacto individual. El cerebro no era, pues, una enma-
el primer centenario de su nacimiento. Pilar, sexta de su descendencia, rañada red indiferenciada, como se creía hasta entonces 445
casó con don J. Padró, enviudó, y le sobrevivió una de las dos hijas que (teoría reticular), boscosa e incolora, sino una bandada
tuvo, también llamada Pilar. El pequeño, Luis, hizo también Medicina de “mariposas del alma”, como llamó Cajal una vez a las
y casó con doña Ángeles Junquera, con la que tuvo dos hijos, Angelines neuronas. Sus horas volaban febrilmente en su increíble
y Santiago; éste (1940), único nieto de Cajal que lleva sus apellidos, es
actualmente catedrático de Anatomía Patológica y Jefe del Departamen-
laboratorio casero (los colegas extranjeros no daban
to de Anatomía Patológica del Hospital Clínico de Zaragoza. crédito a que aquel hombre hubiera llevado a cabo sus
  En cuanto a las fechas de nacimiento de los hijos de Cajal, descubrimientos en su casa, con todo el material paga-
encontramos un baile de años que oscila entre uno o dos con respecto a do de su bolsillo, sin ayuda ni subvención oficial algu-
las que reseñan uno u otro autor en sus biografías o anotaciones biográ-
ficas. En el esquema presentado en la conferencia internacional “Cajal
y la conciencia”, conmemorativa del centenario de su obra Textura del niños en el bautizo dos o tres nombres de pila, sin olvidar que era asi-
sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, en noviembre de 1999, mismo frecuente (y aún se da alguna vez) que se repusiera el nombre
en Zaragoza, se llega a dar 1884 como la fecha de nacimiento de En- del hijo muerto al siguiente que nacía, fuera singularmente como tal o
riqueta, con lo cual se le atribuye la muerte a la edad de siete años, lo como nombre compuesto. Resulta, además, curioso que el propio Cajal,
que evidentemente no es así. Las fechas que tenemos como más fiables en la segunda parte de su autobiografía (Historia de mi labor científica),
—y que aquí consigno— son las que recoge Juan Fernández Santarén, se refiere a su “pobre” hija Enriqueta como “la primera nacida en Barce-
comisario de la exposición “Cajal, Premio Nobel 1906”, presentada en lona”, cuando en realidad tal hija debió de ser Pilar, la siguiente.
diciembre de 2006 en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Ma- Vera alude asimismo al extraño cambio de nombre que sufrió el
drid, con motivo del centenario de la adjudicación del Nobel al sabio tercero de los hijos de Cajal, una niña que fue inscrita en el Registro
aragonés, en la obra publicada para conmemorar tal evento. Civil como Vicenta, con fecha de nacimiento del 21 de enero de 1884, a
En cuanto a los nombres, y con respecto al de la quinta hija, las cuatro de la tarde, y que en 1968 pasó a llamarse Francisca de Paula
comúnmente llamada Enriqueta (la que murió en 1889, con dos años Vicenta, según resolución del Juzgado de Primera Instancia n.º 5 del
de edad), Francisco J. Vera Sempere, en su obra Santiago Ramón y Cajal Registro Civil del Congreso de Madrid, desconociéndose los motivos de
en Valencia - 1884-1887 (2001), demuestra documentalmente que fue esa modificación, producida quizás a instancias de los descendientes.
bautizada con el nombre de María del Pilar Enriqueta Ramón Fañanás Pero es que, además, algún biógrafo (Diego Ferrer, en Santiago
(Libro de Bautismos del Archivo Parroquial de la Iglesia de San Andrés Ramón y Cajal y las células nerviosas, Madrid, 1965) le da a Paula el
Apóstol, de Valencia, año 1887, inscripción n.º 111) y hace constar nombre de Vicenta Enriqueta, lo que avala la confusión de nombres de
que su fecha de nacimiento fue el 22 de abril de 1887, en Valencia, en las hijas de Cajal, salvándose Fe, quizá por ser la primera.
tanto que en el Registro Civil, en la partida de nacimiento, se consigna Con tanto hijo, tanto desplazamiento y tan poca precisión de Cajal
la fecha del 5 de mayo de 1887, a las doce de la noche. Aparece tam- con respecto a ellos, caben los lapsus y los errores. Como, por ejemplo,
bién nombrada como Pilar Enriqueta en el “Congreso Santiago Ramón el del irreprochable historiador de la Medicina José María López Piñero
y Cajal” (Zaragoza, octubre de 2003), en conmemoración del 150.º ani- (1933) —que ha desarrollado toda su labor docente e investigadora en
versario del nacimiento del homenajeado. Valencia, donde Cajal vivió años decisivos—, que confunde en una pe-
El nombre compuesto de Pilar Enriqueta introduce ambigüedad queña biografía (Cajal, 1985) a Santiago, que era el segundo hijo, con
con respecto a la siguiente hija nacida, que se llamó asimismo Pilar, Jorge, que fue el cuarto, lo que es, sin duda, un lapsus, pues en el esque-
aunque antiguamente era muy corriente que se les impusieran a los ma crono-biográfico de la misma obra la denominación es correcta.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

PANEL II. FAMILIA CAJAL. PANEL DE HIJOS, HACIA 1896.

Recuerdos en Larres, la cuna aragonesa de Matrimonio Cajal (Silveria y Santiago) De izquierda a derecha: el padre, Jorge
sus padres (al fondo), la madre, Santiago (el últi-
(dibujo de R. L’Hotellerie) mo a la derecha), Luis, en brazos de la
madre, y Paula, junto al padre

446

Enriqueta
Nacida en abril 1887
Murió en 1889

Fe, con unos 16 años Santiago, con unos 13 años Paula, con unos 11 años
(nacida en 1880) (nacido en 1883) (nacida en 1885)

Jorge, con unos diez años Pilar, de unos seis años Luis, con unos 4 años Final de trayecto
(nacido en 1886) (nacida en 1891) (nacido en 1892) (1-5-1852 / 17-10-1934)

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

na). Para darse a conocer fundó y financió una revista fortiori” que convertirse en editor. Mas no hablemos de
propia (Revista Trimestral de Histología Normal y Patoló- cosas tristes. ¡A qué rememorar dolores cuyo lenitivo
gica, de la que editó sólo tres números, los suficientes sólo está en el olvido!
para dejar constancia de sus principales primeros des-
cubrimientos), distribuyendo entre los más significados Y cuando, ya muerto su hijo, Cajal explicaba en
investigadores de su tiempo los 60 ejemplares de que sus conferencias, clases o libros los hallazgos realizados
constaba cada tirada. Estaba ansioso porque no encon- entonces, recordaba aquella carita del niño y su voz
traba en ellos eco de sus descubrimientos. Tradujo sus quejumbrosa pidiendo: “Agua, papá”.
trabajos al francés y los envió a revistas europeas, ale- “Precisamente el que más se parecía a mí...”. De
manas principalmente. Silveria sabía la importancia del nuevo aquí ese duelo del padre por la quiebra de su
momento crítico de su marido y procuraba evitarle sucesión con la muerte del hijo, en el que tiene puestas
cualquier molestia o distracción, llegando a sacrificar la todas sus complacencias e ideales de proyecto.
economía doméstica hasta grados extremos. Pero no Meses después de Santiaguito, es Enriqueta la que
podía solucionarlo todo. Su hijo Santiago enfermó gra- enferma:
vemente con seis o siete años, y Cajal escribió en la se-
gunda parte de su autobiografía: [...] una de mis hijas, la primera nacida en Barce-
lona11, fue víctima de la inexorable meningitis, contraí-
Mi hijo mayor, que prometía ser mozo de entendi- da durante la convalecencia del sarampión. Porque en
miento, cayó gravemente enfermo con una fiebre tifoi- las grandes y húmedas urbes toda debilidad resulta peli-
dea, de cuyas resultas, además de paralizarse bastante grosa, a causa del perpetuo acecho del bacilo de la tu-
su desarrollo mental, brotaron los gérmenes de la en- berculosis, suspendido en el polvo y en profusión sem-
fermedad cardíaca que le llevó, tres lustros después, al brado por industriales desaprensivos en leches y carnes.
sepulcro. ¡Pobre Enriqueta!... Su imagen pálida y doliente
vive en mi memoria, asociada, por singular y amargo
Cuentan que lo velaban alternativamente su mujer contraste, a uno de mis descubrimientos más bellos: “el
y él, y que don Santiago se llevaba el microscopio a la cilindro-eje de los granos del cerebelo y su continua-
mesilla situada en la cabecera de la cama del enfermo ción con las fibrillas paralelas de la capa molecular”.
para seguir trabajando sin dejar de vigilarlo. Allí hizo Acaso en tan triste ocasión fue la angustia despertador
algunos de sus decisivos descubrimientos. soberano. Continuamente desvelado, y rendido de fati-
En 1912, Cajal publicó su pionero y extraordinario ga y de pena, di en la manía de embriagarme, durante 447

libro La fotografía de colores10. En su autobiografía ofrece las altas horas de la noche, con la “luz del microsco-
los dos motivos por los que se decidió a redactar ese pio”, a fin de adormecer mis crueles torturas. Y cierta
trabajo: “docente y patriótico, el uno, y sentimental el noche aciaga, cuando las tinieblas comienzan a abatir-
otro”. El primero es, obviamente, de naturaleza técnica. se sobre un ser inocente, brilló de repente en mi espíri-
Del segundo dice: tu el resplandor de una nueva verdad...

El segundo motivo pertenece al dominio del cora- Es llamativo que Cajal no conserve aparentemente
zón. Mentarlo renueva en mí torturantes recuerdos. El de su hija muerta más que el recuerdo asociado de los
mayor de mis hijos, precisamente el que más se parecía granos del cerebelo (en los que descubrió la nueva ver-
a mí, así en lo intelectual como en lo físico, contrajo dad de la que habla) y de uno de sus importantes descu-
desde muy joven gravísima enfermedad cardíaca. Des- brimientos (el de la polarización de la neurona, es decir,
ahuciado de los médicos e imposibilitado para seguir el sentido exacto de la dirección de los impulsos nervio-
carrera, púsele al frente de una librería, al objeto de sos en su recorrido por la unidad funcional neuronal,
entretenerle y de disipar en lo posible su negra melan- recorriendo un camino similar a un circuito eléctrico), y
colía. Y para estimular iniciativas editoriales, base nada con respecto a la personita de Enriqueta. “A luz
quizá de futuros negocios, escribí los primeros capítu- extinguida, luz renacida”, podría decirse. El sabio se
los del libro. Por desgracia, el inexorable pronóstico detiene y hace un corte reflexivo:
médico se cumplió y el autor [o sea, Cajal] tuvo “a
Pero no removamos melancólicos recuerdos. Ade-
10  La fotografía, en su versión original de daguerrotipo, llegó a más ¿a quién importan estas cosas?... Hombres somos,
Barcelona en 1839, desde Francia, donde inició su andadura en 1826. y por tanto el dolor físico y moral nos acecha de conti-
En La fotografía de colores, Cajal se preocupa por dar un fundamento nuo. Sin contar el tiempo, el terrible e inexorable ene-
teórico-científico y operativo a la fotografía, y se centra especialmente
en el proceder con la placa autocrómica, siendo pionero en la creación
migo de la vida.
de la fotografía en color, cosa que no se le reconoce —o sólo de pun-
tillas— en la historia correspondiente. Ramón y Cajal fue presidente 11  Véase la nota 9. Hay un paralelismo “inverso” —si se me per-

honorario de la Asociación de Fotógrafos de España. Su prestigio y aval mite exta expresión— entre las muertes de la hija de Cajal y la de Da-
hicieron posible que fuera en nuestra patria donde se reconociera la rwin. Murieron seguramente de lo mismo, en muy poco tiempo, pero
autoría expresa de la fotografía, antes que en ningún otro país y ade- Annie tuvo a su padre constantemente a pie de cama durante la enfer-
lantándose mucho en el tiempo, de modo que cada fotografía llevara el medad mortal, con la madre justificadamente ausente, y con Enriqueta
sello y la firma de su autor profesional. sucedió justo al contrario.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

De nuevo aquí la coletilla desdramatizadora, pu- Han corrido leyendas y murmuraciones de Cajal
dorosa de mostrar los sentimientos de duelo. Pero tam- como padre descuidado y egocéntrico. Biógrafos tan
bién una cierta frialdad afectiva o una defensa mediante serios como Durán se han preguntado:
el enfriamiento emocional.
Algunos biógrafos cuentan que doña Silveria quiso ¿Fue Cajal buen padre? Sencillamente, no. A nues-
ahorrar a su marido el final de la agonía de la hija. Otros tro parecer, no fue un mal padre, pero tampoco bueno.
dicen que, en su laboratorio, él oyó los gritos desgarra- Todas las censuras que él pudo hacer a don Justo [su
dores de su mujer desde la habitación de la niña: “¡San- propio padre] pudieran hacérselas a él muy aumenta-
tiago!, ¡Santiago!”. Y hay quien escenifica la situación y das. Quería, naturalmente, a los hijos, siendo amable y
cuenta que Silveria avisó a su esposo del estado de la cariñoso con ellos; pero la diligencia del buen padre de
pequeña, pero que él no debió de escucharla, enfrasca- familia le faltó. Él mismo se queja, e incluso escribía, de
do en el rastreo del axón maravilloso, y cuando, exul- que la tragedia del científico, obsesionado por su traba-
tante, fue a darle la noticia de su decisivo descubri- jo, está en tener que dejar la enseñanza y cuidado de la
miento, la encontró anegada en llanto, con el cuerpo prole en manos ineptas y mercenarias. Cajal, aun
exánime de la hijita en los brazos. Desolado, él se dolió: amando a sus hijos, no pudo ocuparse de ellos.
“¿Por qué no me avisaste?”. “Lo hice, pero no me escu-
chaste”, le repuso ella. Su caso es paradigma de la necesidad que tiene el
Y sin embargo, 1889 fue el año en el que Cajal sabio, el genio, el creador, de desconectarse de todo
atraviesa la puerta de la gloria. Tiene 37 años. Con las aquello que pueda mermar la atención y ensimisma-
pruebas fehacientes de su teoría de la neurona bajo el miento que requiere su tarea. En los momentos más
brazo, viaja a Berlín, al Congreso de Anatomía, el 12 de duros de su vida, Cajal batalló y ganó, se sobrepuso a
octubre. Va muy bien pertrechado con todas sus prepa- todas las contrariedades, por encima de sus sentimien-
raciones y con el material a punto, pero se da cuenta de tos y de sus baches de ánimo.
que su descubrimiento va de nuevo a pasar inadvertido. Pero en el otoño e invierno de 189912, con 47
Y no se arredra. En un arranque de valor contra su timi- años, cayó, durante varios meses, en una depresión,
dez, logra atraer, tomándolo del brazo, al máximo re- cuyos síntomas describe con precisión en la segunda
presentante de la Histología en ese tiempo, el alemán parte de su autobiografía, produciendo sorpresa e im-
Kölliker, y consigue que vea sus imágenes al microsco- pacto en el lector a causa de lo parco que en ella ha sido
pio. El colega, que queda fascinado por la obra de Ca- hasta ese momento en cuanto a revelar situaciones aní-
448 jal, será desde ese momento su valedor e incondicional micas propias. Cuenta:
divulgador de la teoría de la neurona. Los otros congre-
sistas se arremolinan, le rodean, todos quieren ver sus Invadióme la neurastenia, acompañada de palpi-
preparados. Cajal, Cajal, Cajal (ellos pronuncian Cayal, taciones, arritmias cardíacas, insomnios, etc., con el
Cayal, Cayal). Y su nombre ya no dejará de sonar. Ni la consiguiente abatimiento de ánimo. Semejantes crisis
enfermedad deteriorante de su hijo ni la muerte de su cardíacas atacan frecuentemente a las personas ner-
hijita quebraron su proyecto. Tampoco cuando, más
viosas fatigadas, sobre todo durante esta fase de la vida
tarde, otra hija enferme, también gravemente, dejará de
en que declina la madurez y asoman los primeros des-
llevar a cabo su misión, que esa vez consistía en asistir a
fallecimientos precursores de la vejez.
la muy prestigiosa Real Sociedad de Londres, donde
Naturalmente mis dolencias agriaron aún más
había sido invitado a dar una conferencia:
mi natural triste e hipocondríaco. Y, por reacción fisio-
lógica y moral, acometióme violenta pasión por el
[...] Mi instinto paternal se inquietaba, resistién-
campo.
dose a abandonar a la paciente, no obstante los alenta-
dores vaticinios que, para tranquilizarme, hacia el
Esta crisis recuerda la famosa que padeció su ami-
doctor Hernando, médico de cabecera y amigo genero-
go Unamuno dos años antes y apenas uno después de la
so de mi familia [...].
muerte de su hijo Raimundín, que tanto le afectó, abo-
cándole a una conmoción religiosa, como vimos.
Se decidió a ir, finalmente. Al regreso, confiesa en
su autobiografía: En Cajal, creo que son dos acontecimientos casi
simultáneos los que desencadenaron su postración psí-
Al pisar el umbral de mi casa latíame tumultuo- quica (pero sin los planteamientos metafísicos unamu-
samente el corazón. Por incidentes imprevistos, no pu- nianos): la muerte de su madre (aquella mujer cariño-
de avisar mi llegada. ¿Cómo encontraría a mi hija? El sa, hacendosa y humilde esposa, a la que él amaba
optimismo de las cartas maternas ¿no sería quizá pia- tanto, y que fue la única que puso un poco de dulzura
doso ardid encaminado a animarme y confortarme en el frío y riguroso hogar de don Justo Ramón) y la
ante mi arriesgada misión?
12  Cajal anota esta fecha de 1899 en su autobiografía, pero al-

gunos biógrafos sitúan la fecha en 1898, como, por ejemplo, Álvarez


Afortunadamente, se cumplieron los buenos pro- Sierra, o recientemente Juan Fernández Santarén, comisario de la expo-
nósticos médicos. Pero encontró a su esposa “fatigada y sición “Cajal, Premio Nobel 1906”, en el Museo Nacional de Ciencias
doliente por un mes de insomnios”. Naturales (Madrid, diciembre de 2006).

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

pérdida de Cuba, que significó un tremendo golpe para ¿Crees que hay Dios?
su profundo patriotismo. Parece que fue ésta la única Si un Dios lleno de bondad
vez que Cajal, sumido en el desaliento, abandonó du- en este mundo existiera,
rante un tiempo sus investigaciones, para, una vez reinaría por doquiera,
más, salir adelante por su propia fuerza de voluntad13, tranquila, la libertad;
afirmándose positivamente en la esperanza del trabajo y aquí la desdicha impera.
y de la raza.
Llama, de todos modos, poderosamente la aten- Y ahora, como entonces, se sobrepuso, como digo,
ción esta “depresión patriótica”. ¿Fue en realidad tan con su propia “autocura” de sol, aire, paseo, silencio y
psicotraumático el desastre de Cuba para él como para arte, pero sobre todo con su enorme tenacidad. Sintió la
ciertos españoles? ¿Pudo la pérdida de las últimas colo- absoluta necesidad de vivir en el campo y para ello se
nias más que la de la hija o la reciente de la madre? Sus arriesgó a invertir todos sus ahorros en la compra de
biógrafos parecen poner el énfasis más en esto que en la una huerta en el reciente ensanche norte de Madrid, “en
misma muerte de la madre, quizá porque entonces lo las frondosas hondonadas y las vertientes vecinas del
patriótico era más glorioso y más viril en un hombre de puente de Amaniel”, lindante con Cuatro Caminos, por
la edad de Cajal. Sin embargo, por mi parte, recuerdo donde las Bellas Vistas, terreno entonces sin urbanizar,
que, cuando yo era residente de Psiquiatría General en para vivir apartado del mundo cortesano. Allí se hizo
los años sesenta, pasaban por la consulta pacientes construir en 1900 una modesta quinta (su “cigarral de
—todos varones, si no me falla la memoria— con cua- Amaniel”, en la calle de Almansa), rodeada de un jar-
dros depresivos en los que, a lo largo de la historia clí- dín, emparrado y pequeño invernadero, todo escalona-
nica, aparecía una profunda desmoralización ocasiona- do en cuesta y con orientación al mediodía, con hori-
da por frustración ideológica y política (particularmen- zontes de la Moncloa, la sierra de Guadarrama y El Es-
te, en un sector de la población masculina que había corial. Y allí pasó la última depresión, tras la muerte de
“hecho la guerra en el bando contrario”, como se decía Silveria, el 23 de agosto de 1930. Se replegó en su “cue-
entonces). Por eso puedo creer que determinadas vi- va”, que así llamaban sus discípulos al sótano que había
vencias y adscripciones (también las religiosas) tienen habilitado en su casa (¿trasunto final de aquella otra
tal grado de implicación e incluso de visceralidad que, cueva en la que había aprendido francés con su padre?),
en condiciones de impotencia, ostracismo o exclusión, donde acomodó el despacho, el material de investiga-
pueden generar graves cuadros de desgaste y desmora- ción, sus carpetas, dibujos, colecciones de preparacio-
lización muy cercanos a la depresión. La hipótesis que nes histológicas y la magnífica biblioteca, de unos 449
manejo de momento, en espera de mejores fundamen- 10.000 volúmenes, de toda temática, desde clásicos a
tos, es que la coincidencia de la pérdida conjunta de la viajes, desde filosofía a religión, desde historia a nove-
madre natural y de la gran madre patria produjo en el las... Y allí escribió su último libro, El mundo visto a los
sabio una regresión a épocas muy anteriores, a aquel 80 años - Memorias de un arterioesclerótico, que se publi-
terrible tiempo (1873-1878), en su veintena de edad, có el mismo año de su muerte, acontecida el 17 de oc-
de fuerte y negra crisis moral. tubre de 1934.
En efecto, esta melancolía ansiosa tardía evoca en Pero también, según cuenta su nieta Silvia Caña-
particular la que, muy debilitado físicamente, le acome- das, por entonces don Santiago había empezado a escri-
tió con toda claridad en 1878, cuando tenía 26 años, al bir un libro, cuyo título era Solos ante el misterio, que se
enfermar de tuberculosis y ser ingresado por su padre ocupaba de fenómenos paranormales, premoniciones y
en el balneario de Panticosa. Se sintió entonces presa de sueños extraños, “algo muy diferente de cuanto había
angustias de muerte, pasó por la etapa de las negras realizado hasta entonces”, comenta su nieta. Y también
novelas románticas (él mismo escribió entonces una) y muy opuesto a cuanto había creído en el terreno racio-
de los versos lóbregos, y allí sí parece que dudara de nal. Coincidencia con Freud, del que siempre se había
Dios y de su bondad, como apunta en este poemilla mostrado tan crítico y distante: ¡Similitudes que origi-
suyo: nan las vivencias de duelo! De ese manuscrito, no ter-
minado, se ignora el paradero14.
¡Oh tísico sin ventura, No fue un abuelo cariñoso, dice esa misma nieta,
que en tus juveniles años, que guarda, sin embargo, un gran recuerdo de él y de
virgen aún de desengaños, cómo la instruía, enseñándole, por ejemplo, la organi-
la vida amas con ternura: zación de las hormigas sobre el terreno. No engañaba
quizá eres el sustento don Santiago. No fue en absoluto un mal padre; se sin-
de madre débil y anciana tió torturado por el recuerdo de su hijo muerto; se vio
y con hondo sentimiento culpable e impotente en el lecho de muerte de su pe-
presientes muerte cercana! queña Enriqueta, y ansioso en la lejanía temiendo por la
vida de otra hija... Pero le parafraseamos cuando con-
13  “Troquemos los desfallecimientos enervadores, con ansia de cluimos que eran “más hijos suyos los del espíritu que
robustez, de juventud y de renovación. Huyamos del pesimismo como
de virus mortal”, dice en el postscriptum a la segunda edición de Reglas 14  “Cajal, Premio Nobel 1906”, Museo Natural de Ciencias Na-

y consejos sobre investigaciones biológicas, de 1899. turales, Madrid, 2006.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

los de la carne”. Y esta idea llevada a la realidad fue en


Cajal más quizá el producto de una voluntad tesonera
que de un sentimiento espontáneo, el cual fue segura-
mente neutralizado por su positivo empeño creador. Y,
por otra parte, creo también que Cajal supo ahogar sus
penas, recatar sus tristezas y sublimar sus dolores físi-
cos y psíquicos apoyándose (más que refugiándose) en
la gratificante creación investigadora, en lo que él lla-
maba, elevándola a metáfora, la “luz del microscopio”.
En resumen, como hemos visto a lo largo de esta
semblanza, Cajal apela en el duelo y en la desgracia a
tres métodos de superación del mismo: 1) a la actividad
creadora; 2) a la terca voluntad que se opone a que el yo
sea doblegado (la “autocura”, como él la llamaba), y 3)
al lenitivo del olvido, no oponiéndose a él, sino más
bien dejando que se instalase.
Es obvio que no en todos los sabios ocurre igual.
Darwin, que, en muchos aspectos, vivió análogas cir- Figura 8. Freud con sus nietos Heinz (“Heinele”) y Ernst, hijos de Sofía, ya
cunstancias a las de Cajal, divergió absolutamente en fallecida.

otras, y en especial en el gran amor y el trato habitual que


mantuvo con sus hijos, a pesar de sus muchas etapas
enfermizas y del mucho trabajo que realizó en su vida. dio. Matilde, mi hija mayor, y su marido lo han adop-
tado, por así decirlo, y se dedican a quererlo de una
manera que no era de prever. Es que es un chiquillo
Duelo del abuelo Freud encantador y yo mismo me daba cuenta de que jamás
había querido tanto a alguien y desde luego nunca a un
niño. Por desgracia, no estaba fuerte y tenía siempre
Muerte de Heinele unas décimas, como uno de esos niños cuyo desarrollo
mental se hace a costa de su salud física. Nosotros
450 El caso de Sigmund Freud es de especial relevancia creíamos que era por falta de cuidados en Hamburgo o
por haber dado cuenta él mismo de su duelo por la porque no tenía suficiente atención médica [en otro
muerte del nieto y por ser precisamente uno de los más lugar comenta que el niño no era más que “piel y
destacados psicólogos de la historia, el creador del Psi- huesos”].
coanálisis. Heinele se ha puesto otra vez enfermo hace unos
En febrero de 1923 le aparecieron a Freud los pri- quince días, con una temperatura de 39 y 40 grados, y
meros signos de su cáncer mandibular, que tanto le ha- cefaleas sin localización precisa, y durante largo tiem-
ría sufrir, y con el que estuvo luchando hasta que mu-
rió, en 1939. Pero más que su dolencia le preocupaba que se conoce como duelo llegará probablemente después” (al pastor
entonces otra cosa, un golpe que, según aseguraría más Óscar Pfister, el 27-1-1920). “Es un hecho de efecto tan paralizante,
que no deja inspirar reflexión alguna a quien no es creyente, cosa que
tarde, le resultó completamente insoportable, aún más le evitaría a uno todos los conflictos consiguientes. Cruda fatalidad,
que el cáncer. Lo contó así en carta a Kata y Lajos Levy muda sumisión” (a su colaborador Eitingon). “Aparte de sentirme más
el 11 de junio de 1923: cansado, sigo siendo el mismo. Esta muerte, por muy dolorosa que sea,
no cambia en nada mi manera de ver la vida. He estado durante años
Trajimos de Hamburgo al pequeño de Sofía15, preparándome para aceptar la pérdida de nuestros hijos [varones, en el
frente de guerra], y sin embargo es ahora mi hija la que muere. Como
Heinele (Figura 8), que tiene ahora cuatro años y me- ateo convencido, no tengo a nadie a quien acusar y me doy cuenta de
que no existe sitio alguno a donde acudir con mis quejas. ‘La siempre
15  Heinele era el hijo pequeño de su querida hija Sofía; tenía invariable hora del deber’ [Schiller] y ‘el dulce hábito de vivir’ [Goethe]
trece meses al morir inesperadamente la madre el 25 de enero de 1920, contribuirán a que todo vuelva a ser como antes. En el fondo de mi
a los 26 años de edad, debido a la gripe epidémica. Cinco días antes ser siento, no obstante, una herida narcisística irreparable. Mi mujer y
había fallecido un gran amigo de Freud, el mecenas Toni von Freund. Annerl [Anita, la hija pequeña] están profundamente afectadas de un
Fue un tiempo de duelos seguidos para Freud. Sobre la pérdida de su modo más humano. […] Parece que la ceremonia [de la incineración]
hija escribió, en diferentes cartas, textos que dan cuenta de cuál podría fue muy digna y solemne” (a su discípulo y colaborador Sandor Feren-
ser la vivencia de duelo desde la posición de un ateo:: “[…] Habernos czi, el 4-2-1920).
arrebatado a Sofía ha sido un acto brutal y absurdo del destino, algo Pero el hombre racionalista que era Freud no quería que nadie
acerca de lo cual no podemos protestar ni cavilar, sino tan sólo bajar la creyera que su obra Más allá del principio del placer, que se hallaba en
cabeza, como pobres y desvalidos seres humanos” (carta al marido de curso y que trataba de integrar el instinto de Muerte en su teoría de las
su hija el mismo día 25-1-1920). “[La muerte de mi hija] me hace de- pulsiones y de la libido, pudiera achacarse al hecho del duelo por su
sear que ese día [el de la muerte] no me tarde en llegar” (a su discípulo y hija, e hizo firmar a uno de sus amigos, que estaba al tanto de su ma-
colaborador Jones, el 26-1-1920). “Y todo [pasó] en cuatro o cinco días, nuscrito, que éste se hallaba ya terminado cuando su hija había muerto.
como si [nuestra dulce Sofía] jamás hubiera existido. […] Trabajo todo Lo cual no era del todo cierto, pues Freud estuvo trabajando en el tema
lo que puedo y me alegro de que esto me impida pensar demasiado. desde primavera de 1919 a mayo de 1920, varios meses después de la
La pérdida de un hijo parece producir una grave herida narcisística. Lo muerte de Sofía.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

po sin diagnóstico, hasta que hemos ido cerciorándonos Y aún tres años después, en 1926, le escribía a
cada vez más de que se trataba de una tuberculosis Binswanger que, después de la desgracia de Heinele, no
miliar, y que por consiguiente está perdido. Ahora está se sentía capaz de gozar de la vida, añadiendo que “éste
en coma, con paresias, y, cuando a veces despierta, se es el secreto de mi indiferencia —lo que la gente llama
recupera de modo que parece de nuevo él mismo, de valor— frente a los peligros que corre mi propia vida”.
forma que se le hace a uno difícil pensar que… Tras Conservó sus afectos, pero ya no pudo volver a en-
cada una de esos despertares se vuelve a hundir en el cariñarse con nadie. O, al menos, con nadie humano.
sueño y lo volvemos a perder. Los médicos dicen que en Porque sí, al final de su vida, Freud volcó un intenso
ese estado puede durar una semana, quizá más, y que afecto en sus perros, a raíz de que Dorothy Burlingham,
es mejor que no se cure, lo que afortunadamente es lo la amiga de su hija Anna, le regalara (1928) a Lun-Yu,
más seguro. Su padre llegó ayer. una perrita pekinesa, que murió once meses después
Me resulta muy difícil soportar esta pérdida. No arrollada por el tren. Freud dijo que el dolor por esa
creo haber experimentado nunca una pena tan grande, muerte era similar en calidad, aunque no en intensidad,
que quizá sienta más duramente a causa de mi propia al de la muerte por un niño querido. Era evidente que
enfermedad. Hago mi trabajo, obligado, a la fuerza. los perros fueron para él sustituto afectivo de niños que-
En el fondo, ya todo me da igual. ridos, de niños que amó mucho, aunque de una forma
imposible y tardía. Luego, Jo Fie, otra perra pekinesa, fue
Heinele murió el 19 de junio de 1923. Ésta es la su compañera durante siete años, y seguramente fue ésta
carta que Freud le mandó al padre del chiquillo: la que tanto le descorazonó al final, cuando, en los últi-
mos días de vida de su amo, se alejó de él porque olía
He pasado algunos de los días más negros de mi mal a causa de la sepsis de su cáncer. A propósito de es-
existencia llorando al niño. Al fin he logrado dominar- tos últimos amores nuevos, irracionales, escribió a su
me y puedo pensar en él con serenidad y hablar de él amiga la princesa Marie Bonaparte (6-12-1936):
sin llorar. Pero en nada me ha ayudado la razón; mi
único consuelo es que, a mi edad, no le habría visto Se trata de un afecto sin ambivalencia, de la sim-
durante mucho tiempo. No sé si te das cuenta de cuán- plicidad de una vida liberada de los casi insoportables
to le amábamos todos. Le cuidamos como si hubiera conflictos de la cultura, de la belleza de una vida com-
sido nuestro propio hijo y no logramos expresar lo que pleta en sí misma. Y, sin embargo, a pesar de todas las
sentimos por él. Creo que no pudiste conocerlo a fondo. divergencias en cuanto a desarrollo orgánico, el senti-
Era muy pequeñín en Hamburgo y la rivalidad con su miento de una afinidad íntima, de una solidaridad in- 451
hermano mayor desfiguró las cosas. Aquí [en Viena] discutible. A menudo cuando acaricio a Jofi, me he
había mejorado mucho y era maravilloso ver cómo sorprendido tarareando una melodía que, pese a mi
había aprendido a entender y conquistar el mundo y a mal oído, reconocí como el aria de Don Juan: “Un lazo
las personas que le rodeaban. Apena que jamás sepa- de amistad nos une a ambos”…
mos cómo se habrían desarrollado esas facultades. In-
cluso los nueve meses que estuvo constantemente en-
fermo fueron muy dichosos para él; y al final sufrió
menos que nosotros, de manera que quienes le conoci- Familias truncadas
mos conservamos frescos los recuerdos de él. Sucesivas pérdidas de hijos

Dicen que sólo esa vez se le vio llorar a Freud. Más Hay casos extraños que parecen corroborar la exis-
tarde confesaría (a su amigo el psiquiatra existencialista tencia de destinos desdichados. Conocemos familias de
Binswanger, en carta del 15-10-1926) que Heinele ha- las que se dice que el infortunio o la fatalidad se han
bía representado para él tanto como todos sus hijos y cebado en ellas. Freud describió lo que llamó neurosis
nietos. Según su biógrafo Ernst Jones, Freud manifestó de destino, tratando de negar la idea de un azar aciago.
que la pérdida del nietecillo le había afectado de forma Para él, muchos sujetos neuróticos se hallan impelidos
distinta a todas las demás. Las otras sólo le habían pro- a repetir aquello que les daña o daña a los demás a cau-
ducido mucho dolor, pero ésta había matado algo de sí sa de pulsiones inconscientes malignas no domeñadas.
mismo. Todos conocemos familias (a veces la nuestra mis-
Al mes siguiente de la muerte del niño, Freud re- ma) que pasan por malas rachas, y, entre éstas, la de una
conoció que estaba sufriendo la primera depresión de serie de muertes seguidas de seres queridos. Nada pue-
su vida. de asolar más a una familia que la sucesión de muertes
Poco después afirmaba: infantiles en su seno.
Traigo aquí en especial dos vidas paralelas en el
[…] Una comprensible indiferencia hacia la ma- infortunio de la pérdida de hijos. Dos familias trunca-
yor parte de las trivialidades de la vida me demuestra das, pero con formas muy distintas de reaccionar ante
que la “elaboración del duelo” se está realizando en lo el duelo. En un caso, el de la poeta Zambrana, que, des-
profundo. Entre esas trivialidades se encuentra la cien- pojada de todos sus seres queridos, se retira mansa-
cia misma. No se me ocurre ninguna idea nueva y no mente, sublimando su dolor en la poesía y el mundano
he escrito ni una sola línea. olvido. El otro, el del doctor Castilla del Pino, que,

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

afrentado por las muertes vergonzantes de sus hijos, se


rebela una vez más contra su historia de humillaciones
y lucha de manera denodada por alcanzar su ideal del
Yo, consiguiendo al fin, aunque tardío, el reconoci-
miento que buscaba. Puede sernos más o menos afín
uno u otro proceder. Pero ambos son igualmente legíti-
mos y respetables, incluso encomiables, porque, en es-
tos dos casos, ambos nos parecen sintónicos con las lí-
neas maestras de sus vidas.

El caso Zambrana

Figura 9a. Luisa Pérez de Zambrana en su bella juventud.


En otro lugar16 describí lo que denominé vida en Figura 9b. Luisa en su madurez de vida en duelo.
duelo, que se desarrolla como consecuencia de la situa-
ción que acabo de mencionar: la de la familia truncada
por duelos seguidos o por alguna muerte especialmente
¿El lucero del alba todavía
traumática en su seno. Para ilustrar ese cuadro me referí
trémulo centellea?
a la poeta cubana Luisa Pérez y Montes de Oca
¿Son losas de sepulcro en el cielo
(1837‑1922) (Figuras 9a y 9b), que, tras fallecer su ma-
las pálidas estrellas?
rido en 1866, en edad aún joven (¡su rendido enamora-
¿La luna, en los desiertos del vacío,
do y admirador!), el insigne médico doctor Ramón
yerta se balancea?
Zambrana Valdés, hubo de sufrir el calvario de la muer-
¿Son túmulos las nubes, y las olas
te sucesiva de sus cinco hijos (1886-1898) y sobrevivir-
un sudario de perlas?
los más de veinte años. Abruma de dolor su vía crucis
[…]
en el librito de poemas Elegías familiares. De su Dolor
Y yo sentí de la última agonía
supremo / después de la muerte de mis tres hijas son estos
el temblor en mis venas,
dos versos:
y sentí mi razón cerrar sus alas,
como un mar que se hiela.
452 […]
¿Quién de este seno que os meció en la infancia
Éste es el riesgo de la madre así castigada por lo
verá la inmensidad de las heridas?
que Luisa llama el Destino: la locura. Pero la poeta
[...]
Zambrana no cae en esa sima. Encuentra en el cultivo
de la elegía el camino de elaboración religiosa y filosófi-
Ése es el duelo de la madre: la herida en el seno
ca de sus duelos y de la muerte. Se convierte en una
que nadie puede ver y sólo ella sentir.
ancianita mansa, pobre y olvidada, hasta que, poco an-
Y su penar continúa. En Aún hay el Martirio / des-
tes de morir, en Regla, el barrio ultramarino de la capi-
pués de la muerte de mi hijo Jesús se siente:
tal cubana, recibe el homenaje del Ateneo de La Habana
y se publica una edición de su poesía.
Vencida, vacilante y encorvada
bajo la noche inmensa del Destino,
[…]
El caso del psiquiatra Castilla
entro en la sombra, junto a ti, buscando
mi sepulcro sombrío.
Carlos Castilla del Pino17 (San Roque, Cádiz,
1922) es considerado actualmente el más viejo y cons-
Ésa es voz de duelo materno: entrar en la sombra
con el hijo muerto. 17  Castilla del Pino ha escrito en los últimos años su autobiogra-
Le queda su último hijo y también le es arrebata- fía en dos densos volúmenes (Pretérito imperfecto, 1997, y La Casa del
do: ¡Mar de tinieblas! / después de la muerte del único hijo Olivo, 2004) donde se toma la revancha con un buen número de per-
que me quedaba. Ya no puede más. Su poema es una in- sonajes a los que deja como títeres sin cabeza, incluyendo a su propia
mensa perplejidad atormentada en el que cada verso es familia de origen. Él mismo dijo alguna vez (Autobiografías, 1987) que
una interrogación. Su razón se nubla. Y su voz desapa- la autobiografía es un autoengaño, o una mentira, o una verdad a me-
dias, y un ejercicio de exhibicionismo. Las autobiografías se pusieron de
rece durante muchos años de los cenáculos literarios moda y proliferaron en la Francia de finales del siglo XIX, constituyen-
donde fue admirada. do, aun con todas las reservas de subjetividad, fuentes de información
muy útiles para los historiadores. Ya tuve ocasión de plantear en otra
¿Amanece? ¿tengo alma? ¿el sol alumbra nota (la n.º 43 del capítulo de Clínica) la relación entre autobiografía
este mar de tinieblas? y filosofía (Autobiografía filosófica es un texto de Jaspers publicado en
1958). También cabe desarrollar la correspondencia entre autobiogra-
[…] fía y psicología (la autobiografía y su relación con la psiquiatría fue el
tema abordado por Castilla en un seminario sobre la autobiografía, en
16  El valor de vivir (Elogio y razón del duelo), Madrid, 1999. la Universidad de Málaga, en diciembre de 2005). Desde la óptica de la

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

neo de cátedra (“crear una escuela de psiquiatría en to-


da regla”, dijo) y cultiva la nombradía, ejerciendo una
psiquiatría de marco sociopolítico, freudomarxista, con
aproximaciones lingüísticas. Escribe libros de sugestivo
diseño, con temática poco conocida en aquella España,
en los que emplea la clínica para sustanciar la estructu-
ra de ensayo.
En 1950, Castilla se casa con Encar(nación), bella
y fina mujer, en principio identificada con sus ideas y
Figuras 10a y 10b. Dos momentos del psiquiatra Castilla. gustos. Él no quería tener hijos y tuvieron siete, casi a
uno por año. Fueron: Carlos, nacido en 1951; María
Fernanda, en 1952; Pedro, en 1953; María, en 1954;
Juan, en 1955; Gonzalo, en 1956, y Álvaro, en 1958. Al
picuo representante de la psiquiatría española, autodi-
comienzo de los años sesenta, la familia se traslada a
dacta y de izquierdas, militante que fue del Partido Co-
vivir a una aislada finquita en las afueras de Córdoba, El
munista de España (Figuras 10a y 10b).
Mochuelo, donde construyen su casa, y Castilla cumple
En su biografía, él habla abiertamente de su des-
su fantasía (ya advertida en el nombre que pone a esta
afecto familiar desde la infancia en una casa oscura, y
residencia) de tener un estudio bajo tierra, en su noc-
de un padre enfermo crónico, de enfisema, con el que
turnidad oculta y vigilante, para dedicarse a la lectura,
compartía habitación desde niño, al que respetaba y te-
la meditación y la escritura. Allí vive según un progra-
mía, y del que se liberó a los once años cuando murió,
ma ritual de trabajo: alternativamente se sumerge en la
pues el padre le exigía que estudiara para arquitecto y el
cueva intelectual para emerger luego a la superficie del
niño quería ser médico. Habla de una madre desabrida,
jardín. Ritual en dos tiempos complementarios: 1) en-
inafectiva, y de unas hermanas beatas y mandonas. Lue-
cerrarse-esconderse-crear, y 2) salir-sobresalir. Fantasea
go fue el internado en los salesianos de Ronda. Le vino
que, mientras él estudia y escribe de madrugada, todo
la guerra, y los milicianos asesinaron a tíos y primos. Se
el mundo está en pleno sueño. También le hace sentirse
hizo adolescente requeté y luego se desapuntó. Trató de
superior llegar por la mañana tan despejado y el prime-
librarse de la milicia universitaria alegando ser “estre-
ro, antes que sus colaboradores, al dispensario, tras ha-
cho de pecho”, pero no lo consiguió. Por fin se marchó
ber dejado a sus hijos en el colegio. “Aún soñaba des-
a Madrid a hacer la carrera deseada, y entró en el grupo
pierto con que alguna vez lograría la cátedra” (Casa del 453
de la cátedra de López Ibor, entonces el gerifalte de la
Olivo, en adelante C.O., p. 286). Tendrá que esperar a
psiquiatría nacional española, con el que se formó y del
los años ochenta, con el cambio de régimen y el acceso
que se decía que era el alumno predilecto. Pero, decep-
de los socialistas al poder, para ser nombrado, en 1983,
cionado porque no le apoyó sucesivamente en el logro
Catedrático Extraordinario de Psiquiatría Dinámica y
de una cátedra, rompió de manera abrupta con él y se
Social de la Facultad de Medicina de la Universidad de
exilió en Córdoba, donde siguió soñando con la cátedra
Córdoba, pocos cursos antes de jubilarse.
inaccesible (su gran duelo crónico postraumático). Allí
En fin, una vez bosquejado el personaje en su con-
comenzó la labor pública en uno de aquellos cutres
junto, vayamos a su historia con los hijos, tomando al
dispensarios de provincia de los años cincuenta, y más
pie de la vivencia lo que él relata tan crudamente como
tarde su consulta privada, que llegará a estar bien nutri-
si se confesara a un cura. Recreo con cierto detalle este
da. Fue atrayendo a jóvenes inquietos, hace su sucedá-
escenario porque constituye una panoplia paradigmáti-
ca de los tipos de hijos que abundaron en las nuevas
hermenéutica psicoanalítica, la mentira es una fantasía perfectamente
interpretable. Aun aquel que quiera simular o engañar, recurre, por más
generaciones de padres intelectuales y progresistas con
que lo evitara, a temas y maneras que le son propias y que tienen su raíz adolescentes en los años setenta y ochenta del pasado
en el inconsciente, y por tanto constituyen legítima materia de análisis. siglo en España.
Hay maneras muy sofisticadas de encubrirse, y una de las que más es Nada más nacer el primogénito, se dio cuenta de la
la de la “sinceridad excesiva”, esa pretendida desnudez absoluta (escan- “enorme complicación psicológica que me causó la pre-
dalosa) del alma, que es en realidad exhibicionismo narcisista, la cual,
por bastante infantil o ingenua, se transparenta mucho. Fundamento,
sencia de nuestro hijo. […] Hasta que transcurrieron
pues, en esto, mi interpretación de la reacción de Castilla respecto al unos meses, me veía incapaz de identificarlo como algo
duelo por la muerte sucesiva de varios de sus hijos, y aún me baso más que viniera también de mí, y lo vivía como extraño y
en las no pocas entrevistas y declaraciones públicas realizadas a lo largo perturbador” (C.O., pp. 149-50). Con la siguiente, Ma-
de los últimos años. En este tipo de confesiones o declaraciones, los ría Fernanda, fue algo distinto: “A partir de los seis
personajes quedan más a la intemperie, porque la inmediatez obliga
a improvisar en la palabra, con descontrol del gesto, y ya se sabe que
meses [la] miraba extasiado ante lo que consideraba sus
nuestro inconsciente se expresa por su cuenta y traicioneramente por gracias innatas. Con los demás, mi interés y mi afán por
las vías menos controlables. Tomo en cuenta también, como fondo y descubrir sus aptitudes y sus adquisiciones fueron más
sin ánimo de interpretación —pues no es éste lugar ni momento—, los tardíos” (C.O., p. 149). Al principio, las cosas con ellos
sueños propios que el psiquiatra Castilla describe en su autobiografía iban descriptivamente bien. Los arropaba, les contaba
y que ubica en el texto usándolos exclusivamente como proyección de
peso de la reminiscencia diurna, y, por tanto, no va más allá de la pura
historias para dormirse, los llevaba con él a pescar y a
obviedad en la significación que parece otorgarles (y hace bien, pues lo incursiones arqueológicas a yacimientos romanos y ára-
suyo no es un psicoanálisis). bes casi a flor de tierra, donde se hacía con algunas

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

piezas interesantes. Pero “mi proceder [con los hijos] años pasados, puedo afirmar claramente que, por lo
era demasiado consciente, no surgía con la espontanei- que a mí concierne, ése fue el primer y el mayor error
dad del que siente, y en primer plano, la emoción de la que he cometido en mi vida” (C.O., p. 150).
paternidad, sino como una obligación, y por eso ellos Uno tras otro, los problemas se fueron sucediendo
no vivían estas experiencias como un ejercicio de liber- y acumulando con los hijos. Castilla se sintió impotente
tad. Por otra parte, tendía a imponerles mis modelos y y se alejó egoístamente de la vida familiar. “Yo no iba ha-
mis proyectos”. Sin embargo, mientras no aparecieron cia mis hijos; tampoco ellos venían hacia mí”. Se dedicó
los problemas con los estudios, mantuvo el equilibrio en exclusiva a lo único que le gratificaba, su quehacer
con ellos (C.O., p. 150). profesional. La distancia se agrandó sin remedio y el
Muchos de los jóvenes padres de aquel tiempo grupo familiar empezó a descomponerse gravemente.
desearon para sus vástagos una educación no sólo dis- Entre 1978 y 1987 murieron cinco de los siete hi-
tinta sino contraria a la que ellos mismos habían recibi- jos: María, Carlos, Álvaro, Gonzalo y M.ª Fernanda.
do. Los de la clase media más intelectual y escorada a la Primero murió María. María se suicidó con 24
izquierda rechazaron los colegios confesionales y opta- años por autointoxicación, en 1978, tras dos graves in-
ron por la escuela pública. Esta decisión fue perniciosa tentos anteriores (sección de venas con 22 años e inges-
para los hijos de Castilla porque, según cuenta, se sin- tión de barbitúricos un año después). Este último suce-
tieron perseguidos por algunos profesores de los más dió tras un requerimiento de personación en un juzga-
afectos al régimen franquista, dado el rojerío del padre. do por tenencia de 300 gramos de marihuana, y parece
En los siguientes cuatro o cinco años se rompió la que esto pudo ser el desencadenante de su decisión de
relación entre los hijos y él con el pretexto de los estu- morir. “Fue siempre una niña que sentía fascinación por
dios. “No fui capaz de dejarles suficientemente a su aire su propia muerte”, apunta el psiquiatra. Era sociable,
y traté de imponerles mis fines y mis métodos como si inteligente y querida por sus amigos, aun cuando su
fueran indiscutiblemente los únicos y los mejores” presencia les cortaba un poco a causa del rigor que ella
(C.O., pp. 287-288). imponía en la conversación. Era la más cercana teórica-
“En mis silencios debían de imaginar censura (no mente al mundo de valores de su padre, pero, indisci-
siempre era así, claro está, pero es cierto que no sabía plinada, los incumplía y por eso le evitaba, quizás hu-
cómo decirles lo que quería transmitirles), y sus inhibi- yendo de su posible censura. La relación de María con
ciones ante mí tenían la adecuada correspondencia”. su madre fue mucho más abierta y confidencial. Castilla
“Mis hijos y yo fuimos convirtiéndonos en extra- reaccionó al suicidio de su hija practicando un “domi-
454 ños y llegó un momento en que sólo hablar hubiera nio emocional muy duro”, y continuó con su habitual
empeorado las cosas. Hubieran surgido reproches mu- programa académico. “Mi salvación era el trabajo”. Es-
tuos, era mejor callar... Era un silencio que apesadum- taba escribiendo entonces el capítulo de la pena y de la
braba, sí, pesaba mucho”18,19. melancolía en su libro Introducción a la Psiquiatría
Su sótano no fue ya sólo lugar de trabajo, sino re- (1978-1979). Como dice no poder pensar sin imáge-
fugio de fugitivo. Como tantas madres en similares cir- nes, se representaba a su hija sentada frente a él, ella
cunstancias, Encar no compartía el proceder educativo sonriente y él mirándola serio, como si estuviera viendo
del marido. Pero él, el profesional con experiencia de una “escena de película”20. Y ese 30 de junio, el psiquia-
padres que actuaban inadecuadamente con sus hijos, tra Castilla escribe que trataba de “convertir la pena en
no supo aplicarse el remedio y recurrió a inhibirse, en objeto, como si la pena se saliese de mí y yo pudiera
la creencia de que la empresa le era imposible (C.O.,
pp. 150-151). Como hacen muchos padres varones, en 20  Uno de los mecanismos de defensa contra la invasión o el

lugar de plantar cara al problema recurrió a la estrategia desbordamiento de los sentimientos es conferirles una categoría de ex-
de confesarse incapaz o culpable, como si eso le justifi- presión teatral, de escenificación, de algo exterior, no real; es decir, de
cara: “Mi impericia como educador era absoluta, inima- lo que los psiquiatras connotan como característica histriónica o histé-
rica del comportamiento, o con riesgo de deslizarse hacia ese plano. Se
ginable, de modo que ahora, desde la atalaya de los trata del temor a sentir la percepción de que no se sabe sentir, de que
no se manejan los sentimientos, de que éstos pueden llegar a actuar de
18  “Entrevista a Carlos Castilla del Pino”, Miguel Mora, El País, manera autónoma sin el control racional. Tal situación temida se vivi-
Madrid, 15-11-2004. ría como debilidad, como una castración de la fuerza racional, sentida
19  En la autobiografía de Castilla, sugerente desde el punto de ésta como un gran falo (en realidad, postizo en este caso). Por otro
vista de la psicología introspectiva, aparece repetidamente el tema del lado, es imposible no sentir en ciertas situaciones (el esfuerzo por no
silencio como reacción ante las situaciones que desagradan, desbordan sentir, es decir, el gasto impuesto por la represión, sería objetivamente
y enfadan al sujeto, y la reitera con respecto a sus hijos. El silencio con mayor que el de sentir, pero el miedo a sentir prevalece). En esa coli-
respecto al Otro merecería una detenida reflexión. Retirar la palabra sión entre sentir en el fondo y anularlo en la forma hay una negación,
era, antes al menos, una cuidada y hasta respetuosa expresión de una un disimulo, un “yo no soy como parece, o como parezco, pero no
de la formas de enfado con alguien, en general significativo. Implicaba puedo demostrarlo”. Éste es uno de los ingredientes de cierto tipo de
censura cerrada, sin posibilidad de contraste. Psiconalíticamente podría frialdad y de distancia en la relación, que se coaliga con la actitud de
interpretarse como el representante hermético del Super-Yo. Silenciar a silencio cuando, por ejemplo, además, uno no puede imponer lo que
alguien es eliminarlo, darle por no existente, una de las maneras más quiere, y con un alto ideal del Yo (que no se vive nunca naturalmente
destructivas de la relación con el Otro. Desgraciadamente, era muy ha- como logrado). Creo que sueños como los de sentirse achicado (por
bitual que los padres tomaran esta opción con respecto a los hijos que ejemplo, ante grandiosos escenarios, solo, perdido, angustiado) tienen
les incomodaban y con los que ya no encontraban ninguna otra medida que ver con los citados “complejos”, originados muy precozmente en
sancionadora eficaz. la vida infantil.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

verla tal como es”. Siente que, al hacerlo, triunfaba del muertes que se incuban de forma muy sigilosa desde la
peligro de que el duelo de María le impidiera su trabajo. infancia. La de María, casi desde niña, como decía el
Es más: su muerte —dice— “me sirve para garantizar la padre. ¿Y las de Carlos y Gonzalo? ¿Cuándo empieza a
objetividad del análisis” que exponía en el libro. La ma- morirse un joven que se muere de heroína y sida? Creo
dre de María no se repuso de ese drama, quedó en sole- que hay personas, y en particular muchachos, que se
dad, silencio y llanto escondido. Nunca la pareja habló han suicidado ya antes de suicidarse. Por eso las inclu-
del “tema María”. Entre esa mujer y su marido se inter- yo aquí como duelos por niños, por niños-hijos.
puso para siempre una barrera insuperable de mudez, Y para terminar con la reseña biográfica de Carlos
frialdad y lejanía. Ya hablé en el capítulo de Clínica Castilla, hay que añadir que, cuando estaba pasando por
acerca de las parejas irremediablemente truncadas por un estado de desánimo, de fracaso sentimental, de vida
la convicción, por parte de uno de los miembros, de acabada y de ausencia de futuro afectivo, el psiquiatra,
que la muerte de un hijo ha tenido lugar por culpa del que ya había cumplido los 60 años de edad, conoció a
otro (C.O., pp. 442-445). Desde el suicidio de María, una joven mujer en 1983, con la que hizo vida en co-
los Castilla vivieron sobrecogidos. mún a partir de 1989, en un “hondo sentimiento de so-
El siguiente hijo en morir sería Álvaro, el benja- siego, confianza y complicidad. Era la última oportuni-
mín. Fue un precioso niño y una persona inteligente, dad de poder ser feliz”, y no estaba dispuesto a dejarla
decidida e independiente. Abandonó los estudios y pasar. Su esposa se apartó de él “con dignidad y discre-
abrió una tienda juvenil. “Su trayectoria me había dis- ción”, dice él. Ella había tenido sus hijos, pero carecía de
gustado y decepcionado”, dice el psiquiatra, y añade: los recursos del marido importante. Castilla y su nueva
“Nos entendimos mal en los últimos años”. Murió en pareja se trasladan a vivir a otra casa en el campo, con
un accidente de moto el 14 de junio de 1985. un olivo centenario trasplantado en medio, un tronco
El tercero fue Carlos, el primogénito. Afiliado al retorcido, nudoso, de raíces escleróticas y de hueca ro-
Partido Comunista, sufrió unas semanas de detención a bustez. Tótem, lo cree Castilla. Más bien, alegoría de la
finales de 1970, a raíz de la redada con motivo del “pro- soberbia vana. Y desde 1989 vivirá con Celia en ese Oli-
ceso de Burgos” contra los etarras. Después se vio invo- vo, que así bautizaron la casona. Itinerario del Castilla
lucrado en un accidente mortal de tráfico. Dejó radical- del Mochuelo al Castilla del Olivo. En 2003 es nombrado
mente los estudios y la política y se opuso frontalmente miembro de la Real Academia Española de la Lengua,
—de manera significativa— a las posturas ideológicas cumpliendo su ilusión de ser académico, “no porque sea
de su padre. Entró en el mundo de la drogadicción más la coronación de una vida, sino porque es ahora el mo-
dura junto con su pareja, hija también de renombrados mento en que puedo dedicarme más a trabajos de este 455
escritores. Ésta murió de sida en el verano de 1984. tipo [revisar el léxico médico del Diccionario], que son
Carlos se recluyó en la casa familiar, donde padre e hijo los que verdaderamente me importan”.
convivieron ese tiempo en el habitual silencio. Falleció,
también de sida, el 19 de septiembre de 1986. Castilla
quedó impresionado por la seriedad y dignidad con El duelo del y según el doctor Castilla
que el hijo se encaminó de manera consciente hacia la
muerte. La expresión personal: sobrevivir,
El cuarto hijo muerto. Hacia 1985 supieron los liberarse, olvidar
padres de Gonzalo, el penúltimo de la prole, que era
asimismo adicto a la heroína y que él también padecía En esta parte apelaré a las manifestaciones que
el sida. Dejó este mundo en poco tiempo, con agonía Castilla21 revela de su vivencia personal ante la concate-
ruidosa, pero sin dolor. Es el hijo del que apenas habla nada múltiple desgracia de la muerte de sus hijos.
Castilla en su autobiografía.
La última muerte. María Fernanda, la segunda de Aprendí a guardar dentro de mí la angustia y el
la fratría, era servicial y protectora, dulce y afectuosa. sobrecogimiento que me atenazaban [por la muerte de
“La tuve mucho cariño desde pequeña, era la única que sus hijos] y nadie se atrevió, a la vista de mi actitud, a
mostraba hacia nosotros acercamiento y ternura”. Se romper la barrera de silencio que establecí en torno a
casó con un costarricense y tuvieron dos hijas. Murió ese ámbito de mi vida privada (C.O., pp. 451-452).
de cáncer de colon en ese país. De sus dos niñas, la pe- Se trataba de sobrevivir. […] Uno tiene que “sa-
queña murió de lo mismo que la madre a los 17 años, lir” por sí mismo.
en el año 2003. Todas las muertes de mis hijos me causaron un gran
Reflexiono ahora para una posible objeción. Es pesar, pero no impidieron mi proyecto de vida... ¡Sólo ha-
cierto que estos hijos de Castilla murieron en situacio-
nes dramáticas en edades que no pueden ser considera- 21  Me permito combinar aquí lo que él mismo escribe en su

das infantiles ni adolescentes. Por otra parte, aunque las autobiografía (Casa del Olivo, principalmente, publicada en 2004) y sus
cinco son muertes con un surplus de dramatismo, me manifestaciones en varias entrevistas (“Carlos Castilla del Pino. ¿Juven-
atendré en especial a las que fueron autoproducidas, tud, egolatría?”, Justo Serna Pasajes, Revista de Pensamiento Contempo-
ráneo, 11, febrero 2003, pp. 67-75); “Entrevista a Carlos Castilla del
por así decirlo, sea de manera voluntaria, mediante sui- Pino”, Miguel Mora, El País, Madrid, 15-11-2004; Carlos Castilla del
cidio, o mediante la autoeliminación progresiva por la Pino: cinco conversaciones sobre la psiquiatría, la felicidad, la memoria, los
droga, el lento suicidio. Y éstas son probablemente libros, Anna Caballé, Barcelona, 2005).

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

bría faltado añadir eso al drama! Lo que impidió real- namente, volver al ser que éramos. Nos empeñamos en
mente mi proyecto de vida fue no lograr la cátedra22. la pena, rumiamos la tristeza, la representamos inclu-
Pero quien como yo estaba expuesto al público y so (C.O., p. 450).
obligado a actuar inmediatamente, no se podía permitir Hay experiencias que o se olvidan o bloquean to-
ni regurgitar la pena ni mucho menos representarla do posible desarrollo en cualquiera que sea la direc-
obscenamente. Una terapia eficaz para mí fue la consi- ción. Son olvidos útiles para la economía del sujeto.
deración, junto a lo negativo de la pérdida, lo que “tam- Una cosa es la pérdida del objeto amado, donde el
bién” contiene de positivo (en forma de alivio, de la po- duelo dura un tiempo y se acaba, salvo que esté conta-
sibilidad del merecido sosiego, del anhelado descanso), minado por la culpa. Pero el verdadero fracaso en la
huyendo de la gratificante pero impúdica exhibición del vida es no poder realizarse: el escritor al que nadie lee,
dolor y del requerimiento de consuelo por los demás. el poeta que no encuentra la poesía, el matemático que
Parecería que hay un baremo para la pena: una no es capaz de resolver el teorema de Fermat...25. Y eso
madre, 10; un padre, 8; un hijo 25... Para mí, la muer- no tiene nada que ver con el duelo26.
te de mi padre fue en un sentido una liberación. Cuan-
do lo dije mucha gente se escandalizó. Pero lo fue real-
mente. Él quería que estudiara Arquitectura, yo quería El texto profesoral
ser médico; cuando murió me liberé de ese conflicto.
Desde el primer momento reivindiqué el derecho a Ya mencioné que, en 1978, cuando se suicidó su
no sucumbir, a no dejarme aplastar pasivamente por la hija María, Castilla estaba escribiendo el primer volu-
desgracia, el derecho, asimismo, a seguir mi camino y a men de su Introducción a la psiquiatría, en donde aborda
hacer lo que juzgo que tengo que hacer. Y aunque a la el estudio de la pena como característica de la tristeza
memoria acuden muchas veces recuerdos de lo perdido, del duelo. Lleva a cabo una descripción fenomenológi-
me defiendo de que éstos me fustiguen y me paralicen ca del cuadro utilizando el enfoque psicoanalítico de
en la miseria inútil. Con otras palabras: reivindico para Freud. Radicaliza a éste al subrayar, en lo que a la reso-
mí mismo el derecho a buscar resquicio por el cual salir lución del duelo se refiere, ciertos aspectos, como que
de la desgracia y construirme un lugar donde ser feliz. “un duelo prolongado supondría un enorme dispendio
para la economía psicológica del sujeto, que perecería
Sin expresarlo ya en primera persona, pero en el precisamente por su desinterés excesivo por el mundo
contexto de su propia historia, Castilla expone una filo- exterior y por sí mismo”. Así, “el amor a otro objeto
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sofía clínica, práctica, de vida ante el duelo: anulará el sentimiento por la pérdida del otro [el ser
querido que murió]”. De modo que la reaparición del
Tras una desgracia, el duelo se elabora, si no hay
interés del doliente por el mundo puede producirse a
complicaciones, de manera espontánea, como en una
condición del olvido de la pérdida. Incluso “la necesi-
especie de “volatilización” tras el “paso del tiempo”23,
dad del sujeto de volver a amar es la que hace que, en-
por el progresivo alejamiento del momento de la pérdi-
tre otros mecanismos, recurra a traer ante sí imágenes
da del objeto24 amado. Es un mecanismo de adapta-
contracatectizadas [es decir, recuerdos negativos] del
ción del sujeto a la realidad en la que ha de vivir,
marginando, cada vez más continuadamente, el re- 25  …¿Y que podría decir del anhelante candidato a cátedra que
cuerdo del objeto perdido. Pero en esa etapa aún emer- no la consigue en sucesivas tentativas (siempre por culpa del Otro)?…
gen sentimientos de culpa al advertir que hace días o Pues quizás haya que replantearse la dinámica y la economía psíquica
semanas que no evocamos al ser perdido (señal de que del fracaso. Se sufre por aquello muy investido, muy querido o signifi-
el duelo progresa y tornamos a la vida). Nos culpamos cativo, que se tiene y se pierde, y a eso, sin duda, se le llama dolor por
la pérdida, que conlleva un proceso de elaboración que se denomina
de no sentir la pena que “deberíamos” sentir y, paulati- duelo. Y entonces ¿cómo habría que designar lo que siempre se ha an-
siado y no se ha obtenido? ¿Fracaso, según Castilla? Obviamente, fraca-
22  Freud utilizó el término “ideal del Yo” en varios contextos. Al so es un término ambiguo, polisémico, como lo es triunfo, su inevitable
principio era descriptivo, entendido como el contraste entre el yo actual pareja en la oposición, en cuyo balance se confrontan y a menudo se
y el ideal; más tarde, como una parte del Super-Yo; o como medio por el contradicen las apreciaciones externa e interna de la persona. ¿No es
cual el Yo se aprecia a sí mismo. En la acepción más elaborada de “ideal pérdida interna la no obtención de un objeto intensamente deseado a lo
del Yo” (la de la segunda teoría del aparato psíquico), Freud lo presentó largo de toda la vida y no logrado, o bien obtenido cuando ya perdió su
como la instancia de la personalidad que resulta de la convergencia del atractivo, en el humillante rodar de la vida sin él?
26  Castilla afirmó no haber pasado nunca por depresión (Anna
narcisismo propio y de las identificaciones con los padres, con los sus-
titutos parentales y con los ideales colectivos, a la manera de un ideal al Caballé, 2005), pero otra cosa dejó escrita a lo largo de su amplia bio-
cual aspira acceder el sujeto. grafía, donde se pueden desvelar hasta cinco estados situacionales de-
23  La teoría de la “volatilización” espontánea del duelo es una presivos: el de incertidumbre por cambios bruscos de rumbo en la vida, en
manera de expresar la concepción de Freud sobre este particular, como el inicio de los estudios en Madrid, y luego el momento crítico en el
pusimos reiteradamente de manifiesto en el capítulo de la Cínica. que ve naufragar su proyecto de cátedra (el gran trauma psíquico de su
24  Castilla emplea el término “objeto” en el sentido psicoana- vida) y se traslada a Córdoba (meses de desasosiego y pesadumbre); el
lítico, es decir, como aquello sobre lo que volcamos nuestro caudal del suicidio de su hija (sobrecogimiento del horror de lo inesperado); el
(investimiento) instintivo y pasional, es decir, nuestra más profunda de la jubilación (depresión ex vacuo, la llama él, una especie de depre-
afectividad entendida como libido, ya sea ésta considerada en un sen- sión anaclítica, regresiva del adulto a la posición del bebé, en la que se
tido restrictivo (como hace el psicoanálisis ortodoxo) o en un sentido halla sin sostén, en riesgo de caída libre) y el del derrumbamiento de su
ampliado, cubriendo otros intereses o apetencias. matrimonio (necesidad de dejar atrás un sórdido pasado).

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

objeto [del ser querido] perdido, facilitando de este Estos textos autobiográficos de personajes que dic-
modo la irreversible aceptación de la pérdida”. tan teorías y ejercen diagnósticos son interesantes por-
Castilla reinterpreta el texto Duelo y melancolía que reflejan la imbricación de la experiencia personal
(1917), de Freud. En realidad, éste asegura de forma con la definición científica, e ilustrarían cómo, al menos
taxativa, honradamente, que no sabe por qué y cómo se en el tema del duelo, los especialistas aplican a sus en-
acaba un duelo y ofrece varias hipótesis, algunas muy foques clínicos las propias vivencias y defensas.
simples. Creo que sin un fuerte narcisismo (el cual no debe
La lectura freudiana que hace el psiquiatra de Cór- entenderse sólo como simple vanidad o infantil egocen-
doba tiene el interés de revelar una opción ante la trismo, sino más bien como angustia arrolladora de
muerte (tan comprensible psicológicamente como otras salvación para supervivencia del yo, como la del que se
que puedan parecer más aceptables): la de la posición ahoga y se agarra a lo que sea para seguir flotando) sería
narcisista de anular el duelo, una especie de lucha a muy difícil que personas como Castilla sobrevivan sin
pecho descubierto entre el fantasma del muerto y el Yo ser arrastradas a su total perdición en un duelo imposi-
del vivo, tal como Castilla lo plasmaba en la fantasía ble abocado a la autodestrucción. Pero, ya lo he sugeri-
visual de su hija y él, frente a frente, cara a cara, él serio do antes, el intenso narcisismo es también una carta
y ella sonriente (él todavía luchando, ella ya no). que se juega con mucho riesgo.
“Muerto, muertos, no me vais a hundir en vuestras
sombras”, se diría en registro shakespeariano. Potente
narcisismo que impone la negación de la llamada posi-
ción depresiva27, descrita por Melanie Klein, la gran Historia de Ali
impulsora del psicoanálisis infantil. Duelo por una “santa” hija y
Freud diría lo que dijo, pero si vamos a esa parte no era su madre
de su epistolario donde da cuenta de sus duelos, com-
probamos el duro esfuerzo que tuvo que ir desplegan- Conocí la historia de Ali cuando vi a su hermanas-
do para salir adelante, sobrellevando un largo duelo en tro Florencio, de 13 años, en la consulta, por un posible
las últimas décadas de su vida 28, y, en especial, el de la diagnóstico de trastorno por hiperactividad y déficit de
muerte de su nietecillo, como vimos en este mismo atención.
capítulo. A solas con él, me dijo, entre otras cosas, lo si-
guiente:
27  La posición depresiva, luminosa hipótesis de Melanie Klein, es
457
una importante contribución a la comprensión de la madurez humana, Tengo dos problemas. Uno es que me duele cons-
donde el tesón lucha contra la incertidumbre. El bebé está sumergido tantemente la cabeza y otro es un problema de concen-
primeramente en un mundo unidimensional (la posición esquizoide,
también descrita por Klein), donde todo es uno —ya sea 1b, ya sea
tración. Me va mal en los estudios
1m—, es decir, todo es bueno o todo es malo, pero todo es uno de El dolor de cabeza es fuerte, una o dos veces por
una vez en un mismo momento. Pues bien, saliendo de esa posición semana. Desde hace unos 3-4 años. Se me quita con
absoluta, el ser humano crece como persona para acceder, con coste aspirina, pero lo que mejor me va es acostarme, y me
de dolor psíquico, al descubrimiento de que el disgusto y el placer, el levanto bien por las mañana.
amor y el odio, brotan de una misma fuente, o sea, que su madre es la
misma persona que le gratifica y que le frustra. Esto significa que, en
Soy hijo único y no me gustaría tener más her-
cada momento, puede haber lo bueno y puede haber lo malo, es decir, manos.
la posibilidad de lo uno tanto como de lo otro. Quedó a un lado (pero
dispuesta a reaparecer) aquella ilusión temprana, en la región más inac- Entra la madre y me cuenta:
cesible del inconsciente, de que sólo había lo bueno (el pecho bueno)
y el bebé era feliz (sin saberlo, naturalmente), o sólo había lo malo (el
pecho malo) y el bebé berreaba y era absolutamente infeliz (sin saberlo
Estoy desesperada, todo el mundo está desespera-
tampoco) y sin experiencia alternativa de la memoria de cuando era do con él. Yo ya lo único que quiero es que se saque el
feliz. Pero ahora el niño ha accedido al nivel de la frustración consciente Graduado Escolar, y si no quiere estudiar que no estu-
y de la anticipación de la frustración. Ha entrado en la región de la natu- die, me da lo mismo... Porque yo lo tengo en un buen
raleza social humana, que es la ambivalencia, en donde jamás se puede colegio, tiene un buen profesor particular. Y no hay
estar seguro de que lo que es bueno en este momento no sea malo en el
siguiente, e incluso se duda de si lo que parece bueno es bueno o no, o
forma... Estoy riñéndole continuamente, me tengo que
si hay malo en lo bueno y bueno en lo malo, en todo caso y momento. sentar con él si quiero que haga los deberes, porque si
En ese tiempo, pues, el pequeño ser humano alcanza el mundo comple- no, no hace nada, se queda mirando al techo...
jo de los sentimientos y se adentra en el terreno movedizo de la culpa, Pero es sociable, tiene buenos sentimientos, no es
ya que tiende a sentirse culpable de ser él quien con sus pensamientos agresivo, es dulce, todo lo da, es buena persona, bellísi-
y fantasías agresivas haya destruido lo bueno y lo haya convertido en
malo en todo momento o en cualquier momento. Melanie Klein define
ma persona, tiene un corazón buenísimo, todas las
esta posición como el núcleo del duelo, la raíz de por qué nos resulta madres me envidian del corazón que tiene mi hijo...
tan doloroso aceptar la realidad de la muerte. Por otra parte, la razón Pero los estudios es lo malo...
del por qué cuando se es feliz no se recuerda el tiempo de la desgracia, Mi hijo tiene un miedo atroz, a todo; ve una mos-
y sobre todo que cuando se es infeliz no sirve de contrapeso el recuerdo ca y le tiene pánico, a todos los animales, le da terror
de los tiempos felices, remite al proceso esquizoide, siempre latente y
en muchas personas predominante.
quedarse en casa solo, si se le manda que vaya a por
28  Esta dura brega por vivir, amar y laborar aparece en el análi- algo en casa, tiene que ir y volver hablando él solo pa-
sis del autoduelo de Freud en mi libro Ars Moriendi, 2001. ra quitarse el miedo...

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Entonces, esta mujer empieza a hablar de la hija mos el miércoles; el jueves, muy mal. El viernes, cuan-
que se murió y de la que yo no tenía noticia. do yo pasé [a verla], estaba prácticamente muerta,
pero la fuerza que ella tenía tan grande, porque era
La niña era muy inteligente, padecía una cardio- una niña que tenía un don especial, es que eso no se ha
patía grave, pero hacía su vida normal, a pesar de que visto ni se va a volver a ver..., ella abrió los ojos y yo
la hospitalizaban con frecuencia. Tenía todas las cuali- sabía que ella no podía hablar porque ella estaba toda
dades, estaba en un colegio de monjas... Hemos sufrido intubada, y yo le dije: “Ali, dime lo que quieres, pero
mucho con la enfermedad y muerte de mi hija... Murió solamente con los ojos, tú lo que me quieras decir, cari-
hace cuatro años cuando ella tenía catorce años. Des- ño, ábreme los ojos y me los fijas...”. Yo ya sabía todo...
pués de su muerte, me he hecho más descreída... Una lo que mi hija pensaba lo transmitía así... Le dije: “Di-
vez, el niño me dijo: “Mamá, ¿es que tú crees que yo no me lo que quieres que le diga a Floren, ¿que le quieres
siento pena por mi hermana?”... Pero él no quiere ha- mucho?”, y ella se me quedó fija mirándome y llora-
blar de su hermana... Prefiero que a Floren lo traten en ba... y lloraba, y empezaron las máquinas a pitar,
este hospital porque aquí viene como a su casa y por- porque ella se excitó muchísimo, se emocionó mucho
que a su hermana la trataron siempre aquí y todo el cuando le hablé de su hermano. Y estaba la Dra. F.,
mundo le conoce. que me dijo que saliera de allí porque se estaba ponien-
do peor, muy grave. Y fue la última vez...
La madre de Floren era una mujer nerviosa, prima- Pero no pensé que se iba a morir. Yo sí que me
ria, que hablaba sin parar dejando poco resquicio a una puse una venda muy grande en los ojos. Yo no me pude
posible intervención de su interlocutor, y no pareciendo creer hasta el momento que ya se había acabado mi hi-
dispuesta a escuchar ni siquiera mis breves intervencio- ja... porque no podía pensar que mi hija se muriera...
nes. ¡Lo que sería con su hijo! Su lenguaje era entrecor- [Cuando murió mi hija] no me sentía mal, no
tado, poco construido, con reiteraciones, con palabras y me dolía nada, nada de nada, pero me dolía el alma.
giros regionales, que aquí salvo para mejor comprensión Tenía ansiedad, llorando... Hasta que no pasó año y
del contenido. La vi una segunda vez en una larga entre- medio yo pensé que me moría...
vista, de la que transcribo a continuación grandes párra- [No, ya muerta, yo no veía a mi hija] Una per-
fos, en los que se halla entre corchetes aquello que re- sona se muere y se muere... Pero hablarle sí, voy al
quiere explicación u orienta el sentido del párrafo, o se cementerio y allí yo quiero estar sola, todos los domin-
corresponde con alguna pregunta hecha por mí. gos por la mañana voy pronto porque no hay nadie y
458 yo le cuento todo, hablo con ella porque sé que ella está
Nosotros estamos hablando todo el día de mi hija ahí, yo me siento bien contándole todo...
porque era una niña muy buena. Lo que no me gusta es [Mi marido lleva esto] más o menos como lo
que la gente de fuera le diga [hable de ella]... porque llevamos todos. Tenemos cuadros grandes de fotos de
mi hija tenía mucho amor propio. Estaba mala, pero ellos, y mi hija está en todos los sitios. En mi habita-
de cabeza ella estaba bien, mucho más asiente [asen- ción tengo un cuadro grandísimo. Yo tenía un montón
tada, madura] que es éste [Floren], más hecha... Mi de cuadros pintados y lo he puesto todo con fotos de
hijo no piensa más que en el Madrid, mi hija pensaba mi hija, que es mucho más importante para mí mi
las cosas, tenía amor propio para todo, para aprender hija que tener ahí un cuadro de un pintor que no lo
a hacer... conozco.
[He soñado con ella] muchísimas noches. Hay [El cuarto de la niña] se ha quedado mi chico
veces que me despierto, la veo, hablo [con ella en el con él. Él tenía la suya, pero fue morir su hermana y
sueño]... Yo voy todos los domingos al cementerio, yo querer quedarse con la habitación de ella, era donde
soy cristiana. [La veo] viva, como era ella al final. No habían jugado tantísimo... Entonces se lo comenté al
hace mucho soñé con ella que nos íbamos a El Corte psicólogo del colegio y me dijo: “Si él quiere...”. En la
Inglés de compras, que a ella le encantaba... Son unos habitación de mi hija, cuando él era chiquitín, dormían
sueños preciosos. Además yo sé que mi hija es la que juntos, en otra camita de abajo, y luego lo pasé a la
nos protege en mi casa... En mi casa éramos muy uni- otra habitación de él...
dos, una piña cerradita. Yo le pido a Dios que mi hijo [Las cosas de ella] las he regalado. Tengo cosas
mejore y estudie, pero yo sí se le pido [también] a mi de mi hija, unos muñequitos, la ropa la regalé...
hija. Mi hija, tanto que ha sufrido, es una santa. Sufrió [Guarda una cosa de ella que valora mucho] es una
porque era una niña que se ahogaba, no podía correr, cajita que le regaló para Reyes su tía, que es profesora
no podía hacer cosas que hacían los demás niños, y eso de la Universidad de Salamanca, una cajita que no
era un sufrimiento para ella. Aunque a ella no le falta- vale nada [sin valor material], es una cajita rosita de
ra nada en su entorno, porque ella era muy feliz en su cartón con cajoncitos que estaba llena de caramelitos,
entorno, todo el mundo estaba muy pendiente de ella. y tenía piedrecitas, y un anillito de oro... Y andaba por
Cuando la ingresamos [la última vez] el lunes, ahí y yo le dije: “Ali, esto lo tendríamos que tirar, por-
todo el mundo venía a verla, y su tío que es Secretario que tienes toda la habitación llena”, y ella me dijo:
de Ministerio también, y ella contenta y feliz... “Mamá, tiramos lo que sea, pero esta caja la quiero
Murió después de la operación [no se despertó porque ésta me la ha regalado la tía Elisa para Reyes”,
de la operación]... bueno, yo creo que sí... La opera- y esa caja la tengo ahora como oro en paño...

