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PALIATIVOS
EN NIÑOS
Marcos Gómez Sancho
CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS
Marcos
Gómez Sancho
Dirección Científica
Marcos Gómez Sancho
Coordinación Editorial
Carlos Vázquez Huarte-Mendicoa
Maquetación y PDF:
Lerko Print, S.A.
Diseño de portada:
Criterio de Comunicación y Marketing
Fotomecánica e Impresión:
Lerko Print, S.A.
I.S.B.N.
978-84-611-9279-3
Déposito Legal:
M.-40.854-2007
Edita:
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CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS
En los albores del siglo XXI, a pesar del avance de la Esto es lo que estamos haciendo con la “Estrategia so-
ciencia y de la tecnología, hay muchas enfermedades para bre Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud”.
las que no disponemos de un tratamiento eficaz. El envejeci- Con esta estrategia, que se suma a las recientemente apro-
miento de la población en sociedades desarrolladas como la badas sobre cáncer, cardiopatía isquémica, diabetes y salud
nuestra hace que determinados trastornos —como los tu- mental, fortalecemos los principios de equidad y cohesión
mores malignos y las enfermedades crónicas y degenerati- que sustentan nuestro sistema sanitario público. Su objetivo
vas, precisamente aquellas que por su propia naturaleza son específico es mejorar la calidad de la atención prestada a los
más difíciles de curar— sean cada vez más frecuentes. Así, pacientes en situación de enfermedad avanzada o terminal,
según datos del Instituto Nacional de Estadística del año promoviendo la respuesta integral y coordinada de todo el
2005, de las 387.355 personas que fallecieron en España en sistema a sus necesidades y respetando su autonomía y sus
el año de referencia, entre el 50% y el 65% murieron tras valores. Además, al igual que las restantes estrategias apro-
una etapa avanzada y terminal de su enfermedad, un 25% badas, la de cuidados paliativos ofrece a los profesionales las
de ellos por procesos oncológicos. herramientas necesarias para llevar a cabo esta compleja y
delicada labor con el grado de excelencia que precisa.
Pero convendrán conmigo en que lo importante no es
vivir más años, sino que los años de más que consigamos Sirvan estas breves líneas para expresar mi apoyo a
vivir se disfruten con una buena calidad de vida hasta el iniciativas como este completo “Programa Formativo sobre VII
último momento. Y que, llegados al punto de afrontar el Cuidados Paliativos en Niños”. No cabe duda de que todo lo
dicho anteriormente con carácter general adquiere una di-
proceso de morir —y no sólo el momento de la muerte—,
mensión muy especial cuando es un niño el que se ve inmer-
podamos hacerlo con dignidad, libres de dolores evitables
so en un trance en el que, a la dureza propia de la situación,
y con la seguridad de estar atendidos por profesionales
se añade un profundo sentimiento de injusticia en los padres
con empatía por el sufrimiento ajeno. Unos profesionales
y el resto de la familia.
que dominen el conjunto de técnicas necesarias para rea-
lizar su labor y que dispongan de una dotación de medios En este curso se actualizan conocimientos, se ponen en
adecuada. En suma, con la esperanza de que los medica- común experiencias y se analizan cuestiones no sólo en el
mentos aliviarán el dolor, controlarán los demás síntomas plano médico-científico, sino también desde la vertiente le-
y mitigarán la angustia; de que el sueño será tranquilo y gal, ética y social. Y se le concede una especial atención al
de que, en el nuevo día, escucharemos una palabra de desarrollo de la capacidad de comunicación, herramienta
ánimo y sentiremos entre nuestras manos las de otro ser indispensable en este tipo de atención sanitaria.
humano.
El contar con unos profesionales bien capacitados para
Garantizar el derecho a una buena muerte debe ser prestar ayuda a quienes recorren el último tramo del cami-
una prioridad para quienes tenemos el deber de procurar no supone una valiosa contribución a la tarea común de
una vida saludable. Muchas voces autorizadas señalan que ofrecer a los ciudadanos un sistema de cuidados paliativos
es preciso situar este objetivo en el mismo grado de priori- que garantice el derecho a una buena muerte. Y que alimen-
dad que la prevención y el tratamiento de las enfermedades. te la esperanza de que la vida sea en verdad humana hasta
Para ello, las Administraciones debemos coordinar nuestros el último instante.
esfuerzos, movilizar recursos y emprender iniciativas que
permitan ofrecer a todos los ciudadanos, con independencia Excma. Sra. Dª Elena Salgado
del lugar donde residan, unos cuidados paliativos integrales Ministra de Sanidad y Consumo
y de calidad. Gobierno de España
10 Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida y a sus familiares.
Habilidades de autorregulación................................................................................................167
XI
Cristina Coca Pereira, Pilar Arranaz Carrillo de Albornoz, Hortensia Díez-Asper
16 Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas en el niño con cáncer..............291
Teresa Méndez, Gabriela Medín
XII
I
“Cuidados Paliativos en niños y
adolescentes con enfermedad terminal.
El equipo interdisciplinario”
II
“Control de síntomas en el niño
con enfermedad terminal
y soporte a sus familiares”
I
1
Cuidados paliativos pediátricos: de curar a cuidar
2
Cuidados paliativos en oncología pediátrica
3
Cuidados paliativos en oncohematología
4
Cuidados paliativos en niños con enfermedad respiratoria crónica
5
Los cuidados a niños con vih/sida avanzado y a sus familias
6
Aplicación de los cuidados paliativos en la unidad
de cuidados intensivos pediátricos
7
Atención de enfermería en cuidados paliativos pediátricos
8
Trabajo social en una unidad de cuidados paliativos pediátricos
9
El acompañamiento espiritual y religioso al niño grave
y a sus familiares
10
Burnout en el personal sanitario que atiende a los niños al final de su vida
y a sus familiares. Habilidades de autorregulación
11
Una escuela en el hospital. Escolarización y terapia ocupacional
del niño hospitalizado
12
Ética y cuidados paliativos en pediatría
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la vida y la muerte
podrá perderse una vida que casi no ha empezado aún? cio o que se baje el tono de voz? Es evidente que el desa-
¿Cómo desprenderse de un hijo que todavía es pequeño rrollo del lenguaje afecta radicalmente a la calidad de vi-
e indefenso y que no logra comprender por qué le due- da de los niños pequeños que todavía no saben expresar-
le donde le duele o por qué ya no puede caminar o ir a se. Y ello también repercute en nosotros, profesionales de
la escuela? El hecho de que esta personita aún no se la salud, los que trabajamos en cuidados paliativos, pues
haya desarrollado plenamente es una pérdida, es una necesitamos saber y conocer lo que afecta a nuestros pa-
ausencia, algo que falta, que no se puede llenar con cientes para poder aportarles alivio o ponerles cómodos.
nada. Simplemente, no llegará a ser… Simplemente, no
te dará nietos, o triunfos en la escuela o en la universi-
dad. Son enormes el sentimiento y la resistencia de los 5. Los pacientes se encuentran
padres a desprenderse de ellos o a dejarlos ir. rodeados de gran tecnología
médica
intentar buscar culpables de lo que pasa y auto-sentar- necesidad de proteger al niño de la información dolo-
se en el banquillo de los acusados. Por esto, cuando el rosa responde, en la gran mayoría de los casos, a la
médico que dirige el tratamiento dice de alguna mane- necesidad propia de los padres de protegerse a ellos
ra que ya no le es posible hacer más para sanar al pa- mismos de de su propio dolor y no tener que tocar un
ciente, las familias pueden recurrir a las curas mágicas, tema tan doloroso para ellos como es la enfermedad y
ya sea en sus aspectos religiosos o espirituales, o bus- la muerte de un hijo o de un ser querido. Por lo gene-
cando a personas que se hacen llamar “médicos” y que ral, más temprano que tarde, guiados por un buen
ofrecen curas rápidas y mágicas por medio de hierbas, equipo de cuidados paliativos pediátricos, los padres
compresas de barro o cualquier otro “remedio”. Debo toman conciencia de que, efectivamente, sus hijos sí
excluir de esta categoría de charlatanes a los médicos conocen su presente condición.
graduados en las facultades de medicina tradicionales
en Occidente, que luego, por investigación, convenci-
miento, lectura y práctica, deciden abrazar lo que hoy 3. Problemas con los hermanos
conocemos como medicina holística o alternativa, ho-
meopatía, u otras disciplinas como la medicina ayurve- En las familias donde hay más de un hijo, se tien-
da o la medicina tradicional china. Es importante, sin de a dar mucho más al que está enfermo que a los que
embargo, permitir a la familia que haga uso de todos están sanos. Me refiero a la atención, al cariño, a los
sus recursos o posibilidades para tratar de curar al hijo. mimos, y también a los juguetes y a los esfuerzos para
Es una satisfacción que luego ayudará en la elabora- complacerlo. El resto de los hijos deben conformarse
ción del proceso del duelo, siempre y cuando estas ac- con lo que los atribulados padres puedan darles, y más
ciones no vayan en contra de la voluntad expresa del bien se espera de ellos que cooperen, en la medida de
niño o el adolescente o violen sus derechos.“Se hizo sus posibilidades, en la atención del hermano enfermo.
todo lo que estuvo al alcance de la familia para salvarle Por esto, muchas familias dejan de prestar atención a
la vida” (Figura 1). los hijos sanos, y cuando éstos caen enfermos —tienen
derecho a enfermar como cualquier persona—, no se
les reconoce, y más bien se les suele regañar porque
molestan y no se les cree que estén enfermos. Así, mu-
chos niños se han escapado de la muerte por milíme-
tros, pues a un dolor abdominal no se le dio la impor-
tancia adecuada hasta que se había convertido en peri-
tonitis, o una tos persistente, en neumonía, o una dia-
rrea, en deshidratación grave, o cuando el hermano
pierde el curso lectivo porque no entendía las matemá-
ticas y tampoco había nadie que le ayudara. Cuando
un equipo de cuidados paliativos pediátricos aborda a
un paciente y a su familia, está abordando, desde lue-
go, a los hermanos sanos del paciente, y debe educar y
hacer una llamada de atención sobre estos temas, que
pueden darse con mucha frecuencia. Aun en una situa-
ción tan dolorosa como el proceso de enfermedad y
muerte de un hijo, los otros niños de la familia siguen
Figura 1. La comunicación honrada con los padres es crucial para la adecuada teniendo sus propias necesidades y no pierden sus de-
atención a los niños enfermos rechos a una atención digna, respetuosa y amorosa de
sus progenitores.
La creencia de que los niños no se dan cuenta de Definitivamente, la enfermedad de un hijo con-
nada y no comprenden nada, y se contentan con un lleva gran cantidad de gastos, incluso en sistemas so-
silencio o con un cambio de tema para no contestar lo cializados de la medicina, como los de Inglaterra,
que preguntan, es tan cierto como que el fin del mun- Costa Rica o México. Muchos medicamentos no exis-
do ocurrió ayer. Por el contrario, los niños siempre ten dentro de la seguridad social y han de ser compra-
manejan información. Lo que los adultos muchas veces dos fuera del sistema de salud por los padres, o por
desconocen es cuánta información tienen, y la veraci- las fundaciones o asociaciones de cuidados paliativos
dad y la calidad de esa información. Los padres, en su que apoyan a estas familias. En los sistemas de medi-
afán de proteger al niño de una información dolorosa, cina privada son muchos los aspectos que no quedan
a menudo juegan el juego de la “conspiración del silen- cubiertos por los seguros, especialmente en lo que se
cio”, con mentiras y engaños de muy alto coste emo- refiere a la medicina paliativa y a la atención en el
cional para toda la familia, incluyendo al paciente. La domicilio.
5. Creencia de que el cuidado del dualmente, que demanda cuidados continuos y que al-
hospital es mejor que el tera la dinámica familiar, pues depende de ella en un
cuidado en el domicilio cien por cien para sobrevivir, en total incapacidad de
velar por sí mismo. Es una historia de nunca acabar,
El paradigma en que los abuelos fueron criados pues parece que no tiene fin. Por ejemplo, una madre
(que es mejor la casa que el hospital) ha cambiado, que atiende y cuida las veinticuatro horas a un hijo en
sobre todo por los avances de la tecnología y de la me- esas condiciones, que hoy tiene siete años y que se es-
dicina moderna. El cambio de valores, así como la tele- pera que viva quizá unos diez o doce años más, está en
visión y, en general, los medios de comunicación masi- altísimo riesgo de “claudicación familiar”. Probable-
vos como el cine y la prensa, han hecho que se valore mente, más que en otros casos, esta familia y esta madre
aún más la medicina de los hospitales. Esto es proba- necesitarán mucha más atención y diferentes estrategias
blemente cierto para las enfermedades curables, no así por parte del ECPP, para prevenir decididamente la
cuando se afronta la etapa terminal de una enferme- claudicación familiar; de lo contrario, ¿quién se hará
dad. No hay nada como la propia cama, la propia al- cargo de este niño?
mohada y la comida de casa. Y qué decir de la privaci-
dad y la comodidad propias y de la familia que ofrece
el hogar. Jamás tocará y mimará una enfermera como
mima y toca la madre a su hijo enfermo. La diferencia Diferencias de los cuidadores
se llama simplemente amor, toneladas de amor y de
sacrificio.
1. Necesidad de proteger a los
niños, padres y hermanos
6. Los abuelos se sienten
impotentes ante el Es imposible no desarrollar empatía con mu-
sufrimiento de sus hijos y chas de las familias atendidas. Es imposible no sen-
nietos tirse, de tanto en cuanto, más atraído y empático
con algunos de los pacientes especialmente. Es im-
En las familias extensas, cuando uno de sus miem- posible no sentirse seducido por un niño pequeño
bros se enfrenta a una enfermedad terminal, la angustia, de sonrisa hermosa, medio pícaro, y con un discurso
el sufrimiento y la preocupación alcanzan a diferentes de adulto que asusta, o que mantiene una relación
núcleos familiares. Éste es el caso de los abuelos, que con Dios en un grado de espiritualidad que sorpren-
sufren por la desgracia que ellos mismos viven como de. A esto lo llama el Sr. Freud “transferencia” y
abuelos y por la tragedia de ver a su hijo enfrentándose “contra-transferencia”. Es frecuente, es normal. Ése
a la muerte de su propio hijo. Cuando los abuelos están no es el problema. El problema es no poder recono-
cercanos, en el plano afectivo, a sus hijos y a sus nietos, cerlo. El problema es no poder controlarlo. El pro-
y alguno de ellos está viviendo la fase terminal de una blema es dar trato preferencial a esas familias y a
enfermedad, deben ser incluidos dentro del grupo fa- otras no. El problema es crear en nuestra mente una
miliar que recibe apoyo del equipo de cuidados paliati- confusión entre las relaciones que establecemos con
vos pediátricos. esa familia a la que atendemos y nuestras propias
relaciones familiares. Se termina por llevarse a casa
los problemas de los pacientes, involucrando a la
7. La familia necesita descanso propia familia, y teniendo necesidad de cuidarlos y
protegerlos como si fueran nuestros hijos, sobrinos
Todas las familias necesitan descanso cuando están o hermanos. Esto no sólo no es éticamente correcto,
atendiendo a un ser querido en la fase terminal de una sino que va en detrimento de la atención que ofrece-
enfermedad. Sobre esto no cabe la menor duda. Sin mos y de nuestra propia salud mental. Por ello,
embargo, en cuidados paliativos pediátricos, las fami- cuando se esté sufriendo por los pacientes como si
lias no sólo atienden a sus hijos con enfermedades en fueran propios, o cuando el grado de implicación no
fase terminal, sino también a niños y adolescentes en nos permita percibir el riesgo personal o del equipo
condiciones de vida limitada. Entendemos el concepto a causa de estas conductas, es que ha aumentado
de “condiciones de vida limitada” cuando el paciente se significativamente el riesgo de sufrir el síndrome de
enfrenta a una enfermedad crónica, progresiva, limitan- burn-out, o desgaste emocional, que se estudia en
te, que requiere la atención permanente por parte de los otro capítulo de este curso.
adultos y que degrada progresivamente la calidad de
vida del paciente pediátrico.
La fase terminal de cualquier enfermedad podría 2. Sensación de fracaso si no se
durar seis meses o menos. Esto, por sí solo, ya es muy salva el niño
difícil de encarar. Ahora bien, visualicemos a una madre
y a su familia, que deben aprender a vivir con ese niño A pesar de que se trate de un profesional con mu-
enfermo hasta el final; un niño que se deteriora gra- cha experiencia en determinado campo, ello no consti-
tuye una vacuna contra el pensamiento mágico. El de los progenitores, deciden no remitir al paciente a
pensamiento mágico no es exclusivo de los niños. Los cuidados paliativos. Nada más erróneo y poco ético.
adultos de todas las edades, nacionalidades y credos Los niños ni siquiera pertenecen, como objetos, a sus
religiosos, lo experimentan con relativa frecuencia en la padres. Al igual que los adultos, sólo se pertenecen a
vida. Lo que varía entre una persona adulta y otra es la sí mismos. En último caso, al Creador. Jamás a sus
frecuencia e intensidad del mismo, y el uso del pensa- padres, o a la sociedad o a los médicos. Son sujetos
miento mágico como un recurso para resolver angus- de derecho, como cualquier otro ser humano, por la
tias, problemas o miedos. simple condición de nacer como seres humanos.
Los profesionales de la salud que se dedican a Aprendamos a respetar y a conocer sus derechos,
cuidados paliativos saben que sus pacientes no sólo entre los cuales está el disfrutar de la mejor atención
no se van a curar de la enfermedad que padecen, sino médica posible; por ello, la atención en cuidados pa-
que muy probablemente morirán en un plazo deter- liativos será una muy buena opción durante la fase
minado de tiempo. Saben que no llegan a la vida de terminal de su enfermedad o si están viviendo en
un paciente y de su familia para esperar o prometer condiciones limitadas.
una cura. Sin embargo, con todo ese conocimiento y
preparación, no es nada infrecuente desear, fantasear
y a veces esperar una cura milagrosa o una remisión 5. Desconocimiento del dolor de
espontánea de la enfermedad como las que aparecen los niños
en algunos textos de medicina. En definitiva, se ex-
perimenta una sensación de fracaso cuando íntima- Ya es menos frecuente, al menos en mi medio, oír a
mente se advierte y se acepta que el niño no se va a los médicos decir que “a los niños no les duele” este o
curar. aquel procedimiento porque su sistema nervioso es aún
inmaduro, sobre todo en los recién nacidos. Hoy sabe-
mos a ciencia cierta que tal afirmación está totalmente
3. Desconocimiento del equivocada. Sin embargo, no basta con esto. No sólo
desarrollo cognitivo deben tener conocimiento sobre el dolor, sino saber
de los niños además cómo evaluarlo correctamente y cómo tratarlo
de acuerdo con la patología, evolución y edad. En los
Una buena parte de los profesionales de la salud niños se aplican, al igual que en los adultos, los princi-
desconocen el desarrollo cognitivo de los niños de pios de la escalera analgésica propuestos por la OMS, y
acuerdo con su edad. Y se suele encontrar también, se administran prácticamente los mismos medicamen-
aunque en menor proporción, equipos de CPP que no tos para controlar el dolor y el resto de los síntomas,
dominan el desarrollo cognitivo de los niños, a pesar aunque muchos de ellos no vienen en presentaciones
de trabajar a diario con ellos. Algunos actúan con los pediátricas. Aplicamos el mismo concepto de “dolor
niños como si fueran adultos muy pequeños. Es de vi- total” desarrollado por Dame Cicely Saunders, y, desde
tal importancia poseer esta información, pues del co- luego, practicamos el secreto profesional con los niños,
nocimiento y de la destreza en el manejo de estas eta- por más simples que parezcan sus confesiones, pregun-
pas depende la posibilidad de una buena comunica- tas o comentarios.
ción, en todos los sentidos, con los niños y niñas y los
adolescentes.
6. Desconocimiento del
desarrollo de la
4. Desarrollo de un sentimiento enfermedad
de que “los niños nos
pertenecen”, aun a expensas Precisamente las patologías que se tratan en CPP
de los padres son muy restringidas a la infancia y se repiten con mu-
cha frecuencia, lo cual permite adquirir una vasta expe-
El proceso de sobre-identificación y de transfe- riencia en su tratamiento. Muchas de las patologías son
rencia puede ser tan fuerte con los menores —amén enfermedades crónicas, progresivas, limitantes, que lle-
de la necesidad de controlar y mantener el poder varán al paciente a la muerte pero no en un lapso de
dentro y fuera de los hospitales, clínicas o servicios tiempo de seis meses o menos. El conocer cómo y hacia
hospitalarios rivales o competitivos entre ellos—, dónde suele evolucionar frecuentemente una enferme-
que se desarrolla un sentimiento de que el niño, por dad, permite al profesional de la salud y al ECCP ade-
ejemplo, “pertenece” a tal o cual servicio, y por esa lantarse y prestar una mejor atención. Esto se hace más
razón los profesionales de cuidados paliativos no evidente cuando los pacientes y sus familias viven muy
pueden hacerle visitas o aliviarle el dolor, pues “per- lejos del centro hospitalario que los atienden en cuida-
tenece” a un médico específico o a un servicio especí- dos paliativos pediátricos, o del centro de salud u hos-
fico, que puede que no crean en la filosofía de cuida- pital más cercano, y la atención inmediata se puede re-
dos paliativos y no transfieren ese paciente a CPP. He trasar por un asunto geográfico o por no disponer de
conocido colegas que, a pesar de la petición expresa un adecuado transporte al centro.
equipo oncológico o al equipo hematológico, se existe posibilidad de éxito. Se produce una divi-
introduce al ECPP como un equipo que trabaja sión tajante entre un equipo que cura y otro que se
apoyando a la familia y al paciente y controlando enfrenta a la muerte o que “palía” el dolor. Desgra-
el dolor en las diferentes etapas del tratamiento de ciadamente, esta última opción es la más frecuen-
la enfermedad, y como el equipo que hace visitas te. Se ve al ECPP como “los ángeles de muerte”, los
domiciliarias cuando se necesita. Si el paciente no anunciadores de lo peor, y, en una gran mayoría de
se logra curar, el ECPP será el que asuma todo el los casos, las familias no comprenden por qué son
tratamiento en la fase final de la enfermedad. La remitidas a este nuevo grupo de personas que no
familia no sentirá que el equipo oncológico se está conocen a su hijo, que no han pasado junto a ellos
“deshaciendo del paciente porque no existe posibi- todas las vicisitudes de los tratamientos y que ade-
lidad de cura”; el tránsito de una fase curativa a más son los que van a insistir en que hay que pre-
una fase paliativa se lleva a cabo prácticamente sin pararse para lo peor. Con esta introducción tan
trauma. ingrata, no es infrecuente encontrar familias que,
2) Durante el tratamiento oncológico, en muchas cuando se les indica que sus hijos pasarán al servi-
ocasiones, el médico conoce que la respuesta tera- cio o unidad de CPP, reaccionan como si estuvie-
péutica no es la más adecuada o que simplemente ran en presencia del diablo mismo.
el paciente no está respondiendo como era de es- 4) Una cuarta opción que no es aceptable, y que tam-
perar, pasa a una segunda o tercera fase de trata- bién se constituye en una de las conductas más
miento. Si bien no se puede hablar aún de que se habituales en los servicios de pediatría y sus espe-
tiene total certeza de que el paciente no se va a cialidades, es no decir la verdad completamente y
curar, las posibilidades reales y estadísticas se han dejar una puerta abierta que, por lo general, con-
reducido de manera muy considerable. Por lo ge- lleva la connotación de “milagro”. Existen cientos
neral, en este momento una buena cantidad de de frases que los médicos aplican aquí para dejar
oncólogos pediatras sienten que, si tiran la toalla, esa puerta entreabierta, aunque ellos manejan una
están condenando “ellos” al paciente a una muerte información clara de que el paciente ya no se va a
segura, y es cuando se proponen medidas tera- curar y, por ende, va a morir. A continuación men-
péuticas mucho más arriesgadas o que son discu- ciono algunas: “No sabemos, debemos esperar”,
tibles porque involucran toda una serie de aspec- “un milagro siempre puede ocurrir”, “esperemos
tos bioéticos, y que llevan ya la connotación de en Dios para que suceda lo mejor”, “nosotros no
medidas heroicas. Sería conveniente y sabio hacer tenemos la última palabra”, “continuaremos con la
un alto en el discurso curativo y esperanzador y quimioterapia hasta el final, a ver si responde”,
hablar en forma más realista con los padres del “señora, pida por su hijo, que Dios la escuchará”,
paciente, y con el paciente mismo, si su edad y su “no vamos a darnos por vencidos nunca”. Todas
desarrollo cognitivo lo permiten. Éste es el mo- estas frases, que son dichas —no lo dudamos—
mento adecuado para que el ECPP se incorpore, con la mejor intención de no quitar la esperanza,
ya que la familia y el paciente necesitarán una se convierten en la tabla salvavidas de las familias.
cuota de apoyo emocional extra para continuar Asimismo, se convierten en el empedrado del ca-
con el tratamiento y las diferentes opciones que se mino al infierno, pues las familias seguirán insis-
puedan ofrecer (cirugía radical, por ejemplo). Es tiendo en tratamientos o en curas mágicas, y los
evidente que el discurso de este ECPP no sería de médicos ya no sabrán cómo “quitarse” a las fami-
muerte inminente o de resignación, pero sí de lias de encima. Es cuando surgen las quejas de los
apoyo emocional, de control del dolor y de los colegas: “Es una vieja necia (la madre del pacien-
síntomas, de diagnóstico de la situación familiar y te), no entiende que ya no puedo hacer nada más”,
de trazarse un plan de acción orientado a todas las “quiere mantenerlo internado todo el tiempo y
posibilidades, incluyendo la imposibilidad de cu- necesito la cama para alguien que sí se puede cu-
ración. Es en estos delicados momentos cuando se rar”, “pretende que le ponga más quimioterapia,
agudizan las contradicciones de las familias y se que tú y yo sabemos que no lo va curar, que es ca-
pueden tomar decisiones duras para las cuales rísima, y no se quiere dar cuenta de que el niño
nadie está preparado. También podría ser el mo- está agonizando”. O terminan escondiéndose de
mento de incorporar a un padre ausente, por di- los padres, o no responden a las llamadas de los
versas razones, del tratamiento y de la enfermedad familiares. ¡Bueno, un momento! ¿Cómo se pre-
de su hijo. tende que reaccione la familia, cuando en el encua-
3) Cuando el equipo que realiza el tratamiento de dre terapéutico inicial se ofreció cura, o se inflaron
base decide que ya no hay nada más que ofrecer en las expectativas terapéuticas de un procedimiento,
términos de curación y decide incorporar al ECPP de una cirugía o de un transplante de médula u
en esta fase final, después de hablar y comunicar a órgano, o de un nuevo tratamiento que aparece o
la familia esta triste noticia. Consideramos que éste que está en estudio, o no se dijo la verdad sobre el
es el momento menos apropiado, el peor momento estado del niño a la hora del diagnóstico, o no se
para introducir un nuevo equipo. Las familias habló con la verdad por delante sobre el pronósti-
sienten que están siendo abandonadas, pues ya no co real, o se dejó la puerta entreabierta al posible
milagro, o del “no sabemos qué va a pasar”, o se una situación de enorme confusión, estrés, sobrecarga
continuúa realizando una y otra vez lo que llama- de trabajo y burn-out. A esto hay que sumar la gravísi-
mos “encarnizamiento terapéutico”?. ¿Cómo pue- ma recarga de trabajo de los servicios de oncología y
de aceptarlo la familia? ¿Y los derechos del pacien- hematología, que, lejos de desaparecer, tiende a au-
te? ¿Y el derecho del paciente a una muerte digna y mentar, además de la frustración por el repetido fraca-
sin dolor? ¿Y el trabajo orientado en el interés su- so terapéutico y por el retraso con que se hizo el diag-
perior del niño o adolescente? nóstico en muchas ocasiones. Casi como norma gene-
Dolorosamente, ésta es la historia más frecuente en ral, no se cuenta con los recursos necesarios para efec-
nuestros hospitales, y no sólo en Latinoamérica. tuar el seguimiento en el hogar, y muchos pacientes
Conozco a varios médicos residentes de pediatría que pudieron curarse, se malogran. Por esta razón,
que han regresado recientemente a mi país, Costa considero que deben ser dos equipos separados los que
Rica, con especialidades realizadas en varios países trabajen juntos por el bienestar del paciente, pero no
desarrollados de Europa (2005), donde se com- revueltos. No estamos de acuerdo con las opiniones
portan con sus pacientes pediátricos exactamente que propugnan que sean los mismos profesionales,
como aquí hemos descrito. No es en absoluto un desde los servicios de oncología y hematología, los que
problema de dinero o de educación o de recursos; lleven sobre sus espaldas el trabajo del cuidado paliati-
es también un problema de cultura, de tradición, vo. Si mantenerse al día en la propia especialidad ya
de cómo se concibe a los niños y adolescentes. constituye un gran esfuerzo ético, económico e intelec-
¿Son sujetos de derechos estas personas menores tual, imagínense lo que sería ponerse al día en una es-
de edad, y con derechos que todos debemos respe- pecialidad que no es la propia. No se justifica que el
tar? ¿O son vistos como propiedad de sus padres o mismo médico que un día alentó la esperanza, sea
de los médicos y no como seres individuales? quien después ayude en el proceso de aceptación de la
muerte. Es evidente que se pierde la credibilidad y la
Cuando en un hospital o una clínica se tiene un confianza, factores que son vitales en todo proceso te-
buen equipo de cuidados paliativos pediátricos, ¿cómo rapéutico. O son curativos o son paliativos. Este doble
se le pide al equipo que actúe sobre esta situación, así discurso, que se otorga indistintamente, en apariencia
planteada, con un doble discurso, utilizado por los sin ningún problema, resulta insostenible e indefendi-
profesionales que realizaron el tratamiento? ¿Piensan ble en la práctica diaria. No se puede servir a dos amos al
ustedes, lectores, que no se dará ninguna contradic- mismo tiempo.
10 ción, enfrentamiento o situación dialéctica entre ambos
equipos?
Es también un problema de cambio de paradigma. Transferencia tardía del
Antes los niños no eran considerados como sujetos de paciente al equipo de cuidados
derecho. Hoy, la gran mayoría de los países han firmado paliativos pediátricos. La
la Declaración de los Derechos de los Niños y Niñas y conspiración del silencio
Adolescentes y han actualizado las legislaciones nacio-
nales con Códigos sobre la Niñez y Adolescencia, que Una de las grandes diferencias entre el cuidado
protegen los derechos de aquéllos y señalan a los Esta- paliativo de adultos y el de niños y/o adolescentes es la
dos firmantes cuáles son sus obligaciones en la protec- frecuencia con que se producen las transferencias, y si
ción de esos derechos. éstas se hacen con suficiente tiempo o resultan tardías.
Sabemos que enviar a un paciente adulto, que se en-
frenta a la fase terminal de su enfermedad, al equipo de
Recomendación general cuidados paliativos, no es aún una norma generalizada
y aceptada en la mayoría de los países de América Lati-
Que no se pretenda manejar siempre todo, duran- na. Las razones simples que explican esta conducta son
te todo el tiempo, siempre bien las veinticuatro horas la ignorancia, el miedo y el hecho de que no en todos
del día, por parte del equipo que inició el tratamiento, los países se cuenta con unidades de cuidados paliati-
ya sea oncológico o hematológico. La medicina paliati- vos, o en número suficiente y con una distribución
va surge como especialidad, en la medida en que va adecuada como para cubrir a la gran mayoría de la po-
creciendo la complejidad en la atención de los pacien- blación. Si éste es el caso de los adultos, podemos ima-
tes —niños y adultos— que se enfrentan a la fase final ginarnos lo que sucede con los niños o adolescentes.
de la enfermedad. No tiene por qué existir competen- Simplemente, no existen unidades de cuidados paliati-
cia entre los dos equipos. Ninguno debe suplantar al vos pediátricos en la gran mayoría de los países de
otro. Por el contrario, deben verse como apoyo uno del América Latina. La conspiración del silencio consiste en
otro. Manejar al mismo tiempo un discurso de espe- esa actitud o conducta que adoptan los padres, los fa-
ranza y posteriormente un discurso paliativo, o de miliares y los profesionales de la medicina: “Aquí no
muerte próxima, en el que se afronta la muerte con la está pasando nada”. No se dice la verdad a los niños o
mayor dignidad posible, y no sintiendo que se ha fraca- adolescentes, a pesar de las múltiples preguntas que
sado en el intento, es, en el diario vivir, una de las co- éstos hagan, de acuerdo con su edad y su desarrollo
sas más difíciles de lograr. Por lo general, se produce cognitivo. “Conspirar”, dice el diccionario Larousse, es
“unirse contra un particular para hacerle daño”. Real- del hijo, no se estrechan los lazos afectivos ni se tiende
mente se conspira para intentar tapar el sol con un de- a mejorar la comunicación. Hacerlo casi sería como
do. Ese sol es la enfermedad que no hemos podido cu- aceptar que algo muy grave sí está pasando. Domina
rar, y todo lo que esto significa para el paciente y su fa- esta escena el pensamiento mágico: si no hablamos de
milia. Es ese silencio que es gritado a voz en cuello, que esto, tal vez desaparezca. Hablarlo equivale a desearlo,
todos saben y escuchan, hasta el paciente lo escucha, y y eso es “desear la muerte del niño”, lo cual, desde lue-
sin embargo no se ha pronunciado una sola palabra. Es go, resulta inadmisible en el corazón y en la mente de
un silencio a voces. Sinónimos que lo describen más cualquier padre o madre.
claramente: confabular, tramar, maquinar. Explorare- Los padres sienten que han fallado en su papel de
mos en este texto la conspiración del silencio, la impor- protectores y proveedores. Que los médicos también les
tancia de una transferencia temprana y las consecuen- han fallado, pues no se les dijo la verdad desde un prin-
cias que se derivan cuando, pudiendo hacerlo, no se cipio, y que, de haber conocido el poco margen de cu-
hace, por mitos, por miedo, por ignorancia o en defen- ración en algunos casos, no habrían sometido a sus hi-
sa de una situación de poder. jos a estos “tratamientos tan terribles”. Se culpan del
En los países donde se cuenta con servicio de cui- sufrimiento y del dolor que ha soportado el paciente, y
dados paliativos pediátricos es frecuente la transferen- de la privación a la que han sometido en muchos casos
cia tardía del paciente, ya que en muchas ocasiones él al resto de la familia (hermanos), al volcarse sobre el
médico no quiere darse por vencido y desea probar niño enfermo.
nuevos protocolos o fármacos, aunque sabe de antema-
no que ya no puede curar al enfermo y no descarta la
inminencia de la muerte. La familia, a su vez, también Consecuencias para el niño o adolescente
genera grandes expectativas en estas circunstancias y enfermo
ejerce presión sobre el niño y sobre los médicos para
que sigan luchando hasta el final, con un coste físico, Pretender que el paciente luche hasta el final, im-
emocional y económico altísimo. Si no se lucha, o se pone al enfermo un gran desgaste físico y emocional. Lo
decide suspender el tratamiento por evidente fallo tera- aísla de sus seres queridos, al no poder comunicar su
péutico, esto se interpreta como negligencia, desamor, angustia, miedo y sufrimiento, ya que, por lo general,
desinterés y claudicación, y es socialmente juzgado y se le ha ocultado su verdadera condición, frecuente-
censurado. mente por recomendación médica. En ocasiones en que
Cuando se producen transferencias o interconsul- el niño o adolescente pregunta, se cambia de tema, o 11
tas tardías, es poco lo que puede hacer un equipo de simplemente no se le contesta, o la reacción es de irrita-
cuidados paliativos pediátricos. Por lo general, se con- ción. Como consecuencia de ello, se produce una cons-
vierten en “apagafuegos”, con el consecuente coste piración de silencio donde casi siempre ambas partes
emocional para el equipo, que es conciente de todo lo saben la verdad, pues, aunque los niños no pregunten,
que se pudo ofrecer y hacer y que ya no es posible, pues ellos tienen su manera de comprender que algo sucede,
la muerte está a horas de suceder. Queda claro que y se sienten aterrados por esa verdad que intuyen o co-
siempre se puede controlar o intentar controlar el dolor, nocen por su experiencia en el hospital, de meses o in-
pero sabemos que cuidados paliativos va mucho más clusive años. Se protegen entre sí los padres y el hijo
allá del simple control del dolor. Que el abordaje co- fingiendo que no pasa nada. En la primera oportunidad
rrecto es bio-psico-social-espiritual, tanto del paciente que tiene el paciente, pregunta sobre su condición a
como de la familia. Es frecuente o rutinario, en estas cualquier miembro del personal de salud que le atien-
circunstancias, encontrarnos con un paciente con mu- de, o afirma que sabe lo que le sucede o simplemente
cho dolor, cuya calidad de vida ha sido infrahumana dice que se va a morir. En ocasiones esta comunicación
desde hace mucho tiempo, muy deteriorado, irritado, es simbólica, ya que los niños hablan de lo que no pue-
angustiado, en franco terror por lo que le está pasando den hablar libremente, en forma simbólica. Esta conspi-
y que desconfía de los profesionales de la salud de bata ración del silencioso no le permite al paciente elaborar
blanca. La familia, por su lado, se encuentra destrozada, su propio proceso de muerte en las mejores condicio-
sin energías para luchar, angustiada y sin ninguna dis- nes y le aísla de sus seres más queridos, pues debe callar
posición para trabajar en el enfrentamiento con la y protegerlos.
muerte.
hacerlo —en su mente— equivale a abandonarlo. No morfina, que “matan”, o aceleran la muerte del pacien-
logra ver al ECPP como colaboradores, sino como susti- te, ya que cuando llegamos al niño, éste se encuentra
tutos de él mismo, y es posible que sienta que los puede “bastante bien”, y cuando empezamos a usar morfina
juzgar o cuestionar. Aceptar una sustitución, sobre todo empieza a deteriorarse rápidamente. No hay suficiente
al final, cuando no se ha podido curar o devolver la sa- tiempo para informar y convencer a la familia de las
lud, como se prometió, o según las expectativas que se bondades del tratamiento contra el dolor intenso. Algu-
dieron y que no se pudieron cumplir, es un duro golpe nas de ellas están piensan que sus hijos no tienen dolor
para su ego. “Ya no hay nada que hacer” es una frase o de que el cáncer no duele, como en una oportunidad
frecuente que se le dice a la familia. Por el contrario, el oí contar, en una sesión de hospital, a una pediatra
discurso en ECPP es totalmente contrario: “Sí hay mu- mexicana. Las familias creen que lo que no se expresa,
cho que hacer y ofrecer”. Hay calidad de vida, alivio del no sucede y no existe. Por tanto, ofrecer un espacio pa-
dolor y control de los diferentes síntomas; hay apoyo a ra que el niño hable, pregunte y se aclare, significa que
la familia y sobre todo al paciente; hay espacio para ha- le hacemos sufrir más. Al hablar, removemos el dolor y
blar de todo lo que se “quiera hablar”; hay sueños en los lo aumentamos. Sólo conseguimos hacerle llorar y pro-
que se puede ayudar para que se realicen; hay posibili- longar su agonía.
dad de estar en casa hasta el final, de tener muy cerca a El ECPP debe lidiar día tras día con las necesidades
los hermanos, a los seres queridos, amigos, juguetes y defensivas de los profesionales de la salud, tanto como
mascotas. con las de los padres y amigos. Parece ser que el papel
Esta dicotomía en los discursos de ambos equipos que “los otros implementan” sobre el equipo de cuida-
agudiza las contradicciones señaladas. Hace que uno se dos paliativos es el de ser “los malos de la historia”, ya
vea como “el malo” y el otro como “el bueno”. Uno que, por más adecuada y oportuna que sea la informa-
prometió y no pudo cumplir, el otro no promete nada ción, ésta no logra modificar las defensas y actitudes
y da mucho. El equipo que realizó el tratamiento siente sociales. En muchas ocasiones se solicita la actuación
que falló, que fracasó en su intento de devolver la sa- del ECPP, pero que sólo intervengan los profesionales
lud, de curar. Sienten que al ECPP le toca la parte más en psicología, ya que “aún es muy temprano para ha-
fácil, pues ya no hay grandes luchas que dar, es el final. blar de muerte”. Esta disociación del equipo interdisci-
En general, cuando se da un diagnóstico inicial de cán- plinario o transdisciplinario, en especialidades y por
cer, el equipo mantiene un perfil muy positivo y espe- separado, hace que se pierda el objetivo más importan-
ranzador. Se apoya en porcentajes de curación, estadís- te de los cuidados paliativos, cual es la atención integral
12 ticas y experiencia acumulada. Cuando los pacientes se del paciente y su familia, dentro del marco bio-psico-
logran curar, es maravilloso, pero cuando se fracasa, la social-espiritual. Esta actitud externa genera en el inte-
frustración es enorme y se toman medidas de protec- rior del ECPP una gran frustración, impotencia y senti-
ción para con ellos mismos, pues resulta muy doloroso mientos de rabia, y también de culpa, por pensar que
lidiar con la verdad: no lo curamos y se va a morir. Esta no se hizo todo lo necesario por el niño y su familia. El
verdad se le esconde al niño o adolescente y en muchas equipo llega a cuestionarse si realmente se hace un
ocasiones se oculta a la familia, en un mecanismo in- buen trabajo profesional. Cuando esto se produce de
consciente para no afrontar la realidad del sufrimiento. forma cíclica y repetida, la desmotivación, la falta de
Se protege a la familia manteniendo el secreto y no se entusiasmo y la ausencia de energía para trabajar hacen
admite la discusión ni el análisis por parte de ella, y la su entrada en el equipo. El riesgo más alto es que se
familia también desea, a su vez, protegerse a sí misma produzca el síndrome de burn-out (o desgaste emocio-
de semejante dolor. Médicos y familia se unen en la nal) y que se pierdan profesionales valiosos, o que se
negación y se refuerzan unos a otros, manteniendo al desintegre el ECPP (Figura 2).
paciente aislado y detrás del muro de la incomunica-
ción, con un coste emocional y psicológico altísimo
para todos.
Por el contrario, la transferencia temprana del en- J.A.P., de 3 años, con fecha de ingreso en el progra-
fermo permite: ma el 24-10-2006, vecina de Alajuela, Grecia, con diag-
nóstico de leucemia linfocítica aguda de células T en
• Que la madre o el padre aprendan a cuidar al niño abril del 2005, con una primera recaída hematológica y
o adolescente en el hogar. Se desarrollan destrezas del sistema nervioso central. Después del tercer ciclo de
en el manejo de sondas, cuidado de catéter, vías, quimioterapia presenta un cuadro febril prolongado,
medicación y efectos secundarios de ésta, además por lo que se realiza una punción de médula ósea el 16
del uso correcto del tanque o concentrador del de octubre de 2006, cuando se encuentra una segunda
oxígeno y de los cambios de postura. Ello permite recaída hematológica, con leucocitos en 445.000, he-
a la familia, como unidad, apropiarse de su nuevo moglobina 7,7 g/dl y plaquetas en 68.000. Religión:
rol y sentir que hizo todo lo posible por cuidar a su ninguna.
ser querido. Se realiza una visita domiciliaria de ingreso el día
• El niño o adolescente recobra en su hogar parte del 25 de octubre, encontrándose una niña álgica, con vó-
control de su vida y de su autonomía, y se vuelve mitos persistentes, hiporéxica, ligeramente deshidrata-
más cooperador en su tratamiento. Está rodeado da, con dificultad respiratoria (+), con deposiciones con
de sus amigos, juguetes, mascotas. No es necesario moco y edemas bipodálicos. Hígado de 6 cm y bazo 4
mantener un comportamiento específico como en cm del reborde costal (se anotan los hallazgos positivos
el hospital. Puede ser más él mismo. del examen físico). No tiene indicado ningún trata-
• Si el niño es asumido en el hogar con anticipación miento.
suficiente, la madre o el padre no necesitan aban- En esta primera intervención se inicia tratamiento
donar su casa y el cuidado de los otros hermanos. analgésico y tratamiento antiemético y se le coloca un
Se acaban las largas y agitadas noches de hospital, concentrador de oxígeno a 1 l/min. Se dan recomenda-
en una silla o de pie, o con la luz encendida, sin ciones de manejo no farmacológico, y se le indican fár-
poder descansar lo suficiente para iniciar la rutina macos para el control de los síntomas.
al día siguiente. Se realiza la actuación con la familia, que está com-
• El mejor control del dolor, si éste se inicia anticipa- puesta por madre y abuela; no hay apoyo paterno. Cabe
damente, y el de los síntomas. Con ello se mejora destacar que la madre, de 19 años, tiene ideación suici-
la calidad de vida del paciente. da, con historia de vida difícil, de violencia doméstica, 13
• Que los hermanos mayores y menores participen en medio de mucha pobreza.
del cuidado y la atención de su hermano enfermo. Se realiza una segunda visita domiciliaria el día 27
Con ello hay menos cabida para el pensamiento de octubre, en la que se encuentra a la niña más dete-
mágico con respecto a la muerte y el proceso de riorada, con mayor hiporexia y dificultad respiratoria,
morir, y de culpabilizarse a sí mismos. Pueden febril, y persiste en las deposiciones descritas; no ofrece
ejercitar la solidaridad y tienen la oportunidad de la impresión de encontrarse con dolor.
aprender a ver el proceso de muerte como nor- Fallece en su hogar el día 28 de octubre de 2006.
mal.
• Facilita el vínculo entre el ECPP y la familia, lo
cual redunda en una atención más eficiente y pro- Preguntas
fesional.
• Se propician los espacios para analizar, conversar y 1. Haga una lista de problemas detectados y esta-
discutir con el ECPP, sobre temas relevantes para la blezca una estrategia de intervención.
familia, y se pueden resolver los problemas día a
día, conforme se presentan. - Referencia tardía.
• Se puede complacer al paciente con comidas espe- - Sintomatología dolorosa.
ciales y con visitas, o hacer realidad algunos de sus - Mal control de síntomas.
sueños. Complacerle en su último sueño o deseo - Familia en crisis.
se convierte en una tarea más sencilla. Aquí el - Madre con ideación suicida.
ECPP puede jugar un papel relevante, ya que la
mayoría de los niños pertenecen a familias de esca- En cuanto a la transferencia tardía, las medidas a
sos recursos económicos. tomar van dirigidas a un mayor conocimiento de los
• La familia se ahorra —sobre todo cuando es de cuidados paliativos por parte de los equipos médicos.
muy lejos o de zona rural— el transporte del cuer- Entre ellas se pueden destacar los criterios de admisión
po desde el hospital a la ciudad o al pueblo donde a un programa de cuidados paliativos y el conocimiento
se va a enterrar al niño.
• La familia cuenta con el apoyo y la solidaridad de
los familiares cercanos y de los vecinos, que no Elaborado por la doctora Martha Meza Cruz, Jefe de Clínica
podrían estar en el hospital en el momento de la de Cuidados Paliativos, Hospital Nacional de Niños. San José, Costa
muerte. Rica
de los beneficios que pueden obtener, tanto los pacien- - Se invitó a la madre a hablar.
tes como sus familias, en cuanto al control de síntomas, - Se escucharon los hechos y los sentimientos.
y el apoyo y la atención que pueden recibir. Cuando se - Se sintetizaron y reflejaron hechos y sentimientos.
da un diagnóstico a la familia, hay que ir introduciendo - Se efectuaron declaraciones empáticas.
al equipo de cuidados paliativos para que el niño y su - Se identificaron fortalezas y debilidades.
familia reciban apoyo emocional, además de tener un - Se evaluó el nivel de mortalidad.
contexto de control de síntomas. Si cuando el médico - Se estableció un convenio para volver a contactar.
conoce que la respuesta al tratamiento curativo no es la
adecuada, hay que remitir al paciente al programa de En cuanto a la madre, se valoró la mortalidad, sien-
cuidados paliativos para poder iniciar el trabajo con el do cuidadosos y estando atentos a las claves verbales y
tiempo adecuado. no verbales, y se utilizaron las propias palabras del pa-
La sintomatología dolorosa debe tratarse de inme- ciente. Se fue directo con la pregunta: “¿Has pensado o
diato. En este caso se trataba de un dolor intenso que piensas en hacerte daño o suicidarte?”. Debido a que la
debe ser tratado con opioides del tercer escalón, entre mortalidad fue baja, se tomaron las siguientes medidas:
los que se incluyen morfina, fentanilo y metadona. Sólo
se debe emplear un opioide a la vez, debido a la variabi- - Actitud facilitadora.
lidad en la respuesta de cada paciente y a la superposi- - Proposición de una mayor ayuda externa.
ción de los efectos secundarios. Cabe destacar que se - Establecimiento de un acuerdo de contacto poste-
debe realizar una evaluación del dolor, mediante los rior si la situación empeoraba.
instrumentos adecuados, según la edad. - Establecimiento de alternativas para un contacto
Debido a que la niña presentaba infiltración del posterior.
sistema nervioso central, el medicamento de elección es
la metadona, que es un analgésico opioide sintético 2. Enumere las consecuencias de una transferen-
fuerte, se metaboliza en el hígado y es excretada princi- cia tardía al programa de cuidados paliativos.
palmente por la orina y la bilis. Su vida media en plas-
ma es de 15 horas al principio, pero aumenta hasta 2-3 - Negación social de los derechos del niño y la niña.
días con el uso continuo. La dosis para niños se calcula “In-fante”.
en 0,7 mg/kg/día (máximo, 10 mg), cada 4-6 horas, por - Afecta negativamente la manera en que la familia y
vía oral, subcutánea o intravenosa. Se contraindica en el paciente afrontan el proceso de enfermedad y
14 enfermos muy debilitados y en pacientes con confu- muerte.
sión, así como en los que padecen un daño significativo - Cambio drástico del equipo que venía tratando al
renal o hepático. niño y a su familia.
El control de síntomas es la base sobre la que se - Riesgo muy alto de conspiración del silencio.
sustentan los demás principios de los cuidados paliati- - Inadecuado control de los síntomas y el dolor desde
vos. Debido a la alta prevalencia de la náusea y vómitos una perspectiva total, lo que produce sufrimiento.
en el paciente en fase terminal, éstos deben ser tratados - Riesgo de encarnizamiento terapéutico.
en forma agresiva. En este caso se brindaron medidas - Dificultades para la atención al paciente en el hogar,
no farmacológicas (como adecuar la dieta, posición en por las complicaciones que se pueden presentar.
decúbito lateral, valoración del contenido del vómito
para su posterior abordaje, evaluación de la corrección 3. ¿Qué medidas urgentes tomaría usted ante la
de causas reversibles —gastritis, fármacos irritantes, ideación suicida de la madre, cuidadora princi-
hipercalcemia—) y se instauró el tratamiento farmaco- pal de la niña?
lógico que según la causa de este caso:
Cuando un paciente esté cursando por la ideación
- Estasis gástrica, irritación gástrica: Metoclopra- suicida o tiene conductas suicidas, cabe la prevención
mida 0,4-1 mg/kg/día, cada 6 horas, o 15 minutos del suicidio:
antes de cada comida.
1. Siempre hay que tomar muy seriamente cualquier
La disnea es un síntoma, no un signo. Es la dificul- amenaza de suicidio.
tad para respirar o la sensación de falta de aire. Debe 2. Debemos fijarnos en las claves que da el suicida;
indicarse, además del oxígeno con nasocánula, aire una persona con sentimientos suicidas puede co-
fresco en la cara y una posición confortable (véase el menzar a preparar su muerte.
capítulo correspondiente). 3. Responder a los gritos que piden ayuda: ofrecer
Una crisis es un estado temporal de desorganiza- apoyo, comprensión y ser empático.
ción, caracterizado principalmente por la incapacidad 4. Enfrentarse a los problemas, no evadirlos; ser di-
del individuo para controlar una situación particular. rectos, saber escuchar.
En este caso, la medida que se adoptó fue realizar una 5. Tomar a las personas bajo nuestro cuidado y ase-
intervención en crisis de primera instancia, donde la gurales que no están solas.
meta fue restablecer el equilibrio y el hacer frente de 6. Remitir al profesional adecuado para que brinde su
inmediato a dicha crisis. ayuda.
mas, frente a los carcinomas del adulto. Las leucemias poblacional en la mayoría de las Comunidades Autóno-
representan más de la tercera parte de las neoplasias en mas. A los datos suministrados por este registro nos re-
el niño y menos del 5% en los adultos. Por lo general, feriremos en este y en los subsiguientes epígrafes de la
los cánceres infantiles tienen localizaciones anatómicas epidemiología del cáncer infantil. Las tasas de inciden-
profundas, no afectan a los epitelios y no suelen provo- cia por 1.000.000, ajustadas a la edad, son de 141,7 en
car hemorragias ni exfoliación de células tumorales. el segmento de 0 a 14 años. Dada la población españo-
Todo ello hace muy difícil poner en práctica las técnicas la, ello supone aproximadamente entre 900 y 1.000
de detección precoz, tan útiles en algunos cánceres del casos nuevos al año. La Tabla I muestra los casos regis-
adulto (las técnicas de screening del neuroblastoma en el trados hasta la actualidad y su distribución por sexos y
recién nacido son una excepción). En la mayoría de los edades. La incidencia es mayor en niños que en niñas
casos, el diagnóstico de cáncer infantil se hace de forma (57,4% y 42,6%, respectivamente)1.
accidental, y con frecuencia en fases avanzadas e inclu-
so metastásicas de la enfermedad.
En la patología tumoral infantil deben tenerse en Tabla I. RNTI-SEOP. Casos registrados por edad y
sexo. Periodo 1980-mayo 2006. (Excluyendo
cuenta dos factores para definir la posible curación de mayores 14 años y tumores no clasificables)
un paciente determinado. El primero sería la desapari-
Sexo
ción de toda evidencia de enfermedad. En segundo lu- Grupo de edad Total
gar, el conocimiento empírico de que el tiempo transcu- Niños Niñas
rrido desde la finalización del tratamiento en situación 0 años 918 729 1.647
de ausencia de enfermedad garantiza razonablemente 1-4 años 3.055 2.328 5.383
que esta situación va a mantenerse indefinidamente. En
5-9 años 2.582 1.720 4.302
este sentido, se puede señalar que en los sarcomas in-
fantiles —que constituyen un alto porcentaje de la pa- 10-14 años 2.068 1.614 3.682
tología neoplásica a esa edad—, dos años en situación Total 8.623 6.391 15.014
de remisión completa de la enfermedad suponen una % por sexo 57,4% 42,6% 100%
garantía superior al 80% de mantenimiento indefinido
en esa situación. Desgraciadamente, en los tumores del
sistema nervioso central —los más frecuentes en la
edad pediátrica— no son raras las recaídas de la enfer- En EE.UU. existe un registro de calidad, United Sta-
medad en periodos mucho más tardíos. Por otra parte, tus SEER (Surveillance, Epidemiology and End Results). En
18
el concepto tan manejado en los tumores de los adultos su última publicación2, y con datos referidos al año 2000,
de “supervivencia a cinco años” como criterio de efecti- las tasas poblacionales de incidencia por 1.000.000, ajus-
vidad terapéutica y gratificación vital, carece de sentido tadas a la edad, son: 0-14 años, 147,8; 1-19 años, 163,2.
en la población infantil, cuyas expectativas normales de Por grupos de edad: <1 año, 230,8; 1-4 años, 205,1; 5-9
vida son, lógicamente, mucho mayores que las de la años, 111,9; 10-14 años, 124,2; 15-19 años, 209,1.
población adulta con cáncer. Más recientemente, en Europa se ha creado un pro-
yecto, The Automated Childhood Cancer information Sys-
tem (ACCIS), con el objetivo de recoger, analizar, inter-
pretar y divulgar los datos de la incidencia y la supervi-
EPIDEMIOLOGÍA DEL CÁNCER vencia del cáncer en los niños y adolescentes europeos3.
INFANTIL Hasta la fecha, la base de datos de ACCIS tiene informa-
ción de 80 registros poblacionales, que cubren aproxi-
madamente el 50% de la población de 0 a 14 años y el
Incidencia 25% de la población de 15 a 19 años que vive en los 35
países participantes. Existen grandes diferencias geográ-
Conocer la incidencia de una patología significa te- ficas y temporales a lo largo y ancho de Europa. Las tasas
ner información sobre su frecuencia en la población, poblacionales de incidencia por 1.000.000 y ajustadas a
dado que el cáncer no es una enfermedad de declaración la edad son: 0-14 años, 134,6; 15-19 años, 179,9.
obligatoria; esto se consigue con la existencia de regis-
tros poblacionales. Los registros de cáncer son de los
más antiguos, pero en pocas ocasiones incluyen la carac- Morfología
terística poblacional; habitualmente han sido hospitala-
rios o provinciales, y recogían información de todos los Las neoplasias del niño y del adolescente difieren
casos diagnosticados de cáncer durante un año de refe- considerablemente de las del adulto en su naturaleza
rencia en los residentes en su área de demarcación. histológica, por lo que para su descripción se utiliza su
En nuestro país, la Sociedad Española de Oncolo- propia clasificación, basada más en la histología que en
gía Pediátrica (SEOP) inició el registro de los casos in- la localización exclusivamente. La Internacional Classifi-
fantiles de cáncer en el año 1980, con carácter volunta- cation of Childhood Cancer (ICCC) distingue 12 grupos
rio, y poco a poco se ha constituido en un registro: Re- diagnósticos, cada uno de ellos con subgrupos (Tabla
gistro Nacional de Tumores Infantiles (RNTI), que es II); actualmente se sigue la tercera edición4.
Tabla II. Clasificación Internacional del Cáncer Tabla III. RNTI-SEOP. Casos registrados por grupo
Infantil (ICCC) diagnóstico y verificación microscópica.
Periodo 1980 - mayo 2006
Grupo diagnóstico
Nº de %
I. LEUCEMIA Grupo diagnóstico %
(a) Leucemia linfoblástica casos V.M.
(b) Leucemia aguda no linfoblástica Leucemias 3.848 23,3 96,6
(c) Leucemia mieloide crónica
(d) Otras leucemias específicas S.N.C. 3.021 18,3 80,8
(e) Leucemias inespecíficas
Linfomas 2.201 13,3 97,0
II. LINFOMAS Y NEOPLASIAS RETICULOENDOTELIALES
S.N.S. 1.666 10,1 88,2
(a) Enfermedad de Hodgkin
(b) Linfoma no Hodgkin T. Malignos óseos 1.251 7,6 97,5
(c) Linfoma de Burkitt
(d) Neoplasia linforreticular miscelánea Sarcoma de tejidos blandos 1.182 7,2 97,1
(e) Linfomas inespecíficos
Tumores renales 936 5,7 90,5
III. NEOPLASIAS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL E
Otros y no clasificables 918 5,6 88,5
INTRACRANEALES
(a) Ependimoma Cel. Germ. Trofo. Gona. 499 3,0 93,6
(b) Astrocitoma
(c) Tumor neuroectodérmico primitivo Retinoblastomas 448 2,7 56,7
(d) Otros gliomas
N. Epiteliales 351 2,1 96,0
(e) Otras neoplasias intracraneales e intraespinales
específicas T. Hepáticos 200 1,2 83,0
(f) Neoplasias intracraneales e intraespinales
inespecíficas Total 16.521 100,0 90,9
XI. C
ARCINOMAS Y OTRAS NEOPLASIAS MALIGNAS Otros y No Clasifica 918
Grupo diagnóstico
3% 3% S.N.S.
dada la rareza del cáncer en la infancia. Producto de
6% 23%
6% esta colaboración es el establecimiento de tratamientos
7% T. Mal. Oseos estándar, de aceptación y uso internacional, para la ma-
Sarc. Tej. Blandos yoría de los procesos, así como el desarrollo de ensayos
8%
10%
18% clínicos, con participación nacional e internacional,
13% T. Renales
para el estudio de nuevas terapéuticas y de las caracte-
Otros y No rísticas biológicas de las neoplasias.
Clasificables
Las tasas de supervivencia de los distintos grupos
Cél. Germ. Trofo.
Gona. —nacional (SEOP), europeo (ACCIS) y americano
Retinoblastomas (SEER)— son similares, y podemos asumir que aproxi-
Figura 2. RNTI-SEOP. Porcentajes de casos registrados por grupo diagnóstico. madamente la tasa de curación es del 70%, lo que, por
Periodo 1980 - mayo 2006
otro lado, nos deja un 30% de niños que todavía mue-
1,0
ren de cáncer en los países desarrollados.
97 - 99 --> 74 %
En la Figura 3 podemos ver la tasa de superviven-
,9 cia a 5 años, durante el periodo 1980-1999, por co-
,8 94 - 96 --> 72 %
hortes de años de diagnóstico de los casos registrados
en el RNTI1 de la SEOP. Como puede comprobarse, la
,7 supervivencia se ha incrementado notablemente, del
,6
91 - 93 --> 69 % 54% al 74%, en las dos últimas décadas. Como exami-
naremos más adelante en el desarrollo de este capitu-
,5
lo, este progreso no es igual para todos los grupos
88 - 90 --> 66 %
,4 diagnósticos, quedando todavía mucho margen para
la mejora.
,3
84 - 87 --> 59 % En la Tabla IV podemos observar la tasa de super-
,2 vivencia a 5 años del cáncer infantil en Europa, por
Supervivencia
20
sexo y grupo diagnóstico de la ICCC para el rango de
,1 80 - 83 --> 54 %
edad de 0 a 14 años, en pacientes diagnosticados entre
0,0 1988 y 1997, según los datos obtenidos por el proyec-
0 365 730 1095 1460 1825
to ACCIS3. La tasa para el conjunto de diagnósticos es
Tiempo de supervivencia en días del 72% para niños y del 73% para niñas, muy similar
Figura 3. RNTI-SEOP. Supervivencia a cinco años por cohortes de diagnóstico.
a la encontrada en los datos nacionales, como puede
Periodo 1980 - mayo 2006 observarse.
Tabla IV. Supervivencia observada (SO %) a 5 años de los pacientes pediátricos con cáncer en Europa,
por sexo y grupo ICCC (rango de edad 0-14 años, pacientes diagnosticados entre 1988-1997) (Fuente:
ACCIS)
Niños Niñas
Grupo ICCC
n SG 95% IC n SG 96% IC
I. Leucemia 9.075 72 71-73 7.091 75 74-76
II. Linfomas 3.947 84 83-85 1.877 82 80-84
III. Tumores SNC 5.745 63 62-65 4.787 64 63-66
IV. Tumores SNS 1.972 57 55-59 1.697 62 60-64
V. Retinoblastoma 614 93 90-95 587 93 90-95
VI. Tumores renales 1.431 84 82-86 1.535 83 81-85
VII. Tumores hepáticos 249 56 49-62 162 59 50-66
VIII. Tumores óseos malignos 1.200 62 59-65 1.122 60 57-63
IX: Sarcomas de partes blandas 1.869 66 63-68 1.473 63 60-66
X. Tumores germinales 790 85 82-88 897 83 80-85
XI. Carcinomas, etc. 738 87 84-89 977 91 89-93
XII. Otros y no especificados 87 72 62-80 115 76 66-83
Todos los grupos 27.479 72 71-72 22.172 73 72-73
N= número de pacientes; 95% IC= intervalo de confianza; SNC= sistema nervioso central; SNS= sistema nervioso simpático
Tabla V. Tasas de supervivencia relativa a 5 años en pacientes diagnosticados entre 1996 y 2002,
seguidos hasta 2003 por grupos ICCC, sexo y edad (Fuente: SEER)
Edad 0-19 por sexo Ambos sexos por edad
Grupo ICCC
Total Varones Mujeres <1 1-4 5-9 10-14 15-19 0-14
Todos los grupos ICCC 77,9 76,3 79,7 73,1 80,0 76,3 77,8 78,2 77,7
I. Leucemia 75,2 73,8 76,9 51,5 86,3 80,2 70,9 50,5 79,5
II. Linfomas 86,9 86,0 88,3 49,7 82,9 88,7 88,0 87,6 86,3
III. Tumores SNC 71,7 70,5 73,2 51,0 71,6 68,4 78,7 74,1 71,2
IV. Tumores SNS 68,9 68,3 69,5 90,6 59,3 53,1 68,7 71,4 68,8
V. Retinoblastoma 97,0 97,3 96,8 99,4 94,2 - - - 97,0
VI. Tumores renales 87,1 87,7 86,3 89,2 90,1 86,7 48,9 76,9 87,5
VII. Tumores hepáticos 47,1 46,5 47,4 68,6 61,6 12,3 18,2 18,3 52,8
VIII: Tumores óseos malignos 65,1 64,6 66,2 - 49,2 73,4 65,3 62,8 66,9
IX. Sarcomas de partes blandas 69,2 68,5 70,1 54,3 71,3 71,1 71,9 68,0 69,7
X. Tumores germinales 89,7 89,1 90,7 81,8 87,3 88,7 93,5 90,3 88,7
XI. Carcinomas y tumores epiteliales 89,2 83,8 91,8 - 92,9 82,2 89,9 89,4 88,6
El cáncer es un proceso genético que engloba a un 1. Todos los niños con cáncer deben ser
conjunto de enfermedades con el único denominador diagnosticados, tratados y controlados en una
común de la proliferación incontrolada de un clon celu- unidad específicamente creada para ellos. Deberían
lar en un determinado tejido. incluirse en la misma los adolescentes y los adultos
La etiología del cáncer sigue siendo en gran parte jóvenes hasta los 20 años.
desconocida. Los conocimientos actuales apoyan un 2. Una UOP debe funcionar sobre la base de un
origen multifactorial. Los elementos ambientales y ge- equipo multidisciplinar. Puede ser una unidad
néticos juegan, probablemente, un papel diferente en especial integrada en un hospital infantil o en un
cada tumor. Como hipótesis general, tiende a conside- centro oncológico general. Debe incluir atención
rarse el cáncer como una enfermedad genética de las pediátrica especializada y, además, servicios
células, basándose en las siguientes observaciones: psicosociales y educacionales.
3. Una UOP debe formar parte de una organización
• La presentación familiar de determinados cánce- oncológica multidisciplinar nacional y/o interna-
res, como la poliposis colónica y el síndrome de cional, para facilitar la comunicación y la coordina-
Li-Fraumeni. ción de los nuevos métodos de tratamiento e inves-
• Alteraciones cromosómicas en la línea germinal, tigación. Debe disponer de personal y equipamien-
tales como las desapariciones de los cromosomas to suficiente para la participación en ensayos clíni-
11 y 13 en el tumor de Wilms y en el retinoblasto- cos y aportar datos a los registros de cáncer.
ma, respectivamente; predisposición a la aparición 4. Una UOP debe dar tratamiento primario centralizado
de cánceres, especialmente leucemias, en los lla- a un número suficiente de pacientes con el fin de
mados síndromes de inestabilidad cromosómica garantizar estructuras específicas para oncología
(síndrome de Bloom, anemia de Fanconi). pediátrica en cirugía, radioterapia, anatomía
• Deficiencias en el DNA, inducidas por mutágenos. patológica, cuidados intensivos, cuidados de soporte
y rehabilitación. Todas estas infraestructuras deben conlleva una mutilación o una alteración funcional im-
estar en la misma unidad o en otra cercana. Puede portante y no hay otras modalidades aplicables.
ser necesario centralizar todavía más el tratamiento La radioterapia también constituye un pilar impor-
primario de algunas patologías que requieran tante en el tratamiento del cáncer del niño, pero, debi-
tratamiento altamente especializado. do a sus importantes secuelas en un organismo en cre-
5. Una UOP debe estar integrada por especialistas cimiento y desarrollo, se trata de evitarla salvo compro-
adecuadamente preparados (pediatra oncólogo, miso vital, en general, en niños menores de tres o cinco
pediatra hematólogo, cirujano pediátrico con años, o totalmente —incluso poniendo en riesgo la vi-
interés en la oncología, enfermera pediátrica da—, si los efectos deletéreos son tan importantes que
oncológica, psicólogos, trabajadores sociales y comprometen la capacidad futura del niño (radiotera-
profesores) para asegurar: pia holocraneal en niños menores de tres años con tu-
mores agresivos del SNC).
• Atención continuada las 24 horas. La quimioterapia es el pilar fundamental de trata-
• Selección de personal nuevo para la UOP. miento, y casi el exclusivo en muchas de las neoplasias
• Dar formación adecuada en oncología pediátrica. infantiles; en general, se trata de poliquimioterapia ad-
ministrada en el contexto de un ensayo clínico.
6. Una UOP debe comprender las siguientes infraes- En oncología pediátrica, los ensayos clínicos o pro-
tructuras: tocolos diagnóstico- terapéuticos de carácter multicen-
trico tienen especial importancia, dada la baja inciden-
• Una unidad de hospitalización suficientemente cia de las neoplasias infantiles. Las diversas sociedades
equipada (incluyendo medidas de aislamiento de oncología pediátrica nacionales (SEOP) o internacio-
inverso) y con personal adiestrado para ejecutar nales (SIOP) tutelan protocolos diagnóstico-terapéuti-
órdenes médicas complejas, establecer vías cen- cos para la mayoría de las neoplasias infantiles, con el
trales, monitorizar infusiones de larga duración, objeto de obtener información válida para el estableci-
cuidar y asistir a niños críticamente enfermos, miento de los estándares de tratamiento y mejora de la
mielo e inmunosuprimidos o moribundos, y a supervivencia al menor coste posible.
sus padres, y preparar y administrar citostáticos.
Se debe proveer acomodo para los padres en la
misma unidad o cerca de ésta. El impacto individual, familiar y
22 • Un hospital de día para investigaciones, infusiones social del cáncer infantil
de corta duración y vigilancia de corta estancia.
• Una consulta cercana al laboratorio y al servicio El cáncer incide en el niño y en su entorno familiar
de radiología para control ambulatorio. y social de forma devastadora. Probablemente ninguna
• Una organización y coordinación para el segui- experiencia vital tiene tal capacidad para alterar la vida
miento y la evaluación de los supervivientes de del núcleo familiar que la sufre. Algunos autores desig-
cáncer durante largo tiempo. nan los problemas psicosociales que genera el cáncer
como las “6D”: muerte (death), dependencia (del médico,
Las funciones de las UOP son: de la familia), desfiguración (cambios en la imagen cor-
poral), incapacidad (dishability) para el ejercicio de las
1. Atención a los pacientes en su vertiente médica, de actividades habituales, disrupción de las relaciones inter-
enfermería y de cuidados psicosociales. personales, disconfort y dolor en los estadios tardíos de
2. Investigación clínica y básica. la enfermedad y como consecuencia del tratamiento.
3. Formación de pregraduados (conocimiento de on- Actualmente nos encontramos en la necesidad de
cología infantil dentro de la pediatría) y postgra- adecuar las eficaces terapias disponibles no sólo a la
duados (como parte de la formación básica en pe- curación de los enfermos, sino a que ésta se obtenga
diatría o de la formación de especialistas en onco- con los menores efectos secundarios físicos y psíquicos
logía pediátrica). posibles.
Todas las fases —diagnóstico, tratamiento, cese de
El arsenal terapéutico para el tratamiento del cán- la terapéutica, vuelta a la normalidad, seguimiento a
cer infantil está constituido fundamentalmente por la largo plazo y, por desgracia, el fracaso terapéutico con
cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, y comple- la muerte— tienen un impacto tanto en el niño o ado-
mentado por otras técnicas que cada día alcanzan ma- lescente como en la familia y en la sociedad, y es labor
yor relevancia, como son el trasplante de médula ósea, del oncólogo pediatra, que a veces está demasiado in-
la terapia con modificadores biológicos y la inmunote- volucrado en las cuestiones médicas, el comunicar,
rapia, y probablemente, en un futuro no muy lejano, la adelantar y resolver las consecuencias de cada momen-
terapia génica. to mediante la información y el apoyo. Parte importan-
La cirugía sigue siendo un arma fundamental, pero te de la actividad de la unidad de oncología pediátrica
su uso se ha ido refinando conforme se han desarrolla- es proporcionar a niños y padres apoyo psicológico
do las otras modalidades de tratamiento, de forma que individualizado y grupal y asistencia psiquiátrica en
actualmente se realiza una cirugía radical sólo si ésta no caso preciso.
Tabla VI. RNTI-SEOP. Tumores SNC. Casos Los cuidados hay que suministrarlos en el lugar
registrados por grupo de edad y sexo. Periodo que desee el paciente o la familia (en el hospital o en el
1980 - mayo 2006
domicilio). Las demandas más frecuentes de los pacien-
Sexo tes y de sus familiares son:
Grupo de edad Total
Niños Niñas
0 años 90 69 159 - Control de los síntomas.
- Respeto.
1-4 años 514 403 917
- Honestidad.
5-9 años 634 470 1.104 - Apoyo.
10-14 años 429 319 748 - Comprensión.
Total 1.667 1.261 2.928 - Delicadeza.
- Disponibilidad.
% por sexo 56,9% 43,1% 100%
(niños de 0 a 14 años). Son el segundo grupo más fre- 1.0 97 - 99 --> 63%
cuente de las neoplasias infantiles (tras las leucemias) y
.9
el mayor grupo de tumores sólidos en niños en los paí-
.8 94 - 96 --> 61%
ses desarrollados. La tasa de incidencia, según el RNTI-
SEOP1 (Tabla VI), es del 16,3% de los casos registrados. .7
91 - 93 --> 66%
Los tumores del SNC son un poquito más frecuentes en .6
Supervivencia
.2
año 2003, también muestran unas altas tasas de inciden-
cia2 (Tabla VII). Los tumores del SNC son la segunda .1 80 - 83 --> 52%
en la Tabla VIII, las tasas de mortalidad del registro nor- Figura 4. RNTI-SEOP. Tumores SNC. Supervivencia a 5 años de diagnóstico por
cohortes. Periodo 1980-1999
teamericano SEER2 para los distintos grupos de edad.
Los tumores del SNC son un grupo heterogéneo de neo-
Otros SNC inespecif.
plasias de diferente histología, comportamiento y pro- 9.1%
Ependimoma
10.1%
nóstico. Los grupos diagnósticos más importantes son: Otros SNC especif.
astrocitoma (38%-50%), ependimoma (8%-14%), tu- 9.1%
mores neuroectodérmicos primitivos (PNET), incluyen-
do el meduloblastoma (16%-25%) y otros gliomas (4%- Otros gliomas
Tabla X. Incidencia ajustada a edad y edad específica de neoplasias del SNC, según subgrupo ICCC y
edades. (Fuente: SEER)
0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
III. Tumores SNC 31,9 28,9 32,3 40,7 31,9 25,0 19,9
III. (a) Ependimomas 3,0 2,6 4,4 5,2 2,2 1,7 1,4
III. (b) Astrocitomas 15,6 14,3 12,5 19,1 15,5 13,6 10,4
III. (c) Tumores embrionarios PNET 7,5 6,6 11,3 10,4 7,5 4,6 3,8
III. (d) Otros gliomas 5,1 4,7 - 4,7 6,3 4,5 3,7
III. (e) Otros tumores específicos 0,5 0,4 - - - - -
III. (f) Otros tumores inespecíficos 0,3 0,3 - - - - -
mor y del grado de extensión del mismo. Los tumores efectos de la radioterapia sean menos perjudiciales para
intracraneales producen su sintomatología por el efecto su calidad de vida futura.
masa del tumor, el aumento secundario de la presión Para la mayoría de los tumores del SNC, la cirugía
intracraneal y el edema peritumoral, y por infiltración y es, en general, el primer paso en el tratamiento, con un
destrucción del tejido cerebral sano; también ha de te- doble propósito: establecer el diagnóstico microscópico
nerse en cuenta la hipertensión intracraneal debida a la y, si es posible, resecar el tumor con un intento curati-
obstrucción del líquido cefalorraquídeo, por compre- vo. La cirugía radical está limitada en algunos casos por
sión o infiltración del propio tumor. Todo ello se acom- las características de pequeño tamaño, localización o
paña de la triada clásica de cefalea matutina, vómitos y crecimiento infiltrativo del tumor, y por la incapacidad
somnolencia de forma aguda, en los tumores de fosa de resecar éste sin producir una morbilidad inaceptable
posterior, y de forma insidiosa, con fallo escolar, fatiga, en áreas extensas del cerebro. Cuando se logra la extir-
cefaleas intermitentes y cambios de personalidad de pación tumoral completa, estamos ante un factor que,
forma subaguda, en niños mayores. El cuadro puede no de forma aislada, implica un gran significado de pro-
ser diagnosticado en cuatro o seis meses. En el lactante, nóstico para una buena supervivencia. Los tumores que
debido a la persistencia y a la posibilidad de expansión están muy profundamente asentados en el cerebro, o
de las suturas y fontanelas craneales, los síntomas son incluso los que se localizan en la superficie pero en re-
inespecíficos: rechazo de tomas, irritabilidad, retraso en giones con funcionalidad importante, son los que plan-
el desarrollo psicomotor y macrocefalia. tean mayor riesgo cuando se realiza la cirugía.
Los tumores infratentoriales y del tronco, debido a La radioterapia es la segunda modalidad de trata-
su localización, cursan con ataxia, trastornos de la mar- miento de los tumores cerebrales, y también ha sufrido
cha y déficit de pares craneales. modificaciones desde sus comienzos. Los niños hoy son
Los tumores supratentoriales hemisféricos suelen inmovilizados y sedados más adecuadamente. Las téc-
producir convulsiones, más frecuentes en los gliomas nicas, los aparatos, la protección del tejido sano, el vo-
de bajo grado. Los tumores localizados en las vías ópti- lumen radiado y las fracciones administradas también
cas presentan trastornos de la visión. Los tumores pi- han mejorado, y se están empezando a considerar las
neales con el síndrome de Parinaud y los tumores dien- sustancias que incrementan la radiosensibilidad tumo-
cefálicos a veces muestran síntomas de anorexia, adel- ral. En la mayoría de los tumores cerebrales se utilizan
gazamiento e irritabilidad (síndrome diencefálico). dosis de 55 Gy sobre el tumor primitivo, con un mar-
El método diagnóstico de elección es la resonancia gen de 1-2 cm. La dosis sobre médula espinal no suele
26 magnética (RM) con gadolinio. También existen otras sobrepasar los 35 Gy. La tendencia es posponer la ra-
técnicas de neuroimagen e isotópicas que pueden com- dioterapia lo más posible. Entre las complicaciones de
plementar dicho diagnóstico, como la gammagrafía con la radioterapia están la alopecia temporal y la radioder-
talio 201 o la PET (tomografía por emisión de positro- mitis, como procesos agudos; hacia las seis semanas se
nes) con 18F- fluordesoxiglucosa, que mide la glicólisis produce el “síndrome de somnolencia”, que dura unas
anaerobia que existe en los tumores malignos. Hay po- dos semanas y consiste en letargo, anorexia y cefalea
cos marcadores tumorales para el SNC, excepto la alfa- moderada. A partir de los seis meses pueden aparecer
fetoproteína y la gonadotropina coriónica de los tumo- procesos de desmielinización, radionecrosis y aparición
res germinales. Debe estudiarse siempre la citología del de segundas neoplasias.
líquido cefalorraquídeo (LCR) y la médula espinal me- En cuanto a la quimioterapia, se desconoce el papel
diante RM, para valorar la extensión. específico de su uso en los tumores cerebrales, pero sí se
Existen grandes variaciones entre estos grupos de conoce que es eficaz en algunos tumores. Varios son los
tumores, en términos de pronóstico y de respuesta a las fármacos utilizados por su eficacia, fundamentalmente
terapéuticas, incluso en las distintas categorías diagnós- los derivados del platino, los agentes alquilantes, las ni-
ticas. Los astrocitomas incluyen una variedad de tumo- trosureas y la vincristina, además de otro que ha sido
res, desde el astrocitoma pilocítico de lento crecimien- introducido más recientemente, la temozolamida. Son
to, con excelente pronóstico, al extremadamente malig- más eficaces en los tumores embrionarios, meduloblas-
no glioblastoma multiforme, cuya supervivencia a tres toma, PNET y germinales, que en los de estirpe glial. En
años no alcanza el 5%. los niños pequeños se utiliza la poliquimioterapia para
La supervivencia de los tumores del SNC ha mejora- evitar o retrasar la administración de radioterapia.
do en las dos últimas décadas en todos los subgrupos de Otros procedimientos que están en un desarrollo
diagnósticos. Los lactantes son el grupo con menor mejo- prometedor son la inmunoterapia, la terapia génica, la
ra. La edad al tiempo del diagnóstico, la histología, la lo- terapia de captura de neutrones, el manejo de la angio-
calización anatómica, la extensión tumoral y el tipo de génesis y el mejor conocimiento de los factores de creci-
tratamiento son factores pronósticos bien reconocidos8. miento tumoral.
Las bases del tratamiento son fundamentalmente La curación del cáncer conlleva un precio —gene-
la cirugía y la radioterapia. En un segundo plano tene- ralmente, en la calidad de vida— de suma importancia
mos la quimioterapia, que juega un papel fundamental en los niños, por el potencial futuro de vida que les
en los niños menores de 3-5 años, con la pretensión de queda. Las secuelas más frecuentes a largo plazo son los
consolidar o mantener el efecto de la cirugía y conse- déficit hormonales (hormona de crecimiento, hormona
guir que el paciente alcance una edad en la que los tiroidea, etc.) y las secuelas neuropsicológicas, con difi-
cultad o imposibilidad de aprendizaje por alteraciones a dosis altas y durante tiempo prolongado, lo que en
de la memoria y disminución del coeficiente intelectual, ocasiones acarrea, a su vez, nuevos síntomas. El cuida-
además de las posibles discapacidades motoras o senso- do de estos niños es complejo y genera mucha deman-
riales (alteraciones visuales, hipoacusia, etc.). da asistencial y mucha angustia familiar, y probable-
De todas formas, en la tasa global de superviven- mente es el grupo de niños que más tiempo permane-
cia, y como ya hemos visto, el grupo de niños con tu- cen hospitalizados y que más frecuentemente fallecen
mores cerebrales inmaduros es uno de los que presen- en el hospital.
tan peores cifras, por lo que tendremos muchos niños
que van a necesitar tratamiento paliativo, y además du-
rante un tiempo no despreciable (de meses, en la mayo- Sarcomas óseos
ría de las ocasiones). Los niños que sucumben a un tu-
mor cerebral pueden presentar, en la evolución de su Los tumores óseos malignos representan del 3% al
enfermedad hasta su muerte, multitud de síntomas; los 5% de los cánceres diagnosticados en menores de 15
más frecuentes son: dolor (cefalea o dolores musculares años y el 7%-8% de los adolescentes entre 15 y 19 años
y de espalda), convulsiones, síndrome confusional, dis- en las poblaciones occidentales. Los tumores óseos ma-
minución del nivel de conciencia, náuseas, vómitos, lignos engloban más de 20 formas diferentes. Las más
fiebre de origen central, síndrome de compresión me- frecuentes en menores de 20 años son el osteosarcoma
dular y alteraciones de la deglución. Por la presencia y el sarcoma de Ewing. En las Tablas XI y XII podemos
—en bastantes casos— de hipertensión endocraneal, la ver las tasas de incidencia ajustadas a edad y específicas
mayoría de estos niños reciben tratamiento corticoideo de los tumores óseos malignos, por subgrupo ICCC y
Tabla XI. Tasas de incidencia ajustadas a edad y edad específicas, 2000-2003 (SEER). Tumores óseos
malignos por subgrupo y edad
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
VIII. Tumores óseos malignos 6,3 8,5 - 1,4 5,0 12,4 15,1
VIII. (a) Osteosarcoma 3,9 5,2 - - 3,1 8,0 9,0
VIII. (b) Condrosarcoma - 0,3 - - - - 1,0
VIII. (c) Sarcoma de Ewing 2,0 2,5 - 1,0 1,5 3,5 4,0 27
Tabla XII. Tasas de incidencia por millón de tumores óseos malignos en Europa, 1988-1997 (ACCIS)
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-4 5-9 10-14 0-14 (ASR) 15-19
VIII. Tumores óseos malignos 1,3 4,9 11,9 5,5 15,1
VIII. (a) Osteosarcoma 0,2 2,4 6,8 2,8 8,4
VIII. (b) Condrosarcoma 0,0 0,1 0,4 0,1 1,3
VIII. (c) Sarcoma de Ewing 0,9 2,2 4,3 2,3 4,2
VIII. (d) otros tumores óseos específicos 0,1 0,1 0,3 0,2 0,7
VIII. (e) otros tumores óseos inespecíficos 0,1 0,1 0,2 0,1 0,6
ASR= tasa estandarizada –edad
Tabla XIII. Supervivencia a cinco años (95% IC) de niños y adolescentes con tumores óseos malignos
diagnosticados entre 1988 y 1997 en Europa (ACCIS)
Edad 0 -14 Edad 15-19
Nº Supervivencia % Nº Supervivencia %
VIII. Tumores óseos malignos 2.322 61 (59-63) 483 47 (43-52)
VIII. (a) Osteosarcoma 1.215 59 (56-62) 270 51 (44-57)
VIII. (b) Condrosarcoma 57 64 (49-75) 35 85 (67-93)
VIII. (c). Sarcoma de Ewing 938 62 (58-65) 144 30 (22-38)
VIII. (d). otros tumores óseos específicos 62 79 (66-88) 16 -
VIII. (e). otros tumores óseos inespecíficos 50 71 (55-82) 18 -
IC= intervalo de confianza.
edad, según el SEER2, para el periodo de tiempo 2000- tán limitados a las radiaciones ionizantes, puesto que el
2003 (Tabla XI), y según ACCIS9, para el periodo de osteosarcoma es el tumor secundario más frecuente en
tiempo 1988-1997 (Tabla XII). La mayoría de los tumo- los supervivientes de un cáncer infantil sometidos a ra-
res óseos malignos, incluidos ambos tipos, son sarco- dioterapia y a algunas condiciones genéticas, incluyen-
mas de alto grado que en el momento del diagnóstico do el retinoblastoma familiar, el síndrome de Li-Frau-
pueden estar extendidos a distancia, especialmente en meni y el síndrome de Rothmund-Thomson. Los pa-
los pulmones. La supervivencia de los sarcomas óseos cientes afectados por retinoblastoma presentan una alta
se encuentra alrededor del 65% a cinco años. En las incidencia de osteosarcoma, tanto en campo radiado
Tablas XIII y XIV se muestra la supervivencia a cinco como fuera de campo, en relación con las alteraciones
años de niños y adolescentes con tumores óseos malig- del gen RB.
nos diagnosticados entre 1988 y 1997 en Europa — Las localizaciones más frecuentes son las extremi-
ACCIS— (Tabla XIII) y en EE.UU. —SEER— (Tabla dades inferiores, alrededor de la articulación de la rodi-
XIV). La Figura 6 presenta los datos de supervivencia a lla, el fémur distal y la tibia proximal (60% de los ca-
cinco años por cohortes de diagnóstico en el periodo sos), pero este tumor puede aparecer en cualquier hue-
so. Generalmente, los síntomas de su comienzo consis-
1980-1999 en RNTI1 (España).
ten en dolor y tumefacción, y a menudo un traumatis-
mo sobre la región origina el descubrimiento de la
Tabla XIV. Supervivencia a cinco años de niños y lesión. La extensión metastásica más frecuente es el pul-
adolescentes con tumores óseos malignos món, y, con menor frecuencia, otros huesos. La radiolo-
(SEER) gía simple objetiva la lesión, pero es imprescindible la
Total Varones Mujeres realización de una resonancia, que proporciona mejor
VIII. Tumores óseos malignos 65,1% 64,6% 66,2% información sobre la afectación extraósea, sobre todo, y
VIII. (a) Osteosarcoma 65,9% 64,6% 69,1%
además es necesaria para el planteamiento quirúrgico.
El tratamiento del osteosarcoma es multimodal.
VIII. (c) Sarcoma de Ewing 59,0% 59,8% 57,9%
Aunque es radiosensible, necesita dosis muy altas de
radioterapia, por lo que ésta no se considera inicial-
mente en el tratamiento, salvo para las metástasis pul-
1,0 97 - 99 --> 68 % monares que no pueden ser resecadas tras quimiotera-
,9
pia. El tratamiento del osteosarcoma tiene, pues, dos
28 pilares básicos: la quimioterapia y la cirugía.
94 - 96 --> 57 %
,8 La quimioterapia es combinada. Los fármacos más
,7 efectivos en el osteosarcoma son cisplatino, adriamici-
91 - 93 --> 75 % na, metotrexate e ifosfamida. Existen varios ensayos
,6
clínicos10 basados en estos cuatro agentes, variando las
,5 dosis, la intensidad de dosis y la cronología. Durante su
88 - 90 --> 60 %
,4 administración, la quimioterapia produce efectos se-
cundarios agudos que alteran significativamente la vida
,3
84 - 87 --> 61 % de los niños y adolescentes.
La cirugía es básica, y, si es posible, debe ser radi-
Supervivencia
,2
,1
cal. En la última década se ha ido acopiando una gran
80 - 83 --> 39 %
experiencia en cirugía de conservación de extremidades
0,0
0 365 730 1095 1460 1825
mediante técnicas de endoprótesis, frente a la amputa-
ción, técnica predominante en los años 70 y 80. Las le-
Tiempo de supervivencia en días siones en los huesos prescindibles, como peroné, es-
Figura 6. RNTI-SEOP. Tumores óseos. Supervivencia a 5 años por cohortes de cápula o costillas, permiten una cirugía sin injertos o
años de diagnóstico. Periodo 1980-1999
endoprótesis. Los autoinjertos y los aloinjertos, solos o
acompañados, de material protésico metálico o de otros
materiales, constituyen la base de la cirugía actual. La
Osteosarcoma valoración de la superioridad de una técnica frente a la
otra todavía no está clara si se tienen en consideración
El osteosarcoma es uno de los dos tumores óseos todas las variables a largo plazo, es decir, incluyendo la
malignos más comunes en el niño y el adolescente. El calidad de vida que conservará el paciente.
pico de incidencia es entre los 10 y los 20 años. La inci- La supervivencia del osteosarcoma ha mejorado en
dencia anual es de 1,6-2,8 por millón de niños menores las últimas décadas. En la Figura 7 podemos ver la tasa
de 15 años. Es más frecuente en varones (razón niños/ de supervivencia a 5 años por cohortes de año diagnós-
niñas: 1,6/1). tico en el periodo de tiempo 1980-1999, según datos
La etiología es desconocida, pero hay evidencia de del RNTI en España1.
que la edad, el sexo y la localización anatómica del os- Así pues, a pesar de todas las mejoras, aproxima-
teosarcoma se relacionan con los periodos de creci- damente un 30% de los enfermos, generalmente ado-
miento rápido. Los factores de riesgo identificados es- lescentes, sucumben a su enfermedad, a veces tras va-
Supervivencia
final es más difícil para ellos y para su familia.
,1 80 - 83 --> 39 %
0,0
0 365 730 1095 1460 1825
Sarcoma de Ewing
Tiempo de supervivencia en días
Representa entre el 10% y el 15% de los tumores Figura 7. RNTI-SEOP. Osteosarcoma. Supervivencia a 5 años por cohortes de
óseos malignos. Rara vez se presenta en menores de 4 años de diagnóstico. Periodo 1980-1999
Las localizaciones anatómicas más frecuentes son Figura 8. RNTI-SEOP. Sarcoma de Ewing. Supervivencia a 5 años por cohortes
de años de diagnóstico. Periodo 1980-1999
los huesos largos y la pelvis. Dentro de los huesos lar-
gos, aparece con mayor frecuencia, y por este orden, en
el fémur (metáfisis distal y diáfisis), la tibia y el húmero.
Otros huesos planos en los que puede presentarse son El tratamiento quirúrgico debe ser individualiza-
las costillas, la escápula, las vértebras, los huesos del pie do. Se debe intentar obtener la escisión en bloque del
y los huesos craneales. tumor, tanto en las localizaciones distales como en las
El síntoma de comienzo más frecuente es el dolor, centrales (pélvica, etc.), puesto que la cirugía radical o
generalmente acompañado de tumefacción. El 20% de amplia, con o sin radioterapia, se ha mostrado más efi-
los pacientes presentan fiebre en la fase inicial. caz que la radioterapia sola en el control local de la en-
Los factores pronósticos de mayor importancia fermedad; el método quirúrgico debe llevarse a cabo
son: la localización anatómica, el volumen tumoral, la siempre tras la quimioterapia inicial.
presencia de metástasis a diagnóstico, la respuesta al La radioterapia se utiliza en el control local tras la
tratamiento quimioterápico y el grado de respuesta his- cirugía, o sustituyendo a ésta en los casos considerados
tológica a la quimioterapia. Una necrosis tumoral supe- inoperables debido a su localización.
rior al 90% en la pieza de resección quirúrgica compor- La megaterapia con rescate hematopoyético se uti-
ta un excelente pronóstico. liza como estrategia de tratamiento en los casos de alto
El tratamiento del sarcoma de Ewing incluye la riesgo inicial y en las recaídas, con resultados esperan-
erradicación de la lesión primaria con radioterapia y/o zadores en comparación con los tratamientos conven-
cirugía, junto con quimioterapia multidroga para con- cionales.
trolar la enfermedad metastásica microscópica. La inte- Los pacientes metastáticos a diagnóstico y los que
gración y el esquema de administración de las tres mo- recidivan tras el tratamiento inicial tienen muy mal pro-
dalidades de tratamiento se realizan actualmente inclu- nóstico, con supervivencias inferiores al 10%.
yendo a los pacientes en ensayos clínicos, con una in- La mejora de la supervivencia en el sarcoma de
tensidad de tratamiento adaptada a la localización, ex- Ewing es todavía un reto para los oncólogos infantiles
tensión, respuesta y riesgo de cada grupo de pacientes. (Figura 8).
A pesar de todos los esfuerzos, un 40% de los ni- El pronóstico del RMS depende de la edad, la loca-
ños y adolescentes afectados por el sarcoma de Ewing o lización, la histología y la extensión de la enfermedad,
por tumores de la familia Ewing sucumben a su enfer- siendo peor en los lactantes menores de 1 año y en los
medad y requieren tratamiento paliativo. La forma de adolescentes, en comparación con el grupo de edad de
progresión más frecuente que lleva hasta la muerte es la 1 a 9 años13. En las Tablas XVII y XVIII se observan las
diseminación metastásica al pulmón y a otros huesos, tasas de supervivencia a 5 años, nuevamente según los
por lo que el final de estos niños y adolescentes tiene grupos europeo (ACCIS) y americano (SEER); en am-
como síntomas más destacados la insuficiencia respira- bos casos se encuentran entre el 65% y el 70%, aunque
toria y el dolor óseo, a veces de difícil alivio; son pa- por subgrupos se observan claras diferencias. En las
cientes con mala situación basal porque generalmente Figuras 9 y 10 podemos comprobar la supervivencia a 5
han estado sometidos a tratamientos con altas dosis de años de los casos de SPB y rabdomiosarcoma por co-
quimioterapia y radioterapia. La progresión suele ser hortes diagnósticas en nuestro registro nacional (RNTI-
rápida, de varias semanas. SEOP)1, supervivencia que, como vemos, también se
halla en el mismo rango, en torno al 65% y el 70%.
En los últimos 40 años, el pronóstico ha mejorado,
Sarcomas de partes blandas desde el 25% en los años 70 hasta el 70% en los años
90, debido al uso de terapia multimodal y al desarrollo
Los sarcomas de partes blandas (SPB) son un grupo de fármacos citotóxicos efectivos. La mejora en las es-
heterogéneo de neoplasias que se desarrollan a partir de trategias de tratamiento del rabdomiosarcoma ilustra el
las células mesenquimales en cualquier parte del cuer- valor de los grupos cooperativos multiinstitucionales
po. Representan aproximadamente el 8% de todos los para el estudio de grandes series de tumores raros in-
cánceres pediátricos. Casi la mitad de los pacientes con fantiles con heterogeneidad clínica y biológica.
SPB son menores de 5 años cuando son diagnosticados. Hasta hace poco, la importancia clínica de la clasi-
Estas neoplasias se pueden dividir en dos grandes gru- ficación histológica de los SPBNR era limitada. La ma-
pos: rabdomiosarcoma (RMS) y sarcoma de partes blan- yor parte del conocimiento clínico y de la experiencia
das no rabdomiosarcoma (SPBNR). El RMS es el SPB conseguida en el manejo del rabdomiosarcoma se ha
más frecuente, representando entre el 50% y el 60% de aplicado también en el tratamiento de los niños y ado-
los casos. El fibrosarcoma es el más común de los SPB- lescentes con SPBNR, aunque éstos sean diferentes enti-
NR y supone entre el 10% y el 20% de los SPB. En las dades biológicas y con variable quimiosensibilidad.
30 Tablas XV y XVI podemos ver las tasas de incidencia es- El rabdomiosarcoma está entre los tumores sólidos
tandarizadas por edad para los distintos subgrupos de extracraneales más frecuentes en la infancia. Tiene su
SPB, según los dos grandes grupos, el europeo (AC- origen en las células mesenquimales primitivas involu-
CIS)12 y el americano (SEER)2. La localización primaria cradas en el desarrollo del músculo estriado. Puede lo-
depende de la edad y del subtipo histológico. calizarse en cualquier parte del organismo, incluso en
Tabla XV. Número de casos y tasas de incidencia de los sarcomas de partes blandas por grupos
diagnósticos en niños diagnosticados en Europa entre 1988 y 1997 (ACCIS)
Tasas incidencia por millón
Nº Específico por edad ASR M/F
<1 1-4 5-9 10-14 0-14
IX. Sarcoma de partes blandas 3.571 14,5 11,0 7,1 8,0 9,1 1.2
IX. (a) Rabdomiosarcoma 2.071 6,6 8,5 4,4 3,0 5,4 1.4
IX. (b) Fibrosarcoma 459 3,0 0,6 0,8 1,6 1,1 1.0
IX. (d) Otros SPB específicos 812 3,6 1,5 1,3 2,8 2,0 1.0
IX. (e) Otros SPB inespecíficos 223 1,4 0,5 0,4 0,6 0,6 1.2
Nº = número; ASR = tasa estandarizada edad; M/F = relación niños/niñas.
Tabla XVI. Tasas de incidencia ajustadas a edad y edad específicas, 2000-2003 (SEER). Sarcoma de
partes blandas por subgrupo y edad
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
IX. Sarcoma de partes blandas 10,7 12,1 17,5 10,7 7,9 12,2 16,3
IX. (a) Rabdomiosarcoma 5,3 4,9 5,1 8,3 4,4 3,8 3,8
IX. (b) Fibrosarcoma 1,2 1,4 6,0 - - 1,5 1,9
IX. (d) Otros SPB específicos 3,5 4,9 4,8 1,8 2,3 5,7 9,0
IX. (e) Otros SPB inespecíficos 0,8 0,9 - - - 1,3 1,4
Tabla XVII. Número de casos y supervivencia a 5 aquellos lugares en los cuales el músculo estriado no se
años de los sarcomas de partes blandas por encuentra habitualmente. Las localizaciones primarias
grupo diagnóstico en niños (0-14 años)
diagnosticados en Europa entre 1988 y 1997
más frecuentes son: genitourinarias (24%), paramenín-
(ACCIS) geas (16%), extremidades (19%), órbita (9%), cabeza y
cuello no parameníngeas (10%), y otras localizaciones
Nº S 5 años % 95% IC
(22%). La etiología es desconocida, pero hay factores
IX. S
arcoma de partes genéticos que pueden jugar un papel importante en el
blandas 3.342 65 63-66
origen del RMS. El RMS es una neoplasia de células
IX. (a) Rabdomiosarcoma 1.962 63 60-65 pequeñas, redondas y azules, que presenta el diagnósti-
IX. (b) Fibrosarcoma 421 82 73-88 co diferencial con el neuroblastoma, los tumores de la
IX. (d) Otros SPB familia Swing y el linfoma. Los subtipos embrionarios y
específicos 761 61 58-65 alveolares de RMS presentan, cada uno de ellos, anoma-
IX. (e) Otros SPB lías genéticas bien diferenciadas. El RMSa se caracteriza
inespecíficos 194 59 51-65 por la pérdida de heterocigosidad en el brazo corto del
Nº = número; IC = intervalo de confianza.
cromosoma 11 (11p15.5), lo cual sugiere la inactiva-
ción de un gen supresor del tumor. La mayoría de los
Tabla XVIII. Supervivencia a cinco años de niños y RMSa presentan traslocaciones cromosómicas recípro-
adolescentes con sarcomas de partes blandas cas t (2; 13) (q35; q14) o t (1;13) (p36; q14); la conse-
por sexo (SEER) cuencia molecular de estas traslocaciones es la genera-
Total Varones Mujeres ción de nuevos genes de fusión PAX3-FKHR y PAX7-
IX. S
arcomas de partes FKHR, respectivamente.
69,2% 69,5% 70,1%
blandas Este potencial diferente de transformación está
IX (a) Rabdomiosarcoma 61,0% 63,6% 57,3% correlacionado con el comportamiento clínico. La ex-
presión de PAX3-FKHR en RMSa se relaciona con un
tipo de tumor especialmente agresivo.
1,0 97 - 99 --> 71 % Los signos y los síntomas están en relación con la
,9 localización del tumor, con su volumen, con las estruc-
,8 94 - 96 --> 69 % turas vecinas del mismo y con la localización de las
,7
metástasis. Los tumores de extremidades habitualmente
91 - 93 --> 65 %
se presentan como masas sintomáticas. 31
,6
El diagnóstico debe basarse en el estudio histoló-
,5 gico, idealmente mediante una biopsia abierta, con
88 - 90 --> 66 %
,4 material suficiente para realizar estudios genéticos y
,3
moleculares.
84 - 87 --> 51 %
Debe hacerse un diagnóstico completo del tumor
,2
Supervivencia
91 - 93 --> 64 %
te, con afectación ganglionar resecada o bien con
,6
restos microscópicos tras la resección.
,5 • Grupo III: resección incompleta o afectación gan-
88 - 90 --> 66 %
,4 glionar no resecada.
• Grupo IV: metástasis a distancia.
,3
84 - 87 --> 47 %
,2
lactantes, sin disminuir la incidencia de la enfermedad sentan por encima de 1 año de edad. La correlación
metastásica, de mal pronóstico, que se presenta en ni- entre estadios avanzados y diversos factores biológicos
ños mayores, por lo que este screening no contribuyó a proporciona claves para el mecanismo del comporta-
mejorar la supervivencia del neuroblastoma. miento. La amplificación del oncogén N-MYC, la des-
La etiología del neuroblastoma es desconocida, trucción del cromosoma 1 y el contenido diploide DNA
pero parece probable que se trate al menos de dos enti- condicionan un mal pronóstico.
dades biológicamente distintas, que van desde el esta- Los datos de supervivencia global están representa-
dio 4 S, que puede regresar espontáneamente, hasta las dos en las Tablas XXI y XXII (datos procedentes de SEER2
formas altamente agresivas y metastásicas, que se pre- y del ACCIS14) y en la Figura 11 (datos del RTNI1).
Tabla XIX. Tasas de incidencia ajustadas a edad y edad específicas, 2000-2003. Neuroblastoma y otros
tumores del sistema nervioso periférico por subgrupo y edad (SEER)
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO 0-14 0-19 <1 1-4 5-9 10-14 15-19
IV. N
euroblastoma y otros tumores del sistema
nervioso periférico 9,9 7,6 50,5 19,2 3,4 1,7 -
IV. (a) Neuroblastoma y ganglioneuroblastoma 9,8 7,4 50,3 19,1 3,4 1,6 -
Tabla XX. Tasas de incidencia de neuroblastoma [ICCC IV (a)] por millón en 1988-1997, por grupos de
edades y periodos de 5 años y regiones (Fuente: ACCIS)
Incidencia en todas las
Periodos de Incidencia por grupos de edad
Regiones edades
tiempo
0 1-4 5-9 10-14 Casos Tasa estandarizada
Europa 1988-1992 50,9 18,4 1,0 1,0 1.640 10,9
1993-1997 57,8 19,4 2,6 1,0 1.481 11,6
Islas Británicas 1988-1992 33,6 19,1 3,5 0,8 482 9,8
1993-1997 34,8 15,4 2,4 0,5 261 8,4
33
Este 1988-1992 53,4 19,7 3,9 2,1 190 12,1
1993-1997 64,4 21,4 2,7 1,6 177 12,9
Norte 1988-1992 48,9 15,7 3,2 1,5 123 10,1
1993-1997 33,7 17,8 1,3 1,6 116 9,0
Sur 1988-1992 56,4 16,9 2,4 0,3 71 10,4
1993-1997 82,4 17,7 3,2 0,7 80 13,1
Oeste 1988-1992 65,4 18,5 2,5 1,0 725 11,9
1993-1997 70,6 21,4 2,9 0,9 847 13,3
Tabla XXI. Tasas de supervivencia relativa a cinco años de niños con neuroblastoma y tumores del
sistema nervioso periférico (1996-2002) por sexos y edad (Fuente: SEER)
ICCC GRUPO Y SUBGRUPO <1 1-4 5-9 10-14 15-19 0-14
IV. Neuroblastoma y otros tumores del sistema nervioso periférico 90,6 59,3 53,1 68,7 71,4 68,8
IV. (a) Neuroblastoma y ganglioneuroblastoma 0,2 2,4 6,8 2,8 8,4 68,8
Tabla XXII. Supervivencia a 5 años de neuroblastoma [ICCC IV (a)] en 1988-1997 por grupos de edades y
regiones. Porcentaje de supervivencia (95% de intervalo de confianza) (Fuente: ACCIS)
Supervivencia para todas las
Región Supervivencia a 5 años por grupos de edad
edades
0 1-4 5-9 10-14 Casos 0-14
Europa 84 47 42 38 3.668 59
Islas Británicas 80 37 34 26 770 49
Este 78 37 31 29 468 47
Norte 81 48 32 36 239 57
Sur 85 46 55 38 354 62
Oeste 87 54 50 51 1.837 67
1,0
Clínica
97 - 99 --> 76 %
,9
Varía dependiendo de la localización del tumor
,8 94 - 96 --> 65 %
primario y de si hay metástasis o fenómenos para-
,7 neoplásicos. Se han descrito como presentaciones clási-
,6
91 - 93 --> 64 % cas un niño de entre 3 y 4 años, con irritabilidad, cojera
y equimosis periorbitarias, o el lactante con una enor-
,5
88 - 90 --> 60 % me hepatomegalia que incluso conlleva dificultad respi-
,4 ratoria y nódulos subcutáneos.
,3 Los tumores primarios pueden localizarse donde
84 - 87 --> 51 %
haya estructuras del sistema nervioso simpático. Aproxi-
Supervivencia
,2
madamente, el 25% se localizan en el cuello y el tórax,
,1 80 - 83 --> 47 %
el 70% en el abdomen y el 5% en la pelvis. Es frecuente
0,0
0 365 730 1095 1460 1825
que se presenten como una masa dura que ocasiona
dolor abdominal, e hipertensión si hay compresión de
Tiempo de supervivencia en días
vasos renales; los tumores pélvicos pueden causar estre-
Figura 11. RNTI-SEOP. Neuroblastoma. Supervivencia a cinco años por cohortes ñimiento y trastornos miccionales, y otras veces conlle-
de años de diagnóstico. Periodo 1980-1999.
van una tumoración cervical que puede acompañarse
del síndrome de Horner.
Los tumores torácicos a veces son asintomáticos y
La supervivencia del neuroblastoma está muy en se descubren casualmente en una radiografía. Tanto los
relación con el factor edad y sobre todo con la presencia torácicos como los abdominales y los pélvicos pueden
o no de amplificación del oncogén N-Myc. extenderse hacia el canal medular, comprimiendo las
Según un análisis univariante de 306 pacientes con raíces nerviosas y la médula, con síntomas como radi-
neuroblastoma, incluidos en el protocolo español (N-II-92), culalgia y paraplejia, además de otros intestinales y
en un periodo de seguimiento de 110-120 meses, la super- vesicales.
vivencia global de casos diagnosticados en lactantes meno- Los lugares donde más frecuentemente aparecen
res de un año de edad alcanzó el 87%, frente a la de niños las metástasis son los huesos, los ganglios linfáticos y la
diagnosticados por encima del año, que fue del 55%. médula ósea.
En análisis univariante de la supervivencia global a Las metástasis óseas son dolorosas y producen irri-
34
60 meses, según el estado del oncogén N-myc, es del tabilidad, y la cojera es una manifestación frecuente. La
75% en tumores sin amplificación y del 35% en tumo- infiltración de médula ósea se manifiesta con anemia y
res con amplificación del oncogén N-Myc. posterior trombopenia. Las metástasis retroorbitarias
producen proptosis y equimosis periorbitarias.
Aparecen manifestaciones paraneoplásicas, opso-
Anatomía patológica clonus y ataxia cerebelosa (suele asociarse a tumores de
buen pronóstico). Otras veces, diarrea secretora, asocia-
Los neuroblastomas son muy heterogéneos y están da a la liberación de péptido intestinal vasoactivo
formados principalmente por dos tipos de células: los (VIP).
neuroblastos, que son células embrionarias que pueden
madurar hacia células ganglionares, y las células de
Schwann, que forman el estroma del tumor. Es frecuen- Diagnóstico
te la agrupación de neuroblastos en pseudorrosetas
(pseudorrosetas de Homer Wrigth). Para el diagnóstico de extensión se utilizaba el sis-
Se utiliza actualmente la clasificación anatomopa- tema internacional INSS (Brodeur, 1993) y actualmente
tológica Internacional Neuroblastoma Pathology Classifi- el INRGSS (Internacional Neuroblastoma Risk Group Sta-
cation (INPC), diseñada por patólogos15 de EE.UU. y de ging System), recientemente presentado —38.º Congre-
Europa, y que se basa en: so de SIOP, 2006, Geneva— (Tablas XXIII y XXIV).
Tanto la TAC como la RNM pueden valorar la ex-
1) El grado de diferenciación de los neuroblastos. tensión del tumor primario, la afectación ganglionar y
2) La presencia o ausencia de células de Schwann o también algunas metástasis. La ecografía abdominal, en
de estroma. manos expertas, ofrece muchos datos, fundamental-
3) La presencia o ausencia de nódulos neuroblásticos. mente sobre el retroperitoneo. La RMN es una técnica
4) Un índice de agresividad del tumor indicado por el óptima para descartar la extensión intrarraquídea del
índice mitosis cariorexis (MKI). tumor a través de los agujeros de conjunción.
Gammagrafía con MIBG. Es captado por las células
Partiendo de estos hallazgos, se definen los si- del sistema simpático productoras de catecolaminas.
guientes tumores: neuroblastoma (indiferenciado, po- Tiene una especificidad de >98% y sensibilidad >90%.
bremente diferenciado o diferenciado), ganglioneuro- Entre un 5% y un 10% de neuroblastomas, no capta
blastoma (mixto o nodular) y ganglioneuroma. MIBG, y en éstos se recomienda hacer Tc99.
Tabla XXIII. The International Neuroblastoma Risk tico. El estudio biológico del tumor es básico para esta-
Group Staging System (INRGSS) blecer el protocolo adecuado de tratamiento.
Estadio L1: T
umor loco-regional que no afecta a Los estadios 1 y 2 deberían extirparse sin secuelas
estructuras vitales como se definen en la y no llevan después ni quimio ni radioterapia, aun en el
lista de Factores de Riesgo Definidos por
caso de enfermedad residual. El LNESG (Grupo Euro-
Imagen.
peo para el Estudio del Neuroblastoma Localizado) re-
Estadio L2: T
umor loco-regional con presencia de uno o
comienda una nueva resección quirúrgica en caso de
más Factores de Riesgo Definidos por
Imagen. recaída del tumor localizado. Los neuroblastomas en el
estadio 3 se clasifican ahora según tengan o no amplifi-
Estadio M: Enfermedad metastásica a distancia
(excepto Estadio Ms).
cado el N-Myc, y sólo aquellos en los que se observa
amplificación del N-Myc y/o delección del 1p serán
Estadio Ms: E
nfermedad metastásica limitada a piel y/o
tratados con quimioterapia intensiva, al igual que los
hígado y/o médula ósea.
pertenecientes al estadio 4.
Los tumores del estadio 4, en niños mayores de 1
año, se tratan con quimioterapia inicial agresiva, segui-
Catecolaminas en orina. Entre el 90% y el 95% de da de resección quirúrgica y consolidación con quimio-
pacientes con neuroblastoma hay una elevación de las terapia mieloablativa (MAT) y soporte hematológico
catecolaminas en la orina y también de sus metabolitos, con progenitores de periférica. Posteriormente, y para
sobre todo de los ácidos homovanílico y vanilmandéli- la enfermedad mínima residual, se utilizan inmunomo-
co. Enolasa (NSE), ferritina y LDH pueden ser útiles. duladores o terapia de diferenciación (ácido 13 cis reti-
Examen de médula ósea. La invasión de médula noico o antiGD2).
ósea es un factor de mal pronóstico y para descartarla es A pesar de que el neuroblastoma es probablemente el
necesario obtener muestras mediante biopsia de crestas tumor pediátrico mejor estudiado desde el punto de vista
iliacas o al menos con dos aspirados en diferentes sitios. molecular y genético, continúa siendo un enorme reto
para los oncólogos pediátricos, y los diagnósticos realiza-
dos en niños mayores de un año, que en su gran mayoría
Bases del tratamiento constituyen pacientes de alto riesgo, obligan a iniciar pau-
tas de poliquimioterapia secuenciada en la inducción, de
En los protocolos actuales, la intensidad y la dura- forma paralela a un soporte hematológico y de profilaxis
ción de tratamiento se establecen sobre la base de los infecciosa, que en muchos casos de mala evolución pasa- 35
grupos de riesgo en que se cataloga a los pacientes, no rán, casi sin transición, a tratamiento paliativo.
sólo por la extensión de su tumor y por la edad de pre- Cuando estos tumores progresan, la invasión por
sentación, sino también por la presencia o la ausencia contigüidad de órganos vecinos y la diseminación con
de factores genéticos y moleculares (amplificación del metástasis óseas, que son frecuentes, producen mucho
N-Myc y delección del 1p), que presentan mal pronós- dolor e irritabilidad.
Posteriormente, estos autores desarrollaron un es- completa en el 42% y parcial en el 37%; en el c), mejo-
tudio combinando vinorelbina (a dosis de 25 mg/m2 los raron neurológicamente 4 de los 5 niños, y en el d), 2
días 1, 8 y 15, con ciclofosfamida oral a bajas dosis, 25 niños mejoraron y 1 progresó.
mg/m2/día, durante 28 días, con toxicidad hematológi-
ca de neutropenia grado = 0 > 3), sin toxicidades agu-
das importantes, alcanzando respuestas favorables (de Isótopos
18 pacientes, 1 remisión completa y 6 parciales). Con-
cluyen que la vinorelbina, en combinación con la ciclo- En situaciones muy concretas puede utilizarse la
fosfamida, posee actividad en sarcomas recurrentes19. MIBG con I123 ó I131, de forma paliativa, para dismi-
nuir el dolor de las metástasis óseas del neuroblastoma.
También se ha utilizado el samario para las metás-
Radioterapia paliativa tasis óseas del osteosarcoma.
como irreversible y permanente, pero selectiva; sólo los cialistas no hay tiempo dedicado específicamente al
mayores mueren. A partir de los 9 o 10 años se alcanza adiestramiento para la comunicación de malas noticias.
el concepto maduro de la muerte, pero se actúa desde la Se considera a los profesionales de la oncología como
premisa de que la muerte propia es poco probable. algunos de los más idóneos para hablar de los cuidados
Saber el concepto de muerte que tiene un niño re- del fin de la vida y de la muerte, debido a la frecuencia
quiere hacer una valoración individual, ya que una va- con que se enfrentan a ésta. Sin embargo, en el año
riedad de elementos tales como la cultura, el deseo pa- 1998 se llevó a cabo en EE.UU. una investigación22 so-
terno de hablar de la muerte y las experiencias persona- bre la formación de los oncólogos infantiles, no sólo
les pueden facilitar o impedir que este concepto se de- desde el punto de vista científico sino también en habi-
sarrolle. Comparado con tiempos pasados, parece que lidades de comunicación y cuidados. La mayoría de es-
los niños de esta sociedad moderna están relativamente tos profesionales respondieron que el método utilizado
aislados de las experiencias directas de muerte, porque para aprender sobre los cuidados del fin de la vida ha-
la esperanza de vida se ha alargado, cuando fallecen los bía sido el de “ensayo-error”, y sólo el 10% había reali-
abuelos ya no hay niños en la familia, las familias están zado un curso formal sobre cuidados finales. El apren-
geográficamente dispersas, el contacto familiar es me- dizaje desestructurado y no guiado a través de la expe-
nor y el cuidado de los mayores se realiza fuera del ho- riencia pone a los niños y a sus familias en riesgo de
gar. Para muchos niños, su contacto con la muerte se sufrimiento prevenible.
realiza a través de los medios de comunicación, pelícu- Hablar directamente con el niño moribundo es
las y videojuegos. Las mascotas u otros animales pue- extremadamente difícil para los padres, ya que muchos
den ser una fuente común de experiencias de muerte, de ellos están demasiado afectados, o este papel les so-
pero también en este caso muchos padres les ocultan brepasa o tienen otras prioridades. Debe ser tarea de los
esa muerte con mentiras (les dicen que se lo han lleva- profesionales el guiarles en esta tema, facilitar el qué,
do, etc.). cómo, cuándo y dónde. Sin embargo, las familias que
En el terreno de las experiencias personales, los han sido capaces de hablar abiertamente con su hijo
niños afectados por una enfermedad con compromiso aprecian esta experiencia como pocas. La comunicación
de muerte pueden adquirir un concepto más maduro no verbal es muy importante; las palabras, siendo im-
de la muerte mucho antes que sus coetáneos sanos, co- portantes, nunca lo son tanto como los sentimientos
mo resultado de la experiencia de su enfermedad y sus mostrados al niño.
tratamientos. En ocasiones, también estas experiencias La comunicación, a través de las diferentes edades,
38 pueden tener el efecto contrario, sobre todo en adoles- niveles de desarrollo y capacidades de toma de decisio-
centes, por falta de responsabilidades (sobreprotección nes, es una habilidad compleja que debe adquirirse y
paterna), por los efectos del rechazo social (baja autoes- mantenerse con esfuerzo. Los niños tienen derecho a
tima debida a la falta de aceptación de sus compañeros) ser tratados como personas en desarrollo; como perso-
o por aislamiento social (dificultades para la participa- nas con capacidad para la racionalidad, la autonomía y
ción en actividades sociales, deportivas e intelectuales). la participación en la toma de decisiones sobre sus cui-
Actualmente no se habla de la muerte en las fami- dados de salud. A cualquier edad, sin embargo, puede
lias, es un tema que se evita, por dos motivos: en pri- que no posean ninguna capacidad para ello, o que ten-
mer lugar porque provoca ansiedad en los adultos gan alguna, o quizá ya hayan adquirido todas las capa-
mantener esta conversación con los niños y en segundo cidades necesarias para participar en sus cuidados. Así
lugar porque se asume que los niños son desconocedo- pues, los niños y los adolescentes deben tener la opor-
res de la muerte, no están interesados en ella y, sobre tunidad de:
todo, no están expuestos a ella, fundamentalmente de-
bido a las mejoras en el tratamiento de las enfermeda- • Conocer su condición médica.
des y al avance de las técnicas médicas. • Saber lo que les depara el futuro.
Para hablar de la muerte con un niño de una mane- • Conversar con claridad acerca de sus sentimientos
ra confortable, los adultos deben ser conocedores de sus y preocupaciones.
propias creencias y motivaciones, pues es esencial con- • Conocer las posibles elecciones que puedan hacer.
frontar los sentimientos que afloran cuando estás con el • Contribuir a decidir acerca de sus cuidados en la
que va a morir. ¿Qué significado tiene la muerte? Es un medida que puedan.
fracaso o es la aceptación de las limitaciones médicas.
Los sanitarios manifiestan ansiedad ante la conver- Excluir a los niños —en particular, a los adoles-
sación que han de mantener con los niños y sus padres centes— de las conversaciones acerca del diagnóstico,
sobre una muerte inminente. La ansiedad y el temor el pronóstico y las estrategias de tratamiento, puede
pueden interferir con una valoración profunda del esta- aislar a estos pacientes emocionalmente e impedir a los
do emocional y espiritual del niño, así como de la eva- padres y a los clínicos apreciar los valores objetivos y la
luación de las circunstancias del niño y de su familia. experiencia de su enfermedad y de su tratamiento.
Una evaluación incorrecta puede comprometer, a su Cuando está claro que un niño va a fallecer, la ma-
vez, los esfuerzos oportunos para identificar y aliviar el yoría de los adultos se preguntan cómo responder a la
dolor físico y emocional. En las facultades de Medicina cuestión: “¿Me voy a morir?”. En realidad, los niños y
y Enfermería, durante los años de formación de espe- los adolescentes preguntan esto muy raramente.
Para responder, el profesional debe valorar el con- lias, se encontró que 6 (19%) hablaron entre ellos con
texto en el cual se ha formulado la pregunta. Un niño claridad sobre la proximidad de la muerte; 7 niños
puede preguntar si se va a morir porque tiene un dolor (23%) lo sabían, pero prefirieron no hablar de ello; 2
no controlado o porque observa un cambio en la acti- familias (6%) impidieron la conversación con el niño; 9
tud de sus padres o del personal que lo atiende; en ge- niños (29%) murieron desconociendo la cercanía de su
neral, cuando se conoce que a un niño le queda poca muerte, y 7 familias (23%) desconocían lo que los ni-
vida se tiende a tener un trato más compasivo con él, ños pensaban. Entre los clínicos, 22 abogaron por una
circunstancia que no le pasa inadvertida. Las palabras y abierta aproximación a los niños, pero sólo el 45% re-
las formas de un profesional pueden no servir a otro; el conocieron haberlo hecho.
niño, generalmente, se dirige a uno en concreto porque Personalmente creo que los niños, cuando su esta-
le gusta más su forma de expresarse. Al responder, es do físico se deteriora y, por la experiencia de su enfer-
esencial evitar respuestas triviales o inoportunas —por medad y de los tratamientos recibidos, ve cómo éstos
ejemplo, la respuesta “todos nos moriremos algún día” cambian desde una actitud centrada en la curación de
no contesta a la ansiedad del que hace la pregunta— y, su mal a una actitud orientada a paliar sus efectos, en-
sobre todo, hay que realzar el plan de cuidados que se tonces son conscientes de su posible muerte, si bien
va a tener con él y con su familia. pocas veces lo verbalizan, manifestándose tristes, aisla-
El error más frecuentemente cometido por los dos y silenciosos, en general protegiendo a sus padres
adultos es responder a las preguntas de una forma di- de su conciencia de la muerte. En estos momentos hay
recta e inmediata, sin asegurarse de qué está preguntan- que buscar la manera de conseguir que el niño nos diga
do en realidad, y dar más información de la que el niño por qué ha cambiado su actitud y nos manifieste su
desee. Una vez que se inicia la conversación, hay que miedo. Los niños, como los adultos, de la muerte te-
escuchar cuidadosamente para asegurarse de las pre- men, sobre todo, el sufrimiento y la soledad. Poder de-
ocupaciones del niño. Es importante no negar la verdad cirles que les cuidaremos, les acompañaremos y alivia-
de los sentimientos del niño tal como él los percibe. Y remos su sufrimiento, les tranquiliza y disminuye la
también hay que entender, después de haber hablado ansiedad.
de la realidad de la situación, la posibilidad de que el En un terreno menos científico siempre hay anéc-
niño hable de planes próximos, como un viaje, una dotas, incluso de niños pequeños, que claramente pre-
fiesta, etc. vén su muerte cercana mediante sueños o dibujos.
Valorar cómo contestar a un niño requiere destreza Existe un libro escrito por Bluebond-Langner23, titula-
y juicio. La observación del comportamiento del niño do Los mundos privados de los niños moribundos, en el que 39
da claves claras. Si está ansioso, encerrado en sí mismo describen varias de estas manifestaciones. Un niño de
o sobreactuando, puede estar pidiendo una comunica- cinco años, acostado incómodo sobre su espalda, es
ción más clara. Algunos se comunican claramente, pero preguntado si quiere que le den la vuelta y contesta:
de manera indirecta (dibujos, comentarios sobre perso- “No, estoy practicando para mi ataúd”. Otro niño, pre-
najes, escritura, muñecos, juguetes, etc.). guntado sobre qué iba a ser cuando fuese mayor, con-
La mayor preocupación de los padres y del que va testa: “Un fantasma”. En ambos casos está claro que los
a morir es la posibilidad de dolor u otros síntomas de niños sienten su muerte próxima.
sufrimiento. El objetivo del tratamiento paliativo es evi- Como mensaje final, querría decir que cuando se
tar al paciente el mayor grado posible de malestar, y produce la muerte de un niño/adolescente debemos
mantenerle y lo más alerta posible, ya que sólo en un procurar:
estado libre de dolor el niño puede desarrollarse social
y mentalmente y disfrutar del tiempo que le quede, por • Que el niño no muera solo.
corto que sea, con su familia y sus amigos. • Dar tiempo a que la familia esté sola con el cuerpo
Con estas pinceladas sobre lo que debe de ser la del fallecido.
comunicación con el niño y la familia quiero transmitir • Asegurar a la familia que el niño ha aportado algo
el consenso actual entre los pediatras, psicólogos, eticis- al equipo, recordar anécdotas, etc.
tas y legisladores de que los niños y los adolescentes • Evitar comentarios insensibles, recordar que siem-
entienden la muerte, la sienten y deben ser partícipes pre se ha hecho lo mejor.
de la suya propia si así les sobreviene. Sin embargo, en • Recordar las necesidades de los hermanos.
los ambientes hospitalarios en que nosotros nos move-
mos, ni los padres ni los profesionales hacen suya toda-
vía esta doctrina, por lo que, volviendo al inicio de mi
exposición, si al niño no se le hace partícipe de la posi- u u CASOS PRÁCTICOS u u
pero en las últimas semanas el dolor es más intenso. Se al enfermo de la progresión tumoral a pesar de los repe-
realiza un estudio radiológico, objetivándose una tumo- tidos intentos de tratamiento de rescate.
ración que afecta a epífisis, metáfisis y diáfisis proximal El paciente nos expresa su deseo de no acudir al
de la tibia derecha, por lo que es remitido a la Unidad hospital y se programa tratamiento paliativo con asisten-
de Oncopediatría. En la exploración se observan ya sig- cia domiciliaria, en colaboración con la Unidad de Cui-
nos de inflamación de partes blandas en la zona de la dados Paliativos de adultos. Se mantuvo el contacto tele-
rodilla, sin derrame articular y con claudicación en la fónico con el personal del hospital. La analgesia inicial se
deambulación, siendo normal el resto del examen físico realizó con parches de fentanilo y morfina oral, y en una
por aparatos. Se realiza una biopsia de la lesión, que ocasión de administró una transfusión de concentrado
confirma el diagnóstico de osteosarcoma osteogénico, y de hematíes en el hospital comarcal. Posteriormente esto
un estudio de extensión, que resulta normal. Se inicia el fue insuficiente, por lo que se le administró sedoanalge-
tratamiento quimioterápico preoperatorio según proto- sia con perfusión continua subcutánea, con midazolam y
colo SEOP-95, siendo intervenido quirúrgicamente con morfina en dosis suficientes para garantizar su bienestar.
resección tumoral y reconstrucción con prótesis sobre El paciente es consciente de su situación y es capaz de
aloinjertos. Tras la recuperación de la cirugía se reinicia expresar sus inquietudes y deseos a sus familiares y al
la quimioterapia, finalizando el tratamiento 10 meses personal que lo atiende. Fallece en su domicilio tres me-
después del diagnóstico. Durante este tiempo requiere ses después, acompañado por sus familiares. La familia
múltiples ingresos para la administración de quimiote- comunica la muerte a la unidad y se mantiene contacto
rapia y por presentar complicaciones como mucositis telefónico con ella en las semanas siguientes.
por metotrexate. La evaluación del fin de tratamiento
resulta normal. Presenta complicaciones locales, preci-
sando un recambio protésico y una reintervención por Caso número 2
pseudoartrosis de tibia.
Permanece en remisión completa durante 22 me- Paciente de 2 años, diagnosticado de síndrome de
ses, con buena calidad de vida, realizando actividades Gorlin, que ingresa en la Unidad de Oncopediatría por
que corresponden a un adolescente de su edad. tumoración intracraneal de fosa posterior.
Dos años y medio después del diagnóstico inicial, Como antecedentes, la madre del niño fue diag-
en un control radiológico rutinario se detecta metástasis nosticada de síndrome de Gorlin a los 13 años por pre-
pulmonar aislada, que se interviene quirúrgicamente, sentar el cuadro clínico característico y, al igual que la
40 con resección completa y bordes quirúrgicos libres. Se abuela materna y la tía materna, es portadora de una
administra el tratamiento quimioterápico durante 5 inversión periférica en el cromosoma 9.
meses. El síndrome de Gorlin es una enfermedad autosó-
Cuatro meses después presenta segunda recidiva, mica dominante que se caracteriza clínicamente por
con la aparición de linfadenopatías inguinales infiltra- presentar facies típica, fisura labiopalatina, anomalías
das por osteosarcoma, que se resecan quirúgicamen- esqueléticas, macrocefalia, pits palmoplantares, múlti-
te, con biopsias musculares y óseas en la zona de la ples carcinomas basocelulares y queratoquistes mandi-
rodilla que resultan normales. Posteriormente ingresa bulares. Además, comporta una predisposición a desa-
durante varias semanas por infección del material rrollar una gran variedad de neoplasias malignas, entre
protésico. En este momento ya se informa a la familia ellas el meduloblastoma.
del mal pronóstico del caso y el paciente decide no El caso que nos ocupa ingresó tras el nacimiento
recibir más quimioterapia, dada la resistencia del tu- en el servicio de Neonatología por presentar los antece-
mor a la misma y la aceptable calidad de vida que dentes familiares indicados anteriormente, con fisura
tiene. A los 6 meses reaparecen metástasis gangliona- palatina, pie equino varo izquierdo, macrocefalia, frente
res en la zona inguinal, con masa intraabdominal, y se amplia y estrabismo convergente alternante. En la TAC
plantea a la familia y al paciente la posibilidad de una se observan hallazgos compatibles con hemimegaence-
cirugía más agresiva, practicándose la desarticulación falia. En el cariotipo se detectó inversión pericéntrica
de la extremidad inferior derecha y la resección de la del cromosoma 9.
masa intraabdominal; no se realiza terapia comple- Confirmado el diagnóstico de síndrome de Gorlin,
mentaria alguna. fue intervenido de la fisura labiopalatina y del pie. Pre-
Vuelve a presentar recidiva 8 meses más tarde, con senta un retraso motor leve.
aparición de masa inguinal, con extensión intrapélvica, A los dos años de vida inicia episodios de cefalea,
por lo que es reintervenido. La indicación quirúrgica en vómitos e inestabilidad en la marcha. Se realiza un fon-
este momento puede ser discutida, ya que la posibili- do de ojo, observándose un edema de papila bilateral.
dad de realizar una resección radical es poco probable y En RMN cerebroespinal se evidencia hidrocefalia tri-
no se tienen otras posibilidades terapéuticas comple- ventricular y gran tumoración localizada en hemisferio
mentarias. Se realiza la intervención con una intención cerebeloso izquierdo, con nódulos tumorales en la re-
paliativa del dolor y para evitar un cuadro obstructivo. gión temporal derecha y diseminación leptomeníngea.
Tras la recuperación quirúrgica, presenta un agudo do- Estos hallazgos y la enfermedad genética de base sugie-
lor abdominal y anemia, objetivándose una masa en la ren con alta probabilidad el diagnóstico de meduloblas-
zona epigástrica y pancreática. Se informa a la familia y toma —PNET— diseminado.
Es intervenido de urgencia para la colocación de 2. Ries LAG, Harkins D, Krapcho M, Mariotto A, Millar BA, Feuer
válvula y drenaje ventrículo-peritoneal, con el fin de EJ, Clegg L, Eisner MP, et al. SEER Cancer Statistics Review,
1975-2003, National Cancer Institute. Bethesda. http://seer.can-
controlar el cuadro de hipertensión endocraneal cau- cer.gov/csr/1975_2003/.
sante de los síntomas que presentaba el niño. 3. Steliarova-Foucher E, Kaatsch P, Lacour B, Pompe-Kirn V, Eser S,
Ante la imposibilidad de tratamiento quirúrgico, Miranda A, et al. Quality, comparability and methods of analysis
dada la diseminación del tumor, se plantea a la familia of data on childhood cancer in Europe (1978-1997): Report from
la quimioterapia según protocolo ANZCCG Baby brain. the Automated Childhood Information System Project. Eur J
Cancer 2006; 42: 1915-1951.
El planteamiento quimioterápico se realiza con la in- 4. Steliarova-Foucher E, Stiller C, Lacour B, Kaatsch P. International
tención de prolongar la vida, dadas las escasas posibili- Classification of Childhood Cancer. Third Edition. Cancer 2005;
dades de supervivencia de un meduloblastoma disemi- 103 (7): 1457-1467.
nado en un lactante, sin utilizar radioterapia. La qui- 5. Corrigan J, Feig S. On behalf of the Section on Hematology/On-
mioterapia es bien tolerada pero no efectiva, y el niño cology, 2003-2004 of the American Academy of Pediatrics. Gui-
delines for Pediatric Cancer Centres. Policy Statement. Pediatrics
muestra un incremento progresivo de la sintomatolo- 2004; 113 (6): 1833-1835.
gía neurológica. Presenta episodios de vómitos, irrita- 6. Salas Arrambide M, Gabaldón Poc O, Mayoral Miravete JL, Gon-
bilidad y somnolencia, que inicialmente se controlan zález Pérez-Yarza E, Amayra Caro I. Los cuidados paliativos: un
en el hospital con tratamiento diurético, corticoides, modelo de atención integral al niño gravemente enfermo y a su
antieméticos y perfusión endovenosa durante unos familia. An Pediatr 2004; 61 (4): 330-5.
7. Peris Bonet R, Martínez García C, Lacour B, Petrovich S, Giner
días. De forma progresiva se va dificultando la ingesta Ripio B, Navajas A, Steliarova-Foucher E. Childhood central ner-
oral, por lo que se le pauta la alimentación mediante vous system tumours incident and survival in Europe (1978-
sonda nasogástrica, que inicialmente tolera bien. Dos 1997): Report from the Automated Childhood Information Sys-
meses después del inicio de la quimioterapia ingresa tem Project. Eur J Cancer 2006; 42: 2064-2080.
por un cuadro de coma de instauración brusca, asocia- 8. Strother D, Pollack IF, Fisher PG, et al. Tumors of the central
nervous system. In Pizzo PA, Poplack DG, editors. Principles and
do a una dificultad respiratoria importante. Se le admi- practice of pediatric oncology. Philadelphia: Lippincott; 2002, p.
nistra un tratamiento antiedema, con mejoría del nivel 751-824.
de conciencia y del trabajo respiratorio, aunque con 9. Stiller CA, Bielack SS, Jundt G, Steliarova-Foucher E. Bone tu-
claro empeoramiento respecto a su situación previa. Se mours in European children and adolescents, 1978-1997. Report
realiza TAC craneal, en el que se objetiva un aumento from the Automated Childhood Information System Project. Eur
J Cancer 2006; 42: 2124-2135.
del tamaño tumoral respecto a las imágenes previas, a 10. Bielack SS, Kempf- Bielack B, Delling G, et al. Prognostic factors
pesar del tratamiento quimioterápico que ha llevado en in high grade osteosarcoma of the extremities and trunk. An
los últimos dos meses. analysis of the 1702 patients treated on the neoadyuvant Coope- 41
Se plantea la situación a la familia y se decide sus- rative Osteosarcoma Study group protocols. J Clin Oncol 2002;
pender la quimioterapia y pasar a un tratamiento palia- 20: 776-790.
11. Dagher R, Pham TA, Sorbara I, et al. Molecular confirmation of
tivo. Se programa su ingreso en el hospital comarcal Ewing sarcoma. J Pediatr Hematol Oncol 2001; 23: 221-4.
más cercano a su domicilio, por tener allí mejor apoyo 12. Pastore G, Peris Bonet R, Carli M, Martínez García C, Sánchez de
familiar. Se mantienen las medidas terapéuticas de sos- Toledo J, Steliarova-Foucher E. Childhood soft tissue sarcomas
tén, con analgesia, fluidoterapia y oxigenoterapia para incidence and survival in european children (1978-1997): Re-
control de los síntomas. Se mantuvo contacto telefónico port from the Automated Childhood Information System Project.
Eur J Cancer 2006; 42: 2136-2149.
con la familia y con el equipo médico de dicho hospital. 13. Joshi D, Anderson JR, Paidas C, et al. Age is an independent
Presenta empeoramiento progresivo y fallece 13 días prognostic factor in rabdomiosarcoma: A report from the soft
después. tissue sarcoma committee of the children´s oncology group. Ped
En este caso se planteó a la familia la posibilidad Blood Cancer 2004; 42: 64-73.
de no llevar a cabo una terapia activa desde el principio 14. Spix C, Pastore G, Sankila R, Stiller C, Steliarova-Foucher E.
Neuroblastoma incidence and survival in european children
y establecer sólo un protocolo de cuidados que incluían (1978-1997): Report from the Automated Childhood Informa-
la colocación de una derivación ventrículo-peritoneal tion System Project. Eur J Cancer 2006; 42: 2081-2091.
para evitar la hipertensión endocraneal y sus síntomas 15. Shimada H, Ambros I, Dehner LP, et al. The International Neuro-
(cefalea y vómitos). La familia decidió iniciar la quimio- blastoma Pathology Classification (The Shimada System). Cancer
terapia de prueba durante dos meses, por si esto le daba 1999; 86: 364-72.
16. Kebudi R, Gorgun O, Ayan I. Oral etoposide for recurrent/pro-
más tiempo y con una buena calidad de vida. En todo gressive sarcomas of childhood. Pediatr Blood Cancer 2004 Apr;
momento hubo buena comunicación y aceptación de 42 (4): 320-4.
las decisiones tomadas tanto por parte de la familia co- 17. Barone G, Maurizi P, Tamburini G, Riccardi R. Role of temozolo-
mo por la del equipo de atención. mide in pediatric brain tumors. Childs Nerv Syst. 2006 Jul; 22
(7): 652-61.
18. Bowers DC, Aquino VM, Leavey PJ, et al. Phase I study of oral
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rrent or refractory solid tumors. Pediatr.Blood Cancer 2004; 42
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des and practices among pediatric oncologist regarding end-of- Princeton, NJ; Princeton University Press; 1980.
42
do que los niños con cáncer alcancen una supervivencia El equipo de CP de cada centro coordinó la aten-
global del 75%. Un porcentaje cercano al 30% van a ción de los niños provenientes de otras regiones del
fallecer en algún momento de la evolución de su enfer- país, trató el dolor y otros síntomas de los pacientes en
medad. Este grupo de niños y sus familias eran atendi- el domicilio, en el policlínico de oncología y/o en el hos-
dos por el mismo equipo de oncólogos, pero su aten- pital, y se encargó de la educación para el auto-cuidado
ción no estaba organizada3. y del acompañamiento a la familia durante el duelo.
Desde 1994, y también dependiente del PNCA,
surge el Programa de Alivio del Dolor por Cáncer y Cui-
dados Paliativos (PADyCP) para el paciente adulto con
cáncer. A partir del año 2003, en Chile hemos desarro- Patologías más frecuentes en
llado un programa de atención para los pacientes pediá- el niño oncológico en
tricos con patología oncológica que requieren CP; dicho cuidados paliativos
programa lo realiza un equipo interdisciplinar que está
integrado en el equipo oncológico y actúa en conexión En pediatría, las neoplasias de origen hematológi-
con los 13 centros del PINDA. De este modo, el pacien- co representan el grupo de mayor frecuencia. Como se
te y su familia no son desviados a un equipo médico observa en la Figura 3, de todos los tumores que pue-
desconocido, sino que siguen siendo atendidos por el den afectar a niños de 5 a 15 años, la leucemia aguda
mismo grupo que los conoce desde el diagnóstico. representa el 40%; en segundo lugar aparecen los tu-
En el año 2005, el MINSAL publicó unas directri- mores del sistema nervioso central, con una frecuencia
ces, desarrolladas por especialistas de diferentes centros del 17%; en tercer lugar, los linfomas (Hodgkin y No-
pediátricos y basadas en documentos de la OMS, que Hodgkin), con el 13%, y el resto está representado por
corresponden al Protocolo de Alivio del Dolor y Cuidado tumores sólidos menos frecuentes, como el hepatoblas-
Paliativo para el Niño con Cáncer, como una guía para la toma (tumor maligno embrionario del hígado), el rab-
atención y el tratamiento del dolor y de otros síntomas domiosarcoma (tumor maligno del tejido muscular es-
en estos pacientes3, 10. triado), el retinoblastoma (tumor maligno de retina), el
Desde el año 2003 al 2006, en los 13 centros on- neuroblastoma (tumor derivado del tejido ganglionar
cológicos pediátricos de nuestro país se ha atendido a simpático o de la glándula suprarrenal), etc.
245 niños en CP, aproximadamente 80 niños al año,
con un leve predominio del sexo masculino y una me-
dia de edad de 8 años (rango: de 8 meses a 22 años). El 45
30% de los pacientes ingresaron en CP por tumores de Tumores en Pediatría
SNC (diferentes tipos histológicos); el 26%, por leuce-
mia aguda (linfoblástica o mieloide), y el 44% restante, 4% 4% 3% 2%
4%
por diferentes tumores sólidos (tumores hepáticos, sar- 6% 40%
comas de partes blandas, tumores óseos, etc.). El pro-
medio de permanencia en CP fue de 60 días (rango: 16 7%
- 135), siendo los pacientes con tumores de SNC los 13%
17%
que permanecieron mayor número de días en control.
El dolor fue el principal síntoma, evaluado por diferen-
Leucemias Tu SNC Linfomas
tes escalas según la edad del paciente. El 52% de los Tu óseos Sarcomas Tu wilms
niños presentaron un dolor de tipo mixto (asociación Retinoblastoma Tu céls germinales Neuroblastoma
de dolor somático, visceral o neuropático); el 58,6% de Misceláneos
los pacientes fueron atendidos de forma ambulatoria
Figura 3. Patologías oncológicas más frecuentes en pediatría.
(domicilio y policlínico de oncología), y la muerte se
produjo en el domicilio en el 75% de los casos en el
último período de observación (junio 2005-junio
Las principales diferencias entre el cáncer del adul-
2006), como se muestra en la Figura 2.
to y el cáncer infantil se pueden resumir de la siguiente
manera:
80
70 1. El cáncer infantil deriva de sistemas (hematopoyé-
75
60 57,8
tico o linfático) y no de órganos (los adultos pade-
52,5
cen cáncer de pulmón, de mama, de colon, etc.).
% pacientes
50 47,5
42,2
40
Domicilio
2. El cáncer infantil es de rápido crecimiento, ya que
Hospital
30 25 se origina en tejidos embrionarios o inmaduros,
20 con una alta capacidad de proliferación, y esto ha-
10 ce que los síntomas y los signos sean muy agudos y
0
N: 80 76 52
de corta evolución, y que, cuando se llega al diag-
nóstico, la enfermedad se encuentre en estadios
Figura 2. Lugar de fallecimiento de niños con patología oncológica en CP. más avanzados.
3. El cáncer infantil presenta una mejor respuesta lleva a una desregulación en la proliferación celular,
ante la quimioterapia y la radioterapia, lo que está con expansión clonal, y, finalmente, a la leucemia de-
determinado por su capacidad de proliferación tectable clínicamente. Los factores responsables de la
acelerada, y precisamente dicha capacidad hace a inestabilidad genética en las células leucémicas no han
este tumor más sensible a ese tipo de tratamientos sido identificados. Hay factores clásicamente asociados
que los tumores del adulto. a la patogénesis de la leucemia, como la exposición a
radiación ionizante, algunos productos químicos (ben-
Cuando las enfermedades oncológicas se encuen- ceno, pesticidas, etc.) o agentes alquilantes, pero sólo
tran en una etapa avanzada y requieren CP, se compor- excepcionalmente se encuentran como antecedentes
tan del mismo modo que en el momento del diagnósti- en los niños. Del mismo modo, hay condiciones gené-
co. Los síntomas son agudos y, generalmente, se asocian ticas que tienen un mayor riesgo de presentar leuce-
varios signos y síntomas, rápidamente progresivos; por mia, como los gemelos idénticos en los primeros cinco
ello, la atención del paciente oncológico pediátrico en años de vida (si uno presenta la enfermedad, el otro
CP debe ser un tratamiento intensivo de confort. tiene el 20% de riesgo), trisomía 21 o síndrome de Do-
Los síntomas y signos clínicos, así como las indica- wn (1 cada 95), anemia de Fanconi (1 cada 12), sín-
ciones entregadas por el equipo, han de ser controlados drome de Bloom (1 cada 8), agamaglobulinemia con-
y evaluados de forma periódica, incluso varias veces al génita, enfermedad de Kostman, etc. Estos cuadros son
día, y deben realizarse modificaciones frecuentes de muy poco frecuentes, a excepción de la trisomía 21;
acuerdo a la rápida evolución de la enfermedad. Recor- debido a ello, la mayoría de los niños que presentan
demos que, en promedio, los niños permanecen en CP leucemia son sanos previamente.
aproximadamente 60-70 días, y durante este período Las leucemias en pediatría pueden clasificarse en
requieren un estrecho seguimiento. tres grupos, de acuerdo con la evolución natural de la
enfermedad: agudas, crónicas y congénitas. Las leucemias
agudas son las más frecuentes, representan el 97% de
los casos y se manifiestan clínicamente, en pocas sema-
Patologías hemato- nas, con anemia, hemorragias, infecciones, infiltración
oncológicas de órganos hematopoyéticos como el hígado, el bazo y
los ganglios linfáticos, pero en los niños pueden presen-
Revisaremos ahora brevemente los síntomas y los tar también complicaciones del sistema nervioso central
46 signos que presentan los pacientes con patologías he- (meníngeo, de pares craneanos, retina) y de los testícu-
mato-oncológicas más frecuentes que requieren CP en los. Si no se realiza un tratamiento adecuado, los niños
pediatría. fallecen en pocas semanas. Las leucemias crónicas tienen
La leucemia corresponde a una proliferación des- una frecuencia del 3% y en su mayoría son leucemias
controlada y autónoma de células inmaduras que tienen mieloides crónicas, se manifiestan con síntomas y con
su origen en la médula ósea. Estas células inmaduras, o signos menos agresivos que aparecen en algunos meses,
blastos, tienen características especiales que las diferen- y, si se dejan evolucionar de forma espontánea, sin tra-
cian de las células hematológicas normales. Son células tamiento, los niños pueden vivir durante meses o años.
con núcleo más grande, cromatina más laxa y de aspec- Las leucemias congénitas corresponden a aquellas que se
to irregular, de escaso citoplasma. Normalmente pode- diagnostican en las primeras cuatro semanas de vida del
mos encontrar hasta un 5% de dichas células en la mé- niño, en el período de recién nacido; son muy poco
dula ósea, por lo que para plantear el diagnóstico de frecuentes y su pronóstico es muy malo.
leucemia se requiere que exista un 25% o más en el Por su mayor frecuencia e importancia clínica, nos
mielograma (punción ósea que permite obtener una referiremos a las leucemias agudas. Ésta es la neoplasia
muestra de médula ósea para su estudio microscópico). más frecuente de la infancia y a ella corresponden entre
La proliferación de estas células inmaduras produce el 35% y el 40% de los cánceres en la edad pediátrica,
una disminución de las series hematológicas normales: con una incidencia anual de 3 a 4 casos por cada
glóbulos rojos, glóbulos blancos o leucocitos y plaque- 100.000 niños menores de 15 años. Se presenta en to-
tas, y, por tanto, un fallo en la función medular normal. das las edades, con una mayor incidencia de la leuce-
La proliferación se origina en la médula ósea y desde mia linfoblástica aguda entre los 4 y los 6 años. Durante
allí se disemina a la sangre periférica, el bazo, el hígado, la década de los cincuenta era considerada una enfer-
los ganglios y el resto de los tejidos. Se diferencia así de medad mortal y sus expectativas de vida no superaban
los linfomas, que se originan en los ganglios y poste- los pocos meses; sin embargo, a partir de la década de
riormente pueden invadir la médula ósea. los noventa se transformó en una enfermedad curable,
Su etiología es aún desconocida, y, a pesar de los de la que más del 75% de los pacientes se recuperan.
avances en el conocimiento de la genética y de la biolo- Esta espectacular mejoría en su pronóstico se ha con-
gía molecular, no se ha logrado dilucidar la compleja vertido en un ejemplo del desarrollo de la oncología
relación entre los factores genéticos, ambientales e in- pediátrica, lo que se debe a una serie de hechos que ya
munológicos que dan origen a la leucemia. Los hallaz- fueron comentados anteriormente.
gos moleculares recientes indican que se producen Los síntomas y signos más frecuentes pueden
cambios específicos en las células progenitoras, lo que agruparse en cuatro síndromes:
presentarse en los sitios más diversos. Destacan las he- mia, con escasa respuesta al uso de analgésicos habitua-
morragias de la piel y de las mucosas, en forma de les. El dolor puede estar originado por infiltración leu-
púrpura petequial y equimótica, cuya intensidad varía cémica del periostio, por infarto óseo o por expansión
desde escasas petequias, irregularmente distribuidas, de la cavidad medular debida a las células leucémicas.
hasta extensas hemorragias no asociadas a traumatis- Puede haber afección ósea sin dolor. Existen diversos
mos. La epistaxis es frecuente y, debido a su abundan- tipos de lesiones osteoarticulares: infiltración y eleva-
cia y recurrencia, suele ser el primer síntoma que moti- ción periostal, neoformación de hueso subperióstico,
va la consulta. Otros manifestaciones de la hemorragia bandas transversales metafisiarias radio-lúcidas o radio-
pueden ser: retinal, cerebro-meníngea, digestiva, geni- opacas.
tourinaria y pulmonar, aunque raramente se ven al co-
mienzo de la enfermedad.
Afección del sistema nervioso central
100
85
Dolor
70 66
Trastornos alimentarios
Hemorragias
% Pacientes 46
35 Dificultad respiratoria
Fiebre
Convulsiones
Estímulo doloroso
Otros síntomas
DOLOR FISICO
Miedo a lo
desconocido
Miedo al hospital
Miedo al dolor
Miedo a la muerte
ca. Se presenta casi en el 100% de los niños, asociado a so de duelo ante la inminencia de la muerte. En el dolor
otros síntomas, y es a lo que los niños y los padres tie- que se presenta en el paciente pediátrico oncológico
nen mayor temor. Sin embargo, no debemos olvidar deben diferenciarse distintos orígenes o causas:
que, además, el paciente puede presentar un número
importante de otros síntomas y signos, que deben ser a) Dolor agudo relacionado con cáncer: causado direc-
valorados de acuerdo a lo que el paciente y/o su familia tamente por el tumor, por la terapia antineoplásica o
manifiesten como más importante o preocupante para por procedimientos diagnósticos o terapéuticos.
ellos (Figura 4). b) Dolor no relacionado con el cáncer: causado por
Por ejemplo, para algunos padres la principal pre- otras patologías.
ocupación puede ser la falta de apetito o la aparición de c) Dolor en etapas avanzadas de cáncer: por progre-
lesiones cutáneas. Por esta razón, el equipo debe eva- sión de la enfermedad oncológica de base.
luar todas las manifestaciones que presente el niño,
dando prioridad a lo que produce más angustia o pre- No toda queja dolorosa en un paciente con cáncer
ocupa más al niño y a sus cuidadores, aunque no parez- es de origen maligno, presentándose fenómenos dolo-
ca importante para el equipo. rosos de tratamiento sencillo que, por considerarse
El dolor por cáncer se podría definir como “un parte del síndrome maligno, no se corrigen, persistien-
dolor agudo de larga duración“”, puesto que existe una do dicho dolor, con sus consecuencias para la calidad
preponderante presencia de dolor de origen orgánico; de la vida del paciente. Por tanto, es importante consi-
pero, a diferencia del agudo, se caracteriza por el proce- derar otras causas no oncológicas de dolor.
52 De acuerdo con los principios enunciados ante- Estos fármacos producen efectos colaterales, y es-
riormente, los fármacos básicos que deben utilizarse tos efectos no deseados deben ser investigados periódi-
serán los siguientes: camente, ya que el paciente pediátrico puede no referir-
los espontáneamente. Por tanto, el equipo deberá anti-
ciparse ante la aparición de ellos, y, una vez detectados,
Analgésicos no opioides deben controlarse de forma adecuada para que pueda
mantenerse el tratamiento (ver Tabla IX). Si los efectos
Tienen mecanismo de acción periférico. Pueden ser colaterales persisten después de haber tomado las me-
eficaces para aliviar el dolor causado por distensión del didas para su control, debe intentarse el uso de otro
periostio, compresión mecánica de tendones, músculos o medicamento de similar eficacia.
tejido subcutáneo. En general, se utilizan en dolor leve a Cuando un opioide es sustituido por otro, el nue-
moderado. Pueden administrarse solos, o asociados a vo fármaco será aplicado al inicio en el 50% de la dosis
opioides en dolores más intensos. Con estos medicamen- analgésica equivalente. Siempre debe programarse el
tos no se obtiene una analgesia suplementaria utilizando uso de “dosis de rescate” frente a crisis de dolor intercu-
dosis superiores a las recomendadas (ver Tabla VII). rrentes, de acuerdo con el siguiente esquema:
elevando su ánimo, reduciendo su ansiedad, minimi- a) Radioterapia: hay algunas situaciones en las que el
zando los efectos colaterales de los analgésicos utiliza- equipo de CP debe, de acuerdo con el médico ra-
dos o por efecto analgésico directo. dioterapeuta, plantear el uso de radioterapia con
Estos fármacos pueden no ser indicados en forma fines paliativos. Es el caso de metástasis óseas en la
rutinaria, y su papel en el tratamiento del dolor por columna vertebral u otros huesos, de algunos tu-
cáncer debe basarse en las necesidades de cada niño. El mores sólidos intraabdominales (hígado) o de me-
mantenimiento en el tiempo de este tipo de terapias tástasis ganglionares en zona pélvica.
debe ser evaluado en cada caso (ver Tabla X). b) Procedimientos anestésicos: los bloqueos epidurales,
los bloqueos de plexo, etc., deben ser planteados
según la ubicación del tumor y la intensidad de los
Otras medidas síntomas, considerando siempre el equilibrio entre
los beneficios y los efectos secundarios. Son menos
Existen otras medidas, que se utilizan en los pacien- utilizados que en los pacientes adultos.
tes oncológicos pediátricos en CP, que deben ser conside- c) Transfusiones: en general, la indicación de transfu-
radas en cada caso en particular. Estas terapias son: sión de concentrados de glóbulos rojos (10 cc/kg)
54
- Clonazepam 0,01 mg/kg/dosis cada 12 h vía oral (máximo: 0,5 mg/dosis).
o de plaquetas (1 unidad cada 10 kg) se relaciona miento tumoral. Pueden utilizarse fármacos como
con el grado de actividad del niño y con la intensi- mercaptopurina, tioguanina, metotrexato, corti-
dad de la anemia o de la trombopenia que padece. coides o etopósido.
No existen indicaciones absolutas de transfusio- En algunos centros oncológicos en que se reali-
nes. Generalmente, en nuestras unidades se acon- zan protocolos de estudio o de investigación en
sejan si el paciente se mantiene en controles ambu- oncología pediátrica, puede darse la situación de
latorios, realizando actividades propias de su edad que, en esta etapa, los padres del paciente o él
(juega, sale con sus padres de paseo, se junta con mismo, si es adolescente, soliciten acceder a tra-
sus amigos o quiere realizar algún viaje), según el tamientos incluidos en estudios farmacológicos
índice de Lansky (Tabla XI). Cuando el estado ge- de fase I o II. Frente a esta alternativa, el oncólo-
neral del niño es peor y ya se encuentra postrado go debe informar con claridad sobre los objetivos
en su domicilio, no indicamos transfusiones, de de dichos estudios y no generar falsas expectati-
acuerdo con los padres, ya que esto incomoda al vas de curación.
niño. Además, añadimos al tratamiento medica-
mentos como el ácido tranexámico (antifibrinolíti-
co) en dosis de 30-50 mg/kg/día, cada 8 horas, por
vía oral, endovenosa o local (taponamiento nasal o El papel del médico en los
directamente en mucosa bucal), así como algunas cuidados paliativos
medidas locales para disminuir las hemorragias del paciente pediátrico
(uso de soluciones frías o compresión). En algunos oncológico
casos, intentamos hacer menos notoria la hemorra-
gia, con el fin de no alarmar al niño, mediante el Como oncóloga pediatra, mi formación estuvo
uso de compresas oscuras. centrada en la curación de mis pacientes y en el conoci-
d) Quimioterapia: en algunos casos se indica el uso de miento de los distintos tratamientos orientados a mejo-
quimioterápicos por vía oral o a través de catéteres rar a la mayor cantidad de niños. Cuando en el año
venosos centrales, en dosis bajas, para lograr la 2003 comenzamos a organizar las unidades de CP,
disminución de los síntomas derivados del creci- siempre me pregunté si no era contradictorio que un
médico que trabajaba diariamente en la curación de ahí cuando nos necesitan, para escucharles, para brin-
pacientes con enfermedades oncológicas, compartiera darles una mano y para aliviar en lo que podamos el
su ocupación con el CP. El tiempo me ha demostrado dolor y otros síntomas.
que no hay ninguna contradicción. Creo que podemos Recuerdo la primera vez que realicé un control,
hacer mejor nuestro trabajo de oncólogos y pediatras si con nuestro equipo, en el domicilio del paciente. Yo te-
lo hacemos desde la perspectiva del CP. Al involucrar- nía mucha angustia de no cumplir con las expectativas
nos en el CP, estamos utilizando herramientas muy an- de los padres y también mucho temor a enfrentarme a
tiguas, que provienen de los orígenes de la medicina, una situación que no pudiera controlar. La paciente era
como son la mano y la palabra. Estos dos elementos tan una niña de 9 años que tenía un tumor cerebral y que
primitivos, tan simples y tan femeninos (que tiene que permanecía postrada en su cama. Al llegar al domicilio
ver con el sentido más amplio de lo femenino y que no pensé que todos los años de estudio, primero para ser
excluye a lo masculino), son inherentes al trabajo que médico, luego pediatra y luego oncóloga, no lograban
debemos realizar en CP. Los niños y sus familias no es- disminuir la preocupación de no saber qué hacer al en-
peran frases o soluciones mágicas, esperan que estemos trar al dormitorio de esa niña… Mi intuición, lo que
había estudiado hasta ese momento, además de la con- 4. Adelantar, poco a poco, las situaciones que pueden
versación con el resto del equipo, me hicieron plantear producirse en el futuro más cercano, sin generar
esa visita médica como cualquier pediatra general ante angustias de más, pero preparando a los cuidadores
la consulta de un niño sano. La examiné de forma com- para lo que va a venir. Esta conversación general-
pleta, sistema por sistema; me senté al lado de su cama; mente la hacemos en otra habitación de la casa o en
enseñamos a sus padres a observar algunas complica- otra oficina del hospital. Además, dependiendo de
ciones de la enfermedad, como la dificultad respirato- la edad del niño, también hablamos a solas con él o
ria, la retención de deposiciones, la retención urinaria, ella, para conocer sus necesidades más íntimas.
etc. 5. Resolver, junto con todo el equipo, aquellas situa-
Los padres hasta ahora están agradecidos y perma- ciones que pueden complicar el cuidado del niño
necen en contacto con nosotros. Lo que ellos necesita- en su casa. Por ejemplo, tramitar permisos para
ban, y su hija también, era que se la tratase como una que el padre pueda ausentarse de su trabajo y per-
niña más, aunque fuera a morir pronto; que nos detu- manecer en el hogar apoyando el cuidado de su
viéramos en los detalles que parecen menos importan- hijo, coordinar la red de voluntariado para ayudar
tes…, qué podía comer, si podía salir al patio o no, si a los padres en el cuidado de los otros hijos, entre-
podía o no estar con sus mascotas… gar informes para los colegios de los hermanos so-
Ese día, y cada vez que cuidamos a nuestros pa- licitando ciertas flexibilidades, etc.
cientes, aprendemos que la atención en CP está llena de 6. Antes de despedirse, reforzar lo bien que están
situaciones que pueden ser complejas, como el trata- trabajando en el cuidado de su hijo y dejar absolu-
miento del dolor y otros síntomas, pero a la vez llena de tamente abierta la próxima visita o control. Esto es
sencillez, de cosas cotidianas, de tocarse, y algunas ve- muy importante como parte de cierre del control.
ces, la mayoría de las veces, no hablar, sino escuchar,
escuchar, escuchar…
A continuación se detallan algunas sugerencias
generales de la atención médica del niño oncológico en La enfermera como miembro
CP, independientemente de la modalidad de atención del equipo de cuidados
(hospitalizada, en domicilio o ambulatoria): paliativos
1. Comenzar preguntando de forma abierta cómo se Desde hace doce años trabajo en oncología infan-
56 ha sentido el niño y el resto de la familia. Esta eva- til, cargando con muchas experiencias de dolor y de
luación debe hacerse no sólo en relación a la situa- sufrimiento, y he acompañado a morir a varios niños.
ción de la enfermedad (síntomas y signos), sino Sin embargo, en mi formación de pre-grado, no recuer-
también considerando la situación de la relación do haber oído hablar sobre el tema de la muerte más
del grupo, el estado de angustia, preocupación, allá de una charla de dos horas. En ella, la profesora,
cansancio. También hay que preguntar sobre las una destacada enfermera especialista en salud mental,
cosas buenas que han ocurrido desde el último dijo: “Cuando tengas un paciente que no puedas curar,
control. debes brindarle apoyo bio-psicosocial…”. Yo quedé con
2. Examinar al paciente de forma completa, sin olvi- una gran sensación de insatisfacción… ¿Y qué es eso?,
dar ningún detalle, pero considerando siempre su ¿qué hago yo en ese momento? No quisiera pasar por
condición general, sus ganas de cooperar y las mo- eso. Luego vino el tiempo de realizar mis prácticas en
lestias que haya referido en la conversación ante- hospitales, acompañé a morir a algunos ancianos aban-
rior. No hay que olvidar que la instancia del exa- donados en las salas de internamiento, pero nunca me
men físico nos permite también educar a los cuida- había enfrentado a la muerte de un niño. Qué temor,
dores sobre algunos hechos que deben conocer qué sensación de pánico fue afrontar el diagnóstico de
para poder atender al niño. Por ejemplo, enseñar a cáncer en un niño y luego asumir que algunos de mis
reconocer la presencia de retención urinaria, reten- pacientes más queridos iban a morir.
ción de deposiciones, hemorragias de mucosa bu- Por la experiencia acumulada en estos años, puedo
cal, aparición de escaras, signos indirectos de dolor decir que cada niño que fallece es una experiencia úni-
como taquicardia o sudoración, etc. ca, una experiencia de aprendizaje en el cuidado del
3. Conversar con el paciente (dependiendo de su niño enfermo y en el aprendizaje de la vida.
edad), con los cuidadores y con el resto del equi- La enfermera puede desarrollar todo su potencial
po, sobre el tratamiento de los síntomas que más en este área. Dentro del equipo de CP se pueden reali-
les preocupan, tratando de utilizar la menor canti- zar labores propias de la enfermería; pero, además de
dad posible de fármacos e insistiendo además en asistente social, psicóloga, terapeuta ocupacional, tele-
los detalles de la vida cotidiana (alimentación, fonista o coordinadora entre el equipo y las redes de
aseo, paseos, posibles actividades, visitas, etc.). apoyo, se pueden desarrollar habilidades comunicacio-
Estas indicaciones deben quedar registradas en nales, escuchar con los oídos, con los ojos, con el alma.
una libreta o documento, con los horarios que Además, como toda persona con sentimientos y emo-
sean más cómodos para el funcionamiento de la ciones, la enfermera que trabaja en CP debe ser capaz
familia. Despejar las dudas que planteen. de demostrar sus sentimientos. Con esto me refiero a
que si el dolor, la rabia y la impotencia me superan y ciales. En este tiempo también se debe educar a los
siento deseos de llorar, lo hago. No se trata de llorar cuidadores en las técnicas necesarias para la atención
todos los días y a cada rato, pero no anulo mis emocio- del niño en el hogar, y, si es necesario, coordinar una
nes. Los niños saben perfectamente cuándo estoy triste, red de apoyo desde el servicio de salud más cercano al
enojada o contenta, y me preguntan abiertamente qué domicilio.
me pasa. Ellos saben brindar una sonrisa o una caricia y Una vez que la familia y el niño han tomado una
eso nos permite continuar trabajando. decisión, se les da la oportunidad de asistir libremente a
En pediatría, los padres sólo piden que sus hijos control, de acuerdo con el estado de salud del niño. Se
no sufran dolor, que puedan viajar a sus ciudades de les brinda una atención flexible, se atienden sus dudas
origen, que puedan divertirse con sus perros y gatos, y se programan las visitas a domicilio o la atención por
jugar con tierra y comer lo que siempre les fue prohibi- vía telefónica. La atención directa del niño y de su fami-
do mientras estuvieron en tratamiento activo. También lia puede realizarse en el hospital, en consulta ambula-
desean sentirse seguros de contar con una persona que toria o en su domicilio. Estas modalidades de atención
les escuche, acoja y oriente, aunque sea desde la distan- pueden ir variando según las necesidades del niño y de
cia, a través de una línea telefónica. Los padres necesi- la familia y según la evolución de la enfermedad5, 6, 7.
tan una persona que los llame frecuentemente y que les Hospital. Su objetivo es solucionar aquellos sínto-
pregunte cómo están y si necesitan algo, manteniendo mas que no pueden ser tratados en el domicilio, como
el equilibrio, sin acosarlos. Si ellos no llaman, probable- dolor intenso, anemia, hemorragia grave, etc. Debe fa-
mente es que no necesitan ayuda, o tal vez todavía sien- vorecerse la intimidad y la compañía libre y flexible de
ten rabia por el pronóstico de su hijo y no quieren saber la familia. Las normas hospitalarias se acomodan a la
nada de las personas o situaciones que les recuerden el necesidad de cada paciente. Por ejemplo, los tiempos
entorno hospitalario. Entonces se debe evaluar y deci- de aseo, los controles de signos vitales, los horarios o
dir si hay que llamar o darles un tiempo de reflexión e los tipos de alimentos se flexibilizan para interferir lo
intimidad. menos posible en la rutina del niño y de su familia en el
No hay que temer acercarse al enfermo en estado interior del hospital (Figura 6).
avanzado, y menos al niño en esa situación. Ellos son
muy inteligentes y hábiles, necesitan personas que les
brinden acercamiento táctil afectivo, es decir, personas
que les entreguen una caricia, un abrazo, un beso, que
les tomen la mano y que se acerquen, ya sea para salu- 57
darles, para conversar, para jugar o para acompañarles.
Eso también es cuidar.(11)
Todo lo demás son técnicas de enfermería, las que
aprendimos en nuestra formación: instalar sondas, ha-
cer curas de heridas, administrar un medicamento por
vía oral o subcutánea. Todas son técnicas que cualquier
enfermera sabe realizar, pero llevarlas a cabo con una
sonrisa, transmitiendo cariño, y finalizarlas con un beso
en la frente o con un apretón de manos, eso hace la di-
ferencia.
Figura 6. Equipo de Cuidados Paliativos del Hospital de Niños “Roberto del Río”
Santiago, Chile.
Modalidades de atención en
cuidados paliativos
oncológicos Durante la hospitalización, se intenta reorganizar y
orientar a la familia y ayudar al auto-cuidado de cada
Cuando un niño ingresa en el programa de CP, la uno de sus miembros. La hospitalización también resul-
primera reacción de los padres, en algunos casos, es ta útil para apoyarles en los momentos de “claudicación
solicitar rápidamente la salida del niño del hospital, no familiar”12.
querer asistir más a controles e irse a su ciudad de ori- Ambulatorio. En esta modalidad de atención se cita
gen y a su casa lo más pronto posible. En nuestro mo- al niño y a sus padres a control en el centro hospitala-
delo de atención, en el que el equipo de CP trabaja in- rio, dándoles facilidades para que asistan en el día y el
cluido en el equipo oncológico, recomendamos que, horario elegidos por ellos. El médico, la enfermera y el
una vez que la familia ha sido informada del pronóstico psicólogo organizan sus otras tareas de forma que pue-
del niño, se dé un breve tiempo (24 horas o un poco dan disponer del tiempo necesario para dar completa
más) para que el equipo de CP se presente a los familia- atención a las necesidades del niño y de su familia. Si es
res como el grupo que está a cargo del paciente, y, junto necesaria la intervención de otros especialistas, se coor-
con ellos, organicen la atención, los planes de acción y dina previamente con ellos para que asistan a la unidad
las posibles soluciones a los problemas reales y/o poten- de oncología a atender al niño ese mismo día. Este tipo
El adulto en cambio, cuenta con un desarrollo accidente inesperado y fatal o en el contexto de una
afectivo-emocional completo, lo que le permite y a enfermedad de evolución más aguda, sino que son la
la vez le expone a una vivencia plena y angustiosa fase final de un largo proceso que puede durar meses o
del sufrimiento de tipo existencial. años y que conlleva una carga emocional muy intensa.
5. El niño es un ser dependiente que requiere la protección Desde el punto de vista psicosocial, se puede decir
y el cuidado de los adultos. Dicho cuidado es com- que la enfermedad oncológica y su tratamiento es un
partido por los padres, que son las personas que proceso que cursa por etapas y que cada una tiene sus
más los aman y a la vez son sus representantes lega- propios tiempos, características y necesidades que aten-
les, y el equipo de salud, que debe proporcionar los der. Estas etapas están relacionadas entre sí, de modo
CP. El niño no tiene la libertad de elegir y esa deci- que lo que ocurra en una de ellas va a repercutir en las
sión ha sido delegada en sus padres. En el caso del otras. Así, las dificultades o complicaciones que se ha-
cáncer, el niño debe realizar el tratamiento aun en yan presentado en la etapa del tratamiento, como se-
contra de su voluntad. En otras palabras, la enfer- cuelas importantes (ceguera, amputaciones de miem-
medad oncológica está en un cuerpo enfermo, que bros, etc.) o repetidas situaciones críticas con riesgo de
es el cuerpo del niño, pero éste es cuidado por otro muerte, pueden tal vez dar mayor conformidad a los pa-
cuerpo sano, que es el de la madre y/o padre. dres en la fase de CP.
En el adulto, es el mismo cuerpo enfermo el que a Necesitamos tener una visión panorámica que, por
la vez puede o debe tomar decisiones, y éstas esta- un lado, considere una mirada longitudinal en relación
rán influenciadas por su estado de ánimo, por la con el tiempo y, por otro, una mirada circular, sistémi-
situación económica, etc., pudiendo producirse ca, comprendiendo que el niño, la familia y el equipo
con mayor frecuencia una deserción o irregulari- médico son una unidad indivisible y que cualquier
dad en el tratamiento. cambio que se produzca en uno de sus componentes va
6. Las relaciones interpersonales entre el adulto y el niño a generar cambios en los demás. Así, por ejemplo, una
son asimétricas. Desde el punto de vista del poder y actitud positiva y de compromiso del oncólogo y del
de la jerarquía, son los adultos quienes toman las equipo hacia su paciente va a influir en la conducta pa-
decisiones y llevan a cabo los tratamientos, y el ni- rental de aceptación y participación en los cuidados
ño es quien obedece. La información sobre su en- paliativos de su hijo, quien a la vez va a reaccionar de
fermedad es conocida y utilizada por adultos —sus forma confiada en esta etapa. La sensación de paz trans-
padres y el equipo médico— y luego es entregada mitida por el niño va a incidir en el estado emocional
60 al niño de forma diferida, suavizada y en un lengua- de sus padres, facilitando las intervenciones del equipo
je comprensible para su edad. A medida que el ni- médico y el proceso de duelo.
ño va creciendo, esta asimetría también va dismi- La etapa de CP se caracteriza por ser muy breve y
nuyendo. Los niños mayores y los adolescentes son de gran intensidad emocional, ya que es preciso ir afron-
capaces de participar de modo más realista y activo tando los diferentes avatares que va provocando el curso
en las decisiones, pudiendo plantear su punto de tórpido de la enfermedad, que culmina con la muerte.
vista a sus padres y al equipo. Esta forma de rela- El ingreso en CP se inicia con la notificación a los
cionarse adulto-niño viene también determinada padres, por parte del oncólogo, de la condición del pa-
por patrones culturales y juega un papel importan- ciente. A diferencia del paciente adulto, el diagnóstico
te en el CP y en cómo entregar las malas noticias. es entregado primero a los padres y posteriormente al
7. En el ámbito oncológico pediátrico observamos una niño de forma especial. Es un momento de gran sufri-
actitud de mayor optimismo. Los resultados de los miento, y los padres pueden volver a presentar una re-
tratamientos y los porcentajes de supervivencia acción emocional denominada reacción de shock al diag-
de las diferentes patologías oncológicas son me- nóstico, ya experimentada en la etapa inicial de la enfer-
jores que en los adultos. De esta forma, en los medad. Se trata de un trastorno de gran intensidad
niños el énfasis se pone en la etapa de tratamien- emocional y de tipo transitorio, que puede durar horas
to, en la etapa de supervivencia y sus secuelas, y o días, para luego ir disminuyendo y continuar con un
menos en lo paliativo, por el escaso número de trastorno emocional adaptativo. Esta reacción de shock
pacientes, comparado con la situación de los se caracteriza por trastornos cognitivos, como bloqueo
adultos y con el corto tiempo que dura esta etapa mental o mente en blanco, amnesia selectiva, sensación
en los niños. de pérdida del control, llanto intenso y duradero, ansie-
dad, intenso temor a la muerte y síntomas de tipo an-
gustioso; se agrega una obsesión de los ¿por qué?, tratando
de encontrar una repuesta a la naturaleza de la informa-
Tratamiento psicosocial del ción. Pueden aparecer sentimientos de culpa y diálogos
paciente oncológico de tipo existencial y con Dios, replanteándose la vida.
pediátrico y su familia en La reacción emocional de los niños no tiene las
cuidados paliativos características de la reacción de shock que presentan los
adultos, ya que no perciben tan claramente la dimen-
Los cuidados paliativos oncológicos no surgen re- sión del significado de estar fuera del alcance terapéuti-
pentinamente, como puede ocurrir en el caso de un co. Su reacción es más bien inmediata, concreta, rela-
cionada con el hecho de sentirse enfermo, quedar hos- equipo, el niño y su familia, lo que es un factor impor-
pitalizado y separarse de su familia, predominando los tante en los momentos de crisis que esta etapa conlleva.
sentimientos de miedo, pena, rabia y angustia por la En nuestro país hemos desarrollado un modelo de
separación. Cuando éstos se hacen más intensos y dura- atención en CP del niño oncológico cuyos principios en
deros, se van estructurando como trastornos emociona- el área psicosocial son16:
les de tipo adaptativo. Los adolescentes mayores se van
acercando a las vivencias del adulto, comprendiendo lo 1. Propiciar el trabajo de un equipo interdisciplinar.
que realmente significa la palabra paliativo. Grupo de trabajo donde existe una verdadera co-
Con el transcurso de los días, los padres van acep- municación e interacción dinámica entre los
tando mejor la situación y la familia se va organizando miembros de las diferentes disciplinas, lo cual ase-
en torno a los cuidados del niño. El estado emocional gura su eficaz intervención.
vuelve a hacerse más crítico en la fase de la agonía y de 2. Incorporar a su quehacer los principios de la OMS
la muerte. acerca de los derechos de los niños en el alivio del
La condición emocional del paciente va a depen- dolor y CP (ver Anexo n.° 1)10.
der de muchas variables, especialmente de la edad, del 3. Considerar los CP como la parte final de un largo
grado de conciencia de su estado —fuera del alcance proceso que cursa por etapas. En nuestra práctica
terapéutico—, de las molestias y del dolor que va pro- clínica, el área psicosocial está incorporada antes
vocando el avance de la enfermedad, y, fundamental- del CP, en el Protocolo de Seguimiento Bio-psicosocial,
mente, de la relación con sus padres, hermanos y entor- destinado a manejar las secuelas en la etapa de su-
no familiar. Cuando el niño está hospitalizado, su único pervivencia.
anhelo es regresar a su casa y estar rodeado por su fami- 4. Establecer una relación de compromiso y confian-
lia y amigos. za, garantizada por el largo tiempo de duración del
Las inquietudes de los niños respecto a la muerte tratamiento. El equipo que cura es el mismo equi-
están relacionadas frecuentemente con el hecho de no po que alivia el dolor y proporciona los cuidados
ver más a sus padres, con la preocupación por el sufri- paliativos.
miento de éstos y de sus hermanos, con sentimientos de 5. Considerar al niño, a la familia y al equipo médico
culpa por abandonar a sus seres queridos, el miedo a la como una unidad.
soledad y al abandono y el temor a morir solos. En los 6. “Acompañamiento psicosocial permanente” (M.
niños preescolares predomina el pensamiento mágico Kusch), lo que requiere una estancia permanente
(como en los dibujos animados de Walt Disney). Pue- del psicólogo en la Unidad de Oncología a lo largo 61
den creer que la muerte es un hecho reversible, una del tiempo y como miembro del equipo médico que
forma reducida de vida; el pensamiento se transforma trata al niño. Esto marca una gran diferencia con el
en realidad. En el juego, por ejemplo, los niños dispa- modelo de “interconsulta psiquiátrica”, en la que se
ran y matan a sus personajes y luego los reviven. recibe la atención de un profesional externo17.
En los niños menores de diez años predomina el 7. Promover un “enfoque terapéutico rogeriano”, es
pensamiento pre-lógico. Pueden pensar que la muerte decir, establecer una relación interpersonal basada
es algo final e irreversible; la personifican, creen que en los principios de la aceptación incondicional,
puede aparecer vestida con una capa negra. Pero, por empatía y autenticidad.
otro lado, todavía pueden pensar que es evitable. 8. Promover el auto-cuidado y la psico-educación
En los niños mayores de diez años predomina el especialmente en los padres, habilitándoles para
pensamiento lógico. Piensan en la muerte como un que ellos sean los propios terapeutas de su hijo en
concepto; es un fenómeno universal, final, irreversible e los cuidados paliativos.
inevitable; es invisible porque es abstracta.
Los adolescentes se van acercando a la percepción La evaluación y el tratamiento del paciente deben
adulta de la muerte. Pueden construir su propio sistema realizarse de acuerdo con su edad, el grado de deterioro
de creencias o predominar en ellos sentimientos de om- de su salud y el avance de la enfermedad. Se debe plani-
nipotencia en el enfrentamiento con la muerte. Las ficar en conjunto con el resto del equipo paliativo y en
fantasías y los miedos hacia la muerte están presentes coordinación con los padres, de acuerdo con el motivo
en una gran parte de la población adulta, con presencia de la consulta y el tipo de sintomatología, y con asesoría
de temores infantiles no resueltos y como parte del in- psiquiátrica si es posible.
consciente colectivo. Se recomienda que la evaluación se efectúe de for-
En este contexto, se define el apoyo psicosocial en ma muy cuidadosa y prudente, con el objeto de no le-
CP como el conjunto de acciones tendentes a contener sionar emocionalmente al paciente o despertar inquie-
el impacto que produce en el paciente, en su familia y en tudes o resistencias respecto a su condición de paliativo
el equipo médico el proceso de la enfermedad oncológi- y a la cercanía de la muerte, y ello con la finalidad de no
ca en su fase avanzada. El apoyo psicosocial paliativo es entrar en conflicto con el paciente y/o con sus padres.
la parte final de un largo proceso que se inició en el mo- Por otro lado, algunos padres pueden sentir temor y
mento del diagnóstico y prosigue durante la etapa del mostrarse desconfiados, pidiendo de forma anticipada
tratamiento; este modelo de atención continua tiene la que no se les diga a sus hijos que van a morir, situación
ventaja de favorecer relaciones de confianza entre el que debe ser respetada y conversada.
¿Cómo acercarse al paciente los pacientes piensan acerca de su dolor, pudiendo te-
para evaluarlo? ner un impacto positivo sobre su sensibilidad, emocio-
nes y reacciones frente al dolor18.
a) La evaluación puede consistir simplemente en ob- Considerando la definición del dolor por cáncer
servar a cierta distancia al paciente mientras está como un dolor total, que incluye el sufrimiento y el pro-
solo o siendo evaluado por otro profesional, o ceso de duelo ante la inminencia de la muerte, la inter-
mientras interactúa con sus familiares o amigos. vención terapéutica puede ir dirigida a:
b) En una conversación común y corriente, no dirigida.
c) En una entrevista clínica semi-estructurada, desti- 1. Manejo del dolor relacionado con procedimientos o
nada a la exploración del estado emocional y a tratamientos. Puede atenuarse, disminuyendo la
observar la presencia de sintomatología ansioso- sensación de miedo o ansiedad. Para ello, antes del
depresiva. procedimiento es preciso explorar la sensación de
d) En una intervención mixta de evaluación y terapia miedo o ansiedad y enseñar y practicar técnicas de
simultánea, consistente en realizar intervenciones control con el niño y el profesional que ejecuta el
terapéuticas en la medida que vayan apareciendo procedimiento. Las técnicas cognitivas conductua-
contenidos de connotación afectivo-emocional les más conocidas son: ejercicios de respiración, de
importante, que requieran una intervención en distracción, de relajación simple, o con visualiza-
crisis. Esta situación es la más frecuente. ción. Otras técnicas que deben ser realizadas por
un profesional de salud mental son las de relaja-
Independientemente de la forma de acercamiento, ción con imaginería, relajación con imaginería con
la evaluación debe consignar los siguientes aspectos: música, hipnosis eriksoniana y/o hipnosis clásica.
2. Manejo del dolor en su dimensión del sufrimiento. El
1. Estado psíquico: estado de conciencia y grado de tipo de intervención psicológica para enfrentarse al
alerta al medio, orientación y grado de conserva- sufrimiento en sus aspectos cognitivos, emociona-
ción de las funciones cognitivas, noción o concien- les, pragmáticos y culturales va a depender del
cia de enfermedad. motivo de la consulta o contenido del problema,
2. Conducta: grado de autonomía e interés para desa- de la posibilidad concreta de proporcionar la ayu-
rrollar actividades. da y del grado de intensidad de la emoción que
3. Estado afectivo-emocional: estado de ánimo, presen- acompañe al discurso.
62 cia de sentimientos de culpa, soledad afectiva, El estado emocional puede ir de mayor a menor
miedo a la muerte, mecanismos de defensa frente a intensidad, requiriendo una intervención terapéu-
la angustia. tica específica. En estados de gran intensidad, co-
4. Presencia de sintomatología de tipo ansioso-depresiva mo es la reacción de shock en los padres, el tipo de
reactiva u otros trastornos psiquiátricos. A este efecto, acción es la intervención en crisis o de auxilio. En
y en ausencia de instrumentos específicos de me- estados de mediana intensidad, como la presencia
dición emocional, se pueden utilizar las escalas de de sintomatología ansioso-depresiva de tipo adap-
medición del dolor de enfermería, haciendo hinca- tativo, la intervención es la psicoterapia dirigida al
pié al paciente de que se trata de su dolor emocio- centro del problema; y en los de menor intensidad,
nal o sufrimiento. como problemas de relación o conflictos, con téc-
5. Relaciones interpersonales y dinámica familiar. nicas de comunicación eficaz y psicoeducación.
6. Creencias religiosas e inquietudes espirituales, redes de 3. Apoyo en el proceso de duelo. El duelo, que se define
apoyo. como el “conjunto de representaciones mentales y
conductas vinculadas con una pérdida afectiva”,
en el caso del cáncer se inicia de forma anticipada.
¿Cuáles son las intervenciones Este punto será revisado en otro capítulo19.
terapéuticas?
Las intervenciones psicosociales son una parte im- ¿Cómo apoyar a los padres?
portante del acercamiento multimodal en el tratamiento
del dolor y pueden ser utilizadas simultáneamente con Los padres juegan un papel preponderante, sobre
los medicamentos y con otras medidas para el dicho todo a medida que el paciente va empeorando en su
tratamiento. Estas intervenciones pueden ser realizadas salud, por lo que es relevante darles información en re-
por el equipo de profesionales y en algunos casos por el lación con las inquietudes y fantasías de los niños acer-
paciente o sus familiares; no están dirigidas a reempla- ca de la muerte, sobre los inconvenientes de la conspira-
zar la terapia farmacológica, sino a ser utilizadas con- ción del silencio, y enseñarles cómo contactar con el ni-
juntamente. La elección dependerá del tipo de proble- ño, la importancia de la expresión de sus propias emo-
ma que haya de resolverse en particular. ciones, la despedida en los últimos días y la forma de
El sentido de estas técnicas es ayudar al paciente a preparar esta despedida con los hermanos y otros fami-
ganar “sentido de control” sobre el dolor. El fundamen- liares. Por último, hay que enseñarles técnicas de co-
to de estas intervenciones es cambiar la forma en que municación efectiva y de conversación con “reflejo del
sentimiento”, o sea, como si se estuviera frente a un es- Reflexiones sobre el papel del
pejo, devolviendo la inquietud o la pregunta del pa- psicólogo clínico en cuidados
ciente, para que sea él o ella quien logre expresar real- paliativos del paciente
mente qué le preocupa o a qué teme. De este modo, hay oncológico pediátrico
que responder al niño/a específicamente sobre lo que él
o ella manifiesten, como su temor o su preocupación, Llevo diez años trabajando como psicóloga en una
sin entregar información no solicitada que pueda com- unidad de oncología. Al comienzo fue muy difícil. Los
plicar más las cosas. primeros meses sentí una angustia tremenda, era como si
La atención domiciliaria tiene por objeto dar apo- una mano apretara mi garganta y mi pecho; me daban
yo emocional, psicológico y espiritual al paciente y a su ganas de salir corriendo, deseaba que fuera fin de semana
familia en el hogar, cuando el avance de la enfermedad o tener algún inconveniente para no ir a la unidad… Pe-
no permite al niño movilizarse hasta el hospital, previ- ro continué… y lo logré. A través de todos estos años he
niendo la claudicación familiar y ayudando terapéutica- visto morir a tantos niños, he visto llorar a tantos padres,
mente en la elaboración del duelo. he asistido con diferentes oncólogos a domicilios, he he-
cho tantas intervenciones en crisis, conteniendo el sufri-
miento, que a veces siento que no me cabe tanto dolor en
¿Cómo acompañar al niño y a su mi corazón y me gustaría que éste fuera más grande. Pero
familia en la fase de agonía y de también tengo que decir que me encontré con un equipo
duelo? de trabajo maravilloso, de una calidad humana que no
había visto en otras especialidades y con una forma tan
En la fase de agonía, el trabajo terapéutico se cen- suave de tratar a los pacientes como nunca había visto
tra fundamentalmente en los padres, preparándoles pa- antes. Entonces, cada vez que regreso de oncología, doy
ra que sean ellos los propios terapeutas de sus hijos, lo las gracias por esta oportunidad que me ha dado la vida.
que a la vez les va ayudar en el proceso del duelo. He aprendido lo que realmente es hacerse cargo de un
¿Cuándo hablar de la muerte con los niños? Cuan- paciente, cómo acompañar al equipo al domicilio del
do el niño desee hablar de ella. ¿Qué responder acerca paciente y su seguimiento permanente hasta después de
de la proximidad de la muerte? Depende del contexto la muerte. También aprendí que lo mejor para la pena es
en que se den las preguntas, es decir, de la edad, del el llanto, la humildad y el valor del silencio; como decía
desarrollo cognitivo, del grado de conciencia de enfer- mi abuela, “la palabra es plata pero el silencio es oro”.
medad, del avance de dicha enfermedad, del estado 63
emocional y de la actitud de los padres con respecto al
tema de la muerte y al grado de cercanía con el equipo,
y también de los aspectos culturales. ANEXO N.° 1
Es relevante tener en cuenta la prudencia y el sen-
tido común, y recordar el principio de la bioética: “No a
la mentira piadosa, sí a la verdad amorosa”. La forma PRINCIPIOS EN EL TRATAMIENTO
que nosotros recomendamos es el uso de la técnica no INTEGRAL DEL DOLOR SEGÚN LA OMS
directiva, del reflejo del sentimiento; decir, por ejem-
plo: “Parece que tú estás preocupado por…”. Los pa- • En el niño, el dolor por cáncer es complejo y re-
dres tienen temor a responder las preguntas de sus hijos quiere un tratamiento multidisciplinar. Múltiples
y esta situación puede constituir un problema, por lo factores, como el entorno físico, las actitudes de la
que es recomendable integrarlos y capacitarles para que familia, del cuidador y del equipo interdisciplina-
sean ellos mismos los que respondan. Las preguntas rio, pueden incrementar o disminuir el dolor.
más frecuentes que hacen los niños son: si la muerte • El tratamiento integral del dolor se centra en la
duele, si van a estar acompañados, si los padres van a condición holística del niño, con necesidades va-
sufrir y a dónde van las personas después de morir. riables, según su edad, el tipo de tumor maligno, la
A los padres es necesario mostrarles la importancia etapa de la enfermedad y la biografía dolorosa.
de escuchar a los niños cuando hablen del tema de la • Armoniza la relación de medicamentos que alivian
muerte y la conveniencia de dejarles hablar, y cómo el dolor y otras que controlan los síntomas moles-
manejar estas situaciones dolorosas. Desde el punto de tos; también asocia las intervenciones psicosocia-
vista psicológico, el trabajo terapéutico está centrado en les, sea en su conjunto o bien separadas por prácti-
el plano emocional, en el sufrimiento, más que en el cas cognitivas, de la conducta, alternativas físicas o
plano cognitivo. bien de soporte y apoyo; éstas pueden ser realiza-
Se brinda apoyo emocional a la familia en el proce- das por miembros de la familia.
so del duelo y de la muerte. Después, los padres gene- • El tratamiento del dolor es un proceso continuo;
ralmente regresan al hospital en señal de agradecimien- comienza con el diagnóstico y continúa durante
to y como un ritual de cierre del proceso. El apoyo todo el curso de la enfermedad.
otorgado por nuestro equipo puede continuar en los • Al mismo tiempo que se provee alivio, la causa que
meses posteriores al fallecimiento, con visitas o a través lo origina deberá ser determinada y tratada cuando
del teléfono. sea posible.
leve temblor de la extremidad superior izquierda. La - La hermana menor fue la más afectada por la en-
madre, muy angustiada, refiere que no está durmiendo fermedad del paciente, presentando problemas
bien y se traslada al dormitorio del niño para supervisar conductuales y siendo castigada físicamente. La
su atención. menor presentaba sentimientos de postergación y
En los siguientes días el paciente evoluciona con envidia frente a su hermano, quien obtuvo una
mayor lucidez de conciencia y con ausencia de convul- habitación equipada con ordenador; ella manifestó
siones, pero presenta un cuadro de fiebre y tos produc- deseos de morir en lugar del paciente.
tiva, por lo que se decide su hospitalización para el ini- - La atención psicológica en el domicilio se centró
cio de terapia antibiótica y por situación de “claudica- especialmente en dar soporte emocional a la madre
ción materna”. Permanece 2 días hospitalizado hasta y a la hermana. El estado de trastorno de concien-
que muere, después de 120 días de atención en CP, en cia del paciente no permitió una atención psicoló-
el hospital. Después del fallecimiento, la madre se tras- gica y de apoyo en la fase final.
lada al pueblo con su hija. - Presencia de factores protectores: la capacidad de
la madre para pedir y recibir ayuda, y buenas rela-
ciones con el equipo y con los vecinos.
Problemas
que la única alternativa terapéutica curativa era el TPH (quimioterapia y TPH), lo que complica la admi-
y que contaba con un donante compatible. Se plantea la nistración de analgésicos.
situación a los padres y al niño, quienes están de acuer- • Hiperleucocitosis que se asocia a complicaciones
do en continuar el tratamiento. neurológicas (trastorno de conciencia, convulsio-
Después de 6 meses del nuevo tratamiento, se rea- nes, pérdida de visión), respiratorias (insuficiencia
liza TPH con sangre de cordón, a los 13 meses del diag- respiratoria), metabólicas (alteraciones electrolíticas,
nóstico. Posteriormente a este procedimiento presenta fallo renal) y hematológicas (trastornos de coagula-
una complicación infecciosa grave que requiere trata- ción), de difícil tratamiento en su domicilio.
miento en UCI. Se logra un buen implante de la médula
ósea, sin complicaciones graves derivadas del TPH; es b) Desde el punto de vista de la enfermería
dado de alta después de 45 días de hospitalización.
A los 6 meses del TPH (19 meses del diagnóstico) • Reacción de los padres al ingreso en CP. Ambos
presenta una 2.ª recaída post-trasplante e ingresa en CP. padres y el niño quieren viajar de forma inmediata
Los padres solicitan su traslado inmediato a la ciudad a su ciudad de origen y dejar nuestro hospital. Se
de origen (a 400 km del hospital donde se le está tra- realiza educación sólo durante una mañana para
tando), por lo que se organiza y coordina su atención que la madre se capacite en el manejo del catéter.
con el hospital regional. Al ingreso en CP está sin ane- • Suspensión de terapia y analgesia por parte de la
mia, con cifra de leucocitos normales y plaquetas leve- madre para poder realizar terapias alternativas, en
mente disminuidas, con dolor óseo de extremidades las que insistía el padre.
inferiores (EVA 3) y actividad normal. Se mantiene con- • Niño poco cooperador. Algunas veces se niega a
tacto telefónico permanente con la madre y con el equi- tomar los medicamentos o no deja que la madre se
po local. El padre inicia terapias alternativas y la madre los administre a través del catéter venoso.
suspende el uso de los analgésicos indicados, por lo que • Mala evaluación de la intensidad del dolor por
se insiste en que asocie las medidas farmacológicas con parte de la madre, minimizándolo en algunas si-
las terapias naturales. Evoluciona con una cifra de leu- tuaciones.
cocitos en ascenso, hasta 400.000 x mm3, anemia grave
y trombopenia. Presenta en una ocasión cefalea, pérdi- d) Desde el punto de vista psicosocial
da de visión unilateral transitoria y episodio convulsivo,
secundarios a hiperleucocitosis, por lo que se le interna • Presencia de factores de riesgo: ser de otra ciudad,
66 en el hospital regional y se asocia al tratamiento con mala relación de pareja, paciente triangulado por
codeína y paracetamol, prednisona para disminuir la los conflictos de los padres, infantilizado por la
cifra de leucocitos y fenobarbital por vía oral. Vuelve a madre, con trastornos conductuales y hostilidad
su domicilio, recibiendo transfusión de glóbulos rojos y hacia el personal en la etapa del tratamiento, lo
plaquetas cada 15 días, ya que se mantiene activo, du- que dificultó el tratamiento de CP.
rante los primeros 2 meses de CP. • La lejanía física entre el equipo de CP y la familia
Al tercer mes en CP padece un mayor trastorno del (a pesar de la coordinación con el equipo de pro-
estado general, permanece postrado en cama y presenta vincias) hizo que los padres tuvieran poca adhe-
2 episodios de fiebre, con sintomatología respiratoria, sión a las indicaciones del equipo local, poniéndo-
por lo que recibe tratamiento ambulatorio con antibió- las en duda.
ticos de amplio espectro por vía oral. Refiere dolor óseo
más intenso, y, por su escasa tolerancia oral, se decide el
inicio de morfina por vía endovenosa cada 4 horas, por
catéter central, en dosis adecuadas a su función renal, y Bibliografía
se indican todos los medicamentos por esa vía: dexame-
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67
Rosa Germ
de la capacidad funcional y/o exacerbada por ño”. El dolor es siempre subjetivo. Cada individuo
otros síntomas como la tos y la fatiga. aprende a aplicar este término a través de experiencias
traumáticas desde los primeros años de vida. Induda-
FEV1 < 30% postbroncodilatador, es evidencia blemente, se trata de una sensación en una o más partes
de gravedad. del cuerpo, pero también es siempre desagradable y,
por tanto, supone una experiencia emocional1.
B. Progresión de la enfermedad:
• Dolor de cintura escapular y columna lumbosacra. • Mediciones fisiológicas. Las variables fisiológicas
Especialmente en estadios avanzados de la enfer- son útiles para experiencias dolorosas relacionadas
medad, secundaria a osteoporosis y debilidad7. En con procedimientos médicos a corto plazo. No hay
pacientes adolescentes y adultos jóvenes es impor- reacciones fisiológicas que sean reflejo directo de
tante descartar el aplastamiento vertebral. la percepción de dolor por parte del niño.
• Mediciones conductuales. Se fundamenta en la ob-
servación de las modificaciones de la conducta del
Mecanismos niño en situación de dolor.
• Autoinforme. La mayoría de los niños de tres años
Identificada la causa, es necesario considerar el me- de edad o mayores tienen capacidad para com-
canismo fisiopatólogico involucrado. Existen dos meca- prender el concepto de dolor, percibir su intensi-
nismos fundamentales: el nociceptivo y el neuropático. dad e informar de ello.
El mecanismo nociceptivo es aquel transmitido
por las vías ascendentes espinotalámicas a partir de la En niños en etapa preverbal o con alteraciones
estimulación de receptores nociceptivos, los cuales se cognitivas se deberá evaluar el impacto del dolor a tra-
encuentran en todos los tejidos excepto en el sistema vés de los cambios en su comportamiento. Por esto de-
nervioso central. bemos escuchar siempre la opinión de los padres.
El mecanismo neuropático resulta de la disfunción La elección del método de valoración deberá ade-
o lesión de estructuras del sistema nervioso central o cuarse a la edad y al desarrollo cognitivo del paciente.
periférico. Generalmente es retrasado respecto del co-
mienzo de la lesión y puede permanecer presente aun
en ausencia del desencadenante primario del dolor. En Escalas para medir la intensidad
esta enfermedad puede relacionarse con la presencia de
diabetes mellitus. Para menores de 6 años:
El dolor neuropático tiene características disestési-
cas o lancinantes, con distribución dermatomérica.
Presenta signos como disminución de la sensibilidad, Adaptación de la Escala del Inst. Gustave-Roussy
cambios vasomotores locales, hiperalgesia y cambios Signos 1. Protección antálgica en reposo
distróficos de la piel y faneras. El dolor puede desenca- directos 2. Protección espontánea de zonas
denarse por estímulos habitualmente no dolorosos. dolorosas 71
El dolor producido por un mecanismo nociceptivo 3. Actitud antálgica en el movimiento
responde a analgésicos primarios (antiinflamatorios no 4. Reacción a la movilización pasiva
5. Reacción al examen de zonas
esteroides y opioides), mientras que el dolor neuropáti- dolorosas
co reacciona sólo de forma parcial a analgésicos prima-
Expresión 6. Quejas somáticas
rios y sí responde plenamente a fármacos adyuvantes
voluntaria 7. Localización de zonas dolorosas
(antidepresivos, anticonvulsivantes, antiarrítmicos,
benzodiacepinas y corticoides). Atonía 8. Falta de expresividad
psicomotriz 9. Desinterés por el mundo exterior
10. Lentitud y escasez de movimientos
Para identificar la presencia de dolor contamos con Es preciso recordar que en neonatos el hipo o los
tres herramientas esenciales: la entrevista, la observa- estornudos pueden ser signos de dolor.
ción y el examen físico7.
Uno de los principales problemas que plantea el Para mayores de 6 años:
tratamiento del dolor en niños suele ser la dificultad
para cuantificar la intensidad de sus experiencias dolo- • Escalas numéricas: preguntar de 0 a 10 cuánto es
rosas. El objetivo de la valoración del dolor es obtener el dolor (si se responde 0 es que no duele nada, y
datos precisos que permitan emprender acciones tera- 10 es el máximo dolor imaginable) También pode-
péuticas y evaluar la eficacia de esas acciones. La valora- mos invertir la escala en niños en etapa escolar —
ción debe ser continua, dado que el proceso patológico porque el 10 se vincula a lo excelente y a lo ópti-
y los factores que influyen en el dolor cambian con el mo— para permitir su mejor comprensión.
transcurso del tiempo. • Escala visual-análoga (variante de la anterior): so-
La responsabilidad de evaluar la intensidad del bre una línea de 10 cm, explicar lo mismo y per-
dolor debe ser compartida por el personal médico, por mitir que el paciente señale cuál es su dolor. Esta
el de enfermería y por la familia del niño. Siempre es escala es más sensible, pero de difícil comprensión
posible valorar el dolor de algún modo, incluso en el para niños menores de 8 a 9 años.
niño en estado crítico o con discapacidad cognitiva. • Escala de las caras modificada: muestra seis caras,
Los métodos de medición utilizados en pediatría donde el niño reconoce cuál de las caras represen-
son de tres tipos. ta mejor su dolor.
Interpretación de los resultados de las 3 escalas: • Las terapias cognitivas influyen en el pensamiento y
en la imaginación del niño. Con frecuencia los pa-
0: No hay dolor. dres son muy hábiles en el empleo de estos méto-
1-3: Dolor leve. dos porque conocen los gustos de su hijo; activida-
4-6: Dolor moderado. des como contar un cuento pueden ser una medi-
7-9: Dolor intenso. da de distracción.
10: Dolor intolerable. • Las terapias conductuales modifican el comporta-
miento del paciente a través de ejercicios como la
respiración profunda o la relajación.
“La ausencia de instrumentos de valoración válidos y • Las terapias físicas actúan sobre los sistemas senso-
fidedignos para los niños muy pequeños no es quizás tan riales. Por ejemplo, el tacto, que es importante pa-
importante como la disposición para creer que ellos ra todos los niños y especialmente útil en niños
también sienten dolor.”
pre-verbales.
(McCaffery, Beede, 1991) El masaje y la presión local actúan por contraesti-
mulación.
La estimulación neuroeléctrica transcutánea
Tratamiento del dolor
(TENS) estimula a las fibras nerviosas de gran diá-
metro amortiguando la transmisión del dolor a ni-
Una vez establecidas las causas, los mecanismos y
vel raquídeo.
la intensidad del dolor, debemos proceder a su trata-
miento. Para obtener un alivio efectivo es necesario
plantear una estrategia de abordaje que incluya:
Tratamiento farmacológico
1. Explicación.
Los fármacos más comúnmente utilizados figuran
2. Modificación del proceso patológico.
en la Tabla II.
3. Elevación del umbral del dolor.
4. Modificación del estilo de vida.
5. Interrupción de las vías del dolor. Tabla II. Fármacos y técnicas para el tratamiento
6. Inmovilización. del dolor
72
Analgésicos primarios:
El equipo de salud puede ayudar al alivio del sín- Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y paracetamol
toma no sólo mediante la indicación de analgésicos, si- Aspirina, ibuprofeno, naproxeno
no brindando una información adecuada y enseñando Opioides
medidas sencillas para el control del dolor. Para dolor moderado: codeína
Para dolor intenso: morfina, metadona,
hidromorfona, fentanilo, oxicodona
Analgésicos primarios
Tabla I. Terapias no farmacológicas en el
tratamiento del dolor
AINE y paracetamol
De apoyo Cognitivas Conductuales Físicas
Asistencia Los AINE se emplean para aliviar el dolor leve, o
familiar Distracción Respiración Tacto combinados con opioides para aliviar el dolor modera-
Información Música Relajación Calor y frío do o intenso. Todos poseen efectos analgésicos, antipi-
Empatía Visualización Ejercicio Masajes réticos y antiinflamatorios, excepto el paracetamol, que
carece de efectos antiinflamatorios.
Participación Hipnosis Arte TENS
El paracetamol es el fármaco de elección en niños,
Juego Psicoterapia Acupuntura
dado que no tiene efectos secundarios gastrointestinales
y hematológicos.
Los AINE son útiles para el dolor producido por
• Las medidas de apoyo sostienen y capacitan al niño procesos inflamatorios o metástasis óseas. La Organiza-
y a su familia. ción Mundial de la Salud (OMS) recomienda el ibupro-
feno dentro de este grupo. Dado que pueden producir Si se está utilizando un opioide débil por vía oral y
gastritis, deben administrarse con las comidas. se quiere pasar a un opioide fuerte por vía parenteral
Estos analgésicos tienen “efecto techo”, es decir, no (por ejemplo, dolor postquirúrgico), debe cambiarse a
se obtiene mayor analgesia al incrementar la dosis pero un agonista completo como la morfina (no deben usar-
sí aumentan los efectos adversos. se agonistas parciales o agonistas-antagonistas porque
antagonizan el efecto analgésico y provocan dolor).
Opioides
Cálculo de la dosis de morfina
La codeína es el opioide de elección para el dolor
moderado; si no logra el alivio adecuado con la dosis y Al pasar de morfina oral a morfina parenteral, hay
el intervalo correcto, se deberá suspender la codeína y que dividir la dosis en mg por 2. Para cambiar de mor-
pasar a otro opioide más potente. fina de liberación inmediata a morfina de liberación
Para aliviar el dolor intenso se requieren opioides controlada, se debe calcular la dosis diaria total y divi-
potentes. Se pueden indicar solos o asociados con para- dir por 2. Para pasar de codeína oral a morfina oral se
cetamol, AINE y/o adyuvantes. tiene que dividir la dosis de codeína en mg por 12.
