Estas disfunciones se clasifican en pirámide, en el pico se encuentra la falta de atención a
los resultados, después, la evitación de responsabilidades, la falta de compromiso, temor al conflicto y como base, la ausencia de confianza. La primera disfunción se crea con la falta de apertura para aceptar errores y debilidades, esto imposibilita la confianza, lo que genera la segunda disfunción, al carecer de confianza se recurre a comentarios cuidadosos (temor al conflicto) después se empieza a fingir estar de acuerdo, esto hace que no exista el compromiso con un plan, todo esto nos conduce a la incapacidad para hacerse responsables, esto crea la quinta disfunción donde los miembros priorizan sus necesidades individuales (basadas en el ego, en el reconocimiento, etcétera.) La confianza y la seguridad que tienen los miembros del equipo sobre que las intenciones de sus compañeros sean buenas y sobre que no hay razón para ser ni protector ni cauteloso en el seno del grupo, no existe, tienen que sentirse cómodos siendo vulnerables unos con otros. Dado que existe una falta de confianza y seguridad entre los compañeros, se crea la disfunción cuatro la cual nos lleva a la evitación de responsabilidades, ya que para que los miembros de un equipo se puedan exigir mutuamente conducta y actuación adecuadas deben saber con exactitud qué esperan. La responsabilidad del equipo significa la disposición de sus miembros a pedir cuentas a sus compañeros sobre desempeños y conductas que pueden perjudicar al equipo. La falta de disposición de los miembros de un equipo para tolerar la incomodidad interpersonal que implica pedir cuentas a un compañero sobre su conducta y la tendencia general y evitar conversaciones difíciles, es el centro de la cuarta disfunción, se solucionaría con la publicación de metas y estándares dentro del equipo para que todos estén en sincronía. La última disfunción es la falta de atención a los resultados, esta disfunción es la mayor de un equipo y esta tendencia de sus miembros a ocuparse de algo distinto a las metas colectivas del grupo, concentrarse continuamente en objetivos específicos sin resultados claramente definidos, es un requisito de todo equipo que se juzgue a sí mismo por su rendimiento. Esto se resolvería realizando pequeñas y regulares revisiones del avance que ha tenido el equipo, una pequeña estructura serviría mucho para ayudar a que la gente realice acciones que de otro modo no se sentirían inclinadas a efectuar o también podría dárseles recompensas al equipo, si se desplazan las recompensas del rendimiento individual al logro del equipo, este puede crear una cultura de pedir responsabilidades, ocurre así porque no es probable que un equipo tolere tranquilamente fracasar, porque uno de sus miembros no se está empleando a fondo.