Está en la página 1de 12

Instituto de Expansión de la Consciencia Humana

Santiago, Las Condes


RUT Nº 76.380.630-8
institutoexpansion@gmail.com
www.transformacion.cl

ACTIVACIÓN, PRESENCIA Y HONESTIDAD RADICAL 1

Alejandro Celis y Alice Thomas2

Alejandro: Con Alice estuvimos haciendo un ordenamiento respecto a lo que nos


interesa que pase aquí, el efecto que deseamos generar en ustedes con las
actividades de este Postítulo. Por supuesto, esta intención es algo que se va
decantando a medida que pasan los años: ya llevamos diez años en esto y siempre
nos seguimos replanteando las cosas. Nos replanteamos el programa, las
actividades y la intencionalidad que llevan. Eso que aparentemente es caótico, para
nosotros es simplemente signo de seguir madurando y mejorando. La vida no es
estática.

Un primer nivel, entonces, es comenzar a sacudir el letargo, el adormecimiento, el


embrutecimiento, la somnolencia y la insensibilidad que son producto del
condicionamiento. Eso es lo que nos interesa como primera cosa. Y realmente no
estoy exagerando: el condicionamiento tiene la función de convertirnos en zombies,
en ciudadanos perfectamente adaptados: verdaderas máquinas que hacen lo que la
sociedad necesita y que no hacen, ni dicen, ni sienten ni piensan nada de lo que es
inapropiado para la sociedad.

Entonces, lo primero que nos interesa -y en eso los hemos incentivado-, es que
comuniquen lo que les pasa, porque ése es un primer nivel. Comuniquen, digan,
comenten, expresen… ¿ya? Comenzar a dejarse sentir lo que está pasando, que la
verdad se active en nosotros. Ahora bien: aunque seamos zombies perfectos, nunca
el adormecimiento es total. Hay un nivel de vitalidad que está, en todos nosotros,
por muy dormidos y aturdidos que estemos. Hay un nivel, que por último aparece
a través de un sueño: uno le gritó a alguien, se movió, corrió un riesgo. O sea, algo
(risas).

1
Charla dictada el 18 de Diciembre 2004, en el contexto de una sesión de Postítulo del Instituto de Expansión
de la Consciencia Humana. Cap. 18 del libro “Testimonios de Transformación” de Alejandro Celis,
Universidad Bolivariana, 2006.
2
Directores del Instituto. www.transformacion.cl
2

En lo cotidiano aparece una activación, o bien un impulso que es rápidamente


reprimido. Para reconectar con la vitalidad, podemos hacer la Meditación Dinámica3
u otras meditaciones, podemos hacer Rebirthing4, podemos recuperar el entusiasmo
haciendo las cosas que más nos gustan, bailando en una salsoteca, jugando, a
través del sexo… cualquier cosa que te entusiasme, que te apasione, y el único
propósito de todo eso es que esta energía corporal se mueva. También hay
herramientas como la Biodanza, como la Bioenergética… hay millones de
herramientas, eso no es lo que falta. Lo que falta es que uno tome la decisión de
revertir esa somnolencia. Que tome la decisión, porque en realidad uno puede
hacer -y ustedes lo han visto- el Rebirthing a medias tintas, o la Meditación Dinámica
bostezando entre medio. Entonces, obviamente, la cuestión no es la técnica… la
pregunta es si te vas a decidir a mover esa energía, a romper tu patrón de control y
anulación de tu vitalidad.

Ese es el primer nivel. Ahora, hay otra forma en que he visto que esto se mueva,
especialmente en los grupos inspirados por Rajneesh (Osho). Una de las cosas que
fue importante en los grupos de Rajneesh -al inicio, en Poona en los 70- es que
había permiso total para que saliera todo. Ahora bien: estaban en la India en los 70,
y supongo que la legalidad allí era bastante más floja 5; hubo un experimento que
de hecho sólo duró unos años, y luego se fueron a EEUU el 81. Tenía que ver con el
desate, con soltar el control. Eso significaba que en los grupos se podía expresar la
rabia y la sexualidad en forma total. Al principio, principio, de Poona -que fue
donde comenzó a hacerse más famoso Rajneesh-, si en un grupo tú me caías mal,
yo iba y te pegaba, ¿ya?