Los opioides fuertes no tienen dosis máxima por- No deben administrarse simultáneamente dos
que no tienen “efecto techo”. La dosis correcta es la que opioides, ya que pueden antagonizarse entre sí y provo-
alivia el dolor. car un mayor dolor.
El opioide fuerte recomendado por la OMS es la mor- La indicación de morfina se basa en la intensidad
fina. Sus alternativas son la hidromorfona, la metadona y del dolor y no en el pronóstico de vida del paciente.
el fentanilo. No se recomienda el uso de la meperidina por Los efectos secundarios más frecuentes son: estre-
la acumulación de su metabolito, que es neurotóxico. ñimiento, prurito, somnolencia, retención urinaria,
La morfina es el fármaco patrón de este grupo y náuseas y vómitos e hipotensión.
con la que se comparan las propiedades equianalgésicas La depresión respiratoria es de presentación muy
de otros fármacos. Se reconocen muchos beneficios con poco frecuente a dosis correctas. Se debe advertir a los
relación a otros fármacos del mismo grupo. Es más eco- padres sobre los efectos adversos y ofrecer tratamiento
nómica, existen preparaciones magistrales, de gran ac- efectivo para los mismos.
cesibilidad, y se administra por diferentes vías (oral, Los efectos secundarios desaparecen durante los
endovenosa, subcutánea, rectal, epidural, intratecal). primeros días de administración de los opioides, excep-
Su farmacocinética y farmacodinamia son conocidas, y to el estreñimiento, el cual debe prevenirse. 73
esto la convierte en un fármaco seguro, aun para su uso
en neonatos8. Mitos y creencias sobre el uso de opioides
Cómo se administran los opioides El tratamiento con opioides mas allá de siete días
crea dependencia fisiológica.
Al comenzar un régimen terapéutico que incluya La dependencia física es una respuesta fisiológica
opioides se deben tomar en cuenta algunas considera- normal a la terapia crónica con opioides. Por esto se
ciones: debe suspender su uso mediante la disminución gra-
La dosis correcta es aquella que calma el dolor. Las dual de la dosis, para evitar síntomas de abstinencia.
dosis iniciales son: La tolerancia se produce después de una adminis-
tración repetida. Hay una adaptación gradual a cierta
• Neonatos: 5-7 mcg/kg en bolo, que se irá repitien- dosis del fármaco, y se hacen necesarias dosis progresiva-
do cada 10-15 minutos hasta obtener confort. mente mayores para conseguir el mismo grado de alivio.
• Lactantes y niños: 10-30 mcg/kg en bolo, que se irá En el tratamiento de dolor por cáncer, la necesidad
repitiendo cada 10-15 minutos hasta que llegue el de aumentar la dosis se relaciona con la progresión de
alivio. la enfermedad y no con tolerancia farmacológica9.
La existencia de mitos sobre la adicción genera la
Si el dolor no cede o aparece antes de las 4 horas, infrautilización de los opioides, llamada por algunos
se debe aumentar la dosis del opioide entre un 30% y autores opiofobia.
un 50% de la dosis previa, administrándolo en el mo- Esta entidad es compartida por miembros del
mento en que aparece el dolor y reiniciando desde en- equipo de salud, por el paciente y por su familia. Algu-
tonces el esquema cada 4 horas. Si comenzamos con un nas expresiones relacionadas con la opiofobia son:
opioide débil, se pueden realizar aumentos hasta las
dosis máximas (2 aumentos en adultos). Si el dolor per- • Equipo de salud. La morfina sólo debe utilizarse
siste, se debe valorar el cambio a morfina u otro opioide cuando el paciente está agónico, pues adelanta la
fuerte. muerte, causa depresión respiratoria y produce
Cuando se administran opioides cada 4 horas se dependencia y adicción.
puede dar una doble dosis nocturna con el objeto de • Paciente y familia. Si me dan morfina significa que
evitar interrupciones del sueño y permitir un descanso pronto me voy a morir, no habrá nada para cuando
adecuado. empeore el dolor y me volveré adicto.
cas de gran complejidad. Nuestra tarea puede ayudar a Durante dos años únicamente se le administró
la familia a comprender que los cambios que ellos ob- morfina porque sus crisis de tos asfixiante se perpetua-
servan en el ser querido pueden ser muy diferentes a la ban. De tanto insistir nuestra unidad, se hizo una TAC
propia experiencia del paciente. de tórax que mostró una compresión del bronquio
La soledad, el aislamiento y el mal control de los fuente derecho. Se realiza una biopsia y ésta sólo mues-
síntomas en esta etapa pueden llevar a las familias a tra “reacción linfo-proliferativa”, por lo que se inicia un
sentimientos de frustración, temor, ira o fantasías de tratamiento con dexametassona a 0,6 mg/kg/día.
que algo hicieron mal. Todas estas emociones son facto- Si bien los síntomas mejoran parcialmente, C.M.
res negativos para la evolución de un duelo normal. nunca pudo dejar los opioides.
Es el momento en que el cuidado paliativo debe
ser tanto o más intenso que el mismo cuidado intensi- 5. ¿Qué opina usted acerca del uso de opioides en
vo3,20,21,22,29,30,31. la enfermedad respiratoria crónica?
C.M. logró volver a su casa, a su escuela, sin oxígeno.
Posteriormente ingresó en el hospital con sepsis a
estreptococo de la comunidad. Muere en la UTI a las 36
u u Casos Prácticos u u
horas.
3. ¿Por qué piensa usted que esto fue útil, y qué 3. ¿Qué sientes al leer sobre el cuidado de niños
haría de ahora en adelante? con enfermedades potencialmente mortales?
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infección oportunista, ¿lo comentaría natural y tranqui- dejada al único criterio de la buena voluntad. Pero tanto
lamente con los padres de sus compañeros de colegio, la técnica como la ciencia no son asépticas: están preña-
ante las muestras de interés de éstos por el estado de das de valores o de contravalores. No hay hechos sin
salud del pequeño, a la vuelta a las aulas? Y el problema valores. Como afirman algunos autores6, la física perdió
no está sólo en las reacciones sociales, sino también en la inocencia en Hiroshima, la medicina lo hizo en Aus-
que el estigma —siguiendo a Goffman— produce cul- chwitz y creemos que la intervención con personas que
pabilidad, baja autoestima y desajustes emocionales. padecen enfermedades estigmatizadas también la ha
La parte de “déficit-deficiencia” afecta a todo el perdido en el camino. Puede ser en la complicidad del
ámbito que abarca el sida y, por ello, se vincula a límite, pensamiento débil y acrítico o en no analizar a fondo los
a pobreza, a pérdida. No en vano, asociados al sida —y prejuicios que barnizan nuestra acción. O quizás en la
no sólo refiriéndonos al ámbito pediátrico—, aparecen omisión y en la simple indiferencia a la que suele llevar
conceptos y realidades como inmunodeficiencia bioló- una pretendida y más que sospechosa neutralidad. Un
gica (disminución de CD4, células del sistema inmuni- afectado no puede ser neutral. El sida social, por ejem-
tario), vulnerabilidad social (dificultades en el acceso a plo, también es una “patología transmisible”. Los medios
la vivienda, precariedad laboral, desafiliación en los de comunicación —para nada neutros— de hecho han
vínculos naturales, etc.), indefensión emocional (viven- tenido una enorme responsabilidad a la hora de crear y
cia clandestina de la propia enfermedad, estado de áni- potenciar estereotipos y prejuicios generando un tipo de
mo deprimido, etc.), fragilidad existencial (sinsentido “enfermedades-discriminaciones de transmisión social”.
frente a la existencia y su devenir, experiencia de culpa, No podemos olvidar, de cara a la intervención, los
etc.), impotencia científica (ante la complejidad de la patrones culturales del medio en el que vamos a interve-
estructura del virus), etc. En el fondo, el sida nos con- nir. No se previene, ama, lucha, piensa, espera desde los
fronta con nuestra propia condición humana, de por sí mismos esquemas. De ahí que la intervención no se pue-
débil, limitada, contingente. Pero a lo bestia, pues, por da planificar y programar desde la falsa asepsia de los
un lado, todas esas condiciones (indefensión emocio- despachos de salón, sino escuchando a las personas acer-
nal, fragilidad existencial, etc.) son realidades que se ca de sus valores, necesidades, expectativas, estilos de
relacionan entre sí, no suelen venir aisladas, y, por otro, vida, preferencias, etc. Por ejemplo, llama significativa-
todas ellas son variables amplificadoras del daño. En mente la atención que muchas de las iniciativas de inter-
resumen, el sida nos habla de multidimensionalidad, vención no han tenido en cuenta algo tan básico como la
pero —en principio— a la baja. perspectiva de los niños o la perspectiva de género.
82 Esta realidad, tan poco deseable y, por tanto, tan La intervención con los pequeños que padecen si-
aversiva, suele generar respuestas sociales muy dispa- da, en su desarrollo final, ha de estar siempre perfilada
res, pero mayoritariamente de rechazo. De hecho, casi desde el eje del vínculo, del encuentro, de la comunica-
todo lo que tiene que ver con cuestiones tan ambivalen- ción. Tendremos mucho o poco que ofrecerles desde el
tes como la salud y la enfermedad, la interacción social punto de vista clínico-médico, pero va a ser precisa-
con los distintos, la vida y la muerte, los valores, los mente nuestra persona el recurso por antonomasia que
derechos y deberes de los ciudadanos, puede hacer bro- hay que compartir y emplear. En una relación de ayuda
tar la visceralidad, los miedos, los prejuicios y la irracio- al final de la vida hay veces que ya no tienes objeto aña-
nalidad. Por ello, desde un enfoque de racionalidad, la dido que ofrecer (léase medicación, prestación social,
primera premisa que necesitamos para abordar la inter- etc.), pues todo eso está ya hecho. Allí es donde se en-
vención con estos niños de un modo coherente es inte- cuentran e interaccionan las personas sin otra media-
grar y reivindicar el estatus de afectados5 y en clave de ción. Frente a frente. En función de la calidad y la cali-
postura ideológica y de relación. Soy un afectado por- dez personal que se invierta, lo que inicialmente es una
que soy un ciudadano; a mí me afecta que exista el VIH, amenaza (el encuentro con la perspectiva de muerte)
sus repercusiones biológicas, psicológicas y sociales, su también puede recrearse como una oportunidad de re-
manera de convivir con él, etc. Y desde ahí, tengo res- construcción personal y de integración social.
ponsabilidades. Aunque sabemos que las estrategias de El VIH/sida nunca debería haber salido del espacio
prevención instrumental habrán de referirse a compor- estrictamente clínico, pero, como luego veremos, su
tamientos o prácticas de riesgo que suelen ser más habi- carácter transmisible, la altísima mortalidad inicial, la
tuales en subpoblaciones más expuestas (no se pretende juventud de muchos de los implicados y la afectación a
hacer invisible la realidad de estos grupos, mal llamados determinados grupos poblacionales han hecho prácti-
“grupos de riesgo”), para la prevención del sida social sí camente imposible ese deseo.
que es necesaria la reivindicación de “afectados”, no
sólo de los que intervenimos en el medio, sino de todos
los ciudadanos. El sida es un problema de todos.
Nuestra reflexión y nuestra intervención en el ám- SIDA COMO ENFERMEDAD MORAL Y
bito del sida pediátrico —y más aún en el contexto del COMO PREDISPONENTE DE LA
final de la vida— van a estar, querámoslo o no, impreg- EXCLUSIÓN
nadas de ideología, aunque no tengamos conciencia de
ella o capacidad para explicitarla. La intervención, cier- En torno al sida se han generado distintas teorías
tamente, ha de ser técnicamente correcta, no puede ser explicativas, algunas de ellas vinculadas a posibles hi-
pótesis acerca del origen del virus y de la infección. Se las muchas personas infectadas por VIH que conoce-
ha especulado sobre si fue un virus creado in vitro por mos, no sabemos de ninguna que “se lo haya buscado”.
científicos estadounidenses para castigar a grupos so- Lo más que han perseguido ha sido quitarse un síndro-
cialmente residuales (homosexuales, drogodependien- me de abstinencia o una noche de difícil soledad.
tes, etc.), se han escuchado opiniones tan peregrinas El enfoque de “enfermedad conductual-moral” es
como atribuir la infección a un castigo de Dios. En fin, válido para entender las reacciones sociales que ha ge-
vinculadas al sida han surgido distintas representacio- nerado la infección por VIH. Sin embargo, puede ser
nes sociales gestadas unas veces desde el imaginario útil un planteamiento más generalista, en principio,
social y otras desde la realidad. Quizá la más conocida pero también aplicable al mundo del sida. Nos referi-
—y la más real, aunque formulada de muy diversos mos a aquellas reflexiones acerca de la exclusión o, más
modos— sea la que considera el sida como enfermedad concretamente, acerca de los procesos y escenarios de
conductual y, por tanto, moral. Veámosla con un poco marginalidad. Algunos autores9 plantean la hipótesis de
de detalle. la exclusión social como resultado de tres procesos so-
Frente a las enfermedades naturales (aquellas en ciales, tres vectores con sus respectivas lógicas:
las que no interviene la conducta humana para que se
generen —por ejemplo, una apendicitis—), clásica- • Insuficiencia de recursos. Persistencia de la des-
mente se han distinguido las enfermedades morales igualdad, centrada en el desempleo, en especial de
(mos - moris: hábito, costumbre), es decir, aquellas cuya larga duración, y en las nuevas formas de pobreza
causa está determinada por una conducta o una manera económica, algunas de las cuales afectan de lleno a
de comportarse. Toda enfermedad moral, como pueden la subsistencia. Incluye las deficiencias formativas
ser las enfermedades de transmisión sexual o el alcoho- que dificultan el acceso al trabajo. La dimensión
lismo, acaba siendo considerada como social, pasa des- estructural y económica de la marginalidad.
pués a ser vergonzante y se termina generando una • Vulnerabilidad de los tejidos relacionales. La cre-
búsqueda de chivos expiatorios, cayendo en la típica ciente desagregación de las formas convivenciales,
dinámica de “caza de brujas”, que persigue más buscar la disociación de los vínculos sociales, la emergen-
culpables que encontrar soluciones. El planteamiento cia de la sociedad de riesgo y la fragilización de los
es muy simple y muy perverso: existe información en servicios de proximidad. La dimensión contextual y
torno a las vías de transmisión del virus. Una persona social de la marginalidad.
informada que mantenga conductas de riesgo es una • Precariedad de los dinamismos vitales (confianza,
persona culpable de su infección, y, por tanto, ella se lo identidad, reciprocidad...). La impotencia personal, 83
ha buscado; de ahí que la obligación de prestarle ayuda que cristaliza en las ideologías de lo inevitable, el debi-
sea más bien una cuestión supererogatoria, una cues- litamiento de la cultura popular de los barrios y, so-
tión de beneficencia, no una obligación de justicia7. bre todo, los nuevos procesos de socialización. La
Podría parecer que estas cuestiones en nada afec- dimensión subjetiva y personal de la marginalidad.
tan al sida infantil, porque los niños no han tenido res-
ponsabilidades en la adquisición del virus. Esto último Cualquiera de estos tres vectores puede ser la vía
es estrictamente cierto; de hecho —creemos que des- de acceso a una situación de exclusión, pero, además,
afortunadamente—, hasta se ha llegado a diferenciar estos tres factores habitualmente se yuxtaponen, se re-
entre víctimas culpables (drogodependientes, prostitu- troalimentan. El itinerario que va de la integración a la
tas, homosexuales, etc.) y víctimas inocentes, entre los exclusión laboral es el mismo que va de la exclusión
que se encuentran —aunque no sólo— los niños. Se laboral al aislamiento relacional y de éste a la ausencia
podría decir que los niños, por tanto, salen indemnes de motivaciones y sentidos para vivir. Laberinto tan
en la calificación social, pero no es tan cierto, como perverso que se reproduce a la inversa: la debilidad de
luego analizaremos. los dinamismos vitales fragiliza las vinculaciones socia-
Mantener este tipo de valoraciones es, cuanto me- les y éstas alimentan de nuevo la exclusión laboral. Co-
nos, desconocer el funcionamiento básico8 de la con- mo se puede ver, estas tres variables se potencian de
ducta humana. Es sabido que la sola información no manera sinérgica; también lo harán en sentido positivo,
cambia las conductas, y mucho menos las conductas compensándose (unas relaciones fuertes, por ejemplo,
íntimas o de interacción próxima. Para el cambio de pueden amortiguar un trabajo precario). Estos factores,
conductas existen dos variables fundamentales: la in- en función de su intensidad, frecuencia y dirección,
mediatez y la probabilidad de la consecuencia. Veamos han de ser tenidos en cuenta para el análisis, preven-
un simple ejemplo. Ante la disyuntiva de dos adoles- ción e intervención frente a la exclusión, y la exclusión
centes de mantener o no una relación sexual de riesgo, de los padres se convierte en el primer factor de riesgo
al no tener disponible un preservativo, la consecuencia de la exclusión de los niños.
positiva (el placer) es segura e inmediata, mientras que Pues bien, nuestra hipótesis es que la exclusión (y
la consecuencia negativa (infección por VIH) es sólo cualquiera de los tres vectores enunciados, por sí solos
probable y, en sus efectos y síntomas, en todo caso a o entrelazados), se acaba convirtiendo, en muchos ca-
largo plazo. En ese tipo de situaciones es muy fácil que sos, en una puerta de entrada diáfana al sida, y, a la in-
se disparen los pensamientos irracionales (“total, por versa, el hecho de padecer la infección por VIH/sida
una vez...”) y que se produzca la conducta de riesgo. De puede abrir el itinerario hacia la exclusión; sida y exclu-
sión10, por tanto, mantienen una estructura relacional El tiempo es una variable importante en la vida de
de tipo bidireccional. La falta de recursos económicos las personas. Para los ancianos, el tiempo pasado suele
y/o la satanización del preservativo entre la población ser fuente de recuerdos que, por memoria selectiva,
gitana, por ejemplo, pueden llevar a que su uso sea tienden a ser gratos. En el caso del niño, el tiempo futu-
prácticamente insignificante de cara a la prevención del ro suele ser fuente de esperanza. Pero cuando esta espe-
VIH; padecer esta infección, por otro lado, puede difi- ranza cronológica es más que dudosa, es precisamente
cultar enormemente el acceso al mundo laboral de los cuando necesitamos reforzar el criterio de potenciar el
padres infectados (miedos irracionales de los compañe- tiempo presente y la consideración de los derechos del
ros, petición de permisos para acceder a los controles niño como sujeto que los posee aquí y ahora, en fun-
sanitarios, etc.) o el restablecimiento de una relación de ción simple y llanamente de lo que es: un niño que
pareja. existe.
Por otra parte, los padres y la sociedad valoran más
al niño como objeto de protección que como sujeto de
derechos. Se puede decir que la protección es un dere-
NIÑOS CON SIDA: EL SÍNDROME DE cho del muchacho, cierto, pero no puede considerarse
LA VULNERABILIDAD ADQUIRIDA como un fin en sí misma. El niño tiene obligaciones
acordes con su edad, pero también tiene una palabra
Hablar de sida11,12 o hablar de niños13 ya de por sí que decir, y muy importante, a la hora de ejercer sus
plantea un buen número de problemas, tanto clínicos derechos.
como éticos. Hablar de sida e infancia, conjuntamen- Persona autónoma, en sentido etimológico, es
te14, amplía la problemática y hace más compleja y sutil aquella que tiene capacidad para “legislarse a sí misma”,
la toma de decisiones, tanto desde el punto de vista clí- para darse normas y criterios que le guíen para condu-
nico como desde el social. Desde el comienzo han apa- cirse en la vida. El niño, a su nivel, tiene una cierta au-
recido problemas15 en las adopciones, en las decisiones tonomía18 y debería poder elegir algunos aspectos im-
sustitutorias, en la información y el manejo de la confi- portantes de su biografía. Esto conlleva la responsabili-
dencialidad, en la integración social formalizada, en el dad de los adultos de favorecer las condiciones que
consentimiento informado ante pruebas invasivas, pro- posibiliten al niño la toma de decisiones autónomas.
blemas de responsabilidad paterna, de educación sexual Ésta es una obligación moral. Es decir, proteger entra
y prevención en adolescentes, de encarnizamiento tera- dentro de las obligaciones de no-maleficencia; si tú no
84 péutico, de discriminación en los bebés16, de hospitalis- proteges a un niño —en las condiciones de vulnerabili-
mo... y un largo etcétera cuyo lugar para ser abordado dad habituales del menor—, estás permitiendo, por
no es éste. omisión, que el medio sea nocivo para él. Pero si no
Decíamos que lo que tiene que ver con sida y ni- potenciamos su capacidad para ejercer derechos y to-
ños necesita un enfoque profundamente racional17, mar decisiones, le estamos condenando a ser un eterno
precisamente para que nuestro análisis y nuestra con- incapaz y nos convertimos en permanentes decisores de
ducta sean guiados por la racionalidad y no por el sen- su vida; es decir, ejercemos sobre él un poder que le
timentalismo —tan profundamente arraigado en el inhabilita para mantener uno de los factores indicado-
mundo de los niños— o por los miedos irracionales — res de la expresión de la dignidad humana: la capacidad
tan profundamente asentados en el contexto del sida—. de elegir. Como es lógico, su autonomía estará limitada
Ni qué decir sobre la complejidad resultante, si a estas por la edad, el desarrollo cognitivo, etc., pero en princi-
dos variables añadimos la de la probable proximidad de pio, aunque con autonomía disminuida, tiene derecho
la muerte. a tomar decisiones19 autónomas. Estas cuestiones nos
Ya hemos hablado de las implicaciones que rodean parecen de enorme trascendencia, porque en el niño
al mundo del sida, pero ahora interesaría también reto- con sida cercano a la muerte confluyen cuatro factores
mar los significados que acompañan a la persona del particularmente amenazantes:
niño y su influencia en el contexto clínico. El niño suele
ser considerado como un proyecto de adulto, valorado a) Padece una enfermedad a cuyos afectados se les
en función de lo que potencialmente llegará a ser algún suele considerar como “disminuidos morales”,
día. De hecho, los dispositivos educativos se conforman precisamente por padecer lo que hemos denomi-
con el fin de prepararles para el futuro. Esta perspecti- nado previamente como enfermedad moral, aun-
va, de por sí positiva, entra en crisis cuando no se com- que se coloque en sus progenitores la causalidad
plementa con una visión del niño como persona actual instrumental de la infección.
—y no sólo potencial—, como un sujeto que tiene va- b) Por su corta edad y por la tendencia a la sobrepro-
lor en sí mismo y, por tanto, derechos a ejercer. ¿Qué tección al niño, se le suele apartar del proceso de
decir, si no, de aquellos niños que, en función de una toma de decisiones con respecto a aspectos esen-
enfermedad que conduce necesariamente a la muerte ciales de su corto pero significativo proyecto vital.
biológica —léase leucemia aguda no tratable— o en c) La fragilidad inherente a la situación de terminali-
función de una situación que conduzca a la muerte so- dad aumenta la tendencia a la sobreprotección y
cial —léase exclusión en un suburbio de una gran ciu- puede inhabilitar aún más la posibilidad de que
dad—, carecen de futuro? ejerza como sujeto.
d) Cuanto más trascendental es una decisión, como Con lo cual, la dinámica adolescente habitual de acusa-
puede ser la de limitación del esfuerzo terapéutico, ción/culpa se puede llevar a unos extremos insospecha-
se exige una mayor autonomía moral; ahora bien, dos. Sobre todo, a partir de ahora, que muchos niños
las decisiones de representación, en este caso, pue- con VIH son ya adolescentes y son hijos de su edad y de
den padecer el sesgo de que el representante pueda su sociedad.
estar muy mediatizado por la experiencia de culpa
de haber traído al mundo un niño infectado. c) Estructura y funcionamiento familiar. Las re-
des informales de apoyo, en las situaciones de enferme-
El mundo de los niños y el mundo del sida interac- dad, son tan importantes como las formales. En el caso
cionan de manera particular. Nos detendremos breve- de los niños con sida —ciñéndonos concretamente a
mente en describir algunas situaciones paradigmáticas los que son hijos de padres en situación de exclusión
que interrelacionan estos dos mundos, a la vez que los social— solemos encontrarnos familias desestructura-
hacen entrar en conflicto. das, de bajo nivel socioeconómico, a veces monoparen-
tales, que, en los casos más patéticos, se componen ex-
a) La asociación de ideas y sus consecuencias. Los clusivamente de madre e hijo, ambos infectados por el
niños con sida, como el resto de la población, reciben VIH.
ideas encadenadas que son asociadas como correlativas. En muchas ocasiones aparece la figura de los abue-
Hablar de sida evoca droga, deterioro, enfermedad, mar- los, normalmente la abuela, que tiene que reconvertir el
ginación, incluso muerte. Para el niño con sida, la carga papel lógico que le tocaría por edad, empezar a ser cui-
que supone convivir con estos mensajes, si nadie le ayu- dada, por el de cuidadora, haciéndose cargo de su nieto
da a hacer una reestructuración cognitiva en condicio- no por previa elección, sino por necesidad, con la con-
nes, puede ser tan pesada como la de convivir con el vi- tinua expresión de mensajes ambivalentes de este tipo o
rus y sus ataques al organismo. Como una madre expre- similares: “Mire lo que me ha caído encima”, como una
saba una vez, “es tan duro caminar con un pronóstico abuela llegó a expresar, delante del crío, en la consulta
fatal —sin esperanza— como con una enfermedad mal- del pediatra. Un punto importante del funcionamiento
dita —que te lleva a vivir a la desesperada—”. familiar es el relativo a la comunicación/información
compartida dentro del núcleo. A él nos referimos en el
b) Dinámica culpable-inocente. Decíamos previa- siguiente punto.
mente que con el sida ha vuelto a aparecer, como en
todas las epidemias, la tendencia a encontrar culpables d) Conspiración del silencio. Esta expresión, to- 85
antes que a buscar soluciones. También señalábamos mada del mundo de los cuidados paliativos, viene a in-
que, incluso, se ha llegado a distinguir entre víctimas dicar, técnicamente, la situación comunicativa que se
inocentes (niños, hemofílicos, transfundidos) y vícti- produce ante un mal evento o mala noticia por enfer-
mas culpables (heroinómanos, homosexuales, prostitu- medad grave, que es silenciado por las partes con el
tas), cuando el virus —que se sepa— no hace ningún objetivo de no hacer sufrir al otro. Veamos brevemente
tipo de diferenciación moral. Algunos podrían decir tres situaciones que nos encontramos en las consultas:
que, en el caso de los niños, hasta podrían salir benefi-
ciados de esta distinción, lo que parece un claro error. 1) Entre padres-niño. Un niño puede ser muy cons-
Si el niño es inocente, alguien es culpable de esa infec- ciente, por ejemplo, del hecho de que está murien-
ción, es decir, su madre y, posiblemente, su padre. Es do, pero ha elegido no hablar de ello con sus pa-
decir, se está diciendo a los pequeños que sus progeni- dres porque ha aprendido de ellos que de lo dolo-
tores (a excepción de los niños infectados por transfu- roso no se habla en el ámbito familiar. Los niños
sión de hemoderivados) son los culpables de la trans- protegen a los adultos, especialmente a sus padres,
misión de una infección que les ha marcado su vida. de la verdad, tal y como sus padres quieren habi-
Independientemente del análisis de las responsabilida- tualmente proteger a sus hijos; es decir, los niños
des individuales y colectivas, que cada cual valorará en han aprendido a ocultar. En ocasiones existe un
la parte que le corresponde, lo que es seguro es que la compromiso silencioso de cuidado mutuo, solida-
promoción de esa dinámica dicotómica poco va a bene- rio, pero no verbalizado —en su sufrimiento—, ni
ficiar la estabilidad emocional y, en definitiva, la salud entre ellos ni con los demás. Cuidado silencioso,
de los niños infectados y de sus familias, ya que va a porque no se quiere explicitar la realidad por no
condicionar de manera muy significativa el tipo de vín- hacerla más descarnada. Este compromiso silen-
culo intrafamiliar, bien sea en forma de acusación, de cioso es muy eficaz en el soporte mutuo, pero tiene
vergüenza o de culpa. los inconvenientes de dejar ciertas asignaturas
El adolescente, casi por definición, está contra el pendientes cuando una de las dos partes —con
mundo. Su vida suele ser la queja y la reivindicación, VIH— desaparece y de dejar al niño solo en sus
dirigida fundamentalmente hacia los padres. Los niños propios pensamientos, a veces tan angustiosos.
que están en el contexto del sida tienen además el trági-
co argumento de que una de las cosas que les han rega- 2) Entre familia no biológica-niño. Entre las fami-
lado sus padres es, ni más ni menos, una infección/en- lias adoptivas o de acogida existe un temor a co-
fermedad que, como ven en la televisión, no tiene cura. nectar con el pasado del crío, de por sí probable-
mente muy duro, y también el temor a conectar da, pero también algunos elementos diferenciadores
con el futuro, no sólo incierto sino también presu- cuya relevancia puede ser muy significativa22. Veámos-
miblemente doloroso. Conclusión: lo que no men- lo brevemente:
tamos, parece que no existe; es un mecanismo de
negación que en ocasiones puede ser adaptativo y a) El patrón cambiante de la enfermedad y las modi-
en ocasiones no. El conflicto aparece porque esta ficaciones bruscas en la situación del paciente difi-
posición puede ser adaptativa para la familia no cultan la identificación de la fase avanzada-termi-
biológica y desadaptativa para el niño. nal, lo que, unido a la continua aparición de nove-
dades terapéuticas, complica el proceso de toma
3) Entre madre-contexto sociofamiliar. El sida, co- de decisiones, sobre todo a la hora de plantear la
mo todas las enfermedades morales y sociales, aca- limitación del esfuerzo terapéutico.
ba siendo vivido como vergonzante por muchos de b) En el sida, el tratamiento curativo y el paliativo se
los afectados y como motivo de exclusión para una solapan de manera muy significativa desde el prin-
gran parte de la sociedad, lo que suele llevar a vivir cipio de la enfermedad. Muchos síntomas provie-
todo el proceso de modo secreto, clandestino, y, nen de complicaciones con etiología tratable.
por tanto, a carecer de soportes tanto sociales co- c) Eficacia de la profilaxis de infecciones oportunistas
mo emocionales, tan necesarios en situaciones de que pueden proveer un excelente control de sínto-
crisis. mas al evitar la aparición de complicaciones rele-
vantes.
En todas estas situaciones, creemos poder afirmar d) Enfermedad multisistémica, con múltiples compli-
que si la comunicación es dolorosa, la incomunicación caciones diferentes: ceguera, demencia y otros
lo es mucho más20. trastornos psiquiátricos, problemas neurológicos
graves, trastornos cutáneos, etc.
e) Dificultad en el acceso a los recursos. Los re- e) Polifarmacia por múltiples diagnósticos coexistentes,
cursos normalizados, sobre todo los educativos (escue- junto con la necesidad de mantenimiento de profi-
las, guarderías, etc.), tienen dificultad para acoger a los laxis de determinadas infecciones oportunistas.
niños seropositivos al VIH o con sida. La discrimina- f) Enfermedades transmisibles (no sólo el VIH, sino
ción a veces es muy explícita —cada vez menos, pues también la posibilidad de diferentes hepatitis, tu-
no es políticamente correcta— y en la mayor parte de las berculosis, etc.), lo que, por un lado, supone un
86 ocasiones se produce de un modo tan subrepticio y su- factor de riesgo para la discriminación y, por otro,
bliminal como real21. A veces por ser niños, a veces por exige cuidar las medidas de precaución universal.
estar infectado por el virus. Aún siguen apareciendo g) Lento proceso de muerte, que puede generar una ma-
casos de niños con VIH excluidos en las aulas por pre- yor “dependencia” en y con el equipo terapéutico.
sión de los padres de otros alumnos. Hay recursos de h) Alta participación y conocimiento de la familia en
internamiento de protección de menores que no acep- lo relativo a la enfermedad y el tratamiento.
tan niños seropositivos al VIH; hay recursos de acogida i) En determinados contextos, concurrencia de casos
a enfermos de sida en los que no se considera, por las en el entorno próximo.
razones que sean, la aceptación de estos niños. Por des- j) En algunos países, frecuente adicción a drogas
gracia —y para ellos, ante la carencia de alternativas —pasada o presente— de los padres.
reales, también por suerte—, se han tenido que crear k) Marginalidad.
recursos especializados donde sólo acceden niños con l) Hogar no siempre adecuado o existente, que pue-
VIH, como pueden ser las casas de acogida sólo desti- da garantizar los cuidados mínimos.
nadas a niños con esta infección. La inmunodeficiencia m) Mayor frecuencia de mortandad en los progenitores;
biológica, la vulnerabilidad social y la fragilidad inhe- dificultad en la presencia de cuidadores familiares.
rente a los críos acaban aliándose para ser un cruel am-
plificador del impacto del virus, de la pobreza y de la
corta edad.
ABORDAJE CLÍNICO
familias, y por ello su ámbito de aplicación se extiende tantes en los niños es no sólo detectar si hay o no dolor:
desde el momento del diagnóstico hasta el último tra- también es importante valorar su intensidad y variacio-
mo de la vida del niño afectado, proporcionado alivio nes, así como sus características, y, si es posible, averi-
del dolor, tratamiento de los síntomas acompañantes, guar su causa para poner un tratamiento específico.
apoyo psicológico y espiritual, y cobertura social del Los lactantes y los niños pequeños no tienen capa-
niño, de la familia y de los cuidadores. cidad de expresar verbalmente su sufrimiento y nos re-
Para cualquier profesional de la medicina, quizá sulta difícil reconocerlo. Ellos lo manifiestan con llanto,
más para los pediatras, es muy difícil decidir cuándo el posturas, gestos, y a veces simplemente con falta de
paciente se encuentra en situación terminal y es preciso respuesta o decaimiento. Probablemente lo más impor-
intensificar los cuidados paliativos frente al tratamiento tante es la sensibilización de todos los cuidadores, fami-
curativo, evitando así alargar el proceso de morir y pre- liares y personal sanitario, para detectar cualquier ma-
viniendo sufrimientos innecesarios al niño y a la fami- nifestación del niño que pueda significar dolor. La valo-
lia. Llega un momento en el que hay que optar por la ración del dolor en los lactantes se basa en medidas fisio-
limitación del esfuerzo terapéutico24. lógicas, como la tensión arterial, frecuencia cardiaca y
Uno de los muchos problemas que plantea la com- respiratoria, o medidas observacionales, como la expre-
pleja situación del niño con sida es la definición de si- sión facial, movimientos corporales, estado general, etc.
tuación terminal. En general se define situación termi- En niños mayores se pueden utilizar escalas con capaci-
nal como una situación inmediata de muerte inevitable y dad de expresión verbal, como la escala de Oucher, que
sin respuesta al tratamiento específico. Esta situación irre- muestra caras con diferentes expresiones.
versible hay que diferenciarla de la de los pacientes en Las recomendaciones actuales indican25 que el do-
una situación aguda grave, con riesgo de muerte, en el lor debe evaluarse y registrar sus variaciones de forma
contexto de una enfermedad tratable. Esta definición, sistemática y a intervalos regulares, teniendo cada cen-
por tanto, implica una expectativa de vida corta, en la tro sanitario sus protocolos adaptados de tratamiento
evolución de una enfermedad avanzada, progresiva e del dolor, intentado siempre evitarlo en lo posible e
incurable y sin tratamiento. implicando activamente a la familia en su evaluación y
Es imprescindible no olvidar, ante esta situación, tratamiento. Se debe intentar mantener al niño sin do-
que el cuidado paliativo integral es multidisciplinar y va lor administrando los analgésicos de forma prefijada
dirigido a evitar el sufrimiento del niño, es decir, la pér- adaptada a las necesidades, asegurando el sueño y el
dida del bienestar, por lo que se sustenta no sólo en descanso adecuados. Al retirarse el tratamiento con
controlar y tratar los síntomas físicos, sino también en opioides hay que hacerlo de forma paulatina, para evi- 87
tratar la angustia, facilitar la comunicación, permitir la tar el síndrome de abstinencia.
expresión del sufrimiento, proporcionar satisfacciones A menudo se dispone de datos muy limitados res-
y respetar las decisiones del niño y de la familia. pecto a medicamentos y las dosis analgésicas para niños
pequeños, en los que la inmadurez hepática y renal y el
aclaramiento metabólico pueden modificar considera-
blemente la vida media y la actividad de estos fármacos.
TRATAMIENTO DEL DOLOR El sulfato de morfina y el fentanilo son los opioides de
elección en este grupo de edad, por la mayor disponibi-
Con demasiada frecuencia, el tratamiento del do- lidad de datos de eficacia.
lor no es considerado de forma adecuada por parte de Los fármacos recomendados para el dolor deben
los pediatras, sin que exista justificación científica para ser utilizados de forma escalonada; para el dolor leve,
ello. El abordaje del dolor en el niño con sida requiere analgésicos no opioides, con o sin medicamentos
no sólo tratamiento farmacológico, sino también apoyo coadyuvantes. En caso de dolor moderado, analgési-
psicológico y tratamiento de todos los síntomas acom- cos opioides suaves (codeína < 9 con, o sin antiinfla-
pañantes, siempre que sea necesario. La aparición del matorios no esteroideos —AINE—) y coadyuvantes.
dolor debe cuidarse desde el momento del diagnóstico En dolor intenso, opioides fuertes. Es preciso saber
del niño, es decir, desde el diagnóstico hasta la situa- que el dolor neuropático no responde a opioides y que
ción terminal, en todos los episodios intercurrentes que en caso de hipertensión intracraneal están indicados
lo puedan provocar, y considerarlo en la realización de los esteroides, y las benzodiazepinas en los espasmos
todas las pruebas complementarias indicadas para el musculares.
diagnóstico y tratamiento del paciente. En la Tabla I figuran algunas recomendaciones para la
El dolor es una experiencia desagradable, sensorial analgesia regional para el tratamiento del dolor en el niño.
y emocional, originada por el daño potencial o real de En los capítulos 14 y 15 se profundiza en el estudio
los tejidos. Por tanto, el dolor es siempre algo subjetivo, y tratamiento del dolor en los niños, así como los fárma-
y su intensidad depende de la alteración neurofisiológi- cos, dosis y vías de administración recomendables.
ca y del componente emocional; por tanto, es difícil de Los efectos secundarios más frecuentes derivados
cuantificar. del tratamiento con opioides y que deben tratarse desde
Está ampliamente demostrado que los niños con el comienzo son:
enfermedades terminales tienen la conciencia y el con- Estreñimiento, que se tratará con dieta rica en fi-
cepto de muerte, pero uno de los problemas más impor- bra y laxantes.
Prurito, tratamiento con antihistamínicos, difen- - Barbitúricos. Deprimen el SNC, produciendo se-
hidramina 1 mg/kg/dosis IV o hidroxicina 0,6 mg/kg/ dación y sueño, pero es muy importante tener en
dosis oral cada 6 horas. cuenta que no tienen efecto analgésico y, por el
88
Retención urinaria, en caso necesario se sondará contrario, pueden aumentar el dolor. Son útiles
al paciente. para sedaciones que no precisan analgesia, como
Náuseas y vómitos, tratamiento con ondasetron 5 para una RNM en un lactante.
mg/m2. - Benzodiazepinas.Producen sedación, disminu-
Otros medicamentos empleados en el control del ción de la ansiedad y relajación muscular, pero no
dolor son: producen analgesia. Sus efectos secundarios son
Antidepresivos tricíclicos (amitriptilina) para el ataxia, confusión, depresión respiratoria, hipoten-
control de la ansiedad o el insomnio, a dosis de 0,1 sión y bradicardia.
mg/kg, antes de acostarse; puede aumentarse progresi- - Hidrato de cloral. Posee una acción similar a los
vamente hasta 2 mg/kg. Se debe monitorizar la conduc- barbitúricos, pero tiene un sabor desagradable y
ción cardiaca con ECG. produce irritación gástrica, por lo que se adminis-
Anticonvulsivantes. En caso de dolor neuropáti- tra por vía rectal.
co, la carbamacepina es muy eficaz, con una dosis de - Ketamina. Produce sedación, amnesia y analgesia,
inicio de 10 mg/kg día, aumentando 5 mg/kg cada 3 con pocos efectos sobre la mecánica respiratoria.
días, hasta alcanzar dosis de mantenimiento. Aumenta la frecuencia cardiaca y la tensión arterial
Corticoides. Están indicados en caso de dolor por por liberación de catecolaminas endógenas. Por
hipertensión intracraneal, metástasis óseas, compresión aumentar la resistencia vascular pulmonar está
nerviosa y síndromes de ocupación. contraindicado en niños con cardiopatía, y produ-
ce alucinaciones.
- Propofol. Es un hipnótico sedante en forma de
emulsión lipídica.
SEDACIÓN EN EL PACIENTE
TERMINAL En la Tabla II se resumen los fármacos que se pue-
den utilizar en la sedación en niños.
La sedación ayuda en el paciente terminal a con-
trolar síntomas refractarios como la disnea o la angus-
tia; su indicación debe realizarse de acuerdo con los
padres y tras meticulosas y continuas evaluaciones OTROS CUIDADOS
del paciente para detectar síntomas persistentes o re-
acciones paradójicas. Se deben iniciar a dosis bajas y Otro aspecto que es preciso tener en cuenta en el pa-
escalonadas. ciente terminal, para evitar sufrimiento, es el cuidado de la
boca, evitando la sequedad y la aparición de aftas, que son edades en las que sí es necesario (a partir de los 14); en
muy dolorosas. Se mantendrá una higiene meticulosa de la este caso porque, en función de la posibilidad de man-
boca, con enjuagues con clorhexidrina al 0,2% y cepillado tener relaciones sexuales, ya puede empezar a suponer
de lengua y dientes, y se administrará de forma frecuente un riesgo para terceros el desconocimiento de la sero-
zumos de fruta con hielo y manzanilla con limón, por su positividad. Como sugiere Lipson26, estamos ante una
acción anestésica y estimulante de la saliva. década de oscuridad ética (4-14 años), en la que, cola-
Respecto a la nutrición, hay consenso en que la teralmente, surgen un sin fin de preguntas: ¿cuándo es
retirada de ésta no provoca sufrimiento en el paciente adecuado decirle a un niño que tiene una enfermedad 89
terminal. En cuanto a la hidratación, no existe acuerdo, que amenaza su vida, en particular el sida, con su alta
pero algunos autores postulan que la deshidratación, al mortalidad y estigma?, ¿cuáles son las bases éticas que
disminuir las secreciones digestivas y respiratorias, re- sustentan el desvelar esa mala noticia o el no hacerlo?,
duce las náuseas y la tos, por lo que es beneficiosa para ¿qué significa respetar la autonomía de un menor?,
el paciente. ¿quién ha de decidir que el niño está preparado para
La retirada de la ventilación mecánica es otra deci- recibir el diagnóstico? Y si hay discrepancias entre los
sión difícil de asumir y que debe ser acordada entre el profesionales y la familia, ¿qué prevalece?, ¿se le ha de
médico y la familia. Se acepta que la supresión de la informar sólo de que está enfermo (diagnóstico global),
ventilación mecánica en los pacientes sin funciones cor- o también de que tiene VIH/sida (diagnóstico específi-
ticales superiores no les provoca sufrimiento. La retira- co) y del pronóstico?
da de la ventilación mecánica debe realizarse de forma En muchas ocasiones nos encontramos ante un
rápida, previa aspiración de secreciones, administrando serio conflicto entre los padres, cuya tendencia es a ne-
posteriormente aire u oxígeno, y se deben quitar a con- gar el desvelamiento de la información, y los profesio-
tinuación todos los monitores. nales, partidarios normalmente de acelerar el proceso27.
Pasaremos ahora a analizar algunos de los argumentos
que se dan para sustentar una u otra posición.
sólo es una cuestión de hacer luz sobre lo que está os- • Valorar34 por parte del equipo terapéutico factores
curo. En nuestra tradición, verdad también tiene que específicos de la enfermedad (historia natural, facto-
ver con confianza, fidelidad y cumplimiento. De ahí res relativos a la provisión y auto-provisión de cui-
surgen tanto expresiones evangélicas como “la verdad dados, consideraciones de salud pública en el caso
os hará libres”32 como expresiones cotidianas del tipo de los adolescentes), factores del paciente (desarro-
“María es una amiga de verdad”. Por tanto, ser fieles a la llo y maduración, rasgos de personalidad, síntomas
realidad del niño con sida no es sólo una cuestión de y factores de riesgo psiquiátricos) y factores familia-
transmisión de información, sino también, y sobre to- res (consideraciones culturales, dinámica familiar y
do, de potenciar su confianza, su relación de soporte mecanismos de soporte, disfunciones familiares).
afectivo, efectivo, veraz y duradero ante las dificultades • Invitar a los padres (biológicos o adoptivos) a ex-
que la propia realidad le trae. Esto es también ser fieles presar sus miedos, sus fantasías y sus dificultades
a su verdad. de cara a explicitar la situación al niño.
Decíamos que, desde el punto de vista ético, el niño • Ayudarles a contemplar sus propias posibilidades y
tiene derecho a la información y, en principio, no debe- recursos y los del niño, y los potenciales beneficios
mos negársela. La misma Convención de los Derechos de que pudiera encontrar éste abordando abiertamen-
la Infancia, adoptada por las Naciones Unidas en 1990, te —y con cautela— la situación.
habla en su artículo 17 del derecho del niño al acceso a la • Entrar en dinámica de escucha y no de juicio. Los
información. Pero un buen análisis ético valora no sólo miedos de los padres tienen su lógica interna.
los principios, sino también las consecuencias. Dicho de • Clave: la personalización. No se puede protocoli-
otro modo, toda norma tiene excepciones, pero quien zar el informar necesariamente a todos los niños o
quiera ejercerlas debe cargar con la prueba. Habrá oca- no informar a ninguno. La atención personalizada
siones en que transmitirle la información de su VIH, por también es un derecho del niño.
ejemplo, puede ser pernicioso, bien porque el niño tenga • Dotarnos de instrumentos sencillos, rápidos de
unas condiciones emocionales de una fragilidad extrema, administrar y fáciles de comprender35 para detec-
bien porque sirve básicamente a otros intereses y no a los tar las preocupaciones y el bienestar percibido del
del niño. Este último es el caso de aquella abuela que propio niño en sucesivos momentos.
quería informar al niño para estimular la culpa en su hija • Enfoque: centrarnos más en la comunicación tera-
sobre el consumo de drogas y sobre la infección del niño. péutica que en la provisión de información. Esta
En este sentido, podemos decir que, en principio —y última será una condición probablemente necesa-
mientras no se demuestre lo contrario—, es una obliga- ria, pero no suficiente, de todo el proceso terapéu- 91
ción informar al niño de su realidad, pues es un derecho tico de acompañamiento.
que le pertenece. Las decisiones de no informar habrán • Combinar correlativamente dos ejes:
de ser excepcionales y claramente justificadas. En último
término, al niño habrá que decirle todo lo que quiera sa- a. La comunicación y la información son un proce-
ber y sólo lo que quiera saber, y eso sólo lo conoceremos so, no un momento puntual, único y definitivo.
explorando adecuadamente, con estrategias comunicati- b. El niño tiene unos dispositivos cognitivos y
vas finas y respetuosas. emocionales evolutivos que nos permiten hablar
Por otra parte, el planteamiento ético se corres- de autonomía, sí, pero en desarrollo. El desarro-
ponde —y se apoya también— con numerosos estudios llo del niño, en este sentido, es más una cues-
que plantean que, para el niño, normalmente es benefi- tión biográfica que cronológica o biológica.
cioso conocer su situación, aunque, eso sí, cuidando el
proceso comunicativo y ayudándole a descubrir y po- • De todo ello se desprende que la comprensión y la
tenciar todos los mecanismos adaptativos que pueda elaboración de su situación constituirán un proce-
desarrollar. so con oscilaciones, que sólo podrá ser terapéutico
En este sentido, lo que acaba teniendo una enorme si le acompañamos con estrategias, compartidas
trascendencia ya no es el “sí” o el “cuándo”, sino el “có- entre familia y profesionales, de lo que técnica-
mo” hablar con los niños de cualquier enfermedad. mente se llama relación de ayuda36.
Queremos dejar claro, no obstante, que normalmente,
si ayudamos al niño a conocer la realidad de su enfer- Se trata, en resumen, de cambiar el chip y pasar del
medad y adaptarse a ella, y a su deterioro y muerte, esquema de revelación puntual de la información al
suele ser menos relevante el conocimiento de su sero- diálogo terapéutico y a la deliberación, aunque este diá-
positividad al VIH. De hecho, si se encuentra en los úl- logo pueda y deba, normalmente, conllevar el hecho de
timos días o semanas de su vida, realmente es irrelevan- la información.
te. Sus preocupaciones, con gran probabilidad, irán
más en la línea de cómo convivir tanto con su dificultad
para hacer una vida normalizada de sano como con la
soledad, el dolor o la proximidad de la muerte. EL RETO DE LA NORMALIZACIÓN
Proponemos ahora algunas pautas33 que pueden
ser útiles para una correcta aproximación del mucha- Un niño, por el hecho de ser niño, es una persona
cho a su realidad: frágil. Si además padece VIH/sida, tendrá normalmente
una inmunodepresión que le hace más vulnerable ante con sida sin intervenir sobre su núcleo familiar puede ser
distintos factores patógenos. Ninguno de estos factores inoperante. La familia será un co-factor de deterioro o de
justifica su exclusión de los recursos normalizados. Por bienestar, pero siempre influirá notablemente. Desde ahí
un lado, para el propio niño es beneficioso insertarse en el niño con sida necesita una respuesta individual y con-
ellos. La larga experiencia de presencia de niños con textual, desde y sobre su entorno, y una atención no sólo
distintas dificultades o discapacidades físicas en las au- biológica, sino también psicosocial y global. Ante la com-
las —por citar un ejemplo— ratifica este planteamien- plejidad de la demanda, esta respuesta será mucho más
to. Las medidas de integración no acomplejan, sino que completa si se aporta desde equipos que funcionen real-
normalizan, mientras que el aislamiento social o la in- mente de un modo coordinado e interdisciplinar41.
mersión en recursos hiperespecializados (y por tanto, Ya nos dirán, si no es así, qué hará un niño con
anormalizadores) a veces tienen más repercusiones so- todo el arsenal terapéutico necesario a su disposición, si
bre la salud del niño que la propia infección37. su madre no puede garantizar la adherencia al trata-
Por otra parte, si el niño con VIH tiene dificultades miento durante el tiempo de clase porque teme que si
para adaptarse, en función de su deterioro físico, psí- comenta la enfermedad será expulsado el crío del único
quico o social, es el recurso el que tendría que adaptar- colegio subvencionado del barrio. Puede ser que el te-
se al niño y a sus necesidades, y no a la inversa38. mor de la madre sea infundado, y entonces precisará un
Desde la otra vertiente, la de los compañeros de los soporte de counselling42 adecuado, pero también puede
niños, el argumento también es contundente. Para estos ser que no lo sea y que se necesite una intervención ac-
niños que utilizan los recursos normalizados, el convi- tiva de las autoridades implicadas.
vir y compartir con niños con dificultades les va a pre- Los niños con VIH/sida al final de su vida y sus fa-
parar para vivir en una sociedad en la que las diferen- miliares tienen todo el derecho a ser atendidos por uni-
cias y las deficiencias también están presentes y les va a dades de cuidados paliativos. Estas unidades no pueden
ayudar a integrar las suyas propias. Paradójicamente, la excluir a pacientes ni por la edad ni por la patología de
dinámica del avestruz va a hacer mucho más vulnera- base. El que el origen de los cuidados paliativos proven-
bles a esos niños. La escuela y el resto de los recursos ga de la atención a adultos oncológicos no justifica nin-
—también los asistenciales— no pueden acabar siendo guna medida discriminatoria. La baja frecuencia de ni-
burbujas asépticas, sino un fiel reflejo de lo que la so- ños con sida avanzado en su intervención no puede ser
ciedad es. Además, como algunos autores han argu- un argumento creíble. La decisión de no atenderlos sólo
mentado39, la solidaridad nos protege a todos. puede justificarse porque la derivación prevista garanti-
92 De todos es conocido que no hay casos demostrados ce una atención más adecuada, sistematizada y persona-
de infección por convivencia social, lo que tira por tierra lizada. El “no saber” nos obliga a aprender, no a excluir.
cualquier planteamiento de exclusión de los recursos de
estos niños, a fin de no perjudicar a terceros, sus compa-
ñeros. Son suficientes las medidas de protección univer-
sal, cuando haya que manejar fluidos que puedan trans- ACOMPAÑAMIENTO AL NIÑO
mitir el virus. Por todo ello, los responsables de la Admi- ENFERMO DE SIDA AL FINAL DE LA
nistración y de los recursos tienen una obligación moral VIDA
de justicia de promover activamente la normalización y el
respeto de los derechos de los niños con VIH. Como nos Veamos ahora algunas orientaciones43 básicas, a
recuerda la Declaración Consensual sobre el sida en la modo de ejemplo, para intervenir adecuadamente a es-
Escuela40: “Hay que permitirles que participen plenamen- tos pequeños:
te en las tareas escolares, sin temor a que otros les discri-
minen o molesten. Al ponerles en condiciones de aportar • Se trata de acompañar a, de trabajar con el paciente,
su capacidad creadora y su productividad en un medio fomentando el sentido de controlabilidad y dismi-
escolar favorable, se favorece a la vez su bienestar y el nuyendo el sentimiento de indefensión. Él es el
buen funcionamiento de la escuela. A todos los maestros único protagonista auténtico de su historia.
y alumnos infectados por el VIH se les debe garantizar y • Aceptar y respetar a los niños tal y como son, con
respetar la confidencialidad y el derecho a la intimidad”. sus opciones de vida concretas y con su realidad y
Desde el principio de justicia, que exige tratar a las su mundo de deseos. Atentos a no proyectar nues-
personas con igual consideración y respeto en el orden tro mundo de valores en aquella persona tan frágil
social, consagrando así el respeto a la igualdad de opor- y vulnerable que tenemos delante.
tunidades, no se puede dejar al libre albedrío de los • Asegurar que la confidencialidad se mantiene.
educadores o de las instituciones el respeto y la promo- • Informarle en relación a las opciones disponibles,
ción de la normalización en la asistencia educativa, so- con la imprescindible ayuda de la familia para ello.
cial y sanitaria. • Afrontar las pérdidas percibidas y anticipadas,
Hay otro aspecto que nos parece también importante ayudándole a valorarlas con realismo y buscando
reflejar, tanto desde el punto de vista técnico como ético. alternativas de compensación.
El niño es tremendamente vulnerable al medio, no sólo • Afrontar sus preocupaciones o miedos en el ámbito
biológico sino también psicosocial, y dentro de éste, más físico-funcional (el dolor físico, la pérdida de auto-
en concreto, al medio familiar. Intervenir sobre el niño nomía funcional, volverse loco, la desfiguración),
en el ámbito relacional (ser una carga, la separación liar que existan, y éstas, a su vez, dependerán enorme-
de los seres queridos, el rechazo, abandono y aisla- mente del contexto en el que se encuentren (países en
miento, no poder comunicarse) o en el existencial vías de desarrollo, cuarto mundo, zona rural, etc.). Algu-
(lo desconocido, ser juzgado, la soledad no queri- nos autores44, cuando reflexionan acerca de las diferen-
da, dejar de ser, perder el control, etc.). ¿Cómo? cias entre los niños que padecen enfermedades oncológi-
Anticipando la normalidad de sus miedos y pre- cas y los que viven con el sida, hacen referencia al ámbito
ocupaciones, identificándolos, ayudándole a distin- familiar, afirmando que el niño con sida tiene que convi-
guir si son reales o imaginarios, racionales o irracio- vir, al menos en el primer mundo, con aislamiento social,
nales, detectando estrategias previas de afronta- impacto multigeneracional e interacción con problemas
miento en situaciones análogas y facilitando estra- previos familiares, como drogodependencia y pérdidas
tegias como información objetiva y realista, ventila- múltiples. El mismo organismo de la Organización Mun-
ción emocional, reforzamiento de las respuestas dial de la Salud para el Sida (ONUSIDA)45 afirma que
adaptativas, detención de pensamiento, reestructu- estos niños pueden vivir situaciones familiares comple-
ración cognitiva, auto-instrucciones positivas, etc. jas, como la infección de los dos miembros de la pareja o
• Mantener siempre una esperanza realista, en clave la inversión de los papeles en las familias, con los niños
de ensanchar la esperanza —afortunada expresión pequeños cuidando a sus padres.
de la psicóloga Pilar Barreto—, por la que cabe la La intervención con los padres puede ir orientada
expectativa de logro en el aquí y en el ahora. Siem- a no culpabilizar, a promover la vivencia del presente
pre hay algo que se puede hacer... del niño —el tiempo se nos escapa—, a apoyarles para
• Garantía de soporte: necesitan saber que quienes que sigan ejerciendo de padres y a promover estrategias
les cuidan no les abandonarán, no serán desleales educativas que huyan de la evitación y de la superpro-
con ellos. Incluye también la oferta de comunica- tección.
ción ante lo que le pueda generar angustia. Le También va a ser muy importante entrenar a los
ayudará a superar los sentimientos de aislamiento. otros familiares para que puedan modelar el derecho al
• Manejar las preguntas difíciles y dolorosas, siem- encuentro y a la no discriminación, desde el puro y du-
pre en línea de proceso, diciéndole todo lo que ro contacto físico.
quiere saber y sólo lo que quiere saber, desde el apa-
sionante arte de explorar, de manera personaliza-
da, sistemática y respetuosa, cuáles son sus pre-
ocupaciones y no dando nunca nada por supuesto. EL DUELO EN LAS FAMILIAS 93
Así, y trabajando desde la congruencia informati-
va, se podrá ir quebrando la tan conocida y men- El duelo por la pérdida de un niño con sida puede
cionada como perjudicial conspiración del silencio. tener indicadores de riesgo. Podemos estar ante un due-
• Facilitar la reestructuración de relaciones en el en- lo silenciado46, por lo vergonzante que puede suponer
torno familiar, apoyando la comunicación asertiva, para la familia explicitar la enfermedad de la que ha
el reencuentro acogedor mutuo, la expresión de muerto el pequeño. Si la enfermedad no era “social-
afectos, etc. No olvidar que la familia es tanto pro- mente autorizada”, cabe que la familia se repliegue en la
veedora como subsidiaria de cuidados. expresión de su vivencia y se tenga que vivir un “duelo
• Atender las necesidades espirituales (religiosas o no no autorizado”.
religiosas). El largo y tedioso tiempo de enfermedad Las madres seropositivas que han perdido a un hi-
favorece la aparición de preguntas radicales acerca jo con sida pueden desarrollar una intensa culpa47, que
del significado y del propósito de la vida, aunque sea habrá de ser acompañada, buscando formas vicarias y
con un simbolismo y un lenguaje no estándar; ello simbólicas de reparar. Caso especial es el de las “abuelas
puede ser un proceso doloroso que le haga penetrar del sida”, que han tenido que llorar la muerte de sus
en áreas de culpabilidad y de conflicto, o al contem- hijos y que ahora tienen que hacerse cargo de sus nie-
plar sus valores y su sistema de creencias. Se trata de tos, estén infectados o no. Estas abuelas, que están en
facilitar la reconciliación (con su biografía, con los una edad en la que empiezan a necesitar ser y estar cui-
demás y, en su caso, con Dios), de aportar sentido dadas, tienen que volver a su papel cuidador, con el
desde la mera presencia empática y respetuosa (una desgaste que esto supone.
manera de transmitir al otro que es alguien valioso) y
de promover su crecimiento espiritual.
A MODO DE CONCLUSIÓN
correlaciones en la biografía del niño y en sus 10) En último término, creemos que ante el riesgo de
acompañantes. una posible “deficiencia moral adquirida”51, la pre-
2) Aparte de la consideración técnica de que la conspi- sencia o ausencia de solidaridad con los niños, y
ración del silencio y el engaño son normalmente más en concreto, con los niños con sida en el pro-
perjudiciales para el niño, desde el punto de vista ceso final de su vida, es un magnífico termómetro
moral el niño tiene, en principio, derecho a infor- para medir en qué grado estamos viviendo en una
mación acerca de su realidad. Este derecho le per- sociedad sana o en una sociedad enferma.
tenece de suyo, y así está reconocido por distintos
organismos internacionales. Por todo ello, el dere- Nkosi Jonson, un niño de 12 años, cuyas
cho a la información tiene correlativamente tanta críticas al gobierno sudafricano sobre la política
fuerza como la obligación de los adultos de esta- en torno al sida avergonzó al presidente Thabo
blecer un proceso comunicativo asertivo y terapéu- Mbeki, murió el 1 de junio de 2001. Se convirtió
tico para el pequeño que considere los aspectos en un icono de la lucha contra el sida y en un ac-
evolutivos del mismo. tivista en la campaña para prevenir y tratar la
3) El no informar supone una excepción que ha de enfermedad. Su recuerdo nos fortalece y, además,
justificarse y siempre en función de consecuencias nos invita a no perder de vista las consecuencias
graves, probables y negativas esperadas. Ante la preventivas y efectivas de la solidaridad, tanto
poca tradición del medio familiar y profesional en con el tercero52 como con el cuarto53 mundo. In
dar “malas noticias”, es conveniente prestar aten- memoriam.
ción para no convertir la excepción en norma.
4) La comunicación asertiva y terapéutica se aprende.
Los profesionales sanitarios deberíamos ser entre-
nados para manejar estas cuestiones, pues el hecho u u CASO PRÁCTICO u u
El equipo de profesionales de Pediatría, junto con 6. Gracia D. Fundamentos de Bioética. Madrid: Eudema Universi-
una ONG que se dedica específicamente a las personas dad. 1989
7. Barbero J. Sida y Eutanasia: más allá de la responsabilidad indivi-
con VIH-sida, plantean las siguientes actitudes y ac- dual. En: Urraca S. Eutanasia Hoy. Un Debate Abierto. Madrid:
tuaciones: Nóesis 1996; 93-114.
8. Bayés R. Psicología y sida: análisis funcional de los comporta-
• Trabajar en la línea de apoyar y no sustituir a Ma- mientos de riesgo y prevención. Papeles del Psicólogo 1990;
ría. Sigue siendo el referente clave para Pedro. 46/47: 30-36.
9. García Roca J. Contra la exclusión: responsabilidad política e
• Desde esa perspectiva, la ONG quiere conseguir iniciativa social. Santander: Sal Terrae. Aquí y Ahora 28, 1995.
dinero de distintas fuentes para garantizar la sub- 10. Barbero J. Sida, exclusión e intervención psicosocial. Perspectiva
sistencia de María los tres próximos meses, inicial- teórica. En: Rubio MJ, Montero S (coord.). La exclusión social.
mente, para que ésta se pueda dedicar enteramente Teoría y práctica de la intervención. Madrid: CCS 2002; 129-
149.
a cuidar a su hijo y no tenga que seguir ejerciendo,
11. Barbero J. Bioética, comportamiento y sida. Rev. de Psicol. Gral. y
al menos por ahora, la prostitución. Aplic. 1994; 47, 2: 231-239.
• Ayudar a María a reconocerse en el papel de ma- 12. Simón P, Barrio IM. Bioética, información e infección por el VIH.
dre-cuidadora, reforzando sus actuaciones y ha- FMC 1994; 1, 5 (may): 299-309.
ciéndole ver lo primordial de su apoyo en estos 13. Comitato Nazionale per la Bioetica. Bioetica con l’infanzia. Roma,
1994.
momentos. Frente a la experiencia de culpa, vali-
14. Barbero J, Pérez MT. Niños con sida: el síndrome de la vulnerabi-
dar la importancia de la responsabilidad en estos lidad adquirida. Rev Esp Pediatr 1997; 53 (2): 126-33.
momentos tan especiales. 15. Honigsbaum N. HIV/AIDS and Children. A cause for concern.
• Consensuar con la vecina y amiga de María los London: National Children’s Bureau 1991.
posibles apoyos complementarios en el hospital. 16. Redacción. Centenares de neonatólogos en EE.UU. son reacios a
salvar la vida de un bebé con sida. La Vanguardia, 1995 noviem-
• Mediar con María en el vínculo con su hijo, traba-
bre 14: 39.
jando el ejercicio de la transparencia comunicativa, 17. Lindqvist M. Ethical considerations of the issues. En: Schinazi RF,
lo que no tiene por qué pasar necesariamente por Nahmias AJ. AIDS in children, adolescents and heterosexual
la información del VIH al pequeño. Dicho de otro adults. An interdisciplinary approach to prevention. Elsevier
modo, se trata de que María, con el entrenamiento Science Publ. Co. 1988; 299.
18. Simón P, Rodríguez JJ, Martínez Maroto A, López Pisa RM, Júdez
del psicólogo de la ONG, vaya explorando qué
J. La capacidad de los pacientes para tomar decisiones. Med Clin
quiere saber su hijo, guiándose por el principio de (Barc) 2001; 117 (11): 419-426.
que a Pedro habrá que decirle “todo lo que quiere 19. Gracia D, Jarabo Y, Martín N, Ríos J. Toma de decisiones con el
saber y sólo lo que quiere saber”. paciente menor. Med Clin (Barc) 2001; 117 (5): 179-190. 95
• Ofrecernos como facilitadores del proceso comu- 20. Arranz P, Barbero J, Barreto P, Bayés R. Intervención emocional en
Cuidados Paliativos. Modelo y protocolos. Barcelona: Ariel,
nicativo, a sabiendas de la conspiración del silen- 20052.
cio previa. 21. Informe FIPSE. Discriminación y VIH/SIDA 2005. Estudio FIPSE
• Si el proceso se alargara y no estuviera indicado sobre discriminación arbitraria de las personas que viven con
que Pedro siguiera en un hospital de agudos, se VIH o SIDA. Madrid: Fundación para la Investigación y la Pre-
trataría de buscar alternativas asistenciales, siem- vención del sida en España, 2005.
22. Plan Nacional sobre el sida. Cuidados del Paciente con sida en
pre y cuando éstas permitan la presencia continua- Situación Terminal. Recomendaciones del Consejo Asesor Clíni-
da de María. Se huirá de toda alternativa que su- co, n.º 4. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Plan Nacio-
ponga la institucionalización de Pedro y la separa- nal sobre el sida, abril 1996.
ción de su madre. 23. Ruiz Contreras J. Cuidados paliativos del niño con infección por
• Trabajar preventivamente con María estrategias de VIH. En: Manual práctico de la infección por VIH en el niño,
Proas Science: Barcelona 2000; 483- 514.
prevención de duelo complicado, al ser conscientes 24. Barbero J, Romeo C, Gijón P, Júdez J. Limitación del Esfuerzo
de los indicadores de riesgo presentes. A partir del Terapéutico. Med Clin (Barc) 2001; 117: 586-94.
fallecimiento de Pedro, mantener la iniciativa de se- 25. American Academy of Pediatrics. Palliative Care for Children
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96
Por otro lado, se produjo un avance en el conoci- dolor existió en el 49,9% y fue extremadamente intenso
miento de la fisiopatología de algunas enfermedades y en el 14,9% del total de los pacientes.
tuvo lugar un gran desarrollo de la cirugía cardiovascu- El informe SUPPORT fue un punto de partida re-
lar y de la cirugía de trasplantes, que fueron constitu- velador para replantear el sufrimiento del paciente, aun
yendo los peldaños de esta nueva modalidad de aten- cuando éste no fuera portador de una enfermedad en
ción médica. estadio terminal.
Progresivamente, y en el transcurso de este proce- Por tanto, no debería hacerse una diferenciación
so, se fueron añadiendo nuevos procedimientos médi- entre el paciente terminal y el paciente crítico, en cuan-
cos y quirúrgicos y a la vez se fueron perfeccionando las to al cuidado y alivio del dolor de los últimos días, sólo
técnicas de monitorización, lo cual generó la aparición por el hecho de tener este último mayores probabilida-
de un nuevo tipo de pacientes en estado crítico que se des de sobrevivir.
hacían tributarios de estas medidas terapéuticas. En las Unidades de Cuidados Intensivos es posible
Las UCI se caracterizan por la concentración en un clasificar a los pacientes que fallecen en tres categorías
área del hospital de los pacientes de gravedad extrema bien diferenciadas: los pacientes que mueren a pesar de
debido a la disponibilidad de medios para la monitori- la utilización de un soporte vital máximo, los que falle-
zación y sustitución de las funciones vitales. Tienen cen debido a la retirada de dicho soporte y, por último,
como objetivo el tratamiento del paciente crítico, de- aquellos en los que no se instauran las medidas de re-
volviéndole, en la medida de lo posible, a su situación animación tras la parada cardiorrespiratoria. Todo ello
basal previa. muestra que mientras en los casos de muerte no espera-
Las UCIP surgen como una rama autónoma de la da no se dispone de tiempo para una planificación de
especialidad de Pediatría, ante la necesidad de encon- los cuidados orientados a las fases finales de la vida, en
trar nuevos tratamientos para abordar las patologías los otros dos supuestos sí puede llevarse a cabo.
graves de la infancia. En la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales
El ingreso de un niño en estado crítico en la UCIP de un hospital terciario de California, San Francisco3, se
supone para los padres la interrupción de la relación llevó a cabo un estudio que constató que el 73% de las
paterno-filial, la incertidumbre del curso de la enferme- muertes fueron el resultado de la decisión de retirada
dad y la entrada en un ambiente estresante y ajeno, así del soporte vital por parte de los médicos. Dicha retira-
como el enfrentamiento a una serie de circunstancias da se planteaba cuando el tratamiento agresivo instau-
que les colocan en una situación de grave desequilibrio rado carecía de una respuesta eficaz en el paciente. Por
98 físico y emocional. tanto, en más de dos tercios de todos los niños se dis-
El estado crítico1 se define como la alteración de la puso de tiempo para planificar una adecuada atención
función en uno o varios órganos o sistemas que puede al final de la vida.
comprometer la supervivencia del paciente en algún Los tratamientos curativos y paliativos no deben
momento de la evolución y en el que la muerte resulta contemplarse como excluyentes, sino como comple-
siempre una alternativa posible. Puede expresar la for- mentarios. En diversas UCI de adultos se está empezan-
ma inicial de una enfermedad aguda de rápida evolu- do a hacer una toma de conciencia de que los principios
ción o bien presentarse en el contexto de una enferme- del cuidado paliativo deben estar presentes en todos los
dad crónica. niveles de atención médica del enfermo grave, indepen-
En el concepto de estado crítico van implícitas dos dientemente del pronóstico vital.
condiciones esenciales: reversibilidad, si se aplican cier- Éste es, sin duda, uno de los puntos paradigmáti-
tas acciones terapéuticas efectivas, y transitoriedad. cos en la medicina intensiva y en el que hay que poner
El diagnóstico de una enfermedad grave en su fase la máxima atención para que nuestros cuidados no se
aguda concentra todos los esfuerzos médicos en la cu- transformen en desproporcionados y la muerte no se
ración del paciente. Cuando no se consigue, debido a la convierta en un proceso que tiene lugar en medio de la
gravedad de la enfermedad o a la mala evolución de la soledad del paciente y la aparente indiferencia de los
misma, y ésta se convierte en crónica, debe cobrar ma- profesionales sanitarios.
yor importancia un objetivo esencial, que es el de cui-
dar al paciente y aliviar sus síntomas. Y cuando final-
mente la enfermedad entra en una etapa de clara irre-
versibilidad hacia la muerte, hay que extremar los es- LA MUERTE EN LAS UNIDADES DE
fuerzos para que el paciente muera sin sufrimiento y CUIDADOS INTENSIVOS
con el mayor confort posible. PEDIÁTRICOS
En este contexto, a partir del informe SUPPORT
(Study to Understand Prognoses and Preferences for Outco- El ingreso de un niño en la UCIP genera en la
mes and Risks of Treatments), publicado en 1996 en la familia un importante estado de alarma por las impli-
revista JAMA, se reveló la pobre calidad de vida de los caciones de gravedad que conlleva. El padre o la ma-
últimos días de 3.624 pacientes gravemente enfermos2. dre ya no son capaces de asumir los cuidados de su
Las preguntas centrales de la encuesta realizada a los hijo, sino que tienen que delegar su papel de cuida-
pacientes se refirieron a la existencia de dolor (su dura- dores en manos de los especialistas y perder el control
ción e intensidad) y a la respuesta al tratamiento. El de la situación.
99
Figura 1. Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos.
Una vez que el niño ha ingresado, y sobre todo si La información se convierte en un proceso difícil
su estado es grave y hay que tomar una serie de medi- cuando la enfermedad es compleja. En ocasiones, los
das urgentes para su estabilización, el encuentro con la padres reciben opiniones divergentes de diferentes mé-
familia no tiene lugar hasta un tiempo después, y esta dicos, residentes, enfermeras, especialistas, etc. Estos
espera produce una sensación de desconcierto y des- últimos suelen dar, además, una información parcial, en
protección añadida. función de un órgano, en lugar de una visión integrada
Cuando los padres acceden a la unidad se encuen- del paciente. Todo ello produce una discordancia entre
tran en medio de un lugar tecnificado, con su hijo co- la visión de los médicos y de la familia en cuanto al cur-
nectado a cables y aparatos, en ocasiones sedado o con so de la enfermedad.
respiración asistida. La información inicial que reciben La comunicación se complica aún más cuando hay
es difícil de manejar por el estado emocional en que se que hablar de la posibilidad de que el niño no logre
encuentran, y se ven bruscamente dependientes de superar el proceso y muera.
otras personas desconocidas que asumen temporal- Los avances tecnológicos empleados en el cuidado
mente el control de sus vidas. intensivo han despertado importantes expectativas de
La UCIP (Figura 1) es un lugar complejo en el que curación de los pacientes en estado crítico, y, en ocasio-
conviven numerosos especialistas, médicos, residentes, nes, esperanzas de recuperación heroica y milagrosa
enfermeras, auxiliares de enfermería, técnicos, etc. Se poco acordes con la realidad. Cuando la familia tiene
trabaja en turnos rotativos y existe mucho recambio de que afrontar la realidad de la muerte de su ser querido,
personal. El ritmo de trabajo es rápido y la rutina se ve percibe esta situación como un fracaso de los médicos o
interrumpida frecuentemente por ingresos o complica- de la ciencia, en lugar de observarlo como el inevitable
ciones agudas de algún paciente. Los padres se ven in- desenlace de una enfermedad devastadora.
mersos en este ambiente y pronto se dan cuenta de que Los profesionales que atienden a este tipo de en-
su caso es uno más y de que deben aprender a sobrevi- fermos tienen que afrontar dos tareas complejas si-
vir en ese «pequeño caos». multáneamente. En primer lugar, proporcionar toda
La información diaria sobre la evolución del niño y el la terapéutica a su alcance con el objetivo de restaurar
tiempo de visita se convierten en su único alivio. El resto la salud del paciente tras la enfermedad o lesión, y
de sus vidas se paraliza en espera de dichos momentos. paralelamente, tienen que ayudar a los pacientes y a
sus familiares a enfrentarse con la posibilidad de la Tabla I. MODELO PARA EL CUIDADO AL FINAL DE LA
muerte. VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS:
En el caso de los pacientes ingresados en la UCIP Principios
existe la dificultad añadida de que sufren procesos con El objetivo de los cuidados debe guiar la aplicación de la
diversas fisiopatologías y están sujetos a diferentes com- tecnología.
plicaciones que alteran el curso de la enfermedad ini- La toma de decisión debe estar centrada en el paciente
cial. Esto genera una mayor incertidumbre a la hora de como conjunto.
predecir cuál será el desenlace final. Conocimientos
Por tanto, el estado crítico lleva inherente la posi-
Sistemas de medida de la gravedad y pronóstico al
bilidad de sufrir cambios rápidos en la condición del ingreso del paciente, con el fin de conocer las
paciente, con la consiguiente modificación del pronós- limitaciones de los cuidados.
tico y de la recuperación del mismo. La incertidumbre
Principios éticos y guías de retirada de soporte vital.
es algo difícil de manejar por los familiares, ya que les
impide establecer expectativas claras de curación a cor- Monitorización, para identificar y tratar los síntomas de
distrés, malestar, ansiedad y dolor en pacientes con
to plazo en medio de la espera. alteración del nivel de conciencia.
Uso de analgésicos y sedantes para conseguir un
tratamiento apropiado del dolor y de otros síntomas
molestos.
MODELO DE CUIDADOS AL FINAL DE
Counselling como instrumento relacional personalizado.
LA VIDA EN LA UCI
Actitudes
En el Consejo Nacional para la Educación Médica Toma de decisiones compartidas con la unidad familia/
para el Cuidado al Final de la Vida4 llevado a cabo por paciente.
las Universidades de Harvard, Arizona y Pensilvania, se Respeto a las diferencias étnicas y religiosas.
llegó a un consenso sobre el modelo ideal de cuidados Profundización en los propios valores acerca de la
al final de la vida en la UCI (Tabla I). muerte y el sufrimiento.
El principio más importante es que el objetivo de
Empatía/aceptación incondicional.
los cuidados debe dirigir el uso de la tecnología y no al
contrario, siendo muy importante que los profesionales Respeto a las preferencias individuales del paciente y su
familia.
100 hablen con las familias con el fin de entender sus prefe-
rencias y consensuar un plan de cuidados ajustados a Congruencia/veracidad.
ellas. Para ello, hay que aceptar que dichas preferencias Habilidades
no tienen que coincidir con las preferencias o creencias Escucha activa y comunicación efectiva y empática.
de los médicos y que la toma de decisiones debe estar
Establecimiento de relaciones con la familia, basadas en
centrada en el paciente. la confianza.
Una vez que los profesionales han acordado la ne-
Explicación de los detalles de la enfermedad, estrategia
cesidad de limitar el esfuerzo terapéutico, se impone la de tratamiento y objetivos del cuidado de una forma
aplicación de una serie de medidas que garanticen una simple y asequible.
muerte digna y libre de síntomas. Dichas medidas co-
Ayuda a la familia para realizar un balance entre los
mienzan con un plan de acogida y una comunicación beneficios y los daños de los tratamientos.
eficaz y humana.
Ayuda para afrontar el pronóstico incierto de la
enfermedad.
Trabajo eficaz con equipos multidisciplinares.
estabilización vital, y la mayoría de las veces no dosificando la información, especialmente si la vida del
tiene lugar el encuentro inicial con la familia, lo niño está comprometida y existe la posibilidad de que
cual genera una intensa sensación de desconcierto muera de forma inminente.
y desprotección. Una vez que la situación lo permita, es convenien-
• Una vez que los padres acceden a la unidad, se en- te explicar a los padres el aspecto del niño y los proce-
cuentran con información divergente y opiniones dimientos que se le han utilizado (sondas, catéteres
de diferentes médicos, residentes, especialistas, en- vías, intubación endotraqueal, etc.), así como el aspecto
fermeras, etc., acerca del estado del niño. Todo ello de la unidad (luces, aparatos, alarmas, etc.), y entregar-
produce una discordancia entre la visión del médico les por escrito las recomendaciones básicas sobre el
y de la familia en cuanto al curso de la enfermedad. funcionamiento de la unidad (Figura 2).
• En las UCI conviven diferentes especialistas que
establecen el pronóstico del paciente no como un
todo, sino de una forma parcial.
• Los avances tecnológicos empleados en el cuidado
intensivo han despertado grandes expectativas de
curación de los pacientes en estado crítico, y esto
muchas veces genera en los familiares una esperanza
de recuperación milagrosa y poco acorde con la rea-
lidad de una enfermedad en ocasiones devastadora.
• Los padres se sienten intimidados en el ámbito de
la UCIP por las características de la unidad, con
multitud de aparatos, alarmas, luces, etc., y se
sienten totalmente excluidos de su papel de padres
durante el ingreso de su hijo.
El momento del ingreso en la unidad reviste una Los padres se encuentran en un ambiente de vacío
enorme confusión y ansiedad para los padres, por lo cultural, confundidos, desamparados e incapaces de
que el primer contacto con ellos debe tener lugar en el hacer algo para mejorar la situación de su hijo. El mie-
plazo de tiempo más corto posible. do a desconectar algún aparato les lleva en numerosas
Por ello, es aconsejable acompañarles a una sala ocasiones a no acercarse al niño.
fuera de la unidad y ofrecer unas explicaciones básicas Los esfuerzos del personal sanitario en esta fase
sobre lo que está pasando con su hijo y el tiempo deben ir dirigidos a enseñar a los padres, a familiarizar-
aproximado de espera, con el fin de aplacar la angustia les con el entorno y a hacerles partícipes del plan de
e incertidumbre de esos primeros momentos. cuidados. Se les debe remarcar la importancia de su pre-
sencia junto al niño para ayudar a su recuperación. Es
clave darles información acerca de los aparatos que ayu-
2. Contacto posterior dan a su hijo y de las conexiones a los mismos, y expli-
carles que no hay motivo de preocupación si el acerca-
El principal objetivo debe ir dirigido a anticipar a miento se hace con conocimiento y cuidado suficientes.
la familia lo que van a encontrarse al acceder a la uni- Es importante que los padres perciban cierto grado
dad. Para ello, debe producirse un encuentro entre el de control sobre la situación (Figura 3) y que manten-
médico y/o enfermera responsable y los padres, donde gan su papel de cuidadores dentro del ambiente de la
se ofrecerá la primera información sobre la enfermedad UCIP. Así, en los casos más favorables, se puede planifi-
y el estado del niño. En ocasiones, debido a la extrema car con ellos su participación a la hora del aseo del niño
gravedad del paciente y al tiempo que se invierte en su (cambio de pañales, baño, etc.) o de alimentarle, y en
estabilización, este encuentro se retrasa y pasa a un se- los casos en los que el estado del paciente sea crítico, se
gundo plano. Sin embargo, es de crucial importancia ir les puede animar a que hablen y acaricien a su hijo.
Por otra parte, el entorno adquiere una importan- El ingreso de un hijo en la UCIP implica frecuente-
cia crucial a la hora de minimizar el impacto del entor- mente, tal y como se reseñó en el apartado anterior, la
no hostil de la UCIP. aceptación de una enfermedad o accidente que pone en
Para ello, se puede animar a cada familia a ir trans- peligro la vida del niño y donde el curso de los aconte-
formando su espacio en el box con objetos, juguetes, cimientos es impredecible y pueden producirse cam-
dibujos del entorno del niño, etc. (Figura 4). bios desfavorables a corto plazo. Esto obliga a los pa-
dres y/o familiares a poner en marcha una serie de me-
canismos adaptativos para hacer frente a esta situación
dolorosa y comprometida, siendo los más frecuentes la
negación de la realidad y el bloqueo de las emociones
en un periodo inicial.
Es en este difícil marco donde los sanitarios de la
UCIP tienen que aprender a comunicarse. Comunicar
implica en primer lugar la capacidad de empatía, es de-
cir, no sólo de respetar y comprender lo que la otra per-
sona siente, sino de conseguir que se sienta comprendi-
do. Para alcanzar esa empatía hay que tener una disposi-
ción de acogida hacia el sufrimiento del otro y adquirir
habilidades de comunicación para hablar desde un nivel
emocional. La mayoría de las veces se teme la sobreim-
plicación con el paciente y con su familia, pero es im-
Figura 3. Integración de la familia en la UCIP. prescindible establecer un cierto grado de implicación en
el vínculo con los pacientes y sus familiares para poder
ayudarles y acompañarles en esos momentos difíciles.
En segundo lugar, es necesario que exista coheren-
cia en la información ofrecida, y para ello se debe pro-
curar que haya una comunicación fluida entre las per-
sonas responsables del cuidado del niño (médico, en-
fermera y auxiliar), con la transmisión de los objetivos y
102 acciones terapéuticas previstas; por ello es importante
hacer una planificación conjunta del trabajo diario.
La comunicación es, por tanto, uno de los ingre-
dientes de mayor importancia en el cuidado óptimo al
final de la vida5,6, y en el caso de la UCIP está centrado
fundamentalmente en la familia. Según M. Levy y col.6,
la comunicación significa en primer lugar tener tiempo
para sentarse con el paciente y la familia, crear un am-
biente adecuado y comunicar de una manera compasi-
Figura 4. Humanización del entorno de la UCIP. va y abierta una información difícil y comprometida.
Esto, que a priori resulta obvio, contrasta con el
ritmo frenético de intensa actividad que se vive diaria-
mente en las UCI y al que muchas veces se alude para
COMUNICACIÓN EN LA UCIP disculpar la ausencia de una comunicación adecuada.
Sin embargo, si se planteara la necesidad de utilizar un
La dificultad en la comunicación con la familia es tiempo extra a la hora de comprobar una medicación
una de las más frecuentemente reseñadas por padres y importante, ningún clínico dudaría en hacerlo.
profesionales, detectándose, en casos de mal pronósti- Por tanto, el punto de partida para analizar el pro-
co, un considerable desajuste en lo que los médicos blema se encuentra en la dificultad que supone para los
quieren transmitir y lo que los padres entienden. médicos iniciar una conversación acerca de la muerte
La transmisión de la información de una enferme- con sus pacientes o sus familiares cuando la enferme-
dad grave con riesgo potencial de muerte en el ámbito dad entra en una fase de irreversibilidad.
de la UCIP es un proceso delicado y difícil. El objetivo Las habilidades de comunicación se adquieren, del
de los profesionales sanitarios es proporcionar el máxi- mismo modo que cualquier otro procedimiento técnico
mo bienestar posible, incorporando la comunicación realizado en la UCIP, y requieren un entrenamiento has-
bien utilizada como un elemento terapéutico más. Para ta lograr su perfeccionamiento. La comunicación es una
ello hay que tener en cuenta que la comunicación es un poderosa herramienta terapéutica y no se debe menos-
proceso bidireccional, en el que las personas que reci- preciar ese gran valor.
ben la mala noticia presentan una vulnerabilidad muy Pilar Arranz y col.6 han desarrollado una técnica
grande y necesitan realizar una adaptación para poder de comunicación llamada counselling, que se funda-
entender la situación que están viviendo. menta en la bioética personalista que considera a la
persona no como fin sino como medio, defendiendo y • Recompensar, buscar la información positiva.
justificando el respeto de la vida humana de un modo • Ayudar a pensar por medio de preguntas.
integral. • Utilizar el mismo código.
El counselling, como técnica relacional, es el arte
de hacer reflexionar a una persona por medio de pre- La comunicación es un proceso que comienza desde
guntas, de modo que pueda llegar a tomar las decisio- la primera toma contacto con el personal de la unidad.
nes que considere adecuadas para él y para su salud.
Utiliza la comunicación asertiva, desde la dinámica de
la elección en lugar de la imposición, enfatizando en las
habilidades de escucha activa y del arte de hacer pre-
guntas. De esta forma, la comunicación deja de ser la
transmisión paternalista de la información médica,
donde el ritmo lo impone el médico que informa, tal y
como se ha enseñado tradicionalmente, y se incorpora
el principio de autonomía, contrastando la opinión de
la persona a la que se informa en función de sus necesi-
dades y valores (Tabla II).
Tabla II. Comunicación con la familia en la UCIP a Figura 5. Mensaje «yo», clave de la comunicación asertiva.
través del counselling
Presentación del médico y de la enfermera de referencia
Comunicar de forma sencilla la aproximación diagnóstica Posteriormente, el médico y la enfermera respon-
que se tenga hasta ese momento y el plan terapéutico sables del paciente pueden dar un paso más en la co-
iniciado municación y valorar las necesidades de los padres. Di-
Hacer preguntas abiertas y escuchar activamente para chas necesidades son las siguientes:
identificar aquello que no hayan entendido o que quieran
saber
• Necesidades de información: ¿Qué les gustaría
Anticipar, antes de que pasen a ver al niño a la unidad, saber acerca de la enfermedad de su hijo y su situa-
su apariencia física, los aparatos que precisa y para qué ción actual?
sirven 103
• Necesidades emocionales: ¿Qué es lo que más les
Establecer una relación de confianza, basada en la preocupa en el momento actual?
empatía y en la accesibilidad en cualquier momento,
para poder abordar nuevas preocupaciones y cambios
• Actitud ante la situación: ¿Qué hacen para afron-
tar esta situación?
Comunicar los cambios en el estado clínico del paciente
• Identificar los recursos que poseen: ¿Cómo
y en el plan terapéutico, y la respuesta al mismo
afrontaron otras situaciones difíciles en el pasado?
• Identificar si tiene apoyo familiar y/o social:
¿Creen que les apoya su familia y/o las instituciones?
Implica un conjunto de habilidades relacionales • Definir en qué situación emocional se encuen-
que incluyen: tran: ¿Tienen la sensación de que controlan esta
situación?
1) La comunicación asertiva. • Identificar caminos de actuación: ¿Cómo creen
2) El apoyo emocional. que podríamos ayudarles más?
3) La autorregulación.
4) Solución de problemas.
afrontar los problemas, potenciando su percepción de El «encarnizamiento terapéutico»8 aparece así co-
control en la medida que la situación lo permita, y mo un producto emergente de múltiples factores que se
siempre ayudar a mantener la esperanza. derivan del sistema de valores, creencias y hábitos que
integran la cultura actual, en la que la muerte no es
R. Bayés, en su libro Psicología del sufrimiento y aceptada.
la muerte7, pone de manifiesto las dos formas que el La situación de «terminalidad» en la UCI es, en
médico tiene para ayudar a la familia a mantener la es- muchas ocasiones, una condición de extrema dificul-
peranza en situaciones de mal pronóstico: tad, ya que ello implica establecer con relativa seguri-
dad que un paciente es irrecuperable.
1) Reconducir la esperanza no hacia la curación, sino En el caso de la UCIP, esta cuestión es mucho más
a mejorar el cuidado en los últimos días para que difícil, ya que los niños tienen una gran capacidad de
su ser querido tenga una muerte lo más digna y recuperación y muchas veces la evolución de las enfer-
confortable posible. medades infantiles es sorprendente tanto en el pronósti-
2) Dar tiempo a que vayan haciendo la transición a su co vital como en las potenciales secuelas. Habitualmen-
ritmo. te, los tratamientos agresivos no se abandonan hasta que
la muerte es inminente, ya que existe un miedo real a
etiquetar a un paciente potencialmente curable como
terminal. Esto lleva inherente el riesgo de prolongar el
ENCARNIZAMIENTO TERAPÉUTICO tratamiento más allá de toda esperanza razonable.
Por otra parte, un estudio norteamericano ha de-
La concepción sobre «muerte digna» surgió de la mostrado que los médicos se ven presionados a sobre-
visión horrorizada de la sociedad frente a la generación tratar a los niños debido a regulaciones federales, al te-
de formas de morir que se asocian a la utilización de mor de acciones legales y a la disponibilidad de nuevas
los variados procedimientos tecnológicos que el pro- y avanzadas tecnologías9.
greso de la medicina ha incorporado a su arsenal diag- De forma reciente, algunos profesionales estado-
nóstico y terapéutico habitual en el paciente grave. La unidenses denuncian el hecho de que paralelamente a
aplicación continua y reiterada de estos medios condu- que los adultos cada vez tienen más derecho a morir de
ce únicamente a la prolongación de la agonía, retrasan- forma digna, los padres son privados de estos derechos
do excesivamente la llegada inevitable de la muerte en lo referente a sus hijos cuando están ingresados en
104
(Figura 6). las UCI.
al ser humano como un fin en sí mismo y no como un Tabla III. Dilemas éticos ante la limitación del
medio; es arbitrar criterios y procedimientos de toma esfuerzo terapéutico.
de decisiones fundados en el diálogo abierto y en la ar- El control del dolor, que se debate entre los siguientes
gumentación racional. aspectos
A FAVOR EN CONTRA
Objetivo prioritario para el Efectos secundarios de los
Método de ética clínica confort opioides
Mejoría de la calidad de Disminución del nivel de
Al igual que existe un método para resolver pro- vida conciencia
blemas de índole médica, los profesionales sanitarios Muerte libre de dolor Miedo a la adicción
deben aprender a establecer y describir los componen-
La necesidad de nutrición e hidratación
tes esenciales que les permitan tomar una decisión mo-
ralmente acertada. A FAVOR EN CONTRA
Para ello es necesario llegar a una decisión consen- Creencia de que el niño Posibilidad de vómitos
suada entre los componentes del equipo y la familia a tiene hambre y sed
través del diálogo abierto. Papel parental de Sobrecarga de líquidos e
Las decisiones de LET se basan en los siguientes alimentar al niño ICC
aspectos13: Órdenes de no reanimación
A FAVOR EN CONTRA
• Indicaciones médicas. Incluye un análisis desde un
punto de vista científico de las condiciones de la Permitir que la naturaleza La familia no quiere
siga su curso abandonar
enfermedad y del tratamiento instaurado, así como
los riesgos y de los beneficios obtenidos. La familia se siente Negación de que el niño
responsable de prolongar se está muriendo
La medicina intensiva cuenta con todo un arsenal
la agonía del niño
terapéutico para conseguir estos objetivos, y sin
embargo en ocasiones no es posible por varias cir- La familia no quiere Conflictos con las
intervenciones agresivas creencias religiosas o
cunstancias, como la falta de claridad de objetivos, culturales
la incertidumbre en la naturaleza del problema o la
Solicitud de autopsia y órganos
dificultad de conseguir un objetivo sin dañar otro.
Cuando los objetivos de intervención no están cla- A FAVOR EN CONTRA
106
ros es preciso analizar las condiciones de la enfer- Consejo genético Creencias culturales o
medad y del tratamiento instaurado, así como los religiosas
riesgos y los beneficios obtenidos. Investigación que sirve a Miedo a añadir más daño
La enfermedad puede ser aguda o crónica; crítica, otros pacientes
con amenaza inmediata de la vida, o lentamente En caso de conflicto entre el equipo médico y la familia,
progresiva, y, por último, reversible o irreversible. siempre deben prevalecer los intereses del paciente. El
El tratamiento puede ser definitivo o curativo, que Comité de Ética Asistencial puede jugar un papel importante
elimina totalmente la enfermedad; paliativo, que como mediador en este conflicto. Ninguna de las decisiones
tomadas es definitiva o irrevocable y pueden ser revisadas
intenta dar confort, y, finalmente, puede ser exce-
en cualquier momento de la evolución del paciente.
sivo e inútil, constituyendo una carga para el pa-
ciente sin cubrir ninguno de los otros objetivos.
El problema surge cuando es preciso diferenciar los físicos o mentales pero es capaz de mantener
que se pueden considerar medios ordinarios o pro- una vida autónoma.
porcionados de los tratamientos desproporcionados. 2. Mínima calidad de vida: describe una situación
• Preferencias del paciente. Con excepción de las si- en la cual el observador (médico o familiar) ve al
tuaciones de urgencia, en las que el médico tiene el paciente en unas condiciones físicas deteriora-
denominado “privilegio terapéutico” de proceder das, sin posibilidad de recuperación, con dolor
sin consentimiento, el resto de los actos médicos e incapacidad para comunicarse con los demás.
requieren respetar la autonomía del paciente, para 3. Calidad de vida bajo mínimos: describe una situa-
lo cual es imprescindible que éste tenga capacidad ción en la que el paciente sufre extremo debili-
de entender y decidir. En el caso de los niños, son tamiento físico así como completa e irreversible
los padres los que establecen dichas preferencias. pérdida de la conciencia y actividad intelectual;
• Calidad de vida. El término calidad de vida expresa en ella se incluyen los pacientes en estado vege-
un juicio de valor: la experiencia de vivir como un tativo permanente.
todo. Como criterios objetivos para definir la cali-
dad de vida, hay un amplio consenso de acuerdo • Contexto y circunstancias que rodean al caso. Inclu-
en los siguientes (13): yen intereses de la familia, coste de los cuidados
médicos, distribución de los recursos disponibles,
1. Calidad de vida restringida: describe una situa- legislación vigente, investigación médica, seguri-
ción en la cual una persona sufre varios déficit dad y bienestar social.
Dilemas éticos más comunes en zada para proporcionar confort y aliviar el dolor
el cuidado al final de la vida de puede ser usada incluso cuando las dosis requeri-
un niño das puedan acelerar la muerte.
4) La no aplicación de soporte vital es moral y legal-
Existen una serie de cuestiones difíciles que se mente igual que la retirada del mismo.
plantean en la UCIP con relativa frecuencia cuando nos 5) Cuando se decide la retirada del soporte vital es
encontramos ante un paciente en el que se ha decidido necesario cambiar los objetivos del cuidado ha-
la limitación del esfuerzo terapéutico. cia el confort y el bienestar del paciente y de su
Las más importantes figuran en la Tabla III. familia.
6) Cualquier tratamiento puede ser retirado, inclu-
yendo la nutrición, la hidratación, los antibióticos
y la sangre.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE RETIRADA O 7) Valorar el dolor y el malestar de un paciente intu-
NO APLICACIÓN DE TRATAMIENTOS bado, críticamente enfermo, puede ser difícil. Por
DE SOPORTE VITAL14 ello, hay que analizar y documentar de forma con-
tinuada los siguientes síntomas según vamos au-
1) La muerte ocurre como resultado de la enferme- mentando la sedación: taquipnea, taquicardia, su-
dad subyacente. El objetivo de los cuidados de doración, uso de musculatura accesoria, aleteo na-
confort que se instauran es el de aliviar el sufri- sal, muecas, etc.
miento del paciente y no el de acelerar la muerte. 8) Los pacientes en muerte cerebral no necesitan se-
2) La retirada del soporte vital es un procedimiento dación durante la retirada del soporte vital.
que requiere el mismo grado de participación 9) No se debe retirar el soporte vital de los pacientes
médica y de calidad que cualquier otro procedi- que están con bloqueantes neuromusculares, ya
miento. que enmascaran los signos de malestar. Tras la sus-
3) Únicamente actos que producen la muerte (altas pensión de dicha medicación, hay que constatar
dosis de potasio o bloqueantes neuromusculares) que el paciente tiene suficiente actividad motora
son inaceptables moralmente. La medicación utili- como para poder demostrar sufrimiento.
107
El plan de cuidados es dinámico y puede ser alterado ante cualquier petición de la familia, las indicaciones médicas y las
nuevas valoraciones del equipo. La familia recibirá copia.
CONFORT Y ALIVIO DEL DOLOR EN estímulos externos (luces, ruidos, alarmas, etc.) y pro-
LA UCIP mover el máximo grado de privacidad posible.
La disnea es uno de los síntomas más relevantes 2. Establecer escalas apropiadas para la
que generan considerable sufrimiento. La mayoría de las valoración del dolor y del malestar del
ocasiones se debe a la progresión de la enfermedad sub- paciente
yacente, pero es necesario descartar otras causas poten-
cialmente tratables, como broncoespasmo, neumotórax, • Escalas de dolor
infecciones, insuficiencia cardiaca, ansiedad, etc. El tra- • Escala de agitación
tamiento de la disnea incluye tratamientos farmacológi-
cos como opioides, broncodilatadores y diuréticos, que
alivian la congestión vascular pulmonar, así como la ad- 3. Retirada de la asistencia respiratoria
ministración de oxígeno y medidas posturales.
Otro síntomas relativamente comunes son náuseas • Parámetros iniciales: IMV, V tidal, PIP, FiO2 PEEP.
y vómitos, que suelen controlarse de forma satisfactoria • Reducir las alarmas del respirador al mínimo.
con medicación antiemética, requiriéndose en algunas • Reducir la FiO2 a 0,21 y la PEEP a 0 a lo largo de
situaciones la colocación de una sonda nasogástrica. 5 minutos y titular la sedación como se ha indica-
La sensación de hambre o la sed suele ser temas do en el apartado anterior hasta lograr el confort
frecuentemente planteados cuando se habla de cuida- del paciente.
dos al final de la vida. Existen opiniones divergentes a • Una vez que se haya conseguido, disminuir la
este respecto. Algunos profesionales mantienen la pos- IMV a 5 a lo largo de 5 a 20 minutos y volver a
tura de continuar con la nutrición enteral a través de titular la sedoanalgesia del paciente según los sig-
una sonda nasogástrica, por el simbolismo que lleva nos de malestar.
asociado, mientras que otros sostienen que esta medida • Cuando el paciente esté confortable con esa asis-
prolongaría el proceso sin proporcionar alivio. La deci- tencia, extubar.
sión quedaría, por tanto, en manos de las preferencias
del equipo médico y de la familia.
Las úlceras cutáneas por presión o infecciones son 4. Tratamiento del dolor y del malestar
otra complicación frecuente de estos pacientes y que
obliga a extremar el cuidado de la piel. • ANALGESIA
La fiebre y las infecciones deben tratarse activa-
mente con antipiréticos y antibióticos siempre y cuando 1. Perfusión de morfina a dosis inicial de 100 mi-
sean fuente de dolor, como otitis media, infecciones crogr/kg y posteriormente 10 microgr/kg/h 109
herpéticas, candidiasis oral, etc. (asumiendo que el paciente está confortable a
esta dosis). Si presenta algún signo de malestar,
aumentar cada 15 minutos un 25% y dar una
CUIDADOS DE CONFORT AL FINAL dosis de morfina adicional equivalente a 10
DE LA VIDA EN EL PACIENTE CON microgr/kg.
ENFERMEDAD IRREVESIBLE Y 2. Perfusión de fentanilo a dosis inicial de 2 mi-
MUERTE INMINENTE Y EN LOS QUE crogr/kg/h (asumiendo que el paciente está
SE DECIDE LIMITAR EL ESFUERZO confortable a esta dosis). Si presenta malestar,
TERAPÉUTICO aumentar cada 15 minutos la dosis un 25%
administrando un bolo previo de 2 microgr/kg.
aceptación ante la posibilidad de la muerte del niño y es presiones verbales de cariño o las manifestaciones
más fácil la preparación cuando el paciente entra en la físicas de afecto.
fase terminal de la enfermedad.
Es muy importante la toma de decisiones centrada
en la unidad familia/paciente (Figura 10).
EL DUELO EN LA UCIP
BURNOUT
Sobreimplicación
Aislamiento
aspectos del final de la vida, para proporcionar una descartándose alguna causa cardiológica de su descom-
muerte lo más digna posible. pensación. Se inicia un tratamiento antibiótico empíri-
En la fase aguda de la enfermedad grave, todas las co y oxigenoterapia. En las sucesivas 24-72 horas apa-
medidas deben ir encaminadas a conseguir la curación rece una mucositis grave (grado IV), con importante
del paciente. Sin embargo, si la evolución no es favora- dolor y diarrea acuosa mucosanguinolenta. Los médi-
ble o sólo se logra cierta estabilización, debe cobrar cos inician un tratamiento con morfina con bomba de
mayor importancia el objetivo de cuidar al niño y ali- PCA (infusión más bolos), asociado a otros analgésicos
viar sus síntomas. En el caso de que la enfermedad intravenosos. En la analítica, el niño muestra neutrope-
evolucione hacia un estadio terminal o se decida la reti- nia y trombopenia grave, y a ello se asocia sangrado en
rada del soporte vital, hay que centrar los esfuerzos en sábana en mucosas y puntos de punción.
que el paciente muera sin sufrimiento, rodeado de sus El grado de control del dolor es parcial, por lo que
seres queridos y con el mayor confort posible. se inicia una escalada progresiva en las dosis de morfi-
En este contexto, se hace necesario el desarrollo na, apareciendo algunos efectos secundarios, como vó-
de técnicas y recursos para padres y profesionales que mitos y retención urinaria, que obligan a la colocación
proporcionen una mejor respuesta a estas situaciones una sonda nasogástrica y vesical.
particularmente difíciles. Entre ellas se incluyen el re- Los médicos, después de diferentes pruebas, des-
fuerzo y el soporte psicológico de los profesionales y la cartan diversas etiologías, y finalmente se atribuye co-
creación de equipos de trabajo que promuevan la for- mo causa más probable de los síntomas una respuesta
mación y el conocimiento sobre las cuestiones del final adversa al tratamiento quimioterápico.
de la vida, así como aumentar la sensibilización del El niño permanece consciente en todo momento,
personal sanitario y mejorar sus recursos individuales y aunque la dificultad respiratoria no empeora, man-
y de grupo. tiene una disnea basal, con quejido continuo e impor-
Sin duda, la comunicación, entendida como un tante sufrimiento, que no mejora tras la colocación de
proceso que comienza con el ingreso del paciente, es el ventilación no invasiva. Sin embargo, dada la situación
primer paso para facilitar el acercamiento al niño y a su más o menos estable y la gran probabilidad de que el
familia. Por otro lado, el adecuado manejo del dolor y cuadro pulmonar empeore de forma grave con la venti-
del malestar, así como el aumento en el grado de parti- lación mecánica —y con ello, el pronóstico vital del
cipación en los cuidados por parte de la familia, van a paciente—, los médicos deciden no intubar al niño y
suponer una mejora en la transición y en la aceptación manejarle de forma más conservadora. La familia asu-
de la muerte como desenlace, así como un incremento mió las decisiones médicas sin participar en ninguna 115
en el nivel de satisfacción para ambas partes. de ellas.
La profundización en los propios valores acerca de Tras 23 días de ingreso en la UCIP, adquiere una
la muerte y el sufrimiento implica la necesidad por par- infección fúngica grave, con repercusión sistémica im-
te del personal sanitario de tomar conciencia de que la portante, y el niño fallece en 24 horas.
base del problema radica en que la sociedad actual re- Ante este caso se plantean las siguientes cuestiones:
chaza la muerte como parte esencial de la vida.
Finalmente, el trabajo en equipo es la clave para la 1. ¿Cree que está indicado el ingreso de este paciente
puesta en marcha de todas estas medidas. en la UCIP?
2. Ante el importante grado de sufrimiento y dolor
no bien controlado, ¿cree que hubiera estado indi-
cado sedar y aplicar ventilación mecánica, asu-
u u CASOS PRÁCTICOS u u miendo el riesgo de que el cuadro empeorara con
la ventilación mecánica?
3. ¿En qué punto habría estado indicado parar los
Caso número 1 tratamientos agresivos y hacer la transición a los
cuidados de confort?
Paciente de 9 años, trasladado de su hospital de
referencia en Badajoz, con diagnóstico de linfoma de
Burkitt, a la planta de Oncología de un hospital tercia- COMENTARIO
rio en Madrid. Tras la aplicación del tratamiento qui-
mioterápico, entra en remisión completa, presentando 1. La respuesta a la primera cuestión planteada es
escasas complicaciones. Durante el régimen de consoli- que sí. Este niño padece una enfermedad oncológi-
dación recibe un nuevo ciclo de quimioterapia con fár- ca con altas probabilidades de curación y ya ha
macos diferentes a los administrados previamente, pre- entrado en primera remisión completa cuando su
sentando malestar y progresiva disnea en menos de 48 evolución se complica. Está perfectamente indica-
horas. El médico de guardia de la UCIP es avisado para do su ingreso en UCIP y que se empleen todos los
valorar al niño, y, dado el estado clínico de éste, se deci- medios disponibles para sacarle de esta recaída.
de su ingreso en la unidad. Se realiza una radiografía de 2. La respuesta a la siguiente cuestión es difícil. Valo-
tórax en la que se encuentra una imagen de infiltrados rando las opciones de tratamiento, sus riesgos y
pulmonares bilaterales y se decide una ecocardiografía, beneficios, así como las probabilidades de cura-
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117
◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ Introducción
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Principales Síntomas:
Alt_Respir.
Vómitos
Alt_Boca
Alt_Piel
Dolor
Estreñimiento
Anorexia
Debilidad
0 20 40 60 80 100
122 Figura 2. Variaciones de los distintos síntomas al inicio y al final de la enfermedad.
nal de la enfermedad. Se observa que hay síntomas que de silencio impuesta por los padres y a veces tam-
no pueden controlarse debido al estado del paciente. bién por los profesionales, hacen que con tan es-
El trabajo de enfermería, en todo momento, es el casa comunicación no se pueda obtener el fin
de cuidar al paciente. Ello ha de hacerse siguiendo las más deseable de ésta: concienciación de un final
necesidades de éste, y no será lo mismo cuando el en- próximo, asuntos pendientes, despedidas cons-
fermo todavía puede comer, hablar, andar, oír, pensar, cientes, etc.
decidir, conversar y escuchar, que cuando éste se en- • El dibujo es una fuente de expresión e información
cuentra en sus últimos días. que hemos tener presente, por lo que debemos es-
Hay distintas etapas de la enfermedad, y en cada timular su realización y su posterior estudio.
momento se van valorando los cuidados. • Es importante tener una buena empatía con el
Cuando el paciente está en condiciones de poder niño.
colaborar: • Conocer la etapa del desarrollo psíquico del niño
nos permitirá poder hablar de la manera más ade-
• Es importante tener un buen acercamiento, armo- cuada con él.
nioso y progresivo. • El concepto de muerte tiene cuatro dimensiones:
• Esto se consigue mediante una toma de contacto lo irreversibilidad, finitud, universalidad y causalidad
más precoz posible. (tiene una razón de ser). Éste es asumido en su to-
• Una manera de establecer un buen contacto con el talidad a partir de los nueve años.
niño es mediante el juego. • La información será clara (que no confunda), sua-
• Conociéndolo más, nos ayudará a valorar los as- ve y coherente, y se debe repetir las veces que sean
pectos que han de tratarse, como son un buen necesarias.
control de síntomas o los posibles desequilibrios • Hay que dar permiso al paciente para que pregun-
emocionales, que habrá que ir conociendo para te las veces que lo necesite y nosotros debemos re-
atenderlos lo antes posible y lo mejor posible. petir la información. Todas las preguntas que ha-
• La comunicación se hace difícil en pediatría. gan los niños han de ser contestadas con respues-
• La corta edad de los niños, así como el grado de tas sinceras y adecuadas.
información del que disponen, unas veces condi- • Conocer sus sentimientos ayuda acercarse a él.
cionados por la edad y otras por la conspiración Durante el acompañamiento —y esto quiere decir
que hemos de estar con él un rato cada día— es Síntomas y signos que caracterizan la
cuando se va descubriendo lo que de verdad siente situación de agonía
y quiere; por ejemplo:
- Postración y aumento de la debilidad, debido a
1. No siempre quiere comunicarse. que el enfermo permanece habitualmente en cama
2. Quiere intimidad. las veinticuatro horas del día.
3. Quiere tener alguien en quien confiar. - Deterioro evidente y progresivo del estado físico,
4. Se siente solo. con disminución del nivel de conciencia, desorien-
5. Tiene miedo. tación y trastornos de la comunicación, pudiendo
6. Tiene una baja estima de sí mismo. llegar al estado de coma.
7. Tiene envidia de sus hermanos. - Dificultad o incapacidad para tomar alimentos,
8. Está enfadado. provocadas por la disminución del estado de con-
9. Tiene miedo a tener dolor. ciencia y por la debilidad.
- Incontinencia, retención de orina, oliguria, taqui-
• No mentirles es importante; hay una frase que di- cardia, hipotensión, etc.
ce: “La mentira y el ocultamiento matan cualquier - Aparición de nuevos síntomas físicos y agravación
posibilidad de establecer un vínculo duradero”. de otros que ya tenía, como pueden ser el dolor,
• Interesa que el paciente tenga confianza en el pro- vómitos, etc.
fesional, ya que después nos va a necesitar para - Retención fecal.
acompañarle, posiblemente, en sus últimos días. - Hemorragias.
- Deterioro multiorgánico.
- Sequedad de piel y mucosas.
- Los síntomas físicos prevalentes en los últimos días
PROTOCOLO AL FINAL DE LA VIDA son: dolor, astenia, anorexia, boca seca, síndrome
DE UN PACIENTE confusional, respiración estertorosa, estreñimiento
y disnea.
El inicio de la actuación en el final de la vida de un - Síntomas psico-emocionales: angustia, agitación,
paciente dependerá de los antecedentes de la relación miedo y, a veces, crisis de pánico.
que se haya tenido con él.
Cuanto más conocimiento tenga “él” de la unidad, 123
y la unidad de “él”, más fácil será el trabajo en equipo, Objetivos
que es importante para poder acompañarle hasta el fi-
nal de su vida. - Conseguir el máximo bienestar para el paciente y
En la etapa final, la demanda de atención será fre- su familia.
cuente, dada la presencia de síntomas intensos, unos - Control de síntomas, aplicando las medidas ade-
cambiantes en el tiempo y otros de aparición rápida, cuadas a cada circunstancia.
asociados con un componente de angustia por parte del - Acompañamiento emocional al niño enfermo has-
enfermo, de la familia y, en alguna ocasión, también por ta el momento de la muerte.
parte de los profesionales. - Ayuda emocional a la familia durante todo el pro-
Hay que afrontar una situación única e irrepetible ceso: la enfermedad, la muerte del hijo, la prepara-
para cada paciente, para cada familia y para los profe- ción del duelo inmediato y la fase posterior.
sionales. Por tanto, se tendrán que extremar los cuida- - Trabajar en equipo, enfermo-familia-profesionales,
dos para que las demandas sean cubiertas. En estos procurando que exista una buena comunicación.
momentos hay que evitar que a las familias les queden
aún más recuerdos dolorosos o sufrimientos innecesa-
rios, pues ello no ayudaría a elaborar el duelo inmedia- Control de síntomas
to y el futuro con más tranquilidad.
El cuidado de los profesionales es fundamental - No se retirarán los analgésicos que ya se le estaban
para que ellos mismos se sientan en condiciones de se- suministrando.
guir ayudando a otros pacientes que van a necesitar su - Se prescindirá de los medicamentos que no tengan
colaboración. utilidad inmediata.
- Se usará la vía más cómoda para el paciente: oral,
rectal, subcutánea, etc.
Agonía
• Disnea
Se entiende por agonía al periodo de transición - Medidas farmacológicas: morfina y diazepam.
que precede a la muerte, al final de la enfermedad y - Medidas no farmacológicas: oxígeno, aire fres-
de forma más o menos gradual, creando un gran im- co, ambiente tranquilo, con la compañía de
pacto en el paciente, en su familia y en el equipo que las personas que el niño más quiere y la aten-
le cuida. ción próxima de los profesionales.
• Es bueno que un profesional, a ser posible, acuda Tomamos nota de ello, y a partir de entonces se les
al entierro para acompañar a la familia hasta el úl- hace partícipes de lo que va pasando y pueden colabo-
timo momento, pues para ellos, y también para el rar de una manera u otra, según su edad, y siempre sa-
equipo, es fundamental. ben que tanto sus padres como los profesionales cuen-
• Es bueno conectar con los padres al cabo de unos tan con ellos.
días de la muerte del niño, para saludarlos y prestar-
les la ayuda necesaria para elaborar mejor el duelo.
EQUIPO ASISTENCIAL
• Valorar el duelo posterior de las familias nos ayuda - Por tener mucha angustia toda la familia, al no sa-
a evaluar nuestro trabajo. Son las propias familias ber qué hacer cuando llegue la etapa final.
las que nos aportan su experiencia y nos dan ele- - Si el domicilio no está en condiciones para atender
mentos para tener en cuenta en nuestras interven- a un enfermo en este estado.
ciones próximas. - Si está programada la donación de órganos.
- Porque no quedan recuerdos de los últimos días
Gracias a las unidades de cuidados paliativos, la del enfermo en su casa, y esto hay familias que lo
sociedad está cambiando. prefieren.
Mantenimiento
u
- Heparinización y retirada de la aguja del Port-a-
Cath:
- Valorar diariamente: * Acceder a la vía según las normas descritas de
* Permeabilidad del sistema. acceso al Port-a-Cath.
* Limpieza del apósito (cambiarlo siempre que * Lavado de manos antiséptico y/o aplicación
esté sucio). de Sterilium®.
* Signos de enrojecimiento en el punto de in- * Con una jeringa de 10 ml, preparar una solu-
serción. ción con 4,5 ml de suero fisiológico y 0,5 ml
* Aparición de dolor o de fiebre en la zona. de heparina sódica al 1%.
• ¿Hemos dado la atención justa en aquel momento Siempre ha sido un niño sano. Nació con 4 kilos y
que se requería? el embarazo discurrió sin dificultades. Fue vacunado
• ¿Vamos con demasiada prisa en nuestro trabajo? sin problemas y tuvo los constipados normales según la
• ¿Nos da miedo hablar de algunos temas? edad.
• ¿Nos ponemos en el lugar del otro? De repente empiezan los vómitos y cefaleas. El ca-
• ¿Estarían igual las familias de nuestros pacientes si rácter le está cambiando, nos dice su madre.
hubiéramos actuado de otra manera o hubiéramos Ingresa en el hospital y se le hacen pruebas.
hablado sin miedo de asuntos concretos? En la radiografía del cráneo se detectan anomalías
• ¿Serían los mismos los temas que se trabajan en las y se le practica un TAC.
reuniones de duelo? Se llega al diagnóstico de tumor cerebral en fosa
posterior.
Es bueno reflexionar, ya que de esta manera apren- Éste podría ser benigno, pero se encuentra muy
demos y nos enriquecemos todos. cerca de los núcleos vitales y hay que estar muy alerta.
Es conveniente tener en cuenta el seguimiento del Se le interviene quirúrgicamente y se le extirpa un
duelo de los padres de los niños fallecidos, siempre que gran tumor, y de Anatomía Patológica informan que
ellos quieran. Una manera de hacer ese seguimiento es nos encontramos con un “ependimoma”.
contactar con ellos por teléfono o por carta al mes del No se le administra ningún medicamento especial
fallecimiento y ofrecerles nuestra ayuda. Ellos han de y se le va controlando durante un año con RNM.
decidir lo que quieren hacer. Todos estamos convencidos de que todo irá bien.
Hay familias que no querrán volver a vernos, otras Pero se presenta una recaída al finalizar el año.
querrán venir, otras no responderán a nada. Todo es Marcos tiene tres años y medio. Se le hacen las pruebas,
respetable. Con las familias que lo pidan, es beneficioso incluidos TAC y RNM, y se ve que el tumor ha crecido
tener entrevistas a solas para descubrir sus posibles ne- de nuevo.
cesidades y atenderlas con rapidez con el fin de evitar Se le interviene otra vez y se extirpa el tumor par-
duelos patológicos. cialmente. Anatomía Patológica nos informa que es un
Las “reuniones de duelo”, en las que los padres “ependimoblastoma“.
comparten sus sentimientos con otros padres, son muy Se inicia radioterapia y quimioterapia durante casi
aconsejables. En ellas encuentran un espacio para ex- dos años.
presar sin miedo lo que sienten desde su profundo do- Tolera bien todos los tratamientos, superando to-
130 lor, y sabiendo que todos les comprenden porque han das las complicaciones normales que hay durante el
pasado por la misma pérdida, la muerte de un hijo. proceso.
En estas sesiones no hay juicios ni consejos fáciles Pero llega un día en que Marcos tiene una nueva
de decir, porque éstos pueden llevar a enfadarse más, si recaída, el tumor ha crecido y clínicamente vemos que
cabe, con la sociedad, con la familia, con Dios. va empeorando.
Casi no puede andar, ve doble, está nervioso, quie-
re dormir mucho, tiene problemas al deglutir.
Se hace difícil el poder controlar los síntomas.
u u Casos prácticos u u Viendo que la enfermedad progresa, en una re-
unión con los padres de Marcos y los profesionales se
decide parar el tratamiento y entre todos poder dar a
Caso número 1 Marcos el confort que necesita en cada momento.
Marcos quiere estar en su casa con los suyos, con
sus cosas y en su ambiente.
Historia de Marcos Allí, a su casa, lo llevamos, y poco a poco nos va-
mos acercando a él y nos tiene casi como unos más de
Su familia está constituida por: abuelo materno la familia.
(Adolfo), padre (Andrés), madre (Ana) y 4 hermanos. Es un niño callado, observador, ríe disimulada-
Total, 8 miembros de una familia que viven todos mente, no quiere que lo notemos,
juntos. Le encantan los coches pequeños, tiene muchos,
El padre es albañil y se gana bien la vida. pero según él tiene “pocos y son sólo suyos”, y los es-
La madre es un ama de casa que se dedica a cuidar conde dentro de su cama porque tiene miedo a que se
a todos los hombres de la familia. Ella es la única mujer los cojamos. Los contamos y tiene 30 coches.
de la casa. En este momento Marcos ya tiene 5 años y nuestra
Hay un hermano de 16 años, Juan. relación con él es muy buena, aunque en algún mo-
Un hermano de 14 años, Luis. mento nos dice que nos vayamos de su casa ya que so-
Un hermano de 12 años, Carlos. mos malos porque no le curamos.
Marcos, que tiene 5 años. Él nos explica que no se encuentra bien, que quie-
Un hermano de 3 años, Pedro. re estar como sus hermanos que van al colegio, juegan
La historia empieza cuando Marcos tiene dos años en la calle, se ponen la música muy fuerte y la cabeza no
y medio. les duele.
Le explicamos que él está enfermo y por eso no se Llega el día final... Al hijo pequeño se lo llevaron a
encuentra bien, que debe tomarse las medicinas para casa de unos vecinos; los otros se quedaron en casa ayu-
estar un poco mejor. dando en todo lo que podían....
Pero Marcos está un poco cansado de tantas pasti- Decidieron enterrarlo cerca de los antepasados de
llas y jarabes. Su abuelo le cuenta cuentos y va consi- la madre. Hicieron una ceremonia muy vivida y sentida
guiendo que al final del día Marcos se haya tomado to- por todos...
do lo necesario para poder estar tranquilo, por lo menos El hermano mayor, Juan, no expresaba la tristeza
sin dolor, y que pueda descansar por la noche. que sentía..., estaba callado y con cara de disgusto...
Quiere mucho a sus hermanos, sobre todo a dos Hoy en día estudia Medicina. Ya han pasado tres años...
de ellos. y no quiere hablar con ninguno de nosotros del tema.
Juega con ellos cuando vuelven del colegio, se le Afirma que está muy bien y que no necesita que nadie
acercan a la cama y le dicen al oído: “¿Vamos a jugar le ayude...
con los coches?”. Luis, el segundo, todavía lo añora. Nos dice que
Entonces abre un ojo y dice: “Bueno, pero sólo con con Marcos jugaba mucho. Aunque tiene otros herma-
uno, que los demás no tienen gasolina”. nos, con nadie como con Marcos había congeniado
Enseguida se cansa y los manda callar pero no tanto... Está orgulloso cuando nos dice que él era el
quiere que se vayan, y están un rato en silencio muy hermano preferido por Marcos. “En casa no hablamos
cerca de él. nunca de Marcos”, nos dice, “y yo no sé con quién ha-
Le acompañan en su enfermedad todos menos el blar de él... A veces lo hago con mi madre, pero ense-
más pequeño. Saben lo que está pasando y, aunque no guida ella llora y a mí me da mucha pena...”.
lo entienden, sufren en silencio el malhumor, los capri- Carlos, el tercero, nos dice: “Todo ha pasado
chos a deshora, la tristeza que todos tienen. ya...”. Él no piensa en Marcos. Sabe que está en un lu-
Los fines de semana van todos juntos a comer pes- gar muy “divertido” y seguro, que se lo está pasando
cado en un restaurante cercano a casa. Marcos va en su muy bien... Juega con Pedro, es bastante buen estu-
silla de ruedas y en la marisquería ya lo esperan. Saben diante, nos parece un tanto precipitado e inconsciente,
que viene “el niño más guapo del mundo”, le dicen. pero se le ve feliz...
Lo vemos feliz. Se va tomando sus pastillas (MST y Pedro, que era muy pequeño cuando pasó la histo-
corticoides) y mejora del dolor, que a veces es dolor de ria de Marcos, nos da la sensación de que no se acuerda
cabeza, de barriga o en las piernas... de nada...
Llora pocas veces. Y si lo hace él dice que es por- Los padres siguen juntos, siguen compartiendo lo 131
que su hermano pequeño le quiere coger las cosas... No que les sucede día a día. La mamá, que ha venido a las
entiende por qué pasa esto. “reuniones de duelo” durante mucho tiempo, ayuda a
La mamá dice que Marcos (“su Marcos”) siempre su marido a llevar la situación.
ha sido el más guapo y el más “especial” de todos los Los años van pasando y todos van viviendo su
hijos. Con ella tenemos conversaciones muy largas y duelo tal como cada uno puede, y nosotros, desde
muy a menudo. Le comentamos que este hijo es el que nuestro trabajo, esperamos sus noticias.
ha “madurado” más rápidamente, pero que toda la fa-
milia también lo está haciendo a gran velocidad. No
podemos marginar a ningún miembro de la familia... Caso número 2
La vida sigue su curso. La vida sigue en esta casa. A
la hora de comer, al mediodía, hay un poco más de cal-
ma y soledad en la habitación de Marcos. En estos mo- El caso de Juan
mentos es cuando el abuelo se acerca silencioso y le
hace compañía. Los padres deben comer con los otros Joven de 18 años, diagnosticado de sarcoma sino-
hijos, ya que cada uno tiene sus obligaciones... vial en noviembre de 1991. En diciembre del mismo
Pero al atardecer, cuando todos regresan, Marcos se año se le amputa EID a nivel de 1/3 medio tibial.
reaviva. La música suena a gran volumen, se oyen risas y En junio de 1992 se detecta metástasis en el pul-
gritos de juegos, la TV se pone en momentos de más món derecho, y aunque se le administran muchos citos-
tranquilidad y cansancio... Intentan pasárselo bien. táticos, en varios ciclos, se le han de practicar cinco in-
Cuando los padres, en cambio, explican a los hijos tervenciones quirúrgicas durante los seis años de la
que las cosas no van bien... que Marcos no responde al evolución de la enfermedad.
tratamiento... que cada día está un poco peor..., aparece Muere por metástasis pulmonar bilateral en mayo
un gran silencio. Todos callan. Todos saben lo que pue- de 1997.
de pasar. Pero nadie pregunta nada.
La mamá se emociona. Un hijo le dice: “No llores, Antecedentes familiares
mamá..., todo irá bien...”.
El papá, el hombre fuerte de la casa, también llora Familia compuesta por padre, madre y un herma-
a veces, aunque le cuesta más hacerlo... Todos van des- no dos años mayor que el paciente. Todos trabajan ex-
filando a sus habitaciones. El matrimonio se queda so- cepto la madre, que es la que cuida al hijo enfermo. La
lo. Les dejan solos para que se consuelen mutuamente. relación madre-hijo no es muy satisfactoria, y las discu-
siones y las reacciones agresivas son muy frecuentes, a El día 30 se agrava su situación. Estamos siempre
veces con insultos. con él..., y los padres también.
El rechazo hacia su madre es evidente. Los motivos Juan desea hablar... Lo hace con un miembro del
no son claros... El equipo de Paliativos interviene a menu- Servicio de Pastoral... Le dice que tiene miedo a la
do para calmar los ánimos, sobre todo durante las largas muerte. Pregunta si cree que hay vida después de la
hospitalizaciones a las que se ve sometido el paciente. muerte... El profesional no quiere darle ninguna res-
Al final hemos de aceptar que no hay manera de puesta teológica, más bien quiere entrar en sintonía con
cambiar la actitud del hijo hacía su madre. él y con su estado de ánimo. Quiere tranquilizarle ante
Juan es un joven alegre, amable, siempre con mu- la angustia y la inseguridad del paso a la muerte. Llega
chos amigos, y sabe ganarse las simpatías de los profe- un momento en que los dos rezan... Destacan la espe-
sionales sanitarios (es lo contrario de la relación con su ranza en la vida futura y hablan de los que ya han dado
madre). Quiere vivir la vida al límite, consciente de que este paso antes que él.
se le está escapando... Entra en coma. El hermano mayor está trabajando.
Ha visto morir a demasiados compañeros del hos- No sabe cómo va la situación... Les comentamos a sus
pital, conoce la evolución de la enfermedad y nota que padres la necesidad de que esté el hermano mayor, de
se va quedando sin fuerzas. que su presencia es importante, de que tiene el derecho
de estar al lado de Juan y poder despedirse de él.
Evolución de la historia Los padres se oponen, no quieren decirnos la ma-
nera de poder contactar con él y podérselo decir...
Se informa a los padres del aumento de la metásta- Nos cuesta mucho que se convenzan. Al final apa-
sis pulmonar y de la ineficacia de aplicar nuevos trata- rece el hermano mayor. Está muy afectado por no ha-
mientos quirúrgicos y más sesiones de citostáticos. berse enterado de que la cosa estaba tan mal... Se lo di-
Valoramos la psicología de la constelación familiar ce a sus padres. Les dice que le duele que no le hayan
y nos parece conveniente que mantengan una entrevista comentado que su hermano estaba en la fase final de la
con el psiquiatra de la unidad, a fin de que se les pueda enfermedad...
orientar y que reciban ayuda psicológica. Les dejamos solos para que puedan despedirse de
También valoramos la posibilidad de que pueda Juan.
ser él, el psiquiatra, el que le comunique a Juan el pro- Volvemos pronto. Juan muere al poco tiempo...
ceso irreversible de la enfermedad... En la entrevista en Preparamos al difunto para conducirlo a la morgue del
132 la que planteamos esto, la madre reacciona de manera hospital, donde estará junto a su familia hasta que lo
muy violenta... trasladen al cementerio al día siguiente.
Durante el último año, el Servicio de Pastoral ya No vienen al grupo de duelo, no quieren saber
les había hablado a los padres del desarrollo de la enfer- nada más de nosotros.
medad. El padre, desde el inicio, fue consciente de la Más adelante nos enteramos de que van mejoran-
gravedad de la enfermedad de su hijo Juan y de que era do su relación, que había quedado muy distanciada
posible que la muerte apareciera pronto. La madre, en entre ellos.
cambio, lo niega todo. No puede aceptar la realidad. Se
refugia en una religiosidad mágica, está convencida de
que su hijo sanará...
A lo largo de toda la enfermedad, el hermano ma- Bibliografía
yor ha estado alejado de la “realidad”, que le ha sido
ocultada y no le han dicho nunca la gravedad de la en- 1. Gómez Sancho M. Cuidados paliativos, control de síntomas. Las
fermedad de su hermano. Palmas de Gran Canaria. Noviembre de 2003.
2. Quaderns de la bona praxi. Guia d’actuació d’agonia del malalt
A finales de mayo ya es imprescindible la hospita- terminal. Col.legi Oficial de Metges.
lización. El estado del paciente se agrava rápidamente. 3. Cuidados Paliativos. Recomendaciones de la Sociedad Española
Su estado físico ha decaído mucho: tiene fiebre y graves de Cuidados Paliativos (SECPAL).
dificultades respiratorias... 4. Manual de procediments. Divisió d’Infermeria. Hospital Sant
Juan empeora en pocos días. Aún tiene un buen Joan de Deu. Esplugues de Llobregat. 1998.
5. Registro Nacional de Tumores.
estado de ánimo... Dos días antes de morir es capaz
6. Ministerio de Sanidad y Consumo. Cuidados Paliativos. Reco-
de mantener una conversación tranquila sobre su mendaciones de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos
muerte con un miembro del Servicio de Pastoral al (SECPAL). Madrid. 1993.
que considera amigo suyo... Apreciamos una actitud 7. Gómez C. La enfermería en cuidados paliativos. En: López E.
serena. Enfermería en cuidados paliativos. Ed. Panamericana. Madrid.
1998. 31-34.
Dice que se “siente cansado” de luchar para nada,
8. Enfermería. McGraw-Hill Interamericana. Madrid. 1995.
de intentar vivir la vida “a tope” hasta el cansancio..., 9. Martín JM.ª, Trias M. Gascón J. Cuidados Paliativos en Pediatría.
con la clara consciencia de que se “va poco a poco”. En: Cuidados Paliativos en Oncología. Ed. Jims. Barcelona. 1996.
Desea descansar del todo... 263-270.
u Conocer el impacto que la enfermedad terminal pro- Antes de describir la función del trabajador social
voca en el niño y adquirir las habilidades necesarias en una unidad de cuidados paliativos pediátricos, me
para atenuarlo. parece importante introducir dos cuestiones previas:
u Conocer el impacto que la enfermedad terminal pro-
voca en los familiares del niño enfermo y adquirir las • Describir el trabajo social como disciplina y el mo-
habilidades necesarias para atenuarlo. delo teórico, aunque no el único, que es adecuado
aplicar en la atención a la familia que sufre la expe-
u Aprender a hacer un correcto diagnóstico social del riencia de atender a un hijo/a con enfermedad
entorno del niño enfermo y adquirir las habilidades grave y/o terminal.
necesarias para resolver los problemas existentes. • Definir el núcleo de nuestra intervención: el niño/
adolescente enfermo y su familia. Describir el im-
pacto que produce la enfermedad grave en el niño
y acercarnos a entender las vivencias que experi-
menta la familia, —padres y hermanos— ante un
suceso vital tan importante. 133
Introducción
2. Potenciar las propias capacidades del núcleo fami- - La incapacidad individual para resolver ese males-
liar, de su entorno más inmediato, y promover los tar mediante formas usuales de conducta.
recursos de la comunidad necesarios para lograr
dicho objetivo. Así pues, es del todo evidente que estas dos condi-
3. Promover la participación activa en los cuidados ciones descritas se dan sin excepción en todas las situacio-
de la etapa final del paciente por parte de sus pa- nes que atendemos, por lo que el apoyo y la intervención
dres y hermanos, pues ello ayudará en la elabora- de un equipo interdisciplinar se convierten en una necesi-
ción del duelo posterior. dad imprescindible para hacer frente a la situación.
hijos. Esas funciones parentales en la familia tradicional El niño percibe muchas veces señales del entorno
nuclear venían resueltas por la figura del padre y la ma- que le indican la gravedad de su enfermedad, mediante
dre. Con las nuevas estructuras familiares que van apa- gestos, por la preocupación en la cara de sus padres,
reciendo en las últimas décadas, lo importante es que por los silencios, etc.
dichas funciones parentales queden cubiertas con los Puesto que la intensidad del impacto emocional se
miembros de dichas familias, y sobre todo que puedan encuentra condicionada por la presencia explícita o
atenderse las necesidades de los niños. Estas necesida- “implícita” de la “muerte”, es fundamental para el equi-
des son de carácter emocional, social y material. po asistencial conocer el significado de este concepto
Desde el punto de vista emocional, el niño necesi- para el paciente pediátrico, ya que es notablemente dis-
ta, desde su nacimiento, sentirse querido y protegido, y tinto al del adulto.
ello le proporcionará las bases para adquirir seguridad El concepto de muerte, tal y como lo plantea
interna y autoestima. Schonfeld, incluye parámetros de:
Desde el punto de vista social y material, el niño
precisa una estimulación acorde con su etapa de desa- • Irreversibilidad (final irrevocable y permanente).
rrollo, un marco educativo apropiado, unas condicio- • Finitud (cese de las funciones vitales).
nes socioeconómicas suficientes y estables, una aten- • Universalidad (atañe a todas las personas como un
ción de salud adecuada y un marco de relaciones que le fenómeno natural e inevitable) y causalidad (cono-
permita su socialización. cimiento real de la etiología de la muerte).
1. El tipo de enfermedad diagnosticada. Los padres suelen esperar que los hijos sanos asu-
2. La familia a la que atañe. man más responsabilidad de la que pueden. A veces
3. El marco social más amplio donde se desarrolla esa pasan a ser cuidados por otros familiares e incluso a ve-
familia. ces son desplazados de su lugar de residencia habitual.
Nuestra experiencia profesional y el contacto con
En relación con la enfermedad, no cabe duda de chicos/as que han sufrido la pérdida de un hermano
que el impacto que produce no será el mismo si se trata después de un periodo de larga enfermedad nos mues-
de un proceso agudo, que requiera una corta hospitali- tra que sentían impotencia, rabia, añoranza por la vida
zación y que tenga un pronóstico de curación, o un que llevaban antes de la enfermedad, pena por la deca-
proceso de enfermedad crónica que obligue a frecuen- dencia física de su hermano/a, etc. No hablaban de lo
tes ingresos y largas hospitalizaciones, y con un pronós- que sucedía y deseaban ayudar pero no les dejaban.
tico incierto e incluso con amenaza de muerte. Querían encontrar alguna persona con quien poder
En el primer supuesto, el hecho perturbador de compartir su angustia.
una enfermedad va a suponer una experiencia más de la
historia de aquella familia, pero si hablamos del segun-
do supuesto, a veces la enfermedad puede configurar la Relaciones sociales
forma de vida de esa familia.
El segundo factor que señalábamos anteriormente Se produce también con frecuencia un aislamiento
se refiere a la familia en sí misma. del núcleo familiar, dado que muchas veces se inte-
En primer lugar, el diagnóstico sumerge a la fami- rrumpen proyectos que tenían relación con amigos o
lia en una crisis, al producirse un impacto emocional familiares (viajes, salidas, actividades deportivas com-
repentino e inesperado. La enfermedad aparece como partidas, etc.). Asimismo, y según qué tipo de enferme-
una amenaza al equilibrio conseguido por aquella fami- dad, ello conlleva además un estigma que puede produ-
lia. Aparecen una serie de reacciones emocionales —an- cir, según el entorno social que envuelve a la persona,
gustia, miedo, ansiedad, rabia, negación— que forman conductas de distanciamiento. Muchas veces ocurre
parte del proceso de adaptación y que pueden actuar que los amigos no saben cómo ayudar y tienen miedo
como mecanismos de defensa ante este sufrimiento. Es de acercarse a una situación de tanto sufrimiento.
muy común que se produzca una reducción de las ca-
pacidades de procesamiento de la información y, por
136 tanto, de asimilación y comprensión. Entorno laboral
La familia en sí misma —y, por tanto, sus miem-
bros— se ve afectada desde diversas vertientes que se El hecho de que sea un niño o adolescente el que
describen a continuación. ha caído enfermo conlleva implícitamente que sea un
adulto el que le acompañe de continuo, las 24 horas,
durante su ingreso hospitalario, y este adulto se con-
Relaciones intra-familiares vierte en un referente claro para los tratamientos y los
controles posteriores, lo mismo en las consultas exter-
Se ven alteradas las relaciones intra-familiares nas que en el hospital.
tanto en el ámbito de la propia pareja como con el Por ello, no es difícil imaginar el papel clave de estas
resto de los hijos. Con relación a la pareja, las frecuen- personas adultas cuando el enfermo es un niño de tem-
tes y/o largas hospitalizaciones obligan a que el enfer- prana edad, y en este caso son su padre o su madre, pues
mo permanezca siempre acompañado de uno de sus ellos son los referentes únicos para el niño y los que le
progenitores. Ello puede provocar un distanciamiento pueden transmitir mayor seguridad, confianza y afecto.
entre los miembros de la pareja, dado que suele incre- Ello conlleva que se vea alterada la vida laboral del
mentarse la relación madre-hijo, pues ésta suele asu- progenitor que en mayor medida lleve la responsabili-
mir el papel de cuidadora principal y muchas veces dad de cuidarle y acompañarle, y se hace evidente que
exclusiva, quedando debilitada también la relación ello es totalmente incompatible con un horario laboral
padre-hijo. normal. La falta de protección legal y de previsión por
En cuanto a los hermanos, normalmente se les parte de la normativa actual obliga a las familias a bus-
mantiene alejados del tratamiento del paciente, y la car alternativas que pasan algunas veces por permisos
atención de los padres se desplaza hacia el hermano laborales sin sueldo —con las consecuencias corres-
enfermo. Aparecen sentimientos de culpa, por si ellos pondientes en el orden económico—, por el abandono
han provocado la enfermedad; rabia, por sentirse aban- del trabajo o por bajas laborales.
donados o desplazados, e incluso puede producirse
envidia porque el hermano enfermo concentra la aten-
ción de los padres. Pueden mostrarse irritables, celosos, Situación económica
bajar el rendimiento escolar, sufrir enuresis, etc. Todo
ello está provocado por la ruptura de la interacción con La situación económica se ve siempre afectada.
los padres y por la sensación de soledad, al no sentirse Cualquier hospitalización genera unos gastos extraordi-
apoyados en el núcleo familiar. narios para la economía familiar, y a ello se le debe
El impacto que produce la enfermedad, en especial • Existencia de problemas familiares previos a la enfer-
si se trata de pronósticos de evolución incierta, genera medad (pareja inestable, enfermedad de algún pro-
en la familia la imposibilidad de garantizar las funcio- genitor, cuidado de algún otro familiar enfermo).
nes parentales básicas. • Ausencia de recursos personales para conducir el
Para poder acompañar y atender a la familia debe- estrés y las reacciones emocionales descritas ante-
remos conocer: riormente.
• Experiencias negativas previas en otra situación de • Protección: incluye dar orientaciones y consejos,
enfermedad pueden provocar una situación de fijar objetivos y ayudar a estructurar situaciones
agotamiento y de fragilidad emocional para hacer complejas.
frente a nuevos acontecimientos, con el consi- • Aceptación: conseguir que la familia perciba que el
guiente riesgo de claudicación familiar. profesional está con ellos en sus problemas.
• Pronóstico desfavorable. • Validación: consiste en demostrar a la familia una
• Situación económica precaria. cercanía y una actitud adecuadas, con el fin de que
• Ausencia de apoyo familiar y social. se les perciba como personas efectivas y competen-
• Familias desplazadas cuya residencia quede muy tes; supone establecer empatía, dar confianza, es-
alejada del hospital. peranza, elogios y aprobación; reforzar los meca-
• Familias monoparentales. nismos de conducta positivos de la familia.
• Familias inmigrantes.
Entre las necesidades prácticas que el trabajador
social suele detectar, las más recurrentes son:
Objetivos de la intervención
• Ayudas económicas: para cubrir gastos derivados de
Una vez analizados los indicadores enumerados en la hospitalización, desplazamientos, dietas, plazas
el apartado anterior, se describen los objetivos más im- de guardería del hermano del paciente, etc. Para
portantes en la atención a la familia, y que el trabajador ellos contamos con las asociaciones de padres y las
social comparte con el resto del equipo asistencial. fundaciones de niños en tratamiento oncológico.
Nuestro hospital dispone además de un recurso
1. Promover la adaptación emocional individual y de propio, la Obra Social de los Hermanos de San
la familia a la situación. Juan de Dios.
2. Capacitar para el cuidado del enfermo y para el • Ayuda de una tercera persona que cuide del resto de
cuidado de la propia familia. los hermanos en el hogar en ausencia de otros fa-
3. Promover la comunicación entre padres y niño. miliares.
4. Ayudar en la exteriorización de sentimientos. • Facilitar: material sanitario, prótesis, medicacio-
5. Detectar las necesidades en relación a los otros nes, etc.
hermanos. • Gestiones a consulados para intentar reagrupamien-
138 6. Preparar para la pérdida. tos familiares destinados a facilitar la venida de al-
7. Ofrecer a los padres un espacio de acompañamien- gún pariente que pueda ocuparse del cuidado de
to psico-social. los demás miembros de la familia.
8. Intentar prevenir, disminuir y/o paliar los efectos • Ayudas para el pago de entierros.
psico-sociales que se derivan de las hospitaliza-
ciones, de los tratamientos y de la propia enfer-
medad.
9. Anticiparnos a la familia, siempre respetando su Recursos
ritmo, en aquellos hechos que van a suceder, y
que, según se resuelvan, podrán favorecer una • Personales.
buena elaboración del duelo posterior. • Institucionales:
10. Introducir ayudas prácticas y movilizar los recur-
sos de la comunidad que sean precisos en cada - Servicios Sociales de Atención Primaria.
momento (ayudas económicas, material sanitario, - Áreas Básicas de Salud.
etc.). - Prestaciones oficiales de Seguridad Social y Bien-
11. Valorar las condiciones del domicilio del paciente estar Social.
y comprobar si reúne los requisitos mínimos para - Asociaciones y fundaciones.
poder atender al paciente en su propio hogar. - Obra Social de los Hermanos de San Juan de
Dios.
Para el logro de estos objetivos, el trabajador social
utiliza la entrevista como una técnica para atender a la El trabajador social, junto con el equipo, deberá fijar-
familia. El asesoramiento y el apoyo son los tratamien- se unos objetivos realistas y adaptados a cada situación.
tos aconsejados en situaciones de crisis como la que nos Es distinto, por ejemplo, si nos encontramos ante
ocupa. una madre sola, con hijos, con escaso apoyo de su red
M.ª José Escartín, en su Manual de Trabajo Social, familiar y de los amigos, que ante una familia nuclear
desarrolla el modelo de práctica social que nosotros con un entorno familiar cercano. No es lo mismo si se
aplicamos. trata de una familia inmigrante que todavía tiene poco
Por su parte, Judith Nelson define el apoyo como arraigo en nuestro país, y con una estabilidad laboral
“el intento para ayudar a los clientes a que se sientan precaria que no le permite acompañar a su hijo todo lo
mejor, más fuertes o más confortables de inmediato”. que quisiera, que si nos hallamos ante una familia au-
Define también distintas clases de apoyo: tóctona con derecho a una baja laboral.
También es importante valorar la capacidad de caso de no querer volver al hospital, se les facilita, si
pedir ayuda por parte de la familia y qué experiencias ellos quieren, la asistencia a otros grupos de duelo que
de crisis previas han tenido y cómo las han resuelto, funcionan desvinculados del hospital, y se les ofrece
dado que sabemos que puede suponer un momento de consulta individual para los hermanos, si éstos lo preci-
crecimiento y madurez para todo el grupo familiar. san y lo desean.
Mi trabajo desde la unidad se centra fundamental- Como conclusión, debemos insistir en la idea de
mente en los padres, y, por tanto, de forma indirecta en que son las familias las que nos enseñan y muestran
el niño y adolescente. Es importante ofrecer un espacio sus experiencias, que luego podemos incorporar en
a los padres donde puedan exteriorizar sus sentimien- intervenciones posteriores. Las familias sienten que si
tos, y que los identifiquen, sabiendo que éstos no son han logrado formar parte activa en el cuidado de su
buenos ni malos, sino lo que sienten en aquel momen- hijo hasta el final y han podido despedirse de él a su
to. Es importante, asimismo, reforzar a los padres en su manera, ello les sirve de consuelo y bienestar en el
papel para que puedan facilitar la comunicación con el duelo. Saben que el vacío posterior nadie lo va evitar,
niño, de modo que, si éste lo desea, pueda preguntarles y por ello la unidad les ofrecerá continuar con el apo-
lo que quiera y ellos estén preparados para responder, yo y la compañía durante el tiempo que cada familia
o, en otros casos, para poder simplemente escuchar las necesite.
preguntas o las afirmaciones de su hijo. Sabemos que
los niños, hasta la etapa de adolescencia, viven a través
de la seguridad que les transmiten sus padres; si éstos
logran estar serenos y tranquilos, mostrarán a su hijo u u Caso práctico u u
- Le gustaría encontrar un trabajo aquí para mejorar Finalmente, se obtiene otra contribución económi-
su situación económica. ca para ayudar en la financiación de parte del gasto de
- La madre apenas sale del hospital porque tiene la repatriación del cuerpo, para que la niña pueda ser
un gran apego a su hija, y no permite ni siquiera enterrada en su país. Se les facilita también el imán que
la entrada de algún voluntario que le daría un les permita realizar los ritos religiosos propios de su re-
respiro y podría moverse un poco por el recinto ligión (lavado del cuerpo, etc.).
hospitalario. La niña fallece en la habitación, acompañada de
sus padres y hermanos, y durante la semana posterior a
Esta serie de peticiones de la familia se formula a su muerte los padres acuden un par de veces más al
través de las entrevistas de seguimiento con el trabaja- hospital, mientras esperan la repatriación del cuerpo.
dor social en los 3 meses siguientes, aproximadamente. Ello permite al equipo de cuidados paliativos despedir-
Síntesis de las actuaciones realizadas: se de ellos y trabajar algunos aspectos en relación con la
elaboración del duelo posterior, dado que el contacto
1. Se conecta con los servicios sociales municipales con la familia va a ser inviable más adelante, una vez
de la ciudad donde vive el padre con sus tres hijos que vuelvan a su país.
y se consigue la escolarización de éstos, y para evi- Durante las entrevistas con los padres, siempre
tar los conflictos con la familia de acogida, que se contamos con la colaboración de la mediadora intercul-
centraban fundamentalmente en el periodo del tural con la que cuenta el hospital.
mediodía, se procura que los niños acudan al co-
medor escolar.
2. Se les remite a los servicios jurídicos de Cáritas
para que planteen su situación y éstos les orientan Bibliografía
sobre la documentación necesaria que deben pre-
sentar para poder pedir la ampliación del visado 1. Escartín Caparrós M.ª J. Manual de Trabajo Social (Modelos de
práctica profesional). Alicante: Aguaclara, 1992; p. 9.
por motivos humanitarios. Presentan la solicitud 2. Golan N. Treatment in Crisis Situation. Free Press, Nueva York,
en el Gobierno Civil, en espera de respuesta. 1978, p. 8.
3. Se elabora un informe social para las fundaciones 3. Schonfeld D. Crisis intervention for bereavement support: a mo-
que colaboran en la oncología infantil, con el fin del of intervention in the children’s school. Clinical Pediatrics
de que les aporten una ayuda económica para los 1989; 28-29.
4. Nelson J. Support a Necessary Condition for Change, Social
gastos derivados de los desplazamientos del padre Work 25, September 1980. 141
y el resto de hijos al hospital los fines de semana. 5. Ackerman N. Diagnóstico y tratamiento de las relaciones familia-
4. Se potencia la relación de la madre con el resto de res. Psicodinamismos de la vida familiar. 9.ª ed. Buenos Aires:
la familia, porque los niveles de cansancio van en Paidós, 1988.
aumento. 6. Babarro A, et al. La atención a pacientes inmigrantes en cuidados
paliativos: un problema emergente. Medicina paliativa. Vol. 9 n.º
5. Se les facilita el alojamiento en un piso cedido por
4. Arán Ediciones. Madrid 2002.
una fundación cercana al hospital para que el pa- 7. Bowlby J. El vínculo afectivo. Buenos Aires: Paidós 1988.
dre y los tres hijos pernocten durante el fin de se- 8. De Robertis C. Metodología de la intervención en trabajo social.
mana. El Ateneo, S.L. 1992.
6. A la madre se le cubren las dietas, desde la Obra 9. Du Ranquet M. Los modelos en trabajo social: intervención con
personas y familias. Cap. La intervención en situaciones de crisis.
Social del hospital, para que pueda comer en dicho
Siglo 21 España editores S.A. Madrid 1996.
hospital. 10. Escartín Caparrós, M.ª J. Manual de Trabajo Social. Ed. Aguacla-
7. Se van realizando entrevistas de apoyo emocional a ra, Alicante, 1992.
la madre, dado que es quien más permanece en el 11. Hamilton G. Teoría y práctica del trabajo social de casos. 2.ª ed.
hospital. México: Prensa Mexicana, 1987.
12. David H. La teoría del vínculo afectivo para la práctica del trabajo
social. Ediciones Paidos Ibérica S.A. Barcelona 1997.
En el último mes de vida de la niña, y debido al 13. Meltzer D, Harris M. El papel educativo de la familia. Barcelona:
empeoramiento de ésta, se plantea a la familia la posibi- Sepas, 1989.
lidad de volver a su país, pero, a causa de su deterioro 14. Novellas A. Trabajo social en cuidados paliativos. Madrid: Arán
físico, esa vuelta se hace finalmente inviable. Se facilita 2000.
15. Rossell T. La entrevista en trabajo social. Colección EUGE Bi-
al padre y al resto de hermanos, ante la situación termi-
blària, SCCL Barcelona 1998.
nal de la enferma, que se alojen en el piso de la funda- 16. Torralba F. Antropología del cuidar. Institut Borja de Bioètica.
ción para que puedan estar cerca de la niña. Sus herma- 1998. Fundación Mapfre Medicina 1998.
nos acuden y pueden despedirse de ella. 17. Torres de Bea E. Entrevista y diagnóstico. Paidós, 1991.
Dios, entonces, hablamos de dimensión religiosa. Mu- nado hacia esa transformación interior. Lo interior, lo
chos elementos pertenecen, pues, a la dimensión espiri- que subyace detrás de lo aparente, es el mundo de los
tual, irrenunciable para toda persona, pero no todos los valores, del sentido. En situaciones de salud y de estabi-
individuos dan el paso de la fe: la relación con Dios, la lidad emocional, el mundo de los valores es diferente al
profesión de un credo, la adhesión a un grupo que que fluye en los momentos de zozobra y miedo, pro-
comparte y concelebra el misterio de lo que cree. pios del enfermar y de la amenaza del morir o perder a
un ser querido.
Aclarada la diferencia entre dimensión espiritual y
Qué es la dimensión espiritual dimensión religiosa, nos proponemos adentrarnos en el
mundo de las necesidades espirituales.
Angelo Brusco3 dice que “espiritualidad es el con- A este respecto, no es infrecuente encontrar difi-
junto de aspiraciones, convicciones, valores y creencias cultad para nombrarlas, cayendo, con una cierta fre-
capaces de organizar en un proyecto unitario la vida del cuencia, en las puras necesidades que otros calificarían
hombre, causando determinados comportamientos. De de psicológicas. Salvadas las necesidades específica-
esta plataforma de interrogantes existenciales, princi- mente religiosas, relacionadas con la celebración de la
pios y valores parten caminos que llevan a elevadas fe, numerosas necesidades pueden ser descritas por la
metas del espíritu. Es el caso de la espiritualidad religio- psicología y por la reflexión sobre la espiritualidad.
sa, que radica tales principios y valores en la relación Ahora bien, la identificación de algunas de ellas como
con un ser trascendente. En la religión cristiana, por específicamente espirituales nos refleja un modo de
ejemplo, este ser trascendente es el Dios que por medio considerar al hombre y un punto de partida desde el
de Jesucristo nos ha sido revelado, un Dios con el cual que queremos comprender a la persona: una visión
establece el creyente una relación de amor del cual saca holística.
la fuerza para realizar su proyecto de vida en el ámbito La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice
de todas las dimensiones del ser”. que “lo espiritual se refiere a aquellos aspectos de la
Si bien contamos con “ministros” religiosos para vida humana que tienen que ver con experiencias que
atender la dimensión espiritual y religiosa de los que se trascienden los fenómenos sensoriales”. No es lo mismo
adhieren a un grupo determinado, la dimensión estric- que “religioso”, aunque para muchas personas la di-
tamente espiritual no es tarea exclusiva de los así lla- mensión espiritual de sus vidas incluye un componen-
mados “agentes de pastoral” (sacerdotes, pastores, ca- te religioso. El aspecto espiritual de la vida humana
144 pellanes, religiosos, seglares), sino que es tarea de todo puede ser visto como un componente integrado junto
profesional sanitario estar atento a la dimensión espiri- con los componentes físicos, psicológicos y sociales. A
tual de los pacientes, de modo especial en la última fa- menudo se percibe como vinculado con el significado y
se de la vida, cuando esta dimensión cobra una espe- el propósito6.
cial relevancia. “Pertenezcamos o no a una religión, la preparación
Efectivamente4, “lentamente se está introduciendo para acompañar a las personas que finalizan su vida
en el contexto cultural norteamericano lo que ya se ha debiera tomar en consideración la dimensión espiritual
denominado el paradigma de lo espiritual. La cuestión del ser humano. No sólo no debiéramos avergonzarnos,
del espíritu está adquiriendo un peso específico en la sino que deberíamos saber que hay ahí una eficacia de
reflexión en torno al cuidar, pues se ha puesto de relie- otro orden, la eficacia del corazón”, han afirmado De
ve que el ejercicio de cuidar no puede referirse exclusi- Hennezel y Leloup7.
vamente a la exterioridad del ser humano, sino que re- Barbero8 afirma que el concepto de necesidad es
quiere también una atención a su realidad espiritual, es ambiguo. En principio, necesidad se refiere clásicamen-
decir, a lo invisible del ser humano. Inclusive en una te a un objeto cuya falta puede ser llenada por el objeto
cultura de carácter pragmático y utilitarista como la mismo. Pero ya Maslow nos invita a tomar conciencia
norteamericana, la cuestión del espíritu está adquirien- de la diversidad de necesidades, que —con todos sus
do una cierta trascendencia, lo que parece socavar sus límites— él clasifica de manera jerárquica: fisiológicas,
fundamentos antropológicos tradicionales”. de seguridad, de amor y pertenencia, de estima y reco-
Leonardo Boff5, para hacer un recorrido sobre la nocimiento y de autorrealización.
espiritualidad, comienza por considerar el pensamiento La ausencia de satisfacción de necesidades físicas
del Dalai Lama al respecto, quien entiende por espiri- suele entrañar sufrimiento, y normalmente su satisfac-
tualidad “aquello que produce en nuestro interior una ción viene dada por objetos. Sin embargo, las necesida-
transformación”. El teólogo diferencia unas transforma- des psicológicas hacen referencia a relaciones interper-
ciones superficiales, que no modifican nuestra estructu- sonales, y la satisfacción viene más por la vía de la rela-
ra fundamental, de unas transformaciones que son inte- ción. También hablamos de necesidades espirituales, y
riores, que son transformaciones alquímicas, capaces de su falta de satisfacción entraña sufrimiento igualmente.
dar un nuevo sentido a la vida o de abrir nuevos cam- Algunos autores nos pueden ayudar a dar defini-
pos de experiencia y de profundidad rumbo al propio ción o concreción a éstas, aunque se han desarrollado
corazón y al misterio de todas las cosas. más en el ámbito de los enfermos terminales, por la
Desde esta perspectiva, el acompañamiento espiri- importancia que éstos le dan a la dimensión espiritual.
tual al niño enfermo grave y a su familia debe ir encami- C. Jomain9 define las necesidades así: “Necesidades de
las personas, creyentes o no, a la búsqueda de un creci- 1. Valores biológicos: como el alimento y la salud,
miento del espíritu, de una verdad esencial, de una es- que están relacionados con la dimensión material
peranza, del sentido de la vida y de la muerte, o que o biológica del hombre.
están todavía deseando transmitir un mensaje en su 2. Valores intelectuales: el mundo de las ideas, del
vida”. conocimiento, el arte, la creatividad, el razona-
Cecily Saunders10 se refiere a lo espiritual como el miento, etc., que originan el mundo cultural. El
campo del pensamiento que concierne a los valores niño accede a estos valores por medio de los pa-
morales a lo largo de toda la vida, donde se dan cita re- dres y de la escuela.
cuerdos de defecciones y cargas de culpabilidad, ape- 3. Valores ecológicos: el cuidado, el respeto y el apre-
tencia de poner en primer lugar lo prioritario, de alcan- cio del medio en el que se desarrolla el niño cons-
zar lo que se considera como verdadero y valioso, ren- tituyen un valor que puede ir adquiriéndose desde
cor por lo injusto, sentimiento de vacío, etc. los primeros años de la vida.
Así también, hay quien habla de espiritualidad en 4. Valores morales: el respeto, la tolerancia, la solida-
términos operativos: la capacidad de trascender las rea- ridad, la verdad, que son necesarios para satisfacer
lidades de funcionamiento de uno (física, sensorial, ra- las necesidades de relación del ser humano y cons-
cional y filosófica), a fin de amar y ser amado dentro de tituyen la base de las relaciones afectivas con el
la propia comunidad, para dar significado a la existen- mundo y con los demás.
cia y manejarse con las exigencias de la vida11. 5. Valores espirituales: son los valores en los que con-
Citemos finalmente a Speck12, que describe la es- fluyen los anteriores y que transforman el sentido
piritualidad desde tres dimensiones: la capacidad de de la vida.
trascender lo material, la dimensión que tiene que ver 6. Valores religiosos: son propios de los creyentes, y
con los fines y valores últimos y el significado existen- su presencia o no en la educación, a estas edades,
cial que cualquier ser humano busca. corresponde a los padres.
Cada vez se es más consciente de la importancia de
la detección de las necesidades espirituales13. Se va
abriendo camino, justamente promovido por la filosofía
de los cuidados paliativos, un estilo relacional en salud
que se define como holístico, centrado en la persona, VALORES ESPIRITUALES
integral, donde se contemplan las necesidades que tie-
nen que ver con la dimensión física, la intelectual, la 145
emotiva, la social o relacional y la espiritual. VALORES
RELIGIOSOS
Si bien en muchos hospitales públicos y privados
se reconoce la figura encargada de los servicios religio-
sos, es competencia de todos los profesionales de la sa- VALORES
VALORES
lud la detección y la atención a las necesidades espiri- INTELECTUALES MORALES
tuales. Dice Gómez Sancho14: “Entender el asunto de
que las necesidades espirituales y religiosas no son si-
nónimas, tiene una gran importancia práctica. No es
asunto exclusivo del sacerdote o pastor intentar hacer
frente a este tipo de necesidades. Todos los componen-
tes del equipo pueden y deben, en uno u otro momen-
to, ayudar al enfermo en unos aspectos de su recorrido,
tan importantes como intangibles”. VALORES VALORES
No obstante, poco avanzada parece estar la cons- BIOLÓGICOS ECOLÓGICOS
trucción de herramientas para detectar las necesidades
espirituales. Parece que nos movemos en un terreno
aún poco explorado. Figura 1. Los distintos valores y su interrelación.
Los valores en las diferentes Hemos de decir que no hay un desarrollo armóni-
etapas evolutivas co del niño si no hay un desarrollo de valores. Los valo-
res se van ordenando y priorizando en nuestra mente;
Los valores tienen una estrecha relación con las de ahí el nombre de escala de valores. Los valores adqui-
necesidades. Lo que necesitamos lo deseamos, y se ridos se convierten en pautas de conducta, dando senti-
constituye así en un valor. Desde este planteamiento, do a las acciones. Éstos se forman y ordenan según el
para determinar las necesidades espirituales de los ni- momento evolutivo y madurativo de la persona. Por
ños hemos de partir de las necesidades de la persona. Si ello, hay valores que no podemos encontrar en algunos
consideramos la famosa pirámide de Maslow (con to- niños por su propio momento evolutivo. En cada etapa
dos sus límites), podemos inducir desde las necesida- evolutiva predominan unos determinados valores, los
des diferentes tipos de valores (Figura 1): cuales ayudan a interpretar la realidad.
Obviamente, no es lo mismo captar un valor que 13. Perdón: acción de perdonar. Remisión de la pena
asimilarlo e interiorizarlo. Para que esto se produzca, se merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda
requiere tiempo y un proceso de experiencias significa- u obligación pendiente. El niño aprenderá a darse,
tivas. Acompañar espiritualmente al niño enfermo gra- a él mismo y a los otros, nuevas oportunidades.
ve y a su familia significará descubrir los valores que les 14. Generosidad: inclinación o propensión del ánimo a
habitan y, desde ahí, caminar con ellos. anteponer el decoro a la utilidad y al interés. El
Para hacernos una idea más fiel del abanico de va- niño aprenderá a compartir lo que tiene sin espe-
lores que conforman la dimensión espiritual y favore- rar nada a cambio.
cen el desarrollo armónico de la personalidad del niño, 15. Lealtad: cumplimiento de lo que exigen las leyes
podemos enunciar los siguientes valores, describiéndo- de la fidelidad y las del honor y hombría de bien.
los tal y como lo hace el Diccionario de la Real Acade- El niño aprenderá a ser fiel y defender lo que cree
mia de la Lengua Española. y ama.
16. Sinceridad: sencillez, veracidad, modo de expresar-
1. Amor: sentimiento intenso del ser humano que, se libre de fingimiento. El niño aprenderá a ser fiel
partiendo de su propia insuficiencia, necesita y a la confianza.
busca el encuentro y unión con otro ser. El niño 17. Humildad: virtud que consiste en el conocimiento
aprenderá a hacer feliz al otro. de las propias limitaciones y debilidades y en obrar
2. Alegría: sentimiento grato y vivo que suele mani- de acuerdo con este conocimiento. El niño apren-
festarse con signos exteriores. El niño aprenderá a derá a considerarse en su justa medida y a valorar
vivenciar un sentimiento interior de bienestar y a los demás.
gozo. 18. Solicitud: diligencia o instancia cuidadosa. El niño
3. Gratitud: sentimiento que nos obliga a estimar el aprenderá a ser servicial.
beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido 19. Creatividad: facultad de crear. Capacidad de crea-
hacer, y a corresponder a él de alguna manera. El ción. El niño aprenderá a usar su imaginación, ra-
niño aprenderá a dar las gracias. zonamiento y capacidad para expresar sus ideas.
4. Confianza: esperanza firme que se tiene de alguien 20. Justicia: una de las cuatro virtudes cardinales, que
o algo. Seguridad que alguien tiene en sí mismo. El inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o
niño aprenderá a tener seguridad en sí mismo y en pertenece. El niño aprenderá a defender sus dere-
los demás. chos y los de los demás.
146 5. Autoestima: valoración generalmente positiva de sí
mismo. El niño aprenderá a valorarse de manera De 2 a 4 años, el niño aprende por imitación, y el
ajustada. valor más significativo es la confianza en los padres, es-
6. Respeto: veneración o acatamiento que se hace a perando la consecución de lo que quiere. De 4 a 6 años,
alguien. El niño aceptará la autoridad en todas sus el niño aprende a discriminar e identificar a la autori-
manifestaciones. dad; en ese momento se va configurando el sentido del
7. Obediencia: cumplir la voluntad de quien manda. bien y del mal y es el momento óptimo para favorecer el
El niño aprenderá a asumir lo que otros dicen por valor de compartir (aunque le cuesta mucho) y respetar
la comprensión y bondad de sus objetivos. las normas. De 6 a 10 años aprende a hacer uso de la
8. Responsabilidad: capacidad existente en todo sujeto reflexión e interrelación de conceptos y un compartir en
activo de derecho para reconocer y aceptar las con- plenitud, ya que siente satisfacción al participar, colabo-
secuencias de un hecho realizado libremente. El rar, cooperar, repartir, etc. De 11 a 14 años, el niño
niño aprenderá a hacer las cosas lo mejor que pue- aprende que hay derechos y deberes, tanto para él como
da, considerando su importancia y asumiendo los para los demás, tiene interés por conceptos abstractos
compromisos que conlleva la tarea. como libertad, justicia, solidaridad; por ello, los valores
9. Espíritu de superación: vencer obstáculos o dificul- que se adquieren son la coherencia con los demás, el
tades. El niño aprenderá a poner lo mejor de sí desarrollo del comportamiento social y una postura crí-
mismo, sabiendo que con sus intentos conseguirá tica ante los acontecimientos. De 14 a 18 años, el adoles-
o mejorará lo que se ha propuesto. cente entra en el mundo pleno de la abstracción a través
10. Paciencia: capacidad de padecer o soportar algo sin del análisis, síntesis, inferencias, extrapolaciones, etc. Es
alterarse. El niño aprenderá a tener autodominio el momento para desarrollar los valores superiores como
cuando las cosas no son como desea. la solidaridad, la lealtad y el altruismo.
11. Sensibilidad: propensión natural del hombre a de-
jarse llevar de los afectos de compasión, humani-
dad y ternura. El niño aprenderá a tener sentimien- Necesidades y valores en las
tos de ternura y compasión por otras personas. diferentes etapas evolutivas
12. Tolerancia: respeto a las ideas, creencias o prácticas
de los demás cuando son diferentes o contrarias a En el año 2000 tuvo lugar en París el Taller Inter-
las propias. El niño aprenderá a aceptar lo personal nacional de Integración de Valores en los Programas y
o lo ajeno cuando se presentan de forma diferente Servicios de la Primera Infancia, organizado conjunta-
a como desea. mente por la UNESCO y Living Values.
En dicho taller se trabajaron las necesidades irreduc- tos, y el retraso es generalizado en todas las áreas de
tibles de los niños pequeños y, fruto de esa actividad con- dicho desarrollo; y, de la misma forma, hay niños
junta, los doctores T. Berry Brazelton y Stanley Greens- cuya edad mental no se corresponde con su edad
pan escribieron el libro Las necesidades básicas de la in- cronológica, tanto por exceso (niños de altas capa-
fancia: lo que cada niño o niña precisa para vivir, crecer y cidades) como por defecto (niños con retraso men-
aprender. En él mantienen siete necesidades indispensa- tal). Seguimos, pues, advirtiendo la diversidad por
bles para el desarrollo de los niños pequeños. Éstas son múltiples causas, y por ello hemos de ser muy
(Figura 2)15: conscientes del nivel de desarrollo para comunicar-
nos con un niño concreto que, en nuestro caso, está
enfrentándose a una situación grave o terminal.
5. Fijar límites, estructuras y expectativas. Los niños
necesitan límites, estructuras y disciplina. Necesi-
tan desde pequeños saber a qué atenerse, hasta
PROTECCIÓN DEL FUTURO
COMUNIDAD ESTABLE Y DE APOYO
dónde pueden llegar. Necesitan una disciplina
LÍMITES, ESTRUCTURA
comprensiva y comprensible para ellos. Aunque se
rebelan ante la norma, ésta les da seguridad y por
eso la necesitan.
ADECUACIÓN 6. Comunidades y cultura estables y de apoyo. Para que
INDIVIDUA
PROTECCIÓN
le a manejarlos e integrarlos. Puede manifestar rebeldía, los cuales, por su afán de protección, pueden tratar al
propia de la adolescencia, pero todo está en torno a los hijo enfermo como si fuese un niño. El que acompaña
demás. No siente la necesidad del adolescente de estar al adolescente enfermo debe percibir este riesgo y ayu-
solo. Necesita compañía. Aunque se va configurando su dar a los padres a no infantilizar la relación.
sentido crítico, el niño es leal a su familia. En muchas Otro factor importantísimo en el acompañamiento
ocasiones necesita apoyo para decir la verdad. es saber que los padres ya no son para el adolescente el
La conducta colectiva tiene mucha fuerza en él. eje de su universo, y pueden hasta ser rechazados por
Por ello, el aislamiento del internamiento es un dolor él. Este rechazo del hijo enfermo puede generar senti-
añadido en los niños de esta edad, aunque estén rodea- mientos de culpa, rabia y deseo de huida en los padres.
dos de sus familiares. Es una etapa extraordinaria para La etapa adolescente es un proceso de transforma-
fomentar deseos de saber. ción que se inicia con la pubertad y se va activando con
Las ideas abstractas han de ir acompañadas de cambios endocrinos y morfológicos, psíquicos, intelec-
imágenes o acciones. Esto es importante porque hay tuales, emocionales, relacionales y espirituales. Es decir,
que hablarles con un lenguaje correcto; si es posible, cambian todas las dimensiones de la persona y, en con-
deben utilizarse imágenes y comparaciones claras, y secuencia, se modifican las necesidades en todos los
mostrar con ejemplos lo que se le quiere decir. ámbitos de la misma.
No podemos olvidar que, a estas edades, los niños El adolescente cuestiona todo, ya que sus capaci-
ya son capaces de descifrar el lenguaje no verbal y los dades intelectuales están en su mejor momento de de-
mensajes emocionales, pudiendo llegar a sufrir mucho sarrollo. En condiciones normales, sus emociones le
por los sentimientos que muestran sus seres queridos o pueden llevar a la pérdida de control, utilizando la vio-
por emociones que ellos se imaginan por una mala in- lencia verbal o física cuando se siente invadido. Estas
terpretación de los mismos. Ver a sus padres discutir, o reacciones se pueden agudizar en los adolescentes con
tristes, nerviosos, etc., les produce un efecto negativo enfermedades terminales. El apoyo emocional y la asis-
inmediato. tencia espiritual, en estos casos, comienzan por la com-
En este periodo se concentran sueños e ilusiones prensión de su estado emocional, por hacer de canaliza-
fantásticas. El niño/a quiere ser un gran futbolista, el dor de expresión de su propia rabia. Necesitan que se
campeón del mundo de moto o la artista más famosa les considere y se les entienda.
del momento. Aunque aparentemente quiere separarse Las características psicológicas fundamentales de
de los adultos, se puede sentir muy mal si se queda solo esta etapa son la alteración de sus sentimientos vitales,
en casa y puede mirar debajo de la cama antes de dor- los cambios físicos significativos, la proyección del yo 149
mir a causa de sus miedos. Este aspecto también con- hacia el futuro y el impulso a la autoafirmación y a la
viene explorarlo, ya que los miedos le pueden generar adquisición de una personalidad. Estos cambios son
mucho sufrimiento; sin embargo, no tiene miedo al determinantes y deben ser los ejes sobre los que gire la
riesgo, ya que le cuesta ver el peligro. Puede sentir celos asistencia espiritual del adolescente, pues sus senti-
de sus hermanos más pequeños, al tiempo que los idea- mientos cambian, su cuerpo cambia, la proyección de
liza. La presencia de sus hermanos en el hospital es un su futuro se ve rota por la enfermedad y su personali-
factor importantísimo para el niño enfermo. dad se tiñe con la oscuridad de la enfermedad. La pre-
Sus mayores preocupaciones pueden ser los estu- ocupación por el aspecto físico se detiene ante la evi-
dios, sus amigos, las notas y el sentirse valorado. Si esto dencia de la propia enfermedad y un posible deterioro.
no sucede, mostrará la imagen de que no le gusta el Esto puede producir un dolor muy intenso.
colegio ni le interesa nada de lo que pasa en él.
Conocer el universo del niño, sus motivaciones y
sus necesidades no satisfechas, es la mejor manera de Acompañamiento espiritual al
acercarse al niño que sufre y comenzar un acompaña- niño
miento espiritual.
En la adolescencia, esa etapa puente entre la in- El niño, fácilmente, puede ser un desconocido pa-
fancia y la edad adulta, el adolescente entra en un mo- ra los adultos. Pensamos que el niño no se da cuenta de
mento de grandes cambios que en muchas ocasiones le las cosas que le pasan…, pero el niño, desde su interio-
provocan una crisis y un auténtico duelo. Sabe que ridad, elabora una realidad que no comprende y por
está muriendo al niño, al universo protector infantil, ello la interpreta desde su perspectiva infantil y desde
para entrar en el universo del adulto, que él descono- su propia capacidad.
ce, por lo que adolece (de ahí la palabra “adolescen- El doctor José M.ª Martín Rodrigo16 dice: “También
cia”). Sabe que adolece de estrategias y recursos para ignoramos cuáles son sus sentimientos sobre su enfer-
enfrentarse a este mundo que le asusta, aunque haga medad, sufrimiento y muerte, que cambian con la edad,
ver que quiere entrar en él. Duelo también para los formación y experiencia. Para todos es difícil hablar con
padres, ya que con la adolescencia se abre una brecha un niño de molestias, de pronóstico adverso, de muer-
que conduce al despegue. te, y, además, los padres suelen negarse sistemáticamen-
En la relación de ayuda con el adolescente enfermo te a dar a sus hijos malas noticias. Pero es imprescindi-
hay que tener mucho cuidado, porque se pueden dar ble hablar con los niños (con el permiso de los padres)
regresiones tanto en el adolescente como en los padres, para responder a sus dudas, para justificar lo que les
ocurre, negociar estrategias a seguir o exponer la tera- Satisfacer las necesidades espirituales implica un
péutica más conveniente; marcar metas; no mentir o acompañamiento desde el yo profundo y para ello es
decir sólo verdades; permitir esperanzas; escuchar; necesario ser consciente de lo que sentimos, de lo que
acompañar. Confortar a la familia sin pretender susti- pensamos, de lo que expresamos verbal y no verbalmen-
tuirla ni relegarla; ayudar a los padres y atender tam- te. Es necesario, en definitiva, tener la capacidad de
bién a los hermanos, que suelen estar un poco abando- captarse a sí mismo en profundidad. Sólo desde un nivel
nados por la absoluta dedicación al enfermo, por lo que hondo y profundo podemos satisfacer las necesidades
se les debe ofrecer un poco de protagonismo”. espirituales del niño. Sólo una relación madura puede
El adulto, con frecuencia, ignora que el niño hace acompañar espiritualmente a un niño en fase terminal.
uso de muchos más recursos que él, ya que la mentali- Haciendo un esfuerzo por nombrar las necesidades
dad y la racionalidad del adulto el niño las sustituye por espirituales del niño enfermo grave, podríamos indicar
fantasías, miedos, angustias, sentimientos de culpa, cuanto sigue.
huidas, modificación de su carácter, conductas inopor- El niño tiene que tener la oportunidad de ser y es-
tunas y cambios radicales, con el agravante de que la tar en profundidad. El dolor puede ser intenso y le
duda y la falta de información le generan una crisis, y puede impedir vivir el momento de presencia con el ser
esa crisis puede derivar en otra y en otra, sin saber hasta querido. El niño vive la presencia con intensidad, vive
dónde puede llegar. conscientemente todo lo que hace, sufre, piensa o goza.
Acompañar a un niño que sufre es avivar en él las Pensemos que un niño es capaz de pasar del llanto más
dimensiones que el mismo niño, por el hecho de serlo, profundo y sentido a la risa más contagiosa; puede pa-
desconoce. El niño no sabe de necesidades espirituales, sar de la pena más intensa al gozo más incomprensible,
pero están latentes en él. Acompañarle para que pueda y esto no es ni más ni menos que por su capacidad de
saltar por encima de sus propios miedos entrando en un vivir el momento, cosa que en el mundo adulto es mu-
camino de autenticidad, que le ayude a vivir en plenitud cho más difícil.
los momentos más profundos de su ser, es darle la opor- El niño puede vivir el momento del encuentro con
tunidad de satisfacer sus necesidades escondidas. sus padres, el momento de estar con sus hermanos, con
Acompañar al niño y a la familia para vivir el mo- exclusividad. El padre y la madre no dejan ni un mo-
mento con serenidad y paz, descubriendo una relación mento de pensar en la gravedad de su hijo. Enseñar a
más profunda con Dios —para los creyentes— y con los padres a que aprendan de sus hijos es darles la opor-
los demás, como impulso para transformar el dolor y la tunidad de aprender a vivir el momento desde la tras-
150 desesperación en aceptación, como fuente de paz y de cendencia más penetrante e intensa. Hay un tiempo
armonía, es acompañarle por el camino de la transfor- para cada cosa y la ansiedad es uno de los mayores im-
mación interior. pedimentos para vivir el momento en profundidad.
La mayor aspiración del ser humano tendría que ser Ayudar a vivir el momento es iniciar un camino
la toma de conciencia de la realidad que vive en cada que llena de plenitud, porque es estar todo yo con el
momento. Esa conciencia es algo lejana para el adulto y, niño que sufre, sin ausencias, con los cinco sentidos,
sin embargo, es mucho más cercana para el niño. El saboreando el instante en que se está juntos.
adulto inmerso en su agenda, en sus múltiples activida- Es importante ayudar a descubrir la riqueza de la
des, es capaz de atender el teléfono, hacer un cálculo, oír afectividad para dar seguridad. Es decir, ayudar a libe-
una música, observar al compañero de despacho y plani- rar los sentimientos, las emociones, los estados de áni-
ficar su agenda. El niño, en cambio, vive con intensidad mo negativos.
una sola cosa. En este sentido, el niño es mucho más La necesidad de vivir y sobrevivir es muy intensa
consciente de la realidad de su momento que el adulto, en los niños, y sobre todo la de vivir felices. Para ellos,
ya que éste tiene múltiples elementos de distracción. vivir felices es vivir queridos. Aun en los momentos
La atención espiritual del niño en cuidados paliati- más difíciles, el niño siente la felicidad a través del
vos ha de dar respuesta a las capacidades del propio mundo afectivo. Todo lo que recibe el niño en esos mo-
niño y ha de adaptarse a la propia evolución madurati- mentos de mayor vulnerabilidad repercute vitalmente
va del mismo, para ayudarle a vivir con intensidad su en su yo interno, pudiendo experimentar ilusión, gozo
momento personal. Vivir de manera más profunda im- y alegría. En el adulto hay un bloqueo, ya que el dolor
plica tomar conciencia del momento desde lo más pro- por ver al hijo sufriendo es un muro de contención
fundo de nuestro ser, y ello trae consigo, y sobre todo donde no caben el gozo y la alegría. Sólo desde la libe-
dada la situación del niño enfermo, la necesidad de en- ración interior se puede recuperar la serenidad interior.
trar en su interioridad desde su propia realidad. Satisfacer las necesidades espirituales es acompa-
En el acompañamiento es importante la transpa- ñar en la búsqueda de sentido, encontrando un lugar
rencia del corazón, de manera que se transmita, desde que trascienda el dolor, que esté más allá de él, donde,
el silencio amoroso y desde la palabra adecuada, la ar- a pesar del crudo sufrimiento, el que sufre pueda en-
monía y la paz de la que seamos capaces, la serenidad y contrar un remanso de paz mediante la meditación, la
la seguridad que el niño necesita en esos momentos. Es oración, la relajación u otras formas.
la necesidad del espíritu, del interior, de lo que no se Una necesidad espiritual es vivir el silencio. El si-
ve. Y se transmite especialmente con la mirada y con el lencio no es la ausencia de ruido, de miedo o de angus-
corazón. tia. Cuando una persona coge la mano de un niño y
guarda silencio, salta por encima de sus miedos, entra Acompañar comporta “hacerse cargo” de la expe-
en comunión con él, transmite energía interior. Ese si- riencia ajena, dar hospedaje en uno mismo al sufri-
lencio es puro, sano, renovador, libre de miedos y an- miento del prójimo, así como disponerse a recorrer el
gustias. El niño y la familia reciben esa fuerza interior incierto camino espiritual de cada persona, con la con-
con altas dosis de seguridad. Se trata de una comunica- fianza de que la compañía sana (que significa también
ción espiritual, sin palabras, sin formalismo ni reglas. “saber no estar”) ayude a superar la soledad, genere co-
Es la comunicación de corazón a corazón, la comunión munión y salud en el sentido holístico, global, integral.
fraterna. Quien sabe acompañar, en efecto, genera salud.
Ante un niño en cuidados paliativos nos cuestiona- Consigue, con su discreta presencia, un mayor confort
mos qué decir, cómo decir, hasta dónde decir. La auten- físico, una mayor estabilidad emocional, una compañía
ticidad ante el niño, la sinceridad, no consiste en la para compartir las preguntas por el sentido, las inquie-
cruda verdad desnuda y descarnada, sino en hacer sim- tudes y malos momentos que conlleva la enfermedad
ple, sencilla y coherente la respuesta. La sabiduría del de un hijo o un hermano. Quien sabe acompañar mata
corazón no es teórica, sino práctica; no tiene reglas la soledad con su delicada presencia, se mete en los za-
frías, sino experiencias entrañables; no se alimenta de patos de su prójimo, se acomoda a su perspectiva y se
palabras técnicas, sino de respuestas amorosamente sienta a su mesa personal con todos los sentidos en cla-
delicadas. El niño no precisa simplemente sinceridad ve de servicio.
diagnóstica, sino clara autenticidad personal. El que acompaña no dirige, sino que camina al la-
La importancia del acompañamiento espiritual do; no impone, sino que insinúa; no aconseja, sino que
viene dada porque el dolor crea una aflicción espiritual, discierne en común.
y cuando hay aflicción debe haber acompañamiento. Desde el plano espiritual, el fin del acompaña-
Una enfermedad grave de un niño es un desafío a la miento es intentar eliminar el sufrimiento innecesario,
propia vida y es un momento en que todas las creen- luchar contra el sufrimiento injusto y evitable, mitigar
cias, valores y estilos de afrontar la adversidad se pue- en lo posible el sufrimiento inevitable, asumir el sufri-
den venir abajo. Como dice Delisle-Lapierre17, refirién- miento que no se puede superar en actitud sana18. Es
dose a la incompatibilidad entre la infancia, que es una decir, se trata de acompañar a vivir el sufrimiento de
esperanza de vida, y la realidad de la muerte: “Existe manera apropiada —no expropiada por el ayudante—,
esta incompatibilidad según el sentido que queramos es decir, en clave de relación sana consigo mismo, con
dar a la pérdida de un niño en edad prematura. El niño los demás, con el mundo y —para el creyente— con
que va a morir representa un objeto destructor para sus Dios, manteniendo en todo lo posible el protagonismo. 151
padres, para los médicos y para todos los que le atien- Algunas claves importantes para el acompaña-
den. Son niños agresores; nos amenazan. ¡Un niño no miento a las familias del niño enfermo grave son las que
puede morir! ¿No nos sentimos desarmados ante un siguen:
niño en grave estado?”.
dejado a mis espaldas tantas personas, a estas alturas sé Promover el diálogo en la verdad y la
que los muertos pesan, no tanto por la ausencia como por autenticidad
todo aquello que entre ellos y nosotros no ha sido dicho”.
El soporte emocional comporta también acompa- No es fácil cifrar el diálogo con la familia del niño
ñamiento a elaborar el dolor por las pérdidas. Un inte- en la verdad. Paradigmática de esta dificultad puede ser
resante planteamiento ha sido hecho por Sandro Spin- la relación con el enfermo terminal en general. A veces,
santi22, que plantea una cuestión de radical importan- cuanto más próxima afectivamente es la persona que va
cia: “La tarea principal de un profesional de relación de a morir, más difícil se hace el diálogo en la verdad (que
ayuda, ¿consiste en acallar, con los medios a su disposi- es distinto de la comunicación del diagnóstico o de las
ción, el dolor de la separación para hacerlo tolerable? Y malas noticias).
si queremos dar a la cuestión la forma de un dilema: Argumentamos, a veces, el miedo a hacer daño con
¿debe tenderse a eliminar el dolor de la separación o a la verdad. Sin embargo, más frecuentemente suele ser el
elaborarlo en sentido psicológico/espiritual? Las separa- miedo a encontrarnos con nosotros mismos en la verdad
ciones son sinónimos de sufrimiento. Separarse de al- del paciente y en la nuestra, lo que nos lleva a evitar el
guien o de algo hace sufrir. (...) La tentación del acerca- diálogo en la verdad. Quizá la imagen que queremos ofre-
miento humanista consiste en dulcificar las separacio- cer a los otros y por la que tanto trabajamos, al encontrar-
nes, especialmente la más angustiosa de todas, la se con los ojos del niño o del familiar —que vive la hora
muerte, con una especie de nueva religión, la del acer- de la verdad por excelencia—, se encuentra con la imagen
camiento psicológico, filosófico, que niega la angustia real, devuelta por sus ojos como con un espejo, y nos
existencial”. El autor aclara que en el antagonismo entre desmonta nuestros esquemas, provocándonos miedo.
esperanza de vida y angustia de muerte, implícito en Quizás argumentamos que la verdad es cruel. Sin
todo proceso de separación, el acercamiento humanista embargo, creo que vale la pena pensar que “la verdad es
se apoya en la concepción filosófica que sabe ver en la antídoto del miedo. Lo terrible y conocido es mucho
muerte no el escándalo o el fracaso, sino la realización mejor que lo terrible y desconocido”24.
del destino humano en sentido trascendente. La separa- No estar dispuesto a entablar un diálogo en la ver-
ción pierde así su aspecto más dramático y hasta puede dad puede suponer dejar a la familia en la soledad emo-
ser integrada en un proceso de crecimiento y de auto- tiva y afectiva, que puede ser leída también, en algunos
rrealización. Pero ¿no corremos así el riesgo de vernos casos como una verdadera “muerte social”25; es el caso,
sumergidos en un consuelo barato que quita al dolor de a veces, de la situación en la que la familia se instala en
152 la separación su aguijón? Este dolor, que puede tener la la “conspiración del silencio”.
capacidad de producir beneficios (sin caer en el doloris- “Los pequeños dolores son locuaces; los grandes
mo), no los producirá si se le ahuyenta demasiado solí- callan, estupefactos” (Séneca). De ahí la importancia
citamente mediante una práctica consolatoria desarro- también de compartir el silencio, que muchas veces es
llada por los profesionales de las relaciones de ayuda. más elocuente que muchas palabras.
En último término, si es necesario acompañar con No podemos olvidar a los hermanos de los niños
soporte emocional, es necesario también desarrollar la que están en situación crítica. Gómez Sancho26 dice
capacidad de dejar al otro solo. Quien es capaz de en- que muchos hermanos y hermanas desean que su her-
contrarse sabrá también separarse, del mismo modo mano enfermo muera para poder reanudar la vida “nor-
que la separación es el requisito de todo encuentro. mal” que llevaban antes. Al morir el hermano enfermo,
El objetivo, pues, de la relación de ayuda a la fami- lógicamente, la culpa y el miedo los acompañan de día
lia no es evitar las separaciones o el dolor que produ- y los acosan de noche, impidiéndoles dormir. Todo esto
cen, ni esconderlo como la basura bajo la alfombra, si- hace pensar que es muy importante tener en cuenta a
no acompañar a elaborar el dolor: enseñar mediante la los hermanos del niño enfermo, y en la necesidad de
misma relación de ayuda (el modo de relacionarse ha hablar en la verdad de lo que viven con ellos.
de ser modelo para vivir el encuentro y la separación) el
arte de separarse y el arte de encontrarse.
Spinetta diferencia tres tipos de familias: las que
expresan abiertamente sus preocupaciones y sentimien-
tos, sus emociones y miedos, y atienden a las necesida-
des de su familia; las que discuten la enfermedad pero
no permiten a nadie, ni al hijo enfermo ni al resto de la
familia, la manifestación de sus sentimientos, y las fa-
milias no comunicativas, en las que la palabra enferme-
dad terminal, cáncer o muerte no se menciona. No van
a permitir que nadie hable de la muerte o cualquier otro
tipo de crisis entre los miembros de la familia23. Evi-
dentemente, esta diferenciación es determinante para
tomar conciencia de que el acompañamiento espiritual
y religioso no puede ser igual cuando nos encontramos
ante una tipología de familia u otra. Figura 3. La presencia de la enfermedad nos interpela27.
Acompañamiento en el manejo de la de las mismas para quien las plantea. Supone no esca-
angustia y de las preguntas difíciles parse con racionalizaciones o abstracciones, sino cen-
(Figura 3) trarse en la persona que nos comunica sus sufrimientos;
centrarse en el significado único que para ella tiene
La presencia de la enfermedad nos interpela28. Los cuanto le acontece. Esta actitud se despliega en la des-
niños también interpelan a sus familiares. Es necesario treza de personalizar.
considerar que los pensamientos y los sentimientos no “Personalizar en la comunicación significa ocuparse
expresados de los niños pueden canalizarse a través de del significado único que lo que se oye tiene para quien
historias o sueños que cuenten. Es muy importante, por lo pronuncia. Significa acoger los sentimientos únicos
eso, el lenguaje simbólico. con los que el sujeto vive de modo intransferible el im-
El profesional se encuentra con numerosas situa- pacto de lo que acontece a su alrededor o dentro de sí.
ciones en las que se siente interpelado a acompañar a Personalizar supone despojarse de muchos principios y
manejar la angustia. Alonso-Fernández habla de tres ti- convicciones y revestirse de un vacío acogedor.
pos de angustia: la “metafísico-religiosa”, sentida como El que personaliza, el que escucha realmente, el
culpa o posible condenación y que ha sido estudiada que inspira confianza para abrir el baúl, es aquel que no
especialmente por Kierkegaard y Jaspers. Otro tipo de se escandaliza ante lo que oye, sino que admira con
angustia sería la existencial, como amenaza de la afir- sorpresa el maravilloso mundo que no está en el esca-
mación del ser ante la muerte, estudiada particularmen- parate, sino en la trastienda de cada uno, que no está en
te por Heidegger. Y por último, la angustia espiritual, la superficie, sino en lo profundo, allí donde todos so-
como amenaza de lo absurdo de la existencia, estudiada mos tan sencillos como niños, allí donde somos frági-
especialmente por Tillich29. les, donde la fantasía nos hace ricos y pobres a la vez y
Acompañar a manejar la angustia significa sobre donde la imaginación produce para nuestro beneficio y
todo dar espacio a la formulación del impacto cognitivo para nuestra complejidad.
y emotivo que la muerte de un niño produce en la fami- Para el que escucha con interés, una cosa no es
lia. Se trata de estar abierto al diálogo y facilitar el dre- importante en sí misma, sino que pasa a serlo, por in-
naje emocional. significante que parezca, en el momento en que alguien
Pero ante las preguntas difíciles, ante las preguntas lo cuenta de sí.”32
sobre el sentido, se requiere una particular disposición Acompañar a vivir las preguntas que no tienen
del ayudante que comprenda la naturaleza de las mis- respuestas, a compartirlas, quizás sea el modo más sa-
mas. Ángel González Núñez ha escrito: bio de elaborarlas. Quizás aquí serviría también aquella 153
“Hay preguntas que no se plantean para ser con- máxima33: “Nunca hables a menos que pienses que
testadas, sino para que ellas interroguen a la persona puedes mejorar al silencio”.
que las plantea. Le alertarán sobre incertidumbres, in- Lejos del profesional de la salud el deseo de aneste-
cógnitas y misterios que —acompañantes inseparables siar la pregunta, incluso cuando ésta incomoda a los que
y huéspedes familiares de la vida de cada día— alberga la comparten. El reto permanente será también el de
oficiosamente en su casa. Versan sobre realidades nor- evitar todo tipo de frases que tenemos listas para ser di-
males y sabidas, como la salud y la enfermedad, el bien- chas sin que estén centradas en la experiencia única de
estar y el sufrimiento, la satisfacción y la decepción, la quien comparte la pregunta por el sentido. Kaye34 dice:
esperanza y la desesperanza, el bien y el mal, la vida y la “Déme 10 minutos de escucha interesada, no interrum-
muerte. El hombre va zigzagueando por la vida entre pida, y le diré a usted todo lo que necesita saber para
esas polaridades, intentando encontrar el equilibrio so- ayudarme”. Quizá sea también ésta la pista para com-
bre la ‘y’ en que ambas se dan la mano. (...) Las pregun- prender qué hay detrás de cada persona que plantea las
tas existenciales, vitales y trascendentes no son para ser preguntas que nos parecen difíciles de responder.
contestadas, sino para ser vividas. Una respuesta objeti-
va, universal, definitiva, nadie puede esperarla: sería
pretenciosa y vulgar, vana y deshumanizadora. La duda La pregunta por el sentido y la valoración
y la pregunta, la incógnita y el misterio, el temor y la personal del sufrir y del morir
esperanza son ingredientes irrenunciables de la vida
humana. (...) Nos interesa su arte de plantearlas, su ta- Otro aspecto importante de la experiencia espiritual
lante para asumirlas, su sabiduría para vivirlas con te- de la familia es el acompañamiento en la identificación o
mor y respeto. Es quizá el modo mejor de humanizarlas en la vivencia de los nuevos valores descubiertos con oca-
y de que ellas nos humanicen.”30 sión de la situación por la que pasa. Es un dato de la expe-
El poeta Rocki escribía: “Sé paciente con todo lo riencia el hecho de que muchas personas descubren el
que queda sin resolver en tu corazón. Trata de amar tus encanto (el valor) de realidades a las que anteriormente
mismas preguntas. No busques las respuestas que no se no se lo atribuían, quizá por la prisa con la que vivían.
pueden dar, porque no serás capaz de vivirlas. Vive tus Entre los valores, tal vez lo más apreciado es el
preguntas porque tal vez, sin notarlo, estás elaborando mundo de las relaciones afectivas, es decir, el sentido de
gradualmente las respuestas”31. comunión, la experiencia de no estar solo en medio de
Acompañar a manejar las preguntas difíciles supo- la soledad existencial que caracteriza la condición hu-
ne aceptar incondicionalmente el significado concreto mana y que puede hacer experimentar un amargo sabor
en la estación de la enfermedad y de la pérdida. “Si el mirada hacia atrás, que permite tomar conciencia del
hombre tiene bastante vivo el sentimiento de estar en propio pasado. Se dice que el modo de vivir el duelo
comunión con los demás, de ser parte de un todo, de depende en no poca medida del modo de vivir en gene-
ser miembro de un grupo, está integrado en un ‘Noso- ral: una vida llena y sensata o vacía y sin sentido39. En
tros’ que le supera y le da una más amplia dimensión”35. relación a la muerte, Vimort40 dice que “para afrontar la
De aquí la especial importancia que toma el mundo de muerte en mejores condiciones es necesario tener una
las relaciones, la calidad de las mismas, su grado de idea suficientemente positiva de la propia existencia.
autenticidad y profundidad, el lenguaje de los gestos y (...) Si escucho las quejas, las penas que se refieren al
de los símbolos, el mundo de las pequeñas cosas que se pasado, con la evocación lacerante de las desgracias,
convierten en grandes. contrariedades o lutos, me digo a mí mismo que el en-
Vicktor Frankl, padre de la logoterapia, ha dado fermo (o su entorno, el problema es el mismo) intenta
una especial importancia al mundo de los valores en hacer el balance de su vida. Es quizá rumiar todas sus
medio del sufrimiento. Según él, la vida en medio de un penas de forma estéril y deprimente; pero puede ser
sufrimiento sin sentido, puede tener sentido a partir de también un intento de volver sobre ello de otro modo,
los valores que la persona sea capaz de vivir. El autor para llegar a asumir y a dominar ahora todo lo que,
distingue diferentes tipos de valores: hasta el momento, le había herido profundamente. Es el
momento de curar las llagas”. Es el momento de recon-
- Los valores de acción o de creación, es decir, el ciliarse consigo mismo, con la propia vida, manejando
ejercicio de las propias potencialidades humanas, la culpa y la memoria.
personales. Y parece como si en muchos momentos de la en-
- Los valores de asimilación, es decir, la integración fermedad del niño, el familiar pasara por delante de la
de cuanto de positivo tiene la cultura y cuanto nos pantalla de la persona la “película de la propia vida”41 y
circunda, haciéndolos propios e interiorizándolos. en ella se hace con frecuencia la experiencia del senti-
- Y los valores de actitud, o también llamados de so- miento de culpa, que desencadena una de las formas
portación. Serían estos últimos los que serían capa- que adquiere la angustia. El familiar se convierte así en
ces de cambiar de signo el sufrimiento. En este juez y acusado de su propio pasado.
sentido, el comportamiento ante el dolor podría “Es el sentimiento de angustia o autocondena que
dar significado a una vida incluso en medio de un a veces nos atenaza y nos hace sentir un nudo en el es-
atroz sufrimiento, aun en las circunstancias extre- tómago. Por ejemplo, la angustia por haber transgredi-
154 mas, porque con tal actitud el hombre sentiría la do una prohibición y el consiguiente miedo al castigo.
propia responsabilidad para con los valores y haría O bien la autoacusación por no haber sido digno de las
emerger la dimensión específica del ser humano, es expectativas del otro y el consiguiente miedo de perder
decir, la propia conciencia y responsabilidad. Se- su amor. O bien la humillación de aparecer a nuestros
gún Frankl36, entonces ya no importa la interpela- ojos con la imagen rota de nosotros mismos.”42
ción que proviene del sufrimiento y que se refiere a Parece como si, encontrándose con la verdad de la
la búsqueda de las causas (¿por qué?), ni única- vida, se nos anulara la tendencia que tenemos a olvidar
mente el mirar hacia adelante esperando la libera- sin haber sanado, porque el recuerdo pudiera hacerse
ción (¿hasta cuándo?), sino el cómo sufrir. El dolor, muy pesado en nuestra mochila43. Emerge entonces el
soportado auténticamente, conduciría a un enri- sufrimiento que pide ser sanado mediante el recuerdo
quecimiento de la persona. La persona sería libre sereno de quien quiere enfrentar su condición de heri-
incluso cuando a los ojos se presenta esclava de las do. Por eso dice Nouwen que la primera tarea de quien
ataduras de la enfermedad y de la posible muerte quiere ayudar al que sufre desde el punto de vista espi-
próxima del niño: libre de comportarse de una ma- ritual es ofrecer un espacio en el que los recuerdos hi-
nera o de otra, y por lo mismo, responsable. rientes del pasado puedan aflorar, ser traídos a la luz sin
miedo44.
Creemos, pues, que es posible vivir sanamente el Argullol45 ha escrito: “Cercana la hora, deberíamos
sufrimiento37. A ello somos llamados cuando no se pue- aún tener dos días, el primero para reunirnos con quie-
de superar o hacerlo desaparecer. Se trata de un proceso nes hemos odiado y el segundo para hacerlo con quie-
de integración del sufrimiento, se trata de un cambio de nes hemos amado. Y a unos les pediríamos perdón por
planteamiento, de traducir la pregunta “¿por qué?” en nuestro odio y a los otros por nuestro amor, de modo
“¿cómo?”38. Es la propuesta que nos viene de la logote- que, aliviados de ambos pesos, pudiéramos dirigirnos,
rapia, la terapia mediante los valores, formulada por V. ligeros, a la frontera”.
Frankl. Es un proceso de pacificación personal necesario
para serenarse consigo mismo, con los demás y con
Dios. No se consigue única y necesariamente mediante
Acompañar a leer la propia historia y el sacramento de la reconciliación, que tanto bien pue-
recapitular de acarrear al enfermo ayudándole a descubrir, detrás
del sentimiento de culpa, una Presencia amorosa que le
Una de las experiencias más comunes en la enfer- transciende46. Es necesario un tiempo para poner en
medad de un ser querido, también cuando es niño, es la orden las propias experiencias acumuladas en la vida y
poder perdonar interiormente a quien te ha herido y cimiento que en vivirlo. Para contar, es necesario esco-
pedir perdón abierta o simbólicamente a quien se ha ger lo que se quiere resaltar y lo que se quiere poner
ofendido47. entre paréntesis. El relato crea una inteligibilidad, da
Difícilmente se puede alcanzar este objetivo si el sentido a lo que se hace. Narrar es poner orden en el
profesional de la salud no “se aproxima al misterio y a la desorden. Contar su vida es un acontecimiento de la
vulnerabilidad de estas historias, ofreciendo a los prota- vida, es la vida misma, que se cuenta para comprender-
gonistas lo que ellos invocan: la sencillez del respeto y se”. Narrar no es fabular. Contar los acontecimientos
del calor humano”48. que se han sucedido en la vida permite unificar la dis-
Difícilmente se puede acompañar al familiar del persión de nuestros encuentros, la multiplicidad dispa-
niño gravemente enfermo en este proceso de autoper- ratada de los acontecimientos que hemos vivido. Mal-
dón y de autocuración si antes no se hace un camino de herbe56 no duda en decir que “relatar la vida, le da un
integración de la propia dimensión negativa, recono- sentido”.
ciéndose “curador herido”. Sólo aceptando los propios La culpabilidad no es malsana si es el anverso de
límites y con el peso de dolor inherente a la propia con- una adhesión a valores que mantenemos a pesar de que
dición humana, se puede ser capaz de permanecer al nos juzguen (o nos juzguemos nosotros mismos). “En
lado de la persona que sufre, dejándose afectar por su el momento mismo en que nuestra culpabilidad nos
tragedia, manteniendo con ella un contacto cargado de descalifica, la adhesión a valores nos revaloriza al mis-
ternura y comprensión y ayudándole a descubrir las mo tiempo que nos juzga”57. El soporte emocional y el
fuerzas curativas que le permitan pasar de la desespera- acompañamiento espiritual han de dar la importancia
ción y la culpa a la serenidad y a la esperanza49. Este que merece a este hacer la paz con la propia historia,
reconocimiento de la propia negatividad hace al profe- convencidos de que valemos más de lo que hacemos,
sional más tolerante y comprensivo, y ello no tiene por de que nuestras faltas no nos dejan sin valor ni hacen
qué ir acompañado, como sucede normalmente, por un mentirosa e hipócrita nuestra adhesión al ideal.
sentimiento de tristeza y de amargura, sino de joviali-
dad y de profunda alegría50.
El agente de salud que quiera acompañar a vivir de Creer y experimentar la continuidad de la
una manera digna, se encuentra con quien está perdien- historia humana
do la vida de un ser tan querido, las cosas que ya no
podrá hacer y las cosas que le disgusta haber hecho y Si bien el ver que un niño está gravemente enfer-
que ya no puede cambiar51. Es la experiencia del duelo mo y ver a su familia producen el sentimiento de triste- 155
anticipatorio por la que pasa el familiar, equivalente a la za, por las rupturas que produce la enfermedad, espe-
que experimentamos cuando nos sentimos ante una cialmente en el terreno afectivo, es posible encontrar
amenaza y elaboramos la frustración consiguiente, la también una vía de satisfacción cuando se experimenta
experiencia de las posibles pérdidas cercanas52. Esta- que mirando hacia atrás se encuentra algo significativo,
mos acostumbrados a pensar en el duelo atribuyendo el algo que continúa, que prolonga, de alguna manera, la
proceso sólo a quienes han perdido a un ser querido; propia existencia.
sin embargo es una experiencia que se hace ante toda En el fondo, el que sufre convive también con las
pérdida real o previsible. preguntas: los esfuerzos hechos a lo largo de la vida,
El duelo anticipatorio ayuda a los enfermos y a los ¿van a ser recogidos por otros? La propia experiencia
familiares “a tomar conciencia de cuanto está sucedien- ¿dejará huellas vivas en alguien? En otros tiempos, esta
do, a liberar los propios estados de ánimo, a programar experiencia era más común, dada la continuidad profe-
el tiempo”53. La escucha, el diálogo abierto con el fami- sional de muchas personas en el trabajo en el campo o
liar, sin evitar ni condenar cualquier tipo de sentimien- en pequeñas empresas artesanales. Hoy es más difícil. El
tos con actitud empática, le ayudará a comprender las acompañamiento espiritual podrá consistir entonces en
pérdidas. estar al lado del que vive la enfermedad y descubrir con
La mirada reconciliadora hacia el pasado permite él (a veces, reconocer, indicándoselo desde afuera) los
además encontrar en él el maestro personal que ha ido elementos importantes de su vida que permanecen en
enseñando en la vida a ir muriendo las pequeñas muer- otros, sean personas, instituciones o valores. El mismo
tes que se han vivido ante la necesidad de elaborar cada ayudante puede convertirse en depositario de la riqueza
una de las pérdidas personales54. humana que descubra en la persona acompañada58.