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

Le comento que tiene gente importante en su fami- Bien, bien..., bueno, una tía, que es bastante re-
lia. Este comentario introduce un elemento inédito de torcida, cuando ella tenía cinco años y llevaba dos días
gran importancia. operada, mi marido la llamó desde mi casa para ver si
podían donar sangre para ella [de su grupo sanguí-
No, Ali era hija de su padre. Cuando yo me casé neo] y la tía saltó con que no estaba arreglada en ese
con él, la niña tenía dos añitos y medio... Su madre momento, y mi marido le dijo: “Ni muerta mi hija la
murió cuando ella tenía un añito... La quiero como si vas a volver a ver”, y le colgó el teléfono. Se lo juró y
fuera mi hija porque es que es una niña especial, como así lo hizo. Ni muerta la dejó ver, aunque estuvo en el
esa niña no vuelve a nacer [ninguna otra]... Mi hijo tanatorio... El día que hizo la primera comunión fue
no es tan bueno como esa niña, por eso le digo que esa toda la familia [materna] y ella [dicha tía] fue a la
niña es una santa... iglesia, estuvo más retirada, y vio a la niña... No se
[No hablaba nunca de su madre biológica] portó bien ninguna de las veces que fue a su casa, por-
Nunca, nunca. Pero ella tenía relación con sus abuelos, que mi Ali lo hablaba todo. Una vez mi niña tocó una
con sus tíos... [Después de morir su madre, estuvo] cosa, se le cayó y se le rompió, y la tía dijo: “Ya llegó
con el padre y la abuela. El día que me casé lo único aquí el huracán, a ver si se la lleva su padre lo antes
que me dijo mi hija, que yo me quedé sorprendida, fue: posible porque si no me va a romper toda la casa”.Y
“Mamá, ¿dónde has estado tanto tiempo que no te he ella no era una niña [inquieta], era un niña buenísi-
visto?”. [Pero ella ha sabido desde el principio que ma, tranquila, tranquila, relajada.
tenía otra familia]. [No hablaba del porvenir] Sólo decía: “Mamá,
Yo hay una cosa que no puedo hablar, una cosa que cuando yo sea mayor te tengo que hacer un monumen-
yo sé, que yo siento. Es que yo no quería a mi hijo cuan- to”, y yo le decía que por qué. Todas las noches cuando
do vivía mi hija, porque yo me volqué tanto en esa niña se acostaba me daba las gracias, todas las noches:
que yo no empecé a querer a mi hijo hasta... vamos a “Mamá, gracias por lo buena que eres conmigo”.
ver, no es que yo a mi hijo no lo quisiera... Ojo, ¿eh? Esto Cuando volvimos del cementerio, [los de la familia
son cosas muy personales que yo no las he hablado con del marido] me dieron las gracias: “Gracias por todo
nadie, sólo se lo he comentado algo a una íntima ami- lo que has hecho con mi sobrina y por lo bien que te has
ga... Pero [yo] vivía en mi hija Ali. Yo a mi hijo lo he portado”. Le dije: “No hace falta que nadie me dé las
querido y lo quiero muchísimo, y cuando vivía mi hija lo gracias porque mi hija me las ha dado todos los días
he querido, lo he cuidado, lo he mimado, pero no le tenía del año”. Mi hija correspondía: era una niña limpia,
tanto amor como yo tenía por mi hija. Es que estábamos ordenada, aquí en el hospital todo el mundo la conoce 459
muy unidas. Esa niña era una cosa especial; primero, y lo sabe. Todos los doctores, el Dr. B., la Dra. F., el Dr.
porque ella estaba siempre malita, mi marido trabajaba M..., y… el Dr. C..., que fue el que la operó y se le fue
y yo era la que la traía y la llevaba del hospital, la que de las manos...
estaba de noche y de día era yo. Pero [mi amor a ella]
no era porque estuviese malita, porque yo nunca he con- La última frase fue dicha en voz baja, casi inaudi-
siderado que ella estuviese mala, aunque yo sabía que ble, dicha como para sí misma. No la dejé pasar. Lo que
estaba mala, pero nunca la he considerado una enfermi- siguió fue un desahogo de progresiva indignación de la
ta que tuviera que estar [inválida]. madre de Ali al remover la vivencia tan hondamente
Ella nunca en la vida se quejaba, nunca, nunca, retenida. Le pregunté si guardaba rencor a ese médico.
nunca, nunca. Nunca escuché decir a mi hija: “Estoy
mala”. Jamás. Yo a veces me quejaba: “Tengo una ja- Muchísimo rencor. Se me ha ido pasando. Creo
queca... ¡Qué malita estoy!”, y ella se echaba a reir y me que metió la pata. Yo sé que él metió la pata, y él lo
decía: “Mamá, qué quejica eres”. [Yo la admiraba] y la sabe. [Son cosas que quedan dentro ¿no?, le digo]
sigo admirando porque [lo de] mi hija no era normal. Sí, mi marido sabe lo que yo pienso. Mi marido al poco
tiempo vio al Dr. C. y como si nada, porque mi marido
Pregunto a la madre si Floren estaba al corriente sabía que la niña estaba muy enferma, pero yo era la
de que Ali era hija del padre pero no de ella, y, en efec- que estaba con mi hija.
to, parece que el niño sabía el origen familiar de la Porque si mi hija estaba para operar... hay cosas
hermana. Le pregunto también si no protestó él a causa que no se puede [hacer] más, pero el Dr. C. sabe que
de la relación tan especial que debía de advertir entre hizo un crimen... Mi hija llevaba para operar ya mu-
las dos. cho tiempo [esperando], llevaba programada un año
y querían operarla para mayo, antes de hacer la co-
No, no, no, porque a la Ali la cuidábamos todos. munión mi hijo, y yo fui la que lo dejé [retrasé] porque
Al revés, si la Ali estaba malita en la cama porque te- les dije que si operaban a la niña antes del niño hacer
nía mucha fiebre, él estaba todo el rato a su alrededor, la comunión, ¿cuándo se iba a reponer? Yo ya estaba
diciéndole: “Tata ¿te pones bien?”, “Tata, no te pongas muy preparada con las operaciones de mi hija. Les di-
malita”. Luego, a lo mejor, había que ingresarla... je: “Pues como mínimo un mes, y cuando mi hija quie-
ra pasar bien la comunión va a estar malita”. Y ellos
Indago sobre la relación que ellos mantienen con me decían que era muy urgente, muy urgente. ¡Así que
la verdadera familia materna de la niña. era muy urgente, no? Pues vinimos un lunes y no había

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habitaciones para mi hija. Estuvimos en el hospital hijo en los que se le ve vivo; comunicación honda con
desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la no- él o vivencia de tenerlo dentro; ira hacia los que no se
che y no la pudimos ingresar porque habían traído portaron bien con él en vida...
unas niñas de Argelia para operar, que eran muy im- Creo que la culpa, común en el duelo de los pa-
portantes, porque eso les da mucho bulo [fama]. Mi dres, se ve mitigada en esta madre, de una parte, por su
hija tenía que haberse operado entonces, pero todo elevación de la niña a la categoría de santa, y, de otra,
[tendría que haber sido] con su orden. [Por fin] ope- por el hecho de haberse dedicado en cuerpo y alma a
raron a mi hija, pero se fueron a ver a las otras niñas ella durante tantos años.
de Argelia. A mi hija se le puso deshecho el corazón, Lo atípico es que la madre de Ali no era su madre
porque ellos no estuvieron pendientes de mi hija... Por- biológica. Era su madrastra, pero adoptó a la pequeña
que yo no soy tonta... El viernes [mi hija] me dijo todo como hija propia hasta el punto de que esta mujer llega,
lo que habían hecho en el corazón... Yo, en ver a los por sí misma, a sentir la culpa de haber sustituido a su
ojitos de mi hija, que miraba para arriba, ella me hijo biológico por la niña. Si ahondamos, podemos sos-
transmitió todo lo que le habían hecho. No se podía pechar que fue Ali la que invistió a esta mujer como su
hacer una operación como ésa con [sólo] dos ciruja- madre, negando a la auténtica que, muriendo, la aban-
nos, porque en otras operaciones de menor envergadu- donó. Más aún, creyó que ésta era su propia madre que
ra había estado la mitad del hospital con ella, y preci- había vuelto por fin. Cuenta esta señora que Ali ¡con
samente en esa operación que era la última..., y luego, dos años y medio! le dijo algo que podría formularse
de esos dos, uno se tuvo que ir con las otras niñas, y así: “¿Por qué has tardado tanto?”.
luego vino ese doctor y se fue el otro, que era el Dr. C., En este caso la maternidad no viene dada por un
con las otras niñas... vínculo biológico, sino por una relación extraordinaria-
[Como dirigiéndose al Dr. C., el cirujano] mente deseada, que se ve avalada por un encuentro, el
“Mire usted, mire usted, mire usted, usted ha cometido de esta mujer con esta niña extraordinaria, que cumple
un crimen y usted lo sabe... Yo sé que mi hija se iba a esa idealización que toda mujer tiene de un hijo o hija
morir más tarde o más temprano porque padecía una antes de tenerlos. He aquí el gran asunto del narcisismo
enfermedad que no tenía cura, pero yo sé y usted sabe materno.
que usted metió la gamba hasta adentro...” [Y esto] Por otra parte, era evidente que toda la magnifi-
me duele muchísimo porque él podía haber sido muy cencia de la personalidad de Ali había eclipsado al po-
claro... Porque él [se] puso cara a la pared, como si se bre Floren, delante del cual se abría la sima entre la
460 hubiera muerto mi hija [quiere decir que la daba ya cúspide de ideal de Ali y la desesperante y disminuida
por muerta; habla ahora en forma ininteligible]. imagen suya para la madre.
Porque yo sé lo que mi hija me estaba transmitiendo Probablemente el desdichado niño no llegaría a
cuando estaba tan sumamente grave, yo sé lo que mi emular nunca a santa Ali, por más que lo intentara. Y
hija me dijo, porque yo cuando le levanté la sábana y ojalá que se dé cuenta de que no tiene por qué hacerlo.
vi a mi hija así, me dije: “Dios mío, cuándo te vas a Señalaré que la aparición de sus dolores de cabeza coin-
poner buena”. cide con la muerte de su hermana.
...Porque no se puede hacer lo que él ha hecho... En los relatos que inventa en el test de personali-
Si tienes que operar a unas niñas que vengan de donde dad (TAT, test de relatos) muestra clara y repetidamente
vengan, del Sahara, que vengan de Roma, de donde dos aspectos fundamentales. Por un lado, aparece su
sea, a mí no me importa, y entonces primero prepare a gran deseo de destacar: quiere descubrir y descubre un
esas niñas, no todo a la vez, y se cargó a mi hija. Él instrumento musical más grande que el que ya existe
tiene mucha pena y tiene mucho rencor [sic] porque yo (¡pero que dé el mismo sonido¡): ¿símbolo de Ali?, ¿ser
la semana pasada que estuve aquí, con mi hijo Floren- él como Ali, más que Ali, para su madre?); pintar los
cio, me lo encontré por ahí y nos estuvimos saludando, mejores cuadros, consiguiendo trabajar para la corte del
y él sabe, él sabe. Me dijo: “Cómo estás”. “Pues muy Rey; descubrir un coche que no necesite gasolina sino
mal, doctor C., muy mal, usted sabe que muy mal”, y que funcione con agua..., y todo ello lo consigue... Por
él se echa a reir, pero él sabe el daño que me hizo, que otro lado, muestra perfiles muy diferenciados de ambas
para mí mi hija era lo más grande de mi vida. Yo sé figuras parentales: la figura materna es sobreprotectora
que él no metió la pata porque él quiso [quisiera]... y dominante, no sólo con el hijo sino también con el
marido, que, por ejemplo, una vez que se niega a que
He querido transcribir literalmente una gran parte ella le cure una herida en el labio, la mujer aprovecha
de las entrevistas que mantuve con esta mujer porque para hacerlo cuando está dormido; el hijo reprime su
ilustra aspectos relevantes del duelo de una madre, agresividad contra ella y le reconoce que lleva razón,
unos frecuentes y otros atípicos. sometiéndose a sus razonamientos; por otra parte, la
Los típicos son: “dolor en el alma” (como dicen figura paterna se muestra como una persona más cerca-
esta madre y otras); recuerdo constante, idealizado, in- na, que transige ante el sufrimiento del hijo, que accede
tocable, en parte exclusivo (a no compartir con nadie) a que siga su propio camino, aunque a él, al padre, le
del hijo muerto, y, en caso extremo, como éste, la distri- hubiera gustado que continuara la profesión tradicional
bución por la casa de retratos, objetos o enseres que lo de su familia, y por eso, quizá agradecido, en uno de los
recuerdan invasivamente; sueños muy frecuentes con el relatos, cuando el padre está enfermo, el hijo hace todo

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

lo posible para encontrar la medicina que le cure y lo cias personales, en ambos se dan rasgos que nos per-
consigue finalmente. Es significativa una de sus narra- miten una pauta de comparación. Los dos pierden a
ciones: un hombre casado tiene pesadillas febriles y un hijo de edad infantil; se hallan en la década madu-
supone que una bruja lo ha hechizado, pero consigue ra de la vida (40-50 años), se entregan por entero a la
hallar en un libro la frase que por fin le libera de ese literatura, reaccionan específicamente con una cierta
conjuro; creemos que inconscientemente se trata de la producción literaria a la muerte del hijo; los dos vi-
figura materna, que, como una bruja, se adueña de la vieron infancias “movedizas”, aunque cada uno con
personalidad de los seres que le rodean. vicisitudes diferentes.
El caso del duelo de la madre de Floren revela casi Ambos casos me permiten una aproximación lite-
caricaturescamente el riesgo de que el duelo de una rario-clínica a las relaciones entre duelo y depresión.
madre por la muerte de un hijo ponga en grave peligro Veamos.
su capacidad relacional, de dedicación, estima y com-
prensión del otro o los otros hijos vivos. La malignidad
del duelo29 de esta madre reside en el hecho de que re- La muerte de Ariel
cae como una sombra agostadora sobre Floren, como
una losa que abate el aprecio de su hijo vivo. Baldomero Fernández Moreno (1886-1950) fue
En las entrevistas que mantuvimos con esta madre un gran poeta, nacido en Buenos Aires, hijo de padres
no pretendimos ningún tipo de terapia o consolatoria. españoles, que una vez hicieron fortuna y se arruinaron
Ella no nos pedía tal cosa. Su Ali formaba ya parte de después. A los seis años de edad de Baldomero se vinie-
ella, de su leyenda. Lo urgente era la situación de Flo- ron a España, al pueblo cántabro del padre, donde el
ren, el hijo vivo, y no tanto por el posible cuadro hipe- niño hizo la primera escolaridad, y cuyo paisaje geográ-
ractivo de éste cuanto por su posición de exiliado de la fico y humano se le quedó grabado en el alma (inspi-
madre, su imagen de baja y deficiente intensidad, apa- rándole su obra Aldea española, 1925). Pero regresaron
gada por el fulgor de la “santa”. Nuestro trabajo consis- a Argentina en 1899, donde sus padres volvieron otra
tió en dejar que esta madre abriera los ojos y dirigiera su vez a enriquecerse y a arruinarse. Estudió Medicina, li-
mirada a la necesitada realidad de Floren tal como era. cenciándose en 1912 y practicándola durante más de
Y no resultaba fácil porque, aunque verbalmente ella se una década, pero la abandonó finalmente para dedicar-
resistía a negar que su duelo crónico por Ali fuera en se por entero a enseñar y a escribir literatura. Casó con
detrimento de este hijo, en su interior algo le decía que Dalmira, de una familia rioplatense de abolengo, y tu-
la hija muerta le ocupaba demasidado sitio. Nuestro vieron cinco hijos (César, Dalmira, Ariel, Manrique y 461
método no consiste en dar consejos directivos, del tipo: Clara). A ellos dedicó su libro de poemas Los hijos, de
“Tiene usted que ocuparse más de su hijo”, “deje de una gran ternura, donde les habla en versos de cosas
pensar tanto en Ali y piense en él”, “parece que este ni- cotidianas y sencillas, con ternura de padre de alma
ño es demasiado poca cosa para usted”, porque natural- sensible. Pero en 1937, con diez años de edad, muere
mente ella consideraría que eso no es cierto y que no Ariel, su tercer hijo, del que había escrito y al que había
somos justos, y esto no haría sino desatar su culpa, la dedicado los siguientes versos:
mala, la que se convierte en excesos, ya sean de ira o de
ineficaces golpes de pecho. Te has traído, hijo mío,
cierto aspecto de viejo:
la carita arrugada,
las manos con pellejos.
Duelo y/o depresión Envuelto en tus pañales
y abrigados pañuelos,
apenas se te ven
Fernández Moreno y Francisco cuatro pelitos negros.
Umbral: Dos padres, dos duelos,
¿dos? depresiones y una
Un envoltorio largo,
un conito perfecto.
diferencia
Pareces realmente
un bichito de cesto.
Apelo a los testimonios biográficos elaborados en
la obra literaria de dos escritores de enjundia, uno II
argentino, poeta, y el otro español, ejerciendo una li-
De Ariel hicimos Alel,
teratura de prosa eminentemente poética. Son Baldo-
ahora, de Alel, Alelí,
mero Fernández Moreno y Francisco Umbral. Con
de Alelí, Lelito y Lito,
sus singularidades de época, país y otras circunstan-
de Lito, Litín… y así.
29
  En otro lugar hemos tratado el duelo maligno, que recae como III
un daño insuperable sobre seres que nada tienen o tuvieron que ver con
el origen del duelo. (El valor de vivir - Elogio y razón del duelo, Carlos Yo no he encontrado nombre más hermoso que Ariel,
Cobo, Madrid, 1999; cf. también la nota 45 del capítulo de Clínica). tú sabrás, hijo mío, lo que te haces con él.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Ariel, Ariel. Lo acaba de decir el padre poeta: “No nominal del hijo muerto. Basándonos en su confesión
he encontrado nombre más hermoso para ti”. Así que de que no había nada inventado en su poesía, es decir,
no fue escogido simplemente por ser tan limpio y cris- que su poesía era el rezumar de su vida, puedo dedu-
talino a la voz, sino con sentido intencional, por ser un cir que el poeta no hizo el duelo de su hijo, o, mejor
nombre en el que se comprometía el deseo imaginario dicho, no elaboró el duelo por su hijo en su obra poé-
del padre. Ariel, que viene de aire, encarnaba “idealidad tica. No es que hiciera un duelo patológico, es que
y orden en la vida, noble inspiración en el pensamiento, cayó en una depresión porque no hizo el duelo. Toda
desinterés en moral, buen gusto en arte, heroísmo en la esa penumbra que envuelve su escasa obra en esos
acción, delicadeza en las costumbres”, ideales del lla- años se limita a su manera de sentirse narcisistamente
mado arielismo30, movimiento anclado en la mejor cul- fracasado. Veamos.
tura grecolatina y de la caridad cristiana, con rechazo
del materialismo y de la sensualidad, dentro de una so- Nunca podrás ver nada claramente:
ciedad democrática como contraposición al despotismo todo es zarzal, espinas y maraña.
aristocrático, pero sin sucumbir a la mediocridad, en la En vano gastarás toda tu maña
que la masa corporativa posibilitara la emergencia de contra el dorado pájaro latente.
los mejores para la gobernación. ¡Nada menos! Era una Errado el tiro, vuelves bruscamente
doctrina cuya utopía buscaba modelar una nueva ju- el arma hacia otro lado, mas te engaña
ventud latinoamericana, de posición política muy clara: la jugada de sol que el árbol baña.
enfrentarse al utilitarismo voraz de la nordomanía (de Te vuelves loco y lloras tristemente.
los nordos, o americanos del norte) y que desarrollara
sus propios valores de raza. Todo esto lo tenía que saber Todo del tonel sale de la vida
Baldomero, el padre poeta, a la hora de elegir el nombre tosco, deforme y dando tropezones.
de su hijo. ¡Vaya carga le esperaba al pobre niño! Dejas pasar los años y su herida,
¿Cabría entonces pensar que la muerte de su niño y cuando quieras darte explicaciones
Ariel significara simbólicamente para Baldomero la ni te sirvió la espuela ni la brida:
muerte de un ideal, y que, en este momento de la vida un pétalo fue más que tus razones.
del poeta, representara la quiebra de la esperanza en un
mundo mejor? No lo podemos más que intuir. Cuando El poeta, que es médico, cuenta sus síntomas en
el padre le dice: “Tú sabrás, hijo mío, lo que te haces metáfora de verso: oscuridad, desesperanza, impoten-
462 con tu nombre”, le está adelantando la exigencia a la cia, locura, todo es monstruoso e hiriente y nada se
que le obliga el significado del mismo. Pero el niño puede explicar.
Ariel no puede responder a esa expectativa porque se
muere antes, y, como en una de las versiones o de las […]
opciones del Ariel arquetípico, se transmuta en absolu- Cuando tenga sus horas en un sillón deshechas
to espíritu del aire, no en empresa terrenal. se volverán contra él nombres, actos y fechas,
Lo cierto es que, a raíz de la muerte del niño, el lo mismo que pedradas, latigazos o flechas.
poeta se hundió, a los 50 años, en una profunda de- Yo tengo como cribas mis grises sienes hechas.
presión que se alargó hasta finales de 1939, es decir, […]
durante más de dos años. Su estado sombrío y deses-
perado se revela en los breves poemas que escribió Sigue revelando en poema su historia clínica: apa-
durante ese tiempo y que, con el título de Penumbra, tía, memoria como un cúmulo de terribles reproches,
se publicaron en 1951, un año después de su muerte. de culpas que acribillan la mente transida.
He aquí una selección de los más representativos de su Y, espigando versos-síntomas, constricción del es-
estado de ánimo, donde llama la atención la ausencia pacio, sensación de estrechamiento y de amortiguación
vital:
30  El arielismo era por entonces en Iberoamérica una corrien-

te idealista, incitada por la influyente obra titulada Ariel, publicada en


[…]
1910, del pensador uruguayo José Enrique Rodó (1871-1917), que
tuvo una gran repercusión en la intelectualidad hispanoamericana. Su Irás retrocediendo un día paso a paso
ensayo es un ejercicio de pedagogía elitista, que utiliza los personajes hasta un rinconcillo moribundo y escaso.
del insólito drama teatral La Tempestad (1611), de Shakespeare, don- […]
de Ariel es el espíritu del aire como soplo de la vida, contrapuesto a
Caliban (anagrama de caníbal), que simboliza la tierra, la violencia y
la muerte, así como un tercer personaje, Próspero, el aristócrata mago
Necesidad de anestesiar el dolor psíquico que tan-
manipulador y justiciero, que finalmente renuncia a la venganza y a tas veces lleva al abuso de sustancias, como psicofárma-
sus poderes torticeros. Estos personajes se han hecho míticos, casi ar- cos, alcohol u otras drogas.
quetípicos. Su entidad se ha extendido para nombrar los espíritus de
otras creaciones literarias, artísticas, musicales, culturales, filosóficas. […]
Como la de Rodó, que utiliza e interpreta a esos personajes para articu-
lar un discurso cultural de moral y política, sintetizando y reelaborando
A ver quién ha inventado la extraordinaria ciencia
para la realidad latinoamericana las posiciones de pensadores franceses, de matar, sin herir el cuerpo, la conciencia.
como Renan y Fouillée, el brasileño Verissimo y otros muchos. […]

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

463

Figuras 11 a, b, c, d. Baldomero Fernández Moreno, médico y poeta. En el centro, la casa en Bárcena, en Cantabria, donde vivió de niño. A la derecha, en la época en que
pasaba consulta

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Aturdimiento del mundo. Hiperestesia sensorial. […]


Insomnio. Falsedad social. Palabrería. Duele la voz hu- Temblor y helar, y no firmeza y fuego,
mana, el insensible verbo del que no sufre. Pero el si- oculta celda y cama oscurecida,
lencio se asocia con la bruma. Nada calma. Insomnio: en tanto mana la invisible herida,
aromada de insomnios y de espliego.
El mundo es una gran algarabía
[…] Y ese devanar que duele ahora; él, que antes era
indiferente a las materias que dicen necesarias; él, aho-
Hueco el sollozo y el reír falsía ra, necesita de apoyos, de lo frágil (para aliviar el dolor)
[…] y de lo recio (para ahuyentar temores):
y todo lo oye el indefenso oído
a herida sentenciado noche y día. […]
[…] Ahora que en mi sillón yazgo inactivo,
todo lo peso, mido y justiprecio.
Debía estar prohibida la palabra,
sólo oírse la idea.
Tiene presentimientos de destino final; todo es ya
[…]
hielo, y lo que fue canto y ternura, bronco y duro le es
ahora:
El beso y poco más. Silencio y bruma.
[…]
Llega un momento, ay, para el poeta
en que salida no hay de la calleja. Sobrecogióme anticipado invierno,
[…] y ya flor de nieve es mi destino,
Donde acaba el fervor fina la meta. ronco graznido lo que fuera trino,
fuste de pedernal el tallo tierno.
Claramente lo dice: no hay salida, no hay ilusión,
no hay meta. Pero con la sensación de no haber vivido: Hay algún rayo luminoso que pronto llega, como
“¿Cómo voy a morir si aún no he vivido […]?”. en muchos de los padres que perdieron un niño, y esa
Y su terrible hora, la que desvela el alba, en la que luz viene de los otros hijos, de los niños. De su hija Cla-
464 tienta el suicidio, y la muerte se presenta como una li- ra, la pequeña, dice el poeta que es “última flor de mi
beración acuática, de regreso al útero de corales rojos: áspero camino”, o, mejor dicho, “flor de las flores”, y
“para mi oído, toda la armonía / para mi ojo gris, todo
No hay nada comparable a este momento el destello”.
matinal, indeciso, solitario, Pero ni una sola vez nombra a su Ariel, siquiera
en que tu propia sábana es sudario, indirectamente. No es duelo por el niño lo que sufre, es
borda tu lecho al agua y firmamento. duelo de sí mismo. Él llena por entero el ámbito de su
propia depresión.
Sólo falta la bala, sólo el lento Entre 1940 y 1943 pareció reponerse y trabajar
empujón hacia el mar único y vario, plenamente. El nacimiento de su primera nieta, Marce-
e irse al fondo del eterno acuario la, le animó a escribir el Libro de Marcela, y comenzó
por un sendero vertical del viento. también su autobiografía, de la que sólo llevó a cabo la
primera parte, correspondiente a la infancia, La Patria
Y mientras vuela el barco tras su puerto desconocida, porque entonces —quizás al remover su
entre espumas y nubes de colores, pasado infantil— volvió caer en un estado depresivo
permanecer en los abismos, muerto.
similar al anterior, del que mejoró muy poco a poco.
Vivió sus seis últimos años de vida acosado por el in-
No más correr tras ilusorias flores,
somnio y la ansiedad, como anunciaba en sus poemas
sino aspirar las de un coral abierto,
de la primera depresión. Se sentía vulnerable a todo, a
candelabro de rojos resplandores.
lo de fuera y a lo de dentro, y temía la llegada del atar-
Y la fantasía depresiva de la yerta quietud, de la decer porque le aterraba la noche. Decía: “No sé nada
calma de la nada, en: de mí”.
En junio de 1950 recibió el gran homenaje de la
[…] Sociedad Argentina de Escritores y pronunció un bellí-
Lo que diera por ser como el desierto, simo discurso, que resultó ser una despedida, porque
rubia extensión sin una gota de agua, murió un mes después, a los 64 años de edad. Había
tronco de escamas más o menos muerto. encomendado al primogénito, César, sus últimas volun-
[…] tades: nada de velatorio, nada de acompañamientos,
salvo el del hijo a solas. No se cumplieron, y recibió
Pero, en vez de esa ataraxia seca, el poeta siente: honores.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

Contrapunto de Mortal y Rosa

Duelo paterno por “Pincho”

El niño Francisco Pérez (Umbral) Suárez murió de


leucemia el 24 de julio de 1974, a los seis años de edad.
Le llamaban “Pincho” (Figuras 12a y 12b).
Unos cuarenta contaba entonces su padre, el escri-
tor-umbral31, que empezaba a ser por esas fechas el
cronista exquisito de aquella “movida”, el movimiento
juvenil más “canalla”, de la llamada Transición españo-
Figura 12a: Umbral... Figura 12b:... y el niño
la, y llega a ser hoy el anciano sabio de la palabra, libre “Estoy oyendo crecer a mi niño...”, Madrid, 1971
de norma y de academias. (Jano, Medicina y Humanidades, n.º 10, 31-12-1971)
Dicen que estuvo al borde de la depresión32. Pero
escribió (o reescribió) un libro, Mortal y Rosa (1975), yo creo por mí sentido —por muchos más padres de lo
meditación de duelo en breviario de libre asociación de imaginado— en esos momentos en los que en mi vida te-
sentimientos, imágenes e ideas. Fue en un verano que mí (temo) lo mismo (no morir antes que mis hijos).
llevó a noviembre. Duelo de su hijo, duelo de su propia
infancia, duelo anticipado de sí mismo. Todo, el mismo Premoniciones y presagios
duelo. Antítesis (quizá lo opuesto, pero no la negación) El padre-umbral ve y oye crecer a su hijo, que en-
de la vía que siguió al poeta Baldomero Fernández Mo- tonces es “promesa, raudal, vida total, carne sagrada”.
reno tras la muerte de su hijo. Pero también, premoniciones33. Hay momentos en los
También Umbral se duele, pero con el hijo perdido que sabe, con la convicción del temor, que su hijo va a
presente, y, con él dentro, le da la vuelta a la vida, hace morir prematuramente. Presagios como el de un día en
su desnudamiento y —sin dios— su vía crucis y su mi- la soledad de la casa:
serere. Su texto, elaborada retorta de asociación de
ideas, híbrido de dolor e intelecto, pasa de tercera a Si algún día no estuvieras del todo, niño, cómo
sería […] el mundo, todo el cuarto de juegos abando-
primera persona, y viceversa, según la necesidad del
nado, planeta infantil vacío, el universo reducido a la 465
pudor de hombre, que es pudor de la ternura.
ausencia de un niño.
Propongo un acompañamiento del padre umbrío por
[…] Qué callada la casa, sin ti, qué madre la
los capítulos de su duelo hecho libro. Y de ese itinerario, a
casa, qué útero sombrío recordándote.
su lado virtual y en silencio, retengo la emoción de lo que
[…] Tengo miedo, ahora, de tocar el desorden
31  Al escritor Francisco Pérez Martínez, que se rebautizó como
frágil y abandonado de tus juegos, hijo, porque no se
Francisco Umbral en sus comienzos periodísticos, le nacieron en Ma-
me desmorone el alma y por no rectificar el azar sa-
drid, para que no naciera en Valladolid, quizás en 1932, quizás en 1935. grado de tu vida.
A Umbral le serán dadas tres muertes en vida: la orfandad afectiva de […] Miro la silla de mi hijo. […] Si él no estuvie-
sus padres desde que nace, la muerte de su hijo a la madura mitad de ra —ay— para sentarse en ella, si él me faltase, cómo
la vida y, en el tramo final, la casi muerte propia, como anticipo de la será esa silla. Sería él mismo, la silla […], y el hueco
definitiva. Y en las tres, el helor, aquel frío primero y de siempre, frío
inconsolable, y la larga bufanda como un lánguido abrazo de madre
de su ausencia tendría ese alabeado de bambú que tie-
fantasmal que abriga y ahoga. Ay, las carencias. ne ahora, y amaría su silla como amo a un niño, y sólo
Umbral. La elección de un seudónimo, igual que el alias, pero más, me quedaría una silla, infinitamente suya, para llevar
no es algo echado a suertes. Responde a una motivación de raíz. Umbral y traer su ausencia. La silla sería sagrada.
es término mistagógico, iniciático. Umbral es la señal tantas veces temida
e imperceptible de la entrada a lo desconocido, es la viga que establece y Y otro día, con el niño jugando en el campo, linde
apuntala el acceso al misterio, el atisbo de una luz —primera o última— de la ciudad, sobre un lejano fondo de cementerio: “El
de la oscuridad. La física óptica dice tan líricamente que es la mínima alivio vago que sentí al tomar al niño de la mano y vol-
cantidad luminosa que puede detectar el ojo humano en la oscuridad. Yo
diría que es también esa raya de distancia, desconfiada y tenaz, invisible
ver con él a la ciudad, rescatándole de no sé qué lejanías
bajo una malinterpretada timidez o rebeldía, donde recela la decepción de muertos y campos”.
que sienten los niños cuando un adulto les asalta con absoluta frivolidad.
Quizá Francisco Pérez llegó a ser Umbral por la conciencia de este rabioso La fiebre y el hospital
desvalimiento -—cuya última defensa es la desvergüenza—, de esa tre-
menda timidez que desemboca en rebeldía por despecho. Este Francisco Y de pronto la fiebre, ese fuego del hijo que horro-
Pérez, hermano “natural” de Rosalia (natural, digo, porque les veo herma- riza a los padres. Lo que entonces duerme el niño no es
nados por emociones hiladas), hijos ambos de madres avergonzadas en un sueño, sino sopor mortal de la fiebre, y se le vela espe-
tiempo mísero, umbral traspasado de literatura, de vidas, de persona.
[Ya en prensa este trabajo, nos llega la noticia del fallecimiento
rando el alba que disipe su mortaja.
de Umbral en la madrugada del 28 de agosto de 2007. Sus cenizas se
han juntado al hijo]. 33  Premoniciones como ésta son ingredientes de lo que en otro
32  Francisco Umbral. El frío de una vida, Ana Caballé, Madrid, trabajo (El valor de vivir - Elogio y razón del duelo, 1999) he denominado
2004. pre-duelo.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

El mal de los niños tiene todo el horror de una pero tu luz se ha apagado y nadie advierte que hay me-
profanación […], la destrucción de la única sacraliza- nos luminosidad. En la feria del mundo nadie se da
dad de la existencia. cuenta, no tiene importancia la bombilla que se funde.

Y el hospital. Los fantasmas existen. Es la bala de


oxígeno que le traen al moribundo. Y la silla de ruedas. Vuelta a casa
“Llevo al niño en la silla de ruedas”, camino “a no sé
qué despeñadero”. “Muy lejos de todo […], vegetal casi, En el cuerpo del padre se hace nicho la muerte y se
paseo a mi hijo en la silla de ruedas”. Recuerda enton- hace espasmo el intestino, descargando su cólera espan-
ces “cómo dormía al niño todas las noches, antes de tada. El regreso a casa. Lo que era un desorden de vida
llevarle a la cama o a la cuna, en mi mecedora”. Recorre es ahora el caos de una morada demudada, el acecho de
la faz del chiquillo. “He perdido la risa de mi hijo […]. una mudanza intramuros y la pregunta “qué con sus
Los ojos de mi hijo, sus ojos que eran ayer flores abier- cosas”. En la carta que el padre-umbral escribiría a su
tas […] hoy son rendijas tristes, sesgados por el cansan- mujer para que no la leyera entonces —esa carta, la
cio y el recelo”. única importante, que escribimos siempre para no en-
viarla— se confiesa el fracaso: “Hemos venido fraguan-
do un hijo para la muerte”. Él lo sabía ya antes.
Porque tu infancia es mi infancia…

Le cortaba las uñas a su hijo. Y ese acto le recuerda Enfermedad y lucidez


a su propia madre. Nada banales esos gestos visible-
mente nimios. Ellos guardan sabias memorias secretas. Afloran vivencias lúcido-depresivas del padre-um-
bral en su diario de duelo, mientras se acuna en su
Quién le hacía las uñas a aquella niña del pueblo ahora —dice— mecedora de enfermo, antes regazo pa-
que fue mi madre, quién era ella cuando me las hacía ra dormir a su hijo.
a mí, y cómo es ella ahora, ella en mí, quien se las hace Abatimiento matinal de la impotencia: “Posterior a
al niño, a mi hijo. Le corto las uñas al niño, no sólo por mí mismo, enfermo, salgo todas las mañanas de un sue-
cortárselas, sino porque cuando lo hago despierta ella ño que no sé si es desvanecimiento”.
en mí. Hay actos conjuros, ritos pequeños y secretos Apatía, desesperanza: “Parece que hago, pero no ha-
466 que pueden resucitar a un muerto, hacerlo vivir dentro go. Por falta de ganas, por falta de fe, por falta de todo”.
de nosotros. Visión pesimista de la humanidad: “Asqueado de
mis queridos hermanos los hombres”. “Qué pereza in-
¡Lo dice el padre-umbral clarividente!: corporarse a ese mundo cínico y duro. La muerte y la
enfermedad me han apartado de él con mano negra y
En noches de ahogo, al pie de mi hijo enfermo, leve”.
velando su navegación hacia la muerte, he sentido el Pero “el oficio funciona”, la inercia de la lucha, del
tirón hondo de la infancia. éxito. Y él se deja llevar.
[…] Porque mi infancia, ahora, no es una evoca- “Para qué más. He llegado a donde tenía que llegar,
ción ni un poema, sino una cosa cotidiana que me está no tengo talento para más. Está todo tan claro que no
pasando. En mi infancia soy mi propio hijo. Ese hijo cabe seguir engañándose”.
también se pierde, como todos, pero ahora le tengo Soledad. Busca compañía en la lectura de sus
muy vivo. El niño que fui es el niño que he perdido. maestros, los clásicos, pero ya no son maestros. Experi-
[…] Aquel huérfano de mi infancia, aquel niño que menta el vacío de la meta alcanzada. Ya no hay nada
fui, tiene un padre que soy yo. Y ese niño muerto se me más que hacer verdaderamente. Soledad del conocedor,
confunde con este otro niño muerto, porque son el mis- que sabe que nada cambia. Pero todos sabemos la única
mo niño, y escribiendo del uno o del otro estoy escri- verdad y hacemos como que la buscamos. La de que el
biendo del niño, el núcleo esencial de infancia en que hombre explota al hombre, he ahí todo: concluye.
consisto, del légamo dorado y tierno que fui, que soy,
que he sido, que estoy siendo, que seré.
Metafísica del dolor y el frío
Porque en el hijo, con el hijo, uno recoge, retoma
su infancia —reducto remoto, isla a la deriva, ajena al Ante el gran dolor moral caben básicamente dos
continente adulto— y la reconoce y la vincula con lo derivas: la negación y la asunción. Ambas pueden al-
que vino después en las siguientes edades. Con la ternarse en un equilibrio compensador anímico. O
muerte del hijo ya no se puede hacer eso. Se encuentra puede sucederse la una a la otra según ciclos. Y puede
uno con el muro denso y cegado de la propia infancia instaurarse cada una sola como única manera vital de
que la vista adulta-adulterada no acierta a penetrar. afrontamiento.
Y llegó la muerte. “Tu muerte, hijo, no ha ensom- El mayor dolor de la muerte conduce por caminos
brecido el mundo. Ha sido un apagarse de luz en la luz”. muy dispares al que sobrevive: el del duelo imposible,
Bella y justa metáfora del dolor. La luz del mundo sigue, el de la amargura hostil, el de la retracción de nuevas

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

ligaduras afectivas, pero también el camino de la re- Conciencia de la farsa y la impostura


flexión introspectiva, existencial.
En el padre-umbral su dolor de muerte es filoso- Asimismo, con la muerte-niña, padre-umbral hace
fía del dolor, que no se huye, que se bebe a morro, un autoanálisis implacable y un desiderátum de auten-
hasta “agotar el mal, el sufrimiento, no en pequeños ticidad: “Todo lo que escriba ya quisiera que tuviese la
sorbos, no en tragos cobardes, sino seguido y hasta lo sencillez directa de este diario […] y reducir al mínimo
hondo. […] No quiero cucharaditas de plata para la farsa de vivir, duplicada siempre por la farsa de escri-
sufrir. A morro, directamente, bebo a borbotones bir”. Esta gravedad de la impostura pesa, sabiéndolo o
sangre de niño, muerte de niño, la hemorragia necia no, en todo humano, especialmente cuando escribe con
y dulce del mundo”. Y analiza su dolor. Se da cuenta ánimo de dejar constancia de su ser, reforzando origina-
de que “dentro de ese sufrimiento, hay algo más su- lidades falsas, robadas, impostadas, que más bien le re-
friente, una pulpa casi submarina de sollozo, un fon- velarían como lo que no es de verdad.
do último y retráctil de dolor al que temo descender, No querría padre-umbral que su diario íntimo de
que no me atrevo a tocar. Es ya un sufrimiento como dolor se contaminara con trampas del oficio, de luci-
vegetal […] un dolor no humano, un miedo anterior mientos líricos, de frases muy lavadas, de terminaciones
al hombre […] sin otra conciencia que el dolor, don- culminantes… y tampoco de vulgaridades contables y
de algo pulsa infinitamente, muy por debajo de mi domésticas. Pero no es posible no hacer literatura cuan-
dolor racional, mediocre, de hombre que sufre”. Por do se escribe para los demás (o sea, siempre). Ni siquie-
la muerte del hijo, el padre-umbral llega a la metafísi- ra (o menos todavía) cuando se escribe en o por el dolor
ca del dolor, a la intuición de ese dolor que nos des- de la muerte. Entonces el lenguaje es más incapaz que
corteza y nos deja desindividuados, en un palpitar nunca. La literatura no tiene hechura para contenerlo.
mudo y franciscano, que queda como aroma y herida Quizá mejor, el silencio. O el lenguaje obvio de la nece-
de todo, interior vulnerable e intransferible; o se eva- sidad inmediata, que es el lenguaje cierto, el primero: el
pora al tiempo y volvemos a la voluntad de vivir a del pan, el dolor y el frío.
toda costa34.
Y el frío.
“Exiliado de tu reino de luz y voz, vago por los paí- Otoño, astenia y el yo-muerto
ses del frío”. “El frío, hijo, el frío, compañero helado de
la infancia pobre. […] Noto cómo el frío me va sustitu- La cabeza se le va, los brazos le pesan, las piernas
yendo el alma. […] Mis adentros son de frío. […] El frío se le duermen. El semblante, revejido. Vaciedad con 467
va siendo mi manera de experimentar el tiempo, mi vi- ropa. “Sólo el espejo del retrete [me] conoce”. “Soy un
vencia más metafísica, mi único comercio con lo otro”. desagüe”. Retretes y retretes.
Metafísica del frío. No es el frío que viene del ex- El tiempo, parado. La vida, dimitida. El movimien-
terior, hielo o ventisca de las atmósferas. Es el que to, mecánico, automático. “Nada espero ni busco ni pre-
crece entumeciendo desde muy dentro, el que hace tendo”. Sin anhelos. “Espectador fantasmal del mundo”.
gélido cuanto tocamos, cuerpo o madera, amor, pan o Y él, cadáver... Con su teoría quevedesca de la
niño. Origen en el pánico silencioso, el dolor de la muerte. “No existe la muerte, sólo existe el muerto. […]
muerte estalla en el centro de las vísceras y vierte de El muerto llega como un intruso, nos visita […]; antes,
ellas su helor hirviente, su plexo solar roto. La muerte. ni se notaba […]”. Y se queda, y “el muerto me crece”.
Como un desasimiento repentino y brutal, ése que Sin parar. Y “[…] cuando el vientre me llora […] esto es
debe de sentir, sin ser capaz de mentalizarlo, el bebé cosa del muerto”. Ese muerto no es su hijo, sino esa
que de pronto deja de ser sostenido. Ese terror perple- otra parte de él mismo.
jo del desamparo infinito, de soledad total en caída Poco a poco, ese muerto, por costumbre de su co-
ciega por los precipicios interiores, abismo absoluto dicia aburrida, se va apropiando de uno, impone sus
del instante. Se sale quizá de ahí, no de su recuerdo. gestos y sus oquedades, sus humillaciones y masoquis-
Diría Gamoneda35: “Vengo del metileno y el amor; tu- mos, que incorporamos. Y sobre todo se adueña de
nuestra conciencia. Y “cuando el muerto ya se ha pose-
ve frío bajo los tubos de la muerte / Ahora contemplo
sionado de todas tus cosas […] entonces te mueres”.
el mar. No tengo miedo ni esperanza”. Se sale, quizá
Te digo, padre-umbral, que no hay suplantación
sin miedo y sin esperanza, pero volverá para llegarnos,
del muerto visitante sobre el vivo coleante, sino que
para llevarnos, ya mansos por el dolor, en la alojada
nacimos repartiendo a partes iguales cromosomas con
plenitud adormecida del frío. Diría Gamoneda36:
la muerte. No se nos metió, la llevamos desde la prime-
“Hierba de soledad, palomas negras: he llegado, por
ra mitosis. Es nuestra melliza, nació más pequeña y con
fin; éste no es mi lugar, pero he llegado”. No era el lu-
menos peso, pero más fuerte. Es nuestro otro yo, el yo
gar que yo quería, que imaginaba. Pero es éste. El mío.
de la muerte. Sus nutrientes más sustanciosos son las
Y el último.
muertes de los muertos queridos que se nos van me-
34  El mundo como voluntad y representación (1819), Arthur Scho-
tiendo dentro, y con ellos nos va digiriendo.
penhauer.
“Escribo, hijo, de manera maquinal”. Su creación
35  El libro del frío (1992, 2003), Antonio Gamoneda. es ahora compulsión de muerte. Vertiginosa producción
36  Ibídem. de artículos, apenas vividos y ya decaídos, como hijos

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

fetales, germinales, de potencial “interruptus”. Alegoría do contra el pecho, la cabeza en el hombro, bulto de olor,
imparable del hijo, su hijo, nacido para morir. Con esa peso sin peso, manos de pétalo, contorno de calor”.
fuerza interna y oscura que nos arroja una y otra vez “Quién nos lo iba a decir cuando compramos la
cruelmente a la pesadilla del trauma, como si la repeti- mecedora”. Es verdad. Hay —tenemos— cosas, personas
ción fuera un rito de consumación. Un castigo expiato- a nuestro alrededor; a menudo, muy cercanas, familiares,
rio. Castigo de los orígenes. “Por las noches, hijo, toso, cotidianas, que parecen vacantes. Qué hacen en realidad
escupo, lloro, tiemblo, organizo despierto las pesadillas ahí, qué función cumplen. A veces parecen ocupar un
que el sueño me desorganiza luego y cuento contigo sitio excesivo. Podrían no estar perfectamente. Y algo de
para el amanecer”. pronto les da sentido de destino verdadero.
El médico simplifica todo y reduce a padre-umbral Los antiguos abuelos guardaban tantas cosas en
a un diagnóstico de pretendida complacencia: astenia. sus arquillas que los hijos y los nietos les embromaban,
Estúpidamente, astenia. y aquellos viejos casi rogaban: “Déjalo ahí, no lo tires,
“Estoy abocado a tomar medicinas y contar a los ya servirá para algo”. Tirar cosas no sólo era dispendio
muertos [es decir, a los vivos muertos] las noticias del en tiempos de penuria, era también matar posibilida-
día”. “No sé si ya he tomado la medicina a su hora”. Eso des. Aquellos abuelos tenían fe en la función y utilidad
tiene que ser cosa del yo-muerto, que obnubila al otro, de las cosas más allá de su presente. Parece que esta
que le roba memoria. proyección utilitaria es (era) más cosa de varones. La
esperanza de un porvenir para justificar el plan del pre-
sente. Puede que esto tenga que ver con la manera con
Diálogos de interior la que padres varones resientan el duelo por sus hijos
pequeños. En la terrible confesión “hemos fraguado un
“Dialogo con mi hijo muerto. […] Sólo encontré hijo para la muerte” anida el daño del fracaso de una
una verdad en la vida, hijo, y eras tú […] y la he perdi- expectativa de futuro para el hijo.
do. […] Lo que queda después de ti, hijo, es un univer-
so fluctuante, sin consistencia. […] El mundo ha perdi-
do, con su atentado contra ti, su última oportunidad de Una carta enterrada y dos rosas rojas
tener sentido […]”.
“Seguimos dialogando noche y día, y la sustancia El duelo que nos cuenta padre-umbral es cerrada-
de mi vida no es otra cosa que este diálogo. Si supieras, mente individual (quizás es una defensa mental, psíqui-
468 hijo, […] desde qué revuelta desgana [te escribo]”. “Te ca), como ocurre en muchos duelos. La esposa-madre
escribo, hijo, desde otra muerte que no es la tuya. Des- es apenas aludida, o de pasada, de forma sigilosa, como
de mi muerte. Porque lo más desolador es que ni en la temiendo que ella sepa. Está sugerida en un “nos” de
muerte nos encontraremos. Cada cual se queda con su vez en cuando. Hay muchas cosas que contarle a ella y
muerte para siempre. […] Sólo está vivo de mí lo que no se cuentan, pues son tan duras. Tantas veces hay
está vivo de ti: el recuerdo”. deseo de su sólo regazo y no se pide. Es más fácil lla-
marlo sexo, y no es eso.
Sexo. Sexo del duelo por el hijo. Sexo contra la
Paternal y útero muerte. (Dicen que en las guerras se procrea más que
en la paz.) Sexo antidepresivo, rasgador. Sexo de ira.
El duelo por el hijo descubre que hay padres uteri- Sexo para aventar la lejanía de la madre esposa. La
nos. A veces sólo el revelado de la muerte los deja ver. cuestión es: ¿tendremos otro hijo?
Quién hubiera dicho que uno de ellos sería este padre- Padre-umbral, al otro lado de ella, le escribió, en la
umbral: “Me crece la pirámide en el alma, el espacio muerte del hijo, una carta (y más de una, parece), que
sagrado, la cripta donde te llevo, entre dos costillas, no le entregó. En la que le decía: “[…] Asistimos a
entre el epigastrio y el sentimiento […] porque vives en nuestra ausencia. […] Nadie tan solo como yo. Ningu-
el útero que me ha nacido para ti”. na tan nadie como tú […]”.
Cierra su diario de duelo (“que sigue eternamente Y el día nombrado, ella —siempre “ella” es la ma-
abierto”) con el recuerdo de la mecedora. “Un día, al dre— salió misteriosamente, temprano. Sola. Trajo dos
azar, le habían puesto el niño en los brazos, y él, por rosas rojas. Luego, en la cobriza atardecida del otoño
azar, se había sentado con el niño en la mecedora”, y la —esta vez sí los dos— fueron a transfundirlas sobre el
lógica inmediata de lo elemental le llevó a la nana. (Ese hijo en el señalado lugar donde él ya no estaba bajo su
azar fue, padre-umbral, el instinto de tu deseo, en tu nombre.
pudor de verbo en tercera persona.) Pasaron tres décadas de aquello.
Ea, mi niño, ea. Duérmete, niño, ea. Eaminiñoea. Los padre supervivientes dicen siempre (o lo pien-
Y así fue como la mecedora de charlas y tertulias se san y lo callan): “El/Ella tendría ahora…” la edad que
convirtió en molde de regazo-cuna —sosiego balanceado, no tiene.
oasis de sombra— de un niño-hijito de dos años, y, al par, Padre-umbral, que, anticipándose a su hoy, dijo
en una sobrecogida calidez de cuerpo infantil de padre- que su cuerpo era un asilo, también predijo su salva-
umbral soñándose en cavidad de antigua madre-mecedo- ción cuando proclamó: “Sólo me queda la cabeza, como
ra. “[…] Hogar, la penumbra, el niño en los brazos, echa- una ventana alta”. Y no más hijos.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

Clínica de duelo familiar a efecto, han conservado la habitación del hijo muerto
través de otro hijo exactamente tal como estaba cuando murió. Sus jugue-
tes se hallan en lo alto de un armario y, aunque Carla
los ha querido ver y coger para jugar con ellos, los pa-
Historia de Carla dres no se lo han permitido. En cuanto a la foto, hay, en
efecto, una en la que Pablo se halla de pie junto a un
árbol de Navidad.
“Un señor mató a mi hermano” Los padres me cuentan que los dos hermanos esta-
ban muy unidos. Pablo era el protector de su hermanita
Carla tiene tres años y medio. Está siendo tratada y ésta acudía a él siempre que le regañaban a ella. Y aho-
por el Servicio de Neurocirugía del Hospital Infantil a ra, cuando algo así sucede, Carla va corriendo a la habi-
causa de un traumatismo cráneoencefálico debido a un tación de él, como a buscarle. La pequeña se acuerda
accidente de tráfico ocurrido hacía unos veinte meses, mucho de los juegos que hacían juntos y de que iban
en el cual murió su único hermano, Pablo, de siete años. todos los días a recogerlo del colegio. Como proyecto
Conducía el padre; iban con él la madre y los dos niños. tener una entrevista larga con la niña y con ellos, apenas
Desde el punto de vista neurológico, Carla se encuentra me detengo en detallar las situaciones, pero recuerdo
bien, pero no lo está emocionalmente porque se halla que el padre me comunicó su sentimiento de culpa pues
muy nerviosa y tiene muchos miedos y pesadillas. era él quien conducía el coche. “Sólo murió Pablo”.
Es remitida al Servicio de Psiquiatría y Psicología Acto seguido, Carla y sus padres fueron recibidos
Infantil, donde la está examinando uno de los médicos. por el médico psiquiatra que ya les había visto días an-
Hablo con ella y con sus padres para evaluar un posible tes. Por mi parte, les di una cita que anularon poco
seguimiento de duelo. después, y no volví a verlos.
Es una chiquilla inquieta, dispersa. El diálogo con Consultando posteriormente el historial clínico de
ella transcurre más o menos así: mi colega, encontré su informe, del que entresaco los
siguientes datos:
Dr. C.: ¿Tienes algún hermano, Carla? Carla ha hecho y hace preguntas sobre lo que le
Carla: Sí. había pasado a su hermano y la madre dice que le ha
Dr. C.: ¿Cuántos hermanos tienes? tenido que “explicar un poco”. Hay una intensa angus-
Carla: Todos. tia de separación en la doble dirección, tanto de la niña
Dr. C.: ¿Y Pablo, es tu hermano? con respecto a sus padres como viceversa. Se produce 469
Carla: No, porque está muerto. una auténtica angustia de muerte en cuanto la niña des-
Dr. C.: ¿Y cómo sabes que Pablo está muerto? aparece del control visual de los padres. Este ambiente
Carla: Mi padre me ha dicho: “Pablo está muerto de ansiedad se halla intensificado por el proceso judi-
porque está muerto en un sitio que le mató un cial del accidente. Los padres están siendo tratados por
señor, que le...” [En la mesa donde escribo el mismo psicoanalista, pero por separado.
hay una manzana, y la niña se fija en ella, Verbalmente, mi colega me confesó que su entre-
y parece perder el hilo] “…Estaba en un vista con los padres fue de una gran dureza a causa de la
campo que hay manzanas de que comían los intensa agresividad y reivindicación, sobre todo del pa-
pájaros...”. dre, debidas a la rabia y al rencor que sentía porque en
Dr. C.: ¿Cómo era Pablo? [No me comprende, tra- el juzgado le habían responsabilizado del accidente
to de que me describa algo de él] cuando él sabía muy bien que la culpa había sido del
Carla: Pablo tiene unas gafas... La gafa tiene un co- otro conductor, que le había obligado a maniobrar de
lor de amarillo... Está en su habitación de forma brusca. El médico, poco sobrado de delicadeza,
Pablo, que hay muchos juguetes. no se anduvo con chiquitas al espetarle textualmente lo
Dr. C.: ¿Qué juguetes hay en la habitación de Pablo? siguiente: “Usted se tiene que comer su rabia con pata-
Carla: Hay un juguete que no se coge, porque es de tas fritas porque si no dañará a su hija”.
cristal y si se sube en una silla coge el cristal y En la segunda entrevista con este doctor, que lleva-
se corta las uñas. ba el caso, la cual tuvo lugar después de mi pequeña
Dr. C.: ¿Y hay fotos de Pablo en tu casa? intervención, éste me comentó que el padre estuvo mu-
Carla: Pablo está colocado en un árbol [Trato de cho más sereno y expresó con dolor —como una rabia
que me lo explique mejor; entonces se fija resignada— que veía que no tenía ninguna posibilidad
en una postal de Navidad que hay clavada de demostrar que él no había sido el culpable del acci-
con una chincheta en una pared de mi dente, que no podía defenderse.
despacho, donde se ve un árbol de Navi- El examen psicológico reveló que se trataba de una
dad, lo señala y dice]: En ese árbol de Feli- niña de un nivel madurativo e intelectual normal. El
cidades está Pablo esperando... informe escolar no señalaba ningún problema en la ni-
ña, considerando que su adaptación era buena.
Hago pasar a los padres. Es una pareja próxima a Este caso ofrece un flash de una intensa situación de
los 40 años de edad, de buen aspecto. Trato de com- duelo de unos padres. Ateniéndome a lo poco que sabe-
prender las respuestas de Carla a través de ellos. En mos, es posible, sin embargo, extraer algunas reflexiones:

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

La vivencia de culpa de los padres —especialmen- inteligencia, perjudicando la estructuración de su psi-


te del padre— por la muerte de un hijo de la que se quismo, al menos parcialmente.
sienten responsables es algo muy duro de sobrellevar. Al cabo de casi dos años del accidente, el duelo si-
El padre de Carla tiene necesidad de que un juez reco- gue muy vivo, y sobre todo de manera dañina. La enér-
nozca su inocencia y culpe al “otro”. En el fondo, ese gica y clara —y aparentemente burda y poco compasi-
pobre padre no apela a un juez de una causa común de va— intervención del colega médico que se ocupaba
accidente; se busca un Juez Superior, un Alguien con del caso supuso un revulsivo de realidad, que parece
mayúscula que lave la culpa inconsciente por no haber haber dado al padre un objetivo, con un positivo senti-
podido salvar a su hijo y haberse salvado él mismo, sin do reparador: el de preservar a su hija del daño que le
embargo, y sin ningún daño físico. Niega que el trabajo puede ocasionar la rabia desbordante de él mismo (por
pueda ser para él un consuelo: “No, porque era yo el más que la juzgue justificada). Asimismo, el hecho de
que conducía”, lo que venía a reconocer la carga de su buscar ayuda en la psicoterapia revela el reconocimien-
culpa. Al mismo tiempo, con esa negación-rechazo de to de su riesgo y de su necesidad.
hallar un mecanismo de defensa que le alivie, parecía
querer purgar con el dolor su culpa, ya que el juez con
minúscula (o minúsculo juez) no le podía aliviar de esa Duelo por Juanito
culpa transfiriéndosela al otro. (una fabulación familiar)
Casi lo único claro que me dijo la niña fue la semi-
frase que aludía al hombre que había matado a su her-
mano. Ello traducía, sin duda, la versión proyectiva de Y bajará con la nieve…
los padres. La ansiedad y agresividad extremas de éstos
les desbordaban, afectando a otras personas, y en pri- Otras veces, el duelo por un niño de la familia lo
mer lugar, sobre todo, a la hijita que les quedaba, origi- protagoniza, de una manera intensa, incluso estentórea,
nando una fuerte angustia de separación, seguramente uno de sus hermanos, como si en este miembro peque-
ligada a un sentimiento confuso de peligro y de maldad ño del grupo se condensara, se proyectara, todo el due-
exteriores. También aquí los procedimientos judiciales lo familiar. Tal sucedió con Mari Carmen.
—como en los casos de litigio por separación conyu- Tenía seis años cuando vino a consulta por primera
gal— originan, complican o agravan las actitudes para- vez, acompañada por su madre. Lo primero que nos
noicas, reivindicativas y de profunda angustia de los dice ésta es que la niña “perdió la razón” durante un
470 implicados y de sus hijos. tiempo cuando murió Juanito, su hermano, con trece
Además, Carla muestra un lenguaje enmarañado e meses, hace cinco años. Me lo contó así:
inconexo a una edad en la que normalmente los niños
inteligentes (y ella lo era) y de buen nivel sociocultural Llegó a casa y cogió el escobón y empezó a barrer
disfrutan con el habla y se esmeran en articularlo para y a cantar: “Juanito está en el cielo”, se quedaba como
acceder a la comprensión de un mundo exterior e inte- parada [absorta], y decía: “Dónde está el cielo, dónde
rior que les fascina. Pero es que, de pronto, para ella, está Juanito”… El hombre de la funeraria salió lloran-
todo ha debido de volverse confuso y peligroso. Tenía do… y la niña a cualquiera que se encontraba de
un hermano, lo perdió y ahora dice que todos son sus frente le soltaba esa canción [esa cantinela]… Ella vio
hermanos; es como si hubiera perdido con Pablo el morir al niño, estuvo en la habitación.
concepto de hermano. Echa de menos su protección, y Al ver que durante dos días no bebía y no comía,
cuando la necesita lo va buscar en el sitio donde siem- la llevé a un médico particular, porque si yo le daba de
pre lo hallaba, en su habitación, pero allí “ya-no-está”. beber ella decía que esperaba a su hermano, para co-
Entonces lo busca en sus juguetes, aquellos con los que mer y beber ella siempre esperaba a su hermano, para
seguramente ambos jugaban o ella admiraba. Pero esos comer lo mismo que el hermano. El médico dijo que
juguetes son inalcanzables y pueden hacer daño. Es era aún muy pequeña para estas cosas y que cuando
plausible inferir que está interiorizando una desapari- hablara de esto le cambiara de tema, y que la sacara
ción extraña, maligna. Los padres, ocupados en un de casa. La llevé a casa de mis padres porque yo iba a
duelo reivindicativo, harto comprensible por otra parte, dar a luz, pero con los abuelos era lo mismo, la ali-
descuidan el ambiente confiado y estimulante que re- mentaban a base de engaños.
quiere Carla como cualquier niño, o quizá más que Tuve una niña en vez de un niño, porque yo pensé
cualquier otro niño en esta situación. La madre confiesa que si yo hubiera tenido un niño se le habría olvidado
que, a las reiteradas preguntas de la niña sobre la des- el otro. Cuando Belén, que es la hermanita, cumplió un
aparición de su hermano, se ha visto obligada a contarle año, Mari Carmen la culpaba de la muerte de Juanito.
“un poco”, pero ese poco parece que no la ha tranquili- Decía: “Juanito se tuvo que ir al cielo para que tú na-
zado sino todo lo contrario, y de ahí sus miedos y pesa- cieras”. La tenía tal manía que la cogió del cuello para
dillas. Creo que Carla tiene una mezcla confusa en su ahogarla.
mente. Está viviendo una de esas situaciones críticas Si íbamos a algún restaurante, ella decía a la se-
que pueden hacer que un niño, ser eminentemente evo- ñora que servía que eran tres [niños], incluyendo
lutivo, comprometa de forma precoz su desarrollo emo- siempre a su hermanito. Entonces no hice caso del mé-
cional mediante la desorientación o disgregación de su dico y le dije a Mari Carmen que su hermano se había

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

muerto porque estaba malo y se había ido al cielo por- tes de edad y de situación familiar. Pero una interven-
que allí estaba mejor. Entonces la niña comprendió la ción psicoterapéutica bien administrada y adecuada a
cosa y no hablaba de él, y si decía algo yo le desviaba cada caso suele resultar positiva, siendo casi siempre
del tema; sólo si en la televisión oía el nombre de Jua- necesario tener en cuenta a la familia.
nito se quedaba absorta. A continuación presento el caso de Mari Carmen.
Cuando un día le puse a Belén una servilleta al Lo hago con detalle para ilustrar el método de la entre-
cuello para darle de comer, ella comentaba que a ella y vista que utilizamos y para mostrar cómo, en nuestro
al pobrecito de su Juanito no le ponía babero y a la enfoque, la entrevista es al par diagnóstica y terapéuti-
tonta de Belén le ponía servilleta. Yo le fui a decir algo ca, en el sentido de que hace pensar, asociar, enfrentar-
pero Mari Carmen me habló de la televisión y luego se a conflictos y contradicciones y buscar significados.
me dijo: “¿Ves tú cómo yo también sé cambiar de con- Mantuve varias sesiones con Mari Carmen, en las
versación?”. que hablamos mucho de Juanito, el hermanillo que se le
Volví al mismo médico y me recomendó que la murió, y de más cosas, casi todas hiladas con él. Me dijo
llevara a un colegio para que estuviera distraída con al principio que ya no pensaba en él porque se había
los niños, pero la maestra me dijo que se pasaba el muerto hacía mucho, y que cuando murió “casi no te-
tiempo distraída mirando al cielo. Luego la llevé al del nía un año” (en realidad, tenía trece meses). Me contó
seguro porque tropezaba y se caía y se quedaba como cómo le atendía entonces cuando lloraba, y cómo le
muerta, y esto me recordaba que mi otro niño Juanito, cuidaba cuando se iban a jugar al parque. Vincula su
el que murió, movía la cabeza y yo tenía miedo por mi muerte con el nacimiento de Belén, como me dijo la
Mari Carmen. madre, y como veremos de nuevo.
Ella siempre pensó que su hermano bajaría del
cielo igual que subió. Un día de lluvia y relámpagos vi Primera sesión
que estaba pegada al cristal de la ventana llorando. Le
pregunté qué le pasaba y me dijo que por qué la Virgen ¿Bajará con la lluvia?, ¿ bajará con la nieve?
quería tanto a su hermanito que lo abrazaba tanto y no
le dejaba bajar con la lluvia. Otra vez me pidió que le M.C.: Juanito está en el cielo.
comprara un globo con una cuerda muy larga para su- Dr. C.: No se le ve.
bir al cielo y que Juanito se cogiera a la cuerda y aunque M.C.: Está dentro de las nubes.
la Virgen lo apretara [lo retuviera] así pudiera bajar. Dr. C.: Y cuando no hay nubes, ¿dónde está?
El año pasado por los Difuntos [con Mari Car- M.C.: Está con la Virgen. 471
men a punto de cumplir seis años] la llevé conmigo Dr. C.: ¿Cómo está con la Virgen?
al cementerio; yo había comprado dos ramos de flores, M.C.: Le abraza mucho la Virgen para que no se
uno era para ella y otro para mí, para ponérselos al caiga.
hermanito. Vio la placa, vio que ponía el nombre de Dr. C.: Y si no le abraza y se cae, ¿qué pasa?
Juanito y los mismos apellidos, y le dije que allí estaba M.C.: Que puedo jugar con él.
enterrado Juanito, y ella me dijo: “Entonces, ¿no está Dr. C.: Entonces la Virgen no le deja que baje a jugar
en el cielo?”. Le dije que sí, que su espíritu estaba en el contigo.
cielo, pero el cuerpo estaba allí enterrado. Luego ya M.C.: No le deja que baje.
empecé a llevarla al cementerio, y ya no volvió a in- Dr. C.: Entonces es mala la Virgen.
cluir al hermano en la familia. M.C.: No es mala.
Dr. C.: No entiendo por qué no le deja que baje.
La madre me negó haber inducido estos temas en M.C.: A lo mejor porque se hace daño.
la niña. En la ficha clínica constan los siguientes datos Dr. C.: ¿Y hay algún truco para que baje?
sobre esta mujer: persona obesa, ex-cefaleica, cardiópa- M.C.: Me parece que cuando llueve puede bajar con
ta, con regresión intelectual y antecedente de abuso el agua.
sexual por parte de su propio padre (el abuelo materno Dr. C.: Pero ha llovido y no ha bajado.
de la niña); en ruptura con su familia materna. Un her- [Silencio]
mano de esta mujer es descrito como psicópata, que si- Dr. C.: ¿Crees que algún día bajará con la lluvia?
guió tratamientos sin resultado positivo. M.C.: Sí. [Piensa; y dice más convencida que
antes:] O cuando nieva también.
[Silencio]
Terapia de Mari Carmen
Sueño y visión de Juanito
Por los hilos de la lluvia
bajan del cielo Dr. C.: ¿Sueñas con Juanito?
los niños muertos. M.C.: Cuando nació mi vecino yo soñé que Juanito
estaba en la cama y yo le daba muchos jugue-
En general, el tratamiento psíquico de los niños tes, y mi vecino quería bailar conmigo, y sa-
afectados por la muerte de un hermanito no es largo. qué a Juanito de la cama y le puse a bailar
Lógicamente, hay que tener en cuenta los condicionan- con él.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Dr. C.: Ese sueño quiere decir que tú querrías que luego lo subió. [Pausa] Y muchas veces yo no
Juanito naciera otra vez y se moviera igual le dejo los juguetes a Belén. [Pausa] Y un día
que tu vecinito. Belén me pregunto que quién era Juanito. Y
M.C.: Sí. Y ha cumplido hace tres o cuatro semanas yo le dije que era un hermano nuestro que se
un añito. murió. Y un día ella cuando vino los Reyes me
Dr. C.: Igual que Juanito. dijo: “Oye, ¿y Juanito puede ser un Rey?”, y
M.C.: Si, pero Juanito lo cumplió un día antes de dije yo que no, pero que a lo mejor Juanito
morirse. bajará con los Reyes Magos pero no puede ser
[Silencio] un Rey. Y Belén cuando trajeron los juguetes
Dr. C.: Hay cosas que son muy raras de comprender. dijo que no había bajado. Y yo dije que a lo
Muy difíciles, muy difíciles. Yo tampoco las mejor lo ha agarrado otra vez la Virgen. Eso
entiendo. ¿Cuáles son las cosas más difíciles me lo dijo cuando tenía todavía dos años.
de comprender para ti?
M.C.: Lo del cielo y lo de Juanito. Problemas con Belén
Dr. C.: ¿Cuál es el pensamiento más difícil que tú
tienes? Dr. C.: Tú a Belén no la quieres mucho.
M.C.: Que baje con la nieve. M.C.: Un poquito. Y muchas veces me pega. [Pau-
Dr. C.: ¿Y por qué es un pensamiento difícil? sa] Y mi madre algún día le dio la “guindilla”
M.C.: Porque muchas veces le puede agarrar la Vir- cuando dijo una palabrota [antigua costum-
gen, y así no puede bajar. bre de restregar la lengua con picante
Dr. C.: Será que la Virgen no quiere que baje. —guindilla, por ejemplo—, como castigo
M.C.: [Silencio] Él ya tendrá tres o cuatro años por haber mentido o pronunciado alguna
porque yo cuando murió Juanito tenía dos palabra malsonante] y luego dijo Belén que
años, él tendrá igual que mi hermana, cuatro si la escupía podía ir al cielo y que bajase
años. Juanito… para que la Virgen lo soltase.
Dr. C.: O sea, que entonces Juanito y Belén tienen Dr. C.: O sea que si Belén se tomase mucha guindilla,
la misma edad, él arriba y Belén abajo, se muere, se va al cielo…
¿no? [Pausa] Y si tú subes al cielo, ¿verías a M.C.: …no…
Juanito? Dr. C.: …la Virgen la agarra, y suelta a Juanito…
472 M.C.: Sí. M.C.: …sí…
Dr. C.: ¿Lo has pensado alguna vez? Dr. C.: Y tú quizás algunas veces también has pensa-
M.C.: Sí. do ponerle mucha, mucha guindilla a Belén…
Dr. C.: ¿Cómo harías? M.C.: No, pero yo no se lo puse, se lo puso mi
M.C.: No sé [Piensa]. Pues tomándome las pastillas madre…
que se tomó él. Dr. C.: Ya lo sé que se la puso tu madre, pero alguna
Dr. C.: Así te mueres. vez quizás has pensado que si le da mucha
M.C.: Así me voy con él. guindilla mucha guindilla y muchas pastillas
Dr. C.: De modo que te quieres morir. de ésas, a lo mejor se muere, se marcha al
M.C.: No. cielo y la Virgen suelta a Juanito.
Dr. C.: Si te mueres no puedes estar con papá ni con M.C.: Y coge a Belén.
mamá ni con Belén…
M.C.: Pero puedo jugar con él. La cuestión religiosa
Dr. C.: ¿Has pensado alguna vez en tomar las pastillas?
M.C.: Muchas veces. Y después de un día que vine Dr. C.: Uy, qué lío. Pues hay personas que no creen
aquí [a la consulta], una noche, soñé…, no en el cielo.
bueno, cuando me dormí, vi a Juanito en un M.C.: Yo sí… [Pausa] Pero mi tía no bautizó a nin-
cuadro y no tenemos cuadro de él ninguno. guno de mis primos.
Dr. C.: No lo entiendo. ¿Cómo pudiste ver a Juanito Dr. C.: Tu tía es la hermana de quién…
en un cuadro si no hay cuadro de él? M.C.: De mi madre…, ah, no…, es… es una cuñada.
M.C.: No sé, pero yo lo vi, al lado de la habitación Dr. C.: Pues entonces no tendrá ningún lío con lo del
de mis padres, que está muy junta a mi puer- cielo y la Virgen que agarra.
ta, y hay un rincón que está separando la M.C.: Y mi primo que tiene nueve años, que hay que
habitación, y yo lo vi ahí. Me di la vuelta por- hacer la Comunión a los ocho años, tampoco
que no lo quería ver y cuando miré para la hizo.
arriba lo vi otra vez. Y ya no le vi sólo la ca- Dr. C.: ¿Y por qué?
beza, le vi el cuerpo. M.C.: [Muy contundente:] ¡Porque no cree en
Dr. C.: Y tú cómo lo pudiste ver desde tu cama si es- Dios!... Pero mi tía sí hizo la Comunión…
taba afuera. Dr. C.: Pero luego dejó ya de pensar en la Comunión.
M.C.: No sé, a lo mejor lo pensé y luego lo vi. [Pien- M.C.: Sí.
sa] O a lo mejor lo soltó la Virgen y lo bajó y Dr. C.: Mira tú cómo la gente cambia.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

Ser el brazo de la madre… te) de una Gran Madre, como una Diosa Virgen, que se
apropia de los niños ajenos. O, más profundo en el in-
M.C.: Y yo sí creo en los Reyes. Estoy escribiendo la consciente, su deseo de arrebatar el bebé de la madre
carta a los Reyes. Yo sólo he pedido dos veces. para tenerlo ella... Todo como una leyenda, una fábula,
Y cuando pedí la otra vez [quiere decir el que ella transmite a su hermana pequeña, en lo que
año anterior, que fue el primero en el que podría ser el inicio de una variedad de “novela fami-
escribió la carta a los Reyes], pedí una lava- liar”. Por otra parte, esta sesión es ilustrativa de la apli-
dora para mi madre y unos calcetines para cación a la clínica del método piagetiano de indagación
mi padre, y vinieron dos días después de los en el pensamento infantil37.
Reyes. Y ahora he pedido un secaplatos [frie-
gaplatos] que quiere mi madre, y mi padre Segunda sesión
una caja de herramientas.
Dr. C.: Pides cosas de mayor, para tus padres, y no ¿Belén es Juanito?
me dices las que tú pides para ti. ¿Es que a ti
te gustaría hacerte ya mayor? La segunda sesión empieza con la exploración del
M.C.: Sí. tema de saber cuándo ella está contenta y cuándo no lo
Dr. C.: ¿Para qué? está. Se verá cómo toda la sesión se va entrelazando
M.C.: Porque muchas veces mi madre no puede ha- constantemente con asociaciones verbales de la niña,
cer cosas con este brazo [se señala uno su- con aportaciones de hechos, vivencias y experiencias,
yo] porque está enferma del corazón. donde, de una manera desordenada en apariencia, va
Dr. C.: Y por eso tú les pides una lavadora a los Re- cubriendo prácticamente todas las áreas de su acontecer
yes para ella. cotidiano, del cual emana al mismo tiempo, en una rica
M.C.: Sí, porque antes tenía que hacer mucha fuer- consonancia de dinámica y de economía psíquicas, el
za con ese brazo para lavar. trasfondo, más o menos inconsciente, de sus deseos y
Dr. C.: O sea, tú quieres hacerte mayor para ser el placeres, de sus rechazos y disgustos, de sus conflictos y
brazo fuerte de tu madre. contradicciones. Como es una niña que habla mucho y
M.C.: No, para ayudarla. expresa bien sus contenidos, sucede que, a menudo,
Dr. C.: Pues eso, para ayudarla con tu brazo bueno. puede sentirse pillada. Para evitar que se sienta blo-
Pues, fíjate, yo creía que te querías hacer ma- queada por esto acudo a menudo a la distensión me-
yor para poder hacer tú las cosas que te gus- diante la broma o la hipérbole, sin dejar de tener en 473
tan y que no puedes hacer ahora. cuenta lo que ella ha “soltado” de modo inadvertido,
M.C.: No, yo quiero ayudar a mi madre. Y mi her-
mana quiere ser maestra… ¡y no quiere ca- 37  Jean Piaget, nacido en Suiza (1896-1980), ha sido uno de los
sarse! más importantes psicólogos infantiles del siglo XX, si no el que más. El
seguimiento minucioso del origen, evolución y desarrollo de la inteli-
…y tener Juanitos gencia y del razonamiento infantil es un modelo de trabajo, más allá de
las interpretaciones que se hagan de sus resultados, y de las críticas por
los condicionamientos culturales de los mismos. Es significativo y lógi-
Dr. C.: Eso estaba yo pensando, que tú sí quieres ca- co que, a partir de esos estudios, Piaget se viera naturalmente abocado
sarte y tener un montón de Juanitos. a la dimensión epistemológica y a la necesidad del diálogo multidispli-
M.C.: Sí. Y mi madre me parece que ahora está em- nario para abordarla. Tuve mucha suerte de poder seguir algunos cursos
barazada. Y yo le he dicho que si viene un suyos en Ginebra en los años sesenta y de asistir a su método para llevar
niño, que le ponga Juanito. a cabo la exploración de la inteligencia y el juicio en la infancia. A él no
le interesaban los cocientes intelectuales, sino adentrarse en la manera
Dr. C.: No será el mismo Juanito. de cómo los niños afrontaban y resolvían los problemas que se les pre-
M.C.: Ya. Y mi madre dice que si no le pone Juanito sentaban en su vida cotidiana desde las primeras semanas de vida. Fue
le pone Juan Carlos o Juan Miguel, pero que uno de aquellos maestros (con el psiquiatra vasco Julián de Ajuriague-
esté primero Juan. rra, afincado asimismo en Ginebra) que me revelaron la evidencia de la
Dr. C.: Y así, como tú todavía no puedes tener un “evolutividad”. Entiéndase por “evolutividad”, o capacidad evolutiva, la
propiedad fundamental de todo hecho humano a seguir una evolución
Juanito, es como si tu mamá lo tuviera en vez en la que cada paso integra, subsume o contiene al anterior, para abrirlo
de tú. Bueno, Mari Carmen, nos veremos más y llevarlo a un nivel más adelantado, sin desaparecer totalmente en él,
veces y hablaremos de tus cosas. Será nuestro y esto desde el primer comportamiento humano, desde la primera con-
secreto, igual que papá y mamá tienen sus ducta infantil concreta. La consideración de esta perspectiva de “evolu-
secretos. tividad” no sólo es imprescindible para el estudio de la personalidad de
los niños, sino para comprender la proyección ontogénica de cualquier
forma de expresión humana. Pues bien, creo que en las cuatro sesiones
La fluidez asociativa de este diálogo con Mari Car- que mantuve con Mari Carmen se puede vislumbrar dicho método pia-
men mostraba su capacidad de comunicación y de ex- getiano por la manera en que sistemáticamente sitúo a la niña frente a
presión de ideas y sentimientos, y revelaba que no era las contradicciones y oscuridades de su discurso y la insto a que las re-
para nada una niña “loca”. Juanito estaba muy presente suelva, a que trate de darles una explicación racional. Al mismo tiempo,
este método se enhebra con el hilo psicoanalítico, pues creo que los sis-
en su mundo interno, ya no como el duelo de una pér- temas de Piaget y de Freud no sólo no se contradicen sino que pueden
dida, sino como símbolo de deseo: ser madre, tener un enriquecerse mutuamente, especialmente al aplicarlos en el campo del
hijo; protegerlo (que es como rescatarlo constantemen- tratamiento psicopedagógico en la infancia.

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pues en “lo-inadvertido” se suele manifestar lo que no ce que es ella Juanito [¡Importante! Mari
es demasiado inconsciente (el pre-consciente). Incluso Carmen me está confesando que lo que
utilizo la personalización en mí de opiniones o de posi- ella está viviendo con Belén lo ha vivido ya
ciones para favorecer que ella exprese las suyas sin res- con Juanito. De este modo, vemos que lo
quemor. Veamos. que yo le dije ella no lo ha entendido en el
plano consciente, pero sí en el inconscien-
Mi madre me quiere más a mí... te.] [Pausa] Y muchas veces cuando me pega,
...porque soy buena...y me pega menos me abraza, y si no, me da toda las ropas que
tiene ella.
Dr. C.: ¿Y cuándo no estás contenta, Mari Carmen? Dr. C.: ¿Y eso qué quiere decir?
M.C.: No estoy contenta cuando mi hermana me M.C.: Na, pues que me quiere mucho. Y muchas
pega muchas veces y me araña, o mi vecino veces cuando viene mi vecina, me dice: “A ti
[tono victimista de voz]. no te junto, junto a Jose y a Luis”.
Dr. C.: ¿Cómo es posible que ella y tu vecinito te pe- Dr. C.: Mira, Mari Carmen, yo me estoy haciendo un
guen si son más pequeños que tú? ¿Qué edad lío. Yo no sé si Belén te quiere, si no te quiere,
tiene tu hermana? si tú quieres a Belén, si no quieres a Belén…
M.C.: Cuatro años. M.C.: Mira, es que cuando vienen las vecinas a mi
Dr. C.: Tu hermana Belén te pone muy rabiosa, me casa, Belén cree que yo no las quiero cuando
parece a mí. vienen, y dice que no me quiere. O cuando
M.C.: Sí. […] Me pega cuando mi madre le pega y estoy en el cole, dice que me quiere a mí. Y yo
entonces dice que no me junta. Eso siempre lo digo que a lo mejor me quiere y que después
hace. […] Cuando yo le quito algo porque es me engaña.
mío no me deja… Y el otro día estuvo jugan-
do con mi ropa y le dije a mi madre que no me ¿Me quiere..., no me quiere?
la daba y le pegó mi madre, y luego por decir- ¿La quieres, no la quieres...?
lo yo me dijo que ya no me juntaba.
Dr. C.: O sea, que tú te chivaste… A mí me parece que Dr. C.: O sea, que tú no sabes de verdad-de verdad si
tu madre te defiende más a ti que a Belén. Belén te quiere a ti o no.
M.C.: No, a las dos igual. M.C.: Claro.
474 Dr. C.: Dime a quién quiere más tu madre. Piénsalo Dr. C.: Pero yo pienso también que tú no sabes de
fuerte. verdad-de verdad si tú quieres a Belén.
M.C.: Muchas veces más a mí que a mi hermana. M.C.: Yo sí la quiero mucho.
Dr. C.: ¿Y por qué tienes tú ese pensamiento? Dr. C.: ¿Estás segura tú?
M.C.: Porque muchas veces le pega más a mi her- M.C.: Sí.
mana que a mí. [Mari Carmen estima el Dr. C.: Mira tú, que a lo mejor no estás tan segura…
amor de la madre en función de a quién M.C.: [Pausa, y una risita de complicidad] …No
pega más o menos de sus hijos] sé…
Dr. C.: ¿Y tú qué haces para que tu madre te quiera Dr. C.: ¿Ves tú cómo ya te pongo en la duda? ¿Ves có-
más? mo ya estás empezando a creer que no sabes?
M.C.: Yo, ser buena. Muchas veces que hago que mi M.C.: Pero yo la quiero mucho a mi hermana.
hermana no me pega. Dr. C.: Pero si me estabas diciendo antes que te ara-
Dr. C.: Qué lío tienes tú con tu hermana. ñaba…
M.C.: Sí, pero yo la quiero igual.
¿Belén... es Juanito? Dr. C.: ¿Y cómo vas a querer tú a una persona que te
araña?
Y de nuevo sale Juanito. M.C.: Porque es mi hermana. [Y aquí aparece el
discurso mamado del amor porque sí a la
M.C.: [Pausa] Muchas veces mi hermana dice que familia por ser familia, aunque la realidad
dónde está Juanito, que si está aquí o está se empeñe en demostrar que es radicalmen-
arriba. te falso. El por qué ese tópico —de haga lo
Dr. C.: Pero si ella no ha conocido a Juanito… que haga, es mi hijo, o es mi madre— se
M.C.: Pero yo se lo dije. […] Porque muchas veces yo halla tan arraigado creo que es porque sirve
le digo: “Oye, ¿tú conoces Juanito?”. Y como ella para darle una coartada a los ambivalentes
me dice que no, yo le digo cómo era. Le digo que sentimientos amor-odio intrafamiliares.]
Juanito es nuestro hermano y que Juanito se Dr. C.: ¿Y qué tiene que ver eso?
murió, y como está en el cielo no se le ve. M.C.: Que sí.
Dr. C.: Mari Carmen, yo creo que tú le das envidia a Dr. C.: Y si tu hermana te mata, también la quie-
Belén con Juanito. ¿Entiendes lo que te digo? res… Y si tu hermana te pega una patada en
M.C.: No, pero muchas veces cuando miro a mi her- el culo también la quieres… Y si tu hermana
mana, cuando vengo del colegio, que me pare- te quita todos los juguetes y encima…

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

M.C.: [interrumpiendo] …no, es que yo tengo mu- uno chiquitito así a mi hermana y otro ¡así!
chos más juguetes, tengo más muñecos que [señala grande] a mí.
ella, tengo cincuenta muñecos y ella tiene Dr. C.: Tú siempre te llevas lo más grande. Pobrecita
cuatro… Belén...
Dr. C.: Ah, es que ya no me acordaba de que como tú M.C.: Muchas veces si ella tiene un polo de limón y
dices que tu madre te quiere a ti más que a yo lo tengo de naranja y a ella no le gusta el
ella… de limón, y me pide el de naranja, pues yo le
M.C.: No, es que como yo nací antes que ella pues doy el de naranja... Y me aguanto.
por eso tengo muchos juguetes, me los regala- Dr. C.: Pues no entiendo por qué se lo das...
ban mi abuela o mi tío… M.C.: Porque luego, si no, mi madre me pega a mí.
Dr. C.: ¿Y a ti no te da pena de que ella no tenga más Dr. C.: No comprendo por qué tu madre te va a pegar
que cuatro y que tú tengas cincuenta? [Aquí a ti.
exploro la culpa a través del remordi- M.C.: Porque cree que la he pegao o que la he quitao
miento] su polo.
M.C.: No, porque a mí las muñecas que no me gus- Dr. C.: Pero eso no está bien, porque tú le puedes de-
tan le doy todas las que quiera… cir: “Pero mamá, si yo no la he pegado”.
Dr. C.: Ya, pero ésas son muñecas de caca… M.C.: Sí, se lo digo, y la Belén le dice otra cosa, y
M.C.: [Ríe] qué...
Dr. C.: Claro, las muñecas que no te valen nada, que Dr. C.: ¡Vaya guerra que hay entre Belén y tú!
están sucias y feas, pues es como caca que tú M.C.: Y Belén es más revoltosa que yo. Y se mete
le das. debajo de la cama y se sale por el otro lado,
M.C.: No, porque mi madre siempre las lava y todas por un agujero que hay allí...
ésas las que lava las cuelga en mi habitación…
Dr. C.: Y entonces ya te gustan a ti cuando las lava… Que Belen no haya nacido...
M.C.: [Risilla] Sííí… Y lo mismo, a veces, con Juanito...
Dr. C.: …y ya te arrepientes de habérselas dado…
M.C.: No, porque muchas veces bajo muñecas de la Dr. C.: Yo creo que algunas veces tú tienes un pensa-
pared de mi habitación y se las doy. miento en tu cabeza y ese pensamiento es que
Dr. C.: ¿Sabes lo que te digo? Que puede ser que Be- tú tienes ganas de que Belén se vaya, o que no
lén te araña porque te tiene envidia, porque tú haya nacido, o que se quede en otro sitio... 475
tienes cincuenta muñecas. M.C.: Yo quiero que Belén no haya nacido y que
M.C.: No, [es] porque yo tengo más ropas que ella. Juanito siguiera bueno [vivo], porque al na-
Dr. C.: Pues será por eso por lo que ella te araña, cer la Belén fue cuando murió Juanito.
porque le da rabia que tú tengas más ropa que
ella. Ella tiene aquí una confusión porque fue en reali-
M.C.: Sí, y muchas veces me voy al cole y cuando dad al revés, pero tal confusión, quizá lapsus, significa-
vengo del cole tiene todas las bolsas llenas de ría que Belén cogió el lugar de Juanito, es decir, que, en
ropa... porque como sabe dónde las tengo, el lenguaje infantil primario, o del inconsciente, lo ma-
cuando me voy al colegio lo coge todo, y si no, tó al nacer ella para coger su puesto. La madre me con-
me las rompe como me rompió el juego de tó que cuando Belén llegó al añito de edad, Mari Car-
cocina... men culpaba a la pequeña de la muerte del niño; quizá
Dr. C.: Pues no sé yo cómo tú dices que la quieres... porque esperaba que Belén se muriera al cumplr el añi-
M.C.: Pues porque es mi hermana. to, tal como pasó con Juanito, y entonces se realizara la
Dr. C.: ¿Y qué tiene que ver eso? Yo eso no lo com- operación mágica reversible, o sea, que re-naciera Jua-
prendo [En el fondo es que ella lo com- nito; al no suceder así, ella tuvo actos contra su herma-
prende, porque Mari Carmen haría lo na, como intentos de ahogarla.
mismo si pudiera.]
M.C.: Porque es de mi familia. Dr. C.: ¿Sabes? Yo te quiero decir un secreto que yo
Dr. C.: ¿Y qué tiene que ver eso? [La acorralo, le pienso de ti. Y es que, aunque tú querías mu-
rompo las defensas prejuiciales.] cho a Juanito, también tenías algunas ganas
M.C.: Porque yo quiero mucho a mi familia. de que Juanito se fuera.
Dr. C.: ¿Y por qué la quieres? M.C.: [Seria] Sí, muchas veces.
M.C.: Porque es muy buena conmigo. Dr. C.: Igual que te pasa con Belén ahora, a mí me pa-
Dr. C.: ¿Qué hace tu familia para que tú digas que es rece que también lo mismo te pasó con Juanito.
buena? M.C.: [Muy bajito] Sí.
M.C.: Pues na, cuando voy a casa de mi abuelo, me Dr. C.: No parece que sea tan secreto como yo creía.
da besos y así, o si no me da juguetes. [Pausa] Ya sabías tú que algunas veces pensabas tú:
Y mi tío muchas veces cuando voy me da “Ay, Juanito, qué pesado es este niño, cuánto
¡cuatro! besos, y si no me da un muñeco. Un llora este niño, qué bien si se fuera y no nacie-
día cuando yo fui a casa de mi abuela, le dio ra más”.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Evito en un primer momento abordar de forma M.C.: Al final los tengo que recoger yo [tono de re-
directa los deseos de muerte; el “no nacer más” no es signación].
exactamente un eufemismo, sino una formulación má- Dr. C.: ¿Y por qué lo haces?
gica que conecta de lleno con la teoría de Mari: alguien M.C.: Porque me lo manda mi madre. Y como esta-
muere para que nazca otro. ba mala de anginas, y el médico decía que no
se levantara...
M.C.: Muchas veces lo digo, y otra veces, no. Le doy Dr. C.: Mira, yo creo que tú le das muchos juguetes
juguetes... Le daba juguetes a Juanito. cuando Belén está malita porque te da un po-
Dr. C.: Eso era para quitarte los pensamientos de que co de pena, pero también para que ni mamá
se muriera porque pensando eso tú sentías ni Belén se den cuenta de que le tienes manía
que eras mala. a Belén porque a ella cuando está malita le
M.C.: Sí. dan todos los caprichos [Silencio].
Dr. C.: ¿Es verdad que algunas veces querías que se M.C.: También tengo anginas yo, pero dice que son
muriera? un poco buenas. Y un día tuve catarro y no
M.C.: Sí, pero otras veces no quería. me dieron na y al día siguiente me lo quitó las
Dr. C.: ¿Igual que te está pasando con Belén? anginas...
M.C.: Sí. Dr. C.: Cuéntame eso mejor.
Dr. C.: ¿De verdad, de verdad? M.C.: Yo cuando nací no me pasaba nada, y cuando
M.C.: Sí. murió Juanito tampoco [esta alusión a Juani-
Dr. C.: Pues, fíjate. Si Belén se muere, luego te va to debe de ser porque éste murió de muer-
entrar otra vez una pena muy grande, porque te súbita y tras eso los padres hubieron de
te vas a creer que tú la has matado con tu estar seguramente muy pendientes de ella].
pensamiento malo. Cuando yo tenía cinco años me empezó a do-
M.C.: Ya. [Pausa] Muchas veces cuando pienso en ler mucho la garganta, mucho, mucho, y me
Juanito también creo eso. llevaron al médico, y me sentaron en una silla
para quitármelas, y vieron que eran amarillas
Éste es el momento clave de la sesión. El terapeu- y no me las quitaron, porque no eran rojas.
ta de niños (el terapeuta en general) ha de ser muy Dr. C.: Bueno, Mari Carmen, nos veremos otro día ¿te
cauto en la valoración del resultado de sus interpreta- parece? [La niña afirma]. Hoy hemos visto
476 ciones y debe asegurarse bien de que no está indu- que a veces cuando le das los juguetes a Belén,
ciendo los descubrimientos que el paciente va reali- o le cambias los polos y también otras veces, lo
zando a lo largo de la terapia. La frase que acaba de haces con rabia, pero te lo callas dentro. Y que
decir Mari Carmen contiene, tanto en su contenido también eso te pasaba a veces con Juanito.
como en su forma, la contundencia de su veracidad, y M.C.: Sí.
se inscribe claramente en la formulación psicoanalítica
kleiniana de la “posición depresiva” (ya formulada en En esta segunda sesión, la niña y yo abordamos
la nota 27). con toda naturalidad su importante conflicto con Belén,
la hermana pequeña, ya apuntado en la sesión anterior.
Dr. C.: ¿Qué crees? Mari Carmen me enumeró la serie de vejaciones que
M.C.: Que le he matado yo porque le habré dado un sufría por parte de ella, y lo hizo, sin embargo, sin tono
juguete o algo así... Porque una vez cuando le indignado ni reivindicativo. Son dichas quejas las que
di un juguete casi se traga un ojo, se cayó el siempre aducen los niños con respecto a sus hermanos,
ojo del muñeco en la boca de él y lo estaba y que, en realidad, son tests para poner a prueba a los
chupando..., si no me hubiese dao cuenta... padres y ver por quién se decantan, es decir, a quién
Dr. C.: Igual se hubiera atragantado y se hubiese prefieren. En general, Mari Carmen cedía a los deseos y
muerto antes. caprichos de la pequeña, llegando a reconocer que ex-
M.C.: Pero se lo quité. perimentaba fuertes sentimientos de rabia hacia ella.
Dr. C.: Pues quizás algunas veces le das juguetes a Esto nos llevó a la otra cara de su relación con el Juanito
Belén con rabia, para que se calle, igual que idealizado; es decir, a que con él también sintió lo mis-
el polo de limón, y pensando que a ver si se le mo. Y que en realidad ella utilizaba a Juanito contra
atraganta... Belén. Pues casi siempre se utiliza neuróticamente la
M.C.: [Risa nerviosa] Y muchas veces está lloran- idealización de alguien para ir contra otro.
do, le doy un muñeco y se calla, y dice que
eres muy buena, y si se le cae, dice que lo coja Tercera sesión
yo... Y si está en la cama porque está mala y
yo voy a darle juguetes que ella no quiere, los Por el camino de la luz...
tira al suelo y dice que los recoja yo. y de la tierra
Dr. C.: ¿Y tú qué haces?
M.C.: Se lo digo a mi madre. Dr. C.: Hola, Mari Carmen. ¿Has pensado en lo que
Dr. C.: ¿Y quién los recoge al final? hablamos el otro día?

