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Calígula ¿Un personaje monstruoso?

La historia de Cayo Augusto César Germánico (12 d.C-41 d.C), popularmente conocido como
Calígula, aún despierta interés en el público a pesar de la corta duración de su gobierno. La razón
de tal curiosidad podría estribar en ciertos aspectos oscuros de su vida y su personalidad. Su primer
biógrafo, Suetonio, se encargó de describir a nuestro personaje como cruel, despótico, depravado y
maníaco. Esta descripción recorrió siglos y siglos hasta llegar a nosotros, aunque ya existen algunas
investigaciones que cuestionan la versión oficial de la vida de este joven emperador. En este sentido,
en el presente escrito queremos adelantar al lector que adherimos a analizar críticamente la vida de
este controvertido individuo. Así, podremos obtener una mirada global del contexto histórico donde
vivió Calígula y una respuesta acerca de las razones por la cual se ganó tantos calificativos.

Recreación del rostro de Calígula (fuente Antigua Roma al día)

Pax Julia-Claudia
Al igual que los primeros emperadores, Calígula pertenecía a la gens Julia-Claudia cuyo
origen se remonta a la formación de los nobilitas, la principal elite en la Antigua Roma. De
acuerdo al árbol genealógico, la familia de Calígula fue el resultado de la unión
matrimonial entre plebeyos ricos (Julia) y patricios (Claudia). En este mismo linaje se
destacaron Cayo Mario, Julio Cesar y Cayo Augusto.

Cayo Calígula gobernó durante el periodo conocido como la Pax Romana. Se trataba de la
etapa por la cual el imperio alcanzó sus límites territoriales. Esto se tradujo en la extensión
de un conglomerado de 1000 ciudades que actuaban como centros de producción, un
sector crediticio, recursos inagotables de materias primas, masas de manos de obra barata,
etc. Trimalción, el personaje de Petronio, era el fiel reflejo de aquellos sectores sociales que
se enriquecían en base al tráfico de esclavos, venta de vinos y perfumes e inversión en
bienes raíces.

Los emperadores no escapaban al lujo y la ostentación de las clases pudientes. Los prínceps
disponían del patrimoniom augusti, las propiedades de la corona imperial y su propia res
privata, bienes particulares. Cada emperador encargaba la construcción de palacios, fincas
campestres, barcos privados y monumentos. Un prínceps como Calígula podía mantener
alrededor de 10000 esclavos que se diseminaban por todas sus propiedades. Además de su
poderío económico, el emperador poseía la máxima dignitias y autorictas. Esto significaba
que su persona concentraba todas las tradiciones y antiguas virtudes romanas reforzado
por un carisma y culto religioso.

Fotografía de la mansión flotante que ordenó construir Calígula

Pero al otro extremo de la población, en las ciudades y campos proliferaba la plebe pobre y
los esclavos. Mientras Calígula se daba el lujo de ordenar la construcción de un
monumental barco que podía albergar un palacio, campiña y otras excentricidades, las
familias campesinas habitaban apiñados en pequeñas chabolas. La fortuna de un
emperador podía alcanzar los 300 millones de sestercios, pero una familia plebeya debía
acudir todos los meses a las entregas gratuitas de raciones de granos o vender a sus hijos
como esclavos para poder subsistir.

Calígula vs Senado
El ascenso del emperador implicó, nada menos, que la conversión del senado romano en
un cascarón de su antigua identidad. Alrededor de 160 personas pertenecientes a los
órdenes senatorial y equites constituían el círculo rojo dentro de la propia elite romana. La
posición privilegiada de este sector era en base a la promoción de parte del emperador o
manteniendo su grupo aristocrático cerrado a otros actores sociales por más ricos que
fuesen.
Las relaciones entre el prínceps y el círculo rojo de nobilitas y equites no estaban exentas de
fricciones, conspiraciones y amenazas de golpe de estado. De hecho, al momento de
asumir al poder imperial en el año 37 d.C, Calígula debió enfrentarse a estos problemas: la
enemistad con su predecesor (Tiberio) y la hostilidad de un sector de senadores cuyo
propósito era volver al período republicano.

Defensor de la monarquía imperial, Calígula pretendía profundizar las facultades de


gobierno del Princeps lo cual conducía a un mayor enfrentamiento con la aristocracia
romana. Así como Octavio entabló un vínculo con la aristocracia italiana para doblegar al
senado, Calígula intentó construir su poder en base al apoyo de los reyes clientes de origen
seleucida (helenístico) de las regiones del Asia Menor. Además de integrarlo en su Concejo
privado y beneficiarlos con negocios relacionados a la recaudación impositiva en sus
respectivos territorios, Cayo adoptó la simbología de la cultura helenística como
dispositivo de poder. La incorporación de sectores aristocráticos extranjeros en el séquito
de poder del emperador, generó la preocupación y el recelo de parte de la aristocracia
romana e itálica dado que amenazaba sus posiciones de poder. Por lo tanto, era menester
que debían desplazar a Calígula del poder.

¿Un emperador autoritario y depravado?