Entendemos que acompañar con la escucha tiene Por otra parte, como apunta Vimort, para que esta
un valor nunca suficientemente subrayado. Acompañar continuidad sea posible y experimentada es necesaria
a quien narra su vida está cargado de contenido simbó- una condición más, que consiste en la aceptación del
lico, porque narrar la propia vida supone un verdadero morir en un contexto que muestra cambios; es decir,
esfuerzo55: “Es poner en perspectiva acontecimientos renunciar al dominio, ceder, ponerse en manos de los
que parecen accidentales. Es distinguir, en el propio demás con confianza, aceptando que actúen de forma
pasado, lo esencial de lo accesorio, los puntos firmes. diferente, y estar en comunión con ellos en un nivel
Contar su vida permite subrayar momentos más impor- espiritual más hondo: apostar por una fidelidad de los
tantes, e, igualmente, minimizar otros. Se puede, en demás de una manera profunda, sin continuidad en
efecto, gastar más o menos tiempo en contar un aconte- opiniones, en modos de hacer, etc.
incertidumbre y la inseguridad. La seguridad no perte- sus referencias bíblicas. No obstante, hay que tener en
nece a la esperanza, dice Santo Tomás79. La esperanza cuenta que detrás del modo de orar, de pedir, está una
es hermana del coraje paciente y perseverante, de la imagen de Dios y un modo de relacionarse con Él. Así,
constancia, de la impaciencia (paradójicamente), del quien ve a Dios como Alguien que nos está regalando
abandono, en último término, en Aquél en quien se algo, la salvación, que se da a sí mismo, no le verá como
confía ilimitadamente: Dios para el creyente. alguien a quien se le suplica, sino a quien se le expresan
Cada encuentro, cada relación de ayuda significati- los sentimientos correspondientes a lo que de Él se reci-
va con el enfermo, cada diálogo que el profesional logra be82. En definitiva, pues, para que la oración esté en
establecer en el amor, es sacramento de la esperanza. sintonía con un Dios que es y quiere ser para nosotros,
no hay que imponer sin más los esquemas de nuestras
Porque “no habrá motivo de esperarse mucho del futu-
relaciones humanas, que, incluso en el donante más
ro si los signos de la esperanza no se hacen visibles en el
generoso, están siempre teñidas por la necesidad y ame-
presente”80.
nazadas por la voluntad de dominio.
En el esquema tradicional y espontáneo de oración
suele subyacer no un Dios en nosotros, que nos susten-
ta y nos apoya y dinamiza con su amor, sino nosotros
acá y Dios allá, que nos observa, nos instruye, nos man-
da, nos juzga, y que nos ayuda, enviándonos, de vez en
cuando, algún auxilio... Entonces, naturalmente, hay
que dirigirse a él, llamarle para que venga, pedirle que
intervenga haciendo esto o lo otro; si es posible, con-
vencerle, acaso ofreciéndole algún don o haciendo al-
gún sacrificio...
Es cierto que en la oración de petición de la salud,
del bien, hay muchos elementos positivos también.
Con frecuencia, detrás de un lenguaje con el que pare-
cería que el hombre quiere sustituir a Dios diciéndole lo
que debe o no debe hacer y lo que es bueno o no, sub-
Figura 4. El coraje, en muchas situaciones, se traduce en paciencia, en entereza
sisten elementos positivos: hay mucha vida asociada a
o constancia. fórmulas muy tradicionales, hay confesión de la indi-
gencia propia y del confiado acudir a Dios, hay volun- natural del ser viviente del nacer al morir; es la realiza-
tad de relación con Dios en medio de las dificultades, ción moral de la persona, que cumple o no con lo que
etc. La cuestión es cómo conservar lo que de positivo el ideal humano espera de ella; es el destino y la suerte
subyace en la oración de petición y traducirlo en un eterna, de salvación o de condenación. Esos planos se
lenguaje adecuado y en una relación sana. En este sen- relacionan de diversas maneras en los textos: se diferen-
tido, el sugerente trabajo de Andrés Torres Queiruga cian o se confunden, colisionan o se armonizan. A no-
habla de “expresar en lugar de pedir”. Así, dice: “Si que- sotros nos es imprescindible desdoblar los niveles, des-
remos expresar nuestra indigencia, expresémosla. Si lindar los sentidos, si realmente queremos saber en
queremos manifestar nuestra compasión y nuestra pre- dónde estamos y qué valor tiene en cada caso el lengua-
ocupación por los que tienen hambre, manifestémosla. je. Establecer un poco de orden en el maremágnum de
Si queremos reconocer nuestra necesidad de Dios y de los textos es, pues, la operación metódica primera, con-
su amparo, reconozcámosla. Si necesitamos quejarnos tando con que en muchos casos los sentidos se imbri-
de la dureza de la vida, quejémonos. Llamemos a las can de modo inseparable, y sin la pretensión de apren-
cosas y a los sentimientos por su nombre. Alguien lo der todas las ramificaciones de un texto”84. Hay que
dijo magníficamente en un grupo de reflexión sobre distinguir, pues, entre vida y muerte natural, moral y
esto: ante Dios estamos acostumbrados a quejarnos pi- escatológica. La importancia de esta distinción puede
diendo, tenemos que aprender a quejarnos quejándo- verse, por ejemplo, aludiendo al texto del Génesis: “El
nos”83. Exacto. Obsérvese que en todo lo anterior no día en que comas de él morirás”, no se refiere a la muer-
interviene el verbo “pedir”. te natural, sino a la muerte moral; es decir, el día en que
Este tipo de oración es el fruto de la acción de Dios no estés en sintonía con Dios, estarás muerto en sentido
en nosotros, que nos lleva a reconocerle cercano, a co- moral, distanciado de Dios. Esta distinción, que llevaría
municarnos auténticamente con Él, a no declinar nues- muy lejos, parece fundamental tenerla clara para el
tra responsabilidad y nuestra esperanza. Jesús mismo acompañamiento a la familia.
nos ha invitado a pedir, pero lo importante en los textos Son muchas, por otra parte, las frases que la cultu-
en que lo encontramos no está en la petición, sino en la ra y la religiosidad han ido acuñando en torno a la
confianza que esta petición manifiesta en Dios. muerte y al sufrimiento. Aludamos brevemente a algu-
nas que necesitan claramente una purificación:
Necesidad de purificar el lenguaje sobre - “Es la voluntad de Dios”. Está claro que la voluntad
158 el sufrimiento de Dios es el proyecto de salvación. Dios no es un
cacique que se divierta manipulando a placer suyo.
En la relación con la familia del niño enfermo gra- - “Dios nos manda sólo lo que podemos soportar”. Dios
ve experimentamos la necesidad de purificar el lenguaje no usa un dolorímetro ni es el agente directo de los
sobre el sufrimiento, tanto en el nivel laico como en el sufrimientos. Respeta la creación y la libertad.
religioso. - “Dios pone a prueba a quienes más ama”. Dios no
En términos religiosos, conviene hacer algunas envía pruebas para corregir nuestras desviaciones
distinciones de entrada. El sufrimiento y la muerte no ni para comprobar nuestra fidelidad. No es sádico.
son tratados siempre del mismo modo en la Escritura. - “No cae una hoja sin que Dios lo quiera. Dios se lo ha
Por eso hay espacio para grandes equívocos en la com- llevado”. Dios no se dedica a robar o raptar a los
prensión de los mismos. Desde el punto de vista de la seres queridos. Que todo esté bajo su gobierno no
fe, hay que distinguir entre el sufrimiento producido significa que lo controle caprichosamente.
por la naturaleza, por nuestra condición de finitud, de - “Mientras hay vida hay esperanza”. En situaciones
criaturas; el sufrimiento que es consecuencia de nues- objetivamente graves, esta expresión no dice nada.
tra libertad mal empleada, es decir, el que nos procura- Puede llevar incluso a justificar el encarnizamiento
mos unos a otros mediante acciones agresivas, inhu- terapéutico.
manas, mediante omisiones o caminos no adecuados - “Sé fuerte”. Invita a no llorar, a no enfadarse en me-
(¡cuánto mal se podría evitar con comportamientos dio del sufrimiento, a no deprimirse... Así nos so-
sanos en el plano personal, interpersonal, comunitario, breponemos al estado de ánimo del que sufre. Lo
político...!); y el sufrimiento ministerial, es decir, el re- terapéutico es reconocer como legítimas las dife-
sultado de quien, por una opción libre, apuesta por rentes expresiones de estado de ánimo.
trabajar para construir el Reino, y ello le acarrea, como - “Ofrece los sufrimientos al Señor”. Dios no es alguien
consecuencia, esfuerzo, contrariedades, oposiciones, que insaciablemente espere nuestros sufrimientos
etc. Algunos conocidos textos de la Escritura se refie- como oferta (a nadie querido se le ofrece algo malo
ren a este último, y, mal leídos, pueden llevar a un do- como el sufrimiento en sí). Aparecería entonces
lorismo absurdo o incluso cruel en la relación con el como sádico. A la pasión de Cristo no le falta nada
que sufre. para que se realice la Salvación en cuanto a seguir
Algo semejante conviene hacer con la muerte. La añadiendo sufrimientos (cf. Col 1, 24), sino que es
palabra muerte es entendida en diferentes sentidos en la el amor realizado en el ministerio —y que com-
Escritura. En ella, “vida y muerte aparecen enfocados porta sufrimiento— el que completa lo que falta a
en diversos sentidos o en niveles diversos. Es la suerte la construcción del Reino85.
práctica, sino el que sabe ser, es decir, el que ha interio- La aceptación incondicional
rizado las actitudes propias de una relación auténtica.
Un acompañante del niño que sufre puede conocer en Es de suma importancia renunciar a nuestro deseo
profundidad las modernas teorías evolutivas, pero esto de imponer nuestro punto de vista sobre el dolor ajeno
es insuficiente si no tiene una buena dosis de magia o e intentar compartir la situación aceptando incondicio
malabarismo existencial para saber pasar con el niño nalmente a la persona que vive en tal situación.
del llanto más sentido a la risa más contagiosa, del gozo En cuántas circunstancias, junto al niño enfermo y
más estimulante al miedo más punzante. Job, a sus ami- a su familia, les decimos lo que tienen que hacer, cómo
gos, buenos teóricos, les llega a decir: tienen que comportarse, y nos saltamos esta actitud de
la aceptación incondicional, valorando sus sentimientos
“He oído muchas cosas como éstas. y no dejándoles ser protagonistas, de modo que hagan
¡Consoladores molestos sois vosotros! uso de sus propios recursos.
¿No acabarán esas palabras vanas? Efectivamente, podemos comprobar cómo resul-
¿Qué es lo que te duele para que así respondas? ta difícil acoger incondicionalmente la realidad del
También yo podría hablar como vosotros otro cuando se nos presenta con toda su crudeza.
si me encontrara en vuestro lugar: Tendemos rápidamente a decir qué es lo que tiene
sabría fascinaros con discursos, que hacer, en lugar de acoger incondicionalmente su
meneando contra vosotros mi cabeza. mundo interior: “Tienes que hacer un esfuerzo, tienes
Podría confrontaros con mi boca, que ver lo positivo, no seas tan susceptible, no te tie-
no ahorraría el consuelo de mis labios.” ne que costar pedir las cosas, a Dios no le estará gus-
(Job 16, 1-6) tando oírte esto, ni a mí tampoco...”, son todo frases
que reflejan un modo de hacer, un modo de relacio-
narse con el enfermo que, movido por muy buenas
intenciones, no personaliza, no acepta incondicional-
mente la experiencia única e irrepetible que vive el
sufriente.
Quizá sean demasiadas las veces que decimos a los
enfermos, y mucho más a los niños, cómo deben com-
portarse y qué es lo que deben hacer o cambiar para
160
que todo vaya bien y superar las dificultades.
La empatía
del silencio, que habla con sus mil voces, en la so- a pasar estas Navidades. (Las lágrimas le recorren
ledad o en la comunicación. También para esto se las mejillas.) El tratamiento que le están poniendo
requiere adiestramiento.»98 es para que pase lo mejor posible estos últimos
momentos.
La autenticidad en la relación de ayuda con el que E.2 Comprendo. Debe ser duro. (Poniendo la mano en
sufre nos llevará, por tanto, a no decir nunca lo que a su hombro.)
todos, “ya verás cómo todo va bien”; no nos llevará A.3 ¡Dios mío! (Se lleva las manos a la cara.) ¡Qué voy
necesariamente a comunicar todo aquello que senti- a hacer sin él! ¡Sin mi niño, sin mi Toni! Si se mue-
mos junto al que sufre, pero sí a mantener una rela- re, yo también me quiero morir... No podré supe-
ción que no generalice, que no racionalice, que no rarlo. No podré seguir viviendo sin él.
pretenda sustituir con paternalismo, sino que, con E.3 Ana, ¿y Andrea? ¿Qué va a ser de ella? Ella también
humildad, sea capaz de reconocer y confesar, cuando es pequeña y te necesita.
sea necesario, que “tampoco yo entiendo el misterio A.4 Lo sé. (Pausa.) Pero Toni es tan pequeño, tan inde-
del sufrimiento”. fenso. No quiero que se lo lleven. ¿Cómo puede
La autenticidad comporta el coraje de hablar en hacerme esto Dios?, ¿cómo puede llevarse a un ni-
verdad. Cuando Iván Ilich está muriendo, Leon Tolstoi ño tan pequeño?
presenta este interesante diálogo entre el doctor e Ilich: E.4 Debe ser difícil afrontar una situación así, pero us-
ted es fuerte y podrá superarlo. Piense en su hija,
«—Y bien, ¿qué tal? en su marido. También ellos lo deben estar pasan-
Iván Ilich comprende que el doctor quiere do mal. Quizá juntos puedan sobrellevar mejor
preguntar: “¿Qué tal las cosas?”, pero que se da esta situación.
cuenta de que no es posible hablar así y por eso A.5 ¡Tú qué sabes! Mi marido ahora sólo piensa en
dice: “¿Cómo ha pasado la noche?”. beber, no se preocupa por otra cosa, y mi hija está
Iván Ilich mira al doctor con expresión inte- con mi madre; es todavía muy pequeña para darse
rrogativa: “¿Es que nunca te va a dar vergüenza cuenta de lo que está pasando; sólo sabe que su
mentir así? ”. Pero el doctor no quiere comprender hermano Toni está malito en el hospital.
la pregunta. E Iván Ilich dice: (Entra mi compañera y continúan hablando ellas.
—Como siempre; algo espantoso. El dolor no Yo me limito a escuchar.)
cesa, no cede. ¡Si me diera algo!
162 —Sí, los enfermos siempre son lo mismo.»99 En este estilo relacional, pueden vislumbrarse al-
gunas respuestas empáticas, como E.1 y E.2, pero po-
Y de este modo, los niños enfermos y sus familias demos también constatar cómo en E.4, el imperativo
pueden ser condenados, a veces, a vivir en la soledad que invita a pensar en su hija y en su marido, no repre-
emotiva, víctimas de la marginación relacional, pade- senta una opción empática, como tampoco lo es siem-
ciendo la que bien puede llamarse eutanasia social. pre decir: “Usted es fuerte”, puesto que tenemos tam-
bién derecho a sentirnos débiles.
“Mi hijo está muy mal” Son las once de la mañana. La habitación está va-
cía. Al pequeño Luis, de 8 años de edad, le han trasla-
Mi compañera y yo nos encontramos con Ana, una dado para hacerle las pruebas habituales. La madre,
joven madre de 32 años, por el pasillo del hospital. Tie- Eva, espera pacientemente en la habitación. El silencio
ne dos hijos, de 4 y 6 años. Uno de ellos, Toni, tiene sobrecoge.
leucemia. Después de unos minutos de conversación a Eva es boliviana, lleva cuatro años en España. Dejó
tres, mi compañera se retira porque la llama un paciente su país, su familia y su vida por venir a España para que
y nos quedamos solos. La conversación tiene lugar así: tratasen médicamente a su hijo. Con tres añitos le ope-
raron en Bolivia de apendicitis, pero las dolencias se-
A.1 Es triste tener un hijo y ver que se te va sin que guían. El sueño de la recuperación se vio frustrado y
puedas hacer nada por evitarlo. deciden venir a España con la esperanza de que su pe-
E.1 Sí, es cierto. Se debe sentir una gran impotencia. queño Luis recupere la salud.
A.2 No lo sabes bien... Es tan pequeño... (Los ojos le Luis se somete en su corta vida a todo tipo de tra-
brillan.) Tiene tanta vitalidad por dentro. (Silen- tamientos y operaciones. Sus grandes ojos se abren a la
cio.) Y lo peor es que no tiene solución; los médi- vida y a la esperanza, mientras que los ojos de su madre
cos han dicho que es muy probable que no llegue parecen cerrarse por el sufrimiento.
Entro para controlar las gráficas que se hacen dia- C.— Hola, campeón, ¿cómo está mi chico favorito?
riamente a Luis y me encuentro a Eva. L.— (Luis me sonríe con esfuerzo.). Estoy bien.
C.— ¿Estás bien?
C.— Buenos días, Eva, ¿cómo estás? L.— Bueno, estoy un poco cansado. Tengo ganas de irme a
E.— Aquí estoy, ansiosa como siempre, esperando a mi hijo. mi casa.
C.— ¡Qué niño tan precioso tienes, qué bueno es! C.— Claro, es normal que tengas ganas de irte, pero tú
E.— Sí, es mi niño, es... (Eva se pone a llorar) sabes que han entrado en combate algunas partes
C.— (Me acerco más a Eva, agarro su mano mientras llo- de tu cuerpo y... te están dejando K.O.
ra.) Eva, veo que estás muy triste, ¿cómo te sientes? L.— Sí, me están dejando como al Pirata Garrapata. (Es
E.— Me siento muy mal, estoy desesperada. El médico me una historia que yo conté a Luis y que le encanta.)
ha dicho hoy que a mi niño le tienen que trasplantar el C.— (Nos reímos.) ¿Te acuerdas del consejo que le dio
hígado, el páncreas, el duodeno y el intestinoy si no el viejo y sabio cuervo a Trapito?
consiguen los órganos mi niño puede morir. L.— Sí.
C.— (Guardo silencio y aprieto con más fuerza su mano.) C.— Dímelo, Luis, cuéntamelo.
E.— No puede ser, se habrán confundido, ni hijito no puede L.— (Luis, con esfuerzo pero con la viveza de sus ojos,
morir. Tiene que llegar el trasplante, tiene que llegar. me mira, sonríe y dice:) El sabio cuervo le dice a
C.— Sabes, Eva, que es muy serio lo que le pasa a tu Trapito que aunque estemos muy mal tenemos que te-
hijo, ¿verdad? ¿Realmente crees que el médico se ner ilusión.
puede haber confundido? C.— Eso es, campeón (y le canto): Cada día que co-
E.— No, no se ha confundido, pero mi hijo no puede morir- mienza, comienza una ilusión, sapirín, sarapón,
se, es muy pequeño, tiene que vivir, tiene que jugar, sarapiripiripiripón.
tiene que estudiar, tiene que... (Rompe a llorar con L.— (Luis se ríe.)
más desconsuelo.) C.— ¿Quieres que hagamos un trato, campeón?
C.— Claro, Eva, tiene que vivir el momento, cada mo- L.— Vale.
mento; tiene que jugar cuando pueda hacerlo, y no C.— Mira, todo los días vamos a tener una ilusión.
te preocupes por el estudio. ¿No crees que lo más ¿Cuál quieres tener hoy?
importante es ayudarle a vivir cada momento con L.— Que mi mamá esté contenta.
intensidad, recibiendo todo el cariño que tú eres C.— Genial. ¿Y qué vas a hacer hoy para que mamá esté
capaz de dar? contenta?
E.— ¿Verdad que llegará el trasplante? L.— Le voy a contar el cuento de Trapito. 163
C.— Yo no lo sé. C.— ¡Uff! Le va a encantar. Y yo le voy a invitar a tomar
E.— Tiene que llegar, tiene que llegar... un café, ¿te parece?
C.— Eva, ¿has pensado que para que llegue el trasplante L.— ¿Quieres hablar con mi mamá?
tiene que morir un niño? C.— Claro, me gusta hablar con tu mamá.
E.— (Me mira con ojos de sorpresa.) No, no lo había
L.— Pero no le digas que me voy a morir.
pensado, bueno sí, creo que sí.
C.— (Siento un escalofrío intenso. Abrazo a Luis des-
C.— Te digo esto no para agobiarte más, sino para que
plegando toda la ternura que alberga mi alma.) Te
aceptes la realidad. Es muy duro, ¿verdad? Pero tal
quiero mucho, Luis. ¿Por qué piensas que te vas a
vez esto te ayude a aceptar la realidad. Espera, y si
morir?
llega, será bueno agradecerlo, y si no llega, eso
L.— Porque prefiero morirme yo a que se muera otro niño.
quiere decir que algún niño, donante en potencia,
C.— Luis, llevo toda mi vida con niños. ¿Sabes que nun-
sigue viviendo.
ca he conocido a un niño tan maravilloso como tú?
(Eva deja de llorar, se tranquiliza, me mira con una
L.— Quiero dormir. ¿Vienes luego?
intensidad profunda y me dice:)
C.— Sí, campeón, vengo luego y luego y luego y luego...
E.— Tal vez estoy siendo egoísta. Sí, creo que sí, estoy sien-
(Luis se ríe y cierra los ojos mientras vuelvo a abra-
do egoísta, sólo pienso en mi hijito.
zarle.)
C.— Eva, realmente yo no creo que seas egoísta, creo
que eres muy generosa. Espera a tu hijo con una C.— Hasta luego, campeón.
sonrisa, disfrútale cada minuto. (Le doy un abrazo
y continúo con mi tarea.) Apréciese el arte en la comunicación con esta ma-
E.— Gracias, C. dre y con este niño a lo largo de todo el diálogo, la pre-
C.— Gracias a ti por tu confianza. Te veré más tarde. sencia de las actitudes propias del acompañamiento
humano y más genuinamente espiritual.
Al día siguiente vuelvo a la habitación. Luis no es-
tá. Le han trasladado a la Unidad de Cuidados Paliati-
vos. En las pruebas han visto que ya no hay nada que
BIBLIOGRAFÍA
posibilite su curación. Eva está destrozada. Superando
mis miedos, me acerco a ver a Luis. Allí está con sus 1. Cfr. Cuidados Paliativos. Recomendaciones de la Sociedad Espa-
ojos grandes muy abiertos, como queriendo descubrir ñola de Cuidados Paliativos (SECPAL). Madrid, Ministerio de
la realidad. Sanidad y Consumo. 1993, p. 11.
2. Dice Brusco: “El acompañamiento espiritual comprende en pri- 27. Algunas de las reflexiones expuestas en este punto han sido desa-
mer lugar las actitudes internas como el respeto, la compren- rolladas también en Bermejo JC. Impacto de la enfermedad en la
sión, una equilibrada participación afectiva, formas de amor sin vida de la persona. En: AAVV. El Dios cristiano y el misterio de la
las cuales no es posible ayudar a una persona que sufre. Tales enfermedad. Salamanca. Secretariado Trinitario 1996, pp. 13-42.
disposiciones permiten al agente de pastoral favorecer en los 28. Algunas de las reflexiones expuestas en este punto han sido desa-
enfermos, para los cuales la dimensión espiritual se exprese reli- rolladas también en Bermejo JC. Impacto de la enfermedad en la
giosamente, la utilización apropiada de los recursos religiosos, vida de la persona. En: AAVV. El Dios cristiano y el misterio de la
como la oración, la Biblia, los sacramentos”. Cfr. Brusco A. enfermedad. Salamanca. Secretariado Trinitario 1996, pp. 13-42.
L’operatore pastorale. En: Di Mola G (ed.). Cure palliative. 29. Cfr. Alonso-Fernández F. Psicología médica y social. Barcelona.
Approccio multidisciplinare alle malattie inguaribili. Milán. Salvat 1989 (5), pp. 33 y 668.
Masson. 1988, p. 186. 30. González Núñez A. Antes que el cántaro se rompa. Sobre la sa-
3. Brusco A. Madurez humana y espiritual, San Pablo. Madrid lud, la enfermedad, la muerte y la vida. Madrid. San Pablo 1993,
2002, p. 37. pp. 9-11.
4. Torralba F. Lo ineludiblemente humano. Hacia una fundamenta- 31. Citado por Pangrazzi A. La pérdida de un ser querido. Madrid.
ción de la ética del cuidar. En: Labor Hospitalaria. 1999 (3), n. Paulinas 1993, p. 107.
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5. Boff L. Espiritualidad. Un camino de transformación. Sal Terrae. 13.
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6. WHO. Cancer Pain Reliev and Palliative Care. Report of a WHO for people with cancer. London. Edward Arnold 1991, p. 196.
Expert Committee. Technical Report Series 804. Geneva. WHO 34. Kaye P. Symptom Control in Hospice and Paliative Care. Hospice
1990. Educ. Inst. Essex. Connecticut. USA 1990, 74-77, citado en
7. De Hennezel M, Leloup JY. El arte de morir. Tradiciones religio- Atención al enfermo en fase terminal. Sociedad Vasca de Cuida-
sas y espiritualidad humanista frente a la muerte. Barcelona. He- dos Paliativos 1994, p. 22.
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8. Cfr. Barbero J. El apoyo espiritual en cuidados paliativos. Labor 36. Cfr.Bernard Ch.A. Sofferenza, malatia, morte e vita cristiana. Mi-
Hospitalaria 263 (2002), pp. 6-7. lano. Paoline 1990, p. 55. Es lo que Frankl ha llamado “una lec-
9. Jomain C. Morir en la ternura, San Pablo. Madrid 1987. tura metaclínica del significado”: el sufrimiento como realización
10. Saunders C. Spiritual Pain. Journal of Palliative Care 4 (1988), de los valores, la adquisición de la capacidad de sufrir, el dolor
p. 3. como prestación, el dolor como crecimiento, como maduración,
11. Hay M. Principles in building spiritual assessment tools. Ameri- el dolor que enriquece, que es afrontado, del cual no se huye y en
can Journal of Hospice Care. 1989, pp. 25-31. el cual se es capaz de introducir la dinámica del amor que tras-
12. Seck PW. Spiritual issues in palliative care. En: Doyle D, Hanks ciende el sufrimiento no en un masoquismo o aceptación pasiva,
GWC. Oxford Textbook of Palliative Medicine. Oxford Universi- sino en un dotar al dolor de significado. Cfr. Frankl V. Homo
ty Press. Oxford 1993. patiens. Varese. Salcom 1979, pp. 96-109.
13. Cfr. Larru JM.ª Las necesidades espirituales y la ética en las Uni- 37. Expresión bíblica tomada de Tito 2, 2.
164 dades de Cuidados Paliativos. En: AAVV, La medicina paliativa, 38. De Hennezel M, o.c. p. 170.
una necesidad socio-sanitaria. Bilbao. Hospital de San Juan de 39. Cr. Elias N. La solitudine del morente. Milano. Il Mulino 1985,
Dios. 1999, pp. 299-322. pp. 77-78. Dice Nigg: “Hay personas que justo poco antes de
14. Gómez Sancho M. Cuidados paliativos: Atención Integral a En- morir ven pasar por delante de sus ojos, una vez más, toda la vi-
fermos Terminales. Vol. II. Canarias, ICEPSS 1988, p. 800. da, como si estuviese escrita en un texto desconocido, y advier-
15. Cfr. Brazelton TB, Greenspan, SI. Las necesidades básicas de la ten que de repente, dentro de ellos, la dureza que les ha inunda-
infancia: lo que cada niño o niña precisa para vivir, crecer y do hasta entonces, deja espacio a la dulzura y al perdón”. Nigg W.
aprender. Graó. Barcelona 2005. La morte dei giusti. Dalla paura alla speranza. Roma. Città Nuova
16. Martín Rodrigo JM.ª. Cuidados paliativos en el niño. En: Medici- 1990, p. 87.
na Paliativa. Bases para una mejor terminalidad. Sociedad Vasca 40. Vimort J, o.c., pp. 98-99.
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17. Delisle-Lapierre I. Vivir el morir. De la relación asistencial a los cáncer, proceso oncológico integral. León 1988, p. 589.
cuidados paliativos. Paulinas. Madrid 1984, pp. 145-146. 42. Cencini A. Vivere riconciliati. Aspetti psicologici. Bologna. Deho-
18. Cfr. Pagola JA. Acción pastoral para una nueva evangelización. niane 1986, p. 27.
Santander. Sal Terrae 1991, pp. 155-158. 43. Cfr. Tillich P. L’eterno presente. Roma. Astrolabio, citado en Linn
19. Ojeda Martín M, Gómez Sancho M. La comunicación en la rela- D e M. Come guarire le ferite della vita. Milano. Paoline 1992, p.
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20. García Rodríguez ED. Asistencia domiciliaria. La muerte en casa. Guadalupe 1987, p. 21. “Lo que es olvidado no puede ser sanado
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Sancho M. Cuidados paliativos e intervención psicosocial en en- causa de un mal mayor”. Cfr. Ibidem, p. 15.
fermos terminales, o.c., p. 233. Sobre la ayuda en el duelo, ver 45. Argullol R. El cazador de instantes. Barcelona. Destino 1996, p.
también Bermejo JC. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. 44.
Bilbao. Desclée de Brouwer 1999, pp. 59 ss. 46. Cfr. Grelot P. Nelle angoscie la speranza. Milano. Vita e Pensiero
21. Tamaro S. Donde el corazón te lleve. Barcelona. Seix Barral 1996, 1986, p. 289.
p. 17. 47. Cfr. Nigg W, o.c., p. 134.
22. Spinsanti S. Le relazioni di aiuto nelle situazioni di separazione. 48. Ibidem, pp. 86 y 87.
En: AAVV. Le separazioni nella vita. Assisi. Cittadella 1985, p. 9. 49. Cfr. Brusco A. El counselling pastoral. En: Pangrazzi A. (ed.). El
23. Cfr. Spinetta J. La cara, reflejo del alma: curso práctico de mor- mosaico de la misericordia. Santander. Sal Terrae 1990, p. 170.
fopsicología evolutiva. Iberia. Barcelona 1991. “Si el ayudante comprometido en actividades paramédicas, médi-
24. Gómez Sancho M. Las malas noticias. En: Gómez Sancho M. cas o pastorales se da cuenta de sus propias ‘sombras’, ve en to-
Cuidados paliativos e intervención psicosocial en enfermos ter- das sus relaciones personales y profesionales que puede ser tam-
minales, o.c., p. 287. bién él un ‘herido’ y que también él necesita de aquél a quien
25. Cfr. Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor, pp. debe y quiere servir”. Cfr. Häring B. Proclamare la salvezza e
107-110. guarire i malati. Bari. Acquaviva delle Fonti 1984, p. 80.
26. Cfr. Gómez Sancho M. Cómo dar malas noticias en medicina. 50. Cfr. Boff L. San Francisco de Asís. Ternura y vigor. Santander. Sal
Arán. Madrid 2000, p. 183. Terrae 1982, p. 196.
51. Cfr. Smith CR. Vicino alla morte. Guida al lavoro sociale con i 77. Cfr. Moltmann J. Teologia della speranza, o.c., p. 228.
morenti e i familiari in lutto. Trento. Erickson 1990, p. 86. 78. Bermejo JC. Humanizar el encuentro con el sufrimiento, o.c., p.
52. Cfr. Buckman R. Cosa dire? Dialogo con il malato grave. Torino. 96.
Camilliane 1990, p. 148. 79. Cfr. Laín Entralgo P., o.c., p. 174.
53. Pangrazzi A, o.c., p. 66. 80. Nouwen HJM. Ministero creativo, o.c., p. 26.
54. Así se podrá evitar que suceda que “quien no muere antes de 81. Cfr. Hinojal LC. Necesidades de los enfermos terminales. En:
morir, se corrompe cuando muere”. Cfr. Nigg W., o.c., p. 116. Batiz J, Astudillo W. (ed.). Medicina Paliativa. Bases para una
55. Gómez Sancho M. El sacerdote: necesidades espirituales. En: mejor terminalidad. San Sebastián. Sociedad Vasca de Cuidados
Gómez Sancho M. Cuidados paliativos: Atención integral a enfer- Paliativos 1997, p. 65.
mos terminales, o.c., p.801. 82. Cfr. Torres Queiruga A. Más allá de la oración de petición. En:
56. Malherbe JF. Hacia una ética de la Medicina. Santafé de Bogotá. Iglesia Viva 1991 (152), p. 164.
San Pablo 1993, p. 73. 83. Ibidem, p. 176.
57. Ibidem, p. 105. 84. González Núñez A., o.c., pp. 215-216.
58. Cfr. Vimort J, o.c., p. 111. 85. Cfr. Casera D. L’assistente religioso nel mondo della salute. Tori-
59. Algunas ideas las hemos presentado ya en Bermejo JC. Compren- no. Camilliane 1991, pp. 67-78.
der y ayudar al enfermo de Sida. Santiago de Chile. Cáritas 1995, 86. Cfr. Nouwen HJM, o.c., pp. 100-101.
p. 122 s. 87. Cfr. Mongillo D. La malattia: esperienza da vivere e mistero da
60. Cfr. AAVV. Por un hospital más humano. Madrid. Paulinas 1986, celebrare. En: Camillianum 1990 (2), pp. 339-341.
p. 111. 88. Citado por Arregui JV. El horror de morir. Barcelona. Tibidabo
61. Cfr. Laín Entralgo P. La espera y la esperanza. Madrid. Alianza 1992, p. 154.
1984., p. 238. 89. Cfr. Bressanin E. Los sacramentos y la liturgia. En: Pangrazzi A.
62. Boff L. Hablemos de la otra vida. Santander. Sal Terrae 1979, p. (ed.). El mosaico de la misericordia. Santander. Sal Terrae 1990,
140. p. 148.
63. Greshake G. Más fuertes que la muerte. Santander. Sal Terrae 90. Álvarez C. El sentido teológico de la Unción de los Enfermos.
1981, p. 28. Bogotá. Pontificia Universidad Javierana 1983, p. 424.
64. Cfr. Alfaro J. Speranza cristiana e liberazione dell’uomo. Brescia. 91. Alberto NM. Un sacramento per i malati. Bologna. Dehoniane
Queriniana 1973, p. 53. 1982, p. 86.
65. Cfr. Moltmann J. Teologia della speranza. Brescia. Queriniana 92. Cfr. Bressanin E. Annunciare e vivere il vangelo nel mondo della
1979, p. 367. salute oggi. Verona. Quaderni del Centro Camilliano di Pastorale.
66. Cfr. Grelot P. Nelle angoscie la speranza. Milano. Vita e Pensiero N.º 2. 1986, p. 49.
1986, p. 343. 93. Cfr. Orientaciones doctrinales y pastorales del episcopado espa-
67. Boff L. Hablemos de la otra vida, o.c., p. 76. ñol. Ritual de la Unción. N.º 67.
68. Nouwen HJM. Ministero creativo. Brescia. Queriniana 1981, p. 26. 94. Citado en Bermejo JC. Relación pastoral de ayuda al enfermo,
69. Vorgrimler H. El cristiano ante la muerte. Barcelona. Herder o.c., p. 99. Job manifiesta su deseo de ser escuchado diciendo
1981, p. 43. abierta y sencillamente: “¡Oh, si tuviese yo quien me escuchara!”
70. En el acto de esperar hay una radical inconformidad, frente a la (Job 31, 35). 165
situación de cautividad y privación en que se encuentra el espe- 95. Cfr. Stein E. L’empatia. Milano. Franco Angeli 1985, p. 68.
ranzado”. Laín Entralgo P. La espera y la esperanza. Madrid. 96. Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor, o.c., p.
Alianza 1984, p. 306. 56.
71. Cfr. Moltmann J., o.c., p. 371. 97. Bermejo JC. La escucha que sana. En: Humanizar 7 (1993), p.
72. Cfr. Laín Entralgo P., o.c., p. 174. 33.
73. Moltmann J. Experiencias de Dios, p. 64. 98. Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor, o.c., p.
74. Alfaro J. Speranza cristiana e liberazione dell’uomo. Brescia. Que- 21.
riniana 1973, p. 38. 99. Tolstoi L. La muerte de Iván Ilich. Salvat-Alianza. Estella 1969, p.
75. Laín Entralgo P., o.c., p. 350. 67.
76. Cfr. Rocamora A. El orientador y el hombre en crisis. En: AAVV.
Hombre en crisis y relación de ayuda. ASETES. Madrid 1986, p.
559.
la medicina en el siglo XXI son dos, y ambos de la mis- tar psicológico del personal implicado, afecta a la cali-
ma importancia: prevenir y curar enfermedades y paliar dad de los cuidados y del tratamiento que reciben los
el sufrimiento para conseguir una muerte en paz”. pacientes, tiene una fuerte influencia en las funciones
La realidad dista mucho de lograr estos objetivos. administrativas y es necesario prevenirlo en el marco
Los profesionales sanitarios continúan siendo formados comunitario en programas de servicios.
en adelantos tecnológicos, centrados en objetivos cura- El término burnout puede definirse como la sensa-
tivos, que resultan de escasa ayuda en la práctica clínica ción de malestar producido por un sobre-esfuerzo rela-
para lograr proporcionar los mejores cuidados del en- cionado con el trabajo, que se manifiesta a través de
fermo, adecuados a su biografía, a sus peculiaridades, a una falta de motivación importante y una disminución
sus necesidades concretas. El hecho de haber pasado en la cantidad y calidad de la eficiencia1.
por una Facultad de Medicina o de Psicología o por una Es una respuesta a una tensión emocional de índo-
Escuela de Enfermería no garantiza una adecuada co- le crónica, específica de un colectivo asistencial. Se
municación, el apoyo emocional ni la capacidad de considera un estado de agotamiento físico, emocional y
manejo relacional de situaciones tan complejas. mental producto de la sobre-implicación crónica en si-
El fracaso, la impotencia y la frustración se intensi- tuaciones emocionalmente demandantes. Maslach, en
fican cuando se trata de la muerte de un niño. Va “con- 1981, lo definió como un síndrome caracterizado por el
tra natura” en la sociedad actual, y los depositarios di- “cansancio emocional que lleva a una pérdida de moti-
rectos de ello son los profesionales sanitarios que le vación que suele progresar a sentimientos de inadecua-
atienden. Los integrantes de la triada terapéutica clave ción y fracaso”7.
en los CPP, “niño-familia-personal sanitario”, se en- De acuerdo con este enfoque, el burnout o estrés
cuentran sometidos a situaciones estresantes que po- laboral asistencial se articula alrededor de estos tres
tencialmente conducen a un peligro de desbordamiento ejes:
y agotamiento de sus recursos, lo que repercute no sólo
en la salud sino también en el estado de ánimo y en la a) Cansancio y agotamiento emocional, que impide
modificación de los umbrales de percepción de sufri- poder ofrecer soporte y contención emocional a
miento del niño enfermo y de su familia, con los que se otros seres humanos con dificultades; es la sensa-
encuentran en constante interacción. Por ello es impo- ción de no poder dar más de sí mismo a los de-
sible lograr una asistencia de calidad en esta difícil si- más, manifestándose en cansancio y fatiga física
tuación sin potenciar los cuidados de los sanitarios que y/o psíquica.
168 intervienen en este escenario. b) Despersonalización en el trato, que lleva a mantener
relaciones distantes, frías, desde una cierta indife-
rencia, desarrollando actitudes, sentimientos y
Ansiedad, estrés y burnout: respuestas negativas hacia las personas del ámbito
reconociendo y diferenciando el laboral, especialmente hacia los beneficiarios asis-
burnout de los sanitarios que tenciales. Suele asociarse con una actitud cínica e
trabajan con niños al final de la impersonal, con el aislamiento de los demás, con
vida el etiquetado peyorativo de los otros y con intentos
de culpabilizarles de la frustración y de la falta de
En las últimas décadas se ha producido una gene- compromiso laboral.
ralización del término “estrés” en distintas áreas cotidia- c) Sentimientos de fracaso por falta de realización per-
nas en general y en diversos ámbitos laborales en parti- sonal y/o profesional, que se caracteriza por la frus-
cular. Se puede escuchar en las conversaciones de pasi- tración, la baja autoestima y una desilusión hacia
llo entre sanitarios lo “estresados” que están. Esta fami- los logros profesionales, que no alcanzan a dar sen-
liaridad generada con el término nos lleva a confundir tido a la propia vida. Generalmente afecta al rendi-
conceptos o a conceptos erróneos que proponemos co- miento laboral, y esto se compensa en ocasiones
mentar aquí. por un aparente interés y dedicación mayores que
los demostrados por sus compañeros, lo que con-
duce a profundizar aún más en el burnout a largo
Burnout o estrés laboral asistencial plazo.
“Burnout”, “estrés laboral asistencial”, “sobrecarga Dentro de la delimitación conceptual del burnout
emocional”, “estar quemado”, “desgaste profesional”, pueden diferenciarse dos perspectivas, que se han lla-
etc., son expresiones frecuentes que hacen referencia a mado la proyección clínica y la perspectiva psicosocial.
una problemática, concreta y específica, que provoca el Los primeros autores que abordaron el tema plan-
estilo de vida actual de la cultura occidental y que con- tearon su proyección clínica considerando el burnout
lleva un grave problema de salud. como un estado al que llega el individuo como conse-
El aumento de interés en esta problemática parece cuencia del estrés laboral asistencial. Esta perspectiva
apoyarse en el alto índice de prevalencia que implican entraña un conjunto de conductas asociadas al “estar
unos costes personales, sociales y económicos elevados. quemado” que son el efecto de unas causas como un
Se reconoce que el burnout afecta a la moral y al bienes- etiquetado estático, más que como un proceso como un
resultado desde un enfoque cuasi-causalista (Tabla I). entorno, el cinismo y el aumento de conductas adictivas
Así, cuatro décadas después de que Hans Selye definie- como el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
ra el estrés, Freudenbergen, en 1974, define el burnout Estos síntomas pueden agravarse y conducir a ob-
de la siguiente manera: “... Es fallar, desgastarse o sen- sesiones, fobias, ideas suicidas, conductas paranoides
tirse exhausto debido a las excesivas demandas de ener- hacia los compañeros y/o familiares, sensación de vacío,
gía, fuerza o recursos. (...) Es lo que pasa cuando un baja autoestima, nerviosismo, irritabilidad, desgana y
miembro de la organización se vuelve inoperante”. actitud hipercrítica. Suele acompañarse por un proceso
Se ha propuesto —por analogía a las fases del Sín- de negación de las emociones, de la atención selectiva
drome General de Adaptación, descrito por Selye— que de algunos pacientes, de la ironía, la racionalización y el
evoluciona en tres etapas: primero se da un desequili- desplazamiento, que conducen a la deshumanización
brio entre las demandas y los recursos, después apare- del trato con el enfermo y a su devaluación, o la de la
ce la tensión psico-física y, por último, los cambios institución, en un marco de desesperanza y nihilismo.
conductuales. Estudios posteriores consideran el burnout como
De esta manera, el burnout se define asociado a sín- un proceso que se desarrolla por la interacción de ca-
tomas como la fatiga crónica, la tensión muscular, las racterísticas del entorno laboral y de orden personal,
somatizaciones, la gastritis y la úlcera, los trastornos del con manifestaciones diferenciadas en las distintas eta-
sueño, las cefaleas, los dolores musculares, las disfun- pas. En este sentido, se trata de un tipo de respuesta
ciones sexuales y alteraciones menstruales, la dificultad específica al estrés laboral cuando fallan las estrategias
para concentrarse y los déficit de memoria, la falta de funcionales de afrontamiento, siendo una variable me-
apetito, el cansancio, la irritabilidad, la ansiedad, la de- diadora en la relación entre el estrés percibido y sus
presión, la frustración y la hostilidad, el aislamiento del consecuencias. Los trabajos más recientes se centran en
la relación persona-entorno laboral —no en cada uno creencia de que uno es incapaz de ofrecer los cui-
por separado— y establecen una relación bipolar entre dados y el apoyo necesarios, frecuentemente
el desgaste y el compromiso laboral, base de la compe- acompañado de un gran temor a cometer errores
netración o la discordia entre el trabajador y el trabajo, en el desempeño profesional. Así se va instaurando
con seis áreas: cantidad de trabajo, comunidad, control, un sentimiento de indefensión, impotencia e inca-
justicia, remuneración y valores. pacidad profesional que le conduce a evitar al niño
En el ámbito sanitario en general, el burnout es y a su familia, para evitar el sufrimiento que acom-
frecuente en las instituciones con un sistema rígido y paña a estas situaciones dolorosas, y que se com-
con pocas oportunidades, se asocia con las demandas plementa con la percepción de inseguridad, des-
emocionales de los pacientes y puede entenderse como confianza y falta de apoyo que el niño y su familia
un síndrome que, lentamente, va progresando en los perciben.
individuos y/o en los equipos sanitarios. De hecho, se
han propuesto modelos de “fases” o pasos en el desarro- 4. Fracaso personal
llo del síndrome. Esto no quiere decir que todos los sa- El fracaso profesional mantenido en el tiempo pro-
nitarios pasen necesariamente por las mismas fases o gresa lentamente hasta una sensación de fracaso
pasos; su desarrollo es variable en función de las distin- personal. La identidad profesional (“soy enfermera
tas variables intervinientes. / médico / trabajador social / psicólogo…”) se ge-
En el contexto de los CPP se han descrito las si- neraliza a otras áreas de la persona, produciendo
guientes fases2: un rechazo de lo que uno es, de lo que llegó a con-
vertirse, lo que genera desesperación, desesperan-
1. Agotamiento emocional y físico za y aislamiento. Este rechazo de sí mismo tiene
Este estado se traduce en un sentimiento de estar efectos perjudiciales importantes en su familia, en
“emocionalmente vacío”, con poco o ningún deseo sus amigos y en todo el entorno del profesional
de relacionarse con el niño enfermo o sus familia- sanitario. En esta fase son comunes el absentismo
res, sin energía para poderles ofrecer soporte a y las bajas laborales.
ellos o a otros colegas sanitarios. El agotamiento
emocional en situaciones de constante confronta- 5. Entumecimiento o “vacío por dentro”
ción con el malestar, el dolor, el sufrimiento, el En esta fase, el profesional sanitario se describe
deterioro, la muerte y las pérdidas, hace que el como “vacío por dentro”, dormido, entumecido.
170 profesional sanitario se sienta incapaz de afrontar Las carencias individuales afectan directamente a
la muerte de otro niño y el sufrimiento de otra fa- su desempeño, y por más que el profesional sanita-
milia más, agobiándose por la necesidad de recur- rio intenta cumplir con sus responsabilidades, no
sos adicionales y por la frustración al no hallarlos. puede realizarlo con el compromiso y el entusias-
También es frecuente sentir una falta de reconoci- mo mínimos necesarios. La desmotivación le inun-
miento hacia el trabajo bien realizado y ser incapaz da. Frecuentemente se plantea dejar la profesión,
uno mismo de valorar los logros conseguidos; el con la convicción de que “esto no es lo mío” o “yo
trabajo —que era una parte importante del desa- no sirvo para esto”, y en casos extremos cae en una
rrollo personal y profesional— se vivencia desde el profunda depresión que puede llegar a contener
fracaso y se vuelve deprimente. Estos sentimientos ideación suicida.
suelen estar asociados con los síntomas físicos de
agotamiento, con problemas de sueño, cambios en Según diferentes estudios, los profesionales sanita-
el apetito, pérdida de concentración y sentimien- rios más jóvenes, las mujeres, los solteros, los sanitarios
tos de depresión. Se considera que, tras un tiempo, sin hijos, en los dos extremos de antigüedad en el pues-
se puede evolucionar a la siguiente fase. to —esto es, los que llevan poco tiempo y los que des-
empeñan el mismo puesto desde muchos años—, y los
2. Indiferencia que gozan de menos tiempo libre y/o de vacaciones,
En esta fase, los individuos pueden aparecer como serían los que tienen un mayor riesgo de sufrir burnout.
cínicos, inhumanos, desmotivados, desinteresa- En nuestra opinión, debemos recoger los resultados de
dos, y pueden demostrar una amargura y un ren- estos estudios con la suficiente cautela, que nos permita
cor crecientes. Una persona con burnout puede comprender que la relación entre las variables mencio-
manifestar agresividad, irritabilidad, falta de parti- nadas no es lineal, sino una compleja conexión multi-
cipación e incapacidad para comunicarse eficaz- factorial. Por poner un ejemplo, no sabemos si los sani-
mente. Los efectos suelen ser aún más visibles para tarios con hijos tendrían una mayor resistencia al bur-
los demás, pues el trato con los niños y sus familias nout por características como “madurez personal”, “es-
se deshumaniza y se vuelve automatizado, como si tabilidad emocional”, “mayor capacidad de resolver
se tratara casi de objetos. problemas”, “mayor apoyo familiar”, “edad” u otras va-
riables que median la relación entre el burnout y tener
3. Fracaso profesional hijos8.
En la tercera fase se va desarrollando lentamente Como puede inferirse de lo expuesto hasta aquí,
un sentimiento de fracaso profesional basado en la existe una gran variedad metodológica en la evaluación
del burnout. En los comienzos se valoraba mediante valores anteriores, bien por desactivación simpáti-
observación clínica; posteriormente fue evaluado me- ca o bien por activación parasimpática. El estrés es
diante entrevistas semi-estructuradas, técnicas proyecti- un intento forzado de mantener la activación en el
vas, escalas y cuestionarios. El principal problema para tiempo hasta agotar los recursos. La respuesta de
conseguir medidas fiables y válidas ha sido la vaguedad relajación tiene un efecto de recuperación: se evi-
en la definición del concepto, que dificulta discriminar- tan las reacciones excesivas ante los estímulos,
lo de otros constructos. La medida más utilizada y co- normalizando nuestros procesos físicos, emocio-
nocida es el Maslach Burnout Inventory (MBI). Sin em- nales y mentales.
bargo, su conceptualización tridimensional presenta c) Los efectos sobre el organismo: por ello tienen dife-
dificultades, pues puede clasificar como profesionales rentes efectos sobre el organismo a corto, medio y
con burnout a quienes tengan características diferentes largo plazo. Numerosos estudios confirman los
por puntuaciones disímiles en las dimensiones; ade- efectos del estrés sobre el organismo; en concreto,
más, se pueden considerar como sinónimos algunos los resultados parecen indicar un claro deterioro
constructos diferentes entre sí, y también supone difi- en el sistema endocrino a medio plazo y en el siste-
cultades su evaluación unidimensional, ya que perdería ma inmune a largo plazo.
la consideración de síndrome según los hallazgos pre- d) El resultado psicológico: la respuesta global del es-
sentados por las distintas investigaciones. trés, mantenida en el tiempo, se traduce en males-
tar psicológico, dando al sujeto la sensación de es-
tar desbordado.
Diferencias de la ansiedad y el estrés
Es decir: cuando esta “activación-adaptativa” de la
Como se acaba de comentar, existen todavía dis- respuesta de ansiedad se generaliza y/o se cronifica en el
crepancias teóricas y empíricas en la discriminación de tiempo, se produce el estrés, denominado por Hans
estos constructos, en parte debidas a la progresión de Selye Síndrome General de Adaptación, que consta de tres
los hallazgos realizados en las sucesivas investigaciones fases: la reacción de alarma, la fase de resistencia y la de
y en parte debidas a las distintas posturas teóricas de los agotamiento.
autores dedicados a este área. Comenzaremos por dife- Desarrollos posteriores consideran que el estrés
renciar la ansiedad del estrés, siguiendo una descrip- psicológico, en cambio, es una relación particular entre
ción cronológica de las propuestas, antes de diferenciar- el individuo y el entorno, que es evaluado por aquél
lo del burnout. como amenazante o desbordante de sus recursos y que 171
Con frecuencia se utiliza el término estrés para pone en peligro su bienestar. El modo de interpretar y
nombrar ansiedad. La ansiedad es una reacción adapta- catalogar nuestras experiencias y el modo de ver el fu-
tiva ante una amenaza que cumple una función “señal” turo pueden servir tanto para relajarnos como para es-
de peligro, protectora de la supervivencia, que prepara tresarnos. Pensar sobre los problemas produce tensión
al organismo para la lucha o la huida. Al preparar al en el organismo, lo cual crea, a su vez, la sensación sub-
organismo para la acción, las pupilas se agrandan para jetiva de intranquilidad, provocando pensamientos to-
mejorar la visión y el oído se agudiza. Los músculos se davía más ansiosos y convirtiéndose en un círculo vi-
tensan para responder al desafío y la sangre es bombea- cioso negativo (Figura 1).
da hacia el cerebro para aumentar la llegada de oxígeno Si no se libera al organismo de este estado de so-
a las células y favorecer los procesos mentales, restrin- bre-activación, se entra en un estado de estrés en el que
giendo con ello la circulación en las extremidades, que el cerebro tiende a hiper-reaccionar, ocasionando des-
se perciben frías y sudorosas. Las frecuencias cardiaca y gaste físico y crisis de llanto, y, potencialmente, puede
respiratoria aumentan. ocasionar depresión y podría llegar hasta el colapso del
Aunque la ansiedad es una respuesta fisiológica individuo. Se ha encontrado relación entre el estrés y
innata, los pensamientos pueden actuar para potenciar muchos padecimientos y/o enfermedades físicas: dolor
la percepción de amenaza, amplificando la activación de cabeza, úlcera, artritis, colitis, asma, arritmias car-
del sistema nervioso autónomo y de la respuesta afecti- diacas, problemas sexuales, trastornos circulatorios,
va, o bien disminuyendo o minimizando el peligro, tensión muscular, etc., y, a largo plazo, alteraciones del
apaciguando la activación y la respuesta emocional. sistema inmune, como demuestran los numerosos estu-
Las diferencias entre ansiedad y estrés propuestas dios en el campo de la psico-neuro-inmunología.
por algunos autores se refieren a las siguientes caracte- En concreto, se postula que el estrés puede influir
rísticas: en la salud a través de tres vías: hábitos nocivos (con
sustancias nocivas como alcohol o tabaco y/o obstacu-
a) El tipo de respuesta: la ansiedad es una respuesta lizando una conducta adaptativa por falta de ejercicio
adaptativa puntual, mientras que el estrés está físico o con una nutrición adecuada), reacciones neu-
constituido por respuestas globales. ro-endocrinas a medio plazo y reacciones neuro-inmu-
b) El tipo de activación: la ansiedad responde a un pa- nes a largo plazo. En definitiva, en principio se trata
trón de “curva de activación del sistema simpático” también de una señal de alerta, global y crónica, pero
que en primer lugar activa al organismo para la además implica un balance negativo entre amenazas y
acción y posteriormente decrece, retomando los recursos.
Percepción
Sensorial
Desagradable
Amenaza
+
Impotencia
=
Sufrimiento
Percepción
Psico-social
Desagradable Estado de Ánimo
Figura 2. Modelo para un intervención paliativa en un enfermo al final de la vida (Bayés, Arranz, Barbero y Barreto, 1996).
Este modelo se asienta en la creencia de que es más conforman el equipo sanitario al menor coste emocio-
fácil y eficaz apoyarse en las capacidades o “puntos nal posible, protegiéndoles de los factores inductores de
fuertes” que centrarse en las dificultades o “puntos dé- burnout.
biles” de los profesionales sanitarios, y se lleva a la prác- Como se ha dicho, el burnout surge como conse- 173
tica por medio de la capacidad de entrenamiento, de cuencia de un balance negativo entre las amenazas (fac-
aprendizaje y modelado, de influencia e interacción con tores de riesgo) y los recursos (factores de protección).
el entorno y, sobre todo, de la propia auto-regulación Más concretamente, entendemos por amenaza aquellos
del profesional. Así, el objetivo se centra en potenciar factores potencialmente estresantes para el profesional
los recursos de los profesionales con el objetivo de al- sanitario de CPP, y por recursos, aquellos factores o
canzar los máximos éticos y asistenciales, como la otra condiciones que fortalecen la resistencia del sanitario
cara de una gestión de calidad asistencial, incrementan- de CPP ante los riesgos de padecer burnout que implica
do los niveles de competencia individuales de los que su trabajo (Tabla II).
En la medida en que los factores de riesgo y las si- bilidades para una relación terapéutica deliberativa,
tuaciones estresantes tiendan a reducirse o se manten- que implica una mínima formación en bioética, en
gan dentro de unos niveles que permitan su afronta- counselling y en trabajo en equipo, al mismo tiempo que
miento exitoso por medio de los factores de protección se demanda la calidad asistencial.
o de los recursos de los que dispone el sanitario de CPP, Este desequilibrio entre las demandas y los recur-
y mientras más se desarrollen e implementen éstos, más sos se traduce en una serie de temores y miedos: la falta
respuestas adaptativas se obtendrán y más fortalecedo- de aceptación de la muerte en general, y de la muerte
ras de estos mismos recursos. Es decir, la adaptación se de un niño en particular, conduce a sentimientos de
ve favorecida por el balance positivo de los recursos, culpa, frustración y fracaso. Desde el paradigma de la
actuando a su vez como un refuerzo importante de es- medicina curativa tradicional se agotan todos los me-
tas respuestas y generando una retroalimentación posi- dios técnicos disponibles para luchar contra la muerte.
tiva entre resistencia, factores de protección, afronta- La obstinación terapéutica es probablemente mayor en
miento, adaptación y resistencia. los niños, y también es más difícil el ajuste terapéutico
El cuidado de niños al final de su vida y de sus fa- a un objetivo paliativo. De ello se deriva el temor a no
milias puede convertirse en el entorno idóneo para de- estar actuando correctamente, por exceso o por defecto,
sarrollar el síndrome de burnout por motivos múltiples. generando incertidumbre y estrés añadido a una situa-
Los ejemplos incluyen el trato diario con las limitacio- ción de por sí compleja.
nes, el deterioro, el sufrimiento y la muerte, viendo a Las decisiones impuestas, no deliberadas dentro
muchos niños y jóvenes atravesar por trayectorias difí- del equipo y compartidas con los padres y/u otros fami-
ciles, teniendo que asumir el apoyo emocional de ellos liares, tienden a aumentar el cuestionamiento de ciertas
y de sus familias, viviendo dentro de una cultura profe- actuaciones. La situación puede complicarse aún más
sional que silencia las emociones y exige calidad dentro cuando existe desacuerdo dentro del equipo asistencial
de un marco de presión asistencial. o entre los familiares del niño y cuando a éste se le apar-
Tener conciencia de los factores de riesgo de de- ta —por sobreprotección, angustia y temor— de la si-
sarrollo del síndrome del burnout en el ámbito de CPP tuación dolorosa que está viviendo. La falta de asertivi-
puede ayudar a detectar y poner en marcha las medi- dad y de trabajo en equipo no permiten el buen desem-
das y actuaciones necesarias para prevenirlo. La pre- peño del profesional sanitario. El temor a no saber có-
vención se orienta a reducir la tensión emocional la- mo informar y comunicar con el niño y con los familia-
boral en relación con la situación del niño y de sus res, el temor a sobre-implicarse en un caso clínico, el
174 familiares y con el equipo interdisciplinar. Por ello temor a abordar las reacciones emocionales intensas, el
vamos a detenernos a definir los factores de riesgo temor a sentirse rechazado por el niño o por la familia,
(amenazas) a los que el profesional sanitario de CPP provocan dificultades importantes que impiden el esta-
tiene que hacer frente y a identificar los factores de blecimiento de una necesaria relación de confianza y
protección (recursos) que le permitirán afrontar o respeto que es la base de la relación de ayuda.
compensar el efecto de éstos. Como en otra ocasión1, Al mismo tiempo que pueden darse estos senti-
se han agrupado en tres tipos: a) factores personales; mientos de culpa, frustración y fracaso, se agravan por
b) factores relacionados con el trabajo, y c) factores una autoexigencia elevada del profesional sanitario que
institucionales. puede llevarle a presentar dificultades para reconducir
demandas inadecuadas, negativas a colaborar o conduc-
tas perturbadoras, quejas o presiones, difuminando los
Factores personales límites profesionales, lo que da la sensación de “saco
depositario” de todas las demandas del niño, de su fami-
Además de las variables definidas por la situación, lia y del resto del equipo asistencial. La falta de objetivos
existen otras variables de tipo personal que explican las realistas y realizables y la ausencia de una planificación
reacciones emocionales. Esas variables relacionales vie- preventiva a corto y medio plazo, a través de actuaciones
nen determinadas por el pasado de las personas y tie- dirigidas a potenciar lo que sí se puede hacer más que a
nen que ver con la historia de aprendizaje individual, rumiar lo que ya no se puede lograr, pueden contribuir
con las experiencias que ha tenido la persona antes de al desarrollo del síndrome de burnout.
enfrentarse a la situación (biografía). El burnout, asimismo, puede producirse con más
probabilidad cuando uno tiene problemas serios simul-
Factores de riesgo táneamente en el trabajo y en la vida privada o cuando
a uno le falta un equilibrio saludable entre el trabajo y
En general, los profesionales sanitarios se enfren- la vida fuera del mismo, lo que acaba convirtiéndose en
tan a este trabajo con una formación insuficiente para un círculo vicioso negativo. También concurre con una
actuaciones de intervención en CPP, que incluyan acti- serie de obstáculos como la dificultad para pedir ayuda,
tudes, habilidades y conocimientos específicos. La ma- para tomarse tiempo, para pedir asesoramiento cuando
yoría de los programas formativos incluyen un amplio se necesita, para poder compartir los pensamientos y
bagaje de técnicas sofisticadas, pero profundizan poco sentimientos con el grupo de pares, para conseguir des-
en la compleja relación de ayuda necesaria en este con- cansar lo suficiente cuando se está cansado, para decir
texto. Existen carencias básicas en la formación de ha- “no” a las demandas de las familias o de los compañeros
sanitarios, y para cambiar de trabajo, sintiéndose atra- atmósfera de trabajo es tensa, bien porque el marco de
pado financieramente y llegando a ser incapaz de valo- relación es excesivamente autoritario o con poca posibi-
rar otros aspectos que anteriormente habían sido rele- lidad de participación en los procesos de toma de deci-
vantes para esa persona. siones, bien porque se da una atmósfera de hostilidad y
tensión entre los compañeros.
Factores de protección En la organización sanitaria es difícil trabajar en
equipo (es más, generalmente ni siquiera se tiene la
La percepción de autoeficacia, autoconfianza y au- opción de formar equipos). La falta de “cultura de equi-
toestima serán los pilares de un afrontamiento eficaz de po interdisciplinar” es una variable constante en el ám-
las situaciones estresantes. El sentimiento de competen- bito institucional, organizativo y, en algunos casos,
cia actúa como fuente de motivación importante para el personal. Es decir, se padece a todos los niveles: macro,
trabajo. “Tanto si crees que puedes como si crees que no meso y micro-organizacional. Es habitual que los profe-
puedes, estarás en lo cierto”, dice un proverbio chino. sionales sanitarios se distribuyan sin contar con un de-
El entrenamiento en técnicas de counselling ha terminado perfil adecuado a la tarea que han de realizar,
mostrado su eficacia en situaciones clínicas altamente por no profundizar en la denunciable falta de equidad
estresantes abordadas desde los principios bioéticos en la gestión de este y de otros recursos.
actuales. Se fundamenta en dos modelos teóricos com- Al trabajar en un ambiente con demasiadas de-
plementarios: el modelo de potenciación (brevemente se mandas y sin tiempo suficiente, con reducción de per-
podría exponer en la premisa de que las personas tene- sonal y con problemas de comunicación para expresar
mos más recursos de los que creemos para afrontar si- las necesidades a los responsables de gestión, todo el
tuaciones complejas) y el modelo de sufrimiento (ex- equipo “se quema”.
puesto como modelo de intervención mencionado an- Cuando hay baja moral de equipo, surgen las difi-
teriormente). Se configura en un conjunto de actitudes cultades, los desacuerdos y la competencia entre sus
como la aceptación incondicional y el respeto del mun- miembros. La indefinición de tareas, la ambigüedad, los
do de valores de los otros, la congruencia, la veracidad conflictos de roles y la falta de participación y de com-
y la confidencialidad terapéutica. Se podría definir co- promiso en las decisiones, implican tanto la falta de as-
mo un conjunto de técnicas relacionales que maximi- pectos recompensantes como la falta de apoyo para
zan la eficiencia de la comunicación validando la ex- compartir dificultades y solucionar los problemas surgi-
presión de emociones y potenciando la reflexión desde dos en el desempeño laboral.
el respeto a la libertad del otro. Se apoya en la mayéu- Cuando el equipo está “quemado” en su conjunto, 175
tica socrática, utilizando las preguntas como medio de suele haber frecuentes rotaciones de personal, más ab-
reflexión en el proceso de toma de decisiones comple- sentismo y mayor índice de bajas laborales, por lo que
jas, base de la relación deliberativa. Incluye las habili- desciende la productividad, y ello repercute, obviamen-
dades básicas de autorregulación, que, por medio de te, en unos cuidados poco satisfactorios del paciente y
una comunicación asertiva, permitan ofrecer el apoyo de su familia.
emocional necesario para la resolución de problemas
complejos. Casi la totalidad de los profesionales sanita- Factores de protección
rios insisten en la necesidad de formación en este área.
Es necesario contar con las habilidades suficientes para Existen distintas estrategias organizativas que han
desempeñar la tarea con una mínima confianza de efi- demostrado su eficiencia para aumentar la satisfacción
cacia y regular las actuaciones desde una autocrítica laboral y la de los usuarios, así como para reducir las
comprensiva y constructiva que posibilite afianzar la bajas laborales y el burnout en los profesionales sanita-
autoestima profesional. rios. En general, se basan en el fomento de la cohesión
y el apoyo grupal, enmarcando la relación en la con-
fianza mutua y en la cooperación, en la búsqueda del
Factores interpersonales y organizativos logro con un objetivo común. El supuesto fundamental
es facilitar la comunicación fluida entre los componen-
Factores de riesgo tes del equipo, en el que se debe producir:
En palabras del profesor Diego Gracia, en el ámbi- de recursos, la presión asistencial, la sobrecarga laboral
to de las actuaciones sanitarias “los mínimos se castigan y las pocas posibilidades de formación y menos aún de
pero los máximos se promueven”. Es decir, que si pro- promoción. La falta de reconocimiento de la necesidad
mulgamos una asistencia de calidad necesitamos co- de equipos interdisciplinares empuja a una situación
menzar a acostumbrarnos cuanto antes a promover la paradójica de exigencia mayor con menos recursos dis-
excelencia profesional, ya que lo que verdaderamente ponibles. Somos concientes de la escasez de los recur-
cambia los hábitos y las conductas no deseadas es el sos —empezando por la gestión del tiempo del propio
refuerzo de las conductas deseadas, desde la actuación sanitario—, pero la priorización desajustada a los obje-
guiada por la aspiración a estos máximos y no desde el tivos de calidad, centrada únicamente en la cuantifica-
mero e insuficiente castigo del incumplimiento de los ción utilitarista de servicios, puede conducir a una si-
mínimos. tuación contraria a la deseada. En este sentido, partimos
Resulta de utilidad realizar reuniones interdiscipli- una lanza por los profesionales sensibles, humanos y
nares, periódicas y productivas, en las que se establez- humildes, que dedican su labor a continuar poniendo
can los objetivos comunes, se elaboren y planifiquen las en evidencia lo casi-obvio para la casi-mayoría, que
actuaciones terapéuticas integrales y complementarias, permanece aún muy oscuro para ciertos estamentos
poniéndolas en común, y se facilite la oportunidad de superiores.
compartir experiencias, necesidades y dificultades. Los
equipos también necesitan poder procesar y despedirse Factores de protección
de los niños, facilitando el duelo de sus familiares.
Igualmente es importante prestar especial atención a los Entre las medidas institucionales que deben acti-
logros obtenidos por el trabajo del equipo, desde los varse, consideramos urgente la consolidación y el reco-
objetivos inicialmente planteados, teniendo en cuenta nocimiento de los equipos interdisciplinares como uni-
las limitaciones profesionales. dad terapéutica indispensable en este campo. Además
De la misma manera, resulta primordial la planifi- de valorar el número de horas de trabajo y el tipo de
cación adecuada de las condiciones de trabajo, asegu- contrato de que disponen los profesionales sanitarios,
rando la estabilidad de las actividades programadas y se tiene que considerar una adecuada provisión de re-
esperadas, así como el diseño y la distribución de las cursos (ratios de personal suficiente y bien formado en
tareas para los momentos de urgencias. la especialidad, estructuras formales e informales apro-
Otra estrategia complementaria consiste en moni- piadas, formación continuada, integración y coordina-
176 torizar al equipo de forma continuada, con el fin de te- ción con otros servicios, etc.) que protejan a los profe-
ner siempre identificada su situación y su grado de sa- sionales ante este síndrome y que aseguren la asistencia
tisfacción, contribuir a la comunicación entre los miem- deseada.
bros que lo componen y generar un ambiente con buen
humor y que favorezca las actividades gratificantes fue-
ra del trabajo. Prevención e intervención del
burnout en cuidados paliativos
pediátricos
Factores institucionales
La resolución del estrés laboral asistencial den-
Factores de riesgo tro de los equipos de CPP debe considerarse como
un proceso dinámico que implica tener presente su
A pesar de la eficiencia demostrada por los progra- prevención en el desarrollo de actuaciones diseñadas
mas de cuidados paliativos, y del reciente Plan Nacional del modo más adecuado posible. De otra manera, las
de Cuidados Paliativos presentado en Madrid en di- unidades de CPP, centradas en proporcionar una
ciembre de 2005, del que se excluyen los CPP alegando atención digna y humana para dotar del máximo
connotaciones especiales, sólo conocemos abordajes confort posible al niño y a su familia, paliando el su-
pioneros de CPP en Cataluña y en Las Palmas de Gran frimiento, corren un gran riesgo de desarrollar bur-
Canaria. nout. Este síndrome no aparece después de uno o dos
Los datos aportados en la II Reunión Nacional de episodios de sobrecarga o de especial dificultad, sino
la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátri- que se genera a lo largo de un proceso que puede re-
cos, en 2005, evidencian los requerimientos de una sultarle desconocido al propio profesional, y en su
mayor formación en CPP por casi la totalidad de los desarrollo intervienen los factores personales, orga-
profesionales sanitarios, y que casi la mitad de los pro- nizacionales e institucionales antes mencionados y la
fesionales médicos experimentan la muerte de los niños inexistencia de mecanismos psicológicos que los
como una experiencia de fracaso personal o profesional puedan contrarrestar.
que interfiere en el proceso de toma de decisiones, en Esta situación puede llegar a desencadenar una
su relación con la familia y con los otros profesionales serie de graves consecuencias de salud (tanto física co-
sanitarios y en la vulnerabilidad al burnout11. mo psicológica), como resultado de un afrontamiento
Continúan siendo demasiados los profesionales basado en el control y en la evitación de los pensa-
sanitarios que se encuentran día tras día con la escasez mientos y sentimientos negativos. Una de las conse-
cuencias inmediatas de ello es la aparición de conduc- entendiendo por auto-cuidados las conductas que las
tas que van en contra de su labor asistencial, tales co- personas realizan para promover su salud y bienestar e
mo una menor implicación en el trabajo, pérdida de identificando los mecanismos de afrontamiento que re-
interés y empatía por los niños y sus familiares, falta de sulten más efectivos.
disponibilidad ante las necesidades que presentan, re- Efectivamente, hemos mencionado entre los fac-
ducción del contacto físico, niveles mínimos de proxi- tores de riesgo algunos —o bastantes— que no están
midad y atención al niño y a sus familiares, aislándose en nuestras manos poder cambiar o modificar (el reco-
e imposibilitando una buena relación con los mismos y nocimiento institucional, la burocracia, la carga de
distanciándose a la vez del trato con sus compañeros, trabajo, el estilo de dirección del “jefe”; que los niños
que a su vez agravan el sentimiento de no desempeñar enfermen y no podamos curarlos a todos, etc.), pero el
bien su trabajo, por falta de gratificaciones y de realiza- impacto emocional dependerá de cómo afrontemos y
ción personal a través del mismo, y, en último término, aceptemos lo inmodificable. Sin embargo, hay otros
absentismo y baja laboral. El análisis de las repercusio- factores que sí dependen de nosotros y de lo que haga-
nes del burnout para el profesional sanitario y para la mos. Ser capaces de aceptar y asumir con realismo que
calidad de los cuidados que ofrece, y de las consecuen- las cosas son como son y que no somos, ni se nos pue-
cias para el equipo y para las instituciones, explica el de exigir, ser omnipotentes, facilitará tener la energía y
alto coste que puede llegar a tener. En general, los pro- voluntad necesarias para modificar lo que está en
gramas de prevención e intervención se desarrollan en nuestra mano cambiar. No sólo influye en nosotros lo que
el ámbito individual —considerando estrategias de nos pasa, sino cómo afrontamos lo que nos pasa. Como
afrontamiento—, en el interpersonal —potenciando la dijo Joan Manuel Serrat, “uno no elige lo que le trae la
formación— y en el institucional —disminuyendo los vida, pero sí elige la forma de afrontarlo”. Se puede
estresores organizacionales y fomentando el trabajo en aprender a reaccionar de acuerdo con el objetivo de
equipo—. acoger, compartir y soportar el sufrimiento ajeno. Ésa
es nuestra libertad y nuestra responsabilidad: yo elijo
cómo quiero reaccionar ante lo que sucede; no elijo lo que
Prevención sucede.
Una de las primeras estrategias de afrontamiento
Los principios generales para la prevención de que se deben desarrollar es la capacidad de adaptar los
burnout deben considerar las circunstancias específicas pensamientos y sentimientos sobre la muerte de los ni-
de los individuos y de la escena institucional en que ños. Los profesionales sanitarios tienen que ser cons- 177
desarrollan su labor. Antes de comenzar a formar parte cientes de que su trabajo se centra en proporcionar
de un equipo de CPP se tiene que considerar tanto su confort a estos niños y en tener unas actitudes que per-
formación como su conveniencia, además de la capaci- mitan el acercamiento hacia ellos y a sus familiares. Por
dad para trabajar con estos niños y con sus familias. ello es fundamental, en el contexto de los CPP, estable-
Nadie debe verse obligado a trabajar con esta pobla- cer claramente los límites profesionales, tanto con el
ción particular. niño como con sus familiares, que permitan establecer
El burnout se puede prevenir desarrollando y po- relaciones terapéuticas dentro de un abordaje de equipo
tenciando capacidades y recursos en el propio profesio- asistencial12.
nal y en el equipo. El principio que subyace a esta for- Como decíamos, hay cosas que no podemos cam-
ma de prevenir el burnout es que la capacidad o la biar, que no están en nuestras manos. Cosas que son
competencia para desarrollar con eficiencia la actividad, como son. Cosas que nos gustaría que fueran de otra
y cumplir con sus propios objetivos personales, influye manera, que nos parece injusto que sucedan, que no
de un modo notable en su satisfacción y actúa como deberían ser. Pero son así, sin más. Para poder cuidarse
factor de protección contra el “quemarse”. El sentimien- resulta conveniente distinguir entre: lo que se puede,
to de competencia o capacidad hacia una actividad es de lo que no se puede hacer, y lo que es, de lo que de-
una suma de conocimientos (saber), actitudes (saber bería ser. Ello nos protegerá de la impotencia, de la
ser) y habilidades (saber hacer). En los siguientes apar- frustración, de la culpa y de la ira.
tados incidiremos en las estrategias individuales que Por ello es importante aceptar que:
pueden proteger al profesional sanitario de CPP ante el
burnout, a la espera de las medidas institucionales que • Estamos inmersos en una cultura sanitaria cam-
consideramos necesarias. biante, con un código de autoridad que resulta di-
fícil de aceptar y con escasa cooperación. La impo-
sición y la falta de empatía son, probablemente, los
Auto-cuidados y afrontamiento del principales promotores de una mala relación con
burnout los niños y sus familiares.
• Somos responsables de lo que hacemos (no “culpa-
Reconocer las reacciones al estrés laboral asisten- bles”). Yo elijo cómo reaccionar ante lo que sucede.
cial es el primer paso que permitirá utilizar y desarrollar • Tenemos límites y necesitamos, para estar bien,
las estrategias de afrontamiento y de auto-cuidados ne- cuidar las relaciones con uno mismo y con los
cesarias para prevenir y superar los efectos del burnout; demás.
ción con el entorno o de nuestra experiencia con-noso- de “señal” que contienen. Cuando se escuchan y viven-
tros-mismos13. Emergen a la conciencia cuando se cian, se aprovecha esta función de “señal” o de “semá-
atiende a la sensación, al “sentimiento” corporal, sim- foro” regulativo de nuestras vivencias y de nuestra for-
bolizándolo en un posible “darnos cuenta”. Es decir, ma de actuar.
cuando interpretamos las señales fisiológicas cognitiva- Es decir, necesitamos de la emoción como una se-
mente y actuamos congruentemente. Por ello se hallan ñal de respuesta ante lo que nos afecta y nos importa
íntimamente relacionadas las respuestas fisiológicas (lo —valores—, para establecer metas —realización de va-
corporal), cognitivas (los pensamientos) y emocionales lores—, y necesitamos de la razón para planificar la
(lo afectivo) con nuestras acciones. La integración y mejor manera de lograr esas metas, y de la cognición
coherencia personal permiten la armonía entre lo que para dar sentido a nuestras experiencias.
sentimos, pensamos, hacemos y percibimos del mundo El análisis racional que sigue a la valoración afecti-
sin intentar “bloquear” nuestros sentimientos. Las va reduce rápidamente las opciones, aumentando la
emociones son adaptativas: no son ni “buenas” ni “ma- precisión y eficacia en la toma de decisiones. Dicho en
las”, ni “positivas” ni “negativas”. Podemos decir de otras palabras, en la vida personal nos dotan de un bar-
ellas que son placenteras o no placenteras. Así, las co con su timón y sus detectores de alerta. Pero necesi-
emociones placenteras se vivencian positivamente y tamos un mapa, una guía para planificar el viaje y cier-
motivan a la conducta proactiva eficaz, promoviendo el tos faros que guíen el camino.
propio crecimiento. En cambio, las emociones no pla- La verdadera inteligencia emocional consiste en
centeras evolucionan para prepararnos ante las situa- dirigir —no en controlar— nuestros impulsos, ser ca-
ciones potencialmente dañinas. Resulta tan desadapta- paces de auto-motivarnos, de aplazar respuestas y re-
tivo estar siempre contento como sentirse siempre flexionar, de reconocer las emociones en los demás y de
triste, pues la cronicidad hace que se pierda la función manejar con éxito estas relaciones.
por identificar cómo está interpretando y valorando la el imperativo “debería”, que consiste en convertir los
situación, y, si existen formas distorsionadas de verla, deseos en principios u obligaciones morales, basadas en
modificarlas para que sean más ajustadas a la situación nuestro particular código de justicia, que tenemos que
y generen menos malestar. Este procedimiento tiene cumplir. Las consecuencias resultantes de la actuación
como eje principal la forma de pensar del sujeto, la ma- bajo este imperativo suelen ser obstaculizar la puesta en
nera en que se interpreta el ambiente y sus circunstan- marcha de actuaciones concretas y generar culpabilidad
cias, y las creencias que ha desarrollado sobre sí mismo, cuando no cumplimos “los deberes” auto-impuestos.
sobre otras personas y sobre el mundo en general. Si Si se conceptualiza a través del mandato de exigen-
estas interpretaciones o creencias son ilógicas, poco cias absolutistas, como “debo de…” y “tengo que...”, di-
empíricas y dificultan la obtención de las metas estable- chas exigencias resultan dogmáticas sobre uno mismo,
cidas por el sujeto, reciben el nombre de creencias irra- sobre los demás o sobre la vida en general, al contrario
cionales (Tabla IV). de las concepciones probabilísticas o de preferencias,
en las que las expectativas de las personas no son dile-
máticas y absolutistas. Una forma más adecuada consis-
Tabla IV. Ideas irracionales te en enfocar las distintas situaciones como lo que “me
Trece creencias irracionales que conducen a malestar gustaría” o “desearía”. Los “debo de…” y “tengo que…”
emocional o conductas devaluadoras sólo sirven para sabotear los propios propósitos y obje-
1. ¡DEBO hacerlo bien o muy bien! tivos básicos, establecidos desde la elección personal,
basada en los valores propios, y general emociones y
2. Cuando actúo de forma estúpida es porque soy una
PERSONA MALA O SIN VALÍA conductas que bloquean o dificultan la obtención de los
mismos. De este pensamiento rígido e irracional se de-
3. ¡DEBO ser aceptado por la gente a la que considero
importante! rivan tres inferencias secundarias:
4. ¡NECESITO que me quiera alguien que se preocupe
mucho por mí!
a) La tendencia a resaltar en exceso lo negativo de un
acontecimiento, que conduce a conclusiones exa-
5. Si me rechazan, quiere decir que soy una PERSONA
geradas y mágicas, y que proviene de la creencia
MALA, INDESEABLE
“esto no debería ser tan malo como es”, “sólo hay
6. ¡La gente DEBE tratarme correctamente y darme lo sufrimiento en este trabajo”.
que NECESITO!
b) La tendencia a exagerar lo insoportable de una si-
7. ¡La gente DEBE vivir con arreglo a mis expectativas, tuación (“¡no lo puedo soportar!”), ya que se consi- 181
de lo contrario será TERRIBLE!
dera que no experimenta ninguna felicidad, bajo
8. ¡La gente que actúa de forma inmoral es GENTE ninguna circunstancia, si esa situación se presenta
INDIGNA, CORROMPIDA!
o amenaza con presentarse en su vida. “Este traba-
9. ¡NO PUEDO SOPORTAR las cosas malas o la gente jo no hay quien lo soporte”.
difícil! c) La tendencia a condenar a las personas o a la vida en
10. Mi vida DEBE tener pocas dificultades o problemas general, ya que el individuo se evalúa a sí mismo o
importantes a los demás comprometiendo su valor como perso-
11. ¡Es HORRIBLE cuando las cosas importantes no nas a consecuencia de su comportamiento, o sea,
marchan como yo quiero! de hacer algo que no “deben” hacer o de no hacer
12. ¡NO PUEDO SOPORTAR que la vida sea tan injusta! algo que “deben” hacer. También se aplica al mun-
13. ¡NECESITO mucha gratificación inmediata y TENGO
do o a la vida en general, cuando no se obtiene lo
que sentirme desgraciado cuando no lo consigo! que esa persona cree merecer de manera incuestio-
nable. “Es injusto todo lo que está pasando esa fa-
milia”, “un niño tan bueno no debería sufrir“”.
Los efectos principales de las distorsiones cogniti- El método principal para reemplazar una creencia
vas serían aumentar la percepción de que la situación irracional por una creencia racional se llama “refutación
que se está viviendo es amenazante, desagradable o da- o debate”, y es una aplicación del método científico a la
ñina, y disminuir la percepción de que se tienen recur- vida cotidiana, cuestionando las hipótesis y teorías para
sos para poder hacerla frente (es decir, aumentan las poder determinar su validez.
probabilidades de que se experimente una situación de La refutación de las ideas irracionales comprenden
estrés). Esto no significa que la persona no razone, sino tres pasos: primero, descubrir las creencias irracionales
que su razonamiento se basa en premisas erróneas, que que subyacen a sus conductas y emociones auto-deva-
le conducen a conclusiones erróneas y generan malestar, luadoras; segundo, debatir sobre la verdad o falsedad
falta de coherencia interna y pérdida de sentido vital. de esas creencias irracionales, y tercero, utilizar el méto-
El elemento principal del malestar psicológico se do socrático para ese debate, es decir, utilizar preguntas
encuentra en la evaluación irracional, poco funcional, como forma de ayuda a detectar, generar, cambiar y
que se hace de la situación concreta que se afronta y de aceptar las creencias racionales apropiadas.
la realidad de su medio en general. Uno de los presu- Aprovechar la sabiduría de las palabras de Epicteto
puestos irracionales más frecuentes lo encontramos en implica:
1. Darse cuenta de que las personas tenemos una Tabla V. Técnicas de desactivación fisiológica
gran influencia en nuestras perturbaciones y que, Técnicas de desactivación fisiológica
aunque las condiciones ambientales pueden con- Ejercicio físico
tribuir a los problemas, en general tienen una con-
Deporte
sideración secundaria.
2. Reconocer claramente que poseemos la capacidad Respiración:
de modificar de una manera significativa esta ma- — Sistemas naturales
— Respiración diafragmática o abdominal
nera de afrontar lo que sucede. — Respiración alterna
3. Comprender que las perturbaciones emocionales y
Relajación
conductuales provienen en gran medida de creen- — Relajación muscular progresiva
cias irracionales, dogmáticas, dilemáticas, totalita- — Relajación muscular breve
ristas y absolutistas. — Relajación mental con visualización
4. Descubrir las propias ideas irracionales y discrimi- — Ejercicios de distensión
nar entre ellas y sus alternativas racionales. Visualización
5. Cuestionar estas creencias irracionales utilizando Programación neuro-lingüística (VAKO)
los métodos socráticos y lógico-empíricos.
Sugestión hipnótica
6. Trabajar en el intento de internalizar sus nuevas
creencias racionales, empleando métodos cogniti- Auto-hipnosis
vos, emocionales y conductuales de cambio y cre-
cimiento.
7. Continuar este proceso de refutación de ideas yoga, etc. El ejercicio es una de las formas más seguras,
irracionales y utilizar métodos multimodales de sencillas y efectivas de reducir el estrés, facilita la sensa-
cambio. ción de bienestar por medio de la segregación de endor-
finas y forma parte de los hábitos saludables que contri-
Autorregulación fisiológica buyen a la prevención de enfermedades cardiacas, os-
teoarticulares, obesidad, ansiedad y depresión, entre
Al referirnos a los procesos de autorregulación fi- otras. Algunos mitos habituales en contra de la realiza-
siológica hacemos mención a la regulación de las res- ción regular de ejercicio físico son:
puestas automáticas del organismo ante una situación
182 amenazante (nerviosismo, palpitaciones, respiración a) “No tengo tiempo”. Si hacer ejercicio se considera
agitada, tensión muscular, etc.). Cuando nos enfrenta- algo realmente importante, se busca el tiempo, re-
mos a una amenaza, de forma automática se desencade- distribuyendo nuestros hábitos. Sin ejercicio nos
nan una serie de respuestas fisiológicas, produciéndose iremos sintiendo cada vez más tensos, con menos
una serie de cambios que tienen como función preparar energía y menos en forma.
al organismo para la lucha o bien para la huida. El pro- b) “El ejercicio es para los jóvenes”. Unirse a un gru-
blema aparece cuando la activación es excesiva; si esto po o juntarse con algún amigo que practique ejer-
ocurre, lo podemos controlar a través de distintas técni- cicio de forma regular puede ayudar a darnos
cas de desactivación (Tabla V). cuenta que no hay edad ni forma física que impida
Las habilidades de regulación fisiológica se basan su realización.
principalmente en desarrollar el auto-conocimiento. La c) Miedo a sufrir un paro cardiaco o alguna lesión fí-
mayoría de las personas presentan una atención hacia sica. Se puede realizar con control médico, bajo
lo exterior que puede dificultar el aprendizaje de la pro- supervisión de entrenadores, sin forzarse y gra-
pia lectura corporal. Existen diferentes técnicas para dualmente.
aprenderlo; la mayoría de ellas se basan en poder re-
dirigir la atención al propio cuerpo y descifrar su signi- Otra forma clásica de regular la respuesta fisiológi-
ficado. En general, se trata de poder tomar conciencia ca es a través de la respiración. Unos hábitos correctos
de las áreas de tensión corporal (dirigiendo y centrando de respiración son esenciales para una buena salud físi-
la atención de lo exterior a lo interior), explorando el ca y psíquica. Han demostrado su utilidad en la reduc-
propio estado corporal y permitiendo un mayor bienes- ción de la ansiedad y el estrés, la irritabilidad, la ten-
tar corporal. Profundizar en el autoconocimiento re- sión, la fatiga, etc.
quiere re-conocer los lugares corporales preferidos para Existen ciertos “sistemas naturales de regulación
expresar tensión: estómago, músculos, vasoconstriccio- respiratoria”, como por ejemplo el suspiro y el bostezo;
nes… Acorde al reconocimiento se puede encontrar la son intentos naturales de remediar la situación de hi-
forma de liberar esa tensión, experimentando una sen- poxia —falta de oxígeno— que ayudan a liberar tensión
sación de mayor bienestar. y pueden utilizarse como medio inmediato de relaja-
Existen múltiples formas de relajación corporal. La ción, repitiéndolo hasta experimentar la sensación de
más antigua utilizada por nuestros antepasados es la relajación. Otro ejemplo natural lo hallamos en la respi-
descarga de activación mediante actividad física. En la ración natural de los niños, que al inspirar llenan las
sociedad sedentaria actual se intenta complementar la partes más bajas de los pulmones. Se pueden aplicar
falta de actividad con actividades deportivas, gimnasio, estas observaciones mediante el entrenamiento en respi-
ración diafragmática o abdominal. Las personas que se Tabla VI. Grupos musculares a tensar/relajar
sienten nerviosas tienden a realizar respiraciones super- Grupo 1. Mano derecha, antebrazo y bíceps: se
ficiales y cortas que sólo alcanzan la parte alta del tórax. sostiene el brazo en un ángulo de 45º y se hace un
La respiración profunda se observa cuando el abdomen puño como al hacer músculo (Popeye)
se eleva en cada inspiración y desciende en cada espira- Grupo 2. Ídem en la mano izquierda, antebrazo y bíceps
ción. La respiración profunda puede realizarse en cual- Grupo 3. Músculos faciales: levantar lass cejas, mirada
quier posición y su realización diaria durante cinco mi- bizca, arrugar la nariz, morder hacia abajo y jalar las
nutos ayuda a aprender a regular la activación fisiológi- comisuras de los labios
ca, concentrándose en el abdomen, el aire que entra y Grupo 4. Cuello y garganta: bajar la cabeza hasta que el
sale de los pulmones y la sensación de relajación que mentón casi toque el pecho
proporciona. Este tipo de respiración puede combinar- Grupo 5. Pecho, hombros, espalda superior y abdomen:
se con distintos tipos de espiración como “soplar paja”, realizar una respiración profunda, sosteniéndola, y
“inflar globos”, golpes suaves sobre el tórax acompa- empujar hacia atrás los hombros mientras se presiona
ñando la expulsión de aire, con los brazos acercando las el estómago hacia afuera o hacia adentro (como al
ponernos un pantalón ajustado)
manos a los hombros o girándolos hacia atrás, descri-
biendo un círculo como si fuera un molino de viento o Grupo 6. Muslo derecho, pantorrilla y pie: levantar el
pie del piso, flexionar el pie ligeramente y flexionar los
flexionando el cuerpo hacia atrás, adelante hacia la de-
dedos hacia delante
recha y hacia la izquierda. También se suele acompañar
de autosugestiones o visualizaciones positivas, imagi- Grupo 7. Igual con el muslo izquierdo, la pantorrilla y el
pie
nando que con cada inspiración de aire fresco entra la
energía que se dirige al plexo solar y con cada espira- Se trata de alternar la tensión (5-8 segundos) con la
relajación (20 segundos) de cada grupo muscular,
ción “se limpia” el organismo.
finalizando después de unos instantes de reconocimiento
Para las personas que padecen de dolores de cabe- de relajación muscular total
za tensionales o con sinusitis crónica se prefiere la respi-
ración alterna. Se trata de apoyar los dedos índice y
medio de la mano derecha sobre la frente y cerrar la
ventana nasal con el dedo pulgar, inspirando lenta y si-
lenciosamente por la fosa nasal izquierda para cerrar la no también para explorar y generar respuestas alternati-
ventana izquierda con el dedo anular y abrir simultá- vas que se mantengan en el tiempo e impliquen la mo-
neamente la ventana derecha quitando de ella el dedo tivación y la elección de alternativas que conduzcan al 183
pulgar. Espirar lenta, profunda y silenciosamente por la verdadero cambio.
fosa derecha. Inspirar y cerrar la ventana derecha con el El procedimiento de sugestión hipnótica consiste
pulgar y alternar a la fosa izquierda espirando. en un encadenamiento de sugestiones. Estas sugestio-
Otra técnica de relajación muy divulgada es la rela- nes suelen ser de dos tipos: sugestiones ideo-motoras y
jación muscular progresiva. Consiste en aprender a reco- sugestiones ideo-sensoriales. Las sugestiones ideo-mo-
nocer la tensión de los músculos separándolos en siete toras se refieren a sugestiones que implican efectos
grupos musculares, prestando atención a la sensación motores, como caída del brazo, levitación de la mano,
de tensión o relajación (Tabla VI). rigidez o elasticidad de alguna parte específica del cuer-
Se trata de tensar cada grupo muscular dos o tres po. Las sugestiones ideo-sensoriales se refieren a suges-
veces y después relajarlos. También se puede tensar/re- tiones sobre efectos perceptivos y/o cognitivos, como
lajar sólo un grupo muscular (relajación muscular breve) pesadez, anestesias, amnesias o distorsión temporal.
o combinar con imágenes o recuerdos agradables (rela- Uno de los procedimientos más utilizados para la in-
jación mental con visualización). Una variación de esta ducción hipnótica, cuando se busca lograr efectos de
técnica son los ejercicios de distensión, cuyo objetivo es desactivación o relajación, es el empleo de sugestiones
conseguir que el nivel medio de tensión se mantenga en ideo-sensoriales que buscan la relajación desde la pro-
un límite aceptable, de manera que la tensión acumula- pia inducción, aunque generalmente se combinan am-
da al final del día no sea excesiva. bos tipos de sugestiones. Otros procedimientos utiliza-
La hipnosis es otra técnica que proporciona una dos son el método de Erickson modificado por Braid y el de
gran capacidad para alterar los parámetros fisiológicos Betty Erickson (Tabla VII).
implicados en las respuestas de estrés. Ésta se produce
por sugestión directa del sistema nervioso somático y Autorregulación de nuestras acciones
por sugestiones indirectas y emocionales del sistema
nervioso autónomo. El objetivo principal es reducir los La realización de una acción incluye tanto las deci-
componentes alterados ante la respuesta de estrés y siones que se toman acerca de cómo actuar como la
mantenidos durante el estrés laboral asistencial, cuando misma actuación y la reevaluación posterior. Los progra-
se ha perdido su capacidad adaptativa y se ha converti- mas de formación en general se dirigen a facilitar el
do en una respuesta des-adaptativa que involucra la sa- aprendizaje de un repertorio de conductas necesarias
lud total de la persona. Facilita una intervención rápida para hacer frente a situaciones específicas. Pero suele
y eficaz pero, como cualquier otra intervención, no de- suceder que, a pesar de contar con un repertorio de con-
be dirigirse únicamente a la reducción de síntomas, si- ductas adecuadas, éstas no se pongan en práctica. En
potencial varía de una persona a otra, ya que depende Tabla VIII. Proceso de solución de problemas
también de los propios objetivos y valores y de las otras 1. ORIENTACIÓN HACIA EL PROBLEMA
personas significativas. • Percepción del problema (reconocimiento y
La puesta en práctica de una solución depende no clasificación)
sólo de la capacidad para la solución de problemas, si- • Atribuciones del problema (atribución causal)
no de otros factores, incluyendo las deficiencias en las • Valoración del problema (significación para el
habilidades de ejecución, las inhibiciones emocionales bienestar)
• Control personal (controlable, con solución, resoluble
y los déficit en motivación o reforzamiento. por medio de su esfuerzo)
En general, estos modelos se basan en dos supues- • Compromiso de tiempo y esfuerzo (disposición
tos generales: necesaria)
2. DEFINICIÓN Y FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
1. Los seres humanos somos grandes solucionadores
• Recogida de información (sobre la tarea y sobre las
de problemas. características personales e interpersonales)
2. El ajuste psicológico se relaciona con la destreza en • Comprensión del problema
la solución de problemas de carácter inter e in- • Establecimiento de objetivos (específicos, realistas y
trapersonal. realizables)
• Re-evaluación del problema (precisión para considerar
los beneficios de solución)
La capacidad de solución de problemas compren-
de una serie de habilidades específicas. Requiere cinco 3. GENERACIÓN DE ALTERNATIVAS
procesos inter-actuantes, cada uno de los cuales aporta • Principio de cantidad
una determinada contribución a la solución eficaz del • Principio de aplazamiento del juicio
• Principio de variedad
problema. Estos procesos son: 1) orientación hacia el
problema; 2) definición y formulación del problema; 4. TOMA DE DECISIONES
3) generación de alternativas; 4) toma de decisiones, y • Anticipación de los resultados
5) puesta en práctica de la solución y verificación (Ta- • Evaluación (comparación y valoración) de los
bla VIII). resultados de cada solución
• Preparación de una solución (o combinación de
El primer componente de orientación hacia el pro-
soluciones)
blema es un proceso motivacional que puede describir-
5. PUESTA EN PRÁCTICA DE LA SOLUCIÓN Y
se como un conjunto de respuestas de orientación que
VERIFICACIÓN
representan las reacciones cognitivo-afectivo-conduc- 185
tuales inmediatas de una persona cuando se enfrenta a • Llevar a cabo la solución elegida
• Auto-evaluación (solución del problema, bienestar
una situación problemática. Estas respuestas de orienta- emocional, tiempo y esfuerzo empleado, coste/
ción incluyen una clase particular de aspectos de aten- beneficio)
ción, creencias, suposiciones, valoraciones y expectati- • Auto-refuerzo (para instaurar cambio)
vas generales sobre los problemas de la vida y la propia • Recapitular y reciclar (correcciones para hallar la
capacidad de solucionarlos. Dependiendo de la natura- solución más eficaz)
leza específica, estas variables pueden producir un afec-
to positivo y una motivación para el afrontamiento que
probablemente facilitarán la puesta en práctica de la específica del problema de la forma más clara y concre-
solución, o, por el contrario, pueden producir un afecto ta posible, que permita valorar el problema del modo
negativo y una motivación para la evitación que posi- más preciso. El propósito consiste en evaluar la natura-
blemente inhibirán su puesta en práctica. leza de la situación problemática e identificar un con-
Una orientación positiva hacia el problema conlle- junto de objetivos realistas y realizables. El entrena-
va una aceptación personal de la creencia de que los miento de este componente se centra en cinco tareas:
problemas forman parte de la vida y que se pueden
afrontar de forma eficaz (reconociendo y reconducien- a) Buscar toda la información disponible sobre el
do las emociones, sin distorsiones cognitivas, creencias problema.
irracionales o atribuciones negativas, y aumentando la b) Describir estos hechos en términos claros, concisos
auto-eficacia percibida). El clasificar y delimitar un y sin ambigüedades.
problema sirve para inhibir la tendencia a actuar de c) Diferenciar la información relevante de la irrele-
forma reactiva, impulsiva o automática ante una situa- vante y los hechos objetivos de las inferencias, in-
ción. También facilita la motivación para encararlo, en terpretaciones y/o suposiciones no comprobadas.
contraste con la conducta de evitación, para afrontarlo d) Identificar los factores y las circunstancias que ha-
eficazmente. cen que la situación sea un problema.
Los cuatro componentes restantes son habilidades e) Establecer una serie de objetivos realistas en la so-
específicas, tareas dirigidas hacia un objetivo que ofrece lución de problemas.
una contribución particular para el descubrimiento de
una solución adaptativa o respuesta de afrontamiento. Al definir y formular un determinado problema, el
El objetivo de la definición y formulación del pro- énfasis se coloca en la precisión y en el alcance de la si-
blema consiste en clarificar y comprender la naturaleza tuación problemática. En inglés se utiliza la regla mne-
motécnica de las 5 W: Who?: ¿quién está implicado o es implicados). Dicho de otra manera, implica la identifi-
el responsable del problema?, What?: ¿qué está suce- cación de un amplio rango de consecuencias potencia-
diendo que hace que me sienta así (por ejemplo, tan les que podrían ocurrir si una alternativa en particular
triste)?, Where?: ¿dónde ocurre la situación problemáti- se pone en práctica. Ello conlleva el generar una lista
ca?, When?: ¿cuándo solucionaré este problema?, y de resultados específicos a corto, medio y largo plazo,
Why?: ¿por qué ocurrió y cómo lo solucionaré? Estas así como las consecuencias personales, interpersonales
preguntas ayudan a minimizar la confusión y la distor- y sociales.
sión de información. Además, se plantean los objetivos Se definen como soluciones eficaces aquellas que
específicos a alcanzar —relacionados con el afronta- se caracterizan por una cantidad máxima de consecuen-
miento—, que en general suelen ser de dos tipos: obje- cias positivas y una cantidad mínima de consecuencias
tivos centrados en el problema y objetivos centrados en negativas. Las consecuencias personales que se utilizan
la emoción. Los objetivos centrados en el problema como criterios implican los efectos sobre el propio
conllevan objetivos que se relacionan con cambios rea- bienestar emocional, la cantidad de tiempo y trabajo
les del problema mismo. Éstos son especialmente rele- invertido, los efectos sobre el bienestar físico y los efec-
vantes para las situaciones que se pueden cambiar. Los tos sobre las consecuencias asociadas con el bienestar
objetivos centrados en la emoción se relacionan con de otros individuos y sus relaciones interpersonales.
tratar de reducir o minimizar el impacto del malestar Ello se logra estimando, por un lado, la probabilidad de
asociado al problema. Son objetivos que se relacionan que una alternativa determinada sea realmente eficaz
con situaciones inmodificables. para alcanzar el objetivo, y, por otro, la probabilidad de
También en este paso se identifican los obstáculos que la persona sea realmente capaz de llevar a cabo la
que existen en un problema y que impiden que se al- solución de forma óptima. La puesta en práctica de la
cancen los objetivos. Los factores que pueden convertir solución o ejecución de afrontamiento y la verificación
en problemática a una situación pueden implicar la no- abarcan la auto-observación y la valoración del resulta-
vedad, la incertidumbre, las demandas conflictivas del do de la solución, con la posibilidad de reforzar e ins-
estímulo, la falta de recursos o las limitaciones persona- taurar la solución dentro del repertorio de conductas o
les, interpersonales o ambientales. La generación de al- modificar la solución si se cree conveniente.
ternativas de solución es hacer que estén disponibles las
máximas alternativas de solución como sea posible, de Resumen del esquema de autorregulación
tal manera que aumente la probabilidad de identificar,
186 en último término, las más eficaces. Se suelen utilizar La describimos en una serie de pasos (Figura 3)15:
tres reglas generales para la lluvia de ideas: el principio
de la cantidad, el principio de la variedad y el principio de
aplazamiento del juicio. Sistema de autorregulación
Según el principio de la cantidad, cuantas más ideas
alternativas se produzcan, más elevada será la probabi- Darse cuenta
lidad de que se generen opciones eficaces o de gran ca-
lidad; el principio de la variedad ayuda a pensar en un Parar
amplio abanico de soluciones posibles mediante una
variedad de estrategias o tipos de enfoque, en vez de Definir la situación ¿Qué me está ocurriendo?
centrarse en una o dos soluciones limitadas y convertir
Definir el objetivo ¿Qué quiero?
la situación en dilemática. Se trata de cambiar la ten-
dencia de un enfoque causalista o dicotómico a proble- Nuevas opciones: ¿Qué puedo hacer?
mático, sin enjuiciar las distintas alternativas, fomen-
tando la creatividad. Por último, el principio de aplaza- ACCION
miento del juicio sugiere que la regla de cantidad puede Re-evaluación
aplicarse mejor si se elimina el juicio sobre la calidad o
eficacia de cualquier idea hasta que se pase al siguiente Figura 3: Sistema de autorregulación.
momento. El único criterio que ha de emplearse es el
de relevancia para solucionar el problema. Por lo de-
más, las valoraciones de cualquier opción se reservan 1. Darse cuenta y ¡parar!
para la fase de toma de decisiones. Identificar las emociones y sentimientos utilizando
El proceso de toma de decisiones consiste en com- su función “señal”: si el semáforo está en rojo, me-
parar las opciones disponibles y seleccionar la mejor. jor parar cuanto antes. Preguntas que pueden faci-
Al valorar las alternativas tenemos en cuenta funda- litar esta tarea son: ¿cómo me siento ante esta si-
mentalmente dos criterios: el criterio de coherencia (es tuación?, ¿por qué me siento ansioso?, ¿qué pien-
decir, la alternativa elegida tendrá que ver con lo que so?, ¿qué es lo que me pasa por la mente?
se piensa, con lo que se opina, con lo que se cree; está
íntimamente relacionada con el mundo de valores per- 2. Definir la situación: ¿qué me está ocurriendo?
sonales) y el criterio de inteligencia (esto es, elegir las Describir la situación que genera malestar: es nece-
alternativas que otorguen el mayor beneficio para los sario relatar, lo más objetivamente posible, los he-
de leve mejoría, aunque no modifique la evolución profesional sanitario. Tiene que ver con sentimientos
de la enfermedad de base. de decepción, de falta de realización personal y
4- No abordar la negación de los padres puede aca- profesional y de fracaso y pérdida de sentido. Es
rrear distintas consecuencias negativas para la niña muy importante revisar el propio diálogo interno
(no ajustar el tratamiento a su verdadera condi- —que refleja las actitudes vitales—: si desde la no-
ción, rozando la obstinación terapéutica), para los che anterior mi diálogo interno es: “Tengo que irme
padres (fomentar una negación desadaptativa), a dormir ya, porque mañana debo ir a trabajar, y
para el equipo asistencial (falta de criterios unifor- tengo que ducharme, así que tengo que levantarme
mes en el tratamiento, actuaciones no justificadas) antes, porque debo plancharme la ropa, etc…”. O
y para la doctora Juana, que probablemente viva si somos capaces de revisar nuestro diálogo interno
como un fracaso profesional y personal el falleci- en busca de la coherencia personal, responsabili-
miento de la niña. zándonos de nuestras elecciones: “Mañana quiero
5- Esta situación, que a corto plazo reduce la ansie- llegar temprano para estar en el pase. Voy a irme a
dad de la doctora Juana, trae consecuencias graves dormir temprano para que me dé tiempo a darme
a medio y largo plazo para todos los implicados. una ducha y planchar antes de irme…”.
2. ¿Por qué?
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189
◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ Introducción
ponsabilidad social e institucional ante los alumnos En estas aulas son atendidos niños que durante un
hospitalizados. periodo de tiempo más o menos largo padecen diversos
trastornos físicos, enfermedades, fracturas, operaciones,
Aprender las mejores estrategias y los distintos ins-
u
etc., por lo que deben ser ingresados en un hospital. De
trumentos que nos pueden servir para valorar las esta forma pueden continuar con el proceso educativo
necesidades de los niños hospitalizados. con total normalidad, dentro de la anormalidad que
Comprender las mejores opciones metodológicas y
u supone para el niño estar fuera de su ambiente familiar,
de intervención para los niños hospitalizados. escolar y social.
Las aulas hospitalarias poseen unas determinadas
Conocer técnicas, estrategias didácticas y psicopeda-
u
características que hacen que la actividad que se desa-
gógicas para la atención directa de los alumnos hos- rrolla en ellas sea, en cierto modo, diferente: se encuen-
pitalizados y para la orientación y formación de los tran ubicadas dentro de un centro hospitalario y dirigi-
maestros y del personal sanitario. das a niños que sufren diversos tipos de patologías. Es-
Apreciar el valor educativo de una acción en colabo-
u tas dos premisas hacen que la actuación escolar que el
ración y cooperación entre todos los profesionales, profesor debe realizar requiera unos comportamientos
de cara a la mayor eficacia en la respuesta a estos diferentes a los que se llevarían a cabo en un aula nor-
alumnos. mal. Por esta razón, el aula debe ser un espacio abierto
y flexible, atento únicamente a las necesidades del niño
Tener presente a la familia, personal sanitario, maes-
u
hospitalizado, donde éste pueda acudir libremente, con
tro u otros profesionales entre los agentes relevantes la posibilidad de ausentarse siempre que lo requiera su
ante el niño enfermo, desarrollando actitudes para asistencia médica y sanitaria, para más tarde volver a
atraer su colaboración y participación en el centro incorporarse a sus tareas escolares.
hospitalario.
La actuación, por otra parte, de los maestros y
Asumir que la formación en pedagogía hospitalaria
u maestras que trabajan en estas aulas debe tener en
es una tarea que no se acaba nunca y que requiere, cuenta todas las circunstancias que rodean al niño hos-
por tanto, una continuidad en la adquisición de co- pitalizado: angustia, ansiedad, desmotivación, aburri-
nocimiento, actualización y desarrollo de ideas y miento, etc.; de ahí la importancia de emplear una serie
prácticas creativas. de técnicas encaminadas a fomentar en estos niños la
creatividad, el perfeccionamiento de sus destrezas, ha-
bilidades y capacidades manipulativas, así como la uti- desplace hasta ella. La finalidad, en ambos casos, es
lización de las nuevas tecnologías (Figura 1). siempre la misma: evitar o reducir en lo posible las con-
Otro de los aspectos de gran interés en estas aulas secuencias negativas que su estancia en el hospital les
es la creación de un clima propicio para el intercambio puede causar, tanto en el campo educativo como en el
de experiencias entre los diferentes alumnos hospitali- personal, especialmente en los casos de los niños que
zados, no ya sólo dentro del aula sino también durante están más tiempo hospitalizados por padecer una enfer-
el tiempo que pasan en el resto de dependencias com- medad crónica (leucemia, etc.).
partidas del hospital: los pasillos, la sala de juegos o sus En estas actuaciones se tienen siempre muy pre-
propias habitaciones, procurando que sientan lo menos sentes otros dos componentes fundamentales en todo
posible la lejanía de su ambiente familiar y social. Asi- este proceso educativo y sin los cuales difícilmente la
mismo, y gracias a las nuevas tecnologías, se intenta actuación del maestro del aula podría desempeñar su
relegar a un segundo plano la soledad y el aislamiento labor plenamente: los padres y el personal sanitario
que sufre el niño hospitalizado comunicándose a través (médicos, enfermeras, auxiliares, etc.).
de Internet con otros niños de otros hospitales con pro- La relación con los padres ha de ser diaria y per-
blemas iguales o parecidos a los suyos, y con sus com- manente, ya que son ellos, junto con sus hijos, los pri-
pañeros del aula de referencia, con sus amigos, su fami- meros en orientar al maestro sobre el nivel educativo de
lia, etc. (Figura 2). éstos, al mismo tiempo que sirven de nexo de unión
entre el colegio y sus tutores con el aula hospitalaria.
En cuanto al trato con el personal sanitario, ha de
ser también diario, siendo considerada su labor como
imprescindible ya que estimulan y apoyan en todo mo-
mento la asistencia de estos niños al aula. Por otra par-
te, ellos se convierten en el primer transmisor de la in-
formación referente a cada niño que ingresa en el hospi-
tal o sobre los cambios que se produzcan en el ánimo o
en la salud de aquel otro que ya lleve tiempo ingresado.
Ellos serán, en definitiva, quienes determinen si deben
acudir o no al aula, o si conviene, por el contrario, que
se les atienda en su habitación.
192 La situación actual de la Pedagogía Hospitalaria y,
por consiguiente, la actuación de los maestros en los
hospitales en España, se puede decir que se encuentra
en un momento ciertamente importante, ya que son
Figura 1. La importancia de emplear una serie de técnicas encaminadas a pocos los hospitales que hoy en día no cuentan entre
fomentar en estos niños su creatividad, el perfeccionamiento de sus destrezas,
habilidades y capacidades manipulativas.
sus instalaciones con un aula hospitalaria y que no de-
diquen parte de sus instalaciones y medios económicos
a la atención y mejora de estos centros. Sin embargo, el
proceso para llegar a esta situación ha sido largo y
complejo.
En un principio las aulas surgieron en ciertos hos-
pitales de una manera espontánea, ante la preocupación
de algunos por la atención escolar de los niños que pa-
saban largas estancias hospitalizados, lejos de su am-
biente familiar y con la posibilidad de perder el curso
escolar.
Las primeras escuelas dentro de un hospital surgen
allá por los años cincuenta en centros vinculados con la
orden hospitalaria de San Juan de Dios, como ocurriera
en el Sanatorio Marítimo de Gijón, que era llevado por
estos religiosos; labor que fue continuada en otro de sus
Figura 2. El internet puede ayudar a muchos niños hospitalizados a relacionarse hospitales, en esta ocasión de Madrid, en el Asilo de
y disminuir su sensación de aislamiento. San Rafael. Unos años más tarde, en torno a 1965, ante
la epidemia de poliomielitis que sufría la población in-
fantil española, se plantea la necesidad de ayudar a es-
La actividad educativa se lleva a cabo de varias tos niños no sólo desde el punto de vista médico, sino
maneras, siendo dos las más comunes: la asistencia al también desde el escolar y educativo. Esta iniciativa dio
aula por parte del alumno, siempre que se encuentre en lugar a que se abriesen una serie de aulas en diversos
condiciones físicas para desplazarse hasta ella, o bien la hospitales de la geografía española, en concreto en el
actuación educativa en su propia habitación, cuando su Hospital de Oviedo, en La Fe de Valencia, en Manresa
estado de salud aconseja que sea el profesor el que se (Barcelona) también bajo la dirección de los hermanos
de San Juan de Dios, y en los madrileños: Niño Jesús, res, aquellos que estudian el Bachillerato. Asimismo,
Clínico, Gregorio Marañón y Hospital del Rey; eran hoy en día se está abriendo camino otra nueva modali-
unas aulas dependientes del Insalud, conocido por en- dad, dentro de la atención educativa hospitalaria: la re-
tonces como el Ministerio de Trabajo y Seguridad So- cibida en el Hospital de Día Psiquiátrico de algunos
cial, que iban abriendo camino en este mundo de la hospitales, como el de la Pradera de San Isidro de Ma-
atención escolar hospitalaria. Por ejemplo, en 1966, en drid, donde se atiende a niños y adolescentes que re-
el Hospital Niño Jesús, de Madrid, se creaban un total quieren un tratamiento psiquiátrico con carácter conti-
de diez unidades de Educación Especial, de las que sólo nuado y controlado.
quedaban cuatro en 1997. En resumen, en el aula hospitalaria se atiende,
Hay que incidir en un hecho primordial, y es que tanto escolar como educativamente, a todos los niños
en un principio estas aulas fueron creadas con la idea que por causa de alguna enfermedad se ven obligados
de atender la demanda que había por parte de la socie- a estar hospitalizados durante un tiempo más o menos
dad por atender a niños con determinadas enfermeda- prolongado (Figura 3). El aula es un espacio abierto y
des, como la poliomielitis, parálisis cerebral, el síndro- flexible, pendiente únicamente de las necesidades del
me tóxico, etc. Se pretendía, en esos momentos inicia- niño hospitalizado para paliar una serie de característi-
les, más entretener a los niños que llevar con ellos un cas propias de estos niños: angustia, ansiedad, desmo-
seguimiento escolar, según el programa de su colegio de tivación, aburrimiento, agresividad, tristeza, aislamien-
origen. Esta iniciativa tuvo su continuación en 1974, a to, etc.; para lograr este objetivo se emplean unas estra-
raíz de la apertura del Hospital Nacional de Parapléji- tegias encaminadas a fomentar en los niños la creativi-
cos, en Toledo. En ese momento se puso en marcha una dad, el desarrollo de sus capacidades y habilidades
Sección Pedagógica, compuesta de cinco aulas, biblio- manipulativas, la utilización de la prensa, la radio, las
teca, secretaría y una sala de profesores, con cuatro nuevas tecnologías y el uso del tiempo libre. Todo ello,
maestros, de los que hoy en día sólo quedan tres. La a través de la creación de un clima que propicia el in-
misión de esta sección era atender las necesidades edu- tercambio de experiencias entre los niños hospitaliza-
cativas de los niños y adultos ingresados, cubriendo así dos; donde la finalidad del aula hospitalaria es ofrecer
una demanda cada vez más extendida en la sociedad al niño un espacio en el que pueda continuar el normal
española. desarrollo de sus actividades escolares sin que experi-
Esta iniciativa, sin embargo, no llegó a cuajar en el mente ningún retroceso en su nivel académico, así co-
resto de hospitales ni en la administración educativa, mo el desarrollo afectivo y emocional adecuado a sus
que se limitaba a tomar decisiones puntuales para resol- características personales. 193
ver problemas como el famoso caso del “aceite de col-
za”. Hubo que esperar hasta el 7 de abril de 1982, fecha
en la que se publicó la Ley de Integración Social de los
Minusválidos, para que este derecho se recogiese fiel-
mente en su articulado. A partir de ese momento se
inicia una amplia labor legislativa, tanto desde el punto
de vista del Ministerio de Educación y Cultura como
desde las diferentes Consejerías de Educación y Sani-
dad de las respectivas Comunidades Autónomas, una
vez que éstas asumieron las competencias en materia
educativa y sanitaria, tendente a atender este derecho
que todo niño tiene a la educación, incluidos los niños
enfermos y hospitalizados, y que fue recogido en la
Carta Europea de los Derechos del Niño Hospitalizado,
aprobada por el Parlamento Europeo en 1986.
El resultado final fue que el 18 de mayo de 1998 se
firmó un convenio entre el Ministerio de Educación y Figura 3. Aula hospitalaria del Hospital Universitario Materno-Infantil de Las
Cultura, el Ministerio de Sanidad y Consumo y el Insti- Palmas de Gran Canaria.
tuto Nacional de la Salud, en el que se sentaron las ba-
ses y la política compensatoria destinada a resolver la
escolarización de los niños convalecientes o ingresados Un programa terapéutico integral incluye la inter-
en centros hospitalarios. vención educativa, dirigida por un profesional prepara-
En la actualidad, la mayor parte de los centros hos- do y con experiencia en el ámbito educativo (el maestro
pitalarios de España cuentan entre sus dependencias de la escuela hospitalaria), que se integrará en el equipo
más preciadas con una o varias aulas donde son atendi- médico. El maestro sirve de puente entre la familia, el
dos los niños y niñas que se ven obligados a pasar un hospital y la comunidad educativa, y debe tener un pro-
tiempo en el hospital, lejos de sus centros escolares de fundo conocimiento del currículo, del sistema educati-
origen. Los años comprendidos en esta atención son los vo y de los apoyos que el niño necesita; asimismo, el
que van de los 3 a los 16 años, aunque en ocasiones maestro del aula hospitalaria trabajará con el maestro
puntuales son atendidos niños de otras edades superio- del centro de referencia del niño en el desarrollo del
currículo y en la elaboración de las adaptaciones curri- los muy recientes en relación a la pérdida del cuerpo
culares pertinentes, y con el niño, en el aula hospitala- del niño, objeto de tantos cuidados y atenciones.
ria o en su servicio de referencia. Para los padres, la hospitalización de un niño so-
Los médicos ofrecen a los maestros una informa- máticamente grave constituye un considerable trauma
ción específica, relacionada con la situación de cada psicológico, donde el desconcierto y el miedo pueden
niño, dándoles la seguridad de que éste dejará de asis- inhibir sus capacidades de pensar y organizarse. Esta-
tir a la escuela si consideran que no está en condicio- mos en una situación en la que la familia puede perder
nes para ello; asimismo, han de valorar cómo afectarán su función de continente; todos los esfuerzos que vayan
los tratamientos a la asistencia a la escuela, y planificar dirigidos a contener a la familia pueden facilitar que
adecuadamente las ausencias del niño. La información ésta recupere su función. Pero intentar facilitar la con-
que los médicos darán a los maestros debe incluir los tención de ansiedades por parte de la familia es una ta-
siguientes apartados: características de la enfermedad y rea muy difícil de asumir. Una larga enfermedad grave y
tratamientos; factores que afectan a la atención del pa- con riesgos de muerte hace que “desaparezcan” todos
ciente, a su interacción social, a la enseñanza y al cui- los demás problemas y conflictos de la familia. A veces
dado médico; secuelas neurológicas y efectos educati- se produce una unión muy profunda entre la madre y el
vos de algunas enfermedades y su tratamiento, y facto- niño enfermo. Pero la madre puede encontrarse muy
res de riesgo. sola, al mismo tiempo que acepta su soledad como una
manera de poner a su marido al abrigo de todos los
sentimientos de tristeza y de culpa que puedan surgir.
Cuando aparecen situaciones como éstas, puede
La hospitalización infantil y la ser útil concretar una reunión con ambos progenitores.
muerte El padre frecuentemente queda, por lo dicho, excluido
de estos cuidados, lo que hace que el papel de la madre
Es importante que los profesionales conozcamos aparezca mucho más intenso y recortado en su relación
qué sentimientos aparecen en el niño en relación con la de cuidadora del niño.
enfermedad grave que presenta y qué representaciones No menos importancia tienen los hermanos del
está elaborando al respecto. Para ello es imprescindible niño grave, ya que pueden quedar al margen de esta si-
que conozcamos los distintos momentos en la vida del tuación. Esto impide, por un lado, que ocurra en ellos
niño en los que va desarrollando el concepto de muerte el proceso de la pena anticipada y, por otro, que esta
194 y cómo lo hace, y consideremos asimismo qué repercu- situación pueda estimular en ellos fantasías relaciona-
siones está teniendo la posibilidad de un fatal desenlace das con responsabilidades en la enfermedad del herma-
en el entorno familiar. no, junto con preocupaciones por su propia salud.
Los sentimientos profundos pueden manifestarse a
veces como problemas somáticos, lo que vuelve a los
Hacer frente al desenlace de la padres muy protectores con los hermanos, pudiendo
enfermedad somática grave producirse entonces en éstos conductas que retrasan
sus posibilidades de maduración.
La enfermedad somática trastorna y desorganiza la Otro problema tiene que ver con la información o
vida psicológica de niños enfermos, de sus familias y de con las preguntas del niño en relación con lo que a él le
los profesionales. ocurre, puesto que no se trata de informar excesiva-
En periodos terminales de las enfermedades somá- mente al niño, como si se tratara de un adulto, ni tam-
ticas graves, algunos niños intuyen a su manera lo que poco de ser cómplices de una conspiración de silencios
va a pasar. Niños que hasta entonces habían colaborado que eluda cualquier pregunta que el niño haga; se trata
mucho en los tratamientos, rechazan ser cuidados, se de crear un lugar donde el niño pueda hablar libremen-
aíslan y desconectan, para no sentir. te y pueda ser escuchado (Figura 4).
En estas circunstancias no ayuda nada al niño el
que los adultos actuemos como sí todo fuera bien, ya
que esto puede arrinconar al niño en una soledad que
percibe como un abandono de aquellos que ya no “sa-
ben” o no “pueden” cuidarlo.
También resulta complicado en el caso de niños
que necesitan una intervención quirúrgica, porque el
hecho de tener que colocar la integridad del cuerpo del
niño, del que siempre se ha ocupado la madre, en ma-
nos de otra persona para algo que está lleno de riesgos,
crea muchas ansiedades.
En los adolescentes, la situación es aún más difícil,
ya que, por un lado, parecen mostrar menos posibilida-
des de contención y, por otra, está el hecho de los cam-
bios biológicos de la pubertad, que han motivado due- Figura 4. Fiesta de payasos.
Áreas de actuación
- Facilitar la relación con el personal de atención hos- La atención que reciba cada niño ha de ser perso-
pitalaria. Participar activamente en las actividades nalizada, adecuada a la edad y a su nivel escolar, así
que se desarrollan (actividades complementarias). como a sus condiciones afectivas y de salud. El aula
- Relacionarse con los compañeros del centro esco- hospitalaria se adaptará a la programación establecida
lar y del barrio a través de cartas, casetes, visitas al en el centro de origen de cada uno de los niños hospita-
centro, etc. lizados, limitándose ésta, en todo caso, a adaptar aque-
- Mantener contacto directo con la comunidad so- llas tareas curriculares que considere oportunas. Se uti-
cial a través de los medios de comunicación (nue- liza una metodología personalizada e individualizada,
vas tecnologías, prensa y radio escolar) y de perso- apoyada en la educación grupal, buscando la concor-
najes invitados al hospital (Figura 9). dancia en vez del cumplimiento, ofreciendo apoyo para
- Mantener los lazos con la familia. vencer dificultades e interviniendo sobre el medio para
- Mejorar los lazos de comunicación entre los niños, hacerlo favorable.
los padres y los profesionales que intervienen.
Participativos
no sea un obstáculo para continuar con el desa- pales (cuyo objetivo es fomentar las habilidades
rrollo normal del proceso enseñanza-aprendizaje de comunicación y la capacidad de relación inter-
siguiendo las orientaciones del profesor-tutor del personal) (Figura 11).
centro donde pertenece el niño, se desarrollará el
currículo ordinario, partiendo siempre de su nivel
competencial.
- Atención personalizada e individualizada: Tenemos
que tener presente, a la hora de realizar una activi-
dad, su propia patología y evolución, tanto en el
plano físico como en el psicológico y social, así
como su nivel de competencia curricular y la capa-
cidad del alumno. Por tanto, teniendo en cuenta
su situación y su convalecencia, se pueden em-
plear distintos tipos de actividades, tanto en el
contenido como en el grado de dificultad.
- Diversidad de edades: Nuestra población escolar
proviene de los distintos niveles educativos: edu-
cación infantil, primaria y secundaria. La coordi-
nación educativa con los centros de origen nos
sirve de pauta a seguir en el proceso educativo del
niño.
- Actividades educativas desarrolladas en el aula o en
las plantas: En cuanto al aula hospitalaria, las fun-
ciones de ésta consistirían en compensar el posi-
ble retraso académico; ocupar el tiempo libre;
promover la independencia y confianza del niño
en el medio hospitalario; compartir las preocupa-
ciones y los problemas de los niños, animándoles
para que tengan una actitud positiva hacia la en-
fermedad; mejorar su estabilidad psíquica ante si- 199
tuaciones delicadas, referidas a la ansiedad y al
Figura 11. Dibujo de Andrés Rosales, de 7 años, ganador del concurso de
miedo ante determinadas pruebas por las que tie- tarjetas de Navidad 2006-2007 y cuyo premio fue el editarlo como felicitación
nen que pasar, a la inquietud por conocer si se van del personal del complejo hospitalario materno-insular de Las Palmas.
a curar pronto, al desconocimiento del tiempo de
ingreso y a la preocupación sobre todo por estar
solos y que sus padres no estén con ellos, y, final-
mente, prestar un importante apoyo emocional a Recursos
los niños y a los padres. Surgen distintas situacio-
nes, vivencias personales y experiencias diarias, - Materiales: el aula, los diversos servicios y espacios
originadas por los propios compañeros, que mu- libres, materiales curriculares, biblioteca de aula,
chas veces son el punto de partida de una activi- juegos didácticos, material inventariable, etc.
dad concreta. Ello ofrece la posibilidad de realizar - Informáticos: ciber-aula, ordenadores personales,
actividades de carácter social (trabajo en grupo, programas educativos y de entretenimiento.
charlas, coloquios, prensa, radio y nuevas tecno- - Personales: los maestros, personal sanitario, otros.
logías). Según el momento de aplicación, las acti-
vidades son: de iniciación (de carácter lúdico y
toma de contacto con el recién ingresado), de de-
sarrollo (busca la consecución de los objetivos Horarios
propuestos en el diseño curricular) y actividades
de evaluación (se valora el grado de consecución El horario destaca por su flexibilidad y está sujeto a
de los objetivos, el grado de integración, su adap- los estados de salud del niño, a la evolución de la enfer-
tación y su nivel de relaciones interpersonales). medad y a las actuaciones concretas del personal sanita-
Según el contenido de las actividades, éstas pue- rio que vela por su recuperación. Los tiempos estableci-
den ser: curriculares (dirigidas a la continuidad dos para cada actuación dependen del nivel de estancia
del proceso de enseñanza-aprendizaje), formativas hospitalaria, de las características de la patología de los
(dirigidas a mejorar la situación personal, psico- niños y de los tratamientos y operaciones, factores que
afectiva y social del niño) y complementarias (di- de un día para otro pueden variar en su duración. Los
rigidas al apoyo y ampliación de la tarea escolar). momentos abarcarán el suficiente periodo de tiempo co-
Según la forma de realización. pueden ser: indivi- mo para garantizar la adecuada atención educativa que
duales (con las orientaciones del maestro) y gru- los niños necesitan según su edad y nivel educativo.
Anexos
san a los padres y a los niños enfermos; constituye, - Los apoyos que llevan a cabo en la institución se
pues, un entorno extraño y poco familiar, sobre el realizarán con la suficiente participación, de forma
que reciben poca información y al que no com- directiva y coordinada, con el fin de no agravar la
prenden ni controlan. Esta situación, en ocasiones, situación que los padres y los niños puedan expe-
significa para los niños y sus padres la separación rimentar ante una sensible pérdida de control del
de sus familiares y amigos, lo que les obliga a man- sufrimiento por posibles tratamientos agresivos y
tener relaciones sociales, normalmente de depen- dolorosos y por la incertidumbre sobre su futuro.
dencia, con médicos, personal de enfermería y
otros padres de niños enfermos. d) Previsión de la evolución de la realidad en caso de que no
- En el estudio llevado a cabo se reflejan las condi- se intervenga
ciones en las que se da el diagnóstico a los padres
de niños enfermos y las consecuencias posteriores Si a los padres y los niños no se les facilita esta
que provoca tal situación en los padres (y, de for- ayuda que precisan, aumentará el dolor que sufren y, a
ma indirecta, en los niños enfermos), en los médi- su vez, no se les evitará la incertidumbre sobre otras
cos, personal de enfermería, psicóloga, trabajadora preocupaciones que surgen después: la ayuda con la
social y maestros. Los sujetos participantes son un que pueden contar, los recursos que están a su disposi-
total de 40 personas, de los diferentes sectores an- ción, las personas que pueden apoyarles en ese proceso
teriormente señalados, que evaluaron la situación que se inicia, la ansiedad, la depresión y el deterioro fí-
que se vive en esos momentos críticos y posterio- sico y emocional-afectivo.
res al diagnóstico. Las conclusiones y los resulta-
dos derivados del estudio deben servir como he- e) Evaluación diagnóstica de los problemas
rramienta de reflexión y debate, así como fuente
de información para nutrir un proceso de forma- - Algunas de las principales alteraciones psicopato-
ción de un equipo de apoyo en las situaciones al lógicas que se han venido atribuyendo a estos ni-
principio descritas. De esta manera, se intenta dar ños y, en consecuencia, a sus padres son:
respuesta a las demandas y preocupaciones de es-
tas personas sobre la necesidad de un equipo hu- • Alteraciones comportamentales: agresividad,
mano multiprofesional. Los resultados obtenidos conducta de oposición, trastornos del sueño y
ofrecen unanimidad, en todas las partes implica- del apetito, respuestas de evitación, mutismo,
202 das en este proceso, sobre la necesidad, por un la- dependencia afectiva.
do, de poder aliviar la situación crítica que se está • Déficit de atención y dificultad para concen-
viviendo, mediante los apoyos humanos necesa- trarse.
rios, y, por otro, de mejorar, en consecuencia, la • Ansiedad, miedos y temores.
situación afectivo-emotiva de los padres y de los • Depresión y falta de interés por las cosas.
niños, que repercutirá directamente en una mejora • Es frecuente que se vuelvan demasiado protec-
afectivo-emotiva de sus relaciones. tores y en algunos casos indulgentes.
• Es probable que sientan aprensión por la vuelta
c) Concreción de los problemas que se quieren abordar de su hijo al colegio.
• También experimentan preocupación por la re-
- La experiencia individual de cada uno de los que acción de los otros niños hacia su hijo.
trabajamos en ese entorno nos ha llevado a plan-
tear la necesidad de colaborar en la información y - Entre las alteraciones emocionales relacionadas con
en el apoyo a los padres y a los niños sobre los el hecho mismo de la hospitalización, la ansiedad y
cuidados paliativos que se ofrecen a los niños. la depresión se postulan en la actualidad como los
- El trauma emocional, la desorientación, la necesi- efectos más frecuentes de la hospitalización.
dad de ayuda, el miedo a la enfermedad, la relación - Como hipótesis diagnóstica, podría afirmarse que
con la muerte, etc., que esos padres y niños ponen la falta de apoyo integral a los niños y, en conse-
de manifiesto en esos momentos, y posteriormente, cuencia, a sus padres en el centro hospitalario
ante los profesionales que se encargan de poner en perjudica la asimilación de la situación hospitalaria
conocimiento de esos padres y niños esa realidad, a la vez que aumenta el estado de ansiedad y estrés
evidencian la necesidad de que al lado de los pa- en ellos.
dres y los niños esté siempre todo un equipo que
pueda responderles en las múltiples necesidades
que conllevan esas circunstancias: explicaciones 3. FORMULACIÓN DE UNA TEORÍA PRÁCTICA
médicas, superación del impacto emocional, posi-
bles preguntas sobre cómo se lo dirán al niño/a, Las acciones que favorecen el apoyo integral y la
apoyo a los planteamientos escolares y sociales; en orientación a los niños y padres contribuyen a mejorar
definitiva, darles el calor humano que en esos mo- su situación afectivo-emocional, el contexto familiar y
mentos de tanta frialdad se necesita, y que luego su influencia positiva en la adaptación del niño a la hos-
llevará a los niños a soportar mejor la enfermedad. pitalización y a su enfermedad.
Los niños en cuidados paliativos, junto con la cola- a) Título del proyecto
boración de sus padres.
Proyecto de animación sociocultural, creación de
d) Concreción espacio-temporal una ludoteca hospitalaria (proyecto socioeducativo).
El salón de actos del centro hospitalario. Tres ho- b) Ámbito de actuación
ras semanales, durante 2 meses aproximadamente, pa-
ra la preparación de la obra. La obra durará una hora y Animación sociocultural.
media.
c) Componentes del grupo de intervención
e) Tareas que exige el desarrollo de la actividad
Los recursos humanos con los que cuenta la ludo-
teca son los siguientes: asistente social, educador social,
La participación y coordinación de los padres y sus
ludotecarios. Personal con dominio de una pedagogía
hijos, la preparación del material y demás recursos, la específica basada en los principios de la expresión ludo-
dinámica de grupos, la exposición y la manipulación. creativa, de manera que puedan animar las actividades
de expresión y orientar el proceso socioeducativo que
f) Técnicas empleadas se desarrolla en la ludoteca.
- Desarrollar las capacidades cognoscitivas y creati- b) Técnicas e instrumentos utilizados para el seguimiento
vas mediante la estructuración de estrategias de de las actividades
pensamiento desde la infancia (pedagógicos).
- Insertar al individuo en su entorno sociocultural, - Registro y recopilación de datos que van surgiendo
estimulando los procesos de cooperación, solidari- durante la ejecución.
dad y participación (social). - Diagnóstico de una situación.
- Estimular los procesos afectivos y de relación in- - Foto-problema real.
tergeneracional dentro de la familia, como célula - Entrevista pública.
básica de la sociedad (comunicación familiar). - Debate público o discusión guiada.
- Crear alternativas de ocupación del tiempo libre - Técnicas grupales: dinámica de grupos.
de forma sana y provechosa, para todos los grupos - Técnicas de motivación.
(animación recreativa). - Observación participativa.
c) Objetivos más concretos y próximos (objetivos específicos) c) Relación de actividades que se han de realizar
- Estudiar la situación, necesidades y demandas del - Actividades socioculturales. Temas a tratar: “El
niño hospitalizado. primer día en la ludoteca”, “Hacer amigos en el
206
- Crear una ludoteca hospitalaria. hospital”, “Compartir mis juegos”.
- Favorecer la integración y la socialización (acepta- - Actividades formativo-educativas: Lectura de
ción del otro). cuentos y libros, conferencias (convivencia, juego,
- Estimular la libertad y ofrecer seguridad para la acción. familia, hábitos saludables, construir juguetes), ta-
- Permitir la expresión de la creatividad. ller de experimentos.
- Generar igualdad de oportunidades lúdicas. - Actividades de difusión: Visitas culturales (centro
- Transmitir valores humanos. de salud, feria del juguete, ludoteca, feria del libro,
- Propiciar un espacio placentero, alegre, sorpresivo, zonas recreativas de la ciudad).
curioso y vivo. - Actividades artísticas: Música, pintura, teatro, ces-
- Estimular en los participantes las posibilidades de tería, telares, construir juguetes, restaurar juguetes.
cambio y de mejora para lograr la transformación - Actividades lúdicas: Fiestas y juegos.
de su vida y de su entorno. - Actividades corporales: Psicomotricidad.
- Actividades que abren al resto de la comunidad:
Celebrar jornadas culturales abiertas al hospital,
5) METODOLOGÍA Y ACTIVIDADES QUE SE HAN programación del día del niño, de la solidaridad,
DE DESARROLLAR de la convivencia, del juego y de los abuelos.,
construir juguetes, restaurar juguetes.
a) Metodología general
Sectores de la ludoteca para el desarrollo de las
La metodología en este proyecto se define como actividades:
participativa, colaborativa, activa, didáctica, flexible y
orientada a la mejora de la realidad. 1. Sector de Psicomotricidad: En este espacio se fo-
Se desarrollará los siguientes principios: mentará el trabajo psicomotriz de la utilización
de diversos materiales, tales como pelotas, basto-
- Psicológicos: Teniendo en cuenta tanto las caracte- nes, aros, cubos, túneles de gomaespuma y col-
rísticas concretas del grupo como las individuales chonetas.
de cada componente y respetando el ritmo indivi- 2. Sector de Bebés: Se atenderá al desarrollo temprano,
dual de desarrollo. a través de material sensorio.
- Activos: Los alumnos serán los protagonistas de su 3. Sector de Juegos: Habrá estantes con juegos y jugue-
propio aprendizaje, utilizando la exploración, la tes, con libre acceso, para ser explorados libremen-
investigación y l reflexión. te o coordinados por el ludo-educador.
4. Sector Arte: Se ofrecerá diverso material estructura- etc., frente al uso de los juguetes que frecuentemente
do y no estructurado para fomentar la creatividad encuentran terminados en el mercado. El muñeco es
a través de la expresión plástica. Los trabajos van a utilizado para la realización de una obra de teatro, que
estar expuestos en estructuras móviles (colgados se representará el “Día del abuelo”.
del techo con maderas). También se pretende que el niño, con la obra reali-
5. Sector de Experimentos: Se fomentará la exploración zada, juegue con sus iguales y con la familia.
de los fenómenos físicos mediante el uso de guías Fomentar la relación con los abuelos y la impor-
con experimentos sencillos. tancia de ellos.
6. Mesa de Actividades: En torno a ella se pueden re-
unir para realizar todo tipo de juegos de mesa en c) Participantes-destinatarios
forma grupal e individual.
7. Sector Dramático: Constará de títeres, un baúl para Los niños hospitalizados.
disfraces, maquillajes, accesorios y un retablo mó-
vil, para que los participantes puedan crear histo- d) Responsables de su ejecución
rias y manejar títeres.
8. Botiquín de Juguetes: Con materiales necesarios para Los ludotecarios (3) y los abuelos (5).
la restauración de juegos y juguetes dañados.
9. Cosoteca: Variedad de material reciclable para la e) Concreción espacio-temporal
construcción de juguetes.
10. Botiquín de Auxilios: Con elementos de primeros La actividad se realizará en la ludoteca, en el sector
auxilios. Material bibliográfico de consulta para Arte. La actividad se desarrollará los lunes, martes y
profesionales. viernes de 4 a 6.
11. Administración: Caja con ficheros de juegos y ju-
guetes. Carpeta de actividades lúdicas realizadas. f) Tareas que exige el desarrollo de la actividad
Fichero de préstamo.
12. Cuadro de Comunicaciones: Allí puedan ser coloca- En todas las sesiones, cada niño elabora el títere
dos los recados o mensajes de un participante para diseñado para ese día a partir de un esquema muy ele-
otro, noticias sobre las actividades de la ludoteca o, mental, para luego completarlo y adornarlo de forma
simplemente, avisos de rutina. Reglamento. totalmente personal.
13. Biblioteca: Espacio que incluye todo tipo de cuen- Trabajamos el desarrollo de la creatividad, la ima- 207
tos y libros para todas las edades. ginación y la fantasía a la hora de elegir personajes,
vestidos o decorados. También trabajamos el afianza-
d) Productos finales de las actividades, si los hubiera miento de destrezas manuales y técnicas muy relaciona-
das con la construcción de muñecos: recortar, pintar,
- Actividades socioculturales: participación, interac- rellenar, decorar, etc.
ción y pensamiento crítico. Posibilitamos la animación del títere o muñeco. Le
- Actividades formativo-educativas: adquisición de ponemos nombre; le hacemos hablar, enfadarse, reírse,
conocimientos. etc. Creamos obras, historietas, fantasías, escenas tea-
- Actividades de difusión: disfrute de la cultura. trales y diálogos.
- Actividades artísticas: desarrollo de la expresión
artística. Sesiones
- Actividades lúdicas: organización de juegos, fiestas
y eventos. Primera sesión
- Actividades corporales: mejora del bienestar físico Confección de un títere fijo: de máscara o soporte
y mental. (usado como máscara, puede servir para obras de teatro
- Actividades que se abren al resto de la comunidad: o de soporte para obras de guiñol).
mejora de la convivencia en el centro hospitalario.
Segunda sesión
Títere de guante (normalmente, a partir del calce-
6) AGENDA PARA EL DESARROLLO DE UNA tín, al que se le va dando formas de personajes, anima-
ACTIVIDAD les, etc.).
Quinta sesión la integración con sus iguales y con sus abuelos, la par-
Confección de una escenografía a partir de una ticipación, las relaciones del grupo y las dificultades.
historia o un cuento creado por el grupo, y donde cual- Al final de cada sesión, de una manera más o me-
quiera de los títeres elaborados anteriormente van a ser nos informal, los monitores comentan aquellas cosas
los personajes. sobre las que debían insistir o modificar.
Se pondrá énfasis en la importancia de dejar el es-
Dinámica pacio usado en buenas condiciones y recoger bien el
material en los lugares asignados a cada taller.
El taller funciona como un solo grupo de trabajo, El coordinador del taller se encarga de promover
donde cada alumno elige el personaje o muñeco que va las reuniones de los monitores, para hacer una evalua-
a realizar dentro de la técnica señalada para ese día. ción general y solucionar imprevistos.
Elaborados los muñecos, se intenta, en grupos más Mediante este seguimiento, constatamos la evolu-
reducidos, inventar alguna historieta u obra de guiñol ción de las relaciones de cada uno de los grupos: cómo
con la finalidad de representarla posteriormente el “Día se amplía el marco de la relación de los niños más allá
del abuelo”. del taller y de sus monitores; la seguridad y las relacio-
En otras sesiones se cambia el orden: elegido el te- nes de comunicación, colaboración e integración en el
ma u obra, se confeccionan los personajes adecuados. A grupo; la gratificación que produce en cada uno la rea-
veces partimos de un cuento común conocido por to- lización de la actividad y el descubrimiento de habilida-
dos; ese cuento sólo va a servir de esquema o trama ge- des y aficiones que tienen una proyección fuera del
neral en la obra, mientras que la representación de cada ámbito de la ludoteca; la destreza y habilidad manual
personaje va a ser totalmente propia y original del niño en todas aquellas acciones que implican la manipula-
que lo realiza. ción de un material; el nivel de satisfacción; el grado de
Terminada la sesión, cada niño sale con su propio participación: el interés que muestran por aprender co-
títere; enseña a los demás su obra y es libre para llevár- sas nuevas, y la integración activa de los abuelos.
selo a su casa o añadirlo al resto de los muñecos que se
utilizan para hacer guiñol una vez por semana.
En alguna ocasión se completa la cabeza del muñeco
con su propio vestido. Otras veces el vestido queda como Bibliografía
actividad secundaria para ser completado en su casa.
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40. Las aulas hospitalarias: aulas inclusivas. XV Jornadas Nacionales
de Universidad y Educación Especial. Universidad de Oviedo,
Vol. I, 285-299.
La toma de decisiones de los padres en relación Al menos dos factores complican la discusión del
con la salud de los niños está enfocada a conseguir el consentimiento informado en el ámbito de la pediatría.
mayor beneficio de los mismos e intentar progresiva- En primer lugar, el hecho de que muchas de las conver-
mente que el niño mayor y los jóvenes consigan la auto- saciones y decisiones tienen lugar entre el médico y los
nomía suficiente que les permita tomar sus propias de- padres, siendo la participación del niño acorde con su
cisiones. El pediatra, como profesional, ha de actuar de grado de desarrollo. En segundo lugar, la elevada pro-
forma independiente, tratando de lograr el mayor bene- porción de casos en los que además de solicitar un
ficio para el niño, aun a sabiendas de que puede gene- consentimiento para tratamiento, también se solicita
rar un conflicto entre el paciente, sus padres y el propio consentimiento para participar en un estudio clínico de
hospital. Los aspectos éticos en la práctica pediátrica investigación, lo cual requiere una información adicio-
deben respetar tanto la responsabilidad de los padres en nal importante que cubra dicho aspecto específico.
relación con la vida y la salud del niño como la autono- Es muy importante señalar que el consentimiento
mía y la capacidad de desarrollo del mismo. Otros mo- informado no es una simple firma en un documento
tivos de complicación son las diferentes visiones de la que expresa un “yo consiento...”, sino que representa
familia desde el punto de vista cultural, social o religio- una forma de trabajar muy determinada y que está
so, así como la autoridad de los padres, los métodos marcada por un intercambio continuado de informa-
adecuados de educación del niño, la edad en la que se ción, seguido de acciones consentidas conscientemente
alcanza la mayoría responsable y los procedimientos por el paciente. Paciente que, a su vez, se siente seguro
alternativos del cuidado de la salud 4. en nuestras manos porque sabe que en ningún mo-
mento se van a realizar acciones en contra de su expre-
sa voluntad.
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Consentimiento informado en el
Históricamente, la opinión del doctor decidía de paciente competente
forma completa la conducta médica a seguir. El Códi-
go Hipocrático ordena al médico “seguir la conducta Para que un consentimiento informado sea válido
de acción que, de acuerdo con su habilidad y juicio, debe cumplir los siguientes criterios: 1) ser voluntario;
considere del mayor beneficio para el paciente”5. La 2) capacidad del paciente; 3) transmisión de la informa-
212 ética médica tradicional no ha contemplado al pacien- ción completa; 4) comprensión de la misma por el pa-
te como el agente capaz de tomar decisiones últimas ciente, y 5) capacidad de decisión9.
sobre sus cuidados de salud. Hoy en día los abordajes
paternalistas han perdido predicamento, de forma que
el poder sobre estas decisiones últimas se ha inclinado Competencia y capacidad
hacia el paciente o sus responsables directos. No obs-
tante, aunque hay que reconocer que la autonomía del Competencia es un término legal que especifica
paciente ha adquirido un gran valor, muchos de ellos quién tiene autoridad legal para controlar asuntos pro-
reclaman un cierto o importante grado de tutela y pios o ajenos relacionados con un aspecto de la vida.
consejo científico a la hora de plantear sus cuidados Capacidad denota la habilidad comunicativa, cognitiva
médicos6. o de percepción para realizar un hecho particular. Hace
El concepto de consentimiento informado ha ido más referencia a una actividad clínica que legal y por
evolucionando con el tiempo. Hay información sobre ello cae dentro del dominio de lo médico. Así, por ejem-
casos aislados de problemas legales relacionados con el plo, y de acuerdo con la legislación española, un mucha-
consentimiento a partir del año 1700, estableciéndose cho de 16 años puede tener la capacidad de tomar una
el problema a partir de 1900. En 1914 se dio el caso mayoría de decisiones médicas, si bien, por el contrario,
Schloendorff versus Society of New York Hospitals, en y salvo circunstancias excepcionales, resulta legalmente
el que le fue extraído un tumor abdominal a un pacien- incompetente en una mayoría de jurisdicciones.
te que sólo había consentido en los procedimientos La capacidad de toma de decisiones se ha relacio-
diagnósticos. La justicia dictaminó que todo ser huma- nado con cuatro parámetros10:
no adulto y con mente sana tiene derecho a determinar
lo que puede hacerse con su propio cuerpo7. Desde los 1. Capacidad de elegir una opción.
años cincuenta, se han desarrollado múltiples casos le- 2. Capacidad de comprender información relevante.
gales relacionados con el consentimiento informado, 3. Capacidad de valorar las consecuencias de una
secundarios a una insuficiente explicación de hechos determinada decisión.
relevantes al paciente por parte del médico responsa- 4. Capacidad de manejar información racionalmente.
ble8, si bien no se establece por ley la necesidad del
consentimiento informado en Estados Unidos hasta Los pacientes que demuestren una capacidad de
1957. El sistema legal inicialmente clasificó la falta de toma de decisiones deben ser incluidos en el proceso de
información más como una falta de negligencia que consentimiento informado, con independencia de su
como una agresión7. competencia legal. De acuerdo con la Ley española “re-
b. Los niños crecen compartiendo valores y opinio- cendencia del proceso patológico que le afecta y de sus
nes de los padres, de manera que se supone que las consecuencias en términos de salud. Está claro que di-
decisiones paternas serán compartidas por los ni- cha información debe de ser adecuada, modulada a las
ños cuando sean competentes para tomarlas. circunstancias de cada caso22. En el estudio realizado
c. Los padres tienen que vivir con las consecuencias por Slavin y cols.23 se sugiere que los pacientes conoce-
de las decisiones tomadas sobre sus hijos. dores desde el inicio de la naturaleza de su enfermedad
d. Los padres toman la mayoría de las decisiones no presentan un mejor ajuste psicológico al proceso que
médicas relacionadas con sus hijos, luego parece aquellos que se enteran de forma tardía.
lógico que también participen de dicho ámbito de Volvemos a insistir en que si bien siempre hay que
decisión. A la hora de tomar decisiones difíciles es decir la verdad, no siempre es necesario decir toda la
de gran ayuda contar con una buena información verdad, sino aquella parte de la verdad que ayude al
sobre lo que consideramos la mejor decisión en paciente en ese momento concreto. Es un reto para
relación con el tratamiento (aquella que consigue quien informa, y para saber hacerlo de forma sensible e
el mejor resultado). individualizada se necesita una experiencia previa y una
gran madurez profesional. Debemos tener el consenti-
Existen dos categorías, denominadas “menor miento de los padres, en casos de menor incompetente,
emancipado” y “menor maduro”, que requieren espe- para responder con la verdad a las preguntas del niño
cial atención. Se considera emancipado al menor con enfermo. Ahora bien, con permiso o sin él, jamás debe-
un estatus independiente de sus padres. Son menores mos mentir al paciente; la pérdida de confianza del pa-
cuyos padres, por razones diversas, han perdido su au- ciente en su médico hace imposible mantener una rela-
toridad sobre ellos. Estos menores generalmente suelen ción profesional adecuada.
estar capacitados para tomar decisiones sobre su salud,
si son mayores de 12 años. Los menores de 12 años
quedan bajo la tutela de un responsable (asistente so- ¿Cómo actuar ante un rechazo
cial). La emancipación incluye derechos sobre el acceso del tratamiento propuesto?
a su historia clínica.
El menor maduro, en principio, no está emancipa- La negativa a firmar el consentimiento informado
do, si bien una vez reconocido como tal puede reclamar —y en consecuencia, rechazar el tratamiento de soporte
el poder de decisión sobre dar o no dar su consenti- propuesto— puede partir del propio paciente, si es
214 miento ante un determinado tratamiento14-19. competente, o de los padres, en el caso del menor in-
La ley española prevé el consentimiento informado competente, y es una situación que se produce con
por representación cuando el paciente, menor de edad, cierta frecuencia.
no sea capaz, intelectual y emocionalmente, de com- El rechazo por parte del propio paciente es más
prender el alcance de la intervención. En este caso, el frecuente en adolescentes. Héroes frente a situaciones
consentimiento lo dará el representante legal del me- adversas de corta duración, reaccionan muy mal frente
nor, después de haber escuchado su opinión. a procesos de media o larga duración, especialmente si
interrumpen su modo de vida social. El rechazo del
tratamiento por parte de un adolescente, si es firme, no
¿Podemos ocultar al paciente el tiene una fácil solución, ya que la imposición del mis-
verdadero diagnóstico o la mo por parte de los padres no suele dar resultado y, por
trascendencia de su el contrario, crea grandes problemas de dinámica fami-
enfermedad? liar. Como primera medida, debemos explorar la capa-
cidad real de ese paciente para tomar decisiones tras-
Hasta hace unos años, la tendencia más frecuente cendentes, analizar con él las razones del rechazo y es-
de una mayoría de familiares era la de ocultar el diag- cuchar con seriedad sus valores profundos, su vivencia
nóstico a los pacientes afectos de enfermedades morta- personal sobre creencias religiosas, evaluando con él
les20 —y esto era apoyado por los profesionales de la todo aquello que entra dentro de un espectro razona-
sanidad—. Incluso, en la literatura médica de los años ble, y escuchar también el punto de vista de los padres.
sesenta y setenta nos encontramos con autores de gran Es razonable, si lo consideramos terapéuticamente
prestigio (por ejemplo, Audrie Evans)21 que considera- oportuno, la utilización de un cierto grado de presión
ban poco ético el comunicar al niño un diagnóstico de persuasiva. Es más dudoso en este caso el valor de la
leucemia (por entonces esta enfermedad equivalía prác- coerción. En el caso de un adolescente maduro, si las
ticamente a la muerte en un corto plazo de tiempo), razones del rechazo son racionales y el beneficio del
dado que esto le desprotegía psicológicamente y añadía tratamiento no es muy evidente, y además hay un asen-
dolor a lo prácticamente inevitable. Tanto los cambios timiento paterno, su negativa debe ser respetada. En el
culturales como la mejora en el pronóstico de muchas caso contrario, debemos buscar apoyo en otros ámbitos
enfermedades —consideradas clásicamente como mor- (religioso, legal, psicológico) y realizar una consulta al
tales, pero que en la actualidad tienen curación— han comité ético del propio hospital.
modificado este punto de vista; hoy en día considera- Con cierta frecuencia —que va en aumento— ob-
mos ético el informar al paciente de la gravedad y tras- servamos que el rechazo de los tratamientos procede
de los familiares. Nuestro medio social está sufriendo 1. Revisión y, en su caso, modificación de la política
una inmersión rápida en una mezcla de diferentes cul- institucional en cuestiones como las órdenes de no
turas que implican nuevos puntos de vista frente a si- reanimación y el mantenimiento de las medidas de
tuaciones de enfermedad grave o terminal, y como sostén.
consecuencia de ello algunos padres rechazan trata- 2. Educación de las familias, los pacientes y los médi-
mientos en función de creencias culturales, religiosas o cos en los aspectos éticos del cuidado sanitario.
por otros motivos24,25,26. Debemos plantearnos hasta 3. Consulta y asesoramiento sobre casos problemáticos.
qué punto las diferencias culturales pueden primar so-
bre otras razones a la hora de aceptar el rechazo de un Aunque el proceso de la consulta de los casos es
tratamiento. Un buen principio para la aplicación de la variable, lo idóneo sería que el comité ético institucio-
ética es valorar el caso enmarcándolo en otras situacio- nal considerara toda la información relevante disponi-
nes similares, es decir, actuar frente a esta situación ble y sometiera el caso a una consulta interdisciplinar,
como lo haríamos si el paciente fuese hijo de una fami- teniendo en cuenta los sentimientos e intereses de los
lia tradicional de nuestro entorno. En todo caso, y afectados, para llegar así a una recomendación basada
siempre que sea posible, es importante mantener sinto- en un análisis ético consistente31,32.
nía y cordialidad con la familia, ya que, con indepen- La Joint Commissión on Accreditation of Hospitals re-
dencia de una posible discrepancia frente a un hecho quiere ahora estos comités o una alternativa equivalen-
concreto, es innegable que el paciente va a seguir nece- te, y, por lo general, dichos comités desempeñan un
sitando del apoyo de su entorno familiar mientras dure papel importante cuando los padres o los profesionales
su proceso patológico. médicos no se ponen de acuerdo ante una determinada
Ante un rechazo del tratamiento por parte de los actuación. En países desarrollados, han adquirido una
padres o responsables del paciente, debemos distinguir influencia considerable y se han ido reconociendo co-
entre diferentes situaciones: mo válidos por los tribunales en el momento de tomar
decisiones.
a. Los responsables carecen claramente de capacidad Las últimas recomendaciones de la Academia Ame-
para tomar la decisión. ricana de Pediatría sobre la composición y funciona-
b. Son responsables capacitados, pero actúan de for- miento de los comités de ética institucionales indican32:
ma irresponsable.
c. Los responsables actúan racionalmente, basándose 1. Los componentes del comité deben tener proceden-
en unas creencias personales muy profundas. cia diversa y reflejar las diferentes perspectivas exis- 215
tentes tanto en el hospital como en la comunidad.
En los dos primeros casos resulta más fácil tomar 2. El comité, dentro de la institución, debe ser res-
una actitud coercitiva y reclamar el apoyo de la justicia ponsable de las consultas clínicas éticas, de la revi-
o de otras instancias, como el comité ético; en la tercera sión de las políticas y de la educación de profesio-
opción, la situación resulta compleja y siempre debe- nales y administrativos, y actuar como soporte de
mos solicitar una consulta al comité ético de nuestro los aspectos relacionados con la ética, indepen-
hospital y actuar en consecuencia27. dientemente de que dichas funciones hayan sido
encomendadas a otros subcomités o programas.
3. El comité debe actuar con justicia, equidad y con-
fidencialidad.
COMITÉ ÉTICO INSTITUCIONAL 4. Debe velar para que la formación continuada de
sus miembros los cualifique para poder cumplir
Los comités institucionales de ética fueron inicial- con su misión.
mente propuestos para revisar los límites o la suspen- 5. Los comités de ética independientes están bajo la
sión de medidas de soporte vital en pacientes adultos responsabilidad del comité institucional y deben
moribundos o afectados por un daño neurológico seve- acatar sus decisiones.
ro28,29. La controversia de mantener el tratamiento de 6. El comité institucional, en un hospital general,
sostén en los neonatos con discapacidades conllevó la debe asegurar, mediante un adecuado soporte
creación de los “comités bioéticos de los lactantes”, que multidisciplinar, que está en condiciones de velar
son comités éticos institucionales que están vigentes en por la ética de los aspectos pediátricos.
la actualidad en relación con la pediatría30. Un comité
ético institucional es un órgano al que se consulta en
caso de conflicto y facilita su resolución. Más que un
mecanismo simple de interpretación de regulaciones INVESTIGACIÓN EN HUMANOS
legales sobre el tratamiento de pacientes con proble-
mas, el comité ayuda a resolver conflictos sobre decisio- La investigación con humanos se basa en el estu-
nes de tratamiento mediante la consulta de casos, pro- dio y en una experimentación sistemática destinada a
vee de un foro para la discusión de políticas éticas insti- desarrollar y/o contribuir al conocimiento generalizado.
tucionales y educa en este sentido. Por tanto, este comi- El compromiso del investigador para con los pacientes
té tiene, como mínimo, tres funciones: futuros o los intereses de la sociedad, además de su res-
ponsabilidad hacia el paciente que es el sujeto humano siendo estrictamente necesarias para un paciente con-
de la investigación, es la diferencia ética esencial entre creto, sí lo son para las conclusiones finales de la inves-
la investigación y la práctica clínica habitual. Cuando se tigación (por ejemplo, extracción de médula ósea el día
realiza cualquier investigación, los riesgos a los que se 14 del protocolo, TAC cerebral el día 45, etc.)40.
exponga al paciente han de ser mínimos y razonables Una serie de códigos éticos que se inician con el
en relación con los beneficios esperados y la importan- Código de Nuremberg, en 1947, han ido ofreciendo
cia de los beneficios que se obtengan33. Las restriccio- guías para una conducta apropiada en la investigación
nes que existen en cuanto a la exposición de los niños con seres humanos. Recientemente, Emmanuel y cols.49
durante la investigación son más severas que en los han concretado en 7 principios, derivados de códigos
adultos, ya que generalmente los niños no pueden dar previos, las características que debe cumplir cualquier
su consentimiento informado para su participación vo- investigación con humanos: valor social, validez cientí-
luntaria en dicha investigación. Estas restricciones indi- fica, selección de sujetos adecuados, tasa riesgo-benefi-
can las condiciones que los padres han de respetar para cio favorable, revisión independiente, consentimiento
mantener la autoridad moral y legal que les permita dar informado y respeto por los pacientes incluidos.
la autorización34.
Las nociones de investigación no terapéutica y te-
rapéutica han sido motivo de extensos debates. Las Requerimientos especiales para
cinco primeras versiones de la Declaración de Helsinki investigar con niños
de la World Medical Association (WMA) remarcaron de
forma relevante este hecho: “Debe establecerse una dis- Además de lo expuesto en el “Belmont Report”,
tinción fundamental entre la investigación médica en la existen informes separados sobre recomendaciones es-
cual la idea es esencialmente diagnóstica o terapéutica peciales a la hora de investigar con niños50. Primero, la
para el paciente, y la investigación médica que tiene Comisión definió los conceptos de asentimiento (defi-
como objeto el conocimiento científico…”35. En la últi- nido como acuerdo afirmativo) y permiso. Se enfatizó
ma revisión de la Declaración, la WMA ha abandonado en la necesidad de que el niño estuviese de acuerdo con
esta idea. la participación en el estudio, a menos que:
El “Belmont Report”, publicado en 1979 por la
National Commission for the Protection of Human Subjects • El niño fuese incapaz de asentir con el tratamiento
of Biomedical and Behavioral Research, ofrece una mejor por edad, por falta de madurez o por su estado
216 estructura para la investigación clínica36. Aunque el in- clínico o psicológico.
forme es más conocido por sus tres principios de respe- • La investigación ofrezca una perspectiva de mejora
to por la persona, beneficencia y justicia, articula los lí- clínica no alcanzable fuera de dicho estudio.
mites entre la práctica clínica (tratamiento) y la investi-
gación, determinando su igualdad en términos históri- En principio, los niños deben tener la oportunidad
cos. Dicho informe define la práctica como “interven- de disentir y no participar en el estudio propuesto. De-
ciones (...) diseñadas exclusivamente para mejorar el ben ser informados de que el estudio no forma parte de
bienestar del individuo y que se realizan con una razo- un tratamiento convencional y debe explicarse cuida-
nable esperanza de mejorar”. Contrasta con la investi- dosamente la naturaleza del mismo.
gación, que es “una actividad diseñada para testar una
hipótesis, permitir que se extraigan conclusiones y, por
tanto, desarrollar o contribuir al conocimiento generali- Estudios Fase I en el contexto de
zable”. Así pues, el citado informe considera investiga- los cuidados paliativos
ción y tratamiento como dos esfuerzos diferentes, con
independencia de que ambos puedan coincidir en un Los padres y los pacientes deben entender clara-
estudio. mente el concepto de la investigación. Esto incluye las
Cuando un paciente es incluido en un estudio clí- posibles limitaciones o inconvenientes que la realiza-
nico, de alguna forma la relación médico-paciente cam- ción del protocolo pueda conllevar, así como ser cons-
bia37,38. El medio ahora es también investigador y el cientes de que, en una mayoría de casos, con esa inves-
paciente es sujeto de investigación. El investigador ad- tigación se está contribuyendo a mejorar los tratamien-
quiere obligaciones con la “ciencia” (cumplimiento del tos en el futuro.
protocolo de sus objetivos) que son diferentes de sus La falta de participación de niños en los estudios
obligaciones con el paciente. Hay quien ha argumenta- denominados Fase I dificulta de forma dramática la
do que al participar en estudios de tipo randomizado, de investigación en el desarrollo de nuevos tratamientos
algún modo se puede renunciar al cuidado personal del que mejoren los cuidados médicos de los niños afecta-
paciente, y esto pude conllevar problemas éticos39. Pro- dos de procesos mortales. Hay que tener en cuenta que
bablemente no sea adecuado sobredimensionar este los estudios clínicos pueden ser el único camino para
debate, pero sí el reconocer que, efectivamente, este ti- determinar los tipos apropiados de tratamiento para
po de estudios generan un cierto grado de tensión entre estos pacientes41. Los objetivos científicos de los estu-
las partes, e insistir en la necesidad de actuar de una dios Fase I son determinar la seguridad y tolerabilidad
forma muy rigurosa con pruebas o maniobras que, no de la droga e identificar la máxima dosis tolerable, así
como caracterizar su farmacocinética42,43. Secundaria- que las familias consideran este tipo de estudios como
mente se analiza su acción frente a un proceso patoló- la última opción de tratamiento, esto les puede condi-
gico determinado. cionar a ellos e incluso a los propios médicos, pues,
La introducción de pacientes pediátricos en este buscando la curación, puede que no seamos completa-
tipo de estudios conlleva una serie de problemas éticos. mente conscientes del sufrimiento del paciente48.
Aunque los investigadores piensan en un beneficio que
puede ayudar a los participantes del estudio, el objetivo
del mismo no contempla siempre y de forma directa la
obtención de una mejora o curación de su proceso pa- PROBLEMAS ÉTICOS AL FINAL DE LA
tológico. No obstante, la ausencia de un tratamiento VIDA
eficaz lleva a desarrollar un sentimiento de esperanza
en la curación. La realidad es que las tasas de respuesta La muerte llega a los niños de muchas maneras,
obtenidas en estos estudios está entre un 5% y un 8%44. aunque ciertos patrones sean más comunes que otros.
Por otro lado, no hay que olvidar que el paciente va a Para muchos recién nacidos prematuros o con enferme-
sufrir los efectos secundarios característicos de este tipo dades letales, la muerte tiene lugar al poco tiempo del
de tratamientos. Ahora bien, también hay que dejar nacimiento. Para muchos otros niños, ésta aparece re-
claro que el ser introducido en un estudio Fase I no pentinamente, avisando o sin avisar, tras daños repenti-
excluye al paciente del conjunto de cuidados paliativos nos intencionados o no intencionados (accidentes, homi-
a que viene sometido y que indudablemente va a gozar cidios y suicidios). Incluso para los niños con enferme-
del beneficio de una posible respuesta positiva frente a dades fatales y progresivas que experimentan y sobrevi-
su enfermedad45. ven a varios episodios graves que amenazan la vida, la
Los cuidados paliativos no chocan con la investiga- muerte en una crisis final sorprende a los padres y se
ción médica. La combinación de estudios Fase I con considera no esperada. Algunos niños mueren por enfer-
cuidados paliativos no sólo ofrece a los pacientes pediá- medades graves potencialmente curables (como el cán-
tricos y a las familias que eligen dicha opción una cierta cer) tras un largo periodo de aparente recuperación. La
esperanza, junto con los mejores cuidados terminales, trayectoria del fallecimiento del niño influye en las de-
sino que además se les invita a investigar sobre nuevos mandas de la situación, y el personal sanitario se encuen-
tratamientos que pueden beneficiar al propio niño o, en tra ante la necesidad de responder a estas demandas51.
último término, a otros niños en el futuro46. Las causas e implicaciones de la muerte de un ni-
Habitualmente, los niños que se incluyen en este ño son bastante diferentes de las de los adultos, por lo 217
tipo de estudios son niños afectados de una enfermedad que las guías de cuidados paliativos que resultan apro-
que se ha mostrado refractaria a otros tratamientos. piadas para adultos a menudo no lo son para la pobla-
Nunca debe plantearse el tratamiento como una alter- ción pediátrica.
nativa a los cuidados paliativos. Sin embargo, los padres Los niños con enfermedades graves y sus familias
pueden llegar a no percibir los cuidados paliativos co- pueden sufrir porque52-55:
mo una medida de ayuda frente a la evolución terminal
del niño. Es importante que el investigador centre estos 1. La muerte en niños es un fenómeno extraño, por lo
aspectos e indique claramente la finalidad real del estu- cual no es probable que médicos, enfermeras, psi-
dio Fase I y sus posibles efectos no deseados. cólogos, trabajadores sociales, pedagogos, religio-
En un estudio reciente, un 62% de los padres no sos, etc., tengan experiencia en cuidados paliativos
consideraron la participación de sus hijos en estudios pediátricos. Asimismo, los profesionales de cuida-
Fase I como una decisión, ya que afirmaron que no dos paliativos de adultos no tienen una formación
existía ninguna alternativa válida47. Sus expectativas se adecuada para tratar física, emocional y psicológi-
basaban en la posibilidad de ganar tiempo hasta encon- camente a los niños enfermos y a sus familias.
trar un tratamiento potencialmente eficaz, y de alguna 2. Los niños no son pequeños adultos. Las enferme-
forma también se contemplaba la posibilidad de ayudar dades que padecen los niños son muy diferentes
a otros niños con la investigación. Los familiares perci- que las de los adultos, y las expectativas de cura-
ben como buenos los efectos de eficacia, aunque sean ción son mayores. Estas expectativas llevan a que
leves, como son las regresiones parciales del proceso los padres y el personal sanitario rechacen una
previamente refractario a otros tratamientos, pese a que transición formal hacia intervenciones que no ten-
de ello no se siga la curación. Los beneficios a veces son gan como objetivo la curación.
más difíciles de valorar en términos científicos, como es 3. La muerte de los niños altera el orden natural de las
la ganancia de un tiempo no prolongado para seguir cosas, por lo que es más probable que el personal
con su familia o disfrutarlo con sus amigos. Las fases en sanitario tenga una sensación de fracaso cuando el
las que se obtiene la estabilización de la enfermedad o niño muere. El que el niño reciba cuidados paliati-
una evidente regresión de la enfermedad sí se valoran vos puede percibirse como un abandono de la espe-
como respuestas positivas con beneficio para el pacien- ranza de curación, y en esto se debe intervenir con
te, y en muchas ocasiones, incluso en el paciente con una buena comunicación y con cuidados médicos.
enfermedad avanzada, se produce una evidente mejoría 4. Los niños resisten episodios graves que llevarían a
en su calidad de vida. Sin embargo, en la medida en los adultos a la muerte.
5. Es difícil predecir la muerte del niño, sobre todo si Tomando decisiones sobre
es consecuencia de una enfermedad crónica diag- tratamientos de soporte vital
nosticada años antes.
6. La comunicación en las diferentes etapas cronoló- A pesar de los indudables avances obtenidos en la
gicas, el nivel evolutivo y la capacidad de tomar curación de procesos patológicos previamente incura-
decisiones son habilidades complejas que hay que bles, se ha ido incrementando en paralelo la preocupa-
adquirir. Los niños tienen el derecho a ser tratados ción por resolver de forma adecuada el dilema del
como personas en desarrollo, como personas con mantenimiento o la suspensión de tratamientos de so-
capacidades de razón, autonomía y participación porte vital en pacientes con pronóstico fatal. La realidad
en la toma de decisiones sobre su salud. Depen- es que en todas las series analizadas de “casos proble-
diendo de su edad y de su nivel evolutivo, el pa- ma”, los pacientes han acabado falleciendo, con inde-
ciente pediátrico puede que tenga alguna, ninguna pendencia de la decisión de mantener o suspender di-
o todas las capacidades necesarias para participar chos tratamientos de soporte59-61. Las recomendaciones
en su propia salud y cuidados. sobre la toma de decisiones éticas respecto a las limita-
7. El diálogo y las decisiones sobre el final de la vida ciones de las medidas de soporte vital, así como el cui-
no han tenido como protagonistas al niño y a su dado apropiado de los pacientes una vez tomada la de-
familia. cisión, fueron inicialmente propuestas en 1983 por la
8. La muerte de un niño es una de las situaciones más President’s Commission for the Study of Ethical Problems in
estresantes a la que una persona se puede enfrentar. Medicine and Biomedical and Behavioral Research62. Pos-
teriormente, diferentes sociedades, como la Academia
Americana de Pediatría y algunas otras, han elaborado
documentos en este sentido57,63-65. A pesar de estos múl-
AFRONTANDO EL PROBLEMA DE LA tiples consensos, de los que se derivan líneas de actua-
MUERTE ción y recomendaciones, es fácil constatar la existencia
de una amplia diversidad en las actuaciones médicas a
Desafortunadamente, en algún punto del trata- la hora de tomar decisiones sobre medidas de soporte
miento de niños afectados por enfermedades no cura- vital66. Aunque los padres de los niños moribundos si-
bles, los médicos, los familiares y a veces los propios túan las más altas prioridades en la calidad de vida, la
pacientes tenemos que enfrentarnos a la realidad de que probabilidad de mejora y la percepción del dolor, los
218 la curación no es posible y que por tanto los objetivos estudios demuestran que las decisiones en relación con
del tratamiento deben modificarse, buscando la mejor medidas de soporte vital se toman sobre la base de va-
calidad de vida posible hasta que de forma natural lle- riables independientes de las anteriormente citadas y en
gue la muerte. Wolf y cols.56, estudiando una cohorte las que influyen mucho las actitudes del médico y su
de 103 niños que fallecieron de cáncer, encontraron especialidad67,68.
que, como media, los padres percibieron, tres meses
antes del fallecimiento, el hecho de la muerte como in-
evitable; en general, se dieron cuenta al observar los Recién nacidos incapacitados
cambios de actitud del equipo médico. El reconoci- (The Baby Doe Regulations)
miento temprano se siguió de una introducción más
temprana y eficaz de cuidados paliativos y, en conse- En 1982 se dejó morir, a petición de sus padres69,
cuencia, de una mejor atención de cuidados relaciona- a un recién nacido con síndrome de Down y atresia de
dos con el final de la vida. La interrupción de terapias esófago, a los 6 días de vida. Este caso se parecía a otros
curativas y su sustitución por terapias paliativas ade- muchos que se habían producido en la década anterior,
cuadas disminuyó la sensación de sufrimiento en la relacionados sobre todo con los cuidados mínimos apli-
mayoría de los padres. cados a los recién nacidos con síndrome de Down y es-
Es muy importante mantener una comunicación pina bífida. Muchos de estos niños parecían tener exce-
fluida y realista con los padres en situaciones de enfer- lentes perspectivas de vivir largos y felices años, lo que
medad grave, para poder realizar una transición ade- hace pensar que la decisión no se tomó en su beneficio.
cuada desde una perspectiva de cuidados curativos ha- A su vez, se publicaron grandes encuestas en las que
cia unos cuidados paliativos que aseguren un óptimo una mayoría de pediatras opinaban que la responsabili-
final de la vida57. Durante ese periodo de transición, dad de la decisión debería recaer sobre los padres, si
con frecuencia conviven medidas terapéuticas que bus- bien algunos señalaron que consideraban su deber res-
can la curación con medidas de carácter paliativo. Éste petar los intereses de los padres antes que los del pa-
es un fenómeno muy frecuente en niños afectos de cán- ciente. El problema se complicó más, ya que muchas
cer en fases avanzadas: a la vez que administramos un decisiones estaban basadas en conceptos médicos equi-
tratamiento sintomático que reduzca el sufrimiento, se- vocados, incluyendo pronósticos demasiado pesimis-
guimos administrando medicaciones antitumorales que tas70,71. La gran controversia generada propició en Esta-
prolongan la vida. Es una situación que se resume en la dos Unidos la promulgación de normas amparadas por
conocida frase: “Esperando lo mejor, nos preparamos la Ley de Protección al Menor, en las que se prohíbe
para lo peor”58. retirar un tratamiento médico que pueda ser beneficio-
so para un niño capaz de sobrevivir con una discapaci- democrático; no debe desfavorecer al discapacitado, al
dad. Contempla determinadas excepciones, como la pobre o al carente de un seguro médico, y debe, ade-
inconsciencia permanente, el tratamiento infructuoso y más, reconocer la diversidad de valores y objetivos de
el tratamiento virtualmente infructuoso que suponga cada persona. Las políticas de recomendación sobre
una excesiva carga para el niño. Esta última norma pa- tratamientos no aconsejables han de tener las siguientes
recía contradecir una de las reglas que justificaba el características:
mantenimiento de las medidas de sostén en los niños:
básicamente, la posibilidad de que mantener vivo a un a. Ser discutidas en ambientes públicos.
niño no redundase en su beneficio, ya que su incapaci- b. Respetar los valores morales aceptados por la co-
dad, unida a la carga del tratamiento, fuese superior al munidad.
beneficio. Una consecuencia espontánea de esta medida c. No basarse exclusivamente en sistemas de puntua-
ha sido una aparente modificación de la actitud médica ción (score) con valor pronóstico.
desde los cuidados mínimos a un sobretratamiento, d. Articular mecanismos de apelación.
definido como la prolongación de la vida, y que, en e. En determinadas circunstancias, tener un soporte
opinión de algunos médicos, tampoco redunda en un legal76.
beneficio para el paciente72.
A la hora de tomar decisiones sobre la oportunidad
de unos cuidados de soporte vital en un paciente con-
Cuidados terminales fútiles creto, la President’s Commission for the Study of Ethical
Problems in Medicine and Biomedical and Behavioral Re-
Otra controversia común en cuidados terminales search ha propuesto tener en cuenta cinco consideracio-
es la futilidad de las medidas tomadas. Es frecuente el nes, basadas en el mejor interés para el paciente:
conflicto de opinión entre médicos y padres sobre la
iniciación o continuación de cuidados terminales en un 1. Cantidad de sufrimiento y capacidad potencial de
paciente moribundo. Habitualmente, este tipo de con- aliviarlo.
flicto se resuelve con el dialogo y el razonamiento médi- 2. Severidad de la disfunción y capacidad potencial
co, y generalmente la causa del mismo reside en la reac- de restaurar la función.
ción de pena y aflicción que provoca la proximidad de 3. Expectativa de posible duración de la vida.
la pérdida del ser querido. En estos casos, el conflicto 4. Potencial existente de satisfacción personal y dis-
creado no requiere confrontación, sino compasión, frute de la vida. 219
comprensión y seguimiento estrecho del proceso. 5. Posibilidad de desarrollar una capacidad de vida
Ahora bien, no todas las situaciones se resuelven auto-determinada.
mediante el dialogo entre padres y médicos, y en este
sentido fue muy demostrativo el caso de “Baby K”73; en La Comisión indica que, aplicando dichas conside-
consecuencia, debemos intentar definir adecuadamente raciones a una situación determinada, el tratamiento
el concepto de tratamiento fútil. cuestionado debe ser clasificado como claramente be-
De acuerdo con la literatura médica, se considera neficioso, ambiguo/incierto o fútil. La Comisión señala
un tratamiento como fútil, o carente de utilidad, cuan- además que frente a un tratamiento ambiguo/incierto o
do, tras haber sido ensayado en 100 pacientes, no se fútil y unos padres que prefieren abandonar el trata-
observa ninguna eficacia. También es considerado co- miento, los médicos deben suspender las medidas de
mo fútil un tratamiento que meramente mantenga una soporte vital62,76.
situación de inconsciencia o no sea capaz de finalizar El objetivo del tratamiento de los niños afectos de
con una dependencia de cuidados intensivos74. No obs- una enfermedad potencialmente mortal es la curación
tante, hay que reconocer que en terapéutica no existe completa o la supervivencia con el menor número de
una definición tan cuantificada de lo que resulta fútil o lesiones residuales posible. Cuando un médico es cons-
no. Es frecuente tender a individualizar los problemas y ciente de que la continuación de un tratamiento es in-
plantearlos frente a un enfermo concreto, no como un útil, no evita la muerte o incluso es dañino para el pa-
porcentaje de respuesta; y ante determinada respuesta ciente, debe informar a la familia de forma veraz y
terapéutica, unos interpretan que lo importante es la compasiva. Es muy importante informar, cuando así es,
preservación de la vida por encima de todo, mientras que cuidados adicionales no evitarán la muerte. Las
que otros defienden una supuesta calidad de vida como decisiones sobre tal inutilidad deben basarse en un en-
un control de eficacia y/o futilidad del tratamiento75. tendimiento mutuo sobre el pronóstico y la calidad de
En un intento de dar luz al problema, la Society of vida y la dignidad humana. La práctica en una UCI pe-
Critical Care Medicine ha establecido que “los tratamien- diátrica con pacientes y familias que se enfrentan a estas
tos en los que la probabilidad de eficacia es extremada- trágicas circunstancias debe ser coherente y reflejar los
mente baja, son extremadamente costosos o bien son de conocimientos más actualizados sobre la enfermedad,
beneficio incierto, deben considerarse como inapropia- su tratamiento y su pronóstico. Si, finalmente, el pa-
dos y, por tanto, no aconsejables, si bien no deben ser ciente cumple los criterios de muerte cerebral, los cui-
catalogados como fútiles”76. Se recomienda realizar un dados médicos compasivos deben continuar mientras
uso racional de la terapia que sea explícito, equitativo y se retiran al paciente los cuidados de soporte vital.
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Control de síntomas en el
niño con enfermedad
terminal y soporte a sus
familiares
13
Evaluación y control de síntomas
14
Historia clínica y evaluación del dolor en el niño con cáncer
15
Tratamiento del dolor en cuidados paliativos infantiles
16
Medidas no farmacológicas para el alivio del dolor y otros síntomas
en el niño con cáncer
17
La atención en la agonía
18
Experiencias cercanas a la muerte. El sufrimiento existencial en los niños
19
Comunicación y soporte a niños y adolescentes con enfermedad terminal
20
El duelo en el niño
21
Duelo por la muerte de un niño I. Clínica
22
Duelo por la muerte de un niño II. Casuística
23
Duelo por la muerte de un niño III. Consolatoria
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Medidas generales
Tratamiento
- Procurar tranquilizar al niño y a sus familiares.
- De la fiebre: medidas ambientales y antitérmicos. - Aire fresco.
- Corrección de las alteraciones hidroelectrolíticas y - Reposo para disminuir las necesidades de oxígeno.
metabólicas. - Alimentación fraccionada en pequeñas cantidades
- De la hipertensión intracraneal: corticoides a 2 y que sea fácil de ingerir.
mg/kg/día.
- Sintomático: Etiológico
Sintomático 229
Disnea
- Morfina. Disminuye la frecuencia respiratoria.
- Sedantes. Benzodiazepinas, neurolépticos (clor-
Sensación desagradable de falta de aire. Es un sín-
promacina 0,5 mg/kg/dosis).
toma subjetivo que se acompaña, casi siempre, de ta-
- Oxígeno.
quipnea, que sí se puede objetivar. Suele indicar mal
pronóstico. Los estertores pre-mortem son unos ruidos que se
Ocasiona una disminución de la oxigenación y de producen en la fase agónica de la enfermedad por el
la ventilación. Aumenta el trabajo respiratorio, con ma- paso del aire a través de las mucosidades acumuladas
yor consumo de oxígeno, y provoca una mayor fatigabi- en laringe, tráquea y bronquios. Provoca gran inquietud
lidad. En la familia provoca mayor ansiedad. en los padres y en quienes atienden al niño por la sen-
sación de que sufre y se está ahogando. Conviene expli-
car que los estertores no dan otras molestias al paciente,
Causas aunque sí que es muy desagradable para los que los
observan, y difícil de entender.
Debidas a la enfermedad La utilización de escopolamina (hioscina) a 5 mg/
kg/8 h (IV, IM o SC) puede ser un recurso para dismi-
- Metástasis pulmonares. nuir la cantidad de las secreciones.
- Derrame pleural.
- Obstrucción de las vías respiratorias.
- Patología neuromuscular: Distrofia muscular de
Duchenne, atrofia espinal infantil, miopatías, me- Estreñimiento
tabolopatías, fibrosis quística.
Disminución del ritmo y dificultad para la emisión
Por debilidad de las heces, con aumento de la consistencia. El ritmo
defecatorio normal es muy variable de unas personas a
- Anemia. otras. Por lo común, los niños pequeños suelen defecar
- Atelectasias por movimientos respiratorios poco más frecuentemente que en otras edades. Por otra par-
enérgicos y por acúmulo y espesamiento de las se- te, la dieta pobre en residuos, el periodo de aprendizaje
creciones. para evacuar y la retención voluntaria por no abando-
nar los juegos, influyen en el retardo del momento de ir calcemia e hipernatremia, con peores consecuen-
al aseo. cias para el paciente).
Las consecuencias son varias: molestias, dolor, obs- - Extracción digital de fecalomas.
trucción intestinal, náuseas y vómitos, diarrea líquida
—generalmente, por rebosamiento tras la impactación
de un fecaloma— y disnea por distensión abdominal.
Conviene palpar el abdomen para comprobar si Insomnio
hay distensión abdominal, acúmulo de gases o bien
masas fecales. Igualmente se debe explorar el periné Incapacidad del paciente para dormir normalmente
por si existen fisuras anales o enrojecimiento del ano o durante la noche. Se debe tener en cuenta que los niños
de las zonas próximas. pequeños han de dormir también en otras horas además
de las nocturnas. En el mismo sentido, ha de procurarse
también que el niño esté tranquilo durante el día para que
Causas tenga un mayor descanso. En los periodos de enfermedad
y, más aún, de hospitalización, los enfermos suelen estar
Con frecuencia intervienen varios factores. Entre agobiados e inquietos. Si se consigue el descanso noctur-
ellos: no, el día siguiente seguramente será algo más placentero;
por el contrario, una noche sin dormir aumentará la inco-
- Ingesta escasa de alimentos. modidad. Como otros síntomas, también el insomnio
- Inactividad. afecta de manera muy importante a los padres.
- Debilidad.
- Alteraciones electrolíticas (hipopotasemia), que
modifican el tránsito intestinal. Causas
- Fisuras anales.
- Falta de intimidad para el acto de la defecación. - Trastornos neurológicos.
- Efecto secundario de los fármacos: opioides (cuan- - Síntomas no controlados: dolor, disnea, vómitos.
do se prescribe morfina, a la vez se ha de aconsejar - Ambiente: ruidos, calor, exceso de luz, exploracio-
un laxante) y sedantes. nes poco pertinentes, familiares en número excesi-
- Tumores abdominales. vo, miedo a quedarse solo.
230 - Miopatías y neuropatías.
- Hipotiroidismo.
- Parálisis cerebral infantil. Tratamiento
- Encefalopatía hepática.
- Medidas generales: ambiente relajado; evitar rui-
dos y luz intensa (o de colores “raros”); intentar
Tratamiento que el niño no duerma durante el día. Música sua-
ve (si es de su agrado), compañía (la que el niño
- Alimentación algo más abundante (si es posible) y más apetezca), caricias, diálogo sin imposiciones.
rica en residuos (habitualmente, mal tolerada por Corregir los síntomas.
los niños). - Medicación: Benzodiazepinas (midazolam o diaze-
- Aumentar, si se puede, la actividad física. pam a 0-1 mg/kg. Neurolépticos/clorpromacina,
- Inducir al niño a que no demore la defecación 0,5 mg/kg. En muchas ocasiones, los niños con
cuando sienta el estímulo. El colon absorbe agua enfermedad terminal ya tienen pautados sedantes
con rapidez y las heces retenidas se endurecen y durante largo tiempo. Se ha de tener en cuenta la
taponan la progresión intestinal. posible tolerancia, por si se tiene que aumentar la
- Proporcionar intimidad, con aseos que sean accesi- dosis. En estos casos es bueno administrar menor
bles y cómodos. cantidad de medicación por el día y aumentarla al
- Revisar los tratamientos que puedan provocar es- llegar la noche para intentar conseguir el sueño.
treñimiento (casi todos serán imprescindibles).
- Laxantes. Generalmente no recomendados en la
práctica pediátrica habitual. Osmóticos: Lactulosa
1-3 ml/kg/día (retiene agua en la luz intestinal). Náuseas y vómitos
Lubricantes: Parafina 1-3 ml/kg/día. Estimulantes
del peristaltismo: senósidos 5-10 mg/kg/día. Muy frecuentes en cualquier paciente con enfer-
- Supositorios de glicerina. No muy efectivos, ex- medad avanzada, y sobre todo en los niños, que, ade-
cepto en niños pequeños. más, tienen gran facilidad para vomitar. Se producen
- Enemas. Son molestos, por lo que han de emplear- por: inmadurez del centro regulador, peristaltismo in-
se de manera restringida. Los que contienen fosfa- eficaz y poco controlado, menor capacidad gástrica,
tos pueden ser tóxicos por provocar alteraciones aerofagia “fisiológica” y repercusión digestiva de cual-
electrolíticas (hiperfosfatemia, hipercaliemia, hipo- quier trastorno extradigestivo.
El centro del vómito coordina la secuencia de náu- - Evitar olores intensos o desagradables: preparación
seas - vómitos, así como la producción de síntomas de las comidas, habitación mal ventilada, perfu-
acompañantes: sialorrea, sudoración, palidez, taquicar- mes, etc.
dia y taquipnea. En alguna ocasión (hipertensión intra-
craneal) el vómito no va precedido de náuseas, mientras Medicación
en otros casos pueden aparecer náuseas (sensación de
distensión gástrica, malestar y deseos de vomitar) sin - Neurolépticos: Clorpromacina 0,5 mg/kg. Halope-
que se expulse el contenido del estómago. ridol, cuando los vómitos pueden estar provoca-
Los vómitos provocan múltiples consecuencias, y dos por el uso de opioides o por la tos.
sobre todo incomodidad. - Procinéticos: Metoclopramida 1-2 mg/kg, 7 dosis
Rechazo ante la alimentación. No tolerancia ali- (cada 4 horas), si hay retraso en la evacuación gás-
menticia. Dificultad para la administración de medica- trica o paresia intestinal.
mentos por la vía oral, que es la más cómoda. Deshidra- - Corticoides. Dexametasona 0,25 mg/kg, 76 h, si se
tación y alteraciones electrolíticas, teniendo en cuenta sospecha hipertensión intracraneal.
que los niños tienen menor capacidad de compensa- - Laxantes. Para combatir el estreñimiento.
ción metabólica. - Ondansetron 1-4 mg/8 h. Actúa sobre el centro del
vómito. La indicación primera es para la preven-
ción de los vómitos provocados por la quimiotera-
Causas pia, pero cada vez se generaliza más su uso.
- Por la enfermedad
Tratamiento Tos
u Conocer, a la hora de elaborar la historia clínica, los haga uso de los recursos disponibles en la comunidad”.
aspectos específicos a tener en cuenta en el niño. En nuestro trabajo diario, es frecuente asociar el
u Brindar las herramientas necesarias para poder ava- término paliativo sólo a paciente terminal; por ello de-
luar el dolor en la infancia. bo recordar que el concepto paliativo incluye la posibi-
lidad de continuar tratamientos de apoyo, como qui-
mioterapia, radioterapia, etc.
Los objetivos básicos en los cuidados paliativos
infantiles, aparte del control de los síntomas y su trata-
Introducción miento, y del apoyo emocional, social y espiritual del
niño y su familia, con la finalidad de obtener calidad de
Los cuidados paliativos infantiles son un reto para vida, tienden, tal como defiende la American Academy of
los profesionales sanitarios, los padres, el niño y la so- Pediatrics (AAP), a un modelo de cuidados paliativos
ciedad en general, debido a que no esperan que los ni- infantiles integrado, en el que éstos se ofrecen en el
ños mueran; las familias creen que la medicina puede diagnóstico y continúan a lo largo del curso de la enfer-
curar casi todas las enfermedades. medad, sea el resultado la cura o la muerte del niño.
Si hacemos una revisión histórica, podremos com- En los últimos años, el tratamiento del dolor en la
probar cómo, hasta no hace muchos años, no existen refe- infancia, especialmente en el neonato, ha cambiado
rencias al niño y el dolor, y es más, se afirmaba con rotun- significativamente, y a pesar de que se han potenciado
didad que “el umbral del dolor en niños es muy bajo o mucho las unidades, aún se sigue minusvalorando el
apenas existe”, siendo llamativo cómo en tratados de Pe- dolor en numerosas ocasiones, sobre todo en los niños,
diatría y Neonatología apenas se hace referencia al tema. en los discapacitados cognitivos y en los ancianos.
A partir de 1980 ha surgido un creciente interés
por el tratamiento del dolor y los cuidados paliativos,
creándose numerosas unidades de adultos, pero en el
ámbito infantil la progresión ha sido más lenta. Prueba Principios universales de los
de ello es que, en 1993, la Organización Mundial de la cuidados paliativos infantiles
Salud (OMS) se reunió en Italia para establecer las pau-
tas para el tratamiento del dolor oncológico infantil, Los cuidados paliativos infantiles, como ya hemos
terminándose este protocolo en 1996. comentado, están mucho menos desarrollados que los del
adulto; prueba de ello es que en el último directorio de 14. El apoyo psicológico y el seguimiento del duelo
Cuidados Paliativos 2004, editado por la SECPAL de Espa- deberían llevarse a cabo durante tanto tiempo co-
ña en el año referido, figuran inscritas un total de 261 mo sea necesario para todas las personas afectadas
unidades, de las cuales sólo 2 son puramente pediátricas. por la muerte del niño. Este apoyo debería propor-
Se han promulgado unos principios universales de cionarlo un equipo profesional formado en Cuida-
los cuidados paliativos infantiles, que son los siguientes: dos Paliativos Infantiles.
15. Los cuidados paliativos infantiles son un trabajo di-
1. El criterio de admisión en un programa de cuida- fícil. Los cuidados directos deberían recibir apoyo y
dos paliativos infantiles se realizará teniendo en supervisión psicosocial, formal e informalmente.
cuenta que no es probable que el niño llegue a ser
adulto. No se requiere un pronóstico de supervi- En la práctica diaria, cada día son más las familias
vencia a corto plazo, porque esto interfiere con que desean que la muerte del niño se produzca en el hos-
que se proporcionen los servicios desde el momen- pital, aunque en nuestra experiencia, gracias al apoyo de
to del diagnóstico. la Unidad de Asistencia Domiciliaria de Adultos del Hos-
2. La unidad objeto de atención es el niño y su fami- pital Universitario Doctor Negrín, de Las Palmas de Gran
lia. Se define a la familia como la persona o perso- Canaria, estamos logrando que el porcentaje de falleci-
nas que se ocupan de los aspectos físicos, psicoló-
mientos en el domicilio vaya aumentando lentamente.
gicos, espirituales y sociales del niño, indepen-
dientemente de la relación biológica.
3. Los servicios de cuidados paliativos infantiles deben
estar disponibles para los niños y sus familias en el
Causas por las cuales el
lugar que prefieran o sea apropiado para sus necesi-
dolor en los niños es
dades. Puede ser en un hospital, en el hogar, etc.
minusvalorado en ocasiones
4. Los cuidados paliativos infantiles no tienen como
objeto acortar la vida, sino controlar los síntomas
Hay diversos motivos por los cuales el dolor en los
de manera aceptable para el niño y su familia.
niños no es suficientemente valorado (Tablas I y II).
5. Los cuidados paliativos infantiles se centran en el
alivio del dolor físico, social, psicológico y existen-
cial o espiritual del niño y de su familia, indepen- Tabla I. Causas por las cuales el dolor en
236 dientemente de su elección de continuar con trata- los niños es minusvalorado en ocasiones.
mientos que prolonguen la vida del niño.
6. Los niños con enfermedades crónicas y sus fami- • Suposiciones incorrectas.
lias deben tener acceso a un grupo de cuidadores, • Tabúes.
o por lo menos a un coordinador.
• Dificultad en la transmisión de la información.
7. Los cuidados paliativos infantiles buscan aumentar la
calidad de vida del niño y de su familia; se incluye a • Complejidad en la evaluación del dolor.
los niños y a la familia en la decisión de prioridades, • Información y sensibilización del personal
utilizando una información completa con respecto a sanitario y de los padres o tutores. Actitudes
la enfermedad y a sus opciones de tratamiento. personales.
8. El equipo sanitario reconoce la individualidad de
• Escasa información.
cada niño y cada familia, y acepta sus valores, de-
seos y creencias, a no ser que puedan provocar un • Escasa investigación.
daño significativo.
9. Los cuidados paliativos infantiles se desarrollan en Tabla II. Suposiciones incorrectas en el dolor
el marco de un equipo multidisciplinar. La impli- agudo (curas y exploraciones dolorosas).
cación desde el momento del diagnóstico abarca
un contacto respetuoso con los profesionales que • El dolor es una consecuencia inevitable de todo
intentan curar o prolongar la vida del niño. acto en sí.
10. El equipo de Cuidados Paliativos Infantiles debe • Es desagradable, inocuo y de duración limitada.
estar disponible durante 24 horas al día, 365 días
• Es raro que sea insoportable.
al año.
11. La provisión de descanso, sean horas o días en un mo- • Si lo tolera un paciente, lo pueden tolerar los
mento dado, es un servicio esencial para las familias. demás.
12. Las familias deberían poder demandar ellas mis- • Con el tratamiento del dolor pueden surgir
mas los cuidados paliativos. complicaciones y efectos secundarios que
13. Los servicios multidisciplinarios de cuidados pa- ponen en peligro al paciente.
liativos infantiles deberían ser reconocidos como
• Con el tratamiento analgésico aplicado no se
servicios médicos legítimos y valiosos, y deberían pueden evaluar bien las posibles
financiarse adecuadamente, para permitir su viabi- complicaciones.
lidad y disponibilidad.
fermedades. Existen trabajos de farmacocinética y far- explicar claramente al niño que actuaremos para tratar
macodinamia en la infancia, pero quedan muchos sus síntomas, haciendo hincapié en que no le haremos
campos por investigar, sobre todo en los neonatos y daño, ya que de lo contrario tendrá tendencia a ocultar
prematuros. información por miedo.
En cuanto a los pacientes oncológicos infantiles, A partir de la etapa verbal, debemos considerar al
recordemos que es imposible extrapolar a los niños los niño protagonista, ya que él es el paciente y el que nos
datos obtenidos en la investigación de adultos, ya que dará la mejor información sobre sus síntomas, aunque
hay una serie de aspectos biológicos, farmacológicos y luego complementemos esa información con los padres
toxicológicos diferentes. y cuidadores (cuidador principal, enfermería, etc.). No
La investigación en pediatría se ve obstaculizada es infrecuente que la información que obtenemos del
por problemas éticos y legales, que han movido a ex- niño no coincida con la de los padres, y que éstos que-
cluir a los pacientes pediátricos de los ensayos clínicos den sorprendidos por ello.
con la finalidad de protegerlos de los riesgos de la expe- Si el niño tiene dificultades para la comunicación
rimentación, tanto a corto como largo plazo. La Interna- por estar en la etapa pre-verbal, por tener discapacidad
tional Pharmaceutical Federation (FIP) establece una se- cognitiva o por estar intubado, recabaremos la informa-
rie de recomendaciones al respecto, pero en muchos ción a través de los padres y cuidadores.
aspectos existen vacíos legales. El niño será tratado con respeto, en presencia de
los padres (si así lo desea), con diálogo cariñoso y ame-
no, teniendo en cuenta las claves básicas para poder
lograr una buena comunicación (Tabla III). Si es nece-
Historia clínica sario, hay que dar tiempo de descanso.
Realizaremos nuestra propia historia revisando:
Básicamente, la historia clínica se elaborará de for-
ma similar a la del adulto, si bien debemos considerar Historial clínico
algunos aspectos específicos para los niños.
En la primera entrevista es fundamental dejar muy Se revisará todo el historial clínico del paciente,
claro a los padres y a los niños (si tienen edad para ello) tomando nota del diagnóstico, exploraciones, trata-
quiénes somos, para qué nos han llamado y cuál va a mientos recibidos, tratamiento actual y evolución de la
ser nuestro objetivo, ya que esto nos va a facilitar mu- enfermedad.
238
cho la comunicación en el futuro. La anamnesis se realizará como en el adulto, te-
Los niños que acuden por primera vez a nuestra niendo en cuenta los siguientes puntos:
consulta, con frecuencia se muestran poco colaborado-
res, recelosos, y estableciendo claras barreras en la co- • Tiempo de inicio: tras biopsia, cirugía, radiotera-
municación. Probablemente influyan en este comporta- pia, inicio progresivo, brusco, etc.
miento las experiencias previas dolorosas (punciones, • Localización y distribución del dolor.
aspirados, biopsias, cirugía, etc.). Por ello es primordial • Tipo de dolor: somático, visceral, neuropático,
mixto.
• Su curso en el tiempo: constante o episódico.
Tabla III. Claves de la comunicación. • Características clínicas del dolor: diurno, noctur-
no, quemazón, pulsátil, urente, descarga eléctrica,
• Elegir el momento y lugar apropiados y sin etc.
prisas. • Su intensidad basal: leve, moderado o intenso.
• Considerar el estado emocional del niño y de la • Su intensidad en las crisis: leve, moderado o intenso.
persona que realiza la entrevista. • Su irradiación.
• Factores desencadenantes: cambio postural, tos,
• Escuchar activamente tanto la información
etc.
verbal como la no verbal: contacto visual,
postura corporal confortable y relajada; cerca, • Repercusión en la familia.
pero sin invadir el espacio del niño. • Respuestas a los tratamientos con fines analgésicos
que se han instaurado previamente.
• Empatizar con el niño y con la familia.
• Utilizar lenguaje adecuado a la edad del niño. La anamnesis, si el niño es grande, intentaremos
• Preguntar y no imponer.
realizarla a través del mismo, confrontando posterior-
mente la información con los padres. Si el niño no pue-
• Hacer preguntas abiertas. de darnos esta información por tener dificultades para
• Dar información útil. la comunicación, se realizará sólo con los padres. Las
notas de enfermería registradas en la historia clínica
• Ayudar a pensar.
pueden aportar datos muy valiosos.
• Pedir opinión. En algunas ocasiones nos podemos encontrar fren-
• Ser recompensante. te a situaciones en las que las necesidades y los deseos
de los padres pueden ser opuestos a los del paciente
(generalmente adolescente), e incluso alguno de ellos Evaluación del dolor (lo veremos más adelante).
con los del facultativo.
Percepción del dolor, enfermedad, evolución y pronóstico
Exploración física completa tanto por el niño como por su familia
• Alodinia: dolor que aparece ante un estímulo que normalmente no produce dolor.
• Causalgia: Dolor crónico y muy persistente de la piel, debido a un traumatismo o a una intervención
quirúrgica que ha afectado a un nervio sensitivo. Puede acompañarse de cambios tróficos vegetativos del
miembro doloroso. síndrome doloroso con dolor urente, con hiperpatía y alodinia tras una lesión
traumática de un nervio. Frecuentemente se acompaña de alteraciones vasomotoras, cambios tróficos y
sudor.
• Disestesia: sensación anormal desagradable, provocada o espontánea. Puede asociarse o no a dolor.
• Dolor irruptivo: exacerbación transitoria del dolor que aparece sobre la base de un dolor persistente
estable.
• Dolor irruptivo incidental: dolor irruptivo que aparece al realizar alguna actividad: tos, andar, defecar, etc.
• Dolor irruptivo idiopático o espontáneo: dolor irruptivo en el que no se evidencia ningún factor
desencadenante.
• Dolor irruptivo por fallo de final de dosis: es debido a un tratamiento insuficiente.
• Hiperalgesia: respuesta aumentada a un estímulo doloroso.
• Hiperestesia: aumento de la sensibilidad ante la estimulación térmica y táctil.
• Hipoestesia: disminución de la sensibilidad ante la estimulación térmica y táctil.
• Neuralgia: dolor producido por la inflamación un nervio.
• Neuritis: inflamación de un nervio.
• Parestesia: sensación anormal de hormigueo en un territorio cutáneo, espontánea o provocada.
242
Figura 8. Paciente de 13 años que nos mostró en este dibujo libre cómo ve su
enfermedad.
• El llanto y vocalizaciones. El llanto es la primera des y preescolares se produce el grito inicial, segui-
expresión vocal de dolor o tensión en el recién na- do de llanto continuado y persistente.
cido. Se han realizado estudios espectrográficos • La expresión de la cara. El niño no sonríe, tiene
del llanto, comprobándose cómo el llanto por do- las cejas bajas y fruncidas, la frente prominente
lor es de frecuencia mucho más alta que otros tipos con arrugas verticales entre las cejas, ensancha-
de vocalizaciones por hambre o frío. En neonatos y miento del puente nasal, ojos fuertemente cerra-
lactantes, el comienzo del dolor agudo se manifies- dos o muy abiertos, boca angular y barbilla tem-
ta como un grito inicial seguido de un llanto más blorosa. No es útil en el dolor crónico y en el do-
contenido, llegando incluso al silencio y volviendo lor agudo que llevan tiempo sin ser tratados (Fi-
periódicamente al grito. También son frecuentes gura 9).