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

M.C.: No. to a algunos, y que hay muñecas mamás y muñecas


Dr. C.: ¿Y qué has pensado mientras estabas ahí fue- bebés, y los hay que son hermanos...
ra esperando?
M.C.: Que si Juanito se había ido al cielo solo o se Dr. C.: Yo creo que tú piensas que eres la mamá de to-
había ido andando. dos esos muñecos y muñecas. Tienes no sé
Dr. C.: ¿Y qué crees tú?, ¿qué imaginas? cuántos hijos. Pero eres una mamá sin marido.
M.C.: Andando. M.C.: [Ríe] Cuando viene a mi casa mi vecina Elisi-
Dr. C.: ¿Cómo se va andando al cielo? ta que tiene cinco años es mi marido, y la
M.C.: En mi libro de catecismo dice que se puede ir Mari Jose que tiene cuatro años, igual que mi
andando por una carretera al cielo. hermana, es la “marida” de mi hermana.
Dr. C.: Pues mira, el próximo día que vengas me vas Dr. C.: ¿Cómo va a ser la “marida”, si para ser mari-
a traer ese libro, ¿quieres?, para que tú me do hace falta ser un chico o un hombre?
enseñes dónde dice eso. ¿Te vas a acordar? M.C.: Pero algunos veces vienen a jugar mis veci-
M.C.: Sí. Pero lo pone en un dibujo. nos, Isidoro y Moisés.
Dr. C.: ¿Y cuál es ese camino? Dr. C.: Entonces, sí, podéis jugar de verdad a papá y
M.C.: En mi catecismo hay unos niños que van an- mamá.
dando por una luz... M.C.: Pero a veces jugamos y llevamos pantalones,
Dr. C.: ¿Y cómo se va caminando por una luz? y mi hermana si tiene pantalones jugamos al
M.C.: [Sonríe] No sé. marido y a la mujer, y cuando no se viste de
Dr. C.: ¿Tú has caminado alguna vez por una luz? pantalones pues son las vecinas. Y dice Belén
M.C.: Pero en el catecismo sí se puede caminar por [sonrisilla pícara] que se han muerto nues-
la luz [así es como ella expresa lo que es el tros padres
símbolo de lo imposible en lo material]. Dr. C.: Claro, si se mueren los padres grandes, los
Dr. C.: ¿Y quiénes son esos niños que caminan por la pequeños podéis hacer lo que queráis como los
luz? padres mayores.
M.C.: Los que se mueren. [Pausa] Porque como en M.C.: Sí. Y mi hermana me dice: “¿Por qué no me
el catecismo son cosas de peca... de Dios... dejas la Nenuca [una de las muñecas de
[Otro rasgo de buena discriminación de la Mari Carmen] para ser mi novia?”..., y eso
niña: en las cosas de Dios sí hay lugar para que es una niña... pero Belén dice que es un
hechos imposibles en la vida común, co- chico y mi madre dice que Belén es medio 477
mo es andar por la luz; pero antes hizo un chico... porque me pega, me da patás [pata-
lapsus.] das]... [Pausa] Como mi padre se ha ido a
Calatayud a trabajar una semana, mi madre
Pecados se ha acostado en mi cama y Belén y yo nos
acostamos en la otra, ella para arriba y yo
Dr. C.: Antes de decir Dios, ibas a decir pecados. para abajo, y nos hacemos cosquillitas en los
M.C.: [Risilla] Sí... pies... y si no, nos metemos dentro de las sá-
Dr. C.: ¿Qué son los pecados? banas y jugamos a las palmas...
M.C.: Una cosa que luego el Niño Jesús llora... Mi Dr. C.: Y así os lo pasáis muy bien. ¿Y tú no piensas
vecina que tiene cinco años dice muchos pe- que papá y mamá también juegan a las cos-
caos. quillitas de los mayores?
Dr. C.: ¿Cuáles? M.C.: No... Muchas veces mi madre se esconde y mi
M.C.: Hijo puta... Muchas veces dice que eres una padre la busca por todos sitios. Y otras veces
tonta, otras veces dice que yo no he nacío... jugamos al escondite nosotras, y papá es mi
Dr. C.: ¿Y tú tienes muchos pecados? marido y mamá es el marido de mi hermana.
M.C.: No. Pero mi hermana cuando juega a las se-
ñoritas con la vecina copia lo que ella dice... De esta manera, siendo Belén un medio chico, co-
Pero yo a mi hermana le enseño las letras. mo vimos antes, y apartándose su madre y su hermana
Porque a veces mi madre se va y mi hermana en una relación de pareja entre ellas dos, Mari Carmen
se aburre y yo le enseño las letras. tiene expedito, en libre fantasía, el camino edípico, para
Dr. C.: Tú haces de señorita buena para ser como quedarse ella con su padre, como seguirá insistiendo
una mamá buena, y no como una mamá que medio en broma en la sesión.
se va.
Dr. C.: Me estoy haciendo un lío, que ya no sé quién
Cuestión de novios “y todo eso” es el padre, quién es la madre, quién es el
“Mi marido es mi papá” marido y quién es la “marida”.
M.C.: ¡Mi marido es mi papá!... Y mi hermana quie-
Mari Carmen se enzarza de nuevo en el tema de re ser un chico porque dice que los chicos
sus muñecos y muñecas. “Hoy he jugado con diecisie- pueden más que las chicas. Y muchas veces
te”, me cuenta, y dice sus nombres, que ella les ha pues- dice que ella es Juanito, y yo le digo que si

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

quiere que sea Juan Carlos, pero Juanito que sobresalientes, pero aquí hago todo bien y sólo
no, porque ya tengo un hermano que se llama saco notables. Y por hablar, sólo por decirle al
Juanito, y que no. profesor “éste me ha hecho esto”, “éste me ha
Dr. C.: ¿Y cómo se llama tu padre? hecho lo otro”, te quita puntos en Matemáti-
M.C.: Juan. cas, o en Lenguaje, en lo que sea... Muchas
Dr. C.: O sea, que es un Juanito pero grande. O sea veces viene despeinado, y huele muy mal, no
que Juanito se llamaba así porque papá se se echaba colonia. Mi señorita me echaba co-
llama Juan... Lo que pasa es que tú no te pue- lonia a mí y a Mari Ángeles...
des casar con tu padre. Dr. C.: Pues yo no me echo colonia.
M.C.: No, pero es que lo hacemos de mentira. M.C.: [Risita] Mi padre, sí. Y cuando no tiene colo-
Dr. C.: Es de mentira, pero me parece que a ti te gus- nia se echa la de mi madre. Y mi madre la veo
taría que fuera de verdad. yo que también se echa de mi colonia y la de
M.C.: [Como si no oyera lo que le acabo de mi papá... Y mi madre se hace un lío también
decir] Y cuando mi padre no está, mi madre con los zapatos... [Me cuenta con detalle y
hace de hija, la Belén es el padre y yo la muy divertida estos intercambios de unas
madre. cosas y otras en su familia; en esta última
Dr. C.: Tú siempre la madre. [Pausa] ¿Y si la que no parte ha hablado en forma muy animada.]
está es tu madre, por ejemplo, si ella se fuera Dr. C.: En tu casa hay mucho lío, todo se rejunta,
a Calatayud? hay muchos cambios, las muñecas, la madre
M.C.: Pues juega mi padre conmigo, que es mi no- hace de marido, Belén es medio chico, un
vio, y la Belén es la hija. padre hace de novio, la madre se mete en la
Dr. C.: ¿Nunca se ha ido tu madre lejos, como a Ca- cama de la hija, el papá coge la colonia de la
latayud? mamá, la señorita pone colonia como una
M.C.: No, pero muchas veces se va a Leganés [ba- mamá... Vaya, vaya. Parece divertida toda
rriada-pueblo de la periferia de Madrid] esa mezcla. Lo que no es divertido es ese pro-
por las noches [susurra:] y nosotras nos que- fesor, que es muy castigón y no echa colonia.
damos jugando dentro de la cama. Y muchas [Pausa] Bueno, Mari Carmen, hoy hemos
veces se nos cierra la puerta, me voy a la ca- hablado también de muchas cosas tuyas muy
ma de mi hermana, nos metemos en el edre- interesantes, y no sólo de Juanito como el
478 dón, y allí jugamos a las palmas o nos hace- primer día.
mos cosquillitas. M.C.: Sí.
Dr. C.: ¿Y dónde está el papá mientras? Dr. C.: Hasta el próximo día. A ver, ¿qué tienes que
M.C.: Muchas veces trabaja por las noches y otras acordarte de traerme el próximo día?
veces está en el bar [esto último lo dice M.C.: El catecismo con el dibujo.
con un ligero tono de reproche o de des- Dr. C.: Muy bien. Adiós.
agrado]. M.C.: Adiós.
Dr. C.: ¿Con quién os quedáis entonces?
M.C.: Con mi vecina... [Pausa] Y somos bastante Cuarta sesión
diablos. Y mi vecino dice que él no juega con-
migo, que quiere que su hermano Inocentito Reserva y discreción
que tiene quince meses sea mi novio, pero yo
no quiero porque es muy chiquitajo, parece un Han pasado las vacaciones de Navidad y vuelvo a
enano. Pero somos muchos [me nombra a ver a la niña. Nada más llegar, Mari Carmen cumple su
todos sus vecinitos]. Pero cada vez que hago promesa y me tiende el catecismo. Me señala las pági-
un viaje, pierdo un amigo. nas en las que hay los dibujos de los que me habló la
vez anterior. En uno de ellos se ve a Jesús que dice: “Yo
Colegios, colonias y otras cosas soy la luz del mundo”, y unas personas que van subien-
do por una luz hasta el portal de Belén. En otro está
M.C.: Pero casi todos los del colegio juegan conmigo, Dios y una bola de fuego y unos señores que van por el
menos los chicos, claro. Pero cuando estába- rayo de luz, caminando hacia ese sol, y unas palomas
mos en primero todos jugábamos con mi seño- que son los angelitos. Y mientras me va hojeando el ca-
rita Paloma que me quería mucho, a veces me tecismo relata, con vocecita compungida y de víctima,
daba un beso. Pero ahora no, es un profesor las fechorías de su hermana, los chivateos de ella a la
que no me gusta... Mira, si hacemos todo bien madre, los cachetes de ésta a Belén, y cuando la madre
nos pone un cero, y si lo hacemos mal, insufi- le dijo a Belén que Juanito era mejor que ella. Pero lo
ciente, así que... Pero con este que voy ahora hace como en una rutina, sin la pasión de las otras se-
sólo saco notables. siones. Es como un disco rayado, y en un tono susu-
Dr. C.: O sea, que no comprendes tú a ese señor. rrante de voz. Se muestra más reservada, con mayor
M.C.: Pero a mi señorita, sí. [Me lo cuenta con control. Se relaciona conmigo a través del libro, y yo lo
intensidad] En aquel colegio yo saqué tres acepto. Pero mientras vamos pasando las páginas, le

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

digo, a intervalos, sin reproche, que ella prefiere hoy un varón, pero aludió a ello en forma anecdótica. Pero
hablarme de cosas del libro y del colegio, porque a ve- era partidario de “dejar en paz a Juanito”. A este propó-
ces uno no quiere pensar tanto en los padres ni en los sito, quedó claro que en cualquier familia la coinciden-
hermanos ni en Juanito, sino en cosas de libros y de cia de varios miembros en una misma opinión no co-
estudiar. Sonríe como asintiendo. Y estamos así durante rresponde a las mismas motivaciones en cada caso.
toda la sesión. Este cambio de registro apunta probable-
mente a un movimiento evolutivo normal en el desarro-
llo de los niños, y es el que da paso al predominio del Volver a ser hijo único
pensamiento operativo, escolar, racional, sobre el fan-
tástico o el excesivamente imaginario. Creo que, media- Adrián tiene nueve años y nueve meses, y es hijo
do un tiempo entre la anterior sesión y ésta, alguna único. Ha presentado tres crisis, probablemente nervio-
elaboración ha debido producirse en el interior de esta sas, dos en el colegio y una en el hospital. El mismo día
niña, como si hubiera tomado conciencia del exceso de que tuvo el primer ataque, su madre fue a hacerse unas
fabulación y de imaginario que había volcado en las se- pruebas para tener un hijo, ya que el otro que tenía
siones conmigo. (Jaime) murió de repente al año de edad, hace tres. Des-
La despido y le recuerdo al final que la próxima pués de eso practicaron a la madre una ligadura de
vez la veré con toda su familia y que así tendré la oca- trompas y ahora quiere recurrir a la fecundación in vi-
sión de conocer también a su papá. tro. Precisamente fue Adrián el primero que vio a su
hermanito muerto, por la mañana. La madre, que es
Quinta sesión como una gran pepona, dice que Adrián se lo guarda
todo. Ella se enfada cuando le pregunto si desea susti-
Cónclave familiar tuir al que murió, y tras responder que el otro no es
sustituible, añade, traicionándole el inconsciente: “Yo
Las sesiones de diagnóstico y terapia familiar son quiero tener dos hijos... Ah, no..., tres”. El padre de
evidentemente abundantes en contenidos e interaccio- Adrián es un hombre barbado, tímido, que parece con-
nes, y en general muy movidas, y a menudo caóticas, tar poco. Adrián es un niño bobón, de inteligencia me-
sobre todo si hay niños pequeños (pero la reciente cien- dia. Apenas logro hilar forzadamente el siguiente diálo-
cia descubre que el caos es una dimensión necesaria de go a solas con él:
la vida).
Así fue la reunión mantenida con Mari Carmen y Dr. C.: ¿Se murió un hermanito tuyo, Adrián? 479
su familia. Hube de ser cauto. La historia infantil y fa- A.: Sí.
miliar de la madre era muy traumática (con anteceden- Dr. C.: ¿Cuántos años tenía?
tes incestuosos de su propio padre). Pero lo que creo A.: Un año.
que quedó de manifiesto fue la utilización de Juanito Dr. C.: ¿Y cómo se murió?
como mito familiar, cuya primera mantenedora era Ma- A.: No lo sé.
ri Carmen, pero obedeciendo ella a un mandato incons- Dr. C.: ¿Tú lo viste?
ciente recibido sobre todo de su madre. En la reunión A.: Sí.
familiar se vio que la culpa de la madre por esa muerte Dr. C.: ¿Cómo estaba?
fue casi inmeditamente recubierta o quizás anulada por A.: En la cama.
el nacimiento de otro hijo, de una niña. Y la posible Dr. C.: ¿Y él cómo estaba?
culpa que pudiera haberse hecho consciente había que- A.: Con los ojos abiertos.
dado absorbida por la “locura” de Mari Carmen. De mis Dr. C.: ¿Y tú qué dijiste, qué hiciste?
sesiones con ésta yo había llegado a la conclusión de A. Nada.
que en efecto Mari Carmen había pensado que Juanito Dr. C.: ¿Nada? ¿No llamaste a mamá?
murió por culpa suya, por los deseos celosos de muerte A.: Nada, me fui a ver la tele.
que había sentido hacia él. Los celos que sentía ahora Dr. C.: ¿Qué creías que le pasaba?
hacia Belén permitieron rememorar y exteriorizar aqué- A.: Que estaba despierto.
llos. La táctica que seguía ahora la niña era la de ser Dr. C.: ¿Y no se movía?
muy buena, la de ganarse el aprecio de su madre, la de A.: No.
querer ser el brazo derecho de ella. Al mismo tiempo, Dr. C.: ¿Y no te parecía raro?
Mari Carmen se hallaba aún en plena vivencia edípica, A.: Sí.
que se podía permitir en los juegos en los que el papá Dr. C.: ¿Pero no se te ocurrió llamar a tu madre?
era su novio o su marido, relegando a Belén (el chicote, A.: No.
sustituto de Juanito) como pareja de la madre, converti- Dr. C.: ¿Te dio miedo?
da en “marida”. La conclusión que resultó del propio A.: No.
“cónclave” familiar es que cada uno usaba la memoria Dr. C.: ¿Estaba muerto?
de Juanito para sus propios intereses. Sólo el padre que- A.: Sí.
dó, por opción propia, un tanto al margen de la interac- Dr. C.: ¿Y qué les pasa a las personas cuando se mue-
ción verbal del grupo, como sucede con frecuencia. ren?
Muy discretamente apareció su deseo de haber tenido A.: No viven.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Dr. C.: ¿Y eso qué quiere decir? está en el cielo. Cabe pensar que sus padres no le han
A.: Que se han muerto. procurado la información adecuada. Sin duda, el niño
Dr. C.: ¿Qué hacen cuando se mueren? tampoco la ha pedido, y ha preferido refugiarse en la
A.: Nada. nadería. Sin embargo, es imposible que él no haya visto
Dr. C.: ¿Pueden oír, ver...? esa imagen que vio: la de su hermanito sin moverse,
A.: Nada. con los ojos abiertos. En ese momento, él optó por no
Dr. C.: ¿No pueden hacer nada? saber, por no ir corriendo a su madre a alertarla, y pre-
A.: Nada. firió ir a ver la televisión como si nada pasara. Ahora es
Dr. C.: Cuando se mueren, ¿dónde les llevan? un niño inaccesible a la elaboración mental. ¿Se dará
A.: Al cementerio. cuenta alguna vez de que no quiso ver lo que vio, y
Dr. C.: ¿Tú has ido al cementerio a ver a Jaime? que no hizo lo que debió hacer? Puede que en aquel
A.: Sí. momento en el que descubrió a su hermano inmóvil y
Dr. C.: ¿Muchas veces o pocas? con los ojos fijos no supiera lo que hacer, pero es res-
A.: Muchas. ponsabilidad suya en los años siguientes haber pensa-
Dr. C.: ¿Con quién vas? do sobre esa imagen, sobre ese suceso importante en la
A.: Con mi madre y con mi padre. vida de su familia, y haberse hecho preguntas, y una de
Dr. C.: ¿Cuando vas allí, ¿qué piensas? ella tendría que haber sido: ¿por qué no me di cuenta?
A.: Nada. Pero su inconsciente sabe más que él. Porque justo
Dr. C.: ¿Te gusta ir o no? cuando su madre empieza a hacer lo necesario para
A.: Sí. tener otro hijo, Adrián comienza a presentar ataques
Dr. C.: ¿Tú sabes lo que es alma? de nervios. Nuestra hipótesis es que Adrián no quiere
A.: Sí. tener un hermano, que la muerte del otro (¿deseó él
Dr. C.: ¿Jaime tiene alma? esa muerte?) le devolvió a su privilegio de seguir sien-
A.: Sí. do hijo único, privilegio que vuelve ahora a estar en
Dr. C.: ¿Qué es el alma? entredicho. Lo que Adrián no ha dicho con palabras, lo
A.: Que te acuerdas de él. revela con sus síntomas neuróticos. Pero lo que este
Dr. C.: ¿Y él está en algún otro sitio? niño se está jugando básicamente es su actitud de ha-
A.: No. cer o no hacer frente de forma consciente a las dificul-
Dr. C.: ¿Y el cielo? ¿Para qué sirve el cielo? tades de la vida, en especial en aquellas circunstancias
480 A.: Sí. que sean más críticas, más duras. Y para no ver necesita
Dr. C.: ¿Para qué? no saber, y viceversa. Y el no-saber como método obs-
A.: Para... para que salga el sol y para que tructivo de defensa mental es expansivo, de modo que
llueva. pone en riesgo el desarrollo de su pensamiento inteli-
Dr. C.: ¿Tú has hecho catequesis? gente. No pudimos trabajar con él debido a su falta de
A.: Sí. motivación, y por la de sus padres y la de los otros
Dr. C.: ¿Y has hecho la Primera Comunión? médicos, que se centraban en el enfoque neurológico,
A.: Sí. sin datos que lo justificaran.
Dr. C.: ¿No te han dicho que las personas van al cielo La reunión con la familia fue exactamente del mis-
cuando se mueren? mo corte que la entrevista mantenida con Adrián. Igual
A.: No. [El niño bosteza] de hermética. La ligadura de trompas de la madre obe-
Dr. C.: ¿Tú piensas en la muerte? deció al impulso rabioso de no tener más hijos, y vehi-
A.: Sí. culaba su cólera contra el niño que se le murió sin que
Dr. C.: ¿En la de quién? hubiera ningún motivo. El deseo actual de querer tener
A.: En la de Jaime. otro hijo correspondía a su necesidad de auto-repara-
Dr. C.: ¿Y qué piensas? ción narcisística, en una especie de contra-impulso para
A.: Que qué hace. demostrarse que aún era capaz de tener un hijo.
Dr. C.: ¿Y qué hace?
A.: Jugar.
Dr. C.: Pero tú me dijiste antes que las personas que
mueren no pueden hacer nada. Duelo por el suicidio de un hijo
A.: No juega.

Lo dejamos ahí. Gabriela y Yin Yin


Es especialmente llamativa la pobreza de pensa-
miento reflexivo y la insulsez de este niño ante una Juan Miguel era el niño de la poeta chilena Gabrie-
experiencia tan importante como la muerte de su her- la Mistral (1889-1957). Ella lo llamaba su Yin-Yin, que
manito —de la que, por otra parte, fue el primer testi- significa “fiel” en hindú. Pero es también, en la sabidu-
go, con cerca de siete años—, y la nula elaboración ría china, la representación del reposo unido en íntimo
afectiva del duelo. Ni siquiera es capaz de recurrir a la acoplamiento al Yang, que es el movimiento, constitu-
fórmula religiosa convencional de que su hermanito yendo ambos un equilibrio de fuerzas independientes y

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

sin embargo indisolubles, presente en todo lo que so- sión de aquella muchacha, llegué a decirle que aunque
mos y nos rodea. Un abrazo ensamblado en círculo me dolía que fuese alemana [era la época nazi] y aun-
perfecto. Yang sin duda era Gabriela, puro movimiento que nunca la había visto, él podía casarse con ella y
(“me eché a rodar y no he parado más”), fuerza vital traerla a este caserón vacío. [...] Me contestó que no
luego derrumbada. pensaba en casarse.
Yin no era su hijo biológico, y nunca se supo real- Vivíamos en una especie de idilio, porque el estar
mente qué le “tocaba” ese niño que ella crió como suyo solos nos había ligado mucho más; él sabía mi dolencia
durante los 18 años que vivió desde que ella lo tomó del corazón y me cuidaba con un primor, con una ter-
cuando tenía 46. No se separaron nunca. Fue lo que nura indecibles. Y no hay quien me haga comprender
ella más amó en su vida, y acabó en Petrópolis (Brasil), que ese niño que se levantaba a medianoche por haber-
adonde fueron huyendo de la Italia fascista y de la Fran- me oído respirar mal, se haya matado en estado nor-
cia ocupada, y donde el muchacho fue infeliz y ella no mal sin que me lo hayan enloquecido con una droga
llegó a saber entonces que lo fuera tanto (Panel III). El cualquiera de las que abundan en los trópicos o de las
muchacho se suicidó el 14 de agosto de 1943, y tres que manejan otras bandas de hoy. Él vivía ahora a to-
meses después, el 17 de noviembre, Gabriela escribió a do su gusto; no gustaba de las visitas y tenía un sentido
unas amigas relatándoles su duelo. Muchos años atrás, de la casa que parecía árabe; los suyos, y ni el aire de
cuando era ella una joven maestra proletaria, tuvo amo- fuera.
res románticos con un muchacho ferroviario que se
suicidó, lo que la hundió en la desolación (título de un Y así Gabriela Mistral hace repaso de todas las po-
libro de poemas de esa época). Nunca se casó. Así que sibles causas: rechaza el temperamentalismo de los Go-
dos suicidios la marcaron, uno en la primavera y otro doy que nunca los derrumbó, y la afectación congénita,
en el alto otoño de su vida. porque ella no halló signos de desajuste. Una mujer
madura se lo quiso ligar y que se fuera con ella dejando
Mi Yin, mi niñito, ahora más niñito que nunca, a la familia, pero él la rechazó de plano.
por la locura que me lo llevó, no se fue por dolencia,
[...] se me mató. Y escribir estas tres palabras todavía En los últimos tres días, Yin ha hecho varias cosas
me parece sueño. Y estaré insensata y no tocaré fondo que prueban que no pensaba en el horror que había de
de estabilidad en mí mientras no entienda el absurdo. consumar: mudanzas de muebles, para su cuarto, de
Me aliviaría, me descansaría sólo con entender y aun- un piso a otro; proyectos en detalle para más tarde,
que el entender no tenga nada que hacer con el reco- ingresó en sociedades, con pago de cuota anual y mu- 481
brar ni el aceptar. cho más.
Las razones que me dan [...] casi todas resultan [...] No pienso en que una droga lo mató, sino en
inválidas, o tontas, o débiles. La razón de más cuerpo que le trabajaron el cerebro hasta enloquecerlo. [...]
y la más inmediata es la de una banda de malvados Como una sonámbula, en la semana última que
que le maltrataba de palabra en un colegio odioso lleno me dio de compañía, tuve con él conversaciones que
de xenofobia. [...] Le decían “el francés”, con el deje habría tenido sólo por adivinación de su riesgo.
de burla que ahora le dan a la palabra en el mundo
elitista; le reían su pequeña joroba, que no pasaba de Ella le habló de su seguridad económica, del futu-
un lomito doblado. Pero uno de los pícaros se le apare- ro que a él mejor le cuadrase, de que se dedicara a la
cía en los lugares mundanos, cuando le veía con mu- literatura de ensayo ya que eso le placía y lo hacía muy
chachas o familias, a echarle en cara algún desliz con bien, le consoló de sus malos compañeros...
mujeres livianas, delante de las señoras bigotes [aris-
tócratas]. Estos hechos le torturaban visiblemente; su [...] Este niño no era una porción de mi vida, que
sensibilidad, que de excesiva parecía la de un desolla- era ella misma, que en él empezaba y que vida perso-
do. Yo le había rogado —hacia el final, que fue cuando nal no tengo de hace tiempo. [...] La casa era él, el día
lo supe— de vivir en su casa y salir menos. Pero él era él, la lectura él. Yo sé que Dios castiga rudamente la
sociable e ignoraba además la maldad criolla. [...] (El idolatría y que ésta no significa únicamente el culto de
pecado único del que me acuso es el de haberle impues- las imágenes.
to mi vida errante, pues había en él un claro daño he- ¡Ay, pero tengo que volver a mi vieja herejía y creer
cho por su existencia ambulante, sin raíces, y sin regu- en el karma de las vidas pasadas a fín de entender qué
laridad, por tanto.) La banda escolar lo convenció, al delito mío fenomenal, subidísimo, que me han castigado
final, de que la muchacha a quien quería hablaba de él con noche de agonía de mi Juan Miguel en un hospital,
y lo tenía por antipático. Y más, le convencieron de que tan espantosa a pesar del estoicismo con que soportó el
la tal muchacha estaba por encima de él y era inacce- arsénico en su pobrecito cuerpo querido. [...]
sible. En todo, en clase, en medios de vida, en educa- Por otra parte, no es consuelo lo que busco, es
ción, hasta en físico ella le era inferior de punta a cabo. verlo, y en el sueño tenerlo, y en sensaciones de presen-
Él creyó, porque su inteligencia maravillosa no le sirvió cia en la vigilia también, y de lo que ambas cosas reci-
jamás para darse cuenta de sí mismo. bo es de lo que voy viviendo, y de nada más que eso.
Cuando yo vi que su crisis de adolescencia era Palmita [una amiga] llegó tarde para salvarlo
muy fuerte, y cuando en el último tiempo, vi su obse- con su camaradería y con su amor lúcido que no es el

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

mío. Él sabía su llegada y tampoco puedo yo compren- y en ésta se halla su poema Luto, en el que refleja el
der que se fuese teniendo ya la certidumbre de su viaje hondo dolor por la muerte de Yin.
en dos semanas. Él la adoraba y le daba una confianza
plena, más cabal de la que a mí me daba, como si se En sólo una noche brotó de mi pecho,
tratase de una niña de su edad. subió, creció el árbol de luto,
[...] Nunca la poesía fue para mí algo tan fuerte empujó los huesos, abrió las carnes,
como para que me reemplace a este niño precioso con su cogollo llegó a mi cabeza.
una conversación de niño, de mozo y de viejo, que nun-
ca se me quedaba atrás en ella. Otro no me puede en- [...]
candilar como él; no hay compañía que me cubra el En una pura noche se hizo mi luto
costado derecho como él, cuando yo iba por esas calles en el dédalo de mi cuerpo
de las extranjerías heladas y duras; no hay tampoco y me cubrió este resuello
don de olvido en mí para semejante experiencia. La noche y humo que llaman luto
tengo trenzada conmigo en cada cinco minutos. [...] Yo que me envuelve y que me ciega.
vivo mejor que nunca en la incertidumbre de la vida
eterna y un pensamiento único me aplaca y me pone a [...]
dormir cada noche; el de que yo iba a dejarlo pronto y En lo que dura una noche
a vivir sola mi trasmundo y ahora tengo mi trasmundo cayó mi sol, se fue mi día,
con él en poco tiempo, a corto plazo. y mi carne se hizo humareda
[...] Parece ayer [que murió]: así gotea de hú- que corta un niño con la mano.
meda la memoria mía infeliz, mi pobre memoria viva.
El color se escapó de mis ropas,
En declaraciones posteriores (Gabriela Mistral, re- el blanco, el azul, se huyeron
belde magnífica, de Matilde Ladrón de Guevara, 1962), y me encontré en la mañana
ella aseguraba que su niño no se suicidó, que tenía el vuelta un pino de pavesas.
testimonio de dos muchachos de la banda que le dije-
ron que le habían asesinado. “Esa confesión me alivió, Antes de marcharse para siempre no dejó de mo-
por cuanto pensé sobre su muerte que el destino trágico verse, tan cansada pero siempre entera, por Estados
de mi vida era ése, y que el niño no había sido infeliz Unidos, hasta parar en Rosslyn Harbor. Murió el 10 de
482 conmigo. Yo no lo había empujado o me había hecho enero de 1857 en el hospital de Hamstead, un día en
partícipe de lo que creí cierto: el suicidio. ¡Me lo mata- que la nieve caía espesa en Nueva York y se cumplían
ron, pero fue feliz conmigo! Él no deseó ni buscó la sus versos de La extranjera:
muerte, a pesar de que esto otro no es menos tremen-
do!”. Aseguraba que durante años vivió en un estado de Habla con dejo de sus mares bárbaros
excitación y casi de locura, perdida en la soledad. ¡Y en con no sé qué algas y no sé qué arenas;
ese estado se hallaba esa mujer cuando recibió en 1945 reza oración a dios sin bulto y peso,
el Premio Nobel de Literatura! envejecida como si muriera.
Con el respeto y la delicadeza que requiere la in-
terpretación del dolor humano de esta madre, no cuesta Alienta del resuello del desierto
trabajo comprender la dificultad para ser niño que de- y ha amado con pasión de que blanquea,
bió de padecer ese infeliz muchacho, encerrado en la que nunca cuenta y que si nos contase
—absorbente, aplastante, exigente— calidez humana sería como el mapa de otra estrella.
de Gabriela. ¡Qué tremenda y sincera confesión!: menos Vivirá entre nosotros ochenta años,
mal que no se suicidó, menos mal que me lo mataron, por- pero siempre será como si llega,
que eso significa que yo no fui culpable. hablando lengua que jadea y gime
Aún vivirá Gabriela 22 años. Viajará incansable- y que le entienden sólo bestezuelas.
mente, como huyendo, exiliada de sí misma, “consule-
sa” por todo el mundo, acogedora de gentes perdidas y Y va a morirse en medio de nosotros,
defensora de parias, amorosa de niños —todo es escue- en una noche en la que más padezca,
la—, y el corazón sin fuerza. En 1954, pocos años antes con sólo su destino por almohada,
de morir, la dejan volver a Chile, y será su última vez. de una muerte callada y extranjera.
Los poderes la honraron y las gentes sencillas adoraron
a su diosa querenciosa, sencilla y recia, con su aire rural Fue enterrada con el hábito de San Francisco, se-
de maestra eterna, de largas manos lentas acompañan- gún dispuso, y trasladaron sus restos a Chile, a Monte-
do versos, que tuvo risa de niña india, y ojos verdes que grande, en su querido valle de Elqui, donde tuvo la
miraban con ternura y ya tristeza. Era la que fue de la mejor infancia (Figuras 13a y 13b). Pidió que enterra-
Desolación a la Ternura, en dos bellísimos poemarios ran a su Yin con ella. Tardarían más de veinte años en
escritos sucesivamente en 1922 y 1924, siendo aquél el cumplir este deseo.
primero que escribió, y el segundo, dedicado por ente- Dejó escritas Oraciones a Yin y por Yin, que com-
ro a los niños. Lagar se llamó su última obra, de 1954, parte con su queridísima amiga Palma Guillén, que lo

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

Figura 13a. Muerte de Gabriela Mistral. Figura 13b. Tumba de Gabriela Mistral.

era también del niño. De esas hermosas plegarias recojo sin tristeza alguna.
ramilletes. Allí, en el alma de nuestra alma, estamos, Yin,
sin tiempo, íntegros, limpios de toda miseria,
Sentada al fondo de este pozo de ceniza, abrazados y felices.
óyeme a través de la noche y recibe mi pena,
En este nuevo día, mi amor fiel e íntegro va hacia
alta como humareda.
ti, Juan Miguel, Yin.
Te busco y te rastreo por las cosas que aún están 483
Siente que mi pobre amor llega hasta ti y se que-
tibias de ti,
da un tiempo contigo.
que aún dan tu suave vaho;
Yo no quiero turbarte si ya tienes paz y dicha, vi-
he dejado sobre tu mesa los libros abiertos,
da mía.
y abiertas se han quedado las cortinas,
Pero si tú no la tienes todavía enteramente, sabe
todo expectante como tus ropas, que casi logran
tú, niñito mío,
cuajar tu bulto arrancado.
que mi ternura vela por ti y sabe que me quedo al
Murmúrame en el sueño, neto y rotundo, tu nom-
lado tuyo
bre y mi nombre.
buscando darte algo de esa paz y de esa alegría.
Lo escuche así yo, durmiendo, y despierte recién
Recíbeme, vida mía, siénteme y reconóceme.
nacida de perdón.
Yo quiero comenzar y terminar mi día contigo,
* con tu corazón en mi mente, y tu nombre en mi
boca.
En donde ahora estés, amor mío, sé feliz, sé feliz.
La felicidad tuya nacerá de tu alma. *
El Cristo que está en ti te dará la alegría.
A cada atardecer vamos hacia ti, amor nuestro,
* y tú vienes a nosotras
con el favor divino, volvemos a estar juntos.
Mi pensamiento va a encontrarte, niñito mío;
Míranos, criatura nuestra, con tus vistas inefables,
él hace camino por encontrarte y quedar contigo.
recibe lo mejor de nuestra vida
Es mi amor el que va en busca tuya; es la fideli-
y acepta a las dos almas que siguen siendo tuyas.
dad de mi amor, chiquito mío.
Pídenos, Juan Miguel, en tu silencio maravilloso,
Mi espíritu desea quedar contigo mientras mi
lo que podamos darte ahora.
cuerpo duerme.
Aquí estamos diciéndote nuestro amor
Por abrazarte, por acariciarte, por sentirte y ha-
desgraciado y fiel, amor de siempre.
certe una larga compañía.
Te agradecemos, hijito, las alegrías que nos diste
Tú estás, Yin, en nuestra memoria despierta, muchas veces.
y estás también en nuestro corazón dolorido. Perdónanos tú el que no supimos darte,
Pero es en nuestro espíritu donde estas tú con la dicha que andaba buscando tu corazón arre-
nosotras, batado.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Haz la oración con nosotras. Peor quizá que un suicidio


Alaba a Dios con nosotras, pidamos su bendición
al acabarse el día. Lucas tenía 14 años. Me lo describieron como un
Fue un día más en el que te quisimos y te buscamos, chico inteligente, con excelentes notas y ahínco en los
un día más de “saudade”, de extrañeza por no estudios, motrizmente inquieto, corpulento, deportista,
tenerte, abierto y comunicativo, pero poco callejero, con muy
Juan Miguel, luz y cariño de nuestras dos vidas buenas relaciones con sus padres. Su comportamiento
El Señor te llame hoy hacia Él; jamás había dado ocasión de queja ni en casa ni en el
la paternidad de Dios te cubra por entero. colegio. Era más bien terco cuando quería algo, y lo
La misericordia amorosa de Jesucristo se vuelva conseguía. Mostraba una mezcla de carácter temeroso y
hoy hacia ti, temerario. Le tuvieron que atender sinfín de veces en
amor nuestro, desgraciado y profundo amor. urgencias por pequeños accidentes. Hacía tres meses
La Madre María cure en ti las heridas de la Tierra que había empezado en un nuevo centro escolar, reli-
y en el Paraíso tengas la juventud que aquí no gioso, para iniciar la secundaria. Sentía pasión por los
alcanzaste. aviones. Quería ser piloto de caza. “Tiene que ser aluci-
Bendice esta casa donde trabajan y rezan por ti nante volar en uno de ésos”, le decía a su madre, asus-
Palma y Gabriela. tándola. Admiraba a los Geos y a los hombres atléticos.
Déjanos caer en el jardín, en los objetos familia- La desgracia sucedió un sábado, hacía unos cuatro
res, en el aire vegetal y puro meses. Lucas jugó esa mañana, temprano, un partido
algo de la paz que tú tienes ahora, alguna dulzu- de fútbol de su liguilla. Llegó a casa contento por parti-
ra del bien que alcances da doble: habían ganado por goleada y se había encon-
y lo que rebose de tu espíritu que ya conoce y sabe trado un billete de cinco mil pesetas en la calle. Los
y está aplacado en Dios. padres y la hermana, menor que él, se fueron al super-
mercado. Él se quedó a ducharse y luego prometió ba-
*
jar a la calle a jugar a la pelota con unos amigos que le
Ponte en mis palabras y reza por mi boca, reclamaban. Al día siguiente pensaba ir con su padre de
hasta que de tan enarbolado, te sueltes cacería.
y vayas cimbreando en la ráfaga del fervor. ¿Qué Unas dos horas tardaron los padres en las com-
más puedo darte con mi pobre oración? pras. De regreso, al intentar abrir la puerta de casa,
484 Te traigo este ruido con rumbo, comprobaron que los pestillos estaban echados. Ner-
el golpeteo del mirlo contra el granito, viosamente forzaron la puerta.
sabiendo que con fe, mi blando empeño Hallaron al niño ahorcado. Colgaba de uno de los
descerrajará las rocas. travesaños del marco del armario de la habitación de
Recemos juntos, amor mío, Juan Miguel. sus padres. Y había una banqueta al lado.
Juntemos en una voz tu invisible denuedo y mi Estaba completamente desnudo, salvo un pañal de
esperanza. plástico hecho con una bolsa de la basura, anudado con
Atemos tus palabras en las mías un cinturón de la madre. La bolsa contenía heces, con
y pongámoslas sobre el umbral del cielo, las que se había manchado los glúteos y los muslos.
para que de allí las recojan los ángeles que regresan. Tenía también una corbata morada del padre, con los
picos cortados, y llevaba unos guantes finos. Había una
Y, por fin, la Oración con Yin por el Universo: toalla muy bien plegada alrededor del cuello, como ha-
ciendo de almohadilla, y sobre ella estaba la cuerda sin
Nuestro amor alcanza a todos los mundos, niñito nudo corredizo.
mío. La cuerda daba tres vueltas sin nudo en el marco
Nuestro amor quiere abrazar todo lo creado de arriba y caía hasta el suelo. A mitad de trayecto esta-
y alcanzar todas las esferas, ba la lazada con una circunferencia mayor que la del
según hace día por día el amor cuello. Había también un cigarrillo apenas empezado a
del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo. fumar en el suelo.
Nuestro cariño va en busca de todas las criaturas, Los padres se dieron cuenta enseguida de que Lu-
y, una por una, las reconoce y las bendice. cas no se había suicidado. Aquello había sido un acci-
Depositamos nuestro amor sobre dente. Pero un accidente muy extraño. Como un ritual.
minerales, vegetaciones, animales Era para volverse locos. Los padres removieron la
y cuanto vive o alienta por voluntad de Dios. casa en busca de pistas. Hallaron algunas que les hicie-
Nuestro amor alaba al Creador ron pensar que Lucas había intentado seguramente esa
con el coro inmenso de las demás criaturas. misma acción días antes. Trataron de indagar bajo qué
Nosotros y sus demás hijos damos al Dios Padre influencias había podido estar su hijo para llegar a ese
la acción de gracias y el aleluya de cada día extremo. Era un niño tan normal, tan alegre, tan cariño-
y de cada momento. so, tan dicharachero, tan familiar. Era imposible que no
Con los Ángeles y las Potencias vueltas al Señor, se hubiera notado nada raro en él. Pero los amigos des-
su bendición pedimos. ¡Aleluya, Aleluya! aparecieron y nadie quería decir nada.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

PANEL III. ARRIBA, GABRIELA MISTRAL CON SU PEQUEÑO YIN EN EL SUR DE FRANCIA. ABAJO, CUATRO TIEMPOS DE YIN.

485

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

muy importantes y a veces de contenido muy grave, sin


que ellos se den cuenta del riesgo, limitándose simple-
mente a ocultarlas a los padres, porque, eso sí, son
conscientes de que ellos no las aprobarían o las rechaza-
rían escandalizados. Los padres decidieron cambiar con
prontitud de ciudad de residencia. Y no he vuelto a sa-
ber de ellos. Pero creo que recibieron la ayuda posible
en ese momento. Lamenté, sin embargo, no haber podi-
do ver más a María.

Los niños suicidas de Rossellini

Figura 14. Roberto Rossellini con su hijo Renzo durante un rodaje. La madurez imposible

En dos magníficas obras —Alemania año cero


El informe forense fue terrible. Cayó como un (1947-1948) y Europa 51 (1951)–, el cineasta italiano
mazazo. Roberto Rossellini (1906-1977) (Figura 14) describe
Además de las lesiones por estrangulamiento —as- magistralmente, con su austero estilo documental, el
fixia y congestión visceral intensa generalizada—, se drama del suicidio de dos niños. Él mismo confiesa que
observó borramiento de pliegues radiales perianales. La estas producciones son la consecuencia del terrible gol-
evaluación de los datos de la autopsia y de las circuns- pe moral que sufrió con la muerte de su pequeño pri-
tancias que concurrieron en el acto llevó al perito foren- mogénito, del primer matrimonio, Marco Romano, a
se a las siguientes conclusiones: 1) El niño murió por los nueve años de edad, en 1946. Escribiría lo siguien-
asfixia mecánica debida al ahorcamiento. 2) Existían en te: “Estaba acabando Paisà (Partisano) para presentarla a
él indicios de homosexualidad pasiva. 3) Más que in- la Biennale de Venezia, cuando recibí la noticia más
tencionalidad suicida, la causa de la muerte fue acci- cruel de mi vida: mi hijo Romano había muerto de for-
dental, al utilizar la suspensión como medio de práctica
ma fortuita. En aquel momento me convertí en un
autoerótica.
486 hombre absolutamente destruido, una auténtica tumba
Supimos del caso de Lucas porque hubimos de
vacía”38.
atender a su hermana, a causa de la reacción emocional
En Alemania año cero (1947), Rossellini muestra
de angustia que todo esto le produjo. Afortunadamente,
con toda crudeza una posguerra desde los ojos enveje-
la niña, de once años, era sana y se fue recuperando.
cidos de Edmund, un niño de 12 años, obligado a una
Los padres eran también personas fuertes, a pesar de
precoz madurez, es decir, a una seudo-madurez, deter-
que la madre padecía y estaba siendo tratada de una
minada por una visión sobrecogedora del mundo,
cardiopatía. Pero sabían que no se repondrían nunca de
cuando no se tienen defensas psíquicas para afrontarla
este duelo. Me sorprendió no encontrar en ellos mani-
(Panel IV). La película es de una desnudez estremece-
festaciones estrepitosas de dolor, culpa o ira. Quizás
dora, realizada con una objetividad que, pareciendo
estaban en sordina, apagadas por una enorme perpleji-
fría, contiene, por el contrario, una mirada compasiva
dad, desconcierto, incredulidad, por una necesidad de
pero testimonialmente implacable sobre un terrible
comprender, que probablemente sabían ya que nunca
se satisfaría. No era suicidio, pero era peor que el suici- 38  Fragments d’une autobiographie, Roberto Rossellini, París,
dio, al contrario de lo que sintió Gabriela Mistral. 1987. Rossellini tenía familia en Barcelona. Su hermana estaba casada
¿Cómo ayudar a esa familia? con un notario catalán y la madre se había ido a vivir con su hija a
Me trataron como un detective y yo accedí. Me principios de los años cuarenta, probablemente porque se pensaba que
trajeron cajones con pertenencias íntimas de Lucas, en los tiempos revueltos de la guerra mundial España era un sitio más
seguro. El cineasta las visitaba con frecuencia en esos años. En el verano
cuadernos, dibujos, libros, fotos… Los indagué uno
de 1946, el niño Marco Romano fue a pasar las vacaciones a casa de su
por uno, a solas, y también con los padres y con María. tía y de su abuela. Y allí murió el 14 de agosto, a causa de una infección
Con ocasión de cada uno de los objetos, me fueron, postoperatoria, tras una intervención de apendicectomía que no pudo
fuimos, reconstruyendo la historia del chico. No encon- ser atajada con un antibiótico a causa de la escasez y restricción de este
tré el menor indicio que revelara algún sufrimiento, in- medicamento entonces. Rossellini se culpó siempre por ello. Renzo,
otro de sus hijos, asegura que toda la obra posterior de su padre no se
fluencia negativa, actitudes o tendencias ocultas… Les podía entender sin esta tragedia. Los niños aparecen en buena parte de
dije: “Todo lo que hay aquí de Lucas es normal de un los filmes rossellinianos de esa época como los grandes perdedores de
adolescente”. “Y, entonces, ¿por qué lo hizo?”. la guerra. Cuando el cineasta murió, treinta años después, encontraron
Ratifiqué su naciente convicción de que Lucas ha- en el bolsillo de su chaqueta una viejísima cartera donde conservaba un
bía sido introducido por otros en peligrosas prácticas guantecito de aquel hijo. A pesar de todo, Rossellini estimaba a España
y mantenía la opinión de que era “un pueblo extraordinario que sabe
autoeróticas y había sucumbido a ellas. Reflexioné so- mirar frontalmente la muerte” (cf. “Rossellini 55”, François Truffaut,
bre las parcelas íntimas de opacidad reservada que to- Arts, 19 de enero de 1955), y de hecho llevó a cabo diferentes trabajos
dos tenemos, y que, sobre todo en los adolescentes, son para Televisión Española.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

mundo de lucha por la vida donde la generosidad de los intentos de esa mujer para dar un cambio radical a
un momento se trueca en crueldad y egoísmo de su- su vida, de manera que la muerte del hijo no hubiera
pervivencia en el siguiente. Edmund no se queja nun- sido en vano, y así busca la forma de redimirse a través
ca. Pero al final, en el mismo instante último, sabemos de vías que se le cierran: la entrega a la causa social, la
que el niño ya no puede aguantar más. Y está solo. religión, el repliegue místico. Nada de ello da fruto, y
Tanta destrucción, tanto dolor, tanta pobreza, tanta termina encerrada en un manicomio, convertida en una
miseria moral…, y todo es natural y comprensible que loca santa, en una santona. Es una variedad de lo que
sea así, cruel y normal. Él mismo, Edmund, ha envene- hemos denominado duelo imposible.
nado por piedad a su padre moribundo, pero también Cuando Irene encuentra en la entrega total a los
influido por el adoctrinamiento de eutanasia racial de demás el camino de redimir su culpa por la muerte del
un maestrillo nazi muy “aficionado” a los niños. En la hijo, Rossellini pone en boca de ella el intento desespe-
última escena, mirando desde lo alto del edificio bom- rado de explicar su posición a la sociedad, con la con-
bardeado, por cuyos escombros se ha encaramado, di- vicción y el desaliento de que no va a ser entendida ni
visa enfrente la casa, tan arruinada interior como exte- aprobada. Y en esa proclama a corazón abierto Rosselli-
riormente, donde él ha vivido con su familia hasta ni expresa amargamente y con crudeza toda una con-
ahora. Visión y conciencia insufribles. Y se arroja al cepción sobre la imposibilidad de redención del hom-
vacío. Ahí se acaba todo. Ahí se acaba el filme, sin gri- bre por el hombre, la inviabilidad del mandato evangé-
tos, sin plañidos. Un muerto más, qué importaba la lico de “déjalo todo y sígueme” o de “si encuentras un
edad. pobre desnudo en el camino dale tu ropa”, o de “si te
abofetean en una mejilla pon la otra”; es decir, la com-
plejidad de la total entrega al prójimo hermano en
Una visión espiritual: culpa y redención nuestra sociedad. Subyace en ese planteamiento la re-
flexión sobre la concepción del Bien y del Mal en nues-
En Europa 51 repite el tema del suicidio de un niño tro mundo. Por eso, Rossellini, aunque agnóstico (nun-
(Panel V). Pero aquí Rossellini da un giro copernicano. ca se consideró ateo), admirado y atraído por el francis-
Aquí el suicidio de un niño no es un accidente más, no canismo, rodó a continuación la historia de Francisco
es una víctima más dentro de una colectividad urbana de Asís, el juglar de Dios.
en escenario de guerra. Ahora se trata, por el contrario, A continuación entresaco algunas de las declara-
de una familia de la alta burguesía en el tiempo inme- ciones de Irene ante los representantes de la sociedad
diato de la posguerra —con periodista comunista in- que le cuestionan, como Jesús se encontró enjuiciado e 487
cluido en sus cenas de sociedad—, que juega de forma interpelado por las fuerzas vivas en su tiempo.
banal a la cultura y frivoliza la política, evitando encarar Ante el sacerdote desorientado del hospital psi-
la realidad de la miseria presente en la otra margen de quiátrico donde está internada para observación, ella
Roma. El niño ahora es Michel, probablemente con los trata de explicarle:
mismos años que Edmund, pero, por el contrario, más
infantil para su edad, con menor carga dramática en sí Llega un momento en que el amor por las perso-
mismo, aunque es también otro niño aislado. No le lle- nas próximas no basta. Yo comprendí que era dema-
van al colegio porque, según la madre, “es muy sensi- siado egoísta y mezquina. Por esa razón me he visto
ble” y no lo soportaría, y por ello tiene un superfluo empujada a dedicarme a todos los demás, a los humil-
profesor particular en casa. Michel aparece como un des y desventurados. [...] Soy una mujer ignorante y
chico aburrido, mohíno, ojeroso, irritable, caprichoso, confusa, pero todos los males del mundo radican en la
materialmente mimado, poco simpático al espectador. necesidad que sentimos de someter al hombre, ¿quién
Y también muy solo, igual que Edmund, porque la ma- nos da el derecho a cambiarles? Dios los creó así, ¿por
dre, Irene Gérard, mujer encantadora y atolondrada, qué no los amamos así, tal como son? Yo no amaba a
acelerada y dispersa, volcada en sus obligaciones socia- mi prójimo sino a mí misma. [...] Estoy convencida de
les, no tiene nunca un tiempo de verdad para el hijo que el único modo de no ser egoísta es amar a los de-
único (“claro que quiero escucharte, Michel, pero date más, a todos los demás, incluso a los pecadores, sí, a
prisa”). ¿Era ésta aquella misma madre tierna y sobre- todos ellos, tal como son. Y sólo entonces una gran luz
protectora que acurrucaba a su hijito junto a ella duran- desciende sobre mí. Siento que una gran felicidad me
te la guerra y lo dormía contra las bombas? Madre per- embarga y se apodera de mí sin que yo la invoque. Ha
dida ya para el niño, que pocos meses antes sufrió la de creerme, eso es amor, no egoísmo.
despedida de su “nani” de siempre porque el padre Pienso que debo darles a todos el amor que no
pensaba que ya era un hombre y no necesitaba de tanto supe darle a mi hijo. Creo que debo confundirme con
cuidado mujeril. todos ellos, incluso con los pecadores. Es preciso amar
Y Michel también se suicida arrojándose, pero esta a todos los seres humanos sin juzgarles. Ése es el desti-
vez por sus escaleras alfombradas, y lo hace al comien- no al que me siento llamada.
zo de la historia, al contrario que su homólogo. Porque
en realidad, esta historia, a diferencia de la otra, quiere Y el cura quedaba aturdido, porque esta mujer
narrar el devenir de la gestión del duelo de una madre transmitía de manera escandalosa un mensaje sospe-
asolada por la culpa. Toda la trama es el seguimiento de chosamente evangélico sin estar censada como santa.

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PANEL IV. SUICIDIO DE EDMUND (ALEMANIA AÑO CERO, DE ROSSELLINI).

488

Edmund, de 13 años, recorre las calles de Berlín, donde acaban de entrar los aliados, en el tiempo inmediatamente después a la caída
del III Reich. Hambre terrible, miseria, crueldad, miedo, en un mundo de escombros de materias y almas. Secuelas inmediatas del
nazismo, deserción, persecución, promiscuidad, prostitución, pederastia, eliminación de los débiles, enfermos e inválidos...

Rossellini nos lleva a que miremos el horror a través de los ojos de este chico adultomorfo, de engañosa madurez, tremendamente solo,
sin madre, cuya aparente fría serenidad no es sino falsedad de infancia desolada, con semillas de nazismo. Tras su terrible acción –la
muerte de su padre–, Edmund vagabundea sin rumbo, hasta que termina encaramándose por las ruinas de un edificio situado justa-
mente enfrente de su casa. Desde allí observa el traslado de los restos del padre. De pronto se le agolpa todo el daño y la culpa que
parecía ignorar, tapa su rostro con las manos y se arroja al vacío. No hay gritos. Sólo una vecina se acerca, lo reconoce y musita su
nombre.

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

PANEL V. DUELO DE CONVERSIÓN (ESCENAS DE LA PELÍCULA EUROPA 51, DE ROSSELLINI).


1 2 3 4

5 6 7 8

9 10 11 12

489

13 14 15 16

1.  Irene se ausenta de la cena familiar y social que ofrece en su casa para acudir al reclamo del hijo y le reprocha su actitud caprichosa.
2.  En el hospital, el niño se recupera de su intento de suicidio (al haberse arrojado por las escaleras de la casa, y la madre, culpabiliza-
da, evoca amorosos tiempos pasados, aun en la guerra, y le promete estar siempre cerca de él. El niño empeora súbitamente y muere.
3.  Profunda aflicción de la madre. El marido trata de animarla.
4, 5 y 6.  Irene reacciona y decide reconducir su vida. Descubre el mundo de la miseria, y se entrega a los pobres, niños y marginados.
6.  Asiste y acompaña a una prostituta moribunda.
7.  Reemplaza a una obrera en la fábrica donde ésta trabaja.
8.  La familia, desconcertada y temerosa, decide ingresarla en un Hospital psiquiátrico para observación y examen médico. Ella trata de
explicar su nuevo comportamiento al aturdido capellán del centro.
9.  Una internada sufre un ataque y trata de suicidarse. Irene la calma con extrema serenidad y dulzura ante la sorpresa del personal.
Nótese que su acercamiento físico a la enferma es exactamente el mismo que el que tuvo con su hijo cuando éste se hallaba ingresado
en el hospital antes de morir.
10.  Un tribunal de peritos (médico, juez y abogado) examina a Irene, y ésta hace su alegación.
11.  Irene es definitivamente internada. En su celda, soledad y tristeza.
12.  La familia parte y la abandona.
13 y 15.  Los pobres (mayores y niños) la acompañan y la miran como a una santa. El cura, turbado, se encuentra entre ellos.
14 y 16.  Irene queda allá arriba, aislada en su jaula. Un beso es su suspiro hacia los pobres de abajo.

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Después, es el médico del establecimiento psiquiá- Doctor: Verá, señora, estamos aquí para velar por sus
trico el que trata sinuosamente de hallar huellas de lo- intereses. Estamos aquí con la intención y el
cura mesiánica en la “milagrosa” actuación de Irene con deber de protegerla. Usted puede hablar libre-
la enferma agitada, a la que ha conseguido calmar con mente, no tenga ningún temor. ¿Estuvo usted
su amoroso consuelo, en una escena de cariño y dulzu- algún tiempo trabajando en una fábrica?
ra que evoca mucho la que ella tuvo con su hijo Michel Irene: Sí.
antes de que éste muriera por la complicación de la Doctor: ¿Es usted comunista?
embolia debida a la caída. El doctor le comenta en rela- Irene No.
ción a dicha enferma que “es difícil prever las reaccio- Doctor: ¿Quiere ingresar en la vida monástica?
nes de una mujer obsesionada por una idea”, lo cual es Irene: No.
una encubierta alusión a Irene misma. Así indaga en Doctor: Entonces, ¿cuáles son sus intenciones?
ésta qué le llevó a esa actuación tan eficaz con la loca: Irene: [Llora] ¡Basta!
Doctor: No, señora, no llore. Es importante que lo di-
Es usted una mujer muy valiente. Dígame cómo ga todo. Sea precisa. Dígame, ¿cuáles son sus
ha sido capaz de hacerlo. ¿Ha sentido usted en su inte- ideales?
rior esa fuerza, ese impulso misterioso que le empuja Irene: [Llorando] Son los ideales de aquellos que
hacia el ser doliente con la voluntad precisa, amorosa, día a día tienen necesidad de mí.
dominante, de aplacarlo, de liberarlo, de salvarlo. Sin- Doctor: Para que yo pueda entenderla, ¿quiere decir-
tió esa fuerza benéfica, una fuerza que sólo poseen los me qué sentimientos la motivan? Si usted
grandes espíritus?... ¿Es amor, amor verdadero? volviera a casa con su marido...
Irene: [Muy segura y enérgica] No serviría de na-
Irene sufre la pregunta sin respuesta. Se debate: da. Si volviera a mi casa sería contraprodu-
“No lo sé, no lo sé”. Pero de pronto percibe la aviesa cente para todos. Sería fácil volver, hace falta
intención del médico y se revuelve: tan poco. Volvería a ser la que era anterior-
mente. Y yo deseo compartir la alegría de
No soy valiente en absoluto. Si yo me creyera en quien es feliz, el dolor de todos aquellos que
posesión de esa fuerza entonces estaría loca... No es están sufriendo, la angustia de quien se deses-
amor verdadero, es odio. El amor que siento hacia los pera. Preferiría condenarme con los demás
demás es por el odio que siento hacia mí misma, hacia que salvarme yo sola. Sólo quien está comple-
490 todo lo que he sido y lo que soy. Sólo es eso, sólo es eso. tamente libre puede confundirse con todos.
Sólo quien no está ligado a nada está ligado a
Antes de que Irene se someta en el hospital al inte- todos los seres humanos. Eso es lo que yo sien-
rrogatorio de la trinca de expertos (juez, abogado, psi- to. Ya se lo he dicho todo. No tengo más que
quiatra), éstos mantienen un breve intercambio de opi- añadir. Yo he hablado libremente. Y usted li-
niones entre sí: bremente haga lo que tenga que hacer, por su
propio bien.
Juez: Cuando se trata de ideas religiosas o socia-
les es difícil emitir un dictamen absoluto, Ella da por terminada su comparecencia y se mar-
sobre todo hoy día cuando nada es verdad, cha; pasa delante de su familia —que se halla en la an-
cuando todo es propaganda, todo es apa- tesala— y no se dirige a ella, pero sí se reúne un mo-
riencia. Pero en nuestro caso nos encontra- mento con la gente pobre que la espera y le mostró su
mos ante una exaltada o una misionera. cariño en la entrada. Se despide y sube a su habitación.
Abogado [de la familia]:  Si la Sra. Gérard hubiera La madre y el marido entran un momento. La madre la
adquirido ese fervor fanático por una religión abraza y le dice: “Irene, todo es por tu bien, créeme. Se
o un credo político sería otra cosa, pero así... me parte el corazón”. El marido, esquivo, rehúsa cual-
Doctor: Si tuviéramos que admitir que la Sra. Gé- quier gesto de afecto que lo ablande y se marcha apesa-
rard tiene razón, querido juez, usted debe- dumbrado con la suegra. Ella, por la ventana enrejada,
ría tirar su toga y yo mi bata y seguirla co- los ve alejarse por el jardín de entrada al edificio, donde
mo a Jesucristo. los humildes y los niños se agolpan bajo la ventana, la
Juez [Ironizando] Sí, pero quizá no tuviéramos miran y se arrodillan: “Es una santa”. Un suspiro es el
valor suficiente. beso que ella levemente les dibuja en sus labios.
Doctor: Yo sólo debo analizar el comportamiento de
esa mujer. Y ciertamente, desde mi punto
de vista, está fuera de la normalidad.
Abogado: Me parece justo, teniendo en cuenta que “El Señor cambió mi vida”
debemos defender la sociedad tal y como es,
con sus leyes, sus pautas y sus actitudes. Con este título, un semanario religioso español
encabezó la publicación de una entrevista que realizó al
Irene está ya juzgada. Entra al despacho de los in- doctor Alfonso del Corral Salas, jefe de los Servicios
quisidores y se somete al interrogatorio. Médicos del Real Madrid y especialista en Traumatolo-

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22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

truoso, porque la desgracia hace sacar muchas veces lo


mejor de uno mismo.
Inmediatamente en casa tuvimos una gran fe y
una gran fortaleza, nos unimos todos, nos ayudamos
mucho. Sentimos el cariño de los amigos y de la familia
y de la gente, que es lo que más puede ayudar. Noso-
tros, gracias a Dios, salimos más reforzados porque
tenemos muchísima fe.

Alfonso del Corral nació en 1956, en un hogar de


Figuras 15 y 16. Alfonso y Paloma, padres de Alvarito. siete hijos. Su padre era marino militar (y vive con 95
años), hombre liberal por su talante crítico. Apenas
adolescente, a Alfonso le enganchó la pasión por el ba-
gía y Cirugía del Hospital Ruber Internacional de Ma- loncesto. Era un chico alto y fuerte. En su casa le dije-
drid (Figura 15). ron: “Te dejamos jugar si estudias y apruebas”. Así que
El doctor Del Corral perdió a su hijo Álvaro, de empezó Medicina sin especial vocación por ella, aun-
seis años, el domingo 15 de junio de 1997. que luego le fue enamorando. Jugó en aquellos equipos
La víspera, el sábado, el Real Madrid jugaba contra entusiastas del Estudiantes, Inmobanco, Canoe, Tem-
el Atlético por la vigesimoséptima Copa de la Liga. En pus, Caja Madrid, Real Madrid... Sabiéndose escaso en
el descanso del primer tiempo, el Real ganaba por 3-0. técnica, su táctica fue de juego duro, con mucho uso
Alfonso acababa de llegar al partido directamente desde del cuerpo a cuerpo. Alternaba agotadoramente la acti-
Navarra, donde había leído su tesis doctoral. Plena eu- vidad deportiva con la formación médica, primero co-
foria en su grupo. mo MIR y luego como adjunto de Traumatología del
Y de pronto la noticia. Su hijo pequeño ha sufrido hospital madrileño Gregorio Marañón, donde le apre-
un traumatismo craneal ocasionado por un golpe con la ciaban y en el que permaneció once años. Desplegaba
puerta del garaje de su casa. No ha traído coche y corre así sus cualidades de persona esforzada, luchadora y
disparado por el Paseo de la Castellana hacia el Hospital disciplinada. Pero varias lesiones importantes de rodi-
de La Paz, donde el niño está ingresado. Es una carrera lla, la necesidad de optar por otras ofertas baloncestis-
desesperada en línea recta de unos diez kilómetros. Las tas fuera de Madrid y la actividad absorbente de su ca-
noticias que le dan sus colegas no son graves en princi- rrera le decidieron a centrarse en ésta, dedicándose a 491
pio. La celebración del triunfo del Madrid tiene, pues, ella. Tenía 31 años. Consiguió no desvincularse del ám-
lugar en la Cibeles con la asistencia de directivos y juga- bito deportivo al ser contratado como médico del equi-
dores del equipo. Pero horas después muere el niño, y po de baloncesto, hasta llegar a ser, años después, el
la consternación cae sobre la piña madridista. En ese director de los servicios médicos generales del Real Ma-
momento, el médico del Real tenía unos cuarenta años. drid de fútbol, cargo en el que continúa y en el que ha
Al cabo del tiempo, cuenta: visto pasar a varios presidentes del mismo. Según se
deduce de sus declaraciones, introdujo la medicina de-
La muerte de un hijo no se supera, se acepta. portiva en el club, una sensibilidad por la preparación
Para mí, no es resignación, porque la resignación es médica de los jugadores, sin limitarse sólo al menisco
queja. Pero mi hijo sigue conmigo. Es una realidad di- roto o a la rehabilitación; una revisión crítica de resulta-
fícil de explicar. dos, una apreciación emocional y empática con los ju-
En la vida hay que aceptar las cosas y buscarles gadores, y una valoración de la importancia de la esta-
un sentido. En el momento, desde luego, no lo ves; con bilidad de la plantilla.
los años lo atisbas y te das cuenta de que puede haber Por otra parte, en julio de 1981, Alfonso del Corral
una razón. había contraído matrimonio con Paloma Trujillano (Fi-
Los que hemos perdido un hijo nos entendemos gura 16), a la que había conocido siendo ambos muy
con sólo mirarnos, no es necesario explicarlo. Es una jóvenes (él con 20 años y ella con unos 17). Han tenido
comunión de dolor entre nosotros, aunque cada expe- cinco hijos. Alberto, María, Álvaro, Ana y Marta.
riencia sea diferente. A un padre, a una madre que ha Tras la muerte de Álvaro, entonces su hijo más pe-
perdido un hijo es difícil decirles grandes cosas, creo queño, Del Corral sufrió una conmoción espiritual, que
que es mejor no decirles nada, a lo mejor simplemente dio lugar en él a un proceso de reconversión, el cual
abrazarles y besarles, y eso les hace captar mejor lo recojo en este discurso que, siendo prácticamente lite-
que quieres decirles. ral, he articulado mediante el hilo elaborador de mi es-
Me sorprendió la cantidad de dolor que hay alre- cucha, siguiendo sus declaraciones en diferentes ámbi-
dedor. De repente te das cuenta de que estabas ciego y tos (entrevistas en radio, prensa, libros, charlas, etc.).
de que hay gente alrededor que también sufre y te bus-
can. De que la gente vive su fe en forma muy distinta y Mi educación era la de una persona nacida en el
no se sabe quién, haciéndolo a su manera, lo hace con seno de una familia católica, donde se ha vivido siem-
mayor autenticidad. Y de que sin dolor, sin desgracia, pre la religión. Luego, yo la viví con cierta comodidad,
sin sufrimiento, sin la muerte, el hombre sería mons- con un Dios a mi medida.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

La muerte de mi hijo fue para mí un golpe tre- Prefiero la vida discreta, pero los creyentes tene-
mendo. Era como caer en un precipicio, del que se sale mos que dar testimonio. Para la transmisión de esa fe,
o más reforzado o destruido. Fue un momento clave en las grandes disertaciones no son suficientes. Hay dos
el que no me servía para nada lo que había leído y es- grandes armas: el testimonio, que es mostrar, reflejar,
tudiado, las frases hechas, los tópicos... el rostro de Cristo, pues, si lo mostráramos, cautivaría-
Se vive habitualmente en un estado de distracción mos mucho más; y la oración, porque si quieres que
—trabajo, ordenador, tele, miles de canales, los ni- esto llegue al corazón de alguien, reza mucho por él, y
ños...—, una distracción más o menos divertida. Pero luego podrás comentarle algo. Y en primer lugar hay
toda esa realidad no te sirve de nada, ni el trabajo, ni que transmitir valores a los hijos, que son un regalo
las metas..., sólo sirven las ideas, tus convicciones, tu inmenso de Dios, y mostrarles el misterio sobrecogedor
fe... de la vida, y hacer el milagro de la casa, que es conse-
Se desencadenó en mí una búsqueda tremenda de guir que sea un “hogar”, es decir, el lugar en el que de-
respuestas. Leí sobre todas las religiones. Ante un he- sean estar.
cho así sólo cabían dos respuestas: la desesperación o Cuando charlas de todo esto ante la gente te mi-
la fe. ran distinto, porque no experimentan lo que experi-
Y me encontré de frente con Dios. mentas tú y en el fondo estarían deseando sentir lo
Fue un encuentro muy fuerte, que me hizo acep- mismo. Porque en el fondo necesitamos respuestas, so-
tarlo. En ese momento yo estaba muerto y Él me devol- bre todo si esas respuestas de verdad se transforman en
vió la vida. Me cambió radicalmente, me llevó a la una fuerza, en una alegría con la que vivir día a día,
gracia. Al final, lo único que realmente te sirve es el en una confianza que tienes puesta en otro, en Él, no
encuentro personal con Dios. Todo lo demás podrá ve- en ti. Yo soy un hombre, fundamentalmente, lleno de
nir bien, podrá ayudar, pero al final o tienes una expe- esperanza. Puede haber momentos en los que, por la
riencia con el Señor en tu historia o no la tienes. Si la noche, estoy agotado, pero a la mañana siguiente me
tienes, eso es lo que te permite ir caminando en la vida, levanto lleno de esperanza, y eso es una gracia del Es-
aun con todas las dificultades y con todas las contra- píritu Santo39.
dicciones, porque el Señor está en el centro de tu exis-
tencia. El Él voy y Él me lleva, en la absoluta confian- Camino es una de las palabras significativas insis-
za en Él. No me preocupa absolutamente nada de lo tentes en estas declaraciones. También caminar es —di-
que me pueda pasar, porque Él está conmigo. Te das ce— su mayor afición. Este hombre, que confiesa, en
492 cuenta de que todo lo demás no importa absolutamente cuestionario a lo Proust, que prefiere el amanecer y el
nada. Él da la única paz que permite que se pueda se- azul, que desea que los suyos se quieran y le quieran,
guir caminando con una tranquilidad absoluta y seguir que hace del trabajo su lema triple —aunque el trabajo
siendo el apoyo de la familia. Necesitamos tener esa no sea lo importante—, que confiesa que su riesgo es la
seguridad de que el Señor nos ama profundamente, y vanidad o la soberbia, que parece conocer la caída en
confiar en Él. Ahora, eso sí: solos, es imposible. Nues- las contradicciones; este hombre, a quien lo que más le
tra fuerza está en Él. Y no hay más. conmueve es esa gente que entrega su vida a los demás
Se cree que nosotros [los cristianos] somos dis- en la humildad y el silencio, y que asegura que en el
tintos. Pero somos seres humanos normales, con todas matrimonio no son dos los que se casan, sino tres, por-
nuestras pasiones, nuestras contradicciones, nuestros que Dios está en medio; este hombre, que pasea su tes-
apegos de aquí, pero con fe en Jesucristo y en la Iglesia, timonio espiritual como ilustración de un posible cami-
y nos acogemos a lo que tenemos, a nuestra confianza, no ante el dolor, es el personaje que he elegido como
que es que en nuestro camino tenemos un entorno, una contrapunto a la Irene de Rossellini.
comunidad con la que caminamos por esa senda. No sé No veo a Alfonso del Corral como un iluminado ni
si esto es muy complicado, pero para mí es así de claro, como un místico, sino como un aprovechado de Dios,
de sencillo. en el sentido más convencido y literal del término. En
Los que pertenecemos y nos sentimos parte de la sus confesiones lo vemos alejarse del duelo desesperado
Iglesia tenemos la gran suerte de contar con los sacra- 39  En cuanto a Paloma, la madre de Alvarito, recojo literalmente
mentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, y con las únicas manifestaciones que conozco de ella acerca de su vivencia
esa forma sencilla que es la oración, la conversación tras la muerte del niño. Tienen exactamente el mismo contenido de lo
con Él. Pero no vivo todo esto como una obligación, sentido y expresado por muchas madres en duelo, como veremos en el
como algo con lo que hay que cumplir. Se trata de ir al capítulo de la Consolatoria. Dice: “Estoy segura de que a mi hijo Álvaro,
que era el niño más feliz del mundo, se lo ha llevado Dios por algo, y
encuentro del Amigo. Éste es un chollo que tenemos: el
estoy totalmente convencida de que va a seguir siendo muy feliz en otra
de poder recibirle y poder recuperar las fuerzas que el vida. Cuando te ocurre una desgracia tan grande como ésta, es como si
combate diario nos quita a veces. Dios te hiciera una llamada a la humildad. Sería injusta con Dios si no
Transmitir la fe es lo único que importa, en vez de supiese apreciar todo lo que me ha dado en esta vida. Ahora más que
normas y obligaciones. Yo dejo que mis hijos sigan su nunca creo y tengo fe en Dios. Sé que mi hijo me ayudará desde el cielo
a comprender mejor la vida y seguir siendo positivamente vital”. La
camino, pero siempre les digo que Dios es la clave de llamada a la humildad es, sin embargo, una peculiaridad de esta madre,
mi existencia, y quiero que ésa sea también la clave de que pone así de relieve cómo dicha humildad puede ser una de las
su existencia. opciones que el ser humano elija ante la desgracia.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


22. Duelo por la muerte de un niño (II): Casuística

por el hijo para entrar en otra senda, la de una fe total muerte de un hijo, porque, según mi impresión, se tie-
(más allá, quizá, de las obras) que le permite trocar en ne más o menos claramente la vivencia de que se hace
ánimos, alegría y esperanzas sus dudas, sus contradic- por el hijo muerto.
ciones, sus debilidades, depositando la confianza de la
propia vida en Dios. En realidad, el suyo no se diferen-
cia ni un ápice de los muchos testimonios que he podi-
do recoger de padres de todas las clases sociales, inclui- Últimas notas
das las de más precaria cultura, que han perdido un
hijo. Es la fe de la necesidad, la única, probablemente, A lo largo de esta Casuística hemos ido viendo di-
que puede obviar de manera definitiva la angustia de ferentes casos en los que la muerte de un hijo ha puesto
vivir. Alfonso sigue con su vida de siempre, su mismo en grave peligro el equilibrio mental de sus padres, y
trabajo, mujer, hijos. Exteriormente, da la impresión de cómo éstos han hallado una salida a un golpe tan duro,
que ha cambiado sólo su discurso obedeciendo, con con resultado o no de enfermedad.
toda probabilidad, a esa posición interna, radical, que Por referirme primero a lo últimamente expuesto,
denomina fe. diré que no he encontrado en la clínica (pero sí fuera
Con Irene sucede todo lo contrario. A ella le con- de ella) “conversiones espirituales” como la que des-
sume la culpa de la desatención de su hijo, pero en cribe Rossellini en Irene, con la habilidad de ponernos
realidad se trata de la culpa por la falsedad de su vida. ante los difuminados y dramáticos límites entre la
Por eso, ella tiene la convicción de que su salvación santidad y la locura. Sin embargo, he comprobado
pasa por dar un giro total a su existencia, por una rup- con frecuencia, en la intimidad de seres que vivieron
tura radical con su mundo anterior. Pero, seguramente la muerte de un ser muy querido, especialmente de
en un tiempo nada propicio, ella no consigue que su un hijo, o en la expectativa fundada de la propia
discurso convenza a nadie, salvo a los más pobres, y muerte, un importante cambio íntimo en la aprecia-
termina recluida, sola, abandonada a su suerte como ción de los valores de la existencia. Por lo general, es-
loca. Antiguamente esos locos y locas de Dios (algunos tos cambios quedan en el interior de la persona y sólo
fueron ingresados durante algún tiempo en manico- se perciben con sutileza en el exterior. Y, a veces, tam-
mios, como San Juan de Dios) hacían su revolución (y bién he visto el horror o el rechazo con los que el su-
quizá su reivindicación) personal por la vía espiritual jeto en duelo experimenta la aproximación de estas
fundando órdenes (como quienes fundan una familia) cuestiones que le involucran y le exigen una remode-
para dedicarse a los más desgraciados, que es la forma lación, siquiera sea moderada, de su mundo. Creo que 493
más clara de hacer el bien. Pero Irene es demasiado dé- todo aquel que se acerque a un doliente debe estar
bil para eso, a causa seguramente del peso de la culpa, advertido de este potencial de cambio, y tanto de sus
que la obliga a sufrir sin eficacia. posibilidades benéficas o madurativas como de sus
Cuando el duelo por la muerte de un ser muy explosivos efectos.
amado implica una revulsión espiritual, abocando a En los más duros duelos se encuentra siempre la
una crisis religiosa, ésta puede revelarse —dicho sea lucha entre el desaliento de vivir, la culpa de sobrevivir,
simplificando— en dos formas extremas de cambio de la necesidad de seguir viviendo y el deseo —íntimo,
la persona. inconfesado, casi biológico— de vivir. Esta lucha se re-
Una es la dramática, que supone una total trans- vela con mayor claridad cuanto mayor es la desgracia
formación del individuo, que desborda su intimidad interna que ha de asumirse, y, en consecuencia, el duelo
para hacerse claramente visible, porque implica una se expresa más pronunciado, lo que no significa supe-
necesidad de absoluto, donde no se contempla el cami- rior riesgo mental o físico.
no de la paz, sino el de la expiación mediante la entrega En el plano psíquico o existencial, hemos visto en
radical, en la que, como muy bien acierta a decir Rosse- no pocos de ellos el recurso a la creatividad, sea como
llini por boca de Irene, el amor a los demás se funda en producción o como dedicación; es decir, a la aparición,
dos pilares: en el odio o rechazo de sí mismo en cuanto antes o después, de una creación, ocupación, idea nue-
reconocido asiento de egoísmo y soberbia, y en ayudar va, sin que ello requiera ser un genio o un profesional
al otro sin mirar quién es ni cómo es. del arte, de las letras o de las ciencias.
La otra forma de cambio por crisis espiritual suce- En casi todos he constatado, más o menos explíci-
de de manera mucho más silenciosa, más integrada en tamente, un planteamiento espiritual, que apunta casi
el medio habitual, más interior, sin llamativos cambios siempre al sentido de la vida, el cual, se sea creyente,
externos, traduciéndose sutilmente quizás en una ma- agnóstico o ateo, remite a la idea (al nombre) de Dios,
yor paz interior, una mayor humanidad y sensibilidad su existencia (y al cómo es si existe) o su inexistencia.
por el dolor ajeno, sin que ello trascienda en general Casi siempre también late en el duelo la vibración
más allá del círculo cercano. del más allá, en el sentido del reencuentro con el ser
Con toda clase de situaciones intermedias entre perdido en otro mundo u otra vida.
estas dos opciones extremas, tales nuevas formas de Muy a menudo me he encontrado con el ardid de
entender la vida se refuerzan a sí mismas porque suelen la extrema idealización del muerto, reviviéndolo como
redundar en sensación de estar haciendo bien o el bien, se pone una estatua de santo en un altar o sobre una
y, en el caso de que su origen se halle en el duelo por la peana. También he tenido la ocasión de comprobar lo

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

contrario, al seguir el largo trayecto de pérdidas en al- olvidado algo la memoria bulle y la tensión consiguien-
gunos semejantes y en mí mismo. Aquellos seres perdi- te busca lo olvidado. El olvido del duelo por un ser
dos que, en la boscosa y borrascosa proximidad de la querido nunca podrá ser olvido del olvido.
vida, no supimos o no pudimos comprender, y con los Otras veces no hay ni siquiera el simple olvido, si-
que quizá fuimos injustos, van tomando en nosotros, no que se da el bálsamo de lo que he denominado “per-
en el tiempo en el que vamos transitando hacia el final, vivencia”, es decir, el mantenimiento de la “imago” del
una dimensión distinta, más benévola, más serena, qui- hijo en el interior psíquico, vivido sea como tal interior
zá (o no) más real, pero sí menos odiosa. Son importan- o como imagen invisible, pero sentida en la proximi-
tes en nuestra vida tales duelos por dichas personas, no dad. Esas pervivencias internas tienen su lugar especial
por ser muy queridas sino porque, estando en nuestra en el “jardín melancólico”, denominación que tomé
cercanía, hubiéramos deseado amarlas, o amarlas más. prestada de la composición de igual título (Op. 52, c.
Esto me lleva a plantear de nuevo quién tiene autoridad 1910, con su último movimiento —Soledad—, denso y
para cerrarle puertas al duelo. Podríamos decir que hay doliente) del músico romántico finlandés Erkki Melar-
un duelo en actividad, como un volcán, pero, al igual tin (1875-1937)40.
que en éste, hay un interior profundo en el que se pro- No quiero terminar este capítulo sin advertir a
ducen transformaciones que, no por ser invisibles, se cuantos se acerquen a la vivencia del duelo, ya en sí
deben disociar del proceso global del vulcanismo. mismo o en los otros, ya como ser humano corriente o
También hallé un recurso de elaboración (más o como profesional, de la fuerte tentación que existe,
menos transitorio o parcial) del duelo mediante un des- muy a menudo inconsciente, de querer cuanto antes
apego de otros afectos. Y, por el contrario, un ver en clausurar el duelo, como si un miedo muy profundo
otros al hijo muerto y darse a ellos, como si lo hicieran acechara, a la manera del vértigo a la altura, que es en
con el hijo perdido. realidad miedo a la profundidad. En este vértigo sólo se
El olvido se impone con frecuencia, o el palideci- comprende el miedo a caer o a ser arrojado; pero más
miento de los recuerdos. Pero el olvido no es la desme- profundamente late el pánico impreciso e intuido de la
moria, no es el no-recuerdo, sino sólo la no presencia atracción del vacío, el impulso propio a arrojarse a él o
en mi mente de algo en este momento. El olvido abso- dejarse llevar por él. Es la atracción inconcebible de la
luto es el “olvido del olvido”, ése que en las demencias muerte, para explicar la cual Freud inventó un instinto
se hace muerte en vida y que se produce cuando olvido (el de Tanatos) en el tiempo en el que le laceraban los
que he olvidado algo, pues si soy consciente de que he duelos más terribles de su vida.
494

40  Así titula también el profesor Francisco Quirós Linares su

lección inaugural del curso 1990-1991 en la Universidad de Oviedo:


“El jardín melancólico - Los cementerios españoles en la primera mitad
de siglo XIX”.

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Duelo por la muerte de un niño (III)


Consolatoria

Carlos Cobo Medina

◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ ciones, tanto en papel como en Internet, donde hay


muchas descripciones de etapas, de cuadros, de casos,
u Conocer el significado de la consolación. infinidad de testimonios, una dispersión de iniciativas
u Conocer algunos de los modelos clásicos de consola- terapéuticas de muy distinto calado. Se tiene la impre-
toria. sión de inflación, de un exceso aún sin sedimentar, que
cobra mayor evidencia cuando abordamos el duelo por
u Conocer las características básicas de la consolatoria un hijo.
para ayudar al doliente a elaborar su pérdida. Y digo un hijo, y no digo sólo hijo pequeño. Y digo
u Conocer las características de la consolatoria social. hijo, y digo hija. Y no distingo edades. Tengo delante de
mí, ahora mismo, dos libros conmovedores y bellos. El
u Conocer las formas de consolatoria según el paren- uno es un poemario (Joana, publicado en el año 2002,
tesco con el niño fallecido. del poeta y arquitecto catalán Joan Margarit) y el otro es
u Conocer el funcionamiento y misiones de una Unidad un relato autobiográfico (Te lo contaré en un viaje, tam-
de Duelo de Padres y de los Grupos de Autoayuda. bién de 2002, del periodista —asimismo catalán— Car-
los Garrido). Pues bien, los dos vuelcan y elaboran en
u Conocer los aspectos de la consolatoria psicoanalíti- esos textos el duelo por las muertes de sus hijas, a cuyo
ca del duelo. lado estuvieron rendidamente durante todo el tiempo 495

final de ellas. No eran niñas. Joana Margarit (Figura 1)


tenía treinta años cuando murió; Alba Garrido (Figura
2), veintidós años. Joana padecía, desde su nacimiento,
una enfermedad genética rara, que la fue paralizando, y
Introducción
Alba presentó de repente un tumor cerebral que acabó
con su vida en casi dos años. En ambos casos (padres
Recorrido un largo camino de duelo por un niño
varones, hijas, no niñas, duelos publicados en el mismo
—por un hijo—, llegamos a este delicado punto: ¿cómo
ayudar a los padres? ¿Y de qué ayuda se trataría? ¿Ayuda año), estos dos hombres atravesaron por una experien-
“normal” o ayuda “especial”? ¿Sería psicológica, sería cia de intenso dolor, de la cual les nació un libro a cada
psiquiátrica esta ayuda “especial”? Siendo coherentes uno. Margarit dijo: “Seguramente utilicé la escritura de
con la línea que propongo en los capítulos anteriores, y este libro como salvación” y durante tres años no pudo
en consecuencia, considerando que el duelo es una re- escribir, hasta que en 2005 publicó otro poemario (Càl-
acción normal a la muerte de un ser querido ¿qué signi- cul d’estructures), que, a mi juicio, traduce la elabora-
ficaría entonces ayuda “especial” o “especializada”? ción del duelo mediante la conversión de la pérdida de
La eclosión del interés internacional por el duelo su hija en pervivencia de ella, porque dice: “Si el libro
que se ha producido en estas últimas décadas, pero en Joana era duro porque estaba hecho en el momento del
España desde hace pocos años, no ha dado (aún) resul- drama, aquí, en éste, ya se ha interiorizado: la persona
tados sólidos y contrastados en el plano de la investiga- ausente acaba estando en ti de otra forma. Pero a la vez
ción clínica y estadística. La razón principal es la gran entras en otra etapa: la del horror ante la posibilidad de
dificultad de abordaje de esa situación con el material que la ausencia ya no te duela. Es decir, la amenaza del
que se emplea habitualmente para los estudios científi- olvido. Y te dices: prefiero el dolor al olvido”. Carlos
cos. Hay un natural pudor a aplicarlo en momentos y Garrido confesó: “El libro Te lo contaré en un viaje cam-
en asunto donde la objetivación se vive como una pro- bió mi vida. Después de un año sin escribir nada, bus-
fanación, y en especial si el ser perdido es un hijo. Y, qué un sitio especial para sentir el duelo. Fue así como
todo hay que decirlo: también por la incapacidad y por regresé a L’Escala, en Gerona, y a las ruinas de Ampu-
la desazón que suscita ese tema en los profesionales que rias, lugares que conocí de niño”.
deberían afrontarlo. ¿A dónde voy con todo esto?
Si hacemos un amplio recorrido por la literatura Pues a que, si somos capaces de mirar de frente el
del duelo, hallamos una creciente profusión de publica- duelo (los duelos), como observador-implicado, es de-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Figura 1. Joana con su padre. Figura 2. Alba.

Dos preciosas sonrisas.

cir, como candidato inevitable a sufrirlo en cualquier que necesitan una vez que aterrizan en la realidad de la
momento o ya como víctima de él, sentiremos algo co- pérdida. Para Margarit fue escribir dos libros; para Ga-
mo ese vértigo que produce contemplar lo que se otea rrido, hacer una visita a su infancia. En ambos casos —y
desde una cumbre o lo que se siente debajo de una alta quizás en todos— se trataba de una ardiente reflexión y
cascada. Esa mezcla de emoción, revelación, y esa ex- de una revisión de la vida, y, al menos en uno de ellos,
traña sensación de atracción —quizá belleza, sí— y zo- del nacimiento de la pervivencia de la hija perdida.
zobra que produce el misterio. Pero muy interiormente, Viene, además, todo esto a cuento de que en los
muy en el fondo (Panel I. Del desconsuelo). textos sobre duelos que he leído, hay muy poco o nada
Cada duelo me enseña alguna cosa. Los de Marga- como técnica, programa o protocolo específicamente
rit y Garrido, varias. indicados para el duelo por hijos. Se dan algunas nor-
496
Una es, como documenté en los anteriores capítu- mas y consejos que el propio sentido común dicta. Y,
los, que los padres varones pueden sentir el duelo por los por lo demás, los denominados tratamientos o terapias
hijos con la intensidad y sensibilidad que se ha venido de duelo parecen aplicarse a cualquier hechura de due-
atribuyendo hasta ahora preferentemente a las madres. lo y tipo de pérdida. En principio, falta seguramente,
En segundo lugar, que, como también subrayé, en por una parte, un conocimiento más profundo de las
un hijo, cualquiera que sea la edad que tenga, hay siem- clases y aspectos diferenciales de duelos y, por otra, la
pre un niño para unos padres; y no sólo eso: la muerte especificación y validación de las técnicas empleadas.
de ese hijo/niño hace regresar al padre/madre a su in- Hasta ahora las que tengo recogidas como imponiéndo-
fancia, como cuenta Garrido, cuando refiere su impulso se en el mercado me parecen difusas y me producen,
a retornar a los escenarios de su niñez, al morir su hija. sobre todo, una incómoda impresión de montaje,
Otra cuestión plantea que la escritura, como so- próximo en ocasiones a rituales mágicos, otras a situa-
porte de la vivencia, es un método privilegiado para la ciones grotescas (como las que se llamarían o podrían
expresión y, en muchos casos, para la elaboración del llamarse “gritoterapias”, que es lo que su nombre indi-
duelo. ¿Hay, para ello, que ser escritor o dotado con la ca, o “clastoterapias”, consistentes en romper cosas); y
pluma? La experiencia me dice que no. ¡Cuántas ma- muchas de ellas con un fuerte componente de sugestión
dres escriben poemas —y precisamente poemas— a sus y de intervencionismo por parte del llamado “terapeuta
hijos —y de sus hijos— muertos sin que nunca antes de duelo”. Prevengo, pues, desde ya, contra esta confu-
hubieran trazado un verso ni tenido pensamiento de sión o batiburrillo, en donde se puede dar cualquier
hacerlo! Ello nos debería llevar a la poesía como un cosa como tratamiento y aplicarlo a personas frágiles en
medio de manifestar, desarrollar y madurar el duelo, en
situación vital vulnerable, y, en este sentido, la de ma-
primer lugar porque se revela como la expresión espon-
yor riesgo sería la del duelo por un hijo.
tánea e idónea del alma cuando duele, tanto sea la poe-
Por otra parte, hay la idea generalizada (que a con-
sía escrita por el doliente como la embebida de grandes
tinuación pongo en boca de la mismísima y popular
poetas; y, en segundo, porque en sí misma la inmersión
Kübler-Ross) de que “la pérdida de un hijo es una de las
en la poesía nos dignifica; es, como la música, puro
cosas más difíciles de aceptar. Se necesita mucho tiem-
aliento del espíritu, y ello aunque lo que salga de nues-
po para aceptar la muerte de un hijo”. Y esto, que segu-
tra pluma dolida no sea precisamente obra de arte.
Con este apunte adelanto que probablemente no   Así se reseñaba como uno de los recursos de tratamiento en la
tengamos que inventar ayudas para los padres en duelo. ponencia que sobre “Los procesos de duelo ante pérdidas significativas”
Sino escucharles, observarles, analizando lo que cuen- se presentó en las Jornadas sobre el Amor y la Muerte, en Valencia, del 26
tan y lo que escriben de sus duelos. Así deduciremos lo al 28 de octubre de 2001.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

ramente es verdad, quizá pueda inducir a no hacer nada La consolatoria básica apela a una capacidad de la
o a no esperar mucho de la evolución de ese duelo, qui- que se debería dotar a todo ser humano desde la infan-
zá por respeto —o por miedo— a ese dolor. Tal reserva cia, a través de una pedagogía que aproveche el movi-
no se da desde luego en Estados Unidos, donde estas miento natural, en un momento dado, de la mayoría de
cosas se propagan sin límites, ni en Iberoamérica, don- los niños hacia la ternura. Tal pedagogía comenzaría
de tienen —al menos hasta ahora— estructuras tradi- por reconocer, respetar y fomentar esas inclinaciones,
cionales de tramitación del duelo en el ámbito familiar, esos gestos y palabras, valorándolos, abriéndoles nue-
con rituales semi-religiosos y semi-paganos que, bien vas formas y aplicándolos a nuevos objetivos. Veremos
incardinados en ellos, contribuyen notablemente a su que su factor facilitador es el sosiego y la recreación en lo
alivio. que se hace; y la prisa y la inquietud sería su negativo.
Me ha sorprendido el vuelco del duelo por el hijo Llegado ahí, me detendré brevemente sobre los gestos
en las redes de Internet, y especialmente en los foros primarios de la ternura consolatoria, que son la sonrisa,
abiertos a esta entrada. Predominan con mucho los el abrazo, la caricia y la voz. Acompañantes privilegia-
mensajes de madres desoladas por la pérdida. Com- dos del arte de la consolación son la sonrisa y el contac-
pruebo asimismo que en el extranjero abundan las aso- to físico o caricia, pero tampoco entraré en ellos para no
ciaciones y centros de duelo, con sus respectivas pági- recargar el capítulo. No obstante, los suplo con un am-
nas web. En España hay todavía poca motivación para plio repertorio de ilustraciones, distribuido en paneles
abrirse a esas “novedades”. Abordaré más adelante la y figuras, acompañado de comentarios.
interesante dinámica de dichos foros. Por consolatoria social entenderemos aquellos tópi-
Por mi parte, pretendo proponer en este capítulo cos, normas y conveniencias que se han ido decantando
un acercamiento a los dolientes mediante la Consolato- socialmente y que en la actualidad se consideran ade-
ria. Y para ello me acojo en el pórtico, como gran vale- cuados o inadecuados, en el trato con los dolientes que
dora, a la tradición grecolatina de la Consolación, cons- han perdido a un hijo. Incluiré en ese apartado una
tituida en un género de la filosofía retórica, probable- aproximación a ese fenómeno nuevo y espontáneo de
mente poco conocido entre nosotros, que se dio en es- catarsis y de contacto de dolientes entre sí a través de
pecial en los dos primeros siglos de nuestra era, con los foros de Internet, que pueden ser la semilla de gru-
autores de la talla de Cicerón, Ovidio, Plutarco y Séne- pos de ayuda.
ca. Me detendré en alguna de sus piezas escritas porque Finalmente, la consolatoria especial agruparía un
realmente sorprenden por la exacta técnica de su es- conjunto de medidas e iniciativas más o menos formali-
tructura y por la contundencia de su método persuasi- zadas, la mayoría en su comienzo de aplicación o en 497
vo, que, como veremos, corresponde a la antigua psica- rodaje y en espera de su validación y sistematización.
gogía. El análisis referencial de esas consolaciones per- Dentro de ella, distingo la consolatoria inmediata y la
mitiría sin duda en la actualidad un jugoso debate con- consolatoria mediata.
frontándolas con los actuales abordajes del duelo. La consolatoria inmediata es la que se pone en mar-
Inicio así este capítulo definiendo la Consolatoria cha en el momento mismo en el que sucede la muerte
y, en hilo de continuidad, iré ensartando otros procesos del niño, la cual generalmente acontece aún en el hos-
o funciones de cuya colaboración requiere la consola- pital. Esto hace que las primeras medidas de consola-
ción para acceder a sus más depurados niveles. ción especial debieran estar disponibles allí. Dedico un
En primer lugar, la empatía, cuya intervención es espacio particular al tema de la donación de órganos. La
básica para una fina y acertada consolación. Seguiremos experiencia acumulada por los coordinadores hospita-
con la función de cuidar, con el cuidado, actividad en larios de trasplantes y las manifestaciones posteriores
íntima relación con las dos otras funciones (consolación de los padres dolientes revela el gran valor de consuelo
y empatía). Tal actividad de cuidar se conduce median- que la donación proporciona a éstos, mantenido y acre-
te la gestualidad, múltiple, compleja, rica, que constitu- centado incluso con el tiempo. En general, al principio,
ye un lenguaje en sí mismo y que no sólo es un acom- la consolatoria inmediata se limita a escucha y acompa-
pañante al servicio del lenguaje verbal. Esa gestualidad ñamiento, porque la situación del doliente es de aturdi-
adquiere toda su delicadeza y finura cuando se halla miento, ansiedad, sentimientos de irrealidad, quejas.
enriquecida por la ternura y la compasión. Y así tenemos Una tremenda imprecisión.
compuesta ya, en calidad de alta gama, la mejor urdim- La consolatoria mediata es la indicada, semanas o
bre del arte de la consolación: empatía, cuidados, com- meses después, y, en todo caso, cuando, despejadas las
pasión, ternura y gestualidad afectiva. Lamentablemen- neblinas y las tormentas de los principios del duelo, el
te, no me es posible extenderme aquí sobre este apasio- sufrimiento se instala y la desesperanza acecha. Ahí es
nante engarce de funciones y actividades. donde son útiles o necesarias otras medidas, como los
Continuaré después diseñando las consolatorias grupos de duelos o las llamadas “terapias”.
del duelo, aplicadas a la pérdida de un hijo. Considero En efecto, un movimiento que ha cobrado fuerza es
tres tipos de consolatoria según contexto: consolatoria el de los grupos de ayuda mutua de duelos, que veremos
básica, social y especial o especializada. Y tres, según con detalle más adelante, y que, a pesar de las críticas
expresión: la oral, la gestual y la escrita. Con la deca-
dencia de la tradición epistolar, esta última se halla casi 
  Véanse algunos ejemplos en ¿Qué construirías tú en el lugar de
en desuso. las Torres Gemelas? - Pedagogía de la función compasiva, 2001.

