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por Laura Knight-Jadczyk

28 de noviembre de 2005
del Sitio Web Cassiopaea
traducción de Adela Kaufmann
versión original en ingles

Andrew M. Lobaczewski
Nov. 2005

La Patocracia es una enfermedad de grandes movimientos sociales, seguidos por sociedades


enteras, naciones e imperios. En el curso de la historia humana, ha afectado a movimientos
sociales, políticos y religiosos, así como a las ideologías que los acompañan… convirtiéndolas en
caricaturas de ellos mismos... Esto ocurrió como resultado de la … participación de agentes
patológicos en un similar proceso patodinámico.

Eso explica porqué todas las patrocacias en el mundo son y han sido tan similares en sus
problemas esenciales.

…Identificando este fenómeno a través de la historia, y calificándolo de acuerdo a


su verdadera naturaleza y contenidos – no de acuerdo a la ideología en cuestión, (la
cual sucumbió al proceso de caricaturización) – es una labor para historiadores. […]

Las acciones [de la patocracia] afectan a una sociedad entera, comenzando con los líderes,
infiltrando toda ciudad, negocio e institución. La estructura social patológica gradualmente cubre el
país entero, creando una “nueva clase” dentro de esa nación.

Esta clase privilegiada [de patócratas], se siente permanentemente amenazada por los “otros”, es
decir por la mayoría de la gente normal. Los patócratas tampoco entretienen ninguna ilusión
acerca de su destino personal, de haber un retorno al sistema del hombre normal.
Andrew M. Lobaczewski
Political Ponerology: A science on the nature of evil adjusted for political purposes
(Ponerología Política: Una ciencia sobre la naturaleza de mal ajustada para propósitos políticos)

La palabra “psicópata” generalmente evoca imágenes apenas refrenadas – sin embargo sorprendentemente
urbanas de la fama del Dr. Hannibal Lecter en “El Silencio de los Inocentes”. Yo admito que esta fue la imagen
que vino a mi mente cada vez que escuchaba la palabra.

Pero estaba equivocado, e iba a aprender muy dolorosamente esta lección por experiencia directa. Los detalles
exactos están escritos en otra parte; lo importante es que esta experiencia fue probablemente uno de los
episodios más dolorosos e instructivos de mi vida, y me habilitó para sobreponer un bloqueo en mi conciencia
del mundo a mí alrededor, y de aquellos que lo habitan.

Con respecto a la conciencia, necesito declarar, a título de indicación, que he pasado 30 años estudiando
psicología, historia, cultura, religión, mito y lo supuestamente llamado paranormal. Yo también he trabajado
durante muchos años con hipnoterapia – lo cual me dio un buen conocimiento mecánico de cómo la
mente/cerebro del ser humano opera a niveles muy, pero muy profundos. Pero aun así, yo todavía estaba
operando con ciertas creencias firmemente en su lugar, y éstas se convirtieron en añicos debido a mi
investigación sobre la psicopatía. Realicé que había cierto juego de ideas que yo sostenía acerca de los seres
humanos que eran sacrosantos.

Incluso hasta escribí acerca de esto una vez, de la siguiente manera:

…mi trabajo me ha demostrado que la vasta mayoría de las personas quieren hacer el bien, para
experimentar buenas cosas, pensar Buenos pensamientos y hacer decisiones con Buenos
resultados. También intentan con toda su fuerza hacerlo así. Con la mayoría de la gente teniendo
este deseo interno, ¿porqué no está sucediendo?

Era muy ingenuo, lo admito. Había muchas cosas que no sabía, que he aprendido desde esas palabras. Pero
aun en ese tiempo, yo estaba consciente de cómo nuestras propias mentes pueden ser usadas para
engañarnos.

Ahora, ¿Qué creencias sostenía yo que me hicieron víctima de un psicópata? La primera y más obvia es que yo
realmente creía muy dentro de mi que todas las personas eran básicamente “buenas”, y que todas,

“querían hacer el bien, experimentar cosas buenas, pensar buenos pensamientos y hacer
decisiones con buenos resultados. Y que intentan con toda su fuerza hacerlo…”

Pues sucede que esto no es verdad, y cuando yo – y todos los implicados en nuestro grupo de trabajo –
aprendimos, para nuestro dolor, como dicen ellos, pero también para nuestra edificación. Para llegar a alguna
comprensión sobre que clase de ser humano exactamente podría hacer las cosas que estaban haciéndome (y a
otros cerca de mí), y que es lo que podría motivarlos – incluso conducidos – a comportarse de esta manera,
comenzamos a investigar la literatura sobre psicología para encontrar pistas, porque necesitábamos
comprenderlo, para nuestra propia paz mental.

Si hay alguna teoría psicológica que pueda explicar una conducta viciosa y dañina, ayuda mucho para la víctima
de tales actos el tener esta información, para que no tengan que pasar todo el tiempo sintiéndose heridos o
enojados. Y ciertamente, si hay una teoría psicológica que ayude a una persona a encontrar que clase de
palabras o hechos puedan servir de puente sobre el abismo entre las personas, para sanar malos entendidos,
esto es también una meta que vale la pena. Fue desde tal perspectiva que comenzamos nuestro extensivo
trabajo en los temas de narcisismo que nos condujeron, entonces, al estudio de la psicopatía.

Por supuesto, no comenzamos con tal “diagnóstico” o etiqueta para lo que estábamos atestiguando.

Comenzamos con observaciones, y buscamos en la literatura pistas de perfiles, de cualquier cosa que pudiera
ayudarnos a comprender el mundo interno de un ser humano – realmente un grupo de seres humanos – que
parecían ser totalmente depravados y nada parecidos a cualquier otra cosa que hayamos encontrado antes.

Imagine – si usted puede – no tener conciencia alguna, para nada, ninguna sensación de
culpabilidad o remordimiento, sin importar lo que usted haga, ninguna sensación de límites o
preocupación por el bienestar de extraños, amigos o aun miembros de la familia. Imagínese,
ninguna lucha con la vergüenza, ni siquiera una tan sola en toda su vida, sin importar que clase de
acción egoísta, perezosa, dañina o inmoral usted haya tomado.

Y pretender que el concepto de responsabilidad es desconocido para usted, excepto como carga
que otros parecen aceptar sin cuestionar, como bobos crédulos.

Ahora agregue a esta extraña fantasía la capacidad para encubrir de la gente que su maquillaje
psicológico es radicalmente diferente del de ellos. Puesto que todo el mundo asuma que la
conciencia es universal entre los seres humanos, esconder el hecho de que al estar libre de
conciencia es algo que no requiere esfuerzo alguno.

Ustedes no se detienen para conseguir lo que desean por vergüenza o culpa, y nunca son
confrontados por otros por su sangre fría. El agua helada en sus venas es tan bizarra, tan
completamente fuera de su experiencia personal, que raras veces siquiera adivinan su condición.

En otras palabras, están completamente libres de restricciones internas, y en su completa libertad,


hacen solo lo que les place, sin punzadas de conciencia, y convenientemente invisibles para el
mundo.

Pueden hacer cualquier cosa, y aun así, su extraña ventaja sobre la mayoría de personas,
quienes son mantenidas a raya por sus propias conciencias, casi siempre permanece sin
descubrir.

¿De que manera vivirán su vida?

¿Qué harán con su enorme y secreta ventaja, y con el correspondiente “daño o faltante” de otras
personas (conciencia)?

[...] La respuesta dependerá en gran parte en lo que sea que fuesen sus deseos, porque las
personas no son todas iguales. Aun los que son profundamente inescrupulosos no son iguales.
Algunas gentes – ya sea tengan o no conciencia – favorecen la facilidad de la inercia, mientras
que otras están llenas de sueños y salvajes ambiciones. Algunos seres humanos son brillantes y
talentosos, otros son insulsos-ingeniosos, y la mayoría, con o sin conciencia, están en alguna
parte en medio de esto. Los hay violentos y no violentos, individuos que están motivados por la
lujuria de la sangre y aquellos que no tienen ninguno de estos apetitos. Si no se les pone paro
fuertemente, pueden hacer cualquier cosa que sea.

Si nacen en el momento adecuado, con algún acceso a fortuna familiar, y tienen talento especial
para azotar para azotar el odio de otras personas y el sentido de privación, pueden lograr matar
grandes números de gente que ni sospecha. Con suficiente dinero, pueden lograr esto desde
lejos, y sentarse a observar con satisfacción, mientras están a salvo. [...]

Locos y atemorizantes – y reales en aproximadamente el 4% de la población…

La proporción de predominio para los desórdenes anoréxicos alimenticios está estimado ser de un
3.34%, condenado a ser casi epidémico, y así, esta figura es una fracción más baja que la
proporción de personalidades antisociales. Los desórdenes de alto perfil, calificados como
esquizofrenia ocurren en solamente cerca del 1% de la población – un cuarto de la tasa de
personalidades antisociales – y los Centros para Prevención y Control de Enfermedades dicen
que la tasa de cáncer del colon en los Estados Unidos, considerada “alarmantemente alta” es
cerca de un 40 por cada 100,000 – cien veces más baja que la tasa de personalidades
antisociales.

La alta incidencia de sociopatía en la sociedad humana tiene un profundo efecto en el resto de los
que debemos vivir en esta planeta también, aun aquellos de nosotros quienes no hemos sido
clínicamente traumatizados. Los individuos que constituyen este 4% drenan nuestras relaciones,
nuestras cuentas bancarias, nuestros logros, nuestra auto-estima, nuestra misma paz en la tierra.

Sorprendentemente, muchas personas no conocen nada acerca de este desorden, o si lo hacen,


piensan en el solamente en términos de psicopatía violenta – asesinos, asesinos en serie,
asesinos de masas – gente que ha roto la ley muchas veces, y que, si los pillan, serán puestos en
prisión, talvez aun condenados a morir por nuestro sistema legal.

No estamos comúnmente conscientes, ni usualmente identificamos el gran número de psicópatas


no-violentos entre nosotros, gente que a menudo no rompen la ley evidentemente, y contra los
cuales nuestro sistema legal formal nos suministra muy poca defensa.

La mayoría de nosotros no nos imaginamos ninguna correspondencia entre la concepción de un


genocidio étnico y, digamos, la falta de culpabilidad para mentirle al jefe acerca de algún
compañero de trabajo. Pero la correspondencia psicológica nos solamente está allí; es
escalofriante. Simple y profundo, el vínculo es la ausencia del mecanismo interno que nos golpea
emocionalmente hablando, cuando tomamos una opción que vemos como inmoral, no-ética,
descuidada o egoísta.
La mayor parte de nosotros nos sentimos levemente culpables si nos comemos el último pedazo
de pastel en la cocina, ya no se diga lo que sentiríamos si intencional o metódicamente
lastimamos a otra persona.

Aquellos que no tienen conciencia para nada son un grupo en sí, ya sean tiranos homicidas o
meramente crueles emboscadotes sociales.

La presencia o ausencia de conciencia es una profunda división humana, discutiblemente más


significativa que la inteligencia, raza o aún género.

Lo que diferencia a un sociópata que vive del trabajo de otros del que ocasionalmente roba
tiendas de conveniencia, o del que es un contemporáneo barón de robo - o bien, lo que hace la
diferencia entre un asesino matón ordinario y un asesino sociópata – n o es nada más que el
estatus social, el intelecto, lujuria de sangre o simple oportunidad. Lo que distingue a toda esa
gente del resto de nosotros es un espacio totalmente vacío en la psiquis, donde debería estar la
función humanizadora más evolucionada de todas.
Martha Stout
The Sociopath Next Door
(El Vecino Sociópata)

Nosotros no tuvimos la ventaja del libro de la Dra. Stout al comienzo de nuestro proyecto de investigación.

Por supuesto, sí tuvimos a Hare, Checkley y Guggenbuhl-Craig y otros. Todavía hay más que han aparecido en
los últimos años, en respuesta a las preguntas formuladas por muchos psicólogos y psiquiatras acerca del
estado de nuestro mundo y la posibilidad de que haya alguna diferencia esencial entre tales individuos como
George W. Bush y muchos de los llamados Neocones, y el resto de nosotros.

El libro de la Dra. Stout tiene una de las más largas explicaciones del porqué ninguno de sus ejemplos se
parece a cualquier persona real que y haya leído antes. Y entonces, en un capítulo muy al principio, ella
describe un caso “compuesto” en donde el sujeto pasó su niñez haciendo explotar ranas con pólvora.

Es ampliamente conocido que George W. Bush hizo esto, así es que uno naturalmente se pregunta…

En cualquier caso, aun sin el trabajo de la Dra. Stout, al momento en que estábamos estudiando la materia, nos
dimos cuenta que lo que estábamos aprendiendo era muy importante para todos, porque al ensamblar la
información, vimos que las pistas, los perfiles, revelaban que lo que estábamos enfrentando, todo el mundo lo
enfrentaba también, en cualquier momento, en mayor o menor grado.

También comenzamos a darnos cuenta que los perfiles que emergieron también describen algo exactamente a
muchos individuos que buscan posiciones de poder en campos de autoridad, más particularmente la política y el
comercio. Esto realmente no es una idea que nos sorprenda, pero, honestamente no nos hubiera ocurrido hasta
que vimos los patrones y los reconocimos en las conductas de numerosas figuras históricas, y últimamente
incluyendo a George W. Bush y miembros de su administración.

La estadística actual nos dice que hay más gente psicológicamente enferma que gente sana. Si usted toma un
muestreo de individuos en ningún campo dado, es casi seguro que encontrará un número significativo de ellos
desplegando síntomas patológicos a un grado u otro. La Política no es la excepción, y por su misma naturaleza,
tenderían a atraer más del “tipo dominador” patológico que en otros campos.

Eso es lógico, y comenzamos a realizar que no solo era lógico, era horriblemente exacto; horrorizante porque la
patología entre la gente en el poder puede tener efectos desastrosos sobre todas las personas bajo el control de
tales individuos patológicos.

Por eso decidimos escribir acerca de este tema y publicarlo en el Internet.

Al subir el material a la Internet, comenzaron a llegar cartas de nuestros lectores, agradeciéndonos por ponerle
nombre a lo que les estaba sucediendo a ellos en sus vidas personales, así como ayudándoles a entender lo
que está pasando en un mundo que parece haberse vuelto completamente loco.

Nosotros comenzamos a pensar que era epidémico en cierto sentido, y estábamos en lo correcto. Solo que no
de la manera que pensábamos. Si un individuo con una enfermedad muy contagiosa trabaja en un puesto que
los coloca en contacto con el público, el resultado es una epidemia. De la misma manera, si un individuo en una
posición de poder político es un psicópata, el o ella pueden crear una epidemia de psicopatología en personas
que no son esencialmente psicopáticas. Nuestras ideas a lo largo de esta línea pronto habrían de recibir
confirmación de una fuente inesperada.

Recibí un correo electrónico de un psicólogo polaco, quien escribió como sigue:


Estimados señores y señoras:
Tengo su Proyecto de Investigación Especial sobre psicopatía en mi computadora. Ustedes están
hacienda un trabajo muy importante y valioso para el futuro de las naciones. […]

Soy un psicólogo clínico de muy avanzada edad. Hace cuarenta años tome parte en una
investigación secreta de la verdadera naturaleza y psicopatología del fenómeno macro-social
llamado “comunismo”. Los otros investigadores fueron los científicos de la generación anterior,
que ahora ya murieron.

El estudio profundo de la naturaleza psicopatía, la cual jugó una parte esencial e inspiracional en
este fenómeno psicopatológico macro-social, y distinguirlo de otras anomalías mentales, parece
que fue la preparación necesaria para el entendimiento de la naturaleza entera del fenómeno.

La mayor parte del trabajo que usted está hacienda ahora fue hecha en esos tiempos. …

Puedo suministrarle el documento científico más valioso, útil para sus propósitos. Es mi libro,
“PONEROLOGÍA POLÍTICA – Una ciencia sobre la naturaleza del mal ajustada para propósitos
políticos” (POLITICAL PONEROLOGY – A science on the nature of evil adjusted for political
purposes). Usted también puede encontrar una copia de este libro en la Biblioteca del Congreso, y
en algunas bibliotecas públicas y de universidades en los Estados Unidos.

Por favor contácteme para poder enviarle una copia por correo.

Muy atentamente,
Andrew M. Lobaczewski

Puntualmente le escribí una contestación, y unas semanas más tarde me llegó el manuscrito por correo.

Al leerlo, realicé que lo que estaba sosteniendo en mis manos era esencialmente una crónica de un descenso al
infierno, transformación y un retorno triunfal al mundo, con el conocimiento de que el infierno no tenía precio
para el resto de nosotros, particularmente en estos días y tiempo, cuando parece evidente que un infierno
general está envolviendo al planeta.

Los riesgos que fueron tomados por el grupo de científicos que realizaron la investigación en la cual se basó
este libro están más allá de la comprensión para la mayoría de nosotros.

Muchos de ellos eran jóvenes comenzando sus carreras cuando los Nazis comenzaron a marchar en sus botas
de cien ligas a través de Europa. Estos investigadores vivieron eso, y cuando los nazis fueron expulsados y
reemplazados por los comunistas, bajo los talones de Stalin, ellos enfrentaron años de opresión, similar a los
cuales aquellos entre nosotros ahora, que estamos escogiendo ponerle paro al Reich de Bush ni siquiera
imaginamos. Y así, puesto que estaban allí, tuvieron que pasar por esto y trajeron información para el resto de
nosotros, la cual podría bien salvar nuestras vidas para tener un mapa que nos guíe en la oscuridad
descendiente.

Es en este contexto que me gustaría traer al tema de cómo el Dr. Lobczewski discute el valor del estudio
cercano y clínico del mal en este libro, antes de que vayamos al tema de la Ponerología:

Esta nueva ciencia es incalculablemente rica en detalles casuistas… Contiene conocimiento y una
descripción del fenómeno en las categorías de la visión natural del mundo, correspondientemente
modificada de acuerdo con la necesidad de aprender [muchos] temas…

El desarrollo de esta familiaridad con el fenómeno va acompañado por desarrollo del lenguaje
comunicativo, por medio del cual la sociedad puede mantenerse informada y emitir advertencias
de peligro. Un tercer lenguaje, pues, aparece a lo largo del lenguaje ideológico de doble sentido …
en parte, presta los nombres usados por la ideología oficial en sus significados modificados y
transformados. En parte también, este lenguaje opera con palabras prestadas de bromas todavía
más vívidamente circulantes.

A pesar de ser tan extraño, este lenguaje se vuelve un medio muy útil de comunicación, y juega
una parte regenerando los vínculos sociales. … Sin embargo, a pesar de los esfuerzos en la parte
de literatura y de periodistas, este lenguaje permanece comunicativo solamente adentro; se
vuelve hermético hacia afuera del alcance del fenómeno, e incomprensible a la gente que carece
de la apropiada experiencia personal. […]

Esta nueva ciencia, expresada en lenguaje derivado de una realidad desviada, es algo extraño
para las personas que desean entender este fenómeno macro-social, pero piensa en las
categorías de los países de gente normal. El intentar comprender esta lengua produce cierta
sensación de desamparo, la cual da lugar a levantar la tendencia de crearse doctrinas propias,
construidas de los propios conceptos de nuestro propio mundo, y una cierta cantidad de material
de propaganda patocrático apropiadamente co-optado. Tal doctrina – un ejemplo sería la doctrina
Estadounidense anti-comunista – hace aun más difícil entender esa otra realidad. La objetiva
descripción puede ser aducida aquí para permitirles superar y salir del impase engendrado. [...]

Vale la pena señalar el rol específico de ciertos individuos durante tales tiempos; ellos participaron
en el descubrimiento de la naturaleza de esta nueva realidad, y ayudaron a otros a encontrar el
camino correcto. Ellos tienen una naturaleza normal, peor tuvieron una niñez desafortunada,
siendo sujetos muy temprano, a la dominación por individuos con varias desviaciones
psicológicas, incluyendo el egotismo patológico y métodos para aterrorizar a otros. El nuevo
sistema de poder golpeó a esta gente como una multiplicación social a gran escala, de lo que
ellos sabían de su experiencia individual.

Desde el mismo principio, ellos vieron esta realidad mucho más prosaicamente, tratando
inmediatamente la ideología de acuerdo con las historias paralogísticas bien conocidas a ellos,
cuyo propósito era disfrazar la amarga realidad de sus experiencias de juventud. Pronto
alcanzaron la verdad, puesto que el génesis y la naturaleza del mal son análogos con
independencia de la escala social en la cual aparece.

Tales personas son raramente comprendidas en sociedades felices, pero allí se volvieron útiles;
sus explicaciones y consejos probaron ser exactos, y fueron transmitidos a otros que se unían al
trabajo en red de esta herencia no perceptiva. Sin embargo, su propio sufrimiento fue duplicado,
puesto que esto fue demasiado de un tipo de abuso muy similar para manejarlo en una sola vida.

Finalmente, la sociedad ve la aparición de individuos que han recolectado excepcionales


percepciones intuitivas y conocimiento práctico en el área de cómo piensan los patócratas, y cómo
opera tal sistema de reglas.

Algunos de ellos llegan a ser tan expertos en el lenguaje irregular del psicópata y su idiomática,
que pueden hasta utilizarlo, bastante como un lenguaje extranjero que hayan aprendido bien.
Puesto que ellos han de descifrar las intenciones de la autoridad, tales personas ofrecen consejo
a la gente que está teniendo problemas con las autoridades. Estos abogados generalmente
desinteresados de la sociedad de personas normales, juegan un papel irremplazable en la vida de
una sociedad.

Los patócratas, sin embargo, nunca pueden aprender a pensar en categoría de gente normal. Al
mismo tiempo, la habilidad para predecir las maneras de reaccionar de tal autoridad también
conduce a la conclusión que el sistema es rígidamente causativo y que carece de la libertad
natural de opción. […]

Una vez me refirieron a un paciente quien había sido un interno en un campo de concentración.
Ella regresó de ese infierno en tal excepcionalmente Buena condición que todavía fue capaz de
casarse y tener tres hijos. Sin embargo, sus métodos de crianza de niños eran tan
extremadamente con mano de hierro, en cuanto a que eran demasiado reminiscentes de la vida
del campo de concentración, que perseveraba tan obstinadamente en personas que habían
estado prisioneros. La reacción de los hijos fue de protesta neurótica, y agresividad en contra de
otros niños.

Durante la psicoterapia de la madre, recordamos las figures de oficiales femeninos y masculinos


de la SS en su mente, señalando sus características psicopáticas (tales personas fueron reclutas
principales.) Para ayudarle a eliminar su material patológico de su persona, le suministré con
información aproximada sobre la aparición de tales individuos dentro de la población general. Esto
le ayudó a alcanzar una visión más objetiva de esa realidad, y reestablecer la confianza en la
sociedad de gente normal. …

Paralelo al desarrollo de conocimiento práctico y de un lenguaje de comunicación del iniciado, otro


fenómeno psicológico toma forma; ellos son verdaderamente significativos en la transformación de
vida social bajo una regla patocrática, y discernirlos es esencial si uno quiere entender a
individuos y naciones condenados a vivir bajo tales condiciones, y a evaluar la situación en la
esfera política. Ellos incluyen la inmunización psicológica de la gente y su adaptación a la vida
bajo tales condiciones irregulares.

Los métodos de terror psicológico (el específico arte patocrático), las técnicas de arrogancia
patológica y el progreso de maltrato hacia las almas de otras personas, inicialmente tiene tales
efectos traumáticos, que las personas son privadas de su capacidad para una reacción útil y con
propósito; Yo ya he aducido los aspectos psico-fisiológicos de tales estados.
Diez o veinte años más tarde, el comportamiento análogo puede reconocerse como bufonería, y
no priva a la víctima de su habilidad de pensar y reaccionar de forma útil. Sus respuestas son
usualmente estrategias muy bien pensadas, sacadas de la posición de la superioridad de una
persona normal, y a menudo atadas al ridículo. Uno puede ver el sufrimiento y aun la muerte a los
ojos con la calma requerida. Una peligrosa arma cae fuera de las manos del gobernante.

Tenemos que entender que este proceso de inmunización no es meramente el resultado del
incremento de conocimiento práctico del fenómeno macro-social descrito arriba. Es el efecto de de
muchas capas y de un proceso gradual de crecimiento en conocimiento, familiarización con el
fenómeno, creación de hábitos reactivos apropiados y auto control, con una concepción general y
principios morales que se están trabajando para mientras. Después de varios años, el mismo
estímulo que anteriormente causó una fría impotencia espiritual o parálisis mental, ahora provoca
el deseo de hacer gárgaras con algo fuerte como para deshacerse de esta inmundicia.

Hubo una época cuando muchas personas soñaban con encontrar alguna píldora que les hiciera
más fácil aguantar el ocuparse de las autoridades o atender las sesiones de adoctrinamiento
forzado, generalmente presididas por un carácter sicopático. Algunos antidepresivos, de hecho,
provocaron los efectos deseados. Veinte años más tarde, esto había sido olvidado
completamente.

Cuando fui arrestado por primera vez en 1951, los métodos de confesión a la fuerza, como fuerza
bruta, arrogancia y métodos psicopáticos casi me privaron enteramente de mis capacidades de
auto-defensa. Mi cerebro paró de funcionar solo después de unos pocos días de arresto sin agua.
Ni siquiera estaba consciente que había sido provocado a propósito, y que las condiciones que
permiten la auto-defensa, de hecho sí existen. Ellos hicieron conmigo lo que quisieron.

Cuando me arrestaron por última vez en 1968, fui interrogado por cinco funcionarios de seguridad
que se veían feroces. En un momento en particular, después de pensar a través de sus
reacciones predichas, yo dejé que mi mirada tomara cada cara secuencialmente con gran
atención.

El más importante de ellos me preguntó,

“¿Qué es lo que tienes en mente, que nos estás viendo de esa manera?”

Yo contesté sin ningún miedo a las consecuencias:

“Solo pensaba del porqué tantos de la carrera de ustedes, caballeros, terminaban en


un hospital psiquiátrico.”

Por un momento se quedaron estupefactos, con lo cual el mismo hombre exclamó,

“¡Porque es un trabajo tan endemoniadamente horrible!”

“Soy de la opinión que es todo lo contrario”, le respondí calmadamente.

Luego fui llevado de regreso a mi celda.

Tres días más tarde tuve la oportunidad de hablar con el, pero esta vez el fue mucho más
respetuoso. Luego el ordenó que me sacaran – hacia afuera, como resultó. Yo me monté en el
tranvía, pasando mi casa a un gran parque, todavía incapaz de creerle a mis ojos. Una vez en mi
habitación, me acosté en la cama; el mundo no era muy real para mi todavía, pero las personas
que están exhaustas se quedan dormidas fácilmente.

Cuando desperté, dije en voz alta:

“Querido Dios, no estás supuesto a estar a cargo de este mundo?!”

Por ese tiempo, yo sabía que no solamente hasta ¼ de todos los oficiales de la policía secreta
iban a parar a hospitales psiquiátricos. También sabía que su “enfermedad ocupacional” es una
demencia congestiva, antes encontrada solamente entre las Viejas prostitutas. El humano no
puede violar los sentimientos naturales humanos dentro de el sin impunidad, sin importar que
clase de profesión tiene. Desde este punto de vista, el Camarada Capitán estaba parcialmente en
lo cierto. Sin embargo, al mismo tiempo mis reacciones se habían vuelto resistentes, un lejano
grito de lo que habían sido diecisieta años antes.