244 otras manifestaciones, como hipo, gruñido, gemi- • Cambios en las posturas y movimientos corpora-
do e incluso apneas cortas. En los lactantes gran- les. En los neonatos y lactantes pequeños, ante una
Figura 9. Lactante de tres meses, afecto de osteopetrosis. En la imagen de la izquierda se aprecia la expresión de dolor y sufrimiento antes de comenzar el tratamiento
analgésico. Se había colocado sonda nasogástrica, ya que no quería comer y estaba nauseoso. La imagen de la derecha muestra el gran cambio a las 48 horas del
tratamiento analgésico. La sonda nasogástrica se retiró por tolerancia adecuada.
situación de dolor agudo apreciamos manos exten- Tabla VIII. Algunas de las escalas utilizadas en
didas, puños apretados, postura rígida, protección neonatos.
de una parte del cuerpo, agitación, movimientos Escalas que contemplan
Escalas que contemplan
laterales de la cabeza, arquearse, mover los brazos, métodos conductuales y
métodos conductuales
fisiológicos
aferrarse a sus padres, gemidos, etc.). No resulta
útil en dolor crónico. NFCS
PIPP
• Cambios en las actividades diarias. Trastornos del NIPS
CRIES
LIDS
sueño, agresividad, disminución del apetito, des- CHEOPS
PAT
interés por el entorno, disminución de la capaci- SUN
IBCS
COMFORT SCORE
dad de concentración y del tiempo de juego, de la PAIN
relación familiar y con los amigos, etc. En los niños
grandes, depresión, disminución de las actividades
sociales, alteraciones del sueño, dificultades en la
La Escala PIPP ha sido creada para la evaluación
deambulación, etc.
del dolor en neonatos y tiene en cuenta la edad gesta-
cional, motivo por el cual es una de las más utilizadas.
Realiza la evaluación utilizando siete parámetros,
Métodos fisiológicos (constantes
indicadores conductuales y fisiológicos, que son valo-
biológicas)
rados de 0 a 3. Para todas las edades gestacionales, una
Valoran parámetros de respuesta al estrés, que ais- puntuación menor o igual a 6 indica la ausencia de do-
lados tienen poca utilidad práctica, pero que, valorados lor o dolor leve; superior a 6, dolor moderado, y supe-
conjuntamente con otros métodos, nos pueden aportar riores a 12, dolor intenso (Tabla IX).
información que no debemos despreciar.
Al comienzo del dolor agudo se producen una
serie de signos, como son: alteración de la frecuencia Factores que modulan la
cardiaca y respiratoria, respiración entrecortada, po- percepción dolorosa en el niño
lipnea e incluso pequeñas apneas, aumento de la ten-
sión arterial, hormonas de estrés (endorfinas, cateco- Es muy importante tener en cuenta los siguientes
laminas, cortisol), sudoración palmar, pupilas algo aspectos:
midriáticas, palidez, aumento de la temperatura, dis- Edad. Lo más importante es la diferente evaluación
245
minución de pO2 transcutánea, hipertensión craneal, del dolor y la respuesta a los fármacos entre el neonato,
etc. Pero si el dolor persiste durante horas o días o no por inmadurez de los sistemas enzimáticos y presencia
es correctamente tratado, estos cambios tienden a la de opioides endógenos, y los niños más grandes.
“normalización”. Etnia. Existen estudios realizados en grandes po-
Para la evaluación del dolor en recién nacidos a blaciones que demuestran la incidencia de metaboli-
término y pre-término, existen varias escalas de evalua- zadores lentos y rápidos en diferentes países, circuns-
ción, que contemplan métodos conductuales, fisiológi- tancia que ha de tenerse en cuenta en el manejo de
cos o una combinación de los dos. opioides.
Las más utilizadas se encuentran reflejadas en la Desarrollo emocional del paciente. Los niños en ge-
Tabla VIII. neral tienen mala tolerancia a la ausencia de sus padres,
Tabla IX. Escala PIPP para evaluación del dolor en neonatos pre-término y grandes prematuros.
Proceso Parámetros 0 1 2 3
Gráfica Edad gestacional > 36 semanas 32 a < 36 semanas 28 a 32 semanas < 28 semanas
FC máx.
Observar al niño 30” Sat. O2 min 0-4 lat/min 5-14 lat/min 15-24 lat/min > 25 lat/min
Entrecejo fruncido 0-2,4% 2,5-4,9% 5-7,4% > 7,5%
Ninguna 0-9% Mínimo 10-39% Moderado Máximo > 70%
40-69%
Ojos apretados tiempo tiempo tiempo tiempo
Surco nasolabia Ninguna 0-9% Mínimo 10-39% Moderado 40-69% Máximo > 70%
tiempo tiempo tiempo tiempo
No Mínimo 0-39% tiempo Moderado 40-69% Máximo > 70%
tiempo tiempo
sobre todo entre los 6 meses y los 4 años. Debemos te- Siempre tenemos que ser honestos y respetuosos
ner en cuenta la etapa del “no” a los 18 meses, edad en con los niños, aclarando cualquier duda y explicando lo
la que el niño es muy poco colaborador. que vamos a hacer, especialmente con el adolescente,
Experiencias previas. Son de capital importancia en ya que perderíamos su confianza y confidencialidad.
el niño, ya que pueden dar lugar a magnificar el dolor o
bien a desarrollar fenómenos de hiperalgesia. Las expe-
riencias dolorosas negativas en niños dan lugar a altera- Tipos de respuesta al dolor en
ciones de la percepción dolorosa. los niños
No se debe olvidar la atención psicológica de los
padres, familiares y personal sanitario, ya que así podrá La respuesta del niño al dolor está modulada por
facilitarse un ambiente de confort. todos los factores que acabamos de ver; de todas mane-
Grado de información sobre su enfermedad. A los ni- ras, el niño puede responder de cinco formas diferentes:
ños se les debe informar de forma adecuada y escalona-
da sobre su enfermedad, teniendo en cuenta su edad y 1. Ansiedad. Es la respuesta más común, en dolor
su desarrollo emocional, siendo el facultativo responsa- agudo o procesos dolorosos de corta duración:
ble el que dé la información y no delegándola a terceras taquicardia, palpitaciones, vómitos, diarreas, etc.,
personas. que pueden llevar a agravar la enfermedad del
A partir de los 10-12 años, el niño puede conocer niño.
su diagnóstico por otras vías (conversaciones de familia- 2. Regresión. Provoca dependencia, pérdida de esque-
res y conocidos, Internet, etc.), pudiendo tener aprecia- mas adquiridos, disminución de la capacidad de
ciones equivocadas, ocultarlo y crearse angustias innece- compartir cosas, dificultad de concentración y
sarias. Las informaciones parciales también angustian. aprendizaje.
No olvidemos la difícil etapa de la adolescencia, ya 3. Depresión. Provoca alteraciones del sueño, digesti-
no son niños pero aún no son adultos, lo que hace que vas, cambios de conducta (apatía e irritabilidad,
su manejo sea más difícil, teniendo que armarnos de que a veces obligan a actitudes impositivas por
paciencia en ocasiones para poderles comprender y ser parte del adulto), disminución del tiempo de jue-
comprendidos. go, etc. Se aprecia en procesos crónicos.
246
Niño con enfermedad
Amigos grave Hermanos
Asombro Asombro
Impotencia Impotencia
Mimo
Protección Envidia
Resentimiento
Deseo de muerte
Profundo dolor
Sentimientos de culpa
Negación Muerte
Padre Madre
Culpabilidad
Miedo
Personal Aceptar
Impotencia limitaciones
Fracaso Reducir tensiones
Desmoralización
Figura 10. La sobreprotección y el mimo exagerado van a repercutir negativamente en los hermanos, que, atónitos, oyen y observan lo que ocurre, pudiendo desarrollar
envidia, resentimiento y deseo de muerte, lo que en el futuro, cuando su hermano fallezca, puede conducir a sentimientos de culpa y miedo. La situación se complica aún
más si existe ocultamiento o engaño.
Objetivos específicos
u Informar sobre los factores relacionados con la edad
que influyen en la farmacocinética de los fármacos.
u Conocer los principios generales para la administra-
ción de los analgésicos en los niños.
u Conocer los aspectos específicos de la farmacocinéti-
ca y la utilización de los AINE en los niños.
u Brindar información para la correcta utilización de Figura 1. Paciente de 12 años de edad con leucemia mieloblástica aguda en fase
los opioides en los niños. terminal.
caquexia y deterioro extremo. En cambio, en los pa- una serie de factores físico-químicos (propios de las
cientes no oncológicos, la espasticidad, la hipertensión moléculas del fármaco), además de los fisiológicos (de-
pulmonar grave, etc., suelen ser secundarias a la evolu- pendientes del paciente), que estudiaremos a continua-
ción de la propia enfermedad ción y que nos ayudarán a obtener un mejor rendimien-
to del tratamiento analgésico.
Las posibles vías de administración de los analgési-
cos son: oral, intravenosa, subcutánea, intramuscular,
Farmacocinética y intranasal, sublingual, transmucosa oral, inhalatoria,
farmacodinamia a lo largo de rectal, transdérmica, epidural, intradural, intraventricu-
la infancia lar, interpleural, etc.
Absorción
Gastrointestinal: pH gástrico, tiempo de vaciamiento gástrico, tránsito intestinal, microflora intestinal,
superficie de absorción, tipo de alimentación y actividad enzimática.
Intramuscular: flujo sanguíneo local, masa y contracciones musculares.
Intravenosa: vía directa.
Rectal: contacto con la mucosa rectal, colocación del fármaco, heces.
Transdérmica: estructura de la capa córnea, hidratación cutánea.
Subcutánea: perfusión sanguínea.
Intranasal: perfusión local.
Otras: epidural, intradural, intraarticular, etc.
Distribución
Flujo sanguíneo de los órganos y tejidos, unión a las proteínas plasmáticas, volumen y composición de los
compartimentos hídricos, afinidad tisular.
Metabolismo
Flujo sanguíneo hepático, sistemas enzimáticos hepáticos.
Eliminación
Flujo sanguíneo renal, filtración glomerular, secreción tubular, reabsorción tubular, pH urinario.
Tabla II. Factores que pueden alterar la absorción de fármacos por vía oral.
- Liberación del fármaco a partir de la presentación - Superficie del área de absorción. 251
farmacéutica. - Presencia o no de enzimas necesarias para la
- Peso molecular. biotransformación.
- pH pKa. - Vaciamiento gástrico y tránsito gastrointestinal.
- Grado de ionización. - Flujo sanguíneo intestinal.
- Coeficiente de partición lípido-agua. - Peristaltismo.
- Permeabilidad de la membrana en el lugar de - Flora bacteriana.
absorción. - Afinidad por las proteínas plasmáticas.
- Tamaño de las partículas. - Patologías asociadas.
tema microsomial hepático y una disminución de la se- En los recién nacidos y lactantes, hasta los 4-6 me-
creción de ácidos biliares, lo cual puede alterar la absor- ses, debido a que presentan una deficiencia de alfa-ami-
ción de los fármacos liposolubles, como ocurre con la lasa intestinal, se puede producir una absorción irregu-
metadona, cuya biodisponibilidad es del 80% al 90%; lar e incompleta de profármacos.
en cambio, para la morfina, que es hidrosoluble, es del
25% al 30%. Colonización bacteriana del tubo digestivo. La micro-
flora intestinal colabora en la metabolización por hidró-
lisis y reducción de algunos fármacos, influyendo, por
Tabla III. Factores que alteran la velocidad tanto, en su biodisponibilidad. En el periodo fetal, el
de vaciamiento gástrico. tracto gastrointestinal es estéril, y tras el nacimiento, a
Neonatos: enlentecimiento. Los valores del adulto las 4-8 horas, comienza la colonización bacteriana, de
se adquieren a los 6-8 meses. forma que, tras la eliminación del meconio, las prime-
ras deposiciones tienen estafilococos, enterococos, es-
Presencia de alimentos: retrasan el vaciamiento treptococos y otras especies coniformes.
gástrico.
En los niños sanos, la actividad metabólica total de
Fármacos que retrasan el vaciamiento gástrico: la flora bacteriana alcanza los valores del adulto aproxi-
anticolinérgicos y opioides. madamente a los 4 años.
Fármacos que aceleran el vaciamiento gástrico:
Presentaciones y sabores. A la hora de prescribir un
metoclopramida.
fármaco por vía oral a un niño, uno de los factores que
Tabla IV. Factores que pueden alterar la absorción de fármacos por vía intramuscular.
han de tenerse en cuenta es el sabor de la presentación el paciente no puede deglutir el fármaco y cuando el
elegida (amarga, muy dulce, etc.), ya que puede ser mo- acceso a la vía intravenosa es dificultoso. No tiene bue-
tivo de rechazo y no cumplimiento del tratamiento. Tam- na aceptación infantil.
bién debemos considerar si el niño es capaz de deglutir la La superficie de absorción es pequeña y muy vas-
presentación elegida (cápsulas, comprimidos, etc.). cularizada, pero la absorción es algo lenta, irregular e
Con cierta frecuencia nos veremos en la necesidad incompleta por los siguientes motivos:
de usar fórmulas magistrales y es fundamental la estre-
cha colaboración del farmacéutico para la administra- - La retención y la mezcla con las heces impiden el
ción de las dosis correctas, por no existir en el mercado adecuado contacto con la mucosa rectal.
una presentación y dosificación adecuadas. - La absorción es diferente según la posición del su-
positorio en el recto. Así, si se coloca en la parte alta
Vía intramuscular (Tabla IV). del recto, las venas hemorroidales superiores dre-
nan hacia el sistema porta, con lo que el fármaco
Esta vía de administración tiene mala aceptación pasa directamente al hígado, sufriendo el primer
infantil por ser dolorosa; además, no ofrece ventajas paso hepático. En cambio, si se coloca en la parte
farmacocinéticas a la vía oral, a la intravenosa o a la más distal, las venas hemorroidales inferior y media
252 subcutánea. drenan a la circulación sistémica por medio de la
Una vez inyectado el fármaco, la perfusión vascu- cava inferior, evitando el primer paso metabólico
lar del área inyectada permite su paso a la circulación hepático. Es importante tener en cuenta estos aspec-
sistémica. Algunos factores, como la hipo-perfusión lo- tos en aquellos fármacos que sufren metabolismo de
cal, la acidosis y la vasoconstricción local modifican la primer paso hepático, como ocurre con los AINE.
velocidad y la cantidad de fármaco absorbido. - El reflejo de defecación puede expulsar el fármaco.
En los primeros 15 días de vida, a nivel muscular
se producen una serie de cambios adaptativos del flujo No está recomendado el uso de la vía rectal en pa-
sanguíneo local, lo que, sumado a una reducida masa y cientes con neutropenia, trombocitopenia, diarrea y
a la contracción muscular, hacen que la absorción de enfermedad ano-rectal (abscesos y fístulas).
los fármacos por esta vía esté disminuida. En los niños, los estudios farmacocinéticos de esta
La administración intramuscular de sustancias hi- vía son escasos.
drosolubles en solución acuosa (morfina, meperidina)
alcanzan de forma más rápida las concentraciones san- Vía intranasal
guíneas que las sustancias liposolubles.
Permite la absorción rápida de algunos fármacos,
Vía intravenosa evitando el efecto de las enzimas digestivas y el metabo-
lismo hepático de primer paso. La absorción por esta
Es una vía directa, que no está alterada, alcanzán- vía es muy compleja, ya que puede estar influenciada
dose rápidamente las concentraciones plasmáticas, ya por las características individuales de la vascularización
que se eliminan los factores involucrados en los proce- de la mucosa nasal, por patologías intranasales (póli-
sos de absorción como primer paso metabólico hepáti- pos, rinitis, etc.) y por otras causas.
co, enzimas digestivas y pH gástrico. Muy útil para lo- El fármaco se deposita en la mucosa nasal median-
grar un rápido control del dolor intenso y para la admi- te espray, gotas, nebulizador o hisopo empapado, pa-
nistración de fármacos en perfusión continua con sando una parte a la circulación sistémica mediante las
PCA-NCA, que veremos más adelante. venas capilares submucosas, otra parte puede llegar al
tracto respiratorio superior, otra es deglutida y otra se
Vía rectal queda depositada en la capa de moco.
Actualmente en los cuidados paliativos se usan por
Existen circunstancias en las que esta vía nos pue- esta vía algunos opioides (fentanilo, sufentanilo) y mi-
de ser útil, como son situaciones de urgencia en las que dazolam.
Hay determinadas sustancias que pueden despla- sistema microsomial hepático que no afecta por igual a
zar a los fármacos de sus lugares de unión a las proteí- todos los procesos metabólicos y que dura aproximada-
nas plasmáticas. Aunque en un principio nos parezca mente hasta los tres meses de edad.
que estos desplazamientos no tienen una mayor reper- El metabolismo hepático se produce en dos fases:
cusión clínica, sí debemos tener especial precaución
con los fármacos que tengan gran afinidad con ellas. - Fase I: procesos de oxidación-reducción, hidrólisis
Así, sustancias como la bilirrubina y los ácidos grasos e hidroxilación.
libres, en su competición por los lugares de unión de - Fase II: procesos de conjugación: glucuronoconju-
los fármacos a las proteínas, pueden producir desplaza- gación, acetilación y sulfoconjugación.
mientos que aumentan los niveles de fármaco libre, o
bien los fármacos desplazar a estas sustancias, aumen- Fase I
tando así sus niveles. Fármacos como el AAS, la indo-
metacina y otros AINE desplazan a la bilirrubina de su Oxidación reducción: fármacos como la meperidina,
unión a la albúmina, aumentando más el riesgo de hi- fentanilo, alfentanilo, sufentanilo, metadona o paraceta-
perbilirrubinemia. mol dependen para su metabolización del sistema enzi-
Esta misma situación se puede producir al adminis- mático del citocromo P-450 y de NADPH-reductasa. La
trar dos o más fármacos, ya que pueden competir entre inmadurez de los sistemas dependientes del citocromo
ellos por el mismo sitio de unión a las proteínas, aumen- P-450 en el niño se mantiene casi hasta el primer mes
tando los niveles de fármaco libre de uno de ellos e in- de vida.
crementando, en consecuencia, el riesgo de toxicidad. La mayor parte de los citocromos se encuentran en
el hígado y, en menor cuantía, en el intestino delgado, y
Volumen de distribución casi todos los tejidos poseen alguno de ellos. Además,
existen varias subfamilias, denominadas con el prefijo
Recordemos que el volumen total de agua corporal CYP con un sin fin de variaciones que vienen determi-
del adulto (65%) difiere del recién nacido a término nadas genéticamente por un gen específico.
(75%) y del prematuro (85%), con lo que hay variacio- El citocromo P-450 2D6 (CYP2D6) interviene en
nes importantes. el metabolismo oxidativo de aproximadamente el 25%
de los fármacos, como antidepresivos, analgésicos, an-
Proporción de grasa tiarrítmicos, anticonvulsivantes y antihistamínicos. Está
254 localizado en el cromosoma 22 en posición 22q13.1, es
En el recién nacido prematuro la proporción de muy polimórfico, describiéndose más de 70 alelos, que
grasa es de un 3%, a término un 12% y en el niño de 1 se correlacionan con diferentes fenotipos de acuerdo
año un 18%. con la capacidad para metabolizar a los fármacos, en
El incremento proporcional de la grasa corporal lentos, rápidos y ultrarrápidos. La repercusión clínica
hace que se facilite la acumulación de fármacos liposo- de todo esto radica en que los pacientes metabolizado-
lubles (algunas benzodiazepinas, fentanilo), con lo cual res lentos tienen sensiblemente disminuida la capaci-
el volumen de distribución varía, produciéndose meno- dad de metabolizar un número importante de fármacos,
res concentraciones plasmáticas de fármaco pero per- entre los que se encuentra la codeína, el tramadol y la
maneciendo éste más tiempo en el organismo. oxicodona, alterándose la respuesta analgésica al alar-
Por todo esto, en ocasiones se necesitan en el neo- garse la vida media de eliminación, y existiendo, por
nato unas dosis de carga más altas y de mantenimiento consiguiente un mayor riesgo de toxicidad si se mantie-
mas bajas. nen las dosis habituales.
Ejemplo: la mayor parte del efecto analgésico de la
Barrera hematoencefálica codeína se debe a su metabolito activo (morfina), por lo
que los metabolizadores lentos para el CYP2D6 son re-
Es más permeable en el neonato, aumentando más lativamente “resistentes” a los efectos analgésicos y tie-
en presencia de acidosis, hipoxia e hipotermia. nen mayor riesgo de toxicidad, comprendiendo así el
porqué de la variabilidad de respuesta a algunos opioi-
des que podemos ver en la práctica diaria.
Metabolismo Estudios realizados en grupos de diferentes pobla-
ciones han encontrado una gran variabilidad en la fre-
Los procesos metabólicos se producen principal- cuencia del fenotipo metabolizador lento para el
mente en el hígado, si bien pulmón, riñón, suprarrenal CYP2D6, que está ausente entre el 5% y el 10% de los
y pared intestinal también participan en el metabolismo caucásicos, en el 7% de los españoles y el 9% de los
de algunos fármacos. Son fundamentales, ya que trans- británicos. Por el contrario, la frecuencia de metaboliza-
forman los fármacos en metabolitos que normalmente dores ultrarrápidos descritas en la literatura correspon-
son inactivos o tienen menor actividad que el fármaco de al 29% de los etíopes y entre el 1% y el 2% de los
madre, pero en algunos casos, como en el de la morfina, norte-europeos.
se pueden producir metabolitos con mayor actividad. El citocromo P-450 3A4 (CYP3A4) interviene tam-
En los neonatos y lactantes existe una inmadurez del bién en el metabolismo de opioides como codeína, tra-
256
sibilidades analgésicas, es recomendable elegir el fár- cas, antiinflamatorias y antitérmicas, siendo muy fre-
maco que sea más adecuado para el paciente en fun- cuente su uso en niños.
ción de su edad, capacidad metabólica y patologías Están especialmente indicados en el dolor por me-
asociadas, así como tener un amplio conocimiento tástasis óseas de intensidad leve-moderada, dolor osteoar-
de su farmacología y experiencia personal con el ticular, muscular, tendinoso, dismenorrea y cefaleas.
mismo. También hay que conocer y tener en cuenta En su farmacocinética destaca una rápida y buena
los excipientes que contiene (se irá viendo más ade- absorción oral, con una unión a las proteínas plasmáti-
lante), ya que pueden tener repercusión clínica. cas de más del 90%, pero fácilmente disociable, con
No siempre podremos disponer de presentaciones una buena distribución, llegando a casi todos los tejidos
farmacológicas adecuadas para cada caso y tendre- y fluidos del organismo.
mos que recurrir a la preparación magistral. El metabolismo es hepático, transformándose nor-
Considero importantísimo “negociar”, antes de malmente en metabolitos inactivos y raramente en me-
pautar, cuál sería la presentación mejor aceptada tabolitos activos como es el caso de la fenilbutazona y el
por el niño, ya que ello facilitará la administración sulindaco.
del fármaco. La vida media (tiempo que tarda una determinada
2. Dosificación adecuada: las dosis serán calculadas en concentración plasmática en reducirse a la mitad) de
función de la edad del niño, en pauta fija y no a los AINE es muy variable, aspecto que se refleja en la
demanda, ya que de lo contrario sólo lograremos Tabla VI.
dolor y sufrimiento innecesario.
La dosificación de algunos fármacos se hará con
dosis individualizadas para cada paciente y no de Tabla VI: Clasificación de los AINE en función de
su vida media.
forma estándar. Ejemplo: morfina, midazolam.
En los niños pequeños y neonatos dosificaremos Vida media corta Vida media larga
en diferentes unidades (miligramos, microgramos); (menos de 6 horas) (más de 6 horas)
un error en una coma de los decimales produce AAS Naproxeno
una gran variación en la dosis. También tendremos Dicofenaco Fenilbutazona
Ibuprofeno Piroxicam
que tener en cuenta los espacios muertos de los Indometacina
sistemas de infusión y los volúmenes a infundir, Ketoprofeno
así como la fototerapia, pues usamos algunos fár-
macos que son fotosensibles, como cloruro mórfi- 257
co, escopolamina, metamizol, haloperidol, meto-
clopramida, midazolam, etc. La eliminación se lleva a cabo generalmente por la
3. Siempre hay que pautar una medicación de rescate, orina, en forma de metabolitos inactivos.
es decir, un analgésico extra por si el niño, en un Las vías de administración más utilizadas son la
momento dado, a pesar del tratamiento pautado, oral, rectal, intramuscular, intravenosa y tópica.
tiene dolor. Tienen techo analgésico, es decir, a partir de cierta
4. Elegir la vía menos dolorosa, segura, eficaz y cómo- dosis no aumenta su eficacia analgésica, pero sí la inci-
da para el niño. dencia de los efectos adversos.
5. Pauta e intervalos adecuados para evitar fallos de En cuanto a su forma de actuar, sabemos que lo
analgesia. hacen por inhibición de la actividad de la enzima ci-
6. Diseñar el tratamiento de forma que sea fácil po- clooxigenasa, necesaria para la formación de ácido ara-
nerlo en práctica adecuadamente. quidónico, precursor de las prostaglandinas y trom-
7. Respetar los periodos de descanso del niño. boxanos, que son los responsables del correcto funcio-
8. Informar y aclarar siempre las dudas a los niños: en namiento de protección de la mucosa gástrica y agrega-
mi experiencia he comprobado cómo algunos ni- ción plaquetaria.
ños grandes leen los prospectos de los medicamen- Para poder comprender las acciones de los AINE
tos, lo que les ocasiona angustias. debemos saber que existen tres isoformas de la ciclooxi-
9. Informar y aclarar dudas a padres o tutores: una de genasa: la COX 1, la COX 2 y la COX 3.
las grandes inquietudes de los padres o tutores con La COX 1 es la isoforma fisiológica de la enzima,
la medicación son los opioides. Debemos comen- necesaria para la síntesis de TXA2 (vasoconstrictor y
tar y aclarar todo lo que sea posible antes de salir agregante plaquetario), que actúa en el tracto gastroin-
de nuestra consulta. testinal, plaquetas, endotelio, médula e intersticio renal.
Su inhibición se asocia a los efectos gastrointestinales,
de alteración de la función renal y de antiagregación
plaquetaria.
Analgésicos antiinflamatorios La COX 2 es necesaria para la síntesis de PGI2 (va-
no esteroideos: AINE sodilatador e inhibidor plaquetario), que actúa en úte-
ro, ovario, riñón, cerebro, médula espinal, cartílagos,
Los AINE son uno de los grupos terapéuticos más próstata y huesos. Su inhibición es responsable del
utilizados en el mundo, por sus propiedades analgési- efecto analgésico y del antiinflamatorio.
La COX 3 es sintetizada en cerebro, corazón y mé- to vasoconstrictor que se produce por la inhibición
dula espinal, pudiendo ser inhibida principalmente por de las prostaglandinas es más acusado.
el paracetamol y otros, como ibuprofeno, indometacina 3. Síndrome nefrótico con nefritis aguda intersticial. Es
y diclofenaco. menos frecuente. Se manifiesta por proteinuria,
Dentro de las acciones de los AINE cabe destacar: edemas, disminución de la filtración glomerular y
fallo renal agudo.
• Acción analgésica. Aunque la acción analgésica no 4. Necrosis papilar. Suele aparecer cuando se produ-
es igual en todos los AINE, éstos son útiles en el cen consumos de AINE durante largo tiempo (más
dolor de intensidad leve-moderada, en el que par- de 2 años); su comienzo es insidioso, y, una vez
ticipan las prostaglandinas. Así, están indicados en instaurada, resulta irreversible.
las metástasis óseas, ya que suelen estar aumenta-
das la síntesis y la liberación de prostaglandinas. Efectos hepáticos. La afectación hepática de los AI-
• Acción antitérmica. Mediante su acción sobre el hi- NE depende de dos mecanismos:
potálamo, producen vasodilatación y diaforesis,
disminuyendo la temperatura. En ausencia de fie- 1. Algunos AINE producen, durante su metaboliza-
bre, sólo en raras ocasiones producen hipotermia. ción, metabolitos activos citotóxicos que, al acu-
• Acción antiinflamatoria. Es variable de unos com- mularse en el hepatocito, causan lesión hepática.
puestos a otros. Actúan reduciendo en mayor o me- 2. Mecanismos inmunoalérgicos debidos a la existen-
nor grado los mediadores implicados en la respuesta cia de alteraciones en las vías metabólicas.
inflamatoria y su acción inhibidora de la COX.
• Acción antiagregante. Es debida a la inhibición de la
ciclooxigenasa y varía de unos AINE a otros. Asociaciones de los AINE
La acción del AAS bloquea de forma irreversible la
COX, perdurando durante toda la vida de la pla- En la práctica diaria es frecuente ver asociados dos
queta (unos 7-10 días); en cambio, los demás AI- o más AINE, o bien AINE con otros analgésicos u otros
NE inhiben de forma reversible la ciclooxigenasa, fármacos, lo que en algunas ocasiones nos puede hacer
siendo esta acción variable de unos AINE a otros. dudar si es correcto o no.
• Acción uricosúrica. Se produce por inhibición del
transporte del ácido úrico desde la luz del túbulo
258 renal al espacio intersticial. No todos los AINE tie-
Tabla VII: Efectos adversos más frecuentes
nen esta capacidad, pero lo que sí es cierto es que
de los AINE.
todos pueden ser útiles en el ataque de gota debido
a su acción analgésica y antiinflamatoria. Efectos gastrointestinales
Pirosis.
Los efectos adversos de los AINE en los adultos se Dispepsia.
ven con relativa frecuencia, ya que en muchas ocasio- Diarrea.
nes su utilización es prolongada y no está sometida al Erosión de la pared gástrica y esofágica, pudiendo
control de un facultativo (automedicación). En cambio, llegar a la ulceración.
en los niños el uso es más racional, empleándose mayo-
Efectos renales
ritariamente como antitérmicos. Disminución del aclaramiento de creatinina.
Los efectos adversos más frecuentes quedan refle- Nefritis intersticial aguda.
jados en la Tabla VII. Retención urinaria.
Síndrome nefrótico.
Efectos gastrointestinales. Las consecuencias adver- Fallo renal crónico.
sas gastrointestinales son debidas a efectos tóxicos di-
rectos de los AINE sobre las células de la mucosa gástri- Efectos hepáticos
ca, con alteración en la secreción mucosa, de la prolife- Toxicidad hepatocelular reversible.
ración endotelial y del efecto protector de la mucosa a Fallo hepático (menos frecuente).
ser dañada.
Efectos hematológicos
Efecto antiagregante plaquetario.
Efectos renales. La mayor parte de los efectos rena- Hipoprotrombinemia, leucopenia, agranulocitosis,
les de los AINE suelen obedecer a dosis altas y prolon- anemia aplásica, trombocitopenia (infrecuente).
gadas en el tiempo, que son reversibles si se diagnosti-
can con rapidez y se suspende la medicación. Efectos sobre el sistema nervioso central
Las manifestaciones clínicas pueden ser: Cefaleas, confusión, irritabilidad, insomnio,
mareos, tinnitus, somnolencia.
1. Alteraciones hidroelectrolíticas.
Fenómenos de hipersensibilidad
2. Fallo renal agudo. Se observa en pacientes con uso
Erupciones, urticaria, angioedema, rinitis, asma
crónico de AINE a dosis altas o bien en pacientes bronquial, diarrea, anafilaxia.
en los que la volemia está recortada, ya que el efec-
La absorción oral es buena y rápida, con baja inci- Es un fármaco analgésico, antiinflamatorio, antipi-
dencia de efectos gastrointestinales. Su biodisponibili- rético y antiagregante plaquetario, útil en cuidados pa-
dad es del 80%, con o sin alimentos, y la vida media, de liativos en el control del dolor leve moderado y metás-
2-4 horas en los adultos y de 1-2 horas en los niños. tasis óseas.
La absorción rectal es lenta e irregular. A dosis bajas tiene una acción analgésica y a dosis
altas como antiinflamatorio.
Distribución En niños y adolescentes, el uso de AAS en el con-
texto de una infección vírica puede producir el síndro-
La unión a las proteínas plasmáticas es del 90%- me de Reye, que puede llegar a tener una mortalidad
99%, difundiéndose bien por todo el organismo. del 20%-40%.
A dosis altas se produce el salicilismo, que es una
Metabolismo forma de intoxicación crónica, aunque poco frecuente
en niños: el salicilato estimula el centro respiratorio,
Es hepático, transformándose por hidroxilación o produciéndose alcalosis respiratoria, seguida de depre-
carboxilación en dos metabolitos inactivos, con una vi- sión del mismo, dando un cuadro de acidosis mixta,
da media de 2 horas. metabólica y respiratoria.
Tiene una gran acción sobre la agregación plaque- iveles terapéuticos antipiréticos-analgésicos: 20-
N
taria (ya comentada). 100 mg/l.
Mayoritariamente es hepático, produciéndose un Por vía oral su biodisponibilidad es del 99%, al-
metabolito activo, el salicilato, que es el responsable de canzándose la concentración plasmática máxima a las
muchas de las acciones del AAS. En el tubo digestivo 2-3 horas.
también se metaboliza por hidrólisis. Por vía rectal la concentración plasmática máxima
se alcanza a las 3 horas.
Eliminación
Distribución
Es renal de forma inalterada y como metabolito
260 activo (salicilato). La unión a las proteínas plasmáticas en el 99,7%.
Interacciones Distribución
Ácido acetil salicílico, antiácidos, betabloqueantes, Se une a las proteínas plasmáticas del 10%-25%,
ciclosporina, furosemida, amoxicilina, metotrexato. distribuyéndose por todos los tejidos y líquidos del
organismo.
Precauciones Metabolismo
Insuficiencia renal, insuficiencia cardiaca, insufi- El metabolismo es hepático (95%) por conjuga-
ciencia hepática, asma, alteraciones de la coagulación, ción, a través del sistema enzimático del citocromo
reacciones de fotosensibilidad. P450, concretamente del CYP2C, que en el 4% de la
No recomendado en menores de 2 años. población española tiene poca actividad y por consi-
guiente aumenta el riesgo de toxicidad.
Uno de sus metabolitos, N-acetil-para-benzoqui-
noneimida (NAPBQ), altamente citotóxico, normal-
Otros analgésicos del primer mente es inactivado y eliminado por la orina. Cuando
escalón de la OMS hay una ingesta de dosis altas de paracetamol, la inacti-
vación y la eliminación de la NAPBQ no se pueden
realizar bien, acumulándose en el hígado y producién-
Paracetamol dose necrosis hepatocelular.
Sinónimos: acetaminofen, acetamonofenol, N-ace- Eliminación
til-P-aminofenol, P-acetamidofenol, APAP.
Es un fármaco analgésico y antipirético con débil Renal, eliminándose inalterado en un 5% y el resto
actividad antiinflamatoria.
como metabolitos inactivos. Su semivida de elimina-
Está especialmente indicado solo o asociado a
ción es de 2-3 horas en niños y neonatos, 5 horas en
otros analgésicos y coadyuvantes en el tratamiento del
pre-términos mayores de 32 semanas y hasta 11 horas
dolor agudo leve y moderado, metástasis óseas con do-
en grandes prematuros.
lor de intensidad leve-moderado, osteoarticular, mus-
culotendinoso, dismenorrea y cefaleas. 261
Mecanismo de acción
Tiene poca toxicidad renal aguda, por lo que es
fármaco de elección en pacientes con nefropatía cróni-
Inhibe la síntesis de prostaglandinas en el SNC y a
ca. También es el analgésico de elección en pacientes
nivel periférico. Produce antipiresis, inhibiendo el cen-
anticoagulados o con trastornos de la coagulación, ya
que no interfiere sobre la agregación plaquetaria. tro termorregulador del hipotálamo.
El paracetamol, en comparación con los AINE, es No hay evidencia científica de que alternar parace-
bien tolerado por los pacientes asmáticos, se han des- tamol e ibuprofeno sea eficaz en el tratamiento de la
crito pocos casos de broncoespasmo en pacientes asmá- fiebre.
ticos que son tratados con paracetamol.
Efectos adversos
Dosis Eliminación
Tabla IX. Clasificación de los opioides más - Pauta e intervalos apropiados. Se establecerán en
frecuentes según su potencia analgésica. función de la edad, de las patologías asociadas y
Opioides débiles o Opioides potentes o del opioide elegido. No debe olvidarse pautar
menores mayores siempre medicación de rescate, es decir, medica-
Codeína Morfina ción extra, con el objeto de yugular el dolor si en
Dihidrocodeína Metadona algún momento lo sufre el paciente.
Tramadol Fentanilo - Si es necesario, hacer uso de coanalgésicos para el
Oxicodona
Buprenorfina
mejor control del dolor.
Hidromorfona - Uso compasivo de medicamentos. Según la legisla-
ción española (art. 23 RD 561/1993, de 16 de
abril), se debe recurrir a él “…en tratamientos a
pacientes aislados y al margen de un ensayo clínico
Aspectos a tener en cuenta en la
de productos en fase de investigación clínica, o
utilización de los opioides en los
también de especialidades farmacéuticas para indi-
niños
caciones o condiciones de uso distintas de las au- 263
torizadas, cuando el médico, bajo su exclusiva
- Selección del fármaco apropiado. Los conocimientos responsabilidad, considera indispensable su utili-
adecuados de farmacocinética y farmacodinamia en zación”. En cuidados paliativos infantiles, en oca-
las distintas edades, así como la experiencia perso- siones hay que utilizarlo cuando necesitamos fár-
nal, son básicos a la hora de la elección del fármaco. macos para indicaciones o condiciones de uso di-
En ocasiones las presentaciones para uso pediátrico ferentes a las autorizadas, o bien cuando se da la
de las que podemos disponer en el mercado no se circunstancia de “uso no recomendado por falta de
adaptan a las necesidades del niño, teniendo que estudios”. El documento debe ir firmado por los
recurrir a alternativas de fórmulas magistrales. No representantes legales del niño, debiendo firmar
olvidemos los excipientes que contienen, ya que en también los niños mayores de 12 años.
neonatos y en ciertas patologías son importantes. - Aclarar a los padres o tutores los mitos sobre los
- Tamaño e inmadurez. La edad, estado nutricional, opioides, así como cualquier duda.
patologías asociadas y el grado de madurez del - Informar a los niños, sobre todo a los adolescentes,
paciente son fundamentales para poder calcular la sobre el opioide que se va a utilizar, aclarando los
capacidad metabólica del mismo. mitos y las dudas.
- Dosificación adecuada. Un error en el cálculo de dosis
y perfusiones continuas, en las que trabajamos con
mg o mcg, suponen grandes diferencias de dosifica- La morfina
ción. Hay que tener en cuenta los espacios muertos
de los sistemas, la fototerapia (los fármacos sensibles Es el analgésico opioide usado como referencia y el
a la luz se inactivan) y los volúmenes a infundir en más utilizado para el control del dolor agudo y crónico.
recién nacidos cardiópatas, nefrópatas, etc. En cuidados paliativos se utiliza también en la disnea,
- Vía de administración adecuada. Es necesario elegir la tos persistente y la diarrea incoercible.
la vía de administración más adecuada y cómoda
para el niño en función de las características e in-
tensidad del dolor y del paciente. Mitos más frecuentes sobre la utilización
La vía oral es la de elección, siempre que el pacien- de la morfina en niños
te la tolere; pero si no la tolera o hay necesidad in-
mediata de control del dolor, usaremos la vía intra- A los padres, e incluso a los propios niños, en prin-
venosa o la subcutánea. cipio, les preocupa, y temen el uso de la morfina; los
primeros, generalmente, porque la asocian a la droga- ¿La tolerancia se desarrolla rápidamente y al final la
dicción y a la muerte, y los segundos, por el temor a morfina ya no será efectiva?
“estar drogados”.
Conforme vamos trabajando los cuidados paliativos La tolerancia es un fenómeno por el cual es necesa-
infantiles, iremos viendo cómo los niños preadolescentes rio el incremento de dosis para mantener el efecto anal-
y adolescentes, en mayor número de lo que nos imagina- gésico. En muchos casos, está relacionada con el au-
mos, leen los prospectos de los medicamentos pautados, mento del dolor, asociado a la evolución de la enferme-
navegan por Internet e incluso preguntan a otros niños dad, o bien por la falta de un control adecuado de los
sobre la medicación que toman. Cuando se pauta por factores que modifican la percepción dolorosa: angus-
primera vez morfina a un niño, tanto los padres como el tia, edad, etnia, desarrollo emocional, experiencias pre-
propio niño con frecuencia manifiestan el deseo de que vias, entorno físico, cultural y social. (Figura 3)
no lo sepan otras personas (familiares, amigos, colegio)
que no sea el personal sanitario que le trata.
Estas y otras cuestiones hacen que debamos infor-
mar con claridad sobre las siguientes cuestiones, con el
fin de evitar ansiedades innecesarias:
¿Está tan mal que va a morirse? El niño con dolor no tratado o insuficientemente
tratado es un niño que presenta una serie de alteracio-
Esta pregunta les atormenta a los padres, probable- nes de la conducta, como hemos visto en el capítulo
mente porque hayan tenido algún familiar en trata- anterior. Indudablemente, al pasar, por medio del trata-
miento con morfina que evolucionó hacia la muerte. miento, a un estado de confort, le veremos más alegre y
Hay que informar a la familia de que lo principal es que comunicativo, comiendo, queriendo jugar, etc.
el niño no sufra de forma innecesaria, por lo que, en
función del estado y evolución del niño, continuará o ¿Usa mucha dosis?
no en tratamiento con ella.
La morfina no tiene techo analgésico, como ya he-
¿La morfina produce depresión respiratoria? mos explicado, y las dosis deben ser individualizadas
para cada paciente.
Efectivamente, uno de los efectos adversos de la
morfina es la depresión respiratoria, pero la evitaremos ¿Produce dependencia física?
si tenemos la precaución de individualizar su dosifica-
ción en función de la edad, patología subyacente y ca- La dependencia física se observa en pacientes con
pacidad metabólica, comenzando con dosis mas bien uso prolongado de opioides a quienes de forma brusca
bajas para ir progresivamente aumentándolas, realizan- se les interrumpe el tratamiento o se les administra an-
do un adecuado seguimiento y comprobando la dosis tagonistas, produciéndose un síndrome de abstinencia
mínima eficaz (dosis mínima de morfina con la que que tiene una serie de características clínicas como son:
obtenemos el efecto deseado). En nuestra experiencia a irritabilidad, ansiedad, insomnio, diaforesis, rinorrea,
lo largo de 10 años no hemos tenido que utilizar na- lagrimeo, náuseas, vómitos, calambres abdominales,
loxona (antagonista puro). dolores musculares y diarrea.
Tabla X. Principales vías de administración de la Oral: liberación rápida 20-50 min 2-4-6 horas
morfina y su biodisponibilidad. Oral: liberación retardada 2-4 horas 8-12 horas
Vía % Características Intravenosa 15-20 min 2-4 horas
Biodisponibilidad
Subcutánea 15-20 min 2-4 horas
Oral 25-30 Vía de elección
Intramuscular 10-30-60 min Impredecible
Intramuscular 75 Dolorosa
Intranasal 20 min 2-4 horas
Intravenosa 100 Inicio rápido
Estos valores han sido establecidos tomando como patrón
Rectal 30 el adulto.
Subcutánea 75
Transdérmica 80 Absorción lenta,
no efecto de Una vez que la morfina pasa al sistema circulato-
primer paso, rio, ésta se distribuye, uniéndose en un 35% a las pro-
acción prolongada
teínas plasmáticas, fundamentalmente a la albúmina, y
Inhalatoria 5 Normalmente, se difunde con rapidez por todo el organismo: muscu-
inicio rápido
latura esquelética, riñón, pulmón, hígado e intestino.
265
Recordemos que la fracción difusible de los opioi- Tabla XII. Vida media de eliminación de la morfina
des (fracción libre y no ionizada) es la que les facilita el en diferentes edades.
abandono del torrente sanguíneo y su distribución a Prematuros: 10-20 horas
través de las barreras orgánicas, produciendo los efectos Neonatos: 4,5-13 horas
farmacológicos. El grado de difusión de los fármacos
1-3 meses: 5-10 horas
depende de su liposolubilidad; por tanto, un opioide
accederá rápidamente a los receptores opioides si tiene 6 meses - 2,5 años: 3-4 horas
una fracción difusible alta y una liposolubilidad consi- Preescolares: 1-2 horas
derable. Concretamente, la morfina pasa bien la barrera 6-19 años con anemia de células falciformes,
placentaria, y con dificultad —pero de forma adecuada drepanocitosis: 1,3 horas
y en cantidad suficiente— la barrera hematoencefálica, Adultos: 2-4 horas
y, a pesar de ser relativamente poco liposoluble, se une
en elevada proporción a los receptores.
La morfina se metaboliza mayoritariamente en el
hígado, pero también se produce en la luz y pared in- En cuanto a los efectos adversos de la morfina, de-
testinal y en el sistema nervioso central. bemos saber que cuando administramos morfina por
La principal vía de metabolización es la hepática, primera vez suelen aparecer efectos que normalmente
mediante glucuronoconjugación, originándose varios son transitorios (3-5 días) y que deben ser tratados pro-
metabolitos: filácticamente para evitar no sólo el disconfort del niño,
sino el abandono del tratamiento, ya que nos llevaría
- Morfina-3-glucurónido (60%): es considerado in- irremediablemente al fracaso en el control del dolor.
activo, aunque en experimentación animal se ha Los padres deben ser advertidos de ello para evitarles
visto que tiene una cierta actividad antimorfínica una preocupación excesiva.
mediada por mecanismos no opioides. Normalmente los niños no comunican los efectos
- Morfina-6-glucurónido (menos del 5%), que es adversos, por lo que debemos interrogarles específica-
unas 40-60 veces más potente que la morfina. mente al respecto.
Los efectos adversos más frecuentes que se presen-
Por N-desmetilación se origina la normorfina (5%), tan al inicio de tratamiento son:
que tiene la misma potencia analgésica que la morfina.
En la Figura 4 se muestra la metabolización de la • Náuseas y vómitos. La incidencia de náuseas y vó-
266
morfina. mitos es menor en los niños. Serán tratados con
Tras el primer paso hepático, junto a la metaboli- antieméticos (ver dosis en el Vademécum del
zación, que se produce en la luz y en las paredes gastro- Anexo), que se irán suspendiendo posteriormente.
intestinales, su biodisponibilidad apenas supera el No se debe olvidar que el tratamiento con morfina
25%-30%, con un rango del 15%-65% por la variabili- puede provocar en los niños síndrome extrapira-
dad interindividual. midal y somnolencia.
Tras la administración de morfina por vía intrave- • Somnolencia. Suele aparecer en la primera semana
nosa, el 10% se elimina, sin metabolizar, a través de la de tratamiento. Debemos tener en cuenta que no
orina; del resto, el 55% como morfina-3-glucurónido, el sea debida a tratamientos coanalgésicos (neurolép-
10% como morfina-6-glucurónido, y como normorfina ticos, benzodiazepinas) o a sobredosificación de la
el 30% en los adultos y el 3%-15% en los neonatos. morfina. Si la somnolencia persiste, hay que des-
Los metabolitos morfina-3-glucurónido (inacti- cartar que su causa sea insuficiencia renal, hiper-
vo) y morfina-6-glucurónido (metabolito activo) son calcemia, hiperglucemia, hipertensión craneal, es-
eliminados mayoritariamente por filtración glomeru- treñimiento, etc.
lar, algo a tener en cuenta en la madurez y en la afecta- • Confusión y alucinaciones. Si vemos que guardan
ción renal. relación con el uso del opioide, añadiremos un
Entre el 5% y el 10% de la morfina administrada se neuroléptico como el haloperidol, y si no cede,
elimina por vía biliar, heces y sudor. debemos plantearnos el cambio de opioide. No
A la leche materna pasa en pequeñas cantidades, hay que olvidar que los neurolépticos pueden pro-
pero ello debe tenerse en cuenta en el periodo de lac- ducir clínica extrapiramidal.
tancia.
Los metabolitos de la morfina eliminados por la Algo más tarde se pueden presentar:
bilis pueden ser hidrolizados de nuevo en el intestino,
transformándose en morfina, que puede ser absorbida y • Estreñimiento. Éste debe ser tratado profiláctica-
pasar de nuevo a la circulación enterohepática. mente con buena hidratación, dieta rica en fibra y
La vida media de eliminación de la morfina es de líquidos, ejercicio y, si es necesario, laxantes osmó-
2-4 horas en el adulto, existiendo variaciones impor- ticos (las dosis están anotadas en el Vademécum
tantes en función de las diferentes edades (aspecto nada incluido en el Anexo).
desdeñable, pues ha de tenerse en cuenta a la hora de • Diaforesis. Suele ser nocturna y en ocasiones no es
dosificar). Ello queda reflejado en la Tabla XII. debida a la acción directa de la morfina, sino a fie-
bre de origen neoplásico, ansiedad, metástasis, sándose el Tmax 2-3 horas y el T1/2 3-6 horas, lo
etc.; habitualmente se controla con corticoides. que permite administraciones cada 8-12 horas.
• Boca seca. Aparece con frecuencia en los pacientes Presentaciones de comprimidos de 5, 10, 15, 30,
no sólo por el uso de morfina, sino también por 60, 100 y 200 mg.
otros fármacos (anticolinérgicos, antihistamínicos, Los comprimidos de 5, 10, 15 y 60 mg contie-
neurolépticos, etc.). La boca seca incomoda mu- nen lactosa.
cho al niño, ya que dificulta su relación y sus acti- - Cápsulas retard 12 horas: microgránulos de libe-
vidades (comer, hablar, chupetear). ración sostenida con 10, 30, 60, 100 y 200 mg.
Las medidas que hay que tomar son sencillas: bue- - Cápsulas retard unicontinus 24 horas: liberación
na higiene bucal, infusiones de manzanilla con li- sostenida que permite administraciones cada 24
món, tomar zumos de frutas ácidas bien fríos, horas. Tabletas de 30, 60, 90, 120, 150 y 200 mg.
masticar trozos de frutas ácidas, caramelos y chi-
cles ácidos sin azúcar, mantener los labios lubrica- Precauciones
dos con crema de cacao en barra (evitar la vaseli-
na). Con zumos e infusiones se pueden hacer polos • En obstrucción uretral, asmáticos (en crisis), disci-
de hielo que son muy bien aceptados por los ni- nesia biliar, hipotiroidismo, enfermedad inflama-
ños. toria intestinal grave, insuficiencia hepática, insufi-
• Prurito. Es más frecuente cuando se administra la ciencia renal, hipertensión craneal.
morfina por vía espinal, pero también se puede • Enfermedades pulmonares restrictivas.
presentar a dosis altas. El mecanismo funciona por • Patologías pulmonares con abundantes secrecio-
la liberación de histamina, apareciendo prurito, nes, ya que la morfina disminuye la actividad ciliar
que suele ceder con antihistamínicos. En el caso de y el reflejo de la tos y aumenta el tono bronquial.
no ser tolerado por el paciente, nos plantearíamos • Interacciones con fármacos que actúen a nivel de
el cambio a otro opioide que no libere histamina citocromo P-450 (CYP2D6), depresores del SNC,
(oxicodona, fentanilo). alcohol, fenotiacinas, antidepresivos tricíclicos,
• Otros efectos adversos menos frecuentes: hipoten- propranolol.
sión arterial, hipertensión craneal, hipotermia, • Proteger de la luz, ya que es fotosensible.
depresión respiratoria y reacciones de hipersensi- • Alérgicos a los sulfitos, pues algunas presentacio-
bilidad. nes los tienen.
• Algunos comprimidos retard contienen lactosa. 267
Contraindicaciones • Los opioides agonistas/antagonistas (buprenorfina,
nalbufina, pentazocina) administrados conjunta-
- Alérgicos a opioides agonistas: codeína, hidroco- mente con la morfina (u otro opioide agonista) re-
dona, oxicodona, hidromorfona, levorfanol y oxi- ducen el efecto de ésta por bloqueo competitivo de
morfina. los receptores, pudiendo llegar a producirse un
- Enfermedad pulmonar obstructiva grave. síndrome de abstinencia.
Presentaciones Interacciones
Vía oral: sulfato de morfina. Todos los opioides tienen interacciones con el alco-
hol, hipnóticos, neurolépticos, antidepresivos tricíclicos,
• Morfinas de liberación inmediata: sulfato de IMAO, loratadina, clonidina, benzodiazepinas y cimeti-
morfina. dina, aumentando el riesgo de depresión del SNC.
- Morfina oral líquida:
- Solución: 2 mg/ml x envase de 100 ml.
- Solución concentrada: 20 mg/ml, envase de 20 Consideraciones de las presentaciones
ml con gotero. orales de la morfina en pediatría
- Solución oral en envase unidosis de 10, 30 y 100
mg. Las dosis orales deben ser ajustadas para cada pa-
- Los viales de cloruro mórfico al 1%-2% para vía ciente con el objetivo de que no tenga dolor y de que
parenteral pueden administrarse por sonda (sa- éste no reaparezca. Para ello disponemos de una serie
bor amargo). de presentaciones, como son:
- Comprimidos de liberación inmediata: sulfato
de morfina de 10 y 20 mg, ranurables y frag- • Comprimidos retard 12 horas: de 5, 10, 15, 30, 60,
mentables. 100 y 200 mg. A la hora de dosificar las presenta-
ciones en comprimido retard es preciso que la dosis
• Morfinas de liberación retardada o sostenida: sul- que necesita el niño se corresponda exactamente
fato de morfina. con la dosis de la presentación comercial elegida.
- Comprimidos retard: tipo de liberación sosteni- También es imprescindible una adecuada colabora-
da (sin picos) en el tracto gastrointestinal retra- ción del niño a la hora de deglutir los comprimi-
Aspectos que se han de considerar en la 1. A intervalos regulares y no a demanda “si hay do-
utilización de morfina en los niños lor”, ya que permitir que aparezca el dolor antes de
administrar la nueva dosis provoca un sufrimiento
En la utilización de la morfina debemos tener en innecesario y dificulta el tratamiento posterior del
cuenta que (Figura 5): dolor, precisándose dosis más elevadas.
2. En perfusión continua más PCA-NCA, hasta que
1. Las dosis deben de ser siempre individualizadas en las necesidades del paciente sean estables y poda-
función de la respuesta analgésica y de la aparición mos pasar a la vía oral. Ésta será la forma de conse-
de efectos adversos. guir un mejor control.
2. No existe la dosificación por peso. Debemos utili-
zar la dosis necesaria para producir analgesia en Tener en cuenta las patologías subyacentes (insufi-
cada paciente. ciencia renal, hepática, estado nutricional, etc.) y su
270
tratamiento previo con benzodiazepinas, anticonvulsi- ¿Límite a 4 horas?
vantes, etc.
Se establecerá en función del consumo estimado,
¿Cómo calcular una perfusión continua? teniendo en cuenta los cálculos anteriores, purgas de
sistema, aumento de las necesidades analgésicas, etc.
Si deseamos continuar la administración por vía
intravenosa o subcutánea, el mejor control lo lograre- ¿Cómo incrementar las dosis?
mos con una perfusión continua más PCA o NCA.
Para calcular el ritmo de infusión nos basaremos Si la administración de morfina es en perfusión
en las necesidades de impregnación (dosis que ha con- continua más PCA, se calculará el consumo total (conti-
seguido el alivio del dolor), calculando la dosis/hora en nua más PCA) en 24 horas y se corregirá en función de
función de la estimación de metabolización y elimina- estas necesidades.
ción del paciente (recordar la Tabla XII). Si la administración es por vía oral se harán incre-
mentos del 30% de la dosis cada 24-48 horas.
¿Cómo calcular la PCA?
¿Cómo hacer la retirada?
Según mi experiencia, hay que calcularla de forma
que la dosis/hora de la perfusión continua más la dosis Para la retirada es recomendable que se lleve a ca-
PCA no superen los valores de la impregnación. bo a un ritmo de descenso del 10% cada 24-48 horas.
- En perfusión continua + PCA: dosis de carga o - Dosis orientativa en niños: oral, subcutánea, intra-
impregnación: 0,7 - 1 - 1,5 mg/kg/dosis/6-8 horas, venosa, 0,05-0,1 mg/kg/dosis/4 horas durante 2-3
lento (20-30 minutos). dosis, para pasar a intervalos de 6-12 horas según
la respuesta. A partir de la tercera dosis se suele
Perfusión continua, 0,2 mg/kg/h, con bolos de 0,2 dar un 30% menos por dosis y sólo cada 12 horas,
mg/kg, debido a la acumulación.
Tiempo de cierre, 15 minutos, y máximo en 4 ho- - Dosis máxima: 10 mg/dosis.
ras de 1 mg/kg.
Todo niño tratado con metadona debe ser contro-
Interacciones lado durante varios días al comienzo del tratamiento y
cada vez que se aumenten las dosis.
IMAO, antidepresivos tricíclicos, ketoconazol, eri-
tromicina (véase Tabla V). Interacciones
Presentaciones Eliminación
Son similares al resto de los opioides. Produce liberación sistémica continua de fentanilo
durante 72 horas, siendo la biodisponibilidad superior
Presentaciones al 90%. Una vez que el fentanilo pasa a la circulación
sistémica, la farmacocinética y la farmacodinamia son
Ampollas las mismas que para la administración intravenosa.
Tras la aplicación del parche por primera vez, el
Dosis efecto máximo se obtiene a las 12-24 horas, siendo es-
tables los niveles plasmáticos a partir de las 24 horas de
- 1-5 mcg/kg/dosis/1-2 horas en niños y cada 2-4 su aplicación. Renovando el parche cada 72 horas se
horas en neonatos. La administración debe ser len- consigue mantener estables los niveles plasmáticos.
ta para evitar la rigidez torácica. Una vez retirado el parche transdérmico, las con-
- Para perfusión continua: impregnación con 1-5 mcg/kg. centraciones van disminuyendo gradualmente, de for-
Perfusión: 1-5 mcg/kg/h. ma que a las 13-22 horas se reducen a la mitad.
Debe mantenerse al paciente con el dolor de base Debido su lipofilia y a su bajo peso molecular, pe-
controlado mediante opioides y sin que tenga más de 4 netra con facilidad en el espacio intersticial e intracelu-
episodios de dolor irruptivo al día; si no es así, deberán lar, lo que hace que tenga una vida media prolongada;
regularse las dosis del tratamiento de base. si otro medicamento la desplaza de su lugar de unión a
La dosis inicial debe ser de 200 mcg (la presenta- las proteínas, ésta penetrará con rapidez en los tejidos,
ción más pequeña disponible), colocando el comprimi- prolongándose aún más la vida media.
do contra la mejilla y desplazándolo por la boca con la Los comprimidos de oxicodona con liberación
ayuda del aplicador para aumentar al máximo la zona controlada presentan una liberación bifásica e indepen-
de mucosa expuesta al medicamento. Debe chuparse diente del pH. Inicialmente es rápida, absorbiéndose el
—tragando lo mínimo posible— y no masticarse, con- 38% de la dosis y produciendo una rápida analgesia.
sumiendo la unidad en unos 15 minutos. Posteriormente llega otra fase más controlada que com-
Debemos asegurarnos de que la mucosa oral está pleta las 12 horas de acción.
húmeda; si es necesario, debe humedecerse previamen- La vida media de eliminación es de 4,5 horas y el
te con agua. equilibrio plasmático se obtiene a las 24 horas.
Consideraciones Metabolización
- Si no se logra la analgesia adecuada a los 15-20 Es hepática, obteniéndose metabolitos activos: ma-
minutos del consumo completo del comprimido, yoritariamente por N-desmetilación pasa a noroxicodo-
se podrá consumir una segunda unidad de la mis- na y, en menor cuantía, por 0-desmetilación a oximor-
ma concentración. fona (activo), que se cataliza por el citocromo P-450
- Si para tratar episodios consecutivos se necesita CYP2D6, sufriendo una posterior glucuronización. Am-
más de una unidad, se valorará el aumento de do- bos metabolitos tienen menor potencia analgésica que
sis hasta la siguiente concentración disponible. la molécula madre.
- Si el dolor cede durante la utilización del compri-
mido, ésta se debe suspender.
Eliminación
- Si se precisan más de 4 dosis al día, hay que regu-
lar de nuevo el tratamiento de base.
Se produce sobre todo a través del riñón, del 8% al
- Administración: en niños que tengan la madurez ne-
14% de forma inalterada y el resto como noroxicodona
cesaria para colaborar en la correcta administración. 275
y oximorfona.
La vida media de eliminación en adultos es de 3,7
Presentaciones
horas, y en niños de 2 a 10 años, de 1,8 horas.
- Fentanilo transmucosa oral (citrato de fentanilo):
Efectos adversos
200, 400, 600, 800, 1.200 y 1.600 mcg.
Somnolencia, estreñimiento (más intenso que con
Oxicodona
la morfina), náuseas (menos que la morfina), mareo,
prurito, vómito, cefalea, xerostomía, astenia, sudora-
Opioide semisintético, agonista puro, muy lipofíli- ción (menos intensos que con otros opioides); la seda-
co, con potencia analgésica dos veces superior a la mor- ción es similar a otros opioides.
fina, de elección en el dolor neuropático y oncológico. Rescates con morfina de liberación inmediata,
Es una buena opción en la rotación de opioides o si se dando la equivalencia del 10% al 15% de la dosis diaria
produce intolerancia a la morfina. de oxicodona en 24 horas.
Tiene efecto analgésico, ansiolítico y sedante.
No libera histamina. Presentaciones
Relación equianalgésica: morfina oral - oxicodona
oral, 2:1. Oral. Clorhidrato de oxicodona:
No tiene dosis techo. Oxicodona de liberación controlada: 10, 20, 40
y 80 mg.
Farmacocinética y farmacodinamia Oxicodona de liberación inmediata: comprimi-
dos de 5, 10 y 20 mg.
La absorción es buena y su biodisponibilidad por Solución oral.
vía oral es del 60%-87%. Parenteral: intravenosa-subcutánea: clorhidrato de
Las comidas muy ricas en grasas pueden aumentar oxicodona:
el pico de absorción incluso un 25%. Ampollas de 5 y 10 mg/ml.
Rectal: pectinato de oxicodona.
Distribución Supositorio.
Nasal: clorhidrato de oxicodona.
Se une a las proteínas plasmáticas en un 45%. Espray nasal.
Dosis Eliminación
La FDA sólo contempla el uso de oxicodona de li- Principalmente urinaria, como metabolitos inactivos.
beración controlada en niños mayores de 12 años. Exis-
ten trabajos en los que se presenta la experiencia en ni- Efectos adversos
ños mayores de 5 años en dosis oral de 0,05-0,15 mg/
kg/dosis/4 horas. Náuseas, vómitos, somnolencia, estreñimiento, es-
pasmo del tracto biliar, retención urinaria, prurito, au-
Equianalgesia mento de la presión intracraneal, hipotensión arterial,
bradicardia, vasodilatación periférica, miosis, vértigo,
- Fentanilo transdérmico - oxicodona: a las 18 horas sedación, depresión respiratoria.
de la retirada del parche se puede iniciar el trata- El uso prolongado produce dependencia física y
miento con oxicodona de LC. Por cada parche de psíquica.
25 mcg/h se darán 10 mg de oxicodona liberación
controlada / 12 horas. Presentaciones
- Morfina oral - oxicodona oral: 2:1 (15 mg morfina
oral = 10 mg oxicodona oral). Comprimido de liberación prolongada, comprimi-
do de liberación inmediata, solución oral y supositorio.
Precauciones Oral: comprimidos de 2,4 y 8 mg. Solución oral.
Rectal: supositorios de 3 mg.
En pacientes con insuficiencia renal y hepática. Parenteral: ampollas.
Contraindicaciones Dosis
Antitusígeno: oral.
Hipersensibilidad, y en cualquier situación en la
- Niños de 6-12 años: 0,5 mg/3-4 horas.
que estén contraindicados los opioides: insuficiencia
- Niños > 12 años y adultos: 1 mg/3-4 horas.
respiratoria importante, asma bronquial, íleo.
Analgésico: se deben individualizar las dosis y te-
Interacciones
276 ner en cuenta las equianalgesias en función de la vía de
administración.
- Medicamentos que actúen sobre el CYP2D6: anti-
- Niños pequeños, oral: 0,03-0,08 mg/kg/dosis/4-6
depresivos, quinidina, fluoxetina, ketoconazol, ri-
horas, o según necesidades. Dosis máxima: 5 mg/
fampicina, ritonavir, ritonavir, fenotiazinas. dosis.
- Relajantes musculares. - Niños pequeños, intravenosa: 0,015 mg/kg/do-
sis/4-6 horas, o según necesidades.
- Niños grandes y adultos, oral, intramuscular, intrave-
Hidromorfona
nosa y subcutánea: 1-4 mg/dosis/4-6 horas, o según
la necesidad. La dosis media en adultos es de 2 mg.
Sinónimo: dihidromorfinona. - Niños o adultos < 50 kg con dolor moderado-in-
tenso, dosis inicial:
Es un opioide agonista puro, unas 6-8 veces más Oral: 0,06 mg/kg/3-4 horas.
potente que la morfina, utilizado en el tratamiento del Intravenosa: 0,015 mg/kg/3-4 horas.
dolor moderado e intenso y como antitusígeno. - Niños y adultos > 50 kg con dolor moderado-in-
Libera histamina. tenso:
Oral: 6 mg/3-4 horas.
Farmacocinética y farmacodinamia Intramuscular, intravenosa y subcutánea: 1,5
mg/3-4 horas.
Es similar a la de la morfina.
Puede ser utilizada en perfusión continua subcutá-
Biodisponibilidad oral nea e intravenosa.
Es del 62%, con una vida media de 1-3 horas, - Equianalgesia: 10 mg de morfina intramuscular =
efecto en 20-30 minutos y pico plasmático en 30-90 1,5 mg de hidromorfona intramuscular.
minutos; duración del efecto: 4-5 horas.
Precauciones
Metabolismo
Usar con precaución en pacientes que hayan teni-
Principalmente hepático, no utilizando la vía del do reacciones de hipersensibilidad a la morfina, hidro-
citocromo P-450. codona, levorfanol, oxicodona, oximorfona y codeína.
Las fenotiazinas, los antidepresivos tricíclicos y el De 3-12 años, inicio: 5-15 mg/kg/día/8-12 horas, y
alcohol pueden potenciar sus efectos. mantenimiento de 25-50 mg /kg/día.
> 12 años, inicio: 300 mg/8horas, y mantenimien-
to de 600-1.800 mg/día.
Máximo: 60 mg/kg/día.
Coanalgésicos
El ajuste de dosis en el dolor neuropático está en
Los coanalgésicos están formados por un grupo función de la respuesta.
heterogéneo de fármacos cuya indicación primaria no Para interrumpir el tratamiento se recomienda ha-
es la analgesia, pero que en ciertas circunstancias, aso- cerlo de forma gradual.
ciados a los analgésicos, son útiles para tratar ciertos ti-
pos de dolor, como el dolor neuropático, o mejorar al- Interacciones
gunos síntomas asociados a él.
Dentro del amplio grupo de coanalgésicos, tene- Antiácidos, felbamato, fenitoína.
mos: antidepresivos, neurolépticos, anticonvulsivantes,
ansiolíticos, corticoides, antieméticos, antiespásticos,
Ácido valproico
anestésicos locales. Las dosis de los más utilizados se
encuentran recogidas en el Vademécum del Anexo.
Sinónimo: ácido dipropilacético.
Eliminación Eliminación
Los más frecuentes son somnolencia, mareo, Los más frecuentes al comienzo del tratamiento
ataxia, astenia, nistagmo, temblor, náuseas, sequedad son: náuseas, vómitos, diarreas, calambres abdomina-
de boca, cefalea. les, estreñimiento. Menos frecuentes: temblor, ataxia,
somnolencia, cefalea.
Precauciones En menores de 2 años y durante los 6 primeros
meses de tratamiento se produce aumento de las transa-
En pacientes con insuficiencia renal. minasas e insuficiencia hepática.
Presentaciones
Dosis
Dosis
Antiinflamatorio: dosis, intravenosa: 0,03-0,3 mg/
- Lactantes y niños: 10-15 mg/kg/día/12-24 horas. kg/día/6-12 horas, IV.
- oral: 0,08-0,3 mg/kg/día/6-12 horas.
Ante convulsión Antiemético, dosis de carga intravenosa: 4-10 mg/
278 m2 y luego 2-5 mg/m2/6 horas.
- Si no lo toma antes, impregnar con 15 mg/kg in- Laringitis y edema de la vía aérea: 0,5-2 mg/kg/
travenoso, pasándolo lentamente en 30 minutos y día/6 horas.
seguido de una perfusión continua a 1 mg/kg/h. En general, las dosis para los cuidados paliativos
son: primera dosis a 0,3 mg/kg, seguida de 0,1 mg/
- Si ya lo tomaba, pasar directamente a la perfusión
kg/8-12 horas.
continua a 1 mg/kg/h.
La retirada se hará de forma gradual.
- En estado epiléptico: dosis de carga de 15 mg/kg
intravenosa, a pasar en 3-5 minutos, seguida de
Incompatibilidades
una perfusión de 1-1,5 mg/kg/h.
Ciprofloxacino, glicopirrolato, midazolam y van-
Niveles terapéuticos: 50-100 mcg/ml. comicina.
Las modificaciones de dosis oral se harán cada 4-7
días y la retirada se llevará a cabo de forma gradual. Ansiolíticos
Por vía oral la absorción es rápida y casi completa El cálculo de la perfusión continua está en función
y la biodisponibilidad del 40%-50%, sufriendo efecto del tratamiento previo y de la capacidad metabólica del
de primer paso. La vida media es de 3-4 horas. niño. Lo ideal es en la modalidad de perfusión continua
En los niños, por vía intravenosa, se obtiene el con PCA - NCA.
efecto sedante —que es dosis dependiente— a los 3-5 En neonatos lactantes se debe monitorizar la fun-
minutos. ción cardiorrespiratoria.
Precauciones Precaución
280 Anticolinérgicos
Obstrucción intestinal, porfiria, glaucoma.
Escopolamina
282
El pediatra responsable del niño, junto con el
equipo de Cuidados Paliativos Infantiles, dejamos bien
Caso número 2
clara la situación crítica del niño y cuál será nuestra ac-
tuación paliativa. La comunicación es fluida y están de
Varón de 7 años y 4 meses, afecto de amiotrofia acuerdo en la actitud a seguir.
espinal congénita, con dificultad respiratoria. Comenzamos con impregnación muy lenta de
morfina intravenosa, hasta un total de 60 mcg, y 15
mcg de midazolam, quedando el niño aparentemente
Antecedentes personales
sin angustia y mejorando la saturación de O2, que se
mantiene ahora en 90%, con Fi O2 de 0,5.
Ingresos repetidos por neumonías y atelectasias de Se deja perfusión continua de morfina a 30 mcg/h,
diversas localizaciones. Atelectasia persistente del lóbu- con PCA, y midazolam a 10 mcg/h, también con PCA.
lo inferior izquierdo, con bronquiectasias cilíndricas en Durante el tiempo que estuvo con la bomba de
la misma localización. En el domicilio necesita ventila- perfusión no usó la PCA.
ción mecánica no invasiva con CPAP, durante un míni- Llamarán la atención las dosis tan bajas, pero ex-
mo de 8 horas diarias, desde hace 14 meses. pongo el caso para que no olvidemos el individualizar
en función de las necesidades, y en este caso fue sufi-
ciente, ya que a los tres días de su ingreso empieza la
Historia actual mejoría progresiva, estando afebril y reiniciándose en
periodos cortos la CPAP.
Padres ansiosos y preocupados por la situación Se fue retirando escalonadamente la morfina y el
clínica del niño, pero conscientes de la realidad de la midazolam, quedando únicamente con la PCA, que es
evolución de la enfermedad de su único hijo. retirada a las 48 horas de no precisarla.
En esta ocasión ha acudido al hospital tras un cua- Actualmente está de alta en nuestra unidad.
dro de 11 días de evolución, con tos y fiebre, que en un
principio desapareció a los tres días de tratamiento an-
tibiótico en casa pero que ha reaparecido en las últimas Caso número 3
48 horas, acompañado de una dificultad respiratoria
progresiva. Niña de 8 años y 5 meses, conocida mediante in-
El niño intenta ser colaborador; está muy angustia- terconsulta por presentar dolor en la ingle izquierda
do, cansado y febril. que no cede con AINE.
Exploración
Evolución
Se decide pautar:
283
Tramadol: 25 mg/6-8 horas, oral.
Ibuprofeno: 250 mg/8 horas, oral.
Omeprazol: 20 mg/24 horas, oral.
na a 25 mcg/kg/h + PCA de 0,5 mg y tiempo de cierre Vista a los 10 días: dolor controlado, empeoramien-
10 minutos, junto con la bomba de midazolam, sólo en to de las metástasis en región orbitaria izquierda. Necesi-
PCA de 0,3 mg. dades de morfina, subiendo. Mal aspecto general.
A las 24 horas nos encontramos una niña con me- Sigue estando en casa y saliendo a la calle. Dolor con-
jor aspecto y con dolor controlado, que ha necesitado trolado a expensas de la escalada ascendente de morfina.
usar en cuatro ocasiones la PCA de morfina y en dos la A las 48 horas es vista en el hospital de día y se le
de midazolam. transfunden plaquetas. Se aprecia un rápido empeora-
A las 48 horas, dada la estabilidad de las necesida- miento de su estado general, con la cara tumefacta y
des analgésicas, pasamos la morfina a vía oral en moda- edematosa y con un gran edema en el ojo, iniciando
lidad retard: quemosis. Edema en EEII izquierdo. Gran palidez. Áni-
MST: 15 mg/12 horas, oral. mo aceptable; sigue saliendo a la calle.
Clorazepato dipotásico: 5 mg/12 horas, si tiene Los padres desean que esté en casa. Les ponemos
ansiedad. en contacto con Cuidados Paliativos a Domicilio.
Lactulosa: 5 ml/12 horas, oral. A los 4 días nos informan telefónicamente de que
Si sufre dolor, morfina de liberación inmediata, 5 tiene dolor en EEII (gran edema), a pesar de los corti-
mg. coides y los diuréticos. Continúa empeorando, con do-
A los 3 días se procede al alta, por terminar el tra- lor en la región lumbar. Numerosas metástasis cranea-
tamiento de QTP y por el buen control analgésico. les. No puede caminar. Dolor controlado desde hace 48
Con esta pauta se mantiene estable durante casi 1 horas a base de morfina de liberación inmediata. No
mes, comenzando de nuevo con dolor en el muslo iz- quiere comer. Está triste. Es vista por la Asistencia a
quierdo, de intensidad moderada, teniendo un consu- Domicilio, que controla la situación.
mo medio de 20-25 mg de morfina de liberación inme- A los 6 días ingresa con muy mal estado general,
diata en 24 horas para lograr su control. Se sube escalo- dolor generalizado de intensidad leve-moderada, fiebre
nadamente el MST a 30 mg/12 horas, oral, añadiendo tumoral (38º C). Caquexia, a pesar del edema generali-
ibuprofeno, y se alcanza dicho control. zado. No come desde ayer por la noche, pero sí tomó la
Permanece estable 2 meses, apareciendo de nuevo medicación.
Se palpan masas en hemiabdomen derecho. Ede-
el dolor en la ingle, el muslo, la cadera y el pliegue
ma importante en MI derecho. MI izquierdo y genitales,
glúteo izquierdo y derecho, así como pérdida de fuerza
también edematosos. Bultomas en la ingle izquierda.
bilateral. Control de esfínteres. Con el mapa corporal
284 Metástasis de calota y órbitas en aumento. Protusión de
de color se detectan parestesias en la cara posterior del
ambos globos oculares, más acentuado en el izquierdo,
muslo derecho y en el periné.
con estrabismo divergente y quemosis. Oliguria. Aus-
Se pide TAC y RMN, descartando compresión me-
cultación pulmonar con algún roncus.
dular, pero se aprecian lesiones metastásicas desde el
cuerpo de C7 a lo largo de todo el raquis dorsal, inclu-
Pauta:
yendo en algunos de ellos metástasis en las apófisis es-
pinosas. En la región dorso-lumbar, imágenes apolilla- Se controla el dolor y la ansiedad con la bomba de
das en todos los cuerpos vertebrales. No hay imágenes midazolam y con morfina en perfusión continua, más
de compresión radicular. En la pelvis, gran tumoración PCA; este tratamiento se va modificando en función de
de la pelvis izquierda, con gran masa de partes blandas las necesidades.
que ocupa la pelvis inferior. Destrucción del acetábulo, Escopolamina.
así como de la rama iliopubiana e isquiopubiana del Cuidados generales de piel, boca y ojos.
lado izquierdo, con extensión a la musculatura de los El fallecimiento se produjo a los 4 días.
abductores del muslo proximal y afectación de la mus-
culatura pélvica (obturadores).
Se controla en planta con bomba de morfina a
50 mcg/kg/h + PCA de 1,5 mg; tiempo de cierre: 10 Anexo
minutos.
Gabapentina: 200 mg/12 horas, oral.
Dexametasona: 4 mg/día. Vademécum.
Omeprazol: 20 mg/24 horas, oral. Medicamentos y dosis utilizadas
Lactulosa: 5 ml/12 horas, oral. en Cuidados Paliativos
Hidratación de la piel. Pediátricos
Se logra un buen control y se procede el alta a los 4
días, con:
MST: 40 mg/12 horas, oral. ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS (AINE)
Gabapentina: 200 mg/8 horas, oral.
A los dos meses, con el dolor controlado, comien- ÁCIDO ACETIL SALICÍLICO
za una deformación de la hemicara izquierda, con tu-
mefacción en el temporal izquierdo y en el occipital. • Analgésico y antipirético:
IBUPROFENO
• Dosis niños:
• Analgésico. Dosis:
- Oral (rápida): 0,1-0,5 mg/kg/dosis/4 horas; re-
petir hasta confort.
- Oral: 4-10 mg/kg/dosis/6-8 horas.
- Oral (retardada): 0,2-0,6 mg/kg/12 horas (retar-
dada). No fragmentar; si el niño no sabe deglutir
• Antipirético. Dosis:
comprimidos, dar la dosis en presentación de
- Oral: 5-10 mg/kg/dosis/6-8 horas (máximo: 40 microgránulos.
mg/kg/día). - Intravenosa-subcutánea: 0,01-0,030 mg/kg/do-
Lactantes > 6 meses: 5-7 mg/kg/6 horas. sis/2-4 horas.
- Rectal: 8-10 mg/kg/6 horas.
No en < 6 meses. • Dosis neonatos:
- Niños de 6-12 años: 0,5 mg/3-4 horas. Reflujo gastroesofágico: 0,1-0,2 mg/kg/6-8 horas.
- Niños > 12 años y adultos: 1 mg/3-4 horas. Máximo: 10 mg/dosis.
Antiemético:
• Analgésico:
- Intravenosa: 0.5-2 mg/kg/día/8 horas.
- Niños pequeños, oral: 0,03-0,08 mg/kg/dosis/4- - Intramuscular-oral: 0,12 mg/kg/dosis/6 horas
6 horas o según necesidades. Dosis máxima: 5 (adulto: 10-15 mg).
mg/dosis. - Rectal: 0,2-0,4 mg/kg/dosis/8 horas (adulto: 10-20
- Niños pequeños, intravenosa: 0,015 mg/kg/do- mg).
sis/4-6 horas o según necesidades.
- Niños grandes y adultos, oral, intramuscular, < 5 años: 0,15 mg/dosis/8 horas, intravenosa,
intravenosa y subcutánea: 1-4 mg/dosis/4-6 ho- oral.
ras o según necesidad. La dosis media en adultos > 5 años: 2,5-5 mg/dosis/8 horas. Máximo:
es de 2 mg. 10 mg/dosis.
COANALGÉSICOS NALOXONA
FLUMAZENILO CARBAMAZEPINA
Dosis: 10-20 mcg/kg hasta 0,3 mg, repitiendo do- Dosis oral:
sis cada 2 minutos hasta obtener respuesta, o dosis
máxima de 2 mg. Si es necesario, seguir con 5-10 mcg/ < 6 años: 10-20 mg/kg/día/8-12 horas.
kg/hora en perfusión continua, hasta despertar. > 6 años: 200 mg/día/6-12 horas.
Dosis: FENOBARBITAL
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290
del dolor y otros síntomas en niños, trabajando con va, también se va modificando su modo de sentir dolor,
padres y niños para que cada niño y su familia encuen- el sentido que podrá darle, su modo de afrontarlo, de
tren las herramientas útiles para una exitosa tarea de expresarlo, de percibirlo y aliviarlo.
afrontamiento y alivio del dolor por procedimientos. En
el año 2004 desarrollamos una guía para padres sobre
este tema2. El dolor como parte del
crecimiento
char”, y deben aclarar que ellos no están para castigar, El dolor en oncología
sino para curar y aliviar. pediátrica
Para la mayoría de los tipos de cáncer infantil, los ciente. Por otro lado, el impacto psicológico de padecer
procedimientos invasivos forman parte integral y fun- dolor es devastador; se pierde la esperanza cuando el
damental del proceso de diagnóstico y tratamiento. dolor no es aliviado, pues aparece como el anuncio del
Entre los supervivientes de cáncer pediátrico, el progreso indefectible de la enfermedad tan temida, des-
trauma de distrés que no ha sido tratado adecuada- tructora y fatal12.
mente, y que fue originado por procedimientos, es a Es importante que todo el equipo sanitario tenga
menudo el elemento mas perturbador de toda la expe- presente la necesidad de identificar cuándo hay dolor y
riencia del tratamiento, algunas veces lo suficiente- desarrollar estrategias para tratarlo.
mente intenso como para producir síntomas de estrés Una herramienta fundamental para identificarlo
postraumático8. son las escalas de dolor para niños Otra forma de iden-
Hay acuerdo en que la mejor estrategia para mini- tificar el dolor en los niños es a través de su conducta.
mizar o evitar el distrés agudo a causa de estos procedi- En muchas instituciones, la ficha de enfermería no tiene
mientos es proveer alivio y estrategias de afrontamiento un ítem donde consignar o consultar al niño si ha teni-
desde el primer episodio, ya que tratar altos niveles de do dolor.
distrés es mucho más difícil que prevenirlos9. Además, es frecuente que las enfermeras y/o los
Las intervenciones farmacológicas combinadas con médicos entren en la habitación y le pregunten al acom-
analgesia y sedación, así como con estrategias prepara- pañante (madre) acerca de cómo estuvo, sin dirigirse al
torias, han demostrado ser útiles para reducir el dolor y niño para esta consulta, cuando sí lo hacen para jugar
la ansiedad asociados con procedimientos invasivos10. con él, hacer chistes y saludarle cordialmente. Así, fren-
Si bien no son muchos, una serie de estudios exce- te al dolor, no se jerarquiza la opinión del niño.
lentes han demostrado la efectividad de las estrategias El sufrimiento ocasionado por el dolor puede ob-
conductuales y cognitivas para aliviar el dolor por pro- servarse en lo que dicen los niños:
cedimientos; el objetivo es proveer al niño con un set
específico de respuestas y comportamientos que pue- “Cuando me duele no quiero jugar, no quiero na-
den ser usados para afrontar la situación de distrés, in- da, sólo que mi mamá me lleve a un lugar donde no me
cluyendo distracción, relajación y juego, de forma con- hagan doler” (Inés, 5 años).
cordante con sus estrategias básicas de afrontamiento11. “¡Yo no estoy enfermo, sólo cuando me duele!”
La preparación educacional ayuda a los niños a (Facundo, 4 años).
manejar la ansiedad anticipatoria, y los niños bien pre- “Estoy bien, sólo que a ratos y sin que pueda
294 parados han demostrado menor distrés e inferior nece- evitarlo me acuerdo del dolor que tuve y me da miedo
sidad de analgésicos. En esta preparación se provee al que me venga otra vez y por eso no quiero jugar…
paciente de información tanto respecto del procedi- No puedo dejar de pensar” (Lucila, 12 años; osteo-
miento (que le harán) como de lo que sentirá durante sarcoma).
las diferentes fases del procedimiento. “No quiero ir a visitar a Pedro; grita que le duele
Las intervenciones no farmacológicas tienen un y no sé qué hacer. Lloro en mi cuarto cuando nadie me
gran número de ventajas. Facilitan la sensación de con- ve. A él le duele mucho y yo no puedo ayudarle, y yo
trol con respecto a una situación estresante que luego soy más grande y se enfada conmigo” (María, 14 años,
puede ser generalizada en futuros afrontamientos; los hermana de Pedro, de 6 años, enfermo de leucemia,
padres pueden asumir papeles específicos para acom- neutropenia febril, mucositis).
pañar al niño, lo que resulta gratificante para ambos, y,
a diferencia de las intervenciones farmacológicas, no En algunos casos el sufrimiento que genera el do-
hay efectos adversos indeseados. Sin embargo, estas es- lor por la enfermedad y el tratamiento provoca una
trategias no son una panacea, dado que a algunos niños sensación de amenaza en la vida del niño, una pérdida
puede faltarles motivación o habilidades cognitivas o de la capacidad para disfrutar, para jugar, para encon-
emocionales para utilizarlas. No se no necesita plantear trar modos más efectivos de afrontamiento, a la par que
claramente una disyuntiva entre estrategias farmacoló- provoca una pérdida de esperanza en los adultos.
gicas y no farmacológicas, pues lo que resulta más ade- “Desde que mi hijo enfermó, la vida ya no tiene
cuado es una combinación de ambas a medida de las sentido, sólo para cuidarlo y evitarle lo más que pueda
necesidades del paciente. el sufrimiento… Pero ¡me siento tan impotente!”, nos
dice Mirta, la madre de Juan, de 8 años, con una leuce-
mia mieloblástica aguda.
Detección del dolor Estas frases son sumamente frecuentes entre los
padres de niños gravemente enfermos. Toda la realidad
Antes que nada debemos detectar las situaciones se modifica y las intervenciones de acompañamiento
de dolor y transmitir a los padres y al niño que pode- tienen que ser dirigidas a recuperar la esperanza, a en-
mos hacer cosas por aliviarlo. contrar modos más efectivos de afrontar la enfermedad
Debemos tener presente que el dolor no tratado y la angustia. En esta línea, acompañar en el alivio del
causa sufrimiento innecesario y además genera dismi- dolor y hacer partícipes activos tanto a los padres como
nución de la actividad y del apetito y trastornos del al niño, constituye una valiosa herramienta de alivio del
sueño, y debilita, finalmente, el estado general del pa- sufrimiento en general.
Cómo conocer más acerca del Estas preguntas le pueden ayudar a discriminar
dolor cuánto y de qué forma se siente mal, cuánto es es el mal-
humor, cuánto el dolor y cuánto las ganas de irse a casa.
Como planteábamos anteriormente, los niños ge- Es importante ayudar a los niños a diferenciar las
neralmente avisan que algo les duele a través de su sensaciones y los sentimientos del dolor físico, como el
conducta, o simplemente diciéndolo, pero algunas ve- de un pinchazo o un dolor de cabeza. Una herramienta
ces no lo hacen porque piensan que deben aguantárse- útil es hacer con él caritas con diferentes expresiones:
lo, porque tienen miedo de que les pinchen o los ingre- risa, llanto, grito, dormir, indiferencia, miedo, etc., re-
sen, o porque no quieren preocupar y/o molestar a los cortarlas y animarle a que pegue la que considera que
mayores. responde a cómo se siente en ese momento.
Para identificar que un niño siente dolor debemos: Presentamos las que utilizamos a modo de ejem-
plo1, pero puede ser cualquier dibujo que exprese sen-
- Tomar en serio sus quejas. timientos y emociones. Lo ideal es que el niño las haga,
- Prestar atención a sus cambios de conducta: por vaya identificando a qué se refiere cada gesto y las tenga
ejemplo, si están nerviosos, duermen mal, no tie- para pegarlas en la cabecera de la cama o en la puerta
nen hambre o no juegan como siempre. del cuarto. A veces dibujan una casa, en alusión a que
- Observarlo: la postura del cuerpo, los gestos y los quieren volver, o una mochila, y los niños mayores in-
movimientos se modifican cuando el paciente su- cluyen frases como “no quiero hablar”, “estoy enfada-
fre dolor (los niños con mucho dolor, por ejemplo, do”, “hoy me siento mejor”, etc. (Figura 1).
pueden estar “demasiado quietos”). Estas caras y/o frases son útiles para:
Si piensa que el niño siente dolor, pregúntele: • Diferenciar el dolor de otros sentimientos y poder
comprender su interrelación. Por ejemplo, que
• Cuánto le duele. cuando duele de manera aguda en general es du-
• Cómo lo siente, cómo es. rante un corto tiempo; pero el temor al dolor y la
• Qué cree que lo provoca. angustia disminuyen el umbral de dolor y hacen
• Qué le alivia (masajes, posición, medicación, etc.). que el niño se sienta peor.
295
• Que el niño vaya reconociendo sus sentimientos y cómo favorecer una actitud de afrontamiento activo en
encuentre formas de expresarlos. su hijo, acompañándole en la búsqueda de modos efec-
• Que el equipo de salud sepa cómo se siente, si deben tivos de manejo del dolor.
retirarse rápidamente o si tiene ganas de hablar.
genitores, o por razones culturales que hacen que se rosos, siguen las indicaciones dadas y facilitan el uso de
tome a la madre como cuidadora fundamental en caso técnicas no farmacológicas, y no sólo las ponen en prác-
de enfermedad. tica con éxito y cumplen con las indicaciones médicas
sin generar dificultades para la adecuada ejecución de
las mismas, sino que crean nuevos modos de uso y los
Presencia de los padres durante los niños logran pasar por los procedimientos con menor
procedimientos invasivos grado de angustia. Sin embargo, cuando se trabaja con
familias a las que los médicos aún no conocen, o que no
En las instituciones se discute a veces acerca de la están en contacto con los profesionales que indican o
conveniencia de la presencia de los padres en esas cir- trabajan las técnicas de distracción, observamos que les
cunstancias. Veamos algunos estudios al respecto. resulta muy complicado ponerlas en práctica, lo hacen
Uno de los trabajos14 presenta los resultados de muy “disimuladamente”, hablan al niño pero intentan-
una encuesta que se realizó a los padres, preguntándo- do que no se note, están temerosas, y eso repercute so-
les si querían estar presentes durante los procedimien- bre la facilidad del niño para relajarse.
tos dolorosos. En dicha encuesta estaban enumerados Si los adultos dirigen a los niños con indicaciones
los procedimientos en una relación de menos a más firmes pero contenidas, acompasan la respiración y sos-
dolorosos (venopuntura, canulación intravenosa, pun- tienen la mirada (sus ojos no se van a lo que hace el
ción lumbar, de médula ósea, etc.). El estudio concluye médico o las enfermeras), los métodos serán exitosos;
que el 80% de los padres desean estar con su hijo du- pero si los adultos están nerviosos, se distraen mirando
rante una venopuntura o una canalización venosa. La y controlando lo que los médicos hacen, están angustia-
decisión de permanecer o no, estaba frecuentemente dos, palidecen, etc., a los niños les pasa lo mismo, en-
relacionada con saber qué hacer y qué se espera de ellos tran en pánico y se angustian.
y con la percepción de que los médicos les apoyan para Los padres deben ser alentados y acompañados
poder estar presentes. para desempeñar el rol de “acompañantes facilitadores”.
Otro artículo indaga la opinión de los médicos15. Como ya hemos mencionado, es complicado para ellos
Encontraron ambivalencia entre los médicos acerca de por el momento de angustia que genera ver sufrir a su
la utilidad o la necesidad de que los padres estuviesen hijo, pero esa misma angustia puede ser aprovechada
presentes durante los procedimientos de cuidado a sus para ayudar más efectivamente al niño. No olvidemos
hijos. Plantean que depende de distintas variables, co- que cuando un niño se lastima, la madre se acerca, le da
mo “la naturaleza e invasividad del procedimiento, las un beso suave en la zona dolorida y le dice: “Un beso y 297
características del niño y su enfermedad, las particulari- le decimos adiós al dolor”, y el niño se calma. Una tirita,
dades de los padres”, etc., y destacan que a pesar de o incluso solamente el famoso “sana, sana, colita de ra-
reconocer que la presencia de los padres es beneficiosa na”, son modos populares que se transmiten de genera-
para brindar contención emocional al niño y a su fami- ción en generación para calmar dolores en los niños,
lia, los médicos encuestados consideran que es intimi- con amor y ternura, garantizándole al niño que los pa-
dante y afecta adversamente a los procedimientos. Asi- dres le alivian.
mismo, la consideran nociva para los padres. Confianza, seguridad, y comprensión funcionan co-
Tomando en cuenta ambos estudios, así como mo un código implícito entre padres e hijos donde se
nuestra experiencia clínica, podríamos concluir que si asegura que un beso, una caricia y la mirada de los pa-
los médicos se sienten intimidados por los padres y és- dres alejan el dolor.
tos necesitan saber qué es lo que los médicos requieren
de ellos durante los procedimientos, lo ideal sería que,
en una reunión conjunta, se informara antes del proce- ¿Qué le ocurre al niño?
dimiento, de modo sencillo y claro, sobre lo que se va a
realizar, qué es lo que el médico requerirá para hacerlo Cuando la enfermedad irrumpe en la vida del ni-
correctamente, y acordar si los padres estarán presentes ño, éste ve repentinamente alterada su cotidianidad y
y cuál será su papel en esa situación. Así, ambas partes su rutina se transforma. Lo cotidiano pasa a ser el hos-
podrían estar tranquilas y cada uno atento a su papel pital, los pinchazos, el miedo, la angustia.
específico. El padre, con la atención puesta en sostener La mayoría de los niños presentan al inicio distin-
emocionalmente al niño y no controlando la práctica tos grados de cambio en su conducta, llevándoles más o
médica, y el médico sintiéndose aliviado y satisfecho menos tiempo lograr la estabilidad y una nueva rutina.
porque el niño estará apoyado por su padre. Entende- En la medida que la presencia de la enfermedad se
mos que esto requiere tiempo y que no se puede dar en va haciendo patente, al igual que lo agresivo del trata-
circunstancias de alto riesgo o en urgencias. Pero insis- miento, el niño puede ir retrayéndose libidinalmente.
timos en que pensar en las soluciones nos permitirá Va abandonando actividades y objetos a los que hasta
contar con el tiempo subjetivo para implementarlas ese momento prestaba atención. Deja de jugar, no quie-
cuando sea posible. re estar con sus amigos ni con sus parientes, pierde el
En nuestra práctica pudimos comprobar cómo las apetito.
familias cuyos médicos saben y promueven que los pa- Paralelamente, su cuerpo infantil está expuesto al
dres estén presentes durante los procedimientos dolo- “hacer” del equipo médico. Son inevitables estos proce-
dimientos de los médicos, que no por eso dejan de ser bares podrían, en algunos casos, provocar dolor de ca-
vividos por el niño como intrusivos, hostiles y doloro- beza, y las de médula, dolor en la zona de punción du-
sos. Le sacan sangre, le pasan múltiples medicaciones rante un par de días.
por el catéter, le miden temperatura, excreciones, etc.; Debemos tener siempre presente que cada persona
su cuerpo es medido y estudiado por el equipo. tiene un “umbral de dolor” diferente; un niño puede
La relación entre los padres y su hijo enfermo tam- sentir dolor al ser sostenido con fuerza y a otro niño
bién se ve modificada; el niño se enfada con ellos y les esto puede no molestarle. Sugerimos tener presente este
reprocha que permitan que padezca tanto dolor. A los concepto, pues los niños no son más o menos valientes,
padres, angustiados por el impacto de la enfermedad, sino que pueden sentir un dolor más o menos intenso
les resulta difícil ayudarle adecuadamente. en situaciones concretas. Por otra parte, el umbral pue-
El niño, como sujeto, queda suspendido y se retrae de variar según el día o por múltiples circunstancias,
a fin de protegerse de esa sobrecarga excesiva para su como haber discutido con su madre o no haber recibi-
aparato psíquico. do las visitas que esperaba.
El trabajo con medidas no farmacológicas deberá También en el llanto encontramos diferencias indi-
tomar en cuenta esta situación y tendrá como objetivo viduales. Es una capacidad que sólo los humanos po-
que el niño pueda comenzar una tarea elaborativa. Pa- seemos y que permite expresar dolor, distrés, angustia.
ra esto, el juego es la herramienta por excelencia; ju- Los niños generalmente responden al dolor llorando.
gando, el niño intentará elaborar lo que le sucede, al Esto depende de la edad, el sexo y las implicaciones
repetir en forma activa lo que ha vivido pasivamente. sociales. La experiencia en el trabajo con los niños en
Esta transformación de pasividad en actividad implica hospital nos permite señalar que:
trastrocar la vivencia no placentera en placentera. De
ahí la importancia de facilitarle el juego en el hospital. • Muchas veces el llanto está visto como una moles-
El juego con materiales usados por los médicos y en- tia, algo que se debe evitar.
fermeras para los procedimientos les permite ir elabo- • Enfermeros, médicos y personal sanitario suelen
rando las fantasías y temores que los mismos les gene- decir al niño: “No llores, no es nada”, “no llores,
ran, así como poder, mediante dicho juego, aclarar que no te voy a pinchar”, “no seas flojito, si no
confusiones sobre aspectos fantaseados como terrorífi- duele...”, “los hombres no lloran”, etc., y hasta le
cos por los niños y que en la realidad no son de ese hacen regalos como premio por no llorar.
modo.
298 En general, se tolera más el grito y los insultos que
el llanto, y se prefiere a los niños que se dejan hacer
Reacciones frente al dolor por complacientes; éstos son valorados como “los mejores
procedimientos pacientes”.
Esas actitudes no propician que los niños puedan
Como ya hemos mencionado, el niño experimenta expresar sus sentimientos. Si los niños más mimados o
múltiples situaciones de dolor. más reconocidos por el equipo de salud son los más
El dolor causado por los procedimientos es general- complacientes y los menos “llorones”, esta conducta
mente corto e intenso. Esto genera en el cuerpo dos reac- aparece como la más esperable en el ámbito médico, y
ciones reflejas (es decir, automáticas e involuntarias): los niños, que quieren a sus médicos y a sus enferme-
ras, esperan ser reconocidos por ellos y para ello inten-
• Por un lado, se desencadena la reacción ante el es- tan repetir esa conducta.
trés. Ésta es una reacción que aparece cada vez que Pero si el niño debe pasar por un procedimiento
nos enfrentamos a un estrés cualquiera, grande o doloroso y esta angustiado, y sus padres están con él,
pequeño, y que se evidencia por sudoración, ta- se le puede decir: “Te van a hacer este tratamiento,
quicardia y otras reacciones en muchas regiones que puede dolerte y puede ser que quieras llorar; si es
del cuerpo que básicamente nos preparan para lo así, llora, que nadie se va a poner mal por eso”. De
que se conoce como “luchar o huir” (se dilatan las esta forma le habilitamos para que se exprese con el
pupilas —para ver mejor—, los músculos reciben llanto si lo necesita, pero a su vez le transmitimos que
más sangre —para poder correr—, etc.). puede que no lo necesite. A la vez, les debemos decir
• Por el otro, se desencadena un reflejo de retirada, a los padres que no nos preocupa que el niño llore,
como cuando nos quemamos y enseguida aparta- sino que lo importante es que se quede quieto para
mos la mano del calor. Este reflejo hace que el niño que el procedimiento se realice más rápido y con me-
tienda a apartar la parte del cuerpo que le duele, nos dolor.
involuntariamente. El niño, por ejemplo, tratará Es importante que durante el tratamiento el niño
de quitar el brazo, o enderezar la espalda en una no tenga dudas sobre algunas cosas:
punción lumbar.
• La toma de medicamentos y la realización de los
En determinadas ocasiones, los procedimientos procedimientos o pinchazos no son negociables.
provocan un dolor más largo. Las venas pueden lasti- • Que esas actuaciones se llevan a cabo para su cura-
marse y doler hasta que cicatrizan; las punciones lum- ción o para el alivio de su dolor o molestia.
El equipo de salud siempre evalúa, antes de llevar los miembros del equipo de salud, en general, nos
a la práctica un procedimiento, su absoluta necesidad, cuesta hacernos una idea clara del alto impacto que los
buscando que se realicen la menor cantidad de pincha- procedimientos invasivos tienen en el psiquismo y en
zos posible. Si se hacen es por un motivo especifico e la conducta del niño. Parecería que todos lo tomamos
impostergable. Los profesionales y no profesionales que como parte inevitable del tratamiento, del acceso a la
intervienen deben tenerlo presente, pues es fundamen- deseada curación, si ésta es posible, con el “prejuicio”
tal que el niño y sus padres comprendan que “nadie de que “nada se puede hacer” para modificar este do-
tiene la culpa de lo que sucede y que todos tratan de lor-sufrimiento
ayudar aunque duela”. Y que formamos parte de un Parece una aclaración superflua, pero en el mo-
equipo de cuidados físicos y emocionales donde todos mento de acompañar a un niño, y cuando éste sufre y
queremos lo mismo: que el niño mejore y sufra lo me- llora, puede generarse una identificación, con el niño o
nos posible. Acreditar el lugar del otro en el equipo es con los padres, que provoque comentarios relacionados
fundamental para este trabajo. Enfermería suele llevarse con el abandono de alguna prescripción ya indicada, o
la peor parte, y sin sus cuidados no podría lograrse la con que quizá es mejor dejarlo para después, o decir o
mejoría, por lo que apoyar emocionalmente no implica pensar por qué no lo hicieron con otros antes. Todos los
ponerse en el lugar de quien podría evitar el procedi- miembros del equipo debemos tener presente que el
miento si pudiera, sino en el del que sabe que eso es lo trabajo con niños despierta angustia y ésta opera de
único que le ayudará a estar mejor. Nuestro papel es el modos a veces complejos dentro del equipo. La re-
de ayudarle a que lo realice con menos dolor y angustia/ flexión conjunta acerca de lo que nos ocurre con los
sufrimiento. pacientes permitirá que mantengamos la cohesión. De
Para reforzar su papel activo, es útil que el niño este modo, una vez acordada la implementación del
participe, en la medida de lo posible, en algunas deci- programa, las medidas no farmacológicas pueden ser
siones; más adelante se profundizará en este tema. puestas en práctica por distintos miembros del equipo:
enfermería, médico, psicólogo, musicoterapeutas, vo-
luntarios entrenados y/o padres.
enfermera ni creerá que si sale de su habitación será • Recordemos que el objetivo de nuestra intervención
siempre para algo doloroso. es que el niño desarrolle confianza en los adultos
Trabajar estos aspectos es sumamente sencillo, que le rodean, en el equipo sanitario y en sus pro-
tranquiliza muchísimo al niño y acota su angustia. En pias capacidades para afrontar el procedimiento.
nuestra experiencia, cuando los niños reconocen a las
personas por sus roles y saben cómo son las rutinas, no
entran en pánico en cualquier momento. Aun cuando Técnicas de control del dolor
se angustien y lloren cuando les toca un procedimiento por procedimientos
doloroso, logran controlar mejor la angustia generaliza-
da y el miedo anticipatorio. Describiremos técnicas que pueden ser útiles para
La información: ayudar a niños que experimentan dolor o distrés. Mu-
chas de las que señalamos son fruto de la lectura de
• Disminuye la angustia frente a lo desconocido. textos y artículos, y muchas otras, de nuestros años de
• Permite prepararse para lo que vendrá. trabajo junto a los niños y sus padres con dolor. Nos
• Generar confianza. centraremos en los procedimientos, pero la mayoría de
• Favorece la aceptación del tratamiento. ellas son efectivas para el alivio de otros síntomas.
Como mencionábamos previamente, no es necesa-
rio que sea un médico o una enfermera la que las lleve a
Información acerca de los la práctica. Nuestra idea es que el profesional especiali-
procedimientos zado pueda instruir a quien pueda realizarlas; por ejem-
plo, un psicólogo puede trabajar con los padres para
Como aspectos generales, debemos tener presente que ellos, junto con el niño, las pongan en práctica.
que: La implementación de estas técnicas debe estar ar-
ticulada con un programa de apoyo psicosocial. Las
• Los procedimientos por sorpresa, sin aviso, pue- medidas no farmacológicas no serán tan eficientes si se
den aliviar a quien debe realizarlos, pues no se co- realizan aisladamente. Los niños, en general, quieren
necta con el sufrimiento del niño, pero sin duda aliviarse, y son muy receptivos cuando saben que se les
no ayudan al niño a que desarrolle una actitud de ayuda. Según nuestra experiencia, les gusta poder hacer
afrontamiento positivo de las intervenciones que algo para sentirse mejor (tener el control de la situa-
300 deban realizarle. ción), y una vez que logran realizarlo y les da resultado,
• Decirle al niño que no le van a hacer nada o que no lo incorporan y les resulta menos angustiante cada pro-
le va a doler y que luego le duela, puede ser con- cedimiento. Sin embargo, como ya dijimos antes, no
traproducente. El dolor es un maestro poderoso y son una panacea ni son efectivas con todos los niños.
rápido. Una experiencia negativa genera un apren- La implementación de estas técnicas debe pensarse
dizaje que implicará mayor dificultad para crear en tres tiempos (Figura 2):
confianza y conseguir la aceptación de las inter- Estas tres etapas son coincidentes con los tiempos
venciones. Será un esfuerzo cada control y cada reales de la realización de los procedimientos:
tratamiento que deba realizarse, y el equipo de sa-
lud tardará más tiempo en cada procedimiento. ANTES. Información y rutina. Se trabaja con la in-
• Realizar un procedimiento cuando el niño está formación recibida, con lo que ha comprendido (dado que es
dormido genera pánico, pues no sabrá cuándo el médico quien da la información). Se elige alguna técnica,
puede repetirse y estará bajo alarma permanente- practicándose la rutina que deberá realizarse.
mente. Perderá la confianza en sus padres y en el El médico debe explicar:
resto de los adultos.
• La cama para el niño es su lugar de reposo, de dis- - Los pasos a seguir.
tensión, y si allí se le realizan procedimientos dolo- - Dónde sucederán.
rosos, luego le resultará más difícil relajarse y des- - Quiénes intervendrán.
cansar. Si los procedimientos se van a realizar en la - Qué se espera de él y por qué (ejemplo: quedarse
cama, deben ser explicitados antes. Hay que darle muy quieto).
al menos un tiempo para que se prepare (sabemos
que los tiempos en los hospitales no son tan am- Posteriormente el psicólogo repasará con el niño lo
plios como quisiéramos todos); el tiempo subjeti- explicado, qué es lo que ha entendido, qué es lo que se
vo puede generarse en 20 segundos, con sólo de- imagina al respecto.
cirle a un niño, con ternura, que deberá recibir un Se le presentan algunas actividades posibles para
“pinchazo”, y hay que sostener esta afirmación es- realizar durante el procedimiento. Se trabaja qué cree
perando que se posicione como sujeto. que le haría bien y si es posible ponerlo en práctica. Se
• Informar detalladamente acerca de cada procedi- puede sugerir alguna actividad en función de las carac-
miento permite prepararse (en los Anexos se encon- terísticas de afrontamiento que hemos evaluado previa-
trará una explicación detallada de esos procedimien- mente. Otra forma de elaborar la información es a tra-
tos). Volveremos más adelante sobre este aspecto. vés del juego del doctor, de la dramatización y del juego
Figura 2. Los tres momentos en los que hay que efectuar técnicas distractivas.
de roles. Si el niño está en la sala de juegos, podrá elegir darle la mano… Sosténgalo. Mantener cierto contacto
lo que le interese y llevarlo con él. físico generalmente le alivia; si la madre está presente,
Se trabaja con los padres para que intervengan y lo ideal es que ella lo haga de un modo suave y vaya
faciliten la actividad elegida. En una primera ocasión, el adquiriendo experiencia sobre la modalidad para ha-
psicólogo puede ofrecerse a acompañarle para reforzar cerlo la próxima vez sin el apoyo del terapeuta.
lo aprendido.
DESPUÉS. Revisión. Se repasa lo que sucedió. Qué le
DURANTE. Reforzamiento. Presencia de apoyo para resulto útil, que cambiaría, cuál es el momento de mayor
un afrontamiento menos estresante y doloroso. Se pone en tensión/angustia. Recuerdos. Sugerencias.
práctica lo trabajado en el “antes”.
• Si hay sedo-analgesia. Como hay olvido al desper-
• Si hay sedo-analgesia. Al administrar la medicación, tar, se le cuenta lo que sucedió, resaltando su mo- 301
debe acompañarse con palabras lo que va suce- do tranquilo de afrontarlo. Es frecuente que los
diendo mientras se alcanza el nivel deseado de se- niños que no pueden recordar lo que sucedió, y a
dación (sedación consciente), y se continúa la ex- los que su padres, para evitarles sufrimiento, no les
plicación de rutina. Se le acompaña con la respira- dicen que les pincharon, no quieran recibir seda-
ción y se cuenta, a fin de delimitar el tiempo. ción y se angustien si lo hacen. Creemos que la
• Si no hay analgesia. Se le ayuda a colocarse en una angustia está relacionada con el olvido a causa de
posición adecuada y se realiza la técnica elegida la medicación y con el hecho de no poder reme-
—por ejemplo, una distracción con juego de pala- morar lo sucedido. Por eso insistimos en la impor-
bras o relatos— mientras se realiza el procedi- tancia de intervenciones combinadas, donde lo
miento. A algunos niños, para los cuales el mante- farmacológico y lo psicológico actúan de un modo
nimiento del control es importante, se les relata lo complementario16.
que está sucediendo (hay que recordar que en la • Si no hay analgesia. Se repasa lo sucedido. Se re-
punción lumbar ellos no pueden ver nada y por fuerza el logro, se le preguntan sus impresiones,
eso se angustian más). Debemos decirle que se sensaciones y recuerdos. Si esta vez la técnica ele-
trata de un pinchazo y que puede comenzar con gida no funcionó bien, no se desaliente ni transmi-
una cuenta atrás desde el inicio del dolor, mientras ta al niño que no se puede; recuérdele que el dolor
mantiene la postura hasta que finalice y se le pon- va a ceder y que en la medida que utilice las técni-
ga una tirita (la tirita, sobre todo para niños peque- cas se sentirá más aliviado. Y que así como aprende
ños, es muy útil porque funciona como símbolo de en la escuela, en el hospital también, y que los
la finalización). La cuenta atrás debe ir correlacio- aprendizajes llevan tiempo y ejercicio. Sea flexible
nada con el procedimiento. en su aplicación.
Algunas reflexiones que podemos hacer trolar su propia ansiedad, así como sus recursos y sus
antes de elegir la técnica a utilizar sentimientos acerca de tener a su niño en tratamiento.
Se debe transmitir a los padres que es preferible
• ¿Qué es lo que el niño hace hasta ahora frente a que en lugar de apretar los dientes, sentir rabia por den-
una situación de temor o de dolor? tro o resistirse a los procedimientos, se tomen un tiempo
• ¿Cómo se conforta el niño mejor cuando se angus- para prepararse emocionalmente para lo que va a pasar.
tia? (solo, con su madre, siendo contenido, ha- El objetivo es tratar de permanecer tan calmados
blando con alguien, distrayéndose, con otra cosa). como les sea posible, manteniendo la atención en su
• ¿Cuán ansioso se pone el niño frente a una situa- hijo. Es una observación clínica que la ansiedad de los
ción de dolor? padres antes de ir al hospital es rápidamente transmiti-
• ¿Cuán sensible al dolor parece ser el niño? ¿Varía da al niño, que se pondrá inquieto.
mucho su respuesta de una situación a otra? Por
ejemplo: ¿es sensible si está en un consultorio pero
no tanto si esta jugando entretenido? Niños de 1 a 3 años
• ¿Cuán activa es su imaginación? ¿Se queda absorto
escuchando un cuento, con un juego, viendo tele- Entienden el mundo en el aquí y ahora, basándose
visión? en experiencias directas con su propio cuerpo. En niños
• ¿Cuán fácilmente se distrae? menores de dos años y medio no tiene sentido una pre-
• ¿Con qué actividades se divierte más? (TV, leyen- paración antes de que le realicen el procecimiento por
do, juguetes, coches, juegos de mesa, rompecabe- primera vez, ya que sólo pueden comprender los acon-
zas, con sus padres, etc.). tecimientos una vez que los han experimentado.
• ¿Qué importancia tiene para este niño lograr con- A los niños de más de dos años que ya han tenido
trolar su angustia, sentirse con el control de la si- experiencias hospitalarias, la preparación antes de ir al
tuación? hospital les puede brindar ciertos beneficios.
• ¿Coopera? La clave para que su estancia en el hospital sea
• ¿Es sugestionable? confortable y sin dolor es la presencia constante, atenta
y amorosa de sus padres.
Hablar sobre el tema en casa permitirá que el pe-
Algunas sugerencias útiles para todas queño pueda jugar a doctor y entrar en el desconcer-
302
las edades tante mundo del hospital.
La preparación que use debe ser corta y y realizada
• Motívelo para que desee aprender. poco tiempo antes de ir al hospital, no más de un día
• Transmítale coraje para seguir intentándolo (usar antes, y debe ser repetida el día que debe ir al hospital.
héroes nacionales, superhéroes). Los niños pequeños viven maravillados en el aquí
• Aclare que el uso de técnicas no es para retrasar la y ahora, por lo que es útil usar su muñeco favorito y
realización de las mismas. realizar el procedimiento con ese muñeco mientras se le
• La elección de una técnica sirve para pasar por el dan al niño las explicaciones pertinentes, y al finalizar,
procedimiento con menos dolor. colocarle la cinta adhesiva o la tirita en el lugar del pin-
• Distinguir entre manipulación y pánico; es com- chazo, y después, a recuperarse y volver a su casa.
plejo, pero ayuda. Este juego sencillo, repetido muchas veces (a los
• Darle un tiempo concreto para esperar a que se niños de esta edad les encanta la repetición), les da una
prepare, de 1 a 5 minutos. orientación, y sirve tanto para la preparación de sus
• Mantenga siempre la mirada en el niño. Una mira- emociones como para la información.
da en sus ojos, atenta y cariñosa. Llevar el mismo muñeco al hospital y repetirlo allí,
• Refuerce la importancia fundamental de la actitud con el mismo lenguaje y la misma acción, puede ser
y el papel de los padres. Cuanto más pequeños son muy reconfortante y tranquilizador para el niño.
los niños, más necesidad tienen del sostén externo La mejor de las preparaciones para un niño de esta
(padre, terapeuta, etc.). edad es que sus padres estén confiados y tranquilos
respecto a la necesidad de realizar el procedimiento.
Ciertamente, la presencia de los padres y su consuelo
Bebés son los mejores recursos para preparar a su hijo.
hacer…”. “Quizá te parece divertido jugar con...” (bur- da importancia al dominio de habilidades, se produce
bujas, historias, palabras, adivinanzas). un aumento de su capacidad de autocontrol, puede
Las historias de héroes, superhéroes y amigos ima- postergar la gratificación y aumenta su capacidad de
ginarios tienen un poderoso efecto para superar las difi- aprendizaje y del uso de habilidades, aunque esté in-
cultades. Pueden ser en el momento un superhéroe que tranquilo.
tiene poderes mágicos que le protegen del dolor. Aunque ya no es tan sugestionable, los halagos y el
El juego del doctor es muy útil, pero utilizando refuerzo de sus capacidades y ganas de implementar las
juguetes no favoritos. Los chicos atribuyen sentimien- técnicas resultan muy positivos, pues el reconocimiento
tos a sus juguetes favoritos, y la posibilidad de que sean de los otros siempre juega un papel fundamental en la
lastimados o pinchados puede despertar en ellos ansie- capacidad de aprendizaje de las personas.
dades y generar reacciones de protección. Cuéntele que estas actividades tienen como obje-
Preste atención al transmitir información durante el tivo relajar y distraer la atención y que se preparan o se
juego de dramatización que incluya lo que el niño escucha- ensayan previamente. Explíquele, con un lenguaje
rá, verá y sentirá en su cuerpo, y lo que se espera que haga: adaptado a su edad, que usted le acompañará durante
“Arquea tu columna como lo hace el gato al enfadarse”. el procedimiento con la actividad elegida para que
Ver dibujos y diagramas, con una explicación sim- pueda distraer su atención del pinchazo, y que así es
ple de lo que va a pasar, puede ser útil. Los niños pue- probable que el procedimiento se realice más rápido.
den luego pintar sus propios dibujos para explicar el Debe comentarle también que otros chicos lo han usa-
procedimiento a los familiares. do y les ha servido, y que confiamos en que a él le ser-
Durante el periodo de preparación, ensaye méto- virá también.
dos de afrontamiento exitoso, como contar o hacer Actividades posibles para realizar durante el proce-
burbujas, que sirve como ejercicio de respiración. Se dimiento:
puede introducir el método de la siguiente forma: “¿Has
jugado con burbujas? ¿Puedes soplar burbujas? ¡Buení- • Libro. Elegido por él; los de buscar personajes o
simo/Excelente! ¿Sabías que puedes hacer burbujas más diferencias son muy útiles.
grandes o más pequeñas según lo fuerte o suave que • Burbujas. Puede soplarlas él, o, si no, su madre las
soples? Mira lo que pasa si soplo corto y rápido (mues- hace y él observa o las rompe con otra mano o con
tra). ¿Quieres probar? ¡Mira qué grande es la burbuja los pies.
que hiciste! Es porque lo hiciste lento y suave. ¡Muy • Cantar. Él o su acompañante. Preferiblemente, una
bien! Algunos niños, cuando soplan así de suave y están canción conocida que pueda asociar a momentos 303
asustados, se calman y se relajan. Ellos juegan a meter más divertidos o placenteros.
en esas burbujas sus miedos y sus enfados para que se • Respiración. Lenta y profunda. Puede soplar el
vayan fuera y lejos. ¿Te animas? ¿Probamos juntos?”. pelo de un familiar y que éste le sople la cara, de
Esto les ayuda cuando están esperando para un forma que pueda sentir el aire. Ejemplo para
pinchazo o para una punción o biopsia, o cuando están guiarle en un ejercicio de respiración: “Respira
buscándole una vena. profundamente y cierra los ojos. Suelta el aire
Evite dar detalles del procedimiento, como el ta- lentamente y afloja tu cuerpo como si fueses un
maño de las agujas. muñeco de trapo. Comienza a bostezar (si no
Ofrézcale que el día del procedimiento lleve su ju- puedes, no es fundamental). Repítelo tantas veces
guete favorito o que le pida a su familiar favorito (abuelo/a, como sea necesario y te relaje”. Este ejercicio es
etc.) que le acompañe (si es posible) y le dé un premio. sencillo y rápido, y alivia la tensión del cuerpo
Es útil darle al niño una tirita al comienzo del pro- antes de un procedimiento o en una situación de
cedimiento para que esté seguro de que terminará y así emergencia. Sin embargo, hay que tener en cuen-
favorecer su tranquilidad y confianza. Durante el proce- ta que para algunos pacientes el hecho de centrar
dimiento, ayúdele a usar la actividad elegida y ensayada la atención en la respiración, sobre todo cuando
previamente. tienen disnea, aumenta la ansiedad, por lo que no
Los niños de esta edad son muy receptivos a los es positivo.
halagos y aprobaciones, especialmente si vienen de sus • Apretar la mano o pelotitas de goma. Son útiles las
médicos o enfermeras. Requieren un enérgico, dinámi- pelotas que se repliegan. Hay que pretar fuerte,
co y esforzado apoyo de los adultos para el uso de estas concentrándose y sin hacer movimientos. Apretar
técnicas. Pueden perder sus habilidades de afronta- y soltar.
miento si están ansiosos, y angustiarse rápidamente; • Visualización de una escena distendida: lugar de va-
por eso es importante mantener su atención y recono- caciones, juegos, etc.
cer sus esfuerzos, más que sus logros. • Adivinanzas y juegos de palabras: tren de palabras,
poemas, rimas, trabalenguas.
Escolares de 6 a 11 años Todas las técnicas son útiles en tanto que distien-
den y distraen al niño, aunque sólo sea durante unos
La escuela y los amigos juegan un papel importan- breves momentos. Esta lista puede ser tan ilimitada co-
te. Es una época de muchos logros. A esta edad el niño mo lo sea su imaginación y sus gustos y costumbres
logos “tienen mejor mano” que otros. Sin embargo, para antibióticos). La misma aguja puede quedar varios días.
los oncólogos no es una práctica estresante y consideran Una vez terminado ese bloque de tratamiento, se retira.
que no exige una gran experiencia sino un entrenamien- Como el catéter está conectado a venas profundas,
to preciso. Es importante conocer esto para acompañar y hay que tener mucho cuidado de que no se infecte. Por
transmitir confianza y seguridad a los niños. eso la habilitación siempre debe realizarse en condicio-
nes estrictas de higiene, generalmente en la sala de
Cuidados posteriores procedimientos. Según la institución, alguno de los pa-
dres podrá acompañar a su hijo.
El niño debe permanecer acostado sin almohada Si bien el procedimiento en sí es sencillo y suele
durante una hora aproximadamente, para que la medi- doler menos que una venopuntura, el hecho de que sea
cación circule por el sistema nervioso central (a diferen- en el pecho y con normas de higiene estrictas hace que
cia de la punción de médula ósea, en que también de- los niños se angustien, sobre todo al principio.
ben descansar pero sólo hasta que pase el efecto de la
anestesia, si es que la han recibido). El procedimiento
No puede comer ni beber agua hasta 2 horas des-
pués, aproximadamente. La enfermera le irá indicando El niño debe acostarse en la camilla; la enfermera
lo que debe hacer. estará vestida con camisolín, barbijo, guantes y gorra
Podría llegar a tener dolor de cabeza o en la zona estéril.
del pinchazo; en ese caso, coménteselo al médico, que Después de limpiar la zona, ni los padres ni el niño
le indicará un analgésico si lo estima conveniente. pueden tocar el área, por lo que es recomendable que el
niño ponga la mano del lado del catéter debajo de la cola
(ayuda a controlar los movimientos impulsivos), e incli-
Colocación y habilitación del catéter ne la cabeza hacia el lado opuesto al del catéter. Luego la
enfermera apoya un papel estéril (campo), con un aguje-
El catéter es un tubo de caucho siliconado que se ro que deja expuesto únicamente el sector de piel donde
conecta a una vena gruesa profunda y permite adminis- está el catéter, y sólo en ese momento pincha.
trar medicamentos directamente a la sangre durante un El dolor del pinchazo es corto en comparación con
largo tiempo. el pinchazo de una vena, pues la zona donde se realiza
Permite tener una vía de entrada para la medica- el pinchazo es grande y éste se lleva a cabo de un solo
306 ción y para la extracción de sangre sin tener que pin- intento. Sin embargo, el tiempo que se tarda en acomo-
char las venas. Habitualmente las venas se infiltran y dar y tapar con gasas y cinta es más prolongado, y el
llegan a romperse como consecuencia de un tratamien- niño, por la postura que tiene, no puede ver el lugar
to largo e intenso. Los mismos pacientes muchas veces donde se lo hacen. Esto a veces motiva que continúe
eligen la vena que saben que les sirve, en un intento de angustiado mientras la enfermera aplica gasas, tapa y
evitar muchos pinchazos infructuosos. Otras veces, so- pone suero, y el niño suele asustarse, por lo que convie-
bre todo en niños pequeños, llega un momento en que ne calmarlo y contarle qué es lo que se está haciendo.
no hay vena sana para pinchar. El catéter es una solu- Cuando no hay tratamiento durante periodos lar-
ción a estos problemas. gos, es necesario mantener el catéter “activo” (si no se
Otra ventaja de tener un catéter es que, como se usa, se tapa). El procedimiento para el mantenimiento
coloca en el pecho, da mayor libertad de movimientos del catéter es igual a la habilitación del mismo, es decir,
(los brazos y las piernas no están “atados” a una vía). con las mismas normas de higiene, sólo que al final no se
Esto permite que los niños jueguen o realicen otras ac- deja colocada ninguna aguja; únicamente se tapa el área
tividades acordes con sus necesidades físicas y emocio- del catéter durante unas horas. Se lo llama “servicie”.
nales mientras se les administra el tratamiento. El catéter sólo podrá ser usado en la institución o
en el hospital en el que el niño recibe tratamiento, o en
Colocación el algún otro lugar siempre y cuando así lo autorice su
médico. Si la consulta se realiza en una salita o en otra
El catéter se implanta en la zona del pecho, debajo institución, es preferible que le hagan una venopuntu-
de la piel, mediante una operación sencilla que se reali- ra, pues sólo puede usar el catéter el personal que haya
za con anestesia general, en el quirófano. Un tiempo sido entrenado especialmente.
después, una vez terminado el tratamiento, el catéter se
retira, también en el quirófano.
Juan (26)
Graciela (33) Pablo (38)
María (26)
Repartidor Ama de casa Policía
Araceli (5)
Pablo (15)
Ana (13)
Llega al hospital con su madre, por fiebre y decai- elija algunos libros para jugar en la sala de procedi-
miento de 15 días de evolución, que no ceden con la mientos, mientras se le explica la rutina. Una vez allí,
medicación. Queda internada después de que se le rea- se angustia y llora, pero va permitiendo realizar el
lice un hemograma que hace sospechar una leucemia. procedimiento sin que la angustia la desborde. Al fi-
La hemato-oncóloga pasa a visitarla en la habitación nalizar sonríe a su madre y le dice: “¿Viste qué bien lo
junto con una terapeuta. Después de hacerle un reco- hice?”. La terapeuta le regala un stiker de premio y la
nocimiento, se informa a la madre, a solas, de que se le médica la felicita. Después del diagnóstico se le indi-
realizará una punción de médula ósea (PMO) para po- có que había que colocarle un catéter: Se trabajó con
der llegar al diagnóstico. La madre se angustia y se enfa- A. en la habitación informándole acerca del catéter,
da mucho con el equipo, y pregunta si no hay otra for- de su función, cómo le quedaría, etc., pues no podía
ma de saber qué es lo le pasa a su hija, que sólo ha teni- ir a la sala de juegos por sugerencia del equipo. Sale
do fiebre. Se le pide que llame a algún familiar, pero se de la cirugía del catéter con la aguja colocada para 307
niega; dice que está separada y que el padre hace años iniciar su quimioterapia.
que no la ve. Una vez que se le explica nuevamente la La siguiente habilitación del catéter se realiza con
sospecha, se calma y comprende que su estado emocio- crema anestésica en la zona del pinchazo. Cuando A. ve
nal no ayudará a Araceli a transitar por el procedimien- que van a iniciar el procedimiento, grita asustada y pide
to con buena predisposición. Se conviene con ella que que paren. En ese momento se le explica la diferencia
se le explicará a la niña el procedimiento que se llevará entre el miedo a algo nuevo y el dolor. La vez anterior le
a cabo. habían habilitado el catéter mientras estaba dormida y
Vuelven a la habitación y la médica le explica a A. ahora decía que le dolería mucho que le pincharan ahí.
que para poder saber qué es lo que la tiene decaída se le Ahora se le informa sobre la rutina y se le dice que en el
va a hacer un estudio que es un pinchazo por encima momento del pinchazo ella podría apretar fuerte la ma-
de la nalga (indica el lugar), que le darán medicación no de su madre y contar hasta tres, que es el tiempo en
para que no le duela, y jugará con la terapeuta que le va que “duele”, y que luego, aunque ella no vería el lugar
a ayudar a que todo pase más rápido y duela menos. La en que la pinchan, ya no se le haría nada doloroso, y
médica se retira. que solamente se ponen gasitas para que eso esté bien
A diferencia de su madre (que permaneció en un limpito y no le cause problemas. La niña accede a que le
rincón de la habitación y, al ver que A. empezaba a ju- realicen el procedimiento.
gar y estaba tranquila, se retiró a fumar), A. escucha y A. continúa con habilitaciones, sin nuevos episo-
pregunta, sin desbordarse. dios de angustia. Las punciones lumbares fueron reali-
Se interesó por la posibilidad de jugar en la sala zadas tres veces, con asistencia terapéutica; mientras, se
de juegos. Cuenta que va al jardín de infancia, a la fue trabajando con la madre mediante entrevistas y en
salita 4, y que allí tiene a su maestra, Juana, con la sala de punción, para que pudiera sostener a su hija
quien juega, y ve en la terapeuta una maestra en en ese momento y, en forma más general, acompañarla
quien confiar. En la sala juega con la terapeuta, dra- en el tratamiento.
matizando la escena que después va a ser vidida. La
niña representa a una doctora enfadada que pincha a
los pacientes muchas veces; la terapeuta hace de ma- Caso número 2
dre que va pidiendo a la doctora explicaciones y que
protege a su hija. A. se va tranquilizando en su papel, Marcelo (M.) (16 años).
y de esa forma se van introduciendo en el juego los Diagnóstico: osteosarcoma en la pierna derecha,
pasos a seguir para la PMO; después se le dice que recaído.
15. Caprotta G, Araguas JL, Otero P, Pena R. Presencia de los padres 16. Kazac A, Penati B, Brophy P, Himelstein B. Pharmacologic and
y/o cuidadores de pacientes durante la realización de procedi- Psychologic Interventions for procedural pain. Pediatrics Vol 102
mientos. ¿Qué opinan los médicos que asisten niños? Archivos N 1 July 1998, 59-66.
de Pediatría, 2004; 102 (4). Bs. As. Argentina
309
Atención en la agonía
Rosa Germ
◆ ◆ Objetivos ◆ ◆ • Físicos.
• Emocionales.
Objetivo general • Sociales.
u Reconocer los cambios físicos, emocionales y espiri- • Espirituales.
tuales que se producen en el niño y en el adolescente
y su entorno significativo en los últimos días u horas En este transitar también intervienen variables de-
de vida. pendientes de la progresión de la enfermedad y de los
tratamientos indicados para su alivio. El siguiente es-
Objetivos específicos quema intenta ser una ayuda para comprender este
u Explicar dos caminos posibles y las causas que favo- proceso y poder actuar más idóneamente con nuestros
recen uno u otro. pacientes (EPEC: Education for Physicians on End-of-Life-
Care, Asociación Médica Americana)2.
u Destacar la importancia del control de síntomas en
esta etapa.
u Sugerir indicaciones de sedación en el final de la vida. Rutas
u Anticipar causas de duelo prolongado. Usual o Deseable Inusual o Com pleja 311
Sueño Desasosiego
Letargo Confusión
Alucinaciones
Se denomina agonía al estadio final de una enfer-
medad avanzada, en el cual la muerte es evidente en Delirio
Niño
Tener paz
Comunicarse
Ser respetado
como persona
3. Acompañar al paciente y su familia: compartir cando hielo molido en la boca, disminuye la sensa-
con ellos aspectos relacionados con la muerte ción subjetiva de sed.
próxima y con lo que se debe hacer cuando la Los niños con deterioro cognitivo secundario a la
misma ocurra. enfermedad, como Tumores del sistema nervioso
4. Monitorizar el duelo: compartir y discutir con la central (TSNC), o por alguna circunstancia produ-
familia el significado de la pérdida del ser querido, cida durante el tratamiento, puede ser que ya ten-
su impacto en toda la familia y en las personas gan colocada una sonda nasogástrica (SNG), que
allegadas. Conversar sobre las reacciones normales será entonces una vía adecuada para mantener la
en el duelo y de aquellas que pueden ser indicado- medicación y el aporte de líquidos.
ras de un duelo patológico en cualquiera de sus • Síntomas físicos producidos por la enfermedad (dolor,
miembros. disnea, vómitos). Utilizar la medicación impres-
cindible para controlar los síntomas.
• Trastornos de la conciencia. Son el resultado de múl-
1. Control de los síntomas y tiples factores irreversibles y concurrentes. Algu-
signos asociados a la nos de ellos están relacionados con la falta de ba-
progresión de la enfermedad4, 5 lance metabólico, acidosis, fallo multisistémico
con acumulación de toxinas, efectos adversos de
En esta etapa es posible que algunos síntomas pue- los medicamentos, disminución de la perfusión
dan empeorar y es frecuente la aparición de otros. Esta cerebral, etc.
situación puede causar alarma si no es conocida por la • Excitación psicomotriz. También llamado delirio ter-
familia y por el equipo que trata al paciente. Requiere minal.
para su abordaje conocer sus causas, fisiopatología y El delitio terminal es el trastorno cognitivo más
tratamiento específico. frecuente en cuidados paliativos. Alrededor del
80% de los pacientes adultos presentan este tras-
Signos y síntomas más frecuentes3 torno en la etapa terminal del cáncer6.
El deterioro cognitivo es global. El rasgo distintivo
• Debilidad marcada y fatiga. Extremar los cuidados es la reducción de la atención y una alteración del
del confort. estado de conciencia, a las que se asocian des-
• Dolor al movimiento. Como el anterior, puede rela- orientación, alteración de la memoria y de las per-
cionarse con la debilidad que en pediatría sólo se cepciones (alucinaciones, ilusiones), lenguaje in- 313
observa en algunos adolescentes que padecen tu- coherente, alteraciones en el ciclo vigilia-sueño y
mores sólidos de lenta evolución. El síndrome ca- en la actividad psicomotriz. Basado en esto último,
quexia-anorexia es prácticamente inexistente en la ha sido clasificado como hiperactivo, hipoactivo o
edad pediátrica. mixto7. El modo de comienzo es agudo, variando
• Trastornos de la ingesta. Explicar y ayudar a la fami- entre algunas horas o días.
lia a comprender que la pérdida del apetito y la Evaluación: el Minimental Test de Folstein (MMT)
disminución de la ingesta de líquidos en esta etapa arrojará datos de gran alteración, pero no permite
son normales. Se debe mantener las mucosas hú- hacer el diagnóstico específico. Para esto se utili-
medas; utilizando pequeños sorbos de agua o colo- zan los criterios diagnósticos de DMS IV (Tabla I),
I. Alteración del estado de conciencia (disminución o alteración de la percepción del ambiente), con
disminución en la capacidad de concentración y de mantener o cambiar el foco de atención.
II. Alteraciones cognitivas (memoria, orientación, lenguaje) o desarrollo de alteraciones de la percepción
(alucinaciones o ilusiones), no determinadas por una demencia.
III. Trastorno desarrollado en un corto periodo de tiempo (usualmente, en horas o días) y tendencia a fluctuar
a lo largo del día.
IV. Evidencias que permiten establecer la etiología desde la historia clínica, el examen físico o exámenes de
laboratorio.
Clasificación etiológica
Neurolépticos Benzodiacepinas
Haloperidol: 0,01 - 0,05 cada 12 h, VO, SC, IV. Lorazepan: 0,1 - 0,4 mg cada 4 h, VO, IV.
Clorpromazina: 0,5 mg cada 6 h, VO, IV. Midazolam: 0,05 mg/kg/dosis SC, IV;
Levomepromazina: 0,25 - 1 mg cada 8 h, VO, SC, IV. 0,5 mg/kg/dosis VO.
Risperidona: 0,5 mg cada 12 h.
Se debe usar previa consulta con psiquiatría.
¿Está usted de acuerdo con esta decisión? padre parecía ser una persona demasiado mayor. Ésta
Si no está de acuerdo, ¿qué hubiera hecho usted era su segunda mujer y de hecho M.C. tenía hermanos
ante esta situación? de 30 años.
Cuando I.K. muere, la madre no podía despren- La situación clínica fue empeorando y, ante los
derse del niño y repetía: “No te vayas”. episodios de tos y dolor, se habla con los padres sobre
Con el equipo, reflexionamos luego acerca de la indicación de sedación con morfina y midazolam.
quién no daba el permiso para morir. Los padres, después de muchas preguntas y dudas,
¿Qué otras reflexiones puede aportar usted sobre aceptan la indicación.
el caso? Explicamos a M.C. el porqué de esta decisión; ella
pedía volver a su casa, pero entendía que en esas condi-
ciones no soportaría un viaje de 900 kilómetros en am-
Caso número 2 bulancia, y la provincia no tenía avión sanitario.
Se inició la sedación subcutánea. ¿Cómo calcularía
M.C. es una niña de 9 años, portadora de una fi- usted la dosis de morfina, si la paciente recibía 30 mg
brosis quística diagnosticada a los 8 meses de vida. cada 4 horas por vía oral? ¿Elegiría usted otra vía?
Conocimos a M.C. a los 6 años de edad, por un M.C. permaneció viva son sedación durante 20
cuadro de dolor torácico severo. En aquel momento se días. Pedía de comer cuando despertaba y hablaba con
encontraba al cuidado de su madre, ya que vivían muy su madre y su padre, y les dio importantes mensajes de
lejos, en una provincia del norte del país donde se rea- despedida.
lizaba parte de su tratamiento. Durante este tiempo debimos realizar sólo dos in-
Ante la evaluación de la intensidad de dolor, M.C. crementos de sedación.
marcó la última cara en la escala de las caras modifica- Ante lo prolongado de la agonía, los médicos de la
das, y además en la escala numérica 10. La indicación sala insistían en que la niña no estaba controlada; sin
de morfina era lo correcto, pero la madre se negaba sis- embargo, los padres la veían tranquila y aliviada.
temáticamente. ¿A qué cree usted que se debe esta discrepancia?
¿Qué conducta adoptaría usted? ¿Trataría de con- ¿Cómo trabajaría la angustia del equipo que trata-
vencerla o le daría la medicación a la paciente sin infor- ba a la paciente?
marla? A medida que su estado iba empeorando, la rela-
Medicamos a M.C. con codeína, y después de va- ción con su madre especialmente fue cambiando desde
316 rios ascensos y con el dolor parcialmente controlado, le las peticiones a los mensajes: “Mamá, quiero que te
pedimos a su neumonólogo que nos ayudara, dado que quedes todo el tiempo conmigo”, “tengo miedo de mo-
es su médico de cabecera. Además, le dimos un manual rir y que no me abraces”, “mamá, te quiero”, “mamá,
para padres acerca del uso de morfina en niños. tengo hambre, diles que me traigan la comida…”, “no
Con estas estrategias, la madre accedió a la indi- quiero tomar esta medicina ahora; más tarde”.
cación de morfina oral, y además porque veía a M.C. Pide pan con mantequilla y dulce de leche, come
mucho mejor y que incluso toleraba la kinesioterapia, tres o cuatro bocados y dice:
algo muy importante para el tratamiento de su enfer- “Esto sí que es vida, es el placer de la vida...”.
medad. El padre era muy tranquilizador para la madre y
Con la mejoría de su osteoporosis, pudimos dismi- afectuoso con la niña.
nuir y luego suspender el opioide. Se preocupaba mucho por los trámites que tendría
Dos años después vuelve a control en mal estado que hacer y cómo afrontar el traslado del cuerpo a su
general, desnutrida. Presenta un franco deterioro de la provincia.
función pulmonar y tiene episodios de tos asfíctica, con ¿Qué le contestaría ante estas cuestiones prácticas?
aumento severo del dolor torácico, por lo que se es in-
ternada.
Se discute en el Servicio de Neumonología, asu-
miendo que se encuentra en la etapa terminal de su Bibliografía
enfermedad.
Informan a la madre sobre esta situación. La pri- 1. Doyle D, Hanks GW, Macdonald N. Oxford Textbook of Palliati-
mera reacción fue regresar a su provincia, pero las con- ve Medicine 1998. Oxford University Press Chapter 1.
diciones clínicas no lo permitían en ese momento. 2. EPEC Education for physicians on End of Life Care (The Robert
Wood Foundation, 1999).
¿Qué actitud tomaría usted ante la petición de vol- 3. ABC of palliative care: the last 48 hours. Adam J. BMJ Diciembre
ver a su provincia? 1997. 1600-1603.
La sensación de desarraigo y soledad es un senti- 4. Alivio de los síntomas en el enfermo terminal. Organización
miento muy intenso en los padres cuando deben des- Mundial de la Salud. 1999.
plazarse a largas distancias y permanecer durante sema- 5. ABC of palliative care. Baines M. BMJ Noviembre 1997. 1148-
1150.
nas en el hospital. Sugerimos a la madre que llamara a
6. Bruera E, Miller L, McCallion J, et al. Cognitive Failure in Pa-
su esposo. tients with Terminal Cancer: A prospective longitudinal study.
Sentimos un gran impacto cuando le conocimos. Journal of Pain and Symptom Management. 1992; 7 (4), 192-
La madre de M.C. era una mujer joven, mientras que el 195.
7. Goldman A. Care of the dying child. Ed. Oxford Medical Publi- 10. Trzepacz PT, Baker W, Greenhouse J. A symptom rating scale for
cations. 1994. Delirium. Psychiatry Research, 1988, 23, pp. 89-97.
8. Fainsinger RL, Tapper M, Bruera E. A Perspective on the Manage- 11. Breitbart W, Rosenfeld B, Roth A. The Memorial delirium assess-
ment of Delirium in Terminally Ill Patients on a Palliative Care ment scale. J pain Symptom manage. 1997; 13: 128-137.
Unit. Journal of Palliative Care, Mar. 1993, 3, pp. 4-8. 12. Germ R, Verna R, García H, Medín G, Dussel V. Cuidados Paliati-
9. American Psychiatric Association. DSM-IV, Diagnostic and Statis- vos Pediátricos. Pediatría 2ª edición, Capítulo 17.3, pp. 828-844.
tical Manual of Mental Disorders, Forth Edition. 1994. Ed. Journal, 2003.
317
En la versión cristiana, estos viajes al otro mundo Las experiencias en los primeros
se inician con la visión que narra San Pablo en Corin- siglos
tios 2; 12: 2-4: “Pues vendré a las visiones y revelacio-
nes del Señor. Sé de un hombre en Cristo, el cual hace El papa Gregorio I, El Grande (540-604), el mismo
catorce años —si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo del canto gregoriano y de la nominación de las notas
sé, Dios lo sabe— fue arrebatado hasta el tercer cielo (es musicales, escribió un texto interesante para el estudio
decir, hasta lo más alto de los cielos). Y sé que este de la Alta Edad Media, Diálogos sobre la Vida y Milagros
hombre —en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, de los Padres Italianos, donde menciona tres experiencias
Dios lo sabe— fue arrebatado al paraíso y oyó palabras de cuasi muerte, relatos que utiliza para revelar que no
inefables que el hombre no puede pronunciar”. Pablo todas la personas a las que les es revelado el más allá, en
fue uno de los extáticos más famosos. Su Apocalipsis, una visión, toman con seriedad la amenaza del infierno,
escrito primero en griego en el siglo III, fue traducido a ni se arrepienten de la mala vida pasada, con el fin de
muchos idiomas. A través de copias sobreviven, al me- mejorar su destino póstumo. En una de esas experien-
nos, dos traducciones primitivas del latín. En el Apoca- cias un soldado informó que, en el infierno, vio un
lipsis, Dios elige a Pablo como portavoz con el fin de puente sobre “un río humeante... que despedía un olor
recobrar a los humanos que viven en pecado, pues es sucio e insoportable”. El puente llevaba a unos agrada-
sabido que el sol, la luna y el mar se quejan de la iniqui- bles “prados de color verde, llenos de dulces flores” que
dad humana. Un ángel se aparece a Pablo y le revela “despedían un aroma tan delicado que el fragante per-
una visión del infierno. Luego lo conduce al primer fume otorgaba un maravilloso placer a todos los que
cielo, donde están situados unos ángeles, malvados y habitaban y caminaban en aquel lugar”.
horrorosos, responsables del mal que sobreviene a la Como en otros escasos textos, el antagonismo
humanidad. También observa las torturas del infierno. principal entre el bien y el mal, el paraíso y el infierno,
“Estaba el olvido que engaña y atrae a los corazones es marcadamente olfativo y se expresa mediante el con-
humanos hacia sí y el espíritu de la calumnia, y el espí- traste sensual entre lo oloroso y lo maloliente. El puente
ritu de la fornicación y el espíritu de la Ira, y el espíritu se ensancha para dejar pasar a los justos y se hace más
de la Insolencia, y estaba el príncipe de la Maldad.” angosto para arrojar a los malvados al río infernal. Esto
El Apocalipsis de Pablo, según Couliano4, es más del tema angosto aparece antes de 577, como se lee en
bien un Libro de los Muertos Cristianos poco sofistica- la Historia de los Francos, escrita por Gregorio de Tours.
do. Su propósito no es descubrir el carácter ilusorio del El Viaje de San Brendán, al igual que la Odisea, puede
320 “estado intermedio”, sino crear la ilusión de la existen- interpretarse como un viaje ultramundano y probable-
cia de un justo castigo póstumo a las acciones cometi- mente se basa en una estructura narrativa celta de un
das durante la vida de cada uno. Cuando el alma del viaje por mar (imrama), aunque en el siglo X, cuando se
difunto atraviesa las regiones inferiores del cielo, los originó la leyenda, también eran posibles otros medios
ángeles malvados comprueban si existe algún rastro de de navegación4, 5.
sus propios vicios. Si éste no es el caso, el alma puede Viraz es un hombre probo de Irán, que según la
pasar y es recibida por los ángeles bondadosos y con- influyente escuela alemana de historia de las religiones
ducida en presencia del Señor. El guía angélico condu- —y lo sabemos por Couliano, que además no acepta
ce a Pablo más allá, hasta el tercer cielo, a la Morada de este aserto— es la tierra natal de los viajes a otros mun-
los Justos, en donde se encuentra con Enoc y Elías, dos. Allí, los guerreros extáticos prezoroástricos practi-
luego pasa a la Nueva Jerusalén, donde ve al rey David, caban éxtasis chamánicos y viajes ultramundanos a un
tocando el arpa y cantando el aleluya. Luego visita el lugar celestial. Cantaban ritualmente bajo el influjo de
Gran Infierno, más allá del Gran Océano que rodea el drogas, posiblemente un hongo, sustituido luego por el
mundo. Finalmente le revelan el Paraíso, donde es re- beleño y el cannabis, que los tornaban en furiosos asesi-
cibido por la Virgen María. Junto con la Ascensión de nos o los acercaban a la experiencia extática, donde se
Isaías, el Apocalipsis de Pablo es la más importante de unían visionariamente con los inmortales benéficos y
las revelaciones cristianas primitivas que incluyen via- podían vislumbrar la vida posterior mientras estuvieran
jes ultramundanos. En los primeros siglos la noción vivos. La descripción de estas visiones son frecuentes
cristiana del cielo oscilaba entre las ideas de San Ireneo hasta el siglo X, entre ellas la del sacerdote Kirdir, que al
(siglo II), obispo de Lyon, que imagina el cielo como considerarse justo, hace un viaje ultramundano por me-
una especie de mundo material glorificado, y las de dio de su doble o alma ósea, acompañado de una mujer
San Agustín de Hipona (354-430), que describe el cie- muy hermosa, ya que puede proyectarse fuera de su
lo como un reino platónico espiritualizado, “carente de cuerpo, para llegar al paraíso, donde come pan y carne y
interacción humana y de preocupación por la familia”. se encuentra con un trono de oro, un infierno lleno de
Más tarde esto se modificó, convirtiéndose en un cielo sabandijas, y un puente “más ancho que largo”.
semiespiritual en el que los santos mantienen relacio- Pero volviendo a Viraz, del siglo VI, mediante una
nes sociales y en el que incluso hay un lugar para la poción de mang, beleño y vino, se prepara para partir
admiración, no lasciva, de la belleza de los cuerpos fe- durante siete días al más allá, pero piensa que no regre-
meninos4. Las experiencias de Pablo introducen el sará, como les dice a sus siete hermanas-esposas. Hace
concepto del juicio por la mala vida pasada, el arrepen- testamento y ejecuta los ritos funerarios para sí mismo.
timiento y el justo castigo. Se perfuma, se viste con ropas nuevas, bebe tres copas
de mang y duerme sobre un canapé donde es observa- mentos de juicio y conversión, recuerda que al iniciarse
do por los sacerdotes mazdeístas y las siete hermanas- la Edad Media la confesión era relativamente rutinaria,
esposas. Al séptimo día despierta feliz y jubiloso, lleva pero a partir del siglo XII cobró el carácter de una rela-
los saludos de Ormuz, de los arcángeles y de Zaratustra, ción más personal entre dos individuos, con una mayor
y luego dicta a un escriba el informe de su viaje ultra- carga emocional, a causa de la corriente de renovación
mundano, conocido como El libro de Arda Viraz. Allí religiosa. El sacerdote dialogaba con el penitente para
relata que Srosh y Adur reciben su alma apenas ha deja- determinar, mediante preguntas y respuestas, la grave-
do el cuerpo y, juntos, suben tres escalones que corres- dad relativa de la falta, y luego, el rigor apropiado de la
ponden al humat, buenos pensamientos; huxt, buenas penitencia. El sacerdote debía mostrar compasión hacia
palabras, y huwarsht, buenas acciones. Después reco- los pecados del feligrés en el momento en que el relato
rren el purgatorio, el paraíso y el infierno. Según esta comenzara a cobrar sentido. “El acto de la confesión era
religión mazdeísta, no es bueno derramar lágrimas por melancólico, en el sentido medieval del término: exigía
los difuntos, porque contribuyen a la creación de un transparencia entre el confesor y el penitente, así como
gran río en la vida posterior, que impide que las almas introspección, cuando el que se confesaba buscaba en-
de los muertos lo atraviesen (Couliano) 4. contrar un sentido a sus pecados”. La melancolía era el
más introvertido de los cuatro temperamentos. Bajo su
influjo la persona trataba de sondear un secreto del al-
Del Medievo al mundo moderno ma que parecía oculto en su interior y no tanto sobre
los problemas del mundo exterior como lo hacía el tem-
Durante le Edad Media se recogieron numerosos peramento flemático, que era más científico. “La melan-
testimonios de experiencias cercanas a la muerte, que colía provocó la meditación sobre los males que hacían
fueron luego estudiadas, analizadas y publicadas por que la gente sufriera y sobre los secretos de la gracia de
varios autores, entre ellos Carol Zaleski, especialista en Dios”. ¿Y cuáles eran los espacios para la melancolía?
el tema de las religiones. El estudio comienza con una Los claustros, las celdas y los jardines cercados y la ha-
mirada al otro mundo, desde la tradición del cristianis- bitación del moribundo, para quien estas líneas escribe,
mo occidental, entre los siglos VI al XIII, y cuyos frutos pues es cuando se encuentra sentido a toda la existen-
—los de la Edad Media— se vieron al final de ese perio- cia, a veces con la ayuda de las experiencias cercanas a
do, cuando se presenció el auge del culto a la Virgen, la la muerte; el discurrir a través de las buenas acciones,
construcción de las catedrales góticas, la aparición de las buenas palabras y las buenas acciones, como enseña
las universidades a partir de las escuelas catedralicias, el El Arda Viraz. O a través de la introspección y la visión 321
triunfo de la filosofía aristotélica, la fundación de las panorámica de la existencia7.
nuevas órdenes religiosas, el inicio de las herejías y el
catarismo —herejía de la Edad Media cuya doctrina se
fundaba en una pureza absoluta de las costumbres y el La era moderna
repudio a los sacramentos, el culto a las imágenes y a la
jerarquía eclesiástica—, el amor en las cortes, el ciclo En el siglo XVIII el ingeniero de minas, científico,
artúrico y el nacimiento del purgatorio. A estos hechos filósofo místico y clarividente, Emanuel Swedenborg
se sumó el renovado interés por las revelaciones y los (1688-1732), coleccionó, escribió y popularizó nume-
viajes a otros mundos que culminó Dante en La Divina rosas experiencias cercanas a la muerte y la comunica-
Comedia. ción con los muertos. En uno de sus artículos, publicado
Estas experiencias del Medievo fueron testimonios años más tarde en Lancet (1866), describe el caso de una
reales de primera mano, distintos a las visiones poste- arzobispo declarado erróneamente muerto, quien luego
riores que tuvieron un toque de literaria construcción. dio cuenta de las conversaciones tejidas a su alrededor.
El análisis de Zaleski no cae en el entusiasmo de la El escalador y geólogo Albert Heim, suizo, publicó
“Nueva Era”, ni tampoco en el campo reduccionista que en 1892 las experiencias subjetivas de treinta personas
sólo tiene en cuenta las condiciones fisiológicas, psico- que sobrevivieron a caídas en los Alpes. Expresaron que
lógicas y culturales, tal como lo predica Susan Black- “no había ansiedad alguna, ni huella de desesperación,
more al decir que son “artefactos de la imaginación”. La ni tampoco dolor; más bien una calma grave, una pro-
doctora Zaleski demuestra que la estructura narrativa funda aceptación, una agilidad mental dominante y un
relacionada con la revisión de la vida y la conversión, es sentimiento de seguridad... No había confusión de nin-
básicamente la misma de las narraciones contemporá- guna clase. El tiempo se distendía enormemente. En
neas, con algunas diferencias en la manera de ver la muchos casos se seguía una revisión repentina de todo
muerte, teniendo en cuenta los procesos jerárquicos, el pasado...”8.
feudales y cosmológicos así como los elementos de un En Rusia, Negovsky reanimó a muchos soldados
juicio y conversión posterior que llevan a una rehabili- heridos en la Segunda Guerra Mundial, que estuvieron
tación moral como lo dictaba el rigor monástico, pro- cerca de la muerte debido a la miserias propias de la
pios del Medievo, y el cambio, en los tiempos recientes, guerra o a la hipotermia, y a quienes les preguntó por el
hacia un vocabulario de la civilización moderna con trance sufrido; encontró que la mayoría la percibieron
referentes a las teorías de la evolución, la relatividad y la como un profundo sueño sin sueños, aunque algunos
mecánica cuántica6. R. Sennet, en relación con los ele- describieron escenas gloriosas en la otra vida. Para el
ruso, estas experiencias eran debidas “a la percepción cio o perdón por los pecados. El doctor Moody, con
distorsionada de un cerebro que funciona mal”9. otros colegas como Audette, Ring, Greyson (psiquiatra)
Años más tarde, en 1976, el psiquiatra Noyes estu- y Sabom (cardiólogo), fundaron la International Associa-
dió 205 individuos que estuvieron en situaciones ame- tion of Near Death Studies (IANDS), que investiga y
nazantes de la vida pero no perdieron la conciencia. De aconseja a las personas que han tenido estas experien-
ellos entrevistó a 76, que describieron su experiencia cias. Más tarde desarrollaron una agenda política y espi-
como si el tiempo transcurriera más lento, estuvieran ritual llamada Nueva Era (“New Age”)12.
en estado de permanente calma, con pensamientos vívi- Como se dijo, el boom sobre esta temática floreció
dos y rápidos, experiencias de déja vu, sensación de se- con Moody, pero algunos autores serios se refirieron a
pararse del cuerpo, memoria panorámica y los efectos ella en la década de los cincuenta como el almirante
de la experiencia mística, caracterizados por sentimien- Francis Beaufort, el escritor Ernest Hemigway, el sacer-
tos de armonía o unidad, sensación de gran compren- dote Luis Tucker, el explorador Richard Byrd, el piloto
sión, emoción positiva intensa y sentimiento de estar Edward Rickenbacker y el psicólogo Carl Jung. Para el
controlados por una fuerza exterior. El autor explica psiquiatra Oskar Pfister, se trata de fantasías reactivas al
estos hallazgos como fenómenos de despersonalización, miedo de una muerte inminente. Para el antropólogo
que desde el punto de vista psicológico constituyen una Irving Hallowell, quien estudió estas experiencias en los
defensa contra la amenaza de la muerte. En relación indios Saulteaux, son debidas a la creencia de que el
con la experiencia mística, dice que no puede interpre- agonizante tiene la vívida sensación de estar fuera del
tarse en términos psicológicos por aquello de tener sig- cuerpo, lo que le permite reunirse con familiares muer-
nificado, existencia o realidad espiritual. Es en la con- tos y que la transición a la otra vida sea placentera13.
ciencia mística donde cabe lo transitorio, lo pasivo y Estas experiencias forman parte del proceso de
cierta cualidad noética, es decir, la sensación de verdad aprender a morir, común a todas las culturas, que busca
que acompaña a la experiencia. O como diría W. James, la iluminación espiritual y el acercamiento a las visiones
“son estados de contemplación de las profundidades de beatíficas, o al “tumulto del ser”, como decía el de Aqui-
la verdad que el intelecto discursivo no puede sondear. no. La muerte simbólica prepara al ser humano para la
Son iluminaciones, revelaciones, llenas de sentido y experiencia real. Según Grof, la práctica experimental
trascendencia”10. de la muerte, o “morir antes de morir”, libera al indivi-
La secta religiosa de los Mormones acumula nume- duo del miedo a la muerte, modifica su actitud hacia el
rosas historias sobre estas experiencias esenciales desde morir y le permite entender la vida. Además de servir
322 comienzos del siglo XIX, cuando Joseph Smith tuvo La de preparación para el final, estas prácticas espirituales
Primera Visión, en la que describe elementos comunes a conducen a la iluminación14.
las experiencias cercanas a la muerte como aquellas del En los últimos años ha aumentado el interés por
vacío u oscuridad inicial, la entrada a una luz brillante, los estados alterados de conciencia, las experiencias
el encuentro con seres luminosos, la revisión de la vida, fuera del cuerpo y las experiencias cuasi-muerte, aun-
el perdón, la respuesta a inquietudes, la visión proféti- que el psicoanálisis dijera que había desvelado sus mis-
ca, la re-entrada al cuerpo, la incapacidad de describir terios y que todo eran vergonzosos sueños infantiles y
la experiencia y el rechazo de comentarla a otros11. una imaginaria satisfacción del deseo. Quizá se debe a
la física y a las matemáticas este interés por las formas
místicas del conocimiento. Se habla de nuevas perspec-
Vida después de la vida tivas al afirmar que este universo visible es sólo una
convención basada en nuestra percepción y que los
La temática de las experiencias cercanas a la muer- mundos maravillosos e inimaginados están ocultos en
te saltaron de lleno a la plaza pública en 1975, cuando partículas minúsculas y tal vez incluso en el espacio
el psiquiatra Raymond A. Moody Jr. publicó Vida des- conocido que nos rodea. En todo este tema es necesaria
pués de la Vida, un best seller que revolucionó este cam- una mirada a la cuarta dimensión, como lo han hecho
po trayéndolo de la clandestinidad, pues pocos se atre- Hinton, Gurdieff, Ovpensky, Huxley, Borges, que ha-
vían a hablar y menos publicar estas experiencias, salvo blan del misticismo como la observación mental de una
en dudosas revistas de parapsicología, relatos folclóri- realidad de grado superior. Borges, con sus figuras lite-
cos, periódicos o en libros de poca venta y escaso reco- rarias, se acerca a ese momento del correr de las corti-
nocimiento. Como dice la cubierta, es un libro que nas, cuando se encuentra el yo trascendente y el sentido
“ofrece la experiencia de aquellos que han sido declara- existencial, a ese momento o punto donde convergen
dos clínicamente muertos..., descripciones tan simila- los demás. Así, se lee en El Aleph “que es uno de los
res, tan vívidas, tan positivas, que pueden cambiar la puntos del espacio que contiene todos los otros puntos
visión que tiene el hombre de la vida, la muerte y la y que es visible debajo de cierto escalón de las escaleras
eterna vivencia espiritual”. Fue Moody quien acuñó el del sótano de la casa de un amigo que le revela el inte-
nombre de experiencias cercanas a la muerte. En su texto rior de todas las cosas y también su exterior. Vi la circu-
habla de los elementos que componen dicha experien- lación de mi propia, oscura sangre..., vi el Aleph desde
cia, como la visión del conocimiento, las ciudades de todos los puntos y todos los ángulos, y en el Aleph vi la
luz, la esfera de los espíritus, los rescates sobrenaturales tierra y en la tierra el Aleph y en el Aleph la tierra; vi mi
por la intervención de algo o alguien espiritual y el jui- propio rostro y mis intestinos; vi tu rostro”.
El argumento principal de las experiencias cerca- tos en diferentes culturas y religiones, como el Jardín de
nas a la muerte incluye zumbidos, ruidos de campanas, las Hespérides, los Campos Elíseos, la Isla de los Bien-
movimiento veloz a través de un túnel, el encuentro aventurados, el Jardín del Edén, donde son comunes las
con parientes y amigos muertos y una especie de juicio flores y las piedras preciosas. En las visiones se logra
impartido por un ser luminoso que revela, a los cuasi- “que la percepción sea la Revelación, la Realidad brille
muertos, una visión panorámica de sus vidas. en toda apariencia y lo Uno esté total e infinitamente
Dado todo esto, es comprensible que la primera presente en todas las particularidades” (Huxley).
dimensión desconocida, y por tanto mítica, con la que La experiencia visionaria no siempre es bienaven-
se enfrentó la humanidad, antes de la era de la aviación turada. Es a veces terrible, pues se intensifica la indivi-
y de la exploración espacial, fuera, de hecho, la tercera dualización y el cuerpo experimenta sensaciones simi-
dimensión. Las esferas celestiales y los mundos interio- lares a las descripciones clásicas de los castigos inferna-
res no sólo pertenecen a las confusas fantasías de los les de presión, constricción y encogimiento. Las emo-
pueblos precientíficos. La experiencia y la ciencia reti- ciones negativas, como el miedo, el odio, la ira o la
raron tales lugares de la tercera dimensión pero no los malicia, conducen a experiencias visionarias negativas.
suplantaron. En un cierto sentido, siempre habrá una También la llamada “teología del terror”, que predica
dimensión que lleve a lo desconocido, sea la cuarta o la castigos infernales16.
enésima. Porque el horizonte de lo desconocido se Para algunos, una prueba de la supervivencia del
mueve juntamente con el horizonte de la ciencia, y ésta alma, después de la muerte física, son las experiencias
nunca llega a hacerlo desaparecer. Todo esto da fe “de la cercanas a la muerte. En condiciones extremas, cuando
sutileza del Señor”, como diría Einstein. parece inminente la muerte, algunas personas sufren
experiencias internas que incluyen la reviviscencia de
recuerdos, o memoria panorámica, y los efectos típicos
Huxley el visionario de la conciencia mística, o realidad espiritual, como son
el sentimiento de armonía o unidad, la sensación de
En la década de los setenta se mencionó la posibi- una gran comprensión, la emoción positiva intensa y el
lidad de que el organismo del agonizante liberara sus- sentimiento de estar controlados por una fuerza exte-
tancias que aliviaran el dolor y el sufrimiento y posibili- rior. Es una especie de despersonalización que imita el
taran la muerte idealizada con visiones beatíficas, a tra- estado de la muerte17.
vés de mecanismos psico-dislépticos o magnificadores Huxley, un hombre extraño que medía casi dos
de la mente. Y que las explicaciones no fueran simple- metros, pesaba 70 kilos y utilizaba, para ver, un arsenal 323
mente religiosas o fisio-patológicas por carencia de oxí- de cristalería óptica, además de literato, sociólogo, mís-
geno, retención de anhídrido carbónico, metabolitos tico, ensayista y estudioso de la filosofía hindú, fue un
tóxicos, medicamentos, compromiso cerebral por tu- explorador de la mente humana mediante la introspec-
moración, epilepsia del lóbulo temporal o por trastor- ción, la experimentación, el análisis histórico y el uso
nos psicológicos, todo lo cual obligó a nuevos plantea- de sustancias alucinógenas, entre ellas el ácido lisérgico,
mientos y estudios sobre los procesos fisiológicos, sico- LSD, experiencias que luego volcaría en Las puertas de
lógicos y espirituales del agonizante. Uno de los autores la percepción y Cielo e Infierno (1954). Allí explica cómo
que inició las terapias psicodélicas, para comprender el se incrementan las percepciones sensoriales y la euforia
proceso de la agonía, fue Aldous Huxley. Él encontró mística con el uso de las drogas psico-dislépticas18.
que eran similares a los relatos de las experiencias cer-
canas a la muerte, los viajes post mortem, los ritos iniciá-
ticos, los misterios, los rituales de muerte y renacimien- Las terapias psicodélicas en el
to, la liminalidad, el reencuentro consigo mismo y el moribundo
atisbo a la experiencia mística. Limen significa puerta o
umbral y marca el límite de la existencia humana y la Según Grof19, la primera sugerencia de que las
entrada a otro mundo. En la liminalidad, la persona drogas psicodélicas podrían ser usadas en la terapia de
entra, en determinado momento, en comunión con lo los moribundos, para calmarles el dolor, proviene de la
trascendente, a través, según Maslow, de la Experiencia pediatra Valentina Pavlovna Wasson, una estudiosa de
y la Actualización, ese momento en el que cada persona los hongos alucinógenos sagrados de México, quien en
logra el sentido auténtico de la vida y quizá la ecuani- 1957 logró que los Laboratorios Sandoz aislaran la psi-
midad para morir15. locybe mexicana. Otro estímulo para el uso de psicodé-
Huxley habla del mundo de la Experiencia Visiona- licos en la agonía proviene del mencionado Huxley. Este
ria, mediante la acción de drogas psico-dislépticas como filósofo, interesado en los fenómenos de la agonía y la
la mezcalina, el yagé y el ácido lisérgico, o mediante la experiencia mística, inducidas por drogas psicodélicas,
hipnosis, la restricción ambiental, la meditación, la ini- asistió en 1955 a su primera esposa, que sufría la fase
ciación mistérica y la agonía, todas ellas experiencias li- terminal de un cáncer. Le administró LSD “para hacer
minales. También en los estados cercanos a la muerte y de la agonía un estado más espiritual que fisiológico”.
en las experiencias extracorpóreas. La descripción de El mismo Huxley antes de morir en 1963 tomó 100
estas experiencias visionarias, inducidas o espontáneas, microgramos de LSD para facilitar la experiencia visio-
es similar a las regiones fantásticas y los paraísos descri- naria antes de morir.
Eric Kast (1960) estudió el LSD por sus propieda- éxtasis y experimenta fenómenos telepáticos, visualiza
des analgésicas, comparando esta sustancia con la dihi- espíritus de familiares muertos que actúan como guías,
dromorfinona y la meperidina. También observó los alcanza la unión con la luz que los creyentes cristianos o
cambios emocionales, los patrones de sueño y las acti- budistas asimilan con un ser superior. Algunos visuali-
tudes hacia el sentimiento de estar enfermo o en proce- zan experiencias de la vida o la barrera que separa la vi-
so de muerte, así como la influencia de esta sustancia en da de la muerte y saben el momento de retornar a la vida
las ideas y en las experiencias filosóficas y religiosas de con alegría, amor y paz. Finalmente, la persona re-entra
las personas. Concluyó que el LSD mejoraba el proceso en su cuerpo y recupera la conciencia.
de la agonía, tornaba a la persona más responsable res- La mayoría de las experiencias son descritas como
pecto a su ambiente familiar y permitía apreciar los positivas, pues los supervivientes se tornan espirituales,
matices y las sutilezas de la vida diaria. Un colega, Sid- un aspecto difícil de definir en términos fisiológicos. Se
ney Cohen (1965), sugirió que “la muerte viene a ser interesan por los otros seres, aprecian intensamente la
una experiencia más humana al preservar la dignidad vida, disminuyen el temor a la muerte, son menos ma-
del moribundo”. terialistas y menos competitivos20. Pero, por otro lado,
Pero quizá los estudios más profundos provienen pueden presentarse efectos negativos, sobre todo cuan-
del Instituto de Investigación Psiquiátrica de Praga, di- do los familiares y amigos no creen en la experiencia
rigido por Stanislav Grof, y continuados por éste en el que han tenido ni en el cambio de la conducta que
Grove State Hospital de Baltimore, en 1967. Grof se in- muestran. Algunos están deprimidos por el retorno a la
teresó primero por los aspectos teóricos y prácticos del vida, por la limitación de las relaciones personales, des-
psicoanálisis, pero más tarde sus observaciones se dedi- pués de haber vivido la experiencia del amor incondi-
caron a los dominios explorados por las varias escuelas cional de Dios o haber estado en la Luz. Estas experien-
de la tradición mística, los templos del misterio y los cias pueden ser invertidas, cuando la persona las perci-
ritos de pasaje de las culturas antiguas y las pretecnoló- be en términos negativos y no hay, por ejemplo, felici-
gicas. Los más comunes de esos fenómenos fueron las dad, sino miedo, angustia o terror de perder el ego.
experiencias de muerte y renacimiento, seguidos de También pueden ser infernales, con demonios inclui-
sentimientos de unidad cósmica. “Este profundo en- dos, o vacías e insignificantes, cuando son objeto de
cuentro con la transitoriedad y la mortalidad son expe- burlas, o son consideradas como trastornos psicológi-
riencias muy complejas y tienen dimensiones biológi- cos o productos de alucinaciones. Para algunos esto es
cas, emocionales, intelectuales, filosóficas y metafísi- intolerable y tratarán de probar que su historia y su
324 cas”. En compañía de Sidney Wolf, atendió a una com- cambio de conducta tienen mucho significado. Hoy se
pañera de su equipo de trabajo que sufría cáncer inope- sabe, como recuerda Morse13, que estas experiencias
rable de seno. Después de aceptar la terapia psicodélica, forman parte de la psicología del moribundo y no de-
se le administró LSD en varias ocasiones. En su relato ben considerarse como alucinaciones o producto de
posterior dijo: “... Principalmente recuerdo que estaba procesos patológicos. Se presentan en personas con el
sola en un mundo sin tiempo y sin límites. (...) Lloré ego intacto y un normal funcionamiento psicológico.
por los años malgastados, la búsqueda de mi identidad Según el psiquiatra M. Schroeter, las experiencias cerca-
por lugares falsos, las oportunidades desperdiciadas, la nas a la muerte pueden distinguirse de las alucinaciones
energía emocional perdida en cosas insignificantes”. debidas a la esquizofrenia o a la disfunción orgánica
Más tarde, Walter N. Pahnke (1967) y John Halifax cerebral. En general, aquéllas son positivas, sin ideación
(1972) continuaron las experiencias hasta mitad de los paranoide ni distorsión de la realidad, sin imaginería
setenta, cuando estas investigaciones se fueron a pique negativa y sin elementos olfativos, agresivos y hostiles
por falta de fondos, la falta de autorización para los pro- como se ven en las alucinaciones inducidas por drogas
yectos presentados, la mala publicidad que se dio por el o en las psicosis. Las primeras representan un conoci-
uso clandestino de las drogas psico-dislépticas y quizá miento de la realidad. Las otras la niegan. Las primeras
por problemas bioéticos19. ocurren en personas normales que tienen fantasías pero
también ansiedades, como cualquier persona.
Descripciones
Investigaciones
Casi todas las experiencias cercanas a la muerte son
similares. Moody las describió muy bien. Primero el in- Varios investigadores médicos, de diferentes espe-
dividuo experimenta la muerte clínica, definida como la cialidades, se han acercado a esta temática, como los
falta de oxígeno en el cerebro y el compromiso de la cardiólogos Michael Sabom, F. Shoonmaker, M.
función de la corteza. Luego escucha las voces de los Rawlings, Schnaperl, Oakes y otros, que realizaron sus
médicos y los familiares, oye zumbidos o son de campa- trabajos en pacientes que sufrieron paro cardiaco. Tam-
nas y se mueve a lo largo de un túnel que tiene, al final, bién los psiquiatras Owen y Roberts, que en 1988 con-
una especie de luz brillante. Luego el individuo siente cluyeron que las experiencias cercanas a la muerte
que está fuera del cuerpo, donde observa lo que se hace constituyen un fenómeno alucinatorio complejo, que se
con su cuerpo, por ejemplo las medidas de reanimación presenta en personas que perciben una muerte inmi-
o la cirugía. A veces siente una sensación de elevación o nente y que están asociadas con la psicología del mori-
bundo21. Para Kastenbaum, un crítico de ciertas postu- no han experimentado la diferenciación del ego. Ellos
ras científicas, “los estudios de las experiencias cercanas también ven túneles y luces brillantes. “Yo entré en una
a la muerte han traicionado su promesa inicial y perma- habitación donde estaba una hermosa persona que se
necen en el nivel de las historias que se inician alrede- sentó junto a mí. Me preguntó si quería quedarme con él
dor del fuego de los campamentos... No importa que o regresar”. Estas y otras historias similares, según Ver-
vengan de los psiquiatras freudianos, los psicológos de non Neppe, director de Neuropsiquiatría de la Universi-
la Nueva Era, los cardiólogos materialistas, las enferme- dad de Washington, deben analizarse como “experien-
ras, los pediatras, los geólogos, los ingenieros de minas cias subjetivas paranormales”, denominación que per-
y aun los radiólogos, quienes reportan los casos bajo mite a los clínicos “estudiar las experiencias visionarias o
grandes titulares de prensa”22, 23. experiencias paranormales, sin tener en cuenta la postu-
Para la doctora S. Blackmore24, en el momento de ra filosófica o su objetividad real”26.
la muerte se pierde el impulso sensitivo normal y se Para otros, estas experiencias son similares a la lla-
activa el lóbulo temporal, que produce imágenes de mada despersonalización transitoria y a la psicosis de la
personas, música celestial, reunión con seres y animales unidad de cuidados intensivos. La primera consiste en
queridos, con lo que, al no tener un punto de referencia un estado disociativo pasajero que se presenta en algu-
con la realidad exterior, se reconstruye una realidad in- nos individuos antes de una muerte accidental o en
terna pero alterada. Según R. Siegel, los túneles, las lu- momentos de intensa concentración. Se manifiesta por
ces, las figuras religiosas, la música celestial y en general una inusual claridad de pensamiento, sensación de que
todo lo que constituye la experiencia cercana a la muer- el tiempo transcurre lentamente y que hay paz y calma.
te, son estados alucinatorios en un cerebro estresado, Algunos lo llaman “entrar en la zona”, cuando es tan
influido por el contexto cultural. Otros hablan de pro- intensa la concentración que, por ejemplo, los bateado-
blemas en el lóbulo temporal derecho y las estructuras res no oyen los aplausos de la multitud y tienen tiempo
relacionadas. Freud las explicó como si fueran una re- de ver la bola que rota, tan lentamente, hacia ellos, que
gresión a la infancia, donde el ser de luz representa el pueden ver hasta sus costuras. La psicosis que se pre-
amor incondicional recibido. Para algunos psiquiatras, senta en las unidades de cuidados intensivos se ve en
estas experiencias se explican por eventos neurobiológi- pacientes semi-conscientes que describen elementos e
cos en el lóbulo temporal. La cesación del impulso ex- interpretaciones de sus ilusiones y sufrimientos, pro-
terno, a medida que el cerebro muere, hace que predo- pios de una amnesia selectiva, o como la que se observa
minen las memorias internas, las emociones, los senti- en casos de intoxicación narcótica.
mientos y otras imágenes, como las de los guías espiri- Autores como D. Carr proponen que estas expe- 325
tuales, las memorias maternas y las ideas preconcebidas riencias son similares a las complejas alucinaciones
de Dios o de los ángeles, que forman parte de las expe- asociadas con la disfunción del lóbulo límbico, relacio-
riencias cercanas la muerte. Para el neurólogo Mandell, nadas posiblemente con la secreción de péptidos opioi-
el reino celestial está en el cerebro. Agrega que las con- des endógenos —endorfinas—, que podrían explicar la
vulsiones del lóbulo temporal producen estas experien- placidez y la ausencia de dolor27. Este mismo autor se
cias, así como los estados místicos que llevan a conver- queja de que los estudiosos de este tema sean vistos
siones religiosas y estados beatíficos. Lanza la hipótesis como escépticos, poco creíbles, a contracorriente de la
de que al hipocampo llegan las sensaciones del mundo ciencia, igual a como fueron considerados aquellos que
exterior y también los recuerdos y las emociones del se dedicaron a estudiar la complejidad de la resonancia
mundo interno, y que durante las convulsiones del ló- magnética, las endorfinas, la ansiedad... No obstante,
bulo temporal, que comprometen el hipocampo y la esas personas continuaron con sus investigaciones has-
sincronía de estas sensaciones, resultan en la predomi- ta que captaron la atención de sus críticos. “No estoy
nancia de lo interno. La cesación del impulso externo, a seguro de que la investigación sobre las bases biológicas
medida que el cerebro muere, hace que predomine la de las experiencias cercanas a la muerte maduren tanto
memoria interna, con las emociones, los sentimientos y como otras áreas, puesto que en este caso son fenóme-
otras imágenes como las de los guías espirituales, los nos imposibles de estudiar o bordean los límites de lo
recuerdos de los seres queridos y las ideas preconcebi- ético. Tampoco es claro qué beneficio podría lograrse
das de Dios y de los ángeles. Muchos presumen que las de conocer las bases biológicas, independientemente
experiencias cercanas a la muerte reflejan los últimos del beneficio de la sabiduría colectiva de la cultura, en-
minutos de las conciencia humana25. tre otras cosas porque también es casi imposible definir
la filogenia y la ontogenia de la misma conciencia”28.
Más recientemente, el doctor D. Carr propone que estas
Otros puntos de vista experiencias son ilusiones perceptuales, es decir, que lo
que se aprehende por sensación no corresponde con lo
Para Morse13, la incidencia de tales experiencias y que las cosas son realmente29. Vale la pena recordar la
la precisa fenomenología que las acompaña se integran anécdota contada por S. J. Gould en The Flamingo’s Smi-
en la psicología de la agonía y no deben ser consideradas le, cuando una asociación de ciegos le propuso al direc-
alucinaciones o procesos patológicos. Este mismo autor tor del museo, donde está el aeroplano original de
ha investigado muchas de estas experiencias en niños, Charles Lindbergh, que les permitiera “ver” a su manera
que apenas tienen un concepto diferente de la muerte y el aparato volador. El director aceptó la petición y pro-
puso construirles un verdadero hangar con techo alto y el 85% de los niños que sobreviven a un paro cardiaco
una réplica del famoso avión. Así los ciegos podían su- presentan experiencias cercanas a la muerte. Se espera
birse, recorrerlo, tocarlo, olerlo e interpretarlo. Los in- que con los modernos sistemas de reanimación sean
videntes aceptaron la oferta siempre y cuando la réplica más frecuentes estas experiencias. Para el 76%, la expe-
estuviera debajo del original. ¿Ilusión perceptual? riencia inicial fue agradable, expresada como el sentir
Medicamentos como la ketamina reproducen estas un gran amor, escuchar una voz amigable, recibir la vi-
experiencias al bloquear los receptores cerebrales lla- sita de un ser querido o tener una experiencia fuera del
mados N-metil-aspartato, o NMDA, e impedir que el cuerpo, además de sentir una intensa paz en medio de
neurotransmisor glutamato se una a dicho receptor. Es una luz brillante o de un túnel. El 19% tuvieron una
un aminoácido excitatorio que desempeña su papel en experiencia celestial. En el 3% fue infernal. Para el 2%
el hipocampo y en los lóbulos temporal y frontal y jue- fue “trascendente”, lo que les permitió adquirir un co-
ga un papel importante en todos los procesos cogniti- nocimiento especial. Aunque casi siempre se aportan
vos que comprometen el córtex cerebral, incluyendo el las mismas experiencias, se ha comprobado que los ni-
pensamiento, la memoria y la percepción. En algunos ños las describen con menos detalles y tienden a ser
casos de estrés, debidos, por ejemplo, a la hipoxia, la más concretos y menos complejos, lo cual no excluye
isquemia, la hipoglicemia y la epilepsia del lóbulo tem- que tengan experiencias complejas, como las de escenas
poral, el organismo libera gran cantidad de glutamato, de otro mundo, así como una revisión de la vida pasa-
que incrementa la actividad de los receptores NMDA y da. Con frecuencia relatan visitas de animales queridos,
causa el proceso denominado neuro o excito-toxicidad, de familiares desconocidos y a veces de personas que
que puede matar las neuronas. La ketamina previene aún viven. Igual que los adultos, muchos presentan
este estado. Según K. Jansen, hay sustancias en el cere- profundos cambios, como alteración en los procesos
bro, las endopsicosinas, que se unen al mismo receptor biológicos, por ejemplo en el sueño y en la atención, o
como la ketamina. Se considera que las situaciones que se interesan por el amor al universo más que a una per-
disparan la producción de glutamato en gran cantidad sona específica; muestran cierto alejamiento de los pa-
pueden también disparar, al mismo tiempo, otras sus- dres; se estresan ante las escenas violentas de los medios
tancias neuro-protectoras que se unen a los receptores de comunicación; se interesan por servir a los demás; se
NMDA con el fin de proteger las células, llevando a un tornan más espirituales; desarrollan una sed de conoci-
estado alterado de la conciencia similar al que produce miento en general y de aspectos filosóficos, que les lleva
la ketamina. Es una droga empleada en anestesia. Es de a buscar libros de lectura que no son frecuentes en esa
326 corta acción, alucinógena, y produce la llamada aneste- edad; son más maduros, y les es difícil relacionarse con
sia disociativa, donde el paciente “está disociado” y sali- sus amiguitos; se comunican más fácilmente con espíri-
do de su cuerpo. Es, además, analgésico, pero con ac- tus, ángeles o guías; son más sensibles a las medicacio-
ción diferente. Cuando se usa como anestésico debe nes, a la luz brillante, a los ruidos intensos; quieren co-
combinarse con ansiolíticos para evitar la presentación laborar en causas caritativas. También se ha notado que
de experiencias cercanas a la muerte. El estado de con- se tornan más inteligentes, tienen una percepción dife-
ciencia alterada por la ketamina es diferente del produ- rente de las cosas, incluyendo la sinestesia, una rara
cido por el LSD y la DMT (dimetiltriptamina)30. cualidad que les permite “oler un color o ver un soni-
Para Jansen, las experiencias cercanas a la muerte do”; manifiestan ciertas cualidades psíquicas, y a veces
son un fenómeno de importancia en medicina, neuro- tienen un aprendizaje “al revés”, en el sentido de que les
ciencias, neurología, psiquiatría, filosofía y religión, y resulta más fácil aprender los conceptos abstractos que
no son evidencia de una vida posterior a la muerte por los concretos. Los cambios no son tan obvios como en
la sencilla razón lógica de que la muerte es el fin, el fin los adultos, puesto que no son capaces de verbalizar sus
irreversible, y aquellos que retornan, por definición, no creencias y valores. Según la autora, algunas personali-
murieron, aunque su cuerpo, su cerebro y su mente dades históricas tuvieron experiencias cercanas a la
hubieran experimentado un estado inusual30. muerte, como Lincoln, Mozart, Albert Einstein, la reina
Entre los eventos que pueden llevar a estas expe- Isabel I, Shakespeare, Winston Churchill, Bertrand
riencias cercanas, se mencionan: la agonía, la estimula- Russell… y muchas otras.
ción cerebral, el coma, el orgasmo, la gravedad, los Continúa diciendo la doctora Atwaters que los ni-
trastornos psiquiátricos, los accidentes, los sueños, la ños que han sufrido una experiencia cercana a la muer-
cirugía, la meditación, el estrés, las convulsiones, los te pasan por varias fases. Una es de alejamiento y ajuste
movimientos oculares, las drogas psico-dislépticas, la personal, además de los ajustes propios de la recupera-
relajación, el espejo... ción física de la enfermedad o del trauma que los llevó
a la experiencia. Otra es el rediseño de las relaciones
con los amigos y los familiares, así como la búsqueda de
Experiencias cercanas a la nuevas maneras de estar al servicio de los demás. Puede
muerte en niños ocurrir, en esta fase, que una tercera parte de los niños
utilicen alcohol o drogas por las discrepancias que su-
La doctora Atwaters ha estudiado en profundidad fren entre la realidad del mundo que les rodea y las ex-
esta temática en más de 270 niños, que le han servido periencias cercanas a la muerte. Otra fase es la de lograr
para publicar numerosos artículos y libros. Según ella, un equilibrio interno y externo, durante la cual desarro-
llan una gran confianza en sí mismos, afirman un senti- aproximación y ternura, les cohíbe de tratamientos que
miento de la espiritualidad y de los valores morales y sólo prolongan la innecesaria agonía, les humaniza —
empiezan una carrera de servicio a los demás. Hay una les ablanda el corazón— en la atención del moribundo
fase de desánimo por la disparidad con los valores cul- y les ilumina en el afrontamiento de la muerte propia.
turales, que los deprime, lo que explicaría cierta ten- Les enseña que la agonía puede ser un proceso dichoso
dencia al suicidio. Finalmente, está la fase de integra- y espiritual, que las experiencias cercanas a la muerte
ción, que los lleva a tener confianza en la vida, desde la no son alucinaciones patológicas —y, si lo fueran, se-
propia perspectiva, congruente con lo aprendido en la rían universales— ni fantasías psiquiátricas y que la
experiencia cercana a la muerte34, 35, 36. muerte no debe ser temida (Morse)13, 31.
gos (y eso conforta al niño). Por eso es aconsejable ha- Internacional para el Estudio de las Experiencias Cerca-
blarles muy quedo al oído, bendecirlos, tocarlos, expli- nas a la Muerte—, y, si es necesario, envíelo a un profe-
carles y asegurarles que nunca serán olvidados. Y si no sional adecuado que comprenda este fenómeno. Re-
mueren, y se recuperan, animarlos a que expresen sus cuerde que la mayoría de estos “experienciadores” no
miedos, ansiedades y preguntas. No juzgarlos, y menos necesitan ayuda especializada.
tratarlos como si padecieran trastornos mentales. Todas
esas experiencias cercanas a la muerte tienen sentido y
significado para las personas que las experimentan13, 31. ¿Cómo puede ayudarse a estos
niños?
tos. En ellos los rituales convierten la tristeza en alegría, La representación de la muerte, la condenación
festejan la entrada al cielo y perpetúan la memoria del eterna y el infierno, obsesionaron de tal manera a los
fallecido entre los supervivientes. El título está basado hombres de los siglos XIV al XVI que consideraron la
en un fragmento del poema Muerte sin fin, de José Go- vida vanidosa, horrorosa, espantosa y frenéticamente
rostiza: “Para durar el tiempo / de una muerte gratuita y destructiva37. Una forma de representar estos temores
prematura, pero bella (...) / cumple una edad amarga de fue la danza macabra, tema popular en la poesía, el tea-
silencios / y un reposo gentil de muerte niña, / sonrien- tro, la pintura, en las artes gráficas y en las miniaturas
te, que desflora / una más allá de pájaros en desbanda- de los llamados “libros de las horas”. La danza macabra
da”. Con el mismo título, Arte ritual de la muerte niña, la hizo pensar en la muerte a los despreocupados de la
revista Artes de México publicó una edición especial en salvación. También se publicaron tratados sobre el arte
la primavera de 1992. del bien morir, llamados Ars Bene Moriendi o Ars Mo-
riendi, con grabados sobre la agonía y la muerte, donde
se mostraba cómo las cortes celestiales e infernales se
La otra vida disputaban el alma del recién fallecido. En los mosaicos
de las iglesias se mostró, en la parte superior, a Cristo
La creencia en otra vida, después de la muerte, se triunfante en su gloria, con ángeles, patriarcas, profetas,
deduce de estudiar las costumbres funerarias. Descu- apóstoles y la Virgen María compartiendo las delicias de
brimientos arqueológicos recientes en Shanidar, Irak, la presencia de Dios. Abajo, los condenados son mos-
muestran que los muertos eran enterrados ceremonio- trados cuando reciben las torturas del infierno38.
samente desde hace sesenta mil años. En las tumbas se
han encontrado herramientas, armas, vestidos, juguetes
y evidencia de flores. Los egipcios, los chinos y otros La muerte y los niños
pueblos colocaron en las tumbas alimentos, joyas, mo-
nedas, máscaras, oraciones, guías, instrucciones, him- El niño muerto fue objeto de culto en las diferentes
nos y plegarias, pues creían que la persona continuaba culturas. Se les enterraba con sonajeros de barro, co-
su existencia después de la muerte y tendría las mismas lumpios, balancines, pelotas de trapo y armas de made-
necesidades que en vida. Además de la momificación, ra39. En Egipto se colocaba a las momias una máscara
como práctica religiosa y mágica, los egipcios escribían con su retrato. En Grecia y Roma se colocaban escultu-
peticiones y declaraciones de inocencia que el muerto ras con motivos infantiles. Desde la Edad Media, ade-
debía recitar antes de ser juzgado: “No he causado do- más de monumentos funerarios, se colocan epitafios 329
lor a los hombres y a las bestias, injuriado a los dioses, con notas biográficas y frases que expresan la pesadum-
adivinado el futuro, asesinado, engañado, interferido bre y el deseo de perpetuar la memoria del niño muer-
los diques del agua, cometido abusos sexuales...”. to: “Ve, toma tu lugar en el coro celestial. Dios te llama.
Creían que la preservación del cuerpo era indispensable Necesita otro ángel”.
para gozar las delicias placenteras de la otra vida. Fue- En la tradición cristiana, los rituales de mayor tras-
ron los primeros en establecer el juicio final en el mo- cendencia son el bautismo y la extremaunción. En el
mento de la muerte. caso de los niños, los rituales son diferentes. Por su ino-
Los cristianos han sostenido que Dios envió a su cencia y gracia, tienen derecho a entrar directamente en
Hijo al mundo para salvar a los hombres del demonio y el reino de los cielos. Por eso su muerte no debe ser mo-
de la muerte y dar eterna felicidad a sus fieles. Espera- tivo de tristeza, sino de alegría. “... En los oficios de
ron la segunda venida de Cristo, quien establecería el párvulos, es decir, en los que han muerto después de
Reino de Dios, y se preguntaron por el destino de los recibido el bautismo y antes del uso de razón, o no se
creyentes que murieran antes de su retorno glorioso. Al toquen campanas o se haga de modo festivo y no lúgu-
principio se dijo que su muerte no era eterna. Luego se bre. Además, vestido el cadáver conforme a la edad y
predicó que el tiempo de permanencia en este mundo sexo, se ponen sobre él las coronas de flores o de hierbas
era preparación para la otra vida. Se enseñó que los odoríferas”40. “El color litúrgico debe ser festivo y pas-
mártires y los santos iban directamente al cielo y los no cual”41. Las oraciones, cortas y escasas, varían si murió
creyentes y los malos al infierno. Para los que no fueran bautizado: “Te encomendamos, Señor..., para que lo lle-
buenos ni malos, se ideó el purgatorio, un lugar de ex- ves al paraíso, donde no hay llanto, ni lágrimas ni dolor,
piación. Los niños que murieran antes de ser bautiza- sino paz y alegría...”; o no bautizado: “Te pedimos, Se-
dos y no hubieran cometido pecado, salvo el “pecado ñor, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen Ma-
original”, iban al limbo, un lugar sin las torturas del in- ría, que así como acompañó a su Hijo al morir, asista
fierno y sin las delicias del cielo, adonde iban también también a los afligidos padres por la muerte de..., los
los paganos virtuosos que murieron antes de Cristo. Se consuele en la fe y les dé la esperanza del premio”.
habló de un juicio individual al momento de morir, y Si el niño muere después del bautizo, y antes de
de un juicio universal al final de los tiempos, cuando al tener uso de razón, se llama párvulo o “angelito”, pues
sonar la trompeta, según el Apocalipsis, aparecería Cris- es puro, está libre de pecado original y tiene entrada al
to en toda su majestad, entre las nubes, al tiempo que Paraíso. Esta creencia se basa, posiblemente, en las pa-
todos los fallecidos recobrarían sus cuerpos para ser labras del Evangelio: “En verdad os digo: quien no reci-
juzgados. ba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”
(Marcos, 10, 13-16). Si el niño muere antes de ser bau- cintura. El retrato de Ferdinando de Austria, de Barto-
tizado, su destino final es el limbo, “el sitio de los suspi- lomé González, tiene un pájaro en la mano, amuletos y
ros y no de los lamentos”, como lo describió Dante. una campanilla. Se creyó en la acción profiláctica de los
Para los adultos estaban reservados los novísimos, o amuletos. Por ejemplo, la mano cerrada, con el pulgar
postrimerías: muerte, juicio, infierno y gloria, que de- pasando entre el índice y el dedo mayor, evita el mal de
berían ser recordados continuamente para evitar caer ojo; la uña de la gran bestia previene la erisipela; los
en el pecado. De esta manera el hombre reflexionaba dientes facilitan la dentición; las medias lunas evitan los
sobre la muerte, se preparaba para afrontarla y verla aires deletéreos; las castañas marinas preservan de envi-
con otro sentido. Los novísimos enseñaban al creyente dias y tumores; los cristales alejan las enfermedades de
lo que sucedería después de la muerte, cuando su alma la vista, y las campanillas, los malos espíritus43.
fuera juzgada. Recordar los novísimos le evitaba pecar y
ser condenado. También se enseñaba lo relacionado
con la extremaunción, un ritual capaz de proporcionar El retrato de niños muertos y el
al moribundo la suficiente confianza para el paso que culto mariano
daría, alejarle la aflicción por la muerte, liberarlo de sus
pecados y brindarle los recursos para su salvación42. No fue común el retrato de niños muertos en Es-
Los “angelitos”, por su condición de pureza, no reque- paña. Sin embargo, muchas de las pinturas de la noble-
rían la extremaunción y no estaban sometidos a los za mostraban niños enfermos, que morirían pronto.
vaivenes de las postrimerías. Ellos entraban directa- Tampoco fueron comunes en América Latina, salvo en
mente al cielo. Para ellos no se escribieron las Ars Mo- México. El arte funerario infantil está íntimamente rela-
riendi, donde estaban las guías para vencer las asechan- cionado con la iconografía establecida para la Virgen,
zas del demonio en el trance de la agonía, morir de durante su muerte o dormición y en la Asunción. Esto
buena muerte y alcanzar la gloria celestial. Las asechan- lo sintetizó Jacobo de Vorágine, obispo y escritor, expo-
zas del demonio eran cinco: las dudas de la fe, la mala nente del influjo protoevangélico en el Occidente me-
conciencia —ese “abominable animal”, según Lutero—, dieval. Su texto, la Leyenda Áurea (siglo XIII), suminis-
el apego a las riquezas, la desesperación por los sufri- tró abundante material de inspiración para decoradores
mientos y la soberbia al enorgullecerse de la virtud38. de iglesias y escritores místicos y fomentó el culto ma-
riano44. Si bien es cierto que la devoción a la Virgen
María había empezado en el siglo VII, cuando San Idel-
330 El retrato de niños fonso, obispo de Toledo, estableció el culto de la Inma-
culada Concepción, y se había tenido una tradición
Las imágenes de niños ejercen gran atracción. Su cultural en este sentido, por lo menos en España, fue
fragilidad, delicadeza, dulzura, finura de líneas, expre- tomada más tarde como bandera de religiosidad nacio-
sión inocente y tímida, impresionan sobre todo cuando nal en la Contrarreforma. En 1654 el papa Alejandro
están realzadas por el arte. Forman parte de nuestra in- VII, a petición de Felipe V, concede el patronato de la
timidad. El retrato de los niños, en el arte, empieza en Inmaculada Concepción sobre todos los reinos españo-
Italia en los siglos XV y XVI, con las Sagradas Familias y les. Este movimiento inspiró a muchos pintores en el
otros cuadros religiosos donde el Niño Jesús aparece tema de la Inmaculada. En América Latina, muchos
solo o rodeado de ángeles, los cuales, a pesar del colori- pintores fueron influidos por esta temática. Desde la
do y la pureza de formas, mantienen una actitud grave Colonia se empezaron a utilizar jaculatorias que mos-
y mística que los alejan del verdadero espíritu infantil. traban la influencia del culto mariano: “¡Ave María Purí-
En Inglaterra y Francia se retrataba a los niños de la sima sin pecado concebida!”. El movimiento eucarísti-
nobleza. En España, los artistas se dedicaron a temas co, y el mariológico, se formaron en la corriente misma
religiosos, pues consideraban el retrato como si fuera de la Contrarreforma para reparar las injurias de la Re-
un tema menor, aunque en la escultura, la silueta de la forma hacia el Santísimo Sacramento y la Virgen Ma-
infancia se representó como Niño Jesús o como elemen- ría45. La arquitectura gótica, con sus vitrales, expresó el
to decorativo en monumentos, altares o retablos. Quizá sentimiento religioso e impulsó esta devoción. Ya la
la primera imagen de la figura infantil la inicia El Greco, Virgen no tendrá la Majestad Impasible, sino que es una
cuando, en 1587, pintó a su hijo Jorge Manuel, en la madre sonriente, dulce, que contempla con amor a su
composición del “Entierro del Conde de Orgaz”. Alfon- hijo. Es común que su figura aparezca rodeada de ánge-
so Sánchez Coello pintó retratos infantiles con cierta les que cantan o tocan instrumentos como el laúd, el
rigidez, tristeza y actitud hierática, como se observa en arpa, el salterio, el órgano portátil, la flauta travesera, la
“El Príncipe Don Carlos”, pintado a la edad de doce doble trompa, la cornamusa y la viola46.
años, con figura alargada, palidez de cera, exoftalmia
izquierda y expresión melancólica, que indica un ser
enfermo. Pantoja de la Cruz y Bartolomé González, con La “Leyenda Áurea”
figuras rígidas y místicas, ornamentaron sus niños con
amuletos para prevenir enfermedades y embrujamien- Jacobo Vorágine basó su Leyenda en un evangelio
tos. En el cuadro de la Infanta Ana de Austria, Pantoja apócrifo atribuido a San Juan Evangelista. Describe que
de la Cruz le pinta alfileres, sonajeros y amuletos en la cuando la Virgen sintió viva añoranza por su Hijo y de-
seó reunirse con él, se le apareció un ángel, envuelto en expresa, en ambos casos, la creencia en la resurrección.
luminosas claridades, que le anunció la muerte: “Dios También la música tiene significado especial, porque
te salve, María..., te traigo desde el Paraíso este ramo de cuando vino el cortejo celestial por la Virgen, “empeza-
palma para que sea colocado sobre tu féretro”. La palma ron a cantar dulcísimos himnos”. Hay todo un simbo-
era una especie de ramo formado por una vara verde lismo espiritual y edificante. Así, la Virgen y los angeli-
cuyas hojas fulgurantes y esplendentes brillaban como tos se vuelven modelos espirituales e infunden senti-
el lucero de la mañana. La palma, atributo de los elegi- mientos piadosos a los creyentes cristianos que buscan
dos por Dios, entre ellos la Virgen y San José, tiene su la salvación eterna.
fundamento en la creencia del Paraíso como un oasis El temor a la muerte se aprovechó para preconizar
poblado de palmeras. Antes de morir, en presencia de el culto a María y a los angelitos como intercesores ce-
los apóstoles, que fueron transportados en nubes desde lestiales. A las niñas se las amortajaba como la Inmacu-
sus lugares de trabajo, la Virgen le pidió a Juan que la lada y a los niños como San José. Todo esto fue obra de
palma entregada por el ángel fuera llevada por alguien la Contrarreforma, que exaltó el culto a la Virgen para
delante del féretro. Juan les advirtió que ante la muerte defenderla de las ideas reformistas, que no aceptaban su
de María mostraran fortaleza, dominaran los sentimien- virginidad e Inmaculada Concepción. Los pasajes de la
tos y no lloraran, porque si los viesen entregados al na- Virgen, aunque no figuran en los textos apostólicos,
tural dolor, se extrañarían y dudarían de la resurrección eran apropiados para reflexionar sobre la muerte, la re-
prometida a los creyentes. surrección y la forma de alcanzar la vida eterna. Duran-
Agrega Vorágine que hacia la tercera hora de la te los siglos XVI al XVIII, la iglesia católica hispanoame-
noche llegó Jesús, acompañado de las diferentes órde- ricana articuló el discurso teológico sobre la muerte con
nes de ángeles, los grupos de los profetas, los ejércitos características de amonestación y exhortación, como lo
de los mártires, las legiones de los confesores y los coros constatan las obras pictóricas y literarias. En este senti-
de las vírgenes, y se situaron ordenadamente ante el do fueron muy importantes las siguientes obras: La Cá-
trono de la santa madre y empezaron a cantar dulcísi- thedra de Morir. Puntos para la lección del último instante,
mos himnos. Una vez Jesús llamó a su madre y ésta le de Diego de Torres (España, 1724). La portentosa vida de
contestó que estaba preparada, el cortejo entonó: “He la Muerte, emperatriz de los sepulcros, Vengadora de los
aquí una mujer que jamás mancilló su tálamo con de- agravios del Altísimo, y Muy Señora de la humana natura-
leites sensuales; por eso recibirá como recompensa el leza, de fray Joaquín de Bolaños (México, 1792). En
premio reservado a las almas santas”. Luego el coro can- Colombia, el pensamiento católico partió de las decisio-
ta la antífona: “Ven desde el Líbano, esposa mía; ven nes del Concilio de Trento y de los libros Partida a la 331
desde el Líbano, que vas a ser coronada”. En aquel mo- eternidad y preparación para la muerte, de Iván Eusebio
mento, el alma de la Virgen salió de su cuerpo y voló a Nieremberg (Madrid, 1645); Dulzuras en el morir, moti-
la eternidad en brazos de su Hijo. Su muerte se produjo vadas del amor de Dios y de las culpas, sacadas de los evan-
sin dolor, sin gloria y sin nada de cuanto hace penoso y gelios, prophetas y de muchos santos, de Miguel de Meca
triste morir. Cristo emprendió, con el alma de su ma- Bobadilla (Madrid, 1671); Luz a los vivos y escarmiento a
dre, el viaje hacia la Gloria, rodeado de infinidad de los muertos, de Juan de Palafox y Mendoza (Madrid,
rosas rojas, es decir, de una multitud de mártires, y de 1672), así como el Catecismo de los padres Ripalda y
una innumerable cantidad de azucenas, porque azuce- Astete (Madrid, 1800). También se publicó y recomen-
nas parecían los ejércitos de los ángeles, de los confeso- dó el novenario titulado El ejercicio cristiano para conse-
res y de las vírgenes que le daban escolta. A los tres días guir una buena muerte, por consiguiente la salvación eter-
de sepultada, la Virgen fue resucitada por Cristo, quien na, el cual deberá hacerse todos los viernes a la hora en que
le infundió nuevamente el alma para evitar la corrup- expiró el redentor del mundo (Bogotá, 1883).
ción y entrar al cielo44. Los artistas pintaron el tema de la Virgen y los
angelitos. Pero es en México donde se popularizó esta
temática. Se mencionan artistas como Juan Correa, Jo-
La pintura de angelitos sé de Ibarra, Miguel Cabrera y Miguel Gerónimo Zen-
dejas. La constante en sus pinturas es la tranquilidad
Como recuerda Gutierre Aceve, una serie de afini- con que la Virgen recibe su muerte, lo que constituye
dades, semejanzas y simetrías hacen patente la asimila- “La Dormición”. Los símbolos están presentes, como la
ción del discurso de la muerte infantil al de la Virgen. palma y la corona. Cuando pintan a los niños muertos,
La muerte es tránsito directo a la gloria, sin las penali- lo hacen como si fueran adultos empequeñecidos, con
dades de las postrimerías. La Virgen Madre es consuelo dignidad, reflejando su condición aristocrática. En
de las que pierden un hijo, pues como perdió el suyo en ocasiones los pintan vivos, de pie, con los ojos abier-
aras de la Redención, así las madres, cuando pierden a tos. Se sabe que están muertos por la leyenda de su
sus hijos, dan ángeles al cielo. Además, como María es deceso, la rosa en la mano y la mirada sin brillo. A ve-
intercesora a la hora de la muerte, los angelitos también ces no hay coherencia entre la edad real y aquella con
se convierten en mediadores. Los recursos simbólicos la que los representan. En ocasiones la imagen se redu-
son los mismos. La corona tiene el significado de alma ce a lo esencial, al rostro. Modernamente se ha seguido
justa. La palma alude al triunfo sobre la muerte y a la esta tradición cultural con artistas como Frida Kahlo,
virginidad de sus portadores. La prohibición de llorar Siqueiros, Ledesma, Olga Costa y Reyes Ferreira. En
Colombia, artistas como Fernando Botero, quien plas- Cada año se celebran los rituales recordatorios. El
mó en la pintura y en la escultura a su hijo muerto, y día primero de noviembre es el día de los angelitos. El
Alfonso Quijano, Carlos Granada y Augusto Rendón, dos es de los difuntos.
entre otros, cuyo arte es testimonio de la muerte vio-
lenta de los niños colombianos.
La fotografía de los angelitos
elaborar la pregunta o porque temen respuestas desco- Dar a entender a los niños que nunca estarán solos.
razonadas. Los menores de seis años son a menudo Ofrecer la presencia humana y aliviadora. Atestiguar su
desinhibidos y preguntan constantemente. Los niños lucha. Cuando se expresa la angustia existencial, el niño
entre tres y doce años leen la ansiedad que experimen- empieza a buscar otras vías para que el tiempo que les
tan quienes los cuidan y no desean escucharlos, y tratan queda tenga valor, sentido y significado.
de ocultarles o protegerlos de su angustia. Los preado- Los cuidadores deben aprender a reconocer y ani-
lescentes expresan su angustia en forma no verbal con mar la expresión de la angustia existencial. A reconocer
dibujos, pinturas, imágenes o con conductas de distrés. las preguntas que aparecen en la conversación, el juego,
Hay miedo, agitación, excitación, ira, hostilidad, falta los dibujos, las conductas. Aprender a utilizar el poder
de cooperación en la toma de alimentos, letargia, ensi- de ciertas intervenciones como el trabajo con imágenes,
mismamiento, silencios prolongados. Algunos voltean sueños, arte y música. Estimularlos con la plegaria y la
su cuerpo hacia la pared. Otros adoptan la posición fe- meditación para expresar y procesar sus angustias espi-
tal. Los infantes y preescolares son pre-verbales. No son rituales. Aprender la manera de superar los miedos que
conscientes de lo que les rodea, de lo que pasa en sus manifiestan los niños. La sola presencia física calma el
cuerpos, y podría pensarse que no sufren. Sin embargo, miedo de la separación y el abandono. Apoyar e instruir
es peligroso asumir que las personas de cualquier edad a los familiares. Asegurarles que nunca les faltará la
no tienen cierta clase de experiencias. Hasta hace poco, ayuda. Tener en cuenta a los niños para las decisiones,
por ejemplo, se creyó que los niños no sentían dolor, y opciones, control de síntomas y el dónde quieren estar.
ya se sabe que aun desde el nacimiento lo experimen- Afirmar que el resto de vida que les queda es preciosa.
tan53, 54. Hay miedos familiares que se transmiten muy Animarlos a que expresen experiencias, logros, a que
temprano, así como los puentes familiares que se van no obstante la enfermedad se relacionen con los com-
formando, y aunque los niños no tienen las palabras ni pañeros, que vivan en su propia forma y encuentren
otros medios de expresión, se nota su turbación por los valor, significado y esperanza.
cambios en el medio ambiente, la separación de sus Ayudarlos en sus inquietudes espirituales. Que
padres, el rechazo, la pérdida del contacto físico, la os- siempre estarán en nuestros corazones y que no los ol-
curidad y la posibilidad de la aniquilación. El llanto, el vidaremos. Que no serán simples estadísticas. Contes-
abrazo, el aletargamiento y el alejamiento son señales tar honradamente sus preguntas. Procurar que hablen
de temor y distrés55. de lo que piensan del más allá y explicarles en forma
sencilla los conceptos de cielo, de reunión con seres
334 queridos y con sus cuidadores en un después. Disipar
Los niños difieren en la la idea de la enfermedad y la muerte como castigo. No
experiencia del tiempo hacer dictaduras espirituales ni practicar la teología del
terror.