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que se les puedan hacer, constituyen, sobre todo al prin- penan muerte de hijo, y es la idea de no haberlos ama-
cipio, un importante apoyo para muchos padres, como do y protegido suficientemente. Esta culpa genera agre-
se deduce de sus declaraciones. No parece que existan sividad indiscriminada; es decir, sobre sí mismo en
datos sobre la evolución de esos grupos, su eficacia y el principio y sobre el hijo en segundo lugar. Esto sucede
tiempo de adscripción de sus miembros a ellos. Por tan- en la medida en que la autoagresividad que nos desbor-
to, no sabemos si, como ocurre con frecuencia en aque- da tiende a proyectarse en el otro, y en particular sobre
llos grupos que implican una gran vinculación emocio- aquel por el que nos sentimos culpables. Considérese
nal y de identificación entre sus miembros, se corre en esta tremenda frase que lanzó un doliente: “No le per-
éstos también el riesgo de formalizar una identidad en dono el daño que le hice”, y no era un lapsus del “le”
torno a un conflicto, buscando inconscientemente su por el “me”, sino una extraordinaria condensación del
cronificación para seguir justificando su existencia. Mi itinerario de su culpa-agresividad. De aquí se ha decan-
impresión, aún no contrastada de forma suficiente, es, tado otro gran tópico de la terapia del duelo, el “perdo-
sobre todo en padres dolientes, que el paso por esos narse”, que es el contrapunto del analizado más arriba.
grupos es transitorio. Hay grupos y foros de duelo orga- Es como si en estas terapias de duelo tuviera que deci-
nizados incluso por los tanatorios, en la misma línea que dirse quién fue el malo: el muerto o el que sobrevive.
ya desde hace años algunas empresas de servicios fúne- En cualquier caso, debe preocupar que hallazgos váli-
bres imparten cursillos de tanatología a sus empleados. dos en el curso de la terapia se conviertan en clichés o
Quizá es que el tema sea —legítimamente— rentable, y en parches justificativos. Tales apaños, que funcionan
más vale estar al día. Pero reflexionaremos sobre estos como coartadas, son denominados racionalizaciones por
asuntos en páginas siguientes. el psicoanálisis. Son razones de pacotilla, de “pico de
Mayor estabilidad y rigor parecen tener las Unidades oro”, que, por supuesto, también utilizan muchos psi-
de Duelo. Se están creando en algunos hospitales y princi- coanalizados para resistirse a conocer su propia verdad,
palmente como equipo o función de algunos servicios de pareciendo, sin embargo, que la conocen muy bien...
Cuidados Paliativos. Es en estos ámbitos donde creo que pero sólo es teóricamente.
deben y pueden desarrollarse mejor estas unidades, que Por mi parte, creo que si se indica una terapia seria
pivotan en general sobre un enfoque psicológico, de lo en el doliente, ésta no debe centrarse en exclusiva, y ni
que se llama psicoterapia de apoyo, ya sea de tipo cogni- siquiera principalmente, en la figura y en la relación
tivo o psicodinámico. En general, las Unidades de Duelo con el muerto, sino en la personalidad global del do-
combinan estas eventuales ayudas psicológicas con el liente, en su vida integral, antes, durante y después de
498 empleo frecuente de otras, tales como impartición de la vida de su amado ser perdido.
consejos, grupos de ayuda, apoyo práctico, asistencia Acabo esta introducción con tres apuntes interro-
social, reuniones de información, conferencias de profe- gantes.
sionales, etc. Pero aún queda camino por recorrer en la
creación y definición de dichas unidades. 1. ¿Se justifica, en el afán de ayudar al doliente, cual-
En cuanto a las técnicas de ayuda al duelo, ya en un quier procedimiento, aun con posibilidades de
periodo prolongado de sufrimiento, se mueven las lla- éxito?
madas “terapias” de resolución —o de similares nom- 2. Aun valorando en mucho la consolatoria como te-
bres—, donde encontramos una diversidad un tanto rapia, creo que la mayor importancia del estudio
embarullada de pretendidas “originalidades” y “sellos del duelo residiría, si se emprende, en la gran vía
de autoría”. Mostraré las diferentes líneas de interven- que podría abrir en el conocimiento del sufrimien-
ción que se siguen en ellas. to humano, que tiene su paradigma universal en la
En las terapias más rodadas en duelo (es decir, con pérdida del ser querido. Creo que, por considerar-
mayor peso psicoterapéutico, sobre todo por la influen- se la incidencia más normal e inevitable en la con-
cia psicoanalítica en ellas) se ha incidido especialmente dición humana, se da como hecho consumado y ya
en revelar y elaborar aspectos reprimidos, conflictivos está. Objeto de metafísicas y de religiones, el dolor
en general, concernientes a la relación con la persona del duelo nunca ha sido investigado científicamen-
querida antes de que muriera, o bien reprimidos des- te. ¿Ha llegado la hora?
pués de su muerte en aras de la idealización del falleci- 3. Reconozco que la siguiente es una debilidad perso-
do. El principal método de esas terapias es el desmonta- nal. Sé fehacientemente que la poesía es una de las
je progresivo de dicha idealización con el fin de que vías naturales de la expresión del dolor del duelo.
vayan surgiendo y expresándose las cargas agresivas, las ¿Podría ser utilizada, sin taumaturgias ni protago-
reivindicaciones con respecto a aquél, lo que en vida nismos, como un buen recurso para transitar por
supuso de interferencia para la realización del doliente, el duelo?
los sentimientos de abandono, etc. Conozco terapeutas
que se encarnizan en esa tarea de acabar totalmente con
el muerto, considerando que la manera más eficaz es
mostrarlo en aquellos aspectos de él que inciden o inci- Consolación: ars y officium
dieron de manera sombría sobre la vida del doliente.
Enfrascados en este afán, creo que descuidan trabajar Consolar es el espontáneo e inmediato movimien-
sobre otro hecho muy frecuente, en especial en los que to que suscita el dolor de los que sufren y el único posi-

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

PANEL I. DEL DESCONSUELO

Madre campesina (1929) El sollozo (1939) Angustia (1950) Jesusito será un santo...

David Alfaro Siqueiros (México, 1896-1974).


Pintó entre rejas y exilios

499

Terror Ira Pena

Llanto Desesperación Niño llorando La mano sin hijo

Ira, pena y ternura por los desposeídos de la tierra


Oswaldo Guayasamín (Ecuador, 1919-1999).

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ble cuando ese dolor es la normal reacción anímica a ro, sólido, suelo, tierra, base, como cree Barcia? En este
una situación de desgracia. Y una de ellas —ya hemos caso, consolar sería dar solidez, entereza, de modo que
visto que muchos dicen que es la mayor— corresponde consolar y consolidar tendrían el mismo origen.
a la pérdida de un hijo. No son éstos devaneos bizantinos, sino propieda-
Por tanto, la consolación es un comportamiento des milenarias de términos que nos han llegado hasta
natural de la convivencia humana. Surgiría en el ser hu- hoy y que se correspondieron con la expresión de nece-
mano como un comportamiento derivado del instinto sidades afectivas. Consolar es más que el puro estar con
social de cohesión y apoyo común. Y como tal seguiría el que se encuentra solo. Aun implicando acompaña-
los avatares de cualquier otra conducta de ese tipo. Es miento, consolar es más que la mera presencia; es, ade-
decir, puede producirse o no producirse en cada caso, más de ésta, proporcionar fundamentalmente soporte y
darse con mayor o menor intensidad, con mayor o me- base, solidez en la presencia con el que sufre (ver Panel
nor acierto, y ser modelada por la peculiaridad indivi- I). Ésta es la definición genérica. La definición finalista
dual de los concernidos, que, en el tema que nos ocupa, es la de aportar su lenitivo a la persona que sufre, en
son el que consuela y el que es consolado. Dicho esto tanto que el dolor se cura o cuando éste no se puede
así, podría creerse que la consolación no requeriría nin- curar. O dicho de otro modo, la consolación tiene su
guna ciencia específica. Sería, en todo caso, la conse- pleno papel cuando, a pesar del deseo del cuidador, la
cuencia de una forma de sensibilidad y de educación. necesidad requerida no puede ser satisfecha, o su satis-
Sin embargo, todo dolor —físico, anímico o mo- facción ha de ser postergada, como iremos viendo.
ral— es asumido por el sujeto y su entorno dentro de
unos límites, que, desbordados o inasumibles, llegan a
hacer necesaria una consideración distinta. Con res- Consolación y terapia
pecto al dolor anímico o moral, surgió así el ars de la
consolación. Me resisto a emplear alegremente el término tera-
Ars significa habilidad, talento. Y se aplicó desde la pia, como se tiende a hacerlo en la actualidad, en la que
antigüedad a aquellas técnicas que mejoraban o estimu- todo es terapia. Se ha impuesto nominalmente al térmi-
laban las habilidades y los talentos, que sin ese aprendi- no tratamiento en la medida en que se buscan cada vez
zaje corrían el riesgo de agostarse. No basta con tener más tratamientos desmedicalizados.
cualidades naturales o capacidades más desarrolladas, y Tratamiento proviene del latín —tractatio, tracta-
no es suficiente poseer buenos conocimientos, sino que tus, tracto—, todas cuyas variantes implican significa-
500 hay que tener su habilidad. Hay, por ejemplo, el habla y dos de manejo dirigido, de función activa en una direc-
hay el arte de hablar. Hay ars médica y ciencia médica. Se ción. En el sentido clínico, sería la intervención sobre el
puede tener ciencia y no arte. Decía Ovidio que “el con- enfermo. Como podemos comprobar en nuestro len-
solar es un ‘officium’ [un deber] de un tiempo determina- guaje cotidiano, tratamiento, al contrario de lo que ve-
do, mientras el dolor está en curso, mientras el afligido remos con terapia, tiene muy distintas aplicaciones se-
reclama ayuda”. Ese officium es un ars. Y el oficio no es mánticas: tratamiento médico, social, humano, econó-
sólo tener conocimiento y no es sólo poseer además la mico, lingüístico, de textos, etc.
habilidad del mismo, sino aplicarlos: es un deber. Me indigna la frivolidad con la que se utiliza una
Así pues, el arte de la consolación es la habilidad palabra de tan noble y antiquísimo abolengo como tera-
de consuelo que se le debe al afligido. Y a ese arte y a pia. Procede del verbo griego therapeio (qhrapeuw),
sus diferentes formas, contenidos y medidas llamare- que significa cuidar, ocuparse-de. Therapeutes sería el
mos Consolatoria. que ofrece asistencia o servicio. No cura directamente,
sino que cuida para que se cure, se hace cargo del cui-
dado y crea las condiciones favorables para que la natu-
Etimologías y definiciones raleza y la vida hagan su labor de cura. El término tuvo
su original y mayor arraigo en la significación de culto
Consolar y consolación provienen del latín, de religioso, en especial en la lengua griega. Su equivalente
consolor y consolatio respectivamente. El “con” inicial de latino es cultum, que se traduce asimismo en el sentido
ambos términos se corresponde con la partícula latina de cuidar y también de cultivar en amplia gama, tal co-
cum (con). De tal modo que la raíz común es el verbo mo evoca su fonética en castellano, desde cultivar la
solor, que, incluso sin la partícula con (cum), quiere de- tierra a cultivar la mente.
cir consolar, y también reconfortar, asistir, aliviar, cal- Sin duda muchos ignoran que terapia era una filo-
mar, mitigar. En sus aledaños se hallan solamen y sola- sofía de vida ascética y contemplativa descrita por Filón
tium, que significan alivio, consuelo. Ahora bien, donde de Alejandría (c. 20 a.C.-50 d.C.), atribuida a un gru-
divergen las interpretaciones etimológicas es en el ori- po (no secta) de sabios, en especial al asentado en la
gen que se le dé al término solor. ¿Viene de solus, que es orilla del lago Mareotis, grupo constituido por hombres
solo, solitario, desierto, deshabitado, como defiende y mujeres, llamados terapeutas, ambos al mismo nivel
Monlau? Entonces habría que interpretar consolar co-
mo asistir, estar o acompañar al que está solo. ¿O viene   Los terapeutas. De vita contemplativa, Filón de Alejandría. Tex-

de solum (del antiguo osco sollus), que recoge la otra to griego, con introducción, traducción y notas de Senén Vidal, Edicio-
significación de solo, en el sentido de solo-único, ente- nes Sígueme, 2005.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

de pertenencia y de consideración. Filón describía la Tampoco hablaré aquí de tratamiento en el sentido


terapia en su doble vertiente de “curar” (médicamente) patológico, pues, repito, no considero que el duelo sea
y de “servir” (o dar culto religioso, es decir, a Dios, al una enfermedad, sino la desgracia más universal de la
Bien, a la Verdad, etc.). Y decía: existencia de todas nuestras vidas.
Así que la consolatoria es (debiera ser) una terapia
La opción de esos filósofos está manifiesta y en su en el más digno sentido de la terapeia, que así la seguiré
nombre. Pues esos hombres y mujeres se llaman justa- llamando cuando me refiera a ella, para devolverle su
mente “terapeutas”. Bien sea en cuanto que profesan dignidad originaria.
una terapia médica superior a la practicada en las
ciudades, ya que ésta cura sólo los cuerpos, mientras
que aquélla cura también las almas oprimidas por en-
fermedades graves y difíciles de sanar, desencadenadas Clásicas consolatorias
por los placeres, apetencias, dolores, miedos, ambicio-
nes, demencias, injusticias y la multitud interminable Debemos volver a los clásicos para beber en sus
de pasiones y vicios. O bien sea, en cuanto que por la fuentes y reconocernos en ellas.
naturaleza y las leyes santas han sido educados para Poco antes del comienzo de nuestra era, voces de
servir al Ser [Dios, Ser transcendente], que es mejor personajes ilustres de las élites intelectuales greco-ro-
que el bien, más puro que el uno y más primordial que manas se alzaron muy críticamente contra los excesos
la mónada [es decir, superior a todas las categorías sociales. Y uno de ellos era el comportamiento plañide-
de bien, unidad, unicidad, belleza, justicia, etc.). ro de los luctus (duelos). Era éste el más antiguo ritual y
la práctica más común en los funerales de los remotos
Así pues, si de terapia hablamos, deberíamos respe- tiempos de Egipto, Grecia y Roma. Ayes de creciente
tar aquella elevada filosofía e intentar alcanzar en la de- intensidad, arañamiento del rostro, arrancamiento de
dicación terapéutica algún grado noble de acercamiento cabellos, desgarros del ropaje, etc., constituían la dra-
al espíritu alegórico, que es toda historia humana, y pro- matización que los deudos del difunto encargaban a
curar descifrar ésta para administrar algún bien a los mujeres experimentadas en esas lides. Su intensidad
sufrientes. Y no sólo esto, que sería un resultado, sino daba la medida del amor de los deudos por el ser perdi-
hacerlo tras habernos sometido a un entrenamiento, sin do. Era necesaria esa teatralización para crear un am-
duda arduo, de reclusión en sí mismo para, mediante biente de contagio doloroso que abocara a la consi-
meditación, estudio e introspección, desvelar (al menos) guiente catarsis colectiva. Primitiva estrategia consola- 501
nuestros propios y (al menos) principales obstáculos in- dora que se ha mantenido en los pueblos primitivos de
teriores, en evitación de que hagamos más mal que bien Iberoamérica e islámicos. Para Ismael Kadaré, las plañi-
a los que pretendemos ayudar con nuestros oficios. deras serían las primeras actrices trágicas griegas, las
Por consiguiente, para recuperar y re-dignificar el primeras hypokrites (de ahí, hipócritas), que interpreta-
antiguo concepto de terapia, absolutamente degradado ban escénicamente el dolor.
hoy en el desaforado lenguaje comercial, emplearé el Contra esos griteríos ceremoniales y, por extensión,
término terapeia cuando sea preciso. contra los largos duelos de tristezas y llamativos ropajes
de pena en las mujeres, y de vergonzantes conductas
  Los “therapeutas” vivían en casas privadas, en jardines o fincas
pesarosas de algunos hombres “débiles”, se opusieron
solitarias, a las afueras de las ciudades, recluidos en la absoluta clausura con repugnancia dichos filósofos (la mayoría lo eran),
de su aposento individual (denominado “santuario” o “monasterio”),
que perseguían una moral ascética, razonada y refinada.
habiendo renunciado a sus posesiones. En estado de gran sencillez, so-
briedad y frugalidad, absolutamente desconectados de toda solicitud Crearon un género literario, la “consolación”, am-
exterior, se entregaban a la lectura sagrada y a la meditación, en el amor pliamente cultivado, en general de formato epistolar o
por el conocimiento, a través de la inspiración alegórica, abstrayéndose de tratado filosófico, donde desplegaban un arte o técni-
al punto de olvidar cualquier otra cosa, incluido el alimento. Se reunían ca de la consolación que podría denominarse psicagógi-
todos en celebraciones comunitarias periódicas (cada sábado), en un
salón o lugar especial (“santuario común”) en el que, bañados y un-
co. Se atribuyó a Crantor di Soli o de Soles (c. 335 a.C.-
gidos, escuchaban la palabra del más venerable. Y cada siete semanas 275 a.C.) ser el iniciador de este tipo de obras con la
concurrían a la gran fiesta del banquete (de ligerísima comida, cuyo suya (De la tristeza), destinada a los dolientes, del que
elemento fundamental era el pan fermentado), de cantos y danzas toda Cicerón decía: “Todos hemos leído el tratado de Crantor,
la noche y madrugada, con la oración al despuntar del sol. Se combi- filósofo de la antigua Academia, acerca del duelo; no es
naban, pues, en estas celebraciones la tradición judía con la helenista,
y la anticipación de rasgos cristianos. Se duda de si Filón describió
muy extenso, pero, en cambio, es un libro de oro, mere-
una doctrina ideal o la realidad de una comunidad existente, que luego
  34. Del capítulo XXI de su Rethorica (1752, edición 1984),
tomaría cuerpo, como digo, en algunas vías cristianas de vida religiosa.
La estructura de los grupos de los terapeutas revelaba la evolución del don Gregorio Mayans i Siscar espiga una serie de piezas consolatorias,
primitivo ermitaño hacia una organización de filosofía judeo-helenista- algunas de las cuales, referidas a pérdidas de hijos —aparte de las que
cristiana en la que se armonizaba la soledad con la comunidad, y la citaré en el cuerpo de texto—, son las cartas de Servio Sulpicio a Cice-
contemplación interior e inteligencia alegórica con la celebración com- rón en la muerte de su hija Tulia y la de Lucio Luceyo al mismo Cicerón
partida de sabidurías, rezos, cantos y danzas. Ésa fue la horma primitiva sobre igual asunto; la de Cicerón a Ticio en la muerte de su hijo, etc.
de los posteriores monasterios, en los que, a cubierto de inquisiciones, Y reseña tambien las de autores cristianos, como la de San Basilio en
se salvaguardó decisivamente durante largos siglos la mayor parte de la la Carta 5 a Nectario y a su mujer, afligida por la muerte de su hijo
cultura y de los conocimientos más antiguos. único.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

cedor de que se le aprenda de memoria”. Así fue como la Cuenta Plutarco, en la Vida de Numa, rey de Roma
consolación cristalizó en un procedimiento para abordar entre los siglos VIII y VII a.C., ordenador de las prime-
la aflicción por la pérdida de un ser querido, considera- ras directrices políticas y normativas religiosas y socia-
da como un deber filosófico, tanto si la pérdida era oca- les romanas (el “numa”), que ya entonces se habían es-
sionada por muerte del ser querido como por alejamien- tablecido reglas del duelo según la edad del difunto. La
to a causa del destierro. La composición técnica de la legislación funeraria, mediante publica constitutione, tu-
consolación se estableció en dos partes: la preceptiva vo que poner límites a los excesos del luto, con lo cual
(præcepta), en la que se desarrollan los principios, y la seguramente se pasaron del otro lado.
ejemplar (exemplaria), en la que se recurre a modelos Si los niños morían con menos de tres años y más
que ilustren o ratifiquen aquellos principios. Pero, en la de uno, no se llevaba luto por ellos pero se les podía
práctica, se utilizaron en forma combinada a lo largo del “llorar un poco” (sublugetur, luto bajo); si morían con
desarrollo del texto. Tuvo muchos seguidores, entre menos de un año, no se les guardaba luto ni se les llora-
otros el propio Marco Tulio Cicerón (106 a.C.-43 a.C.), ba un poco. Cicerón decía, en las Tusculanas, que la
Publio Ovidio Nasón (43 a.C.-17 d.C.), con su Consola- muerte de los lactantes debía ser asumida con ánimo
ción a Livia por la muerte de su hijo Druso; nuestro contro- sereno (aequo animo). A partir de los tres años de edad
vertido Séneca (4 a.C.-65 d.C.); Dion di Prusa (Crisósto- se les guardaba luto a razón de un mes por año de vida,
mo) (c. 40-120), con su diálogo consolatorio de Caride- sin sobrepasar los diez meses (un año). Desde los diez
mo; Luciano de Samosata (aprox. 125-180 d.C.), con De años de edad, el niño tenía ya derecho al luto de los
luctus - Tratado del Duelo); el griego Plutarco (h. 46, 50 - diez meses, como las viudas y el resto de los parientes.
h. 120 d.C.), con la Consolación a la esposa (Consolatio ad En tanto que los funerales romanos de adultos (pom-
uxorem) y el presunto escrito de Consolación a Apolonio, pa funebris o funus) constaban de cortejo y elogio fúnebre
etc. Casi todos ellos están escritos en los dos primeros (laudatio funebris), y los nombres de los fallecidos eran
siglos de nuestra era. Dos más tarde, Boecio, basándose inscritos en la línea de los ancestros (lo que hoy llamaría-
en Cicerón, escribió su Consolación por la filosofía. mos árbol genealógico), los más pequeños muertos eran
De Séneca han llegado hasta nosotros tres consola- enterrados con rapidez, con nocturnidad, a la luz de las
ciones como tales obras de género en sí, aunque mu- antorchas, y sin plañideras. Se hacía así para que el domi-
chos pasajes de ese tipo se pueden encontrar en su cilio no quedara mancillado por la muerte prematura (en
producción. Las tres fueron escritas sucesivamente, en- la que también se incluían la de las vírgenes y los efebos),
tre los años 40-50 de nuestra era, durante su tiempo de lo que se temía particularmente si el caso sucedía en la
502 exilio. Son: la Consolación a Marcia, por la muerte de un familia de los que ejercían alguna magistratura. Se procu-
hijo hacía tres años; la Consolación a Helvia, su madre, raba que los muertos “antes de tiempo” no se convirtieran
no por una pérdida mortal, sino por la lejanía impuesta en almas errantes y maléficas. (Virgilio describió los ge-
por el destierro de su propio hijo, que es el mismo Sé- midos de los lactantes en el umbral de los infiernos).
neca, y la Consolación a Polibio, por la muerte de su Mediante determinados ritos y ofrendas se procuraba que
hermano. Hay algunas otras, menores, como la Consola- alcanzaran la paz y el reposo. Se les enterraba con amule-
ción a Marullo, por la muerte de su hijo, y alguna carta a tos y juguetes (sonajeros, collares, etc.). Las niñas eran
Lucilio sobre el duelo de su padre. enterradas con su muñeca, la que, de haber vivido, hu-
Otra cuestión antes de entrar en materia. El hecho bieran debido ofrecer a Juno o Venus el día de su boda.
de que la consolación fuera un género de escritura no En principio, los niños pequeños no eran incinera-
obstaba para su finalidad curadora del ánimo, que que- dos. En su Historia Natural, Plinio el Viejo (que vivió en el
da de manifiesto en las obras que a continuación ex- primer siglo de nuestra era) decía que, según la costumbre
pongo. Por ejemplo, Ovidio es reclamado explícitamen- general, se inhumaba a los niños muertos antes de que les
te como terapeuta de Livia, que ha perdido a su hijo y brotaran los dientes. Como confirman los hallazgos ar-
se halla en un estado lastimoso de enfermedad anoréxi- queológicos realizados en la Galia, allí la inhumación era
ca. Plutarco teme, aunque sin mucho fundamento, que reservada a los recién nacidos, ya cerca de la casa, o inclu-
su esposa pudiera hundirse, tras la muerte de su niñita, so en ella misma, en el cobertizo, tejadillo para resguardar
en una de las patologías del ánimo que él describe. Sé- su sepulcro (suggrundaria). En dicha región se han encon-
neca se lamenta de llegar tan tarde para la curación (ad trado terrenos con concentración de tumbas de bebés.
istam curationem accedere...) al duelo de Marcia, que lle- Se consideraba, pues, que los más pequeños no
va tres años penando por la muerte de su hijo. estaban integrados en la familia ni en la comunidad, y
por tanto no tenían derecho a exequias. Cuanto mayor
era la edad del niño muerto se permitían más muestras
Notas históricas previas públicas de aflicción por él.

Del luto-duelo por los niños. La edad Según sexo del doliente

Conviene traer aquí algunas consideraciones histó- Había en la antigua Roma normas y hábitos distin-
ricas sobre las normas sociales del luto por los niños en tos de luto-duelo por el niño según el doliente fuera
la Roma antigua. hombre o mujer

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

En el caso del varón, las normas eran muy estric- alegría! Me faltan palabras para expresar el vuelco de
tas. Se les exigía un rígido control de sus emociones y mi corazón cuando escuchaba al mismo Fundanus
una rápida incorporación a sus actividades públicas. (¡cuánto sabe el dolor multiplicar sus formas!) ordenar
Séneca, en su Carta a Lucilio, comenta el caso frecuen- que lo que hubiera debido de gastar en sus trajes, per-
te de padres que seguían el cortejo de sus hijos jóve- las, joyas, se dispensara en incienso, ungüentos y en
nes (pero no niños, iuvenes) sin derramar una lágrima, perfumes ahora para ella. Es un hombre culto y sabio,
y que tras el funeral se integraban a sus tareas cotidia- que desde edad temprana se ha dedicado a los más
nas como si nada hubiera pasado. Como contrapunto, nobles conocimientos; pues bien, actualmente desdeña
todo el duelo, el llanto y los excesos se les permitían a todo lo que ha asimilado, todo lo que él mismo ha
las mujeres. Ante el cuerpo insepulto, las dolientes transmitido; y, renunciando a sus otras cualidades, se
protagonizaban escenas terribles: se arañaban las me- consagra absolutamente ahora a su afección paternal.
jillas, se arrancaban los cabellos cubiertos de cenizas, Lo excusarás, e incluso lo aprobarás, si te imaginas la
se daban golpes por todo el cuerpo (planctus), canta- pérdida que ha sufrido. Se le ha ido, en efecto, una hi-
ban nanas fúnebres (neniae), etc., a todo lo cual se ja, pero una hija que era el vivo retrato de su carácter,
añadía el acompañamiento desgañitado de las plañi- de sus rasgos, de su aire, y hacía revivir a su padre a
deras profesionales. través de esa semejanza tan extraordinaria a él. Si le
escribes con este motivo, acuérdate de no usar en tu
consolación palabras demasiado fuertes que puedan
El cambio parecer reproches, sino dulzura y compasión. Para que
las pueda recibir de mejor grado hay que esperar tiem-
Las cosas fueron evolucionando en la sociedad ro- po. De la misma manera que, cuando la herida está
mana. Se transformó la relación afectiva de los adultos aún fresca, teme la mano del médico, pues al mismo
con los niños, y en especial la de los padres varones con tiempo la reclama y la sufre, de igual modo un reciente
ellos. En cuanto al duelo, se podría decir que se limitó dolor rechaza y huye de las consolaciones, y las desea.
el exceso de las madres y se permitió una mayor expre- Mas si se aportan con dulzura, ese dolor encuentra
sión sentimental de los padres varones, que llegaban a alivio.
dar testimonio de su fuerte vínculo emocional con hijos
incluso de pequeña edad, como veremos con Plutarco y He vertido esta carta en su integridad por ser un
su pequeña Timoxena, de dos años. Esto comienza a ejemplo cálido de duelo de un hombre por la muerte de
manifestarse al final de la época republicana, en el siglo I la hija de un amigo, y porque revela un aspecto poco 503
de nuestra era. Pero, incluso después, las convenciones frecuente en la literatura de consolación de la época: la
sociales exigían un cierto decoro en el duelo. de permitir un largo duelo de ternura por una hija en
Plinio el Joven es un ejemplo de ambas actitudes. un varón y la de recomendar para él un trato suave y
En su Carta (V, 16) a Efulanus Marcellinus le comunica comprensivo, cosa que, en aquellos tiempos, estaba só-
la muerte de la hija menor (que no había cumplido aún lo tolerado en las mujeres. Claro que, en este caso, Pli-
sus catorce años) del común amigo Fundanus. nio no pretendía escribir ninguna pieza filosófica, sino
simplemente enviar a un amigo noticia de otro amigo
Estoy abrumado de tristeza. [...] No he conocido que lo estaba pasando muy mal.
nunca una jovencita más gentil y más amable, no sólo Muy distinta es la Carta (II, 4,2) que envía a Attius
digna de una larga vida sino casi de la inmortalidad. Clemens para referirle un ejemplo de supuesto amor
Manifestaba ya el criterio de una mujer hecha y dere- paternal en un mal hombre. Es, en efecto, un caso ex-
cha, la seriedad de una madre de familia, sin perder el traño. Lo cuenta así:
encanto de su juventud y el pudor virginal. ¡Cómo se
enlazaba al cuello de su padre! ¡Y con qué afecto y Régulo ha perdido a su hijo, la sola desgracia que
modestia al mismo tiempo nos estrechaba al abrazar- no se merece, quizá porque él no la vivía como tal. Era
nos! ¡Con qué tacto discernía el afecto que debía ofre- un niño duro de espíritu, pero variable, que habría
cer a cada uno, a sus nodrizas, sus educadores, sus podido seguir la buena vía si no se hubiese parecido al
maestros! ¡Qué aplicación e inteligencia en sus lectu- padre. Régulo lo emancipó para que pudiera coger la
ras! ¡Qué compostura y reserva en sus juegos! ¡Con qué herencia de su madre.
moderación, paciencia y valentía soportó su última Después de haberlo comprado así (“comprado” es
enfermedad! Obedecía a los médicos, y animaba a su la única palabra que se le ocurre a todo el mundo dado
hermana, a su padre e incluso a sí misma cuando las el carácter de este hombre) se dedicó a consentirlo a
fuerzas le abandonaban. Conservó hasta el final su causa de esa herencia, afectando una indulgencia tan
energía moral, y ni la larga duración de su dolencia ni indigna como rara en los padres. ¿Le parece increíble?
el temor a la muerte la doblegaron, y eso no hace sino Pues piense que se trata de Régulo.
aumentar nuestra pena y nuestro dolor. ¡Cuán cruel la Sin embargo, ahora que lo ha perdido, lo llora
muerte prematura! Muerte, que llegas en circunstan- como un loco. El niño poseía muchos ponis, perros
cias aún más odiosas. Estaba prometida a un distingui- grandes y pequeños, ruiseñores y mirlos. Régulo los ha
do joven, y fijada ya la fecha de la boda, a la que está- hecho degollar a todos en la pira. Eso no era dolor, sino
bamos invitados. ¡En cuánta aflicción se tornó tanta alarde de dolor. Un montón de gente le rodea. Y, aun-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

que todos le maldicen y le detestan, acuden a él, le es-


trechan, como si lo estimaran, como si lo quisieran, y,
en una palabra, para hacerle la corte, se han converti-
do en él mismo..
Se ha retirado a sus jardines, al otro lado del Tí-
ber, donde se ha hecho con un vasto espacio para situar
sus pórticos, la orilla para sus estatuas, pues sabe jun-
tar la magnificencia a la avaricia y la vanidad a la
extrema infamia. Molesta a todo el mundo en el peor
momento. Molestar es para él su consuelo. [...]

Consolación ciceroniana

En su última y dolorosa etapa, ya septuagenario,


Cicerón (106 a.C.-43 a.C.) (Figura 3) debió afrontar,
además de su caída en desgracia política, graves pérdi-
das, como la muerte de su primera esposa, Terentia, y
poco después (en el año 45) la de su queridísima hija
Tulia —su “Tulliola”—, de resultas de parto y quizá de
la vida indigna y desgraciada a la que le sometía su es-
poso, el general romano Publio Cornelio Dolabella, de
vida más que disipada. Volvió ella con su padre y murió
a los 31 años. La aflicción de Cicerón fue terrible, tanto
que llegó a repudiar a su segunda mujer, Publilia, por Figura 3. Cicerón.
creer que se alegraba de la muerte de Tulia. Escribió (Ad
Familiares, IV, 6,2):
Escribió una Consolatio (45 a.C.) para asimilar la
504 Despojado de todas las distinciones que había muerte de su hija, texto desaparecido del que sólo que-
obtenido con tanto esfuerzo, me quedaba un único con- dan algunos fragmentos y del que conocemos su exis-
suelo y también me ha sido arrebatado. [...] Creía —y tencia porque dio noticia de ella en varias de sus obras
era verdad— que había malgastado todos los frutos de posteriores (Cartas a Ático, las Tusculanas y La Adivina-
mi actividad y de mi éxito. Pero [...] al menos tenía un ción). El que circuló como tal Consolación a partir de
lugar donde refugiarme y encontrar reposo, alguien 1583 fue uno presuntamente descubierto en Venecia
cerca en quien aligerarme de todas mis preocupacio- por el profesor Carlo Sigonio, de Módena, a quien la
nes, de todas mis penas, en la dulzura de una conver- mayoría de los expertos atribuye la autoría. Dicha obra
sación [con su hija Tulia]. Pero ahora, esta herida tan tiene una extensión que sobrepasa, por exceso, las co-
profunda ha reabierto las antiguas que parecían cica- nocidas como auténticas de la época y, en realidad, pa-
trizadas [...]. Ya ni en mi hogar encuentro consuelo del rece una síntesis de todas las consolatorias posteriores a
dolor que me produce el Estado ni éste me puede con- Cicerón.
solar de mi duelo personal. En las Cuestiones Tusculanas (Disputationes Tuscu-
lanæ), Cicerón preconiza la filosofía como soporte y
Apartado de todos, incluso de sus amigos, se refu- consolación de las desgracias de la vida. Ahí expone las
gió en la escritura. condiciones necesarias para afrontar bien la vida, desa-
rrollándolas en apartados que tratan del desprecio de la
Herido por el destino con el más terrible de los muerte, el coraje para soportar el dolor, los medios para
golpes y libre al fin de la pesada carga de los asuntos dulcificar la tristeza, las perturbaciones del alma y la
públicos, busco en la filosofía remedio a mi dolor; de reflexión de que la virtud sola basta para la felicidad.
esta forma noble y placentera ocuparé mi ociosidad. Procurará decir estoicamente sobre su hija muerta:
Tales estudios son los más apropiados a mi edad, los “Sciebam me genuisse mortales” (“Sabía que de mí nacía
que se hallan más en consonancia con los actos dignos mortal”), como Anaxágoras de Clazomene, que, al reci-
de alabanza que haya podido realizar durante mi vi- bir la noticia de la muerte de su hijo, dijo sólo: “Dixit
da, si es que hice alguno, y los más útiles para la eum esse mortalem” (“Ya os dije que era mortal”) y siguió
instrucción de nuestros conciudadanos, y suponiendo su camino.
que las cosas no sean así, no veo otra tarea a la que Inspirado en Crantor, Cicerón establece lo que se-
consagrarme. ría un esquema básico de la consolación latina del duelo
en tres puntos: 1) la anulación del mal: el mal no existe

  Discursos - Diálogos - Sobre la República - De las Leyes - Cuestio- o es algo reducible a la insignificancia; 2) el cuestiona-
nes Académicas, Cicerón. Traducción de Agustín Millares Carlo. miento de la condición humana en general y la del do-

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

liente en particular, y 3) la inutilidad de la aflicción,


puesto que ella no lleva a la recuperación de lo perdido.
Cicerón, como muchos de los siguientes autores
de consolaciones, admite e incluso considera normal el
primer tiempo de aflicción en los duelos de sus coetá-
neos, en contra de los estoicos más radicales, y dice:

¿De dónde deducís que la antigua Academia haya


sentado alguna vez como principio que el espíritu del
sabio no puede conmoverse ni turbarse? La Academia
recomendaba un término medio y reconocía, en toda
emoción, un cierto límite natural. [...] Decían también
aquellos filósofos [del tiempo de Crantor] que la na-
turaleza puso en nuestras almas las emociones con el
fin de que nos fueran útiles: el miedo, para ponernos
sobre aviso; la misericordia y la pesadumbre, para que
seamos clementes; la cólera misma es, según ellos, co-
mo la piedra en la que se afila nuestra fortaleza.

Se ha escrito (citando al historiador Gaston Bois-


sier) que, en ningún momento, al final de su vida, aba-
tido por la desgracia, le sirvieron a Cicerón aquellas
ideas de inmortalidad que él había prodigado en sus
escritos anteriores, por lo cual se acogió a las epicúreas,
que él había combatido en otros tiempos.

Figura 4. Livia Drusilla (Livia Augusta), madre de Druso.

Consolación ovidiana
en un primer tiempo, implicándose él también en la 505
La Consolación a la emperatriz romana Livia Au- expresión de las angustias y congojas de la dolorosa,
gusta (Figura 4), escrita por el poeta Ovidio (43 a.C.-17 mediante imágenes, sin prédicas consolatorias.
d.C.), es de carácter profesional y tiene por objetivo la Empieza poniéndose absolutamente en su lugar:
terapeia de urgencia de esta mujer, que se niega a ali- “Tú que durante tiempo te sentiste dichosa... [...] no
mentarse y cuya vida corre peligro a causa de la muerte tienes ya más que un hijo para llamarte madre. [...] Ya
del menor de sus dos hijos, Druso, un heroico guerrero no está el joven guerrero, modelo de virtudes cívicas.
romano de 30 años que, vencedor en una de sus triun- […] Estabas lejos de prever lo que sucedería. [...] Y te
fales batallas, no murió por lanzada ni ataque enemigo preparabas para su regreso triunfal, madre llena de or-
sino por una caída del caballo. gullo. [...] Dirías: ‘Ya va a llegar. Roma entera será testi-
La pieza de Ovidio es un modelo de guión escéni- go de mi júbilo. [...] Volaré a su encuentro. Los pueblos
co, perfectamente planificado para crear el resultado me llamarán madre dichosa, cubriré de besos sus ojos y
requerido en la dolorida madre, dosificando efectos su amada cabeza. En cuanto me vea se arrojará a mis
para irse introduciendo en su alma. Aunque utilizando brazos, y nos contaremos [...]”.
argumentos tradicionales y tópicos para justificar el Ovidio va cambiando su enfoque; dirige ahora su
acortamiento del luto, lo que le hace distanciarse de las cámara al padre, al emperador, entra en su espíritu y
consolaciones de sus colegas intelectuales es la origina- desnuda sus angustias: “Desde lo alto de su sagrado tro-
lidad y viveza de su puesta en escena. Poco a poco en- no, vigilante y protector del imperio, César no está a
vuelve a la madre en una trama de densa afectividad cubierto de las miserias [...]. Le hemos visto sollozar por
que va in crescendo, preparándola para el inesperado la muerte de su sobrino Marcelo, luego por la de su ami-
desenlace. El recurso más inteligente y psicológico del go Agripa, poco después por su hermana, ahora por su
autor es el de construir la consolación haciendo apare- hijo. ¡Parcas! Dejadlo ya, cerrad las tumbas, esta familia
cer uno tras otro los distintos personajes de la familia, tiene demasiados vacíos en sus vidas. ¡Que esta muerte
mezclando el género narrativo con los monólogos de sea la última! Un dolor así llena siglos de duelo”.
sus protagonistas, en especial de la madre. Recoge así, Ahora el poeta mira a Tiberio, el hermano mayor
literal y en toda su intensidad, sin sermoneo en la tra- de Druso, que estuvo con él cuando murió: “¡Qué dolor
ma, la voz desesperada de ésta, identificándose con ella en tu mirada!, y, sin embargo, estabas con él en su últi-
ma hora, y él ha podido ver cómo resbalaban tus lágri-
  Cuestiones Académicas, Marco Tulio Cicerón. Traducción de mas, y, en su muerte, ha sentido su pecho contra el tu-
Agustín Millares Carlo, Madrid: Espasa-Calpe, S.A., Colección Austral, yo, sabiendo que tú le cerrarías sus ojos [...]. Pero tu
1485, 1972, p. 133. desgraciada madre no pudo darle el último beso ni ca-

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lentar en su seno el cuerpo helado del hijo, ni recoger no es temeraria”, se apresura a prevenir, dejando caer la
sus últimos suspiros”. duda. Y lo describe allí, en su dignidad imperial de oro
Y Ovidio, compadecido, para aliviar el peso de tan- y marfil, recibiendo la gozosa acogida de sus antepasa-
to dolor, desplaza su mirada hacia sus bien conocidos dos, orgullosos por el renombre que Druso ha añadido
personajes mitológicos, que también lloraban duelos. a la familia con su victoria, y que lo inmortaliza. Dicien-
Livia trata de contener sus lágrimas y sus lágrimas do esto, Ovidio se dirige ahora a Livia, y se dispone a
se desbordan, y aquí, su voz desgarrada: “Hijo mío, el preparar la ofensiva, el objetivo de la consolación: “Esta
más pequeño de mis entrañas, cielo arrebatado de tu idea, oh, tú, la mejor madre, debería atenuar tu dolor”.
desgraciada madre, ¿dónde estás? [...] ¡Dudo que haya Y, una vez en suerte la disposición anímica de la
dioses, aunque no deba decirlo yo, la esposa del César! madre, adereza el argumento, apelando a la dignidad
¿Qué crimen he cometido contra ellos, siempre honra- merecida de ella e instándola a hacer frente a sus obli-
dos por mí? ¡Éste es el precio de mi piedad! Me habéis gaciones:
maldecido”.
Llegan los funerales. Y Ovidio deja que sea de nue- Mujer que fuiste a la vez digna de ser esposa y
vo la voz de Livia la que los reviva. En un magnífico madre de príncipes de la edad de oro, considera lo que
juego narrativo, mezcla la suya casi a dúo con la de ella. conviene a tu título de madre de Druso y Tiberio, de
Dice ésta: “¿Podré asistir a sus exequias? ¿Podré yo modo que al levantarte cada mañana tengas en cuenta
abrazar los restos de mi hijo que el fuego me dispute tan grave asunto. Unas son las obligaciones del vulgo y
para sus cenizas? ¿Verle por última vez, abrazarlo, estre- otras las de los grandes, obligaciones inmensas im-
charlo contra mi pecho, perfumarlo? ¿Tendré que ver puestas a vuestra casa.
por primera vez inclinados los estandartes de su gloria Tú captas nuestra atención, atraes nuestras mi-
recién llegados? ¿Quién lo creería, que el día más triste radas, observamos tus actos, nada puede ocultarse de
de una madre sea el día de la mayor gloria de su hijo?”. cuanto sale de la regia boca.
“He dejado de ser la madre de Druso y Druso ha dejado Livia, la Fortuna, que te elevó a los honores, quie-
de ser mi hijo. Cuando me digan ‘tu hijo llega vencedor’ re que mantengas la dignidad de tu rango. Acepta,
ya no tendré que preguntar ‘¿el mayor o el pequeño?’. pues, esta ilustre carga.
Me estremezco. Un espanto glacial cala mis huesos. No Sé grande, supera el dolor, opónle una constancia
estoy ya segura de nada. Temo por todo, tiemblo por mi imperturbable tanto como te sea posible. ¿Podemos
otro hijo. Soy cobarde cuando antes era valiente. [...] pedirte una prueba mejor de tus virtudes que el cum-
506 Que la Parca me lleve pronto para que se junten mis plimiento de tus deberes de princesa romana?
cenizas a las tuyas y nuestros huesos”. A todos nos somete la muerte con sus leyes in-
Quejas sobre quejas, inútiles, y torrentes de lá- flexibles, incluidos cielos, mares y tierras de los que se
grimas. predice su destrucción inminente. Ánimo, pues, y
Livia asistió por fin a los funerales. Roma llora, cuando el universo avanza hacia su ruina, no mires
desolada y silenciosa. Un anciano en la calle teme por la sólo sobre ti misma y sobre tu pérdida.
suerte de su propio hijo, levanta las manos al cielo, e No cabe duda de que Druso era el más grande de
inmediatamente se arrepiente y exclama, como Livia nuestros jóvenes romanos, esperanza de la patria, ho-
antes: “¡Crédulo de mí, de qué sirve elevar súplicas a nor de la familia..., pero era mortal. Y tú lo sabías
dioses que no existen!”. porque no estabas tranquila de su suerte cuando iba a
El fuego devora al joven Druso y, al par, se consu- la guerra.
me la entraña de su madre. “Has muerto joven de edad, Se nos ha dado la vida para disfrutarla, pero es
pero viejo en tus servicios a la patria. ¡Ay, tú, Germania un préstamo sin intereses, y también sin plazo. La For-
enemiga, verás pasados a cuchillo tus reyes feroces!”. tuna es ciega y loca. No la irrites con tus quejas y no
Ovidio muestra ahora a la esposa de Druso. A ella despiertes su resentimiento. Si tan sólo esta vez has
le da la consolación requerida. “En el momento de su sufrido su rigor, ¿cuántas por el contrario te ha tratado
muerte tu ausencia le arrancaba sus últimos gemidos y bien?
era tu nombre el que pronunciaba su lengua fría”. Pero
también le habla más descarnadamente, quizá para Y Ovidio le enumera la larga lista de favores recibi-
que, siendo la consolación dirigida a Livia, ésta tome dos de la fortuna.
nota por vía indirecta y se prepare. Y a la desdichada En un paso más, le demuestra que ella no era igno-
esposa le va enumerando todo lo que Druso no le po- rante de la muerte posible. Para ello, le explica, de ante-
drá contar, y le compara el antiguo lecho compartido mano, el mecanismo —podría decirse psicofisiológi-
con el ataúd que ahora les separa. Y ella corre enloque- co— de su dolor:
cida e invoca la muerte. Ovidio la persigue: “¿Por qué
te empeñas en las engañosas visiones que cada noche En circunstancias peligrosas, el temor de un mal
vienen a alterar tu sueño creyendo vanamente que lo nos lo hace padecer antes, y este sentimiento te domi-
abrazas?”. naba cuando escuchabas los riesgos que corría tu hijo.
Y ahora el poeta, en su astuta y sutil estrategia de Así que el dolor no te ha invadido de golpe, sino que te
una de cal y otra de arena, lleva la imagen de Druso al ha ido penetrando por las vías que imperceptiblemente
lugar de los justos, entre sus ancestros, “si esta creencia te iba abriendo.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Pero, al mismo tiempo, de la forma curiosamente a Livia como modelo alternativo (el positivo) en su con-
supersticiosa que mantenían los romanos, en aparente solación a Marcia. Livia, en adelante, una vez repuesta,
contradicción con su formidable racionalidad técnica y no dejó de pronunciar en todas partes el nombre de su
estratégica, Ovidio le demuestra que había señales pre- hijo Druso, lo celebró y homenajeó en público y en pri-
dictoras de tragedia (siniestros y signos astrales). En vado y se complacía en oír hablar de él.
versión moderna podríamos decir que todos los días hay La Historia transmite imágenes diversas y contra-
evidencias de muertes y desgracias a nuestro alrededor. dictorias de ella. No había aún dado a luz a Druso cuan-
¿Por qué no seré yo, entonces, como cualquiera, una de do se separó de su primer marido para unirse a Augusto,
sus víctimas? Pretende así desactivar el poder plañidero ambos locamente enamorados, pero no tuvieron hijos
y de más víctima que tiene sobre el doliente la injusticia (se murmuraba en Roma que Druso era hijo de éste y no
de un golpe repentino. Y, al mismo tiempo, hace re- del primero). Para unos, fue una mujer sencilla y hacen-
flexionar sobre la responsabilidad personal de vivir ne- dosa; para otros, orgullosa, cruel y sin escrúpulos. Todos
gando la posibilidad de ser diana de las desgracias. coinciden en que fue hermosa y hábil. Murió anciana.
Ovidio sigue empleándose a fondo. A continua-
ción aborda la anorexia de Livia y, para dulcificar esta ***
maniobra frontal, le asegura que eleva sus buenos de-
seos para ella y para su otro hijo, y que serán escucha- Analizo brevemente los pasos y recursos que Ovi-
dos por el Destino, el cual no le dará en adelante más dio emprende en esta terapeia.
que motivos de gozo para hacerle olvidar el pasado. Y
es la primera vez que, bajo una forma edulcorada, le 1) En primer lugar, abre las heridas, poniéndolas a la
introduce la sugerencia del olvido. Pero arranca, en fin, vista, presentándolas para visualizar el mal y repre-
el último embate, directo: sentándolas para volverlas a sentir. Lo hace cual
hábil cirujano en operación local, que dosifica la
Pero tú no dejas de ceder al inmenso dolor y, fa- analgesia sin producir la anestesia, mitiga el dolor
talmente desmoralizada, quieres abreviar tu vida de- sin que se pierda la conciencia. Y además se sitúa
jando de alimentarte. Hace poco te quedaban apenas al lado de su paciente, acompañándole, compren-
unas horas de vida. Rechazaste la ayuda de César, que diendo sus molestias y quejas, incluso estimulán-
te suplicó, te ordenó incluso, logrando sólo que tomaras dole a expresar su daño. Se añade aquí además el
un poco de agua, e igual intervino tu hijo. Son ellos los valor terapéutico de la catarsis.
que te han traído a mí. 2) Ovidio adopta e interpreta los ayes y pensamientos 507
Basta ya de lágrimas, que no devolverán la vida a ocultos que la madre no se atreve a confesar. Los
quien embarcó en las sombras. libera y los airea. Lo que se saca de dentro y queda
dicho se hace real y se puede analizar a la luz. Es
Vuelve de nuevo a traer historias de las diosas mi- una des-represión.
tológicas para quienes tampoco se da el regreso de los 3) Lleva al escenario a todos los componentes del
seres perdidos que han entrado ya en el Averno. Y para duelo familiar: madre, padre, hermano, esposa, y
no remontarse tan atrás recurre a ejemplos recientes de al propio Druso, y a todos les da voz, de modo que
su entorno. Livia visualiza así que no está sola en su sufrimien-
Ovidio trae de nuevo al hijo muerto, en un último to, que no es ella egoístamente la única, y que los
alegato y un ruego a su madre de que abandone la vida en demás, aun sufriendo, siguen adelante y están dis-
pena. El hijo muerto, Druso en voz de Ovidio, le dice: puestos a ayudarla.
4) Emplea ejemplos (la exemplaria) tanto del mundo
¿Por qué cuentas mis años? He madurado antes mitológico (que Ovidio conoció ampliamente para
la edad; hacen maduro las acciones, y son éstas las que escribir su popular libro Las metamorfosis) como
tú debes contar. [...] He visto con orgullo mis funerales, del entorno cercano a la doliente. De ese modo la
los honores que me han rendido, la amistad de mis coloca ante la presión y exigencia de los modelos
compañeros, las ofrendas de reyes, el elogio del César... de admiración, emulación o identificación. Este
¿De qué podría quejarme? Así que deja de llorar, ma- elemento sería interpretable como el Superyo por
dre mía, te lo pido yo, que soy quien te hace llorar. A tu el psicoanálisis.
lado tienes un hijo [Tiberio], como si fueran más. Y 5) En otro momento, Ovidio, ensalzando la estima de
tienes un esposo, protector del imperio, y mientras él la doliente, valorándola, apela a su dignidad, para
esté sobre la tierra, no conviene, madre, Livia, que la evitar que el duelo la rebaje. Recurre a su Yo, lo
familia permanezca hundida en el duelo. apoya, le recuerda las buenas cosas que ha vivido y
le han enriquecido hasta ahora. Asimismo, le en-
A juzgar por lo que cuenta posteriormente Séneca, frenta a sus responsabilidades y deberes.
Livia reaccionó muy bien a esta consolación y curó de su 6) Utiliza algunos de los tópicos que serán comunes
mal de ánimo, aunque el filósofo cordobés no menciona en todas las consolaciones grecolatinas y que se
a Ovidio sino a Areo (filósofo del marido; era estoico y corresponden a una vulgarización de las filosofías
nacido en Alejandría) como aquel que le hizo tanto bien de la época (estoica y epicúrea principalmente).
con su intervención. Séneca hace esta referencia al poner Habla por ejemplo de un dolor y de unas lágrimas

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

que son inútiles porque no restituyen al amado. De


la muerte que se lleva a todos, a grandes y a peque-
ños (tópico que llegará a su álgida manifestación
en el Occidente medieval con la Danza Macabra).
De la necesidad de vivir con previsión de las des-
gracias posibles y de las que nos vendrán sin duda.
De la vida de un ser humano, que no se mide por
el número de años vividos sino por la completitud
de ellos, por la riqueza de lo vivido; y además, ca-
da hombre es la medida de su vida: la longitud de
ella no se estima por comparación a la longevidad
de otros o por lo que se considera la vida media, es
decir, si viviste treinta años, treinta años dura la
vida, o sea, la tuya, y no vale decir “si hubiera vivi-
do hasta los cincuenta al menos...”.

Las pequeñas contradicciones a lo largo de la argu-


mentación no tienen importancia porque el género de
las consolaciones no es de discurso lógico sino “pático”
y persuasivo. Las más notables son dos: una la de utili-
zar como elemento de consuelo la existencia del muerto
en un lugar privilegiado y al mismo tiempo poner en
Figura 5. Plutarco.
duda la existencia de tal sitio. O emplear en un lugar los
dioses como modelos humanos y en otros subrayar su
inexistencia por boca de actores de la pieza sin que el
autor argumente en pro de su existencia. O calificar en No soy de piedra. Tú sabes bien que me has teni-
un momento a la fortuna como ciega y loca, y, en otro, do junto a ti para mantener y educar en común a los
exigiendo dignidad. Llama asimismo la atención el bi- hijos que hemos tenido. Tú deseabas tanto tener una
milenario rumor que persiste en la Humanidad sobre el niña después de cuatro chicos, y llegó y tuve la ocasión
508 próximo fin del mundo. de ponerle tu nombre, tan de mi agrado.
A nuestro natural amor por ella, se añade un
cierto vivo afecto por esa manera de ser alegre que ella
Consolación plutarquiana tenía, franca, ingenua, sin rabietas, sin rencor, en una
naturaleza admirable, apacible, dulce, cálida. Y el
La siguiente no es una carta literaria ni una conso- amor que ella devolvía a los que la amaban, la grati-
lación profesional. Es la que, estando lejos, en uno de tud que mostraba hacia los que le hicieran cualquier
sus muchos viajes, el historiador, biógrafo, magistrado cosa buena, daba gusto y demostraba su calidad hu-
y embajador Plutarco (h. 46-50 - h. 120 d.C.) (Figura mana y bondadosa.
5) hizo llegar a su mujer cuando se enteró tardíamente Recuerdo cuando ella le pedía a su nodriza que
de la muerte de su pequeña hija, con dos de edad, Ti- descubriera su pecho y amamantara no sólo a los otros
moxena, de nombre igual que la madre. Antes ya ha- niños, sino también que vertiera la leche en los peque-
bían perdido otros dos pequeños. ños jarros que se le daban, como si se tratara de su
En las primeras líneas, Plutarco expresa a la esposa fiesta [su “esbat”] o la diera a todos sus juguetes. Eran
el deseo de que el entierro y todo lo demás se haya he- sus ganas de compartir lo que ella tenía de más hermo-
cho de manera que en el presente y en el porvenir no le so y agradable con todo o todos los que la hacían feliz.
causen pesar a ella. Pero si hubiera algo que quisiera Ella actuaba así con la cortesía de quien convida a su
hacer y no lo hace esperando el acuerdo de él, la urge a mesa.
que lo haga sin más, si eso la hiciera estar más a gusto,
si bien evitando toda superfluidad y vana superstición, Plutarco introduce a continuación otro de los tópi-
aunque se apresura a decirle que de sobra sabe él que cos importantes que se repetirán en las consolatorias de
tales defectos están ausentes de ella. su tiempo. Es la incongruencia de que genere aflicción
Sin embargo, le participa el temor de que la pena la rememorar las mejores cualidades que adornaban la
haga sucumbir, y le suplica que mantenga la calma (“nos personalidad del ser perdido, y que hacían felices a los
conviene a ti y a mí”), porque si la encuentra desespera- que le rodeaban. Porque si es así se buscará olvidarlo
da ese golpe será para él mayor incluso que el de la pér- para no sufrir y con ello se borrarán aquellos magnífi-
dida. Como debe de darse cuenta del inicio aparente- cos recuerdos.
mente egoísta de su epístola, le dice a continuación:
Como nuestra niña era nuestra delicia, el espec-

  Moralia Consolatio ad uxorem (Obras morales - Consolación a la es- táculo más tierno y el concierto más melodioso, debe-
posa). Plutarco. La versión que aquí utilizo es la de Étienne de La Boétie. mos mantener fielmente su pensamiento en el fondo de

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

nuestros corazones. Incluso deberíamos sentir más combatir ese duelo desde el mismo momento que se
alegría que tristeza, para que nuestras penas no supe- presenta en casa porque, al principio, se le acoge de
ren a los gozos que tuvimos con ella. buen grado, pero luego se instala y no hay manera de
expulsarlo.
Así que la nueva norma será: “Alegría y no tristeza Le sigue escribiendo a su esposa, encomiando otro
con los bellos recuerdos del ser perdido”, y, por tanto, aspecto de ella: la continuidad normal de la vida en el
recordarlo y no olvidarlo. hogar, la casa ordenada, en calma, en silencio.
No le sorprendió, porque conocía bien a su espo-
sa, pero se alegró de las noticias que le llegaron del Todos, desde filósofos hasta los de nuestro círculo
admirable comportamiento de ella tras la muerte de la habitual, han admirado tu sencillez y sobriedad. Ade-
niña. No vistió ropajes de lutos ni hubo ningún cambio más, demostraste gran firmeza cuando perdiste prime-
que desfigurase sus maneras habituales, ni en ella ni en ro al mayor de los niños, y luego, cuando Charon, esa
sus camareras; ni tampoco nada suntuoso en el entie- encantadora criatura, nos abandonó antes de tiempo.
rro, sino por el contrario una gran discreción, y a él Siempre me acordaré. Cuando unos invitados entraron
asistió exclusivamente en compañía de los parientes en casa, de regreso de un viaje por mar, era tal la cal-
más cercanos. ma, el silencio y el orden que reinaban en ella que cre-
yeron que la noticia había sido un bulo. ¡Y, sin embar-
Bien sé que nunca te interesaste en lucir ningún go, tú misma habías amamantado a ese niño, aguan-
bello vestido para ir a los juegos o a la fiesta, pues tando la incisión que habías sufrido en un pezón
siempre pensaste que la suntuosidad no sirve para na- agrietado! Eso prueba tu abnegación y tu entereza.
da. Por eso no me extraña que hayas conservado la
misma modestia y sencillez en el tiempo de la tristeza. La dignidad, de nuevo. Dignidad en el dolor es el
concepto clave que los filósofos latinos proponen en la
Piensa Plutarco que tan viciosa es la desmesura del moral de los hogares romanos para neutralizar la tradi-
dolor como la de la voluptuosidad. ción plañidera que les venía de la funeraria egipcia.
En la carta presenta dos cuadros de duelo: uno es Tras la abnegación: entereza, temperancia y digni-
el histriónico, el plañidero. En éste denuncia el hecho dad. La tríada plutarquiana ante el duelo.
social de que esté mal visto la risa estridente en la fiesta Y, por otra parte, Plutarco hace énfasis en que la
y no los llantos a mares en los duelos, o la incongruen- discreción en el dolor del duelo no significa la anula-
cia de los maridos que tratan de impedir los atuendos ción del amor natural que debemos a nuestros seres 509

llamativos de sus esposas para la fiesta y permiten las queridos muertos, sino que es la lucha contra los desór-
escandalosas ropas de luto que ostentan para el duelo; denes del espíritu debidos a los duelos exacerbados.
que tratan de evitar que castiguen corporalmente a los Insiste una vez y otra, como todos estos autores de con-
sirvientes, pero luego, en el duelo, dejan que ellas mis- solatorias, empezando por Cicerón, en que “no se trata
mas se arañen y se arranquen los cabellos. Y, además, ¿a de combatir tiernas añoranzas, como se figuran mu-
qué tantas ruidosas muestras por hijos que no han cui- chos, sino la intemperancia del alma”, pues los verda-
dado y que sólo les han servido de pasatiempo? deros sentimientos de afecto se producen de manera
El segundo de los cuadros que traza Plutarco es el digna y razonable10.
de un deslizamiento hacia la depresión profunda, di- A continuación, él le presenta a la esposa argu-
bujando con muy certeras pinceladas el temible aspec- mentos para valorar la dicha que se ha tenido con la
to de las personas invadidas por el doliente mal. En niña durante el tiempo que vivió y la exhorta a no es-
primer lugar, las muestra con decaimiento del vigor tropear ese recuerdo y a no deteriorarse ella misma
del espíritu, sin esperanzas de curar del mal, incapa- interiormente.
ces de consuelo, con el entendimiento velado y rodea-
do de tristes hábitos, sin hallarse bien en ninguna Acuérdate de cuando nuestra niña no había naci-
parte, ajenas a la risa y a la compañía; sin luz, en lo do. Entonces no teníamos ningún motivo de acusar a la
oscuro y tenebroso; sin la querida y agradable convi- Fortuna. Intenta vivir el momento actual como el de
entonces. No es que yo quiera borrar los dos deliciosos
vencia de amigos a la mesa... Finalmente, las describe
años que hemos vivido con ella. Sino que precisamente
descuidando sus hábitos corporales hasta el punto de
esos dos maravillosos años no se conviertan en un gran
abandonar toda higiene. Hacen, pues, todo lo contra-
mal. Si no podemos agradecerle a la Fortuna que no
rio de lo que se prescribe para curar el ánimo enfermo.
Pero la doliente insiste en su mal, de modo que luego 10  En la carta de consolación a su amigo Apolonio, tras la muer-
ya no podrá salir de él. Preconiza, pues, que se debía te del hijo de éste, Plutarco le subraya la necesidad de no ocultar ni
temer los sentimientos de aflicción por ser naturales, como decía Pla-
  Acabamos de ver que, por tener menos de tres años, Timoxe- tón, pero no deben traspasar los límites, porque esto sería contrario a
na no tendría derecho a funerales y sólo a un poco de llanto. Pero el la naturaleza masculina, ni tampoco ser demasiado sensible porque es
hecho de que Plutarco enfatice y valore el comportamiento discreto de característica de debilidad femenina (lo cual, digo, se contradice con
su mujer en el entierro de la pequeña, da razón para creer que podría lo que cuenta de su mujer). Le advierte del abuso de la tristeza porque
haber escogido una opción más pomposa, y que, por tanto, era posible es un obstáculo para la reflexión de los asuntos de la muerte y para
hacerlo, a pesar de las normas restrictivas antes mencionadas. arreglar los propios.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

hayan sido más, no le debemos ingratitud tampoco por origen se readapta enseguida y no tendría ningún inte-
los que han sido. Hablar respetuosamente de los Dio- rés en volver.
ses, recibir con serenidad y sin quejarse las pruebas de
la suerte, da sus buenos frutos. Venturosos sean los Plutarco interpreta que las leyes romanas no per-
que, en estas circunstancias, saben acudir a recuerdos mitieran ningún ceremonial fúnebre para los niños
dichosos, los que llevan la mente a los momentos lumi- muertos más pequeños por el hecho de que ellos no
nosos de la existencia alejándolos de las zonas som- tienen nada que ver con la tierra. No hay libaciones en
brías y convulsas. De ese modo, el dolor, si no se extin- su honor, ni ceremonias; no hay actos o presencias alre-
gue totalmente, es atemperado por imágenes contra- dedor de sus tumbas o monumentos, e incluso las leyes
rias, y se suaviza y disminuye. romanas prohíben llevar luto por ellos, porque sería
Sería vergonzoso que ese mismo golpe que ahora impío para almas que han accedido a un lugar mejor y
te sacude no contribuyera a que apreciases cuánto de más divino. No parece estar muy de acuerdo con estas
lo que te queda guarda aún satisfacciones. ¿Querrías disposiciones:
que se sometiera la vida a un minucioso y acusador
escrutinio de sinsabores y meter en un solo bloque to- Pero como hay más dificultad en resistirse a estas
dos los bienes que aportó? Sería como el avaro que no creencias que en admitirlas, conformémonos, en lo que
disfruta de sus tesoros sino que sólo echa en falta lo que tienen de externas, a estas prescripciones de las leyes.
perdió. Y en cuanto a nuestro interior, mantenerlo resguarda-
Si lamentas tu suerte porque nuestra niña no ha do, más neto, más puro.
podido casarse ni tener hijos, tienes también motivo
para alegrarte de que tú los has tenido. Pero, además, ***
ella, igual que todos, no pudo echar en falta lo que no
necesitaba ni entraba en sus deseos. Si seguimos esquemáticamente los pasos de esta
Además, si ella está en un lugar donde el dolor no carta consolatoria encontramos el siguiente perfil, más
existe, tampoco ella tiene necesidad de nuestro dolor tierno que el de Ovidio y mucho más que el de Séneca,
aquí. que veremos a continuación:

Para la consolación final, Plutarco recuerda a su 1) La muy tierna semblanza de la niña muerta12.
mujer la pertenencia de ambos a la doctrina mistérica 2) Las constantes expresiones de alta estima por la
510 de Baccus (que en el caso de ella era por transmisión esposa y su confianza en ella; es decir, el periódico
familiar), en la que se habían iniciado11, y cuyas ense- refuerzo de su yo. Es significativo de esta consola-
ñanzas les habían llevado a la creencia de que el alma es toria el que Plutarco no recurre a ejemplos de mo-
imperecedera, abriéndoles a la fe en un más allá y a la delos del exterior, sino que el modelo para su es-
certeza de la pureza de las almas infantiles, que se re- posa es ella misma, de modo que la exigencia sub-
acomodan más fácilmente a su mundo de origen, ya yacente es la coherencia consigo misma.
que pasó poco tiempo desde que partieron de él, al 3) La exhortación a seleccionar una memoria de los
contrario que las almas viejas apegadas a la tierra, que buenos recuerdos e imágenes de la hija muerta, del
tienden a regresar por medio de los renacimientos perdido ser amado, y a rememorarlos con alegría,
(reencarnaciones). pues si se hace con tristeza la naturaleza humana
tenderá instintivamente a olvidarlos para protegerse.
Como el pájaro que lleva largo tiempo en cautivi- 4) La descripción de los cuadros indeseables de due-
dad, el alma largamente alimentada en el cuerpo lo lo, para no caer en ellos o para reforzar la intole-
añora y se empeña en estar atada a él y dependiente de rancia a sus elementos.
intereses terrenos. [...] Pero el alma que ha permaneci- 5) El interés en mantener el encuadre habitual de la
do poco tiempo cautiva en el cuerpo está aún en su es- vida cotidiana. Esto puede deberse al hecho de
tado natural, fresca y blanda, y cuando regresa a su tratarse de una madre que tiene más hijos a los que
se dedica con entrega y abnegación.
11
  Bajo la muy diversa advocación de Baccus, nombre con el 6) Sustentar razones para creer en la mejor vida nue-
que también se conocía a Dionisos, se sustentaron comportamientos e
ideas muy dispares, desde la orgía de las bacanales hasta la religión de la
va del querido difunto, lo que es más fácil y creíble
moderación y de la creencia en la salvación y la inmortalidad. Plutarco tratándose de niños.
señaló la equivalencia o condensación histórica-mitológica de Baccus,
Dionisos y Osiris, primer dios de la resurrección. El culto a los misterios En resumen, creo que la novedad que Plutarco
de Baccus compitió con la estructura de la tradición religiosa pagana aporta en esta carta consolatoria es la propuesta de la
de Roma, con merma de ésta, en el siglo II de nuestra era. En dicho
siglo los romanos se adherían a las diversas doctrinas de salvación, lo
interiorización del duelo.
que hizo que se extendiera la religión de los misterios baco-dionisíacos,
que implicaban cultos secretos de iniciación como paso previo para 12  Hallándome simultánamente ocupado en Darwin y en esta

ser admitidos en ellas; esto significaba el compromiso individual, muy consolatoria de Plutarco, me llamó la atención la similitud de rasgos
diferente a la práctica religiosa romana. Además, contenían enseñanzas primordiales en la semblanza que, sobre la muerte de su respectiva pe-
sobre la vía de acceso a la inmortalidad, purificación, símbolos, ritos queña hija, escribieron ambos padres, aunque personalmente difirieran
sagrados y la promesa de una vida futura de felicidad. tanto en el duelo.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

frió mucho anteriormente con la muerte de su propio


padre. Confiesa que no puede vivir, pero que no se atre-
ve a morir. Todo lo que se ha intentado con ella hasta
ahora ha resultado inútil. Y Séneca le responde.
Como ya vimos en los autores anteriores, que em-
pezaban elogiando a la persona que recibía la consola-
ción, él también comienza exaltando a Marcia por su
entereza en la ayuda a su padre, Cremucio Cordo, que
se quitó la vida en una huelga de hambre por cuestio-
nes políticas14. Ella no cejó hasta publicar sus escritos
prohibidos, de los que había ocultado una copia. Por
ello, Séneca, dando por supuesto su fortaleza, se carga
de razón para entrar directamente, abordando el largo
estancamiento de este duelo.

Has hecho sobrevivir el dolor en ti para reempla-


zar a tu hijo. [...] Las lágrimas que corren por tus ex-
haustos ojos son más ya de costumbre que de pesar.
[...] No te digo que soportes inhumanamente los dolo-
res humanos ni vengo a secar los ojos de una madre en
el día mismo de los funerales: tomaremos un término
medio, y discutiremos “si el dolor debe ser grande o
eterno”. [...] El dolor también tiene su modestia.

Figura 6. Séneca. Y ahora ella seguramente no sabe parar, quizá se


avergüenza de cesar en su dolor.
Séneca empieza por confrontarla a dos mujeres de
Consolación senequista
su condición y tiempo, Livia y Octavia, que penan due-
los por hijos. Así describe el de Octavia, que es otro
Lucio Anneo Séneca (4 a.C.-65 d.C.) (Figura 6) paradigma de cuadro clínico: 511

empleó la consolación con mucho conocimiento del gé-


nero, recogiendo, sistematizando y dando su impronta a En todo el tiempo que Octavia sobrevivió a su hijo
cuanto se había ido haciendo público sobre el tema por Marcelo, no dejó de llorar ni de gemir, ni admitió pala-
los pensadores grecolatinos anteriores. Comparando las bras que distrajesen su dolor, rechazando a cuantos se
consolaciones que acabo de presentar con la que produ- las dirigían. Aferrada al único pensamiento que ocu-
ce Séneca, comprobaremos que la de éste no añade mu- paba su ánimo, toda su vida permaneció como en los
cho a las de Plutarco y Ovidio, y, de hecho, creo que to- funerales: no osaba levantarse de su abatimiento, y
ma bastante del modelo de éste. Además, su tono es más diré más, rehusaba que se le aliviase, creyendo que era
docente, dogmático y duro, mientras que las de Ovidio un segundo quebranto la renuncia de las lágrimas. No
y Plutarco son más empáticas, más conmovidas. Sigue la quiso conservar imagen alguna de su querido hijo ni
técnica ya establecida de la consolación en dos partes: la oír jamás hablar de él. Detestando a todas las madres,
preceptiva (praecepta), en la que se desarrollan los prin- odiaba especialmente a Livia, porque le parecía que el
cipios, y la ejemplar (exemplaria), en la que se recurre a hijo de ésta heredaba la felicidad prometida al suyo.
modelos que ilustren o ratifiquen aquellos principios. No amando más que la soledad y el retiro, no mirando
La Consolación a Marcia es la pieza de las consola- ni siquiera a su hermano, rechazó los versos hechos
ciones de Séneca que nos viene adecuada a este capítu- para celebrar la memoria de Marcelo, así como los
lo. Veamos13. demás homenajes de las artes, y cerró sus oídos a todo
Marcia recurre a Séneca a causa de su duelo por consuelo. Alejóse de todas las ceremonias solemnes;
Metilius, el hijo que murió hacía tres años, y quiere sa- cobró aversión a los esplendores que irradiaba por to-
ber si puede curarse de esta nueva herida, pues ya su- das partes la fortuna fraternal [era hermana del em-
perador] y se sepultó en su retiro. Rodeada de sus hijos
13  Sigo la versión bilingüe latino-francesa de las Oeuvres Com- y de sus nietos, nunca abandonó su lúgubre traje, no
plètes de Sénèque le Philosophe, publicadas por Charles de Rozoir, en la
edición de 1833, de C. L. F. Panckoucke, París; que contrasto con la 14  Cremucio Cordo se contaba entre los historiadores persegui-

versión traducida del latín al castellano realizada por Francisco Navarro dos y cuyas obras fueron quemadas por exaltar la República romana.
y Calvo, latinista, que fuera canónigo de la Metropolitana de Granada. Denunció el hundimiento de la libertas republicana y tuvo críticas sar-
La versión personal que aquí ofrezco se atiene absolutamente al texto cásticas para Seyano, el valido del emperador Tiberio. El padre de Séne-
y al sentido de las citadas fuentes, pero no a su orden de composición, ca mantuvo amistad con los Cordi, y es posible que el mismo filósofo,
para el que he seguido un criterio de síntesis y fluidez. Esto hace que antes de su marcha a Egipto, hubiese estado personalmente al corriente
haya de considerarse como una versión libre, aunque rigurosamente del suicidio de Cordi en el año 25. Sin duda, este ascendiente influiría
senequista. a la hora de ocuparse de la consolación de Marcia.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

sin ofensa de todos los suyos, porque estando vivos se No nos envanezcamos como si nos encontrásemos
consideraba sola. entre cosas nuestras; solamente las tenemos prestadas,
en usufructo. [...]
Y Séneca insta a Marcia retóricamente a que elija Advierte a tu corazón que las ame en la inteligen-
modelo a seguir, entre la (aconsejable) Livia y la (des- cia de que ha de perderlas; más aún, es que las pierde.
echable) Octavia. [...] Apresúrate a gozar de tus hijos, y recíprocamente,
Le traslada el manido tópico de que “no hay lágri- haz que ellos gocen de ti; apura sin dilación toda tu
mas que puedan devolver la vida a los que murieron”, y felicidad: nada te asegura el día presente; pongo térmi-
si “la muerte conserva todo lo que arrebató, cese nues- no muy largo; nada te asegura esta misma hora. Por-
tro dolor, puesto que es inútil”. que cada uno vivirá lo que le fue asignado desde el
Séneca desarrolla aquí también su técnica dialógi- primer día.
ca de exposición, asumiendo las presuntas cuestiones
de Marcia para organizar las respuestas según el guión Y entra de lleno en su caro estoicismo:
previsto.
“Es natural llorar a los seres queridos que se fue- ¿Qué es el hombre? Un cuerpo endeble, débil,
ron”, diría Marcia. desnudo, sin defensa natural, que mendiga el auxilio
Séneca le dará el argumento de que el duelo pro- ajeno, blanco de todos los ultrajes de la naturaleza;
longado no es natural y que ella debería alcanzar el que, a pesar de los esfuerzos de sus brazos, es pasto de
control del mismo. la primera fiera; víctima de cualquier enemigo; forma-
do de materia blanda y fluida, que solamente tiene
¿Quién niega ese dolor si se tiene con modera- brillantez en la apariencia, en su exterior; indefenso
ción? La ausencia, y con mayor razón la muerte de contra el frío, el calor, la fatiga, y en quien la inercia
esos seres más queridos, es necesariamente cosa cruel y engendra la corrupción; temiendo a sus alimentos, cu-
oprime hasta el ánimo más firme; pero la preocupación ya falta o exceso le matan; de ansiosa y aflictiva con-
nos lleva más lejos de lo que la naturaleza regla. [...] servación, aliento precario, que no puede resistir, que
Ningún animal lamenta por mucho tiempo la pérdida se ahoga por repentino pavor o por inesperado ruido
de sus crías. Pero el ser humano azuza su dolor, de que hiere sus oídos; en fin, que para alimentarse, se
modo que éste responde no a la natural aflicción que destruye, se devora a sí mismo. [...] Todo lo que nece-
experimenta, sino a una decisión previa. [...] Es más sita para vivir, le es mortal.
512 acorde con tu nobleza poner tú fin al duelo que no de-
jar que él lo haga cuando quiera. ¿Dices que no has gozado de tu hijo, que podías haber
disfrutado más de él?, se escucha Séneca la pregunta de
¿Por qué entonces esta perseverancia del dolor y el Marcia.
llanto? Y entonces despliega, como los otros colegas de
Y Séneca argumentaba que diversas circunstancias consolaciones, la batería de puras racionalizaciones,
llevan a impresionar de distinta manera a los hombres, que quizás podrían tildarse de perfectos sofismas, aun-
según influyen en ellos las costumbres. Haber creído de que no cabe duda de que también los sofismas conven-
antemano que es terrible algo que no tiene por qué cen a mucha gente.
asustar los hace débiles y cobardes.
Pero sobre todo es, como ya lo decía Ovidio, la Si dijeras que no has disfrutado nada de tu hijo,
imprevisión de la desgracia, que procede de la negación eso te haría más soportable la pérdida, porque no lo
de pensar que en cualquier momento nos puede ocu- echarías tanto de menos. Si por el contrario, lo has
rrir, a pesar de que las vemos constantemente a nuestro disfrutado mucho, debes estar agradecida por ello.
alrededor. “Nunca pensé que esto me sucedería”, suele ¿Que no has podido ver el fruto de tu educación?
decirse. ¿Por qué olvidas tanto tu condición, que es la Haberlo tenido y haberlo amado es ya bastante recom-
general de todo el mundo? ¡Ahí tienes el mal! pensa.
¿Que podría haber sido mayor y más duradera tu
Muchos funerales pasan por delante de nuestra felicidad con él? Bien, pero, si pudiéramos elegir entre
casa y no pensamos en la muerte. [...] Nunca se nos ser dichosos por poco tiempo y no serlo jamás, preferi-
ocurre que nuestros bienes, como los suyos, se encuen- ríamos sin duda una felicidad pasajera que no disfru-
tran sobre pendiente resbaladiza. [...] Sufrimos más lo tar ninguna.
que nunca habíamos previsto que podríamos o debía- ¿Hubieras preferido un vástago indigno, y que te
mos sufrir. Pero el que mira a los males futuros, quita hubiese durado más? Pero excelente era tu hijo, tan
su fuerza a los presentes. [Encarando a la Fortuna, le joven y amorosamente filial, enseguida esposo y padre,
diríamos:] “No me engañarás; no me cogerás conside- tan cuidadosamente cumplidor en sus deberes, tan ho-
rándome yo segura o estando descuidada. Sé lo que me norado en tan corto tiempo.
preparas: hieres a otro, pero te dirigías a mí”. ¿Y por qué lloras, Marcia? ¿Porque ha muerto tu
hijo o no ha vivido mucho tiempo? Si lloras porque ha
De esta manera, Séneca extrae dos consecuencias muerto, has debido llorar siempre, porque siempre has
para Marcia, la primera ya aducida por Ovidio: tenido que saber que debía morir.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

¿Añoras felicidad duradera? No lloramos a los ausentes mientras viven, a pe-


sar de encontrarnos absolutamente privados de su
Generalmente nadie obtiene a la vez bienes gran- trato y presencia. La idea es, pues, lo que nos ator-
des y duraderos; la felicidad que permanece hasta el fin menta, y nuestros males se tasan con la medida que
llega lentamente. [...] En todas partes encontrarás les demos. El remedio está en nuestra mano. Conside-
aflicciones más terribles, [...] ni los dioses de las fábulas remos los muertos como ausentes, y no nos engañemos
se libraron de perder a sus hijos, quizás se hizo así para a nosotros mismos: ellos han partido sólo delante de
consolarnos de nuestros duelos. [...] Muchos, entre no- nosotros.
sotros, suavizaron sus penas soportándolas con calma.
¿Qué por qué no ha podido tu hijo vivir más, Marcia?
Séneca desgrana su artillería de ejemplos. Y el eco de Ésa es la cuestión que acucia: “Ha muerto demasia-
ella se queja: “Olvidáis que estáis consolando a una mujer, do pronto / antes de tiempo / hubiese podido vivir largo
puesto que no citáis otros ejemplos que los de varones”. tiempo...”.
Para que tengan la densidad de las esencias, abre-
¿Quién se atreverá a afirmar que la naturaleza viaré en sentencias y aforismos los argumentos que, en
ha creado a la mujer dotándola con poca generosidad y respuesta a esta pregunta quejosa de Marcia, da el co-
limitadas virtudes? Moralmente son tan fuertes como mún de los autores de estas consolatorias, incluido Sé-
nosotros. Si se lo proponen, alcanzan honorables nive- neca ahora:
les y, con la experiencia, son tan capaces como los
hombres para soportar el trabajo y el dolor. Hay, claro * ¡Qué poco más es la vida más larga que pueda tener un
que sí, mujeres valerosas ante los quebrantos. Te pon- hombre comparada con la de cualquiera que murió!
dré el ejemplo de dos Cornelias... * El único medio de haber vivido mucho es haber vivi-
do bastante.
Y Séneca le cuenta. * Bueno es morir oportunamente; cuántos fueron per-
judicados por vivir mucho.
Marcia diría luego: “Podría convencerme si la suer- * A menudo el término de una carrera es mucho antes
te de cada uno se acomodara a su moral, si el mal no de que llegue la muerte y ese intervalo está lleno de
alcanzase a los buenos, pero buenos y malos son perse- achaques y decepciones.
guidos indistintamente por los reveses de la vida”. * Por esta razón debe acogerse con alegría la muerte
El filósofo amigo le presta voz a la Naturaleza para de los más felices, porque en la inconstancia y confu- 513
responder a la madre: sión de las cosas, nada hay más cierto que lo pasado.
* Nada hay tan engañoso como la vida humana; nada
“A nadie engaño: si tú das hijos a luz, podrás te- hay tan pérfido; y a fe mía, nadie la aceptara si no se
nerlos hermosos, pero también feos; y si por acaso tie- nos diese sin saberlo nosotros. Si pues la felicidad
nes muchos, uno podrá salvar la patria, otro venderla. más grande es no nacer, considera como la segunda
No desesperes de que lleguen algún día a gozar de tan- ser libertado pronto de la vida, para entrar en la
to favor que nadie, por causa de ellos, se atreva a plenitud del ser.
ofenderte; mas piensa también que de tal manera pue-
den mancharse, que hasta su solo nombre sea un ultra- Así, pues, Marcia:
je. No es imposible que te presten los últimos honores y
que pronuncien tu elogio fúnebre; y sin embargo, debes * Tu hijo no ha muerto prematuramente; ha vivido
estar dispuesta a depositarlos en la pira, niños, hom- cuanto debía vivir. [...] Hizo cuanto tenía que hacer.
bres o ancianos, porque los años no importan nada, no * Comienza a apreciar a tu hijo por sus virtudes y no
habiendo funerales que no sean prematuros cuando la por sus años, y bastante habrá vivido.
madre los acompaña”. * ¿Cómo sabes que no le ha favorecido mucho la
Después de estas condiciones, convenidas de an- muerte?
temano, si engendras hijos, libras de toda responsabili- * La pronta muerte no ha hecho, pues, ningún daño a
dad a los dioses, que nada te han prometido. tu hijo; antes al contrario, le ha liberado antes de
¿Dices que nadie nos ha consultado para venir a todos los males.
este mundo? Nuestros padres decidieron por nosotros y
nosotros decidimos por nuestros hijos. Conocíamos las La otra cuestión es qué pasa con los muertos. Séneca
leyes de la vida y engendramos. Para hacernos a ellas. dibuja un cuadro bien lejos de las creencias romanas.
Describe un lugar sin dioses, pero con los ancestros, en
Séneca se dispone a entrar en el capítulo de los familia y en la luz del conocimiento.
consuelos
¿Qué males hay que expurgar, Marcia, para que los Persuádete, Marcia, de que los muertos no expe-
consuelos arraiguen en ti? rimentan ningún dolor. No es posible que sea desgra-
En primer lugar, una idea. Séneca, en el exilio, sa- ciado el que ya no existe Ese infierno que nos pintan
be que su madre padece por su ausencia y también la tan terrible es solamente una fábula. Los muertos no
consolará, pero a Marcia le dice: tienen que temer ni tinieblas, ni cárceles, ni torrentes

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

de llamas, ni el río del olvido. En aquel asilo de plena [...] emprendió su vuelo, hasta ocultarse, y des-
libertad no hay tribunales, ni reos, ni nuevos tiranos. pués de permanecer algún tiempo sobre nuestras cabe-
Todas estas cosas son juegos de poetas que nos han zas, para purificarse de la mancha de los vicios inhe-
agitado con vanos terrores. rentes a toda vida mortal15, se elevó a lo más alto de los
La muerte es la libertad, el término de todas cielos, donde se cierne en medio de las almas dichosas.
nuestras penas. [...] Contra las injurias de la vida ten-
go el beneficio de la muerte. ... y desde donde irradia a la madre el consuelo de
saberle a resguardo:
Sabia estrategia final de la consolación de Séneca al
hacer ahora la última semblanza de Metilius vivo para Tu hijo ha traspasado los límites dentro de los
su madre: cuales se es esclavo. En el seno de una paz profunda y
eterna, no le atormenta ya el temor de la pobreza, el
Quedando huérfano, permaneció bajo la vigi- cuidado de las riquezas, las pasiones que estimulan
lancia de sus tutores hasta los catorce años, y bajo tu nuestro ánimo con el acicate de la voluptuosidad. Ya no
tutela de madre toda la vida, y aunque tuvo sus pena- envidia la felicidad ajena, ni es envidiado por la suya;
tes [sus dioses domésticos, protectores; es decir, jamás la calumnia ofenderá sus castos oídos; no tendrá
su propio hogar] no quiso separarse de los tuyos que prevenir calamidades públicas ni privadas, ni ha-
[...], renunció a la carrera militar por no alejarse de brá de atender al porvenir lleno de tristes inquietudes.
tu lado. [...] Nunca se evadió de tu vista, y bajo tu Se halla, en fin, en un asilo del que nada puede privar-
mirada se formó en los estudios aquel ingenio supe- lo ni inspirarle temor [...], admitido en el grupo sagra-
rior, aquel joven de belleza poco común y pureza de do de los [...] héroes despreciadores de la vida y libera-
costumbres. dos por el beneficio de la muerte.

Tan bello, delicado, virtuoso e inteligente joven no Y le aconseja:


podía ser para este mundo...
Haz que, por la contemplación de sus virtudes, tu
Y tú, Marcia, cuando veías en él la prudencia de hijo renazca a tus ojos, y sentirás que se comunica
los mayores, un alma victoriosa de todas las voluptuo- contigo más libremente. Ya no puede causarte las in-
sidades, purificada y libre del vicio, buscando las ri- quietudes de cuando estaba vivo. Ya has agotado todos
514 quezas sin avaricia, los honores sin ambición, los pla- los dolores y preocupaciones por él. Ya has derramado
ceres sin molicie, ¿creías que podía conservarse largo todas tus lágrimas. Ya sólo te cabe disfrutar de él, si
tiempo en la envoltura de un cuerpo que sólo es traba sabes hacerlo, si sabes reconocer lo que en él había de
y tinieblas para el alma? Todo lo que llega a la cumbre, más precioso. A él no le golpeó la muerte, sólo lo hizo a
está próximo a caer. La virtud perfecta se sustrae y su imagen, que era una imagen que lo representaba
oculta a nuestros ojos, y el fruto que madura temprano muy poco. Inmortal ya, ha accedido a un mejor estado,
no espera al otoño, aspira a las regiones de donde sa-
y, libre de un peso ajeno, todo él es él mismo.
lió; donde espera eterno reposo, y donde, vencidos el
caos y la oscuridad, contemplará la verdad en todo su
Séneca, conocedor por sí mismo de lo que real-
esplendor.
mente apacigua las angustias de las madres amorosas de
sus hijos, descorre un velo de las alturas para ofrecerle a
Y Séneca, con resonancia socrática y ampliando
Marcia la escena que más puede enternecerla y tranqui-
imágenes y creencias ya apuntadas por Plutarco, co-
lizarla. La del reencuentro de Metilius y su abuelo Cre-
mienza a desplegar ahora su más seductora retórica
mucio, allí, juntos; es decir, su padre y su hijo, sin duda
transcendente y espiritualista del “más allá”, donde no
los seres que ella más ha querido.
hay dioses ni paraísos sensuales, sino paz eterna y aco-
gida de sabios ancestros. En estos términos, la consola-
Aunque en esa región todos son una misma fami-
ción de Séneca se parece más a una predicación.
lia, tu padre se dedica íntimamente a tu hijo, maravi-
Así prepara a Marcia para la apoteosis final de la
consolación... llado por las enseñanzas del abuelo, que le muestra el
curso de los astros que les rodean, y le inicia en los
[...] El camino hacia las regiones superiores es misterios de la naturaleza, extraídos de la fuente de la
mucho más fácil para los que abandonan pronto el co- verdad y no de vanas conjeturas. Es al mismo tiempo
mercio humano, porque arrastran consigo menos lodo, el anfitrión que enseña a su fascinado huésped las
menos peso: libres antes de mancharse, antes de mez- magnificencias de una ciudad desconocida y el abuelo
clarse con demasiada intimidad a las cosas terrestres, que revela al nieto las causas de los fenómenos celestes.
suben más ligeros al punto de su origen y se despren-
15  Podría hallarse aquí una preforma del purgatorio de los ca-
den con mayor facilidad del elemento tosco e impuro.
tólicos o del enigmático araf, revelado por el Corán (VII, 44-47), lugar
situado entre el paraíso y el infierno, en un límite habitado por aquellos
...conduciendo su mirada por el camino hacia las que no están en un lado ni en el otro, pero que son conocedores de
altas esferas de la paz y la sabiduría, por donde el hijo... ambos (araf significa conocer).