Todas estas transformaciones de la conciencia humana y de la inconciencia resultan en


adaptaciones individuales y colectivas para vivir bajo tales sistemas. Bajo condiciones alteradas
del material y las limitaciones morales, surgen recursos que se preparan para superar muchas
dificultades.

Una nueva red de la sociedad de personas normales es también creada para auto-ayuda y
asistencia mutual.

Esta sociedad actúa en concierto, y está enterada de la verdadera situación de las cosas;
comienza a desarrollar maneras de influenciar varios elementos de autoridad y de lograr metas
que son socialmente útiles. …La opinión de que la sociedad está totalmente privada de cualquier
influencia sobre el gobierno en tal país es, sin embargo, inexacta. En realidad la sociedad sí co-
gobierna hasta cierto grado, a veces con éxito y a veces fallando en su intento de crear
condiciones de vida más tolerables. Esto, sin embargo, ocurre de manera totalmente diferente de
lo que sucede en los países democráticos.

Esos procesos: la inmunización cognitiva, psicológica y la adaptación permiten la creación de


nuevos vínculos sociales interpersonales, que operan dentro del alcance de la gran mayoría que
ya hemos llamado la “sociedad de la gente normal.” Estos vínculos se extienden discretamente
hace el mundo de la clase media del régimen, entre gente en la que se puede confiar hasta cierto
punto…

El intercambio de información, advertencias y asistencia abarca a la sociedad entera. Quienquiera


que sea capaz de hacer esto le ofrece ayuda a cualquier persona que se encuentre en problemas,
a menudo de tal manera que la persona que recibe la ayudo no sabe quien se la brindó. Sin
embargo, si causó su desgracia por su propia carencia de precaución circunspecta con respecto a
las autoridades, el lo recibe con reprobación, pero no con la ayuda recibida.

Es posible crear tales lazos porque esta nueva división de la sociedad da solamente una limitada
consideración a factores tales como el nivel de talento o educación, o tradiciones unidas a las
antiguas capas sociales. Ni la reducida diferencia de prosperidad disuelve estos lazos. Una parte
de esta división contiene aquellos de la cult8ura mental más alta, gente simple y ordinaria,
intelectuales, especialistas que trabajan con su cabeza, trabajadores de fábricas y campesinos,
unidos por la protesta común de su naturaleza humana en contra de la dominación de una
experiencia para-humana y métodos gubernamentales.

Estos lazos engendran entendimientos interpersonales y sensaciones de compañerismo entre


personas y grupos sociales antes divididos por diferencias económicas y tradiciones sociales. Los
procesos de pensamiento al servicio de estos lazos son de un carácter más psicológico, capaz de
comprender las motivaciones de otros. Al mismo tiempo, el pueblo ordinario mantiene respeto
para personas que han sido bien educadas y que representan valores intelectuales. Ciertos
valores sociales y morales también aparecen, y pudieran probar ser permanentes.

El génesis, sin embargo, de esta gran solidaridad interpersonal solo se vuelve comprensible una
vez que ya sepamos la naturaleza del fenómeno macro-social patológico, el cual trajo consigo la
liberación de tales actitudes, completamente con el reconocimiento de la propia humanidad y
aquella de los demás.

Otra reflexión se sugiere, cuan diferentes son estos grandes lazos de la competitiva sociedad
estadounidense…

Este trabajo es tan importante que creo que cada ser humano debería de leerlo, para su propia seguridad e
higiene mental. Voy a presentar aquí algunos importantes extractos del libro, que pronto estará disponible en su
totalidad.

Del Prefacio del autor:

Al presentarle a mis honorables lectores este volumen, en el cual generalmente trabajé en las
tempranas horas antes de irme a ganar la vida, me gustaría primero disculparme por los defectos,
los cuales son el resultado de circunstancias anómalas, tales como la ausencia de un laboratorio
apropiado. Admito que estas lagunas deben de ser llenadas, aunque consuman tanto tiempo,
porque los hechos sobre los cuales se basa este libro son urgentemente necesitados. No es falla
del autor, pero esta información ha venido demasiado tarde.

El lector tiene el derecho a una explicación de la larga historia y circunstancias bajo las cuales se
ha compilado este trabajo. Esta es la tercera vez que he tratado el mismo tema. El primer
manuscrito lo tire al horno de calefacción, habiendo sido advertido justo a tiempo acerca de una
búsqueda oficial, la cual tuvo lugar minutos más tarde. El segundo borrador lo envié a un
dignatario de una Iglesia en el Vaticano por medio de un turista estadounidense, y fui
absolutamente incapaz de obtener ninguna clase de información acerca del destino del paquete,
una vez se fue con el.
Esta… historia … hizo que el trabajo de la tercera versión fuera más laborioso. Los párrafos y
frases anteriores, a partir de ambos borradores frecuentan la mente del escritor y hacen más difícil
el planeamiento apropiado del contenido.

Los dos primeros borradores fueron escritos en un lenguaje muy retorcido, para el beneficio de
especialistas con la base necesaria, particularmente en el campo de la psicopatología. La
irrecuperable desaparición de la segunda versión también incluía la mayor parte de datos
estadísticos y hechos, los cuales han sido tan valiosos y conclusivos para especialistas. Algunos
análisis de casos individuales también fueron perdidos.

La presente versión contiene solo os datos que habían sido memorizados debido a su frecuente
uso, o que podían ser reconstruidos con precisión satisfactoria. […] También guardo la esperanza
que este trabajo pueda alcanzar una audiencia más amplia y que haga accesible aluna
información científica útil que pueda servir como base para la comprensión del mundo
contemporáneo y su historia. También pueda hacer más fácil para los lectores entenderse a sí
mismos, a sus vecinos y a otras naciones.

¿Quien produjo el conocimiento y ejecutó el trabajo resumido dentro de las páginas de este libro?
Es un esfuerzo común que contiene, no solo mis esfuerzos, sino que también representa el
trabajo de muchos investigadores…

El autor trabajó en Polonia, muy lejos de los centros de actividad política y cultural durante
muchos años. Allí es donde tomé una serie de observaciones y pruebas detalladas, los cuales
debían ser combinados dentro de las generalizaciones resultantes, para producir una introducción
general para un entendimiento del fenómeno macro-social que nos rodea. El nombre de la
persona esperada a efectuar esta síntesis era un secreto, como era de entenderse
necesariamente, dado el tiempo y la situación. Muy ocasionalmente recibiría yo resúmenes
anónimos de los resultados de pruebas desde Polonia y Hungría. Poca información era publicada,
ya que así no levantaba sospechas de que se estaba compilando un trabajo especializado, y esta
información todavía puede ser ubicada ahora.

La síntesis prevista para este trabajo no se dio. Todos mis contactos se volvieron inoperables
como resultado de los arrestos secretos de investigadores a principio de los años sesenta. La
información científica restante que todavía tenía estaba muy incomplete, no obstante es de
incalculable valor. Tomó muchos años de trabajo solitario para soldar estos fragmentos hacia un
todo coherente, llenando las lagunas con mi propia experiencia e investigación.

Mi investigación sobre la psicopatía esencial y el excepcional papel que jugó en el fenómeno


macro-social fue conducido concurrentemente junto con, o poco después de aquel de otros. Sus
conclusiones me alcanzaron más tarde, y confirmaron las mías. El artículo más característico en
mi trabajo es el concepto general para una nueva disciplina científica llamada “Ponerología”.[…]

Como autor del trabajo final, por este medio expreso mi profundo respeto para todos aquellos que
iniciaron la investigación y continuaron condiciéndola, a riesgo de sus carreras, salud y vidas.
Pago homenaje a aquellos que pagaron el precio a través del sufrimiento o muerte. Que este
trabajo constituya alguna compensación por sus sacrificios…

Nueva York, N.Y. Agosto 1984

El Dr. Lobaczewski escapó a los Estado Unidos, donde reensambló y anotó su investigación antes de que la
solidaridad trajera la caída del comunismo en Polonia.

Lobaczewski agregó algunas palabras a su introducción:

Quince años pasaron, cargados con acontecimientos políticos. El mundo cambió esencialmente
debido a las leyes naturales del fenómeno descrito en su libro, y a los esfuerzos de las personas
de Buena voluntad. No obstante, el mundo todavía no se restaura a la Buena salud; y los restos
de la gran enfermedad siguen estando aun muy activos y amenazando la re-ocurrencia de la
enfermedad. Tal es el resultado de un gran esfuerzo completado sin el apoyo del conocimiento
objetivo acerca de la misma naturaleza del fenómeno. […]

El autor fue reconocido como el portador de esta “peligrosa” ciencia en Austria, por un “amistoso”
médico quien resultó ser un agente “rojo”. Los grupos comunistas en Nueva York fueron entonces
fijados a organizar una “contra acción”. Fue terrible saber cómo funcionaba el sistema de
empeños concientes e inconcientes. Lo peor eran las personas que crédulamente confiaron en
sus “amigos” concientes y ejecutaron las actividades insinuadas con celo patriótico.

Al autor le fue negada la ayuda, y tuvo que salvar su vida trabajando como soldador. Mi salud
colapsó, y fueron perdidos dos años. Parecía que yo no era el primero en venir a los Estados
Unidos trayendo un conocimiento similar, y, una vez allí, tratado en una forma similar.

A pesar de todas estas circunstancias, el libro fue escrito a tiempo, pero nadie lo publicaría. El
trabajo fue descrito como “muy informativo” pero para redactores psicológicos, contenía
demasiada política, y para editores políticos, contenía demasiada psicología, o simplemente “la
fecha límite editorial acaba de cerrar.” Gradualmente, se puso claro que el libro no pasaba la
inspección interna. […]

El valor científico que podría servir en el futuro permanece, y otras investigaciones podrían rendir
una nueva comprensión del problema humano, con progreso hacia una paz universal. Esta fue la
razón por la cual me tomé el trabajo de reescribir, en mi computadora, todo el manuscrito ya
descolorido. Está aquí presentado, y fue escrito en 1983-84 en Nueva York, Estados Unidos.

Dejémoslo ser un documento de una Buena ciencia y una peligrosa labor. El deseo del auto res
dar este trabajo en las manos de estudiosos, en la esperanza que tomarán esta carga y
progresarán con la investigación teórica en Ponerología – y que la pondrán en práctica para el
bien de las personas y naciones.

Polonia – junio de 1998

El Dr. Lobaczewski dejó los Estados Unidos y regresó a Polonia antes del 11 de septiembre de 2001. Pero sus
observaciones fueron proféticas:

No obstante, el mundo hasta ahora no se restaura a la buena salud; los recordatorios de la gran
enfermedad todavía están muy activos y amenazantes a la re-ocurrencia de la enfermedad.

¿Cual “ciencia peligrosa” llevaba el Dr. Lobaczewski consigo cuando escapó de la Polonia comunista?

El la llama “Ponerología”, que el diccionario define:

Una división de la Teológica que se ocupa del mal; doctrina teológica de perversidad o maldad; del
griego: poneros ->’mal’.

Pero el Dr. Lobaczewski no estaba proponiendo un estudio “teológico”, sino más bien un estudio científico de lo
que podríamos llamar simplemente Maldad. El problema es, nuestra cultura científica materialista no admite
fácilmente que realmente existe el mal por sí mismo. Sí, el “mal” juega una parte en el tratado religioso, pero
aun allí se le da una corta denominación como “error” o una “rebelión” que será corregida en algún punto en el
futuro, lo cual es discutido en otra división teológica: escatología, la cual se ocupa de los eventos finales en la
historia del mundo, el último destino de la humanidad.

Hay un buen número de psicólogos modernos quienes están realmente comenzando a moverse en la dirección
de lo que el Dr. Lobaczewski dijo que ya había sido hecho detrás de la Cortina de Hierro hace muchos años.
Tengo una pila de sus libros en mi escritorio. Algunos de ellos parecen estar cayendo en la perspectiva religiosa,
simplemente porque no tiene base científica en la cual sostenerse. En lo personal pienso que eso es
contraproducente.

Como George K. Simon, Jr. escribe en su libro “In Sheep’s Clothing“ (En Vestidos de Ovejas) [ALTAMENTE
recomendado]:

…Nosotros hemos sido programados a creer que la gente exhibe problemas de conducta
solamente cuando están “emproblemados” por dentro, o ansiosos por algo. También hemos sido
ensañados que la gente agrede solamente cuando son atacados de alguna manera. Así, aun
cuando nuestro sexto sentido nos dice que algo está atacándonos, y por ninguna buena razón,
nosotros realmente no aceptamos la noción.

Generalmente comenzamos a preguntarnos que es lo que tanto le está molestando a la persona


“en el fondo”, que la hace actuar de tal manera tan perturbadora. Incluso podríamos aún
preguntarnos que es lo que podríamos haber dicho o hecho para que se sintieran “amenazados”.
Nosotros casi nunca pensamos que podrían simplemente estar peleando para conseguir algo, o
que se haga lo que ellos quieren o bien ganar la delantera. Así, pues, en vez de verlos como
meramente peleando, los vemos sobre todo como lastimando de cierta manera.

No solamente tenemos a menudo problemas reconociendo las maneras en que otra gente nos
agrede, sino que también tenemos dificultad en discernir el carácter distintivamente agresivo de
algunas personalidades. El legado del trabajo de Sigmund Freud tiene mucho que ver con esto.
Las teorías de Freud (y hay teorías de otros que construyeron sobre su trabajo) influenciaron en
gran manera, durante mucho tiempo la psicología de la personalidad.

Los elementos de las teorías clásicas de personalidad encontraron su camino hacia muchas
disciplinas además de la psicología, así como dentro de muchas instituciones sociales y
empresas. Los dogmas básicos de éstas teorías y su sello distintivo de construcción, la neurosis
se ha grabado fuertemente en la conciencia del público.

Las teorías psicodinámicas de personalidad tienden a ver a todos, por lo menos hasta algún
grado, como neuróticos. Los individuos neuróticos son gente sobre inhibida que sufren de miedo
irracional (ansiedad), culpa y vergüenza cuando se trata de asegurar sus deseos y necesidades
básicas.

El impacto maligno de sobre generalizar las observaciones de Freud acerca de un pequeño grupo
de individuos sobre-inhibidos hacia un amplio juego de suposiciones acerca de las causas de la
mala salud psicológica en todos, no puede ser exagerada. […]

Los terapeutas cuyo entrenamiento los ha sobre-adoctrinado en la teoría de la neurosis, pudiera


“enmarcar” incorrectamente los problemas que se les presentan. Ellos pudieran, por ejemplo,
asumir que una persona, quien toda su vida ha buscado agresivamente independencia, y ha
demostrado poca afinidad con otros, necesariamente deberá estar “compensando” por un “miedo”
de la intimidad. En otras palabras, ellos verán a un peleador endurecido como un corredor
atemorizado, así percibiendo mal la realidad básica de la situación. […]

Necesitamos un marco teórico completamente diferente, si hemos de entender verdaderamente, y de ocuparnos


y tratar la clase de gente que pelea demasiado en comparación a aquellos que se acobardan o “corren”
demasiado.

El problema es, por supuesto, que cuando usted lee todos esos libros sobre personas como el Dr. Simon está
describiendo, usted descubre que “tratamiento” realmente significa tratar a las víctimas porque tales agresores
casi nunca buscan ayuda.

Regresando al Dr. Lobaczewski. Le escribí para pedirle más detalles en cuanto al porqué este importante
trabajo era generalmente desconocido. Que cual era el significado de su observación:

“Parecía que no era yo el primero en venir a los Estados Unidos trayendo un conocimiento similar,
y, una vez allí, fui tratado de manera similar.”

El contestó por correo:

[…] Hace años, la publicación del libro en los Estados Unidos fue matada por el Sr. Zbigniew
Brzezinski de una manera muy astuta. Su motivación solamente puedo adivinarla. ¿Fue su propia
estrategia privada, o actuó el como un iniciado del “gran sistema”, como seguramente lo es?
¡Cuántos billones de dólares y cuántas vidas humanas le ha costado al mundo la carencia de esta
ciencia. […]

En cuanto a quien estuvo involucrado en este trabajo: en esos tiempos, tal trabajo pudo haberse
hecho solamente bajo total secreto. Durante la ocupación alemana, aprendimos a nunca
preguntar nombres, aunque era bien conocido entre nosotros que esta era una comunicación
internacional entre algunos científicos.

Yo puedo decirles que un científico húngaro fue muerto por su trabajo en este proyecto, y en
Polonia, el profesor Stephan Blachowski murió misteriosamente mientras trabajaba en estas
investigaciones. Es una certeza que el profesor Kasimir Dabrowski estaba activo en el estudio,
siendo un experto en psicopatía.

El escapó a los Estados Unidos, y en Nueva York se convirtió en objeto de hostigamiento, como lo
fui yo. El fue a Canadá y trabajó en la Universidad en Edmonton.

Después de leer el trabajo de Lobaczewski, es fácil entender porqué Brzezinski lo suprimió. Es porque expone
a los Neocons y a los Patócratas tan completamente que no podían permitir que se propagara. También podría
ser que lo usaron como manual para poder “tirar la lana” sobre los ojos de las masas.

Continuando con el libro de Lobaczewski:


Patocracia

Cuando yo era un joven, leí un libro acerca de un naturalista vagando a través de la Cuenca de la
selva del Amazonas. En algún momento, un pequeño animal cayó de un árbol sobre su nuca,
desgarrando dolorosamente su piel y succionando su sangre. El biólogo cuidadosamente lo quitó
– sin enojo, puesto que esa era su forma de alimentarse – y procedió a estudiarlo
cuidadosamente. Esta historia se pegó obstinadamente en mi mente durante esos tiempos tan
difíciles, cuando un vampiro cayó sobre nuestras nucas, succionando la sangre de una infeliz
nación.

La actitud de un naturalista – quien procura rastrear la naturaleza del fenómeno macro-social a


pesar de toda adversidad – aseguró cierta distancia intelectual y mejora la higiene psicológica,
también levemente incrementando la sensación de seguridad y guardando una premonición que
este método podría ayudar a encontrar cierta solución creativa. Esto requirió controlar los reflejos
naturales, moralizantes de revulsión y de otras dolorosas emociones que provoca este fenómeno
en cualquier persona normal cuando es privada de su alegría de vivir y su seguridad personal,
arruinando su propio futuro y aquel de su nación. La curiosidad científica se vuelve un leal aliado
durante tales tiempos.

Ya podrá el lector imaginarse un muy largo pasillo en algún viejo edificio universitario gótico.
Muchos de nosotros nos reuníamos allí temprano en nuestros estudios para escuchar las
conferencias de notables filósofos. Fuimos reunidos allí el año antes de la graduación, para
escuchar las conferencias de adoctrinamiento que recientemente habían sido introducidas.
Alguien que nadie conocía apareció detrás del conferencista, y nos informó que el sería ahora el
profesor.

Su discurso era fluido, pero no tenía nada de científico: el falló en distinguir entre los conceptos
científicos y los diarios, y trató pensamientos promedio como si fuesen sabiduría que no podía
ponerse en tela de duda. Durante noventa minutos cada semana, el nos inundaba con visiones de
la realidad humana que eran ingenuas, presuntuosas y patológicas paralogísticas. Fuimos
tratados con desdén y un odio escasamente controlado. Puesto que el empuje de la diversión
podría exigir terribles consecuencias, teníamos que escuchar atentamente y con la más extrema
seriedad.

La uva del vino pronto descubrió los orígenes de esta persona. El venía de un suburbio en
Cracovia y fue a la escuela secundaria, aunque nadie supo si se graduó. De todas formas, esta
fue la primera vez que el cruzaba los portales universitarios – como un profesor, ¡en eso! […]

Después de tal tortura mental, tomó un largo tiempo para que alguien quebrara el silencio. Nos
estudiamos a nosotros mismos, puesto que sentíamos que algo extraño había tomado posesión
de nuestras mentes, y algo valioso estaba filtrándose irremediablemente. El mundo de la realidad
psicológica y valores morales parecía suspendido como una niebla helada.

Nuestra solidaridad estudiantil y sentimientos humanos perdieron su significado, como también el


patriotismo y nuestros viejos criterios establecidos. Así que nos preguntábamos unos a otros: “¿Te
está sucediendo esto también a ti?” Cada uno de nosotros experimentó esta preocupación sobre
su propia personalidad y futuro de su propia manera. Algunos de nosotros contestamos las
preguntas con silencio. La profundidad de esas experiencias resultó ser diferente para cada uno
individualmente.

No obstante nos preguntábamos cómo protegernos a nosotros mismos de los resultados de este
“adoctrinamiento”.

Teresa D. hizo la primera sugerencia: Pasemos un fin de semana en las montañas. Esto funcionó.
Compañía placentera, un poco de bromas, luego cansancio, seguido por un profundo sueño en un
refugio, y nuestras personalidades humanas regresaron, no obstante, con cierto remanente. El
tiempo también probó crear una especie de inmunidad psicológica, aunque no con todos.
Analizando las características psicopáticas de la personalidad del “profesor” probó ser una
excelente manera de proteger la propia higiene psicológica.

Apenas se podrán imaginar nuestra preocupación, decepción y sorpresa cuando algunos colegas
que conocíamos bien repentinamente comenzaron a cambiar su visión del mundo; sus patrones
de pensamiento más allá nos recordaban aquella cháchara del “profesor”. Sus sentimientos, los
cuales recientemente habían sido amistosos, se volvieron notoriamente más frías, aunque todavía
no hostiles. Los argumentos críticos o benevolentes de los estudiantes salían rebotando de ellos.
Daban la impresión de poseer algún conocimiento secreto; nosotros éramos solamente sus
antiguos colegas, que creíamos todavía aquello que nos enseñaron aquellos antiguos profesores.
Teníamos que ser cuidadosos con lo que les decíamos a ellos.
Nuestros antiguos colegas pronto se unieron al Partido. ¿Quiénes eran ellos? ¿De que grupos
sociales vinieron? ¿Que clase de estudiantes y personas eran ellos? ¿Cómo y porqué cambiaron
tanto en menos de un año? ¿Porqué ni yo ni la mayoría de mis compañeros estudiantes
sucumbimos a este fenómeno y proceso? Muchas de esas preguntas revoloteaban a través de
nuestras cabezas entonces.

Esos tiempos, preguntas y actitudes dieron lugar a la idea que este fenómeno podría ser
objetivamente comprendido, una idea cuyo mayor significado se cristalizó con el tiempo. Muchos
de nosotros participamos en las observaciones y reflexiones iniciales, pero la mayor parte se
desmenuzó frente a los problemas materiales o académicos. Solo pocos quedamos; así, el autor
de este libro podría ser el último de los Mohicanos.

Fue relativamente fácil determinar los ambientes y el origen de las personas que sucumbieron a
este proceso, el cual yo, entonces, llamé “transpersonificación”. Ellos venían de todos los grupos
sociales, incluyendo familias aristocráticas y fervientemente religiosas, y causó un rompimiento en
nuestra solidaridad estudiantil en un orden de algún 6%. La mayoría restante sufrió varios grades
de desintegración de personalidad, lo cual dio cabida a esfuerzos individuales en la búsqueda de
los valores necesarios para encontrarnos a nosotros mismos nuevamente; los resultados fueron
variados, y a veces creativos.

Incluso entonces, nosotros no teníamos dudas en cuanto a la naturaleza patológica de su proceso


de “transpersonificación”, el cual transcurrió de manera similar, pero no idéntica en todos los
casos. La duración de los resultados de éste fenómeno también variaban. Algunas de estas
personas más tarde se volvieron fanáticos. Otros más tarde tomaron ventaja de varias
circunstancias para retirarse y reestablecer sus lazos perdidos hacia a sociedad de personas
normales. Ellos fueron reemplazados. El único valor constante del nuevo sistema social era el
número mágico del 6%.

Intentamos evaluar el nivel de talento de esos colegas que habían sucumbido al proceso de
transformación de personalidad, y llegamos a la conclusión que en promedio, era levemente más
bajo que el promedio de la población estudiantil Su menor resistencia obviamente residía en otras
características bio-psicológicas, las cuales eran muy probablemente cualitativamente
heterogéneas.

Tuve que estudiar temas lindando con psicología y psicopatología para contestar las preguntas
que surgían de nuestras observaciones; descuido científico en estas áreas probó ser un obstáculo
difícil de superar. Al mismo tiempo, alguien guiado por un conocimiento especial, al parecer
desocupó las bibliotecas de todo lo podríamos haber encontrado en el asunto.

No es de extrañarse porqué hoy en día, cualquier grupo buscando suministrar este mismo
conocimiento a otros sería etiquetado como “culto”.

Analizando estos acontecimientos ahora en retrospectiva, podríamos decir que el “profesor”


estaba poniendo cebo sobre nuestras cabezas, pasado en conocimiento psicológico específico
sobre psicópatas. El sabía de antemano que pescaría individuos sensibles, pero el limitado
número lo decepcionó. El proceso de transpersonificación generalmente se arraigaba siempre que
el substrato instintivo de un individuo estaba marcado por palidez o algún déficit. A menor grado
también trabajó entre gente que manifestaba otras deficiencias, también el estado provocado
dentro de éstos fue parcialmente inestable, siendo en gran parte el resultado de inducción
psicopatológica.

Este conocimiento acerca de la existencia de individuos susceptibles y cómo trabajar en ellos


continuará siendo una herramienta para la conquista del mundo mientras permanezca siendo el
secreto de tales “profesores”. Cuando se convierta en ciencia hábilmente popularizada, ayudará a
las naciones a desarrollar inmunidad. Pero ninguno de nosotros sabía eso en ese tiempo.

Sin embargo, debemos admitir que demostrando las propiedades de la patocracia a fin de
forzarnos a una experiencia profundizada, el profesor nos ayudó a entender la naturaleza del
fenómeno en un alcance más grande que muchos verdaderos investigadores científicos
participando en este trabajo, de una manera u otra. […]

La visión natural del mundo psicológico, social y moral es producto del proceso de desarrollo del
hombre dentro de una sociedad, bajo la constante influencia de sus valores innatos. Ninguna
persona puede desarrollarse sin ser influenciado por otras personas y sus personalidades, o por
los valores imbuidos por su civilización y sus tradiciones morales y religiosas. Eso es porqué su
visión del mundo no puede ser ni universal de verdadera.

Así, pues, es significativo que los valores principales de su opinión humana del mundo sobre la
naturaleza indican semejanzas básicas a pesar de grandes lapsos de tiempo, raza y civilización.
Es sugerido, pues, que “la visión humana del mundo” se deriva de la naturaleza de nuestra
especie y la experiencia natural de las sociedades humanas que han alcanzado un cierto nivel
necesario de civilización. Los refinamientos basados en valores literarios o en reflexiones morales
y filosóficas indican algunas diferencias, pero generalmente hablando, tienden a juntar el lenguaje
conceptual natural de varias civilizaciones y eras.

La gente con una educación “humanística” puede tener la impresión que ha alcanzado la
sabiduría, pero aquí es donde abordamos el problema; debemos preguntar lo siguiente: Aun si la
opinión natural del mundo ha sido refinada, ¿refleja esto la realidad con suficiente confiabilidad? O
refleja solamente la percepción de nuestra especie? ¿Hasta que grado podemos depender de él
como base para la toma de decisiones en las esferas individual, política y social de la vida?