El foco temporal de la angustia existencial difiere
en preadolescentes y adolescentes. Los adolescentes es-
tán más centrados en el futuro y a menudo sienten que
el significado de sus vidas está más adelante. Pero cuan- Bibliografía
do llega la enfermedad terminal sienten cómo todo se
trunca súbitamente, sienten un despojo profundo, re- 1 Sullivan LE. Director del Centro para el Estudio de las Religiones
sienten de la justicia, se angustian por lo que no realiza- Universales, Universidad de Harvard. Prólogo al libro de Coulia-
no JP. Más allá de este mundo. Paraísos, purgatorios e infiernos.
rán, luchan con desesperanza y temen el retorno a la
Un viaje a través de las culturas religiosas. Barcelona, Paidós
dependencia de sus padres. Orientalia. 1993.
Los más jóvenes tienden a preocuparse con las ex- 2 Crocker J. The Epic of Gilgamesh. 1998. Bajado de Internet el 11
periencias y actividades presentes. Y cuando aparece la de junio de 2004.
enfermedad se expresan por sus compromisos del aquí 3 Moody R. Ciudades luminosas. En: La muerte y el morir. Desafío
y ahora, por sus esperanzas a corto término, y luchan y Cambio. Editores Fulton R, Markusen E, Owen G, Scheiber J.
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para que no los aparten de sus compañeros, crecen más 4 Couliano, JP. Más allá de este mundo. Paraísos, purgatorios e in-
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espacio seguro y amable donde los niños expresen su 7 Sennet R. Carne y Piedra. Madrid, Alianza Editorial. 1997.
angustia existencial y se les conforte. Los cuidadores 8 Heim A. Remarks on fatal falls, in Yearbook of the Swiss Alpine
deben sobreponerse a sus temores y angustias, que, a su Club, 1892. Citado por Noyes.
9 Negovsky VA. Reanimatology Today. Crit Care Med 1982; 10:
vez, también deben ventilar y expresar. Deben aprender
130-3.
a no usar palabras ni gestos de rechazo, a controlar los 10 Noyes R. Near death experiences: their interpretation and signifi-
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7: 8-15.
◆◆ Objetivos ◆◆
Figura 1. Conocer las diferentes etapas del desarrollo cognitivo del niño nos
Hablar con los niños sobre la ayudará a la hora de comunicarnos con él en momentos difíciles.
muerte 337
ral. No comprenden el concepto de límites finales o de noticias, y si no saben cómo, tienen que aprender.
tiempo lineal. Conforme van creciendo, la muerte es un No es infrecuente ver a médicos comunicando a
hecho accidental, no inevitable; además, a menudo re- los padres un mal resultado terapéutico, o los diag-
ciben de la televisión un refuerzo de esta idea, pues los nósticos y pronósticos reservados, y pidiendo acto
muñequitos de las fábulas explotan, caen y desapare- seguido que transmitan ellos la información a su
cen, y en la siguiente escena están allí como si nada. El hijo. Eso no es responsabilidad de los padres. Es
niño de esta edad no sabe, no comprende, no interiori- responsabilidad médica, ineludible, propia del ac-
za que es mortal. to médico, y hay que aprender a afrontarla.
Alrededor de los 5 o 6 años, y en adelante, el niño • El niño debe estar tranquilo, relajado. No se acon-
interpreta señales relacionadas con la muerte; por ejem- seja la conversación sobre estos temas después de
plo, los accidentes, hacerse viejo, enfermar, ir al hospi- un procedimiento traumático o doloroso, o con el
tal, etc., pero no las relaciona consigo mismo. Todavía niño irritado, y tampoco en situaciones que de al-
no existe suficiente experiencia de vida como para com- guna forma sean amenazantes para el menor.
prender su propia muerte y su significado. Conforme • No mienta, no es necesario. De lo contrario, si el
aumenta en edad, la muerte se va personificando, ad- niño descubre la mentira, recobrar su confianza
quiere color y figura, y se personifica, por ejemplo, en será una labor difícil.
un hombre vestido de negro que viene y me lleva, en • No diga palabras, conceptos o cosas en las que no
una calavera envuelta en un trapo negro y con guadaña cree. En estas situaciones resulta de ayuda utilizar
en la mano, en un tipo vestido de rojo que huele mal, las creencias religiosas propias y que pueden ser
con cuernos y rabo y un tridente en las manos. La compartidas por la familia, pues forman parte del
muerte es una criatura de la noche que asusta y que acervo familiar. Si no cree en Dios o en el mas allá,
puede estar muerta en sí misma. no hable en estos términos. Lo van a descubrir
A partir de los 10 años de edad, el niño ya distin-
tarde o temprano, pues no hay relación entre lo
gue entre lo animado e inanimado, y qué es lo que vive.
que se dice y lo que se hace.
Ya sabe que la muerte es algo final e inevitable, de la
• Se pueden utilizar ejemplos de la naturaleza, cer-
que no se puede escapar, y, según Piaget, ya ha desarro-
canos al niño. La muerte de una mascota, las hojas
llado los conceptos de tiempo, espacio, cantidad y cau-
de los árboles en las distintas estaciones del año,
salidad.
héroes que se estudian en la escuela y que ya no
Después de los 12 años, su pensamiento es muy
están, o tragedias que se ven en las noticias por la
338 parecido al de los adultos. Ya tienen pensamiento abs-
televisión. Las imágenes de vida y muerte están
tracto. Comprenden que se nace, crece y muere. La vida
después de la muerte es un tema interesante para pen- por todos lados; es cuestión de observar y rescatar
sar, y van desarrollando sus propias ideas al respecto. algo que, por cierto, los niños hacen mejor que los
Los expertos hablan de que los niños deben parti- adultos (Figura 2).
cipar en los rituales fúnebres a partir de los 4 años de
edad. Otros sostienen que la mejor edad para incorpo-
rarlos es a partir de los 7 años Lo que sí es importante
es permitirles expresar sus sentimientos y emociones. Si
el adulto lo hace, ellos comprenderán que es normal
hacerlo. Estar triste es normal por la muerte de un ser
querido.
sión. El pensamiento mágico es la capacidad que tiene sis en la familia. La verdad es uno de los agentes tera-
el niño de pararse frente a una ventana en Navidad y péuticos más poderosos de que disponemos, pero to-
empezar a expresar sus deseos sin tener en cuenta el davía necesitamos desarrollar una comprensión ade-
lugar donde vive, cómo se viste, dónde trabaja su ma- cuada de su farmacología clínica y un reconocimiento
dre o la profesión de su padre, si hace una comida al día de la frecuencia y dosis óptimas para su uso. Necesita-
o tres. Él simplemente está fascinado con todo lo que mos comprender, además, sus metabolitos: esperanza
ve, desea tenerlo y siente que se pueden obtener las y negación”.
cosas con sólo desearlo. El pensamiento mágico es la Una de las solicitudes más frecuentes que recibi-
capacidad que tienen los niños de transformar un lápiz, mos los paliativistas de los padres es: “No le diga la
mientras realizan la tarea escolar, en un avión de pro- verdad a mi hijo”. Lo que corresponde aquí con carác-
pulsión a chorro, sobre las montañas (los libros) de un ter de emergencia es sentarse con los padres del pacien-
país lejano (el dormitorio). Cuando mamá amenaza con te y explorar las razones de tal petición. No lo deje para
venir a revisar la tarea, el avión rápidamente se convier- más tarde, porque hacer eso podría llegar a tener impli-
te en lápiz y se retoman las actividades como si nada caciones hasta de origen legal o penal. La respuesta más
hubiera pasado. Esa capacidad de transformación y jue- frecuente de los padres ante nuestro interrogatorio es:
go al mismo tiempo, eso es el pensamiento mágico. “No quiero que sufra”, “no queremos que se deprima
A Felipe, de 5 años, se le murió su gatito e invitó a más”, “se va a morir más rápido”, “es una crueldad so-
todos sus amigos al funeral. Hicieron un hueco en el meterle a la verdad”, “va a perder la inocencia y la ilu-
fondo del jardín, lo enterraron —porque su madre dijo sión por vivir”. Todas estas respuestas van en la direc-
que eso era lo que se debía hacer— y dejaron flores, y ción de proteger a su hijo del sufrimiento al enfrentarse
Gabriel, de 7 años, se las arregló para hacer una cruz a la muerte. Es importante recalcar la palabra “protec-
con dos pedacitos de madera y allí la colocaron. Al día ción”, pues debemos validársela a los padres como un
siguiente, Felipe preguntó por su gatito: “¿Cómo?”, di- amoroso intento de salvaguardar a sus hijos; sin embar-
jo su madre. “¡Pero si lo enterrasteis ayer en fondo del go, el camino al infierno está empedrado de buenas in-
jardín!”. “Sí, pero eso fue ayer; hoy, ¿dónde está?”, se tenciones. Procuremos que nos hablen de sus hijos y de
apresuró Felipe a contestar. Esto es pensamiento mági- las conversaciones que han tenido sobre la enfermedad,
co. Para Felipe, la muerte de su mascota no es ni per- el dolor, el sufrimiento, los miedos, las preguntas sobre
manente ni absoluta. No ha desarrollado pensamiento la posibilidad de cura, las muertes de otros niños que
abstracto para poder comprenderla. Asimismo, los ni- conocieron en el hospital y los comentarios hechos. En
ños sienten que cuando desean que algo suceda, esto fin, todo lo relacionado con la lucha contra la enferme- 339
se produce de forma automática, deseo y acción son dad, que nos permita evidenciar que sus hijos ya están
sinónimos. Ésta es la razón por la que los niños se cul- manejando información sobre su presente condición
pan a sí mismos de un divorcio, de la enfermedad o la aunque no se les haya hablado abiertamente. Verán có-
muerte de un hermano y de cualquier otra serie de mo esto surte efecto al descubrir los padres, por sus
circunstancias negativas que suceden en una familia. propias palabras, que sus hijos ya tienen mucha más
¿Quién en su infancia no deseó matar a golpes o hacer información de la que ellos creen.
desaparecer al hermano menor, que siempre te hacía Es importante aquí rescatar que ambos, ECPP y
una trastada? padres, quieren proteger a los menores de más dolor o
En los adultos el pensamiento mágico es más fre- sufrimiento, pero que juntos debemos re-direccionar
cuente de lo que nos imaginamos. Pensamiento mágico esa protección amorosa que se pretende para no aislar
es creer que todo va bien y que se van a arreglar las co- al ser querido en su propio sufrimiento y angustia. Hay
sas, por ejemplo, en un matrimonio, sin llevar a cabo que explicar, las veces que sea necesario, que cuando
acciones concretas para solucionar los problemas. Es los padres protegen a los hijos de una verdad que ellos
sentir, actuar y creer que las cosas se acomodan solas, se ya conocen parcial o totalmente y aunque nunca se lle-
resuelven solas, sin nuestra participación y responsabi- gue a hablar con franqueza, los hijos se dan inmediata-
lidad, como por arte de magia. mente cuenta de la evasión del tema y se inicia el juego
de que “aquí no pasa nada”.
Madre y padre se abstienen de hacer y decir. Al
mismo tiempo, el chico o la chica enferma hacen lo
Cómo hablar con los padres y mismo para que papá o mamá no sufran por su culpa.
con el niño que está muriendo Ambos se ponen la máscara de que “aquí no pasa nada”
y ambos se aíslan en su sufrimiento. Resultado: la inco-
municación, el doloroso distanciamiento y la soledad
Con los padres interna frente al proceso de morir, y el grandísimo coste
emocional para todos de jugar el juego de que “aquí no-
Dice Robert Twycross, en su libro Introducing Pa- pasa nada”, cuando en realidad está pasando todo. ¿Có-
lliative Care, de 1995, lo siguiente: “La comunicación, mo despedirse, si nadie sé está muriendo? ¿Por qué
como los tumores, puede ser benigna o maligna. Tam- abrazarse o decirse muchas cosas hermosas, si aquí no
bién puede ser invasiva, y los efectos de una mala co- pasa nada? ¿Para qué pedir perdón o felicitarse por lo
municación con el paciente pueden producir metásta- vivido y compartido, si se tiene toda la vida por delan-
miso. De esta forma le está devolviendo el control mucho más tranquilos y con poco o ningún miedo
al niño y la confianza en usted. Los niños no son al proceso. Como reglas de abordaje a estas expe-
tontos, son niños nada más, y probablemente el riencias, nosotros, en el ECPP del Hospital Nacio-
paciente dirá para sus adentros: “No era tan malo nal de Niños en San José, Costa Rica, las validamos
ni tan monstruoso al final de cuentas, este doctor o las y estimulamos. Creemos al paciente tanto o
doctora. Me está dando la autoridad para decidir. más de lo que le creemos cuando nos dice que tie-
Vamos a ver cómo le ayudamos, pues realmente ne dolor. Realmente no nos interesa saber sobre su
me duele”, o me tensa, o cualquier otra cosa que fisiología o autenticidad. Si el paciente lo vive co-
esté pensando. Comprendemos que los niños no mo real, entonces es real y desde ahí trabajamos.
hablan o piensan literalmente como se describe - Los niños expresan que el temor más grande que
aquí, pero es la forma que utilizamos para expli- sienten es la separación de sus padres. Lo valida-
carle a usted, lector, el proceso inconsciente que se mos. Estimulamos a los padres a compartir con sus
da en el niño. Si usted ya vivió una situación como hijos los temores de separación que ellos sienten.
ésta, antes de hablar con su paciente sobre la Es el mismo temor. Igualados los temores entre
muerte, o fue ésta la forma de compartir con él la grandes y pequeños, se igualan las fuerzas, se des-
situación de su enfermedad y a la vez de ejercer su nudan los corazones y fluye la comunicación amo-
autoridad, y respetando al paciente al mismo tiem- rosa, llena de promesas y de expresiones de afecto
po, es probable que la conversación sea más fluida, y solidaridad.
pues usted ya se ganó su confianza: el paciente sa- - A menudo los niños hablan simbólicamente de sus
be que usted no miente y se apoya en su confianza. miedos o experiencias. Nosotros también lo hace-
La empatía entre el profesional y el paciente es mos usando su lenguaje y sus categorías. Nos me-
condición indispensable para tocar estos temas. temos en su mundo mágico, lo cual consolida la
Hemos visto cientos de niños hacerse los dormidos relación paciente-profesional, y desde allí trabaja-
cuando llega un profesional o un familiar, pues mos sus procesos, sus fortalezas. Cuando los niños
simplemente no desean interactuar, aunque le co- se expresan a través de los dibujos y nosotros lo-
nozcan desde hace mucho tiempo. Además, en gramos interpretarlos correctamente, es muy evi-
momentos en los que toda la estructura familiar dente que facilitamos el camino de la comunica-
parece quebrarse, los niños que han crecido con ción. Inmediatamente armamos a los padres con
pocos límites se convierten en pequeños tiranos esos recursos para que también ellos logren ese
con sus padres y hermanos. Cuanto más ceden los nivel de comunicación. 341
padres, más tiranos son los niños, más desborda- - Cuando los niños no preguntan sobre su condi-
dos están y más angustiados se ponen, pues no ción no es porque no deseen saber o porque no la
existe una estructura que los contenga. Usted, co- comprendan o no les preocupe (a menos que no
mo profesional del ECPP, será quien provea esa puedan hablar). Sus preguntas dependerán de la
estructura necesaria para elaborar el duelo antici- actitud que asuman los adultos a su alrededor. Los
pado, hablar de la muerte, elaborar el proceso e niños siempre saben más de su presente condición
irse con la paz que puedan conseguir. de lo que suponemos los adultos que estamos a su
- Haga preguntas abiertas. Refleje los sentimientos alrededor.
que percibe en su paciente: “¿Cómo té estás sin- - Siempre hay que tener claro que los profesionales
tiendo desde la última vez que nos vimos?”, “há- en CPP no somos los actores principales. Jamás
blame un poquito de cómo estás durmiendo”, “te debemos intentar suplantar o jugar el rol que co-
siento triste y callado”, “¿puedo hacer algo para rresponde al padre o la madre. Si comparamos esta
que te sientas mejor?”, “¿quieres que hablemos de situación con un equipo de teatro que monta una
lo que te preocupa?”, “prometo contestarte con la obra escénica, nosotros, los paliativitas, somos los
verdad”. tramoyistas, los utilleros, los técnicos de luces, los
La puerta está abierta: sólo el paciente sabe si desea que limpian y preparan el escenario para que los
entrar. Es su prerrogativa. Él o ella sabrán que pue- actores principales salgan a escena. Los aplausos
den hablar cuando lo deseen. Tal vez no sea en esta son para todos, pero sólo los actores salen a salu-
oportunidad. Tal vez no den un paso hacia esa dar al público. Algún día nosotros también sere-
puerta. Está bien, es su derecho y se respeta. mos actores principales y otros dejarán listo el es-
- A pesar de lo anteriormente descrito, muchos ni- cenario para nuestro debut.
ños algo mayores no hablan hasta que les hemos
preguntado, casi en forma intuitiva, por sus sue-
ños, o si han visto a un ser querido que les visita
(abuelo, abuela, primo, tío, padre o madre que Abordaje del adolescente en
murieron) o a un amigo invisible. Por lo menos la fase terminal
mitad de nuestros pacientes dan una respuesta
afirmativa a estas preguntas. Explican el sueño o la Sin duda, el avance de la medicina y del tratamien-
visita que reciben y el mensaje que les dan. Nos to actual del cáncer ofrece a los adolescentes que pade-
impresiona que, cuando así sucede, los niños están cen esta enfermedad, no sólo más tiempo y calidad de
vida, sino más posibilidades de curación. Esto, unido al Se sienten bastante dependientes y controlados
pensamiento mágico y omnipotente que está presente por los profesionales de la salud, y esto genera irritación
en esta etapa, facilita la falta de consideración por parte y limita la adquisición de la libertad. El enojo con los
del joven de la posibilidad de no curarse y morir. padres es vivido con mucha culpa, por ser quienes le
Durante la adolescencia, los jóvenes experimentan cuidan y le tratan con afecto.
“un tránsito” entre la niñez y la vida adulta. Esto repre-
senta un reto para todos los trabajadores de la salud. Este
tránsito conocido como adolescencia se caracteriza por Amor-odio
cambios físicos y psicológicos acelerados que repercuten
en la autoestima y en la auto-imagen de los jóvenes. Se requiere un equipo interdisciplinario preparado
Los muchachos deben re-descubrir su sexualidad, para reconocer que las necesidades de los adolescentes
ya no como niños sino como su realidad les permite, y con cáncer, y sobre todo en la etapa terminal, son úni-
de forma muy importante se destaca la necesidad y el cas y significativas.
deseo de establecer relaciones de pareja o de afinidad Ese amor-odio se vive internamente contra su pro-
por pares. Deben integrar dentro de su esquema corpo- pio cuerpo, que no les sirve, y esos mismos sentimien-
ral sus nuevas características, que van cambiando rápi- tos se extienden a los padres y amigos, lo que también
damente, más las que conserva de su etapa infantil. genera sentimiento de culpa.
El adolescente busca ser aceptado por sus caracte-
rísticas físicas y sociales, y está en constante búsqueda
de sus propias afinidades y de la definición de situacio- Pensamiento realista -
nes y gustos ajenos. pensamiento mágico
En este mismo periodo vuelve a tomar importancia
el desarrollo de los objetivos vocacionales y se perfila Es importante destacar que el pensamiento mágico
con más fuerza su esquema idealizado del proyecto de es un recurso defensivo que se utiliza durante la adoles-
vida personal. En este sentido también es muy impor- cencia, ya que permite la conducta de negación o evita-
tante la separación que vaya realizando con sus padres ción. Sin embargo, ésta se confronta contra él mismo a
y que éstos le permitan generar y asumir esas acciones través de elementos de la realidad, como sus micro-pér-
independientes. didas, etc.
Al ir progresando la enfermedad, el adolescente El temor, el llanto y el dolor son sentimientos y
342 desarrolla gran preocupación y dolor por su imagen conductas que se contraponen con la sensación y el
corporal y por su identidad sexual, y, unido a las secue- mandato social de ser maduro y responsable, y compor-
las de sus tratamientos, ello provoca una lesión impor- tarse como el casi-adulto que es, con sentido común y
tante en su seguridad personal, en su autoestima y en el tolerancia.
desarrollo de una identidad positiva. Una de las mayo- Toda esta situación se ve agudizada por la dificul-
res preocupaciones de los adolescentes en la mayoría de tad propia de su edad de sujetarse a tantas reglas y se
los casos es la apariencia física y los efectos del trata- contrapone a su necesidad de sentirse libre. Se da una
miento en la misma. progresiva pérdida de privacidad, intimidad y soledad.
Durante la lucha contra la enfermedad, el adoles- La falta de control y la sumisión a las órdenes de otros
cente desarrolla frecuentemente actitudes de auto-aisla- generan una sensación de despersonalización en el
miento como una medida preventiva al rechazo que adolescente.
supone que va a sufrir por parte de los demás. Sus deseos de salir, explorar, coquetear y disfru-
Se les dificulta postergar las sensaciones placente- tar, y el de compartir las experiencias con sus pares, se
ras y, por tanto, experimentan gran frustración con res- ven imposibilitados no sólo por el progreso de la en-
pecto a no poder sentirse bien y pronto. fermedad, sino también por la necesidad de los padres
El que las cirugías, curaciones o procedimientos de proteger a su hijo, creando una serie de dependen-
dejen marca o cicatriz es fuente de gran frustración, y a cias que son interiorizadas de forma ambivalente por
la vez les es difícil incorporar esto como parte de su los pacientes.
imagen corporal. Con respecto a la problemática de su concepción
La situación de la enfermedad produce una gran del proceso de la muerte, esta población requiere mayor
ambivalencia en ellos, lo cual genera confusión y culpa. apoyo emocional, ya que la frustración se convierte en
Por ejemplo: un sentimiento tan fuerte que difícilmente se puede
manejar sin apoyo.
Sufren un gran temor de que al morir van a ser ol-
Separación-dependencia vidados y tienen una gran necesidad de dejar huella.
Otro de sus temores es ser recordado como el triste en-
Existe una tarea y un deseo de individualizarse de fermo, lo cual choca con su ideal de ser considerado
sus padres. No obstante, esta separación se ve limitada simpático y popular.
por la situación de la enfermedad. Por ejemplo, puede Se experimentan sensaciones de culpa por haber
presentar problemas en el control de esfínteres, o bien fallado a sus padres y se sienten muy afectados por la
el temor y la necesidad de estar cerca de sus padres. interrupción de su proyecto de vida y por todos los sa-
crificios que han realizado para luchar, sin éxito, contra El adolescente que sabe que está muriendo es arro-
la enfermedad. Ello genera frustración y enojo porque jado súbitamente a la incertidumbre, a la duda. Se pro-
los adolescentes se dan cuenta de la cantidad de cosas duce una devastación total de todos los ideales y metas
que ya han pasado y que ni imaginaban porque han de su vida. Es como si arrancáramos de raíz una planta
estado recluidos en el hospital o en su casa. Hay sensa- joven que aún no da fruto. La enfermedad terminal
ciones de asombro, acompañadas de dolor emocional, conlleva en el adolescente un cambio violento y doloro-
al constatar que la vida siguió fuera “mientras yo estaba so en la dirección de su vida. Este cambio trae consigo
luchando infructuosamente”. desde una mutilación de la confianza, la certeza, la in-
El enfado contra su propio cuerpo es una constan- dependencia y la imagen corporal, hasta la pérdida de
te, y se dan conductas de auto-agresión porque no han los amigos, la seguridad, la expresión de la sexualidad y
realizado su proyecto de vida. También hay mucha irri- la familia.
tación por otros que no aprovechan la oportunidad que Es muy difícil para un adolescente aceptar su pro-
tienen, y se matan, se drogan o no quieren ir al colegio. pia muerte sin la adecuada contención. Conforme la
Muchas veces se dan conductas agresivas y tira- muerte se acerca, las necesidades se incrementan. Es
nizantes en el trato con los demás. En este sentido, importante mantener su identidad. Más que nunca, él o
los equipos de salud tienen limitaciones físicas en la ella deben saber qué es lo que les está pasando. La en-
atención de los adolescentes, como ya hemos mencio- fermedad les cambia la apariencia y en muchas ocasio-
nado antes, ya que en la mayoría de los hospitales no nes los lleva hacia el aislamiento. Precisamente porque
hay pabellones para ellos. Por lo general, o se tratan son adolescentes, es importante sentirse atractivos. La
en los servicios de pediatría, con los más pequeños, o apariencia personal juega un papel sobresaliente, y más
en los hospitales para adultos, donde reciben trato si se está lejos de la familia y de los amigos por el mis-
como tales. mo aislamiento.
El equipo interdisciplinario, para trabajar con ado- En la Tabla I figuran algunas sugerencias para el
lescentes que se enfrentan a una enfermedad terminal, abordaje de los adolescentes en fase terminal.
debe estar compuesto por los siguientes profesionales: Los adolescentes vacilan a menudo entre mantener
un médico, una enfermera, un psicólogo y una trabaja- a flote sus deseos de ser rescatados de la muerte y el
dora social. En la medida de lo posible, este equipo de- conocimiento de que sólo les quedan algunos días o
be reunir algunas condiciones como las que se indican semanas. Cada necesidad puede convertirse en un obs-
a continuación: táculo en esta lucha solitaria que lleva a los pacientes a
necesitar amor, bienestar, re-aseguramiento y ayuda de 343
1) Preferiblemente, los profesionales no deben ser la familia y del personal de salud que cuida de ellos.
muy jóvenes, ya que fácilmente se identifican con Como equipo de salud que trabaja con adolescen-
los pacientes porque no hace mucho tiempo ellos tes con enfermedad terminal, debemos estar preparados
también eran adolescentes. Tampoco los profesio- para ayudarles a lidiar con la ansiedad, la negación, el
nales deberían ser muy mayores, pues la brecha miedo y la fuerte tendencia al aislamiento y al distancia-
generacional sería muy grande y la comunicación miento como medida defensiva. Si al adolescente se le
podría verse sensiblemente afectada. miente, él lo va a saber. Perderemos la confianza de
2) Es indispensable tener algún grado de experiencia nuestro paciente y posiblemente tendremos que llevar a
y de estudios sobre la adolescencia. De más está cabo una labor titánica para recobrarla. Ellos se con-
decir que les debe gustar trabajar con adolescen- vierten en buscadores de la información que les nega-
tes, y que su trabajo con ellos no debe ser impues- mos o que “erróneamente” les demos. Van a buscar esa
to simplemente por la organización del hospital. información en libros, revistas, Internet, a través de sus
3) Los profesionales del equipo deben tener talento amigos, de otros pacientes como ellos o de otros profe-
para la comunicación verbal y no verbal, ya que sionales de la salud. Nos van a desafiar y seremos el
esto les ofrece una mejor relación con el adolesten- blanco más frecuente de su cólera e irritabilidad. Es
te y un entendimiento de la naturaleza de éste. importante también recordar que lidiaremos con una
4) El equipo debe contar con una planta física ade- fuerte tendencia a la lástima por sí mismos, a la deses-
cuada para el tratamiento de los adolescentes. peranza y al dolor de ver sus vidas marchitarse mucho
5) El equipo de trabajo debe tener frente a los adoles- antes de florecer.
centes una actitud amplia, motivada, amistosa y El equipo (deseablemente, de cuidados paliativos)
con capacidad para escuchar sin escandalizarse y que trabaja con el adolescente en fase terminal debe
sin juzgar. fortalecer su identidad, la honestidad en la comunica-
ción, la independencia, la privacidad y la comodidad.
Al igual que los niños, que no dejan de comportar- Si el adolescente que está muriendo dirige su cólera
se como niños aunque se estén muriendo, los adoles- contra el equipo, éste no debe tomar su hostilidad de
centes no dejan de ser adolescentes porque se estén forma personal. El equipo debe tener capacidad para
enfrentando a su propio proceso de muerte. Los adultos reconocer por qué se da tal conducta. Hay que poner
muchas veces queremos y esperamos que el adolescente especial atención cuando el equipo que trata la enfer-
crezca y madure rápidamente por el simple hecho de medad de fondo decide que ya no puede curar y realiza
que está afrontando una enfermedad terminal. la transición al equipo de cuidados paliativos, ya que el
Tabla I. Sugerencias con respecto al papel del ECPP en el abordaje de los adolescentes en fase terminal
1. Hay que aprender a escuchar las quejas sobre los “otros” profesionales de la salud que han tratado al paciente,
simplemente para no cometer los mismos errores y para facilitar a éste la expresión de su irritación.
2. Antes del internamiento en el hospital o al inicio del tratamiento, se debe discutir con los adolescentes los reglamentos
y las normas de los servicios donde se les atiende. Es muy importante que tengan claro qué pueden y qué no pueden
hacer.
3. Los adolescentes deben ser instruidos en el uso correcto de los medicamentos y sus efectos secundarios. Cuál es la
extensión de la enfermedad y las posibilidades de tratar los síntomas
4. Se establece con el paciente un compromiso personal y de equipo de hablar siempre con la verdad. Se le asegura que
cualquier pregunta que haga le será contestada con honradez.
5. Hay que garantizarles que ellos, al igual que los pacientes adultos, también tienen derecho a que se les guarde el
secreto médico.
6. El equipo debe concebir al adolescente como una persona con derechos, a quien se le respeta lo que piensa aunque
no se comparta lo que dice o piensa.
7. Se discutirán con el adolescente —si es necesario o conveniente o si el propio paciente lo pide— temas relacionados
con su sexualidad; por ejemplo, medidas de contracepción o planificación familiar. Ya no sorprende la gran cantidad de
adolescentes que inician su vida sexual activa en este periodo.
8. En la medida de lo posible, es importante discutir la relación que el adolescente tiene con su padre, su madre y sus
hermanos. Él debe comprender su papel dentro de la familia.
9. El equipo interdisciplinario debe recordar siempre que la unidad primaria de apoyo del adolescente es su familia y no el
equipo. Esto deja de cumplirse sólo cuando éste no tiene familia o cuando la relación con la misma es completamente
contraproducente y no brinda apoyo o paz al proceso que se vive.
10. La relación médico-paciente es tradicionalmente una relación de poder, donde el médico es quien tiene la autoridad y el
conocimiento, y el paciente, la necesidad del servicio y de obedecer. Los adolescentes se quejan de esta relación de
poder y exigen un trato más jovial y más de igual a igual o de persona a persona, y no de imposición.
11. Ayudarle a integrar las polaridades y las ambivalencias que genera esta situación.
12. Revisar y promover la expresión de sentimientos y angustias y brindar retroalimentación sobre su nueva situación.
13. Promover el contacto del adolescente con su colegio o ámbito escolar, con los profesores y compañeros.
14. Facilitar el diseño y la realización de estrategias para prolongarse después de la muerte, es de gran ayuda
344
(testamentos, vídeos, planear el funeral, etc.).
15. Rescatar el yo interior o al menos intentarlo.
16. Contribuir en la programación y consecución de metas realistas a corto y medio plazo.
17. Ayudarle a ubicarse con respecto a vivir cada día, aprovechando que está aquí y ahora.
18. Contribuir en la conciliación de las necesidades de la familia y del paciente.
adolescente puede interpretar que sus médicos le están podemos aportar. Una adolescente que entendía muy
abandonando. Nuevamente, la tónica con que se intro- bien su gravísima condición, sin embargo, a pesar del
duce el equipo de cuidados paliativos es como un gru- amor y de la cercanía de su familia, no dejaba de pedir-
po más de profesionales que van a participar en la nos lo siguiente: “Quédense conmigo, cuídenme, no me
atención del paciente. abandonen”.
El equipo de cuidados paliativos tiene que recor-
dar que es importante mantenerse calmado y con con-
trol de los sentimientos, sobre todo ante al paciente.
Además, debe ser claro, honrado, realista y consistente uu Casos prácticos uu
pueda hablar y expresar toda clase de sentimientos es Paliativos, Hospital Nacional de Niños, San José, Costa Rica, y por la
uno de los regalos más hermosos y enriquecedores que doctora Lisbeth Quesada Tristán, médica paliativista.
Fecha de ingreso en la clínica de cuidados paliati- 8. Durante las intervenciones, la madre es la que ha-
vos pediátricos: 7-6-2006 bla más y el pade se mantiene callado.
Fecha de fallecimiento: 22-6-2006 9. El padre responde cuando se le pregunta por sus
Madre de 34 años sentimientos; sin embargo, su actitud siempre va
Ocupación: empresaria orientada en el sentido esperanzador.
Padre de 42 años 10. La paciente expresa en su casa sentimientos de
Ocupación: tipógrafo culpa y temor hacia la enfermedad.
Hermanas: 11 y 5 años 11. Además, los padres declaran que se sienten muy
cansados con todo esto.
Motivo de referencia
Intervención de la Clínica de Cuidados
Después de ser discutido el caso en el equipo de sa- Paliativos del Hospital Nacional de Niños
lud del servicio de hematología, se procedió a hablar con
sus padres para explicarles que la paciente no contaba A la vista de los antecedentes conocidos por el
con opciones curativas en este centro hospitalario. Se les equipo de cuidados paliativos sobre esta familia, se des-
explicó la utilidad de contactar con la clínica de cuidados cubren problemas de comunicación y expresión de
paliativos pediátricos para prestar apoyo a la paciente. sentimientos.
11. La familia se incorpora la Grupo de Duelo de pa- tienen que trabajar con la familia son: las formas idó-
dres que han perdido un hijo. El grupo de apoyo neas de comunicación, diálogo sobre la muerte, validar
pertenece al equipo de cuidados paliativos. Asistie- los espacios de desahogo y llanto de todos los miem-
ron durante nueve meses a las reuniones de este bros, dar tratamiento al “dolor total” del paciente. Tene-
grupo y su evolución fue muy lenta. mos que tener en cuenta que las familias se enteran que
12. En los primeros meses se agudizaron los proble- la muerte inminente de uno de sus miembros, todo el
mas de la pareja con la familia extensa, que tam- resto de la familia se siente morir con el paciente. Si
bién acudieron en varias ocasiones al Grupo de bien su morir no es irreversible, ni permanente desde el
Duelo (abuela y tías paternas). punto de vista físico, si constituye la muerte permanen-
13. Algunas de las quejas que se hacen en la familia te e irreversible de aspectos psicosociales suyos, de su
indican que no esperaban que las cosas se dieran vida, su familia, su mundo. Para poder abordar esto por
tan rápido. Para el equipo de cuidados paliativos lo menos se tiene que tener como mínimo un mes.
también faltó tiempo para tratar con la familia y
con la paciente sobre los diversos aspectos emocio- Si usted tuviera que elaborar un plan ideal de
nales que es preciso abordar ante la llegada de la abordaje para esta paciente y su familia, ¿cual sería su
muerte. propuesta?
14. Se les brindó todo el equipamiento médico que se
precisaba para atender a la paciente en casa, así Se debe tener en cuenta desde que el paciente co-
como la medicación necesaria, pero, en definitiva, mienza a no tener los resultados más óptimos en sus
faltó tiempo para trabajar estos aspectos con la fa- tratamientos hacer la referencia a Paliativos para co-
milia y con la paciente. menzar a conocer a los pacientes y sus familias. Que
nos vean como un servicio más de ayuda, no los pan-
Es muy importante que los diferentes servicios del teoneros. Con los pacientes de vida limitada no se tiene
hospital transfieran a los pacientes y a sus familias al tanto problema, pues las familias nos ven como su so-
equipo de cuidados paliativos por lo menos seis meses porte y ayuda en las diferentes crisis, por lo tanto en el
antes del posible descenlace, con el objeto de que sea caso de los pacientes de Hematología y Oncológicos, el
posible llevar a cabo todas las actuaciones y acometer ir conociendo a estos pacientes con mayor tiempo, por
todos los factores que es necesario abordar ante el pro- lo menos 6 meses en el programa se logra tener una fa-
ceso de la fase terminal, la muerte y el duelo. milia con mejores herramientas para enfrentar la enfer-
346 medad, el deterioro, complicaciones y la muerte de su
miembro.
Preguntas
¿Qué críticas se le pueden hacer al equipo de
¿Por qué considera usted que este caso es o no es hematología en el manejo emocional de esta pacien-
un caso de referencia tardía? te y su familia?
En este caso la paciente fue referida con escasos 15 No se trabajaron los problemas de comunicación
días para trabajar con ella y su familia lo que es el pro- que existían en la familia. Además no se le dio el sopor-
ceso de muerte y pre–duelo. Tenemos que tener en te necesario a la madre que estaba muy recargada, ya
cuenta que todo ser humano tiene sus propios ciclos de con síntomas de claudicación, se le olvidaban las tomas
adaptación y aceptación de lo que le esté sucediendo. de medicamentos y tenía problemas para dormir. En la
En este caso se les comunica que ya no hay más trata- dinámica el padre de la niña no quería estar pendiente
miento curativo para la paciente, tanto la familia como de medicamentos y demás asuntos médicos. Se les ali-
la menor, estaban en plena etapa de shock, por lo que mentó mucho la idea de que se encontraría algún trata-
era prácticamente imposible, llevar un proceso de pre- miento que le salvara la vida.
duelo adelante. El equipo de paliativos era desconocido
para la familia y la paciente. El vínculo de confianza no ¿Qué críticas se le pueden hacer al equipo de cui-
se puede desarrollar en dos semanas y mucho menos dados paliativos pediátricos en el manejo de esta pa-
para poder dialogar sobre la muerte inminente. En este ciente y su familia?
caso ya la familia trae un patrón de comunicación un
poco deficiente en su interior, se observaba claramente Se limitó a trabajar los síntomas físicos y no se le
dificultades en la pareja de padres y el control de la fa- dio mayor espacio de catarsis a la madre, que ya estaba
milia paterna. Todos estos elementos se deben trabajar muy agotada con la dinámica familiar.
por lo menos 6 meses antes de que la paciente en fase
terminal, para que el paciente sufra menos y la familia ¿Cuál considera usted que debe ser el rol o papel
pueda sentir que su trabajo fue más asertivo en los últi- que debe jugar un equipo de autoayuda como el Grupo
mos momentos. Con el servicio de Hematología hemos de Duelo de Padres que han perdido un hijo?
venido teniendo este problema pues, piensan que el
Cuidado Paliativo implica solo el soporte domiciliar En este caso concreto el Grupo de Duelo ha venido
para la etapa de agonía. Tres elementos básicos que se a clarificar los sentimientos vividos durante todo el pro-
ceso de enfermedad y muerte, respetando a la vez el Podría interpretarse como un intento de compro-
tiempo y la forma en que la niña expresaba las emocio- bar la realidad de su sintomatología, correspondiendo
nes que experimentaba en ese momento. en ese caso a sentimientos de negación, y también pue-
de constituir este hecho una reacción angustiosa, de
4. ¿Cómo abriría usted canales de comunicación incredubilidad, de “no es cierto”, y entonces sería un
con la niña? mecanismo inconsciente de defensa, que es útil mien-
tras no perdure. Indica una reacción emocional, aun-
Es importante continuar abriendo canales de co- que racionalmente la persona diga que comprende la
municación con la niña sin presionarla, adaptándose a situación.
su propio ritmo y utilizando símbolos a fin de colaborar
con la niña en la elaboración de su proceso de duelo y
muerte.
Bibliografía
5. ¿Qué significado podría tener, en el proceso de
1. Bearison D, Malhern R. Psychological Perspectives on Children
duelo anticipatorio, el hecho de que la niña se
with Cancer. New York: Oxford University Press, 1994.
golpease las piernas? 2. Finkebeiner A. After the Death of a Child, New York: The Free
Press, 1996.
En el contexto de un duelo anticipatorio hay dife- 3. Kübler-Ross E. Los Niños y la Muerte. Barcelona: Luciérnaga,
rentes etapas por las que pasan tanto el paciente como 1992.
4. Organización Panamericana de la Salud. Cuidados Paliativos:
su familia.
Guías para el manejo clínico. Washington: Organización Pana-
La niña golpea moderadamente sus piernas con mericana de la Salud, 1998.
ambas manos, lo que podría relacionarse con senti- 5. Petrillo M. Cuidado emocional del niño hospitalizado. México
mientos de irritación (etapa de ira), y con ello puede D.F.: Editorial Fournieri, 1982.
estar indicando sentimientos como: impotencia, rabia, 6. Pereira J, Bruera E. The Edmonton Aid to Palliative Care. Ed-
monton, Canada: Division of Palliative Care, University of Alber-
envidia, resentimiento y agresividad contra todo y con-
ta, 1997.
tra todos (incluidos sus seres queridos): “¿Por qué a 7. Shiphiro E. Grief as a Family Process. A Developmental Appro-
mí?”, “¿por qué ahora?”. Esos sentimientos pueden ser ach to Clinical Practice. New York: Guilford Press, 1994.
multidireccionales: hacia el médico, la enfermera, el
psicólogo, hacia Dios y hacia el “mundo entero”.
348
El duelo en el niño
Introducción
es válido para los niños, ya que ellos son simplemente ¿Cómo puedo comunicar a los
personas y nada más. No podemos ni debemos ahorrar- niños la muerte acaecida?
les, y, menos aún, bloquearles el dolor de la muerte.
A veces el amor y la ternura naturales que despier- A la hora de comunicar la muerte de un ser queri-
tan los niños en los adultos nos llevan a cometer erro- do a los niños, es importante tener en cuenta las carac-
res. Callar y ocultar la muerte a los niños es hoy uno de terísticas que debe reunir cualquier tipo de comunica-
los errores más graves y frecuentes. Con el fin de no ción relacionada con la muerte:
mortificarles mostrándoles la parte más dolorosa de la
vida, se aleja a los niños del hogar cuando una persona • Hacerlo con serenidad, dulzura y afecto.
cercana va a morir (Figura 3). A pesar de los esfuerzos • Usar palabras sencillas.
para sustraerlo a la realidad de la muerte, el niño lo sa- • Dedicar todo el tiempo que el niño requiera para
brá. comprenderá a su manera, y con los medios de que esta comunicación y para asimilar sus consecuen-
dispone, que acaba de producirse un acontecimiento de cias según sus directrices.
importancia capital. • Estar dispuesto a repetir muchas veces lo mismo.
• No añadir comentarios o responder a preguntas
que no se han hecho.
351
¿Cómo se les puede explicar qué
es la muerte?
Comunicación de las malas
noticias a los niños Ante la pregunta “¿qué significa o qué quiere decir
muerto?”, explíqueles de nuevo, con palabras sencillas
Cuando muere un ser querido, ni los padres ni y sinceras, y recordando que los niños piensan de forma
otros familiares o amigos saben, por lo general, qué de- muy concreta y tienden a interpretar las cosas literal-
cir o hacer para que los niños comprendan lo que ha mente, que “muerto” significa que “el cuerpo se ha de-
ocurrido. No obstante, de todos se obtienen sugeren- tenido del todo”, “el cuerpo ha dejado de funcionar”,
cias, muchas de ellas incongruentes o contradictorias “el cuerpo ya no puede hacer nada de lo que antes ha-
unas con otras, que le dejan a uno más confundido, sin cía”, “el cuerpo ya no puede sentir dolor, caminar, res-
saber qué hacer o decir, las más de las veces optando pirar, comer, dormir, hablar, oír o sentir frío o calor”, “el
por la que mejor nos parece en ese momento o por la cuerpo ya no sentirá nada nunca más”.
sugerida por aquella persona en la que más confiamos. De igual forma, al explicar la muerte a los niños es
Nuestro colega colombiano J. Montoya Carrasqui- importante que esta explicación se dé en términos sen-
lla4 ha estudiado a fondo este asunto y expone cinco cillos y reales, sin mentiras o invenciones. No dude en
preguntas que tienen una relación directa con la comu- usar las palabras “muerto” y “muerte”; así, por ejemplo,
nicación de las malas noticias y que deben ser maneja- siéntese con el niño, abrácelo y dígale: “Cariño, ha ocu-
das para una comunicación apropiada de la muerte y las rrido algo muy triste. Tu papá ha muerto en un acciden-
malas noticias a los niños. Son las siguientes (Tabla I): te; un coche lo golpeó y su cuerpo dejó de funcionar.
Nadie tiene la culpa de que haya muerto. Lo vamos a
Tabla I. La comunicación de las malas noticias a extrañar mucho porque lo queríamos y él nos quería a
los niños.
nosotros”.
¿Cómo puedo comunicar a los niños la muerte
acaecida?
¿Cómo se les puede explicar qué es la muerte? ¿Qué puedo decir cuando
¿Qué puedo decir cuando pregunten por qué? pregunten por qué?
¿Se debe ocultar la pena a los niños?
Ante esta pregunta, es bueno admitir que usted
¿Hay algo que no se les deba decir?
también se ha preguntado lo mismo. Si no sabe la res-
puesta, dígaselo. Dígale que, según sus creencias perso- el ser querido se ha ido sin siquiera decirle adiós (esto
nales, todos los seres de la tierra han de morir algún estimula su pensamiento mágico respecto a cierta res-
día, que la muerte le ocurre a todo el mundo, que hay ponsabilidad suya por el suceso que condujo a “haberse
cosas que podemos controlar y otras que no, y que la ido”), o que el ser querido está durmiendo, pues si
muerte es una de las que no podemos controlar. Es muy equipara el sueño con la muerte pudiera desarrollar
importante hacer énfasis en que nada de lo que ellos cierto miedo o terror a dormir. Como hemos visto, la
hayan dicho, hecho o pensado ha causado la muerte del comunicación sincera, apropiada y ajustada al nivel de
ser querido. compresión y edad del niño es y siempre será buena.
este proceso de aprendizaje de la muerte les estamos Las pérdidas del niño
dando elementos esenciales (estrategias y herramientas)
para afrontar las inevitables pérdidas futuras. “Es muy dulce ver llegar la muerte
mecido por las plegarias de un hijo.”
(Friedrich von Schiller)
Escuche y reconozca los
sentimientos de los niños como Así como se hacen programas de educación sexual
válidos y adecuados para preparar a los niños a vivir en el futuro una sexua-
lidad plena, asimismo debe abrirse campo a la educa-
Escuche lo que los niños dicen y sienten mientras ción para la muerte. Los niños desde muy pequeños
hablan con usted o con sus amigos, o cuando hablan o sufren, están expuestos al dolor, a las separaciones y
cantan solos; de esta forma tendrá alguna idea de lo que pérdidas. La vida es una colección de olvidos y de pér-
los niños están pensando y sintiendo. Observe su forma didas; desde que nace, el hombre es un perdedor; y ca-
de expresarse y su nivel de actividad física. No es nece- da pérdida causa ansiedad. Pero la pérdida definitiva, la
sario que les hable a diario de la muerte o de otros te- muerte, crea la mayor ansiedad para el hombre pensan-
mas relacionados; aproveche los momentos que parez- te; esta ansiedad tiene diferentes connotaciones: por el
can más naturales y agradables. Procure no proyectar sufrimiento antes de morir, por lo que pase en el mo-
sus miedos y ansiedades en ellos y sea consciente de sus mento mismo de la muerte o por lo que pase después
estados de ánimo y de sus preocupaciones (recuerde la de la muerte, en el más allá.
comunicación no verbal). Existen pérdidas que son como la muerte. Cuando
el niño nace, pierde la seguridad que le brindó la matriz
y sale a luchar en un mundo hostil, sin muchas defen-
Sea paciente y prepárese para sas y al arbitrio de los mayores. Después pierde (con el
repetir muchas veces la misma destete) el placer y el sentido de seguridad y bienestar
conversación que le daba el chupar la leche del pecho de su madre, y
debe aprender a controlar sus esfínteres y perder el que
El concepto de la muerte es algo muy complejo, y le “hicieran todo”; la pérdida del primer diente; la pér-
puede que los niños pequeños no lo entiendan. De dida que implica la separación de la familia al tener que
igual forma, y aunque los adolescentes están aceptando ir a la escuela; la pérdida de la imagen corporal que ha
su propia mortalidad, puede también resultarles difícil tenido desde niño; la pérdida de objetos, amigos, fami- 353
captar la realidad de la muerte. Es probable que necesi- liares, trabajos, oportunidades; todas las pérdidas que
te repetir la misma conversación muchas veces; por le llevan a la soledad y finalmente a la muerte. Lo que
ello, intente permanecer tranquilo, serio y compasivo diferencia precisamente a la muerte al resto de las pér-
para ayudarles a comprenderla. didas es su radicalidad, su irreversibilidad, su universa-
lidad, su implacabilidad.
Isa Fonnegra5 expone una serie de “Normas de
Sea claro y objetivo oro” que hay que tener presente con los niños cuando
muere un ser querido para ellos, y que exponemos a
Cuando hable con los niños de la muerte, intente continuación. Algunas de sus indicaciones coinciden
emplear siempre un lenguaje sencillo y directo, pues con las expresadas por otros autores:
con ello evitará crear miedos y falsas ideas. Responda a
sus preguntas con hechos concretos y con veracidad. • No mentir es esencial; conteste las preguntas con
Pídales que le repitan lo que se les ha dicho, pues de sinceridad, y si no tiene una respuesta, no tema
esta forma se asegurará de que entienden lo que se les confesarlo.
está diciendo. • Nunca diga algo de lo cual tenga que retractarse
más tarde. El niño después le preguntará por qué
le contó que una persona muerta se convertía en
Recuerde que el duelo es un mariposa, ángel o arcángel.
asunto de familia • No lo diga todo de una vez; explique la muerte con
verdades parciales, de acuerdo con la edad crono-
Debido a que el duelo es un asunto de familia, y lógica, intelectual y emocional del niño, midiendo
que ésta constituye el primer y más valioso grupo de lo que él puede asimilar y necesita saber.
apoyo que compartirá información, preocupaciones e • Hable de la muerte antes de que el niño se vea
ideas relacionadas con la muerte, la aflicción y el duelo, emocionalmente involucrado en una situación de
todos los miembros de la familia deben tener la misma duelo. Aproveche las oportunidades: pasar frente a
oportunidad para expresarse y recibir atención y apoyo. un cementerio, el canario o el pájaro que se muere,
Aprender sobre la muerte como una familia fortalece la flor que se marchita.
los lazos de unión, y así se desmitifican ciertas supersti- • No delegue la explicación en un familiar o en el
ciones, como la que asegura que hablar de la muerte vecino. Los padres, mejor que nadie, conocen a
hace que las personas se mueran. sus hijos y saben calibrar el impacto.
• No ligue la muerte con el sueño, ya que de ello pue- La misma autora lo resume en otro de sus libros7
den derivarse trastornos para dormir, o con un viaje, con un párrafo impecable: “Ante esta realidad [la de la
que encierra una sensación de abandono. El niño, muerte], el niño no necesita que le expliquen en incom-
además, debe aprender a distinguir entre una dolen- prensibles peroratas de adulto el concepto de muerte,
cia leve y pasajera y aquella que sí lleva a la muerte. sino que le oigan sus inquietudes, que le escuchen sus
• No ligue una contrariedad con la muerte (“Tu in- temores y fantasías y, si se trata de la muerte de alguien
disciplina me va a matar”). El niño tiende a ver la cercano, que se le asegure que no será abandonado, que
muerte de un ser querido como un castigo. será cuidado y protegido, que él no tuvo ninguna culpa,
• Si usted ha sido víctima de la misma pérdida, no que no necesariamente todos los seres significativos in-
esconda su dolor ni se encierre en el baño para dispensables para su supervivencia van a morir pronto,
llorar. Exprese su sentimiento y muéstrele que us- que alguien consistente —preferiblemente el padre o la
ted también es vulnerable y que es legítimo com- madre sobreviviente—, cercano y sensato estará afecti-
partir la tristeza. vamente disponible para responder a sus preguntas,
• Los niños necesitan aprender a expresar el dolor, y para abrazarlo fuerte cuando tenga miedo, para acurru-
la mejor forma de hacerlo es aprenderlo de los carlo cuando se sienta desamparado y para consolarlo
adultos que se ocupan de ellos. Cuando lloras, es- cuando esté triste”.
tás enseñando a tus hijos que está bien llorar. Cuando el enfermo es uno de los hermanitos, los
Cuando tienes una expresión triste, les estás dando otros niños deben ser informados y se les debe involu-
permiso para mostrar sus emociones. Si los adultos crar en la atención y cuidado del paciente. Esto significa
fingen no inmutarse y niegan sus sentimientos, que se les debe dar tareas; algunas serán muy sencillas,
naturalmente eso será lo que los hijos aprenderán como acompañarle y jugar los ratos que sea posible;
a hacer, lo cual no es una respuesta sana ante un otras serán de más responsabilidad, como poner aten-
profundo dolor. No temas mostrar tus emociones ción a que no falte el suero o colocarle la mascarilla de
delante de tus hijos. oxígeno. Por supuesto que el tipo de ayuda que puedan
• Déle al niño la oportunidad de hablar de la perso- dar los hermanos dependerá tanto de su edad como de
na que se murió y recíbale la tristeza. su carácter. Esto, el que se sientan útiles, es mucho más
• Si usted es creyente, transmítale al niño la tranqui- importante que pedirles que permanezcan en silencio y
lidad que ofrece el más allá, el paso hacia la vida sin jugar. Si los niños sienten y saben que sí ayudaron a
eterna, la reunión con Dios. su hermano, cuando éste muera lo llorarán, sí, pero
354 • Use la palabra muerte y elimine eufemismos (“se podrán realizar su cometido en el duelo mucho más
nos fue”, “emprendió el viaje final”, “descansó”, rápido y sin culpas. Es lo sano.
etc.). La muerte debe ser un fin natural y no una La muerte de un hermano no es un hecho aislado
fuente de temores y angustias. Frases de este tipo que los niños olvidan en poco tiempo, sino que es un
alimentan los miedos que tienen los niños a ser acontecimiento que deja secuelas en su desarrollo pos-
abandonados y crean ansiedad y confusión. Nunca terior. Adultos que vivieron la muerte de un hermano
se debe decir al niño que el ser amado “se ha ido a en la infancia refieren que los efectos de la pérdida han
dormir” porque esto podría hacer que tuvieran sido más o menos permanentes a lo largo de su vida
miedo al ir a acostarse por la noche. adulta. Este impacto que tiene la muerte de un niño en
• Refuerce la irreversibilidad de la muerte y no dé pie sus hermanos está muy relacionado con las característi-
a falsas expectativas de retorno. Kroen6 da mucha cas de la relación. Cuanto más fuerte y cercana sea ésta,
importancia a definir la muerte como el hecho de mayores serán los efectos.
que el cuerpo se detiene del todo. Explíqueles —di- Isa Fonnegra8 afirma que los hermanos pequeños
ce— que una persona o un animal que ha muerto sufren, durante los tres años siguientes a la pérdida,
no puede caminar, respirar o sentir nunca más. Ex- importantes variaciones en su conducta, achacables a
póngales con claridad y de un modo concreto que el dicha pérdida por los propios niños, sus familiares, pro-
estado de la muerte no es una especie de sueño y fesores y amigos. La propia autora nos remite a investi-
que el cuerpo no volverá ya a despertarse. Haga gaciones que han demostrado cómo tres años después
hincapié en la palabra “del todo” para eliminar cual- de la pérdida, el 60% de los niños estudiados presenta-
quier idea falsa que albergaran sobre el estado de la ban nerviosismo, preferencia por la soledad y ánimo
muerte, lo cual ayudará también a los niños que triste con tendencia a la depresión, además de múltiples
pudieran estar confundidos sobre la muerte a causa alteraciones psicosomáticas (dolores de cabeza, cólicos,
de alguna escena que hayan visto (en la vida real, en insomnio, pesadillas, etc.). Además, un 25% presenta-
la televisión o en el cine) de personas paralizadas, ban ansiedad y disminución en el rendimiento escolar.
en estado comatoso o gravemente discapacitadas, o Entre siete y nueve años más tarde, los jóvenes declara-
de personajes de dibujos animados que siempre so- ban la persistencia de una cierta sensación de soledad
breviven a pesar de lo que les ocurra. asociada a la falta del hermano muerto.
• Si su niño está en el colegio, avíse a la psicóloga o Si el enfermo es un amiguito, los niños deberían
a la profesora. Esto dará oportunidad a sus compa- tener permiso para ir a visitarle y jugar con él de la ma-
ñeros de brindarle consuelo en vez de “tratar de nera que el amigo pueda, o simplemente para estar
distraerlo”. junto a su cama contándole cosas relacionadas con la
Figura 4. El hombre enfermo (Wolfgang Heimbach, 1669). ¡Huérfana!... Esa palabra dolorosa que encierra
todas las infinitas tristezas de la Tierra, 355
frase que no se puede decir si no llorando,
escuela o con la intensa vida infantil. Hasta podrían
ayudar en la atención del enfermo. Ellos podrían enten- entristece tu infancia con su crespón oscuro...
der mejor las necesidades del amigo y harán que sus ¡Para ti este libro, que improvisé pensando
padres lo comprendan. en mi dolor presente y en tu dolor futuro!»
Con mucha frecuencia, es necesario discutir en el
seno de la familia cosas importantes relativas a los cui- Las jóvenes que perdieron a su madre tenían un
dados del enfermo, los problemas técnicos o económi- falso sentido de seguridad. En su corazón albergaban la
cos que conllevan dichos cuidados, aspectos del futuro creencia de que las madres son inmortales, que una
familiar, etc. Los niños quedan fuera de tales conversa- madre nunca abandona a sus hijos pequeños. Esta im-
ciones. Entonces, en muchos casos, se sienten frustra- pensable pérdida se convierte luego en la experiencia
dos, inútiles, se sienten una carga en vez de una ayuda, más profunda e impactante de sus vidas, en el aconteci-
y esto es malo. Será bueno que los niños participen en miento cumbre que determina su futura identidad.
esas juntas familiares y —dependiendo de la edad, por Muestran, además, un impulso casi incontrolable de
supuesto— se les dé tareas que puedan cumplir. Los contarlo, como si este trágico suceso representase el
niños se sienten importantes porque se vuelven útiles. centro de gravedad de su persona, el punto de referen-
Estas responsabilidades pueden ser —y, repito, depen- cia de su paso por el mundo.
diendo de la edad y madurez del niño— desde quedar- Cada día más niños y niñas viven sin la presencia
se acompañando al enfermo hasta darle a tiempo las de una figura paterna. El número de madres solteras y
medicinas o contestar las llamadas telefónicas tomando sin compromiso está aumentando a una velocidad pre-
el recado; cosas así. Los niños son parte integral de la ocupante. En Estados Unidos, por ejemplo, la tasa ha
familia y exigen que se les considere como tales. ascendido del 18% de todos los nacimientos en 1980 al
Si el enfermo en fase terminal es su padre o su ma- 31% en la actualidad. Un tercio de estas madres son
dre, entonces el niño sufrirá muchísimo (Figura 4). menores de 20 años11.
Además de la pérdida irreversible que intuye y que pue- En el caso del varón, la imagen del padre es espe-
de valorar si la edad se lo permite, sufrirá otro tipo de cialmente importante a la hora de aprender a modular
carencia ya presente: aunque esté seguro en su casa, los impulsos agresivos, de formar el concepto de autori-
con su familia y junto al progenitor sano, no se sentirá a dad, de configurar la identidad masculina y de forjar el
salvo. Y esto es sumamente importante. Un ejemplo: un talante de padre futuro. La carencia de figura paterna,
niño seriamente enfermo está más seguro y protegido tangible o simbólica, es precisamente el denominador
común de muchos de los males que hoy afligen a tantos el dolor que causa la muerte de un ser querido.
jóvenes: la desmoralización, la desesperanza hacia el Pueden controlar a los niños para asegurarse de
futuro, la apatía y las tendencias antisociales12. que la pena y el dolor no interfieran en el aprendi-
El niño que pierde a un ser querido (muy especial- zaje y en el desarrollo de éstos. Los orientadores
mente, a la madre) se aflige, se entristece, tiene senti- son una buena fuente de información y de conse-
mientos de pérdida, de ira; se deprime; se siente traicio- jos para los padres.
nado. Si los padres lo amaban tanto, ¿por qué entonces 4. Haga una lista de lo que necesita en casa, qué pro-
lo abandonan ahora? Además de la aflicción presenta blemas tiene, cuáles son las prioridades y con qué
temor, dificultad para dormir, pérdida de apetito, terro- recursos cuenta.
res nocturnos, falta de atención, incumplimiento con 5. Conserve bien definidos los roles de cada uno. Es
las tareas escolares, cambios de conducta, nicturia, frecuente que después de una pérdida, el niño tra-
cambios de costumbres, etc. Si no hay una adecuada te de asumir el papel de quien murió; esto puede
elaboración del duelo, el niño puede sufrir trastornos serle útil para reducir el sentimiento de pérdida,
somáticos y psicológicos13. Y una tremenda sensación pero al mismo tiempo puede comprometer el nor-
de vacío. “Orphanos” no solamente es huérfano, sino mal desarrollo del niño, especialmente durante la
vacío. En efecto, soledad y orfandad son, en último tér- adolescencia. Si esto ocurre, busque la ayuda de
mino, experiencias del vacío. un psicólogo o de un terapeuta familiar.
En estudios realizados con pacientes deprimidos,
se ha encontrado que entre un 27% y un 41% de ellos A todo esto se podrían añadir algunas otras suge-
perdieron a sus padres o a uno de ellos antes de haber rencias recomendadas por U. Markham16:
cumplido los 15 años de edad. Parece que la pérdida de
uno de los padres es un trauma psicológico para el ni- • Su hijo tiene una emotividad en todo semejante a
ño, trauma que es más devastador cuanto menos edad la de usted; en cambio, no dispone todavía de
tenga el niño14. plenos recursos para entender sus propias emo-
El niño afligido puede sentirse culpable de que ciones. Es importante hablarle de la pérdida co-
“sus malas acciones o su desobediencia” causaron la mún y del dolor que sienten todos, para que sepa
muerte del ser querido. La forma más útil de ayudar al que se le comprende. Utilice palabras y frases
niño afligido es acompañarlo y darle soporte continua- adecuadas a la edad de la criatura y a su capaci-
mente, asegurarle que no se le abandonará, que siempre dad de asimilación.
356 tendrá compañía hasta que sea mayor. Buckman acon- • Deje que el niño tome parte en las ceremonias fú-
seja lo siguiente15: nebres, del tipo que sean. Cualquiera que sea la
religión de usted, o aunque no profese ninguna,
1. Demuéstrele a su niño que no lo abandonará, que los ritos son muy útiles para los niños en momen-
siempre estará presente; dígale que usted va a salir tos así, bien se trate de la liturgia oficial de una fe
pero que regresará a determinada hora (y cumpla); institucionalizada, o de un acto sencillo, de liturgia
acompáñele; que su niño sienta que usted está en laica como si dijéramos, como poner una flor en
casa o cerca mientras él juega. Si desea, déjelo que un lugar especial para recordar a la persona falleci-
duerma con usted en su cama o al lado de la suya, da. Sea como fuere, le ayudará a asumir la pérdida
pues los terrores nocturnos son frecuentes. El niño e iniciará el necesario proceso de consuelo.
que se siente abandonado se vuelve vulnerable; • No ahorre medios para evitar que el niño llegue a
puede volverse desconfiado, receloso de entablar creer que la muerte es una especie de castigo del
relaciones; puede distanciarse de la persona a la cielo por algún mal pensamiento o mala acción, ni
que acusa de la separación, y un sufrimiento pro- que él sea responsable en modo alguno, ni que la
fundo de falta de amor. persona desaparecida le haya expresado por este
2. Disponga de tiempo suficiente para estar con su hecho su rechazo.
hijo, que sienta su presencia. No suspenda sus ac- • No aleje a la criatura, salvo si resulta totalmente
tividades normales, pero esté más tiempo con su indispensable, en cuyo caso le explicará lo que
hijo. ocurre y le prometerá que más tarde va a tener su
3. Esté pendiente de cómo va su hijo. Observe si propia “ceremonia” privada. Muchas familias creen
cambia su conducta. Informe y comuníquese con que es mejor que sus hijos se queden con otra per-
los maestros del niño para que lo observen y le sona justo antes de la muerte y en los días poste-
ayuden; para que no lo incomoden. Los maestros riores a ella. Pero los niños sabrán que el ser queri-
pueden ayudar controlando la conducta y el esta- do ha muerto. Al igual que cualquiera de nosotros,
do emocional del niño durante las semanas y los necesitan estar cerca de la familia y compartir con
meses siguientes al deceso y ofrecer orientación y ella su dolor. Los niños que son enviados a otro
comprensión a los niños que se sienten tristes, hogar pueden sentirse abandonados y confundi-
enojados o deprimidos. dos al ser excluidos. El cambio físico de ir a vivir a
Si en el colegio hay un orientador o un psicólogo, un entorno nuevo y menos familiar sólo aumenta
se le deberá comunicar también lo que ha ocurri- el estrés que ya sienten. Y a medida que se vayan
do. Suelen estar preparados para tratar el trauma y haciendo mayores, pueden sentir resentimiento
por habérseles negado la oportunidad de estar con • Negación: “Sólo es un sueño, papá volverá. ¡Lo
la familia y de despedirse de la persona fallecida17. hará!, ¡lo hará!”.
• Nunca hay que tratar de fingir que no ha pasado • Malestar corporal: “Tengo un nudo en la garganta”.
nada, o que el fallecimiento no ha ocurrido, o que • Relaciones hostiles contra el fallecido: “¿Cómo me
su vida no va a cambiar, porque no tardará en per- ha podido hacer esto papá?”.
suadirse de lo contrario. Ocultar los hechos y las • Culpa: “Se puso enfermo porque yo era malo. Yo lo
consecuencias de una muerte en el seno de la fami- maté”.
lia no “protege” realmente a los niños pequeños, • Relaciones hostiles hacia los demás: “Es culpa del
sólo hace que se sientan más asustados y ansiosos. médico. No lo ha tratado bien... Es culpa de Dios”.
• Se debe permitir que la criatura recorra todas las • Sustitución: “Tío Ben, ¿me quieres?, ¿me quieres
fases del duelo, igual que si se tratase de un adulto. de verdad?”.
Es decir, que experimente sucesivamente la pena, • Adopción de los modales del fallecido: “¿Me parez-
el resentimiento, el miedo, la soledad, el rencor, la co a papá?”.
incomprensión, los remordimientos. Ahora ya sa- • Idealización: “¿Cómo te atreves a decir algo contra
be usted que todo eso es normal, pero la criatura papá? Él era perfecto”.
no tiene medio de saberlo, y, por tanto, puede ser • Ansiedad: “Me siento como papá cuando murió.
necesario dialogar con ella para que nos exprese lo Me duele el pecho”.
que siente y poder tranquilizarla. • Pánico: “¿Quién me cuidará ahora? ¿Te imaginas
• Hable con el niño de la muerte en general, principal- que le pasara algo a mamá?”.
mente con el fin de evitar que llegue a creer que es el
resultado inevitable de toda enfermedad o de todo Lo importante es estar atento a estos sentimientos
accidente, lo cual podría hacer de él un ser timorato y ayudar al niño a comprender la situación; animarle
ante la vida en general y, sobre todo, ante los hospi- para que continúe con sus tareas de la vida diaria;
tales, los guardias de tráfico y demás por el estilo. acompañarle en la elaboración del duelo; manifestar los
• Hable de la persona que ha muerto con la mayor propios sentimientos, compartirlos.
naturalidad posible. Que la criatura sepa que el Dice Polombo que el profesional de la salud men-
desaparecido todavía está cerca y nos quiere. Su- tal ha de ser consciente de varias cosas cuando trata con
giérale que puede hablar con él, pero no deje que niños que han perdido a sus padres19:
llegue a pensar que está siendo vigilada en todo
momento. 1. Los niños elaboran el duelo, pero las diferencias en 357
• Supuesto que tenga edad suficiente para compren- la elaboración vienen determinadas por su desa-
der lo que ocurre (por lo general, a partir de los rrollo, tanto cognitivo como emocional.
cuatro años), permita que los niños estén presentes 2. La pérdida de uno de los padres a causa de una
en cualquier ceremonia o misa que se celebre des- muerte es, obviamente, un trauma, pero, en sí mis-
pués, pero explíqueles de antemano en qué van a ma, no necesariamente lleva a una detención del
consistir estos actos y cómo deben comportarse. desarrollo.
• Puesto que no se trata de dar a entender que la 3. Los niños entre cinco y siete años son un grupo
persona fallecida no existió jamás, no se precipite a particularmente vulnerable. Se han desarrollado
retirar de su vivienda o de su conversación todos cognitivamente lo suficiente como para entender
los indicios de su existencia. Pero, una vez más, algunas de las ramificaciones permanentes de la
evite convertir la casa en un “santuario” o conser- muerte, pero tienen una capacidad muy pequeña
varla con aspecto de estar esperando en cualquier para afrontarlo; es decir, sus habilidades persona-
momento el retorno del finado, ya que esto podría les y sociales no han alcanzado un desarrollo sufi-
infundir un gran espanto al niño. ciente que les permita defenderse. El asesor debe-
• A veces el niño pide ver el escenario de la muerte; ría tener en cuenta a este grupo en particular.
si expresa tal deseo, y si es posible, debería conce- 4. También es importante reconocer que el trabajo
dérsele. del duelo puede que no acabe de la misma manera
• Muchos niños se sienten algo culpables cuando se para un niño que para un adulto. El duelo por la
sorprenden a sí mismos jugando o riendo poco pérdida del padre en la infancia se puede revivir en
después de un fallecimiento; hay que tranquilizar- muchos momentos de la vida adulta, cuando lo
los y decirles que eso no es malo, que la vida con- reactivan acontecimientos vitales importantes.
tinúa para ellos y para nosotros, pues ello no signi- Uno de los ejemplos más obvios es cuando el niño
fica que vayamos a olvidar al ausente o que no le alcanza la misma edad que tenía el padre cuando
echemos en falta. murió. Cuando se reactiva este duelo, no necesa-
riamente presagia patología, sino que simplemente
Cuando el niño pierde a un ser querido, presenta es un ejemplo de “elaboración”.
una serie de sentimientos que muchas veces no son 5. Es importante que el profesional de la salud men-
apreciados ni tenidos en cuenta por los adultos. Groll- tal desarrolle enfoques preventivos para los niños
man transcribe algunas de las respuestas típicas de ni- que han perdido a sus padres. Las mismas tareas
ños afligidos18: del duelo que se aplican a los adultos, se aplican
también, obviamente, a un niño, pero estas tareas No debemos olvidar que los niños recuerdan suce-
se han de entender y modificar en términos de su sos de por vida. Hay que ayudarles a crear buenos re-
desarrollo cognitivo, personal, social y emocional. cuerdos en momentos de tristeza, en vez de tratar de
hacer a un lado, descartar u olvidar lo que ha sucedido.
Hoy no cabe duda de que los niños experimentan El proceso del duelo puede durar un año o más. La
el duelo, aunque con algunas particularidades con res- mayoría de niños lo sobrellevan razonablemente bien,
pecto al duelo del adulto. Estas diferencias han sido con periodos de comportamiento normal interrumpi-
descritas por Tizón20 y figuran en la Tabla III. dos por momentos de pena. Sin embargo, a algunos les
La diferencia entre fantasía y realidad es muy in- resulta muy difícil. Habrá que estar atentos a las si-
cierta y oscilante en los niños. Es frecuente que los ni- guientes conductas21:
ños en edad preescolar puedan sentir que su hermano o
su progenitor ha muerto por su culpa, por el mal que le • Llorar en exceso durante largos periodos.
hizo o le deseó en ocasiones, fundamentalmente en su • Rabietas frecuentes y prolongadas.
pensamiento, en su fantasía. La participación en los ri- • Cambios extremos en la conducta.
tos funerarios puede ayudar a que el niño pueda dife- • Cambios patentes en el rendimiento escolar y en
renciar realidad y fantasía. las notas.
• Retraerse durante largos espacios de tiempo.
• Falta de interés por los amigos y por actividades
Tabla III. Los procesos de duelo en los niños que solían gustarle.
difieren de los de los adultos al menos por las
siguientes circunstancias (Tizón, 2004):
• Frecuentes pesadillas y problemas de sueño.
• Frecuentes dolores de cabeza, solos o acompaña-
• La fragilidad o la falta de integración de las defensas
dos de otras dolencias físicas.
de los niños.
• Pérdida de peso.
• Su necesidad de los objetos realmente presentes. • Apatía, insensibilidad y una falta general de interés
• El desarrollo cognitivo, que es menor. por la vida.
• Su inmadurez afectiva. • Pensar negativamente acerca del futuro durante
• Los modos de expresión particulares de los niños (y
mucho tiempo o no interesarse por él.
del duelo en los niños).
Cuando los niños manifiestan estas actitudes o
358 conductas será necesario recurrir a la ayuda de un pro-
fesional, porque pueden indicar la presencia de una
Los niños, además, como nos recuerda Tizón, ne- depresión o de un sentimiento de dolor sin resolver.
cesitan de los objetos realmente presentes, además de los
objetos más o menos introyectados, interiorizados, y
ello es lo que hace más grave, irreparable, profundo,
doloroso y peligroso el duelo en los niños. Participación de los niños en
La capacidad que tienen los niños de entender la los ritos fúnebres
pérdida depende de su desarrollo cognitivo y de sus ex-
periencias anteriores. Las operaciones mentales de los Si el niño quiere acompañarnos al cementerio, se le
niños, sobre todo antes de los ocho o nueve años, están debe permitir, pero se intentará convertir la visita en una
dominadas por el pensamiento concreto y por las ope- oportunidad para recordar lo bueno de la persona des-
raciones concretas, y por ello tienden a asumir las cosas aparecida, antes que un deber penoso. Si no quiere ir, no
literalmente. Así, si a un niño le dicen que alguien “se intente obligarle, ya que ello podría predisponer a pro-
durmió”, el niño esperará a que se despierte; si alguien blemas futuros. Los niños ya mayorcitos expresan a ve-
“se ha perdido”, le buscará, etc. ces el deseo de ir solos, sobre todo si la persona fallecida
Debido a su inmadurez afectiva, los niños no pue- es un progenitor, y debe respetárseles esta necesidad de
den tolerar durante mucho tiempo un dolor intenso, un rato de comunión privada con el desaparecido.
por lo cual suelen alternar los periodos de tristeza y Ésta es una decisión que cada familia debe tomar por
llanto con la risa o el juego. Luego, un suceso aparente- sí misma. Como guía general, a los niños se les debería
mente trivial puede volver a poner en marcha los re- dejar ir a partir de los seis años, si así lo desean. Asistir a
cuerdos y la tristeza. Gracias a esto, que el propio Tizón este tipo de rituales tan importantes con los miembros de
llama “guadiana del duelo”, el niño es capaz de prose- la familia y los amigos, da a los niños una oportunidad
guir la elaboración del suceso durante años. para expresar su dolor, obtener fuerza y apoyo de los de-
Los niños tienen sus modos particulares de expre- más y despedirse del ser amado. Sienten que forman par-
sión, sobre todo a través del juego, los cuentos, los di- te de un grupo que sigue con la vida a pesar de la pérdida,
bujos, etc. En la infancia se da más importancia a la y reciben consuelo y seguridad al estar incluidos en él.
comunicación no verbal que a la verbal. Es bueno que Sin embargo, es importante prepararlos con antela-
los adultos expresen sus propias emociones ante los ni- ción explicándoles lo que ocurrirá y lo que van a ver, oír y
ños, porque de esa manera ellos adquieren la “autoriza- hacer. Hay que decirles si el ataúd estará abierto o cerrado
ción” para expresar las suyas. y explicarles que, posiblemente, mucha gente llorará22.
sí se curaba y que muchas personas iban a cooperar 2. ¿Se siente mal cuando piensa en recuerdos rela-
para ayudar a comprar un aparato muy caro para que cionados con (nombre del fallecido)?
ya no hubiera niños enfermos como yo, pero nunca Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
lo vi. Pocas veces (cada mes) (2)
Aquel 24 de diciembre amanecí muy débil, tanto Algunas veces (cada semana) (3)
que no podía moverme; escuché a mi doctor decirle a Muchas veces (cada día) (4)
mi madre que ya no había nada por hacer... luego sentí Siempre (varias veces al día) (5)
que los brazos de un hombre me tomaron con mucha
fuerza y después unos labios besándome; percibí que 3. ¿Se mantiene pensando que (nombre del falleci-
unas lágrimas mojaron las mejillas al caer sobre mi ros- do) atravesará la puerta de un momento a otro?
tro. Intenté, pero no pude decir ni una sola palabra. Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Entre penumbras distinguí claramente la silueta de mi Pocas veces (cada mes) (2)
padre; sí me reconoció, pero parece que sólo esperaba Algunas veces (cada semana) (3)
su llegada para irme. Muchas veces (cada día) (4)
Compraron una cajita muy sencilla para mi entie- Siempre (varias veces al día) (5)
rro y colocaron sobre ella el uniforme de las “chivas”
que tanto me gustaba. Me di cuenta que tampoco había 4. ¿Le dolió tanto perder a (nombre del fallecido)
ido ningún futbolista, ni los médicos que me atendían, que cree que no podrá soportarlo?
quizás porque era la Navidad. Mi papá ya no pudo re- Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
gresar a Estados Unidos y se quedó a vivir con mi ma- Pocas veces (cada mes) (2)
dre. Yo, desde acá, sigo esperando que el hospital pueda Algunas veces (cada semana) (3)
comprar el equipo que cure el cáncer y salve a todos los Muchas veces (cada día) (4)
niños enfermos.» Siempre (varias veces al día) (5)
The Complicated Grief Website. Prigerson HG, Shear 6. ¿Le gusta visitar lugares que solía visitar con
MK, Jacobs SC, Reynolds CF 3rd, Maciejewski PK, David- (nombre del fallecido)?
son JR, Rosenheck R, Pilkonis PA, Wortman CB, Williams Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
JB, Widiger TA, Frank E, Kupfer DJ, Zisook S.: Consensus Pocas veces (cada mes) (2)
criteria for traumatic grief. A preliminary empirical test., Algunas veces (cada semana) (3)
Br. J. Psychiatry, 174:, 67-73, Jan, 1999. Muchas veces (cada día) (4)
Siempre (varias veces al día) (5)
Con la cumplimentación del inventario, el tera-
peuta puede hacerse una idea del riesgo y de las dificul- 7. ¿Se siente culpable si pasa un buen rato?
tades que puede tener el doliente en la elaboración de Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
su duelo. Pocas veces (cada mes) (2)
Las siguientes preguntas hacen referencia a cómo Algunas veces (cada semana) (3)
se ha sentido desde que alguien cercano falleció. Más de Muchas veces (cada día) (4)
un miembro de la familia puede haber muerto. Si esto Siempre (varias veces al día) (5)
ha sucedido, piense acerca de la pérdida que le ha afec-
tado más y entonces responda las preguntas que apare- 8. ¿Siente rabia por su muerte?
cen a continuación. Por favor, marque con una “X” la Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
respuesta que mejor describe cómo se ha sentido en el Pocas veces (cada mes) (2)
último mes. Algunas veces (cada semana) (3)
Muchas veces (cada día) (4)
1. ¿Ha sido difícil hacer las cosas que normalmen- Siempre (varias veces al día) (5)
te hacía, debido a que piensa mucho en (nom-
bre del fallecido)? 9. ¿Realmente cree que (nombre del fallecido) murió?
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1) No del todo (1)
Pocas veces (cada mes) (2) Un poco (2)
Algunas veces (cada semana) (3) Algunas veces (3)
Muchas veces (cada día) (4) Bastante (4)
Siempre (varias veces al día) (5) Completamente (5)
10. ¿Ha sido difícil confiar en las personas desde Algunas veces (cada semana) (3)
que falleció (nombre del ser querido)? Muchas veces (cada día) (4)
No ha sido difícil (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Un leve sentido de dificultad (2)
Un moderado sentido de dificultad (3) 18. ¿Se siente solo desde que (nombre del falleci-
Un marcado sentido de dificultad (4) do) murió?
Un fuerte sentido de dificultad (5) Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2)
11. ¿Ha sido difícil sentir cerca o cuidar a otros des- Algunas veces (cada semana) (3)
de la muerte de (nombre del fallecido)? Muchas veces (cada día) (4)
No ha sido difícil (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Un leve sentido de dificultad (2)
Un moderado sentido de dificultad (3) 19. ¿Se siente tan seguro de estar a salvo como an-
Un marcado sentido de dificultad (4) tes de que (nombre del fallecido) muriera?
Un fuerte sentido de dificultad (5) Ningún cambio en mi sentido de seguridad (1)
Un ligero sentido de inseguridad (2)
12. ¿En algún momento ha tratado de evitar perso- Un moderado sentido de inseguridad (3)
nas, lugares u otras cosas que le recuerdan que Un marcado sentido de inseguridad (4)
(nombre del fallecido) está muerto? Un fuerte sentido de inseguridad (5)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2) 20. ¿Cree que su tristeza por la muerte de (nombre
Algunas veces (cada semana) (3) del fallecido) interfiere en su forma de hacer las
cosas en el colegio, con sus amigos o en casa?
Muchas veces (cada día) (4)
Ningún problema en hacer las cosas (1)
Siempre (varias veces al día) (5)
Un ligero problema en hacer las cosas (2)
Un moderado problema en hacer las cosas (3)
13. ¿En algún momento ha oído la voz de (nombre
Un marcado problema en hacer las cosas (4)
del fallecido) que le habla?
Completamente incapaz de hacer las cosas (5)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2)
21. ¿Siente que la muerte de (nombre del fallecido)
Algunas veces (cada semana) (3)
362 fue por su culpa?
Muchas veces (cada día) (4)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Siempre (varias veces al día) (5)
Pocas veces (cada mes) (2)
Algunas veces (cada semana) (3)
14. ¿En algún momento ha visto a (nombre del fa-
Muchas veces (cada día) (4)
llecido) como si lo tuviera delante? Siempre (varias veces al día) (5)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2) 22. ¿Piensa siempre en (nombre del fallecido) aun
Algunas veces (cada semana) (3) cuando quiera pensar en otras cosas?
Muchas veces (cada día) (4) Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Siempre (varias veces al día) (5) Pocas veces (cada mes) (2)
Algunas veces (cada semana) (3)
15. ¿Es difícil para usted sentir algo? Muchas veces (cada día) (4)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Pocas veces (cada mes) (2)
Algunas veces (cada semana) (3) 23. ¿Evita hablar de (nombre del fallecido) porque
Muchas veces (cada día) (4) le duele mucho?
Siempre (varias veces al día) (5) Casi nunca (menos de una vez al mes) (1)
Pocas veces (cada mes) (2)
16. ¿Cree que es injusto seguir vivo/a estando Algunas veces (cada semana) (3)
(nombre del fallecido) muerto? Muchas veces (cada día) (4)
Ningún sentido de culpa por sobrevivir (1) Siempre (varias veces al día) (5)
Un ligero sentido de culpa (2)
Un moderado sentido de culpa (3) 24. ¿En quién estaba pensando cuando respondió
Un marcado sentido de culpa (4) estas preguntas?
Un fuerte sentido de culpa (5) En mi mamá (1)
En mi papá (2)
17. ¿En algún momento ha sentido envidia de la En mi hermano/hermana (3)
gente que nunca ha perdido a un ser querido? En el abuelo/abuela (4)
Casi nunca (menos de una vez al mes) (1) En un amigo (1)
Pocas veces (cada mes) (2) En otro (2):
7. Fonnegra de Jaramillo I. De cara a la muerte. México: Editorial 18. Citado por Álvarez Echeverri T. Op. cit., 34.
Andrés Bello, 2001; 246-247. 19. Citado por: Worden JW. El tratamiento del duelo: asesoramiento
8. Ibid., 269-271. psicológico y terapia. Barcelona: Paidós, 1997; 170-171.
9. Rojas Marcos L. Antídotos de la nostalgia. Madrid: Espasa Calpe, 20. Tizón JL. Pérdida, pena, duelo. Barcelona: Paidós, 2004; 236-
1998; 58. 240.
10. Villaespesa F. Libro del Amor y de la Muerte. Barcelona: Bibliote- 21. Kroen WC. Op. cit. 94.
ca Sopena, 1920; 113. 22. Kroen WC. Ibid., 19.
11. Ibid., 61. 23. En: Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-
12. Ibid., 62-63. 1987. (Jiménez JO, ed.). Madrid: Alianza, 2000; 284. 258-260.
13. Álvarez Echeverri T. Cuando los niños se van. Medellín: Editorial 24. Corisco M. Eva Duarte sobrevive a su leyenda. Época 30/12/1996;
Por Hacer, 1990; 33. 618: 24-28.
14. Beck AT, Sethi BB, Tuthill R. Child hood and adult depression. 25. Tagore R. La Fugitiva. Madrid: Alianza Editorial, 1984; 145-146.
Arch Gen Psychiatry, 1963; 9: 129-136. 26. Montoya Carrasquilla J. Op. cit.
15. Buckman R. I do not know what to say. Toronto: Key Porter Bo- 27. Roa G. Clínica del Dolor. Relatos con pacientes terminales. Gua-
oks, 1988; 156-172. dalajara (México): Ediciones Cuéllar, 2003; 25-27.
16. Markham U. Cómo afrontar la muerte de un ser querido. Barce- 28. Montoya Carrasquilla J. Op. cit.
lona: Martínez Roca, 1997; 66-69.
17. Kroen WC. Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un
ser querido. Barcelona: Oniro, 2002; 65.
365
◆ ◆ Objetivos ◆ ◆
Lector que llegas: alumno, o curioso, o quizás “ex- Ha sido frecuente, en nuestro trato coloquial, que
perto”, o simplemente paseante por estas hojas que se
avecinan: no esperes lo esperable. No son los siguientes los padres, y en especial las madres, al dirigirse a sus
capítulos lecciones al uso. Mejor dicho, no son lecciones. vástagos, añadieran habitualmente en sus frases el tér-
Lo más probable que te encuentres, si por aquí te mino “hijo”, y en ocasiones más críticas, el “hijo mío”.
internas, es algo parecido a un laberinto, como el de
aquellos jardines por donde uno se aventuraba, dejándose El poeta cubano Roberto Fernández Retamar (La
perder, en la confianza de que le sería fácil encontrar la Habana, 1930) lo revela en su poema La tarde en el patio
salida. ¡Qué necios los cortesanos que hacían laberintos (de Alabanza, en Alabanzas, conversaciones, 1951-1955).
para divertirse! ¡Qué ingenuos los peregrinos buscando
en el finis terrae la meta del camino! Todo es o elipse o la- En medio del silencio, brota la palabra-madre: hijo.
367
berinto. Recuerdo el poema de Borges:
No esperes que el rigor de tu camino
Los pasos de mi madre
que tercamente se bifurca en otro, anuncian el frescor o la tierna visita
que tercamente se bifurca en otro, del agua, cuando en el patio rozan,
tendrá fin. ido ya el mediodía, y un silencio
* blando desciende, como nube pura.
Me pediste que te explique Sus pasos, sus caricias en el suelo,
qué es el duelo por un hijo. cruzan la estancia clara,
Duelo por un hijo es traen lo dulce y lo suave a la sencilla
la madre que ves reír con otro hijo en el juego; piedra; besan las hojas,
nombrar a solas su nombre y no esperar que el silencio. suben hasta la sorpresa de mi oído.
Duelo por un hijo es
el padre que lo recuerda cada día sin quererlo; Los pasos y mi madre ya están aquí, y de súbito
y esa hora de la noche y de esa cama sin beso. cesa el silencio, y salta la palabra “hijo”.
Duelo por un hijo es
oler su ropa guardada y sentir todo su cuerpo.
Duelo de una madre es
sentir cada vez un vuelco
al parecer que lo oye de regreso del colegio.
Duelo de unos padres es
mirarse y saber que el otro no quiere olvidar un sueño.
Duelo de una madre es
sentir al hijo en su seno
como sin ir a nacer, sino a seguir vivo dentro.
Duelo de unos padres es
sentir que, cuando se abrazan, el hijo late entre ellos.
Qué es el duelo por un hijo
Carlos Cobo*
Este uso se hacía, por extensión, a otros miembros modernas de revelación de dicho inconsciente no son
próximos de la familia o de su intimidad, no siempre más que la actualización de lo que, deseado en pretérito
más jóvenes. Es quizás ésta una expresión sentida de lejano, no ha encontrado las condiciones propicias sino
tradición meridional (“Tu quoque, fili mi!”, que dijo en la actualidad.
Julio César a Bruto al descubrirlo entre los que le apu- Viene esto a cuento de que la figura del hijo, al
ñalaban). Expresión que se hace familiar y espontánea igual que otras, como la de la madre o la del padre, no
cuando los adultos abordan en ciertos momentos a un ha tenido el mismo significado a lo largo de la Historia,
niño aunque no lo conozcan. Este “hijo (mío)” surge sino que ha cambiado con los siglos, dependiendo di-
con mayor sentimiento cuando vemos que es un niño cho significado del arraigo colectivo de la función que
que sufre. Todo niño en desgracia nos evoca la imagen cumple en cada tiempo.
del hijo. Y todo niño que muere se nos muere. Antiguamente, el hijo suponía un elemento im-
Recién muerto su único hijo, con seis años, el es- prescindible de la familia, pero, al mismo tiempo, alea-
critor Francisco Umbral escribe, dirigiéndose al para torio, azaroso; un miembro de supervivencia imprede-
siempre ausente: cible, en general improbable. Prácticamente hasta el
siglo XX, la mortalidad infantil era altísima. Los niños
En los oscuros huertos del frío, un niño me mira, de las familias medievales trabajadoras estaban someti-
de pronto, eleva sus ojos lentos hacia mí, y he descu- dos a multitud de peligros desde el nacimiento, si es
bierto con estremecimiento, hijo, que me miras desde el que no morían en los primeros días o semanas de vida.
fondo de todos los niños. Se podía considerar como superviviente al niño que
El niño, los niños. Todos son mis hijos. Haber sido conseguía llegar a adulto. Por tanto, las familias eran
padre una vez es haberlo sido y seguirlo siendo por los muy procreadoras porque eran muy “enterradoras” de
siglos de los siglos. […] Todos los niños son el mismo infantes.
niño. Por otra parte, se traían vástagos al mundo para
El niño, aquel niño, este niño, mi niño, el más re- que cumplieran un papel predeterminado: en el pueblo
moto niño —todos los niños son el mismo niño, como llano, el de ser pronto una ayuda en casa, un par de
todas las rosas son la misma rosa— […] brazos más para laborar. Y en medios hidalgos, nobles o
reales, para ser heredero de coronas, apellidos y bienes,
Así que el duelo por la muerte de un niño apunta o para mantener y elevar el rango familiar. Por tanto,
primordialmente a la muerte del hijo. Y aquí, otra apos- puede concluirse que el niño no era generalmente en sí
368 tilla. Para los padres, y de nuevo en particular para la mismo un “objeto afectivo”, sino reproductivo con mi-
madre, la muerte de un hijo, sea cual fuere la edad de ras productivas.
éste, es la muerte de su niño. La alta frecuencia de la muerte infantil, en todos
Por otra parte, las madres antiguas (al menos, en los niveles de la escala social de los tiempos pasados,
mi Andalucía) solían exclamar “¡qué lástima de hijo!”, a permitió deducir que la muerte infantil no tuviera una
poco que el hecho que atañera a éste lo dejara en entre- especial relevancia dramática: era lo esperable. Ello
dicho, fuera algo lamentable o divertido. Las madres contribuiría asimismo a no hacer excesiva inversión en
antiguas sentían siempre pena por el hijo y por los ni- los pequeños (ni económica ni afectiva), puesto que no
ños en general, independientemente de su felicidad o estaba garantizada su continuidad, su rentabilidad. Pe-
su desgracia. Para ellas, antes que nada, un niño, cual- ro esto debe ser planteado con cautela y relatividad,
quier niño, era un hijo ya desvalido o propenso a serlo. porque en el ámbito privado e individual el amor al ni-
ño siempre ha existido; otra cosa podría ser en lo social,
aunque también con reservas. La epigrafía funeraria
El niño como arquetipo nos aporta pruebas documentales en este sentido.
distintas e incluso opuestas del niño en la Edad Media. Muchos de esos 369
autores han refutado las tesis que Philippe Ariès mantenía en su libro
L’enfant et la vie familiale sous l’Ancien Régime (1960), y sostienen que en
esos siglos (del V al XV) existían ya no solamente verdaderos e intensos Figura 1. Estela funeraria de una niña (Musée Sainte-Croix, Poitiers, Francia)
afectos por los niños (por ejemplo, de duelo por ellos), sino, más allá de
eso, un auténtico “sentimiento de infancia” y un afán educativo por ella.
La veneración a los Santos Inocentes y la devoción al Niño Jesús, que a los niños son paradigmas de ternura, como vamos a
se inició en los siglos XI-XII, dieron lugar a una especie de redención
de la infancia, que, sin embargo, no impidió su demonización en siglos
ver a continuación.
posteriores, entre las iglesias cristianas más intransigentes, que consi- Cuando el muerto era un niño o un púber, se solía
deraban al niño como el transmisor nato del pecado original. Desde la dejar constancia con toda exactitud de los años, meses
Mitología a la Historia, de todos y cada uno de los siglos tenemos docu- y días que había vivido (tales, el “pedacito de año” de
mentos históricos y literarios que demuestran grandes duelos en padres un lactante; el año y cincuenta días de Visellia Firma;
y madres. Bien es cierto que sólo se dieron a conocer para la posteridad
aquellos que, por razón de la relevancia de sus protagonistas, poseían
los dos inviernos, seis meses y diecinueve días de Ver-
los medios para salir a la luz. duccius Ursulus; los diez años, dos meses y dos días del
“Las edades de defunción en la Antigüedad”, Gozalbes Cra- escolar Petronius), como si se quisiera mostrar no sólo
vioto E., Aljaranda, Revista de Estudios Tarifeños, 2003, 50, 5-8. la parvedad de esa vida, ligera como un soplo, sino
En general, al igual que en la actualidad, se seguían pautas
también la intensidad del recuerdo en cada uno de sus
convencionales para la redacción de las inscripciones fúnebres, que se
cubrían con mayor o menor enjundia y abundancia según el estatus
instantes.
social del difunto. En la era romana el formulario nuclear establecido se Entre los calificativos amorosos que se inscribían
iniciaba con una apelación a los Dioses Manes (Dis M. o D.M.) (espíritus en la lápida del hijo muerto, los más habituales eran:
protectores de los queridos ancestros) y acababa con fórmulas de depo- “Bene merens” (que significa “el que se merece el
sición (H.S.E., Hic Situs Est, “Aquí está enterrado”) e invocación piadosa bien”, “el que se lo merece todo”, el benemérito), que,
(S.T.T.L., Sit Tibi Terra Levis, “Que la tierra te sea leve”), y entremedio
se situaba el nombre y, a veces, la filiación del difunto —la lápida tenía
en el contexto romano, se aplicaba al niño servicial y
de manera primordial una obvia función identificatoria—, y la edad. En obediente que contribuía a la armonía familiar. En los
ocasiones, se añadía el nombre del deudo que dedicaba el epitafio —o más mayores, ese calificativo se sustituía por los de
asumía la construcción o mantenimiento del sepulcro— y algunas otras “piissimo” o “pientissimo”, que aludían a su devoción,
anotaciones más esporádicas. A veces se aludía a alguna cualidad per- veneración y fidelidad a los padres, y a la esperanza
sonal del difunto o se manifestaban sentidas muestras de cariño y aflic-
ción. Pero, por lo común, eran inscripciones breves. La inclusión —no
de futuro que éstos proyectaban sobre él. “Carissimo”
frecuente— de la figuración del fallecido perseguía su mejor identifica-
ción (Panel I, 10). No hay que olvidar que tales sepulcros, cenotafios y con el consiguiente rápido deterioro. Ciertamente, el enterramiento de
estelas no estaban al alcance de cualquier economía; para las débiles, un pariente en un sepulcro con inscripción se consideraba como un
debieron de existir módicas lápidas en madera y quizás en barro, pero consuelo y un respeto hacia los manes.
quería decir un niño queridísimo, y “dulcissimo”, uno Nacida hace poco tempo y Nata breui spatio parto
muy dulce y tierno. Encontramos también estos tér- primeriza en el parto subiecta nec ante
minos, sobre todo el de “piissimo”, aplicado a queri- Ránide comprueba en su testatur busto tritia phata
dos adultos difuntos, hijos mayores y esposos. Otros tumba los tristes hados, Rhan(i)s;
adjetivos hiperbólicos, menos frecuentes, son “flo- aún no había cumplido dos namque bis octonos nondum
veces los ocho años, compleuerat annos,
rens” —con la acepción de floreciente, brillante, res- y raptada fue a la vida por el et rapta es uitae, rapta
plandeciente, pero también implicando la figura poé- puerperio. puerperio.
tica de la muerte en la flor de la vida— e “ingenium” El túmulo de una madre con P(ar)entes tumulus duo
—talento natural que hace sobresalir por encima de dos difuntos en un solo funera in corpore uno,
lo común—. cuerpo, exequias geminas, nunc cinis
exequias gemelas, ahora una unos habet
En algunos epitafios de jóvenes se alababan su sola ceniza posee
aprecio por el estudio y la cultura, con calificativos
como docte puer studiis, por ejemplo. El niño Aurelius
Aurelianus, que murió en Salona a los nueve años, fue Pero igualmente prematura consideraba Cassia
inmortalizado en un magnífico mosaico de pared en Amoena la muerte de su hijo Julio, con 23 años de edad
el que se le representa con una bella faz sonriente, (Panel I, 8).
sentado, vestido con una resplacendiente túnica y En algunos de estos epitafios es el muertito el que,
empuñando un pergamino enrollado, como símbolo en la frase o en los versos inscritos en la estela o lápida,
de poseer conocimiento y reconocimiento. Más pare- se dirige al que pasa junto a ella y se detiene un mo-
ce un maestro que un alumno; a su lado hay el busto mento a leerlos.
de una joven dama sobre un pedestal, que bien po-
dría representar una musa. La inscripción dice: D M / Aquí estoy yo, la pequeña
hic / positus. est / T. Aurelius. Au/relianus / filius / pientis- Sicilia.
Con apenas dos años la cruel
simus / uixit annis. VIIII. (Panel I, 9). Algunas lápidas muerte
Hic ego Siculina, minus bima,
fueron ofrecidas por pedagogos a alumnos a los que crudeli funere opertante
me sepultó bajo la negra tierra.
dedi matri et patri luctum
instruían privadamente en las familias de alto nivel Antes de haber aprendido a
qua bracchia circuídarem,
(Panel I, 7). abrazar
quam grata fuerim matri aut
a mis padres, les llevé la
El tópico más corriente en los epígrafes infantiles patri8.
tristeza.
era el de la temprana llegada de la muerte: la mors inma- Cuán felices podría haberles
370 tura, inuida, improba, animica, acerbae terminis, tempus hecho.
enorme [enorme = contra norma, contra lo esperado],
etc., términos acompañados de verbos como rapere, fe-
rre, etc. El siguiente epitafio se inspira en versos de Virgilio:
Por ejemplo, Annia Salomonula era una bebita
judía que murió con un año, cuatro meses y un día. Aquí estoy a mi corta edad,
aquí yazgo,
Eso es todo lo que sabemos de ella, porque estaba ins- eterno objeto de lágrimas
crito en una lápida funeraria descubierta en Adra (Al- porque un día de pronto,
mería) y hoy desaparecida. Gracias a lo cual los histo- ante los ojos mis padres,
riadores tuvieron en su momento el documento latino les causé amargo duelo.
más antiguo (finales del siglo II y principios del III)
que atestiguaba la presencia de judíos en Hispania, de Entre los hispanos, he aquí estos dos bellísimos y
alto estatus y con derecho a profesar su religión (Panel conmovedores epitafios dedicados a Erotion y a Pontu-
I, Figura 1). leno, escritos por nuestro bilbilitano Marcos Valerio
También se consideraba mors inmatura la que Marcial (40-104 d.C.) y recreados en la actualidad por
acontecía en un joven o una joven, o en una madre ado- el poeta Víctor Botas (Segunda Mano, 1982). En el de
lescente que moría con su feto o recién nacido, al dar a Erotion, eran seguramente los padres de la niña los que
luz. Así se trasluce en este epitafio tusculano (Túsculo, imploraban a sus propios padres o ancestros que cuida-
Lacio, Italia) del siglo I d.C., en memoria de Sulpicia ran de la pequeña para que no tuviera miedo:
Ránide, de 15 años, liberta de Trión, producido por su
patrón, el gobernador de Lusitania, y su esposa. Os encomiendo, padres, a la pequeña Erotion,
que hacía mis delicias, para que
“Dobletes en la epigrafía funeraria latina: materiales para su no sufra, temerosa, ante las negras
estudio”, Isabel Velásquez, Cuadernos de Filología Clásica. Estudios lati- sombras ni me la asuste —pobrecilla—
nos, 1996/11, 77-113. la insólita mirada de Cerbero.
Los epigrafistas estudian minuciosamente y con rigor el sig- A punto estaba
nificado y la versificación de estos epitafios poéticos, lo que a menudo de cumplir seis inviernos. Que, contenta,
es una tarea difícil, pues por lo general han de trabajar con fragmentos juegue en tan venerable compañía,
de texto en trozos de lápidas. Ellos los completan y versionan atendien- balbuciendo mi nombre, como ayer.
do a estrictos criterios métricos, filológicos e históricos. Sin alterar este
sentido, he tratado de dar algún aliento más libre y más poético a estos
conmovedores epitafios de niños y jóvenes. Tombeaux romains. Anthologie d’épitaphes latines, París, 1993.
Y este precioso dístico, rogando el respeto del si- En el siguiente epitafio se transmite la imagen de
lencio: la aleatoriedad de edades de la muerte y la mezcla de
cenizas de dos seres queridos en la misma tumba,
A C. Pontuleno, pues así sucedió con la abuela María y su joven nieta
que vivió cinco años, Eugenia.
once meses y veintinueve días,
de sus padres, Délfico
y Pontulena Prepusa. Aquí unidas en estas tumbas
Hic iunctae saepulchris iacent
Debéis guardar silencio. Se ha dormido yacen María, venerable
Maria uenerabelis
tan dulcemente el Tiempo entre mis manos. por su religiosidad, y su nieta.
religione et eius Eugenia
Pero María prolongó cien
neptes.
años el largo curso de la
sed Maria longum uitae
Tenemos epitafios similares de la familia o gens Pontilie- vida,
cursum centeno consule
murió en los idus de junio.
na, vinculada a la explotación de minas, que se hallaba pre- duxit
Eugenia, con 18 años, perdió
sente en Cartago Nova desde, al menos, principios del siglo obiit d. idus Iamiarias.
la flor de su juventud por la
I. En el siguiente epitafio se produce también la quimera de Eugenia XVIII annos habens
violencia de la dura muerte,
iuuentatitis florem amisit
diálogo entre el difunto y el transeúnte que se acerca a su murió tres días antes de las
durae uiolintia morti,
tumba. Es el de esta muchacha (de la que no consta edad), calendas de junio,
obiitt d. III kalendas Iamiarias
en la primera indicción tras el
datado en la segunda mitad del siglo I, inscrito en un bloque consulado de Justino [año
XII p.c. Iustini indictione
de caliza hallado en Cartago Nova (Cartagena, Murcia), que prima.
552].
exhala, en su brevedad, densa melancolía:
Literalmente, epistelium se traduce como pequeña carta, no- 10 Es epitafio discutido en su autenticidad, pues unas autorida-
tita, mensaje o billete. Pero me acojo a Apuleyo, que le dio algun vez des la sustentan mientras otros la niegan. En todo caso, se halla desapa-
el sentido de composición poética muy corta, que es prácticamente el recido, si bien parece ser que estuvo ”in sepulcro” en la iglesia de Santa
formato de dicho epitafio. Eulalia, en Mérida, datado en el año 549 de la era hispánica.
[(...) tu mismo padre compuso] ambas del latín, que llegan a confundirse (Diccionario etimológico de Ro-
con sus propias manos (¿el epitafio?) del túmulo, oh dulcísimo que Barcia, 1880). La primera viene de “duellum”, que significa pelea,
hijo, forma de “dualis”, que quiere decir dual, entre dos. Al producirse la
[y este] precioso sepulcro cubre tus cenizas. conmutación lingüístico-fonética d-b (frecuente entre los antiguos lati-
Y aunque la pira, consagrada con lágrimas, consumió [también nos), se introdujo la ambigüedad “duellum-bellum” (“bellum” es guerra,
tus huesos], lo bélico), ampliándose, pues, de este modo, el significado de duelo
nunca tu recuerdo con esta inscripción morirá [...] a guerra. La segunda derivación de “duelo” proviene del latín “dolor”,
con la misma significación en castellano: dolor, lástima. En nuestra li-
teratura clásica, se emplea el término duelo como quebranto (“…Dios
Por último quisiera llamar la atención sobre dos borrará de la memoria los duelos pasados…”, Fray Luis de León; “Un
labrador miraba / con duelo su sembrado…”, Samaniego; “...dejando
estelas del tipo de las denominadas “de togado en hor- a la pobre España cargada de duelos y desventuras”, B. L. de Argen-
nacina”. Una es la del aventuradamente llamado “niño sola; “Escuchado he vuestras quejas / con las orejas de un palmo / y a
minero”, que fue hallada en Baños de la Encina (Jaén) y no sentir yo mis duelos / sintiera vuestros trabajos”, Góngora; “…los
que en la actualidad se halla en el Museo Arqueológico duelos con pan son menos”, Cervantes), y así abundantemente. Otra
acepción principal hasta el siglo XIX era la de duelo como combate muy
Nacional (Panel I, 8). En el breve epígrafe, unos espe-
reglamentado entre dos para, mediante las armas, dirimir un agravio
cialistas leen que su nombre es Cuartulus, y otros, que menoscababa gravemente la dignidad personal: “…hallo, según las
Quinto Artulus. Unos descifran una edad de cuatro leyes de duelo, que estáis engañados en teneros por afrentados”, Don
años y otros de nueve. Se halla toscamente esculpido y Quijote dixit. En los antiguos diccionarios, la acepción de duelo como
con el rostro borrado por completo. Viste el sagum cor- manifestación por la muerte de una persona venía con frecuencia en
un tercer lugar, y se entendía principalmente como luto, es decir, como
to típico, porta en la mano derecha el martillo minero, manifestación externa, ritual o ceremonial por la pérdida de un ser, qui-
de mango largo, y en la izquierda una bolsa, cestilla o zá más importante o representativo que querido (“…Y pues yo hago los
linterna. Unos creen que trabajaba en la mina, pues los honores / funerales, despidamos / el duelo”, Bretón de los Herreros). Es
romanos empleaban a muchos niños para su explota- muy reciente la consideración y recentísimo el estudio del duelo como
proceso psíquico desarrollado en la intimidad de los sentimientos de
ción; otros piensan que era un niño esclavo (García y quienes han perdido a un ser querido. Estamos, pues, en los inicios de
Bellido, 1967), y otros se inclinan a pensar que era el una de las vías más finas para abordar un profundo conocimiento del
hijo de un minero (Blanco y Luzón, 1966). Pero ahí ser humano a través de su dolor psíquico y moral.
3.
2. 4.
1.
1. Lápida de la niñita Annia Salomonula – “(An)NIA.SALO(mo) NULA.AN.(norum) I MENS(ium).IIII.DIE(rum).I IVDAEA” - Traduc-
ción: [Aquí yace] Annia Salomonula, de un año cuatro meses y un día - Judía (Lápida hallada en Adra, Almería, datada en los siglos II-III).
2. Lápida encargada por Turpilla para su hijo Pompeyo Tisinauca, de 15 años: “D(iis) M(anibus) S(acrum) POM(peio).TISINAV-
CA.ANN(orum).XV. POM(peia).TVRPILLA.MATER. FILIO.PIISSIMO.F(aciendum).C(uravit). H(ic).S(itus).E(st). S(it) T(ibi) T(erra)
L(evis) (Traducción: “Consagrado a los Dioses Manes. Su madre, Pompeya Turpila, hizo que se lo dedicaran a Pompeyo Tisinauca, su hijo pií-
simo, de 15 años de edad. Aquí yace. Que la tierra te sea leve”). Del asentamiento romano de Melaria, Tarifa, Cádiz. (Investigación de María
Dolores López de la Orden).
3. La madre a la hija de dos años en el epitafio: “Descansa incólume, hija, en morada eterna...” (Bética, Córdoba, siglos I-II).
4. Lápida (siglos I-II, Fuente Tójar, Córdoba) dedicada por Marcos Marcio Próculo a su hija Marcia, de tres años y medio.
373
5. “A los Dioses Manes. 6. Ara con inscripción 7. C(aio).ANNIO HISPA-
[Con] 19 años. Aquí está enterra- funeraria prácticamente idénti- NO
da. Que no te pese la tierra. ca al número 2 de este panel: N ( o n i u s ) . AV C T V S
[Conmuévete,] tú que es- “D.M.S. / L. I.U.L.I.O. AMOE- PAEDAG(ogus)...
tás ahí parado y lees una y otra NO. ANN. XXIII. H.S.E.S. T. D(edit) D(edicavit).
vez la inscripción de mi monu- T.L. CASSIA. AMOENA. FILIO. C. Annio Hispano murió
mento fúnebre, yo [apenas cum- PIISSIMO. FECIT. (Lo dedica entre los 7 y 12 años de edad.
plido] mi décimo octavo año, Cassia Amoena a su hijo Lucio, Hispano significa que era au-
[que fui gozo] de mi queridísima de 23 años, “fallecido prematu- tóctono, probablemente perte-
madre, he perdido mi vida. ramente”. (Siglo I d.C.) (Museo neciente a una familia (gens) de 8. Curiosa escultura de
No sufras [madre], tuve Nacional de Arte Romano, Mé- élite preexistente a la domina- un niño en una hornacina ha-
que morir [así como los frutos], rida) ción romana, lo que se acredi- llada (Baños de la Encina, Jaén).
así también nuestros cuerpos: [o taría por tener un maestro, el Le llaman el “niño minero”. La
maduros] caen o aún [verdes] se paedogogus Auctus, que es quien inscripción reza escuetamente
desprenden”. le dedica la lápida Esto muestra una fórmula al uso: “Quinto Ar-
(Propuesta de traducción, la consideración que tenía por tulus [o Cuartulus], de cuatro
Rocío Carande Herrero y Con- su alumno. Instruir a hijos de [según otros, nueve] años de
cepción Fernández Martínez) las familias ilustres era un orgu- edad, que la tierra te sea leve”,
llo para esos maestros. sin ninguna mención familiar
ni de duelo.
Necrópolis descubierta en
el año 2004, en el Vaticano, de
9.a) Curioso y magnífico los siglos I-III a.C. Pertenecien-
mosaico funerario de pared que te a clases medias y bajas, sec-
recibió el niño T. Aurelius Au- tor de población de la que ape-
relianus, de nueve años, en ho- 9.b) La niña C. Anula en nas se tenían muestras de ar-
menaje (siglo III a.C., Museo su hornacina, acompañada del 10. Restos de la tumba queología funeraria de Roma.
Arqueológico de Split, Cro- conejillo y el gorrión, sus dos de un niño romano con su efi-
acia). amiguitos y acompañantes. gie.
hijo, al que se puede querer de muy distintas maneras Abrázame, mi bien, se nos ha muerto
(y, como veremos, también aborrecer, incluso no-querer, el fruto del amor;
pero, aun así, este no-querer se confronta siempre con abrázame, el deseo está a cubierto
un tener-que-haber-querido, y no sin fuerte ambivalencia en surco de dolor.
y culpa).
Sobre la huesa de ese bien perdido
El poema 17 de la Sexta Poesía Vertical, del poeta
argentino Roberto Juarroz (1925-1995), dice: que se fue a todo ir,
la cuna rodará del bien nacido,
Miro un árbol. del que está por venir.
Tú miras lejos cualquier cosa. Trueca en cantar los ayes de tu llanto,
Pero yo sé que si no mirara este árbol la muerte dormirá;
tú lo mirarías por mí rima en endecha tu tenaz quebranto,
y tú sabes que si no miraras lo que miras la vida tornará.
yo lo miraría por ti. […]
Ya no nos basta
mirar cada uno con el otro. Igual hace el poeta Altolaguirre, como veremos; y
Hemos logrado también Miguel Hernández teme el desvarío de su mu-
que si uno de los dos falta, jer, cuando le dice en versos del Cancionero y romancero
el otro mire de ausencias, tras la muerte de su primer hijo (con diez
lo que uno tendría que mirar. meses de edad, en octubre de 1938):
Sólo necesitamos ahora […]
fundar una mirada que mire por los dos Mujer arrinconada: mira que ya es de día.
lo que ambos deberíamos mirar (¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
cuando no estemos ya en ninguna parte. Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mía,
la noche continúa cayendo desolada.
Señala el poema que esa mirada (mirada que mira
por el otro) se hace insuficiente, y debe conjugarse, y Como comprobaremos más adelante, estos temo-
esa conjugación de las dos hacia el mundo es el hijo.
res de quiebra de la pareja no se cumplen en general, al
374 Tener un hijo es sentir que hay dos miradas que en él
menos por esta causa.
convergen, se funden y fundan una nueva mirada, mi-
rada del niño-hijo, que se busca a su vez en las de ori-
gen12. ¿No es llamativa la tensa intensidad con la que el
Los padres “huérfanos”
pequeño escruta a menudo el rostro de la madre o del
padre, como para reconocerse en ellos?
Las dos únicas denominaciones que reconoce el
lenguaje de la cultura occidental para la situación de
pérdida de un miembro de la familia son las de orfan-
La “desfructificación”
dad y viudedad, probablemente porque ambas circuns-
tancias conllevan una desprotección material de sus
Pero cuando falta el hijo o cuando muere, sienten
los padres deshecha esa mirada convergente, destruida afectados, implicando medidas de ayuda, subsidios,
o ausente, y la pareja teme por su continuidad. Se pro- pensiones, etc. No se tiene en cuenta el dolor afectivo,
duce un descalabro en la esperanza de la vida, profunda el desequilibrio emocional y relacional que suele gene-
injusticia, en esa díada desfructificada. Como la helada rar en los padres la muerte de un hijo. No hay nombre
acaba con la cosecha, deteriorándola en el mismo árbol, para revelar el estado en que quedan14. Y tampoco se ha
o como el rayo que al árbol siega y parte en dos. producido en esos casos la extrapolación o extensión de
Cuando murió Raimundín, su muy querido hijo significado que se engendra en la evolución del lengua-
deficiente físico y psíquico, a los seis años de edad je para adaptarse a la realidad social, y considerar la
(1902), Miguel de Unamuno (1864-1936) escribió un orfandad en sentido reversible, de modo que tanto sería
poema (En la muerte de un hijo13, publicado en 1907), di- huérfano el hijo que pierde a un padre como el padre
rigido a su esposa, Concha, que se hallaba embarazada, que pierde a un hijo. Podría esto ir en la línea antes se-
apremiándola (por muy dulcemente que fuera) a abando- ñalada de la escasa importancia que tenía antiguamente
nar el duelo por el muerto para cantar a la nueva vida: la muerte de un niño concreto. Pero también hay que
tener en cuenta que el reconocimiento de duelo como
12
No es lo mismo crear que fundar. Crear es hacer, dar materia
y forma externa a la obra. Fundar es infundirle espíritu, darle un funda- 14 Sí existe en hebreo el término “shjol” para referirse a la pér-
mento y medios para su continuidad y desarrollo, es decir, esperanza. dida por muerte de los hijos. Se denomina “hore shakul” al padre que
Como tampoco es igual engendrar que crear o fabricar. Engendrar re- sufrió la muerte de un hijo, al padre “huérfano”. La palabra aparece en
quiere un proceso interno, un tiempo propio, salido naturalmente (lo la Biblia (en el libro de Jeremías), se halla en los textos hebreos medie-
que no significa fácilmente) de la entraña. vales y la utilizan algunos escritores judíos contemporáneos, como el
13
Hay un poema con igual título, escrito en 1902 (ver página 423). gran poeta Jaim Najman Bialik (1873-1934).
proceso psíquico complejo, pero normal, es muy re- aunque en ambas se den reacciones de negación, depre-
ciente. Basta recordar que duelo era hasta el mismo si- sión, cólera y aceptación, nada es lo mismo cuando en
glo XX casi unívocamente el nombre de un desafío en un caso el final es la propia muerte y en el otro no.
defensa de lo que entonces se tenía por honor, sobre En todas esas clasificaciones hay la compulsión a
todo en combate armado de un agraviado y un agravia- simplificar, a escenificar la experiencia del duelo como
dor; o, más recientemente, un debate que enfrenta a un desarrollo cerrado. Tal como en una obra de teatro,
dos sujetos en posiciones contrarias (véase esta acep- se la enroca en tres partes: la primera, de exposición (el
ción como desarrollo en la nota 11). shock del momento de la pérdida, la realidad confusa y
la rotunda presencia del ausente); la segunda, o nudo
(toda la peripecia de reacciones y sentimientos desen-
cadenados), y la tercera, el desenlace. Lo que más lla-
CLÍNICA DEL DUELO ma la atención es el hecho de que el desenlace se deno-
mina invariablemente en clave de “re”, como recupera-
En el estudio de la clínica del duelo tendremos en ción, restablecimiento, reorganización, restitución, re-
cuenta, entre otros, estos puntos que suscitan críticas o ajuste; o sus sinónimos, aceptación, conclusión, etc.,
posiciones diferentes: 1) la consideración del duelo que significan en general la superación del duelo. Pero
como un proceso por etapas; 2) el habitual enfoque esta superación evoca o confirma a menudo, más o
como proceso exclusivamente afectivo; 3) el problemá- menos sutilmente, una anulación o neutralización del
tico encuadre dentro de la psiquiatría, y la ambigüedad afecto o relación con el difunto; su irrealidad actual
introducida por términos como duelo “complicado” y contamina la realidad de su pasado y origina su arrum-
duelo “patológico”, y 5) la distinción entre aflicción bamiento en algún lugar postergado del imaginario, su
por la pérdida del ser querido y la elaboración de la conversión en fantasma o en sueño, es decir, en alguien
pérdida. que parece no haber existido nunca, y que de hecho así
termina si no accede a la condición de pervivencia en
el deudo.
Las etapas del duelo Al hacer un recorrido por un cierto número de
esas clasificaciones, constatamos la coincidencia de
Fue Freud el primero en haber abordado el proce- muchas de ellas, con diferencias del número de etapas,
so psíquico propio y diferencial que interviene en el de matices, de denominaciones distintas para el mismo
duelo (Aflicción [Duelo] y Melancolía, 1917). fenómeno o de énfasis en unos elementos u otros. Pero 375
Tras el de Freud, es seguramente el de Bowlby el casi todos esos elementos se hallan contenidos explíci-
estudio psicológicamente más fundamentado y cohe- ta o implícitamente en la práctica totalidad de esas
rente sobre el duelo, porque entra de lleno en su teoría descripciones.
del apego. Según este autor, el duelo por la pérdida de En cuanto a la primera etapa, encontramos: con-
un ser querido, cualquiera que sea la edad del que lo moción, problemas somáticos e incredulidad, (Erich
sufre, le remite a la angustia de separación que experi- Lindemann, 1944, con orientación psicoanalítica)15;
menta todo niño cuando se rompe o se pone en entredi- embotamiento de la sensibilidad, aturdimiento, protes-
cho el vínculo afectivo temprano que establece con la ta (John Bowlby, 1961, 1970) 16; negación y aislamiento
figura materna. (Elisabeth Kübler-Ross, 196917), alarma, aturdimiento
La consideración del duelo como un proceso psí- (C. M Parkes, 1972, 1975)18; shock, estupor y negación,
quico es reciente, y esa entidad se ha configurado como con rechazo o evitación, es decir, con el deseo de eva-
tal a partir de su descripción en etapas hace algo más de dirse de la realidad como en el terreno simbólico (The-
sesenta años. Desde que Lindemann describió en 1944 resa A. Rando, 1984, 1988)19; lamentación y protesta,
el duelo en etapas (él refirió tres: de conmoción e incre-
dulidad, de dolor agudo y de resolución), las clasifica- 15 .Symptomatology and management of acute grief. Lindemann E.
ciones del mismo se han multiplicado en ese sentido. American Journal of Psychiatry, 1944, 101: 141-148.
16 Process of mourning. Bowlby J. International Journal of Psy-
Ha sido la célebre Elisabeth Kübler-Ross (1926-
choanalysis 42, 317-340, 1961, 5.
2004), psiquiatra suiza afincada en Estados Unidos, la Separation and loss within the family. Bowlby J. y Parkes C.M. In:
que ha conseguido divulgar el fenómeno del duelo y la The Child in his family (Anthony EJ, ed.). New York, 197-216, 1970.
conciencia de muerte, tan ausente en nuestro tiempo, y 17 On Death and Dying. Kübler-Ross E. New York: Macmillan
popularizar las cinco etapas que ella describió en aque- Pub. Co, 1969.
18 The effects of bereavement on physical and mental health: A study
llas personas que, diagnosticadas de enfermedad mor-
of case-records of widows. Parkes CM. British Medical Journal 2: 274-
tal, deben enfrentase a la angustia de su propio final 279, 1964.
anunciado. La primera de esas etapas era la negación de Recovery from bereavement. Parkes CM, Weiss RS. New York,
la muerte y el aislamiento; la segunda, la ira en general; 1983.
la tercera, el pacto con la muerte; la cuarta, la depre- Death and bereavement across cultures. Parkes CM, Laungani P,
sión, y la quinta, la aceptación. Luego se reconsideraron Young B. (eds.). London, 1997.
19 An investigation of grief and adaptation in parents whose children
esas etapas con respecto al duelo propiamente dicho, have died from cancer. Rando TA. Journal of Pediatric Psychology, 8:3-
estableciéndose similitudes entre ambas situaciones, si 20, 1983.
bien hay que ser cautos en dicha asimilación, porque, Grief, Dying and Death. Rando TA. Illinois, 1984.
aislamiento (Mardi J. Horowitz, 1993)20; evitación paso a la progresiva imposición de la realidad, en la cual
(Neimeyer, 2002); regresión (en el enfoque psicodiná- el doliente comprende que ha de ubicar a su ser perdi-
mico que aquí proponemos), etc. Estas diferentes for- do en una realidad distinta, la interior, y ha de ir cons-
mulaciones convergen en significar una defensa del truyendo con él una relación muy diferente a la que te-
doliente contra la destrucción física o psíquica que tal nía hasta entonces, una vinculación inmaterial, que con
trauma podría originarle. A menudo, aquél experimen- gran frecuencia se siente como una fuerza interior, in-
ta la sensación de estar ausente de sí mismo, actuando traluminosa, positiva (lo que hemos denominado pervi-
de forma automática. Esos a modo de barrera, automa- vencia, y que veremos más adelante). Este descubri-
tismo o nube, que al principio le protegen totalmente miento es fundamental en el doliente. Y asimismo lo es
de la cruda realidad, van cediendo o despejándose poco interiorizar sobre la marcha que ninguna otra relación
a poco, permitiendo el acceso progresivo al reconoci- sustituirá a la amorosa que tuvo con su ser desapareci-
miento de la realidad del doloroso suceso. do, y que ninguna relación, nueva o antigua, suple es-
En una segunda etapa, y como consecuencia de la pacio sino que tiene el propio. Le tranquiliza, pues, so-
remisión de la anterior, aparecerían preocupaciones re- bremanera comprobar que guarda fidelidad al ser per-
lacionadas con la imagen del fallecido, culpa, reaccio- dido, desecha la culpa de traición y mantiene viva su
nes hostiles, pérdida de los hábitos de conducta (Linde- capacidad de seguir amando. En general, se entiende
mann); rabia, ira (Kübler-Ross); languidez, búsqueda que, si no se llega a esta última etapa, el duelo se queda
del ser perdido, ira, culpa (Parkes); añoranza y búsque- fijado, atascado en alguna de las anteriores, o permane-
da, para después caer en desorganización, desesperanza ce peligrosamente reprimido.
y depresión (Bowlby); fase de confrontación, con dolor
intenso e ira (Rando); intrusión o invasión de recuerdos
insufribles (Horowitz), etc. Los autores vienen a descri- El “etapismo”
bir, de una manera u otra, la intensidad con la que el
doliente echa de menos al ser querido, su necesidad de El “etapismo” ha calado en los profesionales y en la
recuperarlo, revivirlo, reencontrarlo. Y, al mismo tiem- población porque es un enfoque aparentemente muy
po, su confrontación con la imposibilidad de hacerlo. claro y delimitador. Pero es muy arriesgado para quien
Hay visiones y sueños con él. Son terribles los desperta- sufre el duelo porque marcar hitos con etapas podría
res de las mañanas. Se repasa la vida del difunto, lo que dar lugar a sobreentender que todo proceso que no siga
se hizo con él y lo que no se hizo, las oportunidades linealmente esa sucesión no sería normal o quedaría
376 desaprovechadas, qué se hizo bien y qué se hizo mal, el fuera de lo que trata de enmarcar, y por tanto entraría
amor y el cariño no demostrados... Se añaden las du- en la no-normalidad. Desde que los dolientes hacen oír
das: los “por qué” y los “y si hubiera...”. La emergencia colectivamente su voz se conocen sus críticas a esa li-
incontrolable en la conciencia de imágenes y recuerdos nealidad reduccionista y encorsetadora.
de la muerte del ser querido (la intrusión) tomaría la El 10 de enero de 2007, Magda escribió en un foro:
forma psicotraumática, que ha llevado a Horowitz a
considerar esta situación como una etapa del duelo (la El 28 de septiembre hará seis años. Eduardo tenía
tercera para él), pero que, de ser específica e intensa, se 19, iba a cumplir los 20 el 7 de octubre. Eduardo era
desgajaría del duelo, en mi opinión, para convertirse mi hijo mayor, con él aprendí a ser madre, con él
ella misma en un cuadro clínico específico, el de tras- aprendí que cuando eres madre ya jamás dejas de ser-
torno por estrés traumático. Encontrar alguna razón lo. Aquella lluviosa tarde de otoño, aquella resbaladiza
que explicara racionalmente la muerte del ser querido carretera se llevó a mi hijo para siempre. El duelo es
evitaría o contrarrestaría el pánico a padecer nuevas horrible, pero más horrible es que se empeñen en po-
pérdidas; si no, sería evidente hallarse a merced del nerle fases y fin. Mi duelo se supone que ha terminado.
azar. Porque sentir la vida como una sucesión de pérdi- Mi vida sigue. He vuelto a sonreír, a reír. Llevo una vi-
das pasadas e imprevisión de las venideras aumenta la da normal. Mi cabeza está bien. Perdí a mi hijo mayor
impresión de inseguridad existencial, que lleva a la au- y todo es normal... ¿Alguien que haya perdido un hijo
topercepción de gran vulnerabilidad y a la identifica- puede creerlo? Mi respuesta es no. Lloro cuando estoy
ción con el difunto. Alternan los momentos mejores y sola y me apetece llorar. Sueño con volver a ver a mi
los muy malos. Tristeza, pena, llanto. La frustración ge- hijo algún día. Imagino cómo sería su vida al ver a sus
nera alternativamente rabia y culpa... amigos. Sufro en silencio. Me he acostumbrado a vivir
La última etapa es la que antes denominaba etapa con la compañía de la pérdida de mi hijo, no sin mi
“en re”: resolución (Lindemann), reorganización (Bowl- hijo... Tal vez sea ésta la última fase del duelo.
by), restablecimiento de una nueva identidad (Rando),
completitud (Horowitz). Es considerada como el tiem- Por otra parte, las etapas implican en su misma
po de elaboración o “trabajo del duelo”. Al despejarse la concepción un carácter impuesto, como si su aparición
conciencia de la intensa sobrecarga emocional, se da y desarrollo acontecieran sobre un sujeto pasivo que no
hace sino dejar que transcurran y que se cumplan, o
20 Pathological grief: An intensive case study. Horowitz MJ, Stinson bien dicho sujeto actúa negativamente, interfiriéndolas
CH, Fridhandler B, Ewert M, Milbrath C, Redington D. Psychiatry. 56: o impidiendo su sucesión, con lo cual daría lugar a defi-
356-374, 1993. ciencias o fijaciones anormales en el desarrollo. Por ello,
he preferido considerar como movimientos a esas oleadas deración de la particularidad de la incidencia de los
y a la gran diversidad de reacciones —amalgamadas a factores fisiológicos, psicológicos y sociales que se dan
menudo o en ciertos momentos— que aparecen o pue- en cada doliente con su duelo (Rando, 1983).
den aparecer en un duelo, unas en forma más dominan- Desdeñando la línea psicoanalítica de Freud, cuyo
te que otras, y cuya presentación puede ser oscilante, criterio era que el duelo sigue y debe seguir su proceso
aparecer, desaparecer y reaparecer, o quedar solapadas, espontáneo de elaboración y autogestión, estas escuelas
o producirse antes las que se suponen que deberían ser que acabo de mencionar consideran que es difícil, sobre
después, etc. Lo que sí se manifiesta claramente, en ge- todo en determinadas circunstancias, que el doliente
neral, es la existencia de dos periodos: uno agudo, con supere el duele sólo por sí mismo, y que requerirá ayu-
una duración habitual de semanas o de algunos meses, da especializada.
durante el cual tienen lugar las manifestaciones más evi- Así, se ha impuesto por parte de algunos autores
dentes con respecto a la pérdida, seguido de otro perio- (James William Worden21, Theresa A. Rando, R. Neime-
do mucho más silencioso e invisible, de duración inde- yer22) la idea de que la evolución del duelo no es un
terminada, y con expresiones cuya relación con el duelo proceso pasivo, que sucede autónoma y espontánea-
no es aparente. También creo que hay diferentes tipos de mente, sino que requiere unas “tareas”, un esfuerzo
duelos, e incluso el pre-duelo, sin que ello signifique que personalizado del doliente. Critican el sistema de etapas
el doliente quede necesariamente encerrado en un tipo en la medida en que son meramente descriptivas y no
determinado, sino que, por el contrario, todos ellos pue- ofrecen ninguna salida a los dolientes. Para Worden
den movilizarse, dentro de una consideración dinámica (1982), por ejemplo, dichas tareas son: aceptar la reali-
y no taxonómica. En psicología evolutiva, los procesos dad y experimentar el dolor de la pérdida del ser queri-
no son rígidos, sino abiertos, dinámicos, creando y re- do, adaptarse al medio ya sin él, y retirar la energía
modelando estructuras en su devenir. Esto evoca la línea emocional que estaba vinculada a él e invertirla en otros
piagetiana en su investigación sobre el fundamento de la intereses o relaciones (en algún planteamiento huma-
epistemología en el desarrollo del pensamiento infantil. nista-religioso, esto ha sido definido como “transforma-
Por otra parte, experiencias vitales tan removedoras co- ción saludable de nuestra energía vital”)23. En Worden,
mo el duelo ponen en cuestión los equilibrios persona- como en otros que comparten sus puntos de vista, que-
les y obligan a recomposiciones. Ahora bien, esa recom- da de manifiesto el carácter netamente directivo y ope-
posición puede hacerse básicamente de dos formas: 1)
rativo, casi bursátil, de las tareas propuestas, mediante
luchando por volver a funcionar como antes, y quizá no
una técnica de canalización de sentimientos y reaccio-
tanto a ser como antes (porque la experiencia dolorosa 377
nes. No se trata, por tanto, de la fase final de una evolu-
es inolvidable e irrebatible, aunque se reprima, y ha de-
ción natural del duelo, como se deduce del enfoque del
rrumbado esquemas fundamentales del funcionamiento
duelo por fases, sino de una intervención activa de
de la persona afectada), y 2) cambiando la manera de
adaptación social presentada como terapéutica.
ver la vida y/o de vivir. La primera es una lucha conser-
El psicólogo norteamericano Robert A. Neimeyer,
vadora y la segunda es renovadora. Están, creo, por in-
director de Psicoterapia en el Departamento de Psico-
vestigar cómo y por qué motivaciones se emprende una
logía de la Universidad de Memphis y director de la
u otra vía ante hechos que, como la pérdida, sacuden de
revista internacional Death Studies, es uno de los auto-
raíz al ser humano.
res más representativos de entre los que aplican el en-
foque constructivista para encarar el duelo (Figura 2).
La resignificación
Muchos estudios han determinado la diferencia de
evolución entre los duelos por muertes violentas y los
Sobre todo en los últimos tiempos, otras corrientes que se derivan de largos procesos terminales. En aqué-
de pensamiento psicológico y social se han interesado llos hay gran dificultad para asumir la pérdida del ser
por incorporar el duelo en su haber. Así sucede con el querido, mientras que en éstos existe la posibilidad de
cognitivismo, el constructivismo, el gestaltismo y la teoría anticipar la pérdida y, en cierto modo, de justificarla
sistémica, que incluyen conocimientos sociológicos, an- por la enfermedad. Se llega a la conclusión de que la
tropológicos y de la etología, y cuyas posiciones en el capacidad de hallar un sentido a esta experiencia se
duelo son intervencionistas. Introduciendo conocimien- relaciona con una evolución positiva del duelo, mien-
tos antropológicos, aprovechan y utilizan —curiosamen- tras que la imposibilidad de hacerlo se asocia con los
te— en sus procedimientos “terapéuticos” prácticas ritua- duelos crónicos, intensos o los denominados “compli-
les, y yo diría que incluso mágicas, de pueblos primitivos, cados”. Neimeyer, como otros, considera que la muerte
como veremos en el capítulo sobre la Consolatoria. de un ser querido supone una pérdida de sentido en la
De modo que, a partir de los años ochenta del pa- historia personal que cada uno elabora de sí mismo; es,
sado siglo, aparece mayor interés por las tareas de ela-
21 Grief. Counselling and grief therapy: A handbook for the mental
boración del duelo que por abundar en la descripción o
profundización de las etapas, aunque, al igual que los health practitioner. Worden JW. New York, 1982.
22 Lessons of Loss. Neimeyer RA, Florida, 2000.
enfoques tradicionales, reconocen la necesidad de que 23 Los procesos de duelo ante pérdidas significativas. María Antonia
el doliente acepte la realidad de la pérdida y deje aflorar Plaxats. Ponencia presentada en las Jornadas sobre el Amor y la Muerte,
el dolor que le ocasiona. Además, introducen la consi- celebradas en Valencia del 26 al 28 de octubre de 2001.
rara vez se da tras los primeros dos o tres meses26. La ciones anímicas de fenomenología normal en forma y
duración del duelo ‘normal’ varía considerablemente contenido, pero con una duración mayor de seis me-
entre diferentes grupos subculturales”. ses, son diagnosticadas como “reacción depresiva pro-
En la última versión de DSM-IV-TR (2000), el con- longada”. En este caso, la CIE-10 amplía, con respecto
cepto del duelo apenas difiere del planteado en la ante- al DSM-IV, la fenomenología del duelo, al adoptar no
rior edición y lo sitúa prácticamente lo mismo, en el sólo las formas sintomáticas depresivas, sino también
capítulo de los “problemas adicionales que pueden ser las comportamentales. El DSM-IV apunta, por su lado,
objeto de atención clínica” (con la clave V62.82), y lo que sería más correcto diagnosticar duelo en lugar de
sigue considerando una reacción normal. Continúa es- trastorno adaptativo cuando se da una reacción espe-
timando que la duración y las manifestaciones de un rable a la muerte de un ser querido. Y, por el contra-
duelo “normal” son muy variables según los grupos rio, sería más adecuado el diagnóstico de trastorno
culturales, y, aunque sus síntomas pueden ser los carac- adaptativo si la reacción excede o se prolonga más de
terísticos de un episodio de depresión mayor, los afecta- lo que cabría esperar.
dos los valoran como algo normal, no siendo, entonces, Salta a la vista lo abigarrado y heterogéneo de todo
procedente emitir el diagnóstico de depresión. Por el esto, lo cual no es sino el reflejo de la dificultad para
contrario, y aun en contradicción con la aleatoriedad situar el duelo en la nosología psiquiátrica, que es lo
cultural aducida inmediatamente antes, en esta versión que quiero demostrar.
se establece de forma taxativa que se hará el diagnóstico En este tiempo actual, extremoso de generalizacio-
de depresión si tales síntomas se mantienen dos meses nes (y dado, por tanto, a la simplificación), se ha puesto
después de la pérdida afectiva. Según este protocolo, de moda el diagnóstico de síndrome de estrés postraumá-
ciertas características orientarían para valorar ya algu- tico para muchos cuadros de gran ansiedad desencade-
nas reacciones del duelo como síntomas de depresión, nados por accidentes, traumas y otras desgracias de la
que estudiaremos enseguida. vida, y, entre ellos, el duelo.
Por su parte, la Clasificación Internacional de las Se tiene la impresión de que los expertos, reunidos
Enfermedades (CIE-10)27, en su apartado de enferme- periódicamente para actualizar las clasificaciones de
dades mentales, en cuanto al duelo, se refiere, por un enfermedades, no saben muy bien cómo situar el tema
lado, a “reacciones normales del mismo, apropiadas a humano del duelo en el marco de la psicopatología. Por
la cultura del individuo y que normalmente no excede ello, queda, lógicamente, muy indefinido y relativizado
los seis meses”, no anotándolo, pues, como trastorno, por criterios imprecisos de normalidad/anormalidad,
sino dentro del cajón de sastre de “procesos frecuente- intensidad, duración, cultura, etc. Pero, en fin, como es 379
mente asociados con trastornos mentales y del com- lógico, estas clasificaciones estadísticas están limitadas
portamiento”, de una de estas maneras: 1) indicando por su principal objetivo, que es el de calzar los diag-
simplemente el factor desencadenante, es decir, por nósticos. De todos modos, debemos reparar en que la
“desaparición o muerte de un miembro de la familia” clasificación americana habla de duelo “normal”, ano-
(con el código Z63.4), pero ignorando el duelo por tando el término normal entre comillas, es decir, con
otras personas significativas, aunque no pertenezcan sutileza y cautela, y en ningún momento hace mención
al ámbito familiar; 2) integrándolo en un grupo de de duelo patológico, sino de trastorno depresivo, cuan-
casos que llegan a consultar por recomendación médi- do un duelo deja de ser “normal”.
ca, para seguimiento o para ser aconsejados, y 3) co- Pero si bajamos a ras de tierra, en la práctica clíni-
mo reacción de estrés, sin más. Y, por otro lado, codi- ca se distinguen simplistamente dos tipos de duelo: el
fica como “trastorno adaptativo” (F43.2) aquellas re- normal y el patológico. En la literatura del duelo se em-
acciones de duelo que, por su forma o contenido, se plea con frecuencia el concepto de duelo complicado,
consideren anormales, en registros anímicos y emo- que, aunque podría ser una variedad del duelo (nor-
cionales diversos, como depresión, ansiedad, altera- mal), en realidad se asimila al duelo patológico.
ciones disociales o del comportamiento (por ejemplo, Creo que, de hecho, psiquiatras y psicólogos clí-
conductas agresivas de adolescentes reactivas al due- nicos experimentados tienden muchas veces a catego-
lo), u otras características más inespecíficas, como rizar patológicamente el duelo cuando la intensidad y
preocupación, tensión, ira, etc. Incluso aquellas reac- la duración van más allá de lo que personalmente28
creen que debería ser, puesto que, por otra parte, co-
26 Mi experiencia clínica no es ésa. Puede ser que, en efecto, mo hemos visto, los criterios oficiales son poco con-
en el duelo tardío no aparezca en general la primera reacción de shock vincentes. Por ejemplo, el tiempo que debe durar un
(caso que también se da), pero en no pocas ocasiones el duelo queda duelo (esos dos meses para unos y seis meses para
larvado durante años y emerge al cabo de ellos con toda su intensidad.
Otras veces el duelo queda oculto bajo una causa a la que se atribuye
otros)29. O hasta dónde puede/debe llegar su intensi-
el cuadro aflictivo o conductual, pero, al ahondar en éste, surge con
toda claridad. 28 Cuando digo “personalmente” me refiero al hecho de que
27 Ambas clasificaciones (DSM y CIE) comparten la misma fi- hay situaciones en la psiquiatría donde interviene (influye o interfiere)
losofía de consenso y son casi paralelas. El objetivo de codificación ho- especialmente la experiencia vital y emocional del profesional en el re-
mogénea internacional, tratando de sortear las diversas y beligerantes sultado de su exploración y diagnóstico.
teorías etiológicas de la psiquiatría, a cambio de hacerlas operativas, 29 Duelo, luto y el sentimiento de pérdida. Kaplan H, Sadock B. In:
empobrece los diagnósticos, y con frecuencia los radicaliza o, por el Sinopsis de Psiquiatría; Ciencias de la Conducta - Psiquiatría Clínica.
contrario, los destiñe. Ed. Médica Panamericana. 8.a edición. Madrid, 1999.
dad. O cuándo un síntoma normal deriva a patológi- durante mucho tiempo después; pero un día, tras un
co, o si lo es desde el comienzo. Y esta situación se revés, empezó a llorar con gran congoja y “soltó todo lo
hace particularmente ardua cuando se trata del duelo de su hermano”.
por la muerte de un hijo, puesto que hay un consenso Todas estas terminologías y concepciones implican
entre los autores de que es el hecho vital más doloro- la idea de que el duelo debe conllevar una cierta asun-
so de la pareja y uno de los que más hacen sufrir a la ción de la experiencia, si bien la manera en que se haga o
persona. se “deba” hacer dista mucho de unos enfoques a otros.
¿Remite el duelo como desaparece una enferme-
dad física? Es decir, ¿se “cura” un duelo?
El devenir de una pérdida. ¿Qué Como dije antes, Freud consideraba contraindica-
es “elaborar” el duelo? do intervenir en el duelo con técnicas de terapia. Por un
lado pensaba que el duelo tendía a resolverse y por otro
Otra de las ambigüedades o incertidumbres que estimaba que actuar sobre él interfería su natural deve-
suscita el duelo es el significado de términos como reso- nir. Nunca psicoanalizó a nadie por causa de duelo,
lución, elaboración, superación o remisión. Incluso el pero sí aparecieron no pocas temáticas de pérdida y de
planteamiento de conveniencia del duelo, que la tradi- duelo en sus pacientes. Puedo asegurar que un núcleo
ción popular ha reconocido de siempre cuando ha con- fundamental de todo tratamiento psicoanalítico es el
siderado dañino para el doliente el no haber llorado al análisis de las pérdidas y duelos que siembran nuestra
muerto, el quedarse la pena dentro, el no haberse des- vida. Y digo siembran porque esas experiencias son co-
ahogado. mo las semillas de la parábola bíblica que según donde
Es interesante la posición de Freud, que, al tratar caigan dan su fruto o se agostan.
del duelo, lo tiene en cuenta sólo en la medida de lo El término “trabajo” y, sobre todo, el de “elabora-
que se entiende como “trabajo de duelo”, es decir, ción” del duelo tienen el acierto de transmitir la idea
cuando se pone en marcha y se desarrolla la elaboración del requerimiento de un esfuerzo en no negarlo ni eva-
y resolución del mismo, o sea, una vez que ha transcu- dirlo, en tenerlo en cuenta, en asimilarlo, en integrarlo
rrido el periodo de shock, que Freud no consideraba en la propia vida, como conocimiento y como interro-
gantes que trascienden el conocimiento. Pero tiene
duelo.
otro aspecto que puede confundir. Es el de suponer
Podría aceptarse que tal primer momento de con-
que se trata de un proceso lineal, de pasos sucesivos,
moción entrara dentro del proceso de duelo, siendo su
380 que se desarrolla con coherencia, con continuidad
primera expresión, y ésa es mi posición. Ahora bien, es
temporal dentro de un programa que tiene su planifi-
cierto que muchas veces parece que la reacción a la pér-
cación en sí, como podría ser, por ejemplo, el creci-
dida se limita a esa fase de aflicción, quedando reducida
miento de la talla física, con su progresión continua,
a esta expresión, y por tanto no hay duelo, o “trabajo” o
visible e invisible, con estancamientos y relanzamien-
“elaboración del duelo”30. Pero incluso, ¿es una modali-
tos, hasta abocar a un punto en el que queda fijado y
dad de duelo la ausencia externa del mismo cuando se arroja ya un dato inamovible. Por el contrario, cada vez
espera razonablemente su manifestación? Yo así lo creo. somos más los que creemos que los duelos no se aca-
¿Es negativo o patológico un duelo que aparece de forma ban nunca de elaborar en nuestras vidas, van enlazán-
tardía? Yo no lo creo. dose los unos con los otros, quizá con tiempos de si-
Hay que tener mucho cuidado con hacer conclu- lencio, seguramente más bien de latencia. Pero se en-
siones de lo visible inmediato. Todos sabemos, incluso sartan los de ayer y los de hoy para ofrecer una panorá-
por propia experiencia, de la existencia de tiempos de mica fechada de nuestra existencia. Un duelo retrotrae
latencia, tanto en lo físico como en lo psíquico. Hemos a los anteriores y prepara para los siguientes. La elabo-
oído demasiadas veces en un caso de muerte en la fami- ración del duelo o de los duelos es como, en psicoaná-
lia, el reproche de alguno de sus miembros con respecto lisis, la interpretación de los sueños: no se acaba nun-
a otro: “Parece que le ha dado igual la muerte de su ca. Porque soñar, soñamos todos, y dolernos, nos dole-
[padre, hermano, marido...]”. Hace poco me decían mos todos, lo reconozcamos o no, lo sepamos o no. Y
unos padres que el hermano adolescente del hijo pe- los sueños absurdos de ayer se ensartan, se repiten, se
queño muerto no habló ni mostró sentimientos de pena amplían, se detallan, se hacen comprensibles en los
sueños de mañana, y lo que no entendíamos de aque-
30 Recientemente, y en relación con las muertes de unos jóve-
llas noches se hace claridad en los días de tiempos
nes en las circunstancias trágicas de un atentado terrorista, he escucha- después, si no dejamos que se nos olviden. Y, en cierto
do en un medio de comunicación decir a un profesional de la psicología
(de los que ahora movilizan los organismos oficiales para atender a los
modo, igual nos sucede con las pérdidas y los duelos.
familiares dolientes en circunstancias de drama público y colectivo), En fin, el trabajo de elaboración de un duelo me evoca
que, ayudándolos con la técnica de la “ventilación” del dolor (es de- el trabajo de la interpretación de un sueño confuso,
cir, facilitando su catarsis) o enseñándoles la respiración abdominal, ya doloroso y enigmático. Si nos ponemos a ello, pode-
iban superando su duelo. Tal concepción banaliza el duelo y lo reduce mos ir poco a poco recomponiéndolo por piezas, si
a una mera táctica plañidera, de evacuación o fisioterápica, sin contem-
plar su largo alcance y su complejidad. En tales casos, a mi modo de
bien la mayoría de las veces nos faltarán —pocas o
ver, la única labor posible es la de acompañamiento, como veremos en muchas— para completar el puzle, aunque con lo que
el capítulo sobre la Consolatoria. hayamos ajustado adivinemos ya significados.
la relación de sus padres, luego separados, así como las circunstancias the human capacity to thrive after extremely aversive events? Bonanno GA.
de una escolaridad con incomprensión de su profesorado, me llamó la Journal Amer. Psychol. Jan 2004. Volume: 59. 20-28.
atención su repetida respuesta de “no fue tan malo”, “no lo recuerdo tan George A. Bonanno, profesor asociado del Departamento de Psi-
mal” o “no creas que me hizo tanto daño”. Pensé que era una represión cología de la Universidad de Columbia, ha pertenecido al equipo que
defensiva de los recuerdos traumáticos. Algunos años más tarde, me investigaba las reacciones de duelo con el profesor Mardi Horowitz, en
refería sus vicisitudes para tratar con un jefe realmente inconsistente San Francisco, colaborando en las publicaciones al respecto.
que se veía obligada a soportar por circunstancias que de momento le 33 Quiero apuntar de paso un toque de atención acerca del inte-
interesaban a ella. Me dijo: “Mi padre era un buen hombre, pero era rés de estudiar la capacidad de este tipo de resistencia en nuestros niños
un gran colérico, con el que tuve muchas arrancadas; de algo me sirvió y jóvenes. Porque quizá sea posible una pedagogía de la resiliencia, es
cia muchos años. Se elabora viviendo. Pero elaborar no mostrando un aparente buen ánimo durante semanas o
quiere decir olvidar ni dejar atrás la pérdida del hijo. meses, que después se derrumba para dejar ver las ex-
Como dice Schwab, para unos padres “resolver su due- presiones aflictivas que sorprendió que no se produje-
lo significa acomodar la realidad de la muerte del hijo ran al principio.
en el sentido en el que ellos vivan la vida, caminando En Parerga y Paralipomena (1851), de Schopen-
hacia adelante incluso aunque ellos lloren la muerte de hauer, se incluye su Ensayo sobre las visiones de fantas-
su hijo toda la vida”. ma, donde defendía la existencia de estas visiones.
Para él, la creencia en los fantasmas es innata en el ser
humano. Expone que, durante una aparición, la con-
Duelo, alucinaciones, visiones y ciencia, aunque despierta, se halla recubierta de un
psicosis fino velo que le da una cierta totalidad onírica, suave
pero resistente, lo que, según el filósofo, hace que no
Hablar a solas en voz alta dirigiéndose a sí mismo o cause temor. Insiste en que las visiones no son aluci-
a una persona real o imaginaria es frecuente en indivi- naciones, pues representan algo real y significativo
duos completamente normales, y más en determinadas para el que las percibe. Y escribe: “El rechazo a priori
circunstancias (soledad, preocupación, aturdimiento, de la posibilidad de una aparición real de difuntos só-
etc.). Me atrevo a decir que es casi habitual que personas lo puede fundamentarse en la convicción de que la
que han perdido un ser querido, y en especial madres, muerte aniquila por completo al ser humano. Mien-
hablen con él o ella como si estuvieran vivos. Pero es tras se carezca de esta convicción no hay por qué des-
efectivamente “como si”, porque en ningún momento cartar que un ser que sigue existiendo de alguna ma-
piensan que lo estén. No es alucinación ni delirio, sino nera no pueda manifestarse de algún modo, no actuar
que se dan una ilusión, y la viven y la escenifican con la sobre otro ser aunque se encuentre en otro estado”.
viveza de una realidad. Otras muchas veces parecen oír Schopenhauer apela a Kant: “Generalmente se cree
las voces, los pasos del hijo muerto, pero enseguida se haber destruido la realidad de una aparición al probar
dan cuenta de la ilusión y experimentan la tenaza de la que era subjetiva, pero qué peso puede tener este ar-
congoja. No pocos padres mantienen durante largo gumento para el que conoce, por la doctrina de Kant,
tiempo, si se lo pueden permitir, la habitación tal como la fuerza de las condiciones subjetivas en el fenómeno
la tenía el hijo o la hija antes de morir, y las madres in- del mundo corporal”, y lo cita literalmente: “Ignora-
cluso conservan durante algún tiempo los hábitos de mos lo que las cosas pueden ser en sí, sólo conocemos
cuando el ser querido estaba vivo; acuden a darle un sus fenómenos”. 383
beso por la noche, a acariciar su ropa, como si fuera la El trabajo clínico revela que, si se pregunta por es-
piel querida. Había una madre que preparaba la merien- te hecho, muchos deudos aseguran haber experimenta-
da que le hacía a su niña cuando ésta volvía del colegio, do la presencia cercana de su difunto (por ejemplo, a
y la tomaba ella en sustitución, casi como si fuera una los pies de la cama cuando aquél descansa). Se ha refe-
comunión. No estaba loca; ella sabía que eso sólo era rido que el 30% de los deudos aseguran haber tenido
una ilusión (ojalá no lo fuera), que no contaba ni a su esta vivencia y el 20% afirman haberlo visto u oído.
marido. Este grupo de manifestaciones de duelo corres- Nuria perdió a sus dos hijos pequeños en circuns-
ponde al grupo de rememoraciones escenificadas. Cuando tancias trágicas (véase el relato del caso en Consolato-
estos duelos son más intensos puede haber alucinacio- ria). Unos cuatro meses después, en los días próximos a
nes auditivas y visuales del muerto, incluso olfativas las Navidades, tuvo la tentación de suicidarse y cuando
(como veremos enseguida), sensaciones muy nítidas de la iba a llevar a cabo dijo que “resonó en su mente” la
su presencia, aunque no se le vea. En general, éstas son voz de su hijo pidiéndole que no lo hiciera, y desistió.
pasajeras, ocurren habitualmente en los primeros tiem- Otro día, sentada en el sofá, sintió la presencia de uno
pos del duelo y se perciben como experiencias extrarrea- de los hijos fallecidos e inmediatamente las palabras del
les. Tienen como temática una percepción sensorial di- niño resonaron en ella de la misma manera. Cuenta el
rectamente ligada al muerto. Todas ellas son característi- padre que, de pronto, la habitación se impregnó de un
cas muy alejadas de las que constituyen el delirio organi- intenso olor a la colonia que usaban los niños, sin que
zado y consistente que se da en ciertas psicosis, y muy se pudiera verificar que algún frasco se hallara destapa-
en especial en las esquizofrenias, donde tales percepcio- do o se hubiera vertido.
nes invaden la realidad y la suplantan, tienden a ser Es interesante el matiz de “resonar en la mente”,
permanentes, a mostrar una consistencia rígida y a orga- porque tal definición evoca la figura de un pensamiento
nizarse con contenidos alejados del tema del muerto o “sensorializado”, como el que se produce en el momen-
que no tienen nada que ver con él. En el capítulo de to en el que pasamos de la vigilia al sueño, cuando el
Casuística (apartado 2)36 tendremos ocasión de recoger pensamiento se va diluyendo en imagen o sonido. Pre-
el testimonio directo de las alucinaciones en el duelo. cisamente esta probable transformación —entre lo psí-
Precisamente estas ilusiones u otras exteriorizacio- quico y lo fisiológico—, por su equivalencia con las
nes permiten a los dolientes vivir en una nube o incluso percepciones inmateriales, podría aportar una hipótesis
psicofísica a la génesis de tales fenómenos alucinato-
36 Cada número reenvía al orden de los casos en el capítulo de rios, apuntando como factor de facilitación a una con-
la Casuística. ciencia debilitada o influenciable (regresiva, como más
de las tendencias extraversivas sobre las introversivas. Pero ninguno de rience. Irwin HJ, 1985.
ellos padecía patología psicótica. 39 El valor de vivir. Elogio y razón del duelo, 1999.
cuando la desaparición de algo o alguien es significativa aquello que le procura satisfacción. Esta necesidad, que
o no lo es. es sustento de la esperanza, se transforma en sólido
En esos momentos se va instalando en el ser hu- fundamento bajo el concepto racional de reversibilidad.
mano la expectativa del reencuentro, especialmente con Pero el niño descubre muy pronto también que
generalmente lo que se rompe no se recompone ad inte-
grum, o, si se intenta, el resultado es un total fracaso o
un adefesio. Ahí surge la rabiosa vivencia y el indiscuti-
ble concepto de la irreversibilidad. Y esta experiencia
desborda el campo de los objetos materiales para afec-
tar a todo lo humano. Esta constatación entra rápida-
mente en el terreno de la obviedad. Es el ingrediente
básico del pensamiento racional (o al menos, del racio-
nalismo). Pero esto, que es obvio, no es en absoluto
baladí, porque se constituye en el oponente radical de
la anterior experiencia, la reversibilidad, que es más
antigua y quizá por ello tiene mayor fuerza de imanta-
ción regresiva.
Durante un tiempo, ambos conceptos-vivencias
(reversibilidad e irreversibilidad) coexisten ignorándo-
se, como si funcionaran en dos universos distintos. En
un momento u otro de la existencia de un ser humano,
ambos términos se confrontan violentamente, dramáti-
camente, dando paso a la sin-solución y a la insoporta-
ble vivencia del absurdo humano, del absurdo en la
conciencia.
Una alegoría que persiste a cualquier edad y que se
constituye en símbolo del adiós doloroso es la imagen
del “dar la vuelta a la esquina”, implicando desapari-
ción y cambio de dirección del ser u objeto deseado que
se (nos) va. Creo que el significado de ese juego que 387
surge espontáneamente, casi de manera innata, entre
los padres y el bebé, consistente en que el adulto se tapa
o se esconde para aparecer de pronto ante el bebé es
una representación humana de la reversibilidad. Y es
uno de los juegos que más excitan (incluso en el senti-
do de inquietar, de desencadenar la risa nerviosa) a los
bebés. Más tarde se convierte en el juego del escondite.
El juguete roto
es que no sabe reconstruirlo, y, aunque sea reparado tos del yo, y no de una manera total. Esa regresión viene
por el adulto, le queda una sensación de impotencia, muchas veces desencadenada por desgracias de la vida,
de imposibilidad de conocer, y un incomprensible ma- traumatismos psíquicos o enfermedades. Las personas
lestar. Accedido al misterio del interior de la cosa, el más propicias a la regresión son los niños, evidente-
niño siente su decepción y su incapacidad; sólo ve la mente, pero es también en ellos donde tales regresiones
dispersión fragmentaria en la que se ha convertido el vienen a ser una incidencia casi normal de su proceso
objeto entero. Desde el punto de vista psicoanalítico evolutivo. La separación de los padres, el trato preferen-
(kleiniano) se podría decir que un “objeto” muy enig- cial requerido por un hermanito recién nacido, una in-
mático —si no el que más— es para el niño el vientre tervención —incluso de cirugía menor— o una enfer-
cada vez más turgente de la madre embarazada. A la medad pasajera, banal para otros, provoca con frecuen-
agresividad celosa que suscita esa pomposidad mater- cia en un niño quiebras en la solidez de sus recientes
na, habría que añadir la positiva curiosidad por lo que adquisiciones: pérdida del control de esfínteres, proble-
hay en ese interior —interés del conocimiento, no sufi- mas escolares; muy comúnmente, miedos, pesadillas y
cientemente tenido en cuenta—, que al no ser posible terrores nocturnos; irritabilidad, conductas atípicas o
satisfacer con datos científicos al alcance del niño, éste ya superadas, como la succión del dedo, o un caricatu-
lo hace pasto de construcciones imaginarias. Y es en resco comportamiento de bebé, que se manifiesta espe-
este mundo imaginario donde se mezclan agresividad, cialmente en el habla. De todo ello, los niños se recupe-
misterio y curiosidad epistemológica, y miedo y culpa ran pronto y de forma espontánea si la situación se
por todo ello. aborda de manera conveniente.
Éste es el otro ingrediente mágico que creo invo- En los adultos, la regresión les lleva a una emer-
lucrado en el duelo: la frustración y la incapacidad gencia o intensificación insólita de miedos, de trastor-
ante el misterio, siendo misterio todo aquello a lo que nos angustiosos del sueño, inseguridad, distraibilidad,
no se puede acceder con la razón y que cuando se des- ensimismamiento, flotación psíquica, influenciabilidad,
menuza en las manos queda hecho pedazos sin senti- búsqueda de dependencia afectiva y de relaciones pro-
do, sin armonía, sin funcionamiento. Es como cuando, tectoras, etc. Pero sobre todo, y en particular en el due-
al desmontar algo con el fin de comprenderlo, se nos lo, y con especial presentación en el duelo por el hijo, la
destruye y ya no hay forma de reconstruirlo. Y ahí el regresión se manifiesta por la actualización o revivis-
juguete roto del niño se enlaza con la angustia de la cencia de la mentalidad mágica, coexistiendo con la
irreversibilidad. cotidianeidad racional.
388 Quizá tendríamos que enfocar la “adictividad” des-
*** de el punto de vista de la regresión mágica. Las perso-
nas en tal tesitura buscan y se adhieren a todo aquello
Pues bien, ambos fenómenos (y sus alegorías de la que les produzca una sensación de negación de la reali-
esquina y del juguete roto) se reactivan dramáticamen- dad, en cuanto que dicha realidad, aun sin ser necesa-
te, a mi modo de ver, ante la pérdida de un ser querido, riamente desagradable, e incluso siendo objetivamente
y muy en particular cuando se nos muere un niño. gratificante, les ocasiona inseguridad. Tal “adictividad”
La vida del ser humano se mueve entre la esperan- va desde la farmacodependencia o drogodependencia al
za y la desesperanza. Cuando Darwin, personaje entra- alcoholismo, desde la adhesión a creencias o grupos
ñable, está cuidando a su pequeña hija Annie, que se le taumatúrgicos a la compulsión a implicarse en situacio-
va muriendo, en pocos días, con diez años de edad, es- nes de peligro con la omnipotencia de los adolescentes.
cribe en una carta que no puede funcionar bien porque Manifestaciones menores, pero muy frecuentes e
en unos momentos es optimista y en otros está desespe- impregnantes, son las derivadas de una laxitud de la
rado, apunta con ello a esta raíz de nuestra naturaleza conciencia racional, en parte animadas por el espiritua-
que se mueve entre los polos de la creencia en la rever- lismo y la religiosidad, que llevan a una mayor apertu-
sibilidad y en la irreversibilidad, y el misterio que fluye ra, sensibilidad o sugestibilidad con respecto a los fenó-
entre los dos (el juguete roto, en el caso de Darwin, era menos sobrenaturales o paranormales. Hablar a solas
su niña destruyéndose y yéndose, doblando la esquina). con el (hijo) muerto, desear sus apariciones; creer que
nos ve y nos oye; que envía señales; que es un ángel
protector; sentir culpa, como si se le dañara por volver
Regresión en el duelo adulto a sentir felicidad; pensar que se debe vengar su muerte
como una condición para su paz en el otro mundo…
En la regresión opera una labilidad que lleva al Lo que revela como regresivamente mágico todo este
sujeto a una mayor vulnerabilidad e inconsistencia de mundo es su aparición en personas que hasta el duelo
los sistemas racionales de pensamiento y de las relacio- no se habían movido en dichos registros de fe o de
nes sociales y afectivas. Si bien se ha divulgado la regre- creencias. Regresan a aquel mundo de inocencia infantil
sión como una infantilización o vuelta al funcionamien- en el que los niños, como veremos en la casuística, vi-
to de las primeras edades de la vida, no es exactamente ven con naturalidad y sin contradicciones durante un
así, salvo en casos muy graves, de franca patología. En buen tiempo, al par y con la misma credibilidad, la rea-
general, las regresiones que aquí encaramos son parcia- lidad y la fantasía, el pensamiento mágico e intuitivo y
les y afectan sólo en ciertos momentos y a ciertos aspec- el racional u operativo.
Sin duda, son los padres del niño muerto los más
afectados. De ellos depende en gran medida el curso
DUELO FAMILIAR, DUELO que tome el duelo familiar. Es natural predecir que di-
ENTRAMADO cho duelo sea más sintónico (lo que no significa sincró-
nico) cuando los padres y la familia constituyen desde
En general, las causas más frecuentes de mortali- antes una estructura sólida de entendimiento y de apo-
dad infantil y juvenil son: las patologías congénitas o yos mutuos. Cuanto menos sea así, más proclive será
perinatales, los accidentes, los cánceres y la violencia o una familia a su desestructuración, no sólo por la muer-
el suicidio. Según datos del Instituto Nacional de Esta- te de un hijo sino por cualquier otra desgracia.
dística en España (2006p-2001c), se produce una tasa El escritor, poeta y político revolucionario cubano
de mortalidad de 2,482 de menores de 20 años por José Martí (1853-1895), dolorido por el fallecimiento de
1.000 fallecidos de la población general, con un valor su adorada hermana Ana (en 1875, en plena juventud), 389
absoluto de 3.645 muertes, correspondiendo los mayo- escribe un mes después el poema Mis padres duermen,
res picos a los menores de un año (1.813) y a los ado- donde imagina cómo ellos sienten a la hija muerta:
lescentes entre 15 y 19 años (923). A partir de estos
datos se puede tener una aproximación al impacto [...]
cuantitativo del duelo por menores en las familias espa- Ellos la oyen gemir, con ese extraño
ñolas, entendiendo que la familia supone un duelo oído paternal que oye y escucha
multiplicado. más allá de las tierras del engaño
En efecto, es infrecuente que el duelo por la muer- donde el espíritu con el cuerpo lucha.
te de una persona se reduzca a un ámbito individual. ¡Ellos saben la voz que se levanta
Casi siempre afecta a varios sujetos, pertenezcan a un en los misterios de la noche breve
mismo grupo o no (Figura 9). Tal duelo se revela de y conocen el árbol en que canta
distintas maneras e intensidad y con diferentes tiempos y adivinan la rama en que se mueve!
o ritmos en cada deudo. Precisamente esta falta de sin- ¡Ellos la ven de la apartada huesa
cronía se hace más manifiesta en grupos nucleares, que alzarse blanca, embellecer la vida,
funcionan como una urdimbre afectiva, como un entra- y sienten el instante en que los besa,
mado; por ejemplo, en un grupo de amigos del falleci- y en que en su corazón está dormida!
do, pero, sobre todo, en la familia. Tal arritmia puede [...]
ser tan conflictiva en ocasiones que conduzca a la diso-
lución de la estructura relacional implicada. Pero, ateridos por su vivencia, cada uno de los pa-
No cabe pretender, pues, que cada miembro del dres, en un borde de la cama que empareja, pudiera ser
grupo viva y sienta de la misma manera la muerte del que en la mayor soledad la callen.
niño, pero es muy importante que comprenda y respete Porque el retraimiento es el riesgo más común en
la de cada uno y le ayude en lo posible. Esto es difícil no los padres dolientes. Se justifica principalmente por dos
pocas veces, y entonces se necesitaría ayuda de otras motivos: para no cargar o preocupar al otro, o para no
personas o de profesionales. sentir la incomprensión o la diferencia de actitudes del
El duelo por el hijo es un duelo entramado, más cónyuge. Esta retracción, a veces interpretada como
que ningún otro; es un duelo de familia y en familia: el frialdad, indiferencia o falta de sentimientos, es más
de la madre, el del padre, el de cada uno de los herma- frecuente en el padre varón, lo que ha llevado a otra
nos, el de cada uno de los abuelos…, entrecruzándose y conclusión errónea: la de que el duelo de dicho padre
dando lugar, a menudo, a desajustes, críticas, repro- es menos intenso o más pasajero. Hay muchos duelos
¡Ay! Cuando los hijos mueren, Juan José en Testimonio materno (1985)42. En pocas lí-
rosas tempranas de abril, neas es capaz de expresar todos y cada uno de los ele-
de la madre el tierno llanto mentos de un duelo y, al mismo tiempo, su condensa-
vela su eterno dormir. ción en una sola vivencia totalizadora y sin etapas, pues
Ni van solos a la tumba, las etapas, con las que a menudo ya hemos visto que se
¡ay!, que el eterno sufrir constriñe el duelo, obedecen a una estrategia más bien
de la madre sigue al hijo didáctica. Es significativo el hecho de que, en esta obra
a las regiones sin fin. de su duelo, Elena habla casi exclusivamente de su hijo
[…]
42 Testimonio materno es un denso libro diverso, en don-
En su libro testimonial La agenda de los amigos de la escritora y madre realiza un minucioso autoanálisis de su due-
muertos (1998), dice la periodista Raquel Heredia, a lo por el hijo muerto cuando éste apenas contaba veinticinco años
propósito de la dramática vida y muerte de su hija: (1952/14‑11‑1977). En él se ve cómo trata por todos los medios de
comprender la tremenda vida de su hijo drogadicto y su extraña muer-
te, atropellado cuando deambulaba por una carretera, al parecer sin
Supe que sobrevivir a un hijo es el peor de los rumbo fijo. No se pudo determinar con evidencia que fuera accidente o
castigos y que el tiempo, en lugar de atenuarlo, lo hace suicidio, aunque ella tenía la plena seguridad: “Yo sé bien que mi hijo se
más insoportable. suicidó”, con esa convicción especialmente difícil de asumir al aceptar
el suicidio de un hijo. Hace al par un análisis de su propia vida y la
de su familia. Es un libro donde, paso a paso, Elena va vertiendo una
Apelo aquí a la lúcida y terrible descripción feno- mezcla de amargura y de lucidez, de lo que ella ya sabía y de lo que va
menológica que la escritora fuentidueñera Elena Soria- descubriendo. Es un documento único, estremecedor y de gran valor
no (1917-1996) hace del duelo por la muerte de su hijo psicológico debido a su sinceridad y crudeza.
durase más de unos segundos, creo que me causaría la ¡Oh madre! Si en el alma está despierta
muerte real. Mientras dura, siento que en mi cuerpo se la imagen de un amor que no perece,
produce un vacío total —la nada—, y luego una olea- no es ya verdad que el alma tengas muerta:
da de fluido helado lo invade entero de pies a cabeza. ¡El sol de este dolor nunca anochece!
Ese frío, ese helor… Lo constataremos como una Hago hincapié en lo que dije: para la madre —es-
sensación frecuente en estos casos, y en aquellos en los pecialmente—, el hijo o la hija tendrán siempre en su
que la persona se enfrenta directamente con la muerte. memoria la edad de los recuerdos. Será bebé si así lo
Una variante del útero-tumba sería la herida del se- evoca, o será escolar o adolescente, o joven adulto, se-
no, que la poeta cubana Luisa Pérez de Zambrana gún la edad del recuerdo que ella recupere. Está en ella
(1835-1922) menciona en uno de sus poemas (Casuís- con todas las edades, y en todas ya dentro de ella.
tico, apartado 4.1) sobre la inmensidad de la herida in- Dicho todo esto, en la Casuística (apartado 5) re-
visible de su seno por la muerte de sus tres hijas. cojo el caso del duelo de una mujer por una hija que no
El regreso del hijo muerto al interior de la madre era biológicamente suya. No es un guiño provocador.
es intuido también por los poetas varones. Lo descubre Es un ejemplo que revela que se dan en las madres
un joven oxomense, Dionisio Ridruejo (1912‑1975), de adoptivas muchas de las vivencias del duelo de las ma-
vuelta de la campaña militar en Rusia con la División dres biológicas por sus hijos, aunque no despejo la du-
Azul, al dar el pésame a la madre del compañero que no da de si, dado el caso, en esas madres adoptivas se pro-
regresó, en el poema Ante la madre de un camarada duce igualmente la vivencia del “útero-tumba” o del re-
muerto, con los siguientes versos: torno vivencial del hijo muerto al útero materno.
En ocasiones, por el contrario, los hermanos del En general, bastan unas sesiones con el niño para
muerto se sienten incómodos con el largo duelo del que éste se tranquilice. Deben ir siempre acompañadas
padre o de la madre y ajenos a él, por lo que a veces son de entrevistas paralelas con los padres, que se hallan
recriminados como faltos de sentimientos. En casos ex- demasiado centrados en su dolor como para apercibirse
tremos, el hijo muerto se convierte para la madre en el de la inquietud de sus otros hijos, o para actuar adecua-
hijo único, en el dotado de toda clase de excelencias. damente con la personalidad de cada uno de ellos, y
Una vez un niño me suplicó en la consulta que le dijé- muchas veces es suficiente con hablar de la situación
ramos a su madre que dejara de pensar todo el tiempo para que caigan en la cuenta y ellos mismos encuentren
en el hijo muerto y que se ocupara más de él y de sus la mejor forma de actuar según sus propias posibilida-
otros hermanos vivos. Otras veces, sin saberlo, un niño des. Por otra parte, en los encuentros con el niño, se le
porta el peso del duelo de un hermanito anterior, que facilita la aclaración de algunas de sus inquietantes
murió sin él conocerlo45. Tal fue el caso de Héctor. creencias y se da curso a la expresión de sus temores,
Héctor llegó al Servicio de Paidopsiquiatría del pensamientos mágicos y culpas, que están inconscien-
hospital con unos diez años. Era hijo único, porque su tes en ellos o que, si son conscientes, no se han atrevido
hermano murió con sólo cuatro días, antes de que él a manifestar.
naciera. El bebé padecía un grave síndrome de malfor- En la Casuística (apartado 7) presento varios casos,
mación, del que la madre se culpa por haber ido a tra- y dos de ellos (7.2 y 7.3) son ejemplos antitéticos de
tarse de su esterilidad a un acupuntor que le “metió” reacciones a la muerte de un hermanito: el de Mari Car-
también rayos láser, y la madre —no sé si ya de an- men, a la que traté cuando contaba seis años, y el de
tes— andaba por la vida como sonámbula, portando Adrián, cuando tenía cerca de diez. El primero de ellos
un dolor frío y terrible, destilando frases como ésta, de es un notorio ejemplo de duelo integrado y animado en
crudeza —no sé si de lucidez— apabullante: “No pue- el mundo psíquico, intelectual, emocional e imaginario
do definir lo que me ha pasado. Pienso a veces que no de la niña desde una edad muy temprana, con orques-
fue a mí a quien le pasó, quizá sea una defensa... El tación familiar. El segundo ilustra una llamativa ausen-
[otro] hijo [aun estando muerto] crecía como si fuera cia de toda reacción mental y afectiva en un niño que,
una realidad. Desde hace un par de años, Héctor ha ido casi con siete años, había sido el primero en descubrir a
ocupando ese espacio, y ahora ha sustituido al otro to- su hermanito muerto en la cuna con un año de edad.
talmente... Quizás este hijo encubre mi necesidad con En ambos, se trataba de un síndrome por muerte súbita
respecto a la falta del hijo anterior”. Esta madre veía del lactante y de reacciones absolutamente opuestas a la
394 (literalmente) moverse por la casa y crecer a su hijo muerte del hermano.
muerto, a costa de Héctor, su hijo vivo, y sólo mucho
más tarde le dejó recuperar su identidad (“espacio” lo
llama ella), que había hecho suplantar por el hijo Duelo por el nietecillo
muerto.
Muy a menudo, la aparición de síntomas en el ni- No conocemos estudios que aborden con suficiente
ño es el indicador de una reacción a la muerte del her- enjundia la reacción de duelo por la muerte de un niete-
mano, sea como expresión del duelo que opera en su cillo. Tengo la impresión de que podría ser la que se
interior o por el citado cambio de actitud de los padres. tendría por un hijo, pero con la diferencia de la mayor
Dichos síntomas no son específicos, y corresponden a edad del doliente, determinando una superior experien-
uno o varios de ese cuadro general que suele darse en cia y resignación para afrontar la desgracia, y de la au-
los niños cuando algo les va mal y no lo cuentan: tras- sencia de sentimientos de culpa por el hecho de no tener
tornos del sueño, irritabilidad, problemas de comporta- habitualmente responsabilidades directas en la educa-
miento, bajón en los rendimientos, inestabilidad del ción de los nietos. Otra situación es la de aquellos abue-
estado de ánimo, entre otros. Pero cada edad o cada los a los que los padres de los niños les confían, por ra-
sensibilidad personal, sin ser determinante, tiene pre- zones laborales, gran parte de la crianza de los peque-
disposición a la aparición de unos ciertos síntomas ños, situación que es menos frecuente en nuestra socie-
reactivos, no existentes inmediatamente antes: dolores dad española de hoy. Sí creo que la muerte de un nieto
en el ocaso de la vida de sus abuelos acentúa esa cierta
abdominales, enuresis secundaria, miedos, rabietas,
natural melancolía de la edad, con el riesgo de teñirla de
etc., en los más pequeños o más infantiles; en los de
desesperanza. Hemos comprobado a menudo, por otra
edad media, problemas escolares, cefaleas, trastornos
parte, la importante posibilidad de consolación mutua
del apetito, etc. En el adolescente predominan con mu-
entre la madre del niño muerto y su propia madre.
cho la aparición o reactivación de conductas airadas,
Una vez más tendremos que hacer hincapié en la
desafiantes, provocativas…, como una reacción de ra-
soledad o en la incomprensión en la que se mueven los
bia contra la “cabronada” de la muerte, como decía uno
varones que pierden a un ser muy querido, sobre todo
de ellos, o “esto es una mierda”, que mascullaba otro.
cuando no manifiestan su dolor, lo que es interpretado
45 Es lo que he denominado en otra parte vida de duelo, dentro
como ausencia del mismo o como fortaleza. Hemos
del cuadro de los duelos malignos, que se apoderan del sujeto condi-
visto estallar en sollozos y llorar a abuelos varones a
cionándolo absolutamente sin que él lo sepa (El valor de vivir - Elogio y poco de habernos acercado a sus sentimientos sobre la
razón del duelo, 1999). pérdida del pequeño.
En la Casuística (apartado 3.2) aportaré el grave murió de muerte violenta o destructiva, donde intervino
duelo que sufrió el mismísimo Freud a la muerte de su de forma decisiva o única la maldad humana, agravada
nietecillo Heinele. también por la ausencia de conmiseración de parte de
aquellos que deberían haber mostrado consideración
por dicha desgracia. Nos referimos a ciertos casos de
duelo por suicidio y, en particular, al desencadenado por
DIFERENCIAL DE DUELO Y muerte criminal o violenta de seres muy queridos (por
DEPRESIÓN guerras, masacres, terrorismo, o por asesinato con tortu-
ras y violación, especialmente cuando se trata de una
En la mayoría de los duelos se producen vivencias hija), donde queda patente la sinrazón y la inhumani-
que entran en el catálogo de síntomas de la depresión dad. En el duelo imposible golpea el odio intenso contra
mayor46. Los autores psiquiátricos consideran que la los autores o las circunstancias que produjeron la muer-
diferencia no viene dada tanto por la naturaleza intrín- te del ser perdido. Hay en él una herida abierta, sangran-
seca de tales síntomas, sino por su intensidad y dura- te, continua, tan lacerante años después como el primer
ción. No hacen hincapié, sin embargo, en la manera día en el que se produjo el drama. El muerto permanece
como inciden en el funcionamiento e integración de la eternamente vivo —sin enterrar—, reclamando vengan-
persona en su vida diaria47 y en la calidad de los cam- za en el doliente. Éste se halla inmerso de manera confu-
bios que un trauma tan impregnante introduce en el yo sa en un mundo de rabia extrema y de sentimientos de
de la misma. culpa terrible, con intensos deseos de cumplir la ven-
En el capítulo de la Casuística (apartado 6) tendré ganza, a menudo irrealizable. Muchas guerras, matanzas
ocasión de confrontar “duelo” versus “depresión” en dos y asesinatos y muchos odios tienen su origen en duelos
padres varones, eminentes escritores (uno, el gran poe- imposibles (individuales y colectivos), y dan a su vez
ta argentino Baldomero Fernández Moreno, y otro, el lugar a otros imposibles duelos, como una cadena sin
escritor Francisco Umbral), cada uno de los cuales per- fin, en una diabólica historia de nunca acabar. Se ha
dió a un hijito varón. calculado que el número de muertes causadas por el ser
humano sobre sus semejantes es de unos cien millones
(entre 80 y 150) en el siglo XX (según El Libro de los
Duelo imposible Muertos del Siglo XX, 1971, de Gil Elliot).
A veces se da, paradójicamente, duelo imposible
He llamado duelo imposible48 a aquel que lleva tanta con respecto a la muerte de una persona que hizo mu- 395
carga de representación dolorosa y destructiva, y, sobre cho daño, sobre todo en la medida en que el afectado
todo, se ha producido en circunstancias tales que hacen en cuestión dependía de ella (por ejemplo, en la infan-
imposible poder elaborarlo. Queda como una catástrofe cia). Entonces el duelo no es en realidad por amor al
interior irremisible, irreversible. Permanece atascado, muerto, sino una especie de duelo por sí mismo. Es
en intensa fijación a alguna o algunas de sus expresio- decir, al desaparecer aquel que tanto dañó, se pierde
nes más dolorosas, sin posibilidad de evolución, y en (en el imaginario, en el inconsciente del damnificado)
contra de la voluntad del sujeto. “Desearía poder olvi- toda posibilidad de que tal individuo dañino hubiera
darme de todo esto pero no puedo”, decía una madre reparado, resarcido, pedido perdón por el mal hecho…,
en estas circunstancias, cuando pudo hablar de lo que o porque no se ha podido ejercer la venganza que se
sentía muy profundamente. hubiese deseado llevar a cabo, y el sujeto se ha quedado
Las casos más frecuentes de duelo imposible (o a solas con su gran odio, ya sin dirección hacia el agre-
muy dificultado) son aquellos en los que el ser amado sor. Pero es casi una ley de la gravedad psíquica (grave-
dad en el sentido físico de gravitación) que toda agresi-
46 DSM-IV-TR y CIE-10 dan los siguientes síntomas de depre- vidad que no se puede dirigir hacia fuera no es simple-
sión mayor, presentándose de pronto varios de ellos persistentemente mente que se quede dentro, es que se dirige de forma
desde al menos dos semanas antes: ánimo muy bajo, tristeza, llanto, agresiva hacia el propio adentro. De modo que la muer-
vivencia de vacío; muy acentuada falta de interés, de ilusión, de capaci- te del dañador nos está haciendo, incluso muerto, más
dad de placer; inquietud motriz o enlentecimiento físico; apatía, falta de
energía; sentimientos de inutilidad; sentimientos de culpa; dificultades
daño que antes. Esta modalidad de duelo imposible es-
de concentración; indecisión; falta o exceso de apetito y de sueño; pen- tá rayana con la patología y se produce sobre todo en
samientos repetidos de muerte, etc. ciertas personalidades, precisamente muy dañadas
47 Sólo atiende a criterios operativos, que generalizan refirién-
El duelo imposible podría encuadrarse en el duelo
dose a la condición de que tales síntomas determinen “deterioro social, crónico, pero en éste el duelo se está haciendo constan-
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo”.
48 Desconocía que en su libro de autoayuda How to survive the temente, de manera sutil, en la intimidad del sujeto, y
loss of a child: Filling the emptiness and rebuilding your life (1998), la psicó- se diría que el doliente no desea terminar su duelo, que
loga norteamericana Catherine M. Sanders se había referido de alguna en cierto modo se aferra voluntariamente a él para man-
manera en términos de “duelo imposible” (impossible grief) al proceso tener a su muerto dentro de sí, en el más vivo recuerdo;
de los padres que habían perdido a un hijo. En mi libro El valor de vivir duelo que al final transcurre casi de forma apacible,
(1999), definía el duelo imposible como una importante variedad de due-
lo que, siendo frecuente en el duelo de los padres, no lo limitaba a ese
configurándose de manera sintónica con la existencia.
ámbito exclusivamente, y que aquí desarrollo algo más, sin renunciar a Es un duelo de amor, aunque quizá contenga también
elaborar en su día el ensayo que en aquella obra anunciaba. mucho de narcisista.
Hay, sin embargo, un duelo imposible que no se como un “indicador de estrés” (estresor). Estudiando
halla determinado por una raíz de odio, sino de pena paralelamente dos series de padres, una integrada por
infinita, inconsolable. Ya hemos dicho en otras obras aquellos que habían perdido un hijo y otra que no, ha-
nuestras que así es el duelo que viven muchas madres llaron resultados en relación con la aparición de varias
por el hijo muerto. enfermedades graves, como el infarto de miocardio, la
El duelo imposible se vuelve verdaderamente ma- esclerosis múltiple y el cáncer de mama.
ligno o muy dañino en la medida en que cierra y encie- Es de común observación popular y clínica que el
rra al sujeto que lo sufre y le impide entregarse a la vida, estrés facilita la enfermedad, y en particular la cardio-
al amor de otros seres y a la libertad de nuevas expe- vascular, sobre todo el infarto de miocardio o patología
riencias. En ocasiones, este duelo se manifiesta median- coronaria. Pero quedan importantes interrogantes con
te el desencadenamiento de existencias alocadas, en respecto a cuáles son y cómo proceden tales factores de
sujetos que viven en constante peligro de muerte o de estrés, así como su actuación a corto y a largo plazo.
autodestrucción, como si echaran sobre sí mismos la Comparando ambos grupos de padres, los autores com-
revancha que no pueden alcanzar fuera de sí. probaron un incremento de riesgo de infarto de miocar-
Gracias a Dios da el poeta ovetense José García dio (ya fuese riesgo relativo, ya infarto mortal) en aque-
Nieto (1914-2001) en su poema 1936‑1939 (en Memo- llos que habían perdido un hijo, pero sólo a partir del
ria y compromisos, 1966), recordando su miedo de mu- sexto año de seguimiento, señalando que, dado que los
chacho en la guerra. Y gracias da, según nos parece, por grupos de padres eran lo suficientemente jóvenes, se
haberse salvado de lo que aquí llamamos el duelo im- podía descartar que ya hubiera en marcha un proceso
posible: ateroesclerótico avanzado o de base que invalidara los
resultados. Esta patología de aparición a largo plazo se
[…] basaría en la acción de los mecanismos de estrés sobre
Gracias, Señor, por haberme dejado sin heridas en el el corazón. La aflicción actuaría determinando efectos
alma y en el cuerpo, por haberme dado la salida fisiopatológicos sobre el sistema nervioso simpático, el
sin odio, eje hipotálamo-pituitario-adrenal y el sistema inmune,
por no tener lista de enemigos, ni lugares donde llorar por el y se pone de relieve a través de un aumento de la coles-
propio desamparo. terolemia, hipertensión arterial y ateroesclerosis con
necrosis, todo lo cual conduce al infarto de miocardio.
No fueron factores determinantes ni la edad del hijo
396 muerto (dentro de los límites de la muestra, claro está)
ENFERMAR Y MORIR DE DUELO ni el sexo de los padres, pero sí el hecho de que el hijo
muriera de muerte súbita. Estaban más expuestos a los
citados riesgos los padres solos, los de menor nivel edu-
Enfermedades físicas cativo y los que vivían en zonas apartadas.
Por el contrario, resultó inesperado el hallazgo de
Un equipo de investigadores de la Universidad una mayor incidencia de esclerosis múltiple en padres
Aarhus, de Dinamarca, liderado por Jiong Li49, ha lleva- que sufrieron la pérdida de un hijo, con riesgo de un
do a cabo un interesante seguimiento para indagar la 50% mayor (el 0,13% de la cohorte) que en la pobla-
influencia del estrés en el desarrollo de enfermedades ción que no había pasado por dicha situación (el
físicas y psíquicas, cuyos resultados vieron la luz en el 0,007%), y más del doble cuando la muerte del hijo
año 200350. Partiendo de la hipótesis de que la muerte había sido súbita o inesperada. Precisamente el hecho
de un hijo es el evento existencial más estresante en la de que dicha enfermedad desmielinizante (autoinmu-
sociedad danesa (pues la baja mortalidad infantil y ju- ne, crónica, progresiva, sin tratamiento específico), que
venil que se produce en ella hace que ese hecho sea más se da con mayor frecuencia en el adulto joven, sea rara,
inesperado), llegaron a establecer la muerte del hijo lleva a deducir a los investigadores que sólo el estrés
más extremo podría facilitarla, y tal estrés resultaría de
49
The Danish Epidemiology Science Centre, Department of la muerte del hijo.
Epidemiology and Social Medicine, University of Aarhus (Denmark). Sin embargo, estos autores encontraron muy ligero
50
Para ello recogieron del Registro de Estadísticas de Población incremento global de cánceres en las madres danesas
Nacional de Dinamarca todos los casos de niños y adolescentes menores que habían perdido a un hijo, atribuyéndolo más bien a
de 18 años que habían fallecido en un periodo de 16 años (entre 1980 y
1996 fueron 12.512, de los cuales pudieron tenerse en cuenta 12.072)
hábitos perjudiciales de vida inducidos por el estrés.
y de sus padres (contando cada uno de los dos por separado). Diseña- Por el contrario, no hallaron ninguna elevación en la
ron un estudio comparativo, relacionando éstos (entre 19.361 y 21.061 incidencia del cáncer de mama en ellas51. El trabajo del
sujetos) y aquellos progenitores que no habían sufrido tal trance (entre equipo de Li se enmarcaba dentro del gran interés y
293.745 y 295.540) (el abanico numérico que hacemos constar entre debate que ha suscitado en los últimos años la cuestión
paréntesis corresponden a las distintas muestras utilizadas por los mis-
mos autores en sus diferentes trabajos). Diseñada la cohorte, llevaron a
de precisar la relación entre el estrés y el cáncer.
cabo una prospección del estado de salud de ambas series de padres en
51 Cancer incidence in parents who lost a child. A nationwide study
los últimos 10 años (9,5 como media). Llegaron, como vamos a ver, a
resultados, algunos sorprendentes, en relación con enfermedades como in Denmark. Li J, Johansen C, Hansen D, Olsen J. Cancer: 95: 2237-42
la esclerosis múltiple, el infarto de miocardio o el cáncer de mama. (2002).
Son de destacar las investigaciones realizadas por constatación admitiría la explicación de que, en los al-
equipos finlandeses52 y daneses53 con respecto al cán- tos niveles de estrés, la hormona movilizada por éste
cer de mama por la disparidad en las conclusiones, lo (cortisol) inhibiría la síntesis endógena de los estróge-
que se llama resultados “conflictuales”. El equipo lide- nos, los cuales son facilitadores del cáncer de mama, de
rado por Lillberg, mediante el estudio prospectivo de modo que el resultado final sería una disminución del
muestras de mujeres finlandesas (desde el año 1975 al riesgo de padecerlo55.
1996), hallaron dos tipos de situaciones en diferentes Existen varios estudios comparativos de meta-aná-
trabajos. Por un lado (en 2001), encontraron que un lisis de las diferentes investigaciones entre estrés y cán-
alto estrés diario, de la vida cotidiana, autopercibido cer de mama que son muy críticos con los resultados de
como tal por la población femenina escogida (valora- dichas investigaciones. Algunos56 llegan a la conclusión
ción subjetiva obtenida mediante cuestionario autoad- de que no hay una asociación global entre estrés vital y
ministrado por esas mujeres), no predecía la incidencia cáncer de mama, salvo quizá, y en escasa proporción,
de cáncer de mama en ellas. Posteriormente, en otra en alguna situación concreta (muerte del cónyuge). Ta-
prospección sobre el mismo tema (en 2003), hallaron, les debates y contradicciones impulsan, en cualquier
por el contrario, que la incidencia de eventos estresan- caso, la necesidad de llevar a cabo estudios que profun-
tes vitales, concretos, de mayor relevancia, como sepa- dicen en la naturaleza de los estresores, no sólo estadís-
ración conyugal, divorcio o pérdida por fallecimiento tica y epidemiológicamente, sino también antropológi-
de seres queridos (acaecidos durante los cinco años ca, social y psicológicamente, sin olvidar la dimensión
anteriores a la realización del cuestionario), sí se aso- cultural. Otra intuición popular que convendría inves-
ciaba a un incremento del riesgo de cáncer de mama. tigar sería la eficacia de la catarsis en los casos de estrés
Parecía, pues, que el estrés producido por un grave (que, en realidad, es lo mismo que decir ansiedad, agu-
acontecimiento de la vida, actuando por la vía negativa da o crónica), no restringida en exclusiva a la vertiente
de afectación del sistema inmunológico, facilitaba la emocional, sino a su valor preventivo contra enferme-
propensión a la aparición del cáncer de mama. Por el dades físicas y mentales, aplicable al duelo y en particu-
contrario, el estrés habitual de la vida cotidiana, aun- lar al que parece ser el más dañino de todos: el de la
que fuera alto, constituía, por la vía positiva, un factor pérdida de un hijo.
de protección contra el mismo. Como plantea el equipo danés, el estrés psíquico
En efecto, el equipo, dirigido por Nielsen, confir- tras la muerte de un hijo puede afectar a los padres por
mó claramente, en un riguroso seguimiento por niveles diferentes vías, a través de su sistema nervioso, inmu-
escalonados, que, en la medida en que previamente las nológico y neuroendocrino, generando cambios y tras- 397
mujeres habían percibido en sí mismas un mayor grado tornos fisiopatológicos que, a largo plazo, aumentarían
de estrés, disminuía el riesgo de incidencia de cáncer de la propensión a padecer enfermedades infecciosas,
mama54, y esta asociación aparecía de forma estable. Tal cánceres y patología cardiovascular. El estrés también
condiciona el estilo de vida: excesivo consumo de taba-
52 Stress of daily activities and risk of breast cancer: A prospective
co y alcohol, vida agitada o desordenada, etc. (como se
cohort study in Finland. Lillberg K, Verkasalo PK, Kaprio J, Teppo L, He-
lenius H, Koskenvuo M. Int. J. Cancer: 91, Issue 6, 888-893 (2001).
señala en la nota 55), que son los mismos factores que
Personality characteristics and the risk of breast cancer: A prospective facilitan notablemente el padecimiento de las citadas
cohort study. Lillberg K, Verkasalo PK, Kaprio J, Teppo L, Helenius H, patologías.
Koskenvuo M. Int. J. Cancer: 100, 361-366 (2002).
Stressful life events and risk of breast cancer in 10,808 women: a co-
hort study. Lillberg K, Verkasalo PK, Kaprio J, Teppo L, Helenius H,
Muerte de padres en duelo por
Koskenvuo M. Am J Epidemiol: 157: 415-23 (2003).
Sleep Duration and Breast Cancer: A Prospective Cohort Study. Ver- su hijo
kasalo PK, Lillberg K, Stevens, RG, Hublin Ch, Partinen M, Koskenvuo
M, Kaprio J., Cancer Res: 2005 Oct 15; 65 (20): 9595-600. El grupo El equipo danés de Olsen, Li y cols. abordó tam-
sigue investigando otros parámetros, como es, en este caso, el sueño. bién la posible relación entre la pérdida de un hijo y la
53 Self Reported Stress and Risk of Breast Cancer: Prospective Co-
hort Study. Nielsen NR, Zhang Z-F, Kristensen TS, et al. British Medical
subsiguiente mortalidad de los padres, estudio que no
Journal, Sept.10, 331: 548-550 (2005).
54 Se trataba de un estudio de cohorte prospectivo, basándose el de no-estrés. En cuanto a la frecuencia: en el grupo de estrés diario
en una muestra de 6.689 mujeres tomadas al azar de una población más hubo 21 casos; en el de estrés semanal, 40; en el mensual, 71, y en el de
extensa reclutada para un estudio del corazón en la ciudad de Copen- no-estrés nunca, 119 casos.
55
hague (Copenhagen City Heart Study) en 1976. En 1981-1983, las parti- Pero hay que prevenir contra el posible argumento desafora-
cipantes elegidas cumplimentaron además un cuestionario en el que se do de usar el estrés como preventivo, ya que es insano por otros moti-
incluían ítems sobre la intensidad y frecuencia del estrés tal como éste vos (excesivo consumo de tabaco y alcohol, vida agitada o desordena-
era percibido por el sujeto. La muestra fue seguida en los siguientes 18 da, etc.). Algunos creen, sin embargo, que la intensa auto-percepción
años o hasta final de 1999, y se recogieron los casos en los que se había de alto estrés puede implicar una mayor mentalización para controlar
diagnosticado cáncer de mama en ese lapso de tiempo, es decir, en mu- efectos adversos y movilizar recursos para protegerse de éstos. Pero el
jeres que antes no lo padecían. Se compararon tales casos con los datos mismo Nielsen y cols. advierten que las consecuencias acumulativas del
de base relacionados con el estrés. En las 251 mujeres que padecían estrés serían, no obstante, perjudiciales para el normal funcionamiento
cáncer de mama primario, su relación con el estrés se distribuyó en los del conjunto del organismo.
56 The association between stressful life events and breast cancer
siguientes grupos por niveles. Con respecto a la intensidad de éste, en
el grupo que había señalado el mayor grado de estrés hubo 14 casos de risk: A meta-analysis. Duijts Saskia FA, Zeegers Maurice PA, Borne Bart
cáncer de mama; 44, en el moderado; 97, en el de grado ligero, y 96, en Vd. Int. J. Cancer: 107, 1023-1029 (2003)
1190-6. La cohorte estudiada se extendía de 1970 hasta 1999, tiempo the expected death of a child at home. In: Mortality in parents after death
durante el cual se registraron 11.895 muertes de niños menores de 18 of a child in Denmark: a nationwide follow-up study. Lancet 2003; 361:
años, con sus 17.033 padres correspondientes. 363-7.
siempre y cuando haya una buena situación socioeco- tos entre sus padres, y publicaban que, durante la en-
nómica, psíquica y de relación de pareja, siendo ésta fermedad del niño y tras su muerte, se daba el 70% de
una condición que influye mucho más fuertemente en problemas conyugales, el 17% de separaciones y el 5%
las mujeres que en los hombres. Sin embargo, los he- de divorcios (Binger et al., 1969; Spinetta et al., 1981;
chos cambian si, a pesar de tener niños, dichos padres Schuler et al., 1985). Pero éstos no eran datos unáni-
han padecido un trastorno psiquiátrico con hospitaliza- mes. Otros (Lansky et al., 1978) no encontraban una
ción o han perdido algún hijo. Asimismo, la situación tasa de divorcio mayor en los padres de niños cancero-
terminal de un hijo pequeño determina un fuerte im- sos que en la población general64.
pacto de suicidio sobre los padres, y, a su vez, el suici- Revisiones más recientes de la literatura sobre este
dio de un niño aumenta el riesgo de suicidio de los pa- particular65 han mostrado que las tasas de divorcio tras
dres más que cuando la muerte no es por dicha causa. la muerte de un hijo dependen de variables como la
El riesgo de suicidio parental es particularmente eleva- época, el lugar y la selección de muestras, y pierde toda
do durante el primer mes siguiente a la pérdida del hijo. fiabilidad al carecer de criterios comparativos con gru-
A veces, los padres cuidadores se suicidan utilizando pos de control y de parejas que hayan sufrido otras
una sobredosis de los potentes analgésicos (opiáceos) pérdidas diferentes a las de la muerte de un hijo. Y por
que quedaron como remanentes del tratamiento domi- eso las estadísticas oscilaban tan ampliamente desde el
ciliario paliativo del enfermo. Es preciso que los médi- 1,5% al 70%. En medios norteamericanos, los porcen-
cos de familia insten a los padres a depositar esos restos tajes se movían entre el 0% y el 20%. Precisamente este
de medicación en los correspondientes contenedores de ancho abanico invalida la globalización de los resulta-
fármacos desechables en las farmacias63. dos. En las estadísticas realizadas con mejores criterios
en años más recientes no hay evidencia de que la tasa
*** de divorcio entre los padres en duelo por la muerte de
un hijo sea más alta que la del resto de la población.
Por tanto, y en resumen, la muerte de un hijo pe- Schwab (1999) refiere que vio pocos casos de divorcio
queño debe considerarse como criterio de alto riesgo en sus 23 años de experiencia como asistente de un
para la salud física y mental de los padres, teniendo en grupo de apoyo de padres en duelo y con hijos grave-
cuenta los siguientes agravantes: el mayor peligro reside mente enfermos. Al llevar a cabo el seguimiento de 110
en los primeros meses para ambos padres; radica prin- parejas que se hallaban casadas en el momento de per-
cipalmente en la madre (pero cuidado con olvidar al der a un hijo, sólo el 9%, aproximadamente, se habían
padre, que —reiteramos— muchas veces no expresa su divorciado, habiendo transcurrido de 2 a 14 años desde 401
aflicción); cuando la muerte del hijo ha sido violenta el fallecimiento del hijo, y las causas de ese fallecimien-
(por ejemplo, suicidio); cuando el pequeño ha sido cui- to variaban mucho, desde la muerte al nacer hasta el
dado intensamente en casa debido a una una enferme- asesinato. Schwab realiza sus conversiones numéricas y
dad terminal. descubre que tal porcentaje daría una tasa anual de
1,1% de divorcios en padres con un hijo muerto, sensi-
blemente igual a la tasa de divorcio (1,2%) en la pobla-
Divorcio y conflictos parentales ción general del Estado de Virginia, y durante el mismo
en el duelo por el hijo
periodo de tiempo, aproximadamente.
Estas estadísticas aún distan mucho de ser riguro-
Como ya señalé, hay en los padres de un hijo falle- sas. Pero prevalece en forma más fidedigna la impresión
cido el temor de que el duelo pueda resquebrajar el clínica general de quienes se dedican directamente a
matrimonio. Esta aprensión se ha extendido hasta tal esta cuestión, de que no es sino un fantasma la alar-
punto que aparece como certeza incluso en medios pro- mante predicción de divorcio entre los padres que han
fesionales y científicos. Algunos autores lo han conside- perdido a algún hijo. Y hay que hacer otra salvedad: no
rado un mito que requiere ser disipado. Seguramente la
todos los divorcios de padres con un hijo muerto deben
muerte de un hijo es una de las desgracias que causan
ser atribuidos al duelo, sino que median otras causas.
mayor sufrimiento en el ser humano, pero lo que sí pa-
Schwab considera también que a veces pasan años
rece probado en la actualidad es que se trata de la expe-
antes de que se puedan ver los efectos definitivos de la
riencia más dura en la vida de una pareja. Ello conlleva,
muerte del hijo sobre la pareja de padres. Complican
por tanto, normalmente, tensiones, desencuentros, dis-
mucho la estabilidad matrimonial las muertes súbitas
tanciamientos y retraimientos en la misma, pero esto no
del hijo por enfermedades repentinas, accidente, cri-
significa que aboquen de forma sistemática a la separa-
men o suicidio, pues determinan tal sufrimiento en los
ción conyugal o al divorcio.
padres que les dejan sin motivación ni capacidad para
A partir de los años setenta del último siglo halla-
atender a las necesidades del otro. La convicción de un
mos estadísticas dispares a este respecto. Por entonces,
algunos autores afirmaban que, tres meses después de 64 Citado en: L’impact psychologique du cancer sur l’entourage: une
la muerte de un hijo, se habían recrudecido los conflic- revue. Mormont C. Ann. Méd-Psychol., 1992, 150, n.º 8.
65 Effects of a child’s death on the marital relationship: a review. Oli-
63 Parental suicide after the expected death of a child at home. Da- ver LE. Omega, Journal of death and dying, 1999, Vol. 39, n.º 3, pp.
vies, DE. BMJ Vol 332: pp. 647-648 (2006). 197-227.
cónyuge de que el otro tiene (la) culpa en la muerte del dando lugar a investigaciones en muchos campos, co-
hijo aumenta notablemente el riesgo de separación pa- mo, por ejemplo, en el de la asistencia psicosocial.
rental o divorcio. Creo que si se realizan estudios rigurosos, éstos nos
Pero puede decirse que se ven más casos de parejas pueden enseñar mucho sobre importantes, descuida-
que refuerzan su relación, e incluso la mejoran, tras la dos y desconocidos fenómenos del ser humano. Segu-
muerte de un hijo, que los de aquellas que se separan. ramente estamos volviendo, tras siglos de rechazo, a
Todo ello sobre la base de un previo buen entendimien- interesarnos por la muerte, aunque con otros encua-
to del matrimonio. dres y perspectivas.