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Desde arriba, los dos echan sus miradas sobre la tierra Y ésta, la tabla de los cataclismos. Séneca, identifi-
y se complacen en observar, desde la cima de su gloria, cado a su estimado Cremucio difunto, le hace explayar-
todo lo que han dejado abajo. se en el anticipo del Apocalipsis final, esa alucinación
Así que desde lo alto, Marcia, tu padre y tu hijo premonitoria que persigue por milenios nuestro in-
ven cómo actúas, pero ya no son ellos como tú los cono- consciente colectivo.
cías, sino seres perfectos de sublimes lugares. Te sonro-
jarás, pues, de todo lo que sea vulgar y de poca monta, “En fin, por si te puede consolar de tu duelo el
y de llorar por la feliz mutación de tus seres queridos. destino común del mundo, persuádete de que nada hay
En la eternidad de los vastos y libres espacios, que dure, Marcia. El tiempo abatirá y se lo llevará to-
nada les separa ya, ni los anchos mares, ni las altas do, no solamente a los humanos —raquíticos restos de
montañas, ni los profundos valles, ni las inseguras sir- su veleidoso imperio— sino a dioses, a regiones ente-
tes. Todo es llano para ellos, fáciles y expeditos todos ras, a grandes extensiones del mundo; suprimirá mon-
sus movimientos, permeables entre sí, en armonía con tañas y hará surgir otras; desecará los mares, despla-
los astros. zará el curso de los ríos, y, destruyendo las comunica-
ciones de los pueblos, disolverá las sociedades del géne-
El astuto Séneca se reserva para el final la excelsa ro humano. Por otra parte, el suelo se hendirá y engu-
carta: la voz del padre. llirá las ciudades, o las derribarán los terremotos, y sus
grietas exhalarán vapores ponzoñosos; se inundarán
Desde aquella bóveda celeste desciende la voz de las tierras habitadas, y en el orbe sumergido perecerá
tu padre, Marcia, que te dice: todo animal; y un vasto incendio abrasará cuanto sea
“¿Por qué, hija mía, te entregas a tan larga triste- mortal. Y cuando llegue el momento en el que el mun-
za? ¿Por qué ignoras tan obstinadamente la verdad, do deba extinguirse para renovarse, sus propias fuer-
creyendo a tu hijo injustamente tratado, cuando, dis- zas lo romperán, chocarán los astros entre sí, toda la
gustado de la vida, se quiso retirar con sus antepasa- materia se fundirá y las grandes luminarias que bri-
dos?16 ¿Acaso no sabes de la tormentosa Fortuna, que llan en el cielo se concentrarán en la llama de un solo
todo lo trastorna y que parece tratar mejor a los que incendio.
menos se lo agradecen?”. También nosotros, almas felices, en régimen de
eternidad, cuando plazca a Dios recrear todo de nue-
Y la pluma del filósofo amigo, en voz del padre de vo, iremos a confundirnos en el seno de los elementos
la doliente, pinta el díptico de los terribles males de la primordiales. ¡Feliz es tu hijo, Marcia, que ya conoce 515
tierra en una tabla, y, en la otra, los inmensos bienes este secreto!”.
que nos esperan en los altos cielos. Ésta es la tabla de
los bienes. Pero ¿consolaría esto a Marcia? No se ha dejado
constancia de ello, y no lo sabremos. De forma cruel,
“Aquí todos formamos uno solo, y vemos, exentos Séneca corta aquí su consolación con ese cuadro del fin
de la espesa noche que os rodea, que nada en los hom- del mundo en el que seguramente Brueghel, muchos
bres es como lo piensan, ni deseable, ni elevado, ni siglos después, se inspiraría. Al final, se ha dejado llevar
magnífico, sino que todo es bajeza, miseria, angustia. por el terrible imaginario de su duro estoicismo. Porque
Cuán poco reflejo recibís de nuestra luz. él era aquel que, queriendo imitar la muerte de Sócra-
¿Habré de añadir que aquí no tenemos ejércitos tes, no tuvo el habilidoso humor de éste para hacerlo
que choquen entre sí furiosamente, ni armadas que se dignamente, y su suicidio fue una escabechina.
destrocen en el mar? Aquí no hay parricidios, ni proce-
sos interminables, nada es oscuro, la mente y el cora- ***
zón están abiertos, todo se halla a la vista, y lo que fue
y lo que ha de ser están ante nuestros ojos. En la CIX de sus Cartas a Lucilio17, Séneca incluye
Me preciaba yo de relatar los anales de un siglo, la que le escribió a un padre, Marullo, por la muerte de
de un puñado de hombres en un rincón del mundo; su hijo, sin que conste fecha del escrito, que parece, sin
pero ahora, qué inmensa cadena de siglos y generacio- embargo, posterior a sus otras grandes consolaciones.
nes puedo abarcar, todos los tiempos están delante, y Espigo del texto las siguientes pocas sentencias, que
me es posible ver qué imperios deben surgir y cuáles corroboran la posición que Séneca sostiene con respec-
derrumbarse, la caída de famosas ciudades, las violen- to al duelo por la muerte de un ser querido.
tas agitaciones de los mares [...]”.
Deja que se derramen las lágrimas de tu aflic-
16  La frase siguiente (“Cur in tanta veri ignorantia versaris, ut ción, pero ¿por qué te recreas después en ellas? / ¿Por
inique actum judices cum filio tuo, quod in tædium versus vitæ, ipse qué exageras el dolor? Gimes más fuerte cuando te
ad majores se recepit suos?”), referente a su nieto muerto, puesta en oyen. / La ostentación del dolor te arrastra más que el
boca de Cremucio Cordo, y dirigida a su hija Marcia, pone en duda la
causa de la muerte del joven: ¿se trata meramente de un giro retórico
dolor mismo... / ¿Qué locura es ésa de llorar por el que
o hay que entender que ese muchacho se suicidó al igual que el suso-
17  Oeuvres Complètes de Sénèque le Philosophe, op. cit., vol. 7, pp.
dicho abuelo? De la consolación de Séneca no se deduce la causa de
esa muerte. 167 y ss.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

partió si tú has de seguir el mismo camino? / ¿Qué va18, la cual se va adquiriendo desde la primera infan-
mayor vergüenza hay que hallar placer en el dolor? / cia, al par que se aprende a cuidar sin dañar, a acariciar
Me reprochan una severidad excesiva y me acusan de sin agobiar, a percibir que alguien tiene frío y cubrirlo,
insensibilidad. Lo que prescribo es que, una vez que la a respetar un silencio, a saber callar y a saber decir una
aflicción haya liberado sus lágrimas, impedir que el palabra adecuada en el momento oportuno...
dolor nos ocupe el alma. Bien sé que éstas conductas que nacen de lo íntimo
no pueden ser técnicas programadas en sesiones, sino
Desconozco si se conservan otras consolaciones de que pasan por el largo aprendizaje de las identificacio-
Séneca, pero, en todo caso, su obra es una reflexión in nes, producidas por interiorización. Es, en el fondo, un
extenso sobre la muerte. desarrollo sentimental y moral de amplio espectro, bien
facilitado y educado, que se expresa en el aprendizaje
del cuidado, del saber cuidar. Quedarían adulteradas y
teatralizadas si se trataran de enseñar mediante técnicas
Consolación y psicagogía rituales, psicodramas o “dramaterapias”, tan comerciali-
zadas hoy día, en una de esas banalizaciones del bien.
Uno de los objetivos de esta amplia noticia sobre la
consolación de los clásicos grecolatinos es ejemplificar
la antigüedad y permanencia de la psicagogía en mu- Pasos para la consolación
chos de nuestros métodos de tratamiento anímicos ac-
tuales, que dejan en entredicho la libertad del sujeto El ars consolatoria requiere unos aprendizajes o el
tratado. afinamiento de unas capacidades, al igual que el que
La terapia de los filósofos de la consolación que aca- tiene aptitudes para el canto debe educar la voz y para
bo de presentar es una psicagogía, no una pedagogía. ello ha de tener en cuenta determinados componentes
Pedagogía es dotar de saberes fundamentales a un de la misma.
sujeto y proveerle de instrumentos, ayudarle a abrirse Los ejemplos de consolación que acabo de presen-
caminos, a descubrir y desarrollar sus capacidades, a tar constituían un género literario en la Roma antigua
fortalecer sus actitudes. de los primeros siglos de nuestra era. La posterior tradi-
Psicagogía es transmitir una verdad a un sujeto, ción de las cartas de pésame podía tener algún reflejo
modificando, en mayor o menor medida, su manera de de ella. Pero aquí vamos a entender la consolación en
516 ser —de actuar, sentir o pensar—, a través del método su vertiente presencial, verbal y gestual.
adecuado, que es la retórica persuasiva. El arte de la consolación debe apoyarse en unos
Ambos métodos y fines pueden confluir, y, en componentes que tienen a su vez entidad propia. Son:
verdad, muchas veces son difíciles de distinguir en la empatía, cuidado, ternura y lenguaje consolatorio (ver-
enseñanza. bal y gestual) que se entrelazan, se facilitan y enrique-
Pero en psicagogía la verdad es previa y está en las cen entre ellos. Creo que la intervención de todos y ca-
manos del maestro-psicagogo. Se podría hablar de una da uno redunda en una mejor terapeia consolatoria y
conducción de almas en una dirección hacia lo absolu- paliativa.
to. La diferencia con la sofística es que, en ésta, verdad En primer lugar, la consolación necesita de la empa-
puede ser todo aquello que venciera en una discusión, tía y, a su vez, ésta facilita extraordinariamente la acción
pero que dejaría de serlo si perdiera en otro debate so- o actividad de cuidar. Por su parte, todas ellas se poten-
bre el mismo tema. cian con la ternura y se expresan mediante un lenguaje
En la pura pedagogía, a mi modo de ver, la verdad gestual y verbal. Los abordamos a continuación, en ma-
no es asunto de un tiempo o un momento concreto, si- yor o menor extensión.
no el resultado del trabajo y el esfuerzo prolongados de
un continuado encuentro entre el pedagogo y el sujeto,
generalmente el niño. Empatía
Las terapias de consolación que hemos examinado
más atrás son psicagógicas, obedecen a una estrategia La auténtica consolación requiere empatía. Con
encaminada a un forzado y muy determinado fin. “auténtica” me refiero a una consolación que sale de den-
tro, si bien, como ya dije, hay que habilitarla para con-
vertirla en ars. Se dan, por supuesto, consolaciones
operativas que no comprometen la empatía y que se ex-
Consolatoria básica presan en un cuidar correcto, formalizado, programado
o protocolizado, que tiene también su razón de ser.
Hay una consolatoria básica, que debería saber La empatía es un concepto que se ha enrevesado
practicar todo ser humano ante el dolor y el duelo aje- mucho históricamente, trabándose con su pareja geme-
no, y que no debe contemplarse como una habilidad lar, la simpatía, como veremos. Supone un proceso muy
social aprendida como si fuera una técnica de estudio o
de entrevista laboral. Esta consolatoria parte de la esti- 18  ¿Qué construirías tú en lugar de las Torres gemelas? - Pedagogía

mulación moral para el desarrollo de la función compasi- de la función compasiva, Madrid, 2002

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

debatido y de difícil objetivación y seguimiento en su Así que, apurando más, la empatía no se define
desarrollo. por una actitud necesariamente cariñosa, tierna o, en
Pero, resumiendo ahora, y de entrada, diré que sentido coloquial, “simpática”, aunque evidentemente
opto aquí por considerar como empatía la capacidad éstos son rasgos que suelen asociarse. Sino, insistámos-
emocional, psicoafectiva, de sentir-en sí, dentro-de-sí, lo, por una comprensión íntima de la situación por la
como si sucediera-en-mí, el estado por el que atraviesa que atraviesa el otro, por lo común una situación par-
otra persona (“el otro”). Pero, dicho esto, hay que acla- cial, pero que se percibe afectándole en su conjunto, sin
rar enseguida que no se trata de una relación simbiótica que esa comprensión venga dada obligadamente por
o de dependencia. En la empatía los dos sujetos impli- una información exhaustiva de dicha situación. Con
cados en la relación permanecen independientes todo una ojeada la empatía se enciende con frecuencia y se
el tiempo y con conciencia de su individualidad. La manifiesta mediante una aguzada escucha y una atenta
empatía se sentiría como un efecto de resonancia del observación que permiten captar muy bien la necesidad
otro en mí, no como una invasión o intrusión o sustitu- del otro o el cuidado que requiere.
ción del otro por mí. La empatía, como otras cualidades afectivas y emo-
Mientras que simpatía sería un sentir-con el otro, un cionales de la relación con el otro, se va configurando
reaccionar con él, un coincidir con él, sin que ello im- progresivamente desde las más tempranas edades. Si-
plique equivalencias vivenciales. Por ejemplo —en el gue, pues, un proceso de formación. Es en la infancia
sentido coloquial, como se entiende en la actualidad—, cuando arraiga y fructifica con mayor fuerza, llegando a
puedo simpatizar con alguien al que no entiendo en manifestarse como competencias naturales, de funcio-
absoluto o que sea totalmente contrario a mí, pero que namiento espontáneo y habitualmente acertado. Es
me hace gracia. Nunca se diría esto de la empatía. cierto que hay niños que nacen con un potencial de
Estimo que la empatía no requiere reciprocidad (la base, endógeno, constitucional, instrumental, que faci-
simpatía, más, o sí). Puede ser tanto unidireccional como lita las bases para su mejor implantación, al igual que
bidireccional. Desconozco si hay investigaciones sobre si sucede con otras funciones.
una de ellas es mejor que la otra, o cuándo, o en qué La empatía tiene, a mi modo de ver, categoría de
circunstancias. Es más; entiendo que la empatía humana función, en el sentido de que desempeña una actividad
puede darse con un animal, con una planta, con la tierra fundamental en las relaciones humanas. En mayor o
misma. Para ciertas personas, especialmente aún para menor grado, con mayor o menor fineza, existe en to-
muchas mujeres, las plantas son criaturas vivas a las que das las personas, pero puede hallarse siempre en activo
“adivinan” su estado, si requieren un cambio, más luz, o manifestarse selectiva u ocasionalmente. De donde 517
menos agua, delicada limpieza de sus hojas, menos surge otra cuestión: ¿sólo se empatiza con situaciones
frío..., y, aunque todo ello se pueda hacer muy bien con concretas de sujetos concretos?
información de jardinería, no cabe duda de que en el Es factible la estimulación, afinamiento y enrique-
mejor desarrollo de la planta interviene un componente cimiento de la función empática mediante su entrena-
empático, acompañado de cuidado y de ternura.
miento y su asunción por la consciencia, ya que muchas
Cabe plantear asimismo si la empatía involucraría
veces tal empatía se experimenta como un movimiento
emociones y sentimientos morales y éticos. Es decir,
instintivo que sale de uno, y ya está. Pero su plasticidad
¿podría uno igualmente empatizar con el bien que con
se pierde con la edad, aunque algunas veces, por el con-
el mal, con el bueno que con el malo? No parece que se
trario, se gana con ella, sobre todo en la edad última,
pueda concebir empatizar con el odio, la venganza o la
seguramente cuando hay menos trabas a dejar que se
envidia, pero sí cabría quizá simpatizar con los sujetos
manifieste.
que manifiestan estas pasiones innobles. Por el contra-
Un ejemplo corriente muy ilustrativo de afecto
rio, Max Scheler otorga a la simpatía una consideración
empático (aunque con resonancias simbióticas) es la
ética de valor positivo, amoroso, incluso religioso; claro
frase con la que las madres expresan la preocupación
que Scheler concibe la simpatía como una entidad mu-
alimentaria por sus pequeños: “Mi niño no me come”, y
cho más compleja que como se entiende hoy popular-
esa inquietud apunta a su amoroso temor con respecto
mente. (Enseguida veremos la confusión o ambigüedad
semántica que hay entre empatía y simpatía en los mu- a la salud de su hijo. De hecho, la gramática denomina
chos autores que les han dedicado su atención). dativo ético o simpatético al del pronombre personal de
Pero, por mi parte, he percibido empatías en sujetos primera persona (“me”) de la frase anterior.
psicópatas y en niños autistas. La carga afectiva demasia- Como apunté, empatía y sobre todo simpatía han
do positiva que se asocia al concepto ha impedido proba- sido objeto de estudios por parte de señalados pensado-
blemente percibir que hay en ciertas personas sin con- res en los campos de la filosofía, sociología, psicología,
ciencia moral o con gran distorsión en la personalidad estética, ética, etc., como dejo esbozado en la apretada
una extraña capacidad para captar cómo se siente el otro nota adjunta19. En ella trato de plantear las relaciones
y utilizarlo de forma malvada, conocimiento que quizás
19  Sobre “Einfühlung”, simpatía y empatía. Einfühlung fue, al pa-
obtienen a través de una extraordinaria receptividad de
recer, acuñado en 1858 por el filósofo y psicólogo alemán Rudolph
mensajes imperceptibles normalmente. En el tema que Hertman Lotze (1817-1881), y utilizado asimismo por su colega, com-
nos ocupa, es obvio que nos referimos a la empatía “posi- patriota y además fisiólogo Wilhelm Maximilian Wundt (1832-1920).
tiva”, disculpándome de la posible redundancia. El término Einfühlung (de ein = en, dentro, y Fühlung = sentimiento, es

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

decir, sentimiento llevado a dentro de sí) ha sido traducido tanto como general, una actitud determinada con respecto a otras vidas psíquicas”.
simpatía que como empatía, pero la evolución de estos dos vocablos ha Por último, en la lección XXXIII, “La femineidad”, de Nuevas lecciones
seguido desarrollos distintos. Veamos. introductorias al psicoanálisis (1932), apunta el nacimiento de simpatía
Se señala en alguna fuente que G. Tichener, un estudiante de de una persona hacia aquella o aquellas en las que supone la existencia
Wundt, tradujo, con raíces griegas, a primeros del siglo XX, la palabra de un conflicto idéntico al suyo. Ortega y Gasset estimaba que el tér-
Einfühlung al inglés como empathy (empátheia, de em = causante de; pa- mino Einfühlung era un “endemoniado vocablo germánico”, y proponía
theia, afecto, que por derivar de la base páschein, que significa sufrir, sustituirlo por ese otro de “simpatía” que, aun no siendo tampoco es-
incluye acepciones de dolor, pena, compasión). El adjetivo empathic pañol, estaba, al menos —decía él—, más españolizado. Por su parte,
(empático) fue empleado a partir de 1909, y el verbo empathize (empa- el traductor inglés de la obra de Freud, James Strachey (1887-1967),
tizar), desde 1924. Pero otros datos atribuyen esa traslación al filósofo culto psicoanalista británico, fue el que introdujo en la obra freudiana
vienes greco-latinista Heinrich Gomperz, que mantuvo una relación el término empatía, poco conocido hasta entonces, dándole relevancia
amistosa con Freud. internacional.
Debe saberse que en alemán se ha seguido empleando el término Por su parte, el moravo (checo) Edmund Husserl (1859-1938),
Einfühlung durante largo tiempo en filosofía, estética y psicología, pero, fundador de la filosofía fenomenológica y padre de muchos de los me-
como acabo de apuntar, fue traducido al inglés y expandido como em- jores filósofos europeos del siglo XX, se interesó por la Einfühlung, en
pathy, en concordancia con symphaty, a la que finalmente parece haber 1905, y la integró en su pensamiento. Aunque no escribió monográfica-
conseguido desbancar, como veremos. mente sobre ella, potenció la tesis doctoral Zum Problem der Einfühlung
Einfühlung se utilizó al comienzo para denominar una teoría del (1916; Sobre el problema de la empatía, en castellano) de su discípula, fi-
arte, una vivencia estética. En 1903-1905, el también filósofo y psicó- lósofa y mística Edith Stein (1891-1942, que devino religiosa carmelita,
logo Theodore Lipps (1851-1914), en el mismo campo que los autores hoy canonizada, muerta en el campo de concentración de Auschwitz.
citados anteriormente, elaboró el concepto Einfühlung como la “belleza Es un breve texto, densamente filosófico.
que, en libre afirmación de la vida, es sentida en la contemplación de En cuanto a simpatía, el término proviene del griego sympatheia
un objeto y ligada a esta contemplación de un modo sensible”. El ar- (con el prefijo de unión, syn = junto, unido a, con, y la raíz éphatho,
tista proyecta estos sentimientos en la obra de arte para que los que la sentir). Apareció ya en Cicerón, Plinio y otros autores latinos, con el
contemplen compartan con él las mismas emociones. Lipps considera significado de acuerdo entre varios, conjunción y consenso con la na-
que el objeto que se nos presenta ejerce una solicitación de explora- turaleza, comunidad de sentimientos, y lo utilizó asimismo Aristóteles.
ción e implicación activa por nuestra parte. Kandinsky (1866-1944) se El término impregnó la fisiología y la medicina, hablándose de reacción
basó en la proclama Abstraktion und Einfühlung (1907-1908, del pintor simpática cuando la función o afectación de un órgano repercutía en
primitivista, expresionista, Wilhelm Worringer) para establecer su filo- otro, con el que establecía una relación de resonancia. Uno de los sis-
sofía artística. Escribió: “Todos los objetos, sin reservas, creados por la temas neurovegetativos de nuestro organismo ha recibido el nombre
naturaleza o por el hombre, son entes con vida autónoma, que inexcu- de simpático. En los siglos XVII-XVIII se abrió un cauce de filosofía
sablemente emiten un sentido. Constantemente estamos en contacto moral y de sociología, entre el Renacimiento y la Ilustración, basado
con estas ‘emanaciones psicológicas’, cuya influencia puede actuar en el en una reintegración del concepto de virtud de los clásicos, y en un
subconsciente o pasar a la conciencia. El hombre puede conjurarlas en- planteamiento de las relaciones de simpatía y de benevolencia en el
cerrándose en sí mismo. La naturaleza, circunstancia externa del hom- interés común de los hombres en sociedad, con autores ingleses como
518 bre, siempre variable, emite una vibración constante de las cuerdas del el conde de Shaftesbury (1671-1713, que decía: “El Otro es el objeto
piano (alma) a través de las teclas (objetos)”. Es decir, aunque recibimos exterior que sirve de estímulo y término específicos al primario instinto
de los objetos sus cualidades sensibles (color, forma, etc.), los dotamos simpático del Yo”), Francisco Hutcheson (1694-1746), David Hume
de cualidades dinámicas procedentes de nuestro interior psíquico, en (1711-1776), Adam Smith (1723-1790, con su Theory of Moral Senti-
una especie de remanente animismo psíquico propio del pensamiento ments, de 1759) y el doctor alemán Ernst Platner (1744-1818), quienes,
primitivo; por ejemplo, hablamos de un mar enfurecido o de unas so- entre otros, contribuyeron a revelar la existencia de la simpatía como
berbias columnas, que se levantan orgullosamente. instinto primario de vínculo humano y social. Desarrollaron una socio-
Asimismo, unas manchas imprecisas nos pueden parecer un ob- logía de la simpatía, de la benevolencia y del amor en un ámbito más
jeto o un ser animado o vivo, con expresión. Esto fundamentó el célebre profundo que el del discurso racional, pero independiente de la moral
test de Rorschach. Freud utilizó, casi simultánamente a Lipps, el térmi- religiosa, favoreciendo el camino para el estudio y valoración de los sen-
mo Einfühlung, aplicándolo a su teoría psicoanalítica, pues hallamos su timientos, en sus dimensiones social, política y pedagógica. Esta última
primera mención en El chiste y su relación con el inconsciente, de 1905, era resumida por Adam Smith en su máxima: “Obra de tal modo, que
donde lo empleó repetidamente. Luis López Ballesteros (que realizó la un ‘espectador imparcial’ pueda simpatizar contigo”, de forma que “al
primera traducción de la obra completa de Freud al castellano, y con- ponernos en la situación del Otro, aprobaríamos nuestra manera de ac-
cretamente la de El chiste en 1923) vertió el término como proyección tuar y simpatizaríamos con nuestros propios sentimientos”, definición
simpática, y, tomando asesoramiento de autoridades, lo ejemplificaba muy cercana al Superyo de Freud, aunque en ésta el código juzgador
argumentando que, aun viendo del prójimo sólo su exterior, me parece se halla interiorizado y en el de Adam es puramente social. Asimismo,
que posee un Yo como el mío, por lo que proyecto sobre él mis esta- el inglés Jeremy Bentham (1748-1832), teórico del utilitarismo, simpli-
dos psíquicos internos, de manera que “siento” mi Yo en el otro, y esta ficaba la cuestión diciendo que la teoría de la simpatía y de la antipatía
proyección de mi psiquismo en lo que —o en el que— no soy yo es la se reducía al simple principio según el cual las personas se hallan a sí
Einfühlung. En El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’ de W. Jensen (1906), mismas dispuestas a aprobar o desaprobar comportamientos, sin que
en Personajes psicopáticos en el teatro (1905-1906) y en Historia de una intervenga en ello el condicionamiento de la felicidad. Sin embargo, en
neurosis infantil (caso del “Hombre de los lobos”) (1914, 1918), el tér- otro contexto, él mismo afirma que la “moral del egoísmo” (del Yo, se
mino es utilizado, de forma positiva o negativa, respectivamente, como diría ahora) conduce a la “moral de la solidaridad”, en la medida en que
la posibilidad o imposibilidad de que alguien comprenda psicológica- el placer del “egoísmo razonable” se nutre de la simpatía de los demás;
mente a otra persona, en función de diferencias entre ambas, pudiendo como si dijera: “Tener la simpatía de los demás le es provechoso a mi
ser esto, por ejemplo, un obstáculo para la terapia psicoanalítica en el Yo”. En los siglos XIX y XX incidieron asimismo en el estudio de la sim-
caso negativo. Freud consideraba que esta simpatía era fundamental patía Théodule Ribot (1836-1916), fundador de la psicología francesa,
para realizar dicha tarea. Es en Psicología de las masas y análisis del Yo y el filósofo parisino Henri Bergson (1859-1941), entre otros, y desde
(1920-1921) donde incluye el término, ya explícitamente, en el ámbito luego el alemán Max Scheler (1874-1928), de la corriente del persona-
de la identificación con el otro, definiendo la proyección simpática o Ein- lismo, máximo representante filosófico de la teoría de los sentimien-
fühlung como el “proceso del que depende, en su mayor parte, nuestra tos, entre cuyas obras destacamos su Wesen und Formen der Sympathie
comprensión del Yo de otras personas”. “[Cuando] uno de los Yo ha (1923, ampliación de un ensayo escrito en 1913; traducido en España
advertido en el otro una importante analogía en un punto determinado, como Esencia y formas de la simpatía), texto fundamental. Considera
inmediatamente se produce una identificación en este punto”. En la que en la simpatía se dan dos componentes: por un lado estaría el sentir
nota del traductor se añade que “mediante la identificación y la imita- el sentimiento ajeno, pero desconectado de nuestras propias experien-
ción se llega a la comprensión del mecanismo que permite adoptar, en cias, no como un estado propio; el otro componente sería el co-sentir,

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

complejas entre ambas, procesos emocionales que son, vivos hasta los objetos; se cuida a un niño, una planta,
a mi modo de ver, bases fundamentales para el buen un perro o un libro. Pero su campo se amplía a otras
ejercicio del arte paliativo de la consolación. Pero la acciones, como es la de favorecer el desarrollo y el cre-
evolución histórica de los términos empatía y simpatía cimiento y mitigar o eliminar el sufrimiento. Para ello,
inducen a ambigüedad y confusión. La simpatía carece en principio, no se requerirían los afectos en sentido
actualmente de la profundidad sociológica, filosófica y estricto. Veamos.
ontológica que se le ha dado en tiempos pasados. Mi El instinto de cuidar es natural a las especies ani-
impresión es que ambas, simpatía y empatía, forman males y se dignifica en el ser humano a través, por un
parte de un mismo tronco afectivo y emocional de la lado, de la extensión de ese cuidado más allá de la
interacción humana, cuyas derivaciones o desarrollos crianza de la propia camada y más allá de los individuos
darían lugar a vivencias de distinta matización, hondu- del grupo, y, por otro, porque asume también la mitiga-
ra e implicación para el sujeto. ción del dolor. La dignificación de la confluencia de es-
En resumen, la empatía en consolatoria se mani- tas tres tareas se produce, además, porque el ser huma-
fiesta mediante una especial escucha, un delicado trato no las asume voluntariamente.
de respeto y una atención en detalle al sufrimiento y a Pero para cuidar de una manera adecuada es preci-
las demandas explícitas y no explicitadas de los dolien- so conocer las necesidades de la persona a quien se cui-
tes. Se reconoce porque consigue con el Otro: 1) esta- da —que, paradigmáticamente, es el bebé, el niño—.
blecer un vínculo de confianza basado en la credibili- Sabemos que la necesidad se mueve entre la carencia y
dad; 2) una buena y respetuosa comunicación; 3) la la satisfacción, entre la desazón y el placer; es decir, se
obtención privilegiada de información emocional; 4) halla teñida de emocionalidad. No siempre es evidente
un conocimiento de los diferentes aspectos que inciden lo que necesita de verdad el sujeto al que se cuida, y en
en su problema, y 6) una adecuada respuesta al trata- ocasiones ni él mismo lo sabe. Para afrontar ese obstácu-
miento de dicho problema. lo el cuidador ha de aplicar ese sentido afectivo de cono-
cimiento que es la empatía, motor del cuidado, que posi-
bilita, como insistimos, reconocer la necesidad del otro;
El cuidado empatía, que acabamos de estudiar como un proceso
mucho más complejo y debatido que el que se deduce
Dejé apuntado arriba que una capacidad nuclear por la definición simplista de ser la “capacidad de po-
de la empatía es su sagaz sensibilidad para captar la si- nerse en el lugar del otro”. En todo caso, cuanto más
tuación del otro y el cuidado que necesita. empático sea el sujeto mejor será su capacidad de cuidar 519
Cuidar es la actividad, compuesta de múltiples ac- en concreto a quien requiere sus cuidados.
ciones, dirigida en primer término al objetivo universal Se dice que es el instinto el que permite que el ani-
de proteger20, protección que incluye desde los seres mal reconozca la necesidad de su cría (probablemente,
por un sentido cíclico o de reloj biológico), pero no es
en el que hay una participación en las vivencias ajenas. La simpatía, empatía porque ese reconocimiento sólo es con respec-
en sentido estricto (Mitgefühl), estaría basada en ambos componentes.
La simpatía, mediante la intuición, capta las cualidades valorativas del
to a su cría y dura (salvo en excepciones no explicadas)
sentimiento ajeno, y de este modo alcanza la comprensión del Yo y de hasta el tiempo exacto en el que ésta se independiza, es
la persona del Otro. Cuando Scheler describe los dos componentes que decir, cuando subviene a su propia manutención y ata-
él encuentra en el fenómeno simpatía está revelando, por una parte, en que y defensa.
uno de ellos, lo que algunos entienden por simpatía propiamente dicha, Pero, además, las acciones de cuidar anudan las
y, por otra, en el segundo, lo que muchos consideran y nombran como
empatía. En realidad, ambas tienden a la sintonía del Otro mediante
relaciones primarias, de las cuales emanan los senti-
el conocimiento afectivo. Sin embargo, Scheler critica abiertamente la mientos básicos. Si observamos la conducta del sujeto
“teoría de la empatía”, a la que considera que interpreta erróneamente en su precoz infancia comprobamos que alterna, con
los hechos de la vida, sin extenderse en ella, prometiendo dedicarle más escasos intervalos, sus comportamientos de cuidar con
espacio en otra ocasión.
los de agredir (lo vemos en el trato a sus juguetes o a
Es importante remarcar que en el pensamiento alemán se desa-
rrollaron dos líneas de elaboración en relación con el sentir de la rela- sus muñecos, o incluso a sus animales). La evolución
ción humana: la línea de la sympathy y la línea del Einfühlung (traducido hará que se reprima el también natural componente
como empatía), siendo aquélla, como hemos visto, mucho más antigua destructivo, y esa inhibición de la propensión agresiva
que ésta. Todo lo cual ha dado origen, a mi modo de ver, a no pocas se hará a merced del desarrollo de la ternura, como ve-
confusiones, pues, según los diferentes autores que tocan el asunto, uno
llama como simpatía lo que otro describe como empatía, o viceversa.
remos enseguida.
Empatía, al principio también denominada “endopatía”, es un Los dolientes, sean enfermos físicos o —como aquí
término de aparición reciente en nuestra lengua. Simpatía parece haber estudiamos— personas en circunstancias de dolorosa
quedado para significar una aproximación afectiva más superficial hacia pérdida, requieren ser cuidados de manera especial du-
el Otro, mientras que empatía supondría una repercusión emocional rante un cierto tiempo. Ya vimos en el capítulo de la
de intensa coincidencia interior con el Otro. Dicho de otro modo, la
simpatía es el producto sentido por la coincidencia del Otro con uno
Clínica que el doliente en una situación tan crítica co-
mismo, en tanto que la empatía es más la coincidencia de uno mismo
con el Otro. ethos fundamental de lo humano, el “cuidado como modo-de-ser esen-
20
  El brasileño Leonard Boff, teólogo de la liberación, proclama cial”. En realidad, no hace sino recoger y actualizar como laica ecología
la ética del cuidado. En su libro El cuidado esencial. Ética de lo humano, lo que Francisco de Asís fue el primero en representar viviéndolo: un
compasión por la Tierra (2002) defiende la recuperación del cuidar como amor cósmico en el que cada ser era un reflejo de Dios, sin ser Dios.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

mo la muerte de un hijo puede entrar en una situación La ternura


regresiva parcial, en la que aumenta mucho su vulnera-
bilidad y el descuido de sí mismo. Esto ocurre especial- Siguiendo con nuestro hilo asociativo, la ternura es
mente en el tiempo inmediato a la pérdida, en el que el la expresión física de la cadena asociativa empatía-com-
doliente requiere un evidente “ser-cuidado”. Pero pue- pasión-consolación, que se revela entre dos personas,
de necesitar también el cuidado en otros momentos de especialmente mediante el contacto gestual, incluyendo
su tiempo de duelo que no son tan visibles y no son la mirada; y también la voz (a través de su tono y tim-
menos importantes y dolorosos, y en ello se debe empe- bre) en la palabra.
ñar también la consolatoria. Mediante los cuidados recibidos el niño aprende
este proceso, que interioriza, quedando impreso en su
hábito relacional. Se ha hecho mucho énfasis en que la
Compasión y lástima figura cuidadora primaria y primordial es la madre (y
por ello en algunos ámbitos se ha denominado mater-
Llegados a este punto, conviene hacer alguna aso- naje a dicho proceso). Pero lo imprescindible es que
ciación y alguna diferencia. Hablamos de la compasión toda criatura humana pueda vivir ese desarrollo, aun-
y de la lástima. La compasión es sintónica con la conso- que sea a través de diversas figuras lo suficientemente
lación, y, a mi modo de ver, no lo es con la lástima, o no buenas con ella para que cumplan dicho ciclo, de mo-
lo es con la misma consistencia. Veamos. do que el ser humano en evolución logre unificar en
La compasión es un sentimiento que emana de la su interior el modelo: cuidados-empatía-compasión-
empatía con la persona necesitada cuando ésta sufre; y, ternura-consolación. Es decir, que si el niño no puede
a su vez, como vimos, la consolación se aplica cuando tener un buen modelo unitario que interiorizar, pue-
ese sufrimiento no se puede resolver en ese momento. da, al menos, conjuntar varios modelos parciales, co-
Max Scheler define la compasión como un “padecer por mo en un puzle interno de afectos y de buenas identi-
el padecer del prójimo”, pero no como una identifica- ficaciones. El niño que tiene la suerte de componer
ción o unificación afectiva con el padecer de éste21. internamente esa armonía emocional será capaz de
En la lengua española, tan rica y matizada en el transmitirla a su vez de manera temprana y fluida. El
diccionario de los sentimientos, hay un término muy que no, tendrá que aprenderla —si la aprende—, y
nuestro y de uso frecuente, que es la lástima, con signifi- entonces no será un hábito en él, sino adiestramiento
cado distinto a pena, piedad, conmiseración, compa- que le facultará para aplicarlo sólo de manera selecti-
520 sión, misericordia y otros en la misma línea. Sentir lásti- va, en algunos casos, con algunas personas (ver Pane-
ma es lamentar, generalmente de forma transitoria, el les II a VIII).
daño ajeno objetivado. En este enfoque, sentir lástima es El cuidador paliativo debería entrenarse en el ma-
más “dar lástima”, algo o alguien que da lástima. “Me dio ternaje y, en cierto modo, revivirlo en su propia perso-
lástima”. Porque la lástima no reside tanto en el que la na. Ahora bien, insistiré en que ternura y maternaje en
siente, sino en el sujeto, animal, objeto o situación que consolatoria no tienen nada que ver con gestos excesi-
padece el daño: lastimoso o lastimero. “Se encontraba en vos ni marcadas muestras de afecto. La ternura es una
un estado lastimoso”. “Me dio lástima el estado de aban- vibración empática y tiene sus espacios y condiciones.
dono en que se hallaba aquel jardín”. O ante un buen Veamos.
libro deteriorado: “Qué lástima de libro”. O de un niño
que llora desconsolado se dice: “Qué lástima de hijo”. La
lástima se queda, en general, limitada a la constatación Espacios de la ternura
del daño. La lástima no califica a quien la siente.
Por el contrario, la compasión sí califica a quien la Es preciso que reservemos, mantengamos y cuide-
siente. Y de alguien se dice que es compasivo, lo que mos en nuestro interior espacios donde puedan habitar
puede aludir a una cualidad permanente (persona com- la ternura y la compasión, que son las hermanas mayo-
pasiva) o a una reacción concreta (“tuvo un gesto com- res de la consolación, las tres virtudes afectivas más
pasivo”). Porque la compasión dimana del sujeto que la nobles de la sensibilidad humana, artes del bien. En
siente y se dirige específicamente hacia seres humanos estancias contiguas se hallan vecinas más sensuales,
(o, en último extremo, vividos de manera humanizada, como el arte, la música y cierta poesía, excelsas, pero no
como un animal que sufre, un perro abandonado y necesariamente artes del bien. Porque, como se sabe de
hambriento). La compasión inclina a intervenir para sobra, también los malos son capaces de hacer bellas
aliviar o remediar el dolor que experimenta el ser com- obras que emocionan, incluso a los buenos.
padecido y aligerar la pena que se ha removido en el Así habitados, sabremos favorecer en nuestros ni-
que le compadece. ños, desde el comienzo de sus vidas, el desarrollo de
Vemos así cómo se hilvanan, unos con otros, en- esos sentimientos que surgen de modo natural en ellos,
tendimientos, necesidades, cuidados, emociones y sen- si no se les aplasta con la dureza, la incomprensión o la
timientos. descalificación, que desgraciadamente caracterizan a
muchos adultos.
21  Wesen und Formen der Sympathie (1923), de Max Scheler. En La ternura se necesita, se siente, se ve, se aprende,
castellano, Esencia y formas de la simpatía, en traducción de José Gaos. se da y se perfecciona. La ternura es la forma de la com-

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

pasión y el antídoto de la maldad. Estoy convencido de


que el antecedente de tales comportamientos de ternu-
ra compasiva en la infancia es suficiente para descartar
una deriva psicópata o de crueldad en el adulto, aun-
que haya pasajes escandalosos y desafiantes durante la
adolescencia. Es verdad que hay buenas personas des-
graciadamente ásperas, y personas sensibles con ver-
güenza de la ternura, pero la tienen inconfesada. Los
malos, no. Y si la tuvieran, es una ternura restringida,
limitada a su círculo inmediato, o es seducción —arma
y maniobra de retorno egocéntrico—, y no una manera
de ser y de vivir.
La ternura es sobre todo un modo de hacer y de
sentir el mundo, los seres y las cosas. Se cultiva en la Figura 7. Reconversión.

calma y mediante gestos reposados y cuidadosos. Re-


quiere la entrega absoluta a lo que se está haciendo. Así,
sin brusquedad, suavemente, dejando que las pequeñas
ocupaciones contengan su tiempo y que cada momento
se haga presente en el placer amoroso de la suavidad
repetida. Así es la gracia de las cosas que, pareciendo
sin contenido y fastidiosas en la prisa, tejen o exhalan
ternura en sus pausas. De modo que aquí ensalzo y re-
comiendo el ritual creativo, religioso, de lo pequeño,
que no es rutina maniática, exasperante u obsesiva, sino
armonía, pausado ritmo, comunión del gesto y la cosa.
Es decir, substrato de la ternura. Y el tacto, en el contac-
to, es su sentido privilegiado. La otra condición es que,
para que el contacto físico amoroso se transforme en
tacto de ternura, deberá quedar desprovisto de su carga
sensual, sexual y agresiva. 521
Los niños aprenden también estas maneras, más
Figura 8. Cura y limpieza de una úlcera de Buruli en un niño.
que nada viéndolas en los demás y sintiéndolas en sí
mismos. Su enemigo principal es la hiperactividad, co- Figuras 7 y 8. Extrañas ternuras.
mo veremos más adelante.

pulgar y mi índice la ingrávida cosilla se hace perdonar


Extrañas ternuras —por humilde— su rastrero origen. Ella en el fondo es
un vilano de mi vida. Y la miro, traspasando la barrera
Hay extrañas conversiones en ternuras. del asco, con curiosidad microscópica de las formas. Y
Así que cortas una manzana y mientras lo haces, esa nueva manera de aproximarme me cambia el con-
percibes la variación de color sobre su piel, su redon- cepto y la actitud.
dez, su tersura; notas cómo el cuchillo entra en su carne También puede la repugnancia trocarse en ternura.
jugosa, produciendo un crujido distinto según la textu- Verdaderamente una de las pruebas de ternura es la su-
ra de cada tipo de manzana, sientes un cierto salivar peración del asco. La ternura no está sobre todo en la
que burbujea en el interior de tus mejillas, ves las gotas cosa, sino en la forma de mirar y de sentir, en el gesto,
que rezuman por el corte recién hecho, como una san- en el contacto. Y así, hay quienes, por amor o por mise-
gre clara, tomas una de ellas que se desliza, y la llevas a ricordia, curan al llagoso, sintiendo más su sufrimiento
tus labios, notas brevemente su ligera frescura; la sigues que asco de su podre (Figura 8).
cortando en trozos, anticipas el sabor. Estás ahora dis- No tengo aquí razón ni espacio para extenderme y
puesto a degustarla, como en el acmé de una ceremo- profundizar en el estudio de la ternura y de la compa-
nia. Pero, debes saberlo: no es sólo la fruición anticipa- sión, bases de la capacidad de consolación. Por ello, en
da del placer final, sino una recreación gustosa en la vez de eso, abriré los espacios de la ternura a imágenes
propia cosa, como cosa existente. comentadas. Puesto que estamos en el doloroso ámbito
No siempre es tan poético. Tomo del suelo del pa- de la pérdida de un niño, me limitaré al mundo de la
sillo del apartamento, con grimosa prevención, uno de ternura infantil, con un avance sobre una posible y ne-
esos agregados de polvo que de modo enigmático ad- cesaria pedagogía de la ternura, de la compasión y de la
quieren habitualmente la forma de pequeñas bolas, consolación, pues tengo la convicción del poder estruc-
siempre de un tejido gris, esponjoso y trabado, polvo turante de estas dimensiones o funciones anímicas so-
telarañado en fibras (Figura 7). Misterioso polvo ince- bre la persona, a condición de que intervengan muy
sante, como una lluvia invisible y porosa. Entre mi precozmente en la vida.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

PANEL II. OBJETOS DE LA TERNURA INFANTIL-1

1.2. Zapatilla de pelo y ramita de algodón. La me-


ra visión de una cierta textura suscita una 3. Y por mucho tiempo estuvo
sensación de agrado o de repulsa intensos, en aquella cuna intacta
que a menudo corresponden a una sensibi- su perfil deshabitado,
lidad física muy individualizada. He cono- buscando su cuerpo el alma.
cido a niños con grima inaguantable a pie- (Del autor)
les suaves. Y personas alérgicas a materias
generalmente consideradas apetitosas o
delicadas. La ternura tiene también sus
misteriosos condicionantes físicos

4. Zapatitos de bebé,
a miles amontonados
en el campo de Madjnek,
pero aquel campo no era
de jugar ni de correr.
Para ir a donde ibais
522 no los teníais que tener;
para ir a donde fuisteis,
no debisteis de nacer.
(Del autor)

7.  NANA
Mi niño se está durmiendo,
mi niño dormirá bien.
6. Manitas extendidas, Los zapatitos vigilan
piñón, caracolitos, con sus ojitos de pie.
bendito quien os colme, Por sabanitas de sueños,
5. Bajo la cuna vacía ¡bendito! nadan ya tus p(i)ececitos,
gateaba la alargada      * tus calcetines de oruga
sombra leve de su almita. Piececitos de niños, duermen en tus zapatitos.
El creador modernista Van de Velde azulosos de frío, Mi niño se está durmiendo,
diseñó esta cuna para el hijo del ¡cómo os ven y no os cubren, mi niño se duerme ya.
pintor y fotógrafo alemán Karl Er- Dios mío! Los malos no vienen hoy,
nest Papf en 1900 (ahora en el Gabriela Mistral mañana, ni nunca más.
Museo de Hagen) Ternura (1924) (Del autor)

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

PANEL III. OBJETOS DE LA TERNURA INFANTIL-2.


EL PELUCHE

1.  Un “Teddy”

El oso de peluche nació en 1902, en Estados Unidos, se llamaba


Teddy, igual que Roosevelt, y tiene una tierna historia. Cuentan que el
presidente, con ocasión de un viaje político, organizó una cacería en
la que no tuvo suerte, por lo que sus anfitriones le pusieron a tiro un
osezno para que no se fuera de vacío, pero él se negó a matarlo. Los
periódicos publicaron el suceso en una viñeta. A un confitero le hizo
gracia la historia y confeccionó un osito de felpa, al que llamó el “oso
de Teddy” y lo expuso como reclamo en su escaparate. (Otra versión
asegura que el osito no era creación de él, sino de Margaret Steiff, una
famosa juguetera alemana, poliomielítica, que desde jovencita realiza-
ba con mucho éxito animalitos de felpa para los niños.) Lo cierto es
que por ese tiempo se preparaba la boda de una hija de Roosevelt, y
ella quería una decoración muy especial para adornar los centros flo-
rales de las mesas del banquete. El encargado encontró el osito de
marras, tan suave y de mirada tan tierna y dulce que pensó inmedia-
tamente que eso era lo que buscaba, algo muy original y que además,
vestido de cazador, agradaría también al presidente del indulto cine-
gético. Y así el osito de aquella boda se convirtió en famosísimo y fue
universalmente solicitado como primer juguete de los bebés. Quizá
fuera coincidencia, pero por entonces el presidente Roosevelt dictó la
ley de prohibición de caza de osos en los Estados Unidos. Y no se
acaba ahí la preciosa historia. Tras la Segunda Guerra Mundial, el pe-
diatra y psicoanalista británico Winnicott se dio cuenta del significado
profundo que tenía el animalillo de peluche en el proceso de madura-
ción de los niños. En vez de chuparse el dedo, los pequeñines se
abrazaban a sus ositos y así podían soportar mejor el miedo y la au-
sencia pasajera de la mamá. Lo llamó “objeto transicional”.

523

2.  Tommy

Jorge tenía nueve años cuando me contó su historia de Tommy. “Cuan-


do era muy bebé yo tenía un mono que se llamaba Tommy, y lo perdí
cuando yo tenía siete años, se le rompió el brazo y lo perdí”. Le pregun-
té si aún se acordaba de él, y me respondió: “Me acuerdo de todo”. Le
pregunté si podía dibujarlo. Me contestó que sí: “¿Lo hago con los dos
brazos?”. Le respondí que como él quisiera. Y lo hizo en otra habitación
porque la madre quiso hablar a solas conmigo.
La mujer estaba preocupada porque el niño presentaba ataques de an-
siedad y de sufrimiento. “El pediatra dice que es un sufridor nato”, con
explosiones de ira en las que amenazaba con tirarse por la ventana y le
reprochaba: “Tú no me quieres, tú me odias a mí; ni tú me quieres, ni
mi padre, nadie me quiere”. Continuó la madre: “A mí lo que me da
mucho miedo es que en esos arranques se haga daño a sí mismo. ¿Có-
mo le hago yo entender que tiene que adaptarse?... Y luego es un niño
dulce y manejable”. Ella recuerda que una de las circunstancias más
dolorosas para el chico ocurrió cuando tenía siete años, hace dos, en la
que una profesora lo maltrató y lo humilló. Ella la denunció, intervino
el Ministerio y las cosas cambiaron, recuperándose el niño de su bajón
escolar y aprobando el curso que tenía ya perdido. Mi impresión global
fue que esa madre había estado siempre muy preocupada por este hijo,
sacándole todas las castañas del fuego, pero que quizá no lo entendía,
acaso porque era un niño especial.
Le dije que Jorge me había hablado de Tommy, y ella se quedó muy sor-
prendida: “Era un gorila de peluche. Ha estado muchos años en casa.
Pero él ni le hacía caso. Un día se lo tiré, porque tenía toda la chicha
fuera y no se podía meter ni en la lavadora. ¿Cómo es que él le ha conta-
do todo eso? Pero ahora que lo dice usted. Precisamente hace dos años
[cuando el niño tenía siete] fue cuando tuvo el problema con aquella
profesora, que él lo pasó tan mal. Entonces cogía al mono, se lo llevaba
a su cama y le hablaba mucho... Nunca habría imaginado que ese pelu-
che roto y sucio le hubiera interesado”. Le comenté: “Era su amigo, y
recurrió a él cuando lo necesitó. Pero eso no lo sabía usted, ¿no?”.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

PANEL IV. FORMAS DE LA TERNURA-1.


MANOS GRANDES, MANOS CHICAS, MANOS QUE COGEN Y ACOGEN

1 y 2. Ternura tan pequeña 3. Ternura artificial

4. Paternidad empuñada 5.  Maternidad en flor 6. Punto de arranque


Alguien se asoma al mundo

524

Seamos conscientes de la
ternura. Apliquemos ternura al
gesto. Y apliquémonos en la
ternura. Tal aplicación no le
merma autenticidad. No hay
cosa más triste que el gesto que
quiere ser tierno fracase por
abrupto.
7. También los piececitos...

10. En una mano grande


sólo cabe una chiquita.

8 y 9. Engarce vertical

11. Preformas solidarias
Formas para contenidos
Manos juntas de niños, manos unidas.
Enseñemos a los niños
a simbolizar las manos.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

PANEL V. MANOS DE LA TERNURA-II.


MANOS JUNTAS, TENER DE LA MANO, MANOS QUE LLEVAN

2 y 3.  Paradigma 4
Ir de la mano, llevar de la mano Las manos son instrumentos del
Debe ser derecho del niño aprender a llevar de la mano a quien es amor y del rechazo, de la herida y
más pequeño que él, para así empezar a saber guiar y proteger. del consuelo. Hay que enseñarlas
Mano que, conduciendo, enseña; que, consolando, guía. Mano como se enseña la palabra, la
1.  Visión del viejo y el niño que te lleva por el camino seguro y por aquel en el que no fías. música o el verso. Todas son artes
(Gedeón Sillac) Soltarse de ella, y volverla a encontrar, dispuesta, segura, firme y de la armonía, cadencias del es-
Debe ser derecho del niño tener tranquila. Recuerdo permanente y concreto en la vida, recuerdo- pacio. Pedagogías.
una mano adulta, familiar y que- raíz, recuerdo-soporte, que no se olvida.
rida, que lo lleve de pequeño. Una mano antigua te lleva, niño, en la mía.

8.  Círculo maternal 525


7.  Carlos IV y su familia (Miguel Guía)
(1800, Goya)
Aquí, no es el Rey, panzudo y
cara de pán(filo), quien da la
6.  Duque de Osuna, mano al hijo; es la altiva e intri-
con su familia (1788, Goya) gante reina María Luisa de Par- 5
Goya no sólo retrataba; escu- ma la que tiene la mano de su
driñaba y desvelaba a los perso- benjamín Francisco de Paula,
najes de sus cuadros. Al mos- del que dicen las malas lenguas
trar aquí al Duque inclinándose que se parecía mucho al valido
para tener de la mano a su pri- Godoy y poco al Rey.
mogénita, Josefa Manuela, de
unos de seis años, revela la soli-
citud de un padre cariñoso. 9.  Paternidad (Miguel Guía)

Tener de la mano

Danza del fuego, seguramente la danza coral


más antigua, la primera solidaria de la Huma-
nidad, sacral, social, festiva. Temían los prime-
ros ancestros que el sol se apagara, e inventa-
ron el fuego para alimentarlo quizá. Y alrede-
dor, el canto y el baile en rueda, en corro, en
círculo, todos juntos, cogidos de las manos.
La Danza Prima, celta o más antigua, es una
variedad de aquélla, danza popular, identita-
ria de Asturias, unida a toda fiesta. Danza co-
ral que avanza en espiral infinita, en círculos
concéntricos de danzantes cogidos de las ma-
nos, combinando un ritmo primario y mono-
10.  Dibujo infantil de la danza del corde de canto y movimiento. Los niños la 11.  Preparando la Danza Prima en un cole-
fuego aprenden y practican en los colegios. gio asturiano en 2006

Danza prima

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PANEL VI. DE LOS ABRAZOS

ABRAZOS DE LA TERNURA
REGAZOS DE MADRE
1. Ésta es una versión (del siglo XIV) del icono
bizantino de la Virgen de Eleusa, que, en griego,
quiere decir de la Ternura (denominada tam-
bién de la Compasión), cuyo original o primera
versión data del siglo XII y se hallaba en la cate-
dral de la ciudad rusa medieval de Vladimir (y
hoy en la Galería Tretyakov, de Moscú). En ella
aparece la madre de Dios como madre humana,
muy próxima, vestida a la costumbre de las es-
posas hebreas, con largo vestido y cabeza cu-
bierta con manto negro. Sujeta en un abrazo
contenedor a su niño Jesús, que recuesta el
cuerpecillo en su regazo y reposa la cabecita en
su cuello, el otro hueco-regazo que tienen las
madres. Hay una delicada sencillez y, al mismo
tiempo, una exquisita finura en esta escena, los
1.   Virgen de Eleusa, dos fundidos. Tiene la madre una serena triste- 2.  Abrazo protector de la 3.  Abrazo total
de la Ternura za, que el niño percibe y trata de consolar acari- Madre Teresa de Calcuta La madre encuadra al niño en
ciándola. El Papa Juan XXIII proclamó a la Vir- un perfecto y absoluto marco
gen de Vladimir patrona de la unidad de todas protector, uterino (Ternura,
las iglesias. de Guayasamín, 1989)
REGAZOS DE HOMBRE

526

4.  En el sueño blanco y negro 5.  El regazo del hombre es 6.  Miniatura profesional. 7.  Acunador vertical
Bella pose de regazos masculinos. más un regazo de axila. Abrazadera de pediatra: Parecería que los padres varones
no son muy hábiles acunando
8.  Guerra y ternura. horizontalmente al bebé, salvo
Bajo el casco que ciega, los guan- quizá cuando es muy pequeño.
tes que embastecen y anulan la
caricia, y el áspero uniforme que 9.  Labor humanitaria:
le blinda, sólo el abrazo y el calor Este joven soldado
del aliento del soldado anónimo conoce la perfecta
pueden hacer que el niño, quizás geometría de la ternu-
herido, quizá sin nadie, sienta ra que calienta el
algo de madre. cuerpo aterido del
que la miseria arrojó
en la playa.

OTROS ABRAZOS

10.  Cabalgadura
Este curioso y, sin embargo, corriente doble
abrazo del niño cabalgando sobre el padre. Para 11.  Abrazo familiar de dolor 11. Abrazo
alzarse sobre él, y, sobre él, mirar más lejos. en terracota imposible

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

PANEL VII. TERNURAS DE NIÑO

2.  De bebé grande 3.  Son hermanos 4.  ¿A quién la ofrenda?


a bebé chico... (vestidos de gemelos)... y se
quieren (con un poco de
vergüenza)
1.  Mi mamá... La manita en el pecho, las
cabecitas en ángulos de regazo.

527

5.  La mirada 7.  Contacto mágico


(Y de nuevo los pájaros cantan, (Luis Serrano)
Gedeón Sillac)

6.  Puntos de apoyo

8.  Bebés
9.  Dos miradas
Gabrielle Arnault (con dos 10.  El niño con la paloma
años) (Louis-Léopold Boilly) (Picasso) 11.  Equivalencia

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PANEL VIII. VER Y ENSEÑAR TERNURA

4.  ...y en el anciano


2.  ... y con el padre...
1.  Ver ternura en los padres..., (Padre e hijo, fotografía de
(Máximo y Sofía, Ismael de Diego, La Habana,
Gedeón Sillac) 1977)
3.  ... y en los mayores...
7. “Me la cantó mi abuelo...”
La niña anónima, con ternura
de abuelo, copió amorosamente
en su bloc amarillo una canción
de Navidad. Recoge allí, y en su
corazón, la caracola del tiempo
y de la melancolía de aquellos
seres queridos que una vez
también fueron niños.
6.  Enseñando ternura Campanitas que vais repicando
con / en /... por los libros Navidad vais alegres cantando
a mí llegan los dulces recuerdos
del hogar bendito donde me crié,
de aquella viejita que tanto adoré,
mi madre del alma que no olvidaré.
Navidad que con dulces cantares
celebran las almas que saben amar.
Oh, qué triste es andar por la vida
por sendas perdidas lejos del hogar
sin oír una voz cariñosa
528 que diga amorosa llegó: Navidad
Don Din Don. Llegó ¡¡NAVIDAD!!
5.  Dando-enseñando ternura en
la guerra (Benasque, colonia de 9.  ...plantando una semilla...
niños durante la contienda Son actividades primarias, que
civil española, 1938) entrenan en la paciencia y en
(dibujo de Roberto L’Hotellerie) los movimientos finos. No sólo
constituyen la base de la madu-
ración motriz, sino que ense-
ñan la paciencia y, con la finura,
la fineza. Son calidades de la
ternura. Se ha de tener con-
ciencia que cuando trabajamos
esas materias con el niño esta-
mos modelando, sembrando,
mucho más que habilidad psi-
comotriz.

11.  Pero, a veces, la ternura, por


difuminada, no se ve; o porque
en realidad no existe en las cer-
canías necesarias.
8.  Las llaman actividades 12. La Pietà
manuales Ainoa, 13 años (1.º ESO, 30-4-
Se aprende la delicadeza de la 2004)
manera más cotidiana e insos- Ainoa escribió debajo de su di-
pechada. Enseñando, por ejem- bujo, realizado tras los atenta-
plo, a un niño con dos-tres dos del 11 de marzo de 2004
años a pasar las páginas de un 10.  Sin tocar en las estaciones de trenes en
gran álbum infantil, sin doblar- Y también está el aprender a no Madrid: “Mi dibujo se basa en Y, de pronto, también sucede
las, una a una, despacio, con tocar, a mantener la ternura y la hacer ver el sufrimiento que que la ternura se rompe en do-
cuidado, como acariciando. Re- admiración de la belleza en la tuvieron algunas familias. Y lor, en ira, en odio, en renun-
llenando de colores, con esme- mirada, que también acaricia. porque nadie se merece morir. cia, en desesperanza, por el da-
ro sobre el papel, sin salirse, un Como este niño, a quien quizá Aquí podemos ver a una mujer ño irremisible causado por la
redondel, un cuadrado y otras la madre le esté enseñando el que ha perdido a su hija, a su maldad humana, como podría
geometrías; recortando, pegan- nombre y el perfume de la flor, única hija. Este dibujo va por suceder con la madre que Ai-
do un trozo a otro, o... su color y su tiempo. ellos”. noa dibuja.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Consolatoria gestual talmente o en contacto intenso con otro, o afectado por


alguna circunstancia, pierde todo o parte de la concien-
Lo sabemos de sobra y sin embargo no asumimos cia y del control de su gestualidad.
la importancia que tiene la gestualidad en nuestro trato La gestualidad es un fenómeno que se expresa en
con los demás desde el primer segundo de entrar en una totalidad de la dinámica corporal. Pero, en orden a
contacto con el desconocido. Y deberíamos saber hasta la investigación y a la ilustración didáctica, cabe abor-
qué punto son sensibles al más mínimo gesto las perso- darla por partes aisladas. Así, estudiaríamos el rostro
nas que sufren, los dolientes. desglosando los movimientos de los ojos, de la boca, de
Precisamente por ello hago aquí hincapié en el es- la nariz y de la frente, para llegar después a interpretar-
tudio de la gestualidad, y porque no encuentro en nin- los en su conjunto. Los gestos de las manos, de gran
gún lado —hasta donde he podido alcanzar— ni la importancia en la evolución y de infinita variedad y
menor alusión a este área de la relación con los dolien- movilidad, son los más fácilmente controlados por la
tes. Como ya he dicho, creo conveniente que la educa- conciencia y los mejor coordinados de forma voluntaria
ción moral y afectiva del niño —hoy inexistente, por con el lenguaje verbal; los utilizamos muy a menudo
restaurar— cuente con una consolatoria básica, más para subrayar nuestras intenciones y son los más expre-
allá de la mera urbanidad o etiqueta social. Corremos sivos y accesibles a la observación. Es de gran interés el
también inminente peligro de que la amabilidad se con- examen de los gestos de cada mano por separado y en
tagie de esa voz en off, robótica, de tecla virtual, en que conjunto. El lenguaje del rostro y el de las manos han
se ve convertida la (falsa) amabilidad comercial. sido los más estudiados por la fisiognomía, aunque lo
En todo caso, estimo que el estudio de la gestuali- han sido estáticamente, analizando los gestos fijos, ya
dad debe entrar a formar parte de la formación consola- que hasta hace poco tiempo no ha sido fácil disponer
dora de cuidadores, paliativistas y profesionales que, en de una tecnología del movimiento.
general, deben afrontar como especialistas el sufrimien- La gestualidad de las extremidades inferiores, por
to humano. constituir cuerpo bajo, pasa más inadvertida y es, por
Este conocimiento no es (sólo) de fisiognomía en tanto, más proclive a la expresión discordante o de lo
un sentido anatómico, sino de dinámica gestual, que oculto. Se completa el estudio con los gestos del tronco.
nos facilite el reconocimiento y diagnóstico de significa-
Pero todo ello forma una unidad expresiva. Obviamen-
dos emocionales. Y no debe limitarse a la escrutación
te, además, la gestualidad se extiende a todas las accio-
del otro, sino aplicarse también a nosotros mismos, que
nes y da expresión peculiar a todas ellas: marcha, de-
somos especialmente ignorantes de nuestros gestos. Me 529
porte, danza, escritura (cuyo estudio ha dado lugar a la
apresuro a aclarar que no se trata en absoluto de una
grafología, desarrollando uno de los métodos más útiles
enseñanza de técnicas de expresión dramática o de re-
para esclarecer la evolución de una persona en el tiem-
presentación teatral ni de artimañas para expresar lo
po). Al primer golpe de vista, hacemos una rápida eva-
que no se siente, ni de modernas estrategias de agentes
luación de la persona, con frecuencia decisiva para la
de ventas.
ulterior relación, por la manera como anda, mira, come,
No es éste el lugar ni hay el espacio suficiente para
explayarme con este tema. Por ello, me limitaré a dar bebe, se sienta, fuma, coge algo, da un apretón de ma-
algunas ideas generales y a subrayar algunos aspectos. nos, da un abrazo, etc.

Observación gestual
Lenguaje gestual

Los gestos son mensajes, en gran parte, inconscien- No haré aquí —como dije— sino señalar algunas
tes —es decir, involuntarios o no intencionales—, que ideas con ánimo de suscitar el interés del lector para
nuestro organismo psicofísico, en su conjunto, emite ampliar sus conocimientos en otras fuentes22, y abordar
para comunicarse con los demás. No constituyen sólo
22
un refuerzo dramático o expresivo del lenguaje verbal   Actualmente hay poco interés por la investigación científica
de la gestualidad, a pesar de las facilidades que han introducido las
—al que además pueden corroborar o negar, avalar o modernas técnicas audiovisuales. Un texto precursor y magnífico fue
contradecir—, sino que la gestualidad es un lenguaje en Expression of the Emotions in Men ad Animals (1872, La expresión de las
sí, que actúa asociada o independientemente del verbal emociones en los animales y en el hombre), de Charles Darwin (1809-
(por eso se le ha denominado preverbal y, de manera 1882), encuadrado en su teoría de la evolución. Se puede decir con
más correcta, paraverbal). Con el desarrollo y la sociali- toda propiedad que la médica alemana Charlotte Wolff (1897-1986) ha
sido quien ha estudiado por primera vez la mano humana durante largo
zación del individuo, éste va dominando su gestualidad, tiempo con rigor científico, empeñada en dignificar la quirología, pres-
asumiéndola de manera intencionada y manejándola tigiándola frente a la quiromancia. Hubo de abandonar su patria bajo
para crear, subrayar o modular ciertos efectos. Pero la la amenaza del nazismo, para vivir en adelante en Francia e Inglaterra,
mayor parte de nuestra gestualidad no llega al campo de moviéndose en ambientes literarios y corrientes surrealistas, influida
la conciencia; su extensión varía cuantitativa y cualitati- por el psicoanálisis. Llevó a cabo estudios sobre la bisexualidad y la
homosexualidad femenina, llegando a ser una destacada representante
vamente para cada sujeto. Incluso la que es expresada de del movimiento lésbico. Inició sus trabajos sobre la mano humana en
forma consciente, no puede serlo todo el tiempo ni en Francia, utilizando casos clínicos, con el apoyo del eminente psiquiatra
toda su dimensión. Cuando uno está concentrado men- y psicólogo francés, el profesor Henri Wallon, que le abrió las puertas

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

con mayor rigor la observación de la gestualidad huma- un estado determinado de expresión; 6) la movilidad
na y, a ser posible, para que examine y conozca intros- del mismo, es decir, la fluidez con la que se modula
pectivamente la suya propia. Obtendrá así beneficios en para ir cambiando y para pasar a otro gesto como mani-
el ámbito personal y profesional, con especial utilidad, festación de otro estado afectivo o de otra comunica-
como creo, en el dominio de la consolatoria. ción, y 7) recoger, en lo posible, la interpretación y la
Al abordar por primera vez el estudio del campo reacción del receptor o interlocutor de la gestualidad en
de la gestualidad invade una sensación de impotencia y estudio.
de desbordamiento ante la profusión y movilidad de su En cuanto a la adecuación emocional de la gestua-
repertorio. Afortunadamente, la vídeo-tecnología actual lidad, distinguiremos: 1) la que, consciente o no, se
permite acceder a dicho campo, lo que era inconcebible muestra acorde, en armonía, con el sentimiento que
hace apenas unas décadas. Por ejemplo, muchas veces expresa; 2) la consciente, es decir, la que el sujeto do-
basta con aplicar mayor velocidad a la película de vídeo mina, modula, maneja o manipula de forma voluntaria,
tomada a una persona (por ejemplo, a un personaje y 3) la gestualidad inconsciente, que se revela general-
público en una entrevista o pronunciando un discurso) mente en pequeños gestos, mínimos a veces, que, con
frecuencia, se desmarcan del conjunto.
para constartar un esquema propio de gestualidad, con
engramas que tienden a repetirse.
Un esquema de inicio o aproximación al estudio
Alteraciones de la gestualidad
de la gestualidad debería tener en cuenta los siguientes
puntos: 1) la situación o marco en el que se produce; 2) Apuntaré solamente algunas “patologías” o altera-
si es soporte o no de una interacción verbal; 3) la sin- ciones gestuales: la pobreza, la rigidez, la discordancia y
cronía de los diferentes gestos implicados en la expre- quizás el exceso gestuales. Cuando dichas alteraciones
sión en el momento de la observación; 4) el desglose constituyen el hábito expresivo de una persona, cabe
del gesto en los elementos más simples del mismo; 5) el inferir que se inscribieron de forma precoz en su vida.
tempo de la gestualidad en su conjunto para manifestar Seguramente las tres primeras tienen que ver con repre-
sión, anulación o negación de los sentimientos y emo-
de los hospitales de París. Wolff se basó en el principio de que el es- ciones. Y la última, el exceso gestual, casi siempre
tudio del anormal proporciona la mejor evidencia para la naturaleza
del normal. Incluso realizó investigaciones comparativas entre la mano
acompañado de verborrea, revela, por el contrario, un
humana y la de los monos (1937-1938). Entre sus obras, destacamos déficit de control emocional y lo que podría denomi-
530 las siguientes: Human Hand (1942; en versión castellana, La mano y narse “embriaguez expresiva”. Hay que tener en cuenta
su lenguaje), The Psychology of Gesture (1945; versión castellana, Psico- la presión educativa y social, que ha puesto siempre
logía del gesto), The Hand in Psychological Diagnosis (1951), Die Hand trabas o límites a la expresión gestual, y especialmente
als Spiegel der Seele, 1983 (La mano, espejo del alma). No obstante, sus
exposiciones, sujetas a la limitación tecnológica y a la preocupación
en cuanto a la manifestación de la ternura y de la conso-
clasificatoria nosográfica, se revelan estáticas y un tanto rígidas. Porque lación en, por y entre varones, en tanto que sería casi
la característica inmediata que revela la gestualidad es su dinamismo, una obligación o un área privativa en las mujeres. En
su desbordante fluidez, que la hace parecer inasible. La aparición del los hombres, la parquedad afectiva ha sido estimada
daguerrotipo y de la fotografía permitió la fijación de la memoria y del hasta ahora como rasgo viril.
gesto. Pero la foto de un gesto es el instante de un movimiento, y el
gesto congelado en la instantaneidad es despojado justamente de su di-
Así como la empatía no se puede simular, la ges-
námica, que es la vida emocional. El Dr. Fritz Lange, otro autor alemán, tualidad sí puede utilizarse engañosamente, pero hasta
publicó en 1937 Die Sprache des menschlichen Antlitzes (1942; en versión cierto punto. Y ese cierto punto es la discordancia ges-
castellana, El lenguaje del rostro), un muy interesante libro que explora tual, que es, a mi modo de ver, uno de los aspectos más
la evolución transformadora del rostro humano desde el nacimiento, te- apasionantes de la gestualidad. Dicha discordancia es la
niendo en cuenta la herencia, la pormenorizada anatomía muscular fa-
cial y sus singularidades en cada sujeto, e intentando una aproximación
contradicción, oposición o neta inadecuación entre el
al conocimiento de la personalidad a través del estudio de las facciones, gesto y la emoción del sujeto, entre lo que siente y có-
y todo ello con el concurso de saberes derivados del arte, de la arqueo- mo lo exterioriza, lo cual es resultado de un intrincado
logía y de la historia universal y literaria, y apoyándose en fotografías y oscuro proceso psíquico. Todos conocemos personas
e imágenes; el resultado es, pues, un documento menos centrado en que, precisamente por esa inadecuación, resultan “ra-
la patología y más dinámico que los trabajos de Wolff, pero, una vez
más, limitado por basarse en el análisis de las expresiones fisiognómicas
ras” y producen una sensación de incomodidad, de
contenidas en fotografías e ilustraciones artísticas. La película y el vídeo perplejidad, a la hora de tratarlas (esto es más notorio
han ampliado exponencialmente las posibilidades de reconstruir en la en ciertos pacientes psiquiátricos). Muchas de ellas no
memoria, en la recordación, la vida en movimiento. Constituyen instru- tienen conciencia de tal desarmonía y sólo perciben su
mentos impagables para la investigación de la gestualidad en la medida consecuencia: la dificultad relacional. Otras tantas sí se
en que se puede combinar la fijación del gesto en el fotograma aislado
y su dinámica en el movimiento. Hay ricos campos para el estudio y la
dan cuenta, percibiéndola en forma de un sentimiento
exploración de la gestualidad humana. Por ejemplo, en los escenarios doloroso de torpeza expresiva, de bloqueo que afecta
del arte, sobre todo en la pintura y la escultura, tanto en el ámbito uni- generalmente tanto a sus gestos como a la comunica-
versal como por culturas y épocas, y en el teatro (recordemos, sólo de ción verbal, todo lo cual las envara o paraliza, hacién-
paso, las famosas técnicas teatrales de Stanislawski), en la danza y en dolas sufrir mucho.
el mimo. Pero aún se echa en falta un estudio dinámico-evolutivo de la
expresión gestual, alejado de los simplismos reduccionistas (propios de
Pero hay una desarmonía gestual sutil que se produ-
páginas de pasatiempos) que adjudican sin más a cada gesto un signi- ce con mucha frecuencia y de la que el sujeto no es cons-
ficado aislado y a priori. ciente. Son los lapsus gesti, que serían como los lapsus

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

linguae de la gestualidad. Su descubrimiento o “desin- dad. Veamos, por ejemplo, el modo en que un enfermero
trincación”, al estilo freudiano, revelaría las contradiccio- mueve a una paciente para colocarla en una posición más
nes escondidas de la persona que se está expresando. confortable en la cama, y para hacerlo ha de rodearla con
Apuntaré de pasada la incidencia de la intensa y sus brazos: eso también es un abrazo, y debería saberlo
desbordante gestualidad desordenada y, en su mayor hacer como tal. O el de la enfermera al incorporarse so-
parte, sin sentido, que se manifiesta en los cuadros de bre un enfermo para levantarlo un poco. O el de un tera-
hiperactividad, tan en alza actualmente en nuestros ni- peuta que acompaña a su despacho a la madre doliente,
ños y que alcanza a su edad adulta. En su mayoría, esos y la rodea, casi sin tocarla, para conducirla al lugar ade-
gestos dispersos y profusos carecen de significación, cuado. Estos espacios esbozados no pasan en absoluto
son puro movimiento, clonismo de las extremidades inadvertidos para esos dos cuerpos comunicándose en
inferiores y mero tocar impulsivo en cuanto a las ma- ese territorio ingrávido de la ternura.
nos. Este cuadro, cada vez más extendido, determina Me limitaré a dejar constancia de algunos de esos
una pobreza o incluso ausencia de gestualidad fina, co- gestos en los adjuntos paneles de ilustraciones (Paneles
mo si el torrente de hiperactividad la anegara o la impi- IX a XII).
diera desarrollarse. Los hiperactivos tienen difícil el arte
de la consolatoria, y probablemente también la revela-
ción de la ternura.
Consolatoria social

Gestualidad del afecto Hay una consolatoria social, habilidad que también
es conveniente aprender y que podría enmarcarse den-
La gestualidad afectiva tiene sus engramas univer- tro de las reglas de cortesía ante el dolor de la muerte.
sales en la Humanidad, con variantes que apenas difie- No deben éstas ser menospreciadas, aunque no estén
ren de unas a otras culturas y épocas desde su más anti- provistas de sentimientos profundos de identificación
gua historia. Los principales son la sonrisa, el abrazo, la con el doliente. Quiero decir que no es preciso que sean
caricia, el beso, y dar —tender, coger, apretar— la ma- necesariamente sentidas, pero que han de ser bien prac-
no, etc. Todos ellos implican un mensaje. La observa- ticadas. Su importancia estriba en el hecho de que si no
ción de su aparición y desarrollo en la infancia eviden- se cumplen o se hacen mal, pueden originar un efecto
cia que la consolidación del engrama requiere una ma- perjudicial que no guarda proporción con los beneficios
duración y dinámica psicomotriz, por un lado, y una que reporta su cumplimiento, que no son remarcables. 531
calidad relacional, por el otro. Progresivamente cada Constituyen un savoir faire, que antes tenía su principal
persona modulará y administrará esos gestos de forma encuadre en el riguroso ritual de luto tradicional, hoy
muy individual. prácticamente desaparecido. En realidad, se condensan
Los gestos propios de la ternura en la consolatoria en una personación en los funerales o actos organizados
son la sonrisa, la caricia, el abrazo y la voz. La sonrisa, en la despedida al muerto, en un abrazo o apretón de
siempre mirando a los ojos (¡nunca esquivarlos!). La manos a los dolientes, un contacto afectuoso con ellos o
caricia tiene que llevar calor y ha de ser leve, casi de un ofrecimiento de ayuda, así como palabras o breve
tacto sin contacto, justo el suficiente para irradiar la conversación de pésame, todo lo cual se resume en la
calidez casi sin tocar; o de un breve pasar la mano, o de actitud de un “lo siento”. En estos tres o cuatro gestos
un posarse sobre la piel, o de una ligera friega por el eje va condensado un mensaje cuya intensidad no se sus-
de la espalda (zona particularmente receptiva a la cari- tenta en las puras formas, sino en la emocionalidad con
cia consoladora, quizá por ser lugar de remembranzas la que se transmite. Es decir, que esta misma fórmula,
de cutánea calidez materna). Pero también hay momen- siendo correcta y cumplidora, no llega más allá; pero la
tos en los que la mano que consuela debe tomar con misma puede, por el contrario, vehicular una empatía,
firmeza contenedora (pero sin opresión) la mano que va no confeccionable, que el receptor percibe y agradece
a consolar porque debe transmitir fortaleza, ánimo, “es- como consuelo.
toy contigo”, “no te dejaré”, “no tengas miedo”. El filó-
sofo español José Gaos escribió un precioso ensayo filo-
sófico sobre la caricia (en La Filosofía de la Filosofía, Los tópicos del consuelo
1989), en el que sustenta que la caricia es sobre todo
una delicada aplicación de la mano, y considera que la Hay tópicos de consuelo que no deben ser utiliza-
caricia exclusivamente sexual no es una caricia, sino dos. Son frases hechas que se dirigen al doliente, sobre
una palpación sexual. Pero también es caricia la voz, el todo en la fase aguda del duelo. Recordemos algunas de
gesto y el aliento de la palabra. (Si se educa la voz para ellas, a sabiendas de que son generales en cualquier tipo
el canto, ¿por qué no hacerlo para esta finísima ars de la de duelo, pero indicando también que, en los casos de
consolatoria?) pérdida de un hijo, la vulnerabilidad y la sensibilidad
Hay abrazos netos, puntuales. Pero hay abrazos que generalmente mayor de los dolientes obligan a ser más
lo son sin parecerlo. Abrazo es regazo, y, por extensión precavidos en el empleo de tales latiguillos.
simbólica, aquello que rodea a alguien para producirle Tenemos un grupo de tópicos que gira alrededor
una sensación de seguridad, de protección, de comodi- de la fe religiosa, y acostumbra dirigirse a y por perso-

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PANEL IX. GESTUAL DEL DOLOR POR DENTRO

532

Gestos que revelan, ante el dolor, la necesidad de cegar la realidad y de envolverse, enroscarse en sí mismo para protegerse contra el
dañino exterior y sumergirse en sí mismo.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

PANEL X. GESTUAL DE LAS MANOS QUE CONSUELAN.

8
1 4

2
533

9. Ternura ovalada
(escultura de Serge Prazil)

6 Esta escultura, original de Serge Prazil, fue


adoptada como símbolo de la Casa Michel
Sarrazin de cuidados paliativos, en Quebec.
Una pequeña cabeza doliente es amparada
con toda suavidad entre las dos manos, una
masculina y otra femenina; la primera con
la palma más abierta, como parachoques; la
segunda, contorneada, presta a la caricia.

Las manos juntas, en óvalo de hueco, es un


gesto universal de oblación o de cobijo, de
ofrenda o de aceptación. Tomar entre las
manos juntas, un rostro, otra mano... es el
gesto más tierno de protección y de calidez
acogedora. Delicado gesto que es preciso
moldear en las manos infantiles.
3 7

Lenguaje de las manos consoladoras


1. El saludo mano a mano, en plenitud de encaje. 2. La mano, báculo de otra. 3. El encuentro a dos manos, a palmas abiertas, sostén
firme, acogida total.
Ante una mano que languidece, qué manera tomaría la mano consoladora: la que blandamente acaricia o suavemente frota (4); la que
resguarda (5), la que rellena el hueco que no tiene fuerza (6), la que sujeta con firmeza contenedora (7); esa que apenas toca, a unas
milésimas de distancia, para no herir tanta arista, pero transmitiendo sin duda ondas de calor (8)...

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PANEL XI. GESTUAL DEL ABRAZO QUE CONSUELA

1.  Contención
(Llanto, 2006, Enrique Mateo Lázaro)

2  La noticia

534

4.  Fusión

3.  Goya, poco antes de morir, atendido por su médico,


el doctor Arrieta (cuadro de 1820)

5.  Piña

¿Abrazan más los hombres de lado o por la espalda para consolar? ¿Es más frecuente el abrazo fundido del consuelo, cara a cara, en la
mujer, y cerrar los ojos en ese momento, como se hace instintivamente en los momentos más intensos de amor y de dolor?

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

PANEL XII. GESTUAL DE LA CABEZA MANTENIDA

535

3
4

5 6

Un recorrido por la mejor pintura de todos los tiempos nos mostrará una rica y minuciosa gestualidad de las emociones humanas. Su
estudio sería muy aconsejable a quienes se ocupan del dolor humano. Ello les ayudaría seguramente a descubrir gestos paliativos y de
gran consuelo. He aquí uno de ellos: la contención y el sostenimiento de la cabeza, que vemos, en varias modalidades, tanto en la pin-
tura clásica como en fotografías actuales de situaciones dolorosas. Observaremos que son gestos universales, que se dan en los pueblos
independientemente de los tiempos y de sus niveles de desarrollo.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

nas que comparten ese mismo credo: “Dios lo ha queri- Porque hay quienes se involucran demasiado fácil-
do”, “Dios se lo ha llevado”, “Dios lo tiene en su gloria”, mente en la promesa de una oferta de ayuda al doliente
“desde arriba nos protege”, “es un ángel”, etc. Conviene sin plantearse realmente el compromiso que podrían
tener en cuenta que, en el tiempo de máximo impacto, adquirir. “¿Necesitas algo?”, “si te puedo ayudar en al-
el padre doliente, aunque sea un fervoroso creyente, go...”, “dime si puedo hacer algo por ti”, “llámame si me
suele pasar por una crisis de fe y rebelión contra Dios. necesitas”, “estoy a tu disposición”, etc. Rupturas de
El equivalente laico, entre lo poético y lo cursi, es: “Ya amistades y de relaciones entre parientes suceden tras
hay otra estrella en el cielo”, o similares. ofrecimientos frustrados. El pudor que da el dolor impi-
Otro grupo alude a lo sufrido por el niño ya falleci- de al doliente “avisar cuando lo necesita”. Por ello, si de
do y a la liberación que ha supuesto la muerte para él: verdad se quiere consolar a alguien, pasados los prime-
“Estaba muy enfermo/a”, “ha sufrido mucho”, “por fin ros momentos —en los que, por lo general, hay mucho
descansa”, etc. Estas frases son inapelables y obligan al acompañamiento, a veces excesivo—, hay que tomar la
doliente a morderse la lengua y a no replicar con un decisión de llamarle y darle la ocasión de hablar: “¿Pue-
deseo reprochable de egoísmo: “Sí, pero estaba con no- do hacer algo, ayudarte en algo?”, “¿quieres hablarme de
sotros, lo teníamos”. cómo te encuentras?”, “¿quieres hablarme de él o de
Más inconveniente es el grupo que contiene implí- ella?” (del hijo/hija fallecidos, por ejemplo, llamándolos
citamente una desaprobación y una exigencia, bajo una siempre por su nombre propio). Muchos creen que los
apariencia de infundir ánimo: “Hay que seguir vivien- deudos requieren respuestas, remedios o conclusiones,
do”, “la vida no se acaba”, “eres joven, tendrás más ni- y no es así. Lo que de verdad desean en la mayoría de los
ños”, “no llores, sé fuerte”, “hay que seguir adelante”, casos es poder hablar sin cortapisas, expresarse con
“tienes que ser fuerte por tus otros hijos”, etc. hondura, con todas sus contradicciones. Y no hay que
Muy frecuente en estas frases presuntamente con- obstaculizarles en ello, ni tratar de corregirles o hacerles
soladoras es el empleo del argumento de transitoriedad ver las cosas de otro modo. ¡Necesitan expresarse!
de los sentimientos de dolor y pena, y por tanto de su
escasa entidad: “Todo esto pasará”, “el tiempo todo lo
cura” [y no es así: el tiempo no siempre lo cura todo], Consolatoria en el foro
“lo irás llevando mejor” “tú lo superarás”, “es normal
que ahora te encuentres así”, etc. Precisamente esto es La informática ha introducido un nuevo tipo de
lo que temen los padres: que con la disolución de sus relación humana en la cercanía inmediata de la comuni-
536 actuales sentimientos se pierda el amor y la memoria de cación, al mismo tiempo intensa y anónima, que se ha-
su hijo. ce más patente en los intercambios que tienen lugar en
Otras intervenciones en este sentido se orientan los foros de la “red internética”. En ellos se da una
hacia el estado actual del doliente: “¿Cómo estás?, “lo transferencia emocional masiva, pero evanescente en
estás llevando muy bien”, etc., que muchas veces no general (a diferencia, por supuesto, de lo que sucede en
hacen sino aumentar el foso de incomprensión entre la transferencia de la terapia psicoanalítica). He visitado
consolador y doliente, pues obviamente la respuesta foros abiertos a personas que han perdido a seres queri-
obligada (a “cómo estás” o equivalentes) es o “bien” o dos, y a padres afligidos por la muerte de algún hijo.
“mal”, y ninguna de las dos daría cuenta del estado aní- Tengo la impresión de que esta modalidad no se ha ex-
mico auténtico del padre en cuestión; o la respuesta re- tendido aún en la sociedad española. En su mayoría,
queriría mejor disposición y mayor tiempo de encuen- dichos foros son de ámbito hispano, o utilizados por
tro entre ambos. hispanoamericanos, y sobre todo por personas senci-
Aparente identificación con el doliente contienen llas, de cultura media o escasa, y con gran sensibilidad
frases como: “Sé cómo te encuentras”, “te entiendo per- para expresar su dolor, aunque probablemente esta sen-
fectamente”, “sé por lo que estás pasando, a mí me sibilidad proceda de la misma intensidad de su dolor.
ocurrió igual” y similares. Esa cercanía emocional es Llama la atención que la mayor parte de las expresiones
espuria si quien la pretende no ha pasado por la expe- de duelo se debe a la muerte de un hijo, especialmente
riencia de la muerte de un hijo, pero, aun habiéndola de niños y jóvenes.
sufrido, la no coincidencia de los tiempos emocionales He elegido dos foros: uno constituido en Hispano-
entre ambos resta solidez actual al consuelo. américa (Vivir la pérdida) y otro (Renacer), de central
argentina, que se ha expandido por otros países y tiene
*** una sede en Barcelona, con representación en algunas
provincias españolas. No he encontrado ninguno surgi-
En lo inmediato, los padres requieren una ayuda o do en España. Me llama la atención la diferencia entre
un apoyo en los trámites más cotidianos, en las tareas ambos. Vivir la pérdida es un foro que late con una in-
más corrientes de la realidad familiar, puesto que el tensidad de dolor sin aderezos, está lleno de faltas de
programa de vida diaria se les ha desorganizado y ellos ortografía, de frases sincopadas, porque el corazón ha-
mismos están interiormente desestructurados. Ese bla más deprisa que la mano que escribe... Conmueve.
echarles una mano en tales momentos se configura co- El segundo es un foro inscrito dentro de un marco
mo una consolación práctica que no se olvida. Lo con- más amplio que comprende grupos, revista, encuentros
trario tampoco se olvida. de capacitación, etc., en el que, en muchas intervencio-

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

nes, se nota eco de la doctrina recibida en los grupos de go más: habríamos de escuchar estos testimonios y todos
ayuda. La expresión en dicho foro revela un dolor más los de este género como quien acoge enseñanzas del do-
mediatizado, más pensando en lo que se dice y cómo se lor verdadero, para aprender. Quizá sea ésta una buena
dice. definición de la consolatoria que rastreamos: aprender a
De las fechas en las que esto escribo son los mensa- escuchar el dolor con la humildad del que lo ignora —
jes de Dayana, de Karen, de Mery..., donde cuentan el por el momento—, y no con la soberbia del que se evade
dolor por sus pérdidas de niños. Desconozco el valor, de él, como creyendo que está libre y que es, por tanto,
intensidad, penetración y duración del consuelo de estas superior al que sufre, y aun se atreve a darle normas.
expresiones. De entrada, parece un consuelo inmediato, Escuchemos a algunas de estas madres transidas:
un desahogo repentino. A veces, sin embargo, se mues-
tra el deseo de un contacto más próximo en un encuen- Hola. Mi nombre es Julissa, tengo treinta años.
tro más duradero con la persona de dolor gemelo. Por Hace dos meses que perdí a mi precioso bebé de año y
ejemplo, el 28 de febrero de 2007, a las 13,52 horas, medio. Lo dejé por un instante solo en la cuna y se cayó
Liliana escribe: “He estado leyendo estos relatos de to- al piso, el golpe de su cabecita fue tan fuerte que en
dos ustedes desde hace un año, pero nunca me he ani- unos segundos quedó inconsciente. Mi Sergio era un
mado a relatar el mío, es tan horrible que, la verdad, no bebé tan lindo, cariñoso, gracioso... Pero yo comparto
sé qué hacer...”, y por fin se abre y lo cuenta extensa- esta experiencia porque quiero que sirva de ejemplo a
mente. El mismo día, dos horas y quince minutos des- todas las madres, para que no dejen a sus bebés solos
pués, le responde María Fernanda: “Mi relato es igual de ni por un segundo, ya que esto me pasó a mi en sólo un
largo que el tuyo y por el mismo motivo”, y le propone minuto que salí del dormitorio, jamás me imaginé que
comunicarse por correo electrónico para “poder conver- esto podía suceder. Junto a mi bebé se fue mi vida, to-
sar y acompañarnos, porque, a veces, al igual que tú, no das mis ganas de vivir, todas mis ilusiones. Lo único
aguanto”. Omaira dice (16 de febrero de 2007, 8,16 que me sostiene viva es mi hija Ariana, que tiene cua-
horas): “Gracias a esta página he aprendido muchas co- tro años, si no hubiese sido por ella y por Dios yo ahora
sas que no sabía interpretar”. En otro foro, Mari Cruz, de estaría muerta, porque el dolor que una siente es horri-
Madrid, a la que tres meses antes se le había muerto su ble, es una impotencia... [...] Si deseas compartir tu
hijo, con 18 años, a causa de una enfermedad fatal en experiencia conmigo, escríbeme [da la dirección de
seis meses, escribe: “Los conocí a ustedes [se refiere a los su correo electrónico]
participantes en el foro] y comparto esos sentimientos
de tristeza, impotencia, que han servido como bálsamo Otra madre, Dayana, nos dice que perdió a su hijo 537
a mi corazón, teniendo la esperanza de que sólo Dios Leonardo, de tres añitos. El 26 de enero de 2007, a las
tiene palabras de vida eterna. Gracias por estar ahí, aun- tres de la tarde, escribió lo siguiente:
que no los veo, como no veo a Dios; siento su presencia
y su apoyo”. Noelia: “Sé que si alguien me entiende sois Hoy cumple dos años que se fue. Es increíble có-
vosotros. Muchos besos a todos”. mo un ser humano puede sentir tanto dolor y seguir
La mayoría de las personas que participa en estos viviendo. El dolor que siento es tan profundo que a ve-
foros son madres. Muchas de las que han perdido hijos ces me ahoga, me aprieta el corazón como si fuera a
adolescentes se expresan, dirigiéndose a ellos, agrade- estallar, así todos los días, pero hoy con más intensi-
ciéndoles la felicidad y la alegría que les han proporcio- dad. Es como vivir muerta en vida. Sé que uno tiene
nado mientras vivieron. Dice Mari Cruz: “Gracias por que continuar y salir adelante, y eso lo hago todos los
tanta felicidad que nos diste”; Pilarín: “Gracias, hijo, días pero sin olvidar y sin dejar de sentir el dolor.
por esos diecinueve años que me has regalado”; Ana: Pienso en lo que mi hijo dejó de disfrutar... Cada
“[...] De esos veinte años, qué cantidad de maravillosas niño que veo en la calle me recuerda que ya no lo tengo
vivencias, qué cantidad de sentimientos, qué gracia ha- a mi lado.
berte vivido con tu turbulenta e incansable manera de Sólo el que ha vivido este terrible dolor sabe lo
abordar cada empeño, qué ser tan resuelto, audaz. Qué que se siente. Es increíble que haya personas capaces
envidiable cantidad de maniobras, entusiasmos y ardo- de decirte: “Pronto todo va a pasar, ese dolor se te va a
pasar, o ten otro hijo para que te sientas mejor, o la vi-
res cabían en cada uno de tus días; mil gracias por todo
da continúa”. Amar a un hijo es que nunca estamos
lo que nos permitiste compartir contigo”.
preparados para perderlo.
En todo caso, quiero resaltar aquí esta forma nueva
Es increíble cómo el mundo no para de girar. Des-
de contacto humano para compartir, a distancia, con
pués de que uno pierde un hijo todo sigue exactamente
desconocidos, las situaciones difíciles de la vida. Es un
igual, menos uno, porque algo se rompe dentro de uno que
terreno para investigar por la sociología o la psicología
tú sabes que no tiene reparación. Aprendes a vivir con el
social. Traslado y valoro aquí algunas de esas confesiones
dolor, pero jamás olvidando que [esos hijos fallecidos]
llenas de la cruda verdad del dolor en carne viva23. Y di-
estuvieron con nosotros para hacernos sentir padres, ese
23  Selecciono párrafos sustanciales y, para la mejor compren-
sentimiento profundo que sólo se siente si lo eres.
sión del texto, corrijo puntuación y ortografía y suprimo algunas rei-
Hasta el sol [sic] de hoy tengo miles de preguntas
teraciones e incorrecciones sintácticas que no alteran, sin embargo, el que no me he podido responder. Tengo fe en que el día
contenido de la frase. que me encuentre con Dios, cuando él lo disponga, me

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

tenga las respuestas, y entre todas las preguntas la Ese día fue al taller de su padre para acabar de
primera va a ser “por qué a mí”, y me dé la oportuni- arreglar la moto. Y no sé qué le cruzó por su mente, que
dad de volver abrazar a mi Lele (Leonardo). se recolgó en un hierro soldado [vertical] sobre una pa-
A todas las personas de este foro, gracias por es- red, a unos dos metros de altura, para balancearse, la
cucharme en un día tan duro para mí. Y mi respeto barra de hierro cedió y se dio un golpe seco en la nuca.
ante todo por el dolor que siente cada uno de ustedes. Aquí estamos destrozados, pasando este duelo tan
Leonardo: estés donde estés, siem- doloroso, a veces lloro y a veces río, porque mi hijo nos
pre serás mi vida, mi mundo. Amarte y re- quería ver siempre felices y unidos, su sonrisa la tengo
cordarte será siempre mi objetivo princi- en el alma y a veces con ella me consuelo. Sé que tengo
pal. Nunca te olvidaré. Te quiere tu ma- que vivir y seguir, pero es tan duro llevar este dolor por
má, Dayana. dentro...