La experiencia nos ensaña, primero que nada, que esta opinión natural del mundo tiene
tendencias permanentes y características hacia la deformación dictada por nuestros rasgos
instintivos y emocionales. Segundo, nuestro trabajo nos expone a muchos fenómenos que no
pueden ser entendidos ni descritos por la lengua natural solamente.

Considerando la tendencia deformante de la realidad, notamos que esos rasgos emocionales, que
son un componente natural de la personalidad humana nunca son completamente apropiados a la
realidad que está siendo experimentada. Esto resulta tanto de nuestro instinto como de las
condiciones de crianza. Esto es porqué las mejores tradiciones de pensamientos filosóficos y
religiosos han aconsejado la sumisión de las emociones para alcanzar una visión más exacta de
la realidad.

Otro problema es el hecho que nuestra opinión natural del mundo está generalmente
caracterizada por una tendencia a dar nuestras opiniones con juicios morales, a menudo tan
negativos como para representar indignación o furia. Esto apela a tendencias que están
profundamente enraizadas en la naturaleza humana y las costumbres sociales.

A menudo nos encontramos con gente sensible, dotada con una bien desarrollada opinión natural
del mundo en lo que se refiere a los aspectos psicológicos, sociales y morales, frecuentemente
refinados por medio de influencias literarias, deliberaciones religiosas y reflexiones filosóficas.
Tales personas tienen una pronunciada tendencia a sobrevalorar su opinión del mundo. Ellos no
toman en cuenta el hecho que su sistema también puede ser erróneo, puesto que no es
suficientemente objetivo.

Permitamos llamar a tal actitud un egotismo de la opinión natural del mundo. Hasta la fecha, ha
sido el tipo menos pernicioso de egotismo, siendo meramente una sobre estimación de aquel
método de comprensión que contiene los valores eternos de la experiencia humana.

Hoy, sin embargo, el mundo está siendo comprometido por un fenómeno que no puede ser
entendido ni descrito por medio de tal lenguaje natural conceptual; esta clase de egotismo, pues,
se vuelve un factor de peligro, sofocando la posibilidad de algunas medidas contrarias.
Desarrollando y popularizando la opinión objetiva y psicológica del mundo podría expander mucho
el alcance de tratar con el mal por medio de acciones sensibles y contramedidas claramente
establecidas

Siempre desde épocas antiguas, los filósofos y pensadores religiosos que representaban varias
actitudes en diversas culturas han estado buscando la verdad referente a los valores morales,
intentando encontrar un criterio para lo que está bien, lo que constituye buen consejo. Ellos
describieron las virtudes del carácter humano y sugirieron que esto debía ser adquirido.

Ellos crearon una herencia… la cual contiene siglos de experiencia y reflexiones. A pesar de las
diferencias entre actitudes, la similitud o complementariedad de las conclusiones alcanzadas por
famosos antiguos son contundentes, aunque ellos trabajaron en tiempos y lugares totalmente
diferentes. Después de todo, cualquier cosa con valor está condicionada por las leyes de la
naturaleza actuando sobre las personalidades, tanto del ser humano individual como de las
sociedades colectivas.

Sin embargo, igualmente es provocativo para el pensamiento el ver cuan relativamente poco ha
sido dicho acerca del lado opuesto de la moneda, las causas y el génesis del mal. Estos asuntos
están usualmente disfrazados detrás de las conclusiones arriba generalizadas, con una cierta
cantidad de secreto. Tal estado de las cosas puede parcialmente ser atribuida a las condiciones
sociales y a las circunstancias históricas bajo las cuales estos pensadores trabajaron. Su modus
operandi pudiera haber sido dictado por lo menos en parte por el destino personal, las tradiciones
heredadas o aun por mojigatería. Después de todo, la justicia y la virtud son los opuestos de la
fuerza y la perversidad, igualmente aplica a la verdad versus la mentira, al igual que la salud es el
opuesto de la enfermedad.
El carácter y génesis del mal, permanece, pues escondido en las discretas sombras, dejándolo a
los dramaturgos que se ocupen del tema en su altamente expresivo lenguaje, pero éste no
alcanzó la fuente primaria del fenómeno. Un cierto espacio cognitivo, no obstante, permanece sin
investigar, un puñado de generalizaciones filosóficas y preguntas morales las cuales se resisten a
ser entendidas. […]

Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha soñado con una vida en la cual sus esfuerzos para
acumular beneficios puede ser recalcado por el descanso, tiempo durante el cual el goza de esos
beneficios. El aprendió cómo domesticar animales para acumular más beneficios, y cuando esto
ya no resuelve sus necesidades, aprendió a esclavizar a otros seres humanos, simplemente por
ser más poderoso y por poder hacerlo.

Sueños de una vida feliz de “más beneficios acumulados” para ser gozados, y más tiempo de ocio
en el cual gozarlos dio lugar a ejercer la fuerza sobre otros, una fuerza la cual pervierte la mente
de quien la usa. Esto es porqué los sueños de felicidad del hombre no se volvieron realidad a
través de la historia: la opinión hedonística de “felicidad” contiene las semillas de la miseria. El
hedonismo, la búsqueda de la acumulación de beneficios con el único propósito del propio
disfrute, alimenta el eterno ciclo en donde los buenos tiempos condujeron a malos tiempos.

Durante los buenos tiempos, la gente pierde de vista la necesidad para pensar, para la
introspección, el conocimiento de otros y un entendimiento de la vida. Cuando las cosas están
“bien”, la gente se pregunta si vale la pena considerar la naturaleza humana y los defectos en la
personalidad (ya sea la propia o la de otros). En los buenos tiempos, generaciones enteras
pueden crecer sin entendimiento alguno del significado creativo del sufrimiento, puesto que ellos
nunca lo han experimentado por ellos mismos.

Cuando todas las alegrías de la vida están allí para tomarlas, el esfuerzo mental para entender la
ciencia y las leyes de la naturaleza – para adquirir conocimiento que pueda no estar directamente
relacionado con acumular cosas – parece como una labor insustancial. Siendo “de mentalidad
saludable” y positiva – un buen deporte sin ninguna palabra descorazonadora – es visto como
algo bueno, y cualquiera que prediga consecuencias calamitosas como resultado de tal
indiferencia es etiquetado como un aguafiestas o un ave de mal agüero.

La percepción de la verdad acerca de la realidad, especialmente un verdadero entendimiento de


la naturaleza humana en todos sus rangos y permutaciones, deja de ser una virtud a ser
adquirida. Los escépticos pensativos son “entrometidos” que no pueden dejar de inmiscuirse. “No
lo arregles si no se ha roto”. Esta actitud conduce a un empobrecimiento del conocimiento
psicológico, incluyendo la capacidad de diferenciar las propiedades de la naturaleza humana y
personalidad, y la habilidad de moldear mentes sanas creativamente.

El culto al poder, sin embargo, suplanta los valores mentales y morales, tan esenciales para
mantener la paz mental por medios pacíficos. El enriquecimiento de una nación o su involución
respecto a su opinión psicológica del mundo puede ser considerada un indicador de si el futuro
será bueno o malo.

Durante buenas épocas, la búsqueda del significado de la vida, la verdad de nuestra realidad se
vuelve incómoda, porque revela factores inconvenientes. La eliminación inconsciente de
información que es, o parece ser inexacta, comienza a hacerse un hábito, una costumbre
aceptada por sociedades enteras. El resultado es que cualquier proceso de pensamiento basado
en tal información truncada no puede traer conclusiones correctas.

Esto, entonces, lleva a la sustitución de mentiras convenientes a uno mismo para reemplazar las
incómodas verdades, y de esta manera acercándose a los límites del fenómeno que debería ser
visto como psicológico.

Los hechos son que los “Buenos tiempos” para un grupo de personas han estado históricamente enraizados en
alguna injusticia a otros grupos de personas. En una sociedad así, donde todas las verdades escondidas están
al acecho, escondidas debajo de la superficie, como un témpano, el desastre está a la vuelta de la esquina.

Está claro que los Estados Unidos han experimentado un largo período de “buenos tiempos” para la mayor
parte de su existencia, (sin importar cuánta gente hayan tenido que oprimir o matar para hacerlo), pero
particularmente así durante los 50 años que le precedieron al 11 de Septiembre de 2001. Durante esos 50 años,
varias generaciones de niños nacieron, y los que nacieron al principio de ese tiempo, lo que nunca han conocido
“malos tiempos” están ahora en una edad donde quieren “disfrutar” los beneficios que han acumulado.

Desafortunadamente, no parece como si eso fuera a suceder; el 9/11 ha cambiado todo tan profundamente que
parece como si no habrá ningún disfrute para nadie durante un plazo muy, pero muy largo.
¿Cómo pudo suceder esto?

La respuesta es que el valor de las “buenas épocas” de unas pocas generaciones dio lugar al déficit social
descrito arriba, con respecto a las habilidades psicológicas y la crítica moral. Largos períodos de preocupación
con uno mismo y “acumulando beneficios” para uno mismo disminuye la capacidad de leer con exactitud el
ambiente y a otras personas.

Pero la situación es más seria que solo una debilidad generalizada de una sociedad que podría “ser endurecida”
con un poco de “épocas difíciles”.

Lobaczewski escribe:

Los rasgos psicológicos de cada una de esas crisis son únicos para la cultura y el tiempo, pero un
denominador común que existe al principio de esos “malos tiempos” es una exacerbación de la
condición histérica de la sociedad. La emotividad dominante en la vida del individuo, la colectiva y
política, combinada con la selección subconsciente y sustitución de información en el
razonamiento, conducen a un egotismo individual y nacional.

La manía de tomar las ofensas a pecho provoca constante venganza, tomando ventaja de la
hiper-irritabilidad y poca crítica por parte de otros. Es este rasgo, esta histerización de la sociedad
que la que capacita a los planeadores patológicos, encantadores de serpientes y otros primitivos
desviados a actuar como factores esenciales en los procesos del origen del mal a una escala
macro-social.

¿Quiénes son exactamente estos “organizadores patológicos” y que es lo que puede motivar a tales individuos
durante tiempos que son generalmente entendidos por otros como “buenos”? Si los tiempos son “buenos”,
¿porqué quisiera alguien urdir y generar el mal?

Bien, ciertamente, la actual administración estadounidense ha surgido con una respuesta:

“Nos odian por nuestras libertades”.

Este es un típico ejemplo de “selección y sustitución de información en el razonamiento” el cual es voluntaria y


alegremente aceptado como explicación por el público, debido a sus déficit de capacidades psicológicas y
crítica moral.

Lobaczewski:

Los filósofos actuales que desarrollan las meta-éticas están intentando presionar hacia adelante
en su comprensión, y el deslizarse y resbalar a lo largo del espacio elástico que conduce a un
análisis del lenguaje de ética, ellos contribuyen hacia la eliminación de algunas imperfecciones y
hábitos de la lengua conceptual natural. Sin embargo, es tentador para un científico penetrar en
este núcleo siempre-misterioso. […]

Si los médicos se comportasen como éticos y no pudieran estudiar enfermedades, porque están
solamente interesados en estudiar cuestiones de salud, no habría tal cosa como la medicina
moderna. […]

Los médicos estaban en lo correcto en su énfasis en estudiar las enfermedades sobre todo, para
poder descubrir las causas y propiedades biológicas de la enfermedad, y luego entender las
patodinámicas de sus cursos. Una comprensión de la naturaleza de una enfermedad, y el curso
que ésta toma, después de todo, capacita los medios curativos apropiados a ser elaborados y
empleados. […]

No obstante, surge la pregunta: ¿podría algún modus operandi análogo no ser usado para
estudiar las causas y el génesis de otras clases de males que azotan a individuos humanos,
familias y sociedades? La experiencia le ha enseñado al autor que el mal es similar a la
enfermedad en su naturaleza, aunque posiblemente más complejo y evasivo a nuestro
entendimiento. […]

Paralelamente al abordamiento tradicional, los problemas comúnmente percibidos como siendo


morales, también pueden ser tratados en base a la información provista por la biología, la
medicina y la psicología, ya que los factores de esta clase están simultáneamente presentes en la
cuestión como un todo. La experiencia nos ensaña que una comprensión de la esencia y génesis
del mal, generalmente hacen uso de información de éstas áreas. […]

El pensamiento filosófico puede haber engendrado todas las disciplinas científicas, pero este
último no maduró hasta que se independizó, basado en información detallada y en una relación
hacia otras disciplinas que suministran esta información.
Estimulado por el a menudo descubrimiento “coincidente” de estos aspectos naturalistas del mal,
el autor inició la metodología de la medicina; un psicólogo clínico y un compañero de trabajo que
es médico de profesión, él tenía, de todas maneras tales tendencias. Como en el caso de los
médicos y la enfermedad, él tomó los riesgos del contacto cercano con el mal, y sufrió las
consecuencias. Su propósito era comprobar las posibilidades de entender la naturaleza del mal,
sus factores etiológicos y rastrear sus patodinámicas. […]

Una nueva disciplina surgió: Ponerología. El proceso del génesis del mal fue llamado
correspondientemente “Ponerogénesis.” […]

Se pueden recoger considerables ventajas morales, intelectuales y practicas de la comprensión


del génesis del Mal, gracias a la objetividad requerida para estudiarla desapasionadamente. La
herencia humana sobre éticas no se destruye tomando tal acercamiento.: realmente se fortalece,
porque el método científico puede ser utilizado para confirmar los valores básicos de las
enseñanzas morales.

Entender la naturaleza de la patología macro-social nos ayuda a encontrar una actitud saludable y
al mismo tiempo proteger nuestras mentes de ser controladas o envenenadas con contenidos
enfermos y con influencias de su propaganda.

Solamente podremos conquistar este enorme y contagioso cáncer social si comprendemos su


esencia y sus causas etiológicas.

Tal comprensión de la naturaleza del fenómeno nos conduce a la conclusión lógica que las
medidas para sanar o reordenar el mundo hoy deberán ser completamente diferentes de las
usadas hasta ahora para resolver los conflictos internacionales. Es también verdad que,
meramente teniendo el conocimiento y conciencia del fenómeno del génesis del Mal macro-social
puede comenzar a sanar a humanos individualmente y ayudar a sus mentes a recuperar la
armonía. […]

Lobaczewski discute el hecho que los “malos tiempos” parecen tener un “propósito” histórico. Parece que el
sufrir durante tiempos de crisis conduce a una actividad mental dirigida a resolver o a terminar con el
sufrimiento. La amargura de la pérdida invariablemente conduce a una regeneración de valores y empatía.

Lobaczewski:

Cuando llegan los malos tiempos y la gente está abrumada por un exceso del mal, deberán
recoger todas sus fuerzas físicas y mentales para luchar por la existencia y proteger la razón
humana. La búsqueda de la salida de las dificultades y peligros re-enciende energías o
discreciones largamente enterradas. Tales personas tienen la tendencia inicial de confiar en la
fuerza, para contraatacar la amenaza.; ellos podría, por ejemplo, convertirse en “detonadores de
felicidad” (“trigger happy”) o dependientes de ejércitos.

Lenta y laboriosamente, sin embargo, ellos descubren las ventajas conferidas por el esfuerzo
mental; un mejorado entendimiento de las situaciones psicológicas en particular, mejor
diferenciación de los caracteres humanos y personalidades, y finalmente, la comprensión de los
adversarios. Durante tales tiempos, las virtudes que generaciones anteriores relegaron a motivos
literarios recuperan su sustancia verdadera y útil y se vuelven estimadas por su valor. Una
persona sabia, capaz de dar buen consejo es altamente respetada.

Parece que ha habido muchos de esos “malos tiempos” en el curso de la historia humana, y fue
durante tales tiempos que los grandes sistemas de éticas fueron desarrollados.
Desafortunadamente, durante los “buenos tiempos” nadie quiere escuchar acerca de ello. Ellos
quieren “disfrutar” las cosas, tener placer y experiencias placenteras, y así, cualquier literatura que
se relacione a esos tiempos se pierde, se olvida, es suprimida o ignorada. Esto conduce a más
desgaste de la corriente intelectual y abre una brecha para que los malos tiempos vengan de
Nuevo.

Si se hiciera una colección de todos los libros que describen los horrores de las guerras, las
crueldades de las revoluciones y los hechos sangrientos de líderes políticos y sistemas, la
mayoría de las personas evitarían tal biblioteca. En tal biblioteca, los antiguos trabajos serían
encontrados junto con libros escritos por historiadores contemporáneos y reporteros. La evidencia
documentada de la exterminación alemana y los campos de concentración, completa con datos
estadísticos secos, describiendo la “labor” bien-organizada de la destrucción de la vida humana,
sería observado que ésta usa un lenguaje apropiadamente tranquilo, y proporcionaría la base
para reconocer la naturaleza del mal.
La autobiografía de Rudolf Hess, el comandante de los campos en Osweicim (Auschwitz) y
Brzezinka, (Birkenau) es un ejemplo clásico de cómo siente y piensa un psicópata inteligente.

Nuestra biblioteca de la muerte incluiría trabajos filosóficos que discuten los aspectos sociales y
morales del génesis del Mal, mientras que usan la historia para justificar en parte las “soluciones”
empapadas de sangre.

La biblioteca mostraría al lector alerta una clase de evolución desde las actitudes primitivas, de
que está bien esclavizar y asesinar a la gente vencida, hasta el día presente, moralizando lo que
declara que tal conducta es barbárica y digna de condenación.

Sin embargo, a tal biblioteca le estaría faltando un tomo crucial: no habría un solo trabajo
ofreciendo suficiente explicación de las causas y procesos por los cuales se originan tales dramas
históricos, de cómo y porqué los seres humanos periódicamente se degeneran para convertirse
en locos sedientos de sangre.

Las viejas preguntas seguirían sin contestar: ¿Qué hizo que esto sucediera?

¿Lleva cada uno de nosotros las semillas del crimen dentro de sí, o solo algunos de nosotros?

Sin importar cuan fiel a los eventos, ni cual psicológicamente exactos puedan ser los libros
disponibles, no pueden contestar a esas preguntas ni pueden explicara totalmente el origen del
Mal.

Así, la humanidad está en gran desventaja, porque sin una explicación científica completa de los
orígenes del Mal, no hay posibilidad del desarrollo de suficientes principios efectivos para
contrarrestar el Mal.

La mejor descripción literaria de una enfermedad no puede producir un entendimiento de su


etiología esencial, y por eso no puede suministrar principios para tratamientos. De la misma
manera, las descripciones de tragedias históricas son incapaces de elaborar medidas efectivas
para contrarrestar el génesis, la existencia o la extensión del Mal.

Al usar el lenguaje natural para discutir conceptos psicológicos, sociales y morales, nosotros nos
encontramos con que solamente podemos producir una aproximación, lo cual nos conduce a una
irritante sospecha de desamparo.

Nuestro sistema ordinario de conceptos no está investido con el contenido factual necesario –
observaciones científicas acerca del Mal – lo cual permitiría una comprensión de la calidad de los
muchos factores (particularmente los psicológicos), los cuales están activos antes y durante el
nacimiento de las épocas crueles de la inhumanidad.

. Sin embargo los autores de algunos de los libros que encontraríamos en nuestra Biblioteca del
Mal tomaron mucho cuidado en infundir sus palabras con la precisión apropiada, como si
estuvieran esperanzados de que alguien, alguna vez, usaría sus registros para explicar lo que
ellos mismos no pudieron explicar, aun en el mejor lenguaje literario.

La mayoría de los seres humanos estarían horrorizados por tal literatura. Las sociedades
hedonísticas (auto-indulgentes) tienen una fuerte tendencia a estimular el escape hacia la
ignorancia o hacia doctrinas ingenuas. Algunas personas sienten, incluso, desprecio por el
sufrimiento de otros.

Es verdad que, rastreando los mecanismos de conducta del génesis del Mal, uno debe guardar el
aborrecimiento y el miedo bajo control, someterse a una pasión por la ciencia y desarrollar un
punto de vista tranquilo, necesario en la historia natural

Este libro aspira tomar al lector de la mano hacia un mundo más allá de los conceptos e
imaginaciones en los cuales ha confiado y usado desde la niñez. Esto es necesario, debido a los
problemas que enfrenta nuestro mundo, cosas que ya no podemos ignorar, o ignorar solo frente al
peligro de toda la humanidad. Debemos darnos cuenta que ya no somos capaces de distinguir el
camino a una catástrofe nuclear del camino a la dedicación creativa, a menos que entremos más
allá del mundo subjetivo de los bien-conocidos conceptos, y debemos también darnos cuenta que
este mundo subjetivo fue escogido por nosotros, por poderosas fuerzas en contra de las cuales
nuestra nostalgia por las ideas hogareñas, humanas, sobre calor y seguridad no cuadran.

El mal moral y psicobiológico está entrelazado por medio de tantas relaciones causales y mutuas
influencias, que solo puede ser separado por medios de la abstracción. Sin embargo, la capacidad
de distinguirlas cualitativamente nos protege de interpretaciones moralizantes que pueden
envenenar tan fácilmente la mente humana, de una manera insidiosa.
Los fenómenos macro-sociales del Mal, los cuales constituyen el objetivo más importante de este
libro parecen estar sujetos a las mismas leyes de la naturaleza que funcionan dentro de los seres
humanos a niveles individuales o de pequeños grupos. El papel de personas con varios defectos
psicológicos y anomalías de un bajo nivel clínico parecen ser una característica perenne de tal
fenómeno.

En el fenómeno macro-social donde el Mal funciona desenfrenado, la “Patocracia”, una cierta


anomalía hereditaria aislada como “psicopatía esencial” es catalítica y causativamente esencial
para el génesis y la supervivencia de tal estado. […].

Este último comentario es la clave para “grandes conspiraciones” de las cuales muchos están convencidos de
que no puede existir. El Dr. Lobaczewski discute las clases de individuos que forman una “Patocracia” o
“gobierno psicopático”, y más allá, el elabora detalles acerca de los psicópatas, basado en sus estudios y en los
estudios de aquellos con los cuales el estaba asociado, que nunca han sido abiertamente discutidos hasta
ahora, como puedo decirlo después de leer muchas miles de páginas de material en el tema generado, en el
Occidente.

Por otra parte, el Dr. Lobaczewski emprendió sus estudios “en el vientre de la bestia”, por así decirlo, con
“especímenes” vivos. El valor de tal estudio no puede ser exagerado.

Los procesos patológicos han tenido históricamente una profunda influencia en la sociedad humana, mucho
debido al hecho de que muchos individuos con caracteres deformados han desempeñado papeles
excepcionales en la formación de construcciones sociales. Es provechoso tener cierto fondo en esto.

El Dr. Lobaczewski escribe:

El tejido cerebral es muy limitado en su habilidad regeneradora. Si se daña y este cambio sana
posteriormente, toma lugar un proceso de rehabilitación, gracias al cual el tejido sano en la
vecindad toma la función de la porción dañada. Esta sustitución nunca es tan perfecta, así pues,
algunos déficits en lo que concierne a la habilidad y los procesos psicológicos apropiados pueden
ser detectados, aun en casos de un daño muy pequeño, usando las pruebas apropiadas.[…]

En cuanto a los factores patológicos de los procesos ponerogénicos, los daños perinatales o de la
temprana infancia tienen resultados más activos que los daños que ocurren más tarde.

En sociedades con asistencia médica altamente desarrollada, encontramos entre los grados más
bajos de las escuelas elementales, que de 5 a 7 % de los niños han sufrido lesiones en el tejido
cerebral, que causan ciertas dificultades académicas o conductuales.[…]

Esto es realmente un figura que causa miedo. Si nos damos cuenta que aun un porcentaje más
alto de las generaciones previas han sufrido lesiones en el tejido cerebral durante un tiempo
donde los cuidados médicos perinatales o neonatales no estaban altamente desarrollados, sin
mencionar el daño que pudiera sufrirse entre aquellas poblaciones ahora en donde tales cuidados
son todavía primitivos, podemos entender que mucho de nuestra propia cultura ha sido formada
por gente con daños cerebrales y nosotros nos enfrentamos con tratar con un mundo en el cual
individuos con daño cerebral tienen influencia importante en las construcciones sociales.

Tenga en mente que si su abuelo sufrió daño cerebral neonatal o perinatal, si esto afectó cómo el
crió a alguno de sus padres, esto afecta en cómo este padre lo crió a usted.

La Epilepsia constituye el resultado conocido más antiguo de tales lesiones; se observa en


relativamente pequeños números de personas que sufren tal daño. Los Investigadores en estas
materias están más o menos unánime en creer que Julio César y luego más tarde Napoleón
Bonaparte tenían ataques epilépticos. El grado hasta el cual estas dolencias tienen un efecto
negativo sobre sus caracteres y toma de decisiones histórica, o desempeñó un papel
ponerogénico, éste puede ser tema de un estudio por separado. En la mayoría de los casos, sin
embargo, la epilepsia es una dolencia evidente, la cual limita su papel como factor ponerogénico.

En una parte mucho más grande de los portadores de tejido cerebral dañado, la deformación
negativa de sus caracteres crece con el tiempo. Adquiere varios cuadros mentales, dependiendo
de las propiedades y localizaciones del daño, su tiempo de origen y también las condiciones de
vida del individuo después de que esto ocurre. A los desórdenes de carácter resultantes de tal
patología los llamaremos “caracteopatías.”

Algunas caracteopatías juegan un papel importante como agentes patológicos en los procesos del
génesis del mal a una escala social grande. […]
Un ejemplo relativamente bien-documentado de tal influencia de una personalidad caracteopática
a escala macro-social fue el último emperador alemán, Wilhelm II. El estuvo sujeto a trauma
cerebral en su nacimiento. Durante y después de su reinado entero, su discapacidad física y
psicológica fue escondida del conocimiento público. Las habilidades motores de la porción
superior izquierda de su cuerpo estaban discapacitadas.

Cuando era un muchacho, él tenía dificultades para aprender gramática, geometría y dibujo, lo
cual constituye la típica tríada de las dificultades académicas causadas por lesiones cerebrales
menores. El desarrolló una personalidad con rasgos infantiles y un control insuficiente sobre sus
emociones, y también un modo algo paranoico de pensar, lo cual fácilmente evadió el corazón de
algunos asuntos importantes en el proceso de esquivar problemas.

Poses militares y un uniforme de general sobre-compensaba sus sensaciones de inferioridad, y


efectivamente disfrazó sus defectos. Políticamente, el escaso control de sus emociones y los
factores de rencores personales entraron en juego. El viejo Canciller de Hierro tuvo que irse, ese
astuto y despiadado político quien había sido fiel a la monarquía y había acumulado el poder
prusiano.

Después de todo, el también era demasiado conocedor de los defectos del príncipe, y había
trabajado en contra de su coronación. Un destino similar corrieron otras personas excesivamente
críticas, quienes fueron substituidas por personas con menos cerebro, más serviles y a veces con
pequeñas desviaciones psicológicas

Tuvo lugar una selección negativa.

Observe este último término: “tuvo lugar una selección negativa.”

Esto es por decir, un cabecilla de estado seleccionó su personal, su gobierno, basado en su propia visión del
mundo patológicamente dañada. Estoy seguro que el lector podrá percibir cuan peligrosa puede ser tal situación
para las personas gobernadas por tal grupo “negativamente seleccionado”.

Lo importante a considerar aquí es que efecto tuvo esto en las construcciones sociales bajo la regla de tales
individuos.