Dos vías se van delimitando en el duelo. Una es la
de la aproximación clínica-“terapéutica”, que es la que
Pérdida de hijo adulto se está generalizando, probablemente en forma descon-
trolada. Otra, aún por perfilarse, sería la clínica-investi-
Un equipo de del Departamento de Medicina So- gadora, como la que se aborda mediante entrevistas,
cial de la Organización Médica Hadassah, de Jerusalén66, seguimientos, escalas, cuestionarios, etc.
estudió la reacción de duelo en los padres de hijos adul- Como veremos, creo firmemente que el procedi-
tos que habían muerto en dos situaciones violentas: en miento de evaluación del sufrimiento del doliente es la
un conflicto bélico y en un accidente. La primera cohor- entrevista entendida como encuentro; es decir, como en
te se constituyó con los padres de 2.518 soldados, de 18 todo lo que tenga que ver con la aproximación al enten-
a 40 años de edad, que habían sucumbido durante la dimiento de la condición humana. Ya hace tiempo que
guerra de Yom Kippur en 1973. La segunda comprendía se hizo una clasificación de la entrevista en tres clases:
a los padres de 1.128 varones de 18 a 30 años que mu- estructurada, semiestructurada y no estructurada, se-
rieron en accidente entre 1973 y 1975. Ambos grupos se gún se atuviera más o menos a un guión. Pienso que en
compararon tomados de la población global judía-israe- clínica, y sobre todo en la clínica del sufrimiento, no se
lita, y fueron seguidos durante el año 1983. La mortali- puede hacer más que una forma de entrevista: la que,
dad de los padres varones cuyos hijos habían muerto en adaptándose al paciente, extraiga una información sufi-
accidente fue más alta que la de los padres varones cu- ciente para comprenderlo. Más adelante me referiré a la
yos hijos habían caído en la guerra, pero no difería signi- tan citada “escucha” (que, por cierto, se menciona tanto
ficativamente entre las madres de cada uno de los dos como poco se aplica). Pero aquí diré que toda entrevista
grupos. Por otro lado, los investigadores no encontraron que tenga por objetivo acercarse a un doliente para ex-
402 un exceso de mortalidad entre los padres de ambos gru- plorar su estado de necesidad o para ayudarle debe ser
pos comparados con la población general. Los resulta- una entrevista muy poco o nada dirigida. Pero eso sí: el
dos obtenidos evidenciaron que la muerte de un hijo que la conduzca debe tener en su mente todo el cues-
adulto no aparecía asociada a un aumento de muerte, a tionario pertinente, no para aplicarlo por orden numé-
corto o a largo plazo, de sus padres si continuaban casa- rico, sino para recordar y encajar bien las informaciones
dos, pero sí aumentaba, por el contrario, en el caso de que el doliente va ofreciendo espontáneamente sobre su
viudedad y divorcio, sobre todo en las madres. estado, y, en todo caso, para sugerir de forma breve, con
Algunos comentarios requiere esta conclusión: que escasas palabras, el camino que daría pie para abordar
es un trabajo de hace más de treinta años (no hemos las otras cuestiones importantes que no ha tocado aún.
encontrado uno más reciente con un encuadre similar) Es de pura delicadeza deducir que en el momento
y que está referido a una sociedad con peculiaridades álgido de la pérdida no se debe (ni se puede) pasar un
históricas, políticas y religiosas que la determinan como cuestionario ni un interrogatorio clínico en forma. En
grupo cuyas actitudes probablemente son más difíciles esos momentos sólo ha lugar la entrevista-acompaña-
de extrapolar. Sin embargo, el planteamiento es muy miento. Pero también es cierto que conviene determi-
interesante en la medida en que aborda el impacto afec- nar cuanto antes la existencia de vulnerabilidades para
tivo que la edad de pérdida de un hijo determina sobre detectar factores de riesgo. De las informaciones de fa-
los padres de ambos sexos. miliares menos afectados podemos obtener orientacio-
nes y datos valiosos. Una entrevista días después con
los dolientes nos permitirá asimismo recabar datos de
interés y confirmar los que se tienen por otras vías. La
EXPLORACIÓN DEL DUELO situación óptima se da cuando el trabajo de detección
de vulnerabilidades y de eventual indicación de apoyo a
los padres se ha ido ya produciendo antes de la muerte
Entrevistas y cuestionarios de su ser querido.
El eje sobre el que debe pivotar toda entrevista
Como ya señalé al principio del capítulo, el duelo son estas dos cuestiones: 1) ¿Qué significaba este hijo
es un tema emergente, con pujanza creciente, que está muerto en la vida, pasada, presente y en la expectativa
de la futura, de este padre?, y 2) ¿Cómo se incardina
66
An epidemiologic study of mortality among bereaved parents. Le-
esta pérdida en su historia de pérdidas? No son temas
vav I, Friedlander Y, Kark JD, Peritz E. NEJM 319, 8: 457-461, August que se pueden ni se deban plantear así, con esta for-
25, 1988. mulación a bocajarro. Son escenarios internos, ínti-
mos, que deben ser explorados y que no son asequibles comendamos siempre interpretar los resultados de las
a primer golpe de vista ni de respuesta. Probablemen- mediciones con humildad, ciertas reservas y un sano
te, los propios padres dolientes no sepan contestar de escepticismo”.
primera intención. Ellos también necesitan indagar la
respuesta.
Existen varias escalas y cuestionarios de duelo en La vulnerabilidad
el marco internacional. El equipo de la Unidad de In-
vestigación de Atención Primaria de Vizcaya revisó la El personal sanitario de los centros de Atención
Primaria y los equipos de cuidados paliativos son los
literatura científica al respecto y eligió dos cuestionarios
más indicados para realizar una breve evaluación previa
(“dos medidores de duelo”, en el decir de dicho equipo)
de los posibles riesgos que pueda presentar una perso-
que adaptó al castellano en el año 2001: el Inventario
na en duelo, y muy especialmente en padres que han
de Experiencias en Duelo (IED), de Catherine Sanders perdido un hijo y en viudos y viudas. En el caso de ries-
(1977), y el Inventario de Texas revisado de Duelo go, es preciso ponderar un cuadro de factores de vulne-
(ITRD), de Thomas Faschingbauer (1981)67. Con muy rabilidad para indicar la necesidad, la urgencia y el tipo
buen sentido, los responsables de dicho equipo conclu- de ayuda especializada. Los estudiosos del duelo descri-
yen que, aunque proponen “la utilización de medidas ben sus diferentes listas de riesgo. En general, vienen a
objetivas de duelo para evaluar la actividad clínica, con- coincidir en que un alto índice de riesgos se produce en
sideramos al doliente como único, y en este sentido re- relación con varias pérdidas coincidentes (frecuentes
actualmente a causa de los accidentes de tráfico) o cer-
67 Inventario de Experiencias en Duelo (IED): adaptación al caste-
canas en el tiempo, o que sean muy significativas aun-
llano, fiabilidad y validez. García-García JA. Landa Petralanda V. Trigue- que hayan sucedido con mayores intervalos. Asimismo,
ros Manzano MC. Gaminde Inda I. Atención Primaria, Vol. 27, Núm.
2, 15 febrero 2001.
constituyen riesgo la soledad y el aislamiento, y no sólo
En este artículo, los autores dan cuenta de la adaptación al caste- en las muchas personas mayores viudas o separadas
llano del Inventario de Experiencias en Duelo (IED) de Catherine San- cuya familia se ha disgregado o que viven en lugares
ders et al. (1977). Consiste en un cuestionario autoadministrado, que alejados. Actualmente hay una nueva soledad no confe-
contiene 135 ítems dicotómicos, los cuales exploran las áreas somática, sada, muy íntima, en familias monoparentales, que a
emocional y relacional del doliente en 18 escalas: 3 de validez (Nega-
ción, Respuestas Atípicas y Deseabilidad Social), 9 clínicas (Desespe-
menudo no son más que una madre y un hijo, cuya
ranza, Enfado, Culpa, Aislamiento Social, Pérdida de Control, Rumia- muerte lleva a la mayor desolación de aquélla. O la de
ción, Despersonalización, Somatización y Ansiedad ante la Muerte) y 6 las parejas con un solo hijo, que muere, y en las que la 403
experimentales (Alteraciones del Sueño, Pérdida de Apetito, Pérdida de razón vincular era principalmente éste.
Energía, Síntomas Físicos, Optimismo/Desesperanza y Dependencia). Me limitaré aquí a esbozar algunas de las estrate-
El estudio de validación para España se realizó entre 1995 y 1997 con
una muestra de 135 sujetos, 125 viudos/as (con una mayoría de viudas,
gias de funcionamiento psíquico inconsciente que se
el 77,6 por ciento) y 33 de grupo control (no-duelo). Los primeros constituyen en estructuras decisivas y permanentes en
habían perdido a su cónyuge más de tres meses antes y menos de tres ciertas personalidades, haciendo de ellas individuos
años. El IED discrimina entre dolientes y no dolientes. vulnerables y particularmente frágiles en determinadas
Se confirmó el indicador general de duelo (escalas: Desesperanza, desgracias y condiciones de vida. Subrayo esto último
Enfado, Culpa, Aislamiento, Despersonalización y Somatización), co-
rrespondiente al cuadro admitido universalmente como característico
porque es posible que la fragilidad no se manifieste más
del mismo: mezcla de emociones disfóricas (miedo, culpa, agresividad, que en algunas circunstancias, como en ciertos duelos,
etc.); sensación de estar solo ante el sufrimiento y desconectado de la tal que la muerte de un hijo. Por otra parte, dichas es-
realidad, y varias quejas físicas (anorexia, pérdida de energía, etc.). Las tructuras pueden llegar a ser también potenciales trans-
viudas tienen, como era de esperar, menor control emocional y más misores de esa misma forma de funcionar en descen-
ansiedad ante la muerte que los viudos. Asimismo era esperable que
los viudos/as jóvenes sintieran más rabia ante una muerte intempestiva.
dientes, o causantes de desequilibrio en el entorno
Morir en el hospital era tajantemente más traumático, confirmándose próximo a los individuos en cuestión. Son mecanismos
una vez más que las personas prefieren morir en el hogar. Lo que qui- frecuentes cuyo grado de perturbación viene dado por
zá llama la atención es que, transcurridos dos años de la muerte del la intensidad y permanencia de su actuación, y que,
ser querido, los dolientes estaban aún enfadados y obsesionados con el cuando son patológicos, no corresponden estrictamen-
fallecido, lo que, a mi modo de ver, revela una vez más que no es muy
sensato poner fechas fijas al duelo. Un descubrimiento interesante es
te a cuadros psicopatológicos específicos.
que no se hallaron diferencias entre la muerte inesperada y la anuncia- Me refiero a la culpa compulsiva, a la ambivalencia, a
da. Como indican los autores, este cuestionario está abierto a nuevas la idealización y a la que denominaré la fortaleza débil.
investigaciones, como sería su aplicación a distintos tipos de pérdidas,
estudiando asimismo los cambios según las intervenciones de ayuda y
con la evolución a lo largo del tiempo. Se abre aquí un campo interesan-
te de exploración. Hasta ahora, en mi conocimiento, la mayoría de los
Culpa compulsiva
tests y cuestionarios de duelo se han pasado principalmente a personas
viudas, por ser probablemente las más asequibles. La autoculpabilización compulsiva consiste en la ten-
A su vez, el Inventario de Texas revisado de Duelo (ITRD) (que dencia sistemática a presentarse como protagonista o
los autores emplearon para la exploración de la experiencia de duelo y causante habitual de faltas y poseedor de defectos. Es
para comprobar la convergencia entre el IED y el ITRD) consiste en dos
escalas clínicas tipo Likert, una de ocho ítems, referida a los sentimien-
una culpa obstructiva porque no se abre a la verdadera
tos del doliente en el tiempo inmediato al fallecimiento, y la otra de 13, y razonada crítica, con indagación y esclarecimiento de
sobre lo que siente en la actualidad. motivos, y porque no facilita ningún camino al cambio
y a la reparación, abocando una y otra vez a repetir los ralizante o de inestabilidades extremas. Su manifesta-
comportamientos que generan y mantienen tal culpa. ción visible es la duda, y su instalación es la constante
Se da en sujetos con los que es muy difícil trabajar psi- incertidumbre. En el plano de la relación afectiva, su
cológicamente porque convierten esa estrategia en la peor expresión es la que se plasma en la terrible vincu-
coartada para no ver y tratar sus verdaderos problemas. lación amor-odio. No es infrecuente que hijos muy
Su constante “yo soy el culpable” es más una llave de problemáticos produzcan en los padres duelos más difí-
cierre que de apertura, una conclusión de entrada que ciles a través de este mecanismo.
un inicio de partida. En la historia infantil de estas per-
sonas se encuentra muchas veces el frecuente reproche
de los padres acusándoles de ser la causa de sus sufri- Idealización
mientos y de posibles enfermedades, incluso de poder
ocasionar la muerte de uno de los progenitores. Padres La idealización es una estrategia extremadamente
dolientes pertenecientes a esta categoría tendrán una frecuente, ilusoria y peligrosa. Como en todas las otras,
tendencia desmedida a ver en toda rememoración del se trata de un mecanismo normal si se está alerta a sus
hijo perdido un motivo de autocrítica, de autoinculpa- riesgos, se la controla, sopesa y neutraliza cuando co-
ción, y secundariamente una razón para castigarse o rresponde. Es preciso e inevitable funcionar en nuestra
para permanecer anclados en la pérdida como castigo, vida con un ideal del Yo y con buenas expectativas de las
al igual que han hecho antes de la desaparición de su personas significativas que nos rodean. Pero hay que
hijo y con otros pretextos. saber endosar la dosis de frustración necesaria para
Una variante conductual que emplea el mismo me- aceptar que ciertos aspectos del ideal del Yo terminen en
canismo es la del cuidador compulsivo. Dedica insatisfac- una resignación del Yo, y es normal que así suceda cuan-
toriamente su vida al cuidado de otros, como si ése fuera do uno se confronta con algunas realidades. Pero no lo
su destino implacable, para al final decir con la tristeza es si se siente como un masivo fracaso del Yo. La patolo-
del fracaso: “Perdí mi vida por los demás”. Era frecuente gía del ideal del Yo puede ser por exceso o por defecto.
en las antiguas madres, por una razón social pero muy El alto ideal del Yo puede aparecer invisible porque se
interiorizada: la de la inculcación del obligado sacrificio reviste de (falsa) humildad, al imponerse la herida narci-
de cuidar a sus hermanos, padres, hijos..., a costa de sí sista del “aún no estoy arriba del todo, que es donde
mismos si era preciso. Como hemos visto y veremos, el debo estar o donde tengo que estar”. Su imagen metafó-
cuidado exhaustivo de un hijo durante su enfermedad rica es una escalera sin fin, en la que siempre hay un
404 mortal es una de las razones más consoladoras para los peldaño más que subir hacia una gloriosa e invisible
padres tras la muerte de aquél. Pero si el padre o madre meta. El alto ideal del Yo reviste el miedo del incesante
era ya un cuidador compulsivo, este rasgo se acrecentará no llegar, el miedo de no estar a la altura y de caer.
hasta convertirse en un cuidador asfixiante, y si no lo Pero aquí nos interesa más el otro lado de la ideali-
era, existe el riesgo de que durante algún tiempo su mie- zación, el lado en el que es impuesta. Veamos esta ba-
do a una nueva desgracia se traduzca en un cuidado lle- lanza: idealización de los padres / idealización de los
no de zozobra dirigido a la familia o a los otros hijos. hijos. Hay personas que ciegan las realidades desagra-
Otra variante es la del quejoso crónico, que utiliza la dables de su infancia y/o la recuerdan magnífica o no la
queja como subterfugio, igual que los otros la culpa. recuerdan. Hay padres que, incapaces de ver el mal que
Tampoco en este caso la queja de todo, o siempre de lo hacen a su hijo, le inducen a creer que son unos buenos
mismo, les lleva a emprender vías efectivas que elimi- padres, porque incluso ellos mismos lo creen así, y el
nen esa insatisfacción. Se da mucho en madres que se pobre hijo duda en ver lo que ve, piensa que está ata-
quejan de sus hijos pero mantienen las condiciones de cándolos si cree lo que ve, teme perder el afecto de
la queja. La queja crónica —explícita o no— por la ellos, y, por fin, la creencia de que ellos son “los mejores
muerte de un hijo puede convertirse en la coartada su- padres del mundo” queda con indeleble fe en su inte-
friente de un padre o de una madre para seguir inmovi- rior. ¿Son realmente falsarios tales padres? En su mayo-
lizados en sí mismos o con respecto a los demás. Esta ría, no. Ellos poseen la convicción de ser magníficos y
actitud de los padres dolientes es muy diferente a la del sacrificados padres porque hacen algo bien con mucho
duelo imposible o a la de la presencia interior o la per- esfuerzo, y suponen que sólo por el esfuerzo que les ha
vivencia del hijo muerto, pues esto no tiene por qué costado han de ser adorados, sin considerar que tal es-
interferir en absoluto el desarrollo necesario de su pro- fuerzo es el corriente que han de hacer todos los padres
pia vida con los otros. normales. ¡Cuánto cuesta desvelar entonces la verdad,
qué duro es reconocerla! Hay niños que se dan cuenta
al principio y lo gritan, lo revelan y se rebelan a su ma-
Ambivalencia nera, pero nadie les cree y resultan finalmente enmara-
ñados. Otros lo descubren cuando son ya mayores.
La ambivalencia es un mecanismo psíquico muy “Mis padres me hicieron pagar eterno agradecimiento
anclado en la personalidad, que permite en buena lid por lo que era normal que hicieran”, admitió por fin un
analizar productivamente los pros y contras de cual- paciente adulto en el diván psicoanalítico cuando sus
quier fenómeno o circunstancia. Cuando se carga de progenitores ya no existían. Sin embargo, otras veces
ansiedad y de conflicto, se convierte en una fuerza pa- esa idealización maligna sigue su camino generacional y
se transfiere a los hijos de aquel hijo. Y este nuevo pa- ron como si tal cosa, como si ese genio no hiciera sino
dre puede repetir la estrategia inconsciente de la que ampliar coherentemente el círculo de sus otras caracte-
fue víctima, y revender la imagen de “el mejor padre”. rísticas. Y así lo fueron trajeando con calificativos. La
O exigir a sus hijos que respondan al ideal previamente lista definitiva fue más o menos ésta: “serio, responsa-
fijado sin tener en cuenta la realidad de ellos. O, por el ble, fuerte, con carácter, exigente, independiente, no
contrario, idealizarlos a tal punto que los dejan despro- necesita de nadie, dispuesto a escuchar un problema,
vistos de su propio ser. ¡Cuántas veces se han visto pa- eficiente...”. Quizás hubo alguno más.
dres que, contra toda evidencia, juzgan como mejor al Su padre murió en circunstancias terribles, aplasta-
hijo que es el peor, o al contrario! También queda la do y quemado por su propio vehículo, que volcó sobre
opción más difícil y más sana: desenmascarar el embe- él y se incendió. Equis tenía 23 años. La madre casi se
leco. Se les cae entonces el sombrajo entero, tienen que volvió loca de verdad, y su hermana pequeña, histérica.
reconstruir la vieja historia y levantar una morada más Con su habitual fortaleza, Equis llevó a cabo todos los
sólida, en la que viven —con la decepción— una cierta trámites de la dramática situación, afrontó los desequili-
orfandad. En toda elaboración de un duelo, y con ma- brios de las dos mujeres de la casa, que se repusieron
yor fuerza en la de un hijo, se plantea el problema de la poco a poco, y alternó estudio con trabajo para sustentar
idealización. Un doloroso enfrentamiento con ella en a la familia. La madre solía decir con admiración: “Qué
memoria del difunto le devolverá a éste la realidad de lo fuerte es tu hermano. No le he visto nunca quejarse ni
que verdaderamente fue, y rendirá al doliente ese senti- echar una lágrima”. Su mejor amigo, sin embargo, le
do de algo más de libertad interior —es decir, de libera- decía de vez en cuando: “Tú nunca cuentas nada tuyo,
ción, de alivio de carga— que se tiene cuando, aun con con eso de que eres el fuerte... A saber qué pasa por ahí
dolor, se deshace una falsedad tenida por verdad. dentro”, y le señalaba la cabeza. Y Equis se sonreía. Por
aquel tiempo aprendió a navegar y se compró un peque-
ño barco a motor. Ah, sí. A su lista se añadió también el
La fortaleza débil. epíteto de “trabajador, muy trabajador, con mano para
Una historia casi clínica los negocios”. Había montado una pequeña empresa
que fue ampliando y que le permitió económicamente
Llamémosle Equis. su afición marítima. Solía embarcarse solo, le gustaba
Equis no se permitía un respiro, ni una sola peque- adentrarse bien lejos en el mar. Se casó con una compa-
ña flaqueza. Tampoco se lo hubieran permitido. Tenía ñera de trabajo, atractiva y parlanchina. Tuvieron un hi-
que ser siempre fuerte, un puntal para los demás. Quizá jo, al que llamaremos el pequeño Zeta. Al contrario de lo 405
se había visto impelido a ser de esa manera desde niño. que la gente suele decir, la verdad es que todo el mundo
Es decir, no fue niño. No había cumplido los diez años concluía que Zetilla no se parecía en nada a su padre, y
y ya era confidente de las desgracias y frustraciones de eso saltaba a la vista. El niño era delgadín, patosillo, in-
su madre, como si fuera un íntimo amigo adulto. Y ella seguro y tímido, se azaraba enseguida. Y sensible hasta
se vanagloriaba de eso: “Es ya un hombre. Se le puede lo sentimental. La lagrimilla le escocía en sus ojitos vien-
hablar de todo. Todo lo entiende”. El padre no era mala do en los dibujos animados cómo los taimados malos
persona, pero el trabajo representaba todo para él. Un maltrataban a los indefensos buenos. El padre le obser-
ser lejano. No es que fuera un tipo frío, sino que no vaba y en la emoción del hijo encontraba la suya. Y, sin
entendía los sentimientos. Su filosofía de la vida no lle- embargo, no era un niño cobarde, sí orgulloso. ¿Por qué
gaba a diez palabras: “No hay más cera que la que arde”. Equis adoró enseguida a su pequeño Zeta? Pues no por
Llegó un momento en que el comentario era unánime: lo que decía la madre; no porque los extremos se tocan,
“Equis es un chico muy serio y muy responsable”. “Tie- sino por todo lo contrario. Equis se veía absolutamente
nes suerte”, halagaban a la madre. Con la adolescencia reflejado en él. Se propuso: “No será como yo”. Se lo
le dio por reflexionar. Llegó a la conclusión de que su llevaba a pasear en el barco. Los dos solos. Soñaban con
fuerza residía en no mostrar debilidades, en que la gen- el mundo de las gaviotas. Zetilla dijo una vez: “Parece
te creyera en su solidez. Hizo de eso el mérito por el que están siempre gruñendo”. “Es que como no paran
que todos le reconocerían y estimarían, y pensó que eso de chinchar al mar, el mar las ha metido un catarro que
significaba también que le querrían. Era siempre el que no veas, y se han quedado roncas para siempre”, y reían.
no se alteraba, el que escuchaba a cualquiera que le Y padre e hijo se empleaban a fondo en traducir los
fuese con un problema, a él, el que nunca hablaba de murmullos de las olas. “¿Qué dicen ahora?”. “Ahora di-
sus cosas ni se quejaba, el que siempre apoyaba. Es ver- cen que mañana domingo se van a quedar durmiendo y
dad que alguna vez, cuando estuvo muy agobiado, no se van a mover en todo el día”. Y reían; el padre como
quiso contarlo, pero la gente no le dejaba hablar porque un niño chico y el chico como un niño grande. Un día
no estaba acostumbrada a escucharle y porque “Equis Zetilla lloró a mares porque un pez flotaba muerto, de
no tenía nunca problemas”. Era, pues, “un chico fuerte, lado, como una hoja que brillaba con el último sol de la
equilibrado”, además de responsable. Pasó la adoles- tarde. Y el padre lo apretó contra su pecho y los dos sus-
cencia como en una balsa de aceite, pero poco después piraron juntos, y se inventaron una pequeña oración. Y
su carácter cambió. Comenzó con arranques de genio. así se pasaban las horas vivas. Y Equis y Zeta esperaban
Lo curioso es que casi siempre detonaba por nimieda- ansiosos la oportunidad del próximo viaje por esos ma-
des. “No deja pasar una. Tiene un carácter fuerte”, dije- res de Dios.
Al final de aquella primavera, pocas semanas antes Dejó de musitar. Volvió el silencio. Dijo el amigo
de cumplir sus seis años, Zeta llevaba griposo unos que, tras un rato, Equis tornó su rostro hacia él, le miró
días, y con mal carácter, lo cual era raro en él. Una no- y dijo: “No le conté nunca esta historia”68 (Figuras 13 a,
che se agitó mucho y su cuerpecito ardía. Le hospitali- b y c).
zaron urgentemente. Dijeron que era una encefalitis ra-
ra. Unas dos semanas después murió. ***
Al final de la siguiente primavera, Equis se perdió
en el mar. En la búsqueda, el barco apareció enseguida, Le he dado forma de relato —sobre base verosí-
intacto, girando sobre sí mismo. En la radio sonaba to- mil— al largo duelo de Equis por sí mismo, que tuvo
davía la música. No encontraron su cuerpo. su oportunidad de solución en el hijo, mediante el
Un amigo suyo, médico, refirió que, unas semanas proyecto de redimirse en él, y que quedó abortada
antes, habían estado juntos dando una vuelta en el barco. con el duelo efectivo por la muerte del pequeño.
Hablaron poco. Pero recordaba que Equis le comentó la Equis no es un personaje literario. Hay muchos y mu-
última historia del famoso escritor y aviador Antoine de chas equis que no sobreviven a la debilidad de su
Saint-Exupéry. Se refería a los hallazgos realizados por fortaleza. Es conveniente, por un lado, que detecte-
esa época, en el año 2004, a raíz de que un pescador, mos el riesgo de esas enterezas a toda costa, a la hora
cinco años atrás, hubiera encontrado en la costa de Mar- de explorar la vulnerabilidad de alguien ante el duelo
sella un brazalete de plata enganchado a un jirón de tela de un hijo.
de un traje de piloto. La joya llevaba grabado el nombre
de la mujer de Saint-Exupéry. Gracias a eso se descubrie-
ron los restos del avión perdido y se confirmó que allí se
había estrellado efectivamente el aparato que aquél pilo- LOS DUELOS MÁS DIFÍCILES
taba en la fecha correspondiente. Pero —le dijo Equis—
siempre quedará el misterio principal, el por qué se estre- Hay circunstancias que pueden hacer aún más do-
lló en un día sin ataque enemigo y con buena visibilidad. loroso, incluso imposible, el duelo por la muerte de un
Según el amigo: “Equis comentó que aquel hombre, hijo niño. En general se viven con la convicción de que
Saint-Exupéry, no quería seguir volando porque no po-
dría seguir volando”. Y que el problema crónico con su 68 El Pequeño Príncipe (prefiero esta literalidad francesa, grave y
mujer no era lo importante, aunque se hubiera agudiza- honrosa, que no la versión castellana de El principito, plana y ñoña) es
406 do, y ni siquiera el que lo consideraran ya viejo para la el más bello cuento que conozco sobre la amistad entre un adulto y un
aviación militar, sino la falta de sintonía entre él y De niño. Releyéndolo me doy cuenta de que es el más tierno, dulce, triste
Gaulle, y su más que probable relevo inmediato del servi- y, sin embargo, consolador cuento sobre el nacimiento de un vínculo de
amor entre un hombre y un niño y el comienzo del duelo por su pér-
cio aéreo. Callaron durante un buen rato. Absorto, au- dida. Rezuma la metáfora surrealista de la lógica infantil, la necesidad
sente, como si hablara para sí con alguien, Equis musitó imaginativa del conocimiento y la sensibilidad inteligente del amor. Y
un buen rato frases incongruentes. Parecía recitar trozos el inmenso humor de los que saben que viven sólo un poco de tiempo
de un relato o de un diálogo. Casi todos ellos los recono- en un pequeñísimo planeta, donde desde cualquier sitio se puede ver
ció el amigo mucho tiempo después, y por eso pudo re- la puesta de sol. Yo creo que fue el testamento del hombre que lo es-
cribió. Lo recomiendo a todo padre y a todo adulto, en provecho de sí
construir aquel curioso soliloquio. Más o menos, éste: mismo, para recordar su infancia y para compartirla con sus hijos. Todo
niño tiene el derecho a conocer esa historia. Queda dicho también para
“¿Por qué habría de dar miedo un sombrero?...”. maestros.
“Hubo una vez, sobre una estrella, en mi planeta, Para la crónica de fechas y de números, recojo los siguientes
un pequeño príncipe a quien consolar”. datos. El Pequeño Príncipe cumplió 60 años en el 2006. Llevaba tiem-
po gestándose en la mente de su creador, el aviador y escritor Antoine
“No llores, no temas, no correrá peligro la flor de Saint-Exupéry (1900-1944), mientras cruzaba los cielos en los
que tú amas”. vuelos nocturnos del transporte aeropostal. Lo empezó dibujando.
“No quería la flor que él la viera llorar... Era una Siempre como un muchachito de hirsuto cabello muy rubio, con una
flor tan orgullosa... (Y la ternura, celada...)”. gran capa abierta, rodeado de estrellas. Por fin lo dio a luz en 1943:
“Si me amansas... si me amansas... amaré la can- un texto con preciosos dibujos del propio autor, editado en inglés
y en francés simultáneamente por Eugène Reynal, en Estados Uni-
ción del viento en el trigo, presintiendo tus pasos que dos, muy poco antes de que Antoine, desplazado allí a causa de la
me llegan de lejos...”. invasión de Francia por los nazis, volviera a su patria para combatir
“Pero tienes proyectos que yo ignoro...”. por ella, y en donde una semana después desapareció con su avión
“No te dejaré ir... No te abandonaré... Nunca te en el Mediterráneo, el último día de julio de 1944. No llegó a ver al
irás...”. pequeño príncipe en Francia. La versión francesa editada en Nueva
York por Reynal & Hitchcock, firmada por el autor, se limitaba a
“Cuando por última vez regó su rosa, descubrió 260 ejemplares, y la inglesa constaba de 525. En 1946 se hizo una
por primera vez qué era tener ganas de llorar”. edición escolar para la enseñanza del francés en Estados Unidos. La
“Tu consuelo será haberme conocido... Porque primera edición publicada en Francia salió al principio por entregas
siempre serás mi amigo”. en la reviste Elle, y luego en la Editorial Gallimard, en 1946. Ha sido
“Mirarás las estrellas y desde ellas me reiré conti- el libro francés más vendido en el mundo (calculan 80 millones de
ejemplares, entre 400 y 500 ediciones). Se ha traducido a 160 len-
go. Si te preguntan, dirás como un loco: Me hacen guas y dialectos, así que ya lo podrían leer los niños de África, de
gracia las estrellas...”. cuyas arenas brotó esta historia del desierto, como la rosa de Antoine,
“Parecerá que he muerto, pero no será verdad...”. que se llamaba Consuelo.
Figura 13a.
Figuras 13 c.
Composición de sueños de Antoine, del Pequeño Príncipe... y quizá de Equis.
Sólo sé de las siguientes dos jóvenes madres sin ...Tengo 20 años... Hace 2 meses, 4 días... que
hijos los mensajes que tengo ante mí. Los dos son con- perdí a mi hermosa bebé de tan sólo dos meses... Soy
fesiones de la madrugada. estudiante de Psicología. Fue difícil el enterarme que
Una se llama Romina. Lo ha escrito el 4 de febrero estaba embarazada... Pero me hice a la idea de criar a
de 2007. una guagüita chiquitita... Y... se me fue con su propio
sueñito... Mi hermosa bebé... ¿Qué voy a hacer sin ti?
Sólo tengo 21 años y un dolor que me falta cuer- Este vacío en mi corazón no me deja levantarme... Me
po para sostenerlo. Tuve una bebita que nació de cinco tienen acorralada en esta oscuridad... Que todos los
meses de gestación, sólo vivió 21 días, y era maravi- días me tientan a ir a tu piecita... a ver tus cositas, mi
llosa. Fue tan difícil aceptar su llegada, pronta yo a bebé... Pero sé que si voy... no podré salir más... Mi
ser abogada, con la juventud por delante, pero… Dios hermosita guagüita... ¿Por qué se me tuvo que ir? Los
recuerdos de esa noche me atormentan cada segundo... que tendría la excelsa poeta gallega santiaguesa Rosalía
Todavía me aferro a tu recuerdo, Mandy... Todavía de Castro69.
pienso en que íbamos a estar juntas... sólo las dos... no Es el 4 de noviembre de 187670 en la residencia
necesitábamos a nadie más... Cuando te vi por prime- de los Murguía en Santiago de Compostela. El niño
ra vez... me enamoré de ti... cuando esas manitas juega en la habitación acompañado de su choiña. La
apretaban mi dedo supe que tenía que protegerte a to- madre está en otro lugar de la casa, y el padre, en Ma-
da costa, fuese como fuese. Y no pude, mi bebé... No drid, adonde viaja con frecuencia y en donde a menu-
pude... Mami no pudo... Te amo tanto... tanto... tan- do reside por razón de su trabajo. Adriano se halla en
to... Su carita... sus labios... sus manitas... sus pieci- plena edad de la etapa jubilosa de la psicomotricidad;
tos... Te amo... Que juegue con los angelitos por siem- por tanto, gatea, corre, sube, monta, baja…, sin parar,
pre mi bebé. Yo ya no puedo vivir... y con esa rapidez de los pequeños que disfrutan con el
recién aprendizaje de la coordinación de sus movi-
mientos. Se sube a una silla; de la silla se encarama a la
Duelo por negligencia
mesa; repta por la superficie de ésta, ríe alborozado
Es frecuente la atribución explícita o implícita, con por su proeza, llega al borde, resbala, oscila y cae. Se
razón o sin ella, de la muerte de un hijo-niño a la negli- oye el grito despavorido de la criada. El niño está iner-
gencia del personal clínico o asistencial que lo trataba. te en el suelo, la cara ensangrentada. La madre acude.
Aún más inaguantable es la muerte producida en Todo es ya una agonía. Dicen que Rosalía se culpaba
un descuido de los padres, como la de los niños ahoga- sin piedad.
dos en la piscina de la propia casa. Los padres se defien- El marido regresa a Madrid, y ella queda de nuevo
den directa o indirectamente proyectando o repartiendo embarazada. Es otra niña, que nace muerta, y la bautiza
las culpas con o entre otras personas de la familia o Valentina. Como consecuencia, Rosalía padece hemo-
acusando al servicio doméstico, pero ese recurso no les rragias y dolores intensos (Figura 14). Le cuesta recupe-
apacigua interiormente. Es un duelo imposible porque
la culpa es tan vergonzante que a menudo se esconde la 69 Rosalía de Castro (24-2-1837/15-7-1885) era hija ilegítima
causa, e incluso el silencio cae como espeso tabú sobre y ocultada de la señorita Teresa de Castro Abadía, de 33 años, pertene-
ciente a la hidalguía rural venida a menos, y del sacerdote José Martínez
el recuerdo de la malograda criatura. Viojo, de 39 años. Repudiada en principio por la madre para evitar el
Un duelo también muy doloroso para los padres es escándalo familiar y social, pasó de inmediato a ser cuidada en casa
408 el determinado por el síndrome de muerte súbita del de una nodriza y luego por sus tías paternas, en una aldea cercana a
lactante. Actualmente es la primera causa de falleci- Santiago, hasta que tuvo unos ocho años. Después fue recogida por su
miento en el primer año de vida en los países desarro- madre para vivir ya juntas. Desde muy joven demostró su inteligencia
y autonomía de criterio. Su adolescencia se vio marcada por dos fuertes
llados (1-3 por 1.000 nacidos vivos). Hoy se cree que impactos emocionales: el conocimiento de su origen a los 15 años y un
un factor asociado con frecuencia al síndrome es la pos- desengaño amoroso a los 19, que ahora veremos. Empezó a publicar su
tura boca abajo del niño cuando duerme, pero justo ésa obra con veinte años. Fue la Bécquer gallega, donde la soleada floritura
era la posición recomendada en los años sesenta y se- romántica sevillana era sustituida por el radical romanticismo pesimista
tenta, desaconsejando entonces el decúbito supino y la sombra melancólica de la saudade y de la desesperanza. Innovadora
de la métrica poética (muy desvalorizada por ello entonces), fue mujer
(boca arriba) para evitar que el niño se asfixiara con se- indómita y sencilla, sin conciencia ni vanagloria de su valía; tierna, pero
creciones o con la lengua. La asociación estadística del de carácter fuerte y de emotividad variable, pasando fácilmente de la
síndrome con condiciones socioculturales de precarie- ternura y la lágrima a la cólera; de salud delicada, pero de gran energía;
dad ha dado mala imagen a los padres que han sufrido grande y desgarbada, pero femenina. Amó a un hombre que no la quiso
esta tragedia. Durante años han debido sufrir además la (su condiscípulo Aurelio Aguirre, que dicen que se suicidó ahogándose
en el mar) y se casó con un hombre intelectual galleguista, Manuel de
sospecha de ser los responsables de tales muertes por Murguía, mayor que ella y más pequeño de talla (que estuvo a menudo
falta de atención o atención inadecuada, e incluso se muy ausente de su lado), al que ella no amaba pero respetó siempre.
pensaba en actuación criminal o de maltrato. En reali- Tuvo siete hijos: En 1859 nació Alejandra, en Santiago; casi diez años
dad, todavía no se sabe la causa (apartados 7.2 y 7.3 de después, en 1868 (¿por qué tanto tiempo?), vino Áurea (¿reminiscencia
la Casuística). de Aurelio, su amor?), también en Santiago; luego, en 1871, los melli-
zos Gala y Ovidio, en Lestrove; Amara, en 1873, en La Coruña; Adriano
Muchas son las autoinculpaciones de negligencia Honorato, en 1875, en La Coruña; y en 1877, Valentina, en Santiago,
que se hacen los padres de hijitos muertos, pero aún que nació muerta o murió a los pocos días (tomado de Rosalia de Castro,
más si ésta se halla justificada. na sua vida, nos seus versos, Luis Antonio Girgado, 1986). Todos los hijos
quedaron solteros o sin descendencia. Los tres grandes libros poéticos
de Rosalía son Cantares gallegos (1863), Follas Novas (1880) y A orillas
del Sar (1884), los dos primeros en gallego y el último en castellano (ya
“Era apacible el día…” no escribiría más en su habla de origen, enfadada por el desafecto de
sus injustos compatriotas). De este último libro, el más amargo y deses-
perado, hemos espigado varios poemas, de los cuales algunos expresan
Nana de Rosalía a su niñito ciertamente su duelo poético por la muerte del hijito y otros me parecen
muerto razonablemente relacionados con dicho drama. Una característica de
la poesía de Rosalía es el total anonimato sobre las causas o autores de
sus penas.
Se llamaba Adriano. Nació el 21 de marzo de 1875 70 Rosalía de Castro. La luz de la negra sombra, Eugenia Montero,
71 Dichos poemas se recopilarán en el trágico libro A orillas del La Ciencia no sabe responder. Desesperada, de ro-
Sar (1884), de donde tomamos los que aquí comento. dillas, interroga, impreca a Dios, sin obtener tampoco la
memoria de sus hijos pequeños Ernst y Luise, perdidos piloto canadiense y de una muchacha inglesa de 16 años. El padre,
y muertos en la ventisca de nieve de la montaña, cuya casado, regresó a su país, y Eric se crió con sus abuelos y con su madre,
creyendo que aquéllos eran sus padres y ésta su hermana. Supo la ver-
excursión los padres les permitieron (Figura 15). Sobre dad a los nueve años por personas ajenas a su familia. Él confesaría más
dicho poema, Mahler compuso un estremecedor lied, tarde que ese choque emocional le afectó durante toda su adolescencia
que denominó Canciones para los niños muertos (Kinder- y le llevó a ser una persona insegura, que necesitaba impresionar y ser
totenlieder, 1902). Tiene el poema cinco estrofas. el mejor en ciertos aspectos. Desde la infancia se sintió apasionado por
En la primera, se queja el padre‑poeta de que la la guitarra, que aprendió a tocar solo. Apenas con veinte años empezó
a ser conocido, formando parte de los grupos musicales británicos más
vida siga igual a pesar de su enorme desgracia. Para los influyentes de las décadas 1960-1970, desarrollando a lo largo de su
demás luce el sol, pero para él es la negra noche. Trata vida una intensa obra, creativa, exitosa y galardonada, especialmente
de sobreponerse invocando la luz eterna para sus hijos en el campo del blue-rock. En 1988 se rompió su matrimonio con Patty
muertos y la alegría del mundo para sí mismo. En la Boyd, la que había sido anteriormente esposa de Harrison, uno de sus
segunda, no obstante, acecha trágicamente la evocación mejores amigos. Patty inspiró una de las más bellas canciones de amor
a una mujer, Layla. El matrimonio duró nueve años. Como muchos
del presagio de muerte que tuvo y que no supo enten- otros de aquellos jóvenes creadores de la nueva música, cayó en la dro-
der. La tercera, como en vaivén, le trae el recuerdo de gadicción y en el alcoholismo, que al parecer, en su caso, fueron oca-
los días felices del pasado, extinguido en el momento sionados por el fracaso de un álbum musical suyo y por las muertes de
en que, al oír que se abre la puerta de su estancia, sólo su abuelo-padre y de su amigo Hendrix. Pero se rehabilitó y volvió a la
ve en el umbral el hueco de una carita ausente. La cuar- guitarra. En 1998 fundó Crossroads Center, clínica para el tratamiento
de drogadictos y alcohólicos en la isla caribeña de Antigua. Clapton es
ta es una ilusión, una negación ensoñada de la muerte hoy, a sus sesenta años, una de las figuras más respetadas y reconocidas
de los niños: “Nada ha pasado, todo va bien, pronto en el campo de la instrumentación de la joven música moderna.
volverán los pequeños”. Pero… La última estrofa es de 74 La composición original es así:
rigor extremo, de culpa total, de tremendo auto-repro- Would you know my name if I saw you in heaven?
che reiterativo, de un realismo desolador. Would it be the same if I saw you in heaven?
I must be strong and carry on,
De manera brusca, los tres últimos versos dan un ‘cause I know I don’t belong here in heaven...
viraje sólo comprensible psicológicamente por la nece- Would you hold my hand if I saw you in heaven?
sidad de poner urgente remedio a la hemorragia de do- Would you help me stand if I saw you in heaven?
lor: si esta terrible tormenta no ha permitido que los I’ll find my way through night and day,
niños regresen a la casa paterna, al menos los ha condu- ‘cause I know I just can’t stay here in heaven.
Time can bring you down, time can bend your knees,
cido a la casa materna de Dios. Time can break your heart, have you begging please, begging in please...
Would you know my name if I saw you in heaven?
72 Véase el texto completo de las Canciones al final del capítulo. Would it be the same if I saw you in heaven?
411
Suicidio en el internado
fondo, y también que el niño, en función de la extremo-
sidad impulsiva de su naturaleza inmadura, las inter- El 29 de julio de 1922, el político republicano al- 413
preta como insuperables y las interioriza sin salida y sin calaíno Manuel Azaña Díaz (1875-1940) publicó en el
capacidad de maniobra. Otras veces la inflexibilidad se periódico España un artículo titulado “El jovencito
enmascara bajo una apariencia de tolerancia y permisi- ahorcado en el colegio”75. Dice:
vidad, y actúa con palabras y gestos sin estridencias,
formalmente afectuosos, pero que conllevan indirecta o [...] Saliendo de misa, lo encontraron estrangula-
latentemente una opresión o exigencia afectiva, un do al pie de la cama. Tuvo que ingeniárselas para mo-
chantaje sentimental. rir; que arbitrar un suicidio difícil, expuesto al fracaso
Muchas otras veces esa inflexibilidad es absoluta y de quedarse con vida; se mató... ¡en una tabla! Se echó
explícita, sobre todo en determinados medios donde un lazo al pescuezo; como era poca la altura, necesitó
impera el sectarismo religioso o ideológico. Dentro de tensar esforzadamente la correa, tirando, y repetir las
estos sistemas inamovibles, he conocido casos donde el zambullidas en la muerte. Pasó el trago más de una
niño o adolescente llevaba una doble vida, una de buen vez. No cejó. Nada le contuvo: ni el espanto de una
chico de cara a los padres modélicos (pero no tanto, sin agonía intermitente. Le animaba contra su vida el en-
embargo, en ocasiones) y otra, en los chicos límites o cono particular de los veinte años. ¡Qué despechado
disociales, de conductas que escandalizarían gravemen- contento el suyo, un instante, al sentir ya el daño he-
te y pondrían en entredicho la moralidad y buen nom- cho, que ya era de la muerte! ¡Qué saña vengativa al
bre de su familia. Pero también esa doble vida o doble representársele cómo lo encontrarían, en las primeras
cara puede darse en otros miembros de la familia, o in- luces de la mañana, tieso en la celda donde le habían
cluso en todo el grupo familiar, de manera que la inau- puesto a reformar, incurso violentamente en la reforma
tenticidad hace irrespirable el ambiente de la conviven- definitiva! ¡Pobre! [...]
cia doméstica.
2) Y, en el extremo opuesto, vemos sistemas fami- Según Azaña, parece ser que lo encerraron en el
liares inconsistentes, en los que el niño o adolescente se correccional de frailes para enderezar “una pasión inmo-
encuentra perdido, sin asidero, en una suerte de aban- ral que minaba el decoro de la familia”. Estaría empare-
dono intrafamiliar inadvertido por todos, incluso por el dado hasta “matar su inclinación” y que dijera: “Ya no
propio niño. Dentro de este contexto, me ha llamado la siento nada”. Parece ser que horas antes de suicidarse, el
atención la existencia, por un lado, de madres ausentes, muchacho se había confesado. El cura no había acertado
no tanto por falta de presencia física, sino por hallarse
enzarzadas angustiosamente en sus propios problemas 75 Obras Completas, Manuel Azaña, Editorial Giner, 1990. Tomo
a darse cuenta de que confesaba a un desahuciado. reparto de consejos y de sus “bienes” para padres y her-
¿Quién sabe por qué se mataría? ¿Masturbación, homo- manos. Aunque hay tendencia a calificar estos propósi-
sexualidad? ¿Se vio anegado en sus perseguidos senti- tos como histriónicos, no dejan de ser reveladores sus
mientos, ésos que le habrían hecho madurar de haberlos contenidos, que, bajo su apariencia acongojada y amo-
podido vivir de otra manera? ¿Se mató por orgullo? ¿Por rosa, reflejan una implacable y agresiva acusación y
protesta contra un abuso de autoridad? ¿Para infligir re- puesta en evidencia de sus imputaciones, cuya traduc-
mordimiento a los que le condenaban? Los frailes más ción vendría a ser: “A pesar del mal que me habéis he-
piadosos dirían: “¡Que Dios le perdone!”. Otros le pon- cho, yo os quiero mucho; no os preocupéis por mí,
drían como ejemplo de los que van al infierno. Conde- porque en realidad no os vais a preocupar, porque no os
naba Azaña este plan de reforma juvenil, típico del siste- importo; como soy tan generoso/a y me hallo tan por
ma patriarcal burgués, con el fin de preservar la respeta- encima de vosotros, os doy consejos y os reparto mis
bilidad de la familia. Y denunciaba el método de sumi- cosas, para que veáis que no os guardo rencor”. Y allí
sión y de vejación como base de la reforma: donde pide perdón, habrá que entenderlo en una doble
acepción: pedir perdón significa en realidad lo contra-
[...] Aplican, a su arbitrio, tan riguroso plan, que rio, “os perdono”, pero también quizás un cierto reflejo
el del Estado con los criminales es leve. Vestimenta ri- de conciencia del mal que está haciendo con su conduc-
dícula; aislamiento en celda; régimen de pan y agua; ta de venganza o de revancha. Se ha dicho hasta la sacie-
trabajos corporales penosos; trabajos inútiles. Es para dad que tales comportamientos suicidas son llamadas de
quebrantarles la voluntad. Entendido. No veo qué se atención del niño ante situaciones que no puede afron-
gana en el quebranto, por puro quebranto, de la volun- tar de ninguna manera. De ser esto cierto, no invalida,
tad de nadie, ni la virtud de una reforma que muda a sino que reafirma lo que acabo de señalar sobre la agre-
los hombres en guiñapos o los obliga a fingir. [...] sividad sin cauce que deben afrontar tales niños dentro
de sí mismos. Pues bien, cuando llegan al suicidio con-
sumado esta agresividad se transfiere a sus padres, en
Lamentos de padres del niño suicida mayor o menor medida, y con expresión más o menos
explícita, y tanto más cuanto más atenta contra la ima-
Los padres de niños suicidas no encuentran nunca gen externa (o social) e interna (emocional) de éstos.
motivos que justifiquen ese acto. Sus manifestaciones Con el suicidio, un niño no perdona a sus padres y
son muy a menudo las mismas, casi al pie de la letra: los padres no perdonan a su hijo por el suicidio, salvo
414 en casos en los que lo justificaría un sufrimiento físico
“Nadie se esperaba esto…”. inaguantable. Pero no he visto un solo niño que se haya
“Era un niño bueno, alegre, sensible…”. suicidado por causa de una enfermedad física insopor-
“No tenía ninguna razón para hacer lo que table. Al contrario, he constatado la gran tolerancia y
hizo”. serenidad de los chicos ante enfermedades crónicas o
“Tenía todo lo que quería”. límites, que les infligen intensos sufrimientos.
“Sus amigos nos dicen que tampoco sabían El suicidio de un hijo pequeño levanta maledicen-
nada”. cias y sospechas en el entorno, que imagina padres
“Algo le ha debido pasar por ahí que nunca maltratadores físicos o psíquicos, represores, rechazan-
sabremos, algún mal amigo, alguna mala influen- tes o con escasa atención al niño. “Algo habrán hecho
cia…”. esos padres para que se les suicide un niño”, se piensa
“Yo no creo que mi hijo quisiera realmente aunque no se diga. Especialmente duro es este trance
suicidarse, sólo quería asustarnos o llamar nuestra para padres que tienen una categoría profesional, social
atención, y se le fue la mano…”. o de reconocida significación ética, política o religiosa,
“Nos ha destrozado la vida”. a los que la opinión pública atribuye especial respetabi-
“Por qué nos ha hecho esto”. lidad, moralidad o experiencia humanística. Por ejem-
plo, el suicidio de un hijo niño constituye un importan-
En general, muchos de dichos padres no quieren te desdoro para profesionales de la salud mental, aboca-
saber; inconscientemente, prefieren no indagar en sí dos a la vivencia de un fracaso no sólo como padres sino
mismos para hallar la verdad. En cierto modo se com- como profesionales, ante la cual han de afrontar el ries-
prende este rechazo no verbalizado, pues es práctica- go de un hundimiento de su persona. Es difícil enton-
mente imposible que ello no conlleve la movilización ces que el suicidio del hijo no sea vivido como un ata-
de una culpa y una ira que les serían inasumibles. que personal, suponiendo un terrible agravio a la ma-
nera de pensar y de ser del padre, y como una vengan-
za, sin posibilidad de reparación. Se puede llegar así a
Cartas del niño suicida a sus padres odiar irremisiblemente a ese hijo, y de ahí se llega tam-
bién a un duelo imposible.
En las cartas escritas por algunos de los niños que Quizás una vía para salir de ese impasse sea asumir
han realizado tentativas suicidas se repiten sistemática- ese odio, extrañar a ese hijo, sumergirlo en el olvido del
mente frases y temas como “no os preocupéis por mí”, silencio total o hacer un análisis profundo de los senti-
“os quiero mucho”, y demandas de perdón, así como un mientos involucrados, y si hay culpas objetivas, repa-
rarlas en otras situaciones o personas de similares ca- ces de superar esa tensión, en la que sólo se cruzan des-
racterísticas a las que originaron dicho duelo imposible. calificaciones mutuas y una enconada pretensión de
Pero esta última salida también puede tender trampas: convencer al otro o de quedar sobre él, lo que es particu-
hacer del duelo una catarsis exhibicionista de mea culpa larmente escandaloso. Lo contrario puede ser incluso
o vivir una vida de continua reparación por una culpa peor, es decir, la vía de un sometimiento desalentado,
sin solución. masoquista, por una de las partes o por las dos, como
modo de buscar una tregua, una falsa paz. Veamos esto.
Padres e hijos se encaran por razones que van más
Lentos suicidios allá de aparentes asuntos de autoridad, normas, discipli-
na, educación, libertad y otros temas semejantes. En
Hay suicidios lentos, que empiezan en la infancia. realidad se está dilucidando entre ellos cuestiones básicas
Son suicidios largamente anunciados. Eso pasó con el de identidad y de identificaciones. Éstas se juegan siem-
hijo y la hija, respectivamente, de la escritora Elena So- pre en el campo del conflicto entre el Yo y el no-Yo, mu-
riano y de la periodista Raquel Heredia, a los que nos cho más acuciante entre padres hijos, donde esta lucha es
hemos referido en varias ocasiones. Ambos jóvenes per- más intensa y decisiva. El proceso se inicia con el afronta-
dieron su vida tras llevar una existencia de perdición miento, que es dar la cara al problema, encararlo. Ponga-
progresiva, en los que la adicción a la droga tuvo, como mos una discusión como ejemplo. Si el afrontamiento
era de esperar, un papel predominante. Dos madres tiene lugar o es aceptado, se sigue la fase de enfrentamien-
distintas. La primera era una escritora con ideas de iz- to o de pelea con el problema, de medir fuerzas, de tirar
quierda, respetada, rigurosa, ordenada, cumplidora, cada uno para su lado, de imponerse a toda costa. Todo
con una familia unida, a la que su hijo descabaló com- puede acabar ahí, o continuar, con o sin pausa, a la fase
pletamente, y al final el muchacho murió en la ambi- de confrontación, en la que se comparan y se contrastan
güedad de no saberse si se suicidó, lo asesinaron o su- las dos partes confrontadas. Si esta etapa llega a buen
frió un accidente de carretera. Como ya dije, Elena So- puerto se consigue un acuerdo, ajuste o entendimiento,
riano escribió un voluminoso libro (Testimonio materno), hasta una nueva necesidad de afrontamiento.
denso, auténtico, escalofriante, exento de cualquier in- Esta aparente divagación no es gratuita. Sigamos.
tención sensacionalista. Por su lado, Raquel Heredia es La dimensión de la identidad de la persona se teje
una periodista, hiperactiva durante la transición políti- en una trama familiar de identificaciones y de contra-
ca española, más volcada hacia su trabajo que hacia su identificaciones (ser-igual-a y ser-lo-contrario-a). El en-
familia, con un matrimonio desastroso, como lo han si- frentamiento de padres e hijos no sólo es inevitable sino 415
do muchas de las uniones conyugales de aquel tiempo. necesario, y se produce siempre, se haga o no evidente.
Ella también escribió su libro (Agenda de los amigos Dicho enfrentamiento se sustenta sobre la base de una
muertos, 1998), donde se desnuda existencialmente oposición de imágenes proyectadas inconscientemente
hasta llegar a la impudicia y manifestando su deseo de entre ellos. Cada uno quiere que el otro sea de la manera
reparar en sus nietos lo que no supo hacer con su hija. como uno es o, más bien, como uno quisiera ser. Todo
Otro caso similar, fuera de nuestras fronteras, fue el ese juego —normal, por lo demás, dentro de unas co-
del atareado y brillante periodista y escritor francés Pa- tas— presenta simbólicamente muchas características
trick Poivre d’Arvor (1947), cuya hija Solenne, enferma de las leyes de la óptica y de los espejos (de la reflexión
de anorexia‑bulimia, se suicidó con 20 años, el 27 de y de la refracción, de los espejos cóncavos y convexos),
enero de 1995. Él escribió una breve biografía-semblan- aplicadas a las percepciones imaginarias del ser del otro.
za de la niña (Elle n’était pas d’ici, 1997), sin el menor El acceso al entendimiento es como una graduación óp-
tinte de culpa ni melancolía, donde, con un estilo neto, tica para poder verse mejor. Cada persona tiene su perfil
un tanto frío o —digamos— cordialmente distante, vie- de reacción ante un problema. Puede haber los que ni
ne a manifestar su imposibilidad de ayudar a la hija, siquiera lo afrontan, los que se quedan en el enfrenta-
simplemente porque era una persona distinta, desgra- miento o en la confrontación; los que, pasando por los
ciada en sí misma, o sea, que no era de aquí, es decir, del tramos anteriores, nunca llegan al entendimiento, o, por
mundo del padre, y, por tanto, que no había nada que el contrario, los que, bien por sabiduría o talante, o bien
hacer. Es probable que se trate de un texto escrito con por debilidad o cobardía, llegan de entrada o precipita-
una motivación inconsciente de autoexculpación ante damente a él. La pedagogía del afrontamiento concierne
su hija y ante un posible tribunal mediático popular. tanto a padres como a niños, y me parece un aprendiza-
Entre nosotros, tenemos, como apunté antes, el ca- je moral imprescindible para la vida.
so del suicidio lento de los hijos del afamado psiquiatra Pues bien, he comprobado, en la práctica totalidad
Castilla del Pino, que abordaré en la Casuística (aparta- de los serios intentos suicidas de niños y adolescentes,
do 4.2), cuando me refiera a las familias truncadas. su extrema incapacidad o desaliento para acceder a ese
proceso que empieza con el afrontamiento y prosigue
con el enfrentamiento, la confrontación y el ajuste. Es
Enfrentamiento, confrontación, suicidio en la relación familiar, y sustancialmente en la interrela-
ción entre padres e hijo, en donde se aprende a ajustar
A cualquier edad, todo hijo pone en cuestión a los el “ser como” y el “ser distinto”, a través de dichos pro-
padres. Muchas veces ni los unos ni los otros son capa- cesos de afrontamiento, a veces muy duros. Casi todos
los chicos que quisieron suicidarse sentían que no po- dominio de su libido sexual “maternalizada” (con lo
dían encarar sus problemas. No digo con esto que toda que trato de denominar la preponderancia de ternura
patología del afrontamiento acabe en suicidio, pero el en sus fantasías sexuales, en especial con la pareja) y el
sentido inverso sí se da, según mi experiencia. intenso despliegue de su imaginario con figuraciones
Por otra parte, el suicidio del hijo deja a los padres, que giran alrededor de la representación ideal del hijo
y en particular al padre varón, como portador de todas
las imágenes malas que su hijo proyectó sobre él (imá-
genes fijadas en el enfrentamiento), sin posibilidad ya
de confrontación, de contraste y de ajuste.
En casos de adolescentes o jóvenes adultos que
han hecho sufrir hasta la extenuación a padres y herma-
nos (por drogodependencia, conductas delincuentes,
trastorno mental, “personalidad límite”, etc.), el suici-
dio es la solución que encuentran esos muchachos para
acabar con su propio sufrimiento y el de su familia. El
desaliento ha acabado con toda capacidad de éxito en el
afrontamiento. Por su parte, la familia se siente aliviada
con tal suicidio, y esta vivencia se simultanea o se im-
brica con pena, culpa e ira hacia el hijo muerto. Una
joven madre murió consumida tras un largo historial de
drogas, abortos y conductas límite, incapaz de salir de
su propio calvario ni aun con ayuda. El día de la incine-
ración del cadáver de su madre, uno de los hijos peque-
ños le dijo a la abuela, que se hacía cargo de ellos:
“Abuela, ¿estamos muy tristes, verdad? Pero también
muy tranquilos”.
Lo que siempre me ha entristecido es el silencio de
ultratumba que se cierne a menudo sobre los niños sui-
cidas. He conocido casos en los que he tardado en saber
416 que tal persona existió una vez en una familia a la que
venía tratando hacía tiempo.
deseado, el cual empieza a aparecer también en la temá- consciente del daño de su cuerpo por el embarazo y el
tica onírica. Al par, en ese mismo escenario aparecen los pánico de no saber si serán capaces de asumir adecua-
reversos, es decir, los temores, angustias e incertidum- damente a unos hijos proyectados como ideales sin re-
bres que acompañan normalmente a la mujer embara- nunciar a su propio desarrollo profesional. Todas pien-
zada sobre el devenir del posible hijo. Pues bien, la san en la adopción como una salida-ya, pero, al mismo
quiebra, de un modo u otro, de este proceso previo a la tiempo, viven con un sentimiento de ambivalencia, de
concepción conlleva habitualmente un vacío, que, se- huida, de evitación, de no afrontamiento. En general,
gún su impacto en la mujer, deriva o no hacia un duelo sus parejas varones suelen apoyarlas, pero no sienten,
imaginario. como es obvio, lo que ellas sienten, y en realidad estas
El 5 de febrero de 2007, Celeste contaba en un fo- mujeres se encuentran muy solas en el fondo. Si la si-
ro de Internet: tuación se prolonga y se suceden las tentativas fallidas,
pueden llegar a una situación de duelo narcisista, por
Dentro de poco se va a cumplir un año de la pérdida anticipada.
muerte de mi pequeño Hilario, quien no llegó a nacer,
pero yo lo conocí a través de las ecografías. Pude ver lo
hermoso que era, sus manos, sus piecitos, su pequeña Duelo por aborto
carita. Pude sentir cada movimiento suyo, que era una
caricia para mí. ¡Qué difícil se me hizo seguir adelante, En su desgarrada autobiografía testimonial, ya
qué dolor irreparable y qué vacío profundo dejó en mi mencionada, La agenda de los amigos muertos (1997), la
vida. Guardé cada objeto que tenía para él, desarmé la periodista Raquel Heredia (con cuatro hijos y la expe-
habitación, escondí todo, y después me sentí peor, por- riencia de dos abortos) hace la siguiente reflexión al
que me di cuenta de que había escondido el dolor. Hace contar aquellos días en que fue a una clínica de Amster-
poco empecé a entender que hay cosas que no tienen dan con Ada, su hija de 13 años, embarazada, para que
explicación y sólo me queda agradecerle a Dios la la niña abortara:
oportunidad que me dio de sentirme mamá, pero
igualmente su lugar no podrá ser ocupado jamás... Los hijos que no nacen por expresa voluntad de
las madres quedan ahí, registrados en la memoria, con
Celeste nos descubre lo que no habíamos adverti- unos rasgos definidos que creeremos ver durante toda
do: que hoy una madre puede ver a su hijo aunque no nuestra vida en los semblantes de otros hijos, y conta-
nazca, gracias a la ecografía y a técnicas cada vez más remos sus cumpleaños en silencio y siempre nos arre- 417
avanzadas de visualización intrauterina. Para ella su hi- pentiremos de que no vieran la luz. Pecado o no, delito
jo existió, fue alguien, y de ello da fe un retrato (la eco- o no, nuestra memoria los registrará sin remedio y
grafía) que tiene un nombre más simbólico que nunca nunca se borrarán de ella, dejando en el subconsciente
porque es un eco del hijo que no nació, pero cuya ima- la desdibujada imagen de un crimen.
gen ella vio, guarda y ama (Figura 18).
Esta afirmación tan contundente no es generaliza-
ble. No se siente lo mismo la pérdida de un feto al mes
Duelo narcisista de jóvenes de gestación que a los tres meses. Muchas madres no
infértiles ven a sus fetos muertos, unas porque no quieren y otras
porque se les ocultan sin preguntarles nada, pensando
Cada vez veo a más mujeres jóvenes, en la treinte- que es mejor para ellas. No sé si es mejor que los vean o
na de edad, con síndrome de infertilidad sin causas or- que no. Sí sé que es mejor preguntárselo y cumplir su
gánicas detectables (lo que antes se llamaba infertilidad deseo. Algunos colegas me han contado la existencia
funcional). Se da con frecuencia en mujeres inteligen- cada vez de más madres (y de padres) que han querido
tes, muchas de ellas con un alto nivel de autoexigencia tener al feto en sus brazos, aunque fuera unos momen-
en el ámbito profesional, que tratan con dificultad de tos. Quizá permanezcan en la memoria materna impre-
compatibilizar su papel de realización profesional con sos los rasgos de la criatura no-nacida, y la madre segu-
su deseo idealizado de ser madre y educar bien a sus ramente buscará en el recuerdo su remoto parecido con
hijos. Cuando se deciden a llevar a cabo la reproduc- el de otros recién nacidos con mejor suerte. Lo más
ción asistida, no pocas veces se deben someter a varias probable es que haya un vacío de la memoria, no como
tentativas o a distintos procedimientos en los diversos la nada, sino como dicen que son los puntos negros del
niveles del protocolo de tratamiento, no exento de efec- universo, con una inmensa fuerza de imantación hacia
tos secundarios físicos y emocionales. Cada tentativa lo inimaginable. Algo semejante a lo que los psicoana-
fallida supone para ellas un fracaso personal, un “ba- listas llaman el inconsciente primario (Panel II).
jón” importante en su estado anímico y en su autoesti-
ma, y un cierto sentimiento de deuda o de fallo en la
pareja, naturalmente en la medida en que la explora- Diálogo con Oriana
ción de su pareja masculina ha sido descartada como
causante o coadyuvante en la infertilidad. A menudo Quiso ser indomable, aunque fuera mujer. O sea,
encuentro en esas jóvenes una importante angustia in- porque era mujer. Lo fue desde niña, imitando a su pa-
420
Perdóname. ¿Cómo estás, niño? Quisiera resistir Mi amiga le escupió, se volvió al doctor y le gritó:
seis meses más, el tiempo de darte a luz, y luego morir- Usted es el culpable, la quiso matar a ella.
me. Cualquier mujer capaz de amarte será una exce- Mi jefe fingió pesar y concluyó: Culpable, por vani-
lente madre para ti. dad, por no dejarle a una rival la primicia de un trabajo.
Me agobia el vestido. Mi padre: He sufrido dos dolores: saber que ese
A tus catorce semanas, ¿cómo eres de largo? niño existía y saber que no existía. Para un padre los
hijos no son culpables nunca.
Ni siquiera era roja. Sólo rosa pálido. Pero era Mi madre. Es mi niña, y mi niña no puede hacer
sangre. el mal. Sólo un testigo podría explicar lo que ha pasa-
do, ese único testigo es el niño, y él no puede.
¿Tuya o mía? ¿Ése es tu único mensaje, una gota Pero tú también declaraste, niño. Yo temblaba.
de sangre rosa? Llevamos una semana en el hospital. “No tengas miedo, mamá. Me enseñaste a no tener
No aguanto, niño. Me has quitado todo, el vientre, la miedo de la verdad, que está hecha de trozos de verda-
sangre, el aliento. Yo soy tu víctima, niño. Nos vamos des. Me mataste sin matarme. Me atribuiste a mí la
de aquí...Tomaremos el avión. decisión de existir, mamá... Y nunca te cansabas de
demostrarme que no hay salvación. Pero yo te perdo-
El médico se puso cianótico gritándote que lo tu- no, mamá. No llores. Naceré otra vez”.
yo era delito en todas las versiones. Le escuchaste ató- Ni aunque se hagan millones de combinaciones, ni
nita. Y entonces sentiste la primera patadita en el inte- las máquinas más potentes te harán renacer, nadie po-
rior de tu vientre. Como el que tú le diste a tu madre drá crearte de nuevo como hubieras sido en tu tiempo.
que no te quería y por aquel primer puntapié tuyo qui-
so tenerte. Te quedaste rígida, fría, con la garganta ar- Lo llevaste muerto en tu seno más tiempo del pre-
diendo, y un palpitar azogando tu cuerpo, y una lágri- visible. Llegó la hora. Te quemaba la fiebre. Te llevaron
ma que brotaba dura, como una gota de sangre estalla- otra vez al hospital. Delirabas. No querías que lo arroja-
da de un fino punto de punzante herida. Pero prepa- ran al cubo de la basura (Figuras 30 y 31). Les conven-
raste la maleta. ciste para que te lo enseñaran. Y allí estaba en un frasco.
Y volviste a sentirte feliz, es hermosa la vida y estar Delirabas aún a ratos.
juntos mano a mano con la gente... Y te arrepentiste
con el niño y le quisiste de nuevo, como siempre, así tú No eres un niño, sino un huevo... Criatura de mi
422 amabas y odiabas, peleando, encarándote. El niño com- fantasía... Pececillo... Por ti me inventé un calvario y
prendería tu terror de no sentirte libre. Te apenaste de estoy a punto de morir... Debías haber resistido... Qui-
haberle hablado tanto en negro, con tus arengas sobre siera tenerte entre mis brazos, niño, pero eres tan mi-
la libertad que no existe, la maldad inevitable y la sole- núsculo... Puedo sostenerte en la palma de la mano,
dad necesaria. Y lamentabas no haber reído para él. pero me pesas tanto... No eres un pececillo... Eres un
¿Pesimismo? Pesimismo es el miedo por adelantado, niño... Un hombre de dedos fuertes y amables...
pero quizás una forma de eliminar la cobardía. La vida no te necesita ni a ti ni a mí. Tú estás
Compraste la cuna para cerciorarte de quererlo, y muerto. Tal vez yo muera también. Pero no importa.
ropitas, y el carillón. Como para compensarle. Porque Porque la vida no muere.
decidiste volver a tus viajes profesionales, que nadie te
pisara el terreno. Y, en el viaje, mientras le contabas al Oriana, te digo. En tu sueño no habló el niño. Ha-
niño el terrible cuento de la luna ensuciada, supiste que blaste tú por su voz onírica. Hiciste tu juicio por su
estaba ya dejando de existir. boca. Pusiste tus horrores en él. Me atengo a aquella
La doctora dijo: “Tenga ánimo, no hay más reme- pequeña frase que dijiste de paso: “No le he hecho reír”.
dio. Ha muerto. Se quedará dentro de usted algún tiem- Desde niña no paraste de ver cosas malas. Has abierto
po, luego se irá espontáneamente”. mucho tus ojos para que no se quemaran de lágrimas,
has aguzado tus oídos para que no te estallaran y has
Retumbaba en mi cuerpo de piedra mi voz que escrito con rabia para que no te acallaran. Sobreviviste.
decía: “Ocurrió lo que tenía que ocurrir. Por lo tanto, ¿Le mataste o no le mataste?, ésa no es la cuestión. Es
hay que ser coherentes”. Al llegar a mi habitación los evidente que no ingeriste píldoras abortivas, ni hiciste
sollozos me rompieron, y perdí el conocimiento. que te lo extrajeran raspándolo, atravesándolo con una
Soñé que me acusaban en un juicio por homicidio aguja o machacando sus huesecillos. No eres, pues, por
premeditado de un niño que había alcanzado al menos la vía vigil, culpable criminal. Tú lo sabes. El juicio de
los tres meses de existencia prenatal. tu sueño es moral, por la onírica vía de la conciencia,
El primer testigo, el médico. Su conclusión: ¡Cul- con las muchas voces con las que, dentro de ti, tratabas
pable!, por comisión de un homicidio en nombre de la de conseguir la unanimidad de una sentencia tranquili-
libertad egoísta. zadora, fueras inocente o culpable. Lo peor es no ser
La doctora dijo: No es culpable, si alguna vez sin ninguna de las dos cosas y ser las dos. Seguro que de
quererlo deseó su muerte fue en legítima defensa. haber vivido el niño, no habrías podido ser la madre ve-
Tu padre, niño, llorando me condenó: balbuceó ladora en la cabecera de su cama y le habrías seguido
“culpable”. contando fábulas terribles. Creo que temías tener un
PANEL II.
Aborto
Obra del año 2003 de Angelo Melaranci,
tallista de árboles, escultor, pintor, bombero,
autodidacta, romano, buen católico.
Esta madre troncal desarbolada,
de retoño amputado y cegados pechos,
crucificada en su seno, enredada
en la maraña de un cordón distenso,
deshilvanada de la corriente
que cruza el cielo,
y una lápida de sangre desabrazada
424 en el regazo de su cuello...
Esta madre...
Esta madre de hijo sin serlo.
Queda la herida renovada (Que no venga). La ma- En una línea similar, interpretamos la decena de
dre clama, exhausta, un “aparta de mí este cáliz”, y re- estremecedores poemas con que Miguel Hernández
clama el lenitivo del olvido, único remedio probable- deja constancia de su duelo poético por la muerte pre-
mente para luchar contra el duelo imposible: coz de su primer hijo (en octubre de 1938, cuando
tenía diez meses de edad) en Cancionero y romancero de
Que no venga, no, no venga ausencias76:
a mi recuerdo aquel día... En el primero de ellos, cuenta el poeta:
que aquel recuerdo me deja,
cuando me viene, una herida, El hijo primero,
y ya no me queda sitio primera alegría. 427
donde poder recibirla. Primer desengaño.
Primer ataúd
que estrecho en mis brazos,
Pena de padres varones por el hijo no que deja mi casa
nacido: “Ya no eres de esta madre” sangrando.
Mediante el análisis y la comparación de poemas Lo que para el padre es desengaño, para la madre
dedicados a sus hijos no nacidos de tres poetas españo- es dolor. Que viven las madres con los pequeños hijos
les varones, rastreamos las claves de posibles sentimien- la angustia constante de su muerte, pues bien saben lo
tos diferenciales con respecto a la pena materna por el frágiles que son. No viven engañadas, sino temerosas,
mismo drama. Son el malagueño Manuel Altolaguirre, en el presentimiento de la desgracia. Y la muerte de un
ya citado, marido de Concha Méndez, que acabamos de hijo no desangra su casa, sino “ensangra” su cuerpo.
ver; el oriolano Miguel Hernández (1910-1942) y el Y en el segundo poema, dos versos explican al hijo
poeta salmantino José Ledesma Criado (1926-2005). muerto: “Siento que no quiso ser / más allá de flor tu
En Mi hijo muerto (incluido en Lenta libertad, vida”. No quiso —dice—. En lugar de “no pudo”.
1936), los versos de Altolaguirre interpelan a la criatura Y en el tercero se espanta, se obsesiona con la ima-
que nunca tuvo voz, ni siquiera llanto. Y en esto va es- gen de los ojos negros, negros, negros, hechos para ser
tribando la diferencia con su mujer, la madre. Ella lleva vivos, y ahora ojos en tierra llovidos, mas “para siempre
el niño dentro, no hace falta decir nada; él, al contrario,
secos, que ya pisan hasta los perros”. Eso ve el padre
lo fuerza a salir, a objetivarse. Ella lo guarda en los sue-
pastor, que empezó sus versos entre pastos y montes.
ños de su útero; el lo concreta, lo hace realidad-materia
Eso ve: ojos del niño recién hechos para ver, que no
cuando le dice:
verán. La mirada enterrada. Mirada que no se hará (al)
mundo.
ahora que te confundes con la tierra
Y se desgranan los versos de su duelo de padre
este silencio íntimo
poeta y campesino. Constata el hoyo —una breve hon-
en otra nueva madre
[…] 76
Durante su estancia en prisión, donde fue agonizando, escri-
no terminará nunca. bió Cancionero y romancero de ausencias (publicado en 1958), una serie
de poemas dedicados a su esposa, que vivía en muy malas condiciones
Y lo imagina “desnaciéndose”, deshaciéndose: económicas y personales.
dura, “casi en la flor de la sombra”— en donde lo entie- duciendo, la del hijo compañero de la tierra viva. Y
rran, y el padre regresa a su casa, y en su casa también ahora tiene el padre que contentarse con la fantasía an-
se hace cada vez más hoyo, donde un cuerpo falta y dos cestral de un hijo fructificado en lluvias. ¡Pobre padre
sobran, y donde, si asoma la alegría, es una alegría tor- de primogénito muerto!
va, porque hay una madre que ya no es esposa, sino
vientre de la noche, tumba su cuerpo.
Y se queja al hijo: “Todo está lleno de ti / […] / de “Cómo llamarte hombre...”
algo que no he conseguido / y que busco entre tus hue-
sos”. Es el fracaso de su empresa con el hijo apenas na- El 18 de diciembre de 2005 murió en Alicante el
cido y muerto, empresa —desconocida, pero propia—, poeta y juglar salmantino José Ledesma Criado, con 79
una meta, un objetivo, una medida, quién sabe. “No te años de edad, fundador del grupo poético Álamo. Mu-
he conseguido, y ya sólo eres huesos”. chos, muchos años antes había escrito el entrañable
Por eso insiste en situarlo en el cementerio, en una poema Biografía del hijo que no vivió, que dice así, y se
apenas-presencia del pasado. Y seguramente trata de basta a sí solo para revelar el duelo de la nada de un
convencer a su mujer: padre por un hijo de la fosa común que vivió minutos y
él no estaba.
El cementerio está cerca
de donde tú y yo dormimos Fueron sólo minutos, eternidad, quién sabe
[…] la visita de carne que le ofreciste al cierzo,
De aquí al cementerio, todo quizá sólo ya fueras un sueño de paloma,
es azul, dorado, límpido. o acaso solamente un grito de los padres,
Cuatro pasos, y los muertos. abriéndome despacio la soledad del mundo.
Cuatro pasos, y los vivos.
Límpido, azul y dorado, Cómo decirte hijo, cómo llamarte hombre,
se hace allí remoto el hijo. cómo sembrar recuerdos en tu sonido virgen,
adivinando rasgos, leproseando cauces,
Y el pobre poeta recurre al tópico lírico y bello del intentando buscar una sonrisa blanca
hijo derramado y revenido en jugos irredentos: en tus segundos largos de vida ya cansada.
Os lo digo a vosotros, mis hermanos de vientre,
428 Uvas, granadas, dátiles que es cosa muy sencilla amanecer un día,
doradas, rojas, rojos, viajar contra la muerte, ser enterrado niño,
hierbabuena del alma, o temblar con la luz, y con la luz abrirse
azafrán de los poros. abandonando el odio, la miseria y el aire.
Uvas como tu frente,
uvas como tus ojos. Ni los ojos siquiera pude cerrarle al día,
Granadas con la herida ni elegir su sudario, ni llorar con su madre,
de tu florido asombro, ni saber dónde quedan sus raíces de tierra,
dátiles con tu esbelta ni recoger ya nunca el olor de su muerte,
ternura sin retorno, ni preguntar ahora dónde están sus cenizas.
azafrán, hierbabuena Sólo queda el recuerdo de caja de zapatos
llueves a grandes chorros —liquidación de enero— pesando como un muerto,
sobre la mesa pobre, como un muerto de carne, sin cabezada y duelo,
gastada, del otoño, como un niño‑soldado de la fosa común
muerto que te derramas, donde Dios te retiene hasta su juego eterno.
muerto frutal, caído
con octubre en los hombros.
“Tanto llanto... por lo que no pudo ser”
De otra manera que Altolaguirre, el niño muerto
de Miguel Hernández no es ya cuerpo humano, es El poeta sevillano Manuel Mantero (1930) escribe
también de la tierra, pero de una jugosa tierra en la el Entierro (en Poemas, 1967‑1971), el entierro de su
que el pequeño no se disgrega sino que se derrama
propio aborto. Insólita imagen del hijo no nacido con el
(que no es lo mismo) en infinito bodegón de vida. Su
poema no escrito. Tanto llanto para siempre por lo que
reconversión del niño en frutas y hierbas del campo
no fue…
oloroso le lleva a transportarlo a sus paisajes silencio-
sos de pastor poeta soñando en las afueras solitarias de
Esto que va en la caja es un poema
sus paisajes.
que yo pensé,
Así que era flor el niño vivo y se hace nostalgia
un poema con rostro
frutal el muerto. ¡Hubieras sido una rica huerta trabaja-
de niño. Y lo olvidé. Sí, lo maté.
da, sobre la mesa del pobre, hijo mío! Aquí está la em-
presa perdida de Miguel-padre: la del hijo mayor pro- Nunca me preguntéis por su estatura,
430
EL DESCONSUELO
M.ª Dolores Sanz tenía 12 años cuando estalló la guerra
civil española de 1936-1939. Fue evacuada a una colonia esco-
lar en Cerbère (Francia). Allí, como en muchos otros centros de
refugio similares, los maestros estimulaban a los niños a hacer
dibujos en los que pudieran expresar sus sentimientos y reali-
dades. Se recogieron unos 600, de los cuales 60 fueron publica-
dos en 1938, en formato de bloc escolar, por The Spanish Child
Welfare Association of America, promovida por los cuáqueros
(American Friends Service Committee) para recaudar fondos a
favor de los niños refugiados y de los huérfanos de guerra en
España. Se hizo otra edición en 1939 por la Universidad de
Oxford.
En su dibujo, esta niña explicó que había representado un
bombardeo en su pueblo catalán, Port-Bou. Bajo un árbol, una
niña se cubre los ojos con las manos. Está sola y llora. Su com-
pañera de juegos ha muerto bajo las bombas y está tendida en
la calle. Hay detrás de ella otro muerto chiquito boca abajo so-
bre la acera. Otros niños van de la mano de su madre, como si
pasearan. La aviación bombardea. Una extraña quietud congela
la escena en una especie de foto. Como si todo ese horror no Preparativos para el funeral de un niño afgano en un cam-
existiera, como si se hubiera convertido en algo normal, como po de refugiados de Pakistán (Erik Refner, Premio World Press
si ya nuestros ojos no vieran, ciegos de espanto. Photo 2001)
nor intención de matar a nadie, puede ser incluso una ción, en días sucesivos, sobre la evolución de la criatu-
buena persona con un mal día, un despiste, una falta de ra, donde plasma la conmoción que le embarga78. En
reflejo, y sí, también con una o muchas copas. Un irres- ellas expresa sus aprensiones (si se quedará ciego, si
ponsable, pero… Nunca quiso matar a nadie ni lo hu- será idiota), sus remordimientos (“¿habré abusado de
biera imaginado…, pero lo hizo. En estos duelos hay mi mente?”); sus ideas más íntimas: “mejor muerto que
un callejón sin salida. Si no lo condenan a larga cárcel, idiota”, pero fantasea que hubo presuntos idiotas que
los padres de la víctima se sienten destrozados, y si lo llegaron a geniales poetas (“¿será listo?”), y a reglón se-
encerraran por años… ¿no destrozaría eso a otra fami- guido lo compara negativamente con otros niños de su
lia? Lo que hemos comprobado muchas veces es la im- edad. Consulta un médico tras otro. Un día, esperan-
posibilidad de pedir perdón de verdad por parte de zas, y al siguiente, desesperanzas. En la última anota-
esos criminales de ocasión a la familia de su víctima. ción escribe:
Podría tratarse de enfriamiento afectivo por distancia-
miento como una forma de defensa psíquica contra la El dolor templado, serenizado, intelectualizado,
culpa inaguantable por el irreparable daño cometido hecho hábito, diluido, y, en cambio, cada día de mayor
involuntariamente. alegría del niño, cada risa, cada voz de satisfacción, un
En la Casuística (apartado 7.1), presento un caso placer mayor que en otro niño, es acaso la inteligencia
de duelo en ira de un padre que sufrió un accidente de que despierta. El enfermito crónico da más molestias,
coche en el cual perdió la vida un hijo. pero proporciona más placeres, y por eso se le quiere
más, no porque proporcione más pesares. Su estado
habitual de enfermedad nos produce el mismo efecto,
Duelo de Unamuno por la muerte por el hábito, que el estado habitual de salud en los
de su hijo deficiente otros, es su normalidad, y, en cambio, cada signo de
vitalidad en éste da mayor placer que en los otros.
“¡Qué lástima de hijo!”. ¡Cuánto más si ese hijo es
enfermo crónico, discapacitado, o retrasado psíquico! Pero a finales de ese mismo año, el estado del be-
Un vínculo especialmente fuerte se crea entre la madre bé se hizo crítico, y, aunque no murió, quedó en situa-
y el hijo irreversiblemente disminuido. Esa carga le da ción irrecuperable definitiva. Todo ello y sus profundas
un perenne sentido materno de vida. Casi siempre, pe- inseguridades internas removieron a Unamuno, provo-
ro no siempre, ése es un peso demasiado fuerte para el cándole insomnio, palpitaciones y dolor en el pecho
padre. Al principio, es una catástrofe para la pareja, con irradiación al brazo. En la noche del 21 o 22 de 431
hundimiento y negación, como en los duelos. Pero lue- marzo de 1897 le sacudió un intenso ataque, que,
go, a menudo, el pobre hijo es percibido paradójicamen-
te, increíblemente, por muchos padres como un “regalo 78
Encabeza el escrito con la palabra “hidrocefalia” escrita en
del cielo”, como un “ángel”. Ellos le ven cualidades que griego. Espigo algunas de las brevísimas anotaciones, donde probable-
no son apreciadas por los especialistas de los tests men- mente mezcla observaciones sobre el niño, sobre sí mismo y sobre los
tales, o que incluso éstos valoran como lastres para ac- que le rodean: Día 23 [seguramente de marzo de 1896]: Lo primero
ceder a la inteligencia formal y a la autonomía. Lo que [es decir, la primera manifestación de enfermedad] a los seis días [de
nacer]. Entre la vida y la muerte. […] Estrabismo. ¿Estará ciego? Expe-
no han visto en sus hijos normales, lo ven los padres en riencias. Indigestiones. Baños. Remordimientos ulteriores [¿qué ideas le
estos pequeños retrasados, en los que cada mínima pasarían al Magnífico Rector por su mente?]. La cabeza le crece. Hablo
nueva adquisición en su desarrollo, cada pequeño pasi- de hidro [hidro, escrito en griego]. Viene el médico. Temores. Yoduro de
to, se aprecia en todo su despliegue, en todo su detalle, hierro. […]. Perspectivas. La muerte antes que el idiotismo [prefiere el in-
como a cámara lenta, jugosamente, jubilosamente, al telectual padre]. Mala noche. ¿Habré abusado de mi mente? [Insomnio de
culpas: ¿tara por masturbación mental?]. Iré a ver a Larousse y escribiré
contrario que en los hijos normales, donde todo pasa a Gayarre [neuropsiquiatra]. Idiotismo. Wordsworth, el niño idiota. [Quizá
tan deprisa y tan mezclado con todo que no da tiempo se refiera a que se decía de este romántico poeta inglés que, de niño,
siquiera a advertirlo. La permanencia del pensamiento tenía que agarrarse a los árboles para salir de sus ensoñaciones diurnas,
mágico e intuitivo; la inteligencia sensible, sentiente y y de mayor le consideraban un “idiota en su gloria”; quizás Unamuno
afectiva; la primariedad de sus reacciones; la esponta- quería creer que su hijo podría ser un Wordsworth]. Bautizado, la gloria.
¡Qué mala mano, Susana! [se refiere sarcásticamente a su hermana mon-
neidad verbal y emocional del niño retrasado... dan a ja, que fue madrina en el bautizo de Raimundín]. De noche me levanto
los padres una permanente relación con él, de inmedia- a pasearle; besos más ahincados. Mis otros dos niños hacían mi orgullo; a la
tez, de transparencia, de frescura, de pureza, de simpli- desgracia de éste se une una estúpida vanidad. ¡A luchar! [Los días 24 y 25,
cidad, de alegría primitiva, de inocencia, que, en resu- Unamuno se refiere a Areilza, sin duda su amigo el doctor vasco Enri-
men, les mantiene en una ilusión de eterno niño chico, que Areilza, a quien seguramente pide parecer]. 26. Carta contestación
de Areilza. No hay esperanza. Llora C[oncha, la madre] al cogerle. “¡Moles-
de eternos padres jóvenes (por necesarios) de un hijo to!”. Abril, principios. Baños. Esperanzas. Caso de Gorostiza [refiriéndose
por el que apenas pasa el tiempo, fantasía inmortal. seguramente a un caso del doctor José María Gorostiza]. ¿Será muy listo?
Raimundo Jenaro (Raimundín), el tercer hijo de Averiguando de otros niños. La vista siempre baja. Y ¡qué atrasado! No se ríe,
los Unamuno, nació el 7 de enero de 1896, a los cinco no se fija, no conoce a los tres meses. El de doña Isabel, con diez días más,
años de matrimonio. Con pocos meses de vida, el niño conoce y se ríe. […].
Este texto encabeza la edición completa del Diario íntimo que la
sufrió un episodio de meningitis, le empezó la hidroce- Editorial Escelicer dio a conocer en su integridad en 1970, pero no se
falia y se le paralizó un brazo. En marzo y abril, el padre incluye en otras ediciones, más estrictas, ya que en realidad no pertene-
garabatea unas notas telegráficas, de difícil interpreta- cía a los cuadernillos del Diario propiamente dicho.
diagnosticado de angina de pecho, bien pudo ser un Y cómo papá le doraba la píldora, cantándole otra
trastorno de ansiedad, un acceso de pánico, que tanto nana, la de El Coco Caballero, que es el Caballero de la
ha dado que hablar a sus biógrafos y estudiosos. Se Muerte de los niños, con un final de amargo regusto,
sintió a las puertas de la muerte. Creyó expiar un gran que, en el sueño, el niño no sentiría:
pecado de soberbia y estalló en sollozos. En ese instan-
te, su mujer, doña Concha, le acogió en sus brazos y le ¡Dime quién te ha hecho pupa, hijo mío…!
consoló como una madre a su pequeño: “¿Qué tienes, Algún alma negra…
hijo mío?”. Don Miguel echó a andar por las calles os- ¿Ésta, dices? Eh, mala, malota,
curas de Salamanca, yendo a refugiarse durante tres por mi mano mi niño te pega.
días en el convento de San Esteban, de los Padres Do- ¡Vamos, abre esa boca, querido,
minicos. Durante la Semana Santa de 1897, el 9 de tan rica y tan fresca,
abril, Viernes de Dolores, Unamuno se retiró en el Ora- no la aprietes así, que te ahogas,
torio de San Felipe Neri, en Alcalá de Henares, donde toma esto, mi prenda;
se hallaba su antiguo director espiritual, el Padre Le- tómalo, que si no te me mueres,
canda. Hizo su personal vía crucis, sus solitarios ejerci- el Coco te lleva…
cios espirituales. Plasmó en un Diario íntimo sus inten- Míralo cómo viene montado
sos sentimientos, sus urgentes reflexiones, sus angus- caballero en su jaca ligera,
tias cristianas, con una implacable introspección, en caballo con alas
donde hizo crisis su filosofía y su fe, y buscó su yo, y se
desnudó, se desmontó y se descarnó a trozos, y buscó […]
en otros, y exprimió evangelios y el Kempis, y se aferró Si tragas la perla80
al Cristo doloroso y abominó del “intelectualismo”, ya verás qué caballo te compro,
aterrado por la nada y atenazado por la culpa de su caballo que vuela,
soberbia y de su vanidad79. que te lleve volando, volando,
Y, al par, con qué ternura el catedrático de griego,
volando, mi prenda…
el Rector Magnífico, acunaba con sus versos de nana al
¿Que te amarga, me dices, mi niño?
niño preferido (Canción de cuna al niño enfermo, 1900):
Una caja de dulces te espera,
mas primero es preciso te cures
Duerme, flor de mi vida,
tragando la perla.
432 duerme tranquilo,
Oh, mi niño, mi niño, qué frío,
que es del dolor el sueño
parece de cera…!
tu único asilo.
[…]
Duerme, mi pobre niño,
goza sin duelo, Ese sueño sacude, amor mío,
lo que te da la Muerte despierta… ¡despierta!
como consuelo. ¿Dónde va de mi amor la primicia?
[…] ¡El Coco le lleva!
[…]
Pronto vendrá con ansia
de recogerte, Raimundín falleció en 1902. A la muerte de Una-
la que te quiere tanto, muno, encontraron en su cartera de bolsillo los dos di-
la dulce Muerte. bujos que hizo de su hijo (uno de frente y otro de perfil)
Dormirás en sus brazos (Figura 36) y una estrofa (la última) de un poema que
el sueño eterno, era una oración desesperada (En la muerte de un hijo,
y para ti, mi niño, 1902). Habían estado siempre allí. Dicen algunos de
no habrá ya invierno. esos versos:
[…] Aún me abruma el misterio de aquel ángel
El sueño que no acaba encarnado, enterrado en la materia,
duerme tranquilo, y preguntando, con los ojos trágicos
que es del dolor la muerte de mirar, al Señor, por la conciencia.
tu único asilo. Aún recuerdo las horas que pasaba
79 El Diario íntimo está constituido por cuatro cuadernillos, es-
de su cuna a la triste cabecera
critos del 9 de abril de 1897 al 28 de mayo del mismo año con grafía
preguntándole al Padre con mis ojos
impecable y sin ningún retoque ni tachadura. Hizo un intento (ya des- trágicos de soñar, por nuestra meta.
inflado) de reanudación en un quinto cuaderno, fechado en 1899, con
apenas unas notas, que retomó con ánimo de seguir en 1902 (año de
[…]
la muerte de Raimundín), y que se reduce a una breve recreación del
padrenuestro, de un panteísmo yoísta. 80 Arcaísmo de píldora.
433
Figura 36. Raimundín, el hijo deficiente de Unamuno, dibujado por el padre.
I II
III IV
de modo sustancial su psicopatología previa, que siguió Por su parte, Elena Soriano lleva a cabo —como ya
su desarrollo natural aparte y que disminuyó con la ve- reiteramos en el capítulo de Clínica— una labor titánica
jez, como sucede con frecuencia en los cursos espontá- de investigación personal en su intento de comprender.
neos de la patologías psíquicas o psicosomáticas cróni- Y lo hace documentalmente, sin ahorrar ninguna vía,
cas. Pero éste será motivo de otra historia. convirtiendo su escritura en su propio diván psicoanalí-
Por su parte, Freud, que puede ser considerado tico, donde relata todo con respecto a ella y su hijo y
justamente como una persona de sólido psiquismo, be- donde deja minuciosa constancia de sus contenidos
neficiándose del psicoanálisis que él mismo fundó, se oníricos, entre otras muchas cosas, en un ejercicio de
mantuvo sereno y con gran fortaleza a través del largo implacable sinceridad, al mismo tiempo austera, notán-
sufrimiento que significó para él la lucha contra el cán- dose su dolor rezumando en las páginas.
cer, el cual no impidió que siguiera su trabajo con los Y, en alternativa, dos hombres de gran envergadu-
pacientes y su producción intelectual en todo momen- ra literaria: el poeta argentino Baldomero Fernández
to. Sin embargo, lo derrumbó completamente la muerte Moreno y el escritor, creador de escritura, Francisco
de su nietecillo. Su caso sobrecoge. Un Freud cancero- Umbral. Éste —en plena, primera y última paterni-
so, al pie de la tumba, cae entonces en una profunda dad— sufrió de manera terrible la pérdida de un pe-
depresión. Ni siquiera la pérdida de su hija Sofía, poco queño y encantador hijo; rozó la depresión, pero la
tiempo antes, le había producido tal impacto, aunque evitó ateniéndose al duelo y elaborándolo en una re-
seguramente se sumara a éste. Salió de la depresión, flexión a corazón abierto —catarsis, confesión, elabora-
pero con un fondo de aumentada desesperanza, que le ción—, con esa belleza que muestra el dolor cuando
reafirmó en la existencia de una pulsión de muerte, o nos sublima, o lo sublimamos. En el caso del poeta ar-
Tanatos, en contrapunto con el instinto de vida, Eros o gentino Baldomero Fernández, por el contrario, la
Libido. Tanatos era para él ese extraño instinto que ani- muerte del hijo desencadenó, reveló o activó una de-
da en el ser humano en forma de destino dramático y presión intensa de la que no terminaría de recuperarse,
de tendencia inexorable a la anulación de tensiones, y que cortó en gran parte su producción literaria. En
que es la muerte. Fue una teoría que sus discípulos no Umbral, la creación literaria permaneció intacta, pero la
terminaron de entender o no aceptaron. muerte de su niño significó no sólo su pérdida, sino la
Por su parte, Cajal nos dice en algún momento, de pérdida de la paternidad, porque no se arriesgó a volver
paso, en su autobiografía, que él propende por natura- a pasar por otro dolor semejante.
leza a la melancolía y que ésta se acentuaba en algunos Me ha interesado plantear casos que han sufrido su-
436 momentos. Según lo cuenta, no parece que la muerte cesivas pérdidas de hijos. Tres traigo a estudio: el de la
de sus hijos le produjera un evidente desequilibrio o poeta cubana María Luisa Zambrana, el del psiquiatra es-
una visible conmoción personal. Así como cuenta con pañol Castilla y el del escritor mexicano Carlos Fuentes.
pelos y detalles la historia de su infancia y juventud, es Propongo también a análisis dos creaciones cine-
mucho más precavido con respecto a la edad adulta. Lo matográficas (Alemania: año cero y Europa 51) del ci-
que sí nos da la impresión es de que, ya jubilado, sin el neasta italiano Roberto Rossellini, que, tras el impacto
apoyo del trabajo, con la muerte de Silveria, su esposa, de duelo por la muerte de un hijo pequeño después de
y con el avance de su arterioesclerosis (que no le impi- una intervención quirúrgica, produjo casi sucesivamen-
dió escribir unas últimas y jugosas memorias literarias te dos magníficas películas. En ambas un niño se suici-
sobre este particular), la herida narcisística de la vejez le da. Con admirable sobriedad, sin ninguna concesión al
llevó a aislarse en su rincón, con sus libros y sus cosas, melodrama y con mirada llena de amarga compasión, el
en una especie de melancólico retiro final. director italiano dirige su cámara, en la primera, a la
soledad del niño ante el mal del mundo, y en la otra
*** asiste desolado al intento frustrado de una madre para
redimir, en la entrega a los demás, su culpa por la
Pasemos ahora al duelo por un niño en personajes muerte del hijo. Con esto, además de recalcar la carga
de pensamiento literario. Y aquí la gama es más variada. de dolor añadido que significa el suicidio de un hijo,
Pero me detengo especialmente en aquellos cuyo duelo pretendo llevar la atención hacia la exigencia de res-
ha quedado personificado de manera clara en su obra o puesta espiritual que reclama la muerte de un niño,
en su biografía. tanto si ésta sucede por enfermedad como por violen-
Por ejemplo, el de dos intensas mujeres de la escri- cia. Deseo remarcar dos aspectos a propósito. El prime-
tura, poesía y/o narrativa: Gabriela Mistral y Elena So- ro es la posibilidad de vehicular y elaborar un duelo a
riano, ambas destrozadas por la destrucción de un hijo través de una obra creativa, como hacen Rossellini y
(que así deberíamos llamar la muerte de esos dos mu- otros autores que he citado —y que veremos a conti-
chachos, por suicidio, por droga, por el dolor de vivir). nuación—, y el segundo es el notable ejercicio de re-
En el caso de Mistral, su vida queda jalonada por dos flexión que, con gran respeto, en Europa 51, lleva a cabo
suicidios, el del hombre que amaba en su juventud y el Rossellini (personalmente situado entre el agnosticismo
del niño que amaba en su vejez. Y la paradoja de los y el ateísmo) sobre el tratamiento de la culpa en el due-
azares es que el duelo de Mistral coincide con la conce- lo y el difícil trance que significa el intento de conver-
sión del Premio Nobel: la enaltecen cuando ella se sien- sión existencial o espiritual de una persona removida
te fracasada. por la muerte de un ser querido.
Finalizo los casos con la historia del popular médi- En resumen, diría que no sólo en estos casos, sino en
co del Real Madrid, el doctor Del Corral, que, tras la todos, en cada persona que los padece, ningún duelo es
muerte accidental de su hijo pequeño, entró en un pro- parecido a otro, aunque se asemejen en apariencia. El due-
ceso de reconversión religiosa, como una defensa con- lo de cada uno es algo estrictamente intransferible, perso-
tra la desesperanza del absurdo, delegando en el Señor nal e incomunicable en lo más esencial. Por eso soy de la
la gestión de su vida, de sus angustias y de sus incerti- opinión de que se trata de una experiencia irreductible.
dumbres. Algo así como el sentido que conlleva el “há- El resto del capítulo queda aderezado circunstan-
gase tu voluntad” que dice la oración. cialmente por otros casos que se señalan de paso, como
Varios puntos generales quiero subrayar finalmente. breve ilustración.
Primero. Insisto en la importancia de delimitar las
relaciones entre duelo y enfermedad psíquica. Veremos
algunos casos en los que se puede diferenciar el curso
del duelo y el de la depresión, aunque a veces den la Pervivencia del hijo muerto en
impresión de coincidir, o coincidan, o donde el duelo
padres varones
tome una apariencia fuertemente depresiva.
Segundo. Hay en la mayoría de estos personajes y
personas un hecho común: que, a pesar de esas doloro-
El hijito Ci
sas pérdidas, ellos siguieron con su tarea, no se quebró
su fuerte capacidad creadora, porque seguramente de-
Una exacta ilustración de la pervivencia del hijo
bían de percibirla no (sólo) como un medio de susten-
muerto es la que Giovanni Guareschi (1908-1968) nos
to, sino como una misión, como aquello por lo que se
siente que la vida tiene un sentido, o aquello para lo Giovannino (Juanino, le llamaban así también de mayor, e
que uno vale, y entonces se entiende como una exigen- incluso aparecía como Nino su nombre de autor en algunas novelas,
cia íntima, como una verdad, como la propia verdad, siendo él tan grandote), Giovannino Oliviero Giuseppe Guareschi nació
cuyo cumplimiento va más allá del sufrimiento. en Fontanelle di Roccabianca, un pueblecito de Parma, en mayo de
Tercero. En su mayoría, los hombres cuyas pérdi- 1908. Su padre era comerciante y su madre era la maestra del pueblo.
das de hijos aquí estudiamos demuestran que la inten- Por ruina económica familiar, hubo de dejar los estudios y buscar traba-
jo. Con poco más de veinte años inició su carrera de periodista satírico.
sidad del dolor por la muerte de un hijo no es patrimo- Fue redactor-jefe, editor y director de varios rotativos. Destacó por el
nio privativo de las madres, y que, desde hace al menos humorismo de su pluma, desde la jocosidad amable a la socarronería,
dos siglos, hay documentos biográficos que ponen de desde la ironía a la sátira implacable, en sus semanarios Bertoldo y Cán- 437
manifiesto esta evidencia del duelo en el padre (y hoy, dido, lo que le valió no pocos sinsabores, entre ellos arrestos y encarcela-
con mayor abundancia). También se demuestra —ya lo ciones, por sus acerbas críticas políticas. Se metió con Mussolini y para
evitarse lo peor se enroló en el ejército, pero al final, paradójicamente,
dijimos— que sólo ahora se está estudiando prolífica- sufrió prisión en un campo de concentración nazi (1943-1945), donde
mente el duelo en general, y sobre todo el de pérdidas escribió su Diario clandestino. Después de la guerra fue acusado de difa-
cuyos efectos quedaban antes ocultos, para intentar in- mación contra el presidente de la República (1950) y más tarde (1954)
tegrarlo en un cuadro accesible a enfoques científicos. contra el líder de la Democracia Cristiana, de modo que se pasó varios
Esperemos que ello no lo encorsete o lo frivolice. años en la cárcel, a intervalos. Esto le debilitó profundamente. Él se de-
finía como “católico, monárquico y socialista”, y era feroz anticomunis-
Cuarto. Ya dejé anotado en el capítulo de la Clínica ta. Le llamaban “anárquico sentimental”. En fin, criticó sin concesiones
que la existencia de otros hijos en la familia se conside- a derecha e izquierda. Pero ejerció también un buen humor. Escribió
ra la mejor terapia de duelo, no tanto porque cuando del “pequeño mundo”, como él lo llamaba, de las gentes próximas, de
hay muchos la pérdida de uno se echa menos en falta, sus propias cosas, de su propia familia, como un cronista de lo sencillo
sino porque los otros reclaman la continuación de la y cotidiano, y lo hacía con mucha gracia, provocando a menudo franca
risa, y generalmente con ternura (Corrierino delle famiglie, 1953; Vita in
vida a los padres dolientes. En esta Casuística, tal cosa famiglia, 1968). En los años cincuenta, Guareschi se hizo célebre por
podría confirmarse en unos casos, pero no en otros, dar vida literaria en una serie de novelas a sus dos personajes más fa-
como veremos más adelante. mosos: Don Camilo y Pepone, el cura ultra y el alcalde comunista de
una pobre aldea del norte de Italia, en la llanura padana, es decir, en la
*** cuenca del río Po. Son ambas criaturas dos fuerzas a cual más viva (o
más bruta), que chocan frontalmente desde sus posiciones totalmente
opuestas, representantes de los dos bloques de la guerra fría. Pero aquí
Otra carpeta de este capítulo está constituida por la Guareschi muestra su afecto por ambos, enemigos entrañables, que no
exposición de varios casos clínicos, dos de ellos de forma podían soportar que el otro ganara (era una lucha entre la cruz y la
prolija. Han sido intencionalmente escogidos como casos hoz), pero que se unían como una sola persona contra las desgracias
atípicos, donde el duelo no deja margen a la banalidad. ajenas y las adversidades externas. Todos los que éramos jóvenes en
los años cincuenta y sesenta disfrutamos con esos dos caracteres que
Uno es el de Mari Carmen, en el que el duelo de la niña anticipaban un cierto entendimiento en la discrepancia extrema. Los
por un hermanito se convierte en una fábula o leyenda diálogos del cura con el Cristo de su iglesia son de una gracia tan divina
familiar. Otro es el duelo por la muerte de una niña idea- como humana. Decía Guareschi: “Se trata de dos personajes auténti-
lizada (casi santificada) por una madre que no era su ma- cos, pero no son dos, son veinte o cuarenta sacerdotes concentrados
dre, sino más que si fuera su madre. El tercer caso es el de en uno solo y otros veinte o cuarenta comunistas unidos en uno solo.
Los dos personajes son un personaje único: yo mismo. Incluso, la voz
la muerte de un hijo cuyo aparente suicidio fue peor que de Jesucristo soy yo, porque, como se puede apreciar, es la voz de mi
un suicidio: la muerte incidental en una maniobra au- conciencia”. En estas y otras palabras suyas me baso para dar fe de la
toerótica inexplicable, que dejó anonadados a sus padres. implicación personal y del altavoz vivencial que es la obra para este
dejó en una de las páginas de su Diario clandestino Doy por hecho que el relato de Ci corresponde a
(1943‑1945, publicado en 1946), del tiempo en el que su vida real y no es una construcción literaria; el autor
estuvo confinado en un campo de concentración (Panel se persona con su propio nombre aunque lo cuente en
I). Constituido por piezas literarias diversas (cuenteci- tercera persona. Ese pequeño Ci existió de verdad, vivió
tos, pensamientos, fragmentos, canciones), él las iba en el vientre de la madre y murió naciendo, y el padre
escribiendo con el fin de leerlas a sus compañeros de lo hizo pervivir a su vera. La revelación que Giovannino
prisión en una ronda incansable de juglar, como una ofrece en su Diario clandestino es la más bella, tierna y
especie de diario hablado ambulante, para hacer la vida exacta descripción de lo que llamo la pervivencia (y no
más llevadera. Y entre esas páginas hallamos la que, supervivencia) del hijo muerto en la viva memoria de
bajo el título de Ci, dice así: sus padres, y demuestra que tales hechos no se dan sólo
en el duelo de las madres. Quizá quepa verificar si esa
30 de agosto. Giovannino [es decir, él mismo] pervivencia del querido hijo muerto se produce en el
está sentado sobre la arena desierta. Está solo pero no padre más como presencia externa que como como vi-
está solo. La vida le dio tres hijos, pero el segundo no vencia interna, simbiótica, visceral, que podría ser más
tuvo nada de la vida (ni una migaja de luz, ni un poco frecuente en la madre. Pero eso está por ver (como
de aire, ni un nombre), porque cuando nació ya se lo comprobaremos en el duelo de Umbral, también se
había apoderado el frío de la muerte. puede dar en el varón el profundo sentimiento de ha-
Pero él reavivó la boca muda con un soplo de su berse generado un útero-urna conteniendo al hijo
aliento; hizo resplandecer los ojos apagados, con un muerto en la entraña paterna). Por lo que Guareschi
poco de luz de sus ojos, y le hizo un nombre con un nos cuenta, su Ci es para él acompañamiento continuo,
trocito de su corazón: Ci. en esa forma en la que los niños pequeños nos guarecen
Y Ci —no nacido— vivió. Y estuvo siempre con su cuando todos creen que somos nosotros, los adultos,
padre, y aún ahora está aquí con él, y nadie lo sabe. sus infalibles protectores.
El tiempo pasa para sus otros hijos, y envejecen
con cada minuto que pasa; pero para Ci el tiempo no
existe, y su juventud es eterna. Suplencia versus ausencia
Tiene tres hijos: dos son el vínculo entre él y la
vida; Ci es el vínculo entre él y la muerte. Dos le hacen Para desgranar la posible parte de hipérbole narra-
dulce la vida; Ci le hace dulce la muerte. tiva o hipersensibilidad circunstancial que pudiera ha-
438 *** ber en la historia de Giovannino, recurriré a las confe-
Los hombres lo han separado de sus otros hijos, siones recientes del escritor mexicano Carlos Fuentes,
pero Ci está siempre con él; y nadie puede alejarlo de que perdió a su hijo, Carlos Rafael Fuentes Lemus, en
él, ni siquiera la Muerte. Porque el día en que arroje su 1999, a los veinticinco años (Figuras 1a y 1b). Aunque
fardo de huesos, Ci estará aún a su lado, y lo tomará no es ésta, en verdad, edad de niño, en él lo fuera, pues
de la mano, y caminarán juntos sobre las nubes som- quedó su infancia varada en la urgencia por vivir el es-
brías y los mares tempestuosos de la Eternidad. caso tiempo presentido. Niño intenso y delicado que,
Un pajarillo ha anidado en su corazón: Ci. Hace con siete años, dibujó a su padre sosteniéndolo izado
tres años que lo entibia con su amor, y la carne pálida en los brazos, pegados los alientos, cerrados los ojos
se ha vuelto rosada, y los ojos brillan como dos perlitas (Figuras 2a y 2b). Acopió el mundo, como sólo los ni-
negras, y los cabellos —bien secos— llenan la cabecita ños saben hacerlo, en multitud de imágenes de formas,
de rizos diminutos. músicas y palabras. Recluido en su cárcel protectora de
Le ha hecho una cándida camisita que lo cubre cristal (la hemofilia es como una delicada flor hemorrá-
hasta los pies, y Ci —así, pequeño y sin peso— parece gica, que se derrama al impulso voraginoso de la vida
un angelito de las tarjetas de Navidad. infantil), Carlitos se agotaba en una valiente prisa crea-
No sabe hablar, pero comprende a su padre por- tiva de quien se sabe el plazo, entre la melancolía re-
que es una parte de su corazón y vive de sus latidos. flexiva y las fantasías de sus soledades. ¡Qué penetrante
* conciencia de la muerte… y de la vida en toda su fulgu-
Giovannino, sentado en la arena desierta, en el ración! Como dijo en aquellos versos:
límite del campo, parece solo. Y sin embargo Ci está
allí con él, sentado en su hombro derecho, con la carita ¿Viviré mañana?
apoyada sobre su descarnada mejilla. Y juntos miran […]
más allá de las alambradas y más allá de la vida, y mi temor no tiene tiempo
esperan algo. de pensar su propio temor
y la belleza me embarga.
autor. Las novelas se tradujeron a todos los idiomas y se llevaron al Y en estos otros:
cine con enorme éxito, por cómicos inefables, como Fernandel y Gino Nunca más los rayos del sol anaranjado.
Cervi. Duro con los políticos y tierno con los humildes y con los niños,
la mala salud obligó a Guareschi a retirarse del periodismo activo y
Ni el rosado nácar de un rostro.
comprometido, limitándose a colaboraciones. Naturalmente, murió de Todos los colores se resbalan hacia el pasado.
infarto. Tenía 60 años. Y yo, yo habré aterrizado en el futuro.
Giovannino Guareschi, con cin- Giovannino con su madre. Guareschi con Ennia, su mujer, y los niños.
co años.
439
Contando historias a sus hijos...:
... quizá la pequeña historia de su niñi-
to Ci, que guardaba en su Diario clan-
destino, en cuya tapa papá aparece con
ropa de prisionero y banderita de Italia
en el sombrero...
...o el cuento de Navidad que escribió para ellos, como otros hicieron nanas de la cebolla, y estrenó en el campo de concentración nazi
como pieza teatral, con música de su compañero Arturo Coppola (el de la litera de arriba en la barraca), representación para la que
Giovannino hizo un magnífico cartel... Pero todo eso acabó (¿sí?) y ahora la familia Guareschi es feliz en los juegos de nieve...
No hay nada más doloroso que la muerte de un Y qué dura —digo yo— es, por demás, la muerte
hijo. Nada se puede comparar a eso. Yo siempre lo he de un hijo cuando se ve tan claramente la riqueza ver-
dicho: el dolor perdura pero el amor crece. Después de dadera que para todos con él se malogra. No sólo, hijo,
la muerte, el dolor no se va, pero el amor no sólo se te pierdes para mí, tu padre, sino que cómo pueden ser
queda sino que sigue creciendo y creciendo y hay mu- tan ciegas las leyes de la naturaleza o de la evolución
chas maneras de traer a una persona [muerta]. Yo (esas moiras hilanderas) para hacer tal dispendio con tu
siento que mi hijo está conmigo cuando escribo, siento muerte.
que lo tengo adentro, renace dentro de mí, florece den- Dos años después, Carlos Fuentes publica su libro
tro de mí, me está ayudando de alguna manera. Lo Instinto de Inez, que dedica “A la memoria de mi adorado
tengo sumamente presente. hijo”. Es una ficción para expresar el impulso de comuni-
“Entrevista con Carlos Fuentes”, por J.J. Armas Marcelo, Los Li- “Entrevista con Carlos Fuentes”, María Luisa Blanco, “Babelia”,
Figura 3. Natasha Fuentes Lemus murió seis años después de su hermano Carlos
Silvia Lemus, la madre, es una bella mujer, menuda, y como suspendido en el aire, a media altura; veía su
pequeña, delicada, frágil, triste. Hizo periodismo y, según rostro fijo en el espacio, pero “de bulto” y no estampado
refieren de ella, realizaba estupendas entrevistas. Recogió como se ve el de Cristo en el “paño de la Verónica”; y
la obra gráfica de su hijo (Figura 5). Le desbordaba, no veía el de mi hijo vivo, con sus ojos bien abiertos, que
sabía cómo seleccionarla y prepararla, y pidió ayuda. Un me miraban con indecible serenidad y su boca que me
año después de la muerte del muchacho consiguió que la sonreía un poco, con dulzura, ironía y gravedad con-
montaran en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde juntas... Aquella visión reiterada y durable era tan
comenzó un periplo itinerante por exponerla en diferen- cierta como inverosímil [...] [yo] que considero absur-
tes ámbitos internacionales. Decían que Silvia tenía una do dirigirse a los muertos y hablarles directamente,
442 dulce sonrisa y que parecía pedir socorro con sus ojos. como he visto hacer a mucha gente, también lo hice
En la celebridad de su marido, “esa pobre mujer millona- entonces. Lo hice con absoluta credulidad, por desgra-
ria era el ser más desvalido y maltrecho que nunca había cia transitoria. Hablaba a mi hijo sin parar, sin con-
visto”, dijo de ella una de las ayudantes de dicha exposi- tención posible, en silencio si había alguien conmigo,
ción. Tras la miserable muerte de Natasha, ¿qué le queda susurrando y creo que, a veces, gritando, si me encon-
a Silvia? Dijeron: “Silvia se va a romper”. traba a solas con aquella milagrosa aparición. [...]
Preguntas incesantes que hacía a aquella imagen de mi
hijo, muerto viviente, en todos los tonos imaginables.
[...] Aquella inexplicable presencia de mi hijo, a un
Apariciones del hijo muerto tiempo vivo y muerto, no respondió a ninguna de mis
preguntas, jamás pronunció una sola palabra, ni si-
He aquí las descripciones de Elena Soriano (Figura quiera movió los labios para hacerlo, se mantuvo im-
6) sobre sus propias vivencias alucinatorias: pasible, siempre en los mismos dos únicos lugares de la
casa, con igual gesto plácidamente ambiguo, fue ha-
Consumada la tragedia, en los primeros días pos- ciendo su presencia cada vez más corta y espaciada,
teriores [a la muerte de su hijo], a mí me ocurrió algo terminó por desaparecer por completo, no ha reapare-
extraño [...]: si yo apenas hablaba y me quedaba lar- cido jamás, aunque muchas veces, a lo largo de estos
gos ratos absorta, mirando fijamente a ciertos lugares años, la invoqué con desesperación.
del espacio, no era sólo por mi pasmo, sino porque en [...] Ahora me siento fuertemente atraída por el
ellos veía a mi hijo. Lo veía de verdad, no pensándolo, espiritismo [...], yo quiero ver a mi hijo en persona —¡y
imaginándolo o soñándolo, sino de una manera muy sé que es pura podredumbre!—, oír el timbre inconfundi-
realista y concreta, que recuerdo nítidamente: veía sólo ble de su voz, al menos repetir la visión de su cabeza in-
su cabeza, mejor dicho, su cara y no como estaba móvil, como la gocé en los días inmediatos a su muerte.
muerta, sino tal como era cuando se despidió de mí la
última vez. [...] Lo veía únicamente en dos lugares de Año 1980
la casa: frente a mi puesto habitual en la mesa del co-
medor y delante de mi asiento acostumbrado en el Debo estar loca, tengo alucinaciones. Hoy, en una
contiguo cuarto de estar, junto a “su sillón” implacable- conferencia en un centro de la Cruz Roja —este año
mente vacío; lo veía distanciado unos tres metros de mí me intereso por sus iniciativas para luchar contra el
consumo de drogas— he visto entrar a mi hijo en la
Testimonio materno (1985), Elena Soriano. sala. ¡He visto a mi hijo redivivo, de cerca y de frente,
con mayor nitidez que en mis sueños! ¡Era él, era él, (1873). Luego fue enviado a la primera guerra de Cuba (1874), donde
sin duda alguna! Su estatura, su configuración corpo- enseguida contrajo el paludismo, regresó y se dio de baja en el Ejército
(1875). En 1878 enfermó de tuberculosis e ingresó en el balneario de
ral, su cabeza, su larga melena, su barba y su bigote Panticosa y en el monasterio de San Juan de la Peña. Se sintió presa de
negros y rizosos, su cara pálida y demacrada de los angustias de muerte, pasó por la etapa de las negras novelas románticas
últimos meses, sus ojos melancólicos y sufrientes, que y de los versos lóbregos. Pero se sobrepuso con su propia “autocura”
me han mirado con intensidad durante unos segundos. de sol, aire, paseo, silencio y arte. Se casó con la mujer que le convino.
Era Silveria, buena, inteligente, discreta y hermosa mujer que dedicó
¿Desde dónde? Para más extrañeza, este sosias increí-
abnegadamente toda su vida al marido y a los hijos. A la boda, no apro-
ble no se ha quedado a escuchar la conferencia. Ha bada por la familia, sólo asistió su hermano Pedro, que sería también
mirado durante un minuto a toda la concurrencia, co- profesor médico. Como Santiago no quería ejercer la medicina, preparó
mo si buscara a alguien, y luego ha desaparecido. Se oposiciones a la cátedra de Anatomía de Valencia, que obtuvo. Estimu-
lado por su amigo el neuropsiquiatra Luis Simarro, trató gratuitamente
me ha escapado, no volveré a verlo en mi vida, puede
a histéricas y neurasténicos, experimentando con la sugestión y la hip-
ser que sólo haya sido una figuración de mi mente nosis (que recomendó para el embarazo, y publicó un artículo sobre
trastornada. Debiera haberme atrevido, en aquel mis- ello), obteniendo curaciones “prodigiosas”. Pudo hacerse de oro, pero
mo instante, a levantarme y correr tras él o, al menos, sólo quiso satisfacer su curiosidad. Sintió la desilusión de comprobar
preguntar a la gente que estaba allí si lo habían visto que el cerebro, esa “obra maestra”, fuera tan débil y sugestible También
puso a prueba el espiritismo, donde constató la enorme ingenuidad de
como yo. No logro olvidar esta visión, no podré dormir los seres humanos, pues cuando él iba a una sesión no ocurría nada.
esta noche sin mi somnífero. (31‑1‑1980) Y así llevó a cabo, en cierto modo, el camino inverso a Freud (que
había transitado de la neurología a la psicología “morbosa”). Cajal leyó
las obras del psicoanalista, cuyas teorías consideraba “mentiras”, pero
debieron de intrigarle porque durante muchos años anotó cientos de
sueños propios —cuentan que era lo primero que hacía al levantarse—,
CAJAL Y FREUD en los que encontraba siempre, por supuesto, una interpretación orga-
REACCIONES OPUESTAS A LA nicista y bien banal, incluso en aquellos sueños de contenido sexual que
PÉRDIDA DE UN NIÑO EN LA FAMILIA hemos podido ver. Cajal siguió un notable itinerario de oposiciones y
cátedras: Valencia, Barcelona, Madrid. En 1901 tuvo por fin su Labo-
ratorio de Investigaciones Biológicas, cuya creación aprobó el Consejo
de Ministros. Si el laboratorio era su pasión, la docencia en el aula era
El caso Cajal su carga resignada, que llevó a cabo meticulosamente, siendo un profe-
sor extremadamente tolerante y benévolo en las calificaciones. No sólo
escribió sin descanso los artículos y monografías con sus descubrimien-
tos, como sus fascículos en cinco entregas de Textura del sistema nervioso
“Una luz se apagó, otra se encendió”
del hombre y de los vertebrados (1897-1904), su importante Degeneración 443
y regeneración del sistema nervioso (1914), Neuronismo o reticularismo
Cuando un ser humano siente íntimamente la con- (1933), sus trabajos sobre neurotropismo, además de otros muchos,
vicción de aquello para lo cual está destinado, nada y sus constantes reediciones revisadas y aumentadas de su Manual de
puede cambiar su rumbo, nada ni nadie podrán inter- Histología Normal y de Técnica micrográfica (cuya primera edición está
datada en Valencia en 1889), sino que publicó un magnífico tratado
ponerse entre él y su meta. Porque lo vive como una pionero de fotografía de los colores. Y también escribió artículos (utili-
zó el seudónimo Doctor Bacteria en sus colaboraciones en la revista La
Santiago Ramón y Cajal nació el primero de mayo de 1852 en Clínica, de Zaragoza, en 1883), ensayos o pensamientos, como Reglas
Petilla de Aragón, Navarra, en un valle de los Pirineos. Su padre, don y consejos sobre investigación biológica (1899) —luego también denomi-
Justo, fue un estimado cirujano-barbero, hombre afanoso y de genio, nado Los tónicos de la voluntad. La psicología de los artistas (1902)—,
que trató por todos los medios de domeñar el carácter inquieto del Chácharas de café (1920) —luego Charlas de café— y El mundo visto a los
primogénito de sus cuatro hijos, y que, con carácter dominante, influyó ochenta años - Impresiones de un arterioesclerótico (1934), los dos tomos
en Santiaguico hasta bien entrado éste en la edad adulta. Al referirse de su autobiografía, y cuentos (Cuentos de vacaciones, recopilación en
a su infancia, el propio Cajal se describía, en efecto, como un chico 1905). En 1885, al declararse una epidemia de cólera en Valencia, la
difícil, travieso, indómito, pero también lleno de curiosidad, amante de Diputación de Zaragoza le encargó un estudio, en el que Cajal sentó las
la naturaleza y manualmente hábil. A esas edades no se sabe si dichas bases de la vacunación contra el cólera, prioridad de descubrimiento
características son señales de perdición o de salvación. Parecía más bien que reivindicó frente a Ferrán. El 5 de marzo de 1894 fue nombrado
lo primero. Una vez, siendo niño, fabricó un cañón, con su pólvora y doctor honoris causa por la Universidad de Cambridge y tres días des-
todo, y lo disparó, echando abajo la tapia de la casa del alcalde, lo que le pués era invitado a pronunciar una conferencia en la Royal Society de
costó dos dias de escarmiento en la cárcel, a petición del propio padre. Londres, y en 1899 fue asimismo investido como doctor honoris causa
Éste lo castigaba sin cesar. Lo llevó interno a los escolapios de Jaca con por varias universidades de Estados Unidos, y en 1924, por la de La
10 años. Ya entonces empezó a entregarse obsesivamente a la gimnasia Sorbona. En 1900 recibió el Premio Moscú, en el Congreso Internacio-
atlética, para destacar entre sus compañeros y defenderse, ejercicio en nal de Medicina de París; en 1905, la Academia Imperial de Ciencias de
el que persistió durante bastantes años. Pero el chico detestaba estu- Berlín le concedió la Medalla de Oro de Helmholtz, e ingresó en la Real
diar. Tuvo un expediente académico poco brillante, que no hacía pre- Academia Española. En 1906 le otorgaron el Pemio Nobel, que hubo
ver ninguna gloria. Para hacerle reaccionar, el padre le puso a trabajar de compartir con Camilo Golgi, en un curioso emparejamiento, pues
como aprendiz de zapatero, y Santiaguico llegó pronto a confeccionar cada uno de ellos defendía la posición contraria, lo que le llevó a decir
mejores zapatos que el maestro. Le apasionaba el dibujo desde tierna a Cajal que eran hermanos siameses unidos por la espalda, y también
edad, lo que enfurecía a don Justo, y le atraía la fotografía. Trasladada porque Golgi reaccionó con enemistad y envidia ante el creciente pres-
la familia a Zaragoza, empezó allí la carrera de Medicina en la facultad tigio de Cajal y protagonizó una escena muy poco honorable al atacar
correspondiente, donde el padre daba clases, y ambos, padre e hijo, frontalmente la tesis cajaliana en la misma sesión de entrega del premio.
pasaron muchas horas juntos, estudiando huesos y disecando cuerpos En 1922 recibió de manos del rey Alfonso XIII la Medalla Echegaray de
humanos. Esto le sirvió a Santiago para, una vez conocida la anatomía la Real Academia de Ciencias. Don Santiago fue largo tiempo director
macroscópica, querer ir más allá y alcanzar la microscópica. Para apren- de la Junta para la Ampliación de Estudios, una institución con triple
der Anatomía dibujó un magnífico atlas de gran tamaño. Obtuvo plaza objetivo: la concesión de becas al extranjero para estudiosos, la creación
en la Sanidad Militar. Estuvo en la campaña catalana contra los carlistas de laboratorios para otras ciencias (Física, Química) y la promoción
cendencia de Cajal, y algunos de ellos, incluso signifi- Especialmente difusa es la identidad de Enriqueta,
cados, equivoquen nombres y años y lugar de naci- la hija que murió con pocos años, y de la que unos dan
miento de los hijos del gran hombre. como fecha de nacimiento el año 1886 y otros el 1887,
y hay algún despistado por ahí que le da incluso la de
A nuestro parecer, una de las mejores y más documentadas 1884. No hemos conseguido encontrar el retrato feha-
biografías de Santiago Ramón y Cajal es la de García Durán Muñoz y ciente de la pequeña Enriqueta en ninguna galería foto-
Francisco Alonso Burón, en dos tomos (tomo I: Cajal - Vida y obra, y gráfica publicada de la familia de Cajal. Estamos segu-
tomo II: Escritos inéditos; 1983). Las vicisitudes negativas del “legado ros de que debió de haberlo (o debe de haberlo), dada
Cajal” revelan la desidia y la ignorancia del pueblo español con su patri-
monio y sus prohombres. Durante la guerra civil española se perdieron
la gran afición del padre a recoger fotográficamente la
muchos bienes científicos y pertenencias personales de nuestro sabio. crónica de su mundo cercano, prueba de lo cual son las
Los intentos de consolidar un Museo Cajal han sido infructuosos. Du- variadas fotos que hizo a su mujer y sus niños. Pero
rán y Alonso hicieron un inventario de objetos y pusieron en orden sus falta Enriqueta. ¿Por qué? ¿Es resultado de un acto pre-
papeles, dejando establecido el Archivo Cajal en 69 sobres, pero ha meditado? Al comienzo del retrato fotográfico tanto se
desaparecido. Sólo recientemente se está trabajando en la catalogación
y restauración de ese legado, que es todavía francamente desconocido
daba inmortalizar con la cámara al niño muerto cuanto
por los españoles en su verdadera dimensión. destruir todas las fotos que se hubieran hecho de él a fin
En la Vida y Obra de Cajal de los citados autores aparece noticia de aliviar en los deudos el dolor de su visión.
del devenir y currículo de sus hijos y parte de los de sus nietos. Salvo Pero todo hace pensar que Enriqueta murió en
los dos hijos que murieron —Santiago y Enriqueta—, todos los otros 1889, con dos años de edad.
sobrevivieron y se casaron. Fe, la hija mayor, enviudó de don José Pérez
y vivió luego con su padre; le quedaron dos hijos (José y María Rosa).
El año anterior, 1888, fue, en expresión del propio
La tercera, Paula, contrajo matrimonio con don Ángel Cañadas y tuvo Cajal, su año cumbre, su año de fortuna. Trabajaba “no ya
cuatro hijos, dos varones y dos mujeres; el mayor, Ángel, hizo Medici- con ahínco, sino con furia”. Estaba a punto de encon-
na. El cuarto, Jorge, del que se dice que era “el más rebelde y agudo de trar la nueva verdad: que la estructura básica funcional
todos”, sentó la cabeza, hizo brillantemente la carrera de Medicina, y del cerebro era la neurona, como unidad interactiva de
al terminar trabajó en instituciones que dirigía su padre (Instituto de
Higiene Alfonso XIII e Instituto de Investigaciones), y más tarde fundó
conducción de los impulsos nerviosos; que éstos se
el Instituto THIRF, que fusionó con IBYS, de Bacteriología y Suerote- transmitían de neurona a neurona a través de las den-
rapia; casó con doña María Conejero, de la que enviudó, quedándole dritas (con sus magníficas arborizaciones libres, puerta
tres hijos, de los cuales el varón, que se llamaba Santiago, murió, sien- de entrada al soma) y del axón (puerta de salida) de
do estudiante de Medicina, en 1936, en la guerra civil española, en el cada una de ellas; que lo hacían por vías propias y por
frente de Bilbao. De las dos hijas, recayó en María, la mayor, el título
de marquesa de Ramón y Cajal, creado en memoria de don Santiago en
contacto individual. El cerebro no era, pues, una enma-
el primer centenario de su nacimiento. Pilar, sexta de su descendencia, rañada red indiferenciada, como se creía hasta entonces 445
casó con don J. Padró, enviudó, y le sobrevivió una de las dos hijas que (teoría reticular), boscosa e incolora, sino una bandada
tuvo, también llamada Pilar. El pequeño, Luis, hizo también Medicina de “mariposas del alma”, como llamó Cajal una vez a las
y casó con doña Ángeles Junquera, con la que tuvo dos hijos, Angelines neuronas. Sus horas volaban febrilmente en su increíble
y Santiago; éste (1940), único nieto de Cajal que lleva sus apellidos, es
actualmente catedrático de Anatomía Patológica y Jefe del Departamen-
laboratorio casero (los colegas extranjeros no daban
to de Anatomía Patológica del Hospital Clínico de Zaragoza. crédito a que aquel hombre hubiera llevado a cabo sus
En cuanto a las fechas de nacimiento de los hijos de Cajal, descubrimientos en su casa, con todo el material paga-
encontramos un baile de años que oscila entre uno o dos con respecto a do de su bolsillo, sin ayuda ni subvención oficial algu-
las que reseñan uno u otro autor en sus biografías o anotaciones biográ-
ficas. En el esquema presentado en la conferencia internacional “Cajal
y la conciencia”, conmemorativa del centenario de su obra Textura del niños en el bautizo dos o tres nombres de pila, sin olvidar que era asi-
sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, en noviembre de 1999, mismo frecuente (y aún se da alguna vez) que se repusiera el nombre
en Zaragoza, se llega a dar 1884 como la fecha de nacimiento de En- del hijo muerto al siguiente que nacía, fuera singularmente como tal o
riqueta, con lo cual se le atribuye la muerte a la edad de siete años, lo como nombre compuesto. Resulta, además, curioso que el propio Cajal,
que evidentemente no es así. Las fechas que tenemos como más fiables en la segunda parte de su autobiografía (Historia de mi labor científica),
—y que aquí consigno— son las que recoge Juan Fernández Santarén, se refiere a su “pobre” hija Enriqueta como “la primera nacida en Barce-
comisario de la exposición “Cajal, Premio Nobel 1906”, presentada en lona”, cuando en realidad tal hija debió de ser Pilar, la siguiente.
diciembre de 2006 en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Ma- Vera alude asimismo al extraño cambio de nombre que sufrió el
drid, con motivo del centenario de la adjudicación del Nobel al sabio tercero de los hijos de Cajal, una niña que fue inscrita en el Registro
aragonés, en la obra publicada para conmemorar tal evento. Civil como Vicenta, con fecha de nacimiento del 21 de enero de 1884, a
En cuanto a los nombres, y con respecto al de la quinta hija, las cuatro de la tarde, y que en 1968 pasó a llamarse Francisca de Paula
comúnmente llamada Enriqueta (la que murió en 1889, con dos años Vicenta, según resolución del Juzgado de Primera Instancia n.º 5 del
de edad), Francisco J. Vera Sempere, en su obra Santiago Ramón y Cajal Registro Civil del Congreso de Madrid, desconociéndose los motivos de
en Valencia - 1884-1887 (2001), demuestra documentalmente que fue esa modificación, producida quizás a instancias de los descendientes.
bautizada con el nombre de María del Pilar Enriqueta Ramón Fañanás Pero es que, además, algún biógrafo (Diego Ferrer, en Santiago
(Libro de Bautismos del Archivo Parroquial de la Iglesia de San Andrés Ramón y Cajal y las células nerviosas, Madrid, 1965) le da a Paula el
Apóstol, de Valencia, año 1887, inscripción n.º 111) y hace constar nombre de Vicenta Enriqueta, lo que avala la confusión de nombres de
que su fecha de nacimiento fue el 22 de abril de 1887, en Valencia, en las hijas de Cajal, salvándose Fe, quizá por ser la primera.
tanto que en el Registro Civil, en la partida de nacimiento, se consigna Con tanto hijo, tanto desplazamiento y tan poca precisión de Cajal
la fecha del 5 de mayo de 1887, a las doce de la noche. Aparece tam- con respecto a ellos, caben los lapsus y los errores. Como, por ejemplo,
bién nombrada como Pilar Enriqueta en el “Congreso Santiago Ramón el del irreprochable historiador de la Medicina José María López Piñero
y Cajal” (Zaragoza, octubre de 2003), en conmemoración del 150.º ani- (1933) —que ha desarrollado toda su labor docente e investigadora en
versario del nacimiento del homenajeado. Valencia, donde Cajal vivió años decisivos—, que confunde en una pe-
El nombre compuesto de Pilar Enriqueta introduce ambigüedad queña biografía (Cajal, 1985) a Santiago, que era el segundo hijo, con
con respecto a la siguiente hija nacida, que se llamó asimismo Pilar, Jorge, que fue el cuarto, lo que es, sin duda, un lapsus, pues en el esque-
aunque antiguamente era muy corriente que se les impusieran a los ma crono-biográfico de la misma obra la denominación es correcta.
Recuerdos en Larres, la cuna aragonesa de Matrimonio Cajal (Silveria y Santiago) De izquierda a derecha: el padre, Jorge
sus padres (al fondo), la madre, Santiago (el últi-
(dibujo de R. L’Hotellerie) mo a la derecha), Luis, en brazos de la
madre, y Paula, junto al padre
446
†
Enriqueta
Nacida en abril 1887
Murió en 1889
Fe, con unos 16 años Santiago, con unos 13 años Paula, con unos 11 años
(nacida en 1880) (nacido en 1883) (nacida en 1885)
Jorge, con unos diez años Pilar, de unos seis años Luis, con unos 4 años Final de trayecto
(nacido en 1886) (nacida en 1891) (nacido en 1892) (1-5-1852 / 17-10-1934)
na). Para darse a conocer fundó y financió una revista fortiori” que convertirse en editor. Mas no hablemos de
propia (Revista Trimestral de Histología Normal y Patoló- cosas tristes. ¡A qué rememorar dolores cuyo lenitivo
gica, de la que editó sólo tres números, los suficientes sólo está en el olvido!
para dejar constancia de sus principales primeros des-
cubrimientos), distribuyendo entre los más significados Y cuando, ya muerto su hijo, Cajal explicaba en
investigadores de su tiempo los 60 ejemplares de que sus conferencias, clases o libros los hallazgos realizados
constaba cada tirada. Estaba ansioso porque no encon- entonces, recordaba aquella carita del niño y su voz
traba en ellos eco de sus descubrimientos. Tradujo sus quejumbrosa pidiendo: “Agua, papá”.
trabajos al francés y los envió a revistas europeas, ale- “Precisamente el que más se parecía a mí...”. De
manas principalmente. Silveria sabía la importancia del nuevo aquí ese duelo del padre por la quiebra de su
momento crítico de su marido y procuraba evitarle sucesión con la muerte del hijo, en el que tiene puestas
cualquier molestia o distracción, llegando a sacrificar la todas sus complacencias e ideales de proyecto.
economía doméstica hasta grados extremos. Pero no Meses después de Santiaguito, es Enriqueta la que
podía solucionarlo todo. Su hijo Santiago enfermó gra- enferma:
vemente con seis o siete años, y Cajal escribió en la se-
gunda parte de su autobiografía: [...] una de mis hijas, la primera nacida en Barce-
lona11, fue víctima de la inexorable meningitis, contraí-
Mi hijo mayor, que prometía ser mozo de entendi- da durante la convalecencia del sarampión. Porque en
miento, cayó gravemente enfermo con una fiebre tifoi- las grandes y húmedas urbes toda debilidad resulta peli-
dea, de cuyas resultas, además de paralizarse bastante grosa, a causa del perpetuo acecho del bacilo de la tu-
su desarrollo mental, brotaron los gérmenes de la en- berculosis, suspendido en el polvo y en profusión sem-
fermedad cardíaca que le llevó, tres lustros después, al brado por industriales desaprensivos en leches y carnes.
sepulcro. ¡Pobre Enriqueta!... Su imagen pálida y doliente
vive en mi memoria, asociada, por singular y amargo
Cuentan que lo velaban alternativamente su mujer contraste, a uno de mis descubrimientos más bellos: “el
y él, y que don Santiago se llevaba el microscopio a la cilindro-eje de los granos del cerebelo y su continua-
mesilla situada en la cabecera de la cama del enfermo ción con las fibrillas paralelas de la capa molecular”.
para seguir trabajando sin dejar de vigilarlo. Allí hizo Acaso en tan triste ocasión fue la angustia despertador
algunos de sus decisivos descubrimientos. soberano. Continuamente desvelado, y rendido de fati-
En 1912, Cajal publicó su pionero y extraordinario ga y de pena, di en la manía de embriagarme, durante 447
libro La fotografía de colores10. En su autobiografía ofrece las altas horas de la noche, con la “luz del microsco-
los dos motivos por los que se decidió a redactar ese pio”, a fin de adormecer mis crueles torturas. Y cierta
trabajo: “docente y patriótico, el uno, y sentimental el noche aciaga, cuando las tinieblas comienzan a abatir-
otro”. El primero es, obviamente, de naturaleza técnica. se sobre un ser inocente, brilló de repente en mi espíri-
Del segundo dice: tu el resplandor de una nueva verdad...
El segundo motivo pertenece al dominio del cora- Es llamativo que Cajal no conserve aparentemente
zón. Mentarlo renueva en mí torturantes recuerdos. El de su hija muerta más que el recuerdo asociado de los
mayor de mis hijos, precisamente el que más se parecía granos del cerebelo (en los que descubrió la nueva ver-
a mí, así en lo intelectual como en lo físico, contrajo dad de la que habla) y de uno de sus importantes descu-
desde muy joven gravísima enfermedad cardíaca. Des- brimientos (el de la polarización de la neurona, es decir,
ahuciado de los médicos e imposibilitado para seguir el sentido exacto de la dirección de los impulsos nervio-
carrera, púsele al frente de una librería, al objeto de sos en su recorrido por la unidad funcional neuronal,
entretenerle y de disipar en lo posible su negra melan- recorriendo un camino similar a un circuito eléctrico), y
colía. Y para estimular iniciativas editoriales, base nada con respecto a la personita de Enriqueta. “A luz
quizá de futuros negocios, escribí los primeros capítu- extinguida, luz renacida”, podría decirse. El sabio se
los del libro. Por desgracia, el inexorable pronóstico detiene y hace un corte reflexivo:
médico se cumplió y el autor [o sea, Cajal] tuvo “a
Pero no removamos melancólicos recuerdos. Ade-
10 La fotografía, en su versión original de daguerrotipo, llegó a más ¿a quién importan estas cosas?... Hombres somos,
Barcelona en 1839, desde Francia, donde inició su andadura en 1826. y por tanto el dolor físico y moral nos acecha de conti-
En La fotografía de colores, Cajal se preocupa por dar un fundamento nuo. Sin contar el tiempo, el terrible e inexorable ene-
teórico-científico y operativo a la fotografía, y se centra especialmente
en el proceder con la placa autocrómica, siendo pionero en la creación
migo de la vida.
de la fotografía en color, cosa que no se le reconoce —o sólo de pun-
tillas— en la historia correspondiente. Ramón y Cajal fue presidente 11 Véase la nota 9. Hay un paralelismo “inverso” —si se me per-
honorario de la Asociación de Fotógrafos de España. Su prestigio y aval mite exta expresión— entre las muertes de la hija de Cajal y la de Da-
hicieron posible que fuera en nuestra patria donde se reconociera la rwin. Murieron seguramente de lo mismo, en muy poco tiempo, pero
autoría expresa de la fotografía, antes que en ningún otro país y ade- Annie tuvo a su padre constantemente a pie de cama durante la enfer-
lantándose mucho en el tiempo, de modo que cada fotografía llevara el medad mortal, con la madre justificadamente ausente, y con Enriqueta
sello y la firma de su autor profesional. sucedió justo al contrario.
De nuevo aquí la coletilla desdramatizadora, pu- Han corrido leyendas y murmuraciones de Cajal
dorosa de mostrar los sentimientos de duelo. Pero tam- como padre descuidado y egocéntrico. Biógrafos tan
bién una cierta frialdad afectiva o una defensa mediante serios como Durán se han preguntado:
el enfriamiento emocional.
Algunos biógrafos cuentan que doña Silveria quiso ¿Fue Cajal buen padre? Sencillamente, no. A nues-
ahorrar a su marido el final de la agonía de la hija. Otros tro parecer, no fue un mal padre, pero tampoco bueno.
dicen que, en su laboratorio, él oyó los gritos desgarra- Todas las censuras que él pudo hacer a don Justo [su
dores de su mujer desde la habitación de la niña: “¡San- propio padre] pudieran hacérselas a él muy aumenta-
tiago!, ¡Santiago!”. Y hay quien escenifica la situación y das. Quería, naturalmente, a los hijos, siendo amable y
cuenta que Silveria avisó a su esposo del estado de la cariñoso con ellos; pero la diligencia del buen padre de
pequeña, pero que él no debió de escucharla, enfrasca- familia le faltó. Él mismo se queja, e incluso escribía, de
do en el rastreo del axón maravilloso, y cuando, exul- que la tragedia del científico, obsesionado por su traba-
tante, fue a darle la noticia de su decisivo descubri- jo, está en tener que dejar la enseñanza y cuidado de la
miento, la encontró anegada en llanto, con el cuerpo prole en manos ineptas y mercenarias. Cajal, aun
exánime de la hijita en los brazos. Desolado, él se dolió: amando a sus hijos, no pudo ocuparse de ellos.
“¿Por qué no me avisaste?”. “Lo hice, pero no me escu-
chaste”, le repuso ella. Su caso es paradigma de la necesidad que tiene el
Y sin embargo, 1889 fue el año en el que Cajal sabio, el genio, el creador, de desconectarse de todo
atraviesa la puerta de la gloria. Tiene 37 años. Con las aquello que pueda mermar la atención y ensimisma-
pruebas fehacientes de su teoría de la neurona bajo el miento que requiere su tarea. En los momentos más
brazo, viaja a Berlín, al Congreso de Anatomía, el 12 de duros de su vida, Cajal batalló y ganó, se sobrepuso a
octubre. Va muy bien pertrechado con todas sus prepa- todas las contrariedades, por encima de sus sentimien-
raciones y con el material a punto, pero se da cuenta de tos y de sus baches de ánimo.
que su descubrimiento va de nuevo a pasar inadvertido. Pero en el otoño e invierno de 189912, con 47
Y no se arredra. En un arranque de valor contra su timi- años, cayó, durante varios meses, en una depresión,
dez, logra atraer, tomándolo del brazo, al máximo re- cuyos síntomas describe con precisión en la segunda
presentante de la Histología en ese tiempo, el alemán parte de su autobiografía, produciendo sorpresa e im-
Kölliker, y consigue que vea sus imágenes al microsco- pacto en el lector a causa de lo parco que en ella ha sido
pio. El colega, que queda fascinado por la obra de Ca- hasta ese momento en cuanto a revelar situaciones aní-
448 jal, será desde ese momento su valedor e incondicional micas propias. Cuenta:
divulgador de la teoría de la neurona. Los otros congre-
sistas se arremolinan, le rodean, todos quieren ver sus Invadióme la neurastenia, acompañada de palpi-
preparados. Cajal, Cajal, Cajal (ellos pronuncian Cayal, taciones, arritmias cardíacas, insomnios, etc., con el
Cayal, Cayal). Y su nombre ya no dejará de sonar. Ni la consiguiente abatimiento de ánimo. Semejantes crisis
enfermedad deteriorante de su hijo ni la muerte de su cardíacas atacan frecuentemente a las personas ner-
hijita quebraron su proyecto. Tampoco cuando, más
viosas fatigadas, sobre todo durante esta fase de la vida
tarde, otra hija enferme, también gravemente, dejará de
en que declina la madurez y asoman los primeros des-
llevar a cabo su misión, que esa vez consistía en asistir a
fallecimientos precursores de la vejez.
la muy prestigiosa Real Sociedad de Londres, donde
Naturalmente mis dolencias agriaron aún más
había sido invitado a dar una conferencia:
mi natural triste e hipocondríaco. Y, por reacción fisio-
lógica y moral, acometióme violenta pasión por el
[...] Mi instinto paternal se inquietaba, resistién-
campo.
dose a abandonar a la paciente, no obstante los alenta-
dores vaticinios que, para tranquilizarme, hacia el
Esta crisis recuerda la famosa que padeció su ami-
doctor Hernando, médico de cabecera y amigo genero-
go Unamuno dos años antes y apenas uno después de la
so de mi familia [...].
muerte de su hijo Raimundín, que tanto le afectó, abo-
cándole a una conmoción religiosa, como vimos.
Se decidió a ir, finalmente. Al regreso, confiesa en
su autobiografía: En Cajal, creo que son dos acontecimientos casi
simultáneos los que desencadenaron su postración psí-
Al pisar el umbral de mi casa latíame tumultuo- quica (pero sin los planteamientos metafísicos unamu-
samente el corazón. Por incidentes imprevistos, no pu- nianos): la muerte de su madre (aquella mujer cariño-
de avisar mi llegada. ¿Cómo encontraría a mi hija? El sa, hacendosa y humilde esposa, a la que él amaba
optimismo de las cartas maternas ¿no sería quizá pia- tanto, y que fue la única que puso un poco de dulzura
doso ardid encaminado a animarme y confortarme en el frío y riguroso hogar de don Justo Ramón) y la
ante mi arriesgada misión?
12 Cajal anota esta fecha de 1899 en su autobiografía, pero al-
pérdida de Cuba, que significó un tremendo golpe para ¿Crees que hay Dios?
su profundo patriotismo. Parece que fue ésta la única Si un Dios lleno de bondad
vez que Cajal, sumido en el desaliento, abandonó du- en este mundo existiera,
rante un tiempo sus investigaciones, para, una vez reinaría por doquiera,
más, salir adelante por su propia fuerza de voluntad13, tranquila, la libertad;
afirmándose positivamente en la esperanza del trabajo y aquí la desdicha impera.
y de la raza.
Llama, de todos modos, poderosamente la aten- Y ahora, como entonces, se sobrepuso, como digo,
ción esta “depresión patriótica”. ¿Fue en realidad tan con su propia “autocura” de sol, aire, paseo, silencio y
psicotraumático el desastre de Cuba para él como para arte, pero sobre todo con su enorme tenacidad. Sintió la
ciertos españoles? ¿Pudo la pérdida de las últimas colo- absoluta necesidad de vivir en el campo y para ello se
nias más que la de la hija o la reciente de la madre? Sus arriesgó a invertir todos sus ahorros en la compra de
biógrafos parecen poner el énfasis más en esto que en la una huerta en el reciente ensanche norte de Madrid, “en
misma muerte de la madre, quizá porque entonces lo las frondosas hondonadas y las vertientes vecinas del
patriótico era más glorioso y más viril en un hombre de puente de Amaniel”, lindante con Cuatro Caminos, por
la edad de Cajal. Sin embargo, por mi parte, recuerdo donde las Bellas Vistas, terreno entonces sin urbanizar,
que, cuando yo era residente de Psiquiatría General en para vivir apartado del mundo cortesano. Allí se hizo
los años sesenta, pasaban por la consulta pacientes construir en 1900 una modesta quinta (su “cigarral de
—todos varones, si no me falla la memoria— con cua- Amaniel”, en la calle de Almansa), rodeada de un jar-
dros depresivos en los que, a lo largo de la historia clí- dín, emparrado y pequeño invernadero, todo escalona-
nica, aparecía una profunda desmoralización ocasiona- do en cuesta y con orientación al mediodía, con hori-
da por frustración ideológica y política (particularmen- zontes de la Moncloa, la sierra de Guadarrama y El Es-
te, en un sector de la población masculina que había corial. Y allí pasó la última depresión, tras la muerte de
“hecho la guerra en el bando contrario”, como se decía Silveria, el 23 de agosto de 1930. Se replegó en su “cue-
entonces). Por eso puedo creer que determinadas vi- va”, que así llamaban sus discípulos al sótano que había
vencias y adscripciones (también las religiosas) tienen habilitado en su casa (¿trasunto final de aquella otra
tal grado de implicación e incluso de visceralidad que, cueva en la que había aprendido francés con su padre?),
en condiciones de impotencia, ostracismo o exclusión, donde acomodó el despacho, el material de investiga-
pueden generar graves cuadros de desgaste y desmora- ción, sus carpetas, dibujos, colecciones de preparacio-
lización muy cercanos a la depresión. La hipótesis que nes histológicas y la magnífica biblioteca, de unos 449
manejo de momento, en espera de mejores fundamen- 10.000 volúmenes, de toda temática, desde clásicos a
tos, es que la coincidencia de la pérdida conjunta de la viajes, desde filosofía a religión, desde historia a nove-
madre natural y de la gran madre patria produjo en el las... Y allí escribió su último libro, El mundo visto a los
sabio una regresión a épocas muy anteriores, a aquel 80 años - Memorias de un arterioesclerótico, que se publi-
terrible tiempo (1873-1878), en su veintena de edad, có el mismo año de su muerte, acontecida el 17 de oc-
de fuerte y negra crisis moral. tubre de 1934.
En efecto, esta melancolía ansiosa tardía evoca en Pero también, según cuenta su nieta Silvia Caña-
particular la que, muy debilitado físicamente, le acome- das, por entonces don Santiago había empezado a escri-
tió con toda claridad en 1878, cuando tenía 26 años, al bir un libro, cuyo título era Solos ante el misterio, que se
enfermar de tuberculosis y ser ingresado por su padre ocupaba de fenómenos paranormales, premoniciones y
en el balneario de Panticosa. Se sintió entonces presa de sueños extraños, “algo muy diferente de cuanto había
angustias de muerte, pasó por la etapa de las negras realizado hasta entonces”, comenta su nieta. Y también
novelas románticas (él mismo escribió entonces una) y muy opuesto a cuanto había creído en el terreno racio-
de los versos lóbregos, y allí sí parece que dudara de nal. Coincidencia con Freud, del que siempre se había
Dios y de su bondad, como apunta en este poemilla mostrado tan crítico y distante: ¡Similitudes que origi-
suyo: nan las vivencias de duelo! De ese manuscrito, no ter-
minado, se ignora el paradero14.
¡Oh tísico sin ventura, No fue un abuelo cariñoso, dice esa misma nieta,
que en tus juveniles años, que guarda, sin embargo, un gran recuerdo de él y de
virgen aún de desengaños, cómo la instruía, enseñándole, por ejemplo, la organi-
la vida amas con ternura: zación de las hormigas sobre el terreno. No engañaba
quizá eres el sustento don Santiago. No fue en absoluto un mal padre; se sin-
de madre débil y anciana tió torturado por el recuerdo de su hijo muerto; se vio
y con hondo sentimiento culpable e impotente en el lecho de muerte de su pe-
presientes muerte cercana! queña Enriqueta, y ansioso en la lejanía temiendo por la
vida de otra hija... Pero le parafraseamos cuando con-
13 “Troquemos los desfallecimientos enervadores, con ansia de cluimos que eran “más hijos suyos los del espíritu que
robustez, de juventud y de renovación. Huyamos del pesimismo como
de virus mortal”, dice en el postscriptum a la segunda edición de Reglas 14 “Cajal, Premio Nobel 1906”, Museo Natural de Ciencias Na-
po sin diagnóstico, hasta que hemos ido cerciorándonos Y aún tres años después, en 1926, le escribía a
cada vez más de que se trataba de una tuberculosis Binswanger que, después de la desgracia de Heinele, no
miliar, y que por consiguiente está perdido. Ahora está se sentía capaz de gozar de la vida, añadiendo que “éste
en coma, con paresias, y, cuando a veces despierta, se es el secreto de mi indiferencia —lo que la gente llama
recupera de modo que parece de nuevo él mismo, de valor— frente a los peligros que corre mi propia vida”.
forma que se le hace a uno difícil pensar que… Tras Conservó sus afectos, pero ya no pudo volver a en-
cada una de esos despertares se vuelve a hundir en el cariñarse con nadie. O, al menos, con nadie humano.
sueño y lo volvemos a perder. Los médicos dicen que en Porque sí, al final de su vida, Freud volcó un intenso
ese estado puede durar una semana, quizá más, y que afecto en sus perros, a raíz de que Dorothy Burlingham,
es mejor que no se cure, lo que afortunadamente es lo la amiga de su hija Anna, le regalara (1928) a Lun-Yu,
más seguro. Su padre llegó ayer. una perrita pekinesa, que murió once meses después
Me resulta muy difícil soportar esta pérdida. No arrollada por el tren. Freud dijo que el dolor por esa
creo haber experimentado nunca una pena tan grande, muerte era similar en calidad, aunque no en intensidad,
que quizá sienta más duramente a causa de mi propia al de la muerte por un niño querido. Era evidente que
enfermedad. Hago mi trabajo, obligado, a la fuerza. los perros fueron para él sustituto afectivo de niños que-
En el fondo, ya todo me da igual. ridos, de niños que amó mucho, aunque de una forma
imposible y tardía. Luego, Jo Fie, otra perra pekinesa, fue
Heinele murió el 19 de junio de 1923. Ésta es la su compañera durante siete años, y seguramente fue ésta
carta que Freud le mandó al padre del chiquillo: la que tanto le descorazonó al final, cuando, en los últi-
mos días de vida de su amo, se alejó de él porque olía
He pasado algunos de los días más negros de mi mal a causa de la sepsis de su cáncer. A propósito de es-
existencia llorando al niño. Al fin he logrado dominar- tos últimos amores nuevos, irracionales, escribió a su
me y puedo pensar en él con serenidad y hablar de él amiga la princesa Marie Bonaparte (6-12-1936):
sin llorar. Pero en nada me ha ayudado la razón; mi
único consuelo es que, a mi edad, no le habría visto Se trata de un afecto sin ambivalencia, de la sim-
durante mucho tiempo. No sé si te das cuenta de cuán- plicidad de una vida liberada de los casi insoportables
to le amábamos todos. Le cuidamos como si hubiera conflictos de la cultura, de la belleza de una vida com-
sido nuestro propio hijo y no logramos expresar lo que pleta en sí misma. Y, sin embargo, a pesar de todas las
sentimos por él. Creo que no pudiste conocerlo a fondo. divergencias en cuanto a desarrollo orgánico, el senti-
Era muy pequeñín en Hamburgo y la rivalidad con su miento de una afinidad íntima, de una solidaridad in- 451
hermano mayor desfiguró las cosas. Aquí [en Viena] discutible. A menudo cuando acaricio a Jofi, me he
había mejorado mucho y era maravilloso ver cómo sorprendido tarareando una melodía que, pese a mi
había aprendido a entender y conquistar el mundo y a mal oído, reconocí como el aria de Don Juan: “Un lazo
las personas que le rodeaban. Apena que jamás sepa- de amistad nos une a ambos”…
mos cómo se habrían desarrollado esas facultades. In-
cluso los nueve meses que estuvo constantemente en-
fermo fueron muy dichosos para él; y al final sufrió
menos que nosotros, de manera que quienes le conoci- Familias truncadas
mos conservamos frescos los recuerdos de él. Sucesivas pérdidas de hijos
Dicen que sólo esa vez se le vio llorar a Freud. Más Hay casos extraños que parecen corroborar la exis-
tarde confesaría (a su amigo el psiquiatra existencialista tencia de destinos desdichados. Conocemos familias de
Binswanger, en carta del 15-10-1926) que Heinele ha- las que se dice que el infortunio o la fatalidad se han
bía representado para él tanto como todos sus hijos y cebado en ellas. Freud describió lo que llamó neurosis
nietos. Según su biógrafo Ernst Jones, Freud manifestó de destino, tratando de negar la idea de un azar aciago.
que la pérdida del nietecillo le había afectado de forma Para él, muchos sujetos neuróticos se hallan impelidos
distinta a todas las demás. Las otras sólo le habían pro- a repetir aquello que les daña o daña a los demás a cau-
ducido mucho dolor, pero ésta había matado algo de sí sa de pulsiones inconscientes malignas no domeñadas.
mismo. Todos conocemos familias (a veces la nuestra mis-
Al mes siguiente de la muerte del niño, Freud re- ma) que pasan por malas rachas, y, entre éstas, la de una
conoció que estaba sufriendo la primera depresión de serie de muertes seguidas de seres queridos. Nada pue-
su vida. de asolar más a una familia que la sucesión de muertes
Poco después afirmaba: infantiles en su seno.
Traigo aquí en especial dos vidas paralelas en el
[…] Una comprensible indiferencia hacia la ma- infortunio de la pérdida de hijos. Dos familias trunca-
yor parte de las trivialidades de la vida me demuestra das, pero con formas muy distintas de reaccionar ante
que la “elaboración del duelo” se está realizando en lo el duelo. En un caso, el de la poeta Zambrana, que, des-
profundo. Entre esas trivialidades se encuentra la cien- pojada de todos sus seres queridos, se retira mansa-
cia misma. No se me ocurre ninguna idea nueva y no mente, sublimando su dolor en la poesía y el mundano
he escrito ni una sola línea. olvido. El otro, el del doctor Castilla del Pino, que,
El caso Zambrana
piezas interesantes. Pero “mi proceder [con los hijos] años pasados, puedo afirmar claramente que, por lo
era demasiado consciente, no surgía con la espontanei- que a mí concierne, ése fue el primer y el mayor error
dad del que siente, y en primer plano, la emoción de la que he cometido en mi vida” (C.O., p. 150).
paternidad, sino como una obligación, y por eso ellos Uno tras otro, los problemas se fueron sucediendo
no vivían estas experiencias como un ejercicio de liber- y acumulando con los hijos. Castilla se sintió impotente
tad. Por otra parte, tendía a imponerles mis modelos y y se alejó egoístamente de la vida familiar. “Yo no iba ha-
mis proyectos”. Sin embargo, mientras no aparecieron cia mis hijos; tampoco ellos venían hacia mí”. Se dedicó
los problemas con los estudios, mantuvo el equilibrio en exclusiva a lo único que le gratificaba, su quehacer
con ellos (C.O., p. 150). profesional. La distancia se agrandó sin remedio y el
Muchos de los jóvenes padres de aquel tiempo grupo familiar empezó a descomponerse gravemente.
desearon para sus vástagos una educación no sólo dis- Entre 1978 y 1987 murieron cinco de los siete hi-
tinta sino contraria a la que ellos mismos habían recibi- jos: María, Carlos, Álvaro, Gonzalo y M.ª Fernanda.
do. Los de la clase media más intelectual y escorada a la Primero murió María. María se suicidó con 24
izquierda rechazaron los colegios confesionales y opta- años por autointoxicación, en 1978, tras dos graves in-
ron por la escuela pública. Esta decisión fue perniciosa tentos anteriores (sección de venas con 22 años e inges-
para los hijos de Castilla porque, según cuenta, se sin- tión de barbitúricos un año después). Este último suce-
tieron perseguidos por algunos profesores de los más dió tras un requerimiento de personación en un juzga-
afectos al régimen franquista, dado el rojerío del padre. do por tenencia de 300 gramos de marihuana, y parece
En los siguientes cuatro o cinco años se rompió la que esto pudo ser el desencadenante de su decisión de
relación entre los hijos y él con el pretexto de los estu- morir. “Fue siempre una niña que sentía fascinación por
dios. “No fui capaz de dejarles suficientemente a su aire su propia muerte”, apunta el psiquiatra. Era sociable,
y traté de imponerles mis fines y mis métodos como si inteligente y querida por sus amigos, aun cuando su
fueran indiscutiblemente los únicos y los mejores” presencia les cortaba un poco a causa del rigor que ella
(C.O., pp. 287-288). imponía en la conversación. Era la más cercana teórica-
“En mis silencios debían de imaginar censura (no mente al mundo de valores de su padre, pero, indisci-
siempre era así, claro está, pero es cierto que no sabía plinada, los incumplía y por eso le evitaba, quizás hu-
cómo decirles lo que quería transmitirles), y sus inhibi- yendo de su posible censura. La relación de María con
ciones ante mí tenían la adecuada correspondencia”. su madre fue mucho más abierta y confidencial. Castilla
“Mis hijos y yo fuimos convirtiéndonos en extra- reaccionó al suicidio de su hija practicando un “domi-
454 ños y llegó un momento en que sólo hablar hubiera nio emocional muy duro”, y continuó con su habitual
empeorado las cosas. Hubieran surgido reproches mu- programa académico. “Mi salvación era el trabajo”. Es-
tuos, era mejor callar... Era un silencio que apesadum- taba escribiendo entonces el capítulo de la pena y de la
braba, sí, pesaba mucho”18,19. melancolía en su libro Introducción a la Psiquiatría
Su sótano no fue ya sólo lugar de trabajo, sino re- (1978-1979). Como dice no poder pensar sin imáge-
fugio de fugitivo. Como tantas madres en similares cir- nes, se representaba a su hija sentada frente a él, ella
cunstancias, Encar no compartía el proceder educativo sonriente y él mirándola serio, como si estuviera viendo
del marido. Pero él, el profesional con experiencia de una “escena de película”20. Y ese 30 de junio, el psiquia-
padres que actuaban inadecuadamente con sus hijos, tra Castilla escribe que trataba de “convertir la pena en
no supo aplicarse el remedio y recurrió a inhibirse, en objeto, como si la pena se saliese de mí y yo pudiera
la creencia de que la empresa le era imposible (C.O.,
pp. 150-151). Como hacen muchos padres varones, en 20 Uno de los mecanismos de defensa contra la invasión o el
lugar de plantar cara al problema recurrió a la estrategia desbordamiento de los sentimientos es conferirles una categoría de ex-
de confesarse incapaz o culpable, como si eso le justifi- presión teatral, de escenificación, de algo exterior, no real; es decir, de
cara: “Mi impericia como educador era absoluta, inima- lo que los psiquiatras connotan como característica histriónica o histé-
rica del comportamiento, o con riesgo de deslizarse hacia ese plano. Se
ginable, de modo que ahora, desde la atalaya de los trata del temor a sentir la percepción de que no se sabe sentir, de que
no se manejan los sentimientos, de que éstos pueden llegar a actuar de
18 “Entrevista a Carlos Castilla del Pino”, Miguel Mora, El País, manera autónoma sin el control racional. Tal situación temida se vivi-
Madrid, 15-11-2004. ría como debilidad, como una castración de la fuerza racional, sentida
19 En la autobiografía de Castilla, sugerente desde el punto de ésta como un gran falo (en realidad, postizo en este caso). Por otro
vista de la psicología introspectiva, aparece repetidamente el tema del lado, es imposible no sentir en ciertas situaciones (el esfuerzo por no
silencio como reacción ante las situaciones que desagradan, desbordan sentir, es decir, el gasto impuesto por la represión, sería objetivamente
y enfadan al sujeto, y la reitera con respecto a sus hijos. El silencio con mayor que el de sentir, pero el miedo a sentir prevalece). En esa coli-
respecto al Otro merecería una detenida reflexión. Retirar la palabra sión entre sentir en el fondo y anularlo en la forma hay una negación,
era, antes al menos, una cuidada y hasta respetuosa expresión de una un disimulo, un “yo no soy como parece, o como parezco, pero no
de la formas de enfado con alguien, en general significativo. Implicaba puedo demostrarlo”. Éste es uno de los ingredientes de cierto tipo de
censura cerrada, sin posibilidad de contraste. Psiconalíticamente podría frialdad y de distancia en la relación, que se coaliga con la actitud de
interpretarse como el representante hermético del Super-Yo. Silenciar a silencio cuando, por ejemplo, además, uno no puede imponer lo que
alguien es eliminarlo, darle por no existente, una de las maneras más quiere, y con un alto ideal del Yo (que no se vive nunca naturalmente
destructivas de la relación con el Otro. Desgraciadamente, era muy ha- como logrado). Creo que sueños como los de sentirse achicado (por
bitual que los padres tomaran esta opción con respecto a los hijos que ejemplo, ante grandiosos escenarios, solo, perdido, angustiado) tienen
les incomodaban y con los que ya no encontraban ninguna otra medida que ver con los citados “complejos”, originados muy precozmente en
sancionadora eficaz. la vida infantil.
verla tal como es”. Siente que, al hacerlo, triunfaba del muertes que se incuban de forma muy sigilosa desde la
peligro de que el duelo de María le impidiera su trabajo. infancia. La de María, casi desde niña, como decía el
Es más: su muerte —dice— “me sirve para garantizar la padre. ¿Y las de Carlos y Gonzalo? ¿Cuándo empieza a
objetividad del análisis” que exponía en el libro. La ma- morirse un joven que se muere de heroína y sida? Creo
dre de María no se repuso de ese drama, quedó en sole- que hay personas, y en particular muchachos, que se
dad, silencio y llanto escondido. Nunca la pareja habló han suicidado ya antes de suicidarse. Por eso las inclu-
del “tema María”. Entre esa mujer y su marido se inter- yo aquí como duelos por niños, por niños-hijos.
puso para siempre una barrera insuperable de mudez, Y para terminar con la reseña biográfica de Carlos
frialdad y lejanía. Ya hablé en el capítulo de Clínica Castilla, hay que añadir que, cuando estaba pasando por
acerca de las parejas irremediablemente truncadas por un estado de desánimo, de fracaso sentimental, de vida
la convicción, por parte de uno de los miembros, de acabada y de ausencia de futuro afectivo, el psiquiatra,
que la muerte de un hijo ha tenido lugar por culpa del que ya había cumplido los 60 años de edad, conoció a
otro (C.O., pp. 442-445). Desde el suicidio de María, una joven mujer en 1983, con la que hizo vida en co-
los Castilla vivieron sobrecogidos. mún a partir de 1989, en un “hondo sentimiento de so-
El siguiente hijo en morir sería Álvaro, el benja- siego, confianza y complicidad. Era la última oportuni-
mín. Fue un precioso niño y una persona inteligente, dad de poder ser feliz”, y no estaba dispuesto a dejarla
decidida e independiente. Abandonó los estudios y pasar. Su esposa se apartó de él “con dignidad y discre-
abrió una tienda juvenil. “Su trayectoria me había dis- ción”, dice él. Ella había tenido sus hijos, pero carecía de
gustado y decepcionado”, dice el psiquiatra, y añade: los recursos del marido importante. Castilla y su nueva
“Nos entendimos mal en los últimos años”. Murió en pareja se trasladan a vivir a otra casa en el campo, con
un accidente de moto el 14 de junio de 1985. un olivo centenario trasplantado en medio, un tronco
El tercero fue Carlos, el primogénito. Afiliado al retorcido, nudoso, de raíces escleróticas y de hueca ro-
Partido Comunista, sufrió unas semanas de detención a bustez. Tótem, lo cree Castilla. Más bien, alegoría de la
finales de 1970, a raíz de la redada con motivo del “pro- soberbia vana. Y desde 1989 vivirá con Celia en ese Oli-
ceso de Burgos” contra los etarras. Después se vio invo- vo, que así bautizaron la casona. Itinerario del Castilla
lucrado en un accidente mortal de tráfico. Dejó radical- del Mochuelo al Castilla del Olivo. En 2003 es nombrado
mente los estudios y la política y se opuso frontalmente miembro de la Real Academia Española de la Lengua,
—de manera significativa— a las posturas ideológicas cumpliendo su ilusión de ser académico, “no porque sea
de su padre. Entró en el mundo de la drogadicción más la coronación de una vida, sino porque es ahora el mo-
dura junto con su pareja, hija también de renombrados mento en que puedo dedicarme más a trabajos de este 455
escritores. Ésta murió de sida en el verano de 1984. tipo [revisar el léxico médico del Diccionario], que son
Carlos se recluyó en la casa familiar, donde padre e hijo los que verdaderamente me importan”.
convivieron ese tiempo en el habitual silencio. Falleció,
también de sida, el 19 de septiembre de 1986. Castilla
quedó impresionado por la seriedad y dignidad con El duelo del y según el doctor Castilla
que el hijo se encaminó de manera consciente hacia la
muerte. La expresión personal: sobrevivir,
El cuarto hijo muerto. Hacia 1985 supieron los liberarse, olvidar
padres de Gonzalo, el penúltimo de la prole, que era
asimismo adicto a la heroína y que él también padecía En esta parte apelaré a las manifestaciones que
el sida. Dejó este mundo en poco tiempo, con agonía Castilla21 revela de su vivencia personal ante la concate-
ruidosa, pero sin dolor. Es el hijo del que apenas habla nada múltiple desgracia de la muerte de sus hijos.
Castilla en su autobiografía.
La última muerte. María Fernanda, la segunda de Aprendí a guardar dentro de mí la angustia y el
la fratría, era servicial y protectora, dulce y afectuosa. sobrecogimiento que me atenazaban [por la muerte de
“La tuve mucho cariño desde pequeña, era la única que sus hijos] y nadie se atrevió, a la vista de mi actitud, a
mostraba hacia nosotros acercamiento y ternura”. Se romper la barrera de silencio que establecí en torno a
casó con un costarricense y tuvieron dos hijas. Murió ese ámbito de mi vida privada (C.O., pp. 451-452).
de cáncer de colon en ese país. De sus dos niñas, la pe- Se trataba de sobrevivir. […] Uno tiene que “sa-
queña murió de lo mismo que la madre a los 17 años, lir” por sí mismo.
en el año 2003. Todas las muertes de mis hijos me causaron un gran
Reflexiono ahora para una posible objeción. Es pesar, pero no impidieron mi proyecto de vida... ¡Sólo ha-
cierto que estos hijos de Castilla murieron en situacio-
nes dramáticas en edades que no pueden ser considera- 21 Me permito combinar aquí lo que él mismo escribe en su
das infantiles ni adolescentes. Por otra parte, aunque las autobiografía (Casa del Olivo, principalmente, publicada en 2004) y sus
cinco son muertes con un surplus de dramatismo, me manifestaciones en varias entrevistas (“Carlos Castilla del Pino. ¿Juven-
atendré en especial a las que fueron autoproducidas, tud, egolatría?”, Justo Serna Pasajes, Revista de Pensamiento Contempo-
ráneo, 11, febrero 2003, pp. 67-75); “Entrevista a Carlos Castilla del
por así decirlo, sea de manera voluntaria, mediante sui- Pino”, Miguel Mora, El País, Madrid, 15-11-2004; Carlos Castilla del
cidio, o mediante la autoeliminación progresiva por la Pino: cinco conversaciones sobre la psiquiatría, la felicidad, la memoria, los
droga, el lento suicidio. Y éstas son probablemente libros, Anna Caballé, Barcelona, 2005).
bría faltado añadir eso al drama! Lo que impidió real- namente, volver al ser que éramos. Nos empeñamos en
mente mi proyecto de vida fue no lograr la cátedra22. la pena, rumiamos la tristeza, la representamos inclu-
Pero quien como yo estaba expuesto al público y so (C.O., p. 450).
obligado a actuar inmediatamente, no se podía permitir Hay experiencias que o se olvidan o bloquean to-
ni regurgitar la pena ni mucho menos representarla do posible desarrollo en cualquiera que sea la direc-
obscenamente. Una terapia eficaz para mí fue la consi- ción. Son olvidos útiles para la economía del sujeto.
deración, junto a lo negativo de la pérdida, lo que “tam- Una cosa es la pérdida del objeto amado, donde el
bién” contiene de positivo (en forma de alivio, de la po- duelo dura un tiempo y se acaba, salvo que esté conta-
sibilidad del merecido sosiego, del anhelado descanso), minado por la culpa. Pero el verdadero fracaso en la
huyendo de la gratificante pero impúdica exhibición del vida es no poder realizarse: el escritor al que nadie lee,
dolor y del requerimiento de consuelo por los demás. el poeta que no encuentra la poesía, el matemático que
Parecería que hay un baremo para la pena: una no es capaz de resolver el teorema de Fermat...25. Y eso
madre, 10; un padre, 8; un hijo 25... Para mí, la muer- no tiene nada que ver con el duelo26.
te de mi padre fue en un sentido una liberación. Cuan-
do lo dije mucha gente se escandalizó. Pero lo fue real-
mente. Él quería que estudiara Arquitectura, yo quería El texto profesoral
ser médico; cuando murió me liberé de ese conflicto.
Desde el primer momento reivindiqué el derecho a Ya mencioné que, en 1978, cuando se suicidó su
no sucumbir, a no dejarme aplastar pasivamente por la hija María, Castilla estaba escribiendo el primer volu-
desgracia, el derecho, asimismo, a seguir mi camino y a men de su Introducción a la psiquiatría, en donde aborda
hacer lo que juzgo que tengo que hacer. Y aunque a la el estudio de la pena como característica de la tristeza
memoria acuden muchas veces recuerdos de lo perdido, del duelo. Lleva a cabo una descripción fenomenológi-
me defiendo de que éstos me fustiguen y me paralicen ca del cuadro utilizando el enfoque psicoanalítico de
en la miseria inútil. Con otras palabras: reivindico para Freud. Radicaliza a éste al subrayar, en lo que a la reso-
mí mismo el derecho a buscar resquicio por el cual salir lución del duelo se refiere, ciertos aspectos, como que
de la desgracia y construirme un lugar donde ser feliz. “un duelo prolongado supondría un enorme dispendio
para la economía psicológica del sujeto, que perecería
Sin expresarlo ya en primera persona, pero en el precisamente por su desinterés excesivo por el mundo
contexto de su propia historia, Castilla expone una filo- exterior y por sí mismo”. Así, “el amor a otro objeto
456
sofía clínica, práctica, de vida ante el duelo: anulará el sentimiento por la pérdida del otro [el ser
querido que murió]”. De modo que la reaparición del
Tras una desgracia, el duelo se elabora, si no hay
interés del doliente por el mundo puede producirse a
complicaciones, de manera espontánea, como en una
condición del olvido de la pérdida. Incluso “la necesi-
especie de “volatilización” tras el “paso del tiempo”23,
dad del sujeto de volver a amar es la que hace que, en-
por el progresivo alejamiento del momento de la pérdi-
tre otros mecanismos, recurra a traer ante sí imágenes
da del objeto24 amado. Es un mecanismo de adapta-
contracatectizadas [es decir, recuerdos negativos] del
ción del sujeto a la realidad en la que ha de vivir,
marginando, cada vez más continuadamente, el re- 25 …¿Y que podría decir del anhelante candidato a cátedra que
cuerdo del objeto perdido. Pero en esa etapa aún emer- no la consigue en sucesivas tentativas (siempre por culpa del Otro)?…
gen sentimientos de culpa al advertir que hace días o Pues quizás haya que replantearse la dinámica y la economía psíquica
semanas que no evocamos al ser perdido (señal de que del fracaso. Se sufre por aquello muy investido, muy querido o signifi-
el duelo progresa y tornamos a la vida). Nos culpamos cativo, que se tiene y se pierde, y a eso, sin duda, se le llama dolor por
la pérdida, que conlleva un proceso de elaboración que se denomina
de no sentir la pena que “deberíamos” sentir y, paulati- duelo. Y entonces ¿cómo habría que designar lo que siempre se ha an-
siado y no se ha obtenido? ¿Fracaso, según Castilla? Obviamente, fraca-
22 Freud utilizó el término “ideal del Yo” en varios contextos. Al so es un término ambiguo, polisémico, como lo es triunfo, su inevitable
principio era descriptivo, entendido como el contraste entre el yo actual pareja en la oposición, en cuyo balance se confrontan y a menudo se
y el ideal; más tarde, como una parte del Super-Yo; o como medio por el contradicen las apreciaciones externa e interna de la persona. ¿No es
cual el Yo se aprecia a sí mismo. En la acepción más elaborada de “ideal pérdida interna la no obtención de un objeto intensamente deseado a lo
del Yo” (la de la segunda teoría del aparato psíquico), Freud lo presentó largo de toda la vida y no logrado, o bien obtenido cuando ya perdió su
como la instancia de la personalidad que resulta de la convergencia del atractivo, en el humillante rodar de la vida sin él?
26 Castilla afirmó no haber pasado nunca por depresión (Anna
narcisismo propio y de las identificaciones con los padres, con los sus-
titutos parentales y con los ideales colectivos, a la manera de un ideal al Caballé, 2005), pero otra cosa dejó escrita a lo largo de su amplia bio-
cual aspira acceder el sujeto. grafía, donde se pueden desvelar hasta cinco estados situacionales de-
23 La teoría de la “volatilización” espontánea del duelo es una presivos: el de incertidumbre por cambios bruscos de rumbo en la vida, en
manera de expresar la concepción de Freud sobre este particular, como el inicio de los estudios en Madrid, y luego el momento crítico en el
pusimos reiteradamente de manifiesto en el capítulo de la Cínica. que ve naufragar su proyecto de cátedra (el gran trauma psíquico de su
24 Castilla emplea el término “objeto” en el sentido psicoana- vida) y se traslada a Córdoba (meses de desasosiego y pesadumbre); el
lítico, es decir, como aquello sobre lo que volcamos nuestro caudal del suicidio de su hija (sobrecogimiento del horror de lo inesperado); el
(investimiento) instintivo y pasional, es decir, nuestra más profunda de la jubilación (depresión ex vacuo, la llama él, una especie de depre-
afectividad entendida como libido, ya sea ésta considerada en un sen- sión anaclítica, regresiva del adulto a la posición del bebé, en la que se
tido restrictivo (como hace el psicoanálisis ortodoxo) o en un sentido halla sin sostén, en riesgo de caída libre) y el del derrumbamiento de su
ampliado, cubriendo otros intereses o apetencias. matrimonio (necesidad de dejar atrás un sórdido pasado).
objeto [del ser querido] perdido, facilitando de este Estos textos autobiográficos de personajes que dic-
modo la irreversible aceptación de la pérdida”. tan teorías y ejercen diagnósticos son interesantes por-
Castilla reinterpreta el texto Duelo y melancolía que reflejan la imbricación de la experiencia personal
(1917), de Freud. En realidad, éste asegura de forma con la definición científica, e ilustrarían cómo, al menos
taxativa, honradamente, que no sabe por qué y cómo se en el tema del duelo, los especialistas aplican a sus en-
acaba un duelo y ofrece varias hipótesis, algunas muy foques clínicos las propias vivencias y defensas.
simples. Creo que sin un fuerte narcisismo (el cual no debe
La lectura freudiana que hace el psiquiatra de Cór- entenderse sólo como simple vanidad o infantil egocen-
doba tiene el interés de revelar una opción ante la trismo, sino más bien como angustia arrolladora de
muerte (tan comprensible psicológicamente como otras salvación para supervivencia del yo, como la del que se
que puedan parecer más aceptables): la de la posición ahoga y se agarra a lo que sea para seguir flotando) sería
narcisista de anular el duelo, una especie de lucha a muy difícil que personas como Castilla sobrevivan sin
pecho descubierto entre el fantasma del muerto y el Yo ser arrastradas a su total perdición en un duelo imposi-
del vivo, tal como Castilla lo plasmaba en la fantasía ble abocado a la autodestrucción. Pero, ya lo he sugeri-
visual de su hija y él, frente a frente, cara a cara, él serio do antes, el intenso narcisismo es también una carta
y ella sonriente (él todavía luchando, ella ya no). que se juega con mucho riesgo.
“Muerto, muertos, no me vais a hundir en vuestras
sombras”, se diría en registro shakespeariano. Potente
narcisismo que impone la negación de la llamada posi-
ción depresiva27, descrita por Melanie Klein, la gran Historia de Ali
impulsora del psicoanálisis infantil. Duelo por una “santa” hija y
Freud diría lo que dijo, pero si vamos a esa parte no era su madre
de su epistolario donde da cuenta de sus duelos, com-
probamos el duro esfuerzo que tuvo que ir desplegan- Conocí la historia de Ali cuando vi a su hermanas-
do para salir adelante, sobrellevando un largo duelo en tro Florencio, de 13 años, en la consulta, por un posible
las últimas décadas de su vida 28, y, en especial, el de la diagnóstico de trastorno por hiperactividad y déficit de
muerte de su nietecillo, como vimos en este mismo atención.
capítulo. A solas con él, me dijo, entre otras cosas, lo si-
guiente:
27 La posición depresiva, luminosa hipótesis de Melanie Klein, es
457
una importante contribución a la comprensión de la madurez humana, Tengo dos problemas. Uno es que me duele cons-
donde el tesón lucha contra la incertidumbre. El bebé está sumergido tantemente la cabeza y otro es un problema de concen-
primeramente en un mundo unidimensional (la posición esquizoide,
también descrita por Klein), donde todo es uno —ya sea 1b, ya sea
tración. Me va mal en los estudios
1m—, es decir, todo es bueno o todo es malo, pero todo es uno de El dolor de cabeza es fuerte, una o dos veces por
una vez en un mismo momento. Pues bien, saliendo de esa posición semana. Desde hace unos 3-4 años. Se me quita con
absoluta, el ser humano crece como persona para acceder, con coste aspirina, pero lo que mejor me va es acostarme, y me
de dolor psíquico, al descubrimiento de que el disgusto y el placer, el levanto bien por las mañana.
amor y el odio, brotan de una misma fuente, o sea, que su madre es la
misma persona que le gratifica y que le frustra. Esto significa que, en
Soy hijo único y no me gustaría tener más her-
cada momento, puede haber lo bueno y puede haber lo malo, es decir, manos.
la posibilidad de lo uno tanto como de lo otro. Quedó a un lado (pero
dispuesta a reaparecer) aquella ilusión temprana, en la región más inac- Entra la madre y me cuenta:
cesible del inconsciente, de que sólo había lo bueno (el pecho bueno)
y el bebé era feliz (sin saberlo, naturalmente), o sólo había lo malo (el
pecho malo) y el bebé berreaba y era absolutamente infeliz (sin saberlo
Estoy desesperada, todo el mundo está desespera-
tampoco) y sin experiencia alternativa de la memoria de cuando era do con él. Yo ya lo único que quiero es que se saque el
feliz. Pero ahora el niño ha accedido al nivel de la frustración consciente Graduado Escolar, y si no quiere estudiar que no estu-
y de la anticipación de la frustración. Ha entrado en la región de la natu- die, me da lo mismo... Porque yo lo tengo en un buen
raleza social humana, que es la ambivalencia, en donde jamás se puede colegio, tiene un buen profesor particular. Y no hay
estar seguro de que lo que es bueno en este momento no sea malo en el
siguiente, e incluso se duda de si lo que parece bueno es bueno o no, o
forma... Estoy riñéndole continuamente, me tengo que
si hay malo en lo bueno y bueno en lo malo, en todo caso y momento. sentar con él si quiero que haga los deberes, porque si
En ese tiempo, pues, el pequeño ser humano alcanza el mundo comple- no, no hace nada, se queda mirando al techo...
jo de los sentimientos y se adentra en el terreno movedizo de la culpa, Pero es sociable, tiene buenos sentimientos, no es
ya que tiende a sentirse culpable de ser él quien con sus pensamientos agresivo, es dulce, todo lo da, es buena persona, bellísi-
y fantasías agresivas haya destruido lo bueno y lo haya convertido en
malo en todo momento o en cualquier momento. Melanie Klein define
ma persona, tiene un corazón buenísimo, todas las
esta posición como el núcleo del duelo, la raíz de por qué nos resulta madres me envidian del corazón que tiene mi hijo...
tan doloroso aceptar la realidad de la muerte. Por otra parte, la razón Pero los estudios es lo malo...
del por qué cuando se es feliz no se recuerda el tiempo de la desgracia, Mi hijo tiene un miedo atroz, a todo; ve una mos-
y sobre todo que cuando se es infeliz no sirve de contrapeso el recuerdo ca y le tiene pánico, a todos los animales, le da terror
de los tiempos felices, remite al proceso esquizoide, siempre latente y
en muchas personas predominante.
quedarse en casa solo, si se le manda que vaya a por
28 Esta dura brega por vivir, amar y laborar aparece en el análi- algo en casa, tiene que ir y volver hablando él solo pa-
sis del autoduelo de Freud en mi libro Ars Moriendi, 2001. ra quitarse el miedo...
Entonces, esta mujer empieza a hablar de la hija mos el miércoles; el jueves, muy mal. El viernes, cuan-
que se murió y de la que yo no tenía noticia. do yo pasé [a verla], estaba prácticamente muerta,
pero la fuerza que ella tenía tan grande, porque era
La niña era muy inteligente, padecía una cardio- una niña que tenía un don especial, es que eso no se ha
patía grave, pero hacía su vida normal, a pesar de que visto ni se va a volver a ver..., ella abrió los ojos y yo
la hospitalizaban con frecuencia. Tenía todas las cuali- sabía que ella no podía hablar porque ella estaba toda
dades, estaba en un colegio de monjas... Hemos sufrido intubada, y yo le dije: “Ali, dime lo que quieres, pero
mucho con la enfermedad y muerte de mi hija... Murió solamente con los ojos, tú lo que me quieras decir, cari-
hace cuatro años cuando ella tenía catorce años. Des- ño, ábreme los ojos y me los fijas...”. Yo ya sabía todo...
pués de su muerte, me he hecho más descreída... Una lo que mi hija pensaba lo transmitía así... Le dije: “Di-
vez, el niño me dijo: “Mamá, ¿es que tú crees que yo no me lo que quieres que le diga a Floren, ¿que le quieres
siento pena por mi hermana?”... Pero él no quiere ha- mucho?”, y ella se me quedó fija mirándome y llora-
blar de su hermana... Prefiero que a Floren lo traten en ba... y lloraba, y empezaron las máquinas a pitar,
este hospital porque aquí viene como a su casa y por- porque ella se excitó muchísimo, se emocionó mucho
que a su hermana la trataron siempre aquí y todo el cuando le hablé de su hermano. Y estaba la Dra. F.,
mundo le conoce. que me dijo que saliera de allí porque se estaba ponien-
do peor, muy grave. Y fue la última vez...
La madre de Floren era una mujer nerviosa, prima- Pero no pensé que se iba a morir. Yo sí que me
ria, que hablaba sin parar dejando poco resquicio a una puse una venda muy grande en los ojos. Yo no me pude
posible intervención de su interlocutor, y no pareciendo creer hasta el momento que ya se había acabado mi hi-
dispuesta a escuchar ni siquiera mis breves intervencio- ja... porque no podía pensar que mi hija se muriera...
nes. ¡Lo que sería con su hijo! Su lenguaje era entrecor- [Cuando murió mi hija] no me sentía mal, no
tado, poco construido, con reiteraciones, con palabras y me dolía nada, nada de nada, pero me dolía el alma.
giros regionales, que aquí salvo para mejor comprensión Tenía ansiedad, llorando... Hasta que no pasó año y
del contenido. La vi una segunda vez en una larga entre- medio yo pensé que me moría...
vista, de la que transcribo a continuación grandes párra- [No, ya muerta, yo no veía a mi hija] Una per-
fos, en los que se halla entre corchetes aquello que re- sona se muere y se muere... Pero hablarle sí, voy al
quiere explicación u orienta el sentido del párrafo, o se cementerio y allí yo quiero estar sola, todos los domin-
corresponde con alguna pregunta hecha por mí. gos por la mañana voy pronto porque no hay nadie y
458 yo le cuento todo, hablo con ella porque sé que ella está
Nosotros estamos hablando todo el día de mi hija ahí, yo me siento bien contándole todo...
porque era una niña muy buena. Lo que no me gusta es [Mi marido lleva esto] más o menos como lo
que la gente de fuera le diga [hable de ella]... porque llevamos todos. Tenemos cuadros grandes de fotos de
mi hija tenía mucho amor propio. Estaba mala, pero ellos, y mi hija está en todos los sitios. En mi habita-
de cabeza ella estaba bien, mucho más asiente [asen- ción tengo un cuadro grandísimo. Yo tenía un montón
tada, madura] que es éste [Floren], más hecha... Mi de cuadros pintados y lo he puesto todo con fotos de
hijo no piensa más que en el Madrid, mi hija pensaba mi hija, que es mucho más importante para mí mi
las cosas, tenía amor propio para todo, para aprender hija que tener ahí un cuadro de un pintor que no lo
a hacer... conozco.
[He soñado con ella] muchísimas noches. Hay [El cuarto de la niña] se ha quedado mi chico
veces que me despierto, la veo, hablo [con ella en el con él. Él tenía la suya, pero fue morir su hermana y
sueño]... Yo voy todos los domingos al cementerio, yo querer quedarse con la habitación de ella, era donde
soy cristiana. [La veo] viva, como era ella al final. No habían jugado tantísimo... Entonces se lo comenté al
hace mucho soñé con ella que nos íbamos a El Corte psicólogo del colegio y me dijo: “Si él quiere...”. En la
Inglés de compras, que a ella le encantaba... Son unos habitación de mi hija, cuando él era chiquitín, dormían
sueños preciosos. Además yo sé que mi hija es la que juntos, en otra camita de abajo, y luego lo pasé a la
nos protege en mi casa... En mi casa éramos muy uni- otra habitación de él...
dos, una piña cerradita. Yo le pido a Dios que mi hijo [Las cosas de ella] las he regalado. Tengo cosas
mejore y estudie, pero yo sí se le pido [también] a mi de mi hija, unos muñequitos, la ropa la regalé...
hija. Mi hija, tanto que ha sufrido, es una santa. Sufrió [Guarda una cosa de ella que valora mucho] es una
porque era una niña que se ahogaba, no podía correr, cajita que le regaló para Reyes su tía, que es profesora
no podía hacer cosas que hacían los demás niños, y eso de la Universidad de Salamanca, una cajita que no
era un sufrimiento para ella. Aunque a ella no le falta- vale nada [sin valor material], es una cajita rosita de
ra nada en su entorno, porque ella era muy feliz en su cartón con cajoncitos que estaba llena de caramelitos,
entorno, todo el mundo estaba muy pendiente de ella. y tenía piedrecitas, y un anillito de oro... Y andaba por
Cuando la ingresamos [la última vez] el lunes, ahí y yo le dije: “Ali, esto lo tendríamos que tirar, por-
todo el mundo venía a verla, y su tío que es Secretario que tienes toda la habitación llena”, y ella me dijo:
de Ministerio también, y ella contenta y feliz... “Mamá, tiramos lo que sea, pero esta caja la quiero
Murió después de la operación [no se despertó porque ésta me la ha regalado la tía Elisa para Reyes”,
de la operación]... bueno, yo creo que sí... La opera- y esa caja la tengo ahora como oro en paño...
Le comento que tiene gente importante en su fami- Bien, bien..., bueno, una tía, que es bastante re-
lia. Este comentario introduce un elemento inédito de torcida, cuando ella tenía cinco años y llevaba dos días
gran importancia. operada, mi marido la llamó desde mi casa para ver si
podían donar sangre para ella [de su grupo sanguí-
No, Ali era hija de su padre. Cuando yo me casé neo] y la tía saltó con que no estaba arreglada en ese
con él, la niña tenía dos añitos y medio... Su madre momento, y mi marido le dijo: “Ni muerta mi hija la
murió cuando ella tenía un añito... La quiero como si vas a volver a ver”, y le colgó el teléfono. Se lo juró y
fuera mi hija porque es que es una niña especial, como así lo hizo. Ni muerta la dejó ver, aunque estuvo en el
esa niña no vuelve a nacer [ninguna otra]... Mi hijo tanatorio... El día que hizo la primera comunión fue
no es tan bueno como esa niña, por eso le digo que esa toda la familia [materna] y ella [dicha tía] fue a la
niña es una santa... iglesia, estuvo más retirada, y vio a la niña... No se
[No hablaba nunca de su madre biológica] portó bien ninguna de las veces que fue a su casa, por-
Nunca, nunca. Pero ella tenía relación con sus abuelos, que mi Ali lo hablaba todo. Una vez mi niña tocó una
con sus tíos... [Después de morir su madre, estuvo] cosa, se le cayó y se le rompió, y la tía dijo: “Ya llegó
con el padre y la abuela. El día que me casé lo único aquí el huracán, a ver si se la lleva su padre lo antes
que me dijo mi hija, que yo me quedé sorprendida, fue: posible porque si no me va a romper toda la casa”.Y
“Mamá, ¿dónde has estado tanto tiempo que no te he ella no era una niña [inquieta], era un niña buenísi-
visto?”. [Pero ella ha sabido desde el principio que ma, tranquila, tranquila, relajada.
tenía otra familia]. [No hablaba del porvenir] Sólo decía: “Mamá,
Yo hay una cosa que no puedo hablar, una cosa que cuando yo sea mayor te tengo que hacer un monumen-
yo sé, que yo siento. Es que yo no quería a mi hijo cuan- to”, y yo le decía que por qué. Todas las noches cuando
do vivía mi hija, porque yo me volqué tanto en esa niña se acostaba me daba las gracias, todas las noches:
que yo no empecé a querer a mi hijo hasta... vamos a “Mamá, gracias por lo buena que eres conmigo”.
ver, no es que yo a mi hijo no lo quisiera... Ojo, ¿eh? Esto Cuando volvimos del cementerio, [los de la familia
son cosas muy personales que yo no las he hablado con del marido] me dieron las gracias: “Gracias por todo
nadie, sólo se lo he comentado algo a una íntima ami- lo que has hecho con mi sobrina y por lo bien que te has
ga... Pero [yo] vivía en mi hija Ali. Yo a mi hijo lo he portado”. Le dije: “No hace falta que nadie me dé las
querido y lo quiero muchísimo, y cuando vivía mi hija lo gracias porque mi hija me las ha dado todos los días
he querido, lo he cuidado, lo he mimado, pero no le tenía del año”. Mi hija correspondía: era una niña limpia,
tanto amor como yo tenía por mi hija. Es que estábamos ordenada, aquí en el hospital todo el mundo la conoce 459
muy unidas. Esa niña era una cosa especial; primero, y lo sabe. Todos los doctores, el Dr. B., la Dra. F., el Dr.
porque ella estaba siempre malita, mi marido trabajaba M..., y… el Dr. C..., que fue el que la operó y se le fue
y yo era la que la traía y la llevaba del hospital, la que de las manos...
estaba de noche y de día era yo. Pero [mi amor a ella]
no era porque estuviese malita, porque yo nunca he con- La última frase fue dicha en voz baja, casi inaudi-
siderado que ella estuviese mala, aunque yo sabía que ble, dicha como para sí misma. No la dejé pasar. Lo que
estaba mala, pero nunca la he considerado una enfermi- siguió fue un desahogo de progresiva indignación de la
ta que tuviera que estar [inválida]. madre de Ali al remover la vivencia tan hondamente
Ella nunca en la vida se quejaba, nunca, nunca, retenida. Le pregunté si guardaba rencor a ese médico.
nunca, nunca. Nunca escuché decir a mi hija: “Estoy
mala”. Jamás. Yo a veces me quejaba: “Tengo una ja- Muchísimo rencor. Se me ha ido pasando. Creo
queca... ¡Qué malita estoy!”, y ella se echaba a reir y me que metió la pata. Yo sé que él metió la pata, y él lo
decía: “Mamá, qué quejica eres”. [Yo la admiraba] y la sabe. [Son cosas que quedan dentro ¿no?, le digo]
sigo admirando porque [lo de] mi hija no era normal. Sí, mi marido sabe lo que yo pienso. Mi marido al poco
tiempo vio al Dr. C. y como si nada, porque mi marido
Pregunto a la madre si Floren estaba al corriente sabía que la niña estaba muy enferma, pero yo era la
de que Ali era hija del padre pero no de ella, y, en efec- que estaba con mi hija.
to, parece que el niño sabía el origen familiar de la Porque si mi hija estaba para operar... hay cosas
hermana. Le pregunto también si no protestó él a causa que no se puede [hacer] más, pero el Dr. C. sabe que
de la relación tan especial que debía de advertir entre hizo un crimen... Mi hija llevaba para operar ya mu-
las dos. cho tiempo [esperando], llevaba programada un año
y querían operarla para mayo, antes de hacer la co-
No, no, no, porque a la Ali la cuidábamos todos. munión mi hijo, y yo fui la que lo dejé [retrasé] porque
Al revés, si la Ali estaba malita en la cama porque te- les dije que si operaban a la niña antes del niño hacer
nía mucha fiebre, él estaba todo el rato a su alrededor, la comunión, ¿cuándo se iba a reponer? Yo ya estaba
diciéndole: “Tata ¿te pones bien?”, “Tata, no te pongas muy preparada con las operaciones de mi hija. Les di-
malita”. Luego, a lo mejor, había que ingresarla... je: “Pues como mínimo un mes, y cuando mi hija quie-
ra pasar bien la comunión va a estar malita”. Y ellos
Indago sobre la relación que ellos mantienen con me decían que era muy urgente, muy urgente. ¡Así que
la verdadera familia materna de la niña. era muy urgente, no? Pues vinimos un lunes y no había
habitaciones para mi hija. Estuvimos en el hospital hijo en los que se le ve vivo; comunicación honda con
desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la no- él o vivencia de tenerlo dentro; ira hacia los que no se
che y no la pudimos ingresar porque habían traído portaron bien con él en vida...
unas niñas de Argelia para operar, que eran muy im- Creo que la culpa, común en el duelo de los pa-
portantes, porque eso les da mucho bulo [fama]. Mi dres, se ve mitigada en esta madre, de una parte, por su
hija tenía que haberse operado entonces, pero todo elevación de la niña a la categoría de santa, y, de otra,
[tendría que haber sido] con su orden. [Por fin] ope- por el hecho de haberse dedicado en cuerpo y alma a
raron a mi hija, pero se fueron a ver a las otras niñas ella durante tantos años.
de Argelia. A mi hija se le puso deshecho el corazón, Lo atípico es que la madre de Ali no era su madre
porque ellos no estuvieron pendientes de mi hija... Por- biológica. Era su madrastra, pero adoptó a la pequeña
que yo no soy tonta... El viernes [mi hija] me dijo todo como hija propia hasta el punto de que esta mujer llega,
lo que habían hecho en el corazón... Yo, en ver a los por sí misma, a sentir la culpa de haber sustituido a su
ojitos de mi hija, que miraba para arriba, ella me hijo biológico por la niña. Si ahondamos, podemos sos-
transmitió todo lo que le habían hecho. No se podía pechar que fue Ali la que invistió a esta mujer como su
hacer una operación como ésa con [sólo] dos ciruja- madre, negando a la auténtica que, muriendo, la aban-
nos, porque en otras operaciones de menor envergadu- donó. Más aún, creyó que ésta era su propia madre que
ra había estado la mitad del hospital con ella, y preci- había vuelto por fin. Cuenta esta señora que Ali ¡con
samente en esa operación que era la última..., y luego, dos años y medio! le dijo algo que podría formularse
de esos dos, uno se tuvo que ir con las otras niñas, y así: “¿Por qué has tardado tanto?”.
luego vino ese doctor y se fue el otro, que era el Dr. C., En este caso la maternidad no viene dada por un
con las otras niñas... vínculo biológico, sino por una relación extraordinaria-
[Como dirigiéndose al Dr. C., el cirujano] mente deseada, que se ve avalada por un encuentro, el
“Mire usted, mire usted, mire usted, usted ha cometido de esta mujer con esta niña extraordinaria, que cumple
un crimen y usted lo sabe... Yo sé que mi hija se iba a esa idealización que toda mujer tiene de un hijo o hija
morir más tarde o más temprano porque padecía una antes de tenerlos. He aquí el gran asunto del narcisismo
enfermedad que no tenía cura, pero yo sé y usted sabe materno.
que usted metió la gamba hasta adentro...” [Y esto] Por otra parte, era evidente que toda la magnifi-
me duele muchísimo porque él podía haber sido muy cencia de la personalidad de Ali había eclipsado al po-
claro... Porque él [se] puso cara a la pared, como si se bre Floren, delante del cual se abría la sima entre la
460 hubiera muerto mi hija [quiere decir que la daba ya cúspide de ideal de Ali y la desesperante y disminuida
por muerta; habla ahora en forma ininteligible]. imagen suya para la madre.
Porque yo sé lo que mi hija me estaba transmitiendo Probablemente el desdichado niño no llegaría a
cuando estaba tan sumamente grave, yo sé lo que mi emular nunca a santa Ali, por más que lo intentara. Y
hija me dijo, porque yo cuando le levanté la sábana y ojalá que se dé cuenta de que no tiene por qué hacerlo.
vi a mi hija así, me dije: “Dios mío, cuándo te vas a Señalaré que la aparición de sus dolores de cabeza coin-
poner buena”. cide con la muerte de su hermana.
...Porque no se puede hacer lo que él ha hecho... En los relatos que inventa en el test de personali-
Si tienes que operar a unas niñas que vengan de donde dad (TAT, test de relatos) muestra clara y repetidamente
vengan, del Sahara, que vengan de Roma, de donde dos aspectos fundamentales. Por un lado, aparece su
sea, a mí no me importa, y entonces primero prepare a gran deseo de destacar: quiere descubrir y descubre un
esas niñas, no todo a la vez, y se cargó a mi hija. Él instrumento musical más grande que el que ya existe
tiene mucha pena y tiene mucho rencor [sic] porque yo (¡pero que dé el mismo sonido¡): ¿símbolo de Ali?, ¿ser
la semana pasada que estuve aquí, con mi hijo Floren- él como Ali, más que Ali, para su madre?); pintar los
cio, me lo encontré por ahí y nos estuvimos saludando, mejores cuadros, consiguiendo trabajar para la corte del
y él sabe, él sabe. Me dijo: “Cómo estás”. “Pues muy Rey; descubrir un coche que no necesite gasolina sino
mal, doctor C., muy mal, usted sabe que muy mal”, y que funcione con agua..., y todo ello lo consigue... Por
él se echa a reir, pero él sabe el daño que me hizo, que otro lado, muestra perfiles muy diferenciados de ambas
para mí mi hija era lo más grande de mi vida. Yo sé figuras parentales: la figura materna es sobreprotectora
que él no metió la pata porque él quiso [quisiera]... y dominante, no sólo con el hijo sino también con el
marido, que, por ejemplo, una vez que se niega a que
He querido transcribir literalmente una gran parte ella le cure una herida en el labio, la mujer aprovecha
de las entrevistas que mantuve con esta mujer porque para hacerlo cuando está dormido; el hijo reprime su
ilustra aspectos relevantes del duelo de una madre, agresividad contra ella y le reconoce que lleva razón,
unos frecuentes y otros atípicos. sometiéndose a sus razonamientos; por otra parte, la
Los típicos son: “dolor en el alma” (como dicen figura paterna se muestra como una persona más cerca-
esta madre y otras); recuerdo constante, idealizado, in- na, que transige ante el sufrimiento del hijo, que accede
tocable, en parte exclusivo (a no compartir con nadie) a que siga su propio camino, aunque a él, al padre, le
del hijo muerto, y, en caso extremo, como éste, la distri- hubiera gustado que continuara la profesión tradicional
bución por la casa de retratos, objetos o enseres que lo de su familia, y por eso, quizá agradecido, en uno de los
recuerdan invasivamente; sueños muy frecuentes con el relatos, cuando el padre está enfermo, el hijo hace todo
lo posible para encontrar la medicina que le cure y lo cias personales, en ambos se dan rasgos que nos per-
consigue finalmente. Es significativa una de sus narra- miten una pauta de comparación. Los dos pierden a
ciones: un hombre casado tiene pesadillas febriles y un hijo de edad infantil; se hallan en la década madu-
supone que una bruja lo ha hechizado, pero consigue ra de la vida (40-50 años), se entregan por entero a la
hallar en un libro la frase que por fin le libera de ese literatura, reaccionan específicamente con una cierta
conjuro; creemos que inconscientemente se trata de la producción literaria a la muerte del hijo; los dos vi-
figura materna, que, como una bruja, se adueña de la vieron infancias “movedizas”, aunque cada uno con
personalidad de los seres que le rodean. vicisitudes diferentes.