Eso nos puede generar un montón de observaciones éticas. Uno puede decir, “Eso
no es apropiado”… pero es que la cuestión era total, sin límites. Y eso tiene una
virtud: que tú te vives la cosa como si fuera de vida o muerte, no es una cuestión
académica, ¿ya? No es la pizarra… ¡alguien te viene a pegar! No es para que tú le
digas, “Estimado señor, esto es inapropiado, permítame convencerle de que no me pegue”.
¡Te van a aforrar! Entonces, ahí tienes que sacar tu energía, despertarla. No tienes
que convencer de nada al otro, ¡tienes que defenderte! Entonces, la cosa ya pasa de
este aburridísimo nivel intelectuaaaal y acadeeeémico, en que podemos estar
durante meses hablando del desarrollo personal y que no pasa nada. Sale de ese
nivel tan civilizado, tan mental en que lo vital ya prácticamente no está.

Lo mismo la sexualidad. Absoluta expresión, dejársela sentir, absoluta aceptación


de esa energía. Absoluta aceptación de esa energía. Y eso se vivía igual de directo

3
Meditación que tiene la particularidad de incluir fuerte activación física y una catarsis, creada por Bhagwan
Shree Rajneesh (Osho).
4
Técnica de hiperventilación popularizada por Leonard Orr.
5
El espíritu de experimentación que primó en los 60 y 70 en el movimiento Humanista y Transpersonal fue
desalentado en forma radical por la tendencia surgida en Norteamérica a demandarte por cualquier cosa: si
tropezabas en la calle podías demandar al municipio, y por supuesto los terapeutas fueron especialmente
vulnerables a ese tipo de cosa.
3

que la rabia. Ahora en lo que yo he visto, tanto en los grupos de Paul Lowe como
en otros grupos de Rajneesh, es que realmente cuando la gente se abre, vive ese
aspecto más intensamente, porque hay una cierta decisión. Y también las cosas
pueden quedarse atoradas allí, en la fascinación del sexo. La cosa puede quedarse
detenida en ese plano, puede no irse más allá de ese nivel. Pero es un nivel
importante: que la energía se mueva, de la forma que sea.

La energía se mueve en términos de soltar esta espontaneidad, que tiene distintas


facetas, distintas formas, pero incluye eso. Ahora, los sacerdotes, las religiones, la
sociedad en general, lo primero que reprimieron fue toda expresión de afecto, de
erotismo, de goce. Hasta el goce está reprimido. Tú no lo puedes pasar demasiado
bien con nada. No puedes saltar de alegría en la calle, porque creen que estás loco
o drogado… Entonces, todo lo que sea autoexpresión, todo lo que sea sacar lo
suyo, todo lo que sea energía corporal, ése es el primer nivel que nos interesa
sacudir.

Y eso es esencial. Puedes hablar de espiritualidad y de conectarte con los angelitos,


y tener grandes discursos de tu cosmología espiritual, pero puedes seguir siendo
un zombie. Y no nos interesa estimular zombies espirituales, gente que se lo pase en
otro plano y que no traiga eso aquí. Y en general, si ustedes estudian un poco a los
maestros espirituales de todos los tiempos, verán que no son unos tipos que
estaban debajo de un arbolito, respirando apenas, conectados con no sé qué nivel,
sino que eran revolucionarios. Y por lo tanto, los trataban de asesinar. A Jesús lo
asesinaron, al Buda lo trataron de asesinar, a otros -como Mansoor, un maestro
sufi- los hicieron papilla… ¿por qué? Porque la revolvían mucho. A Sócrates lo
envenenaron, ¡porque alteraba a la gente! Y la gente no quiere ser alterada…
entonces los mataban. Movían esa energía. A Sócrates lo acusaron de corromper a
la juventud, ¿por qué? Porque los que iban a escucharlo se empezaron a cuestionar
cosas.

Esa energía tiene que moverse. La sociedad quiere esclavos en el trabajo. Así son
funcionales. Mientras seamos esclavos, estamos bien. Si dejamos de ser esclavos de
nuestro empleo y del jefe, somos super peligrosos. En la película Belleza Americana,
el protagonista “se sienta” en todo el mundo, y va a acusar al jefe de intentar
seducirlo, con el fin de extraerle una buena indemnización… imagínense lo
peligroso que es alguien a quien no le importa nada. Ahora, ¿por qué? Porque no
es manipulable, está tan en otra que efectivamente nada le importa. Eso es muy
peligroso para la sociedad. Poder, control, que todo esté ordenadito… ésos son los
objetivos de la sociedad.

Nosotros no necesitamos religiones: las religiones son instituciones de poder que


tienen que tener seguidores que les financien, que les den un porcentaje de lo que
ganan... eso es una religión. Tú no necesitas una religión para conectarte para
arriba. No necesitas un cura, son innecesarios. Y no solamente los cristianos: todos,
4

todos los sacerdotes, a menos que te ayuden a conectarte, pero no colocándose


ellos como intermediarios indispensables.