Lobaczewski explica:

La experiencia de gente con tales anomalías se sale del mundo humano normal al cual
pertenecen por naturaleza. Así, su manera diferente de pensar, su violencia emocional y su
egotismo encuentran relativamente fácil entrada hacia las mentes de otras personas, y son
percibidos dentro de las categorías de la visión natural del mundo.

Tal comportamiento por parte de personas con tales desórdenes de carácter traumatiza las
mentes y sentimientos de las personas normales, disminuyendo gradualmente su habilidad para
usar su sentido común. A pesar de su resistencia, las personas se acostumbran a los rígidos
hábitos del pensamiento y la experiencia patológica. En gente joven, como resultado, la
personalidad sufre un desarrollo anormal, conduciendo a una mal formación. Esto, pues,
representa factores patológicos ponerogénicos, los cuales, pues su actividad encubierta,
fácilmente engendra nuevas fases en el génesis eterno del mal, abriendo la puerta a una
activación más tarde de otros factores que asumen el control sobre el papel principal. […]

[En el caso del efecto de Wilhelm II], muchos alemanes fueron progresivamente privados de su
habilidad para usar su sentido común, debido al choque del material psicológico del tipo
caracteopático, ya que el pueblo es propenso a identificarse con el emperador…

Una nueva generación creció con deformidades en cuanto a realidades morales, psicológicas
sociales y políticas. Es extremadamente típico que en muchas familias alemanas haya un
miembro que no es muy normal psicológicamente, se volvió una cuestión de honor (incluso
excusando una conducta infame) para esconder este hecho de la opinión pública – y aun la
conciencia de amigos cercanos y parientes. Grandes porciones de sociedad ingirieron material
psicopatolólgico, junco con esa manera irrealista de pensad, donde los lemas adquieren la
energía de argumentos y los datos reales son sujetos a selección subconsciente.

Esto ocurrió durante una época de historia estaba creciendo a través de Europa, incluyendo una
tendencia de que las emociones dominaran y que el comportamiento humano contuviera un el
elemento de drama. […] Esto progresivamente asumió el control de tres imperios y otros países
en el continente.

¿En que medida contribuyó Wilhelm II a esto, junto con otros dos emperadores cuyas mentes
tampoco admitieron los hechos más reales de historia y gobierno? ¿En que medida fueron ellos
mismos influenciados por una intensificación de histeria durante sus reinados?

Este sería un interesante tópico de discusión entre historiadores y ponerologistas.

Se incrementaron las tensiones internacionales; el Archiduque Fernando fue asesinado en


Sarajevo. No obstante, ni el Kaiser ni ninguna otra autoridad gubernamental en su país poseyó
razón. (Debido al proceso de selección negativa ya mencionado.) Lo que entró en juego fue la
actitud emocional de Wilhelm y los estereotipos de pensamiento y acción heredadas del pasado.

Estalló la Guerra. Los planes generales de Guerra fueron preparados con anterioridad, los cuales
habían perdido su actualidad bajo las nuevas condiciones, se desplegaron más como maniobras
militares. Incluso aquellos historiadores familiares con el génesis y carácter del estado prusiano,
incluyendo su tradición ideológica de sangriento expansionismo, intuyen que esas situaciones
contenían alguna actividad de una incomprendida fatalidad, la cual elude el análisis en términos
de causalidad histórica.

Muchas personas pensantes siguen preguntándose la misma pregunta ansiosa: ¿Cómo pudo, la
nación alemana, haber elegido por Caudillo a un payaso psicópata quien no hizo secreta su visión
patológica del gobierno del super hombre?

Bajo su dirección, Alemania, entonces desencadenó una segunda Guerra, criminal y políticamente
absurda. Durante la segunda mitad de esta guerra, los oficiales del ejército altamente entrenados,
ejecutaron honorablemente órdenes inhumanas, totalmente sin sentido desde el punto de vista
político y militar, emitidas por un hombre cuyo estado psicológico corresponde al criterio de ser
forzosamente confinado a una hospitalización psiquiátrica.

Cualquier tentativa de explicar las cosas que ocurrieron durante la primera mitad de nuestro siglo
por medio de categorías generalmente aceptadas en el pensamiento histórico, deja una sensación
de inadecuación. Solamente un abordamiento ponerológico puede compensar este déficit en
nuestra comprensión, ya que hace justicia al papel de varios factores patológicos en el génesis del
mal en cada nivel social.

Alimentado durante generaciones en material psicológico, patológicamente alterado, la nación


alemana cayó en un estado comparable a lo que vemos en ciertos individuos criados por
personas que son caracteópatas histéricas. Los psicólogos saben por experiencia cuántas veces
esa gente, entonces, comete actos que seriamente lastiman a otros. […]

Los alemanes inflingieron y sufrieron enorme dolor durante la primera Guerra Mundial; no sentían,
así, ninguna culpabilidad substancial, e incluso creían que habían sido maltratados, ya que se
comportaban de acuerdo con su acostumbrado hábito de no se conscientes de sus causas
patológicas. La necesidad para cubrir este estado en heroico garbo después de la guerra, para
evitar una amarga desintegración se volvió muy común.

Se levantó un misterioso anhelo, como si el organismo social se … volvió adicto a alguna droga.
Esta era el hambre de material psicológico patológicamente modificado un fenómeno conocido a
la experiencia psicoterapéutica. Esta hambre solo podía ser satisfecha por otra personalidad y
sistema de gobierno, ambos similarmente patológicos.

Una personalidad caracteopática abrió la puerta al liderazgo por un individuo psicopático.

Lo que es interesante a este punto en el discurso de Lobaczewski es su indicación que este patrón se repite a sí
mismo una y otra vez en la historia: un individuo con el cerebro patológicamente dañado crea circunstancias
que condicionan al público de cierta manera, y esto, entonces, abre la puerta para que el psicópata venga a
accionar.

Mientras leo esto, pensé en los últimos 45 o 50 años de la historia en los Estados Unidos, y realicé que la
“Guerra fría”, la amenaza nuclear, el asesinato de JFK, las bufonadas de Nixon, Johnson, Reagan, Clinton, la
manipulación de los estadounidenses por medio de los medios de comunicación fueron tales
acondicionamientos caracteopáticos que abrieron la puerta para los Neocons y su marioneta nominal, George
W. Bush, quien puede ser ciertamente descrito como,

“un psicópata payaso quien no esconde su visión patológica del super-gobierno estadounidense.”

Incluso podemos ver en el grupo que está reunido alrededor de George W. Bush, la misma “selección negativa”
de consejeros y funcionarios de gabinete como los describe Lobaczewski que estaban reunidos alrededor del
Emperador Wilhelm.
Así, pues, comenzamos a comprender cuan importante esta “ciencia del mal adaptada para propósitos políticos”
puede ser y de cuánto entendimiento carecemos nosotros, como sociedad.

Para entender exactamente cómo una sociedad entera, aun una nación entera puede convertirse en Patocracia,
necesitamos entender un poco acerca de los tipos de individuos que componen la base de tal “conspiración.”

Lobaczewski discute las más frecuentes caracteopatías y su relación a lesiones cerebrales, dando algunos
ejemplos.

Desórdenes Paranoicos de Carácter


Es característico de una conducta paranoica que la gente sea capaz de un razonamiento y
discusión relativamente correcto, mientras la conversación involucre diferencias menores de
opiniones. Esto para abruptamente cuando los argumentos del otro comienzan a minar sus ideas
sobrevaloradas, machacan sus estereotipos de razonamiento largamente sostenidos, o los
fuerzan a aceptar una conclusión que subconscientemente han rechazado antes. Tal estímulo
libera sobre el otro un torrente de elocuciones insultantes pseudo-lógicas, muy para-moralísticas,
las cuales siempre contienen algún grado de sugerencia.

Elocuciones como éstas inspiran aversión entre las personas lógicas y cultivadas, pero esclavizan
a mentes menos críticas, es decir a personas con otras clases de deficiencias psicológicas,
quienes fueron anteriormente objetos de influencias egotistas por individuos con desórdenes de
carácter, y en particular una gran parte de los jóvenes. […]

Sabemos hoy que el mecanismo psicológico del fenómeno paranoide es doble: uno es causado
por daño en el tejido cerebral, el otro es funcional o conductual. […]

En personas libres de daños en el tejido cerebral, tal fenómeno ocurre más frecuentemente como
resultado de ser criados por personas con caracteopatía paranoides, junto con el terror
psicológico de su niñez. Tal material psicológico es, entonces, asimilado, creando rígidos
estereotipos de sufrimiento anormal. Esto hace difícil que el pensamiento y la visión del mundo se
desarrollen normalmente, y el contenido, bloqueado por el terror, se transforma en centros
congestivos funcionales permanentes. […]

Caracteopatía Frontal
Las áreas frontales de la corteza cerebral (10ª y B, según la división Brodmann - Brodmann
division) no están virtualmente presentes en ninguna otra criatura excepto el hombre; están
compuestas del tejido nervioso filogenético más joven. Su cito-arquitectura es similar a las áreas
de proyección visual más antiguas en el polo opuesto del cerebro. Esto sugiere alguna similitud
funcional. […] Como descrito por investigadores (Luria y otros), las funciones de estas áreas – la
aceleración y la coordinación del proceso de pensamiento parecen ser el resultado de esta
función básica.

El daño en ésta área … ha sido significativamente reducido, debido a la mejorada asistencia


médica en mujeres embarazadas y recién nacidos. El espectacular papel ponerogénico, que
resulta de los desórdenes de carácter causados por esto, pueden ser considerados algo
característico de generaciones pasadas y de culturas primitivas.

El daño a la corteza cerebral en éstas áreas selectivamente deteriora la función arriba


mencionada, sin deteriorar la memoria, la capacidad asociativa, o, en particular tales sensaciones
basadas en el instinto y funciones, como por ejemplo la habilidad de intuir una situación
psicológica. No obstante, la inteligencia general de un individuo no es grandemente reducida. […]

El carácter patológico de tales personas, generalmente conteniendo un componente de histeria,


se desarrolla a través de años. Las funciones psicológicas no-dañadas se vuelven sobre
desarrolladas para compensar, lo cual significa que predominan las reacciones instintivas y
afectivas. Las personas relativamente vitales se vuelven beligerantes, brutales, y les gusta tomar
riesgos, tanto en palabras como en hechos.

Las personas con talento innato para intuir situaciones psicológicas tienden a tomar ventaja de
este don de manera egotista y despiadada. En el proceso de pensamiento de tales personas, se
desarrolla un camino de atajo, el cual puentea la función de discapacidad, conduciendo así, de
asociaciones directamente a palabras, hechos y decisiones las cuales no están sujetas a ninguna
disuasión.

Tales individuos interpretan su talento para intuir situaciones y tomar decisiones sobre-
simplificadas en fracciones de segundo, como signo de su superioridad comparados a las
personas normales, quienes necesitan pensar durante mucho tiempo, experimentando auto-duda
y motivaciones que están en conflicto. El destino de tales criaturas no merece ser largamente
ponderado.

Tales “caracteres Stalinísticos” traumatizan y activamente hechizan a otros, y su influencia


encuentra excepcionalmente fácil puentear los controles del sentido común. Una gran proporción
de gente tiende a acreditar a tales individuos con poderes especiales, sucumbiendo así a sus
creencias egotistas. Si un padre manifiesta tal defecto, sin importar cuan mínimo, todos los hijos
de la familia evidencian anomalías en el desarrollo de la personalidad.

El autor estudió una generación entera de gente mayor y educada, donde la fuente de tal
influencia era la hermana mayor, quien sufría de daño perinatal en los centros frontales. Desde la
temprana niñez, sus cuatro hermanos menores asimilaron material patológicamente alterado
psicológicamente, incluyendo el componente cada vez mayor de la histeria de la hermana.

Ellos retuvieron bien hasta bien entrados los sesenta años las deformidades de personalidad y
visión del mundo, así como rasgos histéricos, causados así, cuya intensidad disminuyó en
proporción a la mayor diferencia en edad. La selección subconsciente de información hizo
imposible para ellos percibir algún comentario crítico relacionado con el carácter de su hermana,
también éstos eran capaces de ofender el honor familiar. Los hermanos aceptaron como reales
las alucinaciones y quejas acerca de su “mal” esposo (quien era realmente una persona decente)
y su hijo, en quien ella encontró un chivo expiatorio para vengarse de sus faltas.

De tal modo participaron en un mundo de emociones vengativas, considerando a su hermana una


persona completamente normal, a quien estaban preparados a defender – por métodos infames,
si fuese necesario – en contra de cualquier sugerencia a su anormalidad. Ellos pensaban que las
mujeres normales eran insípidas e ingenuas, buenas para nada, siendo solamente una conquiste
sexual. Ni uno entre los hermanos creó jamás una familia saludable, o desarrolló siquiera una
sabiduría promedio de vida.

El desarrollo del carácter de éstas personas también incluía muchos otros factores dependientes
del tiempo y lugar en el cuales fueron criados: el cambio de siglo, con un padre patriótico polonés
y una madre alemana que obedecía a la costumbre contemporánea, formalmente aceptando la
nacionalidad de su esposo, pero quien permaneció siendo defensora del militarismo y aceptando
la histeria intensificada que cubría a Europa en ese entonces.

Esa era la Europa de los tres Emperadores: El concepto del triunfo santificado por el “honor”. El
mirar a alguien fijamente durante mucho rato era suficiente pretexto para un duelo. Estos
hermanos fueron, pues criados para ser valientes duelistas llenos de cicatrices de sablazos; sin
embargo, las rayas verticales que ellos inflingían a sus oponentes eran más frecuentes y mucho
peores. […]

[Dejando de lado las consideraciones del tiempo y lugar], si la hermana no hubiera sufrido daño
cerebral y en los factores patológicos no hubieran existido, el mal [de estos hombres] sembrado
demasiado liberalmente durante sus vidas, no hubiera existido para nada, o bien hubiera sido
reducido a un alcance acondicionado por factores patológicos más remotos. […]

Las consideraciones comparativas también guiaron al autor a concluir que Iosif Vissarionovich
Dzhugashvili también conocido como Stalin, debería ser incluido en la lista de esta caracteopatía
ponerogénica, la cual se desarrolló contra el contexto del daño perinatal a sus campos cerebrales
pre-frontales de su cerebro.

La literatura y las noticias acerca de el abundan en indicadores: brutal, con encanto de encantador
de serpientes; emisor de decisiones irrevocables; crueldad inhumana, venganza patológica
dirigida hacia cualquiera que se interpusiera en su camino; la creencia egotista de su propio genio
en la parte de una persona cuya menta era, de hecho, promedio. Este estado explica también su
dependencia psicológica de un psicópata como Beria. Algunos fotógrafos revelan la típica
deformación de su frente, la cual aparece en personas que sufren un daño muy temprano de las
áreas mencionadas arriba. […]

Caracteopatías inducidas por Drogas


Durante las últimas pocas décadas, la medicina ha comenzado a usar una serie de drogas con
serios efectos secundarios: éstas atacan el sistema nervioso, dejando daño permanente detrás.
Estas desventajas, generalmente discretas, a veces dan cabida a cambios de personalidad, los
cuales son a menudo socialmente dañinos. La estreptomicina ha probado ser una droga muy
peligrosa; como resultado, algunos países han limitado su uso, mientras que otros la han quitado
de la lista de drogas permitidas.

Las drogas citostáticas [tratamientos del cáncer], usadas para tratar enfermedades neoplásticas a
menudo atacan el tejido filogenético cerebral más viejo, el principal portador de nuestro substrato
instintivo y sensaciones básicas. Las personas tratados con tales drogas tienen progresivamente
a perder su color emocional y su habilidad para intuir una situación sicológica. Ellos retienen sus
funciones intelectuales, pero se vuelven unos egocéntricos anhelando constante alabanzas,
fácilmente dominados por personas que saben cómo tomar ventaja de esto.

Se vuelven indiferentes a los sentimientos de otras personas, y el daño que están inflingiendo
sobre ellas, cualquier crítica de su propia persona o comportamiento es pagado con una
venganza. Tal cambio de carácter en una persona que recientemente gozaba de respeto por parte
de su ambiente o comunidad, que persevera en las mentes humanas, se vuelve un fenómeno
patológico, causando, a menudo, resultados trágicos.[…]

Similar al cuadro descrito anteriormente, tales resultados pueden ser causados por toxinas
endógenas o virus. Cuando a veces las paperas operan con una reacción cerebral, deja en su
estela una pálida sensación o carencia de sensaciones y una leve disminución en eficiencia
mental. Un fenómeno similar es visto después de un combate difícil con la difteria. Finalmente, la
poliomelitis también ataca el cerebro. [..]

La gente con parálisis de piernas raramente manifiesta estos efectos, pero aquellos con parálisis
de la nuca y/u hombros debe considerarse con suerte si no lo hacen. Además, de carencia
afectiva, las personas manifestando esos efectos usualmente evidencian una discapacidad para
comprender la raíz de una cuestión o bien ingenuidad. […]

Las anomalías de carácter que se desarrollan como resultado de daño en el tejido cerebral se
comportan como factores insidiosos ponerogénicos. Como resultado de los rasgos arriba
descritos, [influencias ponerogénicas] fácilmente se anclan en las mentes humanas,
traumatizando nuestras psiquis, empobreciendo y deformando nuestros pensamientos y
sentimientos, y limitando la capacidad de los individuos y sociedades de usar el sentido común y
reconocer una situación psicológica o moral.

Esto abre la puerta para otros caracteres patológicos que más frecuentemente acarrean algunas
desviaciones psicológicas hereditarias. Ellos, entonces, empujan a los individuos caracteopáticos
hacia las sombras y proceden con su trabajo ponerogénico. Esto es porqué varios tipos de
caraceopatías participan en los períodos iniciales del génesis del mal, tanto a escala macro-social
como a escala individual de familias humanas.

Un sistema social mejorado del futuro debe, pues proteger a individuos y sociedades previniendo
de personas con las desviaciones antedichas, o con las características a ser discutidas más
abajo, de cualquier función social en donde el destino de otra gente dependería de su
comportamiento. Esto, por supuesto, aplica principalmente a las posiciones gubernamentales
superiores.

Tales preguntas deberán ser decididas por una institución apropiada, compuesta de personas con
una reputación de sabiduría y con entrenamiento médico y psicológico. Los rasgos de las lesiones
de tejido cerebral y sus resultados de desórdenes de carácter son mucho más fácilmente
detectadas que cualquier otra anomalía hereditaria.

Así, el sofocante proceso ponerogénico, quitando estos factores del proceso de la síntesis del mal
es efectivo durante las fases tempranas de tal génesis, y mucho más fácil en la práctica.

Desviaciones Heredadas
La ciencia ya protege a las sociedades de los resultados de algunas anomalías psicológicas, las
cuales son acompañadas por ciertas debilidades psicológicas. El trágico papel jugado por la
hemofilia hereditaria entre la realeza europea es bien conocido. Las personas responsables hoy
en día están ansiosas de no permitir que un portador de tal gen se vuelva rey o reina. Cualquier
sociedad que prodiga tanto cuidado entre individuos con insuficiencia de coagulación sanguínea
protestaría si un hombre con esta anomalía estuviese designado a este alto cargo.

Este modelo conductual debería extenderse a muchas otras anomalías hereditarias.

Las personas daltónicas con una capacidad deteriorada de distinguir los colores rojo y verde del
color gris tienen ahora una barrera de profesiones en las cuales este impedimento podría causar
alguna catástrofe. También sabemos que esta anomalía está acompañada por una disminución de
la experiencia estética, emociones y la sensación de estar vinculado a una sociedad de personas
que pueden ver normalmente los colores. Los psicólogos industriales son cautelosos si debería
confiarse en tales personas para un trabajo que implica dependencia de un sentido autónoma de
responsabilidad, ya que la seguridad de los trabajadores es un contingente sobre este sentido.

Hace mucho tiempo fue descubierto que esta anomalía es heredada por medio de un gen ubicado
en el cromosoma X, y rastreando la transmisión a través de muchas generaciones, no se
encuentra con dificultad. Los genetistas también han estudiado la herencia de otras características
de los organismos humanos, pero ponen escasa atención a las anomalías que nos interesan.
Muchos rasgos de carácter humano tienen base hereditaria en genes ubicados en el mismo
cromosoma X; aunque no es una regla. Algo similar podría aplicar a la mayoría de las anomalías
discutidas abajo. […]

Los problemas severos son causados por el kariotipo XYY (XYY karyotype), el cual produce
hombres que son altos, Fuertes y emocionalmente violentos…pero su número y papel en el
proceso ponerogénico es muy pequeño.

Mucho más numerosos son aquellas desviaciones que juegan un papel correspondientemente
mayor que los factores patológicos involucrando procesos ponerológicos; son muy probablemente
transmitidos a través de maneras hereditarias normales.

Sin embargo, este reino de la genética se enfrenta con múltiples dificultades biológicas y
psicológicas.

Lobaczewski después describe un número de patologías heredadas, tales como la psicopatía esquizoide –
ahora designada “desorden de personalidad de tipo esquizoide” – sobre lo cual dice:

Los portadores de esta anomalía son hipersensitivos y desconfiados, pero le ponen poca atención
a los sentimientos de otros, tienden a asumir posiciones extremas y son impacientes para tomar
represalias para ofensas de menor importancia. Son, a veces, excéntricos y raros. Su pobre
apreciación de una situación psicológica y la realidad los conduce a sobre-imponer
interpretaciones erróneas y peyorativas en cuanto a las intenciones de otras personas. Ellos
fácilmente se involucran en actividades que son ostensiblemente morales, pero que realmente
inflingen daño sobre sí mismos y otros. Su visión psicológica del mundo los hace típicamente
pesimistas.[…]

Cuando se encuentran envueltos en situaciones de extrema tensión, sus fallas causan que
colapsen fácilmente. … Los esquizoides frecuentemente caen en estados psicóticos reactivos, tan
similares en apariencia, a la esquizofrenia, que conducen a diagnósticos erróneos.

Si la presión emocional en ellos es minimizada, son capaces de desarrollar razonamiento


especulativo apropiado, pero tienden a considerarse a sí mismos intelectualmente superiores a la
gente “ordinaria”.

La frecuencia cuantitativa de esta anomalía varía entre las razas. Es baja entre los negros, y más
alta entre judíos. La observación sugiere que es automáticamente heredada.

Una actividad ponerológica esquizoide debería ser evaluada en dos aspectos. A pequeña escala,
tales personas le causan problemas a sus familias, fácilmente se convierten en herramientas para
intrigas en las manos de individuos astutos, y generalmente hacen mal trabajo criando a la
generación más joven. […]

Sin embargo, su papel ponerogénico puede tomar proporciones macro-sociales si su actitud hacia
la realidad humana, y su tendencia para inventar grandes doctrinas son puestas en papel y
duplicadas en grandes ediciones.

A pesar de su típico déficit, o incluso una declaración abiertamente esquizoide, sus lectores no se
dan cuenta cómo es el carácter de sus autores, y tienden a interpretar tales trabajos de una
manera que corresponda a su propia naturaleza. Las mentes de personas normales tienen hacia
una interpretación correctiva, gracias a la participación de su propia visión psicológica del mundo
más rica. No obstante, muchos lectores rechazan tales trabajos con disgusto moral, pero sin estar
conscientes de la causa específica.

Un análisis del papel jugado por los trabajos de Karl Marx fácilmente revela todos los tipos de
percepciones arriba mencionados y las reacciones sociales que engendraron separaciones entre
las personas.
Psicopatía Esencial
Ahora llegamos a la patología más importante: la psicopatología o psicopatía.

La Psicopatía no es, como mucha gente piensa, tan fácil de reconocer. El problema es que el término
“psicópata” ha llegado a ser usualmente aplicado al público (debido a la influencia de los medios de
comunicación) a obvios asesinos locos. Hay tambi8én alguna a confusión respecto a la psicopatía frente al
“desorden de personalidad antisocial”.

Bonitas palabras, ¿no es así? Suenan tan limpias y cínicas; solamente una persona que es “anti-social”. Casi
sugiere un ermitaño que jamás molesta a nadie. Pero nada podría estar más lejos de la verdad.

Robert Hare, el actual gurú estadounidense sobre la psicopatía escribe acerca de este problema de
terminología de la siguiente manera:

Tradicionalmente, los tratos afectivos e interpersonales, tales como la egocentricidad, engaño,


poco afecto, manipulación, egoísmo y carencia de empatía, culpa o remordimiento, han jugado un
papel central en la conceptualización y diagnóstico de la psicopatía (Cleckey; Hare 1993; en
prensa; Widiger y Corbitt).

En 1980, esta tradición fue rota con la publicación del DSM-III. Psicopatía – renombrada como
desorden de personalidad antisocial – ha sido ahora definida por persistentes violaciones de
normas sociales, incluyendo mentir, robar, falta de clase, conducta laboral inconsistente y
detenciones de tráfico.

Entre las razones dadas para este dramático cambio fuera del uso de inferencias clínicas estaba
que los rasgos de personalidad son difíciles de medir confiablemente, y que es más fácil convenir
en los comportamientos que caracterizan un desorden, que una de las razones del porqué
ocurren. El resultado fue una categoría de diagnóstico con buena confiabilidad pero con dudosa
validez, una categoría que ha carecido de congruencia con los otros bien establecidos conceptos
de la psicopatía. […]

Los problemas con el DSM-III y su revisión de 1987 (DSM-III-R) fueron ampliamente discutidos en
la literatura e investigación clínica (Widger y Corbitt). Mucho de la discusión se refirió a la
ausencia de los rasgos de personalidad en el diagnóstico del ASPD (desorden de personalidad
antisocial), una omisión que permite que individuos antisociales con personalidades
completamente diferentes, actitudes y motivaciones compartan el mismo diagnóstico. Al mismo
tiempo, hay creciente evidencia que el criterio del ASPD, defina un desorden que era más
artifactual que “verdadero” (Livesley y Schroeder). […]

La mayoría de psicópatas (con la excepción de aquellos que de alguna manera pueden hacerse
su camino a través de la vida sin llegar a un contacto formal o prolongado con el sistema de
justicia criminal satisfacen los criterios de ASPD, pero la mayoría de individuos con ASPD no son
psicópatas. […]

Las diferencias entre la psicopatía y el ASPD son destacadas más a fondo por recientes
investigaciones de laboratorio, implicando el proceso y uso de información lingüística y emocional.
Los Psicópatas difieren dramáticamente de los no-psicópatas en su ejecución de una variedad de
tareas cognitivas y afectivas. Comparado con individuos normales, por ejemplo, los psicópatas
son menos capaces de procesar o usar los significados semánticos profundos de la lengua y de
apreciar la significancia emocional de eventos o experiencias (Larbing y otros; Patrick; Williamson
y otros). […]

Las cosas se vuelven aún más problemáticas si consideramos que la descripción en el texto de
DMS-IV del ASPD (que dice que es también conocido como psicopatía) contiene muchas
referencias a los rasgos tradicionales de psicopatía. […]

La falla para diferenciar entre psicopatía y ASPD puede tener serias consecuencias para los
clínicos y la sociedad. Por ejemplo, la mayoría de jurisdicciones consideras que la psicopatía es
un factor agravante en vez de ser un factor mitigante en determinar responsabilidad criminal. En
algunos estados, un ofensor convicto de asesinato en primer grado, y diagnosticado como
psicópata es probable que reciba la pena de muerte, considerando que los psicópatas son de
sangre fría, sin remordimientos, intratables y casi seguro que vuelven a cometer los hechos.