El caso del duelo de la madre de Floren revela casi Ambos casos me permiten una aproximación lite-
caricaturescamente el riesgo de que el duelo de una rario-clínica a las relaciones entre duelo y depresión.
madre por la muerte de un hijo ponga en grave peligro Veamos.
su capacidad relacional, de dedicación, estima y com-
prensión del otro o los otros hijos vivos. La malignidad
del duelo29 de esta madre reside en el hecho de que re- La muerte de Ariel
cae como una sombra agostadora sobre Floren, como
una losa que abate el aprecio de su hijo vivo. Baldomero Fernández Moreno (1886-1950) fue
En las entrevistas que mantuvimos con esta madre un gran poeta, nacido en Buenos Aires, hijo de padres
no pretendimos ningún tipo de terapia o consolatoria. españoles, que una vez hicieron fortuna y se arruinaron
Ella no nos pedía tal cosa. Su Ali formaba ya parte de después. A los seis años de edad de Baldomero se vinie-
ella, de su leyenda. Lo urgente era la situación de Flo- ron a España, al pueblo cántabro del padre, donde el
ren, el hijo vivo, y no tanto por el posible cuadro hipe- niño hizo la primera escolaridad, y cuyo paisaje geográ-
ractivo de éste cuanto por su posición de exiliado de la fico y humano se le quedó grabado en el alma (inspi-
madre, su imagen de baja y deficiente intensidad, apa- rándole su obra Aldea española, 1925). Pero regresaron
gada por el fulgor de la “santa”. Nuestro trabajo consis- a Argentina en 1899, donde sus padres volvieron otra
tió en dejar que esta madre abriera los ojos y dirigiera su vez a enriquecerse y a arruinarse. Estudió Medicina, li-
mirada a la necesitada realidad de Floren tal como era. cenciándose en 1912 y practicándola durante más de
Y no resultaba fácil porque, aunque verbalmente ella se una década, pero la abandonó finalmente para dedicar-
resistía a negar que su duelo crónico por Ali fuera en se por entero a enseñar y a escribir literatura. Casó con
detrimento de este hijo, en su interior algo le decía que Dalmira, de una familia rioplatense de abolengo, y tu-
la hija muerta le ocupaba demasidado sitio. Nuestro vieron cinco hijos (César, Dalmira, Ariel, Manrique y 461
método no consiste en dar consejos directivos, del tipo: Clara). A ellos dedicó su libro de poemas Los hijos, de
“Tiene usted que ocuparse más de su hijo”, “deje de una gran ternura, donde les habla en versos de cosas
pensar tanto en Ali y piense en él”, “parece que este ni- cotidianas y sencillas, con ternura de padre de alma
ño es demasiado poca cosa para usted”, porque natural- sensible. Pero en 1937, con diez años de edad, muere
mente ella consideraría que eso no es cierto y que no Ariel, su tercer hijo, del que había escrito y al que había
somos justos, y esto no haría sino desatar su culpa, la dedicado los siguientes versos:
mala, la que se convierte en excesos, ya sean de ira o de
ineficaces golpes de pecho. Te has traído, hijo mío,
cierto aspecto de viejo:
la carita arrugada,
las manos con pellejos.
Duelo y/o depresión Envuelto en tus pañales
y abrigados pañuelos,
apenas se te ven
Fernández Moreno y Francisco cuatro pelitos negros.
Umbral: Dos padres, dos duelos,
¿dos? depresiones y una
Un envoltorio largo,
un conito perfecto.
diferencia
Pareces realmente
un bichito de cesto.
Apelo a los testimonios biográficos elaborados en
la obra literaria de dos escritores de enjundia, uno II
argentino, poeta, y el otro español, ejerciendo una li-
De Ariel hicimos Alel,
teratura de prosa eminentemente poética. Son Baldo-
ahora, de Alel, Alelí,
mero Fernández Moreno y Francisco Umbral. Con
de Alelí, Lelito y Lito,
sus singularidades de época, país y otras circunstan-
de Lito, Litín… y así.
29
En otro lugar hemos tratado el duelo maligno, que recae como III
un daño insuperable sobre seres que nada tienen o tuvieron que ver con
el origen del duelo. (El valor de vivir - Elogio y razón del duelo, Carlos Yo no he encontrado nombre más hermoso que Ariel,
Cobo, Madrid, 1999; cf. también la nota 45 del capítulo de Clínica). tú sabrás, hijo mío, lo que te haces con él.
Ariel, Ariel. Lo acaba de decir el padre poeta: “No nominal del hijo muerto. Basándonos en su confesión
he encontrado nombre más hermoso para ti”. Así que de que no había nada inventado en su poesía, es decir,
no fue escogido simplemente por ser tan limpio y cris- que su poesía era el rezumar de su vida, puedo dedu-
talino a la voz, sino con sentido intencional, por ser un cir que el poeta no hizo el duelo de su hijo, o, mejor
nombre en el que se comprometía el deseo imaginario dicho, no elaboró el duelo por su hijo en su obra poé-
del padre. Ariel, que viene de aire, encarnaba “idealidad tica. No es que hiciera un duelo patológico, es que
y orden en la vida, noble inspiración en el pensamiento, cayó en una depresión porque no hizo el duelo. Toda
desinterés en moral, buen gusto en arte, heroísmo en la esa penumbra que envuelve su escasa obra en esos
acción, delicadeza en las costumbres”, ideales del lla- años se limita a su manera de sentirse narcisistamente
mado arielismo30, movimiento anclado en la mejor cul- fracasado. Veamos.
tura grecolatina y de la caridad cristiana, con rechazo
del materialismo y de la sensualidad, dentro de una so- Nunca podrás ver nada claramente:
ciedad democrática como contraposición al despotismo todo es zarzal, espinas y maraña.
aristocrático, pero sin sucumbir a la mediocridad, en la En vano gastarás toda tu maña
que la masa corporativa posibilitara la emergencia de contra el dorado pájaro latente.
los mejores para la gobernación. ¡Nada menos! Era una Errado el tiro, vuelves bruscamente
doctrina cuya utopía buscaba modelar una nueva ju- el arma hacia otro lado, mas te engaña
ventud latinoamericana, de posición política muy clara: la jugada de sol que el árbol baña.
enfrentarse al utilitarismo voraz de la nordomanía (de Te vuelves loco y lloras tristemente.
los nordos, o americanos del norte) y que desarrollara
sus propios valores de raza. Todo esto lo tenía que saber Todo del tonel sale de la vida
Baldomero, el padre poeta, a la hora de elegir el nombre tosco, deforme y dando tropezones.
de su hijo. ¡Vaya carga le esperaba al pobre niño! Dejas pasar los años y su herida,
¿Cabría entonces pensar que la muerte de su niño y cuando quieras darte explicaciones
Ariel significara simbólicamente para Baldomero la ni te sirvió la espuela ni la brida:
muerte de un ideal, y que, en este momento de la vida un pétalo fue más que tus razones.
del poeta, representara la quiebra de la esperanza en un
mundo mejor? No lo podemos más que intuir. Cuando El poeta, que es médico, cuenta sus síntomas en
el padre le dice: “Tú sabrás, hijo mío, lo que te haces metáfora de verso: oscuridad, desesperanza, impoten-
462 con tu nombre”, le está adelantando la exigencia a la cia, locura, todo es monstruoso e hiriente y nada se
que le obliga el significado del mismo. Pero el niño puede explicar.
Ariel no puede responder a esa expectativa porque se
muere antes, y, como en una de las versiones o de las […]
opciones del Ariel arquetípico, se transmuta en absolu- Cuando tenga sus horas en un sillón deshechas
to espíritu del aire, no en empresa terrenal. se volverán contra él nombres, actos y fechas,
Lo cierto es que, a raíz de la muerte del niño, el lo mismo que pedradas, latigazos o flechas.
poeta se hundió, a los 50 años, en una profunda de- Yo tengo como cribas mis grises sienes hechas.
presión que se alargó hasta finales de 1939, es decir, […]
durante más de dos años. Su estado sombrío y deses-
perado se revela en los breves poemas que escribió Sigue revelando en poema su historia clínica: apa-
durante ese tiempo y que, con el título de Penumbra, tía, memoria como un cúmulo de terribles reproches,
se publicaron en 1951, un año después de su muerte. de culpas que acribillan la mente transida.
He aquí una selección de los más representativos de su Y, espigando versos-síntomas, constricción del es-
estado de ánimo, donde llama la atención la ausencia pacio, sensación de estrechamiento y de amortiguación
vital:
30 El arielismo era por entonces en Iberoamérica una corrien-
463
Figuras 11 a, b, c, d. Baldomero Fernández Moreno, médico y poeta. En el centro, la casa en Bárcena, en Cantabria, donde vivió de niño. A la derecha, en la época en que
pasaba consulta
El mal de los niños tiene todo el horror de una pero tu luz se ha apagado y nadie advierte que hay me-
profanación […], la destrucción de la única sacraliza- nos luminosidad. En la feria del mundo nadie se da
dad de la existencia. cuenta, no tiene importancia la bombilla que se funde.
fetales, germinales, de potencial “interruptus”. Alegoría do contra el pecho, la cabeza en el hombro, bulto de olor,
imparable del hijo, su hijo, nacido para morir. Con esa peso sin peso, manos de pétalo, contorno de calor”.
fuerza interna y oscura que nos arroja una y otra vez “Quién nos lo iba a decir cuando compramos la
cruelmente a la pesadilla del trauma, como si la repeti- mecedora”. Es verdad. Hay —tenemos— cosas, personas
ción fuera un rito de consumación. Un castigo expiato- a nuestro alrededor; a menudo, muy cercanas, familiares,
rio. Castigo de los orígenes. “Por las noches, hijo, toso, cotidianas, que parecen vacantes. Qué hacen en realidad
escupo, lloro, tiemblo, organizo despierto las pesadillas ahí, qué función cumplen. A veces parecen ocupar un
que el sueño me desorganiza luego y cuento contigo sitio excesivo. Podrían no estar perfectamente. Y algo de
para el amanecer”. pronto les da sentido de destino verdadero.
El médico simplifica todo y reduce a padre-umbral Los antiguos abuelos guardaban tantas cosas en
a un diagnóstico de pretendida complacencia: astenia. sus arquillas que los hijos y los nietos les embromaban,
Estúpidamente, astenia. y aquellos viejos casi rogaban: “Déjalo ahí, no lo tires,
“Estoy abocado a tomar medicinas y contar a los ya servirá para algo”. Tirar cosas no sólo era dispendio
muertos [es decir, a los vivos muertos] las noticias del en tiempos de penuria, era también matar posibilida-
día”. “No sé si ya he tomado la medicina a su hora”. Eso des. Aquellos abuelos tenían fe en la función y utilidad
tiene que ser cosa del yo-muerto, que obnubila al otro, de las cosas más allá de su presente. Parece que esta
que le roba memoria. proyección utilitaria es (era) más cosa de varones. La
esperanza de un porvenir para justificar el plan del pre-
sente. Puede que esto tenga que ver con la manera con
Diálogos de interior la que padres varones resientan el duelo por sus hijos
pequeños. En la terrible confesión “hemos fraguado un
“Dialogo con mi hijo muerto. […] Sólo encontré hijo para la muerte” anida el daño del fracaso de una
una verdad en la vida, hijo, y eras tú […] y la he perdi- expectativa de futuro para el hijo.
do. […] Lo que queda después de ti, hijo, es un univer-
so fluctuante, sin consistencia. […] El mundo ha perdi-
do, con su atentado contra ti, su última oportunidad de Una carta enterrada y dos rosas rojas
tener sentido […]”.
“Seguimos dialogando noche y día, y la sustancia El duelo que nos cuenta padre-umbral es cerrada-
de mi vida no es otra cosa que este diálogo. Si supieras, mente individual (quizás es una defensa mental, psíqui-
468 hijo, […] desde qué revuelta desgana [te escribo]”. “Te ca), como ocurre en muchos duelos. La esposa-madre
escribo, hijo, desde otra muerte que no es la tuya. Des- es apenas aludida, o de pasada, de forma sigilosa, como
de mi muerte. Porque lo más desolador es que ni en la temiendo que ella sepa. Está sugerida en un “nos” de
muerte nos encontraremos. Cada cual se queda con su vez en cuando. Hay muchas cosas que contarle a ella y
muerte para siempre. […] Sólo está vivo de mí lo que no se cuentan, pues son tan duras. Tantas veces hay
está vivo de ti: el recuerdo”. deseo de su sólo regazo y no se pide. Es más fácil lla-
marlo sexo, y no es eso.
Sexo. Sexo del duelo por el hijo. Sexo contra la
Paternal y útero muerte. (Dicen que en las guerras se procrea más que
en la paz.) Sexo antidepresivo, rasgador. Sexo de ira.
El duelo por el hijo descubre que hay padres uteri- Sexo para aventar la lejanía de la madre esposa. La
nos. A veces sólo el revelado de la muerte los deja ver. cuestión es: ¿tendremos otro hijo?
Quién hubiera dicho que uno de ellos sería este padre- Padre-umbral, al otro lado de ella, le escribió, en la
umbral: “Me crece la pirámide en el alma, el espacio muerte del hijo, una carta (y más de una, parece), que
sagrado, la cripta donde te llevo, entre dos costillas, no le entregó. En la que le decía: “[…] Asistimos a
entre el epigastrio y el sentimiento […] porque vives en nuestra ausencia. […] Nadie tan solo como yo. Ningu-
el útero que me ha nacido para ti”. na tan nadie como tú […]”.
Cierra su diario de duelo (“que sigue eternamente Y el día nombrado, ella —siempre “ella” es la ma-
abierto”) con el recuerdo de la mecedora. “Un día, al dre— salió misteriosamente, temprano. Sola. Trajo dos
azar, le habían puesto el niño en los brazos, y él, por rosas rojas. Luego, en la cobriza atardecida del otoño
azar, se había sentado con el niño en la mecedora”, y la —esta vez sí los dos— fueron a transfundirlas sobre el
lógica inmediata de lo elemental le llevó a la nana. (Ese hijo en el señalado lugar donde él ya no estaba bajo su
azar fue, padre-umbral, el instinto de tu deseo, en tu nombre.
pudor de verbo en tercera persona.) Pasaron tres décadas de aquello.
Ea, mi niño, ea. Duérmete, niño, ea. Eaminiñoea. Los padre supervivientes dicen siempre (o lo pien-
Y así fue como la mecedora de charlas y tertulias se san y lo callan): “El/Ella tendría ahora…” la edad que
convirtió en molde de regazo-cuna —sosiego balanceado, no tiene.
oasis de sombra— de un niño-hijito de dos años, y, al par, Padre-umbral, que, anticipándose a su hoy, dijo
en una sobrecogida calidez de cuerpo infantil de padre- que su cuerpo era un asilo, también predijo su salva-
umbral soñándose en cavidad de antigua madre-mecedo- ción cuando proclamó: “Sólo me queda la cabeza, como
ra. “[…] Hogar, la penumbra, el niño en los brazos, echa- una ventana alta”. Y no más hijos.
Clínica de duelo familiar a efecto, han conservado la habitación del hijo muerto
través de otro hijo exactamente tal como estaba cuando murió. Sus jugue-
tes se hallan en lo alto de un armario y, aunque Carla
los ha querido ver y coger para jugar con ellos, los pa-
Historia de Carla dres no se lo han permitido. En cuanto a la foto, hay, en
efecto, una en la que Pablo se halla de pie junto a un
árbol de Navidad.
“Un señor mató a mi hermano” Los padres me cuentan que los dos hermanos esta-
ban muy unidos. Pablo era el protector de su hermanita
Carla tiene tres años y medio. Está siendo tratada y ésta acudía a él siempre que le regañaban a ella. Y aho-
por el Servicio de Neurocirugía del Hospital Infantil a ra, cuando algo así sucede, Carla va corriendo a la habi-
causa de un traumatismo cráneoencefálico debido a un tación de él, como a buscarle. La pequeña se acuerda
accidente de tráfico ocurrido hacía unos veinte meses, mucho de los juegos que hacían juntos y de que iban
en el cual murió su único hermano, Pablo, de siete años. todos los días a recogerlo del colegio. Como proyecto
Conducía el padre; iban con él la madre y los dos niños. tener una entrevista larga con la niña y con ellos, apenas
Desde el punto de vista neurológico, Carla se encuentra me detengo en detallar las situaciones, pero recuerdo
bien, pero no lo está emocionalmente porque se halla que el padre me comunicó su sentimiento de culpa pues
muy nerviosa y tiene muchos miedos y pesadillas. era él quien conducía el coche. “Sólo murió Pablo”.
Es remitida al Servicio de Psiquiatría y Psicología Acto seguido, Carla y sus padres fueron recibidos
Infantil, donde la está examinando uno de los médicos. por el médico psiquiatra que ya les había visto días an-
Hablo con ella y con sus padres para evaluar un posible tes. Por mi parte, les di una cita que anularon poco
seguimiento de duelo. después, y no volví a verlos.
Es una chiquilla inquieta, dispersa. El diálogo con Consultando posteriormente el historial clínico de
ella transcurre más o menos así: mi colega, encontré su informe, del que entresaco los
siguientes datos:
Dr. C.: ¿Tienes algún hermano, Carla? Carla ha hecho y hace preguntas sobre lo que le
Carla: Sí. había pasado a su hermano y la madre dice que le ha
Dr. C.: ¿Cuántos hermanos tienes? tenido que “explicar un poco”. Hay una intensa angus-
Carla: Todos. tia de separación en la doble dirección, tanto de la niña
Dr. C.: ¿Y Pablo, es tu hermano? con respecto a sus padres como viceversa. Se produce 469
Carla: No, porque está muerto. una auténtica angustia de muerte en cuanto la niña des-
Dr. C.: ¿Y cómo sabes que Pablo está muerto? aparece del control visual de los padres. Este ambiente
Carla: Mi padre me ha dicho: “Pablo está muerto de ansiedad se halla intensificado por el proceso judi-
porque está muerto en un sitio que le mató un cial del accidente. Los padres están siendo tratados por
señor, que le...” [En la mesa donde escribo el mismo psicoanalista, pero por separado.
hay una manzana, y la niña se fija en ella, Verbalmente, mi colega me confesó que su entre-
y parece perder el hilo] “…Estaba en un vista con los padres fue de una gran dureza a causa de la
campo que hay manzanas de que comían los intensa agresividad y reivindicación, sobre todo del pa-
pájaros...”. dre, debidas a la rabia y al rencor que sentía porque en
Dr. C.: ¿Cómo era Pablo? [No me comprende, tra- el juzgado le habían responsabilizado del accidente
to de que me describa algo de él] cuando él sabía muy bien que la culpa había sido del
Carla: Pablo tiene unas gafas... La gafa tiene un co- otro conductor, que le había obligado a maniobrar de
lor de amarillo... Está en su habitación de forma brusca. El médico, poco sobrado de delicadeza,
Pablo, que hay muchos juguetes. no se anduvo con chiquitas al espetarle textualmente lo
Dr. C.: ¿Qué juguetes hay en la habitación de Pablo? siguiente: “Usted se tiene que comer su rabia con pata-
Carla: Hay un juguete que no se coge, porque es de tas fritas porque si no dañará a su hija”.
cristal y si se sube en una silla coge el cristal y En la segunda entrevista con este doctor, que lleva-
se corta las uñas. ba el caso, la cual tuvo lugar después de mi pequeña
Dr. C.: ¿Y hay fotos de Pablo en tu casa? intervención, éste me comentó que el padre estuvo mu-
Carla: Pablo está colocado en un árbol [Trato de cho más sereno y expresó con dolor —como una rabia
que me lo explique mejor; entonces se fija resignada— que veía que no tenía ninguna posibilidad
en una postal de Navidad que hay clavada de demostrar que él no había sido el culpable del acci-
con una chincheta en una pared de mi dente, que no podía defenderse.
despacho, donde se ve un árbol de Navi- El examen psicológico reveló que se trataba de una
dad, lo señala y dice]: En ese árbol de Feli- niña de un nivel madurativo e intelectual normal. El
cidades está Pablo esperando... informe escolar no señalaba ningún problema en la ni-
ña, considerando que su adaptación era buena.
Hago pasar a los padres. Es una pareja próxima a Este caso ofrece un flash de una intensa situación de
los 40 años de edad, de buen aspecto. Trato de com- duelo de unos padres. Ateniéndome a lo poco que sabe-
prender las respuestas de Carla a través de ellos. En mos, es posible, sin embargo, extraer algunas reflexiones:
muerto porque estaba malo y se había ido al cielo por- tes de edad y de situación familiar. Pero una interven-
que allí estaba mejor. Entonces la niña comprendió la ción psicoterapéutica bien administrada y adecuada a
cosa y no hablaba de él, y si decía algo yo le desviaba cada caso suele resultar positiva, siendo casi siempre
del tema; sólo si en la televisión oía el nombre de Jua- necesario tener en cuenta a la familia.
nito se quedaba absorta. A continuación presento el caso de Mari Carmen.
Cuando un día le puse a Belén una servilleta al Lo hago con detalle para ilustrar el método de la entre-
cuello para darle de comer, ella comentaba que a ella y vista que utilizamos y para mostrar cómo, en nuestro
al pobrecito de su Juanito no le ponía babero y a la enfoque, la entrevista es al par diagnóstica y terapéuti-
tonta de Belén le ponía servilleta. Yo le fui a decir algo ca, en el sentido de que hace pensar, asociar, enfrentar-
pero Mari Carmen me habló de la televisión y luego se a conflictos y contradicciones y buscar significados.
me dijo: “¿Ves tú cómo yo también sé cambiar de con- Mantuve varias sesiones con Mari Carmen, en las
versación?”. que hablamos mucho de Juanito, el hermanillo que se le
Volví al mismo médico y me recomendó que la murió, y de más cosas, casi todas hiladas con él. Me dijo
llevara a un colegio para que estuviera distraída con al principio que ya no pensaba en él porque se había
los niños, pero la maestra me dijo que se pasaba el muerto hacía mucho, y que cuando murió “casi no te-
tiempo distraída mirando al cielo. Luego la llevé al del nía un año” (en realidad, tenía trece meses). Me contó
seguro porque tropezaba y se caía y se quedaba como cómo le atendía entonces cuando lloraba, y cómo le
muerta, y esto me recordaba que mi otro niño Juanito, cuidaba cuando se iban a jugar al parque. Vincula su
el que murió, movía la cabeza y yo tenía miedo por mi muerte con el nacimiento de Belén, como me dijo la
Mari Carmen. madre, y como veremos de nuevo.
Ella siempre pensó que su hermano bajaría del
cielo igual que subió. Un día de lluvia y relámpagos vi Primera sesión
que estaba pegada al cristal de la ventana llorando. Le
pregunté qué le pasaba y me dijo que por qué la Virgen ¿Bajará con la lluvia?, ¿ bajará con la nieve?
quería tanto a su hermanito que lo abrazaba tanto y no
le dejaba bajar con la lluvia. Otra vez me pidió que le M.C.: Juanito está en el cielo.
comprara un globo con una cuerda muy larga para su- Dr. C.: No se le ve.
bir al cielo y que Juanito se cogiera a la cuerda y aunque M.C.: Está dentro de las nubes.
la Virgen lo apretara [lo retuviera] así pudiera bajar. Dr. C.: Y cuando no hay nubes, ¿dónde está?
El año pasado por los Difuntos [con Mari Car- M.C.: Está con la Virgen. 471
men a punto de cumplir seis años] la llevé conmigo Dr. C.: ¿Cómo está con la Virgen?
al cementerio; yo había comprado dos ramos de flores, M.C.: Le abraza mucho la Virgen para que no se
uno era para ella y otro para mí, para ponérselos al caiga.
hermanito. Vio la placa, vio que ponía el nombre de Dr. C.: Y si no le abraza y se cae, ¿qué pasa?
Juanito y los mismos apellidos, y le dije que allí estaba M.C.: Que puedo jugar con él.
enterrado Juanito, y ella me dijo: “Entonces, ¿no está Dr. C.: Entonces la Virgen no le deja que baje a jugar
en el cielo?”. Le dije que sí, que su espíritu estaba en el contigo.
cielo, pero el cuerpo estaba allí enterrado. Luego ya M.C.: No le deja que baje.
empecé a llevarla al cementerio, y ya no volvió a in- Dr. C.: Entonces es mala la Virgen.
cluir al hermano en la familia. M.C.: No es mala.
Dr. C.: No entiendo por qué no le deja que baje.
La madre me negó haber inducido estos temas en M.C.: A lo mejor porque se hace daño.
la niña. En la ficha clínica constan los siguientes datos Dr. C.: ¿Y hay algún truco para que baje?
sobre esta mujer: persona obesa, ex-cefaleica, cardiópa- M.C.: Me parece que cuando llueve puede bajar con
ta, con regresión intelectual y antecedente de abuso el agua.
sexual por parte de su propio padre (el abuelo materno Dr. C.: Pero ha llovido y no ha bajado.
de la niña); en ruptura con su familia materna. Un her- [Silencio]
mano de esta mujer es descrito como psicópata, que si- Dr. C.: ¿Crees que algún día bajará con la lluvia?
guió tratamientos sin resultado positivo. M.C.: Sí. [Piensa; y dice más convencida que
antes:] O cuando nieva también.
[Silencio]
Terapia de Mari Carmen
Sueño y visión de Juanito
Por los hilos de la lluvia
bajan del cielo Dr. C.: ¿Sueñas con Juanito?
los niños muertos. M.C.: Cuando nació mi vecino yo soñé que Juanito
estaba en la cama y yo le daba muchos jugue-
En general, el tratamiento psíquico de los niños tes, y mi vecino quería bailar conmigo, y sa-
afectados por la muerte de un hermanito no es largo. qué a Juanito de la cama y le puse a bailar
Lógicamente, hay que tener en cuenta los condicionan- con él.
Dr. C.: Ese sueño quiere decir que tú querrías que luego lo subió. [Pausa] Y muchas veces yo no
Juanito naciera otra vez y se moviera igual le dejo los juguetes a Belén. [Pausa] Y un día
que tu vecinito. Belén me pregunto que quién era Juanito. Y
M.C.: Sí. Y ha cumplido hace tres o cuatro semanas yo le dije que era un hermano nuestro que se
un añito. murió. Y un día ella cuando vino los Reyes me
Dr. C.: Igual que Juanito. dijo: “Oye, ¿y Juanito puede ser un Rey?”, y
M.C.: Si, pero Juanito lo cumplió un día antes de dije yo que no, pero que a lo mejor Juanito
morirse. bajará con los Reyes Magos pero no puede ser
[Silencio] un Rey. Y Belén cuando trajeron los juguetes
Dr. C.: Hay cosas que son muy raras de comprender. dijo que no había bajado. Y yo dije que a lo
Muy difíciles, muy difíciles. Yo tampoco las mejor lo ha agarrado otra vez la Virgen. Eso
entiendo. ¿Cuáles son las cosas más difíciles me lo dijo cuando tenía todavía dos años.
de comprender para ti?
M.C.: Lo del cielo y lo de Juanito. Problemas con Belén
Dr. C.: ¿Cuál es el pensamiento más difícil que tú
tienes? Dr. C.: Tú a Belén no la quieres mucho.
M.C.: Que baje con la nieve. M.C.: Un poquito. Y muchas veces me pega. [Pau-
Dr. C.: ¿Y por qué es un pensamiento difícil? sa] Y mi madre algún día le dio la “guindilla”
M.C.: Porque muchas veces le puede agarrar la Vir- cuando dijo una palabrota [antigua costum-
gen, y así no puede bajar. bre de restregar la lengua con picante
Dr. C.: Será que la Virgen no quiere que baje. —guindilla, por ejemplo—, como castigo
M.C.: [Silencio] Él ya tendrá tres o cuatro años por haber mentido o pronunciado alguna
porque yo cuando murió Juanito tenía dos palabra malsonante] y luego dijo Belén que
años, él tendrá igual que mi hermana, cuatro si la escupía podía ir al cielo y que bajase
años. Juanito… para que la Virgen lo soltase.
Dr. C.: O sea, que entonces Juanito y Belén tienen Dr. C.: O sea que si Belén se tomase mucha guindilla,
la misma edad, él arriba y Belén abajo, se muere, se va al cielo…
¿no? [Pausa] Y si tú subes al cielo, ¿verías a M.C.: …no…
Juanito? Dr. C.: …la Virgen la agarra, y suelta a Juanito…
472 M.C.: Sí. M.C.: …sí…
Dr. C.: ¿Lo has pensado alguna vez? Dr. C.: Y tú quizás algunas veces también has pensa-
M.C.: Sí. do ponerle mucha, mucha guindilla a Belén…
Dr. C.: ¿Cómo harías? M.C.: No, pero yo no se lo puse, se lo puso mi
M.C.: No sé [Piensa]. Pues tomándome las pastillas madre…
que se tomó él. Dr. C.: Ya lo sé que se la puso tu madre, pero alguna
Dr. C.: Así te mueres. vez quizás has pensado que si le da mucha
M.C.: Así me voy con él. guindilla mucha guindilla y muchas pastillas
Dr. C.: De modo que te quieres morir. de ésas, a lo mejor se muere, se marcha al
M.C.: No. cielo y la Virgen suelta a Juanito.
Dr. C.: Si te mueres no puedes estar con papá ni con M.C.: Y coge a Belén.
mamá ni con Belén…
M.C.: Pero puedo jugar con él. La cuestión religiosa
Dr. C.: ¿Has pensado alguna vez en tomar las pastillas?
M.C.: Muchas veces. Y después de un día que vine Dr. C.: Uy, qué lío. Pues hay personas que no creen
aquí [a la consulta], una noche, soñé…, no en el cielo.
bueno, cuando me dormí, vi a Juanito en un M.C.: Yo sí… [Pausa] Pero mi tía no bautizó a nin-
cuadro y no tenemos cuadro de él ninguno. guno de mis primos.
Dr. C.: No lo entiendo. ¿Cómo pudiste ver a Juanito Dr. C.: Tu tía es la hermana de quién…
en un cuadro si no hay cuadro de él? M.C.: De mi madre…, ah, no…, es… es una cuñada.
M.C.: No sé, pero yo lo vi, al lado de la habitación Dr. C.: Pues entonces no tendrá ningún lío con lo del
de mis padres, que está muy junta a mi puer- cielo y la Virgen que agarra.
ta, y hay un rincón que está separando la M.C.: Y mi primo que tiene nueve años, que hay que
habitación, y yo lo vi ahí. Me di la vuelta por- hacer la Comunión a los ocho años, tampoco
que no lo quería ver y cuando miré para la hizo.
arriba lo vi otra vez. Y ya no le vi sólo la ca- Dr. C.: ¿Y por qué?
beza, le vi el cuerpo. M.C.: [Muy contundente:] ¡Porque no cree en
Dr. C.: Y tú cómo lo pudiste ver desde tu cama si es- Dios!... Pero mi tía sí hizo la Comunión…
taba afuera. Dr. C.: Pero luego dejó ya de pensar en la Comunión.
M.C.: No sé, a lo mejor lo pensé y luego lo vi. [Pien- M.C.: Sí.
sa] O a lo mejor lo soltó la Virgen y lo bajó y Dr. C.: Mira tú cómo la gente cambia.
Ser el brazo de la madre… te) de una Gran Madre, como una Diosa Virgen, que se
apropia de los niños ajenos. O, más profundo en el in-
M.C.: Y yo sí creo en los Reyes. Estoy escribiendo la consciente, su deseo de arrebatar el bebé de la madre
carta a los Reyes. Yo sólo he pedido dos veces. para tenerlo ella... Todo como una leyenda, una fábula,
Y cuando pedí la otra vez [quiere decir el que ella transmite a su hermana pequeña, en lo que
año anterior, que fue el primero en el que podría ser el inicio de una variedad de “novela fami-
escribió la carta a los Reyes], pedí una lava- liar”. Por otra parte, esta sesión es ilustrativa de la apli-
dora para mi madre y unos calcetines para cación a la clínica del método piagetiano de indagación
mi padre, y vinieron dos días después de los en el pensamento infantil37.
Reyes. Y ahora he pedido un secaplatos [frie-
gaplatos] que quiere mi madre, y mi padre Segunda sesión
una caja de herramientas.
Dr. C.: Pides cosas de mayor, para tus padres, y no ¿Belén es Juanito?
me dices las que tú pides para ti. ¿Es que a ti
te gustaría hacerte ya mayor? La segunda sesión empieza con la exploración del
M.C.: Sí. tema de saber cuándo ella está contenta y cuándo no lo
Dr. C.: ¿Para qué? está. Se verá cómo toda la sesión se va entrelazando
M.C.: Porque muchas veces mi madre no puede ha- constantemente con asociaciones verbales de la niña,
cer cosas con este brazo [se señala uno su- con aportaciones de hechos, vivencias y experiencias,
yo] porque está enferma del corazón. donde, de una manera desordenada en apariencia, va
Dr. C.: Y por eso tú les pides una lavadora a los Re- cubriendo prácticamente todas las áreas de su acontecer
yes para ella. cotidiano, del cual emana al mismo tiempo, en una rica
M.C.: Sí, porque antes tenía que hacer mucha fuer- consonancia de dinámica y de economía psíquicas, el
za con ese brazo para lavar. trasfondo, más o menos inconsciente, de sus deseos y
Dr. C.: O sea, tú quieres hacerte mayor para ser el placeres, de sus rechazos y disgustos, de sus conflictos y
brazo fuerte de tu madre. contradicciones. Como es una niña que habla mucho y
M.C.: No, para ayudarla. expresa bien sus contenidos, sucede que, a menudo,
Dr. C.: Pues eso, para ayudarla con tu brazo bueno. puede sentirse pillada. Para evitar que se sienta blo-
Pues, fíjate, yo creía que te querías hacer ma- queada por esto acudo a menudo a la distensión me-
yor para poder hacer tú las cosas que te gus- diante la broma o la hipérbole, sin dejar de tener en 473
tan y que no puedes hacer ahora. cuenta lo que ella ha “soltado” de modo inadvertido,
M.C.: No, yo quiero ayudar a mi madre. Y mi her-
mana quiere ser maestra… ¡y no quiere ca- 37 Jean Piaget, nacido en Suiza (1896-1980), ha sido uno de los
sarse! más importantes psicólogos infantiles del siglo XX, si no el que más. El
seguimiento minucioso del origen, evolución y desarrollo de la inteli-
…y tener Juanitos gencia y del razonamiento infantil es un modelo de trabajo, más allá de
las interpretaciones que se hagan de sus resultados, y de las críticas por
los condicionamientos culturales de los mismos. Es significativo y lógi-
Dr. C.: Eso estaba yo pensando, que tú sí quieres ca- co que, a partir de esos estudios, Piaget se viera naturalmente abocado
sarte y tener un montón de Juanitos. a la dimensión epistemológica y a la necesidad del diálogo multidispli-
M.C.: Sí. Y mi madre me parece que ahora está em- nario para abordarla. Tuve mucha suerte de poder seguir algunos cursos
barazada. Y yo le he dicho que si viene un suyos en Ginebra en los años sesenta y de asistir a su método para llevar
niño, que le ponga Juanito. a cabo la exploración de la inteligencia y el juicio en la infancia. A él no
le interesaban los cocientes intelectuales, sino adentrarse en la manera
Dr. C.: No será el mismo Juanito. de cómo los niños afrontaban y resolvían los problemas que se les pre-
M.C.: Ya. Y mi madre dice que si no le pone Juanito sentaban en su vida cotidiana desde las primeras semanas de vida. Fue
le pone Juan Carlos o Juan Miguel, pero que uno de aquellos maestros (con el psiquiatra vasco Julián de Ajuriague-
esté primero Juan. rra, afincado asimismo en Ginebra) que me revelaron la evidencia de la
Dr. C.: Y así, como tú todavía no puedes tener un “evolutividad”. Entiéndase por “evolutividad”, o capacidad evolutiva, la
propiedad fundamental de todo hecho humano a seguir una evolución
Juanito, es como si tu mamá lo tuviera en vez en la que cada paso integra, subsume o contiene al anterior, para abrirlo
de tú. Bueno, Mari Carmen, nos veremos más y llevarlo a un nivel más adelantado, sin desaparecer totalmente en él,
veces y hablaremos de tus cosas. Será nuestro y esto desde el primer comportamiento humano, desde la primera con-
secreto, igual que papá y mamá tienen sus ducta infantil concreta. La consideración de esta perspectiva de “evolu-
secretos. tividad” no sólo es imprescindible para el estudio de la personalidad de
los niños, sino para comprender la proyección ontogénica de cualquier
forma de expresión humana. Pues bien, creo que en las cuatro sesiones
La fluidez asociativa de este diálogo con Mari Car- que mantuve con Mari Carmen se puede vislumbrar dicho método pia-
men mostraba su capacidad de comunicación y de ex- getiano por la manera en que sistemáticamente sitúo a la niña frente a
presión de ideas y sentimientos, y revelaba que no era las contradicciones y oscuridades de su discurso y la insto a que las re-
para nada una niña “loca”. Juanito estaba muy presente suelva, a que trate de darles una explicación racional. Al mismo tiempo,
este método se enhebra con el hilo psicoanalítico, pues creo que los sis-
en su mundo interno, ya no como el duelo de una pér- temas de Piaget y de Freud no sólo no se contradicen sino que pueden
dida, sino como símbolo de deseo: ser madre, tener un enriquecerse mutuamente, especialmente al aplicarlos en el campo del
hijo; protegerlo (que es como rescatarlo constantemen- tratamiento psicopedagógico en la infancia.
pues en “lo-inadvertido” se suele manifestar lo que no ce que es ella Juanito [¡Importante! Mari
es demasiado inconsciente (el pre-consciente). Incluso Carmen me está confesando que lo que
utilizo la personalización en mí de opiniones o de posi- ella está viviendo con Belén lo ha vivido ya
ciones para favorecer que ella exprese las suyas sin res- con Juanito. De este modo, vemos que lo
quemor. Veamos. que yo le dije ella no lo ha entendido en el
plano consciente, pero sí en el inconscien-
Mi madre me quiere más a mí... te.] [Pausa] Y muchas veces cuando me pega,
...porque soy buena...y me pega menos me abraza, y si no, me da toda las ropas que
tiene ella.
Dr. C.: ¿Y cuándo no estás contenta, Mari Carmen? Dr. C.: ¿Y eso qué quiere decir?
M.C.: No estoy contenta cuando mi hermana me M.C.: Na, pues que me quiere mucho. Y muchas
pega muchas veces y me araña, o mi vecino veces cuando viene mi vecina, me dice: “A ti
[tono victimista de voz]. no te junto, junto a Jose y a Luis”.
Dr. C.: ¿Cómo es posible que ella y tu vecinito te pe- Dr. C.: Mira, Mari Carmen, yo me estoy haciendo un
guen si son más pequeños que tú? ¿Qué edad lío. Yo no sé si Belén te quiere, si no te quiere,
tiene tu hermana? si tú quieres a Belén, si no quieres a Belén…
M.C.: Cuatro años. M.C.: Mira, es que cuando vienen las vecinas a mi
Dr. C.: Tu hermana Belén te pone muy rabiosa, me casa, Belén cree que yo no las quiero cuando
parece a mí. vienen, y dice que no me quiere. O cuando
M.C.: Sí. […] Me pega cuando mi madre le pega y estoy en el cole, dice que me quiere a mí. Y yo
entonces dice que no me junta. Eso siempre lo digo que a lo mejor me quiere y que después
hace. […] Cuando yo le quito algo porque es me engaña.
mío no me deja… Y el otro día estuvo jugan-
do con mi ropa y le dije a mi madre que no me ¿Me quiere..., no me quiere?
la daba y le pegó mi madre, y luego por decir- ¿La quieres, no la quieres...?
lo yo me dijo que ya no me juntaba.
Dr. C.: O sea, que tú te chivaste… A mí me parece que Dr. C.: O sea, que tú no sabes de verdad-de verdad si
tu madre te defiende más a ti que a Belén. Belén te quiere a ti o no.
M.C.: No, a las dos igual. M.C.: Claro.
474 Dr. C.: Dime a quién quiere más tu madre. Piénsalo Dr. C.: Pero yo pienso también que tú no sabes de
fuerte. verdad-de verdad si tú quieres a Belén.
M.C.: Muchas veces más a mí que a mi hermana. M.C.: Yo sí la quiero mucho.
Dr. C.: ¿Y por qué tienes tú ese pensamiento? Dr. C.: ¿Estás segura tú?
M.C.: Porque muchas veces le pega más a mi her- M.C.: Sí.
mana que a mí. [Mari Carmen estima el Dr. C.: Mira tú, que a lo mejor no estás tan segura…
amor de la madre en función de a quién M.C.: [Pausa, y una risita de complicidad] …No
pega más o menos de sus hijos] sé…
Dr. C.: ¿Y tú qué haces para que tu madre te quiera Dr. C.: ¿Ves tú cómo ya te pongo en la duda? ¿Ves có-
más? mo ya estás empezando a creer que no sabes?
M.C.: Yo, ser buena. Muchas veces que hago que mi M.C.: Pero yo la quiero mucho a mi hermana.
hermana no me pega. Dr. C.: Pero si me estabas diciendo antes que te ara-
Dr. C.: Qué lío tienes tú con tu hermana. ñaba…
M.C.: Sí, pero yo la quiero igual.
¿Belén... es Juanito? Dr. C.: ¿Y cómo vas a querer tú a una persona que te
araña?
Y de nuevo sale Juanito. M.C.: Porque es mi hermana. [Y aquí aparece el
discurso mamado del amor porque sí a la
M.C.: [Pausa] Muchas veces mi hermana dice que familia por ser familia, aunque la realidad
dónde está Juanito, que si está aquí o está se empeñe en demostrar que es radicalmen-
arriba. te falso. El por qué ese tópico —de haga lo
Dr. C.: Pero si ella no ha conocido a Juanito… que haga, es mi hijo, o es mi madre— se
M.C.: Pero yo se lo dije. […] Porque muchas veces yo halla tan arraigado creo que es porque sirve
le digo: “Oye, ¿tú conoces Juanito?”. Y como ella para darle una coartada a los ambivalentes
me dice que no, yo le digo cómo era. Le digo que sentimientos amor-odio intrafamiliares.]
Juanito es nuestro hermano y que Juanito se Dr. C.: ¿Y qué tiene que ver eso?
murió, y como está en el cielo no se le ve. M.C.: Que sí.
Dr. C.: Mari Carmen, yo creo que tú le das envidia a Dr. C.: Y si tu hermana te mata, también la quie-
Belén con Juanito. ¿Entiendes lo que te digo? res… Y si tu hermana te pega una patada en
M.C.: No, pero muchas veces cuando miro a mi her- el culo también la quieres… Y si tu hermana
mana, cuando vengo del colegio, que me pare- te quita todos los juguetes y encima…
M.C.: [interrumpiendo] …no, es que yo tengo mu- uno chiquitito así a mi hermana y otro ¡así!
chos más juguetes, tengo más muñecos que [señala grande] a mí.
ella, tengo cincuenta muñecos y ella tiene Dr. C.: Tú siempre te llevas lo más grande. Pobrecita
cuatro… Belén...
Dr. C.: Ah, es que ya no me acordaba de que como tú M.C.: Muchas veces si ella tiene un polo de limón y
dices que tu madre te quiere a ti más que a yo lo tengo de naranja y a ella no le gusta el
ella… de limón, y me pide el de naranja, pues yo le
M.C.: No, es que como yo nací antes que ella pues doy el de naranja... Y me aguanto.
por eso tengo muchos juguetes, me los regala- Dr. C.: Pues no entiendo por qué se lo das...
ban mi abuela o mi tío… M.C.: Porque luego, si no, mi madre me pega a mí.
Dr. C.: ¿Y a ti no te da pena de que ella no tenga más Dr. C.: No comprendo por qué tu madre te va a pegar
que cuatro y que tú tengas cincuenta? [Aquí a ti.
exploro la culpa a través del remordi- M.C.: Porque cree que la he pegao o que la he quitao
miento] su polo.
M.C.: No, porque a mí las muñecas que no me gus- Dr. C.: Pero eso no está bien, porque tú le puedes de-
tan le doy todas las que quiera… cir: “Pero mamá, si yo no la he pegado”.
Dr. C.: Ya, pero ésas son muñecas de caca… M.C.: Sí, se lo digo, y la Belén le dice otra cosa, y
M.C.: [Ríe] qué...
Dr. C.: Claro, las muñecas que no te valen nada, que Dr. C.: ¡Vaya guerra que hay entre Belén y tú!
están sucias y feas, pues es como caca que tú M.C.: Y Belén es más revoltosa que yo. Y se mete
le das. debajo de la cama y se sale por el otro lado,
M.C.: No, porque mi madre siempre las lava y todas por un agujero que hay allí...
ésas las que lava las cuelga en mi habitación…
Dr. C.: Y entonces ya te gustan a ti cuando las lava… Que Belen no haya nacido...
M.C.: [Risilla] Sííí… Y lo mismo, a veces, con Juanito...
Dr. C.: …y ya te arrepientes de habérselas dado…
M.C.: No, porque muchas veces bajo muñecas de la Dr. C.: Yo creo que algunas veces tú tienes un pensa-
pared de mi habitación y se las doy. miento en tu cabeza y ese pensamiento es que
Dr. C.: ¿Sabes lo que te digo? Que puede ser que Be- tú tienes ganas de que Belén se vaya, o que no
lén te araña porque te tiene envidia, porque tú haya nacido, o que se quede en otro sitio... 475
tienes cincuenta muñecas. M.C.: Yo quiero que Belén no haya nacido y que
M.C.: No, [es] porque yo tengo más ropas que ella. Juanito siguiera bueno [vivo], porque al na-
Dr. C.: Pues será por eso por lo que ella te araña, cer la Belén fue cuando murió Juanito.
porque le da rabia que tú tengas más ropa que
ella. Ella tiene aquí una confusión porque fue en reali-
M.C.: Sí, y muchas veces me voy al cole y cuando dad al revés, pero tal confusión, quizá lapsus, significa-
vengo del cole tiene todas las bolsas llenas de ría que Belén cogió el lugar de Juanito, es decir, que, en
ropa... porque como sabe dónde las tengo, el lenguaje infantil primario, o del inconsciente, lo ma-
cuando me voy al colegio lo coge todo, y si no, tó al nacer ella para coger su puesto. La madre me con-
me las rompe como me rompió el juego de tó que cuando Belén llegó al añito de edad, Mari Car-
cocina... men culpaba a la pequeña de la muerte del niño; quizá
Dr. C.: Pues no sé yo cómo tú dices que la quieres... porque esperaba que Belén se muriera al cumplr el añi-
M.C.: Pues porque es mi hermana. to, tal como pasó con Juanito, y entonces se realizara la
Dr. C.: ¿Y qué tiene que ver eso? Yo eso no lo com- operación mágica reversible, o sea, que re-naciera Jua-
prendo [En el fondo es que ella lo com- nito; al no suceder así, ella tuvo actos contra su herma-
prende, porque Mari Carmen haría lo na, como intentos de ahogarla.
mismo si pudiera.]
M.C.: Porque es de mi familia. Dr. C.: ¿Sabes? Yo te quiero decir un secreto que yo
Dr. C.: ¿Y qué tiene que ver eso? [La acorralo, le pienso de ti. Y es que, aunque tú querías mu-
rompo las defensas prejuiciales.] cho a Juanito, también tenías algunas ganas
M.C.: Porque yo quiero mucho a mi familia. de que Juanito se fuera.
Dr. C.: ¿Y por qué la quieres? M.C.: [Seria] Sí, muchas veces.
M.C.: Porque es muy buena conmigo. Dr. C.: Igual que te pasa con Belén ahora, a mí me pa-
Dr. C.: ¿Qué hace tu familia para que tú digas que es rece que también lo mismo te pasó con Juanito.
buena? M.C.: [Muy bajito] Sí.
M.C.: Pues na, cuando voy a casa de mi abuelo, me Dr. C.: No parece que sea tan secreto como yo creía.
da besos y así, o si no me da juguetes. [Pausa] Ya sabías tú que algunas veces pensabas tú:
Y mi tío muchas veces cuando voy me da “Ay, Juanito, qué pesado es este niño, cuánto
¡cuatro! besos, y si no me da un muñeco. Un llora este niño, qué bien si se fuera y no nacie-
día cuando yo fui a casa de mi abuela, le dio ra más”.
Evito en un primer momento abordar de forma M.C.: Al final los tengo que recoger yo [tono de re-
directa los deseos de muerte; el “no nacer más” no es signación].
exactamente un eufemismo, sino una formulación má- Dr. C.: ¿Y por qué lo haces?
gica que conecta de lleno con la teoría de Mari: alguien M.C.: Porque me lo manda mi madre. Y como esta-
muere para que nazca otro. ba mala de anginas, y el médico decía que no
se levantara...
M.C.: Muchas veces lo digo, y otra veces, no. Le doy Dr. C.: Mira, yo creo que tú le das muchos juguetes
juguetes... Le daba juguetes a Juanito. cuando Belén está malita porque te da un po-
Dr. C.: Eso era para quitarte los pensamientos de que co de pena, pero también para que ni mamá
se muriera porque pensando eso tú sentías ni Belén se den cuenta de que le tienes manía
que eras mala. a Belén porque a ella cuando está malita le
M.C.: Sí. dan todos los caprichos [Silencio].
Dr. C.: ¿Es verdad que algunas veces querías que se M.C.: También tengo anginas yo, pero dice que son
muriera? un poco buenas. Y un día tuve catarro y no
M.C.: Sí, pero otras veces no quería. me dieron na y al día siguiente me lo quitó las
Dr. C.: ¿Igual que te está pasando con Belén? anginas...
M.C.: Sí. Dr. C.: Cuéntame eso mejor.
Dr. C.: ¿De verdad, de verdad? M.C.: Yo cuando nací no me pasaba nada, y cuando
M.C.: Sí. murió Juanito tampoco [esta alusión a Juani-
Dr. C.: Pues, fíjate. Si Belén se muere, luego te va to debe de ser porque éste murió de muer-
entrar otra vez una pena muy grande, porque te súbita y tras eso los padres hubieron de
te vas a creer que tú la has matado con tu estar seguramente muy pendientes de ella].
pensamiento malo. Cuando yo tenía cinco años me empezó a do-
M.C.: Ya. [Pausa] Muchas veces cuando pienso en ler mucho la garganta, mucho, mucho, y me
Juanito también creo eso. llevaron al médico, y me sentaron en una silla
para quitármelas, y vieron que eran amarillas
Éste es el momento clave de la sesión. El terapeu- y no me las quitaron, porque no eran rojas.
ta de niños (el terapeuta en general) ha de ser muy Dr. C.: Bueno, Mari Carmen, nos veremos otro día ¿te
cauto en la valoración del resultado de sus interpreta- parece? [La niña afirma]. Hoy hemos visto
476 ciones y debe asegurarse bien de que no está indu- que a veces cuando le das los juguetes a Belén,
ciendo los descubrimientos que el paciente va reali- o le cambias los polos y también otras veces, lo
zando a lo largo de la terapia. La frase que acaba de haces con rabia, pero te lo callas dentro. Y que
decir Mari Carmen contiene, tanto en su contenido también eso te pasaba a veces con Juanito.
como en su forma, la contundencia de su veracidad, y M.C.: Sí.
se inscribe claramente en la formulación psicoanalítica
kleiniana de la “posición depresiva” (ya formulada en En esta segunda sesión, la niña y yo abordamos
la nota 27). con toda naturalidad su importante conflicto con Belén,
la hermana pequeña, ya apuntado en la sesión anterior.
Dr. C.: ¿Qué crees? Mari Carmen me enumeró la serie de vejaciones que
M.C.: Que le he matado yo porque le habré dado un sufría por parte de ella, y lo hizo, sin embargo, sin tono
juguete o algo así... Porque una vez cuando le indignado ni reivindicativo. Son dichas quejas las que
di un juguete casi se traga un ojo, se cayó el siempre aducen los niños con respecto a sus hermanos,
ojo del muñeco en la boca de él y lo estaba y que, en realidad, son tests para poner a prueba a los
chupando..., si no me hubiese dao cuenta... padres y ver por quién se decantan, es decir, a quién
Dr. C.: Igual se hubiera atragantado y se hubiese prefieren. En general, Mari Carmen cedía a los deseos y
muerto antes. caprichos de la pequeña, llegando a reconocer que ex-
M.C.: Pero se lo quité. perimentaba fuertes sentimientos de rabia hacia ella.
Dr. C.: Pues quizás algunas veces le das juguetes a Esto nos llevó a la otra cara de su relación con el Juanito
Belén con rabia, para que se calle, igual que idealizado; es decir, a que con él también sintió lo mis-
el polo de limón, y pensando que a ver si se le mo. Y que en realidad ella utilizaba a Juanito contra
atraganta... Belén. Pues casi siempre se utiliza neuróticamente la
M.C.: [Risa nerviosa] Y muchas veces está lloran- idealización de alguien para ir contra otro.
do, le doy un muñeco y se calla, y dice que
eres muy buena, y si se le cae, dice que lo coja Tercera sesión
yo... Y si está en la cama porque está mala y
yo voy a darle juguetes que ella no quiere, los Por el camino de la luz...
tira al suelo y dice que los recoja yo. y de la tierra
Dr. C.: ¿Y tú qué haces?
M.C.: Se lo digo a mi madre. Dr. C.: Hola, Mari Carmen. ¿Has pensado en lo que
Dr. C.: ¿Y quién los recoge al final? hablamos el otro día?
quiere que sea Juan Carlos, pero Juanito que sobresalientes, pero aquí hago todo bien y sólo
no, porque ya tengo un hermano que se llama saco notables. Y por hablar, sólo por decirle al
Juanito, y que no. profesor “éste me ha hecho esto”, “éste me ha
Dr. C.: ¿Y cómo se llama tu padre? hecho lo otro”, te quita puntos en Matemáti-
M.C.: Juan. cas, o en Lenguaje, en lo que sea... Muchas
Dr. C.: O sea, que es un Juanito pero grande. O sea veces viene despeinado, y huele muy mal, no
que Juanito se llamaba así porque papá se se echaba colonia. Mi señorita me echaba co-
llama Juan... Lo que pasa es que tú no te pue- lonia a mí y a Mari Ángeles...
des casar con tu padre. Dr. C.: Pues yo no me echo colonia.
M.C.: No, pero es que lo hacemos de mentira. M.C.: [Risita] Mi padre, sí. Y cuando no tiene colo-
Dr. C.: Es de mentira, pero me parece que a ti te gus- nia se echa la de mi madre. Y mi madre la veo
taría que fuera de verdad. yo que también se echa de mi colonia y la de
M.C.: [Como si no oyera lo que le acabo de mi papá... Y mi madre se hace un lío también
decir] Y cuando mi padre no está, mi madre con los zapatos... [Me cuenta con detalle y
hace de hija, la Belén es el padre y yo la muy divertida estos intercambios de unas
madre. cosas y otras en su familia; en esta última
Dr. C.: Tú siempre la madre. [Pausa] ¿Y si la que no parte ha hablado en forma muy animada.]
está es tu madre, por ejemplo, si ella se fuera Dr. C.: En tu casa hay mucho lío, todo se rejunta,
a Calatayud? hay muchos cambios, las muñecas, la madre
M.C.: Pues juega mi padre conmigo, que es mi no- hace de marido, Belén es medio chico, un
vio, y la Belén es la hija. padre hace de novio, la madre se mete en la
Dr. C.: ¿Nunca se ha ido tu madre lejos, como a Ca- cama de la hija, el papá coge la colonia de la
latayud? mamá, la señorita pone colonia como una
M.C.: No, pero muchas veces se va a Leganés [ba- mamá... Vaya, vaya. Parece divertida toda
rriada-pueblo de la periferia de Madrid] esa mezcla. Lo que no es divertido es ese pro-
por las noches [susurra:] y nosotras nos que- fesor, que es muy castigón y no echa colonia.
damos jugando dentro de la cama. Y muchas [Pausa] Bueno, Mari Carmen, hoy hemos
veces se nos cierra la puerta, me voy a la ca- hablado también de muchas cosas tuyas muy
ma de mi hermana, nos metemos en el edre- interesantes, y no sólo de Juanito como el
478 dón, y allí jugamos a las palmas o nos hace- primer día.
mos cosquillitas. M.C.: Sí.
Dr. C.: ¿Y dónde está el papá mientras? Dr. C.: Hasta el próximo día. A ver, ¿qué tienes que
M.C.: Muchas veces trabaja por las noches y otras acordarte de traerme el próximo día?
veces está en el bar [esto último lo dice M.C.: El catecismo con el dibujo.
con un ligero tono de reproche o de des- Dr. C.: Muy bien. Adiós.
agrado]. M.C.: Adiós.
Dr. C.: ¿Con quién os quedáis entonces?
M.C.: Con mi vecina... [Pausa] Y somos bastante Cuarta sesión
diablos. Y mi vecino dice que él no juega con-
migo, que quiere que su hermano Inocentito Reserva y discreción
que tiene quince meses sea mi novio, pero yo
no quiero porque es muy chiquitajo, parece un Han pasado las vacaciones de Navidad y vuelvo a
enano. Pero somos muchos [me nombra a ver a la niña. Nada más llegar, Mari Carmen cumple su
todos sus vecinitos]. Pero cada vez que hago promesa y me tiende el catecismo. Me señala las pági-
un viaje, pierdo un amigo. nas en las que hay los dibujos de los que me habló la
vez anterior. En uno de ellos se ve a Jesús que dice: “Yo
Colegios, colonias y otras cosas soy la luz del mundo”, y unas personas que van subien-
do por una luz hasta el portal de Belén. En otro está
M.C.: Pero casi todos los del colegio juegan conmigo, Dios y una bola de fuego y unos señores que van por el
menos los chicos, claro. Pero cuando estába- rayo de luz, caminando hacia ese sol, y unas palomas
mos en primero todos jugábamos con mi seño- que son los angelitos. Y mientras me va hojeando el ca-
rita Paloma que me quería mucho, a veces me tecismo relata, con vocecita compungida y de víctima,
daba un beso. Pero ahora no, es un profesor las fechorías de su hermana, los chivateos de ella a la
que no me gusta... Mira, si hacemos todo bien madre, los cachetes de ésta a Belén, y cuando la madre
nos pone un cero, y si lo hacemos mal, insufi- le dijo a Belén que Juanito era mejor que ella. Pero lo
ciente, así que... Pero con este que voy ahora hace como en una rutina, sin la pasión de las otras se-
sólo saco notables. siones. Es como un disco rayado, y en un tono susu-
Dr. C.: O sea, que no comprendes tú a ese señor. rrante de voz. Se muestra más reservada, con mayor
M.C.: Pero a mi señorita, sí. [Me lo cuenta con control. Se relaciona conmigo a través del libro, y yo lo
intensidad] En aquel colegio yo saqué tres acepto. Pero mientras vamos pasando las páginas, le
digo, a intervalos, sin reproche, que ella prefiere hoy un varón, pero aludió a ello en forma anecdótica. Pero
hablarme de cosas del libro y del colegio, porque a ve- era partidario de “dejar en paz a Juanito”. A este propó-
ces uno no quiere pensar tanto en los padres ni en los sito, quedó claro que en cualquier familia la coinciden-
hermanos ni en Juanito, sino en cosas de libros y de cia de varios miembros en una misma opinión no co-
estudiar. Sonríe como asintiendo. Y estamos así durante rresponde a las mismas motivaciones en cada caso.
toda la sesión. Este cambio de registro apunta probable-
mente a un movimiento evolutivo normal en el desarro-
llo de los niños, y es el que da paso al predominio del Volver a ser hijo único
pensamiento operativo, escolar, racional, sobre el fan-
tástico o el excesivamente imaginario. Creo que, media- Adrián tiene nueve años y nueve meses, y es hijo
do un tiempo entre la anterior sesión y ésta, alguna único. Ha presentado tres crisis, probablemente nervio-
elaboración ha debido producirse en el interior de esta sas, dos en el colegio y una en el hospital. El mismo día
niña, como si hubiera tomado conciencia del exceso de que tuvo el primer ataque, su madre fue a hacerse unas
fabulación y de imaginario que había volcado en las se- pruebas para tener un hijo, ya que el otro que tenía
siones conmigo. (Jaime) murió de repente al año de edad, hace tres. Des-
La despido y le recuerdo al final que la próxima pués de eso practicaron a la madre una ligadura de
vez la veré con toda su familia y que así tendré la oca- trompas y ahora quiere recurrir a la fecundación in vi-
sión de conocer también a su papá. tro. Precisamente fue Adrián el primero que vio a su
hermanito muerto, por la mañana. La madre, que es
Quinta sesión como una gran pepona, dice que Adrián se lo guarda
todo. Ella se enfada cuando le pregunto si desea susti-
Cónclave familiar tuir al que murió, y tras responder que el otro no es
sustituible, añade, traicionándole el inconsciente: “Yo
Las sesiones de diagnóstico y terapia familiar son quiero tener dos hijos... Ah, no..., tres”. El padre de
evidentemente abundantes en contenidos e interaccio- Adrián es un hombre barbado, tímido, que parece con-
nes, y en general muy movidas, y a menudo caóticas, tar poco. Adrián es un niño bobón, de inteligencia me-
sobre todo si hay niños pequeños (pero la reciente cien- dia. Apenas logro hilar forzadamente el siguiente diálo-
cia descubre que el caos es una dimensión necesaria de go a solas con él:
la vida).
Así fue la reunión mantenida con Mari Carmen y Dr. C.: ¿Se murió un hermanito tuyo, Adrián? 479
su familia. Hube de ser cauto. La historia infantil y fa- A.: Sí.
miliar de la madre era muy traumática (con anteceden- Dr. C.: ¿Cuántos años tenía?
tes incestuosos de su propio padre). Pero lo que creo A.: Un año.
que quedó de manifiesto fue la utilización de Juanito Dr. C.: ¿Y cómo se murió?
como mito familiar, cuya primera mantenedora era Ma- A.: No lo sé.
ri Carmen, pero obedeciendo ella a un mandato incons- Dr. C.: ¿Tú lo viste?
ciente recibido sobre todo de su madre. En la reunión A.: Sí.
familiar se vio que la culpa de la madre por esa muerte Dr. C.: ¿Cómo estaba?
fue casi inmeditamente recubierta o quizás anulada por A.: En la cama.
el nacimiento de otro hijo, de una niña. Y la posible Dr. C.: ¿Y él cómo estaba?
culpa que pudiera haberse hecho consciente había que- A.: Con los ojos abiertos.
dado absorbida por la “locura” de Mari Carmen. De mis Dr. C.: ¿Y tú qué dijiste, qué hiciste?
sesiones con ésta yo había llegado a la conclusión de A. Nada.
que en efecto Mari Carmen había pensado que Juanito Dr. C.: ¿Nada? ¿No llamaste a mamá?
murió por culpa suya, por los deseos celosos de muerte A.: Nada, me fui a ver la tele.
que había sentido hacia él. Los celos que sentía ahora Dr. C.: ¿Qué creías que le pasaba?
hacia Belén permitieron rememorar y exteriorizar aqué- A.: Que estaba despierto.
llos. La táctica que seguía ahora la niña era la de ser Dr. C.: ¿Y no se movía?
muy buena, la de ganarse el aprecio de su madre, la de A.: No.
querer ser el brazo derecho de ella. Al mismo tiempo, Dr. C.: ¿Y no te parecía raro?
Mari Carmen se hallaba aún en plena vivencia edípica, A.: Sí.
que se podía permitir en los juegos en los que el papá Dr. C.: ¿Pero no se te ocurrió llamar a tu madre?
era su novio o su marido, relegando a Belén (el chicote, A.: No.
sustituto de Juanito) como pareja de la madre, converti- Dr. C.: ¿Te dio miedo?
da en “marida”. La conclusión que resultó del propio A.: No.
“cónclave” familiar es que cada uno usaba la memoria Dr. C.: ¿Estaba muerto?
de Juanito para sus propios intereses. Sólo el padre que- A.: Sí.
dó, por opción propia, un tanto al margen de la interac- Dr. C.: ¿Y qué les pasa a las personas cuando se mue-
ción verbal del grupo, como sucede con frecuencia. ren?
Muy discretamente apareció su deseo de haber tenido A.: No viven.
Dr. C.: ¿Y eso qué quiere decir? está en el cielo. Cabe pensar que sus padres no le han
A.: Que se han muerto. procurado la información adecuada. Sin duda, el niño
Dr. C.: ¿Qué hacen cuando se mueren? tampoco la ha pedido, y ha preferido refugiarse en la
A.: Nada. nadería. Sin embargo, es imposible que él no haya visto
Dr. C.: ¿Pueden oír, ver...? esa imagen que vio: la de su hermanito sin moverse,
A.: Nada. con los ojos abiertos. En ese momento, él optó por no
Dr. C.: ¿No pueden hacer nada? saber, por no ir corriendo a su madre a alertarla, y pre-
A.: Nada. firió ir a ver la televisión como si nada pasara. Ahora es
Dr. C.: Cuando se mueren, ¿dónde les llevan? un niño inaccesible a la elaboración mental. ¿Se dará
A.: Al cementerio. cuenta alguna vez de que no quiso ver lo que vio, y
Dr. C.: ¿Tú has ido al cementerio a ver a Jaime? que no hizo lo que debió hacer? Puede que en aquel
A.: Sí. momento en el que descubrió a su hermano inmóvil y
Dr. C.: ¿Muchas veces o pocas? con los ojos fijos no supiera lo que hacer, pero es res-
A.: Muchas. ponsabilidad suya en los años siguientes haber pensa-
Dr. C.: ¿Con quién vas? do sobre esa imagen, sobre ese suceso importante en la
A.: Con mi madre y con mi padre. vida de su familia, y haberse hecho preguntas, y una de
Dr. C.: ¿Cuando vas allí, ¿qué piensas? ella tendría que haber sido: ¿por qué no me di cuenta?
A.: Nada. Pero su inconsciente sabe más que él. Porque justo
Dr. C.: ¿Te gusta ir o no? cuando su madre empieza a hacer lo necesario para
A.: Sí. tener otro hijo, Adrián comienza a presentar ataques
Dr. C.: ¿Tú sabes lo que es alma? de nervios. Nuestra hipótesis es que Adrián no quiere
A.: Sí. tener un hermano, que la muerte del otro (¿deseó él
Dr. C.: ¿Jaime tiene alma? esa muerte?) le devolvió a su privilegio de seguir sien-
A.: Sí. do hijo único, privilegio que vuelve ahora a estar en
Dr. C.: ¿Qué es el alma? entredicho. Lo que Adrián no ha dicho con palabras, lo
A.: Que te acuerdas de él. revela con sus síntomas neuróticos. Pero lo que este
Dr. C.: ¿Y él está en algún otro sitio? niño se está jugando básicamente es su actitud de ha-
A.: No. cer o no hacer frente de forma consciente a las dificul-
Dr. C.: ¿Y el cielo? ¿Para qué sirve el cielo? tades de la vida, en especial en aquellas circunstancias
480 A.: Sí. que sean más críticas, más duras. Y para no ver necesita
Dr. C.: ¿Para qué? no saber, y viceversa. Y el no-saber como método obs-
A.: Para... para que salga el sol y para que tructivo de defensa mental es expansivo, de modo que
llueva. pone en riesgo el desarrollo de su pensamiento inteli-
Dr. C.: ¿Tú has hecho catequesis? gente. No pudimos trabajar con él debido a su falta de
A.: Sí. motivación, y por la de sus padres y la de los otros
Dr. C.: ¿Y has hecho la Primera Comunión? médicos, que se centraban en el enfoque neurológico,
A.: Sí. sin datos que lo justificaran.
Dr. C.: ¿No te han dicho que las personas van al cielo La reunión con la familia fue exactamente del mis-
cuando se mueren? mo corte que la entrevista mantenida con Adrián. Igual
A.: No. [El niño bosteza] de hermética. La ligadura de trompas de la madre obe-
Dr. C.: ¿Tú piensas en la muerte? deció al impulso rabioso de no tener más hijos, y vehi-
A.: Sí. culaba su cólera contra el niño que se le murió sin que
Dr. C.: ¿En la de quién? hubiera ningún motivo. El deseo actual de querer tener
A.: En la de Jaime. otro hijo correspondía a su necesidad de auto-repara-
Dr. C.: ¿Y qué piensas? ción narcisística, en una especie de contra-impulso para
A.: Que qué hace. demostrarse que aún era capaz de tener un hijo.
Dr. C.: ¿Y qué hace?
A.: Jugar.
Dr. C.: Pero tú me dijiste antes que las personas que
mueren no pueden hacer nada. Duelo por el suicidio de un hijo
A.: No juega.
sin embargo indisolubles, presente en todo lo que so- sión de aquella muchacha, llegué a decirle que aunque
mos y nos rodea. Un abrazo ensamblado en círculo me dolía que fuese alemana [era la época nazi] y aun-
perfecto. Yang sin duda era Gabriela, puro movimiento que nunca la había visto, él podía casarse con ella y
(“me eché a rodar y no he parado más”), fuerza vital traerla a este caserón vacío. [...] Me contestó que no
luego derrumbada. pensaba en casarse.
Yin no era su hijo biológico, y nunca se supo real- Vivíamos en una especie de idilio, porque el estar
mente qué le “tocaba” ese niño que ella crió como suyo solos nos había ligado mucho más; él sabía mi dolencia
durante los 18 años que vivió desde que ella lo tomó del corazón y me cuidaba con un primor, con una ter-
cuando tenía 46. No se separaron nunca. Fue lo que nura indecibles. Y no hay quien me haga comprender
ella más amó en su vida, y acabó en Petrópolis (Brasil), que ese niño que se levantaba a medianoche por haber-
adonde fueron huyendo de la Italia fascista y de la Fran- me oído respirar mal, se haya matado en estado nor-
cia ocupada, y donde el muchacho fue infeliz y ella no mal sin que me lo hayan enloquecido con una droga
llegó a saber entonces que lo fuera tanto (Panel III). El cualquiera de las que abundan en los trópicos o de las
muchacho se suicidó el 14 de agosto de 1943, y tres que manejan otras bandas de hoy. Él vivía ahora a to-
meses después, el 17 de noviembre, Gabriela escribió a do su gusto; no gustaba de las visitas y tenía un sentido
unas amigas relatándoles su duelo. Muchos años atrás, de la casa que parecía árabe; los suyos, y ni el aire de
cuando era ella una joven maestra proletaria, tuvo amo- fuera.
res románticos con un muchacho ferroviario que se
suicidó, lo que la hundió en la desolación (título de un Y así Gabriela Mistral hace repaso de todas las po-
libro de poemas de esa época). Nunca se casó. Así que sibles causas: rechaza el temperamentalismo de los Go-
dos suicidios la marcaron, uno en la primavera y otro doy que nunca los derrumbó, y la afectación congénita,
en el alto otoño de su vida. porque ella no halló signos de desajuste. Una mujer
madura se lo quiso ligar y que se fuera con ella dejando
Mi Yin, mi niñito, ahora más niñito que nunca, a la familia, pero él la rechazó de plano.
por la locura que me lo llevó, no se fue por dolencia,
[...] se me mató. Y escribir estas tres palabras todavía En los últimos tres días, Yin ha hecho varias cosas
me parece sueño. Y estaré insensata y no tocaré fondo que prueban que no pensaba en el horror que había de
de estabilidad en mí mientras no entienda el absurdo. consumar: mudanzas de muebles, para su cuarto, de
Me aliviaría, me descansaría sólo con entender y aun- un piso a otro; proyectos en detalle para más tarde,
que el entender no tenga nada que hacer con el reco- ingresó en sociedades, con pago de cuota anual y mu- 481
brar ni el aceptar. cho más.
Las razones que me dan [...] casi todas resultan [...] No pienso en que una droga lo mató, sino en
inválidas, o tontas, o débiles. La razón de más cuerpo que le trabajaron el cerebro hasta enloquecerlo. [...]
y la más inmediata es la de una banda de malvados Como una sonámbula, en la semana última que
que le maltrataba de palabra en un colegio odioso lleno me dio de compañía, tuve con él conversaciones que
de xenofobia. [...] Le decían “el francés”, con el deje habría tenido sólo por adivinación de su riesgo.
de burla que ahora le dan a la palabra en el mundo
elitista; le reían su pequeña joroba, que no pasaba de Ella le habló de su seguridad económica, del futu-
un lomito doblado. Pero uno de los pícaros se le apare- ro que a él mejor le cuadrase, de que se dedicara a la
cía en los lugares mundanos, cuando le veía con mu- literatura de ensayo ya que eso le placía y lo hacía muy
chachas o familias, a echarle en cara algún desliz con bien, le consoló de sus malos compañeros...
mujeres livianas, delante de las señoras bigotes [aris-
tócratas]. Estos hechos le torturaban visiblemente; su [...] Este niño no era una porción de mi vida, que
sensibilidad, que de excesiva parecía la de un desolla- era ella misma, que en él empezaba y que vida perso-
do. Yo le había rogado —hacia el final, que fue cuando nal no tengo de hace tiempo. [...] La casa era él, el día
lo supe— de vivir en su casa y salir menos. Pero él era él, la lectura él. Yo sé que Dios castiga rudamente la
sociable e ignoraba además la maldad criolla. [...] (El idolatría y que ésta no significa únicamente el culto de
pecado único del que me acuso es el de haberle impues- las imágenes.
to mi vida errante, pues había en él un claro daño he- ¡Ay, pero tengo que volver a mi vieja herejía y creer
cho por su existencia ambulante, sin raíces, y sin regu- en el karma de las vidas pasadas a fín de entender qué
laridad, por tanto.) La banda escolar lo convenció, al delito mío fenomenal, subidísimo, que me han castigado
final, de que la muchacha a quien quería hablaba de él con noche de agonía de mi Juan Miguel en un hospital,
y lo tenía por antipático. Y más, le convencieron de que tan espantosa a pesar del estoicismo con que soportó el
la tal muchacha estaba por encima de él y era inacce- arsénico en su pobrecito cuerpo querido. [...]
sible. En todo, en clase, en medios de vida, en educa- Por otra parte, no es consuelo lo que busco, es
ción, hasta en físico ella le era inferior de punta a cabo. verlo, y en el sueño tenerlo, y en sensaciones de presen-
Él creyó, porque su inteligencia maravillosa no le sirvió cia en la vigilia también, y de lo que ambas cosas reci-
jamás para darse cuenta de sí mismo. bo es de lo que voy viviendo, y de nada más que eso.
Cuando yo vi que su crisis de adolescencia era Palmita [una amiga] llegó tarde para salvarlo
muy fuerte, y cuando en el último tiempo, vi su obse- con su camaradería y con su amor lúcido que no es el
mío. Él sabía su llegada y tampoco puedo yo compren- y en ésta se halla su poema Luto, en el que refleja el
der que se fuese teniendo ya la certidumbre de su viaje hondo dolor por la muerte de Yin.
en dos semanas. Él la adoraba y le daba una confianza
plena, más cabal de la que a mí me daba, como si se En sólo una noche brotó de mi pecho,
tratase de una niña de su edad. subió, creció el árbol de luto,
[...] Nunca la poesía fue para mí algo tan fuerte empujó los huesos, abrió las carnes,
como para que me reemplace a este niño precioso con su cogollo llegó a mi cabeza.
una conversación de niño, de mozo y de viejo, que nun-
ca se me quedaba atrás en ella. Otro no me puede en- [...]
candilar como él; no hay compañía que me cubra el En una pura noche se hizo mi luto
costado derecho como él, cuando yo iba por esas calles en el dédalo de mi cuerpo
de las extranjerías heladas y duras; no hay tampoco y me cubrió este resuello
don de olvido en mí para semejante experiencia. La noche y humo que llaman luto
tengo trenzada conmigo en cada cinco minutos. [...] Yo que me envuelve y que me ciega.
vivo mejor que nunca en la incertidumbre de la vida
eterna y un pensamiento único me aplaca y me pone a [...]
dormir cada noche; el de que yo iba a dejarlo pronto y En lo que dura una noche
a vivir sola mi trasmundo y ahora tengo mi trasmundo cayó mi sol, se fue mi día,
con él en poco tiempo, a corto plazo. y mi carne se hizo humareda
[...] Parece ayer [que murió]: así gotea de hú- que corta un niño con la mano.
meda la memoria mía infeliz, mi pobre memoria viva.
El color se escapó de mis ropas,
En declaraciones posteriores (Gabriela Mistral, re- el blanco, el azul, se huyeron
belde magnífica, de Matilde Ladrón de Guevara, 1962), y me encontré en la mañana
ella aseguraba que su niño no se suicidó, que tenía el vuelta un pino de pavesas.
testimonio de dos muchachos de la banda que le dije-
ron que le habían asesinado. “Esa confesión me alivió, Antes de marcharse para siempre no dejó de mo-
por cuanto pensé sobre su muerte que el destino trágico verse, tan cansada pero siempre entera, por Estados
de mi vida era ése, y que el niño no había sido infeliz Unidos, hasta parar en Rosslyn Harbor. Murió el 10 de
482 conmigo. Yo no lo había empujado o me había hecho enero de 1857 en el hospital de Hamstead, un día en
partícipe de lo que creí cierto: el suicidio. ¡Me lo mata- que la nieve caía espesa en Nueva York y se cumplían
ron, pero fue feliz conmigo! Él no deseó ni buscó la sus versos de La extranjera:
muerte, a pesar de que esto otro no es menos tremen-
do!”. Aseguraba que durante años vivió en un estado de Habla con dejo de sus mares bárbaros
excitación y casi de locura, perdida en la soledad. ¡Y en con no sé qué algas y no sé qué arenas;
ese estado se hallaba esa mujer cuando recibió en 1945 reza oración a dios sin bulto y peso,
el Premio Nobel de Literatura! envejecida como si muriera.
Con el respeto y la delicadeza que requiere la in-
terpretación del dolor humano de esta madre, no cuesta Alienta del resuello del desierto
trabajo comprender la dificultad para ser niño que de- y ha amado con pasión de que blanquea,
bió de padecer ese infeliz muchacho, encerrado en la que nunca cuenta y que si nos contase
—absorbente, aplastante, exigente— calidez humana sería como el mapa de otra estrella.
de Gabriela. ¡Qué tremenda y sincera confesión!: menos Vivirá entre nosotros ochenta años,
mal que no se suicidó, menos mal que me lo mataron, por- pero siempre será como si llega,
que eso significa que yo no fui culpable. hablando lengua que jadea y gime
Aún vivirá Gabriela 22 años. Viajará incansable- y que le entienden sólo bestezuelas.
mente, como huyendo, exiliada de sí misma, “consule-
sa” por todo el mundo, acogedora de gentes perdidas y Y va a morirse en medio de nosotros,
defensora de parias, amorosa de niños —todo es escue- en una noche en la que más padezca,
la—, y el corazón sin fuerza. En 1954, pocos años antes con sólo su destino por almohada,
de morir, la dejan volver a Chile, y será su última vez. de una muerte callada y extranjera.
Los poderes la honraron y las gentes sencillas adoraron
a su diosa querenciosa, sencilla y recia, con su aire rural Fue enterrada con el hábito de San Francisco, se-
de maestra eterna, de largas manos lentas acompañan- gún dispuso, y trasladaron sus restos a Chile, a Monte-
do versos, que tuvo risa de niña india, y ojos verdes que grande, en su querido valle de Elqui, donde tuvo la
miraban con ternura y ya tristeza. Era la que fue de la mejor infancia (Figuras 13a y 13b). Pidió que enterra-
Desolación a la Ternura, en dos bellísimos poemarios ran a su Yin con ella. Tardarían más de veinte años en
escritos sucesivamente en 1922 y 1924, siendo aquél el cumplir este deseo.
primero que escribió, y el segundo, dedicado por ente- Dejó escritas Oraciones a Yin y por Yin, que com-
ro a los niños. Lagar se llamó su última obra, de 1954, parte con su queridísima amiga Palma Guillén, que lo
Figura 13a. Muerte de Gabriela Mistral. Figura 13b. Tumba de Gabriela Mistral.
era también del niño. De esas hermosas plegarias recojo sin tristeza alguna.
ramilletes. Allí, en el alma de nuestra alma, estamos, Yin,
sin tiempo, íntegros, limpios de toda miseria,
Sentada al fondo de este pozo de ceniza, abrazados y felices.
óyeme a través de la noche y recibe mi pena,
En este nuevo día, mi amor fiel e íntegro va hacia
alta como humareda.
ti, Juan Miguel, Yin.
Te busco y te rastreo por las cosas que aún están 483
Siente que mi pobre amor llega hasta ti y se que-
tibias de ti,
da un tiempo contigo.
que aún dan tu suave vaho;
Yo no quiero turbarte si ya tienes paz y dicha, vi-
he dejado sobre tu mesa los libros abiertos,
da mía.
y abiertas se han quedado las cortinas,
Pero si tú no la tienes todavía enteramente, sabe
todo expectante como tus ropas, que casi logran
tú, niñito mío,
cuajar tu bulto arrancado.
que mi ternura vela por ti y sabe que me quedo al
Murmúrame en el sueño, neto y rotundo, tu nom-
lado tuyo
bre y mi nombre.
buscando darte algo de esa paz y de esa alegría.
Lo escuche así yo, durmiendo, y despierte recién
Recíbeme, vida mía, siénteme y reconóceme.
nacida de perdón.
Yo quiero comenzar y terminar mi día contigo,
* con tu corazón en mi mente, y tu nombre en mi
boca.
En donde ahora estés, amor mío, sé feliz, sé feliz.
La felicidad tuya nacerá de tu alma. *
El Cristo que está en ti te dará la alegría.
A cada atardecer vamos hacia ti, amor nuestro,
* y tú vienes a nosotras
con el favor divino, volvemos a estar juntos.
Mi pensamiento va a encontrarte, niñito mío;
Míranos, criatura nuestra, con tus vistas inefables,
él hace camino por encontrarte y quedar contigo.
recibe lo mejor de nuestra vida
Es mi amor el que va en busca tuya; es la fideli-
y acepta a las dos almas que siguen siendo tuyas.
dad de mi amor, chiquito mío.
Pídenos, Juan Miguel, en tu silencio maravilloso,
Mi espíritu desea quedar contigo mientras mi
lo que podamos darte ahora.
cuerpo duerme.
Aquí estamos diciéndote nuestro amor
Por abrazarte, por acariciarte, por sentirte y ha-
desgraciado y fiel, amor de siempre.
certe una larga compañía.
Te agradecemos, hijito, las alegrías que nos diste
Tú estás, Yin, en nuestra memoria despierta, muchas veces.
y estás también en nuestro corazón dolorido. Perdónanos tú el que no supimos darte,
Pero es en nuestro espíritu donde estas tú con la dicha que andaba buscando tu corazón arre-
nosotras, batado.
PANEL III. ARRIBA, GABRIELA MISTRAL CON SU PEQUEÑO YIN EN EL SUR DE FRANCIA. ABAJO, CUATRO TIEMPOS DE YIN.
485
Figura 14. Roberto Rossellini con su hijo Renzo durante un rodaje. La madurez imposible
mundo de lucha por la vida donde la generosidad de los intentos de esa mujer para dar un cambio radical a
un momento se trueca en crueldad y egoísmo de su- su vida, de manera que la muerte del hijo no hubiera
pervivencia en el siguiente. Edmund no se queja nun- sido en vano, y así busca la forma de redimirse a través
ca. Pero al final, en el mismo instante último, sabemos de vías que se le cierran: la entrega a la causa social, la
que el niño ya no puede aguantar más. Y está solo. religión, el repliegue místico. Nada de ello da fruto, y
Tanta destrucción, tanto dolor, tanta pobreza, tanta termina encerrada en un manicomio, convertida en una
miseria moral…, y todo es natural y comprensible que loca santa, en una santona. Es una variedad de lo que
sea así, cruel y normal. Él mismo, Edmund, ha envene- hemos denominado duelo imposible.
nado por piedad a su padre moribundo, pero también Cuando Irene encuentra en la entrega total a los
influido por el adoctrinamiento de eutanasia racial de demás el camino de redimir su culpa por la muerte del
un maestrillo nazi muy “aficionado” a los niños. En la hijo, Rossellini pone en boca de ella el intento desespe-
última escena, mirando desde lo alto del edificio bom- rado de explicar su posición a la sociedad, con la con-
bardeado, por cuyos escombros se ha encaramado, di- vicción y el desaliento de que no va a ser entendida ni
visa enfrente la casa, tan arruinada interior como exte- aprobada. Y en esa proclama a corazón abierto Rosselli-
riormente, donde él ha vivido con su familia hasta ni expresa amargamente y con crudeza toda una con-
ahora. Visión y conciencia insufribles. Y se arroja al cepción sobre la imposibilidad de redención del hom-
vacío. Ahí se acaba todo. Ahí se acaba el filme, sin gri- bre por el hombre, la inviabilidad del mandato evangé-
tos, sin plañidos. Un muerto más, qué importaba la lico de “déjalo todo y sígueme” o de “si encuentras un
edad. pobre desnudo en el camino dale tu ropa”, o de “si te
abofetean en una mejilla pon la otra”; es decir, la com-
plejidad de la total entrega al prójimo hermano en
Una visión espiritual: culpa y redención nuestra sociedad. Subyace en ese planteamiento la re-
flexión sobre la concepción del Bien y del Mal en nues-
En Europa 51 repite el tema del suicidio de un niño tro mundo. Por eso, Rossellini, aunque agnóstico (nun-
(Panel V). Pero aquí Rossellini da un giro copernicano. ca se consideró ateo), admirado y atraído por el francis-
Aquí el suicidio de un niño no es un accidente más, no canismo, rodó a continuación la historia de Francisco
es una víctima más dentro de una colectividad urbana de Asís, el juglar de Dios.
en escenario de guerra. Ahora se trata, por el contrario, A continuación entresaco algunas de las declara-
de una familia de la alta burguesía en el tiempo inme- ciones de Irene ante los representantes de la sociedad
diato de la posguerra —con periodista comunista in- que le cuestionan, como Jesús se encontró enjuiciado e 487
cluido en sus cenas de sociedad—, que juega de forma interpelado por las fuerzas vivas en su tiempo.
banal a la cultura y frivoliza la política, evitando encarar Ante el sacerdote desorientado del hospital psi-
la realidad de la miseria presente en la otra margen de quiátrico donde está internada para observación, ella
Roma. El niño ahora es Michel, probablemente con los trata de explicarle:
mismos años que Edmund, pero, por el contrario, más
infantil para su edad, con menor carga dramática en sí Llega un momento en que el amor por las perso-
mismo, aunque es también otro niño aislado. No le lle- nas próximas no basta. Yo comprendí que era dema-
van al colegio porque, según la madre, “es muy sensi- siado egoísta y mezquina. Por esa razón me he visto
ble” y no lo soportaría, y por ello tiene un superfluo empujada a dedicarme a todos los demás, a los humil-
profesor particular en casa. Michel aparece como un des y desventurados. [...] Soy una mujer ignorante y
chico aburrido, mohíno, ojeroso, irritable, caprichoso, confusa, pero todos los males del mundo radican en la
materialmente mimado, poco simpático al espectador. necesidad que sentimos de someter al hombre, ¿quién
Y también muy solo, igual que Edmund, porque la ma- nos da el derecho a cambiarles? Dios los creó así, ¿por
dre, Irene Gérard, mujer encantadora y atolondrada, qué no los amamos así, tal como son? Yo no amaba a
acelerada y dispersa, volcada en sus obligaciones socia- mi prójimo sino a mí misma. [...] Estoy convencida de
les, no tiene nunca un tiempo de verdad para el hijo que el único modo de no ser egoísta es amar a los de-
único (“claro que quiero escucharte, Michel, pero date más, a todos los demás, incluso a los pecadores, sí, a
prisa”). ¿Era ésta aquella misma madre tierna y sobre- todos ellos, tal como son. Y sólo entonces una gran luz
protectora que acurrucaba a su hijito junto a ella duran- desciende sobre mí. Siento que una gran felicidad me
te la guerra y lo dormía contra las bombas? Madre per- embarga y se apodera de mí sin que yo la invoque. Ha
dida ya para el niño, que pocos meses antes sufrió la de creerme, eso es amor, no egoísmo.
despedida de su “nani” de siempre porque el padre Pienso que debo darles a todos el amor que no
pensaba que ya era un hombre y no necesitaba de tanto supe darle a mi hijo. Creo que debo confundirme con
cuidado mujeril. todos ellos, incluso con los pecadores. Es preciso amar
Y Michel también se suicida arrojándose, pero esta a todos los seres humanos sin juzgarles. Ése es el desti-
vez por sus escaleras alfombradas, y lo hace al comien- no al que me siento llamada.
zo de la historia, al contrario que su homólogo. Porque
en realidad, esta historia, a diferencia de la otra, quiere Y el cura quedaba aturdido, porque esta mujer
narrar el devenir de la gestión del duelo de una madre transmitía de manera escandalosa un mensaje sospe-
asolada por la culpa. Toda la trama es el seguimiento de chosamente evangélico sin estar censada como santa.
488
Edmund, de 13 años, recorre las calles de Berlín, donde acaban de entrar los aliados, en el tiempo inmediatamente después a la caída
del III Reich. Hambre terrible, miseria, crueldad, miedo, en un mundo de escombros de materias y almas. Secuelas inmediatas del
nazismo, deserción, persecución, promiscuidad, prostitución, pederastia, eliminación de los débiles, enfermos e inválidos...
Rossellini nos lleva a que miremos el horror a través de los ojos de este chico adultomorfo, de engañosa madurez, tremendamente solo,
sin madre, cuya aparente fría serenidad no es sino falsedad de infancia desolada, con semillas de nazismo. Tras su terrible acción –la
muerte de su padre–, Edmund vagabundea sin rumbo, hasta que termina encaramándose por las ruinas de un edificio situado justa-
mente enfrente de su casa. Desde allí observa el traslado de los restos del padre. De pronto se le agolpa todo el daño y la culpa que
parecía ignorar, tapa su rostro con las manos y se arroja al vacío. No hay gritos. Sólo una vecina se acerca, lo reconoce y musita su
nombre.
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1. Irene se ausenta de la cena familiar y social que ofrece en su casa para acudir al reclamo del hijo y le reprocha su actitud caprichosa.
2. En el hospital, el niño se recupera de su intento de suicidio (al haberse arrojado por las escaleras de la casa, y la madre, culpabiliza-
da, evoca amorosos tiempos pasados, aun en la guerra, y le promete estar siempre cerca de él. El niño empeora súbitamente y muere.
3. Profunda aflicción de la madre. El marido trata de animarla.
4, 5 y 6. Irene reacciona y decide reconducir su vida. Descubre el mundo de la miseria, y se entrega a los pobres, niños y marginados.
6. Asiste y acompaña a una prostituta moribunda.
7. Reemplaza a una obrera en la fábrica donde ésta trabaja.
8. La familia, desconcertada y temerosa, decide ingresarla en un Hospital psiquiátrico para observación y examen médico. Ella trata de
explicar su nuevo comportamiento al aturdido capellán del centro.
9. Una internada sufre un ataque y trata de suicidarse. Irene la calma con extrema serenidad y dulzura ante la sorpresa del personal.
Nótese que su acercamiento físico a la enferma es exactamente el mismo que el que tuvo con su hijo cuando éste se hallaba ingresado
en el hospital antes de morir.
10. Un tribunal de peritos (médico, juez y abogado) examina a Irene, y ésta hace su alegación.
11. Irene es definitivamente internada. En su celda, soledad y tristeza.
12. La familia parte y la abandona.
13 y 15. Los pobres (mayores y niños) la acompañan y la miran como a una santa. El cura, turbado, se encuentra entre ellos.
14 y 16. Irene queda allá arriba, aislada en su jaula. Un beso es su suspiro hacia los pobres de abajo.
Después, es el médico del establecimiento psiquiá- Doctor: Verá, señora, estamos aquí para velar por sus
trico el que trata sinuosamente de hallar huellas de lo- intereses. Estamos aquí con la intención y el
cura mesiánica en la “milagrosa” actuación de Irene con deber de protegerla. Usted puede hablar libre-
la enferma agitada, a la que ha conseguido calmar con mente, no tenga ningún temor. ¿Estuvo usted
su amoroso consuelo, en una escena de cariño y dulzu- algún tiempo trabajando en una fábrica?
ra que evoca mucho la que ella tuvo con su hijo Michel Irene: Sí.
antes de que éste muriera por la complicación de la Doctor: ¿Es usted comunista?
embolia debida a la caída. El doctor le comenta en rela- Irene No.
ción a dicha enferma que “es difícil prever las reaccio- Doctor: ¿Quiere ingresar en la vida monástica?
nes de una mujer obsesionada por una idea”, lo cual es Irene: No.
una encubierta alusión a Irene misma. Así indaga en Doctor: Entonces, ¿cuáles son sus intenciones?
ésta qué le llevó a esa actuación tan eficaz con la loca: Irene: [Llora] ¡Basta!
Doctor: No, señora, no llore. Es importante que lo di-
Es usted una mujer muy valiente. Dígame cómo ga todo. Sea precisa. Dígame, ¿cuáles son sus
ha sido capaz de hacerlo. ¿Ha sentido usted en su inte- ideales?
rior esa fuerza, ese impulso misterioso que le empuja Irene: [Llorando] Son los ideales de aquellos que
hacia el ser doliente con la voluntad precisa, amorosa, día a día tienen necesidad de mí.
dominante, de aplacarlo, de liberarlo, de salvarlo. Sin- Doctor: Para que yo pueda entenderla, ¿quiere decir-
tió esa fuerza benéfica, una fuerza que sólo poseen los me qué sentimientos la motivan? Si usted
grandes espíritus?... ¿Es amor, amor verdadero? volviera a casa con su marido...
Irene: [Muy segura y enérgica] No serviría de na-
Irene sufre la pregunta sin respuesta. Se debate: da. Si volviera a mi casa sería contraprodu-
“No lo sé, no lo sé”. Pero de pronto percibe la aviesa cente para todos. Sería fácil volver, hace falta
intención del médico y se revuelve: tan poco. Volvería a ser la que era anterior-
mente. Y yo deseo compartir la alegría de
No soy valiente en absoluto. Si yo me creyera en quien es feliz, el dolor de todos aquellos que
posesión de esa fuerza entonces estaría loca... No es están sufriendo, la angustia de quien se deses-
amor verdadero, es odio. El amor que siento hacia los pera. Preferiría condenarme con los demás
demás es por el odio que siento hacia mí misma, hacia que salvarme yo sola. Sólo quien está comple-
490 todo lo que he sido y lo que soy. Sólo es eso, sólo es eso. tamente libre puede confundirse con todos.
Sólo quien no está ligado a nada está ligado a
Antes de que Irene se someta en el hospital al inte- todos los seres humanos. Eso es lo que yo sien-
rrogatorio de la trinca de expertos (juez, abogado, psi- to. Ya se lo he dicho todo. No tengo más que
quiatra), éstos mantienen un breve intercambio de opi- añadir. Yo he hablado libremente. Y usted li-
niones entre sí: bremente haga lo que tenga que hacer, por su
propio bien.
Juez: Cuando se trata de ideas religiosas o socia-
les es difícil emitir un dictamen absoluto, Ella da por terminada su comparecencia y se mar-
sobre todo hoy día cuando nada es verdad, cha; pasa delante de su familia —que se halla en la an-
cuando todo es propaganda, todo es apa- tesala— y no se dirige a ella, pero sí se reúne un mo-
riencia. Pero en nuestro caso nos encontra- mento con la gente pobre que la espera y le mostró su
mos ante una exaltada o una misionera. cariño en la entrada. Se despide y sube a su habitación.
Abogado [de la familia]: Si la Sra. Gérard hubiera La madre y el marido entran un momento. La madre la
adquirido ese fervor fanático por una religión abraza y le dice: “Irene, todo es por tu bien, créeme. Se
o un credo político sería otra cosa, pero así... me parte el corazón”. El marido, esquivo, rehúsa cual-
Doctor: Si tuviéramos que admitir que la Sra. Gé- quier gesto de afecto que lo ablande y se marcha apesa-
rard tiene razón, querido juez, usted debe- dumbrado con la suegra. Ella, por la ventana enrejada,
ría tirar su toga y yo mi bata y seguirla co- los ve alejarse por el jardín de entrada al edificio, donde
mo a Jesucristo. los humildes y los niños se agolpan bajo la ventana, la
Juez [Ironizando] Sí, pero quizá no tuviéramos miran y se arrodillan: “Es una santa”. Un suspiro es el
valor suficiente. beso que ella levemente les dibuja en sus labios.
Doctor: Yo sólo debo analizar el comportamiento de
esa mujer. Y ciertamente, desde mi punto
de vista, está fuera de la normalidad.
Abogado: Me parece justo, teniendo en cuenta que “El Señor cambió mi vida”
debemos defender la sociedad tal y como es,
con sus leyes, sus pautas y sus actitudes. Con este título, un semanario religioso español
encabezó la publicación de una entrevista que realizó al
Irene está ya juzgada. Entra al despacho de los in- doctor Alfonso del Corral Salas, jefe de los Servicios
quisidores y se somete al interrogatorio. Médicos del Real Madrid y especialista en Traumatolo-
La muerte de mi hijo fue para mí un golpe tre- Prefiero la vida discreta, pero los creyentes tene-
mendo. Era como caer en un precipicio, del que se sale mos que dar testimonio. Para la transmisión de esa fe,
o más reforzado o destruido. Fue un momento clave en las grandes disertaciones no son suficientes. Hay dos
el que no me servía para nada lo que había leído y es- grandes armas: el testimonio, que es mostrar, reflejar,
tudiado, las frases hechas, los tópicos... el rostro de Cristo, pues, si lo mostráramos, cautivaría-
Se vive habitualmente en un estado de distracción mos mucho más; y la oración, porque si quieres que
—trabajo, ordenador, tele, miles de canales, los ni- esto llegue al corazón de alguien, reza mucho por él, y
ños...—, una distracción más o menos divertida. Pero luego podrás comentarle algo. Y en primer lugar hay
toda esa realidad no te sirve de nada, ni el trabajo, ni que transmitir valores a los hijos, que son un regalo
las metas..., sólo sirven las ideas, tus convicciones, tu inmenso de Dios, y mostrarles el misterio sobrecogedor
fe... de la vida, y hacer el milagro de la casa, que es conse-
Se desencadenó en mí una búsqueda tremenda de guir que sea un “hogar”, es decir, el lugar en el que de-
respuestas. Leí sobre todas las religiones. Ante un he- sean estar.
cho así sólo cabían dos respuestas: la desesperación o Cuando charlas de todo esto ante la gente te mi-
la fe. ran distinto, porque no experimentan lo que experi-
Y me encontré de frente con Dios. mentas tú y en el fondo estarían deseando sentir lo
Fue un encuentro muy fuerte, que me hizo acep- mismo. Porque en el fondo necesitamos respuestas, so-
tarlo. En ese momento yo estaba muerto y Él me devol- bre todo si esas respuestas de verdad se transforman en
vió la vida. Me cambió radicalmente, me llevó a la una fuerza, en una alegría con la que vivir día a día,
gracia. Al final, lo único que realmente te sirve es el en una confianza que tienes puesta en otro, en Él, no
encuentro personal con Dios. Todo lo demás podrá ve- en ti. Yo soy un hombre, fundamentalmente, lleno de
nir bien, podrá ayudar, pero al final o tienes una expe- esperanza. Puede haber momentos en los que, por la
riencia con el Señor en tu historia o no la tienes. Si la noche, estoy agotado, pero a la mañana siguiente me
tienes, eso es lo que te permite ir caminando en la vida, levanto lleno de esperanza, y eso es una gracia del Es-
aun con todas las dificultades y con todas las contra- píritu Santo39.
dicciones, porque el Señor está en el centro de tu exis-
tencia. El Él voy y Él me lleva, en la absoluta confian- Camino es una de las palabras significativas insis-
za en Él. No me preocupa absolutamente nada de lo tentes en estas declaraciones. También caminar es —di-
que me pueda pasar, porque Él está conmigo. Te das ce— su mayor afición. Este hombre, que confiesa, en
492 cuenta de que todo lo demás no importa absolutamente cuestionario a lo Proust, que prefiere el amanecer y el
nada. Él da la única paz que permite que se pueda se- azul, que desea que los suyos se quieran y le quieran,
guir caminando con una tranquilidad absoluta y seguir que hace del trabajo su lema triple —aunque el trabajo
siendo el apoyo de la familia. Necesitamos tener esa no sea lo importante—, que confiesa que su riesgo es la
seguridad de que el Señor nos ama profundamente, y vanidad o la soberbia, que parece conocer la caída en
confiar en Él. Ahora, eso sí: solos, es imposible. Nues- las contradicciones; este hombre, a quien lo que más le
tra fuerza está en Él. Y no hay más. conmueve es esa gente que entrega su vida a los demás
Se cree que nosotros [los cristianos] somos dis- en la humildad y el silencio, y que asegura que en el
tintos. Pero somos seres humanos normales, con todas matrimonio no son dos los que se casan, sino tres, por-
nuestras pasiones, nuestras contradicciones, nuestros que Dios está en medio; este hombre, que pasea su tes-
apegos de aquí, pero con fe en Jesucristo y en la Iglesia, timonio espiritual como ilustración de un posible cami-
y nos acogemos a lo que tenemos, a nuestra confianza, no ante el dolor, es el personaje que he elegido como
que es que en nuestro camino tenemos un entorno, una contrapunto a la Irene de Rossellini.
comunidad con la que caminamos por esa senda. No sé No veo a Alfonso del Corral como un iluminado ni
si esto es muy complicado, pero para mí es así de claro, como un místico, sino como un aprovechado de Dios,
de sencillo. en el sentido más convencido y literal del término. En
Los que pertenecemos y nos sentimos parte de la sus confesiones lo vemos alejarse del duelo desesperado
Iglesia tenemos la gran suerte de contar con los sacra- 39 En cuanto a Paloma, la madre de Alvarito, recojo literalmente
mentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, y con las únicas manifestaciones que conozco de ella acerca de su vivencia
esa forma sencilla que es la oración, la conversación tras la muerte del niño. Tienen exactamente el mismo contenido de lo
con Él. Pero no vivo todo esto como una obligación, sentido y expresado por muchas madres en duelo, como veremos en el
como algo con lo que hay que cumplir. Se trata de ir al capítulo de la Consolatoria. Dice: “Estoy segura de que a mi hijo Álvaro,
que era el niño más feliz del mundo, se lo ha llevado Dios por algo, y
encuentro del Amigo. Éste es un chollo que tenemos: el
estoy totalmente convencida de que va a seguir siendo muy feliz en otra
de poder recibirle y poder recuperar las fuerzas que el vida. Cuando te ocurre una desgracia tan grande como ésta, es como si
combate diario nos quita a veces. Dios te hiciera una llamada a la humildad. Sería injusta con Dios si no
Transmitir la fe es lo único que importa, en vez de supiese apreciar todo lo que me ha dado en esta vida. Ahora más que
normas y obligaciones. Yo dejo que mis hijos sigan su nunca creo y tengo fe en Dios. Sé que mi hijo me ayudará desde el cielo
a comprender mejor la vida y seguir siendo positivamente vital”. La
camino, pero siempre les digo que Dios es la clave de llamada a la humildad es, sin embargo, una peculiaridad de esta madre,
mi existencia, y quiero que ésa sea también la clave de que pone así de relieve cómo dicha humildad puede ser una de las
su existencia. opciones que el ser humano elija ante la desgracia.
por el hijo para entrar en otra senda, la de una fe total muerte de un hijo, porque, según mi impresión, se tie-
(más allá, quizá, de las obras) que le permite trocar en ne más o menos claramente la vivencia de que se hace
ánimos, alegría y esperanzas sus dudas, sus contradic- por el hijo muerto.
ciones, sus debilidades, depositando la confianza de la
propia vida en Dios. En realidad, el suyo no se diferen-
cia ni un ápice de los muchos testimonios que he podi-
do recoger de padres de todas las clases sociales, inclui- Últimas notas
das las de más precaria cultura, que han perdido un
hijo. Es la fe de la necesidad, la única, probablemente, A lo largo de esta Casuística hemos ido viendo di-
que puede obviar de manera definitiva la angustia de ferentes casos en los que la muerte de un hijo ha puesto
vivir. Alfonso sigue con su vida de siempre, su mismo en grave peligro el equilibrio mental de sus padres, y
trabajo, mujer, hijos. Exteriormente, da la impresión de cómo éstos han hallado una salida a un golpe tan duro,
que ha cambiado sólo su discurso obedeciendo, con con resultado o no de enfermedad.
toda probabilidad, a esa posición interna, radical, que Por referirme primero a lo últimamente expuesto,
denomina fe. diré que no he encontrado en la clínica (pero sí fuera
Con Irene sucede todo lo contrario. A ella le con- de ella) “conversiones espirituales” como la que des-
sume la culpa de la desatención de su hijo, pero en cribe Rossellini en Irene, con la habilidad de ponernos
realidad se trata de la culpa por la falsedad de su vida. ante los difuminados y dramáticos límites entre la
Por eso, ella tiene la convicción de que su salvación santidad y la locura. Sin embargo, he comprobado
pasa por dar un giro total a su existencia, por una rup- con frecuencia, en la intimidad de seres que vivieron
tura radical con su mundo anterior. Pero, seguramente la muerte de un ser muy querido, especialmente de
en un tiempo nada propicio, ella no consigue que su un hijo, o en la expectativa fundada de la propia
discurso convenza a nadie, salvo a los más pobres, y muerte, un importante cambio íntimo en la aprecia-
termina recluida, sola, abandonada a su suerte como ción de los valores de la existencia. Por lo general, es-
loca. Antiguamente esos locos y locas de Dios (algunos tos cambios quedan en el interior de la persona y sólo
fueron ingresados durante algún tiempo en manico- se perciben con sutileza en el exterior. Y, a veces, tam-
mios, como San Juan de Dios) hacían su revolución (y bién he visto el horror o el rechazo con los que el su-
quizá su reivindicación) personal por la vía espiritual jeto en duelo experimenta la aproximación de estas
fundando órdenes (como quienes fundan una familia) cuestiones que le involucran y le exigen una remode-
para dedicarse a los más desgraciados, que es la forma lación, siquiera sea moderada, de su mundo. Creo que 493
más clara de hacer el bien. Pero Irene es demasiado dé- todo aquel que se acerque a un doliente debe estar
bil para eso, a causa seguramente del peso de la culpa, advertido de este potencial de cambio, y tanto de sus
que la obliga a sufrir sin eficacia. posibilidades benéficas o madurativas como de sus
Cuando el duelo por la muerte de un ser muy explosivos efectos.
amado implica una revulsión espiritual, abocando a En los más duros duelos se encuentra siempre la
una crisis religiosa, ésta puede revelarse —dicho sea lucha entre el desaliento de vivir, la culpa de sobrevivir,
simplificando— en dos formas extremas de cambio de la necesidad de seguir viviendo y el deseo —íntimo,
la persona. inconfesado, casi biológico— de vivir. Esta lucha se re-
Una es la dramática, que supone una total trans- vela con mayor claridad cuanto mayor es la desgracia
formación del individuo, que desborda su intimidad interna que ha de asumirse, y, en consecuencia, el duelo
para hacerse claramente visible, porque implica una se expresa más pronunciado, lo que no significa supe-
necesidad de absoluto, donde no se contempla el cami- rior riesgo mental o físico.
no de la paz, sino el de la expiación mediante la entrega En el plano psíquico o existencial, hemos visto en
radical, en la que, como muy bien acierta a decir Rosse- no pocos de ellos el recurso a la creatividad, sea como
llini por boca de Irene, el amor a los demás se funda en producción o como dedicación; es decir, a la aparición,
dos pilares: en el odio o rechazo de sí mismo en cuanto antes o después, de una creación, ocupación, idea nue-
reconocido asiento de egoísmo y soberbia, y en ayudar va, sin que ello requiera ser un genio o un profesional
al otro sin mirar quién es ni cómo es. del arte, de las letras o de las ciencias.
La otra forma de cambio por crisis espiritual suce- En casi todos he constatado, más o menos explíci-
de de manera mucho más silenciosa, más integrada en tamente, un planteamiento espiritual, que apunta casi
el medio habitual, más interior, sin llamativos cambios siempre al sentido de la vida, el cual, se sea creyente,
externos, traduciéndose sutilmente quizás en una ma- agnóstico o ateo, remite a la idea (al nombre) de Dios,
yor paz interior, una mayor humanidad y sensibilidad su existencia (y al cómo es si existe) o su inexistencia.
por el dolor ajeno, sin que ello trascienda en general Casi siempre también late en el duelo la vibración
más allá del círculo cercano. del más allá, en el sentido del reencuentro con el ser
Con toda clase de situaciones intermedias entre perdido en otro mundo u otra vida.
estas dos opciones extremas, tales nuevas formas de Muy a menudo me he encontrado con el ardid de
entender la vida se refuerzan a sí mismas porque suelen la extrema idealización del muerto, reviviéndolo como
redundar en sensación de estar haciendo bien o el bien, se pone una estatua de santo en un altar o sobre una
y, en el caso de que su origen se halle en el duelo por la peana. También he tenido la ocasión de comprobar lo
contrario, al seguir el largo trayecto de pérdidas en al- olvidado algo la memoria bulle y la tensión consiguien-
gunos semejantes y en mí mismo. Aquellos seres perdi- te busca lo olvidado. El olvido del duelo por un ser
dos que, en la boscosa y borrascosa proximidad de la querido nunca podrá ser olvido del olvido.
vida, no supimos o no pudimos comprender, y con los Otras veces no hay ni siquiera el simple olvido, si-
que quizá fuimos injustos, van tomando en nosotros, no que se da el bálsamo de lo que he denominado “per-
en el tiempo en el que vamos transitando hacia el final, vivencia”, es decir, el mantenimiento de la “imago” del
una dimensión distinta, más benévola, más serena, qui- hijo en el interior psíquico, vivido sea como tal interior
zá (o no) más real, pero sí menos odiosa. Son importan- o como imagen invisible, pero sentida en la proximi-
tes en nuestra vida tales duelos por dichas personas, no dad. Esas pervivencias internas tienen su lugar especial
por ser muy queridas sino porque, estando en nuestra en el “jardín melancólico”, denominación que tomé
cercanía, hubiéramos deseado amarlas, o amarlas más. prestada de la composición de igual título (Op. 52, c.
Esto me lleva a plantear de nuevo quién tiene autoridad 1910, con su último movimiento —Soledad—, denso y
para cerrarle puertas al duelo. Podríamos decir que hay doliente) del músico romántico finlandés Erkki Melar-
un duelo en actividad, como un volcán, pero, al igual tin (1875-1937)40.
que en éste, hay un interior profundo en el que se pro- No quiero terminar este capítulo sin advertir a
ducen transformaciones que, no por ser invisibles, se cuantos se acerquen a la vivencia del duelo, ya en sí
deben disociar del proceso global del vulcanismo. mismo o en los otros, ya como ser humano corriente o
También hallé un recurso de elaboración (más o como profesional, de la fuerte tentación que existe,
menos transitorio o parcial) del duelo mediante un des- muy a menudo inconsciente, de querer cuanto antes
apego de otros afectos. Y, por el contrario, un ver en clausurar el duelo, como si un miedo muy profundo
otros al hijo muerto y darse a ellos, como si lo hicieran acechara, a la manera del vértigo a la altura, que es en
con el hijo perdido. realidad miedo a la profundidad. En este vértigo sólo se
El olvido se impone con frecuencia, o el palideci- comprende el miedo a caer o a ser arrojado; pero más
miento de los recuerdos. Pero el olvido no es la desme- profundamente late el pánico impreciso e intuido de la
moria, no es el no-recuerdo, sino sólo la no presencia atracción del vacío, el impulso propio a arrojarse a él o
en mi mente de algo en este momento. El olvido abso- dejarse llevar por él. Es la atracción inconcebible de la
luto es el “olvido del olvido”, ése que en las demencias muerte, para explicar la cual Freud inventó un instinto
se hace muerte en vida y que se produce cuando olvido (el de Tanatos) en el tiempo en el que le laceraban los
que he olvidado algo, pues si soy consciente de que he duelos más terribles de su vida.
494
cir, como candidato inevitable a sufrirlo en cualquier que necesitan una vez que aterrizan en la realidad de la
momento o ya como víctima de él, sentiremos algo co- pérdida. Para Margarit fue escribir dos libros; para Ga-
mo ese vértigo que produce contemplar lo que se otea rrido, hacer una visita a su infancia. En ambos casos —y
desde una cumbre o lo que se siente debajo de una alta quizás en todos— se trataba de una ardiente reflexión y
cascada. Esa mezcla de emoción, revelación, y esa ex- de una revisión de la vida, y, al menos en uno de ellos,
traña sensación de atracción —quizá belleza, sí— y zo- del nacimiento de la pervivencia de la hija perdida.
zobra que produce el misterio. Pero muy interiormente, Viene, además, todo esto a cuento de que en los
muy en el fondo (Panel I. Del desconsuelo). textos sobre duelos que he leído, hay muy poco o nada
Cada duelo me enseña alguna cosa. Los de Marga- como técnica, programa o protocolo específicamente
rit y Garrido, varias. indicados para el duelo por hijos. Se dan algunas nor-
496
Una es, como documenté en los anteriores capítu- mas y consejos que el propio sentido común dicta. Y,
los, que los padres varones pueden sentir el duelo por los por lo demás, los denominados tratamientos o terapias
hijos con la intensidad y sensibilidad que se ha venido de duelo parecen aplicarse a cualquier hechura de due-
atribuyendo hasta ahora preferentemente a las madres. lo y tipo de pérdida. En principio, falta seguramente,
En segundo lugar, que, como también subrayé, en por una parte, un conocimiento más profundo de las
un hijo, cualquiera que sea la edad que tenga, hay siem- clases y aspectos diferenciales de duelos y, por otra, la
pre un niño para unos padres; y no sólo eso: la muerte especificación y validación de las técnicas empleadas.
de ese hijo/niño hace regresar al padre/madre a su in- Hasta ahora las que tengo recogidas como imponiéndo-
fancia, como cuenta Garrido, cuando refiere su impulso se en el mercado me parecen difusas y me producen,
a retornar a los escenarios de su niñez, al morir su hija. sobre todo, una incómoda impresión de montaje,
Otra cuestión plantea que la escritura, como so- próximo en ocasiones a rituales mágicos, otras a situa-
porte de la vivencia, es un método privilegiado para la ciones grotescas (como las que se llamarían o podrían
expresión y, en muchos casos, para la elaboración del llamarse “gritoterapias”, que es lo que su nombre indi-
duelo. ¿Hay, para ello, que ser escritor o dotado con la ca, o “clastoterapias”, consistentes en romper cosas); y
pluma? La experiencia me dice que no. ¡Cuántas ma- muchas de ellas con un fuerte componente de sugestión
dres escriben poemas —y precisamente poemas— a sus y de intervencionismo por parte del llamado “terapeuta
hijos —y de sus hijos— muertos sin que nunca antes de duelo”. Prevengo, pues, desde ya, contra esta confu-
hubieran trazado un verso ni tenido pensamiento de sión o batiburrillo, en donde se puede dar cualquier
hacerlo! Ello nos debería llevar a la poesía como un cosa como tratamiento y aplicarlo a personas frágiles en
medio de manifestar, desarrollar y madurar el duelo, en
situación vital vulnerable, y, en este sentido, la de ma-
primer lugar porque se revela como la expresión espon-
yor riesgo sería la del duelo por un hijo.
tánea e idónea del alma cuando duele, tanto sea la poe-
Por otra parte, hay la idea generalizada (que a con-
sía escrita por el doliente como la embebida de grandes
tinuación pongo en boca de la mismísima y popular
poetas; y, en segundo, porque en sí misma la inmersión
Kübler-Ross) de que “la pérdida de un hijo es una de las
en la poesía nos dignifica; es, como la música, puro
cosas más difíciles de aceptar. Se necesita mucho tiem-
aliento del espíritu, y ello aunque lo que salga de nues-
po para aceptar la muerte de un hijo”. Y esto, que segu-
tra pluma dolida no sea precisamente obra de arte.
Con este apunte adelanto que probablemente no Así se reseñaba como uno de los recursos de tratamiento en la
tengamos que inventar ayudas para los padres en duelo. ponencia que sobre “Los procesos de duelo ante pérdidas significativas”
Sino escucharles, observarles, analizando lo que cuen- se presentó en las Jornadas sobre el Amor y la Muerte, en Valencia, del 26
tan y lo que escriben de sus duelos. Así deduciremos lo al 28 de octubre de 2001.
ramente es verdad, quizá pueda inducir a no hacer nada La consolatoria básica apela a una capacidad de la
o a no esperar mucho de la evolución de ese duelo, qui- que se debería dotar a todo ser humano desde la infan-
zá por respeto —o por miedo— a ese dolor. Tal reserva cia, a través de una pedagogía que aproveche el movi-
no se da desde luego en Estados Unidos, donde estas miento natural, en un momento dado, de la mayoría de
cosas se propagan sin límites, ni en Iberoamérica, don- los niños hacia la ternura. Tal pedagogía comenzaría
de tienen —al menos hasta ahora— estructuras tradi- por reconocer, respetar y fomentar esas inclinaciones,
cionales de tramitación del duelo en el ámbito familiar, esos gestos y palabras, valorándolos, abriéndoles nue-
con rituales semi-religiosos y semi-paganos que, bien vas formas y aplicándolos a nuevos objetivos. Veremos
incardinados en ellos, contribuyen notablemente a su que su factor facilitador es el sosiego y la recreación en lo
alivio. que se hace; y la prisa y la inquietud sería su negativo.
Me ha sorprendido el vuelco del duelo por el hijo Llegado ahí, me detendré brevemente sobre los gestos
en las redes de Internet, y especialmente en los foros primarios de la ternura consolatoria, que son la sonrisa,
abiertos a esta entrada. Predominan con mucho los el abrazo, la caricia y la voz. Acompañantes privilegia-
mensajes de madres desoladas por la pérdida. Com- dos del arte de la consolación son la sonrisa y el contac-
pruebo asimismo que en el extranjero abundan las aso- to físico o caricia, pero tampoco entraré en ellos para no
ciaciones y centros de duelo, con sus respectivas pági- recargar el capítulo. No obstante, los suplo con un am-
nas web. En España hay todavía poca motivación para plio repertorio de ilustraciones, distribuido en paneles
abrirse a esas “novedades”. Abordaré más adelante la y figuras, acompañado de comentarios.
interesante dinámica de dichos foros. Por consolatoria social entenderemos aquellos tópi-
Por mi parte, pretendo proponer en este capítulo cos, normas y conveniencias que se han ido decantando
un acercamiento a los dolientes mediante la Consolato- socialmente y que en la actualidad se consideran ade-
ria. Y para ello me acojo en el pórtico, como gran vale- cuados o inadecuados, en el trato con los dolientes que
dora, a la tradición grecolatina de la Consolación, cons- han perdido a un hijo. Incluiré en ese apartado una
tituida en un género de la filosofía retórica, probable- aproximación a ese fenómeno nuevo y espontáneo de
mente poco conocido entre nosotros, que se dio en es- catarsis y de contacto de dolientes entre sí a través de
pecial en los dos primeros siglos de nuestra era, con los foros de Internet, que pueden ser la semilla de gru-
autores de la talla de Cicerón, Ovidio, Plutarco y Séne- pos de ayuda.
ca. Me detendré en alguna de sus piezas escritas porque Finalmente, la consolatoria especial agruparía un
realmente sorprenden por la exacta técnica de su es- conjunto de medidas e iniciativas más o menos formali-
tructura y por la contundencia de su método persuasi- zadas, la mayoría en su comienzo de aplicación o en 497
vo, que, como veremos, corresponde a la antigua psica- rodaje y en espera de su validación y sistematización.
gogía. El análisis referencial de esas consolaciones per- Dentro de ella, distingo la consolatoria inmediata y la
mitiría sin duda en la actualidad un jugoso debate con- consolatoria mediata.
frontándolas con los actuales abordajes del duelo. La consolatoria inmediata es la que se pone en mar-
Inicio así este capítulo definiendo la Consolatoria cha en el momento mismo en el que sucede la muerte
y, en hilo de continuidad, iré ensartando otros procesos del niño, la cual generalmente acontece aún en el hos-
o funciones de cuya colaboración requiere la consola- pital. Esto hace que las primeras medidas de consola-
ción para acceder a sus más depurados niveles. ción especial debieran estar disponibles allí. Dedico un
En primer lugar, la empatía, cuya intervención es espacio particular al tema de la donación de órganos. La
básica para una fina y acertada consolación. Seguiremos experiencia acumulada por los coordinadores hospita-
con la función de cuidar, con el cuidado, actividad en larios de trasplantes y las manifestaciones posteriores
íntima relación con las dos otras funciones (consolación de los padres dolientes revela el gran valor de consuelo
y empatía). Tal actividad de cuidar se conduce median- que la donación proporciona a éstos, mantenido y acre-
te la gestualidad, múltiple, compleja, rica, que constitu- centado incluso con el tiempo. En general, al principio,
ye un lenguaje en sí mismo y que no sólo es un acom- la consolatoria inmediata se limita a escucha y acompa-
pañante al servicio del lenguaje verbal. Esa gestualidad ñamiento, porque la situación del doliente es de aturdi-
adquiere toda su delicadeza y finura cuando se halla miento, ansiedad, sentimientos de irrealidad, quejas.
enriquecida por la ternura y la compasión. Y así tenemos Una tremenda imprecisión.
compuesta ya, en calidad de alta gama, la mejor urdim- La consolatoria mediata es la indicada, semanas o
bre del arte de la consolación: empatía, cuidados, com- meses después, y, en todo caso, cuando, despejadas las
pasión, ternura y gestualidad afectiva. Lamentablemen- neblinas y las tormentas de los principios del duelo, el
te, no me es posible extenderme aquí sobre este apasio- sufrimiento se instala y la desesperanza acecha. Ahí es
nante engarce de funciones y actividades. donde son útiles o necesarias otras medidas, como los
Continuaré después diseñando las consolatorias grupos de duelos o las llamadas “terapias”.
del duelo, aplicadas a la pérdida de un hijo. Considero En efecto, un movimiento que ha cobrado fuerza es
tres tipos de consolatoria según contexto: consolatoria el de los grupos de ayuda mutua de duelos, que veremos
básica, social y especial o especializada. Y tres, según con detalle más adelante, y que, a pesar de las críticas
expresión: la oral, la gestual y la escrita. Con la deca-
dencia de la tradición epistolar, esta última se halla casi
Véanse algunos ejemplos en ¿Qué construirías tú en el lugar de
en desuso. las Torres Gemelas? - Pedagogía de la función compasiva, 2001.
que se les puedan hacer, constituyen, sobre todo al prin- penan muerte de hijo, y es la idea de no haberlos ama-
cipio, un importante apoyo para muchos padres, como do y protegido suficientemente. Esta culpa genera agre-
se deduce de sus declaraciones. No parece que existan sividad indiscriminada; es decir, sobre sí mismo en
datos sobre la evolución de esos grupos, su eficacia y el principio y sobre el hijo en segundo lugar. Esto sucede
tiempo de adscripción de sus miembros a ellos. Por tan- en la medida en que la autoagresividad que nos desbor-
to, no sabemos si, como ocurre con frecuencia en aque- da tiende a proyectarse en el otro, y en particular sobre
llos grupos que implican una gran vinculación emocio- aquel por el que nos sentimos culpables. Considérese
nal y de identificación entre sus miembros, se corre en esta tremenda frase que lanzó un doliente: “No le per-
éstos también el riesgo de formalizar una identidad en dono el daño que le hice”, y no era un lapsus del “le”
torno a un conflicto, buscando inconscientemente su por el “me”, sino una extraordinaria condensación del
cronificación para seguir justificando su existencia. Mi itinerario de su culpa-agresividad. De aquí se ha decan-
impresión, aún no contrastada de forma suficiente, es, tado otro gran tópico de la terapia del duelo, el “perdo-
sobre todo en padres dolientes, que el paso por esos narse”, que es el contrapunto del analizado más arriba.
grupos es transitorio. Hay grupos y foros de duelo orga- Es como si en estas terapias de duelo tuviera que deci-
nizados incluso por los tanatorios, en la misma línea que dirse quién fue el malo: el muerto o el que sobrevive.
ya desde hace años algunas empresas de servicios fúne- En cualquier caso, debe preocupar que hallazgos váli-
bres imparten cursillos de tanatología a sus empleados. dos en el curso de la terapia se conviertan en clichés o
Quizá es que el tema sea —legítimamente— rentable, y en parches justificativos. Tales apaños, que funcionan
más vale estar al día. Pero reflexionaremos sobre estos como coartadas, son denominados racionalizaciones por
asuntos en páginas siguientes. el psicoanálisis. Son razones de pacotilla, de “pico de
Mayor estabilidad y rigor parecen tener las Unidades oro”, que, por supuesto, también utilizan muchos psi-
de Duelo. Se están creando en algunos hospitales y princi- coanalizados para resistirse a conocer su propia verdad,
palmente como equipo o función de algunos servicios de pareciendo, sin embargo, que la conocen muy bien...
Cuidados Paliativos. Es en estos ámbitos donde creo que pero sólo es teóricamente.
deben y pueden desarrollarse mejor estas unidades, que Por mi parte, creo que si se indica una terapia seria
pivotan en general sobre un enfoque psicológico, de lo en el doliente, ésta no debe centrarse en exclusiva, y ni
que se llama psicoterapia de apoyo, ya sea de tipo cogni- siquiera principalmente, en la figura y en la relación
tivo o psicodinámico. En general, las Unidades de Duelo con el muerto, sino en la personalidad global del do-
combinan estas eventuales ayudas psicológicas con el liente, en su vida integral, antes, durante y después de
498 empleo frecuente de otras, tales como impartición de la vida de su amado ser perdido.
consejos, grupos de ayuda, apoyo práctico, asistencia Acabo esta introducción con tres apuntes interro-
social, reuniones de información, conferencias de profe- gantes.
sionales, etc. Pero aún queda camino por recorrer en la
creación y definición de dichas unidades. 1. ¿Se justifica, en el afán de ayudar al doliente, cual-
En cuanto a las técnicas de ayuda al duelo, ya en un quier procedimiento, aun con posibilidades de
periodo prolongado de sufrimiento, se mueven las lla- éxito?
madas “terapias” de resolución —o de similares nom- 2. Aun valorando en mucho la consolatoria como te-
bres—, donde encontramos una diversidad un tanto rapia, creo que la mayor importancia del estudio
embarullada de pretendidas “originalidades” y “sellos del duelo residiría, si se emprende, en la gran vía
de autoría”. Mostraré las diferentes líneas de interven- que podría abrir en el conocimiento del sufrimien-
ción que se siguen en ellas. to humano, que tiene su paradigma universal en la
En las terapias más rodadas en duelo (es decir, con pérdida del ser querido. Creo que, por considerar-
mayor peso psicoterapéutico, sobre todo por la influen- se la incidencia más normal e inevitable en la con-
cia psicoanalítica en ellas) se ha incidido especialmente dición humana, se da como hecho consumado y ya
en revelar y elaborar aspectos reprimidos, conflictivos está. Objeto de metafísicas y de religiones, el dolor
en general, concernientes a la relación con la persona del duelo nunca ha sido investigado científicamen-
querida antes de que muriera, o bien reprimidos des- te. ¿Ha llegado la hora?
pués de su muerte en aras de la idealización del falleci- 3. Reconozco que la siguiente es una debilidad perso-
do. El principal método de esas terapias es el desmonta- nal. Sé fehacientemente que la poesía es una de las
je progresivo de dicha idealización con el fin de que vías naturales de la expresión del dolor del duelo.
vayan surgiendo y expresándose las cargas agresivas, las ¿Podría ser utilizada, sin taumaturgias ni protago-
reivindicaciones con respecto a aquél, lo que en vida nismos, como un buen recurso para transitar por
supuso de interferencia para la realización del doliente, el duelo?
los sentimientos de abandono, etc. Conozco terapeutas
que se encarnizan en esa tarea de acabar totalmente con
el muerto, considerando que la manera más eficaz es
mostrarlo en aquellos aspectos de él que inciden o inci- Consolación: ars y officium
dieron de manera sombría sobre la vida del doliente.
Enfrascados en este afán, creo que descuidan trabajar Consolar es el espontáneo e inmediato movimien-
sobre otro hecho muy frecuente, en especial en los que to que suscita el dolor de los que sufren y el único posi-
Madre campesina (1929) El sollozo (1939) Angustia (1950) Jesusito será un santo...
499
ble cuando ese dolor es la normal reacción anímica a ro, sólido, suelo, tierra, base, como cree Barcia? En este
una situación de desgracia. Y una de ellas —ya hemos caso, consolar sería dar solidez, entereza, de modo que
visto que muchos dicen que es la mayor— corresponde consolar y consolidar tendrían el mismo origen.
a la pérdida de un hijo. No son éstos devaneos bizantinos, sino propieda-
Por tanto, la consolación es un comportamiento des milenarias de términos que nos han llegado hasta
natural de la convivencia humana. Surgiría en el ser hu- hoy y que se correspondieron con la expresión de nece-
mano como un comportamiento derivado del instinto sidades afectivas. Consolar es más que el puro estar con
social de cohesión y apoyo común. Y como tal seguiría el que se encuentra solo. Aun implicando acompaña-
los avatares de cualquier otra conducta de ese tipo. Es miento, consolar es más que la mera presencia; es, ade-
decir, puede producirse o no producirse en cada caso, más de ésta, proporcionar fundamentalmente soporte y
darse con mayor o menor intensidad, con mayor o me- base, solidez en la presencia con el que sufre (ver Panel
nor acierto, y ser modelada por la peculiaridad indivi- I). Ésta es la definición genérica. La definición finalista
dual de los concernidos, que, en el tema que nos ocupa, es la de aportar su lenitivo a la persona que sufre, en
son el que consuela y el que es consolado. Dicho esto tanto que el dolor se cura o cuando éste no se puede
así, podría creerse que la consolación no requeriría nin- curar. O dicho de otro modo, la consolación tiene su
guna ciencia específica. Sería, en todo caso, la conse- pleno papel cuando, a pesar del deseo del cuidador, la
cuencia de una forma de sensibilidad y de educación. necesidad requerida no puede ser satisfecha, o su satis-
Sin embargo, todo dolor —físico, anímico o mo- facción ha de ser postergada, como iremos viendo.
ral— es asumido por el sujeto y su entorno dentro de
unos límites, que, desbordados o inasumibles, llegan a
hacer necesaria una consideración distinta. Con res- Consolación y terapia
pecto al dolor anímico o moral, surgió así el ars de la
consolación. Me resisto a emplear alegremente el término tera-
Ars significa habilidad, talento. Y se aplicó desde la pia, como se tiende a hacerlo en la actualidad, en la que
antigüedad a aquellas técnicas que mejoraban o estimu- todo es terapia. Se ha impuesto nominalmente al térmi-
laban las habilidades y los talentos, que sin ese aprendi- no tratamiento en la medida en que se buscan cada vez
zaje corrían el riesgo de agostarse. No basta con tener más tratamientos desmedicalizados.
cualidades naturales o capacidades más desarrolladas, y Tratamiento proviene del latín —tractatio, tracta-
no es suficiente poseer buenos conocimientos, sino que tus, tracto—, todas cuyas variantes implican significa-
500 hay que tener su habilidad. Hay, por ejemplo, el habla y dos de manejo dirigido, de función activa en una direc-
hay el arte de hablar. Hay ars médica y ciencia médica. Se ción. En el sentido clínico, sería la intervención sobre el
puede tener ciencia y no arte. Decía Ovidio que “el con- enfermo. Como podemos comprobar en nuestro len-
solar es un ‘officium’ [un deber] de un tiempo determina- guaje cotidiano, tratamiento, al contrario de lo que ve-
do, mientras el dolor está en curso, mientras el afligido remos con terapia, tiene muy distintas aplicaciones se-
reclama ayuda”. Ese officium es un ars. Y el oficio no es mánticas: tratamiento médico, social, humano, econó-
sólo tener conocimiento y no es sólo poseer además la mico, lingüístico, de textos, etc.
habilidad del mismo, sino aplicarlos: es un deber. Me indigna la frivolidad con la que se utiliza una
Así pues, el arte de la consolación es la habilidad palabra de tan noble y antiquísimo abolengo como tera-
de consuelo que se le debe al afligido. Y a ese arte y a pia. Procede del verbo griego therapeio (qhrapeuw),
sus diferentes formas, contenidos y medidas llamare- que significa cuidar, ocuparse-de. Therapeutes sería el
mos Consolatoria. que ofrece asistencia o servicio. No cura directamente,
sino que cuida para que se cure, se hace cargo del cui-
dado y crea las condiciones favorables para que la natu-
Etimologías y definiciones raleza y la vida hagan su labor de cura. El término tuvo
su original y mayor arraigo en la significación de culto
Consolar y consolación provienen del latín, de religioso, en especial en la lengua griega. Su equivalente
consolor y consolatio respectivamente. El “con” inicial de latino es cultum, que se traduce asimismo en el sentido
ambos términos se corresponde con la partícula latina de cuidar y también de cultivar en amplia gama, tal co-
cum (con). De tal modo que la raíz común es el verbo mo evoca su fonética en castellano, desde cultivar la
solor, que, incluso sin la partícula con (cum), quiere de- tierra a cultivar la mente.
cir consolar, y también reconfortar, asistir, aliviar, cal- Sin duda muchos ignoran que terapia era una filo-
mar, mitigar. En sus aledaños se hallan solamen y sola- sofía de vida ascética y contemplativa descrita por Filón
tium, que significan alivio, consuelo. Ahora bien, donde de Alejandría (c. 20 a.C.-50 d.C.), atribuida a un gru-
divergen las interpretaciones etimológicas es en el ori- po (no secta) de sabios, en especial al asentado en la
gen que se le dé al término solor. ¿Viene de solus, que es orilla del lago Mareotis, grupo constituido por hombres
solo, solitario, desierto, deshabitado, como defiende y mujeres, llamados terapeutas, ambos al mismo nivel
Monlau? Entonces habría que interpretar consolar co-
mo asistir, estar o acompañar al que está solo. ¿O viene Los terapeutas. De vita contemplativa, Filón de Alejandría. Tex-
de solum (del antiguo osco sollus), que recoge la otra to griego, con introducción, traducción y notas de Senén Vidal, Edicio-
significación de solo, en el sentido de solo-único, ente- nes Sígueme, 2005.
cedor de que se le aprenda de memoria”. Así fue como la Cuenta Plutarco, en la Vida de Numa, rey de Roma
consolación cristalizó en un procedimiento para abordar entre los siglos VIII y VII a.C., ordenador de las prime-
la aflicción por la pérdida de un ser querido, considera- ras directrices políticas y normativas religiosas y socia-
da como un deber filosófico, tanto si la pérdida era oca- les romanas (el “numa”), que ya entonces se habían es-
sionada por muerte del ser querido como por alejamien- tablecido reglas del duelo según la edad del difunto. La
to a causa del destierro. La composición técnica de la legislación funeraria, mediante publica constitutione, tu-
consolación se estableció en dos partes: la preceptiva vo que poner límites a los excesos del luto, con lo cual
(præcepta), en la que se desarrollan los principios, y la seguramente se pasaron del otro lado.
ejemplar (exemplaria), en la que se recurre a modelos Si los niños morían con menos de tres años y más
que ilustren o ratifiquen aquellos principios. Pero, en la de uno, no se llevaba luto por ellos pero se les podía
práctica, se utilizaron en forma combinada a lo largo del “llorar un poco” (sublugetur, luto bajo); si morían con
desarrollo del texto. Tuvo muchos seguidores, entre menos de un año, no se les guardaba luto ni se les llora-
otros el propio Marco Tulio Cicerón (106 a.C.-43 a.C.), ba un poco. Cicerón decía, en las Tusculanas, que la
Publio Ovidio Nasón (43 a.C.-17 d.C.), con su Consola- muerte de los lactantes debía ser asumida con ánimo
ción a Livia por la muerte de su hijo Druso; nuestro contro- sereno (aequo animo). A partir de los tres años de edad
vertido Séneca (4 a.C.-65 d.C.); Dion di Prusa (Crisósto- se les guardaba luto a razón de un mes por año de vida,
mo) (c. 40-120), con su diálogo consolatorio de Caride- sin sobrepasar los diez meses (un año). Desde los diez
mo; Luciano de Samosata (aprox. 125-180 d.C.), con De años de edad, el niño tenía ya derecho al luto de los
luctus - Tratado del Duelo); el griego Plutarco (h. 46, 50 - diez meses, como las viudas y el resto de los parientes.
h. 120 d.C.), con la Consolación a la esposa (Consolatio ad En tanto que los funerales romanos de adultos (pom-
uxorem) y el presunto escrito de Consolación a Apolonio, pa funebris o funus) constaban de cortejo y elogio fúnebre
etc. Casi todos ellos están escritos en los dos primeros (laudatio funebris), y los nombres de los fallecidos eran
siglos de nuestra era. Dos más tarde, Boecio, basándose inscritos en la línea de los ancestros (lo que hoy llamaría-
en Cicerón, escribió su Consolación por la filosofía. mos árbol genealógico), los más pequeños muertos eran
De Séneca han llegado hasta nosotros tres consola- enterrados con rapidez, con nocturnidad, a la luz de las
ciones como tales obras de género en sí, aunque mu- antorchas, y sin plañideras. Se hacía así para que el domi-
chos pasajes de ese tipo se pueden encontrar en su cilio no quedara mancillado por la muerte prematura (en
producción. Las tres fueron escritas sucesivamente, en- la que también se incluían la de las vírgenes y los efebos),
tre los años 40-50 de nuestra era, durante su tiempo de lo que se temía particularmente si el caso sucedía en la
502 exilio. Son: la Consolación a Marcia, por la muerte de un familia de los que ejercían alguna magistratura. Se procu-
hijo hacía tres años; la Consolación a Helvia, su madre, raba que los muertos “antes de tiempo” no se convirtieran
no por una pérdida mortal, sino por la lejanía impuesta en almas errantes y maléficas. (Virgilio describió los ge-
por el destierro de su propio hijo, que es el mismo Sé- midos de los lactantes en el umbral de los infiernos).
neca, y la Consolación a Polibio, por la muerte de su Mediante determinados ritos y ofrendas se procuraba que
hermano. Hay algunas otras, menores, como la Consola- alcanzaran la paz y el reposo. Se les enterraba con amule-
ción a Marullo, por la muerte de su hijo, y alguna carta a tos y juguetes (sonajeros, collares, etc.). Las niñas eran
Lucilio sobre el duelo de su padre. enterradas con su muñeca, la que, de haber vivido, hu-
Otra cuestión antes de entrar en materia. El hecho bieran debido ofrecer a Juno o Venus el día de su boda.
de que la consolación fuera un género de escritura no En principio, los niños pequeños no eran incinera-
obstaba para su finalidad curadora del ánimo, que que- dos. En su Historia Natural, Plinio el Viejo (que vivió en el
da de manifiesto en las obras que a continuación ex- primer siglo de nuestra era) decía que, según la costumbre
pongo. Por ejemplo, Ovidio es reclamado explícitamen- general, se inhumaba a los niños muertos antes de que les
te como terapeuta de Livia, que ha perdido a su hijo y brotaran los dientes. Como confirman los hallazgos ar-
se halla en un estado lastimoso de enfermedad anoréxi- queológicos realizados en la Galia, allí la inhumación era
ca. Plutarco teme, aunque sin mucho fundamento, que reservada a los recién nacidos, ya cerca de la casa, o inclu-
su esposa pudiera hundirse, tras la muerte de su niñita, so en ella misma, en el cobertizo, tejadillo para resguardar
en una de las patologías del ánimo que él describe. Sé- su sepulcro (suggrundaria). En dicha región se han encon-
neca se lamenta de llegar tan tarde para la curación (ad trado terrenos con concentración de tumbas de bebés.
istam curationem accedere...) al duelo de Marcia, que lle- Se consideraba, pues, que los más pequeños no
va tres años penando por la muerte de su hijo. estaban integrados en la familia ni en la comunidad, y
por tanto no tenían derecho a exequias. Cuanto mayor
era la edad del niño muerto se permitían más muestras
Notas históricas previas públicas de aflicción por él.
Del luto-duelo por los niños. La edad Según sexo del doliente
Conviene traer aquí algunas consideraciones histó- Había en la antigua Roma normas y hábitos distin-
ricas sobre las normas sociales del luto por los niños en tos de luto-duelo por el niño según el doliente fuera
la Roma antigua. hombre o mujer
En el caso del varón, las normas eran muy estric- alegría! Me faltan palabras para expresar el vuelco de
tas. Se les exigía un rígido control de sus emociones y mi corazón cuando escuchaba al mismo Fundanus
una rápida incorporación a sus actividades públicas. (¡cuánto sabe el dolor multiplicar sus formas!) ordenar
Séneca, en su Carta a Lucilio, comenta el caso frecuen- que lo que hubiera debido de gastar en sus trajes, per-
te de padres que seguían el cortejo de sus hijos jóve- las, joyas, se dispensara en incienso, ungüentos y en
nes (pero no niños, iuvenes) sin derramar una lágrima, perfumes ahora para ella. Es un hombre culto y sabio,
y que tras el funeral se integraban a sus tareas cotidia- que desde edad temprana se ha dedicado a los más
nas como si nada hubiera pasado. Como contrapunto, nobles conocimientos; pues bien, actualmente desdeña
todo el duelo, el llanto y los excesos se les permitían a todo lo que ha asimilado, todo lo que él mismo ha
las mujeres. Ante el cuerpo insepulto, las dolientes transmitido; y, renunciando a sus otras cualidades, se
protagonizaban escenas terribles: se arañaban las me- consagra absolutamente ahora a su afección paternal.
jillas, se arrancaban los cabellos cubiertos de cenizas, Lo excusarás, e incluso lo aprobarás, si te imaginas la
se daban golpes por todo el cuerpo (planctus), canta- pérdida que ha sufrido. Se le ha ido, en efecto, una hi-
ban nanas fúnebres (neniae), etc., a todo lo cual se ja, pero una hija que era el vivo retrato de su carácter,
añadía el acompañamiento desgañitado de las plañi- de sus rasgos, de su aire, y hacía revivir a su padre a
deras profesionales. través de esa semejanza tan extraordinaria a él. Si le
escribes con este motivo, acuérdate de no usar en tu
consolación palabras demasiado fuertes que puedan
El cambio parecer reproches, sino dulzura y compasión. Para que
las pueda recibir de mejor grado hay que esperar tiem-
Las cosas fueron evolucionando en la sociedad ro- po. De la misma manera que, cuando la herida está
mana. Se transformó la relación afectiva de los adultos aún fresca, teme la mano del médico, pues al mismo
con los niños, y en especial la de los padres varones con tiempo la reclama y la sufre, de igual modo un reciente
ellos. En cuanto al duelo, se podría decir que se limitó dolor rechaza y huye de las consolaciones, y las desea.
el exceso de las madres y se permitió una mayor expre- Mas si se aportan con dulzura, ese dolor encuentra
sión sentimental de los padres varones, que llegaban a alivio.
dar testimonio de su fuerte vínculo emocional con hijos
incluso de pequeña edad, como veremos con Plutarco y He vertido esta carta en su integridad por ser un
su pequeña Timoxena, de dos años. Esto comienza a ejemplo cálido de duelo de un hombre por la muerte de
manifestarse al final de la época republicana, en el siglo I la hija de un amigo, y porque revela un aspecto poco 503
de nuestra era. Pero, incluso después, las convenciones frecuente en la literatura de consolación de la época: la
sociales exigían un cierto decoro en el duelo. de permitir un largo duelo de ternura por una hija en
Plinio el Joven es un ejemplo de ambas actitudes. un varón y la de recomendar para él un trato suave y
En su Carta (V, 16) a Efulanus Marcellinus le comunica comprensivo, cosa que, en aquellos tiempos, estaba só-
la muerte de la hija menor (que no había cumplido aún lo tolerado en las mujeres. Claro que, en este caso, Pli-
sus catorce años) del común amigo Fundanus. nio no pretendía escribir ninguna pieza filosófica, sino
simplemente enviar a un amigo noticia de otro amigo
Estoy abrumado de tristeza. [...] No he conocido que lo estaba pasando muy mal.
nunca una jovencita más gentil y más amable, no sólo Muy distinta es la Carta (II, 4,2) que envía a Attius
digna de una larga vida sino casi de la inmortalidad. Clemens para referirle un ejemplo de supuesto amor
Manifestaba ya el criterio de una mujer hecha y dere- paternal en un mal hombre. Es, en efecto, un caso ex-
cha, la seriedad de una madre de familia, sin perder el traño. Lo cuenta así:
encanto de su juventud y el pudor virginal. ¡Cómo se
enlazaba al cuello de su padre! ¡Y con qué afecto y Régulo ha perdido a su hijo, la sola desgracia que
modestia al mismo tiempo nos estrechaba al abrazar- no se merece, quizá porque él no la vivía como tal. Era
nos! ¡Con qué tacto discernía el afecto que debía ofre- un niño duro de espíritu, pero variable, que habría
cer a cada uno, a sus nodrizas, sus educadores, sus podido seguir la buena vía si no se hubiese parecido al
maestros! ¡Qué aplicación e inteligencia en sus lectu- padre. Régulo lo emancipó para que pudiera coger la
ras! ¡Qué compostura y reserva en sus juegos! ¡Con qué herencia de su madre.
moderación, paciencia y valentía soportó su última Después de haberlo comprado así (“comprado” es
enfermedad! Obedecía a los médicos, y animaba a su la única palabra que se le ocurre a todo el mundo dado
hermana, a su padre e incluso a sí misma cuando las el carácter de este hombre) se dedicó a consentirlo a
fuerzas le abandonaban. Conservó hasta el final su causa de esa herencia, afectando una indulgencia tan
energía moral, y ni la larga duración de su dolencia ni indigna como rara en los padres. ¿Le parece increíble?
el temor a la muerte la doblegaron, y eso no hace sino Pues piense que se trata de Régulo.
aumentar nuestra pena y nuestro dolor. ¡Cuán cruel la Sin embargo, ahora que lo ha perdido, lo llora
muerte prematura! Muerte, que llegas en circunstan- como un loco. El niño poseía muchos ponis, perros
cias aún más odiosas. Estaba prometida a un distingui- grandes y pequeños, ruiseñores y mirlos. Régulo los ha
do joven, y fijada ya la fecha de la boda, a la que está- hecho degollar a todos en la pira. Eso no era dolor, sino
bamos invitados. ¡En cuánta aflicción se tornó tanta alarde de dolor. Un montón de gente le rodea. Y, aun-
Consolación ciceroniana
Consolación ovidiana
en un primer tiempo, implicándose él también en la 505
La Consolación a la emperatriz romana Livia Au- expresión de las angustias y congojas de la dolorosa,
gusta (Figura 4), escrita por el poeta Ovidio (43 a.C.-17 mediante imágenes, sin prédicas consolatorias.
d.C.), es de carácter profesional y tiene por objetivo la Empieza poniéndose absolutamente en su lugar:
terapeia de urgencia de esta mujer, que se niega a ali- “Tú que durante tiempo te sentiste dichosa... [...] no
mentarse y cuya vida corre peligro a causa de la muerte tienes ya más que un hijo para llamarte madre. [...] Ya
del menor de sus dos hijos, Druso, un heroico guerrero no está el joven guerrero, modelo de virtudes cívicas.
romano de 30 años que, vencedor en una de sus triun- […] Estabas lejos de prever lo que sucedería. [...] Y te
fales batallas, no murió por lanzada ni ataque enemigo preparabas para su regreso triunfal, madre llena de or-
sino por una caída del caballo. gullo. [...] Dirías: ‘Ya va a llegar. Roma entera será testi-
La pieza de Ovidio es un modelo de guión escéni- go de mi júbilo. [...] Volaré a su encuentro. Los pueblos
co, perfectamente planificado para crear el resultado me llamarán madre dichosa, cubriré de besos sus ojos y
requerido en la dolorida madre, dosificando efectos su amada cabeza. En cuanto me vea se arrojará a mis
para irse introduciendo en su alma. Aunque utilizando brazos, y nos contaremos [...]”.
argumentos tradicionales y tópicos para justificar el Ovidio va cambiando su enfoque; dirige ahora su
acortamiento del luto, lo que le hace distanciarse de las cámara al padre, al emperador, entra en su espíritu y
consolaciones de sus colegas intelectuales es la origina- desnuda sus angustias: “Desde lo alto de su sagrado tro-
lidad y viveza de su puesta en escena. Poco a poco en- no, vigilante y protector del imperio, César no está a
vuelve a la madre en una trama de densa afectividad cubierto de las miserias [...]. Le hemos visto sollozar por
que va in crescendo, preparándola para el inesperado la muerte de su sobrino Marcelo, luego por la de su ami-
desenlace. El recurso más inteligente y psicológico del go Agripa, poco después por su hermana, ahora por su
autor es el de construir la consolación haciendo apare- hijo. ¡Parcas! Dejadlo ya, cerrad las tumbas, esta familia
cer uno tras otro los distintos personajes de la familia, tiene demasiados vacíos en sus vidas. ¡Que esta muerte
mezclando el género narrativo con los monólogos de sea la última! Un dolor así llena siglos de duelo”.
sus protagonistas, en especial de la madre. Recoge así, Ahora el poeta mira a Tiberio, el hermano mayor
literal y en toda su intensidad, sin sermoneo en la tra- de Druso, que estuvo con él cuando murió: “¡Qué dolor
ma, la voz desesperada de ésta, identificándose con ella en tu mirada!, y, sin embargo, estabas con él en su últi-
ma hora, y él ha podido ver cómo resbalaban tus lágri-
Cuestiones Académicas, Marco Tulio Cicerón. Traducción de mas, y, en su muerte, ha sentido su pecho contra el tu-
Agustín Millares Carlo, Madrid: Espasa-Calpe, S.A., Colección Austral, yo, sabiendo que tú le cerrarías sus ojos [...]. Pero tu
1485, 1972, p. 133. desgraciada madre no pudo darle el último beso ni ca-
lentar en su seno el cuerpo helado del hijo, ni recoger no es temeraria”, se apresura a prevenir, dejando caer la
sus últimos suspiros”. duda. Y lo describe allí, en su dignidad imperial de oro
Y Ovidio, compadecido, para aliviar el peso de tan- y marfil, recibiendo la gozosa acogida de sus antepasa-
to dolor, desplaza su mirada hacia sus bien conocidos dos, orgullosos por el renombre que Druso ha añadido
personajes mitológicos, que también lloraban duelos. a la familia con su victoria, y que lo inmortaliza. Dicien-
Livia trata de contener sus lágrimas y sus lágrimas do esto, Ovidio se dirige ahora a Livia, y se dispone a
se desbordan, y aquí, su voz desgarrada: “Hijo mío, el preparar la ofensiva, el objetivo de la consolación: “Esta
más pequeño de mis entrañas, cielo arrebatado de tu idea, oh, tú, la mejor madre, debería atenuar tu dolor”.
desgraciada madre, ¿dónde estás? [...] ¡Dudo que haya Y, una vez en suerte la disposición anímica de la
dioses, aunque no deba decirlo yo, la esposa del César! madre, adereza el argumento, apelando a la dignidad
¿Qué crimen he cometido contra ellos, siempre honra- merecida de ella e instándola a hacer frente a sus obli-
dos por mí? ¡Éste es el precio de mi piedad! Me habéis gaciones:
maldecido”.
Llegan los funerales. Y Ovidio deja que sea de nue- Mujer que fuiste a la vez digna de ser esposa y
vo la voz de Livia la que los reviva. En un magnífico madre de príncipes de la edad de oro, considera lo que
juego narrativo, mezcla la suya casi a dúo con la de ella. conviene a tu título de madre de Druso y Tiberio, de
Dice ésta: “¿Podré asistir a sus exequias? ¿Podré yo modo que al levantarte cada mañana tengas en cuenta
abrazar los restos de mi hijo que el fuego me dispute tan grave asunto. Unas son las obligaciones del vulgo y
para sus cenizas? ¿Verle por última vez, abrazarlo, estre- otras las de los grandes, obligaciones inmensas im-
charlo contra mi pecho, perfumarlo? ¿Tendré que ver puestas a vuestra casa.
por primera vez inclinados los estandartes de su gloria Tú captas nuestra atención, atraes nuestras mi-
recién llegados? ¿Quién lo creería, que el día más triste radas, observamos tus actos, nada puede ocultarse de
de una madre sea el día de la mayor gloria de su hijo?”. cuanto sale de la regia boca.
“He dejado de ser la madre de Druso y Druso ha dejado Livia, la Fortuna, que te elevó a los honores, quie-
de ser mi hijo. Cuando me digan ‘tu hijo llega vencedor’ re que mantengas la dignidad de tu rango. Acepta,
ya no tendré que preguntar ‘¿el mayor o el pequeño?’. pues, esta ilustre carga.
Me estremezco. Un espanto glacial cala mis huesos. No Sé grande, supera el dolor, opónle una constancia
estoy ya segura de nada. Temo por todo, tiemblo por mi imperturbable tanto como te sea posible. ¿Podemos
otro hijo. Soy cobarde cuando antes era valiente. [...] pedirte una prueba mejor de tus virtudes que el cum-
506 Que la Parca me lleve pronto para que se junten mis plimiento de tus deberes de princesa romana?
cenizas a las tuyas y nuestros huesos”. A todos nos somete la muerte con sus leyes in-
Quejas sobre quejas, inútiles, y torrentes de lá- flexibles, incluidos cielos, mares y tierras de los que se
grimas. predice su destrucción inminente. Ánimo, pues, y
Livia asistió por fin a los funerales. Roma llora, cuando el universo avanza hacia su ruina, no mires
desolada y silenciosa. Un anciano en la calle teme por la sólo sobre ti misma y sobre tu pérdida.
suerte de su propio hijo, levanta las manos al cielo, e No cabe duda de que Druso era el más grande de
inmediatamente se arrepiente y exclama, como Livia nuestros jóvenes romanos, esperanza de la patria, ho-
antes: “¡Crédulo de mí, de qué sirve elevar súplicas a nor de la familia..., pero era mortal. Y tú lo sabías
dioses que no existen!”. porque no estabas tranquila de su suerte cuando iba a
El fuego devora al joven Druso y, al par, se consu- la guerra.
me la entraña de su madre. “Has muerto joven de edad, Se nos ha dado la vida para disfrutarla, pero es
pero viejo en tus servicios a la patria. ¡Ay, tú, Germania un préstamo sin intereses, y también sin plazo. La For-
enemiga, verás pasados a cuchillo tus reyes feroces!”. tuna es ciega y loca. No la irrites con tus quejas y no
Ovidio muestra ahora a la esposa de Druso. A ella despiertes su resentimiento. Si tan sólo esta vez has
le da la consolación requerida. “En el momento de su sufrido su rigor, ¿cuántas por el contrario te ha tratado
muerte tu ausencia le arrancaba sus últimos gemidos y bien?
era tu nombre el que pronunciaba su lengua fría”. Pero
también le habla más descarnadamente, quizá para Y Ovidio le enumera la larga lista de favores recibi-
que, siendo la consolación dirigida a Livia, ésta tome dos de la fortuna.
nota por vía indirecta y se prepare. Y a la desdichada En un paso más, le demuestra que ella no era igno-
esposa le va enumerando todo lo que Druso no le po- rante de la muerte posible. Para ello, le explica, de ante-
drá contar, y le compara el antiguo lecho compartido mano, el mecanismo —podría decirse psicofisiológi-
con el ataúd que ahora les separa. Y ella corre enloque- co— de su dolor:
cida e invoca la muerte. Ovidio la persigue: “¿Por qué
te empeñas en las engañosas visiones que cada noche En circunstancias peligrosas, el temor de un mal
vienen a alterar tu sueño creyendo vanamente que lo nos lo hace padecer antes, y este sentimiento te domi-
abrazas?”. naba cuando escuchabas los riesgos que corría tu hijo.
Y ahora el poeta, en su astuta y sutil estrategia de Así que el dolor no te ha invadido de golpe, sino que te
una de cal y otra de arena, lleva la imagen de Druso al ha ido penetrando por las vías que imperceptiblemente
lugar de los justos, entre sus ancestros, “si esta creencia te iba abriendo.
Pero, al mismo tiempo, de la forma curiosamente a Livia como modelo alternativo (el positivo) en su con-
supersticiosa que mantenían los romanos, en aparente solación a Marcia. Livia, en adelante, una vez repuesta,
contradicción con su formidable racionalidad técnica y no dejó de pronunciar en todas partes el nombre de su
estratégica, Ovidio le demuestra que había señales pre- hijo Druso, lo celebró y homenajeó en público y en pri-
dictoras de tragedia (siniestros y signos astrales). En vado y se complacía en oír hablar de él.
versión moderna podríamos decir que todos los días hay La Historia transmite imágenes diversas y contra-
evidencias de muertes y desgracias a nuestro alrededor. dictorias de ella. No había aún dado a luz a Druso cuan-
¿Por qué no seré yo, entonces, como cualquiera, una de do se separó de su primer marido para unirse a Augusto,
sus víctimas? Pretende así desactivar el poder plañidero ambos locamente enamorados, pero no tuvieron hijos
y de más víctima que tiene sobre el doliente la injusticia (se murmuraba en Roma que Druso era hijo de éste y no
de un golpe repentino. Y, al mismo tiempo, hace re- del primero). Para unos, fue una mujer sencilla y hacen-
flexionar sobre la responsabilidad personal de vivir ne- dosa; para otros, orgullosa, cruel y sin escrúpulos. Todos
gando la posibilidad de ser diana de las desgracias. coinciden en que fue hermosa y hábil. Murió anciana.
Ovidio sigue empleándose a fondo. A continua-
ción aborda la anorexia de Livia y, para dulcificar esta ***
maniobra frontal, le asegura que eleva sus buenos de-
seos para ella y para su otro hijo, y que serán escucha- Analizo brevemente los pasos y recursos que Ovi-
dos por el Destino, el cual no le dará en adelante más dio emprende en esta terapeia.
que motivos de gozo para hacerle olvidar el pasado. Y
es la primera vez que, bajo una forma edulcorada, le 1) En primer lugar, abre las heridas, poniéndolas a la
introduce la sugerencia del olvido. Pero arranca, en fin, vista, presentándolas para visualizar el mal y repre-
el último embate, directo: sentándolas para volverlas a sentir. Lo hace cual
hábil cirujano en operación local, que dosifica la
Pero tú no dejas de ceder al inmenso dolor y, fa- analgesia sin producir la anestesia, mitiga el dolor
talmente desmoralizada, quieres abreviar tu vida de- sin que se pierda la conciencia. Y además se sitúa
jando de alimentarte. Hace poco te quedaban apenas al lado de su paciente, acompañándole, compren-
unas horas de vida. Rechazaste la ayuda de César, que diendo sus molestias y quejas, incluso estimulán-
te suplicó, te ordenó incluso, logrando sólo que tomaras dole a expresar su daño. Se añade aquí además el
un poco de agua, e igual intervino tu hijo. Son ellos los valor terapéutico de la catarsis.
que te han traído a mí. 2) Ovidio adopta e interpreta los ayes y pensamientos 507
Basta ya de lágrimas, que no devolverán la vida a ocultos que la madre no se atreve a confesar. Los
quien embarcó en las sombras. libera y los airea. Lo que se saca de dentro y queda
dicho se hace real y se puede analizar a la luz. Es
Vuelve de nuevo a traer historias de las diosas mi- una des-represión.
tológicas para quienes tampoco se da el regreso de los 3) Lleva al escenario a todos los componentes del
seres perdidos que han entrado ya en el Averno. Y para duelo familiar: madre, padre, hermano, esposa, y
no remontarse tan atrás recurre a ejemplos recientes de al propio Druso, y a todos les da voz, de modo que
su entorno. Livia visualiza así que no está sola en su sufrimien-
Ovidio trae de nuevo al hijo muerto, en un último to, que no es ella egoístamente la única, y que los
alegato y un ruego a su madre de que abandone la vida en demás, aun sufriendo, siguen adelante y están dis-
pena. El hijo muerto, Druso en voz de Ovidio, le dice: puestos a ayudarla.
4) Emplea ejemplos (la exemplaria) tanto del mundo
¿Por qué cuentas mis años? He madurado antes mitológico (que Ovidio conoció ampliamente para
la edad; hacen maduro las acciones, y son éstas las que escribir su popular libro Las metamorfosis) como
tú debes contar. [...] He visto con orgullo mis funerales, del entorno cercano a la doliente. De ese modo la
los honores que me han rendido, la amistad de mis coloca ante la presión y exigencia de los modelos
compañeros, las ofrendas de reyes, el elogio del César... de admiración, emulación o identificación. Este
¿De qué podría quejarme? Así que deja de llorar, ma- elemento sería interpretable como el Superyo por
dre mía, te lo pido yo, que soy quien te hace llorar. A tu el psicoanálisis.
lado tienes un hijo [Tiberio], como si fueran más. Y 5) En otro momento, Ovidio, ensalzando la estima de
tienes un esposo, protector del imperio, y mientras él la doliente, valorándola, apela a su dignidad, para
esté sobre la tierra, no conviene, madre, Livia, que la evitar que el duelo la rebaje. Recurre a su Yo, lo
familia permanezca hundida en el duelo. apoya, le recuerda las buenas cosas que ha vivido y
le han enriquecido hasta ahora. Asimismo, le en-
A juzgar por lo que cuenta posteriormente Séneca, frenta a sus responsabilidades y deberes.
Livia reaccionó muy bien a esta consolación y curó de su 6) Utiliza algunos de los tópicos que serán comunes
mal de ánimo, aunque el filósofo cordobés no menciona en todas las consolaciones grecolatinas y que se
a Ovidio sino a Areo (filósofo del marido; era estoico y corresponden a una vulgarización de las filosofías
nacido en Alejandría) como aquel que le hizo tanto bien de la época (estoica y epicúrea principalmente).
con su intervención. Séneca hace esta referencia al poner Habla por ejemplo de un dolor y de unas lágrimas
nuestros corazones. Incluso deberíamos sentir más combatir ese duelo desde el mismo momento que se
alegría que tristeza, para que nuestras penas no supe- presenta en casa porque, al principio, se le acoge de
ren a los gozos que tuvimos con ella. buen grado, pero luego se instala y no hay manera de
expulsarlo.
Así que la nueva norma será: “Alegría y no tristeza Le sigue escribiendo a su esposa, encomiando otro
con los bellos recuerdos del ser perdido”, y, por tanto, aspecto de ella: la continuidad normal de la vida en el
recordarlo y no olvidarlo. hogar, la casa ordenada, en calma, en silencio.
No le sorprendió, porque conocía bien a su espo-
sa, pero se alegró de las noticias que le llegaron del Todos, desde filósofos hasta los de nuestro círculo
admirable comportamiento de ella tras la muerte de la habitual, han admirado tu sencillez y sobriedad. Ade-
niña. No vistió ropajes de lutos ni hubo ningún cambio más, demostraste gran firmeza cuando perdiste prime-
que desfigurase sus maneras habituales, ni en ella ni en ro al mayor de los niños, y luego, cuando Charon, esa
sus camareras; ni tampoco nada suntuoso en el entie- encantadora criatura, nos abandonó antes de tiempo.
rro, sino por el contrario una gran discreción, y a él Siempre me acordaré. Cuando unos invitados entraron
asistió exclusivamente en compañía de los parientes en casa, de regreso de un viaje por mar, era tal la cal-
más cercanos. ma, el silencio y el orden que reinaban en ella que cre-
yeron que la noticia había sido un bulo. ¡Y, sin embar-
Bien sé que nunca te interesaste en lucir ningún go, tú misma habías amamantado a ese niño, aguan-
bello vestido para ir a los juegos o a la fiesta, pues tando la incisión que habías sufrido en un pezón
siempre pensaste que la suntuosidad no sirve para na- agrietado! Eso prueba tu abnegación y tu entereza.
da. Por eso no me extraña que hayas conservado la
misma modestia y sencillez en el tiempo de la tristeza. La dignidad, de nuevo. Dignidad en el dolor es el
concepto clave que los filósofos latinos proponen en la
Piensa Plutarco que tan viciosa es la desmesura del moral de los hogares romanos para neutralizar la tradi-
dolor como la de la voluptuosidad. ción plañidera que les venía de la funeraria egipcia.
En la carta presenta dos cuadros de duelo: uno es Tras la abnegación: entereza, temperancia y digni-
el histriónico, el plañidero. En éste denuncia el hecho dad. La tríada plutarquiana ante el duelo.
social de que esté mal visto la risa estridente en la fiesta Y, por otra parte, Plutarco hace énfasis en que la
y no los llantos a mares en los duelos, o la incongruen- discreción en el dolor del duelo no significa la anula-
cia de los maridos que tratan de impedir los atuendos ción del amor natural que debemos a nuestros seres 509
llamativos de sus esposas para la fiesta y permiten las queridos muertos, sino que es la lucha contra los desór-
escandalosas ropas de luto que ostentan para el duelo; denes del espíritu debidos a los duelos exacerbados.
que tratan de evitar que castiguen corporalmente a los Insiste una vez y otra, como todos estos autores de con-
sirvientes, pero luego, en el duelo, dejan que ellas mis- solatorias, empezando por Cicerón, en que “no se trata
mas se arañen y se arranquen los cabellos. Y, además, ¿a de combatir tiernas añoranzas, como se figuran mu-
qué tantas ruidosas muestras por hijos que no han cui- chos, sino la intemperancia del alma”, pues los verda-
dado y que sólo les han servido de pasatiempo? deros sentimientos de afecto se producen de manera
El segundo de los cuadros que traza Plutarco es el digna y razonable10.
de un deslizamiento hacia la depresión profunda, di- A continuación, él le presenta a la esposa argu-
bujando con muy certeras pinceladas el temible aspec- mentos para valorar la dicha que se ha tenido con la
to de las personas invadidas por el doliente mal. En niña durante el tiempo que vivió y la exhorta a no es-
primer lugar, las muestra con decaimiento del vigor tropear ese recuerdo y a no deteriorarse ella misma
del espíritu, sin esperanzas de curar del mal, incapa- interiormente.
ces de consuelo, con el entendimiento velado y rodea-
do de tristes hábitos, sin hallarse bien en ninguna Acuérdate de cuando nuestra niña no había naci-
parte, ajenas a la risa y a la compañía; sin luz, en lo do. Entonces no teníamos ningún motivo de acusar a la
oscuro y tenebroso; sin la querida y agradable convi- Fortuna. Intenta vivir el momento actual como el de
entonces. No es que yo quiera borrar los dos deliciosos
vencia de amigos a la mesa... Finalmente, las describe
años que hemos vivido con ella. Sino que precisamente
descuidando sus hábitos corporales hasta el punto de
esos dos maravillosos años no se conviertan en un gran
abandonar toda higiene. Hacen, pues, todo lo contra-
mal. Si no podemos agradecerle a la Fortuna que no
rio de lo que se prescribe para curar el ánimo enfermo.
Pero la doliente insiste en su mal, de modo que luego 10 En la carta de consolación a su amigo Apolonio, tras la muer-
ya no podrá salir de él. Preconiza, pues, que se debía te del hijo de éste, Plutarco le subraya la necesidad de no ocultar ni
temer los sentimientos de aflicción por ser naturales, como decía Pla-
Acabamos de ver que, por tener menos de tres años, Timoxe- tón, pero no deben traspasar los límites, porque esto sería contrario a
na no tendría derecho a funerales y sólo a un poco de llanto. Pero el la naturaleza masculina, ni tampoco ser demasiado sensible porque es
hecho de que Plutarco enfatice y valore el comportamiento discreto de característica de debilidad femenina (lo cual, digo, se contradice con
su mujer en el entierro de la pequeña, da razón para creer que podría lo que cuenta de su mujer). Le advierte del abuso de la tristeza porque
haber escogido una opción más pomposa, y que, por tanto, era posible es un obstáculo para la reflexión de los asuntos de la muerte y para
hacerlo, a pesar de las normas restrictivas antes mencionadas. arreglar los propios.
hayan sido más, no le debemos ingratitud tampoco por origen se readapta enseguida y no tendría ningún inte-
los que han sido. Hablar respetuosamente de los Dio- rés en volver.
ses, recibir con serenidad y sin quejarse las pruebas de
la suerte, da sus buenos frutos. Venturosos sean los Plutarco interpreta que las leyes romanas no per-
que, en estas circunstancias, saben acudir a recuerdos mitieran ningún ceremonial fúnebre para los niños
dichosos, los que llevan la mente a los momentos lumi- muertos más pequeños por el hecho de que ellos no
nosos de la existencia alejándolos de las zonas som- tienen nada que ver con la tierra. No hay libaciones en
brías y convulsas. De ese modo, el dolor, si no se extin- su honor, ni ceremonias; no hay actos o presencias alre-
gue totalmente, es atemperado por imágenes contra- dedor de sus tumbas o monumentos, e incluso las leyes
rias, y se suaviza y disminuye. romanas prohíben llevar luto por ellos, porque sería
Sería vergonzoso que ese mismo golpe que ahora impío para almas que han accedido a un lugar mejor y
te sacude no contribuyera a que apreciases cuánto de más divino. No parece estar muy de acuerdo con estas
lo que te queda guarda aún satisfacciones. ¿Querrías disposiciones:
que se sometiera la vida a un minucioso y acusador
escrutinio de sinsabores y meter en un solo bloque to- Pero como hay más dificultad en resistirse a estas
dos los bienes que aportó? Sería como el avaro que no creencias que en admitirlas, conformémonos, en lo que
disfruta de sus tesoros sino que sólo echa en falta lo que tienen de externas, a estas prescripciones de las leyes.
perdió. Y en cuanto a nuestro interior, mantenerlo resguarda-
Si lamentas tu suerte porque nuestra niña no ha do, más neto, más puro.
podido casarse ni tener hijos, tienes también motivo
para alegrarte de que tú los has tenido. Pero, además, ***
ella, igual que todos, no pudo echar en falta lo que no
necesitaba ni entraba en sus deseos. Si seguimos esquemáticamente los pasos de esta
Además, si ella está en un lugar donde el dolor no carta consolatoria encontramos el siguiente perfil, más
existe, tampoco ella tiene necesidad de nuestro dolor tierno que el de Ovidio y mucho más que el de Séneca,
aquí. que veremos a continuación:
Para la consolación final, Plutarco recuerda a su 1) La muy tierna semblanza de la niña muerta12.
mujer la pertenencia de ambos a la doctrina mistérica 2) Las constantes expresiones de alta estima por la
510 de Baccus (que en el caso de ella era por transmisión esposa y su confianza en ella; es decir, el periódico
familiar), en la que se habían iniciado11, y cuyas ense- refuerzo de su yo. Es significativo de esta consola-
ñanzas les habían llevado a la creencia de que el alma es toria el que Plutarco no recurre a ejemplos de mo-
imperecedera, abriéndoles a la fe en un más allá y a la delos del exterior, sino que el modelo para su es-
certeza de la pureza de las almas infantiles, que se re- posa es ella misma, de modo que la exigencia sub-
acomodan más fácilmente a su mundo de origen, ya yacente es la coherencia consigo misma.
que pasó poco tiempo desde que partieron de él, al 3) La exhortación a seleccionar una memoria de los
contrario que las almas viejas apegadas a la tierra, que buenos recuerdos e imágenes de la hija muerta, del
tienden a regresar por medio de los renacimientos perdido ser amado, y a rememorarlos con alegría,
(reencarnaciones). pues si se hace con tristeza la naturaleza humana
tenderá instintivamente a olvidarlos para protegerse.
Como el pájaro que lleva largo tiempo en cautivi- 4) La descripción de los cuadros indeseables de due-
dad, el alma largamente alimentada en el cuerpo lo lo, para no caer en ellos o para reforzar la intole-
añora y se empeña en estar atada a él y dependiente de rancia a sus elementos.
intereses terrenos. [...] Pero el alma que ha permaneci- 5) El interés en mantener el encuadre habitual de la
do poco tiempo cautiva en el cuerpo está aún en su es- vida cotidiana. Esto puede deberse al hecho de
tado natural, fresca y blanda, y cuando regresa a su tratarse de una madre que tiene más hijos a los que
se dedica con entrega y abnegación.
11
Bajo la muy diversa advocación de Baccus, nombre con el 6) Sustentar razones para creer en la mejor vida nue-
que también se conocía a Dionisos, se sustentaron comportamientos e
ideas muy dispares, desde la orgía de las bacanales hasta la religión de la
va del querido difunto, lo que es más fácil y creíble
moderación y de la creencia en la salvación y la inmortalidad. Plutarco tratándose de niños.
señaló la equivalencia o condensación histórica-mitológica de Baccus,
Dionisos y Osiris, primer dios de la resurrección. El culto a los misterios En resumen, creo que la novedad que Plutarco
de Baccus compitió con la estructura de la tradición religiosa pagana aporta en esta carta consolatoria es la propuesta de la
de Roma, con merma de ésta, en el siglo II de nuestra era. En dicho
siglo los romanos se adherían a las diversas doctrinas de salvación, lo
interiorización del duelo.
que hizo que se extendiera la religión de los misterios baco-dionisíacos,
que implicaban cultos secretos de iniciación como paso previo para 12 Hallándome simultánamente ocupado en Darwin y en esta
ser admitidos en ellas; esto significaba el compromiso individual, muy consolatoria de Plutarco, me llamó la atención la similitud de rasgos
diferente a la práctica religiosa romana. Además, contenían enseñanzas primordiales en la semblanza que, sobre la muerte de su respectiva pe-
sobre la vía de acceso a la inmortalidad, purificación, símbolos, ritos queña hija, escribieron ambos padres, aunque personalmente difirieran
sagrados y la promesa de una vida futura de felicidad. tanto en el duelo.
versión traducida del latín al castellano realizada por Francisco Navarro dos y cuyas obras fueron quemadas por exaltar la República romana.
y Calvo, latinista, que fuera canónigo de la Metropolitana de Granada. Denunció el hundimiento de la libertas republicana y tuvo críticas sar-
La versión personal que aquí ofrezco se atiene absolutamente al texto cásticas para Seyano, el valido del emperador Tiberio. El padre de Séne-
y al sentido de las citadas fuentes, pero no a su orden de composición, ca mantuvo amistad con los Cordi, y es posible que el mismo filósofo,
para el que he seguido un criterio de síntesis y fluidez. Esto hace que antes de su marcha a Egipto, hubiese estado personalmente al corriente
haya de considerarse como una versión libre, aunque rigurosamente del suicidio de Cordi en el año 25. Sin duda, este ascendiente influiría
senequista. a la hora de ocuparse de la consolación de Marcia.
sin ofensa de todos los suyos, porque estando vivos se No nos envanezcamos como si nos encontrásemos
consideraba sola. entre cosas nuestras; solamente las tenemos prestadas,
en usufructo. [...]
Y Séneca insta a Marcia retóricamente a que elija Advierte a tu corazón que las ame en la inteligen-
modelo a seguir, entre la (aconsejable) Livia y la (des- cia de que ha de perderlas; más aún, es que las pierde.
echable) Octavia. [...] Apresúrate a gozar de tus hijos, y recíprocamente,
Le traslada el manido tópico de que “no hay lágri- haz que ellos gocen de ti; apura sin dilación toda tu
mas que puedan devolver la vida a los que murieron”, y felicidad: nada te asegura el día presente; pongo térmi-
si “la muerte conserva todo lo que arrebató, cese nues- no muy largo; nada te asegura esta misma hora. Por-
tro dolor, puesto que es inútil”. que cada uno vivirá lo que le fue asignado desde el
Séneca desarrolla aquí también su técnica dialógi- primer día.
ca de exposición, asumiendo las presuntas cuestiones
de Marcia para organizar las respuestas según el guión Y entra de lleno en su caro estoicismo:
previsto.
“Es natural llorar a los seres queridos que se fue- ¿Qué es el hombre? Un cuerpo endeble, débil,
ron”, diría Marcia. desnudo, sin defensa natural, que mendiga el auxilio
Séneca le dará el argumento de que el duelo pro- ajeno, blanco de todos los ultrajes de la naturaleza;
longado no es natural y que ella debería alcanzar el que, a pesar de los esfuerzos de sus brazos, es pasto de
control del mismo. la primera fiera; víctima de cualquier enemigo; forma-
do de materia blanda y fluida, que solamente tiene
¿Quién niega ese dolor si se tiene con modera- brillantez en la apariencia, en su exterior; indefenso
ción? La ausencia, y con mayor razón la muerte de contra el frío, el calor, la fatiga, y en quien la inercia
esos seres más queridos, es necesariamente cosa cruel y engendra la corrupción; temiendo a sus alimentos, cu-
oprime hasta el ánimo más firme; pero la preocupación ya falta o exceso le matan; de ansiosa y aflictiva con-
nos lleva más lejos de lo que la naturaleza regla. [...] servación, aliento precario, que no puede resistir, que
Ningún animal lamenta por mucho tiempo la pérdida se ahoga por repentino pavor o por inesperado ruido
de sus crías. Pero el ser humano azuza su dolor, de que hiere sus oídos; en fin, que para alimentarse, se
modo que éste responde no a la natural aflicción que destruye, se devora a sí mismo. [...] Todo lo que nece-
experimenta, sino a una decisión previa. [...] Es más sita para vivir, le es mortal.
512 acorde con tu nobleza poner tú fin al duelo que no de-
jar que él lo haga cuando quiera. ¿Dices que no has gozado de tu hijo, que podías haber
disfrutado más de él?, se escucha Séneca la pregunta de
¿Por qué entonces esta perseverancia del dolor y el Marcia.
llanto? Y entonces despliega, como los otros colegas de
Y Séneca argumentaba que diversas circunstancias consolaciones, la batería de puras racionalizaciones,
llevan a impresionar de distinta manera a los hombres, que quizás podrían tildarse de perfectos sofismas, aun-
según influyen en ellos las costumbres. Haber creído de que no cabe duda de que también los sofismas conven-
antemano que es terrible algo que no tiene por qué cen a mucha gente.
asustar los hace débiles y cobardes.
Pero sobre todo es, como ya lo decía Ovidio, la Si dijeras que no has disfrutado nada de tu hijo,
imprevisión de la desgracia, que procede de la negación eso te haría más soportable la pérdida, porque no lo
de pensar que en cualquier momento nos puede ocu- echarías tanto de menos. Si por el contrario, lo has
rrir, a pesar de que las vemos constantemente a nuestro disfrutado mucho, debes estar agradecida por ello.
alrededor. “Nunca pensé que esto me sucedería”, suele ¿Que no has podido ver el fruto de tu educación?
decirse. ¿Por qué olvidas tanto tu condición, que es la Haberlo tenido y haberlo amado es ya bastante recom-
general de todo el mundo? ¡Ahí tienes el mal! pensa.
¿Que podría haber sido mayor y más duradera tu
Muchos funerales pasan por delante de nuestra felicidad con él? Bien, pero, si pudiéramos elegir entre
casa y no pensamos en la muerte. [...] Nunca se nos ser dichosos por poco tiempo y no serlo jamás, preferi-
ocurre que nuestros bienes, como los suyos, se encuen- ríamos sin duda una felicidad pasajera que no disfru-
tran sobre pendiente resbaladiza. [...] Sufrimos más lo tar ninguna.
que nunca habíamos previsto que podríamos o debía- ¿Hubieras preferido un vástago indigno, y que te
mos sufrir. Pero el que mira a los males futuros, quita hubiese durado más? Pero excelente era tu hijo, tan
su fuerza a los presentes. [Encarando a la Fortuna, le joven y amorosamente filial, enseguida esposo y padre,
diríamos:] “No me engañarás; no me cogerás conside- tan cuidadosamente cumplidor en sus deberes, tan ho-
rándome yo segura o estando descuidada. Sé lo que me norado en tan corto tiempo.
preparas: hieres a otro, pero te dirigías a mí”. ¿Y por qué lloras, Marcia? ¿Porque ha muerto tu
hijo o no ha vivido mucho tiempo? Si lloras porque ha
De esta manera, Séneca extrae dos consecuencias muerto, has debido llorar siempre, porque siempre has
para Marcia, la primera ya aducida por Ovidio: tenido que saber que debía morir.
de llamas, ni el río del olvido. En aquel asilo de plena [...] emprendió su vuelo, hasta ocultarse, y des-
libertad no hay tribunales, ni reos, ni nuevos tiranos. pués de permanecer algún tiempo sobre nuestras cabe-
Todas estas cosas son juegos de poetas que nos han zas, para purificarse de la mancha de los vicios inhe-
agitado con vanos terrores. rentes a toda vida mortal15, se elevó a lo más alto de los
La muerte es la libertad, el término de todas cielos, donde se cierne en medio de las almas dichosas.
nuestras penas. [...] Contra las injurias de la vida ten-
go el beneficio de la muerte. ... y desde donde irradia a la madre el consuelo de
saberle a resguardo:
Sabia estrategia final de la consolación de Séneca al
hacer ahora la última semblanza de Metilius vivo para Tu hijo ha traspasado los límites dentro de los
su madre: cuales se es esclavo. En el seno de una paz profunda y
eterna, no le atormenta ya el temor de la pobreza, el
Quedando huérfano, permaneció bajo la vigi- cuidado de las riquezas, las pasiones que estimulan
lancia de sus tutores hasta los catorce años, y bajo tu nuestro ánimo con el acicate de la voluptuosidad. Ya no
tutela de madre toda la vida, y aunque tuvo sus pena- envidia la felicidad ajena, ni es envidiado por la suya;
tes [sus dioses domésticos, protectores; es decir, jamás la calumnia ofenderá sus castos oídos; no tendrá
su propio hogar] no quiso separarse de los tuyos que prevenir calamidades públicas ni privadas, ni ha-
[...], renunció a la carrera militar por no alejarse de brá de atender al porvenir lleno de tristes inquietudes.
tu lado. [...] Nunca se evadió de tu vista, y bajo tu Se halla, en fin, en un asilo del que nada puede privar-
mirada se formó en los estudios aquel ingenio supe- lo ni inspirarle temor [...], admitido en el grupo sagra-
rior, aquel joven de belleza poco común y pureza de do de los [...] héroes despreciadores de la vida y libera-
costumbres. dos por el beneficio de la muerte.
Desde arriba, los dos echan sus miradas sobre la tierra Y ésta, la tabla de los cataclismos. Séneca, identifi-
y se complacen en observar, desde la cima de su gloria, cado a su estimado Cremucio difunto, le hace explayar-
todo lo que han dejado abajo. se en el anticipo del Apocalipsis final, esa alucinación
Así que desde lo alto, Marcia, tu padre y tu hijo premonitoria que persigue por milenios nuestro in-
ven cómo actúas, pero ya no son ellos como tú los cono- consciente colectivo.
cías, sino seres perfectos de sublimes lugares. Te sonro-
jarás, pues, de todo lo que sea vulgar y de poca monta, “En fin, por si te puede consolar de tu duelo el
y de llorar por la feliz mutación de tus seres queridos. destino común del mundo, persuádete de que nada hay
En la eternidad de los vastos y libres espacios, que dure, Marcia. El tiempo abatirá y se lo llevará to-
nada les separa ya, ni los anchos mares, ni las altas do, no solamente a los humanos —raquíticos restos de
montañas, ni los profundos valles, ni las inseguras sir- su veleidoso imperio— sino a dioses, a regiones ente-
tes. Todo es llano para ellos, fáciles y expeditos todos ras, a grandes extensiones del mundo; suprimirá mon-
sus movimientos, permeables entre sí, en armonía con tañas y hará surgir otras; desecará los mares, despla-
los astros. zará el curso de los ríos, y, destruyendo las comunica-
ciones de los pueblos, disolverá las sociedades del géne-
El astuto Séneca se reserva para el final la excelsa ro humano. Por otra parte, el suelo se hendirá y engu-
carta: la voz del padre. llirá las ciudades, o las derribarán los terremotos, y sus
grietas exhalarán vapores ponzoñosos; se inundarán
Desde aquella bóveda celeste desciende la voz de las tierras habitadas, y en el orbe sumergido perecerá
tu padre, Marcia, que te dice: todo animal; y un vasto incendio abrasará cuanto sea
“¿Por qué, hija mía, te entregas a tan larga triste- mortal. Y cuando llegue el momento en el que el mun-
za? ¿Por qué ignoras tan obstinadamente la verdad, do deba extinguirse para renovarse, sus propias fuer-
creyendo a tu hijo injustamente tratado, cuando, dis- zas lo romperán, chocarán los astros entre sí, toda la
gustado de la vida, se quiso retirar con sus antepasa- materia se fundirá y las grandes luminarias que bri-
dos?16 ¿Acaso no sabes de la tormentosa Fortuna, que llan en el cielo se concentrarán en la llama de un solo
todo lo trastorna y que parece tratar mejor a los que incendio.
menos se lo agradecen?”. También nosotros, almas felices, en régimen de
eternidad, cuando plazca a Dios recrear todo de nue-
Y la pluma del filósofo amigo, en voz del padre de vo, iremos a confundirnos en el seno de los elementos
la doliente, pinta el díptico de los terribles males de la primordiales. ¡Feliz es tu hijo, Marcia, que ya conoce 515
tierra en una tabla, y, en la otra, los inmensos bienes este secreto!”.
que nos esperan en los altos cielos. Ésta es la tabla de
los bienes. Pero ¿consolaría esto a Marcia? No se ha dejado
constancia de ello, y no lo sabremos. De forma cruel,
“Aquí todos formamos uno solo, y vemos, exentos Séneca corta aquí su consolación con ese cuadro del fin
de la espesa noche que os rodea, que nada en los hom- del mundo en el que seguramente Brueghel, muchos
bres es como lo piensan, ni deseable, ni elevado, ni siglos después, se inspiraría. Al final, se ha dejado llevar
magnífico, sino que todo es bajeza, miseria, angustia. por el terrible imaginario de su duro estoicismo. Porque
Cuán poco reflejo recibís de nuestra luz. él era aquel que, queriendo imitar la muerte de Sócra-
¿Habré de añadir que aquí no tenemos ejércitos tes, no tuvo el habilidoso humor de éste para hacerlo
que choquen entre sí furiosamente, ni armadas que se dignamente, y su suicidio fue una escabechina.
destrocen en el mar? Aquí no hay parricidios, ni proce-
sos interminables, nada es oscuro, la mente y el cora- ***
zón están abiertos, todo se halla a la vista, y lo que fue
y lo que ha de ser están ante nuestros ojos. En la CIX de sus Cartas a Lucilio17, Séneca incluye
Me preciaba yo de relatar los anales de un siglo, la que le escribió a un padre, Marullo, por la muerte de
de un puñado de hombres en un rincón del mundo; su hijo, sin que conste fecha del escrito, que parece, sin
pero ahora, qué inmensa cadena de siglos y generacio- embargo, posterior a sus otras grandes consolaciones.
nes puedo abarcar, todos los tiempos están delante, y Espigo del texto las siguientes pocas sentencias, que
me es posible ver qué imperios deben surgir y cuáles corroboran la posición que Séneca sostiene con respec-
derrumbarse, la caída de famosas ciudades, las violen- to al duelo por la muerte de un ser querido.
tas agitaciones de los mares [...]”.
Deja que se derramen las lágrimas de tu aflic-
16 La frase siguiente (“Cur in tanta veri ignorantia versaris, ut ción, pero ¿por qué te recreas después en ellas? / ¿Por
inique actum judices cum filio tuo, quod in tædium versus vitæ, ipse qué exageras el dolor? Gimes más fuerte cuando te
ad majores se recepit suos?”), referente a su nieto muerto, puesta en oyen. / La ostentación del dolor te arrastra más que el
boca de Cremucio Cordo, y dirigida a su hija Marcia, pone en duda la
causa de la muerte del joven: ¿se trata meramente de un giro retórico
dolor mismo... / ¿Qué locura es ésa de llorar por el que
o hay que entender que ese muchacho se suicidó al igual que el suso-
17 Oeuvres Complètes de Sénèque le Philosophe, op. cit., vol. 7, pp.
dicho abuelo? De la consolación de Séneca no se deduce la causa de
esa muerte. 167 y ss.
partió si tú has de seguir el mismo camino? / ¿Qué va18, la cual se va adquiriendo desde la primera infan-
mayor vergüenza hay que hallar placer en el dolor? / cia, al par que se aprende a cuidar sin dañar, a acariciar
Me reprochan una severidad excesiva y me acusan de sin agobiar, a percibir que alguien tiene frío y cubrirlo,
insensibilidad. Lo que prescribo es que, una vez que la a respetar un silencio, a saber callar y a saber decir una
aflicción haya liberado sus lágrimas, impedir que el palabra adecuada en el momento oportuno...
dolor nos ocupe el alma. Bien sé que éstas conductas que nacen de lo íntimo
no pueden ser técnicas programadas en sesiones, sino
Desconozco si se conservan otras consolaciones de que pasan por el largo aprendizaje de las identificacio-
Séneca, pero, en todo caso, su obra es una reflexión in nes, producidas por interiorización. Es, en el fondo, un
extenso sobre la muerte. desarrollo sentimental y moral de amplio espectro, bien
facilitado y educado, que se expresa en el aprendizaje
del cuidado, del saber cuidar. Quedarían adulteradas y
teatralizadas si se trataran de enseñar mediante técnicas
Consolación y psicagogía rituales, psicodramas o “dramaterapias”, tan comerciali-
zadas hoy día, en una de esas banalizaciones del bien.
Uno de los objetivos de esta amplia noticia sobre la
consolación de los clásicos grecolatinos es ejemplificar
la antigüedad y permanencia de la psicagogía en mu- Pasos para la consolación
chos de nuestros métodos de tratamiento anímicos ac-
tuales, que dejan en entredicho la libertad del sujeto El ars consolatoria requiere unos aprendizajes o el
tratado. afinamiento de unas capacidades, al igual que el que
La terapia de los filósofos de la consolación que aca- tiene aptitudes para el canto debe educar la voz y para
bo de presentar es una psicagogía, no una pedagogía. ello ha de tener en cuenta determinados componentes
Pedagogía es dotar de saberes fundamentales a un de la misma.
sujeto y proveerle de instrumentos, ayudarle a abrirse Los ejemplos de consolación que acabo de presen-
caminos, a descubrir y desarrollar sus capacidades, a tar constituían un género literario en la Roma antigua
fortalecer sus actitudes. de los primeros siglos de nuestra era. La posterior tradi-
Psicagogía es transmitir una verdad a un sujeto, ción de las cartas de pésame podía tener algún reflejo
modificando, en mayor o menor medida, su manera de de ella. Pero aquí vamos a entender la consolación en
516 ser —de actuar, sentir o pensar—, a través del método su vertiente presencial, verbal y gestual.
adecuado, que es la retórica persuasiva. El arte de la consolación debe apoyarse en unos
Ambos métodos y fines pueden confluir, y, en componentes que tienen a su vez entidad propia. Son:
verdad, muchas veces son difíciles de distinguir en la empatía, cuidado, ternura y lenguaje consolatorio (ver-
enseñanza. bal y gestual) que se entrelazan, se facilitan y enrique-
Pero en psicagogía la verdad es previa y está en las cen entre ellos. Creo que la intervención de todos y ca-
manos del maestro-psicagogo. Se podría hablar de una da uno redunda en una mejor terapeia consolatoria y
conducción de almas en una dirección hacia lo absolu- paliativa.
to. La diferencia con la sofística es que, en ésta, verdad En primer lugar, la consolación necesita de la empa-
puede ser todo aquello que venciera en una discusión, tía y, a su vez, ésta facilita extraordinariamente la acción
pero que dejaría de serlo si perdiera en otro debate so- o actividad de cuidar. Por su parte, todas ellas se poten-
bre el mismo tema. cian con la ternura y se expresan mediante un lenguaje
En la pura pedagogía, a mi modo de ver, la verdad gestual y verbal. Los abordamos a continuación, en ma-
no es asunto de un tiempo o un momento concreto, si- yor o menor extensión.
no el resultado del trabajo y el esfuerzo prolongados de
un continuado encuentro entre el pedagogo y el sujeto,
generalmente el niño. Empatía
Las terapias de consolación que hemos examinado
más atrás son psicagógicas, obedecen a una estrategia La auténtica consolación requiere empatía. Con
encaminada a un forzado y muy determinado fin. “auténtica” me refiero a una consolación que sale de den-
tro, si bien, como ya dije, hay que habilitarla para con-
vertirla en ars. Se dan, por supuesto, consolaciones
operativas que no comprometen la empatía y que se ex-
Consolatoria básica presan en un cuidar correcto, formalizado, programado
o protocolizado, que tiene también su razón de ser.
Hay una consolatoria básica, que debería saber La empatía es un concepto que se ha enrevesado
practicar todo ser humano ante el dolor y el duelo aje- mucho históricamente, trabándose con su pareja geme-
no, y que no debe contemplarse como una habilidad lar, la simpatía, como veremos. Supone un proceso muy
social aprendida como si fuera una técnica de estudio o
de entrevista laboral. Esta consolatoria parte de la esti- 18 ¿Qué construirías tú en lugar de las Torres gemelas? - Pedagogía
mulación moral para el desarrollo de la función compasi- de la función compasiva, Madrid, 2002
debatido y de difícil objetivación y seguimiento en su Así que, apurando más, la empatía no se define
desarrollo. por una actitud necesariamente cariñosa, tierna o, en
Pero, resumiendo ahora, y de entrada, diré que sentido coloquial, “simpática”, aunque evidentemente
opto aquí por considerar como empatía la capacidad éstos son rasgos que suelen asociarse. Sino, insistámos-
emocional, psicoafectiva, de sentir-en sí, dentro-de-sí, lo, por una comprensión íntima de la situación por la
como si sucediera-en-mí, el estado por el que atraviesa que atraviesa el otro, por lo común una situación par-
otra persona (“el otro”). Pero, dicho esto, hay que acla- cial, pero que se percibe afectándole en su conjunto, sin
rar enseguida que no se trata de una relación simbiótica que esa comprensión venga dada obligadamente por
o de dependencia. En la empatía los dos sujetos impli- una información exhaustiva de dicha situación. Con
cados en la relación permanecen independientes todo una ojeada la empatía se enciende con frecuencia y se
el tiempo y con conciencia de su individualidad. La manifiesta mediante una aguzada escucha y una atenta
empatía se sentiría como un efecto de resonancia del observación que permiten captar muy bien la necesidad
otro en mí, no como una invasión o intrusión o sustitu- del otro o el cuidado que requiere.
ción del otro por mí. La empatía, como otras cualidades afectivas y emo-
Mientras que simpatía sería un sentir-con el otro, un cionales de la relación con el otro, se va configurando
reaccionar con él, un coincidir con él, sin que ello im- progresivamente desde las más tempranas edades. Si-
plique equivalencias vivenciales. Por ejemplo —en el gue, pues, un proceso de formación. Es en la infancia
sentido coloquial, como se entiende en la actualidad—, cuando arraiga y fructifica con mayor fuerza, llegando a
puedo simpatizar con alguien al que no entiendo en manifestarse como competencias naturales, de funcio-
absoluto o que sea totalmente contrario a mí, pero que namiento espontáneo y habitualmente acertado. Es
me hace gracia. Nunca se diría esto de la empatía. cierto que hay niños que nacen con un potencial de
Estimo que la empatía no requiere reciprocidad (la base, endógeno, constitucional, instrumental, que faci-
simpatía, más, o sí). Puede ser tanto unidireccional como lita las bases para su mejor implantación, al igual que
bidireccional. Desconozco si hay investigaciones sobre si sucede con otras funciones.
una de ellas es mejor que la otra, o cuándo, o en qué La empatía tiene, a mi modo de ver, categoría de
circunstancias. Es más; entiendo que la empatía humana función, en el sentido de que desempeña una actividad
puede darse con un animal, con una planta, con la tierra fundamental en las relaciones humanas. En mayor o
misma. Para ciertas personas, especialmente aún para menor grado, con mayor o menor fineza, existe en to-
muchas mujeres, las plantas son criaturas vivas a las que das las personas, pero puede hallarse siempre en activo
“adivinan” su estado, si requieren un cambio, más luz, o manifestarse selectiva u ocasionalmente. De donde 517
menos agua, delicada limpieza de sus hojas, menos surge otra cuestión: ¿sólo se empatiza con situaciones
frío..., y, aunque todo ello se pueda hacer muy bien con concretas de sujetos concretos?
información de jardinería, no cabe duda de que en el Es factible la estimulación, afinamiento y enrique-
mejor desarrollo de la planta interviene un componente cimiento de la función empática mediante su entrena-
empático, acompañado de cuidado y de ternura.
miento y su asunción por la consciencia, ya que muchas
Cabe plantear asimismo si la empatía involucraría
veces tal empatía se experimenta como un movimiento
emociones y sentimientos morales y éticos. Es decir,
instintivo que sale de uno, y ya está. Pero su plasticidad
¿podría uno igualmente empatizar con el bien que con
se pierde con la edad, aunque algunas veces, por el con-
el mal, con el bueno que con el malo? No parece que se
trario, se gana con ella, sobre todo en la edad última,
pueda concebir empatizar con el odio, la venganza o la
seguramente cuando hay menos trabas a dejar que se
envidia, pero sí cabría quizá simpatizar con los sujetos
manifieste.
que manifiestan estas pasiones innobles. Por el contra-
Un ejemplo corriente muy ilustrativo de afecto
rio, Max Scheler otorga a la simpatía una consideración
empático (aunque con resonancias simbióticas) es la
ética de valor positivo, amoroso, incluso religioso; claro
frase con la que las madres expresan la preocupación
que Scheler concibe la simpatía como una entidad mu-
alimentaria por sus pequeños: “Mi niño no me come”, y
cho más compleja que como se entiende hoy popular-
esa inquietud apunta a su amoroso temor con respecto
mente. (Enseguida veremos la confusión o ambigüedad
semántica que hay entre empatía y simpatía en los mu- a la salud de su hijo. De hecho, la gramática denomina
chos autores que les han dedicado su atención). dativo ético o simpatético al del pronombre personal de
Pero, por mi parte, he percibido empatías en sujetos primera persona (“me”) de la frase anterior.
psicópatas y en niños autistas. La carga afectiva demasia- Como apunté, empatía y sobre todo simpatía han
do positiva que se asocia al concepto ha impedido proba- sido objeto de estudios por parte de señalados pensado-
blemente percibir que hay en ciertas personas sin con- res en los campos de la filosofía, sociología, psicología,
ciencia moral o con gran distorsión en la personalidad estética, ética, etc., como dejo esbozado en la apretada
una extraña capacidad para captar cómo se siente el otro nota adjunta19. En ella trato de plantear las relaciones
y utilizarlo de forma malvada, conocimiento que quizás
19 Sobre “Einfühlung”, simpatía y empatía. Einfühlung fue, al pa-
obtienen a través de una extraordinaria receptividad de
recer, acuñado en 1858 por el filósofo y psicólogo alemán Rudolph
mensajes imperceptibles normalmente. En el tema que Hertman Lotze (1817-1881), y utilizado asimismo por su colega, com-
nos ocupa, es obvio que nos referimos a la empatía “posi- patriota y además fisiólogo Wilhelm Maximilian Wundt (1832-1920).
tiva”, disculpándome de la posible redundancia. El término Einfühlung (de ein = en, dentro, y Fühlung = sentimiento, es
decir, sentimiento llevado a dentro de sí) ha sido traducido tanto como general, una actitud determinada con respecto a otras vidas psíquicas”.
simpatía que como empatía, pero la evolución de estos dos vocablos ha Por último, en la lección XXXIII, “La femineidad”, de Nuevas lecciones
seguido desarrollos distintos. Veamos. introductorias al psicoanálisis (1932), apunta el nacimiento de simpatía
Se señala en alguna fuente que G. Tichener, un estudiante de de una persona hacia aquella o aquellas en las que supone la existencia
Wundt, tradujo, con raíces griegas, a primeros del siglo XX, la palabra de un conflicto idéntico al suyo. Ortega y Gasset estimaba que el tér-
Einfühlung al inglés como empathy (empátheia, de em = causante de; pa- mino Einfühlung era un “endemoniado vocablo germánico”, y proponía
theia, afecto, que por derivar de la base páschein, que significa sufrir, sustituirlo por ese otro de “simpatía” que, aun no siendo tampoco es-
incluye acepciones de dolor, pena, compasión). El adjetivo empathic pañol, estaba, al menos —decía él—, más españolizado. Por su parte,
(empático) fue empleado a partir de 1909, y el verbo empathize (empa- el traductor inglés de la obra de Freud, James Strachey (1887-1967),
tizar), desde 1924. Pero otros datos atribuyen esa traslación al filósofo culto psicoanalista británico, fue el que introdujo en la obra freudiana
vienes greco-latinista Heinrich Gomperz, que mantuvo una relación el término empatía, poco conocido hasta entonces, dándole relevancia
amistosa con Freud. internacional.