Pregunta: ¿Y de dónde surgió esto?

Alejandro: La idea parece ser bastante antigua… tanto que se pierde el rastro.
Parece que a alguien se le ocurrió hace mucho tiempo esta ecuación: frenar tu
energía inocente, generarte culpa por ser como eres, desde tu más tierna y
conmovedora espontaneidad… y entonces eres controlable, manipulable. Tanto así
que uno ya no sabe de dónde salió la idea. Pero en este minuto está tan metida, que
prácticamente nadie, al menos en la sociedad occidental, piensa que la
espiritualidad pudiera concebirse en forma diferente que en la versión cristiana.
Estuve haciendo algunas investigaciones por ahí… los cristianos asesinaron a
cualquiera que se opusiera, durante no sé cuántos siglos. No fue la Inquisición no
más, fue una masacre sistemática de todos aquellos que tuvieran un credo distinto.
Incluso mataron gente como los Cátaros, que eran cristianos muy místicos que
vivían en Francia. Hubo una Cruzada destinada a matarlos a ellos, porque no
estaban sometidos al Papa. Entonces, este sometimiento se nos ha metido a sangre
y fuego.

Y uno puede creer que esto es pura paranoia. No, no es paranoia. Uno puede
preguntarse por qué algunos sienten bloqueos respecto a conectarse más
internamente. Toda la gente que tiene bloqueos -y Alice también, en algún minuto
estaba asustada respecto a expresar estas cosas… ¿Por qué? Porque a todo el
mundo le ha ido tan mal con esto -que en vidas anteriores lo quemaron, que lo
empalaron-... al jefe de los Templarios lo asaron. Lo pusieron en una parrilla y lo
asaron a fuego lento, y con eso terminaron de exterminar a los Templarios. ¡No es
broma! Realmente, nos metieron estas cosas con sangre, nos sacaron la mierda. Y
muchos -producto de estas experiencias en otras vidas- aún guardan un temor
instintivo de conectarse con estas cosas, de expresarlas, de vivirlas en el día a día.

Y esto es mucho más de lo que yo creí. Si ustedes se ponen a husmear, descubrirán


que la forma en que nos metieron los dogmas ha sido bien sangrienta. Y hay cifras,
claro… algunos dicen que con la Inquisición murieron veinte mil; pero otros dicen
que fueron cientos de millones. Que nadie ha matado más gente que los cristianos.
Entonces, Hitler era un niño de pecho comparado con la Iglesia Católica, ¡era un
tipo adaptado!

Entonces, tenemos que sobreponernos a eso, ¿se fijan? Una cuestión que está tan
metida: de represión, de control, generación tras generación. Tan metido en la
sangre que por ejemplo, ya no sabemos por qué el sexo es “malo”... sólo tenemos la
convicción absoluta de que lo es: un convencimiento que tiene que ver con siglos
de lavado de cerebro, de represión. O sea, tenemos de verdad que romper nuestros
límites. Si volvemos a encarnar -como se supone que hay encarnaciones-, no sé si
5

nos vamos a acordar de lo que estamos viendo ahora; entonces, ahora, que estamos
teniendo la posibilidad, lo tenemos que hacer. O si no, no sé para cuándo quedará.

Esa es una cosa.

Rodrigo Zamorano: Dejémoslo hasta ahí no más (risas).

Alejandro: Segundo nivel: estar más presente, estar más atento. Estás mirando. En
ese estar mirando, no te dejas llevar por la mente. La mente te lleva de la nariz a
todas partes. ¿Y qué haces, entonces? No le pones atención. Un mito muy común y
muy perjudicial consiste en la creencia de que meditar es acallar la mente, no tener
pensamientos. Nada más lejano a la verdad. De hecho, mientras más te esfuerces
por no tener pensamientos, más insistentes se van a poner. Entonces, el truco es
poner atención a tu cuerpo y a lo que te rodea: a las sensaciones kinestésicas, a los
sonidos ambientales, a la respiración, a la temperatura que sientes en la piel, a los
olores. Si pones atención a esas cosas, no puedes perderte en la mente: sólo puedes
poner atención a una cosa a la vez. Es un ejercicio que puedes hacer con los ojos
cerrados o mientras haces tus cosas, caminas en la calle, etc. Vas a ver que en
realidad, necesitas la mente para muy pocas cosas y que a pesar de eso, insiste en
entrometerse y en traer recuerdos, asociaciones y cualquier cantidad de
comentarios respecto a todo.