Pero muchos de los asesinos que están ahora en fila de muerte, continúan siendo erróneamente
designados como psicópatas en base al criterio DSM-III, DSM-III-R o DSM-IV para el ASPD
(Meloy). No sabemos cuántos de estos habitantes de las filas de muerte realmente exhiben la
estructura de personalidad del psicópata, o cuántos tienen simplemente los criterios para ASPD,
un desorden que aplica a la mayoría de criminales y que tiene solamente una tenue implicación
para tratamiento, y la probabilidad de volver a cometer hechos violentos.

Si un diagnóstico de psicopatía tiene consecuencias de pena de muerte, u otra disposición severa,


como una sentencia indeterminada o un compromiso civil – los clínicos que hacen los
diagnósticos deberían estar seguros que no confunden el ASPD con la psicopatía. […]

La confusión de diagnóstico sobre ambos desórdenes tiene el potencial de dañar a los pacientes
psiquiátricos y también a la sociedad.

En mi libro, Without Conscience (Sin Conciencia), yo argumento que vivimos en una “sociedad
camuflada”, una sociedad en la cual algunos rasgos psicopáticos – egocentrismo, carencia de
preocupación por otros, superficialidad, estilo sobre sustancia, ser “cool”, la manipulación, etc. son
cada vez más tolerados e incluso valorados.

Con respecto al tópico de este artículo, es fácil ver cómo tanto los psicópatas y aquellos con
ASPD podrían mezclarse fácilmente dentro de grupos que sostienen valores antisociales o valores
criminales. Es más difícil considerar cómo aquellos con ASPD pueden esconderse entre más
segmentos pro-sociales de la sociedad. No obstante, los psicópatas tienen poca dificultad
infiltrándose en los dominios de los negocios, la política, aplicación de leyes, gobierno, academia y
otras estructuras sociales (Babiak).

Son los psicópatas egocéntricos, de sangre fría y sin remordimientos los que se mezclan en todos
los aspectos de la sociedad, y tienen un impacto tan devastador sobre las personas alrededor de
ellos que les da escalofríos a los oficiales de aplicación de leyes.
Hare, Robert D.
Psicopatía y Desorden de Personalidad Antisocial: un Caso de Confusión de Diagnóstico.
Psychiatric Times, Febrero 1996: Vol. XIII Issue 2

Con respecto a la psicopatía esencial, Lobaczewski nos dice:

Permitámonos caracterizar otra anomalía transmitida por herencia, cuyo papel en los procesos
ponerogénicos a cualquier escala social parece ser excepcionalmente grande. Debemos subrayar
que la necesidad de aislar este fenómeno y examinarlo en detalle se volvió más evidente para
aquellos investigadores que estaban interesados en la escala macro social del génesis del mal,
porque lo han visto por sí mismos. Reconozco estar en deuda con Kasimir Dabrowski, quien hizo
esto y llamó a esta anomalía una “psicopatía esencial”.

Biológicamente hablando, el fenómeno es similar al daltonismo o ceguera de colores, y ocurre con


similar frecuencia, (levemente sobre el .5 por ciento), salvo que, al contrario del daltonismo, afecta
ambos sexos.

Aquí, Lobaczewski sugiere una particular baja frecuencia de ocurrencia de psicopatía esencial. No obstante, en
su libro, el también menciona un 1.15 por ciento de su total población de 5,000 sujetos que no demostraron
ninguna patología abiertamente identificable, salvo que éstos realizaron acciones que trajeron daños a otras
personas sin ninguna razón explicable.

Si tomamos en consideración lo que escribió arriba el Dr. Hare, que los psicópatas tienen poca dificultad en
infiltrarse en los dominios de los negocios, la política, aplicación de la ley, el gobierno, la academia y otras
estructuras sociales, y pueden mezclarse dentro de todos los aspectos de la sociedad, debemos preguntar lo
siguiente: ¿Será posible que el 1.15% de “hacedores del mal” no identificados de Lobaczewski fuesen este tipo
de psicópatas?

Como él señala, habrían podido muy bien ser los criterios de diagnóstico los que hacían falta, y si se hubiese
utilizado la lista de comprobación de Hare sobre la psicopatía, este grupo podría muy bien haber sido
identificado como psicópatas.

El punto que deseo hacer es que el número de individuos psicópatas que muy probablemente se encontrarán
en cualquier muestreo seccionado de la sociedad podría ser mucho más alto de lo que sospechamos.
Lobaczewski sugiere que la ocurrencia de la psicopatía es casi la misma que la del daltonismo: un .5%. Pero si
a esta figura le agregamos ese 1.15% que él no pudo identificar, el número real de su población podría estar
más cerca del 1.65%.

Recordemos que la psicóloga de Harvard, Martha Stout afirma que el 4% de la “gente ordinaria” (es decir uno
en 25) a menudo tienen,

“un desorden mental no detectado, cuyo principal síntoma es que la persona no posee conciencia.
El o ella no tienen la habilidad, en absoluto, de sentir vergüenza, culpa o remordimiento… Ellos
literalmente pueden hacer cualquier cosa, y no sentir culpa alguna.”
Sucede que esto encaja totalmente con la descripción de Hare de la psicopatía, aunque nosotros aquí estamos
obviamente tratando con un espectro entero de manifestación, como lo enfatiza la Dra. Stout, sin mencionar la
diferencia entre patologías que son mecánicas, es decir, daño cerebral, y patologías que son hereditarias.

Si a la figura de Lobaczewski del .5% le agregamos la figura de Stout del 4% de la gente “ordinaria”, e incluimos
el 1.5% de gente que han hecho daño a otros sin patología evidente, entonces tendremos una figura de un 5.65
% - casi el 6% de la población.

Mis matemáticas pueden estar oxidadas, pero yo recuerdo lo que Lobaczewski escribió acerca de la influencia
de la “adoctrinación” en sus vistas.

Era relativamente fácil determinar el ambiente y origen de la gente que sucumbía a este proceso,
que yo, en ese entonces llamaba “transpersonificación”. Estos venían de todos los grupos
sociales, incluyendo las familias aristócratas y fervientemente religiosas, y causaban un quiebre
en nuestra solidaridad estudiantil, en el orden de algún 6%. […]

Incluso entonces, no teníamos dudas de la naturaleza patológica de este proceso de


“transpersonificación”, el cual corría similar pero no idéntico en todos los casos. La duración de los
resultados de este fenómeno también varía. Algunas de estas gentes más tarde se volvieron
defensores. Otros más tarde tomaron ventaja de varias circunstancias para retirar y reestablecer
sus vínculos perdidos a la sociedad de gente normal. Éstos fueron sustituidos. El único valor
constante del nuevo sistema social era el número mágico del 6%.

Esto es algo interesante, este número. No tengo explicación para ello, porque ciertamente estamos hablando de
muchos factores, y no de una sola patología. Talvez talvez haya algo mas en este problema de lo que nadie,
todavía, haya descubierto.

Continuando con la visión ponerológica de Lobaczewski de la psicopatía:

Su intensidad también varía en el alcance, desde un nivel apenas perceptible para un observador
con experiencia, hasta una deficiencia patológica obvia. Así como el daltonismo, esta anomalía
también parece representar un déficit en estímulo de transformación, ocurriendo, no obstante, no
a nivel sensorial, sino que instintivo.

Los psiquiatras de la vieja escuela solían llamar a tales individuos “daltónicos de sentimientos
humanos y valores socio-morales”.
El cuadro psicológico muestra claros déficits entre hombres solamente; entre mujeres es
generalmente atenuado, como por el efecto del segundo allele normal. Esto sugiere que la
anomalía es también heredada por medio del cromosoma X, pero a través de un gene semi-
dominante. Sin embargo, el autor fue incapaz de confirmar esto excluyendo la herencia de padre a
hijo.

Aquí, es interesante especular que George Bush heredó su psicopatía de su madre, Bárbara.

El análisis de la diversa manera experimental demostrada por esos individuos nos hizo concluir
que su sustrato instintivo es también defectuoso, conteniendo ciertas brechas y careciendo de las
respuestas sintónicas naturales comúnmente demostradas por miembros de la especie del Homo
Sapiens. […]

Nuestro mundo natural de conceptos, entonces, golpea a tales personas como una casi
incomprensible convención sin justificación alguna, en su propia experiencia psicológica. Ellos
piensan que las costumbres y principios humanos normales de decencia son una convención
extraña inventada e impuesta por alguien más (“probablemente por sacerdotes”), risible. Onerosa,
a veces hasta ridícula. Al mismo tiempo, no obstante, ellos, entonces, fácilmente perciben las
deficiencias y debilidades de nuestro lenguaje natural de conceptos psicológicos y morales, de
una manera más bien reminiscentes de la actitud de un psicólogo contemporáneo – excepto en
caricatura.

El promedio de inteligencia de los individuos con las desviaciones arriba mencionadas,


especialmente si son medidas por medio de pruebas comúnmente usadas, es algo más baja que
aquella de la gente normal, no obstante similarmente variada. Sin embargo, este grupo no
contiene casos de la más alta inteligencia, ni encontramos talentos técnicos o artesanales entre
ellos.

Los miembros más dotados entre ellos podrían alcanzar logros en las ciencias que no requieren
una visión humanística del mundo o de habilidades prácticas. Siempre que procuremos construir
pruebas especiales para medir “sabiduría de vida” o “imaginación socio-moral”, incluso si se
toman en cuenta las dificultades de evaluación psicométrica, los individuos de este tipo indican un
déficit desproporcionado de su cociente intelectual personal.

A pesar de sus deficiencias en lo que concierne al conocimiento psicológico normal y moral, ellos
desarrollan y luego tienen a su disposición un conocimiento propio, algo de lo cual carecen las
personas con una visión natural del mundo.

Ellos aprenden a reconocerse en una multitud, desde la niñez, y desarrollan un conocimiento de la


existencia de otros individuos similares a ellos.

También llegan a estar conscientes de ser diferentes del mundo de aquellas otras personas que
los rodean. Ellos nos ven desde una cierta distancia, tomando una variedad para-específica.

Las reacciones humanas naturales – las cuales a menudo fallan en despertar interés por ser
consideradas auto-evidentes – golpean a los psicópatas como extrañas, y por ello interesantes,
aun cómicas. Ellos, entonces, nos observan, sacando conclusiones, formando su diferente mundo
de conceptos.

Ellos se vuelven expertos en nuestras debilidades, y a veces efectúan experimentos despiadados


sobre nosotros. …Ni una persona normal ni nuestra visión natural del mundo pueden percibir o
evaluar apropiadamente la existencia de este mundo de conceptos diferentes.

Un investigador de tal fenómeno puede recoger un conocimiento irregular similar a través de


estudios a largo plazo de las personalidades de tales personas, usándolas con alguna dificultad,
como un idioma extranjero. … [El psicópata] jamás será capaz de incorporar la visión del mundo
de una persona normal, aunque ellos a menudo tratan de hacerlo todas sus vidas. El producto de
sus esfuerzos es solo un papel y una máscara detrás de la cual ellos esconden su realidad
desviada.

Otro mito y papel – aunque contiene un grano de verdad – sería la mente brillante del psicópata o
genio psicológico; algunos de ellos realmente creen en esto y tratan de insinuar esta creencia a
otros.

Hablando de la mascara de la normalidad psicológica que llevan tales individuos (y desviados


similares e un menor grado), debemos mencionar el libro The Mask of Sanity (La Máscara de
Cordura); el autor, Hervey Cleckley, hizo de este mismo fenómeno el punto crucial de sus
reflexiones:

Déjenos recordar que esta típica conducta derrota lo que parecen ser sus propias
metas. No es él mismo quien está más profundamente engañado en esta aparente
normalidad? Aunque el deliberadamente le mienta a otros, y esté muy consciente de
sus mentiras, parece incapaz de distinguir adecuadamente entre sus propias
pseudo-intenciones, pseudo-remordimiento, pseudo-amor, y las respuestas
genuinas de una persona normal.

Su monumental carencia de perspicacia indica cuan poco es capaz de apreciar la


naturaleza de su desorden. Cuando otros fallan en aceptar inmediatamente su
“palabra de honor como caballero”, su asombro, creo, es, a menudo, genuino. El
término genuino es usado aquí, no para calificar las intenciones del psicópata, sino
para calificar su asombro. Su experiencia subjetiva está tan blanqueada de profunda
emoción, que es invenciblemente ignorante de lo que significa la vida para otros.

Su conocimiento de la hipocresía opuesta es tan insustancialmente teorética que se


vuelve cuestionable si lo que queremos decir por hipocresía debería ser atribuido a
el. No teniendo mayores valores de él mismo, ¿podría decirse que se da cuenta
adecuadamente de la naturaleza y calidad de los ultrajes que su conducta inflinge
sobre otros?

Un niño joven que no tiene ninguna memoria impresita de dolor severo pudo haber
sido dicho por su madre que es incorrecto cortar la cola del perro. Sabiendo que es
incorrecto, el pudiera proceder con la operación. No necesitamos absolverlos
totalmente de responsabilidad, si decimos que se da menos cuenta de lo que hizo,
que un adulto quien, en plena apreciación de la agonía física, usa así un cuchillo.
Puede una persona experimentar los niveles más profundos del dolor sin un
considerable conocimiento de la felicidad? ¿Puede él alcanzar la intención malvada
en el sentido completo sin el conocimiento verdadero del opuesto del mal?

No tengo respuesta final a estas interrogantes.


[Cleckley]
Todos los investigadores de la psicopatía subrayan tres calidades primarias con respecto a esta
variedad más típica: La ausencia de un sentido de culpa para acciones antisociales, la
incapacidad de amar verdaderamente, y la tendencia a ser locuaces de una manera que más
fácilmente se desvía de la realidad.

Un paciente neurótico es generalmente taciturno, y tiene problemas en explicar lo que más lo


lastima. […] Estos pacientes son capaces de un amor decente y duradero, aunque tengan
dificultades en expresarlo o alcanzando sus sueños. El comportamiento de un psicópata
constituye la antípoda de tales fenómenos y dificultades.

Nuestro primer contacto [con el psicópata] está caracterizado por una corriente habladora, la cual
fluye con facilidad y evita asuntos verdaderamente importantes con igual facilidad si éstos ponen
incómodo al transmisor. Este tren de pensamiento también evita aquellos temas de sentimientos y
valores humanos, cuya representación está ausente en la visión del mundo del psicópata. […]
Desde el punto de vista lógico, el flujo de pensamiento es ostensiblemente correcto…

[Los psicópatas] son virtualmente desconocedores de las emociones duraderas de amor por otra
persona… esto constituye un cuento de hadas de ese “otro” mundo humano. [Para el psicópata],
el amor es un fenómeno efímero dirigido a la aventura sexual. No obstante [el psicópata] es capaz
de jugar el papel del amante lo suficientemente bien para que sus parejas los acepten en buena
fe. [Las enseñanzas morales] también los tocan como otro cuento de hadas similar, solo para
niños, y para aquellos “otros” que son diferentes a ellos.” […]

El mundo de la gente normal a quien ellos hieren es incomprensible y hostil a ellos. […]

[La vida para el psicópata] es la búsqueda de sus atracciones inmediatas, placer y poder. Ellos se
encuentran con fallas a lo largo de este camino, junto con fuerza y condena por la sociedad de
aquellas otras gentes incomprensibles.

Deberá enfatizarse que los psicópatas son a menudo bastante interesantes – aun excitantes!

Ellos exudan una energía cautivadora que mantiene a sus oyentes al borde de sus asientos. Aun si alguna parte
de la persona normal es choqueada o repelida por lo que dice el psicópata, ellos son como el ratón hipnotizado
por el gato torturador. Aunque tengan la ocasión de escapar, no lo hacen. Muchos psicópatas “se ganan la vida”
usando su encanto, engaño y manipulación para ganar la confianza de sus víctimas.

Muchos de ellos pueden ser encontrados en profesiones de cuellos blancos, donde son ayudados en su maldad
por el hecho que la mayoría de personas esperan que ciertas clases de personas sean de confiar por sus
credenciales sociales o profesionales. Abogados, doctores, maestros, políticos, psiquiatras y psicólogos,
generalmente no tienen que ganarse nuestra confianza, por tener la virtud de sus posiciones.

Pero el hecho es que: ¡los psicópatas se encuentran también en tales altas esferas!

Al mismo tiempo, los psicópatas son muy buenos impostores. Ellos no vacilan absolutamente acerca de
falsificar y usar impresionantes credenciales para adoptar papeles profesionales y atraer prestigio y poder. Ellos
escogen profesiones en las cuales las capacidades requeridas son fáciles de falsificar, le jerga es fácil de
aprender y que los credenciales sean poco probables de ser examinados a fondo. Los psicópatas encuentran
extremadamente fácil presentarse como consultores financieros, ministros, consejeros psicológicos y
psicólogos.

¡Y este es un pensamiento que da miedo!

(Actualización )

Los Psicópatas se hacen su camino mandando a que la gente haga cosas para ellos; que obtengan dinero para
ellos, prestigio, poder o incluso saltar por ellos cuando otros tratan de exponerlos. Pero es su demanda a la
fama. Eso es lo que ellos hacen. Y lo hacen muy bien. Que más, el trabajo es fácil porque la mayoría de las
personas son crédulos con la firme creencia en la inherente bondad del hombre quien, debo agregar, ha sido
programado hacia la gente normal por psicópatas.

Regresando al trabajo de Lobaczewski, el nos da las pistas más importantes de cómo y porqué una verdadera
conspiración global puede y, de hecho existe en nuestro planeta, aunque ciertamente no es una conspiración en
el sentido normalmente aceptado de la palabra.
Incluso se podría decir que tales conspiraciones surgen simplemente como un resultado natural de la división
sin puentes entre la gente normal y desviados. En cierto sentido, comprendiendo la visión que tiene el psicópata
de la “gente normal”, que son “los otros” e incluso “extraños”, nos ayuda a realizar cómo tal conspiración puede
ser tan “secreta” – aunque esta no sería la palabra exacta que nos gustaría utilizar.

Incluso si diferentes grupos ponerológicos son opuestos unos a otros, aún así excluirían a la “gente normal” de
sus confidencias. Es solamente la gente “normal” los que han sido inducidos en sus redes las que proporcionan
las “filtraciones”.

Lobaczewski lo describe de la siguiente forma:

En cualquier sociedad en este mundo, los individuos psicopáticos y algunos otros desviados crean
una red active ponerogénica de colusiones comunes, parcialmente alejados de la comunidad de
gente normal. Algún papel inspirador de la psicopatía esencial en esta red también parece ser un
fenómeno común.

Están conscientes de ser diferentes, ya que no obtuvieron su experiencia de la vida, y se


familiarizaron con diferentes maneras de luchar por sus metas. Su mundo está para siempre
dividido en “nosotros y ellos” – su mundo, con sus propias leyes y costumbres, y aquel mundo
extraño, lleno de ideas presuntuosas y costumbres a cuya luz ellos están moralmente
condenados.

Su “sentido de honor” los hace engañar y proferir insultos a aquel otro mundo humano y sus
valores. En contradicción a las costumbres de la gente normal, ellos sienten que el incumplimiento
de sus promesas u obligaciones es conducta acostumbrada.

También aprenden cómo pueden sus personalidades tener efectos traumatizantes en las
personalidades de aquellas personas normales, y cómo tomar ventaja de esta raíz de terror para
propósitos de alcanzar sus metas.

Esta dicotomía de mundos es permanente, y no desaparece aun si tienen éxito realizando sus
sueños de ganar poder sobre la sociedad de gene normal. Esto prueba que la separación está
condicionada biológicamente.

En tales personas, un sueño emerge como alguna Utopía de juventud de un mundo “feliz” y un
sistema social el cual no los rechazaría o los forzaría a someterse a leyes y costumbres cuyos
significados son incomprensibles para ellos. Ellos sueñan con un mundo en el cual su simple y
radical manera de experimentar y percibir la realidad [es decir, mentir, engañar, destruir, usar a
otros, etc.] dominaría, donde ellos, por supuesto, tendrían asegurada su prosperidad y seguridad.

Aquellos “otros” – diferentes, pero también técnicamente más capaces – debería ser puestos a
trabajar para alcanzar esta meta. “Nosotros”, después de todo, crearíamos un nuevo gobierno,
uno de justicia [para psicópatas]. Ellos están preparados para pelear y sufrir por tal nuevo mundo
valiente, y también, por supuesto, infligir sufrimiento sobre otros.

Tal visión justifica el matar personas cuyo sufrimiento no los mueve hacia la compasión, porque
“ellos” no son con-específicos.

Y allí está.

Lobaczewski ha dicho francamente que los psicópatas – desde cierta perspectiva – son un diferente tipo de
seres humanos, un tipo que es consciente de su diferencia desde su niñez. Ponga esto junto con su afirmación
de que tales individuos reconocen a los de su clase, y consideran a la gente normal como ser completamente
“otros”, y podremos comenzar a entender porqué y cómo pueden y cómo existen las conspiraciones entre tales
individuos.

Ellos se juntan, con visiones similares del mundo, como la grasa que flota en un tazón de sopa. Cuando uno de
ellos comienza a desvariar, otros como ellos – o aquellos con daño cerebral que los hace susceptibles – “se
reúnen alrededor de la bandera”, por así decirlo. Y es más, ellos saben esto, y conocen cómo funciona.

Hablando de redes, nosotros necesitamos echar una ojeada más cercana a cómo los psicópatas afectan a otros
seres humanos a quienes ellos usan para crear las bases para su gobierno, en las dinámicas macro-sociales.
Esto destaca el hecho que la carencia de conocimiento psicológico entre el público general, sin mencionar la
neurosis general de la mayoría de personas, los hace vulnerables a tales depredadores.

Lobaczewski:
Subordinando a una persona normal a individuos psicológicamente anormales tiene un efecto
deformante en su personalidad: engendra trauma y neurosis. Esto es alcanzado de una manera
que generalmente evade los suficientes controles conscientes. [Lobos Vestidos de Ovejas]

Tal situación, entonces, priva a la persona de sus derechos naturales de practicar su propia
higiene mental, desarrollar una personalidad suficientemente autónoma y utilizar su sentido
común. A la luz de la ley natural, esto constituye un tipo de ilegalidad, la cual puede aparecer en
cualquier escala social, aunque no sea mencionada en ningún código legal.

El psicólogo, George Simon, citado arriba, discute a lo que él se refiere como “personalidades con agresión
encubierta”, las cuales, leyendo su libro, se revelan a sí mismas como miembros del espectro psicopático.

El escribe:

A las personalidades agresivas no les gusta que nadie las presione a hacer lo que no quieren
hacer, o les impida hacer lo que quieren. “No” es una respuesta que ellos no aceptarán.

[En algunos casos], si pueden veer algún beneficio en el auto-dominio, ellos pudieran internalizar
inhibiciones [y volverse encubiertamente agresivos].

Refrenándose de cualquier acto abierto de hostilidad hacia otros, logran convencerse a sí mismos
y a otros que no son la gente despiadada que realmente son. Ellos pudieran observar la ley al pie
de la letra, pero violar con facilidad su espíritu. Ellos pudieran exhibir turbación o confusión, si esto
estuviese en su mejor interés, pero se resisten verdaderamente a someterse a ninguna autoridad
más alta o juego de principios. [Ellos están] esforzándose, sobre todo, en encubrir sus verdaderas
intenciones y agendas agresivas de otros. Ellos pudieran comportarse con civismo y
apropiadamente, al ser escudriñados de cerca o vulnerables. Pero cuando creen que son inmunes
a ser detectados, harán cualquier cosa que deseen.

Tratar con personalidades de agresión encubierta es como conseguir latigazos. A menudo, uno
realmente no sabe que es lo que lo ha golpeado hasta mucho después que se ha hecho el daño.

Los agresivos encubiertos son a menudo tan expertos explotando las debilidades e inseguridades
emocionales de otros que casi cualquier persona puede ser embaucada…

Los agresivos encubiertos explotan situaciones en las cuales ellos están bien conscientes de la
vulnerabilidad de su presa. A menudo son muy selectivos acerca de las clases de personas con
quienes se asocian o con quienes trabajan. Ellos son particularmente adeptos a encontrar y
mantener a otros en una posición hacia abajo. Ellos gozan estando en posiciones de poder sobre
otros.

Es mi experiencia que la prueba más confiable de su carácter es cómo una persona utiliza su
poder…
[Simon, op. cit.]

Ahora, solamente imagine que las casi 1 de 25 personas mencionadas por Martha Sout en su libro: “El
Sociópata de al lado”. Siendo los que buscan y alcanzan posiciones de poder y autoridad en casi cualquier
campo de esfuerzo, donde el poder puede alcanzarse, y uno comienza a entender cuan verdaderamente dañino
esto puede ser a una sociedad entera. Imagine a maestros escolares con poder sobre sus niños, que son
“agresivos-encubiertos”.

Imaginen a doctores, psicólogos, “ministros de la fe” y politicos en tales posiciones.

Con este entendimiento, nosotros comenzamos a tener una mejor idea de cómo los psicópatas pueden
conspirar y realmente actuar: en una sociedad donde el mal no es estudiado ni entendido, ellos fácilmente
“suben a la cima” y proceden a condicionar a la gente normal a que acepten su dominación, a que acepten sus
mentiras sin cuestionar.

Según lo observado al principio de esta sección, Lobaczewski observó:

Largos períodos de preocupación con uno mismo y “acumulando beneficios” para uno mismo,
disminuye la hablidad de leer exactamente el ambiente de otras personas. […] Es esta
característica, esta histerización de la sociedad que permite a conspiradores, encantadores de
serpientes y otros primitivos desviados que actúen como factores esenciales en los procesos de
originar el mal a escala macro social.

Vemos exactamente este patrón de desarrollo social en los Estados Unidos sobre los últimos 50 a 60 años o
aún más.
El hecho es que mucha gente que pueda haber nacido “normal” se ha convertido en lo que podría ser
denominado “psicopáticos secundarios” o caracteópatas, debido a la influencia de la psicopatía en la cultura
estadounidense, desde muchos campos – incluyendo ciencias, medicina, psicología, leyes, etc. – donde ellos
están conscientes de lo que le están haciendo a la gente “normal.

Lobaczewski:

Ya hemos discutido la naturaleza de algunas personalidades patológicas – carateopatías – que


pudieran ser “creadas” por una exposición individual a una persona con una severa deformación
de carácter. La psicopatía esencial tiene efectos excepcionalmente intensos de este modo: algo
misterioso roe en la personalidad de un individuo a merced del psicópata; y se lucha como se
lucharía un demonio. Sus emociones se congelan, su sentido de realidad psicológica se aquietan
o se duermen.

Esto conduce a una descriterialización del pensamiento y a una sensación de desamparo que
culmina en reacciones depresivas, las cuales pueden ser tan severas que a veces los psiquiatras
las mal-diagnostican como psicosis maníaco-depresiva. Muchas personas evidentemente también
se rebelan mucho más temprano, y comienzan a buscar algún camino para liberarse de tales
influencias.