No cabe expresión más fina y certera del sentir del La sonrisa del hijo salva a María. Varias veces men-
duelo por un hijo-niño. Como Dayana, muchas otras ciona “reír” en su relato. Pues bien, ese reír se ha estruc-
madres de cualquier nivel cultural son capaces de trans- turado en ella como un mandato de su hijo. La imagen
mitir con igual precisión introspectiva sus sentimientos. del muchacho riente es en sí una imagen consoladora,
El dolor afina el alma, cuando no logra abotargarla. Así permisiva por ser evocadora y acorde con la alegría que
sucede con la poesía. La más profunda surge del dolor tuvo el muchacho, de modo que esta risa tiene su res-
de las pérdidas, y no de los placeres. quicio en el dolor y podrá seguramente aflorar e ir cre-
¿Qué enseñanzas podemos obtener de su relato? ciendo con menos contradicciones y culpas.
En muchos padres, madres sobre todo, parece que Chiquis es breve (21 de febrero de 2007, 19,05
el dolor que sienten es lo único que les puede seguir horas):
uniendo al hijo perdido. Si no se experimenta ese inten-
so dolor es como si abandonaran de manera definitiva Mi “chaparro” ya tiene once meses que no está
al niño y como si ellas mismas se amputaran una parte conmigo. Es un dolor que no se puede describir. Mis
de sí. Seguramente, muchas, cada una a su tiempo, van ojos no dejan de llorar y siento mi camino día a día
descubriendo que no es así y que siguen teniendo a su más difícil. Sólo tenía dieciséis años, una vida por de-
hijo en la memoria afectiva mediante otros sentimientos lante, con ilusiones, metas, deseos de crecer y disfrutar
y emociones que no son el dolor lacerante. Probable- la vida. Y ya nada es posible. Pero por él, por su her-
538 mente también ese dolor cumpla una función anti-sui- mano, por su papá, quiero luchar y salir adelante en
cida: por una parte, en la medida en que mientras el este camino de dolor que es muy pesado y no sé en
hijo muerto duela tanto, sigue de algún modo vivo, vi- ocasiones cómo llevarlo, y me devuelve el dolor.
vo en el dolor, y, por otra, porque este dolor, mortifi-
cando, purifica posibles, profundos y probablemente Mery perdió a su hija María Fernanda, que tenía
infundados sentimientos de culpa. Por eso quizá dicen 17 años. Cuenta que murió en cinco días a causa de
que es increíble sentir tanto dolor y seguir viviendo. una hepatitis. Y escribe el 25 de febrero de 2007, a las
Además, la historia de Dayana ratifica una vez más cinco de la mañana:
la intensificación del duelo en los aniversarios de la
muerte del hijo (mucho más que en las de otros parien- Existen en esta vida cosas que, primero, no tienen
tes fallecidos), de modo que las madres sienten los explicación; segundo, son insoportables, y, tercero, son
cumpleaños de los hijos muertos como los años que inaceptables, y la mayor de ellas es la muerte de un
hace que se fueron. Y, en contra de los argumentos que hijo. [...] Cada hijo es único, es todo [...], lo más bello
daban los clásicos de que, al morir, un niño se libra de que nos ha pasado en la vida.
los sinsabores de la vida, Dayana piensa más bien en Algunos padres reciben este dolor después de una
todo el disfrute que su hijo ha perdido, por eso a ella le lenta enfermedad; es duro, muy duro, verlos sufrir, uno
resultará ahora muy penoso disfrutar. Y dice algo muy cree inhumano el que sufran tanto, pero se preparan, y,
hondo, pero repetido por estas madres: que ningún si viven en fe [religiosa], su dolor es mucho más lleva-
padre está preparado para la muerte de su hijo. dero, pero cuando es repentino se puede afirmar que
Ahora nos llega María (20 de febrero de 2007, les ha ocurrido algo de lo peor que puede ocurrirle a
12,12 horas): una persona. ¿Consuelo? Yo veo inútil querer consolar,
hay que aprender a “vivir” a pesar de eso, aunque esa
Perdí a mi hijo, de catorce años, el 26 de enero. herida se abre a cada paso de la vida, porque todo lo
Esa mañana estuve con él por todo el pueblo, orgullo- recuerda, y siempre se siente muy adentro.
sa. Era un chico guapísimo, con ganas de vivir, reír, con [...] La alternativa es sufrir en la amargura o en
proyectos, amigo de sus amigos, hermano de sus her- la esperanza. El dolor es tanto que al alzar los ojos a
manos pequeños, maravilloso hijo. Nos hacía reír con Dios, en cualquier momento de esa prueba, podemos
sus tonterías. sentir desde muy adentro un profundo ¿por qué?, y
Con él aprendí a ser madre, a reír, a llorar, a ser su hasta tener ganas de blasfemar.
confidente, su amiga del alma. El último día me regaló Pero Dios comprende verdaderamente esos senti-
la sonrisa y la mirada más dulce de un adolescente. mientos, él sufrió por amor a nosotros la muerte terri-

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

ble de su Hijo en la cruz para decir también a tantos moribundo— permiten una poderosa identificación de
padres y madres: “Yo sé lo que se siente, pero tú todavía alma a alma, de la madre en la madre. Esta humaniza-
no sabes lo que vas a sentir cuando lo veas levantarse ción, esa cercanía de la madre divina, es bálsamo impa-
glorioso como yo vi a mi Hijo”. Algún día lo sabremos. gable para muchas madres cristianas dolientes (Panel
Gracias por permitirme expresar este sentimiento XIII). Así la imaginaba el escritor andaluz José María
hacia nuestros hijos. Pemán:

Karen le responde apenas dos horas después: Estaba la Dolorosa


junto al leño de la cruz
Hola, Mery, mi nombre es Karen, soy de Chile y ¡qué alta palabra de luz!
tengo 27 años. qué manera tan graciosa
Te entiendo más que a nadie en este mundo [...]. de enseñarnos la preciosa
Perdí a mi hijita de tan sólo tres añitos de vida, lucha- lección de callar doliente.
mos diez meses contra un maldito cáncer. Pasó el 4 de Tronaba el cielo rugiente,
abril de este año, y aunque ella se fue por una enfer- la tierra se estremecía.
medad quiero decirte que el dolor es igual o peor que Bramaba el agua... María
perder a un hijo de un día para otro, porque una como estaba, sencillamente.
persona nunca está preparada para perder un hijo. Yo
todavía sufro por mi hijita y nunca se me quitará esta También “stabat pater” (Panel XIV). El arte pictóri-
pena que llevo en mi alma y en mi corazón. Sólo puedo co no lo ha plasmado. Pero ahí están los muchos poe-
decirte que te entiendo, no puedo decirte nada más, mas de dolor que padres varones han dedicado a sus
porque sé que de nada te servirá todo lo que te diga y hijos perdidos, y de los que voy dando cumplida cuen-
nada te dará consuelo, porque yo todavía no encuentro ta, y las fotos familiares y las de prensa. También, tam-
consuelo en nada y en nadie, porque mi hija siempre bién el padre está. En el caso de Getsemaní, Cristo
será mi hija y aunque Dios se la llevó ella siempre es- —abandonado a su muerte— clamaba por él inútil-
tará presente en mi. Ten fe, algún día estaremos con mente desde su grito humano.
nuestras hijitas y seremos felices. Un beso. Por otra parte, tampoco hay duda del consuelo
que aporta la mayoría de las religiones al asegurar un
más allá de la muerte garantizado por Dios. En realidad,
Consolación religiosa el cristianismo promete la salvación individual pero no 539
el reencuentro con los seres queridos, que es más una
Se han publicado no pocos trabajos, especialmente suposición lenitiva de los dolientes. En el duelo por los
en Estados Unidos, sobre el dolor de la muerte y del hijos, los padres se debaten entre la rabia contra Dios
duelo en relación con la religiosidad o credo religioso (“¿por qué te lo has llevado?”, ¿”por qué nos lo has arre-
de las personas o familias afectadas por esa circunstan- batado”?) y la necesidad de Él (“en el paraíso nos en-
cia. Dichas investigaciones dan por sentado lo que se contraremos”).
sabe: que la fe religiosa es el más poderoso consuelo En los foros, las madres en duelo de hijos, sobre
ante la muerte de un ser querido. Pero, además, en la todo las de origen hispano, acuden muy a menudo a
religión cristiana se da también una iconografía conso- Dios. Diez meses atrás, Yolis había perdido a su hijo, de
ladora de gran fuerza, sustentada en el amor, en la pa- dieciséis años, en un accidente de tráfico, y escribe: “Lo
sión de la redención por el sufrimiento. que me ayuda día a día es acercarme a Dios y fortalecer-
Imágenes y poemas sinfónicos como los del Stabat me así, porque con este dolor he sentido que nadie me
Mater24 —el traspasado dolor de la madre junto al hijo comprende, que nadie está conmigo”. Julissa, de 30
24  Incontables composiciones del Stabat Mater han sido realiza-
años, ha perdido a su bebé Sergio hace año y medio y
dice: “[...] Doy gracias a Dios por que Él me está ayu-
das por las más grandes figuras de la música, como Scarlatti, Vivaldi,
Pergolesi (de especial belleza vocal), Haydn, Bocherini, Rossini (con dando a salir adelante y porque tengo la esperanza de
la peripecia española de su Stabat), Schubert, Verdi, Gounod, y tantos que llegará el día en que me reuniré otra vez con mi
otros. El checo Dvorak (1841-1904) compuso uno por la muerte de su hijo y para ello me estoy preparando”.
hijita Josefa, que le sumió en la desesperación, seguida después por la En los padres de los grupos de ayuda mutua en el
de otras dos hijas. De los Stabat españoles, quiero destacar los realizados
por dos jovencísimos músicos: Crisóstomo de Arriaga, que murió poco
duelo surge con mucha frecuencia la fe en el reencuen-
antes de cumplir veinte años de edad, y Felipe Pedrell, que lo escribió ¡a tro en el más allá. Lala decía: “Roberto fue mi primer
los quince años! Si el Requiem apunta al destino del que muere, el Stabat hijo, con él aprendí, él me enseñó un montón con su
Mater se dirige hacia el dolor del que queda, representado por el duelo venida, y con su partida sigo aprendiendo. Y seguiré
de la Madre, de todas las madres que se ven en la terrible desgracia de aprendiendo hasta el momento en que me reencuentre
tener que enterrar a un hijo. Unos compositores prefieren el Requiem y
otros el Stabat Mater a la hora de componer una obra en memoria de
con él. Él se fue por algo, porque era su momento, su
un ser querido. Es evidente que el Stabat es una música de evocación
materna, de cadencia aflictiva suave y dulce, en tanto que en el Requiem compositor y polivalente músico, Marco Rosano (Turín, 1964), con la
priman la angustia, el pánico, la ira, el clamor de la súplica... peculiaridad de dar relevancia, en bajo mantenido del barroco, a la clara
Por si aún está en la red, incluyo aquí una dirección de página en y bella voz del contratenor Andreas Scholl (1967). www.andreasscho-
la que se puede escuchar el bello fragmento de un Stabat Mater de un llsociety.org/Stabat_Mater.htm.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

tiempo, y yo me quedé por algo”. Es como si ese inten- tiende como todopoderoso, y en ese sentido se le pide,
so dolor de pérdida condujera por sí mismo a la fortale- en su más allá, el reencuentro con el hijo muerto.
za de una convicción en el reencuentro, con o sin apela- El mecanismo de escisión, por su parte, no trata de
ción a Dios. De ahí puede provenir quizá la explicación dar respuesta a la contradicción. Simplemente, Dios es
de esa firme creencia en personas que antes no se mos- bueno, quiere nuestro bien, por un lado, y Dios se lleva
traban religiosas, o incluso la de conversión de no cre- al ser querido, por otro, y nos daña. Hay una frase-pen-
yentes. No habría que entender ese giro como una samiento para resolver esta escisión: Dios escribe derecho
construcción voluntaria o como un intencional montaje con renglones torcidos. O como decía aquella madre: “Sé
para dar verosimilitud a lo que antes se percibía como lo terrible que es perder un hijo, pero a veces [¿a veces?]
una falsedad. Aparece como una pequeña luz que se va Dios sabe por qué hace las cosas”. Es decir, el daño pue-
haciendo más intensa en algún lugar de la conciencia de ser, en el fondo, un bien. De esta manera se soslayan
en la que no repugna a la razón. Tampoco es una locura las dudas que introduce el racionalismo. Cuando pre-
porque no convierte a la persona en incoherente. Se domina el pensamiento mágico en el doliente, éste re-
dirá que es un mecanismo inconsciente de defensa para curre más bien a la sumisión completa: “Es la voluntad
poder seguir viviendo, que es la fuerza de la necesidad. de Dios”. Otros padres, más sensibles a la culpa existen-
¿Y qué? ¿Es falsedad el misterio? ¿Es mentira o distor- cial, se acogen al argumento de la desgracia como una
sión todo lo que no es razonable? En todo caso, en la “prueba de Dios”.
evolución de esas personas transidas por el dolor, en las Los padres creyentes abocan finalmente al auto-
que las construcciones mentales, las razones aprendidas consuelo de que el hijo muerto, su alma, se halla en el
y los significados se tambalean y muchos se derrumban, paraíso, en la cercanía de Dios, donde es cuidado por
queda un espacio desolado, arrasado, des-significado, éste, donde es feliz y desde donde les protege y guía.
que necesita ser reconstruido y rehabitado. Puede ha- Ésta es una creencia que, en forma quizá menos localis-
cerse con los mismos materiales anteriores, y es una ta, más difusa, encontramos en padres agnósticos, mu-
restauración o rehabilitación, o con otros distintos, y chos de los cuales nos cuentan la vivencia de que el es-
entonces es una recreación donde caben nuevos espa- píritu del hijo se halla en algún lugar —que no llaman
cielo de Dios, ni paraíso— desde el cual mira por ellos.
cios simbólicos, con aspectos universales (es decir, co-
Es otra forma de considerarlo un ángel. Como si hubie-
munes a los padres con esa misma experiencia) y con
ra un estelar mundo angélico sin necesidad de un dios
otros muy personales, intransferibles, muy difíciles de
que lo comande.
verbalizar. Pues bien, ese espacio a menudo es ocupado
540 Los padres ateos tienden a una consolación laica,
por la interrogación y la significación espiritual.
sustitutiva de la religiosa, consistente en la vivencia de la
Volviendo a lo anterior. Para la mayoría de los pa-
interiorización del hijo muerto, como fuente de inspira-
dres, ese reencuentro anhelado en el otro mundo con el
ción o de impulso en sus vidas, en un sentido u otro.
hijo muerto requiere de la existencia de un Dios que lo
En muchas parejas españolas sigue habiendo una
haga posible. Otras veces no parece que se sienta así, y
dicotomía, según la cual uno de sus miembros tiende a
Dios y ese reencuentro son dos dimensiones distintas. la creencia religiosa, o es creyente, y el otro no (en este
Por otro lado, Dios, y la bondad y la justicia que se último caso, es casi siempre el varón). Esto ha sido muy
le suponen, quedan habitualmente en entredicho con el tradicional en nuestra sociedad, sin generar habitual-
sufrimiento y la muerte de un niño. mente conflicto entre ambos cónyuges. Todo sucedía o
¿Qué construcción mental han de realizar, enton- sucede como si un miembro descansara en el otro la
ces, de forma consciente o inconsciente, los padres reli- parte incómoda o rechazada de su postura: tú crees la
giosos o con tradición religiosa ante el Dios que les parte que yo no creo y yo creo la parte que tú no crees,
arrebata a su hijo? Creo que han de acudir a un proceso produciéndose así un equilibrio compensatorio. En tal
de ambivalencia y/o de escisión. Por un lado, está el circunstancia es muy deseable que cada uno de los
Señor que se lleva a su siervito, el Dios cruel. Por otro miembros de la pareja —puesta en crisis por la situa-
lado, está el Señor, Dios omnipotente, que tiene las lla- ción de la pérdida— guarde un profundo respeto por la
ves del paraíso, y que, por tanto, permitirá o no que, en actitud del otro.
su día, pueda producirse el reencuentro de los padres Los padres creyentes tienen más fácil comunicar la
con su hijo en la vida eterna. En los mensajes trans- muerte de un hijo y el porqué a los hermanos, aún pe-
critos más arriba quedan de manifiesto ambos movi- queños, de éste. Son explicaciones que suelen sustan-
mientos: el de ambivalencia, con reproche e ira dirigi- ciarse en estos dos argumentos: “Está en el cielo” y “su-
dos al Dios implacable, por un lado, y con sumisión, fría mucho, por eso Dios se lo ha llevado con él y ahora
demanda e incluso agradecimiento al Dios poderoso, está bien”. En el capítulo de Casuística he relatado con
por otro. Se percibe en esa dualidad contradictoria una amplitud el caso de Mari Carmen, cuya fabulación his-
cierta lucha entre la razón y la fe. ¿Cómo es posible que terifome ilustra caricaturescamente la manipulación
el Buen Dios sea (tan) despiadado? Surge entonces la que a veces se produce con este tipo de explicaciones
duda —terrible, que añade dolor— de un no-dios, o de en familias problemáticas, en otras ocasiones de manera
un dios insensible, o de un dios-no-bondad-infinita. Y menos burda, más sofisticada, que en dicho caso.
sobre esa duda se impone su omnipotencia: si no se le No pocas veces he oído lo siguiente a padres que
puede entender como bondadoso, al menos sí se le en- han perdido un niño: “No somos creyentes, pero nos

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

preguntamos si decirles a los otros niños que su her- Llega, pues, el Fénix de los Ingenios a confesar
mano está en el cielo”. Siempre les digo lo mismo: —culpable— la idolatría por su hijo Carlos, y de cómo
“¿Creen ustedes en el cielo?”. “No”, responden. “Pues el querido niño sustituyó en él el amor a Dios. Y por
entonces no se lo digan”. Algunos se lamentan: “Ojalá ello quizá fue castigado. Ahora se vuelve al niño:
creyéramos”. Y algunos me insisten en cómo poder
explicarles la verdad del “más allá” del hermano muer- [...]
to. No debe darse en estos casos una fórmula prefabri- Y vos, dichoso niño, que en siete años
cada. Lo deseable es mantener una entrevista de re- que tuvísteis de vida, no tuvístes
flexión con los padres, que les permita decantar de sus con vuestro padre inobediencia alguna
propias ideas y vivencias la construcción de una res- corred con vuestro ejemplo mis engaños,
puesta adecuada. serenad mis paternos ojos tristes,
Siguiendo a Scheler, se podrían distinguir, en cues- pues ya sois sol donde pisáis la luna.
tión de religión, y quizás en todo, dos tipos de perso- [...]
nas: las que tienen “fe en” y las que “creen que”. En las Cuando tan santo os vi, cuando tan cuerdo,
primeras no habría razón ni desgracia alguna que que- conocí la vejez que os inclinaba
braran sus convicciones; en las segundas persiste siem- a los fríos umbrales de la muerte;
pre una reserva racional en el creer. luego lloré lo que ahora gano y pierdo,
En todo caso, hay que guardar el respeto más ab- y luego dije: “Aquí la edad acaba
soluto a las creencias de estos dolientes, que a veces porque nunca comienza desta suerte”.
derivan por vías disparatadas. Debido a su fragilidad ¿Quién vio rigor tan fuerte,
psíquica en ese tiempo, algunas de estas personas son y de razón ajeno,
muy propensas a ser embaucadas o adoctrinadas por temer por bueno y santo lo que se amaba tanto?
sectas o por grupos extremistas. Mas no os temiera yo por santo y bueno,
si no pensara el fín que prometía
quien sin el curso natural vivía.
Duelo de padre y poeta cristiano [...]
Hijo, pues, de mis ojos, en buena hora
Desde una acendrada fe religiosa vive su duelo vais a vivir con Dios eternamente
Lope de Vega (1562‑1635), que perdió en 1612, cuan- y a gozar de la patria soberana.
do contaba cincuenta años, a Carlos Félix, su adorado ¡Cuán lejos, Carlos venturoso, agora 541
hijo de siete años, su “ojito derecho”, dedicándole, a su de la impiedad de la ignorante gente
muerte, uno de los poemas más entrañables del género y los sucesos de la vida humana,
elegíaco en la poesía española, poema que divide en dos sin noche, sin mañana,
partes. La primera es una ofrenda‑sacrificio del hijo a sin vejez siempre enferma,
Dios al estilo de Abraham, un ejercicio de sometimiento que hasta el sueño fastidia,
al Señor. En la segunda, cumplido el trámite de acata- sin que la fiera envidia
miento a la voluntad divina, el poeta se dirige directa- de la virtud a los umbrales duerma,
mente a su hijo en términos conmovedores, y tan de del tiempo triunfaréis, porque no alcanza
hoy, porque son de siempre, universales: donde cierra la puerta a la esperanza!
[...]
Este de mis entrañas dulce fruto,
con vuestra bendición, oh Rey eterno, Observamos, pues, la perplejidad del padre ante
ofrezco humildemente a vuestras aras. hijo tan bueno y tan cuerdo —seguramente tan diferente
[...] de él—, tan poco niño, lo cual le hacía tener vaga sospe-
Diréis, Señor, que en daros lo que es vuestro cha de corta vida. Y, en efecto, hay personas que parecen
ninguna cosa os doy, y que querría llevar escrito en su figura y en su conducta la precocidad
hacer virtud necesidad tan fuerte, en la vida y en la muerte. Lope, por otra parte, como he-
y que no es lo que siento lo que muestro. mos visto antes en los antiguos filósofos latinos, se con-
[...] suela pensando en la cantidad de sufrimiento que, mu-
Quiera yo lo que vos, pues no es posible riendo joven, se ha ahorrado su pequeño Carlos.
no ser lo que queréis, que no queriendo,
saco mi daño a vuestra ofensa junto.
[...]
Amábaos yo, Señor, luego que abristeis Consolatoria especial. Sobre
mis ojos a la luz de conoceros, “paliación”, “paliadores” y
y regalóme el resplandor suave. apoyos
Carlos fue tierra; eclipse padecisteis,
divino Sol, pues me quitaba el veros, Acometeré ahora un paso más en la Consolatoria,
opuesto como nube densa y grave. la que podríamos considerar consolatoria especial y es-
[...] pecializada.

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PANEL XIII. STABAT MATER AYER Y HOY

4.  Stabat Mater afgana con su 6.  Crucifixión


hijito desnutrido: ¿Belén o Ré- Delirio del Cristo airado
quiem? (¿por qué me habéis abandonado?)
Bajo la cruz enclavada,
“Stabat Mater” horrorizada.

1.  En aquel primitivo románi- Nuevas tendencias. Dos obras


co (simétrico, hierático, en fe y correspondientes a la serie reli-
en rasgo, como todos los pue-
blos que empiezan a historiar- giosa del pintor y artista plásti-
se, como toda mano de niño co Morton Levin, nacido en
que fija la escritura), no había Nueva York, discípulo del su-
lugar para lo cóncavo, que bus- rrealista daliniano Federico
ca ser regazo, ni lugar para el 5.  La Piedad en la representa- Castellón (1914-1971), alme-
dolor llorado, sino el rezo en ción de la Pasión en la Semana riense nacionalizado en Estados
salmodia o en silencio. Pero, en Santa de Morata de Tajuña (Ma- Unidos.
esta composición, sin embargo, drid)
llena de paz y recogimiento,
¿no son regazos esos huecos ¡Qué escándalo tan grande
axilares del cristo, cobijando a de los cielos alejados,
la madre y al “otro’hijo”? estas figuras carnales
fingiendo heridas
de los dioses inmortales!
Y, entre ellos, Yahvé, 7.  Stabat Mater
el más innombrable.
542 De la tristeza herida
Mas Dios se hizo hombre
la vida escapa.
para hacerse hijo de madre,
Mi rostro es un secante
amor de Magdalena,
gofrado en lágrimas
calor de sangre,
por donde la cicatriz escribe
dolor de duda y muerte,
finales de historias inacabadas.
ansiedad de instantes,
“Tan sólo es vida lo que queda”
pálpito de tiempo,
y fatiga, la pasada.
zozobra de cóleras y suavidades
8.  El pintor y grabador valliso- La ausencia deja en mis dedos
Dios se hizo hombre para
letano José Noriega presentó en las penumbras entintadas
crucificarse
para salvarnos, 2004 su libro Stabat Mater, en-
riquecido con una serie (titula- Este insólito Stabat Mater está
y para salvarse
da Flores muertas) de quince hecho como repintando esos
Dios y hombre se miraron,
2.  Si en otro lugar contemplá- estampas a lápiz de color sobre perfiles oxidados que dejan las
y, haciéndose a su imagen,
bamos la ternura de la Virgen de infografía. Se trata de un poema huellas de las lágrimas caídas
el uno al otro
Vladimir con su bebé Jesús en el gráfico. Tomo y recreo así con impregnando los manuscritos
se hicieron semejantes.
regazo, ahora hemos llegado a la versos sus versos: del dolor tiempo. Aquí no hay
ternura bizantina de la Madre figuras de cuerpos sino sus mar-
Dolorosa en fundido abrazo con cas, sus exhalaciones, sus secre-
la muerte de su hijo Cristo. tas secreciones, sus desgarradu-
Sabiduría temprana de la madre ras, sus misterios arrugados.
que sabe que también (siempre,
todos) los hijos mueren.
Todavía los cristianos aquellos no
creían
que el niño Dios fuera humano
y por eso lo ponían
de espaldas a la madre, coronado,
con cara vieja de Dios
y el índice levantado.

Tanto tiempo pasó sin Parusía


que decidieron los cristianos darle
3.  Grupo La Piedad (1929; Se- la vuelta al niño, e inclinarlo,
mana Santa de Málaga), del es- apegándolo a la madre.
cultor Francisco Palma, siguien- 9.  Virgen negra de 10.  Icono Virgen de Eleusa Y el niño Dios se hizo humano;
do el canon de la de Da Vinci Rocamadour (s. XII) (s. XII) y la fe, mortal y carne.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

PANEL XIV. STABAT PATER

Padre pobre, con el hijo muerto Padre rico, con el hijo muerto
543
A principios del siglo XX apareció la fotografía, entonces daguerrotipo. Se expandió rápidamente. Una de sus aplicaciones más popu-
lares fue la obtención del retrato de los seres queridos muertos, y especialmente de los niños y jóvenes, para conservar un nítido recuer-
do de ellos. Fue ésa una costumbre de ricos y pobres. Éstos a menudo sólo empleaban al fotógrafo en esa ocasión. La usanza se man-
tuvo durante bastante tiempo en Iberoamérica, sobre todo en la zona rural. En la segunda mitad de dicho siglo fue remitiendo esa
tradición hasta casi desaparecer.
A remarcar en estas dos muestras la expresión tan diferente de ambos padres. La dura del padre pobre, de actitud envarada, con un
rostro más de muerto que el del propio hijito, pues que sonríe el chiquillo. El segundo padre, el rico, tiene lánguido el dolor, la actitud
reblandecida y un gesto de llorosa pena.

Domingo 11 de enero de 1998. Aldea próxima a Argel. Pa-


dre postrado ante el cuerpo calcinado de su pequeño hijo
en una de las matanzas de los terroristas islamistas en la
población civil, atacando las casas del pueblo y quemando
vivas a familias enteras.
Mirada perdida. Rostro congelado, como en un fogonazo.
¡Cuánto dolor queda cuando no puede expresarse!

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

familiares a afrontar el duelo. Debería, en todo caso,


generalizarse la distribución de folletos o dípticos en los
que se explique el duelo en forma sencilla y donde se
recojan los recursos a los que pueden acceder los do-
lientes en caso de necesitar apoyo y la forma de dirigirse
a ellos25. Mi impresión es que los responsables de los
hospitales son reacios a ese tipo de divulgación escrita,
por no dar una imagen agorera del centro. Pero, en todo
Figura 9. “No es esto, no es esto”. caso, debería entregarse en mano a los padres dolientes
con algún comentario verbal personalizado.
En su mayoría, las personas que sufren un duelo
Como he dicho repetidamente, en general el duelo sienten que su dolor es normal y que deben sufrirlo. Si,
en sí, es decir, la mayoría de los duelos, no requiere una además, se trata de un hijo, de un niño, quieren sufrirlo.
terapia psiquiátrica ni psicoterapéutica en sentido es- Por ello rechazan a menudo psicoterapias o apoyos psi-
tricto. Pero muchos de ellos sí se beneficiarían sobre- cológicos, porque “no hay palabras”, porque nada ni na-
manera de la ayuda que puede realizar un profesional die les puede devolver a su ser querido. Una voz colec-
no especializado, con capacidad de consolación y adiestra- tiva de padres en duelo escribe: “Cualquier intromisión
do en el manejo de estas situaciones, no necesariamente en ese mundo confuso y doloroso que vivimos al co-
titulado en Psicología o Psiquiatría, aunque con los su- mienzo [de la pérdida del hijo], aunque tan sólo sea
ficientes conocimientos en estas materias; por ejemplo, para tendernos una mano, puede producir rechazo”.
profesionales de asistencia social, enfermería paliativa, Sin embargo, una proporción de los que renuncia-
consejeros espirituales, etc. ron a esa primera ayuda, la aceptan o la piden cuando el
Debe basarse esta consolatoria en la filosofía-psico- dolor del duelo se “enfría”, es decir, cuando se interiori-
logía de la empatía antes contemplada, pero requiere za, cuando la pena se hace inaudible y la realidad de la
otras condiciones. En las profesiones humanísticas, pre- ausencia del ser querido cae como una losa. Tampoco
viamente al interés e incluso a la vocación, es importan- quieren medicamentos porque anestesian. La experien-
te la capacidad-de. No todo el mundo sirve para consolar cia psiquiátrica demuestra, en general, que la adminis-
de manera especial o profesional, ya fuera, en un extre- tración de psicofármacos (ansiolíticos e inductores del
mo, por ser más proclive al contagio afectivo que a la sueño) en los casos de duelo es auto-restringida en su
544 empatía, o ya fuese, por el otro, debido a una compul- uso por los propios dolientes, que prescinden de ella al
sión de carácter para manejar la relación personal como poco tiempo. Podría hablarse de la “prueba del lexatín”.
una técnica operativa, de autoridad, de imposición (de Es frecuente la toma transitoria de un tranquilizante,
“lo que hay que hacer”, de “lo que usted debe hacer...”, reducida a los primeros días o semanas. Cuando el do-
de “tú tienes que...”), que, en Consolatoria, iría de la liente alarga o perpetúa la toma del ansiolítico prescrito
Consolatoria artefactum (dar el consuelo como si fuera en el primer momento, nos hallamos probablemente
un aparato o una prótesis) a la Consolatoria artificialis, ante una patología psíquica o ante un sufrimiento que
que se delata a menudo en los propios gestos de su está deteriorando a la persona, y que, por tanto, requie-
agente, sea por un tono de meliflua y seudo-cálida voz re ya una consideración específica realizada por los co-
en off, o, por el contrario, por gestos y tonos de abruma- rrespondientes especialistas.
dora superioridad e imponente seguridad (Figura 9). Los profesionales que se dediquen a las personas
Pero lo deseable es poder contar con una posibili- en duelo deben tener en cuenta estos tiempos evoluti-
dad de apoyo inmediato a los padres en duelo mediante vos para estar disponibles en el momento oportuno y
unidades y equipos preparados para ello. El lugar que no urgir medidas que no surgen de la necesidad sentida
habría de estar en primera línea de la detección de ne- de los dolientes.
cesidad de ayuda a padres dolientes es el de Atención Hay una excepcionalidad a lo que acabo de decir.
Primaria en los centros de salud, donde debería ejercer- Es la situación de los que han perdido a un hijo debido
se esa función paliativa de la medicina, y donde desgra- a una extrema maldad humana (violación, secuestro,
ciadamente no se hace, por lo común. El hospital sigue asesinato, acto terrorista, etc.). Es común que se diag-
siendo el lugar donde muere la mayoría de niños, mu- nostiquen estos casos como “trastorno por estrés pos-
chos en el Servicio de Cuidados Intensivos y en el de traumático”. A la conmoción inicial de esos padres se
Urgencias, por lo que es en ese ámbito hospitalario sigue, a menudo, una regresión de la personalidad y el
donde debería habilitarse una unidad de duelo, o, al despliegue de una defensa de evitación, en la que el do-
menos, algún equipo que asumiera esa función. Son liente trata de aislarse o de huir de cualquier circunstan-
actualmente los servicios de Cuidados Paliativos los que cia que pueda recordar el trauma, lo que es práctica-
suelen dispensar más y mejor ese primer apoyo —al mente imposible porque los recuerdos acosan en cual-
menos— a los padres, porque aquellos profesionales quier momento. Es frecuente una importante desorgani-
que se han ocupado largamente de la enfermedad mor-
tal de un niño y que han mantenido un contacto cerca- 25
  La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) ha
no con sus familiares son los idóneos y más sensibiliza- editado una excelente Guía para familiares en duelo, con diseño, formato
dos para, tras la muerte de aquél, ayudar a los padres y y texto muy atractivos y claros.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

zación de su personalidad, ya sea psíquica, bajo la apa- suficiente sintonía con la realidad del doliente. Es decir,
riencia de una profunda melancolía (más en las madres), se da el consejo sin tener en cuenta la situación, menta-
ya sea un trastorno grave del comportamiento (más en lidad, circunstancia y personalidad del receptor del
los padres). Los estudiosos de la psicopatología origina- mismo: es el extra-consejo o consejo que viene de fue-
da por la violencia humana coinciden en el dato de la ra. Tal consejo sigue una vía de atajo, a menudo pro-
resistencia de las víctimas a recibir atención psicológica ducto de la autoridad que sobre el sujeto ejerce la figura
y psiquiátrica26. Mi impresión clínica es que esta resis- de quien se lo da, sin que se produzcan la interioriza-
tencia es menor en padres de los niños víctimas, y que, ción y la concienciación suficientes. En el caso más es-
cuando se da, se debe con frecuencia a la escasa adecua- tricto, el consejo puro y duro tiene un cierto carácter
ción de los especialistas que les atienden en primera coactivo u obligatorio, y ello sin tener en cuenta que, a
instancia. En general, será necesario un tratamiento con menudo, conlleva en sí una crítica o censura de la con-
psicofármacos y una atinada terapia de consolación, ducta que se trata de corregir mediante el consejo.
pues, en tales casos, las bien regladas terapias cognitivas Llamaríamos intra-consejo a aquel que se despren-
y psicoanalíticas no son las requeridas en ese tiempo, en de del mayor y mejor conocimiento que la persona tra-
el que creo que están incluso contraindicadas, y, sin em- tada obtiene de su reflexión en la entrevista con el con-
bargo, podrán ser eficaces meses o años más tarde. sejero, y que es en realidad emanación de ella. Tiende a
reforzar o revelar aquella tendencia que está latente en
dicha persona. Y entonces la actitud o el comporta-
Consolatoria inmediata miento que se proyecta seguir o cambiar son derivados
de esa elaboración o reflexión vivida, producto volunta-
La aproximación consoladora tiene, como acabo rio de la coherencia interna del sujeto doliente. Este ti-
de apuntar, formas y requerimientos distintos según los po de intra-consejos sería, a mi modo de ver, un pilar
tipos, tiempos y momentos del duelo, y según las carac- importante en la consolatoria consejera especializada.
terísticas personales del doliente en cuestión, y es preci- La diferencia entre el extra y el intra-consejo no
so conocerlos. Así, hay una consolación que se prodiga consiste, pues, en el consejo en sí, sino en la manera
en la conmocionada inmediatez de la desolación y en como se ha llegado a él.
sus proximidades, en las que, sin restar valor a los ges- El clima de la buena “consejería” debería contener
tos de consolación, no se deben olvidar medidas que, equilibradamente tanto el ascendiente que ejerce, por
aunque sencillas, necesitan de un “saber hacer”. Entre un lado, con benevolencia y sin presión, la persona
éstas se encuentran las que hacen referencia a los he- consejera, cuyo objetivo sería favorecer la reflexión, 545
chos y derechos que tienen las personas dolientes en como, por otro, la propia maduración del asunto en
esos instantes urgentes de la muerte del niño en el hos- cuestión por parte del doliente.
pital, y cuyo cumplimiento, pasada la primera y más Los consejos suelen solicitarse o aplicarse para
visible crisis de dolor, sustenta un consuelo más dura- comportamientos concretos, aunque éstos tengan moti-
dero, y fe en el bien a pesar de la muerte. Y luego, mejor vaciones más profundas y amplias, inconscientes a me-
pronto que tarde, la asistencia de consejos, que, bien nudo. No es misión del consejero entrar en éstas, sino
administrados, son fundamentales para los dolientes en encarar maneras de proceder ante circunstancias difíci-
esos momentos desorganizados, sin mucho tiempo y les. Pero ha de tener la habilidad de leer entre líneas. Al
ningún ánimo para reflexionar. Empezaré primero por hablar de comportamientos se ha de tener en cuenta
esta segunda parte que no son siempre las manifestaciones exteriores de la
vivencia interna. En el comportamiento intervienen
decisivamente reglas de moral, sociales, educativas y de
Consejos convivencia, es decir, voluntad de controlar y modular
la vivencia en función de las situaciones. Es el plantea-
En el ámbito de la consolatoria inmediata incluire- miento de la psicología cognitiva, que se revela explíci-
mos la preventiva que representan los consejos. tamente en la denominación de su método de trata-
En general, el consejo trata de responder a una miento: modificación de conducta. Por tanto, sería
pregunta: ¿qué debo hacer? Todos sabemos la frecuente conveniente que el consejero tuviera siempre en mente
trampa de ese tipo de preguntas. Otras veces, el que da que los comportamientos, más aún en los dolientes, no
el consejo se arroga una demanda que no le han hecho. corresponden —o sólo en parte— a su vivencia interna,
Ambas situaciones pueden darse en el caso de los do- aunque dichos dolientes admitan, reconozcan y se pro-
lientes. Mostraré enseguida la posibilidad de salvar es- pongan llevar a la práctica esos consejos en las conduc-
tos dos escollos. tas que adopten.
No me refiero aquí, por supuesto, a esos consejos En lo que se refiere a situaciones de duelo por un
que entran también en el manual de los tópicos, tan hijo pequeño, hay tres bloques de consejos: en relación
inútiles a veces como quizá bien intencionados, pero, con la pareja, en relación con los otros hijos y en rela-
en general, impartidos desde la banalidad o la falta de ción consigo mismo. En cada uno de ellos, el consejero
plantearía las temáticas involucradas. Es útil proponer
26  Las víctimas de la violencia. Estudio psicopatológico, Baca E, Ca- un calendario de “consejería”, estructurada en una serie
bana S, M.L. (editores), Madrid, 2003. de encuentros o entrevistas.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Como acabo de apuntar, los consejos se expresan, • Aunque me sea difícil, mantendré o restableceré en
por lo común, en forma casi de imposición: “Le con- mi pareja y con ella nuestras funciones, costum-
vendría / no le convendría esto o aquello”, “haz esto / bres y prácticas.
no hagas aquello”. Propongo que le demos la vuelta a • Aunque me sea aún más difícil, no descartaré la
esta perspectiva, de modo que el doliente obtenga de sí alegría y la satisfacción en nuestra relación.
mismo sus propios consejos (“haré / no haré”, “intenta-
ré hacer esto / intentaré no hacer lo otro”, “creo que
debo hacer / no hacer esto”...). La técnica para los men- En relación con los hijos vivos
cionados bloques sería verbalizarle o exponerle al do-
liente el intra-consejo (por ejemplo: “No dejaré de co- Los temas en este apartado rondarían los siguien-
municarme con mi pareja”), preferentemente escrito tes puntos: cómo están viviendo el duelo los hermanos
cada uno en una tarjeta, para que él mismo lo debata del niño muerto, la información que se les debe dar, la
con el terapeuta consolador, vea sus pros y sus contras, manera de reaccionar a sus comentarios, el manejo con
su viabilidad; y así cada ítem sucesivamente. En mi ex- ellos de los recuerdos del hermano fallecido, la forma
periencia, hay dos factores que condicionan de manera de utilizar el nombre y las características de éste, qué
sustancial el éxito de este método de “consejería”: 1) la cambios en su vida cotidiana están viviendo estos niños
adecuación del momento en que se realiza (no parece tras la muerte de su hermano, etc.
conveniente que sea en las semanas siguientes al falleci-
miento del hijo, sino cuando ceda el shock o aturdi- • No subestimaré el interés y la necesidad de infor-
miento del doliente —su “estado de excepción”— y se mación de mis otros hijos acerca del hermano
reinstale la vida cotidiana en su entorno; y 2) la realiza- muerto.
ción de dicha “consejería” por ambos padres, cada uno • Responderé sencilla y sinceramente a lo que me pre-
por separado. gunten, sin engaño, de acuerdo con el nivel de ma-
He aquí, a continuación, las listas de intra-conse- durez y conocimiento que corresponda a su desarro-
jos a elaborar. llo y en consonancia con nuestras convicciones.
• No obstruiré sus comentarios y referencias al her-
mano muerto.
En relación con la pareja • No les impondré el recuerdo del fallecido.
• No identificaré a ninguno de mis hijos con el
546 Los temas serían: la comunicación, el silencio, los muerto, como si fuera su sustituto, ni los compara-
requerimientos de uno hacia el otro, los ritmos de las ré con éste.
vivencias y los sentimientos de uno y de otro, las iden- • No pondré el nombre del hijo muerto a otro hijo,
tificaciones y contra-identificaciones con el otro miem- así cada uno tendrá su propia identidad.
bro de la pareja, la culpa y las culpas, cómo está siendo • No descuidaré la atención a mis hijos vivos, sobre
la vida cotidiana en relación a como era anteriormente a todo en el área afectiva y en la de sus temas e inte-
la pérdida, etc. reses propios. Incluso procuraré tenerlos más pre-
sentes para disipar en ellos el temor de ser menos
• No dejaré de comunicarme con mi pareja. queridos que el hermano que murió.
• No me refugiaré sistemáticamente en el silencio. • Permaneceré alerta a sus reacciones de duelo y les
Que el silencio no caiga sobre nosotros. facilitaré la comunicación de sus posibles angus-
• No estableceré pactos implícitos de silencio en la tias, miedos y culpas, y de las ideas que subyacen a
pareja con respecto al hijo perdido porque se am- ello.
pliará y ocupará todo nuestro espacio comunicativo.
• Escucharé los requerimientos o demandas de mi
pareja. En relación consigo mismo
• Procuraré entenderlo/a.
• No pretenderé que él/ella participe, al menos ple- Insisto en la precaución en dar extra-consejos que
namente, de mis mismos sentimientos en el duelo. tiendan a desvirtuar o a forzar un cambio en la vivencia
Cada uno tenemos nuestros tiempos, nuestras ma- del doliente, la cual debe ser respetada y, en su caso,
neras de expresarlos, especialmente los más com- susceptible de ayuda mediante su elaboración, sin pre-
plejos o confusos, y nuestros mecanismos para juzgar el resultado de dicha elaboración. El doliente
defendernos ante la desgracia, lo que quizá no ha- podría llegar a darse estos consejos:
yamos tenido la ocasión de comprobar o advertir
hasta hora. • No me alejaré de mis seres queridos que viven.
• Trataré de identificarme con su modo de sentir la Probablemente cada alejamiento aumentaría la
pérdida, aunque no lo comparta. distancia de ellos hacia mí y la mía hacia ellos.
• No emplearé reproches en mis argumentos. • Trataré de conservar mis amistades, y en cualquier
• No evitaré ni pospondré un diálogo por temor a caso aquellas que se hayan revelado realmente co-
un posible conflicto con mi pareja. mo tales en esta circunstancia. Y procuraré tener
• Le manifestaré cómo me siento, sin culparle. nuevas relaciones amistosas.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

• No guardaré en soledad para mí el recuerdo de mi var a cabo gestiones y trámites o cargas de la vida
querido hijo o querida hija, ya contenga una lágri- cotidiana que la situación de los padres no les per-
ma o una sonrisa. Seguramente el ámbito más mite encarar; b) grupos de ayuda mutua de padres
adecuado para esta rememoración sea el de mi cír- (que veremos más adelante); c) consultas indivi-
culo familiar o íntimo. duales o de familia y sesiones de “consejería”, y
• Aunque me cueste, procuraré, sin embargo, que el terapias en los casos de evolución más delicada.
recuerdo de mi hijo/hija no pese sobre mí y sobre 5) Garantizar el seguimiento del duelo, lo que permi-
mi familia como una losa. te la detección de factores de riesgo y las dificulta-
• No me haré el/la fuerte a toda costa para mantener des de su proceso, si las hubiera.
la imagen elogiosa ante los demás. 6) Desarrollar una tarea de información a los dolien-
• Pero tampoco caeré en la tentación victimista. tes, en entrevistas personales, en grupos o en con-
• Procuraré atenderme, conservar mi aspecto corpo- ferencias programadas con regularidad e imparti-
ral y cuidar mi alimentación. das por diferentes tipos de participantes, dando
• Intentaré hacer ejercicio, pasear, quizás aprender lugar al coloquio posterior; en este aspecto, se está
relajación o apuntarme a un gimnasio... Me doy extendiendo la atención on-line.
cuenta de que la actividad física me libera de estrés. 7) Promover actividades y reuniones de carácter cul-
• Leer, escuchar música, hace tanto tiempo que me tural y recreativo que potencien los lazos entre los
hubiera gustado... Escribir mi diario o anotar en dolientes.
un cuaderno mis vivencias... Cuando alguna vez lo 8) Desplegar una labor de información social, una
he hecho, me ha ayudado mucho para desahogar- pedagogía del duelo, en distintos medios, sin olvi-
me y aclararme. dar las escuelas. Son muy ilustrativas y sensibiliza-
• Viajar... Quizá me meta en Internet, parece que es doras las charlas en hospitales, centros de salud,
también un buen recurso para entrar en otros etc., que den no sólo los especialistas de duelo sino
mundos y para conseguir información —quizás en los padres con su propia experiencia de pérdida
algún momento— sobre el duelo... cuando ya son capaces de transmitirla.
• Si puedo, he pensado entregar parte de mi tiempo 9) Aportar una posibilidad de formación en el cono-
a una actividad creativa, solidaria o caritativa. cimiento del duelo y en su tratamiento.
• ...Y si veo que no puedo salir adelante, si compren- 10) Estimular la realización de trabajos de investiga-
do que lo necesito, buscaré activamente ayuda en ción del duelo, aún tan desconocido en muchas
ciertas amistades o en especialistas. facetas. 547

Así pues, la Unidad de Duelo concentra una serie de


Unidad de duelo de padres medidas, que pudieran estar desperdigadas, para hacer
más eficaz, sólida y estable la atención a los dolientes.
El elemento común a todas las unidades de duelo Se discute sobre la conveniencia o no de hacer gru-
es la atención específica, estructurada y profesionaliza- pos para distintos tipos de duelos: grupos de duelos por
da a las personas en duelo por la pérdida de un ser pérdidas múltiples, por suicidio, por muerte violenta, por
querido. A partir de ahí su encuadre, sus actividades y muerte prenatal o perinatal. etc., que existen ya en algu-
procedimientos de actuación, su personal, etc., son va- nas grandes Unidades de Duelo. También funciona en al-
riados. Los que más acuden a ellas suelen ser los padres gunos lugares la Unidad de Duelo específica para niños.
dolientes.
A continuación integro en una unidad de duelo
ideal la conjunción de todas las prestaciones que, en la Derechos hospitalarios de los
realidad de la muestra escogida, se ofrecen en una u padres en duelo
otra de las examinadas.
Las características reunidas son: Sobre todo en la literatura del duelo en lengua in-
glesa se ha hablado de los derechos de los padres afligidos
1) Brindar un apoyo inmediato. por la muerte de un hijo menor, haciendo especial énfa-
2) Poseer un personal con un buen nivel de cualifica- sis en los momentos que rodean a la muerte del mismo
ción, cuya identidad profesional prioritaria depen- en el hospital. Se trata de una consolatoria inmediata de
de del ámbito donde la unidad se inscriba: perso- duelo.
nal clínico, psicólogos, asistentes sociales, volunta- Repasemos una propuesta de algunos de esos dere-
rios e incluso padres que desean poner su expe- chos, con la esperanza de que éstos u otros similares
riencia al servicio de los demás. puedan ser debatidos en los foros adecuados.
3) Ofrecer diversidad de ayudas, tanto para la indica-
ción individual más apropiada como para dar la • En el caso de un bebé o de un recién nacido que
posibilidad de acogerse complementariamente a muere, los padres tienen el derecho de estar a solas
varias de ellas. con su pequeño, tantas veces como lo deseen y
4) Entre esas ayudas se encuentran: a) apoyos prácti- todo el tiempo que quieran, así en su muerte como
cos en los primeros momentos del duelo para lle- antes y después de la misma.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

• Si un niño nace muerto, los padres tienen derecho y de niños cuya muerte pueda considerarse un
a verlo, si lo desean, y cogerlo en sus brazos, pues “alivio”, por su estado de deterioro y sufrimiento.
es la única vez que tienen para relacionarse con él. • Los padres tienen derecho a que, en ninguna cir-
A menudo no se lo enseñan a la madre, sin pre- cunstancia, se minimice la pérdida ni se critiquen
guntarle previamente si quiere verlo, con la buena sus sentimientos.
intención de protegerla contra el dolor. (Como re- • El personal clínico debe evitar referirse al pequeño
ferí en el capítulo de Clínica, la poeta Concha como feto o empleando exclusivamente términos
Méndez se dolió profundamente por no ver a su científicos, que pueden recibirse como fríos o des-
hijito muerto al nacer, lo que plasmó en un poe- deñosos.
mario estremecedor.)
• Y una vez muerto el niño, tienen el derecho de Quizás el equipo sanitario no es suficientemente
verlo, tocarlo, cogerlo, sin que hayan de justificar- consciente todavía de la importancia que tienen estas
se por ello, pues es la última oportunidad de rela- medidas en el devenir anímico de los padres en duelo.
cionarse con él. Hemos conocido a muchos de éstos que, largos años
• Todo niño hospitalizado y fallecido en el centro después de la muerte de su hijo, guardan aún el recuer-
tiene derecho al mayor respeto y consideración en do resentido de un trato insensible o distante, o las
su muerte, sea cual sea su edad y su condición, exactas palabras hirientes de profesionales del centro en
incluidos el no nacido, producto de un aborto, o el que aquél fue tratado.
nacido muerto, o neonato (con menos de un mes Para llevar a buen término en el hospital una asis-
de vida). tencia adecuada a los padres que acaban de perder a un
• Todo niño que nace, aunque nazca muerto, o mue- niño, es necesaria la previa realización de grupos de tra-
ra nada más nacer o poco después, tiene derecho a bajo hospitalario con el objetivo de entrenar a los profe-
un nombre propio, a un enterramiento digno y a sionales en esa tarea (entre los que no deben ser olvida-
que sea reconocida su existencia, por mínima en dos los auxiliares de clínica, celadores, etc., ni siquiera el
tiempo que haya sido. personal de limpieza). Cada centro debería establecer a
• Los padres de un niño muerto tienen el derecho a este respecto un programa de intenciones y de actuación
guardar todos sus recuerdos. correctas. (El término protocolo, tan de moda hoy en la
• Tienen el derecho a fotografiarlo, para mantener su gestión clínica hospitalaria, me parece excesivamente
memoria física, tanto más si su muerte ha ocurrido tecnificado y rígido en este terreno emocional.)
548 en los primeros tiempos de su vida y no ha habido Convendría que se produjera una Carta de Reco-
ocasión de tener fotos de él. mendaciones de Atención Inmediata al Duelo por el
• Los padres tienen derecho a saber el peso y la talla Niño en el Hospital, que fuera auspiciada por alguna
de su pequeño nacido muerto; estos datos, que institución de peso y consensuada lo más ampliamente
pueden parecer superfluos ya desde el punto de posible en el ámbito nacional, teniendo en cuenta las
vista médico, contribuyen a dar consistencia de
características socioculturales de cada país.
realidad a los padres en su futura rememoración
en el duelo.
• Los padres tienen el derecho a practicar sus creen-
La donación
cias y ceremonias religiosas —en todo caso, las
primeras— en el centro si es posible.
Cuando muere un paciente en el hospital, lo que
• Los padres tienen derecho a ejercer su libertad en
viene a ser lo habitual y especialmente en el caso de los
las decisiones a tomar sobre el destino de los restos
niños (por el imparable progreso de la tecnología de la
de su hijo, funerales y otros trámites y ceremonias,
supervivencia), se plantea una situación muy delicada,
sin que se les imponga lo que deben hacer (y que
cada vez más común y más éticamente exigente. Es el
no entre —naturalmente— en colisión con el re-
asunto de la donación de órganos27, cuyo permiso me-
glamento explícito del hospital).
• Los padres tienen derecho a un informe clínico fi- 27  España es el país con mayor proporción de donantes de ór-
nal sobre diagnóstico de la enfermedad y/o de la ganos en el campo internacional. La gráfica ha subido en flecha, desde
muerte del fallecido, y al resultado de la autopsia, los 550 donantes del año 1989, cuando se creó el Organismo Nacional
en su caso. de Trasplantes (ONT), a los 1.509 del año 2006, con un total de 3.756
• Tienen derecho a solicitar una autopsia si hay cau- trasplantes, incluyendo los realizados por donación de vivos. Maneja-
sa razonada. mos las estadísticas de 2006. La tasa española es de 33,8 de donantes
por millón de habitantes (ppm), muy por encima de la media europea,
• Tienen derecho a que un miembro designado del que es de 18,8 ppm, y ocho puntos por encima de la estadounidense,
equipo clínico que ha atendido al niño —preferen- de 25,5. El norte cántabro arroja los porcentajes más altos (entre el 44
temente, el que más cercano haya estado de él y su y el 48 por ciento): País Vasco, 48,4; Cantabria, 45,6, y Asturias, 44,4;
familia— se haga cargo de la tarea de consolación seguido de Baleares, 42, y Navarra, 41,7. Y los más bajos corresponden
y de apoyo en esta primera etapa del duelo. a Aragón, con 24,4; Castilla-La Mancha, 26,4, y Extremadura, 26,6. La
población de donante infantil menor de 15 años ha descendido del 10
• Los padres tienen derecho a que se les reconozca y por ciento de 1992 al 3,2 por ciento de 2006, debido sin duda a la baja
respete su estado de conmoción y de dolor agudo, natalidad. Por el contrario, ha subido progresivamente la de los mayo-
aun en los casos de abortos y de nacidos muertos, res de 60 años. Las negativas familiares a la donación han ido dismi-

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

diante el consentimiento informado requiere una téc- taxativamente que el objetivo del coordinador que
nica, que no es ni mucho menos sólo la firma de una solicita el consentimiento informado es “actuar
autorización en un papel. Su abordaje se presenta de con firmeza en aras a obtenerlo”. Aunque asusta
manera diferente si se trata de un paciente que ha sido un poco el aspecto conminatorio de la redacción
tratado por el equipo médico durante tiempo o si se de esta frase, sabemos que en la práctica se des-
está ante alguien que ha muerto de pronto, sea por un pliega sobre todo calidad humana y convenci-
accidente o por un cuadro agudo, fulminante. En el miento razonado.
primer caso, el equipo clínico ha tenido ocasión más
tranquila para plantear el tema con el paciente y/o con Casi siempre hay en la pareja de los padres o en la
la familia. El permiso para la donación de órganos se familia más allegada, uno o algunos miembros que se
obtiene ya sea por declaración expresa del fallecido, hallan más enteros y lúcidos, y cuya intervención es
mediante su testamento vital, o por consentimiento fundamental en la decisión final. Ellos pueden ser los
informado de la familia. La detección de un posible colaboradores básicos, puesto que la unanimidad en la
donante para un seleccionado receptor pone en mar- donación es imprescindible entre los miembros de pri-
cha un protocolo que, una vez activado, va contrarre- mer rango de la familia del donante.
loj. Ese tempo acelerado del trasplante choca violenta- Por otro lado, el médico que debe afrontar este
mente con la situación de sideración psíquica que trance complicado pertenece, en los casos más acucian-
atraviesa la familia del posible donante, pues en los tes, a las unidades de urgencias y de cuidados intensi-
primeros momentos de la pérdida de un ser querido, vos, casi siempre desbordadas. Además, cuesta trabajo
sobre todo de un hijo pequeño, sus allegados más in- reconocer que en ocasiones no son profesionales prepa-
mediatos se hallan tan aturdidos que son incapaces de rados para asumir una entrevista adecuada y a menudo
entender una explicación o de tomar una decisión de todo se resume en la pregunta: “¿Desean ustedes donar
forma razonable. los órganos?”. Sin embargo, siempre está, en segunda
Los más avezados coordinadores y profesionales instancia, el coordinador de trasplantes del hospital
de las Unidades de Trasplante hacen las siguientes con- acreditado en la materia, que abordará las situaciones
sideraciones, que a continuación resumo: delegadas o más espinosas.
La entrevista debería realizarse en un ámbito tran-
1) El especialista que se haga cargo de la entrevista de quilo, a solas con los interesados, y en una relación de
donación ha de estar plenamente convencido de la gran humanidad, respeto y delicadeza, en la que el res-
necesidad de la donación en general y de ésa en ponsable de la conducción de la misma se adapte con 549
particular, y de su posterior valor positivo para la pericia afectuosa al ritmo de comprensión de los do-
familia. lientes. El protocolo de actuación para el consentimien-
2) La entrevista médica con los familiares del posible to informado, publicado por la ONT28, determina que
donante —los padres del niño, en nuestro caso—, no se debe precipitar la petición de la donación. Todo
con el fin de obtener el consentimiento para la do- esto se consigue con mucha mayor fluidez si ha habido
nación de órganos, es muy difícil, sobre todo cuan- previamente contactos entre dicho profesional y la fa-
do la muerte ha sido repentina o cuando el tema milia del posible donante. Los miembros presentes de
no se ha abordado antes. Pero, además de emocio- la familia han de ser todos los de primer rango.
nalmente intensa, es también tensa, pues se halla Esto escribió María, la madre de un chico donante
constreñida entre la urgencia del protocolo de tras- fallecido29:
plantes y la necesidad de tiempo para la explica-
ción a los padres y para la elaboración de la deci- Nunca me engañé. Desde que llegó al hospital
sión por parte de éstos. Por un lado, el especialista sabía que no quedaban esperanzas. La intuición me lo
sabe de la importancia vital de un sí rápido de la decía, aunque hubiese preferido no escucharla. A la
familia y, por otro, se identifica con su dolor. Gene- mañana siguiente los médicos nos llamaron para dar-
ralmente, el revelar a los padres esta situación de nos información. Allí nos golpeó la triste, esperada y
hallarse entre la espada y la pared (la urgencia de la rechazada noticia. Nuestro hijo tenía muerte encefáli-
decisión versus el dolor de ellos) suscita compren- ca. A continuación nos hablaron de la posibilidad de
sión por parte de éstos. En las pautas de la Organi- donar sus órganos. Dada su edad, en el mejor momen-
zación Nacional de Trasplantes (ONT) se dice to de la vida, nuestro hijo nunca había comentado sus
opiniones sobre donación. Sin embargo, sólo tuve que
nuyendo, situándose en el 15,2 por ciento en el año 2006, la más baja mirar a los que estábamos reunidos, su padre, herma-
internacionalmente. Las comunidades de negativa cero han sido Nava-
rra y La Rioja; de negación baja: País Vasco (3,4), Extremadura (5,9) y
nos y tíos, y ver las expresiones de sus ojos con infinito
Asturias (9,1), y las de de negación más alta, Castilla-La Mancha (27,8),
28
Aragón (27,1) y Galicia (21,5). Si contemplamos estas cifras desde el   “Labor del coordinador de trasplantes”, López-Navidad A,
punto de vista antropológico y las estudiamos comparativamente en el en: Coordinación y Trasplantes. El modelo español. Matesanz R, Miranda
ámbito nacional y en el del resto de los países del mundo, tendríamos B, 1995.
29
seguramente cauces de investigación para profundizar en la manera ac-   Tomado de En memoria de nuestros donantes. Guía breve de
tual de concebir la muerte por parte de las diferentes comunidades y ayuda a sus familias. Dr. Miguel Ángel de Frutos Sanz, Coordinador de
ciudadanos de España, y con respecto a los de los demás países. Trasplantes de Málaga. 2004.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

dolor pero que expresaban aprobación. Lo habíamos e) Muchas otras preguntas u orientaciones prácticas
perdido a sus 18 años y me resultaba impensable acep- deberán ser contestadas clara y eficazmente: dispo-
tar que la vida se le hubiese ido tan rápido, pero nos nibilidad y trámites del cadáver para su enterra-
quedaría la satisfacción de que otros vivirían con lo miento, disposiciones legales relacionadas con el
que él podría darles. trasplante, etc.

3) Se debe ofrecer una información clara y minucio- Pero hay casos en los que la familia se niega a la
sa, a ser posible estructurada por orden de puntos, donación (un 15%). La razón principal gira en torno a
poniendo énfasis en los siguientes aspectos: un fondo confuso de miedos, creencias mágicas y fanta-
sías terroríficas, incluso en personas de buen nivel cul-
a) En primerísimo lugar, certificando la muerte segura tural. Un trabajo de asimilación y concienciación, así
del ser querido (muerte cerebral, sin ninguna du- como de intercambio con las experiencias de donación
da) e informando sobre la forma en que se ha llega- de otras personas, es muy positivo. Otras veces inter-
do a ella, explicando todos los pasos seguidos hasta vienen en la negación el vértigo fulminante de la pérdi-
esa conclusión, mostrando incluso, si la circunstan- da, la mezcla de dolor e ira y el deseo de venganza, así
cia lo permite o si los familiares lo desean, explora- como el trato poco delicado o brusco del personal que
ciones y documentos clínicos que lo avalen. propone la donación. No pocas de esas mismas perso-
b) En segundo lugar, es de gran importancia poder nas habrían estado de acuerdo con la donación poco
transmitir a los deudos la vivencia de que su ser después, en condiciones más sosegadas.
querido muerto puede dar la vida y la salud plena Es preciso saber que la mayoría de las religiones
a alguien que está a punto de perderla, y que no del mundo animan, aceptan o no se oponen a la dona-
tiene otra alternativa que un trasplante o la muer- ción, y muchas la consideran una decisión de responsa-
te. Y que esto es exactamente así. Es decisiva la bilidad exclusivamente individual. Encontramos oposi-
convicción, seguridad y calor afectivo con las que ción en hinduistas y sintoístas. El budismo no se opone,
el profesional sepa transferir este mensaje: “En us- pero el budismo-sintoísmo japonés la objeta por razo-
tedes hay ahora desesperación, y en otro lugar hay nes de calendario en ceremonias funerarias. Una mayo-
la angustia de una esperanza. Una muerte puede ría de fuentes musulmanas de escuelas coránicas la
evitar otra muerte”. permite, pero la tradición popular la rechaza. Se practi-
Esto escribió Amparo a la Unidad de Trasplantes: ca en la casi totalidad de los hospitales de Israel, pero el
550 “Me animó mucho conocer que cuatro personas judaísmo ortodoxo la prohíbe. Los testigos de Jehová la
viven ahora gracias a los trasplantes realizados con aceptan a condición de que los órganos y tejidos estén
los órganos de nuestro hijo”30. exangües antes del trasplante32.
c) Otro argumento de peso es comunicarles la expe-
riencia de que, en su práctica totalidad, los familia-
res de los donantes fallecidos se han alegrado de su Conocer al donante, conocer al receptor
decisión positiva de la donación, expresando que,
de no haberlo hecho así, lo hubieran lamentado Tanto la familia del donante como la del receptor y
siempre. La donación les permite rememorar la éste mismo, expresan, antes o después, interés por cono-
muerte del ser querido ligada a una especie de re- cerse unos a otros. La legislación española promueve el
nacimiento de otro ser humano, restando de esa anonimato en ambos sentidos para impedir que, aun
manera absurdo al implacable destino de la vida. cuando fuera infrecuente, se pudieran generar relaciones
indeseables entre ambas partes (Figura 10). Aunque se
Esto le escribió Isabel al coordinador de trasplantes31: trate de un ejemplo límite, sería el del caso de un joven
donante fallecido en accidente de tráfico por el compor-
Yo no era demasiado partidaria de las donacio- tamiento temerario de un conductor ebrio, y que el híga-
nes, pero con la temprana e inesperada muerte de mi do de aquél sirviera para trasplantar a un alcohólico. En
hijo, de 14 años, he cambiado de opinión. [...] Si otras ocasiones sucede, no obstante, que, de manera inevita-
familias pasan por circunstancias parecidas, que ha- ble, las familias del donante y del receptor, e incluso el
gan lo mismo que nosotros, porque después se sentirán receptor mismo, en esas dramáticas horas simultáneas de
bien. Si alguien me hubiera dado una solución para tu la cesión y trasplante del órgano, se conozcan por coinci-
cerebro, [dirigiéndose internamente al hijo] ¡cuánto dir en la espera en el mismo hospital, al intercambiar ca-
se lo hubiera agradecido! sualmente comentarios personales. Y la experiencia des-
crita en tales casos no ha revelado ningún problema, sino
d) Hay que asegurarles que la cirugía de la extracción que, por el contrario, ha dado pie al establecimiento de
de órganos no afectará a la imagen de la persona fa- una larga y excelente relación. Otras veces son los me-
llecida y que las incisiones que sea necesario realizar dios de comunicación los que, en sus impúdicos rastreos
se cerrarán como en la mejor práctica quirúrgica. de algunos casos, desvelan a los protagonistas. También
pueden darse otras vías más insólitas de encuentro.
30
  Ibídem.
31 32 
  Ibíd. Ibíd.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Figura 11. El símbolo de La Sisqueta.


Monumento al Donante de Órganos (Tortosa).
Milenario olivo, que, trasplantado y atendido con cuidadoso esmero y arte,
muestra, rejuvenecido, todo su vigor y todo el nervio de una vida que se ha
hecho roca contra la muerte. A su lado (no aparece en la foto), una piedra de
varias toneladas, poderoso mármol cretáceo de la cercana cantera de Ulldecona,
da fe del recuerdo y el homenaje.
En las deliberaciones sobre los monumentos a los donantes se ha oscilado
entre la elección de la escultura de piedra o bronce y el árbol. Este viejo olivo,
cuya naturaleza el arte del tiempo ha tallado, está sin duda más arraigado en la
entraña colectiva de su pueblo para arrancarle a éste una emoción profunda y
llevarle a una incitación compasiva. Seguir viviendo en tronco de generaciones...
Figura 10. Monumento al Donante de Órganos (Granada).
Escultura realizada por Miguel Moreno Romera.
La inteligente resolución troncal de las dos figuras con la indefinición de
sus cabezas simboliza sin duda el anonimato en la proximidad de cicatrices
semejantes y casi paralelas de dos seres humanos, de los que uno sobrevive de Querías tener hijos y los vas a tener, de muy dife-
la muerte del otro. rentes edades y en muy diferentes lugares. Tus ojos
vuelven a ver, tus riñones, tu hígado, tu páncreas vuel-
ven a funcionar, tu corazón vuelve a latir, en fin, hasta
Por su parte y en cualquier circunstancia, los profe- tus huesos tendrán una misión que cumplir.
sionales están obligados a un celoso secreto profesional Has sido un regalo, Amelia, durante 22 años y lo
en cuanto a salvaguardar las identidades respectivas. No seguirás siendo. 551
obstante, los miembros de los equipos de trasplantes
son sensibles a las justas demandas de ambas partes. Por El 23 de septiembre de 2005, Contxi escribió un
ello, el coordinador de dichos equipos de los hospitales poema a Georgina, la hijita que se le fue. De ella son
acreditados ha asumido una discreta tarea de interme- estos versos:
diación. Por ejemplo, facilitará datos no identificatorios,
como edad, sexo, causa de la muerte, evolución inme- [...]
diata, etc., del trasplantado, e incluso el nombre de pila, Georgina, hija querida,
pues a veces la familia receptora desea poner su nombre con tu último acto de amor
a algún niño que les naciera posteriormente. También han quedado repartidos,
puede haber, a través del mencionado coordinador, in- como estrellas en el cielo,
tercambios de notas manuscritas entre ambas partes en trocitos de tu joven cuerpo
las que no consten nombres ni direcciones. Incluso la que a otros has hecho felices.
familia receptora envía fotos anónimas del trasplantado Nuestras lágrimas amargas
para que el coordinador las haga llegar a la familia do- se han convertido para ellos
nante, cuando, en razón de las distancias geográficas, no en luz de esperanza e ilusión
se suponen posibilidades de encuentro. Esas fotos son para continuar en la vida.
recibidas y guardadas con cariño.
En una carta dirigida —a través del coordinador— La creación del Día Mundial del Donante de Órga-
a la madre de un niño donante fallecido, Clara escribió nos (que se instauró, a iniciativa de la OMS, el 14 de
estas frases33: octubre de 2005) y la creciente demanda de levantar
un monumento en su honor, obedecen a la intensa
Llevo tres años casada y espero que con este tras- necesidad de materializar, en un espacio simbólico, la
plante pueda quedarme embarazada. Si Dios quiere, intensa gratitud hacia esas personas anónimas que, en
nuestro hijo también se llamará Antonio o Antonia. medio de su gran dolor, fueron capaces de una genero-
Porque esa felicidad será gracias a tu hijo Antoñito. sidad sin nombre. Pero, al par, esos hitos, junto a las
necesarias campañas de información, cumplen el ex-
En mayo de 2004, Ángel, de Granada, escribía, en traordinario papel de sensibilizar a la sociedad y de fa-
un foro, una carta virtual a Amelia, su hija muerta: cilitar la normalización interiorizada de estos compor-
tamientos de compasiva solidaridad humana (Figura
33  Ibíd. 11). Se han levantado voces reclamando la obligatorie-

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

dad de la donación de órganos. Los coordinadores de zas al receptor, pero también ha de proporcionarlas a
donación y trasplantes son unánimes en la defensa de la familia del donante, que, dando vida a otro, puede
una donación voluntaria y solidaria. La solidaridad, seguir viviendo.
esta nueva religión “laica” de nuestra sociedad, se va Nunca olvidaré un amanecer pocos días después
imponiendo como exigencia moral humanista, progre- de mi operación. En Madrid hacía mucho calor. Aque-
siva e imparable, desde dentro de nosotros. Todo lo lla noche hubo una gran tormenta. Yo estaba solo en
que sea obligar en terrenos como éste creará más resis- mi habitación, no tenía sueño y me asomé a la ventana
tencias que aperturas. para ver las primeras luces. Sentí en la cara el frescor
de la mañana y olí la tierra mojada. No exagero si digo
que fue aquel el momento más feliz de mi vida. Había
Crónica de un trasplante renacido. A partir de entonces, todo lo bueno que me
ha sucedido se lo debo a unas personas a las que jamás
Para conmemorar, en 1999, los primeros mil tras- he podido conocer.
plantes de riñón del Hospital Carlos Haya de Málaga, el
periodista y escritor Félix Bayón (Cádiz, 1952), que en Los que le trataban decían que Félix era un hom-
1992 fue sometido a un trasplante de corazón, escribió bre entrañable, vital, reidor. Según los ratos, ponderado
el siguiente relato de esta experiencia suya34. o radical, tranquilo o apasionado. Valiente, denuncia-
dor de corrupciones. Murió de pronto, en una calle de
Mientras mi habitación se convertía a la vez en Marbella, de infarto cardiaco masivo, en la primavera
una fiesta de cumpleaños y en el camarote de los her- de 2006. Tenía 54 años. Vivió los últimos 15 con el co-
manos Marx, pensé que en algún lugar había una fa- razón de un muchacho de 18, en el que no dejó de
milia que estaba sufriendo mucho. Por azar, en aquel pensar en toda esa prórroga.
momento me llegaron algunos datos sobre mi donante.
Desde entonces, sé cuál era la ciudad en la que vivía,
sé que era un joven de quince años y que murió en un Grupos de ayuda mutua
accidente estúpido, cayéndose de una bicicleta.
He pensado muchas veces en él. He querido ima- Dudé si integrar los grupos de ayuda mutua (GAM)
ginar qué estaría haciendo si viviera hoy. Tendría 22 en el duelo dentro de la consolatoria social o de la espe-
años, estaría acabando sus estudios o habría comenza- cializada. Finalmente me decido por entenderla como
552 do a trabajar. Difícilmente hubiéramos tenido la opor- ayuda “especial”, porque, aunque no profesional, el gru-
tunidad de conocernos. Sin embargo, juntos, él y yo, en po se constituye como un instrumento autogestionado
los últimos siete años, hemos escrito cinco libros y un de mutualidad terapéutica entre miembros que utilizan
montón de artículos, hemos enseñado a nadar a mi su desgraciada y común experiencia al mismo tiempo
hijo, amamos a mi mujer y nos reímos mucho con mis como ayuda consoladora de sí mismos y de los otros; en
amigos. También, en estos años, hemos viajado un par todo caso, se trata de una ayuda social especializada.
de veces a la ciudad en la que él vivía y hemos paseado La ayuda mutua es el mecanismo más arraigado de
por las que eran las calles de su infancia. Sin conocer-
interacción constructiva en la convivencia humana. Pa-
nos, sin hablar siquiera, hemos hecho muchas cosas
radigma de la ayuda mutua ha sido siempre el cuidado
juntos.
del enfermo en el ámbito doméstico o familiar. Para que
En estos años he pensado también en los padres
la ayuda sea realmente mutua ha de cumplir, como su
de mi donante. No hay mayor tragedia que la muerte
nombre indica, condiciones de horizontalidad, es decir,
de un hijo. Es la peor de las desgracias imaginables,
de ser relación entre iguales; de compartición, es decir,
porque rompe fatalmente la lógica del ciclo vital: los
de ocupar lugares iguales o cercanos, perfiles de identi-
hijos están para sobrevivir a los padres. He pensado
dad personal y colectiva análogos, trabajos de entidad o
mucho en los padres de mi donante y he querido imagi-
nivel equivalente, etc.; de participación en similares ex-
nar qué proyectos tendrían para su hijo, un chico fuer-
periencias, modos de vida, etc., y de reciprocidad en el
te, deportista, que en aquel mes de julio de 1992 debía
de estar esperando ilusionado el comienzo de los Jue- “dar” y el “recibir”.
gos Olímpicos. España ha tenido muy poca tradición asociativa,
Imagino el dolor que aún deben sentir, los espesos en parte por su dependencia de los sólidos apoyos fa-
silencios durante la cena de Navidad, la profunda tris- miliares y de la caridad asistencial de la iglesia. Pero en
teza en los días en los que el calendario señala la fecha la última década están proliferando los movimientos de
del nacimiento o de la muerte de su hijo. Me gustaría solidaridad, asociativos y de ayuda mutua para paliar
poder consolarles: explicarles que, gracias a su genero- los fallos, grietas o carencias del sistema del Estado del
sidad, su hijo sigue viviendo en mí y, a su vez, dándome Bienestar35,36.
vida. Porque un trasplante es sobre todo una relación
35
simbiótica entre dos seres que, sin conocerse, se dan   A finales de los años ochenta del pasado siglo adquiere al-
tavoz la necesidad creciente de la sociedad de hacerse oír en el campo
vida mutuamente. El trasplante proporciona esperan- de la salud. Se irá generando una conciencia global de que “la salud
somos todos”. En primer lugar, hubo una descentralización hospitala-
34  Ibíd. ria a favor de una atención primaria, como fundamental eslabón en la

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

red sanitaria, con consultas externas cercanas a los ciudadanos (Asam- definición, pues los profesionales, aunque puedan colaborar, lo hacen
blea Mundial de la Salud, Alma-Ata, 1978). Casi una década después habitualmente en forma colateral. Otro ejemplo más cercano a mi ex-
se levantaron los cimientos para materializar las vías de participación periencia es el de la constitución del primer grupo/asociación de padres
comunitaria en la sanidad y la autonomía de los sujetos en ese terreno, de niños autistas en España, que tuvo lugar en Madrid, donde médicos
siguiendo el impulso de los objetivos marcados por la OMS (Primera y psicólogos eran meros consultores, recayendo todo el protagonismo
Conferencia Internacional de Promoción de la Salud, Ottawa, 1986). en los padres, los cuales realizaron una gran labor a lo largo de muchos
Al mismo tiempo, se creó un Centro Europeo de referencia e intercam- años: fue el referente de muchas otras asociaciones del mismo tipo;
bio de información (clearing-house) para los Grupos de Ayuda Mutua cumplieron objetivos de sensibilizar a la sociedad y a los profesionales
(GAM), en Lovaina (Bélgica), que puede considerarse su acta de reco- (psiquiatras, psicólogos, educadores); pusieron en práctica soluciones
nocimiento internacional. para atender necesidades urgentes, y todo ello cuando la Administra-
En nuestro país, su constitución es simple: se requieren tres per- ción se desentendía de estos temas. En los últimos años hemos visto
sonas que se registren con ese objetivo en el directorio de Promoción de constituirse como asociaciones, entre otros, los GAM de trastornos ali-
la Salud de su municipio o comunidad de residencia. mentarios y de niños hiperactivos, y, en la actualidad, los de cuida-
Aunque tenga una definición clara, el GAM se mueve en lími- dores de enfermos crónicos, dependientes y muy deteriorados (como
tes imprecisos, porque en muchos casos funciona en la transitoriedad el de familiares cuidadores de pacientes de Alzheimer, con encuentros
y la inestabilidad, ya que su constitución es achacable a una carencia quincenales, programados desde 1997 por la Asociación de Familiares
asistencial, que, si es subsanada, clausuraría su razón de ser. Pero su de Enfermos de Alzheimer), o los de enfermedades raras. Un camino
permanencia se mantendría en ciertos campos específicos, ya sea por- distinto, y a la inversa, es el de grandes instituciones (como la Cruz Roja
que el Estado del Bienestar delega en ellos, o porque éste, por su propia o Cáritas española) que segregan GAM, aunque en general éstos tienden
estructura, nunca atendería esas necesidades. Por otro lado, a mi modo a ser tutelados por profesionales. Una línea de demarcación difusa entre
de ver, esta característica de movilidad, ya sea del grupo en sí o del paso los GAM y los grupos terapéuticos son los grupos de apoyo organi-
transitorio de sus miembros por él, o debido a su destino “fungible”, le zados en el ámbito de los hospitales (padres de niños oncológicos, o
da gran parte de su identidad, su riqueza, su vivacidad, su espontanei- mismamente de padres en duelo), porque suelen ser conducidos por
dad. Cuando dichos grupos se consolidan fuertemente y se jerarquizan, psicólogos o asistentes sociales, etc.
tienden a transformarse generalmente en asociaciones, con estatutos, En resumen, los GAM presentan diversas modalidades y a menu-
directorio y carácter presidencialista; o bien se vinculan a instituciones, do contornos difusos. Pueden ser autónomos o estar adheridos a servi-
o son absorbidos por éstas. Otros, fundacionalmente, se oponen a la cios, asociaciones o federaciones; pueden actuar de manera autocentra-
existencia de cargos (por ejemplo, un GAM de padres en duelo justifica- da, o complementaria a otra actividad; pueden limitarse a los miembros
ba esta norma porque “ningún padre puede, ni podrá jamás, ordenarle afectados, o requerir el apoyo de algún profesional.
a otro padre lo que puede o no hacer”). En su desarrollo, los GAM revelan diferentes aportaciones y efec-
Se han descrito tres etapas en su funcionamiento (M.ª Dolors Al- tos a sus integrantes, entre los que destacamos los siguientes:
varez i Bes, responsable del Servicio de Apoyo a las Asociaciones de 1) Procuran apoyo anímico entre ellos.
Salud y Grupos de Ayuda Mutua, del Ayuntamiento de Barcelona): la 2) Combaten su aislamiento, les permiten compartir las mismas
fase inicial, ilusionada, efervescente; la fase de crisis, con tendencia a la emociones o similares, derivadas de su situación común, y mitigan el
dispersión y desorganización, y la fase de consolidación, para conseguir sentimiento de incomprensión.
la cual el grupo requiere un reparto eficaz de funciones y un liderazgo 3) Son una fuente viva de información práctica a través de la ex- 553
unificador. Uno de los riesgos del GAM como asociación —igual que periencia de los otros integrantes, constituyendo marcos de referencia
el de muchas otras iniciativas— es el de convertirlo de ser un fin en ser entre ellos.
un medio, es decir, que derive a la gestión empresarial, donde prime lo 4) Estimulan el conocimiento técnico, científico, necesario para
económico, o se adscriba a una determinada posición política o ideo- comprender y manejar el lado objetivo del problema que les incumbe.
lógica, o que se sustente en protagonismos o vanidades personales. He 5) Mediante esta interacción entre la emoción, la comprensión
conocido a padres que se han dedicado más a la asociación de afectados y la información, se favorece una elaboración/reflexión abierta, ayudan-
por la enfermedad que padece su hijo que a su hijo mismo. do a salir del cerco del pensamiento circular que induce la desgracia
La viabilidad de estos GAM depende de la fuerza cohesiva de padecida. Esta apertura contribuye: a) por un lado, desde el punto de
su motivación. Podemos distinguir tres tipos de GAM, constituidos en vista íntimo, a la emergencia de un mundo imprevisto de significantes/
asociaciones: 1) el de enfermos crónicos, físicos o psíquicos, forma- significados que tienden a elaborarse en un espacio simbólico no de-
dos por los propios afectados o por sus familiares (éstos, en el caso sarrollado hasta entonces, que podría ser el inicio de una nueva visión
de niños o enfermos psíquicos deteriorados); 2) el de enfermos adicti- o concepción de la vida; b) y, por otro lado, en el aspecto práctico, se
vos (alcoholismo, ludopatía, drogadicción); 3) dentro, o derivados del facilita el afrontamiento de situaciones y la búsqueda de soluciones.
grupo anterior, podrían segregarse o constituirse grupos “marginales” 6) Los componentes del grupo interactúan en un balance entre el
(afectados de sida, etc.), y 4) el de personas en circunstancias especiales dar y el recibir: hay un momento, al inicio de la incorporación al mismo,
o difíciles de la vida, como, por ejemplo, el duelo. Entre los grupos más en el que se recibe más de lo que se da, para llegar a otro en el que se
consistentes y duraderos se encuentran los enucleados en torno a una está dispuesto a dar más que a recibir. Pero existe también el dar por dar;
enfermedad crónica, lo que es comprensible por tratarse de una situa- en el que, sin esperarlo, se recibe la íntima satisfacción de hacer bien.
ción que, requiriendo una atención continua y variada en su evolución, 7) En un periodo más avanzado de la evolución del grupo, éste
justifica su acción permanente. En los GAM de causas crónicas hay una se “sale” del estricto marco interno y autocéntrico para actuar en la
continuidad de la historia, sustentada en la estabilidad de sus miembros sociedad, ejerciendo labores humanitarias o de servicio social, prestando
a lo largo del tiempo, lo que no se da en los GAM que se constituyen consejo y apoyo a personas en similares circunstancias a las del grupo
por motivos agudos y limitados en el tiempo, pues aquí el paso de sus (padres que acogen personalmente a otros padres con similares proble-
miembros es transitorio, como es el caso del duelo. mas, por ejemplo, si tienen que desplazarse de sus lugares de residen-
Aunque algunas de las características más importantes del GAM cia; información de recursos y cuidados específicos, etc.).
son su autonomía e independencia con respecto a los profesionales, 8) Otras veces, la labor será de repercusión pública, interviniendo
éstas son su punto más vulnerable, por lo que, en un momento u otro, en los medios de comunicación, estimulando estudios científicos o de
en su inicio y/o evolución, es raro que no intervenga uno de aquéllos, investigación sobre el problema en cuestión, etc.
con mayor o menor peso. El GAM por antonomasia, el más antiguo y 9) Cuando el GAM, como tal o derivado en sociedad, se impone
sólido, es el de Alcohólicos Anónimos, aparecido en Estados Unidos socialmente por su rigor y eficacia, y también por la importancia del
en 1935, dos años después de la derogación de la “Ley Seca”, y docu- problema que representa, actúa como grupo de presión, incitando nor-
mentado en 1939 por el libro Alcohólicos anónimos —de donde tomó mativas o cambios legislativos y generando recursos en la sociedad y en
el nombre—, que se extendió en nuestro país desde 1955, fecha en la Administración.
que aparecen los primeros grupos en Málaga, Barcelona y Canarias. Por 10) Una vez consolidados y avalados por una trayectoria seria y
tanto, estos grupos son también los primeros GAM que se constituyeron eficaz, estos grupos pueden ser reconocidos por instituciones y Administra-
en nuestro país. El GAM de alcohólicos responde absolutamente a la ciones Públicas para actuar como asesores, colaboradores, etc.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Se entiende por grupo de ayuda mutua la asociación


voluntaria, sin ánimo de lucro y autogestionada, de per-
sonas afectadas por un mismo problema (para el que no
encuentran solución por los cauces de la asistencia ofi-
cial), que se autoconvocan de manera periódica con el
fin de mejorar su situación personal y colectiva, apoyar-
se emocionalmente, intercambiar experiencias y dise-
ñar, elaborar y realizar actuaciones en pro de dicho fin.
Hay una interpretación más del adjetivo “mutua” en
relación con la ayuda, y es la de que ayudando a al-
guien, o a los demás, uno se ayuda a sí mismo desde el
punto de vista humano.36
Aquí nos ocuparemos del área de salud y asisten-
cial, que podríamos decir que es la que enjuga la mayor
densidad de los movimientos globales de ayuda y soli-
daridad. Ciertos estudios realizados en Estados Unidos
revelarían los beneficios que reporta la asistencia a un
GAM, en comparación con la no asistencia al mismo.
No hay investigaciones sobre la evolución y la eficacia
de estos grupos en nuestro país, y, por supuesto, tam-
poco en el tema más delicado del duelo, que es en el
que nos centraremos a continuación.
Los GAM en el duelo están surgiendo al calor de
los foros abiertos a dicho tema. A ellos recurren, como
ya vimos, muchas personas que atraviesan tal crisis en
su vida, algunas de las cuales se reúnen personalmente
y se organizan después, convocadas de manera habi-
tual por el impulsor o impulsores de dichos foros.
Otros surgen de duelos acaecidos en las asociaciones
554 de enfermos o de familiares de enfermos, o como con-
secuencia natural de la tarea de equipos de cuidados
paliativos.
Lo que se constata de manera fácil es que los que
acceden abrumadoramente a estos llamamientos son
padres en duelo por la muerte de sus hijos, en general
pequeños, adolescentes o muy jóvenes.

Grupos de ayuda mutua en el duelo por


hijos. Objetivos Figuras 12a y 12b. Grupo de ayuda del duelo con padres, y con padres y niños
Figura 12c. Momento in memoriam en un encuentro-cena de grupos de duelo
Grupo San Vicente (Medellín, Colombia)
He tenido en cuenta los objetivos propuestos por
tres grupos españoles de padres en duelo, que resumo
en programas en los siguientes cuadros. En el Progama II (Tabla 2) se pretende dar/encon-
En el Programa I (Tabla 1) subyace el siguiente trar un nuevo significado de la vida y entregarse a los
mensaje: El dolor desmesurado causa gran daño a la que sufren.
persona. En el Programa III (Tabla 3), el paradigma tipológi-
co de este grupo de duelo es la primacía que concede a
En lo que respecta al ámbito sanitario, asistimos actualmente a la expresión de lo indecible y a la escucha, mediante la
una mayor aceptación de los GAM por parte del personal clínico más gestión de un facilitador. Éste pertenece a un volunta-
joven, propicio a aconsejar estos grupos a los enfermos pertinentes o a riado de personas con experiencia de duelo propio y
familiares de los mismos. Hasta ahora los profesionales mostraban mu- formación especializada subsiguiente.
cha reserva o resistencia a la participación o a las injerencias en su labor
por parte de instancias o elementos ajenos a la profesión, con ciertas
excepciones permisivas, como la de la Asociación Española de la Lucha
contra el Cáncer, por ejemplo. Paralelamente, en esos GAM se podían Filosofía de un grupo de ayuda mutua de
comprobar actitudes de rechazo, de frustración, de reivindicación ha- duelo de padres
cia los estamentos sanitarios, atribuidas a experiencias de inasistencia o
poca atención, de indelicadeza o incluso de mala praxis.
36  Grupos de ayuda mutua y asociaciones relacionadas con la sa- A modo de ilustración, presento y analizo breve-
lud. Claves de un nuevo modelo socio-sanitario. Rivera Navarro J, Gallardo mente la filosofía de un GAM de duelo, con sus peculia-
Pino C, 2005. ridades y sus semejanzas con otros.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Tabla I. Programa I (de A.M.A.D.) La pareja argentina Berti, fundadora del grupo Re-
*  Procesar el duelo sanamente. nacer en 1991, difundió en el año 2003 una puesta a
* Cada persona tiene recursos internos para hacerlo.
punto de la ideología de su movimiento, en la que me
detengo por el interés ilustrativo que significa y porque,
* No inmovilizarse ante el sufrimiento.
a diferencia de otros de estos grupos, justifica y sustenta
* Tratar de transformar los sentimientos del dolor su acción en una filosofía. Ésta se halla inspirada en el
desmesurado.
espiritualismo existencialista de la obra del neurólogo,
* Dar nuevo sentido a la vida. psiquiatra y psicólogo austriaco Viktor E. Frankl37 y
* Aceptar la pérdida. culminada con una cita de Heidegger.
* Trascender el dolor en recuerdo amoroso por el ser En lo que escribo a continuación, reordeno y resu-
perdido amado. mo el contenido de ese manifiesto, lo transcribo en
parte y lo interpreto a veces, sin desviarme de lo que los
Berti plantean. Vienen a decir lo siguiente.
Tabla II. Programa 2 (de RENACER)
*  Enfrentarse al dolor (la realidad dolorosa).
*  Aprender de esta realidad que nos toca vivir.
Sobre el sufrimiento

*  Otorgar un sentido al sufrimiento.