El truco consiste en no dejarse llevar por todo ese flujo mental: simplemente
quedarse impávido, sin comprometerse en los comentarios o dejarse ir en los
recuerdos. Poner atención a la película: ¿cuál es la película? Estar aquí, conectarte
con lo que sientes y con lo que oyes, hueles, percibes a través de los sentidos.
Tienes que pensar que los comentarios de la mente son como los comerciales de la
TV: deja que pasen, porque lo esencial es lo otro. A veces te quedas en un
comercial, pero luego lo dejas ir, no es grave. No pierdes el hilo de la película. Esta
es una habilidad que se desarrolla. Estar presente es algo que se logra con algún
grado de esfuerzo, porque hay que revertir hábitos muy enraizados, pero es algo
en extremo simple. Y la cualidad de tu contacto con tu entorno y los demás va a
cambiar radicalmente: vas a sentir que despertaste de un profundo sueño, en el
que estabas desconectado totalmente de cualquier cosa que no fuera tu mente y tus
pensamientos.

Uno de los tipos más frecuente de comentario mental es la autocrítica, que puede
ser devastadora. Y es devastadora porque le hacemos caso, porque de veras
creemos todas esas críticas que resuenan en nuestra cabeza, y que son el producto
de todo lo negativo que nos dijeron durante la infancia y adolescencia. Pero el
proceso es el mismo que con cualquier pensamiento: miras y observas la
autocrítica. Cada vez que dejas una supuesta “embarrada” (ya sea real o no),
empiezas a azotarte porque no estás siendo un ciudadano respetable, entonces eso
también tienes que mirarlo. Y mirarlo no significa seguirse azotando, significa ver
que “tengo esta auto-tortura continua para adaptarme”. La miras pero la dejas pasar.
6

Sientes la resonancia emocional de la autocrítica, el efecto que tiene en tu cuerpo,


emociones y estado de ánimo. Pero no te dejas llevar por esa resonancia,
simplemente la sientes pero no te sumerges. Aprendes a estar presente frente a la
pena, las emociones, pero no te dejas sumergir por ellas.

Alice: Todo eso de pena, de dolor, de rabia, que tiene que ver con el primer nivel
que mencionaba Alejandro, es cuando empiezan a salir todas estas asociaciones,
todas estas capas de cosas. Porque al menos lo que a mí me toca mirar conmigo es
que debajo de esa vitalidad que fue condicionada, cortada… hay mucha
frustración, por ejemplo. O hay mucho dolor. Entonces, eso es parte de mover esa
vitalidad. Ahí nos encontramos con esto. Y que también puede ser que en ese
movimiento, uno empiece a culparse o a enojarse consigo mismo; pero es parte de
lo mismo, porque uno se está haciendo lo mismo que te hicieron. Pero hay un
testigo, hay una presencia, hay alguien que está acogiendo eso que te está
ocurriendo, que eres tú. Te haces cargo también.

Alejandro: Y eso tiene que ver con ser responsable y con no sentirse preso de las
circunstancias. Lo que le decía a Fabiola recién: están ocurriendo cosas “allá
afuera”, sí; pero la reacción, lo que a mí me pasa, es de mi responsabilidad. Si tú
miras lo suficiente, te vas a dar cuenta de que tienes opción. Que puedes dar vuelta
las cosas; o por último, puedes quedarte mirando, lo que ya es distinto de ser
víctima. Entonces, ahí hay muchos niveles, en términos de estar presente; tú miras,
miras y miras y estás más en el presente, más en el presente, más en el presente…
no te azotas ni te vas al futuro, ¿entiendes? Miras lo que te está pasando, miras; es
una actitud más desapegada.

Y entonces ya no puedes decir, “No puedo hacer tal cosa”. Tú puedes ver que tienes
barreras y que tienes dificultad o que el hábito parece ser tremendamente fuerte;
pero no vas a decir “No puedo”. Vas a decir, “En realidad, el susto es tan grande que me
cuesta imaginarlo siquiera”; de acuerdo, pero puedes, sabes que puedes.

Alice: Y aquí hay tantos niveles y tanta responsabilidad que nos cuesta asumir,
porque en esto siempre cuando hemos hablado de estar presente, se trata de
“responder” a la situación, no de reaccionar. Y por supuesto, hay niveles en eso:
hay puntos que son más ciegos, en que uno tiende a reaccionar de la misma
manera. Y observar eso no es cómodo, pero la única vía es dejarse sentir y
observar, porque no hay otra. Y actuar como decía Alejandro: saliéndose de esa
reacción, y obligándose a salir.