Debe saberse que en alemán se ha seguido empleando el término Por su parte, el moravo (checo) Edmund Husserl (1859-1938),
Einfühlung durante largo tiempo en filosofía, estética y psicología, pero, fundador de la filosofía fenomenológica y padre de muchos de los me-
como acabo de apuntar, fue traducido al inglés y expandido como em- jores filósofos europeos del siglo XX, se interesó por la Einfühlung, en
pathy, en concordancia con symphaty, a la que finalmente parece haber 1905, y la integró en su pensamiento. Aunque no escribió monográfica-
conseguido desbancar, como veremos. mente sobre ella, potenció la tesis doctoral Zum Problem der Einfühlung
Einfühlung se utilizó al comienzo para denominar una teoría del (1916; Sobre el problema de la empatía, en castellano) de su discípula, fi-
arte, una vivencia estética. En 1903-1905, el también filósofo y psicó- lósofa y mística Edith Stein (1891-1942, que devino religiosa carmelita,
logo Theodore Lipps (1851-1914), en el mismo campo que los autores hoy canonizada, muerta en el campo de concentración de Auschwitz.
citados anteriormente, elaboró el concepto Einfühlung como la “belleza Es un breve texto, densamente filosófico.
que, en libre afirmación de la vida, es sentida en la contemplación de En cuanto a simpatía, el término proviene del griego sympatheia
un objeto y ligada a esta contemplación de un modo sensible”. El ar- (con el prefijo de unión, syn = junto, unido a, con, y la raíz éphatho,
tista proyecta estos sentimientos en la obra de arte para que los que la sentir). Apareció ya en Cicerón, Plinio y otros autores latinos, con el
contemplen compartan con él las mismas emociones. Lipps considera significado de acuerdo entre varios, conjunción y consenso con la na-
que el objeto que se nos presenta ejerce una solicitación de explora- turaleza, comunidad de sentimientos, y lo utilizó asimismo Aristóteles.
ción e implicación activa por nuestra parte. Kandinsky (1866-1944) se El término impregnó la fisiología y la medicina, hablándose de reacción
basó en la proclama Abstraktion und Einfühlung (1907-1908, del pintor simpática cuando la función o afectación de un órgano repercutía en
primitivista, expresionista, Wilhelm Worringer) para establecer su filo- otro, con el que establecía una relación de resonancia. Uno de los sis-
sofía artística. Escribió: “Todos los objetos, sin reservas, creados por la temas neurovegetativos de nuestro organismo ha recibido el nombre
naturaleza o por el hombre, son entes con vida autónoma, que inexcu- de simpático. En los siglos XVII-XVIII se abrió un cauce de filosofía
sablemente emiten un sentido. Constantemente estamos en contacto moral y de sociología, entre el Renacimiento y la Ilustración, basado
con estas ‘emanaciones psicológicas’, cuya influencia puede actuar en el en una reintegración del concepto de virtud de los clásicos, y en un
subconsciente o pasar a la conciencia. El hombre puede conjurarlas en- planteamiento de las relaciones de simpatía y de benevolencia en el
cerrándose en sí mismo. La naturaleza, circunstancia externa del hom- interés común de los hombres en sociedad, con autores ingleses como
518 bre, siempre variable, emite una vibración constante de las cuerdas del el conde de Shaftesbury (1671-1713, que decía: “El Otro es el objeto
piano (alma) a través de las teclas (objetos)”. Es decir, aunque recibimos exterior que sirve de estímulo y término específicos al primario instinto
de los objetos sus cualidades sensibles (color, forma, etc.), los dotamos simpático del Yo”), Francisco Hutcheson (1694-1746), David Hume
de cualidades dinámicas procedentes de nuestro interior psíquico, en (1711-1776), Adam Smith (1723-1790, con su Theory of Moral Senti-
una especie de remanente animismo psíquico propio del pensamiento ments, de 1759) y el doctor alemán Ernst Platner (1744-1818), quienes,
primitivo; por ejemplo, hablamos de un mar enfurecido o de unas so- entre otros, contribuyeron a revelar la existencia de la simpatía como
berbias columnas, que se levantan orgullosamente. instinto primario de vínculo humano y social. Desarrollaron una socio-
Asimismo, unas manchas imprecisas nos pueden parecer un ob- logía de la simpatía, de la benevolencia y del amor en un ámbito más
jeto o un ser animado o vivo, con expresión. Esto fundamentó el célebre profundo que el del discurso racional, pero independiente de la moral
test de Rorschach. Freud utilizó, casi simultánamente a Lipps, el térmi- religiosa, favoreciendo el camino para el estudio y valoración de los sen-
mo Einfühlung, aplicándolo a su teoría psicoanalítica, pues hallamos su timientos, en sus dimensiones social, política y pedagógica. Esta última
primera mención en El chiste y su relación con el inconsciente, de 1905, era resumida por Adam Smith en su máxima: “Obra de tal modo, que
donde lo empleó repetidamente. Luis López Ballesteros (que realizó la un ‘espectador imparcial’ pueda simpatizar contigo”, de forma que “al
primera traducción de la obra completa de Freud al castellano, y con- ponernos en la situación del Otro, aprobaríamos nuestra manera de ac-
cretamente la de El chiste en 1923) vertió el término como proyección tuar y simpatizaríamos con nuestros propios sentimientos”, definición
simpática, y, tomando asesoramiento de autoridades, lo ejemplificaba muy cercana al Superyo de Freud, aunque en ésta el código juzgador
argumentando que, aun viendo del prójimo sólo su exterior, me parece se halla interiorizado y en el de Adam es puramente social. Asimismo,
que posee un Yo como el mío, por lo que proyecto sobre él mis esta- el inglés Jeremy Bentham (1748-1832), teórico del utilitarismo, simpli-
dos psíquicos internos, de manera que “siento” mi Yo en el otro, y esta ficaba la cuestión diciendo que la teoría de la simpatía y de la antipatía
proyección de mi psiquismo en lo que —o en el que— no soy yo es la se reducía al simple principio según el cual las personas se hallan a sí
Einfühlung. En El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’ de W. Jensen (1906), mismas dispuestas a aprobar o desaprobar comportamientos, sin que
en Personajes psicopáticos en el teatro (1905-1906) y en Historia de una intervenga en ello el condicionamiento de la felicidad. Sin embargo, en
neurosis infantil (caso del “Hombre de los lobos”) (1914, 1918), el tér- otro contexto, él mismo afirma que la “moral del egoísmo” (del Yo, se
mino es utilizado, de forma positiva o negativa, respectivamente, como diría ahora) conduce a la “moral de la solidaridad”, en la medida en que
la posibilidad o imposibilidad de que alguien comprenda psicológica- el placer del “egoísmo razonable” se nutre de la simpatía de los demás;
mente a otra persona, en función de diferencias entre ambas, pudiendo como si dijera: “Tener la simpatía de los demás le es provechoso a mi
ser esto, por ejemplo, un obstáculo para la terapia psicoanalítica en el Yo”. En los siglos XIX y XX incidieron asimismo en el estudio de la sim-
caso negativo. Freud consideraba que esta simpatía era fundamental patía Théodule Ribot (1836-1916), fundador de la psicología francesa,
para realizar dicha tarea. Es en Psicología de las masas y análisis del Yo y el filósofo parisino Henri Bergson (1859-1941), entre otros, y desde
(1920-1921) donde incluye el término, ya explícitamente, en el ámbito luego el alemán Max Scheler (1874-1928), de la corriente del persona-
de la identificación con el otro, definiendo la proyección simpática o Ein- lismo, máximo representante filosófico de la teoría de los sentimien-
fühlung como el “proceso del que depende, en su mayor parte, nuestra tos, entre cuyas obras destacamos su Wesen und Formen der Sympathie
comprensión del Yo de otras personas”. “[Cuando] uno de los Yo ha (1923, ampliación de un ensayo escrito en 1913; traducido en España
advertido en el otro una importante analogía en un punto determinado, como Esencia y formas de la simpatía), texto fundamental. Considera
inmediatamente se produce una identificación en este punto”. En la que en la simpatía se dan dos componentes: por un lado estaría el sentir
nota del traductor se añade que “mediante la identificación y la imita- el sentimiento ajeno, pero desconectado de nuestras propias experien-
ción se llega a la comprensión del mecanismo que permite adoptar, en cias, no como un estado propio; el otro componente sería el co-sentir,
complejas entre ambas, procesos emocionales que son, vivos hasta los objetos; se cuida a un niño, una planta,
a mi modo de ver, bases fundamentales para el buen un perro o un libro. Pero su campo se amplía a otras
ejercicio del arte paliativo de la consolación. Pero la acciones, como es la de favorecer el desarrollo y el cre-
evolución histórica de los términos empatía y simpatía cimiento y mitigar o eliminar el sufrimiento. Para ello,
inducen a ambigüedad y confusión. La simpatía carece en principio, no se requerirían los afectos en sentido
actualmente de la profundidad sociológica, filosófica y estricto. Veamos.
ontológica que se le ha dado en tiempos pasados. Mi El instinto de cuidar es natural a las especies ani-
impresión es que ambas, simpatía y empatía, forman males y se dignifica en el ser humano a través, por un
parte de un mismo tronco afectivo y emocional de la lado, de la extensión de ese cuidado más allá de la
interacción humana, cuyas derivaciones o desarrollos crianza de la propia camada y más allá de los individuos
darían lugar a vivencias de distinta matización, hondu- del grupo, y, por otro, porque asume también la mitiga-
ra e implicación para el sujeto. ción del dolor. La dignificación de la confluencia de es-
En resumen, la empatía en consolatoria se mani- tas tres tareas se produce, además, porque el ser huma-
fiesta mediante una especial escucha, un delicado trato no las asume voluntariamente.
de respeto y una atención en detalle al sufrimiento y a Pero para cuidar de una manera adecuada es preci-
las demandas explícitas y no explicitadas de los dolien- so conocer las necesidades de la persona a quien se cui-
tes. Se reconoce porque consigue con el Otro: 1) esta- da —que, paradigmáticamente, es el bebé, el niño—.
blecer un vínculo de confianza basado en la credibili- Sabemos que la necesidad se mueve entre la carencia y
dad; 2) una buena y respetuosa comunicación; 3) la la satisfacción, entre la desazón y el placer; es decir, se
obtención privilegiada de información emocional; 4) halla teñida de emocionalidad. No siempre es evidente
un conocimiento de los diferentes aspectos que inciden lo que necesita de verdad el sujeto al que se cuida, y en
en su problema, y 6) una adecuada respuesta al trata- ocasiones ni él mismo lo sabe. Para afrontar ese obstácu-
miento de dicho problema. lo el cuidador ha de aplicar ese sentido afectivo de cono-
cimiento que es la empatía, motor del cuidado, que posi-
bilita, como insistimos, reconocer la necesidad del otro;
El cuidado empatía, que acabamos de estudiar como un proceso
mucho más complejo y debatido que el que se deduce
Dejé apuntado arriba que una capacidad nuclear por la definición simplista de ser la “capacidad de po-
de la empatía es su sagaz sensibilidad para captar la si- nerse en el lugar del otro”. En todo caso, cuanto más
tuación del otro y el cuidado que necesita. empático sea el sujeto mejor será su capacidad de cuidar 519
Cuidar es la actividad, compuesta de múltiples ac- en concreto a quien requiere sus cuidados.
ciones, dirigida en primer término al objetivo universal Se dice que es el instinto el que permite que el ani-
de proteger20, protección que incluye desde los seres mal reconozca la necesidad de su cría (probablemente,
por un sentido cíclico o de reloj biológico), pero no es
en el que hay una participación en las vivencias ajenas. La simpatía, empatía porque ese reconocimiento sólo es con respec-
en sentido estricto (Mitgefühl), estaría basada en ambos componentes.
La simpatía, mediante la intuición, capta las cualidades valorativas del
to a su cría y dura (salvo en excepciones no explicadas)
sentimiento ajeno, y de este modo alcanza la comprensión del Yo y de hasta el tiempo exacto en el que ésta se independiza, es
la persona del Otro. Cuando Scheler describe los dos componentes que decir, cuando subviene a su propia manutención y ata-
él encuentra en el fenómeno simpatía está revelando, por una parte, en que y defensa.
uno de ellos, lo que algunos entienden por simpatía propiamente dicha, Pero, además, las acciones de cuidar anudan las
y, por otra, en el segundo, lo que muchos consideran y nombran como
empatía. En realidad, ambas tienden a la sintonía del Otro mediante
relaciones primarias, de las cuales emanan los senti-
el conocimiento afectivo. Sin embargo, Scheler critica abiertamente la mientos básicos. Si observamos la conducta del sujeto
“teoría de la empatía”, a la que considera que interpreta erróneamente en su precoz infancia comprobamos que alterna, con
los hechos de la vida, sin extenderse en ella, prometiendo dedicarle más escasos intervalos, sus comportamientos de cuidar con
espacio en otra ocasión.
los de agredir (lo vemos en el trato a sus juguetes o a
Es importante remarcar que en el pensamiento alemán se desa-
rrollaron dos líneas de elaboración en relación con el sentir de la rela- sus muñecos, o incluso a sus animales). La evolución
ción humana: la línea de la sympathy y la línea del Einfühlung (traducido hará que se reprima el también natural componente
como empatía), siendo aquélla, como hemos visto, mucho más antigua destructivo, y esa inhibición de la propensión agresiva
que ésta. Todo lo cual ha dado origen, a mi modo de ver, a no pocas se hará a merced del desarrollo de la ternura, como ve-
confusiones, pues, según los diferentes autores que tocan el asunto, uno
llama como simpatía lo que otro describe como empatía, o viceversa.
remos enseguida.
Empatía, al principio también denominada “endopatía”, es un Los dolientes, sean enfermos físicos o —como aquí
término de aparición reciente en nuestra lengua. Simpatía parece haber estudiamos— personas en circunstancias de dolorosa
quedado para significar una aproximación afectiva más superficial hacia pérdida, requieren ser cuidados de manera especial du-
el Otro, mientras que empatía supondría una repercusión emocional rante un cierto tiempo. Ya vimos en el capítulo de la
de intensa coincidencia interior con el Otro. Dicho de otro modo, la
simpatía es el producto sentido por la coincidencia del Otro con uno
Clínica que el doliente en una situación tan crítica co-
mismo, en tanto que la empatía es más la coincidencia de uno mismo
con el Otro. ethos fundamental de lo humano, el “cuidado como modo-de-ser esen-
20
El brasileño Leonard Boff, teólogo de la liberación, proclama cial”. En realidad, no hace sino recoger y actualizar como laica ecología
la ética del cuidado. En su libro El cuidado esencial. Ética de lo humano, lo que Francisco de Asís fue el primero en representar viviéndolo: un
compasión por la Tierra (2002) defiende la recuperación del cuidar como amor cósmico en el que cada ser era un reflejo de Dios, sin ser Dios.
4. Zapatitos de bebé,
a miles amontonados
en el campo de Madjnek,
pero aquel campo no era
de jugar ni de correr.
Para ir a donde ibais
522 no los teníais que tener;
para ir a donde fuisteis,
no debisteis de nacer.
(Del autor)
7. NANA
Mi niño se está durmiendo,
mi niño dormirá bien.
6. Manitas extendidas, Los zapatitos vigilan
piñón, caracolitos, con sus ojitos de pie.
bendito quien os colme, Por sabanitas de sueños,
5. Bajo la cuna vacía ¡bendito! nadan ya tus p(i)ececitos,
gateaba la alargada * tus calcetines de oruga
sombra leve de su almita. Piececitos de niños, duermen en tus zapatitos.
El creador modernista Van de Velde azulosos de frío, Mi niño se está durmiendo,
diseñó esta cuna para el hijo del ¡cómo os ven y no os cubren, mi niño se duerme ya.
pintor y fotógrafo alemán Karl Er- Dios mío! Los malos no vienen hoy,
nest Papf en 1900 (ahora en el Gabriela Mistral mañana, ni nunca más.
Museo de Hagen) Ternura (1924) (Del autor)
1. Un “Teddy”
523
2. Tommy
524
Seamos conscientes de la
ternura. Apliquemos ternura al
gesto. Y apliquémonos en la
ternura. Tal aplicación no le
merma autenticidad. No hay
cosa más triste que el gesto que
quiere ser tierno fracase por
abrupto.
7. También los piececitos...
8 y 9. Engarce vertical
11. Preformas solidarias
Formas para contenidos
Manos juntas de niños, manos unidas.
Enseñemos a los niños
a simbolizar las manos.
2 y 3. Paradigma 4
Ir de la mano, llevar de la mano Las manos son instrumentos del
Debe ser derecho del niño aprender a llevar de la mano a quien es amor y del rechazo, de la herida y
más pequeño que él, para así empezar a saber guiar y proteger. del consuelo. Hay que enseñarlas
Mano que, conduciendo, enseña; que, consolando, guía. Mano como se enseña la palabra, la
1. Visión del viejo y el niño que te lleva por el camino seguro y por aquel en el que no fías. música o el verso. Todas son artes
(Gedeón Sillac) Soltarse de ella, y volverla a encontrar, dispuesta, segura, firme y de la armonía, cadencias del es-
Debe ser derecho del niño tener tranquila. Recuerdo permanente y concreto en la vida, recuerdo- pacio. Pedagogías.
una mano adulta, familiar y que- raíz, recuerdo-soporte, que no se olvida.
rida, que lo lleve de pequeño. Una mano antigua te lleva, niño, en la mía.
Tener de la mano
Danza prima
ABRAZOS DE LA TERNURA
REGAZOS DE MADRE
1. Ésta es una versión (del siglo XIV) del icono
bizantino de la Virgen de Eleusa, que, en griego,
quiere decir de la Ternura (denominada tam-
bién de la Compasión), cuyo original o primera
versión data del siglo XII y se hallaba en la cate-
dral de la ciudad rusa medieval de Vladimir (y
hoy en la Galería Tretyakov, de Moscú). En ella
aparece la madre de Dios como madre humana,
muy próxima, vestida a la costumbre de las es-
posas hebreas, con largo vestido y cabeza cu-
bierta con manto negro. Sujeta en un abrazo
contenedor a su niño Jesús, que recuesta el
cuerpecillo en su regazo y reposa la cabecita en
su cuello, el otro hueco-regazo que tienen las
madres. Hay una delicada sencillez y, al mismo
tiempo, una exquisita finura en esta escena, los
1. Virgen de Eleusa, dos fundidos. Tiene la madre una serena triste- 2. Abrazo protector de la 3. Abrazo total
de la Ternura za, que el niño percibe y trata de consolar acari- Madre Teresa de Calcuta La madre encuadra al niño en
ciándola. El Papa Juan XXIII proclamó a la Vir- un perfecto y absoluto marco
gen de Vladimir patrona de la unidad de todas protector, uterino (Ternura,
las iglesias. de Guayasamín, 1989)
REGAZOS DE HOMBRE
526
4. En el sueño blanco y negro 5. El regazo del hombre es 6. Miniatura profesional. 7. Acunador vertical
Bella pose de regazos masculinos. más un regazo de axila. Abrazadera de pediatra: Parecería que los padres varones
no son muy hábiles acunando
8. Guerra y ternura. horizontalmente al bebé, salvo
Bajo el casco que ciega, los guan- quizá cuando es muy pequeño.
tes que embastecen y anulan la
caricia, y el áspero uniforme que 9. Labor humanitaria:
le blinda, sólo el abrazo y el calor Este joven soldado
del aliento del soldado anónimo conoce la perfecta
pueden hacer que el niño, quizás geometría de la ternu-
herido, quizá sin nadie, sienta ra que calienta el
algo de madre. cuerpo aterido del
que la miseria arrojó
en la playa.
OTROS ABRAZOS
10. Cabalgadura
Este curioso y, sin embargo, corriente doble
abrazo del niño cabalgando sobre el padre. Para 11. Abrazo familiar de dolor 11. Abrazo
alzarse sobre él, y, sobre él, mirar más lejos. en terracota imposible
527
8. Bebés
9. Dos miradas
Gabrielle Arnault (con dos 10. El niño con la paloma
años) (Louis-Léopold Boilly) (Picasso) 11. Equivalencia
Observación gestual
Lenguaje gestual
Los gestos son mensajes, en gran parte, inconscien- No haré aquí —como dije— sino señalar algunas
tes —es decir, involuntarios o no intencionales—, que ideas con ánimo de suscitar el interés del lector para
nuestro organismo psicofísico, en su conjunto, emite ampliar sus conocimientos en otras fuentes22, y abordar
para comunicarse con los demás. No constituyen sólo
22
un refuerzo dramático o expresivo del lenguaje verbal Actualmente hay poco interés por la investigación científica
de la gestualidad, a pesar de las facilidades que han introducido las
—al que además pueden corroborar o negar, avalar o modernas técnicas audiovisuales. Un texto precursor y magnífico fue
contradecir—, sino que la gestualidad es un lenguaje en Expression of the Emotions in Men ad Animals (1872, La expresión de las
sí, que actúa asociada o independientemente del verbal emociones en los animales y en el hombre), de Charles Darwin (1809-
(por eso se le ha denominado preverbal y, de manera 1882), encuadrado en su teoría de la evolución. Se puede decir con
más correcta, paraverbal). Con el desarrollo y la sociali- toda propiedad que la médica alemana Charlotte Wolff (1897-1986) ha
sido quien ha estudiado por primera vez la mano humana durante largo
zación del individuo, éste va dominando su gestualidad, tiempo con rigor científico, empeñada en dignificar la quirología, pres-
asumiéndola de manera intencionada y manejándola tigiándola frente a la quiromancia. Hubo de abandonar su patria bajo
para crear, subrayar o modular ciertos efectos. Pero la la amenaza del nazismo, para vivir en adelante en Francia e Inglaterra,
mayor parte de nuestra gestualidad no llega al campo de moviéndose en ambientes literarios y corrientes surrealistas, influida
la conciencia; su extensión varía cuantitativa y cualitati- por el psicoanálisis. Llevó a cabo estudios sobre la bisexualidad y la
homosexualidad femenina, llegando a ser una destacada representante
vamente para cada sujeto. Incluso la que es expresada de del movimiento lésbico. Inició sus trabajos sobre la mano humana en
forma consciente, no puede serlo todo el tiempo ni en Francia, utilizando casos clínicos, con el apoyo del eminente psiquiatra
toda su dimensión. Cuando uno está concentrado men- y psicólogo francés, el profesor Henri Wallon, que le abrió las puertas
con mayor rigor la observación de la gestualidad huma- un estado determinado de expresión; 6) la movilidad
na y, a ser posible, para que examine y conozca intros- del mismo, es decir, la fluidez con la que se modula
pectivamente la suya propia. Obtendrá así beneficios en para ir cambiando y para pasar a otro gesto como mani-
el ámbito personal y profesional, con especial utilidad, festación de otro estado afectivo o de otra comunica-
como creo, en el dominio de la consolatoria. ción, y 7) recoger, en lo posible, la interpretación y la
Al abordar por primera vez el estudio del campo reacción del receptor o interlocutor de la gestualidad en
de la gestualidad invade una sensación de impotencia y estudio.
de desbordamiento ante la profusión y movilidad de su En cuanto a la adecuación emocional de la gestua-
repertorio. Afortunadamente, la vídeo-tecnología actual lidad, distinguiremos: 1) la que, consciente o no, se
permite acceder a dicho campo, lo que era inconcebible muestra acorde, en armonía, con el sentimiento que
hace apenas unas décadas. Por ejemplo, muchas veces expresa; 2) la consciente, es decir, la que el sujeto do-
basta con aplicar mayor velocidad a la película de vídeo mina, modula, maneja o manipula de forma voluntaria,
tomada a una persona (por ejemplo, a un personaje y 3) la gestualidad inconsciente, que se revela general-
público en una entrevista o pronunciando un discurso) mente en pequeños gestos, mínimos a veces, que, con
frecuencia, se desmarcan del conjunto.
para constartar un esquema propio de gestualidad, con
engramas que tienden a repetirse.
Un esquema de inicio o aproximación al estudio
Alteraciones de la gestualidad
de la gestualidad debería tener en cuenta los siguientes
puntos: 1) la situación o marco en el que se produce; 2) Apuntaré solamente algunas “patologías” o altera-
si es soporte o no de una interacción verbal; 3) la sin- ciones gestuales: la pobreza, la rigidez, la discordancia y
cronía de los diferentes gestos implicados en la expre- quizás el exceso gestuales. Cuando dichas alteraciones
sión en el momento de la observación; 4) el desglose constituyen el hábito expresivo de una persona, cabe
del gesto en los elementos más simples del mismo; 5) el inferir que se inscribieron de forma precoz en su vida.
tempo de la gestualidad en su conjunto para manifestar Seguramente las tres primeras tienen que ver con repre-
sión, anulación o negación de los sentimientos y emo-
de los hospitales de París. Wolff se basó en el principio de que el es- ciones. Y la última, el exceso gestual, casi siempre
tudio del anormal proporciona la mejor evidencia para la naturaleza
del normal. Incluso realizó investigaciones comparativas entre la mano
acompañado de verborrea, revela, por el contrario, un
humana y la de los monos (1937-1938). Entre sus obras, destacamos déficit de control emocional y lo que podría denomi-
530 las siguientes: Human Hand (1942; en versión castellana, La mano y narse “embriaguez expresiva”. Hay que tener en cuenta
su lenguaje), The Psychology of Gesture (1945; versión castellana, Psico- la presión educativa y social, que ha puesto siempre
logía del gesto), The Hand in Psychological Diagnosis (1951), Die Hand trabas o límites a la expresión gestual, y especialmente
als Spiegel der Seele, 1983 (La mano, espejo del alma). No obstante, sus
exposiciones, sujetas a la limitación tecnológica y a la preocupación
en cuanto a la manifestación de la ternura y de la conso-
clasificatoria nosográfica, se revelan estáticas y un tanto rígidas. Porque lación en, por y entre varones, en tanto que sería casi
la característica inmediata que revela la gestualidad es su dinamismo, una obligación o un área privativa en las mujeres. En
su desbordante fluidez, que la hace parecer inasible. La aparición del los hombres, la parquedad afectiva ha sido estimada
daguerrotipo y de la fotografía permitió la fijación de la memoria y del hasta ahora como rasgo viril.
gesto. Pero la foto de un gesto es el instante de un movimiento, y el
gesto congelado en la instantaneidad es despojado justamente de su di-
Así como la empatía no se puede simular, la ges-
námica, que es la vida emocional. El Dr. Fritz Lange, otro autor alemán, tualidad sí puede utilizarse engañosamente, pero hasta
publicó en 1937 Die Sprache des menschlichen Antlitzes (1942; en versión cierto punto. Y ese cierto punto es la discordancia ges-
castellana, El lenguaje del rostro), un muy interesante libro que explora tual, que es, a mi modo de ver, uno de los aspectos más
la evolución transformadora del rostro humano desde el nacimiento, te- apasionantes de la gestualidad. Dicha discordancia es la
niendo en cuenta la herencia, la pormenorizada anatomía muscular fa-
cial y sus singularidades en cada sujeto, e intentando una aproximación
contradicción, oposición o neta inadecuación entre el
al conocimiento de la personalidad a través del estudio de las facciones, gesto y la emoción del sujeto, entre lo que siente y có-
y todo ello con el concurso de saberes derivados del arte, de la arqueo- mo lo exterioriza, lo cual es resultado de un intrincado
logía y de la historia universal y literaria, y apoyándose en fotografías y oscuro proceso psíquico. Todos conocemos personas
e imágenes; el resultado es, pues, un documento menos centrado en que, precisamente por esa inadecuación, resultan “ra-
la patología y más dinámico que los trabajos de Wolff, pero, una vez
más, limitado por basarse en el análisis de las expresiones fisiognómicas
ras” y producen una sensación de incomodidad, de
contenidas en fotografías e ilustraciones artísticas. La película y el vídeo perplejidad, a la hora de tratarlas (esto es más notorio
han ampliado exponencialmente las posibilidades de reconstruir en la en ciertos pacientes psiquiátricos). Muchas de ellas no
memoria, en la recordación, la vida en movimiento. Constituyen instru- tienen conciencia de tal desarmonía y sólo perciben su
mentos impagables para la investigación de la gestualidad en la medida consecuencia: la dificultad relacional. Otras tantas sí se
en que se puede combinar la fijación del gesto en el fotograma aislado
y su dinámica en el movimiento. Hay ricos campos para el estudio y la
dan cuenta, percibiéndola en forma de un sentimiento
exploración de la gestualidad humana. Por ejemplo, en los escenarios doloroso de torpeza expresiva, de bloqueo que afecta
del arte, sobre todo en la pintura y la escultura, tanto en el ámbito uni- generalmente tanto a sus gestos como a la comunica-
versal como por culturas y épocas, y en el teatro (recordemos, sólo de ción verbal, todo lo cual las envara o paraliza, hacién-
paso, las famosas técnicas teatrales de Stanislawski), en la danza y en dolas sufrir mucho.
el mimo. Pero aún se echa en falta un estudio dinámico-evolutivo de la
expresión gestual, alejado de los simplismos reduccionistas (propios de
Pero hay una desarmonía gestual sutil que se produ-
páginas de pasatiempos) que adjudican sin más a cada gesto un signi- ce con mucha frecuencia y de la que el sujeto no es cons-
ficado aislado y a priori. ciente. Son los lapsus gesti, que serían como los lapsus
linguae de la gestualidad. Su descubrimiento o “desin- dad. Veamos, por ejemplo, el modo en que un enfermero
trincación”, al estilo freudiano, revelaría las contradiccio- mueve a una paciente para colocarla en una posición más
nes escondidas de la persona que se está expresando. confortable en la cama, y para hacerlo ha de rodearla con
Apuntaré de pasada la incidencia de la intensa y sus brazos: eso también es un abrazo, y debería saberlo
desbordante gestualidad desordenada y, en su mayor hacer como tal. O el de la enfermera al incorporarse so-
parte, sin sentido, que se manifiesta en los cuadros de bre un enfermo para levantarlo un poco. O el de un tera-
hiperactividad, tan en alza actualmente en nuestros ni- peuta que acompaña a su despacho a la madre doliente,
ños y que alcanza a su edad adulta. En su mayoría, esos y la rodea, casi sin tocarla, para conducirla al lugar ade-
gestos dispersos y profusos carecen de significación, cuado. Estos espacios esbozados no pasan en absoluto
son puro movimiento, clonismo de las extremidades inadvertidos para esos dos cuerpos comunicándose en
inferiores y mero tocar impulsivo en cuanto a las ma- ese territorio ingrávido de la ternura.
nos. Este cuadro, cada vez más extendido, determina Me limitaré a dejar constancia de algunos de esos
una pobreza o incluso ausencia de gestualidad fina, co- gestos en los adjuntos paneles de ilustraciones (Paneles
mo si el torrente de hiperactividad la anegara o la impi- IX a XII).
diera desarrollarse. Los hiperactivos tienen difícil el arte
de la consolatoria, y probablemente también la revela-
ción de la ternura.
Consolatoria social
Gestualidad del afecto Hay una consolatoria social, habilidad que también
es conveniente aprender y que podría enmarcarse den-
La gestualidad afectiva tiene sus engramas univer- tro de las reglas de cortesía ante el dolor de la muerte.
sales en la Humanidad, con variantes que apenas difie- No deben éstas ser menospreciadas, aunque no estén
ren de unas a otras culturas y épocas desde su más anti- provistas de sentimientos profundos de identificación
gua historia. Los principales son la sonrisa, el abrazo, la con el doliente. Quiero decir que no es preciso que sean
caricia, el beso, y dar —tender, coger, apretar— la ma- necesariamente sentidas, pero que han de ser bien prac-
no, etc. Todos ellos implican un mensaje. La observa- ticadas. Su importancia estriba en el hecho de que si no
ción de su aparición y desarrollo en la infancia eviden- se cumplen o se hacen mal, pueden originar un efecto
cia que la consolidación del engrama requiere una ma- perjudicial que no guarda proporción con los beneficios
duración y dinámica psicomotriz, por un lado, y una que reporta su cumplimiento, que no son remarcables. 531
calidad relacional, por el otro. Progresivamente cada Constituyen un savoir faire, que antes tenía su principal
persona modulará y administrará esos gestos de forma encuadre en el riguroso ritual de luto tradicional, hoy
muy individual. prácticamente desaparecido. En realidad, se condensan
Los gestos propios de la ternura en la consolatoria en una personación en los funerales o actos organizados
son la sonrisa, la caricia, el abrazo y la voz. La sonrisa, en la despedida al muerto, en un abrazo o apretón de
siempre mirando a los ojos (¡nunca esquivarlos!). La manos a los dolientes, un contacto afectuoso con ellos o
caricia tiene que llevar calor y ha de ser leve, casi de un ofrecimiento de ayuda, así como palabras o breve
tacto sin contacto, justo el suficiente para irradiar la conversación de pésame, todo lo cual se resume en la
calidez casi sin tocar; o de un breve pasar la mano, o de actitud de un “lo siento”. En estos tres o cuatro gestos
un posarse sobre la piel, o de una ligera friega por el eje va condensado un mensaje cuya intensidad no se sus-
de la espalda (zona particularmente receptiva a la cari- tenta en las puras formas, sino en la emocionalidad con
cia consoladora, quizá por ser lugar de remembranzas la que se transmite. Es decir, que esta misma fórmula,
de cutánea calidez materna). Pero también hay momen- siendo correcta y cumplidora, no llega más allá; pero la
tos en los que la mano que consuela debe tomar con misma puede, por el contrario, vehicular una empatía,
firmeza contenedora (pero sin opresión) la mano que va no confeccionable, que el receptor percibe y agradece
a consolar porque debe transmitir fortaleza, ánimo, “es- como consuelo.
toy contigo”, “no te dejaré”, “no tengas miedo”. El filó-
sofo español José Gaos escribió un precioso ensayo filo-
sófico sobre la caricia (en La Filosofía de la Filosofía, Los tópicos del consuelo
1989), en el que sustenta que la caricia es sobre todo
una delicada aplicación de la mano, y considera que la Hay tópicos de consuelo que no deben ser utiliza-
caricia exclusivamente sexual no es una caricia, sino dos. Son frases hechas que se dirigen al doliente, sobre
una palpación sexual. Pero también es caricia la voz, el todo en la fase aguda del duelo. Recordemos algunas de
gesto y el aliento de la palabra. (Si se educa la voz para ellas, a sabiendas de que son generales en cualquier tipo
el canto, ¿por qué no hacerlo para esta finísima ars de la de duelo, pero indicando también que, en los casos de
consolatoria?) pérdida de un hijo, la vulnerabilidad y la sensibilidad
Hay abrazos netos, puntuales. Pero hay abrazos que generalmente mayor de los dolientes obligan a ser más
lo son sin parecerlo. Abrazo es regazo, y, por extensión precavidos en el empleo de tales latiguillos.
simbólica, aquello que rodea a alguien para producirle Tenemos un grupo de tópicos que gira alrededor
una sensación de seguridad, de protección, de comodi- de la fe religiosa, y acostumbra dirigirse a y por perso-
532
Gestos que revelan, ante el dolor, la necesidad de cegar la realidad y de envolverse, enroscarse en sí mismo para protegerse contra el
dañino exterior y sumergirse en sí mismo.
8
1 4
2
533
9. Ternura ovalada
(escultura de Serge Prazil)
1. Contención
(Llanto, 2006, Enrique Mateo Lázaro)
2 La noticia
534
4. Fusión
5. Piña
¿Abrazan más los hombres de lado o por la espalda para consolar? ¿Es más frecuente el abrazo fundido del consuelo, cara a cara, en la
mujer, y cerrar los ojos en ese momento, como se hace instintivamente en los momentos más intensos de amor y de dolor?
535
3
4
5 6
Un recorrido por la mejor pintura de todos los tiempos nos mostrará una rica y minuciosa gestualidad de las emociones humanas. Su
estudio sería muy aconsejable a quienes se ocupan del dolor humano. Ello les ayudaría seguramente a descubrir gestos paliativos y de
gran consuelo. He aquí uno de ellos: la contención y el sostenimiento de la cabeza, que vemos, en varias modalidades, tanto en la pin-
tura clásica como en fotografías actuales de situaciones dolorosas. Observaremos que son gestos universales, que se dan en los pueblos
independientemente de los tiempos y de sus niveles de desarrollo.
nas que comparten ese mismo credo: “Dios lo ha queri- Porque hay quienes se involucran demasiado fácil-
do”, “Dios se lo ha llevado”, “Dios lo tiene en su gloria”, mente en la promesa de una oferta de ayuda al doliente
“desde arriba nos protege”, “es un ángel”, etc. Conviene sin plantearse realmente el compromiso que podrían
tener en cuenta que, en el tiempo de máximo impacto, adquirir. “¿Necesitas algo?”, “si te puedo ayudar en al-
el padre doliente, aunque sea un fervoroso creyente, go...”, “dime si puedo hacer algo por ti”, “llámame si me
suele pasar por una crisis de fe y rebelión contra Dios. necesitas”, “estoy a tu disposición”, etc. Rupturas de
El equivalente laico, entre lo poético y lo cursi, es: “Ya amistades y de relaciones entre parientes suceden tras
hay otra estrella en el cielo”, o similares. ofrecimientos frustrados. El pudor que da el dolor impi-
Otro grupo alude a lo sufrido por el niño ya falleci- de al doliente “avisar cuando lo necesita”. Por ello, si de
do y a la liberación que ha supuesto la muerte para él: verdad se quiere consolar a alguien, pasados los prime-
“Estaba muy enfermo/a”, “ha sufrido mucho”, “por fin ros momentos —en los que, por lo general, hay mucho
descansa”, etc. Estas frases son inapelables y obligan al acompañamiento, a veces excesivo—, hay que tomar la
doliente a morderse la lengua y a no replicar con un decisión de llamarle y darle la ocasión de hablar: “¿Pue-
deseo reprochable de egoísmo: “Sí, pero estaba con no- do hacer algo, ayudarte en algo?”, “¿quieres hablarme de
sotros, lo teníamos”. cómo te encuentras?”, “¿quieres hablarme de él o de
Más inconveniente es el grupo que contiene implí- ella?” (del hijo/hija fallecidos, por ejemplo, llamándolos
citamente una desaprobación y una exigencia, bajo una siempre por su nombre propio). Muchos creen que los
apariencia de infundir ánimo: “Hay que seguir vivien- deudos requieren respuestas, remedios o conclusiones,
do”, “la vida no se acaba”, “eres joven, tendrás más ni- y no es así. Lo que de verdad desean en la mayoría de los
ños”, “no llores, sé fuerte”, “hay que seguir adelante”, casos es poder hablar sin cortapisas, expresarse con
“tienes que ser fuerte por tus otros hijos”, etc. hondura, con todas sus contradicciones. Y no hay que
Muy frecuente en estas frases presuntamente con- obstaculizarles en ello, ni tratar de corregirles o hacerles
soladoras es el empleo del argumento de transitoriedad ver las cosas de otro modo. ¡Necesitan expresarse!
de los sentimientos de dolor y pena, y por tanto de su
escasa entidad: “Todo esto pasará”, “el tiempo todo lo
cura” [y no es así: el tiempo no siempre lo cura todo], Consolatoria en el foro
“lo irás llevando mejor” “tú lo superarás”, “es normal
que ahora te encuentres así”, etc. Precisamente esto es La informática ha introducido un nuevo tipo de
lo que temen los padres: que con la disolución de sus relación humana en la cercanía inmediata de la comuni-
536 actuales sentimientos se pierda el amor y la memoria de cación, al mismo tiempo intensa y anónima, que se ha-
su hijo. ce más patente en los intercambios que tienen lugar en
Otras intervenciones en este sentido se orientan los foros de la “red internética”. En ellos se da una
hacia el estado actual del doliente: “¿Cómo estás?, “lo transferencia emocional masiva, pero evanescente en
estás llevando muy bien”, etc., que muchas veces no general (a diferencia, por supuesto, de lo que sucede en
hacen sino aumentar el foso de incomprensión entre la transferencia de la terapia psicoanalítica). He visitado
consolador y doliente, pues obviamente la respuesta foros abiertos a personas que han perdido a seres queri-
obligada (a “cómo estás” o equivalentes) es o “bien” o dos, y a padres afligidos por la muerte de algún hijo.
“mal”, y ninguna de las dos daría cuenta del estado aní- Tengo la impresión de que esta modalidad no se ha ex-
mico auténtico del padre en cuestión; o la respuesta re- tendido aún en la sociedad española. En su mayoría,
queriría mejor disposición y mayor tiempo de encuen- dichos foros son de ámbito hispano, o utilizados por
tro entre ambos. hispanoamericanos, y sobre todo por personas senci-
Aparente identificación con el doliente contienen llas, de cultura media o escasa, y con gran sensibilidad
frases como: “Sé cómo te encuentras”, “te entiendo per- para expresar su dolor, aunque probablemente esta sen-
fectamente”, “sé por lo que estás pasando, a mí me sibilidad proceda de la misma intensidad de su dolor.
ocurrió igual” y similares. Esa cercanía emocional es Llama la atención que la mayor parte de las expresiones
espuria si quien la pretende no ha pasado por la expe- de duelo se debe a la muerte de un hijo, especialmente
riencia de la muerte de un hijo, pero, aun habiéndola de niños y jóvenes.
sufrido, la no coincidencia de los tiempos emocionales He elegido dos foros: uno constituido en Hispano-
entre ambos resta solidez actual al consuelo. américa (Vivir la pérdida) y otro (Renacer), de central
argentina, que se ha expandido por otros países y tiene
*** una sede en Barcelona, con representación en algunas
provincias españolas. No he encontrado ninguno surgi-
En lo inmediato, los padres requieren una ayuda o do en España. Me llama la atención la diferencia entre
un apoyo en los trámites más cotidianos, en las tareas ambos. Vivir la pérdida es un foro que late con una in-
más corrientes de la realidad familiar, puesto que el tensidad de dolor sin aderezos, está lleno de faltas de
programa de vida diaria se les ha desorganizado y ellos ortografía, de frases sincopadas, porque el corazón ha-
mismos están interiormente desestructurados. Ese bla más deprisa que la mano que escribe... Conmueve.
echarles una mano en tales momentos se configura co- El segundo es un foro inscrito dentro de un marco
mo una consolación práctica que no se olvida. Lo con- más amplio que comprende grupos, revista, encuentros
trario tampoco se olvida. de capacitación, etc., en el que, en muchas intervencio-
nes, se nota eco de la doctrina recibida en los grupos de go más: habríamos de escuchar estos testimonios y todos
ayuda. La expresión en dicho foro revela un dolor más los de este género como quien acoge enseñanzas del do-
mediatizado, más pensando en lo que se dice y cómo se lor verdadero, para aprender. Quizá sea ésta una buena
dice. definición de la consolatoria que rastreamos: aprender a
De las fechas en las que esto escribo son los mensa- escuchar el dolor con la humildad del que lo ignora —
jes de Dayana, de Karen, de Mery..., donde cuentan el por el momento—, y no con la soberbia del que se evade
dolor por sus pérdidas de niños. Desconozco el valor, de él, como creyendo que está libre y que es, por tanto,
intensidad, penetración y duración del consuelo de estas superior al que sufre, y aun se atreve a darle normas.
expresiones. De entrada, parece un consuelo inmediato, Escuchemos a algunas de estas madres transidas:
un desahogo repentino. A veces, sin embargo, se mues-
tra el deseo de un contacto más próximo en un encuen- Hola. Mi nombre es Julissa, tengo treinta años.
tro más duradero con la persona de dolor gemelo. Por Hace dos meses que perdí a mi precioso bebé de año y
ejemplo, el 28 de febrero de 2007, a las 13,52 horas, medio. Lo dejé por un instante solo en la cuna y se cayó
Liliana escribe: “He estado leyendo estos relatos de to- al piso, el golpe de su cabecita fue tan fuerte que en
dos ustedes desde hace un año, pero nunca me he ani- unos segundos quedó inconsciente. Mi Sergio era un
mado a relatar el mío, es tan horrible que, la verdad, no bebé tan lindo, cariñoso, gracioso... Pero yo comparto
sé qué hacer...”, y por fin se abre y lo cuenta extensa- esta experiencia porque quiero que sirva de ejemplo a
mente. El mismo día, dos horas y quince minutos des- todas las madres, para que no dejen a sus bebés solos
pués, le responde María Fernanda: “Mi relato es igual de ni por un segundo, ya que esto me pasó a mi en sólo un
largo que el tuyo y por el mismo motivo”, y le propone minuto que salí del dormitorio, jamás me imaginé que
comunicarse por correo electrónico para “poder conver- esto podía suceder. Junto a mi bebé se fue mi vida, to-
sar y acompañarnos, porque, a veces, al igual que tú, no das mis ganas de vivir, todas mis ilusiones. Lo único
aguanto”. Omaira dice (16 de febrero de 2007, 8,16 que me sostiene viva es mi hija Ariana, que tiene cua-
horas): “Gracias a esta página he aprendido muchas co- tro años, si no hubiese sido por ella y por Dios yo ahora
sas que no sabía interpretar”. En otro foro, Mari Cruz, de estaría muerta, porque el dolor que una siente es horri-
Madrid, a la que tres meses antes se le había muerto su ble, es una impotencia... [...] Si deseas compartir tu
hijo, con 18 años, a causa de una enfermedad fatal en experiencia conmigo, escríbeme [da la dirección de
seis meses, escribe: “Los conocí a ustedes [se refiere a los su correo electrónico]
participantes en el foro] y comparto esos sentimientos
de tristeza, impotencia, que han servido como bálsamo Otra madre, Dayana, nos dice que perdió a su hijo 537
a mi corazón, teniendo la esperanza de que sólo Dios Leonardo, de tres añitos. El 26 de enero de 2007, a las
tiene palabras de vida eterna. Gracias por estar ahí, aun- tres de la tarde, escribió lo siguiente:
que no los veo, como no veo a Dios; siento su presencia
y su apoyo”. Noelia: “Sé que si alguien me entiende sois Hoy cumple dos años que se fue. Es increíble có-
vosotros. Muchos besos a todos”. mo un ser humano puede sentir tanto dolor y seguir
La mayoría de las personas que participa en estos viviendo. El dolor que siento es tan profundo que a ve-
foros son madres. Muchas de las que han perdido hijos ces me ahoga, me aprieta el corazón como si fuera a
adolescentes se expresan, dirigiéndose a ellos, agrade- estallar, así todos los días, pero hoy con más intensi-
ciéndoles la felicidad y la alegría que les han proporcio- dad. Es como vivir muerta en vida. Sé que uno tiene
nado mientras vivieron. Dice Mari Cruz: “Gracias por que continuar y salir adelante, y eso lo hago todos los
tanta felicidad que nos diste”; Pilarín: “Gracias, hijo, días pero sin olvidar y sin dejar de sentir el dolor.
por esos diecinueve años que me has regalado”; Ana: Pienso en lo que mi hijo dejó de disfrutar... Cada
“[...] De esos veinte años, qué cantidad de maravillosas niño que veo en la calle me recuerda que ya no lo tengo
vivencias, qué cantidad de sentimientos, qué gracia ha- a mi lado.
berte vivido con tu turbulenta e incansable manera de Sólo el que ha vivido este terrible dolor sabe lo
abordar cada empeño, qué ser tan resuelto, audaz. Qué que se siente. Es increíble que haya personas capaces
envidiable cantidad de maniobras, entusiasmos y ardo- de decirte: “Pronto todo va a pasar, ese dolor se te va a
pasar, o ten otro hijo para que te sientas mejor, o la vi-
res cabían en cada uno de tus días; mil gracias por todo
da continúa”. Amar a un hijo es que nunca estamos
lo que nos permitiste compartir contigo”.
preparados para perderlo.
En todo caso, quiero resaltar aquí esta forma nueva
Es increíble cómo el mundo no para de girar. Des-
de contacto humano para compartir, a distancia, con
pués de que uno pierde un hijo todo sigue exactamente
desconocidos, las situaciones difíciles de la vida. Es un
igual, menos uno, porque algo se rompe dentro de uno que
terreno para investigar por la sociología o la psicología
tú sabes que no tiene reparación. Aprendes a vivir con el
social. Traslado y valoro aquí algunas de esas confesiones
dolor, pero jamás olvidando que [esos hijos fallecidos]
llenas de la cruda verdad del dolor en carne viva23. Y di-
estuvieron con nosotros para hacernos sentir padres, ese
23 Selecciono párrafos sustanciales y, para la mejor compren-
sentimiento profundo que sólo se siente si lo eres.
sión del texto, corrijo puntuación y ortografía y suprimo algunas rei-
Hasta el sol [sic] de hoy tengo miles de preguntas
teraciones e incorrecciones sintácticas que no alteran, sin embargo, el que no me he podido responder. Tengo fe en que el día
contenido de la frase. que me encuentre con Dios, cuando él lo disponga, me
tenga las respuestas, y entre todas las preguntas la Ese día fue al taller de su padre para acabar de
primera va a ser “por qué a mí”, y me dé la oportuni- arreglar la moto. Y no sé qué le cruzó por su mente, que
dad de volver abrazar a mi Lele (Leonardo). se recolgó en un hierro soldado [vertical] sobre una pa-
A todas las personas de este foro, gracias por es- red, a unos dos metros de altura, para balancearse, la
cucharme en un día tan duro para mí. Y mi respeto barra de hierro cedió y se dio un golpe seco en la nuca.
ante todo por el dolor que siente cada uno de ustedes. Aquí estamos destrozados, pasando este duelo tan
Leonardo: estés donde estés, siem- doloroso, a veces lloro y a veces río, porque mi hijo nos
pre serás mi vida, mi mundo. Amarte y re- quería ver siempre felices y unidos, su sonrisa la tengo
cordarte será siempre mi objetivo princi- en el alma y a veces con ella me consuelo. Sé que tengo
pal. Nunca te olvidaré. Te quiere tu ma- que vivir y seguir, pero es tan duro llevar este dolor por
má, Dayana. dentro...
No cabe expresión más fina y certera del sentir del La sonrisa del hijo salva a María. Varias veces men-
duelo por un hijo-niño. Como Dayana, muchas otras ciona “reír” en su relato. Pues bien, ese reír se ha estruc-
madres de cualquier nivel cultural son capaces de trans- turado en ella como un mandato de su hijo. La imagen
mitir con igual precisión introspectiva sus sentimientos. del muchacho riente es en sí una imagen consoladora,
El dolor afina el alma, cuando no logra abotargarla. Así permisiva por ser evocadora y acorde con la alegría que
sucede con la poesía. La más profunda surge del dolor tuvo el muchacho, de modo que esta risa tiene su res-
de las pérdidas, y no de los placeres. quicio en el dolor y podrá seguramente aflorar e ir cre-
¿Qué enseñanzas podemos obtener de su relato? ciendo con menos contradicciones y culpas.
En muchos padres, madres sobre todo, parece que Chiquis es breve (21 de febrero de 2007, 19,05
el dolor que sienten es lo único que les puede seguir horas):
uniendo al hijo perdido. Si no se experimenta ese inten-
so dolor es como si abandonaran de manera definitiva Mi “chaparro” ya tiene once meses que no está
al niño y como si ellas mismas se amputaran una parte conmigo. Es un dolor que no se puede describir. Mis
de sí. Seguramente, muchas, cada una a su tiempo, van ojos no dejan de llorar y siento mi camino día a día
descubriendo que no es así y que siguen teniendo a su más difícil. Sólo tenía dieciséis años, una vida por de-
hijo en la memoria afectiva mediante otros sentimientos lante, con ilusiones, metas, deseos de crecer y disfrutar
y emociones que no son el dolor lacerante. Probable- la vida. Y ya nada es posible. Pero por él, por su her-
538 mente también ese dolor cumpla una función anti-sui- mano, por su papá, quiero luchar y salir adelante en
cida: por una parte, en la medida en que mientras el este camino de dolor que es muy pesado y no sé en
hijo muerto duela tanto, sigue de algún modo vivo, vi- ocasiones cómo llevarlo, y me devuelve el dolor.
vo en el dolor, y, por otra, porque este dolor, mortifi-
cando, purifica posibles, profundos y probablemente Mery perdió a su hija María Fernanda, que tenía
infundados sentimientos de culpa. Por eso quizá dicen 17 años. Cuenta que murió en cinco días a causa de
que es increíble sentir tanto dolor y seguir viviendo. una hepatitis. Y escribe el 25 de febrero de 2007, a las
Además, la historia de Dayana ratifica una vez más cinco de la mañana:
la intensificación del duelo en los aniversarios de la
muerte del hijo (mucho más que en las de otros parien- Existen en esta vida cosas que, primero, no tienen
tes fallecidos), de modo que las madres sienten los explicación; segundo, son insoportables, y, tercero, son
cumpleaños de los hijos muertos como los años que inaceptables, y la mayor de ellas es la muerte de un
hace que se fueron. Y, en contra de los argumentos que hijo. [...] Cada hijo es único, es todo [...], lo más bello
daban los clásicos de que, al morir, un niño se libra de que nos ha pasado en la vida.
los sinsabores de la vida, Dayana piensa más bien en Algunos padres reciben este dolor después de una
todo el disfrute que su hijo ha perdido, por eso a ella le lenta enfermedad; es duro, muy duro, verlos sufrir, uno
resultará ahora muy penoso disfrutar. Y dice algo muy cree inhumano el que sufran tanto, pero se preparan, y,
hondo, pero repetido por estas madres: que ningún si viven en fe [religiosa], su dolor es mucho más lleva-
padre está preparado para la muerte de su hijo. dero, pero cuando es repentino se puede afirmar que
Ahora nos llega María (20 de febrero de 2007, les ha ocurrido algo de lo peor que puede ocurrirle a
12,12 horas): una persona. ¿Consuelo? Yo veo inútil querer consolar,
hay que aprender a “vivir” a pesar de eso, aunque esa
Perdí a mi hijo, de catorce años, el 26 de enero. herida se abre a cada paso de la vida, porque todo lo
Esa mañana estuve con él por todo el pueblo, orgullo- recuerda, y siempre se siente muy adentro.
sa. Era un chico guapísimo, con ganas de vivir, reír, con [...] La alternativa es sufrir en la amargura o en
proyectos, amigo de sus amigos, hermano de sus her- la esperanza. El dolor es tanto que al alzar los ojos a
manos pequeños, maravilloso hijo. Nos hacía reír con Dios, en cualquier momento de esa prueba, podemos
sus tonterías. sentir desde muy adentro un profundo ¿por qué?, y
Con él aprendí a ser madre, a reír, a llorar, a ser su hasta tener ganas de blasfemar.
confidente, su amiga del alma. El último día me regaló Pero Dios comprende verdaderamente esos senti-
la sonrisa y la mirada más dulce de un adolescente. mientos, él sufrió por amor a nosotros la muerte terri-
ble de su Hijo en la cruz para decir también a tantos moribundo— permiten una poderosa identificación de
padres y madres: “Yo sé lo que se siente, pero tú todavía alma a alma, de la madre en la madre. Esta humaniza-
no sabes lo que vas a sentir cuando lo veas levantarse ción, esa cercanía de la madre divina, es bálsamo impa-
glorioso como yo vi a mi Hijo”. Algún día lo sabremos. gable para muchas madres cristianas dolientes (Panel
Gracias por permitirme expresar este sentimiento XIII). Así la imaginaba el escritor andaluz José María
hacia nuestros hijos. Pemán:
tiempo, y yo me quedé por algo”. Es como si ese inten- tiende como todopoderoso, y en ese sentido se le pide,
so dolor de pérdida condujera por sí mismo a la fortale- en su más allá, el reencuentro con el hijo muerto.
za de una convicción en el reencuentro, con o sin apela- El mecanismo de escisión, por su parte, no trata de
ción a Dios. De ahí puede provenir quizá la explicación dar respuesta a la contradicción. Simplemente, Dios es
de esa firme creencia en personas que antes no se mos- bueno, quiere nuestro bien, por un lado, y Dios se lleva
traban religiosas, o incluso la de conversión de no cre- al ser querido, por otro, y nos daña. Hay una frase-pen-
yentes. No habría que entender ese giro como una samiento para resolver esta escisión: Dios escribe derecho
construcción voluntaria o como un intencional montaje con renglones torcidos. O como decía aquella madre: “Sé
para dar verosimilitud a lo que antes se percibía como lo terrible que es perder un hijo, pero a veces [¿a veces?]
una falsedad. Aparece como una pequeña luz que se va Dios sabe por qué hace las cosas”. Es decir, el daño pue-
haciendo más intensa en algún lugar de la conciencia de ser, en el fondo, un bien. De esta manera se soslayan
en la que no repugna a la razón. Tampoco es una locura las dudas que introduce el racionalismo. Cuando pre-
porque no convierte a la persona en incoherente. Se domina el pensamiento mágico en el doliente, éste re-
dirá que es un mecanismo inconsciente de defensa para curre más bien a la sumisión completa: “Es la voluntad
poder seguir viviendo, que es la fuerza de la necesidad. de Dios”. Otros padres, más sensibles a la culpa existen-
¿Y qué? ¿Es falsedad el misterio? ¿Es mentira o distor- cial, se acogen al argumento de la desgracia como una
sión todo lo que no es razonable? En todo caso, en la “prueba de Dios”.
evolución de esas personas transidas por el dolor, en las Los padres creyentes abocan finalmente al auto-
que las construcciones mentales, las razones aprendidas consuelo de que el hijo muerto, su alma, se halla en el
y los significados se tambalean y muchos se derrumban, paraíso, en la cercanía de Dios, donde es cuidado por
queda un espacio desolado, arrasado, des-significado, éste, donde es feliz y desde donde les protege y guía.
que necesita ser reconstruido y rehabitado. Puede ha- Ésta es una creencia que, en forma quizá menos localis-
cerse con los mismos materiales anteriores, y es una ta, más difusa, encontramos en padres agnósticos, mu-
restauración o rehabilitación, o con otros distintos, y chos de los cuales nos cuentan la vivencia de que el es-
entonces es una recreación donde caben nuevos espa- píritu del hijo se halla en algún lugar —que no llaman
cielo de Dios, ni paraíso— desde el cual mira por ellos.
cios simbólicos, con aspectos universales (es decir, co-
Es otra forma de considerarlo un ángel. Como si hubie-
munes a los padres con esa misma experiencia) y con
ra un estelar mundo angélico sin necesidad de un dios
otros muy personales, intransferibles, muy difíciles de
que lo comande.
verbalizar. Pues bien, ese espacio a menudo es ocupado
540 Los padres ateos tienden a una consolación laica,
por la interrogación y la significación espiritual.
sustitutiva de la religiosa, consistente en la vivencia de la
Volviendo a lo anterior. Para la mayoría de los pa-
interiorización del hijo muerto, como fuente de inspira-
dres, ese reencuentro anhelado en el otro mundo con el
ción o de impulso en sus vidas, en un sentido u otro.
hijo muerto requiere de la existencia de un Dios que lo
En muchas parejas españolas sigue habiendo una
haga posible. Otras veces no parece que se sienta así, y
dicotomía, según la cual uno de sus miembros tiende a
Dios y ese reencuentro son dos dimensiones distintas. la creencia religiosa, o es creyente, y el otro no (en este
Por otro lado, Dios, y la bondad y la justicia que se último caso, es casi siempre el varón). Esto ha sido muy
le suponen, quedan habitualmente en entredicho con el tradicional en nuestra sociedad, sin generar habitual-
sufrimiento y la muerte de un niño. mente conflicto entre ambos cónyuges. Todo sucedía o
¿Qué construcción mental han de realizar, enton- sucede como si un miembro descansara en el otro la
ces, de forma consciente o inconsciente, los padres reli- parte incómoda o rechazada de su postura: tú crees la
giosos o con tradición religiosa ante el Dios que les parte que yo no creo y yo creo la parte que tú no crees,
arrebata a su hijo? Creo que han de acudir a un proceso produciéndose así un equilibrio compensatorio. En tal
de ambivalencia y/o de escisión. Por un lado, está el circunstancia es muy deseable que cada uno de los
Señor que se lleva a su siervito, el Dios cruel. Por otro miembros de la pareja —puesta en crisis por la situa-
lado, está el Señor, Dios omnipotente, que tiene las lla- ción de la pérdida— guarde un profundo respeto por la
ves del paraíso, y que, por tanto, permitirá o no que, en actitud del otro.
su día, pueda producirse el reencuentro de los padres Los padres creyentes tienen más fácil comunicar la
con su hijo en la vida eterna. En los mensajes trans- muerte de un hijo y el porqué a los hermanos, aún pe-
critos más arriba quedan de manifiesto ambos movi- queños, de éste. Son explicaciones que suelen sustan-
mientos: el de ambivalencia, con reproche e ira dirigi- ciarse en estos dos argumentos: “Está en el cielo” y “su-
dos al Dios implacable, por un lado, y con sumisión, fría mucho, por eso Dios se lo ha llevado con él y ahora
demanda e incluso agradecimiento al Dios poderoso, está bien”. En el capítulo de Casuística he relatado con
por otro. Se percibe en esa dualidad contradictoria una amplitud el caso de Mari Carmen, cuya fabulación his-
cierta lucha entre la razón y la fe. ¿Cómo es posible que terifome ilustra caricaturescamente la manipulación
el Buen Dios sea (tan) despiadado? Surge entonces la que a veces se produce con este tipo de explicaciones
duda —terrible, que añade dolor— de un no-dios, o de en familias problemáticas, en otras ocasiones de manera
un dios insensible, o de un dios-no-bondad-infinita. Y menos burda, más sofisticada, que en dicho caso.
sobre esa duda se impone su omnipotencia: si no se le No pocas veces he oído lo siguiente a padres que
puede entender como bondadoso, al menos sí se le en- han perdido un niño: “No somos creyentes, pero nos
preguntamos si decirles a los otros niños que su her- Llega, pues, el Fénix de los Ingenios a confesar
mano está en el cielo”. Siempre les digo lo mismo: —culpable— la idolatría por su hijo Carlos, y de cómo
“¿Creen ustedes en el cielo?”. “No”, responden. “Pues el querido niño sustituyó en él el amor a Dios. Y por
entonces no se lo digan”. Algunos se lamentan: “Ojalá ello quizá fue castigado. Ahora se vuelve al niño:
creyéramos”. Y algunos me insisten en cómo poder
explicarles la verdad del “más allá” del hermano muer- [...]
to. No debe darse en estos casos una fórmula prefabri- Y vos, dichoso niño, que en siete años
cada. Lo deseable es mantener una entrevista de re- que tuvísteis de vida, no tuvístes
flexión con los padres, que les permita decantar de sus con vuestro padre inobediencia alguna
propias ideas y vivencias la construcción de una res- corred con vuestro ejemplo mis engaños,
puesta adecuada. serenad mis paternos ojos tristes,
Siguiendo a Scheler, se podrían distinguir, en cues- pues ya sois sol donde pisáis la luna.
tión de religión, y quizás en todo, dos tipos de perso- [...]
nas: las que tienen “fe en” y las que “creen que”. En las Cuando tan santo os vi, cuando tan cuerdo,
primeras no habría razón ni desgracia alguna que que- conocí la vejez que os inclinaba
braran sus convicciones; en las segundas persiste siem- a los fríos umbrales de la muerte;
pre una reserva racional en el creer. luego lloré lo que ahora gano y pierdo,
En todo caso, hay que guardar el respeto más ab- y luego dije: “Aquí la edad acaba
soluto a las creencias de estos dolientes, que a veces porque nunca comienza desta suerte”.
derivan por vías disparatadas. Debido a su fragilidad ¿Quién vio rigor tan fuerte,
psíquica en ese tiempo, algunas de estas personas son y de razón ajeno,
muy propensas a ser embaucadas o adoctrinadas por temer por bueno y santo lo que se amaba tanto?
sectas o por grupos extremistas. Mas no os temiera yo por santo y bueno,
si no pensara el fín que prometía
quien sin el curso natural vivía.
Duelo de padre y poeta cristiano [...]
Hijo, pues, de mis ojos, en buena hora
Desde una acendrada fe religiosa vive su duelo vais a vivir con Dios eternamente
Lope de Vega (1562‑1635), que perdió en 1612, cuan- y a gozar de la patria soberana.
do contaba cincuenta años, a Carlos Félix, su adorado ¡Cuán lejos, Carlos venturoso, agora 541
hijo de siete años, su “ojito derecho”, dedicándole, a su de la impiedad de la ignorante gente
muerte, uno de los poemas más entrañables del género y los sucesos de la vida humana,
elegíaco en la poesía española, poema que divide en dos sin noche, sin mañana,
partes. La primera es una ofrenda‑sacrificio del hijo a sin vejez siempre enferma,
Dios al estilo de Abraham, un ejercicio de sometimiento que hasta el sueño fastidia,
al Señor. En la segunda, cumplido el trámite de acata- sin que la fiera envidia
miento a la voluntad divina, el poeta se dirige directa- de la virtud a los umbrales duerma,
mente a su hijo en términos conmovedores, y tan de del tiempo triunfaréis, porque no alcanza
hoy, porque son de siempre, universales: donde cierra la puerta a la esperanza!
[...]
Este de mis entrañas dulce fruto,
con vuestra bendición, oh Rey eterno, Observamos, pues, la perplejidad del padre ante
ofrezco humildemente a vuestras aras. hijo tan bueno y tan cuerdo —seguramente tan diferente
[...] de él—, tan poco niño, lo cual le hacía tener vaga sospe-
Diréis, Señor, que en daros lo que es vuestro cha de corta vida. Y, en efecto, hay personas que parecen
ninguna cosa os doy, y que querría llevar escrito en su figura y en su conducta la precocidad
hacer virtud necesidad tan fuerte, en la vida y en la muerte. Lope, por otra parte, como he-
y que no es lo que siento lo que muestro. mos visto antes en los antiguos filósofos latinos, se con-
[...] suela pensando en la cantidad de sufrimiento que, mu-
Quiera yo lo que vos, pues no es posible riendo joven, se ha ahorrado su pequeño Carlos.
no ser lo que queréis, que no queriendo,
saco mi daño a vuestra ofensa junto.
[...]
Amábaos yo, Señor, luego que abristeis Consolatoria especial. Sobre
mis ojos a la luz de conoceros, “paliación”, “paliadores” y
y regalóme el resplandor suave. apoyos
Carlos fue tierra; eclipse padecisteis,
divino Sol, pues me quitaba el veros, Acometeré ahora un paso más en la Consolatoria,
opuesto como nube densa y grave. la que podríamos considerar consolatoria especial y es-
[...] pecializada.
Padre pobre, con el hijo muerto Padre rico, con el hijo muerto
543
A principios del siglo XX apareció la fotografía, entonces daguerrotipo. Se expandió rápidamente. Una de sus aplicaciones más popu-
lares fue la obtención del retrato de los seres queridos muertos, y especialmente de los niños y jóvenes, para conservar un nítido recuer-
do de ellos. Fue ésa una costumbre de ricos y pobres. Éstos a menudo sólo empleaban al fotógrafo en esa ocasión. La usanza se man-
tuvo durante bastante tiempo en Iberoamérica, sobre todo en la zona rural. En la segunda mitad de dicho siglo fue remitiendo esa
tradición hasta casi desaparecer.
A remarcar en estas dos muestras la expresión tan diferente de ambos padres. La dura del padre pobre, de actitud envarada, con un
rostro más de muerto que el del propio hijito, pues que sonríe el chiquillo. El segundo padre, el rico, tiene lánguido el dolor, la actitud
reblandecida y un gesto de llorosa pena.
zación de su personalidad, ya sea psíquica, bajo la apa- suficiente sintonía con la realidad del doliente. Es decir,
riencia de una profunda melancolía (más en las madres), se da el consejo sin tener en cuenta la situación, menta-
ya sea un trastorno grave del comportamiento (más en lidad, circunstancia y personalidad del receptor del
los padres). Los estudiosos de la psicopatología origina- mismo: es el extra-consejo o consejo que viene de fue-
da por la violencia humana coinciden en el dato de la ra. Tal consejo sigue una vía de atajo, a menudo pro-
resistencia de las víctimas a recibir atención psicológica ducto de la autoridad que sobre el sujeto ejerce la figura
y psiquiátrica26. Mi impresión clínica es que esta resis- de quien se lo da, sin que se produzcan la interioriza-
tencia es menor en padres de los niños víctimas, y que, ción y la concienciación suficientes. En el caso más es-
cuando se da, se debe con frecuencia a la escasa adecua- tricto, el consejo puro y duro tiene un cierto carácter
ción de los especialistas que les atienden en primera coactivo u obligatorio, y ello sin tener en cuenta que, a
instancia. En general, será necesario un tratamiento con menudo, conlleva en sí una crítica o censura de la con-
psicofármacos y una atinada terapia de consolación, ducta que se trata de corregir mediante el consejo.
pues, en tales casos, las bien regladas terapias cognitivas Llamaríamos intra-consejo a aquel que se despren-
y psicoanalíticas no son las requeridas en ese tiempo, en de del mayor y mejor conocimiento que la persona tra-
el que creo que están incluso contraindicadas, y, sin em- tada obtiene de su reflexión en la entrevista con el con-
bargo, podrán ser eficaces meses o años más tarde. sejero, y que es en realidad emanación de ella. Tiende a
reforzar o revelar aquella tendencia que está latente en
dicha persona. Y entonces la actitud o el comporta-
Consolatoria inmediata miento que se proyecta seguir o cambiar son derivados
de esa elaboración o reflexión vivida, producto volunta-
La aproximación consoladora tiene, como acabo rio de la coherencia interna del sujeto doliente. Este ti-
de apuntar, formas y requerimientos distintos según los po de intra-consejos sería, a mi modo de ver, un pilar
tipos, tiempos y momentos del duelo, y según las carac- importante en la consolatoria consejera especializada.
terísticas personales del doliente en cuestión, y es preci- La diferencia entre el extra y el intra-consejo no
so conocerlos. Así, hay una consolación que se prodiga consiste, pues, en el consejo en sí, sino en la manera
en la conmocionada inmediatez de la desolación y en como se ha llegado a él.
sus proximidades, en las que, sin restar valor a los ges- El clima de la buena “consejería” debería contener
tos de consolación, no se deben olvidar medidas que, equilibradamente tanto el ascendiente que ejerce, por
aunque sencillas, necesitan de un “saber hacer”. Entre un lado, con benevolencia y sin presión, la persona
éstas se encuentran las que hacen referencia a los he- consejera, cuyo objetivo sería favorecer la reflexión, 545
chos y derechos que tienen las personas dolientes en como, por otro, la propia maduración del asunto en
esos instantes urgentes de la muerte del niño en el hos- cuestión por parte del doliente.
pital, y cuyo cumplimiento, pasada la primera y más Los consejos suelen solicitarse o aplicarse para
visible crisis de dolor, sustenta un consuelo más dura- comportamientos concretos, aunque éstos tengan moti-
dero, y fe en el bien a pesar de la muerte. Y luego, mejor vaciones más profundas y amplias, inconscientes a me-
pronto que tarde, la asistencia de consejos, que, bien nudo. No es misión del consejero entrar en éstas, sino
administrados, son fundamentales para los dolientes en encarar maneras de proceder ante circunstancias difíci-
esos momentos desorganizados, sin mucho tiempo y les. Pero ha de tener la habilidad de leer entre líneas. Al
ningún ánimo para reflexionar. Empezaré primero por hablar de comportamientos se ha de tener en cuenta
esta segunda parte que no son siempre las manifestaciones exteriores de la
vivencia interna. En el comportamiento intervienen
decisivamente reglas de moral, sociales, educativas y de
Consejos convivencia, es decir, voluntad de controlar y modular
la vivencia en función de las situaciones. Es el plantea-
En el ámbito de la consolatoria inmediata incluire- miento de la psicología cognitiva, que se revela explíci-
mos la preventiva que representan los consejos. tamente en la denominación de su método de trata-
En general, el consejo trata de responder a una miento: modificación de conducta. Por tanto, sería
pregunta: ¿qué debo hacer? Todos sabemos la frecuente conveniente que el consejero tuviera siempre en mente
trampa de ese tipo de preguntas. Otras veces, el que da que los comportamientos, más aún en los dolientes, no
el consejo se arroga una demanda que no le han hecho. corresponden —o sólo en parte— a su vivencia interna,
Ambas situaciones pueden darse en el caso de los do- aunque dichos dolientes admitan, reconozcan y se pro-
lientes. Mostraré enseguida la posibilidad de salvar es- pongan llevar a la práctica esos consejos en las conduc-
tos dos escollos. tas que adopten.
No me refiero aquí, por supuesto, a esos consejos En lo que se refiere a situaciones de duelo por un
que entran también en el manual de los tópicos, tan hijo pequeño, hay tres bloques de consejos: en relación
inútiles a veces como quizá bien intencionados, pero, con la pareja, en relación con los otros hijos y en rela-
en general, impartidos desde la banalidad o la falta de ción consigo mismo. En cada uno de ellos, el consejero
plantearía las temáticas involucradas. Es útil proponer
26 Las víctimas de la violencia. Estudio psicopatológico, Baca E, Ca- un calendario de “consejería”, estructurada en una serie
bana S, M.L. (editores), Madrid, 2003. de encuentros o entrevistas.
Como acabo de apuntar, los consejos se expresan, • Aunque me sea difícil, mantendré o restableceré en
por lo común, en forma casi de imposición: “Le con- mi pareja y con ella nuestras funciones, costum-
vendría / no le convendría esto o aquello”, “haz esto / bres y prácticas.
no hagas aquello”. Propongo que le demos la vuelta a • Aunque me sea aún más difícil, no descartaré la
esta perspectiva, de modo que el doliente obtenga de sí alegría y la satisfacción en nuestra relación.
mismo sus propios consejos (“haré / no haré”, “intenta-
ré hacer esto / intentaré no hacer lo otro”, “creo que
debo hacer / no hacer esto”...). La técnica para los men- En relación con los hijos vivos
cionados bloques sería verbalizarle o exponerle al do-
liente el intra-consejo (por ejemplo: “No dejaré de co- Los temas en este apartado rondarían los siguien-
municarme con mi pareja”), preferentemente escrito tes puntos: cómo están viviendo el duelo los hermanos
cada uno en una tarjeta, para que él mismo lo debata del niño muerto, la información que se les debe dar, la
con el terapeuta consolador, vea sus pros y sus contras, manera de reaccionar a sus comentarios, el manejo con
su viabilidad; y así cada ítem sucesivamente. En mi ex- ellos de los recuerdos del hermano fallecido, la forma
periencia, hay dos factores que condicionan de manera de utilizar el nombre y las características de éste, qué
sustancial el éxito de este método de “consejería”: 1) la cambios en su vida cotidiana están viviendo estos niños
adecuación del momento en que se realiza (no parece tras la muerte de su hermano, etc.
conveniente que sea en las semanas siguientes al falleci-
miento del hijo, sino cuando ceda el shock o aturdi- • No subestimaré el interés y la necesidad de infor-
miento del doliente —su “estado de excepción”— y se mación de mis otros hijos acerca del hermano
reinstale la vida cotidiana en su entorno; y 2) la realiza- muerto.
ción de dicha “consejería” por ambos padres, cada uno • Responderé sencilla y sinceramente a lo que me pre-
por separado. gunten, sin engaño, de acuerdo con el nivel de ma-
He aquí, a continuación, las listas de intra-conse- durez y conocimiento que corresponda a su desarro-
jos a elaborar. llo y en consonancia con nuestras convicciones.
• No obstruiré sus comentarios y referencias al her-
mano muerto.
En relación con la pareja • No les impondré el recuerdo del fallecido.
• No identificaré a ninguno de mis hijos con el
546 Los temas serían: la comunicación, el silencio, los muerto, como si fuera su sustituto, ni los compara-
requerimientos de uno hacia el otro, los ritmos de las ré con éste.
vivencias y los sentimientos de uno y de otro, las iden- • No pondré el nombre del hijo muerto a otro hijo,
tificaciones y contra-identificaciones con el otro miem- así cada uno tendrá su propia identidad.
bro de la pareja, la culpa y las culpas, cómo está siendo • No descuidaré la atención a mis hijos vivos, sobre
la vida cotidiana en relación a como era anteriormente a todo en el área afectiva y en la de sus temas e inte-
la pérdida, etc. reses propios. Incluso procuraré tenerlos más pre-
sentes para disipar en ellos el temor de ser menos
• No dejaré de comunicarme con mi pareja. queridos que el hermano que murió.
• No me refugiaré sistemáticamente en el silencio. • Permaneceré alerta a sus reacciones de duelo y les
Que el silencio no caiga sobre nosotros. facilitaré la comunicación de sus posibles angus-
• No estableceré pactos implícitos de silencio en la tias, miedos y culpas, y de las ideas que subyacen a
pareja con respecto al hijo perdido porque se am- ello.
pliará y ocupará todo nuestro espacio comunicativo.
• Escucharé los requerimientos o demandas de mi
pareja. En relación consigo mismo
• Procuraré entenderlo/a.
• No pretenderé que él/ella participe, al menos ple- Insisto en la precaución en dar extra-consejos que
namente, de mis mismos sentimientos en el duelo. tiendan a desvirtuar o a forzar un cambio en la vivencia
Cada uno tenemos nuestros tiempos, nuestras ma- del doliente, la cual debe ser respetada y, en su caso,
neras de expresarlos, especialmente los más com- susceptible de ayuda mediante su elaboración, sin pre-
plejos o confusos, y nuestros mecanismos para juzgar el resultado de dicha elaboración. El doliente
defendernos ante la desgracia, lo que quizá no ha- podría llegar a darse estos consejos:
yamos tenido la ocasión de comprobar o advertir
hasta hora. • No me alejaré de mis seres queridos que viven.
• Trataré de identificarme con su modo de sentir la Probablemente cada alejamiento aumentaría la
pérdida, aunque no lo comparta. distancia de ellos hacia mí y la mía hacia ellos.
• No emplearé reproches en mis argumentos. • Trataré de conservar mis amistades, y en cualquier
• No evitaré ni pospondré un diálogo por temor a caso aquellas que se hayan revelado realmente co-
un posible conflicto con mi pareja. mo tales en esta circunstancia. Y procuraré tener
• Le manifestaré cómo me siento, sin culparle. nuevas relaciones amistosas.
• No guardaré en soledad para mí el recuerdo de mi var a cabo gestiones y trámites o cargas de la vida
querido hijo o querida hija, ya contenga una lágri- cotidiana que la situación de los padres no les per-
ma o una sonrisa. Seguramente el ámbito más mite encarar; b) grupos de ayuda mutua de padres
adecuado para esta rememoración sea el de mi cír- (que veremos más adelante); c) consultas indivi-
culo familiar o íntimo. duales o de familia y sesiones de “consejería”, y
• Aunque me cueste, procuraré, sin embargo, que el terapias en los casos de evolución más delicada.
recuerdo de mi hijo/hija no pese sobre mí y sobre 5) Garantizar el seguimiento del duelo, lo que permi-
mi familia como una losa. te la detección de factores de riesgo y las dificulta-
• No me haré el/la fuerte a toda costa para mantener des de su proceso, si las hubiera.
la imagen elogiosa ante los demás. 6) Desarrollar una tarea de información a los dolien-
• Pero tampoco caeré en la tentación victimista. tes, en entrevistas personales, en grupos o en con-
• Procuraré atenderme, conservar mi aspecto corpo- ferencias programadas con regularidad e imparti-
ral y cuidar mi alimentación. das por diferentes tipos de participantes, dando
• Intentaré hacer ejercicio, pasear, quizás aprender lugar al coloquio posterior; en este aspecto, se está
relajación o apuntarme a un gimnasio... Me doy extendiendo la atención on-line.
cuenta de que la actividad física me libera de estrés. 7) Promover actividades y reuniones de carácter cul-
• Leer, escuchar música, hace tanto tiempo que me tural y recreativo que potencien los lazos entre los
hubiera gustado... Escribir mi diario o anotar en dolientes.
un cuaderno mis vivencias... Cuando alguna vez lo 8) Desplegar una labor de información social, una
he hecho, me ha ayudado mucho para desahogar- pedagogía del duelo, en distintos medios, sin olvi-
me y aclararme. dar las escuelas. Son muy ilustrativas y sensibiliza-
• Viajar... Quizá me meta en Internet, parece que es doras las charlas en hospitales, centros de salud,
también un buen recurso para entrar en otros etc., que den no sólo los especialistas de duelo sino
mundos y para conseguir información —quizás en los padres con su propia experiencia de pérdida
algún momento— sobre el duelo... cuando ya son capaces de transmitirla.
• Si puedo, he pensado entregar parte de mi tiempo 9) Aportar una posibilidad de formación en el cono-
a una actividad creativa, solidaria o caritativa. cimiento del duelo y en su tratamiento.
• ...Y si veo que no puedo salir adelante, si compren- 10) Estimular la realización de trabajos de investiga-
do que lo necesito, buscaré activamente ayuda en ción del duelo, aún tan desconocido en muchas
ciertas amistades o en especialistas. facetas. 547
• Si un niño nace muerto, los padres tienen derecho y de niños cuya muerte pueda considerarse un
a verlo, si lo desean, y cogerlo en sus brazos, pues “alivio”, por su estado de deterioro y sufrimiento.
es la única vez que tienen para relacionarse con él. • Los padres tienen derecho a que, en ninguna cir-
A menudo no se lo enseñan a la madre, sin pre- cunstancia, se minimice la pérdida ni se critiquen
guntarle previamente si quiere verlo, con la buena sus sentimientos.
intención de protegerla contra el dolor. (Como re- • El personal clínico debe evitar referirse al pequeño
ferí en el capítulo de Clínica, la poeta Concha como feto o empleando exclusivamente términos
Méndez se dolió profundamente por no ver a su científicos, que pueden recibirse como fríos o des-
hijito muerto al nacer, lo que plasmó en un poe- deñosos.
mario estremecedor.)
• Y una vez muerto el niño, tienen el derecho de Quizás el equipo sanitario no es suficientemente
verlo, tocarlo, cogerlo, sin que hayan de justificar- consciente todavía de la importancia que tienen estas
se por ello, pues es la última oportunidad de rela- medidas en el devenir anímico de los padres en duelo.
cionarse con él. Hemos conocido a muchos de éstos que, largos años
• Todo niño hospitalizado y fallecido en el centro después de la muerte de su hijo, guardan aún el recuer-
tiene derecho al mayor respeto y consideración en do resentido de un trato insensible o distante, o las
su muerte, sea cual sea su edad y su condición, exactas palabras hirientes de profesionales del centro en
incluidos el no nacido, producto de un aborto, o el que aquél fue tratado.
nacido muerto, o neonato (con menos de un mes Para llevar a buen término en el hospital una asis-
de vida). tencia adecuada a los padres que acaban de perder a un
• Todo niño que nace, aunque nazca muerto, o mue- niño, es necesaria la previa realización de grupos de tra-
ra nada más nacer o poco después, tiene derecho a bajo hospitalario con el objetivo de entrenar a los profe-
un nombre propio, a un enterramiento digno y a sionales en esa tarea (entre los que no deben ser olvida-
que sea reconocida su existencia, por mínima en dos los auxiliares de clínica, celadores, etc., ni siquiera el
tiempo que haya sido. personal de limpieza). Cada centro debería establecer a
• Los padres de un niño muerto tienen el derecho a este respecto un programa de intenciones y de actuación
guardar todos sus recuerdos. correctas. (El término protocolo, tan de moda hoy en la
• Tienen el derecho a fotografiarlo, para mantener su gestión clínica hospitalaria, me parece excesivamente
memoria física, tanto más si su muerte ha ocurrido tecnificado y rígido en este terreno emocional.)
548 en los primeros tiempos de su vida y no ha habido Convendría que se produjera una Carta de Reco-
ocasión de tener fotos de él. mendaciones de Atención Inmediata al Duelo por el
• Los padres tienen derecho a saber el peso y la talla Niño en el Hospital, que fuera auspiciada por alguna
de su pequeño nacido muerto; estos datos, que institución de peso y consensuada lo más ampliamente
pueden parecer superfluos ya desde el punto de posible en el ámbito nacional, teniendo en cuenta las
vista médico, contribuyen a dar consistencia de
características socioculturales de cada país.
realidad a los padres en su futura rememoración
en el duelo.
• Los padres tienen el derecho a practicar sus creen-
La donación
cias y ceremonias religiosas —en todo caso, las
primeras— en el centro si es posible.
Cuando muere un paciente en el hospital, lo que
• Los padres tienen derecho a ejercer su libertad en
viene a ser lo habitual y especialmente en el caso de los
las decisiones a tomar sobre el destino de los restos
niños (por el imparable progreso de la tecnología de la
de su hijo, funerales y otros trámites y ceremonias,
supervivencia), se plantea una situación muy delicada,
sin que se les imponga lo que deben hacer (y que
cada vez más común y más éticamente exigente. Es el
no entre —naturalmente— en colisión con el re-
asunto de la donación de órganos27, cuyo permiso me-
glamento explícito del hospital).
• Los padres tienen derecho a un informe clínico fi- 27 España es el país con mayor proporción de donantes de ór-
nal sobre diagnóstico de la enfermedad y/o de la ganos en el campo internacional. La gráfica ha subido en flecha, desde
muerte del fallecido, y al resultado de la autopsia, los 550 donantes del año 1989, cuando se creó el Organismo Nacional
en su caso. de Trasplantes (ONT), a los 1.509 del año 2006, con un total de 3.756
• Tienen derecho a solicitar una autopsia si hay cau- trasplantes, incluyendo los realizados por donación de vivos. Maneja-
sa razonada. mos las estadísticas de 2006. La tasa española es de 33,8 de donantes
por millón de habitantes (ppm), muy por encima de la media europea,
• Tienen derecho a que un miembro designado del que es de 18,8 ppm, y ocho puntos por encima de la estadounidense,
equipo clínico que ha atendido al niño —preferen- de 25,5. El norte cántabro arroja los porcentajes más altos (entre el 44
temente, el que más cercano haya estado de él y su y el 48 por ciento): País Vasco, 48,4; Cantabria, 45,6, y Asturias, 44,4;
familia— se haga cargo de la tarea de consolación seguido de Baleares, 42, y Navarra, 41,7. Y los más bajos corresponden
y de apoyo en esta primera etapa del duelo. a Aragón, con 24,4; Castilla-La Mancha, 26,4, y Extremadura, 26,6. La
población de donante infantil menor de 15 años ha descendido del 10
• Los padres tienen derecho a que se les reconozca y por ciento de 1992 al 3,2 por ciento de 2006, debido sin duda a la baja
respete su estado de conmoción y de dolor agudo, natalidad. Por el contrario, ha subido progresivamente la de los mayo-
aun en los casos de abortos y de nacidos muertos, res de 60 años. Las negativas familiares a la donación han ido dismi-
diante el consentimiento informado requiere una téc- taxativamente que el objetivo del coordinador que
nica, que no es ni mucho menos sólo la firma de una solicita el consentimiento informado es “actuar
autorización en un papel. Su abordaje se presenta de con firmeza en aras a obtenerlo”. Aunque asusta
manera diferente si se trata de un paciente que ha sido un poco el aspecto conminatorio de la redacción
tratado por el equipo médico durante tiempo o si se de esta frase, sabemos que en la práctica se des-
está ante alguien que ha muerto de pronto, sea por un pliega sobre todo calidad humana y convenci-
accidente o por un cuadro agudo, fulminante. En el miento razonado.
primer caso, el equipo clínico ha tenido ocasión más
tranquila para plantear el tema con el paciente y/o con Casi siempre hay en la pareja de los padres o en la
la familia. El permiso para la donación de órganos se familia más allegada, uno o algunos miembros que se
obtiene ya sea por declaración expresa del fallecido, hallan más enteros y lúcidos, y cuya intervención es
mediante su testamento vital, o por consentimiento fundamental en la decisión final. Ellos pueden ser los
informado de la familia. La detección de un posible colaboradores básicos, puesto que la unanimidad en la
donante para un seleccionado receptor pone en mar- donación es imprescindible entre los miembros de pri-
cha un protocolo que, una vez activado, va contrarre- mer rango de la familia del donante.
loj. Ese tempo acelerado del trasplante choca violenta- Por otro lado, el médico que debe afrontar este
mente con la situación de sideración psíquica que trance complicado pertenece, en los casos más acucian-
atraviesa la familia del posible donante, pues en los tes, a las unidades de urgencias y de cuidados intensi-
primeros momentos de la pérdida de un ser querido, vos, casi siempre desbordadas. Además, cuesta trabajo
sobre todo de un hijo pequeño, sus allegados más in- reconocer que en ocasiones no son profesionales prepa-
mediatos se hallan tan aturdidos que son incapaces de rados para asumir una entrevista adecuada y a menudo
entender una explicación o de tomar una decisión de todo se resume en la pregunta: “¿Desean ustedes donar
forma razonable. los órganos?”. Sin embargo, siempre está, en segunda
Los más avezados coordinadores y profesionales instancia, el coordinador de trasplantes del hospital
de las Unidades de Trasplante hacen las siguientes con- acreditado en la materia, que abordará las situaciones
sideraciones, que a continuación resumo: delegadas o más espinosas.
La entrevista debería realizarse en un ámbito tran-
1) El especialista que se haga cargo de la entrevista de quilo, a solas con los interesados, y en una relación de
donación ha de estar plenamente convencido de la gran humanidad, respeto y delicadeza, en la que el res-
necesidad de la donación en general y de ésa en ponsable de la conducción de la misma se adapte con 549
particular, y de su posterior valor positivo para la pericia afectuosa al ritmo de comprensión de los do-
familia. lientes. El protocolo de actuación para el consentimien-
2) La entrevista médica con los familiares del posible to informado, publicado por la ONT28, determina que
donante —los padres del niño, en nuestro caso—, no se debe precipitar la petición de la donación. Todo
con el fin de obtener el consentimiento para la do- esto se consigue con mucha mayor fluidez si ha habido
nación de órganos, es muy difícil, sobre todo cuan- previamente contactos entre dicho profesional y la fa-
do la muerte ha sido repentina o cuando el tema milia del posible donante. Los miembros presentes de
no se ha abordado antes. Pero, además de emocio- la familia han de ser todos los de primer rango.
nalmente intensa, es también tensa, pues se halla Esto escribió María, la madre de un chico donante
constreñida entre la urgencia del protocolo de tras- fallecido29:
plantes y la necesidad de tiempo para la explica-
ción a los padres y para la elaboración de la deci- Nunca me engañé. Desde que llegó al hospital
sión por parte de éstos. Por un lado, el especialista sabía que no quedaban esperanzas. La intuición me lo
sabe de la importancia vital de un sí rápido de la decía, aunque hubiese preferido no escucharla. A la
familia y, por otro, se identifica con su dolor. Gene- mañana siguiente los médicos nos llamaron para dar-
ralmente, el revelar a los padres esta situación de nos información. Allí nos golpeó la triste, esperada y
hallarse entre la espada y la pared (la urgencia de la rechazada noticia. Nuestro hijo tenía muerte encefáli-
decisión versus el dolor de ellos) suscita compren- ca. A continuación nos hablaron de la posibilidad de
sión por parte de éstos. En las pautas de la Organi- donar sus órganos. Dada su edad, en el mejor momen-
zación Nacional de Trasplantes (ONT) se dice to de la vida, nuestro hijo nunca había comentado sus
opiniones sobre donación. Sin embargo, sólo tuve que
nuyendo, situándose en el 15,2 por ciento en el año 2006, la más baja mirar a los que estábamos reunidos, su padre, herma-
internacionalmente. Las comunidades de negativa cero han sido Nava-
rra y La Rioja; de negación baja: País Vasco (3,4), Extremadura (5,9) y
nos y tíos, y ver las expresiones de sus ojos con infinito
Asturias (9,1), y las de de negación más alta, Castilla-La Mancha (27,8),
28
Aragón (27,1) y Galicia (21,5). Si contemplamos estas cifras desde el “Labor del coordinador de trasplantes”, López-Navidad A,
punto de vista antropológico y las estudiamos comparativamente en el en: Coordinación y Trasplantes. El modelo español. Matesanz R, Miranda
ámbito nacional y en el del resto de los países del mundo, tendríamos B, 1995.
29
seguramente cauces de investigación para profundizar en la manera ac- Tomado de En memoria de nuestros donantes. Guía breve de
tual de concebir la muerte por parte de las diferentes comunidades y ayuda a sus familias. Dr. Miguel Ángel de Frutos Sanz, Coordinador de
ciudadanos de España, y con respecto a los de los demás países. Trasplantes de Málaga. 2004.
dolor pero que expresaban aprobación. Lo habíamos e) Muchas otras preguntas u orientaciones prácticas
perdido a sus 18 años y me resultaba impensable acep- deberán ser contestadas clara y eficazmente: dispo-
tar que la vida se le hubiese ido tan rápido, pero nos nibilidad y trámites del cadáver para su enterra-
quedaría la satisfacción de que otros vivirían con lo miento, disposiciones legales relacionadas con el
que él podría darles. trasplante, etc.
3) Se debe ofrecer una información clara y minucio- Pero hay casos en los que la familia se niega a la
sa, a ser posible estructurada por orden de puntos, donación (un 15%). La razón principal gira en torno a
poniendo énfasis en los siguientes aspectos: un fondo confuso de miedos, creencias mágicas y fanta-
sías terroríficas, incluso en personas de buen nivel cul-
a) En primerísimo lugar, certificando la muerte segura tural. Un trabajo de asimilación y concienciación, así
del ser querido (muerte cerebral, sin ninguna du- como de intercambio con las experiencias de donación
da) e informando sobre la forma en que se ha llega- de otras personas, es muy positivo. Otras veces inter-
do a ella, explicando todos los pasos seguidos hasta vienen en la negación el vértigo fulminante de la pérdi-
esa conclusión, mostrando incluso, si la circunstan- da, la mezcla de dolor e ira y el deseo de venganza, así
cia lo permite o si los familiares lo desean, explora- como el trato poco delicado o brusco del personal que
ciones y documentos clínicos que lo avalen. propone la donación. No pocas de esas mismas perso-
b) En segundo lugar, es de gran importancia poder nas habrían estado de acuerdo con la donación poco
transmitir a los deudos la vivencia de que su ser después, en condiciones más sosegadas.
querido muerto puede dar la vida y la salud plena Es preciso saber que la mayoría de las religiones
a alguien que está a punto de perderla, y que no del mundo animan, aceptan o no se oponen a la dona-
tiene otra alternativa que un trasplante o la muer- ción, y muchas la consideran una decisión de responsa-
te. Y que esto es exactamente así. Es decisiva la bilidad exclusivamente individual. Encontramos oposi-
convicción, seguridad y calor afectivo con las que ción en hinduistas y sintoístas. El budismo no se opone,
el profesional sepa transferir este mensaje: “En us- pero el budismo-sintoísmo japonés la objeta por razo-
tedes hay ahora desesperación, y en otro lugar hay nes de calendario en ceremonias funerarias. Una mayo-
la angustia de una esperanza. Una muerte puede ría de fuentes musulmanas de escuelas coránicas la
evitar otra muerte”. permite, pero la tradición popular la rechaza. Se practi-
Esto escribió Amparo a la Unidad de Trasplantes: ca en la casi totalidad de los hospitales de Israel, pero el
550 “Me animó mucho conocer que cuatro personas judaísmo ortodoxo la prohíbe. Los testigos de Jehová la
viven ahora gracias a los trasplantes realizados con aceptan a condición de que los órganos y tejidos estén
los órganos de nuestro hijo”30. exangües antes del trasplante32.
c) Otro argumento de peso es comunicarles la expe-
riencia de que, en su práctica totalidad, los familia-
res de los donantes fallecidos se han alegrado de su Conocer al donante, conocer al receptor
decisión positiva de la donación, expresando que,
de no haberlo hecho así, lo hubieran lamentado Tanto la familia del donante como la del receptor y
siempre. La donación les permite rememorar la éste mismo, expresan, antes o después, interés por cono-
muerte del ser querido ligada a una especie de re- cerse unos a otros. La legislación española promueve el
nacimiento de otro ser humano, restando de esa anonimato en ambos sentidos para impedir que, aun
manera absurdo al implacable destino de la vida. cuando fuera infrecuente, se pudieran generar relaciones
indeseables entre ambas partes (Figura 10). Aunque se
Esto le escribió Isabel al coordinador de trasplantes31: trate de un ejemplo límite, sería el del caso de un joven
donante fallecido en accidente de tráfico por el compor-
Yo no era demasiado partidaria de las donacio- tamiento temerario de un conductor ebrio, y que el híga-
nes, pero con la temprana e inesperada muerte de mi do de aquél sirviera para trasplantar a un alcohólico. En
hijo, de 14 años, he cambiado de opinión. [...] Si otras ocasiones sucede, no obstante, que, de manera inevita-
familias pasan por circunstancias parecidas, que ha- ble, las familias del donante y del receptor, e incluso el
gan lo mismo que nosotros, porque después se sentirán receptor mismo, en esas dramáticas horas simultáneas de
bien. Si alguien me hubiera dado una solución para tu la cesión y trasplante del órgano, se conozcan por coinci-
cerebro, [dirigiéndose internamente al hijo] ¡cuánto dir en la espera en el mismo hospital, al intercambiar ca-
se lo hubiera agradecido! sualmente comentarios personales. Y la experiencia des-
crita en tales casos no ha revelado ningún problema, sino
d) Hay que asegurarles que la cirugía de la extracción que, por el contrario, ha dado pie al establecimiento de
de órganos no afectará a la imagen de la persona fa- una larga y excelente relación. Otras veces son los me-
llecida y que las incisiones que sea necesario realizar dios de comunicación los que, en sus impúdicos rastreos
se cerrarán como en la mejor práctica quirúrgica. de algunos casos, desvelan a los protagonistas. También
pueden darse otras vías más insólitas de encuentro.
30
Ibídem.
31 32
Ibíd. Ibíd.
dad de la donación de órganos. Los coordinadores de zas al receptor, pero también ha de proporcionarlas a
donación y trasplantes son unánimes en la defensa de la familia del donante, que, dando vida a otro, puede
una donación voluntaria y solidaria. La solidaridad, seguir viviendo.
esta nueva religión “laica” de nuestra sociedad, se va Nunca olvidaré un amanecer pocos días después
imponiendo como exigencia moral humanista, progre- de mi operación. En Madrid hacía mucho calor. Aque-
siva e imparable, desde dentro de nosotros. Todo lo lla noche hubo una gran tormenta. Yo estaba solo en
que sea obligar en terrenos como éste creará más resis- mi habitación, no tenía sueño y me asomé a la ventana
tencias que aperturas. para ver las primeras luces. Sentí en la cara el frescor
de la mañana y olí la tierra mojada. No exagero si digo
que fue aquel el momento más feliz de mi vida. Había
Crónica de un trasplante renacido. A partir de entonces, todo lo bueno que me
ha sucedido se lo debo a unas personas a las que jamás
Para conmemorar, en 1999, los primeros mil tras- he podido conocer.
plantes de riñón del Hospital Carlos Haya de Málaga, el
periodista y escritor Félix Bayón (Cádiz, 1952), que en Los que le trataban decían que Félix era un hom-
1992 fue sometido a un trasplante de corazón, escribió bre entrañable, vital, reidor. Según los ratos, ponderado
el siguiente relato de esta experiencia suya34. o radical, tranquilo o apasionado. Valiente, denuncia-
dor de corrupciones. Murió de pronto, en una calle de
Mientras mi habitación se convertía a la vez en Marbella, de infarto cardiaco masivo, en la primavera
una fiesta de cumpleaños y en el camarote de los her- de 2006. Tenía 54 años. Vivió los últimos 15 con el co-
manos Marx, pensé que en algún lugar había una fa- razón de un muchacho de 18, en el que no dejó de
milia que estaba sufriendo mucho. Por azar, en aquel pensar en toda esa prórroga.
momento me llegaron algunos datos sobre mi donante.
Desde entonces, sé cuál era la ciudad en la que vivía,
sé que era un joven de quince años y que murió en un Grupos de ayuda mutua
accidente estúpido, cayéndose de una bicicleta.
He pensado muchas veces en él. He querido ima- Dudé si integrar los grupos de ayuda mutua (GAM)
ginar qué estaría haciendo si viviera hoy. Tendría 22 en el duelo dentro de la consolatoria social o de la espe-
años, estaría acabando sus estudios o habría comenza- cializada. Finalmente me decido por entenderla como
552 do a trabajar. Difícilmente hubiéramos tenido la opor- ayuda “especial”, porque, aunque no profesional, el gru-
tunidad de conocernos. Sin embargo, juntos, él y yo, en po se constituye como un instrumento autogestionado
los últimos siete años, hemos escrito cinco libros y un de mutualidad terapéutica entre miembros que utilizan
montón de artículos, hemos enseñado a nadar a mi su desgraciada y común experiencia al mismo tiempo
hijo, amamos a mi mujer y nos reímos mucho con mis como ayuda consoladora de sí mismos y de los otros; en
amigos. También, en estos años, hemos viajado un par todo caso, se trata de una ayuda social especializada.
de veces a la ciudad en la que él vivía y hemos paseado La ayuda mutua es el mecanismo más arraigado de
por las que eran las calles de su infancia. Sin conocer-
interacción constructiva en la convivencia humana. Pa-
nos, sin hablar siquiera, hemos hecho muchas cosas
radigma de la ayuda mutua ha sido siempre el cuidado
juntos.
del enfermo en el ámbito doméstico o familiar. Para que
En estos años he pensado también en los padres
la ayuda sea realmente mutua ha de cumplir, como su
de mi donante. No hay mayor tragedia que la muerte
nombre indica, condiciones de horizontalidad, es decir,
de un hijo. Es la peor de las desgracias imaginables,
de ser relación entre iguales; de compartición, es decir,
porque rompe fatalmente la lógica del ciclo vital: los
de ocupar lugares iguales o cercanos, perfiles de identi-
hijos están para sobrevivir a los padres. He pensado
dad personal y colectiva análogos, trabajos de entidad o
mucho en los padres de mi donante y he querido imagi-
nivel equivalente, etc.; de participación en similares ex-
nar qué proyectos tendrían para su hijo, un chico fuer-
periencias, modos de vida, etc., y de reciprocidad en el
te, deportista, que en aquel mes de julio de 1992 debía
de estar esperando ilusionado el comienzo de los Jue- “dar” y el “recibir”.
gos Olímpicos. España ha tenido muy poca tradición asociativa,
Imagino el dolor que aún deben sentir, los espesos en parte por su dependencia de los sólidos apoyos fa-
silencios durante la cena de Navidad, la profunda tris- miliares y de la caridad asistencial de la iglesia. Pero en
teza en los días en los que el calendario señala la fecha la última década están proliferando los movimientos de
del nacimiento o de la muerte de su hijo. Me gustaría solidaridad, asociativos y de ayuda mutua para paliar
poder consolarles: explicarles que, gracias a su genero- los fallos, grietas o carencias del sistema del Estado del
sidad, su hijo sigue viviendo en mí y, a su vez, dándome Bienestar35,36.
vida. Porque un trasplante es sobre todo una relación
35
simbiótica entre dos seres que, sin conocerse, se dan A finales de los años ochenta del pasado siglo adquiere al-
tavoz la necesidad creciente de la sociedad de hacerse oír en el campo
vida mutuamente. El trasplante proporciona esperan- de la salud. Se irá generando una conciencia global de que “la salud
somos todos”. En primer lugar, hubo una descentralización hospitala-
34 Ibíd. ria a favor de una atención primaria, como fundamental eslabón en la
red sanitaria, con consultas externas cercanas a los ciudadanos (Asam- definición, pues los profesionales, aunque puedan colaborar, lo hacen
blea Mundial de la Salud, Alma-Ata, 1978). Casi una década después habitualmente en forma colateral. Otro ejemplo más cercano a mi ex-
se levantaron los cimientos para materializar las vías de participación periencia es el de la constitución del primer grupo/asociación de padres
comunitaria en la sanidad y la autonomía de los sujetos en ese terreno, de niños autistas en España, que tuvo lugar en Madrid, donde médicos
siguiendo el impulso de los objetivos marcados por la OMS (Primera y psicólogos eran meros consultores, recayendo todo el protagonismo
Conferencia Internacional de Promoción de la Salud, Ottawa, 1986). en los padres, los cuales realizaron una gran labor a lo largo de muchos
Al mismo tiempo, se creó un Centro Europeo de referencia e intercam- años: fue el referente de muchas otras asociaciones del mismo tipo;
bio de información (clearing-house) para los Grupos de Ayuda Mutua cumplieron objetivos de sensibilizar a la sociedad y a los profesionales
(GAM), en Lovaina (Bélgica), que puede considerarse su acta de reco- (psiquiatras, psicólogos, educadores); pusieron en práctica soluciones
nocimiento internacional. para atender necesidades urgentes, y todo ello cuando la Administra-
En nuestro país, su constitución es simple: se requieren tres per- ción se desentendía de estos temas. En los últimos años hemos visto
sonas que se registren con ese objetivo en el directorio de Promoción de constituirse como asociaciones, entre otros, los GAM de trastornos ali-
la Salud de su municipio o comunidad de residencia. mentarios y de niños hiperactivos, y, en la actualidad, los de cuida-
Aunque tenga una definición clara, el GAM se mueve en lími- dores de enfermos crónicos, dependientes y muy deteriorados (como
tes imprecisos, porque en muchos casos funciona en la transitoriedad el de familiares cuidadores de pacientes de Alzheimer, con encuentros
y la inestabilidad, ya que su constitución es achacable a una carencia quincenales, programados desde 1997 por la Asociación de Familiares
asistencial, que, si es subsanada, clausuraría su razón de ser. Pero su de Enfermos de Alzheimer), o los de enfermedades raras. Un camino
permanencia se mantendría en ciertos campos específicos, ya sea por- distinto, y a la inversa, es el de grandes instituciones (como la Cruz Roja
que el Estado del Bienestar delega en ellos, o porque éste, por su propia o Cáritas española) que segregan GAM, aunque en general éstos tienden
estructura, nunca atendería esas necesidades. Por otro lado, a mi modo a ser tutelados por profesionales. Una línea de demarcación difusa entre
de ver, esta característica de movilidad, ya sea del grupo en sí o del paso los GAM y los grupos terapéuticos son los grupos de apoyo organi-
transitorio de sus miembros por él, o debido a su destino “fungible”, le zados en el ámbito de los hospitales (padres de niños oncológicos, o
da gran parte de su identidad, su riqueza, su vivacidad, su espontanei- mismamente de padres en duelo), porque suelen ser conducidos por
dad. Cuando dichos grupos se consolidan fuertemente y se jerarquizan, psicólogos o asistentes sociales, etc.
tienden a transformarse generalmente en asociaciones, con estatutos, En resumen, los GAM presentan diversas modalidades y a menu-
directorio y carácter presidencialista; o bien se vinculan a instituciones, do contornos difusos. Pueden ser autónomos o estar adheridos a servi-
o son absorbidos por éstas. Otros, fundacionalmente, se oponen a la cios, asociaciones o federaciones; pueden actuar de manera autocentra-
existencia de cargos (por ejemplo, un GAM de padres en duelo justifica- da, o complementaria a otra actividad; pueden limitarse a los miembros
ba esta norma porque “ningún padre puede, ni podrá jamás, ordenarle afectados, o requerir el apoyo de algún profesional.
a otro padre lo que puede o no hacer”). En su desarrollo, los GAM revelan diferentes aportaciones y efec-
Se han descrito tres etapas en su funcionamiento (M.ª Dolors Al- tos a sus integrantes, entre los que destacamos los siguientes:
varez i Bes, responsable del Servicio de Apoyo a las Asociaciones de 1) Procuran apoyo anímico entre ellos.
Salud y Grupos de Ayuda Mutua, del Ayuntamiento de Barcelona): la 2) Combaten su aislamiento, les permiten compartir las mismas
fase inicial, ilusionada, efervescente; la fase de crisis, con tendencia a la emociones o similares, derivadas de su situación común, y mitigan el
dispersión y desorganización, y la fase de consolidación, para conseguir sentimiento de incomprensión.
la cual el grupo requiere un reparto eficaz de funciones y un liderazgo 3) Son una fuente viva de información práctica a través de la ex- 553
unificador. Uno de los riesgos del GAM como asociación —igual que periencia de los otros integrantes, constituyendo marcos de referencia
el de muchas otras iniciativas— es el de convertirlo de ser un fin en ser entre ellos.
un medio, es decir, que derive a la gestión empresarial, donde prime lo 4) Estimulan el conocimiento técnico, científico, necesario para
económico, o se adscriba a una determinada posición política o ideo- comprender y manejar el lado objetivo del problema que les incumbe.
lógica, o que se sustente en protagonismos o vanidades personales. He 5) Mediante esta interacción entre la emoción, la comprensión
conocido a padres que se han dedicado más a la asociación de afectados y la información, se favorece una elaboración/reflexión abierta, ayudan-
por la enfermedad que padece su hijo que a su hijo mismo. do a salir del cerco del pensamiento circular que induce la desgracia
La viabilidad de estos GAM depende de la fuerza cohesiva de padecida. Esta apertura contribuye: a) por un lado, desde el punto de
su motivación. Podemos distinguir tres tipos de GAM, constituidos en vista íntimo, a la emergencia de un mundo imprevisto de significantes/
asociaciones: 1) el de enfermos crónicos, físicos o psíquicos, forma- significados que tienden a elaborarse en un espacio simbólico no de-
dos por los propios afectados o por sus familiares (éstos, en el caso sarrollado hasta entonces, que podría ser el inicio de una nueva visión
de niños o enfermos psíquicos deteriorados); 2) el de enfermos adicti- o concepción de la vida; b) y, por otro lado, en el aspecto práctico, se
vos (alcoholismo, ludopatía, drogadicción); 3) dentro, o derivados del facilita el afrontamiento de situaciones y la búsqueda de soluciones.
grupo anterior, podrían segregarse o constituirse grupos “marginales” 6) Los componentes del grupo interactúan en un balance entre el
(afectados de sida, etc.), y 4) el de personas en circunstancias especiales dar y el recibir: hay un momento, al inicio de la incorporación al mismo,
o difíciles de la vida, como, por ejemplo, el duelo. Entre los grupos más en el que se recibe más de lo que se da, para llegar a otro en el que se
consistentes y duraderos se encuentran los enucleados en torno a una está dispuesto a dar más que a recibir. Pero existe también el dar por dar;
enfermedad crónica, lo que es comprensible por tratarse de una situa- en el que, sin esperarlo, se recibe la íntima satisfacción de hacer bien.
ción que, requiriendo una atención continua y variada en su evolución, 7) En un periodo más avanzado de la evolución del grupo, éste
justifica su acción permanente. En los GAM de causas crónicas hay una se “sale” del estricto marco interno y autocéntrico para actuar en la
continuidad de la historia, sustentada en la estabilidad de sus miembros sociedad, ejerciendo labores humanitarias o de servicio social, prestando
a lo largo del tiempo, lo que no se da en los GAM que se constituyen consejo y apoyo a personas en similares circunstancias a las del grupo
por motivos agudos y limitados en el tiempo, pues aquí el paso de sus (padres que acogen personalmente a otros padres con similares proble-
miembros es transitorio, como es el caso del duelo. mas, por ejemplo, si tienen que desplazarse de sus lugares de residen-
Aunque algunas de las características más importantes del GAM cia; información de recursos y cuidados específicos, etc.).
son su autonomía e independencia con respecto a los profesionales, 8) Otras veces, la labor será de repercusión pública, interviniendo
éstas son su punto más vulnerable, por lo que, en un momento u otro, en los medios de comunicación, estimulando estudios científicos o de
en su inicio y/o evolución, es raro que no intervenga uno de aquéllos, investigación sobre el problema en cuestión, etc.
con mayor o menor peso. El GAM por antonomasia, el más antiguo y 9) Cuando el GAM, como tal o derivado en sociedad, se impone
sólido, es el de Alcohólicos Anónimos, aparecido en Estados Unidos socialmente por su rigor y eficacia, y también por la importancia del
en 1935, dos años después de la derogación de la “Ley Seca”, y docu- problema que representa, actúa como grupo de presión, incitando nor-
mentado en 1939 por el libro Alcohólicos anónimos —de donde tomó mativas o cambios legislativos y generando recursos en la sociedad y en
el nombre—, que se extendió en nuestro país desde 1955, fecha en la Administración.
que aparecen los primeros grupos en Málaga, Barcelona y Canarias. Por 10) Una vez consolidados y avalados por una trayectoria seria y
tanto, estos grupos son también los primeros GAM que se constituyeron eficaz, estos grupos pueden ser reconocidos por instituciones y Administra-
en nuestro país. El GAM de alcohólicos responde absolutamente a la ciones Públicas para actuar como asesores, colaboradores, etc.
Tabla I. Programa I (de A.M.A.D.) La pareja argentina Berti, fundadora del grupo Re-
* Procesar el duelo sanamente. nacer en 1991, difundió en el año 2003 una puesta a
* Cada persona tiene recursos internos para hacerlo.
punto de la ideología de su movimiento, en la que me
detengo por el interés ilustrativo que significa y porque,
* No inmovilizarse ante el sufrimiento.
a diferencia de otros de estos grupos, justifica y sustenta
* Tratar de transformar los sentimientos del dolor su acción en una filosofía. Ésta se halla inspirada en el
desmesurado.
espiritualismo existencialista de la obra del neurólogo,
* Dar nuevo sentido a la vida. psiquiatra y psicólogo austriaco Viktor E. Frankl37 y
* Aceptar la pérdida. culminada con una cita de Heidegger.
* Trascender el dolor en recuerdo amoroso por el ser En lo que escribo a continuación, reordeno y resu-
perdido amado. mo el contenido de ese manifiesto, lo transcribo en
parte y lo interpreto a veces, sin desviarme de lo que los
Berti plantean. Vienen a decir lo siguiente.
Tabla II. Programa 2 (de RENACER)
* Enfrentarse al dolor (la realidad dolorosa).
* Aprender de esta realidad que nos toca vivir.
Sobre el sufrimiento
adecuadamente para colaborar voluntariamente en terapia (Logotherapie und Existenzanalyse, 1987; Logoterapia y análisis
ellos. existencial), tercera escuela vienesa de psicología (tras la freudiana y la
adleriana). Fue superviviente de varios campos de concentración nazi.
* Estos voluntarios llevan a cabo una formación
Perdió prácticamente a toda su familia en ellos: “Me encontraba solo
continuada, de ampliación de conocimientos y de
con mi existencia literalmente desnuda”. Se propuso sobrevivir, y pudo
aprendizaje de técnicas de intervención, de ayuda y
escribir: “Los campos de concentración nazis fueron testigos de que los
terapéutica, con un seguimiento.
más aptos para la supervivencia eran aquellos que sabían que les espe-
* La asociación cuenta asimismo con el apoyo de un raba una tarea por realizar”, y para transmitir su elaboración de aquella
grupo de profesionales terapeutas, que colaboran en terrible experiencia escribió a lágrima viva su célebre obra Un psicólogo
la formación del voluntariado, en los cursos, talleres y en un campo de concentración o El hombre en busca de sentido (1945), se-
conferencias impartidas, así como en el guida de otras, como El Dios inconsciente (1955), La voluntad de sentido
asesoramiento y seguimiento de los grupos. (1972), La presencia ignorada de Dios (1974) y El hombre doliente (1975).
Toda su obra ha girado en torno al sufrimiento humano, a la desespera-
* Todo el trabajo está inspirado en la línea terapéutica
ción de la desgracia y a la manera de salir adelante mediante la voluntad
desarrollada por la Dra. Elisabeth Kübler-Ross.
de dar sentido a la vida, pero también al dolor.
No tiene sentido continuar rumiando eternamente tes, y entonces la muerte vence porque todo lo puede, o
sobre el pasado. La salida está delante, en lo que aún que los padres decidan vivir después de todo, sin derro-
queda por realizar; no detrás. tarse, acompañados por la memoria de aquellos a los
La única manera de eliminar la oscuridad es dejar que amaron y aman, y que les llevan a hacer lo mejor. El
que entre la luz. Y la actitud de humildad es imprescin- grupo crea así una memoria colectiva de dimensión es-
dible para superar toda crisis. piritual de amor (no de dolor) y de defensa de la vida en
No hay otro camino que el de abrirse a ese mundo homenaje, en nombre de aquellos hijos amados y perdi-
en el que esperan las posibilidades aún latentes de la dos, comenzando a reemplazar el sentimiento de dolor
vida. Y hay que elegir correctamente entre todas las po- y desesperación por un sentimiento de amor.
sibilidades. Es preciso escoger el único camino con Así, la partida de esos hijos no ha sido una pérdida
sentido que esa conmoción existencial abre: el camino inútil. Se ha convertido en un despertar espiritual de
que lleva al hombre a su ser, a alcanzar su humanidad. los padres, ayudando a que sean seres solidarios y com-
Aun inmerso en la más profunda crisis, siempre pasivos, receptivos al dolor de los que sufren.
queda la libertad para decidir la actitud con la que se ha Pero esta propuesta de grupo de ayuda mutua va
de enfrentar el destino. más allá de una confortación personalizada a los que
sufren, y apela finalmente a un imperativo ético gene-
ral, al socaire del existencialismo heideggeriano. Y, al
Concepción del grupo mismo tiempo, insta a los integrantes a ser portadores
de un mensaje a la sociedad.
Los integrantes del grupo son hermanos.
El grupo es el lugar donde sus integrantes van a dar
lo mejor de sí mismos. Y esta tarea de orientarse a algo o Testimonios en grupos de ayuda mutua de
a alguien que no es uno mismo conlleva esfuerzo perso- padres en duelo
nal e implica auto-transcendencia (dar a la vida una di-
mensión espiritual, encontrarle en/con el amor un nuevo Transcribo a continuación tres tiempos de consola-
sentido) y auto-renuncia (renunciar a sufrir para pensar toria de los GAM de duelo: el SOS de Esperanza, la
en el hermano que sufre). Todo ello significa sacrificio en carta de Sara y la crónica de un duelo.
un camino difícil que quizá no todos puedan seguir.
El grupo se debe, sobre todo, a los padres recién SOS de Esperanza
556 llegados, a los más nuevos, a los que más sufren.
Hay que dejar a cada padre la libertad de hacer su Esperanza lanzó en un foro de Internet su SOS de
aprendizaje y encontrar sentido a su sufrimiento y a su dos frases terribles y rotundas: “Perdí a mi hijo y no lo
vida. No hará su camino por haber leído los objetivos puedo superar”. Recibió dos respuestas casi inmediatas.
del grupo, sino por la vía intuitiva, por la escucha y por Primero la de una madre, Raquel, cuyo hijo, Carlitos,
el amor que encuentra en el recibimiento y en el inte- había cumplido el día anterior año y medio de su muer-
rior del grupo. te, que sucedió cuando tenía tres años y cinco meses. Le
Esta dedicación tiene, sin buscarla, doble recom- decía: “Te mando un abrazo bien fuerte con mucho
pensa: una, la bien conocida experiencia de que el pro- amor; si pudiera dártelo personalmente no tendríamos
pio dolor se olvida cuando uno se preocupa por el do- que hablar para que te dieras cuenta de que es un abra-
lor del otro, y otra, la serenidad y la paz interior que zo sincero y lleno de comprensión, porque somos com-
resultan de la labor ética o espiritual bien hecha, cuan- pañeras de la misma pena y el mismo dolor”. Le manda-
do uno se trasciende en el otro ayudándole a recuperar ba la dirección de su correo electrónico y le proponía
la esperanza. un contacto personal.
La segunda respuesta fue la de Antonio:
Sobre la dimensión espiritual de la crisis Hola, Esperanza, soy un padre que, como tú,
también perdió a un hijo. AMAD es una Asociación de
Lo espiritual se encuentra más allá de la salud y de Ayuda Mutua para personas en duelo. La mayoría son
la enfermedad, y por tanto más allá de la vida y de la padres que han perdido a hijos, aunque hay otro grupo
muerte. de personas que han sufrido alguna otra pérdida (a sus
Vida y muerte siguen siendo misterios ante los que maridos, esposas, madres...). Nos reunimos un día a la
el hombre sólo puede inclinarse y tratar de verlo con semana. Llama al [siguiente] teléfono y te comento
ojos nuevos, de hombre renacido, por primera vez. más cosas. Mientras tanto, recibe el cariño no sólo mío,
A través del dolor se descubre con asombro la di- sino también de todo el grupo.
mensión espiritual, la cual genera los fenómenos más
humanos, como el amor, la libertad y la responsabili- Carta de Sara
dad, y, a través de ella, la capacidad de trascender y re-
nunciar al sufrimiento. Sara es otra madre que perdió a un hijo. Escribió
Dos cosas pueden suceder: que los hijos muertos esta carta de gratitud al grupo que la acogió en su mo-
destruyan a sus padres mediante el dolor de sus muer- mento:
de paz. Vio llegar a policías y bomberos, a la gente Iban sonámbulos. Se asearon en la casa de la
corriendo de un lado para otro.] madre de él. Al volver al hospital, Igor había muer-
Estaba muerto, pero el oxígeno y el boca a to ya.
boca lo reanimaron. Se sentía arder y un intenso Un tío de Nuria que Francisco no conocía se
dolor. acercó a él: “Esto es la vida. Todo pasa, pero un día
Vagamente, retumbaban voces en eco, y la todos nos encontraremos”. En contra de lo espera-
suya misma repitiendo: “Mis hijos están dentro”. ble, aquello le alivió.
“Tranquilo, tranquilo”, decía el policía. Estaba con- Esa noche durmieron en casa de la hermana
vencido de que Iván había muerto, ¿pero Igor? de él.
“Tranquilo, tranquilo”. Llegaban las ambulancias. En el dormitorio, Nuria señaló el bote de pas-
Sacaron a Igor de la furgoneta y lo introdujeron en tillas tranquilizantes que les habían facilitado.
una de ellas. Pero la ambulancia tardaba en arran- —Nos dormimos del todo y nos vamos con
car. Mala señal. Francisco estaba en otra. Por fin ellos.
salieron. Luego cada una se dirigió a distinto desti- —No le podemos hacer esto a mi hermana.
no. Igor, al Hospital Infantil de San Juan de Dios. En los días siguientes fue la vorágine. Autop-
¿A quién se avisa en esos momentos? No que- sias, policías. Papeleos, declaraciones. Prensa.
ría que llamaran a su mujer. “¿Cómo le digo que ha Gentes. ¿Es verdad todo esto? ¿Está pasando realmen-
sido culpa mía?”. Pidió que viniera su jefe, que te? Era como el mareo de una visión esmerilada.
acudió enseguida. Le inyectaron analgésicos varias En el hospital, al ir para un papeleo, Francis-
veces, le vendaron los dos brazos. Llamaron desde co encontró a su cuñada. No se tragaban. Sintió
el hospital donde estaba Igor, reclamando la pre- una calorada en el pecho que decía: “La perdono”.
sencia de un familiar del niño para que se presen- “Tome”. Era la documentación de todo lo que
tara allí urgentemente. ¿También Igor? concierne a una cierta manera de muerte. No qui-
Lo trasladaron al hospital del niño. El joven so hurgar en los papeles. Pero algo le llamó la aten-
médico le dijo: “Siéntese”. Él no quiso. El doctor le ción. Un folleto. Leyó “grupo de duelo”.
anticipó: “Hay dos malas noticias”. Francisco le
cortó con rabia: II
—¡Ya sé que Iván ha muerto!. Despertar fue un infierno
—Hay otra peor: Igor tiene quemaduras en el
558 95 por ciento de su cuerpo. Después del sepelio, la pareja se instaló en
—¿Sufre? casa de la hermana de Francisco. Él pasó casi toda
Era como si la voz no fuera suya, sino de al- esa semana durmiendo la mayor parte del día. En
guien muy extraño dentro de él. una especie de hibernación, quizá de regresión a
—No sufre en absoluto. los hijos muertos. ¿Qué era de Nuria? No pensaba
Una pausa. No hizo las preguntas que golpea- en Nuria. Nuria no estaba para él. ¡Qué egocéntri-
ban en su cabeza: “¿Se salvará?”, “¿cómo quedaría?”. cos son el dolor y la culpa!
Como si el médico le hubiera oído, dijo: Despertar fue un infierno.
—Si sobrevive, sólo le quedaría una mano li- Y volver a casa, insoportable. Lo peor era el
bre, el resto está quemado. silencio. Pero no era realmente silencio, era el so-
Francisco dijo con una insólita determinación: nido de la ausencia de los hijitos, el hueco de sus
—Que no sufra. Si tiene que marcharse, que voces. Tuvieron que dosificar el tiempo de estancia
se marche. en el domicilio, aumentando poco a poco su per-
—No sufre, musitó el joven doctor. manencia en él. Y por fin.
A Nuria no le habían advertido del desenlace. Como una borrasca, le zarandeaban sensacio-
Fueron a recogerla a la oficina. Allí advirtieron que nes internas de opresión, ahogo, vacío. Como am-
no le dijeran nada. Cuando apareció y vio vendado putado estaba sin el tacto de sus hijos. Sus ropitas
a Francisco le dijo: habían sido donadas. Quedaban los juguetes. Los
—No te preocupes, coge a los niños y vámonos. buscaba en ellos.
Por Dios. Había una necesidad de delirio.
—No, no... Nuria, los niños no están... Nuria, Al llegar la hora de comer, seguía poniendo
los niños se han marchado. los cubiertos de los niños en la mesa. Nuria decía:
Nuria se derrumbó literalmente. Pero Francis- —Están de excursión. Volverán mañana.
co no quería recordar esa escena. No podía durar la fábula. Estalló en su mente
Se acumuló la familia. la tempestad de la ira y el tormento de la moviola
Estuvieron un momento los dos juntos, solos, hacia atrás del tiempo.
en el vestíbulo del hospital. Por la cristalera era vi- Por qué... por qué...
sible la alta terraza del edificio. Se miraron. Y si hubiera... Y si no hubiera...
—Vámonos con ellos. A un cierto grado de saturación del dolor, a un
Él lo pensó: cierto momento de sobrecarga mental, el organis-
—Ahora no. mo parece compasivo. Borra, extingue, anestesia.
versiones que da de ella según a quién se la cuente, sin miento del equilibro preexistente en el deudo y en el fin
que eso signifique que esté engañando, sino “adaptando” de las relaciones con el difunto. Por el contrario, postu-
el relato. Es decir, la historia personal es la narración de la que no es necesario distanciarse de la memoria del
una historia propia seleccionada. Para “fabricarla”, como ser querido, sino transformar la relación con él, de mo-
dicen algunos de esos autores, elige hechos, elimina do que la presencia física se transmute en conexión
otros, va retocando aquéllos e integra éstos, con el fin de simbólica, y el doliente pueda reemprender su historia
dar coherencia y significado a dicha historia, y razón de personal mediante un esforzado trabajo de reinvestir su
ser a la identidad de uno mismo siempre en curso. No es futuro de un nuevo sentido. Considera esta construc-
una historia estática, sino que se intenta desarrollar me- ción de significado como la tarea principal para enfren-
diante los procesos interactivos de asimilación (integrar tarse a la pérdida, de modo que en el proceso de duelo
la experiencia nueva en las ya conocidas) y de adaptación la persona se ve forzada a crear una nueva historia de
(ajustar las ya conocidas experiencias a las nuevas), se- vida y buscar otra audiencia para el nuevo yo que cons-
gún el conocido estudio del psicólogo Piaget sobre la truye. Encuentra que “la capacidad de encontrar senti-
evolución del pensamiento en el niño. Ortega y Gasset do en las experiencias de pérdida predice una adapta-
era, pues, constructivista cuando sentenció que toda rea- ción positiva, mientras que una lucha persistente y fra-
lidad es perspectiva y que es la perspectiva la que organiza la casada en esa búsqueda del sentido se asocia con formas
realidad. Las perspectivas pueden cambiar y de hecho de duelo complicadas, intensas y crónicas”. Esta última
cambian a lo largo de la vida de cada sujeto, y con ellas la tesitura se encontró en los casos de pérdidas de seres
narración de la propia historia también cambia y toma queridos por muerte violenta. Pero lo común es que las
nuevas significaciones que matizan o sustituyen a las an- personas se adapten a la pérdida dando mayor énfasis a
teriores, siendo todas ellas reales. Esto quiere decir que las relaciones humanas, reordenando las prioridades de
un sujeto puede tener varias historias de su vida, y de su vida y experimentando mayor madurez personal,
ellas ha decidido poner su autoría en la historia seleccio- fortaleza y empatía por el sufrimiento de los otros. Que-
nada que actúa como dominante. da abierto un camino de investigación para indagar có-
Como terapia, la técnica narrativa no trata de ex- mo las personas reorganizan las historias de sus vidas
plicarle al sujeto lo que le pasa, ni mucho menos inter- tras el duelo y cómo las resignifican.
pretar el significado inconsciente de sus emociones, Propondré en forma esquemática una técnica bio-
sentimientos o recuerdos, como hace la terapia psicoa- gráfica en tres pasos para padres que hayan perdido un
nalítica, sino que, en principio, le estimula a que cuente hijo. Se les explica el plan a los padres y se les pide un
562 lo que le ocurre para luego abordar la narración de su cierto compromiso, voluntad o colaboración para lle-
historia, de la que se decantarán la historia dominante y varlo hasta el fin. Estos pasos son los siguientes:
la historia alternativa. Siguiendo este planteamiento de
continua “deconstrucción” y construcción, cabe una Primer paso.— Se le pide al doliente que cuente y
intervención que potencie aquellos enfoques útiles, escriba su situación. Se le lleva así a la deconstrucción
más adecuados con el contexto y que hagan posible (en el sentido de Derrida) del problema que le abruma,
cambios deseados en la línea alternativa. es decir, a desmenuzarlo para reconstruirlo, lo que im-
Robert A. Neimeyer (director de Psicoterapia del plica un cierto distanciamiento, objetivación o “exter-
Departamento de Psicología de la Universidad de Mem- nalización”. En general, en ese relato aparecerán ya
phis, en Estados Unidos, al que ya aludí en el capítulo muchos síntomas de angustia, culpa y hostilidad, así
de Clínica) es uno de los psicólogos punteros entre los como recuerdos del amado niño fallecido.
que trabajan en la terapia constructivista de la resignifi- Segundo paso.— A partir de lo anterior, se anima a
cación en el duelo39. Se alinea entre los que creen en el la madre o al padre dolientes a escribir la historia del
axioma de que los seres humanos son montadores de hijo, lo que, en general, les cuesta llevar a cabo al prin-
historias que ofrezcan un significado temático a los ar- cipio, pero luego, si empiezan a hacerlo y se les estimu-
gumentos de sus vidas, en interrelación con las creen- la a continuar (empleando sesiones individuales en co-
cias culturales de su entorno. La pérdida de un ser muy mentar, preguntar o detallar lo escrito), suelen encon-
querido y significativo para una persona perturba la trar en ello una tarea de gran intensidad y motivación,
historia que el doliente construyó de su vida, la solidez que les absorbe y que, al par que les acarrea mucho
de la cual daba por supuesta, y hace tambalear las bases dolor, conlleva, al tratarse de una reconstrucción, una
en las que se cimentaba su estabilidad y su mundo. Cri- fantasía interna de devolver de alguna manera la vida
tica las antiguas posiciones teóricas que consideraban del querido niño. Unos padres recorren esa biografía de
que la superación del duelo consistía en el restableci- manera cronológica y otros de manera suelta, siguiendo
más la asociación de recuerdos tal como les vienen a la
39 Lessons of Loss. Neimeyer RA, Florida, 2000. memoria.
Meaning Reconstruction and the Experience of Loss. Neimeyer RA Tercer paso.— Consiste en que el doliente escriba
(ed.). Washington DC, USA: American Psychological Association, 2001. su propia biografía, pero no de una vez, sino en varios
Meaning reconstruction theory. Neimeyer RA, Anderson A. En: Loss capítulos, no siendo preciso seguir un orden temporal.
and Grief. Thompson N. (ed.). New York, 2002.
Growing through grief: Constructing coherence in accounts of loss.
En esa biografía se rastreará la línea dominante que la
Neimeyer RA. En: Advances in Personal Construct Psychotherapy. Lon- vertebra (la historia selectiva o manifiesta) y se tendrán
don, 2005. en cuenta aquellas otras líneas difusas, o insinuadas, o
pervalorados) a priori, desde que nacen, como portado- excesivas. Quedó por dilucidar la risa de la niña en el
res de todo lo que sus padres no han tenido o no han sueño.
podido tener. Es decir, éstos vuelcan en él sus deseos No digo que haya que arriesgarse en todos los ca-
incumplidos y sus frustraciones, sus expectativas de sos, pero una de la primeras cosas que Klein nos ense-
rectificar y compensar en él lo no conseguido, la reali- ñó, en sus análisis sobre los niños (en un tiempo aún
zación de sus ideas, etc., pero todo ello se derrumba puritano), fue la interpretación a fondo de sus fantasías
con la muerte del hijo. Además, como dice Melanie más descarnadas, demostrando que eso no sólo les des-
Klein para el duelo en general, la pena por la muerte del cargaba de tensión y los calmaba, sino que además les
ser querido aumenta debido a la vivencia inconsciente hacía abrirse a la comunicación y mejoraba notable-
de que se ha perdido con él lo bueno que se tiene inter- mente su capacidad de asociar y de saber.
namente, y esto se incrementa en el caso de la pérdida Entre esas cosas “malas” internas se hallan también
de un hijo. las partes apesadumbradas, que hacen también daño,
pero al mismo tiempo parece que se trata de un “mal
3. La avalancha de fantasmas persecutorios. No me dulce, suave”, como dijo un padre doliente, quizá por-
refiero aquí sólo a esas insoportables imágenes de la in- que suscita compasión y ternura por parte del mismo
cineración o de la descomposición del cuerpo o la vi- doliente hacia sí mismo, como si se desdoblara en afli-
vencia de la nada, que se experimentan como vértigo gido y consolador.
escalofriante al imaginar el estado del difunto. En el in- Un modo común y espontáneo de alivio es el llan-
terior del doliente hay un mundo confuso y caótico, to. Klein asegura que mediante dicho llanto el doliente
poblado de “cosas” (imágenes, fantasías, ideas, impul- no sólo se descarga de la tensión, sino que evacua sus
sos, sensaciones, emociones, sentimientos, vivencias cosas y sentimientos malos ocasionados por el duelo
desconocidas, contradicciones, etc.) que le dañan, que (ira, agresividad, frustración, dolor), y por eso luego se
ejercen su terror consciente e inconscientemente (en encuentra mejor.
este último caso, en forma de miedos sin imágenes); un Precisamente es esa componente apesadumbrada
mundo que el doliente no puede controlar, y que le del duelo la que conmueve e incita a la ayuda a los que
hace sentir que se va a desmayar o a volverse loco, im- rodean al doliente. En tanto que las otras partes malas,
presión muy general en las madres dolientes. Están ta- las persecutorias, que corresponden al aislamiento, la
les cosas, como digo, sin control en la mente, aunque la hosquedad, la rabia, la ira, la venganza, etc., ahuyentan
parte del yo que permanece lúcida puede ejercer una la compañía de posibles consoladores.
férrea represión para que no se manifiesten. Sin embar- 565
go, en la terapia, vivida a menudo como contención o 4. La ambivalencia culpable. Se experimenta en
regazo de madre consoladora, el doliente experimenta, forma abigarrada la culpa, el reproche, la decepción y el
como un niño, la libertad de “dejarse ir” y sale el torren- abandono. Éstos se expresan indirectamente mediante
te de esas “cosas” locas, en una verbalización fragmen- un balanceo de sentimientos y acusaciones que tanto
tada, de frases cortas, dispersas, difusas, cuya escucha van autodirigidos como dirigidos al hijo ausente: “¿Por
haría temer un inquietante trastorno psiquiátrico a qué le dejé ir a esa excursión?”, “¿cómo no me di cuenta
cualquier profano en estas lides. Con frecuencia, pasa- antes de que estaba malo?”, “si le hubiera prevenido...”,
do el tiempo del “blanco onírico” (en el que nada se “era tan alocado”, “si me hubiera hecho caso...”, etc.
sueña) que suele darse al comienzo de los duelos, estas En 1913, Freud (en Totem y tabú) se refería a los
“cosas” se vuelcan en los sueños, en donde su interpre- reproches obsesivos de los dolientes sobre posibles
tación logra desactivarlas. negligencias en el cuidado del ser querido, llamándole
Por ejemplo, una mujer que perdió a una hija pe- la atención su obstinación en ello, contra todo razona-
queña soñaba, con intensa angustia, al cabo de unas miento o intento de persuasión. Profundizando en los
semanas, con una bruja que la acechaba. Lo asoció con análisis de casos, llegó a la conclusión de que no les
los cuentos de bruja de su hija, a la que esos cuentos faltaba razón a esos dolientes para hacerse reproches,
hacían reír porque eran brujas de broma. Pero ella, la pero no por motivos reales o por los aducidos, sino por
madre doliente, se acuerda de que cuando ella misma otros, como, por ejemplo, porque dicha muerte permi-
era niña tuvo un tiempo de intensos temores nocturnos te o favorece ciertos deseos inconscientes del sujeto.
y de pesadillas con brujas que querían raptarla quizá Así se produce una mezcla de hostilidad y amor, otro
porque eran envidiosas. Y dijo espontáneamente en ese ejemplo más de la prototípica ambivalencia afectiva
momento: “A mi hija me la robó la peor bruja”. Lo que humana. La intensidad de ésta varía según los indivi-
ocurrió después vino a mostrar que ella, en aquel tiem- duos y los dolientes, y debe ser investigada. En gene-
po de los miedos, estaba enfadada con su madre, emba- ral, no son intensas. Pero a veces sí lo son, dándose
razada, porque no le hacía ningún caso. El terapeuta precisamente en los casos de relaciones de mayor afec-
dudó en sugerir una interpretación directa en un mo- to, probablemente porque obligan más. De ningún
mento tan temprano de duelo, pero lo hizo: “Quizá us- modo esta ambivalencia debe ser presentada o analiza-
ted pensó en quitarle el bebé que llevaba dentro”. Y, da en detrimento del amor hacia el ser perdido, o po-
sorprendentemente, respondió de inmediato: “Y ahora niéndolo en duda, sino como una lucha no querida,
ella me quita el mío”. Resultaba el calco de una situa- pero que está ahí para ser afrontada. Siempre sorpren-
ción kleiniana de las que, leídas, chocan por parecer de el alivio que produce el análisis de la hostilidad o de
la culpa, en lugar de las fórmulas comunes de persua- propios padres o hacia otras figuras significativas de su
dir de su improcedencia. infancia.
Melanie Klein reveló que, en la muerte de un ser La terapia analítica ha de acceder a esas culpas pa-
querido (y pone el ejemplo de una madre que perdió a ra descubrir y hacer conscientes sus raíces y su actuali-
su hijo en edad escolar)40, se pueden experimentar al zación relacionada con el duelo.
mismo tiempo sentimientos contrarios, como una gran
pena por el muerto y un sentimiento de triunfo por no 5. La invasión nostálgica. Pasado el tiempo, los pa-
haber muerto uno mismo, estando reprimido este últi- dres en duelo por un hijo querido suelen aliviar su do-
mo. Demostró, a través del análisis de un sueño de una lor sin olvidar a su hijo ni renunciar a la pena de su re-
paciente, cómo esta situación ambivalente la retrotraía cuerdo, pero ésta va serenándose y la memoria grata del
a sus relaciones infantiles con su propia madre y su ser perdido va tomando terreno a la amarga. No obstan-
hermano. te, aunque pasen muchos años, ciertos recuerdos ac-
Freud también se refirió a ese sentimiento de túan como un disparadero que reactualiza el dolor y
triunfo y liberación mezclado al duelo en varios mo- hace aflorar inmediatamente las lágrimas a los ojos del
mentos de su obra (Consideraciones de actualidad sobre la padre o de la madre, que segundos antes se hallaban en
guerra y la muerte, 1915; Duelo y melancolía, 1915- calma o sonrientes. Una vez pasada esta punzada de
1917; Dostoievski y el parricidio, 1927-1928). nostalgia, vuelve la serenidad. El psicoanálisis o la tera-
Ese sentimiento de triunfo, tan chocante y aparen- pia de orientación psicoanalítica han de trabajar sobre
temente egoísta y cruel, está muy reprimido en los pa- esta nostalgia del sujeto, teniendo en cuenta la que es
dres dolientes, pero tiene en ellos presentaciones me- constitutiva de él, independientemente del duelo.
nos escandalosas. Por ejemplo, encontramos a menudo Quiero decir que hay personas con estructura nostálgi-
la culpa por sobrevivir al hijo. Pero ni esa culpa ni el ca de base, que se constituyó precozmente, en la infan-
propio deseo de reunirse con él les llevan mayoritaria- cia o en la adolescencia, y que, en mi experiencia, son la
mente al suicidio: “¿Cómo no me voy con él?”, se sue- secuela de una depresión precoz mantenida durante
len preguntar extrañados. Y se añade la culpa de la in- tiempo, tanto por predisposición endógena como por
tuición de querer seguir viviendo. Cuando, por otra razones de infelicidad, a menudo como resultado de
parte, antes o después, la risa, la alegría y el placer pu- una familia patológica. En la invasión nostálgica, todo
jan por salir —al menos algo—, la culpa de nuevo se hecho propicio, y con razón de más, la pérdida de un
opone en el interior. Se dicen a sí mismos: “Parece hijo, azuza y es colonizado por esa nostalgia absorben-
566 mentira... con tu hijo muerto...”. Aunque en el análisis te. Por tanto, la nostalgia patológica no es tanto, a mi
se elaboren estas culpas, todavía costará su tiempo modo de ver, originada por el duelo, sino que incorpora
romper la ecuación absoluta: disfrutar = vivir = triunfo a éste como su justificación nuclear o razón de ser.
de la vida / = rechazo de la muerte = rechazo del hijo =
traición a la memoria del hijo. Lo dicen abiertamente 6. La idealización. La idealización es una defensa
contra la percepción de la maldad o contra el miedo a
estos padres cuando manifiestan su miedo a olvidar a
su existencia. Se emplea habitualmente de manera in-
su hijo.
voluntaria (por el inconsciente) para anular o borrar las
Otras veces, los reproches se dirigen contra el ser
partes malas o negativas de aquello que se ama, se quie-
perdido: “Debiste tener más cuidado”, “eres (eras) tan
re amar o se desea seguir amando, tal como el hijo
alocado”, “¿por qué te has ido?”, “me has dejado sola/
muerto.
solo, hijo”... La frustración de las esperanzas proyecta-
En efecto, la idealización se da en grado máximo
das en el hijo determina un encono hacia él que se ma-
en el duelo por la pérdida del querido hijo, en especial
nifiesta explícitamente si está vivo, pero que se reprime
en los primeros tiempos tras su muerte. Pero no se trata
cuando está muerto. Hay además, como cuentan a me-
entonces preferentemente, desde el punto de vista psi-
nudo los padres, el sentimiento de perder una compa-
coanalítico, de un favor que se hace al fallecido, sino de
ñía, un apoyo en su día, un báculo en la vejez.
una necesidad del propio doliente. La muerte ha llena-
Otra importante dimensión de la culpa no provie-
do de “cosas malas” (malos “objetos”) el interior de éste;
ne de la agresividad por la frustración del futuro, como y, de hecho, el hijo muerto interiorizado es un riesgo en
acabamos de ver, sino que se remite al remoto pasado. ese sentido. Freud hizo una bella metáfora, casi un ver-
Su seguimiento puede hacerse rastreando esa frase o so, sobre esto: “La sombra del objeto [del difunto] cae
esa vivencia de los padres cuando confiesan sentir que sobre el yo [el doliente]”, y por ello requiere ser ideali-
la muerte de su hijo ha sido un castigo. El análisis pue- zado para que el doliente se conserve bueno dentro de
de esclarecer muy bien las raíces de su culpa. A menu- sí. Klein denominó maníaca (término psiquiátrico, en el
do tiene que ver con la reviviscencia de la rabia venga- sentido de exaltación del yo) a esta fase que ella ya ha-
tiva infantil, culpabilizada, de esos padres hacia sus bía descrito en su psicoanálisis evolutivo de la infancia.
No obstante, el aspecto exterior del doliente, desborda-
40 “El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos”
do de aflicción, no se concilia con esa maniobra defen-
(1940), artículo leído originariamente en París en 1938. durante el XV
Congreso Internacional de Psicoanálisis, y ampliado en 1939 en el J.
siva interior.
Psycho-Anal, para finalmente ser integrado en Contribuciones al psicoa- Compruebo la tendencia a la intervención “salvaje”
nálisis (1948). (en el sentido de acoso y derribo) para des-idealizar lo
antes posible al hijo muerto, encarnizándose en subra- Pero hay momentos —a veces pronto— en los
yar, insistir y realzar sus lados malos, terminando por que los padres dolientes se aprestan a hacer ciertos
revestirlo como una figura indeseable. Des-idealizar no cambios, o ciertas reordenaciones, al principio peque-
es destruir un amor sino situarlo de tal manera que re- ñas o aparentemente de escasa entidad, pero que prue-
sulta verdadero, que la persona por la que se siente es ban cierto deseo de control sobre el dolor del duelo y
real y se la ama como es en su realidad. En la terapia de organización de sus “cosas internas”. (Guarda esto
psicoanalítica, es ayudar al doliente a liberarlo de los similitud con la situación en la que, en un momento de
falsos ropajes con los que ha revestido al muerto para inquietud o de confusión, nos surge el impulso de or-
engañar el duelo. denar cosas del exterior, como libros u objetos, o hacer
alguna limpieza.) Hay padres que mantienen durante
7. Evolución y cambios. A lo largo del trabajo del largo tiempo intacta la habitación del niño muerto (ge-
duelo, sea o no con terapia, suceden cambios. Primero, neralmente, cuando se ha producido una muerte en
son sutiles. Por ejemplo, muchas veces, al principio, condiciones muy traumáticas), o guardados sus jugue-
llorar no consuela, pero más tarde sí. También se pue- tes, cuyo disfrute niegan a los otros hijos pequeños.
den notar en la evolución del contenido de los sueños Revisar la ropa del hijo perdido y decidir cuál se da y
de los padres dolientes. La secuencia sería la siguiente, cuál se guarda; repasar y ordenar sus fotos en el álbum,
aunque no se dé ni mucho menos con esta claridad ni o reorganizar su habitación (decisión muy dura, pero
en este orden: que se amortigua mucho cuando es ocupada por otro
hijo), ir de vacaciones a lugares distintos a los de “an-
a. Dormir alterado, con sensación de pesadillas no tes”, soñar con casas, etc., son datos que el terapeuta
recordadas. tiene bien en cuenta porque, aunque algunas pudieran
b. Dormir más tranquilo sin contenidos oníricos. ser maniobras de distracción, son también signos que
c. Dormir con sueños en los que se ve al hijo vivo, a revelan un movimiento que busca ordenar el confuso y
menudo como más pequeño de edad, como si to- doloroso mundo interno. He observado también rup-
do fuera bien (negación de la muerte, realización turas intencionales y no intencionales de ciertas rela-
del deseo), y despertar con gran ansiedad. ciones personales tras la muerte del hijo, el análisis de
d. Sueños de peligro, con o sin el niño, en los que se las cuales reveló que se trataba de un cambio positivo,
ve involucrado el padre/madre doliente sin que en el sentido de desprendimiento de ciertos lastres que
pueda hacer nada (acercamiento a la realidad). se venían manteniendo más por convencionalismo que
e. Sueños en los que el fallecido aparece en forma por autenticidad. 567
“diferente”, ni vivo ni muerto (señal de interioriza- En la terapia, los dolientes cuentan además sus
ción o pervivencia). “descubrimientos filosóficos” como tanteos, como pri-
f. Sueños en los que se tiene una vaga conciencia de meros pasos inciertos. Y así, la vivencia de la efimeridad
la presencia del hijo muerto, o éste tiene el rostro o de la vida, que queda más en carne viva con la muerte
el aspecto de otro, o se le ve pero con la extrañeza de un niño, en cuyo caso se añade la absurda aleatorie-
de preguntarle: “¿Pero no estás muerto, hijo?”, o se dad, así como la relatividad de ciertos valores y el alza
sueñan escenas de cementerio... de otros... La diferencia radical es que, antes, estas cosas
eran ideas y ahora son vivencias, algo muy sentido den-
Cuando hay condensación de rasgos o impresión tro, que puede ir configurando una manera distinta o
de otras personas en la figura del hijo muerto significa matizada de vivir. Se descubre que se puede uno reír
que se han proyectado sobre él aspectos de otros perso- estando triste, como si interiormente hubiera espacios
najes significativos de la vida del doliente, o, sobre to- para la alegría y para la pena, incluso con sus interco-
do, vivencias antiguas de éste con respecto a otras per- nexiones. Lo que en principio se vivía como debilidad,
sonas o a lo que éstas significaban para él. falta de fuerzas o apatía, puede irse tornando en cierto
Insisto en que esta seriación es puramente didácti- distanciamiento, cierta indiferencia, incluso cierta indo-
ca, pero contiene elementos que permiten al terapeuta lencia, ante las premuras y las importancias de una vida
la presunción del estado en el que se debate el padre sin conciencia de la muerte.
doliente. Esa especie de distanciamiento también ocurre con
Con respecto a la aparición de cambios en el duelo el recuerdo del hijo. Antes el padre doliente se imponía
que significan un distanciamiento del dolor, surge de su rememoración diaria o frecuente. Luego esta tensión
nuevo el balanceo. Por un lado, no se quiere cambiar, lo va cediendo, y el recuerdo se produce con mayores in-
que queda expresado con el deseo de “que todo vuelva tervalos, si bien, como decía antes, cuando emerge es
a ser como antes” (reconocido como irreal al mismo como una punzada. Hasta que también ésta se disuelve
tiempo por el propio doliente), y, por otro lado, cada en un recuerdo apaciguado del inevitable curso de la
vez se sufre más el peso de la aflicción, con la corres- vida.
pondiente merma del yo, y eso implica tácitamente la Quizá poco a poco va prevaleciendo el recuerdo
aspiración a aliviar tanto desorden anímico. Se da, unas del afecto sobre el de la imagen mnémica, aunque ésta
veces, el temor a la tristeza eterna, y otras el estanca- en la actualidad es mantenida por el gran soporte au-
miento o la complacencia en ella, como si ése fuera el diovisual de la memoria. No obstante, como decía un
lugar a compartir con el hijo muerto. padre doliente años después de la muerte de su niño:
“Cuando lo veo en la foto o en el vídeo, esas imágenes na, escoge unos rasgos o indicios de lo ausente, que en
contrastan con la imagen que tengo dentro de mí, que el estudio que nos ocupa será el hijo perdido. Pero lo
es más como un sentimiento”. que no tiene constancia material, lo psíquico, tiende a
Otras veces esos impulsos de cambio están más la expansión; en realidad, el pensamiento y lo imagina-
cerca de la conciencia y de la voluntad, y tienen como rio no tienen más límites que las barreras que la con-
motivo el amor de personas vivas, aunque puedan ser ciencia les pone para no desintegrarse. (Precisamente,
también excusas contra la culpa de desearlo uno mis- la técnica de la asociación libre que empleaba Freud
mo. Se expresan con frases como: “Tengo que sobrepo- trataba de indagar en ese espacio abierto, con el fin de
nerme / tengo que cambiar por mis otros hijos / por mi recuperación.) En esta expansión se instala, a mi modo
marido / por mi mujer...”. de ver, la progresiva construcción de los símbolos per-
En mi experiencia, estos cambios suceden nor- sonales, consecuencia y al mismo tiempo acrecenta-
malmente, de manera espontánea, sin requerir ayuda miento de la difuminación de aquella imagen, cada vez
especializada. Lo que el análisis aporta a ellos es su in- más alejada internamente del que fuera recuerdo vívi-
tegración en una visión global e integrada de la expe- do, cercano al sujeto real, material, corpóreo. Es decir,
riencia de duelo, no quedando como trozos sueltos, en ese universo psíquico en elación imaginaria, los ras-
inexplicables. gos u objetos reales se transforman —se desdibujan—
A veces una importante rémora para salir adelante en símbolos. Esa simbolización revela el movimiento de
en el duelo o para introducir cambios positivos en la transformación de la sustancia particular, material, en
vida del doliente se produce por la persistencia del te- imagen, en sensorialidad, de gran plasticidad42, del
mor excesivo al deseo transgresor vivido en la infancia mismo modo que en el sueño el pensamiento se muda
o en la adolescencia de esos padres con respecto a los en imagen, la cual, mediante complejas condensacio-
suyos propios (cuando en aquellos tiempos hubieran nes, bien estudiadas por Freud, adquiere una naturale-
deseado plantarse y decir: “Quiero hacer mi vida y no la za distinta y a menudo irreconocible con respecto a la
vuestra”). Éstos (los padres de dichos padres dolientes) realidad que tuvo durante la vigilia.
fueron vividos como censores y exigiendo a aquéllos, Retornando al hilo del duelo por la pérdida del ser
entonces niños, identificarse con sus imposiciones y querido, y con particular intensidad en el del hijo, la
planes de vida, sus desgracias y estados de ánimo. La simbolización comienza a activarse desde el momento
traducción de ese pasado en la actualidad doliente sería en que la realidad de la ausencia se impone. Hay no
como que el niño muerto obligara a sus padres a seguir pocos padres, como vimos en los capítulos de Clínica y
568 en el duelo como en otro tiempo los padres de esos pa- de Casuística, que “sensorializan” al hijo muerto (lo
dres (u otras figuras significativas de la infancia) les ven, lo oyen, lo huelen, lo sienten). Es un tipo de oni-
obligaron a una fidelidad sacrificada, cuyo inclumpli- rismo, o sea, la percepción de imágenes oníricas en si-
miento habría sido fuertemente penalizado o culpabili- tuación de vigilia. Otros padres —todos, diría yo— in-
zado como una vulneración imperdonable. tentan buscar al hijo donde y como sea, y sólo pueden
hallar cosas que lo representan pero no son él. Es decir,
8. La simbolización Sin entrar a hacer disquisicio- son símbolos.
nes sobre las definiciones de símbolo, simbolismo y Pero la resistencia de la materia a animar largo
simbolización41, tomaré aquí en consideración la sim- tiempo la representación de la vida que no está en ella
bolización en el duelo como aquella función mental y lleva a desistir de la ilusión de que sea portadora de su
afectiva mediante la cual se representa internamente al aliento. Por ejemplo, la ropa del hijo muerto desalojada
ser querido muerto. La ausencia insta a la representa- de su cuerpo perderá con el tiempo el olor o el pálpito
ción de lo ausente mediante el recuerdo. Éste no re- de aquél; se desteñirán de su ser las formas de las letras
construye la materialidad absoluta de lo ausente ni si- que imprimió en sus cuadernos escolares; su mechón de
quiera cuando se objetiva en un soporte externo (foto, cabellos será un irreconocible trazo suyo, incluso burdo
película, pintura, escultura, etc.). Esa representación, y ridículo, y hasta escarnio de su recuerdo, porque la
tanto más cuanto más se aloja en el interior de la perso- parte de un todo convertida en símbolo resulta degra-
dante de la totalidad, añadiendo más muerte a la ausen-
41
Ya desde el intento de saber qué es el símbolo y la función cia. Por tanto, el símbolo se interioriza en imágenes. Las
de simbolizar se adentra uno en una selva de definiciones, de teorías y imágenes internas no tienen forma. Son extrañísimas,
de aplicaciones. Nuestro propio Diccionario de la Real Academia, en su
primera acepción de símbolo, le atribuye ser el resultado de una con-
misteriosas figuras sin materia, recuerdos de cuerpo sin
vención social, sin tomar en cuenta toda la rica posibilidad inconsciente
o personalista de los símbolos. Sólo apunta algo de esto cuando se re- 42 El estudio (mediante cuestionarios y dibujos) del efecto psi-
fiere al simbolismo y a la escuela simbolista francesa del siglo XIX, con cotraumático que produjeron los atentados del 11-M en Madrid, sobre
su arte de técnica subliminal, o al definir el verbo simbolizar como el una amplia muestra de escolares, me condujo a concluir que los sím-
hecho de representar o explicar una cosa por otra aprovechando alguna bolos utilizados por algunos de esos niños (a pesar de la motivación
relación o semejanza entre ellas. Hay, desde luego, símbolos entendidos consciente de homenaje a los víctimas) tenían la finalidad inconsciente
y sancionados social, cultural o artísticamente que se universalizan en de encubrir el trauma, de hacer cada vez más abstracta y evanescente,
determinadas épocas y sociedades, muchos de los cuales se desvanecen mediante imágenes, la terrible realidad ocurrida, en contraposición con
con el paso del tiempo, y van naciendo otros. Por ejemplo, la paloma un gran grupo de niños que rechazaban implícitamente el símbolo y
fue reconocida como símbolo occidental de la paz tras las grandes gue- exigían que los monumentos por las víctimas fueran los mismos trenes
rras del siglo XX. estallados, “para que nunca se olvide lo que pasó”.
forma, que buscan exteriorizarse —en un viaje de retor- decir, la dolorosa separación, es cuando la verdadera
no—, adoptando o encarnándose en metáforas del exte- simbolización entra en juego y el ser perdido puede ser
rior, que se puedan poner en palabras que describan verdaderamente simbolizado y puede producirse la ela-
simbólicamente los rasgos del hijo: “Tenía un cabello boración de la pérdida. Para Hannah Segal, el “símbolo
rubio, precioso, suave, que me hacía recordar el trigo es un precipitado del duelo” de adecuada elaboración,
cimbreante al sol”, escribía una madre. El símbolo del que traduce un logro del yo. La reparación interna, a la
hijo para esta madre será ese baile deslumbrante de espi- que me referiré a continuación, sólo puede realizarse,
gas en el campo. Y seguramente lo imaginará de esa según ella, si el ser perdido puede ser representado sim-
manera con mayor fuerza visual que las mismas faccio- bólicamente por el doliente.
nes del pequeño. O bien los rasgos claros de vida que en Como ejemplo de símbolo de elaboración de duelo
su interior aún puedan retener los padres dolientes se recordaré a la joven florista de la entrañable obra de
van difuminando para convertirse en la viva impresión Samuel Ros, Los vivos y los muertos (1937, 1941). Esta
de su acompañamiento (o pervivencia). A mi modo de mujer había perdido a su pequeña hija. Tenía su puesto
ver, el hijo perdido, el ser más querido, se diluye en la de flores a la entrada del cementerio donde estaba ente-
simbolización del doliente para terminar impregnando rrada la niña. Escribí que “tras la muerte de su hijita, ya
su imaginario afectivo, y desde ahí, a veces, reaparecer no vende las flores de la misma manera que antes, co-
en el exterior metafóricamente. Otras veces el ser perdi- mo una mera mercancía; ahora cada ramo de flor que
do se evoca a través de palabras dichas en susurros de vende a cualquier desconocido —pero doliente como
intimidad: “Mi niña preciosa”, “mi hijo querido”... ella— es como un ramo de flor para la tumba de la hija.
Compartiendo muchos álbumes con padres de hi- Y seguramente cuida que sus flores sean las mejores, no
jos perdidos, he llegado a la conclusión de que esos re- dejará que ninguna marchita se cuele o se disimule en
tratos, salvo durante el duelo, tienen para ellos menor el ramo”43.
pregnancia que su íntima memoria de inmateriales re-
cuerdos o que sus propias metáforas. Dan fechas, sitúan 9. Sublimación y reparación. Son dos conceptos éti-
la acción (“aquí está cuando fuimos a veranear a...”, cos culminantes del psicoanálisis, claves para entender
“ésta fue su fiesta de cuando cumplió equis años...”), la “curación”. Es decir, son procesos redentores de cul-
pasan indefectiblemente sus dedos por la superficie pas, daños y bajezas. La sublimación corresponde a la
patinada con ese ya leve gesto de desolación incuestio- teoría de Freud; la reparación, a la de Melanie Klein44,
nable de la piel imposible. Son más certeros sus rastros aunque el objetivo enfocado es común, y pueden com-
interiores. plementarse. La sublimación, en el caso de Freud —co- 569
La psicoanalista kleiniana Hannah Segal amplió y mo hombre y como sabio que era—, se entiende de va-
ennobleció, por así decirlo, la concepción freudiana de lor social y cultural, como son, muy concretamente, la
los símbolos que se halla estrictamente relacionada con obra artística y la investigación intelectual, es decir, valo-
el trabajo de la interpretación de los sueños. Para ella, el res hasta ahora tradicionalmente masculinos. En tanto
simbolismo forma parte de la sublimación que veremos que, para Klein —mujer y madre doliente—, el objeto a
a continuación. Afirma que la simbolización forma par- reparar y reparado es el atacado vientre de la madre,
te de la elaboración del duelo y ayuda a sublimarlo. devuelto a su integridad por dicha reparación, siendo la
En su artículo “Notas sobre la formación de símbo- consecuencia de esa reparación una mayor seguridad en
los” (1957) y en el libro Sueño, fantasma y arte (1991), sí mismo, retorno de la esperanza y mayor comprensión
Segal aborda en varios contextos lo que denomina la y compasión por parte del doliente. Pero veamos.
ecuación simbólica, que sería la concepción primitiva del
símbolo, en la cual el símbolo sería exactamente la cosa 9.1. Sublimación evoca, como dicen Laplanche y
real que simboliza, de modo que ambos son vividos Pontalis, lo sublime de las bellas artes y la transforma-
como idénticos, tal como ocurre en el pensamiento ción de los estados en química, con el paso de lo líquido
concreto o mágico primitivo y en el pensamiento psicó- a lo gaseoso. Añado que el término sugiere una imagen
tico. Para el hombre primitivo de la tribu, una determi- probablemente más evocadora que las dos anteriores: la
nada careta, por ejemplo, es el rostro mismo del dios alquimia, que simboliza el afán eterno del hombre de
que representa, mientras que el símbolo en sentido es-
encontrar la fórmula para extraer materia noble a partir
tricto representa algo pero no equivale enteramente a
de la de baja estofa mediante un proceso de transforma-
ello. Segal encuentra una línea de continuidad o de
ción casi mistérica. Es uno de esos conceptos que se han
transición entre ambos tipos, dándose en general una
instalado en la sociedad y en la cultura, ocupando o pre-
cierta indeterminación entre ambos, de manera que no
valeciendo sobre el significado primitivo.
se suelen manifestar de una manera total cada uno de
Freud denominó sublimación al elevado proceso
ellos. Considera que, en la parte más perturbada del
psíquico consistente en la liberación de importantes
duelo, el doliente regresa al pensamiento concreto, en
cantidades de energía procedente de las pulsiones o
el que hay una gran fragilidad entre la identidad del yo
y el otro (entre el yo y el ser perdido, en este caso), lle- 43 El valor de vivir - Elogio y razón del duelo, Carlos Cobo, Ma-
gándose a una equivalencia, al igual que sucede entre el drid, 1999.
símbolo y lo simbolizado de la ecuación simbólica. 44 Vocabulaire de la Psychanalyse. Laplanche J, Pontalis JB. París,
instintos sexuales, inadmisibles o imposibles de gratifi- del duelo (él calculaba una duración de uno a dos años
car, para ser revertidas en obras satisfactorias para el para la resolución de un duelo normal). Una de esas
sujeto y valiosas social, cultural o creativamente. Dicho causas era, lisa y llanamente, el agotamiento del dolien-
de otro modo, la sublimación sería una de-sexualiza- te, cuya mayor parte de energía psíquica se halla absor-
ción creativa. En concreto, él se refirió en exclusiva a la bida sin resultado en la tarea de duelo, empobreciéndo-
obra artística y literaria y a la investigación intelectual, y le en otros importantes aspectos de su vida. Otro factor
no se refirió de manera taxativa a cambios en la perso- es la imposición de la realidad, determinado por la im-
nalidad. Es evidente que se trata de una consideración posible satisfacción del anhelo del ser perdido. Optaría
elitista. Sublimación sería la del artista que crea su obra así, finalmente, por abandonar la cólera causada por la
de arte usando materiales bajos o groseros. pérdida, reconociendo que el ser fallecido habría perdi-
Pero si la sublimación se restringe al hecho de abo- do todo valor real y admitiendo la satisfacción de reco-
car a la creación intelectual, investigadora, artística o nocer su propia superioridad como ser vivo. Freud lo
literaria, bien poco es, pues tal proceso no habría de dice de una manera durísima: Por fin, “el duelo mueve
implicar un mejoramiento en la organización de la per- al Yo a renunciar al objeto [al ser fallecido], comunicán-
sonalidad. Sólo si esa obra creativa es el resultado de un dole su muerte y ofreciéndole [al doliente], como pre-
funcionamiento psíquico más fluido y libre cabría cali- mio, la vida, para decidirle; y así, con cada uno de los
ficarla, a mi modo de ver, como una sublimación. Co- combates provocados por la ambivalencia, disminuye la
mo psicoanalista y humanista me cuesta trabajo creer fijación de la libido al objeto, desvalorizándolo y, en
que una terapia de psicoanálisis no tenga una proyec- definitiva, asesinándolo”, apunta (Duelo y Melancolía,
ción ética y no haga a una persona mejor persona, limi- 1915, 1917). Hay que tener en cuenta que Freud hizo
tándose sólo a depurar su neurosis. Sin apelar a grandes estas elaboraciones años antes de sufrir él mismo los
creaciones, la ternura, por ejemplo, sería el amor en su duelos más duros de su vida: el de su hija Sofía (1920)
vertiente de-sexualizada, es decir, el amor sublimado, y, sobre todo, el de su nietecillo Heinele (1923), que
una gran categoría humana. ocupó nuestra atención en la Casuística. Que yo tenga
Por otra parte, las descripciones que Freud hace de constancia, Freud no abordó sustancialmente de nuevo
la sublimación dejan cabos sueltos, y uno de ellos es el duelo después de estas dos dolorosas experiencias.
que no clarifica si se trata de un proceso que se opera Sin embargo, curiosamente, en los dos años siguientes a
exclusivamente en el inconsciente o, de algún modo, en la muerte de Sofía, escribió dos pequeños artículos,
él interviene el esfuerzo consciente del yo. Los psicoa- muy jugosos, sobre psicoanálisis y telepatía46.
570 nalistas ortodoxos tienden a evaluar la eficacia del final Coherente con su posición de que “quien ha sufri-
de la terapia por los resultados atribuidos a la sublima- do una gran pérdida tiene derecho a que le dejen en
ción, y en ese sentido cabría deducir que, en efecto, se- paz” y de que “la ‘labor de llorar a los muertos’ es un
ría el resultado de la tarea de la mera concienciación. Mi proceso íntimo que no puede soportar interferencia al-
experiencia de tratamientos psicoanalíticos de niños y guna”, no concibió ni relató ninguna terapia de duelo.
adultos me demuestra que la sola conciencia de los
conflictos reprimidos y la liberación de las energías re- vida imaginaria, hasta el punto de que se podría sospechar que Proust
tenidas por ellos no conducen de forma automática a estuviera al tanto de las tesis freudianas, lo que no parece ser el caso.
los deseables cambios positivos que cabría esperar. Por Sólo Proust, con su minucioso —obsesivo— análisis de la memoria
el contrario, es absoluta evidencia que el paciente ha de biográfica, podía ilustrarnos mejor sobre el detallismo exasperante del
realizar importantes esfuerzos y diversas tentativas para duelo en “Albertine disparu” (o “La fugitive”) de su magna obra A la
recherche du temps perdu. Hay, además, algo dramático en esta historia:
conseguir los esperados cambios deseables que revelen el hecho de que Marcel corrigiera las últimas pruebas de “Albertine”
la intervención de la sublimación. mientras él mismo se moría, lo que hace sospechar que, probablemen-
¿Cómo imaginaba entonces Freud la resolución te, estaba elaborando inconscientemente de esta manera su autoduelo.
del duelo? Ya vimos que daba por supuesto que el duelo Entre otras cosas, Proust descubre la importancia de la memoria y del
recuerdo múltiple en la elaboración del duelo, y de él deducimos que
(el trabajo del duelo, realmente) empezaba una vez que
las pérdidas y sus duelos nos dan la medida vivencial del tiempo. Según
el doliente no tenía más remedio que aceptar la realidad el escritor, el duelo no se hace globalmente, en bloque, sino que se halla
de la muerte del ser querido, y, por tanto, su ausencia muy repartido en las múltiples imágenes evocadas y en los recuerdos
definitiva, es decir, tras la conmoción narcisística. sensoriales referentes a la persona perdida, de manera que es como si
Freud no podía explicarse por qué era tan doloro- cada recuerdo vivo del ser amado desaparecido, de Albertina‑muerta
en su caso, le replanteara cada vez un volver a empezar el duelo con
so el duelo y no tenía claro qué mecanismos intervenían una Albertina cada vez distinta, como si recorriera con ella el camino
para aligerar o disolver la dramática carga del mismo. inverso a su conocimiento, ya que se va interiorizando poco a poco a
Suponía que el dolor podía ser debido al inevitable y una persona viéndola físicamente con sus diferentes facetas desde dis-
obligado desligamiento afectivo de todas aquellas situa- tintos enfoques y en diversos momentos, así como también se la conoce
ciones que suponían un intenso vínculo con el ser per- personalmente viéndola actuar y expresarse en variadas circunstancias,
de modo que la integración de todas esas fotos físicas y psíquicas daría
dido45. Barajó varias posibles causas en la disolución la convicción de su reconocimiento integral. El duelo sería como hacer
el camino de vuelta, un rebobinado de recuerdos, y una sucesión de
45 Freud (en 1917) y Proust (en 1922, año de su muerte) son etapas, aunque Proust advierte que, al igual que el amor, el olvido no
los dos autores que, por la misma época, revelaron —cada uno por su progresa de manera regular.
46 Psicoanálisis y telepatía (1921 [1941]) y El sueño y la telepatía
cuenta— la naturaleza y los mecanismos del duelo, con una similitud
sorprendente: el psicoanalista, en forma teórica, y el escritor, dándole (1922).
Por tanto, Freud no contempló la sublimación del Ahora bien, ¿qué hay que entender bajo la ambi-
dolor ni de la muerte, aunque se acercó a ello en Más güedad de “objeto” en el caso del duelo? ¿El amado hijo
allá del principio de placer (1920) cuando defendió la muerto interiorizado por los padres o el yo de los pa-
existencia de un instinto de muerte, tan controvertida dres dañado internamente por la muerte del hijo? Creo
incluso entre sus propios discípulos más próximos. De que ambos, pero, en cualquier caso, yo lo integraría to-
modo que Freud no concibió ni la terapia del duelo por do en “lo dañado”, es decir, esa interioridad mala, des-
el duelo, ni tampoco relacionó la sublimación con el tructiva, que arrasa a la persona doliente.
duelo. De todos modos, creo, siguiendo a Klein, que la
Creo que no sólo se sublima el placer sensual y labor de reparación empieza por sí mismo, por el pro-
sexual. También se subliman el dolor y la muerte. Esti- pio doliente. Para Melanie Klein en la medida en que se
mo como prueba incontrovertible la actitud de muchas produce el “reforzamiento de la creencia del sujeto [el
personas cuando encaran la proximidad de su propio doliente] en las cosas buenas —las suyas y las de los
fin. De modo que cabe hablar de la sublimación en el otros—, y que a su vez disminuyen sus temores”, se
duelo. Insisto en que nada me parecería más natural, y halla en disposición de “entregarse a sus sentimientos y
al mismo tiempo noble, que la elaboración de un duelo descargar por medio del llanto su dolor por la pérdida
aboque a la sublimación por diversas vías —que van, real sufrida”. Y, refiriéndose al caso de la madre doliente
como dije, más allá de las excelsas del arte, la poesía, la antes apuntado, insiste en que “la mayor confianza en
investigación y la ciencia—, siendo muchas de ellas ac- personas y cosas reales y la ayuda recibida del mundo
cesibles a la mayoría de la gente, como son el desarrollo externo” permiten adquirir de éste por parte del dolien-
de actitudes altruistas y la entrega a causas generosas, o, te “una mayor cantidad de bondad y amor para interio-
más sencillamente, un cambio en su personalidad que rizar, y en grado creciente la bondad y el amor son ex-
le abre la puerta a relaciones de mayor nivel afectivo, perimentados por dentro”. Pierde fuerza y presencia la
ético y moral que el que establecía hasta entonces. ira y el sentimiento de venganza y persecución, y mu-
cho de lo que antes se interpretaba en clave de paranoia
9.2. La reparación. En concepto y terminología de se torna en dolor, llanto, mayor comprensión y compa-
Klein, reparación (que ella denomina también restaura- sión. El rencor y el odio ceden y el amor se libera.
ción y restitución en sus escritos más antiguos) es el me- En resumen, la sublimación-reparación del duelo
canismo mediante el cual el sujeto trata de reparar los correspondería a los siguientes pasos:
efectos que la propia destructividad interior ha ocasio-
nado en el objeto amado47 (Klein se refiere al imagina- 1) Liberación de las energías absorbidas y retenidas 571
rio destructivo interior, o fantasmas destructivos). De- narcisistamente por el dolor y la aflicción.
volviéndole su integridad y anulando todo el mal infli- 2) Movilización de un esfuerzo del yo.
gido, el sujeto podría de nuevo poseer internamente ese 3) Mediante ese esfuerzo, reorientar esas energías a
objeto, otra vez bueno, y esto le calmaría y reforzaría su la reparación de los daños producidos por esa
yo. De ese modo los mecanismos de reparación juga- pérdida.
rían un papel estructurante en el desarrollo del yo. 4) Pero tal reparación no va dirigida, obviamente,
Klein describió este mecanismo en el niño pequeño al hacia lo perdido, sino a otros objetos dañados, tan-
delinear las posiciones que, según ella, todo ser huma- to interiores del doliente como exteriores a él.
no atraviesa en la relación con el otro: la posición esqui- 5) Entendiendo por “objetos interiores” dañados del
zo-paranoide y la posición depresiva, en las que ya me doliente a esas partes malas, perseguidas y perse-
detuve. Es esta posición depresiva la que lleva al sujeto cutorias, ensombrecidas y apesadumbradas de su
a sentir culpa por el daño hecho y a poner en marcha la yo.
reparación (véase la nota 27 de la Casuística). Klein ex- 6) Y entendiendo por “objetos exteriores” a aquellos
plica el papel de la reparación en el trabajo de duelo que, mediante un proceso de simbolización, repre-
considerando que el esfuerzo por suprimir el estado de sentan al hijo (o al ser amado) perdido, como se-
desintegración del objeto implica la necesidad de trans- ría, en un ejemplo muy directo, la dedicación a
formarlo en bello y perfecto. La diferencia con la ideali- tareas benéficas, pero también realizaciones inte-
zación estriba en que en ésta no se percibe en absoluto lectuales o culturales, en las que se percibe sin difi-
el estado precario del objeto, y en la reparación, sí, y cultad el aliento de dicha sublimación-reparación
por ello se busca su recuperación. del duelo.
CUIDADOS
PALIATIVOS
EN NIÑOS
Marcos
Gómez Sancho
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. . . . . . . . . . . . DE
PRUEBA DE EVUALUACIÓN .
. . . . . . . . . . . . . ALUMNOS
CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS
PRIMERA CONVOCATORIA
Dirección Científica
Marcos Gómez Sancho
Coordinación Editorial
Carlos Vázquez Huarte-Mendicoa
Edita:
© Gabinete de Asesoramiento y Formación Sociosanitaria S.L.
( GAFOS )
C/ Francisco González Díaz, 5
35005 Las Palmas de Gran Canaria, España
Teléfono: +34 928 233 786
Fax: +34 928 230 665
gafos@gafos.com - www.gafos.com
CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS
PRIMERA CONVOCATORIA
INFORMACIÓN GENERAL
El contenido del curso abarca los conocimientos relativos a esta disciplina, de manera que cons-
tituye un magnífico libro de consulta y su contenido debe ser leído por todos los profesionales
implicados.
El examen está organizado por módulos y cada módulo en capítulos siguiendo el esquema
general de la obra. No todos los alumnos deben rendir examen de todos los capítulos que consti-
tuyen cada uno de los módulos. Al comienzo de las preguntas de cada capítulo se especifica clara-
mente quiénes deben responder a las preguntas en función de su profesión.
INSTRUCCIONES
Al inicio de cada capítulo se indica qué alumnos deben responder a las preguntas planteadas
dependiendo de su profesión.
Para cada pregunta sólo existe una respuesta correcta, que deberá ser elegida entre todas las
propuestas y marcada con una X.
Para superar con éxito la prueba de evaluación se exige un 80% de respuestas correctas.
Todo alumno matriculado tiene derecho a una segunda oportunidad en el caso de no superar
con éxito la primera prueba de evaluación. Esta segunda prueba deberá ser realizada como
máximo a los dos meses de haber realizado la primera.
Una vez realizado el examen este cuadernillo debe ser remitido para su corrección a:
GAFOS S.L.
C/ Francisco González Díaz, 5
35005 Las Palmas de Gran Canaria
España.
Módulo I
El equipo interdisciplinario”
1. Los principales factores de vulnerabilidad en los niños en Cuidados Paliativos Pediátricos son:
2. Entre las diferencias entre los Cuidados Paliativos Pediátricos y los Cuidados Paliativos en los adultos
encontramos:
❏ a) Cuando el médico tratante observa que la respuesta terapéutica no es la esperada al tratamiento instaurado.
❏ b) Simplemente se le da la referencia.
❏ c) El médico tratante continúa el tratamiento, pero hay restricciones en cuanto al manejo del niño y su familia. 11
❏ d) Para tratamiento del dolor, pero no se deben utilizar medicamentos como morfina, pues vuelve adicto al niño.
❏ e) Fomentar milagros en la familia, pues se dice que el niño se va a curar.
❏ a) Pérdida en tiempo y recursos para la atención integral a los niños y sus familias.
❏ b) Conspiración del silencio.
❏ c) Posibles crisis de Claudicación Familiar.
❏ d) A y B son correctas.
❏ e) Todas son correctas.
❏ a) Actitud o conducta que adoptan los familiares y profesionales tratantes de: “aquí no está pasando nada”.
❏ b) No se dice la verdad a los niños, niñas o adolescentes a pesar de sus múltiples preguntas.
❏ c) Siempre debe darse toda la información a los niños.
❏ d) A y B son correctas.
❏ e) Todas son correctas.
❏ a) Retinoblastoma.
❏ b) Neuroblastoma.
❏ c) Carcinoma de plexos coroideos.
❏ d) Hepatoblastoma.
❏ e) Nefroblastoma.
3. ¿Cuál de las fases del proceso del cáncer infantil produce un impacto en el niño o adolescente y su familia?
❏ a) El diagnóstico.
❏ b) El tratamiento.
❏ c) El cese de la terapéutica.
12 ❏ d) El fracaso terapéutico.
❏ e) Todos los anteriores.
4. En situación de progresión de enfermedad, los tumores del SNC en la infancia se manifiestan frecuentemente
con:
❏ a) Convulsiones.
❏ b) Cefalea.
❏ c) Disminución del nivel de conciencia.
❏ d) Síndrome de compresión medular.
❏ e) Todas las anteriores.
❏ a) Genitourinarias.
❏ b) Parameníngeas.
❏ c) Extremidades.
❏ d) Orbita.
❏ e) Cabeza y cuello.
1. En relación a la indicación de transfusión de hemoderivados en los pacientes en CP que presentan anemia y/o
trombopenia graves en su evolución, es correcto señalar que:
❏ a) Se indican principalmente en la fase de agonía, para mejorar las condiciones generales del paciente.
❏ b) No existen “indicaciones absolutas” de transfusión.
❏ c) Su indicación está determinada por el grado de actividad que realice el paciente, más que por los valores del
hemograma.
❏ d) b y c son correctas.
❏ e) No deben indicarse nunca cuando un niño está en la etapa de CP.
2. Cuando un niño oncológico ingresa a CP, la primera reacción de los padres es:
3. En relación al control ambulatorio del niño oncológico en CP, lo más adecuado es:
❏ a) Citar al niño y sus padres a control al centro hospitalario como si fuera un control normal de tratamiento, a
primera hora en la mañana y de acuerdo a la disponibilidad horaria de cada uno de los especialistas. 13
❏ b) Citar al niño y sus padres a control al centro hospitalario, dando la facilidad de que asistan en el día y horario
elegidos por ellos. Todos los miembros del equipo organizan sus otras tareas de tal forma de disponer del tiempo
necesario.
❏ c) Citar siempre a control a uno de los padres y tratar de que el niño no asista a la consulta.
❏ d) Priorizar siempre por este tipo de atención, independiente de la condición del niño.
❏ e) Nunca es posible organizar este tipo de control ya que es muy complejo.
4. Desde el punto de vista psicosocial, la diferencia entre el cáncer pediátrico y el del adulto es que:
❏ a) Decirle al niño la verdad, que va a morir, aún cuando sus padres se opongan.
❏ b) En la fase de agonía el trabajo terapéutico se centra fundamentalmente en los padres, habilitándolos para que
ellos sean los propios terapeutas de sus hijos, lo que a la vez les va ayudar en el proceso del duelo.
❏ c) Favorecer la “conspiración del silencio” ante el tema de la muerte cuando lo plantee el paciente.
❏ d) No permitir que los hermanos del paciente se acerquen y participen en su cuidado en esta fase.
❏ e) En la fase de agonía el trabajo terapéutico se centra en el niño quien es realmente el paciente.
2. ¿Qué tipo de dolor presentan más frecuentemente los pacientes con Enfermedad Respiratoria Crónica?
❏ a) Cefalea.
❏ b) Dolor torácico.
❏ c) Dolor abdominal.
❏ d) Dolor de cintura escapular y columna lumbosacra.
❏ e) Todas son correctas.
3. Los siguientes grupos de fármacos son utilizados como analgésicos secundarios para el alivio del dolor
neuropático, excepto:
o a) Antidepresivos.
o b) Anticonvulsivantes.
14 o c) Antihistaminicos.
o d) Corticoides.
o e) Benzodiazepinas.
5. La dosis recomendada para pacientes con Enfermedad Respiratoria Crónica vírgenes de opioides para alivio
de la disnea es:
2. Ante la pregunta del niño con Sida avanzado: ¿Cuánto tiempo me puede quedar?, lo que NO deberíamos
hacer es:
3. ¿Cuándo se deben interrumpir los tratamientos antirretrovirales en los niños con SIDA?
❏ a) Cuando previamente se haya valorado la decisión de manera individualizada y dialogada con el paciente/familia.
❏ b) Ante la sospecha de estar ya en la fase avanzado-terminal.
❏ c) Cuando el niño sea trasladado a otro hospital, a la espera de nueva valoración del nuevo equipo sanitario. 15
❏ d) Cuando nos conste que tiene una historia de no adherencia a los tratamientos.
❏ e) Cuando lo pidan los padres, por el sufrimiento de su hijo.
4. En relación a la hipótesis de la exclusión social en relación con el VIH/SIDA y su valoración moral, indique cuál
de las siguientes afirmaciones NO es correcta:
❏ a) Uno de los procesos sociales que actúan como dimensión estructural y económica es el de la insuficiencia de
recursos.
❏ b) La vulnerabilidad de los tejidos relacionales es un factor propiciador de la exclusión social en su dimensión
contextual y social.
❏ c) En general, se ocasiona por factores excluyentes y no relacionados entre sí.
❏ d) La dimensión subjetiva y personal de la marginalidad recoge la precariedad de los dinamismos vitales de la
persona.
❏ e) EL VIH/SIDA y la exclusión pueden ser caminos bidireccionales.
5. El VIH/SIDA nos habla de multidimensionalidad en todos los sentidos siguientes menos en uno. Señale cuál:
❏ a) Inmunodeficiencia biológica.
❏ b) Omnipotencia científica.
❏ c) Vulnerabilidad social.
❏ d) Fragilidad existencial.
❏ e) Indefensión emocional.
1. La UCIP tiene una serie de peculiaridades que la diferencian de las UCI de adultos. Señale cuál no está entre
ellas:
❏ a) El curso de las enfermedades infantiles es más impredecible en cuanto al pronóstico y las posibles secuelas.
❏ b) El grado de sufrimiento y de dolor en los niños es menor que en los adultos.
❏ c) Los padres de los niños ingresados en la UCIP experimentan el dolor añadido de sentirse fracasados en su papel
como protectores.
❏ d) Los niños sufren unas enfermedades que no pueden ser equiparadas con las que padecen los adultos.
❏ e) El entorno tecnificado de la UCIP intimida más a los padres que a los familiares de otros pacientes adultos
ingresados en la UCI.
2. Cuando la enfermedad del paciente no evoluciona favorablemente y hay que dar a los padres una mala
noticia, el profesional se coloca ante el reto de la comunicación difícil. Señale la opción que considere válida:
❏ a) Ante la mala noticia, algunas familias reaccionan con rabia e ira contra el profesional.
❏ b) Si la familia no acepta la información, es conveniente no insistir y que otro profesional se haga cargo.
❏ c) En estos casos no conviene dar ningún tipo de esperanza.
❏ d) Es bueno dejar pasar un tiempo considerable y no informar inmediatamente cuando el paciente empeora
rápidamente o muere.
❏ e) El «Counselling» no es útil en la comunicación de las malas noticias.
3. En cuanto a los pacientes portadores de una enfermedad crónica, todo es correcto excepto:
16
❏ a) Los niños en fase terminal de su enfermedad no deben ser ingresados en la UCIP cuando la muerte sea inminente.
❏ b) Las órdenes de no reanimación deben estar escritas en un lugar visible.
❏ c) Cuando la evolución en la UCIP es desfavorable, sólo el equipo de la UCIP y la familia tienen potestad para opinar.
El equipo que manejaba al enfermo previamente debe mantenerse al margen.
❏ d) Siempre que la situación lo permita el paciente debe pasar a planta para que sea posible atenderle de una forma
más adecuada en el momento de la muerte.
❏ e) La transición a cuidados de confort debe ser progresiva y consensuada con la familia.
4. Los profesionales de la UCIP pueden ayudar a la familia del niño previamente sano que ingresa en la UCIP y
muere en pocas horas con las siguientes medidas a excepción de:
5. Los profesionales sanitarios que trabajan en la UCIP tienen mayor riesgo de sufrir el «síndrome de desgaste
profesional» en comparación con otros profesionales por las siguientes razones excepto por:
❏ a) Sí, si no éste no podrá cuidar a otros pacientes que van a necesitar de él.
❏ b) No, el profesional no tiene necesidad de cuidarse.
❏ c) Hay que cuidar a la familia.
❏ d) A veces.
❏ e) Ya tiene conocimientos para cuidarse.
3. Una vez ha fallecido el niño, ¿es bueno conectar con la familia al cabo de unos días?
❏ a) Sí, es para saludarlos y coordinar la ayuda necesaria para elaborar mejor el duelo.
❏ b) Mejor dejarlos que se tranquilicen.
❏ c) Si quieren algo ya llamarán ellos.
❏ d) Depende de la familia. 17
❏ e) Nunca.
5. El profesional ¿va con demasiada prisa en sus actuaciones cuando es un enfermo terminal?
❏ a) Nunca.
❏ b) A veces, depende de cómo sea el paciente.
❏ c) Depende de cómo sea la familia.
❏ d) Depende de lo nerviosa que esté la enfermera.
❏ e) Podría ser pero debe reflexionar para poder frenarse.
❏ a) Depende de la familia.
❏ b) Sólo en familias inmigrantes y por tanto procedentes de otras culturas.
❏ c) Siempre produce una crisis al ser un hecho perturbador en la dinámica familiar.
❏ d) Nunca.
❏ e) Sólo se ve inmerso en la crisis el niño enfermo.
❏ a) El niño puede percibir a través de señales del entorno (gestos, cara de preocupación) la gravedad de su situación.
❏ b) El niño sólo entiende de su gravedad si se le explica detalladamente y con ayuda de dibujos.
❏ c) Los niños no tienen suficiente capacidad madurativa para comprender la gravedad de una situación.
18 ❏ d) El niño siempre es feliz por el hecho de estar acompañado por sus padres.
❏ e) El niño nunca percibe la gravedad de su situación.
4. Las frecuentes hospitalizaciones del niño pueden alterar la situación económica de la familia:
❏ a) No porque para ello el Estado tiene prevista una conciliación de la vida familiar y laboral.
❏ b) No tiene nada que ver un tratamiento médico con la situación económica de una familia.
❏ c) La economía de la familia suele mejorar porque siempre reciben ayuda de sus amigos y familiares cercanos.
❏ d) Siempre se ve afectada porque estos procesos siempre generan gastos extraordinarios.
❏ e) Se altera tanto la economía que después siempre tendrán que depender de ayudas externas.
5. Los objetivos de la unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos son el control de síntomas, el tratamiento
psicosocial y la atención del duelo posterior:
❏ a) Efectivamente los objetivos descritos son los que pretende alcanzar la unidad en cada paciente.
❏ b) El control de síntomas no corresponde a la unidad sino a su equipo asistencial de referencia habitual.
❏ c) El tratamiento psicosocial corresponde a una unidad especializada en salud mental.
❏ d) Es imposible que una unidad asuma dichos objetivos por ser demasiado amplios.
❏ e) La atención del duelo se asume siempre desde unidades externas a la unidad de cuidados paliativos.
2. Espiritualidad es:
❏ a) Intentar compartir la situación aceptando incondicionalmente al niño que vive en situación de enfermedad.
❏ b) Decir lo que tiene que hacer, cómo tiene que comportarse, ya que al ser pequeño es necesario dirigirle la acción.
❏ c) Renunciar a nuestro deseo de imponer nuestro punto de vista sobre el dolor ajeno.
❏ d) Valorar los sentimientos del niño.
❏ e) Dar al niño todo el protagonismo para que haga uso de sus propios recursos.
1. La ansiedad es:
2. La respuesta de ansiedad:
1. ¿Por qué es importante la relación con los padres de los niños hospitalizados?
❏ a) Pedagógicos.
❏ b) Psicológicos.
❏ c) Sociales.
❏ d) Pedagógicos-psicológicos. 21
❏ e) Pedagógicos-psicológicos-sociales.
4. ¿Cuáles son los objetivos generales a desarrollar con el alumnado en el aula hospitalaria?
❏ a) Patología perinatal.
❏ b) Malformaciones congénitas.
❏ c) Accidentes domésticos.
❏ d) Cáncer.
❏ e) Infecciones.
2. ¿Cuáles de estas condiciones deben darse para que un consentimiento informado sea válido?
❏ a) Cuando mantenga una situación de inconsciencia o no sea capaz de finalizar con una dependencia de cuidados
intensivos.
❏ b) Cuando tras haber sido ensayado en 100 pacientes no se observa ninguna eficacia.
❏ c) Que no se disponga de un consentimiento informado.
❏ d) a y b.
❏ e) a, b y c.
5. Según la denominada doctrina del “doble efecto” un tratamiento está justificado cuando:
Módulo II
1. La disnea:
❏ a) Ibuprofeno.
❏ b) Acido aminocaproico.
❏ c) Morfina.
❏ d) Benzodiacepinas.
❏ e) Omeprazol.
4. El hospital:
❏ a) Suposiciones incorrectas.
❏ b) Dificultad en transmitir la información.
❏ c) Complejidad en la evaluación del dolor.
❏ d) Escasa experiencia e investigación.
❏ e) Todas son ciertas.
❏ a) La evaluación del dolor en el niño requiere tiempo, paciencia, tacto y adaptación a su edad y desarrollo emocional.
❏ b) La finalidad de la evaluación del dolor es identificar y cuantificar el dolor para facilitar el diagnóstico y correcto
tratamiento.
❏ c) El dolor visceral es producido por la estimulación de los nociceptores viscerales y se manifiesta como un dolor bien
localizado y definido, con una relación con el tiempo constante.
❏ d) No existe un método de evaluación del dolor en el niño lo suficientemente específico y sensible.
❏ e) El dolor neuropático es debido a una lesión nerviosa central o periférica.
4. Los opioides:
5. En la administración de opioides:
1. Los pinchazos:
❏ a) Siempre.
❏ b) Depende de las características del procedimiento.
❏ c) Debe ser acordada entre equipo interviniente y padres.
❏ d) Si el niño está muy angustiado.
❏ e) Sólo si los médicos lo indican.
3. El umbral de dolor:
2. ¿Cuál de los siguientes factores no identifica como negativo para la evolución de un duelo normal?
❏ a) Soledad.
❏ b) Aislamiento.
❏ c) Adecuado control de síntomas.
❏ d) Miedo.
❏ e) Frustración.
3. Al trabajar con familias enfrentadas a enfermedades amenazantes para la vida de un hijo se deben considerar
los siguientes principios, excepto:
❏ a) Síntoma refractario.
❏ b) Angustia y ansiedad del equipo tratante.
❏ c) Angustia y ansiedad de la familia.
❏ d) Acelerar la muerte de un paciente sufriente con una enfermedad incurable.
❏ e) Producir sedación para mantener estable y con vida al paciente .
❏ a) Síntoma refractario.
❏ b) Angustia y ansiedad del equipo tratante.
❏ c) Episodio agudo con alto grado de sufrimiento.
❏ d) Hemorragia cataclísmica en paciente agónico.
❏ e) Excitación psico-motriz en paciente agónico.
2. Cree usted que para ayudar a las personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte es importante:
❏ a) Atestiguan la muerte.
❏ b) Alivian la aflicción.
❏ c) Permiten continuar la existencia.
30 ❏ d) Aceptan que el ser querido”NO va más”.
❏ e) Sirve para alcanzar la gloria eterna.
5. Quién de los siguientes autores escribió: “No había ansiedad alguna, ni huella de desesperación, ni tampoco
dolor; más bien una calma grave, una profunda aceptación…”.
❏ a) Swedenborg.
❏ b) Negovsky.
❏ c) Heim .
❏ d) Noyes.
❏ e) W. James.
1. ¿Quién debe dar las malas noticias a un niño cuando se trata de diagnóstico o avance de la enfermedad?
2. Características que debe reunir el equipo que trabaja con adolescentes con enfermedad terminal.
3. ¿A partir de qué edad se puede considerar, en general, que el pensamiento de los niños es muy parecido ya al
de los adultos con respecto a la muerte?
CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS
SEGUNDA CONVOCATORIA
Dirección Científica
Marcos Gómez Sancho
Coordinación Editorial
Carlos Vázquez Huarte-Mendicoa
Edita:
© Gabinete de Asesoramiento y Formación Sociosanitaria S.L.
( GAFOS )
C/ Francisco González Díaz, 5
35005 Las Palmas de Gran Canaria, España
Teléfono: +34 928 233 786
Fax: +34 928 230 665
gafos@gafos.com - www.gafos.com
CURSO
CUIDADOS PALIATIVOS EN NIÑOS
SEGUNDA CONVOCATORIA
CUESTIONARIO
Módulo I
El equipo interdisciplinario”
1. Las consecuencias de una referencia tardía a un Equipo de Cuidados Paliativos provoca en una familia:
1. En cuanto a la frecuencia en orden decreciente del cáncer infantil, ¿cuál es la respuesta verdadera?
2. Una Unidad de Oncología Pediátrica debe incluir como profesionales dentro del equipo multidisciplinar:
❏ a) Oncohematólogos infantiles.
❏ b) Cirujanos pediátricos.
❏ c) Enfermera pediátrica oncológica.
❏ d) Psicólogos y trabajadores sociales.
❏ e) Todos los anteriores.
3. Respecto a los tumores del sistema nervioso central, ¿cuál de las siguientes respuestas es la verdadera?
❏ a) Rabdomiosarcoma.
❏ b) Fibrosarcoma.
❏ c) Sarcoma sinovial.
❏ d) Liposarcoma.
❏ e) Angiosarcoma.
5. Cuál de los siguientes fármacos no es de elección para quimioterapia con intención paliativa:
❏ a) Etopósido.
❏ b) Temozolamida.
❏ c) Cisplatino.
❏ d) Ciclofosfamida.
❏ e) Vinorelvina.
1. Los niños que ingresan a CP por progresión de un Tumor de Sistema nervioso central, pueden presentar los
siguientes síntomas y signos:
❏ a) Trastornos de deglución.
❏ b) Convulsiones.
❏ c) Compromiso progresivo de conciencia.
❏ d) Anemia grave.
❏ e) a, b y c son correctas.
❏ a) Porque debemos tratar síntomas que no pueden ser manejados en el domicilio como dolor intenso, anemia o
hemorragia grave.
❏ b) Porque se produce “claudicación familiar” y durante la hospitalización se intenta reorganizar a la familia y ayudar
al autocuidado de cada uno de sus miembros.
❏ c) Siempre será necesario hospitalizar a un niño a medida que se acerca la agonía y la muerte.
❏ d) Porque la madre o cuidador directo no cumple con las indicaciones del equipo de CP.
❏ e) Sólo a y b son correctas.
4. En relación al término “psicosocial” en CP del paciente pediátrico oncológico, es correcto señalar que:
5. ¿Cómo acercarse al paciente oncológico pediátrico en CP para evaluarlo desde el punto de vista psicológico?
❏ a) Somnolencia.
❏ b) Constipación.
❏ c) Prurito.
❏ d) Retención urinaria.
❏ e) Hipotensión.
2. ¿ En qué caso utilizaría alguna técnica anestésica (Bloqueo nervioso) para alivio del dolor en pacientes con
Enfermedad Respiratoria Crónica?
❏ a) Dolor abdominal.
❏ b) Dolor torácico por utilización de la musculatura accesoria.
❏ c) Dolor torácico secundario a fracturas costales con inestabilidad torácica.
❏ d) Dolor torácico por osteocondritis.
❏ e) Dolor torácico por neumotórax espontáneo.
4. Para proveer alivio anticipatorio ante situaciones predecibles de disnea, la dosis de rescate es:
5. Las siguientes medidas no farmacológicas son útiles para el alivio de la disnea, excepto:
1. Plantear que un niño con 16 años, con Sida avanzado-terminal, puede ser una persona autónoma significa:
❏ a) Tenemos la obligación de decirle al niño con Sida avanzado todo lo que sabemos sobre su proceso.
❏ b) Al niño con Sida hay que decirle todo lo que quiere saber y sólo lo que quiere saber.
❏ c) La familia tiene derecho a saber todo lo que pueda ocurrir al niño, para mejor ayudarle, independientemente de la
opinión de éste.
❏ d) El nivel de información al niño ha de venir determinado fundamentalmente por la familia.
❏ e) A un niño con Sida avanzado no hay que hablarle –si no lo conoce– de su Sida, para no estigmatizarle.
3. Una característica diferenciadora de la terminalidad en SIDA con respecto a esa fase en otras enfermedades
en los niños sería:
4. En relación a la hipótesis de la exclusión social en relación con el VIH/SIDA y su valoración moral, indique cuál
de las siguientes afirmaciones NO es correcta:
❏ a) Uno de los procesos sociales que actúan como dimensión estructural y económica es el de la insuficiencia de
recursos.
❏ b) La vulnerabilidad de los tejidos relacionales es un factor propiciador de la exclusión social en su dimensión
contextual y social.
❏ c) En general, se ocasiona por factores excluyentes y no relacionados entre sí.
❏ d) La dimensión subjetiva y personal de la marginalidad recoge la precariedad de los dinamismos vitales de la
persona.
❏ e) EL VIH/SIDA y la exclusión pueden ser caminos bidireccionales.
5. El VIH/SIDA nos habla de multidimensionalidad en todos los sentidos siguientes menos en uno. Señale cuál:
❏ a) Inmunodeficiencia biológica.
❏ b) Omnipotencia científica.
❏ c) Vulnerabilidad social.
❏ d) Fragilidad existencial.
❏ e) Indefensión emocional.
1. De las distintas posibilidades en las que un paciente puede morir en la UCIP, sólo hay una de las siguientes
afirmaciones que es verdadera. Señale cuál:
2. El «Counselling» es una técnica de comunicación que puede ayudar al profesional a comunicar mejor en la
UCIP. Todas las opciones son correctas excepto una:
❏ a) Consiste en hacer reflexionar a las personas por medio de preguntas para que encuentren lo mejor para ellos y su salud.
❏ b) El ritmo de información lo impone el médico al igual que en la información tradicional
❏ c) Implica un conjunto de habilidades relaciones como la comunicación asertiva, apoyo emocional, la autorregulación,
solución de problemas
❏ d) Incorpora el principio de autonomía informando a la persona según sus necesidades.
❏ e) Puede ser aplicado desde la primera toma de contacto con la familia.
3. En cuanto a los principios básicos de retirada o no aplicación de tratamientos de soporte vital, hay una
afirmación incorrecta:
12
❏ a) El objetivo de los cuidados de confort es aliviar el dolor y el sufrimiento y no el de acelerar la muerte.
❏ b) La no aplicación del soporte vital tiene implicaciones legales y morales distintas que la retirada del mismo.
❏ c) En los pacientes que se encuentren bajo los efectos de relajantes musculares no se puede retirar el soporte vital sin
antes suspender la medicación.
❏ d) La dosis de fármacos empleada para conseguir el confort en un paciente al que se retira el tratamiento puede
acelerar la muerte.
❏ e) Los pacientes en muerte cerebral no necesitan sedación durante la retirada del soporte vital.
4. Respecto a los cuidados de confort en aquellos pacientes en los que se decide limitar el esfuerzo terapéutico y
se prevé que la muerte sea inminente, todas las medidas siguientes son importantes excepto:
5. En cuanto a la preparación del médico intensivista a la hora de hacer frente a la muerte de sus pacientes, todo
es cierto excepto una opción. Señálela:
❏ a) Los médicos no suelen admitir el hecho de tener una preparación insuficiente en cuestiones acerca del cuidado al
final de la vida.
❏ b) El estrés laboral, el contacto continuo con el sufrimiento ajeno, las situaciones de Urgencia dificultan al intensivista
su labor de atender a los familiares y enfermos en fase terminal de forma óptima.
❏ c) Algunos profesionales interpretan la muerte de sus pacientes como un fracaso personal.
❏ d) Los médicos que no aceptan que los pacientes pueden morir suelen extremar los tratamientos y rechazar los
cuidados paliativos en la UCIP.
❏ e) El médico que se implica humanamente con sus pacientes tiene mayor dificultad a la hora de aplicar los cuidados
de confort y permitir que el niño muera.
❏ a) Si, cada paciente tiene sus propias necesidades, y pueden ser distintas a las de otro.
❏ b) No, no es necesario
❏ c) A veces.
❏ d) Nunca.
❏ e) Mejor que sea colectiva.
2. ¿Cuáles son los síntomas psico-emocionales que caracterizan la situación agónica del paciente?
❏ a) Agitación y nauseas.
❏ b) Tristeza, depresión y anorexia.-
❏ c) Soledad, disnea.
❏ d) No tiene síntomas.
❏ e) Angustia, agitación, miedo y pánico.
❏ a) Sí.
❏ b) No, es demasiado difícil.
❏ c) El paciente no la entiende.
❏ d) Sólo se puede tener con los adultos.
❏ e) Los niños quieren jugar.
1. Hay familias con mayor grado de vulnerabilidad para hacer frente a la enfermedad terminal de su hijo:
2. Entre los objetivos del t.s. se incluye la valoración de las condiciones del domicilio del paciente por si la
familia decide que su hijo fallezca en su casa:
❏ a) Si.
❏ b) La entrevista no es una técnica.
14 ❏ c) Todo el mundo sabe entrevistar por tanto no lo utiliza el trabajador social como técnica.
❏ d) El trabajador social nunca entrevista a las familias.
❏ e) Hablando con otros profesionales el Trabajador Social se hace cargo de la situación socio-familiar sin necesidad de
hablar con la familia.
4. Es importante indicar a los padres que dejen venir a los hermanos del paciente a despedirse:
❏ a) No corresponde a la unidad.
❏ b) Estas cuestiones les debe informar los servicios funerarios.
❏ c) Los padres no deben ocuparse, si en cambio un familiar cercano.
❏ d) No son cuestiones importantes para la situación que nos ocupa.
❏ e) Es importante avanzarse en algunas cuestiones prácticas que posteriormente deberán decidir.
1. Ante el sufrimiento de la familia del niño con enfermedad grave, y desde la dimensión religiosa, ¿cuál crees
que sería la frase más adecuada?
❏ a) La empatía es una disposición interior que, a través de la identificación personal, me lleva a sufrir con el que sufre.
❏ b) La empatía es esa disposición interior que poseen las personas que quieren realmente comprender al otro.
❏ c) La empatía es una habilidad de la relación de ayuda que nos hace entrar en contacto con la vulnerabilidad del niño
enfermo y nos ayuda a fortalecernos personalmente.
❏ d) La empatía es una habilidad de la relación de ayuda que permite afrontar nuestra vulnerabilidad, percibiendo
nuestros sentimientos con el fin de dar consuelo al que sufre.
❏ e) La empatía es mucho más que la simpatía, ya que es una actitud espontánea que hace agradable una conversación
por atracción, confianza o identificación emocional.
❏ a) Inocular optimismo. 15
4. Las actitudes que favorecen el acercamiento al sufriente, al niño gravemente enfermo, para que éste sea
terapéutico son:
❏ a) El sufrimiento y la muerte no son tratados siempre del mismo modo en la Sagrada Escritura.
❏ b) Algunos tipos de sufrimiento pueden ser consecuencia de nuestra libertad mal empleada
❏ c) El sufrimiento ministerial es en un sentido sinónimo de masoquismo.
❏ d) La palabra muerte es entendida de diferentes formas en la Escritura.
❏ e) Del estudio bíblico podemos inferir que no es lo mismo muerte natural, moral y escatológica.
1. El estrés es:
2. La respuesta de relajación:
❏ a) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos físicos.
❏ b) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos emocionales.
❏ c) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos mentales.
❏ d) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos normalizando nuestros
procesos físicos.
❏ e) Tiene un efecto de recuperación, se evita las reacciones excesivas ante los estímulos normalizando nuestros
procesos físicos, emocionales y mentales.
4. La respuesta global mantenida en el tiempo que se traduce en sensación de estar desbordado se llama:
❏ a) Ansiedad.
❏ b) Malestar psicológico.
❏ c) Estrés.
❏ d) Estrés laboral asistencial.
❏ e) Ninguna de las anteriores.
1. ¿Qué características son propias de la hospitalización y deben tenerse en cuenta a la hora de trabajar con los
niños hospitalizados?
2. La escolarización representa uno de los puntos clave del desarrollo integral de todo niño enfermo porque:
4. Establecer una buena comunicación entre la familia, el centro hospitalario y el aula hospitalaria
proporcionando situaciones de relación entre todos, es un objetivo a desarrollar por:
❏ a) Los alumnos.
❏ b) Las relaciones del hospital.
❏ c) Los maestros del aula.
❏ d) La organización del hospital.
❏ e) Todas son verdaderas.
5. Para satisfacer las necesidades (sanitarias, emocionales y curriculares) del niño hospitalizado se necesita:
❏ a) Patología perinatal.
❏ b) Malformaciones congénitas.
❏ c) Accidentes domésticos.
❏ d) Cáncer.
❏ e) Infecciones.
2. ¿Cuáles de estas condiciones deben darse para que un consentimiento informado sea válido?
❏ a) Cuando mantenga una situación de inconsciencia o no sea capaz de finalizar con una dependencia de cuidados
intensivos.
❏ b) Cuando tras haber sido ensayado en 100 pacientes no se observa ninguna eficacia.
❏ c) Que no se disponga de un consentimiento informado.
❏ d) a y b.
❏ e) a, b y c.
5. Según la denominada doctrina del “doble efecto” un tratamiento está justificado cuando:
Módulo II
❏ a) Calmar el dolor.
❏ b) El tratamiento de las convulsiones.
❏ c) Corregir la hipertensión intracraneal.
❏ d) Bajar la hipertermia rebelde.
❏ e) Disminuir las molestias gástricas.
3. El estreñimiento
❏ a) Inactividad.
❏ b) Hipopotasemia.
❏ c) Uso de opioides.
❏ d) Fisuras anales.
❏ e) Todas las anteriores respuestas son ciertas.
❏ a) Los servicios de los Cuidados Paliativos Infantiles deben estar disponibles en los hospitales, por la seguridad del
niño.
❏ b) Los Cuidados Paliativos Infantiles buscan aumentar la calidad de vida del niño y su familia.
❏ c) Los Cuidados Paliativos no tienen por objeto acortar la vida.
❏ d) Son ciertas b y c.
❏ e) Los Cuidados Paliativos surgen para ahorrar dinero al sistema.
1. Metabolismo:
2. Eliminación de fármacos:
3. La morfina:
4. La oxicodona:
5. El midazolam:
❏ a) Una intervención que demanda mucho tiempo del que no siempre se dispone.
❏ b) Una intervención focalizada y preventiva.
❏ c) Una intervención en que se implementan técnicas.
❏ d) Es una pérdida de tiempo.
❏ e) Una intervención inapropiada para un niño que esta sufriendo tanto.
2. La crema anestésica:
❏ a) Es costosa.
❏ b) Útil para venopunturas.
❏ c) Es útil para habilitación de catéter.
❏ d) Debe usarse al menos 30 minutos antes y eso complica en las instituciones con muchos pacientes.
❏ e) Son todas verdaderas.
❏ a) Los médicos.
❏ b) Los padres.
❏ c) Los psicólogos.
❏ d) Personas entrenadas que no sean profesionales.
❏ e) Un equipo interdisciplinario donde cada uno se complemente, donde los padres puedan colaborar activamente,
con el apoyo de los médicos.
1. El niño:
❏ a) Comunicarse.
❏ b) Ser respetado como persona.
❏ c) Ser tratado con honestidad.
❏ d) Poder elegir de acuerdo a sus deseos y expectativas.
❏ e) Protegerlo de la verdad que modifique sus expectativas previas.
4. ¿Cuál de los siguientes síntomas que presentan los niños en la etapa de agonía es frecuentemente difícil de
aceptar y tolerar para los padres?
❏ a) Debilidad marcada.
❏ b) Reagudización de los síntomas previos.
❏ c) Miedo a la soledad.
❏ d) Trastornos en la ingesta con imposibilidad de alimentar.
❏ e) Alteración de esfínteres.
❏ a) Moody Jr.
❏ b) Audette.
❏ c) Ring.
❏ d) Greyson.
❏ e) Sabom.
❏ a) Pscilocibina.
❏ b) Acido lisérgico LSD.
❏ c) Meperidina.
❏ d) Ketamina.
❏ e) Indometacina.
5. Los libros llamados Ars Moriendi eran una guías para (señale la verdadera):
1. ¿Quién debe dar las malas noticias a un niño cuando se trata de diagnóstico o avance de la enfermedad?
2. Características que debe reunir el equipo que trabaja con adolescentes con enfermedad terminal:
3. ¿A partir de qué edad se puede considerar, en general, que el pensamiento de los niños es muy parecido ya al
de los adultos con respecto a la muerte?