El sufrimiento no es una enfermedad; es una condi-
[Enseguida abordaremos una visión más extensa de este ción existencial del ser humano. Lo que unifica al grupo
programa]
de padres en duelo es el conjunto de sus sufrimientos
particulares (o sufrimiento común) ocasionado por la
Tabla III. Programa 3 (A.V.E.S.) pérdida del hijo, el cual entronca con el sufrimiento uni-
* En su primer acceso al centro, las personas son versal. Lo que es esencial a todos los padres que pierden
atendidas e informadas personalmente por un hijos es el sufrimiento que esa pérdida ocasiona, pero no
voluntario con experiencia de un propio duelo en las emociones o sentimientos que ese sufrimiento pro-
grupo. Luego, si dichas personas lo desean, se
duce. Los sentimientos derivados de ese sufrimiento son
integran en un grupo.
perecederos y cambiantes. Si bien la pérdida de un hijo
* El grupo es un espacio físico de expresión de vivencias es una condición permanente, no lo es o no debe serlo el
y sentimientos difíciles de exteriorizar en la vida
cotidiana (dolor, rabia, tristeza, miedos, etc.), para
sufrimiento que ello produce. El sufrimiento no puede
compartirlos con personas en la misma situación. ser curado, ni resuelto, ni elaborado. El objetivo no debe 555

* En él se es escuchado y comprendido sin miedo a ser


ser no sufrir, sino no sufrir en vano. No se trata de traba-
juzgado ni presionado. La escucha respetuosa del jar con los hechos del pasado de los que proviene el su-
dolor del prójimo permite al dolor salir y limpiarse. El frimiento, pues no pueden ser cambiados. El sufrimien-
grupo se hace consciente del beneficio que supone la to sólo puede ser trascendido. Esto se consigue hallán-
sencilla escucha.
dole un sentido que lo transforme. Así se es digno del
* En ese espacio se puede vivir el duelo en su totalidad. sufrimiento y se dignifica su origen.
* Compartiendo las vivencias con el grupo, cada cual va
consiguiendo deshacer los nudos en su interior,
encontrando nuevas formas y recursos para Sobre la crisis
reemprender su vida.
* No hay un terapeuta que dirija. Todos son terapeutas Enfrentarse a situaciones límite permite darse
y todos son pacientes. Todos se ayudan a sanarse a cuenta, quizá por vez primera, de que somos seres
sí mismos, deshaciendo nudos internos y
encontrando nuevas formas y recursos para históricos, envueltos en nuestro propio devenir, y que
reemprender su vida. la historia realizada o transcurrida no puede ya ser
* Los Grupos de Duelo están coordinados por un
cambiada.
facilitador/a. Se trata de una persona que hizo su
duelo en el grupo y que después se ha formado 37  Victor E. Frankl (1905-1997) fue el fundador de la Logo-

adecuadamente para colaborar voluntariamente en terapia (Logotherapie und Existenzanalyse, 1987; Logoterapia y análisis
ellos. existencial), tercera escuela vienesa de psicología (tras la freudiana y la
adleriana). Fue superviviente de varios campos de concentración nazi.
* Estos voluntarios llevan a cabo una formación
Perdió prácticamente a toda su familia en ellos: “Me encontraba solo
continuada, de ampliación de conocimientos y de
con mi existencia literalmente desnuda”. Se propuso sobrevivir, y pudo
aprendizaje de técnicas de intervención, de ayuda y
escribir: “Los campos de concentración nazis fueron testigos de que los
terapéutica, con un seguimiento.
más aptos para la supervivencia eran aquellos que sabían que les espe-
* La asociación cuenta asimismo con el apoyo de un raba una tarea por realizar”, y para transmitir su elaboración de aquella
grupo de profesionales terapeutas, que colaboran en terrible experiencia escribió a lágrima viva su célebre obra Un psicólogo
la formación del voluntariado, en los cursos, talleres y en un campo de concentración o El hombre en busca de sentido (1945), se-
conferencias impartidas, así como en el guida de otras, como El Dios inconsciente (1955), La voluntad de sentido
asesoramiento y seguimiento de los grupos. (1972), La presencia ignorada de Dios (1974) y El hombre doliente (1975).
Toda su obra ha girado en torno al sufrimiento humano, a la desespera-
* Todo el trabajo está inspirado en la línea terapéutica
ción de la desgracia y a la manera de salir adelante mediante la voluntad
desarrollada por la Dra. Elisabeth Kübler-Ross.
de dar sentido a la vida, pero también al dolor.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

No tiene sentido continuar rumiando eternamente tes, y entonces la muerte vence porque todo lo puede, o
sobre el pasado. La salida está delante, en lo que aún que los padres decidan vivir después de todo, sin derro-
queda por realizar; no detrás. tarse, acompañados por la memoria de aquellos a los
La única manera de eliminar la oscuridad es dejar que amaron y aman, y que les llevan a hacer lo mejor. El
que entre la luz. Y la actitud de humildad es imprescin- grupo crea así una memoria colectiva de dimensión es-
dible para superar toda crisis. piritual de amor (no de dolor) y de defensa de la vida en
No hay otro camino que el de abrirse a ese mundo homenaje, en nombre de aquellos hijos amados y perdi-
en el que esperan las posibilidades aún latentes de la dos, comenzando a reemplazar el sentimiento de dolor
vida. Y hay que elegir correctamente entre todas las po- y desesperación por un sentimiento de amor.
sibilidades. Es preciso escoger el único camino con Así, la partida de esos hijos no ha sido una pérdida
sentido que esa conmoción existencial abre: el camino inútil. Se ha convertido en un despertar espiritual de
que lleva al hombre a su ser, a alcanzar su humanidad. los padres, ayudando a que sean seres solidarios y com-
Aun inmerso en la más profunda crisis, siempre pasivos, receptivos al dolor de los que sufren.
queda la libertad para decidir la actitud con la que se ha Pero esta propuesta de grupo de ayuda mutua va
de enfrentar el destino. más allá de una confortación personalizada a los que
sufren, y apela finalmente a un imperativo ético gene-
ral, al socaire del existencialismo heideggeriano. Y, al
Concepción del grupo mismo tiempo, insta a los integrantes a ser portadores
de un mensaje a la sociedad.
Los integrantes del grupo son hermanos.
El grupo es el lugar donde sus integrantes van a dar
lo mejor de sí mismos. Y esta tarea de orientarse a algo o Testimonios en grupos de ayuda mutua de
a alguien que no es uno mismo conlleva esfuerzo perso- padres en duelo
nal e implica auto-transcendencia (dar a la vida una di-
mensión espiritual, encontrarle en/con el amor un nuevo Transcribo a continuación tres tiempos de consola-
sentido) y auto-renuncia (renunciar a sufrir para pensar toria de los GAM de duelo: el SOS de Esperanza, la
en el hermano que sufre). Todo ello significa sacrificio en carta de Sara y la crónica de un duelo.
un camino difícil que quizá no todos puedan seguir.
El grupo se debe, sobre todo, a los padres recién SOS de Esperanza
556 llegados, a los más nuevos, a los que más sufren.
Hay que dejar a cada padre la libertad de hacer su Esperanza lanzó en un foro de Internet su SOS de
aprendizaje y encontrar sentido a su sufrimiento y a su dos frases terribles y rotundas: “Perdí a mi hijo y no lo
vida. No hará su camino por haber leído los objetivos puedo superar”. Recibió dos respuestas casi inmediatas.
del grupo, sino por la vía intuitiva, por la escucha y por Primero la de una madre, Raquel, cuyo hijo, Carlitos,
el amor que encuentra en el recibimiento y en el inte- había cumplido el día anterior año y medio de su muer-
rior del grupo. te, que sucedió cuando tenía tres años y cinco meses. Le
Esta dedicación tiene, sin buscarla, doble recom- decía: “Te mando un abrazo bien fuerte con mucho
pensa: una, la bien conocida experiencia de que el pro- amor; si pudiera dártelo personalmente no tendríamos
pio dolor se olvida cuando uno se preocupa por el do- que hablar para que te dieras cuenta de que es un abra-
lor del otro, y otra, la serenidad y la paz interior que zo sincero y lleno de comprensión, porque somos com-
resultan de la labor ética o espiritual bien hecha, cuan- pañeras de la misma pena y el mismo dolor”. Le manda-
do uno se trasciende en el otro ayudándole a recuperar ba la dirección de su correo electrónico y le proponía
la esperanza. un contacto personal.
La segunda respuesta fue la de Antonio:

Sobre la dimensión espiritual de la crisis Hola, Esperanza, soy un padre que, como tú,
también perdió a un hijo. AMAD es una Asociación de
Lo espiritual se encuentra más allá de la salud y de Ayuda Mutua para personas en duelo. La mayoría son
la enfermedad, y por tanto más allá de la vida y de la padres que han perdido a hijos, aunque hay otro grupo
muerte. de personas que han sufrido alguna otra pérdida (a sus
Vida y muerte siguen siendo misterios ante los que maridos, esposas, madres...). Nos reunimos un día a la
el hombre sólo puede inclinarse y tratar de verlo con semana. Llama al [siguiente] teléfono y te comento
ojos nuevos, de hombre renacido, por primera vez. más cosas. Mientras tanto, recibe el cariño no sólo mío,
A través del dolor se descubre con asombro la di- sino también de todo el grupo.
mensión espiritual, la cual genera los fenómenos más
humanos, como el amor, la libertad y la responsabili- Carta de Sara
dad, y, a través de ella, la capacidad de trascender y re-
nunciar al sufrimiento. Sara es otra madre que perdió a un hijo. Escribió
Dos cosas pueden suceder: que los hijos muertos esta carta de gratitud al grupo que la acogió en su mo-
destruyan a sus padres mediante el dolor de sus muer- mento:

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Siento la necesidad de escribiros al imaginaros Quiero agradeceros vuestro acogimiento y vues-


en vuestra reunión de los viernes porque me gustaría tra instantánea solidaridad, el afecto y el reconoci-
estar allí compartiendo, lo primero, los abrazos, tan miento como una madre más que puede estar con voso-
vitales para poner en contacto los corazones, y tam- tros teniendo a su hijo consigo sin necesidad de negar
bién los avances y tropiezos en este camino común que su existencia ni su muerte, y por dejarme ver, una vez
recorremos. más, que el camino de amor es sencillo y sembrado de
Estas dos noches que he estado con vosotros he calma compartida.
podido sentir cómo, para quien nos ve desde fuera, sólo Ánimo con los abrazos que tanto calman las heri-
estamos cenando, hablando, alguien deja escapar una das, que todavía noto el contacto cálido de cada uno de
lágrima, luego reímos..., no parece que ocurra nada vosotros en el alboroto abrazador que Juan nos propu-
especial. so y que todos nos permitimos la otra noche.
Sin embargo, si os digo lo que para mí ocurría
desde dentro, diría que traía mi dolor removido des- Crónica y conversión de un duelo
pués de haberme sentido tan sola frente a un viejo
amigo que me había dicho eso que seguro que todos El tercer testimonio de GAM de duelo es el de
habéis tenido que escuchar alguna vez, al mencionar la Francisco. Recojo a continuación la minuciosa confe-
muerte de mi hijo: “Calla, calla, que se me ponen los sión que hizo de la terrible muerte de sus hijos y del
pelos de punta..., yo me moriría...”, y cambió de con- calvario que sufrió con su pareja en los siguientes me-
versación, para poder continuar en su inconsciencia de ses, y su experiencia en el grupo de ayuda, que le llevó
la existencia de la muerte como una parte de la vida. a una conversión espiritual, o, quizá mejor dicho, tras-
No es la primera vez, pero me vuelvo a quedar tan cendental. Transcribo libremente su relato. Traslado la
sola con este dolor negado por todos los demás y que al narración de primera a tercera persona para introducir
mismo tiempo me niega a mí, porque, según ellos, de- cierta significación y posibles interpretaciones en lo ex-
bería estar muerta. No pueden escuchar ni una pala- presado autobiográficamente, pero lo hago de forma
bra sobre nuestro dolor, y por tanto lo más crucial de ajustada al texto original, sin alterarlo38. El relato se
nosotros, que es la existencia de nuestros hijos y su centra especialmente en la experiencia interna de su
pérdida, no existe para ellos. Frente a ellos me siento narrador. La presencia de su mujer es escasa; sin embar-
negada porque sólo pueden ver de mí lo que es acepta- go, ella protagoniza las escenas más traumáticas de ese
ble, y ser una madre cuyo hijo ha muerto y sigue vi- primer tiempo del duelo. Ambos firman el testimonio y
viendo sin saber cómo, no saben como aceptarlo. lo dedican a sus propios hijos, a los niños de sus com- 557
Algo rota por esto, llegué al encuentro con voso- pañeros de grupo y a “tantos otros niños que nos han
tros deseando ser acogida con todo lo que soy. Y sin precedido en este viaje hacia la Luz”.
tener que contar cómo me sentía, o la anécdota de la
que venía, me encuentro con vosotros y vosotras, que I
me recibís con un abrazo o unos besos, como si nos Un día cualquiera
conociéramos de mucho, como a una igual, sabiendo
que estamos vivos y calmados y dispuestos a querer- Amaneció el 31 de agosto de 1998 como un
nos. Saludos sencillos, palabras que no tienen por qué día más en la vida de Francisco y Nuria. Ella se
ser todo el rato de pensamientos profundos. Pero lo despidió de sus hijos al irse al trabajo. Un besito
importante es lo que no se ve desde fuera, lo que cir- para Iván, cuatro añitos. Otro para Igor, cinco.
cula con las miradas, con la calma de estar unos al “Adiós, mamá”. “Hasta la tarde, cariño”. El padre,
lado de otros, compartiendo el tiempo y viviéndolo aún de vacaciones, se decidió después a acercarse a
como si entre todos estuviéramos sosteniendo entre una localidad próxima para comprar un pequeño
nuestras manos esos hilos de oro que le decían a Ma- electrodoméstico, y se llevó a los niños en la furgo-
risol [otro miembro del grupo], hilos que nos unen neta, que no tardaron en quedarse dormidos en los
y que son la materialización de la conciencia de la asientos traseros. Al llegar al establecimiento, pen-
existencia de nuestros hijos. Es esto que circula sin só en despertarlos. Pero le dio pena y se fue rápi-
palabras, hilos que los de fuera no ven, y a través de damente a hacer la compra. De pronto oyó gritos.
los que uno desliza una mirada cariñosa o una pala- Casi indolentemente se acercó a la puerta de la
bra cómplice, siempre recubierta de un sentimiento tienda a mirar. ¡Su furgoneta estaba ardiendo! Co-
fundamental de que estoy aquí contigo, te entiendo y rrió hacia allí desesperado. Por fin abrió las porte-
comparto. También esos hilos permiten que aún casi zuelas del vehículo. Le cegó el humo, llegó a tocar
sin conocernos, en un instante puedas estar haciendo el cuerpo del pequeño Iván, pero una llamarada le
las confidencias más profundas con el alivio de que arrasó la cara y perdió el conocimiento.
son recibidas por alguien que las comparte pero no [Luego Francisco contaría una de esas expe-
las juzga. Entre vosotros uno puede exponerse porque riencias del umbral de la muerte: se veía flotando
nadie le va a hacer daño. Ya sabéis lo inusual y her- unos metros por encima del lugar, veía toda la es-
moso que es esto. Todo esto me pasaba con vosotros cena como una película, con una gran sensación
estas dos noches y hace que me sienta unida, aun a
tanta distancia. 38  http://www.renacer-barcelona.org

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

de paz. Vio llegar a policías y bomberos, a la gente Iban sonámbulos. Se asearon en la casa de la
corriendo de un lado para otro.] madre de él. Al volver al hospital, Igor había muer-
Estaba muerto, pero el oxígeno y el boca a to ya.
boca lo reanimaron. Se sentía arder y un intenso Un tío de Nuria que Francisco no conocía se
dolor. acercó a él: “Esto es la vida. Todo pasa, pero un día
Vagamente, retumbaban voces en eco, y la todos nos encontraremos”. En contra de lo espera-
suya misma repitiendo: “Mis hijos están dentro”. ble, aquello le alivió.
“Tranquilo, tranquilo”, decía el policía. Estaba con- Esa noche durmieron en casa de la hermana
vencido de que Iván había muerto, ¿pero Igor? de él.
“Tranquilo, tranquilo”. Llegaban las ambulancias. En el dormitorio, Nuria señaló el bote de pas-
Sacaron a Igor de la furgoneta y lo introdujeron en tillas tranquilizantes que les habían facilitado.
una de ellas. Pero la ambulancia tardaba en arran- —Nos dormimos del todo y nos vamos con
car. Mala señal. Francisco estaba en otra. Por fin ellos.
salieron. Luego cada una se dirigió a distinto desti- —No le podemos hacer esto a mi hermana.
no. Igor, al Hospital Infantil de San Juan de Dios. En los días siguientes fue la vorágine. Autop-
¿A quién se avisa en esos momentos? No que- sias, policías. Papeleos, declaraciones. Prensa.
ría que llamaran a su mujer. “¿Cómo le digo que ha Gentes. ¿Es verdad todo esto? ¿Está pasando realmen-
sido culpa mía?”. Pidió que viniera su jefe, que te? Era como el mareo de una visión esmerilada.
acudió enseguida. Le inyectaron analgésicos varias En el hospital, al ir para un papeleo, Francis-
veces, le vendaron los dos brazos. Llamaron desde co encontró a su cuñada. No se tragaban. Sintió
el hospital donde estaba Igor, reclamando la pre- una calorada en el pecho que decía: “La perdono”.
sencia de un familiar del niño para que se presen- “Tome”. Era la documentación de todo lo que
tara allí urgentemente. ¿También Igor? concierne a una cierta manera de muerte. No qui-
Lo trasladaron al hospital del niño. El joven so hurgar en los papeles. Pero algo le llamó la aten-
médico le dijo: “Siéntese”. Él no quiso. El doctor le ción. Un folleto. Leyó “grupo de duelo”.
anticipó: “Hay dos malas noticias”. Francisco le
cortó con rabia: II
—¡Ya sé que Iván ha muerto!. Despertar fue un infierno
—Hay otra peor: Igor tiene quemaduras en el
558 95 por ciento de su cuerpo. Después del sepelio, la pareja se instaló en
—¿Sufre? casa de la hermana de Francisco. Él pasó casi toda
Era como si la voz no fuera suya, sino de al- esa semana durmiendo la mayor parte del día. En
guien muy extraño dentro de él. una especie de hibernación, quizá de regresión a
—No sufre en absoluto. los hijos muertos. ¿Qué era de Nuria? No pensaba
Una pausa. No hizo las preguntas que golpea- en Nuria. Nuria no estaba para él. ¡Qué egocéntri-
ban en su cabeza: “¿Se salvará?”, “¿cómo quedaría?”. cos son el dolor y la culpa!
Como si el médico le hubiera oído, dijo: Despertar fue un infierno.
—Si sobrevive, sólo le quedaría una mano li- Y volver a casa, insoportable. Lo peor era el
bre, el resto está quemado. silencio. Pero no era realmente silencio, era el so-
Francisco dijo con una insólita determinación: nido de la ausencia de los hijitos, el hueco de sus
—Que no sufra. Si tiene que marcharse, que voces. Tuvieron que dosificar el tiempo de estancia
se marche. en el domicilio, aumentando poco a poco su per-
—No sufre, musitó el joven doctor. manencia en él. Y por fin.
A Nuria no le habían advertido del desenlace. Como una borrasca, le zarandeaban sensacio-
Fueron a recogerla a la oficina. Allí advirtieron que nes internas de opresión, ahogo, vacío. Como am-
no le dijeran nada. Cuando apareció y vio vendado putado estaba sin el tacto de sus hijos. Sus ropitas
a Francisco le dijo: habían sido donadas. Quedaban los juguetes. Los
—No te preocupes, coge a los niños y vámonos. buscaba en ellos.
Por Dios. Había una necesidad de delirio.
—No, no... Nuria, los niños no están... Nuria, Al llegar la hora de comer, seguía poniendo
los niños se han marchado. los cubiertos de los niños en la mesa. Nuria decía:
Nuria se derrumbó literalmente. Pero Francis- —Están de excursión. Volverán mañana.
co no quería recordar esa escena. No podía durar la fábula. Estalló en su mente
Se acumuló la familia. la tempestad de la ira y el tormento de la moviola
Estuvieron un momento los dos juntos, solos, hacia atrás del tiempo.
en el vestíbulo del hospital. Por la cristalera era vi- Por qué... por qué...
sible la alta terraza del edificio. Se miraron. Y si hubiera... Y si no hubiera...
—Vámonos con ellos. A un cierto grado de saturación del dolor, a un
Él lo pensó: cierto momento de sobrecarga mental, el organis-
—Ahora no. mo parece compasivo. Borra, extingue, anestesia.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Pero el inconsciente es implacable. Los sueños. Un padre añadió:


La misma crueldad traumática cada noche. La —Y no aguantar la incertidumbre de no saber
pesadilla de la furgoneta en llamas. dónde están nuestros hijos...
Un día fue distinto. Francisco dijo:
Se lo contó a Nuria. —Me pasa lo mismo...
—Era Igor. Asomó su cara de carbonilla. Le Y luego:
dije: “Ven que te limpie”. Y él me respondió: “Estoy —Mirar una foto de ellos me da una terrible
bien. Ponte bien tú”. punzada en el pecho.
Los sueños nos dicen por las noches lo que no Varios padres dijeron:
nos atrevemos a decirnos por el día. —No hay más remedio que hacerlo.
Nuria se demacraba: Él estaba deseando “aprender” alguna salida y
—Me vienen todas las noches. Es horrible. decidió enfrentarse a su dolor.
Me piden leche, agua... En el siguiente fin de semana, Francisco estu-
¿Por qué a ella no la dejaban en paz? vo casi todo un día repasando el álbum de fotos de
Fue un pacto subconsciente. De sueño a sue- los niños. [Pero ¿dónde estaba Nuria? ¿En verdad,
ño. El mensaje “ponte bien” fue recibido. Nuria si- cada uno se enfrenta solo a su propio dolor?]
guió soñando con ellos, pero ya no le pedían nada. En la siguiente reunión contó su experiencia.
—Conseguí no escaparme del dolor. Confor-
III me los miraba me daba cuenta de cuánto estaba
El grupo evitando cualquier cosa que me recordara a ellos.
En una foto estaba con mi hijo mayor enseñándole
Le dieron el alta médica. También Nuria se a montar en bici. Sentí que me venía el nudo, hice
reincorporó al trabajo. Fue muy duro. Parafernalia un esfuerzo por deshacerlo. Recordé el miedo del
de pésames y tópicos probablemente bien inten- niño y su confianza en mí, y su alegría al ver que se
cionados en la oficina. mantenía y daba algunos pedaleos y avanzaba.
Aquella insólita reacción interna de perdón Sentí algo bueno dentro de mí al recordarlo.
que había experimentado al encontrarse con su Los padres más adelantados en su duelo se
cuñada el día aciago iba creciendo y ampliándose sintieron muy unidos a esa experiencia. Francisco
en él. Quizás era perdón sentir que no podía haber lo vivió como una felicitación, y, vagamente, como
hecho otra cosa para salvar a sus hijos, que él no si aquello fuera el comienzo de un proceso de 559
era culpable. “Perdón”, se dijo. Y repitió la palabra. aprendizaje que compartía con otros.
Algo se reblandecía en su interior. ¿El odio, el re- Comprendió, pues, que tenía que avanzar.
sentimiento? ¿Es que el desalojo de estos tiranos Procuró prescindir de soportes externos del re-
del alma deja inmediatamente sitio a un deseo de cuerdo y llevar el esfuerzo a su interior. Empezó
conciliación, de amor? No sabía cómo confesarle con la imagen de la bicicleta y el niño, y lo fue am-
esto a Nuria. Sentía que podría dañarla si lo hacía. pliando, asociándolo a otros momentos. De nuevo,
Sí, necesitaban ayuda especializada para po- las punzadas. Pero cada punzada era un paso más.
der seguir adelante. En el fondo, Francisco estaba Dijo otro día en el grupo:
convencido de que su mujer se encontraba peor —El dolor va aliviándose en mí, mejor dicho,
que él. Dieron con una doctora que les satisfizo. Él va cambiándose en recuerdo bueno, en ternura, en
recordó el folleto del grupo de duelo. Lo comenta- amor...
ron entre los tres. No tenían ni idea de ese tipo de En aquel lugar, con los otros padres dolientes,
grupos, temían que fuera algo así como una secta. esto no sonaba a cosa cursi, de beatas o de novela
—No tenemos nada que perder. Vamos, lo rosa. Juan le dijo:
vemos, y si no nos gusta, no volvemos. —Tu amor más grande ya estaba cuando no te
Estuvieron de acuerdo. aferraste por egoísmo a Igor y le dejaste marchar.
*** Nuria no iba bien. Unas semanas después
El grupo se reunía los viernes. Fueron un del inicio de su asistencia al grupo empezó a te-
viernes. La coordinadora les explicó el funciona- ner lo que Francisco llamaba “sueños” o “en-
miento. Les acompañó a la sala de la reunión. Allí cuentros” con los niños. Sentía su presencia y su
había otra pareja primeriza. Llegaron otros con voz resonándole en la mente. Un día, en el salón
experiencia en esos encuentros. Francisco absorbía de casa, sentada en el sofá, escuchó a Igor dentro
lo que contaban otros padres. Comprobó que los de ella: “Mamá, he venido a ayudarte porque es-
demás también sentían o habían sentido lo que él y tás mal. Yo me reuní con Iván para que no estu-
Nuria. viera solo, porque él me llamaba. ¿Quieres que le
—Nos sentimos vacíos, hundidos en el dolor, llame? Mira, aquí está”. Allí estaban los dos, Iván
en la desesperación. La desesperación de no podar sonriente junto a Igor. La habitación se impregnó
tocar a nuestros niños... de pronto del olor a la colonia de los niños.
La otra joven pareja primeriza asintió: Francisco fue al baño. El frasco estaba intacto y
—Nos pasa igual. cerrado.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

IV pués de la partida de mis hijos, me he percatado de


Nuria la grandeza de la VIDA. Y sé que fluye a través de
mí y de mis semejantes, por el sol, la luna, los ár-
Pasaron casi tres meses. Continuaron las con-
boles, el viento..., que la vida abraza a mis hijos, a
sultas con la doctora y la asistencia semanal al
los seres que se han marchado y a los que aún con-
grupo. Francisco esperaba con ansiedad esos en-
tinuamos aquí. Y que sólo necesito un instante
cuentros con sus amigos del alma. Pero se acerca-
para sentir toda su belleza más allá de mí.
ban temiblemente las festividades familiares.
—Sé que el infierno existía sólo en los escon-
25 de noviembre. Cumpleaños de Igor. Hicie-
drijos de mi mente, oculto bajo las piedras de dudas,
ron el regalo: el importe del mismo lo dedicaron a
porqués y temores. Y sé que el paraíso no está detrás
hacer un poco de bien a alguien.
de las nubes, sino aquí, delante de mis ojos y en mi
—Lo haremos siempre. Siempre tendrán sus
corazón. Y que tan sólo necesito detenerme un ins-
cumpleaños. No suprimiremos nada de lo que un
tante para sentir la belleza trascendente de esta vida
día fue la realidad de sus vidas.
—Y que el dolor se transforma en AMOR
Se acercaban las Navidades. Según había
cuando dejamos de lamentarnos simplemente por
aprendido en el grupo, Francisco empezó a prepa-
nosotros mismos.
rarse para esas fechas. Se entrenó en visualizar los
—Comprendí la diferencia que existe entre el
recuerdos de esas fechas. El ambiente engalanado
Querer y el Amar sin condiciones. El querer huma-
de luces, guirnaldas, las calles, la familia, la gente...
no es egoísta y posesivo, dar a cambio de recibir. El
22 de diciembre. Nuria dejó de trabajar. Se
Amor sublime, puro y trascendente, surge más allá
vino abajo en pocos días.
de nuestra consciencia.
24 de diciembre. Nuria le pidió a Francisco
—Actualmente han transcurrido ocho meses
que hiciera unas compras en el supermercado.
desde aquel momento en que Igor e Ivan han traspa-
Cuando regresó, ella estaba desencajada. Había un
sado la puerta de la Vida. Estoy en paz conmigo mis-
taburete en el borde de la terraza. El gato estaba
mo, disfruto del día a día que me ha tocado vivir e
encerrado en una habitación.
intento recorrer mi camino existencial con dignidad.
—Por favor, Nuria, cuéntame qué ha pasado.
—En realidad puedo manifestar que he apren-
Por favor.
dido a dar Gracias continuamente. He pedido per-
Le contó que ya no podía más. Había decidi-
dón, he perdonado y me he perdonado a mí mismo.
do quitarse la vida. Cuando él se fue, se encaramó
560 Y he aprendido a decir adiós, a dejar continuar su
a la barandilla de la terraza. Ya con un pie sobre el
camino a quienes he querido tanto y ahora AMO.
antepecho, oyó la voz de Igor en su mente: “Mamá,
piénsalo bien, mamá... Si lo haces, nunca más,
***
nunca más, nunca más, en toda la eternidad no
volveremos a encontrarnos”.
A fuer de extenderme, he suministrado en detalle
estos tres testimonios para certificar el valor terapéutico
V
“especial” que muestran estas iniciativas espontáneas de
La conversión
ayuda mutua. Sólo entro en recoger su capacidad de
(Epílogo temporal)
consolación, que es mucha, a juzgar por lo manifestado
26 de abril de 1999
por sus participantes. Esos padres sienten emitir y reci-
Han pasado ocho meses desde aquel terrible bir esa empatía consoladora que no encuentran en nin-
día último de agosto. guna otra parte. Puede haber críticas de que quizá la
Con ayuda de su doctora psiquiatra, Nuria se relación a través del dolor no sea la mejor manera de
fue reponiendo. salir adelante, o que esas conversiones de amor univer-
En muchas ocasiones se sintieron mal. Dolor, sal son exaltaciones próximas al desequilibrio espiri-
angustia, aflicción. tual... No sé si están fundadas. Pero de lo que casi estoy
—Pero entonces el encuentro con un objeto seguro es de que quienes hacen estas apreciaciones no
de nuestros hijos nos quitaba la angustia. Era co- han vivido el dolor del duelo por un hijo. Y me parece,
mo si estuviesen cargados de una inmensa energía por otro lado, que tales ayudas tienen probablemente
que nos llenaba de paz. su momento oportuno, y tienen su razón de ser consi-
Francisco cuenta su “transformación”, como deradas y tenidas en cuenta por los profesionales que se
en una declaración de fe: ocupan de los duelos de modo científico.
—He ido dándome cuenta de que antes de
que Iván e Igor se marcharan yo era como un actor
representando siempre un mismo papel. “Terapias” de resolución
—Sigo en el escenario, como todos, pero sé
ahora que desempeño simplemente un papel. En gran parte, las terapias de afrontamiento y reso-
Cuando sucedió el accidente yo permanecí ausente lución del duelo se basan en las técnicas de la psicología
de mí mismo hasta que tomé conciencia y me di cognitiva. Otras, menos estructuradas, se inspiran en el
cuenta de lo trascendente de esta existencia. Des- constructivismo y en la terapia transaccional.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

No me voy a extender sobre ellas, porque sus va-


riantes son muchas y, aunque con nombres diversos,
combinan más o menos algunas de las líneas de inter-
vención que a continuación resumo.

1.  En casi todas hallamos un denominador co-


mún: el de “airear” al difunto, hablar mucho de él, sa-
carlo de dentro; es decir, todo lo contrario de lo que se
aconsejaba y se practicaba no hace mucho tiempo.

2.  Otras veces se trabaja más el énfasis catártico,


mediante diversos procedimientos. Ya reseñé críticamen-
te algunos grotescos, a los que se les da la denominación
de ¡terapia!, como gritar o romper cosas. Pero vayamos a
lo digno. Algunos especialistas recomiendan emplear
“cuadernos de duelo”, en los que el doliente expresa sus
vivencias y sus sentimientos, en forma de diario, o los
recuerdos sobre el querido difunto. Se llegan a diversifi-
car de tal manera esos cuadernos que, si, por ejemplo, se
trata de un duelo múltiple (es el caso frecuente de acci-
dentes de tráfico), se utilice un cuaderno por cada muer- Figura 13. Ésta es una mesita-altar de celebración y ofrendas que las familias
mejicanas disponían tradicionalmente cada 31 de octubre y primero de noviembre
to, e incluso uno por cada aspecto que se trate de él. Esto (y aún lo hacen en el México profundo, rural) para recibir la visita de sus
implica una tarea tan obsesiva y laboriosa que parecería “chiquitos” muertos, de sus “angelitos”, siguiendo el muy antiguo ritual “nahua”.
más un castigo expiatorio. Otras veces se trata de sesio- Otros días se dedican con similar procedimiento a otros diferentes grupos de
muertos familiares (el 28 de octubre para los “matados” —los que fallecieron
nes en las que se trabaja sobre el “cajón de recuerdos”, en en un accidente—; el 30-31 para los no bautizados; el 1-2 de noviembre, para
donde se recogen y se revisan pertenencias significativas los muertos “grandes” o adultos). Todo se desarrolla en un ambiente festivo, de
comidas especiales, de flores y dulces, con golosinas en forma de calaveras,
del difunto (fotos, cintas audiovisuales, cartas, enseres esqueletos y ataúdes, y culmina con la “iluminada”, que es la reunión nocturna de
personales, alguna prenda, etc.), que constituirían el so- las familias en el cementerio alrededor de las tumbas en animada charla a la luz
porte material, concreto, de evocaciones emocionales y de multitud de velas. Esta celebración de los muertos ha impresionado mucho a
las culturas de la muerte lóbrega y ha dado lugar, sin duda, a su consideración
rememoraciones puntuales, quizás olvidadas, de la vida como estrategia para aplicar en el tratamiento de los duelos. 561
de aquél. Esta catarsis es especialmente dramática cuan-
do se trata de un cajón de niño, con ropa de bebé, jugue-
tes, fotos, cuadernos escolares, dibujos del día de la ma- se utilizan más para los niños de muy corta edad), que
dre, etc.). Pero métodos de este tipo, empleados de ma- en ocasiones toman la forma de un culto de altar, con
nera flexible e inteligente, más allá de un recurso de eva- velas, flores, fotos, alguna pertenencia del difunto, etc.
cuación emocional, con finalidad reconstructiva e inter- Se explican por el hecho de la actual laicización de la
pretativa de la relación con el difunto, pueden ser de sociedad, con la correspondiente ausencia de los mile-
mucha utilidad para los dolientes. En el capítulo de Ca- narios ritos funerarios religiosos que la mayoría de so-
suística referí el caso dramático de la revisión de un cajón ciólogos consideran de gran eficacia en la consolación
de pertenencias de un niño seudo-suicida, con el fin de- del duelo. Tales formas sustitutivas evocan más los anti-
tectivesco de tratar de encontrar alguna pista, algún sen- guos ritos de apaciguamiento de difuntos de los pueblos
tido, a su impensable comportamiento. primitivos, y, en los mejores casos, las hermosas tradi-
ciones festivas y comunitarias del Día de los Muertos (de
3.  Otros hacen hincapié en técnicas de psicodra- los muertos grandes y chicos), con dulces, flores y colo-
ma, o “dramaterapia”, como lo llaman algunos, en las res, en el México profundo, hoy turístico (Figura 13).
que el doliente teatraliza su relación con el ser perdido.
Se ha empleado la técnica de la “silla vacía”, en la que se 5.  En la última década han tomado auge, sobre
actúa la ficción de hablar con el muerto como si estu- todo en Estados Unidos, las denominadas “terapias na-
viera allí presente, sentado en la mencionada silla. Este rrativas”, que consisten en historiar experiencias o difi-
proceder recuerda la magnífica novela de Delibes Cinco cultades vitales como método en el tratamiento de de-
horas con Mario, que se llevó al teatro, extraordinaria- terminados trastornos psíquicos (como el estrés pos-
mente protagonizada por la actriz Lola Herrera, quien traumático) o penosas situaciones personales (como el
ha confesado en público hasta qué punto ese drama le duelo).
llegó a lo más hondo, removiendo una crisis personal Los diferentes autores han sustentado estas técnicas
que, obligándola a atravesar un doloroso tiempo intros- en la teoría del constructivismo postmoderno y en las
pectivo, la llevó a una elaboración y revisión esclarece- teorías transaccionales, que excluyen un marco fijo de
dora de su vida. referencia como configuran las terapias cognitivas o psi-
coanalíticas, entre otras. Según el constructivismo, cada
4.  Muchos otros se inclinan por el montaje de ri- uno construye y reconstruye progresivamente su realidad
tuales y ofrendas al muerto (estas ceremonias parece que y la historia de su vida, tanto para sí mismo como en las

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

versiones que da de ella según a quién se la cuente, sin miento del equilibro preexistente en el deudo y en el fin
que eso signifique que esté engañando, sino “adaptando” de las relaciones con el difunto. Por el contrario, postu-
el relato. Es decir, la historia personal es la narración de la que no es necesario distanciarse de la memoria del
una historia propia seleccionada. Para “fabricarla”, como ser querido, sino transformar la relación con él, de mo-
dicen algunos de esos autores, elige hechos, elimina do que la presencia física se transmute en conexión
otros, va retocando aquéllos e integra éstos, con el fin de simbólica, y el doliente pueda reemprender su historia
dar coherencia y significado a dicha historia, y razón de personal mediante un esforzado trabajo de reinvestir su
ser a la identidad de uno mismo siempre en curso. No es futuro de un nuevo sentido. Considera esta construc-
una historia estática, sino que se intenta desarrollar me- ción de significado como la tarea principal para enfren-
diante los procesos interactivos de asimilación (integrar tarse a la pérdida, de modo que en el proceso de duelo
la experiencia nueva en las ya conocidas) y de adaptación la persona se ve forzada a crear una nueva historia de
(ajustar las ya conocidas experiencias a las nuevas), se- vida y buscar otra audiencia para el nuevo yo que cons-
gún el conocido estudio del psicólogo Piaget sobre la truye. Encuentra que “la capacidad de encontrar senti-
evolución del pensamiento en el niño. Ortega y Gasset do en las experiencias de pérdida predice una adapta-
era, pues, constructivista cuando sentenció que toda rea- ción positiva, mientras que una lucha persistente y fra-
lidad es perspectiva y que es la perspectiva la que organiza la casada en esa búsqueda del sentido se asocia con formas
realidad. Las perspectivas pueden cambiar y de hecho de duelo complicadas, intensas y crónicas”. Esta última
cambian a lo largo de la vida de cada sujeto, y con ellas la tesitura se encontró en los casos de pérdidas de seres
narración de la propia historia también cambia y toma queridos por muerte violenta. Pero lo común es que las
nuevas significaciones que matizan o sustituyen a las an- personas se adapten a la pérdida dando mayor énfasis a
teriores, siendo todas ellas reales. Esto quiere decir que las relaciones humanas, reordenando las prioridades de
un sujeto puede tener varias historias de su vida, y de su vida y experimentando mayor madurez personal,
ellas ha decidido poner su autoría en la historia seleccio- fortaleza y empatía por el sufrimiento de los otros. Que-
nada que actúa como dominante. da abierto un camino de investigación para indagar có-
Como terapia, la técnica narrativa no trata de ex- mo las personas reorganizan las historias de sus vidas
plicarle al sujeto lo que le pasa, ni mucho menos inter- tras el duelo y cómo las resignifican.
pretar el significado inconsciente de sus emociones, Propondré en forma esquemática una técnica bio-
sentimientos o recuerdos, como hace la terapia psicoa- gráfica en tres pasos para padres que hayan perdido un
nalítica, sino que, en principio, le estimula a que cuente hijo. Se les explica el plan a los padres y se les pide un
562 lo que le ocurre para luego abordar la narración de su cierto compromiso, voluntad o colaboración para lle-
historia, de la que se decantarán la historia dominante y varlo hasta el fin. Estos pasos son los siguientes:
la historia alternativa. Siguiendo este planteamiento de
continua “deconstrucción” y construcción, cabe una Primer paso.— Se le pide al doliente que cuente y
intervención que potencie aquellos enfoques útiles, escriba su situación. Se le lleva así a la deconstrucción
más adecuados con el contexto y que hagan posible (en el sentido de Derrida) del problema que le abruma,
cambios deseados en la línea alternativa. es decir, a desmenuzarlo para reconstruirlo, lo que im-
Robert A. Neimeyer (director de Psicoterapia del plica un cierto distanciamiento, objetivación o “exter-
Departamento de Psicología de la Universidad de Mem- nalización”. En general, en ese relato aparecerán ya
phis, en Estados Unidos, al que ya aludí en el capítulo muchos síntomas de angustia, culpa y hostilidad, así
de Clínica) es uno de los psicólogos punteros entre los como recuerdos del amado niño fallecido.
que trabajan en la terapia constructivista de la resignifi- Segundo paso.— A partir de lo anterior, se anima a
cación en el duelo39. Se alinea entre los que creen en el la madre o al padre dolientes a escribir la historia del
axioma de que los seres humanos son montadores de hijo, lo que, en general, les cuesta llevar a cabo al prin-
historias que ofrezcan un significado temático a los ar- cipio, pero luego, si empiezan a hacerlo y se les estimu-
gumentos de sus vidas, en interrelación con las creen- la a continuar (empleando sesiones individuales en co-
cias culturales de su entorno. La pérdida de un ser muy mentar, preguntar o detallar lo escrito), suelen encon-
querido y significativo para una persona perturba la trar en ello una tarea de gran intensidad y motivación,
historia que el doliente construyó de su vida, la solidez que les absorbe y que, al par que les acarrea mucho
de la cual daba por supuesta, y hace tambalear las bases dolor, conlleva, al tratarse de una reconstrucción, una
en las que se cimentaba su estabilidad y su mundo. Cri- fantasía interna de devolver de alguna manera la vida
tica las antiguas posiciones teóricas que consideraban del querido niño. Unos padres recorren esa biografía de
que la superación del duelo consistía en el restableci- manera cronológica y otros de manera suelta, siguiendo
más la asociación de recuerdos tal como les vienen a la
39  Lessons of Loss. Neimeyer RA, Florida, 2000. memoria.
Meaning Reconstruction and the Experience of Loss. Neimeyer RA Tercer paso.— Consiste en que el doliente escriba
(ed.). Washington DC, USA: American Psychological Association, 2001. su propia biografía, pero no de una vez, sino en varios
Meaning reconstruction theory. Neimeyer RA, Anderson A. En: Loss capítulos, no siendo preciso seguir un orden temporal.
and Grief. Thompson N. (ed.). New York, 2002.
Growing through grief: Constructing coherence in accounts of loss.
En esa biografía se rastreará la línea dominante que la
Neimeyer RA. En: Advances in Personal Construct Psychotherapy. Lon- vertebra (la historia selectiva o manifiesta) y se tendrán
don, 2005. en cuenta aquellas otras líneas difusas, o insinuadas, o

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

interrumpidas o abortadas, que se apuntan y que no tengan su profundidad en lo concerniente a la conside-


han sido desarrolladas o han quedado sumergidas (la ración global de la persona. Se puede estar de acuerdo o
historia latente, excluida o suprimida), y que habrían disentir con determinadas formulaciones o interpreta-
podido ser destinos alternativos, biografías latentes. La ciones, pero su marco y sus puntos y conceptos de ela-
historia suprimida daría pie a examinar la posible reac- boración son, a mi modo de ver, los más rigurosos.
tivación de algunos de sus elementos para posibles Otros métodos, aplicables con éxito a situaciones dife-
cambios o nuevas realizaciones de la persona. No se rentes de la vida, por trabajar con los aspectos estricta-
trata, pues, del análisis de la historia reprimida, aun a mente operativos y adaptativos, no entran a fondo en
sabiendas de que bajo toda historia suprimida hay una una experiencia tan radical como el duelo, sobre todo el
historia reprimida, objeto de la terapia psicoanalítica, duelo por la muerte de un hijo, que sacude todo el ser
como veremos a continuación. de la persona.
Ahora bien, dicho esto, ¿qué habría que añadir, a
Estos pasos implican sesiones periódicas de encuen- mi modo de ver, a la técnica psicoanalítica para que,
tro con el doliente en las que se elabora la narración. siendo técnicamente terapia, adquiriera además la rigu-
El desarrollo de estos tres pasos o perspectivas lleva rosa condición de ser terapeia? Es simple y difícil. Esa
ya en sí mismo un logro terapéutico: el del manejo del terapeia remite a la condición humana del terapeuta
dolor, dándole una forma objetivada, comunicativa, or- como persona, a su especial formación y experiencia en
ganizada, sustraída de la confusión emocional interna el duelo, que no puede por menos de madurarse en el
del doliente. Otro elemento terapéutico reside en que, al contacto con la condición doliente y con una reflexión
integrarlos dentro de una historia, se rompe la tendencia filosófica y humanista de la vida y, por consiguiente, de
caótica, fragmentaria, intrusiva, de los recuerdos trau- la muerte. El largo proceso docente del psicoanalista
máticos que tienden a invadir la mente con selectivas y tiende a convertirlo en un avezado y sagaz especialista
persistentes imágenes del hijo muerto, penosas o terri- en el discurso, en el manejo de la palabra y del silencio.
bles (he comentado más arriba la tendencia al discurso Pero el mejor psicoanalista desde el punto de vista téc-
fragmentario de algunas madres dolientes). Por otra par- nico puede ser un mal terapeuta del duelo. El terapeuta
te, es posible señalar, como acabo de apuntar, algunas del duelo debe, a mi entender, integrar en su haber te-
posibilidades de realización de la historia alternativa, no rapéutico el ars consolatoria. Hablar de consolación al
realizada, del doliente en este tiempo en el que se le han psicoanalista ortodoxo le haría erizar los cabellos inme-
derribado pilares de su mundo. En este punto hay que diatamente. Pero insisto aquí en lo que ya apunté en
ser muy delicados para que el doliente no interprete que otro apartado del capítulo: la consolatoria es un método 563
“aprovecha” la muerte del hijo para “realizarse”. humanitario y humanista de acercarse al Otro, que in-
volucra fundamentalmente la habilidad, sentida y
6.  El coaching. Si menciono aquí el término ameri- adiestrada, para la empatía, la escucha, el acompaña-
cano “coaching” no es porque lo considere digno de miento y la gestualidad, aplicados a la forma de tratar a
mención terapéutica, sino porque me sirve de ejemplo personas en duelo o en desgracia similar. En páginas
muy ilustrativo del salvajismo con el que el negocio atrás, consideré la ternura como base de la consolatoria
comercial está usando e invadiendo el campo emocio- básica. Pero la ternura en la consolatoria no significa en
nal. Coaching es un método de competencia y competi- absoluto el empleo de caras compungidas, empalagosas
tividad deportiva y empresarial aplicada sin ningún fórmulas verbales, cariñitos o fuertes apretones. Los
sonrojo al terreno de la psicología, y que se está proban- creo contraindicados. La ternura que evoca casi irreme-
do ahora indecorosamente en el duelo. En la práctica, diablemente escenas de happy end no tiene nada que
se trata del apoyo presencial continuo (también se utili- ver, en su expresión más depurada, con una gestualidad
za, por supuesto, el correo electrónico) de un entrena- invasiva, aparentísima, seductora, sino, por el contra-
dor para conducir al cliente a la realización rápida y rio, con delicados gestos mínimos, sin apenas materiali-
eficaz de unos objetivos. El coach es exactamente un dad, casi sólo esbozados, que a menudo sólo son perci-
entrenador, un manager, un tutor. En psicología hay bidos por quienes los reciben. Pero la consolatoria es-
quienes lo consideran como un método sistemático pecializada de la terapia del duelo no debe restringirse a
muy eficaz para desbloquear situaciones y llevar a otras ser una cualidad espontánea y aleatoria, sino que debe
que se consideran más deseables y valoradas. aprenderse para ser bien practicada, igual que el que
tiene un tesoro (el que sea) no puede quedarse en su
posesión sino que ha de aplicarse a utilizarlo según su
Consolatoria psicoanalítica del mejor empleo y procedimientos. Remito, pues, aquí a
duelo lo estudiado en los apartados sobre la definición y los
recursos de la consolatoria.
Otra anotación previa es redundar en mi voluntad
Cuestiones generales de emplear aquí el término de terapia (terapeia) sin que
ello haga suponer que me estoy refiriendo al duelo co-
Sostengo que la terapia más consistente en el duelo mo un cuadro patológico. Repito: si hablamos de duelo,
es aquella que se fundamenta en los trabajos psicoanalí- hablamos de normalidad; si no, es que estamos hablan-
ticos sobre el mismo. La razón es que no hay otros que do de otra cosa.

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

Áreas de elaboración tiempo el niño se siente malo porque teme dañar a


quien necesita y ama. Pregunta a su madre si le quiere,
Antes de iniciar este tema querría señalar una posi- si él/ella es bueno/buena. Luchan en su interior las co-
ble distinción entre trabajo y elaboración del duelo, que sas buenas y las malas. Sabe que su madre (o su padre)
intuyo al hacer una comparativa entre las teorías freu- es el mismo que le gratifica y que le frustra; el niño no-
dianas y kleinianas, y algunas otras aportaciones a am- ta que no puede ser que le ame y que le odie al mismo
bas. Desde luego, en sus meras definiciones, los térmi- tiempo, ni tampoco en tiempos que se alternan. Debe
nos trabajo y elaboración representan cosas diferentes. unificar esta bipolaridad: el mismo ser que me ama me
La impresión es que Freud considera el duelo desde el castiga / amo y detesto a la misma persona. No puede
enfoque de un trabajo, al igual que hace con la interpre- vivir en esa inestabilidad. En tal combate interior de
tación de los sueños. Es decir, cada sueño tiene sus buenos y malos ha de reforzar la parte buena, aunque
símbolos y significados que son hilados al verterlos a la conlleve una cierta pesadumbre. Para el niño es deter-
conciencia mediante el esfuerzo de conocimiento del minante superar la posición depresiva. Quedarse fijado
psicoanalista. El trabajo de duelo sería, en el sentido en ella conlleva siempre consecuencias negativas en el
freudiano, el proceso que sigue el duelo mismo, casi desarrollo emocional y relacional, de mayor o menor
espontáneamente, casi sin intervención activa del do- envergadura. Para conseguir esa superación, cabe mo-
liente. En cuanto al término de elaboración, estimo que vilizar estos recursos: 1) interiorizar o guardar la ima-
éste remite mucho más al proceso de asimilar, depurar, gen buena de lo que tuvo y perdió (por ejemplo, la
producir y gestionar unos elementos para llegar a un memoria consciente o incorporada de su madre cuando
producto final mediante la actividad propia del sujeto, le cuidaba y estaba pendiente de él “porque era peque-
con un mayor componente de creatividad, de fineza, de ño”); 2) abrirse a nuevas relaciones y gratificaciones, y
opción y de implicación personal. Al contrario que en 3) alejarse o hacerse menos implicado en la liza entre
el trabajo, en la elaboración no se halla tan prefijado el sus buenos y sus malos objetos interiores, o incremen-
producto final. tar y atesorar los buenos. Pues bien, este marco es el
En la terapia psicoanalítica de padres en duelo han que reencuentra Melanie Klein en el duelo y el que uti-
de tenerse en cuenta las siguientes áreas de elaboración, liza en la terapia del mismo. Del relato de sus experien-
como más significativas de esa situación: cias psicoanalíticas de padres en duelo se deduce el
nexo retroactivo que opera entre éstos y las relaciones
1.  La regresión conflictiva. Ésta es la constante que con sus propios padres cuando eran niños.
564
preside el enfoque psicoanalítico de la terapia de duelo,
que no es sino lo que sucede en otros momentos críti- 2.  El narcisismo roto. Cuando murió su hija Sofía
cos de la vida. (En el capítulo de la Clínica abordé tam- (1920), lo primero que sintió Freud fue el atentado a su
bién la regresión en el duelo, pero desde el punto de narcisismo. No ha de entenderse aquí en absoluto el
vista de la conexión evolutiva.) Quiero decir que uno narcisismo como un epíteto indeseable o peyorativo.
de los principales registros —o dimensiones—, si no el Por el contrario, se trata de una poderosa fuerza, cuya
principal, de las manifestaciones dolorosas del duelo función primaria es la supervivencia y la construcción
remite a conflictos antiguos, muchos de ellos vividos o del yo. Como veíamos en el capítulo de Clínica, tener
iniciados en la infancia o en la adolescencia, y que con- un hijo —fundar un hijo— nos funda. Lo creamos y
taminan el presente o se reactivan en él. Eso hace que el nos crea. Es nuestra mirada y somos su mirada. Su na-
duelo cobre a menudo intensidades e imágenes de ma- cimiento nos hace nacer en una identidad con alto po-
yor dureza, que dificultan su desarrollo. Por tanto, esta tencial de transformación, que las madres suelen expre-
regresión conflictiva ha de tenerse siempre en cuenta, sar mejor en el plano directa y profundamente emocio-
se interprete o no al doliente, según el momento. nal. En tanto, como vimos, en el padre esa nueva di-
Por Melanie Klein sabemos que, durante el precoz mensión se proyecta más en el plano de la ilusión de
desarrollo infantil de las relaciones primarias, todo ni- inmortalidad, que se percibe y se vive como prolonga-
ño atraviesa por una fase relacionada con el sentimien- ción generacional y transmisión de la tarea o de la obra
to de frustración que le provoca enorme rabia (llantos (“él continuará mi obra”, o “continuará mi nombre”, si-
incoercibles, rabietas, etc.), el cual se corresponde con quiera sea ésta tener un hijo del hijo).
una intensa destructividad que puebla su mundo inter- La muerte de un hijo rompe o quiebra ese narcisis-
no de “cosas malas”, que lo daña todo, su interior y el mo. Parecería que esto se entiende si se trata de un hijo
exterior en sus relaciones. Toda adversidad conlleva único, que es la tónica en nuestra sociedad actual. Evi-
una frustración y un sentimiento de pérdida. Es un di- dentemente, esta situación acentúa esa quiebra narcisis-
cho común el de “saber perder”. Pues bien, el pequeño ta. Pero la pérdida de un hijo, aunque haya otros, pone
humano tiene que aprender a perder y ese proceso le muy en cuestión la omnipotencia parental, es decir, la
lleva a pasar por una depresión (que Klein llama posi- creencia (inconsciente, por tanto) de la capacidad om-
ción depresiva, asimilable al duelo), que, aunque ella nímoda de desarrollar y proteger a los hijos, y ello reve-
ubica en los primeros meses del niño, se hace visible la el fracaso de la paternidad, la vivencia de haber falla-
con posterioridad, cuando éste atraviesa periodos “ra- do. Aquí el psicoanálisis ha de enfrentarse con la posi-
ros”, en los que está muy sensible, llora con sentimien- bilidad de la existencia de un exacerbado narcisismo de
to, tiene miedo a ser abandonado, etc. Durante ese los padres. Por ejemplo, hay hijos hiper-investidos (su-

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

pervalorados) a priori, desde que nacen, como portado- excesivas. Quedó por dilucidar la risa de la niña en el
res de todo lo que sus padres no han tenido o no han sueño.
podido tener. Es decir, éstos vuelcan en él sus deseos No digo que haya que arriesgarse en todos los ca-
incumplidos y sus frustraciones, sus expectativas de sos, pero una de la primeras cosas que Klein nos ense-
rectificar y compensar en él lo no conseguido, la reali- ñó, en sus análisis sobre los niños (en un tiempo aún
zación de sus ideas, etc., pero todo ello se derrumba puritano), fue la interpretación a fondo de sus fantasías
con la muerte del hijo. Además, como dice Melanie más descarnadas, demostrando que eso no sólo les des-
Klein para el duelo en general, la pena por la muerte del cargaba de tensión y los calmaba, sino que además les
ser querido aumenta debido a la vivencia inconsciente hacía abrirse a la comunicación y mejoraba notable-
de que se ha perdido con él lo bueno que se tiene inter- mente su capacidad de asociar y de saber.
namente, y esto se incrementa en el caso de la pérdida Entre esas cosas “malas” internas se hallan también
de un hijo. las partes apesadumbradas, que hacen también daño,
pero al mismo tiempo parece que se trata de un “mal
3.  La avalancha de fantasmas persecutorios. No me dulce, suave”, como dijo un padre doliente, quizá por-
refiero aquí sólo a esas insoportables imágenes de la in- que suscita compasión y ternura por parte del mismo
cineración o de la descomposición del cuerpo o la vi- doliente hacia sí mismo, como si se desdoblara en afli-
vencia de la nada, que se experimentan como vértigo gido y consolador.
escalofriante al imaginar el estado del difunto. En el in- Un modo común y espontáneo de alivio es el llan-
terior del doliente hay un mundo confuso y caótico, to. Klein asegura que mediante dicho llanto el doliente
poblado de “cosas” (imágenes, fantasías, ideas, impul- no sólo se descarga de la tensión, sino que evacua sus
sos, sensaciones, emociones, sentimientos, vivencias cosas y sentimientos malos ocasionados por el duelo
desconocidas, contradicciones, etc.) que le dañan, que (ira, agresividad, frustración, dolor), y por eso luego se
ejercen su terror consciente e inconscientemente (en encuentra mejor.
este último caso, en forma de miedos sin imágenes); un Precisamente es esa componente apesadumbrada
mundo que el doliente no puede controlar, y que le del duelo la que conmueve e incita a la ayuda a los que
hace sentir que se va a desmayar o a volverse loco, im- rodean al doliente. En tanto que las otras partes malas,
presión muy general en las madres dolientes. Están ta- las persecutorias, que corresponden al aislamiento, la
les cosas, como digo, sin control en la mente, aunque la hosquedad, la rabia, la ira, la venganza, etc., ahuyentan
parte del yo que permanece lúcida puede ejercer una la compañía de posibles consoladores.
férrea represión para que no se manifiesten. Sin embar- 565
go, en la terapia, vivida a menudo como contención o 4.  La ambivalencia culpable. Se experimenta en
regazo de madre consoladora, el doliente experimenta, forma abigarrada la culpa, el reproche, la decepción y el
como un niño, la libertad de “dejarse ir” y sale el torren- abandono. Éstos se expresan indirectamente mediante
te de esas “cosas” locas, en una verbalización fragmen- un balanceo de sentimientos y acusaciones que tanto
tada, de frases cortas, dispersas, difusas, cuya escucha van autodirigidos como dirigidos al hijo ausente: “¿Por
haría temer un inquietante trastorno psiquiátrico a qué le dejé ir a esa excursión?”, “¿cómo no me di cuenta
cualquier profano en estas lides. Con frecuencia, pasa- antes de que estaba malo?”, “si le hubiera prevenido...”,
do el tiempo del “blanco onírico” (en el que nada se “era tan alocado”, “si me hubiera hecho caso...”, etc.
sueña) que suele darse al comienzo de los duelos, estas En 1913, Freud (en Totem y tabú) se refería a los
“cosas” se vuelcan en los sueños, en donde su interpre- reproches obsesivos de los dolientes sobre posibles
tación logra desactivarlas. negligencias en el cuidado del ser querido, llamándole
Por ejemplo, una mujer que perdió a una hija pe- la atención su obstinación en ello, contra todo razona-
queña soñaba, con intensa angustia, al cabo de unas miento o intento de persuasión. Profundizando en los
semanas, con una bruja que la acechaba. Lo asoció con análisis de casos, llegó a la conclusión de que no les
los cuentos de bruja de su hija, a la que esos cuentos faltaba razón a esos dolientes para hacerse reproches,
hacían reír porque eran brujas de broma. Pero ella, la pero no por motivos reales o por los aducidos, sino por
madre doliente, se acuerda de que cuando ella misma otros, como, por ejemplo, porque dicha muerte permi-
era niña tuvo un tiempo de intensos temores nocturnos te o favorece ciertos deseos inconscientes del sujeto.
y de pesadillas con brujas que querían raptarla quizá Así se produce una mezcla de hostilidad y amor, otro
porque eran envidiosas. Y dijo espontáneamente en ese ejemplo más de la prototípica ambivalencia afectiva
momento: “A mi hija me la robó la peor bruja”. Lo que humana. La intensidad de ésta varía según los indivi-
ocurrió después vino a mostrar que ella, en aquel tiem- duos y los dolientes, y debe ser investigada. En gene-
po de los miedos, estaba enfadada con su madre, emba- ral, no son intensas. Pero a veces sí lo son, dándose
razada, porque no le hacía ningún caso. El terapeuta precisamente en los casos de relaciones de mayor afec-
dudó en sugerir una interpretación directa en un mo- to, probablemente porque obligan más. De ningún
mento tan temprano de duelo, pero lo hizo: “Quizá us- modo esta ambivalencia debe ser presentada o analiza-
ted pensó en quitarle el bebé que llevaba dentro”. Y, da en detrimento del amor hacia el ser perdido, o po-
sorprendentemente, respondió de inmediato: “Y ahora niéndolo en duda, sino como una lucha no querida,
ella me quita el mío”. Resultaba el calco de una situa- pero que está ahí para ser afrontada. Siempre sorpren-
ción kleiniana de las que, leídas, chocan por parecer de el alivio que produce el análisis de la hostilidad o de

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

la culpa, en lugar de las fórmulas comunes de persua- propios padres o hacia otras figuras significativas de su
dir de su improcedencia. infancia.
Melanie Klein reveló que, en la muerte de un ser La terapia analítica ha de acceder a esas culpas pa-
querido (y pone el ejemplo de una madre que perdió a ra descubrir y hacer conscientes sus raíces y su actuali-
su hijo en edad escolar)40, se pueden experimentar al zación relacionada con el duelo.
mismo tiempo sentimientos contrarios, como una gran
pena por el muerto y un sentimiento de triunfo por no 5.  La invasión nostálgica. Pasado el tiempo, los pa-
haber muerto uno mismo, estando reprimido este últi- dres en duelo por un hijo querido suelen aliviar su do-
mo. Demostró, a través del análisis de un sueño de una lor sin olvidar a su hijo ni renunciar a la pena de su re-
paciente, cómo esta situación ambivalente la retrotraía cuerdo, pero ésta va serenándose y la memoria grata del
a sus relaciones infantiles con su propia madre y su ser perdido va tomando terreno a la amarga. No obstan-
hermano. te, aunque pasen muchos años, ciertos recuerdos ac-
Freud también se refirió a ese sentimiento de túan como un disparadero que reactualiza el dolor y
triunfo y liberación mezclado al duelo en varios mo- hace aflorar inmediatamente las lágrimas a los ojos del
mentos de su obra (Consideraciones de actualidad sobre la padre o de la madre, que segundos antes se hallaban en
guerra y la muerte, 1915; Duelo y melancolía, 1915- calma o sonrientes. Una vez pasada esta punzada de
1917; Dostoievski y el parricidio, 1927-1928). nostalgia, vuelve la serenidad. El psicoanálisis o la tera-
Ese sentimiento de triunfo, tan chocante y aparen- pia de orientación psicoanalítica han de trabajar sobre
temente egoísta y cruel, está muy reprimido en los pa- esta nostalgia del sujeto, teniendo en cuenta la que es
dres dolientes, pero tiene en ellos presentaciones me- constitutiva de él, independientemente del duelo.
nos escandalosas. Por ejemplo, encontramos a menudo Quiero decir que hay personas con estructura nostálgi-
la culpa por sobrevivir al hijo. Pero ni esa culpa ni el ca de base, que se constituyó precozmente, en la infan-
propio deseo de reunirse con él les llevan mayoritaria- cia o en la adolescencia, y que, en mi experiencia, son la
mente al suicidio: “¿Cómo no me voy con él?”, se sue- secuela de una depresión precoz mantenida durante
len preguntar extrañados. Y se añade la culpa de la in- tiempo, tanto por predisposición endógena como por
tuición de querer seguir viviendo. Cuando, por otra razones de infelicidad, a menudo como resultado de
parte, antes o después, la risa, la alegría y el placer pu- una familia patológica. En la invasión nostálgica, todo
jan por salir —al menos algo—, la culpa de nuevo se hecho propicio, y con razón de más, la pérdida de un
opone en el interior. Se dicen a sí mismos: “Parece hijo, azuza y es colonizado por esa nostalgia absorben-
566 mentira... con tu hijo muerto...”. Aunque en el análisis te. Por tanto, la nostalgia patológica no es tanto, a mi
se elaboren estas culpas, todavía costará su tiempo modo de ver, originada por el duelo, sino que incorpora
romper la ecuación absoluta: disfrutar = vivir = triunfo a éste como su justificación nuclear o razón de ser.
de la vida / = rechazo de la muerte = rechazo del hijo =
traición a la memoria del hijo. Lo dicen abiertamente 6.  La idealización. La idealización es una defensa
contra la percepción de la maldad o contra el miedo a
estos padres cuando manifiestan su miedo a olvidar a
su existencia. Se emplea habitualmente de manera in-
su hijo.
voluntaria (por el inconsciente) para anular o borrar las
Otras veces, los reproches se dirigen contra el ser
partes malas o negativas de aquello que se ama, se quie-
perdido: “Debiste tener más cuidado”, “eres (eras) tan
re amar o se desea seguir amando, tal como el hijo
alocado”, “¿por qué te has ido?”, “me has dejado sola/
muerto.
solo, hijo”... La frustración de las esperanzas proyecta-
En efecto, la idealización se da en grado máximo
das en el hijo determina un encono hacia él que se ma-
en el duelo por la pérdida del querido hijo, en especial
nifiesta explícitamente si está vivo, pero que se reprime
en los primeros tiempos tras su muerte. Pero no se trata
cuando está muerto. Hay además, como cuentan a me-
entonces preferentemente, desde el punto de vista psi-
nudo los padres, el sentimiento de perder una compa-
coanalítico, de un favor que se hace al fallecido, sino de
ñía, un apoyo en su día, un báculo en la vejez.
una necesidad del propio doliente. La muerte ha llena-
Otra importante dimensión de la culpa no provie-
do de “cosas malas” (malos “objetos”) el interior de éste;
ne de la agresividad por la frustración del futuro, como y, de hecho, el hijo muerto interiorizado es un riesgo en
acabamos de ver, sino que se remite al remoto pasado. ese sentido. Freud hizo una bella metáfora, casi un ver-
Su seguimiento puede hacerse rastreando esa frase o so, sobre esto: “La sombra del objeto [del difunto] cae
esa vivencia de los padres cuando confiesan sentir que sobre el yo [el doliente]”, y por ello requiere ser ideali-
la muerte de su hijo ha sido un castigo. El análisis pue- zado para que el doliente se conserve bueno dentro de
de esclarecer muy bien las raíces de su culpa. A menu- sí. Klein denominó maníaca (término psiquiátrico, en el
do tiene que ver con la reviviscencia de la rabia venga- sentido de exaltación del yo) a esta fase que ella ya ha-
tiva infantil, culpabilizada, de esos padres hacia sus bía descrito en su psicoanálisis evolutivo de la infancia.
No obstante, el aspecto exterior del doliente, desborda-
40  “El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos”
do de aflicción, no se concilia con esa maniobra defen-
(1940), artículo leído originariamente en París en 1938. durante el XV
Congreso Internacional de Psicoanálisis, y ampliado en 1939 en el J.
siva interior.
Psycho-Anal, para finalmente ser integrado en Contribuciones al psicoa- Compruebo la tendencia a la intervención “salvaje”
nálisis (1948). (en el sentido de acoso y derribo) para des-idealizar lo

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

antes posible al hijo muerto, encarnizándose en subra- Pero hay momentos —a veces pronto— en los
yar, insistir y realzar sus lados malos, terminando por que los padres dolientes se aprestan a hacer ciertos
revestirlo como una figura indeseable. Des-idealizar no cambios, o ciertas reordenaciones, al principio peque-
es destruir un amor sino situarlo de tal manera que re- ñas o aparentemente de escasa entidad, pero que prue-
sulta verdadero, que la persona por la que se siente es ban cierto deseo de control sobre el dolor del duelo y
real y se la ama como es en su realidad. En la terapia de organización de sus “cosas internas”. (Guarda esto
psicoanalítica, es ayudar al doliente a liberarlo de los similitud con la situación en la que, en un momento de
falsos ropajes con los que ha revestido al muerto para inquietud o de confusión, nos surge el impulso de or-
engañar el duelo. denar cosas del exterior, como libros u objetos, o hacer
alguna limpieza.) Hay padres que mantienen durante
7.  Evolución y cambios. A lo largo del trabajo del largo tiempo intacta la habitación del niño muerto (ge-
duelo, sea o no con terapia, suceden cambios. Primero, neralmente, cuando se ha producido una muerte en
son sutiles. Por ejemplo, muchas veces, al principio, condiciones muy traumáticas), o guardados sus jugue-
llorar no consuela, pero más tarde sí. También se pue- tes, cuyo disfrute niegan a los otros hijos pequeños.
den notar en la evolución del contenido de los sueños Revisar la ropa del hijo perdido y decidir cuál se da y
de los padres dolientes. La secuencia sería la siguiente, cuál se guarda; repasar y ordenar sus fotos en el álbum,
aunque no se dé ni mucho menos con esta claridad ni o reorganizar su habitación (decisión muy dura, pero
en este orden: que se amortigua mucho cuando es ocupada por otro
hijo), ir de vacaciones a lugares distintos a los de “an-
a. Dormir alterado, con sensación de pesadillas no tes”, soñar con casas, etc., son datos que el terapeuta
recordadas. tiene bien en cuenta porque, aunque algunas pudieran
b. Dormir más tranquilo sin contenidos oníricos. ser maniobras de distracción, son también signos que
c. Dormir con sueños en los que se ve al hijo vivo, a revelan un movimiento que busca ordenar el confuso y
menudo como más pequeño de edad, como si to- doloroso mundo interno. He observado también rup-
do fuera bien (negación de la muerte, realización turas intencionales y no intencionales de ciertas rela-
del deseo), y despertar con gran ansiedad. ciones personales tras la muerte del hijo, el análisis de
d. Sueños de peligro, con o sin el niño, en los que se las cuales reveló que se trataba de un cambio positivo,
ve involucrado el padre/madre doliente sin que en el sentido de desprendimiento de ciertos lastres que
pueda hacer nada (acercamiento a la realidad). se venían manteniendo más por convencionalismo que
e. Sueños en los que el fallecido aparece en forma por autenticidad. 567
“diferente”, ni vivo ni muerto (señal de interioriza- En la terapia, los dolientes cuentan además sus
ción o pervivencia). “descubrimientos filosóficos” como tanteos, como pri-
f. Sueños en los que se tiene una vaga conciencia de meros pasos inciertos. Y así, la vivencia de la efimeridad
la presencia del hijo muerto, o éste tiene el rostro o de la vida, que queda más en carne viva con la muerte
el aspecto de otro, o se le ve pero con la extrañeza de un niño, en cuyo caso se añade la absurda aleatorie-
de preguntarle: “¿Pero no estás muerto, hijo?”, o se dad, así como la relatividad de ciertos valores y el alza
sueñan escenas de cementerio... de otros... La diferencia radical es que, antes, estas cosas
eran ideas y ahora son vivencias, algo muy sentido den-
Cuando hay condensación de rasgos o impresión tro, que puede ir configurando una manera distinta o
de otras personas en la figura del hijo muerto significa matizada de vivir. Se descubre que se puede uno reír
que se han proyectado sobre él aspectos de otros perso- estando triste, como si interiormente hubiera espacios
najes significativos de la vida del doliente, o, sobre to- para la alegría y para la pena, incluso con sus interco-
do, vivencias antiguas de éste con respecto a otras per- nexiones. Lo que en principio se vivía como debilidad,
sonas o a lo que éstas significaban para él. falta de fuerzas o apatía, puede irse tornando en cierto
Insisto en que esta seriación es puramente didácti- distanciamiento, cierta indiferencia, incluso cierta indo-
ca, pero contiene elementos que permiten al terapeuta lencia, ante las premuras y las importancias de una vida
la presunción del estado en el que se debate el padre sin conciencia de la muerte.
doliente. Esa especie de distanciamiento también ocurre con
Con respecto a la aparición de cambios en el duelo el recuerdo del hijo. Antes el padre doliente se imponía
que significan un distanciamiento del dolor, surge de su rememoración diaria o frecuente. Luego esta tensión
nuevo el balanceo. Por un lado, no se quiere cambiar, lo va cediendo, y el recuerdo se produce con mayores in-
que queda expresado con el deseo de “que todo vuelva tervalos, si bien, como decía antes, cuando emerge es
a ser como antes” (reconocido como irreal al mismo como una punzada. Hasta que también ésta se disuelve
tiempo por el propio doliente), y, por otro lado, cada en un recuerdo apaciguado del inevitable curso de la
vez se sufre más el peso de la aflicción, con la corres- vida.
pondiente merma del yo, y eso implica tácitamente la Quizá poco a poco va prevaleciendo el recuerdo
aspiración a aliviar tanto desorden anímico. Se da, unas del afecto sobre el de la imagen mnémica, aunque ésta
veces, el temor a la tristeza eterna, y otras el estanca- en la actualidad es mantenida por el gran soporte au-
miento o la complacencia en ella, como si ése fuera el diovisual de la memoria. No obstante, como decía un
lugar a compartir con el hijo muerto. padre doliente años después de la muerte de su niño:

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Módulo II: Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal y soporte a sus familias

“Cuando lo veo en la foto o en el vídeo, esas imágenes na, escoge unos rasgos o indicios de lo ausente, que en
contrastan con la imagen que tengo dentro de mí, que el estudio que nos ocupa será el hijo perdido. Pero lo
es más como un sentimiento”. que no tiene constancia material, lo psíquico, tiende a
Otras veces esos impulsos de cambio están más la expansión; en realidad, el pensamiento y lo imagina-
cerca de la conciencia y de la voluntad, y tienen como rio no tienen más límites que las barreras que la con-
motivo el amor de personas vivas, aunque puedan ser ciencia les pone para no desintegrarse. (Precisamente,
también excusas contra la culpa de desearlo uno mis- la técnica de la asociación libre que empleaba Freud
mo. Se expresan con frases como: “Tengo que sobrepo- trataba de indagar en ese espacio abierto, con el fin de
nerme / tengo que cambiar por mis otros hijos / por mi recuperación.) En esta expansión se instala, a mi modo
marido / por mi mujer...”. de ver, la progresiva construcción de los símbolos per-
En mi experiencia, estos cambios suceden nor- sonales, consecuencia y al mismo tiempo acrecenta-
malmente, de manera espontánea, sin requerir ayuda miento de la difuminación de aquella imagen, cada vez
especializada. Lo que el análisis aporta a ellos es su in- más alejada internamente del que fuera recuerdo vívi-
tegración en una visión global e integrada de la expe- do, cercano al sujeto real, material, corpóreo. Es decir,
riencia de duelo, no quedando como trozos sueltos, en ese universo psíquico en elación imaginaria, los ras-
inexplicables. gos u objetos reales se transforman —se desdibujan—
A veces una importante rémora para salir adelante en símbolos. Esa simbolización revela el movimiento de
en el duelo o para introducir cambios positivos en la transformación de la sustancia particular, material, en
vida del doliente se produce por la persistencia del te- imagen, en sensorialidad, de gran plasticidad42, del
mor excesivo al deseo transgresor vivido en la infancia mismo modo que en el sueño el pensamiento se muda
o en la adolescencia de esos padres con respecto a los en imagen, la cual, mediante complejas condensacio-
suyos propios (cuando en aquellos tiempos hubieran nes, bien estudiadas por Freud, adquiere una naturale-
deseado plantarse y decir: “Quiero hacer mi vida y no la za distinta y a menudo irreconocible con respecto a la
vuestra”). Éstos (los padres de dichos padres dolientes) realidad que tuvo durante la vigilia.
fueron vividos como censores y exigiendo a aquéllos, Retornando al hilo del duelo por la pérdida del ser
entonces niños, identificarse con sus imposiciones y querido, y con particular intensidad en el del hijo, la
planes de vida, sus desgracias y estados de ánimo. La simbolización comienza a activarse desde el momento
traducción de ese pasado en la actualidad doliente sería en que la realidad de la ausencia se impone. Hay no
como que el niño muerto obligara a sus padres a seguir pocos padres, como vimos en los capítulos de Clínica y
568 en el duelo como en otro tiempo los padres de esos pa- de Casuística, que “sensorializan” al hijo muerto (lo
dres (u otras figuras significativas de la infancia) les ven, lo oyen, lo huelen, lo sienten). Es un tipo de oni-
obligaron a una fidelidad sacrificada, cuyo inclumpli- rismo, o sea, la percepción de imágenes oníricas en si-
miento habría sido fuertemente penalizado o culpabili- tuación de vigilia. Otros padres —todos, diría yo— in-
zado como una vulneración imperdonable. tentan buscar al hijo donde y como sea, y sólo pueden
hallar cosas que lo representan pero no son él. Es decir,
8.  La simbolización Sin entrar a hacer disquisicio- son símbolos.
nes sobre las definiciones de símbolo, simbolismo y Pero la resistencia de la materia a animar largo
simbolización41, tomaré aquí en consideración la sim- tiempo la representación de la vida que no está en ella
bolización en el duelo como aquella función mental y lleva a desistir de la ilusión de que sea portadora de su
afectiva mediante la cual se representa internamente al aliento. Por ejemplo, la ropa del hijo muerto desalojada
ser querido muerto. La ausencia insta a la representa- de su cuerpo perderá con el tiempo el olor o el pálpito
ción de lo ausente mediante el recuerdo. Éste no re- de aquél; se desteñirán de su ser las formas de las letras
construye la materialidad absoluta de lo ausente ni si- que imprimió en sus cuadernos escolares; su mechón de
quiera cuando se objetiva en un soporte externo (foto, cabellos será un irreconocible trazo suyo, incluso burdo
película, pintura, escultura, etc.). Esa representación, y ridículo, y hasta escarnio de su recuerdo, porque la
tanto más cuanto más se aloja en el interior de la perso- parte de un todo convertida en símbolo resulta degra-
dante de la totalidad, añadiendo más muerte a la ausen-
41
  Ya desde el intento de saber qué es el símbolo y la función cia. Por tanto, el símbolo se interioriza en imágenes. Las
de simbolizar se adentra uno en una selva de definiciones, de teorías y imágenes internas no tienen forma. Son extrañísimas,
de aplicaciones. Nuestro propio Diccionario de la Real Academia, en su
primera acepción de símbolo, le atribuye ser el resultado de una con-
misteriosas figuras sin materia, recuerdos de cuerpo sin
vención social, sin tomar en cuenta toda la rica posibilidad inconsciente
o personalista de los símbolos. Sólo apunta algo de esto cuando se re- 42  El estudio (mediante cuestionarios y dibujos) del efecto psi-

fiere al simbolismo y a la escuela simbolista francesa del siglo XIX, con cotraumático que produjeron los atentados del 11-M en Madrid, sobre
su arte de técnica subliminal, o al definir el verbo simbolizar como el una amplia muestra de escolares, me condujo a concluir que los sím-
hecho de representar o explicar una cosa por otra aprovechando alguna bolos utilizados por algunos de esos niños (a pesar de la motivación
relación o semejanza entre ellas. Hay, desde luego, símbolos entendidos consciente de homenaje a los víctimas) tenían la finalidad inconsciente
y sancionados social, cultural o artísticamente que se universalizan en de encubrir el trauma, de hacer cada vez más abstracta y evanescente,
determinadas épocas y sociedades, muchos de los cuales se desvanecen mediante imágenes, la terrible realidad ocurrida, en contraposición con
con el paso del tiempo, y van naciendo otros. Por ejemplo, la paloma un gran grupo de niños que rechazaban implícitamente el símbolo y
fue reconocida como símbolo occidental de la paz tras las grandes gue- exigían que los monumentos por las víctimas fueran los mismos trenes
rras del siglo XX. estallados, “para que nunca se olvide lo que pasó”.

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23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

forma, que buscan exteriorizarse —en un viaje de retor- decir, la dolorosa separación, es cuando la verdadera
no—, adoptando o encarnándose en metáforas del exte- simbolización entra en juego y el ser perdido puede ser
rior, que se puedan poner en palabras que describan verdaderamente simbolizado y puede producirse la ela-
simbólicamente los rasgos del hijo: “Tenía un cabello boración de la pérdida. Para Hannah Segal, el “símbolo
rubio, precioso, suave, que me hacía recordar el trigo es un precipitado del duelo” de adecuada elaboración,
cimbreante al sol”, escribía una madre. El símbolo del que traduce un logro del yo. La reparación interna, a la
hijo para esta madre será ese baile deslumbrante de espi- que me referiré a continuación, sólo puede realizarse,
gas en el campo. Y seguramente lo imaginará de esa según ella, si el ser perdido puede ser representado sim-
manera con mayor fuerza visual que las mismas faccio- bólicamente por el doliente.
nes del pequeño. O bien los rasgos claros de vida que en Como ejemplo de símbolo de elaboración de duelo
su interior aún puedan retener los padres dolientes se recordaré a la joven florista de la entrañable obra de
van difuminando para convertirse en la viva impresión Samuel Ros, Los vivos y los muertos (1937, 1941). Esta
de su acompañamiento (o pervivencia). A mi modo de mujer había perdido a su pequeña hija. Tenía su puesto
ver, el hijo perdido, el ser más querido, se diluye en la de flores a la entrada del cementerio donde estaba ente-
simbolización del doliente para terminar impregnando rrada la niña. Escribí que “tras la muerte de su hijita, ya
su imaginario afectivo, y desde ahí, a veces, reaparecer no vende las flores de la misma manera que antes, co-
en el exterior metafóricamente. Otras veces el ser perdi- mo una mera mercancía; ahora cada ramo de flor que
do se evoca a través de palabras dichas en susurros de vende a cualquier desconocido —pero doliente como
intimidad: “Mi niña preciosa”, “mi hijo querido”... ella— es como un ramo de flor para la tumba de la hija.
Compartiendo muchos álbumes con padres de hi- Y seguramente cuida que sus flores sean las mejores, no
jos perdidos, he llegado a la conclusión de que esos re- dejará que ninguna marchita se cuele o se disimule en
tratos, salvo durante el duelo, tienen para ellos menor el ramo”43.
pregnancia que su íntima memoria de inmateriales re-
cuerdos o que sus propias metáforas. Dan fechas, sitúan 9.  Sublimación y reparación. Son dos conceptos éti-
la acción (“aquí está cuando fuimos a veranear a...”, cos culminantes del psicoanálisis, claves para entender
“ésta fue su fiesta de cuando cumplió equis años...”), la “curación”. Es decir, son procesos redentores de cul-
pasan indefectiblemente sus dedos por la superficie pas, daños y bajezas. La sublimación corresponde a la
patinada con ese ya leve gesto de desolación incuestio- teoría de Freud; la reparación, a la de Melanie Klein44,
nable de la piel imposible. Son más certeros sus rastros aunque el objetivo enfocado es común, y pueden com-
interiores. plementarse. La sublimación, en el caso de Freud —co- 569
La psicoanalista kleiniana Hannah Segal amplió y mo hombre y como sabio que era—, se entiende de va-
ennobleció, por así decirlo, la concepción freudiana de lor social y cultural, como son, muy concretamente, la
los símbolos que se halla estrictamente relacionada con obra artística y la investigación intelectual, es decir, valo-
el trabajo de la interpretación de los sueños. Para ella, el res hasta ahora tradicionalmente masculinos. En tanto
simbolismo forma parte de la sublimación que veremos que, para Klein —mujer y madre doliente—, el objeto a
a continuación. Afirma que la simbolización forma par- reparar y reparado es el atacado vientre de la madre,
te de la elaboración del duelo y ayuda a sublimarlo. devuelto a su integridad por dicha reparación, siendo la
En su artículo “Notas sobre la formación de símbo- consecuencia de esa reparación una mayor seguridad en
los” (1957) y en el libro Sueño, fantasma y arte (1991), sí mismo, retorno de la esperanza y mayor comprensión
Segal aborda en varios contextos lo que denomina la y compasión por parte del doliente. Pero veamos.
ecuación simbólica, que sería la concepción primitiva del
símbolo, en la cual el símbolo sería exactamente la cosa 9.1.  Sublimación evoca, como dicen Laplanche y
real que simboliza, de modo que ambos son vividos Pontalis, lo sublime de las bellas artes y la transforma-
como idénticos, tal como ocurre en el pensamiento ción de los estados en química, con el paso de lo líquido
concreto o mágico primitivo y en el pensamiento psicó- a lo gaseoso. Añado que el término sugiere una imagen
tico. Para el hombre primitivo de la tribu, una determi- probablemente más evocadora que las dos anteriores: la
nada careta, por ejemplo, es el rostro mismo del dios alquimia, que simboliza el afán eterno del hombre de
que representa, mientras que el símbolo en sentido es-
encontrar la fórmula para extraer materia noble a partir
tricto representa algo pero no equivale enteramente a
de la de baja estofa mediante un proceso de transforma-
ello. Segal encuentra una línea de continuidad o de
ción casi mistérica. Es uno de esos conceptos que se han
transición entre ambos tipos, dándose en general una
instalado en la sociedad y en la cultura, ocupando o pre-
cierta indeterminación entre ambos, de manera que no
valeciendo sobre el significado primitivo.
se suelen manifestar de una manera total cada uno de
Freud denominó sublimación al elevado proceso
ellos. Considera que, en la parte más perturbada del
psíquico consistente en la liberación de importantes
duelo, el doliente regresa al pensamiento concreto, en
cantidades de energía procedente de las pulsiones o
el que hay una gran fragilidad entre la identidad del yo
y el otro (entre el yo y el ser perdido, en este caso), lle- 43  El valor de vivir - Elogio y razón del duelo, Carlos Cobo, Ma-
gándose a una equivalencia, al igual que sucede entre el drid, 1999.
símbolo y lo simbolizado de la ecuación simbólica. 44  Vocabulaire de la Psychanalyse. Laplanche J, Pontalis JB. París,

Cuando el doliente asume la realidad de la pérdida, es 1967.

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instintos sexuales, inadmisibles o imposibles de gratifi- del duelo (él calculaba una duración de uno a dos años
car, para ser revertidas en obras satisfactorias para el para la resolución de un duelo normal). Una de esas
sujeto y valiosas social, cultural o creativamente. Dicho causas era, lisa y llanamente, el agotamiento del dolien-
de otro modo, la sublimación sería una de-sexualiza- te, cuya mayor parte de energía psíquica se halla absor-
ción creativa. En concreto, él se refirió en exclusiva a la bida sin resultado en la tarea de duelo, empobreciéndo-
obra artística y literaria y a la investigación intelectual, y le en otros importantes aspectos de su vida. Otro factor
no se refirió de manera taxativa a cambios en la perso- es la imposición de la realidad, determinado por la im-
nalidad. Es evidente que se trata de una consideración posible satisfacción del anhelo del ser perdido. Optaría
elitista. Sublimación sería la del artista que crea su obra así, finalmente, por abandonar la cólera causada por la
de arte usando materiales bajos o groseros. pérdida, reconociendo que el ser fallecido habría perdi-
Pero si la sublimación se restringe al hecho de abo- do todo valor real y admitiendo la satisfacción de reco-
car a la creación intelectual, investigadora, artística o nocer su propia superioridad como ser vivo. Freud lo
literaria, bien poco es, pues tal proceso no habría de dice de una manera durísima: Por fin, “el duelo mueve
implicar un mejoramiento en la organización de la per- al Yo a renunciar al objeto [al ser fallecido], comunicán-
sonalidad. Sólo si esa obra creativa es el resultado de un dole su muerte y ofreciéndole [al doliente], como pre-
funcionamiento psíquico más fluido y libre cabría cali- mio, la vida, para decidirle; y así, con cada uno de los
ficarla, a mi modo de ver, como una sublimación. Co- combates provocados por la ambivalencia, disminuye la
mo psicoanalista y humanista me cuesta trabajo creer fijación de la libido al objeto, desvalorizándolo y, en
que una terapia de psicoanálisis no tenga una proyec- definitiva, asesinándolo”, apunta (Duelo y Melancolía,
ción ética y no haga a una persona mejor persona, limi- 1915, 1917). Hay que tener en cuenta que Freud hizo
tándose sólo a depurar su neurosis. Sin apelar a grandes estas elaboraciones años antes de sufrir él mismo los
creaciones, la ternura, por ejemplo, sería el amor en su duelos más duros de su vida: el de su hija Sofía (1920)
vertiente de-sexualizada, es decir, el amor sublimado, y, sobre todo, el de su nietecillo Heinele (1923), que
una gran categoría humana. ocupó nuestra atención en la Casuística. Que yo tenga
Por otra parte, las descripciones que Freud hace de constancia, Freud no abordó sustancialmente de nuevo
la sublimación dejan cabos sueltos, y uno de ellos es el duelo después de estas dos dolorosas experiencias.
que no clarifica si se trata de un proceso que se opera Sin embargo, curiosamente, en los dos años siguientes a
exclusivamente en el inconsciente o, de algún modo, en la muerte de Sofía, escribió dos pequeños artículos,
él interviene el esfuerzo consciente del yo. Los psicoa- muy jugosos, sobre psicoanálisis y telepatía46.
570 nalistas ortodoxos tienden a evaluar la eficacia del final Coherente con su posición de que “quien ha sufri-
de la terapia por los resultados atribuidos a la sublima- do una gran pérdida tiene derecho a que le dejen en
ción, y en ese sentido cabría deducir que, en efecto, se- paz” y de que “la ‘labor de llorar a los muertos’ es un
ría el resultado de la tarea de la mera concienciación. Mi proceso íntimo que no puede soportar interferencia al-
experiencia de tratamientos psicoanalíticos de niños y guna”, no concibió ni relató ninguna terapia de duelo.
adultos me demuestra que la sola conciencia de los
conflictos reprimidos y la liberación de las energías re- vida imaginaria, hasta el punto de que se podría sospechar que Proust
tenidas por ellos no conducen de forma automática a estuviera al tanto de las tesis freudianas, lo que no parece ser el caso.
los deseables cambios positivos que cabría esperar. Por Sólo Proust, con su minucioso —obsesivo— análisis de la memoria
el contrario, es absoluta evidencia que el paciente ha de biográfica, podía ilustrarnos mejor sobre el detallismo exasperante del
realizar importantes esfuerzos y diversas tentativas para duelo en “Albertine disparu” (o “La fugitive”) de su magna obra A la
recherche du temps perdu. Hay, además, algo dramático en esta historia:
conseguir los esperados cambios deseables que revelen el hecho de que Marcel corrigiera las últimas pruebas de “Albertine”
la intervención de la sublimación. mientras él mismo se moría, lo que hace sospechar que, probablemen-
¿Cómo imaginaba entonces Freud la resolución te, estaba elaborando inconscientemente de esta manera su autoduelo.
del duelo? Ya vimos que daba por supuesto que el duelo Entre otras cosas, Proust descubre la importancia de la memoria y del
recuerdo múltiple en la elaboración del duelo, y de él deducimos que
(el trabajo del duelo, realmente) empezaba una vez que
las pérdidas y sus duelos nos dan la medida vivencial del tiempo. Según
el doliente no tenía más remedio que aceptar la realidad el escritor, el duelo no se hace globalmente, en bloque, sino que se halla
de la muerte del ser querido, y, por tanto, su ausencia muy repartido en las múltiples imágenes evocadas y en los recuerdos
definitiva, es decir, tras la conmoción narcisística. sensoriales referentes a la persona perdida, de manera que es como si
Freud no podía explicarse por qué era tan doloro- cada recuerdo vivo del ser amado desaparecido, de Albertina‑muerta
en su caso, le replanteara cada vez un volver a empezar el duelo con
so el duelo y no tenía claro qué mecanismos intervenían una Albertina cada vez distinta, como si recorriera con ella el camino
para aligerar o disolver la dramática carga del mismo. inverso a su conocimiento, ya que se va interiorizando poco a poco a
Suponía que el dolor podía ser debido al inevitable y una persona viéndola físicamente con sus diferentes facetas desde dis-
obligado desligamiento afectivo de todas aquellas situa- tintos enfoques y en diversos momentos, así como también se la conoce
ciones que suponían un intenso vínculo con el ser per- personalmente viéndola actuar y expresarse en variadas circunstancias,
de modo que la integración de todas esas fotos físicas y psíquicas daría
dido45. Barajó varias posibles causas en la disolución la convicción de su reconocimiento integral. El duelo sería como hacer
el camino de vuelta, un rebobinado de recuerdos, y una sucesión de
45  Freud (en 1917) y Proust (en 1922, año de su muerte) son etapas, aunque Proust advierte que, al igual que el amor, el olvido no
los dos autores que, por la misma época, revelaron —cada uno por su progresa de manera regular.
46  Psicoanálisis y telepatía (1921 [1941]) y El sueño y la telepatía
cuenta— la naturaleza y los mecanismos del duelo, con una similitud
sorprendente: el psicoanalista, en forma teórica, y el escritor, dándole (1922).