Una participante: Sabes que, en realidad creo que a partir de una reacción
fuertísima que tuve, una salida totalmente de mi control, con mi pareja… lo usé de
punching ball…

Alejandro: Esa es la función de las parejas (risas). Por lo menos una de las
funciones…
7

Misma participante: Yo creo que eso me sirvió, ando como medio aturdida
todavía, porque después de ese episodio me vino un silencio total, y en un minuto
me di cuenta de lo condicionada que estaba, que estábamos, y yo juraba que no…
y además, durante muchos años, muchas cosas que había hecho correspondían
más bien a responder a las expectativas del sistema… y parece que me creía la
víctima de todo, y en realidad veo que no, como que me hubiese cambiado la
perspectiva…

Alejandro: Bueno, eso es algo super importante. En algún momento, uno ve a su


pareja afuera y uno dice, “Esta persona tiene la culpa de todas mis desgracias”; por eso
yo creo que en realidad la pareja es un punching ball. Pero, en un segundo momento
de lucidez, ves que en realidad la pareja no te ha hecho nada. Tú eres responsable
de tu propia ceguera y el otro, por último, ha sido cómplice con su propia ceguera
también. Entonces, en ese segundo momento, uno dice: “Ya, está bien, puedo tener
todas estas quejas y probablemente el otro es más ciego que yo o menos ciego que yo” -da lo
mismo- “pero, a ver qué me pasa a mí, cómo estoy yo manteniendo esta situación”. Uno
suele responsabilizar al otro de la propia insatisfacción; pero eso nunca es así,
nuestra insatisfacción es de nuestra exclusiva responsabilidad, y más vale que lo
veamos así si deseamos crecer.

Alice: Yo diría que cuando se cuentan los detalles de los incidentes que nos afectan,
tal como quien acaba de expresarlos, cambia de inmediato la frecuencia de un
relato. Se profundiza, y entonces, no importan las características que se muestran
de uno en la situación: cuando uno se expone más, con todos los detalles, estamos
dejando que nos vean, estamos soltando la imagen. “Esto soy capaz de hacer o de
sentir”, porque todos hacemos las mismas cosas: son patrones. Eso permite que
otros se identifiquen y todas las cosas que pueden ser beneficiosas para el grupo,
pero además para la persona involucrada es una oportunidad de aceptar quien es:
“Ya. Soy así”, porque internamente eso es lo que necesitamos hacer. Decir: “Esto es
lo que me está pasando y no quiero seguir con esta ceguera porque me ha traído estas
consecuencias que no me gustan; pero esto es lo que he estado haciendo, me hago cargo de
eso, me hago cargo de las consecuencias y necesito estar con eso también”. Tierra y
simpleza.

Alejandro: “Tierra” son los hechos. ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que siento?
¿Qué me está pasando a mí? ¿Qué necesito? Se trata de los hechos super concretos
de este momento. Simple, directo, terreno. Uno nunca sabe, por ejemplo, cuánto va
a durar con la pareja, ni si tiene o no proyección; uno no tiene idea. Uno puede
tener deseos; pero, ¿qué está pasando ahora? ¿Qué está pasando ahora? ¿Qué
quiero ahora? ¿Me caes bien? ¿Me caes mal? Quiero que duermas en otra parte
hoy, o qué… Me dan ganas de acercarme, tengo ganas de abrazarte, sí o no, o
sencillamente no te soporto y necesito aire… Eso es hoy, no hay para qué especular
con ninguna cosa futura, y esto tiene que ver con bajar a tierra. Y la verdad del
momento es simple y no implica drama de ningún tipo.
8

Alice: Y si decimos la cosa más directa en el momento, no nos quedamos con


resentimientos que luego salen en forma indirecta…

Alejandro: Y uno tiene que darse cuenta de todas las cosas indirectas que uno ha
hecho, porque el otro las percibe; con una cosa indirecta, el otro se siente
presionado, agredido o lo que sea. Entonces, asumir tiene que ver con decir, “Esta
es mi situación, esto es lo que yo quiero. Tú no te has movido… ni yo tampoco. Yo por lo
menos me voy a hacer cargo de mi parte, y si tú quieres seguir quedándote congelado, es
problema tuyo, pero yo me voy a mover”. Más que decir, “Muévete idiota, para que yo me
mueva”, porque eso es una frescura, y además es frustrante, porque quién sabe si el
otro se va a mover.