Una estructura social dominada por gente normal y su mundo conceptual fácilmente le parece al
psicópata como un “sistema de fuerza y opresión”. Si sucede que la verdadera injusticia, de
hecho, existe en esa sociedad, las sensaciones patológicas de injusticia y afirmaciones sugestivas
pueden resonar entre aquellos quienes verdaderamente han sido tratados injustamente. Las
doctrinas revolucionarias pueden, entonces, encontrar aprobación entre ambos grupos, aunque
sus motivaciones realmente son bastante diferentes.

La presencia de bacterias patógenas en nuestro ambiente es un fenómeno común; no obstante,


no es el único factor decisivo en cuanto a su un individuo o una sociedad se enferma. De manera
similar, los factores psicopatológicos por sí solos no deciden acerca de la extensión del mal. […]

Otras Psicopatías
Podemos también incluir entre las categorías psicopáticas un número algo indeterminado de
anomalías con un sustrato hereditario…

También encontramos a individuos difíciles con una tendencia a comportarse de una manera
hiriente hacia otras personas, para quienes las pruebas no indican un daño existente del tejido
cerebral, y no hay una indicación de un fondo anormal en la infancia. El hecho que tales casos se
repitan entre las familias sugeriría un substrato hereditario.[…]

Tales personas también procuran enmascarar su diferente mundo de experiencia y juegan el


papel de gente normal a variados grados… Estas personas participan en el génesis del mal de
muy diversas maneras, ya sea tomando parte abiertamente o, a un menor grado, cuando hana
logrado adaptarse a las maneras apropiadas de vivir.

Estas psicopatías y fenómenos relacionados podría, cuantitativamente hablando, ser, en resumen,


estimado a dos o tres veces el número de casos de psicopatía esencial, es decir, en menos del
dos por ciento de la población.

Aquí quisiera comentar que, si especulamos el número real de psicópatas en un 6 por ciento – o incluso
solamente un 4%, como lo afirma Stout – entonces, estas otras “personas” de las que está hablando
Lobaczewski podrían ser tan frecuentes como un 12 o 18% de la población. Esto significaría que el número total
de psicópatas agregado a los “casi psicópatas” sería del 16 al 24 por ciento de la población total. Sin embargo,
es obvio que la expansión estadística puede ser diferente en diferentes países y en épocas o tiempos
diferentes.

Veremos este tema más adelante.

Lobaczewski:

Este tipo de persona encuentra más fácil ajustarse a la vida social. Muy pocos casos particulares
se adaptan a las demandas de la sociedad de personas normales, tomando ventaja de su
entendimiento en las artes u otras áreas con tradiciones similares. Ellos creatividad literaria es a
menudo perturbadora, si es concebida solamente en categorías de ideales; ellos insinúan a sus
lectores que sus mundos conceptuales y experiencias es auto-evidente, también realmente
contiene deformidades características.
El tipo más frecuentemente indicado y conocido es la psicopatía asténica, la cual aparece en cada
intensidad concebible, desde apenas perceptible hasta una obvia deficiencia patológica. Estas
personas, asténicas (asthenic) e hipersensitivas (hypersensitive) no indican el mismo déficit obvio
en sentimientos morales y habilidad de sentir una situación psicológica como aparece en la
psicopatía esencial.

Son algo idealistas, y tienden a tener remordimientos de conciencia como resultado de su


conducta errada. En promedio, ellos son también menos inteligentes que las personas normales, y
sus mentes evitan la consistencia y la exactitud en el razonamiento. Su visión psicológica del
mundo es claramente falsificada, por lo cual no se puede confiar en sus opciones acerca de las
personas.

Una especie de mascara disfraza el mundo de sus aspiraciones personales, el cual está en
desacuerdo con las aspiraciones oficiales demandadas por una situación. Su conducta hacia las
personas que no notan sus faltas es urbana, aun amistosa. No obstante, estas mismas personas
manifiestan una hostilidad y agresión preferente hacia personas con talento para la psicología o
un conocimiento apropiado en esta área.

Son relativamente menos vitales sexualmente, y por lo tanto más favorables a aceptar el celibato;
esto es porqué algunos monjes católicos y sacerdotes a menudo representan menos o menores
casos de esta anomalía. Ellos son el factor principal que inspiró la actitud tradicional anti-
psicológica en el Pensamiento eclesiástico.

Los casos más severos son más brutalmente anti-psicológicos y despectivos hacia la gente
normal; ellos tienden a ser activos en los procesos del génesis del mal a gran escala. Sus sueños
no carecen de un cierto idealismo, similar a las ideas de la gente normal. Les gustaría reformar al
mundo a su gusto, pero son incapaces de prever implicaciones y resultados de una mayor
envergadura. Condimentados con su desviación, sus visiones podrían influenciar a ingenuos
rebeldes de la gente quienes, de hecho, han sufrido injusticia.

La injusticia social existente podría verse como una justificación para la visión radicalizada del
mundo, y la asimilación de tales visiones.

Lo siguiente es un ejemplo, dado por Lobaczewski, del patrón de pensamiento de una persona que parece ser
un típico y severo caso de psicopatía asténica:

Si tuviera que comenzar la vida de nuevo, haría exactamente lo mismo: es una necesidad
orgánica, y no el dictado del deber. Tengo una cosa que me mantiene andando y me obliga a ser
sereno aun cuando las cosas estén muy tristes.

Esta es una fe inquebrantable en las personas. Las condiciones cambiarán, y el mal cesará de
reinar, y el hombre será hermano del hombre, no un lobo, como es ahora el caso. Mi paciencia
deriva, no de mi suposición, sino más bien de mi clara visión de la causa que da lugar al mal.”

Estas palabras fueron escritas en prisión, el 15 de diciembre de 1913 por Gélix Dzierzhynski, (1877-1926),
quien es mejor conocido como el primer cabecilla de la “Cheka” soviética, o policía soviética de Seguridad, el
precursor del KGB. Regando el miedo en una época de caos, la Cheka fue el instrumento perfecto para la
despiadada consolidación del poder de Stalin, y la exterminación de la oposición.

Dzierzhynski hizo que Robespierre se viera como un mariquita, siendo responsable del asesinato de millones de
personas.

Si llegara el tiempo alguna vez, cuando “las condiciones cambiaran” y el “mal ya no gobernaría”, podría ser
porque el progreso en el estudio del fenómeno patológico y su papel ponerogénico le haría posible a las
sociedades aceptar tranquilamente la existencia de este fenómeno, y lo comprendiera como categorías de la
naturaleza. La visión de una sociedad nueva, con una estructura justa podría, entonces ser realizada dentro del
marco de trabajo y bajo el control de gente normal.

Habiéndonos reconciliado con el hecho que los psicópatas son diferentes y tienen una limitada capacidad para
el ajuste social, nosotros deberíamos de crear un sistema de protección permanente para ellos, dentro del
marco de trabajo de la razón y el conocimiento apropiado.

Aquí debe observarse que las personas psicológicamente normales constituyen tanto la gran mayoría
estadística de tipo de seres humanos y así, como Lobaczewski lo señala, de acuerdo con la ley natural,
deberían ser quienes fijan el paso; la ley moral se deriva de su naturaleza.

El poder debería estar en las manos de la gente normal.


Para nuestros propósitos, deberíamos llamar la atención a los tipos psicopáticos con rasgos
desviados o irregulares: estos eran aislados, hace relativamente mucho tiempo por Brzezicki y
aceptados por E. Kretschmer como característicos de Europa del Este en particular.

Los Esquirtoides son individuos vitales, egoístas y de piel de elefante, quienes hacen Buenos
soldados por su Resistencia física y psicológica. No obstante, en tiempos de paz, son incapaces
de entender las cosas más sutiles de la vida, o de criar prudentemente a la generación más joven.
Ellos son felices en alrededores primitivos; un ambiente confortable fácilmente les causa histeria.
Prueban ser rígidamente conservadores en todas las áreas, y apoyan gobiernos de mano dura.

Kretschmer era de la opinión que esta anomalía era un fenómeno biodinámico, causado por el
cruce de dos grupos étnicos quitados de su lugar natural, lo cual es muy frecuente en esa área de
Europa. Si este fuera el caso, los Estados Unidos debería de estar lleno de esquirtoides. Esta
anomalía debería tomarse en consideración si queremos comprender la historia de Rusia, así
como Polonia en un grado inferior. […]

Las caracterizaciones arriba son ejemplos seleccionados de factores patológicos que participan
en los procesos ponerogénicos […] El actual estado de conocimiento en esta área es, sin
embargo, todavía insuficiente como para producir soluciones prácticas a tantos problemas
humanos, particularmente aquellos a escala individual y familiar. […]

Algunos excepcionales psicopatólogos, convencidos que es imposible desarrollar una visión


tranquila y suficiente de la realidad humana, sin resultados psicopatológicos, están, por lo tanto,
desafortunadamente en lo correcto, una conclusión difícil de aceptar por gente que cree que ha
obtenido una visión madura del mundo sin tanto estudio pesado. Los defensores de la visión
natural del mundo tienen tradición, belles-lettres, aun la filosofía de su lado. Ellos no se dan
cuenta que durante los tiempos presentes, su modo de comprender las interrogantes de la vida
los hace comprender que la batalla con el mal es más problemática. […]

Procurando una observación más cercana de estos procesos psicológicos y fenómenos que
conducen a un hombre o a una nación a dañar a otros, vamos a seleccionar fenómenos lo más
característicos posibles. De nuevo, nos convenceremos que la participación de varios factores
patológicos en estos procesos es la regla, no la excepción.[…]

Nuestros conceptos sociales, psicológicos y morales, así como nuestras formas naturales de
reaccionar no son adecuadas para cada situación con la que la vida nos confronta. Nosotros
generalmente terminamos hiriendo a alguien si comprometemos nuestros conceptos naturales y
arquetipos reactivos en situaciones que parecen ser las apropiadas para nuestras ideas, aunque
estas sean, de hecho, esencialmente diferentes. Como regla, tales situaciones diferentes …
ocurren porque algún factor patológico difícil de comprender ha entrado en escena. El valor
práctico de nuestra visión natural del mundo generalmente termina donde comienza la
psicopatología.

La familiaridad con esta debilidad común de la naturaleza humana y la “ingenuidad” de la persona


normal es parte del conocimiento específico que encontramos en muchos individuos psicopáticos.
Encantadores (spellbinder) de varias escuelas intentan provocar tales reacciones para-apropiadas
de otras personas en nombre de sus metas específicas, o en servicio de sus ideologías reinantes.
Esta factor patológico difícil de entender está localizado dentro del mismo encantador
(spellbinder).

Llamamos egotismo a la actitud, subconscientemente condicionada como una regla, gracias a la


cual atribuimos un valor excesivo a nuestro reflejo instintivo, reflejos y hábitos tempranamente
adquiridos y una visión individual del mundo. …Un egotista mide a otras personas con su propia
vara, tratando sus conceptos y manera experiencial como un criterio objetivo. El quisiera forzar a
otras personas a sentir y pensar de la misma manera que el lo hace. Las naciones egotistas tiene
la meta subconsciente de enseñar o forzar a otras naciones a pensar en sus propias categorías, lo
cual los hace incapaces de entender a otras personas y naciones, o a volverse familiar con los
valores de sus culturas.

La crianza apropiada de un niño ( y la propia también) siempre tiene como objetivo un


desegotizamiento, de tal modo que abra la mente. […]

El tipo de egotismo excesivo que obstaculiza el desarrollo de los valores humanos y conduce a
juzgar mal y aterrorizar a otros, bien merece el título de “Rey de las fallas humanas”. Dificultades,
disputas, problemas serios y reacciones neuróticas brotan hacia arriba alrededor de un egotista,
como los hongos después de una lluvia. Las naciones egotistas comienzan a gastar dinero y
esfuerzos para alcanzar metas derivadas de sus razonamientos erróneos y reacciones sobre-
emocionales. Su incapacidad para reconocer los valores de otras naciones, y sus discrepancias,
derivadas de otras tradiciones culturales, los conduce a conflictos y a guerras. […]
Si analizamos el desarrollo de personalidades excesivamente egotistas, encontramos algunas
causas no-patológicas, tales como haber sido criados en un ambiente estrecho y excesivamente
rutinario, o por personas menos inteligentes que el niño. No obstante, la principal razón es la
contaminación a través de inducción psicológica, por parte de personas excesivamente egotistas
o histéricas, quienes desarrollaron esta característica bajo la influencia de varias causas
patológicas. …

Muchas personas con varias desviaciones hereditarias y defectos adquiridos desarrollan un


egotismo patológico. Para tales personas, forzar a otros a su ambiente, grupos sociales enteros, y
si es posible, naciones enteras que sientan y piensen como ellos, se vuelve una necesidad
interna, un concepto predominante.

Alguna cosa que una persona normal no tomaría seriamente se vuelve a veces una meta de vida
para ellos, el objeto de esfuerzo, sacrificios y de astuta estrategia psicológica. El egotismo
patológico se deriva de reprimir del campo de conciencia de uno cualquier asociación
objecionable auto-crítica que se refiere a la propia naturaleza de uno a normalidad. Preguntas
dramáticas, tales como “quien es aquí anormal, ¿yo o este mundo de gente que siente y piensa
de manera diferente?” son contestadas de modo desfavorable sobre el mundo.

Tal egotismo está siempre vinculado a una actitud de disimulo, con una máscara de Cleckley o
alguna otra cualidad patológica siendo escondida de la conciencia, tanto de la propia como de la
de las otras personas. […]

La importancia de la contribución de esta clase de egotismo al génesis del mal, pues, difícilmente
necesita elaboración. Es sobre todo un recurso social, el erotizar o traumatizar a otros, lo que, a
su vez, causa más dificultades. El egotismo patológico es un componente constante de variados
estados, donde alguien quien parece ser normal (aunque el, de hecho, no lo sea) es conducido
por motivos o luchas por metas que una persona normal consideraría no realistas o extrañas.

La persona promedio preguntaría:

“¿Que podría el esperar ganar con eso?”

La opinión ambiental, sin embargo, interpreta tal situación de acuerdo con el “sentido común”, y es
propensa a aceptar una versión “más probable” de la ocurrencia. Tal interpretación a menudo da
lugar a una tragedia humana.

Por eso, siempre debemos recordar que el principio de ley de cui prodest se vuelve ilusorio
siempre que esté incorporado algún factor patológico en el cuadro. […]

Hechizadores
Para poder comprender los caminos ponerogénicos, especialmente aquellos actuando en un
contexto social más amplio, observemos los papeles y personalidades de individuos que
llamaremos “hechizadores”, quienes son altamente activos en esta área, a pesar de su número
estadísticamente insignificante. Ellos son generalmente los portadores de varios factores
patológicos, algunas caracteopatías y otras anomalías hereditarias…

Los Hechizadores se caracterizan por un egotismo patológico. Tal persona es forzada, por
algunas causas internas, a tomar una temprana opción entre dos posibilidades: la primera es
forzando a otras personas a que piensen y experimenten cosas de manera similar a la suya
propia; la segunda es una sensación de soledad, y de ser diferente, una excentricidad patológica
en la vida social. A veces, la opción es, ya sea encentador de serpientes o suicidio.

Una triunfante represión de conceptos auto-críticos o desagradables desde el capo de la


conciencia, gradualmente da surgimiento a un pensamiento conversivo, es decir, un
paramoralismo.

Paramoralismos
La convicción de que los valores morales existen, pero que algunas acciones violan las reglas
morales es un fenómeno tan común y tan antiguo que parece tener un fondo a nivel instintivo
subconsciente del hombre, y no solo una representación de siglos de experiencia, cultura,
religiones y socialización.

No obstante, cualquier insinuación que conlleve un “lema moral” es siempre sugestivo, aun si el
criterio “moral” usado es solamente una invención ad hoc. Cualquier acto puede, así, probar ser
inmoral o moral por medio del uso de “paramoralismos” a través de una activa sugestión, y las
personas que sucumbirán a esta manipulación son abundantes.

Buscando un ejemplo de un acto de maldad, cuyo valor negativo no provocaría duda en cualquier
situación social, los eruditos de las éticas frecuentemente mencionan abuso infantil.

No obstante, los psicólogos a menudo se encuentran con afirmaciones paramorales a tales


conductas, en su práctica.

Lobaczewski anteriormente dio el ejemplo de una mujer con daño en el campo prefrontal, quien era
sadísticamente abusiva con su hijo, pero era apoyada en su abuso con su niño, por sus hermanos, quienes
estaban totalmente bajo su influencia y estaban convencidos de sus “cualidades de excepcionalmente alta
moral”.

Ejemplos particularmente monstruosos de este tipo de cosas ocurren a menudo en el contexto religioso, donde
los niños han sido azotados a muerto para “sacarle los demonios”. Siempre es hecho para “salvar las almas”, y
esto es un ejemplo de “paramoralismo” usado de manera conversiva.

Ciertamente, hemos sido sujetos a este tipo de uso de “paramoralismos”, pero esa es otra historia.

Las afirmaciones y sugerencias paramoralísticas acompañan tan a menudo varias clases de


males que parecen bastante irreemplazables. Desafortunadamente, se ha vuelto un fenómeno
frecuente para individuos y grupos opresivos, o sistemas pato-políticos, inventar criterios morales
siempre innovadores, a conveniencia de alguien. Tales sugerencias privan a las personas de su
razonamiento moral y deforman el desarrollo de los niños. Las fábricas de paramoralismo han sido
encontradas a todo lo largo y ancho del mundo, y un ponerologista encuentra difícil de creen que
ellos son manejados por personas psicológicamente normales.

Los rasgos conversivos en el génesis del paramoralismo parece probar que es derivado
mayormente de rechazo subconsciente (y regresión del campo de la conciencia) de algo
completamente diferente, lo cual llamamos la “voz de la conciencia”. … Como todo fenómeno
conversivo, la tendencia a usar paramoralismos es psicológicamente contagiosa.

Lobaczewski señala que los “paramoralismos” fluyen profusamente de tales individuos, de manera que inundan
las mentes de las personas promedio.

Para el hechizador, todo se vuelve subordinado a su convicción de que ellos son excepcionales, a
veces aún mesiánicos. Una ideología puede surgir de tales individuos que es ciertamente,
parcialmente verdadera, y el valor de la cual se afirma ser superior a todas las otras ideologías.

Ellos creen que encontrarán a muchos conversos a su ideología, y cuando descubren qhe este no
es el caso, se “shockean” y bufan de la cólera con indignación “paramoral”. La actitud de la mayor
parte de las personas normales hacia tales hechizadores es generalmente crítica, llena de
aflicciones y perturbadora.

El hechizador coloca en un plano altamente moral a cualquiera que sucumba a su influencia, y


éste bañará a tales personas con atenciones y adulaciones de todo tipo. Los críticos se
encontraran con furia “moral” y el hechizador afirmará que la minoría que se queja de ellos es
realmente una mayoría.

Tal actividad es siempre caracterizada por la incapacidad de ver por anticipado sus resultados
finales, algo obvio desde el punto de vista psicológico, porque en el fondo contiene un fenómeno
patológico, y tanto el hechizar como el encanto les hace imposible percibir con exactitud la
realidad, por lo menos para poder prever por lógica los resultados.

En una sociedad sana, las actividades de los hechizadores encuentran la suficiente crítica como
para sofocarlos rápidamente. No obstante, cuando son precedidos por condiciones que operan
destructivamente el sentido común y el orden social – tales como la injusticia social, el atraso
cultural, o gobernantes intelectualmente limitados manifestando características patológicas – las
actividades de estos hechizadores han conducido a sociedades enteras a tragedias humanas a
gran escala.

Tal individuo pesca un ambiente o sociedad para personas que sea favorable a su influencia,
profundizando sus debilidades psicológicas hasta que finalmente se convierte en una unión
ponerogénica.

Por otra parte, la gente que ha mantenido sus facultades críticas sanas y intactas, intentan
contrarrestar las actividades de los hechizadores y sus resultados, basados en su propio sentido
común y criterio moral. En la polarización resultante de actitudes sociales, cada lado se justifica
por medio de categorías morales.

La conciencia de que un hechizador es siempre un individuo patológico debería de protegernos de


los resultados conocidos de una interpretación moralizante del fenómeno patológico,
asegurándonos criterios objetivos para una acción más eficaz.

[Un alto cociente intelectual] generalmente ayuda a tener inmunidad contra hechizadores, pero
solo moderadamente. Reales diferencias en la formación de actitudes humanas bajo la influencia
de tales actividades debería ser atribuida a otras propiedades de la naturaleza humana. El factor
más decisivo en cuanto a asumir una actitud crítica es una buena inteligencia básica que
condicione nuestra percepción de la realidad psicológica.

Podemos observar también cómo las actividades de un hechizador “descascaran” a individuos


favorables con asombrosa regularidad.

Asociaciones Ponerogénicas
Le daremos el nombre de “asociación ponerogénica” a cualquier grupo de personas
caracterizadas por procesos ponerogénicos de intensidad social sobre el promedio, donde los
portadores de varios factores patológicos funcionan como inspiradores, hechizadores y líderes, y
donde se genera una estructura social apropiadamente patológica. Asociaciones más pequeñas y
menos permanentes podrían ser llamadas “grupos” o “uniones”. Tales asociaciones le dan el
nacimiento al mal que lastima a otras personas tanto como a sus propios miembros.

Podríamos enumerar varios nombres atribuidos a tales organizaciones por tradición lingüística:
pandillas, turbas criminales, mafias, clicas y coterías, las cuales astutamente evitan el choque con
la ley mientras están buscando ganar su propia ventaja. Tales uniones frecuentemente aspiran al
poder político para imponer su legislación conveniente ante la sociedad, en nombre de alguna
ideología convenientemente preparada, derivando ventajas en forma de una desproporcionada
prosperidad y satisfacción de su anhelo de poder.[…]

Un fenómeno que tienen en común todos los grupos y asociaciones ponerogénicas es el hecho
que sus miembros pierden (o ya han perdido) la capacidad de percibir a los individuos patológicos
como tales, interpretando su conducta de manera fascinante, heroica o melodramática. Las
opiniones, ideas y juicios de personas portadoras de varios déficits psicológicos están dotados
con una importancia por lo menos igual a aquella de individuos excepcionales entre la gente
normal.

La atrofia de las facultades críticas naturales respecto a individuos patológicos se vuelve una
abertura a sus actividades, y al mismo tiempo un criterio para reconocer la asociación en
concierto, como ponerogénica. Llamemos esto el primer criterio de ponerogénesis.

Otro fenómeno que todas las asociaciones ponerogénicas tienen en común es su


estadísticamente alta concentración de individuos con varias anomalías psicológicas. Su
composición cualitativa es crucialmente importante en la formación del carácter total de la unión,
de sus actividades, su desarrollo o extinción.

Grupos dominados por varias clases de individuos caracteopáticos desarrollarán actividades


relativamente primitivas, probando poder ser quebrantada más bien fácilmente por una sociedad
de personas normales. Las cosas son diferentes cuando tales uniones están inspiradas por
individuos psicopáticos. Aduzcamos el siguiente ejemplo, ilustrando los papeles de dos diferentes
anomalías, seleccionadas entre algunos eventos estudiados por el autor.

En pandillas criminales de jóvenes, un papel específico es desempeñado por muchachos (y


ocasionalmente chicas) llevando los resultados característicos, a veces dejados atrás por una
inflamación de las glándulas parótidas (paperas). Como se h e mencionado, esta enfermedad
tiene como secuelas reacciones cerebrales, en algunos casos, dejando atrás un discreto, pero
permanente blanqueo de sentimientos o sensaciones, y una leve disminución de habilidades
mentales en general. Resultados similares son a veces dejados como secuelas después de una
difteria. Como resultado, tales personas fácilmente sucumben a las sugestiones de individuos más
astutos.

Cuando estos individuos son arrastrados hacia un grupo criminal, se vuelven ayudantes con poco
criterio, y ejecutores de las intenciones de estos últimos, herramientas en las manos de líderes
más traidores, usualmente psicopáticos. Una vez arrestados, ellos se someten a las explicaciones
insinuadas por sus líderes, que sienten que la idea grupal más alta (paramoral) demanda que se
vuelvan chivos expiatorios, asumiendo ellos la mayor parte de la culpa. …
Los individuos con los anteriormente descritos rasgos de post-paperas y post-difteria constituyen
menos que el 1.0% de la población como un todo, pero sus alcances llegan al 25% de los grupos
delincuentes juveniles. Esto representa una condensación del orden de 30 veces, lo cual ya no
requiere más métodos de análisis estadístico. Al estudiar el contenido de las uniones
ponerogénicas lo suficientemente, a menudo nos encontramos con una condensación de otras
anomalías psicológicas que también hablan por sí mismas.

Dos tipos básicos de las uniones arriba mencionadas deben ser diferenciados: Los ponerogénicos
primarios y los ponerogénicos secundarios.

Describamos ahora una unión ponerogénica primaria, cuyos miembros anormales estaban activos
desde el mismo principio, jugando el papel de catalizadores cristalizantes desde que comenzó el
proceso para la creación del grupo.

Llamaremos ponerogénicos secundarios a una unión que fue fundada en nombre de alguna idea
con un significado social independiente, generalmente comprensible dentro de las categorías de la
visión natural del mundo, pero que más tarde sucumbió a cierta degeneración moral. Esto, a su
vez, abrió la puerta a la infección y activación de los factores patológicos adentro, y más tarde a
una ponerización del grupo como un todo, o a menudo de una fracción.

Desde el mismo principio, una unión ponerogénica primaria es un cuerpo extraño dentro del
organismo de sociedad, colisionando su carácter con los valores morales respetados por la
mayoría. Las actividades de tales grupos provocan oposición y disgusto, y son considerados
inmorales; como regla, por ello, tales grupos no se extienden mucho, no se extiende a numerosas
uniones. Finalmente pierden su batalla con la sociedad.

Sin embargo, para tener una ocasión de convertirse en una asociación ponerogénica grande, es
suficiente que una cierta organización humana, caracterizada por metas sociales o políticas, y una
ideología con algún haber valorado como creativo, sean aceptados por un gran número de
personas normales antes de que sucumba a un proceso de malignidad ponerogénica. La principal
tradición y valores ideológicos podrían, entonces proteger durante largo tiempo a una unión que
haya sucumbido al proceso de ponerización desde el punto de vista del sentido común de la
sociedad, especialmente sus componentes menos críticos.

Cuando el proceso ponerogénico toca tal organización humana, la cual emergió y actuó en
nombre de metas políticas o sociales, cuyas causas estaban condicionadas en la historia y en la
situación social, los valores originales primarios nutrirán y protegerán tal unión – a pesar del hecho
de que aquellos valores primarios sucumben a una degeneración característica, volviéndose su
función práctica completamente diferente de la primaria – porque los nombres y símbolos son
retenidos. De tal modo, el “sentido común” individual y social pone al descubierto su punto más
débil. […]

Dentro de cada unión ponerogénica se crea una estructura psicológica , la cual puede ser
considerada una contraparte caricature de la estructura normal de la sociedad, o de una
organización social. Individuos con varias aberraciones psicológicas complementan los talentos y
características de cada uno. … Fases tempranas de la actividad de la unión son usualmente
dominadas por caracteópatas, particularmente por individuos paranoicos, quienes a menudo
juegan un papel de inspiradores o hechizadores en el proceso de ponerización. A este punto, la
unión todavía indica un cierto rasgo romántico, y todavía no es caracterizado por una conducta
excesivamente brutal. No obstante, pronto, más miembros normales son empujados a funciones
de poca importancia y finalmente son excluidos…

Los individuos con desviaciones hereditarias, entonces, progresivamente asumen el control sobre
las posiciones de liderazgo e inspiración. El papel de los psicópatas esenciales gradualmente
crece. …

Un hechizador, al principio, simultáneamente juega el papel de líder en un grupo ponerogénico.