Dio Casio y Suetonio sostienen que el año 39 d.C, fue el punto de inflexión del gobierno de
Calígula. Para ambos, el cambio se debió a una enfermedad que trastornó mentalmente al
Princeps. Pero en realidad se trató de un fallido golpe de estado organizado por senadores
y equites que culminaron ejecutados. El castigo de los opositores fue catalogado como un
“acto de extrema crueldad”, aunque en comparación a Tiberio o Nerón, el listado fue
menor.

Luego del fracasado golpe de estado, el círculo rojo dio comienzo a una campaña hostil
hacia el Princeps denunciándolo como una persona “despótica” y “enferma de poder”. En
este sentido, las fuentes literarias apuntaron su crítica a hechos como la deificación de la
figura de Calígula o el nombramiento de su caballo, Incitatus, ocmo consul. El culto a la
imagen imperial ya formaba parte de los dispositivos ideológicos del Principado romano
tratando de emular las tradiciones de la época arcaica. Pero en el caso de Cyo, podemos
agregar la influencia de la cultura helenística que ejerció sobre su persona incluyendo las
prácticas ritualistas de adoración a los reyes (proskynesis). En relación al nombramiento de
su caballo, podriamos hipotetizar que se trató de un intento de ridiculización del orden
senatorial para demostrar que las selecciones de las magistraturas debían pasar por el
Princeps y no por el Senado.

Suetonio afirmó que el proyecto del emperador de quitar las obras de Virgilio y Tito Livio
de las bibliotecas eran claramente un síntoma de locura. Sin embargo, investigaciones
recientes nos muestran que en el gobierno efímero de Calígula reaparecieron obras que en
su momento fueron prohibidas porque no comulgaban con los intereses de la monarquía
imperial. Ávido lector de la filosofía griega y helenística, Cayo resignificó una crítica de
Platón hacia los poetas homéricos, para referirse a Virgilio y Séneca, defensores del
gobierno de Augusto, por reproducir un arte meramente imitativo y basado en una pobre
erudición.

Por último, la denuncia de depravación, incluyendo el incesto con su hermana Drusila,


solamente es mencionado por Suetonio cuyo escrito fue elaborado aproximadamente ocho
décadas después del asesinato de Calígula. No obstante, las prácticas incestuosas fue un
hábito recurrente en aquellas familias de abolengo cuyo objetivo era reivindicar el vínculo
sanguíneo como un elemento distintivo de algunos sectores aristocráticos.

Las vueltas de la historia


En Calígula, Sam Wilkinson se pregunta porque el emperador fue asesinado si no existían
pruebas de su locura. Creemos que la respuesta se encuentra en el enfrentamiento entre el
Princeps y la aristocracia romana. Norbert Elias nos ofrece una herramienta metodológica
para comprender la contradicción detrás del culto o adoración de la imagen imperial de
Calígula. Por un lado, su divinización expresaba el proceso de concentración de poder y la
conversión de la aristocracia romana a cumplir un rol como cortesana. Por otro lado, para
mantener los privilegios, los senadores tenían dos opciones: adular al emperador o
conspirar por su derrocamiento. Este odio se materializó en la recreación de la imagen de
Calígula como un demente y maniático.

Además de añorar con el regreso a la época republicana, el círculo rojo pretendía mantener
su status de grupo cerrado sin dejar que ingresen otros sectores de la propia elite. Por lo
tanto, veían con recelo la ampliación de la ciudadanía romana a las provincias. Por otra
parte, el cargo de Emperador era un bien codiciado tanto por las familias de nobilitas como
al interior de la dinastía Julia-Claudia. Calígula ascendió al poder una vez que derrotó
políticamente a Tiberio y sus partidarios. El principal beneficiario del asesinato de
Calígula fue su sucesor, Claudio. Fue el novel princeps que dio comienzo a la campaña de
hostilidad al caracterizar el gobierno de Calígula como “un error del régimen”.

Calígula, película dirigida por Tinto Brass (1979).

Luego de su asesinato, el senado declaró la damnatio memoriae (condena de la memoria). La


literatura clásica se encargó de manipular, tergiversar e inventar evidencia sobre el
gobierno de Calígula. Llamativamente esta versión de su historia se mantuvo con el correr
de los siglos. En la actualidad, recurren a ella los sectores republicanos para denunciar
algún caso de concentración de poder o aspectos sórdidos de la vida de un gobernante,
aunque el régimen social se mantenga intacto.

Hasta la próxima…..

Léase
Alfoldy, Geza. (1996). Historia social de Roma, Alianza Universal.
Anderson, Perry. (2013). Transiciones de la antigüedad al feudalismo, Siglo Veintiuno Editores.
Dion Casio. (1986). Historia romana, Editorial Gredos.
Elias, Norbert. (2004). La sociedad cortesana, Fondo de Cultura Económica.
Petronio. (1986) El satiricón, Editorial Gredos.
Suetonio. (1986). Vida de los Cesares, Editorial Gredos.
Wilkinson, Sam. (2005) Calígula, Roudlege

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