En realidad, pensándolo, tuve varias parejas realmente bien histéricas, que me


revolvieron, que me confundieron tanto la psique que aprendí harto. Con eso
aprendí a discriminar lo esencial de lo que son todas estas cosas, este humo que es
lo que usualmente aparece. Las histéricas son muy didácticas: a uno como que lo
centran. ¡O se centra o suena, una de dos! (risas) No te queda otra que aprender a
reconocer y aceptar tu sensación, tu verdad: si no lo haces, te sientes llevado de la
nariz por cosas de otra persona, que no entiendes ni compartes. Entonces, cuando
en una pareja hay un estallido, generalmente tiene que ver con una acumulación
de frustraciones, con una acumulación de hacerse el leso o con una acumulación de
esperar que el otro se mueva.

Y entonces: vitalizarse, uno; estar presente, dos -se pueden mezclar, por supuesto-.
Esto tiene que ver con responsabilidad, con dejarse sentir, con observar, con
mirarse, con lograr observar sus juicios… porque ésos son una traba tremenda.
Tenemos tantos juicios con nosotros mismos que realmente nos podemos entrabar
en eso. Hay que objetivarlos: mirar los juicios y volver a mirarlos y no quedarse
entrampado en ellos, porque te tiñen todo. Te tiñen todo. Tengo la imagen de que
estás tratando de mirar objetivamente lo que ocurre y aparecen los juicios; es como
si intentaras llevar a cabo un delicado experimento químico y aparecen payasos,
monos y una horda de niños saltándote sobre la cabeza; estás tratando de
concentrarte y ver las cosas y ya no ves nada con todo ese ruido y movimiento...
eso son los juicios, te tiñen todo, ya no estás viendo nada, porque tu percepción
está nublada. Ya no estás viendo, estás viendo tu juicio; y si te dejas engatusar por
el juicio, no estás viendo la realidad, no estás viendo las cosas como son.

Y lo otro es la honestidad radical. Absolutamente radical. Y no sé si ustedes nos


creen respecto a todo lo que los hemos estimulado a soltar la firme, completa. ¿Por
qué lo hacemos? Porque tu honestidad refleja en qué estás. Y a nosotros nos
interesa que eso salga, que se muestre, que lo acepten, que lo puedan reconocer, en
forma total y absoluta. Entre ustedes, con nosotros, con ustedes mismos, con su
familia, sus amigos, sus parejas. Y de nuevo: éste es el lugar para practicar eso.
Pueden ser honestos con su jefe, pero probablemente habrá menos aceptación.
9

Aquí pueden ser absolutamente honestos y nosotros vamos a reforzar eso. Y en eso
olvídense de esa basura que llaman mentiras “blancas” o que “no quieren producir
dolor”, etcétera. Eso es pura basura.

Y esos dos niveles son exigibles en este Postítulo. Aún nos falta pulir el proceso de
la evaluación. No hemos tenido ese aspecto claro, pero eso es exigible: esto no es
un curso académico. Y pusimos las cartas sobre la mesa al principio: ¡no podemos
dejar que salga alguien aprobado de aquí si sigue siendo un zombie, ciego como
topo!

Alice: Y eso no significa no dar oportunidades…

Alejandro: ¡Obviamente! Y no estamos diciendo que vamos a exigir una presencia


total, y con su energía despierta a chorros. Pero que la cosa se mueva; que no salga
alguien tal como entró. ¿Para qué sirvió entonces todo, si todo lo que hablamos se
los podemos mandar por correo en cualquier minuto? Entonces, eso siento que es
exigible.

Ahora, hay un tercer nivel que no es exigible, por supuesto, que eso lo toma el que
quiere, que es ya de frentón apasionarse con despertar. A nosotros nos interesa la
expansión de la consciencia, por eso el Instituto se llama así, se llama Instituto de
Expansión de la Consciencia Humana, nos interesa expandir la consciencia, nos
interesa que las cosas no se queden en lo normal, en el establishment, que uno
busque su potencial, que uno se abra lo más posible. A eso no los podemos obligar,
obviamente. Porque alguien puede decir, “Ya, lo estoy pasando fantástico, todo el resto
no me interesa y quiero seguir con las pautas sociales, portarme bien, etc.”. Ya, pues…
pero si estás más vital y estás un poco más presente, bueno, OK.