Más tarde aparece otra clase de “talento de liderazgo”, un individuo más vital quien a menudo se
ha unido más tarde a la organización, una vez que ésta haya sucumbido a la ponerización. El
individuo hechizador, siendo más débil, es forzado a llegar a términos, siendo empujado hacia las
sombras, y reconociendo el “genio” del nuevo líder, a menos que éste acepte la amenaza del fallo
total. Se reparten los papeles.

El hechizador necesita el apoyo del líder primitivo, pero decisivo, quien, a su vez, necesita al
hechizador para mantener la ideología de la asociación, tan esencial para mantener la actitud
apropiada por parte de aquellos miembros del rango y fila que traicionan una tendencia a la crítica
y la duda de la variedad moral. El hechizador deberá reempacar la ideología apropiadamente,
haciendo resbalar nuevos contenidos bajo viejos títulos, para que esto pueda continuar
satisfaciendo su función de propaganda bajo condiciones siempre cambiantes.

El tiene también que mantener la mística del líder dentro y fuera de la asociación. Una completa
confianza no puede existir entre los dos, sin embargo, puesto que el líder secretamente siente
desprecio por el hechizador y su ideología, mientras que este último desprecia al líder, por ser un
individuo grotesco. El arreglo de cuentas es siempre probable; quien sea más débil se convierte
en el perdedor.

La estructura de tal unión experimenta una diversidad y especialización adicional. Un abismo se


abre entre las masas más normales y los iniciados de la élite, quienes son, por regla general, más
patológicos. Este subgrupo se vuelve cada vez más dominado por factores patológicos
hereditarios, el anterior por los efectos secundarios de las varias enfermedades que afectan el
cerebro, individuos psicopáticos menos típicos, y gente cuyas personalidades mal formadas
fueron causadas por una temprana privación o por métodos brutales de crianza por parte de
individuos patológicos.

Hay cada vez menos y menos sitio para gente normal en el grupo. Las intenciones secretas de los
líderes son mantenidas escondidas de la unión del proletariado; los productos del trabajo de los
hechizadores deberán ser suficientes para este segmento.

Un observador que ve las actividades de tal unión desde afuera, y usando la visión psicológica
natural del mundo, siempre tenderá a sobre estimar el papel del líder y su supuesta función
autocrática. Los hechizadores y el aparato de propaganda son movilizados para mantener esta
opinión externa errónea. El líder, sin embardo, depende de los intereses de la unión,
especialmente de los iniciados de la élite, a un grado mayor de lo que él mismo sabe.

El emprende una constante batalla para mantener su posición; es un actor con un director. En
uniones macro-sociales, esta posición está generalmente ocupada por un individuo más
representativo, con ciertas facultades críticas; el iniciarlo en todos esos planes y calculaciones
criminales sería contraproducente. Conjuntamente con parte de la élite, un grupo de individuos
psicopáticos, escondiéndose detrás de la escena, está dirige al líder como lo hizo Borman y su
pandilla, dirigiendo a Hitler.

Si el líder no satisface su papel asignado, el generalmente sabe que la pandilla que representa la
élite de la unión está en posición de matarlo, o de otra manera, de quitarlo.[…]

El Proceso de Ponerización
La observación de los procesos de ponerización de varias uniones humanas a través de la
historia, fácilmente lleva a la conclusión que el paso inicial es una tergiversación moral del
contenido ideacional del grupo. […]

Lobczewski discute largamente cómo la ideología es distorsionada y torcida por la infiltración de personas
patológicas en cualquier grupo que puede estar yendo en una dirección positiva.

Un ejemplo muy bueno es el Comunismo, el cual, de hecho, según el nuevo testamento es una ideología
cristiana.

Sin embargo, una vez que se han infiltrado grupos comunistas, el proceso de Ponerización comenzó, y el
comunismo se convirtió meramente en un tipo de Corporautocracia Facista, siendo “el Estado” la corporación.

El Fenómeno Macro-Social
Cuando un proceso ponerogénico abarca la clase predominante entera de una sociedad o nación,
o si se sofoca la oposición por parte de las sociedades de gente normal – como resultado del
carácter masivo del fenómeno, o usando medios hechizantes y compulsión física – estamos
tratando con un fenómeno ponerológico macro-social.

En aquel momento, sin embargo, la tragedia de una sociedad, a menudo acoplada con el
sufrimiento del propio investigador, abren ante el un volumen entero de conocimiento
ponerológico, donde éste puede leer todo acerca de las leyes que gobiernan tales procesos, si
éste es capaz de familiarizarse a tiempo con su lenguaje naturalístico y su gramática diferente.
Los estudios del génesis del mal que están basados en la observación de pequeños grupos de
gente, nos pueden indicar los detalles de estas leyes. […]

Aceptaré la denominación de “patrocracia” para un sistema de gobierno así creado, donde una
pequeña minoría patológica toma el control sobre una sociedad de gente normal. El nombre sí
seleccionado sobre todo, subraya la cualidad básica del fenómeno psicopatológico macro social,
el cual lo diferencia de los muchos sistemas sociales posibles que son dominados por una
estructura, costumbres y leyes de gente normal. …

Pienso que este nombre es consistente con las demandas de la semántica, puesto que ningún
término conciso puede caracterizar adecuadamente tal complejo fenómeno.

Implicaciones Políticas de la Patocracia


El logro de los patócratas de absoluta dominación en el gobierno de un país no sería permanente,
puesto que grandes sectores de la sociedad se volverían desafectos por tal gobierno, y
encontraría un camino para derribarlo

La patocracia a altos niveles de una organización gubernamental tampoco constituye el cuadro


complete del “fenómeno maduro”. Tal sistema de gobierno no tiene otro lugar más donde ir sino
hacia abajo.

Cualquier posición de liderazgo – hasta abajo, a los cabecillas del pueblo y los gerentes
cooperativos de comunidades, sin mencionar a los directores de unidades policíacas, y personal
policial de servicios-especiales, y activistas en el partido patocrático – deberán ser llenados por
individuos cuyos sentimientos de vinculación hacia tal régimen están condicionados por las
correspondientes desviaciones psicológicas, las cuales son heredadas como regla.

No obstante, tales personas se vuelven más valiosas, porque constituyen un muy pequeño
porcentaje de la población. Su nivel intelectual o habilidades profesionales no pueden ser tomadas
en cuenta, puesto que las personas representando habilidades superiores, con el requisito de
desviaciones psicológicas- son todavía más difíciles de encontrar.

Después de que tal sistema ha durado durante varios años, el cien por ciento de todos los casos
de psicopatía esencial están involucrados en actividad patocrática. Son consideramos los mas
leales, aunque algunos de ellos fueron parte, de un modo u otro, del "otro lado".

Bajo tales condiciones, ningún área de vida social puede desarrollarse normalmente, ya sea en
economía, cultura, ciencia, tecnología, administración, etc.

La Patocracia progresivamente paraliza todo.

Las personas razonables deberán desarrollar un nivel de paciencia más allá de la vista de
cualquiera viviendo en un sistema normal humano, solo para explicar que hacer y cómo hacerlo a
algún obtuso mediocre, psicológicamente desviado. Esta pedagogía especial requiere mucho
tiempo y esfuerzo, pero de otra manera no sería posible mantener condiciones tolerables de vida,
y los logros necesarios en el área económica o en la vida intelectual de una sociedad. No
obstante, la patocracia progresivamente se inmiscuye por todas partes y decolora todo.

Aquellas personas que inicialmente encontraron la ideología original atractiva, eventualmente


llegar a la realización que, de hecho, estaban tratando con otra cosa.
La desilusión experimentada por tales antiguos adherentes ideológicos es amarga en extremo.

Los intentos de la minoría patológica para retener el poder, siempre estarán amenazados por la
sociedad de personas normales, cuyo criticismo continúa creciendo. Por una parte, cualquier y
todos los métodos de terror y políticas de exterminación deberán, entonces, ser usadas en contra
de individuos conocidos por sus sentimientos patrióticos y entrenamiento militar.; por otra parte,
actividades de “adoctrinamiento” específica, tales como esas que hemos presentado son también
utilizadas.

Al carecer del sentimiento natural de estar vinculados con la sociedad, se vuelven irreemplazables
en cualquiera de estas actividades. El primer plano debe, de nuevo, ser ocupado por casos de
psicopatía esencial, seguido por aquellos con anomalías similares, y finalmente por personas
alienadas de la sociedad en cuestión, como resultado de diferencias raciales o nacionales.

El fenómeno de patocracia madura durante este período: se construye un extensivo y activo


sistema de indoctrinación, con una ideología adecuada y restaurada que constituye el vehículo del
caballo de Troya para el proceso de patologizar el pensamiento de individuos y de la sociedad. La
meta jamás es admitida: forzar a las mentes humanas a incorporarse a métodos experimentales
patológicos y patrones de pensamiento, y consecuentemente hacerlos aceptar tal regla. […]

Durante el choque inicial, el sentimiento de vínculos sociales se desvanecen; después de que se


sobrevive a esto, no obstante, la gran mayoría de las personas manifiestan su propio fenómeno
de inmunización psicológica. La sociedad simultáneamente comienza a recolectar conocimiento
práctico en el tema de esta nueva habilidad y sus propiedades psicológicas. Las personas
normales lentamente aprenden a percibir los puntos débiles de tal sistema, y utilizar las
posibilidades de un arreglo más conveniente para sus vidas.

Ellos comienzan a aconsejarse mutuamente en estos temas, así, lentamente regenerando los
sentimientos de vínculos sociales y mutua confianza. Un nuevo fenómeno ocurre: la separación
entre los patócratas y la sociedad de personas normales. Estos últimos tienen una ventaja
respecto a talento, a capacidades profesionales y a un sentido común sano. Por lo tanto,
sostienen algunos ases.

La patocracia finalmente realiza que deberá encontrar algún “modus Vivendi” o relaciones con la
mayoría de la sociedad:

“Después de todo, alguien tiene que hacer el trabajo para nosotros.”

Hay otras necesidades y presiones, especialmente desde afuera. La cara patológica deberá
esconderse del mundo, de alguna forma, puesto que el reconocimiento por la opinión mundial
sería catastrófico. Principalmente para los intereses de la nueva élite y sus planes expansionistas,
un estado patocrático deberá mantener relaciones comerciales con los países de hombres
normales. Tal estado tiene como meta lograr el reconocimiento internacional como cierta clase de
estructura política; teme el reconocimiento en términos de diagnóstico clínico.

Todo esto hace que los patócratas tengan la tendencia de limitar sus medidas de terror, sujetos a
métodos de propaganda y adoctrinamiento para colocarse cierto maquillaje, y de acuerdo con la
sociedad que ellos controlan, algún margen de actividad autónoma, especialmente en cuanto a
vida cultural. Los patócratas más liberales no serían adversos a darle a tal sociedad un cierto
mínimo de prosperidad económica, para reducir el nivel de irritación, pero su propia corrupción e
incapacidad de administrar la economía, les previene hacer esto.

Esta gran enfermedad social corre su curso a través de una nueva fase: los métodos de actividad
se vuelven más suaves, y hay una coexistencia con países cuya estructura es aquella del hombre
normal. Cualquiera estudiando este fenómeno… es recordado más bien, del estado disimulativo
de la fase de un paciente intentando jugar el papel de una persona normal, escondiendo la
realidad patológica, aunque continúe estando enfermo o siendo anormal.

Por ello, usaremos el término “la fase disimulativa de la patocracia” para el estado de asuntos en
donde un sistema patocrático juega aun más hábilmente el papel de un sistema sociopolítico
normal. En este estado, las personas se vuelven resistentes y se adaptan a la situación dentro del
país afectado por este fenómeno; hacia fuera, sin embargo, esta fase está marcada por una
realzada actividad ponerogénica.

El material patológico de este sistema, se infiltra más bien fácilmente en otras sociedades,
particularmente si son más primitivos, y todas las avenidas de expansión patocrática son
facilitadas por la disminución de crítica de sentido común por parte de las naciones que
constituyen el territorio de expansionismo.

Mientras tanto, en el país patocrático, la estructura activa del gobierno descansa en las manos de
individuos psicopáticos, y la psicopatía esencial juega un papel estelar. Especialmente durante la
fase disimulativa. No obstante, los individuos con rasgos obviamente patológicos deberán ser
quitados de ciertas áreas de actividad: es decir, de puestos políticos con exposición internacional,
en donde tales personalidades podrían traicionar el contenido patológico del fenómeno. […]

Necesidades similares aplican en otras áreas también. El constructor del edificio de una nueva
fábrica es a menudo alguien apenas conectado con el sistema patocrático, pero sus habilidades
son esenciales. Una vez la plante esté en operación, el control de su administración es asumida
por patócratas, lo cual a menudo lleva a una ruina técnica. El ejército similarmente necesita a
personas dotadas con perspicacia y cualificaciones esenciales, especialmente en el área de
armas modernas. …

En tales situaciones, muchas personas son forzadas a adaptarse, aceptando el sistema


gobernante como un status quo, pero también criticándolo. Ellos cumplen con sus deberes a
pesar de las dudas y conflictos de conciencia, siempre buscando una mejor salida, lo cual
discuten dentro de círculos de confianza. …

La siguiente pregunta se sugiere así: ¿Qué sucede si la red de entendimientos entre los
psicópatas logra poder en posiciones de liderazgo con exposición internacional?
Esto puede sucedes, especialmente durante las últimas fases del fenómeno. Incitados por su
carácter, tales personas tienen sed por solamente eso, aunque entrara en conflicto con sus
propios intereses de vida. … Ellos no comprenden que sobrevendría una catástrofe. Los
gérmenes no están conscientes de que serán quemados vivos o escondidos en lo profundo del
suelo, junto con el cuerpo humano cuya muerte ellos están causando.

Si varias posiciones de mando de un gobierno son asumidas por individuos carentes de


suficientes habilidades para sentir y comprender a otras personas, y quienes tienen también
deficiencias en cuanto a imaginación técnica y habilidades prácticas – todas las áreas, tanto
dentro del país en cuestión como con respecto a las relaciones internacionales.

En el interior, la situación se volverá intolerable aun para aquellos ciudadanos que fueron capaces
de anidarse dentro de un “modus vivendi” relativamente confortable. Afuera, otras sociedades
comienzan a sentir la cualidad patológica del fenómeno muy distintamente. Tal estado de asuntos
no puede perdurar mucho tiempo. Uno debe, entonces, estar preparado para cambios aun más
rápidos, y también comportarse con gran circunspección.

La Patocracia es una enfermedad de grandes movimientos sociales seguidos por sociedades


enteras, naciones e imperios.

En el curso de la historia humana, esto ha afectado a movimientos sociales, políticos y religiosos,


así como a las ideologías acompañantes… convirtiéndolas en caricaturas de ellos mismos. …
Esto ocurrió como resultado de la … participación de agentes patológicos en un proceso
similarmente patodinámico. Esto explica porqué todas las patocracias del mundo son, y han sido
tan similares en sus propiedades esenciales.…

Identificando este fenómeno a través de la historia, y calificándolos apropiadamente de acuerdo a


su verdadera naturaleza y contenidos – no de acuerdo a la ideología en cuestión, la cual
sucumbió al proceso de caricaturización – es un trabajo para historiadores. […]

Las acciones de patocracia afectan a la sociedad entera, comenzando con los líderes e infiltrando
cada pueblo, negocio e institución. La estructura social patológica gradualmente cubre el país
entero, creando una “nueva clase” dentro de aquella nación. Esta clase privilegiada se siente
permanentemente amenazada por los “otros”, es decir, por la mayoría de las personas normales.
Ni los patócratas mantienen ninguna ilusión acerca de su destino personal, de haber un retorno al
sistema del hombre normal.

Una persona normal privada del privilegio o alta posición va por allí haciendo algún trabajo que le
hará ganarse el sustento; pero los patócratas nunca poseyeron ningún talento práctico, y el marco
de tiempo de su gobierno ha eliminado cualquier posibilidad residual de adaptarse a las
demandas del trabajo normal.

Si le ley del hombre normal habría de reinstalarse, ellos y los de su clase podrían ser sujetos a
juicios, incluyendo una interpretación moralizadora de sus desviaciones psicológicas; ellos serían
amenazados por una pérdida de libertad y vida, no meramente una pérdida de posición y
privilegios. Puesto que son incapaces de esta clase de sacrifico, la sobrevivencia de un sistema el
cual es mejor para ellos se convierte en una idea moral. Tal amenaza deberá ser batallada por
medios de astucia política y carencia de escrúpulos respecto a aquellos otras personas de
“calidad – inferior”.

En general, esta nueva clase está en la posición de depurar a sus líderes si su conducta pone en
peligro la existencia de tal sistema. … La Patocracia sobrevive, gracias a la sensación de estar
siendo amenazado por la sociedad de personas normales, así como por otros países en donde
persisten varias formas del sistema del hombre normal. Para los gobernantes, mantenerse en la
cima es, por ello, el clásico problema de “ser o no ser”.

Así, pues, podemos formular una pregunta más cautelosa: ¿Puede, tal sistema, alguna vez
renunciar a una expansión política y territorial en el exterior y establecerla como sus posesiones
actuales? ¿Qué sucedería si sobreviniera una situación que confiriera paz interna, el orden
correspondiente y una relativa prosperidad dentro de la nación?

La gran mayoría de la población del país – siendo normal – haría un hábil uso de todas las
posibilidades emergentes, tomando ventaja de sus cualificaciones superiores para luchar por un
alcance cada vez más grande de actividades. Gracias a sus números más altos, habría una mayor
tasa de nacimientos de su clase, y se incrementaría su poder.

A esta mayoría se les unirían algunos hijos de la clase privilegiada, quienes no heredaron los
genes psicopáticos. El dominio de la patocracia sería grandemente debilitado, finalmente llevando
a una situación en donde la sociedad de gente normal retoma el poder. Para los patócratas, esta
es una visión conocida y es su pesadilla.

Así, la destrucción biológica, psicológica, moral y económica de esta mayoría de gente normal es
una necesidad “biológica” para los patócratas.

Muchos medios sirven a este fin, comenzando con los campos de concentración e incluyendo la
guerra contra una turba obstinada, bien armada que devastará y debilitará la energía humana
lanzada e él, es decir, que gobierna el mismo poder de poner en peligro a los patócratas. Una vez
están muertos con seguridad, los soldados serán decretados héroes, para ser venerados, y útiles
para criar a una nueva generación fiel a la patocracia.

Cualquier guerra emprendida por una nación patocrática tiene dos frentes: el interno y el externo.
El frente interno es más importante para los líderes y la élite gobernante, y la amenaza interna es
un factor decisivo en lo que respecta a dar rienda suelta a la guerra. Considerando si comenzar
una guerra en contra de un país patocrático, u no deberá considerar principalmente el hecho de
que uno podría ser usado como ejecutor de la gente común, cuyo aumento de poder representa
un incipiente peligro para la patocracia. Después de todo, los patócratas no vacilan en hacer
correr la sangre y el sufrimiento a la gente que ellos consideran que no son completamente como
ellos. […]

La patocracia tiene otras razones internas para la búsqueda de expansionismo a través del uso de
todos los medios posibles. Mientras exista ese “otro” mundo, gobernado por los sistemas del
hombre normal, instalado en y dentro de los esfuerzos de la mayoría no patológica, creando, de
tal modo, cierto sentido de dirección.

La mayoría de la población no-patológica del país jamás dejará de sonar con el restablecimiento
del sistema del hombre normal de cualquier forma posible. Esta mayoría jamás dejará de observar
a otras países, esperando el momento oportuno; su atención y poder deberá, por eso, ser
distraída de este propósito, y las masas deberán ser educadas y canalizadas en dirección de
esfuerzos imperialistas. Tales metas deberán buscarse tenazmente, para que todo el mundo sepa
para que se está luchando y en nombre de quien deberán ser aguantadas las duras disciplinas y
la pobreza.

Este último factor efectivamente limita la posibilidad de actividades “subversivas” por parte de la
sociedad de personas normales.

La ideología debe, por supuesto tener una justificación correspondiente para este supuesto
derecho para conquistar al mundo, y deberá, por ello, ser apropiadamente elaborada. El
expansionismo es derivado de la naturaleza misma de a patocracia, no desde la ideología, sino
este hecho deberá ser enmascarado con ideologías. […]

Por otra parte, hay países con gobiernos de hombres normales, en donde la gran mayoría de
sociedades tiemblan solo de pensar que un sistema similar podría ser impuesto en ellos.

Los gobiernos de tales naciones, por eso hacen todo lo que pueden dentro del marco de trabajo
de sus posibilidades y su entendimiento del fenómeno, para poder contener su expansión. Los
ciudadanos de esos países suspirarían con alivio si algún levantamiento fuera a reemplazar este
malévolo e incomprensible sistema con un método de gobierno más humano, más fácilmente
entendido, con quien sería posible una coexistencia pacífica.

Tales países emprenden así varios medios de acción para este propósito, dependiendo su calidad
de la posibilidad de entender esa otra realidad. […]

Los factores económicos constituyen una parte muy significativa de la motivación para esta
tendencia expansionista. Puesto que las funciones directivas han sido asumidas por individuos
con una inteligencia mediocre y rasgos patológicos de carácter, la patocracia se vuelve incapaz de
administrar apropiadamente cualquier cosa en absoluto. […]

La prosperidad recolectada de naciones conquistadas puede ser explotada durante un tiempo,


haciendo que los ciudadanos se vean forzados a trabajar más duro por una ínfima remuneración.
Por el momento, no se le ha dado pensamiento al hecho de que un sistema patocrático, dentro de
un país conquistado, causará eventualmente similares condiciones improductivas; después de
todo el correspondiente auto-conocimiento en esta área no es resistente en el psicópata. […]

Como ha sido el caso durante siglos, el poder militar es, por supuesto, el principal medio para
alcanzar estos fines. A través de los siglos, dondequiera que la historia haya registrado la
aparición del fenómeno descrito, se han vuelto aparentes medidas específicas de influencia – algo
en el orden de inteligencia específica al servicio de la intriga internacional, facilitando la conquista.
Esta cualidad se deriva de las características de personalidad que inspiran el fenómeno; debería
constituir información para que los historiadores identifiquen este tipo de fenómeno a través de la
historia.

Los psicópatas existen en todas partes en el mundo; incluso una patocracia muy lejana evoca una
respuesta resonante en ellos, trabajando en su sensación subyacente de que “hay un lugar para
personas como nosotros allí.” Las personas no críticas, frustradas y abusadas también existen en
todas partes, y ellas pueden ser alcanzadas por medio de una propaganda apropiadamente
elaborada.

El futuro de una nación es grandemente dependiente de cuántas de estas personas contenga.


Gracias a su conocimiento psicológico específico y su convicción de que la gente normal son
ingenuos, una patocracia es capaz de improvisar sus técnicas “anti-psicoterapéuticas” y
patológicamente egotistas, como usual, para insinuar su mundo de conceptos desviados a otros.
[…]

Siempre que una nación experimenta una “crisis interna del sistema” o una hiperactividad de
procesos ponerogénicos, se vuelve objeto de una penetración patocrática, cuyo propósito es
servirse del país como botín. Entonces se vuelve fácil tomar ventaja de su debilidad interna y de
sus movimientos revolucionarios para imponer reglas en base al uso limitado de la fuerza. …
Después de una imposición forzada de tal sistema, el curso de patologización de la vida se vuelve
diferente; y tal patocracia será menos estable, dependiendo su existencia misma del factor de la
fuerza exterior interminable…

La fuerza bruta debe primero sofocar la resistencia de una nación agotada; las personas que
tienen habilidades militares o de liderazgo deberán ser liquidados, y cualquiera apelando a valores
morales y principios legales deberá ser silenciado. Los nuevos principios nunca son
explícitamente declarados. La gente deberá aprender la nueva ley no escrita por medio de
dolorosa experiencia. La influencia anulada de este mundo de conceptos desviados termina el
trabajo, y el sentido común demanda precaución y resistencia.

Esto es seguido por un choque que aparece como trágico, siendo espantoso. Alguna personas de
cada grupo social – ya sean gente común que han sido abusados, oficiales aristócratas, literarios,
estudiantes, científicos sacerdotes, ateos o don nadie no conocidos – repentinamente comienzan
a cambiar su personalidad y visión del mundo. Solo ayer eran decentes cristianos y patriotas, ellos
ahora exponen la nueva ideología y se comportan despectivamente con cualquiera que todavía de
adhiera a los viejos valores. Solamente más tarde se vuelve evidente que esta ostensible
avalancha, como proceso, tiene sus límites naturales. …

La patocracia impuesta a la fuerza llega en una forma acabada . podríamos incluso llamarla
madura. Las personas observándola de cerca fueron incapaces de distinguir las fases tempranas
de su desarrollo; cuando los esquizoides y carateópatas estaban a cargo. …

En un sistema impuesto, el material psicopático ya es dominante. […]

La primera conclusión que se sugería a sí misma pronto después del encuentro con el “profesor”
[discutido anteriormente] fue que el desarrollo del fenómeno está limitado por naturaleza, en
términos de la participación de individuos susceptibles dentro de una sociedad dada. La
evaluación inicial del aproximadamente 6% probó ser realista.

Datos estadísticos coleccionados progresivamente, y ensamblados más tarde, no contradijeron


este gravamen. Esta valor varía de país en país, en una magnitud de cerca de un por ciento hacia
arriba o hacia abajo. … La psicopatía esencial juega un papel desproporcionado, comparado a los
números, saturando el fenómeno como un todo con su propia calidad de pensamiento y
experiencia.

Otras psicopatías – asténica, esquizoide, anankástica, histérica y otras – definitivamente tocan el


segundo violín, aunque en suma son mucho más numerosas. Los individuos esquirtoidales se
vuelven compañero viajeros, guiados por su lujuria por la vida, pero sus actividades son limitadas
por consideraciones a su propia ventaja.

En naciones no-semíticas, los esquizoides son algo más numerosos que los psicópatas
esenciales; aunque altamente activos en las fases tempranas del génesis del fenómeno, éstos
traicionan una atracción a la patocracia, como también la distancia racional del pensamiento
eficiente. Así, se encuentran divididos entre tal sistema y la sociedad de personas normales.

Hay personas menos distintamente inclinadas en la dirección patocrática. Estas incluyen estados
causados por las actividades tóxicas de ciertas sustancias, tales como el éter, el monóxido de
carbono, y posiblemente algunas endotoxinas. [¿Tal como la nicotina? ¿Habremos quizás ahora
encontrado la razón por la cual la actual patocracia y la anterior – La Alemania Nazi – era tan
fascista en su imposición de la legislación antifumadora?]

Los individuos paranoicos cuentan con el apoyo sin crítica alguna, dentro de tal sistema. No
obstante, en general, los portadores de varias clases de daño al tejido cerebral claramente se
inclinan hacia la sociedad de personas normales, y como resultado de sus problemas
psicológicos, bajo una patocracia, sufren incluso más que las personas sanas.