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


23. Duelo por la muerte de un niño (III): Consolatoria

Por tanto, Freud no contempló la sublimación del Ahora bien, ¿qué hay que entender bajo la ambi-
dolor ni de la muerte, aunque se acercó a ello en Más güedad de “objeto” en el caso del duelo? ¿El amado hijo
allá del principio de placer (1920) cuando defendió la muerto interiorizado por los padres o el yo de los pa-
existencia de un instinto de muerte, tan controvertida dres dañado internamente por la muerte del hijo? Creo
incluso entre sus propios discípulos más próximos. De que ambos, pero, en cualquier caso, yo lo integraría to-
modo que Freud no concibió ni la terapia del duelo por do en “lo dañado”, es decir, esa interioridad mala, des-
el duelo, ni tampoco relacionó la sublimación con el tructiva, que arrasa a la persona doliente.
duelo. De todos modos, creo, siguiendo a Klein, que la
Creo que no sólo se sublima el placer sensual y labor de reparación empieza por sí mismo, por el pro-
sexual. También se subliman el dolor y la muerte. Esti- pio doliente. Para Melanie Klein en la medida en que se
mo como prueba incontrovertible la actitud de muchas produce el “reforzamiento de la creencia del sujeto [el
personas cuando encaran la proximidad de su propio doliente] en las cosas buenas —las suyas y las de los
fin. De modo que cabe hablar de la sublimación en el otros—, y que a su vez disminuyen sus temores”, se
duelo. Insisto en que nada me parecería más natural, y halla en disposición de “entregarse a sus sentimientos y
al mismo tiempo noble, que la elaboración de un duelo descargar por medio del llanto su dolor por la pérdida
aboque a la sublimación por diversas vías —que van, real sufrida”. Y, refiriéndose al caso de la madre doliente
como dije, más allá de las excelsas del arte, la poesía, la antes apuntado, insiste en que “la mayor confianza en
investigación y la ciencia—, siendo muchas de ellas ac- personas y cosas reales y la ayuda recibida del mundo
cesibles a la mayoría de la gente, como son el desarrollo externo” permiten adquirir de éste por parte del dolien-
de actitudes altruistas y la entrega a causas generosas, o, te “una mayor cantidad de bondad y amor para interio-
más sencillamente, un cambio en su personalidad que rizar, y en grado creciente la bondad y el amor son ex-
le abre la puerta a relaciones de mayor nivel afectivo, perimentados por dentro”. Pierde fuerza y presencia la
ético y moral que el que establecía hasta entonces. ira y el sentimiento de venganza y persecución, y mu-
cho de lo que antes se interpretaba en clave de paranoia
9.2.  La reparación. En concepto y terminología de se torna en dolor, llanto, mayor comprensión y compa-
Klein, reparación (que ella denomina también restaura- sión. El rencor y el odio ceden y el amor se libera.
ción y restitución en sus escritos más antiguos) es el me- En resumen, la sublimación-reparación del duelo
canismo mediante el cual el sujeto trata de reparar los correspondería a los siguientes pasos:
efectos que la propia destructividad interior ha ocasio-
nado en el objeto amado47 (Klein se refiere al imagina- 1) Liberación de las energías absorbidas y retenidas 571
rio destructivo interior, o fantasmas destructivos). De- narcisistamente por el dolor y la aflicción.
volviéndole su integridad y anulando todo el mal infli- 2) Movilización de un esfuerzo del yo.
gido, el sujeto podría de nuevo poseer internamente ese 3) Mediante ese esfuerzo, reorientar esas energías a
objeto, otra vez bueno, y esto le calmaría y reforzaría su la reparación de los daños producidos por esa
yo. De ese modo los mecanismos de reparación juga- pérdida.
rían un papel estructurante en el desarrollo del yo. 4) Pero tal reparación no va dirigida, obviamente,
Klein describió este mecanismo en el niño pequeño al hacia lo perdido, sino a otros objetos dañados, tan-
delinear las posiciones que, según ella, todo ser huma- to interiores del doliente como exteriores a él.
no atraviesa en la relación con el otro: la posición esqui- 5) Entendiendo por “objetos interiores” dañados del
zo-paranoide y la posición depresiva, en las que ya me doliente a esas partes malas, perseguidas y perse-
detuve. Es esta posición depresiva la que lleva al sujeto cutorias, ensombrecidas y apesadumbradas de su
a sentir culpa por el daño hecho y a poner en marcha la yo.
reparación (véase la nota 27 de la Casuística). Klein ex- 6) Y entendiendo por “objetos exteriores” a aquellos
plica el papel de la reparación en el trabajo de duelo que, mediante un proceso de simbolización, repre-
considerando que el esfuerzo por suprimir el estado de sentan al hijo (o al ser amado) perdido, como se-
desintegración del objeto implica la necesidad de trans- ría, en un ejemplo muy directo, la dedicación a
formarlo en bello y perfecto. La diferencia con la ideali- tareas benéficas, pero también realizaciones inte-
zación estriba en que en ésta no se percibe en absoluto lectuales o culturales, en las que se percibe sin difi-
el estado precario del objeto, y en la reparación, sí, y cultad el aliento de dicha sublimación-reparación
por ello se busca su recuperación. del duelo.

47  Recordemos que, en el lenguaje psicoanalítico, objeto es aque-

llo (persona, animal o cosa) sobre lo que volcamos nuestros instintos o


pulsiones. Ese objeto puede ser visto como una totalidad o bien ser re-
ducido a una sola dimensión o percepción por quien lo hace centro de
su interés. Se entiende muy bien esto cuando se dice, por ejemplo, que
una mujer se ha convertido en un objeto sexual (u objeto del deseo),
es decir, que no se la percibe ni siente como una persona con múltiples
facetas, sino como si toda ella fuera sexo.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS


CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS
Marcos Gómez Sancho

CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS
Marcos
Gómez Sancho
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PRUEBA DE EVUALUACIÓN .
. . . . . . . . . . . . . ALUMNOS

CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS

PRIMERA CONVOCATORIA
Dirección Científica
Marcos Gómez Sancho

Coordinación Editorial
Carlos Vázquez Huarte-Mendicoa

Edita:
© Gabinete de Asesoramiento y Formación Sociosanitaria S.L.
( GAFOS )
C/ Francisco González Díaz, 5
35005 Las Palmas de Gran Canaria, España
Teléfono: +34 928 233 786
Fax: +34 928 230 665
gafos@gafos.com - www.gafos.com

Lerko Print, S.A. Paseo de la Castellana, 121. 28046 Madrid


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CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS

PRIMERA CONVOCATORIA
INFORMACIÓN GENERAL

El curso de formación a distancia “CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS” va dirigido a todos los


profesionales que trabajan con niños enfermos en situación terminal y con sus familias.

El contenido del curso abarca los conocimientos relativos a esta disciplina, de manera que cons-
tituye un magnífico libro de consulta y su contenido debe ser leído por todos los profesionales
implicados.
El examen está organizado por módulos y cada módulo en capítulos siguiendo el esquema
general de la obra. No todos los alumnos deben rendir examen de todos los capítulos que consti-
tuyen cada uno de los módulos. Al comienzo de las preguntas de cada capítulo se especifica clara-
mente quiénes deben responder a las preguntas en función de su profesión.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - EXÁMENES


EL EXAMEN

INSTRUCCIONES

Al inicio de cada capítulo se indica qué alumnos deben responder a las preguntas planteadas
dependiendo de su profesión.

Para cada pregunta sólo existe una respuesta correcta, que deberá ser elegida entre todas las
propuestas y marcada con una X.

Para superar con éxito la prueba de evaluación se exige un 80% de respuestas correctas.

Todo alumno matriculado tiene derecho a una segunda oportunidad en el caso de no superar
con éxito la primera prueba de evaluación. Esta segunda prueba deberá ser realizada como
máximo a los dos meses de haber realizado la primera.

Una vez realizado el examen este cuadernillo debe ser remitido para su corrección a:

GAFOS S.L.

C/ Francisco González Díaz, 5
35005 Las Palmas de Gran Canaria
España.

Todo alumno tiene la posibilidad de realizar el examen por Internet, accediendo a un


cuestionario personalizado, con las ventajas de tiempo y comodidad que ello supone.

Para acceder al cuestionario e instrucciones utilizar su nº de alumno y contraseña y activar


“Examen”.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - EXÁMENES


CUESTIONARIO

Módulo I

“Cuidados Paliativos en niños y adolescentes


con enfermedad terminal. 

El equipo interdisciplinario”

En España corresponde al curso de Formación Continuada


“Cuidados Paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal.
El equipo interdisciplinario”

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - PRIMERA CONVOCATORIA


Capítulo 1
Cuidados Paliativos Pediátricos: de curar a cuidar
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Los principales factores de vulnerabilidad en los niños en Cuidados Paliativos Pediátricos son:

❏ a) Comunicación del diagnóstico y pronóstico.


❏ b) Conspiración del silencio.
❏ c) Toma de decisiones.
❏ d) Inadecuado control del dolor.
❏ e) Todas son correctas.

2. Entre las diferencias entre los Cuidados Paliativos Pediátricos y los Cuidados Paliativos en los adultos
encontramos:

❏ a) Los niños se encuentran rodeados de gran tecnología.


❏ b) Hay sensación de fracaso si no hay cura del paciente.
❏ c) Por procesos de transferencia y contratransferencia “pensamos que los niños nos pertenecen”.
❏ d) Hay desconocimiento sobre como evaluar el dolor en los niños.
❏ e) Todas son correctas.

3. Un niño debe referirse a un Equipo de Cuidados Paliativos:

❏ a) Cuando el médico tratante observa que la respuesta terapéutica no es la esperada al tratamiento instaurado.
❏ b) Simplemente se le da la referencia.
❏ c) El médico tratante continúa el tratamiento, pero hay restricciones en cuanto al manejo del niño y su familia. 11
❏ d) Para tratamiento del dolor, pero no se deben utilizar medicamentos como morfina, pues vuelve adicto al niño.
❏ e) Fomentar milagros en la familia, pues se dice que el niño se va a curar.

4. La referencia tardía a un Equipo de Cuidados Paliativos provoca:

❏ a) Pérdida en tiempo y recursos para la atención integral a los niños y sus familias.
❏ b) Conspiración del silencio.
❏ c) Posibles crisis de Claudicación Familiar.
❏ d) A y B son correctas.
❏ e) Todas son correctas.

5. Conspiración del silencio:

❏ a) Actitud o conducta que adoptan los familiares y profesionales tratantes de: “aquí no está pasando nada”.
❏ b) No se dice la verdad a los niños, niñas o adolescentes a pesar de sus múltiples preguntas.
❏ c) Siempre debe darse toda la información a los niños.
❏ d) A y B son correctas.
❏ e) Todas son correctas.

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Capítulo 2
Cuidados Paliativos en Oncología Pediátrica
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. El tumor sólido más frecuente en el niño menor de un año es:

❏ a) Retinoblastoma.
❏ b) Neuroblastoma.
❏ c) Carcinoma de plexos coroideos.
❏ d) Hepatoblastoma.
❏ e) Nefroblastoma.

2. La etiología del cáncer infantil es:

❏ a) Origen genético exclusivo.


❏ b) Origen ambiental exclusivo.
❏ c) Origen multifactorial.
❏ d) Casi siempre hereditario.
❏ e) Origen prenatal.

3. ¿Cuál de las fases del proceso del cáncer infantil produce un impacto en el niño o adolescente y su familia?

❏ a) El diagnóstico.
❏ b) El tratamiento.
❏ c) El cese de la terapéutica.
12 ❏ d) El fracaso terapéutico.
❏ e) Todos los anteriores.

4. En situación de progresión de enfermedad, los tumores del SNC en la infancia se manifiestan frecuentemente
con:

❏ a) Convulsiones.
❏ b) Cefalea.
❏ c) Disminución del nivel de conciencia.
❏ d) Síndrome de compresión medular.
❏ e) Todas las anteriores.

5. Las localizaciones más frecuentes del Rabdomiosarcoma son:

❏ a) Genitourinarias.
❏ b) Parameníngeas.
❏ c) Extremidades.
❏ d) Orbita.
❏ e) Cabeza y cuello.

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Capítulo 3
Cuidados Paliativos en Oncohematología
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. En relación a la indicación de transfusión de hemoderivados en los pacientes en CP que presentan anemia y/o
trombopenia graves en su evolución, es correcto señalar que:

❏ a) Se indican principalmente en la fase de agonía, para mejorar las condiciones generales del paciente.
❏ b) No existen “indicaciones absolutas” de transfusión.
❏ c) Su indicación está determinada por el grado de actividad que realice el paciente, más que por los valores del
hemograma.
❏ d) b y c son correctas.
❏ e) No deben indicarse nunca cuando un niño está en la etapa de CP.

2. Cuando un niño oncológico ingresa a CP, la primera reacción de los padres es:

❏ a) Interesarse por conocer al médico que se hará cargo del caso.


❏ b) Preguntar cuanto tiempo de vida le queda a su hijo.
❏ c) Solicitar rápidamente el egreso del niño del hospital, no querer asistir más a controles, e irse a su casa o cuidad de
origen lo más pronto posible.
❏ d) Culpar a cada uno de los miembros de la familia por el fracaso del tratamiento.
❏ e) Todas son correctas.

3. En relación al control ambulatorio del niño oncológico en CP, lo más adecuado es:

❏ a) Citar al niño y sus padres a control al centro hospitalario como si fuera un control normal de tratamiento, a
primera hora en la mañana y de acuerdo a la disponibilidad horaria de cada uno de los especialistas. 13

❏ b) Citar al niño y sus padres a control al centro hospitalario, dando la facilidad de que asistan en el día y horario
elegidos por ellos. Todos los miembros del equipo organizan sus otras tareas de tal forma de disponer del tiempo
necesario.
❏ c) Citar siempre a control a uno de los padres y tratar de que el niño no asista a la consulta.
❏ d) Priorizar siempre por este tipo de atención, independiente de la condición del niño.
❏ e) Nunca es posible organizar este tipo de control ya que es muy complejo.

4. Desde el punto de vista psicosocial, la diferencia entre el cáncer pediátrico y el del adulto es que:

❏ a) Realmente no se han encontrado diferencias entre ambos.


❏ b) El niño sufre más que el adulto.
❏ c) El niño es un ser en evolución que no ha completado su desarrollo cognitivo, por lo tanto, la conciencia de
enfermedad, la percepción del sufrimiento, de la vida y de la muerte difieren de la del adulto.
❏ d) El grado de dependencia en el niño es sólo relativo.
❏ e) El cáncer infantil tiene peor pronóstico que el cáncer del adulto y por lo tanto hay una visión psicosocial más
pesimista.

5. ¿Cómo acompañar al niño y su familia en la fase de agonía y de duelo?

❏ a) Decirle al niño la verdad, que va a morir, aún cuando sus padres se opongan.
❏ b) En la fase de agonía el trabajo terapéutico se centra fundamentalmente en los padres, habilitándolos para que
ellos sean los propios terapeutas de sus hijos, lo que a la vez les va ayudar en el proceso del duelo.
❏ c) Favorecer la “conspiración del silencio” ante el tema de la muerte cuando lo plantee el paciente.
❏ d) No permitir que los hermanos del paciente se acerquen y participen en su cuidado en esta fase.
❏ e) En la fase de agonía el trabajo terapéutico se centra en el niño quien es realmente el paciente.

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Capítulo 4
Cuidados Paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. ¿Cuál de los siguientes parámetros evidencia Enfermedad Pulmonar grave?

❏ a) Disnea a pequeños esfuerzos.


❏ b) Capacidad funcional estable.
❏ c) Necesidad diaria de broncodilatadores.
❏ d) FEV 1 mayor de 30% luego de broncodilatadores.
❏ e) Disminución progresiva del FEV 1 más de 40 ml por año.

2. ¿Qué tipo de dolor presentan más frecuentemente los pacientes con Enfermedad Respiratoria Crónica?

❏ a) Cefalea.
❏ b) Dolor torácico.
❏ c) Dolor abdominal.
❏ d) Dolor de cintura escapular y columna lumbosacra.
❏ e) Todas son correctas.

3. Los siguientes grupos de fármacos son utilizados como analgésicos secundarios para el alivio del dolor
neuropático, excepto:

o a) Antidepresivos.
o b) Anticonvulsivantes.
14 o c) Antihistaminicos.
o d) Corticoides.
o e) Benzodiazepinas.

4. ¿Cuál de las siguientes NO reconoce como causa de disnea?

❏ a) Obstrucción de la vía aérea.


❏ b) Alteraciones metabólicas.
❏ c) Disminución del parenquima pulmonar.
❏ d) Alteraciones mecánicas-ventilatorias.
❏ e) Anemia.

5. La dosis recomendada para pacientes con Enfermedad Respiratoria Crónica vírgenes de opioides para alivio
de la disnea es:

❏ a) La dosis inicial recomendada para dolor por vía oral.


❏ b) La dosis inicial recomendada para dolor por vía oral, con aumento del intervalo.
❏ c) 30-50% de la dosis inicial recomendada para dolor por vía oral, con aumento del intervalo .
❏ d) 30-50% de la dosis inicial recomendada para dolor por vía oral.
❏ e) 10-25% de la dosis inicial recomendada para dolor por vía oral.

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Capítulo 5
Los cuidados a niños con VIH/SIDA avanzado y a sus familias
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Empatizar con un niño con VIH-Sida angustiado significa:

❏ a) Decirle que no se preocupe, que su malestar pasará muy pronto.


❏ b) Identificarme con sus sentimientos y comunicárselo.
❏ c) Aportar sugerencias a los problemas que él ha planteado.
❏ d) Captar los sentimientos y sus significados y comunicárselo.
❏ e) Acogerle con lenguaje no verbal.

2. Ante la pregunta del niño con Sida avanzado: ¿Cuánto tiempo me puede quedar?, lo que NO deberíamos
hacer es:

❏ a) Dar un tiempo concreto, en forma de intervalo suficientemente amplio.


❏ b) Reconocer nuestra propia incertidumbre.
❏ c) Comprobar si desearía conocer los signos que puedan señalar un posterior deterioro.
❏ d) Detectar qué preocupaciones hay detrás de la pregunta.
❏ e) Explorar qué le está llevando a formular en este momento esa pregunta.

3. ¿Cuándo se deben interrumpir los tratamientos antirretrovirales en los niños con SIDA?

❏ a) Cuando previamente se haya valorado la decisión de manera individualizada y dialogada con el paciente/familia.
❏ b) Ante la sospecha de estar ya en la fase avanzado-terminal.
❏ c) Cuando el niño sea trasladado a otro hospital, a la espera de nueva valoración del nuevo equipo sanitario. 15
❏ d) Cuando nos conste que tiene una historia de no adherencia a los tratamientos.
❏ e) Cuando lo pidan los padres, por el sufrimiento de su hijo.

4. En relación a la hipótesis de la exclusión social en relación con el VIH/SIDA y su valoración moral, indique cuál
de las siguientes afirmaciones NO es correcta:

❏ a) Uno de los procesos sociales que actúan como dimensión estructural y económica es el de la insuficiencia de
recursos.
❏ b) La vulnerabilidad de los tejidos relacionales es un factor propiciador de la exclusión social en su dimensión
contextual y social.
❏ c) En general, se ocasiona por factores excluyentes y no relacionados entre sí.
❏ d) La dimensión subjetiva y personal de la marginalidad recoge la precariedad de los dinamismos vitales de la
persona.
❏ e) EL VIH/SIDA y la exclusión pueden ser caminos bidireccionales.

5. El VIH/SIDA nos habla de multidimensionalidad en todos los sentidos siguientes menos en uno. Señale cuál:

❏ a) Inmunodeficiencia biológica.
❏ b) Omnipotencia científica.
❏ c) Vulnerabilidad social.
❏ d) Fragilidad existencial.
❏ e) Indefensión emocional.

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Capítulo 6
Aplicación de los Cuidados Paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. La UCIP tiene una serie de peculiaridades que la diferencian de las UCI de adultos. Señale cuál no está entre
ellas:

❏ a) El curso de las enfermedades infantiles es más impredecible en cuanto al pronóstico y las posibles secuelas.
❏ b) El grado de sufrimiento y de dolor en los niños es menor que en los adultos.
❏ c) Los padres de los niños ingresados en la UCIP experimentan el dolor añadido de sentirse fracasados en su papel
como protectores.
❏ d) Los niños sufren unas enfermedades que no pueden ser equiparadas con las que padecen los adultos.
❏ e) El entorno tecnificado de la UCIP intimida más a los padres que a los familiares de otros pacientes adultos
ingresados en la UCI.

2. Cuando la enfermedad del paciente no evoluciona favorablemente y hay que dar a los padres una mala
noticia, el profesional se coloca ante el reto de la comunicación difícil. Señale la opción que considere válida:

❏ a) Ante la mala noticia, algunas familias reaccionan con rabia e ira contra el profesional.
❏ b) Si la familia no acepta la información, es conveniente no insistir y que otro profesional se haga cargo.
❏ c) En estos casos no conviene dar ningún tipo de esperanza.
❏ d) Es bueno dejar pasar un tiempo considerable y no informar inmediatamente cuando el paciente empeora
rápidamente o muere.
❏ e) El «Counselling» no es útil en la comunicación de las malas noticias.

3. En cuanto a los pacientes portadores de una enfermedad crónica, todo es correcto excepto:
16
❏ a) Los niños en fase terminal de su enfermedad no deben ser ingresados en la UCIP cuando la muerte sea inminente.
❏ b) Las órdenes de no reanimación deben estar escritas en un lugar visible.
❏ c) Cuando la evolución en la UCIP es desfavorable, sólo el equipo de la UCIP y la familia tienen potestad para opinar.
El equipo que manejaba al enfermo previamente debe mantenerse al margen.
❏ d) Siempre que la situación lo permita el paciente debe pasar a planta para que sea posible atenderle de una forma
más adecuada en el momento de la muerte.
❏ e) La transición a cuidados de confort debe ser progresiva y consensuada con la familia.

4. Los profesionales de la UCIP pueden ayudar a la familia del niño previamente sano que ingresa en la UCIP y
muere en pocas horas con las siguientes medidas a excepción de:

❏ a) Informarles de una forma clara y sencilla acerca de la enfermedad y el desenlace.


❏ b) Ofrecerles tranquilizantes que les ayuden a asimilar la noticia.
❏ c) No censurar ni reprimir ninguna de las emociones que puedan surgir cuando se dé la mala noticia.
❏ d) Animarles a que se despidan del niño y lo cojan en brazos.
❏ e) Facilitar todos los trámites funerarios y ofrecerles mantener un contacto con el hospital si lo desean.

5. Los profesionales sanitarios que trabajan en la UCIP tienen mayor riesgo de sufrir el «síndrome de desgaste
profesional» en comparación con otros profesionales por las siguientes razones excepto por:

❏ a) Continuas situaciones de estrés.


❏ b) Contacto reiterado con familias que sufren.
❏ c) La mayoría de los niños que ingresan en la UCIP mueren.
❏ d) Gran competitividad entre compañeros.
❏ e) Identificación con las familias si el profesional tiene hijos con edades similares.

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Capítulo 7
Atención de Enfermería en Cuidados Paliativos Pediátricos
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. La enfermera en estas unidades, ¿ha de estar más preparada técnicamente?:

❏ a) Sí. La técnica es muy importante.


❏ b) Depende del diagnóstico.
❏ c) A veces.
❏ d) Ha de saber mucha anatomía.
❏ e) No, ya que la técnica no es importante en estos enfermos.

2. ¿Crees que es fundamental el cuidado del profesional?

❏ a) Sí, si no éste no podrá cuidar a otros pacientes que van a necesitar de él.
❏ b) No, el profesional no tiene necesidad de cuidarse.
❏ c) Hay que cuidar a la familia.
❏ d) A veces.
❏ e) Ya tiene conocimientos para cuidarse.

3. Una vez ha fallecido el niño, ¿es bueno conectar con la familia al cabo de unos días?

❏ a) Sí, es para saludarlos y coordinar la ayuda necesaria para elaborar mejor el duelo.
❏ b) Mejor dejarlos que se tranquilicen.
❏ c) Si quieren algo ya llamarán ellos.
❏ d) Depende de la familia. 17
❏ e) Nunca.

4. Valorar el duelo posterior de las familias, ¿para qué nos sirve?

❏ a) Nos ayuda a evaluar nuestro trabajo como profesionales.


❏ b) Para nada.
❏ c) Es rellenar información inútil.
❏ d) Nos da más prestigio.
❏ e) Para entender a las familias.

5. El profesional ¿va con demasiada prisa en sus actuaciones cuando es un enfermo terminal?

❏ a) Nunca.
❏ b) A veces, depende de cómo sea el paciente.
❏ c) Depende de cómo sea la familia.
❏ d) Depende de lo nerviosa que esté la enfermera.
❏ e) Podría ser pero debe reflexionar para poder frenarse.

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Capítulo 8
Trabajo Social en una Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. El diagnóstico de una enfermedad oncológica provoca una crisis en la familia:

❏ a) Depende de la familia.
❏ b) Sólo en familias inmigrantes y por tanto procedentes de otras culturas.
❏ c) Siempre produce una crisis al ser un hecho perturbador en la dinámica familiar.
❏ d) Nunca.
❏ e) Sólo se ve inmerso en la crisis el niño enfermo.

2. Toda situación de crisis es en sí misma una experiencia negativa:

❏ a) Siempre supone un acontecimiento negativo y permanente en la familia.


❏ b) En sí mismas no tienen por qué ser negativas porque pueden suponer una ocasión de crecimiento.
❏ c) Siempre implica una vivencia de angustia y temor.
❏ d) La crisis siempre se supera y por tanto es una experiencia siempre positiva para la familia.
❏ e) No es una experiencia negativa porque la crisis siempre sabemos cuando nos va a suceder.

3. El niño sabe de la gravedad de su situación sólo si se le informa verbalmente:

❏ a) El niño puede percibir a través de señales del entorno (gestos, cara de preocupación) la gravedad de su situación.
❏ b) El niño sólo entiende de su gravedad si se le explica detalladamente y con ayuda de dibujos.
❏ c) Los niños no tienen suficiente capacidad madurativa para comprender la gravedad de una situación.
18 ❏ d) El niño siempre es feliz por el hecho de estar acompañado por sus padres.
❏ e) El niño nunca percibe la gravedad de su situación.

4. Las frecuentes hospitalizaciones del niño pueden alterar la situación económica de la familia:

❏ a) No porque para ello el Estado tiene prevista una conciliación de la vida familiar y laboral.
❏ b) No tiene nada que ver un tratamiento médico con la situación económica de una familia.
❏ c) La economía de la familia suele mejorar porque siempre reciben ayuda de sus amigos y familiares cercanos.
❏ d) Siempre se ve afectada porque estos procesos siempre generan gastos extraordinarios.
❏ e) Se altera tanto la economía que después siempre tendrán que depender de ayudas externas.

5. Los objetivos de la unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos son el control de síntomas, el tratamiento
psicosocial y la atención del duelo posterior:

❏ a) Efectivamente los objetivos descritos son los que pretende alcanzar la unidad en cada paciente.
❏ b) El control de síntomas no corresponde a la unidad sino a su equipo asistencial de referencia habitual.
❏ c) El tratamiento psicosocial corresponde a una unidad especializada en salud mental.
❏ d) Es imposible que una unidad asuma dichos objetivos por ser demasiado amplios.
❏ e) La atención del duelo se asume siempre desde unidades externas a la unidad de cuidados paliativos.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - PRIMERA CONVOCATORIA


Capítulo 9
El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y a sus familiares
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Señala la respuesta que sea falsa:

❏ a) La dimensión espiritual y la dimensión religiosa están íntimamente relacionadas.


❏ b) La dimensión espiritual abarca la dimensión religiosa.
❏ c) La dimensión religiosa hace referencia al mundo de los valores.
❏ d) La dimensión espiritual se pregunta por el sentido último de las cosas.
❏ e) La dimensión espiritual y la dimensión religiosa no son necesariamente coincidentes entre sí.

2. Espiritualidad es:

❏ a) Un estilo marcado por una finura existencial.


❏ b) Una manera de comportarse que coincide con la existencia de patrones que enaltecen el valor del espíritu.
❏ c) Un conjunto de aspiraciones, convicciones, valores y creencias capaces de organizar en un proyecto unitario la vida
del hombre, causando determinados comportamientos.
❏ d) Un conjunto de acciones y actitudes que buscan la inmortalidad.
❏ e) Una tendencia psicofilosófica que ayuda a vivir.

3. Señala aquello que no corresponda a una necesidad del niño:

❏ a) Relaciones constantes de cuidado.


❏ b) Protección física, seguridad y reglamentación.
❏ c) Fijar límites, estructuras y expectativas. 19
❏ d) Complacerle en todos sus deseos.
❏ e) Protección del futuro.

4. Señala la respuesta falsa:

❏ a) El adolescente siente una frustración intensa al ver que su cuerpo cambia.


❏ b) La proyección de futuro del adolescente se ve rota por la enfermedad que sufre.
❏ c) La preocupación del adolescente por el aspecto físico se detiene ante la evidencia de la propia enfermedad y un
posible deterioro.
❏ d) El adolescente puede sufrir un dolor muy intenso al ver como su proyección de futuro se tiñe con la oscuridad de la
enfermedad.
❏ e) Las características psicológicas fundamentales de la adolescencia son la alteración de sus sentimientos vitales, los
cambios físicos significativos, la proyección del yo hacia el futuro y el impulso a la autoafirmación y a la adquisición
de una personalidad.

5. Para aceptar incondicionalmente al niño es necesario: (elige la respuesta incorrecta).

❏ a) Intentar compartir la situación aceptando incondicio­nal­mente al niño que vive en situación de enfermedad.
❏ b) Decir lo que tiene que hacer, cómo tiene que comportarse, ya que al ser pequeño es necesario dirigirle la acción.
❏ c) Renunciar a nuestro deseo de imponer nuestro punto de vista sobre el dolor ajeno.
❏ d) Valorar los sentimientos del niño.
❏ e) Dar al niño todo el protagonismo para que haga uso de sus propios recursos.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - PRIMERA CONVOCATORIA


Capítulo 10
Bournout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida
y a sus familiares. Habilidades de Autorregulación
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. La ansiedad es:

❏ a) Una reacción desadaptativa ante una amenaza.


❏ b) Una reacción adaptativa ante una amenaza .
❏ c) Una reacción displacentera ante cualquier situación.
❏ d) Una reacción placentera ante cualquier situación.
❏ e) Un conjunto de reacciones ante la situación.

2. La respuesta de ansiedad:

❏ a) Agota las fuerzas del individuo.


❏ b) Economiza las energías del individuo.
❏ c) Optimiza la relación energética del individuo con el medio.
❏ d) Prepara al organismo para la lucha o la huida.
❏ e) Ninguna de las anteriores es correcta.

3. El estrés puede influir en la salud:

❏ a) A través de tres vías: alcohol, tabaco y/o nutrición.


❏ b) A través de cuatro vías: alcohol, tabaco, falta de ejercicio físico y nutrición adecuada.
20 ❏ c) A través de dos vías: hábitos nocivos (sustancias nocivas como alcohol o tabaco y/o obstaculizando una conducta
adaptativa como falta de ejercicio físico o nutrición adecuada) y reacciones desadaptativas.
❏ d) A través de tres vías: hábitos nocivos, reacciones nuero-endócrinas y reacciones neuro-inmunes.
❏ e) A través de tres vías: alcohol, tabaco y/o falta de ejercicio físico.

4. Las respuestas de estrés se producen:

❏ a) Cuando el estímulo y las demandas son valorados como amenazantes .


❏ b) Cuando las demandas exceden las capacidades del individuo.
❏ c) Cuando el estímulo es valorado como amenazante y las demandas exceden las capacidades del individuo.
❏ d) Cuando el estímulo es valorado como amenazante y las demandas no exceden las capacidades del individuo.
❏ e) Cuando el estímulo es valorado como neutro y las demandas exceden las capacidades del individuo.

5. La valoración cognitiva primaria:

❏ a) Establece si el estímulo es irrelevante, positivo o estresante .


❏ b) Es un conjunto complejo de procesos dirigidos a optimizar los recursos.
❏ c) Se pone en marcha cuando se identifica una situación/estímulo amenazante.
❏ d) Establece cuáles son los recursos para afrontar la situación.
❏ e) Establece si el estímulo es estresante.

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Capítulo 11
“Una escuela en el hospital”. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. ¿Por qué es importante la relación con los padres de los niños hospitalizados?

❏ a) Orientan al maestro sobre el nivel educativo de sus hijos.


❏ b) Son los primeros en orientar al maestro sobre el nivel educativo de sus hijos.
❏ c) Sirven de nexo de unión entre el colegio y sus tutores con el aula hospitalaria.
❏ d) Son los que orientan a los tutores.
❏ e) Ninguna es verdadera.

2. ¿Qué información le ofrece el médico al maestro del aula hospitalaria?

❏ a) Características de la enfermedad y tratamientos.


❏ b) Factores que afectan a la atención del paciente, a su interacción social, a la enseñanza y cuidado médico.
❏ c) Secuelas neurológicas y efectos educativos de algunas enfermedades y su tratamiento.
❏ d) Factores de riesgos.
❏ e) Todas son verdaderas.

3. Los objetivos que se trabajan en el aula hospitalaria son:

❏ a) Pedagógicos.
❏ b) Psicológicos.
❏ c) Sociales.
❏ d) Pedagógicos-psicológicos. 21
❏ e) Pedagógicos-psicológicos-sociales.

4. ¿Cuáles son los objetivos generales a desarrollar con el alumnado en el aula hospitalaria?

❏ a) Garantizar la evaluación continua y el reconocimiento académico del trabajo realizado.


❏ b) Optimizar los recursos cedidos al aula hospitalaria.
❏ c) Divulgar información y pautas de orientación para el profesorado sobre la adaptación del niño enfermo al entorno
escolar.
❏ d) Actualizar materiales curriculares del aula.
❏ e) Mejorar la formación en aspectos didácticos informáticos.

5. ¿Cuáles son las áreas de educación que se comparten en un aula hospitalaria?

❏ a) Técnicas instrumentales básicas.


❏ b) Atención y desarrollo de su situación emotiva.
❏ c) Compensación de su aislamiento afectivo-social.
❏ d) Lengua castellana.
❏ e) La a, b y c son verdaderas.

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Capítulo 12
Ética y Cuidados Paliativos en Pediatría
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. ¿Cuál es la segunda causa de muerte en menores de 15 años en países desarrollados?

❏ a) Patología perinatal.
❏ b) Malformaciones congénitas.
❏ c) Accidentes domésticos.
❏ d) Cáncer.
❏ e) Infecciones.

2. ¿Cuáles de estas condiciones deben darse para que un consentimiento informado sea válido?

❏ a) Que sea voluntario.


❏ b) Que el paciente esté capacitado.
❏ c) Que la información se transmita de forma completa.
❏ d) Capacidad de decisión.
❏ e) Todas las anteriores.

3. La información a transmitir en el consentimiento informado debe incluir:

❏ a) La naturaleza, propósito y potencial beneficio del tratamiento propuesto.


❏ b) Los riesgos y molestias previsibles.
❏ c) Alternativas posibles.
22 ❏ d) b y c.
❏ e) a, b y c.

4. ¿Cuándo se considera un tratamiento como fútil o carente de utilidad?

❏ a) Cuando mantenga una situación de inconsciencia o no sea capaz de finalizar con una dependencia de cuidados
intensivos.
❏ b) Cuando tras haber sido ensayado en 100 pacientes no se observa ninguna eficacia.
❏ c) Que no se disponga de un consentimiento informado.
❏ d) a y b.
❏ e) a, b y c.

5. Según la denominada doctrina del “doble efecto” un tratamiento está justificado cuando:

❏ a) La acción en sí misma ha de ser buena o, al menos, moralmente indiferente.


❏ b) Sólo debe buscar el efecto bueno.
❏ c) El efecto malo no debe ser el medio para la obtención del bueno.
❏ d) a y c.
❏ e) a, b y c.

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CUESTIONARIO

Módulo II

“Control de síntomas en el niño


con enfermedad terminal 23

y soporte a sus familiares

En España corresponde al curso de Formación Continuada


“Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal
y soporte a sus familiares”

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Capítulo 13
Evaluación y control de síntomas
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. La disnea:

❏ a) Disminuye el consumo de oxígeno.


❏ b) En raras ocasiones se acompaña de taquipnea.
❏ c) Las atelectasias, por debilidad del paciente, son motivo frecuente de su aparición.
❏ d) El derrame pleural no suele provocar disnea.
❏ e) Sirve para mejorar la ventilación y la oxigenación.

2. Entre los anticonvulsivantes más eficaces se encuentran:

❏ a) Ibuprofeno.
❏ b) Acido aminocaproico.
❏ c) Morfina.
❏ d) Benzodiacepinas.
❏ e) Omeprazol.

3. Sobre la alimentación se debe recordar:

❏ a) Las vitaminas son un buen estimulante del apetito.


❏ b) Las comidas deben ser abundantes y poco frecuentes para procurar mayor confort y descanso.
❏ c) La hidratación forzada disminuirá la disnea.
❏ d) Nunca poner sonda nasogástrica. 25
❏ e) No hay ninguna medicación efectiva para aumentar el apetito.

4. El hospital:

❏ a) Proporciona todas las comodidades que la familia precisa.


❏ b) Está organizado para mejorar el confort del niño.
❏ c) Las comidas son más agradables.
❏ d) Sus horarios de funcionamiento generalmente están adecuados al descanso de los pacientes.
❏ e) Es necesario cuando los síntomas no están controlados.

5. Es necesario elaborar un plan terapéutico:

❏ a) Individualizado para cada paciente.


❏ b) Después de los días necesarios para comprobar la incurabilidad de la enfermedad.
❏ c) Manteniendo la medicación anterior que ya no es eficaz.
❏ d) La familia no ha de participar en las propuestas.
❏ e) Nuestros conocimientos obligan a su imposición en cualquier circunstancia.

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Capítulo 14
Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. El dolor en los niños es minusvalorado debido a:

❏ a) Suposiciones incorrectas.
❏ b) Dificultad en transmitir la información.
❏ c) Complejidad en la evaluación del dolor.
❏ d) Escasa experiencia e investigación.
❏ e) Todas son ciertas.

2. A propósito del dolor en los niños:

❏ a) El recién nacido no tiene aún los receptores nociceptivos bien desarrollados.


❏ b) Los lactantes no recuerdan el dolor.
❏ c) Si el niño no se queja no tiene dolor.
❏ d) La farmacocinética y farmacodinamia de los fármacos es igual en niños que en adultos.
❏ e) En ocasiones los niños refieren no tener dolor, por miedo a que le hagan daño.

3. Cuál de estas frases es correcta:

❏ a) El tratamiento analgésico no dificulta la evaluación de las posibles complicaciones en el curso de la enfermedad.


❏ b) Con el tratamiento del dolor pueden surgir complicaciones y efectos secundarios que ponen en peligro al paciente.
❏ c) El dolor es desagradable, inocuo y de duración limitada.
26 ❏ d) El dolor es una consecuencia inevitable de todo acto en sí.
❏ e) Es raro que sea insoportable.

4. Cuál de estas frases es incorrecta:

❏ a) La evaluación del dolor en el niño requiere tiempo, paciencia, tacto y adaptación a su edad y desarrollo emocional.
❏ b) La finalidad de la evaluación del dolor es identificar y cuantificar el dolor para facilitar el diagnóstico y correcto
tratamiento.
❏ c) El dolor visceral es producido por la estimulación de los nociceptores viscerales y se manifiesta como un dolor bien
localizado y definido, con una relación con el tiempo constante.
❏ d) No existe un método de evaluación del dolor en el niño lo suficientemente específico y sensible.
❏ e) El dolor neuropático es debido a una lesión nerviosa central o periférica.

5. Las escalas de autoevaluación afectiva facial:

❏ a) Sólo son útiles en mayores de 10 años.


❏ b) Son muy útiles a partir de los 3 años, y en pacientes con retrasos psíquicos moderados.
❏ c) No son atractivas para los niños y por eso no son utilizadas.
❏ d) Por sí solas son capaces de darnos toda la información necesaria para la evaluación del dolor.
❏ e) Son métodos indirectos de evaluación.

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Capítulo 15
Tratamiento del dolor en Cuidados Paliativos Infantiles
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. La farmacocinética de los fármacos:

❏ a) No varía con la edad.


❏ b) Sólo es diferente en los prematuros.
❏ c) Es diferente sólo en los niños muy enfermos.
❏ d) Todas son ciertas.
❏ e) Todas son falsas.

2. En la absorción de los fármacos:

❏ a) El pH gástrico tiene los valores definitivos desde el momento del nacimiento.


❏ b) Está demostrado que el vaciamiento gástrico no afecta la absorción de los fármacos.
❏ c) La colonización bacteriana no afecta a la farmacocinética .
❏ d) La vía intramuscular es dolorosa y no ofrece ventajas a la vía oral, intravenosa y subcutánea.
❏ e) Todas son ciertas.

3. El ácido acetil salicílico:

❏ a) Es útil en el dolor moderado producido por metástasis óseas.


❏ b) Produce una inhibición irreversible de la agregación plaquetaria.
❏ c) A altas dosis produce salicilismo.
❏ d) Las dosis analgésicas son más bajas que las antiinflamatorias. 27
❏ e) Todas son ciertas.

4. Los opioides:

❏ a) Se usan en mayores de dos años.


❏ b) Están contraindicados en neonatos y lactantes.
❏ c) En niños se deben de evitar por el riesgo de drogodependencia.
❏ d) Para evitar riesgos en los niños se usan sólo “si dolor”.
❏ e) Todas son falsas.

5. En la administración de opioides:

❏ a) Elegir la vía más cómoda para el personal que le atiende.


❏ b) La madurez metabólica no influye a la hora de dosificar.
❏ c) La fototerapia afecta a los opioides fotosensibles.
❏ d) En niños grandes no es necesario individualizar las dosis.
❏ e) Los opioides se administran sólo en estadios finales.

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Capítulo 16
Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas
en el niño con cáncer
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Los pinchazos:

❏ a) No sabemos cuanto duelen, los niños a veces exageran.


❏ b) No duelen tanto pero por la angustia sienten dolor.
❏ c) Cada niño nos dirá cuánto dolor siente, ya que cada niño siente diferente el dolor.
❏ d) Son igualmente dolorosos todos.
❏ e) Siempre producen mucho dolor.

2. Es aconsejable la presencia de los padres durante los procedimientos:

❏ a) Siempre.
❏ b) Depende de las características del procedimiento.
❏ c) Debe ser acordada entre equipo interviniente y padres.
❏ d) Si el niño está muy angustiado.
❏ e) Sólo si los médicos lo indican.

3. El umbral de dolor:

❏ a) Depende de múltiples factores.


❏ b) Es propio de cada niño.
28 ❏ c) Se modifica hasta en un mismo día.
❏ d) Se modifica según el procedimiento.
❏ e) Todas las anteriores son ciertas.

4. El juego para el niño es:

❏ a) Una herramienta para poder elaborar lo que le sucede.


❏ b) Una distracción mientras se realiza la intervención.
❏ c) Algo importante pero para que lo haga en su casa.
❏ d) Un entretenimiento .
❏ e) Ninguna de las anteriores.

5. A los niños pequeños no es necesario informarles:

❏ a) Porque no hablan y no entienden.


❏ b) Porque la información no les cambia nada de lo que sienten.
❏ c) Porque siempre lloran.
❏ d) Porque son suficientemente listos.
❏ e) Siempre es bueno poner palabras a lo que el niño experimenta, desde bebés.

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Capítulo 17
La atención en la agonía
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Marque la opción incorrecta. La agonía:

❏ a) Es el estadio final de una enfermedad avanzada.


❏ b) Es el tiempo que transcurre entre el diagnóstico de incurabilidad y la muerte.
❏ c) Es el estadio en el cual la muerte es evidente en cuestión de días u horas.
❏ d) Es un proceso que se evidencia a través de cambios físicos y psicológicos.
❏ e) Genera un conjunto de situaciones emocionales y psicológicas de gran complejidad.

2. ¿Cuál de los siguientes factores no identifica como negativo para la evolución de un duelo normal?

❏ a) Soledad.
❏ b) Aislamiento.
❏ c) Adecuado control de síntomas.
❏ d) Miedo.
❏ e) Frustración.

3. Al trabajar con familias enfrentadas a enfermedades amenazantes para la vida de un hijo se deben considerar
los siguientes principios, excepto:

❏ a) Escuchar lo que los padres y el niño dicen.


❏ b) Indicar de qué manera debe ser la información y cómo comunicarla.
❏ c) Identificar los deseos y expectativas de la familia. 29
❏ d) Realzar sus fortalezas.
❏ e) Identificar sentimientos de enojo, culpa y /o negación.

4. ¿Cuál de las siguientes es indicación de sedación?

❏ a) Síntoma refractario.
❏ b) Angustia y ansiedad del equipo tratante.
❏ c) Angustia y ansiedad de la familia.
❏ d) Acelerar la muerte de un paciente sufriente con una enfermedad incurable.
❏ e) Producir sedación para mantener estable y con vida al paciente .

5. ¿Cuál de las siguientes no es indicación de sedación?

❏ a) Síntoma refractario.
❏ b) Angustia y ansiedad del equipo tratante.
❏ c) Episodio agudo con alto grado de sufrimiento.
❏ d) Hemorragia cataclísmica en paciente agónico.
❏ e) Excitación psico-motriz en paciente agónico.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - PRIMERA CONVOCATORIA


Capítulo 18
Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Usted cree que las experiencias cercanas a la muerte:

❏ a) Representan una dimensión espiritual de la agonía.


❏ b) Estimulan el estudio de la agonía y la aflicción.
❏ c) Tienen efectos terapéuticos en pacientes y personal de la salud.
❏ d) Estoy de acuerdo con todo lo anterior.
❏ e) No estoy de acuerdo con todo lo anterior.

2. Cree usted que para ayudar a las personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte es importante:

❏ a) Explorar las actitudes personales sobre esta temática.


❏ b) Escuchar a los pacientes sin cambiarles el tema .
❏ c) Evitar la formulación de juicios centrándose sólo en el impacto personal.
❏ d) ninguna de las anteriores.
❏ e) Todas las anteriores.

3. Cuál de las siguientes frases es falsa. Los rituales:

❏ a) Atestiguan la muerte.
❏ b) Alivian la aflicción.
❏ c) Permiten continuar la existencia.
30 ❏ d) Aceptan que el ser querido”NO va más”.
❏ e) Sirve para alcanzar la gloria eterna.

4. La confesión durante la Edad Media tenía como propósito:

❏ a) Encontrar el sentido de la falta cometida.


❏ b) Enumerar los pecados capitales.
❏ c) Lograr la salvación eterna.
❏ d) Incrementar la melancolía.
❏ e) Cumplir un precepto religioso.

5. Quién de los siguientes autores escribió: “No había ansiedad alguna, ni huella de deses­peración, ni tampoco
dolor; más bien una calma grave, una profunda aceptación…”.

❏ a) Swedenborg.
❏ b) Negovsky.
❏ c) Heim .
❏ d) Noyes.
❏ e) W. James.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - PRIMERA CONVOCATORIA


Capítulo 19
Comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. ¿Quién debe dar las malas noticias a un niño cuando se trata de diagnóstico o avance de la enfermedad?

❏ a) El médico o equipo tratante.


❏ b) La enfermera.
❏ c) Los padres.
❏ d) Los psicólogos.
❏ e) Todas las anteriores.

2. Características que debe reunir el equipo que trabaja con adolescentes con enfermedad terminal.

❏ a) Deben ser preferentemente jóvenes.


❏ b) Deben ser ya de edad avanzada y con mucha experiencia.
❏ c) Debe estar compuesto por médico y enfermera.
❏ d) Debe estar compuesto por médico, enfermera, psicólogo y trabajador social.
❏ e) Ninguna de las anteriores.

3. ¿A partir de qué edad se puede considerar, en general, que el pensamiento de los niños es muy parecido ya al
de los adultos con respecto a la muerte?

❏ a) A partir de la mayoría de edad legal.


❏ b) A partir de la adolescencia.
❏ c) Se estima que, en la mayoría de los casos, a partir de los 12 años. 31
❏ d) A partir de los 15 años.
❏ e) A partir de los 18 años.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - PRIMERA CONVOCATORIA


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. . . . . . . . . . . . DE
PRUEBA DE EVUALUACIÓN .
. . . . . . . . . . . . . ALUMNOS

CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS

SEGUNDA CONVOCATORIA
Dirección Científica
Marcos Gómez Sancho

Coordinación Editorial
Carlos Vázquez Huarte-Mendicoa

Edita:
© Gabinete de Asesoramiento y Formación Sociosanitaria S.L.
( GAFOS )
C/ Francisco González Díaz, 5
35005 Las Palmas de Gran Canaria, España
Teléfono: +34 928 233 786
Fax: +34 928 230 665
gafos@gafos.com - www.gafos.com

Lerko Print, S.A. Paseo de la Castellana, 121. 28046 Madrid


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. . . . . . . . . . . . DE
PRUEBA DE EVUALUACIÓN .
. . . . . . . . . . . . . ALUMNOS

CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS

SEGUNDA CONVOCATORIA
CUESTIONARIO

Módulo I

“Cuidados Paliativos en niños y adolescentes


con enfermedad terminal. 

El equipo interdisciplinario”

En España corresponde al curso de Formación Continuada


“Cuidados Paliativos en niños y adolescentes con enfermedad terminal.
El equipo interdisciplinario”

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - SEGUNDA CONVOCATORIA


Capítulo 1
Cuidados Paliativos Pediátricos: de curar a cuidar
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Las consecuencias de una referencia tardía a un Equipo de Cuidados Paliativos provoca en una familia:

❏ a) Problemas en el manejo del duelo anticipatorio.


❏ b) Dificultades en el duelo postmuerte del niño.
❏ c) Hay mejoría en la comunicación, pues se aprovecha el poco tiempo disponible.
❏ d) A y B son correctas.
❏ e) Todas son correctas.

2. El paciente que es referido a un Equipo de Cuidados Paliativos:

❏ a) Debe luchar hasta el final, aunque sea poco tiempo disponible.


❏ b) La información debe ser dosificada.
❏ c) A y B son correctas
❏ d) Todas son correctas.
❏ e) Ninguna es correcta.

3. El Equipo de Cuidados Paliativos ante una referencia tardía:

❏ a) Puede sufrir las consecuencias de un agotamiento profesional.


❏ b) El vínculo con la familia se establece siempre.
❏ c) Debe siempre realizar un adecuado control de síntomas y apoyo emocional al niño y su familia.
❏ d) A y B son correctas. 
❏ e) Todas son correctas.

4. La referencia temprana a un Equipo de Cuidados Paliativos permite:

❏ a) Adecuado apoyo emocional en el proceso de duelo anticipatorio.


❏ b) Prevención de posibles complicaciones en el paciente.
❏ c) Adecuadas redes de apoyo en el proceso terminal.
❏ d) Adecuado control de síntomas.
❏ e) Todas son correctas.

5. No es permitido en Cuidados Paliativos Pediátricos:

❏ a) Decirle siempre la verdad al niño.


❏ b) Brindar explicaciones al niño, pues no entiende.
❏ c) Si hay que realizar un procedimiento no tomar en cuenta la opinión del niño.
❏ d) No creerle cuando el niño refiere que tiene dolor, pues está manipulando.
❏ e) Todas son correctas.

CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS - SEGUNDA CONVOCATORIA


Capítulo 2
Cuidados Paliativos en Oncología Pediátrica
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. En cuanto a la frecuencia en orden decreciente del cáncer infantil, ¿cuál es la respuesta verdadera?

❏ a) Leucemia, tumor SNC, linfoma, tumor SNS.


❏ b) Leucemia, linfoma, tumor SNC, tumor SNS.
❏ c) Tumor SNC, leucemia, tumor germinal, sarcoma.
❏ d) Linfoma, sarcoma, leucemia, tumor germinal.
❏ e) Ninguno de las anteriores.

2. Una Unidad de Oncología Pediátrica debe incluir como profesionales dentro del equipo multidisciplinar:

❏ a) Oncohematólogos infantiles.
❏ b) Cirujanos pediátricos.
❏ c) Enfermera pediátrica oncológica.
❏ d) Psicólogos y trabajadores sociales.
❏ e) Todos los anteriores.

3. Respecto a los tumores del sistema nervioso central, ¿cuál de las siguientes respuestas es la verdadera?

❏ a) La radioterapia es el mejor tratamiento en los niños menores de 2 años.


❏ b) En la infancia predominan los tumores de localización infratentorial, excepto en el primer año de vida.
❏ c) Los tumores del SNC son todos hereditarios.
 ❏ d) La sintomatología más frecuente en la infancia es el síndrome constitucional.
❏ e) Los síntomas de hipertensión intracraneal son extraordinariamente raros.

4. Los sarcomas de partes blandas más frecuentes son:

❏ a) Rabdomiosarcoma.
❏ b) Fibrosarcoma.
❏ c) Sarcoma sinovial.
❏ d) Liposarcoma.
❏ e) Angiosarcoma.

5. Cuál de los siguientes fármacos no es de elección para quimioterapia con intención paliativa:

❏ a) Etopósido.
❏ b) Temozolamida.
❏ c) Cisplatino.
❏ d) Ciclofosfamida.
❏ e) Vinorelvina.

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Capítulo 3
Cuidados Paliativos en Oncohematología
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Los niños que ingresan a CP por progresión de un Tumor de Sistema nervioso central, pueden presentar los
siguientes síntomas y signos:

❏ a) Trastornos de deglución.
❏ b) Convulsiones.
❏ c) Compromiso progresivo de conciencia.
❏ d) Anemia grave.
❏ e) a, b y c son correctas.

2. La evaluación del dolor en el niño oncológico en CP debe realizarse:

❏ a) Una vez al día y de acuerdo a la “autoevaluación” que hace el paciente.


❏ b) Basta considerar la impresión de los cuidadores del niño en relación a la intensidad del dolor.
❏ c) Cada 4 horas y utilizando escala EVA.
❏ d) En forma periódica, varias veces al día, utilizando escalas de acuerdo a la edad del paciente.
❏ e) Ninguna de las anteriores es correcta.

3. ¿Por qué es necesario hospitalizar a un niño oncológico que está en CP?

❏ a) Porque debemos tratar síntomas que no pueden ser manejados en el domicilio como dolor intenso, anemia o
hemorragia grave.
❏ b) Porque se produce “claudicación familiar” y durante la hospitalización se intenta reorganizar a la familia y ayudar

al autocuidado de cada uno de sus miembros.
❏ c) Siempre será necesario hospitalizar a un niño a medida que se acerca la agonía y la muerte.
❏ d) Porque la madre o cuidador directo no cumple con las indicaciones del equipo de CP.
❏ e) Sólo a y b son correctas.

4. En relación al término “psicosocial” en CP del paciente pediátrico oncológico, es correcto señalar que:

❏ a) Es el trabajo que realiza la asistente o trabajadora social.


❏ b) No corresponde utilizar este término en oncología pediátrica.
❏ c) Los aspectos psicosociales del paciente adulto son iguales que en los niños.
❏ d) Hace referencia a los aspectos cognitivos, afectivo-emocionales, espirituales, educacionales, familiares y sociales
que rodean a un individuo.
❏ e) Se refiere solamente a los factores de riesgo psicosocial.

5. ¿Cómo acercarse al paciente oncológico pediátrico en CP para evaluarlo desde el punto de vista psicológico?

❏ a) Explicarle detalladamente lo que le va a pasar con la evolución de su enfermedad.


❏ b) Observarlo a cierta distancia mientras está solo o siendo evaluado por otro profesional o interactúa con sus
familiares o amigos.
❏ c) Ganar su confianza engañándolo con respecto a la evolución de su enfermedad.
❏ d) La única forma es llevarlo a la oficina del psicólogo y hacer test psicológicos.
❏ e) Evaluarlo como si fuera un niño normal.

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Capítulo 4
Cuidados Paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. ¿Cuál de los siguientes efectos secundarios de los opioides es permanente?

❏ a) Somnolencia.
❏ b) Constipación.
❏ c) Prurito.
❏ d) Retención urinaria.
❏ e) Hipotensión.

2. ¿ En qué caso utilizaría alguna técnica anestésica (Bloqueo nervioso) para alivio del dolor en pacientes con
Enfermedad Respiratoria Crónica?

❏ a) Dolor abdominal.
❏ b) Dolor torácico por utilización de la musculatura accesoria.
❏ c) Dolor torácico secundario a fracturas costales con inestabilidad torácica.
❏ d) Dolor torácico por osteocondritis.
❏ e) Dolor torácico por neumotórax espontáneo.

3. ¿Qué condiciones clínicas están asociadas a la disnea?

❏ a) Aumento del esfuerzo respiratorio y aumento del requerimiento ventilatorio.


❏ b) Aumento del esfuerzo respiratorio y disminución de la fuerza muscular.
10 ❏ c) Aumento del esfuerzo respiratorio, aumento del requerimiento ventilatorio y disminución de la fuerza muscular.
❏ d) Disminución del esfuerzo respiratorio por disminución de la fuerza muscular.
❏ e) Disminución del requerimiento ventilatorio.

4. Para proveer alivio anticipatorio ante situaciones predecibles de disnea, la dosis de rescate es:

❏ a) El 50% de la dosis diaria.


❏ b) El 10% de la dosis diaria.
❏ c) El 30% de la dosis diaria.
❏ d) El 10% de la dosis previa.
❏ e) El 30% de la dosis previa.

5. Las siguientes medidas no farmacológicas son útiles para el alivio de la disnea, excepto:

❏ a) Eliminar irritantes del ambiente e introducir humidificación.


❏ b) El uso de un ventilador o aire fresco en la cara.
❏ c) Ejercicios de respiración y relajación.
❏ d) Permitir que el paciente permanezca solo en la habitación.
❏ e) Educación y soporte a la familia.

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Capítulo 5
Los cuidados a niños con VIH/SIDA avanzado y a sus familias
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Plantear que un niño con 16 años, con Sida avanzado-terminal, puede ser una persona autónoma significa:

❏ a) Que es capaz de dirigir su propia vida y tomar decisiones al respecto.


❏ b) Que no presenta dificultades importantes para las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD).
❏ c) Que desde su autonomía delega en el equipo sanitario las decisiones terapéuticas con respecto a su salud.
❏ d) Que no presenta dificultades importantes para las Actividades Básicas e Instrumentales de la Vida Diaria (ABVD -
AIVD).
❏ e) Que las decisiones han de ser dejadas necesariamente a los padres.

2. Señala la respuesta más adecuada:

❏ a) Tenemos la obligación de decirle al niño con Sida avanzado todo lo que sabemos sobre su proceso.
❏ b) Al niño con Sida hay que decirle todo lo que quiere saber y sólo lo que quiere saber.
❏ c) La familia tiene derecho a saber todo lo que pueda ocurrir al niño, para mejor ayudarle, independientemente de la
opinión de éste.
❏ d) El nivel de información al niño ha de venir determinado fundamentalmente por la familia.
❏ e) A un niño con Sida avanzado no hay que hablarle –si no lo conoce– de su Sida, para no estigmatizarle.

3. Una característica diferenciadora de la terminalidad en SIDA con respecto a esa fase en otras enfermedades
en los niños sería:

❏ a) El carácter estigmatizante de la enfermedad de base.


11
❏ b) La utilización de profilaxis para lograr un buen control de síntomas.
❏ c) a/ y b/ son correctas.
❏ d) Va acompañada habitualmente de un cuadro depresivo.
❏ e) Los padres ya están acostumbrados a convivir con la enfermedad de base.

4. En relación a la hipótesis de la exclusión social en relación con el VIH/SIDA y su valoración moral, indique cuál
de las siguientes afirmaciones NO es correcta:

❏ a) Uno de los procesos sociales que actúan como dimensión estructural y económica es el de la insuficiencia de
recursos.
❏ b) La vulnerabilidad de los tejidos relacionales es un factor propiciador de la exclusión social en su dimensión
contextual y social.
❏ c) En general, se ocasiona por factores excluyentes y no relacionados entre sí.
❏ d) La dimensión subjetiva y personal de la marginalidad recoge la precariedad de los dinamismos vitales de la
persona.
❏ e) EL VIH/SIDA y la exclusión pueden ser caminos bidireccionales.

5. El VIH/SIDA nos habla de multidimensionalidad en todos los sentidos siguientes menos en uno. Señale cuál:

❏ a) Inmunodeficiencia biológica.
❏ b) Omnipotencia científica.
❏ c) Vulnerabilidad social.
❏ d) Fragilidad existencial.
❏ e) Indefensión emocional.

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Capítulo 6
Aplicación de los Cuidados Paliativos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. De las distintas posibilidades en las que un paciente puede morir en la UCIP, sólo hay una de las siguientes
afirmaciones que es verdadera. Señale cuál:

❏ a) La mayoría de los pacientes mueren en la UCIP a pesar del máximo soporte.


❏ b) Es aconsejable que los familiares del niño no estén presentes en el momento de la muerte.
❏ c) Los pacientes con órdenes de no reanimación no deben estar ingresados en la UCIP.
❏ d) La decisión de retirar el soporte vital a un paciente es exclusivamente de los médicos.
❏ e) En todos los casos es posible instaurar algunos de los cuidados paliativos, independientemente de la forma de
morir del niño.

2. El «Counselling» es una técnica de comunicación que puede ayudar al profesional a comunicar mejor en la
UCIP. Todas las opciones son correctas excepto una:

❏ a) Consiste en hacer reflexionar a las personas por medio de preguntas para que encuentren lo mejor para ellos y su salud.
❏ b) El ritmo de información lo impone el médico al igual que en la información tradicional
❏ c) Implica un conjunto de habilidades relaciones como la comunicación asertiva, apoyo emocional, la autorregulación,
solución de problemas
❏ d) Incorpora el principio de autonomía informando a la persona según sus necesidades.
❏ e) Puede ser aplicado desde la primera toma de contacto con la familia.

3. En cuanto a los principios básicos de retirada o no aplicación de tratamientos de soporte vital, hay una
afirmación incorrecta:
12
❏ a) El objetivo de los cuidados de confort es aliviar el dolor y el sufrimiento y no el de acelerar la muerte.
❏ b) La no aplicación del soporte vital tiene implicaciones legales y morales distintas que la retirada del mismo.
❏ c) En los pacientes que se encuentren bajo los efectos de relajantes musculares no se puede retirar el soporte vital sin
antes suspender la medicación.
❏ d) La dosis de fármacos empleada para conseguir el confort en un paciente al que se retira el tratamiento puede
acelerar la muerte.
❏ e) Los pacientes en muerte cerebral no necesitan sedación durante la retirada del soporte vital.

4. Respecto a los cuidados de confort en aquellos pacientes en los que se decide limitar el esfuerzo terapéutico y
se prevé que la muerte sea inminente, todas las medidas siguientes son importantes excepto:

❏ a) Tratamiento de dolor y agitación de forma adecuada.


❏ b) Proporcionar intimidad.
❏ c) Planificar con la familia el modo de retirar el soporte.
❏ d) Suspender el suero de mantenimiento para evitar sobrecarga de líquidos.
❏ e) Ofrecer apoyo y consuelo a la familia en los últimos momentos.

5. En cuanto a la preparación del médico intensivista a la hora de hacer frente a la muerte de sus pacientes, todo
es cierto excepto una opción. Señálela:

❏ a) Los médicos no suelen admitir el hecho de tener una preparación insuficiente en cuestiones acerca del cuidado al
final de la vida.
❏ b) El estrés laboral, el contacto continuo con el sufrimiento ajeno, las situaciones de Urgencia dificultan al intensivista
su labor de atender a los familiares y enfermos en fase terminal de forma óptima.
❏ c) Algunos profesionales interpretan la muerte de sus pacientes como un fracaso personal.
❏ d) Los médicos que no aceptan que los pacientes pueden morir suelen extremar los tratamientos y rechazar los
cuidados paliativos en la UCIP.
❏ e) El médico que se implica humanamente con sus pacientes tiene mayor dificultad a la hora de aplicar los cuidados
de confort y permitir que el niño muera.

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Capítulo 7
Atención de Enfermería en Cuidados Paliativos Pediátricos
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. ¿Vemos la necesidad de que la atención del paciente sea individual?

❏ a) Si, cada paciente tiene sus propias necesidades, y pueden ser distintas a las de otro.
❏ b) No, no es necesario
❏ c) A veces.
❏ d) Nunca.
❏ e) Mejor que sea colectiva.

2. ¿Cuáles son los síntomas psico-emocionales que caracterizan la situación agónica del paciente?

❏ a) Agitación y nauseas.
❏ b) Tristeza, depresión y anorexia.-
❏ c) Soledad, disnea.
❏ d) No tiene síntomas.
❏ e) Angustia, agitación, miedo y pánico.

3. Cuando el paciente fallece, ¿es bueno que la familia esté presente?

❏ a) Sí para evitar fantasías, que no ayudan a elaborar el duelo.


❏ b) No es necesario.
❏ c) Nunca.
❏ d) Ya lo verán más tarde. 13
❏ e) No deben dramatizar demasiado.

4. El Equipo de paliativos, es interdisciplinario. ¿Por qué?

❏ a) Para poder cubrir todas las necesidades del paciente.


❏ b) Porque así saben más.
❏ c) Para compartir los sentimientos.
❏ d) Ninguno es responsable directamente de la muerte.
❏ e) Las noticias se dan más fácilmente.

5. La empatía ¿es una actitud positiva hacia el paciente?

❏ a) Sí.
❏ b) No, es demasiado difícil.
❏ c) El paciente no la entiende.
❏ d) Sólo se puede tener con los adultos.
❏ e) Los niños quieren jugar.

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Capítulo 8
Trabajo Social en una Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Hay familias con mayor grado de vulnerabilidad para hacer frente a la enfermedad terminal de su hijo:

❏ a) Todo el mundo es vulnerable en la misma medida.


❏ b) Es cierto, hay familias especialmente más vulnerables por la incidencia de una serie de factores.
❏ c) Hay familias más vulnerables pero ello lo provoca el azar.
❏ d) Sólo son vulnerables las familias que hayan sufrido una pérdida cercana.
❏ e) Todas las familias son capaces de hacer frente a la situación con la misma fortaleza.

2. Entre los objetivos del t.s. se incluye la valoración de las condiciones del domicilio del paciente por si la
familia decide que su hijo fallezca en su casa:

❏ a) Ello corresponde realizarlo al trabajador social de los servicios sociales de su zona.


❏ b) Sólo puede valorar las condiciones del domicilio el psicólogo de la unidad.
❏ c) No hace falta valorar la situación del domicilio.
❏ d) Si el paciente lo desea no importan las condiciones del domicilio.
❏ e) Si es uno de los objetivos del trabajador social de la unidad.

3. Una técnica utilizada por el trabajador social es la entrevista:

❏ a) Si.
❏ b) La entrevista no es una técnica.
14 ❏ c) Todo el mundo sabe entrevistar por tanto no lo utiliza el trabajador social como técnica.
❏ d) El trabajador social nunca entrevista a las familias.
❏ e) Hablando con otros profesionales el Trabajador Social se hace cargo de la situación socio-familiar sin necesidad de
hablar con la familia.

4. Es importante indicar a los padres que dejen venir a los hermanos del paciente a despedirse:

❏ a) Es un tema muy privado y corresponde a los padres decidir.


❏ b) Hay que obligar a los padres a que traigan a los hermanos del paciente.
❏ c) Corresponde a la escuela formular dicha indicación.
❏ d) Sólo conviene recomendar esta indicación si los hermanos tienen más de 16 años.
❏ e) Es importante que los hermanos puedan despedirse de su hermano que va a fallecer.

5. Es importante informar a la familia de las cuestiones prácticas del post-mortem:

❏ a) No corresponde a la unidad.
❏ b) Estas cuestiones les debe informar los servicios funerarios.
❏ c) Los padres no deben ocuparse, si en cambio un familiar cercano.
❏ d) No son cuestiones importantes para la situación que nos ocupa.
❏ e) Es importante avanzarse en algunas cuestiones prácticas que posteriormente deberán decidir.

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Capítulo 9
El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave y a sus familiares
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Ante el sufrimiento de la familia del niño con enfermedad grave, y desde la dimensión religiosa, ¿cuál crees
que sería la frase más adecuada?

❏ a) Ofrece los sufrimientos al Señor.


❏ b) ¿No sabes que Dios pone a prueba a quienes más ama?.
❏ c) Es la voluntad de Dios.
❏ d) Dios nos manda sólo lo que podemos soportar.
❏ e) ¿Realmente crees que es la voluntad de Dios?

2. Elige la definición de empatía que consideres más correcta:

❏ a) La empatía es una disposición interior que, a través de la identificación personal, me lleva a sufrir con el que sufre.
❏ b) La empatía es esa disposición interior que poseen las personas que quieren realmente comprender al otro.
❏ c) La empatía es una habilidad de la relación de ayuda que nos hace entrar en contacto con la vulnerabilidad del niño
enfermo y nos ayuda a fortalecernos personalmente.
❏ d) La empatía es una habilidad de la relación de ayuda que permite afrontar nuestra vulnerabilidad, percibiendo
nuestros sentimientos con el fin de dar consuelo al que sufre.
❏ e) La empatía es mucho más que la simpatía, ya que es una actitud espontánea que hace agradable una conversación
por atracción, confianza o identificación emocional.

3. Infundir esperanza significa:

❏ a) Inocular optimismo. 15

❏ b) Confiar en que Dios arreglará todo.


❏ c) Posibilitar que el niño enfermo y la familia no sienta desánimo.
❏ d) Aprender a ser paciente en medio de las dificultades con una actitud de confianza.
❏ e) Luchar contra el instinto desesperado por sobrevivir.

4. Las actitudes que favorecen el acercamiento al sufriente, al niño gravemente enfermo, para que éste sea
terapéutico son:

❏ a) La compasión, la competencia y la empatía.


❏ b) La empatía, la autenticidad y la protección personal.
❏ c) La empatía, la autenticidad y la aceptación incondicional.
❏ d) La comprensión del mundo infantil, la autenticidad y la relación auténtica.
❏ e) Las técnicas dinámicas, la comprensión y la aceptación incondicional.

5. Señala la afirmación que no se ajusta a la realidad:

❏ a) El sufrimiento y la muerte no son tratados siempre del mismo modo en la Sagrada Escritura.
❏ b) Algunos tipos de sufrimiento pueden ser consecuencia de nuestra libertad mal empleada
❏ c) El sufrimiento ministerial es en un sentido sinónimo de masoquismo.
❏ d) La palabra muerte es entendida de diferentes formas en la Escritura.
❏ e) Del estudio bíblico podemos inferir que no es lo mismo muerte natural, moral y escatológica.

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Capítulo 10
Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida
y a sus familiares. Habilidades de Autorregulación
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. El estrés es:

❏ a) Un intento de ahorro de activación en el tiempo para no agotar los recursos.


❏ b) Un intento de mantener la activación en el tiempo sin agotar los recursos.
❏ c) Un intento de desactivación en el tiempo para no agotar los recursos.
❏ d) Un intento forzado de mantener la desactivación en el tiempo sin agotar los recursos.
❏ e) Un intento forzado de mantener la activación en el tiempo hasta agotar los recursos.

2. La respuesta de relajación:

❏ a) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos físicos.
❏ b) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos emocionales.
❏ c) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos mentales.
❏ d) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos normalizando nuestros
procesos físicos.
❏ e) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos normalizando nuestros
procesos físicos, emocionales y mentales.

3. Los efectos sobre el organismo son:

❏ a) Los mismos para la ansiedad y el estrés


16
❏ b) El estrés afecta al sistema endocrino a medio plazo y al sistema inmune a largo plazo.
❏ c) La ansiedad afecta al sistema endocrino a medio plazo y al sistema inmune a largo plazo.
❏ d) La ansiedad afecta al sistema inmune a medio plazo y al sistema endocrino a largo plazo.
❏ e) El estrés afecta al sistema inmune a medio plazo y al sistema endocrino a largo plazo

4. La respuesta global mantenida en el tiempo que se traduce en sensación de estar desbordado se llama:

❏ a) Ansiedad.
❏ b) Malestar psicológico.
❏ c) Estrés.
❏ d) Estrés laboral asistencial.
❏ e) Ninguna de las anteriores.

5. El burnout se diferencia del estrés:

❏ a) Porque no desaparece después del descanso.


❏ b) Porque no se identifica con la sobrecarga laboral.
❏ c) Porque es un proceso que conduce del entusiasmo a la desilusión por el trabajo que se realiza.
❏ d) Porque finaliza con el abandono de los intereses que fueron importantes para las personas.
❏ e) Todas las anteriores son correctas.

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Capítulo 11
“Una escuela en el hospital”. Escolarización y terapia ocupacional del niño hospitalizado
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. ¿Qué características son propias de la hospitalización y deben tenerse en cuenta a la hora de trabajar con los
niños hospitalizados?

❏ a) Tiempo de hospitalización, circunstancia de salud, atención personalizada.


❏ b) Diversidad de edades.
❏ c) Actividades desarrolladas en el aula o en las plantas.
❏ d) Actividades extraescolares.
❏ e) Tiempo de hospitalización, circunstancias particulares de salud, atención personalizada e individualizada, diversidad
de edades, actividades educativas desarrolladas en el aula o en las plantas.

2. La escolarización representa uno de los puntos clave del desarrollo integral de todo niño enfermo porque:

❏ a) Evita el aislamiento y favorece la integración social.


❏ b) Aumenta la ansiedad asociada al tratamiento.
❏ c) Impide el desarrollo evolutivo del niño.
❏ d) No asegura la continuidad del proceso educativo.
❏ e) No constituye un elemento de distracción cognitiva.

3. ¿Cuál debe ser el perfil de un maestro de aula hospitalaria?

❏ a) Ser abierto y tener una amplia formación académica y profesional.


❏ b) Conocer la psicología tanto del niño como de las personas mayores.
17
❏ c) Controlar muy bien las emociones.
❏ d) Saber escuchar.
❏ e) Todas son correctas.

4. Establecer una buena comunicación entre la familia, el centro hospitalario y el aula hospitalaria
proporcionando situaciones de relación entre todos, es un objetivo a desarrollar por:

❏ a) Los alumnos.
❏ b) Las relaciones del hospital.
❏ c) Los maestros del aula.
❏ d) La organización del hospital.
❏ e) Todas son verdaderas.

5. Para satisfacer las necesidades (sanitarias, emocionales y curriculares) del niño hospitalizado se necesita:

❏ a) Colaboración de equipos multidisciplinares.


❏ b) Sólo colaboración del personal sanitario.
❏ c) Sólo colaboración de los padres.
❏ d) Sólo colaboración de los maestros.
❏ e) Ninguna es correcta.

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Capítulo 12
Ética y Cuidados Paliativos en Pediatría
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. ¿Cuál es la segunda causa de muerte en menores de 15 años en países desarrollados?

❏ a) Patología perinatal.
❏ b) Malformaciones congénitas.
❏ c) Accidentes domésticos.
❏ d) Cáncer.
❏ e) Infecciones.

2. ¿Cuáles de estas condiciones deben darse para que un consentimiento informado sea válido?

❏ a) Que sea voluntario.


❏ b) El paciente esté capacitado.
❏ c) Que la información se transmita de forma completa.
❏ d) Capacidad de decisión.
❏ e) Todas las anteriores.

3. La información a transmitir en el consentimiento informado debe incluir:

❏ a) La naturaleza, propósito y potencial beneficio del tratamiento propuesto.


❏ b) Los riesgos y molestias previsibles.
❏ c) Alternativas posibles
18 ❏ d) b y c.
❏ e) a, b y c.

4. ¿Cuándo se considera un tratamiento como fútil o carente de utilidad?

❏ a) Cuando mantenga una situación de inconsciencia o no sea capaz de finalizar con una dependencia de cuidados
intensivos.
❏ b) Cuando tras haber sido ensayado en 100 pacientes no se observa ninguna eficacia.
❏ c) Que no se disponga de un consentimiento informado.
❏ d) a y b.
❏ e) a, b y c.

5. Según la denominada doctrina del “doble efecto” un tratamiento está justificado cuando:

❏ a) La acción en sí misma ha de ser buena o, al menos, moralmente indiferente.


❏ b) Sólo debe buscar el efecto bueno.
❏ c) El efecto malo no debe ser el medio para la obtención del bueno.
❏ d) a y c.
❏ e) a, b y c.

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CUESTIONARIO

Módulo II

“Control de síntomas en el niño


con enfermedad terminal 19

y soporte a sus familiares

En España corresponde al curso de Formación Continuada


“Control de síntomas en el niño con enfermedad terminal
y soporte a sus familiares”

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Capítulo 13
Evaluación y control de síntomas
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. El valproato es útil para:

❏ a) Calmar el dolor.
❏ b) El tratamiento de las convulsiones.
❏ c) Corregir la hipertensión intracraneal.
❏ d) Bajar la hipertermia rebelde.
❏ e) Disminuir las molestias gástricas.

2. Para disminuir la intensidad de la disnea es conveniente:

❏ a) Fisioterapia intensa y continua.


❏ b) Colocar al niño en decúbito prono.
❏ c) Usar dosis adecuadas de morfina y sedantes.
❏ d) Calentar el aire de la habitación.
❏ e) Que el niño aumente su actividad para distraerle.

3. El estreñimiento

❏ a) No suele producir dolor.


❏ b) No influye en la aparición de vómitos.
❏ c) La dieta escasa y pobre en residuos tiende a mejorarlo.
❏ d) Los niños pequeños no tienen estreñimiento. 21
❏ e) Contribuye a la provocación de disnea.

4. Entre otras las causas de estreñimiento son:

❏ a) Inactividad.
❏ b) Hipopotasemia.
❏ c) Uso de opioides.
❏ d) Fisuras anales.
❏ e) Todas las anteriores respuestas son ciertas.

5. Algunas consideraciones sobre el insomnio:

❏ a) Los niños pequeños ya duermen suficientemente durante el día.


❏ b) Estar sin compañía proporciona tranquilidad.
❏ c) El descanso nocturno contribuye a que el día siguiente pueda ser más placentero.
❏ d) Dormir toda la noche provoca irritabilidad e incomodidad en las horas siguientes.
❏ e) Por estar hospitalizados los niños podrán dormir mejor y más tiempo.

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Capítulo 14
Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Los principios universales de los Cuidados Paliativos Infantiles promulgan que:

❏ a) Los servicios de los Cuidados Paliativos Infantiles deben estar disponibles en los hospitales, por la seguridad del
niño.
❏ b) Los Cuidados Paliativos Infantiles buscan aumentar la calidad de vida del niño y su familia.
❏ c) Los Cuidados Paliativos no tienen por objeto acortar la vida.
❏ d) Son ciertas b y c.
❏ e) Los Cuidados Paliativos surgen para ahorrar dinero al sistema.

2. Los Cuidados Paliativos Infantiles:

❏ a) Solo asisten a la fase terminal de los niños.


❏ b) Contemplan la asistencia de niños oncológicos ya que en los no oncológicos la incidencia del dolor es mínima.
❏ c) A diferencia de los cuidados paliativos de los adultos solo necesitan dar apoyo emocional, social y espiritual a la
familia.
❏ d) Sólo deben ocuparse de los niños hospitalizados.
❏ e) Todas son falsas.

3. En las claves de la comunicación es necesario:

❏ a) Tenerlas en cuenta en los niños.


❏ b) Utilizar un lenguaje adecuado a la edad del niño.
22
❏ c) Preguntar y no imponer.
❏ d) Elegir el momento y lugar apropiado.
❏ e) Todas son ciertas.

4. Métodos de evaluación del dolor en los niños:

❏ a) Los métodos subjetivos solo son útiles en los neonatos.


❏ b) Las escalas de autoevaluación solo son útiles en adultos.
❏ c) Los procedimientos gráficos de autorrepresentación solo son útiles para medir la intensidad del dolor.
❏ d) Todas son ciertas.
❏ e) Todas son falsas.

5. Respecto a los métodos conductuales:

❏ a) No requieren de la colaboración del niño.


❏ b) Estudian las variaciones del comportamiento en situaciones de dolor.
❏ c) Las conductas en los niños son iguales en situación de dolor agudo y crónico.
❏ d) Los niños con dolor crónico nunca manifiestan agresividad, ni irritabilidad.
❏ e) Son ciertas a y b.

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Capítulo 15
Tratamiento del dolor en Cuidados Paliativos Infantiles
Médicos y Diplomados en Enfermería

1. Metabolismo:

❏ a) Los procesos metabólicos solo se producen en el hígado.


❏ b) Los metabolitos son siempre inactivos.
❏ c) Los sistemas metabólicos dependientes del citocromo P-450 están inmaduros hasta la adolescencia.
❏ d) La glucuronoconjugación es un proceso metabólico hepático fase I.
❏ e) Todas son falsas.

2. Eliminación de fármacos:

❏ a) El recién nacido a término no ha terminado la nefrogénesis.


❏ b) La función renal no acaba su maduración hasta los 2 años.
❏ c) La nefrogénesis finaliza a los 6 meses de edad.
❏ d) La a y b son ciertas.
❏ e) Todas son falsas.

3. La morfina:

❏ a) En los niños no se puede administrar por vía subcutánea.


❏ b) La vida media de eliminación es igual en todas las edades.
❏ c) Sus metabolitos son inactivos.
❏ d) En niños con flujo hepático alto o fiebre la vida media puede ser inferior a 2-3 horas. 23
❏ e) Todas son falsas.

4. La oxicodona:

❏ a) Es un opioide agonista puro.


❏ b) No libera histamina.
❏ c) Es de elección en dolor neuropático.
❏ d) La oxicodona de liberación controlada es bifásica.
❏ e) Todas son ciertas.

5. El midazolam:

❏ a) Tras administración intravenosa su efecto máximo es en 15 min.


❏ b) No se puede administrar por vía sublingual.
❏ c) No existen metabolizadores lentos para el midazolam.
❏ d) En niños no se puede administrar en perfusión continua.
❏ e) Se puede administrar por vía subcutánea.

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Capítulo 16
Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas
en el niño con cáncer
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. La psicoprofilaxis del dolor es:

❏ a) Una intervención que demanda mucho tiempo del que no siempre se dispone.
❏ b) Una intervención focalizada y preventiva.
❏ c) Una intervención en que se implementan técnicas.
❏ d) Es una pérdida de tiempo.
❏ e) Una intervención inapropiada para un niño que esta sufriendo tanto.

2. La crema anestésica:

❏ a) Es costosa.
❏ b) Útil para venopunturas.
❏ c) Es útil para habilitación de catéter.
❏ d) Debe usarse al menos 30 minutos antes y eso complica en las instituciones con muchos pacientes.
❏ e) Son todas verdaderas.

3. La colocación y posterior habilitación de catéter:

❏ a) Es rápida y no requiere de nada.


❏ b) Es traumática.
24 ❏ c) Con la crema es suficiente.
❏ d) Requiere de una preparación prequirúrgica solamente.
❏ e) Requiere de una psicoprofilaxis.

4. Las medidas no farmacológicas deben estar a cargo de:

❏ a) Los médicos.
❏ b) Los padres.
❏ c) Los psicólogos.
❏ d) Personas entrenadas que no sean profesionales.
❏ e) Un equipo interdisciplinario donde cada uno se complemente, donde los padres puedan colaborar activamente,
con el apoyo de los médicos.

5. Acerca del llanto:

❏ a) Todos los chicos lloran


❏ b) Si lloran las técnicas no sirven
❏ c) Es una descarga de tensión útil que no modifica en nada su capacidad de afrontamiento
❏ d) Los padres presentes hacen que el niño llore
❏ e) Si lloran es porque les duele

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Capítulo 17
La atención en la agonía
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. El niño:

❏ a) Tiene percepción de su enfermedad y de su muerte por el mundo externo


❏ b) Tiene percepción de su enfermedad y de su muerte por el mundo interno
❏ c) Tiene percepción de su enfermedad y de su muerte por el mundo interno y externo
❏ d) Tiene percepción de su enfermedad y de su muerte sólo si se lo informa
❏ e) Tiene percepción de su enfermedad, pero no de su muerte

2. ¿Cuál de las siguientes no identifica como necesidades del niño?

❏ a) Comunicarse.
❏ b) Ser respetado como persona.
❏ c) Ser tratado con honestidad.
❏ d) Poder elegir de acuerdo a sus deseos y expectativas.
❏ e) Protegerlo de la verdad que modifique sus expectativas previas.

3. ¿Cuál de los siguientes no sería un objetivo en la etapa de agonía de un niño?

❏ a) Controlar los signos y síntomas asociados a la progresión de la enfermedad.


❏ b) Controlar los signos y síntomas nuevos para mantener la vida del niño.
❏ c) Acompañar al paciente y su familia.
❏ d) Cuidado de los cuidadores. 25
❏ e) Monitorizar el duelo.

4. ¿Cuál de los siguientes síntomas que presentan los niños en la etapa de agonía es frecuentemente difícil de
aceptar y tolerar para los padres?

❏ a) Debilidad marcada.
❏ b) Reagudización de los síntomas previos.
❏ c) Miedo a la soledad.
❏ d) Trastornos en la ingesta con imposibilidad de alimentar.
❏ e) Alteración de esfínteres.

5. La dosis inicial recomendada de Midazolam es:

❏ a) 0,05 mg/kg/ IV ó SC.


❏ b) 0,5 - 1 mg/kg/ SC.
❏ c) 0,05 mg/kg/dosis IV ó SC y 0,5 mg/kg/dosis VO.
❏ d) 2 - 5 mg/kg/dosis VO.
❏ e) 3 - 5 mg/kg/dosis VO ó IV.

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Capítulo 18
Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. Quién, de las siguientes personas acuñó el término: Experiencias cercanas a la muerte:

❏ a) Moody Jr.
❏ b) Audette.
❏ c) Ring.
❏ d) Greyson.
❏ e) Sabom.

2. Cuál de las siguientes sustancias NO ha sido utilizada en las terapias psicodélicas:

❏ a) Pscilocibina.
❏ b) Acido lisérgico LSD.
❏ c) Meperidina.
❏ d) Ketamina.
❏ e) Indometacina.

3. Según las investigaciones actuales las experiencias cercanas a la muerte se deben a:

❏ a) Fenómenos alucinatorios complejos.


❏ b) Activación del lóbulo temporal que produce imágenes de personas.
❏ c) Cerebro estresado influido por el contexto cultural.
26 ❏ d) Liberación masiva de NMDA.
❏ e) Todas las anteriores.

4. Los “Novísimos” le enseñaban a la gente (señale la verdadera):

❏ a) lo que sucedería después de la muerte.


❏ b) El juicio individual al morir.
❏ c) Brindarle los recursos de la salvación eterna.
❏ d) Todas las anteriores.
❏ e) Ninguna de las anteriores.

5. Los libros llamados Ars Moriendi eran una guías para (señale la verdadera):

❏ a) Tener una buena muerte.


❏ b) Vencer las acechanzas del demonio.
❏ c) Alcanzar la gloria celestial.
❏ d) ninguna de las anteriores.
❏ e) Todas las anteriores.

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Capítulo 19
Comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal
Médicos, Diplomados en Enfermería y Psicólogos Clínicos

1. ¿Quién debe dar las malas noticias a un niño cuando se trata de diagnóstico o avance de la enfermedad?

❏ a) El médico o equipo tratante.


❏ b) La enfermera.
❏ c) Los padres.
❏ d) Los psicólogos.
❏ e) Todas las anteriores.

2. Características que debe reunir el equipo que trabaja con adolescentes con enfermedad terminal:

❏ a) Deben ser preferentemente jóvenes.


❏ b) Deben ser ya de edad avanzada y con mucha experiencia.
❏ c) Debe estar compuesto por médico y enfermera.
❏ d) Debe estar compuesto por médico, enfermera, psicólogo y trabajador social.
❏ e) Ninguna de las anteriores.

3. ¿A partir de qué edad se puede considerar, en general, que el pensamiento de los niños es muy parecido ya al
de los adultos con respecto a la muerte?

❏ a) A partir de la mayoría de edad legal.


❏ b) A partir de la adolescencia.
❏ c) Se estima que, en la mayoría de los casos, a partir de los 12 años. 27
❏ d) A partir de los 15 años.
❏ e) A partir de los 18 años.

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