Pero, por ejemplo, hay un grupo que lleva ya como seis años con nosotros en Viña:
obviamente, esas personas de verdad quieren algo más. No es que sean superiores,
y en realidad a veces se traban en cosas muy básicas. Pero nos interesa fomentar
ese anhelo por algo más, porque es nuestro interés. No estamos hablando por
hablar. Nos interesa el despertar. Obviamente, hemos movido cosas en nosotros,
nos hemos expuesto, hemos hecho muchas cosas. Y no por un afán académico, no
por un afán de saber más, sino que de verdad porque creemos en algo más, que de
hecho no tiene un estado final estático. Cualquier estado que uno logre… hay más.
Cada vez que uno dice, “¡Al fin! Ya llegué, se acabó el problema, lo estoy pasando bien”.
De acuerdo, pásenlo bien, pero más allá hay mucho más.

Pregunta: Te refieres a realizar el potencial, a tu sentido de vida…

Alejandro: Como lo decía Paul Lowe, se trata de que la consciencia sea tu


prioridad todo el rato… la consciencia. Yo me demoré un poco en entender de qué
estaba hablando, pero tú puedes tener distintas prioridades: puedes tener la
prioridad de la seguridad, de mantener tu peguita, de mantener la pareja, de
10

mantener todo ordenadito, de mantener la imagen, de mantener la cordura, la


compostura o el control… ahora, estoy mencionando todas estas cosas al lote, pero
fíjense un poco en su forma de vida, ¡y verán que uno está todo el rato tratando de
mantener esas cosas! De no parecer demasiado rayado, de mantener el control,
mantener la imagen, que no crea la gente que tengo los cables pelados… -algo muy
importante en Chile-. Y bueno, si eso es prioritario a la consciencia, a que de veras
estés jugándotela por algo que es más allá, que tiene que ver con la trascendencia,
con estar más alerta, más vivo aquí… ¡estás cagado! Eres otro eslabón en el
sistema.

Entonces, no puedo decir que yo esté todo el rato optando por eso, para nada.
Digamos que es una prioridad importante, una prioridad que está presente con
una cierta persistencia, que no me deja tranquilo. La verdad, a estas alturas no
podría llevar una vida muy normal. Ni quiero, ni me interesa. ¡Por ningún motivo!
Vida normal significa echarse en los laureles, que la peguita, que la tradición… No
tiene que ser una vida rayada, se trata de las prioridades. Algunos de ustedes han
dejado sus trabajos y ven la reacción de los demás: ¡todo el mundo cacarea! Tengo
una paciente a quien todo el mundo le cacareó porque se separó de su pareja -
porque necesitaba un rato para verse a sí misma-; ahora volvió y todo el mundo se
puso a cacarear de nuevo… todo el mundo tratando de que todo se quede igual.

Entonces, eso es lo que uno tiene que contrarrestar: uno tiene que jugársela por
aquello que le está pasando. Honestamente. Eso no más.

Alice: Otra cosa que tiene que ver. A principios de año nos comenzamos a dar
cuenta de lo enredados que estamos con esto de la acreditación de los psicólogos.
Porque no es tan fácil unir lo que nosotros queremos con el asunto de la
acreditación. Entonces hemos hecho todo tipo de experimentos. Cuando Alejandro
fue a presentar lo que hacemos para optar a su Magister en la Universidad del
Mar, en Marzo del 2004 -fue muy bonito ver que estaba la gente que ha estado más
años con nosotros, de Viña-, y dijo “Somos una escuela mística”… ése fue un salto.
Fue un salto para nosotros, porque siempre nos ha interesado el misticismo, y
hemos tratado de conectar con gente que está metida en eso, o con gente que tiene
algo extraordinario. Ana María Noé, por ejemplo. Entonces, somos más que un
Postítulo, esto es un alero también y más sustancialmente para buscadores.

Así que cuando Alejandro dijo esto, yo empecé a sentir un permiso para empezar a
soltar, y que no quiere decir que no vayamos a hacer todo lo necesario para que se
cumplan los requisitos, pero el énfasis está más bien en que cada uno de los que
está aquí se transforme, hasta donde quiera transformarse. Porque ése ha sido el
camino nuestro. Ha sido tener como modelos a gente que es más total, o más
persistente, o que tiene cosas que son super valiosas… y sobre todo que son
honestos. Todos los que nos han inspirado son radicalmente honestos.
11