También resultó que los portadores de algunas anomalías fisiológicas, conocidas a los médicos y
a veces a los psicólogos, y las cuales son, sobre todo, de naturaleza hereditaria, manifiestan
tendencias partidas, similares e las de los esquizoides. De manera similar, las personas cuya
naturaleza les ha cargado con una vida corta, y una frecuencia de muerte relacionada con cáncer
indica una característica e irracional atracción hacia este fenómeno. … La resistencia disminuida
de un individuo a los efectos de la patocracia y su atracción a ella, parece ser una respuesta
holística del organismo de la persona, no meramente de su maquillaje psicológico por sí solo.

Aproximadamente el 6% de la población constituyen la estructura activa de la patocracia, la cual


lleva su propio y peculiar sentido de conciencia para sus propias metas. El doble de personas
constituyen un segundo grupo: aquellos que han logrado envolver sus personalidades para
resolver las demandas de la nueva realidad. …

Este segundo grupo consiste de individuos quienes, en promedio, son más débiles, más
enfermizos y menos vitales. La frecuencia de enfermedades mentales conocidas en este grupo es
dos veces el índice del promedio nacional. Podemos asumir, así, que el génesis de su actitud
sumisa hacia el régimen, mayor es su susceptibilidad a los efectos patológicos, y su caprichoso
oportunismo incluye varias anomalías relativamente impalpables. …

El grupo del 6% constituye la nueva nobleza; el grupo del 12% forma una nueva burguesía, cuya
situación económica es la más ventajosa. … Solamente el 18% de la población del país está, así,
a favor del nuevo sistema de gobierno.

La gran mayoría de la población forma la sociedad de personas normales, creando una red
informal de comunicaciones. Es necesario que nos preguntemos porqué estas personas rechazan
las ventajas que produce la conformidad, conscientemente prefiriendo el papel se oposición:
pobreza, hostigamiento y acortamiento de las libertades humanas.

¿Qué ideales los motivan? ¿Será meramente un tipo de romanticismo?

Una persona con un subconsciente normal humano, una buena inteligencia básica y completas
facultades de pensamiento crítico tendría un rato difícil aceptando tal compromiso; devastaría su
personalidad y engendraría neurosis. Al mismo tiempo, tal sistema fácilmente lo distingue y lo
separa de su propia clase, sin importar sus vacilaciones esporádicas. Ningún método de
propaganda puede cambiar la naturaleza de este fenómeno macro-social, o la naturaleza de un
ser humano normal. Éstos permanecen extraños uno a otro para siempre.

Después de que ha sido formada una estructura patocrática, la población es efectivamente


dividida de acuerdo con líneas completamente diferentes de lo que alguien, que haya sido criado
afuera de lo articulado en este fenómeno, pudiera imaginar, y que de alguna manera cuyas
condiciones actuales son también imposibles de comprender. …

La Patocracia corroe el organismo social entero, echando a perder sus habilidades y energía. …
Los típicos patócratas toman todas las funciones administrativas en una estructura totalmente
destruida de una nación. Tal estado deberá ser a corto plazo, puesto que ninguna ideología puede
vivificarlo. El tiempo llega cuando las masas comunes de la gente desean vivir como seres
humanos, y el sistema ya no puede resistirlo más.

La Patocracia es incluso menos que un sistema socioeconómico que una estructura social o un
sistema político. Es un proceso de enfermedad macro social afectando naciones enteras, y
corriendo el curso de sus características propiedades patodinámicas. … Mientras nos
mantengamos usando métodos de comprensión para este fenómeno patológico, que intentan
doctrinas políticas para definirlo, (aun si esas doctrinas son heterogéneas a él), no seremos
capaces de identificar las causas y propiedades de la enfermedad.

Una ideología correspondientemente preparada podría disimular las cualidades esenciales de las
mentes de científicos, políticos y gente común.

Personas Normales Bajo Regla Patocrática


Como lo hemos citado arriba, la anomalía distinguida como psicopatía esencial inspira el
fenómeno global en una patocracia bien desarrollada… El mundo patocrático – el mundo de
egotismo y terror patológico – es tan difícil de entender para las personas criadas fuera del
alcance de este fenómeno, que a menudo manifiestan ingenuidad infantil, aun si han estudiado la
psicopatología y son psicólogos de profesión. …

Si una persona con un sustrato instintivo normal e inteligencia básica ya ha escuchado y leído
acerca de tal sistema de despiadada autocracia “ “basada en una ideología fanática”, siente que
ya ha formado una opinión en el tema. Sin embargo, una confrontación directa con el fenómeno
causa que se sienta intelectualmente impotente. Todas sus anteriores proyecciones demostraron
ser virtualmente inútiles; no explican absolutamente nada. Esto provoca una molesta sensación de
que el y la sociedad en la que fue educado son bastante ingenuos…

Una de las diferencias observadas entre una persona normalmente resistente y alguien que ha
sido sometido a una transpersonificación es que el primero tiene mayor capacidad para sobrevivir
este vacío cognoscible y desintegrador, mientras que el último llena el vacío con el material de
propaganda patológica, y sin suficientes controles.

Cuando la mente humana entra en contacto con esta nueva realidad, tan diferente de cualquier
experiencia encontrada por una persona criada en una sociedad dominada por gente normal, esto
suelta síntomas de choque psicofisiológico en el cerebro humano, con un tono más alto de
inhibición de la corteza y una sofocación de sensaciones, las cuales a veces fluyen
incontrolablemente. Las mentes humanas trabajan más despacio y menos intensamente, puesto
que los mecanismos asociativos se vuelven ineficientes.

Especialmente cuando una persona tiene contacto directo con representantes psicopáticos del
Nuevo régimen, quienes usan su experiencia específica como para traumatizar las mentes de los
“otros” con sus propia personalidades, su mente sucumbe a un estado de catatonía temporal (N. d
T. – síndrome propio de psicosis esquizofrénica que supone negativismo, mutismo,
sugestionabilidad, estereotipia, etc.) . Sus arrogantes y humillantes técnicas, sus brutales
paramoralizaciones, matan sus procesos de pensamiento y sus capacidades de auto defensa, y
sus métodos de de experiencias divergentes se ancla en su mente.

Solamente después de que han pasado estos estados psicológicos increíblemente


desagradables, gracias al descanso en compañía benevolente, es posible reflejar – lo cual es
siempre un difícil y doloroso proceso – o volverse consciente que la mente de uno y el sentido
común ha sido engañado por algo que no puede encajar en la imaginación normal humana.

El hombre y la sociedad están parados al comienzo de una larga ruta de experiencias


desconocidas, las cuales, después de mucho ensayo y error, finalmente conduce a cierto
conocimiento hermético de cuáles son las cualidades del fenómeno, y cómo acumular resistencia
psicológica a ello.

Especialmente durante la fase disimulativa, esto hace posible adaptarse a la vida en este mundo
diferente y así hacer arreglos para unas condiciones de vida más tolerables.

Por ello observaremos los fenómenos psicológicos, el conocimiento, la inmunización y adaptación,


tal como no habría podido ser predicha antes, y tampoco pudo ser entendida en el mundo
restante, bajo la regla de los sistemas del hombre normal. Sin embargo, una persona normal
nunca puede adaptarse completamente a un sistema patológico; es fácil volverse pesimita acerca
de los resultados finales de esto.

Tales experiencias son intercambiadas durante discusiones vespertinas entre un círculo de


amigos, creando así, dentro de la mente de las personas, una especie de conglomeración de
percepción, la cual es inicialmente incoherente, y contiene deficiencias objetivas. [...]

La ideología oficialmente predicada para la patocracia continúan conservando sus energías


sugestivas, que continúan disminuyendo, hasta que llega el momento en la razón humana logra
localizarla como algo subordinado, lo cual no es descriptivo de la esencia del fenómeno. [...]

Bajo tales condiciones, tanto el instinto como las sensaciones y la resultante inteligencia básica
juegan papeles instrumentales, estimulando al hombre a hacer selecciones que son en gran
medida subconscientes.

Bajo las condiciones creadas por la regla patocrática impuesta, nuestro subconsciente instintivo
es un factor instrumental para unirse a la oposición. Similarmente, las motivaciones ambientes,
económicas e ideológicas que influenciaron la formación de la personalidad del individuo,
incluyendo aquellas actitudes políticas que fueron asumidas más temprano… desaparecen dentro
del acercamiento estadístico y disminuye a través de los años de gobierno patocrático.
Las decisiones y las selecciones de caminos hechas de regreso a la sociedad del hombre normal
son finalmente decididas por factores usualmente heredados por medios biológicos, y así, no son
el producto de la opción de la persona, y predominantemente en procesos subconscientes.

La inteligencia general del humano, especialmente su nivel intelectual, juega un papel


relativamente limitado en este proceso de seleccionar un camino de acción, como expresado por
la significativa estadística, pero baja correlación de -0.16. Mientras más alto sea el nivel general
de talento de la persona, más difícil es usualmente para el reconciliarse con esta realidad
diferente, y encontrar dentro de ella un modus vivendi.

Al mismo tiempo, las personas con dones y talento sí se unen a la patocracia, y ásperas palabras
de desprecio contra el sistema pueden escucharse por parte de personas simples, sin educación.

Solamente aquellas personas con el grado más alto de inteligencia – las cuales, como ya se ha
mencionado, no acompañan psicopatías - son incapaces de encontrar el significado de la vida
dentro de tal sistema. A veces son capaces de tomar ventaja de su mentalidad superior para
encontrar caminos excepcionales en los cuales ser útiles a otros.

Desperdiciando los mejores talentos predice una eventual catástrofe para cualquier sistema
social.

Puesto que esos factores sujetos a las leyes de la genética han probado ser decisivos, la
sociedad se vuelve dividida en los adherentes de la nueva regla, la nueva clase media,
mencionada arriba, y la mayoría de oposición por medio de criterio no conocido antes.

Puesto que las propiedades que causan esta nueva división aparecen en más o menos iguales
proporciones dentro de cualquier viejo grupo social o nivel, esta nueva división corta justo a través
de estas capas tradicionales de la sociedad. Si tratamos la antigua estratificación, cuya formación
fue decisivamente influenciada por el factor talento, como horizontal, la nueve debería ser referida
a ella como vertical. El factor más instrumental en esta última es una buena inteligencia básica, la
cual, como ya sabemos, es ampliamente distribuida a través de todos los grupos sociales.

Incluso aquellas personas que fueron objeto de injusticia social en el sistema anterior y luego se
les confiere otro sistema, el cual supuestamente los protege, lentamente comienzan a criticar a
esta último. [...]

Uno de los primeros descubrimientos hechos por una sociedad de personas normales es que es
superior a los nuevos gobernantes en inteligencia y capacidades prácticas, sin importar cuan
genios estos parezcan ser (por medio del magnetismo o encanto). Los nudos que anulan la razón
son gradualmente soltados, y la fascinación con el conocimiento secreto y el plan de acción del
nuevo régimen comienza a disminuir, seguido por la familiarización con el conocimiento acerca de
esta nueva realidad..

El mundo de personas normales es siempre superior al otro, siempre que sea necesaria una
actividad constructiva, ya sea la reconstrucción de un país devastado, del área de tecnología, la
organización de la vida económica o científica, y el trabajo de medicina. [...]
Como ya hemos señalado anteriormente, cada anomalía psicológica es, de hecho, un tipo de
deficiencia. Las Psicopatías están basadas principalmente en deficiencia en el subconsciente
instintivo; sin embargo, su influencia ejercida sobre el desarrollo mental también conduce a
deficiencias en la inteligencia en general, como lo discutimos ya arriba.

Esta deficiencia no es compensada por la creación del conocimiento especial psicológico que
observamos entre algunos psicópatas.

Tal conocimiento pierde su poder hipnotizante cuando la gente normal aprende a entender este
fenómeno también. El psicopatólogo no se sorprendió por el hecho que el mundo de personas
normales es dominante, y requiere habilidades y talento. Para aquella sociedad, sin embargo, esto
representó un descubrimiento que engendró esperanzas y relajación psicológica.

Puesto que nuestra inteligencia es superior a la de ellos, podemos reconocerlos y entender cómo
piensan y actúan. Esto es lo que aprende una persona en tal sistema, por su propia iniciativa,
forzado por las necesidades diarias. El aprende al ir a trabajar a su oficina, escuela o fábrica, ya
sea que necesite tratar con las autoridades, o al ser arrestado – algo que solo muy poca gente
logra evitar.

El autor y muchos otros aprendieron mucho acerca de la psicología de este fenómeno macro
social, durante el entrenamiento de indoctrinación obligatoria. Los organizadores y conferencistas
no podrían haber pensado en tal resultado. El conocimiento práctico de esta nueva realidad va
acrecentando, gracias a lo cual la sociedad gana recursos de acción que les permite tomar una
mejor ventaja de los puntos débiles del sistema de gobierno.

Esto permite una reorganización gradual de acoplamiento social, que con el tiempo trae sus
frutos. …

Capitalismo y Psicopatía
Los miembros de la Quantum Future School (Escuela de Futuro Cuántico) han sido contratados para estudiar la
psicopatía y la pseudo-psicopatía durante varios años. Esto ciertamente ha preparado a la mayoría de nosotros
a ser capaces de ver al hombre detrás de la cortina, o, en este caso, detrás de la “máscara de la cordura”.

Estos estudios condujeron a la pregunta: ¿porqué el comportamiento psicopático parece estar ten extendido en
los Estados Unidos? (Eso no significa que no existe en cualquier otras partes – esto es un hecho).

Linda Mealey, del Departamento de Psicología en la Universidad de San Benedicto en San José, Minnesota,
recientemente propuso ciertas ideas en su papel: “La socio-biología de la sociopatía – Un Modelo Evolucionario
Integrado" (The Sociobiology of Sociopathy - An Integrated Evolutionary Model.)

Estas idean abordan el aumento de la psicopatía en la cultura estadounidense, sugiriendo que en una sociedad
competitiva – capitalista por definición – la psicopatía es adaptativa y probable que se incremente.

Ella escribe:

“Yo he, así, discutido que algunos individuos parecen tener un genotipo que los predispone a la
psicopatía.

[La psicopatía describe] las diferencias individuales, genéticamente basadas y dependientes de la


frecuencia en el empleo de estrategias de vida. [Los psicópatas] siempre aparecen en toda
cultura, sin importan cuales son las condiciones socio-culturales. [...]

La competividad incrementa el uso de estrategias antisociales y maquiavélicas, y puede


contrarrestar una conducta pro-social… Algunas culturas estimulan más que otras la
competividad, y estas diferencias en valores sociales varían tanto culturalmente como a través de
las culturas. […]

A través de ambas dimensiones, altos niveles de competitividad están asociados con altas
proporciones de crímenes y maquiavelismo.

Una alta densidad de la población, una forma indirecta de la competición, es también asociada
con una conducta pro-social reducida y un comportamiento anti-social incrementado.”
[Mealey, op. cit.].

La conclusión es que el modo capitalista de vida, asociada, en los Estados Unidos, con la “democracia” ha
optimizado la sobrevivencia de psicópatas, con la consecuencia de que es una “estrategia de vida” adaptativa,
que es extremadamente exitosa en la sociedad estadounidense, y así ha incrementado en la población en
términos genéticos, así como actuando como un factor de atracción para los individuos psicopáticos en otros
países durante ya bastante tiempo.

El hecho es que los Estados Unidos están probablemente inundados con psicópatas y esquirtoides, como lo
menciona Lobaczewski.

Es más, como consecuencia de una sociedad que es adaptante para lal psicopatía, muchos individuos que NO
son psicópatas genéticos se han adaptado similarmente, volviéndose psicópatas “efectivos”, o “caracteópatas”,
como lo ha descrito Lobaczewski.

Mealey:

“Por supuesto, porque no son discapacitados intelectualmente, esos individuos [psicópatas]


progresarán normalmente en términos de desarrollo perceptivo, y adquirirán una teoría de la
mente. Sus teorías, sin embargo, serán formuladas puramente en términos instrumentales [¿Que
podría CONSEGUIR para mi el asumir esto u lo otro?], sin acceso al entendimiento empático en el
que nos fiamos nosotros la mayor parte del tiempo.

Podrán volverse excelentes juzgadores del comportamiento de otros, ya que no están


sugestionados por la ‘intrusividad’ de la emoción, actuando como lo hacen los apostadores
profesionales, únicamente sobre las leyes nomothetics y datos actuarial (actuarial data) datos
actualizados en vez de en sensaciones y corazonadas.

En la determinación de cómo ‘actuar’ en los encuentros sociales del acontecer diario, ellos usarán
un acercamiento puramente de costos y beneficios, basados en resultados personales inmediatos,
sin cotar con reacciones emocionales de los otros con quienes están tratando.

Sin ningún verdadero amor que los ‘comprometa’, sin ansiedad alguna que les prevenga el miedo
de ‘ser detectados’, sin culpabilidad que les inspire arrepentimiento, esos son libres para jugar
continuamente para su beneficio a corto plazo.

Al mismo tiempo, por los cambios en las frecuencias de los genes dentro de la población, no
serán capaces de mantener el paso con los parámetros tan rápidamente cambiantes de las
interacciones sociales, una proporción adicional fluctuante de sociopatía será el resultado, porque,
en una sociedad de []psicopatía], las circunstancias ambientales hacen una estrategia antisocial
de la vida más provechosa que una estrategia favorable socialmente.”
[Mealey, op. cit.]

En otras palabras, en un mundo de psicópatas, aquellos que no son psicópatas genéticos, son inducidos a
comportarse como psicópatas para sobrevivir. Cuando se establecen reglas para hacer a una sociedad
“adaptable” a la psicopatía, convierte a todos en sociópatas.

Lo que hace al psicópata tan peligroso y atemorizante es que el o ella llevan puesta una completamente
convincente “máscara de Cordura”- esto pueda, al principio hacer parecer a tal persona muy persuasiva y
obligatoriamente sana, de acuerdo al psiquiatra Harvey Cleckley. Chackley fue el primero en describir los
síntomas dominantes del desorden.

En general, el psicópata exitoso “computa” hasta donde pueden salirse con una proporción de costos y
beneficios de las alternativas. Entre los factores que ellos consideran como los más importantes están el dinero,
el poder y la gratificación de deseos negativos.

Ellos no están motivados por tal refuerzo social como ventajas al futuro o al bienestar de otros – aun incluyendo
aquellos que uno sospecharía que sí les importarían, como serían sus propias familias. Se han realizado
estudios que muestran que encerrando a un psicópata no tiene absolutamente ningún efecto en ellos en
términos de modificar sus estrategias de vida. De hecho, se ha demostrado que esto los hace peores.

Efectivamente, cuando son encerrados, los psicópatas simplemente aprenden cómo ser mejores psicópatas.

El psicópata está obsesionado con el control, aun si dan la impresión de ser desamparados. Su pretensión de
sensibilidad emocional es realmente parte de su función de control: Mientras más alto sea el nivel de creencia
que el psicópata pudiera inducir en su víctima a través de sus dramas, mayor “control” cree el psicópata que
tiene. Y, de hecho, esto es verdad.

Ellos tienen el control cuando otros creen sus mentiras. Lamentablemente, el grado de creencia, el grado de
“sumisión” a este control por medio de falsas representaciones, generalmente produce mucho dolor cuando la
verdad es vislumbrada, que la víctima preferiría continuar en esa mentira que enfrentar el hecho que ha sido
embaucado.

La conducta pasada de una sociedad será usada por el psicópata (o por la red ponerológica) para predecir el
futuro comportamiento de esa sociedad. Como un jugador individual, una sociedad tendrá cierta probabilidad de
detectar engaño y una memoria más o menos exacta de quien lo ha engañado en el pasado. La sociedad
también tendrá una cierta probabilidad de haber desarrollado o no una propensión a tomar represalias en contra
de un mentiroso o timador.

Puesto que el psicópata está usando un abordamiento actuado para determinar los costos y beneficios de
diferentes conductas, (hasta que grado puede salirse con la suya), es realmente el comportamiento pasado de
la sociedad el que entrará en sus cálculos, en vez de cualquier gravamen de riesgo basado en cualquier “miedo
o ansiedad” de ser pillado y castigado, que las personas empáticas pudieran sentir con anticipación al hacer
algo ilegal.

Así, para reducir el comportamiento psicopático en la sociedad y en el gobierno, una sociedad debe establecer y
reforzar una reputación para más altos promedios de detección de engaño e identificación de mentirosos, y de
una buena voluntad para tomar represalias. En otras palabras, debe establecer una exitosa estrategia de
disuasión.

Puesto que el psicópata es particularmente incapaz de tomar decisiones basadas en consecuencias a futuro, es
capaz solamente de enfocar su atención en una gratificación inmediata – metas a corto plazo – es posible que
se pueda tratar con tales individuos, estableciendo una historia de castigo social de rápida distribución. Es decir,
el identificar y castigar a mentirosos y timadores deberá ser inmediato y consistente, siendo así, predecible
cuando esto ocurra.
Y aquí venimos al tema referente a las interacciones sociales humanas del mundo real a gran escala: reducir la
psicopatía en nuestros líderes depende de que expandamos la memoria colectiva de la sociedad sobre las
conductas pasadas de jugadores individuales. Aquellos que no recuerdan la historia están condenados a
repetirla.

Cualquier exploración razonable en las noticias revelará que las mentiras y el engaño no están tan “encubiertos”
como los apologistas americanos quisieran pensar.

Incluso los estadounidenses menos informados tiene alguna idea de que hubo ciertamente algo que olía mal
acerca de la investigación del asesinato de JFK. En años recientes, el hombre a cargo de la Comisión Warren,
Gerald Ford, también expresidentes, admitió haber “engañado” en el reporte cuando admitió haber cambiado el
lugar de una de las heridas de bala en el reporte final.

Entonces vino el Watergate, seguido por el Asunto Irán-Contra, sin mencionar el “Mónica-gate”. Esto parece
casi ingenuo comparado con las mentiras de la gente actualmente en el poder. Las mentiras de la “pandilla de
Bush", de elecciones robadas, hasta los ataques del 9/11 y a través de las infames armas de destrucción
masiva en Irak, han tomado el arte de la mentira a alturas que impresionarían a Hitler mismo. Y aquí estamos
solamente tocando algunas cosas destacadas que son más familiares para todos los estadounidenses.

¿Que consecuencias sufrieron los engañadores de la sociedad?

Ninguna. De hecho, en casi cada caso, fueron recompensados elegantemente con aquellas cosas de valor para
el psicópata: dinero y bienes materiales. Si alguien piensa que se avergonzaron por exposición al público,
¡piénselo de nuevo! Pero lo que de interés crucial aquí es el hecho que el pueblo estadounidense simplemente
no ha respondido a las revelaciones de las mentiras en el gobierno con ningún ultraje que pudiera ser
considerado como símbolo. En el presente, ni siquiera hay un “ultraje simbólico”.

¿No encuentra esto extraño?

Pero nosotros ya hemos notado la razón: el estilo de vida estadounidense ha optimizado la sobrevivencia de la
psicopatía y en un mundo de psicópatas, aquellos que no son genéticamente psicópatas, son inducidos a
comportarse como sicópatas simplemente para sobrevivir.

Cuando las reglas se fijan para hacer una sociedad “adaptada” a la psicopatía, hace de todos unos sociópatas.
Como consecuencia, un largo número de estadounidenses son sociópatas efectivos. (Aquí, nosotros usamos la
palabra “sociópata” como designación de aquellos individuos que nos son psicópatas genéticos)

Y así, tenemos a George Bush y el Cuarto Reich calculando hasta dónde pueden salirse cn la suya viendo en
la historia las reacciones de las personas estadounidenses al engaño.

No hay ninguno, porque el sistema es tan adaptado a la psicopatía. En otras palabras, los estadounidenses
aguantan a Bush y a su agenda porque la mayoría de ellos son, efectivamente, como el.

Pero eso no es porque todos nacieron de esa manera. Es porque la psicopatía es requerida para sobrevivir en
la sociedad capitalista, competitiva estadounidense.

Cuando una sociedad vuelve más grande y más competitiva, los individuos se vuelven más anónimos y más
maquiavélicos. La estratificación y segregación social conduce a sensaciones de inferioridad, pesimismo y
depresión entre los “no-tengo”, promoviendo el uso de “estrategias de engaño” en la vida, que, entonces, hacen
el ambiente más adaptable para la psicopatía en general, porque aquellos que están sufriendo responderán
positivamente a cualquier signo de cambio, incluso si no realizan que el cambio está siendo propuesto por
aquellos que realmente harán peores sus vidas.

La conducta psicopática entre los psicópatas no-genéticos pudiera visualizarse como un método funcional para
obtener los recursos deseables, incrementando el estatus de un individuo en un grupo local, e incluso un medio
de proporcionar un estímulo que la gente social y financieramente acertada encuentra aceptable en los desafíos
físicos e intelectuales.

En los Estados Unidos, la gran mayoría de hogares son afectados por el hecho que el trabajo, divorcio o ambos,
les han quitado a uno o ambos padres de la interacción con sus hijos durante la mayor parte del día. Esto es
una consecuencia de la economía capitalista.

Cuando los padres están ausentes, o incluso cuando uno de los padres está presente, pero no posee el
conocimiento suficiente o la información, los niños son dejados a la merced de lo que está disponible a sus ojos
(TV, Nintendo, etc.), una cultura formada por los medios de comunicación. Armados con palancas de mando y
controles remotos de TV, los niños son guiados desde South Park y Jerry Springer hasta Combate Mortal en el
Nintendo. Los niños normales se desensibilizan a la violencia.
Niños más susceptibles – niños con una herencia genética a la psicopatía - son empujados hacia un peligroso
precipicio mental. Mientras tanto, el gobierno regularmente está pasando leyes, a demanda de los padres y de
la comunidad psicológica, diseñados a evitar las consecuencias impuestas sobre el comportamiento violento de
los jóvenes.

En cuanto a la violencia de los medios de comunicación, pocos


investigadores continúan tratando de disputar que el derramamiento de
sangre en la TV y en las películas tiene un efecto en los niños que las
miran. Agregado a esta mezcla están ahora los juegos de video
estructurados alrededor de modelos de caza y matanza. Enganchados por
los gráficos, los niños aprenden a asociar los chorros de “sangre” con la
satisfacción principal de anotar un “triunfo”.

Una vez más, la economía – el capitalismo disfrazado como


“democracia” – controla su realidad.

El hecho es que es un sistema casi mecánico el que opera basado en la


naturaleza psicológica de los seres humanos, la mayoría de los cuales
prefiere vivir en la negación o necesitan vivir en la negación para
complacer a sus padres, sus parejas, sus líderes religiosos y sus líderes
políticos. Todo lo que ellos quieren hacer es tener alguna relajación para
disfrutar el “Sueño Americano”.

Después de todo, “si la ignorancia es una dicha, es tonto ser sabio”. Esto
es más que nada especialmente verdad cuando consideramos el instinto
de sobrevivencia del ego. Si la cultura oficial – creada por psicópatas - dice que “no hay hombre detrás de la
Cortina”, trabajando a través del sistema de creencias inculcado, hay muy poca posibilidad de que la mayoría de
gente sea capaz de ver la fuente del fenómeno ponerológico en nuestro mundo.

Ahora, considere toda la previa información ahora en relación a los ataques del 9/11.

De hecho, ellos han CREADO sus procesos de pensamiento!

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