Alejandro: No sé cómo están recibiendo esto, quizás lo sienten como una exigencia.
Como algunos saben, estuve siete años con Rajneesh (Osho), y no estoy diciendo
que allí todo el mundo estuviera enfocado en esto; de hecho, creo que no. Creo que
muchos estaban ahí sólo por la diversión. Pero había una cosa de entusiasmo…
Cuando yo estaba en la comunidad en Alemania, nos llegaba todos los días el
discurso suyo en video, con un día de atraso. Todos los días daba un discurso,
hasta 1980 y desde 1984 en adelante. Y en un momento, dio un mensaje a las otras
comunidades repartidas por el resto del mundo. Dijo, “Traigan a su gente aquí y aquí
se van a encender (catch fire)”. Y eso era así, y no sé cómo transmitirlo… era un
entusiasmo, una pasión… también había una devoción con él, todos estábamos
absolutamente rayados, obnubilados, con él; pero había una pasión por la
posibilidad de cambio, por la vida, por la posibilidad de vivir de otro modo, la
posibilidad de transformación… que era algo que muchos estábamos viviendo ya,
no sólo como una posibilidad. Y eso era contagioso. Y eso es algo que uno puede
tomar, que puede encenderlos a ustedes con su propia pasión.

Ahora, por supuesto que hay que sobreponerse a toda la falta de fe, a toda la
frustración, a toda la sensación de que no se puede, de que no es posible, de que yo
por lo menos no puedo, a toda la desesperanza… todas esas cosas hay que irlas
enfrentando. Pero es un estado perfectamente posible, perfectamente posible. Y
esta pasión no solamente la vi ahí, la vi en otros momentos, en otra gente. Y en este
momento yo la tengo más viva: esta intensidad, “Sí, se puede vivir así”. Entonces,
no es una presión, es un deseo y una invitación a que agarren vuelo. No por
nosotros; por ustedes, Y que hablemos de todas sus trabas y todas sus dificultades
para agarrar vuelo; de toda su falta de fe, de todo su desaliento, de todas sus
frustraciones antiguas, de que por último creen que estamos rayados, y volados y
que esto no existe y que estamos hablando tonteras. Lo que sea: ver las trabas.
Cuando uno ve a los niños… ese entusiasmo es lo que a todos nos mataron. Ese
entusiasmo, esa cosa que tienen los niños, que no paran… ¿Y dónde está eso en
todos nosotros? Bueno, no está; y entonces ¿dónde están las trabas?

Y lo primero que les sugerimos, entonces, es que digan, expresen, comuniquen,


hablen, saquen… es una manera simple, no necesitan hacer la Dinámica, no
necesitan hiperventilarse… saquen lo que les está pasando. Es la primera forma,
más fácil, más simple, de que empiecen a mover estas cosas que están atoradas. En
todo momento, en todo lugar, independientemente de lo que estamos haciendo,
independientemente de que digamos, “Ahora digan qué esta pasando”, no. Lo que
está pasando en el minuto, pónganlo. “Estoy enojado contigo”. Ya. Nos interrumpen,
¿y qué importa? Somos bastante flexibles, hemos estado en situaciones que nos han
desarrollado bastante la flexibilidad. Y es importante aclarar que no nos referimos
a una supuesta “honestidad” que consista en vaciarse irresponsablemente sobre los
otros, no; no fomentamos la agresión ni la irresponsabilidad. Pero sí nos interesa
que sean verdaderos y transparentes, que comuniquen honestamente lo que
sienten unos respecto a otros; no en forma agresiva, sino que haciéndose
12

claramente cargo de que sus sentimientos son suyos, no es la otra persona la que se
los ha provocado.

Este es un punto muy delicado que merece mayor explicación. Comúnmente


confundimos “honestidad” con lanzarle a otra persona todos los juicios y
proyecciones que se nos vengan a la cabeza; cuando hay un poco más de reflexión,
tomamos consciencia de que precisamente puede tratarse de proyecciones, así que
no expresamos nada y somos deshonestos. Lo que proponemos es un camino
mixto: expresar lo que vemos, pensamos y enjuiciamos responsablemente,
asumiendo que puede que sean sólo proyecciones, pero las expresamos igual como
lo que nos está pasando. Y de verdad, el otro no nos genera la ira ni los celos; ésos
son sentimientos que están en nosotros, y lo que el otro hace es a lo más
detonarlos. Así que tratamos de mantener eso en mente: lo que sentimos es
nuestro, no son características del otro. Y es así como lo expresamos: como
nuestras percepciones, nuestros comentarios internos, nuestros juicios, nuestras
reacciones respecto a la conducta del otro, no como lo que el otro me genera. Y el
efecto de eso es que las relaciones se limpian y se hacen transparentes, y
comenzamos a tomarnos menos en serio nuestras percepciones y juicios. Y
entonces puede surgir una verdadera aceptación de quiénes somos y de quién es el
otro.

También podría gustarte